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1 MÁS DE MIL DÍAS CON DANIEL NARRATIVA RESILIENTE ISIS EXSURY GONZÁLEZ SUÁREZ UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE ARTES ASAB BOGOTÁ, FEBRERO 2017

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MÁS DE MIL DÍAS CON DANIEL

NARRATIVA RESILIENTE

ISIS EXSURY GONZÁLEZ SUÁREZ

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE ARTES ASAB

BOGOTÁ, FEBRERO 2017

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MÁS DE MIL DÍAS CON DANIEL

NARRATIVA RESILIENTE

ISIS EXSURY GONZÁLEZ SUÁREZ

TESIS PARA OPTAR AL TITULO DE MAGISTER

EN ESTUDIOS ARTÍSTICOS

Tutor

PEDRO MORALES

Docentes

Comité de Investigación

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE ARTES ASAB

BOGOTÁ, FEBRERO 2017.

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TABLA DE CONTENIDO

RESUMEN 4

INTRODUCCIÓN 5

CAPITULO 1 12

DOLOR 12

Este dolor es mío 17

Dolor como metáfora 24

RESILIENCIA 25

El duelo 26

En familia 31

En el hospital 35

Flexibilidad para el cambio 36

PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL 40

Sobre PCI 40

Y ahora ¿qué? 47

ACTO DE RESILIENCIA 48

Sólo un niño 48

El cuerpo se transforma 49

CAPITULO 2 52

NARRACIÓN COMO RESILIENCIA 52

Más de mil días con Daniel 54

CONCLUSIONES 76

FUENTES CONSULTADAS 78

4

RESUMEN

El presente documento hace una exposición acerca de la importancia e incidencias que

tiene la narración-reflexión para la relación que existe entre los contextos familiar y médico

en que se mueven los padres de un niño con parálisis cerebral y la forma de encontrar

resiliencia en medio del dolor. La relación de testimonios, recuerdos y palabras han

desarrollado procesos de recuperación poco duraderos. Sin embargo, hay momentos

resilientes que fortalecen, asegurando una mejor calidad de vida para el niño y sus padres.

ABSTRACT

This paper gives an account of the importance and impact of narrative-reflection on the

relationship between the medical environment of the parents of a child with cerebral palsy

and how to find resilience in the midst of pain. The relationship of testimonies, memories

and words have developed processes of recovery that are not long lasting. However, there

are resilient moments that strengthen in the family environment, ensuring a better quality of

life for the child and his parents.

Palabras Clave:

Resiliencia/Parálisis cerebral/dolor/narración

Keywords:

Resilience / Cerebral palsy / pain / narration

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INTRODUCCIÓN

El proyecto de investigación – creación titulado Más de mil días con Daniel.

Narraciones resilientes, aborda las narraciones de Oscar Hilarión Molina y mías como

padres de Daniel Hilarión, que padece una discapacidad motora consecuencia de una

parálisis cerebral espástica. Radicados en Bogotá y como profesionales en el campo del arte

escénicos, ambos padres hemos encontrado momentos de resiliencia por medio de las

narraciones.

Las narraciones se realizan a través de los pocos años de vida que tiene

nuestro hijo Daniel Hilarión, quien nace el 26 de agosto 2012 en condiciones críticas en el

Hospital San Rafael de Bogotá. A pesar de un dictamen médico poco favorable. Daniel

logra sobrevivir, entregándonos día a día la oportunidad de estar a su lado para encontrar un

sinnúmero de experiencias que se resisten a morir. No es nada nuevo que para algunos

padres un hijo genere las más puras emociones; sin embargo, cuando la muerte ronda se

tejen lazos invisibles llenos de esperanza, con una buena dosis de dolor y fortaleza. De esos

lazos trata este trabajo de grado: ellos se hacen visibles en las narraciones que, motivadas

por encontrar un acto resiliente, intentan convertir el dolor en una oportunidad para la

esperanza.

La presente investigación – creación se inscribe en la línea de investigación

en estudios artísticos por su condición sensible y subjetiva, capaz de explorar aquellas

interacciones no siempre evidentes que se dan entre cultura, artes y vida. El trabajo de

grado se centra en la indagación de subjetividades a través de palabras que nacen en medio

de una experiencia de vida cargada de amor y dolor por un hijo. Se trata justamente de una

investigación- creaciónen porque se crea una narración-reflexión, a partir del recuerdo que

nace al ver una fotografía de la vida de Daniel, en el transcurso de su recuperación. La

narración hace que nos desplacemos a lugares de lo sensible como grupo familiar, donde el

dolor y la esperanza van de la mano y nos ayudan a reconocernos a través de cada palabra

escrita, inspirada por aquellas fotos. Cada palabra es reproducida en el momento en que

otras personas quieren oírnos y escuchar una nueva forma de amar, transformando nuestro

entorno en una posibilidad resiliente para continuar con la dulce labor de ser padres. Se

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trata de dar forma a un reconocimiento individual y grupal para encauzar formas de pensar,

sentir y sobrevivir. Una experiencia cualitativa del pensamiento humano, una expresión

narrativa de la vida misma y del nacimiento profundo de un sentir genuino y contundente

donde el recuerdo es una posibilidad de comunicación y liberación, que refleja el ser

reflexivo con ansias de levantar una voz, un precedente, un alivio efímero pero eficaz.

Comunicar las narraciones hace de la experiencia una posibilidad de reconocimiento del

dolor como forma de reflexión a través de la cual el ser humano encuentra fortalezas y

debilidades.

En sentido general, y con base en Kubler – Ross (2010), Siebert (2007), Le

Breton (1999) y García (2004), se recoge y procesa información sobre los siguientes

conceptos:

Dolor, como componente de la vida misma; como consecuencia de un inevitable;

como distorsionador de ambientes de paz; como motor para encontrar nuevas

formas de comunicación.

Resiliencia, como estado flexible ante una situación irremediablemente dolorosa;

como posibilidad de encontrar el coraje en medio de una realidad condicionada por

la enfermedad; como voluntad de seguir adelante.

Parálisis cerebral, como patología que tiene el niño Daniel Hilarión y que, para

entender las consecuencias de la enfermedad, es necesario adentrarse en el

significado científico de la misma, conocer –por ejemplo- la clase de parálisis

cerebral que padece nuestro hijo, que según la lesión es la complejidad de la

discapacidad.

Las reflexiones nacen a partir de los encuentros con la palabra en cada

narración. Palabras que trenzan la historia de una familia resiliente al narrar, que a su vez

pasa por distintas etapas de duelo. Cada narración está llena del sentir de los padres del

niño y entrega a quien la lee un balance sobre ese dolor. Al compartir esas narraciones,

también queremos aportar a otros padres, cuidadores y allegados de niños con parálisis

cerebral una experiencia resiliente para transitar el sendero de la enfermedad.

Las narraciones se realizan en un tiempo determinado y se conectan con

formas de recuerdo como fotografías y dibujos que acompañaron el proceso. Las

7

fotografías por lo general son tomadas por los padres de Daniel y los dibujos son realizados

por su prima. Ambas elaboraciones plástico-visuales (fotografías y dibujos) se usan para

evocar palabras narradas que intentan ser la forma más noble que encontramos para resistir

los avatares de una enfermedad irreversible. Los espacios desde donde se realizan dichas

narraciones son, esencialmente, el hospital y la casa familiar.

El hospital es el lugar donde pasamos más tiempos juntos, buscando formas

de aliviar la pena y el dolor. Por ello, comenzamos a narrar entre nosotros como padres lo

que las fotografías nos inspiraban. Esas narraciones fueron compartidas con los demás

padres que se encontraban, junto a nosotros, en el centro médico (Instituto Roosevelt), en

aras de construir redes de apoyo mutuo. Estas redes de apoyo se generan esporádicamente y

en ocasiones con una sola conversación: la ayuda comienza al narrar cada experiencia y

llamar la atención sobre similares condiciones de parálisis. Juntos, los padres

intercambiamos y aprendemos formas de hacer terapias a nuestros hijos, modos diversos de

enfrentar la enfermedad.

La casa familiar es el segundo escenario donde permanecemos con el niño y

desde allí también se hacen narraciones esporádicas recogidas en este trabajo de grado, al

tiempo que se modifican los espacios físicos domésticos para convivir con un infante

afectado por parálisis cerebral.

Esta investigación-creación, a tono con los planteamientos de la Maestría en

Estudios Artísticos, aspira a construir/compartir: una mirada sobre el sentir, un acto de

habla en primera persona, sentimientos impregnados de dolor, una posible resiliencia para

afrontar desconsuelos causados por la enfermedad, una reconciliación entre la condición de

discapacidad y la posibilidad de continuar viviendo e incluso, edificando espacios de

felicidad.

Así, la pregunta-problema de investigación puede enunciarse como sigue:

¿Cómo configurar un acto resiliente, a partir de la narración que nace a través del recuerdo

y de la relación del sentir que hay entre Oscar Hilarión, Isis González y Daniel Hilarión,

padres los dos primeros e hijo con parálisis cerebral el tercero, durante más de mil días

entre hospitales y hogar?

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Las narraciones que se comparten son expresiones testimoniales que abarcan

las subjetividades y la comprensión de personas involucradas en la situación, para encontrar

una forma resiliente y aportar a la reflexión sobre las posibilidades que tiene el ejercicio

narrativo para transformar el dolor en opción reivindicatoria. Cada una de las narraciones

estará, a lo largo del escrito, en cursiva.

Se plantea como objetivo general:

Configurar un acto resiliente por medio de la narración que realizan los

padres de Daniel Hilarión, niño con parálisis cerebral.

Mientras los objetivos específicos serían:

Narrar a través del recuerdo que produce una fotografía o un dibujo, el hecho

doloroso que representa tener a un hijo con parálisis cerebral.

Identificar los pasos que tiene el proceso de duelo en las narraciones realizadas.

El dolor puede destruir al ser humano y también puede llegar a enriquecerlo

profundamente. El sufrimiento es algo tan personal que cada quien tiene que vivirlo para

poder afrontar una nueva experiencia de vida. Nosotros decidimos encontrar una respuesta

a la siguiente pregunta: ¿Qué vamos a aprender de todo esto? ¿Para qué quiero hacer esta

investigación sobre el dolor que me afecta tan hondamente? ¿Por qué el dolor puede ser un

tema de investigación, cuando lo que realmente deseo es alejarme de él? En esta

investigación del sentir, de lo vivido no logré dar respuesta a éstas preguntas y nunca lo

haré teniendo en cuenta que es mi hijo Daniel el que tiene parálisis cerebral: será mi hijo de

por vida y su condición también. Al reflexionar ante este hecho de vida, encontré en mi

quehacer teatral una forma de comunicarle al mundo una situación que parece extraída de

un cuento de terror y es más real de lo que había experimentado en el escenario: vívido, con

actores naturales, escenografías diseñadas para atraer la esperanza y la alegría, vestuario

unicolor en actos performáticos y narraciones que crean momentos para compartir con otras

familias que están pasando por la misma situación. Este compartir se convierte en la forma

resiliente que investiga nuestro entorno y nos permite ser padres, sentir, vivir, llorar y reír.

Es importante decir que el desarrollo de la investigación ha pasado por varias

etapas de cambio. El objetivo principal tenía como propósito abarcara narraciones de todos

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los padres y cuidadores del Hospital Roosevelt. Luego, al ver que estaban abarcando

muchas sensibilidades con su particularidad, concentro los esfuerzos en el padre de Daniel.

Finalmente decido poner mi testimonio narrativo, teniendo en cuenta que el recurso del

recuerdo (las fotografías) es del mismo hijo. Aun así, las narraciones son vistas de

diferentes puntos y formas de asimilar el dolor y la resiliencia.

En toda la investigación-creación se puede develar la experiencia sensible de

investigadora y su postura frente a las narraciones – reflexivas por su relación íntima con la

razón de la investigación: Daniel Hilarión. En consecuencia, el lector se halla frente a un

método biográficos donde los relatos de vida y la historia de vida son los ejes que dan

forma y dirección al proceso de la investigación. La investigación narrativo-reflexiva, hace

parte de la rama de la investigación interpretativa y comparte algunos de los principios de

la investigación cualitativa en cuanto al panorama que reflexiona, interpreta y no cuantifica.

Se traza una metodología cualitativa con una óptica biográfica, concretamente

desde una praxis cercana al relato de vida. Es decir, se parte de narraciones que de algún modo

constituyen muestras de relatos de vida, para evidenciar una realidad donde solo se aprende a

través de la experiencia. Aquí las narraciones juegan un papel esencial para revelar las

posiciones del sentir que tienen los padres de Daniel Hilarión en la búsqueda actos resilientes

en sus vidas. El enfoque biográfico en esta investigación-creación permite articular por medio

de las narraciones, la experiencia de tener un hijo con una discapacidad irreversible y el

espacio que habitan, entre la casa y el hospital. Dicho enfoque permite abordar las narraciones

y transformar su significado en un acto resiliente que aportará al bienestar del entorno de

Daniel Hilarión.

En el proceso metodológico se articulan las experiencias sensibles de las

narraciones. Los protagonistas, en tantos sujetos narradores, encuentran en los relatos un lugar

donde sus miedos, sentires y alegrías se expresan a través de la palabra escrita. El acto de

narrar construye una vía de comunicación que permite el tránsito de nuestros datos reales,

condensados como experiencias durante un tiempo determinado.

La investigación biográfica consiste en el despliegue de las experiencias de

una persona a lo largo del tiempo, lo cual incluye una sección consciente e

inconsciente de recuerdos de sucesos o situaciones en las cuales participó

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directa o indirectamente; y su interpretación mediada por las experiencias

posteriores (Lomsky-Feder, 1995).

El enfoque biográfico permite centrarse en la cotidianidad entablando

relaciones resilientes, capaces de asumir y reconocer el estado médico del familiar. Por lo

tanto, se realizan narraciones producto del recuerdo de una fotografía, permitiendo cruzar

fronteras discursivas y alcanzar un reconocimiento ante la sociedad.

Las técnicas de investigación que se usaron fueron: entrevista por medio del

recuerdo de las fotografías de Daniel Hilarión en su proceso clínico, junto a socialización de

las narraciones ante familiares, amigos y otros padres con hijos discapacitados.

Las descripciones y afirmaciones sobre la realidad no solo informan sobre

ella, la constituye. Esto significa el código no es informativo ni externo a la

situación, sino que es eminentemente práctico y constructivo. El

conocimiento de sentido común no solo pinta una sociedad real para sus

miembros, a la vez que opera como una profecía auto cumplida; las

características de la sociedad real son productivas por la conformidad

motivada de las personas que la han descrito. Es cierto que los miembros no

son conscientes del carácter reflexivo y sus acciones, pero en la medida que

actúan y hablan producen su mundo y la racionalidad de lo que hacen.

Describir una situación es, pues, construirla y definirla (Guber, 2004, p. 45-

46).

La posibilidad de poder comprender por medio de las palabras una situación

determinada, permite el encuentro con otras formas de ver las situaciones cotidianas de una

familia con un hijo discapacitado. Ello puede guiar a otras familias que pasan por el mismo

acontecimiento.

Me parecía que los relatos no les hacían justicia, que lo que había visto: ese

amor, esa generosidad, esa lucha, esos dolores y miedos, esa opción por la

vida, no cabían en mis palabras. Pero se lo envíe a las familias y ellas

dijeron que sí, que aquellas palabras le hacían justicia (Horno, 2014, p. 89).

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El cuerpo de la investigación contiene en dos capítulos y conclusiones. El

primer capítulo contextualiza las categorías escogidas y el segundo plasma los relatos en

medio de la reflexión. Las narraciones de los padres de Daniel Hilarión estarán siempre en

cursivas, de esta manera el lector sabrá la diferencia entre narración-reflexión y texto que

argumenta y acompaña la investigación. En las conclusiones se confrontan los objetivos

propuestos con el resultado logrado. Algunas narraciones incluidas, de otros autores, también

se distinguen con títulos en mayúsculas.

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CAPÍTULO 1

DOLOR

El dolor es junto con la muerte la experiencia humana mejor compartida: ningún privilegio

reivindica su ignorancia o se vanagloria de conocerla mejor que cualquiera.

David Le Bretón

En la inmensa búsqueda de palabras que nos borren por momentos un gran

dolor, es necesario volcar la mirada a la experiencia esencial del ser humano, sobre el

sentir, ya que todos somos capaces de sentir y vivir nuestra propia historia, que conlleva su

pasado y está en permanente construcción. Para encontrar las palabras precisas solo basta

con emitir un sonido vocal y compartir la experiencia más indeleble que como padres

podemos disfrutar en medio de la incertidumbre y el dolor. Al hablar del dolor hay que

tener en cuenta los sentidos corporales, que perciben y se expresan de distintas maneras,

que han sido valorados desde diferentes perspectivas y que pueden expresar aspectos de la

vida, relacionándolo a través de los sentidos que pueda percibir lo que exista alrededor e

influir en cómo se desenvuelve (Ducha, 2005).

En su texto, Lluís Ducha propone que el dolor compromete la cosmovisión

de los involucrados. En Más de mil días con Daniel se encuentra involucrado mi hijo, niño

de cuatro años con parálisis cerebral, y nosotros, sus padres. Aunque el dolor es distinto

persiste al mismo tiempo, minuto a minuto, desde el día 1 hasta el día 1.460, involucrando

nuestros ojos, oídos, voz, contacto, olfato.

Creamos símbolos, con cada uno de nuestros sentidos, en el cuerpo, en el

alma; es tatuarse cada día en lo más profundo de tu ser con el amor puro e infinito que

puede inspirar un hijo. Nuestros ojos ven cómo otros niños, compañeros de Daniel, van

perdiendo la batalla, instaurando en la proyección de la mirada una línea delgada,

vulnerable, perenne y húmeda, bañada con la esperanza de vida. El olfato se asienta en la

imagen que provocan los ungüentos y brebajes que nos acompañan todos los días desde

que comenzó esta aventura, pócimas que calman dolores del cuerpo y sabemos muy bien

que no calman los del alma. Todos olemos a ello: hermana, abuelos, padres, hijos,

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doctores, enfermeras y terapeutas. Es el olor que nos une. Todo lo que oímos proviene de

las máquinas que mantienen la esperanza viva, un tip-tip-tip que consuela el corazón

porque se mueve al mismo tiempo para mantener la vida, es el sonido resiliente que nos

escolta en casa, hospital y calle, es lo que nos mantiene despiertos para ganarle al miedo,

a la incertidumbre. Nos recuerda el paso del tiempo. Cuando este sonido no está, el

cerebro nos lo recuerda porque queda como imagen inmarcesible en el recuerdo de madre

y padre. Cuando aceites calientes, ungüentos y aguas refrescantes caen sobre Daniel para

apaciguar su dolor físico y aumentar las posibilidades de vida, sentimos el valor de nuestro

tacto en su espalda, heridas, en su hierático caparazón. Este valor se ve reflejado cuando,

con la fragilidad de un bebé canguro, reposa en nuestro pecho para alimentarle con

nuestro sudor y calor. El tacto de la vida.

De acuerdo con aquello que sentimos y percibimos, le damos un significado a

la vida y a la experiencia. Entonces, la influencia en la cultura de la percepción y

manifestación del dolor que es perseguido como un signo infortunado, produce ansiedad y

miedo al futuro; se convierte en una experiencia ciertamente singular. Aunque el dolor y la

impotencia son idénticos, cada uno reacciona distinto. El dolor es concebido como una

forma de emoción particular. Era la medida del hombre tocado en lo más profundo de su

ser, es sentir cómo nuestro cuerpo pierde las fuerzas y comienza una batalla entre seguir

erguido o caer rendido de impotencia.

El dolor es una expresión de nuestro cerebro y transita, con gran rapidez,

hacia nuestro rostro, nuestra forma de caminar; el tono de la voz cambia, la mirada toma

otro rumbo y la relación con la otra toma otro color, otra textura. Este cambio lo veo en

cada uno de los padres, transeúntes, compañeros de estudio y trabajo, población médica,

cuando nuestro dolor es compartido en cada narración, en cada expresión que nuestro

cuerpo realiza a la vista de todos. Es el dolor que interpreta el cerebro como una imagen

triste, fragilidad e impotencia. En ocasiones, la lástima sale a flote y cuando revelamos

nuestro propósito resiliente, esa lástima desaparece y viene la reflexión hacia la

discapacidad, la complicidad por saber un poco más sobre el dolor del otro dejarnos llevar

por las palabras que como padres enunciamos pidiendo a gritos un oído, un ojo atento. Una

justicia donde repose el dolor.

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Se hace justicia al dolor cuando volteamos la cara a un estímulo, en este caso

la narración o la performance, permitiendo que los dolores físico y psíquico de algún modo

disminuyan, para permitirnos relajación o incluso diversión.

El dolor se convierte, en esta experiencia, en un asunto que nos compete a

todos, siendo así, una situación desagradable sensorial y emocional debido a una lesión real

o potencial que hace referencia al daño, nos invita a encontrar formas para dar un salto,

puede ser de fe, y mover el universo que nos rodea por más crónico que sea. El dolor

crónico supone un importante elemento perturbador desde un punto de vista más físico, y

así se convierte en el origen del sufrimiento. No solo es sensorial, sino que tiene

consecuencias sobre la vida afectiva de la persona que sufre este dolor, como de minimizar

las ilusiones, perder la personalidad, aumentar su desesperanza (Suardíaz, 2005, p.18).

Como no es posible evitar el dolor, la alegría desaparece, lo que conocíamos

como vida “feliz” pierde todo el sentido y es necesario encontrar soluciones rápidas que, de

algún modo, nos devuelvan la paz. Con el pasar del tiempo el dolor no desaparece, solo se

transforma, así el cuerpo aprende a realizar nuevos comportamientos, nuevas búsquedas,

nuevas formas de amar. Este aprendizaje corporal hace en nuestro camino de vida una

historia que el cuerpo, agotado y audaz, cuenta en éste proceso con encuentros

performáticos y narrativos que, como actores de profesión, lo realizamos para exponer

nuestro dolor y proyectar nuestro sentir, sin victimizar la situación, para empezar un

camino resiliente enfrentando el dolor, la impotencia, el cansancio y la censura.

La censura en ocasiones es inevitable y en el proceso investigativo debido a

las reacciones de las personas que nos ven en los actos perfomáticos y en las narraciones

que eventualmente realizamos con las otras familias que tienen hijos con parálisis cerebral,

surge un interrogante: ¿Cómo exponer nuestro dolor sin experimentar la censura? La

respuesta la vivimos después de cada encuentro cuando socializamos con las personas que

nos acompañan en lo vivido, en lo hablado y en lo visto; la censura nace por lo fuerte de la

imagen y la sinceridad de la palabra, de la narración vivida. La respuesta a ésta pregunta

nace en el preciso momento de mostrar nuestro performance con las reacciones de las

personas, por un lado, está el apoyo, participación y por otro está la indiferencia y rabia por

mostrar nuestro dolor en público y no mantenerlo oculto. Al socializarlo algunos padres se

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ponen a llorar, nos abrazan y se pueden desahogar y hablar de su dolor, otros, simplemente

callan esperando el momento para encontrar su posibilidad de resiliencia con la ayuda de la

narración o cualquier otra forma. Porque es necesario.

El dolor agudiza el sentimiento de soledad, fuerza al individuo a establecer

una relación privilegiada con su pena. El hombre que sufre se retira en sí mismo y se aleja

de los otros. La impresión de que nadie lo comprende, de que su sufrimiento es inaccesible

a la compasión o al simple entendimiento del prójimo, contribuye a acentuar esta tendencia.

El dolor es una experiencia forzosa y violenta de los límites de la condición humana,

inaugura un modo de vida, un encarcelamiento dentro que sí que apenas de tregua (Le

Bretón, 1999, p. 33).

El dolor involucra angustia e incertidumbre por lo que se siente y al mismo

tiempo por lo que no se sabe que va a pasar. No obstante, experimentamos sensaciones

nuevas que nos unen, no sólo como familia sino como seres humanos, sintientes y

vibrantes. Aunque queremos aislarnos o huir hallamos alivio cuando tenemos la

oportunidad de expresarlo con la palabra y la imagen; la tranquilidad es apreciada de una

manera distinta, resiliente y que permite levantarnos día a día.

Se puede evidenciar que el dolor en cada padre se interpreta de manera

distinta teniendo en cuenta su experiencia de vida desde la infancia. Cada padre ha tenido

diferentes historias de vida y eso les ha permitido afrontar ésta situación de una manera

diferente, dispone un panorama rico en sentires que serán aprovechados en los encuentros

performaticos y en las narraciones realizadas. En ocasiones, las narraciones las realizamos

entre nosotros mismos con el fin de mitigar el cansancio o para celebrar lo afortunado que

somos al tener a Daniel con nosotros. Cada día viene con su historia, logro, angustia y la

intensidad del dolor varía dependiendo del momento en que nos encontremos, es decir, la

crisis que el niño presente. Entre los días 2 y 992 las noticias del estado de salud eran

inconstantes, buenas y malas, se siente como se funde el cuerpo, pensamiento y miedo

capturando los sentidos y toda la atención, condiciona todo nuestro entorno y determinó la

orientación de nuestra vida cotidiana. Cambió nuestra casa, la forma de ver las cosas, los

trabajos, los estudios y el entrenamiento corporal; estar con Daniel implica ponerse en

forma para poder alzarlo y continuar con sus terapias físicas, ocupacionales y de lenguaje,

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cada terapia implica la intervención corporal de nosotros en su totalidad. Éste cambio tan

radical nos lleva a la reflexión sobre lo que somos hasta el momento y nos sigue

cuestionando. Es una acción de nunca acabar.

Al reflexionar en medio de las narraciones puedo decir que toda acción

realizada con respecto a nuestro hijo afecta nuestro cuerpo, todo lo que nos pasa afecta el

cuerpo y la mente, como individuo encuentro es complicado llegar a un total aislamiento

donde no pueda sentir nada y deje de ser vulnerable según la condición social o historia

personal, como se ha dicho no todos reaccionan igual y esto es debido al umbral de la

sensibilidad.

La relación con el dolor también depende del significado que cada individuo

dé a lo que le afecta en ese momento porque lo que la persona experimenta es primordial

por la manera que es asimilado, pero es algo muy íntimo y a la vez es acto de educación, no

escapar al vínculo social. Por otra parte, las personas que sufren son inaccesibles para los

demás, se localizan en un mundo cerrado, es una incapacidad que tenemos como ser

humano. Ir más allá de los limites así que cuando sufrimos conocemos nuestro límite y la

vulnerabilidad ante el mundo; es imposible experimentarlo cuando no existe ningún tipo de

angustia. Esto nos acompaña desde que nacimos hasta la muerte, según Ducha Lluís.

Cada persona tiene una historia diferente por eso sufrimos de formas

diferentes y tiene una importancia primordial porque anticipa la experiencia de la muerte,

es posible reflexionar acerca de la diversidad que existe en el ser humano pues ya cada uno

vive una historia que ningún otro ha repetido; puede ser que algunas coincidan en ciertas

cosas, pero ninguna será la misma. El dolor va conectado con el misterio y la perspectiva de

sentir alivio. Al enfrentarse surge una búsqueda incansable de superar y despertar la

voluntad para así poder salir de ese estado, se podrá hacer una reflexión en profundidad en

torno a la vida, a su cuerpo, y a su sentir es un momento inesperado en el cual nos

enfocamos en nosotros mismos por obligación.

La problemática del dolor es inmutable, variable y la manera, se modifican

las relaciones espaciales, personales y económicas el ser humano se enfrenta a él en su

temple básico, esto muestra un conocimiento acerca de un nuevo tipo de relación entre

17

dolor y hombre. Una relación resiliente, con riqueza narrativa, sintiente y de vida. Nada

determina a un ser que el dolor ya que no se puede quitar, disfrazar, regalar, canjear; se

refugia en una zona segura que proporcione la búsqueda de la paz, permite reflexionar

sobre cada uno de las experiencias vividas de cada uno y que no se conocen el dolor por lo

general es visto por la mayoría de personas como algo negativo algo que no se desea y que

la mayoría les gustaría poder vivir sin tener que experimentar esto, aunque pueden existir

miedos dependiendo de la vida y la sensibilidad de cada persona. Entonces, consideramos

al dolor como disciplina, como un maestro de la vida.

Este dolor es solo mío

El dolor puede conducir tanto al egoísmo como a la generosidad¸ a la

contradicción de la vida al muñón de lo primario, de lo instintivo, como al mejor

conocimiento de las limitaciones existenciales (Mongue, 1998, p. 22).

Cuando nos duele la condición médica de Daniel hay una forma intuitiva que

nos lleva a aislarnos, victimizarnos e incluso a pensar en nosotros mismos olvidando el

resto de la familia, amigos, trabajo, sociedad en general; pensamos que necesitamos un

cuidado especial al de los demás, construimos un bunker impenetrable de lástima. De algún

modo nos convertimos en padres discapacitados que, desde esa condición, se comunica

con el resto de padres que viven situaciones similares. Empezamos a narrar nuestra

experiencia, sin la vergüenza que nos caracteriza como profesionales escénicos, cuando ese

ser egoísta y lastimero se desvanece dando paso a dos seres generosos con los

conocimientos adquiridos, promueven una esperanza real, vivida y fuerte que proviene de

un par. De padres que comparten su dolor.

Entonces, es un estado que equivale a la creación de episodios de vida más

lógicos que destaca primicias de nuevas formas para dirigir los procesos médicos en medio

de entidades de salud y normas médicas. Nuestro lenguaje cambia. Alguien que se nos

acercará no entendería lo que estamos hablando. Por el vocabulario médico adquirido, nos

sentíamos como doctores de lo más empírico posible. No obstante, la responsabilidad del

conocimiento adquirido estaba respaldada por las preguntas y respuestas que realizamos a

los doctores y terapeutas calificados que habitan el hospital. En cada intercambio

18

escuchamos atentos sobre dictámenes y nuevas tecnologías que podrían ayudar a Daniel en

el proceso de caminar. Estas narrativas se vuelven más intensas y frecuentes por la cantidad

de preguntas que genera el día a día dentro del hospital e incluso cuando estamos en casa,

interrogantes que nunca cesarán, están latentes porque cada momento al lado de él es el

descubrimiento de nuevas paradojas e ilusiones.

El problema no es que somos menos libres por estar enfermos –aunque de

hecho sea así-; el problema más bien es que somos seres libres que enferman, y que lo uno

no está antes que lo otro (Cayuela, 2005, p. 161).

El dolor no es muy deseable ni buscado ya que trae sensaciones que pone al

entorno familiar en contravía, como si estuviéramos presos en una circunstancia ajena al

bienestar de nuestro hijo, a nosotros como pareja y a la familia; por eso se desea evitarlo.

Sin embargo, la esperanza por una pronta mejoría hace que busquemos una alternativa para

poder cambiar aquel estado. Y aunque siempre dejan una experiencia desagradable, se

aprende una lección de esta misma con el sentido que tiene el dolor. Aunque el sufrimiento

es inevitable, cada individuo busca encontrarle sentido al dolor y al sufrimiento como parte

de su espiritualidad. Todos los días a Daniel le duele el cuerpo y a nosotros el alma, los

diferentes niveles de dolor que siente Daniel pueden llegar ser positivos en cierto grado, ya

que permite diferenciar los peligros a los que se encuentra expuesto cotidianamente, cuando

experimenta el dolor la próxima vez tendremos un mayor cuidado sobre esto, tomando

precauciones pues ya sabemos lo que puede llegar a ocurrir.

Hay seres humanos que piensan que el dolor es algo bastante desagradable

que no se desea para nada ni para nadie y que este a su vez no tiene ningún valor, es algo

que se vive en el momento que se tiene que enfrentar pero que es una mala experiencia y

por consiguiente este no trae ningún beneficio, que no sirve para nada.

Aunque el dolor es algo que no se pueda evitar, como ya se ha dicho

anteriormente, cualquier persona es capaz de poder superarlo ya que confía en su propia

fuerza que tiene como individuo para enfrentar todo aquello que se le presenta como sea y

en las circunstancias que este individuo presente, ya que el ser humano a través de toda su

historia ha probado que lo puede hacer frente a cualquier cosa y a diferentes problemas.

19

Hay que tener en cuenta que no solo el cuerpo puede llegar ser lastimado ya

que el ser humano pasa por ciertas situaciones que llegan a lastimar el alma, pero este es la

parte de vivir de cada ser humano y que se debe enfrentar de una o cierta forma para poder

seguir con la vida, la esfera espiritual define a cada individuo, al metabolizar diferentes

situaciones.

Dentro de las sensaciones esta la intensidad con la cual se pueda sentir el

dolor ya que el cuerpo hace saber que algo no común está pasando y que corresponde estar

en alerta, ya que no se puede continuar con las actividades que normalmente se realiza.

Beatriz Sánchez (2003) hace referencia a la intensidad del dolor explicando que existen

diferentes niveles.

Los niveles de dolor son divididos por escalas para poder ser medidos

utilizando números. La escala va del cero al diez: el cero representa la ausencia del dolor y

el diez el máximo dolor presentado es decir que un individuo pueda soportar en ciertas

circunstancias se enseña que el dolor ahí que superarlo, pero en algunas otras afectan toda

la vida y se aprende a vivir con él.

Para poder sobrellevar el dolor primero hay que conocerse a sí mismo como

persona y la manera en cómo funciona el cuerpo para poder llevarlo, ya que la sensibilidad

es muy importante y que debe ser considerado ya que es una señal de que se está vivo. Hay

opiniones muy diversas respecto al dolor, pero todas se encuentran ligadas entre sí, ya que

son mencionados en más de una ocasión y se puede asignar al dolor distintos usos y el

sentir propio de cada ser humano; es importante aprender que cada experiencia influirá

siempre en la manera en cómo se piensa, en la actitud que se asume frente a alguna

situación.

El objetivo de manejar el dolor es la de mejorar la función de la persona

tratada, permitiendo que el individuo desarrolle sus actividades normalmente como las de

asistir al colegio o en varias actividades, en la mayoría de casos se utiliza antidepresivos

para disminuir el dolor de este que actúan como relajantes musculares.

No pretendemos bloquear el dolor físico (niño) o del alma (padres), ni

desaparecerlo, es imposible, es ambicioso narrar nuestra experiencia y finalmente ponerla

20

en una performance, gracias a la inclinación profesional que tenemos: somos actores. Sin

duda, tendrá profundas implicaciones para el desarrollo del futuro de nuestro hijo y de las

otras familias que pasan por lo mismo.

En un estudio centrado en el dolor en el que participaron 91 niños con

parálisis cerebral, se demostró que el dolor tiene un impacto en la calidad de vida, ya que

los participantes que habían tenidos dolores recientes presentaron peores resultados en

cuanto a bienestar físico pero la dureza del dolor afecta también al bienestar psicológico y a

su entorno familiar (Badia, 2013). Todo se llevó a cabo a través de profesionales de la salud

que valoraron los comportamientos del dolor, como algunos movimientos o agarrotamiento

del cuerpo, los dolores se registran en diversas partes del cuerpo y de diferentes

intensidades desde leves a graves y moderados. El dolor es inmutable, variable en modo, en

como el individuo se enfrenta a él, así que es importante diferenciar entre la capacidad

aguda y crónica. Como se ha dicho anteriormente, el dolor es algo muy común y que afecta

la calidad de vida, limitando que el niño participe plenamente en la sociedad.

El uso de término “niños con capacidades diferentes” reconoce que todos los

individuos con discapacidades tienen mucho que contribuir a nuestra sociedad. Durante la

etapa de desarrollo de un niño con deficiencia física, resulta de gran importancia no limitar

sus posibilidades en el futuro, evaluando su funcionamiento en el presente (Santucci, 2002).

Uno de los miedos que tenemos los padres es el futuro de nuestro hijo frente

a la sociedad. Surgen preguntas como: ¿Qué expectativas tenemos para su desarrollo

escolar? ¿Cuáles serán las posibilidades, profesionales y relaciones afectivas, que tiene mi

hijo frente a una sociedad que no está preparada, del todo, para la discapacidad? Estos

miedos los afrontamos de frente en el presente, sin perder la esperanza de su progreso

motor. Igual, sabemos que es solo un acto de positivismo extremo dado que el niño tiene

una parálisis espástica irreversible, en estos momentos es donde nos devolvemos a la

compañía, a la narración con otros padres, a la vida misma. Encuentro en María

Santucci(2002) una entrevista que, a modo de narrativa, compartimos con otros padres para

purificar nuestro pensamiento y fortalecer el actuar como padres con un hijo con parálisis

cerebral. Hay que tener un carácter de hierro. Quiero compartir la entrevista de Daniela y

Quique realizada por el proyecto de investigación de María Santucci:

21

ENCUENTRO

Proyecto de vida – Quique y Daniela

Daniela:

El rendimiento intelectual de la niña se vio demorado por su

trastorno motor, teniendo aptitud de aprendizaje escolar a los 16 años.

Observando su historia podemos expresar que su energía en la primera y

segunda infancia la volcó en adquirir la marcha y lograr una buena

comunicación. A partir de esto es que puede hacer un intercambio de

información con el medio ambiente y adquirir conocimientos que antes

estaban bloqueados. No obstante, las dificultades de su marcha

incrementaron su inseguridad y se produjeron bajas temporarias en su

rendimiento escolar.

En 1987: ingresa a la escuela común. Sus progresos,

estimulada y comprendida por sus educadores y compañeros, comenzaron a

evidenciarse hasta llegar a tener un desempeño destacado. DE escolta pasó a

ser abanderada en su último año del primario, llegando a tener el mejor

promedio.

Quique:

En el año 1978 comienza a perfilarse dentro de la Institución

como alumno ejemplar, alcanzando conocimientos de un tercer grado, pero

no es aceptado en la escuela común por imposibilidad de escritura.

Con esfuerzo y dedicación, y el manejo del lápiz con la boca,

logró la escritura y con ello la posibilidad de terminar estudios primarios y

secundarios.

Actualmente ha formado un hogar con Daniela, también

afectada de parálisis cerebral. Viven solos detonando afecto y

responsabilidad, frente a sus amigos que invitan con frecuencia, demuestran

22

tener un hogar ejemplar, todo lo realizan entre los dos con esfuerzo,

dedicación y amor.

Hoy son padres de una hermosa niña.

Estas historias de vida, encontradas en libros o contadas en los encuentros

con otros padres o cuidadores, nos fortalecen y nos permite avanzar en el proceso para

entender el dolor que nos agobia para saberlo manejar, porque nunca se irá de nosotros. Se

evalúan e integran términos de valor, es una experiencia simbólica como lo son todas

aquellas personas privadas de la condición de sentir, los estímulos dolorosos expuestos a

los peligros ambientales; Caminar por el parque y sentir como lo desocupan porque tu hijo

tiene parálisis, tocar la puerta de muchos colegios y ninguno tiene inclusión. Esto hace que

como padres renunciemos a nosotros mismos a nuestra condición como pareja y parte de

una familia, se lleva a cabo una metamorfosis revelando la importancia y la fragilidad que

nunca altera la relación entre padre e hijo, sino que se contamina totalmente la relación con

nuestro entorno.

Se despierta un gesto solidario y de protección por parte de las demás

personas lo que atribuye a reforzar el sentimiento del valor personal a diferencia de los

dolores crónicos el cual se considera como una carga que pueden llegar a reagudizaciones y

que limitan toda clase de existencia.

La persona como tal espera ser liberado lo antes posible de esta

inconformidad que presenta, lo que vuelve la situación soportable, cuando se es niño mayor

es la convicción de que el estado es pasajero y que recuperará sin prejuicios su existencia

después de los tratamientos apropiados.

Encontrar un significado al dolor es una incansable búsqueda del enfermo y

su familia y a la voluntad de cuestionar su significado en la trama relacional; la penosa

experiencia por la que el individuo debe pasar afecta las relaciones con los de su entorno,

frenando así su actividad diaria, limitando los proyectos, quedando en una situación de

indisposición y de impaciencia ante la situación, que se le hará eterna como el silencio en la

casa, y salidas imposibles de realizar debido a esto.

23

Las personas alrededor procuran ayudar al individuo para que haya un alivio,

pero por fracasos se pueden llegar cansar tanto así que el equilibrio se rompe y exige una

replantación en su vida como haciendo reproches por no ser la misma persona que era

antes, lo cual provoca irritabilidad por parte del individuo haciendo que este termine en

conflicto para ambas partes. En ciertas partes la persona afectada deberá dominar la

información de su estado si este alcanza a comentar la precisión del dolor con el que se

encuentra ya que estos harán buen uso de la información que este presenta manejándola con

prudencia, salvaguardando así la identidad de la persona ya que este se convierte en

preocupaciones constantes.

Por un largo tiempo el dolor se impuso como una fatalidad que exigía

arreglárselas durante el periodo de la vida de la persona cuando las operaciones se vuelven

inevitables esto llega a enfrentar al individuo a una prueba terrible, donde se necesitó el

dolor intolerable para que pueda pasar por esa mala experiencia. La réplica de la cultura da

un significado y una actitud que es compartida por muchos seres humanos lo cual hace

posible la preservación del sentimiento de identidad y el control de la situación y cuando

este se resiste el individuo queda ante la pena y el dolor por la que ya no se considera

inherente a su propia condición e induce en el sentido de cambio de la actitud.

Se esfuerza en eliminar de las sociedades la solidaridad con el dolor para

poder convertirlo en una preocupación técnica ya que la medicina es capaz de tratar

numerosos dolores de los cuales algunos son crónicos, y ya no se le adjudica valor moral

alguno lo cual hace que la sociedad adopte las actitudes requeridas por este despojando el

dolor convirtiéndolos en un principio anacrónico. Cuando se prolonga, raramente se

considera una experiencia extrema el cual tiene como responsable al paciente y que éste

podría enfrentar con menor inactividad recurriendo a sus propios recursos el cual hace

renunciar a toda tentativa personal de buscar sus propias soluciones o aumentar los

esfuerzos a los del médico y a los tratamientos que recibe. Como resultado, el comienzo de

la tolerancia ha disminuido, la resistencia al dolor se borra al mismo tiempo que en el

paciente surge el sentimiento de poder estar aliviado con un simple medicamento o placebo.

Existe un constante camino de dolor que por ninguna circunstancia se

consigue eliminar el cual predispone y está a su vez afecta ciertos tipos de personalidad y

24

disimula ciertas trayectorias vitales, siendo así una culpabilidad oculta que alimenta una

predisposición al sufrir el cual surge una y otra vez. La queja posee entonces un terrible

significado que identifica y permite mantener su propio lugar dentro de la sociedad pasando

íntimamente por el desasosiego que nos define frente al resto del mundo. Siendo así el

dolor una prenda de realidad, signo de la sinceridad mostrada antes los demás y ante sí

mismo que establece un mecanismo que permite mantenerse sobre el filo de una vida

inestable y amenazada constantemente, evitando la caída y ofreciendo un escudo invencible

contra las casualidades de la existencia. El niño nunca estará aliviado realmente a pesar de

los esfuerzos que realizan los terapeutas, a quienes jamás dejan de gobernar. El encuentro

de una lesión y los tratamientos realizados introducen sólo una suspensión, pero Daniel no

tarda en volver a recaer o accidentarse y empieza el dolor a salir de nuevo. En ocasiones no

se descubre lesión alguna, pero es claro que el niño con parálisis cerebral está limitado por

algunas enfermedades crónicas o repetidas que le impiden llevar una vida feliz con el

mismo y con el entorno en que lo rodea, su existencia se parece a una tortura, rindiéndose

simultáneamente en aquello que le obstaculiza la alegría de vivir. En éste momento estamos

nosotros como padres, familia y sustento; proveemos estabilidad emocional al niño por

medio del amor, continuamos nuestro proceso narrativo no solo con otros padres sino

también con Daniel que escucha las anécdotas e interviene con su propia experiencia.

Daniel empieza a intervenir en las narraciones desde sus 20 meses de vida, por su forma tan

clara de comunicarse.

Dolor como metáfora

El dolor es como una metáfora que cristaliza la carne, esa parte adversa de la

existencia, empleado como castigo que aísla impenetrablemente una culpabilidad más o

menos consciente, restaura un amor desfallecido y retiene aquello que amenaza recuperar la

libertad del individuo con que frecuentemente se da en un cuadro personal de fracasos

repetitivos.

Una virtud del dolor consiste en reconocer el precio de la existencia y la

dicha elemental de cada individuo del planeta el cual dispone sin obstáculos, sin nada que

vuelva al sujeto extraño a sí mismo y lo aleje de su círculo social teniendo el valor de

25

reinstalación en el mundo, de reapropiación plena de una vida provisionalmente

discapacitada.

Se piensa rechazar el dolor al momento en que este aparece, aunque, se le ha

dado a la vida seriedad y profundidad, donde se ha aprendido sobre el mundo que están y

así obteniendo significado para su propia vida. Se puede decir que el dolor se desgarra, se

quiebra la unidad vital del ser afectado en tanto quede clara la manifestación entre la

realidad y el deseo de sanar; nos transforma la vida recordando la grandeza de ser padres y

el amor infinito que esto implica. El dolor es un estado molesto, también es una defensa

apreciable contra la inapelable hostilidad del mundo el cual no es posible agotar su

definición en la comodidad de una función defensiva pura pues es más desconcertante y no

se explica con ninguna fórmula simple ya que es una brújula que puede identificar la

aparición de una enfermedad.

Cuando experimentamos el dolor tenemos todo el derecho de combatirlo

como el sueño de la condición humana, el dolor no deja otra cosa que reconciliarnos con

nosotros mismos, encontrar la ilusión de no sufrir, así que, se aprende a sufrir mejor ya que

el dolor es un tema que a todo ser viviente del mundo afecta.

RESILIENCIA

La resiliencia es una capacidad que emerge de las

interacciones sociales.

Barudy y Dantagnan

En el imponente suceso que nos marca como padres de hijos con PC nos

enfrentamos al dolor, como lo había expresado anteriormente, que nos invita a encontrar

una ruta para salir de este momento victorioso, con la menor cantidad de heridas posibles.

No existe una fórmula mágica. Solo encontramos la capacidad de salir, por instantes, de

una historia en la que jamás quisimos estar: la resiliencia como ruta para respirar hondo y

volver a empezar, disfrutando de una fortaleza que nace cuando decidimos hablar de

nuestro dolor y narramos nuestra experiencia. La resiliencia hace parte fundamental en la

investigación ya que es el resultado de todo el encuentro narrativo-reflexivo que

26

pretendemos hacer como padres de un niño con PC. De la misma manera que otros padres

al vernos se den la oportunidad de combatir el dolor y salir adelante con la entrega que la

vida nos ha brindado, buscando la fortaleza como principio sanador. Para entender este

concepto encuentro en Al Siebert (2007) un perfil de fortaleza que nace en el ser humano a

causa de un gran dolor o desastre. Esta fortaleza florece gracias al ímpetu y la

determinación que decide tener cualquier persona para sobrellevar una desgracia, pérdida o

dolor profundo, sin importar sexo, edad, estrato social, color de piel, género, etc.

Las personas muy resistentes son flexibles, se adaptan rápidamente a las

circunstancias nuevas y sobreviven al cambio constante. Y lo más

importante: esperan responder y confían poder hacerlo. Tienen un truco

para encontrar la buena suerte en circunstancias en las que otros muchos

sólo saben ver mala suerte (Siebert, 2007, p. 14).

El duelo

En Más de mil días con Daniel, la estructura una de las fundamentaciones

teorías es la de la psicóloga Kubler –Ross (1993) con el concepto que propone sobre la

recuperación que tiene un ser humano frente al duelo, sobre el ciclo que atraviesa un

doliente cuando se muere un ser querido, aunque en este caso no hay difunto tenemos una

pérdida indefinida del movimiento, en sus miembros superiores e inferiores, de mi hijo.

Ésta pérdida provoca en las narraciones una continuidad que involucra principalmente

nuestro entorno y lo más íntimo de nuestro ser, llevándonos a un duelo similar al de un ser

que fallece. Esta estructura, según Kubler – Ross, se radica en 5 pasos cada uno no es una

generalidad, sin embargo, para la investigación cada paso, efectivamente, se acopla en el

transcurso de cada narración.

Negación – Ira – Negociación – Depresión - Aceptación

1. Negación:

Para Kubler – Ross (1993), la negación se compone de la forma como el ser

afronta un dolor por muerte o discapacidad, negar sería un escudo para alejar el dolor

apoyado de una posible “realidad feliz”, apartar todo lo negativo de la situación

considerando una vida plena y todas las posibilidades de sanación. Se niega el fracaso ante

27

la enfermedad, ante la impotencia, ante el horror de perder a nuestro ser querido, o en el

caso de la discapacidad; sufrir el dolor y la indiferencia. En algunos casos el miedo y la

incertidumbre se convierten en un dolor que no es capaz de ver alguna solución o esperanza

debitado por la revelación de una enfermedad que conlleva una discapacidad de por vida,

en otros casos el miedo se convierte en una negación que podría durar mucho tiempo para

poder pasar al otro paso; continuar en ambos casos sería la única posibilidad ante un hecho

sin salida.

2. Ira:

Después de negar el dolor inevitable viene la ira por la impotencia que causa

no poder cambiar el panorama oscuro y enredado que trae consigo, en este caso, la parálisis

cerebral.

El diagnóstico de la enfermedad es funesto, sin modo de vuelta atrás, incluso

sin esperanza alguna. Nace la culpa de ser generadores de la discapacidad, preguntas como:

¿por qué nace así cuando me cuide desde el primer día? ¿Por qué no renuncié al trabajo

para descansar y darle la oportunidad para nacer bien? ¿Por qué el grupo médico no me

aviso a tiempo? ¿Qué estaré pagando para merecer esto? ¿Cómo hago para devolver el

tiempo? Y así mil quejas más.

La ira se desarrolla al mismo tiempo que la enfermedad empeora y demuestra

que es completamente inevitable, irá a la sociedad, al universo, a los médicos, al gobierno,

a todo. En las narraciones esta emoción se logra leer con un sub texto que solo el que

escribe o lo habla puede dar fe de lo que padece su cuerpo y mente.

3. Negociación:

Para Kubler – Ross (1993), el dolor necesita concertar un posible encuentro

con el sosiego del alma, llega el paso de negociar con las formas espirituales que existen en

nuestro ámbito, con los médicos que asisten al niño, con la familia entera, con nosotros

mismos. En el campo espiritual el acercamiento a un dios, creencia, ritual es el cobijo que

aspira la paz que necesita la vida después de desatar una amarga experiencia con la ira,

poder reencontrarse con las creencias familiares o simplemente retomar con más fuerza las

que ya estaban en la vida cotidiana, se fortalecen los vínculos espirituales para entrar a una

28

negociación con la vida del niño y su pronta recuperación, se entra a negociar la esperanza

sobre la enfermedad. Con los médicos la negociación es con respecto a las posibilidades de

recuperación que tiene el niño, sobre las posibilidades que hay para encontrar alguna

alternativa de movimiento que pueda dar una calidad de vida óptima o mejor, alejar la

enfermedad para siempre de nuestras vidas.

La negociación aspira a volver con la vida sin preocupaciones, con anhelos

de tener un hijo, sin pensar que tuviera enfermedad alguna y ver como otros niños corren y

juegan sin impedimento alguno, el anhelo de volver el tiempo atrás y hacer las cosas mejor

para que el niño no sufriera ningún percance. Querer hacer las cosas de una manera

preferencial y ya no hay tiempo para cambiar la situación médica, la enfermedad no

permite errores y dudas; la enfermedad es. Es el último intento para encontrar alguna

solución a corto o mediano plazo lo cual nunca va a suceder. Sin embargo, las posibilidades

de recuperación son mínimas y las posibilidades de movimiento son escasas y la

negociación, aunque, aleja el dolor por un instante, nos devuelve al inicio de todo, sin

oportunidad para devolver el tiempo, sin ilusión alguna. Jorge Bucay afirma: “la

negociación es una forma de fuga, un vano intento de huida de lo doloroso. Y digo vano

porque la negociación nos lleva al punto de partida” (2011, p. 387). Al ver que la

negociación no da visos de arreglo por ningún lado, según Kubler, llega el declive

emocional más alto y es la depresión.

En este paso, por lo general, la estadía es muy efímera teniendo en cuenta

que la ilusión de alejar la enfermedad como dé lugar se desvanece rápidamente.

4. Depresión:

La etapa de depresión se convierte en un aislamiento del mundo porque

la certeza de tener un hijo con una enfermedad irreversible es evidente y no tiene solución

por donde se le mire. Aquí, según Kubler, el ascetismo se convierte en un refugio que

provoca la soledad que, necesaria, traslada los intereses y encontrar la probabilidad de

aceptar la enfermedad como una oportunidad para el aprendizaje o como un suceso más en

la vida.

29

La depresión es una enfermedad del cuerpo y de la mente. La mayoría de personas

con depresión tienen síntomas físicos y psicológicos, aunque la forma de presentación

y la intensidad de cada uno de estos síntomas puede variar. Algunas personas pueden

referir ningún síntoma, pero se empiezan a comportar de forma inusual (San Molina y

Arranz, 2010, p.. 27-28).

5. Aceptación:

Recibir una noticia desafortunada frente a la enfermedad que irremediable

estará en nuestras vidas para siempre, entrega al entorno familiar y social una cuota de

dolor, compasión y necesidad de libertad que humanamente se necesita para poder

continuar, sobrellevar las exigencias que requieren los cuidados especiales de la

discapacidad y encontrar las formas económicas y de tiempo que se dispondrán para el

niño.

Grafico 1. Diagrama de los pasos del duelo según Elizabeth Kubler-Ross.

El truco radica en encontrar una forma de resistencia ante hechos de

impotencia, en este caso contra la enfermedad, que afecta a un grupo señalado: con una

relación filial, conocidos ocasionalmente dentro del hospital o fuera de él, por tener la

misma patología, un equipo médico que tiene permanentemente relación directa con los

afectados, en fin, todas las relaciones posibles donde puedan hallar un refugio y aliviar

algún dolor entre sí. Cuando hacemos las narraciones y las expresamos entre nosotros como

1. Negación

2. Ira

3. Negociación

4. Depresión

5. Aceptación

30

padres de un niño con PC hacemos real este truco con el ánimo de encontrar buena suerte

en nuestro camino en medio de la enfermedad. Es una posible fórmula que nos dará la

libertad que tanto necesitamos para ser fuertes y flexibles ante el dolor. Entonces, aparece

la palabra resiliencia en medio de la búsqueda que alivia el dolor, alivia el alma, nos vuelve

optimistas y resistentes antes cualquier imprevisto que suscita a cualquier enfermedad.

El hecho que aquí debe imperar como aporte es que actualmente la resiliencia

no sólo es aplicada como un factor de recuperación para cualquier tipo de afectación, sino

que en el caso muy particular de quienes padecen una discapacidad cerebral, se presenta

como una oportunidad para realizar una efectiva labor recuperadora para quienes

intervienen en ella de una manera directa, destacando que los factores de resiliencia -

asertividad, disponibilidad, positivismo, vivir lo ocurrido como paciente o familiar,

capacidad de aceptación- se constituye en importantes herramientas que al ser utilizadas de

manera efectiva se convierten en el mecanismo de recuperación idóneo y eficaz para este

tipo de situaciones

Cuando los seres humanos enfrentan alguna situación fuerte como la muerte

de un ser allegado o pasa por una enfermedad grave reaccionando con fuertes emociones y

sintiéndose sumergidos en fuertes incertidumbres, logra superar estos acontecimientos

adaptándose bien a los cambios en la vida, el proceso es más llevadero cuando se hace en

pareja, en equipo. Las investigaciones que se han realizado demuestran que la resiliencia es

algo común que posee todo el mundo, no es de cuestión extraordinaria en los que la

desarrollan. Hace parte de cada ser.

El factor primordial de la resiliencia es la creación de una red emocional que

tenga la capacidad de cuidarse mutuamente, tanto por fuera y adentro de la familia, que

puedan proporcionar amor y con modelos que nacen por el dolor mismo, que ofrecen

apoyo, ánimo y confianza, reforzando la resiliencia en cada uno para ser más realistas ante

lo que vendrá. Las habilidades de comunicación, la capacidad de manejar los impulsos, las

fuertes emisiones de afecto e incluso un buen sentido del humor, son factores que pueden

llegar a desarrollarse por sí solos, nos lleva a seguir con la vida, adaptándonos nuevamente

al entorno que nos rodea. Es un proceso personal ya que las personas no reaccionan de la

misma forma a un estrés, a un trauma o a las situaciones difíciles que se le puedan

31

presentar, los valores de cada uno pueden influir en la manera de expresar los sentimientos

con la diversidad que actualmente existe y se puede lograr tener más acceso a diferentes

formas de expresión para aumentar la resiliencia.

Los padres deben pasar un proceso de luto o duelo por el hijo que

seguramente no esperaban. La adaptación a la nueva situación es un

proceso, y su superación depende de otras experiencias difíciles que los

padres hayan vivido, de su carácter, de su fortaleza y de sus expectativas

y proyectos. Otro factor de influye en la intensidad del proceso de luto y

de choque es la gravedad de la discapacidad (Cristóbal et al., 2010, p. 53).

Es importante la unión durante el proceso narrativo-reflexivo y volver a

cobrar la confianza en sí mismos, relacionándose con familiares o personas cercanas. Hay

que entender que no se puede cambiar lo que ha sucedido, pero se debe cambiar la

interpretación que se dé sobre esta situación y mirar un futuro de modo más optimista.

Para que empecemos un cambio resiliente es necesario que quede claro: es

parte del vivir y aceptar las circunstancias incomprensibles, para ayudar a focalizarse y

moverse hacia los objetivos, acercándose poco a poco a las metas por más pequeñas que

sean, buscando oportunidades que dan como resultado de conocerse a sí mismo. Las

personas que han experimentado tragedias, muertes de alguien cercano, etc., tienden a

relacionarse mucho mejor después de los sucesos con una mayor fuerza, una mayor

autoestima y por consiguiente logran valorar mucho más la vida, con una visión más

positiva de la misma.

Así que empezamos a tener esperanza al esperar las cosas buenas, tratar de

visualizar lo que se quiere, cuidar la presentación personal, tomar parte en las actividades

que lo relajen como el hacer ejercicio; cuidarse a sí mismo mantiene el cuerpo preparado

para afrontar las situaciones que requieran resiliencia.

En familia

El concepto de la resiliencia familiar se ha venido desarrollando en la última

década, con importantes consecuencias en el campo teórico. Así como en la práctica, la

resiliencia familiar puede comprenderse como el proceso de adaptación y arreglo de la

32

familia a los requerimientos de la enfermedad que pueden llegar a ser diferentes si ésta es

aguda o crónica.

Somos esposos, somos actores, somos una familia que encuentra en la

narrativa una forma de resiliencia para poder continuar y aunar nuestra profesión con el

dolor de tener un hijo con PC. Nace, para nosotros, una forma de comunicación y

resiliencia: la narración- reflexión. “La investigación en optimismo, fortaleza, resistencia al

estrés, crecimiento postraumático, creatividad, inteligencia emocional y en la personalidad

del superviviente ha identificado las principales cualidades de la resiliencia” (Siebert, 2007,

p.15).

Cuando realizamos cada narración, así sea entre nosotros mismos, obtenemos

una resistencia que nos aleja del estrés que conlleva la enfermedad y todas las

implicaciones médicas que pueden transformar una familia completa, sus intereses,

economía, visión del mundo y ganas infinitas de cambiar el panorama a uno meramente

cotidiano y normal en los estándares comunes de vida. Nos lleva a una inteligencia

emocional para discernir con la mayor entereza y capacidad cada estado sensible que nos

produce la enfermedad de Daniel, construimos momentos de optimismo extremo, que en

algún momento de la vida pensaba eran inocuos e incluso infantiles. Las palabras dichas en

cada pasillo, cuarto de hospital o casa son tomadas en cuenta para el proceso de

investigación y lo más importante para entender la dimensión de esta situación infortunada

como superviviente de un hecho que no quisiéramos repetir, que está latente, que nunca se

irá solo se transforma en aprendizaje y fortaleza.

Sieber (colocar año, p. 25) propone unos pasos para desarrollar

habilidades y fortaleza que nos llevan a resistir. Son 5 niveles. Cada uno de

ellos se fundamenta en el anterior. Consiste en conseguir lo siguiente:

1. Optimizar su salud y su bienestar.

2. Desarrollar una buena capacidad para solucionar problemas.

3. Desarrollar guardianes interiores fuertes.

4. Desarrollar habilidades de resistencia de alto nivel.

5. Descubrir su talento para la serendipia.

33

Para Más de mil días con Daniel estos niveles sirven de guía para establecer

cada etapa del proceso investigativo y lo tomo como derrotero que puede explicar cómo la

resiliencia es parte fundamental de la investigación.

1. Optimizar salud y bienestar: Al enterarnos de la discapacidad de Daniel se nos bajan

las defensas y la salud toma una desventaja frente a la inmensidad del problema.

Cada día empieza la narración como vehículo de información, y sanación, creando

bienestar en nuestro entorno social, filial y corporal. La palabra que fortalece

nuestro cuerpo y el de los otros padres, cuidadores y familiares que nos escuchan o

que simplemente leen en la poesía que sale de nuestra creatividad de amor y dolor.

2. Desarrollar una buena capacidad para solucionar problemas: Cuando recobramos

fuerzas físicas y mentales, tenemos la autonomía de pensar en el bienestar de Daniel

y el de la familia para favorecer una pronta recuperación del brío que nos empuja a

seguir.

3. Desarrollar guardianes interiores fuertes: Uno de los guardianes es la confianza en

uno mimo, en ocasiones lo percibo como un camino a luz o algo así, como una

fórmula mágica que debo hacer para lograrlo luego encuentro en los guardianes, que

expone Siebert, una fortaleza para enfrentar cualquier obstáculo o dictamen médico

relacionado con Daniel. Otro guardián es la autoestima que aparece en el momento

justo cuando la confianza es afianzada en cada instante del proceso narrativo, junto

con las ganas de realizar un acto resiliente, hacen de nosotros como padres un

equipo firme. El último guardián que propone el autor es el concepto sobre nosotros

mismos, siendo el resultado de un proceso de auto imagen utilizado con frecuencia

en el entrenamiento actoral, es un tema que está relacionado con nuestro quehacer

complementando ambas caras de la moneda.

4. Desarrollar habilidades de resistencia de alto nivel: Encontramos el compartir de la

experiencia con las narraciones y vivencias que tenemos cada día para que otros

padres y cuidadores afronten con más ímpetu la enfermedad de su hijo o hija. Esta

resistencia demuestra las habilidades aprendidas en el proceso convirtiéndose en el

eje central de nuestras vidas, tanto familiar como profesional.

5. Descubrir su talento para la serendipia: Hallar algo que no estábamos buscando

porque para el dolor buscamos alivio, sin embargo, encontramos ser escuchados,

34

amigos, autoestima. Nuestro talento es narrar, escribirlo, vivirlo y sanar.

Descubrimos que el sosiego llega estando acompañados, uno del otro, con los otros

padres, con la familia, con nosotros mismos: esa fue la gran sorpresa inesperada. No

estamos solos en esto.

Los procesos dependen de elementos culturales como son la profesión, la

situación económica actual, la historia de la familia con todas sus generaciones, de cada

miembro que la compone. Todos estos componentes representan una visión futura de cómo

se va a solucionar cualquier pregunta que resulte del proceso investigativo. Es tener en

cuenta la vida misma en todos sus aspectos, pues por mínimos que parezcan hacen parte

fundamental (Walsh, 2003).

En la enfermedad crónica se interpone un conjunto de profesionales

procedentes de ámbitos como sanidad, educación y trabajo social. Como padres,

empezamos a interactuar con ellos desde la narración, así que la resiliencia familiar se

puede fomentar a través de la colaboración de nuestro entorno. El enfoque positivo y

experto fortalece el clima familiar como las posibilidades de trabajar juntos, la superación

de obstáculos que para el individuo pueden ser insuperables y la atención de que todo el

éxito que este ha ganado es gracias a los esfuerzos y capacidades que el individuo obtenga.

De ahí, el concepto de resiliencia familiar fortalece al individuo en el transcurso del tiempo

como el proceso interactivo de reconocer problemas y limitaciones, organizando la mayor

cantidad de estrategias como sea posible (Walsh, 1996).

Desde la física, la resiliencia es la capacidad que tienen los materiales de

recobrar su forma original. Esto fue tomado por la psicología para

describir la capacidad que tienen algunas personas y grupos para

sobreponerse a las adversidades, recuperarse de heridas y así recuperar el

bienestar físico y psicológico del individuo. De la misma manera, se dice

que la “resistencia ecológica” mantiene unos niveles altos de

transformación y controla su funcionamiento; trabaja para no perder la

batalla y se transforma para continuar su evolución (Leff, 1986, p.140).

Por consiguiente, la resiliencia es un concepto que se usa en muchos campos

de investigación y la psicología lo trata, como lo hemos venido comentando, como una

35

necesidad de cambio genuina, sobre todo cuando es por el amor de un padre o una madre

hacia su hijo. Vivir la transformación no sería una tortura. Es gracias a cualquier suceso que

se presente en la vida para tomar la decisión y formularse preguntar esperanzadoras, cuando

no se creía en ellas, donde la duda era el principio de todo.

Para esto es necesario que las relaciones entre familiares se vuelvan apoyos

emocionales, conversaciones en las que se compartan y entiendan los objetivos y puedan

construir significados acerca de la vida y de los acontecimientos adversos con una conexión

narrativa, dándole un significado a quienes participan de ella desde una comunicación

sincera.

La familia en conjunto empieza a afrontar los retos de la enfermedad,

trabajando mancomunadamente para repartir los roles de responsabilidad que se empezarán

a adquirir, ya que las crisis persistentes llegan a afectar a todo el entorno familiar (tíos,

abuelos, hermanos, primos, etc.).

En el hospital

Como ya se ha dicho, la enfermedad crónica es siempre una experiencia

inesperada y traumática, y un elemento desestabilizador para cualquier familia, lo que

empieza a producir cambios en la rutina familiar, en las actividades o celebraciones que

están presenten y hacen que esto cambie dedicando más recursos al individuo (Grau y

Espada, 2012). Las situaciones estresantes como las reacciones adversas al tratamiento o la

adaptación del hospital hacemos los padres intentando solucionar y controlar las emociones

negativas, desarrollando un nivel de competencia en el manejo que se le da a la enfermedad

haciendo que estos re-estructuren los valores y empiezan a darle un nuevo sentido a la vida.

Sin embargo, la naturaleza de la enfermedad y los tratamientos hacen que Daniel reaccione

con miedo al tratamiento y lo imposibilita de realizar sus actividades habituales, así que nos

sentimos abrumados e impotentes ante esto teniendo incertidumbre hacia el futuro.

Cuando el hospital se convierte nuestro segundo hogar por la concurrencia

que hacemos hacia él, empieza un aislamiento por parte de las amistades, ausencias de

apoyo por parte de la administración e incluso se siente el abandono de la comunidad

médica porque ellos tampoco saben qué hacer ante la enfermedad que es irreversible. Allí

36

en ese instante de soledad se recurre, en este caso, a la necesidad de encontrar la resiliencia

entre pasillos blanco y frío, resiliencia que hallamos en la palabra, la narración.

Encontramos las capacidades de nuestro hijo, la fortaleza que tiene para tolerar el dolor

físico, su buen sentido del humor y la forma íntegra con la que afronta su condición;

entregándonos una lección resiliente y valiente.

Los procesos claves de la resiliencia en una perspectiva más clínica donde los

procesos fortalecen al individuo y a la familia a medida que pasa el tiempo, como son el

sistema de creencias (de cualquier tipo), la organización de las tareas y la resolución de los

problemas con la ayuda de psicólogos o psiquiatras e incluso de las terapeutas que atienden

al niño. En el sentido de creencias normalmente contextualizan los cambios y el estrés

teniendo un significado más comprensible descubriendo las atribuciones sobre la causa de

la enfermedad que llegan a confundir la toma de decisiones, impulsando una adaptación

que compromete a todos, se hace con una combinación de información médica y

atribuciones de familiares. El impulso por medio de las narraciones supera obstáculos, los

cuales permiten afianzar mucho más las fortalezas haciendo que se concentren mucho más

en el potencial y desarrollan valores trascendentales como la inspiración de nuevas

posibilidades expresándolas de maneras creativas realizando acciones sociales,

desarrollando la capacidad de aprender y de crecer como persona. Crecer como familia.

Crecer como profesional.

Flexibilidad para el cambio

El patrón organizativo con la resiliencia tiene algunas características como lo

es la flexibilidad que permiten a las familias abrirse ante el cambio, empiezan a

reorganizarse en pro a las necesidades del hijo tiene dicha enfermedad, también la de poder

mantener la confianza desarrollando un fuerte liderazgo con nuestros pares y con los padres

o familiares que solo quieres saber más sobre nuestro caso. Un aspecto clave en la

resiliencia son los que son relacionados con la comunicación y resolución de problemas; las

familias que poseen esto son capaces de comunicarse con claridad haciendo que se

expresen abiertamente sobre sus emociones teniendo empatía y tolerancia hacia las

diferencias, donde la culpa no tiene cabida, son flexibles al cambio y poseen un buen

sentido del humor. De esta forma, logramos resolver los problemas de forma colaborativa

37

generando ideas creativas y aprovechando las oportunidades, tomando decisiones de forma

compartida resolviendo conflictos, centrándonos en conseguir los objetivos y tomando

medidas concretas para aprender de las dificultades, previniendo los problemas para evitar

la crisis y poder prepararnos a cambios futuros. El curso progresivo de la enfermedad

requiere que estemos en una adaptación continua, ya que, la enfermedad es una trayectoria

constante del sentir, del querer vivir y que viva nuestro hijo.

La resiliencia es considerada actualmente como un componente de la salud

mental, Su función es desarrollar la capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y ser

fortalecido y transformado por la experiencia de adversidad (Kalbermatter y Goyeneche,

2006, p.11).

La resiliencia no se convierte entonces en la gran solución de vida color rosa

llena virtudes y “fáciles” tomas de decisiones; más bien se trata de un camino largo donde

conocerse es el paso inicial. Ahí empieza esa travesía del sentir como actores, no en el

escenario, en la vida misma. Por lo tanto, cuando empieza una recaída o una victoria,

pasamos por periodos de reconocimiento de los síntomas que el niño presente desarrollando

rutinas para preservar la vida. La resiliencia en la familia no depende solamente de una

evolución sino del propio ciclo vital, de los cambios que debemos afrontar ante la crisis o la

calma.

Las enfermedades que la familia ha sufrido en generaciones anteriores, el

modo como se ha enfrentado a ellas y los cambios estructurales que se han producido

influyen en las expectativas futuras de la familia, y en la visión alegre o catastrofista que

ésta tiene de la enfermedad haciendo que esto se transmite a lo largo de las generaciones

haciendo que afecte su sistema de creencias.

Si se clarifican las áreas más vulnerables de la familia y detectan a las

familias con alto riesgo, se puede determinar las influencias positivas que hubo en el

pasado en el presente y en el futuro haciendo de esta información muy importante para

comprender el significado de cómo la familia vive en la enfermedad.

Todos los enfoques relacionados con la resiliencia en niños coinciden en un

conjunto de atributos individuales, de relación asociados a un buen ajuste y a un desarrollo

38

bajo una variedad de condiciones que pueden llegar ser amenazantes en un contexto

cultural y a lo largo del ciclo vital donde los factores protectores de la resiliencia en niños

señalan lo siguiente:

- La capacidad de poder resolver problemas para que ellos se puedan auto controlar

teniendo una personalidad adaptable a lo largo del desarrollo teniendo una visión

más positiva de la vida también se encuentra las relaciones positivas de apego y de

apoyo con los adultos como lo puede ser el positivismo con los padres, haciendo un

entorno familiar estructurado.

- La enfermedad transgrede el desarrollo del individuo y su entorno familiar, las

creencias acerca de las condiciones médicas que varían según el estado del enfermo.

Se necesita respetar la singularidad para disponer los servicios centrados de salud.

Uno de los más importantes es la integridad como miembro de una familia y su

capacidad de levantarse y encontrar la fortaleza necesaria para salir adelante (Grau y

Fernández, 2010).

De toda la variedad de programas que existen orientados a los padres, el

modelo más idóneo para el fomento de la resiliencia está centrado en la familia, ya que son

capaces de tomar decisiones informadas actuando en consecuencia ya que fortalecen las

estructuras existentes y promueven nuevas habilidades centrándose en las capacidades y la

movilización de recursos. El compartir con el personal de la salud crea vínculos resilientes

y reparadores para toda la vida. Distribuir la responsabilidad con los médicos que llevan el

tratamiento siendo parte activa en la toma de decisiones ya que esto permite que el niño

tenga una mayor calidad de vida evitando que este vuelva a ingresar al hospital y fortalece

la integración social. Se debe conseguir que la familia sea capaz de gestionar y dirigir los

cuidados necesarios del niño que está enfermo ya que estos pueden llegar a apoyarse en los

recursos disponibles en su entorno social haciéndolo de una manera creativa y amable,

midiendo la eficacia de los programas de entrenamiento que se estén haciendo. Nace un

proceso colaborativo de análisis de servicios que están disponibles de planeación y puesta

en práctica evaluando la atención proporcionada al niño que esté enfermo y a la familia y

no como organización de los servicios asistenciales, integrando muchos servicios de

disciplinas de un conjunto de intervenciones donde tienen un valor funcional para los niños.

39

El nacimiento de un hijo es un momento de cambio real en la historia

personal de un individuo, que reestructura el fluir de su existencia; esto entra en una

historia acorde con la evolución personal, de pareja y de familia. Sin embargo, el

nacimiento de un hijo con una discapacidad es inmediatamente percibido por los padres

como un acontecimiento extraordinario, inesperado e incomprensible.

No hay palabras que parezcan suficientemente aptas para contar el

sufrimiento de estas familias, por lo que el silencio, a menudo, es utilizado como defensa

contra el dolor. Una vez diagnosticado el trastorno, pasamos por un cambio de actitud, que

implica un largo y doloroso proceso educativo, con un alto grado de estrés que requerirá de

asesoramiento profesional, que debemos ser sometidos para poder superar el dolor y hacer

un acto resiliente con ayuda de un equipo de profesionales que siempre nos han

acompañado.

Las expectativas de todo padre y toda madre ante la llegada de sus hijos son

hermosas, y cuando se diagnostica que un niño tiene una discapacidad, es preciso

plantearse que desde ese mismo momento se tienen delante dos problemas: el del niño en sí

y el de la familia, ya que esta no tiene la suficiente preparación para enfrentarse con los

problemas que van a ir surgiendo y cómo superarlos. Entonces, las terapeutas de Daniel y

los fisiatras han dado una luz de esperanza que nos rehabilita la fe y proyectan en nosotros

su saber; cuando son malas noticias o cuando son buenas. Es una paradoja porque en las

malas es donde más aprendemos de resiliencia y las narraciones se convierten en doloras

palabras que van directo al alma. Nos enseñan y nutren el amor que es imposible de

describir.

Este ha sido un tema muy sugestivo y cuidadoso en el ámbito familiar. La

perspectiva del ciclo vital en la investigación, evaluación e intervención asume el

observarla dentro de un ideal progresivo que pone énfasis en la construcción de relación,

creencias y configuraciones de estructura y organización que la familia va generando en

cada una de las etapas por las cuales cursa.

Es de suma importancia emplear el ciclo vital como herramienta para la

investigación, evaluación e intervención para el cumplimiento de las tareas a desarrollar, de

40

patologías o de problemas, es decir, de las fortalezas o de la familia. Partiendo de la

hipótesis de un enfoque, se dice que hay que entender la interacción en familia.

Para Santucci et al (2005),

La persona discapacitada se ve obligada a padecer la adversidad, a causa

de su condición, la cual es parte inherente de sí misma. Pero ello no es

sinónimo de carencia para enfrentarla haciendo uso de estrategias

resilientes. Esto quiere decir, que, a pesar de estar sometido a su déficit,

el niño, el adolescente, el adulto y el anciano discapacitado, tienen la

posibilidad de compensar sus carencias, mediante la activación de la

resiliencia. Trabajo considerado arduo y difícil, cuanto mayor es el grado

de compromiso de la discapacidad, pero no imposible (p. 39-40).

PARÁLISIS CEREBRAL

El trabajo es duro y en ocasiones poco estimulante: los

avances del niño con Parálisis Cerebral no se ven a diario.

Son lentos y a largo plazo.

García et al, 2004.

Sobre Parálisis Cerebral Infantil (PCI)

El concepto de parálisis cerebral que proponen García y sus

colaboradores (2004) supone quelas lesiones cerebrales pueden ser muy variadas, más o

menos extensas y graves, y se manifestarán en algunos de estos síntomas:

- Trastorno del tono motor: Con aumento del mismo y exageración de los

reflejos es una parálisis espástica; es la que padece nuestro hijo.

- Alteraciones sensoriales auditivas o visuales, de mayor o menor

gravedad.

- Trastorno del lenguaje y de la comunicación cultural, por lesión de

estructuras cerebrales o del tono muscular de los órganos expresivos.

41

- Manifestaciones epilépticas, consecuentes a la lesión neurológica.

- Retraso intelectual, derivado de la afectación neurológica central.

- De estos posibles síntomas se derivan, a su vez, alteraciones o retrasos

importantes en la adquisición de patrones conductuales para la

autonomía personal: Control de esfínteres, deglución, masticación,

vestido, etc. (p.14).

En un estudio sobre parálisis cerebral que realiza el psiquiatra Ángel García

Prieto, con su equipo de investigadores, describe los síntomas que tienen los niños PC,

donde detalla los que tiene Daniel, y serán como un mapa guía para entender el proceso que

llevamos con padres con un hijo discapacitado.

Primero: El trastorno del tono motor lo percibimos durante los primeros 300

días sin un diagnóstico médico porque es muy pronto para que se determine una parálisis.

Sin embargo, era evidente su actitud corporal desde los comienzos como bebé canguro,

alzarlo y ponerlo en nuestro pecho con una faja que lo sujetaba hacia nosotros, sus

músculos variaban entre flácidos e hipertónicos y el manejo de su pequeño cuerpo era

difícil por estas razones, eran días buenos donde los cuerpos se juntaban como uno solo y

otros días donde se impedía encontrarnos por su discapacidad. Igual se logra hacer el

proceso de bebé canguro llevando a buen término cada paso dispuesto por los médicos.

Segundo: Alteración sensorial, auditiva o visual: Es preciso dejar claro que

todas las parálisis cerebrales son distintas, unas más agudas que otras, Daniel padece una

parálisis que no es tan agresiva porque él se comunica con nosotros, ríe, interactúa y se

comporta como un niño promedio de su edad (niño promedio: niño sin parálisis cerebral)

comparte sus sentimientos. A pesar de su capacidad comunicativa tiene los músculos de los

brazos y piernas causándole pérdida de movimiento y fuerza para poder estar de pie, lo

intentamos siendo un proceso demasiado largo, tomar algo con sus manos.

En los 300 días de investigación vemos comprometidos su parte sensorial por

lo tanto es remitido a terapias ocupacionales y de lenguaje; el dolor que le causan las

sesiones, en especial la terapia de lenguaje, hace que realice una narración o una canción

que nos une desde que estaba en el proceso de bebé canguro. Del mismo modo nos relajaba

42

como familia, a la terapeuta y enseguida a las otras madres con sus bebés (algunas terapias

se hacen en grupo) encontrando en nuestra voz una sensación de alivio para el niño y el

padre o cuidador, sin saberlo estas canciones y narraciones, que llamaré narraciones del

alma, son compartidas con nuestro entorno ayudando el progreso de todos los niños con PC

y sobretodo de acercamiento a los padres que necesitan una voz de aliento.

Algodón, seda, yute, aserrín, gelatina, pinturas, agua y un sinfín de materiales

que ayudan a encontrar variedad de sensaciones cuando hay híper sensibilidad en su piel.

Sonidos graves, agudos, colores y gran cantidad de juguetes hacen parte de la terapia

ocupacional siendo una de las favoritas de Daniel y de otros niños. Aquí aprovechamos

hablar y compartir las experiencias que, como padres, vivimos a diarios con los niños, la

perspectiva de un mundo mejor para ellos algo onírico e inmarchitable y eso no nos lo quita

nadie debido al amor que tenemos hacia ellos. Historias en cada rincón de la sala con uno y

con el otro, preguntando cómo consiguió esto y aquello para tenerlo en casa o como hacer

una tutela o carta de petición para la EPS a fin de encontrar bienestar para nuestro hijo.

Nace entre terapia y terapia las narraciones genuinas, francas y al servicio del otro, es una

red de solidaridad que se puede encontrar cuando se reúnen el amor y la esperanza. Una de

las narraciones que me cautivo e hizo creer en éste proceso fue la de una mamá hacia

nosotros que, con voz quebrantada, nos animó para seguir adelante sin derecho a parar un

instante, finalmente, nos enteramos que su hijo estaba muy grave en cuidados intensivos y

su estado comprometía órganos vitales, por esa razón, no había asistido a la terapia. Nunca

volvió. De ahí, tomé cada palabra como fuerza fundamental, no solo para el proceso de

investigación, para la vida misma. Es una fortuna tener a Daniel con nosotros y al mismo

tiempo un reto que tenemos que asumirlo por amor y por deber. La narración de ésta mamá

concluía en una breve despedida que hizo a las terapeutas, a las otras madres y, algo que me

causó curiosidad, como se desprendía del espacio donde su hijo encontraba refugio y goce

en medio del dolor, a partir de ahí, logramos comprender la importancia de cada lugar,

recoger las huellas de los espacios que nos hicieron reír o llorar para llevarlos por siempre

en nuestra memoria. Nos dijo:

Extrañar es solo una forma de revivir los mejores momentos, amar a un hijo

es entregarlo todo en una mirada, en un beso, en un abrazo.

43

La madre sale del lugar con el ojo lloroso y más tranquila al tener la

oportunidad de entregar su dolor en una narración que estremeció todo el lugar. El silencio

nos invadió durante mucho tiempo, era el silencio del adiós.

Tercero: Trastorno del lenguaje: Las terapias de lenguaje son muy dolorosa

para los niños que acudían a ella a consecuencia de los ejercicios que se necesitan para

lograr progresos de lenguaje en el niño y favorecer la deglución, permitiendo una

alimentación apropiada con el fin de encontrar la autonomía alimenticia. A partir de ahí

comienzan las narraciones de consuelo, cuentos con diferentes voces que salen de nosotros

para calmar los dolores o canciones que refrescan el momento de dolor y angustia.

Comenzaré por describir los ejercicios realizados en cada encuentro:

Un saludo frío, entrecortado y falto de cualquier afecto se da entre la

terapeuta y los padres. ¿Por qué tan frío? Porque sabemos a qué se va a enfrentar nuestro

hijo, dolor de su cara, boca. A nosotros dolor del alma e impotencia con la certidumbre del

mañana, a la terapeuta esperanza de evolución, quiere verlos comer y hablar. Por lo tanto,

empezamos con lavado de manos y masajes en el rostro (empiezan las lágrimas de dolor)

por su híper sensibilidad al contacto; es inevitable que en ese cuarto las lágrimas no sean

protagonistas. Empiezo a narrar historias de esperanza que cambian el ambiente

acompañadas por canciones que distraen el dolor, lo disfrazan de palabras y música:

En las montañas de Bogotá existe un ciervo dorado que mira con gran

firmeza hacia el occidente esperando con calma, ilusión y fortaleza a que el sol eterno se

esconda después de iluminar nuestras cabezas, entre las nubes que incesantes nos visitan.

Aquí algún padre sonríe, otro deja resbalar sus lágrimas porque ese ciervo si

existe puesto que es una figura que, como guardián, espera en la entrada del hospital. Y

continúo:

En las mañanas el siente como el sol abriga su espalda con el calor que

perenne y a diario lo cobija teniendo la esperanza de ser un buen día para Daniel y para

todos sus amigos que comparten un secreto de vida: son los superhéroes de sus padres, de

su familia y vienen al hospital a ser renovados y a fortalecer sus poderes. Asimismo, espera

erguido al medio día con la ilusión de ser un ejemplo para todo aquí: no perder el ánimo,

44

mantenernos de pie, fortalecer nuestra vida a través de la esperanza. Finalmente despide

al sol conservando su fe y fortaleza por tener un superhéroe en casa.

En ocasiones cuando terminaba de narrar a modo de cuento una historia real

basada en nosotros mismos, en nuestra condición, las lágrimas no esperan caer con una

cierta sonrisa en el rostro; la sonrisa de la esperanza. En comparación con las canciones que

dejaba escapar de mi boca, canciones que solo Daniel y nosotros sabíamos,

compartiéndolas con los demás no solo en la terapia, en los pasillos, en cada momento

como si fuera nuestro lenguaje misterioso. Una de las canciones es:

Viento viento viento

Me lleva lento lento lento

Vuelo vuelo vuelo de colibrí

Así así así como el colibrí

Se trata de una canción quita dolores.

Cuarto: Manifestaciones epilépticas: En la mayoría de los casos de PC en

niños y adultos la epilepsia es un factor que afecta su diario vivir por lo que en ocasiones no

pueden asistir a las terapias y somos solos Daniel, Oscar y yo. Daniel no tiene epilepsia.

Nunca vi un ataque en todo el proceso.

Quinto: Retraso intelectual: En nuestro caso es un niño muy inteligente y su

retraso es leve. Mientras que hay niños y niñas con PC que tienen limitada el habla e

incluso el contacto visual siendo impresionante la comunicación que crean con sus padres o

cuidadores y, en algunos casos, escuchan la narración o el canto. Es increíble.

Con relación a los leído con respecto a la parálisis cerebral encuentro es un

trastorno que involucra algunas funciones del cerebro y del sistema nervioso, según la

alteración sufrida, se compromete el movimiento de extremidades superiores o inferiores o

ambas, el aprendizaje, la visión, la audición e incluso el pensamiento; esta situación afecta

al niño con PC y a su entorno, cambia por completo la vida cotidiana y hace reflexionar

sobre los conceptos de dolor, amor, fuerza, resiliencia y familia. Este último aspecto no era

45

tenido en cuenta a la hora de formular una definición exacta acerca de cualquier condición

médica, ahora, la familia hace parte del proceso de evolución en la recuperación del niño.

En este momento somos los protagonistas de una recuperación basada en el amor, la

palabra y la fortaleza que nos entrega la resiliencia como forma metodológica de enfrentar

el proyecto de investigación.

La parálisis cerebral es causada por lesiones o anomalías del cerebro. La

mayoría de estos problemas ocurre a medida que el bebé crece en el útero. Sin embargo, se

pueden presentar en cualquier momento durante los primeros dos años de vida, mientras el

cerebro del bebé aún se está desarrollando. Daniel nace y muere lo reviven y en ese lapso

tiene un sangrado que le causa la lesión cerebral y a los 2 años su dictamen es: Parálisis

cerebral espástica.

Empezamos a notar que su hijo que se ésta tardando para alcanzar las etapas

de desarrollo como sentarse, girar, gatear o caminar lo cual, se constituye en la primera

señal de alerta y que indica que algo no está muy bien en el proceso de desarrollo del niño.

Es devastador y empezamos a narrar nuestra historia de vida a todos los padres y

cuidadores que nos encontrábamos como forma de resiliencia experimentando un compartir

de sucesos nada afortunados. Tenemos un hijo discapacitado para toda la vida, la esperanza

muere, somos luto, empezamos hablar a narrar a trasladar éste dolor al performance por

medio de la palabra, de la imagen de la escritura; cualquier forma que nos salve del dolor

profundo.

Aprendimos conceptos médicos sobre la Parálisis Cerebral Infantil (PCI)

como: Hemiplejia (parálisis de la mitad contralateral; es decir, si el daño es del lado

derecho, se verá afectado el lado izquierdo). Diplejía (parálisis de los miembros

superiores). Cuadriplejía (parálisis de la mayor parte del cuerpo, incluyendo brazos, piernas

y el tórax). De acuerdo con la parte del cuerpo afectada se divide en: Cuadriparesia: Están

afectados los dos brazos y las dos piernas. Tetraparesia: Afectación global incluyendo

tronco, los brazos y las piernas, con predominio de afectación de los brazos. Triparesia:

Afectación de las piernas y un brazo. Diparesia: Afectación de los brazos y las piernas con

predominio en las piernas. Hemiparesia: Afectación en un solo lado del cuerpo y dentro de

éste el más afectado es un brazo. Monoparesia: Se afecta un solo miembro (brazo o pierna),

46

estos casos son poco comunes. (Hurtado,2014). Conceptos que dan escalofríos cuando lejos

de la medicina estas, sin entender una sola palabra estudiamos sobre el asunto para saber

cuál es la patología de nuestro hijo y poder ayudarlo con todo lo que teníamos en nuestro

intelecto, en nuestras posesiones físicas, hasta el último peso, hasta el último impulso que

nos quede en cada partícula del cuerpo. Pasa el tiempo y solo sabemos la condición:

parálisis cerebral, estamos a la espera de cómo evoluciona y hasta dónde puede llegar esta

condición. Llega el día 745 y nos dicen que su condición con nombre propio, determinado

como un tatuaje: Parálisis cerebral espástica.

Por consiguiente, comienza la investigación sobre éste nuevo rotulo que

llevamos como familia y encontramos que sus síntomas incluyen:

- Músculos que están muy tensos y no se estiran. Se pueden tensionar aún más con el

tiempo.

- Marcha (caminar) anormal: brazos metidos hacia los costados, rodillas cruzadas o

tocándose, piernas que hacen movimientos de "tijeras" y caminar sobre los dedos.

- Articulaciones rígidas y que no se abren por completo (llamado contractura

articular).

- Debilidad muscular o pérdida del movimiento en un grupo de músculos (parálisis).

- Los síntomas pueden afectar un brazo o pierna, un lado del cuerpo, ambas piernas o

ambos brazos y piernas.

- Su principal característica es el aumento del tono muscular, que puede ser

espasticidad o rigidez (Pinzón, 2014).

Esa era la respuesta a tantas interrogantes compartidas con otros padres en

nuestras charlas mientras cangureábamos a los niños o cuando estábamos en terapias

interminables, era la respuesta que nunca queríamos escuchar y era real, genuino, sin

anestesia. La esperanza muere y somos consolados por otros padres, las narraciones

desaparecieron por mucho tiempo, la voz no sale por una buena temporada, el cuerpo no

reacciona: es autómata, las relaciones en familia caen gradualmente, cualquier proceso que

llevábamos a cabo se derrumba ante nuestros ojos.

47

El padecimiento de los niños con PC tiende a complicar su calidad de vida y,

de paso, su estabilidad emocional y la de su entorno familiar. “Así comienza un largo

peregrinaje de un especialista a otro, encontrando, en la mayoría de los casos minusvalía o

en uno u otro síndrome” (García et al., 2004, p.18). Hay que empezar de cero cada vez que

algo sale mal, como un retraso en cualquier proceso físico o emocional, estamos en manos

del proceso de Daniel porque eso nos determina nuestro estado de ánimo. Empezamos un

tratamiento interdisciplinario, estableciendo metas a corto, mediano y largo plazo, de

acuerdo a los cambios que se van presentando neurológicamente, ocasionados por el

desarrollo del cerebro y la forma en que Daniel va respondiendo al tratamiento, de tal

manera que se pueda hacer un seguimiento en su evolución y recuperación. Dentro de las

especialidades médicas que participan están: los médicos rehabilitadores, pediatras,

neuropediatras, terapeuta ocupacional, terapeuta de lenguaje y ortopedistas como equipo

básico también oftalmólogos, otorrinolaringólogos, psiquiatras, genetistas y odontólogos,

los cuales de manera coordinada puedan llevar un análisis no sólo de las afectaciones más

recurrentes en el niño sino en su recuperación (Levvit, 1994).

Y ahora, ¿qué?

El nacimiento de un hijo con discapacidad o con riesgo de tenerla tiene un

impacto importante en la familia. Los padres no están preparados para

asumir la responsabilidad que supone el nacimiento de un hijo con

problemas para hacer frente a la nueva situación, las familias utilizan

diferentes mecanismos y manifiestan relaciones emocionales que afectan

a la relación que mantienen con la pareja, con el niño con discapacidad,

con los otros hijos, con el resto de la familia y del entorno social y

laboral. La adaptación de la familia a la situación de tener un hijo con

discapacidad se describe como un periodo de fuertes estados emotivos

(choque emocional, tristeza, ira, ansiedad, depresión, etc.) (Cristóbal et

al., 2010).

La duración de la pena nunca se va, la narración no es la cura, escribirlo,

gritarlo a los cuatro vientos, nada, absolutamente nada te quita la pena de tener un hijo con

discapacidad. Lo único que podría rescatar en el proceso de investigación es que la

48

resiliencia a partir del reconocimiento del dolor, haciéndole frente, hace la vida más

tranquila y, en efecto, para Daniel es más confortable un ambiente, positivo transformando

la adversidad en una experiencia de vida, en una narrativa que será ejemplo para otros

padres que aún comienzan.

ACTO DE RESILIENCIA

Solo un niño

El acto está enfocado en resaltar la belleza de movimiento en un cuerpo

modificado por la parálisis cerebral. Este ejercicio es el resultado de una indagación sobre

contar o relatar historias, sensaciones, emociones; recurriendo al movimiento atípico y no

rítmico o coreográfico, tratando de explorar la belleza de lo irregular. Es la exaltación a una

condición, una patología a la que en ocasiones hasta se le teme, se le desconoce, se segrega;

la puesta en escena busca ser lo más concreta posible, evitando entonces que se puedan

realizar lecturas erróneas, ya que el único objetivo es la belleza del cuerpo modificado, sin

que se dé ocasión a especulaciones, es una propuesta simple, sin llegar a él abstracto total,

al simbolismo inocuo, por el contrario, la puesta en escena debe ser lo más concreta y

simple.

Se empieza con un cuarto oscuro, en el centro del escenario se proyecta por

video beam una imagen dividida

en dos, y en cada recuadro la foto

de un niño (yo a los cinco años y

al otro lado mi hijo Daniel a los 2

años) inicia música suave, y del

centro-debajo de la imagen

empieza a moverse el personaje,

el cual está cubierto por una tela

obscura con la cual realizara varios movimientos emulando los movimientos de un bebe en

el útero, la imagen irá creciendo constantemente hasta que la tela caiga y quede expuesto el

personaje quien quedará erguido en el centro de la imagen para que la luz del proyector se

49

difumine en su cuerpo, posteriormente empezará a bailar rítmicamente hacia la imagen

ubicada a su derecha, de manera que la libertad de movimiento pueda ser detenida

bruscamente, emulando la libertad de juego de cualquier niño y las restricciones sociales o

familiares, luego de esto regresará al centro y repetirá el movimiento hacia su izquierda,

con la gran diferencia de que, su movimiento será limitado por posturas y contracciones

musculares propias de la parálisis cerebral, esto no será condicionante para perder la belleza

de movimiento aunque lento y arrítmico, se repetirán estos ciclos de movimiento entre las

fotografías para que al final el personaje se aproxime a la imagen, de tal manera que pueda

acunar en su pecho al niño de su izquierda. Se comparten las imágenes con las narraciones

que reposaban en el papel.

Foto tomada por Carolina Chaves, 12 julio 2015.

El cuerpo se transforma con cada intervención

El cuerpo es un contraer hábitos y al contraerlos es construir un mundo.

(Pfeiffer, María Luisa (1998, pág. 141). Cualquier hábito es importante para la forma en

cómo se vive ya que nos impacta directamente, como la salud y la enfermedad ya que al

padecer alguna se desequilibra el cuerpo en el sentir, en la manera en cómo se reacciona

ante las demás personas. Cada individuo recibe cierta información acerca del cuerpo, de los

cuidados que hay que tener para él; así se percibe que se tiene que proteger ya que es

importante y esta información la puede recibir de distintas fuentes. Hay que tener cuidado

50

ya que la identidad del individuo y su cuerpo se pueden llegar a romper por sobre-

apropiarse del hecho de ser el cuerpo y ser él mismo a la vez. Para el individuo que

constantemente está ocupado, su propio cuerpo puede llegar a ser un obstáculo que le

impedirá avanzar; así que es posible que si no llega a apropiarse del cuerpo, a tener

conciencia de él, se volverá difícil cargar con ese cuerpo, se verá con algo que se deba

hacer mas no con el querer hacer.

En algunas culturas la curación se produce junto a su sociedad. Por lo general

la enfermedad se ve como algo que hay que atacar, como algo que es parte de nosotros.

Con la medicina se puede superar ese estado de pequeñez que sufre el cuerpo. Con esto el

individuo puede llegar a pasar a un segundo plano, así que se olvida que el cuerpo está ahí

presente. Por lo tanto, en este acto resiliente se descubre el poder de la palabra convertida

en una frase corporal poética que supera los miedos, la impotencia y el dolor. Mientras

tanto, Daniel sonríe desde su cosmovisión corporal de un mundo posible a pesar de una

enfermedad que no tiene cura. Con la enfermedad se llega a no contar con el cuerpo, se

aísla el ser de este. El dolor puede convertirse en una búsqueda constante de interpretación

de la conciencia corporal, así como en el motor de la experiencia de las relaciones que se

entablan con los demás.

Cada experiencia que se vive pasa por el cuerpo y este a su vez no es una

máquina que hay que cambiar cada vez que algo falla es tratar de comprender al cuerpo

como algo más que un organismo, como el comportamiento ya que ser cuerpo es a la vez

existir, visualizamos un espacio que es táctil para enfrentamos al mundo diariamente. La

persona que vive tiene un cambio con la enfermedad no solamente material sino espiritual,

todo dolor se encarna en cada persona, así que, tomando conciencia del cuerpo, como ya

antes se mencionó hace el dolor algo físico, localizable y una afección global que puede

llegar a eliminarlo, al contrario de un dolor emocional ya que este es imposible ubicar, pero

se vive a través de él.

Perturbar, incomodar y confrontar llevando este performance a lugares donde

puede llegar a convertirse en cinismo o en un mejor término llevarlo a lo que es

“políticamente correcto”. Aunque en un mundo donde el cinismo es el pan de cada día, no

deberíamos asustarnos por tal hecho. Es un acto de purificación.

51

CAPÍTULO 2

NARRACIÓN COMO RESILIENCIA

Y yo la he escrito así, con un dolor que no te quiero

explicar, porque sé que, por unos minutos, dejarías de

sonreír y yo no sé qué pasaría, entonces, con la

alegría del mundo…

Diez-Canseco, 2004.

Este lugar de enunciación donde confluyen la palabra, el dolor y el amor

creando un resultado que alivia el alma y nos levanta día a día: la resiliencia. Como es un

camino del sentir, propio de unos padres que no saben qué hacer cada vez que recurren a la

unidad médica, encontramos una libertad que nos une en la situación de vida que tiene

nuestro hijo; como familia, artistas y seres humanos.

Una y otra persona pasa por nuestra historia dejando una huella que mueve

posibilidades dentro de nosotros debido a la palabra, el movimiento y la narración que nos

une, vamos como arcilla moldeable, sensible, fuerte y autentica. ¿Para qué? ¿Por qué el

tema de la narración para la resiliencia? La respuesta la tengo al finalizar de éste proceso:

para salvarme, para salvarnos, para continuar con una gran sonrisa a pesar del dolor e

impotencia. Para considerar la narración como uno de los medios que construye nuevos

conocimientos del sentir, Padovan afirma que:

La construcción de significados se logra a partir de contarse historias a uno mismo y

a los otros, y esto se opone al pensamiento lógico-matemático porque hace foco en

contar particularidades, anomalías, hechos inesperados, para integrarlos al relato de

nuestra existencia. El pensamiento narrativo no sigue una lógica lineal, sino una

emocional, a través de imágenes que presentan afinidades emotivas (2014, p.5).

Cuando la narración da comienzo a una posibilidad comunicativa llena de

ventajas para el ser, se da paso a una interacción de saberes, conocimiento del sentir que

siempre estarán en la memoria, comprobando las infinitas posibilidades que tiene la palabra

52

en el desarrollo de la vida. Es, según, el estado de las cosas que influye infinitamente en las

formas narrativas porque en medio de la enfermedad, de un día para otro, pueden suceder

tantos acontecimientos que el ánimo se vería afectado, es posible que sea para festejar y

compartir una alegría o para sentirse fracasado, cansado y sin la más mínima fuerza. Estos

estados conforman la vida misma.

Fundamentalmente, lo que se busca es utilizarla inicialmente como un medio

de salida ante la presión que genera una noticia adversa, y luego moldearla para que se

convierta en una herramienta válida para superar esta situación negativa: la idea es que ella

sirva como un recurso que brinde la opción de sobrellevarla de una manera positiva y

amigable y generar más espacios dinámicos que ayuden a afrontarla.

Unido al factor anterior, se halla la narrativa, un mecanismo que,

implementado inicialmente como recurso literario para escritores, pasó a convertirse en una

herramienta válida para quienes se convierten en cuidadores y son familiares del afectado,

puesto que muchas de las características de ella se han traspasado al grupo humano, quien a

través de la misma recibe las buenas o malas noticias. Por medio de la narrativa se han

conocido los grandes sucesos del mundo, se han destacado los grandes personajes de la

humanidad, se han conocido los grandes avances de la ciencia, la tecnología y el deporte;

también su utilización ha servido de manera positiva para la solución de conflictos, el

conocer una ideología y el de generar testimonios importantes para intentar comprender a la

humanidad.

Cabe destacar que la narración está sujeta por las emociones del que la

cuenta, por lo que, se instala una posición subjetiva. Petrellaafirma:

La narración es algo más que una ideología: son también las emociones, alegrías,

sufrimientos y realizaciones vividos. La narración comprende necesariamente el

pasado, el presente y el futuro. El sujeto de la narración es siempre un sujeto

colectivo que se expresa a través de sujetos “narradores”, como el escritor, la

abuela, el periodista, profesor, el líder político, el sacerdote, el anciano… (2009, p.

9).

53

Las emociones emergen en cada narración que aparecen en esta investigación

con posturas emotivas entre alegrías y tristezas, creadores de momentos auténticos

depositados en palabras. Tomando el pasado como referente del recuerdo, el presente como

excusa para el encuentro y el futuro como la esperanza de encontrar una salida a la

enfermedad del niño. Las narraciones tienen testigos que escuchan cada palabra en

momentos específicos de la investigación, cuando se hace necesario compartirlas o porque

la ocasión se dio para hacerlo; escuchan las palabras narradas queriendo corroborar cada

una de ellas, entonces, se les comparten las fotos que son testigos físicos de cada momento.

Más de mil días con Daniel

Busca hablar desde sus propios territorios del vivir y, con sus propias palabras,

contribuir a sembrar formas distintas del decir, del nombrar, decir al igual para

poder, como dice el anciano guaraní KaraiMiriPoty: “ser nuestra propia agua,

nuestra propia tierra, muestro propio sol”.

Guerrero, 2007, p.101.

En el proceso narrativo, como recurso para el recuerdo, observamos algunas

fotografías que teníamos archivadas y hasta su momento procuramos evitar a toda costa. No

existen preguntas que dirigen el ejercicio, la indicación es narrar lo que inspira la

fotografía, recordar el día que fue tomada y escribir.

La primera narración se realiza cuando, apoyados por las imágenes

fotográficas, empezamos hablar sobre el sentir de la misma, sin escatimar en detalles.

Aunque, han pasado 1014 días el sentir está latente debido al evidente dolor. Como lo

relacione anteriormente el dolor es inevitable después de ser enfrentado a eventos tan

fuertes como la enfermedad o la muerte. En este momento solo lo interactuamos entre los

dos porque al contarlo o compartirlo con otros, las lágrimas no paraban y era inevitable

sentir culpa. Una situación en la que no sabía que podría pasar frente a la necesidad de

encontrar por medio de la narración una forma resiliente. Como investigadora de mi

historia me interne en periodos de silencio, tenía la necesidad de hablar, sin embargo, las

palabras no podían traspasar los labios estaban atrapados en la ira, la culpa y el dolor. Se

desplaza entonces la narración en un diálogo permanente entre los dos para poder continuar

54

con los pasos dispuestos por el personal médico, encontramos una fórmula de pares

conformando, no solo una pareja de padres, un equipo que trasgrede cualquier expectativa,

negativa o positiva, que tiene la enfermedad y apostándole a trasponer la experiencia en la

palabra, en el cuerpo, en el diario vivir.

En “Más de mil días con Daniel” la narrativa se utiliza como herramienta para contar la

experiencia, inicialmente traumática, de recibir la noticia de un hijo o familiar

diagnosticado con cualquier enfermedad irreversible en su recuperación, para luego

convertirla en una apasionante experiencia que indica el camino recuperador hacia una

aceptación y posterior creación de expectativas favorables en el entorno de los afectados.

Se habla de expectativas favorables porque la narración que hace cada familiar pretende no

convertirse en un recurso literario para obtener un premio; se trata de contar su experiencia

de vida, desde una óptica si se quiere llamar liberadora y no traumatizante, desde la cual se

convierta en un factor de recuperación para todos los que participamos de ella.

Recuperación resiliente.

NARRACIONES DEL RECUERDO

Entre los pasos del duelo: Negación – Ira – Negociación – Depresión –

Aceptación.

Día 1: Narrado el 6 Noviembre 2015.Título: Caja de cristal.

Foto tomada por Oscar

Hilarión. 09-09-12.

Dejaré que mis palabras puedan describir estos momentos en que la vida nos

ha puesto. Tengo un hijo, nace y deja de respirar cinco minutos después, sus signos vitales

55

se van, entra en reanimación, vuelve a respirar, ahora los doctores esperan que no haya

daños a futuro, esa fue la primera noticia que recibe mi esposo por parte de la doctora al

salir de cirugía.

Durante 10 días, permanece en cuidados intensivos, lo ubican en una pequeña

caja cuadrada de un metro por un metro, rodeado de más neonatos prematuros, no

podemos vestirlo, está lleno de cables en su garganta, sus brazos tienen más cables y agujas

, el ruido de los aparatos de toda la sala es incesante, está rodeado de enfermeras y médicos

que no se detienen, es tan pequeño que casi cabe en la mano de mi esposo, solo permiten

acceso durante algunos minutos al día a mí y a su padre pero nunca juntos, no podemos

cargarlo, ni tocarlo demasiado, le cantamos a diario, nuestra voz lo tranquiliza y lo aferra a

luchar, casi siempre está llorando, pero es un llanto mudo, no sé si sus cuerdas vocales aún

no están desarrolladas o es por tantas cosas en su garganta; durante esos días mueren tres

neonatos prematuros, solo puedo llorar a diario, mi esposo se ve tranquilo, pero algo en su

mirada me inquieta, al décimo día es trasladado a cuidados intermedios, le es asignada una

incubadora, lo visito a diario en su recuperación dentro de una caja de cristal, un vientre

virtual, crece a diario, retiran mucho de sus cables, todo mejora, siempre está apoyado por

su padre Oscar Hilarión, canta, le canta todos los días, no lo deja solo en estos instantes

donde los sentimientos se encuentran entre el amor y el dolor.

Todo comienza hace 1014 mañanas y noches cuando me encontraba en un

auto lleno de color y sirenas, llega Daniel con 7 meses de gestación.

Mi cuerpo extraña el sonido de tu corazón.

Hoy no estoy.

Aunque el tiempo pasa mi deshabitado vientre continúa enlutado.

Mi vientre llora porque está vacío.

Soledad necia que regresa en la habitación del hospital sin dar paso a una pequeña gota

de fe. (Narración: Isis)

Te conozco hace dos semanas, y durante ese tiempo no me dejan acercarme

a ti sino por unos minutos al día, no puedo cargarte, menos abrazarte; es como una

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prisión, sé que es por protocolo médico y para proteger tu salud, llevo trece días tomando

tu mano y cantándote, el pánico me invade a diario; sé que todo saldrá bien.

Hoy al momento de la visita me han dicho por fin que por favor me quite la

camisa y que entre solo con la bata puesta, me desinfectan el pecho, me lavo los brazos

hasta los hombros, escondo el celular (no está permitido ingresarlo) tengo que tomar una

foto, hoy por fin podré tenerte en mis brazos, estoy tan nervioso que las enfermeras ríen al

verme caminar con torpeza, me siento al lado de la incubado, se abre la tapa y te sacan

con tal cuidado que creo que podre romperte, te depositan en mi pecho… sé que todo

estará bien.

(Narración: Oscar)

Día 2: Narrado el 9 noviembre 2015.Título: Como la palma de mi mano.

Sabemos que contamos con muchas manos amigas que siempre han estado a

nuestro lado. Hoy encontré éste dibujo en mi bolso: lo realiza la prima de Daniel.

Dibujo realizado por Sofía González, prima de Daniel Hilarión. 9-9-15.

Estabas en la palma de mi mano, adherido al sentido de la vida. El recuerdo

de la imagen me lleva a tus deseos inmensos de querer vivir. A toda costa. Solo tu mano

izquierda estaba aislada de tantos cables, mangueras y cintas, tomabas mis manos con

todas tus fuerzas, aferrándote a la idea de existir en este mundo. Tu cerebro presenta un

primer sangrado en cuidados intensivos y yo en la habitación contigua recuperando el

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alma y mi sangrado vientre. Tan delicados y moribundos nos sometemos a una oleada de

bendiciones que vienen desde afuera, desde nuestro hogar. Al recibir la noticia ya no tenía

lágrimas, todas las había devuelto a mi alma que, reseca, intentaba sobrevivir. Un silencio

oscuro e interminable rodeo la habitación y después de escuchar la imperiosa noticia mis

sentidos se fueron a encontrar con el sonido monótono de la culpa: Grite con las tímidas

fuerzas que tenían mis pulmones, mis piernas no podían mantenerse de pie. No recuerdo

nada más.

(Narración Isis)

En este encuentro mi sobrina realiza el dibujo y yo la narración, las lágrimas

empiezan a bañar el rostro de las dos, han pasado 1017 días y la historia que guardan mis

sentidos, están latentes que no soportan la idea y cae humanamente al dolor. Al finalizar el

encuentro observo la fuerza que emerge en mi semblante: es innegable. Ya la narración

empieza a ser compartida con otros miembros de la familia.

Día 3: Narrado el 15 noviembre 2015 Título: ¡Soy un canguro!

Foto tomada por Oscar Hilarión. 13-10-12.

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Amanecen las mejores noticias en compañía de tu sonrisa, puedo verla

cuando canto para celebrar que puedo alzarte por primera vez, sonríes y ahora lloro de la

más inmensa alegría. Al parecer nuestra voz te reconforta y mantiene tranquilo. Sonríes

cuando escuchas la voz de tus padres que te aman con toda su alma.

Ahora mi pecho hará las veces de vientre que, enlutado, se restablece

estrechándote en mi pecho para cumplir con lo que estipula la naturaleza, darte la leche

que alimenta las ilusiones de vivir. Sentir en mi pecho el palpitar de tu corazón y en

sincronía con el mío hacemos la melodía perfecta del amor. Ya no me duele el cuerpo,

estoy fuerte para ti. Soy una mamá cangura. Soy tu mamá.

No tengo idea de lo que sucede en el mundo exterior, somos 3 adentro,

somos muchos afuera. Estampitas religiosas, rezos, velas y todo lo que pueda acercarnos a

la fe, son utilizados para encomendar una pronta salida sin inconveniente alguno.

El más mínimo movimiento me recuerda tu presencia en mi vientre. Estoy

preñada otra vez. El llanto desapareció porque eres mi mejor antídoto, las sonrisas

vuelven entre cantos y cuentos. Duermes en mi pecho con tanta paz que inspiras al mundo

entero a seguir porque esta batalla las ganas caballerosamente. Sin duda, como un súper

héroe.

(Narración Isis)

No duermo bien

Llevo muchos días sin dormir bien, pero soy feliz, al salir del trabajo solo

quiero correr a casa, darme un baño y poder acogerte, darte mi calor, mi fuerza, que

llenes de mi corazón de amor, ya no eres un tan frágil, a cada momento tu fuerza crece, te

he visto sonreír, he visto iluminar nuestro rostro a cada suceso que provocas, he visto que

ya no cabes en mi mano, he visto que estaba equivocado cuando dije que no quería ser

padre muchos años atrás.

No duermo bien, soy tu apoyo, descansas en mi pecho, te doy mi calor y me

das amor; no duermo bien, duermo sentado para que estés cómodo, soy capaz de darte mi

vida, no duermo bien, pero sueño cada noche, sonrío cada mañana, no se darle palabras a

esto, solo sé que no duermo bien. (Narración: Oscar)

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Día 4: Narrado el 23 noviembre 2015.Título: Sé nace dos veces.

Foto tomada por Isis González. 22-10-12

Transcurren 2 meses y el 22 de octubre 2012 ocurre un milagro, un suceso

que no me esperaba: naces de nuevo. ¿Cómo es posible? Lo es; dos nacimientos. Todo

comenzó cuando desesperadamente empiezas hace movimientos que empujan hacia arriba,

era como si quisieras escapar de mi pecho, empujabas con la cabeza guiada por el instinto

y la necesidad de salir de cualquier modo. Llamamos inmediatamente al hospital y me dijo

la enfermera jefa:

- Enfermera Jefe: Felicitaciones mamá acaba de nacer tu hijo porque ya está a

término. Acaba de nacer tu bebé.

- Isis: (entre lágrimas) pues bienvenido dos veces y hasta mil. Bienvenido donde

quiera que yo este, bienvenido en mi lógica y sin ella, bienvenido en las duras y en

las maduras. Bienvenido al mundo que estaremos creando juntos.

- Enfermera Jefe: Apártalo de tu pecho y puedes vestirlo completo.

Es por eso que Daniel cumple dos veces en el año (26 agosto y 22 de

octubre). Es afortunado.

(Narración Isis).

60

Me dispongo a regresar a mi casa, después de trabajar todo el día haciendo

felices a otros niños quiero ver sonreír al mío; todos los días regreso a casa para ponerme

la faja de canguro y poner a mi hijo en mi pecho, soy su fuerza y el mi inspiración, he

tenido que viajar un par de veces y esas noches lo he extrañado, ya me acostumbre a

dormir sentado y que mi hijo duerma abrazado a mí, ya no es tan frágil, parece que

hubiesen pasado muchos años desde que naciste, cada instante es un nuevo descubrir, una

nueva oportunidad.

Pero al llegar a casa el día de hoy me han sorprendido con una grata

noticia, llego, abro la puerta, voy al baño y me lavo las manos desde el codo como todas

las noches, si quiero saludar a mi hijo debo estar limpio; pero al entrar a la habitación

encuentro a mi esposa, sonríe, sus ojos brillan, pero mi hijo no está en su pecho, le

pregunto por él y solo vuelve a sonreír, vuelvo la mirada y mi hijo está vestido, solo

escucho a mi esposa decir: “ya nació”

(Narración: Oscar)

Día 5: Narrado el 26 de noviembre 2015.Título: De vuelta al hospital.

Foto por: Isis González. Fecha: 19-12-12

La situación se complica por una hernia y lo deben operar inmediatamente.

61

Es una montaña rusa las emociones desde que estas con nosotros, primero

reímos hasta enloquecer de la felicidad por tus grandes logros y luego rendirnos ante el

miedo y la incertidumbre cada vez que pisas una sala de cirugía. Pensé que las derrotas

habían acabado ¿Cuántas batallas faltan? Era tal la inexperiencia frente a la enfermedad

que no tenía ni idea de lo que ocurrirá más adelante y arme un tormentoso episodio de

nervios; pensaba en lo más fatal que puede ocurrir en una cirugía, complemente con la

falta de información acerca de la cirugía y llegue a extremos inimaginables. Que absurda.

O ni tanto, simplemente reacciono como una mamá.

Al llegar al salón de cirugías empecé a narrar, todo lo sucedido desde que

nació Daniel, al primer doctor luego al segundo y finalmente al cirujano; recordé los

detalles desde su nacimiento hasta esa fecha, recordé lo que mi memoria ha seleccionado,

a su manera, con su propia versión que no es tan lejana a la realidad. Lo narrado se repite

una y otra vez incluso hasta el presente. Llego a parecer una máquina repetidora de

sucesos. Me llego a sentir como una experta en el tema, de repente, sé más que los mismos

doctores (risas) es un chiste.

Las conversaciones eran como:

Primer Doctor:

Doctor 1: ¿Cuándo nació el niño?

Mamá: 26 de agosto 2016

Doctor 1: ¿Cuántos meses de gestación tenía cuándo nació?

Mamá: 7

Doctor 1: O sea que fue un bebé canguro

Mamá: así es.

Doctor 1: ¿Cuánto tiempo duro en el plan canguro?

Mamá: 43 días. Desde el 10 de septiembre al 22 de octubre.

Doctor 1: ¿Cuánto peso al nacer?

Mamá: 1 kilo 400 gramos

Luego de entrevistarme con el primer doctor para continuar con el proceso

de cirugía

Segundo doctor:

62

Doctor 2: ¿Cuándo nació el niño?

Mamá: 26 de agosto 2016

Doctor 2: ¿Cuántos meses de gestación tenía cuándo nació?

Mamá: 7

Doctor 2: O sea que fue un bebé canguro

Mamá: así es.

Doctor 2: ¿Cuánto tiempo duro en el plan canguro?

Mamá: 43 días. Desde el 10 de septiembre al 22 de octubre.

Doctor 2: ¿Cuánto peso al nacer?

Mamá: 1 kilo 400 gramos

(Narración Isis)

Fueron meses de grandes avances, todos los exámenes perfectos, cada

estudio que te realizaban no presentaba problemas, y de repente comienzas a quejarte al

cambio de pañal, tus testículos se inflaman con frecuencia y cada vez es más repetitivo,

después de algunos estudios se dictamina “hernia inguinal bilateral” tienen que realizar

una cirugía, tienen que dormirte, existen riesgos, es algo de rutina, pero existen riesgos,

¿qué salió mal?, mi esposa llora, debo mantener la calma, debo mantener la calma.

Es día de tu cirugía, llevas unos meses con nosotros y nuevamente al

quirófano, nuevamente firmar mil formas en donde se exime a los doctores si algo sale mal,

te hablo, te explico que va a pasar, te prometo que todo va a estar bien, todo va a estar

bien.

(Narración: Oscar)

Y así sucesivamente, es increíble como una narración se repite y la

información de Daniel se convierte en una forma de comunicarnos y también el de recordar

cada vez la situación pasada y presente del niño. Es imposible alejarnos de esta historia.

Cara dura o cara de cansancio.

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Es inverosímil la actitud vital que nace en cada oportunidad del proceso y

más cuando realizamos la narración de nuestros recuerdos o del día a día, encontramos en

la narración la oportunidad de alejar el olvido de nuestras vidas para instalar en nuestro

cotidiano la realidad en su plenitud. Por su lado la narración cautiva cuando decidimos

revelar nuestros pensamientos hacia otros padres o familiares, los cuales, se ven interesados

en las palabras que han salido de nuestro sentir. Báez afirma:

Escuchar una narración, dejarse seducir por el poder mágico de las

palabras, ha sido durante siglos uno de los mayores entretenimientos de todo tipo de

sociedades, tanto de las más cultas y refinadas como de las más rurales y de lenta

evolución. (Báez, 1993, p. 3)

Cuando terceros escuchan las narraciones, se evidencia una atención lejana

de sentir lástima y se instala un ambiente de conocimiento sobre el sentir de una

enfermedad. La palabra restaura el dolor y lo convierte en un acto resiliente.

Día 6: Narrado el 30 noviembre 2015. Título: Misión cumplida.

Foto tomada por Juanita Cruz, hermana mayor de Daniel Hilarión. 23-02-13.

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Ha pasado la tormenta.

Llenos de amor dulce, sabor a coco.

Cocoliso es tu nombre.

Liso liso cocoliso.

(Narración Isis)

Semanas de recuperación han pasado, nuevamente duermes bien, tu mamá

también enferma a momentos, no debo enfermar, me lo prohíbo, tu bienestar y el de ella

son primero, no estoy cansado; siento mucha ansiedad, tu madre enferma, tú también, no

debo enfermar.

(Narración: Oscar)

Día 7: Narrado el 01 de diciembre 2015. Título: Gira, gira.

Foto por: Isis González en Compensar E.P.S. Día de terapia física. 10-05-13

Hacemos parte de una rutina con la esperanza de verte caminar, sentarte,

patear y jugar.

Hacemos el mejor equipo: mamá e hijo juntos. Invencibles.

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Hacemos lo posible por mantener la templanza en cada ejercicio.

Hacemos del ratico una aventura que perdurará en nuestras vidas para

siempre.

(Narración Isis)

Hace cerca de un mes que detectaron que te mueves poco, deberías estar

gateando, no te mueves mucho, pero es natural pienso yo, estuviste mucho tiempo en

recuperación, es solo afinar los movimientos y ya, no puede pasar nada malo; sonríes,

juegas, nos balbuceas, comes, lloras, haces lo mismo que cualquier otro niño, solo que te

mueves poco, nada malo puede pasar; es lo que me digo todos los días tratando de

convencerme, pero el miedo interior no me deja, algo está fallando, no quiero pensar en

eso.

(Narración: Oscar)

Día 8: Narrado el 3 diciembre 2015.Título: ¿Dónde está el bebé?

Foto tomada por Juanita Cruz. 28-06-13.

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Aquí está el bebé, sano y salvo.

Llenito de vida y gratitud

(Narración: Isis)

Seguimos creciendo, ya la camisa que te pusimos en la mañana no quiere

salir, balbuceas a todo momento, que ganas de hablar tienes, juegas y te diviertes todos los

días, observas todo a tu alrededor, la curiosidad propia de un niño explorando el mundo te

invade, pero no puedes alcanzar todo… no importa, aquí estoy yo para cargarte.

Empezamos la pelea jurídica con Compensar E.P.S., no quieren darte

traslado a un centro especializado para tus terapias, aquí estamos y seguiremos luchando

por ti...

(Narración: Oscar)

Día 9: Narrado el 12 diciembre 2015. Título: Taquito mexicano.

Foto por: Isis González. Terapia física. 09-07-13

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Los ciclos de terapias siguen y parecen aumentar, los médicos ordenan

nuevos exámenes, algo pasa en tu cerebro, algo te encierra y no te deja mover, algunos

especialistas temen que sea parálisis cerebral; eso no es posible le digo a mi esposa cada

vez que ella llora, el tiempo pasa y no tenemos avances en tu movilidad, todo se va

alejando, ¿Qué es lo que pasa? No gateas, no te sientas, no giras, no ruedas.

Al menos ganamos la batalla ante la E.P.S., te trasladaran al Instituto

Roosevelt, el primer dictamen “retraso en el desarrollo y displacía de cadera”, tienes que

usar férula de cadera por tres meses, duermes poco, el dispositivo te incomoda.

(Narración: Oscar)

Día 10: Narrado el 15 diciembre 2015. Título: Dulce baño en casa.

Foto por: María Suárez. Abuela materna de Daniel H. 4-08-13

Conforme pasan los días creamos nuevas formas de mantenerte erguido, de

que ejercites tu cuerpo, de que estimules tu movimiento, ya empezamos tratamiento y

nuevos estudios en el instituto Roosevelt, tenemos nuevo dictamen: “Parálisis Cerebral

Espástica”, se han hecho realidad nuestro peores demonios, no puede ser, no mi hijo…

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Dios, no debí firmar la autorización de cesárea el día que naciste, la cabeza da vueltas,

deben estar equivocados, mi hijo puede hablar, están errados, mi hijo habla e interactúa,

están errados.

La realidad es abrumadora, mil pensamientos reconstruyendo todo, no

puedo más que llorar a escondidas, mi familia está emocionalmente derrotada, debo

sonreír y ser positivo ante ellos, no sé qué te depara hijo, no puedo concentrarme, necesito

más dinero, más tiempo, la cabeza da vueltas.

Hemos decidido que tu primer cumpleaños será pequeño, demasiada

confusión…

(Narración: Oscar)

Día 11: Narrado el 21 enero 2016. Título: Entre la greda nos vemos.

Foto tomada por Oscar Hilarión. 27-12-13.

Las doctoras se las arreglan para ensuciarte, pintarte, doblar, girar, nadar,

comer, en fin, tienes todo un equipo de hermosas doctoras a tu servicio y tú las tienes a

todas enternecidas, ojalá tuviera tu encanto hijo; los avances de tu recuperación son lentos

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pero seguros dicen algunas especialistas, otras no dicen nada, pero se divierten jugando

contigo.

El tiempo se extiende, tu mamá divide su tiempo entre su trabajo y tus

terapias, diariamente se enfrenta al transporte público, está exhausta, triste, con mil cosas

en la cabeza y su salud se deteriora, tiene episodios de epilepsia, y yo, estoy encerrado en

una oficina sin poder ayudar, necesito más dinero, más tiempo.

Voy a sacar un crédito para comprar un vehículo para ti, te lo mereces y tu

madre también, eres un guerrero y compraremos tu carro de batalla, serás transportado

como un rey, te lo mereces y tu madre también…

La ciudad y la sociedad no están equipadas para ti, el mundo se ve distinto

desde hace seis meses, todo se resignifica, he envejecido seis años, no importa.

(Narración: Oscar)

Día 12: Narrado el 25 enero 2016.Título: Con el tesón y la gracia.

Foto tomada por Oscar Hilarión. 10-12-13.

Para ser un gran competidor debemos entrenar, mucho, muchísimo, así de

vez en cuando nos sintamos a punto de desfallecer, no debemos rendirnos, porque las

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grandes historias se crean en las grandes luchas, vamos guerrero, he aquí una foto digna

de un gran atleta. (Ojalá eso mismo pudiera decírselo a mi cabeza, mi mente vuelve a dar

vueltas)

(Narración: Oscar)

Día 12: Narrado el 28 enero 2016. Título: Peces al agua. ¡A nadar se dijo!

Foto tomada por Isis González.03-01-14.

El agua es el mejor de los instrumentos para que entrenes, es como estar en

el espacio, con gravedad cero, ¿Te asusta? de vez en cuando es bueno tener miedo, pues

así podemos vencerlo, hemos decidido seguir adelante con nuevas aventuras, y no importa

estar de vacaciones, cualquier momento es bueno para entrenar.

Ya tenemos aprobado el crédito de vehículo, cuando regresemos de

vacaciones empezará la búsqueda, si tus piernas tardan un poco en fortalecerse no

importa, te daremos un gran carruaje para que conquistes el mundo.

(Narración: Oscar)

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Día 12: Narrado el 30 enero 2016. Título: Llego el carruaje.

Foto tomada por Isis González. 18-02-14.

Cada lucha tiene su recompensa, y aquí está el nuevo piloto de las carreteras

Bogotanas, miren ese porte y esa sonrisa al conducir, miren que diestro es, que veloz es, ya

no tendremos que estar apretujados suplicando que no te aplasten en horas pico, todo sea

por la comodidad de mi príncipe dice tú madre.

(Narración: Oscar)

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Día 13: Narrado el 30 enero 2016. Título: Concepto contemporáneo.

Foto tomada por Oscar Hilarión.

Cada logro que realizas haces que me sienta orgullosa de ti. Nunca

imaginaré la vida sin ti.

Cada momento a tu lado hace que me vuelva invencible. El dolor desaparece

y ahora sé que debo caminar por ti. Tengo una esperanza inagotable.

En ocasiones siento que correr y olvidar todo es la mejor opción luego veo tu

rostro y esa sonrisa que sana todas las heridas posibles. Entonces, vuelvo a empezar.

Así, como pintas el lienzo así lo hacer en el camino de nuestra vida juntos.

Te amo.

Deje de escribir porque necesitaba un respiro. Ya respiré. Ya estoy aquí otra

vez.

(Narración Isis)

Que más decir, un gran artista.

(Narración: Oscar)

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Día 14: Narrado el 02 de febrero 2016. Título: Un gran Actor ha nacido.

Fotos tomadas por: Oscar Hilarión.11-07-14.

Puede que tu cuerpo esté algo maltrecho, pero tu personalidad es

arrolladora, te han seleccionado para ser parte de un comercial promocional del Instituto

Roosevelt y como el mejor de los actores te robas todos los aplausos, las miradas; Bueno

eso si ya cuando estás cansado de tantas cámaras y luces decides que ya no más, “la

escena ya está hecha, no la vamos a repetir” parece que dijeras en medio de la pataleta

por estar tanto tiempo de pie.

Mientras tanto como aún eres muy pequeño y no pueden pagarte con dinero,

nos ofrecen como forma de pago asistir al evento central de la campaña de apoyo, una

cena de lujo y un concierto con el músico Gilberto Santa Rosa.

Las expectativas para que camines parecen buenas, te esfuerzas a diario,

pese al dolor, los calambres, y las terapias extenuantes, la comida también es un gran

problema, no puedes comer sólidos, la terapeuta del lenguaje trata de que avances te

quiero hijo.

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(Narración: Oscar)

Día 15: Narrado el 03 de febrero 2016. Título: Un reflejo no esperado.

Foto tomada por Isis González. 11-09-14.

Nos tomó por sorpresa tu reacción al ver tu imagen en el comercial que

grabaste, te pusiste a llorar, no querías verlo, por primera vez nos expresas que no quieres

verte, “el niño no camina, el niño no camina” lloré en el baño mucho tiempo, esto es muy

doloroso.

Por lo anterior hemos decidido que debes empezar a reconocerte tal y como

eres, llego la hora de hablar de diferencia, no todos tenemos la misma característica y eso

es lo que no hace únicos e irremplazables, no te compares nunca con nadie hijo mío, tú no

tienes punto de comparación, tu eres la excepción a la regla y eso te llevará a ser grande.

(Narración: Oscar)

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Día 16: Narrado el 05 de febrero 2016. Título: Cambio de planes.

Foto tomada por Oscar Hilarión. 05-04-15.

Decididos a dar rienda suelta a nuevas aventuras, y para que aprendas cosas

nuevas te inscribimos en un jardín infantil, las maestras y tus compañeritos te reciben con

mucho cariño, juegas ríes, sientes curiosidad.

Pero la alegría solo dura un par de semanas, contraes una enfermedad

respiratoria, la cual se complica y nos obliga a estar varias semanas en el hospital, todo

retrocede, pierdes mucho peso, los antibióticos no quieren hacer efecto, te amo hijo, cada

día el miedo ronda como lobo al asecho.

Es un año de retos, te detectan anomalías en la cadera, la posibilidad de

una cirugía aparece, nosotros no queremos, esperaran unos meses para ver tu evolución;

tus terapias avanzan, a ratos parece que caminarás y otras… solo sé que eres fuerte y nada

te detendrá, además un especialista te examina y ordena que te den una silla de ruedas

especializada, y de nuevo empieza la lucha legal con la E.P.S., se niegan a dártela por los

costos, durante meses salto de oficina en oficina, quieren que desista, la cabeza me da

vueltas, pierdo el control y termino como loco gritando en un centro de atención mientras

te cargo en mis brazos, insulto a todos, lloro, es la primera vez en tres años que pierdo el

control, siento que mis fuerzas se van, pero en medio de la histeria me tocas el rostro y me

pides que me tranquilice; tu resistes mil tormentas, yo puedo también.

(Narración: Oscar)

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CONCLUSIONES

La parálisis cerebral infantil es una de las enfermedades más incapacitantes

de las que se presentan en la infancia, pero a su vez, es una de las que mejor ha logrado

desarrollar en las familias procesos de acercamiento basado en el amor y la comprensión

frente a una situación que afecta a todos, en particular porque tienen que desarrollar una

lucha constante, disciplinada y coordinada contra esta adversidad. Como consecuencia de

ello, el desarrollar lazos de afecto y de unión en torno al paciente ha servido para que desde

el momento en que se conoce la noticia, puedan generarse espacios de motivación y

encuentro, de aceptación y apoyo.

De igual forma, la resiliencia se ha convertido en protagonista de primer

orden para esta situación, al contribuir a superar las etapas propias que se presentan en este

tipo de casos, abriendo así una puerta esperanzadora para que el grupo familiar retome el

transcurso de sus vidas.

Las narraciones-reflexiones que realicé como madre de Daniel Hilarión, junto

al padre de mi hijo, permitieron –en tanto acto resiliente- conocer más sobre las jerarquías

que rodean un tema de impotencia y dolor como lo es tener un hijo con parálisis cerebral.

En buena medida, las narraciones-reflexiones cumplen su función resiliente,

debido a que la enfermedad es irreversible y las posibilidades de movimiento físico por

parte de mi hijo se hacen cada vez más lejanas. Como la esperanza nunca desparece, menos

para una madre, narrar produce paz y fortalece, a veces efímera, a veces prolongada.

Después de narrar a partir de 19 fotografías fue posible identificar

racionalmente, y acoger sensiblemente, los pasos en el proceso del duelo: negación, ira,

negociación, depresión y, por último, aceptación. Las narraciones se desplazan entre estos

pasos, demostrando que se cumplen sin escatimar ninguno y que el duelo no es solo por la

pérdida de un ser querido, sino igualmente en virtud del deterioro de movilidad por otro ser

amado, un hijo en mi caso. Inevitablemente, los períodos de ansiedad, tristeza y falta de

interés son recurrentes; se empeñan en instalarse en las mentes de los padres narradores.

77

Implementar la narrativa como un medio para contar la experiencia de los

padres de Daniel Hilarión, ha servido de manera especial para la creación de grupos de

apoyo integrados por personas que tienen en común un hijo con esta discapacidad.

Asimismo, socializar esas narraciones ha permitido generar espacios para que se compartan

experiencias y se fomente una resiliencia más o menos extendida frente a la problemática.

Las posibilidades de socialización no son muy amplias, debido a la intimidad

que se representa en cada fotografía inspiradora de una narración-reflexión. Los familiares

y amigos más allegados escuchan/leen nuestros escritos, marcados por el dolor o la

incertidumbre, tanto como por la alegría de tener con vida a Daniel. La socialización es

siempre muy dolorosa y –precisamente por ello- en el transcurso de la investigación se

manifestó la necesidad de no hacerla con frecuencia, debido a la atmosfera de dolor que se

expone en cada encuentro. Sin embargo, es una forma de sustentar esta investigación-

creación y la oportunidad de compartir el resultado del trabajo con otras familias, médicos

y comunidad en general. ¿Para qué? Para que nuestra voz se escuche, para que podamos

decir que la enfermedad es una oportunidad para crear mundos posibles, resilientemente

hablando

Al comienzo del proceso tenía la esperanza de encontrar una cura al dolor y a

la impotencia que la enfermedad ha generado en nuestras vidas. Se trata de un acierto ligero

que solo dura mientras Daniel se encuentra bien. Cuando su salud se ve afectada por las

deficiencias que posee su cuerpo, volvemos a empezar de ceros. Nos envolvemos en una

espiral donde se vuelve a comenzar y avanzamos al mismo tiempo. Aprendemos a no rendir

nuestra capacidad creativa y de voluntad.

La exploración-comunicación de subjetividades a través de narraciones

resilientes, resulta una oportunidad como identificación de uno de los caminos posibles a

emplearse por padres o cuidadores de un niño con parálisis cerebral, en aras de sobrellevar

el dolor y la pena que produce esa enfermedad.

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