maltrato infantl monografia

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INTRODUCCIÓN La historia del maltrato a menores ocurre desde que el ser humano se encuentra en la faz de la tierra; por lo tanto, debe entenderse y aceptarse que este es un fenómeno tan antiguo como la humanidad misma y no una característica peculiar de la sociedad moderna. Diversas culturas a lo largo de la historia de todo el mundo lo han utilizado como una forma de educación y crianza para los hijos. Antiguamente la sociedad no le daba la debida atención al maltrato infantil; sin embargo ahora se ha despertado un gran interés para ayudar a los niños que han sufrido algún tipo de maltrato. Según la Academia Americana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (2006): El uso intencionado de la fuerza física u omisión de cuidado por parte de los padres viene siendo lo que es el maltrato infantil. La mayor parte de los padres que abusan de sus hijos, habían sufrido ellos también la misma situación por parte de sus progenitores (p. 3). Existen diferentes maneras de cómo se puede maltratar a un infante, las cuales pueden ser: física, emocional, psicológica o mental, por abandono, negligencia ó por abuso sexual. Actualmente la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela y se ha convertido en una práctica común. El maltrato infantil ha causado gran impacto en la sociedad, debido a la influencia negativa sobre algunos niños, niñas y adolescentes. Generalmente dicha agresión es generada por los padres, representantes, familiares y comunidad en general. Cuando un niño es maltratado, puede presentar una serie de conductas de inferioridad, rechazo, inseguridad y miedo. Por esa razón se realiza este trabajo con la finalidad de conocer las causas, consecuencias y características que originan estos maltratos,

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INTRODUCCIÓN

La historia del maltrato a menores ocurre desde que el ser humano se

encuentra en la faz de la tierra; por lo tanto, debe entenderse y aceptarse

que este es un fenómeno tan antiguo como la humanidad misma y no una

característica peculiar de la sociedad moderna. Diversas culturas a lo largo

de la historia de todo el mundo lo han utilizado como una forma de educación

y crianza para los hijos.

Antiguamente la sociedad no le daba la debida atención al maltrato

infantil; sin embargo ahora se ha despertado un gran interés para ayudar a

los niños que han sufrido algún tipo de maltrato. Según la Academia

Americana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (2006):

El uso intencionado de la fuerza física u omisión de cuidado por parte de los padres viene siendo lo que es el maltrato infantil. La mayor parte de los padres que abusan de sus hijos, habían sufrido ellos también la misma situación por parte de sus progenitores (p. 3).

Existen diferentes maneras de cómo se puede maltratar a un infante,

las cuales pueden ser: física, emocional, psicológica o mental, por abandono,

negligencia ó por abuso sexual. Actualmente la violencia hacia los niños

reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la

calle o la escuela y se ha convertido en una práctica común. El maltrato

infantil ha causado gran impacto en la sociedad, debido a la influencia

negativa sobre algunos niños, niñas y adolescentes. Generalmente dicha

agresión es generada por los padres, representantes, familiares y comunidad

en general. Cuando un niño es maltratado, puede presentar una serie de

conductas de inferioridad, rechazo, inseguridad y miedo.

Por esa razón se realiza este trabajo con la finalidad de conocer las

causas, consecuencias y características que originan estos maltratos,

tomando como referencia la comunidad de Bella Vista , Municipio Cajigal,

Estado Sucre; para plantear alternativas de cómo ayudar a estos niños que

han sufrido algún tipo de maltrato.

Se busca determinar la magnitud del maltrato infantil que se realiza en

el Sector de Bella Vista de Yaguaraparo, debido a la gran incidencia de

casos que se han presentado en dicha comunidad, sin la denuncia

respectiva, para crear conciencia en la población sobre el daño que genera

ese tipo de acciones en las personas. La relevancia social de trabajo reside

en la necesidad de que los niños y adolescentes serán los forjadores del

futuro; de allí la importancia de que esa nueva generación se levante con

normas y valores claramente definidos, es decir, basados en el respeto,

lealtad y justicia.

Este trabajo está estructurado en tres capítulos. En el primero se

plantea la fundamentación teórica, considerando las posiciones de varios

investigadores sobre la problemática y las bases teóricas, las cuales abarcan

la definición del maltrato infantil, sus causas, consecuencias y los indicadores

para detectarlo.

En el segundo se expone la fundamentación legal del tema de

investigación, realizando un análisis de los artículos de la Constitución

Nacional, la Ley Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente, la Ley

contra la Violencia de la Mujer y el Código Penal.

En el tercer capítulo se exponen las conclusiones, en función de la

problemática estudiada. Finalmente se exponen las referencias bibliográficas

y los anexos.

CAPÍTULO I

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

El maltrato infantil: un problema generalizado

El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy

difundida. Hoy en día la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles,

se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela, y se ha

convertido en una práctica común y socialmente aceptada.

Sin embargo, hasta hace muy poco se le ha puesto el interés debido al

problema, se le ha clasificado y considerado como tal y ha incrementado la

atención en éste, como lo menciona Corsi (citado por Galeano, 2006):

El fenómeno de la violencia y el maltrato dentro del ámbito familiar no es un problema reciente. Los análisis históricos revelan que ha sido una característica de la vida familiar tolerada, aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo, algunas décadas atrás, expresiones tales como niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual tal vez habían sido comprendidos pero no consideradas como sinónimo de graves problemas sociales (p. 23)

Según este autor, la violencia familiar comenzó a abordarse como

problema social grave a comienzos de los 60, cuando algunos autores

describieron el "síndrome del niño golpeado", redefiniendo los malos tratos

hacia los niños; también el abordaje periodístico de estos casos, contribuyó a

generar un incremento de la conciencia pública sobre el problema.

También Cortés y Cantón (1997) mencionan que:

El abuso infantil ha existido siempre aunque ha sido durante los últimos 150 años cuando ha ido emergiendo como un problema social y una considerable cantidad de instituciones sociales y legales se han ocupado de él y que en un principio, este fenómeno

no recibió atención como tal, sino que dentro del esfuerzo por acabar con el problema de los niños vagabundos e indigentes se encontraron diversos casos de maltrato infantil (p. 39).

Según el autor, la atención al maltrato infantil se origina como

consecuencia de los programas de atención a los niños abandonados. no

obstante, podría plantearse que ello fue una de las causas porque

necesariamente debían buscarse las raíces que originaban esos problemas

en los niños; pero no debe considerase la única.

Berk (citado por Maher ,1990) señala un aspecto muy importante y

decisivo en la aceptación del problema del maltrato infantil como tal y señala

que este problema:

Es tan viejo como la historia humana, pero solo recientemente ha habido aceptación amplia de que el problema existe, investigación centrada en entenderlo, y programas dirigidos a ayudar al niño maltratado y a las familias y quizá este aumento de interés público y profesional es debido al hecho de que el maltrato infantil es muy común en grandes naciones industrializadas o desarrolladas como las no desarrolladas y en vías de desarrollo, es decir que la incidencia de este problema se ha incrementado tanto mundialmente que se ha salido del control social (p. 13).

Lo anterior indica que el problema del maltrato infantil no es exclusivo

de las zonas pobres. En ese sentido, no puede atribuirse al mismo, sólo

causales de índole económica.

Marcovich (citado por Galeano 2006) señaló que cada minuto un niño

sufría maltrato físico o verbal por parte de alguno de sus padres. Por otro

lado, sostiene que:

Tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar son fenómenos sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura, a pesar de que en los últimos tiempos estas conductas han sido condenadas por constituir algunas de las formas de violencia más comunes penetrantes en nuestra sociedad todavía

miles de niños y mujeres sufren de manera permanente actos de maltrato físico, psicológico y sexual en su propio hogar. Hasta ahora ha habido una separación histórica entre la violencia doméstica y el maltrato infantil, la primera salió a la luz pública debido al trabajo de las organizaciones de protección a las mujeres (p.3).

La aceptación que tenía la sociedad por el maltrato intrafamiliar, como

una forma de disciplina en el hogar no era considerado maltrato infantil, pero

actualmente se ha determina do que el mismo genera problemas posteriores

en el niño; por ello, el autor estima que es muy reciente esa consideración

como problema.

Hernández y Dager (2006), sostienen que:

Los años sesenta marcan un hito en la historia referente a la violencia contra los niños, ya que durante este ese periodo se describió el síndrome del niño maltratado y se le acuño este nombre y desde entonces se han multiplicado los trabajos sobre el tema pero a pesar de las investigaciones realizadas, aún queda mucho por aclarar sobre la epidemiología de la violencia contra los niños, sus causas y sus mecanismos y las medidas más eficaces para prevenirla. Sin embargo, los conocimientos acumulados hasta ahora constituyen suficientes bases para la acción y justifican la formulación de programas de intervención sobre las bases científicas (p. 6).

Por tanto, cabe aclarar que este tema en la actualidad ha cobrado

interés pero no el necesario para actuar de manera participativa, es decir,

para implementar nuevos programas de prevención y ayuda psicológica para

padres así como poner en marcha los ya existentes.

Un estudio realizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia,

UNICEF ((2007) reveló que “Estado Unidos, México y Portugal son los

países donde el índice de mortalidad de menores por maltrato físico es el

más elevado, con cifras de 10 a 15 veces mayores que el resto de las

naciones desarrolladas” (p. 9).

México fue incluido en el estudio por ser miembro de la Organización

para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupan a 30

de los países más ricos del mundo, el informe destruye uno de los mitos

contemporáneos más arraigados, que dice la violencia infantil es un

problema casi exclusivo de los países pobres.

Pérez (1990), realizó una investigación titulada Maltrato Infantil, la cual

fue realizada en una modalidad de un trabajo de campo con una población

de un aproximado de 100 habitantes que fueron maltratados, su objetivo

general fue diagnosticar el maltrato infantil que amenaza al desarrollo normal

físico y psicológico del niño en España durante el periodo 2004; concluyendo

que el maltrato físico es el que presenta el mayor índice en los niños;

asimismo estableció que el maltrato físico y emocional están relacionados y a

estas personas estudiadas e investigadas se le observó su agresividad,

inseguridad, comportamiento y estado de ánimo vulnerable.

En la República Bolivariana de Venezuela por el sistema de protección

del niño, niña y adolescentes, dentro de sus respectivos ámbitos territoriales,

el Ejecutivo Nacional, Estadal y Municipal, los órganos de administración y

justicia, las instituciones y empresas dedicadas al turismo, los sitios de

internet, los concejos comunales y la sociedad en general presentan

lineamientos, los cuales son aplicables en todo el territorio nacional.

Los Consejos Estadales de Derechos en coordinación con los Consejos

Municipales de Derecho y los Consejos Comunales en sus respectivos

ámbitos territoriales formulan, en conjunción con otros organismos

gubernamentales, organizaciones sociales y comunitarias, sus políticas,

planes, programas y proyectos, en concordancia con las orientaciones de

este lineamiento y del plan de acción nacional contra el abuso de los

derechos humanos de estos niños, niñas y adolescentes.

Vargas (1998) de la Dirección General de Promoción y Divulgación de

los Derechos Humanos de Caracas (Venezuela) señala:

A todos los niños niñas y adolescentes sin discriminación alguna se le garantiza su derecho a la protección integral a través de la promoción, prevención, atención a la familia, el entorno social, y la rehabilitación, generando las condiciones para que el Estado, las familias y la sociedad puedan dar cumplimiento a lo establecido en el ordenamiento jurídico vigente, mediante un nuevo modelo de comportamiento social que se traduzca en bienestar a la infancia, adolescencia y a la familias. (P.48)

No obstante, en el Estado Sucre, a pesar de esas disposiciones legales,

los niños son maltratados de cualquier cantidad de formas y aparentemente

nadie hace ni dice nada para mejorar esa situación.

Es importante demostrar que un niño presenta características cuando

ha sido maltratado y que como niño también tiene derechos para defenderse,

solo que por ignorancia, la mayoría de las personas no saben de estos

derechos; en el marco del plan de acción interinstitucional dirigido a la

protección del niño, niña y adolescentes contra la violencia, se puede estimar

que a lo largo de muchos años se presentan casos de maltrato infantil, solo

que no se mostraban a la luz pública, por ello las cifras estadísticas oficiales

no son exactas y, por lo tanto, no plantean la verdadera magnitud del

problema.

Lo planteado se evidencia en el Municipio Cajigal, Estado Sucre;

donde se ha observado continuamente casos de maltrato infantil, en este

entorno existen padres que pretender dar una buena educación a sus hijos

disciplinándolos de una forma incorrecta mediante el castigo físico o verbal y,

en muchos casos, los padres no cumplen ningún propósito disciplinario, sino

que esta forma de proceder sirve de escape para su propia ira, sentimiento,

frustración y desdicha que han podido adquirir por ser descendientes de

padres maltratadores o de un entorno de clases sociales con pobreza

extrema donde esta conducta es muy común en la población. Lo planteado

lleva a la amenaza del desarrollo normal del niño maltratado tanto física y

psicológicamente.

Eso es ratificado por Fontaines (2008) quien sostiene que en el

Municipio Cajigal, Estado Sucre los padres proporcionan maltrato físico a los

niños y niñas como consecuencia de que fueron maltratados en su niñez,

creándose un círculo que se repite en las diferentes generaciones, lo cual

crea una secuela de problemas sociales como el embarazo en adolescente,

hogares monoparentales y delincuencia (p. 12).

Esa situación se está develando por el esfuerzo que están realizando

diversas organizaciones relacionadas con los niños, según lo establece el

autor citado

En el Municipio Cajigal no existen estadísticas oficiales sobre el maltrato infantil porque son muy pocas las denuncias que se hacen al respecto en los organismos competentes; pero algunas organizaciones dedicadas al cuidado de los niños, están haciendo un seguimiento directamente en los hogares y las cifras que han acumulado son sorprendentes (Idem, p. 17).

En el Sector de Bella Vista de la Parroquia Yaguaraparo del Municipio

mencionado, la situación es más crítica porque existen patrones culturales

muy arraigados en los hogares que prohíben a los descendientes plantear

algún tipo de denuncia sobre el maltrato a los niños y niñas; pero se han

presentado casos de violación y maltratos físicos que han requerido la

intervención médica.

Los diferentes estudios expuestos indican que la violencia hacia los

niños, niñas y adolescentes representa un problema social grave, producido

por factores multicausales interactuantes. La violencia hacia este grupo

proviene de diferentes actores, por lo que las maneras de manifestarse y los

factores asociados a su aparición resultan también disímiles.

Definición del maltrato infantil

Un niño, según la Ley considerado como tal en este sentido a todo

menor de 18 años, es maltratado o abusado cuando su salud física o mental

o su seguridad están en peligro, ya sea por acciones u omisiones llevadas a

cabo por la madre o el padre u otras personas responsables de sus

cuidados, produciéndose el maltrato por acción, omisión o negligencia.

El maltrato a los niños es un grave problema social, con raíces

culturales y psicológicas, que pueden producirse en familias de cualquier

nivel económico y educativo. El maltrato viola derechos fundamentales de los

niños o niñas y por lo tanto, debe ser detenido, cuanto antes mejor.

Para Musito y García (1996) El origen de la crueldad hacia los niños es

en su sentido más amplio puede ser dividido en cuatro categorías:

a. - Crueldad inspirada en conceptos exagerados de disciplina y en base a

sus funciones que se resultan ser sujetos profundamente inadecuados e

irresponsables: alcohólicos, drogadictos, criminales o delincuentes, débiles

mentales etc.

b. - Actos de violencia o negligencia cometidos por padres o adultos

ejerciendo rígidas interpretaciones de la autoridad y de normas y reglas de

conducta.

c. - Crueldad patológica cuyos oscuros orígenes mentales o psicólogos son

muy difíciles de identificar y todavía más de tratar.

d. - La crueldad más intangible de todas, la crueldad oficial o la organizada,

aquella que se comete por ignorancia, por insensibilidad o por omisión en la

forma de falta de legislación o de cumplimiento de la misma que proteja

adecuadamente al menor (p. 3).

El maltrato Infantil es un Problema social con consecuencias muy

graves, y a la larga genera el peligro que conlleva por acción, omisión o

negligencia en la violencia psicológica que se ha ido dando durante el

transcurso del tiempo dentro y fuera de la sociedad.

Algunas personas no saben las características de un maltrato, sea

psicológico, físico y abuso sexual y también las razones por las cuales los

padres maltratan a sus hijos. La mayoría de las personas no saben a dónde

recurrir para dar ayuda a un niño que ha sido maltratado y cómo se le puede

ayudar al padre agresor.

Una cosa importante es demostrar que un niño presenta características,

cuando ha sido maltratado y que como niño también tiene derechos para

defenderse, sólo que por ignorancia la mayoría de las personas no saben de

estos derechos. Todo niño maltratado necesita ayuda, y aún más el padre

que agrede a su hijo.

Lo más importante es que el padre reconozca la situación que vive y

que acepte la ayuda que se le puede dar para un cambio en su vida y en la

manera de cómo dar una buena educación para su hijo.

El primer paso en toda intervención es el conocimiento. Qué tanto se

conoce acerca de este problema. Es importante que la sociedad se informe

acerca del maltrato infantil. Esto permite que se clarezcan más del asunto y

tomen medidas para ayudar ó para no maltratar a los hijos.

Pero puede que no solo sean consecuencias a largo plazo, sino que

puede presentar a corto plazo consecuencias; una de ellas puede ser que el

niño presente un comportamiento así como actitudes muy distintas al de

cualquier otro, en el caso de golpes y agresión física puede provocar

consecuencias al instante. Los niños pueden ser en el futuro padres de

familia que maltraten a sus hijos o por lo contrario pueden ser padres de

familia que por haber sido maltratados no les gustaría que sus hijos sufrieran

lo mismo.

Hay que recordar que el maltrato al niño es un problema muy grave y

que éste debe recibir ayuda médica y psicológica para poder superar el

problema.

Tipos de maltrato infantil

El abuso infantil es un patrón de maltrato o comportamiento abusivo

que se dirige hacia el niño y que afecta los aspectos físico, emocional y/o

sexual, así como una actitud negligente hacia el menor, a partir de la cual se

ocasiona amenaza o daño real que afecta su bienestar y salud. De acuerdo a

Cantón y Cortez (1997):

El maltrato infantil se puede clasificar en maltrato por acción y maltrato por omisión. El maltrato por acción se divide en: maltrato físico, abuso fetal, maltrato psicológico o emocional, abuso sexual.El maltrato por omisión es el abandono o negligencia, el cual se subdivide: abandono físico y negligencia o abandono educacional. (p.4).

De esta manera se aprecia que el maltrato no es sólo aquel que deja

evidencias físicas, sino que incluye hasta el abandono o la falta de acción

para evitar que el niño o la niña padezcan situaciones inadecuadas.

• Maltrato físico

Se define como maltrato físico “a cualquier lesión física infringida al niño

o niña (hematomas, quemaduras, fracturas, lesiones oculares, lesiones

cutáneas) mediante pinchazos, mordeduras, golpes, estirones de pelo,

torceduras, puntapiés u otros medios con los que se lastime al niño” (ob cit,

p. 5).

Aunque el padre o adulto a cargo puede no tener la intención de

lastimar al niño, también se interpreta como maltrato a la aparición de

cualquier lesión física arriba señalada que se produzca por el empleo de

algún tipo de castigo inapropiado para la edad del niño. A diferencia del

maltrato físico el castigo físico se define como el empleo de la fuerza física

con intención de causar dolor, sin lesionar, con el propósito de corregir o

controlar una conducta. No siempre es sencillo saber cuándo termina el

"disciplinamiento" y comienza el abuso. En contraposición del maltrato físico,

el castigo corporal es una práctica muy difundida y socialmente aceptada.

• Abuso Fetal:

Para Musito y García (1996) “Ocurre cuando la futura madre ingiere,

deliberadamente, alcohol u otras drogas, estando el feto en su vientre.

Producto de esto, el niño (a) nace con problemas, malformaciones, retraso

severo” (p. 9). Sin embargo, también puede incluirse en este tipo de maltrato

cuando la madre o el padre, no toma las previsiones para evitar un embarazo

no deseado y cuando la mujer consume medicamentos y otras cosas que no

se pueden ingerir cuando está embarazada o se sospeche su existencia.

• Maltrato emocional o psicológico

Es una de las formas más sutiles pero también más existentes de

maltrato infantil. Son niños o niñas habitualmente ridiculizados, insultados

regañadas o menospreciadas. Se les somete a presenciar actos de violencia

física o verbal hacia otros miembros de la familia. Se les permite o tolera uso

de drogas o el abuso de alcohol. Como sostienen Cantón y Cortez (1996):

“Si bien la ley no define el maltrato psíquico, se entiende como tal acción que

produce un daño mental o emocional en el niño, causándole perturbaciones

suficientes para afectar la dignidad, alterar su bienestar e incluso perjudicar

su salud” (p. 11).

Los actos de privación de la libertad como encerrar a su hijo o atarlo a

una cama, no solo pueden generar daño físico, sino seguro afecciones

psicológicas severas. Lo mismo ocurre cuando se amenaza o intimida

permanente al niño, alterando su salud psíquica.

Este maltrato ocasiona que en las primeros años el niño o la niña no

pueda desarrollar adecuadamente el apego a la sociedad; y, en los años

posteriores, se sienta excluido del ambiente familiar y social, afectando su

autoestima y sus habilidades sociales.

• Abuso Sexual

Puede definirse como tal a los contactos o acciones recíprocas entre un

niño o una niña y un adulto, en los que el niño o niña está siendo usado para

la gratificación sexual del adulto y frente a las cuales no puede dar un

consentimiento informado. Puede incluir desde la exposición de los genitales

por parte del adulto hasta la violación del niño o niña.

Según los autores citados, “Las formas comunes del abuso sexual son

el incesto, definido este como el acto sexual entre familiares de sangre,

padre-hija, madre-hijo, entre hermanos; la violación, el estupro, el rapto,

rufianismo, actos libidinosos, etcétera” (p. 12).

Este tipo de maltrato consiste en cualquier relación sexual que

mantengan niños y niñas menores de 18 años con adultos o un niño de más

edad, en las cuales exista un acto de sometimiento, poder y autoridad sobre

la víctima. Generalmente trae consigo traumas muy severos que afectan la

personalidad y se requiere tratamientos especiales para que la persona

pueda desenvolverse normalmente.

• Abandono o Negligencia

Significa una falla intencional de los padres o tutores en satisfacer las

necesidades básicas del niño en cuanto alimento, abrigo o en actuar

debidamente para salvaguardar la salud, seguridad, educación y bienestar

del niño, es decir, dejar de proporcionar los cuidados o atención al menor

que requiere para su adecuado crecimiento y desarrollo físico y espiritual.

Esto puede incluir, por ejemplo, omitir brindarle al menor alimento,

medicamentos y afecto.

Para García (2006) pueden definirse dos tipos de abandono o

negligencia:

Abandono físico: Este incluye el rehuir o dilatar la atención de problemas de salud, echar de casa a un menor de edad; no realizar la denuncia o no procurar el regreso al hogar del niño o niña que huyo; dejar al niño solo en casa a cargo de otros menores.Negligencia o abandono Educacional: No inscribir a su hijo en los niveles de educación obligatorios para cada provincia; no hacer lo necesario para proveer la atención a las necesidades de educación especial (p. 42).

En diversas oportunidades realizar el diagnostico de negligencia o

descuido puede presentar problemas de subjetividad. El descuido puede ser

intencional como cuando se deja solo a un niño durante horas porque ambos

padres trabajan fuera del hogar. Este último ejemplo como tantos otros que

generan la pobreza, el abandono o descuido es mas resultado de naturaleza

social que de maltrato dentro de la familia.

El abandono o negligencia constituye una falta de responsabilidad que

ocasiona una omisión ante las necesidades del niño y la niña para su

supervivencia. El descuido, la privación de alimentos, el incumplimiento del

tratamiento médico, el impedimento a la educación por parte de los padres,

tutores o cuidadores es muy frecuente, como se observa en los denominados

“niños de la calle”.

Lugar y modo en que se presenta el maltrato al niño.

El maltrato infantil puede presentarse en diversos lugares, siendo los

más comunes:

• En el hogar.

La mayoría de los casos de maltrato infantil ocurre dentro de la familia.

Cuando la familia tiene vínculos estrechos con otros parientes, tales como

los abuelos, tíos y otros, la condición de un niño maltratado puede salir a la

luz por la intervención de estos.

El abuso sexual y el maltrato físico se revelan al médico general o al

pediatra. El maltrato emocional rara vez se presenta de este modo, en gran

medida porque surge la duda acerca de la persona apropiada en quien

puede confiar un pariente.

Aquellos profesionales que visitan familias, tales como trabajadores de

salud y trabajadores sociales, pueden llegar a sospechar el maltrato infantil,

pero rara vez son elegidos para confiarles tal revelación. Esto se debe con

frecuencia, a que visitan hogares a partir de que surgen preocupaciones

iníciales sobre las aptitudes del padre dentro de la familia. Tales padres

muchas veces provienen de hogares en los que se abusó de ellos; ven a los

especialistas como adversarios más que como apoyo, ya que a sus colegas

los recuerdan en asociación con las tensiones de su propia infancia.

• En la clínica o guardería.

Los niños de menos de cuatro o cinco años de edad con frecuencia a

revisiones físicas y de crecimiento. Cuando se les cría en un entorno de

creencias, es posible que desde época temprana se les coloque en una

guardería. La cuidadosa observación de estos niños puede llevar a la

detección d maltrato infantil, pero nunca resulta fácil decidir cuándo el

desarrollo de un niño se ve comprometido como consecuencia del maltrato.

Cuando las lesiones no accidentales están presentes, resulta menos difícil,

pero dichos casos constituyen una minoría.

• En la escuela.

El abuso contra el escolar origina considerables problemas para el

reconocimiento del maltrato. Los niños con mayores riesgos vienen de

familias en las aquellas que sustenta la autoridad son considerados

sospechosos. Los maestros dedican mucho de su tiempo y sus habilidades

en ganar la confianza del alumno y esto requieren hacer amistad con ellos.

Mientras mayores son los niños, estos se tornan más reservados acerca de

sus cuerpos, de ahí que la enfermedad escolar y el oficial médico de la

escuela que tengan una importante responsabilidad en el reconocimiento de

la evidencia física del maltrato.

Aunque los maestros son los primeros en sospechar del abuso, nunca

resulta fácil observar lesiones físicas cuando los niños se mudan de ropa. El

comportamiento de los menores sin embargo, sigue patrones relacionados

con la edad y con los que el maestro está familiarizado. El comportamiento

anormal o divergente puede ser síntoma más importante del maltrato infantil

y el maestro es el profesional mejor ubicado para sospechar de este.

• Por los medios de comunicación

Actualmente constituye una de las formas más sutiles de maltrato

infantil, pero diversos programas de la televisión así como de Internet,

causan perturbaciones psicológicas a los niños. En el c aso de Venezuela, se

están planteando diversas normas legales para el funcionamiento de los

cybers, donde los niños tienen acceso a pornografía, lo cual constituye una

forma de maltrato infantil.

Detección del maltrato infantil

La idea popular de un niño "golpeado" evoca la imagen de un infante

patético, sucio y cubierto de moretones, que mira fijamente al fotógrafo de

modo aprehensivo. La verdadera imagen revela que los niños sufren de una

variedad infinita de abusos, por lo general a manos de los propios padres y a

menudo sin lesión evidente ni queja.

El maltrato infantil incluye una serie de ofensas que van de los extremos

de la violación y el asesinato, hasta la más sutil e insidiosa negación de

amor. Un niño que crece sin esperar nada sino un entorno hostil aprenderá a

vivir dentro de estos límites y adaptara su comportamiento de tal forma que

no traiga la mínima agresividad. Tales niños aprenden desde época

temprana a procurar la complacencia de cualquier adulto con el que puedan

entrar en contacto como forma de protegerse a sí mismos.

Para Papalia y Olds, (1998):

La detección de esta variedad de maltrato infantil depende de dos factores: la capacitación en los patrones típicos que aquél presenta y la experiencia. Para llegar a desarrollar un "olfato" y

descubrir al niño maltratado, cada individuo necesita haber acumulado un acervo considerable de casos. El entrenamiento debe, por supuesto, ocupar el primer lugar. No es sino hasta que tenemos un grupo de observadores estratégicamente ubicados en la comunidad, que podemos esperar alcanzar la detección temprana (p. 32).

La habilidad para detectar que un niño ha sido maltratado depende, por

lo tanto, del conocimiento por parte de cada observador, no sólo del estado

físico de un niño, sino del comportamiento normal infantil. No basta con notar

cualquier cambio en las interacciones sociales de un niño en particular, pues

el niño agredido constantemente puede haber sufrido desde la primera

infancia. Por consiguiente, cuando un niño parece comportarse de un modo

anormal, deberá considerarse la posibilidad de que la causa sea el maltrato.

Cómo identificar a los niños maltratados

De acuerdo con los autores citados, existen dos indicadores que

permiten identificar al maltrato en los niños y niñas.

a) Los indicadores de conducta

El comportamiento de los niños maltratados ofrece muchos indicios que

delatan su situación. La mayoría de esos indicios son no específicos, porque

la conducta puede atribuirse a diversos factores. Sin embargo, siempre que

aparezcan los comportamientos que se señalan a continuación, es

conveniente agudizar la observación y considerar el maltrato y abuso entre

sus posibles causas:

• Las ausencias reiteradas a clase

• El bajo rendimiento escolar y las dificultades de concentración

• La depresión constante y/o la presencia de conductas autoagresivas o

ideas suicidas.

• La docilidad excesiva y la actitud evasiva y/o

• Defensiva frente a los adultos.

• La búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los

adultos, especialmente cuando se trata de niños pequeños.

• Las actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para

la edad. (p. 42)

b) Los indicadores físicos

• La alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.

• La persistentes falta de higiene y cuidado corporal.

• Las marcas de castigo corporales.

• Los "accidentes" frecuentes.

• El embarazo precoz.(idem).

Factores y causas asociados con el maltrato infantil

De acuerdo con los planteamientos de la UNICEF (2006), los factores y

las causas del maltrato infantil pueden resumirse en los siguientes

indicadores:

a) Factores

• Individuales:

Ascendientes maltratadores

Concepto equivocado de la disciplina

Falsas expectativas

Inmadurez

Retraso Mental

Psicopatías

Adicciones

Trato brusco

• Familiares:

Hijos no deseados

Desorganización hogareña

Penurias económicas

Desempleo o subempleo

Desavenencia conyugal

Falta de autodominio

Educación severa

• Sociales:

Concepto del castigo físico

Actitud social negativa hacia los niños

Indiferencia de la sociedad. (pp. 44-45)

b) Causas:

Se supone que los "factores de estrés situacionales" derivan de los

siguientes cuatro componentes:

• Relaciones entre padres: Segundas nupcias, disputa marital,

padrastros cohabitantes, o padres separados solteros.

• Relación con el niño: Espaciamiento entre nacimientos, tamaño de la

familia, apego de los padres al niño y expectativas de los padres ante

el niño.

• Estrés estructural: Malas condiciones de vivienda, desempleo

aislamiento social, amenazas a la autoridad, valores y autoestima de

los padres.

• Estrés producido por el niño: Niño no deseado, niño problema, un niño

que no controla su orina o su defecación, difícil de disciplinar, a

menudo enfermo, físicamente deforme o retrasado (Idem).

Las posibilidades de que estos "factores de estrés" situacionales

desemboquen en el maltrato infantil o el abandono, determinan la relación

padres-hijo y dependen de ella. Una relación segura entre éstos amortiguará

a cualquier efecto del estrés y proporcionará estrategias para superarla, a

favor de la familia. En cambio, una relación insegura o ansiosa no protegerá

a la familia que esté bajo tensión; la "sobrecarga de acontecimientos", como

las discusiones o el mal comportamiento del niño, pueden generar diversos

ataques físicos o comportamiento del niño, puede generar diversos ataques

físicos o emocionales. En suma, lo anterior tendrá un efecto negativo en la

relación existente entre los padres y el hijo, y reducirá los efectos

amortiguadores aun más. Así, se establece un círculo vicioso que, a la larga,

lleva a una "sobrecarga sistemática", y en que el estrés constante ocasiona

agresiones físicas reiteradas. La situación empeora en forma progresiva, sin

la intervención pertinente, y podría calificarse como una "espiral de

violencia".

De aquí se sigue que la relación padres-hijo debería ser el punto de

concentración para el trabajo en torno de la prevención, tratamiento y manejo

del maltrato y abandono infantiles. Es en este nivel que los psicólogos como

nosotros podemos aportar una contribución significativa.

Como sugiere el modelo, el grado de involucramiento de los padres en

la relación con el niño dependerá de la personalidad o el carácter y su

patología, como sería el mal control del temperamento y los desordenes

psiquiátricos. Estos factores de personalidad pueden ser resultado de las

experiencias sociales tempranas del padre o la madre; de hecho, muchos

padres que maltratan informan que ellos mismos fueron víctimas del maltrato

cuando eran niños.

Finalmente, como se indica al comienzo del presente capítulo, los

valores culturales y comunitarios pueden afectar las normas y estilos del

comportamiento los padres. Éstos recibirán la influencia de su posición

social, en lo que se refiere a edad, sexo, educación, condición,

socioeconómica, grupo étnico y antecedentes de clase social.

Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de sus hijos han

padecido en su infancia falta de afecto y maltrato. Esto suele asociarse a una

insuficiente maduración psicológica para asumir el rol de crianza,

inseguridades, y perspectivas o expectativas que no se ajustan a lo que es

de esperar en cada etapa evolutiva de sus hijos. Como señala Kempe, citado

por Zagalsky y Zlotogora (2004):

Estas características psicológicas en sus padres, son un importante potencial del maltrato, de tal forma que cualquier pequeño hecho de la vida cotidiana, todo comportamiento del niño que se considere irritante, si encuentra a su progenitor en situación de crisis, con escasas defensas anímicas y con dificultades para requerir apoyo externo, puede desatar la violencia".

Resumiendo, los factores que estos autores relacionan con el maltrato

son:

• La repetición de una generación a otra de una pauta de hechos

violentos, negligencia o privación física o emocional por parte de sus

padres.

• El niño es considerado indigno de ser amado o es desagradable, en

tanto las percepciones que los padres tienen de sus hijos no se

adecuan a la realidad que los niños son, además, consideran que el

castigo físico es un método apropiado para "corregirlo" y llevarlos a un

punto más cercano a sus expectativas.

• Es más probable que los malos tratos tengan lugar en momentos de

crisis. Esto se asocia con el hecho de que muchos padres

maltratantes tienen escasa capacidad de adaptarse a la vida adulta.

• En el momento conflictivo no hay líneas de comunicación con las

fuentes externas de las que podrían recibir apoyo. En general estos

padres tienen dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden

a aislarse y carecen de amigos o personas de confianza.

Características del niño golpeado y el agente agresor

El niño no solamente es maltratado a través de la agresión física, sino

también por la privación del alimento, cuidados físicos y estimulación

sensorial tan necesaria para su desarrollo. Así, la desnutrición, las malas

condiciones higiénicas del niño, el retraso en las esferas del lenguaje y

personal social, clásicamente consideradas como medidas de la estimulación

que el niño recibe de su ambiente, son la regla generalizada según muchos

autores. A lo anterior se suma el deterioro de las funciones intelectuales

como secuela de lesiones al sistema nervioso central. Como sostiene Corsi

(1994)

En algunos casos cabe la posibilidad de que el retraso y apariencia poco agraciada del menor disparasen la ira del agresor. Pero en otros muchos puede plantearse la posibilidad inversa: que el retraso fuese secuela de asaltos previos y retroalimente la ira de desencadenarse de agresiones posteriores. En no pocas veces, inclusive, sirve para justificar al agresor en sus nuevos ataques al niño (p, 39).

El panorama se vuelve más sombrío si se recuerda, como lo han

demostrado varios trabajos, que la desnutrición por sí misma es capaz de

afectar en sentido negativo y en forma irreversible el crecimiento y el

desarrollo. Para algunos autores, la "falla para crecer" en un niño, puede ser

el primer dato que oriente hacia el diagnóstico.

Estos niños muestran un patrón de comportamiento muy característico

cuando están internados en el hospital. Para Corsi, (citado por Galeano,

(2006):

Aun en ausencia de lesiones que comprometan el estado general, el niño aparece triste, apático y en ocasiones estuporoso; rehúye el acercamiento del adulto y frecuentemente se oculta bajo las sábanas. En general, es un niño que llora y no se muestra ansioso, cuando se trata un lactante mayor o un preescolar, por la ausencia de la madre y aun puede mostrar franco rechazo hacia ésta cuando ha sido la agresora (p. 39)

La conducta del niño cambia relativamente al poco tiempo a una de

aferramiento excesivo hacia el personal del hospital, con gran necesidad de

contacto físico, al mismo tiempo que hay periodos patentes de agresividad

cuando se les frustra; estos niños pegan y aun llegan a morder a las

enfermeras, a pesar de que éstas muestra especial afecto y cuidado al

menor cuando se enteran del problema.

Se han señalado también patrones de comportamiento característicos

del agente agresor en el hospital; poco interés del familiar involucrado acerca

de la seriedad de las lesiones y evolución del padecimiento, con abandono

del niño en el hospital o, al menos, visitas cortas muy esporádicas y el

comentario frecuentes de las enfermeras de la sala "de no conocer al padre o

madre del niño", a pesar de estancias prolongadas. Sin embargo, esto no es

necesariamente un comportamiento característico del familiar agresor; en

ocasiones, el padre o familiar involucrado parece mostrar una gran

preocupación por la enfermedad del pequeño paciente, con actitudes francas

de sobreprotección hacia éste, lo cual hace más difícil para el médico, la

enfermera y aun la trabajadora social con experiencia en el manejo de este

problema, aceptar la posible culpabilidad en una persona tan aparentemente

interesada en el bienestar del menor.

Hay acuerdo general en que se trata de personas jóvenes y aun cuando

existe la creencia de que el maltrato físico extremo está confinado a la clase

socioeconómicamente baja y/o personas de inteligencia baja, la mayor parte

de los reportes, así como nuestra experiencia, están de acuerdo en que los

padres golpeados provienen de todas las clases sociales y están dentro de

todos los niveles de inteligencia. Vargas (2007) señala que "es probable que

algunos padres estén psicológicamente propensos a este desastre particular,

pero esto no tiene nada que ver con la clase social o inteligencia" (p. 9).

Se han descrito muchos rasgos característicos del agente del agresor.

Entre ellos estaría la inmadurez emocional, la cual es la consecuencia de

insatisfacción de la misma durante la niñez.

Sentimientos de ira, coraje y frustración hacia los hijos, son normales;

pero comúnmente están balanceados por sentimientos igualmente

importantes de protección y cariño y, sólo rara vez, bajo presiones

desorbitadas del ambiente, resultan en una pérdida total del control. En los

agresores, se ha enfatizado también, la existencia de un grado

especialmente alto de impulsividad y pobres mecanismos de control para la

misma, lo cual hace que un estimulo aparentemente pequeño, que

generalmente toleran bien la mayor parte de los padres, provoque la reacción

agresiva intensa hacia el menor involucrado.

Sin embargo, otros autores enfatizan que el agresor funciona bien

fuera de la presencia del niño agredido y que este último es dotado de

características reales o supuestas, que desencadenan el maltrato y/o

actitudes abiertas de rechazo. Estas características pueden ir desde

inquietud motora marcada, llanto excesivo, aspecto físico del menor,

enfermedades frecuentes, etc., hasta otras más sutiles y las cuales requieren

de una investigación cuidadosa para descubrirlas, como son el conferir al

niño características del adulto. Muy frecuentemente, estos padres tienen

dificultad para ver al bebe como tal y esperan que coma sin dejar nada de la

ración ofrecida o demandan hábitos de limpieza por encima de la edad del

niño, especialmente un control muy precoz esfínteres anal y vesical por lo

que los ataques al niño suelen ocurrir alrededor de la hora de comida o de la

defecación.

No es raro también que una madre insatisfecha en sus relaciones

interpersonales, especialmente con el esposo, tome al bebe como única

fuente de satisfacción; si responde como ella quiere, no hay problema; pero

si es llorón o no acepta el alimento ofrecido, puede pensar que el bebe la

rechaza, la crítica y dispararse así la agresión. En otras ocasiones se

desplaza hacia el menor parte de la conflictiva del agresor; tal sería el

suponer que el niño, concebido en relaciones pre o extramaritales, es un

estigma, y por ello generados de culpa e ira del agresor. Más difícil de

descubrir es un hecho encontrado en dos de nuestros casos: el niño es

tomado como un rival que acapara los cuidados del otro cónyuge, atención

que es requerida en exclusividad, y con ello surgen los celos, la ira y la

agresión.

Fuera de lo antes señalado, los agresores presentan escasa o nula

psicopatología, cuando menos aparente. Muy frecuentemente, el agresor, en

quien la sola presencia del niño provoca un estado afectivo incontrolable,

trata de manejar sus emociones apartándose del menor a través de relegar

los cuidados al otro padre u otra persona; es cuando se rompe este arreglo

que ocurre la agresión. Esto último explicaría la mayor frecuencia del llamado

"Síndrome del Niño Golpeado" durante los primeros dieciocho meses de

vida, lo cual, inclusive, ha hecho que también se conozca este problema

como "Síndrome del Bebé Golpeado". Cuando el niño empieza a caminar y

más aún cuando es capaz de aprender a rehuir al agresor, las agresiones

son más frecuentes.

Consecuencias del niño golpeado y el agente agresor

Los niños criados en hogares donde se les maltrata suelen mostrar

desórdenes postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan

sentimientos de escasa autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo

que suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su estrés

psicológico, siendo la adicción al llegar la adultez, más frecuente que en la

población general.

Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan la niñez,

mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana

interrelación al llegar a la adultez.

Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa por que

piensan que nadie les creerá. Otras veces no se dan cuenta que el maltrato a

que son objeto es un comportamiento anormal así aprenden a repetir este

"modelo" inconscientemente. La falta de un modelo familiar positivo y la

dificultad en crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta las dificultades de

establecer relaciones.

Puede que no vean la verdadera raíz de sus problemas emocionales,

hasta que al llegar a adultos busquen ayuda para solucionarlos. En este

sentido, Dole y Jiménez (2005) sostienen que:

Para muchos niños y niñas que sufren de maltrato, la violencia del abusador se transforma en una forma de vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de la vida cotidiana, por lo tanto este comportamiento se toma "aceptable" y el ciclo del

abuso continua cuando ellos se transforman en padres que abusan de su hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por generaciones".

Muchas personas no pueden cortar el ciclo del abuso, pero hay niños al

que la bibliografía mundial denomina "resilentes" que poseen características

que les permite superar este obstáculo. Estos niños tienen la habilidad de

llamar positivamente la atención de otras personas, se comunican bien,

poseen una inteligencia promedio, se nota en ellos un deseo por superarse y

creen en sí mismos. Muchas veces es la aparición de un adulto preocupado

por ellos lo que les permite desarrollar esta habilidad y romper con el ciclo

del abuso.

Los niños aprenden de lo que viven. De acuerdo a lo planteado por

Corsi (citado por Galeano, 2006) el niño aprende lo que vive:

• Si vive con tolerancia aprende a ser paciente.

• Si vive criticado aprende a condenar

• Si vive con aprobación aprende a confiar en sí mismo

• Si vive engañado aprende a mentir

• Si vive en equidad aprende a ser justo

• Si vive con vergüenza aprende a sentirse culpable

• Si vive con seguridad aprende a tener fe en sí mismo

• Si vive hostilizado aprende a pelear

• Si vive en la aceptación y la amistad aprende a encontrar el amor en el

mundo. (p. 47)

La literatura sobre el tema de abuso infantil coinciden en manifestar que

los niños que sufren malos tratos presentan un funcionamiento

comportamental problemático. En algunos estudios (Maher, 1990; Morales, &

Costa, 1997; Vargas, 1994) se observa que comparando a niños que

reciben abuso con niños que no lo reciben, los primeros manifiestan más

problemas de conducta, tanto cuando la información procede de los padres

como cuando procede de los maestros. Las conductas que se han descrito

en estos niños han sido: agresividad, verbal y física, hostilidad, oposición,

robos, mentiras, absentismo, que se integrarían en la categoría de problemas

de conducta externalizantes.

También sostiene Corsi (citado por Galeano, 2006) que en un estudio

longitudinal encontraron que la experiencia del daño físico intencional sufrido

durante los primeros cinco años estaba asociada con un incremento

considerable del riesgo a sufrir problemas de conducta externalizantes. Pero

aunque estos problemas sean los más frecuentes, sin embargo, también

algunos de estos niños presentan problemas de eliminación, miedos,

desobediencia encubierta, pero incluso algunos niños presentan combinación

de ambas categorías. (p. 33).

Causas del maltrato infantil

Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado de explicar

su aparición y mantenimiento utilizando diversos modelos. Considerando los

planteamientos de Cantón y Cortez (1997) pueden sintetizarse de la amera

siguiente:

• El modelo sociológico, que considera que el abandono físico es

consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de

aislamiento social.

• El modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de

desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones

cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los

progenitores/cuidadores en relación a los menores a su cargo.

• El modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es

consecuencia de la existencia de sicopatología en los padres.

• El modelo del procesamiento de la información, que plantea la

existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las familias con

menores en situación de abandono físico o negligencia infantil.

• El modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia a la forma

de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por parte de

estas familias.

• En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor explica el

maltrato infantil, es el modelo integral del maltrato infantil. Este modelo

considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están encajados

unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen en

eñ mismo factores compensatorios que actuarían según un modelo de

afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en

las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros (pp.

43-44).

La progresiva disminución de los factores compensatorios podría

explicar la espiral de violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno

del maltrato infantil. Entre los factores compensatorios se señalan: armonía

marital, planificación familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales

estresantes, intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno

al hijo, apoyo social, buena condición financiera, acceso a programas

sanitarios adecuados, etc.

Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso,

desarmonía familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los

padres, farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre

no protectora, ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y

económico, promiscuidad, etc.

Consecuencias del maltrato infantil

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena

directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los

tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y

sociales. Según los autores citados, la importancia, severidad y cronicidad de

las estas secuelas depende de:

• Intensidad y frecuencia del maltrato.

• Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento,

habilidades sociales, etc.).

• El uso o no de la violencia física.

• Relación del niño con el agresor.

• Apoyo intrafamiliar a la víctima infantil.

• Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y

social.

• En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan

repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en

la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño,

cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres,

deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.

• En escolares y adolescentes se encuentran: fugas del hogar, conductas

auto lesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico,

deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de

identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo

generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza,

agresividad, problemas de relación interpersonal.

Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a

la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser

perpetuador de maltrato en la etapa adulta. Esto lo apreció Fontaines (2008)

en el Sector Bella Vista, Municipio Cajigal, Estado Sucre; encontrándose lo

siguiente:

En un mismo hogar existen hasta tres generaciones que presentan características comunes:•Madres solteras con un numeroso grupo de hijos.•Adultos y adolescentes que siguen el mismo patrón de comportamiento de los padres, caracterizados por conductas agresivas•Generalmente las hembras se convierten en madres solteras y los varones manifiestan conductas sociales disfuncionales (p. 42)

Existe una tendencia de los niños y niñas maltratados a reproducir en

sus descendientes los mismos patrones de comportamientos que recibieron,

creándose un círculo vicioso que requiere eliminarse, mediante un

tratamiento adecuado a los afectados para evitar que se siga

transmitiendo las otras generaciones.

Prevención del maltrato infantil

Según lo que expresan Morales & Costa (1997) La ecuación del buen

trato es la sumatoria de los recursos comunitarios, la resistencia al daño y las

competencias parentales en relación a las necesidades infantiles.

La resistencia al daño se denomina a los recursos naturales de los

niños, para asegurarse un desarrollo sano; a la capacidad de todo ser vivo,

para mantenerse vivo y a la toma de conciencia de la realidad.

Los factores que aumentan la resistencia al daño en el niño son:

- Apego seguro en los primeros 6 meses de vida.

- Tener conciencia de la realidad individual, familiar y social. Cuanto antes

se dé cuenta de su realidad, más facilidad tendrá para desarrollar

estrategias alternativas.

- Apoyo social: relaciones informales.

- La escuela y los procesos educativos extra-familiares.

- Compromiso religioso, social y político

La ecuación del maltrato es el resultado de pocos recursos

comunitarios, pocas competencias parentales en relación a grandes

necesidades infantiles y trastorno de la re silencia.

Una familia y su entorno social pueden considerarse sanos cuando son

capaces de:

- Asegurar el bienestar en todos sus miembros y sus socializaciones

(aprendizaje de una cultura de vida).

- Ofrecer a sus miembros los bienes materiales, psicológicos y sociales

que necesitan, en cantidad y calidad suficientes.

El bienestar de un niño no es nunca un regalo o el producto de la buena

o mala suerte, sino por el contrario, el resultado de un esfuerzo humano que

nunca es puramente individual y ni siguiera puramente familiar, sino el

trabajo del conjunto de una sociedad.

Indicadores de maltrato infantil

El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide

ayuda, esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o

negligente. Los niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su

desarrollo evolutivo, déficit emocional, conductuales y socio-cognitivos que le

imposibilitan un desarrollo adecuado de su personalidad. De ahí la

importancia de detectar cuanto antes el maltrato y buscar una respuesta

adecuada que ayude al niño en su desarrollo evolutivo.

Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen en unas

manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales. A

estas señales de alarma o pilotos de atención es a lo que se llama

indicadores, ya que pueden "indicar" una situación de riesgo o maltrato.

A continuación se exponen una serie de indicadores que pueden ayudar

en la observación del maltrato considerando los criterios de Cantón y Cortez

(1997); sin embargo hay que tener en cuenta que éstos por sí solos no son

suficientes para demostrar la existencia de maltrato sino que además debe

considerarse la frecuencia de las manifestaciones, cómo, dónde y con quien

se produce.

Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarse

ante ellos como observadores o jueces de una forma de ser ante la que no

podemos hacer nada. Estos indicadores no siempre presentan evidencias

físicas, algunas formas de abuso sexual, maltrato psicológico, sino que

pueden ser también conductas difíciles de interpretar. Algunos de los

indicadores, entre otros, que se pueden dar son:

En el Niño:

• Señales físicas repetidas (morados, magulladuras, quemaduras...)

• Niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.

• Cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)

• Cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente

• Conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes

• Relaciones hostiles y distantes

• Actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...)

• Conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su

edad

• Conducta de masturbación en público

• Niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el

colegio, patio o alrededores)

• Tiene pocos amigos en la escuela

• Muestra poco interés y motivación por las tareas escolares

• Después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio, etc.)

• Presenta dolores frecuentes sin causa aparente

• Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito)

• Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual

• Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños hurtos, etc.

• Intento de suicidio y sintomatología depresiva

• Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad)

• Relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente

• Falta de cuidados médicos básico.

En los Padres y/o Cuidadores

• Parecen no preocuparse por el niño

• No acuden nunca a las citas y reuniones del colegio

• Desprecian y desvalorizan al niño en público

• Sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo lo que

quiero porque es mío")

• Expresan dificultades en su matrimonio

• Recogen y llevan al niño al colegio sin permitir contactos sociales

• Los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo para...)

• Compensan con bienes materiales la escasa relación personal afectiva

que mantiene con sus hijos

• Abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)

• Trato desigual entre los hermanos

• No justifican las ausencias de clase de sus hijos

• Justifican la disciplina rígida y autoritaria

• Ven al niño como malvado

• Ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no convincentes o bien no

tienen explicación

• Habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad del niño

• Son celosos y protegen desmesuradamente al niño (pp 48-49)

Estos indicadores pueden observarse en otros casos que no

necesariamente se dan en niños maltratados, la diferencia más notable es

que los padres maltratadores no suelen reconocer la existencia del maltrato y

rechazan cualquier tipo de ayuda, llegando a justificar con argumentos muy

variados este tipo de acciones; en cambio los padres con dificultades suelen

reconocerlas y admiten cualquier tipo de ayuda que se les ofrezca.

CAPÍTULO II

FUNDAMENTACION LEGAL

Análisis de la legislación venezolana sobre el maltrato infantil.

La legislación venezolana establece una normativa muy amplia sobre la

protección al niño y al adolescente, tales como la Constitución de la

República de Venezuela (1999), la Ley Orgánica de Protección del Niño y del

Adolescente (1998), el Código Penal (2000) y otras.

La Constitución de La República Bolivariana de Venezuela (1999), en

su Artículo 19 contempla que:

El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los Derechos Humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre Derechos Humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los desarrollen (p. 4).

El Estado garantiza a toda persona sin discriminación alguna, el respeto

y la garantía de sus derechos humanos como venezolanos y venezolanas

desde la concepción. En tal sentido, todo maltrato a los niños y niñas

constituye una violación a sus derechos humanos, lo cual también está

contemplado en diversos convenios internacionales.

El mismo texto legal contempla en su artículo 75, lo siguiente:

El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia (p. 8)

Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a desarrollarse en el seno de su familia de origen. Cuando ello sea imposible o contrario a su interés superior, tendrán derecho a una familia sustituta, de conformidad con la ley. La adopción tiene efectos similares a la filiación y se establece

siempre en beneficio del adoptado o la adoptada, de conformidad con la ley. La adopción internacional es subsidiaria de la nacional.

Queda establecido con rango constitucional que la familia es concebida

como una asociación natural de la sociedad y debe propender al desarrollo

integral de las personas, mediante relaciones de igualdad, de derechos y

deberes, solidaridad y esfuerzo común. Asimismo, el Estado debe garantizar

protección a la familia. En ese sentido, la problemática que se suscita en el

maltrato del niño y la niña en el Municipio Cajigal, debe ser atendida con

urgencia; por cuanto de otro modo, no se estaría cumpliendo con ese

mandato de la Carta MagnaConstitución de la República Bolivariana de

Venezuela.

La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, LOPNA

(1998), en su artículo Nº 1, relativo al objeto de al misma, sostiene

Esta ley tiene por objeto garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes, que se encuentren en territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías a través de la protección integral que el Estado, la sociedad y las familias deben brindarles desde el momento de su concepción (p.5).

Se garantiza a todo niño, niña y adolescentes el disfrute pleno de sus

derechos dentro y fuera de la sociedad o el Estado donde se encuentre, lo

cual debe ser realizado no sólo por el Estado, sino que la familia y la

sociedad también tienen esa obligación. Esto es muy importante acotarlo,

porque cualquier ciudadano debe velar para que se garanticen los derechos

a los niños y niñas. Lamentablemente por desconocimiento o por negligencia

muchas personas contemplan pasivamente el maltrato a los niños y niñas,

sin realizar ninguna acción.

La misma Ley sostiene en su artículo 5º:

Obligaciones Generales de la Familia. La familia es responsable, de forma prioritaria, inmediata e indeclinable, de asegurar a los niños y adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos.El Estado debe asegurar políticas, programas y asistencia apropiada para que la familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad, y para que los padres y las madres asuman, en igualdad de condiciones, sus responsabilidades y obligaciones. (p. 6)

Se establece prioritariamente la responsabilidad de los padres (en

forma compartida), en asegurar que los niños y adolescentes disfruten de

sus derechos y garantías. No obstante, el Estado debe implementar políticas

y programas para que ello se cumpla. De allí que la atención al problema del

maltrato a los niños en el Sector Bella Vista en el Municipio Cajigal,

responde a esas exigencia legales, específicamente en el tipo de programa

de apoyo u orientación contemplado en el literal b, del artículo 124 de esa

misma ley, el cual dice textualmente que se plantea “Para estimular la

integración del niño y el adolescente en el seno de su familia y de la

sociedad, así como guiar el desarrollo armónico de las relaciones entre los

miembros de la familia”.

También expresa la LOPNA en su Artículo 15. “Derecho a la Vida.

Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la vida. El Estado

debe garantizar este derecho mediantes políticas públicas dirigidas a

asegurar la sobrevivencia y el desarrollo integral de todos los niños, niñas y

adolescentes”. (p. 10)

El derecho a la vida se tiene desde que se es engendrado; en ese

sentido ninguna persona puede violarlo sin contravenir esta disposición legal.

Obviamente, después del nacimiento ese derecho adquiere mayor rango de

fuerza.

El artículo 16 de la LOPNA plantea: Derecho a un nombre y a una

nacionalidad. Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a un

nombre y a una nacionalidad” (p. 11). Todos los padres están en el deber de

darle a sus hijos un nombre para que sea reconocido en la nación como

ciudadano venezolano. No obstante, existen muchos niños y adolescentes

actualmente que sufren maltrato por no poseer un documento que le acredite

la nacionalidad.

El artículo 254 de la ley citada sostiene en relación al “Trato Cruel.

Quien someta a un niño o adolescente bajo autoridad, guarda o vigilancia a

trato cruel, mediante vejación física a síquica, será penado con prisión de

uno a tres años” (p. 32). De esa manera se contempla el castigo para

aquellas personas que sometan al niño, niña o adolescente a un maltrato

cruel, a través de una vejación, sea física o psíquica.

La Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia (1998), expresa en

su artículo 2º, lo siguiente:

Derechos protegidos. Esta Ley abarca la protección de los siguientes derechos: 1. El respeto a la dignidad e integridad física, psicológica y sexual de la persona; 2. La igualdad de derechos entre el hombre y la mujer; 3. La protección de la familia y de cada uno de sus miembros.(p. 2)

Se expresa de una manera contundente que la problemática que

envuelve a la familia del Sector Bella Vista del Municipio Cajigal, constituye

una violación a derechos protegidos, tales como la igualdad de derechos en

el hombre y la mujer, la protección a la familia y el respeto a la integridad

física, psicológica y sexual. Cuando se observa los desajustes que se

presentan por la amplia proporción de madre solteras y la secuela que ello

acarrea al resto de la familia en el sector mencionado, derivando como

consecuencia maltrato en los niños y niñas, se está violando dicho artículo.

El mismo texto legal realiza las definiciones de violencia física, violencia

psicológica y violencia sexual en los artículos 5, 6 y 7.

Artículo 5°: Definición de violencia física. Se considera violencia física toda conducta que directa o indirectamente está dirigida a ocasionar un daño o sufrimiento físico sobre la persona, tales como heridas, hematomas, contusiones, excoriaciones, dislocaciones, quemaduras, pellizcos, pérdida de diente, empujones o cualquier otro maltrato que afecte la integridad física de las personas.La violencia física es aquella que infringe un daño o sufrimiento físico directo o indirecto a una persona. Igualmente se considera violencia física a toda conducta destinada a producir daño a los bienes que integran el patrimonio de la víctima(p. 3)

La violencia física es aquella que infringe un daño o sufrimiento físico

directo o indirecto a una persona, así como la destinada a producir daño a

los bienes o patrimonio de la víctima. De allí que toda acción que propicie

esos tipos de daños pueden considerarse como violencia física. Esto

constituye algo muy novedoso porque se extiende la definición más allá del

contacto directo para ocasionar el daño a la persona así como a sus bienes.

Artículo 6°: Definición de violencia psicológica. Se considera violencia psicológica toda conducta que ocasione daño emocional, disminuya al autoestima, perjudique o perturbe el sano desarrollo de la mujer u otro integrante de la familia a que se refiere al artículo 4o de esta Ley, tales como conductas ejercidas en deshonra, descrédito o menosprecio al valor personal o dignidad, tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante, aislamiento, amenaza de alejamiento de los hijos o la privación de medios económicos indispensables (idem).

Es muy amplia la definición de la violencia psicológica; no obstante,

debe ser muy cuidadoso el administrador de justicia para determinar este tipo

de violencia; debido al carácter subjetivo que puede imprimírsele a la

calificación de la misma. Con relación a los hijos, también se determina que

la amenaza de alejamiento de los hijos es considerado dentro de ese tipo de

violencia.

Artículo 7°: Definición de violencia sexual. Se entiende por violencia sexual toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la persona a decidir voluntariamente su sexualidad, comprendida en ésta no sólo el acto sexual sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital (ibídem)

Se tipifica como violencia sexual la conducta que amenace o vulnere el

libre albedrío de la persona sobre su sexualidad, no sólo del acto sexual

genital, sino cualquier forma de contacto o acceso. Esto es muy importante

en el casi de los niños y niñas que son sometidos a al violencia sexual

muchas veces evitando el contacto genital “para no dejar evidencias físicas”;

no obstante la norma va más allá de eso.

El Código Penal (2000) establece en los artículos 441 al 443, la pena

que se infringe a quienes maltraten a las personas que abusen de los casos

de disciplina o corrección con quienes se hallen sometidos a su autoridad,

educación, instrucción, cuidado o vigilancia, los cuales son muy explícitos.

Artículo 441.- El que abusando de los medios de corrección o disciplina, haya ocasionado un perjuicio o un peligro a la salud de alguna persona que se halle sometida a su autoridad, educación, instrucción, cuidado, vigilancia o guarda, o que se encuentre bajo su dirección con motivo de su arte o profesión, será castigado con prisión de uno a doce meses, según la gravedad del daño (p. 62).

Se establecen hasta 12 meses de prisión a quien ocasione un perjuicio

o peligro a la salud de la persona que tiene bajo su potestad por cualquier

índole. Si se relaciona esto con la calificación de sujeto de derecho que

establece la LOPNA al niño y la niña, esta sanción adquiere mayor

relevancia.

Artículo 442.- El que, fuera de los casos previstos en el artículo precedente, haya empleado malos tratamientos contra algún niño

menor de doce años, será castigado con prisión de tres a quince meses. Si los malos tratamientos se han ejecutado en un descendiente, ascendiente o afín en línea recta, la prisión será de seis a treinta meses. El enjuiciamiento no tendrá lugar sino por acusación de la parte ofendida, si los malos tratamientos se han empleado contra el cónyuge; y si este fuere menor, la querella podrá promoverse también por las personas que, a no existir el matrimonio tendrían la patria potestad o la autoridad tutelar sobre el agraviado (Idem)

La sanción prevista en el artículo 441 se incrementa si el daño es

realizado por ascendientes afines o directos. No obstante, sólo será

procedente si la acusación es promovida por la persona afectada.

Lamentablemente, por coacción o miedo, muchas víctimas no se atreven a

realizar la denuncia, quedando impunes muchos abusos de este tipo, como

sucede en el Sector Bella Vista del Municipio Cajigal.

Artículo 443.- En los casos previstos en los artículos precedentes, si hay constancia de que en el culpable que ejerza la patria potestad, son habituales los hechos que han motivado el enjuiciamiento, el Juez declarará que la condena lleva consigo, respecto de dicho culpable la perdida de todos los derechos que por causa de la misma patria potestad le confiere la ley en la persona y los bienes del ofendido; y en lo que concierne al tutor deberán en todo caso declarar la destitución de la tutela y la exclusión de cualesquiera otras funciones tutelares (Ibidem).

Es mu importante lo establecido en este artículo, por cuanto en el

espíritu del legislador prevaleció la salvaguarda de la víctima para evitar que

pueda seguir sometida a una patria potestad de quien fue su victimario.

La revisión de la legislación venezolana en torno a la violencia contra

los niños y niñas indica que es muy amplia; pero lamentablemente por

desconocimiento, miedo y otras razones no se aplica a todos los casos que

ocurren frecuentemente.

CAPÍTULO III

CONCLUSIONES

El desarrollo de la personalidad de un individuo depende en gran

medida y queda determinada si ésta sufre algún tipo de maltrato durante su

infancia. Por esto puede concluir que la primera etapa de socialización que el

niño vive dentro de su núcleo familiar es muy importante para su futura

relación con la sociedad. Más específicamente es lo que determinará la

manera en que se relacionará con esta. Si un niño sufre de maltrato en esta

primera etapa de su vida, le quedarán secuelas irreversibles algunas veces,

que se podrán manifestar de diferentes maneras en su vida de adulto. El

maltrato, además, viola los derechos fundamentales de los niños.

El análisis del maltrato infantil, lleva a precisar algunos aspectos que

deben ser tomados en cuenta para comprender cualquier situación concreta

El maltrato a los menores siempre ha existido desde los tiempos antiguos,

pero no se habían formulado derechos exclusivos para ellos, por lo tanto, los

padres o personas mayores pensaban que tenían la autoridad para infringir

castigos físicos y psíquicos sobre ellos.

Todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales,

emocionales y sociales.

Existen padres que pretender dar una buena educación a sus hijos

disciplinándolos de una forma incorrecta mediante el castigo físico o verbal y,

en muchos casos, los padres no cumplen ningún propósito disciplinario, sino

que esta forma de proceder sirve de escape para su propia ira, sentimiento,

frustración y desdicha que han podido adquirir por ser descendientes de

padres maltratadores.

La crueldad más intangible de todas las formas que permiten el maltrato

infantil, como sostienen Musito y García (1996) “es la crueldad oficial o la

organizada, aquella que se comete por ignorancia, por insensibilidad o por

omisión en la forma de falta de legislación o de cumplimiento de la misma

que proteja adecuadamente al menor”· (p. 3)

En el Sector Bella Vista del Municipio Cajigal, las familias poseen una

caracterización que las hace proclives al maltrato infantil, entre ellas:

• Familias disfuncionales donde no existen redes de apoyo para el

adolescente, y las relaciones dialógicas entre padres e hijos es casi

inexistente.

• Bajo nivel de formación educativo, o desinterés por la prosecución

académica estudiantil.

• Condición socioeconómica precaria de las familias.

• Incompatibilidad entre el sistema de valores de los padres y del

adolescente.

• Alto índice de madres solteras.

Es de hacer notar que este conjunto de factores no se muestran de

modo aislados, por el contrario, ellos se interrelacionan entre sí, permitiendo

develar las causas claves que mantienen el maltrato infantil.

En este plano, los factores económicos aparecen como aquellos más

visibles y que dan en un cierto sentido a esa percepción de inseguridad y

maltrato que suelen atravesarse en los distintos procesos sociales;

observándose desde el punto de vista crítico el actual grado de incertidumbre

el cual está marcado por los tipos de maltratos que existen en la comunidad

mencionada y la forma en que afecta a la sociedad, las instituciones y al

ambiente. Esto debe ser considerado para así asumir decisiones oportunas

y poder atender a las demandas producidas por esa población.

Los causales mencionados llevan a consecuencias que pueden

hacerse permanentes si las causas claves no son atacadas, a tal efecto, no

atender estos detonantes generaría, entre otras cosas, como sostiene

Fontaines (2008): “un impacto negativo al ciclo de desarrollo psicológico

humano, lo cual podría representar la aparición de psicopatologías y por

extensión a ello, una marcada ausencia de estabilidad en las relaciones

psicoafectivas” (p. 86). De igual modo, esta lamentable, pero evitable red de

nefastos efectos, sigue precedida por una probable pérdida de valía de la

estructura familiar lo cual redunda en abandono del hogar, alteraciones de

la volición, aparición de la promiscuidad, y por si fuera poco, mayor

predisposición hacia la manipulación.

Conjuntamente con lo anterior, aparece la deserción escolar y con ella,

el crecimiento del empleo informal y los niveles de analfabetismo funcional

en la población adolescente, hecho que por supuesto pondría en tela de

juicio el crecimiento de la mano de obra calificada.

Los niños maltratados hoy se convertirán en adultos problemáticos del

mañana. Por esto se deben de fomentar campañas a favor de las denuncias

del maltrato infantil, creando los ámbitos adecuados y desarrollando los foros

de discusión necesarios. Así como también los adultos debemos asumir

nuestras responsabilidades maduramente y con compromiso para evitar que

los niños se conviertan en agresores.

Este problema puede solucionarse en la medida que se opte por

acciones concretas para reducir los niveles de violencia y proteger la vida de

los niños, niñas y adolescentes. Estas acciones deben implicar un control

específico sobre el uso y abuso de los padres, representantes y la

implementación de medidas concretas para impedir el maltrato en la

sociedad y comunidad en general.

Existen una serie de acciones específicas que pueden implementarse:

a) Desarrollar registros confiables de oficinas para obtener datos básicos

con relación a información con referencia al maltrato infantil.

b) Establecer instancias independientes o con altos niveles de autonomía

para la investigación y seguimientos de los hechos en los que mueren

o resultan lesionados niños, niñas y adolescentes en los que

intervienen padres o representantes.

c) Se necesita que instituciones pertenecientes al Estado se ocupen de

prevenir estos casos de maltrato ya, que de esta forma se ayudara a

un mejor bienestar para la sociedad.

d) También se debe programar pláticas en las escuelas referente a la

violencia familiar y la manera de prevenirla para que en un futuro, al

formar una familia no traten mal a sus hijos

e) Se debería concientizar más a la población adulta, que la salud de los

menores debe ser cuidada de tal manera que no se exponga a un

desequilibrio por causas de maltrato, que como ya se mencionó,

puede ser de diferentes maneras y afectan de diversas maneras a los

menores pudiéndole causar en casos graves la muerte.

f) Todo niño maltratado tiene derecho a vivir una vida como cualquier

otro niño y se le debe de dar la ayuda necesaria para poder superar

este problema.

g) Establecer claros incentivos para la búsqueda y elección de

soluciones no violentas de los conflictos por parte de los padres y

representantes e identificar como erróneas las respuestas violentas

con respecto al maltrato infantil:

En síntesis, el maltrato infantil constituye un problema social,

económico, cultural y psíquico que responde a múltiples causas; pero es

necesario conocer las mismas para poder enfrentarlas, contribuyendo de esa

manera a que las próximas generaciones sean más sanas

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ANEXO

Anexo 1. Memoria Fotográfica

Adolescente que abandonó los estudios para estar en las minitecas

Adolescente embarazada de la comunidad.

En la foto superior la adolescente embarazada. En la foto inferior, la misma adolescente, amamantando al niño al lado de su padre, también adolescente

Madre soltera con seis (06) niños. Obsérvese las condiciones del rancho.

Otra madre soltera con los seis (06) niños

Madre soltera con varios niños. La hija mayor, siendo adolescente, también está embarazada sin cónyuge.

Niño de madre soltera durmiendo en el piso.

Madre soltera con cuatro (04) niños y niñas..

La niña mayor cuida a sus hermanos, mientras la madre trabaja en labores agrícolas

Vista del interior de dos ranchos de familias dirigidas por madres solteras.