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TOTONACAPAN
Marco Gregorio Pulido Espinosa
Feria de Corpus Christi 2016
(1) Yo soy del Totonacapan
de las tardes del cocuyo,
soy papanteco y a orgullo
de razas que se traslapan.
Soy los aromas que escapan
del mestizaje en sabor.
Soy las voces y el color
que heredé de mis ancestros,
soy también los padrenuestros
que aprendí con mucho amor.
(2) Soy las noches de fandango
con la hermosa papanteca,
soy portón de la huasteca,
violín, jarana y huapango.
Aguacero que hace fango,
loro, papán, guacamaya,
montaña, llanura, playa,
festividad religiosa,
la bebida espirituosa,
morral, machete, atarraya.
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(3) Soy el volador que danza
a los puntos cardinales,
cosmogonía en rituales
para una buena labranza.
Del caporal soy templanza
donde no cabe el error.
Soy capullo que abre en flor
en trece giros sincrónicos.
Soy los lenguajes armónicos
gala en misterio y valor.
(4) Soy del ave que se emula;
vertiginoso comienzo,
el majestuoso descenso,
el arrojo que vincula.
Soy del vuelo que simula;
el misticismo y coraje.
Soy de mi ancestro el linaje
en su sabia sencillez,
también tengo la altivez
de un colorido plumaje.
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(5) Soy del pueblo la semblanza
de quehaceres cotidianos,
soy el concejo de ancianos
que renace en la añoranza.
Y también soy la pujanza
en zapato, huarache o bota.
Soy el venero que brota,
y certidumbre, y bagaje.
Soy instruido lenguaje
y también la palabrota.
(6) Soy un Huehue en todos santos
para huir de la catrina,
soy altar en papel china
con pan, tamales y cantos.
Comida en los camposantos
en esencia del que se ha ido,
memoria que se ha perdido,
soy verdades, soy leyendas,
soy intercambio de ofrendas,
soy recuerdo, soy olvido.
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(7) En primavera soy cumbre
donde se junta el extremo,
desde el concejo supremo
hasta el de menor relumbre.
Soy patrón y servidumbre
en un trato de igualdad.
Soy la gran habilidad
de músicos y danzantes,
que acuden itinerantes
a vivir la identidad.
(8) En diciembre soy camino
que se ilumina con velas
en calles y callejuelas
para guiar al divino.
Soy como el claro destino
de tradición milenaria
con la gente extraordinaria
que en las posadas revive
el talante que se exhibe
de Papantla hospitalaria.
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(9) En espacios sacrosantos,
en lugares de placer,
soy lo que dicta mi ser,
victorias y desencantos.
Banda de Oro con sus cantos
que alegran la Noche Buena.
Soy el ocio y la faena,
religión y el ateísmo,
el camino y el abismo,
el vinagre y la colmena.
(10) Soy hijo de un trunco amor
que volvió del inframundo
para perfumar al mundo
en un tesoro hecho flor.
Blanco y negro es mi color
con la guirnalda de jade.
Soy el sabor que se añade
y que a degustar convida,
como un beso de la vida
que a los sentidos persuade.
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(11) Soy el pueblo que engrandece
allá en las comunidades,
misticismo en sus deidades
que nunca desaparece.
Soy relato que acontece
En Agua Dulce, Pueblillo,
El Chote con su ladrillo,
Cedral, Paso del Correo,
Coyuxquihui y el museo
de Olarte, nuestro caudillo.
(12) Insurgentes Socialistas,
Las Cazuelas, Ojital,
Joloapan, Puxtla, El Pital,
río, cascada y bañistas.
Embeleso de turistas;
Rancho Playa y El Tajín,
La banda del Escolín,
armonías en el viento.
Soy pueblo libre y contento,
soy mi hermoso Cachiquín.
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(13) Por ascendencia, mestizo
en conjunción de linajes,
de costumbres y lenguajes
del totonaco y castizo.
Soy del pueblo, el hechizo
que lo hace alegre y festivo,
con su especial atractivo;
su costumbre y tradición,
lo que da vida y blasón
al mágico distintivo
.
(14) Soy como su vestimenta
de alma blanca y sin derrotas
o negra como sus botas
en claroscuro que enfrenta.
Mi aliento no se avejenta
porque me miro en su prisma
y no le encuentro el sofisma
a su alegría valiente,
como carita sonriente
que siempre será la misma.
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(15) Soy las danzas y el folclor
desde todos los rincones,
costumbres y tradiciones,
fiesta de flauta y tambor.
Penacho multicolor
reflejo de un sol brillante,
símil de ocaso y levante,
giro en la cruz de madera
que a lo lejos pareciera
un molino fulgurante.
(16) Soy danza de Los Negritos,
las razas en amalgama,
representación de un drama
donde recuerdan sus ritos.
Con la conquista, los mitos
viven con Los Santiagueros
y con el cruce de aceros
de los Moros y Cristianos.
Religiosos y profanos
contemporáneos guerreros.
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(17) En corpus soy festival
de tiempos inmemoriales,
soy sincretismo en rituales
de significado dual.
Soy celebración anual
que distingue a la vainilla.
Soy el fruto, soy semilla
que florece en la verbena
en noches de luna buena
y que el tiempo no mancilla.
(18) Soy el arte en filigrana,
los poetas de las manos,
consumados artesanos
del recuerdo que engalana.
La vainilla que se hilvana
en exquisita figura,
estrellas de gran finura
con la palma que se borda
o el artífice que aborda
el mural, lienzo o escultura.
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(19) Soy producto de los hijos
ilustres que nos formaron,
en libro o en aula ayudaron
a encontrar los entresijos.
Soy fruto de sus cobijos
el poético o el docente;
maestra Concepción Fuente,
Donato Márquez Azuara,
con una mente preclara
Carlos Juan Islas, presente.
(20) Lázara Meldiú, su trazo,
también Núñez y Domínguez,
sus poemas los distinguen
con sus letras me solazo.
Todos en este parnaso
y otros de mi mente ausentes;
abrevamos de sus fuentes,
compartimos su venero.
Soy mi propio derrotero
que boga por sus afluentes.
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(21) Y soy fulano de tal
desde un regazo ordinario
que con el esfuerzo diario
se torna en excepcional.
Teodoro Cano, sin igual
en sus diseños de altura.
Juan Olmedo, inaugura
los regios Juegos Florales.
Ellos traspasan umbrales,
ellos producen cultura.
(22) Manuel Pulido “El pintor”
plasmando las viejas calles,
en su mente los detalles
gran talento sin mentor.
De la lente, un gran señor
Atenógenes llamado,
retrató a medio poblado
en las fiestas y en los templos.
Tan sólo es un gran ejemplo
que a sí mismos se han forjado.
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(23) Blas Martínez en su silla
trenza la negra figura
añadiendo la hermosura
al olor de la vainilla.
En danza que maravilla
Isidoro Ixtacu, vuela.
Todos desde su parcela
son ejemplo que contagia,
del pueblo viene su magia
y en él dejaron su escuela.
(24) Soy como el Papantla viejo;
productivo y sin las prisas,
barrer la calle en sonrisas
con grato recuerdo añejo.
Soy el aroma en reflejo,
la vaina en el sol fecundo
que dieron mote rotundo
con la vainilla en sus calles.
Se nombró sin más detalles
ciudad que perfuma al mundo.
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(25) Soy como el Papantla nuevo;
productivo y con las prisas,
otros modos, otras brisas
con la mirada de efebo.
Ellos serán el relevo
que tomen las estafetas,
tendrán sus propias recetas
con que irradien otros lustres,
serán los nuevos ilustres,
serán los nuevos poetas.
(26) Soy la carita sonriente
ídolo de barro y piedra,
soy raza que no se arredra
a fuerza de ser valiente.
Soy remanso, soy torrente,
soy inquieto, soy sereno,
soy descendiente del trueno
y de los tres corazones.
Ligado a mis tradiciones
soy lo malo, soy lo bueno.
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(27) Soy pasado, soy historia,
soy mil años en legado,
soy también afortunado
de no extraviar la memoria.
Soy derrota y soy victoria,
destino que se merece.
Soy el pueblo que se crece
con la fuerza de su acervo,
soy la acción y soy el verbo,
linaje que permanece.
(28) Soy presente y vanagloria
de la gente en su energía,
el esfuerzo día a día
como una perenne noria.
Soy mi propia trayectoria
que por mi origen destaca,
soy la risa que sonsaca
y el carácter amistoso.
Soy papanteco orgulloso
con su herencia totonaca.
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(29) Y también soy el futuro
que vive en mi descendencia,
el respeto e irreverencia
en eterno claroscuro.
Educarlos es mi apuro
en que pondré el corazón
para que con su visión
y un propio sentimiento,
cuando se llegue el momento
que sigan la tradición.
(30) Soy mi raíz y costumbres
que cuentan mi procedencia,
mi agnosticismo y creencia,
alegrías, pesadumbres.
En los valles, en las cumbres,
esencias que se destapan,
sentimientos que me atrapan
y que resuelvo a mi modo,
yo soy nada, yo soy todo,
yo soy del Totonacapan.
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AÑORANZA
(1) Nunca pierdo la esperanza
de volver a mi ciudad,
mis años de mocedad
los refleja mi añoranza.
Aunque busco semejanza
en peores y mejores,
Papantla con sus valores
es como una bendición.
No tiene comparación
en costumbres y sabores.
(2) Aún con modernidad
en diferentes aspectos
se mantienen mis afectos
y se arraigan con la edad
Aunque encuentre a mi ciudad
con novedoso cariz,
no se olvida mi raíz
ni estando en la lejanía
y viste mi poesía
con un distinto matiz.
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(3) Viene primero a mi mente
para expiar lo acalorado
un rico atole morado
frío y de hechura reciente,
un gaznate muy crujiente,
un zacahuil tempranero,
recién hechas con esmero
enchiladas de pipián
que con la cecina van
en desayuno casero.
(4) Las sabrosas enmoladas,
la garnacha y el molote,
el frijol con epazote,
las enchiladas zampadas,
sabrosas carnes saladas,
quizá el puerco en chileajillo,
también el chilehuevillo
con las tortillas de mano
y en mi imaginar lejano
un café con piloncillo.
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(5) En la semana Mayor
la pasión de los "judíos",
nadar en playas y ríos
para paliar el calor.
El Tajín con su esplendor,
la pirotecnia en septiembre,
los tamales de noviembre
con intercambio de ofrenda,
diversión como encomienda
en las fiestas de diciembre.
(6) La cumbre en la primavera
cargar de luz y energía,
el cosmos en armonía,
realidad o quimera.
La Feria en la ganadera
cuando llega el festival,
explosión audiovisual,
luces, danzas e historia
con orgullo y vanagloria
que no concibe rival.
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(7) Estampas que se fijaron
en mi mente juvenil
de ese Papantla gentil
que en mis recuerdos quedaron.
Costumbres que me inculcaron
de manera cariñosa.
Festividad religiosa
que celebran con sus danzas,
otra de mis remembranzas
que en mi memoria reposa.
(8) La totonaca en la plaza
desde que el día clarea,
verlas con su batea
o también de casa en casa.
Miro con gusto a mi raza
desde que yo era chamaco
y en mi versada destaco
su vestimenta uniforme;
trataré de dar informe
cómo viste el totonaco.
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(9) Es su atuendo albo y holgado
reflejo de su limpieza,
de los pies a la cabeza
para la zona adecuado.
El calzón abombachado
que se lo amarra al tobillo,
camisa en pliegue sencillo
con su cuello marinero,
los botines, el sombrero
y un espejo en el bolsillo.
(10) La mujer con una flor
en su cabello en un lado,
es la señal de su estado
si es que espera o no un amor.
Con cinta multicolor
hilvana su trenza ilusa,
el fondo y nahuas lo que usa
en vestimenta habitual,
un bordado delantal,
el quexquémetl y la blusa.
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(11) Son mis recuerdos de antaño
que nutro con mis visitas,
con las ganas infinitas
que se incrementan cada año.
Las tradiciones que extraño
sus lugares y su gente
se entreveran en la fuente
de lo que tengo perdido
de lo que Papantla ha sido
para mí, que estoy ausente.
(12) Yo salí de mi ciudad
buscando mis ilusiones,
fueron otras mis regiones,
otra mi festividad.
No me falta voluntad
para olvidar el confín
y que el tambor y el flautín
me saluden de alegría
y que se llegue ese día,
de volver a Cachiquín.