manejo de un paciente séptico post-cirugía debido a

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Facultad de Ciencias Veterinarias -UNCPBA- Manejo de un paciente séptico post-cirugía debido a obstrucción y perforación gastrointestinal por cuerpo extraño lineal Lacombe, Damián; Mouly, Javier; Nejamkin, Pablo 2020 Tandil

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Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Manejo de un paciente séptico post-cirugía

debido a obstrucción y perforación

gastrointestinal por cuerpo extraño lineal

Lacombe, Damián; Mouly, Javier; Nejamkin, Pablo

2020

Tandil

Manejo de un paciente séptico post-cirugía debido a

obstrucción y perforación gastrointestinal por cuerpo extraño

lineal

Tesina de la orientación de Sanidad Animal, presentada como parte de los

requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Lacombe, Damián.

Tutor: Med. Vet. MOULY, Javier

Director: Med. Vet. NEJAMKIN, Pablo

Evaluador: Med. Vet. SAPPIA, Daniel

Resumen:

La presentación de pacientes con cuadro de obstrucción intestinal es muy común en el ejercicio de la clínica diaria, siendo la causa más frecuente la presencia de un cuerpo extraño. Los signos, que pueden incluir depresión, anorexia, náuseas, vómitos, deshidratación, e intenso dolor abdominal entre otros, deben ser reconocidos por el médico veterinario de forma precoz en la consulta, para poder realizar los estudios complementarios pertinentes que permitan llegar al diagnóstico definitivo de dicha entidad clínica y arribar a una resolución satisfactoria, sea quirúrgica o medicamentosa, antes que el cuadro se vuelva complejo. La perforación gastroduodenal con el consecuente desarrollo de peritonitis séptica es una de las complicaciones asociadas a la obstrucción intestinal causada por cuerpos extraños lineales. El objetivo del presente trabajo es detallar éste cuadro, realizando una breve descripción de la signología clínica, métodos de diagnóstico, fisiopatología y tratamiento. Posteriormente se presentó un caso clínico de un canino derivado post cirugía de remoción de cuerpo extraño lineal con perforación gastroduodenal para monitorización y cuidados intensivos.

.

Palabras clave: Cuerpo extraño, perforación gastroduodenal, peritonitis séptica,

sepsis, canino

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

Definición pág. 1

Diagnóstico pág. 2

Diagnósticos diferenciales pág. 5

Fisiopatología y presentación clínica pág. 5

Tratamiento, resolución y complicaciones pág. 7

Pronóstico pág. 12

CASO CLÍNICO

Reseña pág. 13

Semiología clínica pág. 16

Evaluación inicial y métodos complementarios pág. 16

Interpretación clínica pág. 18

Discusión pág. 21

Conclusiones pág. 24

BIBLIOGRAFÍA pág. 26

1

INTRODUCCIÓN

Definición

Un cuerpo extraño lineal es, por definición, un objeto que puede asumir una

configuración “lineal” en el conducto digestivo (trapos, cuerdas, medias de

nylon, cadenas). El mismo se aloja o “fija” por uno de sus extremos en un punto

(base lingual y píloro son los más comunes) mientras el resto sigue al intestino,

provocando lo que se conoce como obstrucción por plicatura, en la medida que

se producen las ondas peristálticas y el intestino se va replegando sobre el

cuerpo extraño (Figura 1). Esta plicatura puede causar una obstrucción

completa o, más frecuentemente, parcial. La peristalsis continúa movilizando el

intestino contra el material fijado, y puede lacerar la mucosa y causar

perforaciones a lo largo del borde antimesentérico (Couto, 2000; Mazzaferro,

2012).

Figura 1: Plegamiento en el intestino de un gato causado por una cuerda

(Fossum, 2009).

La peritonitis séptica, definida como el estado inflamatorio del peritoneo que

ocurre secundario a contaminación bacteriana, generalmente es el resultado de

la rotura, perforación o dehiscencia gastrointestinal (Ludwig, 2012). La

dehiscencia intestinal se observa en un 7 – 15,7% de los pacientes tras la

cirugía gastrointestinal y es más frecuente cuando se asocia a una lesión

traumática o a la presencia de un cuerpo extraño (Wylie y Hosgood, 1994).

2

La sepsis es un proceso muy complejo no comprendido actualmente en su

totalidad, por lo cual está pobremente caracterizado. De forma similar al

término “cáncer”, es un término genérico que engloba un “grupo de

enfermedades”, pero que permite encuadrar al paciente para realizar un

abordaje racional de terapias tanto primarias como adyuvantes (Mouly, 2018).

Un paciente en sepsis es aquel que presenta un foco infeccioso sospechado o

confirmado, como una ruptura/dehiscencia gastrointestinal, y que presente

algunos de estos criterios (Mouly, 2018):

Presión sistólica por debajo de 100 mmHg.

Glasgow Score neurológicopor debajo de 13 puntos.

Frecuencia respiratoria por encima de 20/min en caninos o 40/min en

felino.

Diagnóstico

Tanto la reseña como la anamnesis pueden ser sugestivas de la ingesta de un

cuerpo extraño. Hay una tendencia a que se vean afectados perros y gatos

relativamente jóvenes (<4 años). Vómitos, anorexia, decaimiento, agitación,

son signos clínicos fundamentales que en la consulta muchas veces no se

manifiestan por lo que dependemos de la información que podamos recabar del

dueño (Mazzaferro,2012).

Al examen físico es importante distinguir entre dolor abdominal como abdomen

en tabla a la palpación o postura de rezo (Figura 2), y dolor de origen

extraabdominal, como podría ser dolor referido de columna. El examen del área

abdominal podría revelar la presencia de líquido libre a través de la maniobra

de sucusión, o la presencia de intestinos amontonados, llenos de líquido o de

gas, mediante la palpación manual (Couto, 2000).

3

La ausencia de un diagnóstico con un tratamiento temprano puede desembocar

en un cuadro de peritonitis séptica, generalmente presentando taquicardia y

taquipnea, pudiendo estar hipo o hiper térmicos. El shock hipovolémico grave

producto de los vómitos y la intolerancia a la ingesta de agua, en el que corre

peligro la vida del paciente, debe tratarse antes de realizar pruebas de imagen.

Es fundamental evaluar la irrigación periférica a través del color y del tiempo de

llenado capilar en las mucosas, siendo lo normal el color rosado, con un

llenado de entre 1 a 2 segundos (Ludwig, 2012).

Los cuerpos extraños lineales alojados en píloro y “flotando” en el duodeno

deben reconocerse con imagenología o endoscopía. Los objetos pocas veces

se identifican en las radiografías y sólo rara vez causan dilatación de las asas

intestinales sugiriendo un íleo anatómico; el plegamiento de los intestinos

alrededor del objeto impide su dilatación (Couto, 2000).

La ecografía puede detectar cuerpos extraños por medio de una sombra

acústica distal, y también proveer información respecto de la integridad de la

pared intestinal y la presencia de líquido abdominal libre. El aspecto ecográfico

de un cuerpo extraño lineal se describe como una línea hiperecoica central con

el intestino plicado sobre un lado (Figura 3). Los hallazgos de laboratorio

pueden mostrar un amplio rango de anormalidades electrolíticas, desequilibrios

ácido-base, anemia, hipoalbuminemia, leucograma de estrés o inflamatorio, y

evidencia de deshidratación (Mazzaferro, 2012).

Figura 2: Postura antiálgica o de rezo. Extraído de https://www.berri.es/pdf/gastroenterologia%20en%20peque%C

3%B1os%20animales/9788496344334

4

Ante la sospecha de ruptura intestinal o peritonitis, el método más específico

para detectarlo es la abdominocentesis en busca de líquido libre con presencia

de contenido intestinal o material séptico, realizando punciones en los 4

cuadrantes del abdomen (craneal y caudal del lado derecho e izquierdo, o una

única punción a nivel de la línea media ventral, 2 cm caudal al ombligo); en

caso de no obtenerse una muestra suficiente, se infunden 20 ml/kg de solución

fisiológica atemperada y se extraen de 5 a 10 minutos después 5-20 ml para su

análisis físico-químico.(Figura 4) (Carrillo Poveda. 2006).

El análisis de esta colecta nos permite determinar su origen, siendo las

características de un exudado séptico: Apariencia turbia, rojo, oscuro, amarillo,

verde o marrón. Recuento celular >20.000 células/ml. Contaje proteico >2,5

Gr/DL. Densidad específica entre 1,020 y 1,031 (Carrillo Poveda, 2006).

Figura 3: Segmento intestinal con un patrón fruncido, con plicamientocompatible con un cuerpo extraño lineal (hilo o cuerda). Extraído de https://www.cvm.es/descargables/educacion-veterinaria/paciente-con-cuerpo-

extranno-intestinal.pdf

5

Diagnósticos diferenciales

Gastroenteritis.

Pancreatitis.

Torsión mesentérica.

Intususcepción.

Obstrucción benigna del flujo pilórico.

Cuerpo extraño no lineal.

Íleo funcional.

Neoplasia.

Fisiopatología y presentación clínica de la peritonitis séptica y sepsis

provocada por cuerpo extraño lineal gastroduodenal

El animal ingiere el objeto, que puede ser un ovillo de hilo, trapos o telas, tanza,

etc. El mismo avanza por esófago hasta llegar al estómago. Allí, con los

Figura 4: Aspecto macroscópico de líquido recolectado por abdominocentesis a través de lavados con solución fisiológica.

6

movimientos de vaciado gástrico, un extremo del objeto avanza hacia duodeno

a través del píloro, mientras el otro queda anclado en dicho esfínter, sin poder

transitarlo por cuestiones físicas. Esto puede llevar a 2 cuadros: uno de

obstrucción completa, que se asocia a dolor abdominal agudo, vómitos

explosivos, grave deshidratación, desequilibrio electrolítico y shock; y el que

nos interesa en el presente trabajo, un cuadro de obstrucción parcial, con

signos clínicos más inespecíficos, como inapetencia, pérdida de peso,

decaimiento, vómitos ocasionales y diarrea (Mazzaferro, 2012).

Con el paso de los días, si el cuerpo extraño no es expulsado o removido

quirúrgicamente, el intestino llega a desvitalizarse y se producen múltiples

perforaciones en los bordes mesentéricos, desarrollando un cuadro de

peritonitis por el derrame de contenido intestinal (Pérez Rivero, 2012).

La vasodilatación y el aumento de la permeabilidad capilar local, productos de

la inflamación, tienen como resultado la pérdida de fluido y de proteínas

plasmáticas en el abdomen. Los vasos linfáticos diafragmáticos, responsables

de absorber el líquido peritoneal y devolverlo a la circulación sistémica, dejan

de funcionar y se bloquean con depósitos de fibrina que intentan contener la

contaminación. La hipovolemia resultante, agravada además por anorexia,

vómitos y diarrea, produce disminución del gasto cardíaco, escasa perfusión

tisular y muerte celular. La activación de macrófagos y monocitos produce la

liberación de TNF-alfa, interleuquinas, factor de activación plaquetaria,

prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos, radicales libres y proteasas. Los

neutrófilos liberan proteasas, eliminando bacterias presentes en el líquido

peritoneal, que liberan endotoxinas (Ludwig, 2012).

La respuesta sistémica a esta cascada de mediadores de la inflamación

consiste en vasodilatación periférica, aumento de la permeabilidad vascular,

disminución de la función cardíaca y activación de la cascada de coagulación.

La respuesta inflamatoria en la sepsis se caracteriza por una activación

endotelial sostenida y un desequilibrio entre mediadores pro- y anti-

inflamatorios. Las células endoteliales activadas cambian de un fenotipo

quiescente (anticoagulante, antiadhesivo, vasodilatador) a uno activado

(procoagulante, proadhesivo, vasoconstrictor) donde ocurren cambios

7

estructurales y funcionales que tienen como fin eliminar al agente patógeno,

pero que contribuyen simultáneamente al desarrollo de disfunción orgánica al

generar daño en otros tejidos (Carrillo Esper et al., 2016).

La hipotensión en el shock séptico, a diferencia del shock hipovolémico, está

producida por una alteración en el sistema del óxido nítrico (ON). Se produce

una sobreexpresión de la enzima óxido nítrico sintetasa inducible, aumentando

los niveles de ON circulante, lo cual se asocia con caída de la presión arterial,

alteración de la reactividad vascular, alteración en la forma de los eritrocitos y

disminución del consumo de oxígeno. A su vez la activación endotelial produce

la liberación de citoquinas, las cuales alteran el glicocálix endotelial,

aumentando la permeabilidad microvascular y favoreciendo la aparición de

edema e hipovolemia (Mouly, 2018).

El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) es particularmente

importante tanto a nivel pulmonar, favoreciendo la aparición del síndrome de

distress respiratorio agudo (SDRA) como a nivel de otros órganos, pudiendo

afectar a nivel hepático, cardíaco y renal, dando lugar a la muerte del paciente

por una disfunción multiorgánica (SDOM).

Tratamiento, resolución y posibles complicaciones

La intervención quirúrgica inmediata está indicada en las obstrucciones

completas, en las perforaciones intestinales, estrangulaciones, torsiones

mesentéricas o heridas abdominales penetrantes. La fluidoterapia debe

instaurarse de forma inmediata para corregir en la mayor medida posible la

deficiencia de fluidos, debido a que la hipotensión asociada al uso de fármacos

anestésicos durante la cirugía va a agravar este déficit (Stanley, 2012).

Los objetivos del manejo de animales con peritonitis son eliminar la causa de

contaminación, resolver la infección y restaurar el normal balance hídrico y

electrolítico. La fluidoterapia agresiva debe ser instaurada inmediatamente,

especialmente si el animal está deshidratado o aparenta estar en shock,

haciendo un desafío a 60-90 mL/kg/hora de Ringer Lactato en bolo durante 20

minutos monitoreando TLC y pulso. Si no responde, se puede realizar un

segundo desafío y posteriormente sumar apoyo vasopresor (Fossum, 2019).

8

Definiciones:

Celiotomía: Incisión quirúrgica de la cavidad abdominal.

Gastrotomía: Incisión quirúrgica a través de la pared del estómago

hasta el interior de la luz.

Enterotomía: Incisión quirúrgica hasta la luz del intestino.

Enterectomía: Eliminación de un segmento de intestino.

Enteroanastomosis: Enterectomia con el restablecimiento de la

continuidad entre los dos extremos.

Dehiscencia: Separación de los planos anatómicos previamente

suturados de una herida.

Técnica quirúrgica: Lo indicado es realizar una celiotomía exploratoria para

identificar correctamente las porciones afectadas del tracto gastrointestinal. Los

cuerpos extraños pueden presentarse en el estómago y en el intestino delgado

al mismo tiempo; por tanto, todo el tracto gastrointestinal debe ser revisado

siempre que se realice una cirugía para extraer uno del estómago. Si durante la

cirugía se observa evidencia de isquemia o perforación de la pared intestinal,

es necesaria la realización de enterectomia y anastomosis. Si la viabilidad del

tejido es cuestionable, la resección es la opción más prudente (Fossum, 2019).

La dehiscencia, en caso de producirse, suele aparecer alrededor de los 3-5

días post cirugía, momento en el que la cicatrización es mínima y los puntos se

han debilitado, por lo que es fundamental el seguimiento cercano del paciente

durante la primer semana (Figura 5) (Fossum, 2019).

9

Los factores de riesgo para las fugas a través de las anastomosis intestinales

son:

Especie, hay mayor riesgo de dehiscencia en caninos que en felinos.

Cuerpo extraño intestinal como causa de la intervención quirúrgica.

Presencia de peritonitis previo a la cirugía.

Hipoalbuminemia (<20 g/L).

Hematología con desvío a la izquierda.

Anormalidades en la coagulación.

Alteraciones metabólicas (diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo).

Los cuidados post quirúrgicos son fundamentales para el paciente que

presenta peritonitis. La pérdida de líquido y proteínas a través del fluido

abdominal, el vendaje y el drenaje, nos da como resultado un paciente

hipovolémico e hipoproteinémico. El objetivo de la fluidoterapia es otorgar

soporte hemodinámico a través de bolos de fluido, monitorizando

continuamente para observar la respuesta al tratamiento.

La colocación de drenajes de succión cerrados es una técnica efectiva que

permite realizar fácilmente la extracción y monitorización de la cantidad y

calidad de líquido peritoneal. Una desventaja es que la propia presencia del

Figura 5: Dehiscencia de enteroanastomosis terminoterminal, necropsia.

10

drenaje puede resultar en la producción de cierta cantidad de líquido (Mueller et

al., 2001; Ludwig, 2012).

Figura 6: Drenaje de succión cerrado mediante sonda Foley intraabdominal

conectada a un colector.

Los pacientes con peritonitis séptica tienen riesgo de desarrollar lo que se

conoce como síndrome de distress respiratorio agudo, además del riesgo de

sufrir neumonía por aspiración, por lo que es necesario monitorear la función

pulmonar mediante auscultación y oximetría por lo menos dos veces por día

(Ludwig, 2012).

La concentración de lactato sanguíneo también es un factor muy importante a

evaluar en pacientes críticos, ya que es útil para proporcionar datos pronósticos

y ayuda a controlar la respuesta al tratamiento. Ésta molécula es producida en

las células en condiciones anaeróbicas, y su presencia en la sangre sumado a

una disminución del pH sanguíneo se traduce en acidosis láctica. El grado de la

11

misma se correlaciona con la disminución general en el suministro de oxígeno,

la extensión de la hipoperfusión tisular y la gravedad del proceso de la

enfermedad. Aquellos pacientes con acidosis láctica tienen una tasa de

mortalidad más alta y están en mayor riesgo de desarrollar SDOM (Mouly,

2018).

Debido a las alteraciones previamente mencionadas en el tono vascular, la

presión sanguínea puede ser difícil de controlar con fluidos endovenosos

únicamente, por lo que el uso de vasopresores es necesario si la presión

arterial media no se mantiene por encima de 70 mm Hg (Ragetly, 2011).La

dopamina es la droga de primera elección, posee actividad alfa y beta

adrenérgica con escasos efectos colaterales a la dosis de 5 ug/kg/min,

pudiendo llegar hasta los 20 ug/kg/min si el paciente no tiene buena respuesta

(Font, 2001).

La norepinefrina, un inotrópico cardíaco y vasopresor simpaticomimético,

también se encuentra indicada para el tratamiento de la hipotensión profunda

causada por shock séptico. Actúa como vasoconstrictor periférico (acción alfa-

adrenérgica) y como cardioestimulante inotrópico y dilatador de las arterias

coronarias (acción beta-adrenérgica). Posterior a la adecuada reposición de

fluidos, se utiliza una infusión a velocidad constante de 0.05-0.1 ug/kg/minuto,

ajustándose hasta lograr el efecto deseado, sin superar los 1-2 ug/kg/minuto

(Plumb, 2017).

La terapia antibiótica de amplio espectro debe ser usada sin dudar ante la

sospecha de sepsis, siendo la vía de elección la endovenosa, lo cual permite

lograr una biodisponibilidad del 100% y tener concentraciones adecuadas de

antibióticos en el torrente sanguíneo. Se recomienda la administración durante

7-10 días, salvo en pacientes neutropénicos o con respuestas clínicas lentas

donde debe extenderse una mayor cantidad de días (Mouly, 2018).

La combinación entre enrofloxacina-ampicilina-metronidazol ofrece un

importante espectro de acción con toxicidad mínima. En pacientes con

infección intraabdominal la asociación entre amikacina-clindamicina o

amikacina-metronidazol son una excelente opción, teniendo en cuenta que la

12

mayoría de los microorganismos aislados en cuadros de peritonitis son

anaerobios y gram negativos entéricos (Mouly, 2018).

Un correcto protocolo analgésico es fundamental para, además de otorgar

confort al paciente, evitar los efectos negativos del sistema simpático sobre el

sistema cardiovascular. Indicadores de dolor, como son taquicardia, taquipnea,

hipertensión, agitación, vocalización y depresión, deben ser monitoreados para

elegir el analgésico y la dosis necesaria para el cuadro (Ludwig, 2012).

Utilizando el criterio de analgesia multimodal, es posible emplear diversas

combinaciones de fármacos para utilizar en infusión continua, disminuyendo los

efectos secundarios que se podrían presentar al usar una sola droga. Dos de

las más frecuentes y de uso masivo en unidades de cuidado intensivo son

morfina-lidocaína-ketamina, o fentanilo-lidocaína-ketamina, ambas otorgando

una eficaz cobertura analgésica con bajos efectos adversos (Mouly, 2018).

Pronóstico:

El pronóstico de la resolución de un cuerpo extraño gástrico o intestinal

detectado de forma temprana y sin signos de peritonitis es bueno, sin embargo

en animales que presentan peritonitis generalizada con perforación

gastrointestinal es reservado (Fossum, 2009).

En caninos con dehiscencia en el sitio quirúrgico se ha observado una

mortalidad de un 50-85% (Pérez Rivero, 2015).

13

CASO CLÍNICO

El día 8/8/2017 a las 21:00hs se presentó a la clínica veterinaria “Del Sol”

un canino Golden Retriever hembra, de nombre Lola, derivada para

cuidados intensivos a las pocas horas de que le fue realizado un

procedimiento quirúrgico.

Reseña del animal:

NOMBRE: Lola

ESPECIE: Canino

RAZA: Golden Retriever

SEXO: Hembra

EDAD: 11 meses

PESO: 26 kg

COLOR DEL MANTO: Dorado

.

Semiología clínica:

Anamnesis (recabada del veterinario que realizó la cirugía y derivó al

paciente, y del propietario al momento del ingreso a la unidad de cuidados

intensivos):

Lola presentó durante algunos días decaimiento e hiporexia, por lo que el

dueño consultó vía telefónica a un veterinario, el cual le explicó que podía

ser porque justo estaba cursando su primer celo, y que se le iba a pasar

con el tiempo. Al continuar esta situación 3 días más, el propietario decidió

llevarla a consulta (6/8), donde se le realizó un estudio radiográfico

abdominal, en el que no detectaron alteraciones y fue enviada de regreso

a la casa. Al día siguiente (7/8) se le practicó una ecografía abdominal, en

la cual observaron imágenes compatibles con cuerpo extraño lineal en epi

y mesogastrio.

14

Al día siguiente (8/8) de la ecografía ingresó a cirugía, donde se realizó

abordaje por celiotomía y resolución mediante gastrotomía, enterotomía,

enterectomía y enteroanastomosis termino-terminal (duodeno/yeyunal).

Hallazgos: Peritonitis, líquido libre en abdomen, y perforaciones en

estómago, porciones de duodeno y yeyuno. El cuerpo extraño consistió en

un trapo anclado en estómago, que provocó necrosis y perforación de

aprox. 30 cm de duodeno y yeyuno.

Llega a la clínica derivada para cuidados intensivos horas después de que

le realizaran la cirugía, previamente medicada con Enrofloxacina 5mg/kg,

Amoxicilina 20mg/kg, y Tramadol 3mg/kg (Figura 7).

15

Figura 7: Orden de derivación.

16

Evaluación inicial

Inspección general: Ingresó a la clínica en camilla, en decúbito lateral,

despierta pero con el sensorio disminuido, indiferente a los estímulos del

ambiente y del propietario. Frecuencia respiratoria elevada.

Inspección particular: (parámetros tomados al momento de ingreso)

Palpación: Intenso dolor en zona abdominal.

Auscultación torácica: Sin particularidades.

FC: 150/min, pulso femoral débil y sincrónico.

FR: 50/min, tóraco abdominal, 95%sat O2.

Temperatura: 37,4°C.

Mucosas rosadas.

Tiempo de llenado capilar: 2 segundos.

Hematocrito: 66% (microhematocrito).

Sólidos totales: 7,5g/dl.

Glucemia: 66 mg/dl.

Lactato periférico: 1,4 miliosmol/litro.

Lactato central: 2,2 miliosmol/litro.

Métodos complementarios

EcoFAST (8/8): Líquido libre en cavidad abdominal. Tórax sin

particularidades.

Hemograma 1 (muestra tomada 9/8):

Glóbulos rojos: 6,1mill/mm3 (5,7 mill a 7 mill/mm3)

Hematocrito: 52% (41-51%)

Leucocitos: 9400/mm3 (6800 a 13300/mm3)

Neutrófilos cay: 6 564

17

Neutrófilos seg: 71 6674

Eosinófilos: 5 470

Basófilos: 1 94

Linfocitos: 18 1692

Monocitos: 1 94

Química sanguínea 1 (muestra tomada 9/8):

Glucosa: 66 80 a 117 mg/dl.

Urea: 83 hasta 45 mg/dl.

Creatinina: 1,31 0,7 a 1,4 mg/dl.

Prot. totales: 9,1 6,5 a 7,8 g/dl.

Albúmina: 3,6 2,6 a 4 g/dl.

Globulinas: 5,5 3 a 3,5 g/dl.

GOT: 28 14 a 42 UI/L.

GPS: 33 15 a 52 UI/L.

Fosf. Alc: 213 hasta 250 UI/L.

Hemograma 2 (muestra tomada 11/8)

Glóbulos rojos: 6,1mill/mm3 (5,7 mill a 7 mill/mm3)

Hematocrito: 55% (41-51%)

Leucocitos: 9900/mm3 (6800 a 13300/mm3)

Neutrófilos cay: 3 564

Neutrófilos seg: 77 6674

Eosinófilos: 1 470

Basófilos: 1 94

Linfocitos: 16 1692

Monocitos: 1 94

18

Química sanguínea 2:

Glucosa: 66 80 a 117 mg/dl.

Urea: 46 hasta 45 mg/dl.

Creatinina: 1,52 0,7 a 1,4 mg/dl.

Prot. totales: 9 6,5 a 7,8 g/dl.

Albúmina: 2,3 2,6 a 4 g/dl.

Globulinas: 6,7 3 a 3,5 g/dl.

GOT: 34 14 a 42 UI/L.

GPT: 36 15 a 52 UI/L.

Fosf. Alc: 184 hasta 250 UI/L.

Medio interno tomado de sangre venosa central (cava

craneal):

pH: 7,37 (7,35 – 7,45)

PCO2: 49 mmHg (40 – 50 mmHg)

PO2: 47 mmHg (28 – 40 mmHg)

Na+: 139 mmol/L (135 – 145 mmol/L)

K+: 2,8 mmol/L (3,5 – 5,1 mmol/L)

Ca++: 1,06 mmol/L (1,12 – 1,32 mmol/L)

SO2: 78% (62 – 84%)

Interpretación clínica

Se ingresó a la paciente a las 21hs del día 8/8 a la unidad de cuidados

intensivos. Se colocó un cateter endovenoso G20 (Introcan Safety) en la vena

cefálica antebraquial, a través de la cual se inició fluidoterapia con ClNa 0,9%

(TECSOLPAR) a razón de 40 ml/hora + bolo de Glucosa 25% (Lamar) 20ml

totales a lo largo de 10 minutos, antibioticoterapia de amplio espectro,

Enrofloxacina 5% (Floxagen, VETANCO) 5 mg/kg/12hs EV, Metronidazol 5

19

mg/ml (Ramallo) 7,5 mg/kg/12hs EV y Ceftriaxona 200mg/ml (Drawer) 22

mg/kg/12hs EV) y analgesia (Morfina 10 mg/ml (Kilab) 0,25 mg/kg/6-8hs EV),

a pedido del médico derivante.

A la mañana siguiente (10am del 9/8) se repitió el hematocrito el cual dio

70% (41-51%normal) y 7 g/dl de sólidos totales, lo que nos llevó a sospechar

de colecta de líquido abdominal.

Se colocó un drenaje de succión cerrado mediante una sonda Foley nº 16

con balón a través de una pequeña incisión 5 cm al costado de la herida

quirúrgica, realizada con anestesia local (Lidocaina 2% Richmond, 20mg

totales) y posteriormente se fijó con sutura (Nylon) en “zapato chino” a la piel.

A través de este drenaje se realizó un lavaje, instilando solución fisiológica

tibia (ClNa 0.9% TECSOLPAR, 500ml totales a 37°C), colectándose en total

unos 700ml de un líquido rojo oscuro y turbio.

A las 12:00 y 18:00hs se repitió microhematocrito y sólidos totales, dando

65%/6.1g/dl y 63%/6g/dl respectivamente.

A las 18hs se la observó taquipneica (72 resp/min), el lactato periférico fué

de 6.2 miliosmol/litro. A su vez se observó que tomó agua varias veces a lo

largo del día.

Temperatura promedio a lo largo del día: 38,5°C.

Glucemia promedio: 65 mg/dl.

A las 00 del 10/8 se repitió hematocrito (60/5,8) y se hizo otro lavaje

peritoneal, con el cual se colectó un liquido mas limpio y translucido que el

lavaje anterior. La paciente se encontró mejor de ánimo, movió la cola e

incluso se paró dentro del canil. A las 18hs se comenzó a dar Omeprazol

4mg/ml (AMSA) 0,5mg/kg/12hs, ya que presentó varios episodios de vómito.

Hematocrito: 57/5.

Temperatura promedio: 39°C

Glucemia: 68 mg/dl.

El día 11/8, a las 12hs se la notó agitada, taquipneica, con sPO2: 93% y

hematocrito: 60/5. Se realizó una ecoFAST en la que se observó imágenes

compatibles con reacción peritoneal en abdomen y líneas B o “cola de

cometa” en tórax, y aumento de la colapsabilidad de la vena cava caudal

20

(mayor al 50%). Se sospechó de síndrome de distress respiratorio agudo,

pero la paciente se normaliza luego de 30 minutos de oxigenoterapia. Se

procedió a abrir una vía central (cava craneal a través de yugular) con un

cateter intravenoso G14 (Introcan Safety) a través de la cual se inició un

protocolo de apoyo vasomotor con Dopamina 20 mg/ml (Northia) 5 ug/kg/min

en infusión continua, y por la vía periférica se administró un goteo de

Lidocaína 2% (Richmond) 40 ug/kg/min con el fin de evitar daños por

reperfusión.

A las 20hs hematocrito: 56/4.5.

Temperatura promedio: 39°C.

Glucemia: 69mg/dl.

El 12/8 continuó con vómitos, por lo que se inició Ranitidina 2% (Drawer) 2

mg/kg/12hs EV y Ondansetrón 0.2% (Rexilén, VETANCO) 0,25 mg/kg/8hs

EV. Hematocrito a las 00hs: 54/4.3.

Se sugirió al dueño la realización de una laparotomía exploratoria para

evaluar la integridad de las suturas, a lo cual no accedió por una cuestión

monetaria.

A las 12hs se la notó agitada, taquipneica. Temperatura: 39,8°C, glucemia:

58 mg/dl y hematocrito: 50/4.8. Lactato yugular: low. SpO2: 99%. Se le

administró Dipirona 500 mg/ml (Rio) 14 mg/kg/12hs EV, Glucosa 25%

(Lamar) 20ml totales a lo largo de 10 minutos.

A la 16hs: Temperatura: 39,2°C. Hematocrito: 42/4. Se inició transfusión de

plasma fresco congelado.

A las 17:30hs: Temperatura: 40,9°C, glucemia: Low. Se le administró otro

bolo de Glucosa (Lamar) e Hidrocortisona (Northia) 0,1 mg/kg.

A las 19hs Lola entró en paro cardiorrespiratorio y pese a las maniobras de

RCP realizadas, falleció.

A la celiotomía post-mortem que se practicó esa misma noche, se observó

una severa reacción peritoneal, con porciones necróticas de intestino,

dehiscencia de los puntos de la enteroanastomosis, y derrame del contenido

del mismo.

21

Discusión:

El objetivo principal del tratamiento de un paciente con un cuadro de peritonitis

infecciosa secundaria es eliminar la causa de la contaminación, resolver la

infección y recuperar los equilibrios hídricos y electrolíticos normales (Fossum,

2009). En el caso de Lola, el diagnóstico de obstrucción por cuerpo extraño y

su resolución quirúrgica se demoró varios días, por lo cual tanto la integridad

del estómago e intestino como de la cavidad abdominal se vio severamente

comprometida (Figuras 8 y 9).

La estabilización del paciente mediante fluidoterapia previa a la cirugía y la

implementación temprana de un adecuado protocolo analgésico y antibiótico,

son de suma importancia para contribuir al éxito del procedimiento.

En el caso clínico presentado, al llegar el paciente a la clínica la fuente de

contaminación (perforación intestinal causada por cuerpo extraño lineal

gastroduodenal) ya había sido eliminada quirúrgicamente, quedando

pendientes la resolución de la infección y la recuperación del balance hídrico y

electrolítico.

Tanto la terapia antimicrobiana de amplio espectro elegida para controlar la

infección como el manejo de la fluidoterapia junto al apoyo vasomotor para

restablecer la correcta perfusión sistémica, la terapia analgésica, y las

maniobras realizadas (colocación de drenaje abdominal, lavajes peritoneales,

oxigenoterapia a demanda, alimentación parenteral, transfusión de plasma,

apoyo vasopresor) en el caso de Lola fueron en concordancia con lo descripto

previamente en la bibliografía.

El porcentaje de dehiscencias en el intestino delgado es del 7% al 16%,

falleciendo de un 74% a un 85% de estos pacientes (Fossum, 2019). Lola

presentaba 4 de los 7 factores de riesgo para sufrir una dehiscencia (especie

canina, hipoalbuminemia, peritonitis previa a la cirugía, cuerpo extraño

intestinal como causa (Ludwig, 2012).

Al reaparecer la fuente de contaminación luego de producirse la dehiscencia de

la enteroanastomosis (Figura 10), es probable que el organismo de Lola no

22

haya resistido, entrando en un cuadro de disfunción orgánica múltiple que llevó

al deceso.

Figura 8: Porción de intestino previo a la remoción del cuerpo extraño y

enterectomía.

Figura 9: Remoción de parte del cuerpo extraño lineal alojado en intestino

delgado.

23

Figura 10: Dehiscencia de la enteroanastomosis, foto de la necropsia.

24

Conclusiones:

El diagnóstico precoz de una obstrucción gastrointestinal resulta fundamental

para la resolución pronta y efectiva de la misma. Al permitir que pasen los días

y que el intestino se debilite y se perfore, disminuyen drásticamente las

posibilidades de éxito de la intervención, lo que se puede evidenciar incluso

días después de ser realizada de forma aparentemente exitosa.

El monitoreo constante de los parámetros clínicos del paciente en sepsis, junto

con la aplicación de antibioticoterapia de amplio espectro, protocolos de apoyo

vasomotor, lavajes intraperitoneales y un adecuado manejo analgésico son

fundamentales para su estabilización y posterior cura.

Eventos tales como el SIRS, el SDRA y eventualmente el SDOM muchas veces

son inevitables, siendo una de las principales causas de muerte incluso en UCI

humanas. Al reaparecer el foco infeccioso estos sucesos pueden

desencadenarse rápidamente en un organismo ya deteriorado, provocando la

muerte del paciente.

Se debe tener en cuenta la necesidad de realizar una celiotomía exploratoria

de control para evaluar las suturas intestinales, sobre todo si el paciente

presenta una marcada desmejora clínica en el período de mayor riesgo (3-5

días post-cirugía).

Resulta de suma importancia la actualización bibliográfica constante en éste

área, ya que las definiciones y los tratamientos están en permanente cambio,

adaptándose a los nuevos descubrimientos.

25

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