mercantilismo y economía política burguesa

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62 DOCTRISAS ECOXOMICAS DEL FEUDALISblO claw de los siervos. Pero no se puede no ver en su autor cierto deseo de ali- viar la situación económica de los campesinos. Tampoco se la puede identificar totalmente con la ideología de la nobleza, que trataba de hacerse dueña absoluta de las tierras, de consoli- dar la existencia de los terratenientes y de aumentar la explotación de los campesinos. ' Basándose en ello, conviene fijarse en el carácter utópico de las pro- posiciones de Ermolai-Erasmus, que reflejan el deseo de conservar el Estado feudal centralizado con sus nobles y altos dignatarios, al mismo tiempo que trata de reducir las cargas de carácter feudal que pesaban sobre los campesinos. La obra de Ermolai ofrece un gran interés para caracterizar la difícil situación en que se hallaban los campesinos y los deseos del autor de eacontrarle una salida dentro del marco del Estado feudal. Su proyecto es el de un Estado ideal basado en las relaciones feudales. Al dar una- característica general de las ideas económicas de los perío- dos correspondientes al feudalismo alto y desarrollado, hay que prestar atención a las diferentes aspiraciones de clase de los señores feudales dominantes y de los campesinos siervos. La lucha fundamental estaba entablada entre los señores feudales, 10s boyardos, dueños de bienes patrimoniales, y los terratenientes por un lado, y los campesinos sien,os, por otro. La clase dominante trataba de man- tener la propiedad agraria feudal, y consolidar su economía doméstica. Por eso, se desarrollaba la economía feudal. prii~ba palpable de sus anhelos antifeudales. Durante e1 alto feudalismo y el feudalismo desarrollado se van creando condiciones para la aparición de una nueva clase: la burguesía. Pero no puede decirse que en este período exista ya la burguesía. Sólo en el período subsiguiente, corrccpondienie a la última etapa del feudalismo, surgen las roncepciones económicas qiie correrponden a los intereses de la burguesía. CAPITULO IV DOCTRINAS ECONOMICAS DEL ULTIMO PERIODO DEL FEUDALISMO. APARICION DEL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL El último período del feudalismo, lo mismo que el correspondiente al feudalismo desa~rollado, se distingue, ante todo, por el predominio de las relaciones feudales de 'producción, cuando las contradicciones fundamen- tales continúan siendo entre los señores feudales terratenientes y los cam- pesinos siervos. Sin embargo, el último período del feudalismo se diferen- cia notablemente de los anteriores por el crecimiento de las ciudades, el amplio desarrollado de las relaciones monetario-comerciales, el aumento de la importancia del capital mercantil, ,y por la preparación en el seno del propio feiidalismo del modo de producción capitalista. CARACTER~STICAS ECON~MICO-SOCIALES DEL ÚLTIMO PER~ODO DEL FEUDALISMO. La forma principal de propiedad, durante la época feudal, fue la pro- piedad agraria de los terratenientes. La clase dominante de los señores feudales terratenientes trataba de consolidar y mejorar la organización de SUS haciendas rurales recurriendo a la explotación de los campesinos , mediante el sistema de corvea (prestación personal) y de los tributos. Por eso, adquieren gran importancia las obras que tratan de la organización de las haciendas que pertenecían a los terratenientes. En las enciclopedias católicas medievales, que formaban parte del sistema científico aceptado en la sociedad feudal, había un a artado dedicado a la "economía cien- tífica", cuya tarea consistía en esta lecer las reglas a seguir en el gobierno de las haciendas agrícolas. 1 Junto a la propiedad del señor feudal existía la propiedad basada eii el trabajo personal de los campesinos y los artesanos. Sin cmhargo, la "economía científica" no se ocupaba-de las cuestiones relacionatlas coii la economía de estos últimos. Arrastrada por la circulación de las relaciones monetario-comerciales. la nobleza feudal trataba de extraer de la economía de lo= siervos máximo de beneficios dinerarios y de otra clase, y por eso llevaba hacta el máximo la explotación de b s campe,' ~lllOS.

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Page 1: Mercantilismo y Economía Política Burguesa

62 DOCTRISAS ECOXOMICAS DEL FEUDALISblO

claw de los siervos. Pero no se puede no ver en su autor cierto deseo de ali- viar la situación económica de los campesinos.

Tampoco se la puede identificar totalmente con la ideología de la nobleza, que trataba de hacerse dueña absoluta de las tierras, de consoli- dar la existencia de los terratenientes y de aumentar la explotación de los campesinos. '

Basándose en ello, conviene fijarse en el carácter utópico de las pro- posiciones de Ermolai-Erasmus, que reflejan el deseo de conservar el Estado feudal centralizado con sus nobles y altos dignatarios, al mismo tiempo que trata de reducir las cargas de carácter feudal que pesaban sobre los campesinos.

La obra de Ermolai ofrece un gran interés para caracterizar la difícil situación en que se hallaban los campesinos y los deseos del autor de eacontrarle una salida dentro del marco del Estado feudal. Su proyecto es el de un Estado ideal basado en las relaciones feudales.

Al dar una- característica general de las ideas económicas de los perío- dos correspondientes al feudalismo alto y desarrollado, hay que prestar atención a las diferentes aspiraciones de clase de los señores feudales dominantes y de los campesinos siervos.

La lucha fundamental estaba entablada entre los señores feudales, 10s boyardos, dueños de bienes patrimoniales, y los terratenientes por un lado, y los campesinos sien,os, por otro. La clase dominante trataba de man- tener la propiedad agraria feudal, y consolidar su economía doméstica. Por eso, se desarrollaba la economía feudal.

pr i i~ba palpable de sus anhelos antifeudales. Durante e1 alto feudalismo y el feudalismo desarrollado se van creando

condiciones para la aparición de una nueva clase: la burguesía. Pero no puede decirse que en este período exista ya la burguesía. Sólo en el período subsiguiente, corrccpondienie a la última etapa del feudalismo, surgen las roncepciones económicas qiie correrponden a los intereses de la burguesía.

CAPITULO IV

DOCTRINAS ECONOMICAS DEL ULTIMO PERIODO DEL FEUDALISMO. APARICION DEL MERCANTILISMO

EN LA EUROPA OCCIDENTAL

El último período del feudalismo, lo mismo que el correspondiente al feudalismo desa~rollado, se distingue, ante todo, por el predominio de las relaciones feudales de 'producción, cuando las contradicciones fundamen- tales continúan siendo entre los señores feudales terratenientes y los cam- pesinos siervos. Sin embargo, el último período del feudalismo se diferen- cia notablemente de los anteriores por el crecimiento de las ciudades, el amplio desarrollado de las relaciones monetario-comerciales, el aumento de la importancia del capital mercantil, , y por la preparación en el seno del propio feiidalismo del modo de producción capitalista.

CARACTER~STICAS ECON~MICO-SOCIALES DEL ÚLTIMO PER~ODO DEL FEUDALISMO.

La forma principal de propiedad, durante la época feudal, fue la pro- piedad agraria de los terratenientes. La clase dominante de los señores feudales terratenientes trataba de consolidar y mejorar la organización de SUS haciendas rurales recurriendo a la explotación de los campesinos

, mediante el sistema de corvea (prestación personal) y de los tributos. Por eso, adquieren gran importancia las obras que tratan de la organización de las haciendas que pertenecían a los terratenientes. En las enciclopedias católicas medievales, que formaban parte del sistema científico aceptado en la sociedad feudal, había un a artado dedicado a l a "economía cien- tífica", cuya tarea consistía en esta lecer las reglas a seguir en el gobierno de las haciendas agrícolas.

1 Junto a la propiedad del señor feudal existía la propiedad basada eii

el trabajo personal de los campesinos y los artesanos. Sin cmhargo, la "economía científica" no se ocupaba-de las cuestiones relacionatlas coii la economía de estos últimos.

Arrastrada por la circulación de las relaciones monetario-comerciales. la nobleza feudal trataba de extraer de la economía de lo= siervos máximo de beneficios dinerarios y de otra clase, y por eso llevaba hacta el máximo la explotación de b s campe,' ~ l l l O S .

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6-1 EL .\IERCAXTILISlIO EN L A EUROPA OCCIDENTAL

A la reaccián feudal respondieron los siervos con levantamientos en masa y guerras: la sublevación de la Jacquerie en Francia (1358), la de Wat Tyler en Inglaterra (1381), las guerras husitas en Bohemia (1417- 14.35), la guerra campesina en Alemania (1525) y la guerra campesina en Rusia (1773-1775) encabezada por Emelián Pugachev, constituyen las manifestaciones más destacadas de la lucha de los campesinos oprimidos contra la explotación feudal en el período de desintegración del feudalismo.

En el proceso de disgregación del modo feudal de producción y de aparición del capitalismo desempeñó un enorme papel el desarrollo del ca- pita; mercantil y usurario. Sin embargo, no hay suficientes razones para con~iderar la época especial del capital mercantil como un período inde- pendiente del desarrollo social. Algunos autores han intentado dividir la historia económica en la época del capital 'mercantil y la del capital in- dustrial. Semejante división contradice la interpretación marxista-leninista de las formaciones económico-sociales. El capitalismo mercantil no cons- tituyó una etapa en el desarrollo de la sociedad, ni pudo haberla constituido. El capital mercantil amplía la esfera de su actividad en la época feudal, durante la última etapa del feudalismo, que precede al modo de produc- ción capitalista.

Las concepciones de los señores feudales y las ideas económicas de los campesinos que se levantaban contra los terratenientes constituyen las doctrinas económicas fundamentales de este período. Pero, además, apa- rece la doctrina de los mercantilistas, que refleja los intereses del capital mercantil.

El desarrollo del capital mercantil en los países de Europa Occidental se produjo de forma desigual y en condiciones históricas diferentes. Al principio, es en Italia donde se observa un desarrollo acelerado del capital mercantil. Como señalaba Marx, los primeros gérmenes de la producción capitalista aparecen,, de forma esporádica, en ciudades aisladas a lo largo del mar Mediterráneo durante los siglos xrv y xv. A consecuencia de ello, en Italia antes que en otros'países de Europa se inicia el relajamiento de las relaciones feudales.

Gracias al desarrollo del comercio y del crédito, las ciudades medie- vales, aisladas al principio unas de otras, establecieron rápidamente con- tacto, lo que dio lugar a que .entre ellas se concluyesen potentes alianzas. Algunas ciudades alcanzaron fama comercial internacional como Génova, Venecia y Florencia en Italia; Bremen, Hamburgo y Luheck, en la región del Báltico; Nóvgorod y Pskov, en Rusia, etc. Las ciudades se especializan? las de Flandes e Inglaterra se dedican a la fabricación de tejidos de lana, Solingen, Nuremberg y otras, a la de artículos metálicos. Todo ello incre- mentaba las relaciones internacionales del comercio y el crédito, favore- ciendo la expansión del poder del dinero, y la.aparición de una potente clase de capitalistas mercantiles y prestamistas. En el siglo XV, sólo en Venecia había más de 1.000 mercaderes, cuyo capital individual oscilaba entre 200.000 y 500.000 francos; el conocidísimo banco de los Médicis tenía oucursales en toda Europa Occidental. ,

El amplio comercio que las ciudades mediterráneas mantenían con los países de Oriente contribuyó notablemente en su desarrollo. Pero la con-

ULTIMO PERIODO DEL FEUDALISJIO 65 -

quista de Bizancio por los turcos, a mediados del siglo xv, motivó que las relaciones comerciales con Oriente se hiciesen difíciles.

A fines del siglo xv se produjeron los grandes descubrimientos F" gráficos. Cristóbal Colón alcanzó las costas de América, y con ello es- cubrió un continente, haciendo posible la penetración europea en el mismo. Vasco de Gama encontró, para llegar a la India, una nueva ruta marítima, bordeando Africa. Estos acoiitecimientos acabaron con las ven- tajas de las ciudades mediterráneas y de Italia, frenando en ellas e1 desarrollo del modo de producción capitalista.

Los éxitos de Cristóbal Colón y de Vasco de Gama favorecieron, al principio, el desarrollo del comercio exterior de España y Portugal: las mercancías de. los indios, los metales preciosos de América (principal- mente de México y Perú), así como los esclavos de Africa eran llevados a Europa por comerciantes españoles y portugueses, que saqueaban y exterminaban a ,los habitantes de Asia', América y Africa. En 1517, los mercaderes portugueses se introdujeron en Cantón. Las compañías comer- ciales portuguesas se adueñaron de puertos en los que, con anterioridad, dominaba el comercio chino. Como señala Marx, "E1 descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, es- clavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conver- sión del continente africano en cazadero de esclavos negros son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos jactores fundamentales en e1 movimiento de la acumulación originaria"?

Las obras burguesas continúan tratarido, hasta ahora, de idealizar la expansión del colonialismo y la penetración del capital mercantil europeo en otros países. En realidad, el colonialismo tuvo como consecuencia e1 pillaje, el saqueo y la destrucción de la población aborigen de América, Africa y-Asia. Volvió a surgir el comercio con seres humanos, sobre todo de negros, apareció la esclavitud y se difundieron ampliamente las absur- das ideas 'de la superioridad de los conquistadores sobre todos los demás pueblos. En tales condiciones de violencia y saqueo, de sufrimientos y derramamiento de sangre, nacía el capitalismo de Europa Occidental. El

- capital mercantil de Europa, Occidental frenaba el desarrollo del comercio, la manufactura y la artesana de China.

Durante la primera mitad del siglo XVI, España se convierte en una potencia mundial, dueña de extensísimas zonas en América del Sur y en la misma Europa. Tenía sometidos a los actuales territorios de Alemania, Bélgica, Países Bajos, gran parte de Italia y otros países.

Sin embargo, las conquistas de España no iban acompañadas del desarrollo interno de su comercio e industria. Continuaba siendo un país feudal, con fronteras y aduanas entre sus diferentes regiones, donde no existía un mercado interior común, y el intercambio entre unas ciudades y otras era muy limitado; La nobleza feudal, que era la clase que domi- naba en el país, luchaba contra las ciudades en las que iban surgiendo

1 C. M&, El Capital, ed. cit., t. 1, pág. 638.

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66 EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

capaS de la burguesía, y lejos de favorecer el desarrollo de la industria nacional, contribuía a su decadencia.

Las mercancías destinadas a las colonias españolas las proporcionaban otros países (entre ellos, los Países Bajos), lo que favoreció el dearrollo burgués de éstos, al mismo tiempo que se acentuaba el atraso económico de la propia España. El atraso industrial de España entorpecía el desarro- llo de las relaciones de producción capitalistas. En Ekpaiía alcanzaron muy poco desarrollo las doctrinas económicas burguesas.

Españoles y portugueses no pudieron conservar su predominio en el comercio colonial. Tras ellos, penetran en Asia, América y Africa los ho- landeses, los franceses y los ingleses. Ei sistema colonial de los estados de Europa Occidental alcanza su desarrollo sucesivo en los siglos X-XVI.

Los Paises Bajos, que se hallaban bajo el dominio de España, fueron quienes lograron mayor desarrollo preparatorio del capitalismo. La revo- lución burguesa, que tuvo lugar en aquel país en la segunda mitad del siglo XVI (1566-1609). tuvo como resultado la liberación del país, no sólo del poder feudal español, sino también de su propia aristocracia.

En el siglo XVII, Holanda (nonlbre que adoptaron los P a í ~ s Bajos, después de la revolución) se transforma en un país capitalista. Las manu- facturas y la navegación holandesas superaban a todas las demás de Eu- ropa Occidental,

NO obstante, es necesario observar que era únicamente la burguesía quien se enriquecía, pues los trabajadore holandeses se empobrecían y sufrían grandes privaciones.

EL predominio industrial de Holanda radicaba en su hegemonía co- mercial. El sistema colonial y el saqueo de las colonias fueron la causa principal del florecimiento de Holanda.

A fines del siglo XVI se organiza una compañía comercial, denominada Compañia de los Paises Lejanos. En 1602 se funda la Compañía Holan- desa de las Indias Orientales, que había de llevar la v a cantante en el saqueo de las colonias y el enriquecimiento de la burguesía. Fkta Com- pañía actuaba de acuerdo con el principio "pocos gastos y grandes bene- ficios". En 1609 se funda el Banco de Amsterdam, que dwmpeñó un importante papel en las operaciones comerciales, no sólo de Holanda, sino de todos los países occidentales vecinos.

En Holanda se iba desarrollando la gran burguesía y tenia lugar la expropiación en masa de los campesinos; las haciendas de los antiguos señores feudales pasan a manos de la burguesía.

Acerca de cuál fue el comportamiento de los holandeses en las colonias, se puede leer en el capitulo XXIV del primer tomo de El C a p i d , de Marx:

"La historia del régimen colonial holandés -y téngase en cuenta que Holanda era la nación capitalista modelo del siglo XVIII- hace desfilar ante nosotros un cuadro insuperable de traiciones, cohechos, asesinatos e infamias. Nada más elocuente que el sistema de robo de hombres aplicado en la isla de Célebes, para obtener esclavos con destino a Java. Los ladro- nes de hombres eran convenientemente aniaestrados. Los agentes princi- paies de ese trato eran el ladrón, el intérprete y el vendedor; los príncipes nativos, los vendedores principales. A los muchachos robados .se les escon-

ULTIMO PERIODO 'DEL FEUDALISMO 67

día en las prisiones secretas de Célebes, harta que estuviesen ya maduros para ser embarcados con un cargahento de esclavo^.^

Holanda amplió notablemente su sistema colonial en Asia, sus merca- deres explotaban también a la po6iación de China. Pero Holanda no fue capaz de consolidar su predominio en Asia, ya que su industria interior estaba insuficientemente desarrollada* para hacer frente a las exigencias que planteaban las colonias. La burguesía mercantil ocupó una. situación preponderante en comparación con la indurtria y la burguesía industrial. El poder pasó a manos de la Compañía Comercial de las Indias Orientales v del Banco de Amsterdam. El papel decisivo correspondió al capitd mercantil.

En la economia de Inglaterra se sucedieron cambios más profundos, y muy pronto eliminó a Holanda, convirtiéndose en el país más importante por lo que se refiere a posesiones ~loniales .

Las leyes de propiedad de la producción mercantil y el cambio, que, según palabras de Engels, habían -permanecido durante largo tiempo as- fixiadas por el marco tan estrecho de la economía feudal natural, y se hallaban como si dijéramos en estado de letargo, se deqieflan durante el período de desintegración del feudalismo y nacimiento de! capitalismo industrial y comienzan a actuar con fuerza extraordinaria. A mnrnuencia de ello, cambia de forma radical el carácter de la propiedad privada: la propiedad privada de los simples productores, que ~ b a fundada en SU

trabajo, se transforma en propiedad privada Mitalista, basada en la explotación del obrero asalariado.

Las leyes de propiedad de la producción mercantil fueron sacadas de su letargo, fundamentalmente, con ayuda del método llamado de la acu- mulación inicial (originaria), que constituye un acto de violencia no disimulado.

Marx caracterizó la violencia como una potencia económica. En los distintos países, el proceso de la acumulación originaria se rea-

lizó de diferente manera y en distintos períodos, pero su esencia (separar violentamente de los mediqs de producc.ión a los productores inmediatos, y en primer lugar expropiar a los campesinos) es igual en todos ellos.

Los cambios que se produjeron en Inglaterra durante el último período del feudalismo son objeto de un pmfvndo análisis en el primer. tomo de El Capital de Marx.

A fines del siglo xv y en las primeras décadas del XVI tuvo lugar la expropiación de la población rural. Los grandes terratenientes se apode- ran de los terrenos comunales y expulsan a los campinos de sus parcelas. Las tierras, que habían estado habitadas, se convirtieron en terrenos de pastos para ovejas. Sirvió de motivo a tales medida el aumento sufrido por el precio de la lana en el mercado europeo. Semejantes condiciones favorecían a que Inglaterra se preparase para el modo de producción capitalista. LAS campesinos se convertían en proletarios. Apafle de elloa, pasaron también a engrosar las filas del proletpriado otras pisonas que intrgraban diversas inrtitucion*i feudales, incluyendo a los guerreros, 10s

C Marx, Ef ~ita~ital. ed. -cit., t. 1, pág. 639.

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08 El. >lERCASTII.ISi\IO ES LA ECROI'A OCCIDENTAL

1i:il~itaiitc~s de los monasterios destruidos, etc. Este proceso de liquidación <Iv I;is instituciones feudales continuó posteriormente.

Las masas de proletarios que habían surgido no podian hallar trabajo ) sc transformaban en mendigos, bandidos y vagabundos. En contra suya, ~ I I I - decretada una sangrienta legislación, qiie declaró criminales a los i-\l~rq>indos. Al mismo tiempo, fueron aprobadas leyes que disminuían 111- i.iilarios y empeoraban la situación de los obreros industriales. La iii(.il~ii-iite burguesía industrial inglesa obtuvo la posibilidad de enrique- ccwc rápida y ampliamente.

Las mercancías industriales inglesas eran llevadas a otros países. El eiiriquccimieiito de la burguesía, a expensas de su propio proletariado, se amplió extraordinariamente con el saqueo de las colonias yCla extensión del sistema colonial inglés.

En lGOO surgió la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, con la que no podían competir ni los comerciantes españoles y portugueses, ni lii Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

Como señala Marx en el primer tomo de El Capilal, la Compañia In- glesa de las Indias Orientales obtuvo, además del gobieino de estas Indias, el monopolio del comercio de té y del comercio chino en general, así (.6mo el del transporte de mercancías de Europa a China, y viceversa.

La navegación costera de la India y entre las islas y el comercio interior de la India se convirtieron en monopolio de los altos funcionarios de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales.

m Los moiiopolios de la sal, del opio y otras mercancías .eran también filones inagotables de riqueza. Las grandes fortunas brotaban como los hongos después de la lluvia, y la acumulación originaria se llevaba a cabo sin el menor drsembolso.

La actividad del capital mercantil ayudaba a la burguesía a enrique- cerse y crecer.

En semejantes condiciones históricas, y aun durante el período final del feudalismo, surgió el mercantilismo como primera doctrina de la burguesía.

Idea general del mercantilismo. El término mercantilismo se utiliza para denominar la Economía política económica que mantuvieron los Estados durante el período final del feudalismo, que facilitaba la acumu- lación de capitales y la preparación del régimen de producción capitalista. Además, por mercantilismo se entiende la doctrina económica que refleja los intereses del capital comercial y que constituye la base de la política mercantilista de los Estados. En este caso no se pueden .contraponer la política cconómica y la doctrina económica, ya que ambas forman un todo.

Hacía ya tiempo que en sus actividades los comerciantes se regían por los principios que después vino a formular la doctrina del mercan- tilismo.

Como se sabe por los documentos históricos, a fines del siglo XIV,

Ricardo 11 de Inglaterra acudió a loa mercaderes 1ondiiienst.s para prc- guntarles qué se debía hacer para sal\.ar a Inglaterra de la liecatornl)~ financiera. Estos le contestaron: "Debemos procurar comprar a los extrnii- jeros menos de lo que pensamos venderles", principio quc sc conviriió en el postulado fundamental de la teoría del mercantilismo. Los mercaderes londinenses de fines del siglo AIV sabían ya muy bien lo qiie era necesario hacer para qiie se enriquecieran la Inglaterra de cntoricrs y sil capital comercial.

Durante los reinados dc Ricardo 11 y de sus sucesores S<: sostiivo la política económica que era necesaria para consolidar las finanzas del Estado feudal y defender los intereses del capital comercial. Se dictaron Ins leyes correspondientes.

De este hecho no se puede deducir la conclusión que hacen algiinos historiadores burgueses: que la política iii~lcca fue adoptada por otros países, y que las ideas del mercantilismo inglés comenzaron a estendersc por todo el mundo. A semejante concliisibn suelen llegar los historiadores que, con sus desmedidos elogios de la política y. la economía inglesas, tratan de hallar en ella la solución de todos los problemas económico^, para dar satisfacción al imperialismo inglés y norteamericano.

Ya hemos visto que las condiciones para el desarrollo del mercantilismo surgieron primero en Italia y después eri España, Portugal y los Países Bajos. En estos países estaban muy extendidas. las ideas mercantilistas, y allí fue donde cobró cuerpo dicha doctrina. Sólo mucho después consiguió Inglaterra ocupar, respecto de los países citados anteriormente, una posi- ción dominante en el sistema colonial. Fue entonces cuando sus piiblicacio- nes económicas alcanzaron gran influencia.

En los paises que no participaron en el sistema colonial, y en los cuales el desarrollo del capital comercial y la preparación del régimen de pro- ducción capitalista se realizaron algo más tarde, en otras condiciones históricas, la política mercantilista difería algo de la que se mantuvo en Europa Occidental. También era diferente la doctrina de los mercantilis- tas. Esta tesis se comprueba claramente al analizar el mercantilismo en Rusia.

En el tercer tomo de El Capital, hlarx caracteriza el mercantilismo del siguiente modo: "El primer estudio teórico del moderno régimen d<: ~roducción - e l sistema mercantil- partía necc~ariamente de los fen8- menos superficiales del proceso de circulación tal como aparece sustanti- vado en el movimiento del capital comercial, razón por la cual sólo captaba las apariencias. En parte, porque el capital comercial es la primera moda. lidad libre del capital en general. En parte, por razón de la influencia predominante que este tipo de capital tiene en el primer período de trans- formación revolucionaria de la producción feudal, en el período (le los orígenes de la moderna producción. La verdadera ciencia de la Economía política comienza allí donde el estudio teórico se desplaza del proceso de circulación al proceso de producción."

Se puede.observar que nlarx caracteriza el mercantilismo como el primer estudio teórico del rkgimen de prodiicción capitalista. Antes del

9 C. varx, El Capitíil. ed. cit., t. 111, pág. 325.

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70 EL JlERCANTILlSbfO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

mercantilismo no existía, ni pudo existir, iina teoria económica del capi- talismo. Pero Marx señala, al mismo tiempo, que el mercantilismo no se convirtió en la verdadera ciencia que había de analizar el capitalismo. Los mercantilistas, indefectiblemente, en virtud del ambiente histórico que les rodeaba. se ocuparon únicamente del proceso de circulación, es decir, del cambio, del comercio, del movimiento del capital comercial. El capital comercial (y no el capital indwtrial) tenía entonces influencia dominante. Los mercantilistas no podían aún analizar el proceso de producción, ya que incluso cuando trataban de analizar la circulación se ocupaban irre- misiblemente tan sólo de fenómenos superficiales.

Marx subraya que la verdadera ciencia de la economía burguesa co- mienza con las investigaciones que dejan a iin lado el análisis de la circu- lación y se ocupan de la producción. Aquí Marx se refiere a las obras de los fundadores de la economía política burguesa, y en primer lugar a Petty y a Boisguillebert.

IDEAS ECONÓMICAS FUNDAMENTALES DEL MERCANTILISMO.

Los mercantilistas dedicaban la atención principal en sus obras a los problemas del comercio y el dinero, contraponiéndolos a las cuestiones dc la economía feudal y a los fundamentos nat~rales de la hacienda de los señores feudales terratenientes.

La riqueza de los señores feudales era, principalmente, riqueza en forma de uso. La riqueza del capital comercial radicaba en la forma dineraria; la cantidad de dinero aumentaba entonces extraordinariamente, como resultado. del comercio exterior. Por eso, los mercantilistas identifi- caban la riqueza y el dinero, consideraban que la fuente de riqueza radicaba en el comercio, y sobre todo, en el comercio exterior mediante el cual podían transformar los productos en dinero, con gran ganancia para ellos.

Las cuestiones relacionadas con la producción de mercancías las en- focaban desde el punto de vista de los intereses del comercio exterior. La producción de mercancias dentro del país debía subordinarse, s e 4 n ellos, a la exportación, y por eso defendían la expansión de las manuFac- turas, cuyos productos podían venderse. en d extranjero a precios más elevados.

El comercio interior -afirmaban- es, naturalmente, útil, pero no hace que aumente en el pais la cantidad de dinero; el pais no percibe beneficios, el capital comercial no aumenta, ya que, como resultado del comercio interior, lo que gana uno lo pierde otro. Unicamente el comercio exterior es el que enriquece al Estado.

A consecuencia de ello, los mercantilistas llegaban a la conclusión de que en el comercio exterior había que tener irremisiblemente un balance activo. El principio fundamental que defendían los mercantilistas era: vender más y comprar menos, obtener en el comercio exterior más in- gresos que gastos.

El mercantilismo inicial y en su última etapa. La política y la doctrina mercantilista atravesaron dos etapas históricas: 1) merchtilispo inicial, al que corresponde la teoria del balance monetario, y 2 ) mercantilismo

IDEAS ECONOMICAS FUNDAMENTALES 7 1

en su última etapa, al cual corresponde la teoria de la balanza comercial. A la última etapa del mercantilismo la llama Marx mercantilismo propia- mente dicho, con lo que subraya que es la que mejor responde a la ideología del capital comercial.

Los primeros comentaristas del capitalismo, los creadores del sistema monetario, cuya variante más desarrollada la constituye el inercantilismo propiamente dicho, proclamaban el dinero como única riqueza. Declararon francamente que "hacer dinero" era la misión de la sociedad burguesa. Según palabras del mismo Marx, eso significaba, "desde el punto de vista de la circulación simple de mercancías, reunir un tesoro imperecedero, al que no le ataca ni el pulgón ni la herrumbre".' Los primeros gérmenes del sistema monetario aparecen ya en el siglo xrv, continuando su desarro- llo a lo largo del siglo xv y en las primeras décadas del xvr, mientras que el mercantilismo propiamente dicho predomina en los siglos XVI y XVII, e incluso durante los comienzos del xvrrr.

El mercantilismo inicial reducía la tarea económica a conservar y acumular dinero en el país. Bajo el feudalismo se observa en muchos paí- ses el envilecimiento de la moneda, ya que la monarquía feudal, al objeto de conseguir beneficios para el tesoro real y, en parte, para cubrir los gastos del Estado, recurría con frecuencia a acuñar moneda de valor in- ferior al que le correspondía. Se hacía necesario lograr que en cada pais entrara más oro y más plata, impidiendo al mismo tiempo que el dinero saliera al extranjero. Por eso, los gobiernos trataban de controlar, por todos los procedimientos posibles, el comercio exterior y de estimular la entrada en el pais de monedas de oro y de plata, sobre todo de pleno valor. De ahí que la doctrina de los mercantilistas preconizase disminuir las compras en el extranjero, ya que cada una de esas operaciones reduce el dinero de que dispone el país. Al mismo tiempo se aplaudia el impulso de la venta de mercancías al extranjero, pues con ello aumentaba el di-, nero del país. Según la teoría del balance o sistema monetario, es necesaxio gastar menos y ahorrar más dinero. A éste se le considera, ante todo, como tezoro.

Durante la última etapa del mercantilismo se continúa identificando la riqueza con el dinero, pero éste es considerado ya como capital que da lugar al aumento..de dinero. Por eso se plantea la necesidad de aumentar el movimiento d d dinero: no acumularlo, sino ponerlo en circulación para que traiga nuévo dinero.

A diferencia de los mercantilistas del período inicial, los del último período admitían amplias compra de marcancías en el efiranjero, pero a condición de que se mantuviera la balanza comercial, de manera que la suma en dinero de las compras debía ser inferior a la correspondiente a la venta de las mercancias propias.

Los mercantilistas del último período propnían ampliar al máximo d comercio exterior, aunque sin olvidar la necesidad de asegurar la en- trada de dinero en .e1 pak.

Todos los mercantilistas eran partidarios de la intervención del poder

C. Msrx, ~ont;ibución a la crítica de la Economin política, Moscú, 1953, pá. gina 158. -

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72 EL 1\IERC.%3TII.ISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

estatal en la vida económica del pais, con el fin de asegurar el saldo positivo de la balanza monetaria y comercial.

Sistemas monetario y mercantil. Los mercantilistas no realizaron in- vestigaciones teóricas profundas. Sus obras se distinguen por un empi- rismo ingenuo y un gran practicismo. Sin embargo, sus primeros intentos teóricos de explicar y justificar.la búsqueda de dinero contribuyeron en alto grado a la aparición de la Economía política, que al principio era consecuencia natural de la extensión alcanzada por el comercio. Al apa- recer los primeros elementos de la-Economía política en relación con el sistema monetario, la simple charlatanería anticientífica es sustituida por un desarrollado sistema de engaño autorizado, por una ciencia cuyo objeto era el enriquecimiento. Estos son los rasgos específicos de l a aparición d e la Economía politica, que llevaba impreso el sello del egoísmo más repulsivo. Donde esto se manifestó con mayor agudeza fue en Inglaterra, el país clásico de la aparición y desarrollo del capitalismo.

En los siglos xrv y xv, Inglaterra era una nación agraria, con una industria y un comercio poco desarrollados. Los productos industriales los introducían, principalmente, los mercaderes anseánticos e italianos, y los in- gleses exportaban, sobre todo, materias primas agrícolas, y en primer lugar lana a Flandes, para la industria d e la fabricación de paños, que se estaba desarrollando. La economía urbana inglesa tenía, lo mismo que en otros países, carácter corporativo: los artesanos eran miembros d e 16s gremios; los mercaderes, de las corporaciones, que se encargaban de reglamentar el comercio para evitar la competencia y defender los inte- reses de los mercaderes. El poder real protegía de forma cicatera y mez- quina el comercio exterior, por un lado a causa de su interés por recaudar impuestos y contribuciones con destino al tesoro, y por otro, para realizar la politica de la balanza monetaria. Los mercaderes tenían la obligación de enviar a Inglaterra el dinero, que obtenían de sus ventas en el extran- jero; estaba terminantemente prohibido sacar dinero del pais.

La política del mercantilismo reflejaba, en forma monetaria, la unión entre la burguesía, en gestación, y el absolutismo. L a burguesía necesitaba de un fiierte poder estatal que defendiese sus intereses, dentro y fuera del país, y apoyaba al absolutismo, que se fortalecía en su lucha contra los grandes señores feudales. Por su parte, el poder real tenia necesidad de unirse a la burguesía, ya que el dinero ayudaba al absolutismo a trans- formar a la nobleza feudal en militares a él sometidos.

La realización de la política de la balanza monetaria constituía, de hecho, la continuación del desarrollo de la industria y el comercio en las nuevas condiciones de la organización corporativa modificada.

Por eso, el mercantilismo no puede considerarse exclusivamente como una política económica burguesa. o como el conjunto de puntos de vista de la economía burgiiesa; era una forma de transición, y arrastraba el enorme fardo de la Edad Media. Este peco se dejó sentir durante un largo período dc tiempo y sólo pudo librarse de él, en el siglo xrx, después del total triiiiifo ecoiiómico y político de la biirgiiesia en los principales países de Europa Occidental.

Durante e1 primer período del niercantilismo desempeñaron un gran

IDEAS ECOSO.\lICAS FCSDA3IEXTALES 73

papel diversas medidas adoptadas por el poder real, que orgaiiizl "alma- cenes" destinados al comercio con otros países; creó entre los mercaderes una institución de "anfitriones" y "huéspedes", que, en la segunda mitad del siglo SV, fue sustituida por la de "espías" y kipilantes de aduanas; fund l la Real Casa de la Moneda y las casas de cambio, etc. To(los estas medidas perseguían un solo fin: regular la circulación monetaria, dc tal manera que asegurase al país una mayor aciin~ulación de dinero. Ese fue precisamente el objetivo que persiguieron siempre la politica administra- tiva del mercantilismo y sus concepciones económica=, en las distintas etapas que recorrió y en sus diferentes formas. El cistcma mercantil tuvo siempre, en realidad, carácter monetario. Por eso Jlars, cn su obra Contribución a la critica de la Economía política, considera el mercanti- lismo propiamente dicho como una variedad del sistema monetario. Esta tesis de Marx va dirigida directamente contra los intentos, que aun hoy subsisten, de dividir artificialmente los sistemas monetario y mercantil. presentando al último como un sistema burgués, a diferencia del primero, al que algunos consideran erróneamente como precapitalista, es decir, corno un sistema puramente medieval.

Durante el siglo x v i se observa un intenso desarrollo del capitalismo industrial. A pesar de la resistencia de los gremios, en la industria se iban ampliando con gran rapidez las relaciones capitalistas, que disgregaban el régimen gremial. El crecimiento del comercio internacional exigía gran- des partidas de mercancías, que no podían suministrar las industrias medievales. Por eso, el mcrcader se introducía en el mecanismo de la producción, en calidad de acaparador de las manufacturas terminadas y de distribuidor d e las materias primas e instrumentos, y a veces como

' empresario directo, en calidad de manufacturero. Surge una industria capitalista nacional muy desarrollada; en Holanda, Francia, Inglaterra !. otros países se extienden notablemente las grandes manufacturas.

La que se desarrolló con extraordinaria rapidez fue la fabricación de paños; que, a partir de 1530, se convirtió en la rama más importante d e la industria exportadora inglesa. Entre los fabricantes de paiííos surgen gren- des empresarios, que empleaban centenares de obreros asalariados. Estos empresarios lograron la prohibición de exportar la lana, que ,podía ser ya elaborada totalmente dentro del pais. La fabricación de paños en Flan- des, que antes era floreciente gracias a la importación de lana inglcsa. comienza a decaer, y a principios del siglo XVII pierde el primer puesto, que pasa a ocupar la industria inglesa. Inglaterra, que era un país expor- tador de lana, se.convierte en exportadora de paños.

A partir de la segunda mitad del siglo xvr, Inglaterra se incorpora activamente al comercio internacional. Los comerciantes ingleses trafica- ban en todos los sitios, pero el comercio se hallaba concentradn en dos tipos de compañías comerciales monopoli.itas: las reglanientadas, como, por ejemplo, la Compañía de los Comerciantes -4mbulantes, cada lino (le cuyos afiliados era un comerciante individual, que gozaba del monopolio, y las compañías de capital reunido, como la Compañía de las Indias Orivri- tales, cuyo capital lo constitiiian cuotas aportadas por sus miembros, que no gozaban de inde)wiidcncia. y en algiiiioi caro= iio estaban directnrnl~~ite

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74 .EL .\IERCASTILISBIO E S LA EUROPA OCCIDENTAL

relacionados con e1 comercio. Estas dos clases de monopolios Fe repartíati todo el comercio exterior.

No obstante, las nuevas formas de organización no significaban el paso al comercio libre. El gobierno continuaba reglamentando y regulando el comercio, pero sin ejercer una protección mezquina, y sin comprobar las operaciones una por una, como sucedía en el periodo inicial del mer- cantilismo, sino que llevaha a cabo iina política mercantil propiamente dicha, encaminada al apoyo del comercio ventajoso para el Estado, y. a la restricción del que no lo fuera. Por ejemplo, el comercio con Francia no se. consideraba ventajoso. ya que sil balanza anual no era favorable a Inglaterra.

La regulación severa y la reglamentación del comercio exterior eran debidos no sólo a los intereses del tesoro y de los monopolios comerciales, sino a todo el proceso del desarrollo económico de Inglaterra en aquella época. Para conquistar una situación dominante en el comercio mundial y lograr un poderío colonial, Inglaterra, empleando In fuerza, iba abrién- dose camino hacia mercados que estaban en manos de otros países. Los ingleses se introdujeron en la India, donde instalaron varias factorías comerciales, que fueron el principio de su dominio en aquel país; funda- ron nuevas 'colonias en América, de las que luego surgieron los Estados Unidos, realizando, al mismo tiempo, un amplio comercio de contrabando en otras colonias. En el siglo XVI, Inglaterra declara a España una guerra comercial, y en 1588 destruye su flota (la "Armada Invencible"). En el siglo XVII se entabla una lucha encarnizada entre Inglaterra y Holanda. Para el poderío comercial de este último pais fue un olpe mortal la publicación, en 1651, del Acta de Navegación, que debikitaba el mono- polio de Holanda en calidad de "fletador de Europa", siendo la que decidió la decadencia de la navegación holandesa. En el siglo XVIII tuvo lugar la guerra comercial entre Inglaterra y Francia, que era un *eje y tesonero competidor suyo. En resumen; durante cerca de setenta años se prolongaron las guerras comerciales mantenidas por Inglaterra en el mar. Por tanto, la política bélica del mercantilismo propiamente dicho se reducía, en primer lugar, a asegurar la expansión comercia1 de Inglaterra en el mundo, y a apoderarse de las colonias por procedimientos económi- cos y extraeconómicos. Los métodos de semejante política se reflejaron en el desarrollo multilateral del comercio exterior, en su reglamentación y regulación, que partían de los intereses del Estado y de las compañías comerciales; en la creación de nuevas colonias y en el intento de hacerse dueños de las que pertenecían a otros paises; en las guerras comerciales y los tratados comerciales, y en el impetuoso crecimiento de la navegación ingle., debido al auge del comercio y a las guerras comerciales.

Semejante política halló también su expresión en el estímulo de que era objeto la industria exportadora, que gracias al sistema de medidas adoptadas por el gobierno para favorecerla se desarrollaba a marchas forzadas. Dentro de ellas hay que incluir, en primer lugar, el proteccio- nismo en lo referente a los impuestos aduaneros, que establecían una diferenciación categórica entre materias primas y productos fabricados. IA exportación de estos últimos se reía favorecida mediante la supresión

IDEAS ECONOMICAS FUNDAMENTALES 75

de los derechos de aduana y la entrega de primas. También se facilitaba la importación de las primeras materias necesarias a la industria (lana, colorantes. lino, algodón, cuero, etc.). . Al ~ mismo tiempo, la importación . .

de rnanufácturas e;a objeto de elevados impuestos. Todas estas medidas de carácter proteccionista, aplicadas por el mer-

cantilismo,. perseguían el desenvolvimiento del comercio, pero no de la industria. Se estimulaban únicamente las ramas de la industria destinad= a la exportación que garantizaban la conquista de mercados exteriores y una mayqr afluencia de dinero en el pais. La le,gislación estaba también supeditada al logro de este objetivo, El Parlamento adoptó leyes prolon- gando la jornada laboral de los obreros y disminuyendo el salario, ya que las baias remuneraciones mejoraban la capacidad competitiva del comer- cio exierior inglés.

A diferencia del período posterior, en aquella época el comercio con- tinuaba predominando sobre la industria, y no sólo se apoyaba en la in- dustria exportadora, sino que la ayudaba a desarrollarse.

En lo que respecta a la afluencia de dinero al país, la política del mercantilismo se basaba en él principio de que el movimiento del dinero depende del niovimiento de mercancías; por tanto, su afluencia en gran cantidad está supeditada al incremento del comercio exterior. En una palabra, el saldo activo de la balanza comercial favorecía la entrada de metales preciosos en el pais. H&a los últimos veinticinco años del si- glo XVIH, la reglamentación gubernamental de toda la vida económica del país, su política colonial, los tratados y las p e r r a comerciales, el estímulo de que eran objeto la industria exportadora y la navegación, la regulación de la joraada laboral y el salario de los obreros, las tarifas aduaneras, las contribuciones, las primas, toda clase de subsidios y facili- dades, la prohibición de importar o exportar determinadas mercancías, etcétera, estaban supeditados a la realización de esta política.

Los mercantilistas defendían los más hondos intereses de la clase capi- talista en su afán de enriquecerse. Ellos fueron quienes sentaron las bases

1 , teóricas del modo de producción capitalista, pero únicamente dentro de la esfera de la circulación, y no de la producción; esta última no eran capaces de analizarla? ya que partían de los fenómenos superficiales del proceso de la circulación, en la forma en que estos fenómenos se habían individualizado dentro del movimiento del capital comercial, que cons- tiiuía la primera forma libre de existencia del capital en general. Marx enseña que la verdadera ciencia de la Economía política comienza tan sólo a partir del momento en que la investigación teórica pasa de la esfera . de la circulación a la producción.

Los mercantilistas no podían plantearse la tarea de desarrollar seme- jante ciencia. Pero en el comercio diario, en la actividad comercial, en las polémicas sobre las cuestiones. corrientes de la poütica económica se iban formando concepciones económias que en aquella época aceptaban todos, y que constituían el primer estudio teórico del modo de producción capitalista.

Lo más importante en 1iis concepciones económicas de los mercantilis tas, y lo que tieqe más valor para la ciencia, son sus dews, no siempre

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76 EL DIERCA~VTILISSIO .EX LA EUROPA OCCIDENTAL

conscientes, de en claro el movimiento objetivo del dinero como capital, p de establecer el significado de los beneficios como el motivo determinante de la economía capitalista. Los mercantilistas consideraban la esfera de la circulación como objeto de investigación, dentro de ecos límites trataban de establecer la naturaleza de la riqueza. 7 levando. incons- cientemente, a los economistas de épocas l& ksfera de la producción.

Los mercantilistas consideraban el dinero no sólo como medio de ci~lación y como tesoro, sino también como capital, como dinero, que producía más dinero. Los mercantilistas dieron una amplia característica del capital comp movimiento del propio dinero: el dinero aparece, entra en circulación, vuelve a entrar en ella, aumenta en la esfera de la circula- ción y sale de ella únicamente para ser arrastrado una y otra vez a la esfera de la circulación, con el fin de incrementarse nuevamente.

Tal es el carácter eterno del movimiento del dinero, que ya Aristóteles había observado. Sezún los mercantilistas, constitiiye un rasgo específico del movimiento del capital.

El análisis de este movimia~to por parte de los mercantilistas era uni- lateral y, en realidad, falso, ya que no rebasaba el marco de los fenómenos rxternos de la esfera de la circulación, sin abordar la de la producción, que es, en realidad, la esfera donde el capital aumenta. Sin embargo, captaron con acierto el rasgo formal del movimiento del capital, y supie- roii presentarlo como el movimiento del mismo en su conjunto. La fórmula (le este movimiento, D-M-D1, es igual para el capital comercial y el indus- trial, si se tiene en cuenta la esfera de la producción. Es también la fórmula del movimiento del capital-crédito, aunque la más irracional, ya que se reduce a D-D1. Aquí el dinero se manifiesta directamente como dinero que aumenta por sí mismo.

Así, p!ies, los mercantilistas empujaron a los invehtigadores posteriores a descubrir la fórmula general del movimiento del capital, ya que fueron ellos quienes pusieron de manifiesto uno de sus aspectos: el del movi- miento del capital comercial.

El problema fundamental para los mercantilistas era el de la riqueza. Partiendo de las relaciones superficiales del cambio, consideraban que la riqueza consistía en el dinero, en la abundancia de oro y plata en el país. Pero comprendían que el dinero no es riqueza por su propia natu- raleza, sino a consecuencia de su función social de equivalente general. Si bien no descubrieroh el secreto del dinero, vieron que el dinero tam- hién es mercancía y que, por tanto, la riqueza la constituyen no sólo el dinero, sino también las mercancías. Junto a su afirmación de que el dinero es riqueza, encontramos también la de que son riqueza las mercan- cías. Basándonos en esto, podemos considerar que los mercantilistas habían preparado ya, en cierto modo, el terreno para responder a la pregunta relativa a la riqueza de la sociedad burguesa, cuya respuesta nos la da Marx en los primeros renglones de El Capital.

A pesar de que los mercantilistas no acertaron a ver el origen de la riqueza y, por tanto, el origen de los beneficios y de la plusvalía, inten- taron. sin embargo. plantear dichas cuestiones, debiendo considerárseles

IDEAS ECONOMICAS FLíi\'DAUESTALES .77

como los primeros en dar una interpretación de la plumalía, en el estado en que se presenta desde el punto de vista de la esfera de la circulación; es decir, como un recargo sobre el valor de la mercancía,-que establece el comerciante en la práctica mercantil corricnte. "La humanidad capita- lista 4 i c e Engelc- se ha pasado varios siglos produciendo plusvalía y, poco a poco, ha ido formándose, además, una idea acerca del nacimiento de ésta. La primera noción fue la que Lrotó de la práctica mercantil in- mediata: la de que la plusvalía nacía de un recargo sobre el valor del producto. Esta idea predominaba entre los mercantilistas, pero ya James Stewart se dio cuenta de que, si fuese así, lo que unos ganaban tenían iiecesariamente que perderlo otros. A pesar de eso, esta idea siguió apun- tando todavía durante mucho tiempo, cobre todo entre los socialistas; fue A. Smith quien la desplazb de la ciencia clásica." .

Hay qiie señalar que los mercantilistas no presentan el comercio exte- rior como origen de la riqueza, ni, por consiguiente, los beneficios y la

'

plusvalía se presentan aislados del proceso de producción. Por el contra- rio, el sistema mercantil tralaba de estahlecer cierta relación entre el comercio exterior y el amor al trabajo por parte de la población, tratando de explicar el papel del trabajo en la creación de la riqueza, y de precisar el concepto de productividad del trabajo. En ello consiste el rasgo carac- terístico del sistema mercantil, n diferencia del sistema monetario, del que es continuación,

El sistema monetario determina, de forma completamente objetiva, la riqueza como una cosa que existe en el dinero. Los mercantilistas dieron un gran salto, al trasladar la fuente de la riqueza de un objeto a la acti- vidad humana, al trabajo comercial e industrial. Es verdad que enfocaban dicha actividad de una forma muy limitada, solamente como productora de ese mismo dinero.

La política del mercantilismo, cuyo fin era acelerar el proceso natural de la creación de capitales, estimuló la expropiación sin piedad de la tierra, de los medios de vida y de los instrumentos de trabajo de las masas populares, y escribió el prólogo de la historia del capital.

El mercantilismo como teoría y como política alcanzó la cima de SU desarrollo en la primera mitad del siglo XVII. A mediados de este siglo, cuando el comercio dejó de predominar sobre la industria, y el capital industrial subordinó al comercial como a una de sus formas de movimiento, comenzó la desaparición rápida del mercantilismo. A partir de entonces, y sobre t?do durante las primeras décadas del siglo XVIII, el mercantilismo es objeto de durísima crítica por parte de los ideólogos de la burguesía industrial, que se desarrollaba con gran rapidez. De su pasada influencia quedaron reminiscencias más o menos importantes, que se manifiestan de una u otra forma en las obras de los fundadores de la escuela clásica de la Economía política burguesa y en sus continuadores.

El mei.cantilismo dio origen a una gran número de publicacioiies, en forma de folletos, tratados, peticiones al Parlamento, etc. Según datos incompletos, el número total de obras mercantilistas excede de dos mil. Las

5 F. Engel;, Prólogo al segundo tomo de "El' Cnpital". C . Marx, El Capitd, ed. cit.. t. 11, pag. 13.

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78 EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

más importantes son las publicaciones mercantilistas inglesas, que defen- dían, de modo más consecuente y con mayor intransigencia, las concep- ciones de esta doctrina.

Mercantilisno inicial. La obra de John Cells. El período de prepara- ción del régimen de producción capitalista se caracteriza por un gran desarrollo de las ideas mercantilistas en Inglaterra. Pertenece al mercan- tilismo inicial la obra titulada Compendio o breve examen de ciertas quejas de algunos de nuestros conciudadanos en la ac td idad (A com- pendions or brief Examination of Certayne ordinary Complaints of Divers of our Countrymen in these our Days), escrita en 1549 y editada en Lon- dres en 1581.

El autor fue desconocido durante mucho tiempo. Al principio se le atribuía la obra de Shakespeare; después, durante largos años se consideró que SU autor era William Stafford, aunque ahora se supone que la escri- bió John Gells, y la editó William Stafford, que introdujo en ella ciertas ampliaciones. Esta obra ocupó un lugar destacado en las piiblicaciones mercantilistas inglesas.

Como dice el título, el libro de John Gells analiza ciertas quejas de los ingleses, quejas que se debían a los profundos cambios que habían tenido lugar en la economía de Inglaterra, y cuyo resultado era una gran subida de precios en todas las mercancias.

Marx considera esta obra como un documento que demuestra los efec- tos de la depreciación del dinero para las diversas clases de la sociedad inglesa. La causa de la depreciación del dinero, consecuencia de la llamada "revolución de los precios" ocurrida en el siglo XVI, fue, ante todo, la enorme afluencia a Europa del oro y la plata procedentes de los países recién descubiertos, y en particular de América. También ejerció una enorme influencia el gigantesco aumento de los precios de la lana, el rá- pido desarrollo de la cría de ovejas y el proceso de expropiación de los campesinos.

Todo ello dio lugar a que se hiciera mayor la carestia y abundasen las protestas por la falta de dinero. La situación se complicaba más con la acelerada acuñación por parte del gobierno de monedas de peso infe- rior al establecido ("envilecimiento de la moneda"). El exceso de seme- jantes monedas puestas en circulación hacía que los precios subiesen aún más y facilitaba la huida al extranjero del dinero de valor verdadero. El desplazamiento de la circulación del dinero de peso normal por el de peso inferior, y la huida del primero al extranjero, conocido en Economía política como "ley de Gresham", fue denunciado a mediados del siglo xvr por Thomas Cresham, consejero de la reina Isabel en cuestiones financie- ras y uno de los mercantilistas del primer periodo.

Para colmo, el balance pasivo del comercio exterior con Holanda, que en aquela época estaba más desarrollada económicamente, obligaba a Inglaterra, no sólo a llevar a Holanda elevadas sumas de dinero en efectivo, sino a sufrir pérdidas en el descuento. ya que el dinero inglk era más

EL MERCAfiTlLISMO INGLES

harato que el holandés. A consecuencia de ello, se extendió la opinión de que la salida de dinero al extranjero producía su escasez dentro del pais y motivaba el encarecimiento general.

El descontento por la depreciación del dinero y por la carestía de la vida lo refleja Gells en forma de diáloge entre los repreamtantes de las dis- tintas clases, que tratan de echarse unos a otros la culpa: el caballero (terrateniente) culpa al comerciante que aumenta los precios, lo que obliga a abandonar la agricultura y dedicam a l a cría de ovejas; el granjero se queja del terrateniente, porque éste cerca las tierras y eleva el arriendo; el comerciante y el artesano se quejan de la decadencia del comercio Y del elevado salario de los obreros; e l doctor (teólogo), que al parecer habla en nombre del autor, trata de descubrir las causas generales del empobrecimiento del Estado y de reconciliar a los que polemizan.

El mercantilista Gells expone un cuadro concreto de la realidad in- glesa de aquella época, aunque no se puede dar crédito a todas las lamen- taciones de los participantes de la discusión. Muestra de ello son los ex- tensos fragmentos del diálogo entre el caballero el doctor, que reproduce Marx en El- Capital (t. 1, pág. 633), y que ha E lan del rápido enriqueci- miento que entonces lograban los colonos, los cuales, a pesar de sus quejas, hacían negocio mediante el-aumento del precio del pan, a costa de los dueños de la tierra, a los que pagaban rentas antiguas, según contratos establecidos por noventa y nueve años, y a costa de sus obreros asalariados, cuyo salario real iba bajando de forma sistemática..

Gells era partidario de las ideas del balance monetario. Presenta el "envilecimiento de la moneda" y la retirada de d i n m del pais por los extranjeros como la causa de la pobreza y el retraso de Inglaterra frente a otros países, que florecen, según él, a consecuencia de la afluencia de oro y plata que entra procedente del extranjero. La acuñación de monedas de peso inferior, señala h l l q lugar al aumento de precios, sobre todo, en los productos importados. Los extranjeros compran materias primas inglesas, las elaboran, y venden a Inglaterra mercancías fabricadas. Gells afirma que roban dos veces al país, ya que compran Iaa materias primas a cambio de dinero desvalorizado, y venden las mercancías a precios excesivos. Para que Inglaterra se enriquezca es necesario reducir la impor- taeión de mercancías, fomentar la producción nacional y eliminar del mercado interior los productos extranjeros. Entonces no habrá necesidad de enviar dinero al extranjero. Partiendo de lo dicho, Gells exige también que se prohiba la exportación de-materias primas (espialmente la lana), y que se elaboren dentro del país, para evitar que lps extranjeros se enriquezcan a costa de Inglaterra.

Gells exprese, por tanto, las concepciones del sistema monetario inicial, con sus ideas ~ u y limitadas sobre la dependencia existente entre el mo- vimiento del dinero y el de las mercancías. Se preocupa del balance mone- tario activo, pero no llega a exponer la idea del saldo positivo de la balanza comercial, y aunque en su obra plantea de fama e-reta la tarea del desarrollo industrial de Inglaterra, lo hace sólo desde d punto de vista de la conservación del dinero dentro del pais, al objeto de bmeficiar al capital comercia1 inglés. No obstante, independientemente de l a motivos, el mer-

)

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80 EL JIERCASTILIS~IO EX LA EUROPA OCCIDENTAL

c:antilismo inicial inglés refleja las tareas del desarrollo capitalista de la economía inglesa. . .

Ultimo Griodo del mercantilismo. Thomas Mun. Las concepciones del último periodo del mercantilismo inglés aparecen expuestas con especial claridad en las obras de Thomas Mun (1571-16/1.1), giie defendía la doc- trina de la balanza comercial.

Thomas Mun fue un gran comerciante 'inglés, miembro del consejo de la Compañia de las Indias Orientales y del comité comercial gubernamental. La misión de este comité era favorecer el desarrollo del comcrcio exterior de Inglaterra.

En 1609 apareció una obra de Thomas Mun bajo e1 nombre de Diser- tación sobre el Comercio de Inglaterra con las Indias Orientales (A Dis- course of Trade from England into the East Indies). En su primera versión esta obra fue reeditada numerosas veces e influyó directamente en la legislación.

Sólo en 1664, después de la muerte del autor. se publica la edición totalmente reformada por él, que aparece con el nuevo título de La riqwza de Inglaterra creada por el comercio exterior (England's Treasure by Foreign Trade). Marx dio de ella una elogiosa apreciación en el capítulo X del Anti-Dühring, escrito por él. En este capítulo, Marx se mofa de Dühring por sus desmedidas alabanzas del economista alemán F. List, considerando que la primera obra de importancia del mercanti- lismo desarrollado había sido Breve tratado sobre las causas capaces de crear abundancia de oro y plata en los paises que no disponen de minas propias (Breve trattato delle cause che possono far ablondare li regni d'oro et d'argento, dove non sono miniere), del italiano Antonio Serra, editada en 1613. Prescindiendo de la "nadería de amena literatura" a que se reduce el párrafo de Dühring, Marx señala que ya en 1609, es decir, cua- tro años antes que el libro de Serra, vio la luz la disertación de Mun. Marx escribe que la importancia específica de esta obra consiste en manifestarse contra el sistema monetario, y representa, por tanto, la consciente separa- ción del sistema mercantilista de su sistema paterno. A continuación, señala Marx que en la edición de 16a, completamente refundida por el autor y publicada después de su muerte con el nuevo título anteriotmente indi- cado, esta obra siguió siendo e1 evangelio mercantilista por otros cien años, es decir, fue una obra de las que hacen época.

L'a característica de Mar* demuestra la importancia que alcanzó esta ~ublicación entre las de Europa Occidental de los siglo XVII y XVIII. La segunda versión fue reeditada seis veces. Es citada por Adam Smith en su Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.

La doctrina de la balanza comercial aparece ampliamente tratada en la edición póstuma de la obra de Mun, pero ya en la primera se expo- iiían las ideas fundamentales de esta doctrina con suficiente claridad y concreción. Hay que señalar, además, que ofrece un gran interés para fundamentar el colonialismo inglés, que en esa época estaba íntimamente ligado en aquel país con el mercantilismo.

Mun hace una defensa brillante de los intereses de los comerciantes ingleses, que en 1600 habían organizado la Compañía de las Indias Orien-

EL MERCANTILXSMO INGLES 81 l

tales. Antes gozaba de gran importancia comercial la Compañía Turca (o Levantina), fundada en los años 70 del siglo x v ~ . Esta compañía tra- ficaba no sólo con mercancias turcas, sino también con las persas e indias. El comercio lo realizaba de acuerdo con los principios del sistema moneta- rio: el dinero no salía de Inglaterra, y las mercancías orientales se cam- biaban por inglesas, con gran beneficio para la Compañía.

La Compañia de las Indias Orientales consideraba posible sacar de Inglaterra plata, pero con la condición de obtener a cambio de las mer- cancías orientales aún más dinero, cumpliendo los principios de la balanza comercial. Por cuanto el comercio se verificaba con mercancias en trán-

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sito, la Compañía de las Indias Orientales no podía evitar el envío al extranjero de grandes sumas de dinero en efectivo, y por eso fue objeto de numerosos ataques. Mun criticó la prohibición de sacar dinero del pais, y como frente al sistema del balance monetario propuso el de la balanza .comercial activa.

En su Disertación sobre el comercio de Inglaterra con h Indias Orien- tales subraya la idea de que las mercancías propias que debía vender Inglaterra tenían que superar a las de origen extranjero que importara y utilizase, con lo cual la diierencia retornaría al país en forma de dinero. Al mismo tiempo, en la importación de mercancías extranjerh era nece- sario mantener una determinada proporción entre las distintas clases de productos. En primer lugar había que importar los de primera necesidad, reservas para la guerra y el comercio, y en último término los productos de lujo.

Los comerciantes ingleses traían a Europa de las Indias Orientales seda 1 cruda, colorantes (sobre todo, índigo para teñir las telas de lana inglesa), tejidos de algodón, medicamentos y especias. Con ayuda de cálculos mate- máticos, señala Mun, de forma convincente, las ventajas del comercio con . las Indias Orientales, ya que en comparación con el comercio con Turquía cada mercancía dejaba mayores beneficios. La compra en la India de seda cruda, índigo y especias se mlizama con la tercera parte del dinero que era necesario desembolsar en Turquía.

Aunque fuera preciso pagar en metálico por la seda cruda, era mucho mayor el dinero que obtenía Inglaterra por los materiales y los tejidos de seda que exportaba.

Al. defender la idea de la balanza comercial, Blun se basaba en la práctica comercial de los puertos de Italia y Francia. Según él, en aquellas ciudades estaba ya asegurada la libre salida de monedas de oro y plata, pero por medio de la balanza comercial, el dinero regresaba al pais en cntidad mucho mayor. La tesis principal de Mun era la siguiente: si las mercancías que exporta anualmente Inglaterra superan en valor a las que importa, el fondo monetario del pais aumentará. Según él, la Compañía de las Indias Orientales proporcionaba a Inglaterra beneficios permanen- tes. Los comerciantes ingleses obtenían pingües ganancias de la venta de los ~roductos de la India en los Paises Bajos, en Francia, en Italia y en Turquía.

Mun establece, por tanto, una dependencia entre el movimiento del dinero y el de mercancías, y entre la acumulaci6n de riquezas (dinero)

1 I

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82 EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

y el carácter de la balanza comercial, la cual contrapone al halance mone- tario, que prohibe categóricamente la salida de dinero del país.

De acuerdo con las viejas concepciones, Mun identificaba el dinero y la riqueza, pero, al mismo tiempo, su actitud respecto al dinero difiere notablemente de la que mantenía el sistema monetario. Declaraba que el dinero debía ser puesto en circulación, que había que sacarlo del país de acuerdo con las necesidades del comercio, de forma que eso sirviera

1 para atraer mayor cantidad de dinero y aumentar la riqueza. Para él el dinero constituía un capital que aumentaba en el proceso de la circulación, y no un simple tesoro.

Ya en su primera obra, Mun había demostrado que las riquezas de Inglaterra dependían de su comercio exterior. A las tareas de este comercio debía estar subordinado no sólo el desarrollo de las industrias en el país, sino también el consumo dentro de la nación. La9 empresas artesanas, .pobre todo las dedicadas a la manufactura de las materias rimas de B 1 origen extranjero, debían desempeñar una función primor ial en el desarrollo del comercio exterior inglés. Las empresas artesanas tenían que trabajar para la expoytación.

A este respecto, Mun se declaraba contrario a que en Inglaterra aumen- 1 tase el consumo de-productos propios que pudieran ser exportados. Al a mismo tiempo. se oponía a que los ingleses hicieran uso de mercancías

extranjeras que podían ser fabricadas en Inglaterra. Como vemos, el principio mercantilista de exportar más e importar menos se mantiene

1 invariable, incluso en la etapa final del mercantilismo. Mun enuncia la tesis de que la disminución de las riquezas del país se

debe al mayor consumo de productos tanto nacionales como extranjeros. Solamente merced a una ampliación y un considerable aumento del comer- cio exterior se puede lograr, según Mun, que aumente la riqueza de In- glaterra.

Esta es la idea que preside su última obra, y se refleja incluso en su tíhilo: Las riquezas de lngherra en el comercio exterior, o h balanza: del comercio exterior como remitado de w s t m riqueza.

En los primeros renglones de su libro, hlun vuelve a manifestar que el único medio de hacer que aumenten la riqueza y el dinero del país es el comercio exterior: pero ha de cumplirse la regla de que el valor de

I las ventas realizadas a los extranjeros supere al de las compras que se hagan a éstos.

En dicha obra aumenta con más fuerza aún que en la primera sus puntos de vista contrarios al sistema monetario, demostrando la posibilidad de que el dinero salga del pais siempre que se cumplan las condiciones de

, la balanza comercial. Según palabras de Mun, solamente el dinero que entra en Inglaterra como resultado de la balanza del comercio exterior permanece en el país y lo enriquece.

El dinero crea el comercio, afirmaba Mun, y el comercio aumenta el dinero. Por eso, cuanto mayor cantidad de dinero se ponga en circulación, mejor será el resultado.

Al plantearse la cuestión de los medios a seguir paar acrecentar la exportación de mercaiicías y reducir el consumo de productos extranjeros,

EL MERCANTILISMO INGLES

Miin divide la riqueqa en natural y artificial, división que era corriente entre los mercantilistas. . La riqueza natural la integraban las mercancías que podían ser ex-

portadas por encima del límite necesario al consumo interior propio. Esta riqueza la constituían, sobre todo, los productos agrícolas.

La riqueza artificial eran los productos industriales que se fabricaban para la exportación.

Mun exponía un programa completo para aumentar la exportación, tanto de productos agrícolas como industriales. Este programa se propo- nia también reducir la importación de maliufacturas extranjeras.

Por aquel entonces, Inglaterra importaba cáñamo, lino, tabaco y otros productos agrícolas. Mun proponía ampliar en Inglaterra el laboreo de kas tierras, para prescindir totalmente de semejantes importaciones.

'

Además, Mun invitaba a los ingleses a utilizar en menor cantidad los productos extranjeros en la comida y el vestido, sustituyéndolos por los de origen nacional. Mediante el empleo económico de la riqueza natural den- tro del pais, pensaba lograr el aumento de la exportación.

Mun era totalmente opuesto a crear dificultades a la exportación de mercancías, y, al contrario de los mercantilistas de la primera época, pedía qiie se establecicsen precios bajos para las mercancías de exportación y que se redujesen los impuestos aduaneros, para adueñarse de los mercados extranjeros y eliminar a los competidores. Con este fin reclamaba un ra- pido desarrollo la industria nacional, y que la exportación de materias primas fuera sustituida por la de productos fabricados, que era más ven- tajosa. Propuso todo un sistema de medidas para favorecer el desarrollo de la exportación y disminuir el consumo dentro del país de mercancías importadas. Pedía que los campos no cultivados y las tierras baldías fue- ran utilizados para montar dentro del pais la producción de artículos como el lino, el cáñamo, el tabaco, etc. Proponía la adopción de leyes que limitasen'el uso de productos alimenticios y vestidos de origen extranjero, lo que haría que disminuyese su impqrtación. La exportación de mercan- cías debía realizarse de acuerdo con las exigencias de los consumidores, para conquistar y conservar el mercado por medio de los bajos precios y la alta calidad de los productos. Las mercancías tenían que exportarse en barcos propios, para que dejasen beneficios, no sólo el comercio, sino también el trangeorte.

A Mun le atraia, sobre todo, el comercio de mercancías en tránsito, con el que Inglaterra se convertía en un almacén de cereales, índigo, es- pecias, seda cruda, algodón y otros productos extranjeros que se exporta- ban a distintos países. Reclamaba con insistencia que se desarrollase esta clase de comercio, apoyáqdose en el ejemplo de Venecia, Génova, Países Bajos y otros Estados que se habían enriquecido con él. Pedía que se rea- lizasen operaciones comerciales con los distintos países (con las Indias Orientales), por considerarlas ventajosas no sólo para los comerciantes, sino también para el Estado, ya que el comercio marítimo favorecía el crecimiento de la flota y aumentaba l a ptencia naval de Inglaterra. Mun sugería que la exportación de mercancías fabricadas a base de materias primas importadas fuera iiberada de impuestos, con el fin de acelerar el

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M EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL 3

desarrollo de las ramas de la industria dedicadas a la exportación, no sólo a expensas de las materias primas propias, sino también de las importadas. Proponía la reducción de impuestos para los productos importados, con el fin de poder competir con otros países. También habia que reducir los impuestos de los productos extranjeros que fueran importados para expor- tarlos después, pero, en cambio, las mercancías que se importasen para utilizarlas dentro del país debían pagar impuestos muy elevados.

El aumento de la riqueza no se podía lograr, en opinión de Mun, con medidas coercitivas, encaminadas a regular la circulación monetaria, sino únicamente impulsando el comercio exterior, ya que la afluencia y el re- flujo del dinero dependen de la balanza comercial. Las medidas estatales deben asegurar al país una balanza comercial activa, evitando en el con- sumo excesos y despilfarros, si tales excesos están relacionados, claro está, con la utilización de mercancías importadas.

El comercio de mercancías procedentes de la India producía extraor- -dinarios beneficios. Mun reconocía abiertamente que los ingleses hacían grandes fortunas a costa de, los pueblos asiáticos.

Con este motivo, escribía Mun, Inglaterra obtenía ma or beneficio de 10s productos indios que los países de donde éstos proceian y a los que en realidad les pertenecían como riquezas naturales.

La exportación de dinero a los países asiáticos producía enormes bene- ficios a la Compañía de las Indias Orientales. En Europa existía una deter- minada relación entre el oro y la plata, regulada por decreto. Mun ,subra- yaba especialmente que eso no sucedía en las Indias Orientales y que allí no existía una relación determinada entre las monedas de plata inglesas y otras monedas. Por el dinero que sacaban los comerciantes ingleses po- dían obtener en Asia muchas más mercancías que en Europa.

.Por eso, Mun creia necesario que los comerciantes ingleses consi- derasen un honof enriquecerse en el comercio de mercancías con otros países. La expoliación de los países del Asia se consideraba un "honor" para los comerciantes ingleses.

Según cálculos muy modestos del propio Mun, el simpl& comercio de la mostaza asiática producía a los ingleses extraordinarios beneficios. Calculaba que 100.000 libras esterlinas que fueran enviadas a las Indias Orientales para comprar allí mostaza se transformarían como mínimo en 700.000 al revenderla en Italia o Turquía.

Pero aún mayor era la ganancia que se obtenía con la elaboración de las materias primas asiáticas en las empresas industriales inglesas. Sólo la de la *da cmda había dado origen a una rama de la industria inglesa. Eso formaba parte de la riqueza artificial, pero Mun- wnsideraba que su aumento tenía especial inip~tancia; planteaba la tarea de ampliar la industria y las empresas artesanas nacionales.

Al exponer el programa del fortalecimiento ulterior de la creciente burguesía inglesa a expensas de los pueblos asiáticos, Mun miraba con recelo y envidia a la burguesia de los País& Bajos, que en el siglo XVII había alcanzado grandes éxitos y se habia enriquecido.

Mun no escatimaba sus acusaciones a los Países Bajos, .que entonces superaban a Inglaterra en sus relaciones comerciales con h i a . Idealizaba

EL MERCANTILISMO ITALIANO 85

la actividad de los comerciantes ingleses, a la vez que acusaba a los holan- deses de orgullosos y ambiciosos, de dedicarse a maniobras ocultas en diferentes lugares de las Indias Orientales. Esta hostilidad hacia los comer- ciantes de Holanda, que se había manifestado ya antes en las obras de Gells y Stafford, aparecía ahora en el "e~angelio'~ del mercantilismo inglés.

O

Este ampliaba su sistema colonial en los países no europeos, tratando en Europa de monopolizar todo el comercio exterior.

La política mercantilista de todos los países de Europa Occidental se caracteriza por el sistema colonial, pero en este sentido Inglaterra superó a los Países Bajos, Francia, Portugal y España. Este es uno de los rasgos específicos del mercantilismo inglés, debido al carácter peculiar del lla- mado proceso de la acumulación originaria en aquel país.

Hay que señalar, por último, quédentro del país, q un consideraba de gran importancia el estímulo de la laboriosidad y el ahorro entre la pobla- ción, como uno de los procedimientos de lograr una balanza comercial activa y de aumentar la riqueza. Mun señala que el trabajo convierte a algunos países, pobres de por sí, en ricos y fuertes, con ayuda de otros que son más ricos y más potentes, pero menos laboriosos. Por tanto, según Mun, el trabajo constituye la fuente de la riqueza, pero no de una manera directa, sino a través del comercio exterior, es decir, de la esfera de circulación. Mun enfrenta a holandeses e ingleses, resaltando la riqueza y la actividad de los primeros y atacando a sus compatriotas, a los que acusa de holgazanes e inactivos. Semejante acusación tenía su fundamento, primero, en la aguda lucha competitiva que existía entre Inglaterra y Holanda, y segundo, en la situación catastrófica en que se hallaban los trabajadores ingleses, a quienes el proceso que se estaba desarrollando de la llamada acumulación originaria había sacado de sus costumbres habi- tuales. Al no encontrar ocupación, se veían obligados a mendigar y llevar una vida errante, lo que, claro está, no tenia nada que ver con la holgaza- nería ni con los vicios de que hipócritamente les acusaba Mun. Sin em- bargo, esta hipocresía no reduce, en modo alguno, la importancia de las concepciones económicas que él expone. Unicamente reflejó en ellas el espíritu de la nueva burguesía comercial-industrial, típico de la época de la acumulación originaria.

Cuando aparecen los gérmenes del capitalismo y se amplían las rela- ciones de la explotación capitalista, son corrientes concepciones económicas semejantes a las manifestadas Ijor Mun en Inglaterra. También surgieron en Italia, Países Bajos, Francia, Alemania y Rusia, aunque en otras épocas y en distinta forma, ya que el mercantilismo se manifestó en cada país en una época diferente, mostrando tanto rasgos comunes como específicos.

Las cuestiones relacionadas con la circulación monetaria y el crédito fueron objeto de gran atención por parte de los mercantilistas italianos.

, Incluso después de haberse modificado las rutas comerciales de Asia, las

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86 EL liIERCANTILlSM0 EN LA EUROPA OCCIDENTAL

ciudades itaiianas siguieron conservando su importancia en las operaciones bancarias Además, las ciudades italianas continuaban desempeñando un importante papel en el comercio extenor con otros países europeos.

Scaruff;. El banquero Scaruffi, que a fines del siglo xvi publicó una obra dedicada a los problemas de la circulación monetaria, ocupaba po- siciones muy próximas a las ideas de la primera etapa del mercantilismo. En aquel entonces, en los países europeos existía el bimetalismo; además, no estaba unificado el curso de los numerosos sistemas monetarios.

Scaruffi propuso la creación de un sistema monetario común a toda Europa, con el fin de que los banquera italianos desempeñasen el papel de banqueros internacionales. A tal objeto, Scaruffi proponía convocar una reunión de todos los países europeos en la que se discutiese y aprobase su proyecto de sistema bancario. Al mismo tiempo, se había de establecer una relación determinada en los precios del oro y la plata. '

Serra. La obra de Antonio Serra Breve t r d o sobre los causa capoees de crear a b d a n c i a de oro y phto en los paises que m disponen de minos prop¿as, escrita en 1613, puede ser referida a la segunda etapa del mer- cantilismo italiano.

Serra combatía la prohibición de la salida de dinero del país y la regulación del curso de las divisas; en esta cuestión, se oponía a las con: cepciones de Scaruffi.

Dedicó especial atención a los problemas de los talleres artesanos y la industria. Considerando que la exportaeiln de productos agrícolas no era segura ni estable, cifraba sus esperanzas en la exportación de artículos industriales. Talleres artesanos diversos, y en gran numero, pueden pro- porcionar abundante cantidad de dinero al Estado si se dedican a fabricar productos de primera necesidad y de lujo, en cantidades que superen a las necesidades del pais. R r tanto, Serra relaciona el desarrollo de la in- dustria con el problema de la ampliación del comercio exterior, que, según él, constituye la fuente de enriquecimiento del pais.

Pero Antonio Serra no recomienda cualquier clase de comercio exte- rior. Consideraba que la importación de mercancías extranjeras para dar satisfacción a las necesidades del pais no sólo no favorece la abundan- cia de dinero, sino que causa, por el contrario, el empobrecimiento de la nación.

De acuerdo con la sitiiación histórica concreta de las ciudades italia- nas, que disponían de un mercado relativamente pequeño para dar salida a 10s pmductos extranjeros, Serra defiende la tesis, característica de la úitima fase del merct~ntilismo, de que el pais se enriqnece únicamente gra- cias al mercado exterior, el cual se realiza con artículos comprados en unos países para venderlos en otros; en semejantes uim, los comerciantes pue- den fácilmente enriquecer a su nación. -

Serra asignaba un papel específico a la política estatal. Se- nala hechos demostrativos de que los gobernantes de la.. ciudades italianas no favore- cían el desarrollo del comercio exterior y la afliiencia de m e d a extran- jera a <gas ciudades. Por eso. opina que el programa económico propuesto por 8 sólo puede ser llevado a la práctica con el apoyo del gobierno, con ayuda de una política que favorezca rI comercio exterior.

En virtud de las condiciones históricas, Francia se adhirió al sistema de la politica mercantilista algo más tarde que otras naciones. Por eso, en un principio, los mercantilistas franceses (Montchrétien, por ejempb) ma- nifiestan la tendencia de proteger a su país de la i-asíón del capitd comercial extranjero, y d o dspués se rnelan en ellos los rasgos agesivivos de la ideología mercantilista (sobre todo en Colbert).

Montchrétien. En 1615, publicó Antoine Montchrétien un Tratado de Economía pditiaz, dadicado a¿ y y a la reina, en el que expone los prin- cipios de la Economía política. Por primera vez a p a r m el término de "Economía política". Por eso, algunas veces los historiadores burguavs relacionan la aparición de la Economía política con el nombre de Mont- chrétien. Semejante relación sólo puede establecerse sobre una base pura- mente formal. La Economía política como teoría burguesa surge, sin que unos intentos tenga relación con los otna, en muchos paísai en el período final del feudalismo, recibiendo diferentes nombres: economío estatal, hacienda estatal, economía nacional, ciencia de la hacienda, etc.

Ahora bien, no se puede negar que fue Montchrétien.quim introdujo en .Europa Occidental el término de "Fxonomía politica". Con ello, plan- tea la investigación y el análisis de los problemaq económicos fuera del circulo cerrado de la hacienda del señor feudal ("economía") ; la Econo- mía política se dedica ya a estudiar los problema. relacionados con toda la hacienda del Estado.

En su obra, Monkchrétien defiende los intereses de clase de los comer- ciantes, por considerar que el comercio constituye la actividad fundamen- tal y más útil del país. En aquella épar, en Francia dominaba la nobleza feudal, que depreciaba los intereses del tercer Estado. Frente a las capas dominante. Montchrétien no sólo defiende a los comerciantes, sino que llama la atención del rey de Francia acerca de la calamitosa situación de los campesinos. Señalaba que era fundamentalmente el pueblo quien SO- p r taba el peso del Estado. A los agricultora los compara con los pies del Estado: los campesinos que se dedican a la agricultura son los. que levantan y arrastran todo el p w del cuerpo del Estado.

Montchrétien dedicó su tratado al rey l~ a la reina de Francia. Lo mismo que todos los mercantilistas, espera a que la monarquía feudal llevase a cabo una política que reflejara los intereses de 10s comerciante franceses.

Respecto a los comerciantes extranjeros, consideraba que su actividad era nefasta p a n la economía de la nación, a que a1 sacar de Francia dinero y mcrancím ae llevaban L. riqueui jel país. Pero respecto a los comerciantes franceses de la esfera del comercio exterior, SU opinión era otra. Defendía sus beneficios y proponía ampliar el comercio exterior nacional.

Identificando las riqiiezas y el dinero, Montchrétiai veía en el comer- cio exterior el principal fundamento del aumento de la riqueza. No obaan- te, su deseo de defender a todo el tercer esiamento, incluidos los campesinos,

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88 EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

le hace manifestar pensamientos contrarios a la interpretación mercanti- lista del significado del dinero.

Así vemos que junto a sus declar+ciones Sobre el gran poder del dinero, y sobre la necesidad de aumentar gri el ,país las reservas de monedas de oro y plata, Montchrétien señalaba gue no eran la abundancia de oro y plata, ni la cantidad de perlas y b+\llantes, las que hacían que el Estado fuera rico, sino por el contrario, loiohjetos necesarios para vivir y vestir; quien los posee en mayor cantidad gozará de mayor bienestar.

Semejantes opiniones distinguen a Montchrétien de' los mercantilistas italianos y, sobre todo, de los ingleses de su época. "

La oposición de Montchréiien respecto a las clases altas de Francia se refleja también en su protesta contra el lujo. El afán de lujo era un rasgo característico de la nobleza irancesa. Coxnprabaa los artículos suntuarios en el extranjero, lo que favorecía también la salida del oro del país. Mont- chrétien era enemigo acérrimo de que se importasen artículos de lujo.

Cdbert. Durante la época de Montchrétien las finanzas del Estado francés se hallaban en una situación extraordinariamente crítica, situa- cion que tampoco mejoró durante la segunda mitad del siglo XVII.

De mejorarlad se ocupó durante los años 60 Juan Bautista Colbert (1619-1683), ministro de Luis XIV.

En 1665, Glbert fue nombrado inspector de las finanz~s de Francia y decidió elevar los ingresos del país, llevahdo a la práctica, en la política económica, el sistema mercantilista. Al mercantilismo francés de la se- gunda mitad del siglo XVII se le conocc con el nombre de colbertismo.

Colbert trataba de elevar los ingresirrs realizando una balanza comer- cial activa. Con ese fin, implantó en.Brancia las ihdustrias que podían fabricar productos de exportación, para lo cual se crearon~"manufacturas reales". Al mismo tiempo que favdrecía la exportación de mercancías francesas, redujo-la impartación de manufacturas extranjeras. Su política aduanera estuvo subordinada a la tarea mercantilista fundamental: Colbert implantó tarifas aduaneras proteccionistas, que facilitaban la exportación de mercancías propias y dificultaban la importación de las de origen ex- traniero.

Én la época de Colbert aumentó notablemente la expoliación de las colonias francesas de América; se hicieron guerras comerciales contra Holanda; aumentó la violencia de la competencia con Inglaterra en los mercados extranjeros; se crearon dificultades al comercio exterior ita- liano, etc.

La política de J. B. Colbert era muy unilateral, y no dco cofia resul- tado el progreso, en su conjunto, de la economía de Francia. Se favoreció únicamente a ciertas ramas de la fabricación manufacturera. Mientras tanto, la agricultura estaba muy decaída y la situación del campesinado francés era francamente agobiada. Además, la política de Colbert fue acompañada de un gran aumento de los impuestos. Eso explica el auge del movimiento campesino antifeudal en Francia. En aquella época se pro- dujeron varias revueltas campesinas de gran envergadura. La política mercantilista de Colbert favoreció, sin duda, la ampliación de las rela- ciones monetario-comerciales, pero las "manufacturas reales'' no facilita-

EL SOCIALIS~IO UTOPICO EN EL ULTIMO PERIODO FEUDAL 89

ron el desenvolvimiento del régimen de producción capitalista. En la agricultura dominaban los señores feudales terratenientes. Por eso, Fran- cia continuó a la zaga de Holanda y de Inglaterra en lo que se refiere al desarrollo capitalista del país.

EL SOCIALISMO UTÓPICO DE LA EUROPA OCCIDESTAL DEL CLTIMO PER~ODO DEL FEUDALISMO.

El mercantilismo no puede ser considerado como la doctrina única de la sociedad feudal, común a todas sus clases. No reptesentaba, ni podía hacerlo, los intereses de los siervos de la gleba, ni tampoco de los campe- sinos que en Inglaterra habían sido expulsados de las tierras comunales. El mercantiIismo no reflejaba los intereses del proletariado industrial urbano, que surgía y se desarrollaba. Las ideas económicas del pueblo hallaban su expresión en distintos sistemas de socialismo y comunismo utópicos.

Como señalábamos anteriormente, en las condiciones propias del alto feudalismo aparecen concepciones que reflejan las aspiraciones a una nueva vida de los pequeños artesanos, de los aprendices, de los campesinos sin tierra y de otros precursores del proletariado, que eran explotados, no sólo por los señores feudales y la Iglesia, sino también por los comercian- tes al por mayor. Estas ideas, anteriores al socialismo utópico (waldenses, patarines, apostólicos, etc.), tenían carácter religioso. Los sistemas socia- listas y comunistas utópicos más desarrollados y estructurados aparecen en el siglo XVI. E s ellos se manifiesta claramente la protesta contra el capitalismo en gestación, aunque este último desconocía aún la producción mecánica fabnl y se basaba, fundamentalmente, en la explotación de la industria artesana, que dependía del capital comercial, y también en las formas, no desarrolladas aún, de las relaciones agrarias capitalistas.

Tomás Moro (1478-1535). La primera manifestación socialista impor- tante fue la conocida obra del inglés Tomás Moro, editada en 1516 con el título de Libro de oro, tan útil como festivo, sobre la mejor organización del Estudo y sobre la nwva isla de Utopia. La palabra griega "utopos" significa "lugar que no existe en ninguna parte", es decir, fantasía, fic- ción. De esta "nue.(ta isla de Utopía" procede el nombre de todos los sistemas socialistas, antes de que adquirieran su carácter científico.

El revisionista C. Kautsky suponía que el socialismo utópico tenía su origen en la utopía de Estado del filósofo griego Platón; pero la utopía de Platón era una idealización del régimen egipcio de castas, y no tenía nada de común con el socialismo. El socialismo utópico surgió con la sociedad capitalista, y reflejaba el descontento y la indignación, aún no constituidos en espíritu de clase, de los explotados contra sus explotadores. "Estas fantásticas descripciones de la sociedad futura -señalan Marx y Engels-, que surgen en una época en que el ~roletariado, todavía muy poco desarrollado, considera aún su propia situación de una manera tam- bién fantástica, provienen de las primeras aspiraciones de los obreros, llenas de profundo presentimiento, hacia una completa transformación de

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90 EL MERCANTILISMO EN LA EUROPA OCCIDENTAL

la sociedad." "1 socialismo utópico pierde sil sentido y justificación cuando la lucha de clases se hace patente y va desplegándose más y más. Entonces refleja ya ideas caducas y se convierte en un freno. No es casual que Marx y Engels señalasen que los dimípulos de los grandes utopistas 66 formen siempre sectas reaccionarias".

El fundador del socialismo utópico, Tomás Moro, relevante pensador de la época del feudalismo, pertenecía a una acomodada familia noble. Cursó sus estudios en la Universidad de Oxford. adquiriendo, para aque- lia época, una vasta cultura. Dominaba las lenguas y la literatura clásicas, y conoció de cerca a muchos humanistas católicos, sobre todo a Erasmo de Rotterdam. En 1504. fue elegido miembro del Parlamento. Después de alcanzar el puesto más alto de Inglaterra, el de lord canciller, a conse- cuencia de sus divergencias con el rey Enrique VI11 respecto a la enaje- nación forzosa de los bienes eclesiásticos con motivo de la Reforma, se vio obligado en 1529, como buen católico, a renunciar a sus cargos, siendo decapitado en 1535, por negarse a prestar juramento al rey, lo que iba en contra de sus creencias religiosas.

Moro, al describir en forma dialogada el régimen social de la isla de Utopía, critica principalmente las relaciones sociales y políticas que exis- iían en Inglaterra en la época de la acumulación originaria del capital.

El libro de Tomás Moro encierra una protesta contra la política de LL cercamiento" de las tierras por parte de los landlords, que expulsaban a los campesinos de los terrenos comunales en que estaban asentados. A Tomás Moro se le debe la conocida frase de "las ovejas devoran a los hombres", la cual significa que en Inglaterra los campesinos eran expul- sados de sus tierras con objeto de transformarlas en pastos para las ovejas y producir la lana que necesitaba la industria dedicada a la exportación de mercancías.

A este respecto escribía Moro que las ovejas ". . .han comenzado a mostrarse ahora tan voraces e indómitas que se comen a los propios hom- bres, asuelan y devastan los campos, las casas y las ciudades".?

6 L . . .En todas las partes del reino en que se obtiene la lana más fina y por tanto más valiosa, los aristócratas e incluso algunos abades, santos varones, no tienen bastante con los ingrecos e intereses que, procedentes de las propiedades de sus antecesores, se suelen ir acumulando año tras año; no se conforman con que su vida de ocio y lujo sea no sólo com- pletamente inútil, sino incluso perjudicial para la sociedad. Pues bien, en sus fincas no dejan nada para dedicar al cultivo, y transforman todo en pastos, derriban las casas, destruyen las ciudades* conservando los templos sólo para utilizarlos como pocilgas."

Estas líneas encierran una franca condena de la política agraria 'bur- guesa. La obra de Tomás Moro va dirigida, en gran parte, contra las clases y capas sociales de la miedad feudal. A los lores, nobles y sacerdo- tes les llama abiertamente parásitos de la sociedad.

C. Marx y F.' Engels, Manifiesto del Partido Comunista. Obras escogidas, en dos tomos, ed. esp., pág. 52.

Tomás Moro, L'topia. trad. rusa, Moscú, 1953, pág. 62. Ibidem, pág. 63.

En contraposici6n a las relaciones sociales existentes en Inglaterra, Tomás Moro describe el régimen estatal ideal de la isla de Ulopía.

En ella ha sido suprimida la ~ropiedad privada, la tierra pertenece a toda la sociedad, en lugar del comercio existe el intercambio de productos entre la ciudad y el campo. Los artículos que producen las ciudades y las aldeas van a parar a los almacenes comunales, de donde cada familia recibe cuanto necesita.

Todos los habitantes de la ida reciben la misma educación, teniendo todos que redizar un trabajo iísico. La jornada en la ida es de seis horas; el laboreo de la tierra se efectúa mediante un servicio obligatorio para todos los ciudadanos. Los ciudadanos de Utopía trabajan en las granjas, durante dos años, en grupos de 20 personas, realizando todas las labores agrícolas. Al cabo de dos años, el ~ i p o regresa a la ciudad y practica diversos oficios. Después de realizar los trahajos sociales, cada cual puede dedicarse al trabajo intelectual, consagrando su tiempo libre a las cien- cias, el arte o la literatura. Moro subrayaba que en Utopía habían sido suprimidos el comercio y el dinero. En todos los lugares, en cada casa, y no sólo en los palacios, los orinales y otros, recipientes para necesidades de esta índole eran de oro y de plata.

Moro consideraba que sólo la estupidez humana había dado valor al oro .y a la plata por su rareza. En realidad, era muy sencillo prescindir de ellos. Por eso, Moro había prescindido en su Estado ideal ¿e todas las relaciones monetmias.

La obra de a r o refleja la aspiració~i del pueblo traba~ador inglés a acabar con la propiedad privada y crear nuevas relaciones, sociales. Sin embargo, Moro no vio las fuerzas sociales capaces de crear su Estado ideal. El libro conservó su carácter utópico a pesar de que era'una manifestación de protqta contra las relaciones feudales existentes y el incipiente régi- men de producción capitalista. ER la isla de Utopía existían esclavos, que estaban obligados a realizar toda clase de trabajos sucios. Es verdad que no se trataba de la esclavitud, en su forma corriente. Los esclavos eran delincuentes, a quienes la pena de muerte les había sido conmutada por la de trabajos forzados a perpetuidad. Moro defendía las industrias me- dievales, y en su obra no plantea las tareas de la nueva técnica. No trata de apoyar el progreso técnico. Por eso, no todos los problemas son resuel- tos por él desde el punto de vista del desarrollo de las fuerzas productivas.

Sin .embargo, estas consideraciones no disminuyen el valor progresivo de la obra de Moro como reflejo de los intereses de las masas trabajadoras inglesas.

\ Campanella (1568-1639). Es muy interesante otro sistema entre las primeras manifestaciones del socialismo utópico, el del filósofo domini- cano italiano Tomás Campanella. Luchó decididamente contra los jesuitas: a consecuencia de lo cual tuvo que comparecer más de una vez ante los tribunales eclesiásticos. Participó en la lucha de liberación nacional con- tra el dominio español en Italia.

En 1598, a los treinta años de edad, Campanella fue acusado de tomar parte en un complot, por lo que fue torturado siete veces y condenado a cadena perpetua. Pasó en la cárcel veintisiete años y allí escribió varias

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ohras filosóficas, siendo la más importante su utopía La Ciudad del Sol (Civitas solis), que escribió en 1602. Los últimos cinco años de su vida los pasó en Trancia, adonde le trasladaron sus amigos después de eludir la vigilancia de los jesuitas, que tanto le odiaban.

En La Ciudad del Sol, Campanella expone los rasgos esencides del nuevo orden social al que él aspiraba. Allí había sido abolida la propiedad privada sobre los medios de producción y todos los miembros de la socie- dad dedicaban, como mínimo cuatro horas diarias al trabajo físico. El resto del tiempo.10 empleaban en descansar e .instruirse. En su Ciudad del Sol no se conocía la mendicidad, la explotación del hombre por el hombre, la ignorancia ni la barbarie; allí se había alcanzado la amistad creadora de todos sus miembros. Todos los productos obtenidos se repartían de acuerdo con las necesidades de cada uno. Es interesante señalar que tanto en La Ciudad del Sd, de Campanella, como en la Utopia, de Moro, el poder era electivo. La sociedad la dirigía el sabio de mayor renombre, elegido con carácter vitalicio, el cual tenía tres adjuntoq los triunviros, elegidos tam- bién entre los más famosos sabios, y que se llamaban simbólicamente: LLF~er~a" , "Sabiduría" y "Amor".

A Campanella le pertenece el pensamiento maravilloso y genial, de la amistad entre los hombres de la sociedad comunista, amistad que es incom- patible con la desigualdad económica y social.

La obra de Campanella trata de hallar relaciones sociales nuevas e ideales, en contraposición con las feudales caducas y las incipientes rela- ciones burguesas de la Italia de entonces. .

El socialismo utópico primitivo no tenía aPoyo alguno entre las masas trabajadoras. Las guerras y las sublevaciones campesinas pusieron de manifiesto con el mayor relieve las aspiraciones antifeudales de los cam- pesinos, que luchaban contra la clase dominante de los terratenientes feu- dales.

CAPITULO V

fue, posterior. El me~~antilismo surgió en Rusia en la segunda mitad del siglo XVII,

en el penodo m h ~ f a c t u r a s . ~ .

La Rusia de fines del siglo XVII y principios del xvIIr era un país más atrasado que Inglaterra a fines del siglo XVI y comienzos del XVII. En este período, en Rusia se desarrollaba y fortalecía el régimen de servi- dumbre, mientras que en Inglaterra estaba en trance de desaparecer. Pero al mismo tiempo, en el sistema feudal de servidumbre de la economía rusa ocupaban amplio lugar el comercio y las industrias artesanas, surgían manufacturas y apareció el mercado nacional.

Hasta el siglo XVII, el Estado ruso había permanecido desmembrado en territorios, comarcas y principados aislados. Es aproximadamente a partir del siglo XVII cuando la historia rusa entra en un nuevo perioao, que se distingue por la unificáción de todas esas comarcas, territorios y principados.

En su obra Quiénes son los "amigos del pueblo" y cómo luchan contra los socialdemócratus, Lenin caracteriza este período de la historia rusa. Señalaba que esta fusión era debida al creciente intercambio entre las regiones, a la circulación comercial en aumento paulatino, y a la wncen: tración de los mercados locales en uno, c~,;iúfl a toda Rusia.

Todas estas circunstancias propiciaban ei nacimiento de una nueva clase, la clase de los comerciantes, en el último período del feudalismo, período que se distingue por un gran auge de la actividad del capital co- mercial.

Lenin señalaba que por cuanto los dirigentes y dueños de este proceso eran los capitalistas-comerciantes, el establecimiento de relaciones nacio-

l El probicma contro\~ersia en las puhli-

.Elementos nómica del gobierno de Alezei (en Notas científicas de la Universidad de Moscú, fasc. 41 [Historial, Moscú, 1940, págs. 3-34) y de E. V . Spiridónova Con- cepciones económicas de Pedro 1, Moscú, 1952, reflejan diferentes pun'tos de vista respecto a esta cuestión.

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108 EL 3IERCAXTILIS310

no renunciaba abierta.

Sección segunda

ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA, VULGAR Y PEQUEROBURGUESA

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CAPITULO .VI

APARICION DE LA ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN INGLATERRA. WILLIAM PETTY l

C. Marx señala que la aparición'de la Economia política burguesa clá- s ica está relacionada directamente con un descubrimiento, importante para la ciencia, hecho por el inglés ,William Petty (1623-1687), cuya actividad se desenvolvió en el período de decadencia del mercantilismo. Desde los comienzos de su actuación, y cuando iiún se hallaba en el campo mercan- tilista, Petty dio un gran paso hacia la creación en Inglaterra de la Eco- nomía política burguesa clásica: sentó las bases de la teoria del valor- trabajo.

Si~uución histórica. L e relaciones de producci6n capitalista se forman y desarrollan en el seno de la sociedad feudal. La transición de los distintos países de Europa Occidental al régimen de producción capitalista se realizó de manera diferente, de acuerdo con las .distintas condiciones históricas.. Dentro del mismo período histórico existían profundas diferencias entre los países respecto al grado en que se mantenía el régimen de producción feudal y al nivel de desarrollo alcanzado por las relaciones capitalistas.

Como se indicó anteriorme?te, la primera revolución burguesa se pro- dujo en 10s Países Bajos, aunque no llegó a adquirir importancia europea. Mucho mayor fue la trascendencia de la revolución burguesa inglesa de mediados del siglo xvrr, y de la revolución burguesa francesa de fines del XVIII.

Marx observa que las revoluciones de 1648 y 1789 alcanzaron pro- porciones de carácter europeo, proclamaron el régimen político de la nueva sociedad europea, representando la victoria de la burguesía en estas revoluciones el triunfo del nuevo régimen social.

El' triunfo de la burguesía lo prepararon las profundas transformacio- nes que se habían producido en la economía del último período del feudalismo. En Inglaterra se había realizado la acumulación originaria del capital, cuyo comienzo remontaba al siglo XV.. Estaba también en niarcha el proceso de desarrollo del capitalismo, tanto en la industria como en la agricultura. La expropiación de los campesinos y, la apro- piación de las tierras comunales dio lugar a la aparición de grandes

La aparición y el desarrollo de la Economia política burguesa clásica han sido tratados or C. Marx en la Contribución a la critica de la Economía poBtica, El Ca- pital, la historia crítica de la teoría de la plurvalie y en Anti-Dühring. Tarnhien ha! observaciones conceptuales en las obras de V. 1. Lenin.

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propietarios rurales. No obstante, no se puede decir que todo estos propie- tarips constituyeran ya burguesía. Junto a los capitalistas, existían en la agricultura los señores feudales, que vivían de la explotacióii directa de sus campesinos.

En las tierras de los grandes terratenientes (landlords) surgían gran. jas capitalistas. El arrendatario explotaba su hacienda con ayuda de obre- ros,asalariados, invirtiendo en ella su capital y pagando la renta agraria segun lo estipulado en el contrato de arrendamiento, en especie o en dinero. Las transformaciones agrarias producidas a fines del siglo xv y durante todo el XVI ayudaron a los landlords y a los colonos a enriquecerse. El aumento de precio de los productos agrícolas, mientras crecían las ciudades Y se desarrollaba la industria, permitía el incremento de los ingresos de 10s grahjeros.

Como señala Marx en el primer tomo de El Capital, en Inglaterra apa- reció 14 clase de los arrendatarios "capitalistas", ricos para lo que se acostumbraba en aquellos tiempos, que se enriquecían simultáneamente a costa de los obreros asalariados y del propio landlord.

'

BasGndose en las materias primas de origen nacional, y bajo la infiuen- cia de la política mercantilistai adquiere un gran desarrollo la industria textil.

Durante todo el siglo xvr, Inglaterra había importado tejidos de lana finos y, en cambio, a fines del xvIr poseía una industria textil que le aseguraba la fabricación y exportación de los mismos. Después aparece y ~~lcanza gran importancia la industria del algodón. Se desarrolla la indus- tria misera y comienza a fabricarse hierro fundido, empleando carbón de hulla. Adquiere nuevo impulso la industria del metal. Claro que aún no exiatla la gran industria maquinizada, pero la manufactura iba creando, en comparación con otros paises, condiciones mejores para el desarrollo industrial de Inglaterra.

El auge industrial iba acompañado de condiciones favorables para el comercio exterior. Después de la victoria de Inglaterra sobre España en 1588, cuando fue destruida la escuadra española junto a las costas inglesas, se abrieron grandes perspectivas para la expansión del comercio inglés..Iaglaterra logró aventajar a los Países Bajos y a Francia. En las operacloaes de exportación participaban no sólo los comerciantes, sino también la alta aristocracia feudal, que también se enriquecía, expoliando a las colvnias y merced a la política mercantilista.

Comienza la reestructuración burguesa de la producción industrial, que iba triunfando sobre las reminiscencias feudales. El dominio del capital comercial fue reemplazado por el del capital industrial.

En la revolución de 1648, la burguesía, en coalición con la nueva nobleza, luchó contra la monarquía de la aristocracia feudal y la Iglesia dominante. La revolucián inglesa resolvió exclusivamente tareas burguesas.

En 1s revolución desempeñó un papel activo el campesinado, aunque la burguesía era quien llevaba la dirección. En la primera etapa de la revolución, el papel decisivo le correspondió a la burguesía urbana, pero fue la pctrticipación de los campesinos en la lucha de clases lo que per- mitió el triunfo de la revolución.

SLTUACION HISTORICI . 113

En la preparación y realización de l a revoliicióii inglesa tuvo también importancia el movimiento religioso llamado "puritnnismo". Los purita- nos exigían la "depuración" de la Iglesia oficial inglesa de los residuos del catolicismo y la creación de parroquias dirigidas por decanos electivos (presbíteros). Mantenían las posiciones de la burguesía y la nueva nobleza contra la monarquía feudal y contra el rey, que era el jefe de la Iglesia anelicana. .,

Por su parte, el poder real, y sobre todo Carlos 1, perseguía a 10s puritanos, sin tener en cuenta a la burguesía y a la nueva nobleza, prac- ticaba detenciones, imponía multas y recurría incluso al encarcelamiento. Carlos 1 no convocaba el Parlamento, y sin el consentimiento de la bur- guesía implantaba nuevos impuestos, creando iin ejército independiente de los parlamentarios.

En los constantes conflictos entre el Parlamento y el poder feudal, es decir, entre la burguesía y los señores feudales, la población trabajadora apoyaba el Parlamento burgués, en contra del rey. Se declaró la guerra civil entre los partidarios del rey y los del Parlamento. E1 ejército parla- mentario, bajo la dirección de Cromwell, y con la participación de 10s campesinos, infringió una derrota. completa al ejército de Carlos 1, des- pués de cuya ejecución, en enero de 1649. fue proclamada la república.

Una de las tareas de la burguesía inglesa consistía en la lucha contra el predominio de Holanda en el mercado exterior. En 1651 fue publi- cada el Acta de la Navegación, según la cual todas las mercancías des- tinadas a Inglaterra y procedentes de las colonias (Asia, América y Africa) debían ser transportadas exclusivamente en barcos ingleses. Eso constituyó un tremendo golpe para el predominio marítimo de Holanda, y dio lugar a la primera guerra anglo-holarideca (1652-16%), que ter- minó con la derrota de Holanda y la consolidación de la burguesía inglesa. En 1654, según un acuerdo con Portugal, todo el comercio colonial portu- gués fue a parar a manos de los navieros ingleses.

SO capa de la lucha religiosa contra los católicos irlandeses, Cromwell organizó una expedición bélica contra Irlanda, que tuvo como final el saqueo de la ida y la distribución de las tierras irlandesas entre la bur- guesía y la nobleza inglesas, así como entre los soldados y oficiales del ejército de Cromwell.

La república inglesa dejó de existir, en vida de Cromwell, después de la derrota infligida al pueblo irlandés. En su temor a las masas popula- res, la burguesia inglesa, junto con la nuera nobleza, entregó primero todo el poder a Cromwell, y luego restableció la monarquía, aunque limi- tando eii poder mediante leyes burguesas.

La prolongada guerra civil, tan abundante en crueles batallas, terminó con el triunfo del Parlamento y una gran reducción del poder real. Pero el heroismo y la fidelidad sin reservas de las clases trabajadoras fueron utilizados por la gran burguesía y los landlords en provecho propio, y las masas populares cayeron bajo el nuevo yugo de una explotación más refi- nada y cruel. -

William Petty, ideólogo de la burguesía inglesa. En el transcurso de la revolución burguesa surgieron en Inglaterra nuevos problemas económicos,

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114 ECONOhfiA POLITIC.4 BURGUESA CLASlCA EN INGLATERRA

que comenzaron a resolver los representantes de la burguesía triunfante y el nuevo poder estatal. A ellos pertenece William Petty, que se convirtió, como consecuencia de la expoliación del pueblo, en el fundador de una de las familias más ricas y de mayor abolengo de la aristocracia inglesa.

Petty era hijo de un pequeño artesano; en un principio sirvió en la flota, pero a consecuencia de una enfermedad fue desembarcado en la costa de Francia. Allí entabló conocimiento con monjes, que le proporcionaron la oportunidad de enseñar inglés y latín; al mismo tiempo, se dedicaba al comercio en pequeña escala. En los Países Bajos y en Francia estudió medicina y se hizo médico.

Durante la expedición de los ingleses a Irlanda, William Petty fue el médico particular de Henry Cromwell, hijo de Oliverio Cromwell, jefe supremo del ejército. Eso le facilitó el acceso al séquito de Cromwell y pudo participar en el saqueo del país. Como redactor de los resúmenes econó- micos sobre el fondo territorial de Irlanda, que Cromwell necesitaba, Petty fue nombrado miembro de la comisión encargada de repartir a los ingleses las tierras confiscadas y, claro está, no se olvidó de apropiarse de la mayor cantidad posible. De esta forma, se convirtió en un gran terra- teniente, ascendiendo sus posesiones en diferentes partes de Irlanda a cerca de 50.000 acres. Sus intereses le hicieron ponerse totalmente de parte de la revolución burguesa. Cuando se restableció el poder de los Estuardo se colocó del lado de Carlos 11, el cual confirmó el derecho de Petty a las tierras irlandesas, y le concedió un título aristocrático.

William Petty legó a sus herederos enormes riquezas y iin título, y a la ciencia, trabajos notables. Sin embargo, a sus encopetados descendientes les produjo vergüenza publicar la biografía del fundador de su linaje. Con este motivo, Mnrx señalaba en la Contribución a la crítica de la Eco- no& política: "De pensamiento audaz, pero al mismo tiempo cirujano militar extraordinariamente frívolo, y persona capaz no sólo de saquear Irlanda bajo la égida de Cromwell, sino de obtener de Carlos 11 el título de barón por ese saqueo, constituye un modelo de antecesor no muy apro- ~ i a d o para exponerlo al juicio del público."

En sus trabajos, William Petty se manifiesta como ideólogo de la bur- guesía inglesa, que ascendió al poder después de la revolución. Sus obras se refieren tanto a la Economía política como a cuestiones de estadística económica.

Las más importantes de ellas son: Tratado de lns tasas y Ias contribu- ciones (1662), La polebra prudente (1ó64), que trata de 10s ingresos y los gastos de Inglaterra ; Ana¿omía política de Irlanúa (1672), Aritmética política (1676), Unos palabras sobre el dinero (1682) y Tratado sobre l d a d a (1687).

En defensa de los intereses de la burguesía inglesa, que había saqueado a Irlanda, William Petty propuso evacuar del país a Ia mayoría de los irlandeses. Según los cálculos de W. Petty, éstos ascendían a 1.300.000. Era idea de Petty trasladar a Inglaterra un millón de ellos, para con- vertirlos en obreros de las empresas manufactureras, o en arrendatarios,

C Marr, Contribución a la crítica de la Economía politicq Moscú, 1953, pá- gina 42 (nota).

WILLIAM PETTY 115

que trabajarían para los terratenientes ingleses. Los 300&)0 restantes, ( L que se quedasen en Irlanda, debían ser utilizados como pastores de la granja lechera", propiedad de los ingleses.

Así es wmo deseaba impedir que los católicos irlandeses se sublevaran contra los protestantes ingleses. En realidad, lo que proponía era expropiar a los irlandeses todas sus tierras y entregárselas a los propietarios de Inglaterra.

Como burgués verdadero, W. Petty era contrario a la Iglesia católica, que resultaba muy cara, y a los impuestos que permitían que la riqueza pasara de manos de la burguesía a las de los sacerdotes.

Era enemigo declarado de las contribuciones feudales y de los impues- tos en dinero, reclamando la ordenación de los ingresos y gastos de la Inglaterra burguesa.

W. Petty mostraba ya a la burguesía inglesa el procedimiento de enri- quecerse, aumentando la explotación de los obreros. Según él, era necesario que los obreros trabajaran más y gastasen menos, y de esa forma sería posible lograr un mayor beneficio.

Petty era un partidario manifiesto del sistema colonial; hacía hincapié en la necesidad .de ampliar las colonias inglesas y calculó los ingresos que obtenía Inglaterra de sus colonias, incluyendo el valor de los esclavos que eran enviados desde Africa a trabajar en las colonias inglesas.

El comercio exterior proporcionaba a Inglaterra una extraordinaria riqueza. Por eso, en su Aritmética política, Petty hizo gala de conviccio- nes mercantilistas, manifestando que la riqueza del país consiste funda- mentalmente en la parte que le corresponde del comercio exterior con el mundo entero. Por eso afirmaba, con razón, que Inglaterra no podía obte- iier en su mercado interior con el comercio de la carne, las bebidas y 10s vestidos la cantidad de oro; plata y piedras preciosas que le proporciona- ban el comercio exterior y la política colonial.

Las condiciones históricas y la situación ecoiiómica de Inglaterra obligaban a Petty a repetir las ideas mercantilistas, pero él halló rápida- mente el camino hacia los fundamentos del verdadero análisis científico.

Las ideas mercantilistas se manifiestan sobre todo en los primeros trabajos de W. Petty y en los que analizan la política exterior de Ingla- terra. En su obra posterior Unas palabras sobre el dinero, como señala Marx, "han desaparecido ya de raíz las últimas huellas de ideología mer- cantilista con que nos encontramos en otras obras

Según palabras de Marx, William Petty ". . .essuno de los investiga- dores económicos más geniales y originales".'

En el método de Petty se advierte ya el paso al análisis científico. Trata de profundizar en el contenido y las causas de los fenómenos económiwq a diferencia de los mercantilistas, que solían limitarse a describir los hechos

Véase F. Engels, AnttDÜhring, ed. cit., pág. 284. C. Marx, Historia crítico de la teoría de la pluwnlío, r 1, Moscú, 1936, pág. 9.

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116 ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN INGLATERRA

y los fenómenos. Petty introdujo en la Economía política el método em- pleado en las ciencias naturales, dándole forma matemática. En el aná- lisis económico, recurre ampliamente a la estadística. La atención cientí- fica de Petty se centra en las cuestiones del precio, el valor, el dinero, el trabajo y la agricultura; también plantea ,otros problemas de la Economía política.

En la Anatomía pditica de Irlanda, W. Petty trata de comparar la im- portancia que ofrecen diferentes regiones de Irlanda, y de precisar el valor de la tierra.

Eso 1c llevó, como él mismo'escribe, al problema más importante de la Economía política, el de cómo establecer una relación, de igualdad y de comparación entre la tierra y el trabajo, para expresar el valor de cual- quier mercancía por medio de uno solo'de estos factores.

Petty consideraba, haciendo honor al mercantilismo, que lo más im- portante era lo relativo al precio de las mercancías. Pero no toma, para su investigación, los precios variables del mercado, sino- el precio medio (natural, según su terminología) o valor. En la investigación de este pro- l~lema se aproximó al problema de la ley del valor-trabajo.

A Petty no le cabía la menor duda de que era el trabajo el que daba ' ~ a l o r a los productos. Este hecho lo confirmaba la práctica agraria. En ' sus ejemplos de estadística, la producción de trigo y su precio se miden

por el trabajo. Compara incluso el trabajo necesario para producir el trigo y la plata. En el tratado de las tasas y las contribuciones admite que la producción de un bwhel de trigo exige el migmo trabajo que la de una onza de plata. Con ello equipara el trabajo del agricultor al del obrero.

Pone el siguiente ejemplo: "Si alguien es capaz de extraer del sub- suelo peruano y llevar a Londres una onza de plata en el mismo tiempo que emplea en producir un bzuhel de trigo, el precio de la primera es el precio natural del segundo; si, gracias a minas más modernas y más ricas, está en condiciones de extraer dos onzas de plata con la misma facilidad que antes una, el trigo será igual de barato al precio de 10 che- lines el bushd que antes al de 5 chelines caeteris paribw (en igualdad de condiciones) ."

Por tanto, Petty determina el precio natural de una mercancía me- diante la cantidad de tiempo empleado en su fabricación;.~ señala que el precio natural de la mercancía es directamente proporcional al trabajo necesario para extraer la plata.

Hay que fijarse en el hecho de queSPetty no podía aún distinguir el valor del valor de cambio, ni tampoco el valor del precio. Aquí no pro- fundiza aún en los fenómenos económicos, relacionados con el valor de cambio. Se limita únicamente a resaltar su pecio natural (valor de 'cam- bio) en el proceso del intercambio de mercancías, a llamar la atención sobre su manifestación en forma monetaria. Petty identifica el valor de

W . Petty, Trabajoí de economía y estadística. Moscú, 1940, pág. 40. -

TEORXA DEL VALOR 117

la mercancía con la cantidad de dinero obtenida por ella. En esta identi- ficación se refleja aún la influencia de las ideas mercantilistas. No es capaz de deducir el precio natural (valor) del trabajo empleado en la fabricación de la mercancía. NO obstante, llegó más lejos que los mercan- tilistas en la búsqueda de las causas de la obtención de una determinada cantidad de dinero por cierta mercancía. Llega a la conclusión de que e] valor de cambio no lo produce cualquier trabajo, sino únicamente el

I que crea dinero. I

Es muy importante subrayar que lo que a Petty preocupa es deter- minar el valor del tiempo de trabajo. La idea de equiparar diferentes clases de trabajo y de determinar el valor del tiempo de trabajo vuelve a expresarla Petty en las siguientes palabras:

"Si la producción de plata exigiera mayor maestría y estuviese rela- &nada con mayor peligro que la de trigo, en fin de cuentas tendríamos lo mismo. Supongamos que 100 personas producen trigo durante diez años, y que el mismo número de trabajadores se dedican, durante igual tiempo, a obtener plata; entonces el residuo, limpio de impurezas, de la plata extraída equiualdrá al precio del tr'igo recogido, y partes iguales del primero serán el precio de partes iguales del segundo. . ."

Petty establece, por tanto, que los cereales y la plata, lo mismo que otras mercancías, en cuya producción se ha empleado la misma cantidad de trabajo, tienen igual valor. Es decir, que Petty se aproxima a la deter- minación de la magnitud del valor mediante el tiempo de trabajo. Al mismo tiempo, se perfila en él cierta comprensión del papel que desem- peña el rendimiento del trabajo. Petty aborda de lleno la determinación del valor por medio del trabajo, lo que constituyó el punto de partida para resolver científicamente el problema del valor-trabajo,

Las faltas y los errores de la teoría del.valor-trabajo de Petty se des- . prenden de que todavía no distingue el valor del precio, como su expre-

sión monetaria, y supone, erróneamente, que el trabajo necesario para obtener oro y plata es el que determina directamcnte el valor. Mediante cualquier otra clase de trabajo, el valor se puede determinar -según él- tan sólo después de haber sido equiparado al trabajo necesario para ex- traer metales preciosos.

Al medir el valor mediante el tiempo de trabajo, Petty eligió el camino , acertado, pero no fue capaz de continuar su análisis y llegar a conclusiones

de carácter más general. No comparaba el valor de dos mercancías, sino la expresióh del valor del trigo en el valor de la plata, buscando el precio del primero.

En el sistema conceptual de Petty no existe aún la diferencia entre el valor de uso y el valor de cambio. Conoce únicamente las diferencias cxis- tentes entre el trabajo necesario para fabricar plata y el necesario en la fabricación de otros productos, cuyo precio ~ i e n e determinado cn plata.

"Envuelto por las ideas del sistema monetario, considera el trabajo específico real, mediante el cual se extrae el oro y la plata, como un trabajo que crea el valor de cambio. En esencia, supone que cl trabajo burgués no debe producir directamente un valor de uso, sino una mercan-

6 W . Pet ty , Trabajos de economia y estadística. e d . cit.. pág. 31.

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118 ECONOMIA POLITlCA BURGUESA CLASICA EN INGLATERRA

cía, es decir, un valor de uso capaz de aparecer mediante su enajenación en- el proceso del cambio, como oro y plata, o sea como dinero, es decir, como vaior de cambio, como trabajo social materializado." l

Petty no conocía el doble carácter del trabajo que da origen a las mercancías, y por eso confundía el trabajo que produce el valor y el que produce el valor de uso; pero a pesar de que no comprendia la naturaleza del trabajo que produce valores, ni el doble carácter del trabaio encerrado

.-- -. en las mercancías, la fórmula con que determina el valor de istas por me- dio del trabajo empleado en su fabricación tiene, históricamente, un gran mérito científico. - ~

Petty declaró, con razón, que el .trabajo es el padre de la riqueza, y la tierra su madre. Estas palabras las recogió Marx en un capítulo del primer tomo de El Capital, y señaló que el trabajo no es la úni.ca fuente de los valores de uso, es decir, de la riqueza material que produce. Esta última está integrada por la unión de dos elementos: los materiales de la naturaleza y el trabajo. El hombre, en el proceso de producción, modifica la forma de,los materiales, y se apoya constantemente en la acción de las fuerzas de la naturaleza.

Hay que distinguir los factores de la mercancía: el valor de 'uso y el valor. Petty no podía establecer semejante diferencia, ya que él aplicaba la misma medida para los resultados del trabajo y los frutos de la tierra. Esta medida radicaba, según él, en las "raciones diarias", es decir, en la cantidad de alimento empleado en crear e1 valor.

Por medio de raciones alimenticias diarias media el aumento de carne de un ternero que pastaba, los resultados del trabajo humano en el labo- reo de las tierras, y trató incluso de medir el valor de una choza irlandesa con ayuda del número de raciones diarias utilizadas por sus constructores mientras duró la obra. Petty no fue capaz de llevar a cabo hasta el final, de forma consecuente, su teoría del valor-trabajo.

En el cuarto tomo de El Capild, Marx señala que, al exponer el pro- blema del valor, "Petty entremacla desordenadamente tres clases de de- finiciones:

a) La magni~ud del valor, que se determina por el tiempo de .trabajo igual, considerando el trabajo como la fuemte del valor.

b ) El valor como forma del trabajo social. Por eso, el dinero aparece como L verdadera forma del valor, aunque Petty, en otros lugares, des- hace todas las ilusiones del sistema monetario. Aquí se observa en Petty una defirrición del concepto.

C) Una confusión del trabajo como fuente de valor de cambio con el trabajo como fuente de valor de uso, donde el trabajo presupone la existencia de los materiales de la naturaleza (Ia tierra); En realidad, Petty, cuando establece una xrelación de igualdadi entre el trabajo y la tierra, presenta la tierra que se vende libremente como una rentu capi alizada; es decir, Petty no habla aquí de la tierra como material de la naturaleza con el que está relacionado el trabajo real."

' Marx, Contribución a la critica de la Economía política, ed. cit.. págs. 42.43. C. Marq Historia critica de la teoría de la pluvalia (El Capitd, 'tomo N),

pane 1, Moscú, 1955, pág. 341.

TEORIA DE LA RENTA AGRARIA E19

Conviene fijarse en que Petty entremezcla desordenadamente dife- rentes definiciones; de hecho, no presenta aún una teoría del valor fun- damentada, limitándose a esbozarla. No obstante, en la historia de la

ítica clásica burguesa, la teoria del valor de Petty constituye ::~bZd$artida.

Con la teoría del valor de Petty guardan relación sus teorías del salario y de la renta agraria. Del valor de la mercancía pasa al del trabajo. Toman- do como ejemplo el precio del trigo, distingue en él dos partes: el salario y la renta agraria; En aquella época existían leyes gubemammtale, que

, determinaban la cuantía del salario. Por esd Petty determina el valor del trabajo en nombre de la ley: ". . .La ley debería asegurar al obrero Úni-

' camente los medias de vida, porque si se le permite percibir el doble trabajará la mitad de lo que sería capaz de hacer y de lo que haría, y representa para la sociedad la pérdida de igual cantidad de trabajo." e

Marx, en el tomo IV de El Capilal, comenta este argumento, diciendo que Petty determina el valor del trabajo con ayuda de los medios de vida iiecesarios. El obrero está condenado a realizar un trabajo excedente y a producir un product~ excedente, sólo porque se le obliga a emplear toda la fuerza de trabajo de que dispone para .que perciba únicamente lo es- trictamente necesario pare vivir. Con ello, el salario de Petty se basa en el mínimo de medios de subsistencia que necesita el obrero.

Lo mismo que los mercantilistas, Petty era partidario de un salario fijo, limitado por la legislación al mínimo fijo de medios necesarios para que el obrero pudiera subsistir. Basándose en ello, determinaba la cuantía (le la renta agraria en forma natural, es decir, en trigo, y también en SU

forma monétaria.

TEOR~A DE LA RENTA AGRARIA.

Petty comprendia por renia agraria la parte de producto de la agri- cultura, e de dinero que queda, una v a descontado del producto o d d dinero total, e1 coste de pmducción. El coste de produc4ón del trigo estaba integrado para él por. los gastos en simiente y en obreros (es decir, en salarios).

Pero además la renta agraria se manifestaba, según él, en dos formas: renta. del suelo y renta monetaria (interés). Esta última la deducía de la primera.

La renta agraria con.stitu,ía para Petty no sólo un plus que obtenía el '. ~mpresario por encima del tiempo -de trabajo necesario, sino un &S del . ' irabaio suolementario del producto, por encima del salario recivdo, y .. - , .

tina compensación de su propio capital. U valor del trigo lo determina por el tiempo de trabajo que encierra.

Para Petty, la renta agraria es lo que queda del producto total, después

e W . Petty, Trabajos de economía y estadística, ed. cit., págs. 70-71.

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120 ECONOMIA POLITIC-\ BURGUESA CLASICA EN INGLATERRA PRECIO DE LA TIERRA

de haber descontado de él el salario y las semillas, con lo cual la renta equivale al producto suplementario. Incluye el beneficio que aún no ha sido separado de la renta agraria.

Por eso, se puede decir que la teoría de la renta agraria de Petty cons- tituye su teoría de la ganancia. Pero es falso afirmar que no ofrece una teoría de la renta agraria.

En el tomo IV de El Capital señala Marx que en Petty encontramos el primer concepto sobre la renta diferencial. No la deduce de la diferente fertilidad de parcelas de igual dimensión, sino de su distinta ubicación, de su mayor o m,enor distancia del mercado, aun siendo igualmente fér- tiles, lo que, como sabemos, constituye uno de los elementos de la renta diferencial.

En su Tratado de las tasas y las contribuciones, e&ribía Petty: "De la misma forma que una gran demanda-de dinero aumenta el interés, una gran demanda de trigo eleva su precio y la renta agraria en donde se cultiva el trigo y, en resumen, el precio de la propia tierra." lo Marx ex- plica que, por tanto, en este párrafo, Petty dice claramente que el precio del trigo determina la renta agraria; de modo semejante, el valor del trigo no está determinado por la renta, como se deduce de lo expuesto anteriormente.

66 Si, por ejemplo -continúa Petty-, el trigo con que se alimenta Londies o cualquier ejército debe ser transportado de los lugares que se halle a 40 millas de distancia, el que crezca tan sólo a una milla de dis- tancia de Londres, o del lugar donde esté acuartelado el ejército, propor- cionaría por encima de su precio natural, tanto como cueste transportarlo a 39 millas. . . Por tanto, en las proximidades de las poblaciones, para la alimentación de cuyos habitantes hacen falta grandes regiones, las tierras no sólo proporcionarán, a consecuencia de ello, una renta más elevada, sino que costarán una suma mayor de rentas anuáles en comparación con las tierras de calidad completamente igual, pero que se hallen en lugares más leianos." l1

- Es decir, que Petty deduce la renta diferencial 'de la distinta ubicación de las tierras y de la distancia a que se hallen del mercado.. Pero también menciona la diferente fertilidad de la tierra y, en consecuencia, el distinto rendimiento del trabajo eri tierras de igual calidad. '

Petty declara que el valor de la tierra, es decir, su riqueza o pobreza, está en función de la relación existente entre la mayor o menor fracción que hay que deducii: de su producto para pagar por su.expIotación, y el simple trabajo empleado en el cultivo de diclio producto.

Según conclusión de Marx, Petty expuso la renta diferencial con mayor acierto que Adam Smith.

Petty establece el precio de la, tierra de una manera genial.. Después <le haber determinado la renta como un beneficio puro obtenido de la

lo W . Pet ty , Trabajos d e economía y estadisticn, ed. cit., pág. 38. Ibídem, pág.;. 38-39.

tierra, se pregunta: ''¿Qué suma de rentas anuales será naturalmente igual en valor a la tierra que se vende libremente?"

Si respondiésemos que un número sin fin de rentas anuales, podríamos llegar a conclusiones absurdas. Por eso, Petty admite convencionalmente que el número de rentas anuales, que constituyen el valor natural de determinada arcel la, equivale a la duración corriente de la vida en común de tres generaciones (abuelo, padre e hijo).

En Inglatrra se consideraba que esa duración era de veintiún años. Basándose en ello, Petty llegó a la conclusión de que el valor de la tierra es igual, aproximadamente, a esta cantidad de rentas anuales. Eso le per- mitió hacer la importante declaración de que el valor de la tierra no es, ni más ni menos, que la renta capitalizada, es decir, una suma determinada de rentas anuales, o una suma de rentas durante un determinado número de años.

I El valor de la tierra -razonaba Petty- no es más que la suma de determinado número de rentas anuales. Y como la cuantía de la renta mo- iietaria depende del valor del bushel de trigo, y este valor lo determina, a su vez, la cantidad de trabajo empleado en producir un bwhel de trigo, el trabaio constituye la fuente no sólo del valor del trigo, sino, en última instancia, del "va1Ór de la tierra"

Esta idea, muy certera, encierra un intento prematuro y audaz de des- cubrir la dependencia que existe entre los fenómenos de la agricultura Y la ley del valor-trabajo.

El mérito científico de este intento coiisiste en que Petty supo ver en la venta y el precio de la tierra la venta y el precio de la renta agraria.

Esta idea es pppliada después en su teoría del precio de la tierra como -. - renta agrarira capitalizada.

En el tomo IV de El Cap id , Marx llama la atención acerca de la im- portancia que tiene la solución dgda por Petty al problema del valor de la tierra. Marx señala que en la investigación de Petty, ". . .en primer lugar, la renta agraria, como expresión de la plusvalía agrariu global, no se extrae de la tierra, sino del trabajo, y se determina por el plus a que da origen el trabajo suplementario por encima del necesario para la subsis- ten:ia del trabajador;

. . .en segundo lugar, resulta que el valor de la tierra no es más que,la renta comprada corí varios años de anticipación, una forma transformada de la propia renta agraria, en la que la plusvalía (o el trabajo suplemen- tario) de un determinado'número de años (por ejemplo, veintiún años) fi- sura como el valor de la tierra; en resumen, resulta que el valor de la tierra U

no es más que la renta capitali~ada"?~ Según conclusión de Marx, Petty penetró profiindamente en la esencia

de la cuestión. Por tanto, desde el punto de vista del comprador de la renta (es decir, del comprador de la tierra), la renta agraria se manifiesta simplemente como un interé's de su capital, del capital con que la compró, y de esta forma la renta agraria resulta totalmente desconocida y aparece como un interés que produce el capital.

1 2 C.'Marx, Historia critica de las teorius de la pluscalia (El Capitul, tomo Iv), parte l., ed. cit., pág. 338. I

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122 ECONOXIA PQLITICA BURGUESA CLASlCA EN INGLATERRA

Una vez que Petty ha determinado el valor de la tierra y el de la renta agraria anual, puede deducir la ."renta del dinero", o el interés del prés- tamo como una forma secundaria.

Aunque Petty no distingue el beneficio de la plumalía y de la renta agraria, sin embargo, resalta de forma especial una clase de beneficio, el interés del capital prestado, a pesar de considerar el interés como una forma de beneficio, derivado de la renta agraria. Como no comprendía que las oscilaciones en los precios de la tierra dependen de las oscilaciones del tipo de interés, dedujo, por el contrario, el tipo de interés del nivel del precio de la tierra. Consideraba que si el dueño del dinero puede comprar tierra para que le produzca una renta, el propio dinero debe producir un beneficio (%), del mismo modo que la tierra produce una renta.

En el Tratado de las tasar y las contribuciones, Petty considera que el interés del préstamo debe ser, por lo menos, igual a la renta procedente de la cantidad de tierra que pueda comprarse con el dinero que se presta.

Como vemos, determina el interés por el precio de la renta, lo que, , naturalmente, es falso. En realidad, sucede todo lo contrario: el precio de

la renta, el valor de compra de la tierra está determinado por el tipo de interés.

Para Petty es completamente lógico considerar así el interés, ya que, según él, la renta agraria es la forma general de la plusvalía y, por con- siguiente, deduce el interés del dinero de la renta como forma secundaria. La forma errónea que tiene de comprender el interés no reduce, sin em- bargo, la importancia científica de su teoría de la renta agraria.

~PRECIACIÓN GENERAL DE LA TEORÍA DE PETTY.

Aun subrayando los grandes méritos de Petty en el desarrollo de la Economía política como ciencia, es necesario volver a señalar los defectos de su doctrina económica y las contradicciones de sus concepciones.

En el sistema de conceptos político-económicos de Petty, había puntos acertados y erróneos; además, Petty analizaba las categorías económicas a la par que trataba otras cuestiones, por ejemplo, a l ocuparse de los problemas de la estadística económica de Irlanda.

El rasgo característico de su análisis de las categorías económicas es considerarlas como naturales, al margen de su dependencia histórica. Igual que todos 10s ideólogos burgueses, Petty consideraba el capitalismo como un fenómeno natural y eterno, y las relaciones feudales como antinaturales.

En sus obras, Petty no rompe definitivamente con el mercantilismo. El período en que se desarrolla su actividad es el de la llamada acumulación capitalista originaria, cuando el capital comercial pasa de ser una forma independiente a una forma subordinada del capital industrial, y por eso le confunden enormemente las ideas mercantilistas.

Petty no fue capaz de dar una definición consecuente del valor por el trabajo. Al tratar de la cuestión relativa a las diferencias existentes entre el valor y el valor de uso, sugirió dos fuentes del valor: el trabajo y la naturaleza. Su conocida expresión de que "el trabajo es el padre y el principio fundamental de la riqueza, y la tierra su madre*', era exacta

APRECIAClON GENERAL DE LA TEORIA DE PETTY 123

únicamente en el sentido de que para obtener un producto es necesaria realmente la acción combinada del trabajo humano y de las fuerzas de la naturaleza. Pero la afirmación de Petty de que el valor lo crean el trabajo y la tierra es falsa, ,y el intento de defender su teoría de dos fuentes del valor, mediante la doctrina de las "raciones dianas", aunque, curiosa, carece de mérito científico. No obstante, también tiene su impor- tancia, pues señala grandes contradicciones en la doctrina del valor de Petty: no supo delimitar el' valor y el valor de uso; de la definición del valor mediante el trabajo pasó a su determinación por medio de dos fuentes, la tierra y el trabajo; .de una definición relativamente acertada del. precio de la tierra pasó a buscar la nivelación entre la tierra y el trabajo; de la definición de la magnitud del valor mediante el trabajo, pasó a determinarla por medio de "raciones diarias", es decir, mediante él salario.

Estas concepciones falsas dieron lugar .a otros errores. Por ejemplo, a Pettv se le planteó el problema de la "medida del valor", que se basaba en el problema de la "nivelación de la tierra y el trabajo", que luego utilizaron los economistas burgueses vulgares para sus lucubraciones apo- logéticas.

Como resumen, de las concepciones económicas de Petty hay que decir que fue quien dio comienzo a la teoría del valor-trabajo, y quien trató de explicar, basándose en ella, la relación entre la cantidad de producto y la cantidad de plata obtenida a cambio de él, entre el salario y la renta agraria, entre el precio de la tierra y el tipo de interés. Petty esbozó la doctrina de la plusvalía, a pesar de presentarla en forma de renta agraria, y de no diferenciar la renta de b plusvalía, del beneficio y del interés.

Marx p Engels consideraban de gran importancia la aportación de Petty a la Economía politica científica: ". . .los sucesores ingleses de Petty se asimilm y desarrollan los primeros trazos audaces de éste en casi todos los campos de la Economía'política. Las huellas de este proceso, en el período que va desde 1691 a 1752, se le meten por los ojos al más super- ficial observador con sólo fijarse en que todas las obras económicas de cierta importancia publicadas durante todos esos años arrancan, en forma positiva o negativa, de Petty. Este período, Ueno de cabezas originales, es por tanto el más importante para investigar la génesis y gradual desarrollo de la Economía política".1s

En efecto, Petty fue el primero que supo penetrar, mediante un análisis científico, en. las incipientes relaciones capitalistas con la profundidad que hemos explicado más arriba. Fue el primero en dar el paso audaz; posteriormente, sus continuadores ahondaron y desarrollaron sus ideas. Hasta los representantes más eminentes de la Economía política burguesa clásica de Inglaterra tomaron mucho de su fundador. Ciertas tesis de Petty las desarrollaron después Adam Smith y David Ricardo. Petty es el fiindador de la Economía politica clásica burguesa de Inglaterra.

1s F. Engele, Anti-Dühring, ed. cit., pág. 288.

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124 ECONOMlA POLITICA BURGUESA CLASICA EN INGLATERRA.

PROGRAMA AGRARIO DE LOS CAMPESINOS INGLESES.

Petty formuló el programa económico de la burguesía y de la nueva nobleza de Inglaterra. Este programa de la burguesía no puede ser consi- derado como el único.. En favor de la reorganización burguesa de la economía de la Inglaterra feudal lucharon, además de la burguesía, los campesinos, cuyos intereses de clase no se vieron reflejados en las obras de Wiiiiam Petty. El programa agrario del campesinado inglés aparece formulado en las obras de los levellers y los diggers.

Los levellers y los diggers surgieron como partidos políticos durante la revolución indesa.

A -los levell&s les Ilamaban también igvalitarios, ya que el rbgrama P que lanzaron en 1647 abogaba por la igualdad de todos los ing eses ante la ley,-por la devolución de las tierras "cercadas" a los campesinos, y la supresión de los monopolios comerciales e industriales. Los campesinos interpretaban el programa de los levellers como la proclamación de la lucha por suprimir la propiedad agraria de los terratenientes.

El jefe de los levellers era Juan Libbern, que personalmente tenía ideas más moderadas. Era contrario a la abolición de la propiedad agraria de los terratenientes, y no apoyaba la reivindicación de entregar la tierra a los campesinos.

Hay que señalar que los levellers no constituían un partido homogéneo. Agrupaban a la pequeña burguesía urbana y a la fracción más pobre del campesinado. Pero desempeñaron un papel progresivo al luchar por ' la revolución y la república contra la monarquía feudal. Como .contaban con la ayuda de militares, intentaron organizar un levantamiento, pero sin éxito.

La fracción campesina más radical y revolucionaria organizó el partido de los diggers o verdaderos levellers, que también participó en la revo- lución inglesa.

Después de la ejecución de Carlos 1 y la proclamación de la república, en la primavera de 1649, Gerardo Winstansley encabezó un grupo de campesinos pobres ingleses, los que se establecieron por su cuenta en las tierras comunales baldías, próximas a Londres, emprendiendo su cultivo. De ahí el nombre de "vacadores" (diggers) que se les dio.

Ya en enero de 1649 se publicó la obra de Winstansley, titulada Nueva ley de la justicia, cuya forma religiosa externa preconizaba el res- tablecimiento de los princípios del cristianismo, pero en realidad mani- festaba el sentir antifeudal de los campesinos.

En esta obra se condenaba la existencia del poder real. Según la opi- nión de Winstansley, el reino de Inglaterra constituía una cárcel, en la que los jueces reales eran los carceleros y los pobres los presos. El gobierno real era un gobierno de bandidos, que 'habían arrebatado por la violencia la tierra a los campesinos y la conservaban en su poder, mediante el em- pleo de la fuerza.

El punto fundamental del programa de los diggers era su reivindica- ción de que a los campesinos les fuera reconocido el derecho a utilizar

PROGRAhI.4. AGRARIO DE LOS CAMPESISOS INGLESES 125

las tierras comunales, y de que se concedicse a los campesinos Sin tierra el derecho a trabajar las tierras comunales.

Winstansley no se decidía a plantear un progama más radical que abogase por que fueran devueltas a los campesinos las tierras que les habían sido expropiadas. No hablaba de las tierras que habían sido. "cercadas" por la nobleza; sólo manifestaba la esperanza de que, a la postre, .sus propietarios se unirían voluntariamente a los que trabajaban honrada- mente las tierras comunales. A pesar de sus modestas reivindicaciones, los diggers defendían los intereses de los campesinos más pobres. En el caso de que su programa agrario fuera llevado a la práctica, parte de los campesinos podría obtener tierras.

Los campesinos ingleses apoyaron intensamente el movimiento de los diggers, que, favorecían la lucha de clases entre terratenientes y campe- sinos. En diversos lugares, numerosos grupos de campesinos (en una región llegaron a sumar 1.000 personas) procedieron a cultivar, por su propia iniciativa, las antiguas tierras comunales. Los terratenientes se lanzaron sobre los "cavadores", destruyendo sus casas y sus sembrados.

Uno de los rasgos esenciales del movimiento de los diggers consistía en que se limitaba a reivindicaciones agrarias. Los diggers no pensaban en absoluto en 'la lucha política, desechaban la idea de la sublevación armada para adueñarse del poder y aspiraban a establecer la veidad campesina por medio de la propaganda pacífica de los principios del cristianismo primitivo. Pero independientemente de los métodos de lucha que propugnaban, los diggers reflejaban los intereses de clase campesina inglesa.

Las fuerzas de los levellers y los diggers resultaron dispersas. LOS aplastó el nuevo poder burgués, que perseguía a los partidarios del movi- miento campesino y de la pequeña burguesía.

Triunfó la fracción burguesa cuyos intereses defendía William Petty. Pero como se puede observar en el ejemplo del movimiento de los leveUers y los diggers, existía también una doctrina económica que iba en contra del programa de William Petty.

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CAPITULO VI1

APARICION DE LA ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA. BOISGUILLEBERT, LOS FISIOCRATAS

Poco después de haber surgido la Economia política inglm, al otro lado del canal de La Mancha, el francés Pierre de Boisguillebert realizó i ~ n a dura critica del colbertismo (m~rcantilismo francés), y sentó en Francia las bases de la Economía politica burguesa clásica. A mediados del siglo XVIII apareció en aquel pais una npeva escuela, la de los fisió- cratas, qiie fueron los verdaderos padtrs de la Economia politica burguesa clásica.

Situación histórica. La preparación del régimen de producción capi- talista tuvo lugar en Francia en condiciones históricas distintas que en Inglaterra. Hasta fines del siglo XVIII, Francia continuó siendo un pais feudal.

En Inglaterra, cn el siglo xvii habia surgido ya la nueva nobleza, que organizó !a agricultura de acuerdo con los métodos capitalistas. En la Francia del siglo XVIII continuaba dominando la vieja nobleza, qut? defen- día las antiguas relaciones feudales.

La clase de los nobles y su monarquía feudal se mantenían a expensas de la explotación de los campesinos. Los numerosos tributos y contribucio- nes constituían un gran fardo que arrastraban las masas populares. Los campesinos vivían en una situación de verdadera miseria; los explota- dores se beneficiaban de la mayor parte de las cosechas. El trigo se recogía en cantidades insignificantes. 1.a agriciiltilra pasaba por un periodo de decadencia y un estado de crisis.

- La Francia de entonces, que contaba con una industria muy poco

desarrollada y una agricultura arruinada a consecuencia de la explotación feudal, se habia quedado muy retrasada con relación a Inglaterra. Ade- más, la situación politica de Francia se caracterizaba por un ran recru- decimiento del absolutismo. El poder real ampliaba, por todos os medios, B el comercio exterior y la industria, que mediante los derechos de aduanas. las contribuciones, etc., representaba grande ingresos para el erario. El poder real trataba asimismo de atraer hacia su politica mercantilista a la burguesía comercial-industrial, que al principio también ae beneficiaba con semejante política.

Como ya hemos señalado, la politica mercantilista fue aplicada con a p c i a l insistencia por Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV.. El

comercio exterior, la navegación y la industria x fonnentaban por todos los medios, mientras que la agricultura languidecía en la más completa- indiferencia. La politica mercantilista de Colbert ignoraba conscientemente las tareas relativas al progreso del cultivo de la tierra.

Al mismo tiempo, el colbertismo favorecía el desarrollo de las relacio- nes monetario-comerciales en el pais y el aumento del capital comercial. Con su politica proteccionista, Colbert fomentaba el comercio y la industria.

Marx señala en el primer tomo de El Capital que el sistema protec- cionista fue un. medio artificial para fabricar fabricantes, expropiar a .obreros independientes, capitalizar los medios de producción y de vida de la nación -y abreviar el tránsito del antiguo al moderno régimen de pro- ducción.' .

El colbertismo introdujo elementos nuevos en el sistema proteccionista. Comenzó a suministrar a los industriales capitales procedentes directa- mente d e l tesoro público. La implantación de las "manufacturas reales" implicó grandes gastos para el Estado feudal.

Sin embargo, no toda la industria se vio incluida en el sistema protec- cionista. Resultaron favorecidas únicamente las ramas que se dedicaban a la exportación.

La excesiva .reglamentación de Colbert dificultaba la actividad de. 10s comerciantes y los industriales. Con el fin de asegurar la venta de las mer- cancías francesas en los mercados extranjeros, fueron dictados cerca de 200 "reglamentos" gubernamentales sobre la calidad de los productos de ex- portacibn, la longitud y el ancho de los tejidos, el número de hilos de la trama, los modos de teñir las telas, etc. Los L'reglamentos" constaban de numerosos párrafos, cuyo cumplimiento era vigilado por inspectores upe-. ciales de maniifacturas, que intervenían en todo, incluso en los detalles de la .fabricación, llevando a cabo inspecciones y registros. Estaba muy. extendido el sistema de multas y confiscaciones por infracción de las nor- mas de fabricación de las mercancías.

Durante algún tiempo, la clase comercial-industrial apoyó semejante- política. Fue entonces cuando la industria francesa no tuvo rival en la fabricación de artículos de lujo y cuando París se convirtió en el árbitro de las modas y los gustos de toda Europa. Pero a partir de la segunda mitad del siglo XVIII se hizo evidente cuán frágil era semejante éxito. El desarrollo &e la industria francesa no podía i r muy lejos, pues en el pais predominaban los campesinos, arruinados por las exacciones y los impues- tos feudales.

A mediados del siglo XVIII, la @erra entre Francia e Inglaterra por el dominio de los mercados exteriores y las colonias terminó con el triunfo de la última, que se impuso ,en el mercado mundial. Francia perdió SUS colo- nias de América y la India. Inglaterra ocupó el primer puesto en la rama más importante de la industria: la fabricación de pafios.

La reglamentación exagerada de la industria, en'la que al principio se cifraban grandes esperanzas, por considerane que mejoraría la calidad de las mercancías, se convirtió, de hecho, en un obst~culo para el progreco técnico. Hizo que las mercancías careciesen de vanedad, impedía que la

1 .Véase C. Marx, El Capital, ed. cit., t; 1, pág. 643.

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128 ECOYOMIA POLlTlCA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA .

fabricación se adaptara rápidamente a las necesidades del mercado y entorpecía la libre competencia.

Pero lo que frenaba aún más el avance de la industria capitalista era la agricultura, que.se hallaba bajo el yugo del régimen feudal. Los cam- pesinos se veían avasallados por el sistema estatal de impuestos, que les absorbía toda la savia, y del que habían logrado emanciparse la nobleza, enteramente, y el clero y la burguesía, en 'parte. Además, la recaudación de las contribuciones se hallaba por completo en manos del F~tado, lo que hacía más oneroso aún el peso de las mismas. Por otro lado, los campesinos pagaban a los terratenientes un impuesto por el usufructo de la tierra, el llamado "censo", que oscilaba entre un décimo y un cuarto de la cosecha, abonándose en especie o en metálico. Los campesinos que poseían poca o ninguda cantidad de tierra, al arrendársela al terratehiente por el sistema de "mediería", tenían que entregar a éste la mitad de la cosecha.

Por añadidura, la agricultura se veía oprimida por la política mercan- tilista de mantener precios bajos para el trigo, con el fin de abaratar las materias primas y la mano de obre para la industria. Estaba prohibida la exportación del trigo, facilitándose la importación a precio reducido. Además, se ponían todas las trabas posibles a su comercio exterior. El campo, arruinado y mísero, constituía un mercado limitado e inseguro para dar salida a la producción industrial.

En tales condiciones, el mercantilismo francés no pudo disponer en la economía del país del fundamento seguro que tenía el mercantilismo in- glés. Semejante estado de cosas dio lugar a que los ideólogos del incipiente capitalismo francés se manifestaran con toda decisión en contra de la po- lítica mercantilista, tanto agraria como industrial.

William Petty, fundador en Inglaterra de la Economía politica clásica, fue desprendiéndose paulatinamente de sus concepciones mercantilistas.

Muy otra fue la forma como surgió en Francia la Economía política. Sus representantes, al oponerse a la politica oficial, se mostraban enemigos del mercantilismo y del colbertismo. La Economía política clásica de Francia tiene rasgos propios y se diferencia de .la inglesa. ,

Marx llamó la atención acerca de estos rasgos en Contribución a la crítica de ks Econonia política, donde escribe: "El estudio comparativo de los trabajos y la personalidad de Petty y Boisguillebert, sin hablar de la claridad que difundiría sobre la diferencia social entre Inglaterra y Francia a fines del siglo XVII y comienzos del XVIII, constituiría una ex- posiciGn genética del contraste nacional que existe entre la Economia poli- tica inglesa y la francesa." 1

La aparición de la Economía política clásica en Francia está relacio- nada con muchos nombres, pero, ante todo, con Pierre Boisguillebert, y después con Francois Quesnay y su escuela, que después recibió el nom- bre de "escuela fisioorática".

C . Marx, Contribución a la critica de la Economia política, ed. cit., pág. 40 (nota).

BOISGUILLEBERT 129

Pierre Boisguillebert (1646-1714) fue juez del Parlamento provincial de Ruán. En su calidad de tal, tenía que tratar asuntos de los campesinos, y podía observar su calamitosa situación. Se declaró abogado de la agri- cultura. En 1695 publicó sus ideas en el libro Detulbs sobre Francia du- rante el reinado de Luis XIV..En 1712 vio la luz, con el mismo título, una edición ampliada de esta obra.

El rasgo característico de Boisguillebert es su animadversióii hacia c1 mercantilismo.

Los mercantilistas veían en el dinero la principal riqueza del país; para Boisguillebert, en cambio, era el mayor mal y la causa de las des- gracias del pueblo y la pobreza de las masas campesinas. Se manifestaba en contra del oro y la plata, en contra del desarrollo de las relaciones mo- netarias.

Considerando necesario suprimir el poder del oro y la plata, Bois- guillebert proponía sustituirlos peor papel moneda.

Deseaba poner fin al poder del dinero, y para ello limitaba sus funcio- nes, considerándolo como simple instrumento de circulakión. Pero, al mismo tiempo, no se oponía a la circiilación de mercancias, con lo cual puso de manifiesto su incomprensión de la función del dinero.

Suponía que la aparición del dinero había falseado la verdadera esencia del trabajo como fuente del valor; que el trabajo, que constituye el ori- gen del valor de cambio,-era deformado por el dinero.

En su libro Sobre las caracterisficas del romanticismo económico, subraya Lenin que "Boisguillebert consideraba superficialmente el cam- bio de mercancias como un régimen natural, siiblerándose contra el dinero, en el que veía un "elemento e~ t raño" .~ Boisguillebert no comprendía la indisoluble y natural relación del dinero con el intercambio de mercancías.

Para explicarse las ideas equivocadas de Boirgiiille'uert acerca del di- nero, hay que tener en cuenta las condiciones históricas concretas en que vivía el campesino francés, cuyos sufrimientos y miseria aumentaban con el desarrollo de las relaciones monetarias y el incremento de las contribu- ciones en metálico.

El mérito científico de Pierre Boisguillebert consiste en haber funda- mentado la teoría del vaior-trabajc.

Boisguillebert distinguía el precio del "valor justo", que buscaba más allá de los precios del mercado. Consideraba que el "valor justo" de una mercancía es otra mercancía en la que se ha gaitado el mismo tiempo de trabajo.

Tratando de explicar el origen del "valor justo". lo rclacionaba acer- tadamente con el trabajo; el tiempo de trabajo constituía para él la medida del valor. Según su teoría, bajo la acción de la libre competencia tiene liigar la distribución del trabajo y, por consiguiente, la drl tiempo <Ic trabajo entre las distintas ramas de la producción.

En Contribución a la critica de la Economía politíca hace hlarx con este motivo la siguiente observación : "Roisguillebert, por sii parte. diluyr,

3. V. 1. Lenin, Obras, t. 2, pág. 179.

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130 E C O X O ~ I I A POLITICA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA ESCUELA ECONOMICA FISIOCRATA

si no conscientemente, por lo menos de hecho, el valor de cambio de la mercancía en el tiempo de trabajo, al determinar el "valor justo" (la juste valeur) mediante la proporción adecuada, en que el tiempo de tra- bajo de los individuos se reparte entre diferentes ramas de la industria, presentando la libre competencia como el proceso social que establece esta justa proporción.'' '

Boisguillbert consideraba el tiempo de trabajo como la medida de la magnitud del valor de las mercancías, y al mismo tiempo, confundía el tra- bajo, materializado en el valor de cambio de las mercancías, medido mediante el tiempo, con la actividad natural directa de los individuo^.^

Al estudiar el desarrollo de las. relaciones mercantiles y el comienzo del régimen de producción capitalista, comprendía ya la función social de la competencia. No obstante, todavía confunde el trabajo materializado en el valor con el trabajo individual, con la actividad de una persona determinada.

Boisguillebert inició el análisis del salario en un período en que la manufactura francesa se hallaba en proceso de desarrollo, reduciéndolo al mínimo de medios de subsistencia del obrero. Pero estaba muy lejos de defender los intereses del obrero. Era contrario, incluso, a que éstos 'se unieran para luchar por el aumento de los salarios.

Boisguillebert se pronunciaba exclusivamente en defensa de los cam- pesinos y de la ptqueña producción mercantil.

Concentraba su atención en el análisis de la producción, y no en la circulación. En eso radica su diferencia básica con los mercantilistas.

Es más, mientras que Petty ponía el ejemplo de las minas del Perú para analizar el precio de las mercancías y determinar su valor, Boisguillebert consideraba posible prescindir de los yacimientos de plata del Perú.

Con este motivo, repetía insistentemente la siguiente frase, que se atri- buye a uno de los ministros franceses que precedieron a Colbert: "La agricultura y la ganadería son para e1 Estado dos ubres que muy bien .

pueden sustituir las minas del Perú." Con estas palabras daba fuerza a sus ideas respecto a la enorme impor-

tancia que para el bienestar del Estado tenía la agricultura, cuyas ventajas, en comparación con el comercio p la industria, declaraba abiertamente. Por eso exigía que en Francia se desarrollase la prodircción agraria.

Independientemente de sus puntos de vista erróneos, las ideas de Bois- guillebert sobre la importancia de la producción y el análisis que hizo de la misma significaron el comienzo de la verdadera ciencia de la Economía política,-que venía a sustituir al mercantilismo.

Las ideas de Boisguillebert fueron desarrolladas por los fisiócratas, es- pecialmente por Francois Quesnay y su escuela.

Los fisiócratas aparecieron como oposición al mercantilismo. El mérito de Quesnay y de otros fisiócratas consiste, ante todo, en que

4 C. Marx, Contribución a la critica de la Ecomnúa política, ed. cit., pág. 43. Ibidem, pág. 44.

desplazaron sus investigaciones de la esfera de la circulación a la de la producción, con lo que fueron precisamente ellos -los fisiócratas- quie- nes establecieron las bases para analizar la producción capitalista. Pero, aunque desarrollaron concepciones teóricas burguesas, progresivas para su tiempo, los fundadores de la escuela fisiócrata no se pronunciaron con- tra las bases del régimen feudal que exisiía en Francia. Trataban de evitar la explosión revolucionaria.

La inconsecuencia y dualidad de las concepciones de los primeros fisió- cratas se corrigieron, en gran parte, por sus continuadores más tardíos, lo que le permitió a la Asamblea Constituyente, en 1789, incluir en su pro- grama de reformas económicas una parte de los postuladosfisiocráticos.

La importancia de la escuela fisiócrata en la Economia política bur- pesa se debe, ante todo, a que, trasladando sus investigaciones de la esfera de la circulación a la de producción, declararon que la fuente de la ri- queza la constituía el "producto neto" de la agricultura capitalista, y no el comercio y el dinero..

Es v+dad que su doctrina del "producto neto" no era consecuente hasta el fin, pero encontraron un principio científico acertado al pedir que la ciencia económica estudiase los fundamentos de la vroducción social.

La tentativa de los fisiócratas de presentar todo el proceso social de la producción, la distribución, el cambio y el consumo, como un todo único, y mostrar la dinámica del producto social global entre las diferentes clases de la sociedad, constituye un mérito, de importancia verdaderamente his- tórica para la ciencia. Una expresión palpable de esta importantísima idea de los fisiócratas fue el famoso Cuadro económico (Tableau Economique) de Quesnay (1758). Marx lo consideraba como una exposición genial, para su tiempo, del proceso anual de reproducción, tal y como se desen- vuelve mediante la circulación.

Los fisiócratas fueron los primeros en ofrecer, dentro de 16s límites del pensamiento burgués, tin análisis amplio del capital.

La evolución que impulsaron del pensamiento económico hacia la in- vestigación de la producción sirvió de fundamento a Marx para llamarles verdaderos padres de la Economía política. Precisamente gracias a los fisiócratas, la Economia política se convirtió en una ciencia especial e independiente.

El fundador de la e-uela fisiócrata fue Francois Quesnay (1694-1774) ; después, las.ideas fisiocráticas fueron expuestas de forma más completa por Ana Roberto Jacobo Turgot (1727-1781).

Franpis Quesnay fue hombre de muy profunda cultura. Médico de profesión, era conocido también como un eminente biólogo. Alcanzó el título de doctor en Medicina, maiiifestándose como hábil cirujano y tera- peuta., En 1749 fue nombrado médico de la corte de Luis XV.

En aquella época, las cuestiones ecopómicas preocupaban de tal ma- nera a toda Francia, que incluso se dedicó a ellas un médico como Quesnay. El sentir de la miedad francesa a mediados del siglo XVIII lo refleja Voltaire con extraordinaria claridad al decir que la nación, harta de versos, comedias, tragedias, novelas, razonamientos morales y discusiones teológicas, se dedicó, por fin, a hablar del pan..

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132 ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA

Verdad es que la cuestión del trigo se había lanteado con anterioridad. Ejemplo de ello es Boisguiilebert, pero en la Bécada de 1'750 fue objeto de la atención general. .

A partir de 1756, Quesnay cola6ora en la Gran Enciclopedia que edi- taban Diderot y D'Alembert. A él le corresponden los artículos sobre los colonos y sobre el trigo. Quesnay había llegado a la conclusión de que la difícil situación que atravesaba la agricultura francesa era consecuencia de las elevadas contribuciones y los bajos precios de este cereal.

Contaba ya cerca de sesenta años cuando Quesnay escribió artículos originales de Economía relativos a Iós problemas agrarios; suscitaron tal interés hacia las ideas manifestadas por el autor, que pronto aparecie- ron discípulos y continuadores suyos, entre ellos algunos aristócratas. Me- rece ser destacado el marqués de Mirabeau (el Viejo), escritor muy popular en el siglo xvIIr , que realizó una gran labor para divulgar las ideas de los fisiócratas.

Quesnay era idealista y religioso; p?r eso, cuando en la Enciclopedia comenzaron a dominar las ideas materialistas, dejó de colaborar en ella. Las ideas de Quesnay estaban envueltas en conceptos idealistas anticientí- ficos y prejuicios feudales. Por sus conviccianes políticas era, monárquico, partidario del absolutismo ilustrado, tratahdo de contraponer a la revolu- ción burguesa latente diversas reformas, procedentes de arriba, del poder real.

Doctrinario y dogmático en filosofíaty política, sólo actuó con valentía en la teoría económica, abriendo en ella nuevos canlinos. El sistema económico p~lít ico de Quesnay se caracteriza por su gran profundidad y originalidad.

La doctrina de Quesnay alcanzó un éxito brillante, pero efímero. La revolución burguesa, que no se hizo esperar- en Francia, dejó muy atrás las ideas de los fisiócratas. La burguesía mantuvo durante mucho tiempo en el olvido a su genial teórico, que fue el primero que había intentado abarcar, en su conjunto, todo el sistema económico del régimen de pro- ducción capitalista, y sólo Marx le rindió justicia al considerarle, junto a Petty, el verdadero fundador de la Economía política burguesa clásica.

Los fisiócratas exigían para la agricultura el primer puesto en la eco- nomía del país; al comercio y la industria los consideraban como ramas estériles.

Su defensa de la agricultura la encubrían con el deseo de mejorar el régimen feudal, sobre todo en lo referente a la agricultura. Pedían la im- plantación en Francia del arrendamiento de la tierra en gran escala a los colonos capitalistas, siguiendo el ejemplo de Inglaterra, donde por aquel entonces se había generalizado semejante forma de explotación agraria. Los terratenientes continuarían conservando el derecho de propiedad, ce- derían la tierra a la burguesía rural (colonos acomodados) sólo en usu- fructo temporal, y obtendrían un ventajbso arrendamiento.

Loc. fisiócratas conservaban la gran propiedad sobre la tierra, pero al

LA FISIOCRACIA, SISTEMA DE OPINIONES DE TIPO BURGUES 133

mismo tiempo abogaban . . por que el sistema feudal agrario fuera sustituido por el sistema e t a de arriendo. Esta exigencia practica de los fi8ócratas no era ni mis ni menos que el programa agrario burgués con divisa feudal.

Semejante reforma agraria debería crear condiciones favorables al desarrollo de la agricultura, pero no en general, sino de la agricultura capitalista. Los fisiócratas pedían el abandono de la política mercantilista de reducir los precios del trigo, tratando de lograr el mercado libre del lrigo dentro del país y su exportación sin trabas; defendían la idea de li- berar a la clase de los colonos de impuestos, haciendo que éstos recayeseii sobre la renta de los terratenientes.

Los fisiócratas argumentaban teóricamente sus exigencias prácticas. Afirmaban que únicamente la realización de las reformas propuestas por ellos podría asegurar el movimiento justo de la reproducción social y crear un gran "producto neto" (renta neta).

La teoría de la reproducción social y la del producto neto (o plusvalía), creadas por Franpis Quesnay, son el primer intento de analizar la econo- mía capitalista en su conjunto.

Como partidarios del absolutismo ilustrado, los fisiócratas alimentaban la ilusión de que un monarca culto, dueño del poder absoluto, realizaría la reforma agraria y aseguraría la .reorganización radical de la agricultura y de toda la economía del país.

Estas ideas tan conservadoras descubren también la forma feudal de las concepciones económicas burguesas de los fisiócratas. Su deseo de im- plantar la reforma agraria desde arriba, bajo la égida del poder real, significaba, en realidad, el deseo de evitar la revolución. Por eso, las masas no acogieron con simpatía el programa agrario de los fisiócratas, y éste no tuvo éxito en la práctica.

Las concepcioaes políticas y económicas de los fisiócratas dieron lugar a numerosos ataques, tanto por parte de eminentes ideólogos de las capas progresivas del tercer Estado como de los defensores de los intereses pura- mente económicos de la gran burguesía comercial-industrial.

Al ideal fisiócrata de un Lstado agrario que exportase el trigo en can- tidades ilimitadas e importase objetos industriales a bajos precios oponían el ideal de un Estado desarrollado que consumiera la producción de trigo del país, e incluso importara cantidades suplementarias.

Y cuando uno de los fundadores de la escuela fisiócrata, Turgot, cn sil calidad de ministro de Finanzas de Luis XVI declaró libre el comercio interior del trigo, publicó la ley sobre la supresión de los gremios y sobre la libertad de las profesiones, y siistituyó el derecho natural de posta, que era muy duro para los campesinos, por los pagos en dinero, que estaban obligados a realizar todos los propietarios de tierras, incluso los nobles, todas estas reformas provocaron el descontento de la aristocracia y los - recaudadores de contribuciones, y el ministro reformador se vio obligado a dimitir. Por tanto, en contra de las ilusiones de los fisiócratas, la mo- narquía absoluta y la clase de los terratenientes resultaron incapaces de llevar a cabo reformas sociales en favor del régimen de producción ca- pitalista.

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134 ECOSOMIA POLITICA BURG'JESA CLASICA EN FRANCIA

, El hecho de que las reformas de Turgot se malograsen fue un fracaso , para los fisiócratas, en su calidad de ideólogos y defensores del capitalismo,

a pesar de la etiqueta feudal de su sistema. Con este motivo, aeñala Marx: 66 Las etiquetas de los sistemas se distinguen de las de otros artículos, entre otras cosas, en que no engañan solamente al comprador, sino también, no

I pocas veces, al mismo vendedor. El propio Quesnay y sus discípulos más cercanos creían, en efecto, que su divisa feudal era verdadera. Y así siguen pensando hoy nuestros sabios oficiales. La verdad es que el sistema fisio- crático es la primera versión sistemática de la producción capitalista."

l Uno de los méritos históricos de los fisiócratas consiste e n que fueron ellos quienes llevaron a la ciencia ecodómica, de un modo firme, el método utilizado en las ciencias naturales, que Petty había aplicado por primera

, vez a la Economía política. Veían la sociedad como un organismo vivo y I andizaban la vida económica como un proceso natural, que poseía leyes

internas propias. En sus concepciones económicas, los fisiócratas aplica- \ ban, de forma tajante, el principio del llamado "orden natural", planteado

por la filosofía de aquella época. - Se manifestaban, inclus6, en favor de la monarquía ,absoIuta, pero

consideraban el absolutismo como el poder de un monarca ilustrado, acorde con un "orden natural" del desarrollo social, obligatorio para tal poder, y no como la arbitrariedad delos reyes. Para los fisiócratas, el "orden naturai" lo constituía el régimen capitalista, con su propiedad privada, la competencig el individualismo burgués y el desarrollo social espontáneo.

Como enemigos del voluntarismo en la teoría económica, los fisiócratas trataban de suavizar en la política sus puntos de vista sobre el "orden natural" del desarrollo social, de acuerdo con sus convicciones conser- vadoras.

Consideraban que el fin de la ciencia era investigar las eternas e in- 1 mutables "leyes naturalesy' de la economía, y por eso creían haber encon-

trado las leyes de la vida económica más ventajosas para la humanidad, que estaban de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Pero declaraban

1 que las leya específicas del régimen capitalista de producción eran "eter- 1 nas e inmutables". Esas leyes eran las que investigaban, centrándose en

el análisis de la gran economía capitalista de los colonos. La actitud negativa de los fisiócratas respecto a la clase de los comer-

; ciantes e industriales, que calificaban de "clase estéril", debilitó radical- , mente la influencia de sus ideas dentro de la burguesía comercial e indur trid, que se manifestó enérgicamente en contra del fisiocratismo, puw com. prendía que la tesis de su "esterilidad" significaba una orientación hacia la burguesía agraria, ,

I Al destacar la burguesía agraria al primer plano del Estado, Yos fisió- k F ) cratal trataban, al mismo tiempo, de conservar la clase terrateniente, y

en p n w r lugar la aristocracia feudal agraria. Ahí es donde se manifiesta con mayor claridad la divisa feudal de la teoría fisiócrata burguesa.

&os fisiócratas presentaban la economía arredataria capitalista como- algo que se apoyaba en los avances de la ciencia v la t é c n i ~ t i d ~ ~ ~ f _ o n c e s .

el paso al sistema basado en 1-rofa* de - cultivos, en el e m w - - ...4

C. Marx, El Capitd, t . 11, ed. cit., pág. 321. I

de abonos, el aumento del área de siembra de plantas industriales, la esta- m o n del ganado, etc. Su ideal era una producción agraria capitalista, racional y avanzada. Consideraban como condiciones decisivas para lograr la racionalización de la agricultura l a ~ _ ~ ~ ~ s . r l p - c a ~ ~ empleo del-trabajo asalariado. - _ .

Ln opinión de los fisiócratas, era IR burguesía agraria quien debía invertir grandes capitales, ya que la agricultura constituía una buena esfera de inversión. Pero, al mismo tiempo, la reforma agraria propuesta por ellos suponía la ruina y la proletarización de las grandes masas cam- pesinas, que carecían de capitales para llevar a cabo el arrendamiento en

capital como la única fuente de riqueza, y el trabajo asalariado en la agri- cultura capitalista como el único trabajo productivo. Todo ello aparece expresado en la doctrina de los fisiócratas del "producto neto", donde es-

' tán determinados los fundamentos de la teoría fisiocrática de la plusvalía. En la industria no se ve cómo produce el obrero sus medios de vida,

ni cómo produce, además, plusvalia. Para comprender la producción de plusvalia en la industria es necesario comprender previamente el valor en genera1:En cambio, en la agricultura, el proceso de creación de plus- , valía se pone de manifiesto en el exceso que existe entre los valores de uso producidos y los que consumen los obreros, y por eso no es posible com- ,

prenderlo sin analizar el valor en general. El proceso de la creación de plusvalía también puede ser comprendido en el caso en que el valor se limite al va lo^ de uso, y éste a los productos de la naturaleza.

Así sucedió precisamente en los investigaciones de los fisiócratas. Para ellos, el valor no era el resultado del trabajo humano en determinadas condiciones sociales, sino que lo integraban los productos de la naturaleza . - y las distintas transformaci<n~s-de estos-productos. - --

De acuerdo con las doctrinas fisiocráticas, el aumento de la riqueza se produce tan sólo en la agricultura, que es únicamente donde la acción de las fuerzas de la naturaleza incrementa la propia materia, donde crecen

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136 ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN F ~ N C I A '

valores de uso. En cambio, en la industria y aún m's en el comercio, la acción de las fuerzas de la naturaleza, al parecer, R o iaterviene, y no se crea materia nueva alguna. En la industria,-eTtrabajo se limita a com- binar y. modificar la forma de la materia, sin crear nada nuevo; en el comercio sólo tiene lugar el traslado de mercancías, lo que tampoco ori- gina un incremento de la materia natural. Por eso, los fisiócratas declararon estériles la industria y el comercio, -e improductivo el trabajo empleado eii estas ramas.

No es dificil advertir que los fisiócratas se equivocaban al afirmar que las fuerzas de la naturaleza no juegan en la industria ningún papel. Por el contrario, las distintas fuerzas de la naturaleza (saltos de agua, miiie- rales, etc.) son condiciones necesarias del proceso de trabajo. Se equivo- caban también al suponer que solamente en la agricultura tiene lugar el aumento de nueva materia, y que ahí radica la diferencia principal entre la agricultura y la industria. En realidbd, ambas constituyen diferentes

'a, ramas de la prodilcción material. Tanto en la agricultura como en la in- dustria, el trabajo transforma los recursos materiales de la naturaleza en aquellos productos más necesarios para satisfacer las necesidades del hombre.

Por tanto, los fisiócratas no tenían razón al considerar la agricultura como la única rama de la economía donde, en comparación con los pro- ductos empleados en el proceso de producción (simientes, aperos, mante- nimiento de los obreros, etc.), se crea riqueza, es decir, un excedente compuesto por productos nuevamente creados. Este excedente es el que ellos consideraban como "producto neto". También le daban el nombre de "renta neta", ya qiie identificaban el valor y el valor de uso. Pero el

: ."producto neto" de los fisiócratas no es más que el exceso del producto ' en valor y en forma natural por encima de los gastos de su producción. El

&& producto neto" no es más que la plusvalía que halla en él su expresión natural y dineraria.

A pesar de que los fisiócratas n o aportaron nada nueVo a la Economía política en lo referente a la teoría del valor. su mérito científico consiste en que fueron los primeros en presentar l d u s v a l í a como una cate oría . - &liquQducción, . - y no de la - ~ c u l a c i ó n , - mostrando que es en la p r o k

- - . ción capitalista dande se erea el valor la plusvalía.

Con- ello, los fisiocratas llevaron á cab;, dentro de log límites de su concepción burguesa, un análisis del c a p u . Según conclusión de Marx, "es precisamente ese m-to el que hace de ellos los verdaderos padres de la Economía política m~derna" .~

Analizaron ante todo las diferentes partes materiales, integrantes de1 capital, las cuales determinan su existencia, y en las que se descompone durante el proceso del trabaio.

~ u e s n a i distinguía entre'el aumento de la riqueza y l d i c i ó n ,de ri- queza. Según él, la riqueza crecía únicamente en la agricultura: en las

S

otras ramas de la economía no podía tener l u ~ a r -una-adición ---- 2, rlaueza.

C. Marx. Historia critica de la teoría de la-plusvalía (tomo IV de El Capital), 1' parte, ed. cit., pág. 10.

LOS FISIOCRATAS Y LA CO.~IPOSICIOS DEL CAPITAL 137

Edvueltos en sus ideas feudales, los fisiócratas no fueron capaces de resolver, de forma consecuente, .incluso las cuestiories qiie tenían solución para ellos si hubiesen sabido utilizar con acierto su doctrina del "pro- ducto neto".

Eso-se refiere, en primer lugar, a la cuestión de la ganancia o beneficio y el salario. Respecto a la ganancia, el error de los fisiócratas consistía en que, en realidad, ignoraban totalmente esa categoría. De acuerdo con su doctrina, el ‘>reducto neto" se transmitía íntegramente por los arrenda- tarios a los terratenientes en forma de "renta neta", en calidad de arren- damiento o renta agraria. Los mismos aGniaiaríos, a pesar de ser capi- talistas, no se apropiaban, según ellos, de ninguna parte del "producto neto". Al emplear el capital en la tierra, perciben lo mismo que sus obreros asalariados, únicamente un solario, que se incluye en los 'gastos de pro- ducción. Es decir, que es el mismo arrendatario quien se lo paga.

Por tanto. los fisiócratas identificaban a ios colonos-ca~itaIistas con siis obreros asalariados,-y también la ganancia de lo'j pnmer& con el sala- rio de estos Últimos.

La ganancia comercial la consideraban como una categoría extraeco- nómica, conceptuandola pura y simplemente como resultado de rnanipula- ciones v eneaííos.

i " Al presentar el trabajo de la industria, donde no se crea "producto

netoy', como una ocupación "estéril", los fisiócratas opinaban que el valor

m a n u f a c t u r e r 6 s a h m d ae un -calificado. Es decir. confundían e i~ualaban a los empresarios con los obreros industriales, del mismo modo --- -.- - - -. - que en la aaricultura. -

En realidad, los fisiócratas innorahan la categoría de la ganancia o heneficio, en la agricultura, la in*Yel-~m-~debido a que para alos la única "renta neta" era la renta agraria, en la que se transforma el "producto neto" de la agricultura que los arrendatarios transmiten al pro- ~ ie ta r io de la tierra. ~ ~~- ~ ~~ - - - - - - .

Los fisiócratas sólo conocían una forma de plusvalía: la renta agraria. Por eso, en su sistema falta la ganancia del capital. La ganancia era para ellos una especie de salario más elevado, empleado como renta.

Los fisiócratas tenían también una idea equivocada del origen y, la fuente del salario. Consideraban que solamente la clase de los agricultores producía los medios de subsistencia para toda la sociedad. Al entregar parte de ellos a los industriales y a sus obreros, a cambio de manufacturas, los agricultares ofrecían la sensación de que les pagaban el salario. Resul- taba que la población industrial era "mantenida" por la clase de los agricultores.

Lo dicho anteriormente no impidió a los fisiócratas realizar una va- liosa aportación a la Economía política con su doctrina sobre la composi- ción y reproducción del capital y su circulación entre las distintas ramas

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ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA

de la producción y las clases de la sociedad. Los fisiócratas tienen el gran . mérito científico de haber establecido los fundamentos de la doctrina de la composición del capital, de su división en fijo y circulante.

El análisis de los gastos de producción les llevó a diferenciar las partes

que integran el capital. A los gastos que se efectú 'o en la agri- cultura (simientes, trabajos agrícolas f u n d a m e n t a e d e obra) les llamaron adelantos anuales (avances annuelles); a los otros gastos, que M reali-n el curso de varios años (máquinas agrícolas, edificacionei, ganado), los denominaron adelantos primitivos (avances primitives). De acuerdo con la afirmación de los-f-1- adelantos &S he in- cluyen íntegramente en los gastos de groducción, mientras que los ade- lantos primitivos, sólo en parte.

- semejante división del'capital equivale, en los términos que nosotros manejamos, a la de capital fijo y circulante.. El hecho de estudiar tal divi- sión dentro del capital productivo, y no del capital de circulación, cons- tituye un gran mérito de70s7isiiiCratas.

Quesnay no comprendía la forma dinerana del capital, lo que se debe a su concepto del dinero como medio de circulación Unicamente. El d. mero sirve sólo~omo medio de ad-quisición de capital, y no como forma de éste. Según Quesnay, el capital es sustancia, m a t e r m e l capital fijo lo cons- tituyen cosas que se utilizan para mejorar la agricultura, mientras que el circulante lo integran las simientes, los alimentos y otros medios de sub- sistencia . - del trabajador.

A los fisiócratás no se les puede culpar de analizar estas formas de i existencia del capital en desconexión con las condiciones sociales en que I

se manifiestan dentro de la producción capitalista. Las comideraban tan sólo como elementos del proceso de trabajo en general, independientemente de la forma social de éste.

N Los fisiócratas transformaban la forma capitalista de producción en una forma eterna y natural de la producción. "E1 gran mérito de los fisiócratas consiste en examinar estas formas

1 como formas fisiolóo' P la sociedad+como formas que se derivan de la necesidad naturaíde;aiipropia producción, y no dependen de la Yolun-

I iad, de la política, etc. Son leyes materiales; el error radica aquí única mente en. considerar la ley material de una determinada etapa históric

i de la sociedad como-una iey a b s t r q queaomina por igual todas 1: fo-e~iad.'~

Semejante interpretación de las leyes económicas estaba de acuerdo con lis ideas de Qilesnay acerca del "orden natural" de la sociedad. Las rela-

\ ciones capitalistas le parecian naturales, normales y sanas. La realidad 1 feudal que les rodeaba parecíale antinatural, anormal e insana. Consi-

deraba obligación suya curar a Francia de su enfermedad, y establecer en ella el régimen capitalista.

C. hlan. Historio criticn di la leoria de la plu<vdio (tomo IV de El Capital), 1' parte, ed. cit., pág. 10.

El estudio de la composición del capital le sirvió a Quesnay de pre- misapara analizar el proceso de reproducci6n y circulación de todo el capital social, entre las diferentes ramas de la producción y las distintas clases sociales en su conjunto. Todo ello fue reflejado con suma claridad en el Cuadro económico de Quesnay, que muestra la idea que tenían los fisiócratas del "orden natural" de la sociedad burguesa. Y como Quesnay consideraba el régimen capitalista eterno e inmutable, el esquema de la dinámica del producto social y del dinero entre las distintas ramas de la ~roducción v las clases lo enfoca en su Cuadro económico desde el punto de'vista de la Sociedad burguesa.

Marx hizo un análisis profundo del Cuudro económico de Quesnay en El Capitnl y en la Historia crítica de la aeoria de la plusvalía, donde está expuesto el cuaaro en cuestión, y también en d capítulo X de la obra de Enge!s Anti-Dühring, donde señala: ". . .La escuela jisiucrática nos ha legado en el Tableau économique de Quesnay un enigma en el que pan venido hincando los dientes hasta hoy, sin lograr descifrarlo, los críticos y los historiadores de la Economía. Este cuadro, que pretende resumir claramente la idea fisiocrática de la producción y la circulación de la riqueza total de un país, ha quedado envuelto en sombras para los econo- mistas de las generaciones posteriores." e Pero Marx comprendió y apreció en grado sumo su verdadero valor, y creó su propio esquema genial de la reproducción del capital social.

El gran mérito de los fisiócratas consistió en que fueron los primeros en intentar determinar las leyes que regulan el régimen de !' reducción capitalista.. Es verdad que no las intemretaban de acuerdo con a historia, ya que las consideraban leyes de la naturaleza, creyendo que el capitalismo

un sistema emno de economía. Pero de lado a un lado estos errores, su planteamiento de la cuestión rerativa a las leyes del capitalismo tiene una gran importancia científica.

En su Cuadro económico, Quesnay estableció, ante todo, la estructura de clases de la sociedad. De acuerdo con él, el país lo constituyen tres clases: 1) la "clase productiva", los trabaiadores del campa; 2 ) la "clase de los ter-<-, s j !a 7; es- integrada por los dedicados

raba os %xiepto os el cultivo de la tierra,'O incluyendo a en la industria.

La clase productiva, que crea la plusvalía, la constituyen únicamente los trabajadores agrícolas y no los propietarios agrarios. Estos últimos no

I crean plusvalía, sino que se la apropian. l Si los fisiócratac hubieran. partido exclusivamente de sus concepciones ! económicas tendrían que haber establecido, sin duda, que la sociedad S

divide únicamente en dos clases: productores (los colonos-arrendatarios y sus obreros) y no productores (los restantes miembros de la sociedad).

9 F. Enge l s . .~n t i -~ühr ing , ed. cit., pág. 295. 10 Ver C. Marx, Historia critica de La teoria de La plusvalía (tomo IV de El

Capital), 1' parte, ed. cit., pág. 20. 1

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Semejante división de clases de la sociedad hubiera sido más consecuente, ya que, naturalmente, los terratenientes, el rey y los funcionarios no pro- ducían nada y eran, sin duda, "estériles". No obstante, la fidelidad a la monarquía feudal y a la clase dominante de los señores feudales obligaba a Quesnay a conservar precisamente al monarca y a los terratenientes, como puntales de la sociedad. Ahora bien, no era posible colocarlos en primer lugar, de acuerdo con la elevada posición que ocupaban, pues ello hubiese ido,en contra de todo el sistema de concepciones fisiocráticas: la doctrina del "producto neto", del trabajo productivo e improductivo, de la primacía de la agricultura, etc. Por eso, Quesnay agrupó a los terrate- nientes en una clase especial, situada entre los productores y las clases LL~stér i le~yy.

Los fisiócratas no establecieron tampoco una clase ,especial para los obreros asalariados, por consideraciones de carácter teórico y político. Consideraban que el trabajo era productivo o improductivo, según donde tuviera lugar; por eso les fue imposible reunir en una sola clase a los ohreros asalariados del campo y de la industria. Los fisiócratas incluían a los obreros rurales en la clase productiva, junto con los colonos, y a los industriales en la no productiva, con los manufactureros. Eso puede cxpli- carse también porque entonces los obreros asalariados no formaban una clase independiente (el proletariado) contrapuesta a las clases dominan- tes. En aquella época, los obreros asalariados comenzaban a dar los pri- meros pasos para constituirse en clase.

El Cuadro económico maestra cómo el producto anual de la produc- ción nacional de un valor determinado se distribuye por medio de la circulación, de modo que, siempre y cuando las circunstancias no varíen, pueda efectuarse su reproducción simple. Los innumerables actos indivi- duales de circulación se unifican desde el comienzo en su movimiento rr.asivo de características sociales: en la circulación entre las grandes - clases económicas de la sociedad."

Quesnay mostró el proceso anual de reproducción, dentro de la unidad del proceso de producción y de circulacibn; mostró también el proceso de circulación entre la producción de materias primas y la industria manu- facturera. Marx fue el primero en apreciar debidamente el genio de Ques- nay, que ofreció, en forma sencilla y clara, el conjunto de iiinumerables actos individuales de circulación del capital entre los dos grandes sectores de la producción social y entre distintas clases de la sociedad.

En el Cuadro económico se calcula que el producto global anual as- ciende a cinco mil millones de libras, cifra que corresponde a los gastos de los adelantos primitivos y a los adelantos anuales. Este producto pro- cede de los colonos-arrendatarios o clase productiva.

Los arrendatarios pagan, en primer lugar, a los propietarios de la tierra dos mil millones de libras, en calidad de renta agraria. Con uno de estos dos mil millones, los terratenientes compran a la "clase estéril" mercancías manufacturadas, y esta clase invierte el dinero así obtenido cn comprar víveres a los colonos-arrendatarios.

Al final de este primer movimiento, los dos mil millones de libras re-

" Véase C. Marx, El Capital, t. 11, ed. cit., Pág. 321. . .

vierten a manos de los arrendatarios. Por su importe han vendido productos agrícolas a los propietarios de la tierra y a la clase estéril. Les quedan aún productos por valor de tres mil millones de libras. En esta suma entran dos mil millones de libras en especie que tienen que reservarse los propios arrendatarios para la reproducción simple ; pero tienen que comprar aperos y otros medios de producción, comprándolos a los maiiufactureros ("clase estéril") por, valor de mil millones de librar. La "clase estéril", a su vez, compra a los colonos, por esta suma, los víveres y materias primas que necesitan. - - - - ~ - . - - ~

De nuevo vuelven a parar a manos de los colonos-arrendatarios dos. mil millones de libras, pero además les quedan aún productos agrícolas po r valor de dos mil millones de libras. También disponen de medios de pro- ducción por valor de mil millones de libras. Pueden recomenzar el ciclo de producción.

La "clase estéril" también ha recibido los víveres y .materias primas que necesita; Le quedan los instrumentos de producción. k s decir, está en condiciones d e continuar sus ..actividades.

.. Los propietarios de la tierra han percibido el "producto neto". (la pbu~talía, la renta agraria) por valor de dos mil millones de libras, lo han gastado y pueden continuar su existencia.

De esta forma, vemos la posibilidad de llevar a cabo la reproducción simple en escala nacional, y también las relaciones ecoiiómicas entre las clases sociales.

Fransois Quesnay suponía que su Cuadro económico y todo su sis- tema de, , concepciones económicas no estaban en contradicción con el régimen f&dal y la monarquía absoluta que imperaban en Francia. Pero, cn realidad, el espíritu burgués de las ideas económicas de Quemay ec- taba en franca o~osición con las relaciones feudales.

El sistema fisiócrata constituye la primera concepción sistemática de lo producción capitalista. El representante, scgún los fisiócratas, del capital iiidustrial (la clase de los colonos) es quien dirige todo el movimiento económico. La agricultura se lleva en forma capitalista, como una gran empresa del colono capitalista; el obrero asalariado trabaja directamente la tierra. La producción no sólo crea objetos de consumo, sino también SE valor. El móvil de la producción es obtener la plusvalía, cuyo punto de origen es la esfera de la producción, y no la de circulación.

Los fisiócratas rechazaban la interferencia del gobierno feudal en la vida económica; su lema era laisser faire, laisser pusser; preconizaban plena libertad para los capitalistas, industriales? colonos y comerciantes.

Independientemente de sus motivos persoiiale.=, Quesnay, y todos los fisiócratas, reflejaban las concepciones burgurias, sienilo los que prepa- raron ideológicamente eii Francia la revoliicióii hurgiiesa de fines del siglo XVIII.

Su lucha por llevar a la práctica los ideale. hurgur.ses se desarro116 hajo el dominio de las relaciones feudales. Con motivo de la obra Tcorúl de las contribuciones, escrita por Quesnay en colaborac:ií>n con '\Iirahcaii, el primero fue castigado en 1760. Al principio, Luis KV decidió arrrctar inmediatamente al autor y encerrarlo rii la cárcel; ptnro gracias a la me-

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142 ECONOMIA POLITICA BIIRCUESA CLASICA EN FRANCIA

diación de la marquesa de Pompadour la pena se redujo a obligarle a abandonar París por espacio de un mes; sin embargo, durante los dos años siguientes, Quesnay se vio imposibilitado de reanudar sus trabajos científicos sobre economía.

En 1765 comenzó a publicarse la Revista de la Agricuitura, el C o m r - cio y las Finanzas, órgano mensual de la escuela de Quesnay. A partir de- 1767, los economistas pudieron disponer de un semanario propio titu- lado Efemérides. Estas revistas dedicaron gran atención al análisis e interpretación del Cwdro económico. Los representantes de los industria- les y los comerciantes franceses manifestaron su protesta porque se les incluía en la clase improductiva ("est9ril"), y. pidieron que al comercio y a la industria les fuera reconocida la misma importancia que a la agri- cultura.

Turgot, que pertenecía a la misma escuela que Quesnay, fue quien manifestó las ideas fisiócratas, según palabras de Marx, en su forma más desarrollada. A diferencia de muchos fisiócratas, sobre todo d e los que provenían de la aristocracia, Turgot no compartía las ilusiones feudales. Marx dice que en Turgot, especialmente, desaparece por completo la idea equivocada de la posibilidad de reformar el feudalismo.

El sistema fisiócrata se revela en él como la expresión de la nueva sociedad capitalista, que va abriéndose camino en el seno del fe~dal ismo?~ Turgot continuó y desarrolló ampliamente la doctrina de Quesnay, siendo el único que intentó llevar a la práctica las ideas fisiócratas.

Turgot procedía de 'una familia noble aburguesada. Su padre fue de- cano de los comerciantes y personalidad destacada de la municipalidad de París. Turgot recibió educación teológica y en 1749 fue .nombrado prior de la Sorbona, pero al cabo de dos años abandona la carrera ecle- siástica y entra al servicio del Estado, donde alcanza una gran posición, primero en provincias - d e 1761 a 1774fue intendente (jefe de región)- y luego en París, donde, en 1774, Luis XV le nombra inspector principal (ministro) de Finanzas.

Turgot fue hombre de amplia cultura; escribió mucho sobre filosofía, teología, filología (acerca del origen de la lengua), geografía, historia y Economía política. Sus investigaciones económicas estaban íntimamente relacionadas con su trabajo práctico en calidad de funcionario del Estado, cuando trataba de llevar a la práctica las ideas fisiócratas. Al mismo tiempo, se ocupó mucho de los problemas teóricos de la ciencia económica.

Como ministro de Finanzas, a principios de 1776, qurgot publicó, en nombre del rey, seis edictos: 1 ) cobre la transformación del tributo de posta en especie en contribución monetaria a pagar por los terratenientes; 2) sobre la supresión total de los impuestos locales con que se gravaba el comercio del trigo; 3) cobre la supresión de otros impuestos que recaían

: V e r C. hlarx, Historia crítica de la teoría de. la plrcsvdia (tomo IV de El Capitd), la parte. e d . cit., pág. 16.

TURGOT 143

en los comerciantes; 4) sobre la supresión de las corporaciones y privile- gios concedidos a los artesanos; 5) sobre la supresión del derecho de aduana sobre el tocino que se importaba en Francia; 6) sobre la supre- sión de las contribuciones que gravaban el comercio de la carne.

Todos estos edictos perseguían el fin de acabar con las limitaciones feudales, así como desarrollar las relaciones comerciales y monetarias hureuesas. - ------

A cada edicto le precedía una detallada explicación, que también re- flejaba las ideas antifeudales del autor, el cual motivaba la necesidad de adoptar nuevai medidas de acuerdo con el "orden natural". En dicha explicación se condenaban los excesw que se permitían al poder feudal. De hecho, Turgot quería implantar una serie de leyes burguesas en nom- bre de la monarquía feudal. 'i'ales intenciones fueron motivo, naturalmente, de protestas por parte de los defensores del feudalismo, e incluso el rey retiró la confianza a su ministro, por lo que Turgot se vio obligado a dimitir.

Pero su actitud y sus concepciones económicas demuestran que en la Francia prerrevolucionaria se iba desarrollando el pensamiento económico burgués. Marx lo caracteriza de la siguiente forma: ". . .Turgot -minis- tro burgués radical-, cuya actividad era un prólogo a la revolución fran- cesa.. ., se manifiesta -lo mismo que Quesnay y otros partidarios de este último- en pro de la producción capitalista en la agricultura. . . en Turgot el sistema fisiócrata alcanza su mayor grado de desarrollo." lS

Donde aparecen reflejadas de modo más sistemático las ideas de Tur- got es en su obra Reflexiones sobre la fonnución y distribución de las riquezas (Reflexions sur la formation et la distribution des richesses), escrita en 1766. Estos puntos de vista constituyen el fundamento teórico de las medidas económicas burguesas, que deseaba aplicar como minis- tro de la monarquía feudal.

Turgot fue más lejos que Quesna en la interpretación de las relaciones de phducción de la sociedad capitaista.

Reconocía que la estructura trimembre de la sociedad, que establecía el c d r o económico, era justa, pero introdujo el concepto complementario del obrero asalariado y del capitalista, explicando con gran acierto el ori- gen del obrero asalariado, como consecuencia de haber sido separado de la tierra el productor directo.

En el esquema que ofrece en las Reflexiones sobre h formación y dis. tribución de las riquezas, al principio, no establecía diferencias entre los colonos-arrendatarios y los terratenientes. Todo lo creado -afirmaba-, todo el "producto neto" debe su origen al que trabsja la tierra.

Poco a poco, la población se fue polarizando en colonos y terratenien- tes. A consecuencia de múltiples causas (objetivas y subjetivas), parte de los propietarios de tierras fueron desposeídos de ellas y surgió una capa de trabajadores, dueños tan sólo db sus manos y de un oficio, obli- gados a vender su trabajo. Al mismo tiempo, los colonos pasaron a depender de los terratenientes y se vieron obligados a entregar, a repartir con ellos,

. 13 C Marx, Historia crítica de & teoria de la p luvdio (tomo IV de El Capitd),

.lo parte, ed. cit., págs. 20, 31, 33. . ,

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144 ECONO3lIA POLITICA BURGUESA CLASICA EN FRANCIA

el fruto de su trabajo. Surgen los capitalistas, entre los que Turgot incluye también a los terratenientes.

Este esquema pertenece sólo a Turgot. Es verdad que no descubre ni explica la causa de los nuevos fenómenos sociales. Lo más probable es que todo ello fuese fruto de conjeturas, y no el resultado de un análisis de materiales históricos. Sin embargo, este esquema permite poner más en claro la interpretaciún burguesa que daban los fisiócratas a las relaciones sociales.

Turgot comprende la posibilidad de la ganancia comercial y de la ga- nancia industrial, pero no es capaz de mostrar en qué consisten. Conside- raba que si por una determinada suma es posible comprar una parcela de tierra y obtener por ella una renta, el dinero deberá producir unos ingre- sos iguales ri l a tierra que puede comprarse con ese dinero. El volumen de tales ingresos, o intereses, debe ser el mismo que el de la renta agraria. Turgot deducía el beneficio de los intereses y éstos de la renta agraria. No obstante, llegó a una importantísima conclusión, y es que la ganancia o beneficio (con mis exactitud, el interés) es parte integrante del producto neto.

La doctrina de Turgot trata también de la teoría del valor (al que 61 llama precio). Distinguía dos clases de precios: el subjetivo y el objetivo. El primero es el que fija a los objetos su mismo propietario (el vendedor es quien determina su precio) ; el objetivo se establece en el mercado, según las necesidades de vendedores y compradores, y de las condiciones que siirjan en d proceso de cambio.

La teoría del valor de Turgot no es científica, y no es ella la que deter- mina el valor histórico de la doctrina fisiocrática. Turgot trató d e llegar a un conocimiento más amplio de los fenómenos económicos que el autor del C d r o económico. En eso consiste su gran aportación histórica al desarrollo del pensamiento económico de Francia.

Los ADVERSARIOS DE LOS EISI~CRATAS. EL SOCIALISMO UTÓPICO FRANCÉS DEL SIGLO XVIII.

La doctrina fisiócrata no era la iínica doctrina económica de Francia en la segunda mitad del siglo XVIII. Con el surgimiento de l a Economía política burguesa clásica no desaparece la doctrina mercantilista (Galiani, 1,inguet y otros).

Como contrapesó a la fisiocracia, se desarrolla11 las ideas del socia- lismo utópico (Morelli, Mably, Meslier) .

Galiani (1728-1787). En contra de los fisiócratas se,manifestó el abate Galiani, cuyos trabajos cita Marx repetidamente en el primer tomo de El Capital.

En 1770, vio la luz el libro de Galiani Diálogos sobre el comercio del trigo. en los que se declara contrario a la doctrina unilateral de los fisió- cratas, de que sólo la agricultura constituía la fuente de riquezas del país. Galiani opinaba que la riqueza de Francia no estriba únicamente en la agricultura, sino también en la industria. Los fisiócratas exigían que se

LOS ADVERSARIOS DE LOS FISIOCRATAS 145

mejorase, en primer lugar, la suerte de los agricultores. Galiani, en cam- bio, insistía eii que se prestase atención a los artesanos, los cuales, según sus palabras, podían ayudar al progreso de la agricultura. No obstante, tampoco menospreciaba la agricultura. Al contrario, subrayaba la nece- sidad absoluta de ampliar la producción agrícola en bien de toda la po- blación. También opinaba que era conveniente aumentar los precios del trigo y proteger la agricultura de posibles influencias nocivas por parte del comercio, tanto interior como exterior.

Lo característico de Galiani es su defensa del colbertismo. Llamaba a mantener sus principios en las circunstancias de su época, aunque sin necesidad de seguirle ciegamente.

Galiani decía que los fisiócratas eran gente honrada, pero que se ha- hían equivocado en sus investigaciones teóricas. Por eso consideraba que el fisiocratismo era la corriente niás peligrosa del pensamiento económico, que propagaba inconscientemente tesis completamente erróneas, De acuerdo con sus palabras, el Estado francés podía sufrir grandes perjuicios en caso de que se aplicara el programa de los fisiócratas.

Linpat (1736-1794). El carácter capitalista del sistema fisiócrata cncontró la oposición de Linguet. En su libro Teoría de las leyes civiles, o principios fundamentales de la sociedad, editado en Londres en 1767, Linguet critica las concepciones liberales-burguesas sobre la "libertad" (Icl obrero. Se declaraba contrario al trabajo asalariado y a la propiedad privada, que los fisiócratas consideraban como el fundamento de la es- tructura social.

Linguet identificaba la situación de los obreros asalariados y la de !OS

esclavos. Los primeros trabajan para aumentar la riqueza ajena. La mi- seria -escribía- obliga a los obreros a pedir de rodillas a los potentados autorización para enriquecerles.

Linguet llegó a la conclusión de que la abolición de la esclavitud no se propuso destruir la riqueza, y que con el trabajo asalariado se había per- petuado la esclavitud, aunque suavizando sil denominación.

Llegó a declarar que es cien veces preferible la esclavitud a la situa- ción de las personas que se ven obligadas a ganarse Ia vida con su trabajo diario. Por eso proponía retroceder a la esclavitud' abierta, pero prote- gida, en lugar de avanzar hacia las relaciones burguesas.

Aunque Lingúet estaba en contra de la propiedad privada, no era so- cialista. A pesar de que criticaha las concepciones burpesas del trabajo asalariado, no defendía los intereses de los trabajadores.

En aquella época, en Francia, comenzó a desarrollarse el socialismo utópico, que expresaba los intereses del pueblo.

Entre los socialistas utópicos de la época fisiócrata figuran Morelli, Mably y Meslier.

Morelli. Acerca de su vida y actividad social casi no se poseen datos. En 1755, fue publicada, anónimameiite, su obra fundamental Código de la naturaleza, o verdadero espíritu de sus leyes. En ella, Morelli critica el sistema social de Francia, y ante todo la popiedad privada, a la que consideraba como causa primera de las desgracias del pueblo. La razón principal de la aparición de la propiedad privada la explicaba de forma

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( ' 146 ECONOMIA POLITICA BURGUESA CLASICA E N FRANCIA

idealista: insuficiente instrucción de las personas, leyes erróneas y legis- ladores equivocados.

Por eso preconizaba volver al "régimen natural" de la sociedad, resta- blecer un régimen que estuviera de acuerdo con el "código de la natura- leza". Exigía que la propiedad privada fuera sustituida por la propiedad colectiva, con lo que se suprimiría el comercio, que también daba lugar al pauperismo del pueblo.

I Aunque Morelli desconocía las leyes del desarrollo social y no vio los medios eficaces para acabar con la explotación del hombre por el hombre, sus concepciones tenían carácter progresivo. Las ideas de Morelli consti-

I t~iían una exhortación a terminar con las relaciones feudales en Francia y a establecer la ~ropiedad común, y con ello adquirían un valor re- volucionario.

Apoyándose en sus ideas del "orden natural", Morelli concibe el plan de un régimen social comunista, con lo que se aleja del idealismo, y se aproxima a la concepción materialista de la historia. Su plan se basa en la propiedad común, en la obligación de cada persona de trabajar según s w fue- facultades y edad, y en su derecho a que la sociedad le man-

I

tenga a cambio de su trabajo. Engels definió las concepciones de Morelli y de su eminente continua-

dor Gabriel Mably como "directamente comunistas", aunque señalaba que se trataba aún de un comunismo intuitivo, no científico, "sin pulir".

Mably (1709-1785). También tuvieron importancia revolucionaria las ideas de Mably.

Criticó el régimen social que imperaba en Francia, y reconoció al pueblo como la única fuente de ~ o d e r popular. Exigía que todo el poder legislativo fuera reunido en las instituciones representativas populares, y

1 que el poder ejecutivo estuviera subordinado al legislativo. Semejantes propuestas iban dirigidas abiertamente contra el poder real que apoyaban

N Quesnay y otros fisiócratas. 1

l Mably decía que la naturaleza había creado a todos los hombres

iguales y había wncedido todcs los bienes terrenales en patrimonio a todos. Pero ellos mismos, al repartírselos, implantaron la propiedad pri-

l vada, que dio lugar a la desigualdad, a la existencia de ricos y pobres.

I 1.0s pobres se ven obligados a vender su trabajo, y a rebajarse ante los r i w s

Mably invitaba a proclamar en Francia la república, cuya ley funda- 1 mental debía ser la comunidad de bienes.

Las leyes debían premiar la laboriosidad de todas las perconas; en la república, cada ciudadano obtendría trabajo. Mientras que los fisiócratas exigían la creación de grandes haciendas de arrendatarios, Mably pro. ponía limitar la extensión de la propiedad territorial y estahlecer el frac- cionamiento de ésta.

Las proposiciones de Mably eran de carácter utópico. Sin embargo, sus ideas, orientadas en general hacia la lucha contra las relaciones sociales existentes y la propaganda socialista, ejercieron gran influencia en sus contemporáneos y en las generaciones posteriores de la Francia revolu- cionaria. Además. hay que señalar que Mably se opuso a los fisiócratas.

l

1

L'OS ADVERSARIOS DE LOS FISIOCRATAS 147

Meslier (1664-1729). En Francia, un destacado representante del comunismo utópico inicial fue el cura rural francés, materialista y ateo, Juan Meslier. Por defender a sus feligreses se enfrentó con el terrateniente de la localidad, lucha en la que fue derrotado, lo que le llevó al suicidio. Poco antes de morir escribió una obra tithlada Testamento, en la que cri- tica duramente el régimen social de su tiempo.

¡ Para Meslier, el mal principal .de la sociedad consiste en la distribu- ción no proporcional de la riqueza entre los hombres, viendo la causa de ello en la propiedad privada.

Expresando los puntos de vista del comunismo campesino, pe ueño- burgués e igualitario, Meslier consideraba que el fundamento de P a so- ciedad lo constituyen dos males: la propiedad privada y la desigualdad estamental, que han sido perpetuadas por la religión cristiana, que atrofia al pueblo. La salida, según Meslier, está en la revolución: los campesinos pobres deben unirse, derrocar a los tiranos y establecer un nuevo régimen, en forma de federación de pequeñas parroquias donde el trabajo y el consumo sean comunes. *

Los puntos de vista de los representantes más destacados del socialismo y comunismo utópico iniciales son característicos de la época en que la joven burguesía progresiva comenzaba a escalar el poder, y las contradic-

I ciones entre ella y el incipiente proletariado se hallaban aún en germen.

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CAPITULO' VI11

LA ECONOMIA POLITICA CLASICA BURGUESA EN INGLATERRA ADAM SMITH .

La Economía política burguesa alcanzó su madurez en las obras de Adam Smith y David Ricardo, fundadores de la escuela clásica inglesa.

Con la aparición de la obra capital de Adam Smith Indagación acerca de la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones (An inquiry oii the nature and causes of the richess of nations), la Economía politica bur- guesa de Inglaterra se manifiesta como una rama científica completam~n~c articulada.

Adam Smith -economista del período de' desarrollo manufacturero del capitalismo- dotó a la burguesía en auge de una teoría económica com- pleta.

SITUACI~N ECON~MICO-SOCIAL EN INGLATERRA EN LA SECUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII.

Entre el último trabajo de William Petty (1687) y la aparición de la obra fundamental de Adam Smith (1776) transcurrieron noventa años. En el transcurso de este período tuvieron lugar grandes transformaciones en la economía inglesa; continuó desarrollándose también en el país la ciencia económica burguesa.

En la época en que vivió Adam Smith, el capitalismo se había adue- ñado en Inglaterra, una tras otra, de todas las ramas de la industria, de la agricultura y el comercio, a pesar de lo cual las reminiscencias del ré- gimen feudal eran todavía considerables.

En la industria seguían existiendo los gremios de artesanos, aúnque adquirió gran volumen el sistema de la gran industria capitalista de carácter doméstico, y habían surgido ya las grandes empresas centrali- zadas: las manufacturas capitalistas. El desarrollo de l a industria capita- lista doméstica significaba la penetración en la fabricación industrial, del capital comercial personificado por los comercisntes -prestamistas- y los comerciantes distribuidores de materias primas e instrumentos, lo que significa el paso en la industria del feudalismo al capitalismo.

Este proceso se manifiesta, de forma patente, en la organización de las grandes manufacturas capitalistas con su amplia división del trabajo, a

SITUICIO'r ECONOMICO-SOCIAL EN EL SIGLO XVIII

pesar de que la manufactura, por basarse en el sistema artesano, con un nivel técnico muy bajo, no podía sustituir ampliamente a la producción artesana y a la gran industria doméstica. Estas últimas formas fueron eliminadas por completo más tarde, cuando la industria capitalista pasa a la fabricación mecanizada, es decir, al sistema fabril. con el que no podía competir el artesano.

En la segunda mitad del siglo XVIII, Inglaterra se transformó rápida- mente de nación agraria en industrial. Adquirieron amplio desarrollo la industria de la lana y, sobre todo, la del algodón y la metalúrgica;. tam- bién alcanzó gran incremento la industria de construcciones navales. In- glaterra superó a todos los demás países en el desarrollo capitalista de la industria. Aparecieron centros industriales urbanos, creció rápidamente la población de las ciudades, surgió un numero?;ísimo proletariado inclus- trial, se ensancharon y consolidaron ampliamente las relaciones comercia- les y mo,netarias, y se creó un mercado interior qiie ofrecía grandes posi- bilidades para el capitalismo industrial.

En la agricultura se operaba también un impetuoso proceso del des- arrollo capitalista. Continuaba la expropiación de los campesinos, mediante el sistema del "cercamiento" de las tierras, y se ampliaba cada vez más el sistema de las haciendas explotadas por arrendatarios. Se había creado ya la clase de colonos-capitalistas, y adquirido fuerza la burguesía.

Pero al mismo tiempo surgió y se intensificó la contradicción entre la nueva nobleza y los colonos-capitalistas. Los propietarios agrarios, dueños del poder, utilizaban su influencia en la legislación para despojar a la clase de los arrendatarios.

Todos estos cambios económicos plantearoti la necesidad de transfor- inar la vieja política mercantilista. El proteccionismo no regía ya la poli- tica económica interior y exterior. Había desaparecido la necesidad de adoptar medidas prohibitiyas en el comercio esterior. Inglaterra no temía a la competencia de otros países. Por eso había madurado la cuestión de renunciar al mercantilismo y de adoptar la política del llamado libre co- mercio, que.en aquella época significaba la libertad para las mercancías inglesas en relación con las de otras naciones extranjeras, más débiles y menos desarrolladas.

El progreso capitalista de la industria y la agricultura exige profundos cambios en la politica económica. Por ejemplo, el apoyo de que era objeto, durante la época mercantilista, la industria de la lana, tan importante en el pasado, se convirtió en un freno para la industria algodonera, que había de alcanzar después un desarrollo extraordinario, asegurando a Inglaterra el ~ r i m e r Duesto en el mercado mundial.

Para contribuir a ampliar los horizontes del dcsarrollo industrial inplbs, era también necesario suprimir las leyes anticiiadas, que concedían privi- legios a los gremios y a las guildas, que frenaban la libre competencia, y a las que se aferraban el capital comercial y los restos de las industriar artesanas medievales, importantes todavía en aqiiel riempo.

Era igualmente necesario normalizar la explotación de las numerosas colonias. A consecuencia de las guerras de agresión y de rapiña, la In- glaterra de la segunda mitad del siglo xvrrr re había convertido en un

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1% ECONOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA

vastísimo Estado colonial. Las guerras anglo-holandesas habían reforzado el poderío colonial inglés, lo que fue una de las causas más importantes del rápido desenvolvimiento que alcanzó el capitalismo en la metrópoli. Las colonias se convirtieron en un gigantesco mercado para la industria inglesa; proporcionaban al incipiente capitalismo inglés enormes canti- dades de oro y plata y favorecían el desarrollo del potencial marítimo de Inglaterra.

Sin embargo, en la segunda mitad del siglo xvrII, los métodos de sa- queo extraeconómico de las colonias resultaban anticuados. Era necesario sustituirlos por otros más "civilizados" de expoliación económica. Además, la máquina de vapor y el libre comercio resultaron ser unas armas más eficaces de la explotación colonial y del fortalecimiento de la potencia de Inglaterra en las colonias.

Por tanto, si en la época de William Petty predominaba la agricultura en la economía, en la de Adam Smith, Inglaterra, no sólo se había conver- tido en un país industrial, sino que su economía experimentabq gran ne- cesidad de que la circulación industrial y comercial, tanto interior como exterior, se desenvolviesen amplia y libremente.

Adam Smith vivió en la época de predominio de la producción manu- facturera, en vísperas de la revolución industrial. Por eso, a pesar de ser el economista que culminó el período manufacturero, pudo ya intuir las sacudidas de la revolución industrial en cierne.

En Inglaterra, la Economia política burguesa iba evolucionando me- diante un proceso de análisis de los nuevos fenómenos capitalistas. Sin embargo, hubieron de transcurrir varias décadas después de W. Petty para poder analizar todo el sistema de las relaciones capitalistas. Algunas tesis de Petty fueron desarrolladas, pero hasta A. Smith no se creó un sistema general de Economía política.

Además, el mercantilismo continuaba existiendo, y por eso, hasta Adam Smith, continuaron los intentos de ahpliar y generalizar dicho sistema económico. Semejante orientación del pensamiento económico no respon- día a las nuevas tareas económicas de Inglaterra. La Economía política clásica burguesa progresaba en lucha con las concepciones mercantilistas.

Entre los enemigos del mercantilismo figuran John Locke, Dudley North y David Hume; entre los mercantilistas tardíos hay que mencionar es- pecialmente a James Stuart.

John Locke (1632-1704) fue un conocido filósofo del siglo XVII, pre- cuysor de los materialistas franceses del siglo XVIII. Pero al mismo tiempo fue, según definición de Marx, ". . .un representante de la nueva burguesía en todas sus formas, de los industriales contra los obreros e indigentes (paupers), de los comerciantes contra los usureros anticuados, de la aris- tocracia financiera contra los deudores estatales, demostrando incluso en una obra especial que la razón burguesa es la razón humana normal"

l C Marx, Contribución a la critica de la Economia poütica, ed. cit., pág. 68.

ANTECEDENFS INMEDIATOS DE ADAM SMITH 151

Locke fue uno de los fundadores y accionistas del Banco Inglés, que se constituyó en 1694.-

Aunque en sus ideas político-económicas salen a relucir antiguas con- cepciones mercantilistas (por ejemplo, acerca de la balanza comercial), Locke trató de superar el mercantilismo.

Como señala Marx en el tomo IV de El Capital, Locke fue el repre- sentante clásico de las concepciones jurídicas de la sociedad burguesa en contraposición al feudalismo. Analizó la renta agraria y el interés desde el punto de vista de la teoría burguesa del derecho n a t ~ r a l . ~

La sociedad feudal justificaba la renta agraria, pero condenaba el interés (rédito). Locke, en cambio, considera que el interés era un fenó- meno natural. Afirmaba que el dinero, al producir intereses, adquiere la misma naturaleza que la tierra. La tierra arrendada produce una renta, y el dinero prestado, intereses. Manifestó también que la renta agraria y el interés trasladan al bolsillo de unos la ganancia, que es remuneración del trabajo de otros. El arrendatario de la tierra entrega su ganancia al poseedor de la misma, y el prestatario al dueño del dinero. Es decir, que en Locke encontramos gérmenes de la teoria de la plusvalía. Locke reduce el interés y la renta agraria a la explotación del trabajo.

En su polémica con la nobleza feudal, que censuraba el interés, Locke mostró que éste tiene la misma procedencia que la renta de los señores feudales: el trabajo no remunerado. Locke continuó y desarrolló la doc- trina de Petty sobre la renta agraria y el interés del préstamo, a los que consideraba fruto de la explotación capitalista.

Dudley North (1W1-1691). Después de Petty y Locke, en gran comer- ciante y famoso economista Dudley North estableció que el tipo de interés no está determinado por la cantidad de dinero que hay en el país, sino por la demanda y la oferta de capital-dinero.

North consideraba que el interés es una renta dineraria, del mismo modo que la renta agraria es el beneficio del terrateniente. Semejantes concepciones reflejaban la lucha entre los dueños del dinero y los pro- pietarios de la tierra.

North fue el primero en comprender la esencia del interés. A diferen- cia de Petty y Locke, no lo relacionó con el dinero como tal, sino con el dinero-capital. Estableció la diferencia entre capital y 'dinero.

El mayor mérito de North ante la Economía burguesa consiste en su decidida oposición a la intervención del poder público en la vida econó- mica. North era enemigo de la teoría mercantilista de la balanza comer- cial. Como gran comerciante, era enemigo del proteccionismo y defensor del librecambio.

North fue el primero que inició el análisis de la economía del capita- lismo como un proceso natural, que se desarrolla de forma espontánea, independientemente de las prescripciones del poder público.

David Hume (1711-1776). Con igual vigor criticó a los mercantilistas el conocido filósofo,, historiador y economista inglés David Hume, exal- tando el régimen capitalista, que entosces se desarrollaba en Inglaterra con

Véase C Marx, HYtoria critica de la teoría de la plutvaliu (tomo IV de El Capital) Ir parte, ed. cit., págs. 345-348.

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152 ECONOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA ETAPAS DE LA VIDA Y ACTIVIDAD DE AD.411 SMITH 153 i

gran rapidez. Sin embargo, hay que señalar que Hume manifiesta tam= bién puntos de vista retrógrados, sobre todo cuando se dedica a elogiar la actividad de los comerciantes. Consideraba todavía que únicamente el comercio era capaz de aumentar las ganancias del capital.

Al mismo tiempo que se declaraba contrario a la teoría de la balanza comercial y demostraba la utilidad de la salida del país del oro y la plata, Hume creó su propia teoría cuantitativa del dinero.

En su defensa de la libertad del comercio, Hume opinaba que la dis- minución del oro y la plata dentro de la nación lleva consigo la reducción de los precios. Esto favorece la exportación de mercancías propias y dificulta la importación de las de origen extranjero, lo que da lugar, en última instancia, a que el oro y)a plata vuelvan al país de procedencia.

Su teoría cuantitativa del dinero fue el fundamento de semejante poli- tica antimercantilista.

Según la teoría de Hume, la masa de 'dinero que hay en circulación

11recio de mercado lo deterrnina la acción de la demanda y la competencia, las cuales no dependen absolutamente de la masa de oro y plata.

Defendía la política mercantilista estatal, y era enemigo del libera- lismo económico. La doctrina de James Steuart iio alcanzó gran extensión.

ETAPAS FUNDAMENTALES DE LA VIDA Y LA ACTIVIDAD DE ADAM SMITH.

determina los precios. Si disminuye, el precio global de las mercancías estará expresado en una cantidad menor de dinero y, por tanto, bajarán los precios. Si la masa de dinero aumenta, el precio global de los productos se verá reflejado en la mayor cantidad de dinero, y subirán los precios.

Hume Ilegó a conclusiones tan falsas porque, para él, el dinero era única y exclusivamente un medio de valoración de las mercancias. En su opinión, el dinero es un representante del trabajo y de las mercancias, y por eso la cantidad de dinero determina la valoración de los productos. David Hume soslayó la cuestión del valor de las mercancías y el valor del

inero. d. Semejante interpretación del dinero iba dirigida contra los mercanti.

listas, que veían en él un medio de acumulación. En sus razonamientos, Hume llegó casi a impugnar su propia teoría,

pues comprobó que la subida del precio de las mercías no sigue inme- diatamente al aumento de la cantidad de dinero, y que dicho aumento origina una reactivación en el comercio. Por eso introdujo modificaciones en sus opiniones anteriores, reconociendo que el aumento de oro y plata rio implica, de forma inmediata, la subida de los precios. A pesar de 410. su teoria cuantitativa del dinero continuó siendo errónea.

Hume, lo mismo que sus antecesores, no fue capaz de crear un sistema completo de Economia política.

lames Steuart (1712-1780) intentó crear un sistema de Economía po- lítica burguesa. En 1767 publicó una obra titulada Investigación sobre los principios de la Economía política (An inquiry into the principies of political economy). Marx apreció debidamente semejante tentativa por parte de James Steuart. Sin embargo, su sistema se basaba en el mercan- tilismo, doctrina económica que ya entonces era anticuada.

James Steuart deducía la ganancia del cambio; consideraba que, en el cambio, el beneficia de unos corresponde a la pérdida de otros, y p!r eso limitaba las fluctuaciones de la ganancia a las oscibciones de la riqueza entre las partes contratantes.

Al defender la teoría mercantilista de la balanza comercial. Steiiart se manifestó contra la teoria cuantitativa del dinero. Declaraba que el

Adam Smith (1723-1790) nació en la pequeña ciudad escocesa de Kirkcaldy, donde terminó la enseñanza media. Su padre, que falleció antes de que él naciera, había sido agente de aduanas.

A los catorce años de edad, Adam Smith ingresa en la Universidad de Glasgow, en .la que muestra un gran interés por las matemáticas y la filosofía.

Gracias a sus brillantes éxitos. y a la ayuda de diferentes personajes, logró trasladarse a la Universidad de Osford.

A la salida de la Universidad (le Oxford se le brindó la posibilidad de ser sacerdote, que él rehusó. Como le atraía la literatura, decidió consa- grarse a ella y al trabajo de investigación. Sobre él ejerció.gran influencia el filósofo y economista inglés David Hiime, de quien ya se ha hablado. Les unió una amistad personal: que sólo interrumpió la muerte de Hume.

En 1748, Adam Smith da comienzo a su actividad intelectual indepen- diente. En Edimburgo pronuncia conferencias de retórica y literatura; entonces se hallaba aún lejos de la Economia política. En 1751 se tras- lada a la Universidad de Glasgow, de la que fue profesor durante los trece años siguientes, iniciando una nueva etapa de su vida. En Glasgow ocupó, primero, la cátedra de Lógica, y luego la de Filosofía moral.

En, 1759 vio la luz el libro de Adam Smith Teoría de los sentimientos morales, que pretende ser un curso de ética burguesa, basado en principios idealistas. Consideraba qiie el régimen burgués era el régimen ideal y natural, que se desprendía de la propia naturaleza humana; es decir, de la naturaleza del burgués.

En sus lecciones en la Universidad de Glasgow, Adam Smith no se limitaba a tratar los problemas de la moral, sino que procuraba enlazar la filosofía moral con la jurisprudencia y con las cuestiones políticas. Una de las partes de su curso incluía los problemas de la organización in- terna del Estado, y en ella trataba Adam Smith del comercio, los precios, los ingresos del Estado, las contribuciones y de otras cuestiones económicas.

Adam Smith desarrolló su curso de Filosofía moral con gran Cxito, abarcando la teología, la ética, el derecho y la política, abordando pro- blemas de Economía política y de política económica. Entonces: en la Universidad de Glasgow no existía ni podía esistir una cátedra de Eco- nomía política, ya que aún no se Iiabía creado la ciencia económica.

En Glasgow, el centro más importante de Escocia, se notaba, con extraordinaria agudeza, el paso al capitalismo industrial; se abrían gran- des manufacturas dedicadas a la fabricación de tejidos de lana y de otras clases; se desarrollaba la industria metalúrgica, se fiiiidaban bancoc y sociedades anónimas, crecía la navegación.

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154 ECOSOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA

Ya en la cuarta década del siglo XVIII se fundó en aquella ciudad un Club de Economía política, al parecer, el primero del mundo. Adam Smith, como persona de amplísima cultura y de multifacéticos intereses, fue miembro muy activo de dicho club, y casi diariamente discutía con SUS

amigos sobre problemas científicos y de actualidad. Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de escribir una gran obra de Economía, a la que decidió entregarse con todas sus energías.

Se puede decir, por tanto, que en la Universidad de Glasgow, en el Club de Economía política de aquella ciudad, y también bajo la influencia de la amistad personal con David Hume, se puso de manifiesto la afi- ción de Adam Smith por la Economía política. Pero entonces todavía no se había convertido en su especialidad científica.

La crisis maduró tan sólo después de 1774, cuando Smith abandona la cátedra y parte para el continente, acompañando a un joven aristócrata, lord Buccleugh, para dirigir su educación. En el extranjero permaneció cetca de tres años, de los cuales casi nueve meses los pasó en París, donde. entabló amistad con los fisiócratas, especialmente con Quesnay y Turgot, asistiendo a las reuniones en que se discutía del Cuadro eco~ómico. Pudo confrontar y comparar las doctrinas económicas, objeto de tan acaloradas discusiones en la Francia prerrevolucionaria. Sus relaciones con los fisió- cratas quedaron después reflejadas en su nuevo libro, que daba contesta- ción no sólo a los problemas político-económicos de Inglaterra, sino tam- bién de Francia. En Smith podemos encontrar también elementos de la doctrina fisiócrata, a cuya escuela dio el nombre de sistema agrario.

En París dio comienzo A. Smith a su famosa Indagación acerca de la naturaleza y las c w a s de la riqueza de las nuciones. De reqeso a Ingla- terra, se instaló en Kirkcaldy, su ciudad natal, en la que permaneció ais- lado durante casi diez años, trabajando infatigablemente para dar cima a su obra.

l

, Indagación acerca de la naturaleza y I&s causas de la riqueza de las naciones fue publicada en 1776, reeditándose varias veces en vida del autor. Esta obra, que proporcionó a A. Smith fama mundial, pervivió a la época de éste. El inmenso éxito que alcanzó se debe a su carácter generalizador, y sobre todo, a la elocuente defensa que hace del régimen capitalista de producción y de la libertad económica, lo que constituyó para aquella época un hecho nuevo y extraordinariamente audaz. En dicho libro se establecen los fundamentos de la nueva política económica inglesa, la política del librecambio.

A pesar de su fama mundial, la burguesía pagó a su gran hombre de ciencia con ingratitud indignante. A los cincuenta y cinco años fue nom- brado funcionario de la Aduana de Edimburgo, cargo que exigía dedicación completa, viéndose obligado a abandonar sus actividades científicas. Los últimos años de vida transcurrieron para A. Smith en la mayor monotonía, como si se tratase de un oscuro empleado de aduanas.

CONCEPCIONES GENERALES DE ADAM SMITH 155

ADAM SMITH Y SUS CONCEPCIONES GENERALES.

Las concepciones generales de A. Smith se formaron sobre la base de las ideas progresivas del siglo XVIII, con todas sus ventajas e inconvenien- tes. La clase media acomodada, convertida en burguesía (empleando las palabras de Engels), era la nueva clase social, cuyo ideólogo fue A. Smith.

Al igual que los fisiócratas, Adam Smith es partidario del "orden natural", que para él significa orden capitalista. Sin embargo, a diferencia de los fisiócratas, que consideraban realizable el "orden natural" única- mente bajo el "absolutismo ilustrado", es decir, mediante el poder estatal, Adam Smith no reconocía en absoluto la dependencia directa entre el "orden natural" y las leyes y la política del Estado. Opinaba que el "orden natural" se va abriendo camino de forma espontánea, en contra, incluso, de la voluntad de las personas y de la legislación estatal si éstas le ofrecen dificultades. Las fuerzas económicas espontáneas son, según A. Smith, más potentes que las leyes del Estado.

Por eso, afirmaba la necesidad de una ciencia especial, la Economía política, encargada de estudiar las fuerzas económicas que rigen el desarrollo de la sociedad (tal es el extraordinario mérito científico de A. Smith), que, para él, eran eternas e invariables (aquí se refleja la limitación de la concepción burguesa de A. Smith).

A. Smith consideraba que esas fuerzas eternas eran las "condiciones naturales" de los individuos que realizan su "egoísmo económico", el cual va implícito a la naturaleza misma del "hombre económico". Según su opinión, en lo moral, las personas se apoyan irremisiblemente en la "sim- patía", y en lo económico en el "egoísmo", es decir, en sus intereses pura- mente individuales.

Pero 'como cada "hombre económico" se encuentra. en la sociedad, en la que su individualismo ("egoísmo económico") choca con el de los restantes miembros de la misma, la propia existencia de la sociedad resulta posible -opina A. Smith- únicamente como una "comunidad comercial" (de trabajo y de cambio) entre las persqnas. La necesidad y la posibi- lidad de que existan la sociedad y los intereses sociales se desprenden, por tanto, de la naturaleza del "hombre económico", de su "egoísmo eco- nómico".

"El hombre, en cambio, necesita 'basi constantemente de la ayuda de sus semejantes, y sería inútil que la esperase únicamente de su benevolen- cia. Es más probable que la consiga si logra interesar en favor suyo el egoísmo de los demás, haciéndoles ver 'que redunda en provecho de ellos el hacer en su favor lo que les pide. Eso es lo que les propone que hagan quien ofrece a otras personas un negocio de cualquier clase. Dame lo que necesito, y,te daré lo que tú necesitas: tal es el sentido que encierra todo ofrecimiento de esa clase. . . No esperamos nuestra comida de la benevo- lencia del carnicero, del cervecero o del panadero; la esperamos del cui- dado que ellos tienen de su propio interés. No nos dirigimos a su senti- miento humanitario, sino a su egoísmo.. ." S

S A. Smith, Indagación acerca de la naturaleza y las cautac de la riqueza de lar naciones, trad. esp. de Amando b r o Ros, Ed. Amilar, Madrid, 1961. pág. 18.

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ECONOMIA POLlTICA CLASICA EN INGLATERRA

Por tanto, las personas se ven obligadas a prestarse servicios mutuos, a trabajar unos para otros, y ese trabajo es el que se manifiesta en forma de división del trabajo. Ese es el sentido que tiene la doctrina de Adam Smith sobre la sociedad como comunidad de trabajo y de cambio, que se desprende única y exclusivamente de la egoísta naturaleza humana, dife- rente de la naturaleza de los animales. "Nadie vio jamás - e s c r i b e que un perro intercambiasg de manera deliberada y justa, un hueso con otro perro." * Las personas, por el contrario, tienden, conscientemente, a dividir el trabajo y realizar el intercambio. A. Smith no admite siquiera la posi- bilidad de que la sociedad exista sin el intercambio de mercancias, sin el egoísmo de los sujetos económicos, la competencia y el deseo de lucro.

Consideraba, además, que -la sociedad existió siempre y continu-ará existiendo únicamente como una comunidad de trabajo y de cambio, es decir, que concebía la sociedad al margen de la historia. Pero no es dificil ver que se refiere únicamente a una determinada fase del desarrollo social, a la sociedad capitalista. Es evidente que Adam Smith "concibió" su "hombre económico" a imagen y semejanza del capitalista.

En realidad, A. Smith adoptó decididamente, desde el primer momento, el camino de investigar la sociedad capitalista pura, sin las complicaciones de reminiscencias feudales, como hicieron los fisiócratas, y el objetivo de su análisis -la riqueza de las n a c i o n e s la caracterizó como riqueza capitalista. Ahí reside el valor científico de su obra, a pesar de que enfoca el estudio del capitalismo conforme a su concepción filosófica, como un idealista subjetivo. Sus puntos de vista económicos son los del ideólogo de la clase en auge de los capitalistas industriales.

Como indica el título de la obra Indagación acerca de la puturaleza y las causas de h riqueza de las nuc io~s , Adam Smith se planteó la tarea de aclarar la esencia y las causas de la aparición y desarrollo de la riqueza.

No obstante, A. Smith, lo mismo que toda la Economía politica bur- guesa ulterior, no se hallaba en condiciones de determinar la esencia de la riqueza, no sólo de todo el pueblo, sino incluso de determinadas clases sociales, ya que en semejante investigación había de surgir inevitable- mente la cuestión relativa a la riqueza de la burguesía y a la miseria de la clase obrera.

Estructura de la obra. El libro'primero se. titula "Causas del mejora- miento en la capacidad productiva del trabajo y orden que se sigue cn la distribución natural del producto entre las diferentes clases de la pobla- ción". A juzgar por la denominación que lleva, Adam Smith parte de la premisa de que el trabajo el que crea los productos de la sociedad de su &oca v de la distribución de dichos productos del trabajo entre las di fe;entes 'clases.

El libro primero comienza con la división del trabajo; trata después

A. 'Srnith, Indagación acerca de la nuturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, ed. cit., pág. 17.

1

ESTRUCTURA DEL LIBRO DE ADA.11 S.?.IITH 157

del precio de los artículos y de las partes que lo integran, del salario, de los beneficios del capital y de la renta agraria. Este libro dedica gran atención a los ingresos netos (rentas) fundamentales de las tres clases de la sociedad, 7 al mismo tiempo establece las bases de la teoría de las rentas como partes integrantes del precio.

Conviene señalar que en lo referente a la estructura de clase de la sociedad burguesa, Adam Smith dio un gran paso en comparación con W. Petty y los fisiócratas. Planteó muy concretamente el problema del beneficio del capital, de la existencia de la clase capitalista y. también de la clase terrateniente y la clase trabajadora.

El libro segundo, titulado "Naturaleza, acumulación y empleo del capital", está dedicado al análisis del capital.

Adam Smith considera el capital como reservas, que se acumulan y se transforman en capital. Estudia las partes que lo'integran, su división en fijo y circulante, así como las distintas clases de capital: capital pres- tado a interés y mercantil-industrial, el capital en la industria y en Ia

l agricultura. Vuelve a tratar de nuevo la cuestión del dinero, pero sólo como parte

de las reservas, y de su papel como capital. En esta parte resuelve la cuestión del trabajo productivo e improductivo. Adam Smith llega tam- bién en este problema más lejos que los fisiócratas. Para él es productivo cualquier trabajo que produzca mercancias o capital.

El libro tercero constituye una tentativa de historia económica. Se titula "Del diferente progreso de la riqueza en las distintas naciones". Al principio, Adam Smith establece los principios del progreso natural del bienestar. Estos principios no son ni más ni menos que el em leo por

B parte de los burgueses de sus capitales en la agricultura, la in ustria y el comercio exterior. A continuación A. Smith se plantea la cuestión de los obstáculos con que tropezó el desarrollo de la agricultura en la antigua Europa, después de la caída del Imperio Romano, y cómo el comercio de las ciudades contribuyó a la riqueza de los centros rurales. En este libro, el autor censura todas las relaciones feudales, como perjudiciales y artificiales; en cambio, considera las relaciones burguesas, particularmente el comercio, naturales y decisivas para el bienestar.

En el libro cuarto, "Los sistemas de Economía política", ataca el sis- tema mercantilista de Economía politica y analiza, desde un punto de vista crítico, el sistema fisiócrata. Tan diferente actitud respecto al mer- cantilismo y el fisiocratismo se explica, ante todo, por la necesidad de Inglaterra de renunciar a la política mercantilista, y la gran condescen- dencia de A. Smith respecto de las ideas fisiócratas.

El libro quinto trata de las finanzas del Estado. Se titula "Ingresos del soberano o de la comunidad".

Adam Smith establece, en primer lugar, los gastos para la defensa, los gastos de la administración de justicia, los gastos para el fomento del comercio, para la instrucción de la población y para el mantenimiento del Estado. Después analiza los ingresos públicos, los impuestos sobre la

J renta agraria, sobre los beneficios, el salario. etc. El libro quinto termina con el problema de la deuda pública.

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158 DOCTRINA DE LA DIVISION DEL TRABAJO

ECOSOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA 159

Como puede observarse, el libro de Adam Smith no sólo contiene problemas de Economía política, sino también de historia económica, de historia de las doctrinas económicas y de ciencia financiera. Este fenó- meno caracteriza la situación de la propia Economía política y la falta, en aquella época, de una diferenciación estricta de las ciencias econó- micas. El sistema burgués de las ciencias económicas surge mucho después de Adam Smith.

El &lodo de investigación de A. Smith no es rigurosamente científico, y lo emplea de forma inconsecuente. A. Smith parte de su concepto del "hombre económico"^ al que mueve únicamente el interés pers~nal, con- siguiendo los fines que persigue por medio de la competencia. El interés personal no contradice, según el autor, los intereses generales, pues así es el orden natural. A. Smith afirma que la base de los fenómenos econó- micos la constituyen factores objetivos, que hay que tratar de conocer. Pero su sistema de concepciones está dominado por la limitación burguesa.

En el tomo IV de El Capital, Marx señala: "El propio A. Smith se desenvuelve con gran ingenuidad dentro de constantes contradicciones. Por un lado, investiga la relación interna que existe entre las categorías económicas o la estructura oculta del sistema económico burgués. Por otro, estudia las relaciones tal y como se presentan en la superficie de 10s fenómenos de la competencia, y cómo aparecen, por tanto, ante un obser- vador ajeno a la ciencia, y de igual forma que a toda peisona que esté absorbida por el proceso de la producción burguesa, y que se halle prác- ticamente interesada en ella. Estas dos formas de comprensión, una de las cuales penetra en la relación íntima del sistema burgués, como si dijéramos en su fisiología, limitándose en la otra a describir, catalogar, enunciar y definir esquemáticamente los conceptos de todo aquello que se manifiesta exteriormente en el proceso vital, en la forma en que se mues- tra y salta a la vista; estos dos modos de interpretación de A. Smith no sólo conviven juntos, sino que se entrelazan y se contradicen constan- temente?' '

Al primer método Marx lo llama exotérico, y esotérico al segundo. Ambos están en contradicción. De ahí la confusión y las distintas defini- ciones, a veces contradictorias, de las mismas categorías económicas.

Equivocación en el planteamiento del problema principal. En las pri- meras líneas de la introducción a su obra comete bdam Smith un grave error.

Comienza La riqueza de las naciones con la siguiente afirmación: "La suma anual de trabajo de cada nación constituye el fondo que la provee originariamente de todo lo que consume cada año para atender a las necesidades o a las comodidades de la vida, y que es siempre, o bien un producto inmediato de aquel trabajo, o bien algo que con él se compra a otras naciones.>'

En primer lugar, A. Smith plantea la cuestión unilateralmente. Como

C. Marx, Hktoria crítica de la teoria de la plusvalia (tomo IV de El Capital). 2. parte. ed. cit., pág. 159.

A. Smith, Indaaación acerca de la naturdeza r las camas de la riaueza de lac

señala Marx, adopta en este caso el punto de vista del trabajo simplemente útil, que es, sin duda, el que crea todos estos medios de vida en su forma consumible.

Pero A. Smith olvida que esto habría sido imposible, sin contar con los medios y objetos de trabajo transmitidos por años anteriores y que, por tanto, el "trabajo anual", aunque cree valor, no crea, en modo alguno, el valor íntegro del producto por él suministrado. Adam Smith olvida que el valor nuevamente creado es inferior al valor del p rod~c to .~

Semejante planteamiento de la cuestión hace que A. Smith cometa grandes errores en los problemas relacionados con la reproducción de todo el capital social.

A. Smith veía el fundamento de la existencia de la sociedad en la alianza de trabajo y de intercambio, en la división ael trabajo y el cambio, cosa que declara en las primeras páginas de su I n d a g d n .

En lo referente a la división del trabajo, A. Smith tiene antecesores. Su mérito consiste en haber hecho hincapié en la importancia de la divi- sión del trabajo, y en haber ligado este problema a la creación de la riqueza social. También tiene importancia científica el haber analizado cómo la división del trabajo está limitada por la amplitud del mercado.

A diferencia de mercantilistas y fisiócratas, Adam Smith no sólo in- vestiga la esfera de la producción, sin olvidar la de la circulación, sino que considera el trabajo, cualquiera que sea su clase, como la única fuente de riqueza; 10,importante es que no esté relacionado con el servicio de las necesidades personales (el trabajo del servicio doméstico, etc.), sino con la producción y el intercambio de mercancías. A. Smith va tan lejos en esta tesis -muy importante, y que constituye uno de sus grandes méri- tos- que, incluso, llega a declarar (erróneamente, claro está), que el comercio es una ocupación productiva.

La división del trabajo, señala, eleva la productividad del mismo, y el aumtnto de ésta incrementa el volumen de la prodiicción. Por tanto, crece la riqueza como conjunto de los medios materiales de producción, y del consumo de cada país.

Ya que el trabajo es la fuente de riqueza y el aumento de ésta se logra por medio de la división del trabajo, A. Smith comienza precisamente su Indagación acerca de la naturaleza las causas de la riqueza de las nncio- ms tratando esta cuestión. Sin embargo, comete un error que luego le conduce a otras equivocaciones y diversas concepciones falsas.

A. Smith enfoca la división del trabajo sin conexión alguna con la historia: no ve los rasgos específicos que tiene en las diferentes forma- ciones sociales. Al mismo tiempo, identifica la división del trabajo dentro de la manufactura y en escala de toda la sociedad, sin establecer diferencia alguna.

véase C . Mam, El Capital, t. 11, ed. cita, pág. 337. naciones, ed. cit;, pág.-3.

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Comienza su análisic describiendo l a fabricación de alfileres, en donde la división del trabajo está muy detallada: un obrero desenrolla el alam- bre, otro lo endereza, un tercero lo corta, etc. La división del proceso de la fabricación de alfileres en operaciones sencillas, de las que se encargan diferentes obreros, aumenta en cientos de veces, afirma él, la producti- vidad del trabajo. Eso se logra gracias al adiestramiento de los obreros, que lo consiguen mediante la realización de operaciones parciales, la rconomía de movimientos, y mediante la invención de instrumentos espe- ciales para llevar a cabo operaciones especiales, qiie facilitan el trabajo.

De la fabricación de alfileres, como ejemplo de la división técnica del trahajo dentro de uiia empresa, pasa A. Smith a otros ejemplos que carac- terizan la división del trabajo dentro de diferentes empresas, es decir, n la división del trabajo en escala de toda la sociedad.

<< La chaqueta de lana, por ejemplo, con, que se abriga el peón manual -señala Smith- es producto, por muy tosca y burda que parezca, del trabajo conjunto de una gran multitud de obreros. El pastor, el seleccio- nador de lana, el peinador o cardador de la misma, el tintorero, el des- motador, el hilaildero, el tejedor, el batanero, el confeccionador y muchos otros más.. ." par~icipan en la confección de un artículo tan sencillo como éste. Intervienen también en su preparación comerciantes y carga- dores, marineros y constructores navales, mineros y obreros que fabrican las herramientas, panaderos, cerveceros, cristaleroq etc., es decir, que para producir uiia burda chaqueta de lana hace falta la ayuda y coopera- ción de muchos millares de personas.

A. Smith descubre con todo detalle la división del trabajo en la socie- dad a imagen y semejanza de la que tiene lugar dentro de los talleres. Para él, la sociedad es una manufactura gigantesca, en la que unas empre- sas se adaptan a las necesidades de otras. Es decir, que 'identifica la división del trabajo dentro de la manufactura y en la sociedad, confun- diendo ambas cosas, interpretándolas sin relación con la historia.

El carácter antihistórico de su teoría de la división del trabajo se refleja en el hecho de que ve dicha división en forma de los cambios que tienen su base en el mercado, a pesar de que el cambio refleja esta forma histórica de la división del trabajo únicamente en la sociedad que conoce ya las mercancías. De acuerdo con la concepción de A. Smith, el inter- cambio origina la división del trabajo, y la tendencia de las personas hacia éste, que dio lugar a tal división. Por eso A. Smith extiende SU

interpretación de la división del trabajo a las estructuras, sociales, que desconocen el cambio basado en el mercado. En lo que respecta a la división específica del trabajo dentro de la manufactura, olvida que apa- rece tan sólo en la fase capitalista de desarrollo.

La inconsistencia de A. Smith al identifica'r la división social y técnica del traLajo la puso de manifiesto Marx en El Capitat: "En la sociedad del régimen capitalista de producción, la anarquía de la división social del tra- bajo y el despotismo de la división del trabajo en la manufactura se

DOCTRINA D E LA DIVISlOS DEI. TRABAJO 161

condicionan recíprocamente; en cambio, otras formas iiiás antiguas de sociedad. en aue la esuecialización de las industrias se desairolla de uii ~ -

modo elemental, para cristalizar luego y consolitlarse al fin legalrne~e, presentan, de una parte, la imagen de una organización del trabajo social sujeta a un plan y a una autoriclad, mientras, de otra parte, excluyen radicalmente o sólo estimulan, en una escala insignificante o de un modo '

esporádico y fortuito, la división del trabajo dentro del taller." Y más adelante: "Mientras que la división del trabajo dentro de la

estructura total de üna sociedad, se hallase o no condicionada al cambio de mercancías, es inherente a los "pos económicos más diversos de SO-

ciedad, la división marulfacturera del trabajo constitiiye una creación peculiar y específica del régimen capitalista de producción." lo

Marx mostró que a pesar de las numeroas analogías y eslabones de unión que existen entre la división del trabajo eii la sociedad y dentro del taller, se diferencian no sólo por el grado que alcanzan, sino por su esencia.

La división drl trabajo en la sociedad 1- dentro de la manufactura parten de puntos da desarrollo totalmente opiiestor. La dirisión del tra- bajo en la manufactura exige y i e la división del trabajo haya alcanzado en la sociedad cierto grado de madiircz. Por sil parte, iiifliiye en la divisióii social del trabajo, impulsándola y dermembráridola aún más.

La división del trabajo en la sociedad presupone un proceso espontáneo de cambio entre- los distintos prodiictores de m~rcancíar, de compra- venta del f ru to de su trabajo, la repartición de los medios de produccióii entre numerosos productores independiente$. En la división del trabajo en el taller, aunque se supone que tiene lugar ti11 proceso espontáneo de venta de la fuerza de trabajo de muchos obrcrorz a un capitalista, este último la utiliza como una fuerza de trabajo combinada; en la manufac- tura, las fuerzas d e trabajo se distrihiiyeii eiiire distiiitas funciones en porciones rigurosas.

A. Smith no fue capaz de descubrir estos importarites rasgos de distin- ción entre la división del trabajo en la sociedad y en la manufactura, y por eso presenta erróneamente ambas (livisiones. -4 pesar de estos puntos falsos, sus concepciones atrajeron aún más la atriicióii de los economistas hacia los problemas relacionados con la divisi611 ilrl trabajo y favorecirroii la búsqueda de la solución acertada.

En su conjunto, la doctrina de Adam Smith sol,rc la división dcl tra- bajo constituye un gran paso en el desarrollo dc la Economía política. A. Smith colocó el trabajo y la división drl mismo en primer lugar, <n*n que : 1 hicieron ni los mercantilistas rii los fisiócratas; llc\.ó cl análisis 1

la esfera de h prodiicción. de forma más completa y coiisccuciiit: ([III' '

los fisihcratas, ya que se ocupó i.n sGlo dc la agricultriia. sino tainbiiit de la industria; mostró con precisión que la fiieiiit. de la riqiicza la coii-- tituye el trabajo, y sil división el proceclimic:~:o d(- arimr.iitarlli. mcdiaiitl: la elevación del rendimiento del r-:smo.

8 A. Smith, Indagclcidn acerca de la nati~ralezay las camas de la riqueza de las nociones, ed. cit., pág. 15. " C . h i a r ~ El Capital, t . 1. c.d. cit.. ;,ir. 290

lo Ibidern, ;Ag. 292.

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162 ECONO>II.I POLITICA CLASICA EN INGLATERRA

A. Smith trataba de poner en claro las leyes que determinan el valor de cambio de las mercancías. No le interesaba la mercancía como uni- dad del valor y del valor de uso. Tampoco planteó la cuestión del valor como forma de expresión de las relaciones de producción de los produc- tores; en general, no se ocupó de las relaciones de producción entre las personas. Le interesaba únicamente la parte cuantitativa de la cuestión, poner de manifiesto cuáles son las leyes que dan lugar a que determinada cantidad de una mercancía se cambie por determinada cantidad de otra, bien directamente o mediante dinero.

Y Adam Smith, aunque tocó la cuestión de la diferencia entre el valor ' ' de uso y el de cambio, no vio la unidad existente entre ellos. Por eso, no

.. fue capaz de descubrir el doble carácter de la mercancía, sus contradic- ciones internas, y no comprendió el carácter histórico de la mercancía, el valor y el valor de uso.

Después acabó eliminaiido totalmente de su análisis el valor de USO, ya que éste no guarda relación directa con las proporciones del cambio; el propio valor fue estudiado por A. Smith únicamente en el sentido de las proporkiones cuantitativas del cambia, es decir, como valor de cambio.

Adam Smith continuó desarrollando la teoría del valor-trabajo, formu- lada por William Petty. En el libro primero de su obra declara abierta- mente que el trabajo constituye el fundamento del valor. Con este motivo, escribe: ". . .parece, pues, evidente que el trabajo es la única medida universal del valor, y también la única exacta, es decir, el único patrón

-. mediante el cual es posible comparar los valores de los distintos artículos en todos los tiempos y en todos los lugares"."

Esta frase encierra evidentemente la incomprensión por parte de A. Smith del valor como categoría histórica; sin embargo, el p~nsamiento fundamental acerca del trabajo aparece expresado en forma muy precisa.

Dinero. La teoría del dinero no es relacionada por A. Smith con la del valor. Es más, analiza el problema del dinero inmediatamente des- pués de la división del trabajo, cs decir, antes que el valor.

Al realizarse la división del trabajo tiene que existir inevitablemente el cambio, pero el trueque de unos productos por otros no siempre resulta cómodo a las personas, y por eso A. Smith opina que la actividad de los individuos les condujo al dinero como instrumento de cambio. Semejante planteamiento era obligado como consecuencia de los puntos de partida metodológicos de toda su doctrina económica.

Sólo Marx descubrió el "secreto" del dinero, que consiste en que es uná forma del valor y surge como consecuencia de las contradicciones que

- encierra la mercancía. Marx mostró que el dinero es inseparable del valor, y que su existencia es la forma dineraria del valor de la mercancía.

Claro está que A. Smith no trató siquiera de resolver de semejante

11 A. Smith, Indagnción acerca de la naturaleza y las causas de la riqueza de lm naciones, ed. cit., pág. 37.

PRECIO REAL Y PRECIO NOMINAL 163

forma la cuestión del dinero. El consideraba que su- función consistía en superar las dificultades del cambio :

". . .todos los hombres previsores, en cualquier época de la sociedad, a partir de los tiempos primitivos en-que se estableció la división del trabajo, procuraron dirigir sus negocios disponiendo en todo momento, además de los productos de su propia industria, de cierta cantidad de algún artículo de utilidad, que a su juicio muy pocas personas rehusarían verosímilmente intercambiar con el producto de sus actividades".12 La existencia del dinero la explica como consecuencia de la "previsión" de individuos aislados, que hicieron acopio de "cierta cantidad" de productos de los que había demanda general. A. Smith declara que esta clase de productos la constituyeron en los distintos pueblos diferentes mercancías, y de hecho no investiga cuál es el origen del dinero, sustituyendo el análisis por el concepto de la "previsión" de las persoqas, que tratan de superar las dificultades del cambio.

A. Smith limita la función del dinero a su papel como medio de circu- lación de las mercancías. Declara, en primer lugar, que el dinero es un - instrumento de circulación de los productos, creado por los "hombres previsores". El dinero constituye precisamente - s e g ú n él- la gran rueda de la circulación, el gran instrumento del cambio. '

El conocía, claro está, las otras funciones del dinero, como medida del valor, medio de pago, instrumento de acumulación, como dinero universal, pero como no puso en claro la esencia reo1 del dinero, no fue capaz tam- poco de explicar 'sus funciones.

A consecuencia de ello, Adam Smith no veía diferencias entre el dinero metálico y el papel-dinerq. Consideraba que este último era simplemente más racional, pues como medio de circulación resulta más económico que el dinero nietálico. Para él, la única diferencia entre ambas clases de dinero consistía en la economía del papel-dinero y la comodidad que representa.

El estudiar el dinero únicamente como medio de circulación es carac- terístico de los enemigos del mercantilismo. Adam Smith ofrece muy poco de nuevo en comparación con sus antecesores. Sin embargo, se declara enemigo de la teoría cuantitativa del dinero de Hume, y se une a la tesis de James Steuapt, según la cual no es la cantidad de dinero la que deter- mina el precio de las mercancías, sino, por el contrario, el precio de éstas es el que establece la cantidad de dinero necesaria para la circulación.

Adam Smith, siguiendo'; W. Petty, diferenciaba el.precio real del precio de mercado (nominal) de los artículos. Para A. Smith, el precio real lo constituía el precio de los productos resultante de la división del trabajo, y estaba determinado por el. trabajo; el nominal lo definía como precio de los productos en dinero. Semejante distinción implica la com-

, 12 A. Smith, ~ndagación acerca de la naturukza y las causas de la riqueza de nacwnes, pág. 25, ed. cit.

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164 ECONOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA EL DOGMA DE ADAN SMITH 165

prensión de la teoría del valor-trabajo, y es completamente lógico que eii el capítulo que trata del precio real y el precio nominal de los artículos repita A. Smith la idea de que el trabajo es la medida única y real del valor de las mercancías.

Adam Smith consideró que el análisis del valor de cambio debía in- cluir los siguientes puntos: determinar el precio verdadero del producto y mostrar las partes de que consta; aclarar por qué los precios de mer- cado no suelen coincidir con su precio real, es decir, con su valor de cambio.

La tarea de establecer cuál era el precio real del producto había ya intentado resolverla, antes que A. Smith, W. Petty. Lo que hay de común entre ellos es que ambos consideraban como precio real el valor de cam- bio, determinándolo mediante el trabajo, y fijándose únicamente en la parte cuantitativa, tratando de poner en claro las proporciones del inter- cambio de mercancías. - W. Petty creía que la riqueza de la sociedad la constituye sólo el dinero, mientras que Adam Smith opinaba que se debe a los productos, entre los cuales incluye el dinero, y que el intercambio de éstos no es

' más que el tmeque de una clase de trabajo por otra. W. Petty conside- raba que el valor de cambio existe por el hecho de estar expresado el1 dinero, es decir, limitaba el valor de cambio al precio del producto; A. Smith, por el contrario, trataba de explicar el precio mediante el valor de cambio, que determina la proporción cuantitativa del intercambio de productos, según el trabajo realizado para su producción.

W. Petty buscaba, por tanto, las leyes que permitieran establecer en dinero el valor de cambio, y A. Smith las que dan lugar a que el valor de cambio se halle reflejado en los productos, y en última instancia, en ciertas cantidades de trabajo. Y aunque los dos se ocupaban tan sólo del va- lor de cambio, y no del valor, y escribían acerca de la forma relativa del valor, sin comprender su forma equivalente, A. Smith llegó más lejos que W. Petty: delimitó el precio y el valor de cambio, y mostró que éste constituye la base de aquél.

En su análisis, Adam Smith se acercó a la comprensión de la diferencia entre la producción mercantil simple y la producción capitalista. Su mérito consiste en que no sólo vislumbró la diferencia entre ellas, sino que reconoció la diferencia entre las leyes que actuaban en las primeras fases de desarrollo de la sociedad humana y en las posterioresí cuando tiene lugar la acumulación del capital y surge la propiedad agraria.

Consideraba que la relación entre la cantidad de trabajo era el único fundamento del cambio de productos en la primitiva y poco desarrollada sociedad que precedió a la acumulación de capitales y a la transformación de la tierra en propiedad privada. En aquel. período imperaba la ley del valor. Pero, según Smith, ésta no actúa en el sistema capitalista, más desarrollado.

Desde el punto de vista individual de su "hombre económico^', y. a consecuencia también de su análisis realizado al margen de la historia, Smith se planteó, en fin de cuentas, la tarea de encontrar una "medida del valor" eterna e invariable. Semejante "medida" no debía ser, según

él, una determinada cantidad de dinero o artículos, sino únicamente una determinada cantidad de trabajo.

Es decir, que a pesar de lo metafísico de sus juicios, A. Smith se manifestó sobre la determinación del valor por medio del trabajo de forma mucho más concreta que W. Petty. Pero respecto al carácter del trabajo que determina la magnitud del valor, cometió un grave error: identificó el trabajo empleado en la fabricación de un artículo y el pro- ducto del trabajo que puede obtenerse a cambio suyo. Smith suponía que el trabajo empleado y el trabajo comprado son de igual magnitud, es decir, que en la producción y en el intercambio de artículos vio tan sólo un cambio de eauivalentes.

Escribía que ". . .el valor que todo artículo tiene para la persona que lo posee y que no abriga el prop6sito de usarlo o consumirlo él mismo, sino de cambiarlo por otros artículos, es igual a la cantidad de trabajo que le permite comprar o del que le permite disponer. Tenemos, pues, que el trabajo es la auténtica medida del ~ a l o r de cambio de todos los ar- tículo~~'. '~

Al no comprender la naturaleza de .las mercancías como una forma que depende históricamente del producto del trabajo, redujo el cambio de artículos al intercambio de trabajos. Y eso significa que identificó la economía mercantil s im~le v la ca~italista. v confundió una mercancía

L . # , , específica, la fuerza de trabajo que produce plusvalía, con todas las demás mercancías. Identificó el trabajo vivo con el trabajo acumulado, y pre- sentó el hecho como si al comprar la fuerza de trabajo tuviese lugar el mismo cambio de equivalentes que al comprar las demás mercancías.

De todo esto se deduce en su teoría aue el valor de cambio se mide tanto por el trabajo empleado en produLir una mercancía como poi el trabajo .que se compra con dicha mercancía. A semejanza de todos los economistas burgueses, A. Smith trató de hacer desaparecer la diferencia básica que existe entre la economía mercantil simple y la capitalista, que muestra cómo un sistema eterno, independiente de la historia, y oculta las raíces de la explotación capitalista.

Smith no comprende la acción específica de la ley del valor en el cam- bio entre el capital y el trabajo asalariado. Para explicar las relaciones capitalistas elaboró su teoría sobre las partes integrantes del precio de la mercancía.

El capítulo sexto del libro primero de Adam Smith se titula "Partes que integran el precio de las cosas". En él es donde más se manifiestan las contradicciones de todo su sistema económico, la mezcolanza del análisis científico con la descripción de fenómenos superficiales.

Cuando pasa a analizar los fenómenos sociales que caracterizan el

l3 A. ~ m i t h , Indagación acerca d e la naturaleza y las c u a s de la riiueza de las naciones, ed. cit., pág. 31.

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166 ECONO>IIA POLIT~CA CLASICA EN INGLATERRA

modo de producción capitalista, Adam Smith escribe: "En cuanto los ele- mentos de capital se han acumulado en manos de determinadas personas, algunas de éstas los emplearán, naturalmente, en poner a trabajar a per- sonas industriosas, a las que ellos suministrarán materiales y medios de subsistencia, con objeto de obtener un beneficio con la vénta de la obra de aquéllos, o con lo que el trabajo realizado en los mismos acrecienta el valor de los materiales." l4

Como puede verse de estas palabras, Smith trata de comprender el carácter explotador de la actividad de los capitalistas, que contratan obreros con fin de lucro. El beneficio-de los capitalistas es resultado de que los trabajadores añaden su trabajo a los materiales que obtienen. LOS capitalistas obtienen el beneficio, al vender el producto del trabajo ajeno.

1 Adam Smith se va acercando a la comprensión real del origen del bene- ficio de los capitalistas.

Pero, continuando esta frase, se aparta de su análisis científico e in- troduce el concepto de beneficio como el pago al capitalista por el capital que arriesga. Dice lo siguiente:

"Al cambiar el producto completo, ya sea por dinero, ya sea por tra- bajo o por otros artículos, en cantidad superior a la que basta para pagar el precio de los materiales y los salarios de los obreros, es preciso que se entregue algo que constituye el beneficio del empresario, que arriesga SU

capital en esta aventura." l5

Aquí se disfraza ya el carácter explotador de la ganancia y no se señala cuál es su origen.

Pero, más adelante, Adam Smith aclara totalmente esta cuestión. Se- ñala, sin lugar a equívocos, que el beneficio del capitalista es resultado del trabajo obrero.

<< Por consiguiente -continúa Adam Smith-, el valor que la mano de obra agrega al de los materiales se divide en este caco en dos partes, una de las cuales sirve para pagar los salarios de los obreros, y la otra, el beneficio de su patrono en la suma total de materiales y de salarios

~ que él adelantó." l6

Como puede observarse, no cabe la menor duda de que el obrero no se limita a reproducir el valor necesario para su salario, sino que crea todo el beneficio del capitalista.

Sin embargo, Smith abandona de nuevo el análisis científico y reduce el beneficio del capitalista a ser parte integrante del precio de los ar- ticulo~,'~ olvidando que la ganancia es resultado del trabajo de los obreros.

Escribe: ". . .los beneficios del capital constituyen en el precio de 10s artículos una parte integrante distinta por completo de los salarios del trabajo, y que se regula por principios del todo diferentes".18

" A. Smith, Indagación acerca de la naturaleza y las cautas de la riqueza de ¿a5 miones, ed. ciL, pág. 46.

l6 Ibidem. ~ á e s . 46-47. . . "- ~

16 bidem, pág. 47. 17 En la traducción citada de la obra de Smith se llama "artículo" a lo que de-

biera llamarse "mercancías". (N. del T. ) 18 Ibídem. pág. 47.

EL DOGMA DE ADAM SMITH 167

Después incluye en el precio de los articulos la renta agraria, ya que considera que ésta constituye parte integrante del precio de las mercancías.

De esta forma, surge el dogma erróneo de A. Smith según el cual, el precio de los artículos se divide en diferentes clases de ingresos o rentas: en el salario de los obreros, el beneficio de los capitalistas y la renta del terrateniente. Conforme a su teoría, el precio de los artículos se compone de distintas rentas y se descompone en ellas.

Por tanto, cuando Smith analiza las partes que integran el precio de los artículos, revela .que no comprende la acción de la ley del valor en las condiciones del capitalismo. Aquí.se aparta del concepto valor-trabajo, y sustituye el problema de la magnitud del valor por el de la distribución de las rentas entre las distintas clases de la sociedad, lo que no guarda relación directa con la magnitud del valor.

Al identificar el trabajo vivo con -el trabajo,acumulado, Smith no des- cubre la naturaleza de la fuerza de trabajo como una mercancía específica. No obstante,, sabía que la utilización del trabajo asalariado produce cam- bios en la distribución del valor de cambio de los artículos, que ha sido realizado: éste no va a parar totalmente al que ha fabricado el artícalo, sino que se divide en partes iguales, que, en opinión de Smith, se reduce a las diferentes clases de rentas. Como resultado, llega a la conclusión de que el valor de cambio de los artículos no refleja ya el trabajo empleado en su fabricación, sino que expresa las rentas en que se divide.

Pero las proporciones en que se descompone en distintas rentas el valor de los artículos no cambia, en modo alguno, la naturaleza misma del valor, pues ellas no guardan ninguna relación con la ley del inter- cambio de mercancías. Es decir, que en lugar de ocuparse de la naturaleza y la cuantía del valor de cambio, A. Smith se dedicó a estudiar la dis- tribución de las rentas entre las distintas personas y clases de la sociedad, cosa que no guarda relación con el problema en cuestión.

Su interés en este caso por el problema de la distribución de las rentas se debe, en fin de cuentas, a la incomprensión, por parte de Smith, de que no es el trabajo, sino la fuerza de trabajo lo que vende el obrero. Al pasar del análisis del intercambio de mercancías al del cambio de una mercancía (capital) por el trabajo, A. Smith tropezó con una contradic- ción insoluble desde su punto de vista: si el valor de cambio de las mer- cancías es resultado del trabajo comprado por el capitalista, jcómo es posible explicar la distribución del valor de cambio entre las diferentes clases? ¿Es que no debe pertenecer al obrero todo el valor de cambio? Su distribución entre las distintas clases constituye una infracción de la ley del valor. Adarn Smith se vio obligado a llegar a la conclusión de que la ley del valor regía únicamente en la "sociedad primitiva", cuando aún no existían el capital ni la propiedad agraria privada. En el capita- lismo, la ley del valor deja -según él- de actuar, y salen a escena el coste de producción y las rentas, pero no el trabajo.

En una teoría vulgar del coste de la producción siguió apoyándose Smith cuando estudió la cuestión de las oscilaciones experimentadas por 10s precios del mercado respecto de los "precios naturalec", es decir, del valor de cambio. Al precio que coincidía con el coste de producció~

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declaró Smith "precio natural", es decir, valor de cambio, y a los supe- riores o inferiores, precios de msrcado. De esta forma analizo después las variaciones en la oferta y la demanda, la competencia, etc.

Al sustituir la interpretación científica del valor-trabajo por la no científica de las rentas, y después por la teoría vulgar del coste de produc- ción, Smith mostró las inconsecuencias y contradiccionas que había en su doctrina del valor de cambio, haciéndola perder toda su importancia científica.

Marx señala: "En Adam Smith no sólo encontramos «huellas» de <concepciones opuestas* acerca del valor, y no sólo dos, sino tres y hasta, en rigor, cuatro concepciones abiertamente antagónicas sobre el valor, que discurren placenteramente las unas junto a las otras y se combinan

<< entre sí". . ., lo que en él - con t inúa Marx-, que puso los cimientos de la Economía política obligadamente a tientas, experimentando y deba- tiéndose en un caos de ideas aún no definidas, es cosa perfectamente 1ó- gica y natural" le

En su teoría de las rentas, A. Smith señala tres clases sociales: capita- listas, terratenientes y obreros; y de acuerdo con ello, tres tipos funda- mentales de rentas: el beneficio o ganancia, la renta agraria y el salario. Dichas rentas, supone él, constituyen el valor de los artículos: éstos deben venderse a un "precio natural", que dé origen a todas estas rentas.

En su análisis de la naturaleza de las rentas, Smith expuso diversas variantes de la doctrina del beneficio, el salario y la renta agraria, tratando de determinar la magnitud del valor mediante el descubrimiento de las diferentes clases de rentas, y de establecer el conjunto de las mismas en el valor de los artículos.

El salario, que constituye 'la renta de los trabajadores, lo determina A. Smith como el pago del trabajo. Esa es una definición burguesa, que identifica el trabaio con la fuerza del trabaio.

Lo único positivo en la teoría del salario de Adam Smith, que es su gran mérito, fue que, a diferencia de todos los economistas -burgueses contemporáneos suyos, consideró el salario como una clase especial de renta del trabajo. Sus restantes argumentaciones acerca del salario son contradictorias y encierran muchas deficiencias. A. Smith consideraba que el salario había existido siempre. Las diferencias que veía radicaban únicamente en que, en la sociedad primitiva, el salario incluía todo el producto del trabajo, mientras que en el capitalismo encierra solamente una parte del producto, descontando el beneficio y la renta agraria. El enfoque antihistórico y la identificación del salario y el produc~o del tra- baio constituve un aran defecto de la doctrina de Smith sobre el salario. "

Otro defecto suyo es no comprender que el -salario constituye: una forma desfigurada del precio y del valor de la fuerza de trabajo. Por un

19 Ver F. Engels, ARli-Dühring, ed. cit., pág. 283.

lado, Smith consideraba el salario coino uiia renta del trabajo, es decir, incluía en este concepto las rentas de los pequeños propietarios, identifi- cándolas con el salario, y por otro, declaraba que el salario era el "precio del trabajo": y trataba de determinar el "valor del trabajo" identificando el trabajo y la fuerza de trabajo. A pesar de que sabía que la fuerza de trabajo ("trabajo", según su terminología) es una mercancía que se compra y se veride, no pudo resolver el problema del ralor y el precio de la fuerza de trabajo. No comprendía que la fuerza de trabajo es un artículo especial, capaz de producir más ralor del que ella tiene.

En la teoría del salario de A. Smith se entrelazan diferentes concep- ciones vulgares: elementos de la teoria del "fondo" del salario y elementos de la teoria del "mínimo de medios de sub=istencia", Conocida también bajo el nombre de "ley de bronce" del salario.

Smith afirmaba que con el aumento de la riqueza de la sociedad debe- rían elevarse las rentas de los obreros, y por tanto, el "fondo" del salario. En realidad, con el capitalismo, el enriquecimiento de los explotadores lleva consigo el empobrecimiento absoluto y relativo de los obreros. Smith negaba la inevitabilidad del empobrecimiento de la clase obrera, y con ese motivo condenaba las huelgas y las asociaciones obreras. Al mismu tiempo, era ardiente partidario de la "libertad de trabajo", es decir, de la libre compraventa de la fuerza de trabajo y de la competencia entre los obreros, la cual mantiene el riivel de los salarios dentro de los límites del mínimo de medios de subsistencia; en este sentido se orientaba hacia la "ley de 'bronce" del salario.

Beneficio. La teoria del beneficio (ganancia) se halla íntimamente ligada a la del salario. A pesar de sus grandes defectos, constituye un importantísimo paso en comparación con las teorías de los mercantilistas y los fisiócratas.

Los mercantilistas reconocían únicamente el beneficio comercial; los fisiócratas dieron ya los primeros pasos en la teoria de la plusvalía (doc- trina del producto neto"), a pesar de que no reconocían el beneficio como tal, ya que lo consideraban como salario de los empresarios. Smith fue el primero en considerar el beneficio como una categoría independiente, como una clase determinada de renta, distinta de la renta agraria y del salario. Además, relacionó directamente el beneficio con la plusvalía, con lo cual hizo avanzar la teoría, aunque no !legó hasta la interpretación científica de la ley de la plusvalía.

Sólo Marx creó la doctrina científica y consecuente de la plusvalía, que se Iia convertido en la piedra angular de todo el sistema económico del comunismo revoliicionario.

A. Smith, por su parte, identificaba el beneficio con la pliisvalía: no vio que el beneficio es sólo una de las formas de la plusvalía, lo mismo que la renta agraria y el interés del capital. Smith'dio varias definiciones distintas del beneficio, pero sólo una tiene valor científico: el beneficio es un descuento del producto del trabajo del obrero. De esta definición que se desprende directamente de su teoría del valor-trabajo se deduce que Smith interpreta el beneficio como la plusvalía que se adjudican los capi- talistas. Semejante definición del beneficio, aunque lo identifica con la

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170 ECONOblIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA

plusvalia, aproxima a Adam Smith a la acertada comprensión del problema. Pero en cuanto pasa de la teoria valor-trabajo a la del coste de pro- ducción, no es ya capaz de descubrir la verdadera naturaleza del beneficio. Desde el punto de vista de su teoría del coste de producción, el salario es una remuneración por el trabajo y el beneficio lo es,por el capital, y no guarda ninguna relación con el producto del trabajo del obrero. El beneficio está relacionado únicamente con el valor, por eso incluye el valor de la mercancía como una de las clases de renta. En muchos lugares Smith afirma, sin ningún fundamento, que el beneficio es una "remune- ración natural" por la utilización y la anticipación del capital, y que por eco entra en el coste de producción de las mercancías.

Después de estudiar el movimiento concreto de los beneficios en el transcurso de los siglos XVI a XVIII, Smith hizo una observación importante, al señalar la tendencia al descenso de la cuota de los mismos. Pero no supo dar la explicación adecuada de dicha tendencia, y se limitó a indicar superficialmente que la cuota del beneficio baja a consecuencia de la abun- dancia de capitales.

Smith logró aproximarse a la solución verdadera de la dependencia existente entre el tipo de interés y la cuota de beneficio. Al considerar el interés como una parte del beneficio industrial (es decir, como una frac- ción de la plusvalía) que el prestatario cede al prestamista por emplear el capital-crédito, estuvo próximo a resolver acertadamente la esencia y cl movimiento del interés. Sin embargo, al abandonar la base realmente cien- tífica de la teoría valor-trabajo, no fue ya capaz de descubrir la verdadera fuente del beneficio.

Renta agraria. Aún más contradictoria es su teoría sobre la renta de la tierra. A. Smith dio. por lo menos, cuatro definiciones acerca de su origen. Al principio, se aproximó mucho al verdadero origen de la renta agraria, caracterizándola como un descuento del trabajo de los obreros agrícolas. Esta definición era consecuencia de la teoria valor-trabajo, y mostraba claramente la naturaleza explotadora de esta renta. Pero después declaró que era una "remuneración por el uso de la tierra". Aquí parte ya de la teoría vulgar del coste de ~roducción, al definir la renta como una "remuneración natural" por la tierra, de igual modo que considera el salario como una remuneración "natural" del trabajo.

Después, la renta es para él resultado de la productividad física. Smith la presenta como un producto de la naturaleza, considerando que "crece de la tierra". Aquí A. Smith se halla influido por los prejuicios fisio- cráticos y muy lejos de la teoría valor-trabajo.

En cuanto a la definición de la renta de la tierra como un aumento sobre el precio de monopolio, Smith explicó el origen del precio y del aumento por encima de él como una mayor demanda de los productos agrícolas, renunciando por completo a definir su valor mediante el trabajo.

El hecho de que Smith defina la renta de la tierra de diversas maneras muestra, naturalmente: su inconsecuencia en el estudio de esta cuestión. Pero, al mismo tiempo, sus distintas variantes ofrecen a la ciencia ideas meritorias. Por ejemplo, acerca de la función de la naturaleza en la pro- ducción agrícola. en los precios de los productos del campo, etc. Estos

DOCTRINA DEL CAPITAL 1'71

juicios sirvieron de orientación a los investigadores posteriores para re- solver algunos de los importantisimos probIemas que ofrece la renta de la' tierra.

En su análisis, Smith descubrió que la renta de los campos dedica al cultivo fundamental (trigo), regula la de todos los que producen otra clases de plantas, o que se útilizan para otros fines (lino, prados, pastos etcétera). Este descubrimiento tiene gran importancia para caracteri?~ la actividad del capital en la agricultura.

Aunque A. Smith daba gran importancia al movimiento del capital no constituyo para él el centro de su atención. Consideraba que el trabajo era la fuente de la riqueza, y que el capital constituía la fuerza que ponía en movimiento el trabajo. Pero no comprendía lo principal, y es que el capital es una de las formas de las relaciones de producción, de las rela- ciones económicas entre las personas. No comprendía tampoco que el capital es un valor que produce ~lumalía, y por eso no fue capaz de des- cubrir la naturaleza explotadora del beneficio capitalista.

Al definir el capital como un medio de producción, en el que hay acumulado trabajo, es decir, al reconocer el dominio del capital sobre el trabajo, Smith partía de la teoria valor-trabajo. Pero al mismo tiempo dio otras definiciones del capital, que no sólo no concuerdan con esta teoría, sino que la contradicen totalmente, y se desprenden de su teoría de las rentas, del coste de producción, etc. Afirmaba que el capital es el origen del beneficio, lo mismo que el trabajo lo es del salario. La defini- ción del capital que da A. Smith es tan ambigua y contradictoria como las que da del valor de cambio, el salario, el beneficio y la renta.

Adam Smith no fue capaz de definir acertadamente el capital, a con- secuencia de la limitación burguesa de sus concepciones y de su interpre- tación antihistórica del desarrollo de la sociedad. Al considerar el capita- lismo como un sistema de producción y distribución eterno, no vio sus rasgos específicos como una de las fases históricas del progreso de la sociedad.

Smith no fue capaz de determinar que la obtención de la plusvalía y su adjudicación por parte de la burguesía es el fin que persigue la pro- ducción capitalista. Aunque conocía el beneficio, no descubrió que la p!usvalía es su origen, y por eso no pudo determinar el capital como un valor que crece por sí mismo, como un valor que produce plusvalía.

La escuela clásica de la Economía política burguesa no llegó, en su conjunto, a tener una idea acertada de la producción capitalista y del capital; no fue capaz de realizar un análisis verdaderamente científico de la plusvalia; solamente la Economía política marxista logró descubrir científicamente cuál es la esencia del capitalismo.

Smith no llevó a cabo un análisis acertado del capitalismo ni caracte- rizó sus diferentes formas. No divide, por ejemplo, el capital en constante y variable; no analiza las distintas formas de movimiento del capital: el

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174 . ECONOMIA POLITICA CLASICA EN INGLATERRA

que Smith introdujo de contrabando en el precio del mismo, aparte de las rentas, el capital constante; y segundo, que confundía el consumo indivi- dual de obreros y capitalistas, con el consumo productivo.

Como señala Lenin, "la corrección de los dos errores de Smith seña- lados (el excluir el capital constante del valor del producto y el mezclar el consumo individual con el productivo) fue lo que permitió a Marx edificar su magnífica teoría de la realización del prodiicto social en la sociedad ~apitalista".~'

Smith no fue capaz de definir el capital social como conjunto de capi- tales individuales. Es verdad que trató de establecer una diferencia entre el capital social (considerando bajo esa rúbrica a los medios de produc- ción) y el capital individual, en el que incluía además de los medios de producción los de consumo. No obstante, organizó tal confusión en sus definiciones del capital y las rentas, que en fin de cuentas abandonó sus ten-. tativas. No siendo capaz de presentar el capital como un valor que produce plusvalia y el capital social como el conjunto de capitales individuales, Smith no pudo determinar acertadamente el proceso de reproducción y acumulación del capital.

Lenin señala que todos los economistas entre Smith y Marx repitieron el error de aquél, y por eso no avanzaron un sólo paso en las teorías de la reproducción y las crisis. En la discusión que sobre la posibilidad de la superproducción general de mercancías llevaron a cabo Ricardo, Say, Mil1 y otros, por un lado, y Malthus, Sismondi, Chomers, Kirchmann, etc., por otro, ambas partes se apoyaban en la teoría equivocada de Adam Smith.

Marx hace en El Capitol, especialmente en los tomos 11 y IV, un análisis detallado y un estudio crítico de la teoría de Adam Smith sobre los problemas de la reprodiicción y la circulación del capital social.

Mant señala que "en su modo de exponer el proceso de la reproduc- ción, y por tanto el de la acumulación, A. Smith, en ciertos aspectos, no sólo no señala ningún progreso respecto a sus predecesores, los fisiócratas, sino que incurre más bien en evidentes retroceso^".^^

Doctrinu del trabajo productivo. Al no hallarse en situación de des- cubrir el proceso de la reproducción y la acumulación del capital, Smith resolvió de forma inconsecuente el importantísimo problema del trabajo productivo e improductivo en el régimen capitalista.

Junto a su característica (considerada por Marx de gran valor) del trabajo productivo como un trabajo que produce capital, tiene definiciones equivocadas del trabajo productivo como el que produce mercancías, va- lores, y en general cosas útiles "en las que se invierte un trabajo". Sin embargo, Smith fue el primero en descubrir la relación entre la acumu- lación del capital y el trabajo productivo, y en esto consiste su gran mérito histórico.

Hay que señalar, no obstante, que Smith era totalmente contrario al trabajo improductivo, y consideraba que la acumulsción del capital con- sistía, en esencia, en reducir al máximo el consumo improductivo, identifi- ficando la acumulación y el ahorro.

24 V. L Lenin, El- desarrollo del capitalismo en R ~ i a , págs. 28-29. 26 C. Marx, El Capitd, t . 1, ph*. 498 (nota 161, ed. cit.

EL ELEMENTO CIENTIFICO Y EL VULGAR 175

Adam Smith incluía honrada. y valientemente en la categoría de tra- bajadores improductivos a importantes e influyentes personas de su época. Consideraba que "el trabajo de algunas de las más respetables categorías sociales, igual que el de las personas del servicio doméstico, no produce ningún valor, y no se fija o toma realidad en ningún objeto permanente, o artículo vendible, que persista después que terminó el trabajo! y. mediante el cual se pueda más adelante procurar una cantidad de trabajo igual. Por ejemplo, el soberano, con todos los funcionarios para el ejercicio de la justicia y de la guerra, que sirven a sus órdenes, y todo el ejército y la marina con trabajadores improductivos. . . Tanto los trabajadores produc- tivos, como los improductivos, y quienes no trabajan en modo alguno, son igualmente mantenidos por el producto anual de la tierra y del trabajo del país".28

Como resumen, es necesario señalar que el sistema económico de Adam Smith es en su totalidad contradictorio y su método de investigación ambiguo: el enfoque abstkacto y analítico lo sustituye, con frecuencia, por Ia descripción superficial, que toca únicamente la parte exterior de los fenómenos.

En la obra principal de Smith Indagación acerca de la nuturaleza y las cawas de la riqueza de las naciones, aparecen entremezclados el ele- mento científico y el vulgar. Como hemos señalado anteriormente, Smith, a consecuencia de la limitación burguesa de sus concepciones, consideraba las relaciones burguésas invariables y eternas, dependientes del carácter "natural" del "hombre económico". Pero al analizar atentamente la natu- raleza de su "hombre económico" encontramos que no es más que un burgués-capitalista, y que la "naturaleza" de éste consiste sólo en que produce mercancías y comercia con ellos, de acuerdo con las leyes del régimen de producción capitalista, que surgía entonces,

Smitli no desarrolló, en modo alguno, todos los problemas de la Eco- nomía política, que ya existía antes de él. Además, muchas de sus tesis constituyen una explicación anticientífica y vulgar de los fenómenos eco- nómicos, que desarrolló para beneficiar a la clase burguesa, a la que él mismo pertenecía.

Como hemos visto, Smith tiene ideas acertadas sobre la plusvalía. Considera, con todo fundamento, que el beneficio, la renta agraria y el interés son un descuento del producto del-,trabajo del obrero. En su aná- lisis de la plusvalía hay, en comparación con los fisiócratas, muchas ideas nuevas y acertadas. Para estos últimos la- plusvalía era tan sólo fruto del trabajo agrícola; para Smith, en cambio, era resultado de todas las esfe- ras de la producción.

Los fisiócratas conocían una sola forma de plusvalia (la renta agra- ria), mientras que Smith analiza esta renta, el beneficio y el interés

28 A. Smith, Investi&aci6n acerca de la nuturdeza Y las cautas de la riqueza de lar nacwna, ed. cit., págs. 289-290.

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176 ECONOMIA POLITICA CWSICA EN INGLATERRA

como formas distintas de la plusvalia. Al .mismo tiempo, Adam Smith transforma la renta agraria y el beneficio en fuente del valor, lo que constituye, naturalmente, una vulgarización de los fundamentos de la economía política, y encubre la explotación de la clase obrera. .Smith confundía la plumalía y el beneficio, al que después no definía como forma de la plusvalia, sino como el resultado de la actividad del propio capitalista. -

Al defender la actividad de los capitalistas, subrayaba que éstos no estarían interesados en contratar obreros si la venta de los productos fabricados por los obreros no les produjera algo más que la suma necesaria para reponer el capital. Con ello, Smith justifica el interés de los capita- listas en obtener beneficios; es más, declaraba que el capital era resultado del ahorro de los capitalistas, idea que luego adoptaron y desarrollaron los economistas vulgares.

Sin embargo, no debe determinarse el lugar que ocupa Adam Smith en la historia de las doctrinas económicas partiendo Únicamente de sus errores; su relieve se debe, en primer lugar, a todo lo nuevo y valioso que ha aportado a la ciencia económica.

Adam Smith se manifestó como el economista que abarcó en su con- junto el periodo de la manufactura, como el gran ideólogo de la burguesía avanzada. En la doctrina de Smith se entrelazan elementos científicos y vulgares, pero fue el representante fundamental de la Economía politica burguesa clásica.

CAPITULO IX

FORMACION DE LA ECONOMIA POLITICA VULGAR .

EN INGLATERRA Y FRANCIA. MALTHUS, SAY

La Economía política vulgar surgió casi al mismo tiempo que la es- cuela burguesa clásica. Desde su aparición, se vio limitada por sus conve- niencias de clase, 10 que tuvo como resultado el renunciar al análisis de la esencia de los fenómenos económicos y' limitarse, para satisfacer a la burguesía, a describirlos de forma superficial.

En William Petty y en los enemigos del mercantilismo, que siguieron siis doctrinas, encontramos ya juicios vulgares jucto a otros de carácter científico.

El elemento vulgar se manifiesta también en las concepciones de Adam Smith, sobre todo en los casos en que se limita a describir única- mente los fenómenos superficiales de la sociedad burguesa.

Sin embargo, no se phede decir que en tiempos de Petty y Smith exis- tiera ya la Economía política vulgar; entonces se hallaba únicamente en su fase de aparición y formación.

En el proceso histórico que dio lugar a que el elemento d g a r pudiera brotar de las concepciones generales de los clásicos burgueses, que se in- dependizara de toda su doctrina y pasara a constituir una Economía política vulgar autónoma, desempeñó un papel decisivo la lucha de clases, la agudización del conflicto entre las principales clases de la sociedad burguesa.

La Economía vulgar negaba las concepciones científicas, y las adaptaba a las necesidades explotadoras de los grandes industriales y terratenientes. De hecho, los economistas vulgares no estaban interesados en la investi- gación científica y trataban de transformar la Economía política en una apología, preconcebida, de las clases explotadoras de la sociedad burguesa. Al mismo tiempo, el fin que perseguía la Economía vulgar era, como señala Marx, hacer comprender a la burguesía los fenómenos más amplios de la vida económica y adaptarlos, como si dijéramos, 'al "uso doméstico" del burgués.

La estructuración de la Economía política vulgar se desarrolló en medio de agudos choques entre las diferentes clases, en la época de la revolución francesa de fines del siglo xvIir, cuando en Francia se imponía el capitalismo. El procesa de formación de la Economía política vulgar fue distinto en Inglaterra y en Francia.

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178 U ECONOMIA POLITICA VULGAR EN INGLATERRA Y FRANCIA MALTHUS 179

Pero incluso en Inglaterra, al principio, constituyó una reacción a 10s acontecimientos revolucionarios de Francia.

I

Tho- Robert Malthus (1766-1834) se dio a conocer como econo- pista con la publicación, en 1798, de su libro Ensayo sobre el principio de la (An Essay on the Principles o£ Population as it affects the future improvement o£ Society ) .

Malthus reflejaba los intereses de clase de los grandes terratenientes ingleses. Por su origen pertenecía a la aristocracia inglesa. Como hijo menor de un noble, de acuerdo con la ley del mayorazgo (ley que decla- raba heredero al primogénito), Malthus no podía ~ercibir herencia alguna, y por eso sus padres le hicieron seguir la carrera eclesiástica. A partir de 10s veintitrés años, y durante cuarenta y cinco, fue sacerdote, lo que no le impidió defender los intereses de la aristocracia agraria inglesa. En sus obras se reflejan también los motivos religiosos.

En el libro arriba mencionado, Malthus se pronuncia contra cualquier intento de mostrar las calamidades y la injusticia reinantes en la sociedad capitalista. Bajo la influencia de la Revolución Francesa, el escritor inglés Wiliiam Godwin (1756-1836) desenmascaró al régimen burgués como opresor de los trabajadores, y causante de la miseria y los sufrimientos del pueblo. En su libro Investigaciones sobre la justicia económica (1793), Godwin fundamentaba la necesidad de acabar con la propiedad privada, que consideraba como el mayor mal. Al mismo tiempo, incluía el poder real, el "deshonesto clero" y las leyes injustas, en los vicios de la huma- nidad, causantes de la desgracia del pueblo.

Thomas Malthus intervino en contra de Godwin con el fin de justificar y defender el régimen burgués, los explotadores y las clases parásitas de la sociedad.

. ' Malthus se marcó la tarea de luchar contra los "pensamientos peli- grosos". Con toda desfachatez, hace responsables del hambre, la miseria y los vicios que reinaban en la sociedad capitalista a los explotados, y no a los explotadores. De acuerdo con la afirmación de Malthus, la miseria y el hambre dependen de la naturaleza del hombre, de su tendencia a multiplicarse en forma ilimitada, mientras que la producción de alimentos está sometida a la ley de la fertilidad decreciente de la tierra. La pobla- ción, afirma Malthus, crece en progresión geométrica, y los alimentos y las materias primas, en progresión aritmética. Partiendo de tan falsa base, Malthus plantea la necesidad de la "continencia" para los trabaja- dores, al objeto de reducir artificialmente la población.

Malthus señalaba, a veces, las contradicciones del capitalismo, pero . con el solo objeto de justificar, en general, la existencia de las clases

dominantes y especialmente de los terratenientes y el clero. Malth~s fue el primero y más descarado representante de la Economía

política burguesa vulgar de Inglaterra. Mdthus, que justificaba la existencia del poder real, de los terrate-

nientes y los capitalistas, y culpaba a los propios trabajadores de sus calamidades y sufrimientos, rompió totalmente con la Economía política clásica inglesa, y sobre todo con Petty, en la cuestión referente a la población.

En el Tratudo sobre tribulos y contribuciones, Petty resolvía el pro- blema de la población de un modo íntimamente ligado a su interpretación del trabajo productivo e improductivo.

Por eso, Petty proponía que los sacerdotes volviesen al ceIibato para disminuir con ello, por lo menos en la mitad, la cuantía de los ingresos que como eclesiásticos casados percibían, y disminuir también los nume- rosos cargos altamente remunerados de abogados y funcionarios, que desempeñaban un trabajo improductivo. Respecto a los pobres, exigía que se les proporcionase trabajo y se les diese posibilidad de trabajar de forma productiva.

Para Petty, la población productora constituía la riqueza del país; con- sideraba que el reducido número de habitantes era rasgo de pobreza; y por el contrario, el exceso de población, exponente de la riqueza de una nación.

Iilalthus enfocó esta cuestión de muy otra manera. Declaró que los obres eran los culpables de su situación. Por eso, era necesario reducir

ra poblaci6n productiva y dar a los ricos, a la aristocracia y al clero la posibilidad de vivir rodeados de lujo. Según él, los pobres, los proletarios que careciesen de trabajo, no debían vivir en la sociedad humana.

Malthus escribía que cuando una persona llega a un mundo que está ya lleno, y sus padres no están en condiciones de alimentarla, ni la- socie- dad puede hacer uso de su trabajo, esa persona sobra en la tierra; como no hay sitio para ella, la naturaleza le ordena alejarse, y no tardará ella misma en dar cumplimiento a su sentencia.

Como puede apreciarse, Malthus cünsideraba que sobraban los que no tenían trabajo, aquellos que no podían asegurar su subsistencia. Sus mani- festaciones son las de un hombre que odia la humanidad, las de un enemigo abierto de los trabajadores. Defendía y justificaba la desigualdad en la sociedad burguesa.

Iifalthus no sólo se alejó de Petty, sino también de Adam Smith, que continuó y desarrolló las ideas de Petty sobre la población productiva e improductiva.

Como señalamos en la lección anterior, Smith consideraba improduc- tiras (a semejanza del trabajo de los servidores domésticos) profesiones muy serias e importantes y algunas de las más frívolas, a saber: los cléri- gos, abogados, médicos, escritores de toda clase, y cómicos, payasos, mú- sicos, cantantes de ópera, bailarinas, etc.

Adam Smith incluye a los cléricos en la categoría del estamento impro- ductivo, mientras que el cura Malthus considera sobrantes en la sociedad a los, obreros sin trabajo. Adam Smith trata de reducir el estamento improductivo. Establece la ley de la población en concordancia con la demanda de trabajo y la cuantía del salario. Considera que una elevada remuneración del trabajo puede ser causa de que aumente el número de trabajadores, y la necesidad de éstos es la que regula la población: cuando

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crece la demanda de mano de obra es cuando surge la posibilidad de au- mentar la población.

Malthus enunció su "ley" demográfica, formiilándola en los tres si- guientes puntos:

1) La población está limitada, inevitablemente, por los medios de exis- tencia. 2) La población se multiplicará indefectiblemente allí donde aumen- ten los medios de existencia, si no se adoptan medidas de carácter excep- cional que lo eviten. 3) Estas medidas y todas aquellas que, frenando la fuerza reproductiva, hacen volver a la población al nivel de los medios de existencia, pueden ser consideradas de tres clases: continencia moral, vicio y desgracia.

Malthus, que supone, erróneamente, que su ley es eterna, aborda el problema de la población de forma antihistórica. Malthus quiere aplicar su "ley" a todas las épocas históricas, a todas las etapas del desarrollo social.

En el primer punto de Malthus salta ya a la vista su contradicción radical y falta de fundamento: reduce el problema de la población a la cantidad de medios de existencia, cuando la propia producción de estos medios depende de muchas causas históricas, y en primer lugar sociales; además, Malthus ignora el problema de la distribución, que también está ligado a las condiciones sociales y de clase.

Al aclarar el segundo punto es cuando Malthus, sin darse cuenta de ello, muestra con mayor evidencia la inconsistencia de su "ley" de la población, el carácter preconcebido de la misma.

Malthus trató de fundamentar con cálculos matemáticos el retraso del crecimiento de los medios de producción, en comparación con el de la población. Tomó unos datos referentes al incremento de la población de los Estados Unidos. Resultaba que en veinticinco años se había duplicado. Malthus no trató de analizar las causas y condiciones de tal aumento, y no tuvo en cuenta para nada la inmigración a ese país. Pero el solo hecho del aumento de población le sirvió para llegar a la vana conclusión de que si no se obstaculiza el crecimiento de la misma se duplicará cada veinticinco años y crecerá en progresión geométrica.

A continuación declara que, en diversos países, el crecimiento de los medios de existencia es muy lento, y que no corresponde en 'modo alguno a una progresión geométrica; incluso cuando las condiciones sean ópti- mas, el aumento no puede ser más rápido que la progresión aritmética.

Mediante procedimientos tan poco cientificos, Malthus compara el aumento de la población y el de los medios de subsistencia. Tomando la población del globo igual mil millones, considera que los hombres se reproducen en razón d e l , 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, y los medios de subsistencia aumentan según la progresión 1,2, 3,4, 5, 6, 7, 8, 9. Semejante relación daría lugar a que, al cabo de dos siglos, la relación entre la pobla- ción y los medios de existencia sería la de 256 y 9; al cabo de tres, 4096 y 13, y al cabo de dos mil años alcanzaría dimensiones ilimitadas, in- calculables.

Sobre el fondo de tan triste futuro, Malthus enuncia su tercer punto, según el cual la única "salvación" de la humanidad consiste en la adop-

MALTHUS 181

ción de medidas excepcionales contra la multiplicación de las personas, las que han de reducir la población al nivel de los medios de existencia: la guerra, el hambre, la miseria y el celibato.

De esta forma es como Malthus justifica el hambre y la miseria a que da lugar el capitalismo, y que se deben, según él, a la existencia de personas sobrantes, que deben morir. Si el obrero no puede alimentar a su familia, Malthus le recomienda no casarse y renunciar a tener familia y descendencia.

Malthus lucubró su misantrópica "ley" para luchar contra las ideas del socialismo y combatir el libro de Godwin. *

Godwin afirmaba que la propiedad privada era la causa de la miseria y las desgracias de las persouas; Malthus, incapaz de negar que la aboli- ción de la propiedad privada hará que mejoren las condiciones materiales de los trabajadores, anunuia que semejante acción motivará que la po- blación se multiplique aún con mayor rapidez, lo que conducirá a una falta todavía mayor de los medios de subsistencia.

Basándose en ello, Malthus era contrario a que se prestase ayuda a las capas más pobres de la población, ya que podría conducir a un mayor aumento de la población.

La lucha alrededor de la "ley" de Malthus se desarrolló durante casi todo el siglo XIX y continúa aun hoy día. Las personas progresistas de todos los países han rechazado ya hace tiempo la doctrina de Malthus. En Rusia, durante la primera mitad del siglo XIX, la "ley" de Malthus fue criticada y condenada enérgicamente.

Fueron sobre todo V. Miliutin y después N. Chernishevski quienes se manifestaron en cotitra suya. Marx muestra en El Capital que cada modo de producción o cada estructura social tiene una ley de población propia. La ley de población tiene carácter histórico. Las causas principales de la superpoblación radican en ras condiciones sociales, en la naturaleza misma del capitalismo. Lenin señala que en el régimen capitalista no se plantea la dificultad de producir alimentos, sino la de obtenerlos para los obreros.

La burguesía actual recurre a la teoría de Malthus para justificar las guerras y la opresión de las colonias, para su política imperialista. La burguesía reaccionaria actual apoya la teoría de Malthus del mismo modo que lo hacía la aristocracia inglesa a principios del siglo xrx.

El cura Malthus fue uno de los primeros catedráticos de Economía política que tuvo Inglaterra. En 1804 ocupó la cátedra de Economía polí- tica e Historia en el Instituto (College) de la Compañía de las Indias Orientales, pasando después a formar parte del claustro de catedráticos de la Universidad de Cambridge.

En el Instituto de la Compañía de las Indias Orientales, Malthus ejer- ció, al mismo tiempo, el cargo de sacerdote. Este centro se dedicaba a la preparación de agentes ingleses, encargados de contribuir a la c3loniza-. ción de la India. En sus conferencias de Economia política, Malthus se planteaba la tarea de explicar las relaciones políticas y económicas entre Inglaterra y la India.

En 1817 vio la luz otro libro de Malthus, los Principbs de Econom& Hitica (Principles of Political Economy considered with a view to the

Page 53: Mercantilismo y Economía Política Burguesa

JEAN BAPTISTE SAY . 183

practica1 application), en el que utiliza el elemento vulgar de la teoría de Adam Smith para renegar totalmente de los fundamentos científicos de la Economía política. Aquí Malthus se declara contrario a la teoría del va- lor-trabajo.

Adam Smith dio dos definiciones del valor; en ellas confundía el trabaio empleado en la producción de una mercancía con el trabajo que , se cohpra -a cambio de-dicha mercancía.

Malthus declara abiertamente que la medida del valor la constituye únicamente el trabajo comprado y no el empleado. En esta cuestión, Malthus no sólo se muestra contrario a Smith, sino también a Ricardo.

Al rechazar la teoria del valor-trabajo de Ricardo, Malthus afirma que como no explica la ganancia media ni el precio de la producción, tam- poco es valedera su definición del valor mediante el trabajo.

Malthus captó el elemento vulgar de la teoría del valor de Smith - s u definición del trabajo que se compra con una mercancia y no del empleado en su fabricación-, y declaró que son precisamente las rentas los elemen- tos iniciales componentes del valor determinado por el trabajo que se compra con dicha mercancia. Pero el trabajo comprado, fuerza de trabajo viva, produce más de lo que vale, es decir, que se compra más trabajo de lo que se da a cambio suyo. Malthus desvirtúa esta tesis al extenderla también al "trabajo" de los capitalistas. Incluye la ganancia de éstos en el corte de producción, y con ello considera la ganancia como el factor que origina y determina el valor.

Según Malthus, la cantidad de trabajo de que suele disponer el pro- ductor, debe reflejar y determinar la cantidad de trabajo empleado en la producción de la mercancía, añadiendo, además, la ganancia. Con ello la ganancia se deduce de sí misma; la ganancia surge porque ya existe en el coste de producción, en gastos del propio capitalista.

Para poder salir del embrollo que él mismo se creó, para responder a la pregunta d e quién paga al comprar las mercancías la ganancia del capitalista, Malthus inventó la teoría de la necesidad de las clases impro- ductivas para dar salida a la ganancia y a todo el producto social.

En beneficio de la aristocracia, los terratenientes y el clero, que con- sumen sin producir, declara que como la ganancia o beneficio es un suplemento al valor-de la mercancía del vendedor, y como todos los pro- ductores venden unas veces y compran otras, pierden como vendedores y ganan como compradores. De esta falsedad "obtiene" Malthus otra: afirma que, por tanto, no tiene lugar ningún aumento de la ganancia, que ésta puede incrementarse únicamente cuando surjan compradores que paguen por la mercancia más de lo que en realidad vale. Entre semejantes com- pradores se puede incluir a los obreros, que venden más trabajo de lo que pagan por sus medios de existencia. Pero es precisamente por eso por lo que no pueden comprar toda la mercancía producida, sino únicamente parte de ella. Por tanto, son necesarias unas "terceras personas", es decir, unos compradores que compran, pero que no venden nada; son precisa- mente esos compladores que no venden nada los que "crean" la ganancia de los capitalistas. Esos consumidores improductivos son los landlores, el clero y otros representantes de las clases altas. Son ellos quienes pagan

!a ganancia del capitalista y sin los cuales es imposible dar salida al pro- ducto social.

Resulta, por tanto, como señala Marx, que Malthus establece como con- dición necesaria de la producción la apropiación permanente de la mayor cantidad posible del producto anual de la sociedad por parte de los pará- sitos y holgazanes. Malthus se aferra gustosamente a cualquier teoria vul- gar del valor, con tal de que vaya contra la determinación del valor mediante el trabajo.

Naturalmente, los trabajos de economía de Malthus no tienen valor científico, y constituyen un claro ejemplo de vulgarización de la Economía política. Además, su conteniho es un verdadero plagio; por ejemplo, en su primera obra (Ensayo sobre el principio de la población), que tanta fama le dio, gran parte del texto se lo robó a otro sacerdote, Townsend; la teoría de la renta agraria, en la que expone la tan cacareada "ley de la fer- tilidad decreciente de la tierra", la copió Malthus al colono James Anderson (1739-1808), que fue el primero que se ocupó de analizar la renta de la tierra; la idea de otra de sus obras (Principios de Econontia política), dirigida contra Ricardo, la tomó Malthus de Adam Smith, vulgarizando sus puntos de vista.

Como señala Manr en el tomo IV de El Ca*, Malthus es un "plagia- rio profesional", "hombre ruin", "desvergonzado sicofanta" de las clases dominantes, cura vocinglero, y trata de hacer retroceder la Economía po- lítica más allá de Ricardo e incluso de Smith y los fisiócratas. En las obras de Malthus, la Economía política inglesa fue hacia atrás, en lugar de avanzar.

Si en las obras de Malthus encontramos manifestaciones relativas a su desacuerdo con Smith, en cambio, la Economía vulgar francesa trataba, a través de su representante Jean Baptiste Say, de demostrar que era par- tidaria de las ideas de Adam Smith.

Jean Baptiste Say (1767-1832), hijo de un rico comerciante lionés, se dedicó al periodismo, después fue dueño de una fábrica de tejidos de algodón, sobresaliendo, finalmente, en calidad de profesor de Economía política. Como economista, se hizo muy popular entre la burguesía, gra- cias a su capacidad de exponer en forma simplificada y vulgar las cues- tiones más complicadas de dicha ciencia.

En 1803, publicó Say su Tratado de Economíu politiea (Traité d'Eco- nomie ,Politique, ou simple exposition de la Maniere dont se forment, se distribuient et se consomment les Richesses), kn el que manifiesta su intención de comentar y fundamentar la doctrina de Adam Smith. Say declaró que el libro de Smith Indagación acerca de la nuturaleza y las causas de la riqueza de las naciones está escrito de forma desordenada, que ras cuestiones teóricas aparecen entremezcladas con datos de carácter his- tórico y práctico, y que consideraba labor suya sistematizar la doctrina de Adam Smith.

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1% LA ECONOMU POLITICA VULGAR EN INGLATERRA Y FRANCIA

Se debe señalar que, al principio, Say tuvo disgustos,con motivo de la publicación de su libro. Entonces formaba parte del Comité estatal de finanzas, y la fama que alcanzó hizo que Napoleón decidiera atraérselo. Pero como Say renunció a apoyar la política proteccionista de Napoleón, se vio obligado a dimitir de su cargo, dedicándose entonces a los negocios.

Después de la caída de Napoleón, Say publicó la segunda edición de su Tratado de Economia política, que dedica a Alejandro 1. Las activida- des de Say son del agrado del nuevo gobierno francés, que le envía a Inglaterra para que estudie la industria. Allí le proponen hacerse cargo de la cátedra de Economía politica de la Universidad de Glasgow, donde había dado sus lecciones Adam Smith.

En 1815, Say pronuncia en París un ciclo de conferencias de Economia política, cuyas tesis fundamentales expuso en el libro Catequesis de Eco- nomía política (1817). A continuación, reedita el Tratado de Economía pdítica. (En vida de Say vieron la luz cinco ediciones de esta obra.)

Las primeras cátedras de Economía política que hubo en París fueron creadas para Say. En los últimos años de su vida (1828-1830), Say es- cribió el Curso completo de Economía política, en el que, aparte de cues- tiones teóricas, expone una serie de respuestas de carácter práctico para los capitalistas.

Pero en todas sus obras, Say se declara partidario y comentarista de la doctrina de Adam Smith, a pesar de ser autor de una Economia politica

. vulgar, totalmente suya y diferente de la Economía politica clásica. En Catequesis, Say divide l a Economía politica en tres apartados

' -producción, distribución y consumo-, división que se refleja ya en el título completo de la obra: Catequesis de Economíu politica o doctrina abreviada sobre la creacwn, distribución y consumo de las riquezas en la sociedad. Esta división la adoptó toda la Economía política burguesa. A veces, después de la distribución se incluye el cambio.

Los economistas burgueses suelen fundamentar esta división del si- guientemodo: primero se crea el producto, después se distribuye en forma de salario, beneficio y renta agraria, realizándose la distribución con ayuda del cambio, y después el producto distribuido se consume.

Say y los economistas burgueses sucesivos separan la producción de la distribución y del cambio, y la analizan desconectada de las relaciones burguesas. Sustituyen la producción capitalista por la producción en general. Estudian la producción como un proceso puramente técnico.

La Economia vulgar trata en primer lugar de separar la distribución de la producción y de enmascarar el hecho de que la relación de clases en la producción determina su relación en la distribución. Los economistas vulgares tratan de mostrar que la producción depende de "leyes natura- les", mientras que el consumo lo determina la distribución 'depende completamente de la voluntad de las personas. Semejantes "tAialidadn insustanciales -señala Lenin- sirven después únicamente para encubrir las condiciones históricas y sociales9'.l

Say consideraba la producción de riquezas como creación de cosas

l V. 1. Lenin, Sobre la caracterización del .romanticismo económico. Obrar, t . 2, pág. 182

útiles. Según sus propias palabras, la producción crea la utilidad de las mercancías. La medida de la utilidad es el valor, y el precio del articulo, la medida de su valor. De este modo, Say incluye el valor de las mercan- cías en su valor de consumo, y éste lo determina mediante el precio. Así es como renuncia a la teoría valor-trabajo.

En su Tratado de Economíu política, Say expone la doctrina de Smith simplificada, constituyendo su obra un manual superficial y dogmático. Arremete con verdadera furia contra lo que encierra de verdadero valor la doctrina de Smith, es decir, contra su definición del valor mediante el trabajo. La teoría valor-trabajo descubre inevitablemente las contradic- ciones económicas entre las clases sociales. Por eso, Say trata de eliminar de la Economía política hasta el recuerdo de estas contradicciones. Susti- tuyó el concepto de valor-trabajo, erróneo, según él, por el de la utilidad de las cosas, en cuya creación considera que intervienen tres factores distintos: la laboriosidad, la naturaleza y el capital. Say se niega a reco- nocer la explotación del trabajo por parte del capital; a éste lo representa tan sólo en su forma natural, como instrumento y medio de producción, como una cosa.

El carácter vulgar de la teoría de la utilidad de Say es .completamente evidente. Utilizó las concepciones anticientificas de Smith, sobre la sociedad burguesa como sistema eterno de economía, sobre el capital como una cosa y sobre la productividad especial del capital en la agricultura, gra- cias a las fuerzas de la naturaleza. Como resultado, y después de haber eliminado el elemento científico de Smitli relativo al valor, Say creó una doctrina vulgar y apologética de la utilidad, en la que de hecho identifi- caba el valor y el valor de uso, e incluso el valor y el precio. Todo ello no hace más que subrayar el carácter vulgar y anticientífico de sus razo- namientos acerca de la utilidad, ya que si el valor y el precio fuesen idén- ticos, el valor se crearía, en consecuencia, tanto en la producción como en el cambio, y de esta forma desaparecería cualquier huella que determine la importancia del trabajo en la creación del valor.

Según Say, a los tres factores de la producción les corresponden tres clases de rentas: salario, beneficio y renta agraria. El salario lo produce el trabajo; el beneficio, el capital, y la renta agraria, la tierra.

Así es como Say renuncia a la interpretación que da Smith de la plus- valía. Smith considera el beneficio, la renta agraria y el interés como descuento del producto del trabajo del obrero, mientras que Say ignora la relación existente entre el trabajo, el beneficio y la renta agraria.

En los problemas de la distribución, Say parte también de las p i - ciones vulgares de su teoría de la utilidad, de los tres factores y los ser- vicios. Como en la producción intervienen tres factores: la laboriosi- dad, la naturaleza y el capital, que producen la utilidad, la producción constituye un servicio que se presta a la sociedad, y la utilidad es la expresión del mismo. Y como a los servicios prestados a cada factor de la producción corresponde una determinada recompensa, el "vacuo Say" (Marx) deduce de su trivial teoría de la utilidad, de los tres factores y de los servicios, otra teoría no menos trivial de la distribución: la doc- trina de la recompensa de los servicios.

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186 LA ECONOMlA POLITICA VULCAR EN INGLATERRA Y FRANCIA

Say afirma, contrariamente a Smith, que el salario no está en la menor contradicción con el beneficio, ya que los obreros reciben todo el precio de su trabajo (el concepto de "precio del trabajo" lo toma Say de Smith). Y como los servicios de los obreros se pagan íntegramente, no hay razón Dara considerar el beneficio como un descuento efectuado del trabajo de ios obreros.

Say acaba afirmando que no existe la categoría beneficio. Hay sólo una renta que corresponde al empresarib, y constituye el salario del capi- . .

talista por & trabajo,- y un interés, que es una recompensa por los servicios del capital. En lo que respecta a la renta agraria, Say la enfoca, por ana- logia con el beneficio, como una recompensa por la iniciativa del tenate- niente, es decir, como una especie de salario.

Say se ocupó especialmente de determinar el valor del trabajo del capi- talista (el industrial y el comerciante). Según sus palabras, e1 valor de su trabajo lo determina la relación entre la cantidad necesaria de este trabajo y la cantidad del mismo que se emplea en el negocio, es decir, la cantidad ofrecida. Con otras palabras, Say intenta determinar el beneficio del fabricante y el comerciante mediante la oferta y la demanda de capi- talistas. En este caso vuelve a renunciar a toda relación entre el beneficio y el trabajo de los obreros. Con ello desaparece también la explotación de éstos. El beneficio del capitalista surge únicamente del propio capital y de la actividad del capitalista.

La vulgarización de la Economía politica por parte de Say respondía a los intereses de la burguesía francesa. Say trataba de fundamentar la necesidad del amplio desarrollo de la producción capitalista, en las con- diciones del librecambio. De acuerdo con su teoría de la venta, es la propia producción la que asegura la salida de los productos. Hizo las cua- tro conclusiones siguientes de su teoría.

Conclusión primera: Cuanto mayor es el número de productores en cada país y más numerosa es la producción, más fácil, más variada y más amplia será la venta de productos. Según él, los productos se cambian por productos. El dinero desempeña tan sólo una función temporal en e l proceso de cambio; una vez realizado el negocio, resulta que por los pro- ductos se han pagado sólo productos. Por eso, no puede tener lugar la superproducción, y sólo nos enfrentamos con la falta de producción. Say invitaba a la burguesía a ampliar por todos los medios la producción.

Conclusión segunda: Todos están interesados en el bienestar mutuo, y el florecimiento de una rama de la industria favorece siempre el de las

-ramas restantes. Con esta conclusión trata de fundamentar de nuevo la ne- cesidad de desarrollar todas las ramas de la industria. Cada capitalista debe tender a aumentar la producción en su esfera concreta.

Conclusión tercera: La importación de productos extranjeros favoiece la venta de los de fabricación propia, ya que no podemos comprar pro- ductos de origen extranjero más que a cambio de los productos de nuestras tierras y nuestros capitales, a los que, por consiguiente, da salida el co- mercio.

Esta conclusión sirve de fundamento a la tesis del librecambio y con- dena el proteccionismo.

CARACTERISTICAS DE LA ECONOMIA POLITICA VULGAR 187

Conclusión cuarta: El consumo puro y simple, que persigue única- mente el fin de hacer aparecer nuevos productos, no favorece en nada la riqueza del país. Para que el consumo sea favorable, es necesario tan sólo que cumpla su tarea fundamental: dar satisfacción a las necesidades.

Con estas palabras condenaba Say el lujo que había en la corte de Napoleón, y también la ampliación del comercio exterior que no diera satisfacción a las necesidades de la población. Semejante "consumo puro y simple" no constituye, según Say, un intercambio de productos, y no favorece la producción de mercancías dentro del país.

El programa económico de Say, que era el de impulsar el desarrollo de la producción capitalista, fue apoyado por, la burguesía;'cuyos intere- ses de clase se reflejaban en la teoría y la práctica de la Economía política vulgar.

El análisis de las concepciones de Malthus y Say permite concretar las características de la Economía politica vulgar, y sus diferencias de la escuela clásica.

Marx escribe: ". . .yo entiendo por Economía política clásica toda la economia que, desde W. Petty, investiga la concatenación interna del ré- gimen burgués de producción, a diferencia de la economia vulgar, que no sabe más que hurgar en las concatenaciones aparentes, cúidándose tan sólo de explicar y hacer gratos los fenómenos más abultados, si se nos permite la frase, y mascando hasta convertirlos en papilla para el uso doméstico de la burguesía los materiales suministrados por la economía científica desde mucho tiempo atrás, y que por lo demás se contenta con sistematizar, pedantizar y proclamar como verdades etemas las ideas banales y engreí- das que los agentes del régimen burgués de producción se forman acerca de su mundo, como el mejor de los mundos posible^".^ Igual característica, pero más amplia, la ofrece Marx en el capítulo IL del tomo 111 de El Capital.

En las obras de Malthus y Say se descubre ya el deseo de idealizar el régimen burgués, y de presentar las relaciones burguesas como verdaderas

' y etemas. a l t h u s y Say adaptaban la Economía politica a los intereses de clase y concepciones limitadas de los burgueses. Esta vulgarización se manifiesta pún más en la Economía política burguesa posterior.

Los historiadores burgueses de la Economía no consideran necesario dividir la Economía política en clásica y vulgar. NO se niegan a incluir a Smith y Ricardo en 109 clásicos, pero añaden siempre a sus nombres el de los economistas contemporáneos. A Malthus -y a Say no los consideran nunca economistas vulgares.

Por ejemplo, Erik Roll, de quien yá hemos hablado repetidas veces, trata de establecer, ante todo, en su Historia del pensadento económico la relación que existe entre Smith y Ricardo, por un lado, y Malthus, por otro. Rol1 declara que la teorírr de la renta agraria y la teoría de la po- blación de Malthus son elementos importantes de la doctrina económica

-

C. Marx; El Capital, ed. cit., t. 1, pág. 45 (nota 35).

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de la escuela clásica. Roll considera que el fondo común del maltusia- nismo y el ricardismo consiste en la cacareada "ley" de la fertilidad decre- ciente de la tierra.

Con ello Roll desconoce por completo, de forma consciente, la dife- rencia básica que existe entre la escuela vulgar y la clásica, y también los fundamentos de clase de la doctrina de Malthus.

En lo que se refiere a Say, los historiadores burgueses de la Economia hace tiempo que lo declararon el "Copémico de la Economía política" y representante de la escuela de Adam Smith.

La negativa por parte de los actuales sucesores de aquéllos de dividir la Economia política en clásica y vulgar no es un hecho casual.

Los economistas historiadores tratan, por todos los medios, de no reco- nocer la teoría valor-trabajo en la Economía. política clásica. Y esto lo hacen para no verse obligados a admitir la relación entre la doctrina de

. Marx y la de los clásicos burgueses. Los economistas vulgares contemporáneos presentan sus concepciones

como las más científicas, que han logrado superar los "estrechos" horizon- tes de la escuela clásica. Pero. en realidad. sus Duntos de vista no tienen nada de común con la ciencia, y constituyen una justificación y una defensa conscientes del régimen capitalista.

CAPITULO X

LA ECONOMIA POLITICA CLASICA BURGUESA EN INGLATERRA. DAVID RICARDO

David Ricardo coronó el camino del conocimiento de los fenómenw económicos del capitalismo que había recorrido la Economía política clá- sica burguesa inglesa a partir de William Petty.

SITUACI~N ECON~MICO-SOCIAL DE INGLATERRA EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XIX.

Ricardo desplegó su actividad social y literaria en el primer cuarto del siglo XIX. Este período se caracteriza por el impetuoso desarrollo del capi- talismo en Inglaterra, debido, principalmente, al viraje industrial iniciado en el siglo x v I I r . Los cambios registrados en la industria fueron tan innova- dores e importantes, que Marx y Engels calificaron dicho viraje de revo- lución industrial. , Como resultado de la revolución industrial, Inglaterra se transformó en un país de colosales ciudades fabriles, con una industria cuyos artículos abastecían a todo el mundo, y capaz de producir casi todo con ayuda de las máquinas más complejas. Pero, según Engels, el fruto más trascen- dente del viraje industrial fue el proletariado.

V. 1. Lenin, en su trabajo Sobre la caracterización de2 romanticismo económico, consideraba necesario subrayar que la revolución industrial había significado una radical transformación de todas las relaciones socia- les anteriores. Fue la más completa "ruptura" de todas las relaciones arraigadas, cuya base económica era la pequeña producción. La revolución industrial creó condiciones nuevas, jamás vistas hasta entonces, para el desarrollo del capitalismo.

Al mismo tiempo, V. 1. Lenin señala que la industria a base de máqui- nas constituía un progreso gigantesco de la sociedad capitalista, no sólo porque eleva en escala ingente las fuerzas productivas, y socializa el tras bajo en toda la sociedad, sino también porque destruye la división manu- facturera del trabajo, haciendo necesario el paso de los obreros de una ocupación a otra; porque destruye definitivamente las anticuadas relacio- nes patriarcales, particularmente en la aldea; porque da el más fuerte impulso al movimiento progresivo de la sociedad, tanto por las causas men- cionadas como a consecuencia de la concentración de la población indus-

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490 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

trial. Este progreso, igual que todos los demás progresos del capitalismo, va acompañado del "progreso" de las contradicciones, es decir, de la extensión y agudización de éstas.

Lenin indica que es necesario señalar, no sólo el progreso del capita- lismo en la esfera del desarrollo industrial, sino también la agudización de las contradicciones de clase, como resultado del sucesivo desarrollo del modo capitalista de producción.'

La revolución industrial del siglo XVIII arranca de la sustitución del hombre por la máquina. La máquina comenzó a suplantar al obrero. Pri- meramente fue inventado el telar, que encontró su aplicación en la indus- tria textil. Después jugó un enorme papel el progreso técnico en la indnstria metalúrgica, con la sustitución del combustible de madera por el mineral y el rápido perfeccionamiento de los procesos metalúrgicos de ' producción. Poco después llegó el reinado de la máquina de vapor, útil para el trabajo en cualquier rama de la industria. La aparición de la nueva fuerza motriz permitía crear, en vez de una máquina aislada, todo un sistema de máquinas. Un motor ponía en movimiento a muchas má- quinas. Esta revolución industrial abarcó también al transporte y a las comunicaciones. Por último, se comenzaron a producir máquinas con ayuda de máquinas. El análisis detallado de este proceso lo encontramos en el capítulo XIII del primer tomo de El Capital, de Marx y en La situución de la clase obrera en Inglaterra, de Engels. Iniciado en la rama algodonera, el viraje industrial se extendió rápidamente a todas las demiis ramas de la ~mducción, al transporte, a las comunicaciones, etc. Con gran rapidez, a máquina conquistó sus derechos; surge y progresa la fábrica capitalista, aparato potente, con ayuda del cual los explotadores extraen la plusvalía de la clase obrera. El amplio empleo de máquinas aseguró al capitalismo ingléc la transición de la manufactura a la fábrica, en la que el desarrollado sistema de maquinaria sirve de base técnica de la producción, adecuada al capital industrial.

Pero el viraje industrial no se debió exclusivamente a los grandes dec- cubrimientos técnicos. Al contrario, estos mismos descubrimientos fueron posible. por impetuoso prrgreso del capitalismo, reflejaban la necesidad, ya madura, de crear una base técnica material propia del régimen social capitalista.

El viraje industrial trajo consigo un cambio radical en la estructura social de Inglaterra. Los obreros, los capitalistas y los propietarios de tierra se constituyeron en clases sociales, y cada clase adquirió sus rasgos específicos. Hasta entonces los obreros textiles ingleses eran mitad obreros asalariados en la industria capitalista domiciliaria, mitad agricultores, que poseían pequeñas parcelas de tierra y sus propias casas. El viraje indus- trial puso fin a la existencia de los tejedores-agricultores. Estos se convir- tieron en auténticos proletarios fabriles. A medida que .se desarrollaba el capitalismo industrial, empeoraba la situación de los obreros asalariados. La fábrica capitalista convertía, cada vez más, al obrero en apéndice de la

1 V. 1. Lenin, Sobre la caracterlración dJ ro&mticismo econ6mico. Obras, t . 11, p&g. 167.

INCLAZ'EWA EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XIX 191

máquina, se incrementaba la subordinación del' trabajo al capital, se. inten- sificaba la dependencia de los trabajadores a los capitalistas. La composi- ción de la clase obrera cambiaba, se extendía rápidamente el empleo de mano de obra femenina e infantil en la industria, se reducía el valor de aquélla, aumentaba la competencia entre los obreros, apareció y se engrosó rápidamente el ejército de reserva de trabajo, se prolongó la jor- nada del mismo y aumentó su intensidad, etc.

Al mismo tiempo, disminuyó el salario, tanto nominal como real, debido al aumento de los precios del trigo y demás artículos alimenticios. El progreso industrial, el crecimiento demográfico en las ciudades y cen- tros fabriles, elevaron en grado sumo la demanda de productos agrícolas. De ello se aprovecharon en el Parlamento los lores-terratenientes, para conseguir la promulgación de leyes proteccionistas y elevados impuestos cerealistas, obstaculizando 8aí el camino a la importación de cereal barato. Durante los años del viraje industrial, los precios de los cereales aumen- taron en Inglaterra casi al doble.

El viraje industrial trajo a los trabajadores de Inglaterra la proleta- rización, la miseria, la mina, mayor opresión y explotación; en cambio, a los capitalistas iddustriales les reportó beneficios gigantescos. e

La revolución industrial se vio acom~añada asimismo demandes avan- " tea económico-sociales en la agricuituri. Del seno de los pequeños agri- cultores diseminados surgió el proletariado rural, v de la élite de Dotenta- dos del campo, los gr&jeros capitalistas,-que tomaban en arriendo grandes extensiones de tierra y explotaban sus haciendas con ayuda de peones asalariados. Los granjeros se enriquecieron rápidamente, aprove- chándose de los elevados precios de los productos agrícolas, a la vez que intensificaban la explotación de los braceros.

'

Los terratenientes aristócratas, los arrendadores, también amasaron en poco tiempo grandes fortunas, ya que ia renta agraria aumentó en dos o tres veces, y, en algunos sitios, hasta cinco veces.

Por último, desarrollóse con idéntica rapidez el crédito, la banca y la bolsa. Aparte del Banco Central de Inglaterra, creado en 1694, mucho antes de la revolución industrial, surgieron muchos otros bancos provin- ciales. Las operaciones bancarias adquirieron enorme magnitud, el sistema crediticio del capitalismo inglés se formó y fortaleció. Al mismo tiempo, se ampliaron en gran escala las operaciones de la bolsa de valores y 18 mercantil.

El viraje industrial agudizó en gran medida las contradicciones de clase en Inglaterra. La lucha de la clase obrera contra los capitalistas, en aquel período, acababa de iniciarse; los obreros actuaban desorganizada y espontáneamente, el proletariado acababa de transformarse, de "clase en sí", en "clase para sí".

La organización de los obreros en sindicatos -las trades-uniolt-, los primeros choques y huelgas, se produjeron ya despuéa de la muerte de David Ricardo.

En vida de Ricardo fue particularmente cruenta la lucha entre los partidos de los terratenientes aristócratas y la burguesía industrial-mer- cantil, que acababa de subir al poder.

Page 58: Mercantilismo y Economía Política Burguesa

1.92 ECONOMIA POLlTICA EN INGLATERRA: DAVID, RICARDO

Esta lucha de la burguesía por el poder político en el país se basab~ en las reivindicaciones económicas de abolición de los impuestos cerealis- tas y la reducción de los precios del cereal. Bajo esta bandera, la burguesía defendía las ideas de libertad de comercio y competencia, frenadas o reducidas por las leyes proteccionistas, ventajosas para los terratenientes y granjeros.

En aquella época se agudizó igualmente la lucha entre la burguesia industrial y los círculos dirigentes, en relación con sístema crediticio y dinerario. El Gobierno recurría a la emisión, y la burguesía exigía una circulación monetaria estable.

La burguesia alcanzó la victoria después de la muerte de Ricardo; en vida suya, la lucha sólo se enconó, tomando él parte activa, como miem- bro del Parlamento, y enfrentándose a los terratenientes.

Pero el papel fundamental de Ricardo en esta lucha corresponde a otro aspecto, el de corifeo de la Economía política clásica burguesa inglesa. La burguesía industrial debía fundamtntar su doctrina .económica, aco- modada a la nueva situación; crear una Economía politica para que res- pondiese a las nuevas condiciones. Estas tareas fueron cumplidas por David Ricardo.

ETAPAS PRINCIPALES DE LA VIDA Y ACTIVIDAD DE RICARDO. SUS OBRAS.

David Ricardo (1772-1823), hijo de un importante corredor de Bolsa, terminó sólo dos cursos de la escuela de comercio, ya que, desde los , catorce años, ayudó activamente a su padre en sus ocupaciones profesio- nales. Poco después, y siendo aún un muchacho, disgustos e incompatibi- lidades familiares le llevaron a separarse de su padre, y Ricardo comenzó a actuar con independencia, también como corredor de Bolsa. Merced a sus singulares facultades, a los veinticinco años estaba ya considerado como banquero muy experto y uno de los millonarios más conocidos de Londres, cuyo capital se calculaba en 30 millones de francos. Después de haber logrado tan destacada posición en la sociedad burguesa, Ricardo dejó la Bolsa, adquirió una hacienda y consagróse exclusivamente a la ciencia, al estudio de las matemáticas, de las Ciencias Naturales, de la minería, etcétera, y construyó un laboratorio propio para realizar experimentos con la electricidad. Ricardo es conocido también como uno de los fundadores de la Sociedad Inglesa de Geología, qiie aún existe.

La actividad bolsística atrajo su interés por la Economía política, a la que había empezado a dedicarse hacia 1780. Sin embargo, su primer trabafo económico, la carta anónima El precio dd oro, nb apareció hasta agosto de 1809, en forma de artículo publicado en el periódico inglés Morning Chronicle.

Ricardo se manifestó contra la política del Banco de Inglaterra, En el año 1797, el Banco fue eximido por el Gobiemo de las obligaciones de pago de sus valores en moneda sonante. Esto trajo la desvalorización del papel-moneda y el aumento del precio comercial del oro, 10 que, a SU vez, conflujo al aumento de los precios de los productos alimenticios y de otra r.lasr. y, con ello, a la alteración de la circulación fiduciaria.

ETAPAS.DE LA VIDA Y ACTIVIDAD DE DAVID RICARDO 193

Hasta el año 1808, el Banco de Inglaterra respaldaba el curso del papel-moneda, y la diferencia entre los billetes de Banco y el oro era insignificante. Pero, en 1809, esta diferencia había aumentado hasta el 20 por ciento.

En su artículo, Ricardo demostraba la necesidad de volver al antiguo sistema de circulación fiduciaria, y proponía que se obligase al Banco de Inglaterra a retirar gradualmente de la circulación la cantidad de papel necesaria para garantizar la estabilidad del precio del oro.

Ricardo se enfrentó, no sólo a la politica del Banco de Inglaterra, sino también al Gobierno, a los ministros y al partido militar, a quienes diclia política favorecía.

El primer artículo de David Ricardo suscitó objeciones de los parti- darios del Banco de Inglaterra. Entonces, Ricardo, a finales del mismo año 1809, insertó en un periódico inglés otras dos cartas acerca de la circulación fiduciaria. Es interesante señalar que en la segunda de dichas cartas se remite a Adam Smith para demostrar y respaldar sus juicios. Estas tres cartas de Ricardo, relativas al precio del oro, constituyen sus primeras investigaciones en Economía política.

Durante siete años, Ricardo publicó varios artículos y folletos dedi&- dos a las cuestiones de la circulación fiduciaria, que le dieron fama de gran teórico financiero. En estos trabajos, Ricardo defendió y desarrolló la teoría cuantitativa burguesa del dinero. Su nombre .comenzó a ser tenido en cuenta no sólo por los bancos, sino también por el Gobierno; sus ideas ejercieron una poderosa influencia en la legislación financiera in- glesa.

1.a mejor y más completa exposición de sus conceptos fue hecha por Ricardo en el folleto El elevado precio de los lingotes, prueba de &z des- valorización de los billetes, cuya cuarta edición apareció en Londres en 1811. Este folleto comienza también'con una cita de La riqueza de las nacw.ves, de Adam Smith. Pero conviene subrayar que en él se expone tina comprensión errónea del valor del oro y de la plata, así como del valor de todas las demás mercancías.

Ricardo opinaba que el valor del oro y de la plata dependía de su es- casez o rareza, de la cantidad de trabajo empleado en su extracción y del valor del capital empleado en las minas.

El problema planteado por Ricardo en relación con la circulación fiduciaria era tan importante, que el Parlamento inglés creó un Comité especial para el estudio de las cuestiones relacionadas con el oro. En sus sesiones y en su informe, dicho Comité confirmó las conclusiones de Ricardo, pero la Cámara de los Comunes aprobó una disposición en virtud de la cual se declaraba que los billetes no estaban desvalorizados. De esta forrha, la Cámara de los Comunes apoyó la política gubernamental y la actividad del Banco de Inglaterra.

Ricardo no cesó en su lucha, y en 1811 publicó un nuevo folleto titu- lado Respuesta a las observaciones prácticas del señor Bosanquet con mo- tivo del informe del Comité de lingotes. Dicho señor se había enfrentado a Ricardo y a las conclusiones del citado Comité. En la respuesta, Ricardo

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194 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

vuelve a la defensa y reiteración de sus postulados, apoyándose ahora, no sólo en Adam Smith, sino también en David Hume.

En este folleto, Ricardo insiste en la modificación del sistema de circu- lación fiduciaria, el establecimiento de un control de las actividades del Banco de Inglaterra y la reducción del número de billetes, demóstrando que la estabilidad de la circulación fiduciaria de Inglaterra era posible únicamente sobre la base del patrón oro. Al mismo tiempo, no estimaba obligatoria la circulación de monedas de oro, que bien podían ser susti- tuidas por papel moneda.

Estas ideas presiden su folleto Propuestas en fawor de una circulación fiduciaria estable y económica, y observaciones acerca de los beneficios del Banco de Inglaterra, en virtud de su relación con los intereses del Estodo y de los propietarios del capital del Banco. Este folleto fue escrito en 1815 y editado en 1816. Su objetivo consistía en facilitar material para el debate, en el seno del Parlamento, de los problemas relacionados con el Banco de Inglaterra.

David Ricardo llamó la atención al hecho de que la guerra recién terminada pesaba sobre los hombros de casi todas las clases de la sociedad, pero al Banco de Inglaterra había proporcionado ganancias inauditas, creciendo sus beneficios en razón directa al crecimiento de las dificultades y cargas de toda la sociedad. Ricardo propuso llegar hasta el máximo po- sible de perfección en la circulación fiduciaria, expresando en el restable- cimiento de los pagos en moneda sonante, y en la disminución de la can- tidad de papel moneda emitido, hasta que su valor correspondiese al valor de los lingotes de oro. Al exponer las cuestiones relacionadas con la liber- tad de comercio, David Ricardo consideró oportuno citar la Economía poli- tica de Say.

Para la Inglaterra de aquella época, además de la circulación fiducia- ria, constituía un problema agudo el de los precios del trigo y los gravá- menes a la importación de cereales.

En 1815, los terratenientes ingleses (los landlores) consiguieron la aprobación de una ley relativa a los precios cerealistas. Según dicha ley, el trigo barato importado del extranjero se gravaba con impuestos eleva- dos. Como resultado de ello, en el país se mantenían los precios altos de los cereales cultivados en las propiedades ,de los landlores, que obtenían así grandes beneficios. Los consumidores, incluidos, claro está, los obreros industriales, sufrían las consecuencias. La carestía del trigo elevó el coste de la mano de obra, amenazando así con reducir las ganancias de fabd- cantes y empresarios. La burguesía industrial estaba obligada a luchar contra los elevados precios cerealistas. Y Ricardo, en sus obras, defendió

1 los intereses de la burguesía industrial. Los terratenientes, protegiendo sus intereses de clase, se apoyaban en

la teoría de Malthus. Ricardo, ideólogo de la burguesía industrial, actuó resueltamente con-

tra Malthus, ideólogo de los terratenientes. 1 Ricardo demostró~que el interés del terrateniente es siempre opuesto al

interés de cualquier clase trabajadora de la sociedad. El terrateniente tiene grandes itigresos cuando en el país hay carestía y escasez de medios

ETAPAS DE LA VIDA Y ACTIVIDAD DE DAVID RICARDO 195

de subsistencia, mientras que el resto de la población está interesada en obtener productos alimenticios al precio más barato posible.

Ricardo considera que la riqueza de la nación depende, no de la abun- dancia de dinero y tampoco del alto valor en dinero de sus mercancías en circulación, sino de la abundancia de mercancias, que le proporciona comodidad y satisfacción.

Ricardo indica dos caminas para el aumento del bienestar del país. El primero le caracteriza como ideólogo de la burguesía industrial. Es el ca- mino del aumento de la norma media de beneficio o ganancia. Pero puede alcanzarse -5egún las palabras de Ricardo- gracias al abaratamiento de la alimentación. Todo lo que facilita la producción de alimentos eleva la norma de ganancia; y, por el contrario, todo lo que aumenta el excedente de producción de alimentos, sin aumentar su cantidad, contribuye, en cual- quier circunstancia, a reducir la norma media de ganancia. Ricardo de- muestra que con la reducción de los precios cerealistas sale ganando toda la población. Y en este punto, pone al descubierto la contradicción de intereses de los terratenientes y de toda la sociedad. El segundo camino de incremento del bienestar del país consiste en la reducción de los precios de los cereales, en la abundancia de mercancías y en la reducción de su valor de cambio.

En contraposición a Malthus, Ricardo se manifiesh por la libre impor- tación de cereales a Inglaterra y por la abolición de los elevados impuestos cerealistas.

Las obras de'Ricardo sobre la circulación fiduciaria y los precios cerea- listas fueron.como la preparación para su obra fundamental en la esfera de la Economía política. En el año 1817 vio la luz el principal trabajo económico de Ricardo: Principios de la Economía política y de la tribu- tación. Este libro dio al autor tan rápida como grande popularidad de científico. remesentante de la nueva escuela económica. , .

Sin embargo, como ya hemos visto, Ricardo no fue en modo alguno un sabio de gabinete. Toda su vida rebosa de intensa actividad en los negocios y en la política, y sus trabajos económicos surgieron como fruto de una reñida polémica sobre cuestiones económicas prácticas, nacieron en el proceso de una lucha aguda en defensa de los intereses de la bur- guesía industrial y de los banqueros.

Ricardo solía reunir en su casa a amigos y conocidos en tertulias, donde se debatían los temas de mayor actualidad económica. Estas veladas sir- vieron a la iniciación del Club de Economía Política, fundado en 1821, y que existió durante veinticinco años. Eran miembros del Club negociantes, industriales, políticos y otros elementos activos, entre los cuales Ricardo defendió con energía sus puntos de vista.

Ricardo consideraba que el motor del desarrollo de la sociedad es exclu- sivamente el interés personal, pero no idealizaba las relaciones capitalistas. Interviniendo de forma recta y concreta, a veces, incluso, con excesiva dureza, dijo que la sociedad era un conjunto de ególatras, que, abstracción hecha de sus intereses particulares, las personas no tenían ninguna otra preocupación, y eran ajenas al anhelo de felicidad y bienestar generales. En honor a Ricardo hay que decir que él no compartió la filosofía del

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1% E C O N O M U POLITICA EN INGLATERRA : DAVID RICARDO

.utilitarismo, do Jeremías Bentham (1748-1832), ampliamente extendida en su época entre la mayoría de los cientificos y políticos, y al que Marx conceptuó con atinada frase de "oráculo parlanchín del trivial juicio bur- gués". Bentham consideraba la sociedad humana como un conjunto de individuos que perseguían la ventaja personal, y sólo por eso se preocupa- han del bienestar común.

Dc por sí se entiende que Bentham situaba ante todo, entre las perso- , nas que podían pretender la "máxima felicidad", a los capitalistas, para quienes exigía libertad, igualdad y fraternidad.

Ricardo rechazó los conceptos de Bentham, pero, aunque señaló di- versos rasgos negativos del régimen burgués, lo consideraba como el único posible, como el régimen "natural" de la sociedad, para todos los tiempos y para todos los pueblos. El punto de vista histórico es, para él, totalmente ajeno e inaccesible, llegando a ver en el cazador o pescador de la sociedad primitiva las características del burgués. .

Reconociendo la división de la sociedad en clases, Ricardo suponía que unas clases promueven el desarrollo de la sociedad y otras lo frenan. De- fendía los intereses de la clase de los capitalistas, conceptuándola como fuerza motriz del progreso social, al tiempo que actuaba enérgicamente contra los terratenientes, cuyos intereses consideraba antisociales.

Ricardo intemino en defensa de las asociaciones obreras, aunque, en el fondo, no les concedía importancia. Tampoco se puede pasar por alto el hecho de que defendiese al socialista utópico Roberto Owen, cuando la burguesía le acosaba y pedía que fuese encarcelado, por la tendencia "inmoral" y peligrosa de querer suprimir la propiedad privada. Aunque Ricardo calificó de erróneos los conceptos de Owen, proclamó que era persona honrada e, incluso, en uno de sus discursos, lo pusgcomo ejemplo de alta ética y bondad.

IVo cabe duda de que la actividad política y financiera de Ricardo puso su impronta tanto en su concepción del mundo como en su libro Principios de Economíu política y de la tributación. En este trabajo, los postulados científicos se mezclan y confunden con las cuestiones prácticas de actualidad, por cuya razón no todos los treinta y dos capítulos del libro tienen idéntico valor para la ciencia económica. Marx, analizando en su Historia de la teoría de la plusvaiía todos los .capítulos del libro de Ricardo, señala que, propiamente, la teoría de Ricardo queda expuesta en los capítulos iniciales: el primero, que trata del valor; el segundo y tercero, sobre la renta; el cuarto, acerca del precio natural y del precio del mercado; el quinto, que habla del salario, y el sexto, referente a la ganancia.

En última instancia, señala luego Manc, sólo los dos primeros capítulos proporcionan alto deleite teórico, puesto que en ellos, en forma breve y concisa, se hace una critica de la vieja economía, y se presenta el sistema burgués de economía subordinado a una ley fundamental: a la determi- nación del valor por el tiempo de trabajo.

Es aquí donde Marx vio precisamente la base, el punto de partida de

2 C. Marx, Historia critica de la teoría de la plutvalía (tomo IV de El Capitui), parte 11, 1957, pág. 163.

ETAPAS DE LA VIDA'Y ACTIVIDAD DE DAVID RICARDO 197

la fisiología del sistema burgués dada por Ricardo y, en ello residía, según Marx, la gran significación histórica de Ricardo para la ciencia. I

La estructura posterior del libro es muy compleja, e incluso confusa. El capítulo VI1 está dedicado al comercio exterior, y los siguientes,

del VI11 al XVIII, a los impuestos (sobre la renta, el oro, las casas, las ganancias, el salario, en favor de los pobres, etc.). Pero el capítulo XIX nos vuelve a los problemas del comercio ("Acerca de los súbitos cambios en la marcha del comercio"), y el XX nos lleva al problema del valor ("El valor y la riqueza, y sus propiedades características").

El capitulo XXI está dedicado a la influencia de la acumulación sobre la ganancia y el interés; el XXII se titula "Primas a la exportación y 1 prohibición de la importación"! y el XXIII, "Primas a la producción".

Luego, inesperadamente, Ricardo retorna, en el capítulo XXIV, a la doctrina de Adam Smitli acerca de la renta agraria, y, en el último, el XXXII, a los conceptos de Malthus sobre esta renta. í

Entre estos capítulos, Ricardo incluyó otros que tratan del comercio colonial y el valor comparativo del oro, la plata, el trigo y el trabajo, de las máquinas y, nuevamente, de los impuestos pagados por el productor. ;

Ni el propio Ricardo podría explicar tan extraña y desordenada es- 1 tructura de su libro. -

Y, pese a todo, ello no desvaloriza los principales postulados cientificos expuestos por Ricardo en sus Principios de la Economía poií~ica. Esta

'

obra es un importante documento, que caracteriza la Economía política cliísica inglesa.

En 1819, Ricardo fue elegido miembro del Parlamento. En sus dis- cursos, atacó las leyes ceredistas y defendió la libertad de comercio. Salió , en defensa de los intereses de la burguesía industrial frente a los lores terratenientes. Ricardo siguió, además, entregado a sus investigaciones científicas en el terreno de la Economía política. En 1820 escribió sus Observaciones al libro de Malthus "Principios de la Ecorwmíu pditiar" ' examinándolo desde el punto de vista de su aplicación práctica. I

En este extenso trabajo, que quedó sin terminar como manuscrito y fue publichdo por vez primera muchos años después de su muerte (en 1928, en los Estados Unidos), Ricardo critica los postulados básicos de'la teoría de Malthus.

En 1822 fue editado su folleto De la protección a la agricultura, en el que de nuevo se argumenta el programa de abolición de los impuestos a los cereales importados. I En los últimos años de su vida, Ricardo se dedicó a confeccionar un , plan de institución del Banco Nacional. Reconocía la necesidad de liquidar absolutamente el entonces Banco de Inglaterra. cuya política había criti- cado siempre con dureza. Ricardo propuso poner en manos del Estado las funciones de emisión del Banco de Inglaterra y regular la circulación fiduciaria en el país.

Después de la muerte de Ricardo, en 18U, se llevó a efecto la reorga- nización del Banco de Inglaterra, pero no según el plan ricardiano, que reflejaba los intereses de la burguesía industrial radical.

En las obras de Ricardo se coronó el proceso de desarrollo de la ECO-

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198 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

nomía política burguesa inglesa. Después de él, se manifestó claramente el proceso ulterior de vulgarización de la doctrina econóinica burguesa.

En su prefacio a la primera edición de los Pnncipios de la Economía política, David Ricardo destaca la tarea de ir más lejos que Smith y Say, en la solución de los problemas de esta ciencia. Rindiendo el debido home- naje a las investigaciones de A. Smith, Ricardo, al mismo tiempo, con- sidera necesario señalar los pasajes de las obras de Smith con los que no estaba conforme.

Ricardo, tras llamar a Say el primero, o uno de los primeros escritores continentales que apreciaron justamente los principios de Smith, expone su opinión de que aquél enriqueció la ciencia con profundas investigacio- nes, aunque critica los conceptos de Say que contradicen sus propias ideas.

Ricardo declaró que consideraba poco satisfactorias las explicaciones de Quesnay, Turgot, Stuart, Smith, Say, Sismondi y otros economistas, relativas a la evolución de la renta agraria, la ganancia y el salario.

"El producto de la tierra -escribe-, todo lo que se obtiene de SU

superficie con el esfuerzo conjunto del trabajo, las máquinas y el capital, se divide entre tres clases de la sociedad, a saber: los propietarios de tierras, los poseedores de dinero o capitales, necesarios para efectuar la labranza, y los obreros, con cuyo trabajo se efectúan las labores."

Pero la parte de todo el producto de la tierra es percibida por cada una de las clases en forma distinta: de renta agraria, de ganancia y de salario, muy diferentes en las diversas fases de desarrollo social, y en dependencia, principalmente, de la calificación e inventiva de los traba- jadores y de los instrumentos empleados en la agricultura.

"Determinar, establecer, las leyes determinantes de esta distribución, esa es la tarea fundamental de la Economía política", escribe Ricardo. De esta forma, presenta la distribución como el problema principal de la Economía política.

.Ya én el prefacio, y particularmente en los capítulos iniciales de sus Principios de la Economia política, Ricardo subraya la contradicción en- tre la renta agraria, la ganancia y el salario, que es una contradicción antagónica. El aumento de la renta agraria, o, según sus palabras, el in- cremento de la parte del producto de la tierra percibido por el terrate- . niente, lleva inevitablemente a la disminución de la ganancia y del salario. Estas ideas, como ya hemos visto, fueron formuladas en los trabajos relativos al problema agrario, pero en los Principws de la Economia poli- tica son destacadas a primer plano.

Ricardo no separa la distribución de la producción, sino que analiza aquélla vinculada al análisis de la producción de bienes. Sin embargo, al enunciar como tarea fundamental de la Economia política la distribución, dio pie y terreno para su ulterior vulgarización. Los economistas vulgares,

D. Ricardo, Principios de la Economia poütica y de la tribulación. O b r a , Mos- cú, 1955, pág. 30. t. 1, edición rusa.

LA TEORIA DEL VALOR 199

casi siempre, rompen los vínculos entre la. producción y la distribución, proclamando que las leyes de. la producción son naturales y eternas, y las leyes de la diitribución sólo sociales e históricas.

Constituye un mérito científico de Ricardo el haber desarrollado la teoría del valor-trabajo. Con todo acierto, señaló que el concepto vinculado al término "valor", existente con anterioridad a él, era impreciso. Y puso justas objeriones en este sentido, dirigidas incluso a Adam Smith.

Sólo gracias a Ricardo, la teoria del valor por el trabajo, limpia de contradicciones, se convirtió en base real y cientifica de la Economía polí- tica clásica. Ricardo redujo todas las categorías de la Economía política burguesa a una categoría inicial, la del valor por el trabajo. Pero Ricardo no podía descubrir la doble naturaleza de la mercancía, y el doble carácter del trabajo productor de la mercancía; no señaló la transformación de la mercancía en dinero, del dinero en capital, etc.

Al conceder al capitalismo un carácter "natural" y eterno, Ricardo se cerraba a sí mismo el camino para la investigación cientifica del proceso de aparición, desarrollo y sustitución de las distintas formaciones sociales. Para Ricardo, las categorias económicas se presentan inmutables, petrifi- cadaq sin movimiento, sin cambios ni progresos cualitativos. Las leyes auténticas de la Economía política no cambian nunca -afirmaba Ri- cardo-, y si se producen cambios, éstos tienen un carácter cuantitativo, pero no cualifativo.

Marx señala que, por cuanto la bonomía poiítica burguesa considera al capitalismo no como una fase histórica transitoria del desarrollo, sino como una fase absoluta, puede seguir siendo científica mientras la lucha de clases se encuentra en estado latente, o se manifieste sólo en fenómenos aislados. .

Ricardo no estaba en condiciones de superar la limitación de su con- cepción burguesa. Pero a pesar de ello, señala Marx, analizó la economía burguesa tan profundamente y de modo tan agudo, qüe lord Brougham pudo decir de él: "Parece como si míster Ricardo hubiera caído de otro planeta!' *

Ricardo comenzó su teoría del valor con la crítica de A. Smith, que había mezclado el trabajo empleado en la producción de una mercancía con el trabajo que se compra con ella, es decir, el trabajo social con la fuena de trabajo.

"Adam Smith, que determinó tan acertadamente el origen fundamental del valor de cambio -escribe Ricardo-, no fue consecuente. En lugar de seguir estrictamente el principio según el cual el valor de los artículos aumenta o disminuye según lo haga el trabajo empleado en ellos, propuso otra medida estandarizada del valor, y habla de artículos que cuestan más o menos, según se cambien por mayor o menor cantidad de semejantes

C M&, ~ontribución a la critica de ,la Economía poZít,ka, ed. cit., pág. 50.

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m ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

medidas standard. A veces, se sirve del trigo como medida, otras del tra- bajo (pero no la cantidad de trabajo empleada en la fab~cación de tal o cual artículo, sino la que se puede comprar en el mercado a cambio de ese artículo), como si se tratase de dos expresiones equivalentes, como si el obrero tuviera que percibir por su trabajo el doble que antes, al

- haberse duplicado el rendimiento de aquél, a consecuencia de lo cual puede producir el doble de mercancías."

Aquí Ricardo critica acertadamente a Adam Smith y, al mismo tiempo, resuelve el problema a su manera. Afirma w n decisión que.no hay ningún fundamento para determinar el valor de otra forma que mediante la can- tidad de trabajo empleado. "El valor comprado, actual o, pasado, de las mercancias -escribe- determina la cantidad de éstas producida por el trabajo, y no las cantidades que se le dan al obrero a cambio de su trabajo.'' E

En esta tesis, que Marx considera como el gran mérito histórico de Ricardo, formula éste una ley económica, de acuerdo con ra cual el valor de cambio de las merct-incías es directamente proporcional a la cantidad de trabajo empleado en su producción, e inversamente proporcional a la fuerza productiva de este trabajo.

Ricardo distinguía el valor y el valor de cambio. El valor lo conside- raba como la expresión de la cantidad de tiempo de trabajo empleado en la fabricación capitalista de una mercancia; y el valor de cambio, como la relación de intercambio de dos mercancias. No obstante, Ricardo no vio

' la relación interna que existía entre el valor y el valor de cambio; no pudo comprender que el valor de cambio es una forma de1 valor.

La incomprensión de la relación interna entre d valor y el valor de cambio es un fenómeno característico de la Economía política burguesa. Para comprender el valor de cambio como una forma del valor era nece- sario rcnunciar al concepto según el cual el modo de producción burgués es una forma eterna y natural de la producción social, cosa que no podían hacer los economistas burgueses.

Solamente la Economía política mapista, que estudia la sociedad hu- mana en su desarrollo histórico y considera un fenómeno regular la susti- tución de una formación económica por otra, fue capaz de resolver cien- tíficamente el problema de determinar el valor mediante el trabajo. Sólo Marx, partiendo de su análisis de las mercancías como de células de la sociedad burguesa, fue capaz de mostrar que en la economía mercantil el trabajo se refleja inevitablemente en el valor de la mercancía, y la duración del mismo en la magnitud del valor. En la producción de mer- cancías, las relaciones de producción no pueden manifestarse de ninguna otra forma.

Marx descubre de forma exhaustiva las causas por las que la Ewnomia política burguesa no puede llevar a cabo un análisis científico del valor de cambio: "Uno de los defectos fundamentales de la Economía política clásica -escr ibe- es el no haber conseguido jamás desentrañar del ,

VD. Ricardo, Principios de la Economía política y la tributación, ed. cit., pá- gina 35.

Ibidem, pág. 38.

LA TEORIA DEL VALOR 201 b

análisis de la mercancia, y más especialmente del valor de ésta, la forma del valor que lo convierte en valor de cambio. Precisamente en la per- sona de sus mejores representantes, como Adam Smith y Ricardo, estudia la forma del valor como algo perfectamente indiferente o exterior a la propia naturaleza de la mercancia. La razón de esto no está solamente en que el análisis de la magnitud del valor absorbe por completo su atención. La causa es más honda. La forma de valor que reviste el producto del trabajo es la forma más abstracta y, al mismo tiempo, la más general del régimen burgués de producción, caracterizado así como una modalidad específica de producción social y a la par, y por ello mismo, wmo una modalidad histórica. Por tanto, quien vea en ella la forma natural eterna de la producción social pasará por alto necesariamente lo que hay de específico en la forma del valor y por consiguiente, en la forma mercancía, que, al desarrollarse, conduce a la forma dinero, a la forma capital, etc." '

Esta es la causa de que Ricardo no diera la característica cualitativa del trabajo, que produce el valor. No se percató del doble carácter del trabajo que produce la mercancía.

Al subrayar que el trabajo determina el valor de las mercancías, Ri- cardo mostró que el valor lo determina el trabajo necesario para produ- cirlas.

Por trabajo necesario comprende él el que hace falta realizar en las condiciones menos favorables, es decir, que, según su doctrina, la mag- nitud del valor de las mercancías lo determina el trabajo, cuando las condiciones de producción son las peores (y no medias), lo que es, natu- ,ralmente, falso.

Un mérito indudable de Ricardo es que determina la magnitud del valor no sólo mediante el trabajo vivo, sino también mediante el trabajo materializado, es decir, el que se empleó con anterioridad en instrumentos y medios de producción y en materias primas. Su valor se traslada a la nueva mercancía, bien enteramente (materias primas), bien en fracciones (máquinas). Con ello Ricardo mostró la inconsistencia de la definición que daba Adam Smith de la magnitud del valor a base de las rentas, y también el error que cometió al excluir el capital constante del vaIor de la mercancía nuevamente fabricada.

A diferencia de Adam Smith, que suponía que en el capita!Fmo deja de actuar la ley del valor, interviniendo la del coste de produccion, y que el valor lo determinan las rentas, Ricardo subrayó que el valor lo deter- mina siempre el trabajo, a todo lo largo de la historia.

Es verdad que coincide con Smith en que el valor de las mercancías se descompone en diferentes clases de rentas, es decir, que, al igual que todos los demás economistas burgueses, acepta el dogma de A. Smith. Pero no está de acuerdo con él en que el valor de la mercancía esté originado por la suma de estas rentas; según él, lo determina iinicamente el tiempo de trabajo.

7 C. Marx, El Capital, t. 1, cd. cit., pág. 45 (nota 35).

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202 ECONOhllA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

T E O R ~ A CUANTITATIVA DEL DINERO.

La incomprensión, por parte de Ricardo, del valor de cambio, era pa- ralela a su incomprensión de la forma dineraria. En el dinero veía, igual que Adam Smith, una mercancía. Pero, como señala Marx, la dificultad no radica en comprender, que el dinero es mercancía, sino en explicar cómo y por qué la mercancía se convierte en dinero. "Todo e1 mundo sabe, aunque no sepa más que eso -señala Marx-, que las mercancías poseen una forma común de valor. . . : esta forma es el dinero."

La Economía política burguesa no intentó siquiera mostrar el origen de esta forma dinerana.

N Ricardo, como Smith, no ve que la necesidad del dinero se desprenda de las contradicciones internas de la mercancía. Para él, el dinero es un medio técnico que facilita el proceso del cambio.

La función del dinero la limitaba Ricardo a la de medio de circulación. Cometió el error de identificar el papél-dinero con el dinero metálico,

y por eso volvió, aunque desde otras posiciones, a la teoría cuantitativa, del dinero, furidada por David Hume. Consideraba que el valor del dinero depende de su cantidad.

Ricardo suponía que aunque disminuye o aumenta la cantidad de di- nero en circulación, éste continúa representando la misma masa de mer. cancías que antes.

Si el dinero ha disminuido, el valor de las mercancías y su precio, afir- , maba Ricardo, se reflejarán en una menor cantidad de dinero, y por eso

bajarán los precios de los artículos. Y por el contrario, si el dinero ha aumentado, el valor de las mercan-

cías y su precio se verán expresados en una mayor cantidad de dinero, lo l

que implicará la elevación de los precios de las mercancías. Tanto Hume como Ricardo suponían que el precio de las mercancías

lo determina, en fin de cuentas, la relación entre la masa de las mismas y la del dinero que haya en circulación.

Ricardo no fundamenta de ninguna forma sus conclusiones, y se apoya únicamente en las leyes de circulación del papel-dinero.

Ricardo no prestó atención a la función del dinero en la acumulación \ de tesoros. Si hay más dinero metálico que el necesario para la circula-

ción de las mercancías, parte del mismo se acumulará en forma de tesoros, lo que no producirá la elevación de los precios.

Muy otra es la influencia del papel-dinero, ya que éste no hace más que sustituir la cantidad necesaria de dinero metálico. Por ejemplo, si la emisión de billetes representa sólo el doble del dinero metálico necesario para la circulación de mercancías, los precios, reflejados en papel-dinero, se duplicarán, pero permanecerá invariable el valor de las mismas.

Ricardo no comprendía ni podía comprender esto. Su teoría cuanti- tativa del dinero servía a los fines políticos de la burguesía inglesa, la cual apoyaba la libertad del comercio exterior.

TEORIA DEL CAPITAL Y DEL BENEFICIO 203

Inglaterra del dienro metálico implicaría la disminución de sus reservas oro y plata. Ricardo, por el contrario, afirmaba que el exceso de dinero daba lugar al aumento del precio de las mercancíaq y que por eso a Inglaterra le convenía sacar las reservas excedentes de dinero, ya que ello daría lugar a que disminuyesen los precios, cuyo nivel sería entonces el de los precios "naturales".

En este caso Ricardo vuelve a limitar la función del dinero a la de medio de circulación. Su teoría del dinero no constituye una teoría cien- tífica acertada.

Partiendo de los puntos fundamentales de su teoría del valor, Ricardo analiza otras categorías económicas: el capital, el beneficio o ganancia, el salario, y la renta agraria. Los méritos y defectos de su análisis están ligados a los rasgos específicos de su teoría del valor-trabajo.

Marx señala: "Ricardo no investiga jamás.'. . -y esto falsea SU aná- lisis en un grado todavía mayor- la p¿usvdúi como tal, es decir, inde pendientemente de sus formas y maneras de manifestaiae: la ganancia, la renta del suelo, etc. Así se explica que confunda e involucre las leyes sobre la cuota de plusvalia con las leyes de la cmta de ganancia."

Ello lo explica la limitación burguesa de Ricardo, causa también de las insuficiencias de su análisis de la esencia y la composición del capital, así como de la naturaleza del beneficio.

Ricardo añadió muy poco a la teoría del capital, en comparación con Adam Smith, ya que lo analiza, al igual que éste, d d e un punto d., vista antihistórico y naturalista, considerándolo como un medio de producción, e incluye, .incluso, en la categoría de capitalistas a los cazadores y pesca- dores primitiva. Y si Smith no reconocía la existencia del capital en la sociedad primitiva, Ricardo, en cambio, considera que incluso en ella el cazador necesita, para su industria, cierto capital, aunque admite que puede haberlo creado y acumulado 61 mismo?O

Estas declaraciones reflejan los elementos vulgares de que adolece la Economía política de Ricardo. Esa idea la hicieron suya los economistas vulgares, los cuales hablan con gran satisfacción de que el capital es una categoria eterna, que no sirve para fines explotadores, ya que hasta el cazador primitivo disponía de un capital para dedicarse a la caza de fieras y a la pesca. Semejantes manifestaciones forman parte del arsenal de los ideólogos burgueses. Al no resolver el problema del capital, Ricardo no fue capaz de investigar la cuestión de la plusvalía, y no logró rebasar los límites del beneficio. Los ideólogos de la clase capitalista no han sido capaces jamás de comprender acertadamente la esencia del capital, Y la verdadera naturaleza del beneficio. Ricardo tampoco pudo descubrirlas hasta el fondo.

Sin embargo, a diferencia de Smith, Ricardo comprendió en líneas Ílos enemigos del comercio libre declaraban que la desaparición en

-

I o C. Marx, El Capital, ed. cit., t. 1, pág. 438. C. Manr, El Capitd, t . 1, ed. cit., pág. 1s. 10 Vém D, Ricardo, Principios de la Economía poüriea Y de lributmió*

ed. cit., pig. 42.

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204 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

generales el papel del capital constante en la producción de mercancías: estableció que no es el capital el que crea el valor del producto, sino que

. éste se transmite por entero, o parcialmente, a la nueva mercancía. Esto constituye desde el punto de vista científico un gran acierto de Ricardo. No comprendió, sin embargo, de qué modo tienen lugar dos procesos si- multáneos: la creación de un nuevo valor por la fuerza de trabajo, y la transferencia a la nueva mercancía, por parte de esa misma fuerza, del antiguo valor, el de la maquinaria, los edificios, las materias primas, etc.

Ricardo no descubrió el papel específico que desempeña la fuerza de trabajo en el proceso de producción capitalista, cometiendo el error de identificar el gasto de trabajo empleado y el gasto de capital. En realidad, los gastos del capitalista en la fabricación de una mercancía, que son el coste de producción, los determlna el capital empleado (c + v), mientras que el valor del mismo corresponde al trabajo necesario (C + v + m). Esto quiere decir que el valor de la mercancía lo integran, no sólo el valor materializado en el capital (maquinaria, edificios y mate- rias primas), sino también el trabajo vivo empleado, que es el capital variable y la plusvalía, es decir, el trabajo por el cual el obrero asalariado no percibe ninguna remuneración, y que se lo embolsa gratuitamente el capitalista.

Al no comprender esto, Ricardo no podía investigar de modo científico las partes que integran el capital, el beneficio y la plusvalía. Del mismo modo que Smith, se limita a descomponer el capital en fijo y circulante, en lugar de establecer una división directa en constante y variable.. Pero, a diferencia de Smith, al analizar el capital fijo y el capital circulante, se aproxima mucho a la división de éste en constante y variable.

Adam Smith consideraba que la división del capital en fijo y circu- lante depende directamente de cómo se origina el beneficio:, el capital circulante produce beneficio por hallarse en movimiento, y? que "alimenta" (con materias primas) al capital fijo, que es siempre inmóvil. Ricardo rechazó esta infundada tesis de Adam Smith; al definir el capital fijo y el capital circulante, no parte de cómo se origina el beneficio, sino de b duración de las partes que integran el capital (la fuerza de trabajo se consume inmediatamente en el proceso de trabajo, mientras que la maqui- naria, por el contrario, se desgasta por partes). Por,eso, Ricardo incluía (erróneamente, claro está) en el capital circulante sólo el salario de los obreros; el resto consideraba que era capital fijo.

Semejante división muestra claramente los rasgos del capital konstante y del capital variable, pero no fue adoptada por Ricardo aunque se de- ducía claramente de su investigación. Adopta la división de Smith en capital fijo y circulante, si bien introduce otro principio de clasificación conforme a la duración de las partes que integran el capital.

Como vemos, tampoco 1~ escuela de Ricardo resolvió el problema; no liizo más que soslayarlo. "En realidad -señala Marx-, un cierto instinto les decía a aquellos economistas burgueses que era peligroso ahondar de- masiado en el candente problema de los orígenes de la plumalía." ''

l1 C. M-,'EL Capiral, ed. cit., t. 1, pág. 432.

CUOTA MEDIA DE BENEFICIO Y PRECIO DE PRODUCCION 205

La teoría de la plumalía desenmascara la explotación capitalista. Por eso no hay lugar para ella en la Economía política burguesa. Las ideas, en germen, que tiene Ricardo sobre dicha teona, han sido en lo sucesivo, para los economistas burgueses, causa de grandes quebraderos de cabeza. Después de su muerte, trataron por todos los medios de vulgarizar sus puntos de vista, para lo que su doctrina da elementos suficientes.

Ricardo, mientras se refiere al capital individual y al beneficio del capi- talista en singular, realiza el análisis de acuerdo con la teoría del valor- trabajo, pero cuando pasa a ocuparse de la cuota media de beneficio, el desarrollo de sus investigaciones conduce a dicha teoría a un callejón sin salida.

A con&uencia del enfoque antihistórico del desarrollo de la sociedad, Ricardo no logró establecer diferencias entre la acción y la ley del valor en la producción simple de mercancías y en la economía capitalista, donde se manifiesta en forma de ley de los precios de producción.

Como ha sido señalado, Ricardo dedica el primer capítulo de su o6ra n analizar el valor. Pero inmediatamente se ocupa del valor en las con- diciones del régimen de producción burgués, en donde se refleja en los precios de producción, alrededor de los cuales oscilan los precios de mer- cado. Los precios de producción están integrados por los costes de pro- ducción y el beneficio medio.

Al dividir el valor en costes de producción y beneficio, Ricardo llega de hecho al precio de la producción, pero identifica este último con el valor de las mercancías. Ricardo considera que en la sociedad capitalista de su tiempo los precios oscilaban alrededor del valor y, por tanto, alre- dedor de los precios de producción.

Sólo Marx introdujo en la Economía política el concepto de precios de producción, señalando la diferencia entre la producción mercantil simple y el modo de producción capitalista. La Economía política marxista ha hecho posible la comprensión de las leyes de la producción capitalista.

~ i c a r d o sabía, naturalmente, que en las distintas esferas de la produc- ción, capitales iguales reciben por término medio igual beneficio, a pesar de que ponen en movimiento diferentes masas de trabajo. Pero no pudo compaginar la nivelación de los beneficios individuales y el beneficio medio con su teoría del valor, ya que consideraba que los precios de mer- cado están siempre determinados por el valor.

Ricardo tampoco pudo establecer de qué modo se originan el bene- ficio medio y el precio de producción. Por medio de numerosas ilustra- ciones estableció que la cuota media de beneficio constituye un hecho real con el que hay que contar.

Pero consideraba que, al parecer, es imposible explicar su formación. Por eso introdujo en su teona, sin explicación alguna, o sea de contra- bando, la cuota media de beneficio.

Al aceptar la cuota media de beneficio como una realidad, sin funda-

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206 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA: DAVID RICARDO

mentarla teóricamente, no le quedeba más remedio que considerarla como un hecho que no era producto del trabajo, sino que existía independien- temente de éste. Con ello, tras la teoría del valor-trabajo, fracasan las concepciones de Ricardo sobre el beneficio, que estaban basadas en ella. Fue capaz de explicar, mediante el valor-trabajo, todas las categorías de la economía burguesa, pero no pudo hacer la operación contraria de ex- plicar su valor. Identificaba el precio de la producción con el valor, y consideraba que el beneficio era la fuente del valor, el cual existía, según él, junto al trabajo, independientemente del mismo.

Sin embargo, estos hechos no reducen en modo .alguno la importancia histórica de la teoría valor-trabajo de Ricardo como el mayor éxito de la Economía política burguesa. El elemento científico de esta teoria fue uti- lizado posteriormente por Marx, y, ha pasado a formar parte de la Econo- mía política del comunismo cientifico.

El carácter contradictorio y las limitaciones de la concepción burguesa de Ricardo se pusieron especialmente de manifiesto cuando éste trató de resolver el problema más importante de la economía, que era, según él, el de la distribución del producto nacional y el de la lucha de las diferentes clases de la sociedad por la parte que del mismo les correspondía. Ello proporciona extraordinaria importancia a su teoria del salario, el bene- ficio y la renta agraria.

Naturalmente, como ideólogo de la burguesía, estaba muy lejos del análisis verdaderamente cientifico de estas categorías económicas del ré. gimen de producción burgués. Lo que más le interesaba era su magnitud y la relación existente entre ellas.

El salario lo consideraba como el valor de los medios de existencia del obrero y su familia; el beneficio, como el excedente del valo de la mer. cancia respecto del salario, y la renta agraria, como el excedente que existe por encima del salario y del beneficio, que se obtiene en las tierras de calidad superior y media. Según la teoría de Ricardo, las mercancías se venden por un valor determinado por el tiempo de trabajo; de este valor se paga el salario, constituyendo el resto el beneficio.

De aquí se llega a la conclusión de la relación existente entre el sala- rio y el beneficio: cuanto mayor es el primero, menor será el segundo, y viceversa.

El problema de la distribución del producto nacional entre las distin- tas clases interesó siempre a Ricardo. Comprendía que la distribución la determina la producción, y como en la sociedad se distribuyen únicamente los resultados de la producción, es imposible separar de ella la distribución. Ricardo no se parece a los economistas vulgares, que llevan una partida doble: en 18 producción se ocupan de la fuerza de trabajo; en la distri- bución, del salario; en la producción, de la labranza; en la distribución, de la renta agraria, y así sucesivamente. Ricardo ve claramente la depen- dencia existente entre la distribución y la producción, fijando su atención en la primera, precisamente porque en esa esfera es donde se manifiesta

TEORIA DE ' LA DISTRIBUCION 207

con mayor evidencia la lucha de clases que se desenvuelve en la sociedad burguesa.

Marx señala que por ser la distribución una fase integrante de la pro- ducción es por lo que "Ricardo, que trataba de comprender la producción moderna en su concreta estructura social, y que es el economista de la producción par exce22ence; precisamente por esto declara que no es la ~roducción, sino la distribución el verdadero tema de la economía modema".lZ

Pero aun conociendo que la distribución depende de la producción, Ricardo analiza los problemas de ambas esferas de una forma antihistó- rica, y por eso no es capaz de ver 'que cada modo de producción tiene su ley de la distribución, la cual está condicionada precisamente por dicho régimen de producción.

El mérito de Ricardo consiste, en primer lugar, en que fue quien esta- bleció que la distribución depende de la producción, y en segundo término, en que explicó la distribución del producto nacional por medio de la lucha de clases, introduciendo en la Economía política las relaciones entre las clases. Esa es precisamente la causa de que muchos economistas vul- gares se lanzasen sobre él, y que algunos (Carey, por ejemplo) declararan a Ricardo "padre del comunismo" e "incendiario" de la guerra civil entre las clases.

No obstante, aunque Ricardo llamó la atención sobre el antagonismo entre trabajo y capital, lo que se reflejó en sus concepciones de salario y beneficio, mezcla los elementos científicos y los vulgares.

A Ricardo le corresponde el mérito de haber establecido la oposición que hay entre el beneficio y el salario, y de mostrar cómo los cambios del primero modifican, en sentido inverso, al segundo. Pero no fue capaz de explicar por, qué la cuota de beneficio muestra tendencia a disminuir a medida que se desarrolla el capitalismo. Ricardo proclamó que la tenden- cia de la cuota de beneficio al descenso es una "ley natural", que depende, según.él, del aumento de la población y de la necesidad, cada vez mayor, de productos alimenticios. Por eso, escribe Ricardo, la sociedad se ve obligada, cada vez con mayor frecuencia, a recurrir al cultivo de tierras peores, lo que conduce a la elevación de los precios, al aumento del salario nominal, y, por consiguiente, a la disminución de la cuota de beneficios, ya que el beneficio y el salario se condicionan mutuamente. Es decir, que Ricardo, en esta cuestión, se dejó arrastrar por Malthus y su cacareada ley de la población y de la fertilidad decreciente de la tierra.

Ricardo no comprendió que la tendencia descendiente de la cuota de beneficio depende del aumento de la composicZ5n orgánica del capital, de la elevación del capital constante y el descenso relativo del capital variable, lo que da lugar a la pauperización absoluta y relativa de la clase obrera. Aunque Ricardo no pudo comprender todo esto, su descubri- miento del antagonismo entre el beneficio y el salario, que refleja un. aspecto importante de la lucha de clases entre obreros y capitalistas, tiene gran importancia.

l2 C. Marx, Contribución a.la critica de lo ~cqnomía poirtic4 ed. cit., pág. 209.

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208 ECONOMIA POLIT~CA EN INGLATERRA : DAVID RICARDO

No hay que olvidar que Ricardo reduce el salario, en fin de cuentas. al mínimo de medios de existencia del obrero. Posteriormente, esta tesis vulgar de Ricardo halló su expresión en la conocida "ley de bronce" del salario. Ricardo llegó probablemente a semejante interpretación del sala- rio influido por la teoría reaccionaria de Malthus sobre la población. No comprendió que el capitalismo tiene su propia ley de población, que se manifiesta en la pauperización de la clase obrera y en' la creación del ejército de reserva del trabajo.

Ricardo desarrolló notablemente la teoría de la renta diferencial, y hay que hacer notar que consideraba necesario subrayar el papel de Malthus en su elaboración. En realidad, Malthus, como se señaló en el capítulo ante- rior, la copió a James Anderson.

Ricardo no distinguía en la agricultura las dos formas de monopolio: el de la propiedad privada de la tierra, y el de la tierra como objeto eco- nómico, y por eso no fue capaz de descubrir la existencia de la renta absoluta. Afirmaba que las tierras malas no producen ninguna renta, cuando de hecho producen renta absoluta.

Hay que señalar como un hecho positivo de Ricardo el de refutar el punto de vista de los fisiócratas y de Adam Smith de que la renta agraria "sale de la tierra". Ricardo mostró que aunque la agricultura está ínti- mamente vinculada a la fertilidad de la tierra y a las condiciones naturales, sin embargo, la renta agraria, lo mismo que el valor de los productos agrí- colas, los determina el trabajo.

Ricardo rzlacionó la teoría de la renta agraria con la'del valor. Con- sideraba que a lo largo de su desarrollo histórico, la sociedad iba pasando de las mejores tierras a las peores. Por ello hay que invertir muchísimo trabajo en cultivar la tierra, lo que implica el elevado valor que tienen los productos agrícolas. En las tierras peores, los colonos, en calidad de capitalistas, obtienen el beneficio medio, mientras que en las tierras me- dias y buenas surge, además del beneficio medio, la plusvalía, que los arrendatarios se ven obligados a entregar a los terratenientes.

Este punto de la teoria de Ricardo sobre la renta agraria va dirigido contra los propietarios, y ese es uno de sus méritos.

Estableció acertadamente que la renta agraria diferencial resulta de la desigualdad que existe entre el valor de los productos cultivados en las tierras peores y en las mejores. Ricardo ligó su teoría de la renta dife- rencial a la llamada ley de fertilidad decreciente de la tierra. Según di- cha "ley", toda inversión complementaria de trabajo y capital en la tierra implica una disminución en la cantidad de producto obtenido. Esta "ley" es aceptada por toda la Economía política burguesa.

Lenin, en su obra La cuestión agraria y las criticas de Marx, demos- tró toda la inconsistencia de semejante ley.

Lenin hizo ver que con sus ficticias "leyes eternas", la Economía poli- tica burguesa oculta las verdaderas relaciones sokiales: "En realidad, ¿a

EL PROBLEMA DE LAS CRISIS ECOSO>fICAS 209

qué se reduce la tevidencia~ de la cacareada «lcy dc la fertilidad decrc- ciente de la tierra,? A que si las inversiones sucesivas de trabajo y capital dieran como resultado no una cantidad menor, sino igual de pro- ductos, no habría, en general, necesidad de ampliar los sembrados y la cantidad suplementaria de trigo podría obtenerse en la misma extensión de tierra que antes, por pequeña que ésta fuera, y eiitonces «la agricul- tura de todo el globo podría caber en una desiatina»J3 Ese es el argu- 1 mento corriente (y único) en favor de la ley «universal». La más mínima reflexión mostrará a cualquiera que este argumento constituye una abs- tracción totalmente vacía, que deja a un lado lo más importante: el nivel de la técnica y el estado de las fuerzas productivas." l4

Como señala Lenin, "Marx liberó la teoria de la renta diferencial de toda relación con la cacareada «ley de la fertilidad decreciente de la tierra,." l5

Marx descubrió la falsa premisa en que se basaba la renta diferencial de Ricardo y Malthus, y mostró la inconsistencia de su tesis de que dicha renta presupone obligatoriamente el paso a tierras de calidad cada vez peor, o 'que la productividad de la agricultura disminuya constantemente.

Marx creó su teoría de la renta agraria, que en los problemas funda- mentales se diferencia de la de Ricardo.

Ricardo era partidario de que las relaciones capitalistas se desarrolla- sen por todos los medios. Creía en la firmeza inmutable del capitalismo y negaba la posibilidad de las crisis económicas de superproducción. En su opinión, aunque se dé el caso de que determinada mercancía, cualquiera que sea, llegue a fabricarse en exceso, y el mercado se encuentre saturado de ella, hasta el punto de que no se pague ni siquiera el capital invertido en dicha mercancía, esto no puede suceder, simultáneamente, a todas las mercancías.

Ricardo consideraba que las necesidades son ilimitadas y que los pro- ductos se intercambian, en fin de cuentas, por otros productos o por ser- vicios, y que,.,pr tanto, no puede darse el caso, según sus palabras, de la superproduccion de mercancías.

Pero la realidad capitalista descubrió que esta teoria de Ricardo carece , totalmente de fundamento. Después de su muerte, no se hizo esperar la crisis de superproducción, que se declaró en 1825, dando con ello comienzo a crisis industriales periódicas. Las contradicciones de clase del capita- lismo se hicieron aún más patentes.

Los acontecimientos revolucionarios posteriores deja-on todavía más al descubierto la limitación de la Economía política burguesa.

la "Desiatina", medida rusa de superficie, equivalente a 1,0925 H a (N. del T.) 14 V. 1. .Lenin, La cuestión agraria y los "criticos de MUTA". Obras, t. 5, pági-

nas 92-93. "Jibídem, pág. 100.

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1 210 ECONOMIA POLITICA EN INGLATERRA : DAVID RICARDO

La aportación de Ricardo a la Economia política es muy valiosa, aun- que la estrechez de sus concepciones burguesas, el enfoque antihistórico de los'problemas y la idea tan ingenua que tenía de la naturaleza econó- mica del capitalismo fueron las causas de muchos de los defectos que encierra su análisis.

La doctrina económica de Ricardo no constituye en modo alguno un I 66 sistema de discordia" ni un "verdadero manual para el demagogo que

trate de alcanzar el poder mediante la confiscación de las tierras, las guerras y el saqueo", como afirmaba el furibundo apologista americano del capitalismo, Carey. Por el contrario, Ricardo fue un ideólogo y defen- sor activo del capitalismo, que no pensaba en crear ningún "sistema de discordia", ya que consideraba el capitalismo como un sistema social eterno y natural. Fue capaz de levantar la Fxonomía politica únicamente a la altura posible dentro de los límites de su concepción burguesa y de su restringido método analítico-abstracto de investigación. Ricardo re- nunció al método descriptivo, y trató de establecer la relación interna de los fenómenos, de descubrir las leyes que rigen la economía.

Ricardo utilizó hasta el fin las posibilidades científicas que le brin- daban su método analítico y su concepción burguesa del "orden natural'' del desarrollo social. No fue capaz de hacer más. Sólo la Economía politica marxista, basándose en el método del materialismo dialéctico, continuó desarrollando la idea, heredada de las ciencias naturales, del "orden natu- ral" de la dinámica, social.

Y cuando Struve, por ejemplo, trató de desacreditar la idea del "orden nakral", contraponiendo sus puntos de vista a las concepciones económi- cas de Petty y Ricardo, Lenin se mostró contrario con toda energía a semejante tentativa por parte del liberalismo reaccionario ruso. "La po- tente corriente de las ciencias naturales hacia la sociología existió, como se sabe, no sólo en la época de Petty, sino también en la de Marx. Esta corriente continuó haciéndose sentir, quizá más potente, en el siglo XX. . . Es una falsedad evidente considerar que la idea de la ley natural ha fra- casado en Economía politica, y que incluso aes indecoroso hablar de ella,. Todo lo contrario. Precisamente la ucorriente de las ciencias naturales

, hacia la sociología* reforzó, refuerza y hace inevitable esta idea. Es pre- cisamente el ahistorismo dialéctico* el que la ha fundamentado definiti- vamente, purificándola de las incongruencias y defectos metafísicos (en el sentido marxista de este término, es decir, antidialécticos). Decir que la aley natural* de los clásicos se <ha desacreditado éticamente,, como lo hace la apología burguesa, es una verdadera tontería, es desfigurar los clásicos y el ahistorismo clásico* con la mayor negligencia. Porque los clásicos buscaban y encontraron toda una serie de uleyes naturales, del capitalismo, sin comprender el carácter transitorio de éste y sin ver la lucha de clases que tiene lugar en su seno. Estos dos defectos los ha subsanado el histo- rismo materialista." l6

EL METbDO ANALITICO-ABSTRACTO 211

Marx señaló las partes positivas y negativas que ofrece, desde el punto de vista cieritíficp, el método de Ricardo, limitándose a procesos cuantita- tivos, que más que la esencia de tales o cuales fenómenos económicos obligan a establecer las "reglas" eternas e invariables que, según su autor, los rigen.

Ricardo, lo mismo que otros representantes de la escuela clásica, fue capaz de plantear diversos problemas importantes de Economía politica, pero no pudo resolverlos todos. A consecuencia de los defectos de SU método, incurría, en sus investigaciones, en contradicciones y errores. Ricardo llegó a establecer que el valor-trabajo constituye la esencia de numerosas categorías económicas burguesas, pero no logró demostrar que estas categorías proceden obligatoriamente del valor-trabajo. Ricardo no descubrió toda la riqueza cualitativa de los eslabones intermedios y las fases transitorias, a consecuencia de lo cual, incluso él, sin hablar de otros representantes de la escuela clásica, no llegó a comprender a fondo muchas categorías económicas.

Estos eslabones intermedios se manifiestan claramente, por ejemplo, en el análisis que hace Marx del beneficio medio, su estudio de la rotación y la circulación del capital, el paso de éste de una forma a opa y de una esfera a otra, analizando, al mismo tiempo, los cambios que se producen en semejantes procesos e investigando las condiciones en que tienen lugar, condiciones que se ven complicadas por la competencia. Gracias al método dialéctico de Marx, el beneficio medio aparecq totalmente explicado, ba- sándose 66 en la teoría del valor-trabajo, mientras que el método de Ricardo falló" precisamente cuando tuvo que explicar el movimiento de las cate-

gorías de la Economia politica y las leyes que lo regulan. No obstante, Ricardo intentó mostrar, como ya se ha dicho, el funda-

mento económico de las contradicciones de clase y levantó más de lo con- veniente, desde el punto de vista de la Economía política vulgar burguesa, el velo que encubre las relaciones capitalistas de producción. Por eso, los apologistas del capitalismo no aceptan a Ricardo como fundador de la teo- ría del valor-trabajo. Tratan de desacreditarlo, o de enmascarar sus puntos de vista, eliminando el elemento científico que encierran y presentándolo

, como un economista vulgar. Los economistas burgueses tratan de identificar la doctrina de Marx

--

con la de Ricardo. Al criticar en todos sentidos la doctrina de Ricardo, quieren lograr el desci;édito del marxismo, que es invulnerable a su crí- tiea directa. Al mismo tiempo, tratan de contraponer a Ricardo y Marx; por ejemplo, Jevons, uno de los fundadores de la escuela matemática de la Economía politica burguesa, declaraba que Ricardo, aunque persona inteligente, pero de cabeza laca, había orientado la rueda de la Economía política por una senda falsa; el liberal niso Tugán-Baranovski afirmaba que Marx había afiadido pocas cosas importantes a la teoría ricardiana del valor. Por el contrario, otros muchos economistas vulgares presentan únicamente a Marx como el creador de la teoría del valor, mientras con- sideran a Ricardo como el fundador de la teoría vulgar de los costes de

1 V . 1. ienin, Otra destrucción del socialismo. Obras, t . 20, págs. 176177.

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"212 ECONOMIA POLITICA EN .INGLATERRA: DI\'ID RICARM)

Los economistas burgueses contemporáneos reconocen la enorme impor- tancia de la teoria de Ricardo para e1,desarrollo de la Economía política, pero tratan por todos los medíos de deformar su teoria del valor-trabajo. La teoria del valor-trabajo enlaza la doctrina de Marx y la de Ricardo. Los economistas burgueses quieren aislar completamente la doctrina de Marx de la escuela clásica de la Economía política.

Erik Roll, en su Historia del pensamiento económico, explica la apa- rición de la teoría marxista como una reacción ante la escuela clásica.

G. Mürdal, en su libro El factor político en el desarrollo de la reoríu económica (1953), trata de deformar completamente la propia doctrina de Ricardo. En marzo de 1957, Mürdal dio en Moscú una conferencia dedicada a la teoría del valor de Ricardo.ll Mürdal reconoce que la teoria del valor de Ricardo sirvió a la teoría económica marxista y a la economía política clásica de Inglaterra de base para continuar su desarrollo, y que, en realidad, ha dejado su huella en todo el pensamiento económico hasta el momento actual. Pero en lugar de analizar detalladamente la teoria rld valor de Ricardo, Mürdal habla de la opinión que le merece, partiendo de posiciones idealistas.

Según propia declaración, la teoria económica en sus distintas mani- festaciones trató siempre y continúa tratando de realizar un imposible: no sólo exponer verazmente los hechos y establecer la relación causal que existe entre ellos, sino valorarlos objetivamente, y sobre esa base formular las leyes generales de lo deseable y de lo indeseable. El momento central de estas tentativas, insensatas en principio, es, según Mürdal, la teoría del valor.

Mürdal considera que, en realidad, no existe el valor objetivo, sino que hay únicamente su apreciación subjetiva. Es decir, que no redonoce la existencia del valor, y trata de demostrar que en la teoría de Ricardo tam- poco figura el valor objetivo. Según él, Ricardo habla de la teoria del valor real, pero ni la fundamenta ni la demuestra, y su aparición es resul- tado de las suposiciones abstractas que hace el autor.

Mürdal afirma que la teoría del valor real no proporciona a Ricardo más que molestias. Esta teoría le obliga a recurrir a toda una serie de concesiones irreales, que, en resumen, transforman toda su teoría en d reconocimiento de que el valor de cambio lo determina el coste de pro- ducción, es decir, una perogrullada' sin sentido. Como muestran los lar- guisimos razonamientos del propio Ricardo, éste comprendía perfectamente que si eliminaba dichas suposiciones, todo lo demás resultaría sencilla- mente falso y no sería verdad ni siquiera aproximadamente.

Mürdal supone que los pensamientos de Ricardo eran guiados por el viejo deseo metafísico de encontrar el verdadero "valor", algo que es

l7 Véase la discusión en tomo a la conferencia del profesor G. Mürdal sobre La teoria del vaior de Ricardo en la revista Problemas de Economía, núm. 6, Moscú! 1957, págs. 152-163.

LOS ECOXOMISTAS BURGUESES CONTEXPORANEOS 213 i 1

y "constante" y no casual y transitorio (como el precio o el valor de cambio), algo que, por consiguiente. simboliza "lo fundamen- ' tado", "lo justo", lo que "debe ser", en una palabra, algo más real que 1 la propia realidad.

Mürdal determina, de forma totalmente errónea, el lugar de la teoría del valor-trabajo en la doctrina económica de Ricardo. Según él, Ricardo , estableció su teoria de la distribución independientemente de la teoría del valor, con lo cual no podemos estar eii modo alguno de acuerdo. Lo más meritorio de la teoría de la distribución de Ricardo se basa en su teoría del valor. Sólo ésta permitió a Ricardo mostrar la contradicción existente en el movimiento del salario y de la ganancia. Y únicamente fundán- ' dose en ello pudo Ricardo explicar el mecanismo de formación de la renta diferencial, desechando definitivamente la explicación naturalista de que la renta procede de la acción de las fuerzas de la naturaleza.

Mürdal considera que Ricardo no ofreció demostración alguna de su i definición del valor por el trabajo. En efecto, ni A. Smith ni Ricardo demostraron de modo contundente la existencia del valor-trabajo. La tarea que no fueron capaces de cumplir los clásicos burgueses la resolvió Marx, demostrando que solamente el trabajo hace posible la comparación de mer- cancías heterogéneas. Al mismo tiempo, Marr demostró que el valor es una categoría social e histórica. Las propiedades históricas específicas del valor las determina el carácter del trabajo que da origen al valor.

La crítica de la teoria valor-trabajo se basa en la tesis fundamental de los economistas burgueses contemporáneos de que, en realidad, no existe un valor objetivo, sino tan sólo apreciaciones subjetivas. Esta tesis no m' , iiueva, la emplean hace mucho todos los economistas vulgares. 1

Mürdal no sólo niega que exista el valor objetivo, sino que existan, en general, leyes económicas objetivas. En su conferencia se reveló como un partidario de la teoría subjetiva del valor y de la teoría de la utilidad 1 límite. I

Con ello, 10s historiadores-economistas burgueses contemporáneos, al renegar del patrimonio de la Economía política clásica, se deslizan por la pendiente de negar la ciencia económica. Y eso no es casual. Mürdal coiicede extraordinaria importancia para la teoría económica al factor 1

Como la política constituye, según él, una manifestación de ]a acción d. sujeto, en la teoria imperan también las concepciones subjetivas.

Pero las tentativas de los vulgarizadores burgueses de desacreditar el elemento científico de la doctrina de Ricardo no tienen éxito. Para los marxistas, por el contrario, este elemento científico tiene gran importancia, ya que no podemos olvidar que lo más valioso de la doctrina de Ricardo constituyó una de las fuentes de la Economía política de Marx. I

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