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Mercè Conangla y Jaume Soler Si no eres capaz de ver todo lo bello que la vida te regala y te pasas la mayor parte de tu tiempo lamentándote por lo que no tienes o por lo que no has logrado, quizás es porque te encuentras “dormido” ante la vida. Conangla y Soler, expertos en ecología emocional, te dicen cómo “despertar” y empezar a vivir de verdad: con corazón Por Marta Bellmont PSICO | ENTREVISTA U no de los grandes cambios que hemos experimentado en la sociedad actual es el au- mento de la esperanza de vida. En España, hemos pasado en muy pocos años de una es- peranza de vida de cincuenta años a casi noventa, lo que supone prácticamente 350.000 horas más de vida.Ahora piénsalo: ¿Qué estás dispuesto a hacer en ese tiempo que te viene regalado, dejarlo pasar? ¿Vegetar? ¿Vivir hundido? ¿Quejarte?... ¿O tal vez emplearlo en aprender, gozar, crear, conocer cosas nuevas, aportar algo bello o mejorar tus relaciones? Si eliges esto úl- timo (como es de suponer), M. Mercè Conangla y Jaume Soler, expertos en inteligencia emocional y en liderazgo, apuntan en Corazón que siente, ojos que ven (Amat Editorial) que solo de ti depende que lo consigas.Además de ser tu responsabilidad, “lo tienes que fabricar, porque si no haces nada, tu vida irá a peor”. PSICOLOGÍA PRÁCTICA: El dicho popular reza “Ojos que no ven, corazón que no siente”. ¿Por qué le han dado la vuelta a la hora de titular su libro? MERCÈ CONANGLA Y JAUME SOLER: Si el corazón está abierto a la vida, nuestros ojos son 46 PSICOLOGÍA capaces no solo de mirar, sino también de ver. Sabemos que lo que buscamos es lo que vemos. Proponemos trabajar nuestra vertiente afectiva abriéndonos a nosotros mismos, a los demás y al mundo. Así cuando nuestros ojos miren serán capaces de ver lo mejor de la vida. ¿Sentir más que razonar? Más que eso, convertirnos en seres “sentipensan- tes”, capaces de integrar a la vez la razón con la emoción. Ambas dimensiones, trabajando jun- tas, nos permiten elaborar un mapa de nosotros mismos mucho más amplio y completo. En este sentido, las decisiones que tomaremos podrán ser emocionalmente mucho más ecológicas e inteligentes. ¿Si no “sentimos” no “vivimos”? Si no sintiéramos, seríamos como robots. Como seres vivos, somos seres “sintientes”. Sentimos alegría y tristeza, miedo y confianza, bienestar y dolor… En definitiva, lo que sentimos es lo que realmente vivimos. Pero sentir demasiado tiene un inconveniente al menos, y es que puede llevarnos a sufrir más. ¿Dónde estaría el término medio? Vivir supone integrar el sufrimiento en nuestra “Ver, y no solo mirar, se hace con el corazón”

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  • Psicología ■ 4746 ■ Psicología Psicología ■ 4746 ■ Psicología

    Mercè Conangla y Jaume Soler

    Si no eres capaz de ver todo lo bello que la vida te regala y te pasas la mayor parte de tu tiempo lamentándote por lo que no tienes o por lo que no

    has logrado, quizás es porque te encuentras “dormido” ante la vida. Conangla y Soler, expertos en ecología emocional, te dicen cómo “despertar” y

    empezar a vivir de verdad: con corazónPor Marta Bellmont

    PSICO | ENTREVISTA

    U no de los grandes cambios que hemos experimentado en la sociedad actual es el au-mento de la esperanza de vida. En España, hemos pasado en muy pocos años de una es-peranza de vida de cincuenta

    años a casi noventa, lo que supone prácticamente 350.000 horas más de vida. Ahora piénsalo: ¿Qué estás dispuesto a hacer en ese tiempo que te viene regalado, dejarlo pasar? ¿Vegetar? ¿Vivir hundido? ¿Quejarte?... ¿O tal vez emplearlo en aprender, gozar, crear, conocer cosas nuevas, aportar algo bello o mejorar tus relaciones? Si eliges esto úl-timo (como es de suponer), M. Mercè Conangla y Jaume Soler, expertos en inteligencia emocional y en liderazgo, apuntan en Corazón que siente, ojos que ven (Amat Editorial) que solo de ti depende que lo consigas. Además de ser tu responsabilidad, “lo tienes que fabricar, porque si no haces nada, tu vida irá a peor”.

    PSICOLOGÍA PRÁCTICA: El dicho popular reza “Ojos que no ven, corazón que no siente”. ¿Por qué le han dado la vuelta a la hora de titular su libro? MERCÈ CONANGLA Y JAUME SOLER: Si el corazón está abierto a la vida, nuestros ojos son

    46 ■ Psicología

    capaces no solo de mirar, sino también de ver. Sabemos que lo que buscamos es lo que vemos. Proponemos trabajar nuestra vertiente afectiva abriéndonos a nosotros mismos, a los demás y al mundo. Así cuando nuestros ojos miren serán capaces de ver lo mejor de la vida.

    ¿Sentir más que razonar?Más que eso, convertirnos en seres “sentipensan-tes”, capaces de integrar a la vez la razón con la emoción. Ambas dimensiones, trabajando jun-tas, nos permiten elaborar un mapa de nosotros mismos mucho más amplio y completo. En este sentido, las decisiones que tomaremos podrán ser emocionalmente mucho más ecológicas e inteligentes.

    ¿Si no “sentimos” no “vivimos”? Si no sintiéramos, seríamos como robots. Como seres vivos, somos seres “sintientes”. Sentimos alegría y tristeza, miedo y confianza, bienestar y dolor… En definitiva, lo que sentimos es lo que realmente vivimos.

    Pero sentir demasiado tiene un inconveniente al menos, y es que puede llevarnos a sufrir más. ¿Dónde estaría el término medio?Vivir supone integrar el sufrimiento en nuestra

    “Ver, y no solo mirar, se hace con el corazón”

  • Psicología ■ 4746 ■ Psicología Psicología ■ 4746 ■ Psicología

    R-EDUCIR: Supone disminuir los niveles de basura emocional que lanzas a tu medio y que deterioran el clima. Reducir al máximo la toxicidad de lo que emites: desprecios, críticas, insultos, mal humor, violencia, intromisiones… Eres responsable de auto-gestionarte y los demás no tienen por qué aguantar la contaminación derivada de tu basura emocional.

    R-ECICLAR: Consiste en transformar positivamente las emociones dolorosas y des-agradables y los acontecimientos difíciles. Puedes convertir los celos en superación, el orgullo en humildad y solidaridad, la culpa en responsabilidad, el pesar en desprendi-miento, la envidia en generosidad…

    R-EUTILIZAR: Hay numerosos conocimientos, aptitudes y recursos que están en ti aletargados, infrautilizados o malgastados. No te lo puedes permitir. Los necesitas para buscar mejores formas de vivir.

    R-EPARAR: no siempre es posible, pero es más inteligente tratar de solucionar lo que puedes mejorar que ir repitiendo errores por no querer enfrentarte a ellos.

    “ERRES” para la gestión

    sostenible de tu vida

  • Psicología ■ 4948 ■ Psicología Psicología ■ 4948 ■ Psicología

    CONANGLA es licenciada en Psicología y diplomada en Enfermería. Se ha formado en Consejo y Orien-tación Psicológica, especializándose en inteligencia emocional, comunicación no verbal, asertividad y liderazgo. Compagina la formación con tareas de consultora y colabora con distintos centros sanitarios y entidades, participando en la formación de profesionales en el trabajo con competencias afectivas. SOLER estudió Psicología, tiene estudios de postgrado y cuenta con más de 30 años de experiencia como especialista en desarrollo de equipos y recursos humanos. Es cofundador, junto a M. Mercè Conangla, de la Fundación Àmbit, para la formación y asesoramiento sobre el desarrollo personal.

    M. Mercè Conangla y Jaume

    Soler

    vida como integramos también la alegría y el amor. Si somos sensibles, somos vulnerables, y saberlo nos hace más fuertes. ¿Qué sería de un músico que solo integrara una parte de las notas en su composición y desechara otras? Ahora bien, la ecología emocional ofrece estrategias muy úti-les para evitar la parte de “sufrimiento evitable” de la que podemos prescindir. Es la que provo-camos, por nuestra incompetencia emocional, al gestionar los retos que nos depara la vida. Esta parte de sufrimiento realmente no es necesaria y es inteligente eliminarla de nuestra vida.

    ¿Qué opinan de la estrategia de la alcachofa (ponerse una coraza dura) para protegernos de las amenazas externas?Más que corazas, lo que hay que hacer es aceptar nuestra vulnerabilidad y, a partir de ahí, apren-der estrategias para gestionar nuestras emocio-nes caóticas, de tal forma que no dañemos y no permitamos que nos dañen. Esto se puede aprender, no nacemos sabiendo. De ahí la im-portancia de la educación emocional en todos los niveles de nuestra vida. El camino del centro que los filósofos antiguos proponían es el camino del equilibrio.

    Continuamente invitan en el libro al lector a “despertar”. ¿En qué sentido?¡Vivimos tan dormidos! Ser conscientes de algo supone “despertar” a ello. La primera de las com-petencias emocionales, mentales, espirituales… es la autoconciencia: “Me doy cuenta, entonces soy responsable..., y a partir de aquí, puedo actuar para mejorar mi vida..., y con ello impactar positiva-mente en la de los demás y en el mundo”.

    ¿Eso estaría en contra de llevar una vida tran-quila, pasiva?No es lo mismo llevar una vida tranquila que una vida pasiva. Tranquilidad es un afecto vin-culado a la calma, a la paz, a la serenidad, a adoptar un tiempo adaptativo y adecuado, sin prisa, sin ansia. Uno puede estar conectado a la tranquilidad, y al mismo tiempo ser muy efec-

    PSICO | ENTREVISTA

    tivo, adoptando compromisos con el mundo, luchando por cambiar a mejor su vida y la de los demás. Es decir, se puede ser tranquilo y activo. En cambio, la pasividad tiene que ver con dejar que las cosas pasen sin actuar proactivamente. La persona pasiva raramente se compromete, cede el control de su vida a los demás, al azar o a la suerte. Se queda en su zona cómoda. Y al posi-cionarse pasivamente se convierte en parte del problema de la humanidad. Porque el mundo en el que vivimos tiene los problemas que tiene no tanto por la maldad algunos sino por la falta de acción de muchas persona que dándose cuenta de lo que sucede no están dispuestos a luchar por mejorarlo.

    Hablan de salir la zona de comodidad. ¿Qué implica en concreto eso si queremos mejorar nuestra vida? La zona cómoda supone vivir de las rentas. Co-nocemos lo que hay y entonces “rutinizamos” nuestra conducta. Por lo tanto, no desarrollamos nuevas capacidades., sino que nos acomodamos y no crecemos. Salir a los territorios desconocidos, abrirnos a cosas nuevas, diferentes conocimientos, personas, relaciones, etcétera, supone adentrarnos en otros espacios que van a activar conocimientos, habilidades, experiencias y talentos diferentes para dar respuesta a los retos nuevos. Esto pide valentía, esfuerzo, asumir el riesgo, gestionar las frustraciones, confianza, ilusión, curiosidad… todo ello, un interesante material repleto de vi-taminas emocionales que promueven nuestro desarrollo como seres humanos.

    ¿Qué les dirían a las personas a las que todo se les pone en contra, a las que todo les sale mal y les sobran los motivos para quejarse de su mala suerte?Que dejen de lamentarse y que trabajen consigo mismas para aprender a construir mejor su buena suerte. Que busquen en su vida las pequeñas perlas valiosas que pueden hallarse incluso en el peor de los paisajes emocionales. Que inviertan tiempo en aprender a gestionar de forma emo-

  • Psicología ■ 4948 ■ Psicología Psicología ■ 4948 ■ Psicología

    cionalmente ecológica su mundo emocional. Mejorar estas competencias realmente puede ayudarles a cambiar el sentido de su vida.

    Ustedes hablan de gestionar bien la propia energía. ¿Solemos perderla en cosas su-perfluas o que no nos llevan a ningún lado, por ejemplo, como acaban de explicar, en lamentarnos de las cosas que no funcionan en nuestra vida? En ecología emocional trabajamos la gestión de la energía emocional como una de las áreas im-portantes (conjuntamente con territorios–clima–vínculos). Las fugas de energía pueden darse por invertir tiempo en el lamento y la queja, o por intentar cambiar a los demás –que no está en nuestras manos– en lugar de mejorarnos a no-sotros mismos, que sí lo está. Toda esta energía se pierde.

    ¿Qué nos haría gestionarla mejor? Lo inteligente es invertir en mejorar nuestras capacidades y cambiar la queja y el lamento por la propuesta asertiva. Cambiar los “no puedo” por los “voy a buscar cómo poder”. Dedicarnos a entrenar nuestras competencias y habilidades emocionales en lugar de lamentarnos de que los demás no las tienen. Conseguiríamos mejores niveles de energía disponible para crear una rea-

    “El lamento y la queja no llevan a ningún sitio y nos hacen perder energía”

    lidad mejor, más salud y bienestar emocional y plenitud vital.

    A quien ha sufrido una pérdida personal, ¿qué mecanismo le va a permitir aliviar su dolor?Todos sufrimos, o si no, sufriremos pérdidas. So-mos seres finitos y mortales. Aceptarlo así ayuda a gestionar los momentos de dolor, y también, y sobre todo, a valorar cada pequeño momento que compartimos con los seres que amamos y a vivirlos con conciencia. Cuando muere alguien que amamos es importante hacer bien el duelo, permitirnos sentir la tristeza de la pérdida, dedicar tiempo a recopilar y elaborar todos aquellos mo-mentos y legado emocional que esta persona nos ha transmitido. Esta parte, integrada en nosotros mismos, no ha muerto y la podemos celebrar.

    ¿Es una buena táctica retirarse a tiempo cuando las cargas de nuestra vida (respon-sabilidades, obligaciones, ofensas, etc) nos pesan demasiado?Es inteligente tener conciencia de límites. Nadie tiene por qué aguantar lo inaguantable. En deter-minados casos, hay que saber decir “hasta aquí”. Tenemos el derecho a descansar, a decir “hasta aquí sí” y “hasta aquí no”. Este planteamiento no significa huir ante las dificultades. Supone discri-minar lo que nos conviene y lo que no, lo que nos equilibra y lo que nos genera desequilibrio. El séptimo principio de la gestión emocionalmente ecológica de las relaciones, que es: “Tenemos la responsabilidad de hacer limpieza de las relacio-nes ficticias, insanas y que obstaculizan nuestro crecimiento personal”, no es huida, sino ecología emocional aplicada. ¡Fuera tóxicos en nuestra vida! Esto es una conducta responsable.

    Todos, en mayor o menos medida, tendemos a postergar acontecimientos, cosas que no nos apetece hacer, procrastinar. ¿Por qué eso puede obstaculizar nuestra felicidad?Porque podemos llegar al final de nuestra vida con el lamento del “Si hubiera…”. El peligro es vivir una vida pensada pero no sentida ni

  • Psicología ■ MT50 ■ Psicología

    basada en la experiencia real. La conciencia de que nuestra vida es solo una chispa de luz entre dos oscuridades –la de antes del nacimiento y la de después de la muerte– nos debería mover a vivir cada momento como único y como un regalo. ¡Que nuestra luz luzca brillante y pode-rosa mientras esté viva!

    Vivir bien implica también cuidar el cuerpo y no solo la mente, alimentarlo de manera sana, darle reposo, etc. ¿Por qué es tan im-portante?Nuestro cuerpo es nuestro transporte. Si enferma, nos quedamos sin la sustancia que contiene nues-tra esencia. Le debemos respeto y gratitud, y por tanto, es clave cuidarlo. Sin él las otras dimensio-nes que nos componen (emocional, relacional, mental y espiritual) no pueden manifestarse.

    ¿Podemos fabricar cada uno de nosotros nuestra propia suerte?Sí... viviendo con conciencia y responsabilidad. Pasando a la acción coherente. Gestionando de forma emocionalmente ecológica nuestros afectos conscientes de que lo que hacemos tiene un impacto en nosotros mismos, en los demás seres y en el mundo. Pasando a la acción para

    ser parte de la solución en lugar de formar parte del problema de la humanidad.

    ¿Algo así como pasar de ser figurantes en nuestra vida a protagonistas?Eso es. Se trata de dejar atrás la pasividad y asumir la responsabilidad en la acción. Nuestra vida no es un ensayo, es ahora, es el resultado de múltiples elecciones, de los caminos elegidos. ¡Dejemos de culpar a los demás de lo que no funciona! Nosotros somos los guionistas, los directores y los actores de nuestra obra vital.

    ¿Y ustedes, cómo le añaden más vida a su vida?Cuidando nuestros espacios protegidos de relación de pareja, familiares, amigos...Liberándonos de cargas que nos desequilibran y fabricando muchas vitaminas emocionales que mejoren nuestro ecosistema afectivo. Asumiendo responsablemente trabajar para mejorar como seres humanos en nuestro día a día. Compro-metiéndonos en un proyecto social: Fundación Àmbit Ecología Emocional, que tiene como finalidad aportar recursos para hacer llegar el crecimiento personal y la educación emocional y en valores a todas las personas.

    CORAZÓN QUE SIENTE, OJOS QUE VEN.Mercè Conangla y Jaume Soler.Editorial: Amat.Páginas: 240.Precio: 16,85 ewww.fundacioam-bit.orgwww.ecologiaemo-cional.org

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