maquetación 1€¦ · title: maquetación 1 created date: 20140622191955+01'00

8
Junio, 2014 • 1 Reportaje España es uno de los países con menor tasa de criminalidad de Eu- ropa junto a Grecia y Portugal, según cifras de Eurostat. Sin em- bargo, es el país con mayor número de pre- sos de Europa Occiden- tal. Tiene el porcentaje más elevado de reclu- sos por habitante con un total de 147,3 presos por cada 100.000 per- sonas, según datos del 2012 de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Ins- tituciones Penitencia- rias (ACAIP). ACAIP revela también que España era en 2009 el país europeo con mayor tasa de mujeres presas. En 2012 sólo cuatro de los 47 países tienen mayor propor- ción de mujeres en el total de reclusos que nuestro país: Mó- naco(22%), Ando- rra(17,1%), Islandia (8,6%) y Rusia (8,2 %). Los últimos datos de Instituciones Peniten- ciarias señalan que la población femenina en- carcelada en España es de un 7,82%, un por- centaje pequeño en re- lación al número de hombres (92,37%). pero tasa que duplica la de Francia y supera en más de dos puntos a la media europea de en- carcelamiento femenino (5,4). Siempre han existido diferentes formas de castigar a hombres y mujeres. A lo largo de nuestra historia la re- clusión de la población femenina ha tenido su propia fisonomía. Las primeras cárceles de mujeres eran las Casas Galeras del siglo XVII. Desde éstas hasta las prisiones franquistas todas han tenido una intención moralizadora, en la que la religión ca- tólica ha tenido un papel fundamental. Se castigaba a las mujeres que no cumplían con las normas sociales, el patrón al que debían ceñirse. El objetivo era, como hoy, custodiar y corregir. Macarena, espejo de realidad Macarena Luque Biedma tiene 45 años, es viuda con cuatro hijos y, según sus pro- pias palabras, lleva toda la vida en la cár- cel. “He estado en- trando y saliendo desde siempre. La última vez pasé siete años. Fueron muchos años seguidos encerrada y ya dije, se acabó”. Macarena nació en Sevilla y se crió en el Cerro del Águila. Aún siendo niña su fa- milia se trasladó a las Tres Mil Viviendas, uno de los barrios más marginales de la ciu- dad, donde lleva toda su vida. Señala Con- cepción Yagüe Olmos, directora del centro pe- nitenciario de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) durante 17 años, que “las mujeres presas son, en muchas ocasiones, supervivien- tes a una infancia difí- cil, marginal, carente de oportunidades y afecto y que el 70% de las mujeres ingresadas admite tener algún fa- miliar en prisión”. Ma- carena Luque tiene cinco hermanos, dos mujeres y tres hombres, y todos han estado al- guna vez encarcelados. Todos por actos delicti- vos relacionados con la droga y necesidades so- cioeconómicas. Como la gran mayoría de mujeres que se en- cuentran en prisión, esta sevillana no ter- minó sus estudios de primaria. Las mujeres presas tienen un nivel educativo muy bajo, in- cluso una parte impor- tante es analfabeta. En palabras de Elisabet Almeda, licenciada en Ciencias y Económicas y doctora en Sociología por la Universidad Au- tónoma de Barcelona, “históricamente el su- jeto de 'mujer presa' se define como una mujer transgresora no sola- mente de las leyes pe- nales -desviación delictiva- sino también de las normas sociales que regulan lo que ha de ser su condición fe- menina -desviación so- cial. Es la doble condición de mujer desviada”. Destaca el Informe Na- cional España SURT 2005 que “el estado de salud de las internas se deteriora tanto física como psicológica- mente”. Macarena vuelve a ser reflejo de ello: “se me cerró el es- tomago y salí canija. Con los años y los años llega un momento en el que ya no comes, siem- pre la misma comida”. Ser mujer en la cárcel Las prisiones para mujeres se han articulado siempre como herramienta para reparar aquellas conductas que se desviaban de las normas morales que la sociedad establecía. Las leyes que regulan actualmente la privación de libertad de hombres y mujeres son iguales para ambos sexos. Una igual- dad que es cuestionada en la práctica. Las mujeres suponen una parte mino- ritaria de la población reclusa. Los centros penitenciarios exclusivamente para mujeres también lo son, sólo exis- ten tres en todo el Estado y tres Unida- des Externas de Madres. Ser minoría implica desigualdades. Los hombres como mayoría, gozan de más espacio y posibilidades dentro del sistema. La responsabilidad familiar es mayor para las mujeres debido a su papel tra- dicional en la sociedad. En el caso de las madres, el hecho de estar separadas de sus hijos supone un mal añadido a la privación de libertad. Entre las características generales de la población femenina encarcelada, destacan fundamentalmente los delitos relacionados con las drogas, directa o indirectamente, y también el bajo nivel educativo. Las de las reclusas en nues- tro país. Mujeres que, en el sistema pe- nitenciario no tienen parte. CRISTINA SÁNCHEZ BASALLOTE ANA PICON GÓMEZ España es uno de los países de Europa con menor tasa de criminalidad. Pero uno con mayor número de presos. Las mujeres suponen un 7,82% de la po- blación reclus. Siendo uno de los pa- íses con mayor nú- mero de presas de Europa. Macarena Luque Biedma, expresa. Macarena Luque Biedma, expresa. Foto: CRISTINA SANCHEZ Foto: CRISTINA SANCHEZ

Upload: others

Post on 11-Oct-2020

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014 • 1Reportaje

España es uno de lospaíses con menor tasade criminalidad de Eu-ropa junto a Grecia yPortugal, según cifrasde Eurostat. Sin em-bargo, es el país conmayor número de pre-sos de Europa Occiden-tal. Tiene el porcentajemás elevado de reclu-sos por habitante conun total de 147,3 presospor cada 100.000 per-sonas, según datos del2012 de la Agrupaciónde los Cuerpos de laAdministración de Ins-tituciones Penitencia-rias (ACAIP).

ACAIP revela tambiénque España era en 2009el país europeo conmayor tasa de mujeres

presas. En 2012 sólocuatro de los 47 paísestienen mayor propor-ción de mujeres en eltotal de reclusos quenuestro país: Mó-naco(22%), Ando-rra(17,1%), Islandia(8,6%) y Rusia (8,2 %).Los últimos datos deInstituciones Peniten-ciarias señalan que lapoblación femenina en-carcelada en España esde un 7,82%, un por-centaje pequeño en re-lación al número dehombres (92,37%).pero tasa que duplica lade Francia y supera enmás de dos puntos a lamedia europea de en-carcelamiento femenino(5,4).

Siempre han existidodiferentes formas decastigar a hombres ymujeres. A lo largo denuestra historia la re-clusión de la poblaciónfemenina ha tenido supropia fisonomía. Lasprimeras cárceles demujeres eran las CasasGaleras del siglo XVII.Desde éstas hasta lasprisiones franquistastodas han tenido unaintención moralizadora,en la que la religión ca-tólica ha tenido unpapel fundamental. Secastigaba a las mujeresque no cumplían conlas normas sociales, elpatrón al que debíanceñirse. El objetivo era,como hoy, custodiar ycorregir.

Macarena, espejo derealidad

Macarena LuqueBiedma tiene 45 años,es viuda con cuatrohijos y, según sus pro-pias palabras, l levatoda la vida en la cár-cel. “He estado en-trando y saliendo desdesiempre. La última vezpasé siete años. Fueronmuchos años seguidosencerrada y ya dije, seacabó”. Macarena nacióen Sevilla y se crió enel Cerro del Águila.Aún siendo niña su fa-milia se trasladó a lasTres Mil Viviendas,uno de los barrios másmarginales de la ciu-dad, donde lleva todasu vida. Señala Con-cepción Yagüe Olmos,directora del centro pe-nitenciario de mujeresde Alcalá de Guadaíra(Sevilla) durante 17años, que “las mujerespresas son, en muchasocasiones, supervivien-tes a una infancia difí-cil , marginal, carentede oportunidades yafecto y que el 70% delas mujeres ingresadasadmite tener algún fa-miliar en prisión”. Ma-carena Luque tienecinco hermanos, dosmujeres y tres hombres,y todos han estado al-guna vez encarcelados.Todos por actos delicti-vos relacionados con ladroga y necesidades so-cioeconómicas.

Como la gran mayoríade mujeres que se en-cuentran en prisión,esta sevillana no ter-minó sus estudios deprimaria. Las mujerespresas tienen un niveleducativo muy bajo, in-cluso una parte impor-tante es analfabeta.

En palabras de ElisabetAlmeda, licenciada enCiencias y Económicasy doctora en Sociologíapor la Universidad Au-tónoma de Barcelona,“históricamente el su-jeto de 'mujer presa' sedefine como una mujertransgresora no sola-mente de las leyes pe-nales -desviación

delictiva- sino tambiénde las normas socialesque regulan lo que hade ser su condición fe-menina -desviación so-cial. Es la doblecondición de mujerdesviada”.

Destaca el Informe Na-cional España SURT2005 que “el estado desalud de las internas sedeteriora tanto físicacomo psicológica-mente”. Macarenavuelve a ser reflejo deello: “se me cerró el es-tomago y salí canija.Con los años y los añosllega un momento en elque ya no comes, siem-pre la misma comida”.

Ser mujer en la cárcelLas prisiones para mujeres se hanarticulado siempre como herramientapara reparar aquellas conductas quese desviaban de las normas moralesque la sociedad establecía. Las leyesque regulan actualmente la privaciónde libertad de hombres y mujeres soniguales para ambos sexos. Una igual-dad que es cuestionada en la práctica.

Las mujeres suponen una parte mino-ritaria de la población reclusa. Loscentros penitenciarios exclusivamentepara mujeres también lo son, sólo exis-ten tres en todo el Estado y tres Unida-des Externas de Madres. Ser minoríaimplica desigualdades. Los hombrescomo mayoría, gozan de más espacio yposibilidades dentro del sistema. Laresponsabilidad familiar es mayorpara las mujeres debido a su papel tra-dicional en la sociedad. En el caso de

las madres, el hecho de estar separadasde sus hijos supone un mal añadido ala privación de libertad.

Entre las características generales dela población femenina encarcelada,destacan fundamentalmente los delitosrelacionados con las drogas, directa oindirectamente, y también el bajo niveleducativo. Las de las reclusas en nues-tro país. Mujeres que, en el sistema pe-nitenciario no tienen parte.

CRISTINA SÁNCHEZ BASALLOTEANA PICON GÓMEZ

España es uno delos países de Europacon menor tasa decriminalidad. Perouno con mayor

número de presos.

Las mujeres suponenun 7,82% de la po-

blación reclus.Siendo uno de los pa-íses con mayor nú-mero de presas de

Europa.

Macarena Luque Biedma, expresa.Macarena Luque Biedma, expresa.Foto: CRISTINA SANCHEZFoto: CRISTINA SANCHEZ

Page 2: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014 • 2Reportaje

Mamá en la cárcelMacarena Luque tienecuatro hijos. Hijos quese han criado con suabuela y sus tíos.Cuenta la expresa convoz quebrada que la úl-tima vez que entró enprisión su hijo pequeñoera un bebé y cuandosalió ya tenía 7 años yno la conocía. “Menosmal que tenia a mi fa-milia para que se encar-garan de mis hijos”,declara con emocióncontenida. Una característica im-portante de las prisio-nes de mujeres es altoporcentaje de madres.El informe del Defen-sor del Pueblo Andaluzde 2006 revela que latasa de fecundidad delas mujeres encarcela-das (2,7%) está por en-cima del conjunto de lasociedad española(1,3%). El 38,7% formaparte de familia nume-rosa, al contar con másde tres hijos.El artículo 17.5 del Re-glamento Penitenciarioestablece que las muje-res pueden permaneceren prisión con sus hijosmenores, hasta queestos cumplan los tresaños de edad. En el año2004, bajo la SecretaríaGeneral de Institucio-nes Penitenciarias deMercedes Gallizo Lla-mas, se crea una comi-sión de trabajocompuesta por variosrepresentantes de la en-tonces Dirección Gene-ral de InstitucionesPenitenciarias paracrear la Unidad Externade Madres. Entre estosprofesionales se encon-traba ConcepciónYagüe, directora delcentro de mujeres deAlcalá de Guadaíra enese momento, queafirma que “uno de losobjetivos era que elniño realmente no vi-viera en la cárcel. Estu-

vimos meses diseñandolo que podría llegar aser una residencia paramujeres con sus hijos,donde las criaturas enningún momento perci-bieran nada del am-biente carcelario.”La Unidad Externa deMadres se plantea como“un recurso socio-edu-cativo. Se trata de unespacio arquitectónicoubicado fuera delrecinto carcelario quepermite que las mujerescon responsabilidadespenales estén con sushijos”, describen desdela página oficial delMinisterio del Interior. La idea principal esnormalizar la vida delos menores ingresadosallí. Se intenta prescin-dir de todo lo caracte-rístico en un centropenitenciario; barrotes,esposas, guardias de se-guridad, policías, etc.Concepción Yagüe co-mentaba que ni siquiera“los funcionarios llevanuniformes, o no deben”.La seguridad está ba-sada en sistemas elec-trónicos de vigilancia através de cámaras, alar-mas y detectores depresencia a lo largo delperímetro, de forma queconstituyen una vigi-lancia “no agresiva”.Hay aspectos que, aun-que menos llamativos,pueden alterar la nor-malidad. Macarena

Luque tuvo a una de sushijas en la Unidad deMadres de Sevilla y re-cuerda que para las dosfue una difícil expe-riencia. “A la grande latuve en la cárcel, en launidad de madres, y es-taba un tiempo con nos-otros, un tiempo con lafamilia… Mi Macarenatiene ahora 26 años. Yoquería estar con mi hijapero también que ellaestuviese en la calle.Era muy pequeña, peroahí los niños se dancuenta. Ella estababien, había una guarde-ría, la sacaban alcolegio… pero lo no-taba. Cuando, por ejem-plo, venía algúnfamiliar y la tenía quever por un cristal seponía a llorar porque nose podía acercar a ella”.La convivencia con losmenores en las Unida-des Externas de Madreses una medida exclu-siva para madres, paramujeres. Actualmentela ley no contemplaestas garantías para lospadres. “Ningún hom-bre lo ha recurrido. Lanormas mínimas peni-tenciarias europeas ha-blan de la posibilidadde que padres y madrespuedan estar con sushijos en las cárceles, enEspaña todavía nohemos adaptado nuestraley. Yo creo que en elmomento que un hom-

bre tenga las narices decompartir la prisión consus hijos, lo ganaría.Pero no lo pide, porqueen nuestra sociedad, ymás en estos ámbitossociales, los niños sonpara las madres. Ade-más, la mayoría de lasmujeres que tienenhijos consigo son mo-noparentales”, recalcaYagüe Olmos.

Una vez en las Unida-des de Madres, el cui-dado de los hijos esobservado y controlado.Las internas están obli-gadas a adquirir hábitoslaborales y a suscri-birse a un itinerario deinserción laboral o for-mativa. Además, serequiere de la participa-ción voluntaria y activaen los programas tera-péuticos propuestos.Así como, el manteni-miento de un estilo devida saludable y de unaconducta acorde con lasnormas de convivenciavigentes en la Unidad.Incluso la participaciónen un Programa Librede Drogas, en caso de

que la solicitante sea, ohaya sido, consumidorade drogas. MacarenaLuque, recuerda su ex-periencia, “se nos exi-gía mucho más en estasunidades, claro. Ni unapalabra más alta queotra, tú no podías nidiscutir. Teníamos quetener la habitación lim-pia, un orden, respetarlos horarios… pero es-tábamos mejor”. Esta medida está funda-mentada, al igual que elrégimen penitenciarioen general, en la rein-serción social y la ma-ternidad, en muchoscasos, supone un ele-mento motivador parael cambio. ConcepciónYagüe reconoce quecon la Unidad Externade Madres de Sevilla secometió un errorenorme porque se pusoalejada de la ciudad. Elresto de centrospenitenciarios tambiénse encuentran situadosen las periferias. Actualmente hay tresUnidades Externas deMadres en España. Unase encuentra en Madrid,otra en Mallorca (Bale-ares) y la última enSevilla. Aparte existenespacios habilitadospara las madres dentrode los centros peniten-ciarios; es decir,no separados arquitec-tónicamente.

Guardería infantil en una Unidad de Madres. Guardería infantil en una Unidad de Madres. Foto: Ministerio de InteriorFoto: Ministerio de Interior

Vigilancia en una Unidad Externa de Madres. Vigilancia en una Unidad Externa de Madres. Foto: Ministerio de InteriorFoto: Ministerio de Interior

Las mujeres enprivación de libertadpueden permancer

con sus hijos hasta que cumpla los tres años.

Page 3: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014 • 3Reportaje

La Unidad Externa deMadres de Sevilla tienecapacidad para treinta yseis madres y sus hijos.Además dispone de unpatio central, decomedor,supermercado,aulas (peluquería, cos-tura e informática),talleres, aseos infanti-les y de madres, biblio-teca, gimnasio, salas dejuegos, consulta mé-dica, lavandería y zonade comunicaciones paravisitas, entre otras es-tancias.Drogas, el delito femenino“Estaba en el agujero,yo consumía, y paraello tenía que vender,robar…”. Como en elcaso de Macarena, lasdrogas llenan las cárce-les de personas. Entrela población femeninaes el delito más común.El último informe gene-ral de Instituciones Pe-nitenciarias evidenciaesta afirmación, dondeencontramos que másde la mitad (50,3%) delas encarceladas estánen esta situación pordelitos contra la saludpública. Entre los deli-tos contra la salud pú-blica destacan elconsumo y el tráfico dedrogas. “Las drogas sonel ámbito más especi-fico de las mujeres,porque no requierefuerza física y porqueestá a su alcance. Ade-más, hacen la labor másexpuesta” señala AnibalDe Tena, funcionariodel centro penitenciarioSalto del Negro de LasPalmas de Gran Cana-rias durante 27 años. Afirma así la Funda-ción Atenea, que tieneestatus consultivo anteel Consejo Económicoy Social de NacionesUnidas, que entre el70% y el 80% de lascasi 77.000 personasque hay actualmente enlas cárceles españolas

han cometido delitosrelacionados con lasdrogas. Sólo alrededordel 20% de los adictosreciben tratamiento. ElInstituto Andaluz deCriminología tambiénpuntualizaba que, enEspaña, el 55,1% de lasimputadas relacionadascon drogas es por deli-tos contra la salud pú-blica, el 22,9% delitoscontra el patrimoniovinculados a las drogas,y el 19,1% con delitoscontra la seguridad enel tráfico.Evaristo Luque tiene 58años, es hermano deMacarena y ha estadopreso durante más de15 años. “Los hombresenganchados se aprove-chan de las mujerespara que vayan a la ca-rretera y a trabajar paraellos. Por experienciate digo que, cuando hayque trasladar drogas deun sitio para otro, siem-pre son las mujeres”nos relata. Inexorable al tráfico dedrogas se encuentra elconsumo y la depen-dencia a las mismas.Esto lleva a otros he-chos delictivos comorobos y hurtos. Segúnel informe general deInstituciones Peniten-ciarias de 2012, la se-gunda causa (26,4%)por la que el sector fe-menino acaba en el pre-sidio es por cometerdelitos contra el patri-monio y el orden so-cioeconómico. “Si tútraficas con drogas espor una necesidad, obien para comer porquetenías muchos niños obien porque estabas en-ganchada a la droga”declara Macarena. Ade-más “cuando están en-ganchada, tienes querobar para pagarla”. En el caso de los hom-bres existe mayor va-riedad en cuanto a losmotivos por los cuales

se encuentran sin liber-tad. A diferencia de lasmujeres, en los hom-bres los delitos contrala salud pública supo-nen un 27,3%. Un35,1% de la poblaciónmasculina lo hace pordelitos contra el patri-monio y el orden so-cioeconómico y, a másdistancia se encuentranlos delitos relacionadoscon violencia de género(7,7%), el homicidio ysus distintas formas(6,9%) y contra la li-bertad sexual (5,4%). Los delitos por drogasestán castigados actual-mente con “penaliza-ciones altas, excesivas”opina Marian Caro Her-nández, voluntaria deuna ONG que lleva másde 30 años ayudando alas personas en la cár-cel. El tipo básico deltráfico de drogas escastigado hasta los seisaños. Pena que se re-bajó con la reforma delCódigo Penal en 2010,hasta ese momento laspenas eran hasta nueveaños. “Estas mujeres no

son un peligro para lasociedad. Podría haberformas de cumpli-miento de estas conde-nas muchísimo másrazonables para estetipo de mujeres. Me-dios abierto, la pulseratelemática, servicios ala comunidad… hay uncatálogo amplio en laforma de pagar el delitomás allá que en estoscentros de seguridad,en prisiones” señalaVanessa González, vo-luntaria en la asocia-

ción Pro Derechos Hu-manos de Sevilla. La reforma del CódigoPenal aprobada en2010, según la cual sereduce sensiblemente lapena aplicada a los con-denados por delitoscontra la salud pública(tráfico de drogas), esimportante para enten-der la caída del númerode reclusos en los últi-mos años. Cifra que seha reducido desdemarzo de 2010 a juniode 2014 en un 12,9%, olo que es lo mismo

9.917 presos menos(datos de II.PP.). Las mujeres, minoríaLas mujeres suponenuna parte minoritaria dela población reclusa enEspaña. Según losdatos de IIPP, en juniode 2014 el número totalde presos es de 66.946.Un 7,82 de ese total sonmujeres. Esto explicaque el sistema peniten-ciario de nuestro paísesté, como afirma elprofesor Salvador Cu-tiño Raya, “pensado por

hombres y para hom-bres; es decir es absolu-tamente androcéntrico”.No sólo en términos dehombres reclusos sinoque “los gestores, losque han pensado, ide-ado, inventado y dise-ñado las prisiones, hansido hombres y pen-sando que hombres, enseguridad. En ningúnmomento se plantearonque ahí fueran a vivirmujeres” nos cuentaConcepción YagüeOlmos. “Cuando visua-lizas el concepto ‘de-lincuente’, pensamosdirectamente en unhombre”, justifica lapsicóloga Sandra PérezJiménez.Hay tres prisiones ex-clusivamente de muje-res en España, el centropenitenciario Madrid I,el centro Penitenciariode Ávila (Brieva) y elcentro penitenciario deAlcalá de Guadaíra (Se-villa). Recogen a unnúmero aproximado de800 presas de las 5.087reclusas que hay ennuestro es país. Todaslas demás, aproximada-mente unas 4.287 muje-res, se encuentran enmódulos de las llama-das ‘cárceles mixtas’.Cárceles de hombres enlas que se ha integradoun espacio para las fé-minas.

La mayoría de lasmujeres se encuen-tran en la cárcel pordelitos relacionadoscon las drogas.

El perfil criminológicode la mujer es más

reducido que el de loshombres, que comen-ten una mayor varie-

dad de delitos.

Evaristo Luque Biedma, expreso.Evaristo Luque Biedma, expreso.Foto: ANA PICONFoto: ANA PICON

Page 4: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014 • 4Reportaje

Macarena Luque relatacómo estuvo en el cen-tro penitenciario de Se-villa I, en el queexistían cuatro módulosde mujeres. Ante el cre-cimiento de la pobla-ción penitenciaria estosmódulos desaparecie-ron y las mujeres, porser minoría, tuvieronque trasladarse. A prin-cipios de este año toda-vía quedaba un módulomixto hasta finales deenero, cuando salieronlas últimas que mujeresque quedaban en esaárea y este presidio seconstituyó como cienpor cien masculino. Porser mujer, Macarenatuvo que marchar aCórdoba, lejos de su fa-milia, donde no podíanvisitarla porque no te-nían suficientes recur-sos económicos. SeñalaElisabet Almeda que,como hay muy pocoscentros para mujeresrepartidos por todo elterritorio español, enmuchas ocasiones, hande cumplir su pena ale-jadas de su entorno so-ciofamiliar. Elloperjudica las posibilida-des de visitas de sus fa-miliares y amigos y, a lavez, puede agravar su

desarraigo y desintegra-ción familiar. La movilidad de las mu-jeres por las dependen-cias del centro tambiénes limitada, con el fin deevitar la convivenciacon sus compañeros deprisión por motivos deseguridad, se impide quelas presas disfruten dedeterminadas zonas yservicios. Las mujeresno compartían espaciocon los hombres en Cór-

doba, no salían del mó-dulo, y cuando salían atrabajar tenían que “iracompañadas con fun-cionario a todos lados”,cuenta Macarena. Los hombres tienen másespacio y al ser más, unamayor oferta de activi-dades y trabajos, másposibilidades. “En Sevi-lla yo tenía trabajo ycuando me trasladarontuve que esperar un añopara que me dieran uno,

solo podíamos acceder ala lavandería” relata laexconvicta sevillana. Eltipo de trabajo ofertadoen los centros peniten-ciarios tiene connotacio-nes evidentementemachistas, marcados porel rol tradicional de gé-nero. Jardinería, carpin-tería, pintura,mecánica… son algunasde las tareas que puedenemplear a hombres yque no tienen las muje-res, para las que laoferta son de corte yconfección, lavandería ylimpieza. Anibal DeTena, funcionario deprisiones: “en mis 27años nunca he visto amujeres en los talleresque se preparan parahombres. Ellas tienendiferentes actividades,muchas menos”. Las desventajas que su-fren las presas en loscentros mixtos, por serminoría, cambiancuando nos referimos acentros exclusivos paramujeres. La falta de ade-cuación viene dada tantopor el desconocimientode sus necesidades espe-cíficas, como por elgasto que puede suponerllevar a cabo dicha ade-cuación. En los centrosde mujeres se llevanprogramas dedicados ypensados expresamentepara ellas. ComentaConcepción Yagüe,“estas cárceles sí se di-señaron para mujeres yademás la gente quelleva esas prisionestiene en mente paraquién están hechas y lasactividades, la forma-ción, ofrecemos mayorvariedad, por ejemplo enAlcalá de Guadaíraexiste un taller de cerra-jería”. El problema ra-dica en que, las mujeresque pueden acceder aestos centros, que sonsolo tres, supone unamínima parte de la po-blación femenina peni-tenciaria.

El sexo, ¿por qué sepa-rados?Desde la aparición delas Galeras se ha mante-nido la intención de cen-trar un espacioespecífico para la reedu-cación y necesidades delas presas, separadas dela población reclusamasculina. En la actuali-dad, los argumentospara explicar esta sepa-ración son variados.Todos tienen connota-ciones que implican va-lores como “lotradicional” y “la segu-ridad”.Como contaba Maca-rena, la separación rí-gida. Ellas no pueden “irsolas a ningún lado”.Evaristo Luque recal-caba que no compartíanespacio y que “además,tenían a las mujeres queni tocarlas ni hablar conellas ni nada se podía.Súper protegidas”.Concepción YagüeOlmos consideraba “im-posible que hombres ymujeres estén juntos, seproducen relaciones desubordinación y estaspersonas tienen muyasumidos los roles ma-chistas de la sociedad,por lo que las mujeresviven en condicionesdesfavorables, por de-

bajo del hombre”. “Lasmujeres somos menos,juntos ambos sexos lasdesventajas se agudiza-rían”. Jesús Andrade Or-tega, conocido como elcura de la cárcel, apun-taba que “no puedenestar juntos, eso se con-vierte en un prostíbulo”.Este canciller nos deta-lla la primera vez quetuvo que dar en un mó-dulo mixto, tuvo queprohibir que se dieran lapaz porque, según él,“sólo querían besarse yluego enseguida se for-man las parejas y las ba-rrigas”. Otros se cuestionan estaseparación tan aceptadasocialmente. SalvadorCutiño, profesor de De-recho Penal, dice que“hay que estudiarlobien, pero si el objetivoes resocializar, la cárceltiene que parecerse lomáximo posible al exte-rior y, en el exterior,hombres y mujeres esta-mos juntos”. Anibal deTena, funcionario peni-tenciario, en la mismalínea afirmaba con ro-tundidad que “si el obje-tivo es socializar, noentiendo por qué hom-bres y mujeres no estánjuntos. En la vida real loestán”.Ocho millones de

conductores españolescreen en la existenciade trucos para burlar

los controles de alcoholemia

Concepción Yagüe Olmos, funcoinaria del sistemaConcepción Yagüe Olmos, funcoinaria del sistemapenitenciairo. Foto: CRISTINA SANCHEZpenitenciairo. Foto: CRISTINA SANCHEZ

Salvador Cutiño Raya, proferos de Derecho Penal. Salvador Cutiño Raya, proferos de Derecho Penal. Foto: ANA PICONFoto: ANA PICON

Page 5: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014 • 5Reportaje

Mujer, presa y extran-jera: la triple discri-minación Las personas extranje-ras son parte impor-tante de la poblaciónpenitenciaria española.Lo últimos datos deInstituciones Peniten-ciarias confirman queuno de cada tres inter-nos es de nacionalidadno española (31,3%).Es mayor en el caso delas mujeres (33,5%)que de los varones(31,1%).“Las mujeres extranje-ras son la minoría den-tro de la minoría, lasdiscriminadas de lasdiscriminadas”, señalaMarian Caro, que tra-baja en el área de inmi-grantes de la ONGAcción en Red y ade-más, en el entorno pe-nitenciario. Todos losestudios afirman que elmayor número de muje-res proviene de Colom-bia, aunque la mayoríade las extranjeras se en-cuentra en la suma delresto de países euro-peos. Existen diferen-cias según lacomunidad autónoma,por motivos de proxi-midad. Por ejemplo, enAndalucía la nacionali-dad marroquí es la másrepresentada entre lapoblación penitenciariafemenina en Andalucía. La mujer que viene defuera sigue el mismoperfil de las presa espa-ñolas. Un gran númeroson madres y su delitoestá relacionado con lasdrogas. No son consu-midoras y en la mayoríade los casos el delitoestá motiva por solven-tar necesidades econó-micas. Desde el Instituto deInvestigaciones Femi-nistas destacan la abun-dancia del tipo mulas(en 2003 eran un80,1%). Las mulas sonmujeres que trasladandrogas de un país a

otro, adosada al cuerpo,oculta en las pantallasde ordenadores portáti-les, en dobles fondos delas maletas y en el inte-rior del organismo. Lasmulas son normalmentedetenidas en las adua-nas de los aeropuertos,y suelen ser de proce-dencia sudamericana.Colombia es el país co-nocido internacional-mente por elnarcotráfico y las co-lombianas destacanentre las mulas encar-celadas en España.Frente a las condicio-nes discriminatoriasque presentan las muje-res por ser mujeresfrente a varones, las ex-tranjeras ven su situa-ción agravada. Lasdiferencias culturales,de idioma, religiosas yétnicas hacen más des-igual su estancia en pri-sión.El régimen y trata-miento penitenciariosdebe regirse por elprincipio de Igualdad yNo Discriminación,según el artículo 3 dedicha Ley y el artículo118.2 del ReglamentoPenitenciario. La con-dición de extranjera nopuede suponer variacio-nes en este principio detratamiento igualitario.No obstante, un estudiopublicado por el Minis-terio de Sanidad, Servi-

cios Sociales eIgualdad en el 2013,afirma que la visión ge-neral que hay entre lasreclusas extranjeras esde que existe racismo yellas tienen asumida ynormalizada una aten-ción desigual.

La situación económicade las extranjeras espeor. Por lo general, noreciben apoyo de susfamilias, más bien alcontrario. Llegaron aEspaña por urgenciaseconómicas. Esto lasimpulsó a traficar y unavez dentro de la cárcelnecesitan trabajar paratener algo de dinero ypoder enviarlo a sus pa-íses de origen. De ahíque todos los estudiosconfirmen que la ex-tranjera es “la presaejemplar”, pues notiene un comporta-miento conflictivo, quele permite tener trabajoy atender sus necesida-des. Las internas tienen de-recho a comunicarse deforma personal, por te-léfono y por escrito (re-gulados en el capítuloIV del Reglamento Pe-nitenciario). Para lasmujeres es difícil ver asus familiares por sepa-ración geográfica, yaque no hay tantos cen-tros habilitados paraellas, como en el casode Macarena con sutraslado a Córdoba. Enel caso de mujeres ex-tranjeras la dificultades casi insuperable. Entre las internas seforman guetos por lasdistintas nacionalida-des. Los problemas deconvivencia entre na-cionales y extranjerasson frecuentes y radi-can en las diferenciasculturales y educacio-nales entre unas yotras. Estos problemasson mayores para lasmujeres en las prisionesmixtas ya que, a dife-rencia de los varones,conviven en un únicomódulo, independiente-mente de su grado declasificación y, del tipode interna de que setrate (personalidad ycarácter, participaciónen programas específi-cos, etc.). La experien-

cia de Macarena Luquees ejemplo de estosproblemas de conviven-cia por falta de espacio:“En Córdoba lo pasémuy mal, porque era unmódulo solo y estabato’ metío”. Reinserción y castigoLa prisión como la co-nocemos hoy día apa-rece tarde, había quealimentar a personasque no generaban bene-ficios, por eso se utili-zaban otras técnicascomo la esclavitud o elmaltrato físico. AfirmaGema Martínez Ga-lindo, doctora en Dere-cho, que “las penasprivativas de la liber-tad, son un concepto re-lativamente moderno”.El mensaje de la Admi-nistración Penitenciariamanifiesta la importan-cia de la reeducación yreinserción social delos sentenciados a me-didas penales privativasde libertad. Los artícu-los 25.2 de la Constitu-ción Española yartículo 1 de la Ley Or-gánica General Peniten-ciaria, recogen que lafinalidad del sistematiene que ser la ayuda ysolución de los proble-mas que permitan a lospresos ser ciudadanoslibres y sujetos de dere-chos y deberes en nues-

tra sociedad. Anibal deTena entiende la rein-serción como “un pro-ceso que pretendeconvertir a la gente di-ferente en lo que nos-otros queramos, paraque sean aceptados. Seeliminan todas las dife-rencias y aborrega a lospresos”La reincidencia es elfracaso de esta funciónresocializadora del sis-tema. Evaristo Luqueha estado preso por de-litos de robo con fuerzade forma reincidente.“La primera vez en elaño 77, me condenarona 30 años con las leyesdel franquismo, perosalí en el 84. En el 98volví a caer fuerte, 15años de condena. Salí aprimeros de 2012”. Contotal rotundidad mani-festaba que la cárcel nocumple la función reso-cializadora que debecumplir según la admi-nistración. “A mí lacárcel no me ha cam-biado nada. Si yo veouna oportunidad, veo elbotín de Bárcenas, yovoy a delinquir”. Coin-cide con la teoría deCutiño Raya que secuestiona cuánta detoda la teoría de rein-serción hay en la prác-tica.

“Las mujeresextranjeras son laminoría dentro dela minoría, las

discriminadas de lasdiscriminadas”

Marian Caro Hernández, trabajadora social.Marian Caro Hernández, trabajadora social.Foto: ANA PICONFoto: ANA PICON

Page 6: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014• 6

Reportaje

“La cárcel está orien-tada más hacia afuera,más que para la genteque comete delitos.Sirve para señalar ungrupo que es malo. Lafinalidad es castigar y,sobre todo, mandar unmensaje al resto de lasociedad de que el Es-tado está haciendo algopara controlar el delito,por la seguridad detodo el mundo. Se tratade algo más bien sim-bólico”.De su propia experien-cia, el ex preso sevi-llano Evaristo, notiembla al referirse alas cárceles como unreducto en el que acu-mular a las personasque la sociedad noquiere. Su hermana Ma-carena Luque piensaque la cárcel es sola-mente un castigo.“Ellos dicen: esto esbasura y la vamos ameter ahí en el rincón.Ya está, no te metas enmás.” El 59,2 por ciento delos presos son reinci-dentes, mientras que un40,8 por ciento son pri-marios, según pone derelieve el último in-forme del sindicato deprisiones ACAIP. Losdelitos contra el patri-monio y el orden so-cioeconómico son lasprincipales causas decondenas, seguidos, auna distancia conside-rable, de los relaciona-dos con el tráfico dedrogas. ConcepciónYagüe afirma que “lareincidencia es algomenos frecuente entrelas mujeres que entrelos varones”.Parte considerable delos reincidentes quevuelve a delinquir estánmotivados por motivossocioeconómicos. Enmuchos casos, se pro-duce lo que el profesorCutiño Raya denomina“criminalización de la

pobreza”. “Si has en-trado en la cárcel porrobar para mantener atu familia y cuandosales ni siquiera tienesun trabajo, es obvio quevas a volver a delin-quir. Eso suele ocu-rrirle evidentemente ala gente con menoresrecursos”.Lucha anticarcelaria Fuera de las cárcelesestas mujeres no estánolvidadas. El pasado 31de mayo unas cuarentapersonas se dirigieron aAlcalá de Guadaírapara realizar una mar-cha anticarcelaria alre-dedor del centropenitenciario de muje-res. Personas deHuelva, Mérida y Chi-clana viajaron a Sevillapara participar en lareivindicación. Unosocho coches llegaron alcentro, del que se baja-ron hombres y mujerescon pancartas en mano,petardos y un equipo desonido para cantar lasconsignas anticarcela-rias que llevaban prepa-radas. Era sábado y horario devisita, los familiares delas presas entraban ysalían de la prisiónmientras que cuatro ac-tivistas entregaban uncomunicado en el que

manifestaban su apoyoy denunciaban que “alas mujeres se nos cas-tiga más duramente quea los hombres. Sabemosque las mujeres presasson <<invisibles>>para la sociedad. Sabe-mos que se las consi-dera <<mujeresmalas>>, las <<malasmadres>>, porque su-puestamente no hancumplido con las obli-gaciones de cuidadorasque se nos imponen atodas las mujeres. Sa-bemos que las difíciles

condiciones que sopor-tan las mujeres duranteel encarcelamiento. Ysabemos además quevosotras, las que estáisfuera, sois un apoyo, susostén y que cumplíscada día de prisión”. El colectivos CuartoGrado, cuyos integran-tes trabajan en denun-ciar las injusticias quese producen dentro delas cárceles, se une

para este acto reivindi-cativo con grupos femi-nistas: AsambleaFeminista de la Univer-sidad, Setas Feministasy Perras. Con el obje-tivo de “darle una pers-pectiva de género a lalucha anticarcelaria”.Queremos “unir lalucha en contra de latortura y la causa femi-nista. Las cárceles demujeres están más invi-sibilizadas, no recibentanto apoyo. Queremosque sepan que no estánsolas, que hay gentefuera que se preocupa y

lucha por sus derechos”nos cuenta VivianaSánchez Hidalgo, inte-grante de Setas Femi-nistas. Una de las pancartas re-zaba Ni encerradas encasa, ni explotadas enel curro, ni presas enlas cárceles: Libres enlas calles. La otraAbajo los muros de lasprisiones. Libertad pre-sas. Cantaban con con-

signas que decían Noestamos todas, faltanlas presas o Basta decensura, en la cárcel setortura. “No sólo luchamos porla desaparición de lascárceles, luchamos por-que el respeto de losderechos humanos den-tro de las prisiones. Lu-chamos para fomentarel pensamiento críticosobre el sistema. Si hayrepresión, tortura o cas-tigo o si la cárcel tieneun efecto que corrigelas conductas de laspersonas… queremosabrir el debate”, nosdecía Pablo S., activistade Cuarto Grado.Virginia Sánchez es deLebrija e integrante lafundación RompiendoCadenas, donde traba-jan con drogodepen-dientes: “Estoy aquíporque estoy en contradel sistema penitencia-rio. Yo pondría otrotipo de penalizacionesy, sobre todo, atenderíaa las personas con pro-blemas para que puedanreinsertarse en la socie-dad. La solución no esencerrar, castigar y re-primir a las personascomo se hace en estoscentros. Las cárcelesson lugares olvidado ydesconocidas”.

Más de la mitadde los presos en

España son reinciden-tes, siendo menor el

número de mujeres quede hombres.

“La solución noes encerrar, castigary reprimir a laspersonas como sehace en estos

centros”

Pancartas utilizadas durante la marcha a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra. Pancartas utilizadas durante la marcha a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra. Foto: ANA PICONFoto: ANA PICON

Page 7: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

Junio, 2014• 7Reportaje

Evaristo Luque se pre-guntaba en voz alta“¿para qué está el murode la cárcel, para queno salten los de aden-tro, o para que no en-tren los de afuera yvean lo que allí pasa?

Voluntarios Son muchas las asocia-ciones y ONGs queayudan a las presas.SOLIDARIOS para elDesarrollo, la Asocia-ción Pro Derechos Hu-manos, Acción en Redo, incluso en el ámbitoreligioso, la PastoralPenitenciaria son algu-nos de los nombres,entre muchos, de las or-ganizaciones que hayrepartidos por el terri-torio nacional. Laura Marín Moreno,abogada, afirma que“de acuerdo con la leyespañola, se requiere dela colaboración ciuda-dana en el ámbitopenitenciario, especial-mente en las tareasasistenciales a la pobla-ción reclusa. Sin em-bargo, no hay unaregulación adecuada enel tipo de ayuda quepuede prestar la pobla-ción civil, por lo que secuenta normalmentecon la ayuda de asocia-ciones que usualmentehan prestado ayuda y

que son de dos tipos:religiosas y profesiona-les”.Estas asociacionescumplen el papel depreparación de los re-clusos en su proceso dereinserción social y enlas cárceles de mujeres,como en la de Alcalá deGuadaira, prestan a lasmujeres diversos servi-cios relacionados conprogramas infantiles,salidas de los niños, lascasas de acogida paralos infantes, salidas decampamento…Marian Caro Hernán-dez, secretaria de Ac-ción en Red, una ONGque trata distintos ám-bitos sociales, noscuenta que se dedican“prioritariamente a lapersonas más excluidasde la sociedad. Tene-mos conciencia de quesi queremos un nivel deconvivencia aceptabledebemos mirar a laparte más débil de lasociedad. Los puentesno se caen por la partemás solida, se caen porla parte más débil. Tra-bajamos la exclusiónsocial, y la cárcel es laguinda del pastel de laexclusión”. VanessaGonzález, integrante dela Asociación Pro Dere-chos Humanos de Sevi-lla (APDH) relata:

“Tratamos sobre todocasos personales. Per-sonas que vienen a pe-dirnos ayuda porque seestán respetando susderechos o porque sonvíctimas de alguna in-justicia dentro de lacárcel. Es el tema de lasanidad, o el tema delos transportes. Ademásen la asociación hayuna abogada queatiende y asesora jurí-dicamente a los presosy familiares”. El conocido como ‘elcura hippy’, Jesús An-drade Ortega noscuenta cómo la pastoralpenitenciaria “tiene asu cargo el cuidado re-ligioso. La misa es lofundamental. Que sueleser el sábado por la ma-ñana. Después hay gru-pos por la tarde que sonde formación cristina,como una catequesis deoración de biblia. Peroel trabajo más impor-tante es lo que se llamade patio, es hablar contodo el mundo, es másimportante porque esun trato más humanopara este tipo de perso-nas. Vengo a romper lamonotonía y a levantarla autoestima. Soycomo un psicólogo”.Desde la iglesia ayudana estas personas porque“están contra el pecado,pero no contra el peca-dor”.El trabajo de Acción en

Red está volcado espe-cialmente con las muje-res presas, la mayoríade sus talleres y charlasse han realizado en elcentro penitenciario demujer de Alcalá deGuadaíra. “Las mujeressomos muy diversas,‘la mujer ’ no existe,existimos las mujeres,y una parte de esas mu-jeres están en prisión”,manifestaba MarianCaro.

El día de la mujer tra-bajadora, 8 de marzo,realizaron una visita ala prisión femenina conel objetivo de contri-buir a la resocializacióny fomentar la reflexióny el debate en torno a laigualdad entre hombresy mujeres. Javier Porti-llo, estudiante de peda-gogía y voluntario deAcción en Red, decla-raba que “fue impresio-nante descubrir laconciencia de género yde clase que demostra-ron varias mujeres alexpresarse y al justifi-car su “antimachismo”:de hecho no hubo nadie

que, en el debate poste-rior, rompiera el con-senso”. Sobre laexperiencia decía salirmuy contento, “parecíaque nuestra interven-ción les había hecho,durante un tiempo, li-bres. Lo que más meconmovió fue lo que mecomentó una mujer se-negalesa de la prisión:gracias porque nos ha-béis tratado como sifuésemos personas”.Personas. Así se sientenestas mujeres privadasde libertad cuando reci-ben ese apoyo. Maca-rena Luque lo dice: “nohe tenido nunca ayudade nadie en todos losaños que he estado allí,sólo esta última vez.Entré en un programa,que lo que hizo fue ha-cerme sentir persona, tetratan como una per-sona. Yo qué me iba aimaginar que podía seruna persona normal, sihe estado toda mi vidaen la droga”. La excon-victa cuenta que le ayu-daron a buscar trabajo,le formaron y le acom-pañaron a las primerasentrevistas. “Yo lo quenecesitaba era un tra-bajo, una oportunidaddonde pueda realizarmecomo persona. Si nollega a ser por los queme ayudaron no sé sihubiera podido cam-biar”. “Ahora he salidodel agujero”.

“Parece que nuestraayuda les había

hecho, durante untiempo, libres. Les

hace sentir personas”.

Presas el Día de la Mujer Trabajadora, actividad organizada por Acción en Red.Presas el Día de la Mujer Trabajadora, actividad organizada por Acción en Red.Foto: JAVIER PORTILLOFoto: JAVIER PORTILLO

Jesús Andrade Ortega, el cura de la cárcelJesús Andrade Ortega, el cura de la cárcelFoto: CRISTINA SANCHEZFoto: CRISTINA SANCHEZ

Page 8: Maquetación 1€¦ · Title: Maquetación 1 Created Date: 20140622191955+01'00

OpiniónJunio, 2014 • 8

Angela Davis decía que “el feminismo esla idea radical que sostiene que las mu-jeres son personas”. ¡Vaya obviedad! po-drían decir algunos. Actualmente, y sinembargo, la práctica confirma que estacita no se comprende, sobre todo si nosreferimos a situaciones o espacios queson menos visibles. ¿Es necesaria anali-zar y construir desde una perspectiva degénero? Si echamos la vista atrás o lee-mos un libro de historia general, compro-baremos que apenas hay mujeres. Lasmujeres siempre han estado relegadas asegundos o terceros planos. La historia-dora Ángeles Caso parece acertar con eltítulo de su libro “Las olvidadas” al re-ferirse a la multitud de mujeres que hi-cieron historia y que han sidosilenciadas. Por todo ello, como afirmala escritora, nos faltaría una mitad paracomprender nuestro pasado. En la mismalínea, el acceso a posiciones de poder yla participación en la construcción de lapolítica han sido fundamentalmente mas-culina.En definitiva, la historia, la política, lareligión, la cultura y toda la realidad quenos rodea, han sido creadas, pensadas ydirigidas por y para hombres: a sus me-didas. La síntesis perfecta para definirqué es el androcentrismo.

Que las mujeres, también actualmente,estén en desventaja con respecto a la si-tuación de los hombres es evidente. Agrandes rasgos, si pensamos en desigual-dades, basta conocer que en muchos tra-bajos las mujeres cobran un sueldoinferior al de los hombres, por el hechode serlo, y que suelen realizar trabajosmás precarios. Otros ni siquiera son re-munerados como el trabajo doméstico,que queda absolutamente invisibilizado. Las cosas que parecen normales y coti-dianas tienen significado si se analizandesde el punto de vista de género. Unasociedad que no desbanca la mirada an-drocéntrica de sí misma, y de sus institu-ciones, convierte, como decía Simone deBeauvoir, a la mujer en “el segundosexo”, en alguien de segundo orden.Si pensamos en las mujeres como “las ol-vidadas”, cuánto más olvidadas serán sise encuentran en lugares ya “olvidados”.Las cárceles son un ejemplo de ello. Pre-ferimos no conocer qué pasa allí. Cree-mos que es un espacio peligroso en elque se encuentran “los malos” y preferi-mos olvidarnos. En este ambiente, elhecho de que la población reclusa seamayoritariamente masculina y que, entreotros aspectos la legislación y regulaciónde los centros está pensado por y para

ellos, justifica que las mujeres sean do-blemente marginadas.Las cárceles, si es cierta su pretendidafunción resocializadora, deberían articu-larse desde una perspectiva de género. Yes que es un espacio en el que se repro-ducen, construyen y refuerzan identida-des y estereotipos sociales. Lasactividades en los centros penitenciariosson diferentes. Los presos masculinospueden formarse en carpintería, mecá-nica, pintura... Sin embargo, si observa-mos las actividades o talleresocupacionales destinados a las cárceles ymódulos de mujeres, destacan todasaquellas ligadas al trabajo doméstico ode “los cuidados”, como son cocina,corte y confección, limpieza, maquillaje,peluquería. Todas ellas, al fin y al cabo,fomentan el papel tradicional de mujer.Simone de Beauvoir tenía claro que “nose nace mujer, se llega a serlo”. Con estaforma de entender la construcción de gé-nero, los centros penitenciarios hacenflaco favor a la lucha por la igualdad, ala puesta en práctica de una igualdad realentre hombres y mujeres. Queda clarocuál es el rol de mujer que quiere repro-ducirse. Es importante matizar que ha-blar de igualdad real no implica que hayaque eliminar las particularidades “que lohacen ser”, sino todo lo contrario. Hayque valorar las diferencias, sabiendo en-marcarlas en unas condiciones que ga-ranticen las mismas oportunidades.Oportunidades formativas, laborales,económicas y sociales. La cárcel no debería “delinquir” contrael feminismo. Puede parecer irrisorio quese pretenda hacer de estos espacios unlugar más “violeta”. Existen otras urgen-cias antes que nada, podrían pensar.Grave error. La consecución de la igual-dad tiene que ser una constante, deber iren paralelo a lo demás. Tiene que fil-trarse desde los libros a las rejas de lasceldas, traspasar también los barrotes dela cárcel. Un espacio que priva la liber-tad para reeducar a los usuarios y usua-rias que permanecen allí, deberían tenermuy presente que no existe mejor manerade ser y construir ciudadanos libres queenseñando que somos iguales.

Olvidadas entre rejasNo existe igualdad real en la sociedad y la cárcel es reflejo

Cristina Sánchez y Ana Picón