makarenko (1)

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MAKARENKO Pedagogo soviético y comunista, se dirige en los años 20. Se asiente en tres principios: -Colectividad. -Trabajo socialmente productivo. -Autoridad carismática del educador. Logró la reeducación de incipientes o consumados delincuentes. Sus teorías y prácticas educativas están en las antípodas y practicas educativas del individualismo y el naturalismo roussoniano. Es una pedagogía sin concesiones el discurso naturalista e ingenuo de la tradición roussioniana. “Toda técnica pedagógica en la educación era tenida por una herejía. En las nubes se consideraba al niño por ser hinchado por un gas, el cual poseía la facultad de autodesarrollo y que lo único que no hacía falta era no ponerle tabas”. El dogma principal de esta doctrina consistía en que el gas mencionado tendría que producir obligatoriamente la personalidad comunista. Pero lo que realmente surgía de una manera natural era la vulgar maleza del campo. Existen dos conceptos fundamentales: Colectividad y trabajo. Para Makarenko, el educador es quien crea y organiza la colectividad, pero es esta quien realmente educa los individuos y así Makarenko creará un colectivo fuerte bien organizado y con metas claras y exigentes. Va más allá de las etiquetas. Las experiencias que creó Makarenko fueron de autogestión educativa. “Mi colectividad tenía 500 personas y había niños de 8 a 18 años. Yo no me permití un una sola vez privar de sus derechos de voto a uno solo de mis comuneros, cualquiera que fuera su edad y desarrollo. La asamblea general de los miembros de la comuna era realmente un órgano dirigente”.

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Page 1: Makarenko (1)

MAKARENKOPedagogo soviético y comunista, se dirige en los años 20. Se asiente en tres principios:

-Colectividad.

-Trabajo socialmente productivo.

-Autoridad carismática del educador.

Logró la reeducación de incipientes o consumados delincuentes. Sus teorías y prácticas educativas están en las antípodas y practicas educativas del individualismo y el naturalismo roussoniano.

Es una pedagogía sin concesiones el discurso naturalista e ingenuo de la tradición roussioniana.“Toda técnica pedagógica en la educación era tenida por una herejía. En las nubes se consideraba al niño por ser hinchado por un gas, el cual poseía la facultad de autodesarrollo y que lo único que no hacía falta era no ponerle tabas”. El dogma principal de esta doctrina consistía en que el gas mencionado tendría que producir obligatoriamente la personalidad comunista. Pero lo que realmente surgía de una manera natural era la vulgar maleza del campo.Existen dos conceptos fundamentales: Colectividad y trabajo. Para Makarenko, el educador es quien crea y organiza la colectividad, pero es esta quien realmente educa los individuos y así Makarenko creará un colectivo fuerte bien organizado y con metas claras y exigentes.

Va más allá de las etiquetas. Las experiencias que creó Makarenko fueron de autogestión educativa. “Mi colectividad tenía 500 personas y había niños de 8 a 18 años. Yo no me permití un una sola vez privar de sus derechos de voto a uno solo de mis comuneros, cualquiera que fuera su edad y desarrollo. La asamblea general de los miembros de la comuna era realmente un órgano dirigente”.

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La pedagogía de Makarenko es también una pedagogía de trabajo. No solo llegaron a autoafianzarse con el producto de trabajo de los chicos, sino que producían excedentes que ingresaban en las arcas del Estado.El trabajo para Makarenko es la otra instancia educativa fundamental. Pero se trata de trabajo real y efectivamente productivo, de un artificio con fines formativos e instructivitas. Esta pedagogía también es de esfuerzo, del cultivo de la fuerza de voluntad. “Creo que ningún pedagogo debe tolerar ningún defecto y a nuestros alumnos ni siquiera les debe caber en la cabeza que sea posible la mas mínima complacencia en sus defectos. Debemos exigir a los hombres un comportamiento perfecto”. Una vez tituló unas de sus conferencias “¿Para qué necesita el hombre sus defectos?”

Un rasgo muy destacable de la pedagogía de Makarenko fue sin duda, la forma en la que fue elaborado: desde su propia práctica, por ensayo y error y sin partir de teorías, las cuales consideraban que no se adaptaban ni al contexto social ni al desarrollo de los chicos a los que intentaba educar.

Makarenko establece una analogía entre la educación y el proceso de producción material. “La personalidad seguía siendo en mi imaginación como una personalidad humana con toda su complejidad, su riqueza y su hermosura, pero me parecía que por eso, había que manejarla con

instrumentos de medida más precisos”. La más ambiciosa técnica, formar personalidades enteras.

Habría que hablar también de la importancia que asignaba Makarenko a los rituales como mecanismos de cohesión, de los elementos “militaristas" presentes en sus instituciones, así como del importante lugar que ocupaba en ella las actividades artísticas (música, teatro, literatura…) Así mismo debemos destacar la disciplina que la entendía no como medio educativo, sino como unos resultados de la educación.

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Hablamos también de una “maestría pedagógica” que no constituía para el ninguna cualidad innata del educador, sino algo que se puede enseñar, entrenar y aprender y que consiste en “saber hacer” del educador: Saber educar, relacionarse con el educado, saber cuándo expresar bien lo sentimientos “saber leer el rostro de la persona en la cara del niño”.

La experiencia de su pedagogía comenzó en la Colonia

Gorki. Estas instituciones incluían escuelas pero no eran

escuelas, eran instituciones totales. Makarenko pertenece a una

corriente de pedagogos a los que le dan lo mismo la didáctica,

para el lo verdaderamente importante era enseñar-aprender

determinados conocimientos, sino como se forja la personalidad.

En principio Makarenko resulta pedagógicamente incorrecto, ya que fue un pedagogo soviético declarado estalinista. Esta pedagogía era

(Niños en la escuela de la época de la URSS).

manifestante antinaturalista, contraria a las pedagogías progresistas de la época contemporánea. Fue una pedagogía extraordinariamente exigente con el educando, lo opuesto a las formas educativas tolerantes. Una pedagogía hipercolectivista e incluso militarista que previsiblemente, poco ha de conectar con nuestra nuestra sensibilidad individualista y postmoderna. En resumen, la pedagogía de Makarenko lo tiene casi todo en contra pero de otra manera, tampoco hay que arrinconarla por diversas razones:

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-Equilibrar los extremos opuestos que padece la educación generalizada de hoy. ¿No iría bien una dosis del sentido de la colectividad en el individualismo hipertrofiado de nuestra sociedad? ¿Y no nos quejamos de carencias notorias en cuanto a la educación de la responsabilidad, de la voluntad, del carácter y de la falta de perspectivas en nuestra juventud?

- Independientemente de su contexto e ideología, no hay más remedio que reconocerlo como un gran educador, genial y eficaz. Consiguió lo que se propuso, transformar a jóvenes delincuentes, incipientes o consumados en buenos ciudadanos y así crear desde el caos, instituciones organizadas y eficientes.

- Su beligerancia contra los tópicos y prejuicios, el hecho de partir siempre de la realidad y de los sujetos para que la técnica los pueda modificar, su pedagogía, del sentido común, la honestidad, y radicalidad con la que expone.

Quizá recuperar algo de todo esto, atenuaría el esoterismo, que bajo la falsa coartada del rigor cientifista, está dominando el lenguaje, de las autoproclamadas Ciencias de la Educación.

(Makarenco y su misión pedagógica).

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FRASES CÉLEBRES

“La disciplina ni es un método, ni puede serlo. En cuanto se empieza a entender la disciplina como método obligatoriamente se transforma en una maldición. La disciplina sólo puede ser el resultado final de toda una labor”.

“Yo consideraba que el método fundamental de reeducación de los delincuentes se basa en la ignorancia completa de su pasado y tanto más e los antiguos delitos”.

“Para nosotros no basta ‘corregir’ a una persona. Era preciso educarla de un modo nuevo, no sólo para hacer de ella un miembro inofensivo y seguro de la sociedad, sino para convertirla en un elemento activo de la nueva época”.

“En cada momento de nuestro influjo sobre la personalidad, esta acción debe también influir sobre la colectividad y viceversa: cada contacto nuestro con la colectividad ha de ser también, necesariamente, momento de educación de cada individuo integrado en la colectividad”.

“Ni que decir, que el educador que carezca de autoridad no puede ser educador”.

“He tropezado con algunos pedagogos partidarios de que el niño debe corretear y escandalizar, por cuanto así manifiesta su naturaleza. E niño no necesita eso para nada”.

“No puedo imaginarme una colectividad en la que el niño no quisiera vivir, de la que pudiera enorgullecerse, siendo fea en su aspecto externo. No pueden desecharse los aspectos estéticos de la vida”.