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La política cultural en la revolución – Mary Kay Vaughan Los verdaderos logros de la revolución mexicana se pueden entender solo si se extiende el ámbito social en donde se edificó e impugno la cultura nacional. Las escuelas rurales, durante los años 30, fueron donde los dirigentes del gobierno de la república, los materos de provincia y hombres mujeres y niños de los campos se unieron para forjar una cultura nacional. El lenguaje común de los valores, derechos, identidad y expectativas es el producto cultural de la revolución. Este lenguaje se creó a partir de tres niveles de formación cultural posrevolucionaria que estuvo en acción entre 1920 y 1940, después de la lucha armada. Las principales directivas culturales del estado, surgieron de la interacción entre lo actores locales, regionales y nacionales. Estas fueron disputadas, descartadas, modificadas y apropiadas en forma únicas y diversas en sus momentos y lugares de aplicación. Política cultura es el proceso por el cual se articularon y disputaron las definiciones de cultura: en el sentido estrecho de identidad y ciudadanía nacionales, y en el sentido más extenso de conducta y significado sociales. Durante la lucha armada jefes constitucionalistas pusieron en claro su interés de transformar una sociedad llamada feudal en una moderna y secular, desalcoholizando, saneando y desfanatizando a los mexicanos. La secretaria de educación pública construyó escuelas rurales federales para disciplinar y canalizar las energías de los campesinos rebeldes. En 1929, con la formación del partido nacionalista revolucionario. La política cultural pasó a ser parte de la construcción de un partido nacional y de edificación del Estado. En la revolución mexicana se debe examinar porque los políticos y los constructores del partido nacional tenían tantas esperanzas en la escuela. Esta alteraría la conducta local y las relaciones de poder. El gobierno federal de México se convenció de la necesidad y de su habilidad para transforma la cultura con propósitos de integración, gobierno y desarrollo. El partido nacional Rev era una asociación no consolidad de políticos militares y civiles de organizaciones que en gran parte eran puro membrete, y que además carecía de apoyo popular, lo cual favorecía a la izquierda del partido, que había acumulado experiencia en organización de obreros y campesinos y de la clase media en oposición a la viejas elites terratenientes, lo propietarios extranjeros y la iglesia católica. La educación socialista subraya la reforma de la conducta campesina, con un ataque intensificado a la superstición, las prácticas religiosas y la iglesia. También destaca la educación y la organización colectiva para niños y adultos que podrían aprender hábitos productivos por medio del cultivo en grupos de huerta y la formación de cooperativas. Los hombres formarían asociaciones agrarias, cooperativas de producción y equipos deportivos que fomentarían una sociabilidad moderna, nacionalista y productiva. Las mujeres ingresarían en las brigadas antialcohólicas y de sanidad. Un nuevo programa presento a obreros y campesinos como clases sociales oprimidas, verdaderos protagonistas de la historia de México.

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la politica cultural en la revolución

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La política cultural en la revolución – Mary Kay Vaughan

Los verdaderos logros de la revolución mexicana se pueden entender solo si se extiende el ámbito social en donde se edificó e impugno la cultura nacional. Las escuelas rurales, durante los años 30, fueron donde los dirigentes del gobierno de la república, los materos de provincia y hombres mujeres y niños de los campos se unieron para forjar una cultura nacional.El lenguaje común de los valores, derechos, identidad y expectativas es el producto cultural de la revolución. Este lenguaje se creó a partir de tres niveles de formación cultural posrevolucionaria que estuvo en acción entre 1920 y 1940, después de la lucha armada.Las principales directivas culturales del estado, surgieron de la interacción entre lo actores locales, regionales y nacionales. Estas fueron disputadas, descartadas, modificadas y apropiadas en forma únicas y diversas en sus momentos y lugares de aplicación. Política cultura es el proceso por el cual se articularon y disputaron las definiciones de cultura: en el sentido estrecho de identidad y ciudadanía nacionales, y en el sentido más extenso de conducta y significado sociales. Durante la lucha armada jefes constitucionalistas pusieron en claro su interés de transformar una sociedad llamada feudal en una moderna y secular, desalcoholizando, saneando y desfanatizando a los mexicanos. La secretaria de educación pública construyó escuelas rurales federales para disciplinar y canalizar las energías de los campesinos rebeldes. En 1929, con la formación del partido nacionalista revolucionario. La política cultural pasó a ser parte de la construcción de un partido nacional y de edificación del Estado. En la revolución mexicana se debe examinar porque los políticos y los constructores del partido nacional tenían tantas esperanzas en la escuela. Esta alteraría la conducta local y las relaciones de poder. El gobierno federal de México se convenció de la necesidad y de su habilidad para transforma la cultura con propósitos de integración, gobierno y desarrollo. El partido nacional Rev era una asociación no consolidad de políticos militares y civiles de organizaciones que en gran parte eran puro membrete, y que además carecía de apoyo popular, lo cual favorecía a la izquierda del partido, que había acumulado experiencia en organización de obreros y campesinos y de la clase media en oposición a la viejas elites terratenientes, lo propietarios extranjeros y la iglesia católica. La educación socialista subraya la reforma de la conducta campesina, con un ataque intensificado a la superstición, las prácticas religiosas y la iglesia. También destaca la educación y la organización colectiva para niños y adultos que podrían aprender hábitos productivos por medio del cultivo en grupos de huerta y la formación de cooperativas. Los hombres formarían asociaciones agrarias, cooperativas de producción y equipos deportivos que fomentarían una sociabilidad moderna, nacionalista y productiva. Las mujeres ingresarían en las brigadas antialcohólicas y de sanidad. Un nuevo programa presento a obreros y campesinos como clases sociales oprimidas, verdaderos protagonistas de la historia de México. Los elementos de la cultura popular (indígenas, mestizos y folklóricos) fueron celebrados y mezclados como cultura nacional, que servirían de punto de partida a la modernización. El énfasis en las fiestas cívicas era crucial, porque tenían profundas raíces históricas.Los maestros federales pasaron a ser actores políticos, se los instruyó para que organizaran a obreros y campesinos que exigieran la aplicación de las leyes federales agrarias y laborales que efectuarían una redistribución de la riqueza y del poder. Cardenas llamo a los maestros para que ayudaran a la formación de confederaciones nacionales campesinas y sindicales. Asimismo, estos maestros ayudaron a la formación de un solo partido estatal, que no era socialista ni de izquierda. El partido de la rev mexicana (PRM), después llamado Partido revolucionario Institucional (PRI).Hay diversas opiniones sobre el impacto de la educación socialista. Para los izquierdistas fue el momento optimo de la movilización de masas y el heroísmo de los maestros, disminuido tan solo por el hecho de que su producto fue un partido de estado y no algo autónomo. Para la derecha fue un proyecto inapropiado para la cultura católica mexicana. La educación socialista surgió en un momento en el que el estado aún era débil, mientras ciertos grupos sociales se movilizaron activamente en la defensa de sus diversos intereses. Se convirtió en el campo de batallan de negociaciones intensas y con frecuencia violentas por el poder, la cultura, el conocimiento y los derechos. Este resultado de la política cultural de la revolución, es único en América Latina.

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La negociación como un concepto analítico.En 1968, una nueva generación de estudios refutó las interpretaciones oficiales de la revolución Mexicana. Desde la posición aventajada de la juventud intelectual, dicha revolución pareció haber producido un poderosísimo estado de un solo partido que promovía el crecimiento capitalista a expensas del bienestar social. Cuestionó su carácter popular y democrático, presentando al estado como eficaz manipulador de las masas en intereses de un proyecto burgués. Los campesinos pasaron a ser víctimas, que fueron movilizadas por los jefes políticos para servir a los intereses de estos últimos y no a los suyos propios.Una respuesta posrevisionista ha cuestionado la fuerza del estado revolucionario, la homogeneidad de los campos y la manipulabilidad de los campesinos. El estado mexicano de los años 20 y 30, estuvo sometido a persistentes desafíos en un contexto de intensa movilización sociopolítica. La movilización popular alteró la estructura agraria, destruyó el sistema de haciendas, desafió prácticas deferenciales antiguas, exigió la formación de sindicatos y sofocó las campañas rabiosamente antirreligiosas que intermitentemente obsesionaron a los gobiernos revolucionarios. Es importante conocer las negociaciones para comprender la interacción que hubo entre el estado y los campesinos. El concepto de negociación pone en duda la idea de construcción de una nación como una ingeniería social desde arriba y desafía teorías que consideran la modernización como un proceso invulnerable a toda contestación. La revolución de 1910 destruyó al Estado que antes existía, y necesitaron tres décadas para edificar uno nuevo. Este fue constituido por medio del diálogo con diversos movimientos sociopolíticos, y surgió de una difícil negociación entre los actores en los lugares nacionales, regionales y locales en que el poder se disputó y se desarrolló. La revolución modificó los procesos de modernización de México, redistribuyó la riqueza y el poder y modifico la política social, en gran parte gracias a la rebelión campesina. Todos los sectores del campesinado, tuvieron alguna queja contra el modo en que el Estado prerrevolucionario estaba efectuando la modernización. Podemos localizar un actor central del Estado, la Secretaría de Educación Pública (SEP) creada en 1921, quien se había fijado varios objetivos, pero cuya prioridad eran las escuelas rurales. La política rural trató de rehacer la familia en interés de la formación de una nación y del desarrollo, y como tal, contrató a miles de mujeres como maestras de escuela, como técnicas y en pocas ocasiones como actoras políticas. En la segunda parte de la negociación, estaban los maestros federales, encargados de aplicar las políticas de la SEP regional y localmente, pasaron a ser participantes directos en la formación de la política por medio de la revista destinada a preparar a los maestros nacionales, el bimestral El maestro rural. Según a la localidad a la que pertenecían, reflejaban distintas tradiciones de enseñanza, los recursos y el apoyo que recibían diferían en cada estado.El determinante decisivo de cómo los maestros interpretaban la política central del Estado fue el tercer actor en el último nivel de negociación: los campesinos en las comunidades rurales. La traducción de la política oficial del maestro dependió de la actuación del campesinado, que puede clasificarse en cuatro sociedades, elegidas por la variedad étnica, las relaciones de géneros, las prácticas escolares y las relaciones históricas en la participación en la revolución de 1910. La primera en el ex distrito de tacamachalco es representativa de la mesa central mexicana, donde las comunidades agrarias se movilizaron en la revolución, desafiando la dominación de los hacendados. La segunda, es representativa de pequeñas comunidades nahuas sometidas al dominio de las elites comerciales no indias. Tales comunidades no participaron de la revolución de 1910. La tercera comunidad es la de yaquis que recibieron de cárdenas la única concesión territorial tribal de la historia. La cuarta es una nueva sociedad de campesinos mestizos, expulsados de sus comunidades tradicionales y recongregados como obreros en modernas empresas agrícolas, que tampoco participaron de la revolución pero que cárdenas les dio tierras.Hay dos modelos para describir la interacción entre la gente del campo y las escuelas estatales. El primero destaca el modo en que la gente de los campos aprovecha la escuela para cobrar más poder, alterando el proyecto de estado, por ejemplo las escuelas de Rusia donde la gente de cada lugar seleccionó del programa escolar el conocimiento y las habilidades que deseaban. Los hombres querían aprender a leer y escribir para administrar sus tierras, no estaban interesados en absorber todo el programa escolar. El segundo subraya como la polarización entre las configuraciones culturales del estado y las de la comunidad disminuye la posibilidad del diálogo. Los dos difieren en su interpretación de las relaciones del estado y la comunidad en cuestiones de la escuela. El primero plantea una negociación compleja entre ellos, un encuentro que los altera a ambos. En el segundo hay menos espacio para el diálogo: la escuela estatal en lugar de ser una institución que aumente el poder del pueblo, es dominante y corruptora.

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Es importante comprender como las comunidades se modificaron por medio de la Revolución. La mayoría de ellas eran sitios en las que se desarrollaban conflictos por la redistribución de los recursos y el poder.Los campesinos se mostraron agresivos, movilizados, y exigentes a negociar sus reclamos. Tuvieron que concederle parte de los programas campesinos. La reforma agraria y una ideología oficial de agrarismo y justica social fueron concesiones que disgustaron a muchos gobernadores conservadores y a las elites locales. Pero estas concesiones no se hicieron solo en el ámbito de la redistribución material también fueron culturales. Estas últimas fueron más obvias, fue la suspensión por parte del estado de su campaña contra el catolicismo. En segundo lugar, las agendas campesinas se vieron beneficiadas por la falta de recursos y de capacidad técnica del Estado. Los maestros federales a menudo dependían de los pueblos para obtener materiales de construcción y equipo para sus escuelas, albergue y alimento, que no tuvieron más remedio que escuchar a los pueblerinos y responder a sus preocupaciones. La tecnología necesaria para la planteada transformación de la conducta, en muchos casi no estaba al alcance de las comunidades. Su ausencia creó una oportunidad para que las sociedades locales exigieran espacio y reclamaran autenticidad y eficacia para las prácticas culturales locales. El grado de compromiso de los maestros varió según las regiones, pero fue facilitado por dos factores: uno de ellos fue que los propios maestros estaban apenas a un nivel por encima de los campesinos, de manera que comprendían la cultura loca, aun sin el idealismo revolucionario y la política de la SEP habían recubierto ese entendimiento. El segundo factor que facilitó la identificación del maestro con las comunidades, fue su sindicalización nacional. El sindicato de maestros institucionalizó una identidad política corporativa que, estaba comprometida con la justicia social para los grupos subordinados.

La construcción de la hegemoníaLa verdadera revolución cultura de los años 30 no se encontró en el proyecto de Estado sino en el diálogo entre el estado y la sociedad que ocurrió en torno a ese proyecto. Se forjó un lenguaje común, para el consentimiento y la protesta. Esto fue posible por medio de una estructura institucional que surgió simultáneamente y se facilitó por la proliferación de una red de comunicaciones en el estado y en el mercado.Un gobierno central que tenia principios de redistribución, se enfrento a gobernadores conservadores que no vacilaban en ir en contra de estos principios y contra quienes los defendían. Los gobernadores tenían aliados locales y regionales, quienes estaban más interesados en consolidar el poder para favorecer a sus intereses personales que en una política redistributiva que beneficiaría a los pobres. Cárdenas logro moderar las voces de los conservadores institucionalizando una representación nacional para obreros y campesinos dentro del reformado PRM y el estado. La orquestación de un discurso hegemónico durante la década de los 30 tuvo éxito porque permitió la diversidad regional y múltiples discursos en el plano local. La rápida transición de una sociedad rural a una urbana después de 1940 lentamente socavó la base social de la hegemonía del PRI. La sociedad anónima urbana y sumamente móvil, exigió el voto libre, un voto secreto y el gobierno por la ley formal, todo lo cual había sido más elogiado en la oratoria que cumplido en las practicas según el pacto hegemónico. Los propios gobernantes violaron el pacto porq no pudieron adaptar sus proyectos de modernización para dar acomodo a las demandas de justicia social y de inclusión.

Política cultural revolucionariaLa SEP entre 1921 y 1940 llegó a controlar más de 12500 escuelas rurales. El propósito de los educadores era asegurar una buena participación de México en el sistema. Cada ministro de ed. citaba las raíces indias como punto de partida en el camino hacia la modernidad. Aunque cada cual elogiara la creatividad artística de los indios, ésta debía ser preservada en un ciudadano moderno. En 1910 muchos campesinos se levantaron en armas para defender un modo de vida que estaba siendo amenazado por la modernidad, y que los educadores calificaban de atrasado. La SEP suponía que los educadores campesinos no tenían ninguna información que aportar a su propia transformación. Lo que se esperaba que conocieran los maestros acerca de una sociedad rural quedaba definido por la necesidad de atarla al proyecto nacional: geografía local, recursos naturales, producción, enfermedad, alimentación, ropas, creencias y estética.

Fundamentos del discurso radicalizante

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En 1920 la SEP estaba en manos de los reformadores sociales y pedagogos urbanos conservadores influidos por las ciencias sociales de EEUU. La política educativa enfatizaba la integración de las comunidades rurales a la economía de mercado. Esta política cambio cuando la SEP intervino en la redistribución de los recursos, la articulación de una cultura popular nacional y los procesos de formación de un partido y un Estado. Este giro coincidió con la formación del PNR y las crecientes tensiones en la sociedad mexicana. El PNR era una fusión de oficiales del ejército y políticos civiles. Los obreros empezaron a formar organizaciones independientes cuando la depresión azotó las minas, los centros industriales y los puertos. Los campesinos estaban divididos. Los maestros también eran ideólogos culturales, que promoverían la unidad y la legitimidad mediante canciones, danzas, teatro y oratoria, introduciendo los nuevos héroes y principios de la revolución a los procesos políticos y la expresiones artística locales. En 1928 cárdenas movilizo a obreros y campesinos. Los maestros fueron sus principales organizadores. Al gastar 40% del presupuesto en educación, exigió que las escuelas tuvieran campos deportivos, parcelas para cultivos y teatros para las fiestas cívicas. Estableció tres centros de preparación técnica para campesinos indígenas. Otros grupos regionales de maestros clamaban por una pedagogía más radical vinculada a la reforma agraria.Narciso Bassols, secretario de la SEP estableció las prácticas educativas nacionales que eliminaron las políticas populistas regionales. Culpó al capitalismo por la pobreza y trató de que el estado resolviera las irracionalidades del mercado. Su apoyo a la reforma agraria como requisito para el desarrollo y complemento de la escuela lo coloco a la izquierda de la política oficial. Bassls extendió los mecanismos de preparación y movilización de maestros. Para mejorar sus conocimientos en materia de agricultura, fusiono varias Escuelas Rurales Normales con las Escuelas Centrales Agrícolas. Se intensifico la instrucción en economía doméstica, salud e higiene. Además, intervino para controlar y secularizar las escuelas privadas urbanas, lo cual irrito a las sensibilidades católicas al promover la educación mixta. Los católicos se escandalizaron por las pretensiones del Estado y sus agentes incompetentes. La intervención de la educación socialista, reflejo la política del PNR: un combate entre la izquierda y la derecha, relativamente aislada de los sentimientos de la sociedad. En 1933, se pidió que se reformara el artículo 3 respecto al papel de la iglesia y el estado en educación. Quien debió hacerlo tuvo que equilibrar tres fracciones: los que creían que la ed. debía ser antirreligiosa, los que crean que debía ser al mismo tiempo antirreligiosa y distributiva y quienes se oponían definitivamente a la reforma. En plan sexenal estableció finalmente que la educación religiosa quedaría prohibida en todas las escuelas y que se institucionalizaría la educación racional y científica basada en los postulados del socialismo mexicano. La sociedad mexicana estallo y los grupos católicos tomaron las calles, organizando boicots en las ciudades y en el campo, lo cual ayudo a desestabilizar la política nacional atrapada en las garras de una nueva batalla crítica entre el hombre fuerte, calles y el nuevo presidente Cárdenas. En julio de 1935, Cárdenas exigió la renuncia de su gabinete callista. Tejeda pasó a ser el nuevo secretario de educación, quien dejo a un lado la debatida cuestión religiosa y dio el apoyo de la SEP a cárdenas con la aplicación de su extensa reforma agraria, la expansión del sindicalismo y los derechos de los trabajadores y la nacionalización de las industrias claves. Lo novedoso de la política ed. rural de cárdenas fue su énfasis cultura e ideológico en la movilización y la inclusión del pueblo. Los maestros habían de unir sus fuerzas a los campesinos para asegurar la reforma agraria, mejores salarios, préstamos y precios justos. Después de la expropiación petrolera, Cárdenas moderó su política bajo la presión de empresas y gobiernos extranjeros, de empresarios naciones y sectores del PNR reformado, el PRM y de la sociedad en general. El gobierno logró contener la rebelión porque en marzo de 1938 cárdenas hizo grandes concesiones a gobernadores conservadores. Les otorgó mayor control de la tierra y la ed. La misiones de la SEP fueron clausuradas.

Identidades cambiantes: historia nacional, ciudadanía y cultura.

Los escritores de libros de los años 20 interpretaron la revolución como un movimiento tendiente a restaurar las libertades políticas, aborrecieron los movimientos populares y opinaban que los obreros y campesinos debían ser sometidos a por un líder poderoso. El movimiento muralista encabezado por Diergo Rivera y

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Jose Clemente Orozco pinto una revolución distinta. El enemigo era bien claro: el hacendado, el administrador de la plantación, y las elites porfirianoas. Los soluciones eran evidentes: reforma agraria, derechos de los trabajadores, y tecnología en mano de los productores. Las tácticas estaban a la vista: huelgas, lucha de clases y organización. El sindicato revolucionario de pintores crearon arte para hacer más profunda la conciencia de clases, para despertar la lucha y dar lugar a clases subordinadas. El arte de los muralistas entro en las currículos rurales de la SEP en forma de ilustraciones con la publicación de 1929 de fermin, uno de los primeros libros de lectura.

La ciudadanía

Entre los años 20n y 30, los libros de textos de la SEP redefinieron al sujeto social de México, pasando de un enfoque casi exclusivo en la familia urbana de clase media a centrarse en el caso de las escuelas y textos rurales, en la familia campesina. Esta fue una redefinición inclusiva.