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¿QUÉ ES MAL DE ESCUELA? * ¿Quién no se ha sentido frustrado en el colegio porque no conseguía aprobar una asignatura? ¿Cuántos profesores hemos tenido hasta que uno nos pudo “rescatar” del sufrimiento? ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos: “no puedo más”? Este artículo habla desde el punto de vista de un niño que siempre le fue mal en los estudios y acabó siendo profesor de escuela, más concretamente de Lengua y Literatura. En la vida académica de cualquier niño, no sólo interactúa éste con los libros y los apuntes, sino que a su alrededor hay un conjunto de factores que viven con él y su andadura en el aprendizaje, con sus dificultades, éxitos y sufrimientos y sus logros. Madres preocupadas, padres que no desisten, alumnos que “tiran la toalla” y profesores. Un “zoquete” es lo que le llamaban al protagonista de nuestra historia. Tras el paso por la escuela sin poder despuntar en ninguna asignatura, y asumiendo su papel de vago y comentarios despectivos que escuchaba, sus padres le enviaron a un internado. Esta decisión se realizó tras abrir sin mucho esfuerzo la caja fuerte de sus padres, lo cual escandalizó a su madre y fue lo que decidió que le enviaran al internado. Según sus propias palabras, estar interno fue bastante mejor que estar “externo” y tener dificultades de aprendizaje. Una vez en el internado, fueron varios los profesores que le ayudaron a salir de ese agujero negro en el que se había sumido, y finalmente consiguió, como los demás, terminar bachillerato, hacer una licenciatura y

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¿QUÉ ES MAL DE ESCUELA? *

¿Quién no se ha sentido frustrado en el colegio porque no conseguía aprobar una asignatura? ¿Cuántos profesores hemos tenido hasta que uno nos pudo “rescatar” del sufrimiento? ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos: “no puedo más”?

Este artículo habla desde el punto de vista de un niño que siempre le fue mal en los estudios y acabó siendo profesor de escuela, más concretamente de Lengua y Literatura.

En la vida académica de cualquier niño, no sólo interactúa éste con los libros y los apuntes, sino que a su alrededor hay un conjunto de factores que viven con él y su andadura en el aprendizaje, con sus dificultades, éxitos y sufrimientos y sus logros. Madres preocupadas, padres que no desisten, alumnos que “tiran la toalla” y profesores.

Un “zoquete” es lo que le llamaban al protagonista de

nuestra historia. Tras el paso por la escuela sin poder despuntar en ninguna asignatura, y asumiendo su papel de vago y comentarios despectivos que escuchaba, sus padres le enviaron a un internado. Esta decisión se realizó tras abrir sin mucho esfuerzo la caja fuerte de sus padres, lo cual escandalizó a su madre y fue lo que decidió que le enviaran al internado. Según sus propias palabras, estar interno fue bastante mejor que estar “externo” y tener dificultades de aprendizaje.

Una vez en el internado, fueron varios los profesores que le ayudaron a salir de ese agujero negro en el que se había sumido, y finalmente consiguió, como los demás, terminar bachillerato, hacer

una

licenciatura y sacarse un doctorado.

Este “alumno zoquete”, finalmente consiguió ser profesor, y decidir enseñar a los alumnos de manera

distinta a lo que él había vivido. Como profesor, ahora intenta sacar adelante a los alumnos “zoquetes” que ve en sus clases y que se sumerjan en la Literatura, y a través de ella consigan superar sus dificultades y se conozcan así mismos cada vez más.

Actualmente, dice, cuando va por la calle y hombres y mujeres adultos se paran y le miran, recitando algunos de los pasajes que él obligaba a memorizar, afirma que es la mayor satisfacción que puede tener.

Tras sus años de experiencia como profesor, afirma que los miedos a las matemáticas, gramática o ciencias, se superan enfrentándose a ellos y buscando entre ellos los problemas que hacen que uno se bloqueé y no pueda seguir.

En la novela explica que fueron tres los profesores salvadores de su sufrimiento. Lo que tenían en común, tal y como él mismo señala es que “no soltaban la presa” y tenían estilo a la hora de transmitir su materia.

Además, hace una comparación entre los “zoquetes” de hoy en día y los de hace veinte años. De los de hoy en día afirma que

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son iguales que los de antes, salvo que son “niños clientes”, en el sentido de que es el que está convencido de que si no compra las zapatillas que aparecen en la televisión, pierde su identidad.

Una de las características de estos alumnos es que no tiene porvenir y que no sirve, pero basta un profesor que se interese por ellos y consiga de diversas manera “atraparlos” para que salgan del atolladero y vean solución a su vida académica.

Quizás, habría que plantearse un gran defecto de los profesores: su incapacidad para imaginarse lo poco o mucho que saben los alumnos, y dar así muchos conceptos considerados para ellos “evidentes”.

A pesar del futuro incierto al que se puedan enfrentar los alumnos actualmente y hace años, es importante enseñarles a superar sus dificultades, y a confiar en que pueden superar las barreras que se les vaya presentando.

Como dije al principio del artículo, el protagonista de la novela, conoció a tres profesores en el internado que le ayudaron a salir de su “agujero” y también conoció el amor, el cual le sirvió como si fuera un empujón para terminar Bachillerato, hacer una carrera y un Doctorado. Dicho esto, el “niño zoquete” protagonista de la novela, es el propio autor de la misma: Daniel Pennac, uno de los escritores franceses más seguidos de las últimas décadas.

Es muy recomendable leer este libro, sobre todo porque habla de la escuela desde todos los puntos de vista que se dan en lo educativo: empezando por un niño con dificultades de aprendizaje, pasando por su familia y otras familias en la misma situación: los profesores y sus situaciones personales; las relaciones entre el alumno y el profesor y las esperanzas que unos depositaban en él, mientras que otra mayoría le “desechaba” dándolo por perdido.

De todo lo que cuenta en su historia académica, es

interesante conocer el punto de vista de esos niños que no son los primeros de la clase. A veces, como profesores, nos olvidamos de sus sentimientos y, la realidad es que a nadie le gusta ser excluido ni ser señalado con el dedo porque no aprende con tanta facilidad.

La idea que transmite la novela es la importancia de no desistir ante esta clase de alumnos, y no dejarles caer. Es el propio amor a la profesión y al aprendizaje, la que te hace idear estrategias que hagan que esos niños salgan a flote.

Como broche final, escribo

algunas metáforas que para aquellos

que se dedican a la enseñanza, tendrá mucho sentido y que resumen verdaderamente la vida del “zoquete” y de la educación en definitiva:

“El mal alumno tomará las riendas cuando le hayáis enseñado a tomar las riendas”

“Una golondrina aturdida, es una golondrina que hay que reanimar.”

*Bibliografía: PENNAC, D. Mal de Escuela. Barcelona, Mondadori, 2008.