más allá de la estratósfera

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 1 Jorge Araya Poblete Más allá de la Estratósfera Cuentos de Ciencia Ficción o algo así) 2015

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Cuadernillo con 7 cuentos cortos de ciencia ficción, o algo así.

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    Jorge Araya Poblete

    Ms all de la

    Estratsfera

    Cuentos de Ciencia Ficcin (o algo as)

    2015

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  • 3

    Bar Como cada noche de viernes, el viejo Alberto entraba al bar de costumbre a beber lo de siempre. Luego de aos de visitas al lugar, saludaba a todo el personal por su nombre, y sin que nadie le preguntara, reciba su destilado de siempre pues siempre beba lo mismo. El hombre viva una rutina perfecta, de la que nunca se sala pues hasta ese instante no haba sido necesario. Alberto estaba sentado en la pequea mesa con una silla de costumbre, para no molestar a nadie ni que nadie pudiera sentarse con l; pese al tiempo que llevaba visitando el bar, no le gustaba compartir en la barra, ni que alguien se sentara con l si es que no haba sido expresamente invitado, cosa que haca aos que no suceda. Alberto haba aprendido a vivir en esa soledad acompaada, y no tena intenciones de empezar a despertar sensaciones dormidas en su pasado. Alberto miraba a la gente pasar hacia el bao del pub. Le entretena ver como cada vez alguien preguntaba con cara de desesperacin dnde quedaba, para luego volver con cara de satisfaccin y relajo a sus respectivas mesas. Una pareja pas frente a su mesa, tomados de la mano, en direccin a los baos; luego de diez minutos sin verlos aparecer de vuelta, Alberto entendi que debera esperar pacientemente para poder ir a hacer sus necesidades, si es que no quera encontrarse con la pareja liberando sus pasiones donde no deban. Media hora ms tarde, los jvenes no volvan an a su mesa. Extraamente en esa media hora bastantes personas haban ido al bao, y no todas haban vuelto; Alberto se preocup, ubic a su mesero de ms confianza y le coment la situacin, llevndolo de inmediato a ver qu ocurra en el lugar. Media hora ms tarde el mesero no haba vuelto. Adems, la luminosidad del ambiente en el sector de los baos pareca haber cambiado, y Alberto no se atreva a preguntarle a alguien ms qu haba pasado, pues poda estar ocurriendo algo grave, y no quera poner en riesgo la vida de quienes lo haban acompaado a la distancia por largos aos. El viejo tom una gran bocarada de whisky, se arm de valor y se dirigi al sector de los baos; cuando lleg al lugar, se encontr con una escena incomprensible.

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    Alberto se asom a la mampara tras la cual estaban los baos. En el lugar la mampara daba paso a una especie de desierto de arenas anaranjadas, exageradamente iluminado por un sol amarillo, y que se extenda hasta donde la vista era capaz de ver. El viejo Alberto retrocedi temeroso, buscando la seguridad de su mesa y de la barra del bar; sin embargo, cuando empez a buscar con sus zapatos la madera que cubra el piso del lugar, se encontr pisando la misma arena anaranjada que estaba ante sus ojos. Alberto gir bruscamente hacia su mesa; en el lugar haba un par de piedras del mismo color de la arena, y toda la ciudad en que estaba el bar se haba convertido en el desierto que haba visto unos minutos atrs en el bao. Alberto con resignacin revis la pantalla de sistemas vitales en la mueca derecha de su traje espacial: la alucinacin provocada por las drogas incluidas en su rgimen haba cedido, y ahora deba volver a su trabajo, custodiando un planeta inhabitado a solas, hasta que su jefatura decidiera que era el momento adecuado de convertirlo en un lugar colonizable y habitable para sus congneres.

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    Barrendero El cansado barrendero segua empujando con desidia la basura del amplio bandejn central de la avenida, que haca las veces de parque, y que le tocaba limpiar esa tarde, viendo a cada segundo cmo el viento levantado por los vehculos que a esa hora circulaban raudos por el lugar, devolvan el polvo y los papeles a su lugar de origen, entorpeciendo y enlenteciendo su montono trabajo. El hombre, preso de sus malas decisiones y de un mal entorno, haba conseguido a duras penas ese trabajo haca un par de aos, luego de otros dos haciendo slo labores espordicas escasamente remuneradas, por lo cual deba luchar da a da contra las ganas de botar todo en busca de un futuro mejor, a sabiendas que para alguien como l, ese era el techo al que poda aspirar. Faltando poco para la hora del almuerzo, el barrendero empez a apurarse para poder comer tranquilo. De pronto su escobilln choc contra algo duro, que pareca ser una piedra o algo enterrado en el suelo que sobresala y bloqueaba el libre paso de su herramienta de trabajo. Luego de evitarlo sigui barriendo, para encontrarse a los pocos metros con otra cosa dura enterrada en el suelo; cuando haba llegado al octavo objeto enterrado, pese a haber cambiado de sentido al barrer en un par de oportunidades, se dio cuenta que algo extrao pasaba en ese lugar. El barrendero vena de vuelta de su colacin. Sin decir para qu, consigui con sus compaeros de trabajo unos cuantos vasos desechables usados que les provea la empresa, y se dirigi al lugar que estaba limpiando. Pacientemente empez a pasar el escobilln por donde recordaba haber chocado, hasta toparse con uno de los eventos; al acercarse vio que se trataba de una especie de cilindro enclavado en la tierra, de unos cinco centmetros de dimetro, y que sobresala los mismos cinco centmetros sobre la superficie de la tierra. De inmediato el barrendero sac uno de los vasos desechables, y lo puso sobre el cilindro a modo de marca, para no perderlo de vista y seguir buscando el resto. Despus de cerca de media hora en el lugar, el barrendero dio con diecisis cilindros enterrados en un radio de diez metros, formando un gran crculo en medio del parque. Sin conocer el origen o el objetivo por el cual se encontraban esos cilindros en el lugar, decidi limpiar exhaustivamente el rea dentro del crculo, a ver si daba con algo que

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    le permitiera entender su descubrimiento. Luego de barrer casi con violencia, por si haba algo enterrado superficialmente, decidi ir donde pareca estar el centro del crculo; en cuanto pas con fuerza su escobilln, sinti algo solevantado. De inmediato el hombre dej en el suelo su herramienta, se arrodill, y con un viejo cuchillo que usaba para desmalezar y sacar piedras de los jardines, empez a descubrir el dcimo sptimo cilindro. Una vez termin de desenterrar el cilindro al centro del crculo, el barrendero se dispuso a colocar un vaso desechable sobre l, para ir en busca de su jefe y sus compaeros de trabajo para mostrarles su descubrimiento. En ese instante un pequeo temblor se dej sentir en el lugar, al mismo tiempo en que sendas lneas luminosas parecan empezar a unir el cilindro central con los diecisis de la periferia. Instintivamente el barrendero intent salir del crculo; sin embargo, y sin mediar ningn ruido, una descarga luminosa man desde toda la superficie del crculo desintegrando al obrero y proyectndose hacia el cielo, desplazando el eje de la Tierra un par de grados. A los habitantes del sistema Alfa Centauri les quedaban cuatro aos y medio de vida, tal y como sus ancestros lo haba decidido y planificado milenios antes.

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    Campo En qu ests pensando, viejo? En nada, gracias a dios. Qu es eso de dios, viejo? Ni idea, mi abuela terminaba casi todas las frases con eso de gracias a dios. Debe ser un dicho campesino, supongo. La gente campesina es rara, viejo. S, tienen costumbres raras, y un genio del diablo. Y eso, qu es diablo, viejo? Es una palabra que usaba mi abuelo, y que molestaba mucho a mi abuela. Cada vez que la nona terminaba una frase con dios, el tata agregaba una frase terminada en diablo, y eso enojaba a mi abuela, que despus de retarlo haca unas cosas con la mano derecha sobre la cara y el pecho. Es muy rara la gente del campo, viejo. S, muy raros. Oye, hace cunto que no vamos al campo a todo esto? Aos ya, viejo. Te gustara ir a dar una vuelta uno de estos das? Sera entretenido, hace mucho que no siento la gravedad natural del campo. Cierto, la sensacin es distinta. Oye, y los campesinos le seguirn diciendo Tierra al planeta Campo?

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    Caverna Uno, dos, tres golpes de pedernal fueron suficientes para encender el pasto seco que tanto costaba mantener alejado de la humedad en la caverna. Da tras da se haca ms fcil encender el fuego, y ms difcil mantenerlo encendido y tener pasto preparado para lograr utilizarlo. Luego que la llama alcanz el tamao y la fuerza necesarias para mantenerse viva al menos por las siguientes dos horas, Uk tom el palo con la enredadera seca envuelta en uno de sus extremos que haba aprendido a fabricar haca algunos meses, la encendi, y se intern con su antorcha en las profundidades de la caverna. Uk era un homnido viejo. Con cerca de veinticinco aos, estaba en las postrimeras de su existencia, por lo cual ya no tema casi a nada, pues en su larga vida haba pasado por todo lo imaginable. Sus padres murieron aplastados en una cacera, para luego ser devorados por sus circunstanciales presas; haba aprendido a cazar, pescar, nadar, encender fuego y reconocer las seales de la naturaleza, por lo cual pudo llevar una existencia bastante aceptable. Los aos le haban enseado adems que todos los seres vivos existan por algo; sin embargo, haba congneres suyos a los que encontraba intiles, dbiles e innecesarios, y con los cuales nunca pudo conectarse adecuadamente: los brujos. Uk haba sido expulsado del clan. Uno de los brujos intent quitarle parte de su comida para hacerle una ofrenda a los dioses; cuando Uk vio que uno de ellos se coma las ofrendas, defendi lo que le queran quitar, hiriendo gravemente al curandero, quien de inmediato lo maldijo y puso al clan en su contra, obligndolo a partir. Uk tom sus herramientas, pedernales, y los restos del animal que le quisieron quitar, e inici el xodo hacia el lugar que nunca nadie haba podido visitar: la morada de los dioses. La morada de los dioses era una enorme caverna, alta y hmeda, vedada a su clan por los brujos, quienes saban que en ese lugar habitaban sus deidades, por lo cual no poda ser habitada ni visitada por ningn ser inferior. Ahora que Uk no era parte del clan, poda visitar el lugar sin temor a que algo malo le pasara al resto. De todos modos, pensaba que si los brujos se coman las ofrendas, era muy probable que los mentados dioses no fueran ms que una excusa para sobrevivir a costa del resto, sin tener que cumplir las agotadoras labores de los homnidos comunes y corrientes.

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    La caverna era extremadamente grande, tanto que Uk llevaba tres das avanzando sin lograr llegar a su fin, o a una nueva salida. Sus provisiones se estaban agotando, y slo le quedaba pasto seco y antorchas para dos das ms: si segua avanzando sin llegar a ningn lugar, corra el riesgo de morir de hambre, sed, o no poder encontrar el camino de vuelta. Sin embargo, Uk estaba decidido a hacer el mejor intento por encontrar la verdad, y el miedo a morir no era impedimento para seguir avanzando. Uk avanzaba con su antorcha a medio quemar por la oscura caverna. Pese a llevar cinco das caminando y haber agotado todas sus provisiones, el lugar segua siendo del mismo porte; esa caverna era muy extraa para Uk, pues no pareca haber piedras fuera de lugar, ni formaciones que interrumpieran la continuidad de la marcha, ni hilos de agua que se aposaran: todos fluan hacia el aparentemente inexistente final del atpico lugar. De pronto Uk vio que pese a que la antorcha estaba casi completamente consumida, la caverna pareca estar ms y ms iluminada, seal inequvoca de haber llegado al otro extremo de la formacin. Uk se ech a correr para ver luego cmo era el otro lado, y empezar a buscar qu cazar para reponer sus reservas. De improviso Uk se encontr con una imagen incomprensible: la caverna, luego de una curva, se abra a un espacio cuatro veces ms alto, lleno de una claridad casi enceguecedora, repleta de rboles y rocas de materiales que brillaban como estrellas de da. De una de esas rocas aparecieron dos dioses, que casi lo doblaban en estatura, cuyas pieles tenan la misma claridad que la luna, y cuyos rostros estaban desprovistos del vello necesario para sobrevivir a la intemperie. Los brujos tenan razn, y ahora Uk estaba siendo juzgado por los dioses, quienes hablaban entre ellos y decidan el futuro del homnido, quien recordando las lecciones de los curanderos, se lanz al suelo y se tap la cabeza, esperando su destino. Parece que este es el nico de los sujetos experimentales que sirve a nuestros propsitos. Claro, pudo desembarazarse del clan y buscarnos. Pasamos a la etapa 3? Por supuesto, hay que anestesiarlo, borrar sus recuerdos y plantarlo en el sistema solar artificial que tenemos a un ao luz de ac. Este se reproducir bien, y podremos usar su descendencia para repoblar este cuadrante del universo.

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    Cazador El cazador avanzaba silencioso por la calle vaca. Pese a no ser su hbitat favorito, no tena ms opciones: el mundo ya no era lo que sola ser, y ahora haba que eliminar las presas de la ciudad antes que terminaran de aplastar los escasos remanentes de civilizacin que quedaban en la superficie del planeta. La plaga era enorme, y deba ser controlada a cualquier precio. El cazador era un viejo experto en el arte casi olvidado de la cacera. Matar la presa era apenas el paso final de un largo proceso de preparacin, bsqueda, seguimiento, camuflaje, cercamiento, para slo al terminar eliminar la presa con el menor sufrimiento posible, para luego exhibirla, y en el mejor de los casos, usarla o consumirla. El cazador estaba acostumbrado a cazar en medio de la naturaleza, alejado de la modernidad y de los centros urbanos. Era esa sensacin de estar en un sitio sin comodidades ni recursos lo que lo mova a levantarse temprano en sus das de descanso, y desplazarse largas distancias, para encontrar la desconexin necesaria para dar rienda suelta a sus conocimientos y sus instintos, y as encontrarse en condiciones de seguir siendo un individuo productivo para la sociedad. Eso, hasta que un ao atrs, se desat la plaga. El cazador se mova sigiloso, pegado a la pared de un edificio. Su vestimenta era de un color similar al de las uniformes fachadas de esa calle, lo que sumado a la hora, facilitaba su camuflaje y le permita moverse con menor riesgo para su vida e integridad fsica. De pronto escuch lo que claramente era ruido de plaga; con cuidado se lanz al piso, y empez a acercarse en silencio y arrastrndose, hasta llegar a una distancia tal que le permitiera eliminar a las presas sin que alcanzaran a reaccionar y a contra atacar. Luego de asegurarse que la carga del arma era suficiente para todas las alimaas que estaban a no ms de diez metros de distancia, eligi su primer objetivo, fij la mira, y abri fuego. El cazador se acerc con cuidado a sus presas. Luego de cerciorarse que todas estaban muertas, pudo por fin respirar con ms tranquilidad y empezar a ordenarlas para fotografiarlas, y lucirse con sus colegas de aficin. Con la plaga era imposible hacer ms, no eran comestibles, y por su parecido con ellos, generaba cierto rechazo en la poblacin de Nibulon andar luciendo pieles o cabezas de la plaga de humanos que intentaba conquistar su planeta.

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    Prueba Sujeto de prueba ZH2533, est listo?pregunt la voz alterada a travs del vidrio. S seorrespondi el soldado voluntario. Ley el consentimiento informado, lo entendi, y lo firm sin estar sometido a ningn tipo de presin de sus superiores, en uso de todos sus sentidos, y en plenitud de sus capacidades mentales?dijo la voz. S seorvolvi a responder el soldado. Las implicancias del consentimiento que firm no van en contra de su moral, de su juramento de proteger a la patria con su vida si fuera necesario, ni de su religin?pregunt ahora la voz. No seorcontest en esta ocasin el soldado. Bien, empecemosdijo la voz por el micrfono, para luego cortarlo y dirigirse a sus colaboradores. Seores, todo lo que hagamos ser grabado por medios audiovisuales convencionales y avanzados. Pese a la complejidad del proceso y al riesgo de caer en manos enemigas, siempre debe quedar registro de cada accindijo el oficial. Ingeniero, active el modificador molecular. Modificador molecular activadodijo el ingeniero, mientras un gran destello luminoso se dejaba ver a travs del grueso vidrio de polmero de aluminio transparente. Modificador molecular completa proceso de disminucin de densidad molecular de sujeto de prueba ZH2533. Densidad molecular final, diez por ciento de la original. Tenientes, activen las llaves del alterador biolgico en tres, dos, unodijo el oficial, mientras dos tenientes esperaban en los dos extremos de la gran habitacin a girar las dos llaves al mismo tiempo para encender el alterador biolgico. Alterador activado, seordijeron ambos tenientes a coro. Ingeniero, proceda a alteracin biolgicaorden el oficial. Iniciando alteracin biolgicadijo el ingeniero, luego de lo cual una especie de can dispar un haz de partculas sobre el sujeto de prueba, quien lanz un cada vez ms agudo y destemplado grito, que fue capaz de traspasar todos los blindajes de la habitacin. Cinco minutos despus el can se apag, quedando todo en silencio. Proceso de alteracin biolgica terminado, pueden retirar las llaves. Tenientes, retiren las llavesdijo el oficial, para luego dirigirse a un hombre aoso de delantal blanco. Oficial de sanidad, inicie escaneo de sujeto de prueba ZH2533. Iniciando escaneodijo el mdico, activando una especie de tomgrafo de emisin de positrones, que revis por completo al sujeto

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    de prueba por varios minutos para finalmente informar. Sujeto de prueba ZH2533 consciente, signos vitales estables, sistemas orgnicos biolgicos y neuronales funcionando con normalidad. Densidad actual de su cuerpo, cinco por ciento de la inicial, forma biolgica alterada finalizada, dando como resultado el cuerpo de una nia de seis aos. Seores, terminamos. Comunquenme con el Jefe del Estado Mayor, debo informarle que terminamos con xito de fabricar el primer espa fantasma, y que estamos listos para masificar su produccindijo el general satisfecho, mientras todos en la sala aplaudan y se abrazaban, y el fantasma de una nia los miraba a travs del vidrio en posicin de firme.

  • 13

    Turismo Los amortiguadores hidrulicos se compriman al mximo para lograr un aterrizaje suave y silencioso. Luego de terminar el viaje por la estratsfera, promocionado en la agencia como turismo espacial, y que no pasaba de ser una travesa de menos de una hora por sobre el lmite de la atmsfera en gravedad cero, suficiente como para alcanzar a ver la curvatura de la Tierra y la verdadera oscuridad del espacio exterior, ms all de los falsos colores creados por los gases que mantienen la vida en la superficie del planeta, el joven millonario baj decepcionado de la nave de lujo. Toda su infancia haba soado con viajar al espacio, y ahora que tena los medios y la edad para hacerlo, apenas haba podido realizar un aburrido vuelo suborbital extremadamente costoso, y que no distaba mucho de cualquier vuelo en su avin ejecutivo. Esa misma semana, una de sus empresas haba logrado capitalizar una serie de convenios con empresarios rusos dedicados a la fabricacin y exportacin de armas, todos los cuales haban formado parte de las fuerzas armadas en su juventud. El joven empresario vio en ese grupo de personas la posibilidad de ampliar sus negocios ms all de la mera exportacin de bienes, y de paso, cumplir su sueo frustrado. Luego de ganar la confianza de los ex militares, marinos y aviadores, les propuso entrar en un nicho que recin se estaba explotando, pero que a todas luces se convertira en el emprendimiento del futuro: lanzar satlites para gobiernos sin tecnologa espacial y para privados. Un par de aos despus, su floreciente empresa aeroespacial haba dado frutos, captando el inters de muchos gobiernos que se ahorraban aos de inversiones en experimentos, y reciban el producto que necesitaban en el corto plazo: satlites de toda ndole a los meses de haber firmado el contrato, y apoyo para el soporte a distancia de la preciada herramienta. Por su parte, el joven empresario haba logrado convencer al equipo de tcnicos para dar el paso siguiente: turismo espacial real. Su idea era cumplir su sueo de nio, de salir realmente al espacio en una nave segura, con todas las comodidades posibles, y no quedarse slo con un aburrido vuelo suborbital para ver la curvatura de la Tierra y volver de inmediato a la cotidianeidad. Sin embargo, an faltaba por superar un gran escollo, pues el segundo mayor accionista de la empresa y gerente de la misma, pareca no querer participar del nuevo emprendimiento. El hombre, un ex cosmonauta ruso y oficial

  • 14

    retirado de la fuerza area, se negaba sistemticamente a cada intento del joven empresario por ampliar el giro de la empresa. Luego de varios tiras y aflojas, un da el ex cosmonauta invit al joven a la base area de la empresa de la eventual competencia, para hacer un viaje suborbital junto a l. El joven empresario estaba sorprendido, pues el dueo de la agencia de turismo espacial haba sido camarada de armas de su socio. Ese da, el ex cosmonauta comandara la nave, y el joven empresario viajara en el asiento del copiloto, mientras el segundo oficial a bordo cumplira sus funciones desde un puesto secundario; luego de cruzar un par de palabras en ruso, ambos hombres empezaron la montona pero imprescindible rutina de revisin de sistemas para tener un despegue y un vuelo seguros. Algunos minutos despus de despegar, el vehculo asumi una posicin casi vertical, iniciando un brusco ascenso que se detuvo en cuanto la nave lleg a la estratsfera. El joven empresario tena el cuerpo algo adolorido luego de la maniobra; pese a ello, estaba feliz de estar en manos de un ex cosmonauta con la experiencia de su socio en esos instantes. El piloto posicion la nave de modo tal que el empresario fue capaz de ver sin dificultad la curvatura de la Tierra; de pronto hizo un extrao giro, dejando la nave en una posicin que cambi el ngulo de visin del joven empresario, quien se negaba a dar crdito a lo que sus ojos vean. Ah, a kilmetros de distancia, la falsa curvatura de la falsa esfera llamada Tierra dejaba ver un planeta plano de forma ovalada, rodeada de monstruos gigantescos ocultos tras el abismo del lmite de la realidad, y ms all el espacio era un ocano de un fluido negro en el que pululaban transparentes bestias de descomunales dimensiones, entre planetas planos que ofrecan siempre la misma cara a cualquiera que mirara desde la superficie del nico planeta habitado, y centro del universo conocido.