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Cuando se habla de -escuela- para designar a los médicos agrupados en Cos, en Cnido y, aunque tengamos menos informaciones so- bre ellos, en Crotona o en Cirene, emplea- mos así pues este término en un sentido am- plio y, en definitiva, inadecuado. Por el contrario, a partir de Herófilo los discípulos de un maestro se agrupan en aso- ciaciones -diríamos «sectas» para traducir el término griego bairesis que significa -elec- ción-, -preferencia-, y que ha dado nuestra palabra -herejía— que pretenden defender y expandir la doctrina y la práctica de su maes- tro, que a veces contribuyeron a elaborar, a precisar o a desarrollar. Es difícil evaluar la influencia que en este campo ejercieron los filósofos sobre los médicos, pero sin duda no es poca. Hablaremos por lo tanto de los he- rofllianos o de -personas en tomo a Herófi- lo-. Sería excesivo decir que con Herófilo la secta médica alcanzó una forma definitiva y en particular la estructura institucional rígida que le serán propias a partir del siglo si- guiente y hasta el final de la Antigüedad. También en este caso Herófilo, cuya escuela se funda sobre un conjunto doctrinal cohe- rente pero que es relativamente informal desde el punto de vista institucional, combi- na lo antiguo y lo nuevo. La escuela herofiliana duró más de dos si- glos en Alejandría, después emigró a Asia Menor estableciéndose junto a un templo cercano a Laodicea. Parece que esta fue la ocasión para dotarse de estructuras institu- cionales más fuertes, tal vez, porque la pro- ximidad del templo incitaba a ello, más pro- bablemente para conformarse con el modelo que se había hecho dominante. Desde el punto de vista teórico los herofllianos man- tuvieron la tradición de la medicina -racional- procedente de Hipócrates y por ello se les clasificó entre los -dogmáticos-. Conservaron y desarrollaron también la rica farmacopea puesta a punto por su maestro: la mayor par- te de entre ellos permanecieron fieles al exa- men del pulso como medio primordial para efectuar el diagnóstico. Por el contrario, la práctica de la disección parece haberse aban- donado en seguida. Pero la escuela herofiliana conoció uno de los accidentes más comunes a todas las escuelas, filosóficas y médicas: la traición. Un herofiliano disidente llamado Fi- lino de Cos fundó la secta empírica. La medi- cina entró entonces verdaderamente en una nueva época. Normalmente se dice que la vida médica antigua a partir del final de la época helenís- tica estuvo dominada por la rivalidad entre tres grandes escuelas: la escuela dogmática, la escuela empírica, la escuela metódica, a las que se añade en ocasiones otra escuela llamada -pneumatista- porque insistía en la importancia del aliento vital (pneuma.), ex- plicando las enfermedades por los acciden- tes de este pneuma excesivamente caldeado, demasiado frío, demasiado rápido, demasia- do lento, demasiado pesado, demasiado lige- ro..., y esforzándose en curarlos corrigiendo estos problemas, lo cálido por lo frío. De he- cho estas sectas no son más que casos parti- culares de un mismo modelo. La escuela dogmática -también llamada ra- cionalista- no existe, pues ningún médico se declaró nunca «dogmático». Son primero sus adversarios y seguidamente los historiadores y los doxógrafos los que los denominaron así. Hemos visto más arriba que esta doble tradición, crítica e histórica, situaba a Herófi- lo en esta escuela que hace remontar al pro- pio Hipócrates. Por el contrario los empíricos se establecieron como escuela en el sentido estricto del término, «debido a su rivalidad con los herofllianos- que constituían una «proto-escuela-, rivalidad tanto más acentua- da cuanto que el fundador de la secta empí- rica era un herofiliano disidente. La crítica que los empíricos dirigen a los «dogmáticos- es ante todo gnoseológica, y Galeno, no sin malicia, pretende que se entendían con fre- cuencia sobre el tratamiento a administrar a un enfermo concreto, oponiéndose solamen- te por el método en que basaban ese trata- miento cosa que, en resumen, concuerda bien con lo que ya se ha dicho sobre el carác- ter heterogéneo de la medicina helenística. Para los empíricos, las causas ocultas son in- cognoscibles. Según ellos únicamente la ex- periencia puede indicarnos el tratamiento propio para una enfermedad concreta. Debi- do a ello la medicina ya no debe considerar- se como una ciencia. Ciertamente, no se tra- ta sólo de la experiencia de un individuo único, puesto que los empíricos reconocen como válido el recurso a lo que denominan la -historia», es decir, a la experiencia acumu- lada de los médicos anteriores tal como se transmite por enseñanza oral y en las compi- laciones de observaciones. En el mismo sen- tido, la experiencia adquirida en cada caso se puede extender, puesto que los empíricos no

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  • Cuando se habla de -escuela- para designar a los mdicos agrupados en Cos, en Cnido y, aunque tengamos menos informaciones sobre ellos, en Crotona o en Cirene, empleamos as pues este trmino en un sentido amplio y, en definitiva, inadecuado.

    Por el contrario, a partir de Herfilo los discpulos de un maestro se agrupan en asociaciones -diramos sectas para traducir el trmino griego bairesis que significa -eleccin-, -preferencia-, y que ha dado nuestra palabra -hereja que pretenden defender y expandir la doctrina y la prctica de su maestro, que a veces contribuyeron a elaborar, a precisar o a desarrollar. Es difcil evaluar la influencia que en este campo ejercieron los filsofos sobre los mdicos, pero sin duda no es poca. Hablaremos por lo tanto de los he- rofllianos o de -personas en tomo a Herfilo-. Sera excesivo decir que con Herfilo la secta mdica alcanz una forma definitiva y en particular la estructura institucional rgida que le sern propias a partir del siglo siguiente y hasta el final de la Antigedad. Tambin en este caso Herfilo, cuya escuela se funda sobre un conjunto doctrinal coherente pero que es relativamente informal desde el punto de vista institucional, combina lo antiguo y lo nuevo.

    La escuela herofiliana dur ms de dos siglos en Alejandra, despus emigr a Asia Menor establecindose junto a un templo cercano a Laodicea. Parece que esta fue la ocasin para dotarse de estructuras institucionales ms fuertes, tal vez, porque la proximidad del templo incitaba a ello, ms probablemente para conformarse con el modelo que se haba hecho dominante. Desde el punto de vista terico los herofllianos mantuvieron la tradicin de la medicina -racional- procedente de Hipcrates y por ello se les clasific entre los -dogmticos-. Conservaron y desarrollaron tambin la rica farmacopea puesta a punto por su maestro: la mayor parte de entre ellos permanecieron fieles al examen del pulso como medio primordial para efectuar el diagnstico. Por el contrario, la prctica de la diseccin parece haberse abandonado en seguida. Pero la escuela herofiliana conoci uno de los accidentes ms comunes a todas las escuelas, filosficas y mdicas: la traicin. Un herofiliano disidente llamado Fi- lino de Cos fund la secta emprica. La medicina entr entonces verdaderamente en una nueva poca.

    Normalmente se dice que la vida mdica antigua a partir del final de la poca helenstica estuvo dominada por la rivalidad entre tres grandes escuelas: la escuela dogmtica, la escuela emprica, la escuela metdica, a las que se aade en ocasiones otra escuela llamada -pneumatista- porque insista en la importancia del aliento vital (pneuma.), explicando las enfermedades por los accidentes de este pneuma excesivamente caldeado, demasiado fro, demasiado rpido, demasiado lento, demasiado pesado, demasiado ligero..., y esforzndose en curarlos corrigiendo estos problemas, lo clido por lo fro. De hecho estas sectas no son ms que casos particulares de un mismo modelo.

    La escuela dogmtica -tambin llamada racionalista- no existe, pues ningn mdico se declar nunca dogmtico. Son primero sus adversarios y seguidamente los historiadores y los doxgrafos los que los denominaron as. Hemos visto ms arriba que esta doble tradicin, crtica e histrica, situaba a Herfilo en esta escuela que hace remontar al propio Hipcrates. Por el contrario los empricos se establecieron como escuela en el sentido estricto del trmino, debido a su rivalidad con los herofllianos- que constituan una proto-escuela-, rivalidad tanto ms acentuada cuanto que el fundador de la secta emprica era un herofiliano disidente. La crtica que los empricos dirigen a los dogmticos- es ante todo gnoseolgica, y Galeno, no sin malicia, pretende que se entendan con frecuencia sobre el tratamiento a administrar a un enfermo concreto, oponindose solamente por el mtodo en que basaban ese tratamiento cosa que, en resumen, concuerda bien con lo que ya se ha dicho sobre el carcter heterogneo de la medicina helenstica. Para los empricos, las causas ocultas son incognoscibles. Segn ellos nicamente la experiencia puede indicarnos el tratamiento propio para una enfermedad concreta. Debido a ello la medicina ya no debe considerarse como una ciencia. Ciertamente, no se trata slo de la experiencia de un individuo nico, puesto que los empricos reconocen como vlido el recurso a lo que denominan la -historia, es decir, a la experiencia acumulada de los mdicos anteriores tal como se transmite por enseanza oral y en las compilaciones de observaciones. En el mismo sentido, la experiencia adquirida en cada caso se puede extender, puesto que los empricos no