materiales didácticos para la educación patrimonial en...
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Museo Salzillo: Espacio educativo
DOSSIER PARA PROFESORES:
Materiales para la educación patrimonial en el Museo Salzillo
Museo Salzillo: Espacio educativo
ÍNDICE: 1 Sobre el dossier
2 Posibles itinerarios
3 Historia del museo
4 Biografía de Salzillo
5 La cofradía y la Iglesia de Jesús
6 El Belén Napolitano
7 Los bocetos y el taller de escultura
8 La colección Riquelme: Belén de Salzillo
9 Pasos para la procesión
10 Técnicas artísticas
Anexo. Ruta salzillesca.
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1.- SOBRE EL DOSSIER:
El objetivo de este dossier es el de facilitar al profesorado la planificación de la
visita al Museo Salzillo con escolares, de tal forma que permite su personalización y
adaptación en función de las propias características e intereses del grupo. Para ello se
presentan distintas posibilidades de itinerario y las indicaciones y recursos esenciales
para trabajar las diferentes colecciones que alberga el museo.
Con el propósito de favorecer la participación e implicación del alumnado
durante el recorrido museístico, se han incluido diferentes estrategias, preguntas clave
y temas que se pueden relacionar con las obras de arte a trabajar. Ante cada una de
las obras se comienza por preguntar antes de informar, con el fin de que los alumnos
puedan observar, reflexionar e interpretar la obra para poder construir una respuesta,
favoreciendo la conversación y la observación activa de la misma. De este modo se
pretende minimizar la adopción de un rol pasivo por parte del alumno ante las
explicaciones del educador, buscando facilitar la interacción con el patrimonio,
posibilitar diferentes lecturas del mismo, así como ayudarles a reflexionar y profundizar
en sus observaciones y apreciaciones.
Este dossier forma parte del programa de visita al museo y se complementa
con la propuesta de una serie de actividades para desarrollar en el aula, en una
secuencia didáctica que incluye las fases previa y posterior a la visita. A ellas se tiene
acceso a través de la sección de educación de la página web del museo. En este
mismo lugar podrá participar en los foros que se han habilitado para favorecer la
coordinación de las actividades entre el museo y los centros de enseñanza.
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2.- ITINERARIOS:
El patrimonio es un concepto interdisciplinario que permite ser abordado desde
distintas áreas que, en gran medida, permiten la personalización de los itinerarios. Así
pues, el museo cuenta con un recorrido preestablecido que tiene su inicio en la
segunda planta del mismo y continúa en sentido descendente por las distintas salas
hasta su finalización en la Iglesia de Jesús:
Por lo tanto los bienes patrimoniales que integran dicho recorrido son susceptibles
de ser analizados desde distintas perspectivas que no resultan excluyentes entre sí:
Como evidencias de un contexto histórico, en la que el escolar puede conocer
e indentificar diversos aspectos y costumbres propios del siglo XVIII a través de
las piezas.
Centrándose principalmente en el aspecto artístico, estético y en las cualidades
plásticas y pictóricas de las obras.
De tipo técnico, abordando distintos procesos (escultura en madera, el
estofado, el modelado, el trampantojo, los textiles, la pintura al óleo sobre
lienzo o tabla, etc.)
Historia del Museo y de la Cofradía
de Jesús
Sala audiovisual: La mañana de Salzillo
Belén Napolitano
Taller de escultura y
sala de bocetos
Belén de Salzillo
Iglesia de Jesús y pasos procesionales
Museo Salzillo: Espacio educativo
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Para la educación emocional, focalizada en la identificación y análisis de las
distintas emociones representadas.
Centrada en la temática o en el aspecto religioso, atendiendo a la plasmación
de los relatos evangélicos del Nacimiento, la Pasión...)
De orientación musical, analizando las representaciones de los numerosos
instrumentos musicales que podemos encontrar, especialmente en los dos
belenes.
Con la matemática como protagonista, en la
que los alumnos descubran la aplicación de
escalas y en el necesario cuidado de las
proporciones en el proceso de elaboración
desde el primer esbozo hasta la obra final.
También existe la posibilidad para cursos
especializados de abordarlo desde una
perspectiva científica, con el fin de descubrir
los procesos químicos y las diferentes fases
de la restauración de las obras.
Además de ello, el itinerario puede ser personalizado mediante la selección de
determinados espacios museísticos en los que se centrará la visita, como por ejemplo
la iglesia y la colección de
escultura procesional o también
los Belenes, permitiendo la
comparativa entre el napolitano,
formado por los hermanos García
de Castro, y la primera gran
plasmación belenística
típicamente hispánica del Barroco
que constituye el Belén de Salzillo
o Colección Riquelme.
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3.- HISTORIA DEL MUSEO:
Salzillo, escultor relevante del Barroco español:
Francisco Salzillo (1707-1783) está considerado como uno de los grandes
escultores del Barroco español. Con su obra, especialmente con los famosos pasos
procesionales realizados para la Cofradía de Jesús, se cierra el brillante período de la
escultura en madera policromada, la contribución más típicamente hispana al arte
europeo. Se ha indicado, incluso, que su Belén de más de quinientas piezas, imbuido
en muchos aspectos de los aires ilustrados que se asientan en la España de Carlos III,
da apertura a un nuevo período en el arte español. De ahí la gran importancia de este
escultor, auténtica bisagra entre dos mundos de rica diversidad, el del barroco y el de
las luces.
Difusión de su obra:
A los pocos años de su muerte, la figura de Francisco Salzillo fue objeto de
estudio y la historiografía romántica contribuyó a la difusión de su fama, imbuida ya de
un importante halo de leyenda. Durante el siglo XIX visitantes de fuera de Murcia se
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acercaban a la Iglesia de Jesús para ver los famosos pasos de Salzillo y
posteriormente firmaban en el álbum de visitas de la Cofradía. Con la aparición de la
fotografía y gracias al objetivo de importantes fotógrafos del momento como Laurent,
Calvert y Almagro (de este último se muestra en la 1ª sala una interesante colección
de postales de los pasos), las imágenes de Salzillo fueron dadas a conocer en multitud
de lugares. También en esta centuria se celebraron las primeras exposiciones que
contribuyeron a un mejor conocimiento de su escultura e incluso a la necesidad de
crear un museo dedicado a su figura. La primera de ellas se celebró en 1862 en la
iglesia de San Agustín, hoy de San Andrés, con motivo de la visita de la reina Isabel II
a Murcia. Esta misma experiencia fue repetida en 1877 y contó con la visita del rey
Alfonso XII.
En 1883 se celebró el primer centenario de su muerte y se organizaron
diferentes actividades culturales como conciertos, una velada literaria, una exposición
temporal en el Casino con obras de particulares y se le elevó un monumento. Fuera de
Murcia también se llevaron a cabo actividades conmemorativas, como las que tuvieron
lugar en la Universidad Central de Madrid, organizadas por los alumnos murcianos.
Otras importantes exposiciones temporales dedicadas al escultor han sido la
Antológica de 1973, que también tuvo por sede la iglesia de San Andrés y la
organizada en torno al II Centenario de la muerte del escultor en el Museo de Bellas
Artes de Murcia. Recientemente, en 2007, se cumplieron 300 años de su nacimiento y
entre otros eventos tuvo lugar la exposición “Salzillo, testigo de un siglo”. Algunas
otras muestras han posibilitado que la obra de Salzillo haya sido difundida fuera de su
ciudad natal, como la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, la Universal de
esa misma ciudad en 1992 o las que se organizaron en torno a la Expo de Zaragoza
en 2008. Su Belén ha sido expuesto en distintos lugares como el Palacio Real de
Madrid en 1999, el Braccio di Carlomagno en San Pedro del Vaticano, en Bruselas en
el año 2001 y en la sede del Ayuntamiento de Madrid en la navidad de 2013- 2014.
La creación del museo:
Tras diferentes intentos desde el siglo XIX, el museo dedicado a Francisco Salzillo
fue creado e en 1941 por decreto ministerial y gracias a la iniciativa del ministro de
Educación, Ibáñez Martín, Juan de la Cierva y Emilio Díez de Revenga, como
presidente de la Cofradía de Jesús.
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José Tamés Alarcón, arquitecto conservador de monumentos de la Dirección
General de Bellas Artes, fue el encargado de realizar el proyecto en 1950, ejecutado
por Eduardo Jiménez Casalins. Fue inaugurado oficialmente en 1960 y constaba del
edificio del museo propiamente dicho donde se exponía el Belén, bocetos y otras
obras de Salzillo y su escuela procedentes del Museo Provincial de Bellas Artes y de
la Cofradía, así como de la iglesia en sí, restaurada y habilitada para su uso
museográfico.
Instalación de la fachada del palacio Riquelme en el lateral del Museo Salzillo.
Posteriormente el museo ha sido objeto de diferentes reformas. La primera de
ellas tuvo lugar en los años setenta, cuando se instaló en su lado norte la fachada
renacentista del Palacio Riquelme, antes sito en la calle Jabonerías de Murcia. Entre
1999 y 2002 el museo fue renovado totalmente gracias al plan de rehabilitación del
arquitecto gallego Yago Bonet, que supuso importantes cambios, como la nueva
ubicación de la entrada al museo por la fachada del palacio Riquelme, la incorporación
al recorrido de la zona de las tribunas y la construcción de la nueva sala del Belén, con
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su singular bóveda invertida. En 2009 la dirección del museo y el arquitecto Pablo
Puente pusieron en marcha un nuevo proyecto museográfico y se amplió el espacio
expositivo al incorporar nuevos espacios como la nueva sala de bocetos, la de
exposiciones temporales y el taller didáctico.
En su arquitectura prima la pureza de las
líneas que quedan ensalzadas mediante una
cuidada incidencia de la luz natural. Las
reformas acometidas han permitido también
realzar la iglesia de Jesús como teatro sacro
al incluir las tribunas en el recorrido, desde
cuyos balcones abiertos se obtiene una
interesante perspectiva del interior del templo
y de las arquitecturas fingidas que decoran
sus muros, en un efecto muy propio del
barroco. El museo ha sido concebido como
“un itinerario en el tiempo y en el espacio, un
laberinto de emociones, de memorias y de
conocimientos”.
La iglesia de Jesús, considerada como
un joyero de esculturas desde el siglo XIX, sigue fascinando a sus visitantes y su
esencia barroca ha quedado integrada perfectamente con la arquitectura de un nuevo
milenio, rica en líneas, vacíos, paredes blancas de estuco veneciano y, sobre todo, la
luz, la gran protagonista.
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4.- BIOGRAFÍA DE SALZILLO:
La vida de Francisco Salzillo y Alcaraz ocupa
prácticamente todo el siglo XVIII (1707- 1783). Nació
el 12 de mayo en la murciana calle de las Palmas,
hoy desaparecida, fruto del matrimonio entre la
murciana Isabel Alcaraz y Nicolás Salzillo, escultor
italiano nacido en Santa María Capua Vetere y
formado en el taller de Perrone. De esa unión
nacieron siete hijos: Teresa, Francisca de Paula,
Magdalena, José Antonio, Patricio e Inés, de los que
Francisco era el mayor de los hermanos varones.
Su infancia se desarrolló entre los útiles del
taller paterno y las enseñanzas recibidas por los
padres de la Compañía de Jesús en el Colegio de la
Anunciata, donde destacó sobre todo en las clases de dibujo impartidas por el clérigo
Manuel Sánchez, pintor que fue discípulo de Senén Vila.
Su padre fue el responsable natural de su formación, aunque en sus estudios
de pintura demostraba grandes cualidades que harían que en la escultura se revelara
como un verdadero maestro del color.
Al morir su padre en 1727, como primogénito varón, recayeron sobre él las
responsabilidades propias del cabeza de familia, por lo que abandonó el Convento de
Santo Domingo en el que había ingresado años antes como novicio, para pasar a
dirigir el taller paterno en el que todos sus hermanos colaboraban.
En 1745 murió su madre y año más tarde contrajo matrimonio con Dª Juana
Vallejos, con quien tuvo dos hijos, Nicolás, nacido en 1750 y muerto de forma
prematura al año siguiente, y María Fulgencia en 1753, la única que le sobrevivió.
Su obra pronto alcanzó la fama, por lo que empezaron a llegar los
reconocimientos y en abril de 1755 fue nombrado por el Ayuntamiento de la ciudad de
Murcia Escultor y Modelista, concediéndole los privilegios propios de su título. En 1763
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fundó una academia particular, precedente inmediato de la organizada por la Sociedad
Económica de Amigos del País, de la que fue su primer director.
Francisco Salzillo murió el 2 de marzo de 1783 y fue enterrado en el Convento
de las Capuchinas, conforme a su deseo. Dedicó su vida por entero a la creación
escultórica. Trabajó sobre todo en Murcia y, en menor medida, en las actuales
provincias de Alicante, Albacete y Almería (zonas constituyentes o limítrofes del
Antiguo Reino de Murcia).
La religiosidad que él profesaba desde su infancia queda muy patente en sus
obras, en las que tomó como modelo los tipos populares de la Murcia del momento.
Sus obras destacan por un delicado y minucioso modelado, por las bellas
composiciones que dispone, por la calidad plástica que consigue en los volúmenes, las
bellas expresiones y por el tratamiento airoso de los pliegues. Cabe destacar también,
el magnífico uso del color, la policromía y la estofa (Ver apartado de técnicas), en la
que consigue plasmar el efecto de verdaderos brocados y composiciones florales,
posiblemente influenciados por los diseños de los tejidos de las sedas murcianas del
momento.
Tema de ampliación:
Límites territoriales del antiguo Reino de Murcia. Cartografía histórica de la Región de Enlaces de interés:
http://www.atlasdemurcia.com/index.php/secciones/2/cartografia-historica-regional/3/#
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl
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El escultor murciano tuvo una dilatada producción de escultura religiosa dado
que a lo largo de su vida recibió multitud de encargos de diferentes patronos como
cofradías y órdenes religiosas. Ya en su época fue considerado por sus
contemporáneos como “grande escultor de España” y “escultor del mayor crédito de
estos reinos”. Salzillo llevó al arte en Murcia hacia una nueva edad de oro, tras la
brillante etapa de los maestros del Renacimiento en el siglo XVI. Artistas procedentes
de otros lugares y la importación de obras genovesas y napolitanas convulsionaron los
discretos niveles de la escultura local al final del siglo XVII. Nicolás de Bussy, con sus
imágenes que provocaban desconocidas emociones, había traído la expresividad del
mundo centroeuropeo, Dupar, con sus formas delicadas y luminoso color, el clasicismo
marsellés y Nicolás Salzillo la sensibilidad napolitana. En la década de los años treinta
del siglo XVIII comenzaba a alzarse la espléndida fachada de la Catedral de Murcia.
La escuela de escultura local se consolidaba definitivamente estos años en los que
comenzaba su andadura la brillante figura de Francisco Salzillo, la más apreciada
expresión de los valores de la plástica tradicional durante el siglo XVIII.
Tema de ampliación:
La importancia de la industria de la seda en Murcia
Enlace de interés:
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,24,m,3120&r=ReP-1837-DETALLE_REPORTAJES
Actividad:
Localiza los tres retratos de Francisco Salzillo que se encuentran en el museo. Obsérvalos atentamente.
¿Qué aspectos tienen en común? ¿En qué se diferencian? ¿Sabrías identificar el que sirvió de modelo y
referencia a los otros dos? Argumenta tu respuesta.
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Pregunta clave:
¿Por qué crees que todas las esculturas que realizó Francisco Salzillo son de temática religiosa? Señala los
motivos que pudieron influir en ello.
Temas de ampliación:
La escultura murciana anterior a Francisco Salzillo. Nicolás de Bussy, Nicolás
Salzillo y Antonio Dupar.
La escuela de Salzillo: Siglos XVIII-XX.
Algunos enlaces de interés:
http://www.regmurcia.com/docs/murgetana/N123/N123_003.pdf
https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,1224&r=ReP-29756-DETALLE_REPORTAJESPADRE
https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,1224&r=ReP-29757-DETALLE_REPORTAJESPADRE
Sugerencia:
Como complemento a la visita al Museo y para conocer un poco más la
amplia producción artística de Francisco Salzillo, proponemos varios
recorridos por las principales iglesias del centro de Murcia en la que se
conservan obras del escultor (Anexo 1).
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4.- LA COFRADÍA Y LA IGLESIA DE JESÚS:
Sala de tribunas
El recorrido por el Museo Salzillo comienza en un singular espacio expositivo
que discurre por las tribunas de la Iglesia de Jesús, es por ello que la conocemos
como Sala de Tribunas.
La situación privilegiada de esta sala nos permite contemplar desde una
inusual perspectiva la decoración de la cúpula de la Iglesia de Jesús con pinturas en
trampantojo del italiano Pablo Sístori (S. XVIII), y divisar el gran espacio central de la
Iglesia, ofreciéndonos una panorámica y privilegiada visión de los “pasos”, que el
espectador podrá contemplar de cerca al final del itinerario.
Esta sección ha quedado dividida en varios apartados que nos explican a
través de los siglos la historia de la Cofradía de Jesús
S.XVII CONSTITUCIÓN DE LA COFRADÍA
La cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue constituida como hermandad
penitencial en el año 1600. En sus estatutos se ponían de manifiesto los fines
esenciales de la misma, su estructura interna, la naturaleza de los cargos, los servicios
religiosos y el desfile procesional que se comprometían a sacar en memoria de la
pasión de Jesús cada madrugada del Viernes Santo.
Un testimonio fehaciente de ello lo encontramos en esta sala en las Constituciones de
la cofradía, aprobadas en 1600 bajo la presidencia del prior de S. Agustín.
La procesión se caracterizó en sus inicios por la modestia. Las constituciones sólo
hablan de su Titular y de la imagen de una Dolorosa que habría de concluir el cortejo.
A medida que las posibilidades de la cofradía lo permitieron se añadieron al cortejo un
San Juan Evangelista, la Verónica, y San Nicolás de Tolentino.
La colección de las tribunas que nos relata el siglo XVII está supeditada por un
hecho histórico que marcó la historia de la orden religiosa y de Murcia: la Riada de
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San Calixto. Catástrofe que asoló la ciudad en octubre de 1651 y destruyó en gran
medida el patrimonio de la Cofradía, del que sólo se salvó la imagen del titular. El resto
de imágenes realizadas en cartón endurecido o papelón fueron sustituidas poco a
poco por conjuntos de escultura tallados en madera durante el s. XVIII.
La procesión por aquel entonces estaba formada por un cortejo de insignias que
acompañaban a las imágenes de culto, junto a las que se hacían representaciones con
presencia de armados, gallardetes, ángeles y mimos, en un verdadero vía crucis
escenificado. Teatro e imaginería convivían en perfecta armonía plástica, sirviendo
como un instrumento de persuasión muy eficaz. Los gremios de la ciudad se
comprometían con la cofradía para sacar anualmente cada uno de los pasos.
Las obras de esta parte de las tribunas además de exhibir el patrimonio que se
logró salvar de las inundaciones, ofrece diferentes visiones de la Murcia de aquel
periodo, como el plano que recoge el primitivo recorrido de la procesión por las calles
de la ciudad o algunos planos de la construcción de la iglesia de Jesús, originalmente
como capilla a la que se accedía desde el interior de la iglesia del convento de los
agustinos.
La ermita de Jesús comenzó a construirse hacia 1670, en principio como capilla anexa
al convento de los agustinos (actual iglesia de San Andrés) y fue bendecida en 1696.
Su planta centralizada, originariamente octogonal (número de gran carga simbólica
para los cristianos asociado a la idea de salvación y redención, puesto que alude al
ciclo de la Pasión que transcurre en los 8 días que van desde el Domingo de Ramos al
de la Resurrección), constituye un auténtico teatro de la Pasión de Cristo. En cada
capilla fue situado un paso, como tableaux vivants de cada uno de los episodios
acaecidos. Su portada a manera de arco triunfal, fue proyectada por Escalante y
López y ejecutada por Hontiyuelos en los últimos años del siglo XVII. Su función como
entrada independiente se intensificó tras la separación definitiva de los agustinos, que
Tema de ampliación:
El origen de las cofradías pasionarias y su función social.
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tuvo lugar a partir de un largo pleito que se prolongó durante gran parte de la primera
mitad del siglo XVIII. En 1748, cuando la cofradía estaba ya más próxima a conseguir
su independencia, se colocó el Nazareno en piedra que se encuentra en la hornacina
superior de la portada.
S. XVIII. LA EDAD DE ORO.
Los cambios del s. XVIII fueron decisivos para la configuración definitiva de la
cofradía. Tras la independencia con respecto a la orden Agustina los mayordomos se
convirtieron en la clase dominante y permanente, con cargo vitalicio, lo que posibilitó la
llegada de las familias más ilustres de la ciudad y la reducción de la influencia de los
gremios. Joaquín Riquelme y Togores, protector de Salzillo, la familia Elgueta, cuyos
miembros cumplían importantes funciones en la corte, o el Bailío de Lora en la Orden
de Malta, fueron los personajes que promovieron todas estas transformaciones y el
enriquecimiento de la cofradía y de su sede primitiva, la iglesia de Jesús.
El noble Riquelme introdujo definitivamente a Francisco Salzillo en la cofradía de
Jesús. Ya su padre, el escultor napolitano de Santa María Capua Vetere, Nicolás
(1672-1727) había hecho para la cofradía La Mesa de los Apóstoles (1700). Ya en
1735 y en 1748 Francisco Salzillo había realizado un primer prendimiento y un San
Juan, respectivamente, con imágenes de vestir pero sería en 1752 y gracias al
encargo de Joaquín Riquelme, cuando el escultor realiza definitivamente el primer
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paso para la cofradía, La Caida, que tendrá como consecuencia la renovación de
todos los pasos, con excepción del venerado Nazareno.
Las obras expuestas en esta parte demuestran el considerable auge económico
que se produjo en las tierras españolas después del parón sufrido por la Guerra de
Sucesión. La actividad económica y artesanal experimenta un amplio desarrollo que
en Murcia se refleja en particular en la industria de la seda. Este esplendor deja su
impronta en el patrimonio de la cofradía de Jesús a través de distintas obras textiles,
como la llamada Túnica del Centenario.
Reflejo de esta buena situación económica Murcia vuelve hacia una nueva edad
de oro tras la brillante etapa de los maestros del Renacimiento en el s. XVI. Artistas de
otros lugares y la importación de obras genovesas y napolitanas que arribaron a los
puertos levantinos, como la virgen de la Caridad de Cartagena y la Virgen de las
Maravillas de Cehegín, convulsionaron los discretos niveles de la escultura local a
finales del s. XVII. Nicolás de Bussy, con sus imágenes que provocaban desconocidas
emociones, trajo la expresividad del mundo centroeuropeo, Dupar, con sus formas
delicadas y luminoso color, el clasicismo marsellés y Nicolás Salzillo su sensibilidad
napolitana.
A su vez, buenos tallistas de retablos como los hermanos Caro estaban elevando
en esos momentos el nivel artístico local. En la década de los años treinta comenzaba
a alzarse la espléndida fachada de la Catedral de Murcia obra de Jaime Bort, tras el
derribo del viejo pórtico renacentista.
La escuela de escultura local se consolidaba definitivamente con la brillante figura
de Francisco Salzillo, la más apreciada expresión de los valores de la plástica
tradicional durante el s. XVIII y uno de los escultores más importantes de la historia del
arte español.
Aunque la vinculación de Salzillo a la cofradía se puede apreciar en su máximo
exponente, a través de sus pasos en la iglesia de Jesús, ya en este apartado de las
tribunas se empiezan a descubrir tallas del artista murciano, como el crucifijo de
celebración que portaba la figura de San Eloy de la iglesia de San Bartolomé de
Murcia. En la representación de los Crucificados, Salzillo destacó por un concepto de
muerte de gran carga emocional, en el que los Cristos suelen aparecer en la cruz vivos
o a punto de expirar. Son representados con una perfecta anatomía y, con frecuencia,
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clavados sobre cruz arbórea y con el sudario entre las piernas. El tema del crucificado
obtendría sus mejores resultados en las series más pequeñas, como es el caso del
realizado para el San Jerónimo de la catedral de 1755, el de San Eloy (anterior a
1756) y un tercero para la Inquisición.
Junto al mencionado crucificado se puede admirar los Ángeles Adoradores, una
pareja de tallas de pequeño formato, que aunque de fecha temprana (1732?),
marcando los inicios del artista a cargo del taller paterno, muestran la riqueza
anatómica y policroma característica de Salzillo.
Esta sección recorre la totalidad del transcurso de la vida del imaginero murciano e
ilustra nuevos aspectos del crecimiento de la cofradía. En representación de los pasos,
se expone la túnica original de la Dolorosa. Esta prenda fue diseñada por el mismo
Salzillo y mandada realizar en talleres valencianos, por lo que constituye un importante
testimonio de la implicación de Salzillo en sus obras.
También se puede apreciar en este tramo de las tribunas la cruz de concha de
carey fabricada en Mérida del Yucatán en 1800, es una de las piezas más apreciadas
por la cofradía. Está decorada con incrustaciones de nácar que representan los
atributos de la Pasión y rematada con casquetes de plata. Junto a esta pieza se
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encuentra una de las joyas textiles del patrimonio de la cofradía, la denominada
“Túnica del Bailío”, que supuestamente regalara el Bailío de Lora al titular en 1800,
decorada en seda con láminas en hilos entorchados en oro.
Frente a esta vitrina se abre un gran balcón que ofrece una magnifica vista de la
iglesia y de los pasos, el sitio perfecto para admirar las pinturas en trampantojo que el
maestro milanés Paolo Sístori realizó en 1792, costeadas por la misma persona que
encargó la túnica anteriormente mencionada, Francisco González de Avellaneda,
Bailío de Lora de la Orden de Malta.
Se exponen pequeñas obras, en su mayoría bocetos, de los seguidores de
Salzillo, que incansablemente repitieron los tipos iconográficos popularizados por el
escultor. Muchas de estas obras, que durante muchos años estuvieron en oratorios
privados, fueron realizadas por escultores como Roque López, Sánchez Tapia, o los
hermanos Sánchez Araciel.
Del mismo modo se muestran piezas propiedad de la Real y Muy Ilustre Cofradía
de Nuestro Padre Jesús Nazareno como las túnicas de Nuestro Padre Jesús, de la
Dolorosa y la cruz de carey del Titular.
Pregunta clave:
Después de observar con atención las pinturas murales de decoran la iglesia de Jesús, sería interesante abrir
un pequeño debate sobre esta técnica, preguntando a los alumnos sobre el significado de la palabra trampantojo
y estableciendo paralelismos con otros intentos por simular la tercera dimensión sobre el plano, como por
ejemplo ocurre en la actualidad con el cine en 3D. También se puede reflexionar sobre el impacto que este tipo
de pinturas podía producir en el espectador del siglo XVIII, en un ambiente cultural mucho menos acostumbrado
a lo visual y a los efectos ópticos que el nuestro.
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Del ajuar de túnicas que posee la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
destacan dos: la conocida como “del Centenario”, encargo, según la tradición, al Arte
Mayor de la Seda de Murcia y decorada con una estofa de fondo rosa sobre la que se
dispone una decoración brocada en hilo de plata, con agrupaciones florales de pétalos
anchos, piñas estilizadas y frutos carnosos; y por otro, la denominada “del Bailío”,
puesto que fue el Bailío de Lora quien la regaló para la imagen del titular en 1800 y
que está decorada en seda con láminas e hilos entorchados en oro.
El ajuar de la Dolorosa es uno de los más completos por tratarse de una de las
imágenes que más devoción suscita. Sobre todo incidir en la saya de seda brocada en
plata del siglo XIX, cuyo diseño fue realizado exclusivamente para esta imagen en los
Talleres Garín de Valencia, donde aún se conservan intactos los cartones del dibujo
catalogados como “modelo Salzillo”. También se expone el manto de terciopelo
bordado con hilo de plata.
Las pinturas murales de Sístori
A través de los balcones de las tribunas, abiertos tras la remodelación del
museo, se pueden contemplar las pinturas murales realizadas en 1792 por el pintor
milanés Paolo Sístori y pagadas por el último Bailío de Lora de la Orden de Malta.
A cada uno de los ocho balcones del piso de las tribunas hay dieciséis ángeles que
portan atributos de la pasión. Las pinturas originarias de la cúpula fueron sustituidas
por las actuales, al temple sobre las telas, realizadas por Mariano Ballester en 1956 y
en las que introdujeron algunas modificaciones. La decoración primitiva simulaba ocho
gallones con unos roleos ovalados en su parte central, sustituidos hoy por racimos de
flores. En el punto de confluencia de los gallones se presentaba una linterna ficticia
que dejaba pasar los rayos del sol y en el que, sin embargo, hoy hay una moldura
circular en relieve, de la que pende la lámpara central con cuarenta y ocho bombillas.
En los elementos persisten los medallones circulares, los bustos blancos con las
guirnaldas y las ocho ventanas enmarcadas por fingidas arquitecturas que simulan un
pórtico con pilastras y frontón curvo y en cuyo tímpano se situaban inscripciones
latinas que aludían a los santos representados arriba y que Ballester sustituyó por los
atributos de la Pasión. Los ocho gallones se continúan en las pilastras gigantes, antes
pintadas, que recorren los paramentos hasta llegar al suelo.
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Temas de ampliación:
La pintura mural. El trampantojo.
(Véase apartado de técnicas artísticas)
Las iglesias de planta centralizada: origen, evolución y variantes.
(Véase apartado de técnicas artísticas)
Sugerencia:
Para poder comparar y conocer otros tipos de iglesia de planta
centralizada en Murcia sería interesante visitar la Iglesia Museo de San
Juan de Dios o, muy próximo a ésta, el Oratorio del Obispo que se
encuentra en el Palacio Episcopal, con acceso desde la Plaza Cardenal
Belluga.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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6.- EL BELÉN NAPOLITANO:
El Belén Napolitano ha pasado
recientemente a estar incluido en el
recorrido del Museo Salzillo. Se
trata de un belén constituido por
piezas napolitanas de la segunda
mitad del siglo XVIII, momento en el
que la industria belenística de
Nápoles adquirió un amplio
desarrollo y esplendor, impulsado
en gran medida por representantes
de élite social y cultural del momento, como el rey Carlos III.
Este conjunto tiene diferentes autores, lo que lo
diferencia sustancialmente del Belén de Salzillo,
dotado por ello de una mayor unidad. Los
principales autores de las figuras son artistas
napolitanos, entre los cuales, los más notales son
Giuseppe Sanmartino (que ha dado nombre al
famoso Museo de Nápoles), Lorenzo Mosca,
Francesco y Camillo Celebrano o Bottillieri, entre
otros.
La colección ha sido reunida pacientemente
como tal por los hermanos Carmelo y Emilio García
de Castro, a partir de la compra de distintas piezas
adquiridas por distintas vías y en diferentes lugares
del mundo, pero presentando todas ellas un
denominador común: ser piezas realizadas en Nápoles durante el siglo XVIII. Su
iniciativa ha permitido constituir una colección que se encuentra entre las mejores del
mundo en su género.
Museo Salzillo: Espacio educativo
22
La técnica
Las piezas están realizadas con una técnica mixta que las dota de ese carácter de
gran realismo y vistosidad. Las cabezas y torsos de las esculturas están realizadas en
barro cocido y policromado, dado que el modelado de este material permite una gran
definición y plasmación de los detalles anatómicos que individualizan a cada una de
estas piezas. Los brazos y las piernas están talladas en madera, mientras que el
cuerpo está formado por una estructura de alambre cubierta de estopa y material textil
que permite su articulación y la unión de las distintas partes. Finalmente todo ello
queda cubierto con textiles realizados a medida por talleres especializados, como una
parte más del importante entramado artesanal que posibilitó el auge de los belenes
napolitanos durante el siglo XVIII.
Esta combinación de distintos materiales
contribuye a potenciar la apariencia realista que
ostentan estas piezas, dotadas de un gran
virtuosismo técnico. Así mismo, el hecho de estar
desprovistas de cualquier tipo de basamento
subraya este mismo aspecto, lo que se hace posible
al contar con un sistema de clavos metálicos en la
zona de los talones que son fijados a la superficie
del pavimento, realizado en corcho por este motivo.
El mismo sistema de anclaje lo presentan también las
piezas conocidas como Academias cuya cuidada
anatomía está modelada íntegramente en barro, cuya
desnudez se oculta únicamente por pequeños
fragmentos de tejido, algo que viene justificado por la
indigencia que caracteriza a estos personajes, como el
célebre ciego, una de las obras cumbre de esta
colección, que se debe a la mano de Giuseppe
Sanmartino. Esta pieza de enorme calidad artística
Museo Salzillo: Espacio educativo
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representa el escalafón más bajo de los distintos estratos sociales que se pueden ver
reflejados en este Belén.
Ambientación
El encanto principal que tiene este tipo de
belenes radica en que reflejan exactamente el
ambiente de las calles, mercados y palacios
antiguos de la vida de la ciudad de Nápoles, que
aún puede encontrarse con facilidad en sus barrios
históricos. También se puede ver reflejada la
estructura social del momento, con sus diferentes
estratos claramente perceptibles a partir de la
indumentaria, así como una amplia diversidad de
oficios y artesanos, especialmente en la zona del
mercado. Destaca además de ello la gran variedad
de instrumentos musicales propios de la época que
se encuentran aquí representados, algunos de los
cuales han sufrido
importantes
modificaciones
con
posterioridad y otros han quedado en desuso.
No se ha conservado ninguno de los fondos
arquitectónicos que cada coleccionista
encargaba a los talleres habituales. Los que
aquí se reproducen están inspirados en los
rincones antiguos de Nápoles que aún se
conservan y que fueron tomados en bocetos por el
arquitecto y coleccionista don Emilio García de
Castro en sus innumerables visitas a la ciudad.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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Temas de ampliación:
La importancia de los belenes napolitanos en el siglo XVIII. Su repercusión en el
origen de la tradición belenística en Murcia.
o Enlace de interés: http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,24,m,3120&r=ReP-
1483-DETALLE_REPORTAJES
Los instrumentos musicales del Belén Napolitano.
o Enlace de interés: dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2062770.pdf
Otro Belén Napolitano formado por los hermanos García de Castro: el del Museo
Nacional de Escultura de Valladolid.
o Enlace de
interés:http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MNEV&txtSimpleSearch=Bel
%E9n&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=advanced&MuseumsSearch=MNE
V%7C&MuseumsRolSearch=15&
Pregunta clave:
Antes de explicar la técnica de realización de estas piezas sería interesante que los alumnos observasen
detenidamente las piezas con el fin de poder identificar algunos de los distintos materiales que se pueden
apreciar en este Belén. Tras ello se les puede preguntar su opinión a priori sobre el sistema que permite que las
piezas se mantengan en equilibrio.
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25
7.-LOS BOCETOS Y EL TALLER
Un boceto es el proyecto o apunte general previo
a la ejecución de una obra artística. En escultura el
modelado de un boceto es el primer escalón del
procedimiento de una obra. Pero el escultor, además de
ser hábil en el modelado, es necesario que tenga un
gran dominio del dibujo, pues el paso previo al modelado
es la concepción de la idea sobre papel. El dibujo
obtenido se cuadricula y se traslada al barro donde la
pieza empieza a tomar forma. El barro, por su
plasticidad, es ideal para la realización de los bocetos
de una escultura pues permite ir añadiendo y quitando
materia en función de la idea concebida por el escultor. Además es el material
adecuado para lograr efectos realistas: las arrugas, los cabellos, el modelado de los
pliegues,... todo puede alcanzar acusada verosimilitud, como es el caso que nos
ocupa.
En el Museo Salzillo se conserva una
colección de cerca de cincuenta bocetos
procedentes del taller de Francisco Salzillo,
que fueron conservados en un primer
momento por el imaginero Sánchez Tapia,
continuador de la escuela de Salzillo en el
siglo XIX, y más tarde por su hijo, el
también escultor, Sánchez Araciel.
Es una colección inigualable que nos permite contemplar la primera parte del
proceso creativo del artista en el que la inspiración es trasladada directamente al
barro. Este repertorio de piezas posee una gran dimensión escultórica a pesar de su
pequeño tamaño, permitiendo contemplar la maestría y la frescura de Salzillo en el
modelado, pues es capaz de representar gran diversidad de texturas, movimiento y
logradas expresiones. Es necesario resaltar la fidelidad que estos modelos mantienen
Museo Salzillo: Espacio educativo
26
con la obra acabada. El audiovisual colocado en la sala de bocetos permite ver
algunos ejemplos.
El inestimable valor de este conjunto de piezas
de pequeño formato se incrementa si tenemos en
cuenta que en algunos casos la presencia del
boceto nos permite conocer obras que el maestro
no llega a realizar, o incluso tener constancia de
otras que se han ido perdiendo por los distintos
avatares de la historia.
Estas pequeñas maravillas realizadas de un
material tan frágil como el barro, fueron en su día
la herramienta de trabajo del escultor, y pasaron
de mano en mano sirviendo de referente a sus discípulos para modelar la figura en
dimensiones mayores siguiendo la pauta marcada por el maestro.
Son verdaderos tesoros ya que en algunos de ellos es posible apreciar las huellas
dactilares del maestro o la cuadricula utilizada para sacar a escala la escultura en el
tamaño deseado mediante la técnica del “sacado de puntos”. Por la fragilidad de los
materiales y el uso al estaban destinados, no se tiene constancia de que se conserven
colecciones de bocetos de esta magnitud, al menos, de ningún escultor del siglo XVIII.
Preguntas clave:
¿Qué es un boceto? ¿Por qué piensas que a algunas de estas piezas están rotas o les falta algún
fragmento?
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Tema de ampliación:
El proceso de elaboración de una escultura.
La escultura: tipologías y materiales.
https://es.khanacademy.org/partner-content/getty-museum/getty-sculpture/a/making-a-spanish-polychrome-
sculpture-saint-gins-de-la-jara
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8.- EL BELÉN DE SALZILLO.
El extraordinario Belén fue realizado por Francisco Salzillo entre 1776 y 1783
para el noble murciano Jesualdo Riquelme y Fontes y completado por su discípulo
Roque López y su taller.
Aunque los belenes se
pusieron de moda en la España
de Carlos III, quien difundió la
tradición napolitana de la
representación del nacimiento de
Jesús y a pesar de la
ascendencia italiana de Salzillo,
el de la colección Riquelme se
diferencia del presepe napolitano
al inspirarse en el campesinado español, por su profundo sentimiento religioso y
tendencia a la narración, así como por el modelado de las figuras con sus ricas
policromías.
Realizado en la última etapa de la vida del escultor, esta magna obra es
fundamental en su producción. El Belén es una obra que da
paso a tiempos más modernos y que está
pensado para otra nueva forma de
contemplación, en un escenario reducido y
ante un tiempo más festivo como es el
de la Navidad.
Las figuras tienen un tamaño de unos
treinta centímetros y están modeladas en
arcilla pero también las hay en madera,
con lienzos y telas encoladas. Están
ricamente policromadas,
incluso en ocasiones directamente sobre la
arcilla, con un modelado menudo, ligero y
preciosista dentro de la tradición rococó.
Museo Salzillo: Espacio educativo
29
El color es un instrumento jeraquizador y los
pinceles de distinto grosor permitían transitar
desde la suavidad de las sedas a la tosquedad
de los tejidos de los pastores. El rayado del
estofado da un aire de suntuosidad a mantos y
túnicas de las figuras sagradas. Los ángeles son
las figuras más elegantes, como el Ángel de los
Celos, síntesis perfecta de plástica y color en los
que la silueta traduce una sensación de
inmaterial levedad.
Salzillo dio las directrices básicas para la
culminación del conjunto y realizó los Misterios
principales. A una primera fase, entre 1776 y
1783 corresponderían los grupos de la Anunciación, Sueño de San José, Posada,
Lectura del romance, Anuncio a los Pastores, Nacimiento, Cortejo de los Reyes
Magos, Camino del Templo, Purificación y Huida a Egipto.
A la muerte de Salzillo, en 1783, Roque López
tomó la responsabilidad de la finalización del
Belén, hasta que en 1798, cuando muere
Jesualdo, ya estaba hecha la guardia herodiana y
el palacio de Herodes. A partir de 1800 hizo el
grupo de La Degollación de los Inocentes.
Aunque en la realización de una escultura
intervenían varias manos, el Belén destaca por su
uniformidad de estilo y coherencia interna, gracias
a las pautas dadas por la gran personalidad
artística de Salzillo a las que se acoplaron sus
colaboradores, que supieron dar, como en el caso
de Roque López, las típicas formas salzillescas
con sus expresiones dulces, sus cromatismos y
modelados delicados.
En el Belén convive una galería muy pintoresca de personajes contemporáneos a
Salzillo, presentes en la pintura costumbrista, los tapices y en el mundo castizo de
Museo Salzillo: Espacio educativo
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comedias y sainetes. En este universo
popular conviven los rudos pastores y
gañanes con la refinada nobleza local.
Contrastan las actitudes solemnes y
graciosas de los pajes, con sus coloridas
libreas, medias de sedas y elegantes
sombreros frente a las rudas pieles de los
pastores o los harapos del lazarillo. Y junto
a ellos se hacen presentes los delicados
seres sobrenaturales, los movidos ángeles y
los personajes sagrados, con sus túnicas
siempre ricamente estofadas y doradas.
Se muestran en el Belén una amplia
galería de tipos humanos, con retratos increíblemente realistas a pesar del tamaño
menudo de las figuras, en un diverso muestrario de gestos, como el estrábico y
moreno posadero, o los campesinos que escuchan atentamente el romance o el
mensaje que anuncia el Nacimiento de Jesús, el Ciego tocando la zanfoña mientras
parece ser burlado por su lazarillo y su simpático perrito...Retratos de una época que
traducen costumbres y tradiciones, como el Desollador viejo del grupo de los
carniceros, los Músicos, Cazadores…
El conjunto de animales
merece una mención aparte.
Toros, vacas, terneros,
cabras de distinta tipología,
perros y un variado grupo de
aves migratorias que
anidaban en el Mar Menor,
sirven de complemento a las
escenas. Este grupo es otro
ejemplo de la maestría de
Salzillo pues a pesar del
nutrido grupo animal que aparece representado, cada uno de ellos es el resultado de
un exhaustivo estudio anatómico de las especies de vertebrados representadas.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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Salzillo se basa en los evangelios de San Mateo y San Lucas y respeta
escrupulosamente la cronología desde la Anunciación hasta la Huída a Egipto. En una
secuencia continua sus principales protagonistas ocupan el lugar que les corresponde
en la narración mientras el resto de los elementos podían cambiar de emplazamiento.
El grupo de arquitecturas que complementan las escenas contribuyen a enfatizar el
eje narrativo de la historia y el sentido anacrónico que caracteriza a todo el conjunto.
Todas ellas siguen de las tipologías arquitectónicas de los siglos XVIII y XIX. Tal es el
caso de la casa de la virgen, que es un ejemplo de la típica casa nobiliaria murciana
del siglo XVIII, la de Santa Isabel, una característica casa de huerta o el escenario
escogido para Herodes y su guardia, un palacio de grandes dimensiones trasunto del
esquema palaciego que podemos encontrar, entre otros, en el Palacio Real de Madrid.
Para el nacimiento se escogió un ruinoso templete de planta central que acoge a los
personajes principales y los envuelve con el halo romántico propio de las
construcciones de principios del siglo XIX. Para la presentación en el templo de
Salomón, el carpintero Carrión, familia que tradicionalmente ha custodiado los pasos
de Salzillo, ideó este bello templete de planta centralizada basado en San Pietro in
Montorio de Roma.
Temas de ampliación:
El papel documental del Belén de Salzillo: la plasmación de la vida y
costumbres de la Murcia del siglo XVIII.
Orígenes de la tradición belenística.
La configuración del Belén hispánico por Salzillo y su repercusión posterior.
Otras modalidades de belenes.
La compra del Belén de Salzillo a principios del siglo XX.
http://www.laverdad.es/murcia/v/20101219/murcia/armo-belen-salzillo-20101219.html
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Actividades:
Para estas actividades te será muy útil tomar fotografías de las piezas que luego podréis analizar
detenidamente.
Después de observar atentamente los dos belenes que has podido ver en el Museo Salzillo, establece
sus principales diferencias y elementos en común.
Identifica los animales que hay en los Belenes. Compáralos y señala cuáles son autóctonos, pues
sospechamos de la presencia de intrusos que esperamos que nos ayudes a localizar.
Observa los distintos instrumentos musicales que hay representados en ambos belenes. ¿Hay alguno
que se repita? ¿Cuáles puedes identificar? ¿Conoces su nombre? ¿Se utilizan en la actualidad?
Sugerencia:
Para reforzar la comprensión del contexto histórico se podría destacar
la figura del noble murciano Jesualdo Riquelme, quien encargó el Belén.
Los estudiantes podrían indagar sobre las motivaciones que le pudieron
llevar a encargar un conjunto escultórico como éste o por qué se lo
encomendó a Salzilllo. Resulta interesante resaltar a su vez el papel de
documento visual de la Murcia del siglo XVIII que ostenta este Belén.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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9.- PASOS PARA LA PROCESIÓN:
Los pasos procesionales que Salzillo realizó para la cofradía de Jesús, se
encuentran aún en la actualidad enel espacio unitario que los alberga desde su origen,
de tal forma que no han sido descontextualizados, lo que les aporta un valor añadido.
El conjunto constituye un auténtico teatro de la Pasión que una vez al año sale fuera
de los muros de la iglesia para pasear por las calles de la ciudad, escenificando el
relato pasionario que queda esta vez iluminado por los rayos del sol radiante de la
primavera murciana. Es ahí donde la escultura en movimiento, con millares de
espectadores, cobra su auténtico significado.
SAN JUAN (1754- 1756)
Salzillo logró salvar de forma magistral la problemática que entrañaba
representar una figura aislada, puesto que el hecho de ir en solitario subrayaría su
carácter estático durante el avance de la procesión. Por ello Salzillo optó por
representarla en actitud de caminar, en posición de
contraposto y con el manto recogido con su mano
derecha, mientras señala con la otra el camino
por donde llevan a crucificar a Cristo. La imagen
en cuatro perfiles, que sería contemplada
desde diversas perspectivas, debía simular la
sensación de movimiento.
Talla y policromía conviven en perfecta
armonía. La talla modela unas formas
corporales bellas y un delicado ademán a partir
del trabajo minucioso en el manto y la túnica,
con la delgada textura de los pliegues y la inflada
ampulosidad que descubre la pierna del santo. El
suave balanceo del santo está marcado por el
adelantamiento de las piernas y por el recurso de recogerse la túnica
para facilitar su paso. La caída de pliegues tiende a marcar el giro del cuerpo hacia la
Museo Salzillo: Espacio educativo
34
derecha, en dirección a la mano que señala. En la espalda una gran diagonal en
intenso rojo cálido en dirección opuesta subraya la corporeidad a base de planos y
produce sensaciones de perspectiva logradas por el distinto grosor de la talla y la
aplicación selectiva del color.
LA VERÓNICA (1755)
El resultado de este trabajo fue una bella efigie de rasgos italianizantes,
vestida a la moda burguesa propia de la Murcia del siglo XVIII, de facciones suaves y
melancólicas que trasmiten a la perfección la angustia propia del momento que
representa. Está resuelta en proporciones medianas, aproximadamente cercanas al
metro y medio de altura, siguiendo un modelo propio de la cultura rococó. Destacan
las manchas intensas de color, los rosas y azules, que acrecientan el valor plástico de
la figura y que reproducen las calidades táctiles de los materiales. Diversos planos dan
volumen a la misma. Es magnífica su espalda, con un airoso turbante que estiliza la
figura y le da más sensación de movimiento. Su rostro es hermoso, con una marcada
expresión de tristeza y su mirada dirigida a la impresión del vero icono de Cristo.
Sus delicadas manos fueron concebidas para
albergar entre sus dedos el velo con el rostro de un
Cristo que, parece ser, Salzillo había pintado para
ella y que debió perderse en el siglo XIX, fecha de
la que data el más antiguo conservado realizado
por Domingo Valdivieso.
Artistas murcianos han ido regalando
paños a la Verónica a lo largo del tiempo. Uno de
los más recientes es el que ha realizado otro
gran murciano universal, Pedro Cano. En el
Museo se exponen una serie de bocetos, lecciones
de color y dramatismo, en el que los diversos rostros
de Pasión que tallara Salzillo para Jesús se van fundiendo
con el propio autorretrato de Cano, reiterándose, buscándose una
y otra vez en Él, surgiendo de la manchas del color de la Pasión y Muerte, rojos,
pardos y grises, hasta dar lugar al rostro definitivo impregnado en el blanco lienzo.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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LA CENA ( 1763)
Este impresionante conjunto del barroco español fue encargado a Francisco
Salzillo para sustituir el de La Mesa de los Apóstoles que había realizado su padre
Nicolás en 1700 .
En este encargo Francisco Salzillo se enfrentaba al problema de representar
trece figuras en torno a una mesa. Era el paso que
debía abrir la procesión, por lo
que tenía que marcar un
gran clímax expresivo. El
momento escogido por
el artista nos lleva al
Evangelio de San Juan,
cuando Cristo anuncia
la traición, tal y como
hiciera Leonardo para su
Última Cena. Los gestos de los
apóstoles denotan el carácter de cada uno de
ellos, mientras en torno al eje compositivo, marcado por la
figura de Cristo, se crea una línea ondulante, como exigía la
contemplación en redondo y en movimiento.
En este juego de tensiones y expresiones, Juan
duerme plácidamente, frente a un Judas Iscariote intranquilo
que se gira hacia el espectador, de amarillo y sin camisa bajo
la túnica. La juventud de San Juan contrasta con el rostro
anciano de San Andrés y su belleza con la rusticidad de San
Pedro.
Todo se impregna de arrobamiento místico, con la sorpresa de los rostros,
anhelantes y preocupados ante lo que va a ocurrir, o la expresión de las manos que
parecen dialogar entre ellas.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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DOLOROSA (1756)
En esta imagen de vestir el realismo de la escultura
se centrar en el rostro que expresa un profundo dolor,
amargura y sumisión en la mirada desconsolada
dirigida hacia el cielo y en el pálido rostro de textura
sonrosada con lágrimas de cristal. El dramatismo
del rostro se acentúa en la actitud de los brazos
abiertos que buscan consuelo.
Sobre el reinterpretado baldaquino que
magnifica la sala del Belén, en el espacio más
privilegiad del museo se encuentran los cuatro
angelitos que acompañan a la Dolorosa durante el
cortejo
pasional
postrados a sus pies
en los cuatro vértices del trono. El tema
infantil es siempre representado por
Francisco Salzillo con una gracia singular.
Con sus actitudes desconsoladas y rostros
compungidos inspiran ternura a la vez que
intensifican el carácter dramático de la
Virgen Dolorosa.
ORACIÓN EN EL HUERTO (1754)
En este paso, el escultor murciano planteó un conjunto de gran calidad y de
novedad compositiva e iconográfica. Puede que ninguna otra obra haya dado pie a
tanta literatura encomiástica.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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Recoge el momento en que Jesús se retira con Pedro, Santiago el Mayor y
Juan al huerto de Getsemaní y, puesto en oración “se le apareció un ángel del cielo,
confortándole”, como indica el versículo de Lucas XXII.
Retirados se encuentran los apóstoles, con sus ojos “cargados de sueño”, al
decir de San Mateo y San Marcos. La tradición asegura que cada uno de ellos
representa un modelo de dormición según los estados de la vida: sueño confiado y
profundo el del joven San Juan, sosegado el del maduro Santiago, ligero y en vela el
del más anciano, San Pedro, que en su mano porta la espada presta a intervenir. Esta
última es una figura muy lograda, por su expresivo rostro, la perfecta anatomía del
brazo en alerta y los magníficos pliegues del pie.
La figura de Cristo, imagen de vestir, se representa arrodillada e implorante,
como hundido ante el peso del
destino que se avecina, con todo el
sufrimiento concentrado en un rostro
de mirada suplicante, que contrasta
con la serena belleza del Ángel, figura
que lo conforta, que a su mismo nivel
evita que desfallezca, con las alas
aún desplegadas, pues acaba de
posarse en la tierra.
Este Ángel ha provocado muchísimos elogios por su belleza. Muestra el cáliz,
que en la procesión se encuentra sobre una palmera cargada de fértiles dátiles,
enfrentada a una rama de olivo, para representar el huerto de Getsemaní.
AZOTES (1777)
El paso de los Azotes fue el último
realizado por Salzillo para la Cofradía de
Jesús cuando ya contaba setenta años.
El escultor pretendía realizar un Cristo
de expresión dulce, mirada sumisa y
serena anatomía, contrapuesto a la rudeza
Museo Salzillo: Espacio educativo
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de los sayones, a sus rostros de gestos tensos llenos de violencia y a sus cuerpos en
torsión, en un magnífico recurso de expresividad. El centro de la composición está en
la columna, eje en torno al cual se disponen el resto de las figuras.
LA CAÍDA (1752)
Fue encargado por Joaquín Riquelme y Togores, renovador de la cofradía,
quien costeó personalmente el conjunto. Este conjunto impactó por su difícil
composición de eje lateral, fuerte expresividad, movimiento y gran calidad de las
figuras.
Consta de cuatro figuras que se distribuyen en torno a la de Jesús, camino del
Calvario, postrado en el suelo. Dos sayones tratan de golpearlo, mientras el Cirineo
trata de levantar la cruz y un soldado,
ligeramente retrasado, contempla la
escena. Los brazos de la cruz trazan ejes
en forma de aspa.
La imagen de Jesús muestra gran
patetismo, sus ojos son vivos y expresivos,
llenos de dolor, intensificado con el detalle
de la espina que atraviesa el párpado.
Los dos sayones de los extremos
están llenos de odio, tanto el que intenta
levantar con gran esfuerzo e inestable
equilibrio a Jesús, como el que blande una maza llena de clavos. Simón Cireneo
sostiene a la cruz lleno de compasión. El soldado representa a la turba y sintetiza el
valor del espectador que se incorpora al escenario. Los sayones y el soldado
van ataviados anacrónicamente con ropas de la época del escultor.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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PRENDIMIENTO (1763)
En la escena principal se encuentran las figuras de Cristo y Judas. El primero
llama la atención por su majestuosidad y serenidad, frente al discípulo infiel, con
rasgos demoníacos, como es propio de la fisiognomía
moralizadora del barroco. Los rostros, de psicologías
tan opuestas, están tallados en un mismo tronco
de madera. Tras ellos, un soldado, con curiosa
armadura, contempla la escena.
El otro grupo es el formado por San
Pedro, que ha derribado a Malco quien, dolorido
y temeroso, suplica al Apóstol, que sigue con el
brazo levantado, con sus músculos en tensión. El
famoso brazo es un alarde técnico de ejecución y de
perfecta anatomía.
NUESTRO PADRE JESÚS (ca. 1600)
Por último, bajo el templete de planta central se venera la imagen de Nuestro
Padre Jesús Nazareno, el titular de la Real y Muy Ilustre Cofradía del mismo nombre.
El Nazareno, heredado de una antigua hermandad nacida a finales del siglo
XV, fue adaptado y restaurado en 1600 para imagen procesional por Juan de Aguilera
y Melchor de Medina. Es una imagen muy impactante con su cabellera de pelo natural,
sus brazos articulados, manos y pies visibles, policromía cetrina y rostro expresivo de
gran patetismo.
Según la tradición fue traída de Italia por el padre agustino Butrón y su origen
ha estado siempre envuelto de leyenda. Al centrarse el profesor Belda en el rostro del
sobrio Nazareno escribe sobre su “mirada huida y ausente, pasea su solitaria figura
envuelto en la aureola de su misterio”.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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Fue la única que se salvó milagrosamente de la riada de 1651. Por ser el titular,
por la alta estima que le tenían los cofrades y por su prestigio como insignia fue la
única que sobrevivió a la importante renovación del siglo XVIII.
Temas de ampliación:
Origen de las procesiones y de los pasos procesionales.
Tipología de esculturas: talla completa e imágenes de vestir.
La policromía en la escultura: la técnica del estofado.
Límites territoriales del antiguo Reino de Murcia. Cartografía histórica de la Región de
Murcia.
Enlaces de interés:
http://www.atlasdemurcia.com/index.php/secciones/2/cartografia-historica-regional/3/#
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl
Museo Salzillo: Espacio educativo
41
10.- TÉCNICAS ARTÍSTICAS:
REALIZACIÓN DE UNA TALLA POLICROMADA.
Se trata de un procedimiento escultórico sustractivo o eliminativo, en el que el
artista va eliminando materia, en este caso madera, para ir configurando volúmenes y
la forma. El escultor trabaja la madera arrancando trozos del material, presionando la
herramienta directamente o golpeándola con un martillo. La modificación resultante es
definitiva, dado que no se puede añadir de nuevo.
La dificultad del trabajo y los riesgos que presentaba el tallado directo, llevó a los
artistas a emplear un sistema para transportar las medidas desde un modelo o boceto
previo realizado en barro, tal y como atestiguan los diversos ejemplos realizados por
Salzillo y que se conservan en el museo. (Véase al respecto el apartado de
modelado).
Fases y herramientas:
La primera tarea es la preparación del bloque. Para ello, dadas las dimensiones
limitadas de la misma, se procede al ensamblaje. Tras ello se inicia el proceso de dar
forma a la escultura, que comienza por el desbastado o eliminación de grandes masas
de materia, se procede con golpes rápidos y certeros, ya que se desbasta materia
claramente alejada de la figura que se quiere alcanzar. Se prosigue con cinceles que
son instrumentos cortantes de filo recto, y con gubias, cuyo corte es en cambio curvo,
lo que permite ir formando las superficies convexas y cóncavas.
La siguiente fase es el alisado de la superficie. En la madera se realiza éste
proceso ayudándonos de limas, escofinas y lijas. Este alisado de las superficies es
una tarea más mecánica y podía ser confiada a un aprendiz de taller.
POLICROMÍA:
La madera ha buscado tradicionalmente el entendimiento con la pintura, puesto
que tradicionalmente se ha recubierto con otros materiales para ocultar sus
características diferencias de color, nudos y vetas, proporcionándole un aspecto más
Museo Salzillo: Espacio educativo
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realista. La policromía puede ocultar totalmente la materia, hasta el punto de que el
espectador no pueda determinar cuál es el soporte de la obra. Se aplica sobre una
base previa realizada con varias capas de yeso y cola, convenientemente lijadas, que
ocultan las uniones o pequeñas imperfecciones. Se trata de una preparación de
aparejo, semejante a cuando se prepara para pintar un lienzo o una tabla. A veces se
disponen trapos o telas encoladas para imitar los pliegues, proporcionar más volumen
a los tejidos o también para contener la separación de las piezas de madera.
La pintura de imágenes constituyó una especialidad, y muchas veces en manos de
ilustres pintores, Francisco Pacheco policromó esculturas de Martínez Montañés. La
escultura policromada debe ser una suma de escultura y pintura. Decía Pacheco en su
Tratado de pintura que en una cabeza encarnada por él coincidían dos artes: la talla
de un gran escultor y el retrato de un buen pintor.
La policromía utiliza las concavidades para producir sombras y el encarnado
robustece las formas. Asimismo, la fuerza y el grosor de las venas cobran más
potencia cuando el pincel ha recorrido el saliente aplicando una tonalidad propia del
vaso sanguíneo. Por esta razón resulta difícil establecer lo que es plástica y lo que es
pintura cuando se está delante de una escultura policromada. La buena policromía se
adapta a la escultura, no la niega ni la desvirtúa. Lo que sí parece claro es que la
verosimilitud, es decir, la sensación de que una escultura se asemeja a un ser real, es
más fácil conseguirla con una escultura policromada. Pero nunca una escultura
policromada auténtica debe ser considerada como pintura, porque su esencia sigue
siendo el volumen, el espacio ocupado.
En el taller de Salzillo la policromía componía un diálogo perfecto por la talla, por lo
que el escultor murciano ha sido considerado como un verdadero maestro del color,
mostrando la doble condición de ser escultor de la pintura y pintor de la escultura.
A la policromía se añaden los «postizos»: uñas de cuerno, dientes de pasta, ojos
de cristal, lágrimas de resina, pestañas naturales y tras ello indumentaria textil en las
imágenes de vestir. Esto sucede por ejemplo en La Dolorosa o las imágenes de Cristo,
en los pasos de La Oración en el huerto, La Caída o la del titular de la cofradía, donde
viste túnica de color morado. En el Belén napolitano la escultura exhibe los caprichos
de la moda en medio de paisajes urbanos o naturales.
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DORADO Y ESTOFADO:
Una vez trabajado el estuco o preparación, se comienza a realizar el proceso de
dorado, que corresponde en la escultura a los ropajes de las figuras de talla completa.
La preparación se cubre con una capa de tierra de bol compuesta básicamente con
cola y arcilla rojiza, con lo que se forma una capa muy suave al tacto y sobre la que
descansará el pan de oro para adquirir el brillo. Cuanto mayor sea el grado de
perfección de la aplicación del bol mayor será la perfección del dorado.
A continuación se coloca un librillo de oro en el guantelino y se van extrayendo las
láminas de oro, humedeciendo levemente la superficie del bol con una solución de
cola. Se aplica el oro con la ayuda del pincel de malta llamado polonesa (no es posible
tocar la lámina con las manos ya que la grasa de la misma lo deshace
inmediatamente). Una vez seca la lámina, se bruñe, pasando piedras de ágata o
dientes de marfil enmangados, llamados bruñidores de oro.
Terminada la acción de bruñido, el oro se pinta con colores en las zonas de telas.
Cuando los colores están mordientes, se dibuja con puntas de caña, retirando la
pintura y apareciendo el oro, simulando con ello las ricas telas que eran bordadas con
hilos de oro, plata, etc., llamados estofas (de ahí la denominación de estofado).
La plata se trabaja del mismo modo que el oro y frecuentemente se utiliza corlada.
La corla es una capa compuesta de gomalaca y tintura (puede ser azafrán o cúrcuma)
que se aplica a la plata aportándole un color similar al del oro, y que a su vez actúa de
capa de protección evitando, de éste modo, la rápida oxidación.
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TRABAJO EN BARRO (BOCETOS Y BELÉN).
Una escultura sigue un proceso de elaboración que es preciso conocer para
valorarla juiciosamente. El boceto es por fuerza algo inacabado, pero, desde el punto
de vista de su función, es una pieza satisfactoria, que no requiere afinamiento. Hoy
suscitan enorme interés. En ellos se ve la huella de la mano, incluso con las
impresiones digitales del artista.
El modelado puede constituir una finalidad en sí mismo o, por el contrario, ser un
procedimiento auxiliar de la escultura. En efecto, el escultor que quita materia no
puede operar valiéndose únicamente de la memoria; ha de tener a la vista un modelo.
No es más que un punto de referencia, pero no puede prescindir de él si desea evitar
errores irreparables. El modelo es parte del proceso que lleva a la idea final.
El modelado es especialmente apto para el momento creativo, como lo es el
dibujo. El artista podrá, indistintamente, añadir o quitar de la masa blanda. El artista
realizará numerosos bocetos de tamaño pequeño, y finalmente un modelo a escala de
la escultura que pretenda llevar a cabo.
Hay procedimientos científicos, con compases y reglas, pero es especialmente
inestimable la ayuda de la máquina de sacar puntos, empleada ya por los griegos. En
rigor, esta «máquina» no es más que una caja de varillas ortogonales, a las que se
sujetan puntas o agujas. Se eligen puntos determinados, que se fijan en la caja y en el
bloque. De esta suerte, el escultor trabajará el bloque con seguridad, desbastando con
el puntero y los cinceles y guiándose por la frontera de puntos, hasta definir el bulto.
La máquina garantiza la correspondencia entre el modelo y la obra definitiva.
También es escultor el modelador, el que efectúa un modelado, quien lo mismo
que el pintor, agrega, valiéndose de un material blando (cera, arcilla, yeso). El
modelado pertenece al campo de la escultura, pero difiere radicalmente de la escultura
propiamente dicha por lo que concierne al procedimiento. No será ya necesario
adivinar, se podrá concebir sobre la marcha, e incluso cambiar el plan previsto.
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El barro cocido, por su plasticidad, es terreno adecuado para lograr efectos
realistas. Las arrugas, los cabellos, el modelado de los pliegues, todo puede alcanzar
acusada verosimilitud.
MATERIALES DE MODELADO.
Las obras efectuadas mediante modelado se trabajan con herramientas sencillas,
la materia principal es la arcilla que es modelada por medio de puntas de madera,
paletas, trapos húmedos, aunque el utensilio principal es la mano.
ARCILLA.
La arcilla es un silicato hidratado de aluminio. Para poder modelar la arcilla se le
añade agua de hidratación, de éste modo se convierte en un material plástico y poder
modelar la arcilla.
La arcilla se trata de una sustancia sólida, inorgánica, que se moldea en frio y se
consolida en caliente. Tiene las siguientes propiedades:
- Plasticidad: depende del agua que se le añada.
- Color: La pieza suele tener dos colores, el color en crudo y una vez
realizada la cocción. En crudo mantiene el color de la arcilla que varía de
oscuro a claro por la evaporación del agua. Cuando está cocida toma el color
de los óxidos que contenga la pasta.
- Contracción (dos tipos diferentes de contracción de volumen):
- Retiro en crudo: se produce durante el secado u oreo, este es un
proceso lento en el cual se produce la evaporación del agua que se
encuentra en el amasado que es evaporada de dentro a fuera.
- Retiro durante la cocción: se genera durante la combustión de las
sustancias orgánicas interiores y por la eliminación de agua
químicamente combinada.
La contracción de la pieza con la cocción se determina por la
temperatura de la cámara del horno y el tiempo que se mantenga la
temperatura.
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DECORACIÓN PICTÓRICA DE LA IGLESIA DE JESÚS.
La decoración que presenta la Iglesia de Nuestro Padre Jesús fue realizada a
finales del siglo XVIII por el pintor italiano Paolo Sístori con la técnica del trampantojo,
arquitecturas fingidas, trabajándolo como un gran espacio teatral escenario de la
Pasión de Cristo.
Un trampantojo (o «trampa ante el ojo», también llamado trompe l'œil, expresión
francesa que significa que «engaña el ojo») es una técnica pictórica que intenta
engañar la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos (Ilusión óptica es
cualquier ilusión del sentido de la vista, que nos lleva a percibir la realidad
erróneamente). El trampantojo excede la intención de figuración en una superficie de
dos dimensiones del efecto espacial en su totalidad, por cuanto busca la confusión del
contemplador, que en un momento dado toma por real lo que meramente está pintado.
PINTURA MURAL.
El soporte es la base sustentante en la cual se realiza la pintura y en este caso es
el muro del edificio, por lo que se realiza en función de las propias características de la
arquitectura del mismo. En su diseño, el artista tiene en cuenta el punto de vista del
espectador y el hecho de que éste no adopta una posición fija.
PREPARACIÓN DEL MURO:
Generalmente la preparación de un muro para ser decorado se desarrolla con la
adhesión al muro de una capa de preparación:
AGLUTINANTES:
CAL.- Piedras calizas.- están formadas casi exclusivamente de carbonato cálcico,
aunque también tienen otro tipo de materiales como es la arcilla. Son rocas de origen
sedimentario muy abundantes como margas (arcilla cementada en forma de mármol) y
mármoles.
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YESO.- Polvo que resulta de la calcinación de una especie de piedra a la que se le
da el nombre de piedra de yeso. Resultado de la deshidratación de la piedra de yeso.
Tiene una estructura cristalina que pierde con la calcinación y pasa a ser un material
pulverulento que al mezclar con agua forma una pasta moldeable de pronto fraguado.
ÁRIDOS:
- ARENAS. Proceden de la desintegración natural o artificial de rocas, que son
mezcladas con los aglomerantes para confeccionar los morteros con la finalidad de
disimular la retracción del mortero y dotarlo de textura y color, estabilizar el revoque y
permitir que el aire entre en su interior (respire).
- POLVO DE MÁRMOL. Se suele emplear en el enlucido para dar un fondo más
blanco y enlucido. Es un grano fino pero no harinoso ya que de otro modo al unirse
con la cal formaría una mezcla poco trabada. Se utiliza también como pigmento blanco
con poco poder de cubrición.
De forma errónea, se denomina a toda decoración mural, pintura al fresco, que en
realidad es aquella en la cual las partículas de pigmento son aplicadas sobre un
soporte de cal apagada que necesariamente ha de estar fresco (recién proyectado)
produciéndose la aglutinación por la carbonatación del mortero de cal. Esta técnica se
basa en el principio de fijación de los pigmentos mediante la carbonatación de la cal.
Realmente ésta es una técnica muy poco utilizada en nuestro país y de difícil
elaboración. La técnica más utilizada es la pintura mural al seco, como temples de
huevo, caseínas, encáusticas y óleos.
PINTURA AL TEMPLE.-
Es aquella en la que se emplea un medio que se puede diluir libremente en agua
pero que al secarse queda lo suficientemente insoluble para poderlo repintar con otros
medios, añadir más temple, óleo o barnices.
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La palabra temple se encuentra en los escritos para indicar cualquier medio líquido
que pudiera combinarse con pigmentos para hacer pintura. Más tarde se le aplicó tan
solo a los que se componían de huevo, pero con el desarrollo el término incluye todas
las técnicas de pintura que utilizan emulsiones. En ocasiones se utiliza
incorrectamente para designar a cualquier pintura acuosa y opaca distinguiéndola de
la pintura al óleo.
El término "temple", en italiano "tempera", deriva del latín "temperare", en el
sentido de disolver los colores y mezclarlos en su justa medida. Se utiliza para
describir un proceso de acondicionamiento a la tecnología de la pintura, implica la
conversión de una sustancia no plástica ni dúctil en un material con propiedades
adecuadas para el propósito que se pretende.
Aglutinante: Deben sus características al hecho de ser emulsiones (mezcla estable
de un líquido acuoso en una sustancia aceitosa, grasa, cérea o resinosa, como por
ejemplo la leche). En estado líquido los temples tienen apariencia lechosa provocada
por la refracción y dispersión de la luz en los innumerables glóbulos de grasa.
ÓLEO SOBRE LIENZO.
En la cúpula central de la iglesia de Jesús, la decoración pictórica original de Paolo
Sístori estaba realizada sobre lienzos que se encontraban adheridos al muro. Se
trataba de óleo sobre lienzo tal como se conoce en su forma y técnica habitual, que es
luego adherido al muro, bien encolando el lienzo directamente a la pared o usando un
bastidor de madera que es encastrado en la pared y que suele ir rodeado por un
marco de escayola (al no estar en contacto directo con el muro, no sufre directamente
las alteraciones de éste).
- Preparación del lienzo.- generalmente a lo largo de la historia el textil más
utilizado ha sido el lino, aunque en muchas ocasiones también se usa el cáñamo. Éste
soporte es preparado previamente para poder ejecutar su posterior decoración
pictórica con una capa de imprimación a base de carbonato cálcico y colas animales.
Tras realizar la preparación se lleva a cabo la ejecución pictórica con la técnica
escogida por el artista. La adhesión al muro se hace a través de adhesivos como colas
(cola de carpintero), engrudos o con ayuda de clavos, etc.
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TEJIDOS: LA SEDA
BORDADOS, BROCADOS y DAMASQUINADOS.
Durante el S.XVII se desarrolló principalmente en Murcia una importante actividad
artesanal en torno a la seda: torcedores, tejedores, cordoneros, toqueros,
pasamaneros y tintoreros habitaban en el casco urbano y principalmente en los barrios
de San Antolín, San Andrés y San Miguel.
El centro de negocio de la seda estaba instalado en el núcleo urbano,
principalmente en la plaza Santa Catalina, donde se reunían periódicamente
mercaderes, corredores y productores de seda para cerrar los tratos comerciales.
La seda contribuyó a la caracterización de la sociedad murciana como una
formación económica y social que tiene como principio fundamental la perpetuación y
la reproducción social de las elites surgidas del comercio sedero, y por tanto, la
formación de un grupo social burgués.
El bordado es un arte que consiste en la ornamentación por medio de hebras
textiles, de una superficie flexible.
Los hilos que se emplean en el bordado son los mismos que sirven para el tejido
pero sobre todo se utilizan los de seda, lana y lino, todos con variados colores y los de
plata y oro con las formas diferentes que se adoptan en tejeduría (industria que fabrica
telas tejidas a partir de hilos).
En el transcurso de la historia se conocen diversas clases de bordados,
caracterizadas por el relieve que presentan, por la materia de que constan, o bien por
el trazado de las figuras o las diferencias de puntos que se producen al bordar con la
aguja.
Por el relieve, se distinguen tres clases:
• Lisos, que apenas sobresalen de la pieza
• De realce, que ofrecen mucho relieve debido a un relleno de cartulina o de
algodón en rama (o de estopa con cera, en la Edad Media) que se
interpone.
• De aplicación o de sobrepuesto, que se borda fuera de la pieza y
posteriormente se cose sobre ella.
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Por la materia de que están confeccionados:
• El bordado a canutillo, que se consigue aplicando el hilo de oro o plata no
de la forma común de hilo para tejer o coser sino rizado o en hélice,
formando tubito flexible, por cuyo eje se hace pasar el hilo de seda con que
se sujetan las partes del mismo al tejido.
• el bordado plano que se ejecuta aplicando los hilos o tirillas metálicas sobre
el tejido sin que entren o salgan de él a modo de costura sino sujetándolos
con puntadas de seda (pointcouché para los franceses) convenientemente
dadas.
• así se aplican también el bordado de cordoncillo (de seda o de oro en forma
de cordón) y el que se llama a hilo tendido, en el que el hilo o el cordoncillo
va dando pequeñas vueltas sin interrupción sobre la tela y cada vuelta se
sujeta como se ha dicho.
• el bordado de oro matizado, es una variante del bordado plano que tiene
por objeto cubrir a tramos con sedas de colores el hilo o cordoncillo de oro
(sujeto por sus extremos a la tela) para darle más vistosidad y variedad. Por
haberse adoptado este procedimiento en las labores de El Escorial durante
la época de Felipe II se llama punto de El Escorial.
Se llama brocado y también brocar a un tejido muy cargado de seda cuyo fondo,
hecho con la trama, es de punto asargado. Tela de seda entretejida con oro o plata, de
modo que el metal forme en la cara superior flores o dibujos briscados.
Los dibujos son de raso de ocho lizos y suelen ser grandes para que produzcan
buen efecto aplicados a toda clase de tapices y muebles. La circunstancia que
distingue este tejido es el medio relieve que presenta el raso sobre el asargado del
fondo siendo la clase más usada de sólo dos colores, uno de la urdimbre y otro de la
trama, si bien se fabrican también algunos pocos brocares con dos y tres colores de
trama.
El damasco es una tela fuerte de seda o lana, con dibujos formados con el
tejido, y cuyo brillo los distingue del fondo.
Museo Salzillo: Espacio educativo
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BIBLIOGRAFÍA:
Belda, C. y García, M. (1998). Museo Salzillo de Murcia, Murcia: Consejería de Cultura
y Educación.
Belda, C. y García, C. M. (2001). Francisco Salzillo: La plenitud de la escultura.
Murcia: Darana.
Carretero, M.T. y Muñoz, M.J. (2007). El niño que se hizo escultor: Francisco Salzillo.
Murcia: Consejería de Educación, Ciencia e Investigación.
De la Peña, C. y Marín, M.T. (2013). El Belén de Salzillo. Murcia: Museo Salzillo.
Fernández, J. (1996). Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas
artísticas. Barcelona: Ariel.
Marín, M.T. (1998). El Museo Salzillo en Murcia. Murcia: Real Academia de Alfonso X
El Sabio.
Marín, M.T. y Belda, C. (2006). Guía del Museo Salzillo. Murcia: Dirección General de
Cultura-Museo Salzillo.
Martínez, V., Pablos, P. y Rubio, P. (2008). Descubre a Salzillo. Murcia: Servicio
Educativo del Ayuntamiento de Murcia.
Ramallo, G. (2007). Francisco Salzillo escultor 1707-1783, Madrid: Arcolibros.
Recio, S. y Caride, M.J. (2008). Francisco Salzillo para los niños. Murcia: Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia.
Wittkower, R. (1980). La escultura: procesos y principios. Madrid: Alianza Forma.
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ANEXO: RUTA SALZILLESCA
La ruta propuesta es un recorrido por las principales iglesias del centro de la ciudad de
Murcia que albergan obras de notable importancia de Francisco Salzillo. El recorrido
planteado tiene su origen en la Catedral de Murcia y nos conduce al Museo Salzillo,
pasando por las iglesias de San Juan de Dios, Santo Domingo, Iglesia del Convento
de Santa Ana, Iglesia del Convento de Santa Clara, San Miguel e iglesia del Convento
de las Agustinas. Una vez visitado el Museo se propone una ruta de vuelta que llevará
al visitante al centro de la ciudad pasando por San Andrés, San Antolín, San Nicolás,
San Pedro, Santa Catalina y para finalizar San Bartolomé.
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1. CATEDRAL DE MURCIA
Se puede ver...
. San Jerónimo
. Virgen de la Leche.
. Virgen del Socorro
. Crucifijo (sobre el facistol del coro).
. San Antonio Abad.
.San Antonio de Padua.
2. SAN JUAN DE DIOS (Anexo del Museo de BBAA)
Se puede ver...
. San Rafael
. San Juan de Dios
. Ángeles adoradores
. San José
. San Joaquín
. Santa Ana
3. SANTO DOMINGO
Se puede ver...
. Santo Tomás de Aquino
. Santa Inés
4. IGLESIA DEL CONVENTO DE SANTA ANA.
Se puede ver...
. Santa Ana con la virgen niña
. Virgen del Rosario
. San José con el niño
. San Joaquín con la virgen niña
. San Juan Bautista
. San Juan Evangelista
. San Alberto Magno
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. San Antonio de Florencia
5. IGLESIA DEL CONVENTO DE LA CLARA LA REAL.
Se puede ver...
. Santa Clara
. San José con el niño
. Ángeles adoradores
6. SAN MIGUEL ARCÁNGEL.
Se puede ver...
. Sagrada Familia
. Los ángeles que forman parte del altar mayor.
7. IGLESIA DEL CONVENTO DE LAS MADRES AGUSTINAS.
Se puede ver...
. San Agustín
8. MUSEO SALZILLO
9. SAN ANDRÉS.
Se pude ver...
. San Andrés
. San Roque
10. SAN ANTOLÍN
Se puede ver...
. Santa Bárbara
. Divina Pastora
. San Antonio
11. SAN NICOLÁS DE BARI
Se puede ver...
. Los medallones de piedra que decoran las portadas.