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S/. Señor Jesucristo que dijiste...
FRACCIÓN DEL PAN
Cordero de Dios
Abrazo de Paz
ORACIÓN POSCOMUNIÓN
S: Tu Espíritu Santo, Señor,
descienda sobre nosotros, purifique
nuestros corazones y, con el suave
rocío de su venida, los vuelva
fecundos. Por Jesucristo, Nuestro
Señor. Amén
BENDICIÓN Y DESPEDIDA
volveré a ustedes». Si me amaran,
se alegrarían de que vuelva junto al
Padre, porque el Padre es más grande
que yo. Les he dicho esto antes que
suceda, para que cuando se cumpla,
ustedes crean. Ya no hablaré mucho
más con ustedes, porque está por llegar
el Príncipe de este mundo: él nada
puede hacer contra mí, pero es
necesario que el mundo sepa que yo
amo al Padre y obro como él me ha
ordenado. Levántense, salgamos de
aquí”. Palabra del Señor. R/ta. Gloria a
Ti, Señor Jesús.
CREDO
OFERTORIO
(Salm. 67.29-30) - “Confirma, ¡Oh
Dios!, lo que has hecho en nosotros. A
tu templo, de Jerusalén traerán su
tributo”. Aleluya.
S: Oren, hermanos, para que este sacrificio
mío y de Ustedes, sea agradable a Dios,
Padre todopoderoso
A: El Señor reciba de tus manos este
Sacrificio, para alabanza y gloria de su
nombre, para nuestro bien y el de toda su
Santa Iglesia. Amén.
Secreta: Santifica, Señor, nuestras
ofrendas, y, por la luz del Espíritu
Santo, purifica nuestros corazones. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén
PREFACIO DE PENTECOSTÉS
CANON DE LA EUCARISTÍA
LOC - 1928
DOXOLOGÍA
Rito de Comunión/
PADRE NUESTRO
Todos: Padre nuestro …
S/. Líbranos Señor de todos los males…
ORACION PARA DESPUÉS DE
COMULGAR.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas, que me aparte de ti.
Del enemigo malo, defiéndeme.
A la hora de la muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti, para que con tus
santos te alabe, por los siglos de los
siglos. Amén.
Iglesia Católica Anglicana Diócesis de la Nueva Granada
Obispo: Germán Orrego Hurtado. ACC Rvdo. P. Julio Ricardo Sánchez T. ACC
Misión San Agustín [email protected]
Celular 3104269372 Manizales Caldas, Colombia
“VEN, DULCE HUESPED DEL ALMA”
La Solemnidad de Pentecostés. Este misterio constitu-
ye el bautismo de la Iglesia; es un acontecimiento que le
dio, por decirlo así, la forma inicial y el impulso para su
misión. Y esta «forma» y este «impulso» siempre son
válidos, siempre son actuales, y se renuevan de modo
especial mediante las acciones litúrgicas. Pentecostés es
la fiesta de la unión, de la comprensión y de la comunión
humana. Todos podemos constatar cómo en nuestro mun-
do, aunque estemos cada vez más cercanos los unos a los
otros gracias al desarrollo de los medios de comunicación,
y las distancias geográficas parecen desaparecer, la com-
prensión y la comunión entre las personas a menudo es
superficial y difícil.
La narración de Pentecostés en los Hechos de los
Apóstoles, (cf. Hch 2, 1-11), contiene en el fondo uno de
los grandes cuadros del Antiguo Testamento: la antigua
historia de la construcción de la torre de Babel (cf. Gn 11,
1-9). Pero, ¿qué es Babel? Es la descripción de un reino
en el que los hombres alcanzaron tanto poder que pensa-
ron que ya no necesitaban hacer referencia a un Dios le-
jano, y que eran tan fuertes que podían construir por sí
mismos un camino que llevara al cielo para abrir sus
puertas y ocupar el lugar de Dios. Pero precisamente en
esta situación sucede algo extraño y singular. Mientras los
hombres estaban trabajando juntos para construir la torre,
improvisamente se dieron cuenta que estaban construyen-
do unos contra otros, sin comunicación alguna.
MI HOJA DOMINICAL Iglesia Católica Anglicana
Diócesis Misionera de la Nueva Granada LLÉVAME A TU CASA PARA QUE REFLEXIONEMOS JUNTOS
DOMINGO DE PENTECOSTÉS - 15 DE MAYO DE 2016
COMENTARIO
INICIAL
Hermanos:
Queridos amigos,
debemos vivir
según el Espíritu
de unidad y de
verdad, y por esto
debemos pedir al
Espíritu que nos
ilumine y nos
guíe a vencer la
fascinación de
seguir nuestras
verdades, y a
acoger la verdad
de Cristo
transmitida en la
Iglesia.
Participemos con
gozo y alegría
hoy en la fiesta
del Amor de la
Iglesia.
HIMNO 46 † En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén
Ant. Me acercaré al altar de Dios.
R. A Dios que alegra mi juventud.
SALMO 42 S: Júzgame Oh Dios, y defiende mi causa contra la gente malvada: del hombre perverso y engañoso, líbrame. R. Pues Tú, ¡Oh Dios!, eres mi fortaleza: ¿por qué me rechazas, y por qué ando triste y oprimido por mí enemigo? S: Envía tu luz y tu verdad: ellas me guiarán y conducirán a tu monte santo, y a tus moradas. R. Y me acercaré al altar de Dios: a Dios que alegra mi juventud. S: Te alabaré el son de la cítara; ¡Oh Dios, Dios mío! ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me perturbas? R. Espera en Dios, que aún le alabaré, Salvador de mi vida y mi Dios. S: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. S. Me acercaré al altar de Dios. R. A Dios que alegra mi juventud. S. Nuestro auxilio † está en el nombre del Señor. R. Que hizo el cielo y la tierra.
CONFESIÓN
S... Confiteor Deo... (solo el sacerdote)
Asamblea: Yo, pecador me confieso a Dios
todopoderoso, a la bienaventurada siempre
Virgen María, al bienaventurado San Miguel
Arcángel, al bienaventurado San Juan
Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro
y San Pablo, a todos los Santos y a vos,
Padre; que pequé gravemente con el
pensamiento, palabra, y obra, (dándose tres
golpes de pecho) por mi culpa, por mi
culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto,
ruego a la bienaventurada siempre Virgen
María, al bienaventurado San Miguel
arcángel, al bienaventurado San Juan
Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro
y San Pablo, a todos los Santos, y a vos,
Padre, que roguéis por mí a Dios nuestro
Señor.
ABSOLUCIÓN
S: Oh Dios Vuélvete a nosotros y nos darás
vida.
R. Y tu pueblo se alegrará en Ti S: Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu Salvación. S: Escucha, Señor, mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor. S: El Señor esté con vosotros
R. Y con tú espíritu. Introito. (Sab.1,7) - “El Espíritu del Señor
llenó toda la tierra, aleluya, y él, que todo lo
abarca, sabe cuanto se dice, aleluya, aleluya,
aleluya”. (Salm. 67:2) “Que se levante Dios y
se dispersen sus enemigos,
huyan de su presencia los
que le odian”. V/. Gloria
al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo...
KYRIE / GLORIA
Colecta: Oh Dios!, que como en un tiempo
como éste instruiste los corazones de tus
fieles, enviándoles la luz de tu Espíritu
Santo; concédenos por medio del mismo
Espíritu un juicio acertado en todo, y el
gozo constante en su santo consuelo; por
los méritos de Cristo Jesús nuestro
Salvador, que vive y reina, en unidad
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Epístola de los Hechos de los Apóstoles (Hech.2.1-11) “Llegó el día de Pentecostés y
estaban todos los discípulos reunidos en un
mismo sitio; de pronto vino del cielo un ruido,
como de un viento recio, que llenó toda la casa
donde estaban. Y vieron aparecer unas lenguas
como de fuego que se repartían posándose
encima de cada uno. Y todos quedaron llenos
del Espíritu Santo, y empezaron a hablar en
lenguas extranjeras, según el Espíritu les
concedía expresarse. Residían entonces en
Jerusalén judíos devotos, oriundos de toda
nación que hay bajo el cielo; al correrse la voz,
acudió la multitud y quedaron desconcertados,
porque cada uno oía hablar en su propio
idioma. Fuera de sí por la sorpresa decían:
Pero ¿no son galileos todos esos que están
hablando? Entonces ¿cómo es que cada uno
les oímos hablar nuestra propia lengua nativa?
Partos, Medos, Elamitas, habitantes de
Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto,
Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, zona de Libia
fronteriza de Cirene, romanos residentes,
judíos y prosélitos, cretenses y árabes les
estamos oyendo hablar en nuestras lenguas de
las maravillas de Dios”. Palabra de Dios, te
alabamos Señor.
Sal. 103 Bendice Alma mía 1 Bendice, alma mía, al Señor; *
Señor Dios mío, ¡cuán excelsa tu grandeza!
Te has vestido de majestad y esplendor.
31 Envías tu Espíritu y son creados; *
así renuevas la faz de la tierra.
32 Perdure la gloria del Señor para siempre; *
alégrese el Señor en todas sus obras.
33 El mira a la tierra, y ella tiembla; *
toca los montes, y humean.
34 Cantaré al Señor mientras viva; *
alabaré a mi Dios mientras exista.
35 Que le sea agradable mi poema; *
me regocijaré en el Señor.
36 Sean consumidos de la tierra los
pecadores, *
y los malvados dejen de ser. 37 Bendice, alma mía, al Señor. *
¡Aleluya!. Gloria al Padre, y al Hijo, ...
SECUENCIA
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el
cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus
dones espléndido; luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo. Ven, dulce
huésped del alma, descanso de nuestro
esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en
las horas de fuego, gozo que enjuga las
lágrimas y reconforta en los duelos. Entra
hasta el fondo del alma, divina luz, y
enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú
le faltas por dentro; mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en
sequía, sana el corazón enfermo, lava las
manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce
el sendero. Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos; por tu bondad y
tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva
al que busca salvarse y danos tu gozo
eterno. Amén.
Continuación de Santo Evangelio Según
San Juan. (Jn. 14:15-31) “Si ustedes me
aman, cumplirán mis mandamientos. Y
yo rogaré al Padre, y él les dará otro
Paráclito para que esté siempre con
ustedes: el Espíritu de la Verdad, a
quien el mundo no puede recibir,
porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes,
en cambio, lo conocen, porque él
permanece con ustedes y estará en
ustedes. No los dejaré huérfanos,
volveré a ustedes. Dentro de poco el
mundo ya no me verá, pero ustedes sí
me verán, porque yo vivo y también
ustedes vivirán. Aquel día
comprenderán que yo estoy en mi
Padre, y que ustedes están en mí y yo
en ustedes. El que recibe mis
mandamientos y los cumple, ese es el
que me ama; y el que me ama será
amado por mi Padre, y yo lo amaré y
me manifestaré a él». Judas –no el
Iscariote– le dijo: «Señor, ¿por qué te
vas a manifestar a nosotros y no al
mundo?». Jesús le respondió: «El que
me ama será fiel a mi palabra, y mi
Padre lo amará; iremos a él y
habitaremos en él. El que no me ama
no es fiel a mis palabras. La palabra
que ustedes oyeron no es mía, sino del
Padre que me envió. Yo les digo estas
cosas mientras permanezco con
ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu
Santo, que el Padre enviará en mi
Nombre, les enseñará todo y les
recordará lo que les he dicho. Les dejo
la paz, les doy mi paz, pero no como la
da el mundo. ¡No se inquieten ni
teman! Me han oído decir: «Me voy y