medicos y servicios de inteligencia

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87 SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 7(1):87-97, Enero - Abril, 2011 RESEÑA HISTÓRICA / HISTORICAL REVIEW RESUMEN En el otoño de 1964 los residentes e internos de los hospitales de México iniciaron un paro pidiendo aumento de salarios, mejores condiciones de trabajo y la oportunidad de seguir estudiando. El movimiento duraría casi un año y al paso del tiem- po las demandas dejaron de ser estrictamente por cuestiones laborales y se tornaron más universales. Los internos y residentes comenzaron a hablar sobre justicia social, el dere- cho a la salud de todos los mexicanos, y aun sobre el problema agrario en la nación. El gobierno, preocupado por la influencia que tenían estos profesionales, envió al servicio de inteligencia a patrullar a diario todos los hospitales de la capital y a seguir clandesti- namente a ciertos médicos. Utilizando solo unos cuantos de estos reportes diarios, se muestra cómo el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz utilizó al movimiento médico para entender al movimiento estudiantil de 1968. PALABRAS CLAVE Médicos; Sector Público; Cuerpo Médico de Hospitales; Condiciones de Trabajo; Huelga de Empleados; México. ABSTRACT In the autumn of 1964, residents and interns of Mexico's hospitals began a strike to demand salary increases, better working conditions, and more educational opportunities. As time passed, however, these workplace demands shifted to encom- pass more global issues of social justice, the right of all Mexicans to healthcare, and even peasant rights and agrarian reform. The Mexican government, concerned by the growing influence of these young doctors, made it a top priority of the intelligence ser- vice to monitor on a daily basis all Mexico City hospitals and to clandestinely follow certain physicians. Using only a sampling of these intelligence reports, the article reveals how the government of Gustavo Díaz Ordaz used the medical movement to better understand the student protests of 1968. KEY WORDS Physicians; Public Sector; Medical Staff, Hospital; Working Conditions; Strikes, Employee; Mexico. Médicos, hospitales y servicios de inteligencia: el movimiento médico mexicano de 1964-1965 a través de reportes de inteligencia Doctors, hospitals and intelligence agencies: the Mexican medical movement (1964-1965) as seen from intelligence reports Soto Laveaga, Gabriela 1 1 Doctora en Historia. Profesora- investigadora del Departamento de Historia y directora del Programa de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos, University of California, Santa Bárbara, EE.UU. [email protected]

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    RESEA HISTRICA / HISTORICAL REVIEW

    RESUMEN En el otoo de 1964 los residentes e internos de los hospitales de Mxicoiniciaron un paro pidiendo aumento de salarios, mejores condiciones de trabajo y laoportunidad de seguir estudiando. El movimiento durara casi un ao y al paso del tiem-po las demandas dejaron de ser estrictamente por cuestiones laborales y se tornaron msuniversales. Los internos y residentes comenzaron a hablar sobre justicia social, el dere-cho a la salud de todos los mexicanos, y aun sobre el problema agrario en la nacin. Elgobierno, preocupado por la influencia que tenan estos profesionales, envi al serviciode inteligencia a patrullar a diario todos los hospitales de la capital y a seguir clandesti-namente a ciertos mdicos. Utilizando solo unos cuantos de estos reportes diarios, semuestra cmo el gobierno de Gustavo Daz Ordaz utiliz al movimiento mdico paraentender al movimiento estudiantil de 1968.PALABRAS CLAVE Mdicos; Sector Pblico; Cuerpo Mdico de Hospitales; Condicionesde Trabajo; Huelga de Empleados; Mxico.

    ABSTRACT In the autumn of 1964, residents and interns of Mexico's hospitals begana strike to demand salary increases, better working conditions, and more educationalopportunities. As time passed, however, these workplace demands shifted to encom-pass more global issues of social justice, the right of all Mexicans to healthcare, andeven peasant rights and agrarian reform. The Mexican government, concerned by thegrowing influence of these young doctors, made it a top priority of the intelligence ser-vice to monitor on a daily basis all Mexico City hospitals and to clandestinely followcertain physicians. Using only a sampling of these intelligence reports, the articlereveals how the government of Gustavo Daz Ordaz used the medical movement tobetter understand the student protests of 1968.KEY WORDS Physicians; Public Sector; Medical Staff, Hospital; Working Conditions;Strikes, Employee; Mexico.

    Mdicos, hospitales y servicios de inteligencia: el movimiento mdico mexicano de 1964-1965 a travs de reportes de inteligencia

    Doctors, hospitals and intelligence agencies: the Mexican medical movement (1964-1965) as seenfrom intelligence reports

    Soto Laveaga, Gabriela1

    1Doctora en Historia. Profesora-investigadora del Departamentode Historia y directora delPrograma de EstudiosLatinoamericanos e Ibricos,University of California, SantaBrbara, EE.UU. [email protected]

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    INTRODUCCIN

    El final de la dcada del '60, comn-mente asociado con agitacin social, desconten-to de la clase media y represin gubernamental,se encuentra nuevamente bajo escrutinio histri-co (a). A pesar de que se pueden encontrar ejem-plos mundiales que encajan en la descripcinprecedente, a menudo Mxico, especficamentela Ciudad de Mxico, posee la dudosa distincinde haber representado todas estas cualidadesdurante los Juegos Olmpicos de 1968. Durantemucho tiempo, los historiadores de Mxico hansostenido que la masacre estudiantil de la plazaTlatelolco, solo das antes de la ceremonia deinauguracin de las XIX Olimpadas, rompi lasapariencias de estabilidad social y progreso yexpuso a la luz pblica la verdadera naturalezadel autoritario y altamente represivo partidogobernante. Aun ms, los historiadores han afir-mado que el gobierno se vio sorprendido por elnivel de descontento y el grado de organizacindel movimiento estudiantil (b). Pero es solo a par-tir del ao 2003, con la apertura de los archivosdel Centro de Investigacin y Seguridad Nacional(CISEN) mexicano el equivalente al FBI de losEE.UU. que los acadmicos poseen pruebasdocumentadas de cmo agentes del Estado insti-garon, orquestaron y fomentaron el descontentoen los acontecimientos de aquellos aos enMxico y, ms importante an, cunta informa-cin haba en manos del Estado mexicano.

    Estos documentos prueban que fue en1965 cuando algunos miembros de la elite privi-legiada y educada de Mxico los residentes einternos de medicina fueron firmemente repri-midos por el rgimen de Daz Ordaz como "res-puesta" a las necesidades de los mexicanos, losmismos trminos que el presidente usara, aosms tarde, para justificar las acciones contra losestudiantes. Fue tambin en 1965 cuando losestudiantes se unieron a la huelga de los mdicospara apoyar sus demandas y ms tarde adoptaronsu forma de organizacin y gran parte de su estra-tegia, hacindola propia en 1968. Por lo tanto, enMxico no seran los estudiantes desempleadossino profesionales estatales jvenes, subemplea-dos y con alto nivel de educacin quienes cues-tionaran al gobierno corrupto y antidemocrtico

    del partido gobernante y quienes, en principio,sufriran el rgimen represor de Daz Ordaz.Estos documentos muestran que, a diferencia delo que se crey durante mucho tiempo, muchasde las protestas cruciales contra el Estado mexi-cano ocurrieron inicialmente en hospitales y noen universidades. Pero el movimiento de losmdicos, brutal y contundentemente arrasadopor la administracin, ha quedado casi en elolvido. Al examinar la huelga de mdicos desdeesta nueva perspectiva, como el movimientofundamental que volvi a una administracincontra sus ciudadanos jvenes, y al utilizar estenuevo material desclasificados podemos com-prender que la huelga de mdicos de 1964-1965fue el campo de entrenamiento donde el rgi-men de Daz Ordaz aprendi a oprimir el des-contento de la clase media.

    EL MOVIMIENTO MDICO

    El movimiento de residentes e internoscomenz el 26 de noviembre de 1964, pocos dasantes de que Gustavo Daz Ordaz asumiera comonuevo presidente de Mxico. Como en el caso deotros movimientos sociales, sus races se remon-tan a un reclamo especfico. Unas semanas anteshaba circulado el rumor de que los residentes einternos del hospital "20 de Noviembre" de laCiudad de Mxico no recibiran ese ao su agui-naldo como era costumbre. El escenario del con-flicto, el hospital "20 de Noviembre", era sorpren-dente ya que dicho hospital haba sido inauguradounos pocos aos antes y, supuestamente, era unejemplo reluciente del xito del sistema de saludpblica mexicano. Este hospital formaba parte delcomplejo de salud pblica Instituto Mexicano delSeguro Social (IMSS) e Instituto de Seguridad yServicios Sociales de los Trabajadores del Estado(ISSSTE) que, desde 1943 y 1959 respectivamen-te, prestaban atencin sanitaria a gran parte delpueblo mexicano. Las clnicas y hospitales delIMSS eran reconocidas como prueba tangible yuno de los logros principales del partido gobernan-te posrevolucionario mexicano: la seguridadsocial. Como rezaban sus publicaciones, la seguri-dad social mexicana era "resultado de una denuestras ms altas tradiciones revolucionarias", y

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    el mismo presidente Adolfo Lpez Mateos (1958-1964), bajo cuyo mandato se inaugur el hospi-tal "20 de Noviembre", asegur que "el rgimende la seguridad social constituye uno de los pro-psitos esenciales de nuestras institucionesdemocrticas", ya que en l los trabajadorespodan encontrar "uno de los mejores instrumen-tos para la realizacin de los postulados de justi-cia social que instaur la Revolucin Mexicana"(4). Como tal, la inauguracin de un nuevo cen-tro del IMSS recibi gran cobertura de losmedios. Es ms, el IMSS jugaba un papel vital enla capacitacin de los mdicos mexicanos. Paragraduarse, todos los estudiantes de medicina deMxico deban pasar un ao como internos enuno de los hospitales escuelas, que en su mayo-ra eran administrados por el Estado. Por lo tanto,todos los estudiantes de medicina mexicanoscompetan por las pocas vacantes disponibles enlos hospitales del IMSS y el ISSSTE. Esto colocabaa cada uno de los administradores hospitalariosen una singular posicin de poder: sus decisionesdeterminaban cules estudiantes de medicina segraduaran cada ao. Tomando en cuenta estedesequilibrio laboral, los alumnos con plaza raravez se quejaban de sus psimos sueldos.

    Pero ese da de 1964 el director delhospital confirm el rumor sobre la cancelacindel aguinaldo; explic que, a pesar de la costum-bre, no corresponda pagar aguinaldo a los resi-dentes e internos ya que perciban becas y nosalarios. Dicho de otra forma, si no perciban unsalario no eran trabajadores del Estado, como seles haba hecho creer, y no tenan derecho alaguinaldo. Como sealaron los internos y resi-dentes tiempo despus, esta diferencia era crucialya que trabajaban para un hospital estatal; al noser considerados como empleados estatales, suderecho a huelga quedaba fuera de los canalesoficiales establecidos. La respuesta gubernamen-tal fue la esperable: el inmediato despido de dos-cientos internos y residentes del hospital "20 deNoviembre". Lo que no se esperaba era la falta deapoyo inicial de sus pacientes, los ciudadanos deMxico. Sorpresivamente la mayora de los mexi-canos no haca diferencia entre los doctoresmayores y con aos de experiencia y los internosy residentes en apuros: todos usaban batas blan-cas. Pero los jvenes residentes e internos tenanmucho ms en comn con los estudiantes que

    con los profesionales de la salud "establecidos"de Mxico. Muchos residentes se haban gradua-do solo meses antes y estaban luchando paraalcanzar la "promesa de la revolucin mexicana":encontrar vivienda y trabajo dignos, mayor edu-cacin y, en algunos casos, suficiente dinero paracomprar los uniformes y libros necesarios (c).Esta tensin profesional tambin se percibi en lahuelga de mdicos en Saskatchewan, provinciade Canad, en 1962 (d). Pero la tensin entre lospracticantes de la salud fue, desde sus inicios,una caracterstica de la profesin. Al describir lospleitos decimonnicos entre los practicantes dela medicina en EE.UU., el historiador Paul Starrresalta:

    Nada debilit tanto la profesin como las encar-

    nizadas y constantes rias y divisiones entre los

    mdicos del siglo XIX. Algunas divisiones eran

    de ndole de grupo y otras eran personales. Eran

    pblicas y corrosivas y tan comunes en las ms

    altas esferas de la profesin como en los pelda-

    os ms bajos. (6 p.93) (e)

    Estas tensiones histricas de la profe-sin tomaran, en el caso de Mxico, un matizgeneracional (f).

    Al igual que otros trabajadores en con-flicto, los internos y residentes intentaron otorgarlegitimidad a sus reclamos formando una asocia-cin oficial, la Asociacin Mexicana de MdicosResidentes e Internos (AMMRI), la primera orga-nizacin nacional de su tipo en Mxico. Tambinpublicaron sus cinco demandas en una cartaabierta al presidente, donde pedan lo siguiente:1) la recontratacin de todos los mdicos despe-didos; 2) un aumento de las becas y su conver-sin en un contrato renovable; 3) la contratacinpreferencial de antiguos residentes; 4) una solu-cin a los problemas de cada uno de los hospita-les; y 5) mayor acceso a educacin de posgrado.A pesar de que estas demandas se enfocabanexclusivamente en beneficios para los mdicosms jvenes, posiblemente el sector con menospoder poltico y econmico, a menos de unasemana despus de iniciado el movimiento, losinternos y residentes creyeron necesario publicarotra solicitada de una pgina en distintos peridi-cos para explicar que su huelga no era un actopoltico contra el presidente entrante (8). Pero lo

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    que estaba pasando en la repblica mexicana, snecesitaba explicacin. En pocos das, en casitodos los estados mexicanos, los internos y resi-dentes abandonaban los hospitales para apoyar asus colegas de la Ciudad de Mxico. Por lomenos durante un mes no hubo reaccin visiblede parte de la nueva administracin. Pareca quela inesperada intensidad del movimiento habatomado por sorpresa al nuevo presidente. Estadescripcin de la huelga es lo que las fuentessecundarias han cubierto para explicar el movi-miento mdico (9-11). Con la nueva informacinproveniente de los documentos desclasificados,las primeras semanas del movimiento mdico sevuelven ms complejas.

    A comienzos de diciembre, los infor-mes del servicio secreto revelan la estrategia pre-sidencial inicial: poner distancia entre la adminis-tracin y el problema e ignorar pblicamente alos mdicos. No obstante, esto no significaba quela administracin no conociera ni dejara de inte-resarle el problema. Un informe del 7 de diciem-bre de 1964, por ejemplo, revela que el secreta-rio presidencial Cisneros amonest a los mdicospor tratar de involucrar al recientemente designa-do presidente, diciendo que "su problema notena el alcance presidencial y nacional que sepretenda darle, ya que su solucin era sencilla yse encontraba en manos de los directores de cadauna de las dependencias a las que pertenecacada nosocomio" (12 f.168). Esta explicacin,referente a que los mdicos estaban intentandocrear un movimiento nacional cuando no habarazn para hacerlo, se mantendra en el discursooficial durante los siguientes diez meses. Si elgobierno admita pblicamente que el problemade los mdicos no se circunscriba a los hospita-les sino que tena alcance nacional, revelara queel preciado sistema de salud pblica mexicanoestaba en crisis.

    Aunque la cantidad de material descla-sificado sobre el movimiento mdico es asom-brosa, su calidad y finalidad varan significativa-mente (g). Uno de los informes tpicos consistaen el registro diario y detallado de cada hospitalde la Ciudad de Mxico (Figura 1). En forma deresumen, el agente informaba al lector supues-tamente el gobierno y las fuerzas de seguridadel nivel de organizacin, los nombres de las per-sonas involucradas, los reclamos hospitalarios

    especficos, cualquier actividad inusual y lasacciones que los internos y residentes planeabanrealizar. Esta ltima informacin es importante yaque le permita al gobierno mantenerse un pasoadelante del movimiento mdico. Por ejemplo,cuando la AMMRI decidi enviar telegramascada 30 minutos al presidente o publicar anun-cios en los peridicos locales, en pocos das lesfueron bloqueadas tanto las emisiones por radiocomo los peridicos.

    Aun ms escalofriante, cuando los resi-dentes e internos decidieron contratar a un aboga-do que les ayudara con los temas legales, losinformes revelan que el CISEN sugiri que uno de"sus hombres" se postulara como asesor legal, loque les permitira conocer cada una de las tcticaslegales antes de que se hicieran pblicas (14).

    Estos documentos ofrecen una visinpoco usual sobre los procedimientos diarios queconvirtieron un reclamo en un movimientosocial importante. Los agentes registraron conminuciosidad burocrtica detalles que muchosde los involucrados en los hechos no pueden ono desearan recordar. Por ejemplo, se reunieronpruebas de que (no es de sorprenderse) "no exis-ten relaciones de armona" entre los directoresde los distintos hospitales. La novedad, sinembargo, es el dato suministrado por uno de losagentes que coment que esta falta de armonase deba a la absoluta falta de relacin entre losmdicos de los hospitales de la Ciudad deMxico, incluyendo los de un mismo hospital,que solo se reunan espordicamente (15). Dehecho, los informes revelan que muchos hospi-tales eran islas urbanas con distintas jerarquas,escalas salariales, beneficios laborales y recla-mos especficos. Tambin existan prejuiciosmarcados entre los mdicos de los hospitalesms modernos y "solventes" y aquellos que tra-bajaban en instalaciones ms pobres. Los infor-mes diarios recopilaban y registraban meticulo-samente los hechos, como el total de camas hos-pitalarias en uso, y tambin qued plasmada unaficcin: especulaciones acerca de las tendenciascomunistas de los mdicos (h). El gobierno even-tualmente usara esta informacin para insertaruna cua entre los mdicos de distintas institu-ciones y fomentar una brecha generacional entrelos mdicos establecidos y aquellos que termina-ban sus estudios universitarios.

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    Figura 1. Documento desclasificado de la Direccin Federal de Seguridad. Mxico DF, 8 dediciembre de 1964.

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    Figura 1. Continuacin

    Fuente: Archivo General de la Nacin, Archivo de Seguridad Nacional (13).

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    Adems, los comentarios de los agentesrevelan que los mdicos se topaban con proble-mas para crear una organizacin que abarcara atoda la ciudad y aclaraban que, antes de la forma-cin del movimiento mdico, no existan gruposorganizados dentro del mismo hospital. Y losinformes revelan que los mdicos intentaron bus-car apoyo aun fuera de los hospitales. Comoexplica este informe del 3 de diciembre:

    Los internos y residentes estn tratando de lograr

    el apoyo de los estudiantes de medicina de la

    Universidad Autnoma de Mxico y para ello

    varios de ellos tratan de convencer a los estu-

    diantes de que den su apoyo; mientras que se

    sabe que la razn principal para no darlo se debe

    al hecho de que se encuentren en exmenes y

    sera desatender los estudios por ahora (17).

    Los informes de los agentes adviertenque si se dejara prosperar dicha organizacin, dehecho, podra paralizar la Ciudad de Mxico ytoda la nacin. Estas notas muestran que, a pesarde su torpeza, el servicio de inteligencia mexicanoposea una buena comprensin inicial del podersimblico de los mdicos en huelga. Un hechoque solo ms tarde sera utilizado por los mismosmdicos, meses despus, al marchar en protestapblica vestidos con sus batas blancas. Igualimportancia poseen las transcripciones encontra-das entre algunos informes, prueba clara de quese grababan algunas reuniones, se intervenantelfonos y se colocaban micrfonos en los hoga-res. Es muy inusual que como historiadores poda-mos poseer las palabras reales de conversacionestelefnicas o reuniones privadas en las cuales seplaneaban estrategias y se discutan accionesfuturas. Un historiador puede utilizar estos infor-mes para analizar cmo una queja personal seconvierte en una demanda global y cmo esta, asu vez, se transforma en un movimiento. Uninvestigador del pasado tambin puede trazarcmo una simple idea o sugerencia puede adqui-rir un valor muy distinto cuando se lleva despusa una reunin o, en el caso de los mdicos, a lascalles de la Ciudad de Mxico.

    Tambin es interesante observar cmocomienzan a surgir claramente lderes de la masainicial de mdicos y cmo el servicio secretoescoge "encargarse" de cada uno de ellos (i). Los

    agentes secretos comienzan a notar qu mdicoshablan elocuentemente, cules logran callar a laaudiencia con su presencia, y cules parecenejercer el control de los dems. Esto ltimo eramuy importante y varios agentes lo comentan. Enlo poco que se ha escrito acerca de la huelga demdicos, dos o tres de ellos a menudo son sea-lados por haberse distinguido como lderes (j).No obstante, lo que se ve en estos informes esque los mdicos jvenes estn completamentealejados de aquellos a quienes los acadmicosanteriores consideraban sus lderes naturales.Dicho de otra forma, los informes del serviciosecreto son pruebas que desafan nuestra anteriorcomprensin de las alianzas entre los mdicos. Apesar de que otras fuentes de archivo, como pan-fletos, revelan el distanciamiento entre ellos, sonestos informes estriles de reuniones los queregistran un desaire personal, un aplauso raquti-co cuando se presenta un mdico, o discusionesentre los miembros de la mesa directiva que nohan transcendido en las historias oficiales.

    Rastrear los movimientos diarios y tenerlas "palabras" de los individuos tienen obviamen-te un gran atractivo para los historiadores. Perocuando se utilizan estas fuentes se debe actuarcon suma cautela. Basarse demasiado abierta-mente en los informes de inteligencia presentaproblemas obvios. En primer lugar, es imperativotomar la parcialidad del escritor. Se pagaba a losagentes para identificar el descontento potencialy a menudo se exageraban ejemplos de proble-mas para que las aseveraciones fueran ms cre-bles. Adems, y no es para sorprenderse, el nivelindividual de experiencia y educacin de cadaagente determinaba el tipo de informe que escri-bira. Mientras algunos agentes posean una natu-raleza inquisitiva, buen ojo para los detalles yescriban acerca de sus hallazgos en tono claro ypersuasivo, otros redactaban en prosa casi incom-prensible con doble sentido y un ntido desdnpor sus cargos privilegiados. Otros transcribanvolantes que han quedado perdidos o destruidos,pero las palabras aun gramaticalmente torpessobreviven en los reportes de los agentes secre-tos, como en el fragmento siguiente:

    ahora los mdicos que se enfrentan a la

    explotacin capitalista de la burguesa mexica-

    na encabezada por Daz Ordaz al no querer

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    resolver el conflicto medico de una vez en

    forma justa. Al aplastar el movimiento de los

    camioneros, al darle a los campesinos metralla

    en lugar de tierra y libertad y en una palabra al

    defender sus intereses, al prolongar el hambre y

    la insalubridad y la muerte lenta de nuestro

    pueblo se revela como el enemigo principal de

    este el gobierno invierte millones de pesos en

    edificios pblicos y se niega a conceder un

    justo aumento de salario a los mdicos. La uni-

    dad de la lucha inquebrantable de todos los

    explotado pondr punto final a la explotacin

    del hombre por el hombre (18).

    Aunque las ideas no sean claras lo ques llama la atencin es que, en la lucha, a la parde campesinos, trabajadores y camioneros, apa-recen los mdicos.

    Otro de los problemas es que los infor-mes pasaban por una serie de etapas de reescritu-ra antes de ser enviados al Presidente. Se encuen-tra evidencia de borradores previos, con palabrastachadas y sustituidas antes de que la versinfinal editada se enviara al gobierno. No est clarosi el autor del primer informe tambin es el edi-tor de las versiones siguientes, pero lo que squeda claro es que, en algunos casos, cambia eltono o se eliminan detalles. Este trabajo de edi-cin se vuelve especialmente problemtico eninformes utilizados para demostrar que fuerzasde orientacin comunista haban infiltrado elmovimiento y que intentaban desestabilizar aMxico desde dentro.

    Por ltimo, y tal vez lo ms importante,a pesar de lo errneo de los informes del serviciosecreto, estos ofrecen una perspectiva nicasobre las vidas de los mdicos. Esta no es unaproeza menor. Gran parte de la historia registra-da de los mdicos, su trabajo y sus actos enAmrica Latina y en el resto del mundo provienede sus autobiografas o de informes detallados dehospitales y pacientes.

    Irnicamente, estos informes desclasifi-cados revelan que muchas de las estrategiasgubernamentales contra los mdicos y el uso deimgenes poderosas provenan de los mismosmdicos. Por ejemplo, el 7 de diciembre de 1964,un mdico annimo coment acerca de sus reser-vas sobre unirse al movimiento porque, al noatender a los pacientes, no quera formar parte deun "asesinato colectivo" del pueblo mexicano(12). Meses ms tarde, el 1 de septiembre de1965, durante su primer Informe de Gobierno a lanacin, el presidente Gustavo Daz Ordaz amo-nest severamente a los mdicos en huelga, cali-fic al movimiento mdico como criminal y llega catalogar a la huelga como un "acto de homici-dio" (19), porque los mdicos le haban fallado alpueblo mexicano al no cumplir su juramentosagrado de proteger la vida. La ovacin con quefue recibido el pedido de Daz Ordaz de poner final movimiento obvi el hecho de que las condi-ciones que haban forzado a los mdicos jvenesa la huelga seguan sin cambio en la mayora delos hospitales mexicanos.

    NOTAS FINALES

    a. A tono con los documentales y libros sobre ladcada, en 2007, Routledge anunci la publica-cin de una nueva revista arbitrada: The Sixties:A Journal of History, Politics, and Culture.

    b. La cantidad de material sobre 1968 en Mxicoes extensa, aqu solo cito los trabajos de SergioZermeo (1), Rubn Archiga Robles (2), ElaineCarrey y Lyman L. Johnson (3).

    c. Comentarios de Miguel Cruz. Entrevista perso-nal realizada por la autora de este trabajo, enCiudad de Mxico, el 29 de junio de 2009.

    d. La protesta de los mdicos canadienses se vin-cula a la implementacin de una cobertura mdi-ca universal dentro de la cual los beneficios eco-nmicos que haban gozado hasta esos tiemposquedaran bajo control del Estado. Ver el trabajode Robin Wolfe y Samuel Badgley (5).

    e. Traduccin propia de la autora.

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    f. Sobre la "guerra civil" entre la profesin mdi-ca norteamericana ver Paul Starr (6). Para unaperspectiva ms completa de la jerarqua entre laprofesin y sus tensiones ver el captulo 3: "Themedical division of labor", de Elliot Friedson (7).

    g. Es difcil calcular el tamao exacto del materialde archivo ya que los archivos sobre individuosno son pblicos.

    h. Se prepar, por ejemplo, un listado con elnombre y domicilio de "mdicos comunistas que

    han participado en movimiento mdico" aunqueno queda claro cul era la medida que se tomabapara determinar su predileccin poltica (16).

    i. Era prctica comn ofrecer a los oradores elo-cuentes una beca inesperada para alguna presti-giosa universidad estadounidense o europea.

    j. Ver sobre todo Democracia en blanco (11), enel cual se seala como lderes del movimiento ados mdicos jefes de hospital.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    1. Zermeo S. Mxico: Una democracia utpica,el movimiento del 68. Mxico: Siglo VeintiunoEditores; 1978.

    2. Archiga Robles R. Asalto al cielo: lo que nose ha dicho del 68. Mxico: Ocano editores;1998.

    3. Carrey E, Johnson LL. Plaza of sacrifices: gen-der, power and terror in 1968. Mexico:University of New Mexico Press; 2005.

    4. Instituto Mexicano del Seguro Social. 1943-1983: 40 aos de historia. Mxico: IMSS; 1983.p. 7, 38.

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    Recibido el 6 de septiembre de 2010

    Versin final presentada el 19 de noviembre de 2010

    Aprobado el 22 de diciembre de 2010

    FORMA DE CITAR

    Soto Laveaga G. Mdicos, hospitales y servicios de inteligencia: el movimiento mdico mexicano de 1964-1965 a

    travs de reportes de inteligencia. Salud Colectiva. 2011;7(1):87-97.