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Manifestaciones oculares en la leishmaniasis canina. Revisión. Las lesiones oculares ocasionadas por la leishmaniasis canina, afectan a todas las es- tructuras oculares, con predisposición por el segmento anterior y por los anexos. La uveítis es la más frecuente y grave de las manifestaciones oculares en la leishmaniasis, por las consecuencias ocasionadas con la falta de transparencia de los medios y com- plicaciones que pueden causar ceguera. El clínico puede encontrar signos característi- cos como granulomas palpebrales o córneo-conjuntivales, alopecias, lesiones ulcerati- vas de los párpados y uveítis anterior, altamente sugestivas de leishmaniasis, que hagan sospechar de la enfermedad. Un diagnóstico y tratamiento precoz de la leishma- niasis sistémica y de las lesiones oculares, pueden mejorar el pronóstico. Palabras clave: Leishmaniasis; Ocular; Canina. Rev. AVEPA, 22 (4): 279-285, 2002 M. Vi//agrasa, M.J. Casca/es, S, Bernaez. Centro Oftalmológico Veterinario Goya, ~~~1~ , 28009 Madrid. e-mail: [email protected] [~] & AV, t PA I Introducción La leishmaniasis canina es una enfermedad de evolución lenta y a menudo crónica, de naturaleza endémica en los países mediterráneos. La enfermedad, causada por la subes- pecie Leíshmanía ínfantum, es transmitida por la picadura de la hembra de Phlebotomus spp., que actúa de vector portador al inocular los amastigotes de leishmania. Dependien- do de la capacidad de respuesta inmunitaria del hospedador, los amastigotes pueden co- lonizar los macrófagos y desarrollar en algunos casos la enfermedad clínica. Clásicarnen- .te se describen dos presentaciones de la enfermedad, la forma cutánea y la forma vísceral, aunque ambas suelen ir acompañadas, los signos clínicos de una de ellas, pueden ser más patentes que los de la otra. Los perros no tratados, tienen tendencia a presentar más cuadro cutáneo que los perros tratados. El diagnóstico de la enfermedad, se basa en dife- rentes criterios clínicos y analíticos (serológicos, histológicos, inmunohistoquímicos ...,1-6. El tratamiento, basado en los antimoniales, alopurinol. .. puede llevar en determinados ca- sos a la curación completa del animal, manteniendo a otros en fase de cronicidad, así, las recaídas y las complicaciones de carácter inmunitario son frecuentes, lo que puede em- pobrecer el pronóstico del paciente 1,6-13,15-19. 'Leishmaniasis ocular canina 'La incidencia de lesiones oculares en la leishmaniasis canina es alta según todos los estudios publicados 10,20,21,22,23,24,25,26 pero está poco referenciada en la bibliografía, da- do el escaso número de trabajos publicados con series amplias, así, los datos obtenidos oscilan en un rango muy amplio, comprendido entre 16% para Ciarramella'', 24,4% para Peña 22 , 42:10% para Slappende!", 80,49% para Novales". Multitud de factores inciden en la obtención de datos tan dispares, así la incidencia de lesiones concretas (dermato- lógicas, oftalmológicas ...) es mucho mayor cuando la exploración es realizada por un clí- nico especializado (dermatólogo, oftalmólogo ...) que por un generalista, el cual podrá aportar datos más globales y fiables que los aportados por un clínico especializado (que siempre tendrá una visión más parcial dentro del contexto general de la enfermedad). Un dermatólogo tiende a incluir las lesiones palpebrales y perioculares dentro de las le- siones dermatológicas, mientras que el oftalmólogo las incluirá dentro de las lesiones de anexos oculares. De forma adicional, influye el hecho de que una afección a menudo crónica y/o subclí- nica, proporciona información muy diferente según el momento en que se realiza (pre- coz, tardía, con o sin medicación previa ...). Para obtener información objetiva, un número suficientemente representativo de pe- rros, debería de ser estudiado por un equipo multidisciplinar. Los estudios publicados difieren en referencia a factores como el sexo o la edad o la bilateralidad de las lesiones. Novales", no encuentra diferencias significativas en los ha- 279

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Manifestaciones oculares en la leishmaniasiscanina. Revisión.

Las lesiones oculares ocasionadas por la leishmaniasis canina, afectan a todas las es-tructuras oculares, con predisposición por el segmento anterior y por los anexos. Lauveítis es la más frecuente y grave de las manifestaciones oculares en la leishmaniasis,por las consecuencias ocasionadas con la falta de transparencia de los medios y com-plicaciones que pueden causar ceguera. El clínico puede encontrar signos característi-cos como granulomas palpebrales o córneo-conjuntivales, alopecias, lesiones ulcerati-vas de los párpados y uveítis anterior, altamente sugestivas de leishmaniasis, quehagan sospechar de la enfermedad. Un diagnóstico y tratamiento precoz de la leishma-niasis sistémica y de las lesiones oculares, pueden mejorar el pronóstico.

Palabras clave: Leishmaniasis; Ocular; Canina.Rev. AVEPA, 22 (4): 279-285, 2002

M. Vi//agrasa, M.J. Casca/es,S, Bernaez.

Centro Oftalmológico Veterinario Goya,~~~1~ ,

28009 Madrid.e-mail: [email protected]

[~]

&AV, t PA

I

Introducción

La leishmaniasis canina es una enfermedad de evolución lenta y a menudo crónica, denaturaleza endémica en los países mediterráneos. La enfermedad, causada por la subes-pecie Leíshmanía ínfantum, es transmitida por la picadura de la hembra de Phlebotomusspp., que actúa de vector portador al inocular los amastigotes de leishmania. Dependien-do de la capacidad de respuesta inmunitaria del hospedador, los amastigotes pueden co-lonizar los macrófagos y desarrollar en algunos casos la enfermedad clínica. Clásicarnen-.te se describen dos presentaciones de la enfermedad, la forma cutánea y la forma vísceral,aunque ambas suelen ir acompañadas, los signos clínicos de una de ellas, pueden sermás patentes que los de la otra. Los perros no tratados, tienen tendencia a presentar máscuadro cutáneo que los perros tratados. El diagnóstico de la enfermedad, se basa en dife-rentes criterios clínicos y analíticos (serológicos, histológicos, inmunohistoquímicos ...,1-6.El tratamiento, basado en los antimoniales, alopurinol. .. puede llevar en determinados ca-sos a la curación completa del animal, manteniendo a otros en fase de cronicidad, así, lasrecaídas y las complicaciones de carácter inmunitario son frecuentes, lo que puede em-pobrecer el pronóstico del paciente 1,6-13,15-19.

'Leishmaniasis ocular canina

'La incidencia de lesiones oculares en la leishmaniasis canina es alta según todos losestudios publicados 10,20,21,22,23,24,25,26 pero está poco referenciada en la bibliografía, da-do el escaso número de trabajos publicados con series amplias, así, los datos obtenidososcilan en un rango muy amplio, comprendido entre 16% para Ciarramella'', 24,4% paraPeña22, 42:10% para Slappende!", 80,49% para Novales". Multitud de factores incidenen la obtención de datos tan dispares, así la incidencia de lesiones concretas (dermato-lógicas, oftalmológicas ...) es mucho mayor cuando la exploración es realizada por un clí-nico especializado (dermatólogo, oftalmólogo ...) que por un generalista, el cual podráaportar datos más globales y fiables que los aportados por un clínico especializado (quesiempre tendrá una visión más parcial dentro del contexto general de la enfermedad).Un dermatólogo tiende a incluir las lesiones palpebrales y perioculares dentro de las le-siones dermatológicas, mientras que el oftalmólogo las incluirá dentro de las lesionesde anexos oculares.De forma adicional, influye el hecho de que una afección a menudo crónica y/o subclí-

nica, proporciona información muy diferente según el momento en que se realiza (pre-coz, tardía, con o sin medicación previa ...).Para obtener información objetiva, un número suficientemente representativo de pe-

rros, debería de ser estudiado por un equipo multidisciplinar.Los estudios publicados difieren en referencia a factores como el sexo o la edad o la

bilateralidad de las lesiones. Novales", no encuentra diferencias significativas en los ha-

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lIazgos respecto al sexo, mientras que Peña22 encuen-tra doble incidencia en machos que en hembras.Todos los autores, señalan prioritaria la afección bi-

lateral sobre la unilateral, motivada la unilateral por undiagnóstico más precoz y falta de tiempo para evolu-cionar a la bilateral en el transcurso de la enfermedad.Un factor no tenido en cuenta hasta hace poco tiem-

po, es la posible implicación ocular de otras enferme-dades concomitantes con la leishmaniasis canina, en-tre otras, la ehrlichiosis cantna " y la hipertensiónsistémica26.27.Los estudios histopatológicos realizados no propor-

cionan en general datos estadísticos salvo en el traba-jo de Novales" , con una estimación de presencia deinfiltrado linfohistioplasmocitario en las estructurasanteriores del globo ocular del 95,65% de los casos es-tudiados, lo que contrasta con el porcentaje de afec-ción clínica 80,49%; el autor atribuye esta diferencia ala posible lesión subclínica de algunas formas de leish-maniasis ocular. La presencia de infiltrado linfoplas-mocitario con o sin leishmanias, es la lesión descritapreviamente por Gallego et al en 198611 y posterior-mente por otros autoresl0.21.22.23.25.26.28.29.

Síntomas ocularesde la leishmaniasis

Las lesiones encontradas en la leishmaniasis caninason particularmente importantes en el segmento ante-rior del globo ocular según señalan todos los autores,con un amplio predominio sobre las lesiones del seg-mento posterior. De forma adicional el examen delsegmento posterior del globo ocular, puede estar difi-cultado tanto por la opacidad de medios anteriores co-mo por las dificultades técnicas para su estudio; sólodos trabajos hacen referencia a técnicas específicas deexamen, electrorretinografía 13y angiofluoresceinogra-fía2o.

Párpados

En los párpados se presentan tres tipos de lesionesbien diferenciadas, manteniendo las dos primeras for-mas (difusas) una relación en el tiempo, dependiendodel grado de afección de la enfermedad y del estado decronicidad.

Alopecia periocular

Esta forma banal, descrita por Ferrer et al10 en 1988,se presenta como una dermatitis seborreica y desca-mativa que provoca una alopecia en los párpados su-perior e inferior, afectando a un sector comprendidoentre los pocos milímetros y los dos centímetros, loque confiere el aspecto de "antifaz" característico dealgunos perros con la afección, es a menudo no prurí-tica. La incidencia de esta lesión depende, como todas,del momento en que se realiza el diagnóstico. Así, esconsiderada por la mayoría de los autores como rara,mientras que para otros es observada en el 26,7% de

los casos?'. En el estudio de Ciararnella", esta lesión noestá incluida en el estudio de anexos oculares sino en-tre los hallazgos dermatológicos con una incidenciadel 18% (Fig. 1).

Blefaritis ulcerativa

La erosión del epitelio por la pérdida del revesti-miento, facilita la complicación de la lesión con infec-ciones bacterianas, micóticas ...10.22.23,lo que ocasionaa menudo un acúmulo de secreciones y costras, altiempo que se produce una depigmentación. La inci-dencia se encontraría en torno al 3,8%21 (Fig. 2).

Blefaritis nodular

Las primeras descripciones de esta presentación fue-ron realizadas por McConnell et al24 y Ferrer '? y poste-riormente en la totalidad de los trabajos 15.20.22.23.24.25.26.27.28.

La lesión tiene escasa prevalencia 0,09%21 y si bienpuede presentarse en cualquier raza, fue inicialmentedescrita en un perro de raza Bóxer, para ser confirma-da con posterioridad como raza predispuesta por to-dos los autores.

Fig. 1.Alopecia bilateral. Dermatitis seborreica difusa.

Fig. 2. Dermatitis ulcerativa con infección bacteriana secun-daria.

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Histológicamente se observa una reacción inflama-toria crónica constituida por linfocitos, células plásti-cas y mácrofagos con leishmanias en su citoplasma ofuera de él. Los granulomas tienden a involucionar deuna forma espontánea en un plazo de varios días, estoes interpretado por Roze13,como un proceso con granimplicación de reacción de carácter inmunitario, por elcontrario para Peña estas lesiones palpebrales tendríanuna mayor relación con la reacción local provocadapor la inoculación del parásito por parte del vector-"(Fig.3).

Aparato lacrimal

La alteración más frecuentemente observada es lahiposecreción lacrimal, si bien, para algunos autoressería causa de queratoconjuntivitis seca (GCS)21.26,otros13.25, no consideran a la hiposecreción lacrimal enla leishmaniasis causa de GCS sino una complicaciónde ésta. Peña21encuentra una incidencia baja (2,8%) deGCS.Roze28,afirma que la queratoconjuntivitis seca obser-

vada en el transcurso de la leishmaniasis, no tendría uncarácter primario sino secundario a la inflamación ocu-lar y conjuntival, lo que traería como consecuencia unasobreinfección y obstrucción de conductos lacrimalesque ocasionarían atrofia de los acinis glandulares. Si

Fig. 3. Nódulos palpebrales.

.i.AV E.PA

/Fig. 4. Conjuntivitis con quemosis.

bien el estudio histopatológico muestra presencia de in-filtrados linfo-histio-plamocitarios en las glándulas lacri-males, y consecuentemente de inflamación histológica,esto no implica necesariamente la presencia de una in-flamación clínica, que ocasionara una disminución lacri-mal de tal importancia como para producir GCS (Fig. 6).Nuestras observaciones, si bien muestran una dismi-

nución lacrimal en las fases activas de la leishmania-sis, no nos permiten afirmar que se produzca una GCSen el transcurso de la leishmaniasis. La evolución muyprolongada (8-9 años) de perros afectados de leishma-niasis no nos ha permitido observar mas casos de GCSque en la población no leishmaniótica (Fig. 7).

Conjuntiva

La conjuntivitis es un hallazgo frecuente en la leish-maniasis; tanta la conjuntiva bulbar, palpebral como lade la membrana nictitante pueden estar comprometi-das, la incidencia de su afección es alta para todos losautores situándose entre el 31,4% de Peña21, 32% paraSlappendell" y el 75,6% de Novales-".La hiperemia conjuntival está presente en casi todos

los procesos oculares de forma aislada o acompañan-do a inflamaciones vecinas como la córnea y la úvea, sibien la hipersecreción lacrimal está a menudo ausenteen la leishmaniasis (Fig. 4).

Fig. 5. Granulomas conjuntivo-cornea les situedos en el limbo.

Fig. 6. Queratoconjuntivitis seca. Blefaritis seborreica.

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La quemosis no es un hallazgo patognomónico perosí es frecuente en la leishmaniasis, para casi todos losautores, si bien solamente Roze 13.28, da un carácter deprotagonismo al edema conjuntival masivo de carác-ter bilateral que, en ocasiones, aparece en la leishma-niasis.Los granulomas conjuntiva les fueron descritos por

Agosti29, Henríquez y Prats30 y posteriormente en la to-talidad de los trabajos publicados. Dadas las caracte-rísticas de localización, en el limbo esclero-corneal,preferentemente en canto externo e interno, la consis-tencia y bilateralidad, la mayor parte de los autorescoinciden en dar una carácter patognomónico a estalesión. De igual forma, los granulomas pueden locali-zarse en la cara externa de la membrana nictitante yparticularmente en su borde libre. Histológicamente secaracterizan por la infiltración de células mononuclea-res (linfocitos, células plasmocitarias y mácrofagoscon abundante concentración de parásitos intra y ex-tracelulares), que se localizan en posición perivasculary subepiteliall'': 26, 28, 30, 31; si bien en la mayoría de loscasos la presencia de leishmanias en las formas nodu-lares, es masiva, en otros casos la presencia de leish-manias es mínima o nula según describen Farras et

Fig. 7. Múltiples granulomas comeales y penottelmitis.

Fig. 8. Queratopatía bul/osa secundaria a queratouveítis.

a/25 lo que supondría una reacción predominantemen-te inmunitaria como ocurre en la lepra en humana, es-tos granulomas de fuerte reacción inmunitaria, suelenresponder bien a la terapia corticoidea (Fig. 5).

Córnea

La lesión corneal en la leishmaniasis, puede ir unidabien a la conjuntivitis queratoconjuntivitis, o la uveítisqueratouveítis (Fig. 9).La queratoconjuntivitis muestra una alta incidencia

en la leishmaniasis con porcentajes del 31,4%, peromenor que las queratouveitis 42,8%21. La córnea enambos casos evoluciona a la descompensación, bienepitelial o endotelial con aparición de edema (Figs. 8 y10) Y reacción inflamatoria secundaria con neovascula-rización, lo que ocasiona pérdida importante de latransparencia, posibilitando la migración pigmentariaya menudo ceguera.Una forma particular afecta al limbo esclero-corneal

episcleritis o eplscleroqueratitls'". La escleritis difusacon implicación de la conjuntiva adyacente son másfrecuentes que las formas nodulares" (Figs. 5 y 7).

Fig. 9. Queratouveítis bilateral.

Fig. 10. Oueretouveïtis. Infiltración vascular marcada en lamitad inferior de la córnea. .

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Fig. 11. Uve/tis con edema corneal sectorial.

Fig. 12. Uveitis. Precipitados queráticos en la mitad inferiorcorneal. . .

Uveítis

iliAV E.P.A.

La incidencia' de la uveítis.en la leishrnaniasis es altapara la mayoría de los autores. Si bien para Novalesê-,sólo aparecen en él 14,63%, en el trabajo de Peña21,con una incidencia del 42,S%, llega a ser la lesión ocu-lar más frecuente diagnosticada. Roze13,28, identifica ala leishmaniasis como la responsable dei 70% de lauveítis en una zona 'endémica como Marsella.La presentación clínica ocurre bajo dos formas. Una

. forma granulomatosa (Figs. 1.2y 13l, conformación denódulos más o menos patentes y variables en númeroy tamaño en la superficie del iris, con 'menor participa-ción de la córnea y de signos en la cámara anterior, enla que predomina una importante población de amasti-gotes, y una forma de carácter plástico, difusa (Figs. 10y 11l, con gran implicación de la córnea y de la cámaraanterior, en la que predomina un infiltrado Ii'nfoplasmo-citarlo con nula o escasa-presencia de amastigotes.El control médico de la forma plástica es mas difícil

que el de la forma granulomatosa, quizás debido almayor componente inmunom.ediado de la lesión25,26,28. El tratamiento de las uveítis leishmanióticas es confrecuencia decepcionante, no habiendo respuesta enmuchos casos de enfermedad evolucionada a los anti-moniales, lo que vendría condicionado por la altera-ción inmunitaria; La medicación con antiinflamatorios,puede, en deter¡minados casos, mejorar el cuadro ocu-

Fig. 13. Uve/tis. Precipitados queráticos en endotelio corne-al, Examen con lámpara de hendidura.

Fig. 14. Tortuosidad y dilatación vascular.

lar, limitando las complicaciones. Los corticoides yAlNEs han de tener un uso cuidadoso en una afecciónparasitaria como la leishmaniasis.Las complicaciones ocasionadas por las uveítis leish-

manióticas son pocas veces citadas, pero graves en susconsecuencias, con ceguera resultante en los casos delarga evolución con uveítis y opacidad de medios trans-parentes. Las sinequias y los glaucomas han sido des-critos de forma aislada en la leishrnaniasisêê- 26, 28, sien-do siempre secundarias a la presencia de uveítis previa.Las cataratas han sido diagnosticadas, pero son consi-deradas infrecuentes por todos los autores, salvo paraNovales'? que encuentra una incidencia del 7,3%, y se-rían secundarias a la inflamación intraocular. Las atro-fias del iris son también consecuencia de la inflamacióncrónica del iris con desorganización de las estructuras ydisminución de la motilidad del iris!",

Vítreo

Las manifestaciones del segmento posterior en laLC, son escasas en número y en importancia, predomi-nando ampliamente las del segmento anterior!"- 13,21,23, 25, 26, 28

Las opacidades del vítreo han sido citadas por Ro-ze13,27, Farras et a/25 de forma esporádica con forma-ción ocasional de pseudomembranas.

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Fondo ocular

La incidencia de lesiones en el fondo ocular en la LC,es reconocida por todos los autores como escasa en elperro 13,21,22,25,26,27.De forma adicional, las opacidades del segmento an-

terior dificultan exámenes más detallados del fondoocular.Novales identifica un 19,51% de lesiones de diferen-

te naturaleza, Peña21, encuentra un 3,8% de uveítisposterior, mientras que el resto de autores describencasos puntuales.Dos coriorretinitis son citadas por Roze13, siendo

más frecuentes para Novales-". Peña21,identifica 8 ca-sos (4 perros) de uveítis posterior con coriorretinitismultifocal y en uno de ellos un desprendimiento reti-nal exudativo. En ninguno de estos trabajos, se cita larealización de angiofluoresceinografía, por lo que nopodría hablarse de coriorretinitis propiamente dicha.Un trabajo no publicado, realizado por nosotros, conun total de 95 casos de LC, a los que se practicó unaangiofluoresceinografía del fondo ocular, sólo mostródos casos de coriorretinitis aisladas, (no pudiéndosehablar de causa-efecto) no observándose en ningúncaso separación retinal inflamatoria, aunque sí se iden-tificaron focos exudativos de carácter pasivo (hiperten-sión sistémica). Si bien el examen histológico pone demanifiesto infiltrados inflamatorios en la coroides, es-tos no son suficientemente importantes como paramostrar una coriorretinitis clínica en el transcurso de laLC. Las separaciones retinales detectadas en la leish-maniasis tienen origen, no en la inflamación del seq-mento posterior, sino en la presencia de hipertensiónsistémica o en las uveítis con severa hipotensión ocu-

Summary

lar (5-6 mm Hg) que acompaña a las uveítis anterioresevolucionadas.Las hemorragias fúndicas son más frecuentes para

Roze13que las coriorretinitis y las relaciona con trom-bocitopenia e insuficiencia renal. Novales'", observauna hemorragia fúndica en un perro con anemia in-tensa e insuficiencia renal. Farras et a125, describenuna hemorragia fúndica en un caso de insuficienciarenal.La dilatación de los vasos retinales con incremento

de la tortuosidad, son los hallazgos más frecuentes enel fondo ocular en el transcurso de la LC13,25(Fig. 14).Los edemas de papila son siempre moderados (hipo-tensión ocular), así como raras la neuritis ópticas P: 25.Trabajos como el de.Salnz.", ponen de manifiesto la

asociación leishmaniasis-ehrlichiosis, con interrela-ción de signos clínicos, lo que ha de tenerse en cuentaa la hora de sacar conclusiones sobre las manifestacio-nes clínicas en ambas enfermedades.Martínez de Mer1032,encuentra incremento de hiper-

tensión sistémica en perros con leishmaniasis y Villa-grasa20,33, describe signos angiográficos del fondoocular en la hipertensión sistémica. De esta forma par-te de las lesiones encontradas en el fondo ocular en laleishmaniasis canina, no serían producidas por la leish-maniasis sino por afecciones concomitantes, como laerhlichiosis, hipertensión sistémica u otras.

Órbita

La inflamación de los tejidos retrobulbares en la LC,ocurre de forma difusa (celulitis orbitaria) e infre-cuente 13,21.

Ocular damages in canine leishmaniasis are very diverse, although those injuries concerning the front (cranial, anterior) segmentof the eyeball prevail.Uveitis is the most frequent and severe problem in leishmaniasis, causing visual handicap (deficit)when the disease is highly de-veloped. Althought there are no patognomonic signs, vets can get used to recognising characteristic signs as multiple eyelid (pal-pebral) or conjuntive-corneal granulomas, alopecic or ulcerous eyelid (palpebral) damages, anterior uveitis. An early diagnosisof the disease, together with an early treatment of the illness itself and the various damages, can improve the prognosis.

Key words: Leishmaniasis; Ocular; Canine.

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