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1 Memoria digital del I y II Coloquio sobre cosmovisión indígena Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Facultad de Filosofía y Letras Colegio de Antropología Social Puebla, Pue. Julio del 2011

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Memoria digital del I y II

Coloquio sobre cosmovisión indígena

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Filosofía y Letras

Colegio de Antropología Social

Puebla, Pue.

Julio del 2011

2

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Dr. Enrique Agüera Ibáñez

Rector

Dr. José Ramón Eguibar Cuenca

Secretario General

Dr. Pedro Hugo Hernández Tejeda

Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado

Facultad de Filosofía y Letras

Dr. Alejandro Palma Castro

Director

Dr. Osbaldo Germán Quiroz

Secretario Académico

Dr. Felipe Adrián Ríos Baeza

Secretario de Investigación y Estudios de Posgrado

Mtro. Fernando Morales Cruzado

Secretario Administrativo

Mtro. José Carlos Blázquez Espinosa

Coordinador de Publicaciones

Dra. Rosalba Ramírez Rodríguez

Coordinadora del Colegio de Antropología Social

Dra. Alejandra Gámez Espinosa

Organizadora Responsable

Lic. Mayra Angélica Correa de la Garza

Formación y Diseño

La Memoria digital del I y II Coloquio sobre cosmovisión indígena, en CD Rom, se hizo en

la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en el

mes de agosto del 2011. La edición consta de 500 ejemplares.

Primera edición, 2011.

D.R. © Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

4 Sur 104, Centro Histórico

© Facultad de Filosofía y Letras

Juan de Palafox y Mendoza 229,

Centro Histórico, Puebla, Pue., México

C. P. 72000, tel. (222) 2295500 ext. 5425

correo-e: [email protected]

Hecho en México

Made in Mexico

ISBN: 978-607-487-329-0

3

Presentación 7

I Coloquio sobre cosmovisión indígena

(12 al 14 de Marzo de 2008)

Índice

Concepciones sobre el cuerpo humano

Corpomorfosis e identificación. Aproximación a las formas posibles en la Huasteca

Meridional

Mauricio González González 9

El cuerpo humano como expresión–ritual en la misa

Tayde Rivera Alvarado 21

Cosmovisión y mito

El embarazo de Coatlicue que se realiza en la ciudad de Puebla y el Distrito Federal.

(―narrado por la otra Coyolxauhqui: en forma de cabeza‖)

Ángel Raúl López Navarro 30

Concepciones sobre muerte, tiempo y espacio

Para que se lo lleven los muertitos…

Eva M. Martínez Juárez y Montserrat Rodríguez Figueredo 39

―El alimento para los muertos en una comunidad totonaca actual‖. Algunos aspectos de su

cosmovisión

Silvia Murillo Rodríguez y Gastón Macín Pérez 47

Los ritos funerarios en Huaquechula, Puebla. Las representaciones sociales en una

comunidad sobremoderna

Jaime Enrique Carreón Flores 64

Cosmovisión e identidad

El campo semántico del endoetnónimo otomí oriental: nyũhũ o yuhú

Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez 80

4

Cosmovisión e identidad étnica. El caso de la localidad de Achán y Pómaro

David Figueroa Serrano 103

Identidad territorial e historia local: un reflejo de la cosmovisión indígena actual

Víctor Manuel García Torres 122

Cosmovisión y cultura

Una aproximación al carnaval de Pantepec

Sergio Hernández 140

Organizaciones comunales: fiscalía de san Bernardino Contla, Tlaxcala

Berenice Hernández Pérez 155

El desastre de 1999 en la región del Totonacapan

Gabriela Vera Cortés 164

―Dure duè‖, nuestro Señor el Gran Árbol. Cosmovisión en torno a la Santa Cruz entre los

popolocas de Puebla

Alejandra Gámez Espinosa 178

Lugares de culto en el valle de Maltrata, Veracruz: épocas prehispánica y actual

Yamile Lira López y Sandra Alarcón 188

5

II Coloquio sobre cosmovisión indígena

(24 al 26 de Junio de 2009)

Índice

Cosmovisión y ritual: Diferentes acercamientos a contextos Indígenas

El papel de los santos en la ritualidad nahua del sur de la Huasteca

Héctor Manuel Mar Olivares 211

El ritual del El Volador en la escultura en barro del estilo Ixtlan del Río, ¿un antecedente

actual del ritual de los voladores?

Ariadna Lizeth Barreto Saucedo 231

El significado e interpretación de los elementos y figuras de las ceras en las diferentes

festividades religiosas en las comunidades de Putaxcat y Xonalpu, Huehuetla.

Alicia García Márquez y Guadalupe Luna Juárez 244

Espejo del monte. Kuanegros de Xochiatipan y Gatos de Pantepec en el complejo

carnavalesco.

Mauricio González González 259

Concepciones sobre el cuerpo humano, género, tiempo y espacio

Significado de la vestimenta de la danza de los voladores del municipio de Huehuetla,

2008-2010

María Pérez Méndez 278

Importancia de la vestimenta tradicional en Xiloxochit, Jonotla, Puebla.

Josefina Huaxin Pochot 291

Participación de los jóvenes en la danza de los negritos en la comunidad de Tetelilla de

Miguel Islas, Tuzamapan, Puebla.

María del Carmen Juárez Castañeda 302

Una vida para vivirla en pareja: Diadas intersexuales entre los totonacas de Huehuetla

como estrategia de maximización socio-ecológica.

Ramón Patiño Espino 313

Los atajadores del tiempo, en los Llanos de Tepexí de Rodríguez, Puebla.

Norma Barranco Torres 337

6

Cosmovisión e Identidad Identidad y simbolismo del jaguar en Zitlala, Guerrero. Una práctica ritual prehispánica.

José Ramón Espinosa Julián 355

Cosmovisión y medicina en la Nueva España: El caso de la india Polonya.

Nidia Andrea Olvera Hernández 366

Visión del mundo: acceso a una realidad natural y social a través del simbolismo de la

cámara circular en el sitio arqueológico de Cuicuilco.

Adriana Medina Vidal 385

Cosmovisión y naturaleza

Cosmovisión Ñu Saví o pueblo de la lluvia y la naturaleza: El caso de la comunidad de San

Isidro Labrador, Guerrero.

Simitrio Guerrero Comonofort 405

El tigre en la cosmovisión de los indígenas de la región de la montaña de Guerrero .

Miguel Reyes Pérez 427

El Juyya ánia y las danzas de pascola y venado en la región Yoreme.

Pablo Sánchez Pichardo 438

La tradición Mesoamericana de los ―aires‖ en los pueblos nahuas actuales.

Jonathan Rosas, Ma. del Carmen Macuil,

Abraham Monzón y Carlos Viesca 451

Cosmovisión organización social y sus transformaciones

La mayordomía del 12 de octubre en una comunidad totonaca de Huehuetla, Puebla.

Carmen García García 462

Nosotros nos organizamos pà celebrar a San Andrés y él contribuye a nuestra cohesión

social.

Dulce Gabriela García Zaragoza 473

La cosmovisión totonaca en el ambiente escolar como eje de transformación comunitaria.

Ariadna Patricia Becerril Escamilla 488

Creencias y sus transformaciones en los protestantes tseltales de Oxchuc, Chiapas.

Ariel Corpus 501

7

Presentación

Como parte del reconocimiento de la pluralidad cultural en nuestro país, y particularmente

en el estado de Puebla, surge el interés por crear espacios de análisis y reflexión académica

que reúnan las diferentes miradas que desde las ciencias sociales se tienen sobre la cultura

indígena y en particular sobre una de sus más significativas manifestaciones, como es el

caso de la cosmovisión, su estudio ha sido un campo central para el conocimiento de las

expresiones socioculturales de los pueblos indios, por ello surge el interés de crear foros de

interacción e intercambio de ideas, en las que figure la reflexión y posibilidades de acción

en torno a la situación actual de las sociedades indígenas. Creemos que este encuentro

servirá como una plataforma para realizar intercambios de experiencias y pueda fungir

también como un posible escenario de vinculación permanente, entre los distintos

especialistas que realizan investigación sobre el complejo tema de la cosmovisión.

8

I Coloquio sobre cosmovisión indígena

9

Corpomorfosis e identificación. Aproximación a las formas

imposibles en la Huasteca meridional

Mauricio González González

Introducción

La diferencia cultural actualmente se ha vuelto lugar común, espacio en el que lo

políticamente correcto descansa para dejar de hacer algo en torno a ella. No obstante, y a

pesar de los esfuerzos de numerosas prácticas que la exaltan como piedra de toque para la

convivencia humana, esa diferencia no se deja aprehender: imagen escurridiza que se

rehusa a reducirse en mero discurso, renuente a fungir como línea base de una

intelectualidad excluyente. La impresión que deja una mirada superficial sobre los

supuestos que subyacen a estos abordajes es la de que existen muchas elaboraciones

culturales sobre un mundo común, mundo del cual y por supuesto occidente sabe la verdad.

Si bien la constante universal entre los pueblos es una relación con el mundo, ésta se

encuentra mediada por registros o planos que hacen de dicha relación un componente

singular a cada pueblo, algo completamente inédito al saber referencial o enciclopédico

hegemónico, creando mundos que son puestos en práctica por quienes los habitan y

construyen día con día. La etnografía contemporánea ha puesto de manifiesto que la

diferencia cultural es algo más que una diferencia de prácticas o sistemas clasificatorios

sobre un existente común, haciendo emerger una diferencia radical sobre la concepción de

mundo, cuya complejidad no es posible captar sino sólo tangencialmente a través de la

inmersión en las formas de construcción de esos mundos, es decir, en los otros dispositivos

epistemológicos de los pueblos que les dan vida.1

En la Huasteca sur o meridional coinciden cuatro pueblos diferentes: otomí, nahua,

tepehua y totonaco, que si bien son francamente diferenciados entre sí, comparten rituales

que son soporte de elaboraciones que muestran en acto las categorías de buena parte de su

saber hacer y su elaboración intelectual. Así, el registro de dos complejos rituales resulta

imprescindible: el complejo carnavalesco por un lado, y el del costumbre por el otro,

1 Al respecto sugerimos revisar los trabajos de Eduardo Viveiros de Castro (1992, 1998 y 2004), así como el de Philippe

Descola (1989 y 2001).

10

dispositivos privilegiados para presenciar las formas de elaborar y validar las categorías de

sus andamiaje cotidianos, renunciando en el mismo movimiento a reinvocar el paradigma

aleph que Rodrigo Díaz nos ha advertido con sus archipiélagos (1998: 306), intentando más

que otra cosa afinar la mirada tan sólo a esos otros mecanismos de saber.

El primer complejo comprende las danzas de Carnaval y Todos Santos que se realizan

en la región, el segundo, el del costumbre, los rituales autóctonos fuertemente enraizados en

el calendario agrícola, cuyo despliegue circunda los templos tradicionales, integrando

elementos del catolicismo –como cruces, Cristos y Santos–, a la lógica jerárquica de

potencias o voluntades que habitan este y el mundo Otro, como la Tierra, el Agua, el Maíz,

el Fuego y la Muerte principalmente (Trejo et. al., 2006: 2). Dentro de la abundancia que

caracteriza a ambos complejos queremos distinguir un aspecto que da las herramientas

necesarias para vivir, crecer y morir en estos pueblos: la concepción de cuerpo y su posible

adquisición, cambio o renuncia.

Para ello intentaremos hacer un acercamiento a dos tiempos, sincopado, uno

etnográfico que enmarque y aporte elementos para discernir dicho proceso y, otro extraído

de la enseñanza psicoanalítica, como un dicho que da cuenta de procesos como la

identificación y la estructuración psíquica de los sujetos en occidente, con el fin de marcar

diferencias comparativas. En otras palabras, nos valdremos del psicoanálisis para alejarnos

de él, para mantenerlo en los límites que le dan su potencial terapéutico.

La corpomorfosis en la Huasteca meridional

El uso de neologismos es la forma que adopta la posibilidad de hacer una nueva lectura

(Pasternac y Pasternac, 2004 [2003]: 21). En la investigación del equipo Huasteca sur del

proyecto Etnografía de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio del INAH,

hemos definido con el significante corpomorfosis al proceso mediante el cual una voluntad

cambia de o adquiere un cuerpo (Trejo et. al.: 2007a: 6). Para poder dar lugar y sentido a

este concepto se requiere dar cuenta de cómo son concebidas las potencias en esta región,

que a su vez nos llevara a la concepción de cuerpo antes mencionada.

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Las potencias, llamadas también ―Señores, ―Patrones‖, ―Dueños‖, Toteeko, son las

fuerzas más poderosa del cosmos, habitan un mundo casi inaccesible para los seres

humanos pero complejamente imbricado en el de estos últimos. Asimismo, poseen campos

de acción y funciones que pueden distinguirlos a manera de deidades. Así, durante

difernetes rituales y oraciones podrá identificarse a Chikomexochitl, el espíritu nahua de las

semillas, a la Sirena y el Sireno, dueños y amos de las manifestaciones acuáticas tepehuas,

a Juan Aktzín, Trueno viejo de los totonacos, a Santa Rosa, mediadora de los mensajes

otomíes dirigidos al mundo Otro, junto a muchos, muchos más, algunos compartidos y

otros resignificados en cada pueblo. No obstante, y esto trasciende a todos, la forma en que

estas potencias habitan cotidianamente el territorio de cada pueblo es a manera de sombras,

tonalij en náhuatl, energías cuya fuerza sólo es imaginable al constatar que toda

manifestación de este mundo es tan sólo un medio por el cual ellos satisfacen sus

necesidades.

Una de sus cualidades es su volatilidad, lo que hace que las potencias se mantengan

en constante movimiento, sea de forma inmaterial como presentificaciones, es decir,

ausencias presentes en espacios de su competencia (cielo, agua, tierra, fuego, cerros, mundo

de los muertos) y, cuando es necesario, adoptar una forma que haga las veces de cuerpo

para satisfacer alguna necesidad en específico, aspecto que ha sido aprovechado por el

saber hacer de estos pueblos y, mediante los complejos rituales, ofrecer cuerpos para que

así se instaure un vínculo entre las potencias y los seres humanos, relación siempre en

tensión encaminada a garantizar las condiciones óptimas para la reproducción de la vida en

este mundo.

Es así como la corpomorfosis será el proceso por el cual estas potencias adoptarán o

cambiarán de cuerpo a través de dos formas principales, a saber, la encarnación y la

incorporación. Por encarnación entendemos el mecanismo mediante el cual un cuerpo

humano dota de energía vital a otros agentes. Los ejemplos paradigmáticos de este proceso

tienen lugar durante los rituales carnavalescos, es decir de Todos Santos y Carnaval, donde

los disfraces y máscaras, de ueues para el primero y mekos para el segundo, inundan las

danzas características de esta región. Por su parte, la incorporación es el mecanismo que el

complejo del costumbre ha privilegiado para arropar a todas aquellas potencias con las que

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se precisa interactuar. La manifestación más tangible de este proceso es la manufactura y

manipulación de fetiches antropomorfos que se ocupan en dichos rituales, sean recortes de

papel de nahuas, tepehuas y otomíes, o atados de corteza de hule de tepehuas y totonacos

(Trejo et. al., 2007a: 6).

Cuando en Carnaval vemos a pobladores vestidos de Diablo o Tlakatekolotl (Hombre

búho), si bien en su dimensión semiótica pueden ser tomados como una representación de

ese ser, la presencia de estos entes asociados con la brujería, el dinero y la etiología de la

enfermedad, al encarnarse en el cuerpo de los danzantes, opera como un componente

material, sujeto que actúa de forma eficiente y tangible en la vida comunitaria, irrumpiendo,

sin metáfora, las condiciones que posibilitan sostener las actividades necesarias para

producir en la milpa y mantener la vida en general. No obstante, este don ofrecido a los

seres contaminantes es el principio de tratamiento para toda patología: ―se le hace su fiesta

para que esté contento y se vaya‖. Todo tratamiento terapéutico busca atender y agasajar a

estos seres con el fin de que abandonen el cuerpo que han tomado y corrompen. Asimismo,

todo danzante que ha encarnado a estos seres tendrá que someterse a un tratamiento similar

para eliminar el peligro que esos ropajes-cuerpo conllevan, pues si no lo hicieren, la muerte

es vaticinada como consecuencia.

Por su parte, en la danza de los ueues (viejos) que nahuas, tepehuas y totonacos

realizan durante las festividades de muertos (Xantoloj o Todos Santos),2 los ―antiguos‖ o

―pasados‖ arriban a este mundo y en su recorrido refrendan su labor de mantenimiento de la

vida, tal como lo hicieron antaño, disfrutando del festín que cada altar en todas las casas

reserva para sus difuntos. Este periodo es el único momento del año donde los muertos que

habitan Miktla se compenetran en la vida comunitaria tal como las demás potencias lo

hacen de ordinario.

Ahora bien, como mencionamos, una de las características de esta región es la

elaboración de recortes de papel o de corteza de árbol antropomorfas, los cuales son

utilizados durante rituales de costumbre, sean estos comunitarios o familiares, haciendo una

franca diferenciación entre aquellos reservados para los seres patógenos y otros para los

2 Los otomíes son el único pueblo que no realiza este tipo de danzas, aunque también muchas comunidades nahuas han

perdido esta práctica.

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ortógenos, ambos peligrosos, los primeros por contaminantes y corrosivos, los segundos

por su gran fuerza, requiriendo la ejecución de un protocolo ritual muy elaborado guiado

por especialistas, tlamatikemej o curanderos, a quienes se les ha asignado el don de elaborar

el ropaje de las divinidades, comunicándoselos a través de sueños: cada potencia pide su

―ropa‖ y de esta forma puede invitársele a departir con la comunidad, generando un puente

mediante el cual pueden acercarse a las voluntades más indómitas del universo. Arroparse

en la Huasteca meridional no es un acto superficial.

Asimismo, los curanderos ocupan la incorporación como una herramienta más de su

saber hacer ritual, pues algunos pueden ocupar un gallo o la mera ropa de alguien para

hacerlos presentes, pues la imposibilidad de no asistir al ritual no cancela la de darles

tratamiento a través de un cuerpo temporal. Un caso radical de incorporación lo

proporcionó una curandera totonaca en Pantepec, Puebla, donde para agradecer el don,

ofreció su cuerpo a las divinidades para continuar su trabajo; un cerdo fue ataviado de

forma idéntica a la curandera, para más tarde ser sacrificado y devolver sus ropajes a la

especialista, quien pudo así culminar el costumbre (Trejo, et. al., 2007b: 5).

La ropa es cuerpo y el cuerpo un accesorio que ha de ser renovado, como nos lo

muestran los nahuas de Ixtaczoquico, en Xochiatipan, Hidalgo, donde en yankuik xiuitl

(año nuevo) a las doce de la noche se acostumbra el mopatla motlakayo (cambio de cuerpo)

donde los pobladores después de visitar la iglesia para despedir al ueuexiuitl (año viejo), se

van al arroyo y se dan un baño para hacer dicho cambio y, de esta manera, recibir

renovados al año tierno.

Una de las cualidades que hacen a un cuerpo sostener la fuerza vital es la sangre, que

o bien puede estar en el cuerpo donado a las potencias para que lo habiten, como en los

mekomej, o es ofrendada a través de su extracción a cerdos o aves, la cual es vertida en los

recortes de papel de todo costumbre, momento emotivo y de suma relevancia donde se hace

el acto de la ―firma‖, grafía vital que los curanderos hacen sobre los papeles a manera de

sello comunitario, replicando la sobriedad que todo documento oficial requiere. La sangre,

como en otras latitudes (Sierra Negra por ejemplo), tiene capacidades anímicas (cfr.

Romero, 2006: 114, 138).

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La identificación en psicoanálisis

¿Es la corpomorfosis una identificación? ¿qué potencial explicativo tendrán las categorías

psicoanalíticas para dar cuenta del fenómeno que hemos descrito? La identificación es un

proceso que Freud elaboró como ―la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva

con otra persona‖ (Freud, 2006c [1921]: 99). Su papel es sustantivo para situar la elección

de objeto durante el complejo de Edipo, donde la identificación con el padre se traduce en

lo que se quiere ser, mientras que en la elección de objeto es lo que se quiere tener: ―la

identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como

‘modelo‘‖ (Ibíd.: 100). Así, resulta característico en la formación neurótica de síntomas que

la identificación reemplace a la elección de objeto, en otras palabras, la elección de objeto

ha regresado a una identificación, tomando el yo sobre sí las propiedades del objeto.

Esta identificación es matizada, nunca total, su manifestación es parcial ya que tan

sólo toma un rasgo único de la persona objeto (Ibíd.: 101). ¿Será que la corpomorfosis es

una identificación del danzante con las potencias o, de los recortes con las potencias? A

mediados del siglo XX, el retorno de Jacques Lacan sobre la propuesta freudiana le brindó

material para distinguir cómo es formación del yo, pues para él está claro que esa instancia

no existe desde un comienzo (Lacan, 2006 [1953-4]: 178). Esto fue sustancial para

estructurar dos posiciones de la vida psíquica de los sujetos: la neurosis y la psicosis, lo

cual permitió ampliar el umbral de acción de la práctica psicoanalítica. Asimismo, la

estructuración del aparato psíquico en tres registros, a saber, simbólico, imaginario y real,

le permitió denotar y dar cuenta de las formas de relación que esas posiciones privilegian.

Así, pues, la relación con el registro real que la psicosis y la neurosis sostienen no se

confunde la una con la otra y, sin embargo, en lo imaginario se encontrará buena parte del

por qué de ello, pues ―en el desconocimiento, la negativa, la barrera que el neurótico opone

a la realidad comprobamos que recurre a la fantasía‖ (Ibíd.: 179). En 1954, durante el

seminario sobre Los escritos técnicos de Freud, encontramos un Lacan sumamente

condescendiente con su auditorio, haciendo énfasis una y otra vez sobre puntos nodales de

su enseñanza, definiendo a la relación imaginaria como:

[...] a la relación del sujeto con sus identificaciones formadoras, éste es el pleno sentido del término

imagen en análisis; segundo, a la relación del sujeto con lo real, cuya característica es la de ser

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ilusoria: es éste el aspecto de la función imaginaria destacado más frecuentemente. (Lacan, 2006

[1953-4]: 180)

La diferencia sustancial de la psicosis y la neurosis es que en la primera, en la relación con

lo real no se encuentra ninguna sustitución imaginaria, es decir, en la psicosis se asiste a lo

que para el neurótico es inimaginable.3 Ahora bien, una de las funciones principales de la

ilusión que produce el registro imaginario en la neurosis es la posibilidad de relacionarse

con algún otro. Siguiendo la Introducción del narcisismo Lacan señaló:

El otro tiene para el hombre un valor cautivador, dada la anticipación que representa la imagen

unitaria tal como ella es percibida en el espejo, o bien en la realidad toda del semejante. El otro, el

alter ego, se confunde en mayor o menor grado, según las etapas de la vida, con el Ich-Ideal.

(Lacan, 2006 [1953-4]: 193)

El segundo narcisismo es la identificación al otro, identificación que permite situar con

precisión la relación imaginaria y libidinal del sujeto con el mundo, le hace ver en lugar del

otro, estructurarse en función de ese lugar: ―el sujeto ve su ser en una reflexión en relación

al otro, es decir en relación al Ich-Ideal‖ (Ibíd.: 193). Los dos diferentes tipos de narcisismo

están diferenciados por el registro al que apelan, el primero fundado en una identificación

imaginaria, el segundo arraigado en el plano de lo simbólico. La imagen real se sitúa en

torno al mundo animal, puramente imaginario, más la imagen identificable en la neurosis y

en la perversión es la imagen virtual, ―una especie de fragmentación, de estallido, de

despedazamiento, de inadaptación, de inadecuación‖ (Ibíd.: 211). En esta imagen el sujeto

es reflejo del ojo mítico, del otro que somos, está allí donde ego, fuera de nosotros: ―el ser

humano sólo ve su forma realizada, total, el espejismo de sí mismo, fuera de sí mismo‖

(Ibíd.: 213).

El inconsciente está escrito en otra parte y es el vínculo simbólico lo que socialmente

nos define, lo que por intermedio de la ley nos constituye, es por medio del intercambio de

símbolos que nos es posible situar a nuestro yo del de otro, ese otro que a la vez nos

constituye. En el ser humano no puede establecerse ninguna regulación meramente

3 Por otra parte, Lacan afirmará que la estructura de lo psicótico en relación con el registro simbólico puede situarse en un

irreal simbólico o en un simbólico marcado de irreal (2006: 180).

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imaginaria que sea eficaz, como el amor,4 sino sólo a través de la intervención de la

dimensión simbólica: ―el intercambio simbólico es lo que vincula entre sí a los seres

humanos, o sea la palabra, y en tanto tal permite identificar al sujeto‖ (Ibíd.: 215). La

búsqueda por comprender y sostener la complejidad de los pueblos de la Huasteca requiere

de acercamientos que mantengan su alteridad, su palabra, que eviten a como el lugar la

reducción por violencia conceptual de su singularidad. La corpomorfosis, como pudimos

apreciar, apunta a la existencia de sujetos difíciles de aprehender por categorías que

occidente construyó bajo sus premisas culturales, afronta que al parecer no se puede –y a

veces ni se quiere– reconocer, resorte de una antropología postcolonial aún en construcción.

De una identificación no simbólica ni imaginaria

Si bien hemos intentado mantener la distancia entre las aportaciones hechas por prácticas

disímiles, al parecer es posible que el diálogo entre ellas pueda ser fructífero para hilvanar

algún encuentro. A lo largo de las líneas anteriores ha estado latente una pregunta acerca de

si es posible explicar la corpomorfosis como un tipo de identificación, por lo que ya no

podemos eludirla. Hemos afirmado que la identificación es un tipo de lazo afectivo que

puede darse por dos vías: una imaginaria, característica del yo ideal, y otra simbólica, la

constitutiva del ideal del yo. No obstante, y en esto somos categóricos, la corpomorfosis es

la adquisición o cambio de cuerpo, sin metáfora, total y no parcial, por lo que sí es una

identificación, lo es si y solo si pudiera ser real. Ahora bien, si esta identificación no

solamente participa de un protocolo socialmente compartido, sino que existen especialistas

como los curanderos que hablan de ello y dan cuenta de algunos de sus significados, y estos

a su vez son reconocidos colectivamente entre los pueblos que los producen y reproducen,

hablamos de que la corpomorfosis no es otra cosa que una identificación real no psicótica,

una identificación imposible para occidente.

Concediendo esta idea emerge otra pregunta ¿cómo es posible que esto sea así?,

¿cómo es posible que tanto tepehuas, como totonacos, nahuas y otomíes de la Huasteca

4 ―El amor es un fenómeno que ocurre a nivel de lo imaginario, y que provoca una verdadera subducción de lo simbólico,

algo así como una anulación, una perturbación de la función del ideal del yo.‖ (Lacan, 2006 [1953-4]: 215)

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franqueen esta barrera sin consecuencias desestructurantes? La respuesta está echada desde

un principio: la corpomorfosis es un evento que se construye y constata dentro del

dispositivo ritual, en su praxis, por lo que parte de los protocolos están hechos para poder

sostenerse en el límite de este puente que vincula directamente con lo real, sendero riesgoso

susceptible de bordear gracias a la mediación simbólica e imaginaria del propio ritual. Por

otro lado, y esto vale la pena resaltar, el mundo que se crea a través del saber hacer

huasteco es uno cuyos límites aún no son cognoscibles, nos aproximamos y en esa medida

podemos constatar la incompatibilidad entre lo que ha edificado occidente y una diversidad,

que más que cultural se antoja cada vez más ontológica.

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2006 ―La lógica que subyace al ritual. Una aproximación a la forma del costumbre en

la Huasteca‖, comunicado presentado en el XIV Encuentro de Investigadores de

la Huasteca: La Huasteca, sus pueblos y su cultura, CIESAS / Gobierno del Estado

de Veracruz / SEC Veracruz / H. Municipio de Papantla / Instituto Veracruzano de

Cultura / CONACULTA-Unidad Regional Norte de Veracruz, Papantla, 8 de

septiembre.

2007a ―Mudar de piel: corpomorfosis en la Huasteca meridional. Aproximación a sus

complejos cosmológicos‖, comunicado presentado en el 9° Encuentro Nacional

de Investigadores, proyecto Etnografía de las regiones indígenas de México en el

nuevo milenio, Taxco, CONACyT / CONACULTA-INAH, 21 de noviembre.

2007b ―El costumbre de jugarse la vida. Incorporar muertos y enmascarar vivos‖,

comunicado presentado en el 9° Encuentro Nacional de Investigadores, proyecto

20

Etnografía de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio, Taxco,

CONACyT / CONACULTA-INAH, 22 de noviembre.

VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo,

1992 From the enemy‟s point of view. Humanity and divinity in an Amazonian society,

translated by Catherine V. Howard, Anthropology, Comparative religion, Latin

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1998 ―Cosmological deixis and amerindian perspective‖, en The Journal of the Royal

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Britain and Ireland, septiembre, pp. 469-488.

2004 ―Perspectivismo y multiculturalismo en la América indígena‖, pp. 37-80, en A.

Surrallés y P. Hierro (edits.), Tierra Adentro, Copenhague, IWGIA.

21

El cuerpo humano como expresión–ritual en la misa

Tayde Rivera Alvarado

Este trabajo es un primer acercamiento a mi proyecto de investigación: El cuerpo humano

y sus implicaciones como instrumento de expresión ritual en la misa católica, realizada

en el catedral de la ciudad de Puebla. Esta exposición tiene como fin dar un panorama

general de la preponderancia del cuerpo humano como medio expresivo del hombre al

instituir sus rituales.

Introducción

El impacto que deja la religión a todo grupo social es de carácter primordial, ya que en

palabras de Geertz fundamenta los requisitos más específicos de la acción humana en los

contextos más generales de la existencia humana. Hablando desde esta perspectiva parece

útil la definición del mismo C. Geertz, de religión entendida como ―sistema de símbolos

que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y

motivaciones en los hombres, formulando concepciones con una aureola de afectividad tal

que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único‖ (1989).

El propósito de este trabajo es estudiar el cuerpo humano del feligrés católico que

asiste a misa a la catedral. La categoría que me permite estudiarlo es desde un aspecto

instrumental ya que el cuerpo humano en la misa se vuelve portador de signos por

excelencia, es dispositivo para efectuarse el ritual, cada momento y cada acto denota

inminentemente una práctica simbólica, que alude y expresa algo en el mito, heredado

desde la historia del mundo judeo- cristiano. El efecto que vienen a simbolizar y escenificar

todos los ritos como la eucaristía, la paz, el sermón u homilía en el ritual de la misa son

representados con el cuerpo, ya que este es figurante de la expresión del lenguaje corporal

y medio para llevar a cabo los ritos. La condición que me permite realizar esta

investigación es desde el punto de partida ―el cuerpo expresado como el instrumento que

permite la ejecución de los ritos.

22

La misa es un acto ritual por excelencia para la iglesia católica. Así debemos entender

el porqué de la misa como acto ritual, así lo explica Rodrigo Díaz (1998) que puede ser

calificado como ritual: ―La dicotomía que se establece entre pensamiento y acción- y sus

transformaciones operativas: creencias vs comportamiento o performance, razón vs

movimiento, espíritu vs cuerpo, interno no descriptivo vs externo descriptivo,

representaciones colectivas vs efervescencia colectiva, etcétera y la dicotomía entre el decir

y el hacer, entre legomenon y dromenon, entre la comunicación verbal y la no verbal‖. El

ritual congrega o reintegra –suscitando una suerte de unidad, pues ha disuelto las

dicotomías señaladas - el pensamiento y la acción, el decir y el hacer‖. Es por esto que los

rituales religiosos como la misa han sido concebidos como acciones pensadas y

pensamientos actuados. Retomo en este trabajo la eucaristía como el rito dominante-

esencial de la misa, que permite consolidarse como el símbolo del cual se reintegran los

rituales de esta.

Contexto

Desde sus orígenes y a lo largo de la historia, la misa ha sufrido profundas

transformaciones, expresión comunitaria culmen y centro de toda la actividad de la iglesia

en torno al Concilio Vaticano II, la misa es objeto, es fuente de atención y de relevancia

para la iglesia católica alrededor del mundo.1 La ciudad de Puebla se distingue por tener

una tradición fuertemente religiosa derivada de la tradición y de los procesos culturales

que datan desde su tradición histórica. El arribo de la iglesia católica al continente

americano debe situarse en varios contextos. Por una parte la iglesia se incorporó como un

elemento estructurador y legitimizador de la empresa colonial, ingresando como

herramienta de la corona española, influenciada por diferentes políticas de ordenes

religiosas en particular, franciscanos, dominicos y agustinos (Marzal, 1992) que

conformaron un sistema donde sus prácticas y creencias fueron adaptadas a la nueva

España., entre estas la misa.

1 Revista de antropología social, num. I, Ed Complutense, Madrid, 1992.

23

Para el caso que nos compete, la Catedral de la Ciudad de Puebla es necesario

analizar las unidades de estudio los ―feligreses católicos‖ que asisten al ritual de la misa y

centrarnos aquí, donde los actores se hacen participes de su religión en base a ritos,

símbolos y preceptos. El impacto que deja la religión a todo grupo social es de carácter

penetrante, ya que integra, reúne y cohesiona a un grupo social al hacerlo participe de su

sistema de interacción y creencias, así, la religión es un elemento detonante y primordial

que da y brinda cierta identidad al hombre.

Dentro de la religión católica, la misa conforma y centra a los feligreses católicos a

sus ritos al hacerlos participes, la misa se explica como el ritual del que se desprenden

diversos ritos. Explica Elio Masferrer que es importante destacar el término ritual, ya que

la gran mayoría de católicos participa del mismo desde que nace, y es mediante su

participación en los sistemas ceremoniales que da cabida a sus sistemas identitarios. Es a

través del ritual de este proceso de socialización, que se incorporan los mitos y símbolos al

sistema cultural. Así mismo, la misa como ritual, hace referencia a varios mitos y cada acto

(rito) legitima un momento y una condición dada desde el mito de origen, fundación, etc.

por ejemplo la paz, la eucaristía, el momento del sermón haciendo referencia a los antiguos

relatos de los sacerdotes religiosos, etc.

Con lo anterior contextualizado a nuestra investigación , los feligreses católicos

asocian componentes mentales con componentes corpóreos y en todos los ritos que

conllevan., oraciones-cantos y utilizan dispositivos como la voz, las manos en señal de

petición, de necesidades individuales y colectivas, de solidaridad , también el momento de

la transmisión de la paz con el grupo, por las culpas, así mismo las piernas interactúan al

momento de hincarse pidiendo clemencia, compasión- piedad, y a manera de

arrepentimiento de los pecados, todas las acciones antes expresadas reflejan la expresión de

los mensajes, y así, se sirve el cuerpo para significar el poder y la necesidad. Los asistentes

prescriben usan y emplean así mismo realizan actividades en todo la misa a manera que

utilizan el cuerpo en todos los procesos rituales. Según palabras de Mansi, donde se dan los

procesos de socialización se incorporan los símbolos y mitos al sistema cultural.

24

Durkheim afirma que el rito sirve para reavivar los elementos más esenciales de la

vida cotidiana. Por medio de él, el grupo reanima la conciencia de sí mismo y de su

unidad.2

El rito a estudiar más destaca para entender los procesos y la importancia del cuerpo

para este proyecto es la eucaristía ya que es un rito central y de gran relevancia en la misa,

ya que avoca al mito de ―La plegaria eucarística III del misal romano, en el comienzo del

relato de la última cena de Cristo donde se dice: ′El mismo, la noche que sería entregado,

tomó pan…′ de modo que sería la noche en que se inicio la celebración de la misa‖, su

origen es la última cena de Jesús con sus doce apóstoles. Según el dogma católico, en la

misa se celebra el sacramento de la eucaristía, que es parte del rito medular de la misma es-

conformación segmentaría y preponderante del mito hecho presente en el ritual de la misa

católica-cristiana, donde van consagrándose el pan y el vino por medio de una narrativa

sacramental que pronuncia el oficiante religioso.

La Misa según la forma actual del rito romano se compone de cuatro partes: los ritos

de entrada, la liturgia de la palabra, la liturgia de la Eucaristía y los ritos de despedida.

Otros ritos litúrgicos tienen los mismos elementos ordenados de manera diferente. En la

catedral el fervor que expresan los asistentes es prueba de la devoción y el sentido de

identidad que le dan a estas prácticas, ya que el cantar, el dar la paz, la limosna revela el

sentido propio que construyen y reconstruyen en su afinidad con su deidad.

Los católicos asistentes a la misa en catedral consideran a la eucaristía como un

símbolo de identidad y pertenencia, es el impulso que da vida y presencia a todas sus

actividades y acciones. La misa dota de lenguaje y da significación al sistema de

interacción social al que pertenecen y son adaptados socialmente, así celebran y simbolizan

el cuerpo y la sangre de Jesucristo, con la hostia y el vino interpretan la ultima cena donde

Jesucristo cenó con sus discípulos antes del momento de su crucifixión, y también el

alimento que da vida y mantiene el ánimo y aliento del hombre, es por esto que el

significado que interna esta celebración es primordial para entender el comportamiento que

2 Durkheim, Emile, ―Las formas elementales de la vida religiosa, Madrid, 1982.

25

realizan un grupo de personas (en este caso católicos) en sus principales celebraciones

religiosas.

Un rito relevante en la misa es la eucaristía o el momento de la comunión. Se

entiende por la palabra eucaristía o comunión como uno de los siete sacramentos. Este es

uno de los votos más profesados y de mayor preeminencia por los católicos debido a que es

celebrado diariamente, aquí es donde se acepta y comulga con la idea de la aceptación al

Dios cristiano.

En esta búsqueda es importante y de gran relevancia desarrollar y desglosar el peso

que tienen estos símbolos en la identificación de los católicos con sus ritos religiosos. En

toda celebración eucarística o mejor conocida como misa, se recuerdan y actualizan las

palabras de Jesucristo ―tomad y comed‖ pero es necesario considerarla y aplicarla en una

base antropológica y en el sentido simbólico para fundamentar el acto de comer y beber, la

comida humana como tal.

En términos teológicos explica Ratzinger que la comida es una de las categorías

somáticas más importantes entre los momentos existencialmente decisivos en la vida del

hombre, entre estos esta el nacimiento, la muerte y la comida, en estos el hombre se

concibe como ser biológico y propiamente humano.3

Para esta investigación el estudio humano del hombre en la acción humana de comer

y beber como medio de expresión corpórea es estudiada desde las vertientes antropológicas:

La corporalidad, y la sociabilidad. La acción de comer revela antes que nada que el hombre

está arraigado en un mundo por medio de su cuerpo, es un ser de necesidades, por esto, al

interactuar con un mundo material por medio de la comida, el hombre se percibe que él no

se fundamenta en sí mismo, sino que vive recibiendo.

Es por esto que el alimento y la comida simbolizan la vida intima que lucha contra la

acción del tiempo, por medio de una alquimia secreta que nosotros no dominamos del

todo.4 Comer y beber significan desde otra vertiente un proceso de interiorización, de

3 Ratzinger, J,‖ Teología de los sacramentos‖, Barcelona, 1989.

4 Ricoeur, P,‖Filosofía de la voluntad‖, Paris, 1949.

26

incorporación y de intimación, pasa de mí tener, al orden de mí ser. Como lo ha escrito

Claude Fischler: ―Comer nada más vital, nada más intimo. Intimo es precisamente el

adjetivo que se impone: en latín, intimus es el superlativo de interior. Incorporando los

alimentos hacemos que accedan al colmo de la interioridad. Es por esto que afirman los

pueblos, ′somos lo que comemos′. El vestido solo está en contacto con nuestro cuerpo, el

alimento debe traspasar la barrera oral, introducirse en nosotros y convertirse en nuestra

sustancia íntima‖.5

La comida desde el ámbito de la sociabilidad es relevante en el estudio del hombre y

todo lo que implica desglosar el termino, ya que el hombre además de ser un ser biológico

es un ser social. En ninguna cultura históricamente hablando el alimento y la comida han

sido considerados irrelevantes para la vida del hombre y de la sociedad, el comer entre

actores sociales tiene una función central en cualquier cultura. Lévi-Strauss nos habla de la

importancia y de la relación entre comida-cultura y como esta en cada sociedad tiene un

rango de fenómeno cultural, afirma: entre lo crudo y lo cocido se extiende la distancia entre

―naturaleza y cultura‖, la comida según él, es un lenguaje en el que cada sociedad traduce

inconscientemente su estructura.6 Los católicos al momento de la comunión aceptan y se

comprometen con los preceptos que la iglesia establece, en el momento precedente de la

comunión. Es tamben sabido que en este sacramento no todos participan, aquí damos

cuenta de las manifestaciones que tiene el feligrés de su cuerpo.

Con lo anterior entendemos que en toda sociedad ya sea simple o compleja el comer

es la manera de iniciar y mantener relaciones. La antropología cultural nos dice que la

distribución y consumo de alimentos en las sociedades primitivas expresa la variedad de

relaciones sociales: proximidad, distancia, status religioso, política y alianza.7 Tan extensa

es la importancia de la comida, que en algunas culturas, las mayores crisis de transición del

ciclo vital están marcadas en las sociedades por la distribución y consumo ritual de

alimentos.

5 Fischler, C,‖El omnivoro. El gusto y el cuerpo‖, Barcelona, 1995.

6 Lévi-Strauss, Claude,‖Mythologiques‖: I. Le cru et le cuit‖, París, 1964.

7 Ibíd.

27

En la misa intervienen el pan y el vino como alimentos rituales religiosos regulados

por usos y costumbres muy profundos y de gran carga simbólica. En el lenguaje religioso

tradicional pan y vino forman parte de una simbólica referente a Dios a través de la

naturaleza, y de una simbólica referente al hombre a través de la cultura. En este lenguaje el

pan y el vino se prestan espontáneamente a significar la dependencia del hombre respecto a

Dios, debido a esto, el grupo católico a través de la comunión que es interpretada por la

aceptación de beber el vino y comer el pan (hostia) el hombre experimenta la comunión con

su divinidad y se ha regocijado con él llegando con esto a tener acceso a la intimidad con

los ―seres superiores‖ estableciendo con ellos una relación estrecha encontrando aquí

sentido a su existencia. Es aquí donde el pan y el vino consagrados no son considerados

como la presencia real del cuerpo y sangre de Jesucristo, sino como signos indicadores de

pertenencia a la hora de existir una unidad a Jesucristo y a los cristianos.

El cuerpo crea vínculos entre la acción y la creencia, por esto en la misa se refuerzan

las identidades de unos grupos., aquí el cuerpo entra en un juego de normas prescriptivas

dentro de la misa. Los ritos en la misa católica son una suerte de documentos indiscutibles

que no permiten modificaciones. Así los ritos están menos expuestos a las transformaciones

sociales y lo único que hacen son adaptaciones en los contextos particulares, expresan su

objetivo creencias y fe, y están manifestados gracias a la expresión que brinda el cuerpo

como componente que permite, admite enriquece y da unicidad a estas prácticas.

28

Bibliografía

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1995 El omnivoro. El gusto y el cuerpo, Barcelona.

LEVI-STRAUSS, Claude,

1964 Mythologiques: I. Le cru et le cuit, París.

29

Cosmovisión y mito

30

El embarazo de Coatlicue que se realiza en la ciudad de Puebla y

el Distrito Federal

(―Narrado por la otra Coyolxauhqui: en forma de cabeza‖)

Ángel Raúl López Navarro

Hacía mucho tiempo que no me veía en el espejo. Esto fue posible gracias a que fui

exhibida en una exposición especial titulada ―Sol y Luna‖ en el Templo Mayor, con motivo

del décimo Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México en 1994, hace doce años.

A mediados del siglo pasado fui expuesta en el viejo Museo Nacional, hoy Museo de

las Culturas en Moneda 13 y posteriormente en el Museo Nacional de Antropología e

Historia en Chapultepec donde tengo mi sitio permanente desde que se inauguró, pero el

espejo que tenía en mi pedestal después de algún tiempo ya no lo tuve, tal vez, desde mi

primera gira internacional por otros museos del mundo, por lo que decidieron los

museógrafos ya no ponérmelo.

Aunque no pueda verme como lo hacen todas las mujeres, de frente, yo me veía la

base de mi cuello, el sitio donde llevo ciertos detalles importantes para mí y para quienes

me hicieron, y aún para ustedes porque me están viendo. Aquí tengo un símbolo importante

para el pueblo Mexihca: el atlachinolli, el glifo del agua quemada o de la guerra sagrada, la

guerra para los dioses; en este caso: mi chalchihuatl, mi preciosa sangre, que corre o se

derrama con gran fuerza y movimiento y la serpiente que aquí aparece prácticamente se

encuentra entrelazada con el agua, como impidiendo que mi sangre se derrame en vano.

También tengo grabado un año muy importante, el Ce Tochtli, Uno Conejo, el último en el

orden o en la continuidad según el conteo o la forma de llevar la cuenta del tiempo: Acatl,

Caña o Carrizo, Tecpatl, Pedernal, Calli, Casa y Tochtli, conejo. Llevo también una gran

serpiente, quizá relacionada con el lugar de mi derrota o de mi muerte, Cocatepec, ahora

Templo Mayor, como podrán darse cuenta más adelante.

La historia de mi vida se hizo pública muy recientemente, a raíz del descubrimiento

de mi antecesora Coyolxauhqui, la que cayó rodando por las laderas y acantilados del

Coatepec, hoy Templo Mayor, después de ser asesinada por Huitzilopochtli y quedar

completamente desmembrada. Y digo mi antecesora porque ella es más vieja que yo,

31

Ella ocupó su sitio en la etapa constructiva IV-B, fue encontrada ―in situ‖, en su

lugar original. Los Mexica al parecer fueron los únicos que repitieron sus esculturas a tal

grado que no nos sorprenda si algún día aparece otra pieza semejante a la conocida como

calendario azteca, entre otras, ya que en lo correspondiente al Templo Mayor se

encontraron varias representaciones mías, así como las de otras esculturas. Sin embargo yo

soy más joven, y mi lugar correspondía a otra época, una más moderna, la última quizá. Y

aunque me tachen de vanidosa, odiosa, chismosa y demás, les diré, que me viene el saco, el

Quezquemetl y me lo pongo, porque al fin de cuentas soy ―una diosa‖ y creo que me lo

perdonan.

A mi ―hermana‖, la Coyolxauhqui completa, la desmembrada, por ser más vieja hasta

se sometió, o más bien la sometieron, a diversos tratamientos: baños de agua destilada, de

cera, y hasta le inyectaron silicones, no me pregunten dónde porque no se los diré, esto

resalta a la vista ya que fue consolidada totalmente. La pieza arqueológica fue sometida a

diversos tratamientos de restauración y, además de representar al astro lunar

―desintegrándose‖, desapareciendo por la luz del sol, amenazaba a los restauradores con

volverse polvo ya que fue encontrada rota en dos partes y a muy poca distancia del piso, a

1.92 metros de la calle y con un considerable desnivel, como consecuencia de los continuos

hundimientos del sitio y de la ciudad; aún más, miles de autos, camiones y hasta tranvías

pasaban prácticamente encima de ella. Se dijo tanto de ella en su tiempo, sobre el relieve

de la pieza, lo bien labrado, lo bien pulido, la finura de sus detalles, que hubo quien dijo

que hasta se le podían leer las líneas de las manos y así interpretar su vida.

Según la cosmovisión del pueblo mexica, yo estaba ―chipil‖ (náhuatl) por la llegada,

por el nacimiento de mi hermano menor, el sol. Dependía del pecho, del cuidado y de las

atenciones de mi madre la Tierra: Coatlicue. Por eso estaba celosa, berrinchuda, caprichosa:

chipil, por esos motivos incité a mis otros hermanos que siempre me acompañaban, con

quienes jugaba por el firmamento durante la noche, los Centzon-huitznahua, las

cuatrocientas o las incontables estrellas, a matar a mi madre. Esto fue al darme cuenta y

sentirme desplazada, y por la deshonra de ella, de nuestra madre la cual se embarazó de una

forma misteriosa, ¡dizque por un plumón que le calló del cielo, cuando barría las gradas del

templo! Ella se guardó el plumón en su seno y se embarazó de Huitzilopochtli, mi hermano

menor

32

Este mito hecho realidad cobra vida cerca de mil años después, entre algunos

mexicanos de hoy y simples mortales, ya que algo similar ocurre en la ciudad de Puebla,

exactamente en el Templo del Señor de la Salud (calle 13 Norte, entre la 26 y 28 Poniente,

colonia Santa María o Barrio de Santa Anita), lugar donde se venera a la madre de una

diosa, la Señora Santa Ana, a quien acuden mujeres estériles e infértiles para que les

conceda el embarazo tan deseado durante muchos años y el cual no han logrado. Santa Ana

tuvo a su hija María, madre de Jesús, dios de los cristianos, después de veinte años de

casada con San Joaquín y cincuenta ¿o cincuenta y dos días de estar él viviendo en el

desierto? Esto es lo que se nos dice, pero les recuerdo que la religión católica deriva de la

judía, y que las culturas mesoamericanas, como ésta se rigieron por múltiplos del número

13.

Les informo a la vez, que en casi todos los templos donde existe un altar o retablo

dedicado a la virgen María, ya sea como a la Inmaculada Concepción o la virgen de

Guadalupe, la escoltan siempre sus padres, como pudo ser en el Teopitón, la pequeña

ermita o pequeño templo que ahora llaman Tepito, ubicado en las calles de Constancia y

Tenochtitlan que circunda la Plaza de la Concepción Tequipehuacan y le da el nombre al

calpulli o barrio de Tepito. Allí en Tequipehuacan era a donde se dirigía Cuauhtémoc

después de haber salido de Tlaltelolco, un día Ce Coatl, 13 de agosto, cuando fue hecho

prisionero a unos 500 metros y exactamente frente a su tecpan o palacio, hace 485 años.

A Santa Ana, las mujeres le suplican y le piden un embarazo, barriendo el piso del

sitio donde se encuentra el altar de la abuela de Cristo, el poco polvo, tierrita o pétalos de

flores que logran recoger es suficiente para guardarlo en un pequeño costalito que se

guardan en el seno, amarrado en el tirante del sostén, hasta que se logre el milagro.

(Información personal de las familias Méndez Soriano y Méndez Trujillo, de la ciudad de

Puebla)

Ahí en pleno altar de la imagen se pueden ver infinidad de pequeñas escobitas con

que se hizo lo antes dicho, y quienes dejan las mujeres que lo realizaron, así como cartas y

fotografías dando testimonio de fe y gratitud. Algunas mujeres hasta se ―dan el lujo‖ de

solicitarle niño o niña amarrando en las escobillas listones de colores según el sexo

requerido y rojo para que tenga buena suerte el hijo tan deseado

33

Volviendo a mi narración, les diré que después de haber barrido el templo, mi madre

Coatlicue quedó embarazada, acto que posteriormente fue ritualizado por el pueblo

mexihca, ya que después del nacimiento de una niña, simbólicamente se le entregaba una

pequeña escobita, o algún malacate, así como el huso de hilar, malacatl, prendas femeninas.

Me enteré por ahí, cuando descubrieron la segunda tumba más importante hasta la fecha en

Palenque Chiapas, que el día 30 de mayo de 1994, fecha muy cercana a cuando me decidí a

hablar, que en el sarcófago, en la lápida que lo cubría, había un incensario y un malacate de

hueso, lo que les hizo suponer a los arqueólogos que se trataba de una mujer a la que

llamaron después de levantar la tapa, la Reina Roja, por estar su esqueleto completamente

cubierto de este color, sobresaliendo grandes cantidades de jade. La lápida no registraba

nada, ningún dato que les indicara de quién se trataba.

Y si había nacido un niño se le hace entrega de un pequeño chimalli o escudo con

cuatro flechitas, algo parecido al conocido escudo de Yanhuitlan, Oaxaca y cuya

reproducción lucen algunos turistas en su visita a México, sólo que éste, el original

perteneció seguramente al hijo de un gran señor de la Mixteca. Fue realizado por un gran

teocuitlatzotzoque, que sabía engarzar el oro con las piedras preciosas.

O como fue encontrado entre otras 64 piezas por un humilde pescador, el señor Raúl

Hurtado, a quien los periodistas de Veracruz llamaron ―el hombre que encontró el tesoro de

Azayacatl‖. Esto ocurrió en septiembre de 1976, en Río Medio Veracruz y se encuentra

actualmente en el Valuarte de Santiago, junto con las otras joyas y dos tejos de oro. El

escudo sin duda esta relacionado con Huitzilopochtli por las banderas que se encuentran en

la parte superior, las que se ensalzaban en su honor por ser el mes de su nacimiento y de mi

muerte, Panquetzaliztli, las medias lunas de su interior lo relacionan seguramente con quien

les habla, y fue ejecutado por un buen orfebre, teocuitlapizque, fundidor del metal precioso

quién lo trabajaba en frío y lo repujaba, según Fray Bernardino de Sahagún.

En línea recta del lugar de los hechos, hoy Templo Mayor, y rumbo al Tepeyac,

saliendo unos metros de lo que es el primer cuadro de la ciudad, en las calles de Peralvillo y

Matamoros, se encuentra la parroquia Santa Ana, templo al que también acuden algunas

mujeres a barrer el sitio, sólo que muy pocas, para solicitarle ayuda en los partos que son

difíciles o de alto riesgo, según me dijo el propio sacristán del templo, en su nicho también

34

se encuentran pequeñas escobitas, así como gran cantidad de milagros; detalles que se

desconocen en otros templos como en la parroquia de Santa Ana Chauhtempan, Tlaxcala, y

en Santa Ana Tlacotenco en Milpa Alta, D.F., así como también en la colonia Santa Anita

muy cerca de la línea 3 del Metro, cuya estación se llama de la misma forma, aquí en la

Ciudad de México. En este templo no barren, se desconoce este ritual. ¿Será porque Toci,

mi abuela, no tuvo un lugar específico en Tenochtitlan como lo dice el cronista Durán?

Andando por ahí me enteré que su fiesta se celebraba en el templo de Huitzilopochtli

por no tener un templo particular y que su solemnidad era el 17 de septiembre, el primer

día, al iniciarse en Tenochtitlan la trecena del mes Ochpaniztli, que quiere decir

precisamente barrer o barrimiento. La fecha proporcionada se acerca mucho al nacimiento

de María, ya que la abuela de Cristo dio a luz a María el 8 de septiembre, sólo que cuando

se anotaba esto aún no se hacía la reforma calendárica, como dicen, esto fue que el día 4 de

octubre pasó a ser el 15 del año de 1582. Y sincréticamente hablando, Toci pasó a ser Santa

Ana y mi madre Coatlicue pasó a ayudarle en su tarea a la ―médica nocturna‖, la ―abuela de

los baños de vapor‖, patrona de los médicos y las parteras, que fue reemplazada por la

virgen de La Candelaria. Por haber presentado al templo a su hijo a los treinta y nueve días

después de su nacimiento, después de haber guardado la famosa cuarentena.

También me enteré, por el mismo cronista, que a la entrada de México había una cruz

y una ermita, a la que llamaban Cihuateocalli, adoratorio de mujeres, y que allí había un

―ídolo‖ de palo con la figura de una mujer anciana, la que tenía en una mano una rodela y

en la otra una escoba..., sin duda, mi abuela. Antiguamente la entrada a la ciudad de México

viniendo de Veracruz, pasaba muy cerca de lo que hoy es la avenida Fray Juan de

Zumárraga en la Villa de Guadalupe, para dar vuelta por la calzada de los Misterios.

La entrada a México nos ubica de norte a sur, y la cruz mencionada tal vez sea la que

dio el nombre al Convento de la Santa Cruz de Tlaltelolco, ya que en este barrio se

construyó la primera parroquia de la ciudad. En cuanto a la pequeña ermita que se

construyó también durante el siglo XVI, desapareció por la inundación ocurrida el año de

1629 para construir posteriormente la parroquia que hoy existe dedicada a Santa Ana.

¿Acaso era una conexión, el sitio intermedio entre el cerro de Tepeyac y el cerro de

35

Tonantzin, nuestra abuela, nuestra madre Toci, con el lugar de sus hijos, el Coatepec,

conocido ahora como el Templo Mayor?

Prosigo ahora con mi historia: planeamos la muerte de nuestra madre por habernos

difamado. Al darse cuenta de nuestras intenciones, Huitzilopochtli, EL Sol, desde el centro

de la Tierra, desde el interior del vientre materno, le habló a nuestra madre, diciéndole que

él la defendería, al grado que cuando nació, venía ya armado con la xiuhcoatl, la serpiente

de fuego, y con su chimalli, escudo. Los primeros rayos fueron tan potentes y tan rápidos,

que uno de ellos me cortó la cabeza, la misma que están ustedes viendo. Por tal motivo se

me representó ya sin vida, muerta, pero con mi máscara de oro y cascabeles del mismo

material, según se puede ver sobre mis mejillas, lo que me da el nombre de Coyolxauhqui,

de allí que al descubrirse el relieve de mi antecesora fue fácil reconocerla ya que yo ya era

conocida y hasta se había escrito un mito sobre mi vida con diferentes versiones, como

veremos una de ellas. Ya era una leyenda desde que fui encontrada al hacerse los cimientos

de una casa de las calles de Santa Teresa aunque fuera de contexto, como se dice ahora,

propiedad del convento de la Concepción y fui cedida a mediados del siglo pasado, 1839,

siglo XIX, por la abadesa del convento al Museo Nacional. Parte del convento es ahora el

Palacio de la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Estoy realizada en una piedra verde llamada diorita, porto una diadema o tiara

decorada con plumones de águila, cuauhtli, siendo trece en total visible por gran parte de

esta, detalle que continua en la parte posterior rematada por un gran ―rosetón‖. Por ser el

astro nocturno, llevo también grandes orejeras en forma de rayos, semejantes al símbolo del

año, pero invertidos y rematados por un gran chalchihuitl, la famosa piedra preciosa; mi

gran nariguera es similar a ellas. Este era mi disfraz para que no me reconociera mi

hermano el Sol, sin embargo no sólo me mató, sino me desapareció al igual que a mis

hermanos. Ésta es la gran lucha, la guerra sagrada que se vive día a día y que está

representada en mi parte inferior, la que podrán ver cuando me visiten donde colocaban un

espejo debajo de mí, y que ahora en mi nuevo pedestal colocaron una reproducción a un

lado, pero ustedes podrán decírmelo cuando me visiten, si soy bella o el espejo me mintió o

si lo que les narré es realmente hermoso e interesante. En la actualidad me encuentro frente

al icono más importante del mundo azteca, en la sala mexica.

36

Bibliografía

DURÁN Diego.

1967 Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme. Editora

Nacional. México

FERNÁNDEZ Justino

1965 Los aztecas, su historia y su vida. Ciclo de conferencias. El arte escultórico y

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1978 Yo nací con la Luna de Plata. Antropología e Historia de un puerto. Costa

Amic Editores, México.

38

Concepciones sobre muerte, tiempo y espacio

39

Para que se lo lleven los muertitos…

Eva M. Martínez Juárez

Montserrat Rodríguez Figueredo

Presentación

Para la antropología ha sido de vital importancia analizar la cosmovisión de las sociedades,

ya que es a partir de esta donde las personas dan diversas respuestas acerca de la visión que

tienen del mundo. Siendo la cosmovisión quien juega un papel significativo dentro de la

vida cotidiana cabe destacar que esta siempre se verá permeada de múltiples cambios

dentro cada tiempo y cada espacio determinado por distintos aspectos sociales.

La cosmovisión que existe en cada grupo de personas en torno a la muerte es

expresada visiblemente. Entendiendo a la cosmovisión como: ―una visión estructurada y

coherente del mundo natural, de la sociedad y de la interrelación entre ambos‖. (Broda)

Asimismo la cosmovisión no es eterna ni inmutable, esta se modifica a través del tiempo y

en distintos contextos sociopolíticos. Habrá contradicciones internas e incongruencias

lógicas, precisamente porque la cosmovisión es un producto histórico colectivo. (Good)

Es decir, que en la vida cotidiana se reproducen las visiones del mundo siendo aquí

donde se estructuran estas para dar coherencia a las prácticas de la sociedad. Al tener la

cosmovisión una relación con el mundo natural podemos ver que existe una conexión entre

este y la percepción que se tiene en torno a la muerte, al mismo tiempo este conjunto de

prácticas pueden sufrir cambios para adecuarse al sistema de creencias de la sociedad.

La festividad que se les realiza a los difuntos en determinada época del año juega un

papel importante dentro de la cosmovisión de los miembros de una sociedad, ya que es

durante este cuando se percibe el acercamiento que hay con la naturaleza. Esto es

expresado en las prácticas rituales de la fiesta de Día de Muertos, por lo que para este

análisis es importante retomar el ritual como elemento significativo.

Siguiendo a Rodrigo Díaz Cruz podemos observar que el ritual cumple con:

40

[…] la función social —bien sea la de promover la integración, solidaridad y cohesión de una

comunidad, la de reducir las ansiedades psicológicas de un grupo que padece pobreza en sus

conocimientos científicos y técnicos, o bien la de generar catarsis emocionales que sirvan como

válvulas de escape efímeras— y la de ser una fuente de significantes y significados valiosos,

constitutivos de la cultura que los celebra —que expresan ya la tradición y memoria de los pueblos

y sus singulares cosmovisiones...(Díaz Cruz; 2000: 59)

En este sentido el ritual sirve como elemento de para la integración de una sociedad, siendo

el ritual un evento que se reúne a la comunidad con el fin de cohesionar a sus miembros

articulando tanto sus tradiciones, así como su cosmovisión. Teniendo en cuenta que ritual y

cosmovisión son elementos que se encuentran ligados, el estudio de la fiesta de Día de

muertos es fundamental para percibir estos dos elementos de gran importancia.

La comunidad

Dentro de la región sureste del estado de Puebla encontramos al municipio de Tlacotepec

de Benito Juárez. Tlacotepec del náhuatl Tlahco que significa ―medio‖ o ―a la mitad‖,

Tepetl ―cerro‖; es decir ―en medio o a mitad del cerro‖. También es definido como Tlacotl:

vara jarrilla y Tepec: pueblo o lugar, es decir;‖lugar de varas o breñales o pueblo donde hay

jarrillas.1

Desde la ciudad de Puebla tiene distancia aproximada de noventa kilómetros y un

tiempo de una hora con treinta minutos, colindando al norte con Yehualitepec, Xochitlán

Todos Santos y Palmar de Bravo, al sur con Juan N. Méndez y Tepanco de López, al

oriente con Palmar de Bravo, Cañada Morelos y Chapulco y al poniente con Xochitlán

Todos los Santos y Juan M. Méndez. Las principales localidades de Tlacotepec de Benito

Juárez son: Pericotepec, San José Buena Vista, San Marcos Tlacoyalco, Santo Nombre,

Tepazolco, Tlamitlalpan la Estación, Tecalzingo, San Lucas el Viejo y Santa María la Alta.

Esta comunidad tiene una distancia aproximada de once kilómetros de la cabecera

municipal que es Tlacotepec. La extensión territorial de Santa María es de 43, 159,680

metros cuadrados y la superficie poblada es de 1,690, 000 metros cuadrados. La comunidad

1 Enciclopedia de los Municipios de México, Puebla

41

cuenta con una población total de 6198 habitantes (INEGI, Conteo de Población y

Vivienda, 2005). Sus límites territoriales son: al oriente con San Andrés Cacaloapan, al

norte con Pericotepec, ―Rancho de los Cortes‖, La columna y Rancho Nuevo Pitiflor, al sur

con la ex hacienda de Santa María, Buena Vista. Católicamente la comunidad se divide en

cuatro barrios, siendo estos: San Francisco, San Mateo, Santa Teresa y Santa Rosa.

Santa María la Alta, es una comunidad indígena hablante de náhuatl, aunque solo el

50% de la población total la habla. Una de las causas principales para que ya no exista

interés alguno por aprender la lengua es atribuida a la alta migración a los Estados Unidos

ya que por lo menos un integrante de cada familia (hijos jóvenes), sale a trabajar a este

lugar. Otra causa es debido a la actividad económica de la comunidad, siendo esta la de

comercializar su artesanía, principalmente de palma, en diferentes lugares del país, ya que

los hombres salen a vender sus productos y muchas veces llevan consigo a sus hijos siendo

esto por periodos de 3 ó 4 meses.

Concepción de los nahuas de Santa María la Alta sobre la muerte

La fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la

única fiesta que se celebraba cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el

primer gran banquete después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se

compartía hasta con los muertos. Actualmente dentro del ciclo festivo anual se encuentra la

fiesta de Día de Muertos. Esta festividad que se realiza cada año es de gran interés, ya que

la concepción que se tiene en torno a la muerte en esta comunidad es específica de la

región.

La gente de Santa Maria la Alta cree que los muertos vienen a la tierra una vez al año

y por consecuencia se cree que este día en particular, regresan a visitarlos de una forma más

cercana debido a esto se puede compartir con ellos un poco de comida, así como también

este día se les permite convivir con ellos, es por eso que se les colocan ofrendas en los

altares domésticos. En Santa Maria la Alta, cuando una persona muere es común que se le

coloquen objetos de palma, por ejemplo unos huaraches y un anillo, en ocasiones se les

colocan una corona todo hecho de palma, esto nos hace ver que para las persona de Santa

42

Maria la Alta tienen un papel importante los objetos de palma es aquí donde se expresa la

relación que el hombre establece con la naturaleza.

Durante la festividad de Día de Muertos es común observar esta relación, pues

también la cosmovisión de la comunidad se ve plasmada en los objetos de palma ya que:

[...] el hombre alimenta el espíritu, abre espacios, de reflexión sobre el origen de la vida y del

hombre mismo, busca darle significado a sus actos, y a través de ritos y ceremonias, pide permiso y

solicita perdón a la naturaleza por tomar sus frutos. El arte, la religión y la cosmovisión conforman

un pilar que da a la cultura su dimensión simbólica (Turok; 1988:19).

Es decir, que dentro de estos rituales de festejo a las personas fallecidas se ve claramente

plasmada la cosmovisión entorno a la muerte y la relación que existen en los diferentes

ámbitos de la vida de las sociedades, ya que la artesanía resulta ser una forma de expresar la

vida cotidiana y las practicas del grupo en cuestión.

La festividad de Día de Muertos

Es común observar durante los días previos a esta festividad las mujeres acudan a la

cabecera municipal, que se encuentra a treinta minutos de la comunidad aproximadamente,

es aquí donde se surten los productos para la ofrenda, como son fruta, pan, tenates, flores.

Durante estos días el mercado de la cabecera se llena de colores y olores muy

característicos de estas fechas. Por lo regular los tenates que allí se venden son de

comunidades cercanas y no precisamente de Santa Maria la Alta, estos tenates son

diferentes a los que se realizan en la comunidad, ya que no tienen figuras alusivas a la

festividad como lo son cruces, cáliz y estos no tienen el nombre de la persona a la que está

dirigida la ofrenda, de hecho los tenates que se comercializan en la cabecera municipal son

de palma, en contraste de los que se venden en Santa Maria la Alta que son de plástico ya

que este material es de un costo más bajo, incluso este material se puede trabajar de mejor

manera y no se rompe tan fácilmente.

Los diseños pueden variar, ya que no hay un color específico para cada difunto, es

por eso que en la artesanía se dan espacios de creatividad para expresar las maneras en que

el hombre conceptualiza el mundo.

43

El Día de Muertos en Santa María la Alta empieza a celebrarse desde el 28 de octubre

hasta el 2 de noviembre, ya que se tiene la creencia de que los muertos no llegan juntos sino

que llegan en días diferentes de a cuerdo al motivo de su muerte, estas fechas son: el 28

octubre llegan las personas que murieron en un accidente, el día 29 los que murieron

ahogados, el 30 los niños que no fueron bautizados, el 31 todos los niños, el 1°de

noviembre todos los muertos y el 2 de noviembre es cuando parten de regreso, a su lugar de

morada.

Durante estos días se puede escuchar en toda la comunidad el repicar de las

campanas, por lo general suenan con más intensidad a las 12 del día que es cuando se

despiden unos difuntos y llegan otros, las campanas son tocadas por los mayordomos de los

diferentes barios o jóvenes que se ofrezcan a hacerlo, anteriormente se tocaban todo el día

pero últimamente se ha dejado de llevar a cabo esta práctica.

En los diferentes días en que van llegando los difuntos se les coloca una pequeña

ofrenda, un vaso con agua y pan como hojaldras y otros panes característicos de la región,

esto solo se pone en caso de que la ofrenda no esté colocada definitivamente.

El colocar la ofrenda implica la participación de la familia, ya las madres de familia y

en algunos casos los padres son los que con un mes de anterioridad empiezan a realizar

los tenates, estos con son decorados con motivos religiosos e incluso algunos incluyen el

nombre a quien es dedicada la ofrenda, a estos tenates se les coloca un listón de color a

modo que este funcione como una aza y así es como los nahuas dicen que es para que se lo

lleven los muertitos, es decir, para que se les facilite el llevárselos, ya que en ocasiones a un

solo difunto se le colocan 2 o 3 tenantes, y para que en el camino de vuelta a su lugar de

morada lleven algo de comida para que no se les haga pesado el viaje. También los padres

de familia participan ya que ellos van a escoger al chivo y lo matan para que las mujeres

preparen el mole de chivo o de alguna res, este mole es colocado en la ofrenda, y la mayor

parte es dado a los familiares que llegan de fueras, o personas cercanas a la familia. Por

otro lado los hijos colocan las ofrendas, ellos se encargan de adornar el altar familiar, para

convertirlo en la ofrenda a los difuntos.

44

Para la gente de Santa María la Alta tiene un gran significado colocar las ofrendas

dentro de tenates, estos tenantes están hechos de palma o de plástico, en caso que ningún

miembro de la familia realice esta artesanía en las tiendas de la comunidad los venden o

estos también han sido sustituidos por canastas que de igual manera se adquieren en las

tiendas de la comunidad o en la cabecera municipal.

Las ofrendas están compuestas por tenates en los cuales se deposita pan, fruta de

temporada: naranjas, mandarinas y guayabas, dentro de estos tenates se colocan unos cirios

y por lo regular a estos se les adorna con motivos de colores, también se puede notar la

presencia de platos de mole de chivo, acompañado de arroz, tamales de anís o de frijoles, y

bebidas como el pulque, refrescos, cervezas y ―Don Pedro. y algunos guisos característicos

del lugar así como los que eran del gusto del difunto.

En el caso de los niños difuntos se les colocan tenates más pequeños en los cuales se

colocan dulces como ofrenda, ya que estos son del gusto de los niños. Durante el día 1° de

noviembre se pueden escuchar cohetes, que estallan por todo el pueblo y las casas se

encuentran abiertas con caminos hechos con flores para que los difuntos sepan cual es el

camino a su hogar, donde les espera un gran banquete que los vivos han preparado

especialmente para ellos. Dentro del hogar también se encuentra el incienso que es para que

trascienda esto para los nahuas de Santa Maria la Alta es para que huela y este olor

envuelva la atmosfera con un olor santo.

Después de estar colocadas las ofrendas todo el día primero, se les va a velar en la

noche al panteón, esta no es una práctica muy usual, ya que en la noche se puede sentir el

frío y es por eso que mucha gente ya no acude a estas horas, más sin embargo es notoria la

presencia de la gente que va a arreglar las tumbas de sus difuntos, por lo que este día es el

único que dedican a esta actividad, para compensar el frío algunas personas llevan café que

comparten con las personas que de igual manera están con sus difuntos. En contraste hay

personas que asisten a las 5 de la mañana a visitar las tumbas y otras más que llegan a

medio día del 2 de noviembre, por lo cual a esta hora el paisaje resulta muy colorido, por

las flores que se colocan para adornar las tumbas.

45

El 2 de noviembre se comienzan a repartir las ofrendas, la gente mayor de Santa

Maria la Alta comenta que antiguamente este día se dedicaba a entregar ofrendas a los

padrinos, abuelos y padres, pero ahora ya se está perdiendo esta costumbre, de hecho a

cualquier visitante se le obsequia un poco de la ofrenda que fue dedicada a los difuntos.

Conclusiones

A manera de reflexión preliminar, podemos concluir que en Santa Maria la Alta las

prácticas rituales en torno a la muerte son un resultado de un sincretismo, y de todos los

procesos históricos que se han dado en la comunidad.

El ritual ha adquirido nuevos elementos que se han ido adecuando a través del

tiempo, ya que la estructura no se pierde sino se va transformando, a las creencias y

prácticas de las sociedades. La cosmovisión entorno a la muerte refleja las prácticas de los

nahuas, se cree que los muertos siguen trabajando por el bienestar de la familia, y en

retribución se les da una pequeña ofrenda que disfrutan, por lo que les han dado durante

todo el año, es un día en el que se les da permiso a los muertos regresar y que estos puedan

compartir y llevarse la comida para su disfrute. Podemos concluir que todos los cambios

que ha sufrido esta festividad se deben a los procesos históricos, y diversos factores tanto

internos y externos.

46

Bibliografía

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47

El alimento para los muertos en una comunidad totonaca actual.

Algunos aspectos de su Cosmovisión

Silvia Murillo Rodríguez

Gastón Macín Pérez

Introducción

En las cosmovisiones mesoamericanas la muerte no significaba el fin de todo, por lo que

consideraban que los difuntos necesitaban de alimentos, de diversos objetos, así como de

ritos y ceremonias que les ayudaran a llegar a su destino final. Cuando ocurría la defunción,

al momento de ser enterrados o cremados se les depositaban sus instrumentos de trabajo,

adornos, bebidas, alimentos, entre otras cosas más. Estas ofrendas se les brindaban al

momento de ocurrido el deceso, a los nueve días, durante varios meses y hasta el cuarto

año, tiempo en el que se creía que el muerto llegaba a su destino final (Torquemada, 1977:

302; Sahagún, 1992: 89, 206, 207; Mendieta, 1993: 163).

La ofrenda funeraria era acorde con el estatus, la edad y el sexo de los individuos. Si

los difuntos pertenecían a las altas esferas les depositaban múltiples recipientes con pulque,

atole, chocolate y diversos alimentos entre los cuales se encontraban porciones humanas. A

la gente del pueblo les colocaban jícaras de ―gallina‖ y “carne guisada, tortillas, maíz,

frijoles, chía y legumbres para que comieran‖ y algunas bebidas. Mientras que a los niñitos

que no habían sido destetados les ponían unos canutillos que contenían la leche de sus

madres (De la Serna, 1953: 68, 81, 143 ; Magliabechiano, 1970, f. 67r, 69r y 72r; Tudela,

1980: 118, 119; Vaticano B, 1992 f. 62v; Mendieta, 1993: 167 ; Murillo, mecanuscrito).

Como los muertos permanecían vigentes en la memoria de los vivos se les recordaba

a lo largo del año festivo, principalmente en Miccailhuitontli (Tlaxochimaco) y Huey

Miccailhuitl (Xocotl Huetzi) que eran la “fiestecita de los muertos” y “fiesta grande de los

muertos‖ respectivamente. Pero igualmente en Toxcatl, Tepeihuitl, Quecholli e Izcalli eran

colocadas diversas ofrendas con comida tanto en los sepulcros como en determinados

templos (Durán, 1984: 269, 270 T. I.). Estos por cierto eran periodos de gran fertilidad, que

coincidían con la siembra y cosecha del maíz y de otros frutos (Murillo, mecanuscrito).

48

Actualmente entre diversas comunidades indígenas todavía existe la costumbre de

colocar una ofrenda de comida especial a los difuntos. Estos alimentos se preparan

inmediatamente después de ocurrido el fallecimiento de la persona y se depositan en el altar

familiar con el cuerpo presente, en las ceremonias subsecuentes, así como durante el día de

muertos.

En el presente estudio se dan a conocer los resultados de un estudio etnográfico

realizado en la comunidad de Tepango,1 la cual está conformada principalmente por

población de ascendencia totonaca y ubicada en la sierra Norte de Puebla. En esta

investigación se indagó el tipo de alimentos que se seleccionaban como ofrenda para los

difuntos, las cantidades que se depositaban y las diferencias debido a la edad, sexo y el tipo

de fallecimiento. Igualmente se analizaron algunos aspectos de su cosmovisión que se ven

reflejados mediante estos rituales domésticos.

Ubicación de Tepango:

Tepango de Rodríguez se localiza entre los paralelos 19º 57' 54" y 20º 02' 12", de latitud

norte y los meridianos 97º 44' 00" y 97º 49' 42" de longitud occidental. A 1400 metros

sobre el nivel del mar (Gobierno del Estado de Puebla, 1988).Sus colindancias al Norte con

Amixtlán, al noreste con Camocuautla, al sur con Cuautempan, al Suroeste con Tepetzintla,

al este con Zongozotla y al Poniente con Ahuacatlán (Figura 1).

1 Queremos agradecer a todas y cada una de las personas que amablemente nos brindaron información mientras estuvimos

investigando en esta población. Igualmente nuestro agradecimiento al Lic. Noel Carlo Lara por su valiosa ayuda en la

preparación de los diagramas.

49

Figura 1. Ubicación de Tepango (fuente: Google).

Prácticas funerarias en Tepango:

Cuando ocurre el fallecimiento de una persona se le baña o limpia (parcialmente) su

cuerpo. El agua con la que se da este baño contiene yerba Santa y otra llamada tokxihua´

(sauco) y jabón. Se le viste con sus mejores prendas, que son acordes con la edad, sexo y el

estado civil del individuo. Si es mujer le cepillan y le trenzan el cabello. Esta actividad la

puede desempeñar algún miembro de la familia o bien se llama a otra persona (por lo

general mayor) para que la lleve a cabo.2

Los infantes bautizados son vestidos de blanco. El ataúd de un niño puede ser blanco

o azul, mientras que el de las niñas es blanco. Para ambos casos se usan flores blancas. A

las mujeres las arreglan con sus naguas, faja, camisa, tapūn, aretes, collares y con los

objetos que apreciaba y utilizaba en su vida. Cuando fue la esposa de un Mayordomo la

entierran con la canasta en la que solía llevar el incienso, copal, ceras y huevos. Este

canasto contiene un poco de incienso.

A los hombres los acompañan con aquellos objetos necesarios con los que realizaban

sus actividades, por ejemplo sombrero, botas, reata, cinta métrica, etc. Si fumaba tabaco se

2 A esta persona se le tiene que dar una botella de refino en retribución, antes de que bañe al difunto.

50

le dejan cigarros, o se le deposita alguna bebida y dinero. Los solteros, hombres y mujeres

son vestidos de blanco.

Una vez listo el cadáver es acostado en el piso, aunque no directamente sino sobre

una manta negra y una tabla. Se le coloca de frente al altar doméstico (la cabeza junto al

altar), con cuatro velas blancas en cada esquina. De lado derecho se le deposita la comida,

así como catorce pedazos de ceras que fueron encendidas con anterioridad para las

imágenes de la virgen Del Carmen y de las Ánimas (figura 2). Estas son mandadas por el

mayordomo a la casa del difunto, y al ser entregadas le devuelven catorce ceras nuevas.

Figura 2. Disposición del difunto con su ofrenda. (Ilustración Noel Carlo Lara)

Se tocan las campanas de la iglesia y se da aviso a los familiares, amigos y vecinos los

cuales asisten a la casa del difunto portando diversos alimentos con los cuales contribuyen

51

para la preparación de la comida, tanto para el muerto como para los asistentes. La gente

lleva maíz, azúcar, sal, chile, café, frijoles, ceras, carne, etc. Si la familia posee animales

(puercos o reses)3 los matan para ofrecerlos, pero si no es así o son de escasos recursos se

limitan a ofrecer lo poco que tienen.

El mayordomo de la virgen Del Carmen después de poner la ofrenda4 prende las

velas, pregunta cómo se llamaba el muerto, luego lo inciensa y después al altar. Las

personas conforme van llegando al sepelio inciensan al difunto y llaman al muerto en el

altar. Se vela durante toda la noche y descansa tres días en su casa.

Si el muerto fue mayordomo o fiscal, una vez que ya ha sido incensado le danzan 14

sones del tapaxuwan (que significa ―alegría‖).5 Acabando tocan otros 12 sones, por el

servicio prestado. A los cuatro días nuevamente le bailan otros 14 y 12 sones y

posteriormente en el novenario lo vuelven a realizar. Cuando el difunto participó en alguna

danza sus compañeros también van y le bailan. Además sobre el cuerpo se descansa su

traje, por lo menos cuatro horas.

Levantan la ofrenda y la reparten a todos los concurrentes. Se lavan los recipientes y

posteriormente bailan el tapaxuwan con estos trastes haciendo una rueda para finalmente

llevarlos hasta la cocina. El mayordomo habla del servicio que hizo el difunto, las velas que

quedan las guarda la familia y las queman hasta que se acaban. La comida de la ofrenda es

repartida a todas las personas, además les dan café y refino. Pero cuando la ofrenda es de

tamales a los ayudantes y asistentes les ofrecen cinco tamales y al regresar a sus casas se les

obsequian diez.

Mientras es velado el cuerpo se prepara la caja o gaveta, cuando ésta ya se encuentra

lista se lleva a la casa del muerto y se deposita el cadáver en su interior. En la parte media

de la gaveta (mitad del cuerpo del difunto) se deposita la imagen de la virgen Del Carmen

(figura 3). Si la persona fue mayordomo ó fiscal y dio servicio a varios santos6 entonces

3 De preferencia se mata un puerco pero en caso de que no se tenga entonces se mata una res.

4 Entre el mayordomo y los tipitatos colocan la ofrenda en el altar.

5 También a las esposas de estos le danzan el tapaxuwan.

6 Existen dos imágenes de Santos, generalmente una sale y la otra se queda en la iglesia. Cuando muere un adulto sale l a

grande y cuando muere un niño entonces se saca la pequeña.

52

estos los ponen (o descansan) en orden, desde el primero al que le sirvió hasta el último

(comenzando desde los pies hacia el centro). La imagen de las Ánimas los guía hacia su

destino final y les ayuda para el perdón de sus pecados.

Figuras 3. La imagen de la virgen del Carmen, a) para los infantes y b) para los adultos

Entonces la cruz de flores es recargada en la gaveta, a los pies del difunto, o en el altar

colocando junto a ella una ofrenda que consta de dos botellas con la mitad de refino, la cual

es colocada por el padrino de la cruz. Esta será substituida a los tres días por la cruz de

madera la cual permanecerá durante todo el novenario en el mismo lugar.

Al tercer día cuando el difunto es sacado de su casa lo dejan un momento afuera,

entonces los asistentes le arrojan a la gaveta maíz seco y lo dejan descansar con la imagen

de la virgen Del Carmen, la cual se encuentra en la parte media de la caja. Durante la

procesión fúnebre van descansando la gaveta depositando un huevo y un peso sobre la

imagen de la virgen Del Carmen. Lo llevan a la iglesia para que lo bendigan, después lo

trasladan al panteón para enterrarlo y también ahí lo descansan. En esos momentos es

acompañado con una cruz de flores y todos se despiden de él.

Durante el novenario si el difunto murió por causa de alguna enfermedad toda la casa

se limpia, se barre y el trapo negro sobre el que descansaba el cuerpo se recoge y todo junto

se lleva a tirar al panteón. En las otras circunstancias barren toda la casa y la tierra que

recogen la van a depositar al panteón “como para despedirlos”. Al noveno día en la casa

del difunto se pone una ofrenda en la noche y se tocan las campanas de la iglesia, con el

53

propósito de llamar al difunto. Ese mismo día se lleva la cruz de madera para ponerla en la

tumba durante la misma noche.

Cuando entierran a las personas adultas les ponen 7 tortillas pequeñas en la mano

derecha, las cuales están envueltas en una servilleta o en el interior de un kā´xi´ (xical).

Además en la misma mano le colocan dos trozos de carne de res ahumada que va envuelta

en una hoja de maíz y amarrada. También les obsequian dinero ($14.00 a los adultos y

$7.00 a los niños). A los bebés les depositan su alimento que consiste en leche materna o

bien poca leche en polvo y un biberón vacío.

A los difuntos que fueron mayordomos o fiscales les colocan 14 tortillas pequeñas,

dos trozos de carne y 14 monedas de un peso. Estas van envueltas en un pañuelo en el caso

de los varones y en las mujeres en una servilleta bordada. A los hombres también se les

ponen 12 listones de diferente color, el pañuelo rojo que utilizaron cuando dieron su

servicio y una vela blanca.

Los que cargan el ataúd nunca son los familiares sino amigos o conocidos

(allegados), pues consideran que si su familia los lleva al panteón la ā´ni´ma´j 7 (alma o

espíritu) “se queda en el intermedio”, “se queda dentro de la casa”, es decir que el

difunto no descansa en paz. También es señal de que deseaban deshacerse de él o que no lo

querían. La gente que visitó la casa para el velorio y que van al panteón, antes de llegar a

su casa fuman un puro o se limpian con ajo con el propósito de quitarse el mal aire que

acarrearon. Los enterradores después de sepultar al difunto se van a bañar para después

regresar a la casa del muerto para ir a comer.

A las personas que murieron accidentalmente (entre ellos los suicidas) les hacen una

pequeña capilla y/o una cruz en el lugar donde murió. Recogen sus cuerpos los llevan a sus

casas, les colocan en el altar una ofrenda normal, acorde a sus circunstancias. Creen que los

ahogados van al ―infierno‖ (o inframundo), en vista de que al agua se mete a la tierra o en

las cuevas. Antiguamente los cuerpos de los abortados eran enterrados o arrojados “por

ahí” (en el campo o en los ríos) y no en el panteón. Esto debido a que se consideraba que

como no nacieron no llegaron a tener alma.

7 ā´ni´ma j́ se traduce como ánima o corazón (Aschmann, 1973: 14).

54

En este lugar existe la modalidad de entierros colectivos y generalmente familiares.

De esta manera cuando se levantan los huesos del difunto anterior les mandan hacer una

caja de madera y los ponen al lado del nuevo fallecido. Cuando alguien malo muere no lo

acompañan y la gente crea una serie de historias fantásticas entorno al difunto. Por ejemplo

si una mujer abortó cuando muere dicen que se convierte en la llorona, o que los hombres

se transforman en demonios.A través de todas las ofrendas, los rosarios, las misas (4, 7, 13

ó 14) les ayudan a las ánimas a llegar a su destino final.

La ofrenda de alimentos durante las defunciones:

Los alimentos que se ofrecen después del fallecimiento de la persona y durante el sepelio

son a base de tortillas y un guiso de carne con salsa de chile ancho, mientras que al cuarto

día y durante el novenario la comida consiste en tamales de frijol (pūlaclha)8 y tamales de

salsa roja (pūlaclîhua´)9 que son elaborados con chile ancho y con carne de puerco. Se

prepara la mitad de los tamales de frijol y la otra mitad de carne. Si son catorce van siete y

siete, pero si se depositan solamente siete entonces colocan cuatro de frijol y tres de carne.

También se prepara café y chocolate,10

los cuales son productos considerados de luto.

A los bebés lo único que se les pone de ofrenda es leche. A los abortados no se les

deposita nada, mientras que a los niños (a partir de los 2 o 3 años) les colocan tortillas, café

y chocolate. La ofrenda para adultos se divide en tres partes, una es para el santo, otra para

el difunto y la siguiente para la cruz.11

El Santo siempre es la virgen Del Carmen. Esta

debe permanecer en el altar por lo menos unas cuatro horas antes de que la puedan levantar

y repartir entre todos los asistentes. Ésta se pone en distintas ocasiones: cuando fallece la

persona, cuando lo entierran, al cuarto día, en el novenario y durante los 7 o 14 días

8 Primero se tuestan en el comal ajonjolí y chile piquín para después molerlos en el metate, posteriormente se agregan a

los frijoles cuando ya se cocinaron para que espesen, se muele el nixtamal, y se van haciendo unas tortillas grandes que se

colocan en hojas de sē´kna´palma (conocido como papatle o platanillo), finalmente se vierte el frijol sobre la tortilla y se

envuelve.

9 pūlaclîhua´ - tamal relleno de carne.

10 El chocolate es preparado con agua y maizena, no lleva leche.

11 La ofrenda para la cruz únicamente consiste en dos botellas con refino.

55

después. Esto ocurre porque se considera que todavía no se va el muerto, “no termina de

irse” y “sigue comiendo”.

Cuando muere una persona que no sirvió en ninguna festividad se le pone una

ofrenda de alimentos dividida en dos partes. La que va en el altar es para el Santo, mientras

que la que se coloca sobre el lado derecho de la gaveta es para el muerto. La ofrenda

consiste en pan, chocolate, refino, tortillas, comida con carne, vasos con agua. Todos estos

depositados en estricto orden.

Se depositan seis platos de pan (a cada plato lo acompañan con una taza de

chocolate). Dos con doce panes, tres con catorce y una con siete (en ese orden). Primero se

coloca al centro y en la parte de atrás del altar12

el plato con doce, luego a la izquierda otro

con doce, luego dos con catorce. Hacia el lado derecho uno con 14, luego uno de 7. Por

cada plato de pan va media botella de refino.

Por enfrente de los platos anteriores se colocan seis recipientes con tortillas, dos con

doce, tres con catorce y uno con siete. Primero al centro, luego a la izquierda, después a la

derecha y al final al difunto. Luego nuevamente por delante de estos se depositan seis

platos con comida con dos trozos o dos piezas de carne, siguiendo el mismo orden ya

indicado. Por cada plato de tortillas y comida va una taza de café. Al frente van cuatro

vasos con agua y dos veladoras.

Por otra parte junto al lado derecho del muerto se deposita un plato que lleva siete

panes acompañado por una taza de chocolate, media botella de refino, un plato con comida

y carne, una taza de café, así como un vaso con agua. Todo esto ordenado en hilera y

complementa todo el número de la ofrenda13

(figura 4).

12 En la parte de atrás del altar está colocada una imagen de la virgen Del Carmen.

13 Al cuarto día de fallecida la persona y en el novenario se vuelve a poner una ofrenda en la que se sustituyen las tortillas

y la comida por tamales. Estos se colocan en cada plato por partes iguales.

56

Figura 4. Ofrenda de alimentos para un difunto normal, a) Altar y b) Difunto (Ilustración Noel Carlo Lara)

La ofrenda se vuelve a colocar al día siguiente que se sepulto al difunto, pero con la

diferencia de que por cada plato de tortillas y comida se pone uno de tamales (la mitad de

frijol y la mitad de carne) colocando la misma cantidad de tamales que las que se habían

puesto de tortillas (figura 5)

Figura 5. Ofrenda de tamales para un difunto normal. (Ilustración Noel Carlo Lara)

57

Cuando el difunto fue un mayordomo la comida es especial, llamada ―ofrenda de

mayordomía‖. A las esposas de mayordomos les dan el mismo trato que al esposo.

A los Fiscales y Mayordomos les colocan en la parte posterior del altar la imagen de

la virgen Del Carmen y si sirvieron a uno o varios santos entonces también las llevan para

ponerlas en el altar. Nuevamente la ofrenda es colocada ordenadamente y en hilera. Esta

consiste en pan14

con chocolate, refino,15

tortillas, comida16

y agua. Primero y al fondo se

deposita un plato con 24 panes acompañado por una taza de chocolate,17

una corona, un

rosario de flores y una flor,18

a este plato lo acompañan, del lado izquierdo, una botella con

un litro de jeréz y de lado derecho una con un litro de refino. Hacia la izquierda un plato

con 12 panes, después dos platos con 14 panes. A la derecha nuevamente un plato con 12

panes, luego dos con 14. Todos con su respectiva taza de chocolate, su corona, su rosario y

su flor, así como media botella de refino.

Hacia adelante ponen 12 platos con 10 panes cada uno, con su respectiva taza de

chocolate, su corona, su rosario, su flor y media botella de refino. Al frente de estos se

coloca un plato de comida19

con cuatro trozos o piezas de carne, hacia el lado izquierdo

lleva tres platos con lo mismo, en la parte derecha otros tres platos. Avante un plato con 24

tortillas delgadas, hacia el lado izquierdo un plato con 12 tortillas, dos con 14 y al lado

derecho nuevamente el mismo número.

Por delante de esto se colocan 12 platos con comida acompañada de carne. Al frente

12 platos con 10 tortillas cada uno. Como ya se indicó anteriormente, por cada plato de

comida y tortillas se dispone un pocillo con café negro. Finalmente se colocan 4 vasos con

agua y dos veladoras (figura 6). De la misma manera la ofrenda se vuelve a poner al cuarto

día y en el novenario cambiando las tortillas y la comida por tamales (figura 7)

14 Cada plato de pan lleva una corona y un rosario de flores, así como una flor en medio del plato.

15 A las botellas con refino se les pone una coronita de flores.

16 Las tortillas y la comida se rodean con un rosario de flores y una flor.

17 La ofrenda de 24 objetos es para Dios, mientras que la de 7 y 14 es para el difunto.

18 Esta flor es indeterminada, aunque las más utilizadas son la sempiterna, el sempoalxóchitl y hortencias

19 Esta comida consiste en un guisado de salsa a base de chile chipotle y jitomate.

58

Figura 6. Ofrenda de alimentos para un difunto que fue mayordomo o fiscal,

a) Altar y b) Difunto (Ilustración Noel Carlo Lara)

Figura 7. Ofrenda de tamales para un difunto que fue mayordomo o fiscal. (Ilustración Noel Carlo Lara)

La ofrenda para las personas recién fallecidas es colocada durante cuatro años en el altar

familiar. El padrino de la cruz está comprometido por el mismo periodo de tiempo.

El Día de Muertos en Tepango

En Tepango la celebración de los muertos tiene lugar los días 30 y 31 de octubre, así como

1 y 2 de noviembre. Se cree que las ―almas‖ de los difuntos infantes llegan a las 12 horas

59

del día 31 de octubre y se van a las 12 del 1ro de noviembre, mientras que los adultos

arriban a las 12 del 1ro de noviembre y parten a la misma hora pero del día siguiente.

Aunque a las personas que fallecieron de manera accidental se les coloca la ofrenda 10 ó

15 días antes del día de muertos.

Las cruces del panteón las quitan, las arreglan y las pintan, para luego llevarlas al

altar familiar y las colocan junto con la ofrenda. Por otra parte las lápidas de las tumbas se

limpian y también se pintan, además se barre y desyerba todo el camposanto. Todas estas

actividades las llevan a cabo una semana antes de la celebración.

El día 30 de octubre en el mercado se pueden comprar los productos necesarios que

son utilizados para las ofrendas.20

El pan por ejemplo es llevado del estado de Tlaxcala,

aunque también adquieren el que se elabora en el pueblo y ambos tipos de panes se

combinan para colocarlos en el altar.

Los altares domésticos generalmente consisten en una mesa recargada en la pared y

sobre ésta ponen imágenes de múltiples Santos. En la parte frontal del altar los arcos están

conformados por palma (llamada kumi), sobre los cuales colocan flores amarillas de

sempoalxóchitl (kalhpu´xa´m-xa´nat), así como flores solferinas de sempiterna (pasma-

sanat, olote flor).

Igualmente el altar es adornado con flores silvestres de temporada de varios colores,

cuadros de plástico picado (simulando papel picado), panes antropomorfos o sin forma

alguna, varias frutas colgadas, velas y copal. También disponen en orden las ofrendas de

comidas y bebidas, tales como tamales, mole, chocolate, café, pan, refrescos, refino,

cervezas, agua, dulces y todo aquel alimento que era del agrado de los difuntos.

En algunas casas se observó que parte del adorno del altar consistía en papel de dos

colores, amarrados para crear figuras romboidales o circulares. Ocho en la parte superior y

cuatro en cada uno de los costados. También en algunos hogares la fruta era colgada sobre

el altar (figuras 7 y 8).

20 Aunque el 30 de octubre no coincida con el día de plaza el mercado de todas maneras se instala.

60

Llaman al muerto en el altar al igual que lo hicieron cuando falleció. En la iglesia se tocan

las campanas para llamar a los difuntos. Desde la puerta de la casa hasta la ofrenda se

coloca un camino con pétalos de flor de muerto (kalhpu´xa´m-xa´nat)(figura 9).

Figura 9. Altar del Sr. Mateo Santiago Salvador y camino de pétalos de flores.

El 1ro de noviembre es conocido por los habitantes de este poblado como Xla-lakska´t ā´n

ó ―día de los niños‖. Mientras que el día 2 se le denomina Xla-lakōlu ó ―día de los viejos‖.

Figura 7. Altar de difuntos del Sr.

Mateo Santiago López

Figura 8. Altar de muertos del Sr.

Mateo Soto.

61

La ofrenda de comida para los adultos difuntos consiste principalmente en tamales,21

diversos guisados, chocolate, café, pan, refrescos, cervezas, refino, agua y en ocasiones

cigarros o tabaco. A los infantes les obsequian tamales, chocolate, fruta y varios productos

dulces. Cuyos números son de 6 o 7 y sus respectivos múltiplos.

Se considera que los difuntos que murieron accidentalmente llegan en los días de

cuaresma. Así que la ofrenda se la depositan afuera de la casa, cada viernes, después del

miércoles de ceniza y hasta la Semana Santa. Su ofrenda consiste en un plato con 14 panes,

uno con 14 tortillas delgadas, una taza con café negro, media botella de refino y un vaso

con agua.

La razón por la que la ofrenda es colocada afuera de la casa se debe a que como no

murieron en ella, no pueden pasar la puerta. Pero esta no se les coloca durante días de

muertos, algunas personas indican que se les deposita 15 días antes (que es cuando ellos

llegan), mientras que otros refieren que es ocho días después de Todos Santos.

El culto a los muertos y la ofrenda de alimentos

En Tepango los muertos no son recordados únicamente en las festividades respectivas, sino

que en diferentes meses del año se les tiene muy presentes (por ejemplo en el mes de mayo

y a fin de año). Los rituales involucran la colocación de alimentos (pan, tamales, guisados,

mole), bebidas (agua, chocolate, refino, jeréz), incienso, velas, papel y flores de temporada

en el altar doméstico. Además de rezos, cantos y danzas.

Las agrupaciones de estos objetos en números determinados (24, 14, 12, 7 etc.), su

distribución espacial, los colores empleados, los ingredientes utilizados, los aromas que

despiden cada uno de ellos, su sabor, su textura, por mencionar solamente algunos aspectos,

constituyen evidentemente un complejo código en el que se ven reflejados múltiples

elementos de su cosmovisión.

21 La hoja de tamal que se utiliza en estos días es silvestre, la cual solamente se da durante esos días, es más delgada lisa y

brillante.

62

Para los totonacas Ichon (1990: 39) reporta que el 7 es el número que representa a los

muertos. Por otra parte los pobladores de esta localidad comentan que el número 6

representa a los niños fallecidos, mientras que el 7 es el de los adultos. Que el 24 se asocia

con Dios, en tanto que el 14 y el 7 con los difuntos.

Se puede decir que el culto a los difuntos sobrepasa cualquier frontera en esta

comunidad, pues en los pasados días ocurrió en Tepango un accidente aéreo, cuando un

helicóptero del gobierno estatal cayó y sus ocho tripulantes murieron. Pese a que estas

personas no eran oriundas de ahí les pusieron ofrenda en él sitio donde ocurrió el trágico

evento siguiendo cada una de las pautas de sus tradiciones.

Los muertos también suelen ser recordados durante los ritos agrarios y de petición de

lluvias, en la siembra y durante la cosecha, pues se considera que ayudan a que la tierra

brinde abundantemente sus frutos a los mortales. Esta manifestación no siempre es muy

clara, especialmente cuando uno desconoce mucho de la ritualidad y las creencias de las

comunidades que estudia. Por ejemplo en todas las mayordomías siempre se coloca una

ofrenda para los muertos.

En la antigüedad se creía que los muertos podían transitar los ciclos y retornar a la

tierra, para servir como mensajeros entre los hombres y los dioses. También se consideraba

que los difuntos eran capaces de regresar en forma de nubes o de diversos animales (por

ejemplo zopilotes). Ideas similares parecen estar presentes en esta población.

Danzar el tapaxuwan a los difuntos en diferentes ocasiones muestra que para este

pueblo la muerte no significa dolor ni desconsuelo, aunque evidentemente hay duelo,

también hay ―alegría‖.

En los diferentes cultos ofrecidos a los difuntos los totonacas de Tepango muestran al

igual que otras etnias múltiples reinterpretaciones sincréticas del catolicismo que se

difuminan con la actividad agraria, la naturaleza y el pensamiento dual sobre la vida y la

muerte (Arturo Gómez, mecanuscrito). Aunque por supuesto no todas las personas

comparten tales creencias.

63

Bibliografía

ASCHMANN, Herman,

1973 P. Castellano-Totonaco, Totonaco-Castellano, Dialecto de la Sierra, Serie de

Vocabularios Indígenas ―Mariano Silva y Aceves‖, Núm. 7, Instituto

Lingüístico de Verano, S.E.P., Dirección General de Educación Extraescolar

en el Medio Indígena, México, 1973 segunda impresión.

GÓMEZ Martínez, Arturo,

―La festividad indígena dedicada a los muertos: patrimonio oral e intangible

de México‖. Mecanuscrito, inédito.

La muerte entre los mayas del caribe mexicano. Mecanuscrito, inédito.

Gobierno del Estado de Puebla,

1988 Enciclopedia de los Municipios de México, Los Municipios de Puebla, Colección,

1ra edición, México, Secretaría de Gobernación.

ICHON, Alain,

1990 La religión de los totonacas de la sierra, Dirección General de publicaciones del

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Nacional Indigenista.

MURILLO Rodríguez, Silvia,

―El Alimento para los muertos en Mesoamérica‖, (mecanuscrito).

64

Los ritos funerarios en Huaquechula, Puebla.

Las representaciones sociales en una comunidad sobremoderna.

Jaime Enrique Carreón Flores

Introducción

La finalidad de este escrito radica en describir las distintas fases del trato hacia los muertos

en una comunidad sobremoderna, las cuales están articuladas alrededor de un conjunto de

representaciones y que proyectan una imagen global de la categoría de muertos en la

población de Cacalosúchil, Puebla. De acuerdo con lo anterior voy a presentar en primer

instancia los rasgos característicos de esta población para indicar su naturaleza

sobremoderna (Augé, 2000). Enseguida me enfoco a presentar un conjunto de

representaciones colectivas a través de las cuales los habitantes de esta localidad construyen

nuevos sentidos o reafirman viejos sentidos. Posteriormente hago una presentación de los

ritos que se suscitan después de la muerte. Y al final presento una serie de comentarios

globales con respecto a los muertos y la comunidad.

Cacalosuchil de Ayala

El municipio de Huaquechula se localiza en la parte centro Oeste del estado de Puebla. Sus

coordenadas geográficas son los paralelos 18º 40'06" y 18º 51'48" de latitud norte y los

meridianos 98º 21'18" y 98º 39'36" de longitud occidental. El municipio colinda al Norte

con los municipios de Atzitzihuacan y Atlixco, al Sur con el municipio de Tlapanala, al

Este con el municipio de Tepeojuma, al Oeste con el municipio de Tepemaxalco (INEGI,

2005).

La vida de esta población se agita entre muy variados frentes y situaciones. Sin

embargo, es difícil abarcarlos en este breve espacio por lo que solamente voy a hacer

referencia al aspecto económico. A grandes rasgos, la economía de este pueblo depende de

dos factores. Un factor interno se caracteriza por presentar grupos que establecen una

continuidad, ligada físicamente al lugar de origen; en primer lugar, aparece el grupo

dedicado a cultivar la tierra y cuidar ganado; en segundo lugar, hay otro grupo que durante

65

su juventud migró a las ciudades, allí aprendieron un oficio, el cual practican al regresar a

su lugar de origen, los hombres de este grupo se encargan de enseñar a los jóvenes y

prepararlos para el momento que emigren y para que mantengan una dinámica que oriente

internamente los dineros enviados desde el exterior; en tercer lugar aparece una fuerte

estructura de servicios, la cual se compone de pequeños talleres de herrería, papelerías,

carnicerías, tiendas y talleres de reparación de automóviles. También hay un factor externo.

Existe un grupo que ha estudiado una carrera técnica o profesional y desempeña su

trabajo en las ciudades de Puebla, Atlixco e Izúcar de Matamoros y no pierde contacto con

su ―pueblo natal‖; otro grupo de individuos logró arraigo en la ciudad de México y sólo

regresa en fechas importantes para la familia, en eventos tales como la muerte de un

familiar, la fiesta del santo patrón y la fiesta dedicada a los muertos; finalmente está otro

grupo conformado por aquellos individuos que han emigrado a Estados Unidos y Canadá,

quienes mantienen un estrecho contacto con el pueblo y con su familia a través de las

―remesas.‖ En suma, la estructura económica de la población permite entrever tres espacios

perfectamente diferenciados que caracterizan la vida de esta comunidad: 1) comercio y

servicios, 2) trabajo agrícola, 3) el trance migratorio de varios tipos. Estos espacios

delinean grupos socialmente diferentes.

En este contexto, podemos afirmar que la comunidad, vista así, actúa y se construye

de acuerdo a las condiciones que configuran su cultura (Wolf, 1986). Esta es una realidad

que puede se le llamar comunidad extendida (Oehmichen, 1999), comunidad imaginada

(Anderson, 1997) o comunidad desterritorializada (Giménez, 2000). Sin embargo es preciso

verla como espacio que delinea ambiguamente las fronteras entre lo rural y lo urbano, que

implica la pluralidad de trabajos y ocupaciones, y donde la presencia física ya no importa

tanto para el desarrollo del sentido y la identidad.

Las representaciones en torno de la muerte

La reflexión rápida sobre esta realidad nos lleva a considerar que las expresiones culturales

tienden a ser más heteróclitas. En realidad no es así, puesto que habría que ver que la

estructura cultural está acorde con las premisas de temporalidad que surgen de una matriz;

en tanto que la estructura social tiene que ver con los procesos político y económico que

66

establecen un orden (Chartier, 1999:44). Esto significa que el plano social presenta puntos

de unión que permiten manejar el plano individual y colectivo para conformar una

comunidad. Este es justamente el universo de las representaciones que se despliegan

alrededor de la muerte.

Son varias las representaciones que manejan en torno a la muerte. En primer lugar

aparecen las representaciones sobre el lugar hacia dónde va la persona al morir. Dicen que

―el morir‖ es presentido o anunciado. Presentir es un verbo propio de las personas, en tanto

que anunciar es de los animales, por ejemplo cuando alguien escucha un perro que aúlla

piensa que próximamente alguien morirá. Esta idea compartida socialmente sugiere una

comunicación entre dos mundos.1 De allí que cuando la persona agoniza se dice que

―comienza a caminar‖, o sea, a recordar los caminos por donde anduvo, acciones que

realizó y en su mente aparecen las imágenes de lo que fue su vida, los lugares, las tierras y

todo aquello con lo que tuvo contacto. Indican que su agonía puede ser tranquila, lo que

equivale a una vida templada, sin sobresaltos; otros en cambio ―se jalonean, gritan y hacen

gestos cuando en su vida obraron mal... debían muertes... eran brujos‖.

En segundo lugar aparecen representaciones sobre el tipo de muerte. La población

distingue entre ―morir‖ y ―fracasar‖. Acontece un ―fracaso‖ cuando alguien muere por

accidente e intempestivamente; esto es, sólo es ―fracaso‖ cuando la muerte interrumpe la

vida de manera violenta y fuera del hogar. Incluso si se muere de alcoholismo fuera de la

casa se le considera un ―fracaso‖. Por su parte, el ―morir‖ incluye enfermedades endémicas

—se le agregan actualmente el cáncer y el SIDA—, las cuales son tomadas por causas de

muerte ―natural‖, —nuevamente aparece el alcoholismo— siempre y cuando la persona

muera en su casa o en el hospital.

En tercer lugar aparecen representaciones sobre el lugar de la muerte. Aquí se

relaciona la muerte con el lugar de origen; por ejemplo, cuando algún migrante muere en

los Estados Unidos, ―la gente del mismo pueblo que vive allá se organiza para enviarlo de

regreso y que sea enterrado en el panteón del pueblo‖. El pueblo es el origen: ―allí nací, de

1 Una idea que circula entre los habitantes de esta comunidad es que si uno quiere ver lo que ven los perros basta con

ponerse en los ojos un poco de las lagañas del animal.

67

allí soy‖ como lo indicó una persona cuando se le cuestionó el por qué de querer que fuera

enterrada en su pueblo.

Otra categoría de representaciones toman en cuenta la edad de la persona al morir.

Este tipo de representaciones se caracteriza por señalar la importancia de los muertos en

diferentes categorías que se mezclan con las representaciones anteriores y establecen un

orden para explicar el universo de los muertos. Indican que hay muertos chiquitos, muertos

grandes y accidentados; por eso es que para la familia, la fiesta de muertos tiene que

establecerse de acuerdo a la categoría de la persona muerta.

Por último aparecen representaciones sobre los muertos. Está muy arraigada la

creencia sobre desprendimientos del cadáver: por ejemplo creen en la existencia de las

―ánimas‖ —a veces les llaman ―aires‖— que vagan por la tierra y son susceptibles de

alojarse en el cuerpo de los vivos y causarles trastornos ―patológicos‖; incluso señalan que

hay lugares donde su existencia es incuestionable, por ejemplo el panteón o las barrancas.

Las representaciones también afirman la existencia de la ―sombra‖, la cual es central

durante el acto ritual conocido como ―levantar la sombra‖ o ―levantar la cruz‖. Las

―sombras causan susto‖ y la víctima puede morir de ese padecimiento; una de las formas

comunes para elicitar esta imagen es través de la frase ―se le apareció el muerto‖.

En este punto, quiero aclarar que una ―sombra‖ no es igual a un ―aire‖. Un ejemplo

de esta diferenciación se suscita cuando un hombre fallece en la calle, pues, de este suceso

surge la necesidad de ―levantar la sombra‖, acto que se realiza ocho días después, Dejar la

cruz en el lugar donde falleció la persona es un proceder que se considera malo, dicen que

―el muerto va a espantar‖. Este es un aspecto muy diferente a la acción de ingresar al

cuerpo por parte de los ―aires‖.

Ahora bien, las representaciones en torno de la muerte implican dos niveles: el plano

espacio-temporal y el plano de la persona. En el primero aparecen relaciones que fijan

parámetros de acción a partir del orden y el desorden, del adentro y el afuera. El segundo

plano se expresa a través de la relación entre lo mayor y lo menor, la ―sombra‖ y el ―aire‖.

Por lo tanto, la dimensión espacio-temporal y la dimensión de la persona son ejes de un

manejo conceptual durante los ritos que se celebran en ocasiones dedicadas a los muertos

68

para proyectar un mecanismo que explique la necesidad de estos ritos frente a la irrupción

de la muerte.

La muerte y su enfrentamiento

Cuando una persona muere es objeto de un trato ritual que abarca un periodo aproximado

de dos años. El objetivo de este elaborado ritual es el enfrentar la muerte, una actitud que

va a estar regida por los temas básicos que se desprenden de las representaciones. En

referencia al rito, éste es susceptible de ser dividido en etapas a la manera de cómo lo

sugieren Gennep (1986), Turner (1980) y Leach (1972), incluso Bloch (1992). Del mismo

modo cada etapa presenta una serie de episodios (Vogt, 1993) a través de los cuales se

establece un principio de elaboración ritual. A continuación muestro las partes y episodios

de los que se compone el ritual dedicado a los muertos en la población de Cacalosúchil:

A. La velación del cuerpo

preparación del cuerpo

levantamiento del cuerpo

la misma velación

despedida del cuerpo

misa de cuerpo presente

trayecto al panteón

entierro

novenario

B. Levantamiento de sombra

velación de la cruz

levantamiento de la cruz

despedida de la cruz

trayecto a la iglesia

misa a la cruz

trayecto al panteón

colocación de la cruz

C. Ofrenda Nueva

recibimiento

endonación

despedida

D. Cabo de año

Novenario

velación de la cruz

trayecto a la iglesia

misa a la cruz

trayecto al panteón

colocación de la cruz

E. La fiesta de muertos

recibimiento

endonación

despedida

repartición

69

Varias de estas actividades tienen un carácter repetitivo, es decir estamos frente a pequeñas

moléculas altamente cargadas de procesos simbólicos, sin embargo, vamos a enfocarnos en

su naturaleza que las hace ser parte de un sistema ritual mayor (Smith, 1989), esto es, del

ciclo de vida y permite establecer una serie de patrones sobre el enfrentar la muerte. Así

que paso a describir parte de esos episodios, teniendo presente el lugar que ocupan en el

ritual dedicado a los muertos.

Después de morir, rápidamente el cuerpo es cubierto con una sábana blanca y le

cubren el rostro con un pañuelo rojo. La justificación de este acto es que ―nadie debe verle

la cara puesto que ya fue juzgado por Dios y nadie puede juzgarlo‖. También es dibujada

una cruz de tierra —en el punto donde murió la persona— y colocan una cera y un vaso con

agua. El cadáver permanece en el lugar donde sucedió la muerte hasta que los parientes

consiguen una mesa donde colocan el cuerpo.

La posición del cuerpo sobre la mesa permite ver que la cabeza está orientada hacia el

altar del hogar, lugar donde están todas las imágenes religiosas, es decir, la cabeza está

dirigida hacia un mundo sobrenatural. En cada una de las esquinas de la mesa se pone un

candelabro con una cera encendida; abajo de aquella se deposita la ropa del difunto que

también será enterrada junto al cuerpo. Finalmente las manos son entrelazadas a la altura

del pecho para sostener un crucifijo. De todo esto se encarga quien será el ―padrino de

cruz‖ que a su vez la costumbre indica que debe ser el padrino de bautizo. Él se encarga de

subir el cuerpo a la mesa, de vestirlo.2 Después del mediodía, la gente adulta y cercana a la

familia arriba para ofrecer ceras y flores blancas, bolsas de maíz, chile y fríjol.

En la noche, la velación inicia y llegan los vecinos, penetran a la vivienda, saludan, se

dirigen hacia donde está la mesa con el ataúd y el cadáver, se persignan y encienden una

cera, luego depositan las flores y se retiran a un costado del cuarto donde permanecen

varios minutos antes de pasar a retirarse; antes de que se vayan se les ofrece café. El

cadáver nunca debe quedarse solo, razón por la que varios parientes permanecen en el

cuarto cuando ya nadie llega a la velación.

2 A veces al difunto se le viste con túnicas de un color específico que representa o alude a un santo, por ejemplo el color

azul refiere a San Pedro o el café a San José. Aunque ya es una práctica que tiende hacia su desaparición.

70

En el transcurso de la noche también se presenta una banda de música a cuyos

integrantes se le ofrece aguardiente y cigarros. También asiste "el rezandero", que

gradualmente es sustituido por mujeres. Durante la noche se ofrece café y no se sirve

chocolate debido a que ―es muy oloroso y caliente‖, tomarlo en esos momentos propicia al

individuo a sufrir ―aires de muerto‖, dada la abundante presencia de ―ánimas‖ que —

piensan— ―vienen para guiar la nueva esencia del difunto‖.3 A los hombres que asisten se

les sirven bebidas embriagantes, aguardiente y ron, acompañados de refresco de cola. Nadie

se emborracha y quien lo hace es invitado a retirarse. La velación es un tiempo crucial

dentro de la estructura ritual del trato al cadáver, pues inciden cuestiones espacio-

temporales y concepciones sobre la persona que establecen un marco cognitivo.

Al día siguiente, aparecen varias mujeres que se encargan de preparar los alimentos

que serán ofrecidos a los parientes que han pasado la velación. Los frijoles, el chile y el

maíz son preparados para ofrecerse a los asistentes: los fríjoles son cocinados; los chiles

son machacados y se les añade cebolla picada y jugo de limón. Esta comida es la única que

aparece en este contexto lo cual mueve a preguntarse del porqué de esta condición. Alegar

que el aspecto económico es fundamental para explicar este alimento no permite avanzar

mucho en la comprensión de su papel en el ritual funerario. Creo que en esos momentos, las

cosas y los hombres adquieren una categoría especial. Es necesario recordar que los frijoles

son entendidos con una naturaleza fría, las flores y ceras son blancas, el café en este

contexto es considerado como caliente, pero no oloroso; en contrapartida, el ambiente está

lleno de entidades, ―los aires de muerto,‖ relacionados a lo caliente. Así, la idea que bulle

es que el armazón ritual aboga por un equilibrio entre lo frío y lo caliente, a partir del cual

es posible restituir el orden al que se integran todos los grupos que dan vida a la

comunidad.

Cuando llega el féretro, en su interior depositan la ropa con la que murió la persona,

sobre ésta se coloca el cadáver y en esos momentos es vestido por el padrino. Una vez

terminado ―el rezandero‖ inicia un rosario. Termina el rezo y comienza el ―despedimento‖

del difunto. Para ello lo sacan del cuarto grande. Previamente han conseguido a los que

3 La pregunta surgió a raíz de haber participado en la fiesta de muertos y encontrarme que uno de las bebidas básicas es el

chocolate.

71

cargarán el féretro, quienes tampoco deben ser parientes, pues, dicen que dan la impresión

de que ya quieren que se vaya el muerto.

Según la costumbre, siempre los pies deben ir por delante. Esta es una posición que

permanece a lo largo del recorrido a la iglesia y al panteón. Primero salen al patio y voltean

el cuerpo para que sus pies apunten hacia la entrada del cuarto donde vivió, después invitan

a que la ―persona‖ se despida de su huerto, de la cocina.4 Terminan y salen hacia la calle,

ahí nuevamente el cuerpo es volteado para que esta vez se despida de su casa. Mientras los

músicos tocan ―las golondrinas‖, las mujeres empiezan a recoger las flores y ceras. En cada

una de estas partes, una persona ligada al padrino de cruz se encarga de encender un

cohetón; es un aviso del desarrollo del rito para los habitantes que quieran participar de este

evento.

Cuando ha terminado la despedida, nuevamente colocan el cuerpo con los pies hacia

delante y las mujeres, que ya también han salido a la calle forman dos hileras. El orden de

las mujeres está en oposición a los hombres que van en la parte de atrás y caminan de

manera desordenada. No hay ninguna distinción para que las flores ocupen el lado derecho

o las ceras lo hagan. Por la parte central van dos niños, uno ahuma con incienso y el otro

marca con pétalos de flor el camino por donde va el cadáver.5 El trayecto tiene como punto

intermedio la iglesia donde se celebra una misa, después reinician la procesión y el viaje

hacia el panteón. En la salida del pueblo nuevamente al cadáver se le cambia de posición

para que se despida de su pueblo; todo al compás de la música de la banda. Al terminar, se

vuelve otra vez con los pies hacia delante.

Antes de continuar es necesario comentar o reflexionar que un ambiente ―frío‖ rodea

todas las actividades referidas al cadáver. También llama la atención que la cabeza apunta

siempre hacia lo que se deja atrás, en un primer momento el altar, posteriormente la casa, la

iglesia y la comunidad. La idea es que el cadáver camina. Por otro lado, lo hace desde un

caos a un orden, recordemos que la mujer es quien abre el espacio al paso del difunto,

digamos que es un acercarse al orden superando el desorden, representado por los hombres.

4 Lo que se suele decir es lo siguiente: ―Nombre de la persona‖ despídete de tu ―objeto, cuarto del que se despide‖ y dale

las gracias por haber estado contigo.

5 A veces son niñas, lo que interesa es que sean ―angelitos‖.

72

Cuando entran al panteón, el rezandero dirige el ataúd hacia una tumba que, según

dicen, pertenece a la primer persona enterrada en ese panteón; ―a la presidenta le piden

permiso para sepultar a alguien‖. Después caminan al lugar donde será enterrada. El lugar

tiene la siguiente orientación: hacia el poniente la cabecera y al oriente los pies; la fosa es

larga y encima le colocan una losa por lo que se convierte en una cavidad por donde debe

entrar el féretro.

Colocan el féretro a un lado de la fosa, luego es abierto para quitar el crucifijo que

tiene el ―difunto‖ en sus manos y ponerle un jarrito al costado. Del mismo modo es

aprovechado por los parientes cercanos para la despedida final; es un momento donde las

lagrimas afloran y las emociones se desbordan, sobre todo en las mujeres, mientras que los

hombres permanecen callados, pero no por ello son ajenos al dolor. Cierran el féretro y

siguiendo las instrucciones del rezandero lo introducen a la cavidad. El procedimiento es de

tal forma que primero entra la cabeza del difunto.

Una vez dentro se le coloca la ropa que colocaron debajo de la mesa y la tierra en

donde reposó el cuerpo y comienzan a enladrillar la entrada. Terminado pasan rápidamente

a cubrir la fosa con tierra. Ya que se terminó, las mujeres comienzan a depositar las flores y

el padrino de cruz se encarga de colocar una cruz provisional, la cual a los ocho días será

reemplazada por la nueva cruz.

La inhumación debe seguir estas actividades de tal manera que finalice justo en el

ocaso. Invariablemente este es un procedimiento que se repite sin cesar. Finalmente la

gente que asistió es invitada a asistir a comer a la casa de la familia del difunto. Quienes

asisten comen frijoles y toman algunas cervezas. Así, la noche empieza a invadir al día y

cada uno de los asistentes se retira a su casa; incluso los familiares que llegaron de fuera.

Levantar la sombra

Al día siguiente del entierro comienza el novenario organizado por una mujer. Al término

de este periodo que ellos denominan ―ocho días‖ se organizan para realizar el

levantamiento de la cruz o de la sombra. En esta parte del ritual nuevamente los episodios

del trato del cuerpo son repetidos con la cruz y culminan con la sustitución de la cruz de

73

ramas con la nueva que a veces es de madera o metal y ocupa su lugar en la cabecera de la

tumba. Si bien con anterioridad fue el cuerpo el que ocupa un lugar central, en esta parte el

asunto está dirigido a un elemento no corporal que tiene una naturaleza peligrosa para los

vivos y que es necesario erradicarla. Sin embargo, el objetivo primordial según se puede

ver a partir de las representaciones esbozadas es que son parte de un proceso de

reconstitución que permite establecer un orden. Esto es, se busca restituir un elemento que

configura a una persona añadiendo un nuevo elemento al cuerpo enterrado.

La ofrenda nueva

De la misma forma se manejarán posteriormente. Al ánima que regresa por primera vez se

le recibe con la ofrenda nueva, este es un momento intermedio que se caracteriza por su

liminalidad (Turner, 1988) y donde entra en juego toda la población a partir de una

actividad que ellos denominan ―gorreadas‖. La costumbre indica que el 28 de octubre debe

recibirse a las almas de las personas que "fracasaron"; del 31 del mismo mes reciben a las

ánimas de los muertos "chicos". Finalmente, el día primero de noviembre esperan a los

muertos grandes. Hay una especie de ordenamiento temporal que permite determinar que

quienes mueren antes del 29 de septiembre se les puede recibir por primera vez en el mismo

año que murieron; quienes mueren después de esa fecha son recibidos hasta el año

siguiente.

La ofrenda nueva se presenta como una serie de rústicos altares, compuestos por

mesas, ubicadas una sobre la otra y en pirámide. Esta estructura siempre se coloca en el

interior del cuarto grande, donde suele ocupar el lugar del altar doméstico. Las imágenes

que lo componen se distribuyen a lo largo de la ofrenda, y presenta una ornamento bastante

elaborado. Sobre la superficie de las mesas, en cada uno de los niveles, colocan la ofrenda y

algunos objetos; entre los pisos, casi siempre dentro de una oquedad, colocan una fotografía

del individuo, cuya ánima recibirán los parientes y que proyecta, a través del reflejo de una

pequeña luna, la imagen de la persona a quien se le dedicó el altar.

La gente del pueblo después de que ha recibido a sus muertos sale a las calles en

busca de una ofrenda nueva. Llevan ceras que entregan a la persona que preside la ofrenda

74

nueva y después pasan a comer mole, atole, pan y tamales. Muchos jóvenes participan de

este evento, jóvenes que muestran los rasgos que les caracterizan de la influencia citadina o

del ―norte‖. En términos muy precisos la ofrenda nueva es el reconocimiento social al

ánima.

Cabo de año

Cuando el sujeto cumple un año de haber muerto aparecen nuevamente en su familia una

serie de actividades que tienen un estrecho parecido a las que se desarrollan cuando la cruz

es levantada. La finalidad de estos episodios es la plantación de otra cruz en la tumba. Es el

termino del trato al difunto.

Comentarios finales

Enfrentar la muerte es una actitud crucial para la población que se encuentra aparentemente

difuminada a causa de los contextos de ―globalización‖ en los que participa. Creo que, en

medio de esta ―vorágine modernizadora,‖ es posible asumir la construcción de la

comunidad sobre la base de diferentes representaciones capaces de dar coherencia a un

escenario. En el caso que presento, la idea que sugieren las representaciones se basa en un

proceso de gestación visto de manera inversa, es un procedimiento en el que el cadáver es

visto como un producto que la vida ha parido y se encarga de sobrellevar su cuidado para

que pueda ocupar la posición de ―abuelito‖, gente que puede ser considerada como la

semilla primordial de la población.

La relación que mantienen estas representaciones tiene la singularidad de que no es

producto de una determinación en última instancia. La idea es que la realidad existe y debe

encontrar puntos de unión que se caractericen por manejar el plano individual y colectivo

para conformar una comunidad. Allí se construyen las representaciones, las cuales son

retomadas por los diferentes grupos para realizar un consumo de manera activa. Y es aquí

justamente, donde la muerte tiene un lugar clave y básico para la reproducción de la

75

identidad comunitaria, pese a los diferentes espacios en los que se desenvuelven cada uno

de los grupos.

No solamente las nuevas realidades pueden fomentar la construcción de nuevas

representaciones, también entra en juego la memoria que se trasluce detrás de las

representaciones reseñadas en este trabajo. En este sentido es pertinente indicar que las

manifestaciones nemotécnicas remiten a la existencia de complejos culturales,6 los cuales

coadyuvan a representar la vida social, instituciones y, del mismo modo, orientan la

construcción de representaciones que pudieran explicar las diversas expresiones

performativas de la vida social. Así, las representaciones de la muerte, referidas a un

complejo cultural, indudablemente afectan las diversas actividades que se suscitan después

del óbito e integran una lógica cargada de significado a lo largo del trato ritual a los

muertos y las actitudes frente a la muerte.

En referencia al ritual, Galinier (1990) señala que éste es un dispositivo nemotécnico

que fija a intervalos cíclicos o irregulares ciertas modalidades de percepción del espacio y

del tiempo mediante una serie de acciones que siguen un guión. El enunciado anterior

permite asumir la existencia de principios subyacentes en el ritual7 y sugerir que los ritos

conforman un orden que se explica a través de la representación. Consecuentemente, en el

ritual, las coordenadas espacio-temporales se despliegan sobre el carácter de las

representaciones, las cuales logran integrar una idea sobre la persona.

Ahora bien, los ritos referidos a la muerte no sólo tienen que ver con aspectos

relacionados con la condición del cadáver, del trato que se le otorga al muerto, también

implican cuestiones que hunden sus raíces en modelos explicativos del universo e incluso:

El ritual trasciende con amplitud el marco de la religión stricto sensu, si se considera como

propuesta mínima la conocida definición de Tylor de la ―creencia en seres sobrenaturales.

(Galinier, 1990:35)

El planteamiento también permite superar la oposición entre lo sagrado y lo profano y

mostrar varias secuencias o episodios rituales sin tener que establecer límites o fronteras —

6 Utilizo la expresión de Alfredo López Austin (2001), quien argumenta la existencia de complejos culturales construidos

gracias a la relación que mantienen los hombres con el medio ambiente.

7 La idea también es propuesta por Bloch (1992) quien asume que el factor violencia es el eje sobre el cual se arman los

perfomance rituales.

76

que a veces funcionan más como camisa de fuerza. Así, lavar el cadáver, limpiar el cuerpo,

cambiar la vestimenta, levantar la cruz, velar el muerto, comer o rezar, son episodios

rituales que expresan un modelo explicativo del universo que no descansa sobre la

oposición sagrado-profano o de un sistema religioso sino de su capacidad para articular

diversas representaciones en torno de la muerte.

77

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79

Cosmovisión e identidad

80

El campo semántico del endoetnónimo otomí oriental: nyũhũ o

yuhú1

Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez

El propósito de este texto es presentar algunas cuestiones generales sobre los campos

semánticos y, específicamente, sobre el campo semántico del que forma parte el término

con que, en su propia lengua, los otomíes orientales llaman al grupo étnico del que forman

parte y a su propia lengua, para arribar a algunas hipótesis respecto a la identidad

etnolingüística otomí oriental, en el sentido en que Bartolomé daba cuenta de los trabajos

antropológicos [...].

[...].que se han aproximado a la identidad desde el ámbito de la psicología social, desde las

nociones culturales, o a partir de las categorías inconscientes profundas que revelaría el análisis

estructural. (Bartolomé, 2005: 42)

El concepto de campo semántico y otros cercanos tienen muy variados antecedetes.2

Arbitrariamente arrancaremos con El proceso ritual, texto en que Turner da cuenta del caso

1 Una versión más extensa del argumento presentado en este texto, apareció como ―Campos semánticos y

otomiorientalidad‖, en Heiras, 2006: 207-236.

2 El concepto de campo semántico ha sido utilizado normalmente para dar cuenta de la extensión de una categoría, por

ejemplo, la categoría ―mueble‖, en la que estarían incluidos, entre otros, los miembros: ―silla‖, ―mesa‖, ―cama‖,

―refrigerador‖, ―sillón‖... En este ejemplo, ―silla‖, ―mesa‖, etc., conformarían el campo semántico ―mueble‖, en el sentido

de que serían miembros de dicha categoría o categorías de un solo dominio, diversos taxa subordinados a un taxon

supraordinado. Goodenough declara que ―[l]os estudios de semántica revelan que las formas culturales designadas por las

palabras tienen una organización sistemática en virtud de los sistemas en que se contrastan unas con otras. [...] Junto con

todas las demás categorías que también se mantienen en inmediato contraste con ellas, constituyen un dominio semántico

[...]. Las formas semánticas y afines de análisis nos permiten dividir las palabras que usa la gente y las formas culturales

en que se ordenan‖ (Goodenough, 1975 [1971]: 201-202). Pottier distingue campo léxico de campo semántico,

contemplando el primero ―todas las palabras que designan un mismo sector de la realidad mientras que el segundo se

dedica a un solo término que puede tener muy diversas utilizaciones‖ (Pottier, dir. et al., s.f.: 53). En este sentido, podría

ser útil el concepto de Lakoff de ―categoría radial‖: ―una categoría compleja que contiene un prototipo o miembro central

al cual están adosadas cadenas conceptuales basadas en extensiones [p. 127], relaciones metonímicas y relaciones

metafóricas‖ (Palmer, 2000 [1996]: 127-128). En nuestro caso, estaríamos haciendo un análisis del campo semántico, en

un sentido cercano al enunciado por Pottier, construido a partir del lexema n‟yũ (Galinier) o yu (Echegoyen et al., 2005),

aunque no justo en el sentido enunciado en Pottier, dir. et al. (s.f.), puesto que se no se trata de un solo término, sino de un

conjunto de ellos, derivados de uno solo o un conjunto limitado de éstos; se trataría de una interpretación derivada del

rastreo de una categoría radial, siguiendo a Lakoff, cuyo prototipo o miembro central sería el lexema, sustantivo o raíz

nominal n‟yũ o yu. En otros términos, rastreamos las proyecciones polisémicas en virtud de las cuales un solo lexema (yu

81

ndembu como uno en que se ofrecen abundantes exégesis a manera de etimologías, sean o

no pertinentes para un etimólogo de las lenguas bantúes, y abunda en el procedimiento:

Debo apelar a la tolerancia del lector por el hecho de tener que citar una serie de términos

vernáculos, ya que una parte importante de la explicación que dan los ndembu de los símbolos se

basa en la etimología popular. Para ellos, el significado de un símbolo determinado suele derivar,

aunque no siempre desde luego, del nombre que se le atribuye, cuyo sentido procede a su vez de

una voz principal o étimo, a menudo un verbo. Los investigadores han demostrado que, en otras

sociedades bantúes, ésta suele ser un proceso de etimologización ficticia, en función más de una

semejanza de los sonidos que de la derivación a partir de una fuente común. No obstante, para ellos

mismos constituye parte de la «explicación» de un símbolo ritual, y lo que nos proponemos en

estas páginas es descubrir «el punto de vista propio de los ndembu», lo que ellos mismos sienten y

piensan acerca del ritual. (Turner, 1988 [1969]: 22-23)3

Este procedimiento de contagio de sentido es consciente entre los ndembu, según muestra

Turner.4 Se tratan, sin embargo, de derivados verbales que, hasta cierto punto, se

encuentran en la consciencia del hablante de cualquier lengua. Hasta cierto punto en el

sentido no de que el hablante sea consciente de la gramática, sino en el de que reconoce

o yũ) aparece en los más diversos campos semánticos (en el sentido más empírico del término), buscando dar cuenta de las

representaciones emic de los otomíes orientales respecto a sí mismos.

3 ―El que la explicación etimológica de los nombres de objetos y actos rituales sea verdadera o falsa carece de

importancia; los ndembu no hacen sino recurrir a la homonimia, uno de los procedimientos que más enriquece el

contenido semántico de las lenguas en general y que puede describirse como una especie de juego de palabras serio. El

enriquecimiento semántico se consigue cuando dos palabras de sonido similar y etimología distinta pueden prestarse

recíprocamente algunos de sus sentidos‖ (Turner, 1988 [1969]: 73).

4 En ―Simbolismo ritual, moralidad y estructura social entre los ndembu‖, Victor Turner (1999 [1960]: 53-64) discute la

―estructura semántica‖ de algunos símbolos de la cultura ndembu; encontramos en él un antecedente importante en la

aplicación de esta categoría analítica. Comienza Turner con la advertencia del sentido del verbo ku-solola = hacer visible,

revelar, para llevar su exposición hacia los derivados de éste: musoli, isoli o chisoli, y musolu. Del árbol musoli se

construye el altar con que se propicia ―a los espíritus de los parientes difuntos del cazador‖, ya que el fruto de ese árbol

atrae a diversas piezas de caza, ―hace la caza «visible»‖ (ibid.: 53). Con musoli se hace también medicina para curar la

infertilidad de las mujeres, ―«hacer visibles a los niños»‖ (ibid.: 54) y, por el mismo mecanismo, hacer visibles (por

confesión pública) los rencores entre los miembros del poblado que han provocado la irritación de un espíritu, así como

para extraer a este último del diente del enfermo en que se ha alojado, hacerlo visible (idem.). Los términos isoli o chisoli

= lugar de la revelación, se refieren ―a sitios especialmente consagrados usados en las fases finales de los rituales

importantes, en las que se celebran ritos esotéricos y se revelan a los iniciados las cosas secretas‖ (idem.). Finalmente,

musolu designa el ritual ―para atraer o «hacer visibles» las lluvias cuando éstas se retrasan‖ (idem.). En su análisis, Turner

muestra claramente cómo los símbolos son instrumentalizados en el ritual en consideración a un contenido semántico

derivado de una etimología popular.

82

que, por ejemplo, las conjugaciones de un verbo son realizaciones de éste o, si se prefiere,

son parte del mismo paradigma verbal.

En miras no a la gramática sino a los contagios de sentido, nuestro parecer es que la

―estructura semántica‖ (Turner, 1999 [1960]: 53-64) no requiere necesariamente de la

consciencia del sujeto para ser reconocible por el investigador. Ya Lévi-Strauss lo suponía

cuando escribió:

Las palabras resultan también contagiadas por sus homófonas, no obstante las diferencias de

sentido. Si se invitara a un gran número de personas a proporcionar las asociaciones libres

suscitadas por la serie: quintette, sextuor [...], me sorprendería mucho si dichas asociaciones

resultaran relacionadas sólo con el número de los instrumentos, y si el sentido de quintette no

estuviera hasta cierto punto influido por quinte (de toux); el de sextour por sexe.27 Michel Leiris ha

iniciado el estudio de esta estructuración inconsciente del vocabulario, cuya teoría científica está

aún por hacerse. Sería un error ver en esto un juego poético y no la percepción, como por un

telescopio, de fenómenos muy alejados de la conciencia clara y del pensamiento racional, pero

cuyo papel es capital para una mejor comprensión de la naturaleza de los hechos lingüísticos [...]

27 Quintette, sextuor [...]: quinteto, sexteto [...], respectivamente; sexe, sexo; quinte, ataque o acceso de tos

(toux). [T.] (Lévi-Strauss, 1994 [1958 y 1974]: 132-133).

―[...] de los hechos lingüísticos‖ que son, por definición, culturales. Con objetivos

completamente distintos a los de Lévi-Strauss, Palmer presenta algunas notas respecto a la

Guerra del Golfo en la última década del siglo XX y al presidente de Estados Unidos de

América, George Bush:

Fue fácil encontrar un motivo importante que suscitara el entusiasmo de los americanos por la

campaña militar: el presidente Bush enmarcó la campaña en una retórica pensada para concitar el

apoyo al castigo del presidente iraquí. Al mostrar la guerra como una batalla apocalíptica entre el

bien y el mal [...] [Labash y Greenberg 1991], el presidente [norteamericano] pintó al presidente

iraquí Saddam Hussein, ciertamente despiadado y cruel, como el agresor perverso, como un «nuevo

Hitler» de «una brutalidad sin precedentes». Con evidente falta de respeto, Bush solía pronunciar

incorrectamente el nombre de pila de Hussein como [sædm] en lugar del árabe [sadám], de modo

que la primera sílaba rimaba con sad, ‗triste‘; con el acento en primera posición, el nombre evocaba

términos fonológicamente similares como sadism ‗sadismo‘, Sodom ‗Sodoma‘ y Satan ‗Satán‘,4

que conjuran depravación de la peor especie. No está claro si ese juego de palabras era deliberado o

sólo consecuencia del acento tejano de Bush.

4 En inglés americano, las sílabas iniciales de estas palabras se pronuncian [sæd/sad], incluyendo Satan

[sædn]. (N. del T.) (Palmer, 2000 [1996]: 150)

83

―No está claro si ese juego de palabras era deliberado o sólo consecuencia del acento tejano

de Bush‖ y, efectivamente, no cambia nada el que el juego de palabras haya sido consciente

o no. En el discurso de los Bush y de muchos estadounidenses, Sædm = Sadam, y por

metonimia los musulmanes y los árabes son el Sædn = Satán a detener. En este punto,

resulta irrelevante para la interpretación la consciencia del actor (aunque su consciencia es

la prueba más clara de la pertinencia de la interpretación); la comprensión se da en el marco

del campo semántico inscrito en la lengua, así sea este campo ‗real o no‘, ‗filológicamente

rastreable o no‘, ‗etimológicamente pertinente o no‘.

La tesis fuerte del texto que presentamos sería, siguiendo a Joan L. Bybee, la de que

―dentro de una única lengua es posible disponer las construcciones léxicas [...] nominales

sobre una escala de relevancia que va desde las formas flexivas [...] hasta las que aglutinan

raíces en sustantivos compuestos‖ (Palmer, 2000 [1996]: 291) y que ―las semejanzas

fonológicas implican semejanzas semánticas‖ (ibid.: 329). En este sentido es que no es

necesario comprobar filológicamente que todas las categorías del campo semántico deriven

efectivamente de una misma palabra antigua; es suficiente constatar las semejanzas

fonológicas para explorar los contagios de sentido, de manera que el campo semántico n‟yũ

o yu estaría formado tanto por las palabras que derivan etimológicamente de esta raíz, como

por aquéllas que sólo llegaron a vincularse a ella en el proceso de transformación de la

lengua.5

Pero, puesto que no es innovadora la propuesta que hacemos aquí, valdrá la pena

revisarla tal como fue originalmente planteada por Galinier, quien en ―La peau, la

pourriture et le sacré‖ (1979), notaba que ―[u]na de las características de la lengua otomí,

5 Es importante señalar, en palabras de Goodenough, que ―[l]os mismos conceptos y preceptos pueden ser proyectados en

vocabularios morfológicamente bastante distintos; y recíprocamente, morfos de idéntica forma pueden denotar distintos

conceptos y percepcios (como ocurre con el sustantivo y el verbo egg en inglés)‖ (Goodenough, 1975 [1971]: 170). De

esta forma, a la vez que las semejanzas fónicas implican semejanzas semánticas, cualquier rasgo discriminador (diferencia

fónica) implica diferencia semántica. En este texto avanzamos la investigación en las semejanzas; resultará evidente que

nada hemos hecho respecto a las diferencias. Se reconocerá que ambos caminos, el de la diferencia y el de la semejanza,

son necesarios para la cabal comprensión del hecho que nos atañe: ―situado en un sintagma, un término adquiere su valor

sólo porque se opone al que precede o al que le sigue, o a los dos. Por otra parte, al margen del discurso, las palabras que

ofrecen algo en común se asocian a la memoria, y se forman así grupos en cuyo seno reinan relaciones muy diversas. [...]

No tienen por apoyo la extensión; su sede está en el cerebro; forman parte de ese tesoro interior que constituye la lengua

en cada individuo. La denominaremos relaciones asociativas‖ (Saussure, 1998 [1980]: 173).

84

que no puede dejar de llamar la atención del etnógrafo, es el hecho de que a partir de un

grupo limitado de morfemas lexicales se producen series nominales o verbales‖,

anunciando su propósito de verificar si ―[l]a multiplicidad de los empleos contextuales de ši

es coextensiva a un mismo campo semántico‖; si ―incluye el de los derivados verbales y

nominales de ši‖; si ―[l]os conceptos asociados a la piel y a la podredumbre [ši] forman un

sistema‖, y; si ―[e]xiste un isomorfismo entre la estructura de ši a nivel semántico y la

estructura extralingüística (conceptual) de piel/podredumbre‖ (Galinier, 1979: 205,

traducción del francés de Simon Thomas).

En ese artículo, muestra cómo ―el clasificador ši domina una serie de clasemas‖: piel

humana, piel animal, piel vegetal, piel ―mítica‖ (šimhƆ i = universo, cielo, ―piel-tierra‖),

plumas, pelos, cabellos, lana, arrancar, masturbar, pelar, rasurar, barrer, verter, salpicar,

hablar, hacer viento, pudrimiento, envejecimiento, hinchamiento (ibid.: 207, traducción del

francés de Simon Thomas; 1990 [1985]: 706), vinculados semánticamente, a su vez, con las

series dominadas por raíces monosilábicas vecinas fonéticamente, conmutables, casi

homófonas de ši: šo, šâ, šε, šø, šû, šü.

Con el objeto de dilucidar si esta ligazón estructural, más que sólo hecho lingüístico,

da cuenta del concepto cultural de piel por referencia al campo semántico, Galinier

considera ―necesario conocer el grado de motivación de los locutores‖ para encontrar una

―relación de sentido‖ (Galinier, 1979: 211, traducción del francés de Simon Thomas), para

lo cual presenta algunas frases, enunciadas libremente por sus informantes, en que aparecen

varias palabras con el clasificador ši y vecinos, como en kašøts‟e ra ši rá šâšiza = voy a

despegar la piel del ―trabuco‖, en donde ―los ―marcadores semánticos‖ [...] acumulados

producen un efecto de aliteración secundaria, pero funcionan ante todo como signos de la

relación de sentido entre los conceptos de apertura (šø, šøts‟e), de piel (ši) y de hedor (šâ)‖

(idem., traducción del francés de Simon Thomas). En otros ejemplos, los propios locutores

substituyen una raíz por otra de las vecinas en enunciados idénticos sintácticamente,

resultando frases con idénticos sentidos, ―simples variantes‖, ―variantes combinatorias‖,

demostrando así ―el carácter motivado, consciente de los enunciados‖ (ibid.: 212,

traducción del francés de Simon Thomas).

85

Galinier concluye que sólo es ―posible establecer correlaciones entre las categorías

semánticas (lingüísticas) y las del pensamiento cuando realmente existe una motivación

consciente de los locutores‖ (1979: 216, traducción del francés de Simon Thomas):

[...].sería un error pensar que se puede reproducir este tipo de procedimiento de investigación cada

vez que se encuentran redundancias morfémicas. En todo caso, en otomí, el preguntarse si se trata

de hechos de polisemia o de homonimia lleva incesantemente a la reflexión. Así, ¿porqué to es a la

vez sustantivo (―piedra‖) y prefijo privativo (―sin‖)? ¿Polisemia u homonimia? La referencia a la

ideología es indispensable y permite comprender que los ancestros transformados en piedras (rocas,

acantilados, etc.) son criaturas muertas por ―amputación‖ (del sexo, del pie, como lo muestran las

figurillas de papel recortado). Así, puede reconocerse una relación to-piedra y tokwa-patizambo,

totƆ , tuerto, etc [...]. (Galinier, 1979: 217, traducción del francés de Simon Thomas)

Procedamos ahora a reconocer el caampo semántico de nuestro interés. Los otomíes

orientales se llaman a sí mismos n‟yũhũ o yuhu, término que forma parte del campo

semántico derivado del lexema n‟yũ o yu. Presentaremos en lo que sigue un ensayo de, en

términos de Galinier, la extensión de esa ―micro-estructura fónica‖ (Galinier, 1988: 91)

n‟yũ o yu, de manera que el campo semántico de nuestro interés estaría construido a partir

de dos lexemas o, en términos de Lakoff, dos categorías radiales, cuyos prototipos son:

n‟yũ o yu, por un lado; n‟yu o yu, por otro. Suponemos —como Galinier lo ha hecho al

comprobar la extensión del sentido del clasificador ši al de las series dominadas por raíces

monosilábicas vecinas fonéticamente, conmutables, casi homófonas šo, šâ, šε, šø, šû, šü—

que yu ≈ yũ ≈ yu. El propio Galinier lo sugiere sin abundar en el asunto:

En un artículo sobre los tzotziles de Zinacantan, V. Bricker desarrolla la idea siguiente: el sistema

de cargos en vigor se apoya [p. 164] en una visión ancestral del tiempo y del espacio, y la sucesión

de los cargos en el tiempo simboliza el transporte de una carga por el camino mítico de la

eternidad. [...]

Ahora bien, esta correlación hombre-carga-camino habría servido como símbolo del espacio-

tiempo a los antiguos mayas, según uno de los antropólogos que mejor los conoce, Eric Thompson.

Esta es una concepción que presenta fuertes analogías con la que prevalece entre los otomíes hasta

ahora. En general el cargo ritual se llama bę‟tohni, una de cuyas traducciones posibles es ―un cargo

(ni) que va por delante (pę‟to)‖. Por extensión, bę‟tohni se convierte en el titular del cargo mismo.

Por otra parte, la carga se denomina bęhni, cuya etimología expresa una idea equivalente a la de

bę‟tohni. ¿Existe una relación semántica a los conceptos de pesadez (yu) y de camino (yũ)? Es

probable. (Galinier, 1987 [1974]: 164-165)

86

Además de extender el campo semántico a los lexemas yu, yũ y yu,6 un último tipo de

vínculo que trataremos es el que derivaría de la casi homofonía del endoetnónimo con otras

palabras, más allá de su pertenencia o no al campo semántico conformado por las micro-

estructuras fónicas yu, yũ y yu, palabras, casi todas ellas, con marcos abstractos semejantes

(Palmer, 2000 [1996]: 169-170), por ejemplo rá thǔhu = su nombre ≈ el otomí = ra yùhu.

El material al que hemos limitado casi todo nuestro muestreo es el del diccionario de otomí

oriental de Echegoyen (†), Voigtlander y Romero (2005), pero hemos incluido algunas

palabras de que da cuenta la obra de Galinier.

Por motivos expositivos, hemos agrupado el conjunto de palabras del campo

semántico de nuestro interés en varios conjuntos que se presentan arbitrariamente; daremos

cuenta de palabras que han sido reunidas en series definidas empíricamente, grupos que no

implican taxonomía emic alguna.

En el primer conjunto de palabras de nuestro campo semántico, que podríamos rotular

Humanidad,7 encontramos algo semejante a lo que se ha dicho de otros endoetnónimos, tal

como enuncia Bartolomé:

La lectura de los etnónimos, de las autodenominaciones grupales, permite advertir que estas

clasificaciones tienden a ser etnocéntricas en la medida en que aluden al grupo propio como

portador de la legítima humanidad13 [...]

13 Los criterios de autodenominación pueden ser de distinta naturaleza. Los cha‟cñá, chatinos, de Oaxaca, son

la Gente de la Palabra Útil, lo que hace a los demás portadores de palabras inútiles por incomprencibles

(cha‟latá, lenguas de alrededor). Entre los purépechas de Michoacán el etnónimo póre pecha alude a su

6 En el mismo sentido, la propuesta de Galinier según la cual kuhu = color, deriva de hũ = piel, y de ku = nefasto (Galinier,

1990 [1985]: 509), haciendo equivalentes hũ y hu, conmutando ũ por u. Echegoyen et al. (2005) proporcionan varios

casos en que, como rán thúspáthùhu, rán thúspáthùhu = apellido, los fonemas u y u resultan ser intercambiables. Un

elemento más de comprobación podría ser (aunque cabe la posibilidad de que sea un ―error de oído‖ o hasta un error

tipográfico) el término registrado por Galinier como šun‟yu = gravidez, ―cargada‖, ―pesada‖ (Galinier, 1987 [1974]: 424)

y que Echegoyen et al. registran como xøn hyǔ = pesado (2005: 174), en donde yu parece ser una variante de yu.

Recordemos que Galinier encuentra en la intercambiabilidad de las microestructuras fónicas vecinas en una misma frase y

hasta en una misma palabra, una muestra más de su vínculo.

7 n‟yũ = otomí; n‟yũhũ = otomí; ra yùhu = el otomí (persona), el otomí (la lengua); n‟yũ‟ni = cerro (―lugar del otomí‖); ra

„yǔ = la razón; n‟yohu = hombre; nyohu = hombre; ran „yóhu = el hombre, el señor; ra bøn‟yóhu = el hombrecillo, el poco

hombre; ra dän‟yóhu = el hombre adulto (de 20 años o más), el hombre grande (de tamaño); wékádän‟yóhu = el hombre

chaparro y gordo; mà „yóhu = es macho, es muy hombre; rá thǔhu = su nombre; rán thúspáthùhu, rán thúspáthùhu = su

apellido; ra „yähthu, ra „yäthúhu = el niño sin nombre.

87

condición de verdaderos hombres frente a los turisï kámetz, los de afuera. Para los llamados yaquis de Sonora

la noción de yoreme, persona, los define y diferencia de los no persona, los yoris mestizos y blancos. [...]

(Bartolomé, 1997: 50)

Ra yùhu ≈ ran „yóhu: el otomí ≈ el hombre, el señor (en una perspectiva falocéntrica de la

humanidad). No encontramos, sin embargo, una referencia a lo verdadero, como Bartolomé

reseña para el caso purépecha, y en nuestra perspectiva, esta humanidad otomí oriental no

tiene como referente otros grupos etnolingüísticos a los que encontraría no humanos, como

sugiere el mismo autor para el caso yoreme, en el mismo sentido en que Lévi-Strauss

definía la problemática del etnocentrismo como ―el prejuicio en virtud del cual un grupo

piensa que‖ (Benoist, 1981 [1977]: 12)...

la humanidad termina en las fronteras de la tribu, del grupo lingüístico, y a veces, hasta de la aldea;

hasta tal punto que gran número de pueblos llamados primitivos se autodesignan con un nombre

que significa «los hombres» (o a veces, diríamos con mayor discreción, «los buenos», «los

excelentes», «los completos»), lo que implica que las otras tribus, grupos y aldeas no participan de

las virtudes e incluso de la naturaleza humanas, sino que, como mucho, están compuestos por

«malos», «malvados», «monos de tierra» o «huevos de piojo».(Lévi-Strauss, 1973 [1961]: 21,

citado en Benoist, 1981 [1977]: 12)

En una publicación más reciente, Bartolomé reconoce las perspectivas no etnocéntricas:

Hace ya muchos años, en un ensayo que ahora es clásico, Lévi-Strauss [...] observó que todos los

grupos humanos tienden a ser etnocéntricos, a valorar más lo propio que lo ajeno, pero ello no

supone una ineluctable discriminación del diferente. Recientes estudios en sicología experimental

sugieren que la percepción positiva del grupo de pertenencia no es necesariamente concomitante

con una hostilidad hacia los grupos externos (Cashdan [...]). Como antropólogos debemos asumir

entonces que el etnocentrismo no debe ir obligatoriamente acompañado por la xenofobia, ya que la

afectividad y la lealtad hacia el grupo de adscripción no conllevan necesariamente la negación de

los otros para autoafirmarse. Estos procesos discriminatorios están con frecuencia asociados a

historias de competencia o de dominación que construyen una percepción frágil de la identidad

grupal, o a las reacciones viscerales contra la subordinación social. El racismo local no constituye

en realidad una ideología estructurada, si por ello entendemos una doctrina que propone la

desigualdad racial; todos o casi todos los no indígenas saben que no es ―políticamente correcto‖

exponer un discurso abiertamente discriminador y racista, pero no se trata de discutir contra

argumentaciones explícitas, discursos en los cuales siempre estará presenta la retórica, sino de

confrontarnos con sus expresiones en la vida colectiva de las poblaciones nativas de México.

(Bartolomé, 2005: 37)

88

Las expresiones colectivas otomíes orientales podrían sugerir, siguiendo a Bartolomé y con

él a Cashdan, que ―la percepción positiva del grupo de pertenencia no es necesariamente

concomitante con una hostilidad hacia los grupos externos‖. Más allá de las diferencias con

que los diversos descendientes de los pueblos americanos originarios consideran

políticamente correcto o no llamarse a sí mismos y ser llamados por otros con la palabra

indio, creemos lícito sugerir que, en la perspectiva otomí oriental, los otomíes no son

indios. El grupo etnolingüístico otomí oriental es concebido por sus miembros respecto de

diversas alteridades etnolingüísticas, pero la humanidad otomí oriental no tiene como

referente otros grupos etnolingüísticos, decíamos, sino que esta humanidad tendría como

referente las formas de existencia prehumanas, antediluvianas y presolares, cercanas a lo

animal o en una etapa intermedia entre lo animal y lo humano (cfr. Valle, 2003: 236;

Heiras, 2006: 157-206), y de lo que el término ra „yǔ = la razón, parece dar cuenta

explícitamente (aunque paradójicamente en lo que respecta al contraste con los mestizos,

los ―de razón‖ (ibid.: 69-74). El hecho de que las palabras que designan al hombre y a los

otomíes formen parte del mismo campo semántico en el que estaría incluido el concepto

emic, da cuenta de que a pesar de que —como en otras regiones indígenas de México— a

los mestizos se les llame ―de razón‖, ser otomí es poseer una razón, digamos, más

profunda, inscrita en la lengua.

Además de que los otomíes orientales son explícitos respecto a que es otomí quien

habla otomí, el endoetnónimo otomí oriental subraya al idioma como marcador de filiación

étnica: ser hombre es ser otomí, lo que implica detentar la razón que, por supuesto, se

inscribe en el acto de la palabra y en aquél que provee de la identidad individual más

íntima, el nombre: ra yúhu ≈ rá thǔhu = su nombre; rán thúspáthùhu, rán thúspáthùhu = su

apellido.

De los términos que hemos agrupado bajo la etiqueta Parentesco,8 podríamos derivar

algo semejante a lo que Bartolomé reseña para los aymara:

8 htan‟yũ = abuelo; rá „yǔ = su descendencia, su raza, su familia; n‟yohu = hermano; rán „yóhu = su hermano (de hombre);

din „yóhu = son hermanos (dos o más); ran yän‟yóhu = el último hermano (en nacer); n‟yǒhu = junto con; in „yǒhu = van

juntos (dos o muchos); din hyú‟ti = se traba, se afianza, se asegura a sí mismo; din hyúki = se enlaza; di hyǔni = lo

acompaña.

89

Hasta el presente los aymara de Bolivia se consideran jaqui, seres humanos parientes incluidos

dentro de un mecanismo posible de reciprocidad; en cambio los q‟ara son los desnudos, los no

parientes blancos o mestizos que están fuera de las redes de reciprocidad.(Bartolomé, 1997: 97)

Rá „yǔ = su descendencia, su raza, su familia, define con exactitud este sentido de

pertenencia que se ve confirmado por los términos htan‟yũ = abuelo, y n‟yohu = hermano,

así como el adverbio n‟yǒhu = junto con, y una serie de verbos con sentidos semejantes.

Puede también ser útil mencionar las referencias que encontramos en La Florida

(Texcatepec, Ver.) sobre aquel tiempo anterior a la aparición de Cristo Sol en el

firmamento y con él la génesis de la religión y la palabra, tiempo en que los ―vivientes

antiguos‖ andaban desnudos, contraste de la humanidad otomí oriental, no por aparecer en

el campo semántico, sino por ser pertinente para la cabal comprensión del campo

conceptual que nos atañe.

Los términos hũnũ = atuendo, ropa; i tǔhu = se lo embroca, lo trae sobre los hombros,

podrían dar cuenta de la alteridad con los seres andetiluvianos puesto que estos seres

andaban desnudos. Aunque se trata de sólo un par de términos, su gran semejanza

fonológica con el endoetnónimo sugiere su importancia en la definición del contenido del

ser otomí o, específicamente, ser otomí oriental y de la pertinencia de la identidad

residencial (cuando el vestido era un marcador comunitario) en la definición de la identidad

etnolingüística.

De todo el corpus léxico al que hemos tenido acceso, el término que resultó más

productivo fue el de ra „yǔ, n‟yũ = camino,9 con 49 términos derivados (marcados o menos

9 ra „yǔ, n‟yũ = camino; šo‟yũ, šon‟yũ, ra xò‟yu = cruce de caminos, el crucero, el entronque, la desviación; mako‟yũ =

―lugar de cuatro caminos‖; ton‟yũ = ―piedra del camino‖; hpatan‟yũ = mujer lasciva (―camino del padre caliente‖); n‟yũsi

= sexo femenino (―caminito‖); zin‟yũ = útero (―venerable camino‖); hon‟yũ = saltacaminos (ave); n‟yũ bešũi = Dios del

Fuego (―camino de la obscuridad‖); ra ndí‟yu = el camino plano; ra t‟ú‟yu = la vereda; ran yó‟yu = el camino viejo; ra

„yǔhwähi = el camino a las milpas; ra „yǔtǎi = el camino de la plaza; ra „yút‟égi = la carretera; ran àxá‟yu = el camino con

leve declive; ran k‟ìns‟yu = el camino ondulado; i á‟yu, i á‟má‟yu = emparejar camino; ra „yà‟yu = el emparejador de

camino; ran t‟à‟yu = la faena para emparejar el camino, el emparejamiento del camino; ran já‟yu = el chapeo del camino

por faena; i ká‟yu = chapear camino; ra bë‟yu = el atajo, la vereda; ra pà‟yu = la desviación, el atajo; ra ts‟ït‟á‟yu = el

camino angosto; ra dä‟yu = el camino real; ra jwän‟yu = el camino derecho; ra wën‟yu = el camino directo; ra „bàt‟yu, ra

mbǒk‟yu = la curva (en el camino); ran käxká‟yu, ran dó‟má‟yu = la curva, la vuelta (del camino); ra ts‟àn‟yu = el camino

sinuoso, el camino con curvas; ra ndén‟yu = la orilla del camino; ndén‟yu = a la orilla del camino, a la vera del camino; ra

gí‟yu = el chorro de agua (de lluvia, que corre por la tierra); ra gót‟á‟yu = el que pone emboscada (con armas); yø gó‟yu =

90

básicos) más el término base (forma básica o no marcada):10 cuatro topónimos que hacen

referencia al camino, 23 términos respecto a tipos de caminos y lugares en los mismos, 10

términos sobre acciones que se realizan en los caminos y quienes las realizan, dos términos

de aves ‗camineras‘ que han sido nombradas por un procedimiento metonímico, tres

términos que emplean metafóricamente la imagen del camino para referise a la sexualidad,

uno más para nombrar a una entidad suprahumana y seis términos en que la imagen del

camino es empleada, también metafóricamente, para referirse a otros ámbitos de la

realidad. Bybee desarrolla la siguiente hipótesis:

[…] el grado de fusión morfofonológica de un afijo con un radical o raíz, se correlaciona con el

grado de relevancia semántica del afijo con el radical o raíz. La relevancia semántica de un afijo

respecto de un radical o raíz es el grado en que el significado del afijo afecta directamente el

significado del radical o raíz (Bybee, 1985: 4, traducción del inglés).

Un elemento de significado es relevante para otro elemento de significado si el contenido

semántico del primero afecta o modifica directamente el contenido semántico del segundo. Si dos

elementos de significado son, por su contenido, altamente relevantes el uno para el otro, entonces

se predice que pueden tener expresión léxica o inflexional, pero si son irrelevantes el uno para el

otro, entonces su combinación se restringirá a la expresión sintáctica. [p. 13...L]os elementos

semánticos que son altamente relevantes uno para el otro tienen probabilidades de ser empacados

juntos [p. 15] y ser expresados léxicamente, o serán las categorías inflexionales o derivacionales

más comunes. Los elementos semánticamente menos relevantes mutuamente serán expresados con

menor frecuencia en morfología y los elementos semánticamente irrelevantes mutuamente se

juntarán sólo de manera sintáctica.(Bybee, 1985: 13, 15-16, traducción del inglés)

En la cosmovisión otomí oriental (y de hecho en la otomí en general), la noción de camino

resulta de suma relevancia,11

lo que es demostrado por el grado de lexicalización de

los que bloquean el camino; i kót‟à‟yu = tapar el paso; ra òyu = el tapacamino (ave); i ó‟yu = están formados, van en fila;

ran gún‟yu = el pasillo; ran gwàt‟yu = la subidita ligera; ra mbú‟yu = la cresta (la parte de enmedio del camino); rá „yúdë,

rá „yúyä = su raya del pelo; ra mbà‟yúdë = la raya del pelo dispareja; ra ně‟yu = el viajero.

10 ―[D]os aspectos de la organización del paradigma. Uno es la relación entre las formas no marcadas o básicas del

paradigma y las formas más marcadas o menos básicas. Las primeras son morfofonémicamente más simples o más

básicas, mientras que las últimas son morfofonémicamente más complejas y derivadas de las formas simples‖ (Bybee,

1985: 6, traducción del inglés).

11 Aunque la elaboración del vocabulario es indudablemente un indicador clave de los rasgos específicos de las culturas,

por supuesto no es el único. Una característica relacionada, a menudo [p. 11] pasada por alto, es la frecuencia de uso. Por

ejemplo, si bien una palabra inglesa particular puede ser empatada en significado con una palabra rusa, si la palabra

inglesa en muy común y la rusa raramente usada (o viceversa), esta diferencia sugiere un saliencia cultural diferente. [...]

91

conceptos que podrían ser expresados sintácticamente.12

Aún cuando el endoetnónimo

otomí oriental haga referencia a una multiplicidad de significados, de entre todos ellos es el

concepto de camino el que, por su frecuencia, resulta el más significativo.

Aunque sin constituir un paradigma tan productivo como el de ra „yǔ, n‟yũ = camino,

los términos que podemos agrupar bajo el rótulo Alimentos resultan particularmente

relevantes y, a la vez, paradójicos. Aquí encontramos dos términos que refieren al

hambre,13

11 a la comida y la cocina,14

dos que refieren a la cal, ingrediente imprescindible

para la transformación del maíz en alimento,15

cinco a la milpa y la siembra,16

así como seis

específicamente a la siembra de frijol.17

Tres términos más: ra „yǔ, yu = raíz; ra „yǔza = la

raíz; yumpo = tallo de maíz (―raíz vieja‖, ―raíz sagrada‖), están íntimamente relacionados

con rá „yǔ = su descendencia, su raza, su familia. Junto con estos tres términos, otros 29

relacionados tanto al término raíz por hominimia, como a bejucos, camotes y chayotes.18

No estoy diciendo que las preocupaciones y valores culturales de una sociedad siempre se reflejarán en palabras comunes

[...]. Algunas veces serán reflejadas, en cambio, en partículas, interjecciones, expresiones idiomáticas o formulismos [...].

Algunas palabras pueden ser culturalmente reveladoras sin ser muy comunes. [...] La frecuencia no lo es todo, pero es

importante y reveladora‖ (Wierzbicka, 1997: 11-12, 15, traducción del inglés).

12 Aún cuando una declaración como ésta necesitaría ser corroborada por el análisis del corpus léxico entero de la lengua

en cuestión, la muestra con que hemos trabajado —la del campo semántico yu-yu— puede bastar por el momento y, en

todo caso, al menos en lo que respecta al campo semántico yu-yu, el paradigma del concepto de camino es altamente

relevante.

13 ra thǔhu = el hambre; túmánthùhu = tiene hambre.

14 tũhũ = comida; tuhu = comer; ra tùhu = la comida (que se sopea); n‟yũni = alimentos;sít‟átùhu = el cucharón; i tùhu =

lo sopea (con tortilla o con cuchara, especialmente alimentos suaves); bi yǔnzónni = se hizo grumos (el atole, los frijoles);

n‟yũ‟i, ra hyúi = tenamaztle; n‟yũ bešũi = Dios del Fuego (―camino de la obscuridad‖); yęyu, ra „yè‟yu = el metlapil, la

mano del metate; šãn‟yũ‟i = sexo femenino de adolescente (―fogón apestoso‖).

15 ra „yúnáni = el calero (persona); ra „yúnánìdòja = el calero (ave).

16 ra thúhu = la milpa; i wäpthùhu = limpia milpa; tũhũ = cantar, sembrar; i tǔhu = lo siembra; ra „búhu = la estaca (para

sembrar).

17 yø „yúhju = los sembradores de frijol; ran thùju = la siembra de frijol; ran t‟úhju = la siembra de frijol; i úhju = siembra

frijol; i túju = siembra frijol; i túju = corta vainas de frijol.

18 ra thěng‟yúpàxi = la hierba de raíz roja (bejuco); ra „yǔ = el bejuco, la liana, la raíz (de una planta); ra „běm‟yu = el

bejuquero (maraña de bejucos); ra „bòhøxá‟yu = el bejuquero, el bejucal; i á‟yúmu = sacar camotes; ra „yǔmu = el chayote

de monte (bejuco), el camote; bi yǔts‟i = se encajó (i kǔts‟i = los lleva (pluralidad de objetos no flexibles); i kù = están en

(pluralidad de objetos duros; dentro de algo), se dan (camotes comestibles dentro de la tierra)); ran ts‟ǔmu = la calabaza;

ra „yǔnts‟úmu = el bejuco de calabaza dulce; ra „yǔjämbøk‟wä = el camote (bejuco, genérico); ran „yǔxthi = el camote del

perrito (planta); ran „yǔxthídäpo = el cacomite, la flor del tigre (arbusto); ra „bòpàxí‟yu = el bejuco de hoja negra; ra

„bøn‟yu = el bejuco rastrero; ra dä‟yu = el bejuco acaxán; ra dèmù‟yu = la pipiana de bejuco; ra „yǔdèmu = el bejuco de

92

A pesar de que encontramos tres referencias al maíz en este grupo de términos

relacionados al alimento y específicamente a la agricultura (uno de ellos referido

explíctiamente a maíz y frijol),19

las plantas más significativas resultan ser frijoles, bejucos,

camotes y chayotes (estas últimas tres conceptualizadas en la botánica otomí oriental como

variedades de una misma especie: miembros de la misma categoría). En otro lugar hemos

expuesto cómo las nociones de pertenencia etnolingüística se empatan con las de

intercambio, específicamente con la circulación de los alimentos (Heiras, 2006: 157-206);

de entre ellos, el frijol de manera relevante, ―planta asociada a la pobreza extrema‖

(Galinier, 1990 [1985]: 580) y, por tanto, al hambre; como evidencia el término ra thǔhu =

el hambre, casi homófono del endoetnónimo ra yùhu. Tanto por los mestizos como por los

indios, los frijoles son asociados a la pobreza:

[...]. ―aunque sea con frijolitos‖, se disculpan quienes invitan una comida frugal. Los otomíes

―llaman al frijol ‗el otomí‘: ‗es él el que nos da nuestro color negro‘‖, registra Galinier (1990

[1985]: 580). Al definir al frijol como alimento de los pobres, es claro que se le asocia con los

indios; un segundo contenido étnico es la creencia de que tiñe de negro la piel, en contraste [...la

piel blanca] del mestizo.(Valle, coord. et al., 2005: 94)

No factor racial mensurable, sino prototipo: el mejor ejemplo de la categoría (Lakoff, 1987: 7)

―mestizo‖ es el de ‗piel blanca‘ y el mejor ejemplo de otomí es de ‗piel negra‘. Encontramos aquí

un elemento que configura la identidad panindia, que a la vez es apropiado por un grupo

etnolingüístico específico como parte de sus emblemas identitarios.

Respecto a los camotes y las raíces, en el mismo conjunto, creemos que es fructífero

considerar información de los nahuas vecinos. Sandstrom ofrece un valioso dato en este

sentido, exégesis sobre un acto ritual que habría de ser incluido en la iniciación para

convertirse en brujo:

Para ser reconocido por otros brujos, supuestamente los iniciados se someten a una inducción

ceremonial en lo profundo del monte a mitad de la noche. En el ritual, el maestro usa una gran [p.

pipiana; ran gǔ‟t‟á‟yu = el bejuco de la monstera; ra k‟ǎxt‟a‟yu = el zacatlaxcale, el bejuco amarillo; ra xìdà‟yu = el

farolito (bejuco); ra „yǔhǎi = los farolitos (planta); ra „yǔ‟bóx‟yo, ra yǔ‟bóxì‟yo = la manetia (bejuco); ra „yǔhmà‟t‟i = la

bejuquilla, el barbasco (bejuco); ra „yǔmbéx‟ye = el temecate, el bejuco loco, el sanatodo (bejuco); ra „yǔnthätsa = el

bejuco de monte, la uva silvestre (bejuco); ra „yǔ‟wíni = el bejuco de espina, la bugambilia; ra „yǔxmbo = el bejuco de

jícara; bi yú = cae dentro, se dieron (dentro de la tierra, muchas cosas de tamaño mediano), se despostilla.

19 yęyu, ra „yè‟yu = el metlapil, la mano del metate; yumpo = tallo de maíz (―raíz vieja‖, ―raíz sagrada‖); bi yǔnzónni = se

hizo grumos (el atole, los frijoles).

93

253] raíz de camote, de forma irregular, y hace que los iniciados juren lealtad a tlahuelilo.

(Sandstrom, 1991: 253-254, traducción del inglés)

En nuestra perspectiva, resulta congruente que siendo considerados los otomíes los

chamanes más eficaces de la región y concediendo en que uno de los sentidos del ser otomí

está definido por el camote, la iniciación nahua a la brujería integre un elemento

emblemático de los otomíes. Más información sobre los nahuas de la Huasteca sur

veracruzana, esta vez sobre las sucesivas creaciones del univeso, según da cuenta Arturo

Gómez, puede ser interpretada de manera análoga:

La cuarta generación nació de tubérculos cocidos y amasados; su alimento consistía en camotes y

raíces, además practicaron la antropofagia, causa por la que fueron condenados a morir ahogados.

(Gómez Martínez, 2002: 60)

En estos mitos nahuas encontramos que la ‗humanidad anterior‘, antropófaga, fue destruida

por el diluvio (como entre los otomíes orientales los ―gigantes‖). Estos seres antediluvianos

habrían estado hechos y se habrían alimentado de tubérculos, camotes y raíces. Tubérculos,

camotes y raíces son varios de los semas que definen con precisión a los otomíes orientales.

Desde la perspectiva nahua de la Huasteca sur veracruzana, los otomíes orientales, ‗come

raíces‘, ‗bárbaros‘, mantendrían una relación más cercana con esa alteridad animal,

definiéndoe a sí mismos los nahuas como culturales en contraste con los otomíes del lado

de lo que la antropología a dado en llamar naturaleza. Pero regresemos al corpus léxico que

da cuenta del camino.

Tal vez las numerosas referencias al camino como parte del mismo campo semántico

del endoetnónimo, lo mismo que el término viajero = ra ně‟yu, en ese mismo paradigma,

podrían dar cuenta del otomí como un pueblo ‗migrante‘, en referencia a los movimientos

poblacionales pretéritos y, en nuestros días, como un pueblo que encuentra en la migración

su principal medio de subsistencia. Soustelle afirma:

La palabra otomí es de origen azteca o náhuatl [...]. Se le han atribuido las más variadas

etimologías. Según algunos autores, otómitl provendría del azteca otocac, ‗que camina‘, y mitl,

‗flecha‘, porque los otomíes, grandes cazadores, caminaban cargados de flechas.1 [...] Algunos han

intentado, finalmente, derivar el nombre, bajo la forma othomí, de la lengua otomí misma. Otho

significaría ‗no poseer‘, y mi, ‗sentarse‘, ‗instalarse‘; el pueblo que no ha podido instalarse en

ninguna parte, el pueblo errante, tal sería el sentido de este nombre.3 Además de que una

explicación semejante no concordaría con el carácter fundamental de los otomíes, que en conjunto

son una población muy sólida y antiguamente instalada en una gran parte de su territorio, resulta

94

sencillamente inadmisible, pues otomí es una palabra azteca, retomada por los españoles, como la

mayor parte de los nombres de las poblaciones. Añado a esto que la presunta etimología otomí es

muy dudosa.

1 Luces del otomí [1893], p. 6.

3 Luces del otomí [ibid.], pp. 6 y 7.

(Soustelle, 1993 [1937]: 13-14)

Uno de los muchos sentidos hacia los que se desplaza el polisémico endoetnónimo otomí es

―camino‖, por lo que la etimología otomí del gentilicio náhuatl podría ser, aunque ‗falsa‘,

congruente con el sentido del endoetnónimo. Si bien radicalizar la idea del carácter

‗caminero‘ del pueblo otomí puede llevar a excesos como los de Williams García, quien

veía en el otomí a un pueblo nómada que entró en contacto con los tepehuas civilizados

(2004 [1963]: 50-60), negar este sentido sólo lleva a los excesos de Soustelle, quien opta

por no emitir opinión alguna en el entendido de que ―una explicación semejante no

concordaría con el carácter fundamental de los otomíes‖. No creemos estar negando este

hecho, pero es indudable que el pueblo otomí se ha desplazado desde hace al menos un

milenio y los movimientos poblacionales masivos no se detuvieron sino hasta bien entrada

la época colonial; reacomodos territoriales a nivel de localidad siguen ocurriendo en

nuestros días. Reconocer este carácter ‗viajero‘ del pueblo otomí no supone negar su

carácter antiquísimo, sino dar cabida a la voz ‗en lengua‘ que, no hay duda, se define

respecto a, entre otros elementos, el camino.

¿Podemos, pues, desechar de un plumazo las ‗falsas etimologías‘ náhuatl del gentilico

otomitl? ¿No son pertinentes los elementos de comprobación que encontramos en otras

lenguas? Una posición radical al respecto podría llevarnos al extremo de imaginar pueblos

volcados sobre sí mismos y con vecinos ―portadores de palabras inútiles por

incomprencibles [...] los no persona‖ (Bartolomé 1997: 50), ―los desnudos‖ (Bartolomé,

1997: 97), los ―«malos», «malvados», «monos de tierra»‖ o liendres (Lévi-Strauss, 1973

[1961]: 21, citado en Benoist, 1981 [1977]: 12).

Las fronteras lingüísticas no imposibilitan el intercambio de información entre un

grupo y otro. Concediendo esto, tiene sentido reconocer en el gentilicio náhuatl una pista

más, también con probabilidades de ser correcta, para la etimología del endoetnónimo

95

yuhu. Veamos la reseña que hace Guerrero Guerrero de las propuestas etimológicas de

Jiménez Moreno respecto al gentilicio náhuatl otomitl:

Respecto al nombre ―Tutotepec‖ que significa Cerro de las aves o de los pájaros, Jiménez Moreno

(1939), en su artículo ―Orígenes y Significación del nombre Otomí‖, escribe:

―Entre los historiadores y filólogos que se han ocupado de los otomíes, varios trataron de encontrar

la etimología del nombre con que a estos indios se les designa, y supusieron algunos de ellos que

éste tenía su origen en la lengua propia de aquel pueblo, mientras que los más han creído, con

razón, que ―otómitl‖ es un vocablo de origen náhuatl. Los que asentaron la primera tesis, dijeron

que la palabra ―otomí‖ significaba ―nada quieto‖, etimología que ha parecido desacertada a todos

aquellos que han estudiado la rara lengua de los Hia-Hiu‖. [...]

Jiménez Moreno continúa escribiendo que ―...Imaginaron otros autores un origen diverso, y el

Padre Sahagún nos cuenta que aquellos indios eran denominados así por el nombre de su primer

caudillo, que se llamaba ―Otón‖. Otontecuhctli era, en efecto, una deidad de origen otomí, idéntica,

en ciertos aspectos, al dios del fuego; pero su mismo nombre se derivaba ya del gentilicio

―otómitl‖, significando precisamente ―Señor de los Otomíes‖. [...]

―Evidentemente la palabra ―otómitl‖ fue antes ―totómitl‖, puesto que así lo indica el texto de la

Leyenda de los Soles... Camaxtli o por otro nombre Mixcóatl, tomó un bastón y dio con él a una

peña y salieron de ella cuatrocientos chichimecas... a los que decimos Otomíes, que en lengua de

España quiere decir serranos... [...]

―Los cuatrocientos Mimixcoa, que eran los mismos cuatrocientos chichimecas identificados por la

―Historia de los Mexicanos por sus Pinturas‖ con los otomíes... emplearon las flechas... en

inocentes cacerías de pájaros. Considero que, después de examinados los dos textos... no puede

quedar duda de que a los otomíes se les dio el nombre de ―Totómitl‖ y que de él procede la forma

más reciente de ―otómitl‖. Este hallazgo de la etimología del nombre ―otom [...]‖ tiene una

repercusión sobre ciertos nombres de lugares en que la forma ―totómitl‖ aparece [...]. Los glifos

[...] están compuestos por la figura de un pájaro atravesado por una flecha, ―totomihua‖, que

significa poseedor de pájaros, (lo que) puede ser otra variante del nombre ―otomí‖, y en tal caso

―Totomihuatzin‖ podría significar no sólo ―El Señor que posee flechas de pájaros‖, sino,

simplemente, ―El Señor Otomí‖. Del mismo modo, ―Totomihuacan‖ puede significar, al mismo

tiempo que ―Lugar de los poseedores de flechas de pájaros‖, ―Lugar de Otomíes‖; de manera

idéntica, ―Totontepec‖ significaría, ―En el Cerro de los Otomíes‖. [...]

Esta interesante aportación del Profr. Jiménez Moreno parece confirmar lo asentado por Sahagún

en los Primeros Memoriales de Tepeapulco, donde dice que cuando caían los frutos (tiempo de la

cosecha), se ponía el cuerpo de Otontecuhtli, Señor de los Otomíes, figurado por una torta hecha de

masa, en forma de pájaro, adorno que se colocaba sobre los frutos erigidos. En ello volvemos a ver

la relación que Jiménez Moreno establece entre el nombre ―Otomí‖ (de Totómitl) y la figura de un

pájaro. (Guerrero, 1986:42-45)

96

La propuesta de vincular el gentilicio otomitl con el dios Otontecuhtli no supone una

etimología ni del término otomitl ni, mucho menos, del término yuhu. Sin embargo, esta

tautología evidencia lo que más tarde encontró Galinier: la preeminencia del personaje

divino dueño del fuego, verdadero héroe cultural (Galinier, 1997; Stresser-Péan, 2005: 377-

378). Al llamar los nahuas al Dios Viejo del Fuego con el exoetnónimo otomitl, nos dan

una idea clara de lo que ellos consideraban un emblema que, hoy, podríamos calificar de

etnolingüístico,20

emblema que, en definitiva, algo tendría que ver con ‗la realidad‘: con los

otomíes. Más aún por el hecho consignado por Galinier de que ―Otontecuhtli aparecía bajo

la forma de un pájaro llamado Xocotl‖ (Galinier, 1997: 106).

El significado ―pájaro‖ en el exoetnónimo náhuatl (Galinier, 1987 [1974]: 16),

congruente también con la mitología azteca (Galinier, 1997: 106), parece corresponder

también con el exoetnónimo que los tepehuas aplican a los otomíes: ts‟óq‟ón, derivado de

pájaro = ts‟óq‟o.21

Consideremos una nota perdida en la bibliografía (por cierto, además, no

publicada): en el dialecto oriental de la lengua otomí, ―casi todas las u orales ocurren en

préstamos del español, así como en llamados y nombres de pájaros (no muchos de uno u

otro)‖ (Echegoyen, Voigtlander, 1999: 1, traducción del inglés).22

¿Es posible que el

significado de yuhu sea ―nombre (o piel = hu) de pájaro (u)‖? La evidencia léxica es, al

menos en el diccionario de Echegoyen et al. (2005), exigua, pero eso no la hace menos

pertinente para dar cuenta del campo semántico del que forma parte el endoetnónimo yuhu.

Encontramos aquí, sobre todo, una prueba fonológica, ‗microlingüística‘, que empata a la

perfección con los exoetnónimos nahua y tepehua, de manera que podemos suponer los

miembros de estos grupos, conocedores de la cultura otomí, los nombraron en sus

respectivas lenguas en consideración a estos factores. Es pues probable que la etimología

del término yuhu esté directamente relacionada con el significado ―pájaro‖ y ―flecha‖ o

―flechador‖.

20 Sólo hoy, pues es claro que las fronteras entre grupos eran definidas con otros criterios en la época prehispánica.

21 Williams entiende que el término ts‟óq‟ón está compuesto de ―ts‟óq‟o, pájaro, y de una acción de captura‖; nos informa

también que ―algunos jóvenes de Pisaflores, suponen que llaman así al otomí porque habla como pájaro‖ (2004

[1963]:52). Siguiendo a James Watters, Garrido considera que ―no existe un verbo ―capturar‖ o ―atrapar‖, pero conviene

en la traducción de pájaro, informándonos además que el exoetnónimo totonaco es el mismo y tiene el mismo sentido

(Garrido, 2003: 50-51).

22 ra òyu = el tapacamino; ra ndíbyu = la codorniz arlequín; ra tøbáyùgúndo = el vencejo tijereta menor; ra gúndo = la

golondrina; ra „yúnánìdòja = el calero.

97

¿A dónde nos lleva todo esto? Sería ridículo terminar con una definición de la

otomiorientalidad a manera de una entrada de diccionario que incluyera cada uno de los

semas que forman parte del campo semántico yu-yu, así como los casi homófonos del

endoetnónimo. Sin embargo, indudablemente el ser otomí oriental remite en mayor o menor

medida (por contrastante y por identidad), a todos estos ámbitos que se relacionan

diferencialmente (algunos son más relevantes que otros; algunos son conscientes y otros

no). Ser otomí oriental no es ser un ‗viajero que anda permanentemente en el camino‘ y sin

embargo el camino es un referente fundamental en la manera en que la cultura otomí

oriental se piensa a sí misma. Ser otomí oriental no es ser ‗sembrador de frijol‘, pero no

cabe duda sobre el hecho de que hay un reconocimiento en la cosmovisión otomí oriental a

la importancia del frijol como distintivo de la existencia culturalmente definida.

98

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103

Cosmovisión e identidad étnica.

El caso de la localidad de Achán y Pómaro

David Figueroa Serrano

Introducción

Cada grupo social genera sus propias formas de entender el entorno, de comprenderlo e

interactuar en él. ―Aquí hay mucha historias‖, dicen los habitantes de la costa nahua. Cada

historia es un espacio habitado por recuerdos, experiencias y significados que siguen siendo

vigentes en la localidad. En tanto tradición oral, estas narraciones son una posibilidad para

adentrarnos a la cosmovisión de la población nahua de Cachán y de la comunidad de

Pómaro, Michoacán.

La tradición oral refleja la forma en que los nahuas construyen su mundo y toman

determinadas posturas ante los conflictos por tierras y las relaciones interculturales. En esa

medida, las narraciones orales están redefiniendo la identidad étnica.

Comúnmente se concibe a la cosmovisión de los grupos indígenas como un campo

sólo habitado por diferentes entidades o divinidades que tienen un legado ancestral, sin

embargo, los grupos culturales en su sistema de creencias van generando diferentes

resignificaciones del entorno a partir de los contextos y los referentes culturales en los

cuales están inmersos. En tal caso, las diferentes visiones transmitidas tradicionalmente,

adquieren connotaciones que se adecuan a los momentos e intereses del grupo.

Algunas creencias nahuas parecen tener un lazo identificable con un pasado

mesoamericano, hasta cierto punto, en algunos elementos rituales y en su sistema de

creencias, sin embargo, sería errado pensar que estas creencias se han mantenido intactas o

sólo con algunos cambios. Por el contrario, éstas se ha resignificando en diferentes

procesos sociohistóricos y ahora es perceptible una visión que entremezcla creencias sobre

el entorno natural que se ha nutrido de las problemáticas por tierras, el narcotráfico, los

medios masivos de comunicación, etc.

104

Cachán, en su contexto y visión del entorno.

Cachán de Echeverría -mejor conocido por sus habitantes como Cachán de San Antonio-,

se formó entre las décadas de 1950 y 1960 por pobladores provenientes de San Pedro

Naranjestil y de las rancherías cercanas como La Vainilla y Los Encinos principalmente.

No obstante, es hasta los años 70 cuando Cachán se convierte en Encargatura del Orden,

dependiente del municipio de Aquila, Michoacán. La escasez de alimentos, las sequías y las

constantes invasiones de las tierras por parte de los mestizos originaron las migraciones

indígenas de la sierra hacia el litoral.

Así como otros pueblos costeros, Cachán mantiene nexos con las poblaciones de la

sierra. Sus habitantes aún conservan lazos consanguíneos o de afinidad con personas de

diferentes partes de la comunidad. En esa constante relación, el sentido comunitario se ha

mantenido a pesar de la transición espacial. Sin embargo, es importante destacar que,

aunque son parte de una misma comunidad y mantienen cercanía, cada localidad ha tenido

un proceso propio de composición poblacional y una historia particular, aunque

ocasionalmente se conjunte con la de las demás localidades asumiéndose como una historia

―comunal‖.

La población indígena de Cachán, como la del resto de la comunidad, está muy ligada

a la religión católica. Incluso consideran que una cualidad del ―ser indígena‖ radica en ―el

catolismo‖ (como ellos nombran al catolicismo). El vínculo con Dios y los Santos tiene

efecto en rituales familiares y colectivos así como en ámbitos muy personales como los

sueños. El carácter individual y familiar en que se expresa la relación con la religión

católica posiblemente se generó por la práctica de migrar temporalmente hacia el litoral y

porque muchos pobladores se acostumbraron a vivir en ranchos apartados con poca

compañía. De igual forma, la poca influencia de los ministros religiosos dio pie a la libre

expresividad de la religiosidad popular de los nahuas.

A través de las creencias religiosas se han gestado diversas historias míticas, sobre

todo porque el catolicismo es considerado como un elemento de transición de diferentes

eras o etapas, ya que se cree que los antepasados nahuas eran ―salvajes‖ y que vivían como

animales, pero gracias a la religión católica dejaron de serlo; es decir, se asume que la

105

religión católica les dio el carácter de hombres. En ese ámbito, algunas creencias

intrínsecas a la religión católica se han adaptado al contexto indígena, en ellas aparecen

personajes bíblicos en algunos parajes de la costa redefiniendo la posición de

identidad/alteridad de los nahuas, tal es el caso del rey Salomón y el diablo.

En algunas versiones se asume que fue él rey Salomón quien llevó la religión católica

a la comunidad, se dice que él venía en el mismo barco de los españoles; en otras versiones

se le relaciona con la posesión del conocimiento e incluso, se le llega a considerar nahua.

En ese sentido, hay un mito que manifiesta la importancia de la región para el origen

indígena, ya que el rey Salomón construyó una noria para que ahí llegara el águila que

buscaban los aztecas para la fundación de su ciudad. El mito dice que el rey Salomón hizo

una noria que tenía mucha agua y llegó el águila ―real‖ que venían siguiendo los aztecas y

trato de posarse en esa noria pero no cupo y se fue, por eso el lugar se le llamó Mexiquillo,

porque ahí sería México, pero como quedó chica la noria entonces se le quedó el

diminutivo. Después el águila llegó a otro lugar conocido como Aguililla pero tampoco

cupo, porque al igual que la otra noria, esta le quedó pequeña. El águila siguió su camino

hasta llegar a lo que ahora es la Ciudad de México y ahí pudo posarse en la amplitud del

lago.

El rey Salomón, por tanto, es quien trae la religión católica y a su vez también está

legitimando la antigüedad y propiedad de las tierras comunales de los nahuas. En ese

sentido el rey Salomón, también se contrapone a otro personaje que en cierta forma puede

ser ligado al pasado ―salvaje‖ de los ―naturales‖ y sobre todo a los grupos mestizos: el

diablo. Los mestizos a pesar de también ser católicos, son vistos por los nahuas como

personas de sangre impura y que no tienen una verdadera fe, siendo esos los motivos por

los cuales tienen intensiones rapaces, y asesinas. En ese ámbito, algunas historias sobre el

diablo se vinculan a la época de mayor ingerencia de los mestizos, y comúnmente se le

representa con indumentaria y actitudes mestizas.

El diablo también ha sido vinculado con otros personajes del entorno como los

duendes. De hecho, el origen de estos seres se expresa en el mito bíblico del diluvio. Las

personas que no quisieron ayudar a Noé a construir el arca se convirtieron en chaneques. El

mito dice que cuando Noé estaba haciendo el arca para sobrevivir del diluvio, trataba de

106

convencer a la gente para que le ayudara y se pudieran salvar con él, “pero los antiguos no

le creían y en cada machetazo que daba era una llamada para que los demás se salvaran,

pero no le creían. Cuando llegó el diluvio el agua empezó a subir y subir, y la gente quería

agarrarse del barco, pero no pudieron y se ahogaron. Esos se ahogaron por no hacerle

caso a Noé. Pero dios no quiso que se muriera esa gente y les dijo que los iba a convertir

en duendes, y son esos que andan por los ríos, son mesmamente como nosotros, nadamás

que pues ya están maldecidos por no hacer caso”.1

En gran medida, la religión católica se ha adaptado al sistema de creencias de los

nahuas. Por esta relación intrínseca con el catolicismo es por lo cual los nahuas aseguran

que la condición de católicos es los que los hace ser indígenas. En ese sentido, el

catolicismo se ha convertido en un elemento identitario que tiene sus expresiones en

rituales religiosos, las danzas y música tradicionales, las narraciones orales, entre otros.

Esto se ha convertido en un elemento que da cohesión al grupo y por ello se asumen como

los ―auténticos mexicanos‖ a diferencia del ―exterior‖. Aunque comunitariamente es donde

se presenta su mayor importancia puesto que regenera y actualiza el sistema de creencias

así como la forma de entender el mundo en sí mismo y el vínculo con las diversas entidades

naturales y sobrenaturales del entorno.

La relación con Dios y lo sobrenatural comúnmente se manifiesta a través del alma,

aunque hay una diferencia muy notoria entre el decir y el hacer, no obstante, el alma es el

receptáculo de todas las acciones físicas; lo que alguien hace tiene un efecto en su alma o se

manifiesta en enfermedades y accidentes, o por el contrario, en una vida tranquila y sin

carencias.

El alma debe cuidarse ya que es susceptible al daño. Actos como el ―mal de ojo‖ o el

―aire‖ pueden enfermar el alma e incluso causar la muerte. En ese ámbito, está la creencia

en chanes o duendes, ya que estos causan ―sustos‖ o incluso roban el alma a cualquier

persona, pero sobre todo a los niños, a quienes hay que cuidar cuando van al río, en

ocasiones colocándoles amuletos a base de copal en la muñeca o amarrándoles un listón

1 Entrevista realizada a Natalio Jiménez Reyes, comunero de Cachán, enero de 2007.

107

rojo. Incluso se cuenta que ha habido personas que murieron de espanto, como es el caso de

dos niños que perdieron la vida por el canto de un gallo.

Las enfermedades del alma son relacionadas con la brujería y los chaneques. Una

comunera de Cachán menciona que su hermana una vez se cayó en un barranco y los

chaneques le tomaron el alma, entonces le fueron a decir a una señora que tenía fama de ser

bruja. Ella dijo que iría por el alma de la niña y que ella le preguntaría cosas al alma desde

la barranca y la niña contestaría desde la casa donde estaba físicamente. Después de

tomarse sus ―alcoholes‖ (aguardiente con café) la señora fue a la barranca y le preguntó

cosas a la niña y esta contestaba, hasta que la señora pudo encontrar el alma.

La brujería, ya sea aplicada para hacer un mal o curar a una persona, así como los

rituales para recuperar el alma en manos de los chaneques, son prácticas reconocidas por la

mayoría de los habitantes de Cachán y en general por la comunidad de Pómaro, estas tiene

que ver con la relación corporal y anímica del hombre. Así como en estos casos se expresa

la importancia del alma, de igual forma los rituales mortuorios y la fiesta de ―todos santos‖

son ejemplos de la relevancia de ésta en el imaginario de los nahuas.

El ritual de día de muertos es uno de los más importantes en la comunidad ya que se

considera que cuando una persona muere, su alma se puede quedar por un tiempo en la

tierra, por ello se realizan diferentes rituales como el rosario de la novena hasta los nueve

años que se cree que el alma ha dejado la tierra.

No obstante, en cualquier día puede aparecerse un familiar difunto en los sueños para

dar noticias sobre algún problema o una enfermedad que se avecina. La mayoría de los

pobladores creen en las premoniciones manifestadas en los sueños. Además por medio de

los sueños pueden saber si sus parientes difuntos se han ido tristes o contentos. Algunos

pobladores comentan que entre sueños han recibido la visita de la virgen, que les da ánimos

cuando tienen problemas o se les aparece esperando que le hagan una manda. Incluso por

ello se realizaron algunas peregrinaciones a Petatlán en semana santa y a Ostula el 12 de

diciembre para la fiesta de la virgen de Guadalupe.

Así como en estas manifestaciones, el sueño también es el campo donde ―el diablo te

voltea la cabeza‖ o donde se puede hacer el ―contrato‖ con los duendes. Tal es el caso de

108

los que buscan ser músicos, curanderos, jinetes, o incluso tener suerte con las mujeres. Al

hacerse el contrato con los duendes, estos dan algún conocimiento específico al interesado a

cambio de su alma, el trato dura un determinado tiempo y este se deshace concurrido ese

lapso que puede ser hasta de 30 años. A estas personas se les conoce como ―acompañados‖,

porque los duendes nunca los dejan. Ejemplo de ello son las historias que abundan sobre

los músicos, donde se muestra una relación con el alma y las entidades sobrenaturales del

entorno natural.

Las entidades del entorno natural y sobrenatural. Los chaneques, la sirena, el diablo y

el brioso.

Los chanes o duendes son una figura que aún se mantienen en el imaginario de los nahuas

de Cachán y la comunidad de Pómaro. Este personaje en algunos relatos se le presenta

como una entidad anímica del monte y los ríos, en algunas circunstancias los chanes dan

abundancia a cambio de alguna ofrenda, de igual forma se les vinculaba a la protección de

los recursos naturales. Esta percepción ha cambiado considerablemente para algunos

pobladores, quienes conciben al chaneque como un ser de carácter ―maldito‖ ligado al

diablo. Precisamente en la historia del diluvio la mayoría de la gente asume que los duendes

al no ayudar a Noé y por tanto convertirse en chaneques, se quedaron del lado del diablo y

el mal. Según algunos pobladores, la gente que murió en el diluvio se convirtió en duendes

y por eso sólo pueden vivir a través de las almas de la gente.2

En cambio, hay otros pobladores que aun consideran al chaneque como entidad del

monte y el río, que ―es como nosotros‖ y más que malos son traviesos, y sobre todo pueden

ser amigos cuando se les piden favores, esta creencia la mantiene la gente de mayor edad.

Un caso muy conocido por los pobladores es el de un músico de nombre Zenón, quien

había hecho un contrato con los duendes. En las fiestas, ya cuando no podía tocar de tan

borracho que andaba, entonces tapaba el arpa con un sarape y se tiraba a dormir, mientras el

arpa seguía tocando sola, pero en realidad eran los duendes quienes ―le daban duro al arpa‖

para que siguiera la música, porque Zenón ―estaba acompañado‖.

2 Entrevista a Julio García, poblador de Cachán, 15 de julio de 2006.

109

Las historias de encantamientos y ―acompañados‖ son comunes sobre todo por la

buena cantidad de músicos mariacheros que hay en la región. Un músico de la región

cuenta que ―hay un secreto del trabajo de la música, yo lo tuve, hice un contrato por un

quinquenio de tiempo, lo que sí, al contrato que se hace uno si te mueres ya te quedas

como partido de ese contrato”. Don Gumaro quería ser músico, entonces hizo un pacto con

los duendes. Para hacer el contrato con ellos hay que ayunar 5 días y en los sueños se van

teniendo revelaciones. El lunes por ejemplo, los duendes te dan de comer en la noche, el

martes ya les puedes pedir el favor, entre el miércoles y jueves recibes el favor; don

Gumaro dice que en esos días él soñaba una música y la sentía en sus manos. “Ya el viernes

los puedes ver ya fuera del sueño, en una fiesta real así como te estoy viendo a ti, hay

comida, te puedes agarrar a una mujer y luego a otra, y si te enamoras de una duenda,

olvídate, ella te da todo lo que quieras‖. Cualquiera puede hacer el contrato, ―pero si te da

miedo entonces te espantas y hasta ahí llegates, te mueres, te quedas con ellos‖.

Además de dar conocimiento, otros dicen que los duendes pueden ser ―buenos

amigos‖ y dar animales del río y de tierra, o dinero. Incluso se dice que debajo de la tierra

hay una ciudad ―grandísima‖ de duendes. A esta ciudad se entra por una cueva que sólo

pueden verla los que conocen a los duendes, ahí se puede pedir cosas, pero también hay que

tener cuidado, porque en la cueva hay muchos caminos, unos pierden a la gente y de ahí no

salen y otros más llevan a distintos parajes de la sierra, pero quien consigue tomar bien el

camino encuentra riquezas. A la creencia de los duendes que se les relaciona con la

abundancia, se suma la narración de ―la pastora‖, una muchacha que según se dice era muy

bonita, vivía en Pómaro hace más de 500 años, y su madre la ofreció en matrimonio a la

serpiente del río a cambio de obtener abundantes recursos naturales.

Así como los duendes fueron relacionados con el conocimiento y la abundancia, hay

otros personajes que se han vinculado con el entorno natural, tal es el caso de la sirena.

Algunas historias dicen que la sirena estaba en el río y cuidaba de él, otros ya la mencionan

como una entidad del mar protectora de sus recursos naturales. ―Las sirenas son como

nosotros nomás tienen cola de pescado y con esa andan ahí en el mar‖. Ahora los

pobladores creen que la sirena ha dejado de venir ―o talvez venga por las noches‖ pero ya

no se le ha visto; la mayoría de la gente la reconoce como un ser real. Las personas de

110

mayor edad dicen que los duendes son compañeros de las sirenas, andan en el mar y los

duendes en el río.

Del mar no sólo se creía que tenía como dueña a la sirena, también hay historias que

cuentan los pobladores más viejos afirmando que el mar es mujer: ―María el mar, se llama

María el mar‖. Era una mujer muy bonita y todos querían estar con ella entonces para que

no hubiera problemas por ella, ―Dios la hizo agua para que todos la gozáramos‖, por eso

dicen que el mar se comporta como una mujer, tiene sus días en que está a gusto y otros en

que no.

La gente concuerda en decir que antes había abundancia en toda la comunidad, en el

río, en el monte, y las lluvias no faltaban. Pero dejó de haber ―buenas lluvias‖ en la región,

algunos dicen que fue a causa del ermitaño, mejor conocido como el ―brioso‖, una persona

que se dice vivía en la costa cerca de Cachán, él estaba siempre desnudo y su cuerpo estaba

lleno de vello, era muy tranquilo. Tenía su huerta de papaya, mango, plátano y no se

relacionaba con los demás, la gente luego le quería hacer la plática pero él no hablaba con

nadie, solo con el sacerdote, algunas personas le regalaban comida, ropa y cigarros, él las

aceptaba menos la ropa.

El sacerdote había pedido que no lo molestaran porque decía que era ―como un dios

de la lluvia‖ por eso lo debían de dejar tranquilo, pero había gente que no creía y le

buscaron pelea y pretextos para amedrentarlo. En una ocasión una vaca se cayó a una

barranca, el brioso la vio y como tenía hambre, le quitó un pedazo del lomo y eso sirvió de

pretexto a los dueños de la vaca para echarle la culpa de la muerte del animal y lo

amenazaron con matarlo. Desde entonces el brioso ya no volvió a aparecer por ahí, dejó

todo, su huerta, su hacha, su casa de carrizo. Dice la gente que desde entonces dejó de

llover. Así como el brioso, que dicen algunos se llevó consigo las lluvias cuando lo

corrieron, también hay otra historia que hace referencia a la sequía en que se encuentra la

sierra, esta es el caso del sacerdote que dejó una maldición en Pómaro.

Según se cuenta, cuando llegaron los sacerdotes a la región por la décadas de 1940 y

1950, estos querían ―arreglar las cosas‖ ya que el diablo se había posicionado de todo el

pueblo, pero la gente de Pómaro no quería sacerdotes y lo corrieron. Otros dicen que el

111

padre al reprender a un grupo de gente por su conducta, estos se molestaron y lo

persiguieron para matarlo, el sacerdote corrió, pero no pudo más y al llegar a cierto punto

en el camino a Coire, antes de que lo mataran el sacerdote dijo que hasta ahí llegaría el

agua, dibujó una cruz en el aire y desde entonces ya no hay agua.3

El entorno natural es un campo fértil habitado por diferentes historias que

ejemplifican la forma en que la población compone su espacio cultural. Este conjunto de

narraciones orales se relacionan entre sí, y en ellas se puede ver cómo algunas entidades

como los duendes aparecen en historias bíblicas o en relación con la abundancia de la tierra

y el río. Ese también es el caso del diablo, un personaje antagónico del catolicismo que se

relaciona con la riqueza y con los mestizos. En ese ámbito, puede entenderse que el vínculo

de los pobladores con las diferentes entidades que habitan el entrono, se expresa, más que

físicamente, en forma anímica. En ello está presente la percepción de otros fenómenos

naturales así como los ciclos solares y lunares, que están ligados a la corporalidad. En esa

índole, los momentos de la luna y el sol tienen un efecto en la salud y la conducta de los

individuos y en las plantas.

Un comunero decía que ellos son naturales porque viven como la naturaleza, esto no

indica que su forma de vida sea completamente ―armónica‖ con la naturaleza, sino que

mantiene fuertes nexos con la tierra y el entorno. Esta relación se manifiesta en los tiempos

específicos para sembrar y cosechar, en la observación detenida de los fenómenos

naturales, en la alimentación, las creencias y en la mayoría de sus actividades comunales.

La oralidad y la tradición

La población de Cachán básicamente sigue siendo una sociedad que sustenta la transmisión

de sus conocimientos a través de la oralidad. Algunos autores conciben a la tradición oral

como un conjunto de testimonios sobre el pasado transmitidos oralmente, tal es el caso de

Jan Vansina (1966) y Godenzzi (1996). No obstante, esta postura puede ser limitada en

cuanto a que percibe a la tradición oral como una forma de reconstrucción histórica. Por el

3 Otras versiones dicen que se secó el sudor con su pañuelo y lo tiró al suelo; o que tiró una ostia.

112

contrario, la tradición oral va más allá del hecho histórico, en ella están presentes las

representaciones sociales que continuamente se están rehaciendo a través de las

experiencias.

Las narraciones que componen la tradición oral no son aisladas, sino que están unidas

por el tiempo y la cultura. María Madrazo coincide con este punto, para ella ―la tradición

oral es un acontecimiento inmerso en la cultura, junto con otras manifestaciones de la

tradición‖ (1997:33). La tradición oral es un continum cultural.

La oralidad es una forma de construir el mundo, y a su vez, de asumir las diferentes

perspectivas que generan discontinuidades en el presente. A partir de ello, la tradición oral

puede definirse como la interacción de creencias, experiencias y formas de pensar de un

grupo transmitidas generacionalmente e interpretadas desde la actualidad. En este sentido,

la tradición al ser construida culturalmente, se nutre de los referentes simbólicos. Según

Farrugia: ―somos los productos de un relato social colectivo que nos concierne y nos

comprendemos a nosotros mismos a través de la historia que nos narra socialmente‖

(2004:138). No solo contamos historias, sino también somos historias, un relato en el

tiempo que sobrevive a través de las palabras y las imágenes que construyen la realidad.

Ante esta perspectiva, habría que aclarar que la tradición puede generar la unidad del

grupo en la medida en que también puede marcar las diferencias sociales y

fragmentaciones dentro de ella, ya que la tradición no se asume de la misma forma por

todos sus miembros. Además al ser un ―continum‖ que se hace y rehace desde el presente,

la tradición se convierte en un proceso de índole interpretativo (Gadamer:1991), a través de

la redefinición de los contenidos y códigos de interacción social. Por tanto, la tradición está

lejos de ser sólo un sedimento cultural.

Aunque la tradición es una posición colectiva, adquiere diferentes connotaciones

dependiendo de las exégesis individuales que componen dicha colectividad. En esa

medida, la tradición es un conjunto de interpretaciones posibles del pasado, que actualiza

los sentidos culturales. Con ello, puede ser el fundamento de algunos actos sociales, y

también de pensamientos, emociones y disposiciones que un grupo adopta ante su realidad.

113

El pasado está en continua formación, más allá de asumirse un pasado ya hecho, y un

presente con esas mismas condiciones. En ello, los referentes sociales no son únicos y

uniformes, sino que mantienen discontinuidades de acuerdo a la percepción parcializada

por los individuos, ya que estos recuerdan y construyen sus narrativas desde los recuerdos

sociales. La experiencia social se hace posible desde las experiencias individuales y

viceversa. Esto abre la posibilidad de formular diferentes visiones de la realidad, a través de

un marco cultural.

En el caso de Cachán de Echeverría, los diferentes acontecimientos históricos y las

disputas actuales por la posesión y defensa de tierras comunales han resaltado la necesidad

de diferenciarse de los mestizos, lo cual no significa que sea algo nuevo o surgido a partir

de las acciones recientes, es algo histórico. En la actualidad la identidad indígena de los

pobladores busca ser expresada constantemente ya sea en la lucha política local y

municipal, o con el interés de acceder a recursos económicos gubernamentales, empero, la

identidad no tiene solamente un fin práctico, un uso a conveniencia (aunque pueda

parecerlo y en algunos casos lo sea), sino que en realidad está en formación constante desde

lo cotidiano, los rituales religiosos y de las diferentes narraciones de la tradición oral.

En general, la tradición está presente en la cotidianidad, aunque no siempre es

entendida de la misma forma por todos, dependen de las diferencias generacionales y de

género, de los grupos formados para las actividades religiosas, laborales, políticas, etc. En

ese ámbito, la tradición tiene diferentes variables asumidas como parte de la comunidad.

En ese sentido, la visión de la tradición también ha sido creada o recreada por el

Estado, desde sus institutos y programas de apoyo a comunidades indígenas. Algunas de

estas instituciones tienen como base de acción la recuperación de las tradiciones

impulsando proyectos como la artesanía en barro y madera, o la recuperación de los textiles

con tintes naturales, la organización de foros de presentación para las danzas y la música

tradicional, así como el apoyo económico a sus realizadores. La recreación de la tradición,

desde estas instituciones conllva la composición discursiva del indígena como único agente

de la tradición.

114

Aunque algunas personas, sobre todo las de mayor edad, consideran que entrar en la

forma de vida de la ―sociedad nacional‖ implicaría perder sus tradiciones, no obstante, a

nivel general los habitantes de Cachán y de la comunidad piensan que su base cultural se

sigue manteniendo en ―el costumbre‖.4 En ese sentido aunque aceptan la modernidad no la

ven como un problema de pérdida de identidad, así es que en la cotidianidad se mantienen

visiones tradicionales así como la apertura y apropiación de elementos ―externos‖. Los

comuneros han asumido esta posición social ante la paradójica acción del Estado quien, a

través de algunas instituciones, busca que los indígenas continúen con su forma de vida

―tradicional‖ (sin ninguna cambio) y, por otro lado, les proponen acceder al ―desarrollo

nacional‖ a través de la modificación de su estilo de vida y una forma de pensar

―occidentalizada‖.

Esta contraposición, se traduce en la apropiación que los nahuas han hecho de los

discursos gubernamentales sobre ―el indígena‖ y que se han convertido en bandera

identitaria para la lucha política, y a su vez, como estrategia para exigir al gobierno mayor

apoyo a su comunidad tras el estado de pobreza y marginación en el que el mismo gobierno

los ha catalogado.

A partir de que el gobierno ha manifestado la importancia de las tradiciones indígenas

vistas como ―únicas‖, es como muchas de estas han fortalecido la construcción identitaria, a

pesar de que localmente ya se consideraban ancestrales. Aunado a estas tradiciones, hay

otras prácticas que también han adquirido fuerza asumiéndose como tradicionales a partir

de los conflictos por tierras. Un comunero comenta: ―aquí tenemos usos y costumbres, una

mujer de aquí si se casa con un mestizo pues se tiene que ir de aquí, ya se chinga, no le

tocan tierras, porque si no el esposo va a querer tener más tierras, no la van a aceptar en

la comunidad, pierde sus derechos y pues que se vaya allá de donde es su esposo, pero si

se casa con uno de aquí, pues si le tocan sus tierras‖.5 Esta idea sustentada en una

perspectiva de diferencia con el mestizo a partir de la sangre, los indígenas se asumen como

la gente de ―sangre pura‖.

4 ―El costumbre‖ es un término utilizado por los pobladores como sinónimo de tradición.

5 Entrevista realizada a Apolinar Méndez, poblador de Cachán, agosto de 2006.

115

Así los referentes de la tradición pueden ser diversos y aceptados en distintos grados

de acuerdo a los intereses locales. En ese ámbito, hay otras tradiciones que hasta hace un

tiempo pasaron desapercibidas por los propios pobladores (y por las instituciones

gubernamentales) pero que ha sido retomada por su carácter identitario, es el caso de la

tradición oral.

A través de la escuela primaria se está intentado recuperar las narraciones históricas,

así como leyendas y mitos, para reafirmar la tradición nahua de Cachán. El ejercicio ha

fortalecido algunas creencias sobre las entidades sobrenaturales como los chaneques, la

Pastora y el brioso, reconocidos como seres que existen o que por lo menos existieron en

algún momento. Algunas de estas narraciones son retomadas sólo desde el aspecto histórico

―lo que decían los abuelos‖. De igual forma pueden cuestionarse algunas de estas

narraciones desde un pensamiento ―racional‖ que promueve la propia escuela. No obstante,

el hecho de que ésta acepte y promueva dichas narraciones como parte activa de la cultura,

permite la transmisión de antiguas creencias que continúan habitando el espacio local, a

pesar de sus diferentes connotaciones.

A demás de la escuela primaria, el espacio domestico es fundamental para la

retransmisión de narraciones tradicionales6 sobre las entidades que habitan los ríos, el

monte, el mar, u otras. Comúnmente son las mujeres así como las personas de edad

avanzada quines reproducen estas creencias. Éstas contribuyen en la forma en que los

pobladores perciben y entienden cotidianamente su entorno.

Precisamente en la tradición oral se expresa la confrontación entre creencias que son

asimiladas de acuerdo a las interpretaciones que los habitantes hacen de las experiencias

propias y ajenas a partir de referentes sociales diversos. Algunos pobladores,

principalmente los señores, dicen no creer en las entidades sobrenaturales que habitan el

monte y los ríos, consideran que esas son creencias de antes. En otros casos, se les asume

como supercherías. Otros más creen las historias al pie de la letra; los más jóvenes pueden

llegar a aceptar estas creencias aunque pongan en duda algunos elementos de la trama de

6 El termino narraciones tradicionales lo utilizo para hacer referencia a las narraciones que se han transmitido

generacionalmente y que, por tanto, tienen importancia significativa, este tipo de narraciones pueden ser mitos, leyendas,

visiones históricas, etc. que se suman a la tradición oral.

116

las narraciones que no consideran ―lógicas‖. No obstante, aunque se niegue la existencia de

las entidades sobrenaturales, muchos de ellos aun mantienen este imaginario e incluso han

participado en un ritual de recuperación del alma robada por un chaneque travieso.

A manera de conclusión

La tradición oral es una forma de adentrarnos a la cosmovisión de los grupos indígenas

como es el caso de la población de Cachán y la comunidad nahua de Pómaro. En ese

sentido, las diferentes visiones del mundo generadas en una cultura no solo se producen

desde las creencias sobre el entorno y las entidades anímicas que lo habitan, sino en la

medida en que un legado cultural redefine posturas sociales. Los nahuas de Cachán, ante la

problemática histórica por tierras y la conjunta conflictividad con los mestizos,

configuraron una posición discursiva en la que la cosmovisión y por ende la tradición

comunal juegan un papel trascendente en la expresión de sentidos identitarios.

Ante ello, la cosmovisión nahua no puede contemplarse como una visión única, por el

contrario, una cosmovisión difícilmente es ―una‖, y es más conveniente plantear la idea de

cosmovisiones que se entrecruzan socialmente recreando diferentes posibilidades de

construir la comunidad y al grupo en cuanto tal. En ese sentido, aunque una visión de un

grupo en específico pueda ser hasta cierto punto dominante, otras visiones del entorno están

en constante interacción y retroalimentación a través de acciones y discursos sociales. Estas

diferencias pueden partir de distintos intereses o momentos de la localidad, ya sean las

diferencias generacionales y de género, la iglesia, el Estado, intereses políticos, etc.

En esa índole, la tradición oral es un espacio utilizado y disputado por diferentes

actores sociales modificando sentidos y generando cambios en ella, aunque, estas

representaciones del entorno convergen en elementos simbólicos nahuas. Con ello, las

narraciones de la tradición oral son transmisoras y regeneradoras de cosmovisiones que

renuevan la forma de ver ―la realidad‖.

A nivel general, la comunidad de Pómaro, y en este caso Cachán, ha estado inmersa

en diferentes conflictos sociales, intereses políticos y la necesidad de recursos económicos.

De igual forma los indígenas de la costa traen presente el panorama de pobreza y

117

sometimiento en gran medida planteado por las mismas instituciones del Estado. En este

contexto, la memoria social de los indígenas, constantemente está resignificando y

construyendo su pasado y su identidad.

En Cachán, la identidad étnica, en el sentido en que es una construcción social a partir

de elementos simbólicos apropiados por sus habitantes, se fue reforzando a través de una

composición histórica asimilada en la interacción con los mestizos. Los nahuas de la

comunidad de Pómaro, se asumen como descendientes de los aztecas, aunque retoman el

catolicismo (que los separa de los antiguos considerados por ellos como ―salvajes‖) como

elemento esencial de su identidad étnica. Esta ambigüedad en la identidad indígena también

se ve representada en la sangre, ellos se consideran por su origen azteca como la gente con

pureza de sangre a diferencia de los mestizos quienes al tener sangre de gente ―blanca‖,

entonces por esta última están ―contaminados‖.

En general hay una constante reiteración de la identidad a través de la negación del

mestizo. En esa medida, las narraciones orales manifiestan una construcción histórica que

idealiza las relaciones interculturales, en la medida en que son un marco de interacción

entre grupos culturalmente diferenciados.

El discurso comunalista postula la autenticidad del indígena como verdadero dueño

de la tierra comunal así como el protector de esta y de sus recursos naturales. En este

sentido, los habitantes de Cachán generan diferentes estrategias que adquieren una

expresión social ante las conflictividades y problemas que se van gestando. En tal caso, la

tradición oral, en la medida en que es la expresión cosmogónica de un grupo, también

interviene en la formación de sentidos identitarios.

Con ello, la tradición se refleja en los actos cotidianos, en la participación diaria de

los habitantes en la vida local y comunal, en las creencias donde se percibe la influencia de

los medios masivos de comunicación, el narcotráfico, el turismo, las instituciones

gubernamentales, intereses grupales, etc. Por tanto, la tradición es un espacio que expresa la

diversidad de posturas sociales al tiempo en que reproduce la lógica cultural de la

comunidad.

118

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122

Identidad territorial e historia local: un reflejo de la

cosmovisión indígena actual.

Víctor Manuel García Torres

Este trabajo retoma la definición de cosmovisión de Alfredo López Austin para relacionar

el relato de la municipalidad de la Junta Auxiliar de Tetelilla de Miguel Islas, Tuzamapan

de Galeana, y la historia local de San Juan Ozelonacaxtla, Huehuetla, Sierra Norte de

Puebla, como referentes territoriales identitarios. Dicha identidad proviene de la visión que

los pobladores de ambos lugares tienen sobre sí mismos, al construir, bajo la división

político-administrativa del Estado-nación, los elementos ideológicos de su cosmovisión

actual. Intentará probar que la cosmovisión indígena de ambos lugares resulta de su

identificación con un territorio, el cual es referente como espacio valorado; además, dicho

territorio es en el que se inscribe el pasado recordado en relatos o sobre la historia propia de

la configuración del pueblo en el sistema ideológico del Estado-nación.

Cosmovisión

Para Alfredo López-Austin, la cosmovisión ―es un conjunto articulado de sistemas

ideológicos relacionados entre sí en forma relativamente congruente, con el que un

individuo o un grupo social, en un momento histórico, pretende aprehender el universo‖

(1989, p. 20). Esta cosmovisión integra, por principio de cuentas representaciones, ideas y

creencias, en todas las esferas de los individuos y grupos sociales, que pueden ser

sumamente elaboradas o conceptos simples, expresados en valores o acciones. Estas

representaciones, ideas o creencias forman parte de un sistema ideológico de acción en el

que los grupos y los individuos operan sobre el universo. Al ámbito dentro del cual se

inscribe la cosmovisión, López Austin lo denomina complejo ideológico, el cual consiste en

la suma de un conjunto de cosmovisiones en una época histórica determinada. Para la

mayor parte de pueblos indígenas de nuestro país, la cosmovisión ha estado vinculada a las

creencias sobre el origen a partir de ciertos relatos que se pudieron desprenderse de

Mesoamérica y que se mezclaron con la cosmovisión religiosa católica.

123

La cosmovisión está integrada, desde la anterior perspectiva, por creencias que

pueden ser identificadas a partir de relatos o concepciones sobre el origen de un pueblo. Las

creencias sobre el origen vinculan directamente a las nociones sobre el territorio donde

habitan los individuos, el cual también es objeto de una construcción identitaria en una

relación intrínseca entre creencia (cosmovisión) del origen y las distintas formas de

identidad utilizadas para distinguirse de los otros e incorporar a sus pensamientos las

concepciones sobre su territorio.

La cosmovisión conlleva acciones propias de los individuos o grupos sociales que las

crean y al hacerlo generan elementos culturales que la reflejan: los relatos, los cuales son

entendidos como narraciones orales sobre algún suceso de la colectividad, son recordados y

proyectan una explicación sobre la vida. En este sentido, la cosmovisión de algunos

pueblos indígenas de nuestro país, integran elementos del Estado-nación a su identidad

territorial a partir de explicar el origen de su población o colectividad.1

Así, la cosmovisión integra las ideas o creencias que algunos pueblos hacen sobre su

origen y tratan de explicar su génesis a través de una expresión identitaria colectiva, donde

el relato de la municipalidad de Tetelilla y la historia local de San Juan Ozelonacaxtla,

proporcionan nociones sobre cómo se piensan en el momento actual, cuya visión resulta de

los sistemas ideológicos en los que se encuentran inmersos. Ambos poblados, son el

resultado de la configuración espacial de congregación de poblaciones desde el siglo XVI,2

es decir fueron reorganizadas las poblaciones de origen mesoamericano en el contexto

político religioso hasta prácticamente el siglo XIX, de donde proviene la idea de la

explicación del poblado en términos religiosos.

En un segundo momento, la cosmovisión de los pueblos entró en juego con un sistema

mayor de ideas generado desde las concepciones promovidas por los liberales en la sierra,

1 Por Estado-nación considero la definición proporcionada por la visión histórico-cultural de Smith: ―es un grupo humano

designado por un gentilicio y que comparte un territorio histórico, recuerdos históricos y mitos colectivos, una cultura de

masas pública, una economía unificada y derechos y deberes legales e iguales para todos sus miembros.‖ (Smith, 1997:

13)

2 Bernardo García Martínez ha dicho sobre las congregaciones serranas de los pueblos después de 1546, se debieron a la

concentración de caseríos dispersos por juntas o pueblos ―compactos diseñados sobre un plano regular, con plazas y calles

rectas‖ (1987, p. 153). Nuevamente el aspecto territorial fue importante para consolidar la vida de los pueblos.

124

con lo que empezaron a tener contacto con un sistema ideológico en el cual el gobierno, las

leyes, la individualidad y la fragmentación de la propiedad, entre otros aspectos, fueron los

ejes centrales de construcción de la cosmovisión.3 En un tercer momento, la cosmovisión de

los pobladores de Tetelilla y San Juan se ha visto marcada por la ideología del Estado-

nación, en tanto sujetos de derecho, división política-administrativa, educación, planes y

proyectos productivos, alusión a la conformación espacial a través de los héroes patrios. En

esta breve revisión, la cosmovisión aglutina las creencias que los pobladores han expresado

sobre su origen.

Sistema ideológico Relato o historia

local

Tetelilla San Juan

Proveniente de la

Colonia

Mito de origen Sin identificar Sin identificar

Relato de fundación

por Santo Patrono

San Andrés fundador San Juan fundador

Relato de robo de

campana

Con respecto a Tuzamapan

y Jontla

Sin identificar

Proveniente de la

ideología liberal.

Impulso de liberales a

finales del siglo XIX.

Establecimiento de

la propiedad privada.

Evidencia de imposición a

partir de la división

territorial en

minipropiedades; no existe

propiedad colectiva.

Evidencia de imposición a

partir de la división

territorial en

minipropiedades; no existe

propiedad colectiva.

Educación primaria

fortalecedora del

sistema ideológico

del Estado-nación

Desde 1878. Desde 1880.

Conformación de

calles fines del siglo

XIX principios del

XX (nomenclatura

de héroes

nacionales).

Poblado semi compacto

con nombres de calles de

héroes nacionales.

Poblado semi compacto

con nombres de calles de

héroes nacionales.

3 Para mayor detalle es pertinente referir la serie de trabajos de Guy P. C. Thomson (1991; 1993) respecto al poder

obtenido por pobladores que siguieron la ideología liberal en la sierra: establecimiento de poderes locales y la

estructuración de poblados bajo la óptica de concentrar la población y configuración espacial (nombre de las calles) de los

mismos a través de las leyes del reciente estado mexicano. Véase también a Valderrama Rouy y Ramírez Suárez (1993).

125

Sistema ideológico del

Estado-nación

División territorial Junta auxiliar Junta auxiliar

Proyectos

económicos

dirigidos desde 1950

Café como producto

primario en la agricultura

Café como producto

primario en la agricultura

Concepción

del municipio

Relato de la supuesta

municipalidad

Historia de la localidad:

separación de la cabecera

municipal de San Miguel

Atlequizayán

En este cuadro represento una hipótesis general que este trabajo no intenta mostrar en

detalle, sobre los sistemas ideológicos que antes del Estado-nación han determinado la

cosmovisión indígena de algunos pobladores de la Sierra Norte de Puebla.

Identidad

En otro orden de ideas, la identidad en algunos estudios antropológicos presenta ciertas

coincidencias: es subjetiva y depende de un yo, incluso se habla de un ego que se traslapa al

grupo social y se presenta como identidad colectiva (Goffman, 1986; Giménez, 1996: 21 y

2001; De Vos, 1997); es considerada un proceso que continuamente se está transformando,

es procesual (Aguado, 1998); requiere de un proceso de auto y hetero reconocimiento por

parte de los individuos (Barth, 1976); es contrastativa y clasificatoria (Smith, 1997;

Cardoso de Oliveira, 1992). Al mismo tiempo, la lengua, la religión, las costumbres, el

vestido, son sólo algunos elementos culturales que pueden ser utilizados para determinar

una identidad (Bartolomé, 1997; Giménez, 1996), pero de ninguna manera son definitorios,

pues la identidad depende de procesos subjetivos que se encuentran en los individuos a

manera de representaciones sociales o procesos simbólicos, incluso en las creencias o

identificaciones históricas que los grupos han interiorizado como propias.

Así, por identidad se entiende, coincidiendo con Aguado, un proceso de

identificaciones históricamente apropiadas que le confieren sentido a un grupo social y le

dan estructura significativa para asumirse como unidad (Aguado/Portal, 1992: 39).

(Aguado, 1998: 20) No obstante, para este escrito es importante retomar el concepto de

identidad local propuesto por Giménez, para designar el apego a un territorio geográfico

126

(geosímbolo),4 en el que se desarrollan los elementos culturales cotidianos y las expresiones

que presentan a un poblado como unidad homogénea en cuanto al territorio pero que en su

interior puede mostrar una diversidad de adscripciones identitarias a partir de la profesión,

trabajo, rol, género y por supuesto la identidad étnica. Tal es el caso de Tetelilla lugar en

que se presentan adscripciones indígenas hasta de tres tipos: nahuas, totonacos, mestizos;

para el caso de San Juan Ozelonacaxtla, sus habitantes, y en especial las personas que

fueron entrevistadas, se reconocen como totonacos a través de su filiación lingüística.

Además de lo señalado anteriormente, en ambas poblaciones los elementos culturales

observables como el vestido, el idioma y el apego a su territorio por medio del territorio

expresado en sus relatos realizan un reconocimiento de la historia local referida al territorio.

El territorio tiene como condición el espacio apropiado y valorizado por los grupos

humanos. (Giménez, 2000: 22) ―El espacio –entendido aquí como una combinación de

dimensiones (Nyagnatom, 1978: 152), incluidos los contenidos que los generan y organizan

a partir de un punto imaginario, se concibe aquí como la materia prima del territorio o, más

precisamente, como la realidad material preexistente a todo conocimiento y a toda práctica‖

(Íbid.). Así, la noción de territorio sólo toma vigencia si se toma en cuanta los ―contenidos

que los generan y organizan‖ entendiendo por esto la naturaleza en sus dimensiones

topográficas, el suelo con sus características propias (composición, fertilidad, estructura,

morfología, recursos naturales integrados, etcétera), la flora, la fauna, las características

climáticas e hidrológicas particulares, sólo por mencionar algunos elementos que lo

generan. A este punto hay que agregar que la permanencia en el territorio también es

producto de procesos históricos en los que se interioriza ese espacio en forma de

representaciones.

De tal forma que el territorio tiene tres elementos primordiales: la apropiación de un

espacio (por lo que se hace en él), el poder (valoración de él) y la frontera (como alteridad o

4 Un geosímbolo es el territorio ―considerado como zona de refugio, como medio de subsistencia, como fuente de

recursos, como área geopolíticamente estratégica, como circunscripción político-administrativa, etcétera; pero también

como paisaje, como belleza natural, como entorno ecológico privilegiado, como objeto de apego afectivo, como tierra

natal, como lugar de inscripción de un pasado histórico y de una memoria colectiva‖ (Giménez, 2000: 24).

127

separación de él con otros territorios).5 Ahora bien, estas nociones señalan las prácticas de

poder en la producción territorial por parte de los grupos sociales. Éstos delimitan sus

superficies territoriales creando mallas, nudos y redes. Los territorios de Tetelilla y San

Juan pertenecen a las mallas y territorios próximos. Para Giménez (2000, p. 22-23) las

mallas implican el límite en los espacios municipales, regionales, provinciales. Es decir, los

poblados estudiados forman parte una malla municipal. El territorio próximo o identitario

es aquel determinado por la aldea o pueblo, el barrio, el terruño, la ciudad y la pequeña

provincia (en contraste con un territorio más vasto como el nacional), lugar donde viven los

habitantes de un lugar, donde construyen sus referentes históricos o creencias respecto al

origen del poblado.

La identidad territorial o la concepción de la historia del pueblo y el establecimiento

del mismo en los linderos actuales y como parte de un proceso mayor de territorialización

del Estado mexicano, Tetelilla y San Juan Ozelonacaxtla son poblados que, en afirmaciones

de los entrevistados, muestran un significado especial a la historia de la formación o

fundación del pueblo y sus límites territoriales actuales, así como la categoría

administrativa que poseen en el ámbito de la administración del gobierno. Con ello

consolidad la contrastación con las cabeceras municipales a las que pertenecen y son

reconocidos por los pobladores de las mismas como diferentes, incluso en algunos

elementos culturales como las danzas, los relatos de robo de campanas y la práctica de la

mano vuelta, son importantes para la auto y hetero clasificación en ambos poblados.

¿Cuál es el punto de unión entre cosmovisión e identidad territorializada? Son el

complejo de creencias o sistemas ideológicos que les han dado vida y generan una visión o

contemplación sobre la vida cotidiana, con su concomitante práctica cultural, además de la

concepción sobre el origen, pues marca con ideas y creencias el relato fundador a través de

5 No obstante, el territorio posee un ―carácter instrumental-funcional‖, relación utilitaria con el espacio (por ejemplo, en

términos de explotación económica) y un ―carácter simbólico-cultural, como objeto de inversiones estético-afectivas o

como soporte de identidades individuales o colectivas. El territorio como objeto de operaciones simbólicas recrea en los

―actores sociales (individuales o colectivos) […] sus concepciones del mundo.‖ (Giménez, 2000, 23-24) Esta aseveración

es de fundamental importancia para este trabajo, pues los individuos construyen su cosmovisión mediante las creencias

que generan en torno a su territorio y sobre la visión que construyen de él a partir del origen. Es aquí el enlace entre

cosmovisión e identidad, pues ambas categorías permiten que la cosmovisión genere las distintas concepciones sobre la

forma en que los grupos sociales interiorizan la identidad con su territorio.

128

la municipalidad o la historia local de separación de una cabecera municipal por otra y los

ubica dentro de los límites del Estado-nación, el lugar que ocupan dentro de la división

político-administrativa del territorio. Sin embargo, el territorio y la cosmovisión se

imbrican con los relatos producto del sistema ideológico y el momento histórico en que son

engendrados.

Las Zonas de Estudio

Tetelilla de Miguel Islas es junta auxiliar del municipio de Tuzamapan de Galeana y San

Juan Ocelonacaxtla es junta auxiliar del municipio de Huehuetla. Ambas poblaciones

comparten el rango político administrativo otorgado por el Estado mexicano de junta

auxiliar, (cuerpo político-administrativo mayor de 1000 habitantes, con ejercicio propio de

recurso y un cabildo, cuerpo de regidores de administración, educación, gobernación, salud

y un presidente auxiliar), pero su relación no se circunscribe sólo a lo que la ley confiere en

cuanto territorio nacional, sino porque ambas poblaciones son herederas de una visión del

mundo o cosmovisión producto del interactuar de diferentes sistemas ideológicos que hasta

hoy explica su origen como poblados en términos político-administrativos.

Comparten una historia regional al formar parte de dos grandes altépetl6 antes de la

llegada de los españoles: Jonotla y Hueytlalpan. Después del establecimiento de cabeceras

doctrinales, Tetelilla fue sujeto de Jonotla y Tuzamapan y San Juan sujeto de Hueytlalpan y

después de 1700 de San Miguel Atlequizayán. Recibieron influencia de los liberales en el

siglo XIX, muestra de ello son los nombres de las calles del poblado, la desterritorialización

durante el siglo XIX con los principios liberales que desintegró la propiedad colectiva; la

configuración espacial y el trazo urbano, elementos que son importantes porque muestran

cómo ha sido la introducción del Estado-nación a través de diferentes componentes que

6 Para García Martínez, el altépetl era una organización política antes de la llegada de los españoles, sin embargo también

representaba ―lo que distinguía a cada grupo o colectividad frente a su sus vecinos […] (era) su identidad histórica,

espacial y política‖ (1987, p. 72)

129

configuran la vida actual de los poblados. Además ambos lugares poseen población

indígena en un número considerable.7

Tetelilla es un poblado que presenta adscripciones indígenas de nahuas, totonacos y

mestizos (la distinción se basa tanto en la clasificación lingüística como en las

aseveraciones de entrevistados sobre su origen, pues algunos se reconocen como ―legítimos

totonacos‖ y otros como ―mexicanos‖ o ―mexicaneros‖ para designar a los hablantes del

náhuatl o ―mexicano‖, según la referencia de la zona). San Juan Ocelonacaxtla es un

poblado totonaco, pues la mayor parte de su población habla dicho idioma y presenta altos

grados de monolingüismo en ese idioma, además de que los entrevistados sostuvieron su

filiación como totonacos.

A lo anterior se le suma el vestido, para las mujeres la enagua y los hombres el

pantalón de manta, su organización social del trabajo comunitario con la mano vuelta

(reciprocidad del trabajo entre parientes, compadres o el pueblo mismo), y los relatos o la

historia local que recuerdan. Comparten también los distintos sistemas ideológicos a los

que han estado sometidos: la colonia religiosa, el liberalismo político-económico en el siglo

XIX, y la cosmovisión actual a partir del establecimiento del Estado-nación. Es decir, en

los términos de identidad anteriormente referidos, construyen su identidad por la hetero

clasificación, distinguen de la cabecera municipal y las rancherías o caseríos; recuperan los

recuerdos históricos para colocarse como poblados actuales; incorporan su ego a la figura

nacional de la presidencia y sobre todo, porque construyen su identidad territorial con base

a los elementos próximos de su contexto: su entorno natural y la apropiación del paisaje, su

vida cotidiana y el origen del poblado basado en el territorio actual, como juntas auxiliares

de un cuerpo político-administrativo mayor: el municipio.

7 San Juan Ozelonacaxtla cuenta con una población de 1462 personas, de las cuales la población de más de 5 años, 1333

habitantes hablan totonaco; 416 personas son monolingües en totonaco. 913 son bilingües totonaco español. (Fuente:

http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/conteo2005/iter2005/consultafiltro.aspx, fecha de consulta: 4 de

noviembre de 2007).Tetelilla, en un censo elaborado en 1997 para dicho pueblo, contaba con 1691 habitantes, de los

cuales 88 eran trilingües con el totonaco como lengua materna; 296 eran bilingües totonaco-español; 99 bilingües nahua

español; en tanto el resto de población se consideró como hablante del español (García Torres, 2000, p. 60-61)

130

Relato de la municipalidad de Tetelilla.

Historia local de san Juan Zelonacaxtla, separación de la cabecera.

Antes de desarrollar el siguiente apartado, se considera pertinente hacer una aclaración

histórica sobre Tetelilla, lo que permitirá entender el relato de la municipalidad. Tetelilla

nunca ha sido cabecera municipal, debido a que su historia señala que en un momento fue

sujeto de la cabecera doctrinal de Jonotla una vez establecidas las encomiendas y

corregimientos en la sierra durante la Colonia (Del Paso y Troncoso; García Martínez,

1987) y después pasó a formar parte de Tuzamapan, éste se desprendió de su cabecera

Jonotla. Ante el establecimiento de los municipios en Puebla durante el siglo XIX,8

Tetelilla formó parte desde un inicio de su actual cabecera municipal. Por tanto, la idea

sostenida en el relato que a continuación se expone, no tiene un sustento histórico.

Hace muchos años, el pueblo de Tetelilla fue muy grande y cabecera municipal; tenía mucha

población, la cual llegaba hasta el río Zempoala. Después llegó una gran epidemia que acabó con la

mayor parte de esa población. Al cabo de un tiempo, algunos habitantes del pueblo de Tuzamapan,

aprovechando la poca población que había, llegaron al pueblo de Tetelilla y se llevaron el sello que

los hacía ser cabecera municipal. A partir de ese entonces el pueblo de Tuzamapan pasó a hacer la

cabecera municipal.9

El relato en cuestión, fue recopilado durante 1997, fecha en que se tuvo una permanencia

en el poblado con el fin de recabar información para la redacción de tesis de licenciatura. El

relato llamó la atención por las reiteradas referencias a esa supuesta municipalidad del

poblado sostenida por los habitantes, quienes afirmaban que existían dos pruebas

fehacientes de la veracidad del mismo.10 La primera evidencia, y origen del relato, se

8 Contreras Cruz, 1993; Archivo de la Junta Auxiliar de Tetelilla de M. Islas.

9 El relato es una construcción libre de las distintas versiones escuchadas en el poblado. Se entrevistaron individuos del

sexo masculino, de los cuales cuatro se reconocen como totonacos: Ernesto García, Juan Nicolás, Juan y Pedro Arteaga;

tres como nahuas: José Vázquez (finado), Miguel Genaro y Miguel Desión; y, por último, cuatro (Gildardo Cabrera,

Enrique Hernández, Miguel Cano, Toribio Cabrera) como no pertenecientes a ningún grupo indígena. La selección de los

informantes se realizó por la autoadscripción (nahua, totonaco o no perteneciente a ninguno de esos grupos) que

manifestaron en ocasiones previas a las entrevistas, algunos por ser mayordomos, fiscales de la iglesia, tener en propiedad

las principales tiendas, y la experiencia de vida proporcionada por la arriería.

10 Aguado (1998) emplea el concepto de evidencia, entendido como un ―presupuesto básico, empírico y funcional, no

necesariamente falso, que establece las mediaciones sociales entre los individuos, entre estos y los grupos sociales y entre

los grupos sociales entre sí, en un contexto determinado (Aguado/Portal, 1992: 63).‖

131

fundamenta en la existencia de un documento de fines del siglo XIX en donde se muestra

un sello con la leyenda ―Cabecera Municipal de Tetelilla‖ que se encuentra en manos de un

profesor de la localidad. El segundo elemento es una leyenda escrita que existió, según los

pobladores, en lo que hoy es la escuela primaria, otrora fuera el palacio de la junta. La

leyenda decía: ―Palacio Municipal‖. Esta información nunca pudo ser corroborada.

Para el caso de san Juan, la historia local apunta sobre la separación de la cabecera

municipal de San Miguel Atlequizayán en 1937, la cual se debió principalmente a

problemas de distribución de recursos y a la marginación de planes y programas que el

municipio no aplicaba en el poblado, al mismo tiempo desde la perspectiva cultural, los

habitantes de San Miguel obligaban a realizar la faena a los de San Juan sin que se otorgara

ninguna retribución directa a los habitantes de Ozelonacaxtla; de igual forma, los habitantes

conservan en la memoria el trato cruel y de tortura que sufrían los habitantes.11 Así, basado

en un hecho real, la referencia constante de la separación de cabecera y junta auxiliar, la

considero como relato por las constantes referencias que los pobladores hacen de tal suceso

en el presente y al devenir de un acto histórico se conserva en la memoria como relato.12

Relato e historia local San Juan

San Juan Ozelonacaxtla dejó de pertenecer a San Miguel Atlequizayán. Éste era nuestro municipio,

pero la gente se cansó de que hacíamos faenas para beneficio sólo de ese pueblo. La gente se cansó

y viajó a Puebla en 1937 para solicitar el cambio de municipio, el cual les fue concedido y desde

esa fecha pertenecen a Huehuetla.

Cosmovisión-Identidad Territorial E Historia Local

Bajo las dos líneas de trabajo establecidas con anterioridad, la cosmovisión y la identidad

territorial, el relato de la supuesta municipalidad de Tetelilla y la historia de la separación

11 De ocho entrevistados, cinco aludieron al recuerdo de que los hombres de ―cotón‖, es decir indígenas que vestían calzón

de manta, eran amarrados en la plaza y maltratados por negarse a realizar las faenas.

12 El relato que cuenta el hecho histórico fue reafirmado por los diferentes entrevistados, mayores de 70 años, todos

totonacos inclusive tres de ellos monolingües, cuya traducción de la entrevista fue realizada por Paciano López García,

regidor de educación de la junta auxiliar. Los entrevistados fueron: Luariano Méndez Gómez, Víctor Vázquez García,

José Hernández García, Ignacio Pérez García, Hermógenes Santiago Hernández.

132

de la cabecera municipal de San Juan Ozelonacaxtla, se relata la historia local y el origen

del pueblo como elementos de identidad territorial, en donde la cosmovisión y el sistema

ideológico que los sustentan son los elementos propios del Estado-nación: una apropiación

del territorio a partir de la división político-administrativa de las juntas auxiliares; una

creencia sobre el origen tomando como fundamento la idea de la conformación del pueblo

como junta auxiliar; creación de un relato por parte de Tetelilla para ubicar su supuesta

municipalidad y la recreación de la historia local de Ozelonacaxtla que contempla su

separación municipal. En dichos relatos se entrelaza, por un lado, la cosmovisión

proveniente de sus ancestros al dar origen al pueblo y, por otro lado, la explicación del

momento actual o visión del mundo contemporánea que tienen dichos pobladores, al

establecer como punto de enlace el origen a partir del Estado-nación o ciertos elementos

que corresponden a la vida indígena desde que se estableció la ideología de los liberales

serranos desde el siglo XIX (la interiorización del trazo de calles con nombres de héroes

nacionales).

En otro sentido, los relatos son parte de la cosmovisión e identidad indígena actual, la

cual tiene que ver con ciertos aspectos objetivos de la identidad, como el vestido y la

lengua, la apreciación cotidiana del paisaje (en ambos poblados conocen e identifican con

claridad cada rumbo del mismo, el nombre de las barrancas y manantiales). En las

entrevistadas realizadas, tanto los habitantes de Tetelilla como de San Juan hicieron

hincapié en la forma en que ha cambiado el pueblo en su configuración de casas, algunas

calles y el encementado de las mismas, la introducción del drenaje y la luz y el agua

entubada. Observan el territorio como algo de anhelo con los recuerdos de la

transformación, pero observan los cambios como algo favorable que o bien los acerca a la

supuesta municipalidad en el caso de Tetelilla o bien en las mejorías por el cambio

municipal de San Juan Ocelonacaxtla. Lo anterior también es elemento de contrastación y

de auto reconocimiento-diferenciación de los otros, las cabeceras municipales actuales

como a las que pertenecía, pues proporcionaban ejemplos sobre el mal encementado de

algunas calles en las cabeceras municipales, la carencia de agua en algunos momentos.

La identidad como ha sido desarrollada anteriormente, resalta la identificación con un

territorio local, en la que los individuos desarrollan su vida cotidiana y cultural, a partir de

133

la reproducción de los medios de subsistencia, sus prácticas simbólicas y las relaciones

políticas. Entre su papel como agricultores y productores de café, en su mayoría, la cultura

arraigada en la religión y el idioma, así como determinados por un orden municipal como

sujetos, los pobladores anhelan o ponen énfasis en su sentido de pertenencia territorial al

contrastar con los poblados que tienen como cabecera municipal, pues de Tetelilla se reitera

que es un pueblo mejor trazado, con calles bien delineadas, y por que poseen el juzgado de

paz número 1, en tanto la cabecera municipal de Tuzamapan el juzgado número 2. Otro

aspecto que destaca, son los generados por la distribución de recursos y partidas

presupuestarias, de las cuales la cabecera distribuye a su interior los de mayor beneficio y

en opinión de los habitantes, excluyen de su gestión y distribución a la junta auxiliar.

Para el caso de San Juan Ozelonacaxtla, la situación es distinta con respecto a su

cabecera municipal actual, pues no existen evidentes puntos de confrontación, no así para la

que fungió como su principal cabecera municipal en las primeras décadas del siglo XX,

pues como sujetos a San Miguel Atlequizayán y alejados de todo beneficio económico y

social, los habitantes solicitaron su separación del municipio y se anexaron a Huehuetla,

con lo que lograron mayor fluidez de beneficios para su localidad.

Cierre

En ambos casos, los recuerdos de la pertenencia a un municipio o fungir como cabecera

municipal, los ubica como poblados similares, pues uno aspira a retornar a esa supuesta

cabecera municipal, el otro se congratula con su inserción a otro espacio municipal que le

ha otorgado mayores beneficios. En cualquiera de los dos casos, en los relatos se observa el

arraigo a los límites territoriales que como juntas auxiliares les pertenecen y administran; es

decir, han interiorizado la idea de la administración municipal como una explicación a su

ser como pueblo y con ello explican el origen del poblado, sustituyendo cualquier otro

relato que explique su génesis como lugar. Con ello constatan, por otro lado, su apego a la

tierra que cultivan como eje central de subsistencia (es decir, como territorio instrumental),

pero además, y sobre todo, lo proyectan como un referente obligado (territorio valorizado)

134

en la construcción de su identidad puebleril y su cosmovisión frente a los diferentes

sistemas ideológicos que los rodean, con los cuales construyen la historia local.

Es importante mencionar que dicha historia local, que incluye el relato sobre la

supuesta municipalidad o bien el recuerdo histórico sobre la separación político-

administrativa, se concentra en considerar el origen del poblado dentro de los elementos del

Estado-nación, al identificar un territorio determinado por las políticas liberales del siglo

XIX, se intentó reagrupar la antigua noción territorial existente del territorio disperso por

pueblos concentrados, con calles bien trazadas y con nombres de los héroes nacionales.13

En la cosmovisión indígena de Tetelilla y Ozelonacaxtla, considerados así por el

número de personas que se reconocen como pertenecientes a los mexicaneros o totonacos,

se observa en sus relatos sobre el origen del pueblo la ideología del Estado-nación al ubicar

como eje territorial la denominación de junta auxiliar y el establecimiento de un marco

jurídico nacional municipal.

En este sentido, para Tetelilla se habla de un relato que sustituyó la noción de origen

indígena o mito mesoamericano y construyó un relato basado en los elementos del Estado-

nación, con límites actuales, funciones políticas y administrativas, etc., con lo que ratifica

su identidad territorial de pueblo o localidad, en términos de Giménez, como un territorio

próximo, en el cual se reproduce la vida cultural y las relaciones étnicas existentes en el

lugar mediante la convivencia en un territorio, que más que separar las distintas identidades

como nahuas o ―mexicano‖, totonaco o no perteneciente a ninguno de los dos grupos

anteriores, unifica los relatos de los entrevistados a partir de la unidad territorial, la cual

reside en los territorios otorgados por la administración política del municipio. La

cosmovisión de los indígenas, subrayan el hecho de su ser indígena en su idioma, formas de

vestir, pero reafirman su pensamiento en torno al origen a partir del sistema ideológico

impulsado por el Estado (educación, nomenclatura del poblado, programas estatales).

13 Alonso (1994) sostiene que los nombres de los héroes muertos o de las batallas en los nombres de las calles,

instituciones o comunidades, sólo vinculan el espacio local con un territorio mayor como el nacional, al mismo tiempo de

ponderar aspectos ideológicos de influencia del Estado en los distintos lugares de un territorio.

135

En el caso de San Juan Ozelonacaxtla, la historia local reproduce la noción territorial

y la transforma en una identidad discursiva sobre la construcción del pasado, mantenida por

su pertenencia como junta auxiliar sólo que en otro municipio distinto al de origen: San

Miguel Atlequizayán frente a Huehuetla.

En ambos poblados, la identidad territorial se refleja en el relato de la supuesta

municipalidad y en la ratificación territorial distinta del municipio. Así, la identidad al

territorio, en Tetelilla es el espejo al que quiere llegar al consumar un cambio de municipio,

sólo que su aspiración no es de separación sino de crear un nuevo municipio. La historia

local de San Juan es inversa de la historia de Tetelilla, porque logró separarse de su antigua

cabecera municipal, no obstante mantener la misma categoría político-administrativa, y en

su historia, contada en forma de relato, pone de manifiesto un hecho-acción del sistema

ideológico al que pertenecen: el municipio dentro de la legislación del Estado-nación.

En suma, la supuesta municipalidad de Tetelilla o la historia local de San Juan

Ozelonacaxtla, se desdoblan en un juego donde la apreciación de su territorio, el pueblo y

el nombre mismo, se convierte en su cosmovisión de ser indígenas, reconocerse como

nahua, totonaco o de ninguna filiación indígena, sino asimilan el sistema ideológico del

Estado-nación al subrayar su ser territorio-pueblo como junta auxiliar.

136

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139

Cosmovisión y cultura

140

Una aproximación al carnaval de Pantepec

Sergio Hernández

El carnaval forma parte de la expresión ritual compartida por la humanidad desde tiempos

remotos. Algunos han situado el inicio del carnaval en la Grecia antigua (Quiroz, 2002),

aunque reconociendo al dificultad de dicha datación. Lo cierto es que detrás de estas

celebraciones se encuentra la búsqueda primigenia de ―la unidad cosmogónica‖ concebida

como un ―proceso eterno de purificación, perfeccionamiento y sublimación‖ (Müch, 2005,

39).

En el carnaval de Pantepec observamos un rito de pasaje que busca restaurar la

unidad cosmogónica a través del reconocimiento del mal como parte sustancial de la vida;

pero además de esta primera dimensión, observamos que mediante el carnaval se disputa el

control de los significados religiosos entre la comunidad y la iglesia, a la vez que se da un

enfrentamiento por el prestigio entre los habitantes de los dos barrios que conforman

Pantepec.

En las páginas siguientes presentamos una primera aproximación1 al carnaval de

Pantepec, para lo cual dividimos la exposición en cuatro apartados. El primero corresponde

a algunas reflexiones teóricas acerca del carnaval que sirven de base para que en el

segundo apartado se analice la celebración del carnaval en Pantepec. En el tercer apartado

se presenta una reflexión acerca de la relación entre la iglesia católica y las festividades

comunitarias con la intensión de mostrar las disputas por controlar el universo simbólico de

la comunidad, mientras que en el cuarto apartado se presentan las disputas entre los dos

barrios de Pantepec por realizar la mejor celebración del carnaval, con lo que se intenta

mostrar los enfrentamientos por el control material de la comunidad. Por último se

presentan algunas conclusiones.

1 El presente trabajo es resultado de una primera etapa de investigación en el municipio de Pantepec, iniciada a mediados

de enero de 2008, por lo que no se cuenta con una descripción detallada de los elementos simbólicos del carnaval y su

vinculación con la cosmovisión global de la población del municipio.

141

Algunas reflexiones en torno al carnaval

Según la tradición europea, el martes de Carnaval-Candelaria se lleva a cabo el 2 de

febrero, es decir, día en el que el oso (o algún otro animal hibernante, e incluso el hombre

salvaje) deja su cueva para verificar si ha terminado el invierno y le es posible salir a

disfrutar de las bondades de la primavera; así, en este día los jóvenes se disfrazan de osos y

pintan con hollín a quienes los observan para que todo este negro y el oso este seguro de

salir. Este disfraz de pintura representa la lucha entre lo blanco y lo negro, la lucha que se

da para propiciar el tránsito de una estación a otra (Quiroz, 2002,20).

Durante el carnaval se observa una capacidad para poner el mundo al revés, invertir

las reglas de convivencia y de la organización del espacio social. Este carácter de momento

fuera de lo cotidiano le da al carnaval una propensión a la ruptura y la inversión de las

relaciones sociales imperantes:

La inversión del cotidiano, aunque fuera en la mediatez del instante, como sobresalto festivo,

provoca en el exceso un principio de similitud que toma forma en los distintos desbordamientos

que se podían vivir, para convertir la fiesta en actividad orgiástica que reivindica por un momento

el surgimiento del caos sobre el orden imperante, invirtiendo el estado de cosas que se encuentran

en la naturaleza y en la sociedad (Pérez Taylor, 2005:22).

Es un momento de rompimiento del orden en el que lo caótico cobra vida y se da rienda

suelta a lo irracional y a las pasiones normalmente reprimidas. En este momento de

carnaval se busca despersonalizar a los participantes para que sean libres de comportarse

fuera de los límites de las reglas de socialización, algunos se disfrazan, otros simplemente

utilizan mascaras e incluso algunos cambian de sexo, todo con el fin de obtener una cura

psíquica y social de las tensiones que cotidianamente se viven (Quiroz, 2002:21).

A lo largo del carnaval se rompe con la organización social, se trastoca las

concepciones del cuerpo y se desestructura la personalidad individual para crear un

―subconsciente colectivo‖. Haydée Quiroz (2002) señala que las diferentes formas en que

se realiza el carnaval en México comparten ciertos elementos comunes (vinculadas a los

ritos de fertilidad):

142

- Recrear las vicisitudes de un personaje mítico, que normalmente triunfa sobre la muerte.

- Ciertas acciones tienen un doble significado: positivo y negativo; representan tanto lo

cómico como lo trágico, lo agradable y lo repelente. Los antagónicos se hayan unidos

durante el carnaval.

- Se realizan varios actos con seres que en el Carnaval significan ahuyentar los males; tales

actos van en contra de las creencias cristianas, aunque unidas a ellas.

- Las comidas de Carnaval ofrecen también un carácter ritual, así como la matanza de gallos y

otros juegos con antecedentes remotos (Quiroz, 2002:36 – 37).

Así, durante el carnaval se observa una inversión de lo cotidiano para luchar contra el mal,

es un periodo de desenfreno que culmina con la purificación que reivindica la

cotidianeidad, ―… el sentido que los diversos pueblos de nuestro país dan al Carnaval es el

de alejar a los malos espíritus‖ (Quiroz, 2002:67), preparando el escenario para la época de

contrición que viene: la cuaresma.

Con lo dicho hasta el momento, podemos proponer que el carnaval puede ser visto

como un rito de pasaje. Como ha señalado Victor Turner, los ritos de pasaje

[…] no se encuentran confinados a determinados momentos críticos culturalmente definidos, sino

que pueden acompañar a cualquier cambio entre estados distintos, tales como la entrada en guerra

de un pueblo, o el lapso de la escasez a la abundancia, celebrando las fiestas de los primeros frutos

o la cosecha (Turner, 1997:105)

Los ritos de pasaje marcan el ―cambio entre estados distintos‖ mediante tres momentos. El

primero corresponde a la separación, que se da mediante una ―conducta simbólica‖ que

significa que sea ha separado a un grupo o individuo de su posición habitual en la estructura

social; el segundo corresponde al periodo liminar, el grupo o individuo se encuentra en el

periodo de transición en el que se encuentra ―atravesando por un espacio en el que

encuentra muy pocos o ningún atributo‖; el tercer momento corresponde a la consumación

de la transición iniciada (Turner, 1997: 104).

En el caso que aquí abordamos nos interesa resaltar el segundo momento de los ritos

de pasaje: el periodo liminar. Este periodo marca el momento exacto en el que se da la

transición entre la posición precedente y el futuro, por lo que tiene características propias

que lo distinguen. La persona que se encuentra en estado liminar se caracteriza por (Turner,

1997:105-112):

143

- ser estructuralmente invisible,

- se halla definido por un nombre y un conjunto de símbolos,

- ya no está clasificado y, al mismo tiempo, todavía no está clasificado,

- es considerada como contaminante

- es prototipo de la pobreza sagrada y,

- crea lazos profundos de amistad con sus pares.

De entre estas características, la invisibilidad, la definición por nombre y símbolos y el

carácter contaminante resultan ser de utilidad para entender al carnaval como periodo

liminar. En el apartado siguiente se presenta una descripción de la celebración del carnaval

en Pantepec llevada a cabo en 2008 y se analiza su desarrollo a partir del entendimiento del

carnaval como periodo liminar.

El carnaval de Pantepec

El carnaval en Pantepec se celebra durante una semana, iniciando el domingo anterior al

miércoles de ceniza y concluyendo el domingo posterior a dicho día. Cabe señalar que la

celebración de carnaval se hace por separado en el Barrio Grande y el Barrio Chico de

Pantepec, cada uno incorporando elementos distintos, situación que será tratada en el cuarto

apartado del presente trabajo. Durante el primer domingo de carnaval se llevó a cabo la

coronación de la reina del carnaval en el auditorio municipal, ceremonia en la que se

presentaron a bailar los locos o diablos y que concluyó con huapangos. Esta coronación

correspondió al Barrio Grande, por lo que aunque algunas personas del Barrio Chico

asistieron, ellos no consideraron a la reina como propia del carnaval, sino del Barrio

Grande.

Entre el domingo y el martes la celebración pasa por un periodo de preparación, la

asistencia de la gente a ver bailar a los locos o diablos y a las noches de huapango es poca.

El miércoles de ceniza, los locos o diablos se tiznan el cuerpo y salen a bailar, a partir de

este día se une la mayor parte de la población de Pantepec a los festejos y participan de

manera más activa.

144

Los locos o diablos son todas aquellas personas que durante el carnaval andan

bailando de casa en casa al son de un trío de huapangueros. Estas personas se disfrazan de

diablos, mujeres, o simplemente se cubren con una máscaras. En Pantepec el baile de los

locos o diablos se hace yendo de casa en casa, no en un lugar fijo, porque de esa manera

van solicitando una cooperación económica en las casas que les sirve para pagarles a los

músicos. Mientras bailan, los diablos se colocan alrededor del círculo que forman los

bailarines y van asustando a la gente que los observa, correteándolos o golpeándolos, en el

centro se colocan aquellos que van vestidos de mujer y también otros personajes. Entre

estos personajes destaca dos: el comanche y los huehues. El comanche es un niño o joven,

que se caracteriza porque tiene la obligación de mantenerse continuamente en movimiento,

aun a pesar de que la música deje de sonar, él debe mantenerse en movimiento porque es

quien se encarga de distraer-atacar al mal. Los huehues son una pareja disfrazada de

viejitos, hombre y mujer, quienes van a cumplir una importante función en el último día del

carnaval.2

Así, los participantes del carnaval se vuelven invisible bajo sus mascaras y disfraces,

a la par de que son definidos por nombre y símbolos que los distinguen y les dan una tarea

particular a realizar. Por último, quines participan como locos o diablos –y en especial los

diablos- adquieren un carácter contaminante hacia con los observadores del carnaval.

El baile de carnaval se realiza por las tardes de todos los días de la semana que dura

el carnaval. Por la noche, se baila huapangos, bailes que normalmente terminan hasta la

madrugada o amanecer del día siguiente.

La celebración más importante del carnaval se lleva a cabo el segundo domingo de

carnaval y es conocida con el nombre de despescuezada o descabezada. Esta ceremonia

marca el final de la etapa liminar que representa el carnaval y regresa todo a la

normalidad.En este sentido, cabe señalar que el sentido del carnaval en Pantepec es dist into

al que señala la iglesia católica, en el entendido de que la función del carnaval no es tanto la

preparación para la cuaresma, sino la de mantener tranquilo al mal.

2 Entrevista Jaime Clemente Romero, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Chico.

20/02/08.

145

Se dice que el carnaval es la representación de un evento que ocurrió en el pasado. El

diablo andaba en la tierra, buscando sangre de seres humanos con la cual alimentarse; los

humanos, al darse cuenta de la situación, decidieron engañar al diablo disfrazándose de tal

manera que perdieran sus características humanas, y así lograr evitar que el mal (diablo) los

atacara. Durante siete días los humanos lograron mantener su engaño, pero el último día el

diablo se dio cuenta de todo, por lo cual reclamó se le diera la sangre que había estado

buscando. Así, el domingo en que termina el carnaval se realiza la descabezada, ceremonia

en la que se le da al mal su alimento y se purifica a los que participaron como locos o

diablos.3

Así, el segundo domingo de carnaval se premió al mejor disfraz del carnaval en el

Barrio Grande, posterior a lo cual se procedió a la descabezada. La descabezada consiste en

amarrar de las patas a un pollo o pato a una cuerda -cual si fuera una piñata-, entonces

todos los que participaron como locos o diablos en el carnaval pasan uno por uno a tratar de

agarrar la cabeza del animal colgado, una vez que alguien lo agarra se cuelga de él para

descabezarlo; normalmente ocurre que buena parte de los disfrazados se cuelgan juntos

cuando alguien a logrado agarrar al animal. La cabeza le es entregada a quien logó

despescuezar al animal, junto con el resto del pollo o pato para que lo cocine en su casa.

En el contexto del carnaval como engaño al diablo, la despescuezada sirve como

medio para mantenerlo contento

[…] la descabezada se hace para darle de comer al mal, para tenerlo contento. De hecho eso de

andarse disfrazando como él es para mantenerlo contento, distraído para que no haya cosas malas,

lo de la descabezada es para darle de comer, la sangre, todo eso, que es lo que él quiere, todo eso es

para él […]4

Una vez que se le ha dado su alimento al mal y este se encuentra contento, sólo resta

limpiar a los que participaron en el engaño, para que su carácter de personas contaminadas

quede disuelto. Esta parte del carnaval no se llevó a cabo en el Barrio Grande, debido al

3 Luisa Zindy Olivia Amador, habitante de Pantepec. 20/01/08.

4 Entrevista Ángel Téllez Vargas, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Grande.

19/02/08.

146

fallecimiento de la señora que hacía la limpia. En el Barrio Chico si se llevó a cabo la

limpia, que consistió en lo siguiente.

Junto al lugar donde se despescuezó a los pollos y patos hay un hoyo en el que cada

año se guardan las cabezas de los animales descabezados. Cada vez que un loco o diablo

lograba despescuezar a un animal, tenía que correr alrededor del lugar acondicionado para

la celebración y esparcir sangre sobre los participantes, al terminar de dar la vuelta

colocaba la cabeza alrededor del hoyo hecho en la tierra. Una vez que se descabezó a todos

los pollos (algunas versiones apuntan a que deben de ser siete) la pareja de huehues dirigen

unas palabras al hoyo, al tiempo que le dan una vela a cada uno de los organizadores del

carnaval y a los locos o diablos. Con esta vela encendida, los locos o diablos son limpiados

por la pareja de huehues con un circulo hecho de ramas y cucharilla; el círculo se pone en

el suelo y el loco o diablo se coloca dentro de él, la pareja de huehues levanta el círculo de

tal forma que salga por la cabeza de la persona que está siendo limpiada y se le esparce

incienso.5

Una vez que el circulo termina de pasar por el loco o diablo, éste se quita la máscara

que utilizó a lo largo de los ocho días de carnaval y regresa a ser el individuo que era antes

de convertirse en un loco. Al final, las cabezas de los animales despescuezadas son

enterradas en el hoyo de tierra.

Así, proponemos considerar al carnaval de Pantepec como una etapa liminar con la

que se busca mantener contento al mal para que la población se encuentre protegida durante

el año. Los locos o diablos son los encargados de lograr esa protección y son separados del

resto de la comunidad, como personajes contaminantes y con características propias. La

ceremonia de la descabezada funciona como culminación del estado liminar de los

participantes en el carnaval, a través de la cual se pasa a una nueva etapa de protección y se

limpia a los que durante la etapa liminar se encontraban despersonalizados.

Esta celebración nos sirve, además, para observar algunas dimensiones de poder en la

comunidad de Pantepec, en el sentido de que su práctica enfrenta la visión de la iglesia

5 Entrevista Jaime Clemente Romero, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Chico.

20/02/08.

147

católica con la de la comunidad y también enfrenta a los diferentes grupos que habitan

Pantepec. En los dos siguientes apartados se abordan estas dos disputas y el carácter del

carnaval como punto de expresión de las diferencias intracomunitarias.

La posición de la iglesia católica

La primera objeción sobre el carnaval de Pantepec que salta a la vista desde la perspectiva

de la iglesia católica se refiere a su duración. Como se mencionó anteriormente, el carnaval

se realiza ente el domingo anterior al miércoles de ceniza y el domingo posterior. Desde la

perspectiva de la iglesia católica esta situación es inaceptable puesto que el carnaval debe

terminar el miércoles de ceniza para que a partir de ese momento de inicio la Cuaresma,

época marcada por la meditación y contrición que prepara para la semana santa. Contrario a

esto, en el carnaval de Pantepec los días posteriores al miércoles de ceniza son los más

festivos y ruidosos de la semana, pues es en ellos cuando la gente empieza a asistir a las

noches de huapango y a observar a los locos o diablos.

[…] se supone que a partir del miércoles de ceniza es cuando entra la cuaresma, que es cuando se

debería estar en oración y todo eso, entonces aquí es cuando se critica mucho esto, de que no debe

de ser así, que debe de acabarse el día antes del miércoles de ceniza6

Esta situación ha provocado la molestia de algunos creyentes católicos y de los párrocos de

Pantepec, por lo que algunos sectores de la población han propuesto que el carnaval se lleve

a cabo una semana antes de como actualmente se realiza; es decir, que empiece dos

domingos antes del miércoles de ceniza y concluya un domingo antes de dicho día.

Aunado a lo anterior, durante la semana santa en Pantepec se celebra la Feria más

importante, la de las Tinajas, por lo que nuevamente se rompe con el ambiente solemne

propio de la semana santa. Mientras se celebra el viernes y sábado santo en Pantepec, la

Feria de las Tinajas está en su apogeo, con los juegos eléctricos y el huapango a todo lo que

dan, por lo que esta situación también ha sido motivo de fricciones entre la iglesia católica

y la comunidad.

6 Entrevista Ángel Téllez Vargas, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Grande.

19/02/08.

148

Lo que está detrás de estas diferencias es el conflicto entre las concepciones religiosas

indígenas y las de una institución religiosa como la católica, en la que los segundos tratan

de ―corregir‖ los ―errores‖ de los primeros. La Feria de las Tinajas y el Carnaval son dos

ejemplos de este enfrentamiento en Pantepec. En noviembre de 1995 ocurrió un caso –no

relacionado directamente con el carnaval- por demás sobresaliente y que ha marcado las

relaciones entre iglesia y comunidad.

En buena parte de las comunidades de la región de la Sierra Norte de Puebla es una

costumbre que el día de muertos la torre de la iglesia se encuentre abierta para que

cualquier persona que desee subir a tocar las campanas para recibir a sus parientes o amigos

muertos lo pueda hacer. Sin embargo, desde la llegada del padre Cuco en 1994 a Pantepec

empezó a señalar como un error esta costumbre. Así, en la celebración de muertos de 1995

ocurrió lo siguiente:

El sacerdote [Cuco] vino y pues se echaba sus copas, es humano pues. Por allá se juntó con otros

sacerdotes que venían a visitarlo, se echaron sus copas. Estaban tocando y se subieron los chavos,

se acostumbraba que siempre estuviera abierta la puerta de la torre, subieron y están tocando las

campanas ahí, pero eso se hace año con año, desde hace muchos años. Llega él y dice ―no, bájate‖ -

le dice- ―¡que te bajes!‖. Los chavos se bajaron. En eso, sale el más grande de los chavos -iba a la

prepa, yo iba entonces a la preparatoria- y se sacó la 45 el sacerdote. Se la pone en la frente: ―sabes

que esto mata‖ -le dice-. Así, se la puso en la frente. Uno de los chavitos se sale, corre directo a la

comandancia. Lo agarran [al padre Cuco] los policías y se lo llevan, por amenazar al niño.

Este hecho provocó la molestia de la gente de Pantepec, tanto por la prohibición del

sacerdote, como por la amenaza que sufrió el muchacho de su parte. Más de 200 personas

salieron entonces al encuentro del padre dispuestas a correrlo

Claro que después la iglesia se escudó en que es propiedad la iglesia y que es como su casa, si

alguien se mete tú estás en tu derecho de defenderte. Pero también hay que ver la forma, se supone

que un sacerdote no tiene porque agarrar un arma y ponérsela a un chamaco. Y pues la geten se

reunió, dijeron que iban a correr al sacerdote y lo corrieron (…) ya después se molestó el obispo,

castigaron al pueblo no sé cuántos meses sin sacerdote…7

7 Entrevista Ángel Téllez Vargas, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Grande.

19/02/08.

149

En el hecho anterior observamos una disputa derivada de las diferentes concepciones acerca

del uso de un espacio físico, vinculado a dos visiones del mundo distintas, en la que el

representante de la iglesia católica trató de imponer su visión, sin escuchar la de la

comunidad. En Pantepec la organización de celebraciones como el carnaval se encuentra

fragmentada, no fue hasta hace pocos años que se empezó a formar comités de

organización porque se había dejado de celebrar el carnaval. Si a lo anterior se añaden las

disputas con la iglesia católica, podría terminar por desaparecer la celebración del carnaval.

Como señala Sandra Chávez:

En una comunidad en que el sistema de cargos religiosos está desestructurado y en franca

decadencia, las celebraciones del Día de Muertos y de Semana Santa adquieren gran significación y

relevancia para la comunidad, ya que son los únicos espacios sagrados y lúdicos a través de los

cuales pueden reestructurar sus relaciones comunales y parentales, tanto con los vivos como con

los muertos. De tal manera que cualquier alteración o modificación de los elementos que

intervienen en la realización de estos rituales, crea situaciones de conflicto y crisis (Chávez, 1998).

Pero además de las tensiones provocadas por las diferencias entre iglesia católica y

comunidad, encontramos otras de nivel intracomunitarios, fundamentadas en la

competencia entre los dos barrios que conforman Pantepec.

El recelo entre los barrios

Desde la fundación misma de Pantepec, el pueblo se dividió en dos barrios: Grande y

Chico. Estos nombres fueron dados en un principio por la cantidad de personas que

habitaban cada uno de estos barrios. Sin embargo, conforme pasaron los años, el Barrio

Chico empezó a crecer y actualmente algunos señalan que incluso es más grande que el

Barrio Grande. Además de este crecimiento demográfico, se empezó a dar el recelo entre

habitantes de ambos barrios, señalados primero por la prohibición de visitar el barrio

distinto al de pertenencia (bajo riesgo de ser apedreado) y después por la división en las

celebraciones comunales y religiosas.8

8 Entrevista Jaime Clemente Romero (Ibíd.), Ángel Téllez Vargas (Ibíd.) y Jorge Rivera Jiménez, habitante del barrio

chico. 21/02/08.

150

Todas las celebraciones religiosas se desarrollan por separado en los dos barrios de

Pantepec, en especial resalta la existencia de dos San Juanitos, para que la fiesta patronal se

celebre por separado en cada uno de los barrios. También resalta el hecho de que los

habitantes de cada barrio señalen que ellos cuentan con un caballo de madera para realizar

la danza de los santiagos, mientras que los del barrio contrario tienen una yegua.9

En este sentido, a celebración del carnaval también marca la competencia entre los

dos barrios. Por ejemplo, en la organización del carnaval de 2008 se buscó que se hiciera un

solo carnaval para toda la comunidad, pero no prosperó la idea porque a los de Barrio

Chico les ofrecían organizar las celebraciones del primer domingo al miércoles de ceniza,

es decir, los días más flojos y deslucidos del carnaval.10

En el Barrio Chico durante varios años se dejó de festejar el carnaval y se volvió a

retomar a raíz de la disputa con el Barrio Grande. Como se mencionó anteriormente, la

entrada de un habitante a otro barrio no era bien vista, por lo que mientras se celebraba el

carnaval en Barrio Grande y la gente de Barrio Chico subía no eran bien recibidos. Así, los

jóvenes de Barrio Chico que asistían al carnaval en Barrio Grande primero se juntaban en la

cancha de la preparatoria para que fueran por lo menos unos veinte y entonces ya se iban a

Barrio Grande, llegaban gritando al son de los huapangos. En una noche, la gente de Barrio

Grande empezó a decir que ―los barriochiqueños vienen a nuestro Barrio porque no tienen

carnaval, nada más vienen a gritar‖. Esto molestó a los de Barrio Chico y decidieron que

era tiempo de volver a organizar su propio carnaval. En el año de 1999, a medio carnaval,

Barrio Chico empezó a organizar nuevamente su celebración.11

Otra de las medidas de competencia entre los barrios es la de ver cuál de los dos

barios organiza la mejor noche de huapangos, siendo que en este año de 2008 quedo la

percepción general de que los de Barrio Chico organizaron mejor los huapangos, a pesar de

9 Jorge Rivera Jiménez, habitante del barrio chico. 21/02/08.

10 Entrevista Jaime Clemente Romero, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Chico.

20/02/08.

11 Entrevista Jaime Clemente Romero, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Chico.

20/02/08.

151

que los de Barrio Grande daban premios cada noche a la mejor pareja y de que el comité de

Barrio Chico tuvo una pelea en pleno baile de huapangos.

Cabe destacar que en este escenario de confrontación entre los barrios también se

observa la incidencia de factores económicos. Así, por ejemplo, en cada uno de los Barrios

se señala que para la organización del carnaval del próximo año ya cuentan con el apoyo de

los migrantes de Pantepec que se encuentran en los Estados Unidos, quienes han prometido

enviarles dinero para financiar el concurso de disfraces, el costo del grupo de huapanagos y

otras cosas que se necesiten para hacer lucir más su carnaval.

Conclusiones

El carnaval tiene la característica de invertir la cotidianeidad y crear un tiempo de caos en

el cuál se realiza una ―cura psicológica‖ de la población. En Pantepec se puede observar

este carácter del carnaval, pero además se propone observarlo como un rito de pasaje en el

que la etapa liminar está constituida por los siete días en los que los locos o diablos realizan

su danza y culmina con la ceremonia de la descabezada que sirve como limpia de las

impurezas de los locos o diablos.

La forma en que se celebra el carnaval se ve amenazada por las discrepancias de

interpretación entre la población de la comunidad y la iglesia católica, siendo que este

enfrentamiento nos muestra que la celebración del carnaval forma parte de un sistema

religioso independiente de la estructura religiosa católica. Pero además de esta discrepancia

con la iglesia católica, la entrada de la ―modernidad‖ a la comunidad amenaza la

celebración misma del carnaval, en especial la ceremonia de la descabezada:

[…] hay mucha gente que no está de acuerdo, dice ―no pues es una salvajada‖ y todo eso. Vienen

por ejemplo cámaras de otro lado y van a ver todo lo que se hace aquí, mucho apoyan mucho ya

como los derechos humanos, ¿no? Derechos de los animales también, entonces pues sería malo que

se viera que aquí se hace eso. Pero le digo, aquí es algo que se hace desde muchos años.12

12 Entrevista Ángel Téllez Vargas, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del Barrio Grande.

19/02/08

152

El carnaval –junto con otras celebraciones de la religiosidad comunal- sirve además como

un escenario para expresar las disputas entre los habitantes de los diferentes barrios de la

comunidad de Pantepec y para establecer una competencia abierta entre ellos.

Por último, en Pantepec ocurre un proceso similar al que señala Münch (2005) para el

caso de Veracruz, en el sentido de que la población celebra el carnaval con el único

objetivo del disfrute y la distracción y no tienen una noción clara de las implicaciones de

las acciones que se realizan durante su transcurso. Son pocas las personas que conocen el

significado de las acciones que se realizan durante el carnaval y parte de una tarea

pendiente es la de recopilar estos significados.

153

Bibliografía

CHÁVEZ Castillo, Sandra

1998 ―Un caso de resignificación simbólica. Las campanas de Pantepec‖. En

Memoria. Revista mensual de política y cultura, Número 110, abril 1998.

Disponible en www.memoria.com.mx/110/110mem10.htm [Fecha de

consulta: 7 febrero de 2008]

MÜNCH Galindo, Guido

2005 Una semblanza del carnaval de Veracruz. Instituto de Investigaciones

Antropológicas de la UNAM, México

PÉREZ-Taylo, Rafael

2005 ―Prólogo‖ En Münch Galindo, Guido. Una semblanza del carnaval de

Veracruz. Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, México.

pp. 17 – 25.

QUIROZ Malca, Haydée

2002 El carnaval en México, abanico de culturas. CONACULTA / Culturas

Populares e Indígenas, México.

TURNER, Victor

1997 ―Ente lo uno y lo otro: el periodo liminar en los ‗rites de passage‘‖ En

Turner, Victor La selva de los símbolos. Siglo XXI, México. pp. 103 – 123.

Informantes

Ángel Téllez Vargas, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008 del

Barrio Grande. 19/02/08.

Jaime Clemente Romero, miembro del comité organizador del carnaval de Pantepec 2008

del Barrio Chico. 20/02/08.

154

Luisa Zindy Olivia Amador, habitante de Pantepec. 20/01/08.

Jorge Rivera Jiménez, habitante del barrio chico. 21/02/08.

155

Organizaciones comunales: fiscalía de San Bernardino

Contla, Tlaxcala

Berenice Hernández Pérez

Sobre las Fiscalías

Actualmente podemos encontrar en algunas poblaciones de nuestro país mecanismos de

organización comunal denominados con el nombre de fiscalías, que al parecer tienen su

origen en la época precolombina y que sin duda, se han ido adaptando a las circunstancias

de sus propias temporalidades dando como resultado una serie de transformaciones en la

concepción de tales mecanismos pero conservando por encima de éstas, la organización

prehispánica.

En el caso particular de Tlaxcala, como ya lo ha señalado el maestro Luis Reyes,1 una

institución de organización político-religiosa de gran importancia son las fiscalías, puesto

que, como se expondrá a lo largo de este trabajo, son éstas las que mantienen la cohesión

social de la comunidad a través del culto y la fe religiosa.

Algunas consideraciones previas: El altepetl

Como ya se ha mencionado, la organización de las fiscalías tiene sus raíces en el pasado

indio de nuestro país. Aunque las concepciones al respecto de éstas se han ido

transformando a través del tiempo, es necesario hablar de lo que fue la unidad básica de la

sociedad amerindia, es decir, del Altepetl. Dentro de esta organización política existieron

múltiples pueblos denominados como tlatoque, que se turnaban entre ellos mismos el

gobierno del conjunto.2 En los valles orientales de la meseta central se encontraban los

ueyaltepetl, y cada uno de estos gobiernos constituía una unidad compuesta recayendo el

mandato de la misma en uno de los cuatro tlatoque que la integraban. Cada uno de éstos,

1 Luis Reyes, manuscrito sin fecha, p. 3

2 López Austin, Alfredo. Cuerpo Humano e Ideología: La concepción de los antiguos nahuas. 2° Edición. México:

UNAM, 2004, p. 16.

156

gobernaba sus respectivas jurisdicciones o altepetl con sede en sus tecpan o palacios

principales; así, al tiempo que desempeñaban la más alta jurisdicción señorial o tlatocayotl

dentro de sus comunidades, también conformaban el ueytlacaytol.3 Este tipo de

organización india se preserva en Tlaxcala debido al reconocimiento que la corona española

hizo de la ayuda brindada al bando español en la empresa de conquista.

Organización persistente: civil y religiosa

Después de finalizada la conquista de la Nueva España, como se le denominaría más tarde,

se pusieron en función nuevos modelos gubernativos con el fin de administrar de la mejor

manera a la nueva población y a los nuevos territorios españoles. Por ello se dividió la

administración gubernamental en República de indios y República de españoles. La

república de indios estaba administrada por un gobernador o cacique, quien se encargaba de

recoger el tributo y de llevar al juez repartidor los indios que fueran necesarios para los

obrajes en los repartimientos. Bajo sus órdenes se encontraban los alcaldes, regidores,

mayordomos, alguaciles y escribanos. Durante la colonia, los cargos en el ayuntamiento

indio significaron para la misma comunidad una distinción o prestigio que elevaban al

gobernante por encima del común de los hombres, haciéndolo aspirar al título de Principal.

Por otro lado, las autoridades que servían a la iglesia o al hospital, contaban con igual o

mayor prestigio que las civiles.4

En el siglo XVI, los franciscanos necesitaron de la ayuda de cuadros locales para

mantener la cristianización de los poblados, por ello se escogieron personas llamadas

tepixque (vigilante de las personas) o tequitlahto (funcionarios encargados del trabajo o

tributo). De acuerdo con Muñoz Camargo, desde el año en que se estableció el cabildo en

Tlaxcala en 1545, se mandó que por los pueblos de la comarca se nombrasen tequitlahtos y

otros oficiales. A lo largo del siglo XVI los funcionarios nombrados por los religiosos y por

3 Francisco González Hermosillo Adams, De tecpan a cabecera. Cholula o la metamorfosis de un reino soberano naua en

ayuntamiento indio del rey de España durante el siglo XVI, Dimensión Antropológica. Revista cuatrimestral, México:

INAH, año 12, vol.33, enero-abril 2005, p. 12.

4 Sepúlveda Herrera, María Teresa. Sistema de Cargos en Michoacán, pp. 100, 105,106

157

el cabildo en los pueblos, se fundieron en un solo cuerpo.5 Debido a los conflictos

suscitados entre iglesia y estado, el gobierno tlaxcalteca, para mantener la cohesión política

de la provincia, estipulo que los fiscales y alguaciles mayores limitaran sus funciones única

y exclusivamente al área religiosa. Para 1763, se expidió una real provisión para que no se

pusiesen fiscales ni tenientes en las regiones de la provincia.

Este mandato no fue acatado por los pueblos, quienes continuaron nombrando cada

año a sus respectivas autoridades religiosas (fiscales, mayores, merinos, etc). De igual

forma, siguieron adquiriendo tierras y demás recursos para realizar las fiestas de los santos

y para construir y reparar templos y capillas; organizando para ello la explotación de los

bienes de comunidad a través del trabajo colectivo repartido por turnos. Ante el gobierno

central, se vieron en la necesidad de negar la posesión de bienes comunales o propios, para

que dichos recursos no fueran objeto de control por parte de la contaduría real.6

Hacia finales del siglo XVIII el conjunto denominado cofradía, dejó de ser una organización

religiosa secular con aprobación del clero y del gobierno virreinal, para convertirse en una

asociación secular de miembros voluntarios. En el siglo XIX, las cofradías se convierten en

mayordomías y a pesar de los múltiples y reiterados intentos por suprimirlas, éstas continuaron

persistiendo. En el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX, con la promulgación de la Ley

Lerdo en 1856 para ser más exactos, se prohibió a las organizaciones civiles y eclesiásticas la

adquisición y posesión de bienes terrenales, obligando así a las cofradías a vender sus propiedades.

Además, tales organizaciones dejaron de contar con estatutos y ordenanzas dentro de su

organización interna, transformándose así en Mayordomías; las cuales alcanzaron su desarrollo

hacia finales del siglo XIX.7

Fiscalía de San Bernardino Contla

De acuerdo con lo expuesto anteriormente, el sistema de cargos religiosos (fiscal, mayor,

merino, macuil, escribano, tlayecatl, topil, portero y campanero -a nivel pueblo-; y

mayordomo, principal, tequihua y comisionados –a nivel barrio-) que impera hasta nuestros

días con sus significativas particularidades de acuerdo a la región en que se practica, se

5 Op. Cit., Luis Reyes manuscrito sin fecha, pp. 4, 5

6 Ibíd., pp. 8,9

7 Op. Cit., Sepúlveda Herrera, María Teresa, pp. 125-128

158

implantó desde la época de la colonia con adaptaciones que el pueblo indio le hizo en

relación a la tradición previa. Por ello aún podemos encontrar dentro del municipio de San

Bernardino Contla en Tlaxcala dicha institución, que es denominada Cofradía y la cual es

integrada por un Fiscal, un Merino y cinco Mayordomías que son la del Santo Patrón,

Dulce nombre de Jesús, Virgen de Guadalupe, Virgen de la Natividad y Señor San Diego;

cuyas funciones se efectúan a lo largo de un año.

Particularmente hablaremos del Fiscal, que no es más que el representante legal del

edificio eclesiástico y por ende, quien administra todas las posesiones del mismo con ayuda

de toda la cofradía; teniendo por tarea la manutención del edificio y de sus contenidos,

principalmente de las imágenes. El modo en que se organiza tal institución nos fue

explicada por el ciudadano perteneciente al Barrio de Xicohtenco, Aseención Conde

Flores,8 quien fungió como fiscal del lugar en dos ocasiones, una durante el periodo 1997-

1998 y otra durante 2003-2004.

Sobre la elección de un fiscal

Dentro del municipio de Contla existen diez barrios que son:

1.-Acquic 6.- Cuahuzincola

2.- Axolhuaca 7.- Tlacomulco

3.- Juárez 8.- Xochayatla

4.- Aztatla 9.- Xicohtenco

5.- Xelhua 10.- Aquiahuac

Estos diez barrios se coordinan de dos en dos (Ejemplo: Xicohtenco-Aztatla) para

componer la Cofradía, tocándole a uno los puestos de Fiscal y Merino, y al otro las cinco

Mayordomías. Esta lógica que determina la repartición de los puestos tiene mucho que ver

con la organización prehispánica que más tarde en la colonia fue asimilada y adaptada en

8 Entrevista realizada por Berenice Hernández Pérez a Aseencion Conde Flores

159

un modelo religioso; aunque actualmente la comunidad del lugar poco sabe de esta raíz

practicándola más bien por tradición, y cuyas embestidas de los nuevos tiempos a punta a

desaparecerla como se expondrá más adelante.

La elección en los barrios para los diferentes cargos, se efectuaba antiguamente por

decisión del tiachca (hermano mayor), quien tenía el deber de convocar a reunión. En la

actualidad cualquier ciudadano que lo solicite puede obtener el puesto sin ningún

miramiento. El nombramiento de los componentes de la Cofradía se efectúa el 1° de Julio,

dándose a conocer a la población del lugar en un acto oficial el día 30 de Noviembre en el

atrio de la Iglesia. El cambio de fiscal se lleva a cabo el 31 de Diciembre en la misa de

gallo, en donde el cura hace el cambio de fiscales tomando las varas el nuevo fiscal por

todo un año. El día 1° de Enero a las diez de la mañana, el fiscal saliente hace entrega de

toda la parroquia y de la documentación de la misma que consiste en un inventario de todo

lo que existe dentro de ésta (imágenes, puertas bancas, campanas, relojs, etc).

Sobre las funciones de un fiscal

Como ya lo ha señalado Luis Reyes, las principales funciones de estas autoridades

autónomas son aquellas que están relacionadas con aspectos de la religión y del culto

católico, aunque en casiones suelen derivar también en asuntos civiles y eclesiásticos lo

que les ha provocado problemas en las cuestiones financieras con estos últimos. 9

Caso sonado en el municipio de Contla fue el de 1997,10

cuando la cofradía pidió la

intervención de las autoridades para resolver el conflicto que se origino después de que dos

miembros de la comunidad asumieron al mismo tiempo la mayordomía urbana del Padre

Jesús del Convento; por un lado estaba el señor Francisco Hernández Saldaña, quien fue

elegido por la comunidad, y por el otro Urbano Rodríguez, quien se autonombró, ―no

respetando los usos y costumbres del pueblo‖. En esa ocasión, a pesar de las prohibiciones

por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia para bajar dicha imagen, el

9 Op. Cit., Manuscrito del maestro Luis Reyes, Magdalena Tlatelulco 7 de julio de 1998, p. 1

10 Tamara Barba, Cultura-Tlaxcala, Síntesis, viernes 17 de julio de 1998.

160

fiscal en función Aseencion Conde Flores, decidió que se le entregase a Francisco

Hernández reconociendo por ende su legitimidad. Esta acción no tuvo mayores causes

legales, pues la autoridad de un fiscal pesa por encima de las disposiciones del estado civil

ya que para el pueblo el poder que emana de este puesto es conocido por tradición además

de representar prestigio para la persona que lo ejerce dentro de la comunidad.

Sin embargo, la responsabilidad de un fiscal es enorme, pues tiene a su encargo –

como ya se ha mencionado- el control de la parroquia, además de desarrollar las

festividades de la Semana Santa. Otra función que tiene que realizar es la que concierne con

la festividad de su imagen, la Virgen de la Soledad, para después terminar el día 25 de

Diciembre con el tradicional mole prieto (comida ostentosa y abierta al público, que se

realiza en su casa). No olvidando por supuesto el costoso pago de luz que realiza con ayuda

de todos los componentes de las fiscalías, así como también el pago de la primera misa de

domingo por todo el año que funge como fiscal.

Importancia de las fiscalías

Como también lo ha mencionado Luis Reyes, la importancia de dicha organización

comunal radica en que el culto se vuelve un eje central para mantener la cohesión social de

los barrios, pueblos y regiones. Así podemos observar que el culto incluye formas de

agradecimiento a personas distinguidas y maneras de establecer amistades y afianzar

alianzas. Otro punto relevante es que la convivencia que se genera en las fiestas tiene por

objetivo combatir el individualismo de la población y afirmar la solidaridad humana; pues

la idea que impera en los pueblos plantea que la adquisición de riqueza no tiene sentido si

su fin es el uso individual y por el contrario, se estima en gran medida a quien da de comer

y beber a la población, pues éste podrá llegar a alcanzar el grado de tiachca.11

Recordemos que los puestos no son remunerados económicamente y que más bien

implica un gasto para quien los ejerce, pero de los cuales encontramos inmersa su

importancia en la tradición popular del pueblo.

11 Op. Cit., Luis Reyes manuscrito sin fecha, pp. 9, 11

161

Problemas Económicos: declive de la organización

Mucho se ha mencionado ya de lo oneroso que puede llegar a ser un cargo de tal índole

debido precisamente a lo ostentoso de sus funciones. Esto trae por consecuencia que en

nuestros días no siempre se respete la elección de los diferentes cargos que componen a la

cofradía por medio del turno que le corresponde a cada barrio, ello se debe a que cada vez

menos gente aspira a ocupar tales puestos por las razones antes expuestas. En relación a

esto debemos decir también que la concepción de la población se ha ido modificando hasta

el punto actual de no entender la importancia de tal tradición, originada entre muchas otras

cosas por los abusos clericales en cuanto a los recursos de los feligreses.

La pugna subterránea entre la iglesia oficial y la organización social tradicional

(cofradías) tiene un origen muy antiguo y forma parte del conflicto entre la tradición

política-religiosa indígena y los modelos cristianos coloniales y contemporáneos que se han

tratado de imponer de diferentes maneras.12

Una muestra de lo anterior se observa el

enriquecimiento ilícito que algunos curas han tenido y que trae por consecuencia el que la

población no coopere en las fiestas de su pueblo. La disputa también enmarca las

posesiones del edificio religioso que la población ve administrada por el fiscal, en lo que el

párroco no suele estar en muchas ocasiones de acuerdo, pues por lo general éstos suelen ser

actores externos a la comunidad que desconocen por consecuencias los usos y costumbres

que imperan en la misma. Debido a ello, el cura no suele cooperar con la manutención y las

festividades. Toda esta serie de problemáticas también las vemos insertadas en el municipio

de Contla.

Sobre el Archivo

Esta institución cuenta con su propio archivo que es guardado con recelo por los miembros

pertenecientes a la Cofradía ante los ojos de párrocos, autoridades oficiales y a la misma

población civil. Entre los documentos que lo componen podemos encontrar testamentos,

donaciones, compraventas de tierras, registros de trabajos colectivos, correspondencia,

12 Ibíd., pp. 4,11

162

contratos de trabajo, doctrinas cristianas, memorias de la actuación de los fiscales, anales,

mapas, genealogías, etc.13

Esta documentación suele estar registrada tanto en náhuatl como

en español y la riqueza de sus registros radica en el aporte cultural que puede otorgar acerca

de determinada temporalidad. En el caso del municipio de San Bernardino Contla, solo se

cuenta con documentos de la década de los 70 del siglo pasado para adelante, conteniendo

en su mayoría inventarios que los fiscales hacen de la iglesia.

Mucho se ha hablado ya de la organización comunal encabezada por el Fiscal y de

sus funciones, dejando en claro la importancia de ésta así como las problemáticas que

enfrenta en las postrimerías del nuevo siglo. De todos modos no está de más el mencionar

que la investigación que se deriva de dicha institución responde a la gran aportación

cultural que la misma proporciona, nó solo por los documentos que pueda poseer en su

archivo sino también por su intento de preservar y continuar la integración de la comunidad

a través de una tradición que ha soportado los embates del tiempo transformándose y

adaptándose a las nuevas circunstancias que se le presenten. Por tanto, los resultados que se

saquen de la misma, atenderán a las demandas del presente en el que todavía sigue siendo

funcional tal forma organizativa, así como también proporcionar los elementos que sean

necesarios para seguir preservando la tradición a partir de los argumentos que se señalen

sobre la importancia de ésta.

13 Op. Cit., Manuscrito del maestro Luis Reyes, Magdalena Tlatelulco 7 de julio de 1998, pp. 1

163

Bibliografía

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2005 De tecpan a cabecera. Cholula o la metamorfosis de un reino soberano naua en

ayuntamiento indio del rey de España durante el siglo XVI, Dimensión

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LÓPEZ Austin, Alfredo.

2004 Cuerpo Humano e Ideología: La concepción de los antiguos nahuas. 2° Edición.

México: UNAM.

SEPÚLVEDA Herrera, María Teresa.

Sistema de Cargos en Michoacán.

REYES, Luis

1998 Manuscrito del maestro Magdalena Tlatelulco, 7 de julio.

S/F Manuscrito del maestro, Las Fiscalías de Tlaxcala y sus Archivos.

TAMARA Barba,

1998 Cultura-Tlaxcala, Síntesis, viernes 17 de julio.

Entrevista realizada por Berenice Hernández Pérez a Aseencion Conde Flores, San Bernardino

Contla Tlaxcala, sábado 24 de Noviembre de 2007.

164

El desastre de 1999 en la región del Totonacapan

Gabriela Vera Cortés

El desastre de 1999 asociado a un conjunto de depresiones y ondas tropicales, se expresó

en el mes de octubre de ese año. El desastre no se limitó a los estados de Veracruz y

Puebla, también abarcó Tabasco, Hidalgo y Oaxaca. Dejó incalculables pérdidas y un

número indeterminado de muertos, aunque fuentes oficiales reportaron alrededor de 403.

En esta presentación nos abocaremos a la región del Totonacapan, término convencional

para designar al espacio habitado por población totonaca. En la actualidad está integrado

por 29 municipios del estado de Puebla y 16 de Veracruz1 (Véase mapa 1). La región es

conocida así por estar habitada por totonacos, aunque también lo está en menor grado por

etnias nahuas, otomíes y tepehuas y fundamentalmente población mestiza.

En el Totonacapan, las pérdidas fueron cuantiosas. Cientos de cabezas de ganado,

cientos de hectáreas de cultivos de maíz, fríjol, café, chile, plátano y cítricos, cientos de

casas arrasadas por el río o aplastadas por el derrumbe de cerros. El área indígena perdió

mucho de la infraestructura construida durante décadas, cientos de tramos carreteros,

cientos de caminos vecinales. El sustento económico para muchas familias se perdió en

unos días, las historias más trágicas son, por supuesto, las pérdidas de vidas humanas, pero

también, en algunos casos, la pérdida de sus tierras de cultivo, debido a la desviación de

algunos ríos o al cambio de tipo de suelo con el material que arrastraba el río, que en

algunos lugares enriqueció, pero en otros cubrió de arena o piedras.

Las pérdidas por inundaciones coinciden en las distintas regiones de México e incluso

en otros países. En nuestro país se pueden observar las mismas causas: sobreexplotación

del suelo, deforestación, introducción de actividades agropecuarias en suelos no aptos para

su desarrollo, erosión, expulsión de población a zonas de riesgo y la misma construcción de

espacios riesgosos, donde antes no lo eran. Las historias se repiten: quejas en cuanto a la

incompetencia de las autoridades, corrupción, conflictos en las relaciones

1 La actual demarcación del Totonacapan se basa en las investigaciones realizadas por Kelly y Palerm (1952), Velázquez,

Emilia (1995) y Chenaut, Victoria (1995).

165

Mapa1: Municipios que integran el actual Totonacapan

Intergubernamentales por problemas partidistas, uso político de las necesidades básicas del

damnificado por parte de los diferentes partidos políticos para obtener votos, aumento de

precios en productos básicos, atraso en el reparto de despensas para zonas marginadas por

pérdidas de caminos, una reconstrucción al servicio de los grupos de poder local, nacional

o internacional.

A partir de una búsqueda bibliográfica, hemerográfica, trabajo de campo y consulta

de las estaciones meteorológicas existentes en ésta región pudimos mostrar que

históricamente se han presentado desastres asociados a inundaciones y deslaves. Al parecer

los más importantes se presentaron en 1864, 1888, 1930, 1932, 1944, 1955, 1974, 1988 y

1999, de los que tenemos noticia. Siendo los más devastadores los ocurridos en 1944, 1955

y especialmente el de 1999. Lo anterior nos hace suponer la elaboración de un conjunto de

estrategias de parte de la población para enfrentar los desastres, y por supuesto de un

conjunto de representaciones que explican su presencia. Muchas de las cuales tienen como

base los mitos cosmogónicos y presencia de deidades que integran el mundo totonaco.

166

Representaciones del desastre en 1999

Los fenómenos naturales destructivos, como las sequías, sismos o huracanes siempre han

existido en la historia del planeta, pero la forma en cómo la humanidad los ha representado

ha variado. Muchas de esas representaciones nos vienen de décadas atrás, incluso de

siglos. La relación más importante del campesino totonaca sigue siendo la tierra y ante

cultivos de temporal, las condiciones meteorológicas siguen jugando un papel primordial en

el presente, pues dependen de las lluvias, necesarias para una buena cosecha. Dependen del

conocimiento adquirido durante siglos sobre su propio entorno. Por lo mismo, la

construcción de mitos y ritos sobre los elementos naturales se presentan como sustanciales

para la explicación de una abundante o escasa cosecha que puede marcar una posible

separación familiar por unos meses. Si la cosecha se pierde obliga a sus integrantes a

buscar empleo fuera de su comunidad.

Ya López Austin apuntaba que las características físicas del medio ambiente, tales

como la vegetación, flora, fauna, hidrografía, tipos de suelo, etc, produjeron en tiempos

pasados un fuerte efecto en la visión del hombre que se forjaba de su entorno y de las leyes

que lo regían (López, 2001:55). De las características del medio ambiente y de su

representación sobre él imaginó una serie de deidades que le permitieran enfrentar sus

miedos y al mismo tiempo fueran fuente de esperanza y de seguridad dentro de su entorno,

del cual dependía para tener una buena cosecha ese año. Así, la cantidad de lluvia anual, o

la ausencia de éstas, con la sequía, podía influir en la diferencia de un año bueno, de uno

malo. Por lo mismo, la presencia de ritos haciendo pedimento o agradecimiento de lluvia

era y es todavía una característica fundamental en la vida religiosa de las comunidades.

Estas características físicas de la región, debido a su ubicación geográfica, permitió la

construcción de un mundo étnico particular, que se relacionó estrechamente con los

fenómenos naturales desastrosos y los puntos cardinales de donde procedían. Pero al mismo

tiempo, al formar parte de mesoamérica, con sus intercambios culturales, se constituyó un

núcleo perdurable, que aún se conserva, con sus diferentes matices.

La división del universo en cuatro partes es interesante por dos motivos. El primero

es la relación que se hace de las deidades con los puntos cardinales y segundo, es que a

167

partir de la presencia de esas deidades, los totonacos se representan la presencia y dirección

de los fenómenos naturales que le son importantes. Una forma de explicarse su mundo, de

saber en qué momento de las estaciones climáticas se harán presentes las deidades,

traslapadas a veces por santos católicos. Estas cuatro deidades, que al mismo tiempo son

los cuatro Truenos, tienen características diferenciadas, de acuerdo con las diferentes

concepciones en todo el Totonacapan. Por su extensión, características geomorfológicos,

ubicación y procesos históricos tienen también algunas diferencias de santos e importancia

de elementos naturales, aunque, al parecer, para casi todos, la deidad del agua sea San Juan

Aktzini o San Juan Bautista, concebida como una de las deidades más importantes.

Cada deidad cumple una función y frecuentemente se les concibe trabajando en

grupo. Y como el objetivo principal de esta exposición es la relación de los totonacos con

los desastres. Hemos podido constatar, a partir del análisis de las experiencias que un alto

porcentaje de representaciones que la población construye sobre los desastres tienen una

base religiosa. En la reflexión que realizaron los damnificados sobre su propia vida, el

desastre los llevó a un mayor acercamiento con su religión: ―a una nueva oportunidad ante

la vida‖, ―corregir su rumbo‖, ―encontrarse con dios‖, o acercarse, e incluso buscar una

religión que les tranquilizara ante la amarga experiencia obtenida. La especie humana ha

intentado buscar siempre explicaciones a todo lo que le rodea, se trata de una forma de

entender su mundo.

En una región, con una dinámica tan compleja como en el Totonacapan existen

diferentes explicaciones de porqué ocurrió el desastre y en las siguientes líneas haremos

referencia al respecto.

En Huehuetla, Juan del Monte, (Quihuikolo) ya no es visto por los jóvenes

totonacos y los ancianos dicen que se ha ido, porque los bosques fueron suplantados por

pastos, y los venados por ganado vacuno. Otros más dicen que Juan del Monte llora porque

los ganaderos han derribado todos los árboles, los venados, símbolo del sol se han ido para

siempre, los indígenas ya no comulgan con la tierra sagrada y la tierra comunal ha

desaparecido (Blanco, 1996:108,122). La sirena, deidad del agua, de quien Ichon (1973), y

posteriormente y Oropeza (1994), buscaron información, concuerdan que es una deidad

poco importante y de quien, según Oropeza, no se tiene registro en ninguna otra parte del

168

Totonacapan, más que por Ichon, para las Tierras bajas, quien a su vez apunta que es una

deidad ya desaparecida.

Es verdad que estas deidades se estaban desvaneciendo de la memoria colectiva de la

población totonaca. Sin embargo, los acontecimientos de 1999 provocaron que la gente

encontrara una explicación a partir de lo que ellos conocen, de lo que les es propio. Estas

deidades, importantes en la cosmovisión totonaca, fueron la base de nuevo para explicar el

desastre. Estos seres sobrenaturales se hicieron visibles otra vez en forma de avisos, por

medio de sueños, su propia presencia u otorgamiento de castigos, desde la concepción de la

población.

Juan del Monte o Cuhuicolo2 fue la respuesta para la población totonaca de

Huehuetla. De acuerdo con la creencia popular, Juan del Monte se presenta normalmente

con la imagen de anciano. En un determinado momento especial que un hombre sale solo y

se lo encuentra, le advierte con su presencia que hay algo mal y debe estar prevenido. De

esa manera Juan del Monte alerta a la población de que algo sucederá. Lo mismo ocurre

con la sirena en las Tierras bajas del Norte de Puebla, unos meses antes de que se expresara

el desastre. En la comunidad de Tejería se vio a una mujer pidiendo una cooperación

económica, algunos supieron que se trataba de la sirena. Estos dos acontecimientos, sin

embargo son elementos que se repiten en los mitos que forman el corpus mitológico

mesoamericano. En el trabajo de campo realizado en las comunidades cercanas al volcán

Popocatépetl entre 1996 y 1998, época de mayor frecuencia en las erupciones volcánicas, a

Gregorio Chino Popocatépetl, se le vio en varias ocasiones, representado en la forma de un

anciano caminando en diferentes comunidades.

En una ocasión, le dijo a un habitante de Santiago Xalitzintla (Puebla), que no se

preocupara, pues las erupciones no le causarían daño a las comunidades cercanas y si al

resto del mundo, además de dar un aviso sobre el fin del mundo que acontecería en el año

2000 (Vera, 2005). O en la investigación de Félix Báez con respecto a la Piowacwe, en una

comunidad cercana al volcán Chichonal (Chiapas), unos días antes de su fase eruptiva, se

presentó una anciana a una comunidad para pedir una cooperación, debido a que le haría

2 Así fue mencionado en entrevista con el asesor de la OIT, Edmundo Barrios. Y donde Cuil, significa árbol.

169

una fiesta a su hijo y compraría fuegos pirotécnicos. Lo anterior representa una especie de

alertamiento para la población y una forma de entender lo que ocurrió. Un componente

esencial se relaciona, al parecer con un castigo sobrenatural por la falta de respeto a las

costumbres. Lo anterior, y algunas similitudes en las explicaciones del desastre nos llevan a

recordar el núcleo duro al que López Austin hace referencia sobre Mesoamérica.

Existe un núcleo duro que se ha mantenido en la actualidad, sobre concepciones

mesoamericanas. Funciona como gran ordenador al ubicar los elementos adquiridos en la

gran armazón tradicional; produce las concertaciones eliminando los puntos de

contradicción y da sentido a lo novedoso, reinterpretándolo para su ajuste. En este sentido,

el núcleo duro es semejante a la memoria en el uso que se da a ésta en la vida cotidiana. No

es tan importante el volumen de las representaciones acumuladas ni en la capacidad de

evocarlas, sino en la posibilidad de interrelacionarlas productivamente para imaginar

respuestas a nuevas situaciones. Ni en la antigua cosmovisión ni en la actual tradición

mesoaméricana podemos distinguir límites precisos del núcleo duro.

La cosmovisión, con su conjunto de elementos más resistentes al cambio, tiene su

fuente principal en las actividades cotidianas y diversificadas de todos los miembros de una

colectividad que, en su manejo de la naturaleza y en su trato social, integran

representaciones colectivas y crean pautas de conducta en los diferentes ámbitos de acción.

Las acciones repetidas originan sistemas operativos y normativos. El trato social confronta

los distintos sistemas producidos por medio de la comunicación, entre los que podemos

mencionar el mito y el rito (López Austin, 2001:58-64).

Por otro lado, el mismo autor, retoma de Boas la importancia de los préstamos de

narraciones orales. Sostiene que estos préstamos pueden darse entre sociedades que poseen

mínima o nula coincidencia en sus concepciones sobre el cosmos. Es posible suponer, en

tales casos, que los personajes y sus aventuras conservan un extraordinario parecido, en

tanto que un significado más profundo del relato pueda sufrir una drástica reinterpretación

en la tradición mesoamericana. El hecho de que exista una cosmovisión compartida permite

no sólo la existencia de relatos de igual sentido profundo cuyos personajes y aventuras son

los mismos, sino también la de mitos cuyos personajes son muy diferentes y cuyas

aventuras poco tienen que ver entre sí. En mesoamérica la similitud profunda radicaba en

170

un complejo articulado de elementos culturales, sumamente resistentes al cambio, que

actuaban como estructurantes del acervo tradicional y permitían que los nuevos elementos

se incorporaran a dicho acervo con un sentido congruente en el contexto cultural. Este

complejo era el núcleo duro. Y las características son que sus elementos son muy

resistentes al cambio pero no inmunes a él (Idem).

En Pantepec y alrededores, ya habíamos comentado sobre la presencia de la sirena.

Una deidad secundaria, según lo describe Alaín Ichon, pero ya desaparecida. Sin embargo,

en nuestro trabajo de campo, al platicar con diferentes personas: ancianos, costumbreros,

dicen haberla visto en diferentes momentos. Un anciano de Pantepec recuerda haber visto

hace 30 años en Tuxpan, cerca de la barra, a una sirena: ―Se ve casi como una mujer,

fíjese. Tiene cabello largo, muy bonito, como una muchacha, no se ve que no es cristiana,

no podía ir muy lejos del agua. No se le deja mirar, porque se escondía nomás en el agua,

nomás salía a la orilla del agua, no se paraba, porque no tiene patas, pura cola‖3. Otras

personas del mismo municipio de Pantepec, la vieron en 1975, en los alrededores de Tejería

y en Tejería misma donde en otras épocas se le ha sacado de la región poniéndole ofrendas

en forma de gallos, pollos y guajolotes que se tiran al pozo donde se cree está escarbando.

Es la forma en la que, se dice, se le puede sacar, hicieron como ellos conocen:

―costumbre‖. A veces puede ayudar Taksjoyut, que es ―como un tipo cuete en el cielo. A él

lo traen los truenos y nada más viene a sacar lo que es la sirena‖. Un costumbrero de

Pantepec mencionó a esta deidad como Piatscoyot y otras personas, lo señalaron como

Piatscoyat o Piacscoyot.4 En 1999, unos meses antes de que ocurriera el desastre en Mixún.

La sirena fue vista durante el mes de mayo en los terrenos de un ganadero, con algunas

vacas, preocupado por que se estaba formando un hoyo en su terreno, pidió consejo y le

dijeron que tenía que hacer una ofrenda, debido a que la sirena estaba ahí, pero no hizo caso

y tampoco dijo nada.

3 En Tejería se le vio en 1999 pidiendo una cooperación y caminando entre la gente. Así que en una subregión tan

pequeña como las Tierras Bajas, la representación visual de la sirena tiene variantes, al ser vista en con cola de pescado o

con pies.

4 Al platicar con los habitantes de Pantepec, ninguno reconoció por nombre a Taksjoyut. Las personas lo reconocían como

Piatscoyot. Es importante mencionarlo, porque se trata de la misma zona en la que trabajó Alaín Ichon en la década de

1960, aunque lo identifica como Taksjoyut, y se trata de la misma deidad.

171

La gente estaba ya espantada desde antes que ocurriera el desastre, aunque no todos

se enteraron. Cuando ocurrió el desastre, el río que iba hacia la comunidad de Mixún, de

pronto se desapareció. Dicen que ―el derrumbe fue en seco‖. Lo que sucedió fue que el río

tomó otro cauce y se metió debajo del cerro, donde se ubicaban los poblados de Mixún y La

Sabana. Eso provocó que el cerro se derrumbara, justo donde estaba el Jardín de niños y

donde murieron 14 personas. El derrumbe provocó un hoyo con una profundidad de más de

treinta metros. En los alrededores de esa abertura todo el terreno se agrietó, provocando la

caída de las casas de Mixún y la inseguridad de las casas de la Sabana.

Para poder explicar lo que ocurrió en el mes de octubre, la gente dice que fue

entonces cuando la sirena bajó al poblado de Mixún, porque la gente se empezó ya a

espantar, decían que la sirena estaba cerca5. Además, lo que quedó en la abertura que se

hizo, de acuerdo con la interpretación de sus propios habitantes, es que el cerro se

desplomó y se formó un pequeño lago con agua azul. Para reafirmar lo anterior, señalan

que un grupo de ingenieros que llegaron a realizar investigación de porqué ocurrió el

fenómeno natural, confirmaron que el agua azul provenía del mar. La sirena se considera

una deidad tan fuerte que puede tirar un cerro y ―escarbar‖ muy rápido en un día: ―Entonces

ella lo que hace es agua, ella viene del mar‖.

Otros habitantes de la comunidad dicen que la laguna era verde, pero que al mediodía

se tornaba de color rojo. Con el tiempo y después del desastre, en la concepción de la

población: ―ya no quedó nada, como si fuera un potrero, solo la lagunita con el agua

verde‖, donde algunas personas dicen haber visto peces, aunque con el tiempo se secó y

desapareció. En Tejería la gente no se comió los pescados puesto que se pensaba que eran

los muertos convertidos en peces, representación que no corresponde con la población de

Mixún, al decir que están equivocados. Esta transformación de que los hombres se

convierten en peces, porque la sirena así lo quiere, se cree también en el estado de Guerrero

(Véase Cruz, Jaime, 2004). Unos meses antes en Tejería, algunos habitantes dicen que

tuvieron un aviso al ver a una mujer joven que llegó a pedir dinero en las casas. Hubo

quien se dio cuenta de que se trataba de la sirena.

5 Es importante señalar que en las entrevistas realizadas, no todas las personas aceptaron la presencia de la sirena. No se

trata de una representación homogénea para todos los habitantes de Mixún y la Sabana.

172

En la cabecera de Pantepec, una persona señaló que un campesino vio a la sirena e incluso platicó

con ella, a quien le previno. Otro más, un habitante de la misma cabecera municipal cuenta que ―un

muchacho de 20 vio a la sirena unos meses atrás y del susto se quedó mudo por unas semanas‖. Así

que en la explicación de este desastre, por lo menos, tenemos ubicadas tres comunidades rurales y

la misma cabecera donde algunos de sus habitantes encontraron como causante a la sirena.

El temor que tiene la población sobre lo que ocurrió, se vislumbra en que a casi 6 años del

desastre, hay personas que piensan que la sirena no se ha ido, por lo que es necesario hacer

―costumbre‖. Algunos se han organizado y buscado a un costumbrero de la región, quien ha

logrado tener, mediante un sueño, comunicación con la ella. En el año de 2005 a la sirena

se le iba a ofrecer pollos, gallinas, un gallo y se habló de una vaca. Se tiene la costumbre de

enterrar a los animales vivos. Cuando el costumbrero, fue a ver a la sirena al pozo en el año

2005, las personas que lo acompañaron recuerdan que el costumbrero se desmayó a un lado

del pozo y de esa manera, mediante el sueño pudo comunicarse con la sirena y saber que es

lo que quería.

Glockner (2000), por su parte, analiza el sueño al hacer una investigación sobre los

tiemperos (especialistas del clima) en las comunidades cercanas al volcán Popocatépetl:

Es el estado espiritual apropiado (sin considerar los estados de trance y los que se derivan del

consumo de drogas alucinógenas) para que los hombres del campo y, en particular, los especialistas

en el manejo mágico del clima establezcan con la naturaleza una relación de interlocución

simbólica. Ello es posible no sólo por la ausencia de la noción de tiempo en el sueño, es también

una cualidad del pensamiento mítico y religioso; además, porque la naturaleza misma de soñar

propicia un encuentro metafórico con el mundo, donde la percepción onírica posee mayor

relevancia que la percepción diurna, debido a que los mensajes y las vivencias que allí se tienen,

provienen directamente ―de la voluntad divina‖. No es que ellos ―crean‖ en sus sueños, somos

nosotros quienes lo pensamos así. Para ellos no son asunto de creencia sino de percepción. Sus

experiencias oníricas son vivencias experimentadas con intensidad y no fantasías en las que

después, con torpeza, se ponen a creer. (Glockner, 2000, 137-139).

En el caso del costumbrero en Puebla, fue la forma en que logró una comunicación con la

sirena, y tener una solución. El mismo autor apunta que en el mundo de los sueños, entra

―lo espiritual‖, el cual no constituye otra dimensión de la existencia, es también material.

173

Lo espiritual es considerado como algo auténtico de la realidad, pero en un plano superior más

próximo a la verdadera vida que emana de dios. Lo que acontece en lo espiritual es o un anticipo de

lo que sucederá en lo material o una llamada de atención sobre algo que sucedió, pero que requiere

una intervención ritual. Desde luego que no a todos los sueños se les otorga la misma importancia,

y un buen vidente debe distinguir entre un sueño intrascendente y otro que contiene un mensaje de

―lo alto‖ que necesita atenderse con cuidado‖ (Ibíd.:141).

Como bien señala Glockner, los sueños anuncian a las personas sobre que algo puede

suceder. En cada comunidad visitada, al preguntar si tuvieron avisos, en general, la mayoría

informó que sí. La mayor parte de estos ―avisos‖, fueron mediante sueños, algunos de gente

común, otros de personas que tienen una función religiosa o de prestigio en la comunidad,

como los costumbreros, o el mismo representante del Consejo de ancianos en el

Totonacapan.

Los sueños de la gente común, en general fue que tuvieron avisos que no supieron

interpretar en su debido momento, pero que los dejó intranquilos. Solo lo entendieron

cuando el desastre aconteció. No importaba si se trataba de una comunidad indígena o

mestiza. Los sueños fueron diversos, desde los que señalan haber soñado con un espíritu de

un familiar ya fallecido, que les vino a alertar. O la niña en Poza Rica que vio que su casa

se inundaba unas horas antes de que ocurriera. O la muchacha de Tenampulco, que vio a su

padre barriendo mucha basura en la calle, pero no entendió porqué. A diferencia de este

tipo de sueños, otras personas, más especializadas, como los costumbreros, gente que es

respetada en las comunidades por sus dones, si pudo interpretar sus sueños, o mediante el

sueño pudieron comunicarse con alguna deidad, en este caso el costumbrero que se

desmayó, pero en el desmayo pudo hablar ―espiritualmente‖ con la sirena y saber que es lo

que quería para así poner una solución y evitar posibles futuros desastres. Se trata de

ofrendar esta vez a la sirena para que esté contenta y de respetar lo que es propio.

Pero no todo fueron sueños, también se mencionó sobre la presencia más directa de

seres divinos o ―malos espíritus‖ traídos por el viento, como se entendió en Pantepec, antes

del amanecer. Así como la presencia visual de Juan del Monte y la sirena. El primero

alertando y la segunda, amenazando.

174

En general, los católicos explicaron el desastre, con base en dos líneas importantes,

por un lado, se trataba de un castigo divino por el mal comportamiento de los hombres:

―Porque hay mucha maldad, muchos vicios, porque no hay respeto, sobre todo a los

ancianos, a los adultos‖. ―Porque es así, como una muestra divina‖ ―Se trata de una señal‖.

Una segunda línea que nos lleva a pensar en avisos sobre el fin del mundo y donde lo peor

estaba todavía por venir. De esa manera se escucharon discursos de que el hijo hoy le pega

al padre, o la madre, como pensaron algunos habitantes en Zapotitlán de Méndez. Algunos

católicos, aunque pocos, llegaron a pensar en la destrucción del mundo, porque se cree que

es el fin del mundo y es un castigo divino. Un tanto en el milenarismo o el fin del mundo.

En general, las interpretaciones estuvieron más sobre la primera línea.

Los católicos actuaron como cada año cuando se presenta una sequía o una

inundación. En Zapotitlán de Méndez se sacó en procesión al santo patrono. Pero el

problema fue que llovió mucho. En Sabaneta, Coxquihui, el testimonio de un damnificado

encomendándose a dios, fue una constante para la población católica. Es preciso

mencionar, que en términos generales ocurrieron dos procesos interesantes. Por un lado

hubo quienes se apegaron más a la religión católica, otros más, sintieron un mayor apego

por lo que consideraban formaba parte de ellos. Pero no se circunscribió a lo que es la

religión, o desde la religión los llevó a tomar una actitud diferente a su propia vida. En

Zapotitlán de Méndez, algunos campesinos indígenas y mestizos que ya no estaban

sembrando su tierra volvieron a hacerlo. Su impulso fue a partir de una reflexión sobre el

desastre, ―como si fuera un jalón de orejas, una llamada de atención‖.6 O como un

informante de Renacimiento en Gutiérrez Zamora, una colonia de reubicación.

Por su parte, la población de Coronado en Gutiérrez Zamora, tuvieron un impulso

para seguir adelante y también una ―señal‖ a partir de que todos los santos de la iglesia se

salvaron, no se alejaron del templo católico y tampoco se rompieron. Después del desastre,

una de las primeras construcciones que terminaron fue el templo, a partir de una donación

importante que realizó un antiguo habitante del ejido.

6 Entrevista a Alelí Santiago, locutora de radio en Cuetzálan. Quien le dio un seguimiento a las reacciones de la gente

posterior al desastre.

175

Finalmente, otras personas buscaron en la religión protestante una forma donde

asirse. Y según observaciones realizadas en trabajo de campo hubo un crecimiento en la

religión Pentecostés y testigos de Jehová principalmente. En comunidades como Tapayula,

de ser 300 habitantes, todos católicos antes del desastre, para 2005, la mitad formaban parte

de otra religión. En otras comunidades visitadas, si bien el cambio de religión no fue tan

notorio como en Tapayula, sí se dio un crecimiento.

Quiero terminar esta ponencia haciendo hincapié que el Totonacapan presenta una

dinámica muy compleja y con cambios muy importantes en los últimos años. Para esta

ocasión nos hemos enfocado a este tipo de causas que explican el desastre por parte de la

población, pero no fueron las únicas, hubo otras de tipo político que llegaron incluso a

hacer reflexionar a la población y exigirle al mismo presidente de la República una

indemnización por los daños ocurridos.

176

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178

“Dure dué”, Nuestro señor el gran árbol. Cosmovisión en

torno a La Santa Cruz entre los popolocas de Puebla

Alejandra Gámez Espinosa

Presentación: La religión indígena y la Cosmovisión

Actualmente es reconocido el hecho de que las comunidades indígenas, históricamente,

mantuvieron una relativa autonomía religiosa respecto de la Iglesia católica, el control

eclesiástico no se pudo ejercer de forma estricta sobre todos los ámbitos, situación que

determinó el desarrollo de una orientación local y comunitaria en el proceso de

reestructuración religiosa. Las religiones indígenas, por tanto, responden a procesos

históricos distintos, es decir, que mientras en unos casos recibieron más influencia misional

en otros escaparon al control directo del clero, las respuestas simbólicas y sociales fueron

distintas según las condiciones históricas específicas. Por ello actualmente observamos un

mosaico complejo de religiones indias.

Uno de los aspectos de dicha complejidad es que en ella confluyen tanto componentes

que le dan unidad como diferenciación. Es decir, que todas las comunidades indígenas

forman parte de la tradición cultural mesoamericana y, por otra parte, recibieron y

continúan recibiendo la imposición del catolicismo desde la época colonial hasta nuestros

días.

Por esta razón es que en cada comunidad se observa una especial configuración de

elementos que pueden ser compartidos, pero que adoptan un papel singular, específico,

dentro del contexto al cual pertenecen. Es por esto que hablar de un sincretismo

generalizado al interior de la religión indígena puede contribuir a confusiones, ya que todas

las comunidades realizaron sus propias traducciones, reinterpretaciones simbólicas dando

lugar a lo que Bartolomé (1990: 42-43) nombra configuraciones, cada una de las cuales se

encuentra íntimamente relacionada con las matrices ideológicas preexistentes. Retomamos

el concepto de configuración el cual ―alude al proceso dinámico de adaptación e

integración histórica de los componentes mesoamericanos y de apropiación y

reinterpretación de los coloniales y contemporáneos‖ (Barabas, 2006,17). Coincidimos con

Bartolomé (2005: 53) cuando señala que éste concepto ―otorga mayor validez explicativa

179

al fenómeno religioso indígena, al dar cuenta de su diversidad y en donde lo plural no

excluye lo común, lo compartido‖, y en donde procesos como el sincretismo y las

apropiaciones forman parte integral de ésta.

La presencia de configuraciones resultado de procesos sincréticos no implica una

necesaria abolición de los símbolos, entidades o instituciones de las culturas indígenas,

cuya misma naturaleza dificulta el proceso de reinterpretación simbólica.

Hay gran número de grupos indígenas que han conservado un corpus relativamente

integrado de la religión mesoamericana (creencias cosmológicas, panteones de deidades,

señores de los animales, sistemas míticos, tonalismo, nahualismo, etc.). En las prácticas

religiosas se registran ceremonias propiciatorias y conmemorativas, cultos a los ancestros y

a entidades de la naturaleza (cerros, manantiales, cuevas, etc.). Se conserva también la

vigencia de los rituales relacionados con la salud y la enfermedad conducidos por

especialistas (chamanes, curanderos y brujos) y, prácticas de expertos en el control del

tiempo (graniceros y tiemperos).

En algunos pueblos popolocas como San Marcos Tlacoyalco, encontramos gran

cantidad de expresiones de la visión del mundo que aluden a la matriz mesoamericana, pero

que han sufrido cambios a través del tiempo, formando así nuevas configuraciones de la

cosmovisión en donde conviven lo mesoamericano y lo católico en un espacio siempre

actualizado.

El concepto de cosmovisión ha sido central en la antropología tanto a nivel teórico

como empírico. Comúnmente ha coadyuvado a aproximarnos a una cultura diferente y

comprender fenómenos sociales producto de otras formas ―de ver, de concebir al mundo‖.

Entendemos cosmovisión como un conjunto de sistemas de creencias,1

representaciones,2 ideas y explicaciones sobre el mundo y del lugar que ocupa el hombre

1 Retomando a López Austin ―la creencia está formada, por representaciones; pero también por convicciones,

sentimientos, valores, tendencias, hábitos, propósitos, preferencias que nos hacen enfrentarnos de manera particular a la

naturaleza y a la sociedad, incluyéndonos nosotros mismos, como individuos, en una introspección que no puede menos

que ubicarnos como sociales y naturales‖ (1996: 112).

2 Las representaciones son construcciones colectivas de la realidad social. Éstas conciernen al conocimiento del sentido

común que se pone a disposición en la vida cotidiana. Son sistemas de significaciones que permiten interpretar el curso de

180

en éste (incluye las nociones de tiempo y espacio). Siguiendo a Broda (2003; 16)

consideramos que en el caso de las sociedades agrícolas, como las indígenas, hay una

combinación coherente entre las nociones sobre el medio ambiente y el cosmos en que se

sitúa la vida del hombre.

Toda cosmovisión plantea la instauración de un orden de la naturaleza, de la

sociedad y del cosmos, ésto perpetúa la legitimidad de ese orden. Los mitos son uno de de

los ejes centrales de la cosmovisión, narraciones en donde se instaura y relata ese orden, el

origen de las deidades, de los pueblos y de las cosas.

La cosmovisión como todo proceso histórico y colectivo no es, a decir de Catherine

Good (2003: 241) eterna e inmutable, esta se construye y reconstruye a través del tiempo.

Tiene por tanto contradicciones internas e incongruencias lógicas.

Las cosmovisiones como productos culturales e históricos no son estáticas, por el

contrario, son dinámicas. Coincidimos con Johanna Broda (2001) cuando plantea que la

práctica milenaria de la agricultura de maíz entre las culturas indígenas ha permitido la

reproducción de una cosmovisión inspirada en ella y, los fenómenos relacionados con ésta

como; el conocimiento del medio ambiente, el crecimiento del maíz, la fertilidad de la

tierra, la preocupación por controlar el clima, atraer la lluvia, etc., todo ello motivó el

desarrollo de una visión del mundo habitada por deidades relacionadas con los fenómenos

naturales, así como la existencia de prácticas y ritos a través de los cuales se buscaba

controlar el clima y mantener relaciones de reciprocidad para con las divinidades.

La Fiesta de la Santa Cruz en la etnografía

La fiesta de la Santa Cruz es una de las más importantes dentro de los ciclos rituales

agrarios en las comunidades indígenas y campesinas de México. Prácticamente podemos

los acontecimientos y las relaciones sociales; expresan la relación que los individuos y los grupos tienen con el mundo y

los otros. Están inscritas en el lenguaje y en las prácticas. Es una construcción con base a códigos perceptivos y

cognoscitivos complementados con la experiencia histórica, la memoria colectiva y el contexto en que se vive. La

representación (valores, ideas y prácticas) sobre el mundo tiene su expresión en los discursos, relatos, y las lógica, con los

cuales los individuos se interpretan, interpretan al otro, al mundo y, en consecuencia se representan (Jodelet, 2000: 10).

181

decir que se encuentra presente y con un carácter bien definido, en cada una de las

poblaciones rurales del territorio nacional. La cruz al interior de la cosmovisión indígena

poscolonial tomo un simbolismo relacionado con la siembra del maíz, la fertilidad de la

tierra y la petición de lluvia, que a lo largo de la historia tomó forma, en los rituales que se

realizan el 3 de mayo en las comunidades indias.

En la literatura antropológica existen diversos trabajos de investigación sobre la fiesta

a la Santa Cruz que plantean su presencia, particularidad, unidad y diversidad en múltiples

comunidades y regiones. Una de las regiones más ricas por sus expresiones festivas, sus

formas y contenidos es el estado Guerrero.3 Éste ha sido fuente de investigaciones

etnográficas en diversas comunidades tlapanecas, mixtecas y nahuas.

Para los pueblos nahuas, mixtecos y tlapanecos, la Cruz es un símbolo agrario, es la

representación del árbol de la vida. La cruz es el símbolo de los cuatro puntos cardinales y

de los cuatro elementos naturales de la vida: tierra, aire, fuego y agua (Matías, 1994: 14).

El culto a la Cruz está íntimamente relacionado con las prácticas festivas

relacionadas con la agricultura, son escenarios que reafirman el sentido comunitario del

pueblo. Todos los miembros del grupo social tienen que procurar el bien común del que

depende la prosperidad individual. ―El ritual agrario es un ingrediente vital para la

conciencia étnica; no es un ―invento‖ intelectual o algo imaginario y exótico, sino una guía

práctica de fe agrícola y sabiduría milenaria. Los rituales cumplen la función de darle

continuidad a la cultura indígena, de reforzar la tradición y de sostener la identidad

comunal‖ (Matías, 1994: 14-15).

En el ritual indígena, confluyen diversos aspectos del corpus cultural de la sociedad

indígena; de organización social, reproducción cultural, identidad comunal, ciencia

3En las poblaciones colonizadas de Guerrero, la lucha contra las ―idolatrías‖ la inició Fray Agustín de la Coruña, quien en

1535 se dio a la tarea de quemar ofrendas, talar y quemar montes para ahuyentar a los dioses que viven en las montañas;

convertir los conventos en cárceles donde se les azotaba a los indios y se les imponía castigos. Pese a los intentos de los

evangelizadores por erradicar las prácticas rituales indígenas, hoy Quauhnacaztitlan, la montaña que mandó quemar

Coruña, sigue siendo uno de los principales lugares de culto de las comunidades aledañas a él y continúa, como hace 500

años, usándose para sahumar la vida. La región árida de la montaña de Guerrero se sigue alegrando cuando multitud de

comuneros la cruzan danzando y cantando con el teponaztli y el xochitelpochtli. Los indios han sido capaces de persistir a

pesar de las sucesivas campañas de exterminio, y han mantenido viva su identidad comunal (Matías, 1994: 12).

182

indígena, técnicas agrícolas y de la forma en que los diversos hilos de la religión

tradicional se enroscan en toda la estructura social de la comunidad. ―En los rituales

agrícolas corren hebras de la cultura de los pueblos nahuas, tlapanecos y mixtecos. La

petición por la lluvia, Atltzatzilistli, es la petición por la vida, Yoltzatzilistli es pasado, pero

también presente y, por qué no, futuro‖ (Matías, 1994: 15).

Los ritos de petición de lluvias que en muchas localidades de Guerrero inician desde

el 24 y 25 de abril, el 1 y 2 de mayo, son de gran relevancia. En algunas comunidades de la

región de Citlala, por ejemplo, los ritos inician el 25 de abril, día de San Marcos y duran 9

días, hasta el 2 de mayo (Broda, 2001: 86). Tomando en cuenta la división del año mexica

en dos periodos estacionales, uno de lluvias y el otro de secas, Johanna Broda enfatiza que

en México no se presentan las cuatro estaciones como en Europa, y en Guerrero como en

otras regiones de México los meses de marzo a mayo son los más secos y calurosos del año

y anteceden a la llegada de las lluvias. Ello explica porqué en este periodo se hacen los

ritos de petición de lluvias en muchas partes del territorio nacional. Muchos de los ritos de

la Santa Cruz que se celebran en algunas comunidades de Guerrero denotan elementos

comunes con la cosmovisión nahua prehispánica (Broda, 2001: 196).

Entre los chatinos de Oaxaca, la Cruz es considerada un ser con cabeza, manos y pies, los

cuales se asocian con las cuatro puntos cardinales, cada uno posee un color, un dios, un ser o un

animal. El dios de la lluvia se vincula con los cerros y la Santa Cruz. Según los chatinos la casa del

dios de la lluvia tiene su puerta en un manantial, y su crucifijo, su altar y su centro o corazón, en la

cumbre de una montaña. La casa del dios de la lluvia sirve como templo de las deidades no

cristianas del panteón chatino, pero tiene a sus santos patronos que son la Santa Cruz y la Virgen

del Rosario (Greenberg, 1987: 133-135).

En las tierras áridas del sureste de Puebla, la precipitación pluvial es escasa, sobre

todo en las microregiones donde habitan las comunidades indígenas y, específicamente,

donde se encuentran poblaciones popolocas, como San Marcos Tlacoyalco. La escasez del

vital líquido marca el acontecer diario, las enfermedades, la precaria agricultura, la

marginación, etc. Históricamente, estas comunidades han tenido que almacenar agua de

lluvia a través de la construcción de jagüeyes y obtener agua para satisfacer sus necesidades

inmediatas, por ello los jagüeyes han sido un lugar privilegiado de culto, donde además de

183

la cueva en la serranía, se realizan los rituales de petición de lluvia, como es el 3 de mayo,

día de la Santa Cruz.

Dure dué, Nuestro señor el gran árbol: La Santa Cruz

Los sanmarqueños se refieren a la Santa Cruz como nuestro señor, Dure dué, es el término

en popoloca, se cree que la cruz viene de un gran árbol muy antiguo que otorgó la vida a la

gente del pueblo:

El árbol da sombra y cubre lo terrenal, así la cruz, es el árbol de nosotros, así se dice porque los

abuelos lo enseñaron, y por eso se pone la cruz en un árbol, en recuerdo del árbol antiguo del que

vino. El antiguo árbol era nuestro soporte, así como las casas de ahora que les ponen varillas, antes

no se usaba eso; pero el árbol daba seguridad a la tierra, firmeza a la tierra; la cruz da seguridad al

lugar donde se pone. Además es un signo contra el malo (Señor Martín Marcos, rezandero 55

años).

En muchos pueblos indígenas mesoamericanos suele asociarse a la cruz con el árbol

sagrado quien no sólo representa el Axis mundi sino la fuerza, la fertilidad, la abundancia y,

como en San Marcos, el origen de los linajes o del pueblo. El árbol suele representar las

cuatro columnas que sostienen las esquinas del mundo y el centro, en muchas ocasiones

suele ser ubicado cerca de las lagunas, manantiales y los cerros. Entre los popolocas de

Tlacoyalco, tienen un profundo significado cuatro árboles ubicados en cada uno de los 4

jagüeyes que existen en el pueblo. Los sanmarqueños consideran a estos árboles como

sagrados, porque sólo en ellos se colocan las cruces bendecidas cada año. Estos árboles se

ubican en medio de los jagüeyes y en dos de los casos se encuentran ya secos, sin embargo,

tienen la forma de una cruz, pues sus ramas simulan una ―T‖.

En algunas comunidades zapotecas de Oaxaca, el árbol sagrado es el símbolo ritual

más importante del pueblo, a éste le llaman cruz verde o árbol de Cristo. Se trata de árboles

vivos cuyas ramas tienen la forma de una cruz, son concebidos como sobrenaturales ya que,

si sus ramas son cortadas sangran e inmediatamente vuelven a crecer. Frente a esta cruz

verde se realizan rituales terapéuticos, pedimentos de lluvia y abundancia entre el 1º y 3 de

mayo (Barabas, 2003: 84).

184

En otros pueblos indígenas de Oaxaca el árbol suele ser paralelo a la cruz, símbolo

polisémico que aglutina significados provenientes de tradiciones como la mesoamericana y

la cristiana. La cruz entonces representa para los indígenas el cosmos con sus cuatro

orientaciones cardinales y el centro (ibíd., 84).

En San Marcos la cruz representa al árbol sagrado de donde provienen los popolocas,

pero también es el soporte de la tierra del pueblo, cuyas ramas como grandes brazos los

cobija y los protege, es el centro del universo, por eso se colocan cruces en los árboles que

se encuentran en los jagüeyes, para agradecerle su protección y pedirle lluvia. Es costumbre

que también se coloquen cruces bendecidas en los árboles de las casas y los campos de

cultivo, como una forma de búsqueda de protección y abundancia.

El día 3 de mayo, día de la Santa Cruz, se colocan cruces en los jagüeyes a través de

un ritual, para pedir que envíe agua, que haya abundante lluvia para que se llenen los

jagüeyes, los cuales se perciben como grandes cajetes que se llenan cada vez que llueve.

También se le pide el agua de lluvia para los campos, y que las nubes que se ven en el cielo

se queden en el pueblo, ―que la cruz le de jugo al campo‖, que la ―cruz traiga a las nubes‖

con lluvia buena y con ello alimento, con maíz para la gente; que otorgue auxilio a un

pueblo que padece la sequía, ya que carecen muchos meses de la lluvia.

Los sanmarqueños pintan las cruces de color azul porque el cielo es de color azul, son

cruces de agua, y se cree que en el cielo hay mucha agua, por eso el cielo es azul, y por eso

―entonces nosotros para pedir la lluvia, pues ponemos una cruz de ese color para que del

cielo caiga un poco del jugo‖. En el cielo, dicen los popolocas, existe un jardín4 con ríos,

lagos, muchos árboles verdes con flores de variados colores y mucha agua, todo es bonito;

Dicen que es tan bonito, que no se le parece nada a lo que nosotros conocemos aquí en este pueblo,

dicen que allá no se sufre, y todo está bien. No sé si también se encuentren animalitos (Señora

Catalina).

A este lugar va la gente que muere por la caída de un rayo pero también muchas otras

personas, aquí todo es alegría y no se sufre. De este lugar viene el agua de lluvia que

4 Este lugar que describen los sanmarqueños es muy similar a las descripciones que se hacen sobre el Tlalocán de los

nahuas.

185

mandan los antepasados para el bienestar del pueblo. También se coloca la cruz el 3 de

mayo en las casas, para anunciar que en San Marcos reina este santo y no Chinentle;

Pueblo reina dios ya que la cruz ayuda a alejar al malo, que no es poderoso, cada vez que ve

la cruz, la odia, se va y ya no puede hacer ningún daño (Señor Martín Marcos, rezandero 55

años).

Es costumbre que también al pie de los árboles considerados como sagrados en cada uno de

los jagüeyes, los curanderos y otras personas realicen rituales terapéuticos. Esto es mal

visto por una parte de la población, quienes califican estas prácticas como ―brujerías‖.

Las cruces, en general son colocadas el día 3 de mayo en árboles de distintos lugares,

en los jagüeyes, campos y casas; son cruces azules, cruces de agua como el cielo y el agua,

para llamar a la lluvia y asegurar que la tierra obtenga jugo y de su fruto; el maíz. ―Ha sido

la costumbre así lo hacían los abuelos para pedirle al gran árbol, la cruz, que otorgue la

lluvia y con ello la vida al pueblo‖.

A manera de conclusión

Dentro del proceso de reformulación simbólica, llama la atención cómo los contenidos de

las deidades mesoamericanas fueron cargados en las nuevas. Esto se observa claramente

entre los sanmarqueños quienes se refieren a la Santa Cruz como nuestro señor, Dure dué, y

creen que la cruz viene de un gran árbol muy antiguo que otorgó la vida a la gente del

pueblo.

Hoy el papel y contenido de la Santa Cruz Dure dué muestran las nuevas

configuraciones de una cosmovisión milenaria que no muere sino se reproduce y trasforma

mostrando así la actualidad y dinamismo de las cosmovisiones indígenas.

186

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Lugares de culto en el valle de Maltrata, Veracruz: épocas

prehispánica y actual Yamile Lira López

Sandra Alarcón

Introducción

Las investigaciones arqueológicas que se están realizando en el valle de Maltrata1 han

revelado una larga ocupación humana desde el periodo Preclásico superior hasta nuestros

días, definiendo asentamientos ubicados en los tradicionales periodos de tiempo, es decir,

asentamientos del Preclásico superior, Clásico, Epiclásico, Posclásico, Colonia,

Independencia, (construcción y puesta en marcha del ferrocarril), Revolución y la época

actual. Durante la mayor parte de esos periodos el valle fue una importante ruta de

comunicación entre varias áreas geográficas y culturales, pues su posición geográfica ha

permitido que durante diversos periodos de tiempo el valle de Maltrata funcionara como

una ruta de comunicación y comercio entre varias regiones geográficas, principalmente la

Costa del Golfo, el Altiplano Central y la región Oaxaqueña, donde se asentaron diversos

grupos humanos que utilizaron el paisaje natural, adecuándolo a sus necesidades (Lira,

2004).

Para la temática de este coloquio resalta la presencia de cinco edificios asociados al

periodo Epiclásico y Posclásico, los cuales se encuentran distribuidos en la parte superior

de un cerro denominado La Mesita, donde el espacio entre ellos es muy estrecho,

permitiendo no solo un acceso restringido sino también un dominio visual del valle

(Olivera, 2003; Lira, 2003, 2004). Se propone el uso del cerro y la función de los edificios

como un lugar de culto para esos periodos de tiempo.

La ocupación humana continuó después de la conquista y hasta nuestros días

manteniendo la población actual diversas costumbres y tradiciones. Actualmente destaca la

1 Esta contribución forma parte de las investigaciones del Proyecto ―Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz‖ que se

están realizando desde 1999 bajo la dirección de la Dra. Yamile Lira López del Instituto de Antropología, Universidad

Veracruzana, con apoyo financiero del CONACYT y en colaboración con el Dr. Carlos Serrano Sánchez del Instituto de

Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

189

presencia de cruces en distintas partes del valle, principalmente sobre algunos cerros. Las

cruces se encuentran dentro de pequeñas construcciones semejando capillas o nichos, una

de ellas se encuentra en el cerro La Mesita, otras sobre montículos prehispánicos, otras en

los cerros y otras en las esquinas de las calles de Maltrata. Estas cruces se renuevan cada

año el día 3 de mayo, día de la Santa Cruz, formando parte de una de las fiestas más

importantes de la comunidad de Maltrata denominada ―Los Maderitos‖, fortaleciendo los

lazos entre sus habitantes a través de mayordomías.

Cabe la posibilidad que esta práctica actual tenga sus antecedentes en el culto a los

cerros, o al uso del cerro como lugar de culto de la época prehispánica tomando como

referencia los numerosos trabajos que abordan el estudio de sitios prehispánicos ubicados

en cerros proponiéndolos como lugares de culto dentro de la cosmovisión de los pueblos

mesoamericanos, la cual se construye a partir de la observación de la naturaleza.

Al vincularse la naturaleza y las sociedades a través de la comprensión del entorno y

los fenómenos naturales, favoreció la instauración de centros de culto en que se agregó el

paisaje a la vida ritual. Los fenómenos naturales fueron reflejados en la expresión material

y se incluyeron en la religión, donde los elementos geográficos más destacados que se

encontraban cerca de la población eran importantes (Aranda, 2001: 250).

Los cerros reunían ciertas características aptas para el culto dentro de la cosmovisión,

como las cuevas, los manantiales y los acantilados, vinculados con una serie de

observaciones de la naturaleza (Viramontes, 2001: 468). El cerro es transformado en un

paisaje ritual, donde se relaciona a los centros políticos en los cuales se ubican los grandes

templos, con aquellos lugares de los alrededores donde se llevaban a cabo ciertos rituales

en determinadas fechas del año; en ellos los fenómenos naturales sobresalían y estaban

ligados con el culto a los cerros y a las cuevas.

En el pensamiento de los pueblos prehispánicos el cerro es un contenedor de agua,

desde donde brota para formar las diferentes corrientes y caudales, guarda en su interior el

agua durante la época de secas, las cuales eran liberadas a través de la lluvia, esta es la

razón por la cual el culto a los cerros formó parte importante del culto a Tláloc y justifica la

existencia de adoratorios en los cerros.

190

Los lugares de culto son aquellos que denotan un carácter religioso a través del

contexto donde se encuentran localizados, que permite establecer la observación de

eventos astronómicos o ―sobrenaturales‖ de la naturaleza. Como elementos característicos

resalta la presencia de sahumadores, representaciones de deidades y los templos o altares

donde se depositaban ofrendas y se llevaban a cabo los ritos. La finalidad de conjuntar los

datos arqueológicos y etnográficos es presentar diferentes cosmovisiones relacionadas con

el uso de los cerros a través del tiempo: la prehispánica y la actual.

Lugares de culto durante la época prehispánica

Maltrata se encuentra en la Sierra Madre Oriental, al oeste del Estado de Veracruz,

limitando con el estado de Puebla (figura 1). Durante la época prehispánica se fueron

asentando grupos humanos en diferentes espacios del valle, los del preclásico en la parte

plana y baja, y los del clásico y posclásico en el pie de monte y pendientes de los cerros.

Para la presente contribución resalta la presencia de cinco estructuras distribuidas a lo largo

del filo de un cerro denominado La Mesita (Lira, 2004).

Figura 1. Localización de Maltrata.

El interés por estudiar este sitio se debe, entre varios aspectos, a su posición geográfica

pues su ubicación y tamaño lo hace viable para estudiarlo de manera individual, sirviendo a

su vez de límite geográfico natural, separándolo del resto de los asentamientos del valle.

Por otro lado diversos hallazgos realizados hace ya varios años y durante el recorrido

sistemático permiten sustentar su función (Olivera, 2003). Miguel Arroyo Cabrera,

191

Inspector Honorario de Monumentos Prehispánicos en el estado de Veracruz, en 1931,

registra y reporta por primera vez este conjunto de edificios, que designa ―La Ciudadela‖.

El sitio se localiza en la parte norte del valle de Maltrata, sobre el cerro denominado

―Tenantzin‖, o La Mesita a unos 200-300 metros sobre el nivel del valle y entre los 1,900 y

2,000 metros sobre el nivel del mar. Es un conjunto de cinco edificios dispuestos de tal

manera que aprovecharon las condiciones propias del terreno (figura 2), acondicionando y

reforzando otras por medio de muros de contención, terrazas y cortes sobre las rocas

(Olivera, 2003, Lira, 2003, 2004).

Figura 2. El cerro La Mesita, donde se localizan cinco montículos en el filo del cerro y una capilla

actual.

El cerro de La Mesita presenta actualmente en la parte superior una pequeña capilla cuya

entrada ve hacia el valle, cada año se pinta y adorna pero no en la celebración de la Santa

Cruz el día 3 de mayo como es el caso de las que más adelante se comentaran, pero si es

utilizada a lo largo del año. Alrededor de ella se observaban abundantes tiestos y algunos

fragmentos de obsidiana y hacia el noroeste, en un nivel más alto, los montículos con una

ausencia notoria de materiales arqueológicos (Olivera, 2003; Lira, 2003).

El cerro no está habitado, tampoco sirve para la agricultura pues la caliza aflora en la

superficie, además gran parte del terreno está cubierto de hojarasca, musgo, pasto, arbustos,

192

matorrales, algunos con espinas, y árboles, predominando una vegetación de encinos,

cucharillas, biznagas y nopales. Se utiliza ocasionalmente para el pastoreo y como acceso

hacia los lugares donde se obtiene leña y elabora carbón. Existe una vereda principal que

conduce a la parte alta del cerro y a la pequeña capilla y otras que llevan hacia el túnel 13

del ferrocarril, a diferentes puntos de la vía del tren y a hornos de carbón (Olivera, 2003;

Lira 2003).

El sitio de La Mesita se encuentra delimitado de manera natural por las pendientes

pronunciadas de las laderas abruptas del cerro y ocupa una superficie aproximada de 6,000

metros. En él se localizaron además de los montículos mencionados, seis terrazas con

muros de contención, ocho muros y ocho pequeñas cuevas. El acceso se consigue por

cuatro veredas. Por la vereda del oeste se llega hasta la parte alta del cerro; es la que se

utiliza con mayor frecuencia, pues como el camino da muchas vueltas, va subiendo

gradualmente el desnivel. En la vereda sureste el camino es corto, siguiendo el afloramiento

de rocas, pero está un poco más inclinado en comparación a la anterior, en las otras dos

veredas el ascenso es casi vertical y difícil, y es utilizado sólo por las personas que llevan

chivos al cerro (Olivera, 2003; Lira, 2003).

El espacio en La Mesita es reducido y más aún en aquél donde se ubican los

montículos, por lo mismo, el uso era restringido para pocas personas. El primer tetel está

sobre una terraza delimitada por un muro de contención. Se distinguen claramente

escalones al norte y sur del mismo. El segundo está sobre un afloramiento natural de la

roca. Ambos edificios se comunican por medio de un pequeño andador. El tercero está

sobre otro afloramiento de caliza, es el más destruido de los cuatro. El cuarto y quinto

edificio son muy angostos de este-oeste y largos de norte-sur, se encuentran en el borde del

afloramiento natural (ibid).

A consecuencia del acceso restrictivo en el sitio y dado que el cerro es considerado un

lugar de culto, posiblemente la población depositó ofrendas en determinadas parte de las

laderas del cerro ante la imposibilidad de realizar sus rituales en la parte alta, pues en la

excavación que se realizo en la parte alta, no se encontró material considerable y la caliza

esta a poca distancia de la superficie (figura 3).

193

Figura 3. Detalle del mapa topográfico donde se localizan los montículos y los elementos

arqueológicos mencionados en el texto. Los números indican los lugares donde se recolectó material

cerámico.

Sobre esto dos son los lugares localizados en la parte baja del cerro donde han sido

identificados elementos arqueológicos que señalan la presencia de algunas ofrendas

(figura); desafortunadamente fueron producto de saqueos, realizados ya hace varios años.

En el primero de ellos se encontró una gran cantidad de fragmentos de cerámica que

corresponden a sahumadores de tipo sartén; además se considera que de este lugar procede

el fragmento de escultura que representa al ―Guerrero Jaguar‖ (figura 4).

En el segundo lugar se recuperó el fragmento de Tláloc (figura 5) y un hacha,

asociados a pocos materiales cerámicos, destacando entre ellos algunos que pertenecen a

fragmentos de una urna (Olivera, 2003; Lira, 2003).

194

Figura 4. Caballero Jaguar Figura 5. Tláloc.

Por otro lado en 1961, en un solar al este de la ladera de La Mesita se descubrió el Monolito

de Maltrata (figura 6), actualmente en el Museo de Antropología de Xalapa, cuyos relieves

fueron comparados por Leopoldo Batres, Eduardo Noguera y Alfonso Medellín, entre otros,

con los relieves de Xochicalco, Cacaxtla, Teotenango y otros sitios mayas del Epiclásico.

Finalmente llamó la atención la presencia de una concentración de cerámica del tipo

Cholulteca al oeste de la ladera de La Mesita, sobre la superficie del valle, material que no

está presente con la misma abundancia en el cerro y en las unidades de recolección

localizadas al este y sur de la ladera del cerro (Olivera, 2003; Lira 2003).

195

Figura 6. Monolito de Maltrata recuperado por Medellín. Actualmente en el Museo de Antropología de

Xalapa.

Además, al lado del cerro se distribuye el asentamiento denominado Rincón Brujo,

considerado como un Altépetl para el periodo Posclásico, donde se encontraron en la

temporada 2007 los restos de un entierro múltiple secundario formado por al menos cuatro

individuos infantiles dispuestos en una cista, la cual fue probablemente construida y

depositados los huesos mientras se tapaba con piedras una escalinata, entre los huesos había

varios caracoles. Un entierro mas corresponde a un individuo perinatal o neonato, primario,

colocado directamente sobre el tercer escalón. Sobre el individuo fue depositada una vasija

de pasta anaranjada y sonido metálico. El contexto arqueológico sugiere una ofrenda

dedicatoria previa a la construcción de una terraza construida en la ladera del cerro sobre la

cual edificaron una plaza delimitada con tres montículos. Los datos antropofísicos y

arqueológicos señalan que el conjunto arquitectónico estuvo dedicado al dios Tláloc (Lira

2007).

Estos datos muestran que se trataba de un espacio sagrado, y que todos estos

elementos asociados estuvieron relacionados con el culto a la montaña, al cerro, al agua de

los manantiales, a Tláloc. De esta manera se va dando forma a la estructura del

asentamiento humano prehispánico en el valle de Maltrata en sus diversos aspectos:

196

religioso, social, político, económico, que durante muchos años formó parte importante de

una ruta principal de comunicación en el ámbito mesoamericano.

Lugares de culto en la época actual

En la actualidad, las fiestas tradicionales en la población de Maltrata son un lazo importante

de unión entre sus habitantes, a través de su estudio se pretende preservar las costumbres y

tradiciones y entender su función. Las festividades de mayor relevancia para la villa son la

fiesta de la Santa Cruz, en la cual se lleva a cabo la tradición de ―Los Maderitos‖,2

celebración que se realiza el tres de mayo; la celebración de Todos Santos en el mes de

noviembre, en la cual se observa la participación y organización directa de las familias y, la

fiesta patronal, el día de San Pedro y San Pablo, en donde la organización es

responsabilidad de la asociación religiosa ―Religiosidad Popular de los Santos del Pueblo‖

que está registrada en la parroquia, dicha asociación rige gran parte del ciclo de las

festividades religiosas en la villa.

En este trabajo solo abordaremos la fiesta de ―Los Maderitos‖ como se conoce en la

población a la Santa Cruz, no es un término aceptado por los sacerdotes, argumentando que

es una falta de respeto llamar así a tan venerado símbolo cristiano (López, 2005: 3).

En esta fiesta son dos lugares en los que se coloca la cruz dentro de una especie de

nicho, ermita o pequeña capilla. Uno es ―el maderito‖ propiamente dicho, que es la cruz

resguardada por los mayordomos (hombres o mujeres) en la casa de quien la recibe durante

un año; otra cruz se coloca en un nicho, ermita o pequeña capilla construida, la mayoría, en

los cerros que rodean a la población de Maltrata, las cuales sobresalen en el paisaje y

llaman la atención su número al entrar al valle. Cabe resaltar que en el resto del mismo,

2 Este texto es parte del proyecto de tesis de maestría ―La tradición Los Maderitos, un acercamiento al ciclo festivo de

Maltrata, Ver.‖, que se está desarrollando en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM la segunda

autora. Esta primera aproximación tiene como antecedente principal una parte de la investigación que estaba realizando

Adriana López García de la Universidad Veracruzana, como proyecto de tesis de licenciatura pero que no se logró

concluir.

197

hacia el oeste donde se encuentra la comunidad de Aquila, no existen estas ermitas,

prácticamente se encuentran alrededor del asentamiento actual de Maltrata.

En las últimas décadas, esta tradición ha retomado fuerza entre los habitantes del

valle, ya que, estaba siendo abandonada por diferentes causas, sin embargo los adultos de

edad media son los más interesados en mantenerla.

Actualmente, hasta la fiesta realizada el 3 de mayo del 2008, contamos veintiocho

ermitas vigentes, es decir, existen otras que han sido abandonadas. Llama la atención su

localización en los cerros que rodean al valle, si consideramos la tradición prehispánica del

uso de los cerros como lugar de culto. Sin embargo también se observan algunas sobre los

montículos prehispánicos, en los cruces de caminos y muy cerca de algunos tanques de

agua comunales, a las que se les limpia, pinta y adorna para su festejo en esta fecha, el resto

del año están descuidadas (figuras 7, 8, 9, 10, 11). La mayoría de las ermitas se encuentran

ubicadas en la parte norte de la villa, llamada la primera sección.

Figura 7. Ermita en cerro, al norte de la población de Maltrata. Al fondo, en el filo del cerro se

encuentran los montículos prehispánicos y la capilla actual.

198

Figura 8. Ermita sobre un montículo prehispánico del periodo Preclásico.

Figura 9. Ermita que se encuentra sobre el montículo prehispánico, antes de ser adornada

199

Figura 10. Ermita en un cruce de calles de la población actual. Foto tomada el 3 de mayo del 2008.

Figura 11. Ermita en una esquina de Maltrata.

200

Respecto a la veneración de los cerros Broda apunta que ―los santuarios en los cerros y las

cuevas formaron un paisaje sagrado alrededor de los pueblos, y es dentro de los límites de

las comunidades donde la resistencia étnica y la identidad cultural se han conservado vivas

hasta hoy. En el contexto del sincretismo con la religión católica es sobre todo el culto

campesino vinculado con los ciclos agrícolas, las estaciones y el paisaje que rodea las

aldeas el que ha mantenido importantes elementos de la cosmovisión prehispánica‖ (Broda,

2001:169)

Buscando una explicación a la colocación de cruces y ermitas o capillas en los cerros

que rodean la villa encontramos varias leyendas de justificación religiosa, las cuales

legitiman la presencia de éstas, una de ella es la siguiente:

Hace mucho tiempo, en el pueblo había un sacerdote con muy mal carácter, éste regañaba a sus

feligreses sin causa alguna, y en ocasiones les negaba los trámites religiosos condenándolos a

realizar toda una serie de trámites y suplicios para conseguir favores de parte del párroco. Un buen

día, la gente harta de soportar las humillaciones por parte del sacerdote, lo corrió del pueblo, con

palos y machetes lo persiguieron por el camino hasta llegar a lo que se conoce como la vuelta del

conejo, en ese lugar el sacerdote furioso por lo que la gente estaba haciendo, pues lo corrían a

pedradas, se quito uno de sus zapatos y azotándolo contra el piso maldijo a todos los habitantes. A

partir de entonces comenzaron las apariciones de nahuales, Juan muerto, las brujas, y todo tipo de

seres fantasmagóricos (López, 2005: 2).

Ante tales acontecimientos que creaban tensión entre los habitantes, se formó una comisión

para acudir al arzobispado en Xalapa, Ver., y solicitar un nuevo párroco, ésta institución les

negó varias veces su petición, hasta que se accedió a mandar a otro cura, siempre y cuando

éste fuera tratado con respeto y si existía alguna queja hacia él se hiciera llegar de

inmediato a esta institución, pero si el nuevo sacerdote era tratado de igual manera que el

anterior se les sentenció a no volver a enviar a otro. Una vez que llegó el sacerdote y ante

las quejas de los feligreses, éste mando a poner las cruces por todo el pueblo, las bendijo y

realizó varias misas, desde entonces las apariciones se alejaron, y sólo ocasionalmente se

manifiestan.

Consideramos que esta leyenda es un relato legitimizador de la concepción religiosa-

católica en la población, ya que existe la otra parte, tal vez no oculta pero sí, no mencionada

sobre esta tradición, la cual está totalmente ligada a cosmovisión mesoamericana, sobre

201

todo en primera instancia porque la fiesta de la Santa cruz responde en parte al sistema del

ciclo agrícola indígena y por otra a la veneración a los cerros, donde se realizaban ofrendas

a los fenómenos naturales, que son el factor principal para que sea satisfactorio el ciclo

agrícola, además desde la época prehispánica estos actos se relacionan directamente con la

ubicación de sitios arqueológicos y como ejemplo es el que se vive en Maltrata.

En la tradición de ―Maderitos‖, el mayordomo es el encargado de cuidar la cruz

durante un año o más, organizar a sus familiares y parientes afines para llevar a cabo la

ceremonia y el convivio anual. Cada mayordomo cuenta con dos o tres ayudantes a los que

se les llama ―tiaxca‖, mismos que son elegidos entre los vecinos y amigos, pocas veces

resultan ser parientes cercanos. Los tiaxcas son los futuros mayordomos, los cuales son

propuestos hasta con tres años de anticipación, por lo que tienen la obligación de ayudar al

presente mayordomo, tanto en gastos para los arreglos de las cruces como en la preparación

de la comida que ha de ofrecerse a los invitados.

En este día existe una gran convivencia en la comunidad por medio de rituales,

compartidos bajo la responsabilidad del cuidado de una cruz, de igual manera esto

representa un compromiso con el resto de la población, puesto que, la colocación de las

cruces en sus respectivas ermitas representa la tranquilidad de todo el pueblo. Si este rito

anual no se realiza, las calamidades empiezan azotar a la comunidad y los seres

sobrenaturales malignos comienzan aparecer, causando enfermedades y temor a los

pobladores.

Actividades de la fiesta del tres de mayo

Para poder contextualizar la tradición de ―Los Maderitos‖, se describen brevemente las

actividades realizadas para la celebración del día de la Santa Cruz en Maltrata que año con

año van teniendo ligeros cambios, pero la base es la misma.

Previo al tres de mayo se realizan misas especiales llevadas a cabo por las tardes en la

parroquia, iniciando el treinta de abril y hasta el dos de mayo, donde se llevan las cruces y

los arcos florales. Para esto se forman tres grupos de nueve mayordomos cada uno, a los

cuales se les asigna un día para que los arcos florales y las cruces asistan a misa.

202

Durante el mes de abril, los hombres salen a los cerros cercanos casi siempre hacia el

vecino Estado de Puebla, en busca de la flor que conocen como ―cucharilla‖, misma que

sirve para adornar el arco que acompaña a la cruz. En la casa del mayordomo desde días

antes a la fecha indicada, éste se reúne con los tiaxcas y otros ayudantes para realizar las

tareas de limpieza y la elaboración de adornos para la ermita, la cruz y el arco; el color para

pintarla depende de la elección del mayordomo, aunque regularmente presenta una base

blanca con un cintillo de acuerdo al color de la cruz.

Casi siempre se habla de El maderito, en singular, como si se tratara de una sola cruz,

pero en realidad son dos las cruces a las que hay que adornar y cuidar; una pequeña que

simboliza el cargo y se trasmite de mayordomo a mayordomo y otra nueva, la cual se habrá

de parar en la ermita el tres de mayo. Igualmente, las cruces se limpian y pintan del color

elegido. Las hay amarillas, verdes, azules, rojas, etc.

Días antes del tres de mayo, en la habitación principal de la casa del mayordomo, se

coloca una mesa especial que funge como altar, ésta es pintada del mismo color que la cruz

y sobre ella es colocada ésta última, a un lado colocan veladoras y un sahumerio, en donde

constantemente queman incienso, evitando que este falte.

Desde muy temprano el día dos de mayo, acuden los tiaxcas a casa del mayordomo, a

su llegada queman cohetes anunciándolos. Ellos llevan flores, gallinas y guajolotes que han

de ser sacrificados para su consumo. El anfitrión los recibe en la puerta con pétalos de

flores y recortes de papel, una vez dentro de la casa los invita a pasar al cuarto principal en

donde ya están colocadas las mesas frente al altar con la cruz. Todos los allí presentes

pasan ante ésta y se persignan al momento que la sahúman, una vez que todos pasaron, el

mayordomo invita a los asistentes a sentarse a la mesa para tomar el desayuno, el cual varía

según las posibilidades económicas de cada mayordomo.

Después del desayuno, el mayordomo indica las labores que cada uno de los

asistentes realizará, así como los lugares en donde se han de ubicar. Los hombres son

enviados al traspatio, se acomodan bajo la sombra de algún árbol y empiezan a elaborar el

arco; este lo arman con madera, clavos y cuerdas, de tal manera que le dan la forma y el

tamaño deseado, mientras un par de señores realiza esto, otros cortan la ―cucharilla‖ y

203

forman diversas figuras que han de ser colocadas posteriormente en el arco. Ya terminada

la estructura, se procede a forrarlo con papel lustre de colores, y encima de este clavan las

figuras hechas con la mencionada flor. Con cartones cerveza o licores de frutas, bebidas

refrescantes, estimulan el arduo trabajo.

Las señoras colocadas en el patio cercano a la cocina, se dedican a ―aliñar‖ a las aves

y preparan el mole para el día grande y otras más se dedican a preparar la comida de ese

día.Alrededor de las tres de la tarde del dos de mayo los ayudantes son llamados a comer.

Para la ocasión preparan el platillo que conocen como ―almorzón‖, el cual consiste en el

caldo de las aves sacrificadas para el mole, revuelto con un poco de harina, a esto se le

agrega, jitomate, chile y cebolla picada, y en algunas ocasiones se le acompaña con tamales

de alverjón (habas).

El mismo día como por las cinco de la tarde salen en procesión el mayordomo y los

tiaxcas junto con sus familiares e invitados rumbo a la iglesia, para escuchar misa. El

mayordomo lleva en las manos la cruz grande y la chica el cónyuge del mismo. Los tiaxcas

cargan con la mesa. Al término de la misa regresan a la casa del mayordomo en donde

colocan la mesa y la cruz pequeña, se dicen rezos y sahúman el altar cada uno de los ahí

presentes. Un poco más tarde, salen nuevamente en procesión con el arco y la cruz grande

rumbo a la ermita. Ahí colocan el arco y la cruz, el rezandero dice las plegarias mientras el

mayordomo sahúma la ermita y la cruz, posteriormente, cada acompañante hace lo propio.

A este ritual se llevan bebidas alcohólicas de varios sabores las cuales se reparten al

terminar las oraciones. Permanecen poco tiempo y retornan a la casa en donde se les invita

a la concurrencia a tomar chocolate y comer pan. Cuentan que anteriormente velaban en la

ermita, la ofrenda se colocaba en la misma y posteriormente se consumía entre los

asistentes. Durante ésta, realizaban cantos, danzas y plegarias, al alba regresaban a la casa

del mayordomo.

El tres de mayo se realiza la peregrinación de todos los maderitos. Cada mayordomo

sale con rumbo al lugar del pueblo que se escogió para partir en peregrinación, y ya

reunidos todos, se encaminan por las principales calles hasta la parroquia. En el trayecto se

queman cohetes y entonan diversos cantos religiosos.

204

Por la mañana o al mediodía da inicio la misa de los maderitos, todos van adornados

con flores y algunas llevan globos del color del cual pintaron su maderito (foto 12).

Después de misa cada uno de los mayordomos se retira a su casa en compañía de sus

invitados y ayudantes: la cruz es recibida con flores, cohetes y confeti, y en la puerta se le

sahúma por todos los allí presentes. En este día hay muchos invitados en las casas, gente

que viene de fuera a celebrar este día con parientes y amigos.

Foto 12. Los maderitos antes de iniciar la misa el 3 de mayo.

La comida que se ofrece consiste en mole, arroz, guajolote, carnitas, frijoles, tortillas y

chiles, dependiendo del dinero que se tenga por parte del mayordomo, se acompaña por

refrescos, cervezas y licores de varios sabores. Cuando se termina de comer, los invitados

se levantan dando gracias al anfitrión y a la Santa Cruz. Nos ha tocado convivir en esta

fiesta durante los últimos nueve años, y es notorio el decremento en la participación de la

gente.

A su vez, en la casa del mayordomo entrante, las mujeres ayudan a preparar el atole,

y el tiaxca que le seguirá para el siguiente año se encarga de elaborar los tamales, estas dos

actividades se realizan durante la mañana.

Cerca de las seis de la tarde, el mayordomo levanta la cruz pequeña, y en procesión se

dirigen a la casa del tiaxca quien los recibe en la puerta con flores, incienso y confeti, ahí la

cruz es entregada de mano al nuevo anfitrión. El maderito es depositado en el altar

doméstico, en donde permanecerá hasta el próximo año. Momentos después se invita a los

presentes a tomar una taza de atole, con dos piezas de pan cuyo tamaño depende de la

205

persona, para los que colaboraron mas se les da piezas muy grandes, a los niños piezas

chicas. En las primeras fiestas era mucha la participación de los vecinos y había abundante

comida.

En las fiestas de los últimos años hay un notorio decremento de las mismas. Cuando

se hace la entrega del maderito entre los mayordomos, se insiste en continuar con esta

fiesta, por ejemplo, en la fiesta del tres de mayo del 2008 dijeron: ―…debemos continuar

con esta tradición, que no se deje, que es para la cruz, no para nosotros, para dios, para ella,

para la cruz, y si no se tiene dinero, con lo que se pueda, entre todos ayudamos, no es

necesario mucha comida, aunque sea con unos frijolitos y tortillitas, pero que no se deje….,

se tiene que preparar con tiempo para que salga bien, con un mes de anticipación se puede

uno reunir para que todos trabajemos y no se les deje a dos o tres todo el trabajo…, que

sirva para unirnos más….‖

Poco a poco la gente comienza a retirarse, sólo algunos señores que continúan

tomando aguardiente permanecen hasta más tarde. Cabe mencionar que la persona que se

propone para resguardar El maderito, durante todo el año cría animales para esta fecha, en

caso de que no tenga los suficientes, algunos familiares o amigos es prestan las aves, y una

vez que el mayordomo tiene listas las de su corral, estas son devueltas.

Finalizando esta festividad, los mayordomos y tiaxcas ya son compadres, lo que

significa no solo llamarse así, sino una serie de alianzas, y de ayuda mutua en la que se ven

involucrados todos los parientes de los compadres.

A manera de conclusión

La tradición de ―Los Maderitos‖ es una manifestación cultural que se puede insertar en los

ciclos agrícolas y petición de lluvias para las cosechas, además, se nota en la misma, que la

organización se lleva a cabo por mayordomías y tiaxcas, los cuales se encargan de realizar

todo el ceremonial y ritual de esta fiesta. Éste último es el sistema de cargos que son los

que reproducen la manifestación cultural en el que aparece el ritual agrícola, el cual

evidencia las particularidades étnicas de la comunidad, pues es un proceso dado a partir de

206

la siembra del maíz, diferente en cada zona geográfica y climática que comprende

Mesoamérica y es por ello que a través del estudio del ritual agrícola, se puede conocer la

cosmovisión mesoamericana.

Algo importante que resaltar es que por medio del ciclo agrícola el tiempo está

marcado en la vida del pueblo, asimismo éste se organiza en dos niveles, la vida familiar y

social de las comunidades indígenas. Por otra lado y siguiendo a Broda (1991), se nota que

la persistencia del culto agrícola es parte de un sincretismo religioso dado en el siglo XVI,

siendo un elemento que retoma ciertas formas del culto prehispánico en relación a

manifestaciones de la naturaleza en torno del ciclo de cultivo de maíz, las estaciones, la

lluvia, las cuevas, los cerros, etc., puesto que, persisten en la cosmovisión mesoamericana,

explicándose por el hecho de que continúan en gran parte las mismas condiciones

geográficas, climáticas y los ciclos agrícolas de los cuales los pueblos se siguen

manteniendo en aspectos económicos y religiosos actualmente. Se presenta este primer

acercamiento etnográfico de la celebración del día de la Santa Cruz con base a lo propuesto

por Broda, ya que se encuentra que, ésta es una línea de estudio en la cual se puede realizar

el análisis de dicha manifestación basada en la cosmovisión mesoamericana que se

encuentra en los pobladores actuales de la villa de Maltrata.

Es por ello que la importancia aquí, para iniciar este estudio es el culto a los cerros

iniciado en la época prehispánica, en conjunto con los ciclos agrícolas, y el sistema de

cargos en la comunidad de Maltrata, retomando lo postulado por la investigadora sobre este

aspecto menciona que ―los santuarios de los cerros formaron un paisaje sagrado alrededor

de los pueblos, y es que dentro de esos límites de las comunidades y por medio de ellos,

donde se conserva la identidad cultural viva hasta la actualidad, manteniéndose importantes

elementos de la cosmovisión prehispánica por medio de rituales‖.

Sin embargo, consideramos que actualmente la relación de la fiesta con el culto a los

cerros y con las festividades agrícolas, no es muy clara, o la población no la tiene tan clara,

no la ve así, es más bien como una fiesta que une los lazos de amistad entre la comunidad,

para la paz entre ellos y ... ―para ella… para la cruz‖.

207

Bibliografía

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209

II Coloquio sobre cosmovisión indígena

210

Cosmovisión y ritual:

Diferentes acercamientos a contextos Indígenas

211

El papel de los santos en la ritualidad nahua del sur de la

Huasteca

Héctor Manuel Mar Olivares

Resumen

La tradición religiosa indígena utiliza mecanismos de adopción y adaptación de elementos

y prácticas católicas ajustándolos a su propio cuerpo de creencias siendo capaz de integrar

elementos cristianos sin cambiar la composición básica del sistema religioso indígena. Así,

el catolicismo está sometido al sistema tradicional, de tal manera que el mantenimiento de

la tradición no impide la adopción, haciendo coexistir elementos tradicionales con

católicos.

Los santos católicos fueron adoptados y adaptados a las deidades tradicionales con

coincidencias mitológicas; los paralelismos en los santos encajaron en las divinidades,

mientras que algunos de ellos perdieron sus atributos para tener funciones de las

divinidades locales, otros llenaron los vacíos del antiguo panteón. Se presenta una

reestructuración que une la tradición indígena con rasgos católicos y después se produce la

configuración que ha surgido de esa interacción; la reconstrucción, reinterpretación,

resignificación indígenas de la tradición católica expresa una interacción, pero a la vez, una

respuesta a la conversión.

Introducción

La nueva estructura de los asentamientos establecida con las Congregaciones que dividía en

cabeceras y sujetos, hace que las cabeceras se conviertan en centros de evangelización y los

pueblos dependientes de ellas –sujetos, estancias y barrios- se les llevaría a través de

visitas, siendo éstas muy esporádicas, sobre todo en los lugares de difícil acceso que

precisamente era donde se ubicaban los grupos indígenas, imponiéndose además la barrera

de la lengua. Los problemas que presenta esta estructura es la huida de los indígenas a sus

antiguos asentamientos o a lugares recónditos, para después, con las excesivas

212

contribuciones exigidas, generar el abandono de los pueblos; lo que luego se convierte en

traslado a las haciendas, donde no se les permite constituirse como pueblo, por lo que

quedan alejados de la iglesia.

Aunque el Tequitlato permite obtener las contribuciones para el culto, las esporádicas

visitas de los sacerdotes no garantiza la evangelización; la indefinición de las jurisdicciones

eclesiásticas hace que los pueblos indígenas intenten separarse de los curatos bajo el

argumento de la lejanía y la escasez de atención de los curas; además, la mayoría de los

derechos parroquiales eran pagados en dinero, que junto a los tributos y las cajas de

comunidad, hacen que se acentúe su monetarización; las excesivas contribuciones, los

abusos y el pago forzoso, obliga a los indígenas a convertirse en mano de obra en las

haciendas. El financiamiento del culto se realizaba a través de las cajas de comunidad y

luego de las cofradías que utilizaban las tierras comunales, aunque no fueron significativas

entre los indígenas de la Huasteca.

La ausencia de sacerdotes y cofradías en los pueblos sujetos podía ser una de las

razones por las que sólo en las cabeceras existían epónimos católicos, por lo que los sujetos

mantenían sus nombres nahuas y, al no haber un santo patrono, no se organizaron cofradías,

repercutiendo en la ausencia del sistema de cargos. La comunidades dispersas alrededor de

las cabeceras y en las tierras de las haciendas, alejadas de la iglesia fue una consecuencia en

la vida religiosa, ya que no se asociaban más a la iglesia de la cabecera; esta separación les

permite cierta autonomía debido al aislamiento, que crea, paralelamente, las condiciones

para la reproducción del culto tradicional y se presenta la persistencia de prácticas rituales

con acotada influencia católica.

Así, la deficiente evangelización expresada en la falta de atención a las localidades

fuera de las cabeceras, permite una reproducción del culto tradicional indígena; situación

que se reforzó con los pueblos de hacienda ganadera, a los que no se les permitió erigir una

capilla, pues este era el primer elemento que les daría posibilidad de solicitar su

constitución como pueblo autónomo, lo que no convenía a los ganaderos, creándose de esta

manera las condiciones para la continuidad del culto y las prácticas tradicionales.

213

Estas características hicieron que persistiera un sustrato mesoamericano, que fue

incorporando de manera supeditada elementos católicos reinterpretados con base en una

matriz indígena difusa, produciendo hibridaciones en la configuración de los rituales, forma

que ha mantenido su vigencia hasta la actualidad.

La ritualidad

La presentación del ciclo ritual nos permite establecer sus relaciones con otros ciclos:

estacional, agrícola, vital y litúrgico. Las estaciones están divididas en dos ciclos

temporales: el de lluvias y el de sequía; condiciones climatológicas que permiten organizar

los procesos productivos. En el ciclo agrícola el tiempo puede ser medido en relación con

demarcadores festivos estableciendo correspondencias con el calendario de fiestas, se esta

manera, la celebración indica un vínculo entre fenómenos estacionales y hechos rituales.

Pero el ciclo productivo lleva forzosamente a establecer intercambios con la

naturaleza, a la que se le tiene que retribuir lo que se le ha arrancado, concretando un

sistema de prestaciones, donde algunos bienes se convierten en vehículos que circulan

permanentemente entre los hombres y las deidades de la naturaleza. Este intercambio, a

través de mecanismos ceremoniales, de ofrendas e incluso de sacrificios, hace que el

comportamiento ritual construya un vínculo que obliga a las divinidades a retornar el bien

recibido, en este proceso se sustentan una serie de rituales en secuencias que permiten

organizar las solicitudes y agradecimientos a lo largo del ciclo; así, el ciclo ceremonial se

efectúa dentro del año articulándose el ciclo festivo con el productivo y el estacional. Es así

como, a través de estos mecanismos de reciprocidad, los rituales activan el dispositivo de

comunicación con las divinidades.

El ciclo agrícola está ligado al cultivo del maíz , principal producto indígena, y sus

distintas fases, marcadas por ceremonias para las distintas etapas, en las que la secuencias

ceremonial de los ritos es la siguiente: preparativos, que concluyen con la adivinación

principalmente por maíz, dando entrada al rito principal; entrada, donde se hace una limpia

previsoria; limpia del rito principal, con aves y hierbas; sacrificio de aves, con cuya sangre

se riega las figuras recortadas en papel de las deidades; ofrenda y salida, en la que se

214

colocan los últimos adornos al arco que adorna el altar y se hace una limpia final. Durante

todo el proceso no se deja de sahumar, rezar y danzar con música ceremonial. En las

peregrinaciones en los lugares sagrados se sigue la misma secuencia, haciendo las

peticiones o agradecimientos a las divinidades correspondientes.

Estos son ritos agrícolas, públicos, donde se hacen peticiones o agradecimientos, con

ceremonias a seres sobrenaturales, ofrendas, actos y oraciones para equilibrar las relaciones

entre los hombres y la naturaleza, donde aparecen divinidades representadas para que

intercedan por los hombres frente a fenómenos meteorológicos y existan condiciones

propicias para la productividad de la tierra. Algunos rasgos centrales son: el altar adornado

con un arco cubierto de hojas; la ofrenda y papeles recortados de divinidades sobre la que

se coloca la ofrenda de alimentos y bebidas; para invocar una solicitud o evocar un

agradecimiento o para calmar la furia de las deidades; por lo que se hace necesaria la

limpia, las peregrinaciones a los lugares sagrados, lugar de residencia de las potencias

divinas con las que se quiere comunicar. Estos ritos son de origen otomí, además son

oficiados en algunos lugares nahuas por especialistas otomíes, aunque también

eventualmente entre los tepehuas.

Terminado el ciclo húmedo, se realiza una celebración de transición entre este ciclo y

el de sequía, coincidiendo además con la época de cosecha, la festividad de muertos. Esta

inicia con la partida de los muertos desde el inframundo; en ella se da la convivencia de los

seres vivos con sus familiares muertos. Las causas de la muerte determinan el destino,

destacándose los muertos por violencia que serán los que se identifiquen cono malos

vientos o aires; a cada tipo de muerto le acompaña una divinidad en su recorrido al

inframundo; otros difuntos importantes son los ahogados y los tocados por un rayo

presentes durante los ritos agrícolas, lo que permite destacar el papel generador de los

ancestros en los procesos, tanto climáticos como biológicos en general. Es durante el ciclo

agrícola donde las divinidades y los muertos se vinculan al mundo de los vivos, donde los

rituales del ciclo tienen como finalidad influir en las fuerzas naturales. Sin embargo,

también influyen en la estructura social, puesto que en esta celebración las ofrendas son de

agradecimiento por los beneficios otorgados, la reciprocidad por intercambio de ofrendas

con los muertos parientes, tanto consanguíneos como rituales, para finalmente terminar con

215

un intercambio generalizado de ofrendas entre las diversas familias y ser consumidas en el

cementerio.

La ceremonia de año nuevo es la de renovación, reflejada en el cambio o la limpieza

de los objetos rituales del altar, incluidas las semillas, se visita al cerro sagrado para

solicitar suerte, fortuna, apoyo, fuerza y concentración para el nuevo período, de tal manera

que sean productivos los cultivos y los animales.

Una festividad importante es el carnaval, aquí los disfrazados son los protagonistas de

la fiesta, son mensajeros de Tlacatecolotl, deidad del inframundo por lo que la celebración

es dedicada a esta deidad y así evitar su ira, con ofrendas, danzas y música. Siendo un ritual

de inversión, la festividad sirve para alterar el orden establecido, trasgrediendo los papeles

sociales en representaciones burlescas ridiculizando las actividades de los mestizos,

además, por sí misma altera el orden pues las otras celebraciones son solemnes y

respetuosas de las reglas y normas excesivamente formales de comportamiento, ésta es

sumamente atrevida, llega a la parodia e implica el desorden. Se permite a grupos de

posición inferior ejercer una autoridad ritual sobre los de rango superior, los cuales deben

aceptar la degradación simbólica. Generalmente, los danzantes en los ritos agrícolas son

mujeres, sólo en el carnaval todos los danzantes son hombres alterando de esta forma la

norma, En general, estas representaciones simbólicas cuestionan las relaciones de

dominación sobre los indígenas, constantemente opresivas, funcionan como inversión del

orden social permitiendo reducir la presión.

Los rituales requieren una organización, por lo que presentan una jerarquización de

posiciones y funciones; se mantiene una añeja jerarquía religiosa compuesta de

especialistas rituales que dirigen el culto en sitios sagrados, reproduciendo un modelo

jerárquico basado en la reciprocidad, donde la estructura ritual está a cargo o bajo la

supervisión de los ancianos. Estos especialista rituales son los hombres de conocimiento,

tlamatineh o sabios, entre los que destacan: huehuetlacatl, curandero, partera, llamador de

tonal, huesero, succionador, sacador de lumbre y brujo o hechicero, los que utilizan como

técnica principal la adivinación.

216

En el ciclo vital se presentan dos tipos de ritos: los de paso y los de curación. Los

primeros se caracterizan por los momentos críticos de transición, donde se realizan

ceremonias colectivas interfamiliares que permiten el avance permanente entre las etapas

de desarrollo del individuo como el nacimiento, el matrimonio y la muerte. La primera

diferenciación entre los individuos es la sexual, abriendo un sistema de clasificaciones en la

que el cuerpo es parte de la construcción del sistema de representaciones, de tal forma que

esta diferencia se asocia a otras, conformando un orden de valores donde la bipolaridad

abarca todo el cosmos.

Durante algunos ritos agrícolas se realizan ceremonias que se enlazan con el ciclo

vital, como el caso del levantamiento del niño o bautizo, pasando a otro estado de su ciclo

de vida, a la vez de ser integrado y reconocido por la comunidad como un miembro de ella,

vinculándose así los distintos ciclos por medio de ciertas secuencias ceremoniales del

proceso ritual. También, por lo general, después de las ceremonias católicas en la iglesia,

se celebran las ceremonias tradicionales en las casas, donde asisten los familiares, vecinos y

amigos a la celebración, por eso se denomina a estos rituales colectivos interfamiliares.

Los ritos curativos se basan en el origen dual de la enfermedad, por un lado, cuando

un elemento extraño penetra el organismo y lo contamina y, por el otro, cuando el propio

cuerpo pierde o desplaza alguno de sus componentes anímicos. Los agentes nocivos pueden

provenir de entes sobrenaturales, ligados a los elementos naturales o a otros individuos, lo

cual será diagnosticado a través de la adivinación. La terapia es el vehículo para

reestablecer el equilibrio perdido, recurriendo a las plantas medicinales y a los especialistas

rituales. Aquí son importantes las entidades anímicas, puesto que están directamente

relacionadas con el cuerpo humano y las enfermedades que lo aquejan; los ritos curativos

sirven para hacer desaparecer las cosas extrañas al organismo, así como para recuperar las

entidades perdidas, aunque también para recuperar el equilibrio, tanto en los enfermos

como en el grupo pues ayuda a reincorporar a la dinámica de la reciprocidad con los otros

individuos como con los entes sobrenaturales.

En relación con el ciclo litúrgico, vemos que al presentarse una limitada

evangelización que se expresa en la falta de curas residentes y la no adopción de santos

217

patronos, no se proporciona el sustento de una organización ceremonial basada en las

mayordomías, obstaculizando el surgimiento del sistema de cargos.

Aunque durante la Colonia el culto público estuvo más sujeto a control, replegándose

las prácticas tradicionales a la esfera doméstica, en la Huasteca no sucede lo mismo, aquí

más bien persisten los mecanismos puestos en práctica por los indígenas en esa época como

son la coexistencia de deidades tradicionales con imágenes católicas, la adopción e

incorporación de elementos novedosos ajustándolos e interpretándolos dentro de los marcos

propios de la tradición indígena, y la intercesión, que invoca un símbolo tradicional a través

de una figura cristiana. Aunque no se descarta la apropiación de numerosos rasgos para

incorporarlos a lo propio, como respuesta a la realidad cambiante, cuestión que permite que

no se repliegue a los espacios domésticos, privados, sino que conserve y practique también

los ritos comunitarios, vinculados a los procesos del ciclo agrícola. Este hecho se expresa

en los santos, que fueron adoptados pero modificando sus atributos para ajustarlos a las

necesidades y concepciones propias.

El papel de los Santos

Las prácticas tradicionales no han desaparecido por su capacidad de responder a las

exigencias de supervivencia desde tiempo atrás a pesar de que están ampliamente

difundidas, su maleabilidad a través del tiempo las transforma por la coerción permanente

del imaginario católico, que afecta estas acciones indígenas; al no poder mantenerse

inalterable se suscita la apropiación de algunos rasgos a un cuerpo determinado, para así

dar respuesta a los cambios producidos por el contacto cultural. Se hace necesario tomar

elementos nuevos de donde existan, que al integrarlos a los restos de una herencia

tradicional producen nuevos contenidos que reclaman nuevas interpretaciones.

Ya algunos autores han referido las semejanzas que encontraban entre las dos

tradiciones religiosas. Ricard (1991) refiere que la cruz está asociada con los cuatro puntos

cardinales y como atributo de las deidades del agua y del viento, Jesucristo vinculado con

Huitzilopochtli, la confesión y el bautismo. Gibson (1975) con relación al bautismo,

matrimonio, penitencia, ayuno y ofrendas. Lupo (1995) resalta la comunión y el culto a los

218

muertos. Báez-Jorge (1998) cita la importancia del día del nacimiento que se liga a la

imposición del nombre que se realiza de acuerdo con la fecha del calendario, lo que permite

sustituirlo por el santoral.

Una de las correspondencias más significativas entre la religión indígena y el

catolicismo son las creencias sobre la vida y la muerte, vinculadas ambas a símbolos de la

fertilidad, cada una con sus peculiaridades; la similitud entre elementos es posible debido a

que las dos sociedades (Mesoamérica y España medieval) eran agrícolas, tenían un culto a

la vegetación con base mitológica y hacían coincidir los ciclos estacional, agrícola y

festivo. Aunque cabe señalar que, adoptando forma cristiana, la religión indígena se liberó

de la persecución inquisidora, por lo que a través de los mismos significantes (fiestas,

imágenes, santos, etc,) se construyeron diferentes significados, una lectura diferente de los

rituales (Jurado, 2001:99-101; Neff, 1994:51).

En Mesoamérica en general, y en la Huasteca en particular, hay dos grandes períodos

rituales: el primero, en el que se celebra las peticiones, de lluvia principalmente, con

rituales de fertilidad y crecimiento; el segundo, es el de agradecimiento, a las deidades y los

antepasados, por el cuidado y protección de los elotes y después de la cosecha del maíz; al

parecer es alrededor de estos dos conjuntos que se organiza el calendario festivo anual.

También en el período seco, relacionándolo con otros lugares (Neff, 1994:53), al parecer se

festeja a las deidades femeninas. En lugares como Ixhuatlán durante el ritual de Tlacatelilis

(que coincide con la navidad católica) se celebra a la virgen de Guadalupe o Tonantzi, que

en Chicontepec se presenta en el ritual de Yancuic Xihuitl o año nuevo; el 28 de noviembre

también en Chicontepec se celebra a Santa Catarina de Alejandría como la santa patrona del

lugar. Este período culmina el 3 de mayo con el festejo de la Santa Cruz pidiendo lluvia;

una celebración intermedia de importancia es el carnaval.

Esto presenta coincidencias en las celebraciones entre las fiestas indígenas y las de

los santos católicos, de tal forma que se intenta sustituir las celebraciones indígenas por el

culto a los santos celebrados en las mismas fechas. En Europa y América los ritos agrícolas

son comprables, de tal forma que el culto a los santos viene a reemplazar a las divinidades

de los antiguos cultos al agua y la fertilidad, de tal manera que los indígenas manejaron

219

rápidamente los equivalentes festivos adoptando un santo que se celebra en las mismas

fechas que sus fiestas (Neff, 1994:21 y s.).

Algunas correspondencias se reflejan en el ciclo estacional, donde los puntos de

inicio y fin de los períodos agrícolas son señalados por los movimientos de los astros. El

solsticio de invierno presenta la noche más larga el 29 de diciembre o Santo Tomas, el

solsticio de verano presenta la noche más corta el 24 de junio o San Juan Bautista. Dentro

de las fiestas de los solsticio y equinoccios, la de San Juan es importante en el calendario

europeo, que al fundarse en el ciclo del año solar reemerge en el catolicismo que se intenta

implantar. Medir el tiempo a partir de la observación del Sol hace coincidir ciertas fechas

en los dos calendarios pero para la tradición indígena el carácter cíclico se establece como

eterno retorno de las figuras de separación, recorrido y encuentro, como nacimiento, muerte

y resurrección. El cómputo calendárico no representa una suspensión de la actividad (como

en el cristiano) sino un momento externo a la sucesión de acontecimientos donde se elimina

la liminalidad temporal, la fiesta será así el tiempo en el cual se hace revivir a los muertos y

morir a los vivos (Neff, 1994:24-26).

El equinoccio de primavera el 21 de marzo presenta su contraparte en el otoño el 23

de septiembre, que coincide con el florecimiento de la tierra ante la conmemoración de los

antepasados difuntos desde San Miguel, el 29 de septiembre, que es el día que se inicia la

colocación de ofrendas para los muertos. Luego en Todos Santos se continúan para pedir a

los difuntos protección y propiciamiento de buenas cosechas. Durante el invierno

permanecen en el inframundo y a partir del 2 de febrero andan vagando y son peligrosos.

En pascuas y Santa Cruz (3 de mayo) están los difuntos protectores que fertilizan los

campos, empezando el 27 de abril o San José (quien recoge a los muertos) hasta agosto. De

fines de agosto al 29 de septiembre o San Miguel los difuntos vuelven a la tierra causando

intranquilidad, la que se recupera con ofrendas en Todos Santos y Fieles Difuntos, apertura

y cierre del ciclo anual de celebración de difuntos. Esta última festividad la inicia Gregorio

IV el 1 de noviembre de 1835, cuando se decide celebrar a los santos no conocidos para que

intercedan por las almas que no han alcanzado la paz estando en el purgatorio y para pedir a

las almas que están en el cielo que rueguen por los vivos. En el siglo XVII queda como la

conocemos actualmente en México (Jurado, 2001:91-95).

220

En Mesoamérica, la tradición religiosa indígena utilizó el mecanismo de adopción y

adaptación de elementos y prácticas católicas ajustándolo a su propio cuerpo de creencias,

como una forma de enfrentar la evangelización. Para los nahuas, ser católico es contribuir y

participar en las ceremonias y rituales tradicionales de la comunidad, reproduciendo la

visión asociada con ellos, haciendo equivalente el catolicismo con su religión, siendo capaz

de integrar elementos cristianos sin cambiar la composición básica del sistema religioso

indígena (Sandstrom, 1991:316). Durante los rituales de curación, los curanderos dan

recortes de papel de los guardianes a los enfermos para su protección, para que los pongan

en el altar doméstico, estos son colocados detrás de los retratos de los santos, expresando

una naturaleza inclusiva de su tradición religiosa ante el catolicismo.

Sin embargo, se menciona que en los lugares menos afectados por la imposición

religiosa se conservan redes y jerarquías de sacerdotes que transmiten enseñanzas,

conservan el conjunto de ritos tradicionales, organizan penitencias, sacrificios y fabrican

ídolos; no es que la evangelización se halle ausente sino que está totalmente sometida al

conjunto tradicional, de tal manera que el mantenimiento de la tradición no impide la

adopción (Gruzinski, 1995:183-184); lo cual está presente en los altares públicos y

domésticos de los nahuas de la Huasteca, haciendo coexistir elementos tradicionales con

católicos .

Entre los nahuas del sur de la Huasteca, las imágenes de los santos son los mu axcatl

o espíritus que protegen a los miembros de la familia y las pertenencias del hogar, siendo

también reinterpretados para adecuarlos a su propia visión. Muchas deidades tradicionales

nahuas tienen su contraparte en los santos católicos, además no ven razón para tener días

especiales para ellos, ya que las divinidades importantes reciben sus ofrendas durante el

ciclo normal de rituales (Sandstrom, 1991:254 y 1975:292); quizá por ello no existe

organización ceremonial como mayordomías o sistemas de cargos en torno a los santos.

Los indígenas colocaron en medio de sus ídolos las cruces y las vírgenes que les

habían dado los españoles, practicando la acumulación, la yuxtaposición y no la sustitución,

pues tienen un desconocimiento de las figuras cristianas, de las connotaciones y de los

contextos, su reacción supone también una concepción polimorfa de la divinidad, muy

alejada del cristianismo (Gruzinski, 2001:69 y 85). Los indígenas reaccionan al contexto

221

que lo solicita, decide la acción sea individual, doméstica o colectiva, cristianizada o

pagana; y este contexto global sigue siendo el de la tradición, aunque este abierta a la

adición de fuerzas nuevas, al aporte y la adopción de las liturgias y de las imágenes que

difunde la Iglesia.

Así, los indígenas se relacionan con ritos y liturgias, con imágenes, sin introducirse

correctamente en su sentido o significado; por lo que su cristianismo constituye una reserva

de rasgos nuevos, de conductas, de fuerzas divinas que no pueden dejar de influir sus

prácticas, un cristianismo de fórmula o invocación, de la señal o la cruz, de algunos

sacramentos, donde la asistencia esporádica a misa más que un acto de creencia es un

tramite de fidelidad; aunque también está dispuesta a adoptar fuerzas nuevas, nuevos ritos,

sobre toso si se emparientan con las celebraciones antiguas (Gruzinski, 1995: 178).

Los sacramentos como el bautismo y el casamiento se hacen paralelamente, puesto

que desde la época prehispánica había prácticas en torno a estos momentos, por lo que

tienen en un primer momento la ceremonia católica y después de ésta se celebran los

rituales que confirman los lazos ceremoniales con ritos equivalentes a los católicos. La cruz

es un símbolo que se ha adaptado para significar los cuatro puntos cardinales o rumbos del

universo presentes en los rituales agrícolas, de tal forma que se retoma el 3 de mayo para

incluir siete cruces en el rito de petición de lluvia. Las generaciones míticas de la

humanidad tienen muchas coincidencias con las cristianas como la génesis o el Apocalipsis.

Esta ocurriendo muy recientemente, en esta área, la introducción de santos patronos,

escogiendo al santo epónimo que corresponde a sus necesidades y funciones que requieren,

estando la mayoría unidos a la agricultura, al agua y la curación; los más frecuentes son

cristos y vírgenes, los santos y vírgenes se asocian con Tonantzi (Purísima Concepción,

Candelaria, Ascensión, Dolores) divinidad telúrica y de la fertilidad agraria y

humana; los cristos son Teoteco o nuestro jefe supremo; los arcángeles con los

Amocuitlahuianeh o guardianes del agua y asociados.

Se inserta aquí el santo cristiano o, mejor dicho, los indígenas le han abierto el

repertorio de las potencias peligrosos y ambivalentes, cuya ira hay que temer; esta acción

corrobora la facultad que han desarrollado los modos de expresión tradicionales para

222

captar elementos nuevos, abstraerlos de su contexto y someterlos a organizaciones

autóctonas. Este (santo), con frecuencia, es sólo una denominación suplementaria agregada

a una divinidad antigua conforme al concepto tradicional (Gruzinski, 1995: 181).

De esta forma, los santos católicos fueron adoptados y adaptados a las deidades

tradicionales con coincidencias en mitología; los paralelismos en los santos encajaron en las

divinidades, mientras que algunos santos perdieron sus atributos para tener funciones de las

divinidades locales y otros llenaron los vacíos del antiguo panteón. Los nahuas de

Chicontepec identifican a Jesucristo con el Sol o Tonatih; la virgen de Guadalupe está

asociada con Tonantzi, nuestra venerable madre o con la Luna o Meztli y con

Macuilxochitl; San Simón y San Lorenzo están vinculados con Tlitl o fuego; Santa Catarina

de Alejandría como protectora de las cosechas y se le asocia con Chicomexochitl, aunque

también a San Isidro Labrador, San Juan, Santa Ursula y San Antonio de Padua por su

relación con la fertilidad; San Antonio de Papua, San Juan, San Isidro, Santa Ursula, San

Jerónimo, San Cristóbal y la Virgen de los Lagos están relacionados con Apanchaneh,

siendo todos patrones de la lluvia; Santiago Apóstol es también Tlatomonihketl o trueno y

Tlapetlanketl o relámpago (Gómez, 1999:89). San Martín de Porres se enlaza con Ehécatl

porque quita los hechizos, cualidad que también lo une a San Cristóbal, San Juan y Santa

Rosa; San Ramón es protector de los animales domésticos; San Lucas es guía de los

difuntos; Santa Rosa es patrona de la sabiduría; Santa Cecilia patrona de los músicos

rituales. El diablo se liga a Tlacatecolotl; a Apanxinola o dueño del pozo se le identifica

con San Juan Bautista (Cabrera, 1991:37-40); a San Jerónimo también se le relaciona con

Mikiliztli, quien anima las almas en pena.

La imagen es el santo, que se logra fundiendo el significante (el objeto) y el referente

(la entidad divina), esta inmediatez, con toda probabilidad, constituye uno de los elementos

motores que alimentan la posibilidad del conjunto y que dan coherencia y unidad a

elementos tan dispersos como los sacerdotes, los lugares de culto, las liturgias y el

calendario cristiano, la tierra, la casa, la muerte, etc.

También se hace coincidir algunas de las festividades con el calendario litúrgico

católico, como es el caso de los muertos –el 29 de septiembre, San Miguel y el 18 de

octubre, San Lucas- son las dos primeras ofrendas a los muertos, con las que inician su

223

viaje del inframundo al mundo de los vivos, llegan en Todos santos y Fieles Difuntos, 1 y 2

de noviembre, después de esto inician el retorno y a los siete días se hace la ceremonia del

Tlachicontiliztli, que la hacen coincidir con el novenario católico en la actualidad, tanto en

esta celebración como cuando se presenta un deceso, para finalmente doce días después de

San Lucas levantar el altar, el 30 de noviembre (San Andrés) día en que los difuntos han

regresado a su morada.

Otros santos que están presentes son la Santa Cruz o Xantukarus, a la que se le

ofrenda comida a las almas errantes de muertos por violencia el 3 de mayo. San Isidro,

patrón de los campesinos, junio 13 a San Antonio como patrón de los adivinos y que

encuentran cosas perdidas, julio 25 a San Marcos solo en algunos lugares, el 30 de agosto a

Santa Rosa asociada a Apanchaneh (Sandstrom, 1975:259). Pascua y semana santa no son

celebrados y tienen poco significado entre ellos, lo mismo que Candelaria y Corpus Cristi.

Como vemos, el camino trazado por los santos va de la yuxtaposición, que los hace

compartir el altar con las deidades autóctonas, pasando a la adopción como una

denominación complementaria la divinidad antigua, para también adscribirse en la

intercesión entre los hombres y los elementos naturales, dándole una personalidad concreta

y diferenciada de la cristiana.

Más que mantener impenetrable la tradición indígena, se genera la apropiación de

numerosos rasgos para incorporarlos a un patrimonio, que por dar respuesta a la cambiante

realidad, producto de los intercambios culturales, es necesario agregar materiales nuevos

aunque familiares, conocidos, para integrarlos, en el plano de la expresión y el contenido, a

lo que se ha podido conservar de la herencia tradicional. Esta permeabilidad hace que los

elementos nuevos produzcan nuevas interpretaciones, trazando nuevos contenidos que

surgen de manera progresiva y se apartan cada vez más de una tradición original.

En los rituales petitorios de agua y fertilidad, junto a las divinidades tradicionales, se

invoca también a santos paralelos a los que se ha atribuido esas funciones como: San Isidro,

Santa Cruz, Santa Cecilia, Santiago (que está ligado a la vía láctea y a las estrellas), San

Jerónimo, San Miguel y San Andrés, además de la sirena como sinónimo de Apanchaneh.

En ritos de agradecimiento como Elotlamanaliztli, aparecen Santa Ursula, San Esteban, San

224

Gregorio y Santa Juanita; durante celebración de muertos, éstos aparecen conjuntados con

San Pedro, San Camilo o Nuestro Señor. También hay que recordar que junto con las

principales deidades autóctonas están los santos católicos o totiotzitzih, habitando el sexto

nivel del cielo o teopanco.

La imagen cristiana permitió darle forma humana a la divinidad, lo cual condujo a la

personalización de la relación, atribuyéndole comportamientos humanos: caminar, llorar,

sangrar, comer, pero también permitió visualizarla en los altares, en las procesiones esta

percepción del santo organiza las creencias y las interpretaciones junto a los múltiples

entendimientos de la imagen, contribuyendo a conjuntar elementos heterogéneos de dos

tradiciones distintas (Gruzinski, 2001:190). Este proceso lleva a la reestructuración que une

la tradición indígena con rasgos católicos, y después reproduce la configuración que ha

surgido de esta interacción; la reconstrucción, reinterpretación, resignificación indígenas de

la tradición católica expresa una interacción, pero a la vez, una respuesta a la conversión.

En Ixhuatlán existe la concepción de que Tonantzi tuvo cuatro hijos: Tlacatecolotl,

ligado al inframundo; San Juan, asociado con el agua; Moctezuma, vinculado a la tierra; y

Jesús, conectado con Toteotzi y Tonantzi, y con el cielo; más aun San Juan se ha

transformado en ―Sahua‖ (Sandstrom y Sandstrom, 1986:80; Sandstrom, 1989:343). Santa

Rosa proviene de Santa Rosa de Lima, que fue célebre por sus visiones, de ahí su

asociación con la sabiduría, además de estar ligada con la mariguana que se ingiere en

polvo mezclada con aguardiente en el ritual celebrado el día de su onomástico, que se

asocia con Tonantzi y Ehécatl (Sandstrom,1991:250, Gómez, 1999:89).

De los santos católicos se dice que son intercesores entre el hombre y Dios; el

bautismo otorga la protección del santo del nombre adjudicado; cada santo patrono es

honrado durante Todos Santos; cada individuo, además, tiene el patrón de su oficio y

existen los santos para urgencias específicas (Foster, 1985:279); son producto de un fiel

canonizado por sus virtudes expresadas con heroísmo y hecho milagro, por lo que para su

configuración se combinan productos de la tradición hierofánica para la devoción, la

penitencia ascética, la religiosidad barroca, el catolicismo español de contrarreforma; que

los indígenas mezclan con restos de un sustrato mesoamericano junto al complejo religioso

de los grupos indígenas (Báez-Jorge, 1998:230). Así, en las imágenes, por su condición

225

polisémica dispuesta a muchas interpretaciones y producto de ellas, se expresan atributos

hierofánicos y se les asigna nuevos oficios sagrados en función de lo cotidiano.

Durante Tlacatelilis (coincide en fechas con Navidad cristiana), se lleva en procesión

a Tonantzi, representada en la virgen de Guadalupe, que además es acompañada en el altar

por las estatuillas de Jesús y la virgen María. Tonantzi se asocia aquí a Chicomexochitl,

puesto que se presentan semillas en su santuario, a la vez de fertilidad. Jesús representa el

espíritu del trabajo y María la esposa del trabajo, necesarios para que la milpa (de sequía)

sea productiva. De esta manera, la Navidad no tiene significación ritual, el foco se centra en

el nacimiento mismo o comienzo, o en sentido amplio en la fecundidad, porque mujeres

jóvenes que danzan juegan un papel importante ya que representan capacidad potencial de

producir. Navidad y Tlacatelilis se celebran cerca del solsticio de invierno, cuando el sol

inicia su jornada hacia el norte, celebrando la llegada, inicio o nacimiento de la época fértil,

a la vez de la bienvenida a la primavera. Para los nahuas de esta zona, no representa el

nacimiento de Dios sino el comienzo generativo de la vida en la naturaleza, simbolizado en

la fecundidad de nuestra madre sagrada o Tonantzi, además se da poca importancia a la

figura de Jesucristo en la ceremonia (Sandstrom, 1989:345); la deidad controla la fertilidad

de los cultivos y se venera a las semillas, además a lo que la produce, la lluvia y en general

a la fertilidad y las ofrendas son dedicadas a la tierra a al agua.

Sin embrago, más que intermediarios entre Dios y los hombres, los indígenas

entendían a la comunidad de santos como un panteón de deidades antropomorfizadas, de tal

forma que la articulación simbólica de las divinidades tradicionales con sus paralelos

hierofánicos en el contexto católico es el factor condicionante de los fenómenos de

yuxtaposición, adopción y reinterpretación. De tal manera que las imágenes son epifanías

que después de ser implantadas fueron reapropiadas por los indígenas modificando sus

perfiles y atributos sagrados, transformándose en componentes sustantivos de la vida

cotidiana, son las vírgenes, los santos y los cristos concebidos a la medida de sus

necesidades (Báez-Jorge, 1998:82).

En Sasaltitla las articulaciones que se presentan son: San Juan es dueño del agua,

además mata brujos. San Miguel se asocia con el trueno, retira el demonio. San Isidro es el

patrón de la milpa. Santa Cruz sirve para la defensa, lo que la asocia con los guardianes.

226

Santa Juanita dueña del agua. Santa Cecilia es patrona de los músicos. Santiago es el patrón

del trabajo de los curanderos, sirve para retirar el mal. San Andrés está enlazado con los

muertos en Xantolo. San Jerónimo al agua: Santa Ursula dueña del agua. San Pedro y San

Camilo relacionados con los difuntos. San Mateo también ligado al agua, protector de mal

agua y de norte. San Santiajacobo protector, abogado. San Lázaro cuidador de la milpa,

para que se vayan los animales. Santos ligados a los lugares sagrados: San Esteban

vinculado con el cerro del sureste; en Ixhuatlán; San Gregorio afiliado a la Laguna en el

sureste, en Ixhuatlán. Además, también hay imágenes de la virgen de Guadalupe, de la

Divina Providencia, de San Eustaquio y otros más.

Así, además de contar con su contraparte divina tradicional, a cada deidad

corresponden diferentes santos, pero también un santo a diferentes númenes (Báez-Jorge,

1998:155-158), Tiene la característica de que su presentación antropomórfica facilita la

asimilación, que su devoción está relacionada con la eficacia simbólica; también funciona

como toponímico, que lo liga a los puntos cardinales, de tal forma que en algunas

comunidades los eligieron como patronos puesto que sus atributos recordaban a sus

antecesores prehispánicos.

Puesto que el culto se sustenta en la imagen, despierta el interés por los animales que

acompañan a los santos, vinculando al santo con el nagual, de tal forma que los santos

patrones sustituyen a los antiguos guardianes que se identifican con animales y fenómenos

atmosféricos. El nagualismo sería la toma de posesión que se realiza remitiéndose a la

entidad anímica ihíyotl o nahualli, para quedar cubierto dentro de diversos seres como

animales o fenómenos como el rayo (López, 1996:429). Esta concepción está presente en

Mesoamérica y ha sido registrada entre los tzetzales, huaves, mixes, zapotecos y totonacos

actuales (Báez-Jorge, 1998:179-182); aunque también entre los nahuas de la sierra de

Puebla, vecinos muy cercanos de los nahuas del sur de la Huasteca, entre los que destacan

los ―menores‖, los nahualme y los mazacame (Signorini y Lupo, 1989:98-100).

Para los santos patronos se han establecido un modelo de existencia en toda

Mesoamérica, como una forma que la tradición indígena ha adoptado para sustituir a sus

antiguas deidades protectoras. Pero entre los nahuas del sur de la Huasteca a pesar de que

siguen existiendo los protectores, guardianes o tlamocuitlahuihketl, como divinidades

227

recortadas en papel que hacen acto de presencia en algunos ritos, no existen los santos

patronos, éstos sólo se instauran en las cabeceras donde está asentado el clérigo, pero no en

los sujetos, como es el caso de Santa Catarina en Chicontepec, San Cristóbal para Ixhuatlán

o Santiago para Ilamatlán, aunque esto no garantiza necesariamente el sistema de cargos en

estos lugares.

228

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231

El ritual de el volador en la escultura en barro del estilo ixtlán

del río, ¿un antecedente del ritual actual de los voladores?

Adriadna Lizeth Barretos Saucedo

En algunos estudios etnográficos se ha tomado principal interés en el llamado ritual de los

voladores, son muy conocidos los ejemplos que tenemos en Papantla por su

espectacularidad un tanto profana o en algunas comunidades otomíes. Afortunadamente, el

etnólogo y arqueólogo francés Guy Stresser-Péan nos ha dado un exhaustivo estudio

histórico y etnológico acerca de este ritual (cuatro personajes que suben a un poste y bajan

atados de los pies por medio de un mecanismo giratorio, mientras que un quinto danza y

toca una flauta en la cima del poste).1 Así, dicho ritual queda casi en su totalidad al

descubierto en cuanto a su origen y significado: Pero, ¿qué sucede cuando los estudios de

este etnólogo lo remontan al siglo X o IX y da como posible origen a la cultura tolteca?

Existen ejemplos de rituales muy similares en esculturas que se remontan no sólo a siglos

anteriores, sino a otras culturas que no tuvieron ningún contacto directo con los toltecas, ni

siquiera con los teotihuacanos, me refiero a la cultura Tumbas de Tiro, en específico del

estilo Ixtlán del Río. La escultura de este estilo, según algunos arqueólogos data desde el

Preclásico Tardío, (300 a.C.-200 d. C) es decir, al menos mil años antes de lo propuesto por

Stresser-Péan.

Así en el presente trabajo pretendo hacer un recorrido acerca de los posibles vínculos

entre el las esculturas también llamadas de El Volador del estilo Ixtlán del Río y la

ceremonia un tanto profana de los voladores, que llega hasta nuestros días. Una posible

propuesta es que las esculturas del ritual de El Volador son un antecedente no directo pero

sí similar al menos de la idea de la conexión entre el cielo y la tierra, con un intermediario,

el volador, el cual después en otras culturas mesoamericanas se derivó y se diversificó en

varios rituales que tuvieron la misma idea de origen: el de El Volador, el de Xócotl Huetzi

y el de sacrificio por flechamiento, con la coincidencia de que son rituales relacionados con

la agricultura, con las estaciones de siembra y cosecha, con el sol y con la tierra. El método

que seguiré será la descripción iconográfica para después hace un análisis comparativo con

1 Stresser-Péan, Guy, ―Les danses d‘origine préhispanique‖, en Le soleil-Dieu et le Christ. La christianisation des Indiens

du Mexique, Paris, L‘Harmattan, 2005, (Col. Recherches Amériques), pp. 215-239.

232

la etnología y la historia de las religiones, en la medida de lo posible, pues dichas esculturas

a pesar de su datación en el preclásico, no cuenta con el contexto arqueológico.

Para empezar es necesario hacer un breve recorrido por la historiografía. Al parecer el

primero en mencionar algo desde el campo de la historia del arte fue George Kubler, al

hacer referencia a cerca del arte de Tumbas de Tiro, nos dice que la escena del ritual de El

Volador se vincula con el conocido ritual de los voladores de Papantla, no sé si esto Kubler

lo descubre gracias a Stresser-Péan, quien en el prólogo de su libro menciona a este

investigador como uno de sus revisores del texto.

Otro historiador del arte que se percató de lo mismo fue Hasso von Winning, en 1972

publica junto con Olga Hammer un catálogo de algunas piezas significativas de la cultura

que nos ocupa. En este estudio hace una compilación de todas las piezas encontradas en

colecciones privadas del ritual de El volador, en total siete, y las interpreta como el ritual

conocido etnográficamente con cuatro voladores y con la escena principal de la página 10

del Códice Borbónico del la fiesta de las veintenas mexica, conocido como Xócotl Huetzi, 2

en el que un ritual en el que se erigía un poste y en su cima se colocaban banderas o la

imagen de un ave, representando a la deidad del fuego, acompañado de baile, de pulque y

de danza y terminaba con la competencia de los jóvenes para subir al poste y capturar la

imagen.

Por su parte, dos arqueólogos del Occidente de México han hecho lo propio, me

refiero a Phil C. Weigand y a Christopher L. Beekman quienes se han encargado de

explorar la zona de Teuchitlán, en Jalisco. El primero de ellos, hace referencia al ritual de

El volador desde las esculturas para ponerlas como ejemplo para comprobar las evidencias

de la colocación del palo en medio de un guachimontón, es decir, de una plataforma

circular (típico sistema constructivo de la cultura Tumbas de Tiro en donde en el centro se

ubica la plataforma circular escalonada y está rodeada de dos, cuatro o seis casas de uno o

dos pisos). A este ritual Weigand no lo vincula con el que se conoce en la actualidad o con

el que hace referencia Stresser-Péan, sino lo toma como referencia para compararlo con las

2 Winning, Hasso von, Vid. Hasso Von Winning, ―Esculturas anecdóticas antiguas del Occidente de México‖, en El arte

prehispánico del Occidente de México, editado por Phil Weigand y Eduardo Williams, trad. Eduardo Williams, Brigitte

Boehm de Lameiras, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1996, pp. 27- 28

233

vasijas tipo códice, de técnica seudocloisonné, de la tradición Aztatlán (850-1100 d. C.), en

las cuales se ve la secuencia de una escena de un ritual en donde un personaje

supuestamente ataviado con motivos de ave ejecuta una especie de danza, de esta forma

sugiere la interpretación de un posible primer Ehécatl Quetzalcóatl, en el Occidente de

México, que tendría sus orígenes desde los tiempos preclásicos en esta área cultural.3

Mientras que Beekman, al igual que von Winning, relaciona las esculturas de El

volador, con la fiesta mexica de Xócotl Huetzi para hacer referencia a sus recientes

descubrimientos arqueológicos en Cerro grande en Teuchitlán en donde descubrió un hueco

que pudo haber servido para clavar el poste del ritual en cuestión.4

Javier Urcid, por su parte, en un artículo de la revista Arqueología mexicana,5 vincula

directamente al ritual estudiado por Stresser-Péan con las esculturas conocidas de Tumbas

de Tiro, diciendo que el ritual no tiene la antigüedad desde el siglo X o XI, sino que se

remonta desde el año 600 a. C., esta fecha la formula como posible por los periodos de la

edificación de los guachimontones en Teuchitlán. Sin embargo, por lo que propone

Beekman en sus exploraciones de Llano Grande, donde se encontró un hueco como para

enterrar un poste en el centro de un guachimontón (o plataforma circular en cuyo centro

generalmente se ubica un templo circular escalonado, rodeado de casas en números pares),

la fecha coincide con la posible datación del Preclásico tardío (300 a. c- 2000 d. C) misma

fecha que se ubica en el comienzo de la elaboración de las esculturas en losas circulares,

3 Vid. Weigand, Phil C.,

a. ¿Primer dios supremo del Occidente?, en Boehm de Lameiras, Brigitte y Phil C. Weigand (coords.), Origen y

desarrollo en el Occidente de México, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1992, pp. 205-237.

b. Ehécatl: The architecture of the Teuchitlán tradition of Mexico‘s Occidente, en Ávila Palafox, Ricardo, (coord.),

Transformaciones mayores en el Occidente de México, Guadalajara, Jal., Universidad de Guadalajara-Instituto

Francés de Investigación Científica, 1994, pp. 59-88.

4 Beekman, Christopher S., ―Nuevos enfoques acerca de la tradición Teuchitlán. Investigaciones actuales en Llano Grande

y Navajas, Jalisco‖, en Williams, Eduardo, et al. (eds.), El Occidente de México: nuevas perspectivas sobre el pasado

prehispánico, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 2005, p. 76.

5 Vid. Urcid, Javier, ―Antigüedad y distribución de la danza de los Voladores. Águilas que descienden, corazones que

ascienden‖, en Arqueología Mexicana. Rutas y caminos en el México prehispánico, vol. XIV, Nº 81, CONACULTA-

Editorial Raíces, 2006, pp. 70-74.

234

como lo ha manifestado la arqueóloga Gabriela Zepeda para Nayarit.6 Por otro lado, al

igual que Beekman, Urcid propone que este ritual se relaciona con la fiesta mexica de las

veintenas Xócotl Huetzi que se relaciona al ritual de sacrificio por flechamiento, como

ejemplo de ello se puede ver en el códice cuicateco Fernández Leal ambas escenas.7

Sin embargo, en el Occidente de México, no contamos con códices prehispánicos ni

coloniales que nos den una referencia clara acerca de rituales semejantes a los de El

volador, como sucede en otras áreas. Sólo tenemos un testimonio en las Relaciones

Geográficas de Michoacán, en particular en la Relación de los pueblos de Alimanzi,

Cuuezcaquauhtla y Epatlán, pueblos dominados por los tarascos y ubicados en Colima,

pero de origen nahua. En específico en Epatlán, se describe la ceremonia de ascensión al

poder de un cacique: era cargado en un palanquín en medio de otros caciques de menor

jerarquía ataviados como guerreros, y el resto de la comitiva de soldados. La procesión

ceremonial tenía que formar una cruz, debían ir al monte a cortar un árbol que estuviera

todavía verde, quitarle las ramas, para después enterrarlo en otro lugar cerca de bosque y

quemarlo, mientras que los caciques fumaban tabaco mientras se terminaba de consumir el

poste. No se dan mayores referencias, excepto que hacían sacrificio de perforarse las orejas

para sacarse sangre y quemarla en una resina. Lo interesante aquí es la ceremonia de

ascensión al pode que representan los cuatro rumbos cardinales y el centro, así como el

hecho de escoger un árbol todavía verde enterrarlo en un lugar sagrado y quemarlo, es

decir, la relación con el fuego y con la madre tierra.8

Ahora ahondaré en el corpus de las piezas del estilo Ixtlán del Río, como dije

anteriormente, las rastrea y publica Hasso von Winning. Pertenecen a colecciones

particulares o están en museos de Estados Unidos. En total son siete piezas de losa circular

de entre 18 y 35 centímetros de altura, modeladas en arcilla café con pintura de colores

negro blanco, naranja y rojo dispuestas en líneas horizontales, verticales para destacar las

vestimentas y sus diseños, la pintura corporal, los instrumentos, etcétera. También se pintó

6 Vid. Zepeda Moreno, Gabriela, ―Nayarit prehispánico‖, en Braniff Cornejo, Beatriz, (cord.), Introducción a la

arqueología del Occidente de México, México, CONACULTA-INAH-Universidad de Colima, 2004, pp. 371-397

7 Urcid, Javier, Op. cit., p. 72.

8 Vid. ―Relación de Alimanzi Cuzcaquauhtla y Epatlán‖, en Las Relaciones geográficas del siglo XVI: Michoacán, René

Acuña (ed.), México, IIA-UNAM, 1987, (Col. Etnohistoria 7, Serie Antropológica: 74), pp. 143-155.

235

en zig-zag, las techumbres de las casas. En efecto, algunas losas, no sólo presentan el ritual,

sino otros elementos adicionales como casas de dos aguas, aves o perros, además de otros

personaje como músicos, espectadores, ayudantes para que suban por el poste y

sostenedores. En otras piezas (sólo tres de ellas), el poste está un tanto inclinado o doblado,

tal vez debido a que la técnica de elaboración: primero secar al sol y luego cocer, no resultó

como se esperaba. Mientras que en otras hay más de un poste, o dos pequeños postes que

servirían como auxiliares para subir al personaje que efectuaría el vuelo.

Una escena llama particularmente la atención porque son dos postes unidos por uno

que los une horizontalmente, dando la forma de hache mayúscula, además de los cánidos

que acompañan el ritual y que suben también a los postes.

Así, los elementos coincidentes, en general, son que los personajes que están en la

cima boca abajo, parados o sentados son personajes ataviados ricamente: calzón, gorro

cónico o tocado alto, tal vez de plumas de ave, con un elemento en cada mano, una especie

de sonaja o cetro de forma ovalada o semicircular, y una especie de abanico romboidal. La

disposición corporal, si están boca abajo en la cima, tienen los brazos extendidos, si están

sentados o parados al parecer se disponen a colocarse en esta posición, pues portan en las

manos los elementos para realizar el vuelo: especie de sonaja y especie de abanico. Los

otros personajes también están ataviados, aunque con un poco más de ropa, algunos incluso

con una manta que los envuelve. En general, rodean el poste y miran hacia arriba, en la

cima donde está el personaje que se dispone a volar o vuela. Llama la atención que en una

pieza escultórica haya músicos, uno tocando un tambor, otro soplando un caracol y otro

más con una posible sonaja parecida a la que porta el personaje en la cima, todos están

dispuestos alrededor del poste.

Este ritual estuvo en un contexto en donde los guachimontones, lugar en el cual se

ejecutaba el ritual, era un espacio sagrado. No sólo por la misma ejecución del mismo, sino

porque en general, debajo de las casas o templos circulares habían tumbas de tiro,9 en las

9 Vid. Weigand, Phillip C. y Christopher S. Beekman ―La tradición Teuchitlán: surgimiento de una sociedad parecida al

estado‖ en en Richard F. Townsend, ed., El Antiguo Occidente de México: arte y arqueología de un pasado desconocido,

2ª ed., trad. Eduardo Williams, Valentín Juárez, Luis Fernando G. Razura, Guadalajara, Jal., Secretaría de Cultura del

Gobierno de Jalisco-Sauza, pp. 39-56.

236

que se enterraron personajes de alta jerarquía.10

Entonces el ritual cobra mayor sacralidad

por esto, pero también porque el guachimontón tiene una disposición arquitectónica tal que

recuerda los cuatro rumbos cardinales y su centro: los cuatro rumbos serían las casas

alrededor del templo, mientras que el centro, es el templo de plataformas escalonadas

circular. De esta manera, se pensaría que los habitantes de la cultura Tumbas de Tiro

creerían que la forma perfecta del mundo es redonda y que está dividida en tres niveles:

cielo, tierra, e inframundo con cinco rumbos del universo.

Este simbolismo sagrado, aunado al ritual de El Volador, hace pensar que el poste es

el axis mundi, que cabe mencionar sería el árbol pochote, pues en otra pieza se ve

claramente su fisonomía y la importancia de éste con la escena y los personajes que lo

rodean. En un lenguaje simbólico este poste como eje del mundo es necesario para conectar

el cielo con la tierra y con el inframundo. Se podría interpretar como un ritual que se

celebra para conectar estos niveles en illo tempore, en un tiempo mítico o primigenio, es

decir, como primer acto ritual de un antepasado de un linaje o clan. Se creería entonces que

el personaje ataviado en la cima es una especie de chamán o sacerdote que actúa como

intermediario por excelencia para dicha conexión sagrada.

Así, el viaje chamánico también favorece la comunicación con los seres divinos o

antepasados de una forma más directa, para fines útiles al mundo de los vivos: desde ceder

el poder por herencia, hasta petición de favores (incluso reclamos), con el fin de beneficiar

la siembra y la cosecha. Por tanto, el ritual de El Volador en las esculturas del estilo Ixtlán

del Río se podría interpretar también como ritual de intercesión entre los vivos y los

antepasados.

Pero estas interpretaciones quedarían un tanto en la mera especulación iconográfica,

si no se piensa que en la actualidad, al menos un poco de este ritual persiste, con muchas

coincidencias en cuanto a elementos y simbolismos. El primer elemento que persiste es la

idea del axis mundi y un personaje generalmente ataviado con características de ave. Entre

10 Vid. López-Mestas Camberos, Lorenza y Jorge Ramos De la Vega, ―La excavación de la tumba de Huitzilapa‖, en

Richard F. TOWNSEND, ed., El Antiguo Occidente de México arte y arqueología de un pasado desconocido, 2ª ed., trad.

Eduardo Williams, Valentín Juárez, Luis Fernando G. Razura, Guadalajara, Jal., Secretaría de Cultura del Gobierno de

Jalisco-Sauza, 2000, pp. 57-74.

237

los otomíes, por ejemplo, nos dice Jacques Gallinier11

que desde la selección y preparación

del poste, así como su erección es todo un ritual, asimismo resultaba de vital importancia

que hubiera música y danza antes y durante la ceremonia de los voladores, precisamente los

instrumentos eran una especie de flauta llamada chirimía y un tipo de tambor. A este ritual

se le conoce como una danza, de hecho, el que se coloca en la cima del poste, en una

variante regional de dicha ceremonia, lo que hace únicamente es bailar y tocar los

instrumentos.12

En el acto ritual, producto de un sincretismo entre el cristianismo católico y

la cosmovisión prehispánica mesoamericana, persisten arquetipos que podemos ver en las

piezas escultóricas de El Volador como la ascendencia al cielo por parte de un

intermediario, en el caso de los otomíes, un ―viejo‖, que tomaría contacto con el sol (en la

época prehispánica era Cuecuex para los otomíes y Huhuetéotl para los nahuas), para

después dejar que los otros personajes ataviados como ave bajaran o descendieran hasta el

inframundo.

Si bien no podemos aseverar que en las esculturas del estilo Ixtlán del Río el

personaje en la cima sea un ―viejo‖ y por tanto represente a una deidad solar, lo que sí

podemos decir es que era el intermediario por excelencia con tocado alto como plumas de

ave y que los instrumentos que porta en las manos coinciden hasta cierto punto, con el

ritual actual, pues también se sirven de instrumentos musicales como una sonaja, un tambo

y un caracol.

Menciona Jacques Gallinier que el poste entre los otomíes generalmente se encuentra

en la cima de una elevación natural, esta podría ser una loma, y en el caso de las esculturas,

en un guachimontón. Es decir, en un lugar sagrado por excelencia, como centro del mundo,

que asegura aún más el contacto entre los tres niveles. Asimismo, manifiesta que dicho

ritual es una metáfora del falo que penetra en la vagina, pues el ―viejo‖, el dios solar

Cuecuex, es la metáfora del prepucio,13

que culmina con un sacrificio, con la muerte del

pene, es decir, es la metáfora de una ceremonia de fertilidad.

11 Vid. Gallinier, Jacques, ―capítulo III. El Carnaval‖, en La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos en los rituales otomíes,

trad. Ángela Ochoa y Haydée Silva, México, UNAM-CEMCA-INI, 1990, pp. 383-402.

12 Gallinier, Jacques, Op. cit. p. 392.

13 Gallinier, Jacques, Op. cit. p. 402.

238

En cambio, para Stresser-Péan, quien ha estudiado el origen del ritual de los

voladores, como arriba se dijo, este ritual entre otros grupos étnicos actuales como los

huastecos, simboliza el camino del sol desde el poniente, ya que, según sus informantes los

voladores representan águilas, como en el caso mexica, en donde los guerreros águila

cuando mueren acompañan al sol en su camino.14

Así que no sería mera coincidencia que

también entre los otomíes, los gavilanes fueran los que descienden al inframundo, y en el

caso de las esculturas, el personaje que se postra boca abajo en la cima también fuera una

especie de águila de las que abundan en la zona occidental, o incluso una guacamaya tan

representada en las esculturas de casas y en las esculturas de los estilos de Colima. En

cuanto a que si acompañan al sol en su descenso, menciona el investigador que entre los

huastecos es una creencia de época tardía,15

por lo que prevalecería más bien la idea de la

fecundidad de la tierra encontrada entre los otomíes por Galinier. La tierra y el poste son

opuestos y complementarios, cuyas esencias, seco, húmedo, calor y frío tendrían que unirse

para crear la vida, y por tanto para hacer florecer la siembra en el plano intermedio. La

tierra entonces sería la depositaria de ese calor, de la semilla, principio de fecundidad.

De esta forma podemos inferir que las esculturas de El Volador, revelan también un

ritual agrícola, pues al igual que el resto de los pueblos mesoamericanos, la base de

subsistencia de la cultura Tumbas de Tiro era la agricultura. Un dato arqueológico que

podría reforzar esta idea de ritual agrícola es que Beekman encontró restos de maíz

carbonizado cerca del hueco en donde se pondría el poste en el guachimontón.16

Por otro lado, también nos dice Galinier que cabe la posibilidad que los mensajeros

de este ritual, las aves, fueran algunos de los difuntos divinizados, como lo vemos en el

panteón mexica. Esto me llama particularmente la atención, por lo que mencioné con

anterioridad, en cuanto a que las tumbas y su localización debajo de los guachimontones, ya

que en las esculturas de El volador, el personaje ataviado en la cima del poste, pudiera

representar al personaje difunto en dicha tumba de tiro, o al personaje que tiene una

relación directa con el difunto al momento del ritual. Esta propuesta se ve reforzada porque

14 Stresser- Péan, Guy, Op. cit. p. 238.

15 Stresser-Péan, Guy, ―El Volador. Datos históricos y simbolismo de la danza‖, en Arqueología mexicana. Últimos

descubrimientos mayas en Campeche, vol. XIII, Nº 75, CONACULTA-Editorial Raíces, 200, p. 26.

16 Beekman, Op. cit. p. 76.

239

en toda la escultura de Tumbas de Tiro de todos los estilos y regiones, no se ha encontrado

ninguna representación de lo que se conoce como un dios dentro del ámbito

mesoamericano, con sus atavíos y características particulares. De hecho, las figuras

antropomorfas de gran formato se las han interpretado como representaciones idealizadas

del difunto,17

o de sus antepasados.

En cuanto a los otros rituales, el de sacrificio por flechamiento y el Xócotl Huetzi,

considero que tienen que ver con las esculturas ya que tienen en común el poste y el

personaje que sube o el que será sacrificado. Stresser-Péan nos menciona que ambos

rituales, han estado relacionados con el de los voladores desde épocas prehispánicas con un

principio fertilizador, en donde en el caso del Xócotl Huetzi, al dios del fuego: al viejo

entre los otomíes, es representado con una fruta o con semillas de amaranto, al cual se

golpeaba con una vara para hacerlo caer, ó se le pretendía alcanzar subiendo el poste.

Considero, entonces, que los principios del axis mundi y de un personaje como

intermediario de los niveles prevalecieron durante los siglos y se expandió en muchas

culturas mesoamericanas (los nahuas, los toltecas, los otomíes, los mayas, los huastecos, los

cuicatecos, etc.) hasta el periodo Posclásico. Pero sería muy aventurado decir, que el ritual

de El volador del estilo Ixtlán del Río, haya sido tan semejante al investigado por Galinier y

Stresser Péan, sobre todo en cuanto a elementos representativos (como los atavíos, los

ademanes, etc.) y, por tanto, un prototipo o antecedente de esos rituales. Más bien creo que

de los principios básicos como el poste, el personaje ataviado de ave y la música, se

pudieron haber creado y agregado otros elementos propios de las culturas que lo

practicaron y lo difundieron, Javier Urcid nos refiere a que tal vez desde Teotihuacán se

practicara el ritual de sacrificio por flechamiento al igual que en la zona maya y entre los

mixtecos.18

Como comentario final, a modo de conclusión, lo que hemos podido destacar es que

las escenas de las esculturas del ritual de El Volador, nos ofrecen una posible interpretación

a cerca de los arquetipos mesoamericanos en cuanto a la conexión del cielo con la tierra por

17 Barreto Saucedo, Ariadna Lizeth, ―Las actividades cotidianas‖, en Tesis para obtener el grado de Licenciada en

Historia: La vida cotidiana de la cultura Ixtlán del Río, vista a través de su escultura en barro, México, Universidad

Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y letras, Colegio de Historia, 2005, p. 117.

18 Urcid, Javier, Op. cit., p. 72.

240

medio de un axis mundi y un personaje posiblemente ataviado como ave, así como lo que

esto pudiera significar: un ritual de fertilidad a modo de metáfora, en el cual se une el cielo,

por medio del poste o axis mundi, con la tierra. Lo anterior, como parte de una idea

universal dentro del plano mesoamericano, es decir, como ejemplo del núcleo duro de la

cosmovisión mesoamericana, persistió y se transformó en rituales más complejos y con más

elementos tales como las evidencias etnológicas del ritual de los voladores, estudiadas

principalmente por Jacques Gallinier y por Guy Stresser-Péan. Con esto no pretendo decir

que sea un antecedente directo derivado de la cultura Tumbas de Tiro al resto de

Mesoamérica, ya que nos se debe olvidar las diferencias de tipo cronológicas y no digamos

culturales con las otras áreas (ya que se está haciendo cada vez más seguro que esta zona

del Occidente de México mantuvo nexos culturales con Sudamérica).

Este ritual puede formar parte de una idea panmesoamericana desde tiempos aún más

antiguos, tal vez precisamente durante la etapas en donde se intensificó la agricultura para

que así surgieran las primeras grandes culturas del Preclásico. El mismo fenómeno está

sucediendo con el juego de pelota, mucho se ha discutido a cerca de su origen y de las

variantes, pero lo que sí es cierto es que lo podemos ver como evidencia de que se jugaba

desde los olmecas, pero también en la cultura Tumbas de Tiro.

241

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244

El significado e interpretación de los elementos y figuras de las ceras en

las diferentes festividades religiosas en las comunidades de Putaxcat y

Xonalpu, Huehuetla

Alicia García Márquez y Guadalupe Luna Juarez1

Mi ponencia va enfocada a la temática cosmovisión y ritualidad, y tiene el objetivo mostrar

los avances de investigación que ambas tenemos hasta el momento sobre el significado de

las ceras en nuestras comunidades.

Cabe señalar que las ceras en las comunidades de Putaxcat y Xonalpu son un

elemento muy importante para la realización de las fiestas religiosas como es el caso de las

mayordomías, fiestas patronales, fiestas navideñas. Sin embargo, en esta investigación nos

enfocaremos sólo en las que contienen adornos, figuras y colores. Es decir, analizaremos

algunos de los elementos que contienen dichas ceras con base en lo religioso, cultural y a la

naturaleza de los totonacos. Es necesario mencionar que estas ceras las elaboran personas

de avanzada edad, y son muy pocas personas jóvenes que siguen dicha tradición.

Introducción

¿Sabias que México es uno de los países con mayor riqueza en tradiciones? ¿Y que muchas

de nuestras costumbres tienen origen en las culturas indígenas? Así, somos una mezcla que

nos hace especiales e interesantes.

Es muy importante que aprendamos a valorar, cuidar y mantener nuestras tradiciones,

pues forman parte de nuestros orígenes y nos definen como lo que somos todos los

mexicanos, entre tales tradiciones podemos señalar: día de muertos, semana santa, boda,

bautizo, navidad y las grandes fiestas patronales. Todo esto forma parte de la cultura de

cada uno de los pueblos.

Nuestra ponencia va enfocada a la temática de religiosidad y cosmovisión,

particularmente nos centramos a un tema en particular como es ―el significado e

interpretación de los elementos y figuras de las ceras en las diferentes festividades

religiosas en las comunidades de Putaxcat y Xonalpu, Huehuetla‖. Lo presentado en esta

1 UIEP

245

ponencia se encuentra en proceso de investigación respecto a las dos comunidades antes

mencionados, y se esta desarrollando de manera individual, de acuerdo a la localidad al que

pertenecemos. Por ahora, les daremos a conocer la información que hemos recabado en

nuestra particularidad, misma que representa un primer acercamiento al significado de las

ceras.

En nuestro caso, veremos la interpretación de las ceras en las fiestas religiosas

tradicionales que se llevan a cabo para celebrar a los santos que patrocinan su día. En lo

particular, hablaremos sobre las fiestas de la Virgen de Guadalupe en Xonalpu y San

Miguel Arcángel en Putaxcat.

La ponencia esta divida en tres secciones. En la primera tenemos lo que es el marco

teórico, en donde se definen sintéticamente algunos conceptos y basándose en algunos

autores que han estudiado el caso. La segunda parte, abarca la ubicación de las dos

comunidades, donde se está llevando a cabo la investigación. En la tercera, describimos lo

que es la organización de las fiestas y el papel de la mayordomía así como el proceso de

elaboración de las ceras y el significado de algunas de las figuras utilizadas en la cera. Por

último, hacemos una pequeña conclusión.

Las ceras como instrumento de acercamiento a la cosmovisión

En este punto, hemos encontrado algunos conceptos que permiten analizar e interpretar la

realidad de lo que se está estudiando. En específico abordamos la concepción de

religiosidad, religión y cosmovisión, y esta estrechamente relacionado con las nociones,

percepciones e interpretaciones de las personas con las que hemos tenido la fortuna de

platicar: con los artesanos y los mayordomos, quienes utilizan las ceras para entregar en la

iglesia.

Algunos autores han definido el concepto de religión, entre ellos retomamos a

Clifford Geertz para quien ―… una religión es: 1) un sistema de simbolos que obra para 2)

establecer vigorosas, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los

hombres 3) formulando concepciones de un orden general de existencia y 4) revistiendo

estas concepciones con un aureola de efectividad tal que 5) los estados anímicos y

motivaciones parezcan de un realismo único‖ (Geertz, citado en Juárez, 1999 : 33).

246

Como vemos, la religión es todo un sistema de símbolos que se caracteriza por medio

de las emociones, concepciones, nociones del que se cree. La comunidad donde se esta

investigando, la mayoría de la población creen en la religión católica. Los santos católicos e

imágenes para ellos tienen poderes mágicos y exigen atención; por ello se llevan a cabo las

celebraciones religiosas, a cambio de las cuales retribuyen con salud, buenas cosechas y

bienestar general.

Otro punto importante que se debe retomar dentro de este marco, se refiere al

concepto de religiosidad. Peter identifica cinco dimensiones en las que se manifiesta la

religiosidad popular: ―… el sincretismo de las formas de culto y las creencias tradicionales;

la vinculación con las practicas religiosas mágicas; las manifestaciones colectivas y

peregrinaciones; la estrecha relación con los rituales festivos; y la reproducción de la

misma religiosidad por las nuevas generaciones (Peter, citado en Juárez, 1999: 34).

Particularmente esta visión del mundo contempla varios elementos que permite formar el

desarrollo de la realidad, la cual se caracterizan de símbolos como parte de la cultura y esta

estrechamente relacionado con los rituales que se le da a cada elemento en específico.

También, es muy fundamental para la vida humana porque tienen sus propias formas de

comportar y actuar en la sociedad, además tienen fe en algún ídolo y sabiduría, una

espiritualidad estético que se ha traído por los europeos durante la conquista, y con base

estas concepciones se relaciona mucho con las ceremonias tradicionales que se ha venido

practicado desde la época prehispánica, viéndolo desde el punto de las necesidades de la

familia y de la comunidad, y parte religioso.

Por otro lado, hemos encontrado la concepción de cosmovisión que nos sirve para

entender las acciones rituales que se llevan a cabo en la vida diaria; así, retomamos a López

Austin, quien señala que ―… la cosmovisión es la construcción del pensamiento, una

percepción exterior; pautas para solucionar los problemas de la vida; las actividades

cotidianas maneja de la naturaleza y en las relaciones sociales se generan pautas de

conducta. Tiene como amparo los sistemas normativos que comunican y adquieren

congruencia. Por ultimo se genera macro sistemas de la cosmovisión‖ (López Austin, 2001:

63).

Generalmente estas concepciones forman parte de una cultura, la cual, pueden

construirse y traer desde el nacimiento hasta la muerte e involucrándose con la naturaleza;

247

así mismo es un comportamiento del pueblo, y sin la sociedad o la presencia del individuo

no se podría llevar acabo el desarrollo de la cultura en sus dimensiones tangible e

intangible. Siempre hay una cosa que puede determinar las características y los elementos

de una cultura. Además, lo hacen las personas que han vivido juntas en el mismo lugar

durante largo tiempo, que tienen costumbres y tradiciones diferentes a las de la gente de

otras regiones. Estas tradiciones se transmiten de padres a hijos a lo largo del tiempo; están

muy relacionados y a veces es difícil separarlas. Muchas de ellas tienen su origen en los

pueblos indígenas y otras fueron traídas por los españoles durante la conquista.

Las manifestaciones culturales de la etnia totonaca tienen variedades de

conocimientos, experiencias, creaciones, imaginaciones, etc., que esta sustentado con las

tradiciones y costumbres. Dentro de ello juega un papel importante entre los diferentes

sectores de la sociedad, específicamente el pueblo indígena desarrollan unas

manifestaciones que enriquecen la autonomía y parte del patrimonio cultural, donde la

gente tiene su propia cosmovisión y religiosidad; con una concepción particular de la

naturaleza, se aprovecha el valor medicinal de las plantas, se utilizan instrumentos antiguos

(como la coa) y ponen en practican técnicas que no agotan la tierra. Además, elaboran

artesanías en las que se plasman sus preferencias en la combinación de los colores y su

forma de entender la naturaleza.

Las culturas de todos se mezclan en las culturas colonial y moderna, pero aun

mantienen sus raíces prehispánicas. Ejemplo de ello es la habilidad manual de nuestros

indígenas totonacas que con el producto de su imaginación visten de colores, formas,

tradicionales, texturas, estilo y significados variadísimos, a sus artesanías y vestidos, donde

no se puede negar la raíz indígena.

Así, en las páginas siguientes hablaremos sobre el significado de las ceras en Putaxcat

y Xonalpu, para mostrar como en ellas se observan elementos de la cosmovisión que le van

dando forma a la religiosidad totonaca.

Ubicación de la comunidad (putaxcat y xonalpu)

Estamos llevando a cabo la investigación respecto a las comunidades a las que

pertenecemos. Ambas comunidades pertenecen al municipio de Huehuetla, ubicado en la

Sierra Norte de Puebla.

248

Comunidad de Putaxcat

La comunidad de Putaxcat colinda con las siguientes comunidades: Lipuntahuaca,

Chilocoyo de Guadalupe, Kuwik chuchut, todas pertenecientes al municipio de Huehuetla,

excepto la comunidad de Kukuchuchut perteneciente al municipio de Caxhuacan.

El total de población oscila entre los 950 y 1060 habitantes, la mayoría de las

personas se dedican al campo y el hogar, algunos se dedican a la albañearía y otros oficios.

Un campesino gana semanalmente cerca de $250.00, mientras que un albañil gana entre

$500 y $750 aproximadamente.

Hay ciertas festividades religiosas tradicionales que llevan a cabo las personas para

las manifestaciones culturales y religiosas como son: las bodas tradicionales, primeras

comuniones, confirmación, bautismo, santa cruz, fiestas de los santos que patrocinan (la

virgen Ocotlán patrona del lugar; virgen de Guadalupe, San Miguel Arcángel, San Juan

Diego, Navidad) y la semana santa, entre otras.

La comunidad de Putaxcat cuenta con una red carretera pavimentada que se desvía

desde el Hospital Integral de Huehuetla y llega directamente en el centro de la comunidad

de Putaxcat. En la entrada se encuentran las casas muy dispersas, y llegando al centro se

249

encuentra LaTienda comunitaria (CONASUPU DICONSA) y esta instalado el teléfono

publico (caseta), hay teléfonos locales, la casa de salud IMSS, la escuela primaria ―Miguel

Hidalgo y Costilla, la escuela Preescolar y por ultimo se encuentra la iglesia católica

―Virgen Ocotlan‖ patronas del lugar.

En la carretera se desvían otros caminos como son las veredas y dos calzadas cortas.

No existe mucho transporte, solamente entran camiones para el traslado de productos

industrializados que llegan a la tienda (DICONSA) y otros productos comercializados.

Pero, son contados los carros que entran para transportar la gente hacia el centro del

municipio; la mayoría de las personas hace entre una hora y 11/2 de camino para llegar al

centro de Huehuetla. Para transportar a un paciente siempre llevan en camilla o en una silla

y caminando hasta llegar al hospital Integral o en algún medico particular.

Actualmente, siguen ocupando las bestias para transportar las cosechas, la leña, los

materiales de construcción, etc., animales como el caballo o burros.

Comunidad de Xonalpu

Se dice que el año en que se fundó la comunidad, 1919, estaba un árbol de pahua, pero el

fruto era amargo y es por eso que le dieron el nombre de Xonalpu, porque en la lengua

totonaca el árbol y el fruto de la pagua se dice Lhpu, y la palabra amargo o amarga se dice

Xun. Esta comunidad se localiza al noroeste de Huehuetla, su altitud es de 650 msnm, tiene

una superficie de 667 hectáreas aproximadamente, colindado con las siguientes

comunidades: al oeste con Cinco de mayo y Dimas López (Olintla), al sur con Francisco I.

Madero y Kuwik chuchut, al este con Zozocolco de Hidalgo (Veracruz), al norte con

Putluni_ chuchut, perteneciente al municipio de Huehuetla.

Las vías de acceso para llegar a esta comunidad es una brecha, ascendente por donde

circulan alguna camionetas partiendo de cabecera municipal, con un tiempo de recorrido de

20 minutos.

La segunda vías de acceso es una calle empedrada o camino real ascendente saliendo

de la vía principal (brecha) con otra calle empedrada que posteriormente se intercepta con

otra calle empedrada hasta llegar a la cabecera municipal en un tiempo de 1 hora.

250

El traslado de la comunidad al municipio es caminando y otros a caballo, pero en

algunas ocasiones existen 4 o 5 camionetas se que desempeñan como colectivos de lunes a

viernes de 6 am a 8 pm.

Ésta comunidad cuenta con una superficie territorial 507 hectáreas aproximadamente

las cuales se utilizan para diferentes tipos de cultivos como son:

El 60 por ciento para el cultivo de café.

El 20 por ciento para el maíz.

El 5 por ciento para el cultivo de caña y árboles frutales.

El 15 por ciento para áreas de pastizales para la alimentación de ganado vacuno.

Las ceras en Putaxcat y Xonalpu

La organización de las fiestas y el papel de los mayordomos

La ceras con adornos y variedades de figuras que la componen, son actividades que hacen

las personas del pueblo totonaco de la Sierra Norte de Puebla, en específico hablaremos

sobre las comunidades de Putaxcat y Xonalpu, Huehuetla.

Vemos que los artesanos, crean su propia artesanía como el caso de la elaboración de

las ceras. Generalmente los mayordomos son quienes la entregan en la iglesia, de acuerdo a

las fiestas de los santos. Por ejemplo, la fiesta más importante es la patrona de la

comunidad de Putaxcat ―Virgen de Ocotlán‖ y otros santos que celebran su día y en el caso

de xonalpu pues la virgen de guadalupe que es la mas importante ya que es la patrona de

ese lugar.

Cada santo tienen mayordomos, en específico el santo que patrocina su día, a cambio

de las cuales retribuyen con salud, buenas cosechas y bienestar general. El cargo es

voluntario, nadie exige o presiona a las personas para aceptar el ser mayordomos. Tienen la

responsabilidad de demostrar con hechos su gratitud a Dios por los beneficios recibidos

antes mencionados. La mayordomía se cambia cada año.

Se cree que una mayordomía tiene la obligación y la responsabilidad de cumplir

cuatro veces el cargo con los santos que quiera tomar para hacer la fiesta de su día. Hay

mayordomos que realizan anualmente, unos cada dos años, hasta cumplir las cuatro veces

el ser mayordomo y dependiendo de la economía. Los aspirantes a una mayordomía tienen

que hacer su solicitud con doce meses de anticipación. Una vez conocida a los mayordomos

251

de cualquier santo que desea celebrar, los fiscales de la iglesia le entregan las barras de

parafina (un par de ceras blancas sin adornos y cortas) como invitación formal a la

mayordomía. Cuando ya es la fiesta del santo, el mayordomo prepara los adornos y las

figuras de las ceras, para lo cual suele contratar a un experto en la elaboración de las ceras,

esto lo elaboran tres o cinco días antes de la fiesta.

La víspera del santo, se acostumbra llevar los adornos de la cera a la iglesia, siempre

por la tarde, llevan en procesión encabezado por el mayordomo, y formando por personas

de la comunidad. Al día siguiente, en la iglesia, el sacerdote hace misa para el mayordomo

y bendice las ceras.

La cera de las velas ya quemadas en el santuario, es recogida por los fiscales,

comisionados y semaneros, una parte de las ceras lo dejan a la iglesia, y otra parte para el

mayordomo, quienes lo reciben y depositan al pie del altar. Por otra parte, los artesanos les

pagan con recurso económico, pero no existe un sueldo máximo, sino que es en función del

gusto y capacidades del mayordomo y les dan de comer en la casa del mayordomo.

Hemos observado, siempre en una mayordomía se entrega la cera a la iglesia y no a

otro lugar, mucho menos una cosa distinta a la cera, donde podemos ver lo colorido y lo

bello que presenta sus adornos y figuras, además, viste de alegría a las fiestas religiosas; así

como existe una estrecha relación con la naturaleza y la cultura. Se fundamentan del ámbito

religioso y se caracterizan en la bendición de Dios a partir de la familia, la agricultura y

otros.

De esta manera describimos a los mayordomos tradicionales que tienen un papel

importante y relevante en la vida social y cultural. Particularmente la comunidad de

Putaxcat y parte de la comunidad de Xonalpu, hemos visto que los artesanos que elaboran

las ceras, adornan con cualquier tipo de figuras y variedades de flores en las diferentes

festividades religiosas, en relación a cada santo que patrocina la fiesta de su día. Utilizan

figuras como la paloma, la estrella, el sol, la mariposa, la palma, la cruz, las flores de

diferentes formas y otros.

Por otro lado, hemos observado que las ceras se utilizan colores vivos como el color

rojo, amarillo, azul, blanco, verde, morado, violeta y otros.

252

La elaboracion de las ceras

Se Han entrevistado tres artesanos de las comunidades de Putaxcat y Xonalpu: don

Salvador Dorantes, don Miguel de Gante, Andrés de luna expertos en la elaboración de las

ceras. Ellos utilizan los siguientes materiales: en primer lugar deben de tener la marqueta

grande (es una cera amarilla, tiene la forma de cono y circular), los moldes, las velas o

también conocido los cirios (son blancas o amarillas, sin adorno, miden aprox. 1/2cm. de

largo), el papel esmalte, la diamantina, el copal, nalio o hule, el carrizo, pegamento

(resistol), pabilo (hilo grueso) y el aguardiente.

Los artesanos argumentaban que en una mayordomía por lo menos hacen

aproximadamente 14 ceras como mínimo y máximo 26 ceras, pero incluyendo los dos

cirios pázcales, solo para la comunidad de Putaxcat. Mientras en la Comunidad de Xonalpu,

hacen aproximadamente 26 ceras, dos se quedan en la iglesia y dos se quedan la casa del

mayordomo como recuerdo, en total son 30 ceras pero incluyendo los dos cirios páscuales.

Antes de empezar a elaborar las ceras, el mayordomo decide cuántas ceras desea

entregar a la iglesia, como un agradecimiento que le ha dado a Dios y esto hace con el fin

de que le siga dando bendición en sus cosechas, en la crianza de animales domésticos

(gallinas, guajolote, etc.) y para el bien de la familia.

Los mayordomos primero compran y consiguen los materiales para su elaboración -

como se mencionó anteriormente, una marqueta grande-, ya cuando lo tienen, van a la casa

del artesano quien lo va elaborar. La cera o marqueta es amarilla, si el mayordomo quiere

que las velas se adornen de blanco y amarillo, entonces la cera amarilla la sacan al sol una

semana para que se blanqueé, esto depende de cómo lo quiera el mayordomo: si lo quiere

combinado, la mitad amarilla y la otra parte blanca, de un solo color.

Lo primero que hacen los artesanos es derretir la marqueta en un caso, o en una gran

cazuela de barro sobre un fuego de leña, esto permite tener las ceras en condiciones de ser

utilizadas; ya cuando esta bien derretida la cera, en un recipiente aparte con agua bien fría

cerca de las ceras y con los moldes de las ceras, se sume el molde, pero no completamente

todo, cuando se saca del caso o cazuela, se sume otra vez pero al agua fría para que se

despegue la cera, es muy fácil de sacar los moldes, para eso, atrás del molde tiene con que

sostenerla, pero ya para formarlos y empezar a pegar ya es difícil, lo tienes que hacer con

cuidado para no hacerlas a pedacitos.

253

Hay una cosa muy importante que decía Don Miguel Degante, cuando uno se

compromete a tener el cargo de mayordomía no debe de haber las problemáticas entre los

miembros de la familia, porque si lo hubiera, entonces para el mayordomo tiene la

obligación y la responsabilidad de compartir con el artesano para que él este consciente y

pida perdón a Dios. Esto se hace antes de empezar a elaborar las ceras, y si no se explica la

situación que se vive dentro de la familia, las ceras empiezan a doblarse, derretirse y se

azotan en el suelo completamente solos, es donde uno se da cuenta, que realmente hay

problema en la familia, por pequeño que sea. Para evitar se necesita el aguardiente y no siga

doblándose la cera; esto lo bañan completamente con el aguardiente y toman un trago

quienes lo elaboran.

Significado de algunas de las figuras utilizadas en la cera

En las entrevistas que hemos hecho, encontramos que el número 24 de las ceras representa

ambos sexos masculino y femenino, ya casados; el número 12 representa a un solo sexo

femenino o masculino no casado. También, encontramos que los colores son un factor

importante para la cultura totonaca, ya que en ellos se representa la espiritualidad, sobre

todo la realidad de la naturaleza. Cada una de nosotras encontramos algunas diferencias, en

cuanto al significado de los colores, que a continuación se mencionan:

Comunidad de Putaxcat

Comunidad de Xonalpu

Verde: la naturaleza

Rojo: la sabiduría

Amarillo: el sexo masculino

Azul: el cielo

Blanco: el sexo femenino y la luz hacia el

camino de Dios

Morado: representa la esperanza Verde:

la naturaleza

Rojo: tranquilidad la sangre de Jesús

Negro: la oscuridad, tristeza

Amarrillo: la alegría

Gris: las nubes

Azul: el cielo, el agua .la lluvia

Blanco: la paz, armonía y el bienestar.2

2 Andrés de Luna, 75 años, se dedica al campo para mantener a su familia, se dedica en hacer las ceras solamente cuando

lo invita algún mayordomo. 11 de marzo del 2009.

254

Hasta el momento la investigación se encuentra en el análisis de los moldes utilizados para

cada uno de los elementos, en donde hemos encontrado lo siguiente:

1_ 6._ 7._ 8, 9 es uno de los moldes de flores que todavía se ocupan que significa los

diferentes caminos de las personas

2.- ,molde le llaman la corona de Jesús esto se ocupa a veces en medio del circulo que se le

llama el universo.

3._ y el 4._es representación de las estrellas o cuando hay un eclipse es por eso que esta a la

mitad. Este es el molde que ya no se ocupan.

5._es una flor pero de muchos pétalos que ya no se utilizan.

11: representa el universo pero al mismo tiempo alrededor los que tienen como triangulo

son las estrellas o seres existentes. Se ocupa para hacer el cirio pascual.

Con respecto a los diseños de las ceras que son entregadas en la iglesia, hemos encontrado

los siguientes elementos por diseño:

255

La paloma representa el espíritu santo y la paz de todo el pueblo donde hay fiesta, para que

exista la paz y alegría, por mencionar algunos de ellos. Como vemos en esta imagen son de

dos colores: el círculo azul que esta al rededor representa el universo que son los 8 planetas

o seres existentes, se observa una paloma en medio representando paz de comunidad en

donde se esta llevando a cabo la fiesta patronal

En esta foto observamos la imagen a la que se le celebra como en representación de las

mujeres, no solamente de donde se este llevando a cabo, sino las de todo México. Este es

un nuevo molde que actualizaron los artesanos.

256

En esta imagen de la cera, al norte tenemos la cruz cósmica; a los lados de la cera esta la

figura del sol que representa la dualidad de la fecundidad femenina y en el centro esta el

color azul cielo, además vemos las variedades de figuras de flores.

Al centro está el circulo que representa el mundo y en el centro de este se encuentra el

escudo nacional, este es una nuevo imagen que se ocupa en la cera para ponerle en medio

que viene representando a la nación mexicana.

Este es el cirio. Son dos los que le dicen el cirio pascual es el mayor y son dos la que

representan como los papas las que van enfrente y los que van atrás son los hijos que son 24

en donde representa 12 a los masculinos y la otra parte representa al las mujeres que

también son 12.

257

El cirio pascual como se observa la imagen en la parte de arriba se observa 7 velas

que están alrededor que son los 7 colores del arco iris y uno que esta en medio que

representa el centro de la tierra. El cirio pascual se compone de 7 velas, para los artesanos

representa los 7 días de la semana.

Los adornos que tienen la flor la paloma y los arcos son las que sostienen la vida, la

armonía, los diferentes caminos, las que los conservan unidos como si fuera un planeta

donde hay diferentes caminos, donde habitan diferentes seres que hay en la tierra.

Conclusión

En conclusión, vemos que es muy importante conocer la cera, ya que forma una relación o

representación con la vida que llevamos, todo lo que hacemos en cuanto a la cosecha y

colores que utilizamos. En cuanto a las diferencias de las ceras de las dos comunidades

encontramos únicamente el significado de los colores, mientras que en los diseños son muy

parecidos, aunque se observa la introducción de nuevos moldes que van vinculando a la

cosmovisión de las comunidades con la vida nacional, como ocurre en el caso de Putaxcat

con la incorporación del escudo nacional.

Los mayordomos tradicionales tienen un papel importante y relevante en la vida

social, religiosa y cultural porque son quienes organizan la fiesta del santo e invitan a sus

seres queridos para hacer los preparativos el día de la fiesta. Además, entran los fiscales,

comisionados y semaneros de la iglesia, los danzantes, los músicos (guapango).

Generalmente los mayordomos son quienes la entregan en la iglesia, de acuerdo a las

fiestas de los santos.

Por un lado, los artesanos son quienes elaboran las ceras, adornan con cualquier tipo

de figuras y variedades de flores en las diferentes festividades religiosas, en relación a cada

santo que patrocina la fiesta de su día, crean su propia artesanía poniéndole estilos, colores,

etc.

Todo esto debemos de valorar, porque es una riqueza que forma parte de nosotros que

nos dejo nuestros ancestros. Hay que valorar lo que tenemos y no lo perdamos esta gran

riqueza que nos dejaron y no cambiemos por otras culturas que no son parte de nosotros, de

nuestro pueblo.

258

Bibliografía

LÓPEZ AUSTIN, Alfredo

2001 ―El núcleo duro, la cosmovisión y la tradición mesoamericana‖ en Broda J y

Felix Baez-jurge (coords). Cosmovisión y religiosidad, ritual e identidad de

los pueblos indígenas de México. CNCA y CE. México.

JUÁREZ CAOS, Alexis.

1999 Catolicismo popular y fiesta. Sistema festivo y vida religiosa de un pueblo

indígena del estado de puebla, BUAP. Dirección General de Fomento

Editorial.

Informantes

Salvador Dorantes, comunidad de Putaxcat, artesano en la elaboración de la cera,

campesino, mayordomo. Noviembre 2008.

Miguel de Gante Guzmán, comunidad de Putaxcat, artesano en la elaboración de la cera.

Noviembre 2008.

Andrés de Luna Sotero, comunidad de Xonalpu, artesano y campesino. 11 de marzo del

2009.

Miguel de Gante Gaona, comunidad de Xonalpu, mayordomo y campesino. 12 octubre de

2008.

259

Espejo del monte Kuanegros de Xochiatipan y Gatos de Pantepec en el

complejo carnavalesco

Mauricio González González1

Resumen

El escrito versa sobre el complejo ritual constituído por la celebración de Carnaval y Todos

Santos, los cuales no sólo ponen en juego un conjunto de clasificaciones en torno a la

muerte, sino que dejan ver un sistema de transformaciones que se manifiesta tanto en los

tipos de muerto que incluyen, como en los contenidos de las danzas que se ejecutan,

permitiendo acercar implicaciones simbólicas que subyacen a los diferentes pueblos.

Asimismo, esta comparación desborda los límites etnolingüísticos discernibles en la

Huasteca meridional, convocando nuevamente a la reflexión en torno a la continuidad o

discontinuidad de una cultura huasteca cuya singularidad radica en ser habitada por

diversas lenguas.

Palabras clave: Carnaval, Todos Santos, sistema de transformaciones, cuerpo, danza.

Yo estoy contigo, niña.

Y acudiré cuando me llames como acude la paloma

cuando esparcen los granos de maíz.

Duerme ahora.

Sueña que esta tierra dilatada es tuya;

que esquilas rebaños numerosos y pacíficos;

que abunda la cosecha en las trojes.

Pero cuida de no despertar con el pie cogido en el cepo

y la mano clavada contra la puerta.

Como si tu sueño hubiera sido iniquidad.

Rosario Castellanos

1 Museo Nacional de Antropología-INAH. Colegio de Psicoanálisis Lacaniano

260

Los límites de la vida entre los pueblos de la Huasteca meridional subvierten los signos

correlativos a las funciones fisiológicas que privilegia la medicina no indígena. La vida, al

estar determinada por instancias anímicas inmateriales, como el yolotl o el tonalij entre los

nahuas, tiene alcances que supera las determinaciones corruptibles del cuerpo, haciendo

participe a numerosos entes ―muertos‖ de diversas acciones en torno la reproducción social

de las comunidades, o mejor dicho, vivos-muertos, vivos sin cuerpo que hay que tomar

muy en cuenta al acercarse a los dispositivos rituales. Así, sus pobladores establecen

relaciones con numerosos sujetos de un mundo paralelo, mundo Otro, que más que

mostrarse a distancia con la vida cotidiana, inunda constantemente, silente, casi todas las

esferas de la sociedad. En las líneas que siguen intentaremos dar cuenta de manifestaciones

rituales que si bien son momentos privilegiados en la temporalidad indígena, no lo son sólo

por el encuentro cara a cara con entidades indómitas y poderosas del universo, sino también

porque ponen de manifiesto el papel que detentan en el advenir de los pueblos huastecos.

Entendemos por complejo ritual al sistema estructural y de transformaciones en que

se insertan los rituales de los diferentes pueblos de una región, en este caso de la Huasteca

meridional.2 Llamamos complejo carnavalesco al conjunto de festividades que están

signadas por la presencia de muertos cuyas mascaradas denotan un sistema bien

diferenciado y jerarquizado. Una distinción fundamental de la muerte en la Huasteca radica

en la forma del deceso, sea esta trágica, ―en desgracia‖, u otra que cumple el ciclo de vida,

que en oposición a la anterior podemos llamar en gracia. Esta clasificación nos permite

observar los dos componentes que conforman este complejo: la fiesta de Todos Santos o

Xantoloj, donde la visita de muertos en gracia es la parte medular de la celebración y, el

Carnaval o Nanauatili, punto en el que los muertos en desgracia toman las comunidades

por asalto junto al Diablo. Este complejo demarca periodos anuales cuya importancia

agraria es fundamental, pues la primavera y el otoño, temporadas en que se celebra este

complejo, son puntos en que la cosecha se levanta y la tierra se prepara para volver a ser

fuente de abastecimientos, pues como es sabido, la Huasteca tiene la generosa característica

de ser una región en que aún se levantan dos cosechas de temporal anualmente. Es por ello

que desde tiempos precolombinos los mexicas dieron a la Huasteca el nombre de

2 A la manera del complejo del ―mitote‖ en el Gran Nayar (cfr. Neurath, 2002: 81-83).

261

Tonakatlalpan, ―Tierra de comida‖ (Stresser-Péan, 2006: 34), y su fertilidad actual nos

impide negar dicha nominación.

En este complejo una dialéctica se pone en juego, lo vivo es la contradicción de la

muerte que hegemoniza y supera los existentes de este mundo. Con ello no queremos decir

que la cotidianeidad esté libre de dicha interacción, sino que a través del dispositivo que

despliega lo carnavalesco se hace patente el orden que opera bajo las normas que rigen

veladamente el andar de esta gente, un orden preñado y atravesado por diablos, ancestros y

seres del Monte, cuya normatividad sostiene subrepticiamente, pero de forma legítima, las

leyes que los terrenales intentan seguir y que suelen convocar bajo la voz de tradición, cuya

posible transgresión es de sobra penalizada.3

Las prácticas carnavalescas son expresiones por antonomasia de la llamada

heteropraxis, heterogeneidad en acto que pone en circulación una enorme cantidad de

elementos, unos que por nada evocan una mixtura equilibrada y homogénea de raíces

vernáculas y coloniales. Todo lo contrario, resaltan la tensión, la desaprobación e incluso la

incertidumbre que en todo encuentro acontece, ―subrayando su movilidad, su rechazo por el

estatismo‖ (Laplantine y Nouss, 2007 [2001]: 371). Figuras del Miktlan bailan con Diablos

de infiernos cristianos, sones de huapango se intercalan con música de viento que hacen

vibrar xochipitsauas a la par de música norteña, trajes plásticos se dan rostro de madera y

caras rosadas se mezclan entre comanches cuyo color de piel no puede ser otro que el de la

tierra.

Los ―muertos en desgracia‖, en contraste con los muertos en gracia, no completaron

su ciclo de vida, permitiendo de esta manera que no se les considere del todo humanos, sea

por no haber comido maíz, sea por no haber ejercido su capacidad reproductiva y/o por no

haber muerto de viejos, lo que implica haber entregado su trabajo a los demás. Estos

muertos, al atentar contra la reproducción de la comunidad, se unirán a las huestes del

Diablo y no podrán aspirar a ser ancestros, al menos en tanto no agoten su energía vital

(Trejo, 2007). Podemos aventurar que los muertos de Carnaval, es decir, los muertos en

3 Esto queda explicado por una cualidad de toda normatividad: ―del carácter incompleto, ‗no-toda‘, de la Ley pública: las

normas explícitas, públicas, no bastan, y deben por tanto ser suplementadas por un código clandestino ‗no escrito‖‘

(Žižek, 2003 [1994]: 88).

262

desgracia en la Huasteca meridional son infértiles, mientras que los de Todos Santos son

fecundos, pues los primeros participan de una festividad que devela el desenfreno de

aquello que no tuvo cause normado, mientras los segundos lo hacen a través del

reconocimiento que los familiares y la comunidad en su conjunto, lo cual se ofrece de

forma franca y afectuosa en el altar. Es en este sentido que los rituales carnavalescos hacen

sistema, pues no basta con contar con muertos en ambas festividades, esto sería reproducir

los análisis taxonómicos de la cultura, sino que, muestra inversiones estructurales que

permiten ver los polos opuestos de un sistema de transformaciones a la manera de lo que

sucede entre los mitos bajo análisis estructural (cfr. Lévi-Strauss, 1987 [1955]: 246).4

Los bordes que estas celebraciones conforman manifiesta otra vida que a la vez es la

nuestra, umbral y asomo de cuán amplia es la concepción de vida en estos pueblos,

inundando incluso los espacios más reticentes. Los supuestos mortales lo saben y, en su

saber hacer, construyen dispositivos que dan cabida, halagan y alían a lo más contaminante

del cosmos bajo el rastro de la danza.

Encarnar para encarar la muerte

En este complejo ritual aparece una fenomenología india del cuerpo. El cuerpo manifiesta

existencia pero la condiciona y potencia. En la Huasteca la corporalidad es una condición

transitoria, circunstancial, que ofrece tan sólo a algunos existentes cuerpos que no siempre

abastecen los necesarios. Cada cuerpo impone una lógica, una forma particular de relación

con el mundo, de manera que toda interacción social se vehicula a través de una forma

corporal que determina los alcances y límites de dicha interacción. Así, en el complejo

carnavalesco podemos situar una privilegiada, la encarnación, proceso por el cual un

cuerpo humano dota de energía vital a un ser que carece de cuerpo (cfr. Trejo et al., en

prensa). Dentro del dispositivo carnavalesco esta dotación de energía no aliena la voluntad

humana que la dona, no se establece la negación de una voluntad por otra, sino que,

4 En otras palabras, ensayamos en este artículo un sistema de transformaciones que es infiel al levistrausseano, pues en

este caso es ritual y no mítico, más conserva el espíritu de presentar una serie de variantes que forman ―una especie de

grupo de permutaciones y donde las variantes colocadas en ambas extremidades de la serie ofrecen, una con respecto de la

otra, una estructura simétrica pero invertida‖ (Ibídem).

263

paradigmáticamente, en la encarnación coexisten dos voluntades temporalmente,

voluntades que bajo el dispositivo ritual cohabitan sin poner de manifiesto la tensión

inherente a la diferencia jerárquica entre ellas. Fuera de este complejo, el mecanismo de

encarnación es vivenciado como enfermedad, ya que sin el ritual la voluntad que se

encarna en el ser vivo arrebata la energía vital violentamente, despojándola a tal grado que

la corrupción corporal es inminente. Esta es la razón por la cual todo danzante que se hace

portador de máscaras de Diablos, mekomej, ueuemej y animales del Monte debe someterse

a una limpia, sea esta de costumbre5 o, como sucede en algunos casos, a través de la liturgia

del Miércoles de Ceniza.

Este mecanismo corporal requiere de una acotación más. Cuando hablamos de

encarnación no nos referimos a una metamorfosis, a una transustanciación de algo en otra

cosa, sino sólo a la cohabitación, a la coexistencia de dos sustancias diferentes en un solo

cuerpo. Este fenómeno es común en algunos dogmas religiosos, como en el católico, donde

la transustanciación se verifica en el sacrificio de la misa y la encarnación y homousía en el

dogma trinitario: ―la doctrina de la encarnación garantizaba que la naturaleza divina y la

humana estuvieran presentes sin ambigüedad en la misma persona, así como la

transustanciación aseguraba que las especies del pan y del vino se transformaran sin

residuos en el cuerpo de Cristo‖ (Agamben, 2005: 104). Cuando un danzante de Carnaval o

Todos Santos porta un traje de mekomej o ueuemej su sustancia anímica no se transforma

en la del ser que hace semblante a través del disfraz, sino que sólo cohabita con la que se

hace llegar a través de dichos ropajes, pues recordemos que estos son una extensión del

cuerpo de todo existente, patente en la posibilidad de hacer limpias a través de ellos.6

Asimismo, la encarnación carnavalesca ofrece un ejemplo singular a lo que

Houseman y Severi han dado en llamar condensación ritual, es decir, a la conjunción de

relaciones antagónicas en diversos escenarios rituales (1998: XII). En Carnaval y Todos

Santos, los mecos o huehues condensan la relación de hombres con ―damas‖, la relación

colonizante de indios con koyomej y, aún más, una que fundamenta todo el andamiaje de

5 Forma coloquial de llamar a los rituales autóctonos.

6 Una limpia puede hacerse por medio de una prenda o algún objeto de aquel que se somete a esta técnica, por lo que es

común ver al inicio de todo costumbre a personas que portan ropajes de miembros queridos que por alguna razón se

encuentran ausentes en el ritual.

264

este complejo: la de muertos con vivos. La individualidad occidental resulta imposible en la

condensación ritual huasteca pues, gracias a ésta, en la encarnación se mezclan y

entremezclan un hombre, una ―dama‖, un indio, un koyomej, un muerto y un vivo

(González, en prensa).

Las expresiones estéticas que operan por excelencia en la encarnación son las

máscaras, pinturas y disfraces, ropajes que elucidando las implicaciones arriba

mencionadas nos muestran un pensamiento no transmisible a través de la palabra, tan sólo

en cuerpo los falsetes de huehues y mecos lo recuerdan una y otra vez . Con ello

podemos constatar una especie de pensamiento que no piensa en forma de palabras, bajo

categorías semánticas, sino más bien una especie de no-pensamiento, un pensamiento

afónico. En otras palabras, tomamos en cuenta a las formas estéticas como un no-

pensamiento que habita como una forma de saber que no se sabe (cfr. Rancière, 2005: 46).

En otras palabras, la estética de los ropajes carnavalescos hace portar pensamiento que no

pasa por un proceso de reflexión apalabrada, sino que, a través de la tradición que los

sostiene, ofrecen categorías y jerarquías de las que no se da cuenta a primera vista, pero

explicita relaciones que constituyen el universo en estos pueblos, sus fronteras y

contradicciones.

La mascarada nos habla, mudamente, de la relación subalterna de los vivos a los

Diablos y a los no indios. Echa en cara la tensión siempre constante con los animales del

Monte, ―damas‖, ―viejos‖, españoles, negritos, toros, vaqueros, malinches e, incluso,

también con aquellos cuya desnudez cromada darán vida a los borrados y comanches.7

Pintura y máscara son la expresión de seres que deambulan en la oscuridad de la vida que

nos espera, conformando la estética de eso que Bajtín llamó ―grotesco popular‖ (1987: 42),

la ―alegre osadía‖ (2000: 166). Jacques Galinier es quien ha hecho mayor hincapié sobre la

prolífica fuente de esta manifestación, afirmando que en estos pueblos: ―el inframundo es el

lugar de condensación de las imágenes que conciernen tanto a la filogénesis como a la

ontogénesis en su relación con la muerte‖ (2004: 260).

7 En ocasiones la pintura corporal alcanza grados complejísimos que desplaza el uso de las máscaras dentro de los

mekomej, como en la comunidad nahua de Coacuilco, Hidalgo (cfr. Álvarez, 2008).

265

Un pensamiento afónico que deambula entre las máscaras radica en los colores que

portan, dejando ver una distinción legible sólo a través de su oposición, es decir, entre las

que se juegan8 en Carnaval y las que danzan en Todos Santos: el color de la de las primeras

tienen tez blanca, mientras que los huehues de Xantoloj o Santoro la tienen morena,

diferencia que abona a la distinción entre Diablos y ancestros, pues los koyomej sólo

pueden ser aliados de ―El Malo‖, mientras que los abuelos heredaron no sólo el color de su

piel, sino también su trabajo y tierras, por lo que recibirles en Todos Santos es un verdadero

honor. No obstante, y en esto debemos hacer énfasis, recibir al Diablo y a sus huestes en

Carnaval es una forma de acción política que permite mantener a distancia, o al menos sin

deuda, a seres verdaderamente peligrosos. La estratagema política que se observa es aquella

que hace venir a los Diablos para evitarlos el resto del año, lo cual posibilita llevar a buen

puerto los ciclos agrarios y realizar las acciones comunitarias indispensables. Esta

estrategia se replica a su vez en todo proceso de limpia, donde los ―malos aires‖ serán

halagados y alimentados para que se den por servidos y dejen de hostigar al enfermo. Sin

duda estos pueblos son buenos anfitriones, con la doble condicional de que sí y sólo sí,

después de un encuentro, se les permita continuar con su vida tal y como ellos han decidido

llevarla.

Este procedimiento a su vez se corresponde, de forma inversa, con el que se observa

en todo costumbre, pues bajo este dispositivo se opera un encuentro con seres numinosos a

partir de la invitación que les hacen los pobladores en los templos tradicionales. No

obstante, antes de iniciar este evento, una limpia se torna necesaria, pues es impensable

intentar una cita de esta magnitud con molestos ―malos aires‖ rondando. Encontramos así

un combinación lógica que apela a dos modos de relación sostenidos de forma intermitente

en un mismo proceso: la conjunción y la disyunción entre vivos, seres numinosos y

muertos, operaciones mediante las cuales los pobladores dan, obligando a recibir y

devolver, numerosos dones, garantizando las condiciones que posibilitan el sostenimiento

de la vida, no importando si es a través de seres ortógenos o patógenos.

8 Juego es el nombre coloquial con que se nombra a las danzas de Carnaval.

266

ESQUEMA 1.

Esquema 1. Procesos de disyunción y conjunción en el complejo carnavalesco y el de costumbre

La condición comunalitaria de estos pueblos hace que la conjunción sea el modo lógico

privilegiado para relacionarse, no sin excepciones. Carnaval y Todos Santos si bien son el

espacio de conjunción con los muertos, son también la forma para mantener con ellos una

disyunción casi permanente. Por otro lado, los costumbres convocan a todos los pobladores

y a todos los seres numinosos, a todos, conjunción que sin embargo comienza con una

disyunción hacia los ―malos aires‖, rechazándolos casi al mismo tiempo que se les ofrenda.

En otras palabras, toda disyunción emerge de la negación de una conjunción, volviéndose

así un procedimiento más que abona a la comunalidad, es decir, a la lógica de la

conjunción.

FERILIDAD

numinosos

vivos

muertos

CORRUPCIÓN

267

Una inversión más se verifica en la heteropraxis de estos pueblos, pero esta vez toca

los nodos afectivos de sus participantes, una que abreva de lo vernáculo y lo católico: la

alegría de Carnaval contrasta con la tristeza y solemnidad escenificada en Semana Santa.

En palabras de Tata Salomón, ueuetlakatl (Pasado) de Xochiatipan:

[Carnaval] es la fiesta del Demonio, ahorita es la fiesta del demonio y ya de ahí se acaba el

Miércoles de Ceniza, de ahí se empieza la Cuaresma para llegar Semana Santa. Ese Carnaval que

celebran es el del Demonio, ahorita el Demonio está contento [...] él está contento, ya ve que él es

aire, es aire ese, entonces él está contento porque le están haciendo su fiesta entonces ya llegando

se pasa el Carnaval, Miércoles de Ceniza, ya viene la Semana Santa, es tristeza, la muerte de Dios.9

La evocación de la muerte de Cristo contrasta con los excesos del juego carnavalesco,

juegos aderezados con connotaciones sexuales entre los mecos y todo aquel que se

interponga a su paso. La estructuración subjetiva que se impone, verídica o no, en las

puestas en acto rituales también permite presenciar un deber ser afectivo ante el cual todo

sujeto se confronta, ante el cual la dialéctica subjetiva toma lugar. Dos muertes se oponen y

la demanda subjetiva que le acompaña es correlativa, pues la muerte de Dios se ha de vivir

con tristeza, pero la muerte que baila es jubilosa, pues esta última enaltece los lazos de

aquellos que no han dejado de ser parte de nosotros, de la comunidad, incluso, a pesar de su

muerte.10

Danzas en sistema: kuanegros y Gatos

Numerosas danzas hacen transitar seres de sobra ominosos, por ejemplo, la de

kuanegros, que si bien lleva en su andanza lúdicas confrontaciones, ofrece un lugar especial

para denotar de qué forma la puesta en sistema de transformaciones devela contenidos

actualmente borrosos. Esta danza nahua revela un sistema regional que desborda los límites

etnolingüísticos, pues a través de otra danza, totonaca, se pueden rastrear algunos

elementos no siempre discernibles bajo su sola presencia, haciendo una comparación en

9 Entrevista realizada el 3 de febrero de 2008.

10 Resuena en estas palabras un aire de familia innegable con la noción de nosotridad que Carlos Lenkersdorf develó entre

los tojolabales del sureste mexicano (2005).

268

espejo. Así pues, proponemos la danza totonaca de los Gatos como una de sus variantes.11

En Pantepec, Puebla, hace cuatro décadas, durante Carnaval, se ponía a jugar a dos

comparsas: una de Diablos o huehues y otra de Gatos. Si bien aparecían en los mismos días

y a la misma hora, no se encontraban la una con la otra. Los Diablos visitaban las casas del

poblado o del barrio correspondiente, mientras que los Gatos permanecían en un mismo

lugar y ahí jugaban hasta entrada la noche. Los personajes de esta danza eran un ―vaquero‖

vestido a la usanza mestiza con máscara de tela, cuerda, sombrero y machete, acompañados

de los malinche o malinchin (Malintse), hombres travestidos con ropa tradicional, es decir,

larga falda bordada en la orilla y kechkemitl de lana multicolor. Sobre la cabeza, el

sombrero del que pendía una gasa (Ichon, 1973 [1969]: 435). Los propios Gatos (Mitsun) o

Tigres (Nisin) eran danzantes tiznados con calzón de manta arremangados a los muslos que

llevaban en la espalda una piel de animal no doméstico: cuatí, marta, zorro o mapache

(Ibídem.). Por último, dos Toros (Wakaš), uno macho y otro hembra, quienes llevaban

sobre la espalda un pesado armazón sobre el que se tendía una piel de vaca con cuernos

sólidamente atados (Ídem: 437). En un momento determinado, las diferentes comparsas se

encontraban a corta distancia, lo cual era índice de que comenzaría una fase con fuerte

interacción entre ellas. Por un lado las malinches formaban un círculo y bailaban sobre su

circunferencia al son de la guitarra y el violín; por otro, se mantenían a corta distancia los

Gatos, Toros y vaqueros, con sones de carrizo y tambor. Al tercer son de estos últimos, los

Gatos brincaban entre los Toros, provocándoles descaradamente, tornando cierta intensidad

en la danza cuando estos últimos comenzaban a pelear entre sí haciendo chocar brutalmente

sus cornamentas en repetidas ocasiones, hasta que alguno caía al suelo. En ese momento los

vaqueros, con su reata, golpeaban a los Toros caídos para que se levantaran y siguieran

batiéndose contra sus congéneres de sexo opuesto. Aprovechando esta confusión, los Gatos

comenzaban a azuzar sexualmente a las malinches, haciendo pasar su cola entre sus

piernas. Asimismo, los vaqueros intentaban alejar a los Gatos de las mujeres usando sus

reatas, mas lo que conseguían era una confrontación en la que las más de las veces

terminaban siendo arrastrados con su propia arma. En el complejo carnavalesco, lo

indomable de los animales del Monte suele mostrar su jerarquía ante otros actores.

11 Las descripción que a continuación presentamos sigue de cerca la realizada por Ichon (1973 [1969] y un análisis que

hace de ella Leopoldo Trejo (2008).

269

Ahora bien, enfocando la mirada en las funciones que operan en la danza arriba

narrada, acercaremos la ya mencionada de kuanegros, intentando dilucidar especularmente

algunos de sus elementos. Entre los nahuas de la Huasteca hidalguense, en Xochiatipan, es

común observar esta danza en las festividades de Xantoloj. La danza de kuanegros12

o

―negritos‖ es una en la que tres hombres desarrollan un drama de sobra conocido: dos de

ellos se debaten por una mujer, que en este caso es un hombre travestido. Uno encarna al

―español‖, portando una máscara blanca con barba y bigote, otro se presenta como el

―negrito‖, cuyo color en la máscara no deja riesgo a equivocación y, por último, la

―malinche‖, ―señorita‖ o ―maringuita‖, arropado con un vestido digno de cualquier bella

joven de la comunidad, ataviado con llamativa joyería de fantasía, portando pañuelos en su

rostro para no mostrar más que sus ojos. En un principio la danza comienza por delimitar,

con ejecuciones y gritos, la pertenencia de la ―dama‖ a alguno de los danzantes, mientras el

otro en rededor le dispara al acompañante de la misma sin éxito alguno. Tras varios

intentos, se acerca para empujar al compañero en turno y quitarle la pareja no sin alta dosis

de humor (cfr. Miranda, 2002: 178). Una identificación aparece, pues algunos pobladores

ven en la figura del negrito al indio mexikano y, en la malinche, a su par femenino. Si

empalmamos el papel que tienen algunos personajes de la danza de los Gatos del Carnaval

totonaco con la de cuanegros nahua ejecutada en Xantoloj, podemos encontrar que, a pesar

de la inversión en la celebración del complejo, existe un tenue paralelismo entre jauría de

Gatos y el ―español‖, pues ambos se apropian ilegítimamente de las malinches, haciendo

evidente el carácter de animal del Monte que tienen los colonizantes en la cosmología

regional.13

Así, no resulta extraño que a pesar de la abierta y desparpajada mofa que los

danzantes de Carnaval hacen de los no indios, la clasificación de la cual participan estos

últimos da fe de su peligrosidad, pues están constituidos por las fuerzas más nocivas del

mundo. Tomando en cuenta esto, resulta comprensible el por qué de tantas precauciones en

12 El prefijo kua– señala el material de las máscaras, pues deriva de kuauitl, madera, que regularmente suelen ser de árbol

de pemuche o cedro.

13 Esta cualidad no es exclusiva de la Huasteca ya que, como explica Antonio García de León, los nahuas de Tabasco,

hacia 1548, daban el nombre de Tacatecólotl, ―Diablo u hombre búho‖, a los comerciantes mestizos ―que se apropiaban

del comercio de cacao en sus heredades‖ (2004: 59). Como es sabido, Tlakatekolotl tiene una de las más altas jerarquías,

sino es que la más, entre los seres peligrosos que pueblan el mundo nahua de la Huasteca (cfr. Báez-Jorge y Gómez

Martínez, 1998).

270

torno a los ropajes de esta danza, que por lo menos eran colocadas en un altar y sahumadas

(Miranda, Ibíd.: 181), pues a pesar de que estas máscaras no ―representan‖ a los animales

del Monte, presentifican su íntima relación con potencias de Miktla.

La condensación ritual que opera el complejo carnavalesco eleva el lugar de la

paradoja a regularidad. Donar energía vital para que muertos se hagan presentes es la

normalidad, sí y sólo sí, esta presencia se restringe sólo al tiempo enmarcado en el

paréntesis que imponen estas festividades. Bajo estos dispositivos vemos aparecer una

deontología ante lo ominoso, deber ser que en estos pueblos opera una lógica y política

constituida por tres tiempos: recibir, halagar y alejar.

La responsabilidad del don: la vida en la muerte

Como hemos intentado señalar, los seres humanos se encuentran en una profunda desvalía

ante un mundo Otro altamente jerarquizado y del que dependen en gran medida, sino es que

en toda. Más aún, esta dependencia aparece incluso con el don de la vida, don otorgado por

los ―Patrones‖ a quienes habrá que ofrendarles si se desea mantenerla. La instauración de

una deuda infranqueable precede a quienes participan de estos pueblos, y la distribución

suntuosa de todo lo que produzcan o consigan será un lastre que cargarán por el resto de sus

vidas. En Occidente, la posición subjetiva que implicó la conciencia de la muerte

constituyó no sólo el fundamento de toda responsabilidad, sino también, la individuación

de aquel en el que reside dicha responsabilidad, pues enfrentar la muerte requiere de una

toma de posición de alguien que se hace cargo de ello. El don de muerte significó un modo

de ser ante la vida (Derrida, 2000 [1999]: 40).14

Pareciera que esta última frase puede

aplicarse también a todos los pueblos que componen la Huasteca, no obstante, una

diferencia radical desgarra distancias con esta elaboración occidental: la continuidad de la

vida por ciertas instancias anímicas que superan la muerte.

14 ―El don que me hace Dios al ponerme bajo su mirada y en sus manos lo cual no impide que me siga resultando

inaccesible , el don terriblemente disimétrico de este mysterium tremendum no me da ocasión de responder, no me

despierta a la responsabilidad que me da, más que dándome (la) muerte, el secreto de la muerte, una experiencia nueva de

la muerte‖ (Ibídem).

271

Si bien la ―sombra‖ de todo ser vivo es un regalo de Dios, que entre los nahuas no es

otro que del Sol, Tonatij, o entre los otomíes de Cristo-Sol, ese don es arrojado a la tierra y,

si bien siempre agradecido a través de costumbres, nunca devuelto en sí mismo, pues su

tránsito por este mundo le deja marcado bajo un rasgo legible en las festividades descritas:

su participación en la comunidad. Toda ―sombra‖ que habitó un cuerpo humano, que

trabajó en la faena comunitaria, que compartió maíz con los suyos y que gracias a ello

obtuvo y donó fuerza vital a los demás, es imposible que abandone su comunidad, pues

participará no sólo en las festividades destinadas a su nueva condición inmaterial, sino que

será pieza indispensable en la forja del destino de su pueblo, siendo parte del trabajo que

hace posible la fertilidad de la Tierra e, incluso, en la toma de decisiones políticas, como

sucede en la elección de Agentes Municipales que se realiza en Ouatipa, Xochiatipan,

Hidalgo, donde la Asamblea General que se efectúa convoca a los vivos en el recinto de los

sin cuerpo, en campo santo, el cementerio. Ahí se elige, al amparo de todos los ―Pasados‖,

a aquel que brindará servicio de autoridad a la comunidad, lo cual tiene que ver con otro

matiz que hay que mencionar en torno a la responsabilidad de estos pueblos.

Todo el esfuerzo que se registra en los costumbres, en el complejo carnavalesco y en

cualquier acto ritual tiene que ver con esa forma de responsabilidad que no se restringe al

fuero individual, pues si algo es indubitable en el hacer ritual, es el cargo colectivo que este

dispositivo opera y cuyos efectos no pueden ser otros que los que incumben

comunitariamente. Estos pueblos saben que lo que hacen beneficia incluso a quienes les son

ingratos, pero es la responsabilidad que les fue impuesta al otorgárseles un don con el que

interpelan, cara a cara, a todos aquellos que habitan el mundo Otro: el don del saber hacer

ritual. El regalo de la vida en la muerte y la responsabilidad ritual compartida, hacen del

sujeto a cargo de ello uno divisible y dinámico, indecidible pero a la vez consistente: un

sujeto comunalitario que, con el don de su muerte devuelve, permanentemente con trabajo,

esa vida de la cual, de alguna manera, sigue siendo partícipe.

272

A manera de conclusión

Las constantes registradas dentro de los pueblos nahuas, otomíes, tepehuas y totonacos de

la Huasteca meridional, no sólo en su forma ritual, sino en la divisibilidad que les inunda y,

por mucho, en su cualidad de sistema de transformaciones atravesado por su condición

colonial, trae a cuenta nuevamente los rasgos que les mantienen como pueblos diferentes.

Si bien la lengua es el principal indicador que les confronta, la inestabilidad de contenidos y

el intenso potencial creativo entre especialistas rituales de cada pueblo, hace mantener

vínculos en el que las fronteras culturales se desvanecen o se tornan puntuales y

evanescentes, donde la responsabilidad ante este mundo y en consecuencia ante el

Otro desborda las diferencias y les hace compartir incluso los dispositivos en los que hay

saldar estos lazos. El ritual, lugar privilegiado donde las diferencias del saber hacer se

subsumen ante una teleología que orienta el esfuerzo colectivo, produce un cauce en el que

todos participan de la producción y reproducción de los dones de vida en comunidad.

Cuando James Dow señala la existencia de un continuum cultural del que totonacos,

tepehuas, otomíes y nahuas del bajo norte participan (2004: 16, 149), nosotros creemos que

es uno donde el principio de identidad se desmorona bajo la aparición de numerosas

identificaciones, confluencias que pueden mostrarse a veces en la forma ritual, otras en su

mitología, muchas más en su vocación agrícola, pero que en conjunto conforman una praxis

huasteca, un modo de pensamiento en acto que traiciona la unicidad, pero que permite

elaborar ese continuum de forma intermitente, abierta, en continua totalización.

273

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277

Concepciones sobre el cuerpo humano, género,

tiempo y espacio

278

Significado de la vestimenta de la danza de los voladores del

municipio de Huehuetla, 2008-2010

Maria Pérez Méndez1

Mi ponencia va enfocada a la temática cosmovisión y ritualidad, con el título significado de

la vestimenta de la danza de los voladores del municipio de Huehuetla, 2008-2010 en la

Sierra Norte de Puebla. El objetivo de esta ponencia es mostrar los avances de esta

investigación. Cabe mencionar que el significado de la vestimenta que ocupa cada uno de

los actuantes de la danza de los voladores no se tiene ningún conocimiento alguno, por lo

que yo considero que es importante rescatar este significado para reforzar el conocimiento

y los saberes que puedan enriquecer a la propia cultura. En especial me enfocaré sólo en los

signos , figuras y colores que tiene la vestimenta o una expresividad en particular Es decir,

analizaré e interpretaré cada uno de los elementos que contienen la vestimenta de los

danzantes con base en lo religioso, cultural y a la naturaleza de los totonacos. Cabe destacar

que a diferencia de lo ocurrido de otras danzas de otros lugares los voladores del municipio

de huehuetla siguen interesando tanto a jóvenes, niños y adultos.

Introducción

Para el caso de esta ponencia se estudiará el significado o simbolismo de los elementos que

conforman la vestimenta de la danza de los voladores del municipio de huehuetla.

La danza es el género artístico cuyos elementos principales son los movimientos

corporales y la música que siguen un patrón rítmico; en la historia de México, la danza es

una de las manifestaciones culturales más relevantes, asociada a un elemento integrador de

todo el complejo cultural de un pueblo, además de esto tiene un significado ritual y

mágico–religioso.

Las danzas tradicionales han experimentado modificaciones a través del tiempo, no

sólo en su significado sino en la misma indumentaria de los actuantes adecuándose para no

desaparecer y acoplarse a la nueva realidad.

1 Estudiante de la UIEP

279

La mayoría de las culturas, comunidades primitivas dejaron vestigios pictóricos y

tradiciones relacionados con las actividades de las danzas y la vestimenta en general. La

situación histórica de su importancia es indiscutible.

La danza ha sido auxiliar y vehículo de expresivas funciones para el ser humano. La

danza tradicional es un puente de contacto con las generaciones antiguas que comúnmente

se han arraigado con la cultura actual y expresar la manera particular de los totonacos de

entender el mundo, de relacionarse con el medio ambiente, con los seres humanos y con las

fuerzas sobrenaturales, aunque también está presente en mayor o menor grado la cultura

occidental.

La danza en la actualidad se practica con un fin determinado, con un sentido

tradicional y especialmente religioso.

En el caso particular del municipio de Huehuetla localizado en la Sierra Norte de

Puebla, los grupos totonacos se disipan en las localidades pequeñas y cuentan con la danza

de los voladores y otras que han sido y serán de gran interés para los investigadores,

antropólogos y otros aficionados en este rango.

A través del tiempo y por medio de sus ejecutantes se han registrado variantes del

ritual en cuanto a la indumentaria, al número de participantes y probablemente también en

cuento a la música y costumbres asociadas a la danza.

La indumentaria del volador en Papantla de Olarte es la más conocida en todo el país,

y consiste en una camisa y calzón de manta y un pantalón de terciopelo rojo bordado y

ornamentado que se coloca sobre el calzón; se usan además taparrabos y cubiertas en el

pecho y la espalda, de terciopelo rojo, adornadas de igual manera que el pantalón, con

motivos bordados de flores, pájaros y mariposas; el adorno se complementa con flequillos

amarillos, blancos o rosados. Las cubiertas que se usan sobre la camisa, así como los

taparrabos tienen de forma de media luna. El gorro del volador es cónico, en la parte

superior lleva un abanico de papel metálico y cuatro cintas de listón de colores brillantes, el

cuerpo del gorro se elabora de tarro, se forra de satín rojo y se adorna con flores hoy

artificiales y espejitos redondos, actualmente los voladores acostumbran usar botines

negros.

La indumentaria de los actuantes totonacos de la danza de los voladores del

municipio de Huehuetla es muy distinta a la anteriormente descrita, por lo que considero

280

que es importante darla a conocerla e investigar las variaciones de significado que en cada

comunidad se les da.

Es importante señalar que la danza de los voladores del municipio de Huehuetla ha

sido y será una de las más vistas por los espectadores del mismo municipio y de los barrios

aledaños del mismo, cabe mencionar que el efectuarla despierta el sentir totonaco de la

región, y la indumentaria hace que esta danza sea más impactante y nos acerque más a los

corazones de nuestros antepasados.

La danza como expresión de la religiosidad

En este apartado abarcaré uno de los puntos que sin duda me ayudará en la realización de

esta investigación, uno de los primeros a detallar es el concepto de danza; como ya

mencionaba anteriormente es una de las expresiones que sin duda es acompañada con

movimientos corporales, el ritmo y la música, que sirve como forma de comunicación y

expresión, con las entidades del mundo sagrado.

La danza es parte de la cultura del hombre, manifestación que caracteriza a la

comunidad indígena para dar a conocer costumbres, tradiciones, vestimenta, comida,

lenguaje e instrumentos; todo con el propósito de agradecer a Dios sus bondades (Forero y

Castillo, 1998: 85).

Las danzas y bailes tradicionales que se realizan en México, son el producto de la

convergencia de varias culturas, entre las que destaca la indígena prehispánica y la española

(Sevilla, 1990: 40).

La danza forma parte de una ceremonia religiosa, son una ofrenda a los dioses por

agradecimiento por los favores encomendados. Las danzas constituyen un acto para obtener

buenas cosechas y el bienestar colectivo, por lo que están estrechamente ligados a los ciclos

agrícolas productivos de la comunidad en general (León, 2005: 20). Las danzas se bailan

comúnmente en el atrio de la iglesia, en la calle, en los interiores y patios de las casas.

Uno de los otros puntos a definir es la religiosidad ―… una religión es un sistema de

símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y

motivacionales en los hombres formulando concepciones de un orden general de existencia

281

y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados

anímicos y motivaciones parezcan un realismo único‖ (Geertz, citado en Juárez, 1999: 33).

Peter Antes (citado en Juárez, 1999: 34) identifica cinco dimensiones en las que se

manifiesta la religiosidad popular, las cuales retomamos porque consideramos nos

proporcionan especificidad y ubicación de nuestro fenómeno de estudio de la Sierra Norte,

esta son:

-El sincretismo de las formas de culto y las creencias tradicionales.

-La vinculación con prácticas religiosas mágicas

-Las manifestaciones colectivas y peregrinaciones.

-La estrecha relación con los rituales festivos.

-La reproducción de la misma religiosidad por las nuevas generaciones

La religión forma parte de un sistema cultural. La religiosidad es un valor que no solamente

ese tiene por tradición cultural, sino que es fruto de la reflexión interior del individuo.

Otro de los puntos que consigna esta investigación es la cosmovisión; construcción

del pensamiento que nos da una percepción del mundo y nos da pautas para solucionar los

problemas de la vida, el mundo es la materia prima de la visión. Es una manera de ver e

interpretar el mundo y una explicación de esta visión a la vida. Una visión del mundo y

para el mundo.

Ubicación del municipio de Huehuetla

El pueblo de Huehuetla fue fundado en el año 1550 en un lugar situado a unos tres

kilómetros del actual municipio. El nombre del municipio proviene de los vocablos

náhuatl;‖ huehue‖ y ―tla‖, sinónimo de lugar lo que forma el significado de ―lugar viejo‖

282

Huehuetla es uno de los 45 municipios de la región de la sierra norte de puebla, al norte

colinda con los municipios de Filomeno Mata, Mecatlán, y Coxquiwi, al este con

Zozocolco de Hidalgo y Zozocolco de guerrero en el estado de Veracruz, al oeste con

Olintla, al sur con Caxhuacan. Ixtepec y Hueytlalpan dentro del estado de puebla. Su

superficie es de 59.6 km2, que lo ubica en el 159 lugar con respecto a los demás municipios

del estado de Puebla. Su topografía es bastante accidentada y varios cerros aislados son

visibles constantemente en todo el territorio.

Huehuetla pertenece al distrito de Zacatlán y dividido en 10 localidades y una junta

auxiliar entre las que se encuentran Xonalpú, Cinco de Mayo, Francisco I. Madero,

Putlunichuchut, Kuwikchuchut, Leacaman, Lipuntahuaca, Putaxcat, Chilocoyo Guadalupe,

Chilocoyo del Carmen y una junta auxiliar que es San Juan Ocelonacaxtla.

La economía campesina de la zona, se sustenta en la producción para el consumo y

para el mercado. Los totonacos siembran dos o tres variedades de maíz. Cultivan también

frijol del cual reconocen quince variedades, observa cuatro tipos de cañas diferentes, siete

de chile y cuatro de jitomate.

Otra actividad es la del cultivo del café la cual es la más importante hasta hace unos

años, ya que en la actualidad su valor económico se vino abajo; se lleva a cabo mediante

dos modalidades, tecnológicas, la tradicional y la especialidad.

283

En lo que concierne a la producción ganadera, el tipo de ganado que se cría es bovino

de las razas: cebú, suizo y cruzas de ambas razas.

En cuanto a la religión ha existido desde nuestros antepasados, pues los primeros

pobladores ya tenían su religión aunque esta era politeísta pues creían en muchos Dioses.

En la actualidad la religión que más predomina es la católica siendo monoteísta, pues

adoran a una misma divinidad: Dios. La religión ejerce una gran influencia en los pueblos

ya sea de tipo social, político o económico.

El sistema de creencias de los totonacos es sincrético; en él se da la combinación de

símbolos y de signos reelaborados en mitos, rituales, ceremonias, etc., cuyo origen se

encuentra en la cultura indígena mesoamericana y en aspectos de cristianismo popular

liberico. El catolicismo de los indígenas totonacos combinó elementos de ambas tradiciones

para crear una religiosidad propia; está enfatiza la existencia de seres sagrados que tienen

dominio sobre aspectos y entornos particulares del mundo, como son: iglesia, cuevas o

cerros.

Los seres sagrados, como los santos católicos y las imágenes prehispánicas

denominadas ―antiguas‖ que tiene poderes mágicos, exigen atención por parte de los

hombres; por esto hacen las celebraciones religiosas, a cambio de los cuales ellos

retribuyen con salud, buenas cosechas y bienestar en general. Son los curanderos y brujos

quienes conocen mejor esta ―costumbre‖ o tradición cultural.

Algunos de estos seres se vinculan con la agricultura; el sol (chichini) es el dueño del

maíz y se le asocia con las diferentes figuras de Cristo. En la mitología totonaca esta parece

como un héroe civilizador que encuentra el maíz y enseño a la humanidad como sembrarlo

y cosecharlo.

La luna es un ser sagrado masculino, también llamado Manuel que atrae a las mujeres

y es útil en las peticiones de magia. Es rival del sol y lucha contra el durante los eclipses.

El dueño de los truenos, ―Aktsini‖ hace llover, e influye en la milpa. Se le asocia con

algunos seres celestiales como los arcángeles de la tradición católica y el apóstol Santiago.

284

El trueno es uno de los dioses totonacas más antiguas, es representado con un viejo y se

relaciona con el agua.

A la Virgen María la vincula con el agua y de los manantiales. El señor del monte o

dueño de los animales cuida del bosque y de la fauna que allí habitan; para cazar o talas los

arboles se le debe pedir permiso a él.

A pesar de la caza y de la tala inmoderada, aún se le tiene un gran respeto.

A partir de la década de los 50, el Instituto Lingüístico de Verano se dio a la tarea de

convertir a población indígena al protestantismo; sus tácticas de conversión dividieron a

muchas comunidades en facciones religiosas que en ocasiones llegaron a enfrentamientos.

En los últimos seis años su presencia se ha reducido.

A finales de los años 70 se fundaron templos petecosteses en la zona cuya doctrina

tuvo gran aceptación entre los totonacos; hoy en la actualidad la religión sigue tomada por

sus creyentes como un temor a algo que existe sirviendo para moderar las normas de cada

individuo.

El 85% de la población es católica, el 10% protestante y el 5%, testigo de Jehová.

Es por eso que las fechas más importantes y sus tradiciones van ligadas mutuamente

con las de la iglesia católica.

En la actualidad hay dos centros religiosos el templo de la parroquia ―El Divino

Salvador‖ construido en 1538 aproximadamente y el Calvario.

En cuanto a fiestas patronales, señalaremos la del 12 de diciembre en la que se

celebra la ―Feria del Café‖ la cual dura tres días; el 6 de agosto en la fiesta patronal de San

Salvador, el 8 de septiembre es la fiesta de la virgen de la natividad en esta fiesta actual las

danzas de los negritos, los quetzales, los huehues, toreadores, san migueles, los santiagos,

Moros etc.

Se conmemora también la procesión de semana santa. Dentro de las tradiciones se

festeja el día de los fieles difuntos, con ofrendas de alimentos frutos y bebidas de la región

totonaca.

285

Significado de los elementos que conforman la vestimenta de la danza de los voladores

Se dice que aquí en el municipio de Huehuetla es en donde surge esta danza a la que llaman

comúnmente la danza de los voladores y después se disipó a las otras regiones aledañas,

aunque no se sabe la fecha exacta. Esta danza ha tenido mayor auge en las festividades

religiosas, particularmente en la fiesta de la Virgen de Guadalupe el día 12 de diciembre, en

las que se invita a participar a las danzas del municipio y de las localidades. Anteriormente

bailaban los santiagueros, los toreadores, los españoles, los viejitos, los san migueles, los

negritos, los quetzales, los huehues, los voladores, etc. Además de participar

tradicionalmente en la fiesta del Santo Patrón del Divino Salvador, celebrada el 6 de agosto.

La danza de los voladores del municipio de Huehuetla está vinculada al Dios Tlaloc;

los antiguos totonacos hicieron de esta danza producto de la religión católica porque según

ellos fue un regalo que les enviaron y lo tuvieron que realizar en el atrio de la iglesia del

mismo municipio.

Por los años 80 esta danza se dejó de practicar por un tiempo por la muerte de uno de

los integrantes que según cuentan no cumplió con los patrones de conducta de los ritos,

creencias de los totonacos de la región, por ello esta singular danza tiene efectos positivos y

negativos para los mismos actantes y la comunidad misma.

Los participantes de la daza de los voladores de aquel entonces tuvieron el valor de

rescatar esta espectacular danza y lo hicieron gracias a la participación de los jóvenes de la

escuela del Kgoyom, un preparatoria abierta que tiene sus instalaciones precisamente en

Huehuetla, de acuerdo al Señor Don Salvador oriundo de la localidad de Leacaman

platicaba que ―fue uno de los jóvenes de esa escuela que tuvo un sueño con San Salvador

que le decía que volvieran a practicar la danza para que nuevamente el tuviera presencia en

sus corazones, el joven le platico lo sucedido a Don San Salvador y este lo escucho atento y

esto fue lo que le respondió; tienes que cumplir con lo encomendado ,no tienes porque tener

miedo de todo esto ya que tu eres el elegido para llevar a cabo esta danza, reúne a los

jóvenes que estén interesados en practicar esta danza y si lo hizo con sus compañeros de la

misma escuela y hoy en la actualidad se sigue con lo mismo que se venía haciendo tiempos

atrás pero ya acoplándose a la misma realidad‖.

286

Esta daza ha adquirido importancia en el municipio. La indumentaria de la danza de

los voladores es de primerísima importancia porque son depositarios de poder que permiten

al ser humano común y corriente entrar en contacto con el mundo de lo sagrado. Los

integrantes de esta danza son de doce a trece. Solo cinco de ellos suben a la manzana (base

donde se coloca el caporal), en medio de esta se sitúa el caporal, que es el primero en subir

y es el que se encarga de tocar el tambor, la flauta y en el extremo de cada brazo se sitúan

los otros cuatro danzantes que simbolizan los cuatro puntos cardinales.

La danza de los voladores se practica en torno al Sol porque según ellos es el padre,

es el cenit de la luz es el guía de los danzantes les muestra el camino a donde se tiene que

dirigir y la tierra es el inframundo dueño también de la naturaleza del hombre y se realiza

para agradecer la buenas cosechas que se dan en la tierra fértil del pueblo totonaco.

Momentos antes de colocar el palo en su lugar se hace la ofrenda que consiste en un

guajolote vivo, cuatro huevos, flores de monte, café, aguardiente y tabaco, se enciende una

vela en el interior y se danza a los cuatro puntos cardinales después se prosigue a colocar la

ofrenda totonaca; enseguida se para el palo volador con lazos resistentes y palos que sirven

para apoyarse del gran peso que tiene el árbol, pero se continua con la música ritual,

finalmente terminan por asegurar la base, se bendice con aguardiente y todos participan en

una comida ritual.

287

En cuanto a los colores el verde simboliza la naturaleza que hace posible que existe vida en

la faz de la tierra, el azul al cielo, el rojo a la sangre, el amarillo a los rayos solares el negro

comúnmente los totonacos lo asocian con la muerte.

Los actuantes podían representa tal vez águilas, pájaros o calandrias, la indumentaria

es muy distinta a la otras regiones y se visten así porque según cuentan fue la manera de

interpretar el sueño del joven elegido tal y como se observa.

La indumentaria de los actantes totonacos de la danza de los voladores del municipio

de Huehuetla consiste en una camisa blanca de manga larga y cuello amplio encima se

coloca la camisa azul en la cintura y parte de abajo flecos de color blanco.

La otra pieza consiste en un calzón de manta y encima de esta se coloca el pantalón

rojo con fleco negro en la altura de la pantorrilla.

En las manos llevan pañuelos de vistosos colores que hacen lucir al danzante, en

particular encontramos el rojo, verde, azul cielo, azul marino, morado, negro, anaranjado,

amarillo, rosa etc.

En la cabeza del danzante, cubierta con un pañuelo amplio, encima lleva gorro cónico

también de colores se encuentra el color verde, rojo, azul, blanco, amarillo, morado y

terminado en la punta con siete listones de colores rojo, amarillo, azul, verde, blanco, etc.

Que podría simbolizar a los siete colores del arco iris. En la parte superior lleva un abanico

de colores.

Usan gafas negras desde que inició esta danza, hasta hoy en la actualidad se sigue

mostrando ese interés de usarlas, usan botines y calcetines negros. Observamos entonces

que hay modificaciones muy pequeñas en cuanto al atuendo totonaco. En la actualidad los

jóvenes que practican en esta danza han cambiado el traje típico y se han adaptado según

ellos a lo moderno, a través del de los botines, gafas y calcetines, pero la danza sigue

teniendo el mismo significado y el mismo valor para los totonacos.

En cuanto a la celebración de esta danza hay diferentes variantes, pero siguen con el

mismo patrón de conductas y tienen un sentido significado para la comunidad. La

indumentaria es uno de los elementos resistentes a los cambios que lo transforman.

288

La adopción de la indumentaria es ejemplo de transformación mágico – religiosa,

quien se pone un traje de danzante se impregna misteriosamente del espíritu representado

en la ropa. La indumentaria proclama la encarnación de una figura mitológica, un Dios, un

dueño, un ancestro o algún animal mítico.

Conclusión

A lo largo del presente texto se ha presentado los primeros resultados de la investigación

que estoy llevando a cabo y algunas ideas ligadas a estos puntos tan importantes para la

realización de esta; uno de los mencionados es el origen de esta danza, la indumentaria y

cómo se ha ido practicando, cómo se ha ido acoplando a los cambios repentinos del tiempo,

comúnmente esta danza ha tenido una gran variedad de variantes en cuanto a la vestimenta

pero es uno de los puntos claves la vestimenta como ya lo mencionaba consiste en una

camisa azul con flecos de color blanco, un pantalón rojo con flecos de color negro, el gorro

cónico de colores que opta cada uno de los integrantes de esta danza, además de usar gafas,

botines y calcetines negros sin olvidar los listones de colores que se ubican en la punto del

gorro cónico y los pañuelos de colores.

En la forma actual en que se practica la danza y la forma de la vestimenta observamos

que se ha ido modificando y la iglesia católica ha tenido participación en esa modificación.

Los totonacos consideran la danza de los voladores parte de la religión católica, vinculada

con las deidades de nuestros antepasados, las personas dicen que esta danza se le asocia al

sol, que es el padre celestial de los totonacos, es el ser que emerge de la creencias populares

de los totonacos. El padre Sol es el que enseñó a los hombres en la siembra y cosecha de la

milpa.

Muchas de las personas perciben a la danza como una divinidad que se ha ido

inculcando de generación en generación y que nunca tendrá un fin.

Cabe destacar que esta investigación no ha concluido, debido a que me falta reforzar

los conocimientos antes expuestos, pero poco a poco se abre la comunicación y el interés de

terminar este tipo de investigación, en esta tarea he tenido un mayor realce en cuanto a mi

289

cultura, no en su totalidad pero me acercó más a sus costumbres y tradiciones de mis

hermanos totonacos. Conocer una de las danzas ha sido mi mayor reto durante esta etapa de

mi vida, me ha sido de gran utilidad adentrarme a sus famosas danzas tradicionales, no sólo

es observarla, sino adentrase en la indumentaria que porta un sin fin de significados. De a

cuerdo a esta investigación, no sólo me beneficiara a mí como estudiante, sino al mismo

municipio, en donde muchos dejan al lado su cultura pero si lo conocieran desde adentro

hacia afuera observaran que hay sin fin de oportunidades que encierran el misticismo de la

costumbres y tradiciones del totonaco.

En esta investigación busco dar de mi parte algo que les pueda servir nuestros hijos y

los que vienen después de nosotros, para que no se olviden de sus raíces y que nunca dejen

atrás lo que está realizando para su pueblo.

290

Bibliografía

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1990 La religión de los totonacos de la sierra norte. INI, México

291

Importancia de la vestimenta tradicional en Xiloxochit, Jonotla,

Puebla

Josefina Huaxin Pochot1

La importancia de la vestimenta tradicional en la comunidad es para identificarse a sí

mismo, fortalecer su identidad. Es necesario que las jovencitas sigan fortalecido el uso de

su vestimenta porque en muchas ocasiones ya no la quieren usar porque se sienten

incomodas con el traje; las madres de familia y las instituciones educativas están buscando

que usen su vestido tradicional como uniforme escolar pero en muchas ocasiones las niñas

la usan sólo para aprobar su materia y no como un interés de ellas. Pienso que esto no debe

ser así, sino que cada jovencita debería usar su traje a su propio gusto para que ella se sienta

cómoda

Considerando lo anterior, la presente ponencia trata sobre los colores que se utilizan

en el traje típico de la zona baja del municipio de Jonotla, en donde estoy analizando los

estilos de bordado y colores de la vestimenta que existen, así como el por qué se ha

cambiado la vestimenta de la comunidad de Xiloxochit, Jonotla.-

Introducción

La mujer Jonoteca elabora su indumentaria, en la cual una mujer no compra su

indumentaria y es fácil para que la elabore ya que no le cuesta diseñar sus dibujos, porque

ella ya conoce cómo puede hacer su vestimenta tradicional, por lo que le es fácil vestirse

como ella quiera, porque lo hace a su propio gusto. Pero para una mujer que no sabe bordar,

le es difícil vestirse con su indumentaria tradicional, por lo que le resulta mejor o preferible

vestirse con la ropa de moda, que es pantalón y blusa. Una jovencita si lo permite la

economía de sus padres se viste tanto con nahuas como con pantalón; así, en muchas

ocasiones la mujer joven usa pantalón con la blusa de labor, imagen que es muy vista ahora

en las comunidades.

La mujer que no sabe bordar tiene que comprar toda la indumentaria de la mujer

fonoteca, lo que resulta ser muy caro: tiene un precio aproximado de $ 1,500 para que se

vista una mujer fonoteca. La mayoría de las mujeres de esta comunidad bordan; aunque

1 Estudiante de la UIEP

292

algunas mujeres se aprovechan de otras porque les venden sus bordados muy caros,

también hay mujeres que sus bordados son baratos.

En el presente trabajo analizo los estilos de bordados y colores de la vestimenta del

traje típico de la zona baja del municipio de Jonotla, asimismo, busco ver cuál es el motivo

de vestirse a la moda de las jovencitas y el por qué se ha evolucionado o ha cambiado la

vestimenta de la comunidad de Xiloxochit, Jonotla.

Este tema me interesa porque la vestimenta es muy bonita y nuestros abuelos se la

ponían y no se ponían la ropa que nosotros nos ponemos en la actualidad. En nuestros días

las jóvenes y los jóvenes ya no se visten de la misma manera que nuestros antepasados.

Así, la presente ponencia trata sobre los colores que se utilizan en el traje típico de la

zona baja del municipio de Jonotla, en donde estoy analizando los estilos de bordado y

colores de la vestimenta que existen, así como el por qué se ha cambiado la vestimenta de

la comunidad de Xiloxochit, Jonotla.

El texto esta organizado en cuatro apartados. El primero apartado corresponde al

marco teórico, donde definiré los conceptos que se utilizarán a lo largo de la ponencia. En

el segundo apartado se ubica a la comunidad, con el fin de situar al lector en el contexto

geográfico, social y cultural donde se da el proceso de cambio. El tercer apartado

corresponde al desarrollo del tema en donde se hablará a profundidad sobre los bordados y

colores de la vestimenta tradicional, así como de los motivos que han llevado a las jóvenes

a cambiar su vestimenta. Por último, se presenta una conclusión, en donde se presentan

algunas reflexiones finales.

Vestimenta tradicional y moda

En primer lugar, tenemos que la vestimenta esta directamente relacionada con el sistema

religioso. En este trabajo se parte de la idea de que las fiestas tradiciones indígenas siguen

patrones organizativos enseñados por los envagelizadores desde el siglo XVI de acuerdo

con la manera en que se practicaba la fe católica en esa época: desde entonces no han

sufrido muchas variaciones diferencia de lo que sucede en los centros urbanos en nuestros

días.

Pero al mismo tiempo esta enfocado con ‖… la cosmovisión es un conjunto de

elementos mas resistentes al cambio, tiene su fuente principal en las actividades cotidianas

293

y diversificadas de todos los miembros de una colectividad‖ (López Austin, 2001: 62). La

cosmovisión es una construcción indispensable para poner un pensamiento en acciones

particulares y concretas, y de ahí su necesidad constante de articularse a las

transformaciones sociales. La sociedad la caracterizan por deferentes formas simbólicas y

estructuras mentales, dichas culturas se mantienen en represtaciones sociales, se trata de

construcciones propias del pensamiento que puede definir como conjunto de informes,

creencias y opiniones.

Actualmente encontramos en las comunidades indígenas una transformación de la

vestimenta tradicional, siendo que donde antes podíamos observar la expresión de la

cosmovisión, ahora encontramos decisiones tomadas a partir de la moda.

Unir y diferenciar son las dos funciones básicas de la moda. ―La arbitrariedad con que

la moda impone algunas veces lo útil, en otras lo absurdo y en algunas otras lo práctico y

estéticamente indiferente, indica su desvinculación con las normas prácticas de la vida y

remite a otras motivaciones, como lo son las típicamente sociales.

La moda puede adoptar en ocasiones contenidos prácticamente justificados Las

formas sociales, el vestido, los juicios estéticos, en una palabra, el estilo en que se expresa

el hombre está sometido a una constante mutación debido a la moda‖ (Gómez Reyes,

2006).

El sistema de la moda define las prendas que deben vestirse, al conferirles belleza y

atractivo; a veces sugiriendo un contenido artístico, con lo cual busca darles sentido estético

a la práctica diaria de vestirse. La moda emerge de un tipo particular de sociedad en la que

es posible la movilidad social, y es por ello un sistema complejo, en tanto que se trata de un

fenómeno cultural, y al mismo tiempo productivo y tecnológico, comercial y de mercado.

Asimismo, no todas las modas son adoptadas por todos los públicos. Otros factores

importantes son los vínculos históricos que tiene el traje tradicional y, en la vida cotidiana,

el contexto social en que el individuo se desenvuelve. En este trabajo consideramos que la

vestimenta tradicional forma parte del sistema de creencias y refleja la cosmovisión y las

formas de expresión de la religiosidad popular. Sin embargo, en tiempos recientes, también

es utilizada y pensada desde la perspectiva de la moda.

294

En las páginas siguientes analizamos las transformaciones en el significado de la

vestimenta tradicional y la forma en que las jóvenes de Xiloxochit van incorporando

nuevos elementos en función de la moda.

Ubicación de la comunidad de Xiloxochit

La comunidad de Xiloxochit, Jonotla es una comunidad pequeña que tiene una población

de 32 familias. La comunidad pertenece al municipio de Jonotla, pero se encuentra

separada de él, porque parte del territorio de Cuezalán divide la zona baja de la alta. Su

principal actividad económica es la agricultura del maíz, ajonjolin y pipían.

En la comunidad los jóvenes prefieren ir a la ciudad y no estar en su propio pueblo

porque ellos dicen que en su pueblo no hay trabajo, pero en la realidad trabajo si hay, lo que

no hay es el dinero, entonces casi la mayoría de los jóvenes se van para la ciudad a trabajar.

Pero lo más triste es que los jóvenes que se van para la ciudad se olvidan de su propio

cultura y ya no quieren participar en las diferentes actividades de la comunidad, por

ejemplo, en las faenas.

En la fiesta patronal y entre otras actividades que se realizan dentro de la comunidad

y una de las actividades es de participar para la organización de la comunidad, en donde

encontramos diferentes cargo como los de: Inspector comunitario, que es una persona que

se encarga de ver que le falta la comunidad con base en las necesidades que existen dentro

de la sociedad, esta persona sólo recibe una recompensa y no un sueldo, es por eso que la

gente no quiera participar; los policías, que son 6 personas que sólo ven o vigilan en cuando

hay un baile, pero ellos no reciben nada a cambio por el servicio que hacen; Topiles, son

personas que van a las casas para avisar cualquier mensaje que se tenga para cualquier

persona; Fiscales, que son personas que deben ver la iglesia cuando haya fiesta patronal o

algún evento que tenga que ver con la iglesia. Todas estas personas tardan tres años y se

cambian cada 1 de mayo y empiezan a trabajar el 1 de enero.

295

Dentro de la comunidad hay pocos servicios. Sólo tenemos agua potable que apenas

empezó a funcionar, luz eléctrica, una escuela primaria y una escuela preescolar de

CONAFE.

Hasta el momento, en esta comunidad todos son hablantes de la lengua materna

náhuatl, la mayoría de la población lo habla y hay una minoría de la población que domina

el español, pero nadie tiene como lengua materna al español, porque todos los que la

dominan, lo hacen porque fue aprendida en las diferentes instituciones en que han cursando

sus estudios. Las personas que no van la escuela son las personas que sólo hablan la lengua

náhuatl, aunque cabe destacar que en esta comunidad a los niños que van en la escuela

primaria no les enseñan el español, porque a los niños les hablan en la lengua materna; los

profesores que contratan en esta institución son hablantes de su lengua materna de la

comunidad, es por eso que a los niños se les hace difícil aprender a hablar en español.

Esta comunidad no tiene comunicación con la cabecera municipal, ya que se

encuentra totalmente retirada y para llegar a la cabecera se tiene que trasbordar. Para llegar

a la cabecera hay dos vías, una corta y otra larga. La vía corta es de dos horas y media y la

296

vía larga es de tres otras. Por la vía corta es más barato el pasaje, pero la carretera esta en

muy malas condiciones partiendo desde la cabecera así abajo se llega a Tuzamapan después

Tetelilla mas adelante esta zorrillo, después de este pueblo se encuentra reyes de Vallarta,

mas adelante esta la junta auxiliar que es san Antonio rayón de ahí mas adelante está

Tecpantzingo, a unos minutos se encuntra Xiloxochit., mientras que por la vía larga es más

caro el pasaje, pero con mejores condiciones para el viaje partiendo desde la cabecera

primer pueblo esta Tepetitlan mas adelante Tenextepec luego equinita y después de

Cuetzalan. Después está Acaxiloco, más abajo esta Xiloxochico, Santiago Yancuitlalpan,

después esta Tepetitan, otra vez se llega a la junta auxiliar de San Antonio Rayón y más

adelante esta Tecpantzingo y por último Xiloxochit

La vestimenta de Xiloxochit

La vestimenta tradicional es un traje que identifica a cada pueblo, en el caso aquí analizado,

principalmente los hombres ya no se visten de la forma tradicional, en algunos casos sólo se

visten de esta forma pero lo portan como traje de gala, siembre con el animo de provocar la

reflexión sobre la vestimenta como factor de la identidad de un pueblo, como parte de una

actividad productiva y artesanal en donde muchas artesanos se comparten distintos

conocimientos sobre la elaboración de la vestimenta, el diseño, bordados de aguja y tejidos

de los trajes.

Comúnmente la participación en la elaboración artesanal de la vestimenta es de las

mujeres, aunque también existen hombres que elaboran tejidos, pero no es común ver que

estén en una organización.

En la comunidad de Xoloxochit, la vestimenta se ha venido perdiendo por diferentes

motivos, por un lado por la discriminación de que ha sido objeto la gente del pueblo, lo cual

ha ocasionado que la información sobre la vestimenta tradicional no haya sido trasmitida de

generación en generación; por otro lado, porque en la comunidad no se han conservado

completas estas prendas. Dichas prendas actualmente se encuentran en forma aislada en

algunas casas, en donde cuentan con quexquemit (capa redonda elaborada en telar de

cintura), en otra casa una falda, en otra casa una blusa de labor, entre otras prendas que se

tiene pero en forma ya aislada.

297

Entonces se ve la dificultad para reunir todas las prendas, principalmente al buscar

estas prendas cuando a una niña o una señorita se las piden en la escuela, y para no reprobar

su materia se da la necesidad de portar dicha vestimenta. Yo siento que cuando nos hacen

que nos pongamos ropa que no nos gusta, pues uno siente como una obligación utilizar la

vestimenta y no se hace por convencimiento.

Esto a veces ocasiona muchos problemas porque nosotros como jóvenes hacemos

para que se pierda nuestra vestimenta tradicional, a pesar de que existen señoras que

elaboran camisas de labor, fajas, huipiles para que nosotros no tengamos que vestirnos de

otra manera, sino que ellas tienen el interés que nosotros como jóvenes aprendamos a

bordar nuestra propia vestimenta y no tengamos que comprar nuestras prendas, pero a

nosotros no nos interesa lo que tenemos, sino que nos gusta gastar y vestirnos a la moda. A

continuación presento algunos de los elementos que conforman la vestimenta tradicional en

Xiloxochit, para después analizar los cambios que se han venido dando.

En esta comunidad existen tres colores diferentes de cada indumentaria que se pone

una mujer fonoteca. Por ejemplo, entre las nahuas existen de tres tonos diferentes y se lo

ponen cada mujer dependiendo como ella se acomode y el color que le guste, los colores de

las nahuas son: azul fuerte, azul bajo y el blanco.

Las fajas son de tres tonos también, uno de ellos es de color bajo, pero con bordado,

lentejuelas y algunos adornos, el otro es color rojo claro y el último es el color rojo fuerte.

Las fajas son tejidas, a este tejido se le elabora con el telar de cintura y reciben el mismo

nombre del bordado del huipil, porque casi lleva el mismo proceso de tejido.

298

Estos tejidos también tienen los mismos colores que las nahuas, pero el huipil tiene algunos

dibujos, como la camisa o las blusas de labor que conocemos nosotros que son de mil

colores, de colores bajos y fuertes, en las blusas se usan alrededor de veintitrés colores para

elaborar esta prenda, pero lo más interesante es que hacen distinguir a una mujer adulta de

una jovencita: lo que las haces diferentes son los dibujos. En las mujeres adultas llevan

venaditos, guajolotes y árboles mientras que la falda es recta-, en las chavas son flores y

arbolitos pequeños y la falda es de forma comercial es aquella falda que las muchachas

prefieren comprar la falda ya hecha y no hacerla o coserla porque según ella les sale mas

barata y la mismo tiempo se les hace mas fácil de usarlo porque solo se lo enredar y ya y la

otra es mas difícil de enredarlo.

299

Respecto a los colores he encontrado el siguiente significado:

Rojo: es para el mal ojo de los niños menores y jóvenes

Amarillo: Representa al sol Azul: Representa al cielo

Verde: Representa a nuestra madre naturaleza

Negro: Muerte, oscuridad y tristeza

Gris: Son las piedras

Café: Nuestra madre tierra

Blanco: Las nubes

Rosa: Las flores

Cabe destacar que en cada pueblo o junta auxiliar tiene muchas formas de vestirse lo

mas notorio de la vestimenta es la blusa de labor porque cada pueblo tiene diferentes

bordados en la cual la señora Leonor hizo una comparación en colores de las blusas con las

comunidades aledañas ala comunidad donde ella vive las comunidades donde menciono

son los siguientes:

En san Miguel Tzinacapan la camisa de labor es de color azul, anaranjado, y negro

pero no es combinada, sino de un solo color.

En Reyes Ogpan las blusas son de colores fuertes y son combinadas y la que más

sobre sale es el color morado.

En Tacuapan blusas son de colores fuertes y bajos, combinadas.

En Tepetitan son de colores fuertes y combinados.

En una de las entrevistas realizadas una señora comentó que nosotros como jóvenes

nos vestimos de nahuas sólo en eventos sociales y que actualmente el vestuario tradicional

de las jovencitas ya no es la original porque antes las personas no utilizaban huaraches si no

que eran descalzas y actualmente ya todas nos ponemos huaraches en plataforma, pulseras

y otros adornos. Ella comentaba que esto ha sido ocasionado por la moda.

En ocasiones solo se visten de estas formas en las fiestas patronales, pero es muy raro

ver a hombres jóvenes vestidos de esta forma. Las que se le ves más común son las

jovencitas, pero no es la misma vestimenta que antes lo usaban, sino ya es incompleto,

porque ahora ya no se ponen las mascahuas que es un tocado que se lo ponen en la cabeza y

encima se lo colocan un huipil y antes era lo elemental para la vestimenta tradicional

jonoteca ya que era un elemento muy usual para asistir una fiesta, pero actualmente ya no

300

se usa como elemento cotidiano, sino como un elemento simbólico para conservar esta

cultura de nuestros antepasados y no perderla.

En nuestros tiempos este elemento tradicional sólo se usa para eventos muy

especiales; por ejemplo, las mascahuas son muy utilizadas en las coronaciones de las reinas

tradicionales que son practicadas en las diferentes comunidades indígenas de la Sierra

Norte de Puebla; por ejemplo, en el municipio de Cuetzalan, es un lugar donde se práctica

este evento y se realiza en la feria, que es el cuatro de octubre de cada año. Se realiza

también en la comunidad de Tecpantzingo, Jonotla el día 13 de diciembre de cada año.

Estas son algunas de las comunidades donde se sigue utilizando y en donde se ve toda la

vestimenta completa, pero sólo en ocasiones especiales. Es por ese motivo que estoy muy

motivada en conocer los cambios por los que ha pasado la indumentaria de esta comunidad.

Actualmente lo elemental de las nahuas son las pulseras y las diademas, ya no son

descalzas, ya usan huaraches y entre otras cosas más que usan cuando se visten de nahuas.

Entonces quiero conocer por qué se ha evolucionado nuestra indumentaria, pero sobre

todo en los colores de las camisas de labor y de todo las nahuas y la indumentaria de los

hombres, porque en ellos también tienen un cambio en su vestimenta porque la tela que

antes lo usaban para hacer sus trajes ya no es la misma.

Me sorprende ver ahora tanta variedad de colores diferente y telas deferentes para la

vestimenta. Un ejemplo bien claro es de las mujeres que antes usaban la tela blanca para

sus nahuas y ahora es azul. Entonces es por eso que quiero hacer la investigación para dar a

conocer el por qué las diferentes vestimentas que ha hecho este cambio, para saber si esto

nos ha beneficiado o nos ha perjudicado.

Actualmente tengo unos talleres que estoy aplicando en mi comunidad sobre estas

prendas, pues me he dado cuenta que a las jovencitas si les interesa aprender pero el

problema que existe con ellas es que no les da tiempo para poder tejer, sólo tratan de

hacerlo para que no me queden mal. Este problema que enfrentan las jovencitas es porque

están estudiando y les dejan demasiados trabajos en la escuela, pero si hacen el esfuerzo de

aprender. Me da mucho gusto que tengo apoyo de parte de las madres de estas jovencitas y

me da gusto que sus madres les apoyen y les den esta oportunidad de aprender a tejer su

propia indumentaria.

301

Conclusiones

Hace falta seguir heredando la vestimenta a nuestros hijos, pero al mismo tiempo hacer

investigaciones para poder registrarlas, para que no sólo se hable, sino también se tenga

material para que los niños después lo puedan consultar, porque en nuestros días no

tenemos ningún material para que se consulte las formas y el significado de la vestimenta

tradicional, en donde tenemos mucho material de otros temas; por ejemplo, de medicina

tradicional si hay material pero de esta investigación que estoy haciendo no existe material.

Esto se tiene que hacer para que no se pierda, porque es parte de nuestra cultura que

nos han dejado nuestros abuelos y que así nosotros podamos seguir heredando y poder dejar

cosas maravillosas de esta vestimenta tradicional y al mismo tiempo dejar huellas para que

nuestros hijos también hereden a sus hijos.

Y que mejor sería no sólo escribirlo si no también llevarlo a la práctica, porque en

muchas ocasiones sólo tratamos de escribirlo, pero no lo llevamos a la práctica.

302

Participación de los jóvenes en la danza de los negritos en la

Comunidad de Tetelilla de Miguel Islas, Tuzamapan, Puebla

María del Carmen Juárez Castañeda1

Resumen:

La presente ponencia trata sobre la danza de los negritos en la Comunidad de Tetelilla de

Miguel Islas, Junta Auxiliar del Municipio de Tuzamapan de Galeana, perteneciente a la

Sierra Norte de Puebla. La danza de los negritos se practicaba hace mucho tiempo en dicha

comunidad, pero en los últimos años el ánimo por participar decayó al grado de que está

desapareció, es ésta una de las razones por las que quiero abordar este tema.

El objetivo primordial de este texto es analizar las causas de por qué los jóvenes ya no

quisieron participar en la danza. La finalidad de esta investigación es para que la gente de la

comunidad se de cuenta de la importancia que tiene la danza como una forma de expresión de sus

conocimientos y sus tradiciones.

Introducción

Hablar de cultura es adentrarnos a un sin fin de dimensiones, debido a la amplitud de

elementos que la conforman; en este trabajo planteare el tema que voy a desarrollar en las

próximas paginas, el cual titulo ―La desaparición de la danza de los negritos en la

comunidad de Tetelilla de M. Islas.”

Creo importante abordar este tema porque considero que la danza es una de las

manifestaciones culturales más importantes que tienen las comunidades indígenas, porque

es a través de ellas donde la gente expresa parte de su conocimiento cultural, ya que es una

forma de comunicación que se procesa de acuerdo con la cultura y con la sociedad

existente.

1 Estudiante de la UIEP

303

Es muy importante recalcar que la danza de los negritos que existía en Tetelilla

desapareció totalmente, pero que esto no impide que las danzas de otras comunidades

vengan a participar en las festividades religiosas, aunque los integrantes no sean de la

comunidad. Así, la intención de este trabajo es hacer una investigación de las causas que

propiciaron que la danza desapareciera y que con esto la comunidad perdiera una parte de

su identidad cultural ya que la danza de los negritos fue en algún momento un elemento de

identidad colectiva para la población.

La ponencia esta dividida en 5 apartados; En el primero se discuten algunos

conceptos que me han ayudado a analizar los datos obtenidos a través de la investigación.

En el segundo apartado ubico a la comunidad y hago una pequeña descripción sobre ella.

En el apartado tres describo la forma de como se practicaba la danza en la comunidad y la

forma en que se realizaba la propia danza. En el penúltimo apartado realizo algunas

aproximaciones de cuáles fueron las causas que propiciaron la desaparición de la danza.

Finalmente, en el último apartado llego a algunas conclusiones.

I. Marco teórico

Para abordar este tema me he ido basando en varios conceptos, expuestos por autores

diferentes, expertos en el tema que manejan. Estos conceptos se relacionan con el tema que

estoy desarrollando y que son de gran importancia para la investigación.

Ya que el tema de danza es amplio creo conveniente dar una pequeña definición de

como es considerada una danza en una comunidad indígena. Podemos decir que ―las

danzas adquieren un papel relevante como elemento de identidad colectiva, de estatus

social y religioso dentro de la comunidad. La danza se convierte en el elemento lúdico de la

fiesta, encarna el juego entre múltiples personajes que interpreta la danza‖ (Cox; 1972)

Es muy importante mencionar que en las danzas no solo expresamos lo que

queremos transmitir si no que también es importante señalar que en la ejecución de la

danza se proyecta todos los ―.. mitos y periodos rituales, donde se hacen intrínsecas las

luchas entre fuerzas sobrenaturales; también se sintetizan momentos históricos‖ (Juárez;

1995:84-85).

304

En este sentido, en los movimientos, colores, formas y la manera de interpretar cada

parte de lo que observamos ponemos en juego la cosmovisión; podemos entender que ―La

cosmovisión está compuesta por un conjunto de elementos resistentes al cambio, tiene su

fuente principal en las actividades cotidianas‖ (López Austin, 1996, p. 62). La gente de las

comunidades en especial las personas mayores se resisten a cambiar la forma de pensar que

ellos tienen desde su nacimiento y no aceptan modificarlo ya que lo consideran como un

conocimiento sagrado por el hecho de que fue transmitido y respetado por sus antepasados.

La danza pertenece a las costumbres y tradiciones de una comunidad. Por tradición

entendemos―… un acervo intelectual creado, compartido, transmitido y modificado

socialmente, compuesto por representaciones y formas de acción, en el cual se desarrollan

ideas y pautas de conducta con los miembros de una sociedad‖ (López Austin y López

Lujan, 1996: 62).

Los cambios que van sufriendo las comunidades se debe a las formas de

comportamiento adquiridas de otros lados; uno de los principales cambios que se notó en la

comunidad fue el cambio económico partiendo de ―… actores sociales que han cambiado el

sentido religioso, desacralizando objetos que antes sólo se usaban en rituales y ahora a

parecen como artesanales, cuyo principal valor reside en su carácter exótico y estético-

ornamental‖ (Juárez; 1995:47). Actualmente las personas ya no le dan el valor que tienen

nuestras costumbres y tradiciones si no que lo ven como algo comercial y de donde pueden

obtener algún recurso económico.

Así, en la presente investigación partimos del entendido de que la daza es una

manera de expresarse de las comunidades indígenas partiendo del sentido de que gracias a

ellas la gente transmite sus conocimientos pero debido al cambio social que ha tenido la

comunidad, el pueblo ha adquirido nuevas formas de comportamiento esto gracias a la

aculturación que han tenido las comunidades.

A continuación hablare a grandes rasgos de la comunidad donde estoy llevando a

cabo la investigación.

305

II. Tetelilla de M. Islas

La población de Tetelilla de Miguel Islas se encuentra ubicada en Sierra Norte del Estado

de Puebla; fundada alrededor del año 1600 es una Junta Auxiliar perteneciente al Municipio

de Tuzamapan de Galeana y al Distrito de Tétela de Ocampo.

El nombre de Tetelilla se deriva de la lengua náhuatl: Tetel (piedra o cerro) y Ijiac

(tabaco), que quiere decir Tetelijiac (lugar de donde nace tabaco sobre la piedra o cerro).

Según versiones de los habitantes de la localidad se le dio el apellido de Miguel Islas,

para diferenciarla de otras comunidades con el mismo nombre y en honor al militar Miguel

Islas, originario de Tétela de Ocampo, el cual participó en la heroica batalla de puebla el 5

de mayo de 1862.

Esta comunidad es considerada trilingüe porque existen tres diferentes lenguas que

son el náhuatl, español y totonaco. Pero la lengua predominante entre la gente mayor es el

totonaco.

Figura 1. Ubicación de la comunidad

Fuente: alquicira.com

TETELILLA DE

M. ISLAS.

306

Tetelilla cuenta con una extensión de 25 kilómetros cuadrados y se encuentra ubicada

aproximadamente a 440 metros sobre el nivel del mar. Al norte limita con Reyes de

Vallarta, Tuzamapan, Pué.; al sur con el municipio de Jonotla; al poniente con el municipio

de Tuzamapan de Galeana; al oriente con el río Tozán (Cuetzalán) y al noreste con el río

Zempoala y el municipio de Zozocolco de Hidalgo, Veracruz.

En la comunidad se realizan varias actividades económicas que han permitido que la

comunidad vaya progresando, entre las más importantes se encuentran: la agricultura,

actividad a la que se dedica la mayor parte de la comunidad, y la ganadería, pero esto sólo

abarca un sector pequeño de la población. Como ocupaciones asalariadas podemos

mencionar a: los albañiles, carpinteros, peones, jornaleros, chóferes, que generalmente

ganan un poco menos del salario mínimo.

Las madres de familia se dedican a las labores del hogar y al cuidado de los hijos. Los

adolescentes y niños también ayudan en las labores del campo para aportar el sustento de la

casa. Otros se dedican al comercio vendiendo frutas, carnes y legumbres ó estableciendo

pequeños misceláneas.

Una actividad que aproximadamente en los últimos 10 años ha tomado gran

importancia es la comercialización del mamey, un producto que es propio de la comunidad.

La comercialización del mamey ha acaparado a gran parte de la población, en su mayoría

jóvenes que dejaron sus estudios por dedicarse a esta actividad.

La comercialización del mamey es muy remunerable ya que es considerado uno de

los productos mas cotizados, por ejemplo; una pieza de esta fruta llega a valer alrededor de

$80.00 dependiendo del tamaño. Esta actividad se basa en la compran de la cosecha de

mamey a señores de la comunidad que tienen en sus terrenos arboles de esta fruta y que

llegando la temporada de maduración venden su producto a los jóvenes comerciantes. Una

cosecha de mamey llega a valer alrededor de $2000.00. Posteriormente, los que compran se

encargan de cortarlo y después de llevarlo a otros lugares donde se encargan de venderlo

entre estos lugares se encuentran principalmente la Cd. de México, Querétaro, Sonora,

Guerrero y Puebla. En estos lugares la fruta les es muy bien pagado dependiendo si es

vendida por pieza o empacados en costales o rejas.

307

Las personas que se dedican a esta actividad son llamados ―mameyeros‖ por la gente

de la comunidad, y así son reconocidos. La gente de la comunidad ya los identifica pues el

hecho de haber salido de la comunidad y conocer otras formas de vida los ha hecho jóvenes

en momentos agresivos. Los mameyeros tenían una forma de vestir y pensar diferente; la

mayoría de los mameyeros ya tienen una camioneta propia y una casa mejor.

Los mameyeros tiene por patrona de la actividad que realizan a la virgen de Juquila y

por esta razón cada año lo mameyeros en conjunto se dirigen a la ciudad de Oaxaca en

peregrinación y la comunidad también ha adoptado esto, pues la comunidad participa junto

con los mameyeros en organizar una pequeña fiesta a la virgen y de recibimiento a la

llegada de los peregrinos, esto año con año; por esta razón puedo decir que los mameyeros

son aceptado por la comunidad.

Otras actividades que han llegado recientemente a la comunidad son la contratación

de personas para ir a cortar uvas al estado de Sonora y jitomate al estado de Jalisco, por esta

razón, hay temporadas donde la comunidad se queda con poca población esto en los meses

de abril, mayo y junio principalmente después de esta temporada la gente regresa a estar un

tiempo con su familia y transcurrido un tiempo se vuelven a ir.

En resumen, podemos decir que la comunidad cuenta con servicios de agua potable,

electrificación, drenaje, alumbrado público; así como también con instituciones educativas,

servicios de salud, el servicio de un centro comunitario de aprendizaje, servicio de teléfono,

medios de transporte y un conjunto de costumbres y tradiciones que se han visto

transformadas por la transformación en las actividades económicas… En el siguiente

apartado abordo la forma en que estas transformaciones se han visto expresadas en la

perdida de la danza de los negritos en Tetelilla.

III. Forma en que se practicaba la danza de los Negritos en Tetelilla.

Como antecedente histórico podemos decir que la danza de los negritos llegó originalmente

al municipio de Jonotla, donde un señor de nombre Epifanio Mora tocaba el violín y

308

organizó un grupo de danza que comenzó a participar en las fiestas patronales de

comunidades circunvecinas.

Posteriormente se conformó un grupo de danza en Tuzamapan de Galeana y en este

grupo participaba el padre del caporal que participaba en el grupo de danza del grupo de

Tetelilla, don Rogelio, quien pasado algún tiempo se fue a radicar a la comunidad donde

formó un nuevo grupo de danza y les enseñó a bailar los sones con sus respectivos pasos y

a otra parte les enseño a tocar los instrumentos para ejecutar la música.

La danza se practicaba desde hace más de 20 años en la comunidad al iniciar tuvieron

que solicitar su vestuario a la autoridad municipal y a organizaciones que tenían relación

con la cultura como la CDI y al obtenerlo comenzaron a salir a bailar en la comunidades

vecinas. Al iniciar a participar en la danza, los integrantes tenían que realizar una promesa

de bailar durante un periodo de 4 años, al cumplir este tiempo podían volver a hacer la

promesa o descansar por un tiempo.

Así fue como la danza llegó a la comunidad de Tetelilla, a través de un préstamo que

se hizo del municipio de Jonotla. A continuación describo la forma en que la danza se

llevaba a cabo, así como parte de su significado y los elementos que la conformaban.

Según la historia, la danza de los Negritos se originó desde que el cura Miguel

Hidalgo dio el grito de independencia. Desde entonces los españoles habían traído a los

negros a trabajar la panela y también fueron adquiridos como esclavos, pero con el

movimiento de independencia ellos se liberaron.

Conforme a la tradición, lo que la danza representa es que el negro viejo (caporal), al

estar trabajando en la panelera es mordido por una víbora, y es entonces cuando sus hijos

(los demás danzantes) forman 2 hileras y una de ellas pide que se le celebre una misa y la

otra pide que se haga un responso (rosario) para curarlo, entonces comienzan a bailar

alrededor acompañados de música y de varios pasos.

En lo que respecta al significado de su vestuario se puede señalar que se visten de

color negro porque representan a los esclavos negros y el fleco que llevan colgado en el

sombrero es para cubrirse la cara, ya que como ellos no tienen el color de piel totalmente

negra lo simulan de esa manera.

309

Algo que ellos utilizan es la colocación de espejos en el sombrero que significa la

luz que ellos vieron el día de su liberación, al igual que la decoración de su ropa con

lentejuela formando imágenes religiosas en señal de gratitud y adoración a Dios.

Al llevarse a cabo la danza existen diferentes sones, entre los que destacan: Frente a

frente, La cuarta, El zapateado, Vandalaire, El listón, La cruz, el compromiso y el son de la

maringuilla, entre otros. Cada uno de estos sones es una oración de gratitud por su

liberación.

El grupo de danza estaba formada por 11 integrantes y una maringuilla que es

representada por una niña que representa en algunas partes a la esposa del caporal y en

otras a la hija en el caso de Tetelilla la maringuilla representa a la hija del caporal. Cada

integrante de la danza tienen sus respectivos nombres y se forman en 2 hileras para poder

ejecutar la danza, tal como se muestra a continuación:

--Dominguillo. --Caporal. --Escribanillo.

--Gasparito. --Lecherillo.

--Baltasar. --Maringuilla. --Ponchito.

--Periquillo. --bastosolillo.

--Totopixque. --Pequenino.

Con respecto a la vestimenta que los jóvenes que integraban el grupo de danza en Tetelilla

utilizaban podemos decir que su atuendo constaba de un sombrero negro decorado con

listones, también con espejos alrededor, flores de papel y un fleco negro que les cubría la

cara. Portaban una camisa blanca y encima de ella cruzaban de extremo a extremo pedazos

de tela de colores decorada con imágenes religiosas bordadas con lentejuelas que relucían

con los rayos del sol y fleco de color. También utilizaban pantalones de terciopelo negro de

igual manera bordados y decorados, sus botas negras y como accesorios en las manos

tenían las castañuelas que sonaban al compas del son, listones de colores en los puños y en

especifico la maringuilla lleva una canasta en la cual lleva la víbora.

Este era el atuendo que utilizaban los integrantes de la danza en la comunidad y en

general esta es la forma de vestir en otras comunidades donde aun existe esta danza.

310

En la danza participaban en su mayoría personas mayores, que eran las que iban al

frente de las hileras, uno de ellos que era considerado el más importante es el caporal.

El caporal que además de ser quien dirige a la danza también tenia como obligación

citar a los demás integrantes a los ensayos, guardar con mucho cuidado documentos que

tenían alguna relación con la danza.

De esta manera era la forma de cómo se organizaba y participaba el grupo de danza

de la comunidad; sin embargo, con el tiempo las personas se sintieron cansadas o lograron

cumplir su tiempo que habían prometido, esto propicio que los jóvenes se empezaran a

incorporar a la danza. Al principio todos participaban con gusto y mostraban un gran

interés; pero al paso del tiempo las ganas de los danzantes por seguir bailando los sones fue

decayendo, hasta que actualmente ya no es representada.

En el siguiente apartado describiré algunas de las causas que propiciaron que el

interés de los jóvenes terminara y con esto se llegara a la desaparición de la danza.

IV. Primeras aproximaciones a los factores que propiciaron la desaparición de la

danza.

Gracias a entrevistas, pláticas y algunas lecturas que he realizado me he podido dar cuenta

de lo siguiente.

Puedo decir que algunos motivos que propiciaron que la danza se dejara de practicar

es que dentro de la misma danza ya no existía una buena organización, lo cual provocó el

desacuerdo entre los mismos integrantes, así como también el descontento y la negación a

participar en compromisos posteriores, por ejemplo; algunos ponían una hora para ensayar

y llegaban a otra, esto provoco la molestia de integrantes que dejaban sus actividades por

llegar puntual. Esto fue por que cada integrante de la danza tenían diferentes actividades

que realizar, algunos tenían que ir a trabajar al campo y llegaban tarde; otros eran

deportistas y salían a competir a otras comunidades y algunos otros pues decidían no ir;

debido a estos factores no lograban llegar a un acuerdo en conjunto.

311

También influyó mucho la falta de interés por parte de los jóvenes a participar, ya que

para ellos la danza ya no era importante, debido al cambio de cosmogonía de las nuevas

generaciones, pues la veían como una forma de reconocerse como indígenas o creían que la

población con un estatus más alto se iban a burlar de ellos. Esto principalmente se debió

por la llegada del internet a la comunidad, así como un mayor fomento al deporte, y las

ansias de conocer otros lugares y obtener un mayor ingreso económico aquí el principal

factor que influyo fue la comercialización del mamey.

Entre otras causas puedo también mencionar la migración a las ciudades. Este es un

factor primordial y muy importante ya que debido al movimiento de la población a las

ciudades la población que radicaba en la comunidad disminuyó y lo jóvenes que quedaron

ya no quisieron participar.

Los jóvenes comenzaron a desesperarse debido al problema económico que tenían y

comenzaron a buscar nuevas y mejores rutas de trabajo, no importando las distancias que

tuvieran que recorrer, lo importante era que el trabajo le fuera remunerable y que pudieran

sacar adelante a su familia.

Como se señaló anteriormente en la comunidad existen diferentes actividades que les

son más atractivos a los jóvenes no sólo por la forma de realizarlas, sino porque les son

remunerables; es decir, les generan ingresos económicos.

Algunas de estas actividades es la venta de productos naturales que se producen

dentro de la comunidad como es el mamey, que es el producto que más ingreso económico

genera, así como la naranja, la lima, el mango y el plátano que son productos de menor

remuneración.

También existen temporadas de cosecha de café y pimienta que son

actividades donde la mayoría de los jóvenes participan en la recolección de estos

productos, en sus terrenos familiares o en ajenos.

Son estas las causas principales que propiciaron que la danza desapareciera,

la aculturación influyó de una manera drástica para que la generación cultural

cambiara al grado de extinguir estas expresiones culturales, características no sólo de la

comunidad, sino también de la región.

Uno de los principales valores culturales que conserva una comunidad es la herencia

cultural, algo que predomina a través de generación y que se va extinguiendo por los

312

cambios que se presenta en la sociedad. Hoy en día, la gran meta es revalorar y rescatar esa

herencia cultural.

V. Conclusiones

En resumen puedo decir que la desaparición total de la danza en la comunidad forma

parte de la perdida de la identidad, ya que era una forma de expresar y reconocer a la

gente. Esto se debió a cambios, sobre todo, los que se están dando en la economía y los

cambios en las formas de vestir, la forma de las casas y las relaciones al interior de las

familias fueron notorias.

Todo esto se relaciona con la gran presencia de la globalización, no sólo en

la comunidad donde realicé mi investigación, sino en toda las regiones indígenas que

ha traido como consecuencia la perdida de grandes saberes culturales, no sólo de

danzas, sino de tradiciones y costumbres propios de las comunidades.

Mi investigación va dirigido a la población en general, para que sienta la inquietud

y el interés de conocer más acerca de la historia de la danza y saber los motivos que

llevaron a su desaparición.

Espero que en las páginas de mi investigación se encuentren las respuestas a las

dudas que la gente pueda tener y que los motive a reflexionar de que tan importante fue

tener un grupo de danza que nos caracterizó y nos distinguió frente a otras comunidades.

De igual manera espero que en un futuro no muy lejano se llegue a formar un nuevo

grupo de danza que participe en las fiesta patronal de nuestra comunidad, al igual

que en las fiestas patronales de otras comunidades como lo hacían antes y como

nunca debieron dejar de hacerlo.

313

Una vida para vivirla en pareja:

Diadas intersexuales entre los Totonacas de Huehuetla como estrategia de

maximización socio-ecológica (Kgoyomes, emparejamiento selectivo, preferencias intersexuales, valores, cooperación)

. Ramón Patiño Espino1

Sinopsis

Los Kgoyomes (Totonacas de la Sierra del Municipio de Huehuetla) conciben a sus dioses

originarios Kinpuchinakán (dios padre) y Kinpaskatsikán (diosa madre) como entes

heterosexuados, monogámicos y complementarios, unidos en una pareja avenida merced a

la fuerte consonancia de personalidades que se equilibran y refuerzan, representada por el

sol y la luna, el cielo y la tierra y otras divinidades pareadas. Fruto de su unión, en las

leyendas tradicionales les es atribuido el origen de las fuerzas de la naturaleza y de los seres

vivos, incluida la humanidad misma con su inmenso catálogo de rasgos personales.

Así es en el cielo, como en la Tierra: el emparejamiento selectivo de los dioses es un

probable correlato de la alta concordancia intersexual registrada en los valores morales de

la población, el fuerte apego a sus normas de costumbre y la similitud de preferencias en

imágenes de búsqueda de pareja por parte de ambos sexos. No es que los estereotipos

sexuales no estén fuertemente señalizados en los individuos; por el contrario, los roles

tradicionales masculino y femenino son fácilmente distinguibles, lo mismo en tareas

productivas que en las funciones familiares y sociales. Así, cada parte distingue la pauta de

conducta a seguir para llegar a la conformidad social, partiendo desde las díadas

intersexuales hasta los sistemas de colaboración colectiva fuertemente institucionalizados

por la tradición. Como probable consecuencia de ello, ha evolucionado la cooperatividad

intensa que les singulariza, presente en mecanismos de ayuda tales como el mano-vuelta, el

apoyo y el servicio (formas concretas de altruismo mutualista, reciprocidad directa e

indirecta y altruismo comunitario, respectivamente), con los cuales se maximizan sus

oportunidades de ajuste al restrictivo ambiente socio-ecológico en que habitan, al tiempo

que enfrentan la ardua misión de preservar su identidad étnica.

1 Posgraduado en el Departamento de Psicología Evolucionista y Ecología de la Conducta de la Escuela de Biología.

Facultad de Ciencias de la Universidad de Liverpool

314

Introducción

Un día me contaron los más viejitos en el Totonacapan que Kinpuchinakán (Dios Padre

Totonaca) soñó el mundo. Cuando despertó resolvió que todo lo soñado era posible y que los

hombres tenían derecho a ser creados para vivir en la felicidad. Entonces platicó su sueño a

Kinpaskatsikán, Dios Madre, y ella estuvo de acuerdo en que era un sueño vivible.

Kinpuchinakán se puso a trabajar en nuestro mundo que resultó lleno de belleza y felicidad, de

unidad en comunidad, de gran amor entre los hombres y de grandes obras que nacieron del

trabajo por servicio y de mano-vuelta… (Fragmento) (Edmundo Barrios Marbán, 1998).

El maíz ha sido desde siempre el principal insumo del que se alimenta la población

Totonaca; hasta el 80 % del ingreso calórico es suministrado por esta planta, para no

mencionar la sinergia del maíz y otras plantas asociadas a éste, que crecen en el micro-

ambiente de la milpa tradicional. Por consecuencia, en Huehuetla la mayoría de las

actividades de cada casa giran alrededor de su cultivo. La relevancia del maíz es a tal grado

fundamental como para determinar los roles individuales de cada uno de los miembros de la

familia, tal como lo hacían la caza y la recolección de frutos en el ambiente ancestral. En

sus respectivos contextos, sería válido establecer paralelismos entre la importancia de ser

un hábil cultivador de maíz con, por ejemplo, el ser un exitoso cazador: ambas actividades

son una fuente de alimentos y de prestigio personal dentro de la comunidad (Lee,

1984[1979]).

Roles arquetípicos según el sexo

Sólo dos oficios principales existen en la sociedad Totonaca: la agricultura y los quehaceres

domésticos que son tradicionalmente asignados a los individuos. Aunque hay muchos

oficios más, todos permanecen subordinados a aquéllos dos. Siendo la materia básica de

subsistencia de la casa, el maíz determina y limita cualquier otro aspecto de la vida

conyugal, incluyendo la división social del trabajo, que está organizada por medio de dos

roles fijos conferidos por el sexo. Los maridos se ocupan de cultivar para garantizar el

abasto de maíz y algunos otros comestibles para el consumo familiar; las esposas, por su

parte, lo procesan en el hogar según sus maneras culturales, sin desatender a los niños y

otras tareas caseras. Al mismo tiempo, las esposas complementan la dieta familiar con

315

algunas especies cultivadas en el huerto familiar, de lo que resulta una variada gama de

actividades llamadas ‗labores del hogar‘. El refrán popular que ellos usan puede traducirse

diciendo que ―el hombre siembra el maíz, la mujer lo hace tortilla y todos llenan la

barriga‖. Tal es el proceso económico agregado en el que las partes se complementan por

sexos o géneros para la funcionalidad familiar.

Realizando su función específica, cada individuo no sólo colabora en el sostenimiento

del grupo familiar, sino que además afirma su misión personal cobrando autoridad ante el

grupo. Así, no sólo los hombres se legitiman como buenos proveedores, sino también las

mujeres. Aunque la gran mayoría de las mujeres Kgoyomes han vivido subordinadas a las

figuras patriarcales, su contribución laboral les confiere autoridad propia para tomar parte

de las decisiones junto con el marido, padres, hijos(as) adultos y demás parientes, lo mismo

en cuestiones cotidianas que en decisiones de mayor transcendencia.

A diferencia de las sociedades de cazadores-recolectores en que las mujeres no

participan de las actividades de la cacería, relevante entre las fuentes de suministro, aquí

muchas mujeres cultivan: 26.4 % de las mujeres Kgoyomes reportaron que cultivar era

regularmente su principal actividad y un 5.9 % adicional dijo estar dedicada al cultivo

combinado con alguna otra, igualmente usual, como las labores del hogar o estudiar en el

caso de las solteras muy jóvenes, mientras que 66.4 % y 7.4 % de los hombres,

respectivamente, lo hacen así. Esto representa la oportunidad de un tercio de las

entrevistadas compartiendo las tareas del campo con tres cuartos de los hombres que

habitualmente lo hacen.

Esta es una de las circunstancias gracias a la cual, a pesar de no tratarse de una

sociedad propiamente igualitaria, la participación de las mujeres como fuerza

complementaria es decisiva en el cultivo; más lo es aún, ya que son ellas las principales

horticultoras de sus huertos de traspatio casero, para complementar la ingesta con verduras,

tubérculos, legumbres y aves de corral, lo cual en conjunto les pone a salvo de una mayor

asimetría intersexual como en otras sociedades tradicionales sucede (Friedl, 1978). Las

implicaciones de este hecho se pueden constatar en la autoridad que asumen las mujeres

mayores para distribuir entre los miembros adultos de la familia extensa al menos una parte

de los productos cosechados en la parcela familiar. También el hecho de que una decisión

316

que implique comprometer a la familia en algún gasto comunitario es considerado como un

compromiso formal, sólo si en la decisión fueron consultadas las mujeres adultas de la casa,

principalmente ―la mamá grande‖. En palabras de la misma Friedl (1978: 5) ―la igualdad

entre los dos sexos surge cuando trabajan hombro con hombro en la producción de

alimentos…‖, como es el caso que la autora cita de los indios Washo, cazadores-

recolectores de Norte-América. Sea también el caso de las mujeres Totonacas que no sólo

cultivan la milpa y el huerto familiar; sino además realizan el laborioso y largo

procesamiento del maíz para convertirlo en comestible. En resumen; en esta sociedad de

corte patriarcalista, la preeminencia masculina es grandemente balanceada gracias al

trabajo femenino que incluye una multiplicidad de tareas que parten de la producción de las

materias primas y van hasta la puesta en la mesa de la comida procesada.

Actividades mas frecuentes entre la población

Los individuos mayores de 16 años son considerados lo suficientemente maduros para

trabajar al parejo de sus padres, capaces de hacerse cargo de responsabilidades vitales para

el grupo familiar y eventualmente iniciar una relación de noviazgo que pueda desembocar

en un eventual matrimonio. La Tabla 1 indica las actividades prioritarias realizadas por los

entrevistados, dada su frecuencia. Entre ellas sobresalen: trabajar la tierra, las labores del

hogar, estudiar y cuidar a la familia. Aunque se sobreentiende que la carga de actividades

resultante no excluye su combinación, algunos individuos manifestaron un balance

explícito entre ellas. Es interesante observar que resultante de la particular relación de

propiedad y posesión de la tierra y su implicación en las relaciones familiares, a diferencia

de las sociedades occidentalizadas, sólo una insignificante minoría de entrevistados se

considera como desempleada (usualmente a consecuencia de un empleo contratado entre la

población mestiza que llegó a su fin).

317

Table 1. Actividad principal de los entrevistados

(mayores de 16 años de edad)

Actividad realizada Hombres % Mujeres %

Trabajar la tierra 239 66.4 111 26.4

Quehaceres domésticos 13 3.6 221 52.6

Estudiar 61 16.9 35 8.3

Cuidar de la familia y ayudarle en variadas

tareas

15 4.2 16 3.8

Actividad combinada

Trabajar como empleado y estudiar 4 1.1 1 0.2

Trabajar como empleado y labores del

hogar

7 1.9 22 5.2

Trabajar como empleado y ayudar a la

familia

16 4.4 2 0.5

Quehaceres domésticos y estudiar 0 0 1 0.2

Estudiar y ayudar a la familia 1 0.3 0 0

Labores del hogar y ayudar a la familia 2 0.6 10 2.4

Desempleados (ninguna actividad) 2 0.6 1 0.2

(N = 780) 360 100 420 100

Profundizando en el desglose de su actividad laboral, las mujeres informaron que sólo

después de las labores del hogar, trabajar en el terreno de cultivo era su segunda prioridad

laboral; los hombres, por su parte, son prioritariamente agricultores, excepto en el grupo de

los muy jóvenes que, inscritos en algún programa escolar, limitan su trabajo de jornada

completa en la parcela a los periodos vacacionales. Complementando esto, su colaboración

en labores del hogar es claramente marginal, situación que radicalmente cambia al casarse.

Cuando se les interrogó acerca de la forma más frecuente de ayudar a sus familiares y

cooperar para resolver las necesidades de la casa, la respuesta que se obtuvo fue que

hombres y mujeres Kgoyomes ayudan y cooperan a través de sus mismas actividades

318

regulares, ciñéndose al patrón diferenciado de la división del trabajo por géneros mostrado

en la Tabla 1.

No obstante ser evidente la diferencia por géneros, la prueba de Mann-Whitney

(Asymp. Sig., 2-colas: p< 0.001) para dos muestras se aplicó para corroborar el contraste

entre las formas de ayuda según el género, resultando altamente significativa (U = 37376, n

= 708, Z = -9.93, r = -0.37). En otras palabras, la forma de ayuda que los Kgoyomes

utilizan para ayudar a la casa es significativamente diferenciado según el género.

Las tareas de los casados

El matrimonio ha probado ser una experiencia de la mayor trascendencia en las historias de

vida de los Kgoyomes, al grado de que, una vez casados, sus hábitos y actividades se ven

modificados. Un número importante de hombres por primera vez se involucran

sistemáticamente en deberes hogareños antes no practicados y tradicionalmente

considerados como femeninos, tales como arreglar la casa, cuidar de los niños pequeños y

echar tortillas. Las mujeres, por su parte, incrementan su participación en el trabajo del

campo. La gráfica 1 muestra la manera en que el repertorio de actividades se amplia e

intensifica para los Totonacas, al casarse (n = 550). Sólo un 16.6% no experimentó cambio

perceptible alguno.

Ostensiblemente, las tareas consideradas tradicionalmente como ―las del otro sexo‖

después del matrimonio se convirtieron en las segundas en importancia para el propio,

produciéndose un arreglo de afinidades basado en la complementación de géneros para el

trabajo.

319

El valor del costumbre

Cooperar ha sido entendido universalmente como un componente de la moralidad. En el

campo evolucionista, Richard Alexander y Dennis Krebs son algunos de los más

entusiastas ponentes de que la moral tiene un origen común con, sino es que es

consecuencia de, la necesidad de reciprocidad grupal en los escenarios ancestrales

(Alexander 1979 y 1987; Janicky & Krebs 1998).

Mediante una encuesta aleatoria fue obtenida la tabla de valores prioritarios que

fundamenta las normas de costumbre de la población. Veintitrés conceptos escogidos

mediante una prueba piloto fueron ofrecidos a una muestra de 180 entrevistados de ambos

Más c

uid

ados a

fam

iliare

s

Se a

mplió

el re

perto

rio

Más tie

mpo a

l cultiv

o

Más tie

mpo a

quehacere

s

hogare

ños

Mayor c

arg

a g

lob

al

Gráfica 1. Manera en que las tareas cambiaron con

el matrimonio según reporte de los propios sujetos

50

40

30

20

10

0

%

Fem. Masc.

Género

No p

erc

eptib

le

320

sexos, sin hijos, y se les pidió que los calificaran en orden de prioridad basándose en su

importancia para la vida diaria.

Como resultado se obtuvo una lista de conceptos valorados de mayor a menor

importancia, según la frecuencia con que fueron respaldados2. En aras de una mayor

simplicidad, en la Tabla 2 se muestran los rankeos de los tres ítems más frecuentes en la

elección de los sujetos para las 8 primeras opciones. A primera vista, en las celdillas de la

tabla hay una clara predominancia de miembros de la familia nuclear (padre, madre e

hij@s), ‗salud‘ y ‗amor‘, como los conceptos más valiosos para ambos géneros en una clara

consonancia intersexual. Sin embargo ‗vida‘ es el concepto más importante para un mayor

número de sujetos, coincidentemente para sendos géneros, y hay algunos otros pocos

conceptos muy socorridos tales como ‗dinero‘ y ‗sexo‘.

Recapitulando; los conceptos mejor rankeados por prioridad, con mayores

frecuencias son vida, dinero (riqueza material, pues), amor, salud, padre, madre e hijos

(futuros). Después aparecen sexo, trabajo, niet@s (futuros), el cielo (la gloria eterna, pues),

herman@s, el gozar (la vida), poder y familiares, lo cual refleja tanto una coincidencia

hacia valores universales como su peculiar adherencia étnica, en los casos de nación, el

costumbre y la tierra.

Al comparar las preferencias por géneros, se observa que los patrones generales no

varían mucho sino en cuestión de matices; vgr., los hombres priorizan ‗padre‘, mientras que

las mujeres, ‗madre‘. Digno de tomarse en cuenta es que esta muestra representativa tenga

ideas y preferencias similares acerca de lo que es más valioso, a pesar de ser muy jóvenes

(media = 22.89; moda = 17), ser solteros la gran mayoría (92.2 %) y, todos, pre-

reproductivos.

La tabla dividida en dos bloques correspondientes a cada género no muestra patrones

de preferencias sustancialmente diferentes ni intersexual ni intrasexualmente, revelando

consistencia de valoraciones al interior de cada sub-muestra y entre las dos sub-muestras.

2 La lista completa es: vida, dinero, hij@s, niet@s, amor, sexo, poder, salud, bondad, familiares, gozar, madre, padre,

herman@s, trabajo, dios, espos@, nación, el costumbre, la tierra, familia, libertad y paz (el caso de hij@s, niet@s y

espos@ se refiere a los sujetos prospectivos).

321

Tabla 2. Valores prioritarios en la vida por rangos (orden horizontal) y frecuencias (orden vertical)

para hombres y mujeres Kgoyomes

n = 180

(Hombres

108;

Mujeres 72)

Ocho primeros lugares en rankeo de conceptos por su importancia (en porcentajes)3

1er lugar 2° 3° 4° 5° 6° 7° 8°

Los tres

valores

priorita-

rios

según

frecuenci

a de

adhe-

siones en

hombres

(%)

1

Vida

30.9

Dinero

18.9

Amor

15.9

Amor

33.3

Amor

15.7

Sexo

15.2

Madre/

Gozar

14.3

Padre

12.1

2

Dinero

15.5

Salud

17.8

Salud

14.6

Dinero

14.3

Salud

11.4

Amor

13.6

Cielo/

Libertad

11.1

Madre/

Cielo

10.3

3

Padre

11.3

Amor

14.4

Hijos/

Padre

8.5

Niet@s/

Madre

9.5

Sexo/

Cielo

10.0

Hijos/

Gozar/

Libertad

10.6

Sexo

9.5

Libertad

8.6

Los tres

valores

priorita-

rios

1

Vida

44

Vida

23.6

Amor/

Salud

14.8

Amor

21.7

Padre

17.0

Cielo

13

Familiares

/

Hermanos/

Padre

15.4

3 Procedimiento: los sujetos muestreados fueron requeridos para examinar una lista de 22 conceptos considerados importantes en la

vida y a continuación rankearlos en orden de prioridad. Leyendo las celdillas de izquierda a derecha, vemos la valoración atr ibuida a

tales conceptos del 1o al 8o lugar, incluso repitiendo en diferentes lugares de preferencia. Leyendo de arriba hacia abajo vemos la

distribución de porcentajes de preferencias (bloque superior, las de los hombres; bloque inferior, las de las mujeres) de los tres

conceptos más preferidos para cada lugar del rankeo. Por ejemplo: ‗vida‘ fue escogido con el más alto porcentaje (30.9 % de hombres

y 44 % de mujeres) como el valor en primer lugar de importancia; pero además fue escogido por las mujeres, con el 23.6 % de

adhesiones, como el más alto segundo lugar de prioridades y también tercer lugar con el tercer mayor porcentaje de preferencias (9.3).

‗Vida‘ ocupó también el cuarto lugar en importancia con el tercer mayor porcentaje (8.7 %).

322

según

frecuen-

cia de

adhe-

siones en

muje-res

(%)

Cielo

14.3

2

Dinero

16

Amor

14.5

Madre

11.1

Trabajo/

Padre/

Salud

13.0

Salud

14.9

Sexo/

Padre/

Hermanos

10.9

Madre

11.9

Hij@s

12.8

3

Salud

10

Madre/

Salud

12.7

Padre/

Vida

9.3

Vida

8.7

Cielo/

Dinero

10.6

Amor/

Dinero

8.7

Dinero/

Sexo/

Libertad

14.3

Hermanos

10.3

Esta consistencia masiva produce la certeza de que los sujetos están grandemente enfocados

en invertir sus capacidades y recursos en los mismos objetivos, los cuales, al ser priorizados

individualmente con un alto grado de conformidad colectiva, pueden convertirse en

objetivos de las díadas intersexuales que formarán las parejas de casados para crear

acuerdos, unir esfuerzos en un plan de vida conyugal y para compartir y perseguir una

misión común durante su vida de casados que, en promedio, es bastante longeva.

La gráfica de dispersión (Gráfica 2) nos permite comparar las tendencias generales de

preferencias de los rankeos que cada sexo hizo de los valores prioritarios con el más alto y

el segundo más alto porcentaje de adhesiones. Cada punto representa la intersección

resultante del primero (ordenada) con el segundo lugar (abscisa), para cada sexo, de los 20

conceptos mejor posicionados. El patrón de trayectoria de la línea masculina (en rojo en la

gráfica) no difiere sustancialmente del de la femenina (en verde), más bien se desplazan

casi paralelamente, cruzan y se distancian levemente formando un ángulo muy agudo no

mayor de 22.5º que revela fuerte afinidad de preferencias y, por lo tanto, semejanza de

valoraciones, a pesar de la excentricidad del muy alto valor concedido a ‗vida‘ como

concepto prioritario que impacta la representación lineal de las preferencias femeninas.

323

Conceptos preferidos en 2º lugar (%)

12 10 8 6 4 2 0

50

45

40

35

30

25

20

15

10

5

0

Gráfica 2. Trayectoria de líneas de intersección de las preferencias

masculinas (en rojo) y femeninas (en verde) respecto a valores prioritarios en la vida

women men women

Conceptos

preferidos

en 1er

Lugar

(%)

El resultado obtenido de la graficación de preferencias de valores de ambos géneros

indica que hay un fuerte acuerdo en la manera en que rankean los diferentes ítems, acuerdo

que se constata al aplicar algunas pruebas estadísticas sobre los datos:

a) La correlación de Spearman entre los valores más altos en primer lugar de las

preferencias masculinas y las femeninas para 22 de los conceptos arroja una

fuerte correlación intersexual positiva (rs = .713, N = 22, p< .000, de dos colas).

b) La correlación de Spearman entre los valores en segundo lugar de preferencias

de los hombres y las mujeres para 22 de los conceptos demuestra una muy fuerte

correlación intersexual (rs = .922, N = 22, p< .000, de dos colas).

Una técnica más que nos permitió apreciar la muy grande convergencia de preferencias,

pero también menores diferencias, entre los sexos, es la Gráfica de dispersión a partir de las

medianas de las frecuencias de las respuestas de cada sexo. La gráfica de dispersión (no

mostrada en este texto por razones de espacio) exhibió un claro alineamiento de los puntos

324

de intersección de 22 de los conceptos considerados. Muy cercanos a la línea de igualdad

que significaría la coincidencia total esperada, se ubicaron 20 de esos conceptos. Sólo dos

categorías se alejan del acuerdo perfecto mostrando, aunque menor, un desacuerdo

intersexual: los conceptos que corresponden a ―madre‖ y ―padre‖; ya que los sujetos

consideraron al padre del propio sexo más importante que el del sexo opuesto. El resto de

los valores, muestran una proximidad intersexual notable. Como es de esperarse, la

correlación entre las medianas es mucho, muy fuerte: r = .938, p (dos colas) <.01.

Finalmente; de aplicarse un Diagrama de Pareto a estos datos, sería posible distinguir

cuáles son los conceptos en que está más arraigado el fuerte acuerdo entre los géneros: los

―pocos elementos vitales‖ (Powers 1987) que promueven la afinidad intersexual son tres

conceptos: ‗vida ‗, ‗dinero‘ y ‗salud‘; y una categoría: ―familiares cercanos‖, en donde se

encuentran sumados los porcentajes de ‗padre‘, ‗madre‘, ‗hij@ s‘ y ‗herman@s‘. Todos

estos aportando una carga mayor al 80 % del consenso.

Bien puede asumirse que este tipo de valores morales considerados culturalmente

positivos subyacen los patrones cooperativos de conducta y en general actos altruistas con

los que, en primer lugar, se beneficia a los individuos emparentados, después a la parentela

lejana, amigos, aliados y así, sucesivamente, hasta alcanzar a otros individuos localizados

en círculos sociales periféricos cada vez más excéntricos con quienes se traba una relación

de intercambio potencialmente provechoso para ambas partes gracias a mecanismos de

reciprocidad directa e indirecta. Tales son las piedras angulares de la conducta prosocial

(Darwin 1871), cuyo reducto más íntimo consiste en la alianza establecida por las díadas

intersexuales que se proponen una estrategia familiar básica de compartir recursos e invertir

esfuerzos para proveer a la casa y afrontar las contingencias de un ambiente socioecológico

demandante (Lack 1968; citado por Krebs and Davies 1993) como es el de los Kgoyomes.

El emparejamiento selectivo por afinidad (assortative mating)

Esta similitud entre individuos de diferentes sexos puede representar una ´gran ventaja para

encontrar eficazmente a la pareja afín con la cual establecer una intensa relación de largo

plazo ―como son los matrimonios o ―arrejuntes‖ entre la población de casados: a la edad

promedio de 20.2 años para las mujeres y 22.9 para los hombres. La vida de casados se

325

extenderá por un poco más de 50 años, en promedio, hasta que la muerte de uno de los

cónyuges pone fin a su historia conyugal. Otras formas de disolución del vínculo conyugal

son extremadamente raras: vgr., el divorcio o la separación definitiva apenas alcanza al 1 %

de las parejas. Dado que la esperanza de vida es en promedio de 74 años y la edad de la

retirada de la capacidad reproductiva es aproximadamente 47 años, a la que sólo el 9.1 %

de las mujeres llega soltera, sola entonces, sin lugar a dudas, se puede afirmar que los

Kgoyomes se casan jóvenes, permanecen casados más de 50 años, son extremadamente

monogámicos y, por lo tanto, su vida matrimonial comprende poco más de dos tercios de su

vida (67.57 % del tiempo de su historia personal). Trabajan y descansan juntos, comparten

los quehaceres y distracciones, acometen las responsabilidades familiares unidos, participan

en pareja de las actividades sociales comunitarias, lo mismo fiestas, cargos tradicionales,

ceremonias religiosas, etc. Ven la vida desde ópticas complementarias y encuentran en la

naturaleza, la religión y sistemas de creencias, en general, dos partes integradas de

diferente sexo o género. Más trascendente, entonces, no podría ser su selección de pareja;

de ahí el título de esta ponencia.

Dicho sea de paso; el autor no pretende construir la ilusión de que en el Totonacapan

poblano las relaciones de pareja han burlado las leyes naturales logrando evitar el conflicto

de intereses, condición básica de la selección sexual y las relaciones intersexuales, tal y

como autores en el terreno evolucionista lo han establecido,4 sino abonar a la demostración

de que el emparejamiento selectivo, merced a la afinidad de atributos y objetivos, puede dar

lugar a un proceso menos competitivo de elección intersexual en el mercado de parejas y a

una avenencia de intereses conyugales que mitiguen las contradicciones sexuales, muy

agudizadas en parejas formadas con criterios de contraste y disonancia. Las parejas de

dioses sexuados unidos en su visión cosmogónica son un buen correlato de la vida

conyugal y comunitaria de los Totonacas de Huehuetla.

4 Empezando por el mismo Darwin y reafirmado por ecólogos de la conducta neo-darwinistas (ver sobre el tema: Darwin

1871; Birkhead & Parker 1978 [1997]; Krebs & Davies 1993 [3rd ed.]; Ridley 1993; Bird 1999; Andersson 1994).

326

Las características más atractivas en una pareja

La selección de pareja entre los Kgoyomes es personal y facultativa; atrás han quedado los

tiempos en que los padres y un casamentero arreglaban los matrimonios de los hijos,

incluso apenas nacían. Los sujetos de hoy se involucran directamente, ciñéndose no más

que a los mecanismos de cortejo y sin otras cortapisas que las impuestas por el contexto

social y el mercado de parejas (Nöe and Hammerstein 1994; Pawlowski and Dunbar 2001)

en el que los hombres actúan como pretendientes y las mujeres como pretensas acorde a las

reglas más universales del cortejo. De haber mutua atracción sexual, intentarán la intimidad

de un noviazgo que eventualmente se formalice y culmine en un matrimonio o arrejunte; es

decir, se trata de un proceso asertivo de negociaciones progresivas en el que se abrirá el

espacio para el amor romántico y el mutuo compromiso, tales que las partes superen las

tendencias egoístas y se fomenten las altruistas.

Una de las divisas más valiosas de este avenimiento es el conjunto de características

personales: físicas, conductuales y sociales que ofertan y demandan (Pawlowski and

Dunbar 1999a). Quien mejor despliegue sus características y cuanto más valoradas sean

éstas, mayor éxito tendrá para atajar a los rivales del propio sexo y acceder a las parejas

más atractivas del sexo opuesto.

Los detalles de esta competencia por las parejas más atractivas fueron investigados

mediante una encuesta a una muestra compuesta de 116 individuos, 60% de ellos, hombres

y 40%, mujeres; 93.3% eran nunca antes casados y el resto, viudos y separados; su edad

promedio, 22.89; la edad modal, 17 años, aunque el 89.2%, eran menores de 35, una edad

fértil convencionalmente entendida como menor a la adultez madura. Del total de ell@s,

ningun@ tenía hij@s.

Mediante una prueba piloto, se recogieron, entre otras variables, las características

deseables en una pareja idónea del sexo opuesto y las características propias que cada quien

consideraba más atractivas para conquistar una pareja. Uno de los aspectos más relevantes

del estudio ―y pertinente para esta ponencia― se refiere a los términos de la atractividad

intersexual que a continuación se exponen, empezando por cuáles son esas características

especiales que vuelven exitoso a un sujeto en el mercado de parejas.

327

La atractividad de las características personales para el sexo opuesto

Salvo excepciones, el emparejamiento no se produce por azar ni la elección de pareja sigue

criterios aleatorios. Como se dijo antes, es un proceso complejo en el que dos sistemas de

ideas individuales se realimentan asertivamente en una dialéctica interpersonal que implica

selección y aceptación de las contrapartes, preferencia y rechazo que señalizan la calidad de

los recursos personales que se ponen en juego mediante su atractividad. Es probable que

una o dos características tengan un especial impacto en el gusto de otras personas, pero

normalmente la decisión de elegir a una determinada persona como pareja está basada en la

inclinación por ese par de características y otras más asociadas en un conjunto menos

restringido preferido por sobre el de las características de otras personas.

Una vez que los sujetos conocieron la lista completa de 22 características, eligieron

las preferidas en primero, segundo y así hasta el quinto lugar. A su primera opción se le

consideró principal y promediando las cuatro restantes opciones se obtuvo la que se

consideró preferencia secundaria. La Tabla 3 resume las preferencias de los sujetos, por

sexos, en que se hacen explícitas las preferencias primarias y secundarias y los porcentajes

obtenidos para cada una de las 22 características. Las características preferidas por los

sujetos son altamente coincidentes, sobresaliendo indiscutiblemente la de ‗trabajador(a)‘

por tener hasta cuatro adhesiones como principal o secundaria, en ambos sexos, y bastante

rezagadas: bonita/guapo, fiel y respetuosa, por no mencionar al resto de características

residuales.

Ser trabajador(a) es una característica articulada a diferentes ámbitos de la

personalidad: no sólo reúne el atributo moral del ser voluntarios@ y comprometid@, sino

además el de la aptitud física de salud, fuerza y resistencia (ya que los trabajos tradicionales

en la zona Kgoyome de sierra agreste, escarpada y rocosa son altamente demandantes);

máxime para esta población considerada como viviendo en pobreza extrema y alta

marginalidad, cuyos únicos medios de producción son la tierra y el cultivo manual de ella.

Por ello es que, además, ser trabajador(a) es su única fuente de acceso al bienestar

económico.

Si bien estas características son universalmente aquilatadas en culturas de diferentes

latitudes, lo que parece contra-intuitivo es encontrarlas encarnadas en los sexos

328

supuestamente imprevistos: la industriosidad máxima en mujeres y la apostura física en los

hombres. Por otra parte, que las mujeres valoren en tan alto rango la fidelidad masculina y

que los hombres hagan lo propio con la respetuosidad de las mujeres parece conformar un

arreglo de fuertes afinidades y complementariedades entre los sexos.

Tabla 3. Características inter-sexuales preferidas en una pareja prospectiva. La frecuencia con que

fueron escogidas en primera y segunda opción se muestran en porcentajes comparativos y aquéllas

escogidas más de una vez han sido subrayadas

Características Hombres escogiendo

características femeninas (%)

Mujeres escogiendo

características masculinas (%)

Primera

preferencia

Segunda

preferencia

Primera

preferencia

Segunda

preferencia

Bonita/Guapo 17.6 5.8 6.5 14.2

Rico 4.4 3.2 10.9 3.1

Fiel 14.7 3.3 23.9 3.6

Bondados@ 8.8 5.0 4.3 5.2

Amable 5.9 4.3 0 .0

Respetuos@ 5.9 11.2 4.3 13.7

Solter@ 1.5 6.5 6.5 5.5

Virgen 4.4 8.2 0 4.5

Abstemi@ 1.5 3.0 4.3 3.8

Bien educad@ 2.9 6.4 6.5 3.8

Trabajador(a) 17.6 24.0 13 19.5

Que me

Corresponda

2.9 3.7 2.2 3.0

Honest@ 4.4 1.6 2.2 5.4

329

Sociable 0 .5 0 .8

Complaciente 0 .0 2.2 .8

Generos@ 1.5 4.8 4.3 1.7

Responsible 2.9 1.8 6.5 6.0

Otras 1.5 1.3 0 .0

Sincer@ 0 5.1 2.2 3.2

Atent@ y servicial 1.5 .6 0 .8

De piel clara 0 .0 0 1.6

Agradable/Obediente 0 .0 0 .0

Total 100 100 100 100

La evolución de la afinidad intersexual

Trabajar duro es un rasgo personal decisivo para encontrar un(a) cónyuge de la más alta

idoneidad con el (la) cual establecer un acuerdo de largo plazo. Es también un indicador

que mide la intensidad con la que se invierten recursos como tiempo, ingenio y esfuerzo. Es

prueba de compromiso y lealtad a la empresa común.

Aunque la preferencia por la laboriosidad en el varón es universalmente promovida

en las sociedades campesinas, los esfuerzos del hombre aislado son insuficientes para

enfrentar las restricciones socioecológicas de ambientes muy rigurosos; así, la labor

femenina, hombro con hombro del marido, es decisiva para hacer prevalecer a la diada,

tanto como al grupo familiar a que dan origen.

La índole de esta característica le permite señalizar la habilidad de su portador(a) para

resolver las presiones ambientales. Así, siendo todas las demás condiciones iguales, el

individuo (hombre o mujer) con alta capacidad para el trabajo con mayor probabilidad

sobrepasará la precariedad económica y la inconstancia climática, en comparación con

quienes no cuentan con ella y, así, aquéllos podrán tener mayor prole a la cual dicha

330

característica le podrá ser transmitida. Si la pareja del (la) industrios@ eligió a éste(a) por

contar con tal atributo, entonces es probable que también transmita a su descendencia la

predilección por la laboriosidad produciéndose una realimentación del proceso escalando

una a la par de la otra, aumentando su evolutividad –es decir, ambas, la característica

misma y la preferencia por ella.

Continuando con el análisis de los datos concretos de la Tabla 3; al nivel de la díada

intersexual es notable el extremo paralelismo en las preferencias de elección de pareja con

respecto a la atractividad de características, ya que los sujetos se adhirieron al mismo

repertorio básico de características sociales, físicas y conductuales valuadas como las más

atractivas en una pareja prospectiva, siendo la predominante ‗trabajar duro‘ y a

continuación ‗bonita/guapo‘ y ‗fidelidad‘.

No obstante, es necesario advertir los factores socio-ecológicos para explicarnos el

sentido quer le dan los Totonacas a atractividad, que es más amplio que la mera apariencia

física o la desenvoltura social.

Esta fuerte tendencia por la afinidad inter-sexual que posibilita el emparejamiento

selectivo entre Kgoyomes resultó comprobado cuando las características fueron

organizadas a la manera de las categorías que especialistas en el tema lo han hecho

anteriormente. El repertorio Kgoyome fue comparado por quien esto escribe con las

clasificaciones precedentes de Waynforth y Dunbar (1995) y la de David Buss (1990 y

1999) de la manera en que fue tratada por Workman y Reader (2004). El autor de este

trabajo, a partir de los datos crudos validó la equivalencia entre las tres clasificaciones

citadas, tal como se muestra en la Tabla 4 (Patiño 2008).

Aunque el rankeo de las preferencias de los Kgoyomes muestra alguna coincidencia

con el de las muestras de británicos y norteamericanos (estadunidenses y canadienses) y de

37 pueblos de otros países del mundo, expresados en porcentajes de categorías equivalentes

a (1) actitudes sociales e intereses, (2) atractividad física, (3) habilidades sociales, (4)

compromiso y fidelidad, (5) sexualidad y (6) recursos económicos y status social (social

attitudes / interests; physical attractiveness; social skills; commitment / fidelity; sexual

behaviour; resources / wealth, respectivamente); se puede afirmar que hay considerable

variación entre las tres muestras. Más aún, se aprecia que hay descoordinación entre las

331

submuestras por género de las dos primeras muestras, mientras que hay total coordinación

de afinidades al interior de los dos géneros de la muestra Kgoyome, los cuales priorizan al

unísono recursos económicos y status social, actitudes sociales e intereses, atractividad

física, compromiso y fidelidad y conducta sexual, en ese orden, y al final habilidades

sociales.

Tabla 4. Rangos ordinales para comparar preferencias transculturales de emparejamiento en

diferentes escalas (sólo el orden del rankeo es pertinente y sólo como orientación)

Categorización de

Waynforth y Dunbar en

sujetos británicos y

norteamericanos

Categorización de D. Buss

en sujetos de 37 países (no

hubo muestra mexicana)

Categorización de

preferencias de los

Totonacas

Rang

o

Sujetos de

ambos sexos

ofertan para

atraer

parejas

Sujetos de

ambos sexos

buscan

parejas que

oferten

Los

varones

rankean

así

característi

-cas

femeninas

Las mujeres

rankean así

característi-

cas

masculinas

Los

varones

rankean

así

caracteris

-ticas

femeninas

Las

mujeres

rankean

así

característi

-cas

masculinas

Actitudes

Sociales/

Intereses

(251.7)

Habilidades

Sociales

(192.5)

Compromis

o/

Fidelidad

(2.47)

Compromiso/

Fidelidad

(2.59)

Recursos

económico

s/

Bienestar

(10.07)

Recursos

económicos

/

Bienestar

(8.77)

I

Atractividad

Física

(225.5)

Compromiso/

Fidelidad

(134.9)

Atractivida

d Física

(2.11)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(2.0)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(6.16)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(7.03)

II

Habilidades

Sociales

Atractividad

Física

Habilidades

Sociales

Atractividad

Física

Atractivid

ad Física

Atractivida

d Física

III

332

(186.8) (115.1) (2.06) (1.87) (4.95) (6.55)

Compromiso/

Fidelidad

(84.9)

Recursos

económicos/

Bienestar

(89.5)

Conducta

Sexual

(1.65)

Recursos

económicos/

Bienestar

(1.79)

Compromi

-so/

Fidelidad

(4.2)

Compromis

o/

Fidelidad

(5.85)

IV

Conducta

Sexual

(no reportada)

Conducta

Sexual

(no

reportada)

Recursos

económicos

/

Bienestar

(1.51)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(1.69)

Conducta

Sexual

(3.05)

Conducta

Sexual

(2.73)

V

Recursos

económicos/

Bienestar

(no reportado)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(no reportado)

Actitudes

Sociales/

Intereses

(1.47)

Conducta

Sexual

(1.61)

Habilidade

s

Sociales

(2.26)

Habilidades

Sociales

1.04

VI

Es probable que no cause sorpresa alguna el que, dada su precaria situación material, los

pretendientes y pretensas elijan en primer lugar de importancia ‗recursos y bienestar‘ como

la categoría sobre la cual basar su búsqueda de una pareja de por vida.5

Y esto es plausible a tal grado que promueva la elección de pareja por afinidad

―también llamado emparejamiento selectivo― como una valiosa táctica de búsqueda

intersexual, más allá de una mera fase del proceso de emparejamiento. Más bien, ésta

parece ser una estrategia diádica seleccionada culturalmente desde tiempos ancestrales, tal

que esté integrado como una predisposición biológica, adaptada para resolver infinidad de

tareas y problemas funcionales de los cónyuges mediante pautas de acción

complementarias, algunas veces reforzándose en una actividad determinada, otras

enfatizando la actividad realizada previamente por la otra mitad de la diada, a veces

5 en clara coincidencia, dicho sea de paso, con los padres fundadores del materialismo histórico y cultural acerca de la

determinancia de las condiciones materiales de existencia sobre los sistemas sociales y las acciones individuales

333

sustituyendo a la contraparte, otras variando y continuando la labor previa del otro, y así;

pero siempre en directa reciprocidad.

Comentario final

Este estudio ha aportado elementos de prueba acerca de la altísima prioridad que los

Totonacas de Huehuetla dan, indistintamente de su sexo, a ser trabajador(a) al grado de

resultar la característica más atractiva en una pareja potencial. Se ha demostrado además

convergencia de preferencias por ambos géneros para un conjunto de características

adicionales, semejantes y complementarias. Previamente, también, fue mostrada la

importante coincidencia ocupacional y de valoraciones conceptuales y morales que

apuntalan la eficiencia de la pareja en la labor de equipo y maximización de esfuerzos en

beneficio de la familia. Además, se anota la posible fecundidad que estos sistemas

conceptuales y patrones de conducta pueden tener para ser inculcados en las generaciones

juveniles. Una dotación fenotípica de esta naturaleza puede generar conductas cooperativas

al interior del acuerdo de pareja y de la familia y promover una íntima afiliación entre la

familia extensa y la comunidad circundante.

334

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337

Los atajadores del tiempo, en los Llanos de Tepexi de

Rodríguez, Puebla.

. Norma Barranco Torres1

Es un hecho que todas las sociedades llevadas a cabo por el ser humano condensan un saber

heredado, trátese de ámbitos políticos, económicos o religiosos; en ellos, está presente la

tendencia a dilatar un universo simbólico desde el cual han podido estructurar la realidad

del grupo (s) o de la (s) sociedad (s).

Esta tendencia a construir realidades, conlleva a considerar, a nivel de análisis, la

existencia de un sistema que ordena y jerarquiza un campo de representación simbólica –

en este caso denominado como los atajadores del tiempo-, noción en torno a la cual se

construye el concepto de santuario, tema por demás enriquecededor para ser tratado, pero

no será está la ocasión.

Los atajadores del tiempo, escenifican una cosmovisión compartida, que entendemos,

como una manera particular para ordenar, comprender, interpretar y articular, todos

aquellos elementos de su entorno social y natural. Siendo el principio de ello, el integrar

estos componentes en calidad de marcadores de un tiempo jerarquizado, esto es, un pasado

y un presente, que en ocasiones llegan a constituirse -según su articulación de elementos2-

en predicadores del futuro. Tal que el tiempo, la casa y el lugar de los atajadores del tiempo

se remite a la idea central del regreso de los dueños del lugar, cerro, monte, ríos y ojos de

agua marcan para el periodo de Cuaresma, el momento de convivencia de las comunidad

con aquellos que llaman, los que siempre están pero se guardan para que el Pueblo sepa que

cuenta con ellos; no son los santos, pero si se conocen, pues en ocasiones se hacen

presentes en la fiesta del patrono.3 Según la tradición de los Llanos, el Santo Patrono es un

hombre encargado de velar por la comunidad, se le respeta y teme, es bueno y otorga lo que

el pueblo le pide, por eso se le hace su fiesta cada año, es pues el protector. No obstante, lo

anterior, también se recurre a los que viven en el cerro, río y ojos de agua, se dice, son los

ayudantes de los patronos, con éstos se puede hablar de manera directa, pues siempre están

1 BUAP CAS

2 Acción en donde opera un principio de selección y modulación de elementos culturalmente definidos.

3 Testimonio proporcionado por el jefe de la hermandad principal en el 2008.

338

dispuestos a oír, inclusive se señala que cumplen más rápido las peticiones que el santo

patrono, debido a que no hay un momento formal para la petición, pues la suplica se puede

hacer en el momento mismo de la crisis, y la respuesta a ésta, se logra obtener el mismo día

de la entrega de la ofrenda –comida- a la casa de la entidad. Tal que la lógica que subyace

en dicho acto, es la comunicación directa con la entidad, y no tanto la de la obtención

favorable a la solitud planteada. Así los pobladores de los Llanos han forjado la idea de

entidad como agentes de ayuda alternativa a los santos patronos. Tal principio de

alternancia en la creencia en un ayudante etéreo se le conoce como la habitación, o la casa

de la entidad; y será precisamente en el periodo de Cuaresma donde se les venere de

manera pública mediante actividades rituales, que se reconocen en los Llanos4 como la

llegada de los Dueños.

Tales manifestaciones nos llevan a compartir la idea, de que, cada comunidad se forja

una representación propia del mundo que la rodea y de los hombres que la componen. Tal

como lo sugiere Le Breton:

Todo grupo, define las formas de existencia de su organización social y cultural. Puesto que

ritualizan los lazos de los hombres entre sí así como las relaciones que éstos sostienen con su

entorno, de acuerdo a un imaginario social perteneciente a un grupo particular que a su vez es

tributario de una historia, y de la posible influencia de otros grupos (Le Breton,1964:89).

Para realizar esta comprensión del campo de representación de los llamados atajadores del

tiempo de los Llanos de Tepexii, se recurre a los elementos de tiempo y espacio, que son,

sin duda alguna, las dos dimensiones fundamentales sobre las cuales actúa la existencia

humana, y que de igual manera resultan también indispensables en el mundo de las

entidades.

Tiempo y espacio en la conceptualización de los atajadores del tiempo, se da en base

a las siguientes interrelaciones: entidad-entidad; hombre- entidad; entidad – entidad-

hombre; y éstas solamente son posible si existe un enlace entre ellas, ya sea, por lo que el

mito dice o por la ofrenda.

El mito y la ofrenda, son la base de la explicación desde la cual se aprecia que las

entidades sienten y viven en calidad de la especificidad que adquieren como sujetos

4 Las comunidades que se consideran son, Almolonga, Huajoyuca, Huejonapan, Tepexi de Rodríguez, Tejalpa.

339

parlantes, ya sea, de entidad a entidad en el llamado tiempo de espera, y de hombre-

entidad en calidad de ayudantes del hombre. Característica por demás común en aquel tipo

de sociedades tradicionales en las que el universo simbólico religioso está totalmente

estructurado por un mito de origen que explica a la vez el origen del mundo y del grupo;

esto indica que la memoria colectiva está dada; y totalmente contenida, en ese hecho. Esto

significa que se constituye y se reproduce a partir del trabajo de la memoria que alimenta

esta autodefinición. De manera que el pasado inaugurado por el acontecimiento puede ser

interpretado en todo momento como una totalidad de sentido. Sentido que se autolegitima

sobre la cimentación de una creencia de culto masificado, en el que se cristalizan acciones

rituales y creencias de la más diversa índole. Las razones de esta situación de diversidad

son complejas; baste por el momento con señalar la existencia de un culto colectivo, en el

cual determinadas comunidades identifican ciertos personajes que aluden a sus exégesis de

la creación. A ellos se les considera como guardianes y protectores de las moradas del

entorno natural con injerencia en el orden social.

La especificidad que adquiere este tipo creencia subyace en la conceptualización de

los atajadores del tiempo que se verifica en la extensión devocional que éstos tienen en los

Llanos, extensión devocional que les confiere a los atajadores del tiempo su

conceptualización en la casa de los dueños del lugar. Esta idea, comprueba y manifiesta la

creencia de su llegada para la Cuaresma, que consiste en hacer memoria de ese pasado que

da sentido al presente y contiene el porvenir. Tal acaecer nos permite considerar la casa de

los dueños del lugar como un culto segmentado – de acuerdo con las diferentes

motivaciones tales como nexos parentales con los mayordomos, votos familiares etc., – no

obstante sus partes –todas ellas- comparten la característica de congregar simbólicamente

en una sola comunidad de fieles, a los miembros de cada comunidad de los Llanos.

En estos términos, no resultaría demasiado extremoso afirmar que en estos

fenómenos de condensación simbólica los pueblos encuentran un recurso inconsciente para

afirmar su especificidad grupal por medio de la apropiación de una o varias entidades

sobrenaturales. Tal que su veneración se fundamenta; primero, en el reconocimiento de un

ser sobrenatural ubicado en el mundo de lo sagrado y segundo, en la acción conjunta

destinada a su veneración.

340

Veneración que propicia una interacción social e interétnica sumamente compleja. No

será esta la ocasión para remitirnos a tal campo de complejidad, aquí solamente

abordaremos las partes que integran el proceso de construcción en los atajadores del

tiempo.

En el llamado tiempo de espera se les reconoce como Los que comen núá, se dice, es

el tiempo en que regresan a su pueblo con el fin de habitar su lugar de residencia. Ojos de

agua, cruces de caminos, el monte y el cerro; se convierten en lugares animados, tal como

lo expresan los habitantes de las comunidades:

Todos los del pueblo sabemos bien, cuando les toca regresar a los que cuidan los límites y afueras

de los pueblos. (testimonio proporcionado por Juan Hernández 2002).

Los dueños de los lugares regresan para la cuaresma, tiempo en que las puertas se abren, por lo que

al hombre le está prohibido acercarse a estos lugares (testimonio proporcionado por Agripina

Flores, 2004).

Los testimonios presentados nos conducen a uno de los mayores problemas de la

antropología, saber si esta regulación institucional de la memoria colectiva puede

reproducirse en un mundo social tendiente al cambio –acelerado-, que busca avanzar en la

racionalización que disipa el cosmos sagrado y afirma al sujeto como ente autónomo.

Resultado de la imposición de medios sofisticados de comunicación: la sobreabundancia de

información disponible en todo momento, que tiende a hacer desaparecer las continuidades

significativas que vuelven esta información inteligible. En virtud de la imagen de cada

suceso que acontece en la superficie del globo se vuelve instantáneamente presente para

todos, y anula al mismo tiempo aquello que lo ha precedido inmediatamente, bajo nuestros

ojos de telespectadores saturados de imágenes. ¿Será entonces que esta inmediatez de la

comunicación puntualiza el acontecimiento y hace desaparecer la relación propia del

relato? Habría que plantear esa pregunta a así es la costumbre y ver qué datos arroga.

Pero más allá de los inconvenientes que puedan presentar tales afirmaciones, resultan

incuestionables los cambios y transformación que hay en la memoria social, así como

cuestionable resulta también lo sugerido por Pierre Nora según el cual, ¨las sociedades

llamadas primitivas o arcaicas han representado el modelo de la continuidad y se han

llevado con su extinción dicho secreto. Ambas afirmaciones, resultan debatibles más si se

341

considera en el sentido más completo del término, al curso histórico de la diferenciación de

la memoria social total, en una pluralidad de medios de memoria especializados.

Sugerencia que no está en discusión en este trabajo, ya que el interés no se centra en

analizar una tradición pura e inmutable ni hablar de un intercambio de creencias o de un

sincretismo religioso, sino simple y llanamente se aborda el campo semántico de los

atajadores del tiempo, que como veremos más adelante, su conceptualización radica en el

campo de disposición, comunidad –Los Llanos-, casa de la entidad y por su

complementariedad en cada uno de éstas.

Pasemos ahora al aspecto de normatividad que toma cuerpo, en el uso, manejo y

circulación en la llamada habitación de los dueños, y que por lo general se condensa en la

relación de tres tabúes. El primero de ellos prohíbe la visita a los ojos de agua después de

las cuatro de la tarde –el primer viernes y durante la cuaresma. Ya que existe la creencia

que de las cuatro a las seis de la mañana –del día siguiente-, la entidad anda recorriendo los

lugares de su preferencia y por lo tanto no debe ser molestado, pues, se corre el riesgo de

hacerlo enojar y los daños pueden ser graves.

Por daños se entiende, la perdida de la cosecha y de la salud. El siguiente tabú

prescribe la prohibición de entrar al pueblo después del medio día, pues se dice, andan las

fuerzas y se corre el riesgo de perder el camino y llegar a los llamados lugares de encanto;

los cuales se constituyen como lugares donde el hombre se pierde por años, ya que es

atrapo en su propio dolor. El dolor desde esta conceptualización marca la imposibilidad que

tiene el hombre para salir del transe al que lo tiene sujeto la entidad; la solución es pedir

perdón, y puede ser el mismo afectado, quien mediante la comunicación onírica realice una

serie de actividades solicitadas por el agredido, ya una vez cumplidas, retornará a la

comunidad; o bien pueden ser sus familiares, a quienes contacta en el sueño para que sean

ellos quienes lleven comida a la casa de la entidad y así él pueda conseguir el perdón y

regresar a casa.

El tercer tabú establece que del primero al quinto viernes de cuaresma, está prohibido

extraer agua de los ojos y afluencia de ríos, ya que se espera que suban las aguas, y se dice

que eso es así, porque la entidad anda fuera.

342

Lo que respecta a ayudantes del hombre, este periodo se marca durante la procesión y

peregrinación al santuario, tema por demás enriquecedor para la antropología pero que en

esta ocasión será omitido.

Las anteriores reglas de prohibición parecieran indicar que el principio rector de las

entidades, es el de una forma de comunicación y expresión de acción coordinada que

integra a los pobladores de los Llanos en algo específico como lo es, el tiempo y espacio de

los atajadores del tiempo. Tal que su función es la del mantenimiento de la estructura

social. No obstante también consideramos que el mundo de los que comen núá, está lleno

de sistemas, y que del observador depende si lo observa como un sistema completo o como

la parte de un todo.

En este trabajo, consideramos los atajadores del tiempo como un sistema, donde su

característica no son la suma de sus partes, sino su integración en algo más grande. En este

caso la habitación de los dueños del lugar.

Las partes, y el todo: la habitación de los dueños del lugar.

Ahora bien para poder entender cómo se integran las partes y el todo en un dinamismo, es

importante conocer los enlaces. Frecuentemente nos imaginamos un enlace como una

cadena lineal de causa-efecto, o pensamos en una explicación monocausal, lo que quiere

decir, que un efecto se deja reducir a una sola causa.

En el caso de la habitación de los dueños del lugar, las cadenas causales lineales no

pueden explicar adecuadamente tal conceptualización, debido a que la percepción de

habitación se basa en los siguientes enlazados; la habitación de la entidad es al pueblo, el

pueblo es a la casa de la entidad y la casa es a la habitación de los dueños del lugar. Es por

ello conveniente visualizar un sistema como una red, a fin de percatamos de que un cambio

ocurre a partir de un elemento y este cambio, a su vez, produce otro en el siguiente

elemento. Tal que se produce una reacción reciproca entre la estructura y el

comportamiento de un sistema; siendo el fin, crear las reglas del modelo; en este caso los

tabús de prohibición que además son acompañados por ciertas prácticas rituales, y por

cierto necesarias para el tiempo de espera de las entidades. De igual relevancia resulta ser

343

su inserción en otro sistema ajeno al enunciado en este artículo, como lo es el periodo de

Cuaresma, conceptualización que no está en debate en esta ocasión.

Para poder entender lo anterior abordaremos el campo de disposición de significados

del espacio sagrado en los Llanos de Tepexi de Rodríguez, Puebla, en su calidad de la

habitación de los dueños del lugar. A manera de que ilustren como están estructurados y

enlazados el mito y la ofrenda, bajo la denominación de la habitación de los dueños del

lugar. Lugar donde se hacen presentes los llamados atajadores del tiempo.

En consecuencia, hemos de remitirnos a una de las manifestaciones más fascinantes

de las tradiciones culturales, el mito; vasto y complejo tema sobre el que ha escrito la

antropología.

El mito y su conceptualización en la habitación de los dueños del lugar

Aquí, consideramos como mito a cualquier entidad narrativa culturalmente tradicional, es

decir, tanto a la mitología cosmogónica, que relata o describe la creación primordial, el

mito de origen en la ubicación más clásica, como a las leyendas o narraciones que se ubican

en un tiempo pretérito pero no primigenio, aún con la posibilidad de explicar un suceso

futuro (Genis, 2008:8). Con lo cual buscamos resaltar que las narraciones míticas son

dinámicas y están en constante cambio, tienen por decirlo así, vida propia. Pasan de

generación en generación, por múltiples bocas y oídos, y extienden su presencia en tiempos

y espacios inasibles, ya que los mitos continúan su propia dinámica en las culturas de

tradición oral. Probablemente su importancia radique para este tipo de sociedades en el

valor afectivo que le confiere su carácter anecdótico, pues es mucho más atractivo y

asimilable que cualquier abstracción de intensión oficial como la religiosidad

institucionalizada.

Para el ámbito de los mitos existe el mundo de lo sobrenatural, pero no como algo

externo y ajeno a la sociedad sino como algo distinto y complementario de la esencia

social. Las narraciones míticas instruyen y reafirman los valores sociales y místicos, con

base en sucesos y personajes extraordinarios. Los mitantes (narradores de los mitos) harán

modificaciones, por omisión o adición, en distintas ocasiones; pero, el núcleo básico de

344

motivos narrativos se reitera. Estamos conscientes de las precauciones que implica el

estudio mítico, por ello y con el prudente conocimiento distinto que pueden tener las

narraciones en el campo semántico de los Llanos de Tepexi de Rodríguez presentamos a

continuación algunas narraciones míticas que ilustran la conceptualización de la habitación

de los dueños del lugar.

Mitos interétnicos

Un mito muy presente es el hombre nacido del monte “si gú”(hombre).

El cual narra que si gú (el hombre), mata a su padre (un venado), lo corta y lo da de comer a su

madre (La tierra), ella lo come sin saber y lo espera al otro día pero si gú (por esa acción se

convertirá en el Señor del Monte) no llega, porque el camino no se marco, pues su madre no

ofrenda regalos al cuidador del camino, ―si gú‖ abandona a su madre y comienza su caminata al

mundo, ella se queda en las montañas muy enojada. Con un tiro ―si gú‖ mata al amanecer al águila

que está delante del Sol (refiere a la permanencia del día) y por eso obscurece (aparece la noche),

entonces si gú atemorizado pide permiso a su madre para pasar por las montañas (donde no

obscurece), su madre se lo prohíbe. Si gú se enoja y jura no volver con su madre, como castigo; su

madre coloca en las faldas del cerro los pies y manos de si gú, la cabeza en la cima del cerro, y

desde entonces si gú vive en el monte y en los caminos.

Otro mito es el de la serpiente que hace llover, la serpiente es la portadora del agua, es la

que vive en las montañas, en el volcán o encima de él, yace enrollada y cuando mueve la

cola forma las primeras lluvias del temporal. Según la costumbre, se debe pedir lluvia a las

montañas porque ahí vive la Serpiente, pero el agua proviene de las faldas del Chocolin, es

si gú; quién habla con la serpiente y le dice cómo hacer para que se deshiele el agua del

Quemado.

Aunque estás narraciones son conocidas por las comunidades, existen variantes como

es el caso del mito del hombre nacido del monte, pues es la madre, quién muere y el padre

quién entierra a ―si gú”, quien con ello busca que la tierra no se vuelva infértil y que el

monte se poble de animales y plantas y será si gú quien controle el monte.

No obstante de estas variantes, es importante resaltar del mito de si gú la noción de

que el hombre se convierte en el Señor del monte, si transferimos la parte del mito, donde

nos habla que si gú no llega con su madre debido a que ésta no le da de comer en el

camino; y del castigo a que someten a si gú al formar parte del cerro. Esta parte de la

345

narrativa se convierte en una metáfora explicativa del acto del permiso al camino y de

solicitud al señor del monte, periodo en el cual se exacerba esa parte mítica; tiempo y

espacio ordinario se mitifican a través de una serie de actividades por las cuales el

individuo se pone en contacto con lo sagrado. En el acto de permiso al camino, el hombre

establece un puente de comunicación entre la comunidad y la casa de la entidad, mediante

la entrega de comida y flores en los límites de la comunidad, el ofrendante busca el permiso

para salir de la comunidad e insertarse en la casa de los dueños, donde el sentido de la vida

es distinto al ordinario, es el mundo de lo posible, el momento ideal donde se puede

dialogar de manera directa con la entidad, le ofrece pero a la vez le exige, es la ocasión para

cubrir las necesidades que le apremian y que necesita resolver de manera práctica y eficaz.

En este sentido comprensible por los pobladores de los Llanos como una realidad vivida

que proporciona una explicación clara y si no del todo evidente, a menos apunta a

simbolizar todo cuanto sucede en ese espacio; es un elemento activo, coyuntural, pasajero,

que surge y se desarrolla en una narración mítica de un aquí y un ahora.

Para el Primer Viernes de Cuaresma tenemos la siguiente narración.

Antes de que hubiera gente en estas tierras cuentan que una familia vivía y tenía su chocita en

Tepexi el viejo, hecha de palma real, y estaba sobre el lugar en donde nacía el agua de estos

lugares, y una vez se preguntaron porque no tenían hijos. A lo que tuvieron como respuesta por

parte del Sr., ―tienen que rendir al que da la palma‖, por la noche la mujer bajo al ojo de agua, miro

hacia el ojito y vio el reflejo de un viejito que salía por detrás de donde sale el agua, regreso a su

casa y le comento a su pareja lo que había visto, antes del amanecer los dos salieron y fueron

nuevamente al ojito de agua, no vieron nada y al regreso en el camino vieron como salía del cerro

del Chocolin un hombre ya grande con calzón, el cual los encontró a su camino y les dijo ―les hace

falta la imagen del Sr. para que los proteja de estas tierras‖, les pidió que llevaran flores y tamales a

la entrada del Chocolin, así lo hicieron y regresaron al tercer día, y cual fue su sorpresa que

encontraron una cruz, se la llevaron a su casa envuelta en un petate y cuando abrieron el envoltorio

ya estaba en la cruz el Sr. Comentaron lo sucedido por los alrededores, y la gente supo del hallazgo

y desde entonces estaba en Huajoyuca. Pero la envidia creció y los ricos de Tepexi pidieron la

imagen para que sanara la hija menor del dueño de la Hacienda de Cuesta Cevaya, ya no la

devolvieron y desde entonces está en la Iglesia de Tepexi. Donde le rinden culto todos los

peregrinos que visitan el santuario.

346

Algunos Considerados de la narrativa mítica

Más allá de las interpretaciones que se puedan hacer de los mitos, nos interesa destacar de

éste su imaginario social, el cual prolonga y define un universo de sentido y de valores

simbólicos respecto al mundo sobrenatural y su injerencia en la vida cotidiana de los

actores. Por ello aclaramos que las observaciones que vertimos sobre los mitos no está

guiada la propuesta metodológica estructuralista sobre el análisis de los mitos de Lévi-

Strauss, (1980,1978), y la cual sugiere que los mitos se complementan lógicamente entre sí

y presentan el carácter de un sistema de transformaciones. De tal manera que los mitos son

comprensibles sólo al hacer un análisis como un grupo de permutaciones y las narraciones,

que aparentemente no están relacionadas, evidencian analíticamente que poseen una misma

estructura.

Aclaro lo anterior, resulta interesante que en las narraciones se omita el nombre de la

imagen a ser venerada y, en cambio, se enfatice en la acotación de un territorio mayor y

diferente al de la comunidad.

De manera que el desplazamiento no corresponde al concepto de santo patrono por el

de la imagen de advocación para el periodo de cuaresma, sino a la deconstrucción del

espacio local, a un espacio mayor de culto con carácter de centro devocional subregional.

Ahora, ese espacio se presenta como una internalización de propósitos, expresiones,

sentimientos y símbolos que se manifiestan en la vida de los creyentes con aplicaciones

prácticas en la vida cotidiana.

En consecuencia, en la habitación de los dueños del lugar, el tiempo y el espacio

prevalecen como un orden mítico que deviene de la construcción de un pasado inaugurado;

que puede ser interpretado en todo momento como una totalidad de sentido. En la medida

en que toda la génesis de la significación explica la instauración de un régimen de

convivencia distinto y particular entre las comunidades y el mundo de las entidades. El

peso fundamental del término se entenderá como una reelaboración mítica que además de

ser relatada, es ritualizada y apropiada según la lógica de los pobladores de los Llanos.

Así, el término los atajadores del tiempo implica reconocer: la acción, el movimiento

y la potencia. La movilidad es una acción fuera de la gente, fuera de sí; en cambio, la

actividad es una acción que tiene su fin en sí misma, la de concretizar el carácter etéreo de

347

la entidad. Y la potencia está en el hecho de que su aparición es milagrosa en sí misma, y

por lo tanto originaria.

Comentarios finales

Sin duda, una de las características principales de la religión es el contar con un elemento

primordial en su estructura y relación funcional como proveedora de sentido básico, para el

caso de los Llanos es el mito, el cual se hace indispensable para la articulación de los

conceptos atajadores del tiempo, y dueños del lugar.

Será pues la narrativa mítica la que organice y estructure la asistencia del llamado

lugar de habitación. Por ello coincidimos con Roger Bastide (1986) quien considera que el

mito no subsiste sino en su vinculación con el ritual:

Pues toda religión es una tradición; una doble tradición de expresiones estereotipadas de ritos y de

imágenes mentales como los mitos.. y que no es posible disociar estos dos elementos, por ser los

mitos los que definen la acción del ceremonial (Bastide,1986:475).

Luego que:

El pensamiento social es esencialmente una memoria y todo su contenido no esta constituido más

que de recuerdos colectivos, y sólo subsisten aquellos o aquellas partes de los mismos; que en

cualquier época la sociedad pueda recomponer dentro del marco y del tiempo en que se mueva

(Ibid:401).

En base a lo anterior, mito y rito representan dos sistemas simbólicos relacionados,

comprender la forma y contenido de esta relación entre la entidad etérea y el hombre,

implica interpretar la realidad vivida y estructurada por las poblaciones de los Llanos, pues

como lo sugiere Villoro (1994):

Comprender el sentido de algo quiere decir comprender la relación entre cada cosa y su totalidad a

las cuales se dirige su actividad, de tal modo que la totalidad cobra sentido por la comunicación

recíproca de los elementos y cada uno de éstos por su proyección a la totalidad (Villoro, 1994:118)

No es difícil suponer entonces, que si bien los rituales integran los acontecimientos espacio

– temporales en un todo, también representan no sólo un campo de rememoración sino

también de reactualización de los mitos, pues los ritos expresan las condiciones en que se

encuentra la sociedad en tanto ese ―ámbito exterior al mito es un reclamo continuo a las

348

restricciones impuestas al sujeto por las cambiantes circunstancias que lo rodean‖

(Mier,1996: 84).―El ritual constituye el régimen que define, delimita y condiciona la

dinámica particular de la formación y estructura mítica‖(op.cit:93).

Así, un aspecto importante del mito es su referencia a un imaginario social, el cual

prolonga y define un universo de sentido y de valores simbólicos articulados en relación

con el entorno y la vida cotidiana de los actores. Este campo o subsistema se expresa a

través de hechos y prácticas, objetos, discursos, sujetos y relaciones sociales, de

comportamientos, y actitudes; aspectos finalmente sobre los cuales la comunidad establece

relaciones y regulaciones, a fin de permitir, ciertas formas de comunicación, de auto

comprensión, de identificación de un grupo, pero también de relación de alteridad y

diferencia con los otros que son diferentes.

Pero este juego de alteridad no abarca tan sólo a las comunidades de los Llanos, sino

que incluye también al mito, es que, si bien la mayoría de ellos se apega a una estructura

común en la que confluyen mitemas recurrentes, con el tiempo se ha configurado un gran

sistema de transformaciones cuyas variantes dependen de la naturaleza étnica, regional,

social y cultural del narrador. Los mitemas variables suelen evocar y adicionar

acontecimientos o situaciones distintas que asocian a la imagen con entidades sobre

naturales, relatan experiencias milagrosas etc. En efecto, se puede evidenciar un proceso de

historicidad de más corta duración, abierto a un proceso de transformaciones más flexible y

a una acelerada dinámica de cambios, ya que conforma los requerimientos históricos más

inmediatos. Tales requerimientos nos remiten indudablemente al ámbito de la

representación, constituido por aspectos no siempre manifiestos, evidentes, materiales y

observables. Sin embargo, como es de suponerse, este aspecto ―encubierto‖ es el que hace

referencia, al aspecto ideal, mental, al de los imaginarios, al de la racionalidad, a las

cosmovisiones y las mentalidades, que hacen posible la creación de un ethos, como sistema

de valores, ideas, creencias, sentimientos, sentidos, significados y significaciones. De esta

forma, está sujeto a un proceso de historicidad de más larga duración, pues se configura de

ese cúmulo social de la existencia de un pueblo, de su memoria colectiva, que le ha

permitido al grupo, llegar a ser lo que se ha construido como pueblo. De tal manera que la

expresión los atajadores del tiempo traduce una permanente interrelación dialéctica entre el

cambio y la permanencia. En situaciones de crisis, el sistema de manifestaciones para poder

349

reafirmarse y revitalizarse, debe recurrir al sistema de representaciones, a la memoria

colectiva, que es la que a su vez da más sentido, permanencia, significado y significación a

los aspectos manifiestos de la sociedad.

350

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Cosmovisión e Identidad

355

Identidad y simbolismo del jaguar en Zitlala, Guerrero

Una practica ritual prehispánica

José Ramón Espinosa Julián1.

El tigre anda y bulle en la sierra y entre

las peñas y riscos, y también en el agua, y

dicen es príncipe y señor de los animales.

Fray Bernardino de Sahagún.

En el estado de Guerrero existe una fuerte presencia indígena que se basa

fundamentalmente en la conservación de sus tradiciones como son los mitos y ritos que

explican de una manera clara la gran herencia histórica y a la vez cultural que heredaron los

guerrerenses de los primeros pobladores, tal es caso del de la cultura olmeca, que ejerció

una fuerte influencia en el estado.

Para dar comienzo a nuestra investigación es pertinente considerar que el icono así

como el símbolo del jaguar fue evolucionando en el sentido de sus significado y sus

significantes por ende el símbolo y el icono es algo nutrido en significado, con frecuencia

en algo superior, como de lo sensorial a lo conceptual, de lo empírico a lo formal, de lo

particular a lo universal o de lo corporal a lo espiritual. El símbolo tiene como uno de sus

vehículos principales la metáfora; se presenta sobre todo en metáforas, las cuales a veces

tiene el poder de dar a conocer en un instante lo que el pausado raciocinio tarda en llevar a

la comprensión. En síntesis el estudio del símbolo/icono del jaguar nos permitirá conocer el

sentido que le dan en la actualidad los pobladores de Zitlala y de Chilapa, así como también

en la representación ritual.

Para ello es pertinente definir el mito como lo conceptualiza Pérez-Taylor ―El mito

es. tanto en la sociedad tradicional como en las modernas, el sistema de eventos del pasado

que conmemora el origen del grupo desde diferentes perspectivas‖.2

1 Escuela Nacional de Antropología e Historia.

2 Pérez, Taylor. Rafael (2006). Antropologías, p. 161.

356

El jaguar o tigre es el elemento fundamental de la cultura de los guerrerenses y es en

esta entidad federativa, en donde lo llamamos Tigre, Ocelotl y Tecuán, este ser adquiere

distintos significados a lo largo de la historia, como la fuerza, la vitalidad del hombre, es el

encargado del cuidado de la población, además simboliza la fertilidad de la tierra, donde se

producen los alimentos para poder subsistir, así también como la vida y la muerte, el día y

la noche. Tanto la fuerza y la vitalidad son puestas a prueba, este es el caso de las fiestas

religiosas que se realizan cada año en las poblaciones de Chilpancingo, Chilapa y Zitlala,

en las cuales al Tigre se le rinde tributo y ha su vez, él rinde tributo al Santo Patrón.

En lo que concierne al signo afirma Durand ―Es todo signo concreto que evoca, por

medio de una relación natural, o algo ausente o imposible de percibir‖ (Durand, 2000;

p.13).

El jaguar es parte esencial para comprender la ideología de los grupos olmecas, ya

que estos fueron de suma importancia para la formación cultural a partir de sus propias

manifestaciones culturales. Por ende el mito del jaguar fue adquiriendo una connotación

cada vez mas compleja a través del desarrollo histórico, como afirma Morin: ―El mito es un

modo de pensamiento semánticamente autónomo al que corresponde su propio modo y su

propia esfera de verdad‖.3

La ocupación que tuvo el estado de Guerrero durante los periodos Preclásico

temprano y Medio, son evidentes, por los restos arqueológicos que fueron encontrados en la

ciudad y Puerto de Acapulco, en el sitio de Palma Sola. En este sitio se pueden apreciar 22

petrograbados, en los cuales se esculpieron formas de animales, en cada uno de estos se

pueden apreciar una evolución y perfeccionamiento en el acabado, estos se hicieron

directamente en las rocas, las cuales fueron cortadas por medio de cuñas, aplicando la

técnica de cincelado para el acabado. El petrograbado 8, es pertinente para nuestra

investigación ya que en el se representa al Jaguar en un imponente volúmen de la roca,

además de la destreza en su trazo y su contenido simbólico que representa. La roca en la

que se esculpió el perfil del Jaguar mide aproximadamente 16 metros de largo por 11

metros de ancho, se marcó en la mejilla una barra de la que desprende una línea recta, que

culmina en un círculo de cuatro sitios. Debajo del círculo se desprende una especie de

3 Morin, Edgar (2002). El método. El conocimiento del conocimiento, p. 173.

357

cuchillo, el cual contiene dos círculos. En la cara del Jaguar se puede apreciar un signo de

agresividad o de ataque del felino, ya que sus fauces están abiertas y se aprecian los

colmillos de gran tamaño y la lengua por fuera. Esta representación del Jaguar nos da a

entender el significado que debió haber tenido para la población, ya que es un símbolo de

poder y consagración del gobernante y además como símbolo de dominio para otras

poblaciones cercanas y esto esta claro por el grifo B del calendario zapoteca, ya que en el se

interpreta la consagración del poder de los gobernantes, acontecimientos históricos y

lugares, que estarán presentes en posteriores culturas mesoamericanas y en particular la

olmeca como parte de nuestro objeto de estudio.

Además de la gran cantidad de vestigios de estilo olmeca que se han localizado –en

los que se incluyen esculturas portátiles y monumentales, así como cerámica--, siendo el

principal centro ceremonial el de Teopantecuanitlán, considerado como uno de los

asentamientos más antiguos asociados a la cultura olmeca en Guerrero.

Teopantecuanitlán que en náhuatl significa ―el Templo de los dioses jaguares‖, este

sitio se localiza en el municipio de Copalillo Guerrero; (está situado en un valle entre

montañas de la depresión del Balsas, a 8 kilómetros de la confluencia de los ríos Mezcala y

Amacuzac), sus diversas construcciones ceremoniales de carácter religioso civil y

funerario, sus áreas habitacionales de trabajo especializado como artesanal y de cultivo

ocupan un área de 200 hectáreas. La ocupación de Teopantecuanitlán abarca de los años

1400 al 600 antes de C., este sitio está conformado por tres construcciones principales: el

recinto, el cual es un patio hundido de forma rectangular, que tenía la función de un lugar

ceremonial mágico religioso, debido que ahí se encontraron cuatro esculturas que están

hechas en bloques monolíticos que tiene forma de T invertida. Estas esculturas simbolizan a

un personaje que es señalado como una divinidad agrícola, presentando ojos rasgados,

mazorcas de maíz a su alrededor, fauces de Jaguar, aunque en las otras esculturas presenta

ojos de víbora o acuáticos, además de manoplas y coderas que podrían simbolizar a este

felino como una animal mitológico y presente en el juego de pelota olmeca, ya que frente al

recinto se encontró un marcador y los restos de lo que pudo ser el juego de pelota.

En este centro ceremonial olmeca destaca la fuerte presencia del simbolismo del

Jaguar como elemento de poder, fertilidad, fundador y regidor del universo, esto se plantea

358

debido a que en este sitio los cuatros monumentos monolíticos poseen elementos muy

relacionados con lo anterior y puede ser que en este lugar los sacerdotes iniciaban a los

jóvenes en las prácticas rituales en torno al Jaguar para adquirir fuerza y vitalidad, e

imponerse a las adversidades de la vida.

Otra de las manifestaciones que se pueden apreciar como culto al jaguar se

representan en la cueva de Oxtotitlán, Acatlán, municipio de Chilapa y en Juxtlahuaca en el

municipio de Amojileca, en lo que concierne a la primera, están presentes presentan varias

pinturas entre las que sobresale un sacerdote que esta sentado en el trono del Jaguar, ya que

se representa con el estilo propio de la cultura olmeca, este sacerdote está ataviado con una

capa y un penacho en el que se plasma la cabeza de un águila, en otra pintura está plasmado

un hombre el cual está ligado con el jaguar por medio de sus genitales y la cola de este, de

ahí que se parta de que el Jaguar es un felino que a estado relacionado con el ser humano

desde su aparición y que seguramente el Jaguar o Tigre fue venerado por los primeros

grupos de tribus que poblaron el estado como especie de tótem, animal sagrado del que se

tenía la idea de que eran descendientes del felino, otras formas de representación, son en las

esculturas conocidas como los baby faces en el caso de la costa del golfo, los cuales

presentan rasgos felinos como labios en algunos casos en forma de v y ojos rasgados y en

otras como bajorrelieves y altares y a la vez el ser humano personificando a este animal en

los ritos de iniciación de los jóvenes o de consagración de sacerdotes como ocurre en la

pintura rupestre de Juxtlahuaca en donde el chamán porta una piel de Jaguar y este a la vez

sostiene en su mano un bastón símbolo de poder que cede a un cautivo, de ahí que se parta

de que en los antiguos santuarios se daba la investidura del poder. En este sitio se localiza

otra pintura en la cual un Jaguar está enfrentado con una serpiente, este simbolismo va a

estar presente en toda la tradición mesoamericana, ya que la serpiente emplumada

Quetzalcóatl y Tezcatlipoca que simboliza el Tepeyóllotl ―Corazón del Monte o de la

Montaña‖ en una de sus advocaciones siendo este, el dios del Jaguar de los mexicas,

personificación de las profundidades de la tierra y también venerado como ―Señor de los

animales‖. Estas dos deidades estarán presentes en la cosmovisión del mundo de los

mexicas, como son: la vida y la muerte. Como lo afirma Palerm citando a Juan Bautista

Vico: ―Abre el camino para la utilización de los mitos y leyendas como fuentes históricas;

es decir, no sólo como expresión simbólica de hechos reales, sino como expresiones de

359

ideas, creencias, actitudes. ―Las fábulas relativas a los dioses constituyen la historia de las

épocas en que los hombres....estimaban que todas las cosas necesarias y útiles del género

humano eran divinidades; esta poesía fue la obra de los pueblos primitivos, esos pueblos de

poetas teólogos que, nos dicen, fundaron las naciones con sus fábulas de dioses‖.4

En la cultura olmeca, presente en Guerrero hasta el 400 d. C., existió una estrecha

relación entre la lluvia y el jaguar. El Códice Azoyú 1, folio 26, contiene la representación

más antigua de un hombre con una máscara de jaguar comiendo a otro hombre, durante la

entronización de un señor del linaje nahua-tlapaneco en 1477.

El estudio del Códice Azoyú 1 ha permitido conocer la historia del reino de

Tlachinollan acontecida entre 1300 y 1565 d. C., que se localizaba en la Sierra Madre del

Sur, en el actual estado de Guerrero, al oeste de la Mixteca Alta del estado de Oaxaca. El

Códice Azoyú, presenta la cronología de todos los tlatoanis que gobernaron el reino de

Tlachinollan, cuatro de ellos se impusieron el título de señor Jaguar con esto podemos

llegar a la conclusión de que el simbolismo del Jaguar fue adquiriendo una complejidad

mayor entre cada cultura.

Durante todo el desarrollo cultural en México, las culturas maya, teotihuacana,

zapoteca. mixteca, tolteca, mexica y otros grupos étnicos, fueron fascinados y vislumbrados

por el poder, la vitalidad y la fuerza del Jaguar, no en vano a este ser mitológico se le

identificaría como el procreador de la humanidad, el fundador de los linajes, príncipe y

gobernante de los señoríos, el devorador de los corazones o el corazón del monte o de la

montaña. Como afirma Malinowski el génesis de la magia proviene del estado de angustia

que el hombre siente ante las fuerzas naturales. Su función consiste en disminuir los estados

de tensión mediante la catarsis emocional, el alivio que provoca el ritual mágico con el que

se pretende dominar a la naturaleza. La cosmovisión de los pueblos prehispánicos no puede

explicarse, en parte si no es a través de la práctica del mito y del rito, ya que influenció en

la organización política, social, económica y sobre todo religiosa, en este sentido el Jaguar

fue un símbolo que se dio a ser representado y a su vez ritualizado.

4 Pallerm Ángel (1978). Historia de la etnología. Volumen 2 Editorial Alambra, México.

360

El simbolismo del Jaguar en los pueblos prehispánicos y hoy en nuestras sociedades

de la tradición fue y ha sido una dimensión fundamental de nuestra cultura, historia e

identidad, principalmente en el estado de Guerrero. Como afirma Herder, citado por Ángel

Palerm, ―el patrimonio cultural está integrado por la cultura tradicional como son las

canciones, cuentos, poemas, leyendas, religión y costumbres, siendo el pueblo el

depositario de esto, con el fin de reconstruir o construir una nueva nacionalidad‖.5

En Guerrero como parte de las manifestaciones culturales se encuentra la danza de los

Tlacoloreros teniendo como antecedente inmediato a la de ―Los zoyacapoteros‖, de la

región Cohuizca del municipio de Chilapa.

―Los zoyacapoteros‖ reciben este nombre por el zoyacapote que los ejecutantes de la

danza utilizaban como vestuario. El zoyacapote era una capa o capote elaborado con zoyate

de palma, siendo el zoyate la hoja que se seca en la misma planta.

La música, las relaciones y la coreografía eran muy similares a la que ahora tienen

―Los tlacololeros‖, siendo una diferencia notable el vestuario.

El origen de los ―Los zoyacapoteros‖ es indudablemente indígena como lo pueden

atestiguar las siguientes características: los nombres, tanto el de la danza como el de los

personajes (zoyacapotero), son en lengua náhuatl; el Tigre que en ella aparece es

indudablemente el ocelote mexicano, los instrumentos son claras derivaciones de

instrumentos prehispánicos y, por último la temática, que incluye técnicas agrícolas

primitivas como la ―tumba‖, la quema del tlacolol, la siembra y el cuidado de la misma de

los perjuicios que hace el Tigre es típicamente autóctono.

En cuanto a su antigüedad es muy probable que se remonte a la época prehispánica.

Debió haber sido una danza dedicada a una deidad del agua, posiblemente a Tláloc, en la

que se propiciaban las lluvias para la obtención de buenas cosechas al ahuyentar y matar al

Tigre que representa el mal.

Para espantar al Tigre se usaba un chirrión cuyo sonido seco y fuerte simboliza, según

unos, el sonido del rayo o, según otros, el ruido de la hojarasca del tlacolol al quemarse.

5 Ibid.

361

Parece ser que la danza de ―Los zoyacapoteros‖ desarrollada en Chilapa y

Chichihualco con motivo de la primera visita pastoral que hizo a este último lugar el

excelentísimo Señor Obispo don Ramón Ibarra y González en el año de 1890.

En Chichihualco la danza tomó el nombre de ―Los tlacololeros‖, por la ocupación

que tienen las personas que en ella intervienen. El tlacololero es la persona que se dedica al

cultivo del tlacolol, siendo éste una porción de terreno ubicado en la ladera de un cerro, en

que el agricultor tiene que realzar ―la tumba‖, labor consistente en quitar los arbustos y

pequeños árboles de la futura tierra de labor. La basura, producto de ―la tumba‖, es juntada

y quemada con la finalidad de que la ceniza sirva de abono.

En el estado de Guerrero la gran diversidad cultural con la que cuenta es producto de

toda la herencia cultural de las civilizaciones que se establecieron en el estado, las

manifestaciones culturales de la totalidad de los grupos étnicos en la entidad son portadores

de una diversidad de elementos culturales de los cuales, hoy en dia se conservan algunos y

se practican sin perder el origen de los mismos que conforma el patrimonio cultural de esta

entidad suriana. Sus fiestas y rituales de petición de lluvias, de bandas de música de viento,

sus danzas, la medicina tradicional, el idioma, sus rituales para bendecir la semilla, la planta

de maíz y los primeros frutos de la temporada agrícola; el trabajo comunal, la mayordomía,

son manifestaciones culturales que han dado solidez a sus modo de vida uniéndola y

definiéndola como una etnia, integral y sobre todo el culto al Jaguar que sigue vigente en el

estado.

La diversidad cultural con la que cuentan los Valles Centrales y la Montaña baja, es

de gran importancia debido a que en estas regiones, se practican todavía los ritos de

petición de lluvia, que han sido una tradición prehispánica, pero después de la colonización

estos ritos trataron de ser relegados de su importancia histórica. Zitlala, conocida por su

nombre de origen prehispánico Citallán ―lugar de estrellas‖, tiene como festividad principal

la de los días primero y cinco de mayo. En el caso del día primero de mayo un conjunto de

pobladores y danzantes acuden al cerro del Cruzco, lugar en donde realizan el rito de

petición de lluvias, teniendo como elemento principal en la ceremonia la pelea de tigres, la

cual es una de las razones principales que me condujeron a investigar en las poblaciones

antes mencionadas, sus diferencias, significados y grados de violencia. En el caso de esta

362

festividad la pelea de los tigres cumple la función de adorar a la cruz y proporcionar

fertilidad a la tierra por medio de la lluvia, que significa que entre más se golpeen más va a

llover, cabe resaltar además no solo la participación de los hombres adultos sino también la

de los niños, esto se con el fin de inculcar en las generaciones próximas el culto al Jaguar y

la fertilidad. Esta población es de origen náhuatl, lleva a cabo los enfrentamientos en los

cuales participan los tigres que representan a cada uno de los barrios de la población, estos

portan un atuendo de Jaguar y una máscara de Jaguar reforzada para soporta los golpes del

conteniente. La violencia conforme avanza el combate aumenta más y más en donde el

objetivo es que el pegue más y aguante más, este acto es tan violento hasta el grado de

sangrase llegando al desmayo, pero en sí esta violencia es parte integrante de su cultura.

Esta la lucha se realiza durante cuatro horas en los cuales los jaguares participan con mucha

devoción ante la presencia de hombres mujeres, niños y niñas.

En Zitlala el día 5 de mayo se efectúa la confrontación de los tigres en el centro de la

población, este acto ritual esta enfocado a la consagración del primer acto en el cual se

venera al Santo Patrono de San Francisco, a la Cruz y en particular la veneración a la tierra.

En esta ceremonia participan hombres de todas las edades, a partir de los 6 años. En este

combate participan los tigres de cada barrio y el objetivo es de que el triunfo lo va obtener

el participante que aguante y pegue más. Este evento es menos organizado que el primero,

ya que se aprecia el desorden de todos los participantes y el público asistente. Esta

ceremonia igual que la anterior es muy violenta ya que en ocasiones rompen sus máscaras,

se producen heridas en el cuerpo o en otros casos llegan a perder el conocimiento.

En Chilapa se festeja la tigrada que se realiza el 15 de agosto fecha en la cual, todos

los participantes se visten con traje de Tigre y la máscara tradicional. Este es el único acto

en el cual no se aprecia una violencia tan fuerte como lo es en Zitlala y Chilpancingo.

En lo que se refiere a las artesanías, cabe señalar que el arte popular todavía lo

encontramos en varias regiones de México, en donde existen sociedades de la tradición

como es en el caso particular de Guerrero, por ejemplo el arte plasmado en papel amate en

donde se expresa la cosmovisión en las máscaras de los grupos náhuatl de la zona de

Chilapa. Como escribe Lévi-Strauss: ―En ambos casos, sin embargo, las máscaras

desempeñan un papel de importancia considerable. Las máscaras representan también a los

363

antepasados, y al colocarse la máscara, el actor encarna al antepasado‖,6 pero también en la

cultura guerrerense, la máscara del Jaguar, representa la fuerza, el poder y la vitalidad.

Las artesanías en Chilapa de Alvarez Gro., y en los pueblos indígenas de la región, se

remontan a la época prehispánica y a la colonial, de aquí que pueblos indígenas náhuatl

sigan conservando la tradición en la elaboración de los productos artesanales.

La elaboración de las máscaras en Chilapa, como es el caso particular de los jaguares,

tigres o tecuanes, representan cada una a su manera encarnando a sus antepasados, en el

momento de sus festividades realizadas. Además de que los artesanos hacen lo posible de

perfeccionar el rostro del Jaguar con el fin de proyectar un semblante de agresividad y la

vez de valentía de este ser.

Conclusión

En esta época de ―modernidad‖ en la cual nos encontramos, en el caso particular del estado

de Guerrero con sus siete regiones que lo conforman y en concreto de los Valles Centrales

y la Montaña, la diversidad cultural que tienen es producto de la herencia de todos los

grupos culturales que poblaron estas regiones, es vigente todo el conjunto de mitos, ritos,

religión, costumbres tradiciones, lengua y arte popular que practican, ya que han sido la

base de la formación social, cultural, histórica que da como resultado su identidad.

En este contexto el Jaguar como símbolo, es una dimensión central para poder

entender la complejidad cultural del estado y en particular del felino, que está presente en

las manifestaciones culturales de dichas regiones, por ello su vigencia en la sociedad

guerrerense. Con la llegada de la modernidad se ha pretendido desintegrar las culturas de la

tradición y su mundo simbólico, tratando de imponer por la fuerza los valores culturales

occidentales. Por ello hoy en día se han perdido los valores morales, sociales y humanos,

que se han manifestado en la crisis de la civilización actual. Por ello, se hace necesario

como alternativa a la occidentalización de la cultura y la pérdida de los valores, conservar y

6 Lévi Strauss Claude (1994). Antropología estructural. Editorial Altaya, Barcelona.

364

reconstruir la cultura, la historia y la identidad de nuestros pueblos a través de la

concientización, la educación y difusión de la cultura en México.

365

Bibliografía

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1978 Antropología filosófica. Editorial Fondo de Cultura Económica, México.

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2002 El método. El conocimiento del conocimiento. Editorial Cátedra, Madrid.

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2006 Antropologías. Avances en la complejidad humana. Editorial SB, Argentina.

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2002 Historia general de las cosas de Nueva España. Tomo 1 y 2. Editorial Cien

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1996 El universo de los aztecas. Editorial Fondo de Cultura Económica, México.

VEGA SOSA Constanza

1991 Códice Azoyú. Editorial de Fondo de Cultura Económica, México.

366

Cosmovisión y Medicina en la Nueva España:

El caso de la india Polonya

Nidia Andrea Olvera Hernández1

Resumen

En esta ponencia se realizó un estudio de caso en base a una acusación inquisitorial

realizada en 1620, donde se mencionó sobre las prácticas de adivinación y curación de una

india que habito en la Nueva España. Se parte de explicar la cosmovisión del grupo

estudiado, considerando los procesos de cambio y continuidad e indagando en los cambios

y transformaciones, para así poder aproximarse mejor al estudio de los conocimientos

médicos, a los especialistas, etiologías y tratamientos, donde se incluían ritos, la influencia

de seres sobrenaturales ó la aparición de seres míticos, elementos que caracterizaron a la

medicina de la población indígena durante el periodo colonial

Introducción

En estas páginas se tratara acerca de ciertos aspectos de la medicina en la Nueva España,

usando como ejemplo principal una denuncia hecha en el siglo XVII, en contra de la india

Polonya por adivinadora y supersticiosa. Se describirán y compararán distintos elementos

presentes en las formas de curar entre la sociedad novohispana. En la primera parte se hace

énfasis en la importancia del estudio de la cosmovisión del grupo estudiado, para

comprender cualquiera de sus manifestaciones culturales, que en este caso es la medicina.

A continuación se mencionan algunas características del documento, como de donde se

obtuvo, las causas de su realización y el posible espacio en que se produjo, después se hace

una descripción de la ceremonia curativa, de los objetos usados, los distintos pasos y la

visión que se tuvo de estos procedimientos. Por ultimo se analiza el relato de cómo es que

esta curandera que fue consultada durante el período virreinal, aprendió a curar,

1 Estudiante de la Licenciatura en Etnohistoria. Escuela Nacional de Antropología e Historia

367

comparando los distintos elementos que se mencionan, buscando las continuidades y

transformaciones en la cosmovisión y la medicina de la población indígena de nuestro país.

Cosmovisión y Medicina

Las formas de combatir la enfermedad han sido muy variadas entre las distintas sociedades,

es por esto que las prácticas curativas deben ser estudiadas indagando en la cosmovisión de

la cultura referida, lo que lleva a observar las formas de organización política, social y

económica de las cosmovisiones que se estudian y así tratar de acercarse a los conceptos

médicos del contexto que se analiza, cabe aquí citar a Carlos Viesca (1992) : ―…no es

factible entender el significado verdadero de las prácticas y creencias médicas de ninguna

sociedad, si no se tiene continuamente ante sí la referencia de su cosmovisión que repito,

las hace congruentes con su concreta realidad social‖ (Viesca, op. cit.: 51). La observación

de la naturaleza ha tenido un papel muy importante en la construcción de los conocimientos

médicos que se encuentran dentro de la cosmovisión. Para esta ponencia se entenderá por

cosmovisión ―la visión estructurada en la cual los miembros de una comunidad combinan

de manera coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que viven, y sobre el cosmos

en que sitúan la vida del hombre‖ (Broda, 1991: 462), por tanto la observación precisa del

medio ambiente natural y del mismo hombre, los conocimientos que se van acumulando,

aunado a la mitología y la magia fueron factores que perduraron en las prácticas médicas

durante el México colonial, en este sentido Alfredo López Austin (2004) mencionó: ―En

sociedades como las mesoamericanas, uno de los sistemas que cumplen tan importante

función es el de la mitología, cuyo contenido tiene notable injerencia en los sistemas

religioso, moral, médico y otros‖ (López-Austin, op. cit.: 22).

La medicina en el periodo colonial estuvo marcada por el pasado prehispánico y se

fue mezclando con las nuevas tendencias médicas llegadas desde Europa como el

galenismo característico de la época, en palabras de López Piñero y Fresquet Febrer (1995)

se dio en la medicina novohispana del siglo XVI un ―mestizaje cultural‖ que prevaleció

durante todo el periodo colonial, aunque fue transformándose. Llegaron nuevos

especialistas, enfermedades y se transmitieron otras, al igual que los métodos y formas de

368

concebir las alteraciones de la salud se trasladaron y se fueron adaptando a los nuevos

contextos, las formas de curar, además del importante uso de distintos recursos vegetales,

estuvieron íntimamente ligado a la religión, la conciencia mítica, a la realización de ritos, y

a la influencia de elementos sobrenaturales, es así que la medicina indígena se transformo

en la época colonial: ―…su medicina, puesta en entredicho al ser convertida por definición

jurídica en curanderismo, se afianzó tanto en las creencias de base que fueron matizadas

con un barniz de cristianismo y entraron en cierta medida en el juego de la brujería europea,

como en sus prácticas que infinidad de veces constituyeron el único recurso médico

accesible aun para la población europea. Un médico español, Diego Cisneros, afirmaba en

1618 que todos los indios y casi todos los europeos se curaban mediante este tipo de

medicina, no obstante lo irracional, decía el, de sus prácticas‖ (Viesca, 1992: 231-232).

Hay que mencionar que el ejercicio de la medicina durante el virreinato debía ser

autorizado por el Protomedicato, algunos peninsulares avalados fueron llegando a la Nueva

España, pero estos solos no pudieron atender a toda la población, el clero regular también

se encargó de prestar atención a los enfermos, pero la mayoría de la población novohispana

acudió con especialistas no autorizados, es decir curanderos, adivinadores, yerberos, entre

otros, ya menciona Noemí Quezada (1989) que ―…los médicos oficiales autorizados

legalmente para el ejercicio fueron insuficientes para cubrir al amplio territorio de la Nueva

España, de esta manera los curanderos fueron tolerados y tuvieron la misión de resolver el

problema de la salud en el campo y entre los grupos marginados de los centros urbanos―

(Quezada, op. cit.: 11).

En lo concerniente a las fuentes utilizadas se deben tomar precauciones para

analizarlas, hay que mencionar que se buscó imponer una religión, formas de organización

y de concebir el mundo, también se empezó la tarea de implantar el nuevo sistema médico

hegemónico, la medicina prehispánica pareció supersticiosa a los ojos del conquistador, en

algunos casos se trataron de retomar los elementos empíricos como la herbolaria, de hecho

en la primera parte de la historia de la Nueva España se comerció con plantas y se

adoptaron perfectamente en Europa para diversos males, incluso se comenzó a cultivarlas

en dichas tierras. Pero los elementos rituales y mágico-religiosos, fueron considerados

como idolatrías, estas prácticas fueron asociadas con el demonio o con la brujería y de

369

hecho son los que mas se mencionan en las acusaciones inquisitoriales, como señaló

Quezada (1989): ―La respuesta de las autoridades coloniales fue la persecución y el castigo,

sobre todo dirigido a las prácticas que se consideraban supersticiosas, en las cuales destaca

la parte mística de la curación que trataron de separar, a toda costa, de su contraparte

empírica, sin lograrlo a pesar de la represión‖ (Quezada, op. cit.: 121). Haciendo las

preguntas adecuadas podemos rescatar valiosos datos sobre las formas de curar entre la

población novohispana, donde ―La persistencia de la cosmovisión prehispánica y el

sincretismo están ampliamente documentados en testimonios coloniales.‖ (Báez-Jorge,

1988: 158), sin dejar de considerar el contexto en que fueron escritas, y la función que

tuvieron, como propuso Alberro Solange (1981: 17): ―Sin pretender, en un arranque de

imperialismo intelectual, que la actividad inquisitorial sea la Suma de la vida colonial,

sostenemos que por desempeñar un triple papel, aparato represivo catalizador de tensiones

sociales e individuales y espejo de marginalismos, proporciona siempre indicios valiosos

que pueden ser aprovechados por otros investigadores, deseosos de estudiar algunos

aspectos específicos del México del siglo XVI y XVII‖ (Solange, op. cit.: 17).

El caso aquí analizado se trata de una autodenuncia por no incurrir en las penas del

Santo Oficio, son peninsulares los que relatan la ceremonia y los demás hechos acontecidos

con la india Polonya, a pesar de estos hay una serie de elementos importantes para analizar.

Además de este documento se harán algunas comparaciones con códices y descripciones

etnográficas realizadas por otros autores relacionadas con el asunto descrito, ya que aportan

algunas evidencias que se pueden comparar y así poder entender mejor los fenómenos

estudiados, ya menciona Félix Báez-Jorge (1988): ―…numerosas concepciones arcaicas se

conservan en las cosmogonías de las comunidades indias de México expresando especial

significación en los ámbitos rituales e ideológicos de su religiosidad popular,

particularmente en los asociados a la propiciación de la fertilidad agraria, la salud, el

nacimiento, etc.‖ (Báez-Jorge, op. cit.: 24). Sin embargo hay que considerar las

transformaciones por las que han pasado las cosmovisión y las prácticas médicas

mesoamericanas.

370

Origen del Documento

El documento estudiado, fue obtenido en el Archivo General de la Nación2 en el fondo del

Indiferente Virreinal (AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630, exp.

073), cabe mencionar que estas cajas fueron terminadas de organizar apenas en noviembre

del 2006. Investigando acerca de los usos del peyote en la Nueva España, hallé este

manuscrito, ya que en 1620 es promulgado el edicto del peyote, el cual es mandado a leer

en las misas y pegar en las puertas de las iglesias, en este se dice que: ―…el uso de la yerba

o raiz llamada Peyote, para el effecto de estas provincias se ha introducido de descubrir

hurtos y adebinar otros sucesos, y futuros contingentes ocultos, es acción supersticiosa y

reprobada opuesta a la pureza y sinceridad de nuestra Santa Fee católica, siendo ansi, que la

dicha yerba, ni otra alguna no puedan tener la virtud y eficacia natural que se dize para los

dichos effectos ni para causar las imágenes y fantasmas y representaciones en que se

fundan las dichas adivinaciones, y que en ellas se ve notoriamente la sugestión y asistencia

del demonio, autor deste abuso, valiéndose primero para introducirle de la facilidad natural

de los indios, y de su inclinación a la idolatría‖ (AGN, Inquisición, v. 289, exp. 12).

Después de haber sido difundido el edicto del peyote, varias personas acuden a

confesarse por ―descargo de conciencia‖, así se pueden localizar en el archivo las copias del

edicto y al otro lado de la hoja la denuncia realizada. Los distintos grupos de la sociedad

novohispana son mencionados en estos manuscritos, en algunos casos son españoles en

autoconfesión o acusando a personas de cualquier otro grupo social, como en el proceso

analizado, es primero: ―…un vezino deste pueblo llamado gaspar de sequera de nacion

portuguesa por aver oydo la rrelacion de los edictos en rrazon de supersticiones

adivinaciones y en beleco del peyote para descargo de su conciencia y no encurrir en las

penas que la santa inquisición pone... en razon de las maldades y supersticiones del

peyote….‖(AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630, exp. 073), es

Gaspar quien escucha a su suegra decir de unas indias adivinadoras, prosigue tanto María

Covarrubias esposa de Gaspar, su suegra y otra vecina llamada Jerónima, quienes acuden a

declarar sobre las indias supersticiosas que: ―tiene por uso beber el peyote para descubrir

las cosas hurtadas y por descargo de su conciencia dijo lo declara para que lo rremedien

2 Archivo General de la Nación, de aquí en adelante AGN.

371

los señores ynquisidores….‖ (AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja

6630, exp. 073).

Acerca del espacio en que se produjo el documento aún existen dudas, se habla de la

iglesia de la doctrina de Zapotlan, pero de cual de los lugares que tenían este nombre

durante el periodo colonial se trata, en primera instancia lo asocié con la localidad que hoy

lleva el mismo nombre en el estado de Jalisco, que podría ser una opción ya que desde ese

tiempo se hace referencia a la Laguna de Zapotlán que además ―buena parte del área es

semiárida‖ (Gerhard, 1986: 347) y puede ser considerada dentro de la zona de influencia

cultural del peyote (Aguirre, 1992: 139). Por otro lado, al sur del estado de Hidalgo, Peter

Gerhard señala otra comunidad denominada como Zapotlan, que se encuentra cerca de la

actual ciudad de Pachuca, que también puede ser propuesto como el lugar de procedencia

del manuscrito, porque: ―Era éste territorio otomí, con una minoría hablante de náhuatl y

quizás algunos chichimecas hablantes de pame‖ (Gerhard, op.cit.: 215), entre los

chichimecas también era conocida su costumbre de utilizar la cactácea denominada como

peyotl, ya nos dice Sahagún: ―Ay otra yerva que se llama peiotl…hazese hazia la parte

norte los que la comen o beben ven visiones espantosas o de risas, dura este

emborrachamiento dos o tres días y después se quita. Es como un manjar de los

chichimecas que los mantiene y da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed ni hambre y

dicen que los guarda de todo peligro‖ (Sahagún, 1982: 292), además de que es entre los

otomíes uno de los grupos donde se ha registrado continuidad en la aparición de uno de los

seres míticos que aparece en el documento, lo cual se verá mas adelante. Por otro lado

también existe el Tzapotlan, localizado en la Huasteca, de donde Tzapotlatena diosa de la

medicina y descubridora de la resina de oxitl provenía. Estos lugares son solo algunas

propuestas del origen del documento, ya que faltan datos más específicos para saber el

lugar de origen del documento aquí analizado.

Ceremonia Curativa

En el mismo documento se divide esta parte como ―ceremonia‖, María de Covarrubias lleva

a su hija a que se la curase la india llamada Polonya, quien la desnuda y enciende ocote, a

372

María le son ajenas estas prácticas ya que: ―espantada la madre de ver las ceremonias que

hazia en la dicha niña….‖ (AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630,

exp. 073), sobre este tipo de curaciones Quezada (1989) señala: ―…las limpias cumplen

funciones terapéuticas, bien sea para eliminar el mal mágicamente por medio de sacudidas

o barridas, o con idéntica función que la friega, es decir, de concentrar en un punto del

cuerpo del paciente la enfermedad para extraerla materializada en forma de animales que se

arrojaban al fuego, o de otros objetos, como en caso de un hombre al que se le extrajo la

tierra‖ (Quezada, op. cit.: 86).

La descripción del rito curativo prosigue en el documento: ―avia encendido ocote

aviendo primero soplado la mollera la dio muchas bueltas a la rredonda y estando el ocote

ardiendo se lo metio en la boca y con humo soplo el rostro y cuerpo de la niña dejándole

tiznado‖ (AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630, exp. 073),

después pide un tecomate con agua y algodón con el cual limpia los costados de la niña,

que al final pide que el agua sea derramada en la calle, aquí se pueden ver algunas de las

etapas que Noemí Quezada (1993) señala en las ceremonias curativas de ―extracción y

destrucción de la enfermedad‖. De los elementos usados en curación hay que destacar el

uso del uso del algodón, el tecomate o jícaras y el agua que han cumplido diversas

funciones en las prácticas medicas de Mesoamérica, en la ceremonia los usa para limpiar

pero mas adelante en el documento también se utilizan en la adivinación ―en una xícara de

agua en la que descubriría los urtos‖, otros ejemplos los menciona Quezada (1975): ―…la

superficie del agua no se utilizaba como espejo, sino como medio suave y móvil del objeto

que flota y en los que el movimientos, acercamientos y alejamientos, simbolizan las

relaciones o los aspectos que serán el objeto de interpretación‖ (Quezada, op. cit.: 84)., otra

muestra de estos tipos de diagnostico la dio Gonzalo Aguirre Beltrán (1992): ―Vertida en la

xícara e iluminada por candelas en la penumbra del cuarto del paciente refleja los rostros de

los malhechores. El agua, como entidad sacra, antes de ser solicitada requiere de la

pronunciación del conjuro adecuado…‖ (Aguirre, op. cit.: 179).

373

Aprendiendo el arte de curar

―Preguntando la dicha jerónima de Ulloa a la polonia embustera como curava de aquella

manera y modo. Respondio que siendo de edad de diez años fue a un xaguey por agua y

que en el agua vido un tecomate pintado muy alano y que queriendolo tomar el tecomate, la

çambullian bajo el agua y que queriendose ir volvio a ver el tecomate a la orilla del xaguey

y que queriendolo tomar le rozan de la mano y la metieron debajo del agua la tomo en

braços y que la mitad era culebra y la otra mitad mujer y que teniéndola asentada le enseño

el arte de curar y a la tarde aviendola bañado le dixo anda niña que ya sabes como as de

curar y ganar la vida‖ (AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630,

exp. 073).

En esta declaración, Jeronima relata lo que la india Polonya le contó acerca de cómo

aprendió el ―arte de curar‖, quien ve un tecomate, elemento que después usara en sus

curaciones y que al tratar de tomarlo la sumergen en el agua, Quezada(1992), señala en

relación a las maneras en que algún individuo en el México colonial podía obtener las

facultades para curar, como la predestinación, transmisión familiar, aprendizaje con

especialistas, o la obtención de poderes por Dios, que ella menciona no aparece registrada

entre indios o mestizos: ‖…sólo un negro y una mulata coinciden con los españoles. Esta

situación no es fortuita, existía entre los indios y mestizos la idea de que para llegar a ser

curandero se requería de una formación y disciplina independiente de la voluntad divina‖

(Quezada, op. cit.: 37), aunque en este caso la india Polonya según Jerónima lo obtiene de

este ser que es mitad culebra y mitad mujer, acerca de esta manera de conseguir los

conocimientos médicos, Pedro Carrasco Pizana (1979), nos da otra pista que toma de

Jacinto de la Serna y aunque no se presenta el mismo ser, si es dentro del agua:

―Adquisición del poder personal.-Serna nos comunica cómo adquirían el poder los médicos

hechizeros de Tenantzinco y Zumpauacan. Una india médica de Tenantzinco dijo que:

Aquel oficio lo había heredado de sus padres porque eran curanderos. Y que siendo niña se

había muerto y que había estado tres días difunta debajo del agua que está junto a un sabino

muy hermoso en un rincón del pueblo y que allí había visto a todos sus parientes y que la

habían dado la gracia para curar y entregándole los instrumentos con que había de hacer sus

curas‖ (Carrasco, op. cit.: 221).

374

En relación a las iniciaciones o a esta adquisición de las facultades de poder, aun se

presentan casos donde las serpientes se presentan, como es el caso de una curandera en

Amatlán de Quetzalcoatl, la cual cuenta que: ―Fue a la cueva y lago de ―la señora de los

aires‖ luego soñó que estaba ahí y que de la laguna salía una serpiente que se posó en sus

manos en forma de paloma y ahí se quedo‖. Macuil, Carmen (comunicación personal,

mayo 2009), así en este caso de manera similar al documento, dicha curandera logro

obtener el conocimiento para realizar prácticas curativas en un lago y donde aparece una

serpiente.

Las serpientes han estado presentes en los mitos de las culturas mesoamericanas,

muchas de las deidades presentan atributos o símbolos serpentinos, por sus ondulaciones

asociados con el agua y en otras ocasiones con la tierra, en este sentido Yolotl González

(2001) comentó: ―La serpiente aparece como un símbolo muy difundido entre

prácticamente todos los pueblos mesoamericanos. Es posible que las distintas variedades de

serpientes tuvieran también connotaciones diferentes, algunas eran muy venenosas, otras

eran muy grandes y muy fuertes, etc. Es indudable que había una antiquísima deidad

serpiente, posiblemente ―emplumada‖, muy relacionada con la fertilidad y la tierra, que

sufrió diversas transformaciones…‖ (González, op. cit.: 115).

En relación a las mujeres serpiente Félix Báez-Jorge en su obra Las voces del agua.

El simbolismo de las sirenas y las mitologías americana (1992), menciona una gran

cantidad de deidades asociadas con el agua en distintas regiones de Mesoamérica, ofrece

una serie de relatos etnográficos donde aparecen las señoras o dueñas del agua y en las

cuales las serpientes son parte de sus atributos o representaciones, entre totonacas, otomies,

tepehuas, tojolabales, chortis, zoques y nahuas, las cuales desde la Colonia se fueron

transformado y así las sirenas se asociaron distintas deidades de la Mesoamérica

prehispánica como Chalcitlicue, Uixtocihuatl, Chicomecoatl o Coatlicue, de las cuales con:

―los atributos asociados a las sirenas se adicionaron a los de las antiguas deidades acuáticas

mesoamericanas o bien se desarrollaron epifanías sincréticas como resultado del fenómeno

transculturativo.‖ (Báez-Jorge, op.cit.:140), ya que estas antiguas diosas encargadas de

proveer las aguas, los mantenimientos, cuidar los mantos acuíferos, la salud e incluso en

algunos casos eran responsables en el ahogamiento de los hombres. (Báez-Jorge,

375

op.cit.:141). Además se ha

relacionado como su mismo

nombre lo indica con la

Cihuacoatl, la cual aparece

representa en el libro VIII del

Códice Florentino (1980), donde

se dice: ―En su tiempo del mismo

motecuçoma, el diablo que se

nombrava Cioacoatl, de noche

andava llorando, por las calles de

mexico y lo oyan todos diciendo.

O hijos mios, guay de mi, que yo

os dexo a vosotros‖ (Códice

Florentino, op.cit.: 253).

Por otro lado en la Monarquia Indiana de Fray Juan de Torquemada (1986), también se

hace mención de un ser similar que apareció en Chimalco, una hechicera llamada Quilaztli,

capaz de transformase en distintos seres que dice: ―…porque si vosotros me conoceis por

Quilaztli (que es el nombre comun, con que me nombrais) yo tengo otros cuatro nombres

con que me conozco; el uno de los quales es Cohuacihuatl, que quiere decir Muger Culebra;

el otro Quauhcihuatl, Muger Aguila; el otro Yaocihuatl, Muger Guerrera; el cuarto

Tzitzimicihuarl, que quiere decir, Muger Infernal; y según las propiedades que se incluien

en estos quatro nombres, vereis quien soy, y el poder que tengo, y el mal que puedo

haceros; y si quereis poner a prueba de las manos esta verdad, aquí salgo al desafio.‖

(Torquemada, op.cit.: 81).

Otro ejemplo de deidades con estos atributos lo describe Carrasco (1979) en su

trabajo sobre los grupos de habla otomiana, donde Acpaxapo una culebra con cara de

mujer, protectora de la laguna hace su aparición, tomando como referencia los Anales de

Cuahuhtitlan menciona: ―En ese lugar Acpaxapocan, en cuanto había guerra humanamente

les hablaba a menudo xaltocameca su dios que salía del agua y se les aparecía. Se llama

Acpaxapo; es una gran culebra, su rostro de mujer y sus cabellos enteramente igual al de las

376

mujeres, así como el suave olor. Les anunciaba y decía lo que les había de acontecer, si

habían de hacer presa, si habían de morir y si habían de ser cogidos prisioneros. También

les decía cuándo y a qué tiempo iba a salir los chichimeca para que con ellos toparan los

xaltomeca. Pero los chichimeca ya tenían entendido cuándo y a qué tiempo venían de muy

lejos los xaltomeca a hacer sus sacrificios y a poner sus ofrendas a Acpaxapo‖ (Carrasco,

op. cit.: 157).

En la zona de la cuenca del río Lerma, las representaciones de estos seres

sobrenaturales continuaron en el periodo virreinal, por ejemplo los ornamentos en la iglesia

de San Antonio de la Isla que Margarita Loera Chávez y Peniche describe en su obra

Memoria india en templos cristianos (2006), donde menciona: ―… a los lados se

encuentran dos sirenas, cuya forma de representatividad evoca a la serpiente otomí con cara

de mujer‖ (Loera, op. cit.: 94).

Las apariciones de estos seres continúan en la actualidad, varios autores han

encontrado registros etnográficos cuando estos seres míticos se han dejado ver, aunque han

sufrido algunas modificaciones ya que ahora aparecen en forma de sirenas, con colas de

pez, al respecto Félix Báez-Jorge (1988) citando a Thompson menciona: ―Un dato en

apoyo a esta idea es que la Sirena

(―Dueña del Mar‖) – que esta bajo las

ordenes de Aktsini´ - una divinidad

con cuerpo y cola de pez, es llamada

por el autor ―La versión europerizada‖

de la diosa azteca del agua

Chalchiutlicue o mas bien, de la

―Dama de la Sal‖ Uixtocihuatl”

(Báez-Jorge, op. cit.: 265). También

en la zona maya, Mercedes de la Garza

hace referencia a la aparición de una

criatura similar Chicchaán:

―gigantesca serpiente que produce las

lluvias y es señora de las aguas.‖

377

(Garza, 1984: 194), además en la pagina 27 del Códice Madrid aparece representada una

deidad de la cual de sus axilas y de entre sus piernas cae agua, lo cual es una característica

de las llamadas Clanchanas de las cuales de su cuerpo cae agua, peces y sapos.

Por otro lado Beatriz Albores (1993) ha estudiado a estos personajes, ahora conocidos

como la Clanchana y el Clanchano y menciona sobre su importancia antes de la llegada de

los españoles: ―Estos seres de claro origen prehispánico, muestran una gran similitud con

los viejos dioses del agua, Chalchiutlicue y Opuchtli, en tanto proveedores de los

―mantenimientos‖ lacustres, y porque a aquélla –indica Sahagún- ―pintavanla como a

muger…dezian que…tenia poder sobre el agua…para ahogar a los que andan en esta

aguas‖. La Clanchana también presenta algunos rasgos de Xochiquétzal, la diosa joven de

la tierra y de la luna, que deriva de la Madre Vieja, a la que los otomíes y matlatzincas

rendían culto, festejándola estos últimos en el mes de Ueypachtli‖ (Albores, op. cit.: 265).

Generalmente estos seres han estado asociados a los mantos acuíferos, aparecen como

guardianes del mar, los ríos, las lagunas y en el documento que se analiza en esta ponencia

quizás se trataba de la protectora de un xaguey que además otorgaba facultades para poder

curar, ―… ―Sirena‖ y el ―Sireno‖, eran ―habitantes de la ciénaga‖, ―padre y madre del

agua‖, así como ―dueños o creadores de todo lo que hay en la [laguna]‖, es decir, de la vida

lacustre y, en cuanto a aquélla se refiere, también de la producción agrícola.‖ (Albores, op.

cit.: 264). Las sirenas en algunos casos seducen a los hombres que después desaparecen o

les causan daños, pero con las féminas su posturas es diferente, ―Con las mujeres la

Clanchana tenía una actitud de benevolencia. La sirena –dice un informante del pueblo- no

sólo daba la riqueza. A las mujeres les daba el pelo largo, les permitía que les

creciera…sólo a los hombres los perdía.‖ (Albores, op. cit.: 264), en el caso aquí tratado lo

que da a la india Polonya es el conocimiento para poder curar y así ganarse la vida.

Se han encontrado otros registros sobre la continuidad de la aparición de Clanchanas

u otros seres similares, este es el caso registrado por María Isabel Hernández quien recopiló

varias versiones entre los habitantes del alto Lerma, donde las culebras están asociadas a

estos seres, además muestra en su escrito como la alteración de este medio ambiente natural

repercute en las creencias de los hombres, ya que al secarse la zona lacustre las clanchanas

han ido desapareciendo, como señaló en el siguiente testimonio: ―El huacalero (como

378

también se les dice a los arrieros) metió a la sirena en su huacal y emprendieron el viaje. El

huacalero no se daba cuenta, pero ya por el camino no era una mujer la que llevaba en el

huacal, sino una serpiente enroscada. Llegaron a su pueblo (¿Malinalco?), pero la sirena ya

se quería regresar. Entonces el arriero metió a la clanchana en un cuarto, la amarró y ahí la

dejo. Desde entonces no ha regresado; de esto hace como 35 años. Parece que la sirena ya

se murió porque no ha regresado.‖ (Hernández, 2000: 200-201).

Entre los otomíes Luis Pérez, hablando de su cultura y presentando su trabajo

etnográfico, mencionó que: ―El informante también aseguró que ―el guardián del agua es

como una niña, pero de la mitad del cuerpo hacia abajo es un pescado. Cuando era niña

hacía la danza y subía a La Tablita. Una vez que iba como con cuatro niñas se presentó la

niña mitad pescado, se iba en común bailando hasta llegar a La Tablita, danzaban como una

hora, colocando flores en el venero de agua, después comían bien, y al final bajaban todos

a sus comunidades‖ (Pérez, 2007: 100).

Volviendo al documento, más adelante se menciona que Jerónima había acudido con

esta india en un principio por la búsqueda de tres pesos que le habían hurtado, quien los

había buscado usando el peyote. No hay un seguimiento sobre esta denuncia respecto a la

india Polonya. Para concluir nos muestra la intolerancia de la Santa Inquisición respecto a

las prácticas médicas y religiosas de los grupos indígenas que habitaban la Nueva España,

ya que se menciona: ―si el santo oficio quemase una destass haria gran servicio…..‖ (AGN,

Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 6630, exp. 073).

Consideraciones Finales

El indagar en las cosmovisiones de las culturas estudiadas, resulta indispensable para

estudiar cualquier expresión sociocultural y así lograr comprender a otros grupos

insertándolos en su propio marco histórico, sin emitir juicios de valor. La medicina es otro

de los conocimientos que las poblaciones indígenas han desarrollado a los largo de la

historia, refleja las distintas visiones y relaciones del hombre con el universo,

modificándose dependiendo de la sociedad en que se ha generado. Así es que el estudio de

379

todo sistema médico debe estudiarse observando el tiempo y el espacio en que se produce,

es decir contextualizándolo en la cosmovisión de la cultura referida.

Con la llegada de los españoles se dio una imposición de prácticas culturales, la

medicina no fue la excepción y diversas transformaciones se suscitaron. En el México

colonial las prácticas médicas fueron parte de los procesos de cambio, ya que reúnen

características provenientes del período prehispánico y las nuevos conocimientos traídos

desde el Viejo Continente, en el caso aquí tratado, ya casi a un siglo de la conquista, los

elementos descritos parecen tener mas influencia del pasado precolombino, ya que la

aparición de seres naturales y la realización de ritos con evidente relación a la conciencia

mítica y a las prácticas mágico-religiosas de Mesoamérica, esta medicina característica de

las poblaciones indígenas, jugo un papel muy importante para preservar la salud de los

distintos grupos de la sociedad novohispana ya que fue la más utilizada, a pesar de que en

muchos casos fue perseguida y/o juzgada.

El rito curativo, las limpias, el uso del algodón, ocote, agua, además de la aparición

de un ser sobrenatural como es la Cihuacoatl, son algunos de los elementos de tradición

mesoamericana, que continuaron usándose por la población indígena de nuestro país en el

periodo virreinal e incluso varios de estos elementos han llegado hasta nuestros días, así la

aparición de seres sobrenaturales sigue presente en el imaginario de las poblaciones,

aunque transformándose y adaptándose a los nuevos contextos, son: ―Estos habitantes de la

ciénaga son parte de un antiguo sustrato ideológico cultural que sobrevive en toda

Mesoamérica.‖ (Albores, 1993: 264).

Cabe señalar que esta ponencia es parte de una investigación mas amplia en relación

a las prácticas médicas, este es un estudio de caso en base a un documento inquisitorial que

proporciono indicios valiosos respecto a la cosmovisión indígena en la Nueva España, el

cúmulo de conocimientos que en este caso se utilizaron para curar, manifestándose en los

rituales y demás terapias realizadas, reflejan las relaciones de los hombres con su medio

ambiente natural y parte de las formas de concebir el mundo e interpretar la realidad

inmediata de los antiguos habitantes mesoamericanos. No solo de los grupos indios, sino

de la gran diversidad cultural existente en nuestro país.

380

Respecto a los procesos inquisitoriales, no hay que olvidar su función y el porqué

fueron creadas, ya que fueron escritas por peninsulares para erradicar ciertas prácticas

culturales, sin embargo analizando los procesos inquisitoriales y haciendo las preguntas

adecuadas aportan valiosos datos, en este caso se indago en relación a las prácticas

médicas, en este sentido además se pueden encontrar descripciones de los ritos realizados,

los recursos naturales utilizados o las etiologías de los padecimientos. Pero también

podemos obtener información de distintos aspectos culturales de los habitantes de la Nueva

España.

Aun quedan muchos elementos por investigar en las prácticas médicas que han

realizado las poblaciones indígenas de nuestro país, considero que a partir de

investigaciones interdisciplinarias se logrará entender mejor los conocimientos médicos que

se han dado entre las poblaciones indígenas de nuestro país y a la vez los distintos

elementos de las cosmovisiones. En el documento aquí analizado aun quedan elementos por

estudiar mas a fondo, como encontrar la ubicación exacta de su origen, ya que en esta

ponencia solo se hacen algunas propuestas, así es que quedan abiertas las puertas a nuevas

interpretaciones.

381

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Visión del mundo: acceso a una realidad natural y social

a través del simbolismo de la cámara circular en el sitio arqueológico de

Cuicuilco

Medina Vidal Adriana1

Introducción

La historia de Cuicuilco es un rompecabezas incompleto debido principalmente a tres

motivos: el grosor de la capa de lava que cubrió la zona habitacional y ceremonial, el actual

crecimiento de la mancha urbana en la periferia y finalmente, el precario registro

estratigráfico en las excavaciones realizadas durante la primera parte del siglo XX.

En la presente ponencia expondremos nuestra interpretación de la visión del mundo

vigente en la última etapa de ocupación en la ciudad prehispánica de Cuicuilco durante la

actividad volcánica en la cuenca de México. Después de un breve recuento histórico,

pasaremos a las investigaciones realizadas en el asentamiento para exponer el desarrollo de

una hipótesis planteada desde el siglo pasado, en la cual radica una gran polémica. Esta

problemática nos permitirá aproximarnos a nuestro objeto de estudio: la cámara circular y

su relación con el simbolismo del dios del fuego.

Cuicuilco: la historia de un asentamiento

El periodo en el que se habitó Cuicuilco fue de aproximadamente 1, 400 años (de 1,100

a.C. a 315 d.C.), en términos propios de la literatura arqueológica: la totalidad de la etapa

histórica del Preclásico Medio a inicios del Clásico mesoamericanos. Para el 600 a.C., fue

el emplazamiento más grande de la cuenca de México, con más de 40 hectáreas y donde se

instituyó una jerarquía política y una arquitectura pública, ambas prósperas y complejas. De

200 a.C.- 150 d.C. se distinguió por controlar los intercambios intra y extra-regionales, la

especialización del trabajo se generalizó y surgió una estratificación social definida, abarcó

más de 400 hectáreas y moraron cerca de 20,000 personas.

1 Lic. En arqueoligia de la Escuela Nacional de Antropologia e Historia (ENAH). Profesora de asignatura HMS. Estudios

de preclásico y arte rupestre. Lugar de trabajo Escuela Nacional de Antropología e Historia. Peroferico Sur y calle Zapote.

Col. Isidro Fabela, Tlalpan. DF. cp. 14030, tel. (0152) 56 66 32 28. [email protected]

386

Durante este mismo lapso, competía por el control regional con una ciudad que había

surgido poco tiempo antes en el norte de la cuenca: Teotihuacan. La colonización de la

región teotihuacana parece haber sido el resultado de una política deliberada que comenzó a

implementarse alrededor del 100 d.C., en la que los campesinos fueron reinstalados en

aldeas planificadas donde podían cultivar las tierras cercanas y producir cultivos

excedentarios que llevaban al centro regional para ofrecerlos como tributo o para venderlos

en los mercados. Mientras que en Teotihuacan se construía la pirámide del Sol y la

Ciudadela, la zona sur comenzó a despoblarse debido a la reiterada actividad volcánica

causada por el Popocatépetl, el Chichinautzin y el Xitle. Después de una década de

expulsión de cenizas, el Xitle hizo erupción en el año de 315 d.C., dicho fenómeno

geológico provocó el inevitable abandono del asentamiento.

La ciudad como objeto de estudio

A finales del siglo XIX, la exploración de restos materiales antiguos al sur de la Cuenca

reportó ciudades bajo la lava del Pedregal con osamentas humanas asociadas a utensilios de

―tipo arcaico‖. En el umbral del siglo pasado, antropólogos como Franz Boas, Eduard

Seler, Herman Beyer, Zelia Nuttal de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía

Americana, discutieron acerca de los elementos propios de esta cultura arcaica relacionada

con Teotihuacan. En 1907 Zelia Nuttal, luego de observar las figurillas antropomorfas bajo

la lava del Pedregal, exploró en Coyoacán donde advirtió huesos humanos calcinados y

cerámica asociada (Bernal 1979). Con el objetivo de aclarar si los restos pertenecían a una

cultura otomí, pre-otomí o contemporánea a Teotihuacan, Gamio (alumno de Boas) excavó

Azcapotzalco desde 1909 hasta 1912.

La investigación de Franz Boas concluyó que la cultura arcaica precedía a la

teotihuacana y la denominó como ―tipo de los cerros‖, ―de la montaña‖ y ―Pre

Teotihuacan‖ (Marmolejo y Monzón 1992, Schávelzon 1983:13, Kroeber 1925:374). En

1915 Tozzer la designó ―cultura arcaica‖, Spinden le adjudicó el término ―Horizonte

Arcaico‖ y Beyer la señaló como ―Sub o pre-predegalense o pre-teotihuacano‖. Misma que

se dividió en dos épocas: I Época Pedregalense y II Época Post-Pedregalense, y Beyer

retomó los datos obtenidos previamente para formar una nueva clasificación de materiales

arcaicos (Bernal op.cit., Marmolejo y Monzón op.cit.).

387

En 1917 se realizó la primera intervención arqueológica en el área cercana a

Cuicuilco, Manuel Gamio excavó varios túneles en los alrededores de la lava del Pedregal,

en los que descubrió entierros, cerámica, pisos e hileras de piedras (Gamio 1920). Este

hallazgo abrió la posibilidad de conseguir apoyos para que en 1922 se continuaran los

trabajos arqueológicos en la pirámide principal. Mediante un convenio con la Universidad

de Arizona, Gamio contactó al investigador Byron Cummings para invitarlo colaborar en su

proyecto al que se le unieron A. Kroeber y E. Haury con fondos de National Geographic.

El resto de las investigaciones de corte arqueológico trazaron distintas líneas

temáticas como la infraestructura hidráulica, la disposición de los entierros, las fechas de

radiocarbono, las secuencias de artefactos, las unidades arquitectónicas, los estudios

geofísicos, químicos y geológicos, la creación y reestructuración del museo del sitio

arqueológico, entre otros (cfr. Medina 2008:54-91). Algunas corrientes teórica-

metodológicas como el positivismo, el particularismo histórico, el difusionismo, el

neoevolucionismo, el materialismo histórico, el marxismo, la nueva arqueología y la

arqueología social latinoamericana son solo algunas que han protagonizado las perspectivas

acerca de los contextos y los sentidos simbólico-sociales de los distintos elementos

culturales.

Restos de una cultura otomí o pre-otomí

Tan pronto como el antropólogo Manuel Gamio demostró la materialidad de la existencia

de una cultura anterior a la formación del pedregal (que hoy conocemos como Cuicuilco),

comenzó a resolverse la teorización vigente en su época acerca de los habitantes más

arcaicos del Valle de México. Desde los años 20´s los datos históricos consideraban (al

igual que Gamio) que todos los restos materiales pertenecían a los otomíes, por ser el

pueblo más antiguo o cuando menos el más primitivo (Bernal 1979:160-161).

Se dice que el grupo otomí fue uno de los primeros que ocuparon el altiplano central

mexicano, ―…representa una clase de ―matriz‖ cultural de la Mesoamérica ―nuclear‖

(Galinier 1997:106). El hallazgo de figurillas en Cuicuilco que se atribuyen a la

representación del dios del fuego es la imagen del panteón otomí ó en términos del

investigador Christian Duverger (2007:329) de poblaciones premesoamericanas (cfr.

388

Solares 2007:196-197) que pudieron proceder de una migración del norte o de las llanuras

del Golfo (Samperio 2002:288). _

A los otomíes se les atribuye un papel fundamental en la formación histórica de

Mesoamérica porque de acuerdo a ciertos autores como Marcus (1983) o Harvey (1964),

forman parte de una oleada muy antigua incluso respecto al grupo nahua. Después de hacer

un análisis de la lingüística histórica Escalante (1998:169) coincide en que los otomíes

fueron los primeros pobladores sedentarios de la Meseta central. Además sugiere que si

bien el desarrollo político y urbano de Cuicuilco es producto de la interacción de distintas

―etnias‖, los otomíes jugaron un papel importante debido a sus líneas de especialidad

(Ibíd.:170).

La hipótesis central en Cuicuilco siguiendo estos argumentos es que el dios del fuego

o Huehuetéotl es una deidad otomí desde el Preclásico superior (Hernández 2002:160), para

sustentarla se ha cruzado la información de los cronistas, el paralelismo material o

arqueológico de la descripción del dios del fuego y las referencias etnográficas. Con este

supuesto y la asociación de la cerámica con el pueblo otomí en la fase Ticomán, Hernández

(op. cit.) reafirma el postulado de Gamio acerca del paralelismo entre una civilización

arcaica arqueológica y la otomí histórica.

Por su parte Wright (2002:326) advierte que los restos materiales del Preclásico en

Cuicuilco pueden atribuirse a poblaciones proto-otomí/mazahuas, asevera que fue hasta el

auge teotihuacano cuando se diversificaron lingüísticamente estas poblaciones en otomí y

mazahua debido a las esferas de influencia política y económica. Más allá de las diferencias

respecto a los mapas de distribución en las lenguas nativas, nadie cuestiona la

yuxtaposición de significado sagrado de la representación del dios del fuego no solamente

de la teotihuacana a la cuicuilca (Martínez de Salinas 1978), sino del mismo modo de la

azteca a la teotihuacana.

¿Puede remontarse la existencia del grupo otomí o proto-otomí/mazahua a tiempos

pre-cortesianos?

La gran incógnita es resolver si podemos trazar analogías etnográficas y etnohistóricas de

los otomíes para continuar construyendo la narratividad de la evidencia arqueológica. Hasta

el momento la única investigación arqueológica que ha demostrado la presencia de un

389

grupo otomí en un sitio arqueológico es la que llevó a cabo Patricia Fournier en el Valle del

Mezquital. Si bien la información en códices, crónicas, relaciones y padrones del XVI

reconocían a los otomíes como pobladores de la región antes y después de la Conquista, se

debía corroborar con la materialidad de sus manifestaciones (Fournier 2002).

A través de lo que Fournier denomina como el modo de vida otomí buscó y analizó

los indicadores (los objetos, las estructuras y los entierros) para reconstruir el pasado

prehispánico. La autora avanzó en la identificación biológica de otomíes precolombinos

cuando hizo estudios genéticos de los enterramientos fechados con radiocarbono para 600-

850 d.C. fecha que corresponde al periodo Epiclásico en Tula (Hidalgo). El simbolismo de

las prácticas funerarias arroja hipótesis sustentables para acotar al uso de las analogías

etnohistóricas que enmarcan a los otomíes de épocas posteriores. En sus conclusiones

Fournier (2002:53) interpreta en la cosmovisión el culto a la Madre Vieja con sus

connotaciones de muerte, renovación y fertilidad.

Los resultados afirman la presencia del grupo biolingüístico otomí para el Epiclásico

y quizás también para el Clásico (Fournier 2007) porque se considera que no hay una

ruptura drástica cosmovisional con las tradiciones anteriores:

…antes del surgimiento del centro Epiclásico de Tula chico se asentaron en el Mezquital grupos

genéticamente otomíes, que muy probablemente se encontraban desde el periodo Clásico en la

región, tal vez procedentes de la Cuenca de México a raíz de un proceso de segmentación de

lenguas en la Ciudad de los Dioses. (Ibíd.:136)

Es importante apuntar que la analogía que establece Fournier para las poblaciones pretéritas

es exclusivamente respecto al sistema económico debido a que los elementos de identidad

como las costumbres se han transformado constantemente. No puede considerarse que el

grupo otomí del Epiclásico en el Valle del Mezquital sea un grupo étnico, sin embargo

desde entonces hasta la actualidad se caracterizaron por mantener un modo de vida que gira

en torno a la explotación del agave (Ibíd.:440).

Cabe mencionar que la investigación citada hace patente que en Cuicuilco falta

mucho por hacer, como se había mencionado líneas arriba existen diversos factores que

restringen las exploraciones e interpretaciones arqueológicas. El precario registro de las

excavaciones durante la primera parte del siglo XX, la falta de muestras del material en

restos óseos para identificar genéticamente a los pobladores así como el grosor de la capa

de lava que cubrió la zona habitacional y ceremonial, estas cuestiones limitan la

390

elaboración de hipótesis. Regresando al hilo conductor de este trabajo, dilucidaremos sobre

el simbolismo del dios del fuego en Cuicuilco basado en algunas hipótesis acríticas de las

fuentes.

Simbolismo del dios del fuego

Durante el Preclásico en el Centro de México Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli era el dios viejo y

del fuego, señor del año (Matos 2002:59). Xiuhtecuhtli (Señor del fuego y del tiempo) es

identificado con Huehuetéotl (el dios viejo) en el Códice Florentino (libro VI, fol. 34, fol.

71, v.) y se le asocia con el principio dual Ometéotl, es decir la pareja de deidades (Limón

2001:52). Entre los aztecas se les invocaba como ―nuestro padre y nuestra madre‖, ambas

fueron deidades panteístas nahuas y su intervención es en términos de un principio dual ―se

necesita siempre un rostro masculino que actúe y uno femenino que conciba‖ (León-Portilla

1997:176).

Como señala Matos (op.cit.) la figura y los atributos de la imagen de este dios varía

con el paso del tiempo, en la presente ponencia agregaríamos que su simbolismo también.

Los aztecas veneraron al dios del fuego representado en dos formas distintas Huehuetéotl y

Xiuhtecuhtli (Köhler 1997). Para Trejo (2002:125) Huehuetéotl era la forma arcaica de

representar al dios y Xiuhtecuhtli era una advocación mexica. Este dios se hizo presente en

los tres sectores verticales del cosmos (tierra, cielo e inframundo) y en las cuatro

direcciones del plano terrestre (Limón 2001), en este sentido fue un intermediario, un ente

liminar que procuraba la continuidad en los ritos del fin del ciclo de cincuenta y dos años,

equilibraba el exceso de calor o humedad, mediaba el mundo de los vivos con el de los

muertos y comunicaba la tierra, el cielo y el inframundo.

Es importante recalcar que Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli son términos de la lengua

náhuatl, no son otomíes ni tampoco teotihuacanos o cuicuilcas. Si Xiuhtecuhtli es una

advocación mexica y Huehuetéotl su imagen arcaica, como refiere Trejo (op. cit.), ponemos

en duda la completa sustitución de simbología: ―…ser padre y madre de todos los dioses y

los hombres, habitar y regir los cuatro rumbos cardinales desde el centro del mundo y ser la

entidad creadora y dadora del elemento fuego‖ (2002:125). Debemos informar de la

diferencia entre comunidades prehispánicas y un paso importante es abandonar modelos

ordenadores, cósmicos, únicos y clasistas que buscan igualar la producción simbólico-

391

ideológica de diversas sociedades. Por lo tanto para hablar de la cosmovisión en Cuicuilco

y Teotihuacan nos referiremos a este dios como el del fuego.

Con el objetivo de fortalecer los paralelismos iconográficos, Von Winning

(1976:154) afirma que el dios Huehuetéotl se introdujo en Teotihuacan vía los habitantes de

Cuicuilco. La problemática es que no hay una prueba irrefutable de que los habitantes

cuicuilcas transmitieron el culto a este dios por medio de la imaginería de la figurilla, la

utilización del mismo estilo para esculpir en piedra o moldear en cerámica no implica

necesariamente una traducción pura de los rituales que se ofrecían al dios del fuego.

El dios viejo del fuego en Teotihuacan y Cuicuilco tiene atributos masculinos (véase

Cuadro 1). Los habitantes de Cuicuilco sufrieron las consecuencias negativas del dios, los

ríos de fuego destruían todo a su paso (Matos 2002:59). Todas las figuras del dios en el

sitio son similares en atributos, excepto por una que consiste en una cabeza con el brasero

directamente excavado en ella.

Cuicuilco Teotihuacan

Lado negativo Lado positivo

Hombros y brazos alargados Hombros y brazos cortos

Manos unidas Mano derecha abierta, mano izquierda cerrada

Brasero sin decoración Brasero con decoración a base de rombos y círculos,

sobre la cabeza

Cuadro 1. Atributos que se le otorgan al dios Viejo del Fuego entre los habitantes de Cuicuilco y

Tehotihuacan

Por su parte, en Teotihuacan es uno de los dioses más representados, su culto procuró

mantener el lado positivo de la deidad como: proporcionar calor, cocer lo alimentos, el

fuego como renovador, el centro del hogar. Para Ortiz (1993) y Manzanilla (2006) es de

carácter intermedio, de culto estatal e incluso doméstico. Las figurillas de la deidad se

distinguen de las de Cuicuilco por una particularidad en las manos, la derecha está abierta

con la palma hacia arriba mientras que la izquierda se presenta en forma de puño. En este

contexto, Matos (2002), interpreta que la mano derecha representa la entrega que hace el

dios de sus dones, mientras que la izquierda simboliza el lado negativo, y continúa

392

denotando que otra clara diferencia es el brasero con un decorado a base de rombos con un

círculo en medio que representaría los cuatro rumbos del universo.

Por lo tanto, desde el punto de vista iconográfico encontramos diferencias en la

misma representación del dios del fuego, mismas que responden a dos maneras de

significar el panteón de deidades. Sin embargo la cercanía temporal y espacial entre ambos

lugares, permitió que fuera posible compartir al menos parcialmente un sistema de

creencias, rituales, mitos, imágenes e incluso una narrativa, al menos hasta que Cuicuilco

quedara parcialmente abandonado después de la erupción del Xitle.

Hasta el momento y tomando en cuenta las limitaciones de los elementos

arqueológicos en Cuicuilco para hacer interpretaciones, advertimos similitudes

morfológicas entre la cámara circular y una cámara construida artificialmente dentro de una

cueva debajo de la pirámide del Sol en Teotihuacan.2 La entrada en ambas cámaras se

orientó al oeste, implicaron la colocación de lajas y se desplantaron próximas a los templos

más colosales de cada lugar. Pero a diferencia de la cámara de Teotihuacan, la de Cuicuilco

se erigió en las últimas etapas del templo, en una locación pública que exhibió su

intencionalidad.

En Teotihuacan se edificó la pirámide del Sol sobre el pedregal constituido por las

lenguas de lava que descendieron del cerro Malinalli (oeste de Teotihuacan), para apaciguar

las erupciones volcánicas a fines del Preclásico (Iwanizsewski 2001:122), de la misma

forma, la cámara circular en Cuicuilco fue una ofrenda para disipar la cólera que encendió

al Xitle. Aumentó el grado de significación del mundo al reforzar el nexo con lo

sobrenatural y el sentido de pertenencia, arraigo e identidad con este paisaje.3 La impresión

psicológica de los fenómenos eruptivos persistió en el imaginario colectivo de los

habitantes de Cuicuilco, así como de otros asentamientos.

2 Al interior de una cueva aproximadamente 6m debajo de la pirámide del Sol, se encontró un túnel de 100m de longitud

que conduce a cuatro cámaras subterráneas construidas artificialmente. Hasta el fondo de una de las cuatro cámaras fueron

empotradas de 17 a 19 lajas mismas que pudieron datarse para la fase Tzacualli (0-150 d. C.) o Miccaotli (150-200 d. C.)

y el resto del material en la superficie para la fase Tlamimilolpa (Millon 1981: 233).

3 Entiendo como una parte integral de la dinámica de las relaciones sociales entre grupos e individuos. Es una entidad que

existe por su virtud de ser percibida, experimentada y contextualizada por las personas; es decir se convierte en inherente

porque se habita y experimenta desde adentro.

393

La cámara circular

También conocida con el nombre de kiva (Cummings 1933 y 1938), ha sido referida en

diversas publicaciones (Aranda 1996, Cera 1977, Marquina 1964, Navarrete 1991, Noguera

1939, Pastrana 1997, Peña 2005, Pérez 1996, Pérez et. al. 1996, Schávelzon 1983, Valencia

1992 y Viñas et. al. 2007), en una denuncia realizada por Martz et. al. (1999) y también en

un par de ponencias (Pérez et. al. 2001 y Viñas et. al. 2005). La denominación de kiva se

debe a que su descubridor Cummings, consideraba que guardaba gran similitud con las

cámaras circulares semisubterráneas del sudoeste de Estados Unidos.

Se sabe que fue construida con grandes losas y cantos de río, al interior tiene una

decoración que consiste en diseños lineales pintados con rojo de hematita (óxido de hierro).

Eduardo Noguera (1939) interpretó los diseños rupestres como las escamas de una serpiente

apoyándose en los motivos serpentiformes de una vasija teotihuacana encontrada en el

emplazamiento (hipótesis apoyada por Aranda 1996:107). Navarrete (1991) puso en tela de

juicio la interpretación de Noguera acerca de la contemporaneidad de las manifestaciones

rupestres y la cultura teotihuacana. Además de la calca de Noguera, en 1976 Claire Cera

durante su visita a Cuicuilco registró los diseños describiéndolos como representaciones de

vulvas a base de líneas y curvas.

En 1998 un grupo de arqueólogos llevan a cabo un estudio de la cámara circular así

como de la simbología (expresada en las lajas interiores), con la elaboración de un calco

nuevo (véase Figura 1) de sus manifestaciones para el proyecto arqueológico Cuicuilco

(Viñas et. al. 2007). En total son 24 lajas, 7 bloques y 21 cantos rodados, colocados en una

hilera inferior o interna y una superior o externa (Viñas et. al. 2007:5). De las cuales, 15

lajas, 3 bloques y 6 cantos están pintados, la gama de colores en las lajas comprenden del

anaranjado al castaño (Medina 2008: anexo 1).

394

Figura 1. Planta y vista de las pinturas al interior de la cámara circular. Tomado de Medina 2008:161-162.

Las lajas al interior de la cámara circular se ordenaron observando las puestas del sol sobre

algunos cerros para enlazar la época de lluvias o el ciclo agrícola con actividades sociales

precisas. Esta disposición de fechas no constituía la base geométrica de un sistema

calendárico sino la conjunción de significados a las montañas y a la pirámide misma

(Medina 2008). El par de dimensiones (tiempo-espacio) en las que ocurren las actividades

humanas representan un modelo cósmico del universo, tal como sucedió en Cuicuilco.

La cámara circular fue una respuesta al fenómeno eruptivo, es decir, jugó un papel

fundamental en las prácticas que los habitantes recrearon para identificarse con la nueva

forma de conceptualizar su mundo. El acto de establecer una conexión entre la arquitectura

y el horizonte astronómico, significó concebir una extensión de los individuos con ese

paisaje. Por lo tanto, los alineamientos astronómicos representaron la sincronización de los

fenómenos celestes y las actividades sociales, como parte de un todo indivisible.

Coincidimos en que la morfología de la cámara es una complejidad de las formas del

paisaje porque puede representar un volcán en erupción o simbolizar la cuenca con

simultáneos eventos eruptivos, en la que las lajas son las cúspides de las montañas y el

espacio interior es el espacio ocupado por las distintas comunidades sur-ribereñas. Este

395

modelo es una abstracción de los horizontes poniente y oriente, en este paisaje los

principales arquitectos fueron el agua y la lava. Asumimos que la cámara con su carácter de

santuario también fue lugar de ofrecimiento al dios del fuego.

Identidad de género en el paisaje

Los arqueólogos estudian las dimensiones subjetivas de la vida de la mujer y el hombre en

el pasado, y su expresión en diversas instituciones culturales a través de los objetos

materiales. Este tipo de análisis reconoce los papeles femeninos y masculinos de todas las

entidades significadas en el pasado prehispánico, atendiendo a los contextos particulares

para interpretar adecuadamente. En Cuicuilco hacemos referencia de las relaciones entre

ambos géneros y cuestionamos los roles, las prácticas y sus diferencias, empero estamos

conscientes de que falta completar con un análisis más amplio.

Es posible que durante el periodo del Preclásico Medio, en plena fundación de la

ciudad de Cuicuilco, la equidad entre los géneros sufriera un debilitamiento debido al

nuevo control social en aspectos como la capacidad reproductiva, la segregación laboral y

las nuevas prácticas de estratificación dentro de las unidades domésticas (Rodríguez –

Shadow 2007:54-55). Pero, en las sociedades del Altiplano Central durante el Preclásico e

inicios del Clásico ¿Es viable referirse a la capacidad coercitiva como inherente al papel

masculino?

Si la figurilla del dios del fuego es una imagen masculina que se puede asociar con un

dios, entonces siguiendo a Solares (2007:195) su misión era propiciar la vida, combatir

todo lo que atentara contra ella y rendir culto al cuerpo de la mujer como lugar de origen y

engendramiento, ¿Esto significaría que el lugar de la figura femenina estaba en el ámbito

doméstico?, según Graulich (1996:32-33) los dioses son activos, fecundadores, guerreros; y

las diosas son pasivas, telúricas, nocturnas, ligadas al hogar, la sexualidad, la fertilidad y la

fecundidad (cfr. López - Austin 1998:10-13).

Proponemos que la cámara circular forma una unidad visual, temática y simbólica,

que manifestó el culto a la fertilidad, exaltando lo femenino como matriz generadora. Se

concibió para albergar al marcador cosmovisional de las hazañas de los dioses, de los

ancestros míticos (sensu Iwanizsewski 2007a:25): el Xitle. En el cielo se encontraban los

dioses masculinos, creadores, celestes y fecundadores como el dios del fuego. Cuando el

396

volcán hizo erupción fue inevitable el rompimiento del dualismo sexual, entonces los

habitantes de Cuicuilco sufrieron las consecuencias negativas del dios, los ríos de fuego

destruyeron todo a su paso.

Desde nuestra concepción el culto al dios masculino fue más tangible que la

contraparte femenina representada por la cámara. Lo cual no significa que las deidades

femeninas estuvieran subordinadas a las masculinas porque en la tradición arcaica

mesoamericana, la deidad femenina establecía lazos menos asimétricos (López 2007:258-

270) con las figuras masculinas. La construcción de esta estructura fue un intento por

legitimar el poder de la clase dirigente cuyo objetivo fue vincular los cultos que otorgaban

identidad (desde la visión hegemónica) con los acontecimientos presentes (fenómenos

eruptivos) para evitar la desintegración en la comunidad que comenzaba a emigrar hacia

otros centros de poder en la Cuenca de México (Medina 2008).

Conclusiones

La etnoarqueología es la heurística para producir y evaluar inferencias, sin embargo la

etnografía es nula para comprender los patrones conductuales inferibles a partir del registro

arqueológico. Coincidimos con Fournier (2007) en que la etnohistoria no debe ser el

fundamento para modelos e hipótesis que sean contrastables mediante el registro

arqueológico, es necesario ir al dato. Partiendo de que los principios comparativos entre el

pasado y el presente desde el registro material se confinan a las características

organizativas, el nivel tecnológico y el entorno ambiental; debemos ser muy cautos si

decidimos que la cosmovisión también puede ser susceptible de analizar etnohistóricamente

en una sociedad como la cuicuilca donde carecemos de fuentes escritas en contraste con la

mexica del centro de México en los siglos XII-XVI.

No podremos dilucidar la diversidad de las prácticas rituales en Cuicuilco, ni mucho

menos pretender hacer un análisis sociológico sobre los restos materiales que

indudablemente respondieron a un orden simbólico dominante. Partimos de los datos

arqueológicos que arroja el trabajo en campo y gabinete, aunque esto implique que

avanzaremos lentamente en las interpretaciones dado que estos datos son solo fragmentos

de materiales que reflejan creencias dispersas.

397

A lo largo de este trabajo y en la medida de lo posible, decidimos escatimar en

analogías etnográficas y etnohistóricas para interpretar el simbolismo en la cámara circular

y a su vez, en el dios del fuego porque consideramos que la comunidad que habitó en el

lugar antes de la erupción del volcán, le otorgó significados particulares que son

evidentemente diferentes al de las sociedades que le precedieron.

La principal conclusión es que en el sitio preclásico de Cuicuilco no es viable

argumentar la utilización de una guía heurística para comprender el pensamiento religioso

pretérito a través del mundo imaginario otomí. Si bien la figura del panteón otomí es el dios

del fuego y en Cuicuilco se veneraba un dios del fuego, no es posible asegurar la misma

connotación socio-simbólica sobre todo porque dicha aseveración implicaría establecer una

continuidad cultural de aproximadamente 1,700 años.

Si se realizaran análisis de ADN en los huesos de los habitantes de Cuicuilco y el

resultado comprobara su afiliación al grupo étnico otomí, no puede considerarse que el

grupo cuicuilca sea un grupo étnico ni tampoco que existía esa lengua como la conocemos

actualmente. El concepto de etnia proviene del siglo XIX para hablar del Estado-Nación

con fines imperialistas y colonialistas. Es muy complicado buscar huellas de un modo

original de pensar el mundo a través de dichas analogías.

Añadimos que apelamos al carácter dinámico de las tradiciones, el mundo simbólico

no es universal, omnipresente y trascendental; al contrario es arbitrario y socialmente

determinado (Iwanizsewski 2007b). Los cuicuilcas construyeron un dios a partir de su

propia percepción de la diversidad del mundo (sensu López Austin 2005:80).

El gran reto de los investigadores es convertir un lugar arqueológico en uno

antropológico, reconstruir las prácticas sociales en el discurso materializado de los objetos.

Cada sociedad establece distintos significados en el espacio y tiempo para recrear sus

actividades, los lugares se convierten en el campo del discurso social. Sin embargo nuestro

pensamiento occidental obstaculiza la posibilidad de comprender a la diversidad de

producciones culturales, es decir se aproxima a la otredad a través de un tamiz que

configura su realidad de manera binaria. Es necesario romper con la visión etnocéntrica y

las determinaciones civilizatorias dominantes para no utilizar las conceptualizaciones del

academicismo positivista.

398

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404

Cosmovisión y naturaleza

405

Cosmovisión Ñu Saví o pueblo de la lluvia y la naturaleza:

El caso de la comunidad de San Isidro Labrador, Guerrero.

Simitrio Guerrero Comonofort

América era el vasto imperio del diablo, de redención imposible o dudosa, pero la fanática misión

contra la herejía de los nativos se confundía con la fiebre que desataban,

en las huestes de la conquista, el brillo de los tesoros

del nuevo mundo.

Eduardo Galeano.

Resumen

En este trabajo pretendemos un estudio sobre el valor y el significado de la naturaleza en el

ciclo de vida de los na saví o las personas del pueblo de la lluvia, mediante el cuál

intentaremos la recuperación de la importancia del territorio, mismo que lejos de ser

considerado como objeto de mercantilización, mas bien se define como parte fundamental

de su identidad y por lo tanto lo consideraremos cono un vehículo de expresión privilegiado

para entender la cosmovisión de los ñuú saví.

Palabras claves: Comunidad, complementariedad, ñuu saví y Reciprocidad.

Introducción

La gran responsabilidad de querer, aprender de las diversas formas de ver el mundo de los

pueblos indígenas, debe consistir en rescatar al máximo posible las palabras, las

descripciones y las expresiones propias de estos pueblos, ya que estas complementan y

determinan la visión de los mismos gracias a su sistema de complementariedad para

denominar sus diferentes momentos de vida, sus contextos comunitarios y a determinados

hechos; esto con el firme propósito de lograr la mayor comprensión posible del complejo

sistema de conocimientos y saberes indígenas, ya que difícilmente se comprenderían, si no

se tienen en cuenta los contextos en los que se desarrollan, dado que los mismos

(conocimientos indígenas) carecen de significados o interpretaciones individualizados,

situación que de entrada los distingue de los conocimientos y visiones occidentales por lo

que a nuestra opinión y dada la complejidad y diversidad cualquier estudio unilateral y

406

unidimensional es del todo incomprensible. La exigencia de una forma integral e incluyente

de su estudio permitiría ver entonces esa red de sistemas interconectados, en los cuales el

funcionamiento, descubrimiento o estudio correcto del uno depende o se complementa

automáticamente el otro.

Visto lo anterior, se nos hace obligatorio entonces conducirnos a través de las

denominaciones que los propios ñuú saví, utilizan para autonombrarse, así como los

nombres que en lengua propia atribuyen a su territorio, incluyendo los lugares sagrados o

sitios que enmarca ciertos significados los cuales crean, recrean y dan vida a la cultura ñuu

saví.

Por la razones expresadas y dado que en este trabajo pretendemos un estudio sobre el

valor y el significado de la naturaleza en el ciclo de vida de los na saví o las personas del

pueblo de la lluvia, mediante el cuál pretendemos la recuperación de la importancia del

territorio, mismo que lejos de ser mero objeto de mercantilización, mas bien se define como

parte fundamental de su identidad y por lo tanto lo consideraremos cono un vehículo de

expresión privilegiado para entender la cosmovisión de los ñuú saví.1

Con lo anterior queremos distinguir nuestra perspectiva de estudio, aclarando que no

pretendemos un estudio clásico o tradicional sobre cosmovisión, ni mucho menos una

interpretación o implícitamente a manifestaciones primitivas carentes de racionalidad, sino

un estudio de los conocimientos, creencias y saberes que establecen y determinan la

relación del ciclo de vida de los ñuú saví y la naturaleza; es entonces, a partir de

conocimientos propios los cuales intentaremos explicar a partir las diferentes ceremonias

(Rituales?) de celebración ante la naturaleza, específicamente en los lugares considerados

como sagrados o con algún significado inmemorial e histórico, a partir incluso, del

momento de gestación de los na saví hasta cuando estos se van (o cuando mueren) con lo

que queremos también destacar que esta situación define en gran medida, la estructura

social y comunitaria, recreando con esto la identidad y pertenencia al pueblo de la lluvia;

con lo que además se condensa y se pone de manifiesto gran parte de las normas contenidas

1 Termino con que Alfredo López Austin ha denominado los momentos o las expresiones mediante las cuales se abarcan

significados profundos en las cosmovisiones, y que en este trabajo agregamos aparte del rito y mito, la naturaleza.

407

y establecidas en relación a la naturaleza, a lo largo de toda la vida de los ñuú saví del

Estado de Guerrero.

Breves antecedentes

En los ñuú saví, como en muchos otros pueblos que conforman la diversidad cultural en el

mundo, ni la conquista, ni las políticas etnocidas implementadas después la revolución

mexicana lograron terminar con los conocimientos ancestrales heredadas de nuestros

antepasados, y más bien estos y muchos acontecimientos lejos de exterminarnos, han

reforzado nuestra visión propia del mundo; esto porque en los ñuú saví en los cuales como

en muchos otros pueblos, sobrevivieron conocimientos mesoamericanos asociados a la vida

familiar: como son ceremonias con relación a la vida cotidiana, curaciones a partir del uso

de animales y plantas en fin de toda la naturaleza en general y desde luego las festividades

asociadas a las actividades agrícolas. Muchas ceremonias y prácticas se conservaron entre

la población indígena gracias a su naturaleza privada y familiar, que les permitió evadir la

vigilancia de los diversos misioneros. En forma paralela se celebraba públicamente el ritual

de la iglesia católica oficiado por un sacerdote (nunca indígena) en el que se daba culto a

los santos, donde tomaban parte importante las autoridades indígenas y las cofradías que se

fueron organizando para asegurar la participación y compromiso de las personas indígenas

en las actividades de la iglesia católica. El culto sustituyó en forma paulatina al realizado en

los cerros, en las acequias, en los ríos o en los manantiales, pero no lograron imponerse

totalmente.

Los españoles: frailes y civiles, tuvieron que trabajar en la sustitución ideológica y en

el cambio de las prácticas religiosas incorporando ideas y ceremonias acordes a sus

tradiciones, educando según ellos, a través de la pintura y la danza en torno a la propia

iglesia; todo esto no logró romper la relación de nuestros pueblos con los dioses

mesoamericanos, mismos que habían sobrevivido en su memoria, en sus ceremonias

familiares y privadas, lo que determinó que las enseñanzas españolas influyeran con poca o

muy relativa determinación sobre las creencias originarias: los cultos, la visión de mundo,

408

creencia en seres sobrenaturales de sus cultos, en fin sobre la cosmovisión de nuestros

pueblos indígenas, gracias a lo que ha logrado sobrevivir hasta en la actualidad.

Siendo entonces esta la situación la predominó hasta en nuestros días, tengo el honor

de poder en este trabajo abordar el estudio de los conocimientos que enmarcan el ciclo de

vida de los ñuú saví en relación con a la naturaleza, a partir de sus conocimientos propios

como pueblos de la lluvia, visión a partir de la que voy a intentar exponer y explicar las

diferentes ceremonias de celebración ante la naturaleza como parte fundamental del ciclo

de vida de los ñuu saví, celebración mediante las cuales se definen en gran medida las

relaciones de la estructura comunitaria, porque recrea su identidad y pertenencia al ñuu

saví; con lo que además se condensa y se pone de manifiesto gran parte de las normas

contenidas y establecidas a lo largo del ciclo de vida de los ñuú saví del Estado de

Guerrero.

La división del tiempo, el espacio y la interacción humana, en ciclos proporciona a

los individuos un marco de referencia de la acción con el cual se construye al sujeto. El

ciclo de vida marca las etapas diversas por las que el individuo adquiere lugar,

reconocimiento y respeto, traduciéndose estas etapas, como conjuntos normativos ideales

que marcan la pertenencia e identificación con la comunidad o un colectivo social.

Ñuú saví o los pueblos de la lluvia en México

Históricamente los ñuú saví, se asentaron en lo que hoy es Estado de Puebla en el año 250

a.C. posteriormente entre el año 1,500 y 600 a.C., se desplazaron al occidente de lo que es

actualmente el Estado de Oaxaca, y por el año 500 d.C. se asentaron en la parte oriental de

lo que es actualmente el Estado de Guerrero.2 Después de la guerra de la independencia los

na saví, conservaron su identidad ñuú saví, sus tradiciones, sus conocimientos, su visión del

mundo, y consiguieron sobrevivir pese las circunstancias que dieron origen al nuevo país,

en el que por cierto fueron ignorados.

2 González, González Floriberto, Territorio y cultura como ejes centrales de la educación indígena (Nauas, tuún saví,

Nn´anncue ñomndaa y Xabú me´phaa) en Guerrero, Tesis de Doctorado en Geografía, México, 2006.

409

Na saví ñuú Kuachí o los mixtecos del Estado de Guerrero

Ahora bien, en lo que se refiere al Estado de Guerrero, actualmente se divide en siete

regiones geográficas: Acapulco, Centro, Costa Chica, Costa Grande, Montaña Tierra

Caliente, Zona norte; siendo en las regiones de la Montaña, Costa Chica, Centro, Zona

Norte y Acapulco, en orden descendente, en las que mayor porcentaje de población

indígena podemos encontrar, sin descartar por supuesto la presencia de los na saví, en los

diferentes municipios de esta entidad federativa, así como en las diferentes Entidades

Federativas del territorio mexicano y más aún en buena parte de Estados Unidos de

Norteamérica, todo esto gracias a las consecuencias del fenómeno migratorio, que azota a

nuestros pueblos indígenas.

Es importante mencionar que, de las diferentes regiones donde habitan pueblos

indígenas como son: nahuas o pueblos nahuas en región montaña, centro y norte; ñuu saví

o pueblos mixtecos, en región montaña, costa chica y centro; me´phaá o pueblos

tlapanecos, en montaña y costa chica; ñonm´da3 o pueblos amuzgos, en la costa Chica y

Acapulco; y otros, con presencia principalmente en las ciudades de Acapulco,

Chilpancingo y Zihuatanejo; de conformidad con lo anterior, es en la región de la montaña

donde mayor presencia y por ente mayor diversidad de pueblos y comunidades indígenas

encontramos y precisamente es en esta región en la que focalizamos nuestro estudio.

Sin embargo, para ser un poco más específicos, sobre nuestro campo de atención y

estudio agregamos que la región de la montaña del Estado de Guerrero, México, se ubica al

sureste del Estado, se conforma por 14 municipios, de los cuales la mayoría son totalmente

indígenas, siendo la ciudad de Tlapa de Comonfort, el lugar de mayor importancia

sociocultural y económica, primero porque concentra la mayor diversidad de población

indígena me´phaa, nahua y na saví y otros, y en segundo lugar porque es el centro

comercial de mayor afluencia comercial a nivel regional; muy contrario al resto de los

municipios de los cuales 10 municipios que conforman la brillante lista de municipios

catalogados, como los más pobres y de menor índice de desarrollo humano en el Estado.4

3 Nombres o denominaciones con los cuales se autonombran los pueblos indígenas en lengua propia, y las utilizamos tal

cuál en el presente trabajo por el respeto al derecho de los pueblos de autonombrarse en su propia lengua.

4 Consultado en el portal del Gobierno del Estado de Guerrero, www.gobiernodelestadodegro.com.mx

410

Bueno, pues es en esta región y en la lista mencionada que encontramos al Ñuú Ichí Yu´ú

Ita o Atlamajalcingo del Monte, mismo que, colinda al sur con el municipio de Itia Ta´nú

o Metlatonoc, al sureste con Suútá o Malinaltepec, al norte con el municipio de Chikónó o

Xalpatlahuác, al noreste con el municipio de Ta ití o Copanatoyac, todos del mismo Estado

de Guerrero.

Por otra parte, el municipio de Atlamajalcingo del Monte, se conforma por 12

comunidades, de las cuales seis son ñuu saví, seis me phaá y 4 delegaciones municipales,

dos ñuu saví y dos me phaá, entre los ñuu saví es en las que encontramos la comunidad

ukú ndiva´yí o San Isidro Labrador, comunidad de en la que centraremos nuestro estudio.

Esta comunidad cuenta con un terreno muy montañoso, las alturas que más destacan

son los cerros: ukú ndiva´a yí o cerro de coyotes, ukú kua´a o cerro colorado y cerro la

Purísima. Las alturas varían de 2,000 a 3,000 metros sobre el nivel del mar; cuenta con dos

ríos, que en tiempo de secas, disminuyen en un porcentaje muy considerable de flujo, de

nombres itá yuu kísí o rio de la olla e itá xata ukú o río sobre cerros; su clima es

subhúmedo semicálido y subhúmedo templado, con temperatura media anual de 16ºC a

25°C; las lluvias se presentan durante los meses de mayo a octubre, siendo agosto y

septiembre los mese más lluviosos, la precipitación pluvial media anual esta registrado en

1,300 milímetros; en la zona sur la vegetación es boscosa, en la parte alta existen

corpulentos ocotes, encinos y fresnos.

Otras características de la comunidad

En materia de recursos naturales sobresale en la comunidad la forestal, así como su flora y

fauna que son diversas, aunque en el rubro de producción no es muy apta para buenas

cosechas, de maíz, frijol y calabaza; En lo que respecta al intercambios o comercio, el

sistema que prevalece al interior de la comunidad, es en buena medida el trueque, mismo

que consiste en el intercambio de productos de necesidad básica, entre los vecinos de la

comunidad, destacando que si bien es cierto que existen tiendas pequeñas, también es cierto

que sus mayores operaciones se establecen mediante créditos e intercambios (solo al

interior de la comunidad y a veces con personas que no son de la misma cuando llegan a

ofrecer diferentes productos). Es importante mencionar que los establecimientos o

pequeñas tienditas a las que hacemos referencia, al no contar con muchos productos, es

411

común que personas de la comunidad se desplacen a Tlapa de Comonfort, ciudad más

próxima para realizar sus compras de productos básicos (en donde desde luego el sistema

de compras e intercambios varía, ya que ahí se impone la monetarización).

En lo que a la organización comunitaria se refiere, en esta comunidad prevalece el

sistema de cargos la estructura de cargos civiles y religiosos bajo una visión propia de la

comunidad y no mediante la identidad de algún partido político, destacando que los cargos

civiles no están separados de los segundos y más bien predomina un sistema de escala de

cargos en conjunto, incluso es a propuesta de la autoridad civil, mediante la cual se

nombran los cargos religiosos.

Principales fiestas

Parte fundamental de la visión e identidad bajo la cual se estructura el sistema de

organización comunitaria en esta comunidad, deriva de sus diversas celebraciones

religiosas, esto se manifiesta en las siete fiestas que festeja al año, los cuales se celebran en

fechas diversas, 14 de febrero fiesta de carnaval, semana santa, 25 de abril San Marcos, 14

de mayo San Isidro Labrador, 20 de noviembre Santa Cecilia, 2 de octubre día de todos los

santos, 25 de diciembre Santo niño; el tipo de música, con la cual siempre se acompañan

diferentes celebraciones es con de banda de música de viento, y en las fiestas mas grandes

(14 de mayo San Isidro Labrador) se contratan grupos de música mixteca y también en

español.

Hasta aquí, quizás pueda parecer que muy poco nos hemos centrado en el titulo

trabajo, sin embargo es importante no olvidar nuestra expectativa en el mismo, en la que

nos propusimos, recuperar al mayor detalle posible los diferentes contextos que mas

marquen o mayor acercamiento y relación guarden con nuestra idea principal, o sea la

necesidad de señalar los lugares donde las determinadas formas de ver el mundo se

configuran, sobre todo tratándose del territorio ñuu saví.

Ñuú yívíí ñuú saví: el mundo mixteco como fuente de las Cosmovisiones mixtecas

Mis abuelos, se despertaban todos los días a las cinco de la mañana para iniciar sus

trabajos, sin descuidar por nada, la hora que decían ellos se asomara el ivaí, (literalmente el

412

padre sol), esto, para que cuando se asomara, le rindieran una oración de agradecimiento

por la oportunidad de vivir y verlo nuevamente.

Múltiples son los testimonios que nos permiten visualizar las diversas formas de

relación entre un pueblo o de una cultura determinada con la naturaleza, pero las

ceremonias ante lugares considerados como sagrados, nos permiten de manera particular

identificar que en los ñuú saví, la tierra es un bien que irremediablemente remite a

sentimientos de hermandad entre los miembros de la familia y de la comunidad con toda la

naturaleza; la tierra que comparte la emoción del nacimiento de un miembro de la

comunidad y los sentimientos por un ser que se van al ñuú xi´í, (comunidad de los que se

van o los muertos), la tierra es parte misma de los seres humanos: por ser la madre dadora

de toda vida. Por lo tanto la tierra como parte fundamental en la vida de los ñuú saví, se

denota un fuerte sentido de pertenecía a grado de que en estos pueblos se deben obedecer

las normas que prohíben entregar la tierra a cambio de dinero, o de cualquier otra cosa,5

excepto cuando se trate de obra comunitaria o de uso común.

Asimismo, existen condiciones bien definidas para adquirir el cuidado, uso, disfrute y

aprovechamiento de la tierra: tales como el acuerdo comunitario, por herencia, por servicios

a favor de la comunidad y a través del matrimonio.

Referirnos a la identidad y a los saberes de los ñuú saví, es tratar al tema de la

espiritualidad, situación que a su vez nos remite de inmediato al asunto del territorio,

porque la identidad para los ñuu saví, así como para diferentes pueblos indígenas de

México y el mundo, se crea, se recrea y se desarrolla en su territorio.

Es por ello que al hablar de conocimientos ñuu saví, se hace obligatorio considerar

los conceptos propios tales como: común-unidad, complementariedad y reciprocidad,

tomando en cuenta que la comunidad, es fundamental para todos los pueblos originarios; en

tu´un saví, hay conceptos que explican esta unidad, tal es el caso del propio nombre de la

comunidad base de nuestro estudio, o sea el ñuú saví ukú ndivaá yí,6 nombre en el que

podemos notar, que no se limita al mero concepto de ñuu de manera abstracta, ya que solo

5 Véase, Lenkersdorf, Carlos, Aprender a escuchar: enseñanzas mayas-tojolabales, Plaza y Valdés, México, 2008.

6 Término con el que se nombra esta comunidad en tu ´un saví o lengua mixteco, y significa ―comunidad cerro de

coyotes‖ lo que inmediatamente nos remite al sentido de complementariedad entre la comunidad y la naturaleza, o al

menos en relación al contexto geográfico donde se ubica.

413

no dice o no indica nada, como en el caso mismo del idioma español, en el que decir

pueblo es abstracto, ya con este término podemos referirnos a un elemento del Estado, a un

Estado, a una nación o hasta una pequeña localidad con determinadas dimensiones y

cosmogonías propias. De ahí la importancia de las características de los ñu saví por

complementar, especificando a que se refieren cuando dicen ñuú, para lo cual agregan otra

palabra, que conocemos como sufijo, para que se exprese el significado que se desea: y

aquí retomamos ahora de manera literal el nombre de nuestra comunidad que por ahora es

parte de nuestro trabajo y notamos que (ñuú saví ukú ndivaá yí), de la palabra que se le

agrega depende el significado concreto y la identidad de las comunidades mixtecas fue, ha

sido y es el ñuú complementado, mediante cual se expresa englobando la historia, territorio,

memoria y organización de los ñuu saví.

Saberes de los ñuu saví en torno a la naturaleza

Los saberes de los na saví, se encuentran y se desarrollan en todo lo vivido, en lo

desarrollado a lo largo de sus experiencia, en lo aprendido mediante su relación con la

naturaleza y en el contexto comunitario, y que se transmiten de generación en generación;

por lo que podemos señalar que los saberes ñu saví “son un conjunto experiencias,

ceremonias, normas comunitarias, idiomas propias, memorias históricas, practicas

agrícolas, incluyendo el desarrollo de plantas y animales, la agricultura, la caza, la salud, y

todo lo que abarca la vida de estos pueblos‖, que unidos entre si conforma la visión y modo

de vida propia estas. La comunidad entonces en los ñuu saví, se entiende no solo como

unidad y estructura social, sino como unidad y estructura de vida. Es decir parte de la

comunidad es el árbol, la montaña, el río, el sol, el aire; en otras palabras en una comunidad

o en un ñuu saví todo está conectado a través de la fuerza, de un sistema de reciprocidad y

de complementariedad que no se puede entender de manera aislada o separada sino todo en

conjunto.

Conforme a lo anterior, podemos establecer nuestros conceptos guías, para poder

estudiar los diferentes momentos que implican la relación con la naturaleza, así entendemos

por tierra, como el conjunto de espacios naturales, de vida y de las dimensiones sagradas

de esa unidad de equilibrio (dimensión, espacio o mundo de la madre tierra). Así mismo

414

por territorio, lo comprendido como el espacio con propia estructura organizativa, donde

se ejerce la gestión comunitaria, según las normas, tradiciones, idioma, cosmovisiones,

principios y valores: ejerciendo también los derechos y responsabilidades comunitarios.7 Y

aquí también se hace oportuno establecer como vamos a entender la cosmovisión, para lo

cual recurriremos a López Austin (1994) experto en estudios de religiones y mitologías

mesoamericanas, quien concibe que la base (social) de la cosmovisión no es un producto de

especulación, sino de relaciones prácticas y cotidianas, que se va construyendo a partir de

determinada percepción del mundo, condicionada por una (lógica) que guía el actuar

humana en la sociedad y en la naturaleza. Por lo tanto, por cosmovisión, no se debe

entender simplemente una recopilación que enliste las ideas que ciertas personas tienen (o

tenían) sobre fundamentos naturales o sobre la propia naturaleza (como el tiempo, astros,

tierra, montaña, ríos, cuevas, pantanos, etc.) o sobrenaturales (como los dioses o el

inframundo); sino a una combinación de conceptos cosmológicos guiados por una lógica y

estructura propia con valor cosmológico (determinado) ligado siempre a una realidad

concreta, en este caso a la vida y visión de los ñuú saví.

Prosigue López Austin, la cosmovisión no se reduce a una esfera de ejercicio o

traducción sino que está presente en todas las actividades de la vida cotidiana, y

principalmente en aquellas que comprende las distintas relaciones comunitarias, tipos de

producción, la vida familiar y comunitaria, las relaciones comunales y las relaciones de

autoridad.

Tenemos entonces que por cosmovisión puede entenderse al conjunto articulado de

sistemas ideológicos, relacionados en forma [relativamente] congruente, con el que un

individuo o un grupo social, en un momento determinado pretenden aprehender el universo.

Esta definición, entonces, nos permite pensar que el concepto de cosmovisión es

adecuado al presente trabajo, cuyo objetivo es entender como ña nikuatí,8 expresa una

visión del mundo propia de un contexto comunitario de los ñuu saví.

7 Los pueblos indígenas y la integración andina, www.comunidadandina.com, consultado el jueves 23 de abril del 2009.

8 Expresión significa ―rezar‖ para sanar, agradecer, purificar, solicitar bienestar, alejar el mal, solicitar buen temporal en la

visión ñuu saví, ukú ndiva´yí, ñuú kuachí.

415

De ahí la importancia también del xa´aví9 o ―la palabra de respeto‖, porque así como

se concibe que todo tiene vida, todo habla y si sabemos escuchar y comprender ese lenguaje

será más fácil complementarnos con todo lo que nos rodea. Por ejemplo, cuando en

temporadas de lluvia, se nubla con nubes muy oscuras, enseña el abuelo que, es una señal

clara de que va a llover, pero que puede no concretarse, si en ese mismo rato, empiezan los

vuelos o paseos de las golondrinas en el cielo.

Principales ciclos de vida en los ñuu saví y su relación con la naturaleza

El nombre mismo de los ñuú saví, establece la relación entre estos pueblos y la naturaleza

(agua-lluvia), esto además se complementa con la situación, de que en casi todos los ñuu

saví, existen lugares considerados sagrados o con algún especial significado histórico, que

configuran un ―territorio sagrado‖10

con atribuciones especiales para los na saví, y es

precisamente mediante este sistema de complementariedad que se considera a la naturaleza

como una parte de su vida y no la superioridad del hombre sobre esta, tal como lo

establecía la definición griega del hombre; es por esta razón que a este sistema (de relación)

de creencias que determinan la actitud de respeto a la naturaleza lo llamaremos, la

concepción filosófica del mundo ñuú saví.

Así en el ñuú saví, ukú ndiva´ayí, o comunidad cerro de coyotes, son muy visitados

los cerros, cuevas, ojos de agua, bosques y adoratorios, los cuales son considerados como

lugares sagrados y puntos de contacto entre los na saví y la naturaleza en su máxima

expresión (entiéndase aquí los diferentes seres que también forma parte de la comunidad en

general), que en gran medida son considerados por los na saví, como un organismo,

población de una especie o comunidad de vida o como una entidad con valor inherente a

partir de su creencia que no se les debe tratar como un mero objeto o cosa, cuyo valor no

existe sino como parte de ellos.

9 Guerrero, Comonfort Simitrio, ―el uso del xa´aví (la palabra) en el sistema de justicia ñuú saví del Estado de Guerrero,

México‖, UNAM-México, 27 de noviembre de 2008.

10 Se trata de un concepto extraordinariamente importante, no solo para entender las identidades sociales territorializadas,

como las de los grupos étnicos, por ejemplo, sino también para encuadrar adecuadamente los fenómenos de arraigo, del

apego y del sentimiento de pertenencia socioterritorial.

416

Esta actitud que toman estos pueblos hacia estos seres vivientes en el mundo natural,

desde luego depende del modo con que los miran, entienden, interpretan situación que

finalmente determina la forma que conviven con ellos.

Tres grandes momentos del ciclo de vida y su relación con la naturaleza

El embarazo y su relación con la naturaleza

Muy diferentes a las ceremonias que acompañan al ciclo de vida desde el embarazo en

zonas no indígenas, tales como las incontables visitas al ginecólogo o la visita a algún otro

experto en medicina universitaria; en los ñuú saví, el ciclo de vida humana, inicia justo en

el momento de la concepción humana, momento a partir del cuál se inician también

diferentes formas de cuidados especiales para na ño´ó se´é o la mujer embarazada.

En primer lugar na ñoó se´e o la mujer embarazada desempeña sus labores habituales

sin preocuparse seriamente por su estado de relativa dificultad, para hacer todos sus

trabajos cotidianos, si embargo, una de las prohibiciones, que tiene la mujer embarazada, es

salir al campo ya sea a llevar comida o simplemente ir con su esposo por ejemplo, ya que

puede ser que el aire,11

el rio o las cascadas les roben a su hijo; algo similar a las

prohibiciones que se establecen para la mujeres embarazadas de la región Costa Chica del

Estado de Guerrero, por ejemplo, en donde se les prohíbe contemplar el eclipse solar o

lunar, sin protegerse el vientre colocándose en la cintura unas tijeras, una llave u otro

objeto de metal, para evitar perder su producto concebido.12

Con estos ejemplos podemos

entonces notar que desde el momento de concepción se establece el respeto hacia la

naturaleza, situación que marca la vida y la relación de los na saví.

Por lo que hace a las ceremonias y cuidados especiales, que se realizan a cargo de la

familia y de la misma comunidad a favor de la embarazada, estos consisten en ceremonias

11 Una creencia similar al parecer se comparte en diferentes pueblos indígenas originarios de México, yal como lo señala

Laurencia Álvarez Heydenreich, en su libro ―la enfermedad y la cosmovisión en Hueyapan, Morelos, colección número

74, INI, México, 1987, Pp. 38.46.

12 Aguirre, Beltrán Gonzalo, obra antropológica VII, Cuijla: esbozo de un pueblo negro, Universidad Veracruzana-INI,

FCE, México, 1995, Pp. 136.

417

celebradas ante los lugares considerados como sagrados, traviesos, sospechosos o malos, en

la comunidad (entiéndase caminos, cerros, pozos, ciénagas, cascadas, ojos de agua, etc.),

esto con la finalidad de realizar el pedimento de bienestar para la mamá y en consecuencia

para su hij@, así como el pedimento para un buen parto y sano crecimiento, situación que

nos remite a apreciar la relación que desde el vientre se establece entre la vida de los na

saví y la naturaleza.

Nacimiento

El nacimiento o alumbramiento, de un nuevo miembro de la comunidad como en muchos

pueblos indígenas y no indígenas, es una ocasión muy especial, pero llama la atención, que

en los ñuú saví, va mas allá, de previas visitas al hospital o a una clínica particular, ya que a

parte de especial se vuelve un momento de manifiesta reciprocidad en la cuál se involucra a

toda la familia, incluso la comunidad; en el sentido de corresponder a la situación de la

mujer recién aliviada, apoyándole básicamente con comidas, tortillas, cuidado de sus hijos,

y limpiar su casa, es decir que dado la situación en la que se encuentra la mujer, podemos

decir que la comunidad asume una actitud de corresponder a tal situación.

La ceremonia del nacimiento en los ñuú saví se acompaña siempre con la presencia

en primer lugar de ña sikoon o la partera, quien desde que realiza la terapias de

acomodamiento, es capaz de saber en que fecha puede ser el nacimiento, además de la

partera, también los familiares, se hacen parte, quienes previa este momento se comunican

entre si, para esperar ese momento, aunque no tengan intervención directa en el momento

de nacimiento, que por cierto se realiza sobre un petate tendido en el piso de tierra, esto

bajo la creencia de los na saví de que debe compartirse este momento con la madre tierra,

fuente de fertilidad y dadora de vida, todo esto se realiza con el apoyo e intervención de la

partera.

Ya que se desarrolló, favorablemente el nacimiento, se procede a otro ritual, que

consiste en preparar la placenta para determinar su destino, destino que marcará

justamente otra relación de la vida humana de los na saví con la naturaleza, y esto consiste

en consultar al padre y a la madre, si la placenta se entierra o se cuelga en un árbol, si se

418

opta por lo primero, según palabras de la señora Apolonia Comonfort,13

originaria de esta

comunidad y madre de 8 hijos, se entiende que el niño o la niña tendrá ciertos temores,

principalmente a las alturas, le faltará cierto grado de valor para hacer los trabajos de

campo, en fin señala que el niño o la niña será muy conformista; en cambio agrega, si se

opta por lo segundo o sea ―colgar la placenta colocada en un abolsa en un árbol‖, esto

determinará que el niño o niña sea muy activ@, sin temores y con sobrado valor para

luchar por lo que quiere o desea; esta situación que aparentemente pudiera no tener ninguna

consecuencia, sobre el niño o la niña curiosamente si se reflejan, constancia de ello son las

observaciones de los señores principales de esta comunidad hacia los vecinos de la

comunidad, quienes señalan que el caso más claro es el de los campesinos que siempre

levantan buenas cosechas y de los profesores originarios de esta comunidad, asegura don

Margarito Guerrero, que los mismos se destacan porque su placenta se colgó de un árbol y

no se fue enterrad en la tierra. Estos conocimientos, a los ojos occidentales pueden carecer

de toda importancia, sin embargo, es importante mencionar que prestando un poco de

atención a esta ceremonia, no se debe perder de vista que posterior a su realización y

cuando la niña o el niño, empieza a comunicarse con sus padres, estos le comunican a su

vez dicha situación (el destino de su placenta), y esto sino de manera directa si puede

determinar de manera indirecta digamos psicológica sobre el niño o niña, sembrando en su

persona cierta creencia sobre la personalidad a adoptar conforme a la visión de los pueblos

mixtecos; es importante mencionar que se han presentado casos de reproche hacia los

padres por parte de alguno jóvenes por el destino que se le dio a su placenta. De esta

manera a parte de ser esta situación una correspondencia con la naturaleza, es así mismo

una señal de complementariedad de la influencia de la naturaleza sobre la vida de la

persona.

Crecimiento y salud: siempre asociado con la naturaleza

La salud de los na saví antes que llegar al hospital o a una casa de salud carente de personal

médico y por supuesto de medicinas, que además les queda a dos horas vía camino de

13 Comunicación personal con la señora Apolonia Comonfort, en la Comunidad Ukú ndiva´yí, San Isidro Labrador,

Municipio de Atlamajalcingo del Monte, Guerrero, abril 2009.

419

terracería, osea hasta en la ciudad de Tlapa, se caracterizan por recurrir a los diferentes

lugares o sitios considerados como traviesos, malos o sagrados para solicitar el equilibrio

de elementos del alma, del cuerpo y el corazón, este equilibrio se solicita en ceremonias de

curación cuyo apogeo consiste en el encendido y quema de un conjunto cuidadosamente

ordenado de velas, flores e inciensos acompañados con sacrificio de gallinas, guajolotes y

chivos, esta ceremonia se realiza siempre por na nikuatí o médicos mixtecos. Y este

momento simboliza la integridad del cuerpo humano, es decir representa tanto las partes

afectadas como las sanas solicitando un equilibrio, respetando siempre los principios de

acompañantes y de complementariedad, muy diferente de la noción de que el ser es único e

indivisible.

La palabra y el hombre

Entre los elementos simbólicos, tan importantes para el orden social y moral, la palabra

juega un papel determinante, ya que tiene como cualidad fundamental la capacidad de

reflejar ―el calor del corazón‖ del hablante, en el que por medio de metáforas –el calor del

corazón- por la que pasamos de la ética y visión moral del cosmos a la estética del habla.

Para comprender el papel central de diferentes conceptos en la vida de los na savi, es

necesario tener en cuenta que en un pueblo de mayoría monolingüe y conocimientos

propios (¿analfabeta?), en el que el contenido más que estética verbal es como el diseño de

los tejidos interconectados de su visión complementado estrechamente con el contexto

comunitario y el lenguaje.

Lo anterior se aprecia cuando por ejemplo en los rezos para solicitar la salud y en

ceremonias de resoluciones de conflictos al interior de la comunidad, una característica

fundamental de los oficiantes es saber hablar bien, o lo que es lo mismo deben gozar de una

capacidad de sembrar credibilidad, de convencer y de inculcar un alto grado de respeto y

reconocimiento hacia la ―comunidad en general‖ en donde desde luego incluye la

naturaleza. Así pues, el habla constituye uno de los elementos fundamentales de

cosmovisión de la los ñuu saví y la naturaleza.

420

El conjunto de conocimientos o la cosmovisión de los ñuu saví, entonces no son

meras derivaciones de la concepción y de la cristalización mítica, ya que su proceso no es

unidireccional por el contrario se caracterizan por una fuerte y mutua influencia que lo ha

enriquecido, no en el mero paso de un ámbito a otro, mas bien como un sistema que ha

desarrollado sus particularidades a partir de su funciones, materias, leyes y medios propios.

La naturaleza como parte de la cosmovisión ñuú saví, por ejemplo, no puede comprenderse

mediante mera descripción o explicación aislada de la relación que se existe entre el uno y

el otro, sino mediante una vivencia y un análisis que la reconozca como parte fundamental

de esta, considerándola siempre como el origen, fuente y destino final de su identidad

conforme a los diferentes ciclos de vida de los ñuu saví.

La Muerte en los ñuu saví y su relación con la naturaleza.

Es frecuente encontrar múltiples y muy diversas definiciones sobre la muerte de acuerdo

con las diferentes visiones de los diversos pueblos o culturas que existen en el mundo. Para

lo pueblos tzotziles por ejemplo, el hombre tiene necesidad de comer para vivir, pero para

comer se ve forzado a matar otro seres, al comer incorpora la muerte a su organismo, y así

su vida, que depende de la muerte, deviene en la muerte.14

Por otra parte el fenómeno inexorable de la muerte provoca siempre, un profundo

temor y dolor, pero que no consiste precisamente en el temor al castigo divino, que los

sacerdotes católicos tratan de inculcar en sus feligreses, o al menos esto no aplica en los

ñuu saví. Que sea diferente la forma de interpretar o de asumir esta situación en cada

cultura, no implica que en las mismas predomine una situación de insensibilidad o se

imponga la carencia de sentimiento humano hacia sus seres queridos, como pretenden

entenderlo algunos antropólogos reduccionistas,15

que lejos de ser cautelosos y respetar la

14 López, Austin Alfredo, Cuerpo humano e ideología: las concepciones de los antiguos nahuas, IIA-UNAM, Tomo I, 3ra

reimpresión, 2008, Pp. 357.

15 Platicas ―varias‖ de manera personal con trabajadores de la Secretaria de Asuntos Indígenas, del Gobierno del estado

de Guerrero, julio 2008, en Chilpancingo, Guerrero. ―quienes sostienen que la falta de determinadas expresiones por

parte de las personas indígenas que han perdido algún familiar los asocian con la falta de sensibilidad y sentimiento

humano‖, olvidando que a parte de su visión occidental, existen otras formas de vivir o de asumir esta situación.

421

cosmovisión de las diferentes culturas de los diversos pueblos indígenas se limitan a

simples e infundados aseveraciones, sin analizar las diferentes formas de asumir o de

comprender el fenómeno de la muerte en los pueblos indígenas, de esta situación no se han

escapado reconocidos intelectuales como Jorge Carrión quien en 1952 en su texto titulado

―Mito y magia del mexicano‖ señalaba que la muerte para el mexicano, era el acabamiento

o el fin de la angustia, la inestable armonía, la sola forma equilibrada que puede buscar,

quien además no conforme con señalar lo anterior remata que otra manera de justificar la

actitud mexicana respecto de la muerte, a ―la que se ve y se considera como algo vivo:

señala que dicha idea no es mas que un residuo animista claramente indígena‖, como

podemos notar, parece que los pueblos indígenas tienen la culpa de nuestra ignorancia de

sus conocimientos, de sus cosmovisiones y de su forma de vida, que llegamos a descargar

en muchas ocasiones contra ellos nuestro conocimiento monista por su delito de ser

diferentes a nuestra sociedad hegemónica excluyente, olvidando que la diferencia no

implica necesariamente que su conocimientos no tengan validéz o que sean simples

animismos primitivos y por lo tanto inferiores a nuestros saberes de la sociedad

hegemónica, sino que son solamente diferentes con plena coherencia conforme a sus propia

visión del mundo y por lo tanto tan validos, coherentes y dignos de respeto como cualquier

otro conocimiento

Bueno, después de señalar que conforme a la visión de las diferentes culturas se

determina la forma en que se comprende una determinada situación en este caso la muerte,

es importante mencionar que estas diferencias se hacen patentes porque lo pueblos

indígenas tienen precisamente otra perspectiva de entender sus ciclos de vida en la

cotidianidad.

Centrándonos de manera especial a la comunidad parte de nuestro estudio, diremos

que en esta comunidad, como seguramente en cualquier otra comunidad indígenas el

fenómeno inexorable de la muerte se vive, se manifiesta, se interpreta y se asume, de modo

muy particular, razón que explica la gran importancia que se otorga a esta transición parte

del ciclo de vida de los ñuú saví, que se podría afirmar que de todas las ceremonias del

ciclo de vida en relación con la naturaleza es la de mayor significado, sin que con esto se

intente restar importancia a las precitadas.

422

Consideremos el caso de una muerte natural, mismo que vamos a entender como el

―fin de una vida dentro de un tiempo que media el ―tiempo de vida‖ de los indígenas en esta

región de la montaña de Guerrero, misma que media entre los sesenta y cinco y setenta y

cinco años de vida, y que se alcanza por edad muy avanzada‖.

Los últimos momentos de vida de una persona de edad avanzada, son vigilados por

los familiares, hijos, nietos, sobrinos y en general auxiliado por toda la comunidad, es

común que los familiares al notar el estado de gravedad que presenta una persona ya muy

enferma, se anticipan con la construcción de su ve´e o traducido literalmente casa, misma

que previa marca del sitio o lugar de construcción en el noon nduxinan o camposanto se

riega agua bendita en solicitud de permiso para compartir con la madre tierra a un hijo suyo

que ya tuvo la fortuna de regresar a ella, así mismo es importante señalar que dicha

construcción siempre se levanta a manera de que la vista se dirija a lado donde nace o sale

el sol, esta situación asegura que al momento de que los na saví regrese a la madre tierra,

se asegure su vista hacia el lado donde nace el sol y con ello se garantice que lejos de que la

misma se vaya para siempre esta permanezca eternamente en los corazones y vida de sus

familiares, dado que seguirá el ciclo diario del sol, por lo tanto con esta situación podemos

apuntar se vuelve eterno al menos en la memoria de los na saví a sus seres queridos que se

les han adelantado, por otra parte refleja claramente también la presencia de dos actos que

reflejan dos situaciones que en los ñuú saví inmediatamente se relacionan con la naturaleza

aun en estos momentos que a primera impresión pudiera parecer que ya no tiene sentido

ningún compartirlo con la naturaleza.

Por otra parte, ni con la muerte de un ta saví o ña saví, se pierde su relación con la

naturaleza o más especifico con su territorio, ya que después de nueves de días de la

perdida física y conforme a una visión católica que se ha adoptado en las comunidades

mixtecas, se acostumbra realizar rezos por nueve días, siendo en el ultimo día en el que se

levanta el alma (situación que se simboliza con una cruz marcada en el suelo) de la casa de

la persona fallecida para acompañarla al panteón, este momento determina el sentido de la

pertenencia y correspondencia de los na saví con la naturaleza, y digo naturaleza, porque

esta ceremonia se realiza tanto en la casa, donde se descansa por ultima vez como en los

423

lugares donde se ha perdido la vida cuando dicha situación haya sucedido de manera

accidental fuera de la comunidad por ejemplo.

Na ndií o los que se ha ido (muertos) en temporadas de cultivo de maíz

Los muertos puede traer el viento y las nubes cargadas de agua y pueden hablar

directamente con los santos y con los dioses para que ellos manden la lluvia, también

aumentan o reducen la productividad de la plantas y de la tierra, por lo que en la

cosmovisión ñuú saví los muertos tienen un papel determinante en la fertilidad en general.

La persona deja su cuerpo físico, pero sigue perteneciendo a la comunidad y al colectivo

como miembro activo y productivo, por lo que merecen o ameritan actividades

ceremoniales que implica esta visión. Ceremonias que se desarrollan en lo lugares en donde

los muertos actúan con otras fuerzas de la naturaleza: en las cuevas, en los manantiales, en

los cerros, en los pozos y en los ríos.

Reflexión final

Las innumerables ceremonias por pertenencia y de reciprocidad, como parte de la vida de

los ñuú saví en relación con la naturaleza a la que consideran como parte de su vida,

determinan la relación del ciclo de vida de estos como ñuú saví con la naturaleza.

Es entonces a partir de estos conocimientos propios mediante los cuales intentamos

explicar conforme a diferentes ceremonias de complementariedad con la naturaleza,

específicamente en los lugares considerados como sagrados o con algún significado

inmemorial e histórico, a partir incluso, del momento de gestación de los na saví hasta

cuando estos se van (o cuando mueren) en los que pudimos destacar su cosmovisión,

entendido como conjunto articulado de sistemas ideológicos, relacionados en forma

[relativamente] congruente, con el que un individuo o un grupo social, en un momento

determinado pretenden aprehender el universo, mismo que tiene la función primordial de

recrear la identidad y pertenencia al pueblo de la lluvia; con lo que además se condensa y se

424

pone de manifiesto gran parte las normas contenidas y establecidas en relación a la

naturaleza, a lo largo de toda la vida de los ñuú saví del Estado de Guerrero.

Resaltamos así mismo, que hablar de conocimientos ñuu saví, es necesario u

obligatorio considerar los conceptos propios tales como: común-unidad,

complementariedad y reciprocidad, tomando en cuenta que la comunidad, es fundamental

para todos los pueblos originarios; en tu´un saví, ya que son conceptos que explican su

modo de ver la vida.

La identidad ñuú saví se encuentra en correspondencia con la correspondencia con la

naturaleza y con un territorio en el que habitan.

Así para dar razones para el respeto a la naturaleza, señalamos hicimos notar la

articulación del sistema de creencias que sustenta la visión de los ñuú saví, de esta forma

pudimos darnos cuenta que su sistema de creencias es coherente e internamente bien

ordenado, al grado que notarlo es compatible y que además supera la ambición de las

diversas teorías actuales por conservar y respetar la naturaleza, identificando la tarea de

preguntarnos porqué los pensadores (racionales bien informados con capacidad de

conciencia de la realidad) les cuesta mucho compartir y sobre todo respetar esta forma de

vida de los ñuú saví, quienes sin necesidad de una concepción holística, sino mas bien

conforme su propia forma de vida han promovido siempre el respeto a la naturaleza

considerándola como parte de su propia vida. Aplicando y promoviendo además, (y aquí

cuestiono las ambiciosas metas del sistema hegemónico), el respeto a los derecho humanos,

mostrando a la vez fuerte grado de ética.

En la medida en que consideremos a la naturaleza como un organismo, población de

una especie o comunidad de vida o como una entidad con valor inherente, creeremos que

nunca se le debe tratar como un mero objeto o cosa, cuyo valor reside en el hecho de ser un

instrumento para el bien de alguna otra entidad (humana) (objeto de explotación), solo

entonces podremos respetarla y valorarla como parte de nuestra vida.

Supongamos que fuéramos capaces de creer y establecer que existen buenas razones

para adoptar la actitud, razones intersubjetivamente validas para cualquier agente racional

de respetar la madre naturaleza, ¿será imposible? pero todo indica al menos hasta en estos

425

momentos que esto es muy difícil sobre todo para el sistema capitalista que mas bien se ha

cazado con la ideología que si bien debe respetarse a la naturaleza, debe describirse en todo

caso su valor y con ello las razones para poder explotarla mediante investigaciones

científicas, excluyentes de toda cosmovisión que promueve el respeto a la naturaleza.

426

Bibliografías

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427

El tigre en la cosmovisión de los indígenas de la región de la montaña de

Guerrero

Miguel Reyes Pérez1

Cada grupo social tiene su cultura, su propia cosmovisión, su propia interpretación de la

naturaleza, sus propias creencias. En la Región de la Montaña del estado de Guerrero

habitan y conviven tres grupos indígenas que son los nauas, los na‘savis (hablantes del tu‘

un savi) y los me‘phaa. Cada uno de estos grupos tiene su propio territorio y los

identificamos principalmente por la entonación que tiene al hablar, pareciendo ser más fácil

de aprender el nauatl por su simplicidad en la pronunciación, pero no así las otras dos

lenguas cuya pronunciación se tiene que tomar sonidos nasales, así como también sonidos

altos y bajos; pero a pesar de esta y muchas otras diferencias que existen entre estos grupos,

hay elementos culturales que de alguna u otra forma los hacen coincidir; uno de estos es el

que trataremos en este documento y el cual resulta tener una gran importancia dentro de la

cosmovisión de estos pueblos, me refiero a la figura del tigre, pareciera ser que por la

ubicación geográfica, el clima y otros factores, no hay una explicación coherente para creer

que hay tigres en este lugar. No encuentro una explicación lógica para que desde hace

décadas se represente a el tigre como un símbolo de explicación a fenómenos naturales y

religiosos, mas sin embargo a pesar de señalar que es muy difícil que existan tigres y que

mas bien pudieran ser tigrillos, ocelotes o jaguares los que las personas de las comunidades

han visto, ellos aseguran que a aparte de esos animales hay tigres y los identifican por su

tamaño enorme en relación a los otros felinos y sus típicas rayas en el cuerpo, inclusive

señalan que hasta leones han encontrado y cazado. Estos son los relatos de la gente de

distintas comunidades de la Región de la Montaña a los que no puedo dar veracidad por no

poder comprobar de manera directa sin tener a la vista alguna evidencia real.

A pesar de tener esa duda en torno a la existencia de este tipo de felinos, retomo

ahora si, la simbología que los pueblos indígenas de la montaña le dan a esta figura,

mencionando primeramente la forma en que es representado el tigre en las distintas danzas

y ritos de las comunidades de la Región de la Montaña de Guerrero.

Por lo general el tigre se viste con un traje que cubre todo el cuerpo, de color amarillo

con puntos negros y en su mayoría está elaborado en manta, usa un chicote de ixtle (látigo)

1 Docente de la Escuela Normal Regional de la Montaña, Tlapa de Comonfort, Gro.

428

y una máscara de madera (los colmillos suelen ser de cerdo y los ―bigotes‖ son de pelo de

jabalí) con las características de un tigre que tiene la boca abierta enseñando los colmillos y

su lengua, hay máscaras que son muy artesanales cuyos precios llegan a ser elevados y las

elaboran principalmente artesanos del municipio de Olinalá Gro. Hay otras máscaras más

sencillas cuyo uso es principalmente para la danza y no se elaboran para el comercio. Esta

es la indumentaria que usan los tigres en cada uno de los grupos indígenas de la región de la

montaña, aunque en limitadas ocasiones en algunos lugares el tigre no usa camisa pero sí

todo lo demás.

Mencionaré algunas explicaciones del uso del tigre, según cada uno de los grupos

indígenas de la Región de la Montaña:

Los na’ savi.

Los na‘ savi denominados antiguamente mixtecos (el origen real de la palabra mixteco

básicamente es un insulto porque significa ser sucio) se encuentran principalmente en

municipios de muy alta marginalidad como por ejemplo Metlatonoc, Alcozauca,

Atlamajalcingo del Monte y Cochoapa el Grande principalmente (estos municipios

albergan cantidades enormes de comunidades) y también los encontramos en algunas

comunidades del municipio de Tlapa y en las colonias de la periferia de la ciudad de Tlapa.

Para ellos el tigre o como ellos le llaman ndi ka‘a (que significa cara amplia o de ojo

agudo), tiene representación y protagonismo en ―La danza del Tigre‖ como comúnmente le

llaman y cada uno de sus elementos que conforman su vestuario tiene una explicación, así

como también sus actitudes.

El tigre en la cosmovisión na‘ savi representa en primer lugar a el hambre, su cara

burlona enseñando la lengua es precisamente una burla para lo que no tiene que comer. El

chicote lo usa para pegarle a la gente ( esta es la ejemplificación de que el hambre les pega

a todos). Por eso el tigre anda correteando a la gente con chicote en mano y principalmente

a los niños a quienes causar temor ante la posibilidad de que pueda llevárselos para

comerlos.

La danza del tigre se baila principalmente entre los días 23 y 24 de abril en la

celebración de San Marcos festividad que es muy típica entre los na‘savi y los me‘phaa por

ser los días de petición de lluvia. En la víspera de estas fechas, el tigre o los tigres ( más

429

adelante señalaré por qué actualmente hay más de un tigre) suben al cerro de la lluvia que

normalmente es un cerro muy alto donde la gente acude para hacer los ritos y ofrendas para

la petición de lluvia y buenas cosechas, ahí se dedican a bailar y bailar durante largos

periodos de tiempo; finalmente cuando el tigre baja a la comunidad es que ya está

domesticado y para evitar que al tener hambre se pueda comer a la gente, en las casas le

ofrecen de comer ―totopos‖ que son tortillas grandes con la características de que son

crujientes y se conservan buenos durante grandes periodos de tiempo.

Anteriormente cuentan que era solamente un tigre el que era representado, pero con

los tiempos modernos, al bajar a las comunidades el tigre era agredido por los jóvenes del

pueblo por simple diversión de ellos, impidiendo que la tradición se llevara de manera

normal, ante esta situación hubo la necesidad de que ya no fuera un solo tigre el que se

representara y de esta forma en la actualidad son mas la personas que representan al tigre

para que se defiendan de las agresiones de las que son objeto por parte de la juventud que

ya no se interesa por su cultura y solamente se dedican a molestar y a burlarse de las

personas que representan esta tradición.

Por otra parte el tigre también viene a ser quien amenice las festividades que se

realicen en las comunidades, de manera común las personas que representan al tigre imitan

los movimientos del felino y a la vez hacen sonar sus chicotes en señal de anunciar su

presencia y suelen ser un dolor de cabeza para los niños y las señoritas por que son el

objeto de sus bromas.

Los me’ phaa

Los encontramos principalmente en los municipios de Malinaltepec, Zapotitlán Tablas,

Iliatenco, Tlacoapa, Acatepec, San Luis Acatlán y en las colonias periféricas de la ciudad

de Tlapa.

Para este grupo, el tigre representa la fortaleza, la fuerza, el vigor; y a la vez proyecta

el respeto a los animales.

Algo muy singular es que al tigre se le representa en una danza que se llama

Tlaminques (danza que se baila principalmente en la comunidad de San Miguel El Progreso

municipio de Malinaltepec, Gro.) pero lo curioso es que este término es de origen nauatl y

significa ―el que pega‖, en alusión al chicote que porta; esta danza se baila principalmente

430

en la fiesta de la Candelaria y representa a el carnaval pero de los animales, mismos que se

reúnen en el bosque para luchar por su sobrevivencia; encontramos jabalís, tortugas,

conejos, el tigre y otros más.

El tigre tiene un papel fundamental en el nahualismo, es uno de los animales

preferidos para los que creen en este tipo de manifestaciones sobrenaturales, inclusive se

tiene la costumbre de que a los niños pequeños no se les cortan las uñas porque serán sus

garras para defenderse de otros nahuales.

La representación del tigre se hace en otras festividades como la fiesta de San Miguel

en septiembre, celebrando el nacimiento de las primeras milpas y ofreciéndoselas al dios

Xipe Totec, en esta misma se festeja la temporada de abundancia de alimentos, ofreciendo

los mayordomos atole para toda la gente del pueblo, en caso de no hacer esta costumbre la

próxima temporada podría ser muy mala.

El tigre también es conocido como ―el tecuani‖, que significa ―el que come‖ aunque

este concepto es nauatl se emplea en la cosmovisión de estos pueblos. Pero también existe

la concepción me‘ phaa para dirigirse al tigre y a todos los felinos salvajes y es la siguiente:

aj mú indí.

En una de las festividades que se celebra en la comunidad de Azoyú, la danza del

tigre consiste en que éste escala con gran habilidad la iglesia del pueblo hasta llegar a la

cúpula y justo ahí agradece al cielo mantener su fortaleza; es notable la habilidad y fuerza

que posee la persona que representa a el tigre, y mas asombroso aún es que este señor tiene

65 años de edad y desde hace muchas décadas a él le ha correspondido el honor de seguir

haciendo este personaje y nadie más lo merece mientras el actual tigre siga teniendo su

vigor y fortaleza.

Los nauas

Los nauas (lo escribo sin h por que esta letra no existe en el abecedario naua, mismo

abecedario que ha sido compuesto en las academias y congresos de lengua nauatl

organizados a nivel nacional, aunque autores como Miguel León Portilla argumentan que

debe escribirse con h por razonamientos posiblemente válidos; pero al no ser en este

documento el punto a tratar solamente aclaré el motivo por el cuál escribo la palabra nauatl

sin h).

431

Para los nauas, también la existencia de tigres es un hecho verídico, cuentan las

personas grandes de las comunidades que estos felinos han existido e inclusive mencionan

que hasta leones ha habido en su territorio porque dentro de su lengua se contempla una

palabra para decir león en nauatl y que es mixueue.

Son el grupo mas involucrado con los mestizos por su localización geográfica

periférica a la ciudad de Tlapa que es la urbe educativa, cultural, económica y política de

toda la región de la montaña; al municipio de Alpoyeca, Humauxtitlán, Xochihuehuetlán.

Olinalá, Cualac; y que son los principales municipios con mayor población mestiza,

también hay que señalar la existencia de los nauas en municipios de la región de la

Montaña Baja como Chilapa y Zitlala, además de ubicarlos también en la zona norte del

estado por la región del Balsas. Por lo tanto es el grupo que mas ha ido mezclando su

cultura con elementos propios de los mestizos, aunque este fenómeno no es propio de los

nauas solamente, también lo encontramos cada vez mas implícito en los anteriores grupos

indígenas ya mencionados.

El tigre en esta cultura, es plasmado en distintas danzas como por ejemplo ―Los

tecuanes‖ (la palabra tecuane o tecuani significa el que come), en el cual funge el papel de

capataz controlando a los demás danzantes a chicotazos, pero también se dedica a molestar

a la gente con bromas y demás actos chistosos. La mayoría de las danzas se celebran

principalmente en festividades religiosas y le dan colorido a las mismas; también son

representados en ritos que se celebran en distintas comunidades como por ejemplo en el que

celebra en honor al Xipe Totec en la comunidad de Chepetlán, Gro., en alusión a pedimento

de una buena temporada de lluvias.

La danza del tigre o tecuanime en nauatl, se ejecuta también en los denominados días

grandes o días santos que son los que anteceden a la Semana Santa.

Hay otras manifestaciones y representaciones del tigre en los pueblos nahuas de la

montaña baja como la que se lleva a cabo en los pueblos de Zitlala y Acatlán, que consiste

en que la gente del pueblo se viste de tigre y se enfrentan a golpes, ya sea niños con niños,

mujeres contra mujeres y por supuesto hombres con hombres, son peleas encarnizadas y a

puño limpio, en ocasiones también se golpean con una cuarta (algo similar a un chicote

pero mas corto). Antes de celebrarse estas peleas, se hace una ceremonia religiosa, después

la gente se reúne en la plaza central y empiezan las peleas durante toda la tarde hasta ya

432

entrada la noche. Estas peleas tienen como objetivo la petición de una buena temporada de

lluvias, La idea en concreto es, que entre más sangre se derrame, más lluvias habrá. Para

muchos esta actividad pudiera ser hasta salvaje, pero esa es la cosmovisión de estos

pueblos, misma costumbre que está lejos de desaparecer.

También existe una danza que se llama Tlacololeros la cual representa la quema del

tlacolol, misma en la que el tigre al hacer sonar su chicote tratando de imitar el sonido del

tlacolol al estarse quemando, esta danza se práctica principalmente en la zona centro del

estado de Guerrero.

Otra escenificación más es la famosa pelea del ―porrazo del tigre‖ que se celebra el

último domingo antes de la navidad en la plaza de toros de Chilpancingo, evento que

aunque tiene origenes muy antiguos, hoy se ha comercializado y se muestra más como un

espectáculo al que asisten miles de personas a ver pelear a jóvenes vestidos de tigre que a

su vez representan a cada uno de los 5 barrios principales de la ciudad y compiten en una

especie de lucha grecoromana a eliminación sencilla, teniendo la misma tarde que se

celebra esta actividad a un tigre campeón que recibe premios en efectivo.

El hacer investigación de este tipo entre las personas de distintas comunidades y

culturas, nos lleva al enriquecimiento de nuestro aprecio por las manifestaciones e

idiosincrasia de nuestros pueblos mexicanos. Nos lleva a observar y a introducirnos a la

filosofía indígena, esa que no fue creada por filósofos reconocidos a nivel mundial, esa que

han creado humildes campesinos sin estudios formales, esa que crearon nuestros abuelos al

observar la naturaleza a través de los años, esa que nació del empirismo y de la tradición

oral.

En el caso de la temática escogida, podemos asegurar que hemos recopilado una

mínima parte de todo el significado del tigre para los pueblos de la región de la Montaña,

pero también asegurar que a pesar de todas las influencias negativas que pudieran haber

para atentar contra la preservación de las mismas, aún hay mucha gente que se sigue

esforzando por mantener vivas sus costumbres, su identidad. Notamos gran emoción y

necesidad por parte de las personas que nos apoyaron para recopilar esta información, por

contarnos lo que han vivido, por mostrarnos su orgullo al saber que alguien más ajeno a su

mundo se interesa por conocer lo suyo.

Nunca hubo egoísmo por contar, por narrar, por hacernos imaginar sus costumbres,

433

su cosmovisión. Lo cierto es que lamentablemente las nuevas generaciones no están

interesadas en lo suyo, añoran más bien incorporarse al mundo ―moderno‖ con la falsa idea

de creer que así dejarán de ser indígenas, no entienden el concepto de identidad y por lo

mismo tampoco el sentido de pertenencia a un grupo social de invaluable riqueza cultural.

La figura del tigre en los pueblos indígenas de la Región de la Montaña de Guerrero,

es la representación de una deidad que les transmite fortaleza, valor, respeto, anhelo,

esperanza, alegría, pero sobre todo el coraje para mantener viva su identidad. Evocar al

tigre, es un poema a la magia que emite una figura tan imponente y tan poderosa, es

encontrar la protección a los males que pudiera haber; el tigre no es ningún demonio, ni

tampoco el causante de temores, es mas bien la deidad al que de manera distinta le riden

tributo y respeto desde hace siglos cuatro grupos indígenas (los nauas, los me ‗phaa, los na‘

savi y lo Ñomdaa) en este estado, respeto que esperamos siga perdurando por los siglos.

El tigre entre los pueblos de la montaña de Guerrero no es un simple animal, es un ser

mítico, cuyo espíritu recorre la gran cadena montañosa que conforma a esta región del

estado de Guerrero.

434

Referentes informativos de campo:

Profr. Benigno Nepomuceno Morán (Me‘ Phaa)

Profr. Melquiadez Librado Romero (Tu‘ Un Savi)

Profr. Juan Salmerón Díaz (Nauatl)

435

El juyya ánia y las danzas de pascola y venado en la región

Yoreme

Pablo Sánchez Pichardo1

Palabras clave: Danzas, Sonora, mayos, naturaleza/cultura, cosmovisión.

Resumen

En el presente escrito me propongo exponer a las danzas de pascola y venado observadas

en Navobaxia, una comunidad mayo o yoreme2 ubicada al sur del estado de Sonora. La

principal hipótesis que intentaré explorar, es que las danzas mantienen un vínculo muy

estrecho con la naturaleza y sus habitantes, los animales del monte, representados por los

mismos danzantes, músicos, cantos, sones y parafernalia ritual. Si bien el aspecto más

visible de las danzas son las bromas, chistes y ―leperadas‖ por parte del danzante de

pascola, el sistema dancístico de los mayos tiene gran importancia dentro del periodo

estacional anual, pues marcan de alguna manera un evento climático, como la transición de

la noche al día, invierno-primavera, secas a lluvias, etc.

Las danzas de pascola y venado

Las festividades religiosas celebradas en los diversos poblados del sur de Sonora son de carácter

santoral. Estas conmemoraciones llevadas a cabo durante todo el año comprenden Cuaresma-

Semana Santa, la Santa Cruz, día de la Virgen de Guadalupe y la Santísima Trinidad. En todas ellas

se identifica un aspecto importante dentro de las celebraciones ritual-festivas: el momento

culminante o ―el mero día‖ cierra con las danzas de pascola y venado. El ciclo de danzas inicia al

final de la temporada de sequías, cuando entra el equinoccio de primavera al comenzar la Cuaresma

entre los meses de febrero o marzo. En este breve periodo los mayos rinden culto a la imagen de

Jesús, relacionado con el día, puesto que las danzas comienzan a las cinco o seis de la mañana;

mientras que en las festividades del resto del año y en época de lluvias predomina el culto a la

Virgen, donde las danzas comienzan a las ocho o nueve de la noche. El ―ciclo dancístico‖ finaliza el

1 Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH)

2 La palabra yoreme es usado como endónimo entre los mayos, significando ―gente o persona‖. En esta exposición

emplearé los términos mayo o yoreme sin distinción, pues así lo emplean los mismos habitantes.

436

12 de diciembre. En este sentido, pueden ser consideradas como marcadores temporales (Leach,

1978 [1976]), en tanto que constituyen la transición entre invierno/primavera; tiempo de

secas/tiempo de lluvias; tienen una especie de control climático y funciones de fertilidad. La

transición climática es representada en el periodo cuaresmal y Semana Santa, pues inicia cuando el

invierno está por concluir y la primavera resurge nuevamente.

El Juyya ánia

Las danzas de pascola y venado tienen un simbolismo complejo dentro de un concepto

esencial que es parte de la cosmovisión yoreme. Este concepto es denominado como el

juyya ánia, literalmente ―el mundo de árboles‖.3 Los mayos lo denominan ―el monte‖.

Juyya ánia evoca el mundo de la naturaleza dominada por los animales que viven en él,

representado principalmente por la vestimenta de los danzantes de pascola y venado, sus

cantos, sones, y lugares como cuevas, el monte, el río, etc.; es decir, juyya ánia abarca la

sierra, el valle y el mar. Estos lugares son considerados por los individuos como sitios de

gran importancia, pues es en esos espacios donde danzantes y músicos adquieren su

vocación para desarrollar su labor, por medio de sueños o ―encantos‖ que se les manifiesta

a las personas principalmente por la noche. Como dice un músico al hacerle la pregunta de

dónde se encuentra este mundo, responde señalando hacia poniente, en el Pacífico:

Pues por allá está, por allá, alrededor, antes de llegar al mar. Porque uno viene de allá del mar;

muchas veces nos venimos a la media noche, a la una, o antes de las doce, por allá. Se oyen ruidos,

pero no sé pa‘ dónde se oigan; pero pues así como que te quiere espantar. Pero es el juyya ánia, te

viene siguiendo. Pero si no tienes miedo, ahí luego vas a aprender, si tienes miedo te vas a

enfermar, porque te vas a asustar, te asusta. Así es el juyya ánia. Porque por eso de ahí viene el

juyya ania; el canto del venado viene de allí del juyya ania.4

Los elementos del juyya ánia se encuentran significados en los diversos espacios rituales.

La ramada, el lugar donde se llevan a cabo las danzas, está construida con ramas de álamo,

carrizo y troncos de mezquite, lo cual connota una conexión con el mundo natural. El

atuendo de los danzantes, sones y cantos aluden a los animales del monte: el grillo, la

tortuga, culebras, flores, coyotes, etc. El mezquite, carrizo y álamo son utilizados para

3 Juyya=monte, planta, rama, mata; ánia=mundo, universo, ambiente. (Almada, 1999: 5 y 85).

4 Músico cantavenado. Loma de Etchoropo, Huatabampo, Sonora. Agosto, 2007.

437

construir el espacio dancístico. Esta noción del contacto más estrecho con este mundo

natural no desapareció en la época postcolonial; al respecto, Spicer (1994 [1980]: 77)

menciona que:

huya aniya pasó a ser una parte especializada de un todo mayor, en lugar del todo mismo. Sin

embargo, huya aniya no fue reemplazado como sin duda habrían deseado los jesuitas: se convirtió

en el otro mundo, el mundo salvaje que circundaba los pueblos. Se convirtió en el mundo fuera de

los pueblos.

De esta manera, hay un vínculo semántico entre naturaleza y cultura conjuntándose por

medio de la relación entre los animales (serpientes, venados, etc.) y el hombre (danzantes y

músicos). Es pues en el juyya ánia donde a danzantes y músicos se les manifiesta su oficio,

en sueños o caminando por el monte en la noche: tuka‟ania‟po, a manera de encantos. Cada

músico se relaciona con un animal del monte que escucha tocando un son. En palabras de

un informante:

―No todos lo van a escuchar, una que otra persona lo va a escuchar, no toda. Así somos gente, tú

vas en los pueblos, en la fiesta grande, así, en ese montón, cuántos músicos de tradición andan ahí;

¿te imaginas? Hay unos contaditos, cinco o diez entre esa bola grande. No todos somos músicos, no

todos tenemos la gracia de ser músicos, de pascola, que venado, arpero; no todos. ¿Por qué?

Porque no todos tenemos la gracia, no todos estamos nombrados de Dios‖. Concluye: ―Muchas

veces en la lengua dicen: juyya ánia‟po bitcha‟be. «En juyya ánia lo miré». Así dicen muchos, los

que saben, los viejitos y son conocedores del monte, venado y todo‖.5

El juyya ánia como vimos, es la naturaleza circundante, inmediata; el océano, la sierra, el

valle, pero también es una concepción abstracta, secreta y oculta que únicamente a ciertas

personas se les manifiesta, ya en la noche, ya en los sueños. Es una entidad muy reservada

para los yoremes que con gran recelo comparten.

El espacio dancístico

La ramada es el sitio donde se desarrollan las danzas de pascola y venado. Está construida

en un área aproximada de 3 metros de ancho por seis de largo, con una altura de casi dos

5 Violinista Mayor. Alto Guayparín, Etchojoa, Sonora. Agosto, 2007.

438

metros. Su estructura está sostenida por horcones de mezquite y adornada con ramas de

álamo; el techo está decorado con ramas de carrizo y papel picado. Un danzante de venado

comenta que ―el mezquite, el álamo y el carrizo son la representación de la fiesta, la ramada

es la casa de Dios‖. Las danzas son observadas desde el exterior de la ramada, pues la

entrada está casi prohibida para cualquier persona, generándose una oposición entre un

espacio relativo al juego y bromas (interior), y un sitio para rezar y convivir, incluso pelear

(exterior).

Las ideas de Mircea Eliade (1967: 25) resultan acertadas, en tanto que ―para el

hombre religioso el espacio no es homogéneo; presenta roturas, escisiones: hay porciones

de espacio cualitativamente diferentes de las otras‖. Así, la ramada se convierte en un lugar

venerable, respetado; la ramada es la representación del juyya ánia, pues en ella se

encuentra la naturaleza simbolizada por sones, cantos, músicos y danzantes.

Dentro de la ramada se colocan los músicos con relación a los puntos cardinales

formando una cruz: al norte la primer parada o Primer Altar le pertenece al violín Mayor y

arpa; en el Segundo Altar se coloca otra parada de cuerdas, hacia el sur; el Tercer Altar lo

conforma el tambole‟ero en el lado este; y finalmente al oeste el Cuarto Altar, los

cantavenados. Cabe mencionar que la ramada en lengua yoreme se escribe jö‟ta, y de

acuerdo con Patricia Medina (2005), su significado es ―danzar sobre el lomo de la tierra‖.

Lo que acontece en la ramada es una representación del juyya ánia, un culto al mundo

natural a manera de cantos, sones, parafernalia e instrumentos musicales.

El danzante de venado

Los desplazamientos de este danzante en gran medida imitan los movimientos del venado:

estados de alerta, pequeños saltos y evoluciones ágiles. Su vestimenta está compuesta por

una cabeza disecada del animal que representa, tiene amarrado un cinturón de pezuñas y

sobre la cornamenta porta varias flores de diferentes colores (foto 1).

439

Foto 1. Danzante de Venado. Navobaxia, Sonora, 2004. Pablo Sánchez.

Algunos danzantes de venado realizan ciertos juegos con el instrumento del tambole‟ero,

bailan encima de él, incluso prenden un cigarro con los dedos de los pies ayudándose con

un encendedor colocado en el suelo. Se suben al filo del arpa, sobre el tambor de agua o

dan maromas en el suelo. Acciones que contrastan con su comportamiento ritual cuando no

se encuentra bailando, pues su actitud resulta ser más reservada y seria. Porta unos bules de

calabaza usados como sonajas y alrededor de los tobillos se amarra una sarta de capullos de

mariposa o ténabaris,6 que suenan rítmicamente al momento de golpear los pies sobre el

suelo. En algunas narraciones de la mitología yoreme, los ténabaris representan a las

víboras de cascabel (Sánchez, 2008: 128)

El pascola

Este danzante se identifica por portar una máscara negra que de acuerdo con los

informantes, tiene la forma de un viejo y asociada al chivo; posee la apariencia de un rostro

burlón con sonrisa amplia y lengua de fuera. Algunas poseen figuras talladas a manera de

relieve o la silueta de un alacrán, una víbora o una lagartija. Sus ténabaris deben ir al ritmo

de los violines, y junto con el sonajo o so‟onaso, ―le contestan‖ al tambor (foto 2).

6 Los ténabaris son pequeños capullos de mariposa cuyo interior hay pequeñas piedritas de hormiguero, que al bailar o

sacudir los pies, producen un sonido parecido al de la víbora de cascabel.

440

Foto 2. El pascola. Navobaxia, Sonora. Semana Santa, 2004. Pablo Sánchez

Porta una faja negra que representa a la ―culebra prieta‖ o babatuko (Drymarchon corais).

Los pascolas tienen sujetada una flor en un mechón del cabello, símbolo que indica su

oficio. Igualmente tiene atados los ténabaris, hasta las rodillas. El pascola se relaciona con

el chivo, cuyos movimientos imita cuando está bailando, aunque simula de igual manera a

otros animales de acuerdo al son que se esté tocando; si versa sobre un coyote el danzante

―aúlla‖ como el animal, si el son alude a los conejos, los trata de imitar colocándose en

cuclillas para dar pequeños saltos. De acuerdo con un informante:

la máscara te lleva al juyya ánia, porque cuando [los pascolas] se la ponen, haga de cuenta que se

transforman en un animal, porque los sones, casi la mayoría de los sones, son sones de animales.

De la misma naturaleza, de plantas, de la sierra, flores de la sierra, todo eso; de pájaros, culebras.7

Los músicos

El conjunto musical que acompaña ambas danzas se compone de tres o cuatro ―paradas‖ de

músicos. Igual que los danzantes, adquieren su vocación por enseñanza de otro músico,

otros tantos por sueños y encantos manifestados en el monte. Tienen pegada al frente del

sombrero la flor que debe llevar cada oficio. Durante el cauce de las danzas los músicos ―se

7 Violinista Segundo. La Bocana, Etchojoa, Sonora. Septiembre, 2007.

441

contestan‖ entre sí, de manera que los cantavenados tocan un son para ―contrarrestar‖ a otro

tocado por el tambole‟ero, y éste a su vez, le contesta a los violines y arpa (figura 1). Por

ejemplo, se toca el Etcho jíchikiam o peine de Etcho (Pachycereus pecten-aboriginum) para

contrarrestar el son del Coyote pulgoso, y otro más para contestar éste último, y así

sucesivamente. Un músico violinista comenta que:

Los sones comienzan con los animales de la sierra, de pájaros, flores, y van bajando… van bajando.

Por ahí de las dos o tres de la madrugada se tocan sones de los animales de la noche, como el

coyote, los grillos, el sapo, de acá del valle. Ya casi cuando va amaneciendo ya estamos en el mar;

entonces se tocan sones del mar. Para cuando es ya medio día, por ahí, ya se tocan de víboras que

andan por el monte. A cada son lo van contestando. El Segundo altar va a contestarme a mí,

entonces el tambole‟ero le va a contestar al Segundo altar; al tambole‟ero lo van siguiendo los

masobuile‟eros; cruzan pues. Ahí se lo echan allá, y va dando vuelta. Vuelta y vuelta va la música.8

Altar Mayor

Cuerdas

Los violinistas y el arpero

Los instrumentos de cuerda (labele‟erom: laaben= violín)9 se ubican al lado norte de la

ramada generalmente, cuando hay otra ―parada‖ de violines y arpa se colocan al lado sur.

8 Violinista Mayor. Alto Guayparín, Etchojoa, Sonora. Septiembre, 2007.

9 La palabra para el arpa no queda muy clara. Matuz (s/f: 48) la escribe como Kuta muela. En el diccionario yoreme-

español/español-yoreme, la palabra kutta es ―palo, leña, árbol‖ (Almada, 1999: 105). La palabra muela aparece como

muera, y significa ―podrido‖ (Ibídem: 121). Dado que el instrumento es de madera, se deduce que se relaciona con el

árbol.

Tercer Altar

Tambor

Segundo Altar

Cuerdas

Figura 1. Secuencia de los sones.

Cuarto Altar

Cantavenados

442

Siempre que inician las danzas, los músicos del Altar Mayor son quienes abren una fiesta,

comienzan con el son del canario, y con ellos, los pascolas danzan primero. Estos músicos

se sientan en una banca traída de la iglesia. El violín se relaciona con una mujer vestida de

blanco llamada Malía o María, que se le aparece al músico en el monte o dentro de la

cueva. También se vincula con la culebra prieta babatuko (Drymarchon corais). Para los

mayos de Sinaloa, el arpero se relaciona con un chalecudo, especie de lagartija (Chávez,

s/f: nota 16, p. 43); o con una iguana (Medina, 2005: 376; Matuz, s/f: 27), por las uñas o

dedos con los que rasga las cuerdas del arpa. Para los mayos del sur de Sonora, el arpero es

como una tarántula, pues este arácnido ―vive dentro del hoyo del arpa‖; además, las

extremidades del animal se asemejan a los movimientos dactilares del músico (foto 3).

Foto 3. Labele‟erom y arpa. Fiesta de las Marías, Navobaxia, Sonora. Agosto, 2007. Pablo Sánchez

Músicos cantavenados

Los ma‟asobuikle‟erom o cantavenados se componen por un tambor de agua o weja, y

raspadores o Jirúkias 1ª y 2ª. La tina donde se encuentra la wueja está llena de agua y

enclavada en un hoyo sobre la tierra. Este instrumento es una jícara partida por la mitad,

colocada de manera invertida sobre el agua y golpeada con una ba‟ajíponea, que consiste

en una baqueta de veinte centímetros de largo aproximadamente cubierta con una esponja y

tela de algodón. Para evitar que la wueja se mueva de un lado a otro, el músico la sujeta con

443

un cordón de cuero a la orilla de la tina, de esta manera la mantiene de forma firme en el

diámetro del recipiente (foto 4).

Foto 4. Ma‟asobuikle‟erom. Fiesta de las Marías, Navobaxia, Sonora. Agosto, 2007. Pablo Sánchez

Las jirúkiam son unos raspadores largos de setenta centímetros aproximadamente hechas de

palo brasil (Haematoxylon brasiletto) traído desde la sierra con estrías a todo lo largo; es

―raspada‖ con una vara larga y lisa del mismo material. El músico de la Jirúkia 1ª dirige los

cantos mientras los otros dos le siguen. Las jirúkiam están montadas sobre la mitad de otra

jícara de calabaza de manera invertida sobre la tierra. Estos instrumentos los representa el

alacrán, mientras que la wueja o tambor de agua se vincula con el sapo.10

El sonido

producido por la wueja y jirúkiam es según un danzante de venado, el latido del corazón del

animal y el sonido de los grillos respectivamente. Esta ―parada‖ de músicos se coloca al

oeste de la ramada, en dirección al mar.

10 Músico cantavenado. Loma de Etchoropo, Huatabampo, Sonora. Agosto, 2007.

444

El tambole’ero

Los instrumentos principales del tambole‟ero lo conforman un tambor de doble parche y

una flauta de carrizo. Este acompaña los ritmos del pascola al terminar de bailar con el arpa

y violín. El tambor tiene un diámetro de sesenta centímetros aproximadamente, los parches

son de cuero de chivo. La flauta se compone de dos partes: hembra y macho; el ―carrizo

hembra‖ es la que toca, mientras que del ―carrizo macho‖ salen las notas a través de los tres

orificios. El aro del tambor está hecho de un árbol llamado guásima (Guazuma ulmifolia

Lam), y con cuerdas de cuero amarran los parches en forma de zigzag sobre el contorno

exterior del tambor. Sentado sobre el suelo y recargado sobre una tabla de metro y medio

de largo aproximadamente, el tambole‟ero se ubica al lado este, hacia la sierra, donde sale

el sol (foto 5).

Foto 5. Tambor y Flauta. Fiesta de la Bandera, Navobaxia, Sonora. Septiembre, 2007. Pablo Sánchez.

Don Santos tambole‟ero comenzó a tocar el tambor desde los nueve años, y es dice la

gente, ―el tambole‟ero más chingón; nadie le gana, ni siquiera a ser brujo‖11

. Menciona

Don Santos que él entró hace tiempo a la cueva del Bayájuri, junto con un amigo suyo

cuando eran ―chamacos‖. Dice que dentro ―hay culebras, tres mujeres con vestidos color

rojo y verde, la tercer mujer lleva color blanco, y un viejito en una silla. A los que entran

11 Pláticas informales con alguna persona durante el transcurso de la Fiesta de la Bandera de Navobaxia. Septiembre,

2007.

445

les preguntan qué quieren. Hay muchos músicos y bandas [musicales] como «La

Concentración»‖.12

El tambole‟ero se relaciona con una especie de roedor denominado tori, que de

acuerdo con Don Santos tambole‟ero, ―sale por ahí del medio día y se oye al tori cantar,

como el sonido de la flauta, y con su patita golpea el piso. Este animalito hace su nido

debajo de las pitahayas, en la tierra‖.13

De igual manera, el tambole‟ero se asocia con la

magia, la brujería, y del mismo modo que el pascola, con el Diablo. Entre los mayos hay un

tampole‟ero conocido como Beto Brujo que dice la gente, realiza varios ―trucos‖, entre

ellos, ―hace bailar‖ al artefacto musical. Deja su tambor en el suelo y éste comienza a tocar,

rodando de un lado a otro. El siguiente relato menciona algunos elementos relacionados con

aspectos de la cultura yoreme. Es la transcripción de una entrevista realizada a un señor

dedicado a hacer máscaras de fariseo; tiene 25 años de ser Tamborero mayor en el poblado

del Júpare.

Allá en Baconcova, por la orilla del canal hay un viejito que es tamborero este amigo, también es

diablero ¿no lo conocen ustedes?

― ¿A Beto? ―preguntamos.

― El Beto, así le dicen ―responde el informante. ―Ese viejito lo ves, y hace tocar los tambores, lo

tira y se va el tambor, le da vuelta y otra vez se viene y así no‘más está, el tambor. Se oye solo que

está sonando el tambor, es pura alucinación, dicen que es pura alucinación. Luego le pides un

cigarro, te lo da, pero en forma de billete te lo da, y ya no‘más una hora te dura el billete, ya se

hace cigarro otra vez. Así [le hace a muchos], como a este lado de Navobaxia, los manda pa‘ que

vayan pa‘ la zona [lugar de prostitución]. Vienen por la cerveza, y el cigarro queda ahí, y no se dan

cuenta los cantineros. Hace formas de cigarro de $500, $200. Es un cigarro no‘más; pura

alucinación, es lo que tiene. Ya por allá estaba ese amigo, estaba haciendo bailar un paño en la

mesa; lo estaba haciendo bailar, andaba brincando el paño, llegó otro de aquí, Santos, y entonces

agarró el paño y lo puso así [extendido y doblado a lo largo] y se empezó a levantar el paño como

culebra, empezó a tirar mordidas al otro paño hasta que se lo tumbó de la mesa.

― ¿Cuál Santos? –preguntamos nuevamente.

― Santos de aquí [señala hacia el rumbo de Navobaxia]

12 Músico Tambole‟ero. El Buiyarumo, Huatabampo, Sonora. Diciembre, 2005. El informante no abundó más a cerca de

los pactos dentro de la cueva y se respetó su postura.

13 Músico Tambole‟ero. El Buiyarumo, Huatabampo, Sonora. Agosto, 2007.

446

― ¿también es….

― Sí, también es diablo, eran amigos. También entiende él, y es más chingón que el otro diablo. Le

tumbó el paño, el que tenía el amigo moviéndolo como culebra.14

El relato contiene elementos semánticos compartidos con otros personajes como el pascola,

por la relación que los vincula con el diablo, la brujería y la serpiente. La explicación que

dan algunas personas al hecho de ―hacer bailar el tambor‖, consiste en que al interior de

este instrumento, Beto Brujo mete ―con cuidado de no ser visto por la gente―, un

ratoncito que una vez allí, se pone a correr por el contorno interno del tambor, de tal

manera que pareciera que el artefacto se desplaza por la magia que el músico le impone,

debido a su fama de ser un ―diablero‖. ―Es así como lo hace bailar‖. Este pequeño roedor

no es otro más que el tori del cual platicaba Don Santos. El animal tiene connotaciones

mitológicas relacionadas con el tambor y la flauta, instrumentos necesarios en las fiestas de

los yoremes.

Muchas son las historias que se cuentan en torno a los oficios con relación a los

pactos dentro del cerro del Bayájuri; sin embargo, ninguno de los personajes mencionados

se atreve a hablar de tales temas, pues es muy delicado, ―es peligroso, casi no se puede

difundir‖,15

es un conocimiento secreto que no todos se atreven a hablar de él. No obstante,

se sabe a grandes rasgos lo que ocurre al interior del recinto. Cuenta la misma gente que

una vez dentro de la cueva, la persona se le entrega en cuerpo y alma al Diablo a cambio de

concederle el oficio que la persona misma escoja, ya sea músico o danzante de pascola o

venado. De esta manera, el oficio se convierte en un individuo con poderes sobrenaturales,

pues es capaz de realizar trucos, como hacer billetes de diferente denominación frotando un

trozo de papel de cajetilla de cigarros con las palmas de las manos. También es apto para

hacerle un mal a otra persona u oficio durante las danzas. Por ejemplo, dicen que un pascola

puede torcerle los pies a otro, o al venado para que no puedan bailar. Los músicos por

medio de la brujería, dañan el oído a otro músico con la finalidad de no poder afinar ni

tocar sus instrumentos. El danzante de venado también posee habilidades sobrenaturales,

pero la destreza como resultado de su pacto se encamina a realizar trucos o juegos con otros

instrumentos, como subiéndose al filo del arpa, en la wueja, o en el tambor, habilidades que

14 Fariseo Tamborero. La Ranchería, Huatabampo, Sonora. Marzo, 2005.

15 Violinista Mayor. Alto Guayparín, Etchojoa, Sonora. Septiembre, 2007.

447

pocos ―venados‖ obtienen. Este personaje también tiene el don de curar. Estas

características son compartidas por algunos seres mitológicos que generalmente aparecen

como héroes culturales en innumerables sociedades, principalmente en Norteamérica. A

partir de los trucos que realiza cada músico o danzante, se pueden concebir como un

―transformador‖ o trickster. Así, el trickster ―se mueve en la frontera entre lo amorfo y la

forma, siendo él mismo un fundamento ambiguo y polivalente‖ (Geist, 2003: 130). Estos

personajes aparecen con propiedades antropomorfas, y por tanto, mediadores entre el

hombre y los animales, entre la naturaleza y la cultura; entre el Diablo y los santos.

Conclusiones

Las danzas de pascola y venado insinúan una transición del día a la noche. Cuando se

celebra una fiesta con danzas de pajcola y venado, éstas comienzan al empezar a oscurecer,

cuando el sol hace un viaje aparente debajo de la tierra (figura 2). De este modo, las danzas

aparecen en la noche y se ocultan en el día, manteniendo una relación opuesta con el sol, y

semejante a la luna. Etapas de transición entre un estado y otro.

Figura 2. Inversión noche/día.

Finalmente, las danzas de pascola y venado sugieren un mundo natural desde donde se

erige la vida cultural de los yoremes. Así, los sones y cantos ejecutados en las danzas

connotan un trayecto realizado por los músicos, pues narran las acciones que tienen los

animales y aves por el cielo, la sierra, el valle y el mar; es una travesía por el juyya ánia.

Por otro lado, la naturaleza aflora como donadora, donde se erige la vida cultural de los

yoremes; las actividades festivas

448

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451

La tradición Mesoamérica de los “aires” en los pueblos nahuas

actuales

Jonathan Rosas, María del Carmen Macuil,

Abraham Monzón, Carlos Viesca 1

Resumen

La presencia de las entidades conocidas con la denominación ―aires‖ en la medicina

tradicional mexicana es antigua, a veces causan la enfermedad, otras tantas figuran como el

agente sanador y son venerados y temidos. Los ―aires‖ son invocados por los curanderos en

su práctica como intermediarios entre el individuo enfermo y la enfermedad misma;

entidades dotadas de carácter ambivalente, la presencia de los ―aires‖ es innegable en

muchas comunidades de nuestro país con tradición indígena. Si nos preguntamos del origen

de la presencia de los ―aires‖, tendremos que voltear la mirada hacia algunos siglos atrás,

en el México prehispánico el dios Ehécatl tenía en su haber la acción de enfermar a las

personas de formas muy particulares, y los especialistas tenían una forma específica de

recuperar la salud de cada uno de sus enfermos, estableciendo una práctica coherente entre

el tipo de enfermedad y la persona enferma.

Es claro que tras el complejo proceso de colonización, los conceptos que rodean a las

deidades cambiaron, así como la forma de entender al cuerpo humano y a la enfermedad, la

medicina mantuvo algunas de aquellas ideas y hoy como investigadores observamos y

registramos la supervivencia de los ―aires‖ en pueblos como los nahuas y en el presente

trabajo revisaremos el caso de pueblos de Xochimilco, pero también los pueblos ubicados

al norte del estado de Morelos, como Tlayacapan y Amatlán de Quetzalcóatl.

Palabras clave: Aires de enfermedad, Ehécatl, Medicina tradicional mexicana,

Medicinas prehispánicas mesoamericanas

La tradición Mesoamérica de los “aires” en los pueblos nahuas actuales

Las culturas indígenas mesoamericanas han mantenido viva su tradición cultural a través

de los siglos de dominación española y de forzados intentos de occidentalización so

pretexto de un progreso más que contestable. Uno de los elementos más importantes y de

1 Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina.Facultad de Medicina, UNAM.

452

presencia permanente ha sido la medicina. Durante las últimas décadas se han realizado

estudios que han permitido individualizar el pensamiento médico mesoamericano

prehispánico, con sus importantes variables determinadas por las culturas existentes a lo

largo de su evolución histórica y de sus núcleos geográficos. Dentro de la cosmovisión

mesoamericana el aire tuvo siempre un lugar muy particular. Uno de los componentes

esenciales del universo, se le denota como existente desde antes de la creación de los pisos

del centro, ya que diversos mitos se refieren a Quetzalcóatl como uno de los dioses hijos de

la pareja divina primigenia y le refieren como habitante de uno de los pisos superiores del

universo. Al momento de la creación del mundo de los humanos, con sus cuatro pisos

separando los nueve pisos celestes de aquellos otros nueve del inframundo, son

Quetzalcóatl y Tezcatlipoca las deidades involucradas en doblar sobre sí mismo al cipactli

y en levantar los cielos en las cinco creaciones sucesivas que conducen al actual Quinto

Sol. Es entonces cuando se define claramente la presencia del viento como elemento de

creación y destrucción. Es asimismo evidente que los dioses respiran, tienen un hálito, pero

uno de ellos, Quetzalcóatl, se desdoble en Ehécatl, dios del viento. Sin embargo, cabe

comentar que existe la posibilidad de que éste sea una deidad procedente de la costa del

Golfo, con su gorro cónico característico, y se hubiera asimilado más tarde al primero. Sí es

un hecho el que se multiplican las construcciones de basamentos circulares dedicadas a

ellos, simbolizando su capacidad de moverse circundando el Anáhuac, el mundo habitado

por los humanos y circundado por las aguas cósmicas.

La presencia del viento es tan fundamental que el segundo de los soles, el Ehécatl

Tonatiuh, sol de viento, fue destruido por torbellinos y ventarrones producidos al soplar

Quetzalcóatl sobre la tierra. Su efecto fue tan funesto que los habitantes de ese sol, los

gigantes, perecieron al caerse ante la fuerza del aire y no poderse levantar (Códice Vaticano

A, 3738, fo. 4v-7r). Según otras leyendas sus habitantes, arrebatados por el viento, se

convirtieron en monos. (Leyenda de los Soles, 119) De esta manera queda plasmada la

existencia de un aire que puede ser mortífero, pero también de un aire indispensable para la

vida.

Sin embargo, en el presente sol, el quinto, el papel de deidad creadora correspondió a

Quetzalcóatl y por consiguiente también es de su incumbencia la protección de las criaturas

vivientes y en especial de los seres humanos. Las leyendas refieren cómo los hombres del

453

Quinto Sol fueron hechos con el polvo de los huesos de los antepasados que el propio

Quetzalcóatl fue a traer del reino de los muertos y la sangre que derramó sobre ellos

punzándose su pene.

En el cuerpo humano el aire es también un componente esencial. Es el portador de la

vida que se transmite y difunde por todo el cuerpo mediante la respiración, el movimiento

de la sangre y su tránsito por cavidades y vísceras huecas. El aliento era denominado ihytol,

o pocyotl que puede traducirse como ―exhalación‖; y marcaba la presencia de un aire

proveniente al menos de las partes altas de la superficie de la tierra y tal vez de los primeros

cielos, el cual moraba y desarrollaba sus funciones en las partes ―celestes‖ del cuerpo

humano, es decir por arriba del diafragma; pero también se consideraba la existencia de un

vientecillo, el ihíyotl, término que pudiera traducirse como ―corazón del aire‖ o ―del

viento‖, el cual era conceptualizado como un aire que procedía del inframundo y penetraba

al cuerpo por los orificios de la parte inferior del cuerpo, por las plantas de los pies –

particularmente cuando se hacían grietas o heridas en ellas – y por las articulaciones de los

miembros inferiores, a las que se consideraba como bocas por las que podían entrar al

cuerpo los influjos provenientes de los seres del inframundo, en especial los aires. De tal

modo, conteniendo dos tipos diferentes de aire, dotados asimismo de propiedades distintas,

el cuerpo humano funciona manteniendo un equilibrio, que muchas veces es sumamente

precario, que le permite expresar su propia individualidad funcional, enfermando si alguno

de los dos predomina sobre el otro o si ocupa sitios del cuerpo que no le corresponden. El

hálito vital, cuyo sitio propio está en los pulmones y las proximidades del corazón es

necesariamente cálido y es posible que tenga una íntima relación con el tonalli, que es el

influjo resplandeciente que proviene de los cielos y que en su acepción de aire se

caracteriza por su buen aroma (Mc Keever, 167); el ihíyotl siempre será más frío y su

asiento en el hígado, elli, le relaciona con el sol de la noche y con el funcionamiento

nocturno. Un hígado fuerte con su correspondiente ihíyotl es fuente de alegría, de placer y

de resistencia contra la hechicería (Viesca, 1997:147) Cuando ambos salen del cuerpo es

cuando se consuma la muerte.

Este mismo Ihíyotl, cuando sale del cuerpo funciona como una emanación capaz de

producir enfermedad. Es él el yohualliehécatl, el viento de la noche o aire de muerto, el

cual es particularmente peligroso y era reputado de provocar pus en el interior del

454

abdomen. Ahora bien, el radical ehécatl en la palabra lo relaciona no precisamente con el

dios del viento del mismo nombre sino con su séquito de auxiliares, los ehecame, que son

los aires que cumplen con todas las funciones benéficas o perjudiciales que se pueden

asociar tanto con el aire como elemento físico, hecho plural al considerar la multiplicidad

de sus apariciones, como con los aires, seres espirituales, sobrenaturales que subyacen en

todos y cada una de sus acciones.

En todo el México Central, y aquí nos referimos particularmente a las poblaciones de

tradición náhuatl, es constante la presencia de estos seres que se pueden diferenciar e

individualizar, destacando, además del yohualliehécatl, el aire que viene del sol,

tonalehécatl, que es caliente en extremo y es de color amarillo, aunque el más fuerte es

rojo, el aire de la tierra, tlalliehécatl, que es frío y de color negro; el del agua, atl ehécatl,

más frío que el anterior siendo su color verde o, preferenemente, verde esmeralda, y el que

llega desde lo más profundo del inframundo, el mictla ehécatl (Ramos de Viesca et al, 29;

Viesca, Ramos y Macuil, 37).

Las enfermedades que causan son numerosas, destacándose las reumas, con la

inflamación e hinchazón de las manos y los pies, la gota, el tullimiento de los miembros, la

tortícolis y las parálisis. (Sahagún, I: 39) Algunos de estos males se siguen reconociendo en

las comunidades rurales y, en especial, en las de tradición indígena, como aires. También

consideramos conveniente señalar que muchas veces estas enfermedades se sobreponen con

otras atribuidas a Tláloc, dios de la lluvia y las aguas, y a los tlaloques, sus espíritus

auxiliares, lo que obliga a planear la necesidad de un análisis detallado de las relaciones

entre estos dos grupos de seres el cual ya hemos iniciado.

Por otra parte los aires eran clasificados de acuerdo con la parte del mundo de la que

provinieran, siendo más o menos fríos y calientes dependiendo del rumbo cardinal.

Los tratamientos eran todos ellos relacionados con la propiciación de Quetzalcóatl –

Ehécatl y de sus ehecame e iban de las oraciones y conjuros a la dedicatoria a ellos de

papeles de colores recortados de acuerdo con la figura del aire en particular al que se

achacaba la enfermedad, costumbre que se mantiene vigente en la actualidad entre los

nahuas de la Huasteca.; de las acciones propiciatorias hechas a una imagen de estos mismos

seres hecha de tzoalli, que era un tipo de masa, con dientes hechos de semillas de calabaza,

los ojos de frijoles negros y vestida con los ropajes del dios. A esto se asociaba el que el

455

ritual se llevara a cabo en alguno de los montes asociados con estos seres o al menos ante

una imagen que los representara, en especial al Popocatépetl, danzándose y bebiéndose

pulque durante toda la noche para llevar después a arrojar todos los materiales empleados

en el sitio llamado Pantitlan, en el Lago de Texcoco, lugar sagrado dedicado a Tláloc. Otra

fiesta importante era la de Quetzalcóatl en Cholula, en la cual, además de los enfermos,

asistían muchas personas que fingían serlo y representaban los efectos de los males

causados por los aires pidiendo al dios al mismo tiempo su curación. (Alvarado

Tezozómoc, 117-120)

Ehécatl y Quetzalcóatl desaparecieron de la vida oficial tras la conquista española. No

es de extrañar que, por ejemplo, la mención que hizo fray Bernardino de Sahagún del

yohualliehécatl en sus Primeros Memoriales fuera tachada y desapareciera en las versiones

posteriores de su Historia. Sin embargo, los aires continuaron presentes en el imaginario de

los indígenas sobrevivientes y de sus descendientes y se introdujeron en los grupos

aculturados. El mecanismo no fue extraño: la medicina d los conquistadores y la visión del

mundo en la que se basaba ésta consideraba al aire como no de los cuatro elementos físicos

de los que estaba hecho el universo y contemplaba su presencia en el cuerpo bajo la forma

del humor hema, sangre, que se relacionaba con la sangre arterial que al agitarse liberaba

burbujas de aire. Estaban también presentes las parálisis y torticoli9s y reumas asociadas

con los enfriamientos, para los que no fue nada difícil encontrar un aire en el recuerdo del

enfermo y sus atribuciones causales.

So pretexto de que se trataba de un conocimiento reconocido en cuanto a su verdad

por las autoridades médicas, los échame continuaron permeando entre la gente ayudándola

o enfermándola según se comportara con ellos. No es de extrañar tampoco que en la base

del campanario y en lo alto del muro adjunto a él en la pequeña iglesia de Amatlán, en

Morelos, sitio en el que la leyenda indica que nació Quetzalcóatl, están representados los

aires bajo figura de diferentes animales; así como tampoco lo es el que esas mismas figuras

son las que se siguen haciendo en barro, por familias especializadas que mantienen en su

interior una tradición no sólo de alfareros sino de sanadores, en el poblado no muy lejano

de Tlayacapan. Siguen siendo llamados aires, ahora n castellano, pero también yeyecatl, en

grupos de origen nahoa (Nutini), ik entre los huastecos y algunos grupos mayences (Alcorn,

Villa Rojas), dipibili entre los tarahumaras (Bennet).

456

Centrando nuestra atención en los grupos nahoas del Altiplano Central, recordemos la

frecuencia con que se reportan pequeños seres vestidos a la usanza indígena que pululan en

las cuevas y al salir dejan sentir su soplo y cuando se les hace enojar, como sucede cuado se

invaden sus territorios, causan las llamadas yeyecacuatsihuiztli (Zolla, I: 159) o ―gota que

proviene del aire‖. Otro aire que provoca gota, coacihuiztli, es el que emana de los

gemelos, especialmente del que es, entre los dos, el más frío, mientras el otro tiene la

capacidad de curarla (Macuil, 74). Esta coacihuiztli es relacionada con aires de brujería,

como sucede en otras dos localidades del Estado de Morelos, Hueyapan y Atlacholoaya, en

donde se le achacan afecciones graves que llevan a sus victimas a la muerte con gran

distensión del vientre (Baytelman, 333).

En algunos sitios, como en Tlayacapan, Morelos, por ejemplo, se ha asociado a

algunos aires con el demonio (Ingham, 1970), dándoles una connotación cristiana que, al

mismo tiempo, les resta la capacidad de auxiliar, dejándolos como entidades maléficas y

privándolos por lo tanto de la función moral de premiar o castigar o por lo menos de ser

solidarios con los habitantes del pueblo al que esos aires protegen. Es lógico pensar que

estos aires en particular, eran los más próximos a las deidades prehispánicas tutelares de los

sitios en cuestión.

Otros aires son llamados tlazolehécatl, es decir ―aires de basura‖, y hacen referencia a

Tlazoltéotl, la antigua diosa que se comía los pecados de los humanos y así los liberaba, los

curaba, de los males que éstos les pudieran producir. Después de la conquista se

transformaron en emanaciones que proceden de las prostitutas o de quienes son indulgentes

con su actividad sexual y afectan especialmente a los niños pequeños, causándoles

inflamaciones oculares (Madsen, 1960, 1972) Estos aires son de color blanco.

Otro tipo peculiar de aires son ―los aires de muerto‖, que en la actualidad se

distinguen de los yohualliehecame y se refieren exclusivamente a las emanaciones que

surgen de los cadáveres, que rara vez son dirigidas específicamente contra alguien sino

penetran en aquellos quienes visitan los cementerios o se pasean en sus proximidades o

permanecen en la proximidad de un cadáver. En cambio se mantienen bajo esa

denominación, la de yohualliehecame, los aires emanados de muertos asesinados o de

personas con inmensas deudas; estos son reputados por causar pérdida de la conciencia,

frialdad en todo el cuerpo, temblores generalizados y pérdida del habla, agregándose a

457

veces a estos síntomas la sensación de cargar un gran peso sobre los hombros y una

importante pérdida de la vitalidad (Álvarez, 1987, Macuil, 75) También existe una bien

arraigada tradición en el sentido de que aquellos muertos que han sufrido males a manos de

alguna persona guardan en su ihíyotl el recuerdo de quién fue el que los dañó y le buscarán

para enfermarlo, casi siempre provocándole enfermedades mentales o mortales. No

necesariamente ―de muerto‖ pero siempre dirigido contra alguien en particular es ―el aire

echado‖.

En la Huasteca se habla del hecho de que en la fiesta de los Muertos, llamada allí

Xantolo, los antepasados a quienes no se conmemora se pueden irritar y mandar a sus

descendientes algún aire que vengue su agravio (Sandstrom, 8). Menos dañinos son los

aires llamados ―de capricho‖ o ―de deseo‖, que son los que sienten envidia por las

posesiones de algún humano y le afectan, lo más frecuentemente con parálisis faciales, y

otros, cuando huelen algún alimento que se está preparando y les parece apetitoso, atacan a

quien guisa causándole inflamación y erupciones alrededor de la boca (Macuil, 71). Hay

aires que viajan con el arcoiris y causan náusea, vómito y calosfríos y, en los casos menos

serios, inflamación en los dedos.

La variedad de aires que provocan enfermedad es múltiple y lo es más aún si

consideramos las variantes regionales y hasta locales, estas últimas de gran importancia e

interés, ya que sus exponentes actúan como protectores de los sitios en los que se les

atiende y venera. Su efecto es por igual importante, pues si atendemos a las causas de

enfermedad y muerte consideradas por los especialistas de la Medicina Tradicional los aires

siempre han sido, desde tiempos inmemoriales hasta estos inicios del siglo XXI, una de las

principales y por lo tanto constituyen un problema de salud pública que es necesario

estudiar y atender.

458

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461

Cosmovisión organización social y sus

transformaciones

462

La mayordomía del 12 de octubre en una comunidad totonaca

de Huehuetla, Puebla

Carmen García García

Palabras clave

Mayordomía, Fiesta Patronal, Organización e Identidad.

Resumen

En el presente trabajo se describirán las actividades que se realizan para organizar la

mayordomía de la Fiesta Patronal de la comunidad totonaca de Xonalpú. La fiesta patronal

o mayordomía que se celebra en esta comunidad es en honor a la Santa Patrona que es la

Virgen de Guadalupe (12 de diciembre). Actualmente esta fiesta se celebra el 12 de octubre

debido a la fuerte influencia que ejerce la cabecera municipal de Huehuetla a la comunidad

de Xonalpú.

La Fiesta Patronal es la celebración más importante en una comunidad de su ciclo

festivo anual porque es en donde se refuerza la identidad y la organización comunitaria. La

Santa Patrona de la comunidad es la que se encarga de la protección del pueblo en

cuestiones agrícolas y de preservar los recursos naturales.

La comunidad de Xonalpú se localiza al noroeste del municipio de Huehuetla.

Xonalpú significa ―pagua amarga‖, esto según porque antes en esta población existían

grandes árboles de pagua. La población de esta comunidad es predominantemente hablante

del totonaco.

El trabajo de investigación que se está realizando es importante porque es

representativo para nuestro pueblo totonaco dado que esto permitirá reforzar nuestra

identidad cultural. El conocer, practicar y difundir nuestras costumbres nos permite dar

continuidad a nuestra identidad totonaca.

Estudiante de sexto semestre de la Licenciatura en Lengua y Cultura de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla

(UIEP). Correo: [email protected]

463

Durante el trabajo de campo, que se realizo en el mes de octubre, se aplicaron tres

entrevistas a los mayordomos de la Fiesta Patronal. También se realizo observación

participante y se hizo un registro fotográfico.

Introducción

Nuestros pueblos originarios están rodeados de cosas hermosas, cosas hermosas que

nosotros mismos creamos a través de los conocimientos y saberes tradicionales que

nuestros ancestros dejaron pero realmente estos saberes todavía las llevamos a cabo aunque

no de la misma manera que antes. Como sabemos todo cambia con el tiempo y se van

modificando algunas características elementales que tiene nuestra cultura indígena y a la

vez predomina porque es y será una de las tantas expresiones más significativas que forma

parte de la cosmovisión. En nuestros pueblos originarios alcanzamos observar elementos

que son influenciados por otras culturas como algunas costumbres que no son propios de la

cultura totonaca actualmente se ven presentes cambios por la modernidad unas quizás

resulten buenas y otras quizás perjudiquen nuestro entorno cultural pero aun así la

mantenemos viva. Creo que todo esto nos sirve para conservar y fomentar mas nuestra

identidad étnica y no dejar que desaparezca porque cuando ya no la tenemos nos

arrepentimos, siendo demasiado tarde, por ello debemos amar todo lo que poseemos y

compartirlo no solo con nuestros hermanos indígenas sino con los demás para que así siga

extendiéndose para bien de nuestros poblaciones indígenas porque a partir de esto podemos

ser reconocidos por otros grupos étnicos (nahuas, popolocas, tepehuas, etc).Todo lo que

forma parte de nuestra cultura nos identifica, nos representa con otro pueblo, a través de lo

que hacemos y tenemos conjuntamente como son nuestras fiestas patronales. Como se sabe

cada pueblo, cada comunidad y cada región cuentan con un Santo Patrón, el protector del

pueblo en diferentes actividades.

Sin duda uno de los temas más importantes que está presente en nuestro contexto

social es la religión, porque a partir de esto los pueblos originarios nos vemos inmersos a

cambios culturales debidos a la conquista ibérica. El dominio colonial ocasiono la

adaptación de nuevas costumbres a nuestra sociedad indígena, como se sabe hubo una larga

464

imposición colonial de la doctrina católica a nuestros lugares de origen. De aquí surge la

religiosidad popular1 ―proceso sociocultural de larga duración, que necesita de un enfoque

dialectico capaz de dar cuenta de sus contradicciones y reformulaciones que remiten

básicamente, a 3 momentos; la destrucción de la configuración cultural prehispánica; las

estrategias de resistencia indígena y las expresiones diversas de la interpretación simbólica

ritual, que da pauta a un sincretismo, mismo que debe ser como un fenómeno propio de la

religiosidad popular que expresa continuidades y contradicciones‘‘.

Actualmente este sincretismo lo podemos percibir en diferentes manifestaciones de la

religión indígena el cual podemos encontrarlo en las fiestas o rituales en este caso

enfocado a la comunidad totonaca de Xonalpú. También dentro de esta las mayordomías o

sistemas de cargos juegan un papel muy importante para nuestra identidad étnica y cultural.

Por lo tanto el presente trabajo se enfoca más que nada a una comunidad indígena

totonaca, un pueblo lleno de vida, con riquezas y expresiones culturales, de hermosos

paisajes, de extensa vegetación, de una organización colectiva, la presencia de la mano

vuelta y tantos elementos importantes que lo hacen grande y que lo enriquecen día con día

con tantos conocimientos.

Con nuestra riqueza cultural creo importante dar a conocer algunos aspectos

importantes para la organización de la mayordomía del 12 del Octubre2 las actividades y

funciones que realizan las personas dentro de la comunidad.

Xonalpú es una de las comunidades pertenecientes al Municipio de Huehuetla y se

localiza al noreste del municipio. Es una zona montañosa con clima cálido-húmedo y con

lluvias casi todo el año. Cuenta aproximadamente con 2000 habitantes, entre estos 986 son

hombres y el resto son mujeres. Colinda al norte con la comunidad de Putlunichuchut, al

sur con Tawaxni‘ y Linda Vista, al sur con Kuwikchuchut y Francisco I. Madero, al este

con la comunidad de Tlalpila y al oeste con Cinco de Mayo y Dimas López.

1 Baez-Jorge: 1988

2 En la comunidad de Xonalpú se tiene como Patrona del Pueblo a la Virgen de Guadalupe; antes se celebraba el 12 de

diciembre pero según los habitantes se cambio de fecha porque el cura del municipio no le daba tiempo celebrar varias

misas en diferentes lugares ya que en esa fecha también se celebra la fiesta en el municipio.

465

Cuenta con servicios de teléfono, agua potable, luz eléctrica, drenaje en el centro de

la comunidad, escuelas (preescolar, primaria, telesecundaria, bachiller), Centro de

Computación y Aprendizaje (CCA), auditorio y medios de transportes que van y vienen de

Huehuetla o de la comunidad de Putlunichuchut; también cuenta con carreteras

pavimentadas y en algunas partes de la comunidad los caminos son de terracerías o veredas

que conducen a algunas comunidades cercanas.

Su nombre proviene del vocablo Tutunaku, XUN- Amargo, LHPU- Pagua, ―pagua

amarga‖ según cuentan los abuelos que antes, en el centro de lo que hoy es la comunidad

había un árbol enorme de pagua la cual daba mucho fruto, sin embargo eran muy amargas y

por ello la gente no los consumía. Ese fue uno de los motivos por los que la comunidad se

llamara así; XUNALHPU y hoy trascrito al español como Xonalpú.

En esta comunidad se puede observar todavía el dominio que tiene la fiesta patronal

junto con su mayordomía, una fuerte organización colectiva entre el pueblo y una unión

favorable con otros pueblos cercanos.

La mayordomía3 ―es la representación ritual que se adentra a las fiestas patronales

como aquel elemento importante de cohesión entre el grupo que le permite también

dinamizar o precipitar los patrones culturales y reforzar elementos simbólicos de una

cultura en correlación a otros‖.

El sistema de cargos religiosos permite el funcionamiento de sistemas inclusivas y

yuxtapuestas de relaciones sociales hogar-hogares, círculos parientes, alianzas

matrimoniales, agrupaciones residenciales y comunidad local4.

Prácticamente en una mayordomía se hace partícipe de hombres, mujeres, niñas,

ancianos sin importar edades ni sexo, aquí lo más importante es la unión que mantiene la

gente y la forma en cómo conviven, también participan personas de otra religión como son

3 Teodoro, Méndez José Manuel. Los sistemas de cargos ceremoniales en el municipio de Cuetzalán del Progreso Sierra

Norte de Puebla .Departamento de Sociología Rural. Cuestión indígena y coyuntura actual (estudios de caso

regional).Universidad Autónoma de Chapingo. Págs. 129-139

4 Teresa, Rodríguez María. Sistema de Cargos y Cambio Religioso en la Sierra de Zongolica Veracruz.1995.Centro de

Investigaciones y Estudios Superiores .Págs. 61-69

466

los testigos de Jehová entre otros, como dije anteriormente, el chiste de una fiesta es

aprender a convivir y a conocer a los demás que pueden ser de los pueblos vecinos o de

personas migrantes que regresan a su lugar de origen para estar con su familia y recibir

bendiciones de la patrona del pueblo y para cuando regrese a su lugar de trabajo goce de

salud, amor y sobre todo de condiciones económicas favorables. En las fiestas patronales

también se pueden encontrar danzas, tríos huapangueros, juegos deportivos y otras

diversiones. Aquí también se maneja la mano vuelta (hoy por mí, mañana por ti) esta es una

de las tantas tradiciones que practica todavía el pueblo totonaco, es un orgullo para todos

que esto se maneje dentro de la estructura organizativa de la mayordomía, aquí se ve

presente la participación de personas cercanas (tíos, hermanos, compadrazgo) etc. para

ayudarse en las actividades y funciones a realizar. Las mujeres se encargan sobre la

preparación de la comida y los hombres en cuanto al adorno de la iglesia y la casa. En una

fiesta siempre se necesita de la ayuda colectiva, primero con toda la familia y después con

los demás.

De aquí existe un mayordomo5 que es el representante de la jerarquía religiosa que

tradicionalmente era ocupado por varones. Actualmente la participación de las mujeres es

muy válida ya que son también las que han participado como mayordomas. La persona que

participe como mayordomo tiene la función de preparar la fiesta, de buscar a las personas

que lo ayudaran, de asistir a las reuniones que tienen dentro de la iglesia y estar al tanto de

la fiesta.

En este trabajo de investigación el interés principal es dar a conocer la parte

organizativa de la mayordomía de Xonalpú.

Todo pueblo ya sea indígena o mestiza ha participado en algún cargo religioso, ya

que, es algo importante y representativo para la sociedad y que implica una cohesión

comunitaria entre ellos.

Las fiestas patronales se han venido desarrollando desde generaciones atrás y las

mayordomías de cada pueblo al parecer deben de procurar tener un grupo que represente a

5Gámez, Espinoza Alejandra. La Organización Religiosa entre los Popolocas de San Marcos Tlacoyalco Puebla.

Etnografía del Estado de Puebla.Pág132

467

todas las familias que habitan en el pueblo. De esta manera la ―transmisión cultural, es

decir, el proceso por el cual las formas simbólicas se transmiten de productores a

receptores‖ (Thompson 1993:79) ayudara a conservar estas tradiciones.

―Las mayordomías pueden concebirse como sistemas de representación democrática

de las parentelas troncales (en un ciclo amplio) en cada pueblo. Es obligación de cada

familia principal, de cada barrio, proponer a un matrimonio como mayordomos de la fiesta

en turno que requiere su cabal celebración según su costumbre (Robinsón, 1998:15).

Continuando con el concepto de mayordomía, para James (1991:35) no solo denota la

celebración de una fiesta religiosa en honor de un santo, sino que implica todo un complejo

de funciones ceremoniales, administrativas, económicas y sociales entre las cuales las más

importantes son: celebración apropiadamente dicha del santo o la imagen con todas las

actividades necesarias para ello, como la selección de los mayordomos y sus subalternos,

acuerdos con los funcionarios del ayuntamiento religioso, etc., la rotación de cargos; los

acuerdos sobre la participación social y económica de los miembros de la mayordomía; las

juntas y eventos anuales de la mayordomía como un grupo incorporado.

Desde mi punto de vista coincido con estos autores, ya que en esta comunidad

totonaca, la mayordomía a la virgen de Guadalupe es llevada de la misma forma pero con

pequeñas variaciones en cuanto a su estructuración.

En la comunidad de Xonalpú para celebrar a la imagen se le acompaña con la entrega

de ceras que es uno de los elementos más importantes para ser mayordomo ya que para las

personas significa la luz que ilumina la vida, esto se va preparando casi un año antes para

conseguir todos los materiales.

Una semana antes de la fiesta se prepara la cera que es de 12 velas según esto se debe

por los apóstoles que tenia Jesús, 24 en algunos casos, pero van de 12 en 12, esto lo hacen

personas que trabajan en eso, se podría decir gente especial.

Tanto hombres mayores, mujeres y niños participan dentro de la fiesta con danzas

principalmente ―los negritos‖, quetzales y unos cuantos en la música tradicional

(guapango). Las mujeres se encargan de la comida.

468

La comunidad también es uno de los elementos primordiales para la mayordomía ya

que sin un grupo o conjunto de personas que comparten ciertos elementos como la lengua,

costumbres tradiciones no podría efectuarse todo esto y gracias a ellos nosotros

compartimos nuestras experiencias y vivencias a través de nuestra identidad comunitaria.

Para llevar a cabo estas organizaciones se requiere de espacio y en este sentido

considero importante la comunidad.

Para Anderson (1991:197) ―la comunidad es uno sociedad localizada, sea orientada a

lo urbano o a lo rural. Puede pensarse como un lugar en el eje, la colectividad participativa

en una experiencia común en donde los intereses de la gente están localizados‖.

Tomando este concepto podemos observar diversos tipos de organización social; así

mismo un lugar no solo tiene actividad económica y asociación humana, sino un lugar

donde nosotros como seres podamos centrar nuestros recuerdos individuales de pertenencia

a un grupo.

Al igual que todos tenemos una identidad que nos caracteriza como personas

pertenecientes a un lugar tal es el caso de la comunidad que nos distingue de otro pueblo,

como por ejemplo la fiesta patronal y su mayordomía que desde hace muchos años nuestros

abuelos nos lo dejaron y que nosotros como sociedad en general sigamos manteniendo

nuestra herencia cultural.

Analizando a otros autores, la organización también es el elemento que mantiene vivo

la mayordomía que es una unidad social coordinada, consciente, compuesta por dos

personas o más, que funciona con relativa constancia con el propósito de alcanzar una meta,

es decir una serie de fines comunes. Otros ejemplos de esto son las agrupaciones de

trabajadoras o de servicios comunitarios como las faenas que son coordinadas desde las

instituciones oficiales como las escuelas y hospitales, y desde instituciones comunitarias

como la iglesia, ya que, es ahí en donde podemos encontrar ciertos elementos de la

mayordomía.

469

Según Isaac Guzmán, la ―organización es la coordinación de las actividades de todos

los individuos con el propósito de obtener el aprovechamiento posible de ciertos

elementos‖.

Para Agustín Reyes Ponce, la ―organización es la estructuración de las relaciones que

deben existir entre las relaciones, niveles y actividades de los elementos materiales y

humanos de un organismo social, con el fin de lograr su máxima eficiencia dentro de los

planes establecidos‖.

Descripción de la organización de la Mayordomía del 12 de octubre en la Comunidad

Totonaca de Xonalpú, Huehuetla

La mayordomía de la comunidad de Xonalpú surgió a raíz de las creencias e influencias de

la religión católica. Hace ya varios años, desde que surgió este pequeño pueblo se cuenta

que los primeros pobladores llegaron con una imagen en brazos no se sabe de dónde lo

trajeron pero se dice que ellos mismos hicieron una pequeña choza para venerarla, es así

que la comunidad actualmente tiene como patrona del pueblo a la virgen de Guadalupe.

La mayoría católica de la comunidad al igual que otras comunidades

mesoamericanas, concentra su devoción en los santos. La iglesia de Xonalpú no es distinta

de otras iglesias de México, las imágenes de los santos están incrustadas en las paredes de

los muros. La patrona del pueblo es la virgen de Guadalupe y existen 3 mayordomos

específicamente para esta imagen. Actualmente también se veneran, en la capilla de

Xonalpú, otras imágenes como: San Judas Tadeo, Juan Diego, el Niño Divino, San

Salvador y la Virgen de la Juquilita; también estas imágenes tienen sus propios

mayordomos y hasta el momento la celebración de sus fiestas también se realiza en el mes

de octubre, esto es para que la fiesta perdure mas y que la gente católica asista a las misas y

para atraer a la gente con las danzas. En la comunidad la única danza que aun sobrevive es

la de los negritos, y por ello las otras danzas (toreadores, San migueles y quetzales) son

invitados de pueblos cercanos que participan en la fiesta para convivir con el pueblo de

Xonalpú.

470

Anteriormente la fiesta patronal empezaba el 8 de octubre entregando la cera de San

Judas Tadeo, el día 10 se entrega la de San Juan Diego y el 11 de octubre se da la primera

cera de la virgen de Guadalupe, el día 12 la segunda y la tercera cera el 13; por último el

día 14 se entrega la cera del Niño Divino y al otro día se realiza la misa de cada

mayordomía en donde el sacerdote baja del municipio a efectuar dicha misa. Actualmente

todo esto se modifico por ordenes de los fiscales6 la fiesta ahora empieza el 11 de octubre

con la entrega de cera.

Del primer mayordomo. El mayordomo junto con su esposa vienen a la iglesia con

sus ayudantes a traer la imagen con una cera cada quien, cabe aclarar que esa cera debe ser

realizada en casa por un artesano de la misma comunidad.

En estas fiestas se entregan la cera por la tarde, se lleva la imagen a la casa del

mayordomo, lo reciben adorándolo y luego hacen un pequeño rosario pidiendo la bendición

del mayordomo y de su familia.

Después de esto se les ofrece café con pan a los acompañantes, o lo que considere

mejor el mayordomo, y luego trasladan la cera a la iglesia en una procesión por el centro

del pueblo.

Toda la noche en la casa del mayordomo hay huapangueada, dan de comer (tortillas

acompañadas de mole y café) a toda la gente que este ahí y sigue la fiesta hasta el

amanecer, con generosas dosis de kuchu7 y cerveza para animar la fiesta.

A las 12 hrs. del día siguiente se realiza la celebración o misa, al mismo tiempo en la

casa del mayordomo se le invita a comer al sacerdote, a los fiscales y a los danzantes. Por la

6 Dentro de la comunidad otra de las autoridades más sobresalientes son los fiscales que se encargan de organizar las

fiestas patronales, así como otras actividades religiosas que se celebran dentro de la misma. Cada año se eligen nuevas

personas para ocupar los cargos de fiscal mayor, fiscal menor, teniente, secretario, tesorero, semaneros, y comisionados;

para hacer las elecciones los mismos fiscales que se encuentran trabajando buscan a otras personas para dejarles el cargo y

lo hacen llamando a esas personas a la iglesia para ver si aceptan prestar sus servicios, de lo contrario se consideran otras

personas.

7 Es el nombre con el que nos referimos a la bebida alcohólica del aguardiente, que se produce en la misma comunidad.

471

tarde el siguiente mayordomo entrega su cera y así sucesivamente hasta que se acaba la

fiesta.

Durante la fiesta se organizan encuentros de huapangueros, se organizan torneos de

basquetbol varonil y femenil, y bailes por las noches, todas estas actividades se realizan del

12 al 14 de octubre. La organización de estos eventos va por cuenta de la presidencia

municipal.

En cualquier tipo de fiesta ya sean en mayordomías, cumpleaños, graduaciones o

cualquier otra festividad de la comunidad bailamos huapango.

Actividades ceremoniales de la mayordomía

El ritual que se hace en honor a la patrona del pueblo es:

Llevar la cera al mayordomo. Una vez que se conozca quien será el próximo

mayordomo, un fiscal de la iglesia le lleva barras de parafinas que son las que sobraron de

las ceras del antiguo mayordomo. Durante esta reunión el fiscal con el mayordomo se

ponen de acuerdo sobre la fiesta que se debe realizar el 31 de diciembre y parte del primero

de enero. El anterior mayordomo debe entregar también al nuevo mayordomo una estampa

o imagen de la virgen de Guadalupe, es ahí donde la sociedad presenciará al nuevo

mayordomo.

Entrega de la cera a la iglesia. Días antes o meses el mayordomo debe preparar los

adornos de papel o nailon para la cera es aquí donde participan los señores artesanos en la

elaboración de cera, traen consigo parafina y otras cosas que se necesitan, aquí el

mayordomo ofrece a cambio comida, generalmente, carne de puerco y cartones de cerveza

o litros de aguardiente.

La misa. El sacerdote suele realizar una misa al mayordomo, a su familia y demás

personas que lo ayudaron para la fiesta. En este mismo día el mayordomo invita

nuevamente a las personas a comer.

472

Bibliografía

GÁMEZ, Espinoza Alejandra.

2003 La Organización Religiosa entre los Popolocas de San Marcos Tlacoyalco

Puebla, en Elio Masferrer Kan, Etnografía de Puebla Sur, Gobierno del

Estado de Puebla, pp.132.

LOMBARDO Ruiz, Andrés

1991 ―Cafeticultura y economía de una comunidad totonaca‖, SEP-INI. México

D. F.

MASFERRER Kan, Elio

2006 ―Cambio y continuidad: los totonacos de la Sierra Norte de Puebla‖. Editora

de gobierno del estado de Veracruz.

TEODORO, Méndez José Manuel.

Los sistemas de cargos ceremoniales en el municipio de Cuetzalán del

Progreso Sierra Norte de Puebla .Departamento de Sociología Rural.

Cuestión indígena y coyuntura actual (estudios de caso

regional).Universidad Autónoma de Chapingo, pp. 129-139.

TERESA, Rodríguez María.

1995 Sistema de Cargos y Cambio Religioso en la Sierra de Zongolica

Veracruz.Centro de Investigaciones y Estudios Superiores, pp. 61-69.

Referencias en línea

http//: www.cdi.gob.mx./pinotepa_nacional_sistema cargos.htm

http//: www.cdi.gob.mx./pinotepa_nacional/fiestas_mayordomia.htm

473

Nosotros nos organizamos para celebrar a

San Andrés y el contribuye a nuestra cohesión social

Dulce Gabriela García Zaragoza

Palabras clave

Cohesión Social, Fiesta Patronal, Organización y Comunidad

Resumen

En el presente trabajo se explicara cómo se organizan las diferentes comisiones que existen

en la comunidad de Tetelilla para festejar a su Santo Patrón San Andrés.

Las fiestas patronales en la comunidad de Tetelilla, año con año, van sufriendo

algunos cambios que va adoptando de culturas diferentes. Es importante señalar que

durante los días de fiesta se observa la cohesión social que existe en el pueblo, entrelazando

a personas de diferentes culturas y sociedades.

El pueblo de Tetelilla de Miguel Islas es Junta Auxiliar del municipio de Tuzamapan

de Galeana Puebla, enclavada en la sierra norte del mismo estado, justo en el declive hacia

el golfo de México. La comunidad es multiétnica algunos de sus habitantes se reconocen

como totonacos, otros como nahuas o bien se conocen como mestizos existiendo así el

trilingüismo.

Las fiestas patronales son importantes en especial para las comunidades originarias y

para la gente de tradición puesto que es parte de la cohesión social. En las comunidades de

la Sierra Norte del Estado de Puebla los preparativos para realizar las fiestas patronales de

sus pueblos se organizan con meses de anticipación. Todo este proceso social (la

organización de la fiesta patronal, la realización de la fiesta y su culminación) son indicios

de la cultura que expresan los pueblos de tradición mesoamericana.

Estudiante de sexto semestre de la Licenciatura en Lengua y Cultura de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla

(UIEP).

Correo: [email protected]

474

Las fiestas Patronales

La organización dentro de la fiesta es muy importante ya que con ello se obtiene un mejor

trabajo colectivo, en la mayoría de los casos la organización es la que ayuda al

fortalecimiento de dichas tareas colectivas que se tienen con la necesidad que se va

teniendo de cooperar mutuamente para realizar la fiesta patronal.

Las fiestas patronales forman parte de nuestra cultura y no hay lugar en el mundo en

donde se festeje a algún santo o patrona del lugar en lazada con la tradición. De igual forma

las fiestas patronales fortalecen la convivencia social, algunas otras personas en estos días

celebran algún rito como por ejemplo las limpias con hiervas tradicionales, o simplemente

es una diversión a la cual asisten jaripeos, bailes, misa, procesión, feria, etc.

En cada una de nuestras fiestas podemos encontrar que asisten desde niños, adultos y

ancianos y gente de los lugares circunvecinos a la comunidad, por lo tanto, es en estas

celebraciones en donde se afianzan las relaciones sociales inter-comunitarias y regionales.

Es así como año con año la fe, de la gente de las comunidades originarias se ve

reflejada en la devoción a sus Santos Patrones, que son los protectores de la comunidad.

Otro de los aspectos importantes es observar como la cohesión social fortalece la identidad

puesto que es lo que identifica a los pueblos originarios y les distingue de los otros

proyectos de sociedad (Sberro), ya que, en días de fiesta es cuando la gente que reside fuera

de la comunidad viene a ella y participa en esta celebración religiosa.

El ciclo de festividades de Tetelilla congrega a todos los miembros de la junta

auxiliar y aquellos parientes que residen fuera de él. La población que ha emigrado también

participa activamente cooperando económicamente con lo que gusten al asistir a las

festividades. Para ello la población suele preparar una tradicional recepción y organiza

bailes gruperos, jaripeos, torneos de básquetbol, etc.

Puede decirse que la fiesta patronal del pueblo es un elemento que refuerza la

identidad de los tetelillanos con relación a otras comunidades; de ahí proviene el gran

orgullo que se siente al relacionarse con otros pueblos, cuando se encuentran con gente de

lugares vecinos. La asistencia a la fiesta fortalece la solidaridad comunitaria, diluyendo en

parte los conflictos que se generan en el interior del pueblo como las envidias y las

475

venganzas entre comunidades o familias .Valorando los efectos positivos que produce el

sistema de fiestas, estas introducen temporalmente un panorama diferente entre la relación

fiesta- política, que algunos antropólogos han llamado relación ―fiesta y violencia‖. Según

Collin esta articulación ―aparece como un elemento sintético, frente a la posibilidad

polisemia del ritual. A ella puede reducirse, inclusive, el conflicto con la naturaleza, ya de

por si violento‖ (en Juárez; 1999: 92). Esto hace referencia a que las festividades y los

rituales tienen como finalidad contener las desgracias naturales de acuerdo con el

intercambio de ofrendas y dones con las divinidades y los santos.

Otra representación de esta relación fiesta-violencia es la persistente concepción

indígena de que su humildad y pobreza los hace hijos predilectos de la iglesia de Dios,

mientras que los ricos (mestizos) por su posición materialista siempre se hallan inmersos en

el pecado.

La fiesta realizada al patrón de Tetelilla, San Andrés Apóstol, se prepara con la

participación de toda la comunidad católica, autoridades religiosas y civiles. En ella se

mezcla toda una gama de ritos populares y la ortodoxia católica. Junto al evento religioso se

ha popularizado, en las últimas décadas, la inclusión de elementos de carácter laico que

transforman al evento religioso en fiesta profana.

Debido a esta influencia, conviven en nuestros días los rituales religiosos con los de

una feria comercial.

Las fiestas católicas son enmarcadas en unas ceremonias en las cuales ritos católicos y ritos

paganos están, a menudo, íntimamente ligados. La fiesta del santo patrón del poblado es sin duda,

la única verdaderamente católica- aunque los elementos paganos nunca están ausentes (Alain

Ichon).

Lo que el autor menciona es cierto como podemos darnos cuenta las fiestas patronales

siempre están acompañadas de ceremonias religiosas como son bautizos, casamientos,

confirmaciones, primeras comuniones, etc. Pero en todas las fiestas de este tipo y en los

diferentes lugares siempre hay elementos paganos como son los comerciantes.

Las fiestas tradicionales indígenas siguen patrones organizativos enseñados por los evangelizadores

desde el siglo XVI de acuerdo con la manera, en que se practicaba la fe católica en esa época;

476

desde entonces no han sufrido muchas variaciones a diferencia de lo que sucede en los centros

urbanos en nuestros días (Jiménez).

El texto es muy interesante y verdadero puesto que como se sabe las diferentes maneras de

organizarse se han ido adoptando de generación en generación gracias a nuestros ancestros,

aunque hay que reconocer que algunas cosas van cambiando porque con el paso del tiempo

adoptamos costumbres ajenas a nuestra cultura.

Las fiestas patronales paulatinamente se van transformando sufriendo algunos

procesos de aculturación, sin olvidar que en los días de fiesta existe una relación de

sociedades diferentes, y la unión de algunos parentescos.

Durante las fiestas de los pueblos indígenas se puede apreciar que en ocasiones se

presenta dicha autonomía ritual con relación a lo que practicaban los párrocos de las

iglesias, y es frecuente que las comunidades campesinas indígenas no permiten o no deseen

la presencia de los religiosos para participar en este tipo de ceremonias.

La mayoría de la población mexicana profesa la religión católica; sin embargo, es

evidente que sus concepciones y sus ritos se aparten en muchos aspectos del dogma y el

ritual de la iglesia católica (Bonfíl, 1990).

De igual forma la fiesta patronal de alguna comunidad da a los individuos que la

conforman un rasgo identificativo, que lo liga más a su colectividad por la simple

pertenencia y sus tradiciones. Con sus rituales colectivos, danzas, procesiones, música,

trabajos y diversiones son de gran importancia, pues a través de éstas se reflejan algunas de

las más concretas expresiones de nuestra cultura mestiza. En torno a la fe, la creencia y la

devoción de las personas hacia los santos patronos parten toda esta concepción. Así, las

fiestas no se podrían entender sin esta idea de la gente sobre las imágenes a las que se

encomienda el pueblo. Es evidente que los misioneros españoles utilizaron este recurso

para lograr sus propósitos de catequización y cada comunidad adoptó un Santo Patrono, al

cual festeja.

Las Fiestas Patronales son muy importantes porque refuerzan la identidad de cada

localidad o en otros casos la de un gremio.

477

La historia de San Andrés Apóstol en Tetelilla de Miguel Islas

La fiesta Patronal en Tetelilla de Miguel Islas se celebra el 30 de Noviembre a San Andrés

Apóstol. Hoy en día se cuenta que nuestros antepasados decidieron que existiera un patrón

para la comunidad a quien se le festejaría año con año después al decidir fijaron la fecha 30

de noviembre para celebrarle a dicho patrón en aquellos años el pueblo señalo el lugar

donde realizarían una capilla para la imagen al estar esta construida y colocada la imagen

en el lugar que se le había otorgado la imagen se retiraba por las noches, todas las mañanas

la gente se sorprendida al darse cuenta que la imagen no se encontraba en su sitio, la

buscaban y la encontraban en un manantial cerca del pueblo, un manantial denominado el

―tecolote‖ la gente del pueblo la regresaba a su capilla y volvía a pasar lo mismo las

personas decían que la imagen quería una capilla en ese manantial, sin embargo otras

opinaban que en el lugar en donde se encontraba la capilla ya construida estaba bien para la

imagen solo que necesitaba un lugar más amplio.

La gente cansada de que la imagen todas las mañanas amanecía en el manantial

dejaron que se fuera, decidieron ya no ir por ella y creían conveniente buscar a otro patrón

para el pueblo. Pasaron 2 días y al ver la imagen que ya nadie estaba dispuesto a ir por ella

regreso una mañana antes de que el pueblo se reunieron para elegir a otro patrón o patrona

para el pueblo la imagen de San Andrés Apóstol regreso al darse cuenta la gente prometió

en que le construirían un templo (iglesia) mas grande que la capilla por haber regresado

pocos días después un anciano fue al manantial y se dio cuenta que sobre la laja más grande

se encontraba marcado un pie de un ser humano el cual se dice que es de la imagen ya que

el era el que pasaba todos los días por ahí, desde aquel día, hasta hoy en día la marca del pie

existe y la imagen aun existe en el pueblo. (Esta información fue recabada por algunas

personas mayores del pueblo).

Organización de la fiesta patronal

Desde el mes de Junio el sacerdote de la parroquia empieza a invitar a los niños y jóvenes

que deseen hacer su primera comunión y confirmación para que asistan a la preparación

cada ocho días por lo regular los sábados, sin embargo pasado los 4 meses la preparación

478

comienza a hacer diariamente por las tardes, en el mes de Octubre la autoridad de la

comunidad saca una relación de las personas que mas les gusta participar y colaborar con la

fiesta patronal y los mandan a traer para poder realizar una reunión y dividirse el trabajo ya

sea para recabar dinero para los cohetes de la feria, para los juegos pirotécnicos, las flores

de la iglesia, premios del básquetbol, premios para el jaripeo ranchero, y para la música de

viento, en todo esto coopera económicamente la gente de la comunidad de Tetelilla, las

autoridades del municipio aportan algunos premios aparte de la cooperación económica, es

así como poco a poco se va acercando el día de la fiesta, desde el mes de noviembre la

organización se hace mas visible a partir del primer domingo el sacerdote al termino de la

misa da el aviso a todas las familias que gusten a apartar una novena del santo patrón para

que pasen a anotarse con los fiscales de la iglesia.

Los fiscales sacan la lista solo son 9 familias una diario, la imagen se San Andrés

Apóstol se entrega a la primer familia desde el 19 de noviembre los rosarios del novenario

se hacen llegando a la casa de la familia que pidió la imagen, después de esto la familia

brinda a la gente que fue al rezo un pequeño refrigerio café, atole, pan, o tamales, los rezos

son a partir de 9 días de 6 o 7 de la tarde.

El mayordomo de la fiesta patronal busca a 2 o 3 señores que realizan cera conocidos

como los cereros para que comiencen a hacerla, la cera es realizada con cera virgen de

abejas y con papel estaño esta cera se realiza para ofrecerla al santo como un

agradecimiento de todo lo que ha brindado por todo un año a la familia.

El 22 de noviembre el sacerdote y los catequistas comienzan a dar pláticas

prebautismales a los padres de familia que deseen bautizar a sus hijos en la fiesta patronal,

y a los padres de familia que tengan hijos en la preparación de la primera comunión y

confirmación, el día 26 se hace el aseo general de la iglesia se comienza el adorno de la

iglesia, el señor mayordomo invita a sus compadres y amigos para que le ayuden a decorar

la iglesia y su casa antes del día 29 todo debe de estar adornado para la entrada de cera,

cuando no les da tiempo de adornar durante el día pues lo hacen en la noche todo para que

el trabajo se termine, el adorno que utilizan es el ocochale y flores de papel crepe ,junto con

flores naturales se hace de la mejor manera para que el día de la fiesta se de un mejor

aspecto y porque es una manera de adorar a nuestro Santo Patrono.

479

El 28 de noviembre la gente acompaña a dejar a la imagen del Santo Patrón San

Andrés a casa del mayordomo para que al otro día se dirija a la iglesia junto con la cera

que mando a realizar el mayordomo.

El día 29 la gente del pueblo comienza con el aseo de sus calles y adornar las calles

principales por donde pasara la procesión de la imagen, en el año pasado realice una

pequeña grabación para tener un conocimiento mas amplio sobre la preparación de todo

esto y pude darme cuenta de cómo la comunidad participa, el 29 de noviembre la gente de

la comunidad comienza a llegar a casa del mayordomo para acompañarlo a toda la

celebridad de la entrada de cera para esto la esposa del mayordomo realiza el mole junto

con otras señoras para convivir todos juntos, el mayordomo mata de 1 a 2 puercos

dependiendo de los invitados que tenga a las 7 de la noche toda la gente se reúne en casa

del mayordomo para ir a traer la cera. La esposa del mayordomo reparte la cera a la gente

que va a acompañarla aunque no a todos les toca puesto que se manda a hacer muy poca

cera ya que es cara de ahí la gente se translada a la iglesia los fiscales se encargan de

cargar a la imagen del santo patrón, el mayordomo carga el niño del estampado del santo su

esposa lo acompaña a su lado llevando consigo una cera pequeña y el incensario, mientras

que las danzas son las que van bailando, la gente va entonando cantos eclesiásticos y otros

señores van echando los cohetes, un fiscal está tocando la campana como señal de que la

imagen ya se acerca a la iglesia, así hasta que se llega a la iglesia, al llegar el sacerdote los

recibe, y los invita a pasar al templo antes de la misa se bendice a la cera obsequiada por el

mayordomo y después se comienza con la celebración al termino de la misa toda la gente

vuelve a su casa.

El día 30 de noviembre a las 4 de la mañana la gente se reúne en el atrio de la iglesia

para entonar las tradicionales mañanitas a San Andrés a las 6:00a.m. el sacerdote oficia la

misa en honor al santo mientras que la música de viento toca ,los cohetes se elevan, al

término de la misa los señores fiscales invitan a los jóvenes y señores a ayudar a bajar la

imagen de San Andrés ya que hay dos imágenes la imagen pequeña permanece todo el año

abajo y es la que anda en los novenarios, mientras que la imagen mayor es la que está

dentro del nicho en la parte media del restablo que se encuentra en el altar mayor, solo en

día de fiesta se baja para que puedan llevarlo a la procesión del día. Antes de bajar la

480

imagen algunas señoras del pueblo se reúnen ante la imagen para hacerle un pequeño

rosario como un permiso para poderla bajar de su nicho sin que esta se moleste.

A las 10 o 11 de la mañana se comienza con la procesión saliendo de la iglesia y

comenzando el recorrido por las calles principales de la comunidad hasta volver a llegar a

la iglesia, durante el recorrido se entonan cantos eclesiásticos, las danzas van bailando, la

música de viento también participa, los cohetes se elevan las mujeres llevan sus cirios o

velas encendidas con flores como una manera de iluminar y adornar el camino de nuestro

santo patrón, al llegar a la iglesia el sacerdote oficia la misa de día de fiesta. En la procesión

y misa participa gente de la comunidad y gente de las comunidades circunvecinas,

familiares y amigos que residen en la ciudad.

Después de la misa la gente se divierte en el básquetbol, presenciando la participación

de las danzas en el atrio de la iglesia, comprando algo en la feria o visitando a algunas

familias de la comunidad, alguna que otra persona aun va a la casa del mayordomo a comer

pero es muy poca en esos momentos el mayordomo se encarga junto con su familia a

repartir el tradicional bocado1 a todas las familias que lo han acompañado durante la

entrada de cera y en la procesión. A eso de las 4 de la tarde la gente comienza a reunirse en

el lugar donde se llevara a cabo el jaripeo ranchero para poder divertirse en las montas de

los mejores jinetes de la región, a las 9 de la noche se puede disfrutar de un grandioso baile

como una inauguración de que la fiesta ha comenzado en dicho lugar.

El día 1 de diciembre dentro de la religiosidad solo se lleva a cabo misas de

confirmación y bautismos y se puede seguir observando la presencia de algunas danzas y de

la música de viento. El torneo de básquet bol sigue llevándose a cabo por la tarde se realiza

el famoso palo encebado y en la noche se lleva a cabo un tradicional huapango y el

concurso del puerquito encebado, y la quema de juegos pirotécnicos.

El día 2 de diciembre la fiesta sigue son las finales del básquetbol, la competencia

final del jaripeo ranchero y el ultimo baile de clausura de feria, solo hay una misa que es la

de primeras comuniones.

1 Esto consiste en dar comida a los invitados (mole y carne).

481

La gente que visita a la imagen de San Andrés Apostal le ofrenda una veladora, fruta

que se cosecha, maíz y huevos esto se hace por la costumbre que nuestros ancestros nos han

heredado cada una de estas tiene un significado las frutas que se obsequian y el maíz es

para agradecer por el beneficio que se nos ha concedido y para que se siga teniendo una

buena cosecha durante el año que viene y los huevos de las gallinas es para tener más

animales domésticos para que no se termine su reproducción. Todo esto que se junta, al

término de la fiesta los fiscales se lo regalan al sacerdote o el sacerdote lo lleva los

seminarios o al presbítero.

Cabe destacar que los cohetes son elevados durante los tres días de feria y las danzas

participan 4 días del 29 de noviembre al 2 de diciembre. Otra de las cosas que destaca es

que las familias de la comunidad se organizan para hacer un poco de mole para ofrecerla a

las personas que las visiten en sus casas.

Sin embargo es común ver como en esta celebridad llegan los vendedores ambulantes

a vender sus productos en la cual se puede decir que se mezcla una fiesta pagana.

Al termino de la feria los fiscales se encargan de sacar la relación de las personas que

cooperaron económicamente para los gastos de la fiesta dentro de la iglesia y realizan

cartelones que se pegan fuera de la iglesia haciendo el total de dinero juntado, como se

invirtió en cada uno de los gastos que se tuvo y cuanto quedo en caja.

La autoridad del pueblo hace lo mismo pero ellos lo anuncian a través del aparato de

sonido que hay en la presidencia y agradecen la colaboración de toda la comunidad.

La iglesia permanece abierta 8 días después de la fiesta durante todo el día para que

las familias de la comunidad puedan ir a visitar al patrón antes de que lo suban a su nicho

pasando los 8 días se vuelve a invitar a los jóvenes y señores para que de nuevo ayuden a

subir a San Andrés a su nicho se vuelve hacer el rosario como acción de gracias por

habérsenos permitido que todo saliera bien durante los días de fiesta y los cohetes que

sobraron se queman con tal de que no que de nada.

482

Ubicación geográfica

Tetelilla de Miguel Islas es una Junta Auxiliar del municipio de Tuzamapan de Galeana. La

etimología en totonaco es Tetel: cerro o piedra y Illat: tabaco. El nombre se le dio al honor

de la misma comunidad Tetelilla ya que significa lugar donde se da el tabaco sobre las

piedras, esto respecto a que sobre las piedras nacía el tabaco en la mayor parte de la

comunidad se daba esto, y el nombre de Miguel Islas es en honor a un general que en dicho

tiempo existió, persona muy distinguida para el pueblo, fue quien dio la idea de cómo se

podría realizar las calles para el era conveniente que en el pueblo existiera 7 calles

verticales y 7 horizontales. La comunidad es rural se fundo en el año 1600

aproximadamente, pertenecientes a las tribus de Tenochtitlan su evidencia principal es que

era un lugar náhuatl, a través del tiempo el pueblo se volvió totonaco, cuando floreció el

Tajín dominaron las regiones y pusieron su dialecto ―totonaco‖ la comunidad era muy

grande tenia un poblado extenso en donde la comunidad era municipio pero en la época de

la conquista trajo mucha mortandad al traer a los españoles la ―Viruela Negra‖ disminuyo

en gran cantidad la población habiendo bajando el numero de habitantes se perdió el rango

en categoría política pasándose a Tuzamapan de Galeana. Los límites de la jurisdicción son

extensos. Limitando con el municipio de Jonotla, hasta el río tosan a la jurisdicción

Cuetzalán a toda orilla del río, llegando hasta abajo del limite de Xaltipán pasando la

jurisdicción de Reyes de Vallarta a travesando rumbo a Zozocolco de Guerrero, sube

pasando el cerro Camo cothní llegando al limite de Jonotla siendo la primera sección.

Anteriormente las casas estaban dispersas a gusto de cada uno, eran de palma ,

sácate, hojas de árboles, cercas de madera , los terrenos eran comunales no habían dueño de

los terrenos pero fue en 1878 aproximadamente cuando llego un profesor de Tétela de

Ocampo quien aconsejo que sería conveniente que las casas no estuvieran tan dispersas

para que se tuviera una mejor visión ya que en una investigación obtuvo que el casco del

pueblo esta en una extensión de un cuadrado de 360 x 360 teniendo hoy en día 7 calles

verticales y 7 horizontales, dentro de la comunidad se hablan algunas lenguas como en

primer lugar el español ocupando un 80 por ciento y el resto 20 % el totonaco ya que este

se ha ido perdiendo poco a poco por falta de transmisión de generación en generación y por

la falta de interés cuando en años atrás el totonaco era de mayor importancia.

483

Fauna

Cabe mencionar que dentro de la fauna podemos encontrar una amplia variedad de

especies, aunque algunas de ellas se encuentran en peligro de extinción, como el ―puerco

espín‖ hay animales como mamíferos y reptiles, también se tienen animales domésticos de

granja y de carga. Es muy común ver como la gente de la comunidad utiliza a los animales

de granja para el consumo alimentario de la familia en especial en tiempos de fiestas,

aunque hay algunos mamíferos que también se comen los animales de carga son utilizados

para el acarreo de leña, maíz, mazorca, pasto, etc.,

Flora

Entre la flora se puede destacar que durante todo el año hay flores de gran variedad que se

utilizan para el ornato de los altares, camposantos familiares. Los árboles que hay en los

ranchos y que tienen un valor económico alto son los cedros y la caoba que se utilizan para

realizar muebles.

Hidrografia

En cuanto al hidrografía, dentro de la comunidad cabe mencionar que se cuenta con

algunos manantiales en la parte noroeste se encuentra uno de ellos denominado

―lichtanilh‖, en la parte sur de la misma se encuentra un manantial conocido como la ―pila

del monte‖, son los que se encuentran dentro de la comunidad, pero a orillas de dicha

comunidad se encuentra el rió Zempoala y el rió Mazazicuini.

Vestimenta

En la actualidad la gente de la comunidad ya no utiliza la ropa tradicional o traje típico,

puesto que se ha adoptado indumentaria de tipo comercial, es muy poca la gente que usa el

traje típico y los que lo utilizan son las personas de mas edad la gente pobre o de escasos

484

recursos. Su indumentaria consta de pantalón de manta conocido como calzón de manta,

camisa de manta, huaraches de correa y sombrero de palma. En el caso de las mujeres eran

sus nahuas, camisas de labor, faja, collares de colores y andaban descalzas.

No hay vestimenta especial para alguna ocasión importante, cada persona se viste a su

gusto ya sea para salir a fiestas a paseos o para estar en casa.

Comida

Las señoras amas de casa son las encargadas de realizar las comidas diariamente en casa,

suelen preparar paxnikan, frijoles, habas, papas, sopa, calabaza, chilpozonte, salsa roja,

hongos, salsa verde, xchquijit, guisados de carne de pollo o puerco y quelites de la región.

En tiempos de cuaresma es cuando la gente suele comer pescado, camarón o burritos en

mole de olla o caldo, y en ocasiones especiales como 10 de mayo, día del padre,

cumpleaños para algún familiar, fiesta navideña, o en la fiesta patronal de la comunidad es

cuando se hace el mole casero de puerco o de pollo según el gusto de la familia,

acompañado de arroz, cerveza, atole o agua.

En todos santos es cuando se preparan los tamales de fríjol, arroz, salsa roja, dulce, mole.

Estas son las comidas más típicas de la comunidad.

Lengua

La comunidad desde años atrás se ha destacado por su lengua, totonaca.

La comunidad es trilingüe ya que presenta entre sus pobladores hasta 3 tipos de

adscripción étnica. Algunos de sus habitantes se reconocen como legítimos totonacos,

algunos otros como ―mexicaneros‖ (nahuas) o bien no reconocen ni afiliación totonaca ni

náhuatl y se conocen como mestizos de tal grado que existe el trilinguismo totonaco-

náhuatl-español.

485

Los primeros pobladores que existieron en la comunidad fueron los totonacos, poco

después llegaron los españoles en la época de la conquista y la gente fue poco a poco

adoptando la lengua española.

La gente náhuatl que habita dentro de la población, dicen que son descendientes de

los primeros pobladores que llegaron a vivir a Tetelilla ellos venían de la región de

Cuetzalan y otros de la región de Tetela de Ocampo, esta gente empezó a llegar ya que

algunos familiares eran migrantes de otras comunidades porque no tenían un terreno ( lugar

fijo donde vivir ) y se quedaban en donde pudieran, algunas de estas familias llegaban con

hijos(as), y los casaban con personas de la comunidad y es así como dentro de una familia

se empezó a mezclar dos tipos de lenguas a causa del matrimonio. Cabe mencionar que la

lengua española es la que mas se habla dentro de la comunidad.

Agricultura

La principal actividad económica de la población es el comercio, ya que un gran número de

habitantes se dedica a la venta de productos que se traen de la ciudad, y otros de ellos se

producen dentro de la comunidad que también se comercializan y se obtiene un ingreso

económico por la venta de frutos que la misma gente cosecha.

Otras de las cosas importantes es que muy poca gente comercializa la piel de víbora,

de toros, borregos y el caparazón de armadillo.

La actividad mas importante de la población es el cultivo del maíz, la mayoría de las

familias aun se dedican a cosecharlo, los que tienen mayor cantidad de terreno lo renta a

los que no tienen en donde sembrar su maíz a cambio de dinero o a medias2. Es muy

común ver como los jornaleros3 piden rentado un terreno ya que de alguna u otra forma

buscan el sustento para su familia.

2 Media: dar la mitad del producto que se cosecha al dueño del terreno.

3 Jornalero: campesino sin tierra (rentero).

486

Construcción de la iglesia

La iglesia se empezó a construir en el año de 1650 aproximadamente, la construcción esta

hecha de pura piedra de la misma comunidad, los hombres eran los que daban

voluntariamente su faena. El terreno de la iglesia de San Andrés Apóstol es más grande

que la del municipio.

La iglesia cuenta con un restablo en donde se colocan las imágenes, muy bien tallado

con grecas muy lujosas, la madera es de cedro, aunque en estos tiempos esta descuidada,

tiene una altitud de 15 metros aproximadamente, la primera restauración que se re hizo al

templo fue en el año de 1932. En el año 2000 se construyo la torre en donde se colocaron 4

campanas con una altitud de 40metros aproximadamente elaborada de pura piedra.

487

Bibliografía

BONFIL BATALLA; Guillermo

1990 México profundo: una civilización negada. Edicion grijalbo. Universidad de

Texas, 250pag.

JUÁREZ, Cao Alexis

1999 Catolicismo popular y fiesta: Sistema festivo y vida religiosa de un pueblo

indigena del estado de Puebla

488

La cosmovisión totonaca en el ambiente escolar como eje de

transformación comunitaria

Ariadna Patricia Becerril Escamilla1

Introducción

El surgimiento del Centro de Estudios Superiores Indígenas Kgoyom (CESIK) se logra

dentro de un proceso de empoderamiento y fuerte movilización política encabezada por la

Organización Independiente Totonaca (OIT), que para el año de 1994 se encontraba en su

segundo periodo consecutivo de la administración municipal, aquello que fue denominado

como ―ayuntamiento indígena‖. Este proceso evidenciaba la lucha del pueblo Totonaco por

el reconocimiento de sus derechos como indígenas y como Organización de la Sociedad

Civil, así como la posibilidad de llevar adelante un proyecto que les asegurara mejores

condiciones de vida, desde la conservación de su cultura e identidad como totonacos.

En este contexto, el CESIK fue creado con la intensión de afirmar y preservar en los

jóvenes el espíritu, la tradición y la costumbre de los totonacas. Este proyecto educativo

establece que el conocimiento no indígena debe fungir como una herramienta que les

permita desarrollar propuestas alternativas encaminadas a lograr mejores condiciones de

vida, para garantizar así su permanencia en el tiempo como pueblo indígena.

El presente escrito busca identificar y analizar algunas de las estrategias que se han

desarrollado en esta propuesta educativa durante casi quince años, para consolidar y

fortalecer en los jóvenes la cultura propia y la identidad étnica como elementos de

transformación comunitaria.

El CESIK, resultado de movimiento social de la OIT

El proceso histórico de participación y educación entre los totonacos de Huehuetla, se encuentra

estrechamente vinculado con la participación y transformación de la iglesia católica, así como de la

presencia de las Misioneras Carmelitas de Sta. Teresita del Niño Jesús (Carmelitas descalzas) desde

1959, quienes fundaron la primera escuela a la que tuvieron acceso los totonacos, pues el

analfabetismo en que se encontraba esta población se debía principalmente a prácticas

1 Colaboradora del Centro de Estudios Superiores Indígenas Kgoyom. Estudiante de Maestría en Desarrollo

Rural. Universidad Autónoma Metropolitana. Plantel Xochimilco

489

discriminatorias, fuertemente arraigadas en la sociedad huehueteca. El desempeño y la participación

destacada de los niños y jóvenes totonacos en la escuela fue un elemento que posibilitó su acceso a

los niveles educativos de secundaria, así como de la primera preparatoria de Huehuetla, en el año de

1985.

Para la década de los 80‘s, al interior de las comunidades totonacas se cuestionaba el proceso

de integración que estaban experimentando los niños y jóvenes en la educación básica impartida por

el Estado.

(…) la educación oficial, la educación era de los mestizos solamente, pero luego la hicieron para lo

indígena con el fin de volvernos a su mundo a su forma de ver ellos, de vestir y de hablar. A

nuestros hijos los cambiaron con la educación, les cambiaron la vestimenta, la lengua y de cultura.

Los hijos nuevos ya no quieren hablar totonaco, quieren ser modernos, quieren ser de razón. Porque

para el mestizo, el totonaco no es de razón, (…) Algunos hermanos (…) aceptan que sus hijos

dejen de ser sus hijos y desprecien a sus propios padres como símbolos de atraso. Eso nos dicen,

que ser indígenas es atraso. Es ser naco (…)2

Estos cuestionamientos fueron abordados y analizados en los espacios de reflexión y

análisis desde las comunidades eclesiales de base (CEB‘s) así como en la Organización

Independiente Totonaca una vez conformada, y que a su vez contrastaban con las

propuestas educativas y de formación que ellos experimentaban con otras comunidades

eclesiales en la región, así como con otras organizaciones campesinas y los encuentros

promovidos a raíz del proceso de movilización indígena encabezado por el Ejército

Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a partir de 1994.

Una vez accediendo al poder político del ayuntamiento municipal, logrado a través de

la alianza OIT-PRD en el año de 1990, la organización se confronta con las tareas propias

que requiere la administración pública, percatándose de las necesidades educativas que

habría que satisfacer para lograr la formación de los jóvenes como futuros líderes del

pueblo.

Aunque el tema de la educación había sido discutido al interior de las comunidades

totonacas desde la segunda mitad de la década de los ochenta, es hasta abril de 1994, en el

marco de una serie de dificultades presentadas al interior del entonces ―Bachillerato

2 La Organización Independiente Totonaca y El Centro de Estudios Superiores Indígenas "Kgoyom". Totonacapan,

Huehuetla, Pue., Agosto de 1999. Fotocopiado. p.p. 5

490

Huehuetla‖ –como la toma de las instalaciones por parte de los padres de familia mestizos–

que se genera una situación de conflicto, al parecer orquestado por los caciques locales.

Esta situación genera la intervención del subsecretario de la Secretaria de Educación

Pública (S.E.P) y la policía estatal, quienes de este modo hacen un intento de golpear a la

segunda administración municipal encabezada por la O.I.T.3 El conflicto fue ―resuelto‖ por

la S.E.P., suspendiendo por cinco años la clave provisional al municipio para contar con

una preparatoria.

La entrega del inmueble escolar al Ayuntamiento municipal fue el detonador para que

la OIT resolviera buscar ayuda para la conformación de una propuesta educativa que les

permitiera la formación de cuadros indígenas, y con ello el fortalecimiento de su pueblo.

Así, para el año de 1994, a través de la firma de un convenio entre la OIT y el Centro de

Estudios Superiores de Desarrollo Rural (CESDER) ubicado en Zautla, Pue, el CESIK

aparece como una extensión de éste, lo que posibilitaba el reconocimiento de su currícula

académica y el contar con una matrícula escolar como escuela incorporada a la Benemérita

Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Kintatlawankan lata kin tutunaku. (La construcción de un proyecto educativo en

nuestro caminar como totonacos)

En el nombre ―Centro de Estudios Superiores Indígenas Kgoyom‖ y la simbología del

escudo escolar se hacen presentes el origen del pueblo y los valores y expectativas

educativas que marcan el rumbo de esta institución. ―Kgoyom‖ o Kgoyomachuchut es, de

acuerdo al mito de origen que se mantiene en la memoria colectiva de las comunidades, el

lugar en el que el pueblo totonaco de Huehuetla reconoce su origen.4

3 Lechuga Arriaga, Byron Eduardo ―Griselda‖. Video documental sobre el homicidio de la Licenciada Teresa Griselda

Tirado Evangelio. Universidad de las Américas Puebla, Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades,

Departamento de Ciencias de la Comunicación. Tesis profesional, Cholula, Puebla, México a 1 de febrero de 2006. pg. 94.

4 El centro ceremonial está conformado por dos basamentos arqueológicos y dos capillas, localizados a la entrada de la

comunidad de Lipuntahuaca, perteneciente al mismo municipio. En 2006, con las obras para la construcción de la

Universidad Intercultural del Estado de Puebla, (UIEP) y de las viviendas de interés social, se halló un monolito

prehispánico que actualmente se encuentra en la presidencia municipal.

491

Antes, el pueblo estaba en Kgoyomachuchut pero comenzaron a escuchar que en el manantial

Kaxuhuachuchut salía un sonido de tambor, —como el de los voladores—, un día iban dos

personas de cacería y se habían internado en el monte5 cuando escucharon el sonido del tambor y

un colibrí los guió a la cueva en donde vieron al Santo Patrón ―Divino Salvador‖ custodiado por

una serpiente. Los señores fueron a avisarle a la gente de la comunidad y en procesión fueron por

él, le llevaron regalos, mucho oro, semillas, machetes y ofrenda para llevarlo al pueblo, pero una

vez que llegaron al Kgoyomachuchut y comenzaron a velarlo, por la noche desapareció y volvieron

a escuchar el tambor en la cueva, esto sucedió dos ocasiones más, hasta que la gente decidió

hacerle su templo, que ahora es el calvario, pero por la noche, otra vez desapareció, tiempo

después, apareció la señal de en dónde debían de construir su templo, la señal es un árbol de

tampokgo‘ y es así como el pueblo con faenas construyó la iglesia y se estableció en lo que hoy es

Huehuetla. Y en el manantial se encuentra San Miguel con su espada resguardando la entrada,

porque no puedes ir sin permiso, no puede ir cualquiera porque ahí está la riqueza del pueblo6

No podemos perder de vista que el proceso de fundación de este centro educativo se da en

un contexto de movilización social y reivindicación étnica que tiene lugar en toda América

Latina, a propósito de los quinientos años de la conquista; el levantamiento armado del

EZLN y, en un nivel local, en un segundo gobierno indígena. Nombrar a la escuela con el

nombre totonaco del lugar de origen, y darle la denominación de ―estudios superiores‖,

implica reconocer y reivindicar la identidad del pueblo totonaco, sus conocimientos,

sabiduría e historia:

(…) que se llame KGOYOM, como señalando que el espacio educativo sirviera para recuperar la

identidad, para que los que estudiaran tuvieran un espacio de saber de dónde venimos, cuál es la

raíz. (…) la palabra SUPERIOR INDÍGENA, en donde se pretendió decir es que los

conocimientos, lo que aquí vemos no son conocimientos mínimos, cosas muy sencillitas ―como a

veces se ha pretendido― que los conocimientos totonacos no llegan al nivel de una ciencia o

tecnología (…)7

El escudo escolar es una réplica de un símbolo totonaco que se encuentra en la zona

arqueológica de El Tajín, y representa el perfil de dos rostros humanos que se unen y a su

vez forman un solo rostro (Figura 1). La primer réplica de este símbolo en el municipio de

5 Término que utilizan para referirse a las zonas de la sierra en donde hay muchos árboles y maleza, en donde la

naturaleza no ha sido modificada o alterada de manera significativa.

6 Becerril, Ariadna. Notas de campo, marzo 2007, Reconstrucción colectiva entre los alumnos del CESIK,

7 Entrevista Pb. Mario Pérez Pérez. Cuetzalan, Pue. 18 de febrero de 2009.

492

Huehuetla, la podemos encontrar en la parte inferior del altar mayor en el templo católico

ubicado en la cabecera municipal.

Figura 1

El escudo del CESIK hace alusión a la amplia reflexión entre las comunidades respecto a la

expectativa en torno a la formación de los jóvenes:

(…) lo que los jóvenes deben de hacer en este centro es formarse de dos cosas: de un ROSTRO

indígena, un rostro totonaco, el rostro de la identidad (…) y luego el CORAZÓN que es el segundo

elemento importante , de que lo que se haga surja desde el corazón, (…) formar un corazón en los

jóvenes un corazón sabio, un corazón fuerte, un corazón que tenga, que sepa entregarse en las

cosas, (…) que los jóvenes se hicieran de un corazón fuerte, de un corazón verdadero, de un

corazón digno y que eso al salir formase un rostro sereno, un rostro sabio, un rostro alegre como

ese que aparece en el escudo8

La alusión al rostro como representación de la identidad, implica que las acciones o labores

emprendidas partan desde la cosmovisión totonaca, del modo en que se entiende la relación

con la naturaleza, con los otros. Y el corazón en cuanto a dar su máximo esfuerzo, a hacer

las cosas convencidos de lo que se quiere y espera el pueblo.

Abordar como primer apartado el significado y las razones del nombre de esta

propuesta educativa, parte de la premisa de que se es o se existe en función de cómo se es

nombrado, y en el nombre se mantiene toda una carga simbólica de las expectativas que

respecto a este proyecto. El nombre y la historia son parte fundamental de toda identidad.

Este proyecto educativo se sustenta no sólo en cuanto a su propuesta pedagógica,

currícula académica o por el reconocimiento que otras instituciones le otorguen, sino por

ser parte de un proceso de construcción colectiva; en este sentido es muestra de una

totalidad que tiene su propia lógica y dinámica

8 Ídem.

493

En este periodo de movilización social, la iglesia no estuvo exenta de participación,

pues esta apropiación física y simbólica referida fue en gran medida producto de un proceso

de concientización y reflexión sobre la identidad, cultura y capacidad de acción de los

totonacos. Como una muestra de ello, hacia el año de 1992 se construye una réplica de la

Pirámide de los Nichos de la zona arqueológica de El Tajín, en una capilla de la iglesia, y

en el altar mayor ―para recuperar el espíritu de Sn. Salvador‖, el santo patrono del pueblo.9

Esta elección y apropiación de la simbología totonaca ubicada en el Tajín, responde

al proceso de concientización ya mencionado en donde la zona arqueológica fue también

espacio de reflexión y construcción de conocimientos y reconocimientos de su identidad,

que comenzó por los catequistas y se fue esparciendo cual onda entre las CEB‘s y gente de

la comunidad, hasta ser un factor importante dentro de la formación de los jóvenes del

CESIK.

Reconocimiento e intercambio de saberes

La experiencia educativa del CESDER en la formación y capacitación a población

campesina, fue un apoyo importante para conformar la propuesta educativa que tenía la

variante y el énfasis en la cosmovisión totonaca, en la que intervinieron los miembros y

demás asesores de la OIT para que cumpliera los objetivos de formar y concientizar a los

jóvenes en temas de autodeterminación, autogobierno y autonomía, siempre acordes a las

necesidades del pueblo totonaco:

9 Existe un mito local que explica que alguien en busca de riqueza ―rascó‖ en el lugar en donde estaba colocado San

Salvador y se llevaron sus riquezas. Ese día hubo mucha niebla y la tierra tronó, y cuenta la gente que hubo algunas

personas que vieron a un abuelito muy viejito cargando su huacal con muchas semillas, flores, frutos, maíz y chiles, y que

cuando le preguntaron que a dónde iba, que no se fuera porque había mal tiempo, él respondía que sus hijos lo habían

corrido de su casa, que no habían valorado lo que él les ofrecía y que se iba para otro pueblo, a ver en dónde aceptaban su

riqueza. Entonces, la gente explica que a raíz de este suceso hubo mucha sequía, que los productos no se daban y que el

chile (cuaresmeño) dejó de darse en la zona. Becerril, Ariadna. Notas de campo 2006, reconstrucción colectiva del mito

en sesión de clase entre los alumnos de primer año de la generación 2006- 2009.

Este mito coincide con la construcción de un nuevo retablo de madera en 1985, como parte de la remodelación de la

iglesia, en donde el ―malestar‖ de la gente se encontraba en el trato como ―objeto‖ a la imagen de San Salvador, pues no

se había hecho la ceremonia requerida por el pueblo para cambiarlo de lugar.

494

Conforme a la naturaleza de la OIT, el CESIK actuará y funcionará con carácter de institución

educativa colectiva buscando realizar un estilo de vida comunitario en base a las propuestas que

muestra la vida toda del pueblo Totonaco, (…)10

La elaboración de los lineamientos internos y universo temático parten de la concepción de

la madre tierra como núcleo de la vida y cultura del Totonacapan, de donde se desprenden

cuatro líneas curriculares:

1. Tecnología y desarrollo

2. Trabajo comunitario

3. Camino a la universidad

4. Nuevos caminos.

Estos explican la selección y delimitación de la carga académica, la cual se divide en dos:

1. CESIK y 2. BUAP. Estas materias responden a los requerimientos académicos acordes a

las preparatorias incorporadas a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Historia

Química

Biología

Física

Matemáticas

Computación

Filosofía

Educación Física

Arte

Psicología y Orientación Educativa

Inglés

Taller de Lenguaje

Literatura

Técnicas de comunicación

Estructura socioeconómica de

México

Las materias encaminadas al fortalecimiento de la cultura, propias de esta propuesta

pedagógica, son:

10 Artículo 2. Reglamento del Centro de Estudios Superiores Indígenas ―Kgoyom‖ de la Organización Independiente

Totonaca S. de S. S.

495

Medicina tradicional

Etnoagricultura

Simbología y filosofía indígena

Espiritualidad indígena

Totonaco (lengua)

Organización – acción comunitaria (taller de investigación)

Microempresas

Con ellas se busca fortalecer, como metas, la formación de los jóvenes con una mentalidad

de apoyo y servicio a la comunidad, actitud de cooperación, solidaridad, igualdad y

hermandad; el seguir siendo indígenas partiendo de su cosmovisión totonaca, aún en el

mundo moderno; vincular a la juventud con su historia y proyecto de vida de su pueblo y

con conocimientos que les permitan acceder a niveles educativos superiores.

El desarrollo e impartición de la carga académica, desde sus orígenes ha sido un

ejercicio de construcción y reconstrucción, una lucha constante por mantener los ejes

rectores a pesar de las demandas institucionales y la precariedad económica en que el

centro educativo se encuentra. La dificultad para brindar un salario o apoyo económico a

los profesores ―que cumplen a su vez con cargos administrativos― ha dificultado la

permanencia de una planta docente estable que sistematice esta propuesta educativa, en

general, todas las materias han sufrido adecuaciones respecto a los contenidos.

La materia de Medicina Tradicional, es la excepción, pues gracias al servicio y

compromiso del médico tradicional de Pumakuchin de OIT11

se ha contado con su

participación en la impartición de esta materia desde su fundación, que se imparte a los tres

grados. En clase, los jóvenes adquieren conocimientos respecto a los procesos de salud-

enfermedad, valores y principios que rigen el orden de la vida de una persona y de la

11 Dn. Aurelio Mora Huerta, es el médico tradicional a cargo de la farmacia de la OIT, quien en este espacio atiende los

días jueves y domingos, pero brinda atención a varias comunidades de la región y a su vez, su oficio de panadero le

permite distribuir su tiempo para apoyar desde su fundación al CESIK todos los días lunes.

496

comunidad, conocimientos sobre plantas medicinales y sus usos curativos, elaboración de

medicinas tradicionales, etc.

Respecto a la materia de Organización – Acción Comunitaria, se busca a través de

metodología de Historia Oral que los jóvenes se vayan adentrando en el proceso de

investigación, pero a su vez, recuperar y sistematizar los conocimientos, usos y costumbres

del pueblo totonaco, darle valor a los padres y abuelos a través de las entrevistas, fortalecer

las relaciones inter generacionales y estimular la inquietud de los jóvenes por la historia de

su pueblo y comunidad.

La diversidad de personas ―no sólo desde su historia de vida, sino también filiación

étnica, formación académica, etc.― que han participado en el desarrollo de esta propuesta

educativa, no ha sido impedimento para la construcción de un proyecto en común que

responda a la realidad y necesidades del pueblo totonaco, a sus expectativas respecto a

nuestro país y el mundo que de alguna manera compartimos. Tal diversidad, ha hecho que

esta experiencia, desde sus orígenes, sea enriquecedora, pues ha permitido reconocer la

validez del conocimiento que se encuentra más allá de las aulas y los libros; ha permitido

entender que los procesos de enseñanza - aprendizaje fuera del aula, el trabajo en el campo,

las visitas al Tajín como espacios de reflexión, análisis e intercambio de conocimientos, la

mirada a sí mismo y al otro, al joven, a los padres, a los ancianos, son tan necesarios e

importantes como aquellos reconocidos institucionalmente.

Es necesario señalar que a pesar de ser una institución con un relativo reconocimiento

oficial dada su incorporación a la BUAP, esta experiencia educativa ―así como otras

iniciativas― y su propuesta pedagógica de casi quince años, se encuentra subordinada a los

planes y demandas institucionales que en ocasiones se contraponen a la lógica comunitaria.

Tal es el caso la falta de reconocimiento como docente –por no contar con títulos

académicos- al médico tradicional devaluando así su amplia experiencia, formación,

conocimientos y reconocimiento comunitario, estas demandas de las instancias educativas

de nivel superior.

A pesar de ser una propuesta educativa con carácter comunitario y de atención al

pueblo totonaco de Huehuetla y sus alrededores, este centro de estudios es considerado

escuela particular por no ser una institución oficial de la S.E.P., lo que implica la

497

imposibilidad de que esta instancia pueda brindar plazas o recursos que permitan el

fortalecimiento de la infraestructura, así como el desarrollo y fortalecimiento de esta

experiencia y condicionando esta posibilidad a su incorporación y por tanto, transformación

de este centro de estudios a preparatoria oficial. Estas situaciones ponen en evidencia

―una vez más― las políticas y parámetros excluyentes que se mantienen en nuestra

sociedad y sus instituciones respecto al reconocimiento real a las demandas de los pueblos

indígenas.

Esta es una de las causas que explica que este proyecto viva y se mantenga gracias a

la acción solidaria de personas que se identifican con la lucha de resistencia de la

Organización por el reconocimiento a sus derechos, a su cosmovisión y cultura: personas

como padres de familia, alumnos y miembros de la comunidad totonaca y de la OIT, así

como jóvenes y estudiantes de nivel superior y posgrado de origen nacional y extranjero,

que han aportado ideales, experiencias y conocimientos para la consolidación de este tipo

de iniciativas que desde la cotidianidad de su acción fortalecen esta lucha de resistencia.

¿Es la cosmovisión totonaca un eje para la transformación comunitaria?

La lucha de los pueblos indígenas ha puesto en evidencia relaciones de poder y dominio

basadas en prácticas racistas y discriminatorias que permean a la sociedad mexicana en

toda su diversidad; relaciones que han sido cimiento en la construcción del Estado Nación y

que han mantenido durante siglos a los pueblos indios en una relación de subalternidad y

exclusión.

Desde la experiencia de movilización y organización social representado por la OIT

en el municipio de Huehuetla, el proceso de recuperación y revaloración de la identidad

totonaca –al que se fue incorporando paulatinamente la lucha por la autonomía– mostró un

fuerte potencial emancipador, mismo que logró el acceso al poder municipal y, con ello, el

acceso de las comunidades a los servicios públicos como electrificación, agua y drenaje,

salud, educación básica, así como el desarrollo de iniciativas como el CESIK, el Juzgado

Indígena y la propuesta de lo que ahora es la Universidad Intercultural del Estado de

Puebla.

498

A lo largo de sus quince años, el CESIK ha padecido la persecución y los embates del

poder hegemónico (por sus diferentes representantes), enfrentamientos con la sociedad

mestiza, críticas y desacreditaciones verbales hacia los alumnos, asesores y profesores de la

institución y miembros de la OIT; expropiación por parte del ayuntamiento priísta del

predio que fuera la parcela escolar, la reubicación de los sacerdotes y misioneras Carmelitas

que participaron activamente en el proceso educativo, y a raíz del asesinato de la Lic.

Teresa Griselda Tirado Evangelio, perpetrado en el año 2003, el incremento de un ambiente

de inseguridad, debido a lo cual las colaboraciones que se tenían con algunas universidades

públicas y privadas, a través de prestadores de servicio social, perdieron vigencia.

Por otra parte y en un contexto más amplio, a pesar del reconocimiento a los Pueblos

Indígenas y sus derechos por la ONU a través de la OIT y el Convenio 169 (1957, 1989), y

más recientemente a través de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

publicada en septiembre de 2007, y a nivel nacional por la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos en sus Arts. 1º, 2º, 18, 115, lo que se refleja en el discurso de

las políticas públicas orientadas a esta población, de reconocimiento a la conformación

pluricultural de nuestro país, regiones y localidades, iniciativas como el CESIK y el

Juzgado Indígena no cuentan con los instrumentos y medios materiales, económicos o

jurídicos que aseguren hacer realidad las iniciativas y logros obtenidos en la lucha de sus

pueblos.

Esta experiencia educativa es resultado de las prácticas autonómicas del pueblo

totonaco, que parten de sus elementos cosmovisivos y organizativos para entender y

ordenar el mundo, a través de su sistema de cargos y servicios, como del particular sentido

de comunidad que permea su vida cotidiana. Como en otros casos, esta propuesta

autonómica no se plantea independiente del Estado Mexicano, sólo plantea la construcción

de una nueva relación con éste, en donde su particularidad como pueblo y sus diferencias

culturales sean reconocidas en toda su dimensión y no sólo con políticas que más allá del

discurso, no implica transformaciones de fondo en la reproducción de las relaciones de

poder y subalternidad, sino que plantean la posibilidad de llevar a la práctica sus propias

iniciativas en un marco de respeto y libertad.

499

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501

Creencias y sus transformaciones en los protestantes

tseltales de Oxchuc, Chiapas

Ariel Corpus

Resumen

Para la primera mitad del siglo XX, en el municipio de Oxchuc, ubicado en los Altos de

Chiapas, los indígenas tseltales conservaban distintas creencias en torno a los fenómenos

religiosos. No obstante, a partir de la década de los 50‘, con la proliferación de iglesias

protestantes y la gran aceptación que éstas han tenido, se ha visibilizado un fenómeno de

transformaciones de dichas creencias. Si bien el fenómeno del cambio religioso en el

sureste mexicano ya ha sido abordado, problematizado y cuantificado por diversos

investigadores e investigaciones, aún queda por revisar la transformaciones de las creencias

del imaginario maya por nuevas religiones protestantes. Por ello, el interés que guía la

ponencia es indagar sobre cómo a raíz del cambio de adscripción religiosa algunas

creencias han desaparecido, mientras otras más se recrean y permanecen aún para las

nuevas generaciones de los sujetos indígenas, de modo que nos situamos ante una hipérbole

del reacomodo de lo religioso, la cosmovisión e, indudablemente, la ritualidad.

Introducción

En 1990, el Gobierno del Estado de Chiapas tuvo a bien publicar el diario etnográfico de

Alfonso Villa Rojas bajo el título Etnografía tzeltal de Chiapas. Modalidades de una

cosmovisión prehispánica (1990). A decir verdad, muchas cosas habían cambiado desde el

trabajo de campo de Villa Rojas que, como él hace mención, se realizó entre los años de

1942 y 1944. El texto de Villa Rojas, es un valioso documento sobre las maneras de vivir,

las costumbres, la organización y la religión entre otros elementos socioculturales del

pueblo tseltal de Oxchuc.

En el año 2006, tuve la oportunidad de hacer trabajo de campo en la localidad de El

Corralito del mismo municipio, e inclusive, hice recorridos en otros lugares de la región

(Cholol, Mesbiljá, El Mash, Bumiljá, Paxtonticjá, El Calvario, Tenango y Tzajalá). No

obstante, encontré como algunas de las costumbres y creencias que narra Villa Rojas han

502

sido suplantadas y reconfiguradas mientras que pocas han permanecido. Indudablemente, el

proceso histórico no ha permitido dejar inmóvil al pueblo tseltal de Oxchuc. No obstante, el

devenir histórico tiene en sí causas específicas del cambio, la reconfiguración y otros

adjetivos que puedan denotar la hipérbole del desarrollo de las propias culturas indígenas.

Por ello, en esta ponencia quisiera subrayar las transformaciones que han surgido en

las explicaciones religiosas vinculadas a los problemas sociales a raíz de un auge masivo en

la adscripción religiosa, centrándome en los protestantes tseltales del pueblo de Oxchuc. En

otras palabras, intento analizar cómo los habitantes del municipio de Oxchuc conservan

algunas de las creencias las cuales Villa Rojas alcanzó a describir en su etnografía, y como

otras más han sido reconfiguradas de modo que las explicaciones han tenido un cambio

sustancial.

Para el cometido, dividiré la ponencia en tres secciones. En la primera, hablaré un

poco del cambio religioso, pues es sabido que Chiapas representa el estado con mayor

densidad de no católicos en el país. En la segunda parte, busco mostrar, enfatizando en la

etnografía de Villa Rojas, las explicaciones religiosas que los pobladores de Oxchuc daban

a problemáticas sociales. Finalmente, dedicaré la tercera parte a mencionar las nuevas

interpretaciones y explicaciones que dan los habitantes protestantes del municipio de estas

problemáticas.

Cambio religioso: el protestantismo en Oxchuc

El cambio religioso en el sureste mexicano es un tema ya documentado en diversas

investigaciones. Sin duda, a raíz de una transformación gradual, el interés de las instancias

de investigación por el fenómeno dio como resultado proyectos en lugares específicos para

saber por qué la gente se ―convertía al protestantismo‖ y cuáles eran las estrategias

proselitistas. De ahí que instancias como el CIESAS organizaran cuadrillas de antropólogos

y como fruto del trabajo salió a luz pública la serie de cuadernos publicados bajo el título

Religión y Sociedad en el Sureste de México (1989), haciendo trabajo de campo en distintos

territorios, incluyendo Chiapas. En dicho estado, las miradas antropológicas sobre la

religión han tenido diversos matices, desde los trabajos de las propias instituciones

religiosas (Esponda, 1986), las problemáticas de conflicto socioreligioso (Rivera, 2005a),

las investigaciones que muestran las consecuencias del cambio de adscripción en los

503

indígenas (Juárez, 1995; Sánchez, 1995), y más recientemente las problemáticas que

aparejan a las nuevas generaciones de creyentes jóvenes (Vázquez Mendoza, 2005, 2007;

Corpus, 2008).

Específicamente, en el municipio de Oxchuc, el cambio religioso ha tenido un énfasis

especial, pues el gradual cambio ha notado un gran porcentaje de protestantes o católicos

(41.08%) contra una población católica decreciente a través de las últimas cinco décadas

del siglo pasado (47.42%).1 Por mucho tiempo, sobre todo cuando dominó el enfoque

marxista en las explicaciones sociológicas, se pensó que el cambio religioso era un plan

orquestado desde el vecino país yanki, pues por medio del Instituto Lingüístico de Verano

(ILV) muchos lingüistas llegaron a diversos territorios de América Central y Chiapas con el

fin de estudiar las lenguas indígenas y con la intención de traducir la Biblia a los idiomas

originales para proporcionarla a los lugareños. En el ambiente académico, estas intenciones

llevaron a los investigadores a pensar que el protestantismo era el arma ideológica del país

capitalista por excelencia, ello en una época de tensiones ideológicas que sobrepasaron lo

político.

Pese a lo anterior, los procesos socioreligiosos tienen una lógica distinta a la de los

agentes pasivos, pues como ya lo han mencionado algunos especialistas en el tema, ―los

actores endógenos –indígenas– no son recipientes vacios a los que se les puede verter

cualquier cosa. Son personas con historias, necesidades, anhelos y formación que cuentan a

la hora de establecer negociaciones cognositivas con los actores exógenos‖ (Martínez,

2004). En el caso de la difusión del protestantismo en Oxchuc, interactuaron estos dos

agentes, enfoque que permite desligarse de explicaciones estructurales, pues como bien lo

ha señalado Rivera:

Este enfoque permite ver lo que los actores hacen ―desde abajo‖, sus estrategias, dilemas e

imágenes de cambio experimentadas y promovidas por ellos mismos, pues si bien muchas de tales

iglesias tuvieron un origen exógeno vemos que en la localidad los fieles se han dado a la tarea de

apropiarse de estos proyectos y adjudicárselos; situación que ha hecho que las iglesias evangélicas

hayan logrado no sólo ser aceptadas sino también legitimadas socialmente (Rivera, 2005b: 131).

1 En mi tesis de maestría se pueden ver las gráficas 1, 3, 4 y 5 que detallan el cambio de

adscripción religiosa en México, en Chiapas y en el municipio de Oxchuc (Corpus, 2008, 30-33).

Disponible en línea: http://arielcorpus.files.wordpress.com/2008/09/tesis-texto.pdf

504

En el caso de Oxchuc se aplica esta postura, pues no sólo fueron los factores exógenos los

que posibilitaron el cambio religioso, sino la apropiación de un proyecto por los propios

lugareños quienes desde El Corralito difundieron el nuevo mensaje del evangelio. De modo

que, según Esponda, se difundió hasta Abasolo, Pach‘tontija y Ya‘al Uq‘uil, en el

municipio de Oxchuc, y mediante la labor médica hacia El Triunfo, Chapayal, Ramón F.

Balboa, San Quintín, Agua Zarca, Laguna Sibal, Santo Domingo, Plan de Ayutla, Lacanhá,

Velazco Suárez, Tenango, Cancuc, Tenejapa, Yochib, Pacbilná, Naranja Seca y Tialquil en

otros lugares (Ibid: 264: 266-267, 269).

Esta proliferación, también ha sido señalada por los ancianos de las diversas

localidades el pueblo; por ejemplo, don Elías, de la localidad de Mesbiljá, me señaló que

esta difusión se debe a la convicción de los primeros ―convertidos‖, pues menciona que

desde el primer converso la gente salía a difundir el mensaje haciendo proselitismo

mediante folletos en el idioma tseltal.

No obstante, hay que dejar claro que el proceso no transcurrió sin una serie de

conflictos al interior del pueblo de Oxchuc, pues la incursión de un nuevo credo a una

localidad ‗tradicionalmente católica‘ desencadenó una serie de problemas socio-religiosos

entre los protestantes de algunos parajes y los católicos de la cabecera municipal. No fue un

proceso pacífico. Esponda, narra algunas situaciones ‗adversas‘ que atravesaron los nuevos

creyentes (Esponda, 1986: 261-266). Henning Silverts también destacó los problemas

socioreligiosos entre los distintos liderazgos a raíz de la conversión al protestantismo de la

localidad de El Corralito (Silverts, 1969: 178-184). Y Mariana Slocum por su parte,

también subrayó en sus memorias la ‗persecución‘ suscitada a raíz del cambio de

adscripción religiosa de la localidad de El Corralito (Slocum, 1988: 119-129).

Ahora bien, como mencioné en la introducción, quiero destacar algunas

problemáticas sociales y su explicación religiosa las cuales Villa Rojas pudo describir en su

estancia en Yochib, comunidad del propio municipio de Oxchuc, para después enfatizar en

las reconfiguraciones que se les han dado a estas.

Creencias: las explicaciones religiosas

Para hablar sobre las creencias vinculadas a problemas sociales he seleccionado algunas

que me parecen más importantes a destacar con el fin de mostrar los cambios, las cuales

505

pude conocer durante mi trabajo de campo; me refiero a: la brujería y el nagualismo, la

enfermedad y la mortalidad infantil. Considero que ellas se encuentran vinculadas de algún

modo bajo la temática general de la brujería pues hay una conexión directa. Además, son

temas, prácticas o acciones comunes a lo largo de lo que Paul Kirchhoff denominó como

Mesoamérica, y recurrente en sociedades poco diferenciadas o llamadas tribales,

convirtiéndose en temas clásicos para las primeras etnografías y trabajos antropológicos

que situaban lo extraño como punto de referencia. Pero también, cabe destacar que la

nomenclatura ―brujería‖ se hace desde patrones occidentales que no necesariamente se

adaptan a las situaciones chiapanecas. En todo caso, los términos se han creado a partir de

los propios etnólogos y antropólogos, tema que no nos concierte por el momento.

Es en este sentido que Villa Rojas se acerca, y con estos términos busca explicarlo,

pues habla de especialistas que realizaban brujería como aquellos personajes que pueden

causar y curar el mal, y otros que sólo pueden curarlo. A los primeros llama agchamel,2

mientras que a los segundos pik.kabal. Cabe mencionar que ambas actividades sólo eran

reservadas para los varones, los cuales ―se valen de su nagual (labil) o animal sobrenatural

que posee cada uno de ellos‖ (Villa Rojas, 1990: 337). En una caracterización, Villa Rojas

los describe del siguiente modo:

La fama de brujo se adquiere paulatinamente […] Los brujos de más fama se cuentan entre los más

viejos; además de esto, tienen como características salientes las de ser agresivos, impulsivos, de

fácil palabra y prestos para alegar. Por lo que toca a su género de vida, los brujos no se diferencian

en nada de los demás: hacen los mismos trabajos; habitan, comen y visten de igual manera. No se

mantienen en aislamiento ni practican ceremonias o actos misteriosos. Lo importante o excepcional

en el brujo es que posee ―nagual‖; sin él no le sería posible averiguar tantas cosas secretamente ni

ejercer su maleficio. Cabe añadir que los brujos gozan de distinción social, recibiendo el mejor

aguardiente y las mejores comidas en las reuniones y fiestas (Ibid: 341-342).

Para Villa Rojas, el brujo es una persona normal que convive dentro de la localidad, no

obstante parece ser que lo representa como una persona sumamente maligna, cosa que no

necesariamente es así, pues, como el mismo menciona, por lo regular comienza con saberes

de pulsador (Ibid: 341).

2 El énfasis chamel, significa en tseltal, enfermedad. No obstante, aquí implica la acción de hacer algún daño o algún mal.

Actualmente los pobladores sólo mencionan que se trata de enfermedad física, no de un daño ocasionado a raíz de

brujería.

506

Ahora bien, la brujería y el nagualismo no están separados de la enfermedad, pues

pareciera que todo mal sobre la salud está concebido bajo esta explicación, las cuales

también registró Calixta Guiteras en otra etnografía clásica de poblado aledaño a Oxchuc –

sobre San Juan Cancuc– (1992: 225-234). Villa Rojas tiene a bien registrar en su diario los

hechos y las explicaciones que la gente dio al respecto; por ejemplo, menciona que la

enfermedad puede suceder a causa de que las mujeres busquen su propia satisfacción a

expensas de su marido, lo cual como castigo se enferman a raíz de brujería (Ibid: 318); de

igual modo, el hecho de no gastar suficiente dinero en chicha para ofrecer a los brujos

cuando se tiene la posibilidad financiera es motivo de enfermedad (Ibid: 320); en otras

ocasiones sucede cuando una persona se enferma a causa de un ―aire‖ que lo atacó en el

camino, lo cual se explica que es causa de que los brujos dejen objetos materiales en las

brechas para hacer mal a quien lo pise (Idem); asimismo, narra que es común enfermarse

debido a los casos de espanto, lo que implica que el espíritu de la persona se queda en otro

lugar –una cueva, un río, en alguna ciudad, etc.– debido a un accidente y a la impresión de

ello (Ibid: 322, 325, 328); o bien, la enfermedad también se puede ―echar‖ con toda la

intención de hacer el mal debido a envidia (Ibid: 324).

Cabe mencionar que todos estos casos registrados, llevaron a plantear a Villa Rojas

que la brujería, y con ello la enfermedad, tienen una razón social dentro de la estructura

comunitaria, por ende los brujos tienen la función ―de salvaguardar la moral del grupo y

hacer que el individuo se comporte de acuerdo con los principios básicos de la cultura

local‖ (Ibid: 353). Nociones que Harman empezará a ver de modo diferente al trabajar casi

30 años después en la misma localidad observando algunos cambios al respecto, pues

encontró diversas competencias en el ámbito de la salud (Harman, 1990).

Otro punto interesante respecto a las creencias religiosas vinculadas a problemáticas

sociales es lo referente a la mortandad infantil. La muerte de infantes representaba un

problema justificado a raíz de una creencia, pues se pensaba que los brujos eran los

causantes de ello (Villa Rojas, 1990, 354). Según consideraban las anteriores generaciones,

los varones eran los más consecuentes a la muerte. Mamtik Jacinto, un anciano con más de

70 años del poblado de Bumiljá, cuenta que cuando era pequeño, sus padres lo tuvieron que

vestir de niña y dejarle el pelo largo con la finalidad de que los brujos no le hicieran algún

maleficio que lo llevará a la muerte, esto mismo documentó Harman al hablar sobre la

507

falsificación pública de los nombres de los infantes y de su sexo (1990: 119).3 Don Jaime,

un señor de El Corralito, también me señaló que aún cuando él era pequeño le tocó vivir

esas experiencias; por ejemplo, si veía venir por la brecha a don Tomas –el brujo de la

localidad– tenía que hacerse a un lado y esconderse donde pudiera, pues corría el riesgo de

enfermarse y consecuentemente morir. Siempre la muerte de algún infante, correspondía a

hechos de enfermedad, donde como antecedente la figura del brujo aparecía, ya sea que lo

haya encontrado en el camino, por envía u otras razones.

Este tipo de casos, se vinculan naturalmente a las creencias religiosas vinculadas a

explicaciones sociales. Destaco esto, pues a partir de la incursión del protestantismo,

muchas de estas creencias se modificaran, algunas más, sino es que todas, desaparecerán al

menos en sus explicaciones sobrenaturales como lo veremos a continuación.

Reconfiguraciones: nuevas explicaciones

Ahora bien, se ha comentado sobre las costumbres, tradiciones y demás elementos que

subyacían en la cultura maya-tseltal de los habitantes de Oxchuc. No obstante, el cambio

religioso ha traído una serie de transformaciones. Quiero dejar claro que no pretendo, como

hicieron muchos antropólogos marxistas, acusar al protestantismo de eliminar las

tradiciones mayas. Pero tampoco, me sitúo como un culturalista que busca rescatar y

enfatizar en la sobrevivencia de una cosmovisión prehispánica, o en la existencia de un

núcleo duro como lo diría López Austin (2001).

Sin duda, ya hay algunos trabajos que han buscado dar cuenta de la relación existente

entre la cosmovisión maya y las nuevas instituciones religiosas (Garrard-Burnett, 2005;

Rodríguez, 2005).4 No obstante, hay que considerar que cada institución religiosa ha tenido

sus propios procesos y, a pesar de que se comparta un territorio en común como el sureste

de México y un horizonte cultural en sintonía, hay elementos que los hacen disentir uno del

otro. En alguna literatura sobre la temática religiosa, hay una tendencia a establecer un

proceso de adaptación cultural de las iglesias protestantes con la cultura maya, enfoque

3 Harman realizó su trabajo de campo en 1968. Él menciona que parte de la intención de realizar su trabajo en Yochib, la

misma localidad donde estuvo Villa Rojas, es por la inquietud de comparar y mostrar las transformaciones sociales

existentes más de 20 años después.

4 El primer autor se enfoca sobre la inculturación de la teología en presbiterianos; por su parte, el segundo enfatiza en los

pentecostales.

508

elaborado por algunos científicos sociales (Bastian, 2003; Martínez, 2004) y de los propios

creyentes protestantes.5 Sin embargo, en mi trabajo de campo me dicuenta que esto no

siempre es así, pues el hecho que en Chiapas exista un interés de las iglesias de

salvaguardar ciertas formas culturales (idioma, indumentaria, etc.) no significa que todos

sus miembros tengan ese interés.

Ahora bien, quiero mencionar los cambios sucedidos en las explicaciones religiosas

sobre los problemas sociales vistos con anterioridad, destacando que la información fue

proporcionada a raíz de la estadía en campo, en recorridos de campos, entrevistas, pláticas

con creyentes, ancianos, hombres, mujeres y jóvenes.

En primer lugar, como se ha mencionado, la brujería y el nagualismo eran prácticas

recurrentes en la zona de los Altos de Chiapas y, con sus propias características en Oxchuc.

Sin embargo, actualmente los creyentes protestantes han cuestionado estas prácticas con

base en su nueva creencia, dándole nuevas explicaciones. Pues si bien, no han dejado de

creer que exista la brujería, han apropiado esta práctica al pucuj (el que hace mal o el

diablo) bajo la concepción cristiana de él. Pues como ya anotamos párrafos más arriba,

mamtik Jacinto a quien vestían de niña cuando era pequeño por causa de los brujos, cuenta

que al ―llegar el evangelio‖ este temor hacia ellos desapareció. De igual modo, don David,

un señor de la localidad de El Corralito, ha mencionado que aún hay ―hechiceros‖ en la

localidad; sin embargo, también dice que él ya no cree que les pueda hacer mal alguno,

pues ―cómo estamos en Cristo, ya no creemos eso, ya no nos puede hacer daño‖. En la

misma sintonía, las generaciones de jóvenes creyentes quienes no vivieron y fueron

socializados dentro de las concepciones de brujería y nagualismo, sólo ven esto como

anécdotas de la vida anterior a la evangelización protestante.

Con respecto al tema de la enfermedad, también la explicación sobre sus orígenes ha

variado dejando de lado, en la mayoría de los creyentes, las causas ligadas a la brujería. Al

respecto, hay que mencionar que desde los años en que Villa Rojas empezaba a registrar la

5 Es muy reiterativo que los protestantes de los Altos y otros lugares aledaños que tienen un trasfondo indígena, apropien

un discurso que legitime el hecho de que la nueva creencia no destruye la cultura de sus antepasados. Más bien, lo toman

como una forma de reestructuración de su cultura bajo la idea de que ella ha sido un regalo de dios. Tengo la impresión

que está idea hasido alimentada en gran parte por los misioneros extranjeros que, en alguna medida, respetaron algunas

costumbres, no obstante también han creado las concepciones sobre inculturación con el fin de legitimarse frente a las

críticas marxistas. No obstante, considero que esto no significa que aún exista un núcleo duro de la cosmovisión maya.

509

vida en Yochib, ya se comenzaban a usar medicamentos modernos para combatir las

enfermedades, sin embargo, los pobladores tenían la noción que ellos –los medicamentos–

combatían la brujería. De igual importancia para comprender las transformaciones en las

explicaciones sobre las problemáticas sociales, ha sido el auge y uso entre los protestantes

de la ―medicina moderna‖.

Cabe destacar, que la difusión del protestantismo en la zona se acompañó con la

proliferación de la medicina occidental (Corpus, 2006: 38-41). Esto se debe a que las

instituciones protestantes dejaron una herencia médica que continua hasta el día de hoy,

logrando que la enfermedad sea entendida bajo explicaciones occidentales y que la cura de

ellas se trate por medio de medicamentos. A partir de la difusión del protestantismo,

muchos de los creyentes se convirtieron en promotores de salud o paramédicos que,

capacitados por las instancias religiosas, ofrecieron sus servicios a otras comunidades. De

este modo, no es extraño encontrar en diversos parajes de la región farmacias a las cuales

acuden las personas sean protestantes o no. Sin embargo, aunque el tratamiento médico

ocupa la principal explicación de la cura, y que los protestantes recurran a ello, de modo

paralelo siguen recurriendo a la religión con el fin de obtener alivio; siendo prueba de ello

es que dentro de la práctica cúltica presbiteriana siempre hay un lapso que se dedica para

orar por los enfermos. De igual modo, es común que si hay un creyente enfermo, los líderes

de la iglesia lo visiten en su casa para orar por él y de ese modo buscar su sanidad. En mi

experiencia de campo, algunas veces pude acompañar a este tipo de visitas, e inclusive, en

el grupo de jóvenes en el cual me centré se organizaron para visitar y orar por Esteban a

Sekbatul, un paraje cercano a El Corralito, debido a que se puso muy grave.

En la misma sintonía, la explicación a la mortandad infantil ha dado un giro, pues

ahora se entiende esta bajo concepciones médicas. Con la instauración del protestantismo

en la región, se vivió el declive de ―los brujos‖, e inclusive algunos de ellos como don

Tomas –de El Corralito– se convirtieron al protestantismo. Por su parte, los padres ahora no

consideran necesario ocultar el sexo y el nombre del pequeño, puesto que la mayoría de

ellos no cree que en la brujería. Sin embargo, aunque no sea el caso en Oxchuc, en otros

lugares donde hay protestantes en Chiapas, me tocó ver que a los niños recién nacidos se

les pone una cintilla o estambre rojo en su muñeca con la finalidad de que no le echen mal

Inclusive, me resultó paradójico que en casa de un amigo cuya familia es evangélica y son

510

activamente participantes, un infante tenía dicho estambre. Cuando pregunté a sus padres

qué significaba eso, me comentaron que la abuela del bebé se la había colocado.

Estas anotaciones son importantes, pues estamos frente a una doble interpretación del

fenómeno. Por un lado se apegan a la medicina moderna, y por otro, siguen manteniendo la

efectividad de la religión sobre los problemas sociales.

Consideraciones finales

Como se ha anotado, la ponencia tuvo como finalidad reflexionar en torno a los cambios en

las explicaciones que denotan una creencia religiosa sobre problemas sociales debido al

cambio de adscripción religiosa en el municipio tseltal de Oxchuc, Chiapas. Sin mayores

pretensiones, en el ejercicio subyacen unas de las preocupaciones que por mucho tiempo

acompañó a antropólogos y etnólogos chiapanecos, saber si el protestantismo

desestructuraba ese núcleo duro del cual habla López Austin. No lo sé. Tampoco se si

exista tal núcleo donde subyacen creencias mayas puesto que los grupos culturales siempre

han estado en movimiento.

Restaría por aclarar, que si bien sólo nos concentramos en tres ejemplos, a modo un

ejercicio, hay muchos elementos más que pueden ser vistos en el mismo sentido. La

relación con la naturaleza y la relación con los animales son temas que quedan pendientes y

que siguen poniendo en juicio la idea de la inmutabilidad cultural, cosa que la antropología

ha superado.

Finalmente, nos queda sólo comprender el devenir de las culturas indígenas,

cuestionando si es posible seguir hablando de ―cosmovisión‖ como concepto que ha

permanecido por mucho tiempo para explicar y justificar la existencia de posturas –

políticas, sociales, religiosas, académicas, etc. – sobre los grupos indígenas. Sin duda,

construcciones que han sido empleadas por historiadores, arqueólogos, antropólogos,

etnólogos y, uno que otro, sociólogo. Sin una pretensión teleológica, personalmente me

apego a posturas más dinámicas, para entender a los grupos indígenas en movimiento, pues

ellos siempre han estado así, siendo esto prueba de la hipérbole de un propio reacomodo.

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