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Mercado laboral, educación y tecnología Instituto Peruano de Administración de Empresas Centro de Estudios Estratégicos Lima 2006 CADE 2006 Inclusión y desarrollo para todos Documentos preliminares

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Mercado laboral,educación y tecnología

Instituto Peruano de Administración de EmpresasCentro de Estudios EstratégicosLima 2006

CADE 2006Inclusión y desarrollo para todos

Documentos preliminares

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CADE 2006 - Mercado laboral, educación y tecnología.

Derechos de autor reservados: Fernando Villarán.

Derechos de edición reservados: Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE),Av. La Marina, cuadra 16 s/n, Pueblo Libre, www.ipae.edu.peResponsable de la edición: Centro de Estudios Estratégicos del IPAE.

Impreso en el Perú - noviembre 2006

ISBN: 9972-2919-3-6 (1ª edición)Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú nº 2006-10526.

La elaboración del presente documento fue encomendada por el Comité Organizador de CADE alingeniero Fernando Villarán, miembro del Consejo Nacional de Educación (CNE) y presidente de

Seguimiento, Análisis y Evaluación para el Desarrollo (SASE).

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Resumen ejecutivo

Nuestro punto de partida es reconocer que la educación peruana es una de las peores delmundo, y que en materia de desarrollo económico y competitividad tampoco estamos bien ubica-dos. Aunque normalmente no se relacionan ambos mundos (la educación y la economía), es evi-dente que nuestra pobre performance económica tiene mucho que ver con la calidad de la educa-ción, y que si no la mejoramos, al mismo tiempo que acercamos la educación con las empresas,jamás podremos salir adelante.

El primer y principal divorcio entre el mercado laboral y la educación es que esta última noatiende las necesidades de conocimientos, destrezas y valores de la mayoría de la población pe-ruana. A diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, donde una gruesa porción de sufuerza laboral trabaja como empleados dependientes en grandes empresas o el Estado, en el Perúla mayoría de personas se ven obligadas a trabajar en forma independiente, a formar susmicroempresas (la mayoría de subsistencia), engrosando muchos de ellos las filas del subempleo yla pobreza. La ubicación de la fuerza de trabajo en las diferentes categorías ocupacionales no dejala menor duda al respecto, como se aprecia en el cuadro de la página 7.

Menos de dos millones de personas pertenecen al sector moderno, compuesto por grandesempresas, medianas empresas y el sector público, lo que representa el 16% de la PEA. Solo haciaellas está orientado el sistema educativo (que forma a las personas con una mentalidad pasiva de“empleado dependiente”); a los demás, que son principalmente autoempleados, microempresariosy pequeños empresarios, la educación no les da lo que necesitan, no les da los conocimientos paradesempeñarse en forma independiente, ya sea como empresarios o como trabajadores de estaspequeñas unidades productivas. Así, dos y medio millones de trabajadores independientes, y dosy medio millones de empresarios de la micro y pequeña empresa son abandonados y sus necesida-des no son atendidas. Del mismo modo, los 4.7 millones de trabajadores que laboran en las microy las pequeñas empresas no reciben la formación que sus funciones requieren. Son casi diez millo-nes de personas que el sistema educativo no atiende en sus reales necesidades.

El segundo divorcio más importante es que el sistema de la educación superior determina lascarreras y contenidos educativos sin considerar las necesidades de las empresas y del mundoproductivo; lo hace exclusivamente mirando la “demanda” que representan los postulantes, creandoun círculo vicioso y alejándose cada vez más de las verdaderas necesidades de las empresas.Centros educativos como el TECSUP, que fue creado por un grupo empresarial privado, que tieneun patronato activo, que cuenta con comités consultivos por cada especialidad, en donde muchosde sus profesores trabajan en empresas, donde todos los alumnos hacen prácticas en las empresas,y casi todos obtienen trabajo al finalizar la carrera, son absolutamente excepcionales. La mayoríade centros educativos, sobre todo los públicos, carece de mecanismos para relacionarse con el

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sector privado, y lo que ofrece son las carreras más demandadas (Derecho y Ciencias Políticas,Educación, Medicina y Contabilidad), las que tienen poco que ver con las reales necesidades delas empresas y el aparato productivo.

En cuanto al número de alumnos, la universidad más grande del Perú es la U. San Martín dePorres con 28,433 estudiantes y 2,095 profesores. Le sigue de cerca la U. Nacional Mayor de SanMarcos con 28,081 estudiantes y 2,847 profesores. Universidades de mayor calidad como la PUCcon 15,694 alumnos y 1,911 profesores, y a la UNI con 10,476 alumnos y 1,316 profesores, son laminoría, y por ser más pequeñas tienen poco impacto en el conjunto. Si juntamos los dos criteriosmencionados: (i) carreras que no se adecuan a las necesidades del aparato productivo, y (ii) calidadde la enseñanza, obtenemos como resultado una situación bastante crítica en la universidad perua-na. Las carreras menos conectadas con las necesidades de las empresas son las más numerosas, y lasuniversidades de menor calidad son también las que tienen la mayor cantidad de alumnos.

El tercer divorcio es el que existe entre los profesionales y los “técnicos”. En los países desa-rrollados hay más técnicos que profesionales, así como hay más obreros que técnicos; mientrasque en el Perú hay cerca de 500,000 universitarios y solo 270,000 técnicos, una proporción com-pletamente al revés de la realidad mundial. El resultado de esto es una oferta educativa que no seadecua a las exigencias para una mayor eficiencia, productividad y competitividad, a nivel nacio-nal, regional y empresarial. Varios estudios han demostrado que los profesionales no trabajan ensectores, áreas o niveles para los que fueron educados; muchos están sobrecalificados y otrossubcalificados. En resumen, es un desperdicio de recursos y una enorme fuente de frustraciónpara los jóvenes.

El cuarto y último divorcio lo grafica Andrés Oppenheimer cuando nos señala que: En términosnuméricos China es el líder mundial en producción de ingenieros: gradúa como 220 mil al año. Comparativamen-te, Estados Unidos gradúa cerca de 60 mil al año, Corea del Sur 57 mil, México 24 mil, Brasil 18 mil,Colombia 11 mil, Chile 4 mil y Argentina 3 mil. En América Latina, la Universidad de Buenos Aires enArgentina, UBA, produce 2,400 abogados al año, 1,300 psicólogos y sólo 240 ingenieros, según cifras oficiales.

De acuerdo a esta argumentación, la educación peruana se encuentra en el siglo XIX, con elpredominio de abogados, educadores y médicos. La poca presencia de las ingenierías y la ausenciade carreras científicas nos ponen en una muy mala situación respecto a los retos que el futuro nosplantea.

Las conclusiones son claras, para superar estos divorcios debemos: (i) reorientar la educaciónperuana hacia la formación de emprendedores para que nuestras microempresas salgan de lasobrevivencia y se integren a la modernidad; (ii) abrir las puertas de las universidades, institutos ycolegios a las empresas y atender sus necesidades, para lograr una educación al servicio del desa-rrollo regional y nacional; (iii) fortalecer los institutos y carreras técnicas para reestablecer elequilibrio con las profesiones universitarias que la productividad y la competitividad necesitan; y(iv) conectar a la educación con el futuro, con carreras y especialidades (como la ingeniería y laformación en ciencias) que la globalización y la revolución tecnológica en curso nos exigen.

Acercarse, dialogar, ponerse a trabajar juntos, educadores y empresarios, como lo hicieron enel reciente Congreso de la CONFIEP, y como está sucediendo en este CADE, es un primer ynecesario paso para superar estos divorcios.

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Se reconoce que la educación peruana es una de las peores de América Latina y el mundo.También se reconoce que el Perú es uno de los países económicamente más atrasados de AméricaLatina y el mundo; en materia de competitividad estamos en el puesto 68 (de 117) según el WorldEconomic Forum (WEF), en el lote de los últimos. Si bien hay algunas universidades, institutos yescuelas de buena calidad en el país, la mayoría es mediocre y da una pésima educación a susalumnos. Por su lado, también hay algunas empresas eficientes y competitivas, aunque la mayoríatiene baja productividad, genera poca riqueza e ingresos para sus conductores y trabajadores. Seacepta que en ambos campos, la educación y la economía, estamos, en general, mal.

Lo que no es tan evidente es que una de las razones que explican por qué la economía y lasempresas no están donde debieran, es la mala educación. Y tampoco es tan evidente que la edu-cación es deficiente porque no se orienta a satisfacer las necesidades de las empresas, ni recibe deellas las señales necesarias para definir sus contenidos educativos. Es decir, una de las causasprincipales por las que están mal, tanto la educación como la economía, es por la distancia queexiste entre ambos mundos. Y esa brecha entre la educación y la empresa tiene un alto costo paraambas partes, y para el país como un todo.

Las raíces de esa distancia son múltiples y tienen vieja data. Se pueden remontar a la colonia,cuando trabajar era considerado denigrante; a la reforma educativa de Córdoba, que optó por unaautonomía extrema; a la radicalización en las universidades durante los años 60 y 70, cuando seconsideraba a los empresarios como “enemigos de clase”; a la respuesta de las empresas quecerraron sus puertas para las prácticas y financiaron sus propias universidades y escuelas,desvinculándose del resto. Pero no es nuestra intención explorarlas, solo dejar sentado que estefue un largo y tortuoso proceso, y que por lo tanto, probablemente no tenga una rápida ni fácilsolución. Nuestra intención es solo dar cuenta de las brechas que hoy día existen entre ambosmundos y brindar pistas para superarlas.

En las líneas que siguen exploraremos algunas de esas brechas entre la educación y las empre-sas (desde el mundo de las empresas también utilizaremos como equivalentes, según sea el caso,el concepto de producción y mercado laboral).

A. Primera brecha1

La inadecuación entre la oferta y la demanda de empleo es una brecha hasta cierto punto“natural”, puesto que la oferta de empleo (entendido como las personas que ofrecen su fuerza de

1.- Incluimos esta brecha, aunque no se refiera estrictamente a las relaciones entre la educación y la producción que motivael documento, porque el empleo es la principal demanda de la población (en las encuestas aparece como el “principal

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trabajo en el mercado) depende del crecimiento de la población, la cantidad de mujeres que dejanlas labores domésticas y la cantidad de jóvenes que dejan de estudiar e ingresan al mercado labo-ral. Es decir, la oferta está determinada por variables demográficas y culturales. Por su parte, lademanda de empleo (entendido como los trabajadores que las empresas requieren del mercado),está determinada por el crecimiento de la economía, la inversión, la tecnología utilizada (más omenos intensiva en mano de obra), la demanda agregada y el nivel de competitividad (comovariables principales). Es decir, factores económicos y tecnológicos.

Cifras recientes y confiables nos indican que la PEA total ha crecido entre 2001 y 2004 en1’721,645 personas (oferta), mientras que las personas adecuadamente empleadas (demanda) hancrecido en 571,012 personas, creando un excedente de 1’150,633 personas que han ido a engrosarel desempleo y el subempleo. (Ver cuadro del Centro de Investigación de la Universidad del Pací-fico-CIUP2 que sigue)

¿Tiene algo que ver la educación con este excedente? Por supuesto que sí. Por el lado de laoferta de empleo, hay una relación muy estrecha (en este caso inversa), entre el grado de educa-ción de un país o región, y el crecimiento poblacional: a mayor educación menor tasa demográfi-ca. El grado de educación también influye en el número de mujeres que entran al mercado laboraly el número de jóvenes que permanecen más tiempo en el sector educación. Por el lado de lademanda de empleo, la mayor educación y capacitación de la fuerza laboral genera empresas máscompetitivas, con tecnologías más adecuadas, que pueden generar más empleo (incrementando lademanda de empleo y nivelándola con la oferta, de manera que se reduce el desempleo y subempleo).Así que, si bien no lo hace de una manera directa, una adecuada educación de calidad, sobre todoa la población de menores ingresos, contribuye de manera decisiva en cerrar esta primera brecha.

Una adecuada política poblacional, hoy inexistente, ciertamente ayudaría. Altos ritmos de crecimientoeconómico, con los niveles “chinos” de 9 ó 10% anual también ayudarían a cerrarla.

B. Segunda brecha

El modelo implícito de la educación peruana (que es importado de la educación europea) es elde atender las necesidades laborales de una “típica” empresa moderna que necesita muchos obre-ros (calificados y no calificados), bastantes técnicos, buena cantidad de profesionales y algunos

problema de la economía”), y porque en buena cuenta la población culpa a las empresas y al mercado por la falta deempleo.

2.- Carlos Casas y Gustavo Yamada, Medición de impacto en el nivel de vida de la población del desempeño macroeconómico para el período2001-2004 (Lima, CIUP, 2005).

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gerentes. Todas estas diferentes categorías de trabajadores dependientes son formados por el sis-tema educativo y las empresas supuestamente los contratarían en un mercado de trabajo quefuncione con plena información de ambas partes.

Lo que queremos enfatizar acá es que la educación peruana da por supuesto que existe unademanda constante de obreros, empleados, técnicos y profesionales por parte de las empresas, ypor lo tanto su responsabilidad (del sistema educativo) se reduce a formarlos y ponerlos en elmercado laboral. Como sabemos, este supuesto es falso; la demanda de trabajadores dependienteses muy reducida y la mayoría de egresados de todos los niveles educativos se queda sin encontrarun empleo en las empresas.

Lo que en realidad ocurre es que las personas que salen del sistema educativo se ven obligadasa trabajar en forma independiente, a formar sus microempresas (la mayoría de subsistencia), en-grosando muchos de ellos las filas del subempleo y la pobreza. La ubicación de la fuerza de trabajoen las diferentes categorías ocupacionales no deja la menor duda al respecto:

Sólo 1’915,000 personas pertenecen al sector moderno, compuesto por grandes empresas,medianas empresas y el sector público, lo que representa el 15.9% de la PEA. Solo para ellos estáorientado el sistema educativo; al resto –que son principalmente independientes, microempresariosy pequeños empresarios– el sistema educativo no le da lo que necesita, no le da los conocimientospara desempeñarse en forma independiente, ya sea como trabajadores ni como empresarios. Dosy medio millones de trabajadores independientes, y dos y medio millones de empresarios de lamicro y pequeña empresa son abandonados y sus necesidades no son atendidas por el sistemaeducativo. Del mismo modo, los 4.7 millones de trabajadores que laboran en las micro y las pe-queñas empresas no reciben la formación que sus trabajos requieren. Son casi diez millones depersonas que el sistema educativo no atiende en forma adecuada.

Los jóvenes son los primeros que se han dado cuenta de esta inadecuación, de esta brecha.Según datos de una encuesta realizada por el CID (Colectivo Integral de Desarrollo), el 70% deellos quiere ser empresario. En la última Conferencia Anual de Estudiantes (2006) realizada porIPAE, donde participaron más de quinientos estudiantes del tercio superior de todas las universi-dades del país, 95% de ellos quería también ser empresario.

Por su parte, aun para contratar empleados dependientes, las empresas necesitan personas coniniciativa y creatividad, con capacidades para dar ideas, liderar grupos humanos, trabajar en equi-po, es decir que requieren personas con capacidad empresarial.

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Reorientar la educación peruana, en todos sus niveles, hacia la formación de individuos con criterio, concapacidad de discernir, con independencia, con creatividad –es decir de emprendedores–, es una necesidadabsolutamente evidente. Sorprende que todas las autoridades y responsables de las políticas educativas,durante los últimos años, no se hayan dado cuenta de esto y no hayan actuado en esta dirección. Nunca estarde para empezar.

C. Tercera brecha

En los países desarrollados, como Italia y Alemania, con una fuerte tradición industrial y unabuena organización del trabajo, y que han logrado las empresas más competitivas del mundo,existe una proporción de cuatro a uno entre los técnicos y los profesionales; por cada cuatroespecialistas o técnicos existe un profesional. Esto permite organizar mejor la producción debienes y servicios y, sobre todo, utilizar adecuadamente las competencias y calificaciones de cadauno de los niveles de recursos humanos de las empresas. Los técnicos colaboran y fortalecen a losprofesionales, y los profesionales dirigen y potencian a los técnicos, en una sinergia que resulta enla elevación constante de la productividad. Algo similar ocurre en Japón, en los círculos de cali-dad, donde los ingenieros junto con los técnicos y los obreros –en las proporciones adecuadassegún cada proceso productivo– intercambian experiencias, puntos de vista y propuestas paramejorar los procesos y los productos, creando un flujo constante de innovaciones que los haceimbatibles en una serie de actividades, como la automotriz y la electrónica.

En el Perú tenemos una proporción totalmente inadecuada. Según las cifras más recientes,existen 498,502 estudiantes universitarios (ANR 2003), mientras que en la educación superior nouniversitaria (técnica) hay 389,223 estudiantes (cifras a abril 2004), de los cuales 117,523 son deinstitutos superiores pedagógicos. Estos últimos pertenecen al propio sistema educativo, lo quequiere decir que la oferta a las empresas es de 500,000 universitarios y 271,000 técnicos; esto esuna proporción de dos universitarios por un técnico. Completamente al revés de la realidad mun-dial. El resultado de esto es una oferta educativa que no se adecua a las necesidades de las empre-sas. Como lo han demostrado varios estudios de GRADE, los profesionales no trabajan en lossectores, las áreas o niveles para los que fueron educados, sobrecalificando a la fuerza laboral enla mayoría de los casos, y en algunos subcalificándola. En cualquier caso, es un desperdicio derecursos y una fuente de frustración para los jóvenes.

La conclusión en este punto es igualmente clara: promover y potenciar la educación técnica y productiva anivel nacional, adecuando la oferta de especialidades a las necesidades de las empresas y del mercado. Lasexperiencias exitosas que existen en nuestro país, con IST de primera calidad (como TECSUP y SENATI),cuyos egresados obtienen trabajo con mucha facilidad y reciben ingresos superiores a los “profesionales” conmala formación, pueden ser un fuerte aliciente para producir este cambio estructural.

D. Cuarta brecha

Salvo muy pocas universidades y algunos institutos tecnológicos, no existen mecanismos me-diante los cuales las empresas hagan saber a los centros educativos superiores cuáles son susnecesidades de recursos humanos. Los casos de centros educativos como TECSUP, que fue crea-do por un grupo empresarial privado, tiene un patronato activo, cuenta con comités consultivospor cada especialidad, muchos de sus profesores trabajan en empresas, todos los alumnos hacenprácticas en las empresas y casi todos obtienen trabajo al finalizar la carrera, son absolutamente

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excepcionales. En la misma dirección, universidades como la UP, PUC, UPC, Lima, hacen esfuer-zos por relacionarse con las empresas para tener en cuenta sus necesidades de formación derecursos humanos.

Sin embargo, la mayoría de centros educativos, sobre todo los públicos, carece de mecanismospara relacionarse con el sector privado, y por lo tanto determina la oferta de carreras y especialida-des según la demanda de los propios postulantes a sus centros de estudios. De acuerdo a los datosdisponibles (año 2003), podemos aproximarnos a esta “demanda” de los estudiantes por dos cri-terios: (i) el número de postulantes y (ii) el número de matriculados.3

Es sintomático que la carrera de mayordemanda sea Derecho, que es una de lasmenos requeridas por las empresas, aunqueciertamente es demandada en el Estado, par-ticularmente en el Poder Judicial y en elPoder Legislativo. Le siguen Contabilidad,Medicina Humana, Administración y Edu-cación, una demanda variada que no nece-sariamente refleja las necesidades de las em-presas o del aparato productivo.

Para el caso de los estudiantes matricu-lados en las universidades, la distribuciónen las principales carreras es la que apareceen el cuadro de la página siguiente.

En este caso, la primera carrera es, delejos, Derecho y Ciencias Políticas, con43,443 alumnos; en segundo lugar Educa-ción (secundaria) con 29,003 alumnos, auna distancia considerable de la primera.Ambas están desvinculadas de las necesi-dades de la producción. Luego aparecen trescarreras vinculadas con las empresas: Con-tabilidad, Administración e Ingeniería deSistemas.

Estas veinte principales carreras concentran un total de 299,256 estudiantes, es decir, el 60%del total de estudiantes universitarios.

En cuanto a las principales universidades, el informe preparado por la comisión presidida porJavier Sota en el año 20024 muestra los datos que se consignan en la siguiente página.

La universidad más grande del Perú es la U. San Martín de Porres con 28,433 estudiantes y2,095 profesores. Le sigue de cerca la U. Nacional Mayor de San Marcos con 28,081 estudiantes y

3.- Luis Piscoya, Formación universitaria vs. mercado laboral (Lima, ANR, 2006).4.- Diagnóstico de la Universidad Peruana – Razones para una nueva reforma universitaria (Lima, Comisión Nacional por

la Segunda Reforma Universitaria, MINED, Oct 2002).

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2,847 profesores. Si consideramos el criterio de calidad de la educación, tenemos que reconocerque la PUC con 15,694 alumnos y 1,911 profesores, y la UNI con 10,476 alumnos y 1,316 profe-sores, entre otras, están en el grupo de las mejores. Sin embargo, comparadas con el resto deuniversidades, son bastante pequeñas; es decir, tienen poco impacto en el conjunto.

Por su parte, las empresas más importantes del país5 demandan las siguientes carreras: Ingenie-ría Industrial, Administración, Economía, Ingeniería de Sistemas, Contabilidad, Ingeniería Infor-mática (seleccionadas por las empresas entre las veinte carreras más demandadas por los estu-diantes). Otras profesiones que no pertenecen a estas veinte, pero que son igualmente demanda-das por las empresas de la muestra son las siguientes: Ingeniería Química, Ingeniería Mecánica,Ingeniería de Minas, Ingeniería Metalúrgica y Petroquímica. Como vemos, hay escasa o ningunarelación entre éstas y las carreras de los dos cuadros anteriores (demandas por los alumnos).

Si juntamos los dos criterios mencionados anteriormente: (i) carreras que no se adecuan a lasnecesidades del aparato productivo, y (ii) calidad de la enseñanza, obtenemos como resultado unasituación bastante crítica en la universidad peruana. Las carreras menos conectadas con las nece-sidades de las empresas son las más numerosas, y las universidades de menor calidad son tambiénlas que tienen la mayor cantidad de alumnos.

Para cerrar esta brecha se necesita el acercamiento de las universidades e IST a las empresas siguiendoalgunos modelos exitosos, tratando de lograr el quinto objetivo estratégico del Proyecto Educativo Nacio-nal (PEN): una universidad pertinente al servicio del desarrollo regional y nacional.

E. Quinta brecha

Dejaremos la argumentación en manos de dos reconocidas figuras.

(i) Andrés Oppenheimer: Según la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) de Estados Unidos, entérminos numéricos China es el líder mundial en producción de ingenieros: gradúa como doscientos veinte mil alaño. Comparativamente, Estados Unidos gradúa cerca de sesenta mil al año, Corea del Sur cincuenta y siete mil,México veinticuatro mil, Brasil dieciocho mil, Colombia once mil, Chile cuatro mil y Argentina tres mil. EnAmérica Latina, la Universidad de Buenos Aires en Argentina (UBA) produce 2,400 abogados al año, 1,300psicólogos y sólo 240 ingenieros, según cifras oficiales. Mientras el presidente de China, Hu Jintao, se graduó deingeniero hidráulico, y casi todo el Comité Central del Partido Comunista Chino está integrado por ingenieros, enesta parte del mundo casi no hay presidentes que sean ingenieros. En América Latina, la mayoría de lospresidentes son abogados (Argentina, Colombia, Cuba, República Dominicana, Guatemala, Perú), economis-tas (Honduras, Panamá), administradores de empresas (México), médicos clínicos (Chile, Costa Rica, Ecuador),psiquiatras (Costa Rica), comentaristas deportivos (El Salvador) o militares (Venezuela)6.

(ii) Thomas Friedman7 muestra las cifras de un estudio de la National Science Board sobre elnúmero de científicos e ingenieros en el mundo. De los 2.8 millones (cifras del 2003) de títulos enciencia e ingeniería otorgados en el mundo, 1.2 corresponden a Asia, ochocientos treinta mil aEuropa y solo cuatrocientos mil a Estados Unidos. Únicamente en el campo de la ingeniería, las

5.- Encuesta aplicada a treinta y una empresas en las que trabajan 37,390 empleados, cuyos resultados fueron publicados enel trabajo de Luis Piscoya, citado anteriormente.

6.- “Faltan ingenieros presidentes”, diario La Nación, Buenos Aires, agosto 2005.7.- The World is Flat. A brief history of the Twenty-first Century (Nueva York, Farrer, Starus and Giroux, 2005).

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universidades asiáticas están produciendo ocho veces más ingenieros que Estados Unidos. Deacuerdo a este autor, Estados Unidos está perdiendo el liderazgo en la formación de capital huma-no, base para el avance científico y tecnológico que ha sustentado su supremacía mundial desdelos años 50. Es una debilidad estratégica que explica su declinación en el contexto global y funda-menta la certeza de que va a dejar de ser la primera potencia mundial en las próximas décadas.

Según esta argumentación, la educación peruana se encuentra en el siglo XIX, con el predomi-nio de abogados, educadores y médicos. La poca presencia de las ingenierías y la ausencia decarreras científicas nos ponen en una muy mala situación respecto de los retos que el futuro nosplantea.

Aquí la brecha es indirecta: la educación se pone de espaldas al futuro y las empresas debenprecisamente mirar y acercarse al futuro. Van, pues, en dos direcciones opuestas. Las empresas ylos países no tienen más remedio que encaminarse en la dirección que señalan Oppenheimer yFriedman, y si la educación en todos sus niveles no acompaña este esfuerzo la tarea se les haráimposible.

Una de las modalidades más importantes en la demanda de empleos es el outsourcing8, unaherramienta de gestión moderna mediante la cual las empresas (sobre todo las más grandes) y elEstado subcontratan a terceros para realizar un conjunto de actividades, funciones y tramos delproceso, que no forman parte de la actividad principal de la empresa (core business). Esto les permi-te concentrarse en esta actividad principal y adquirir niveles de competitividad y eficiencia mayo-res. Este concepto y las demandas de conocimientos y competencias que requiere, están ausentesde las preocupaciones de las universidades e institutos peruanos.

Son demandas y requerimientos que nos plantean la globalización y la modernidad, pero queno son sistemáticamente estudiados ni evaluados, perdiendo un insumo muy importante para ladeterminación de la oferta educativa peruana.

Por otro lado, todavía no tenemos una clara visión de futuro compartido para conocer nuestrasfortalezas y potencialidades, las actividades en las que tenemos posibilidades en el mercado mun-dial, las exigencias productivas del mercado interno, así como las demandas de servicios (públicosy privados), todo lo cual nos permitiría resolver los problemas sociales que arrastramos desde elpasado. Sin esta visión será muy difícil orientar la formación de nuestros recursos humanos, denuestros niños y jóvenes que van a salir al mercado laboral dentro de diez o quince años.

La reorientación de la educación hacia actividades, carreras, cursos y contenidos del futuro es una necesi-dad impostergable. Que los empresarios y los educadores se junten y se propongan encarar los retos delfuturo es un buen comienzo.

8.- Ben Schneider, Outsourcing (Bogotá, Editorial Norma, 2004).