manuscritos berlineses

2
\begin{quotation} La \textit{caridad} es el comienzo de la \textit{mística}; todo acto caritativo realizado sin más, al margen de segundas intenciones, pone de manifiesto que quien lo ejecuta entra en franca contradicción con el fenómeno, según lo cual el individuo extraño está totalmente separado de aquel otro, pues viene a identificarse con él. Aquel acto caritativo supone todo un misterio en cuya explicación han encontrado refugio las más variopintas ficciones. Kant, que supo despojar al teísmo de sus apoyaturas, todavía le (p. 138) cedió el título de representar la mejor explicación de aquel misterio y de cualquier acción misteriosa del mismo tenor, haciéndole salir airoso a efectos prácticos. Cuán poco riguroso se mostró Kant en este punto.\ footnote{\textit{HN} III, 211 (58) [Q 51] <1825>, en Arthur Schopenhauer, \textit{Manuscritos berlineses. Sentencias y aforismos}, selección, estudio introductorio, versión castellana y notas de Roberto R. Aramayo, Pre-textos, Valencia, 1996, pp. 137--138.} \end{quotation} \begin{quotation} En mí mismo observo que a veces contemplo a todos los seres con una cordial compasión, otras con gran indiferencia y, si se tercia, con odio, regocijándome del mal ajeno. Todo ello brinda muy claros indicios respecto a que poseemos dos modos de conocimiento diversos y contradictorios; uno que con arreglo al \textit{principium individuationis} nos hace ver a todo ser como algo que nos es totalmente ajeno y extraño, como un categórico No-Yo; en tal caso no podremos experimentar hacia ellos más que indiferencia, \textit{envidia}, odio o malicia. En cambio, el otro modo de conocimiento, que yo quisiera denominar conforme al \textit{tat-twam-asi}, nos hace ver a cualquier ser como idéntico con mi propio yo, por lo que su contemplación nos provoca compasión y afecto. […]

Upload: victor-caballero

Post on 01-Dec-2015

22 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Manuscritos berlineses

\begin{quotation}

La \textit{caridad} es el comienzo de la \textit{mística}; todo acto caritativo realizado sin más, al margen de segundas intenciones, pone de manifiesto que quien lo ejecuta entra en franca contradicción con el fenómeno, según lo cual el individuo extraño está totalmente separado de aquel otro, pues viene a identificarse con él. Aquel acto caritativo supone todo un misterio en cuya explicación han encontrado refugio las más variopintas ficciones. Kant, que supo despojar al teísmo de sus apoyaturas, todavía le (p. 138) cedió el título de representar la mejor explicación de aquel misterio y de cualquier acción misteriosa del mismo tenor, haciéndole salir airoso a efectos prácticos. Cuán poco riguroso se mostró Kant en este punto.\footnote{\textit{HN} III, 211 (58) [Q 51] <1825>, en Arthur Schopenhauer, \textit{Manuscritos berlineses. Sentencias y aforismos}, selección, estudio introductorio, versión castellana y notas de Roberto R. Aramayo, Pre-textos, Valencia, 1996, pp. 137--138.}

\end{quotation}

\begin{quotation}

En mí mismo observo que a veces contemplo a todos los seres con una cordial compasión, otras con gran indiferencia y, si se tercia, con odio, regocijándome del mal ajeno. Todo ello brinda muy claros indicios respecto a que poseemos dos modos de conocimiento diversos y contradictorios; uno que con arreglo al \textit{principium individuationis} nos hace ver a todo ser como algo que nos es totalmente ajeno y extraño, como un categórico No-Yo; en tal caso no podremos experimentar hacia ellos más que indiferencia, \textit{envidia}, odio o malicia. En cambio, el otro modo de conocimiento, que yo quisiera denominar conforme al \textit{tat-twam-asi}, nos hace ver a cualquier ser como idéntico con mi propio yo, por lo que su contemplación nos provoca compasión y afecto.

[…]

(p. 179) El primer modo de conocimiento es el único que resulta demostrable y razonable; el otro constituye la puerta del universo y no posee refrendo alguno por encima suyo, suponiendo por ello el punto más abstracto y complicado de mi doctrina.\footnote{{\textit{HN} III, 371; 1996c, 178, (\S) 189; en ed. cit., pp. 178--179.}

\end{quotation}

HN: Arthur Schopenhauer. \textit{Der handschriftliche Nachla\beta!} (hrsg. Von Arthur Hübscger), Kramer, Frankfurt a.M., 1966-1975 (5 vols.).- Deutscger Taschenbuch Verlag, München, 1985 (reimp.; 5 vols. en seis tomos); vol. III: \textit{Berliner Manuskripte}.