mindanao: ¿promesa fallida? - … · ... caracterizando a sus principales grupos étnicos y...

28
Mindanao: ¿Promesa Fallida? Autor: Juan Carlos González Díaz Abril, 2010

Upload: lythu

Post on 10-Oct-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Mindanao: ¿Promesa Fallida?

Autor: Juan Carlos González Díaz

Abril, 2010

© Juan Carlos González Díaz, 2010

ISBN: 23-558-1021-9

Depósito legal: B. 72548-2009

Contacto: [email protected]

Sobre el autor: Juan Carlos González Díaz nació en Caracas en 1980. Sociólogo (Universidad Católica Andrés Bello -UCAB-. Caracas, 2003) con postgrado en Comunicación Creativa (2007) y Periodismo de Paz (2008), y un Máster en Documental Creativo (2009) todos de la Universidad Autónoma de Barcelona –UAB-. Ha desarrollado su experiencia profesional en el campo de la investigación social, la escritura y los videos documentales en diversas ONG’s, publicaciones y medios de comunicación audiovisuales. Durante los meses de julio a octubre del 2008 estuvo grabando un video documental sobre el conflicto en Mindanao con el apoyo de la ONG filipina Initiatives for International Dialogue, que trabaja en el área de prevención de conflictos armados y la construcción de paz. Actualmente es documentalista y escritor free lance.

Introducción: Existe una creencia popular que supone que aquellos asentamientos

humanos que circundan los lagos o crecen a la orilla de mares y ríos tienden

a desarrollarse más rápidamente que aquellos que no tienen estas

condiciones. La misma creencia también sostiene que la tenencia de

recursos naturales promueven crecimiento económico acelerado. Mindanao,

“La tierra de las promesas rotas”, como es conocida entre sus habitantes, es

rica en recursos naturales y se erige justo al lado de ríos, lagos y mares, pero

sigue siendo la región más pobre de un país del que, en algunos casos, ni

siquiera se considera parte.

Cuatro siglos de lucha contra invasiones y colonizaciones y cuatro

décadas de conflicto armado casi ininterrumpido han convertido a esta

inmensa isla del archipiélago filipino en uno de los puntos más conflictivos en

una región azotada por los enfrentamientos armados en el mundo. La guerra

en Mindanao ha costado la vida a cerca de 120 mil personas y desplazado a

750 mil más1.

En este brevísimo ensayo trataremos de esbozar un breve repaso al

contexto histórico de Mindanao, caracterizando a sus principales grupos

étnicos y religiosos, así como a los actores armados que participan (o han

participado) en negociaciones de paz con el gobierno filipino. Sus

motivaciones, intereses, avances y retrocesos –así como un atisbo de las

posibles claves para superar el conflicto- nos ayudarán a enfocar las razones

por las cuales Mindanao es aún una promesa fallida, una promesa siempre a

punto de cumplirse.

1 Según datos del Anuario de Procesos de Paz 2010. Escola de Pau. En http://escolapau.uab.cat/img/programas/procesos/10anuarie.pdf

1. Para comenzar, ubiquémonos en el mapa: Filipinas es un archipiélago de 7.107 islas repartidas entre el sur de

China y Taiwán y el norte de Borneo. Según el Instituto de Estadísticas de

Filipinas2, para el año 2007 su población era de más de 88 millones

quinientos mil habitantes.

El archipiélago cuenta con tres grandes grupos de islas, a saber:

Luzón (norte), Visayas (centro) y Mindanao (sur).

2 En National Stadistic Coordination Board of Philippines http://www.nscb.gov.ph

Filipinas está actualmente dividida en diecisiete (17) grandes regiones

político- administrativas. Seis de éstas pertenecen al Mindanao geográfico

(que comprende las Regiones IX, X, XI, XII, XII –ó Caraga- y la Región

Autonómica del Mindanao Musulmán –ó ARMM, por sus siglas en inglés-) y

que se diferencia del otro Mindanao, ese que no es geográfico pero que

alude a los reclamos históricos de parte de sus habitantes, sobre todo los

musulmanes y las tribus indígenas originarias. Para efectos de este ensayo,

entenderemos Mindanao como el Mindanao geográfico.

2. Una historia de colonizaciones

Antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, Mindanao había

sido habitada por grupos tribus originarias, algunas de las cuales abrazaron

el Islam y otras que no (y hoy son conocidas como Lumads). En aquel

tiempo, los musulmanes estaban comprometidos en el comercio y el trueque

con los países del sureste asiático. Políticamente tenían una envidiable

estabilidad. Contaban con los sultanatos de Sulu y Sabah, territorios que

incluían Mindanao, Basilan, Palawan, Tawi-Tawi y el Norte de Borneo. Estos

sultanatos ejercían influencia política sobre todos los asentamientos

musulmanes en Visayas, Luzón, Borneo y algunas partes de Malasia e

Indonesia.

A pesar de que los españoles llegaron al archipiélago filipino en 1521

buscando extender sus rutas marítimas y comerciales, no fue sino hasta 1565

cuando logran establecer asentamientos permanentes, dedicando entonces

sus esfuerzos a extender también el cristianismo. Lograron su objetivo en

casi todo Luzón y Visayas porque en aquellas áreas no existía unidad

religiosa como la había en Mindanao. Allí, los musulmanes ofrecieron una

dura y violenta oposición a la conquista pero los españoles fueron casi

siempre implacables y usaron el método de “divide y vencerás” para debilitar

la resistencia en el resto de Mindanao. Miles de nativos provenientes de

Luzón y Visayas fueron utilizados como carne de cañón en las llamadas

“Campañas Moras” con la excusa de la evangelización de los “impuros” y en

“defensa” de su propia religión cristiana.

Los conquistadores españoles también hicieron hincapié en promover

el enfrentamiento entre sultanatos rivales y así evitar la consolidación de

provincias como Maguindanao, Guayan y Sulu. Estos esfuerzos fueron

inútiles para subyugar a los musulmanes (quienes mantuvieron intacto su

nivel de independencia), pero afectaron notablemente su capacidad de

resistencia, dejando sembrados rencores tribales y hacia los cristianos.

Así se llega al Tratado de París de 1898 que daba fin a la guerra entre

españoles y estadounidenses. España vende a los Estados Unidos las islas

de Guam, Puerto Rico y Filipinas por veinte millones de dólares para la

época, pero los filipinos no aceptan tal traspaso porque ya estaban luchando

por su independencia de España desde 1896. Se desata entonces la guerra

filipino- estadounidense, que va desde 1899 hasta 1913 y donde fueron

asesinados más de un millón de filipinos (poco más del 10% de la población

de entonces)3. A partir de entonces se impuso con mucha fuerza la cultura y

lengua estadounidense en el archipiélago.

La intención de los nuevos colonizadores era clara: necesitaban

nuevas rutas, materias primas y mercados para colocar los productos de su

creciente industria, y vieron en Filipinas el lugar ideal para llevar adelante su

propósito. El archipiélago estaba cerca de China y además era rico en

recursos naturales, en especial en la provincia de Mindanao, que seguía

clamando su autonomía del resto de las islas. Por ello, fueron los

estadounidenses quienes preconizaron, a partir de 1913, una práctica que en

la década de los cincuentas continuaría el mismo gobierno filipino sobre

Mindanao. Esta práctica tenía dos características principales: una consistía

en la entrega de “tierras públicas” a campesinos provenientes de las regiones

de Luzón y Visayas. Con esta entrega, se buscaba fomentar la ocupación y

producción de los territorios de Mindanao, pero también aumentar el peso

demográfico de los cristianos hasta hacerlos prevalecer sobre los

musulmanes. Hoy, la transformación demográfica se ha consumado: a

excepción de las cuatro provincias de Tawi- Tawi, Sulu, Maguindanao y

Lanao del Sur (con Basilan casi igualmente dividida), Mindanao pasó a tener

mayoría de habitantes cristianos.

La tradición que los musulmanes y las tribus indígenas (en adelante

Lumads) habían mantenido hasta la fecha decía que la tierra pertenecía a

Dios y ellos sólo estaban autorizados a sembrar una pequeña parcela, que

después sería heredada a la siguiente generación. No estaban enterados

sobre los planes del gobierno central de entregar títulos de tierra a los

colonos provenientes de Luzón y Visayas, y un día se levantaron con la

noticia que debían abandonar el espacio en el que siempre habían vivido

porque ahora era propiedad de otros. Cuando algunos pocos musulmanes y

Lumads quisieron también obtener sus títulos fueron discriminados por su

procedencia. A la mayoría de ellos no les quedó otra alternativa que

3 "The Philippines: Land of Broken Promises", James B. Goodno, New York, 1998.

convertirse en la mano de obra barata que los colonos utilizaban para trabajar

las tierras que antes les habían pertenecido.

La segunda característica de ésta práctica instaurada durante el

dominio estadounidense era más bien simbólica, y se basaba en profundizar

las divisiones entre musulmanes y cristianos, estereotipando a los primeros

como ignorantes, paganos, traidores, holgazanes y bárbaros. Por su parte,

entre musulmanes y Lumads empezó a extenderse la idea de que los colonos

cristianos eran los usurpadores de sus tierras. Algunos de esos estereotipos

y prejuicios aún se conservan.

En líneas generales, así comenzó la marginalización social y

económica de musulmanes y Lumads. Muchos de los primeros no se

reconocen como parte integral de las Filipinas. Para sostener este

argumento, afirman que nunca pudieron ser subyugados por los españoles, y

que cuando éstos vendieron las islas a los estadounidenses, Mindanao de

hecho no podía incluirse dentro de la transacción porque nunca fue española

en la práctica. Consistentes con esta creencia, y luego de la breve ocupación

de la isla por parte de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, los

musulmanes han demandado formalmente la emancipación de la República

Filipina desde 1946 –fecha en la que los EEUU otorgan independencia

política a las Filipinas-.

Esa independencia política no modificó demasiado el panorama social.

El partido Nacionalista, agrupación de carácter conservador vinculada a los

clanes terratenientes que dominaban el país, se sucedió en el poder desde

1946 hasta la llegada de Ferdinand Marcos en 1965, quien durante su

dictadura de veinte años arreció hasta tal punto la política de dominación

sobre Mindanao que terminó por impulsar (sin quererlo) la creación de grupos

armados de corte identitario (Moro Nacional Liberation Front, 1969), religioso

(Moro Islamic Libertation Front, 1977) y comunista (New People’s Army,

1969) opuestos a la Filipinas dominante y cristiana.

Tanto españoles, estadounidenses y los sucesivos gobiernos que

despachan desde Manila han tenido siempre claro que Mindanao es una

tierra con potencial económico excepcional. En la actualidad, el gobierno

filipino utiliza los inmensos recursos naturales de esta región para

incrementar los ingresos de la economía nacional. La planta Hidroeléctrica

Augus I y el Proyecto Geo- termal APO son ejemplo de ello. También las

Corporaciones Multinacionales de marca estadounidense, australiana,

canadiense, inglesa y malaya han controlado y explotado los recursos

económicos de Mindanao, dejando a la mayor parte de sus habitantes

apartados de los beneficios de estas riquezas.

Se explica entonces por qué para el año 2008, más del 40% de sus 19

millones de habitantes vivan en situación de pobreza. Un informe del Instituto

Filipino de Estadísticas (National Statistical Coordination Board)4 señala que

de las diecisiete grandes Regiones que conforman las Filipinas, las más

pobres pertenecen a Mindanao. La Región Autónoma del Mindanao

Musulmán (ARMM) es la más pobre del país, siendo su tasa de pobreza

(55,3%) más del doble de la media nacional. Le sigue en segundo lugar la

Región XIII o Caraga, con un 45,5% de incidencia de pobreza. Una de las

seis provincias que integran la ARMM (Tawi-Tawi) tiene una tasa de pobreza

del 78,9%.

A las variables de pobreza, marginación social y económica, y

prejuicios heredados habría que sumarle el hecho de que Mindanao funciona

como el más grande recipiente de insurgentes armados del país. Se estima

que el principal grupo -el Moro Islamic Liberation Front (MILF)- cuenta con

unos 12 mil efectivos repartidos en su territorio. Mindanao es también la casa

de más de la mitad de los aproximadamente siente mil guerrilleros de

ideología maoísta llamado News Peoples Army (NPA). A ellos se le suman

los comandos para- policiales y para-militares y los grupos armados privados,

responsables de episodios de extorsión, colocación de bombas, secuestros y,

más recientemente, el asesinato de 57 personas en la llamada “Masacre de 4 En National Stadistic Coordination Board of Philippines http://www.nscb.gov.ph

Maguindanao” 5, que se convirtió, entre otras cosas, en el asesinato masivo

de periodistas más grande en la historia de la profesión6.

Actualmente, y luego de más de dos décadas de gobiernos centrales

elegidos democráticamente, la situación de Mindanao es, en términos

sociales, económicos y de violencia armada, muy delicada. A pesar de los

acuerdos y conversaciones de paz alcanzados con estos grupos armados,

Mindanao continúa hoy una sucesión de casi cuarenta años de guerra

ininterrumpida.

Todo un cóctel anhelado para la noticia sensacionalista. Casi cada vez

que Mindanao encuentra espacio en los medios de comunicación de Filipinas

o internacionales es cuando ocurre algo malo. Difícilmente pueden

escucharse o leerse buenas noticias. El discurso mediático tiene en

Mindanao un fuente modelo para la reseña catastrófica y el tratamiento ligero

de la información, ese que presta poca atención a las raíces del conflicto y las

motivaciones de sus actores.

Profundizar algo más sobre las razones que tiene cada actor

involucrado en el conflicto para hacer valer sus posiciones es entonces el

objetivo de nuestro siguiente punto:

3. El reparto del conflicto en Mindanao:

Los Lumads:

Más de veinte grupos

etnolingüísticos de indígenas originarios

están distribuidos en toda la geografía de

Mindanao. Han obtenido notoriedad

debido al reclamo pacífico de sus

derechos sobre dominios territoriales ancestrales. Su petición al Estado 5 El hecho ocurrió el 23 de noviembre de 2009. 6 Según las investigaciones, 30 periodistas fueron asesinados en esa masacre.

filipino es sencilla en el enunciado: quieren de vuelta las tierras que

consideran les fueron arrebatadas por los colonos cristianos.

En el año 2001 el gobierno que encabeza la

presidenta Gloria Macapagal Arroyo prometió la

entrega de cien certificados de tierra ancestrales

cada año para los diversos grupos de Lumads. Pero

hasta la fecha sólo se han entregado veintinueve

títulos en todo el país, seis de ellos en Mindanao,

mientras que casi el 60% de los dominios

ancestrales de los Lumads siguen siendo utilizados

por terceros. La debilidad de un liderazgo unificado que pueda representar el

arco iris de propuestas es uno de los principales retos que estos grupos

tienen por delante para que sus demandas sean atendidas con mayor

eficacia. Se prevé para ellos un camino difícil en la medida que demarcar

territorios ancestrales –territorios que pueden coincidir con aquellos territorios

que también demandan los grupos musulmanes y cristianos- y abrirles

caminos jurídicos para que en dichos territorios puedan practicarse formas de

autogobierno según sus tradiciones es un proceso que les llevará muchos

años.

Los Musulmanes:

Más de cuatrocientos años de

lucha contra invasiones y

colonizaciones de variada índole han

marcado el devenir de este grupo. Hoy,

el movimiento está decidido a recobrar

la pérdida de su poder político,

económico y social. Aunque

representan alrededor del 20% de la

población de Mindanao, los musulmanes están resueltos a expresar su

convicción de establecer un Estado islámico independiente. Muestra de ello

ha sido la insurgencia del diversos grupos armados como el MNLF, el MILF y

Abu Sayyaf, pero también el compromiso de sus organizaciones sociales de

base no vinculadas a la lucha armada, que trabajan en las áreas de

educación, construcción de paz, promoción y defensa de los derechos

humanos, diálogo interreligioso y atención a las víctimas de la guerra, entre

otras áreas.

La fortaleza de los musulmanes es su unidad ideológica, que tiene

esencia y características locales. Son también un movimiento social inspirado

en el sueño de una nación propia (Bangsamora o Nación Mora). Su principal

sino está en la dinámica relación que tienen con los grupos armados:

desmarcarse o solidarizarse con sus acciones y demandas requiere de

evaluaciones muy cambiantes. Pero algunas pautas están, por lo general,

bastante claras: los requerimientos últimos de independencia/autonomía que

claman grupos como MNLF y MILF son compartidos por la gran mayoría de

los musulmanes en Mindanao, no así algunas acciones criminales que dichos

grupos han empleado contra poblaciones civiles. En cambio, las prácticas

terroristas y mercenarias empleadas por organizaciones como Abu Sayyaf,

Jemaah Islamiyaah y Rajah Solaiman son rechazadas por gran parte de la

población musulmana.

Los cristianos:

No es el de Mindanao un conflicto eminentemente religioso. Las

razones económicas, políticas e históricas tienen a nuestro entender más

peso como causas del conflicto actual que el factor de la fe que profesan

cada uno de los grupos. El término “cristiano” sólo nos sirve para clasificar a

aquellos habitantes de Mindanao que no son ni Lumads ni Musulmanes y

que, como la mayoría de los filipinos, son fervientes practicantes de la

religión. Los crisitianos llegaron por oleadas migratorias y se establecieron

en Mindanao durante todo el siglo XX, trayendo consigo todas las tradiciones

que practicaban en sus natales regiones de Luzón o Visayas. La ferviente

practica de la religión católica, el gusto por la comida basada en cerdo y

pescado, el amor por el canto, el baile, las peleas de gallos, el boxeo y el

básquet son sólo algunas de las tradiciones que se han instalado en

Mindanao. Davao, su capital, así como las ciudades de Cagayan de Oro y

General Santos han crecido gracias a la inversión económica y son puntos de

referencia para el turismo internacional.

Hoy, la población cristiana no sólo son está asentada en el territorio

sino que representan la mayoría de la población en Mindanao. En su gran

mayoría de carácter pacífico, su mayor estigma como grupo es haber

arrebatado las tierras ancestrales a sus pobladores originarios. Sin embargo,

muchos de los hijos o nietos de aquellos primeros colonos hoy luchan codo a

codo junto a Lumads y Musulmanes para hacer valer los derechos que

reclaman estos grupos. Gran cantidad de organizaciones sociales,

académicas, religiosas y humanitarias están lideradas por cristianos

comprometidos por una paz sostenible en Mindanao, una paz que han de

trabajar, al mismo tiempo, con las instituciones del Estado filipino y con los

movimientos rebeldes armados. Sobre éstos últimos intentaremos hacer un

breve repaso en el próximo punto.

Los Movimientos Armados:

i. El Moro National Liberation Front (MNLF):

El 18 de marzo de 1968 se toma como

fecha de nacimiento oficial del movimiento

político que respaldaba la aspiración

secesionista de parte del pueblo musulmán:

nace el Movimiento Independentista de

Mindanao o MIM. En primera instancia, el

reclamo de independencia y por la devolución de las tierras arrebatadas no

fue tomado en cuenta por el gobierno central filipino. Fueron entonces los

colonos cristianos quienes experimentaron directamente el acoso por parte

del brazo armado del MIM, los llamados Guardianes Verdes o Camisas

Negras.

Los cristianos no se quedaron de brazos cruzados: algunos políticos

asentados en Cotabato crearon su propio grupo para-policial –popularmente

conocido como los Ilaga ban- de sentimiento anti-musulmán.

La situación en Mindanao se convirtió en volátil. Dos fuerzas opuestas

estaban listas para enfrentarse hasta la muerte. Cuando el presidente

Ferdinand Marcos proclamó la ley marcial en 1972, lo hizo en buena medida

por la situación de Mindanao. Pero la orden elevada a los musulmanes para

que éstos depusieran las armas sólo provocó que éstos fortalecieran su

determinación de ser independientes. Así nace el MNLF (Moro National

Liberation Front) conducido por Nur Misuari, declarando en su manifiesto

fundacional el establecimiento de la República Bangsamora, además del uso

de la lucha armada para alcanzar la completa libertad e independencia del

pueblo musulmán del, según ellos, “opresor filipino”. En diciembre de ese

mismo año, el MLFN estableció en Lebak, Cotabato, su primera base oficial

con más de seis mil hombres armados.

El MNLF reivindicaba su república

como una constitución de las provincias de

Mindanao, Basilan, Sulu, Tawi- Tawi y

Palawan. Su posición le valió la brutal

represión por parte del gobierno del general

Ferdinand Marcos. De acuerdo con las

estimaciones, entre 1970 y 1976 fueron asesinadas un promedio de

dieciocho personas cada mes, mientras que el número de bajas del ejército

filipino alcanzó los 11 mil hombres en poco más de ocho años (1972-1980)7.

En 1976, y luego de la mediación de la Organización de Conferencias

Islámicas (OIC por sus siglas en inglés) encabezada por el gobierno de Libia,

7 Danguilan V., Marites y Glenda M. Gloria. Under the Crescent Moon: Rebellion in

Mindanao. Ateneo Center for Social Policy and Public Affairs, Quezon City y Institute for

Popular Democracy.1999. 327 p.

Nur Misuari

se firman los Acuerdos de Trípoli entre el MNLF y el gobierno de Marcos.

Este acuerdo debía garantizar la creación de un gobierno provisional que

incluyera al MNLF, y la promulgación de un referéndum que decidiera sobre

la autonomía administrativa en las 13 provincias de Mindanao, todo a cambio

del fin de la guerra separatista.

Para 1970, los musulmanes representaban solo el 30,44% del total de

la población de Mindanao, los Lumads contabilizaban el 5,68%, mientras que

los cristianos sumaban el 63,88% restante8. Como resultado, la mayoría de

los Mindanaoenses no podían identificarse con los Acuerdos de Trípoli.

Además, Marcos jugaba a engaño con los líderes del MNLF. Sobornaba a

sus líderes cuando podía y aplacaba a sus miembros con proyectos

agrícolas, mientras la mayor parte del tiempo desplegaba el poderío de sus

fuerzas armadas para aplastar la rebelión. Mientras tanto, decidió por si solo

la creación de las regiones administrativas “autónomas”. El MNLF boicoteó

dicha consulta refrendaría y continuó la lucha.

En 1986, y luego de la caída de Ferdinand Marcos gracias a la

revolución del People’s Power, Corazón Aquino intentó fomentar la paz y

buscó convencer a Misuari, el líder de MNLF, para reunirse en la ciudad de

Jolo. Pero ella tampoco contaba con el tiempo (sufrió siete intentos de golpe

de Estado en seis años) ni el poder de comprensión del problema en

Mindanao. Hicieron falta diez años más para que finalmente en 1996 el

presidente Fidel V. Ramos –apurado por hacerse de legitimidad luego de

ganar apretadamente las elecciones presidenciales- reanudó las

conversaciones de paz así como los puntos de la agenda para, en resumen,

firmar un acuerdo que no se diferenciaba mucho del que se había firmado

veinte años antes.

Luego de esta firma, Nur Misuari -líder del MNLF- asumió el cargo de

gobernador del ARMM (Región Autonómica del Mindanao Musulmán, entidad

político- administrativa creada por el congreso filipino en 1991 para dotar de

cierto nivel de autonomía a la parte de Mindanao que tiene mayoría de

8 ídem.

población musulmana). Su gestión estuvo cargada de críticas por ineficiencia

y corrupción. Él se defendió aduciendo que el ARMM no estaba dotado de las

competencias que garantizaran una auténtica autonomía. En 2001 fue

encarcelado, acusado de intentar un segundo levantamiento en armas y hoy

aspira a la gobernación de su natal Sulu mientras aún tiene que enfrentar

procesos abiertos en su contra.

En la actualidad, el MNLF está dividido en mandos desmovilizados que

pugnan por sustituir el liderazgo de Misuari, mientras los acuerdos

programados en el tratado firmado en 1996 siguen sin implementarse,

especialmente en temas como el desarme, la educación y el desarrollo

económico en Mindanao.

ii. El Moro Islamic Liberation Front (MILF):

El Moro Islamic Liberation Front nace de

una escisión del MNLF. Este grupo, abiertamente

islamita en comparación al MNLF (de tendencia

secular) se considera a si mismo como un ejército

semi-convencional de guerra, en lugar de un grupo

rebelde armado, lo que significa en la práctica el

establecimiento de bases militares y el desarrollo

de tácticas de guerra convencionales. El campo

Abubakar simboliza esta aspiración: un vasto

espacio de terreno para desarrollar prácticas militares y guardar armamento

pesado. A diferencia del MNLF, que levantaba campos puramente militares,

el MILF construye una comunidad entera, con estructuras religiosas, sociales,

económicas y militares juntas en un solo espacio: escuelas, mezquitas, cortes

sharia, cooperativas, una academia militar, una prisión y hasta un centro de

manufactura de armas están en el mismo lugar desde donde gestionan su

estrategia de combate. Habiendo aprendido la lección del MNLF, el MILF

cree que es más duradero tener una organización multifuncional donde el

Islam es practicado en la vida diaria. Podría afirmarse entonces que el MILF

mantiene en funcionamiento un gobierno paralelo, una estructura político-

social y militar alterna a la legalmente constituida.

El rompimiento dentro del MNLF empezó a tomar cuerpo desde 1977,

debido a los desencuentros ideológicos, de liderazgo, estilo, personalidad y

hasta étnicos de sus líderes. En 1984 el MILF se constituye oficialmente

como escisión del MNLF, pero no es sino diez años después cuando

consigue la fuerza necesaria para tomar parte de la contienda contra el

gobierno filipino.

Parte del crecimiento de este grupo insurgente se debió a la atracción

que el Islam generó nuevamente en el mundo. Sin enemigo ideológico luego

del fin de la Guerra Fría y el colapso de la

Unión Soviética, el mundo occidental

desarrollado necesitaba un nuevo

enemigo externo. El Islam se lo

proporcionó en la medida de sus

necesidades: los grupos armados

extremistas que actúan en su nombre

llevaban a cabo prácticas que facilitaban su demonización. El MILF inspiró su

insurgencia en el nombre de la jihad: el sacrificio de la propia vida en favor de

la religión. Un término que en occidente se asocia rápidamente con

terrorismo, pero que tiene otro significado en la práctica diaria del Islam. La

jihad, en el caso del MILF, ha ayudado a definir su identidad, status, y a

ganar en soporte social.

El crecimiento del MILF también se explica por el incremento de la

legitimidad de los líderes religiosos conocidos como ulamas, que

gradualmente eclipsaron a los líderes tradicionales, los datus, más

politizados, y acusados de haber colaborado con el régimen del dictador

Ferdinand Marcos.

Pero debajo de esta vena islámica está la realidad que alimenta la

rebelión en Mindanao: exclusión social y económica. Los musulmanes

constituyen una minoría en Filipinas y aún dentro del mismo Mindanao. Las

provincias que lo componen están entre las más pobres del continente. Los

niveles de alfabetización son miserablemente bajos. La gente común

(desempleada, con un inexistente status social, sin siquiera instrucción y con

bajo nivel de ingresos) se une al MILF -como antes se unió al MNLF-

conducidos por la necesidad de solucionar sus problemas económicos.

Algunas de las críticas que se han levantado contra el MILF -aparte de

la opción bélica con la que defienden sus intereses- van dirigidas a la fuente

de financiación de sus actividades. Este grupo, junto a Abu Sayyaf y el

Movimiento Rajah Solaiman, es percibido como receptor de generosas

contribuciones por parte de gobiernos y grupos interesados en apoyar la

causa. La OIC (Organization of the Islamic Conference), que había mantenido

buenas relaciones con el MNLF, se cuidó mucho de la entrega de fondos a

grupos islámicos luego de la aparición

de grupos extremistas, por lo que MILF

se quedó sin un importante benefactor

en el plano económico. Por eso, en la

actualidad, la contribución más

importante proviene de los grupos

musulmanes locales a través de los

llamados zakat, o limosnas obligatorias.

El zakat no es una opción para la población, es una imposición. En el caso

del MILF, ellos mismos colectan un determinado porcentaje de cada ingreso

o cosecha de todos los musulmanes de su territorio. Esta práctica ha sido

muy discutida y en casos rechazada por algunos líderes profesionales y

religiosos, quienes incluso disciernen sobre la pertinencia de la jihad.

Encuentran a los miembros del MILF rígidos y represivos en algunas de sus

prácticas, como la observancia de obligatoriedad que exigen en la vestimenta

del velo, la prohibición de fumar (e incluso plantar tabaco), la conducción de

ejecuciones públicas y la prohibición de visitar determinados santuarios.

El MILF firmó un acuerdo de alto al fuego con el gobierno filipino en el

año 2003 (supervisado por una misión internacional), y en los últimos años se

Negociaciones gobierno filipino- MILF

han celebrado varias rondas de negociación con el gobierno, facilitadas por

Malasia y centradas en los territorios ancestrales del pueblo moro. Pero en el

2008, año que prometía significativos avances en las negociaciones de paz,

culminó de manera estrepitosa con el rompimiento del panel y el reinicio de

las hostilidades. La razón: el Memorando de Acuerdo sobre Dominios

Ancestrales (MOA por sus siglas en inglés), documento preliminar que

recogía el espíritu de ampliación del actual ARMM a una entidad político-

administrativa más grande, el BJE (Bangsamoro Juridical Entity). El MOA

había nacido luego de intensas negociaciones entre gobierno y MILF y fue

vetado por la Corte Suprema de Justicia filipina, dando lugar a reacciones

violentas por parte de algunos comandantes del MILF que, por cuenta y

riesgo, atacaron poblaciones civiles de no-musulmanes, rompiendo así la

tregua declarada con el ejército filipino y desatando una crisis bélica y

humanitaria que duró hasta julio de 2009. Sin embargo, para noviembre de

2009 el gobierno filipino y el MILF han vuelto a reunirse en una clara

demostración de retomar las conversaciones de paz, esta vez con el apoyo

de más países (Malasia, Japón, Reino Unido y Turquía) y ONG’s (The Asia

Foundation, Centro para el Diálogo Humanitario, Conciliation Resources y

Mohammadia)9.

iii. El News People’s Army (NPA):

Creado en 1969, el New Peoples Army (NPA) es un movimiento

insurgente de inspiración maoísta que busca revertir el orden político y

económico establecido en la sociedad filipina.

Está integrado en el National Democratic Front

(NDF) que agrupa diversas organizaciones y

que de hecho funciona como brazo político del

NPA. Como los Bangsamoros, el NPA se

inscribe en la raíz histórica de la explotación

9 Anuario de Procesos de Paz 2010. Escola de Pau. En http://escolapau.uab.cat/img/programas/procesos/10anuarie.pdf

colonial de las masas filipinas, incluyendo a los Musulmanes y Lumads.

También utiliza la lucha armada como camino para alcanzar la liberación del

pueblo del control neo-colonial y capitalista.

Desde el año 1986 el NPA mantuvo conversaciones paz con el

gobierno filipino que aunque no significaron un alto al fuego definitivo si

aminoraron las hostilidades, pero la inclusión en las listas de organizaciones

terroristas elaboradas por los Estados Unidos y la Unión Europea en el año

2002 torpedeó seriamente las negociaciones. En 2006 el proceso llegó a un

punto muerto cuando la presidenta Macapagal acusó al NDF- NPA de estar

detrás de la conspiración que intentaba derrocarla y fijó un plazo de dos años

para derrotar militarmente a la insurgencia armada, posición que luego matizó

con el llamado a la amnistía a los combatientes que depusieran las armas. En

septiembre de 2009 ambas partes estuvieron a punto de reanudar las

conversaciones, pero acusaciones mutuas impidieron que se consumaran y

ahora mismo están en punto muerto.

Mientras tanto, el NPA sigue teniendo asentados en Mindanao a la

mayoría de sus tres mil quinientos rebeldes, aunque sus filas están siendo

mermadas por las ofensivas del ejército filipino y la deserción de sus

integrantes, acogidos al Programa de Integración Social promovido por el

gobierno.

iv. Los grupos para-policiales y para-militares: Como dijimos antes, desde la declaración formal de independencia en

1946, el poder político en Filipinas ha sido manejado por clanes familiares.

Estos clanes nacionales forman alianzas y buscan apoyos políticos en las

distintas provincias del país para asegurarse el mantenimiento del status quo.

A cambio, otorgan poder casi ilimitado a los clanes locales, quienes han

constituido grupos para-policiales y para-militares10 con arsenal propio. Estos

clanes locales (localizados en aquellas zonas de Filipinas donde se registra la

10 Estos grupos para-policiales y para- militares son denominados CAFGUS (Citizens Armed Forces- Geografical Units) y CVO (Civilians Volunteers Organisations). Sólo los CAFGUS están considerados como reservistas: reciben uniformes, armas y están sujetos a justicia militar. Para el año 2007, se estimó más 61.000 CAFGUS alistados, y en 2010 el Ministerio de Defensa hizo un llamado para la incorporación de más reservistas.

presencia de insurgentes armados), controlan la policía, la justicia y hasta el

poder electoral de sus respectivos territorios.

Es el caso de la familia Ampatuan y su jefe, Esmail “Toto”

Mangudadatu, único acusado formal por la masacre ocurrida en noviembre

de 2009, donde fueron ejecutadas 57 personas, entre ellas 30 periodistas.

Los Ampatuans ejercían autoridad absoluta en la provincia de Maguindanao,

no sólo por la protección del gobierno de Manila, sino por las leyes que

permitían crear grupos armados para fines de auxilio y defensa del ejército y

policías. Sin auditorias ni controles, la familia Ampatuan utilizaba recursos y

presupuestos del Estado a su antojo. Así, los Ampatuans se aprovecharon

del conflicto entre el MILF y el gobierno para posicionarse a si mismos como

fuerza contrainsugente que apoyaba al gobierno en contra de los rebeldes,

cuando en realidad fueron armando civiles para expandir su propio poder.

4. Las claves de una posible salida al conflicto:

La firma del acuerdo entre MILF y Gobierno:

El acuerdo, que pretende el reconocimiento del territorio reclamado por

este grupo armado, sumaría nuevas áreas a la Región Autonómica del

Mindanao Musulmán (ARMM). Esta ampliación significaría, de hecho, el

nacimiento de una nueva entidad político- territorial llamada Bangsamoro

Juridical Entity (BJE) que sustituiría al actual ARMM. En diciembre de 2007,

el líder del MILF, Ebrahim Murad, anunció en Malasia (país sede de las

conversaciones de paz) la propuesta básica que persigue el MILF: incorporar

-luego de una consulta plebiscitaria- las áreas de mayoría musulmana

contenidas en la actual ARMM en la BJE, mientras que las no contenidas se

incorporarían después de un período de transición.

Por supuesto, dicha ampliación ha

hecho saltar las alarmas de mucha gente.

Políticos que ven comprometido su poder en

ciertas áreas de influencia, empresas que ven

peligrar el manejo de los recursos que ahora

disfrutan, colocaron serios obstáculos para la

firma final de este acuerdo: así, introdujeron

ante la Corte Suprema de Filipinas un recurso que denunciaba la

inconstitucionalidad del MOA. Admitido el recurso, declarado el MOA

inconstitucional y reiniciadas las hostilidades, hoy el proceso de paz liderado

por los actores principales del conflicto está seriamente comprometido, pero

las partes han reiniciado contactos informales y es cuestión de tiempo para

que las conversaciones vuelvan a retomarse considerando los avances

alcanzados hasta la redacción del MOA.

La pujante Sociedad Civil Filipina:

Pero si los actores principales del conflicto tienen atascado el proceso

de paz , las organizaciones civiles comprometidas con su resolución tratan de

reanimarlo constantemente. Probablemente tenga Filipinas uno de los más

dinámicos activismos de parte de sociedad civil alguna. Gran cantidad de

organizaciones se han formado lejos de la sombra gubernamental para

impulsar el trabajo de desarrollo social y apoyo a grupos de base. Muchas

han ganado el respeto y reconocimiento

de todos los sectores sociales porque -

alejados de parcialidades- se han

esforzado de manera genuina en ofrecer

servicios y recursos ahí donde el Estado

nunca ha llegado. De ahí proviene su

fuerza y su influencia como interlocutores

en el conflicto armado. Tienen, como toda

sociedad civil, escasos recursos por los que tienen que competir y, en

algunos casos –sobretodo en aquellos grupos más recientemente

constituidos- no tienen suficiente preparación técnica para intervenir de

manera eficiente en la construcción de paz, pero en cualquier caso, su

número e influencia es cada vez más creciente. Construcción de espacios de

reconocimiento, resolución de conflictos y agenda alternativa de paz entre

musulmanes, lumads y cristianos son algunas de las prácticas más

extendidas entre todas estas organizaciones.

Trabajo en red:

El sureste asiático comparte una cantidad de problemas comunes: grupos

insurgentes armados, conflictos étnicos o tensión latente por motivos

religiosos. Concientes de esto los

Estados, pero sobretodo organizaciones

no gubernamentales y organismos

multilaterales han procurando establecer

redes de trabajo que buscan la

construcción de espacios alternativos de

paz y prevención del conflicto. En el

caso de Mindanao, por ejemplo, Malasia ha facilitado las conversaciones de

paz entre el gobierno filipino y el MILF, e Indonesia jugó un papel central en

la firma del acuerdo de 1996 con el MNLF. También la Asociación de

Naciones del Sureste Asiático (ASEAN por sus siglas en inglés) ha

contribuido de forma significativa a la estabilidad de la región. Más

recientemente se han agregado países en calidad de observadores (Japón,

Reino Unido y Turquía) y ONG’s internacionales (The Asia Foundation,

Centro para el Diálogo Humanitario, Conciliation Resources y Mohammadia).

Aunque ninguno de ellos participa directamente en la mesa de negociación,

ayudan en la creación de los espacios alternativos donde se intercambian

experiencias entre organizaciones civiles y no gubernamentales que tratan el

tema de prevención de conflictos. Esta experiencia ha sido aplicada no sólo

en Mindanao, sino también en Birmania, Timor Este o Aceh.

El compromiso de los medios locales: Mindanao no es sólo malas noticias. Pero casi siempre sabemos de la

isla por su conflicto armado. Una cobertura que, como en muchos ejemplos

de periodismo de guerra, azuzan el conflicto en lugar de apaciguarlo. Por esa

razón, y luego de recibir una serie de criticas constructivas de parte de la

sociedad civil, la mayoría de los periodistas

y medios establecidos en Mindanao han

acordado realizar un esfuerzo enfocado en

el tratamiento del conflicto armado desde la

perspectiva del periodismo de paz. Se trata

no de atizar el odio o la confrontación en

una lucha que ya lleva varias décadas,

miles de víctimas e innumerables

desplazados, sino, al contrario, de buscar

las raíces del problema y promover la comprensión de las motivaciones que

impulsan a los actores del conflicto a actuar como actúan, ofreciendo además

opciones realistas e incluyentes a sus respectivas audiencias. El portal del

influyente diario electrónico Mindanews (http://www.mindanews.com) es un

claro ejemplo de esta práctica.

El empoderamiento económico: Si una de las raíces del conflicto es la rampante pobreza en la que

están sumergidos colectivos no sólo de musulmanes y lumads sino también

de cristianos, muchas ONG’s han concentrado sus esfuerzos en fortalecer la

capacidad de organización productiva de estos colectivos. Es cierto que

poseen un alcance muy limitado, pero representan un primer paso en la

superación de esta traba fundamental.

5. Una breve nota final:

Mindanao es hoy promesa fallida. De eso hay suficiente evidencias:

Los niveles de pobreza y educativos muestran a una población

excluida de su condición ciudadana y humana más elemental.

Las tierras siguen en manos del poder económico y político que

ha gobernado a las Filipinas desde hace medio siglo.

Adicionalmente, un conflicto armado que ya alcanza las cinco

décadas ha desgarrado a una población siempre víctima de la

guerra. Miles de muertos y heridos entre los bandos en pugna,

pero especialmente entre la población civil (desplazados de sus

hogares y despojados de sus pertenencias) probablemente han

profundizado heridas que tardarán en cerrarse.

Pero Mindanao es hoy también una promesa que lucha por hacerse

realidad. Hay una sociedad empujada por sus organizaciones de base, por

los grupos indígenas decididos a recuperar su territorio, por los musulmanes

avanzando en su propósito de lograr una autonomía federal, por las mujeres

que luchan por sus derechos, por los cristianos que colaboran con la

construcción de la paz, por las redes de solidaridad nacionales e

internacionales, por el esfuerzo conjunto que busca la inclusión de los más

desfavorecidos para dar cada día un motivo de esperanza a la tierra de la

promesas que todavía están por cumplirse.

6. Fuentes consultadas:

Rasul, Amina. The Road to Peace and Reconciliation: Muslim

Perspective on the Mindanao Conflict. Asian Institute of Magnament. Makati

City. 2003. 272 p.

Danguilan V., Marites y Glenda M. Gloria. Under the Crescent Moon:

Rebellion in Mindanao. Ateneo Center for Social Policy and Public Affairs,

Quezon City y Institute for Popular Democracy.1999. 327 p.

Miclat, Augusto y Diómedes Eviota (Editores). The Role of Civil Society

in the Prevention of Armed Conflict in Southeast Asia. Initiatives for

International Dialogue. 2005. 39 p.

Van Torengen, Paul, Malin Brenk, Marte Hellema y Juliette Verhoeven.

Peace Building: Succesful Stories of Civil Society. Lynne Rienner Publishers.

2005. 697 p.

Linao, Rex. The Peace paradigm of Development: An Agenda for

Mindanaoans. Mindanao Center for Policies Studies. 2001. 186 p.

Heijmans, Annelies, Nicola Simmonds y Hans van de Veen. Searching

for peace in Asia Pacific. Lynne Rienner Publishers. 2004. 848 p.

Layson, Roberto. In War, the Real Enemy is War Itself. Initiatives for

International Dialogue. 2006. 77 p.

Escola de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona. Alerta 2008:

informe sobre conflictes, drets humans i construcció de pau: Caso Filipinas”.

Ediciones Icaria. 2008.

Escola de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona. Procesos de

Paz 2010. Ediciones Icaria. 2009.

Herbolzheimer Kristian Filipines: Conflictes armats i processos de pau.

XXII Curs d’Estiu. Universitat Internacional de la Pau. Julio, 2007.

Herbolzheimer Kristian. Moros y cristianos en Filipinas o Guerra y paz en Mindanao. Agosto 2008

Herbolzheimer Kristian. Mindanao is not alone. Agosto de 2008.

García, Ed. Exploring options for peace in the period of emergency measures the 20th anniversary year of People’s Power in the Philippines. International Alert. Marzo, 2006.

Philippines National Stadistics Office. http://www.census.gov.ph

National Stadistic Coordination Board http://www.nscb.gov.ph

International Crisis Group. Annual Report 2008. Disponible en

http://www.crisisgroup.org

International Crisis Group. Update Briefing Nº98: “The Philippines:

After the Maguindanao Massacre”. Disponible en http://www.crisisgroup.org

Otras referencias:

Prensa escrita:

Mindanews. http://www.mindanews.com

Inquirer. http://www.inquirer.net/

Mindanao Times. http://www.mindanaotimes.com.ph/

BBC News. Guide to the Philippine Conflict. En

http://news.bbc.co.uk/2/hi/asia-pacific/1695576.stm

Reportajes televisivos:

Al Jazeera English News. War in Mindanao. En

http://english.aljazeera.net/programmes/101east/2008/09/20089

17134651631469.html (En inglés)

ONG’s destacadas en el trabajo de construcción de paz en Mindanao:

Initiatives for International Dialogue http://www.iidnet.org

Mindanao Peoples Caucus:

http://new.mindanaopeoplescaucus.org/

Mindanao Peace Weavers:

http://www.mindanaopeaceweavers.org/

Saligan: http://www.saligan.org/

Archdiocese Center for Ecumenical and Interreligious Dialogue

(ACEID): http://daditama.net/davao/? q=node/129

Peace Builders Community:

http://www.peacebuilderscommunity.org/

The Global Partnership for the Prevention of Armed Conflict

http://www.gppac.net/

The Consortium of Bangsamoro Civil Society:

http://www.cbcsi.org/

World Forum for Democratization in Asia (WFDA)

http://www.wfda.net/

Catholic Relief Services (CRS): http://crs.org/