8/12/2019 Mariquita_Guadalupe Dueas

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Guadalupe Dueas

Mariquita

Nunca supe por qu nos mudbamos de casa con tanta frecuencia. Siempre

nuestra mayor preocupacin era establecer a Mariquita. A mi madre ladesazonaba tenerla en su pieza; ponerla en el comedor tampoco convena; dearla

en el stano supona molestar los sentimientos de mi padre; y e!"ibirla en la sala

era imposible. #as visitas nos "abran enloquecido a pre$untas. As que%

invariablemente% despus de pensarlo demasiado% la instalaban en nuestra

"abitacin. &i$o 'nuestra( porque era de todas. )on Mariquita% all% dormamos

siete.

Mi pap siempre fue un "ombre prctico; "aba viaado muc"o y conoca los

camarotes. *n ellos se inspir para idear aqul sistema de literas que

economizaba espacio y facilitaba que cada una durmiera en su cama.

)omo e!plico% lo importante era descubrir el lu$ar para Mariquita. *n ocasiones

quedaba debao de una cama% otras en un rincn estrat$ico; pero la mayora de

las veces la localizbamos arriba del ropero.

*sta situacin slo nos interesaba a las dos mayores; las dems% a+n peque,as%

no se preocupaban.

-ara m% disfrutar de su compa,a me pareci muy divertido; pero mi "ermana

)armelita vivi bao el terror de esta e!istencia. Nunca entr sola a la pieza y

estoy se$ura de que fue Mariquita quien la sostuvo tan amarilla; pues% aunque

solamente la vio una ocasin% ase$ura que la perse$ua por toda la casa.

Mariquita naci primero; fue nuestra "ermana mayor. o la conoc cuando llevaba

diez a,os en el a$ua y me dio muc"o trabao averi$uar su "istoria.

Su pasado es corto% y muy triste/ #le$ una ma,ana con el pulso trmulo y antes

de tiempo. )omo nadie la esperaba% la cuna estaba fra y "ubo que calentarla con

botellas calientes; traeron mantas y cuidaron que la pieza estuviera bien cerrada.

0sabel% la que iba a ser su madrina en el bautizo% la vio como una almendra

descolorida sobre el tul de sus almo"adas. #a sinti tan desvalida en aqul ca,n

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de vidrios que slo por ternura se la escondi en los brazos. #e pronostic rizos

rubios y oos ms azules que la flor del "elitropo. -ero la ni,a era tan sensible y

delicada que empez a morir.

&icen que mi padre la bautiz rpidamente y que estuvo "oras enteras frente a su

cunita sin aceptar su muerte. Nadie pudo convencerlo de que deba enterrarla.

#lev su empe,o insensato "asta esconderla en aquel pomo de c"iles que yo

descubr un da en el ropero% el cual estaba prote$ido por un envase carmes de

forma tan e!tra,a que el ms indiferente se senta obli$ado a pre$untar de qu se

trataba.

1ecuerdo que por lo menos una vez al a,o pap repona el lquido del pomo con

nueva sustancia de su qumica e!clusiva 2ima$ino sera a$uardiente con sosa

custica2. *ste trabao lo efectuaba emocionado y quiz con el pensamiento de

lo bien que estaramos sus otras "ias en silenciosos frascos de cristal% fuera de

tantos peli$ros como au$uraba que encontraramos en el mundo.

)laro est que el secreto lo $uardbamos en familia. 3ueron muy raras las

personas que lle$aron a descubrirlo y nin$una de stas perdur en nuestra

amistad. Al principio se llenaban de estupor% lue$o se movan llenas de recelo% por

+ltimo desertaban "aciendo comentarios poco a$radables acerca de nuestras

costumbres. #a e!clusin fue total cuando una de mis tas cont que mi pap tena

$uardado en un estuc"e de seda el ombli$o de una de sus "ias. *ra cierto. A"ora

yo lo conservo/ es peque,o como un caballito de mar y no lo tiro porque a lo meor

me pertenece.

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-as el tiempo% crecimos todas. Mis padres ya no estaban entre nosotras; pero

se$uamos cambindonos de casa y empez a a$ravarse el problema de la

situacin de Mariquita.

Alquilamos un se,orial casern en ruinas. #as $rietas anunciaban la demolicin.

-ara tapar las bocas que "acan $estos en los cuartos distribuimos pinturas y

cuadros sin interesarnos las conveniencias estticas. )uando la raadura era lar$a

como un t+nel la cubramos con al$+n $obelino en donde las $arzas% que nadaban

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en punto de cruz de a,il% "ubieran podido e!cursionar por el "ondo a$uero. Si la

$rieta era como una cueva% le sobreponamos un plato fino% un listn o dibuos de

flores. 5ubo un problema con el socavn inferior de la sala; no decidamos si

cubrirlo con un arrn min$ o decorarlo como oportuno nic"o o plantarle un

piro$rabado apons.

6n mustio corredor que se meta a los cuartos encuadraba la fuente de nuestro

palacio. )on usto delirio de $randeza dimos una mano de polvo de mrmol al

desa"uciado cemento de la pila% que no se qued ni de prfido ni de aspe% sino de

ruin y altisonante barro. *n la parte de atrs% donde otros "ubieran puesto $allinas%

"icimos un ardn a la americana% con su pasto% su pr$ola verde y $ran variedad

de enredaderas% rosales y cuanto nos permitiera desfo$ar nuestro compleo

residencial.

#a casa se vea muy ale$re; pero as y todo "aba duendes. *n los e!cepcionales

minutos de silencio ocurran derrumbes innecesarios% sorprendentes bailoteos de

candiles y paredes% o inocentes quebraderos de trastos y cristales. #as primeras

veces revisbamos minuciosamente los cuartos% despus nos fuimos

acostumbrando% y cuando se repetan estos dislates no "acamos caso.

#as sirvientas inventaron que la culpable era la ni,a que escondamos en el

ropero/ que en las noc"es su fantasma recorra el vecindario. )orri la voz y el

compromiso de las e!plicaciones; como todas ramos solteras con bastante

buena reputacin se puso el caso muy difcil. 3ueron tantas las "abladuras que la

+nica decente result ser la ni,a del bote a la que siquiera no levantaron

calumnias.

-ara enterrarla se necesitaba un acta de defuncin que nin$+n mdico quiso

e!tender. Mientras tanto la criatura% que llevaba tres a,os sin cambio de a$ua% se

"aba sentado en el fondo del frasco definitivamente aburrida. *l lquido

amarillento le enturbiaba el paisae.

&ecidimos enterrarla en el ardn. Se,alamos su tumba con una aureola de

mastuerzos y una peque,a cruz como si se tratara de un canario.

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A"ora "emos vuelto a mudarnos y no puedo olvidar el prado que encarcela su

cuerpecito. Me preocupa saber si e!iste al$uien que cuide el verde #imbo donde

"abita y si en las tardes todava la arrullan las palomas.

)uando contemplo el entra,able estuc"e que la $uard veinte a,os% se me nubla

el corazn de nostal$ia como el de aquellos que conservan una aula vaca; se me

a$olpan las tristezas que viv frente a su sue,o; reconstruyo mi soledad y

descubro que esta ni,a li$ mi infancia a su muda compa,a.