mente-cerebro,senales y repercusion en sistema inmune,memoria,estres

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  • Salud MentalInstituto Nacional de Psiquiatra Ramn de la [email protected] ISSN (Versin impresa): 0185-3325MXICO

    2001 Gerardo Heinze

    MENTE-CEREBRO: SUS SEALES Y SU REPERCUSIN EN EL SISTEMA INMUNOLGICO

    Salud Mental, febrero, ao/vol. 24, nmero 001 Instituto Nacional de Psiquiatra Ramn de la Fuente

    Distrito Federal, Mxico pp. 3-9

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

  • Salud Mental, Vol. 24, No. 1, febrero 2001 3

    SUMMARY

    Psychiatric disorders may only be understood on the basis of multifac-torial genesis. Psychosocial and biological factors (brain neurotrans-mitters) participate in depression. Our childhood experiences interactwith our genetic background, therefore mental health is a complexfenotype influenced by both types of factors.

    An important line of investigation is the emotional life of people.At present, studies focusing on the psychodynamic factors are alsoincluding neurobiologic factors, which study the biochemical modifica-tions caused by stress. The hypocampus is a fundamental structure inlearning and memory processes, which may be affected by emotionand stress. There is a high concentration of glucocorticoid receptors(the stress hormone) in the hypocampus, therefore it is considered asthe key site for the integration of the cognitive, neurohormonal andneurochemical reponse to emotion and stress. Hypocampal dysfunc-tion produces a series of memory disorders. Glucocorticoids gener-ated by prolongued stress may not only reduce the hypocampal vol-ume, but also affect the modulation of genetic expression, immunity,reproduction and bone construction. The most recent imagenologytechnics have shown disorders in this neuroanatomic structure in pa-tients having experienced traumatic childhood life events or stressingexperiences in adulthood (as in battle).

    The cerebral response to stress is closely related to the immuno-logic system. Intercommunication between the nervous and immu-nologic systems is carried out not only by neurotransmitters gener-ated in the brain, and hormones produced by the endocrine system,but also by the cells regulating the immune response, such as citocines,whose action on the brain and on behavior is being actually investi-gated.

    Key words: Emotion, stress, citocines, mind, mental health.

    RESUMEN

    Las alteraciones psiquitricas slo pueden entenderse a partir de unagnesis multifactorial. En la depresin intervienen factores biolgicos(neurotransmisores cerebrales) y factores psicosociales. Nuestras vi-

    vencias infantiles interactan con nuestro patrimonio gentico. Lasalud mental es un fenotipo complejo influenciado por ambos tiposde factores.

    Una lnea importante de investigacin es la relacionada con nues-tra vida emocional. A los enfoques psicodinmicos se han agregadoactualmente los enfoques neurobiolgicos. Estos han estudiado lasmodificaciones bioqumicas causadas por el estrs. El hipocampo esuna estructura primordial para los procesos de aprendizaje y dememoria que puede ser afectada por la emocin y el estrs. En esesitio hay una gran concentracin de receptores a los glucocorticoides(las hormonas del estrs) , por lo que se le considera una piezaclave para integrar la respuesta cognitiva, neuro-hormonal yneuroqumica a la emocin y el estrs. Esta disfuncin hipocmpicase traduce al mismo tiempo por una serie de alteraciones de lamemoria. Los glucocorticoides generados por el estrs prolongadono slo pueden reducir el volumen hipocampal sino que tambinafectan la modulacin de la expresin gentica, la inmunidad, lareproduccin y la formacin sea. Las modernas tcnicas de laimagenologa han descrito alteraciones en esta estructura neuro-anatmica en pacientes con experiencias traumticas infantiles osometidos a experiencias estresantes en la edad adulta (por ejemplo,en combate).

    La respuesta cerebral al estrs se relaciona ntimamente con el siste-ma inmunolgico. La intercomunicacin entre los sistemas nervioso einmunolgico se realiza no slo por los neurotransmisores generadosen el cerebro y las hormonas producidas por el sistema endcrino,sino tambin por clulas que regulan la respuesta inmune, como lascitocinas, cuya accin sobre el cerebro y la conducta es un tema deinvestigacin actual.

    Palabras clave: Emocin, estrs, citocinas, mente, salud mental.

    Mientras que Freud (9) descubra el enorme poderode la fuerza mental y la diriga hacia el anlisis psico-dinmico de las neurosis, Kraepelin (16) concentra-ba sus esfuerzos en encontrar una posible alteracinmetablica que fuera la causa de la demencia preacox

    MENTE-CEREBRO: SUS SEALES Y SU REPERCUSIN EN ELSISTEMA INMUNOLGICO

    Gerardo Heinze*

    * Instituto Nacional de Psiquiatra Ramn de la Fuente. Calzada Mxico Xochimilco 101. Col. San Lorenzo Huipulco. Tlalpan 14370, Mxico D.F.Tels. (52) 5655 0185, Fax: (52) 5655 0411.

    TRABAJOS DE INVESTIGACIN

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    (esquizofrenia) y de la psicosis manaco-depresiva, ci-frando todas sus esperanzas en la posibilidad de quese desarrollaran en el futuro nuevos remedios qumicoscon los que se pudieran tratar las alteraciones bioqu-micas responsables de las enfermedades mentalesmayores.

    Ambas corrientes han enriquecido la comprensin,as como el abordaje teraputico, del enfermo mental.La gnesis multifactorial contina siendo el origen msviable para explicar la causalidad de las alteracionesdel dualismo patolgico mente-cerebro.

    Desde que se hizo la primera recopilacin histricase identificaron y se describieron los trastornos depre-sivos. La alta prevalencia de trastornos depresivos enla poblacin general, y las alteraciones que provoca enla funcionalidad y en la calidad de vida, hacen necesarioconocer cada vez mejor las caractersticas clnicas y lasvariables biolgicas y sociales que nos permitan obtenerla mejor clasificacin y tratamiento.

    Las causas de la depresin son mltiples y muy com-plejas. Por una parte, estn los factores intrnsecos obiolgicos en los que intervienen los neurotransmisoresy los procesos neuroqumicos cerebrales y, por la otra,los de tipo psicosocial.

    Todos los das nos enteramos de nuevos genes alos que se les atribuyen las enfermedades mentales,y de nuevos tratamientos para curarlas, y recibimosdiferentes explicaciones sobre el funcionamiento dela mente y del organismo, por lo que la comunidadcientfica tiene que enfrentarse al reto de integrartoda esta informacin.

    Todava no sabemos si somos la suma de nuestrasvivencias infantiles o si nuestras emociones y nues-tros estados afectivos son resultado de nuestrospensamientos o de las acciones bioqumicas de nues-tro cerebro.

    En un artculo reciente, Kendler y colaboradores(13) plantearon una pregunta interesante: Cmocontribuyen los genes y el ambiente en la saludmental de las mujeres?. De acuerdo con la mayorade los estudios genticos en psiquiatra, observamosque la etiologa de la mayora de los trastornos psi-quitricos es muy compleja y requiere la interaccinde varios genes con los factores de riesgo ambienta-les. Este autor estudi 794 gemelos femeninos enseis dimensiones de la salud mental:

    Percepcin de la salud fsica Relaciones interpersonales no conflictivas Sntomas depresivos-ansiosos Uso de sustancias adictivas Autoestima Soporte social

    En sus resultados observaron un efecto gentico en

    cada una de estas dimensiones: la heredabilidad varidel 16 al 49%. El ambiente familiar fue una influenciaimportante en la relacin interpersonal, el abuso desustancias y el soporte social. Los autores concluyenque la salud mental es un fenotipo complejo que esinfluenciado por factores genticos y ambientales (30).Mientras que los factores genticos parecen tener menorimportancia etiolgica en todas las dimensiones de lasalud mental, el ambiente familiar es una influencia im-portante. Eventualmente los estudios genticosmoleculares podrn descubrir variables biolgicas quepermiten al individuo permanece mentalmente sanodentro de la adversidad ambiental. Si se descubren estasvariables posiblemente podremos prevenir el riesgode padecer de una enfermedad mental.

    LA EMOCIN O EL ESTRS DAAN AL CEREBRO?

    Esta pregunta nuevamente nos remonta a finales delSiglo XIX, cuando Freud (10) public el caso de AnnaO. quien haba sido vctima de una experiencia se-xual traumtica durante su infancia, que le afect algrado de dejarle sntomas histrinicos. Freud pen-saba, ya en aquellos tiempos, que las vivencias desa-gradables son el origen etiopatolgico de los tras-tornos mentales y emocionales, pero lo atribua amecanismos inconscientes, a un desequilibrio de lasfuerzas psicolgicas, en las que el ambiente tieneun pobre impacto.

    Ni los psicoanalistas ni los psiquiatras biolgicosle daban importancia al papel que desempea elmedio ambiente en el desarrollo de las enfermeda-des mentales (6).

    La emocin es una experiencia tan subjetiva quelos cientficos han tratado de estudiar el papel quedesempea el cerebro, pero se han concentrado enla medicin de algunos procesos mentales tales cmola percepcin y la memoria. Mientras que losneurocientficos han empezado a examinar cmonuestro cerebro le da forma a nuestras experienciasy a nuestros recuerdos para generar el amplio y va-riado repertorio de las emociones humanas (19).

    Las emociones determinan lo que somos, y desta-can lo que deseamos y lo que no deseamos ser (19).

    Una de las reas cerebrales ms importantes quepuede ser afectada por la emocin y el estrs es elhipocampo. Este desempea un papel primordialen el aprendizaje y en la memoria. Las alteracionesde la memoria forman parte del cuadro clnico de lapsicopatologa relacionada con las alteraciones delos procesos estresantes (1). Cuando exponemos alos animales de experimentacin (roedores) a deter-minados eventos estresantes, se precipitan conduc-

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    tas semejantes a la depresin en seres humanos. Lasprincipales caractersticas observadas en los animalesson: inhibicin de la actividad motora, cambios en laconducta alimentaria, alteraciones en el sueo,disminucin de la conducta competitiva y disminu-cin de la respuesta cerebral a la estimulacin (25,35,36).

    Con el modelo animal denominado depresin in-ducida por estrs, se obtuvo una disminucin en laconcentracin de norepinefrina en el locus coeruleus yen el l quido cefaloraqudeo, adems de unaconducta depresiva (37). Estos cambios bioqumicosen el sistema noradrnergico sugieren un papelprimordial del hipotlamo en la etiologa de laconducta depresiva (38).

    Los pacientes con trastorno de estrs post-trau-mtico (TEPT) presentan una gran variedad dealteraciones de la memoria, incluyendo a la llama-da memoria de declaracin (8).

    El hipocampo tiene una gran concentracin dereceptores de glucocorticoides, que son las llamadashormonas del estrs (5); y tambin tiene recepto-res de mineralocorticoides que contienen una enzi-ma que metaboliza el cortisol (23). El hipocampomodula la liberacin de glucocorticoides por me-dio de su efecto inhibitorio sobre el eje talmo-hipfisis-adrenal (6).

    Estos hallazgos sealan que el hipocampo es unapieza clave para integrar la respuesta cognitiva,neuro-hormonal y neuroqumica a la emocin y alestrs (7).

    Actualmente la lnea de investigacin ms prome-tedora seala que la disfuncin hipotalmica es labase anatmica y fisiolgica responsable de la alte-racin de la memoria: la fragmentacin y el recuer-do retardado de acontecimientos traumticos duran-te la infancia. El hipocampo tambin desempeaun papel importante en otros sntomas del trastor-no de estrs post-traumtico. Los altos niveles deglucocorticoides que se presentan durante los pe-riodos de estrs prolongado, daan el hipocampo,lo que se manifiesta por la disminucin de las divi-siones dendrticas, la alteracin de la estructurasinptica terminal y la inhibicin de la regenera-cin neuronal (40). El efecto de los glucocorticoidessobre la fisiologa del organismo que est expuestoal estrs es algo ms complejo que la simple muertecelular en el hipocampo. Los glucocorticoides tie-nen una gran variedad de efectos; adems de afectarla fisiologa cerebral, modulan la expresin gentica,la inmunidad, la reproduccin y la formacin dehueso. Estos efectos pueden proteger al organismodurante ciertas situaciones de estrs, pero en otras,el efecto de los glucocorticoides puede daarlo (39).

    Algunos estudios con resonancia magntica para medirel volumen hipocampal en pacientes con historia deestrs severo durante la infancia o en sujetos que hanestado en combate y que han desarrollado el TEPT,muestran la reduccin del volumen hipocampal, sobretodo del lado izquierdo cuando se les compara con losgrupos de controles sanos (32).

    La conclusin es que los estudios mencionados mues-tran una atrofia del hipocampo que parece ser especficapara diagnosticar el TEPT (12).

    En los pacientes que tuvieron una experiencia trau-mtica en la infancia, se redujo ms el volumenhipocampal izquierdo, mientras que en los pacien-tes de edad avanzada con TEPT, se observ atrofiahipocampal bilateral o del lado derecho. La explica-cin de estos diferentes hallazgos es que el hipocam-po contina desarrollndose despus del nacimien-to, o que el volumen hipocampal con una memoriahipofuncional desde el nacimiento, puede ser unfactor de riesgo para desarrollar el TEPT.

    Desde hace aos se cree que la exposicin a unestrs duradero se relaciona con el inicio de un epi-sodio depresivo (29). En las depresiones tambin seha encontrado que se elevan los niveles de cortisoly se presentan trastornos cognoscitivos propios dela disfuncin hipocampal (6,11). De la pregunta ini-cial, sobre si el estrs puede daar el cerebro, surgeuna segunda pregunta: Qu podemos hacer paraprevenirlo o evitarlo? La respuesta todava no la te-nemos.

    Hasta ahora los investigadores han preferido estu-diar los procesos mentales ms fcilmente mediblescomo la percepcin y la memoria.

    Los seres humanos se relacionan o comunican anivel emocional. Reaccionamos en forma similar aciertos estmulos.

    El entendimiento de las emociones es una de lasprincipales metas de la ciencia actual que est relacio-nado con la comprensin del funcionamiento entrelo mental y lo cerebral.

    La pregunta crucial es si el estrs continuo y lasexperiencias tempranas adversas pueden enfermar-nos fsica y mentalmente.

    Muchos cientficos suelen decir que la mente esaquello que el cerebro hace.

    La creencia de que la mente desempea un papelimportante en la enfermedad fsica se remonta a laspocas ms remotas de la medicina. Tambin lospacientes aceptan que la actitud mental puede afec-tar el curso de su enfermedad.

    Durante el siglo XX, nadie se imaginaba que pu-diera haber interrelacin entre las enfermedadesinfecciosas y las inflamatorias, pero hoy, con las nue-vas herramientas moleculares y farmacolgicas, sa-

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    bemos que el sistema inmunolgico y el cerebro seintercomunican, mediante una red de seales a travsdel sistema endocrino (18).

    Parece ser que esta red de intercomunicacin es rpiday constante. Las sustancias qumicas producidas porlas clulas inmunes envan seales al cerebro, el cual asu vez, enva seales para actuar sobre el sistema inmu-ne; es decir que estas sustancias qumicas influyen sobreel comportamiento y la conducta de las personas(22,34). Cualquier interrupcin o anormalidad en estared de intercomunicacin (por los frmacos, lassustancias txicas, el estrs, etc.) altera la homeostasisentre estos sistemas y aparecen procesos infecciosos,inflamatorios y autoinmunes, trastornos afectivos,sndrome de fatiga crnica (20) y otros.

    Sabemos que la respuesta cerebral al estrs se activabajo situaciones amenazantes: el sistema inmunolgicoresponde automticamente a los patgenos y a lasmolculas extraas. El ser humano tiene toda una ma-quinaria celular para mantener el equilibrio o el estadoestable del organismo (2,15).

    Actualmente la investigacin est dirigida a descu-brir la manera en la que los estmulos adversosamenazan la estabilidad molecular, celular y con-ductual, as como los esfuerzos del organismo pararestablecer la homeostasis. Este puede responder conciertos sntomas de enfermedades inmunolgicas omentales, que sugieren la interdependencia que hayentre el cerebro y el sistema inmunolgico: la con-trarregulacin entre un sistema y otro, que al pre-sentarse una desregulacin propician las enferme-dades (33).

    A primera vista, el sistema nervioso central y elsistema inmune estn organizados en forma diferen-te. Generalmente se considera al cerebro como elcentro de mando que recibe y enva seales elctri-cas bajo ciertos patrones semejantes a una red telef-nica. En contraste, el sistema inmune est descen-tralizado, y los diferentes rganos que lo componen(bazo, mdula sea, timo y ganglios linfticos) estndiseminados por todo el organismo. Este sistemainmune interviene va torrente sanguneo para pro-teger al organismo de los patgenos que puedenproducir diferentes enfermedades.

    Sin embargo, el sistema nervioso central y el siste-ma inmune son ms similares que diferentes, sobretodo en su manera de recibir, reconocer e integrarlas seales del ambiente exterior. Ambos sistemastienen elementos sensoriales que reciben informa-cin del exterior y de otras partes del organismo, ascomo elementos motores que producen la respuestaapropiada (33).

    Sabemos que el cerebro tiene capacidad para crearnuevas memorias y para adaptarse a ciertos fenme-

    nos adversos, como la enfermedad. Esta plasticidades la que le permite crear nuevas conexiones y perderotras.

    El equilibrio bioqumico del cerebro nos predispo-ne a reaccionar en formas variables a los diversosacontecimientos externos, de acuerdo con la estructu-ra biolgica disponible (33).

    La etiologa de los trastornos depresivos es tam-bin de tipo multifactorial. Sus manifestaciones clni-cas pueden deberse a alguna enfermedad fsica, a ladesregulacin del sistema neuroendocrino, o pue-den ser el resultado de un mecanismo de defensaante un trauma que ha inducido cambios psicobio-lgicos.

    Los que nos hemos dedicado al estudio de losepisodios depresivos nos preguntamos si la depre-sin es un estado de adaptacin ante algunadesregulacin fsica o una enfermedad no relacio-nada con ninguna funcin determinada.

    Tanto los mdicos como los pacientes saben o intu-yen que la salud emocional est estrechamente rela-cionada con la salud fsica y viceversa, y que unaadecuada relacin mdico-paciente puede influir enel buen resultado de un tratamiento.

    La interrelacin mente-cuerpo todava no se ex-plica cientficamente. Sabemos que el cerebro y elsistema inmune tienen una intercomunicacin vi-tal que tambin incluye al sistema neuroendcrino,aunque el sistema inmune contina siendo un mis-terio (17).

    La comunicacin entre estas tres vas es a nivel demolculas qumicas. Intervienen tambin los neuro-transmisores producidos por el cerebro, las hormo-nas producidas por el sistema endcrino y unas sus-tancias qumicas llamadas citocinas, producidas porel sistema inmune.

    Las citocinas son un grupo de protenas, tambinllamadas hormonas del sistema inmune, que sonsecretadas por varias clulas que actan como sea-les entre unas y otras clulas para regular la respues-ta inmune a una lesin o a una infeccin (17).

    Algunas de las citocinas pueden estar relaciona-das con los trastornos psiquitricos, ya que sonsecretadas por las clulas cerebrales (astrocitos y

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    microglia), y ya contamos con evidencias de que hayreceptores cerebrales de citocinas (17).

    En la regulacin de las citocinas influyen los factoresgenticos y ambientales o estresantes. Su interaccinfisiolgica mantiene la homeostasis para conservar lasalud fsica y, probablemente, la mental, pues suinteraccin patolgica puede desencadenar una varie-dad de enfermedades: alergias, infecciones y, tal vez,trastornos mentales.

    Las citocinas se han relacionado con varias activi-dades cerebrales incluyendo las actividades inmuno-lgicas, neuroqumicas, neuroendcrinas y conduc-tuales.

    Sus efectos neuroqumicos son, entre otros, el in-cremento de los metabolitos de la serotonina y nore-pinefrina. Sus efectos conductuales son especfica-mente adaptativos y pueden interpretarse como unmecanismo para mantener la homeostasis: aumen-tar el sueo, la somnolencia, la fatiga, disminuir elapetito y el deseo sexual.

    Actualmente los cientficos suponen que cuandoeste sistema molecular sufre cierto desequilibrio,puede llegar a inducir una enfermedad inflamatoria,como la artritis reumatoide, o un trastorno mental,como la depresin.

    Dentro del rea del cerebro subcortical, se exami-n exhaustivamente la relacin mente-cuerpo, esdecir la parte del piloto del cerebro que controla laconciencia y las respuestas autonmicas, especial-mente aquellas que perciben la amenaza.

    El fisilogo Hans Selye tom esta idea para pro-poner que la respuesta corporal a algunos estmu-los externos o factores estresantes pueden causarciertas enfermedades (31).

    Por ejemplo, las clulas del hipotlamo de la ratase activan bajo ciertas condiciones de estrs, y pro-ducen diferentes molculas, incluyendo la hormo-na del estrs, que es la hormona liberadora de lacorticotrofina (HLC).

    Esta es la hormona ms importante entre el SNCy el sistema inmune y es producida por las neuronasdel hipotlamo y de otras regiones cerebrales, y unelas respuestas inmunolgicas y las emocionales(3,28).

    Los neurotransmisores no slo se encargan detransmitir seales entre las neuronas; las hormonasno se limitan al sistema endocrino, ni las sustanciasqumicas al sistema inmunolgico, sino que todasse interconectan con el cerebro. Muchas de estasinteracciones se llevan a cabo a travs del eje hipo-tlamo-hipfisis-adrenal en respuesta a estmulosestresantes externos.

    Se ha descubierto que los leucocitos producen pe-queas protenas llamadas citocinas, que tienen la

    funcin de coordinar las respuestas de otras partes delsistema inmune a los patgenos para combatir lasreacciones alrgicas, las infecciones y para destruir alos virus (17).

    Las citocinas como las interleucinas 1 y 2, funcionancomo seales entre las clulas inmunes y otros tipos declulas y rganos incluyendo algunas partes del cere-bro. Atraviesan la barrera hematoenceflica durante elproceso inflamatorio, y el cerebro responde con fiebrea travs del hipotlamo, posiblemente para combatiro destruir a los invasores bacterianos o virales (26).

    Las interleucinas pueden ser txicas para las neuro-nas sobre todo en altas concentraciones durante lasinfecciones prolongadas, como en el SIDA. Se creeque estas molculas tambin pueden intervenir en elmecanismo de muerte neuronal en los procesosdemenciales, como en la Enfermedad de Alzheimer,precedidos por procesos inflamatorios.

    El mensajero qumico que media el estrs con larespuesta inmune es la hormona liberadora de cor-ticotrofina (HCL), secretada por el hipotlamo. Estoes el principio de una cascada de eventos bioqumicosdel cerebro, en respuesta a un suceso estresante. Unode los principales productos de esta cascada es elcortisol, que tiene importantes implicaciones en losestados depresivos (4,21).

    El cortisol tambin es un potente anti-inflamato-rio e inmunoregulador que inhibe la produccin deinterleucina 1. El cortisol evita que el sistema inmu-nolgico reaccione excesivamente ante algn even-to adverso y dae clulas y tejidos sanos. Una vezpuesto en la circulacin, el cortisol inhibe la secre-cin de la HCL por el hipotlamo mediante el me-canismo de retroalimentacin. La sobreproduc-cin o la subproduccin de cortisol puede traer con-secuencias desastrosas, es decir, puede causar lahiperactividad o la hipoactividad del sistema inmune,respectivamente (27).

    Las neuronas hipotalmicas que producen HLCtambin llegan a otras estructuras cerebrales, comoel locus coeruleus y la amgdala, que controlan lasconductas relacionadas con el miedo. De esta for-ma, la HLC y el cortisol vinculan la respuesta in-mune del organismo y la regulacin cerebral de larespuesta al estrs.

    Muchos de los padecimientos de los seres huma-nos se deben a la disfuncin del eje hipotlamo-hip-fisis-adrenal y a los bajos niveles de HLC, que dan porresultado un sistema inmune hiperactivo. Los bajosniveles de HLC se traducen clnicamente en fatiga,letargo, aumento del sueo y dolor seo, que son sn-tomas tpicos de algunas enfermedades crnicas, comola fibromialgia, la artritis reumatoide y el sndrome defatiga crnica, as como de trastornos afectivos y

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    sobretodo de estados depresivos atpicos, que secaracterizan por mucha fatiga y aumento del sueo ydel apetito.

    Lo opuesto, es decir, aumento de produccin de laHLC, frecuentemente se relaciona con melancola ycon la forma clsica de un estado depresivo mayor.En los estados depresivos hay un incremento de lasinterleucinas 1 y 2. Este aumento de las citocinasproinflamatorias en los deprimidos, se correlaciona conla severidad de los sntomas y la hiperactividad del ejehipotlamo-hipfisis-adrenal.

    Ahora se puede decir que hay una relacin entrela depresin y las enfermedades inflamatorias, y quealgunos de los sntomas los comparten ambas.

    Se ha observado que ciertos frmacos psicoactivosmejoran las enfermedades inflamatorias y que cier-tos frmacos con accin sobre el sistema inmuneson tiles para tratar los trastornos psiquitricos.

    Por todo lo anterior creemos comprender mejorla interaccin entre los factores estresantes, comoposibles factores etiopatognico de algunos trastor-nos psiquitricos. Cada ser humano tiene su propionivel de respuesta al estrs, que est, probablemen-te, predeterminado genticamente. La combinacinde los genes con las experiencias tempranas puederegular la respuesta individual al estrs.

    Como las citocinas se relacionan con los neuro-transmisores cerebrales y pueden ser influenciadaspor diversos factores ambientales adversos , se hapostulado que estas hormonas inmunolgicas pue-den desempear un papel determinante en los tras-tornos psiquitricos. Actualmente ya contamos conalgunas investigaciones que demuestran alteracio-nes inmunolgicas en la esquizofrenia, en la enfer-medad de Alzheimer y en otras ms (14).

    En diversos estudios sobre la esquizofrenia se haencontrado una disminucin en la produccin delas interleucinas tipo 2, especialmente en los casosen los que la enfermedad se inicia a temprana edady cuando predominan los sntomas negativos (24).Otros hallazgos han sido menos consistentes y anqueda por determinarse si ciertos tipos de esquizo-frenia se relacionan estrechamente con algn factorviral o del neurodesarrollo.

    En la Enfermedad de Alzheimer se ha postuladoque los mecanismos inflamatorios e inmunes sonfactores etiolgicos, pues en estos casos de demen-cia, la protena -antiquimiotripsina se encuentraelevada tanto en plasma como en el lquido cefalo-rraqudeo, lo cual contribuye a los depsitos amiloi-des de la placa senil.

    Tambin el aumento de las interleucinas 1 y 6,que incrementan la sntesis de las protenas amiloidesprecursoras, puede ser uno de los factores causantes

    de esta enfermedad tan incapacitante (17).En las diferentes fases de la Enfermedad de Alzhei-

    mer se presenta la desregulacin de algunas citocinaspero todava no conocemos si es una reaccin o lacausa principal de la destruccin celular cerebral.

    Las citocinas parecen actuar como neuromodula-dores dentro del cerebro. Nuestro conocimiento actualnos lleva a especular sobre una posible relacin entrelas citocinas y la psicopatologa. Debe enfatizarse quenuestro conocimiento sobre el papel de las citocinasen el Sistema Nervioso Central an se encuentra enetapas muy tempranas. La mayora de la informacinproviene de estudios en animales de experimentaciny pocos en seres humanos.

    Necesitamos mayor informacin de estudios en hu-manos para conocer el papel de las citocinas en la pato-fisiologa de trastornos psiquitricos especficos. Estalnea de investigacin nos llevar a un nuevo abordajepara entender y tratar las enfermedades psiquitricas.

    Las aportaciones de la psiquiatra y las neurocienciassobre el concepto mente-cerebro nos llevan hacia unmodelo ms integral para el futuro mdico que estu-diar psiquiatra. La parte psicosocial ambiental yfamiliar de la conducta del individuo tiene indudable-mente una repercusin sobre su biologa y en la mani-festacin de ciertos sntomas que son tpicos para tal ocual enfermedad mental.

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