manifiesto 480

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el manifiesto Poderes .:5 miércoles 5 Mayo 2010 La dilapidación de un capital sindical Norberto López Ponce L a conmemoración del 1 de mayo por los profesores pre- sentó dos facetas, que en realidad es una sola. Por un lado, la mag- na concentración organizada por el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) y la conferencia de prensa convocada por el Sin- dicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM). El acto del SMSEM consti- tuyó un derroche de recursos, dado que los organizadores instalaron carpas y sillas para unos cinco mil profesores, re- partieron en la víspera pants a los mentores que conservado- ramente costaron más de diez millones de pesos, acarrearon en autobuses a maestros de los municipios más alejados y montaron islas de tacos de carnitas y barbacoa para los profesores que llegaron des- de las ocho de la mañana. El acto central inició allá por las 11:30 horas y tuvo como ora- dores principales a Roberto Sánchez Pompa, Secretario General del SMSEM y Aurelio Robles Santos, Subsecretario de Planeación y Administra- ción, representante del gober- nador Enrique Peña Nieto. En el ínterin, cantantes, mariachis, danzoneros, anima- dores que no se cansaban de repetir el número de las “pode- rosas” regiones sindicales a fin de arrancar el grito eufórico de los profesores provenientes de ellas, pálidas cápsulas infor- mativas sindicalistas de tipo escolar y exaltadas menciones al liderazgo de Sánchez Pom- pa y Peña Nieto. Lo único que rompió la aburrida rutina que adormecía a los profesores y los obligaba a entablar la charla con los amigos y los vecino fue la acción intolerante y porril ordenada por quien no soporta que una hoja que demandaba aumento salarial emergente de siete por ciento al salario magisterial, le fuera arrebata- da al equipo de nuevamente democrático, Serafín Aguilera Valencia, ahora flamante su- pervisor. La parte central del dis- curso de Roberto Sánchez, presentó una disyuntiva falsa. Según ésta, el SMSEM no se puede aceptar la reforma labo- ral panista, presentada por el Secretario del Trabajo, Lozano, porque con ella se pretende de- bilitar y desaparecer a los sin- dicatos. Ciertamente, la parte peligrosa para los sindicatos es la aceptación a raja tabla de to- das las propuestas orientadas a la flexibilización del trabajo sin establecer criterios razonables para lograr vida digna de los trabajadores. La parte positiva de esa reforma tiene que ver con la introducción del voto secreto, directo y universal de las dirigencias sindicales, es decir, la democratización de los sindicatos. Esta es la parte fundamental a la que se opone férreamente el partido tricolor en la Cámara de Diputados fe- deral. Aunque en los hechos, la flexibilización laboral ya ha sido introducida por el propio gobierno mexiquense. Allí están los contratos por obra terminada o por un tiempo determinado en las escuelas y la formulación de contratos con terceros para adquirir un servicio. Todo ello para no dar seguridad laboral a los profeso- res, esto es, plazas de base. Así entonces, es falso que los sindicatos estén en la glo- ria con la legislación laboral que tiene sus raíces en los go- biernos priístas. Éstos, a fin de impedir el desarrollo de un sindicalismo independiente y democrático, impulsaron un sindicalismo corporativo, an- tidemocrático y autoritario que permitió la emergencia de diri- gencias gansteriles, serviles al gobierno y régimen en turno, corruptas y negociantes de las demandas de los trabajadores. El resultado de esa política ha sido un sindicato débil, tan débil, que el SMSEM ha permitido que los profesores hayan sido desplazados de la conducción de la educación pública en la entidad y reci- ban el incremento salarial al gusto de la oligarquía estatal y nacional. Por otra parte, Luis Zamo- ra Calzada, dirigente del SU- MAEM apareció como el adalid del sindicalismo que él llama independiente. Ciertamente la lucha que aún libra junto con decenas de profesores ha sido loable porque ha reivindicado el derecho de los trabajadores a formar otro sindicato magiste- rial, en el marco de la libertad sindical establecido en el Con- venio 87 de la Organización In- ternacional del Trabajo. Esa lucha ejemplar y obs- tinada debe enseñar a los tra- bajadores y al magisterio en particular, la manera en que se defiende un derecho que pre- tende ser conculcado por quien se ufana en repetir una y otra vez que los mexiquenses viven en un Estado en donde impera la majestad de la ley. No obs- tante, los abogados leguleyos del gobierno estatal se empe- ñan en no acatar la sentencia de un Tribunal Colegiado federal y necia y torpemente se resis- ten a reconocer la dirigencia del SUMAEM. La independencia del pa- trón gobierno y del partido oficial de la que se ufana Za- mora Calzada, sin embargo, sólo durará hasta que obtenga la toma de nota y se le reconoz- ca como interlocutor legal ante las instancias estatales. A par- tir de allí veremos al Zamora Calzada autoritario, arrogante e impulsivo que han conocido los profesores del subsistema estatal, presto para ponerse al servicio del gobierno y del pe- erre-i. Su historial, no ha sido el de un personaje vinculado con la lucha democrática, sino de alguien que ha perseguido el poder sindical de manera obse- siva y compulsiva sin importar los medios. ¿Por qué decidió formar otro sindicato y no dar la lucha al interior del SM- SEM? Su primo, Fernando Za- mora Morales, ha confiado que Luis no quiso esperar tres años. No confió en la palabra de su pariente que le prometió que él sería candidato a la secretaría general del SMSEM en 2009. Tampoco se propuso enfrentar la candidatura de Héctor Her- nández Silva en el 2006 porque no confiaba en el trabajo de los fernandistas que dominaban el Órgano Electoral Indepen- diente y en la aplicación de un Reglamento Electoral antide- mocrático, hecho a modo para hacer ganar ilegalmente y como sea al candidato oficial, del que Luis Zamora fue coautor en los años felices de la gestión de la profesora Trinidad Franco Arpero. Conociendo todas las trampas, candados y filtros que gustosamente Luis había urdi- do con Ma´trini para avasallar a los adversarios, no se arriesgó a que Fernando Zamora y Héctor Hernández le dieran una sopa de su propio chocolate. Menos aún se propuso la difícil y larga lucha dentro del SMSEM. Sabía que Fernando y Héctor lo hostilizarían en todas partes, golpearían su base ma- gisterial simpatizante, coopta- rían a sus aliados y lo dejarían en la orfandad sindical. Todo ello le demandaría abnega- ción, fortaleza y obstinación durante quién sabe cuántos años. Así entonces, el camino más corto para convertirse en dirigente gremial consistió en formar otro sindicato magiste- rial, aprovechando el derecho de todo trabajador a la liber- tad sindical. En ese empeño, allí va cargando con ese negro historial. En sus alocuciones, ha he- cho énfasis en la propuesta de un Proyecto Educativo inte- gral; pero ha rehuido hablar de la democracia sindical, no sólo en su vertiente electoral como el voto directo, secreto y universal en la elección de toda forma de representación sindical, sino también como forma de convivencia y vida, forma de gobierno y rendición de cuentas. Según su decir, es una postura ingenua proponer una Reforma Integral al Estatu- to del SMSEM a fin de hacer que ese sindicato transite a la democracia plena. En la posición de santón que se quiere arrogar ahora, Luis Zamora descalifica a quie- nes con marchas, caminatas, plantones, desplegados, volan- tes, periódicos, pliegos peti- torios, reuniones, asambleas y congresos de las décadas de los setenta, ochenta y princi- pios de los noventa hicieron posible la defensa salarial, se opusieron a la disminución de las prestaciones sociales y exi- gieron el voto secreto directo y universal en la elección de toda representación gremial. Para sus seguidores del SU- MAEM esas formas de lucha no tuvieron impacto y no están en su consideración. ¡Nosotros no haremos marchas ni planto- nes!, han dicho con vehemen- cia para que el gobierno y el PRI los escuche. Ajenos a lo que es la lucha social, desconocen que incluso la derrota de un movimiento social, sirve para politizar el problema, es decir, generar su discusión en diferentes instan- cias y plantear soluciones. Allí está la lucha campesina y obre- ra del siglo XIX que se expresó inicialmente en el Programa del Partido Liberal de 1906 y al triunfo de la revolución cons- titucionalista, en los artículos 27 y 123 de la Carta Magna de 1917, de los que ahora Luis có- modamente hace uso. Sin tener autoridad moral y política, quien ha sido “cha- rro de la derecha autoritaria” y prosélito del panismo en esta coyuntura de apretura de tuercas priísta, ahora despec- tivamente llama a esos profe- sores del Comité Permanente de Lucha Magisterial, de la Coordinadora Democrática del Magisterio Estatal y del Movi- miento Democrático Magiste- rial, principalmente, “charros de izquierda”. Quizá algunos lo sean, pero ¿qué potestad tie- ne él para decirlo? ¿De dónde le sale lo democrático?

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el manifiestoPoderes . :5miércoles 5Mayo 2010

La dilapidación de un capital sindicalNorberto López Ponce

La conmemoración del 1 de mayo por los profesores pre-sentó dos facetas, que en realidad es

una sola. Por un lado, la mag-na concentración organizada por el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) y la conferencia de prensa convocada por el Sin-dicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM).

El acto del SMSEM consti-tuyó un derroche de recursos, dado que los organizadores instalaron carpas y sillas para unos cinco mil profesores, re-partieron en la víspera pants a los mentores que conservado-ramente costaron más de diez millones de pesos, acarrearon en autobuses a maestros de los municipios más alejados y montaron islas de tacos de carnitas y barbacoa para los profesores que llegaron des-de las ocho de la mañana. El acto central inició allá por las 11:30 horas y tuvo como ora-dores principales a Roberto Sánchez Pompa, Secretario General del SMSEM y Aurelio Robles Santos, Subsecretario de Planeación y Administra-ción, representante del gober-nador Enrique Peña Nieto.

En el ínterin, cantantes, mariachis, danzoneros, anima-dores que no se cansaban de repetir el número de las “pode-rosas” regiones sindicales a fin de arrancar el grito eufórico de los profesores provenientes de ellas, pálidas cápsulas infor-mativas sindicalistas de tipo escolar y exaltadas menciones al liderazgo de Sánchez Pom-pa y Peña Nieto. Lo único que rompió la aburrida rutina que adormecía a los profesores y los obligaba a entablar la charla con los amigos y los vecino fue la acción intolerante y porril ordenada por quien no soporta que una hoja que demandaba aumento salarial emergente de siete por ciento al salario magisterial, le fuera arrebata-da al equipo de nuevamente democrático, Serafín Aguilera Valencia, ahora flamante su-pervisor.

La parte central del dis-curso de Roberto Sánchez, presentó una disyuntiva falsa. Según ésta, el SMSEM no se puede aceptar la reforma labo-ral panista, presentada por el Secretario del Trabajo, Lozano, porque con ella se pretende de-bilitar y desaparecer a los sin-dicatos. Ciertamente, la parte

peligrosa para los sindicatos es la aceptación a raja tabla de to-das las propuestas orientadas a la flexibilización del trabajo sin establecer criterios razonables para lograr vida digna de los trabajadores. La parte positiva de esa reforma tiene que ver con la introducción del voto secreto, directo y universal de las dirigencias sindicales, es decir, la democratización de los sindicatos. Esta es la parte fundamental a la que se opone férreamente el partido tricolor en la Cámara de Diputados fe-deral. Aunque en los hechos, la flexibilización laboral ya ha sido introducida por el propio gobierno mexiquense. Allí están los contratos por obra terminada o por un tiempo determinado en las escuelas y la formulación de contratos con terceros para adquirir un servicio. Todo ello para no dar seguridad laboral a los profeso-res, esto es, plazas de base.

Así entonces, es falso que los sindicatos estén en la glo-ria con la legislación laboral que tiene sus raíces en los go-biernos priístas. Éstos, a fin de impedir el desarrollo de un sindicalismo independiente y democrático, impulsaron un sindicalismo corporativo, an-tidemocrático y autoritario que permitió la emergencia de diri-gencias gansteriles, serviles al gobierno y régimen en turno, corruptas y negociantes de las demandas de los trabajadores. El resultado de esa política ha sido un sindicato débil, tan débil, que el SMSEM ha permitido que los profesores hayan sido desplazados de la conducción de la educación pública en la entidad y reci-ban el incremento salarial al gusto de la oligarquía estatal y nacional.

Por otra parte, Luis Zamo-ra Calzada, dirigente del SU-MAEM apareció como el adalid del sindicalismo que él llama independiente. Ciertamente la lucha que aún libra junto con decenas de profesores ha sido loable porque ha reivindicado el derecho de los trabajadores a formar otro sindicato magiste-rial, en el marco de la libertad sindical establecido en el Con-venio 87 de la Organización In-ternacional del Trabajo.

Esa lucha ejemplar y obs-tinada debe enseñar a los tra-bajadores y al magisterio en particular, la manera en que se defiende un derecho que pre-tende ser conculcado por quien se ufana en repetir una y otra vez que los mexiquenses viven en un Estado en donde impera

la majestad de la ley. No obs-tante, los abogados leguleyos del gobierno estatal se empe-ñan en no acatar la sentencia de un Tribunal Colegiado federal y necia y torpemente se resis-ten a reconocer la dirigencia del SUMAEM.

La independencia del pa-trón gobierno y del partido oficial de la que se ufana Za-mora Calzada, sin embargo, sólo durará hasta que obtenga la toma de nota y se le reconoz-ca como interlocutor legal ante las instancias estatales. A par-tir de allí veremos al Zamora Calzada autoritario, arrogante e impulsivo que han conocido los profesores del subsistema estatal, presto para ponerse al servicio del gobierno y del pe-erre-i.

Su historial, no ha sido el de un personaje vinculado con la lucha democrática, sino de alguien que ha perseguido el poder sindical de manera obse-siva y compulsiva sin importar los medios. ¿Por qué decidió formar otro sindicato y no dar la lucha al interior del SM-SEM? Su primo, Fernando Za-mora Morales, ha confiado que Luis no quiso esperar tres años. No confió en la palabra de su pariente que le prometió que él sería candidato a la secretaría general del SMSEM en 2009. Tampoco se propuso enfrentar

la candidatura de Héctor Her-nández Silva en el 2006 porque no confiaba en el trabajo de los fernandistas que dominaban el Órgano Electoral Indepen-diente y en la aplicación de un Reglamento Electoral antide-mocrático, hecho a modo para hacer ganar ilegalmente y como sea al candidato oficial, del que Luis Zamora fue coautor en los años felices de la gestión de la profesora Trinidad Franco Arpero. Conociendo todas las trampas, candados y filtros que gustosamente Luis había urdi-do con Ma´trini para avasallar a los adversarios, no se arriesgó a que Fernando Zamora y Héctor Hernández le dieran una sopa de su propio chocolate.

Menos aún se propuso la difícil y larga lucha dentro del SMSEM. Sabía que Fernando y Héctor lo hostilizarían en todas partes, golpearían su base ma-gisterial simpatizante, coopta-rían a sus aliados y lo dejarían en la orfandad sindical. Todo ello le demandaría abnega-ción, fortaleza y obstinación durante quién sabe cuántos años. Así entonces, el camino más corto para convertirse en dirigente gremial consistió en formar otro sindicato magiste-rial, aprovechando el derecho de todo trabajador a la liber-tad sindical. En ese empeño, allí va cargando con ese negro

historial.En sus alocuciones, ha he-

cho énfasis en la propuesta de un Proyecto Educativo inte-gral; pero ha rehuido hablar de la democracia sindical, no sólo en su vertiente electoral como el voto directo, secreto y universal en la elección de toda forma de representación sindical, sino también como forma de convivencia y vida, forma de gobierno y rendición de cuentas. Según su decir, es una postura ingenua proponer una Reforma Integral al Estatu-to del SMSEM a fin de hacer que ese sindicato transite a la democracia plena.

En la posición de santón que se quiere arrogar ahora, Luis Zamora descalifica a quie-nes con marchas, caminatas, plantones, desplegados, volan-tes, periódicos, pliegos peti-torios, reuniones, asambleas y congresos de las décadas de los setenta, ochenta y princi-pios de los noventa hicieron posible la defensa salarial, se opusieron a la disminución de las prestaciones sociales y exi-gieron el voto secreto directo y universal en la elección de toda representación gremial. Para sus seguidores del SU-MAEM esas formas de lucha no tuvieron impacto y no están en su consideración. ¡Nosotros no haremos marchas ni planto-nes!, han dicho con vehemen-cia para que el gobierno y el PRI los escuche.

Ajenos a lo que es la lucha social, desconocen que incluso la derrota de un movimiento social, sirve para politizar el problema, es decir, generar su discusión en diferentes instan-cias y plantear soluciones. Allí está la lucha campesina y obre-ra del siglo XIX que se expresó inicialmente en el Programa del Partido Liberal de 1906 y al triunfo de la revolución cons-titucionalista, en los artículos 27 y 123 de la Carta Magna de 1917, de los que ahora Luis có-modamente hace uso.

Sin tener autoridad moral y política, quien ha sido “cha-rro de la derecha autoritaria” y prosélito del panismo en esta coyuntura de apretura de tuercas priísta, ahora despec-tivamente llama a esos profe-sores del Comité Permanente de Lucha Magisterial, de la Coordinadora Democrática del Magisterio Estatal y del Movi-miento Democrático Magiste-rial, principalmente, “charros de izquierda”. Quizá algunos lo sean, pero ¿qué potestad tie-ne él para decirlo? ¿De dónde le sale lo democrático?