masas, intelectuales y Élites (yannuzzi)

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1 INTELECTUALES, MASAS Y ELITES. María de los Ángeles Yannuzzi CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN: LA TEORÍA DE LAS ÉLITES. La teoría de las élites es producto de un momento de crisis del orden liberal, producido por la inserción de las masas, y porque la burguesía decadente había respondido entrando en un ciclo de corrupción. No teniendo ya recursos para innovar el sistema, prefería mantenerse e el poder, para lo que se veía obligada a garantizar, mediante prebendas, el caudal electoral. De esta manera, la obra de Mosca, Pareto y MIchels reflejan las profundas transformaciones acaecidas durante el período 1890-1930, los años en que el pensamiento democrático se imponía masivamente en la sociedad y se ponía en cuestión el carácter racional del comportamiento político. Por ese entonces, el fenómeno de las sociedades de masas ya se presentaba como una instancia de masificación que consolidaba las tendencias autocríticas más peligrosas. En este sentido, las reflexiones de Mo, P y Mi están atravesadas por el temor a las consecuencias despóticas que las nuevas formas de dominación encerraban, disimuladas tras el velo de la soberanía popular. Democracia y socialismo se unificaban en una crítica que intentaba mostrar la realidad corruptora del poder. Al igual que los marxistas, los elitistas también entendían a la historia como una lucha, pero no de clases, sino de élites que competían por el poder. De esta forma querían demostrar que la política no llegaría a su fin, como planteaba el marxismo, y que el socialismo era, en realidad, la justificación que la nueva élite utilizaba para esconder su voluntad de poder. Con el nombre de residuos, P se proponía estudiar los instintos y sentimientos que conformaban la estructura básica de la personalidad del hombre. Los hombres actuaban, no según razón, sino en base a estos elementos no racionales, que condicionaban todo comportamiento humano. Eso significaba que la acción social aparecía condicionada por aquellos aspectos propios de una naturalidad cuasi animal. A partir de estos instintos y

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Page 1: Masas, Intelectuales y Élites (Yannuzzi)

1 INTELECTUALES, MASAS Y ELITES. María de los Ángeles Yannuzzi

CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN: LA TEORÍA DE LAS ÉLITES.

La teoría de las élites es producto de un momento de crisis del orden liberal, producido por la inserción de las masas, y porque la burguesía decadente había respondido entrando en un ciclo de corrupción. No teniendo ya recursos para innovar el sistema, prefería mantenerse e el poder, para lo que se veía obligada a garantizar, mediante prebendas, el caudal electoral. De esta manera, la obra de Mosca, Pareto y MIchels reflejan las profundas transformaciones acaecidas durante el período 1890-1930, los años en que el pensamiento democrático se imponía masivamente en la sociedad y se ponía en cuestión el carácter racional del comportamiento político. Por ese entonces, el fenómeno de las sociedades de masas ya se presentaba como una instancia de masificación que consolidaba las tendencias autocríticas más peligrosas. En este sentido, las reflexiones de Mo, P y Mi están atravesadas por el temor a las consecuencias despóticas que las nuevas formas de dominación encerraban, disimuladas tras el velo de la soberanía popular. Democracia y socialismo se unificaban en una crítica que intentaba mostrar la realidad corruptora del poder.

Al igual que los marxistas, los elitistas también entendían a la historia como una lucha, pero no de clases, sino de élites que competían por el poder. De esta forma querían demostrar que la política no llegaría a su fin, como planteaba el marxismo, y que el socialismo era, en realidad, la justificación que la nueva élite utilizaba para esconder su voluntad de poder.

Con el nombre de residuos, P se proponía estudiar los instintos y sentimientos que conformaban la estructura básica de la personalidad del hombre. Los hombres actuaban, no según razón, sino en base a estos elementos no racionales, que condicionaban todo comportamiento humano. Eso significaba que la acción social aparecía condicionada por aquellos aspectos propios de una naturalidad cuasi animal. A partir de estos instintos y sentimientos, los hombres construían las derivaciones, es decir, las estructuras discursivas que daban una explicación pseudoracional, según P, a la acción social.

P intentaba demostrar con esto que los hombres actuaban, fundamentalmente en política, movidos por la fe, por un sentimiento de religiosidad que los hacía caer en el fanatismo más irracional. Mo y Mi también intentarían dar cuenta de esos elementos no racionales que conformaban la acción política. Lo que aparecía como triunfo de la razón, porque los hombres abandonaban su fe en un Dios metafísico, en realidad no era más que la sustitución de un objeto abstracto por otro concreto y humano. Lo cierto era que ese elemento irracional pasa a ser considerado como una parte constitutiva del hombre, parte a la que el racionalismo había tendido a ignorar.

La crítica al racionalismo que formularon no implicaba una definición antiintelectualista. Mo, P y Mi reconocían las ventajas de una sociedad en la que los saberes se constituyen en un elemento de distinción y pensaban que los movimientos antiintelectualistas escondían, en realidad, la vocación de poder de una élite que para captar a las masas, necesitaban combatir a los

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intelectuales. Sin ellos, las masas podrían ser más fácilmente sojuzgadas. Moralistas en el fondo, los elititstas se erigieron en críticos implacables de ese comportamiento no racional de la clase dirigente.

La crítica fuertemente antidemocrática de estos autores hizo que muchas veces se los leyera en clave fascista. Sin embargo, la peligrosidad que encerraba el enquistamiento en el poder de una élite autoritaria, como la fascista, hacía que Mo revalorizara, por su parte, ciertos aspectos de la democracia. La competencia inter élites, propia de este sistema, permitía una renovación basada en el disenso, que el fascismo directamente anulaba. Por eso, como sugería Mo, aún la peor de las democracias era preferible a cualquier otra forma que condujera a la absolutización del poder en el Estado. Quizás previendo que se abría una noche oscura en la política, Mo, P y Mi exacerbaron su crítica a la democracia como un intento último por recuperar espacios de libertad que en la sociedad estaban amenazados.

P, una personalidad fuertemente elitista que detestaba la masividad. Mo, un conservador antidemocrático que, a lo largo de su vida, fue evolucionando hasta la aceptación de una democracia representativa. Mi, desde la juventud socialdemócrata alemana más radicalizada fue desplazándose en el espectro ideológico hacia posiciones cada vez más conservadoras. La crítica posterior los reconocería como los primeros autores modernos que abordaron sistemáticamente la cuestión de las élites.

CAPÍTULO II

ALGUNAS DEFINICIONES PREELIMINARES

1. EL GOBIERNO DE LAS MINORÍAS

Los tres parten de una premisa básica: en todo agrupamiento humano más o menos numeroso siempre se ha conformado una minoría que asume la responsabilidad de la dirección, de la conducción del grupo. Los tres intentan demostrar la imposibilidad del pensamiento democrático radical. Por eso ellos responden diciendo que las élites, las oligarquías, existen. La utilización de lo que podríamos llamar un “reclutamiento democrático” de la clase dirigente no implica la desaparición de esa minoría gobernante que, por el contrario, tiende a enquistarse en el poder. Mosca: “…la clase gobernante o, mejor dicho, aquellos que tienen y ejercen el poder público, serán siempre una minoría,…”.

Es la historia la que acude a demostrar este ppio. El gobierno siempre ha sido ejercido por una minoría. Puede cambiar la forma de reclutamiento o la forma de legitimar dicho gobierno. incluso, utilizando la expresión que el mismo Mo acuñara desde un ppio, la “fórmula política” puede ser democrática o popular, aristocrática o monárquica.