meditaciones i y ii - descartes - univerisdad de caldas

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Meditaciones I y II - Descartes - Univerisdad de Caldas

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Universidad de CaldasFacultad de ciencias humanas Departamento de filsoofa Contexto de la filosofa moderna Mariana Acevedo VegaReporte de lectura No. 1: Meditaciones I y II de Descartes

El comienzo de la modernidad: el proyecto metafsico de Descartes en las Meditaciones I y IIEn el periodo histrico que conocemos como Modernidad podemos encontrar diferentes autores que se pueden tomar como representativos del pensamiento de la poca. Es por esto, que en el trabajo filosfco contemporneo, estudiamos estos puntos focales que pueden darnos una idea general de los proyectos que surgen de este pensamiento y sus interpretaciones. En este trabajo expongo los puntos de mayor importancia en la lectura de las Meditaciones I y II de Descartes. Para esto he decidido seguir la lectura que hace Margaret Wilson (1978) del proyecto cartesiano y en especial de las Meditaciones acerca de la Filosofa Primera. De esta manera, dividir este trabajo en tres partes: en la primera, aboradar el proyecto que se inicia en la primera meditacin y los principales puntos a tener en cuenta en ella; en la segunda parte, tratar los temas y orden de exposicin que realiza el autor en la segunda meditacin; y por ultimo, en la tercera parte, har una conclusin de mi lectura de estas primeras dos meditaciones que venimos tratando durante las dos ultimas semanas.

1. Meditacin I: El proyecto que comienza con el argumento del sueo y el genio malignoLa primera frase que se encuentra en las Meditaciones nos presenta un proyecto completamente novedoso y que se podra tomar como uno de los comienzos de lo que conocemos hoy en da como la modernidad: Hace ya algn tiempo que advert cmo desde mis primeros aos haba recibido por verdaderas una cantidad de falsas opiniones, y que aquello que despus he fundamentado sobre principios tan mal asegurados no poda ser sino muy dudoso e incierto; de manera que me haca falta intentar seriamente una vez en mi vida deshacerme de todas las opiniones a las que hasta entonces haba dado crdito, y comenzar todo de nuevo desde sus fundamentos, si quera establecer algo firme y constante en las ciencias (Descartes, 2008). En esta primera frase podemos indentificar varios puntos importates a tratar. El primero, es que Descartes nos habla en primera persona sobre un tema que ha advertido desde hace algn, a saber, que aquellas cosas que haba concebido como verdaderas terminaron siendo falsas opiniones y que, por tanto, todos ellos eran muy dudosos e inciertos. Esto nos lleva a un segundo punto, ya que despus de encontrarse en tal duda e incertidumbre, da comienzo a un proyecto nuevo: intentar olvidar el conocimiento que hasta ahora tena y comenzar todo de nuevo desde los fundamentos. Ahora bien, un tercer punto, y que para m es uno de los ms interesates a tratar, es lo que podemos encontrar al final de la frase. All se enceuntra el para qu de estas meditaciones que realizar Descartes: establecer algo firme y constante en las ciencias. Margaret Wilson nos dice en su libro que esta frase debe ser leda a partir de lo que dice Descartes en la Introduccin a los Principios de la Filosofa y en una carta que le enva a Mersenne el 28 de enero de 1641 (Wilson, 1978, p. 2), en la cual se lee: Pienso que lo he puesto en muchas otras cosas; y se lo digo, entre nosotros, que estas seis Meditaciones contienen las bases de mi Fsica. Pero por favor no lo diga, porque aquellos que estn a favor de Aristteles tal vez no las aprueben, y espero que aquellos que las lean se acostumbren imperceptiblemente a mis principios y reconozcan su verdad, sin darse ceunta que destruyen los de Aristteles[footnoteRef:1] (Tomado del libro Descartes de Margaret Wilson, p. 2). [1: Yo he traducido del Ingls todas las citas y referencias del libro de Margaret Wilson que utilizo en este trabajo.]

A partir de esta frase lo que podemos encontrar en las Meditaciones es un proyecto que pretende fundar una nueva metafsica para fundamental una revolucin cientfica. Descartes, como bien se sabe, fue uno de los ms grandes matemticos y gemertras de su tiempo, y por tanto, su inters filosfico tendra mucho que ver con los cambios que en la poca se daban en el campo de la ciencia. Por tanto, el uso de la primera persona dentro de las Meditaciones podra ser un uso retrico para cumplir con su propsito de cambiar los principios aristotlicos en la mentalidad de quienes lo lean. De esta manera, y sieguiendo a Wilson (1978), la interpretacin que seguiremos es el de leer las Meditaciones como un tratado filosfico y no como una autobiografa. Teniendo esto como base, podemos seguir con el orden de exposicin de la primera meditacin. Despus de la primera frase, Descartes afirma claramente que no hay que dudar de manera individual de todas las cosas que conocemos, y en este punto hay que prestar bastante atencin, pues lo que Descartes pone en duda son los principios desde donde se funda el conocimiento de todas las anteriores opiniones. Lo primero que ataca son los sentidos, pues segn l, es atravs de ellos desde donde ha recibido aquello que ha considerado como lo ms verdadero, pero como anteriormente lo han engaado, no puede fiarse con seguridad de ellos. Y dice que aunque hay ocasiones en la que efectivamente nos engaan, es muy difcil dudar de ciertas cosas que se derivan de los sentidos. El ejemplo que presenta es el de estar sentado frente al fuego, vestido con una bata, teniendo un papel entre las manos y cosas por el estilo. Frente a esta cuestin Descartes llama la atencin sobre dos fantasas: la del loco y la del sueo. En el primer caso, aquellos que estn locos imaginan muchas cosas sin que estas sean ciertas, sin embargo, este caso no sirve para entrar completamente en la duda pues guiarse por el ejemplo de un loco no sera ms que extravagante, y adems, podemos reconocer por lo que dice que no tiene ninguna duda de su sanidad mental. En el segundo caso, el del sueo, nos encontramos con que en nuestra condicin de hombres necesitamos descanso, y por tanto, necesitamos dormir. Mientras dormimos representamos en nuestros sueos las mismas cosas que estando despiertos tanto as que nos parecen verosmiles. Es decir, en muchas ocasiones nos vemos engaados por las ilusiones de un sueo mientras dormimos, y as, soamos que tenemos manos, que abrimos los ojos, que movemos la cabeza y todas estas cosas particulares, pero son solo eso: una ilusin. En este caso Descartes afirama que la ilusin que se nos representa en un sueo no puede ser creacin nuestra completamente sino que ellas deben estar formadas a semejanza de algo real:Sin embargo, hay que confesar al menos que las cosas que se nos representan en el sueo son como cuadros y pinturas que no pueden estar formadas sino a semejanza de algo real y verdadero; y que as, por lo menos, esas cosas generales, a saber, los ojos, una cabeza, las manos y todo el resto del cuerpo, no son cosas imaginarias sino verdaderas y existentes (Descartes, 2008, p. 239).De all se sigue que las ciencias que tratan con objetos corporales, como lo son la Astronima y la Medicina, deben ser tomadas como dudosas e inciertas. Por el contrario, las ciencias que tratan de cosas sencillas y muy generales, como la Aritmtica, la Geometra y las ciencias de la naturaleza, contienen dentro de ellas algo cierto e indudable. Porque ya sea que yo est despierto o que duerma, dos y tres juntos forman siempre el nmero cinco, y el cuadrado no tendr nunca ms de cuatro lados (Descartes, 2008, p. 241). En este sentido, el conocimiento de estas ciencias no necesita de la experiencia sensible o corporal, y por eso, hasta este punto no habra por qu dudar de un mundo fsico del cual podemos tener verdades ciertas e indudables. Este argumento del sueo, siguiendo a Wilson (1978, p. 16), no debe ser entendido como una demostracin de que tal o cual experiencia sensible es verdica o no, sino como una pregunta que se hace para encontrar si se puede saber con certeza si atraves de los sentidos podemos llegar a cualquier tipo de verdad. Y el problema, como dice Descartes, es que no hay indicios concluyendes, ni marcas tan ciertas por las cuales pudiese distinguir con nitidez la vigilia del sueo (Descartes, 2008, p. 239). En este orden de ideas, el no poder saber si estamos soando siempre es uno de los problemas esenciales con los que nos encontramos en esta Primera Meditacin. En este punto Descartes introduce la hiptesis de un Dios que todo lo puede, y por el cual he sido creado y producido tal como soy, el cual pudo haber querido engaarlo hasta en el conocimiento que ms tena por cierto. No hay nadie que pueda asegurar que ese Dios no lo ha engaado en todas las sensaciones que tiene de las cosas, y es por eso que no puede tener certeza absolutamente de nada, pues al haber sido engaado anteriormente no hay manera de saber que no lo har de nuevo. De manera que si quiere encontrar algo constante y firme en las ciencias algo verdadero es necesario que se suspenda el juicio sobre todas las cosas que crea conocer, y no es necesario hacerlo solo una vez, sino que debe seguir este punto en lo que se sigue de las Meditaciones. Supone, entonces, que no hay un verdadero Dios sino un genio maligno: Supondr entonces que hay, no un verdadero Dios que es fuente soberana de verdad, sino un cierto genio maligno, no menos astuto y engaador que poderoso, que ha empleado toda su destreza para engaarme (Descartes, 2008, p. 245). En consecuencia, supondr que todas las sensaciones externas e incluso sus propios sentidos no son ms que ilusiones y engao de los cuales se sirve el genio maligno para sorprender su credulidad. A travs de este pensamiento pretende llegar a algn conocimiento verdadero, en el caso en el que esto no sea posible, pues entones por lo menos estar en su potencia suspender el juicio y alejarse rotundamente de la falsedad. Esta tarea tan laboriosa es la que se propone en la Primera Meditacin, es una meditacin completamente destructiva, que por decirlo as, deja limpio el terreno para empezar desde all un nuevo proyecto enfocado a darle bases metafsicas propias a la ciencia. A continuacin pasar a revisar los aspectos ms importantes de la Segunda Meditacin.

Segunda Meditacin: conocimiento del cuerpo y del almaEn la primera lnea de la Segunda Meditacin nos volvemos a encontrar con un uso retrico que hace Descartes en esto que consideramos como un tratado de filsofa: La meditacin que hice ayer me ha llenado el espritu con tantas dudas, que en adelante ya no est en mi potencia olvidarlas (Descartes, 2008, p. 247). Como ya se dijo anteriormente, esto se puede interpretar como un ejercicio busca cambiar la mente del lector a travs del uso de la primera persona y el tiempo en el que se deben leer las meditaciones. As el lector entra dentro de este juego retrico y, sin darse cuenta, cambia todo su fundamento y estructura metafsica sobre el cual se constituye el conocimiento. Al parecer, Descartes estara suplantando el sistema metafsico aristotlico por su propio sistema, y estara fundando las bases del pensamiento moderno en general. As pues, pasamos a los puntos ms importantes que podemos encontrar en esta meditacin. Despus de la primera meditacin, en donde ha decidido alejarse de todo lo que puede entrar en duda y ha suspendido el juicio, sigue el camino en bsqueda de algo cierto de lo que no haya duda o por lo menos la certeza de que tal cosa no existe en el mundo. De la misma manera que Arqumedes, se busca: un punto fijo que fuera cierto y seguro () una cosa que sea cierta e indudable (Descartes, 2008, p. 247). De esta manera, suspende el juicio y supone que: a. Todas las cosas que ve son falsas; b. Todas las mentiras que estn en la memoria jams han sido ciertas; c. No tiene sentidos; d. El curpo, la figura, la extensin, el movimiento y el lugar no son ms que ficciones de mi espritu. (Descartes, 2008, pp. 247-249). En este punto Descartes se pregunta si no puede haber otra cosa de las que acaba de juzgar como inciertas de la cual no pueda tener la menor duda. Piensa si puede haber algn Dios o alguna potencia, pero dice que estas las pudo haber creado l mismo. Y all entra la pregunta: pero entonces al menos yo no soy algo? (Descartes, 2008, p. 249) y en este punto nos tenemos que detener con cautela. Muchos interpretes de las Meditaciones dicen que en este Segunda Meditacin descartes estara diciendo: pienso, luego existo solamente. Sin embargo, gracias a interpretes como Frankfurt (1970) y Wilson (1978), podemos encontrar que el punto central de esta meditacin est en que podemos saber con certeza que existimos incluso sin saber que nuestros cuerpos existen. Hay un argumento ontolgico en juego. All nos encontramos con la pregunta por si yo soy algo. Ya se haba negado que tuviera sentidos o cualquier cuerpo, pues podra haber un ente engaador por el cual se tomaban las cosas como ciertas sin que lo fueran. Sin embargo, en este punto Descartes hace una pregunta: Soy acaso tan dependiente del cuerpo y de los sentidos como para no poder ser sin ellos? (Descartes, 2008, p. 249), ciertamente se ha persudido de que no haba absolutamente nada, pero el punto es que no se haba persuadido de que l mismo no era, porque al persuadirse habra pensado algo y por tanto no estaba negando su propia existencia. Si hubiese un Dios engaador que lo engaara, lo tendra que estar engaando a l y [Dios] no podr nunca hacer que yo no sea nada mientras que yo piense algo (Descartes, 2008, p. 249). De esta manera, concluye en este argumento: De manera que despus de haberlo pensado bien, y de haber examinado con cuidado todas las cosas, hay que llegar a concluir y a tener como firme que esta proposicin: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera cada vez que la pronuncie, o que la conciba en mi espritu (Descartes, 2008, p. 249). Despues de haber concebido con claridad que no haba razones para dudar de que era, la pregunta que se sigue es por lo que es. Antes pensaba que era un animal racional, pero la investigacin de qu es ser animal y qu es racional, pero esto cocluira en una infinidad de cuestiones para las cuales no tiene el tiempo necesario. De manera que considera los conocimientos que nacen de su espritu cuando se aplicaba a considerar su ser. De esta manera, se consideraba como alguien que tena un cuerpo y un alma: entenda por cuerpo y sus atributos todo lo que puede ser delitmitado por alguna figura, lo que puede estar comprendido dentro de algn lugar y llenar el espacio de manera que todos los dems cuerpos estn excluidos de l; lo que puede ser sentido ya sea por el tacto, por la vista, por el odo o por el olfato; lo que puede ser movido no por s mismo, sino por alguna cosa extraa de la cual sea tocado y de la cual reciba una impresin. No puede tener en l el poder para moverse, sentir y pensar. Y el problema est en que no puedo estar seguro de que tengo estas cosas, porque como ya lo haba dicho antes, puede haber un Dios engaador que le est haciendo creer que tiene tales sensaciones pero todo ello puede ser tan solo una ilusin (Descartes, 2008, p. 251)Por otra parte est lo que comprende como el alma y sus atributos de los cuales Descartes se pregunta si pueden estar en l: es cierto que si no se tiene un cuerpo es imposible alimentarse, caminar. Y en cuanto al sentir, ya vimos el ejemplo del sueo en donde tambin senta muchas cosas pero no tena marcas que le permitieran reconocer si estaba soando o estaba despierto, por tanto no haba ninguna certidumbre. As pues, lo que le queda examinar es el atriburo del pensamiento, y descubre que este efectivamente le pertenece: Slo l no puede ser desprendido de m. Yo soy, yo existo: esto es cierto; pero por cunto tiempo? A saber, por el tiempo que piense; porque tal vez es posible que si yo dejara de pensar, cesara al mismo tiempo de ser o de existir. Ahora no admito nada que no sea necesariamente verdadero: por lo tanto no soy, hablando con precisin, sino una cosa que piensa, es decir, un espritu, un entendimiento o una razn, que son trminos cuyo significado me era desconocido hasta ahora (Descartes, 2008, p. 253).

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