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Madrid y Cuenca, UCLM, 2013

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Francisco de Goya: contrala crueldad del sistema penaly la pena de muerteLuis Arroyo Zapatero

Presidente de la Soeiété lnternationale de DéJense

Sociale y Catedrático de la Universidad de Castilla-la

Mancha.

Francisco de Goya: againstthe cruelty of the penalsystem and the deathpenaltyLuis Arroyo Zaparero

President of the International Socie!y of Social

Defense and Chair of !he University of Castilla-la

Mancha.

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Tiempo de cambios

Cuando en 1800 presenta Francisco de Gaya enla Corte el espléndido retrato de la familia deCarlos IV, ha alcanzado ya su plena mad urez y,junto al Rey, ha visto ya demasiado, aunque notodo. No resulta nada fácil hacernos una idea delo que pudo suponer para un Rey que hasta e!feroz crítico Blanco White había calificado debuena persona, las cosas terribles de que habíapodido ser testigo más allá de las fronteras y quele habían arrastrado a la guerra, a las derrotas y auna profunda crisis económica y social. Lo pri­mero fue la guerra de independencia de la Amé­rica de! Norte frente a la Gran Bretaña y a su Reycomún y la proclamación de una Constituciónrepublicana con derechos civiles, que a todas lu­ces abría un camino al destino de la América es­pañola. Más cerca, la convocatoria de los EstadosGenerales en Francia 1788, convertidos en un ríoque todo se llevaba y que provocó la toma de laBastilla, la declaración de derechos de! ciudada­no, e! sometimiento del clero al poder civil y laseparación radical de la Iglesia respecto del Esta­do, la destitución de su primo el Rcy de Franciay hasta la publica ejecución de Rey y Reina en1793. Efectivamente no resulta fácil hacerse a laidea de lo que pudo representar para las clases di­rigentes de la España de fin de siglo e! estableci­miento al otro lado de los Pirineos de un sistemapolítico que enterraba el dominio de la Iglesia yla idea de Dios y cortaba la cabeza de quienes loencarnaban en la tierra y ejercían hasta entoncesun poder omnímodo e incondicionado.

No pudo resistirse Carlos IV a la llamada delas demás Monarquías absolutas de Europa paraacabar con la revolución, lo que le llevó a unaguerra general en toda la franja norte y sur de losPirineos, que pasó de un medio triunfo inicialcon la conquista del Rosellón a una retirada entoda regla, por falta de recursos para mantenerlos ejércitos.

Todo e! gobierno había quedado en manos deun joven oficial de la guardia real cuyo lideraz­go se pone en cuestión desde e! primer momen­to por la nobleza desplazada. Más tarde, cuandopara allegar los recursos imprescindibles para lahacienda civil y de guerra ponga sus manos sobrelos bienes de la Iglesia, ésta hará que e! pueblo leaborrezca. Pero de momento convierte la derrotaGodoy en virtud y hace la paz con Francia, conlo que se gana el real nombramiento de Princi­pie de la Paz, pero para enfrascarse de inmediatoen la guerra con Inglaterra, en continuidad de la

Changing times

In 1800, when Francisco de Goya unveiled thesplendid portrait of the family of Charles IVbefore the Spanish Court, the artist had alreadyreached full maturity and, together with theKing, had already seen too much, although noteverything. It is not at all easy to form an ideaof what a King, whom even the ferocious criticBlanco White had described as a good person,would have made of such terrible events beyondhis frontiers to which he had been a witness andthat had dragged him into war, defeats and a pro­found social and economic crisis. The first thingwas the North-American War of Independenceagainst Great Britain and its own King and theproclamation of a Republican Constitution withcivil rights, which in all probability unlockedthe destiny of Spanish America. Later, the pro­nouncement of the États Généraux in 1788,turned into a torrent that swept everything awayand provoked the storming of the Bastille, theDeclaration of the Rights of Man and of the Cit­izen, the subjugation of the clergy to civil pow­ers, and the radical separation of Church andState, the dethronement of his cousin the Kingof France, and even the public execution of bothKing and Queen, in 1793. In effect, it is not easyto form an idea of what the establishment on theother side of the Pyrenees might have represent­ed for the ruling classes of Spain at the end ofthe century, which was a political system thathad buried the dominion of the Church and theidea of God and cut off the heads of its temporalrepresentatives on Earth, who up until then hadexercised unconditional power of every sort.

Charles IV could not ignore the calis from theother absolute monarchies of Europe to stampout the revolution, which led him to a generalwar along the northern and southern boundariesof the Pyrenees; a campaign that, from an initialsmall-scale victory in Rousillon, was turned imoa full-blown retreat, because of a shortage of re­sources to supply the army.

The whole government had been left in thehands of a young officer of the royal guard,whose leadership was questioned from the startby the displaced nobility. Later on, when claim­ing essential resources for the civil treasury andthe war chest, he laid his hands on the assetsof the Church, he was vilified from the pulpit.But for the meanwhile, Godoy was to turn de­feat into a virtue and make peace with Franee,whieh earned him the royal title of Prince of

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política de los pactos de familia de los Borbo­nes, que sólo cinco años después de terminadoel cuadro de familia del Rey lleva a la pérdida delas flotas francesa y española en Trafalgar y conello a la quiebra del dominio de los mares y dela seguridad comercial con las Américas de aquelimperio en el que todavía no se ponía el sol.'

Casi al mismo tiempo, Napoleón culmina larevolución política francesa con la revolución so­cial que consagraba su obra máxima, el CódigoCivil', y se corona Emperador.

Pero por si tamaños desastres políticos, mi­litares y económicos no fueran suficientes parallenar todo un reinado, al Rey se le viene aho­ra encima, de los Pírenos para abajo, una crisispolítica interna de primer orden. Su propio hijoy Príncipe de Asturias conspira con Napoleóncontra su propio padre y contra Godoy, en lallamada conjura del Escorial, cuando el país yaestá ocupado por el ejército francés, con la ra­zón y el pretexto de la guerra con Portugal. Sedesencadena la catástrofe y los acontecimiento sedesarrollan a velocidad de un vértigo moderno,cuando ante el temor de quedar presos de Napo­león, Carlos IV y Godoy se van camino de Sevi­lla, teniendo en mente quizás tomar el camino deAmérica al ejemplo de los Reyes de Portugal, y elpartido del Príncipe de Asturias amotina la guar­dia y el pueblo toma la calle, el Palacio de Godoyya éste mismo. Por salvar a Godoy y quizá tam­bién a sí mismo abdica Carlos IV en Fernando,quien resulta proclamado Rey el 19 de marzo.De inmediato, Rey padre, madre, y Godoy sonreclamados a Bayona, a donde se dirige tambiénde seguido Fernando y en pocos días Napoleónfuerza al hijo a devolver la corona al padre, quiena su vez la entrega a Napoleón, para de inmediatonombrar éste a su hermano José Rey de Espa­ña y de las Indias. El dos de mayo el pueblo de

1. Una buena síntesis de la portentosa acumula­ción de acontecimientos entre el final de siglo y 1808puede verse en Feliciano Barrios Pintado, España1808. El gobierno de la Monarquía. Real Academiade las Historia, Madrid 2008; También Fontana J., Laquiebra de la monarquía absoluta 1814-1820. Ariel,Barcelona, 1971; Ruíz Torres P., Reformismo e Inqui­sición. Vol. 5, de La Historia de España, Fontana y Vi­llares, Barcelona, 2008; Para Godoy v. La Parra M., Laaventura del poder. Tusquers, Barcelona, 2002.

2. Badinter R., "Le plus grand bien... ". Fayard,Paris, 2004, versión en castellano en Anuario de De­recho Civil 2004.

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Peace. However, he immediarely returned to awar footing against England, continlling the pol­icy of family pacts amongst the Bourbons. Onlyfive years after finishing the portrait of the Royalfamily, this confrontation led to the loss of theFrench and Spanish fleets at Trafalgar and withit, an end to dominion over the seas and securecommercial trade with the Amerieas for that em­pire over which the sun was yet to set.'

Almost at the same time, Napoleon culminat­ed the political revolution in France with its so­cial revolution that consecrated his major work,the Civil Code', and he had himsclf crownedEmperor.

But, as if such sizeable politieal, military andeconomic disasters were not enollgh to occupythe kingdom, an internal political crisis of thefirst order fellllpon the King from thc Pyrcnces.The Prince of Asturias, his own son, plotted withNapoleon against his father and against Godoy,in the so-callcd Escorial Conspi racy, when thecountry was already occllpied by the Frencharmy, with the reason and the pretext of the warwith Portugal. The catastrophe was unleashedand the events unfolded at a distinctly moderovertiginous speed, whcn Charles IV and Godoytook off for Seville prompted by their fears offalling prisoncr to Napolcon, thinking perhapsof following the example of the Kings of Portu­gal and embarking on the next ship to America.The party of the Prince of Asturias instigated amutiny among the royal guard in Aranjuez andthe peoplc took over the streets, the Palace ofGodoy, and captured Godoy himself. To saveGodoy and perhaps himself as well, Charles IVabdicated in favour of Ferdinand, who was pro­claimcd King on 19'" March. Immediately, the

1. A good summary of the portentoll5 accumu­lation betwecn the cnd of rhe century and 1808 maybe seen in Feliciano Barrios Pintado, España 1808. Elgobierno de la Monarquía. Real Academia de las His­toria, Madrid 2008.

Fontana J., La quiebra de la monarquía absoluta1814-1820. Ariel, Barcelona, 1971.

Ruíz Torres p') Reformismo e Inquisición. Vol. 5, oíLa I-fistoria de España, Fontana y Villares, Barcelona,2008.

Para Godoy v. La Parra M., La aventura del poder.Tusquets, Barcelona, 2002.

2. Badinter R., "Le plus grand bien... ". Fayard,Paris, 2004, Spanish version in Anuario de DerechoCivil 2004.

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Madrid impide el viaje al norte de los dos únicosmiembros de la familia Real que quedan en la ca­pital y se alza contra los invasores'. Se inmola enla carga de los mamelucos y al día 2 de mayo lesiguen los fusilamientos del día 3, que alumbranuna larga guerra de independencia, que será tam­bién una guerra civil'. Es decir, con muchos másdesastres que una guerra.

Cuando Gaya compone "Los desastres de laguerra" es ya un hombre maduro, máximo pin­tor de Reyes, Príncipes y de la Corte entera. El escomo sus amigos, escéptico respecto de los Reyesy liberal en lo que al gobierno y a la sociedad serefiere. Su fuerte sordera le ha agriado el caráctery durante la guerra, salvo el viaje a Zaragoza, serecluye en su estudio de Madrid.

Gaya ha llegado a la sólida posición de pintorde cámara de 1789 y ha establecido un círculo derelaciones en el que predomina el pensamientoabierto e ilustrado. Además de nobles y torerosretrata a políticos y literatos con quienes tie­ne íntimo trato: Juan Meléndez Valdés, GasparMelchor de Jovellanos, Juan Antonio Lorente oLeandro Femández de Moratín. La última déca­da del siglo ha sido la "primavera ilustrada", en laque todavía se cree que Godoy puede reformar elpaís, más aún cuando ha llegado a encargar el go­bierno a Jovellanos. Uno caerá con el otro, peromientras tanto será en esos años, precisamente enlos que Gaya abordará los trabajos que expresansu pensamiento crítico en lo social y lo político,a lo largo de buena parte de la claboración de losCaprichos.'

Son los Caprichos obra de denuncia y censurade costumbres, de la superstición en la vida reli­giosa, del abusivo aprovechamiento del clero y laIglesia sobre el pueblo, especialmente el campe­sinado, es burla de la enajenación y del arrebatopor las brujas y de los que creen en ellas, de laignorancia de muchos clérigos y profesionales, ydel machismo y de la subordinación de la mu-

3. Sobre todo el affaire vivido en Bayona y sobrelas erróneas creencias de Napoleón de la fácil solucióna la cuestión española, resultan de mucho interés lasmemorias de Napoleón y su recreación por Max Ga­llo, Napoleón. vol. III, Laffont, París 1977, p. 218 Yss.

4. Artola M., La guerra de la Independencia. Es­pasa - Calpe, Madrid, 2007.

5. Valeriana Bozal, Francisco de Gaya. Vida yobra. Volumen 1. Tf editores, Madrid, 2005, p. 100 Yss.

King's father, mother, and Godoy were calledto Bayonne, where Ferdinand was also soon totravel, and in a few days Napoleon forced theson to return the erown to the father, who intum handed it over to Napoleon, who in no timeat all had his brother, Joseph, crowned King ofSpain and of the Indies. On the second of May,the people of Madrid prevented the rwo remain­ing members of the Royal family from travellingnorth and revolted against the invaders'. Theywere immolated in the charge of the Mamluksand after May 2"d carne the executions by firingsquad of May )'d, which sparked a long war ofindependence that would also be a civil war'. Inother words, with many more disasters than awar.

When Gaya illustrated "Los desastres de laguerra [[he disasters of war]" he was already amature man, a distinguished painter of Kings,Princes and the whole Court. He was, like hisfriends, sceptical with regard to the monarchyand liberal with regard to the government andsociety. His acute deafness had soured his char­acter and during the war, except for the trip toZaragoza, he became a recluse in his studio inMadrid.

Gaya had come to occupy the venerable postof court painter by 1789 and had established acircle of rclations in which open and illustratedthought predominated. As well as nobles andbulJ-fighters, he painted the portraits of politi­cians and men of leners with whom he had claserelations:Juan Mcléndez Valdés, Gaspar Melchorde Javellanos, Juan Antonio Lorente, and Lean­dro Fernández de Moratín. The last decade of thecentury was the "primavera ilustrada" [englight­ened Spring], a time in which many still thoughtthat Godoy could reform the country, alJ themore so afrer he had entrusted the governmentro Jovellanos. One was ro fall with the other, butin the meantime, it was precisely in those yearsthat Gaya began the works that expressed hiscritica! thought on social and political themes,

3. On the whole aHair in Bayonne and on cheerroneous beliefs of Napoleon regarding an easy solu­tion to rhe Spanish question, rhe memoirs of Napo­leon are of great interesr and their recreation by MaxGallo, Napoleón. vol. lJI, LaHont, París 1977, p. 218and fí. .

4. Artola M., La guerra de la Independencia. Es­pasa - Calpe, Madrid, 2007.

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jer'. Ya en ese tiempo al menos fue testigo de unaejecución capital en la plaza Mayor de Madridde los autores del entonces famoso crimen "delcastillo", cuyos episodios representó en los cua­dritos de gabinete de la colección del Marqués dela Romana. El crimen estaba, como hoy, de com­pleta actualidad.'

Si bien de tiempo anterior data su primer aga­rrotado, 1778, dibujo y estampa en que Gayaanticipa la brutal forma de matar' que retrataráampliamente en los desastres de la guerra, inicia­dos en 1810. Probablemente la estampa reprodu­ce el ajusticiamiento en Córdoba de un bandidobien conocido en la época, "El puñal", que pudoquizá ver personalmente en su viaje de Sanlúcara Zaragoza, como le gustó imaginar a León Feu­chtwanger9

Gaya no es un intelectual en el más estric­to sentido, pues no se dedica al estudio y la re­flexión sobre las cuestiones sociales o políticas desu época, pero sin dudar sí lo es en e! sentido deartista ilustrado 10, inspirado por las ideas propiasdel siglo de las luces que le llegan del medio so­cial culto para el que trabaja y con el que ademástiene trato, en ocasiones amistad. Su obra reflejalas ideas ilustradas sobre las cuestiones más re­levantes de su tiempo y también sobre el mayortesoro civilizatorio de la ilustración: su reflexióny crítica sobre la arbitrariedad de la definición delos delitos, la crueldad de los castigos y el modode hacer justicia propio de! Antiguo Régimen.Como es bien sabido, todo había sido magistral­mente sintetizado por un cualificado integrantede la tertulia liderada en Milán por los hermanosVerri, Cesare de Bonesana, Marqués de Beccaria,en su librito "De los delitos y la penas" publica-

6. Iglesias c., Las mujeres españolas de finales delsiglo XVIII. En Gaya. La imagen de la mujer, p. 52­83. Museo Nacional del Prado, Madrid, 2002. Edemloco TomlisonJ. A., Imágenes de mujeres en las estam­pas y dibujos de Gaya. Pp. 84-101.

7. El crimen del Castillo. Wilson-Bareau J. EnMena Marqués M. B., Gaya. El capricho y la inven­ción. Museo del Prado, Madrid, 1994, pág. 272.

8. McDonald M. P., El trazo español en el BritishMuseum. Dibujos del Renacimiento a Gaya. MuseoNacional del Prado, Madrid, 2013. Pág. 204.

9. Feuchtwanger L., Gaya. Edaf, Madrid, 1994.10. De Montebello P., Pérez Sánchez A., Shes­

tack A., Gaya y el espíritu de la Ilustración. Museo delPrado, Madrid, 1988.

Todorov T., Gaya. A la sombra de las Luces. Gala­xia Gutenherg, Barcelona, 2011.

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throughout a large part of the preparanon of'Los Caprichos".

'Los Caprichos' is a work that criticizes andcensures customs, superstition in religious life,and the abusive exploitation by the clergy andthe Church of the people, especially the peasant­ry. It mocks alienatia n and witches carrying peo­pIe away and those that believed in them and theignorance of many derics and professionals, ma­chismo and the subjection of women'. Gaya wasat that time a witness to at least one executiol1in the main square of Madrid of the perpetratorsof the famous "crimen del castillo [crime of thecastle]", the scenes of which he represented insmall pictures that form part of the collection ofthe Marquis of Romana. Crime was then, as it istoday, from-line news.'

His first picture of a garrotting, nevertheless,dates back to an earlier point in time, in 1778;

a drawing and etching in which Gaya capturedthe brutal form of death' that he would portraymore widely in the "Los desastres de la guerra[The disasters of war]", which he started in 1810.

5. Valeriano Bozal, Francisco de Gaya. Vida yobra. Volume 1. Tf editors, Madrid, 2005, p. 100 andff.

6. Iglesias c., Las mujeres española, de finales delsiglo XVI IJ. En Gaya. La imagen de la mujer, p. 52­83. Museo Nacional del Prado, Madrid, 2002. Edemloe. Tomlison J. A.) Imágenes de mujeres en las estam­pas y dibujos de Gaya. pp. 84-101.

7. El crimen dcl Castillo. Wilson-Bareau J. EnMena Marqués M. B., Gaya. El capricho y la inven­ción. El Prado Muscum, Madrid, 1994, p. 272.

8. McDonald M. P., El trazo español en el BritishMuseum. Dibujos del Renacimiento a Gaya. MuseoNacional del Prado, Madrid, 2013. p. 204.

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11. Pisani M., Cesare Beccaria e l'Index Libro­rum Prohibitorum. Edizioni Scientifichc Italiane,Roma, 2013, una síntesis en Eguzkilore (25), San Se­bastián, 2011, p. 136 Y ss. Traducción de Jase Luis deLa Cuesta. Para la edición en español ver, Calaman­drei p') Andrés Ibáñez p) Francioni G") Cesare Becca­na. De los delitos y de las penas. Trotta, Madrid, 2011.

tolerantismo". Inclusive se niega a autorizar unaedición expurgada de errores: "pues las proposi­ciones merecedoras de censura están esparcidaspor todo el libro y en segundo término porquereprobar toda pena de muerte y propalar que sir­ven más para el escarmiento las otras penas (....)es calumniar la conducta de Dios, que la estable­ció en el antiguo testamento del que es Autor" yademás, porque el sistema del pactismo y la re­serva del derecho de castigar a lo que establezcan

The etching probably reflects the executions inCardaba of a well-known bandit at the time, "Elpuñal", which he may have personally witnessedon his journey from Sanlúcar to Zaragoza, asLeón Feuchtwanger liked to imagine.'

Gaya was not an intellectual in the strietestsense of the word, as he did not dedicate himselfto study and to reflection on the social and polit­ical questions of his time. He is without a doubtthough, in the sense of the enlightened artist lO,

inspired by the ideas of the Enlightenment thatreached from the cultivated social class for whichhe worked and with which he had relations andon occasions friendship. His work reflects theenlightened ideas on the most relevant questionsof his time and on the greatest civilizing treasureof the Enlightenment: its debate and criticismof arbitrary definitions of crimes, the cruelty ofpllnishments and the way justice was meted outby the Ancienne Régime. As is well known, ev­erything had been masterfully summed up by aqualified member of the group in Milan led bythe brorhers Verri, Cesare de Bonesana, Marquisof Beccaria, in their !itrle book "De los delitos y lapenas [Of crimes and punishments]" publishedin 1764, with no mention of the name of the au­thor to avoid encounters with the Inquisitionthat would inevitably happen in the end in ltalyand in Spain."

The translation into Spanish was by JuanAntonio de la Casas, perhaps also a face-savingpselldonym. The president and the Royal Coun­cil scrutinized it and authorized it, even thoughthey recommended the inclusion of an apologyto say that it was nothing more rhan a "work ofphilosophy" that made its speculations on thebasis of rhe ideas that inspire humanity, with no

9. Feuchtwanger L., Gaya. Edaf, Madrid, 1994.10. De Montebello P., Pérez Sánchez A., Shestack

A., Gaya y el espíritu de la Ilustración. Museo del Pra­do, Madrid, 1988.

Todorov T., Gaya. A la sombra de las Luces. Galax­ia Gutenberg, Barcelona, 2011.

11. Pisani M., Cesare beccaria e l'!ndex Libro­rum Prohibitorum. Edizioni Scintifiche Italiane,Rome, 2013, a summary in Eguzkilore (25), San Se­bastián, 2011, p. 136 and 11. Translation by Jase Luisde La Cuesta.

Calamandrei p') Andrés Ibáñez P, Francioni G.,Cesare Beccaria. De los delitos y de las penas. Trotta,Madrid, 2011.

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CODE CIVIL

do en 1764, sin mención del nombre del autoren prevención de topar con la Inquisición lo quetcrminará sucedicndo inexorablemente en Italiay en España."

Entre nosotros, compuso la traducción JuanAntonio de la Casas, posiblemente también unsalvífica seudónimo. El presidente y el Conse­jo Real lo examinan y autorizan, aun cuando lerecomiendan formular excusa de no ser más queuna"obra de filosofo" que hace sus especulacio­nes según las ideas que inspira la humanidad, sinofender el respeto a las leyes, lo que el traductorcomplementa con una expresa protesta de acata­miento "al sentir de nuestra santa madre iglesia".Pero para nada le sirvió la argucia, porque la In­quisición adopta un edicto que prohíbe in totumel libro en castellano, así como en la propia lenguaoriginal, por ser"obra capciosa dura e inductivaa una impunidad casi absoluta y que promueve el

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las leyes del Parlamento" se dirige a poner a losSoberanos absolutamente dependiente del arbi­trio de su vasallo, y por último, "por el tono desátira con el que hablar del modo de proceder delSanto Oficio, por más que no le nombre". To­tal, que el Señor Inquisidor nos dice más y mejorque cualquier otro de la obra de Beccaria y de loque piensan los miembros de la Academia de laHistoria y del Consejo Real, o sea, la opinio iurismayoritaria del momento.

Este es el contexto intelectual en el que Gayase desenvuelve: que sean las Leyes y no el arbitriode los Soberanos y los Jueces quienes establezcanlos delitos y la penas, que sean estas proporcio­nadas y desprovistas de crueldades innecesarias,que las penas afecten tan solo a quienes cometenlos delitos y no a sus familias, que la tortura sedestierre del procedimiento penal, así como lasacusaciones secretas y las presunciones de culpa­bilidad. Y sobre la pena de muerte unos piensancomo Beccaria, es decir que se reserve para losexcepcionalísimos casos de grave peligro para laPatria y otros que se aplique solo para los deli­tos más graves y de modo y manera que en suejecución se excluya sufrimientos y torturasinnecesarias. Todo lo cual lo expone magistral­mente Francisco Tomás y Valiente en su Derechopenal de la Monarquía absoluta del año 1969 asícomo en la presentación de la edición del libritode Beccaria que el mismo hizo del Tratado de losdelitos y de las penas del Marqués."

La opinión del Inquisidor censor de la obrade Beccaria sentó cátedra: no se tenía por con­veniente reducir o limitar el poder de los reyespero, si se trataba además de condenar la pena demuerte, era blasfemia, que en lógico corolario nodebía tramitarse solo con la inclusión en el índi­ce de los libros prohibidos sino con la muerte,como reclaman los ayatolás de hoy en día. To­dos, inclusive los reformadores, se atuvieron a laadmonición del Santo Oficio. Además, el proce-

12. Ver texto y esrudio de Angel Torio López,Beccaria y la Inquisición española. En Anuario de De­recho penal JI Ciencias Penales. Madrid, 1971, P. 391 YSS., Y también en la presentación de Tomás y Valienteque se cita luego.

13. Tomás y Valiente F., Derecho penal de la Mo­narquía absoluto. Tecnos, Madrid, 1992 y en ObrasCompletas, 1, p. 187 Yss. Tomás y Valiente F., Presen­tación del Tratado de los delitos y de las penas. Minis­terio de Justicia. Ministerio de Cultura y BibliotecaNacional. Madrid, 1993.

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disrespect for the law, which the translator com­plemented with a specific declaration of respect"for the judgement of our holy mother Church".But the argument was to no avail, because theInquisition issued an edict that prohibited theboak in totum in Spain, as wel! as in its origi­nallanguage, because it was "a capricious, densework and inducing an almost absolute impu­nity and a work that promotes tolerationism".Ir even refused to authorize a version that wasexpurgated of errors: "as the propositions de­serving of censure are scanered throughout thebook and in second place because to reprove al!capital punishment and to divulge that other sen­tences are more deserving punishments (....) is tocalumniate against the conduct o/ God, who es­tablished it so in the old Testament o/ which Heis the Author". Moreover, because the system ofentering into pacts and the right to punish corre-

sponds to the provisions established by the lawsof Parliament "it [the translation] is directed atmaking the Sovereigns absolutely dependent onthe authority of their vassals. Finally, "because ofthe satirica] tone with which it speaks of the pro­cedures of the Holy Office, even though it is notnamed"l2. Al! in all, bener than anyone else, theGrand inquisitor tells us more about the workof Beccaria and the thoughts of the members ofthe Academy of History and Royal Council; inother words, it is the majority opinio iuris of thattIme.

12. See text and study of Angel Torio López, Bec­caria y la Inquisición española. In Anuario de Derechopenal JI Ciencias Penales. Madrid, 1971, P. 391 and ff.,and also in [he presentanon of Tomás y Valiente thatis cited latcr 011.

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samiento y condena de personaje tan principalcomo Pablo de Olavide en 1775 estaba bien rete­nido en la memoria de todos".

Manuel de Lardizábal, reformador por en­cargo y afición del sistema penal, en su conocidotrabajo Discurso sobre las penas, de 1782, mani­festaba que "Las supremas Potestades tienen underecho legítimo para imponer la pena capital,siempre que sea conveniente y necesaria al biende la república; y siéndolo efectivamente en al­gunos casos, no sería justo, ni conveniente pros­cribirla de la legislación; aunque la humanidad,la razón y el bien mismo de la sociedad pidenque se use de ella con la mayor circunspecciónposible" añadiendo que, "es una máxima cierta ymuy conforme de las penas que deben preferirsesiempre aquellas que, causando horror bastantepara difundir escarmiento en los que las ven exe­cutar, sean lo menos crueles que fuese posible en

la persona del que las sufre, porque el fin de laspenas, como se ha dicho, no es atormentar, sinocorregir. Por esa razón creo que entre las penascapitales, cuando sea necesario imponerlas, de­ben preferirse con exclusión de las demás las queactualmente se usan entre nosotros, quales son elgarrote, la horca y el arcabuceo para los soldados,en las cuales concurran las circunstancias expre­sadas"". En 1806 el criminalista Marcos Gutié­rrez l6 en su Práctica criminal de España acepta

14. Vid. Juan Marchena, El tiempo ilustrado dePablo de Olavide: vida, obra y sueños de un america­no en la España del S. XVIII, Alfar, Sevilla, 2001.

15. Vid en la edición con estudio preliminar deManuel de Rivacoba, Ararteko, Vitaria, 2001, vid.cap. V, 2 nO 23.

16. Gutiérrez M.) Práctica criminal de España,Madrid, 1806, p. 88 Yss. del Discurso sobre los delitos

This was the intellectual backdrop to Goya'slife: it should be the laws and not the reasoningof Sovereigns and Judges that establish crimesand punishments, they should be proportionaland free from unnecessary cruelty, the punish­ments should affect only those that commit thecrimes and not their families, torUire should haveno place in criminal proceedings, as well as secretaccusations and presumptions of guilt. And somethought, like Becarria, about the death penaltythat it should be reserved for very exceptionalcases of serious peril to the motherland and oth­ers that are onJy applied for the most seriOllS of­fences and in such a way and manner that theyexclude unnecessary suffering and torture. AIl ofthis is masterfully presented by Francisco Tomásy Valiente in his Derecho penal de la Monarquíaabsoluta [Criminal Law under absolute monar­chy] from 1969, as well as in the presentationof the edition of the booklet by Beccaria on theTreatise on crime and punishment of !he Mar­quis. ')

The opinion of !he Inquisitor-censor of thework of Beccaria established the dogma: it wasnot considered appropriate to reduce or to limitregal power but, if it were, in addition, a matter ofcondemning the death penalty, it was blasphemy.Following the same logic, tms should not only bedealt with by its inciusion on the list of prohib­ited books but by death, as the ayatollahs claimtoday. Everybody, even the reformers, awaitedthe admonition of the Holy Office. In addition,the trial and conviction of such a key figure asPablo de Olavide, in 1775, was at the forefront ofeverybody's mindH

Manuel de Lardizábal, a committed and inde­fatigable reformer of the criminal system, made itclear in his well-known work, Discurso sobre laspenas [Discourse on punishment], of 1782, that"The supreme powers have a legitimate right toimpose capital punishment, provided it is conve­nient and necessary for the good of the Repub­Jic; and that effectively being so in some cases, itwould neither be fair, nar advisable to proscribe

13. Tomás y Valiente F., Derecho penal de laMonarquía absoluto. Tccnos, Madrid, 1992 and inObras Completas, 1, p. 187 and ff. Tomás y ValienteF., Prescntation of thc Tratado de los delitos y de laspenas. Ministerio de Justicia. Ministerio de Cultura yBiblioteca Nacional. Madrid, 1993.

14. See Juan Marchena, El tiempo ilustrado dePablo de Olavide: vida, obra y sueños de un america­no en la España del S. XVIII, Aliar, Sevilla, 2001.

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también la pervivencia de la pena capital, pero"deberá usarse de ella con la mayor circunspec­ción y no derramarse la sangre humana sino conla más avara economía", así, pues, "lejos de no­sotros para siempre las ruedas, los hornos encen­didos, las calderas de aceyte hirviendo, el plomoderretido, el desquartizar los hombres vivos, losarrancamientos con tenazas de pedazos de carnehumana, las camisas de azufre y, en fin, aquellossuplicios lentos inventados para atormentar largotiempo a los infieles reos".!7

En la obra de Gaya se advierten muy bien lostres asuntos que en este momento más le preocu­pan: la Inquisición, la crueldad en la ejecución delas penas y la pena capital.

it from the legislation; although humanity, reasonand the well-being of socicty require that it beuscd with the greatest possible circumspcction"adding that, "a true maxim very much in accor­dance with punishments is that there should al­ways be a preference fer those punishments that,while causing enough horror to serve as a lcssonin those that see them executed, should as far aspossible be the least cruel for the person that suf­fers them, because the purpose of punishments,as has been said, is not to torment, but to admon­ish. For that reason, I think that there should bea preference with regard to capital punishments,when they are necessarily to be imposed, forthose that are used among us at present, to theexelusion of all others, which are the garrotte, thegallows and the harquebus for soldiers, in whichthe aforementioned circumstances concur"!s. In1806, the criminologist, Marcos Gutiérrez/6 in

. ,

Inquisición

Es precisamente la Inquisición el problema prin­cipal para los ilustrados. La Inquisición agarrotael libre pensamiento y, más aún, la libertad de im­prenta. Cómo sería el asunto, para que uno de losmás altos magistrado del Santo Oficio, tras serpreguntado sobre lo que debía bacerse de la insti­tución recomendara vivamente su radical supre­sión. Su autor,]uan Antonio Llorente, fue íntimoamigo de Gaya y su destino tan infausto comopara todos "afrancesados". En excusa de todosellos debe decirse que poca fe podían tener en el

y las penas contenido en el tomo TU.17. Prieto Sanchís L., La filosofía penal de la Ilus­

tración española. En Libro Homenaje a Marino Bar­bero Santos. Vol. 1. Cuenca y Salamanca, 2001, P. 489Yss.

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his Práctica criminal de España [Criminal Prae­tice in Spain] also accepted the continuance ofcapital punishment, but "it should be used withthe greatest circumspection and without spillinghuman blood, but with the most stringent econ­omy", so, then, "far away from us forever thewheels, the burning furnaces, the pots of boilingoil, molten lead, drawing and quartering menalive, pulling away pieces of human flesh withtongs, sulphur shirts and, in a word, those slow

1S. See in rhe edition wirh a preliminary studyby Manuel de Rivacoba) Ararrcko, Vitaria, 2001, vid.cap. V, 2 nO 23.

16. Gutiérrez M.) Práctica criminal de España,Madrid, 1806, p. 88 and ff. of rhe Discurso sobre losdelitos y /as penas containcd in vol. TU.

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padre o en el hijo tras los comportamientos delRey, de la Reina y de! Principie de Asturias, espe­cialmente tras la mencionada suerte de golpes deEstado y vodevil que pasó de la conjura del Esco­rial al golpe de Aranjucz y la entrega de la coronaa Napoleón en Bayona. Así se explica Llorente:"Acepté creyendo contribuir algo al bien de mipatria, y no dudando sobre la permanencia dela nueva dinastía ... la batalla de Baylen... (fue)causa de que se dividiera la España sobre si eraposible o no librar el territorio español de la do­minación francesa. Yo tuve desgracia de creer porcierto el extremo negativo, porque no había fuer­zas en España para resistir las de Francia. En con­secuencia formé e! concepto, de que si la Nacióntomaba parte activa, sería para ver destruidos suspueblos saqueadas las casas .... Pensé que la patriasería feliz haciendo de la necesidad virtud, comoel mismo Fernando hacía, y mandaba que hicié­semos",18

tortures invented to torment the unfaithful pris­oners for a long time"."

The three points are we!l noted in the work ofGoya, which at that time concerned him most:the Inquisition, cruelty when exacting punish­ments and capital punishment.

Inquisition

The principal problem for the enlightened think­er was precise!y the Inquisition. The Inquisitiongarrotted free thought and, more so still, thefreedom to publish. What would the situation belike, for one of the highest-placed magistrates ofthe Holy Office, afrer being asked what shouldhappen to the institution, to recommend its rad­ical suppression in very strong terms. Its author,Juan Antonio Llorente, was an intimate friend ofGaya and his destiny as ill-fated as all the "fran-

De todo ello da cuenta Gaya en dibujos y es­tampas, especialmente en los dibujos contenidosen el álbum C, o de Madrid, o de la Inquisición,especialmente en e! grupo que ha sido llamadode condenados, presos y torturados por la In­quisición. Por tradición la Inquisición se dedicaa la depuración de ideas y creencias, de hebreosy cristianos heterodoxos. Por linaje de hebreoses el más representativo (C88) También se ocupala Inquisición de la correcta moralidad sexual (C92 Por querer a una burra y C93 Por casarse conquien quiso).

Naturalmente la Inquisición apunta sobretodo lo que se mueve y la represión campa con­tra las ideas nuevas (C94 Por descubrir e! movi-

18. Vid. Moreno de las Heras, M. En Gaya y elespíritu de la Ilustración. p. 271 Y s.; Artola M., Losafrancesados. Alianza editorial, Madrid, 2008.

cophiles". As an excuse for them all, it should besaid that they could have little faith in the fatheror in the son following the behaviour of the King,the Queen and the Prince of Asturias, especiallyafter the aforementioned string of coup-de-étatsand vaudeville that had taken place fram the Es­corial conspiracy to the mutiny of Aranjuez andthe hand-over of the crown to Napoleon in Bay­onne. L10rente explained things thus: "1 acceptedthink.ing 1 was contributing something for thegood of my motherland, and with no doubtsover the permanence of the new dynasty ... thebatde of Baylen ... (was) the cause that would di­vide Spain over whether it was possible or not to

17. Prieto Sanchís L., La filosofía penal de la Ilus­tración española. In Libro Homenaje a Marino Bar­bero Santos. Vol. 1. Cuenca y Salamanca, 2001, P. 489and ff.

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miento de la tierra; C98 Por liberal; CID9 Zapata,tu gloria será eterna): Especialmente en el cam­bio de siglo la Inquisición toma medida"S severascontra todo lo que viene de Francia (86 por traercañutos de Bayona) y a quienes de expresan conlibenad (89 por mover la lengua de otro modo).La Inquisición no era solo un hecho político yreligioso genérico, abstracto, sino que apelaba atodas las personas, especialmente a las que se ex­presaban por escrito sobre cuestiones a las queel Santo Oficio era sensible y también a los quese expresaban mediante la pintura y otras imáge­nes". El propio Goya se vio incurso en proce­dimientos o en amago de ellos. Los Caprichos,puestos a la venta pública con gran éxito, llama­ron la atención de los inquisidores y muy pro­bablemente Goya entregó la edición no vendidatodavía y las planchas completas al propio ReyCarlos IV para que, conviniéndose éste en su di-

recto patrocinador, su obra y él mismo pudieranevitar las iras de la onodoxia que parece que leanduvieran bien cerca'o. Más tarde, en 1815 fue

19. Vid. Jose Antonio Escudero, Estudios sobrela inquisición, Marcial Pons: Madrid 2005 También suLas Cortes de Cádiz y la supresión de la Inquisición:Antecedentes y consecuentes, en Cortes y Constituciónde Cádiz. 200 años. Ed. Espasa ealpe, Madrid, 2011,p. 285 Y sigs.; Henry Kamen, La Inquisición española,una revisión histórica, Barcelona: RBA, 2004 Y en sulengua de origen The Spanish Inquisition: A HistoricalRevision. London and New Haven: Yale UniversityPress (1998).

20. La prudencia nunca es mucha, como relataEnrique Gacto Fernández, El arte vigilado: (acerca dela censura estética de la Inquisición española en el sigloXVIII) en Inquisición y censura: el acoso a la inteli­gencia en España, 2006, págs. 399 y ss.

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liberate Spanish territory from French dominion.1 had the ill-fonune to believe most certainly thatit would not, because there were not the forces inSpain to resist those of France. In consequence, 1framed the idea that if the Nation took an activepan, it would do so to see its vilJages destroyed,houses plundered ... 1 tbought that the mother­land would be happy making a virtue out of ne­cessity, as Fernando did, and bade us dO"l'

Goya gave account of all this in drawings andetchings, especially in drawings contained in Al­bum C, or Images Madrid, or the Inquisition AI­bum, especially in the group that has been calledprisoners tortured and convicted by the Inquisi­tion. By tradition, the Inquisition dedicated itselfto the purification of ideas and beliefs, of Jewsand heterodox Christians. Por linaje de hebreos[For having been born a Jew] is the most rep­resentative (DC88). The Inquisition also con­cerned itself with proper sexual morality (C 92Por querer a una burra [For Loving a She-Ass]and C 93 Por casarse con quien quiso [For marry­ing whoever he wishedJ.

Naturally, the Inquisition noted down ev­erything that moved and the repression stiflednew ideas (C 94 Por descu.brir el movimientode la tierra [For discovering the motion of theEanh]; C 98 Por liberal [For being a liberal]; C109 Zapata, tu gloria será eterna [Zapata, yourglory will be eternal]):

Especially at the turn of the century, the In­quisition took severe measures against everythingthat came from France (C 86 por traer cañutos deBayona [for having brought diabolical tales fromBayonne]) and those who expressed themselvesfreely (C 89 por mover la lengua de otro modo[for speaking a foreign tongue]).

The Inquisition was not only a generic, ab­stract, political and rcligious fact, but it also af­fected everybody, especially those who expressedthemselves in writing on questions about whichthe Holy Office was sensitive and those who ex­pressed themsclves through painting and otherimages 19

. Goya himself saw himself facing or was

18. See Moreno de las Heras, M. In Goya y elespíritu de la Ilustración. p. 271 and f; Artola M., Losafrancesados. Alianza editorial, Madrid, 2008.

19. See Jose Antonio Escudero) Estudios sobrela inquisición, Marcial Pons: Madrid 2005; HenryKamen

La Inquisición española, una revisión histórica,Barcelona: RBA, 2004, a translation from the origi­nal in English The Spanish Inquisition: An I-listorical

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llamado a declarar sobre sus majas, tanto por ladesnuda como por la vestida.

En verdad tuvo la Inquisición tanta vidas casicomo un gato, pues fue suprimida por Napoleónen Chamartin en 1808, por las Cortes de Cádizen 1813, en 1820 con el inicio del Trienio Liberaly revivió al acabar con éste en 1813.Se hace desa­parecer definitivamente en 1834. Fernando VII yla Iglesia Católica ya no tenian enemigos, habíanacabado casi con todos.

La crueldad

La crueldad y barbarie de los castigos es motivode preocupación general, baste recordar que unapragmática del Rey Felipe II de 1734 castigabacon la horca al ladrón de una sola moneda, eso sí,si el hecho se producía en Madrid o en 5 lenguasa la redonda y, además, como pena única y noconmutable, salvo para los menores de 17 años,a los que se le propinaban tan solo 200 azotes y10 años de galeras". Así era: azotes, mutilaciones,galeras, exposición a la vergüenza pública y en­cierro en las más crueles condiciones de privaciónde libertad. Recuérdese que la pena de prisióncomo tal no nace hasta que nace la libertad de losciudadanos y hasta entonces la prisión es meradetención a la espera de juicio, o tortura y castigoen sí mismo. Naturalmente también Gaya nos dabuena cuenta de ello en las representaciones de loque hoy llamaríamos prisión". Estremece en nu­merosos dibujos los hierros en manos a la paredy los grillos en los pies, para mayor dolimientocon las ataduras en la espalda. A la crueldad ya la humillación les acompaña la extraordinariasoledad del aherrojado. En el dibujo 103, ante elhombre de grillo a los pies y a las manos y segu­ramente con una cadena entre unas y otros que leobliga a desplazarse en medias cuclillas espeta elpintor ¡mejor es morir! y en el dibujo 112 puedeverse a la misma víctima en el modo inverosímil ydoloroso en que con tales cadenas ha de dormir.Tres aguafuertes incluyó Gaya en el ejemplardel juego de los Desastres que regalo a su amigo

21. Arroyo Zapatero L., y no se deben olvidar lasgaleras que no eran de remo: Prior Cabanillas J. A., Lapena de minas: los forzados de Almadén, 1646-1699.Universidad de Castilla-la Mancha, Ciudad Real,2003. Delitos y penas en el Quijote, Revista "Añil",Cuadernos de Castilla_La Mancha, 1, 1999, pág. 49 Ysigs. Disponible en Unea.

22. Vid. Horacio Roldan Barbero, Historia de laprisión en España, Barcelona, PPU, 1988.

threatened with inquisitorial proceedings. TheCaprichos, put on sale to the public with greatsuccess, caught the attention of the inquisitorsand Gaya very probably handed over the editionthat has not been sold to this day along with thecomplete pIates to the King, Charles IV, so thatby converting mm into Gayas direct patron, hiswork and he himself could avoid the ire of or­thodoxy that appeared to be treading very claseto his taiPo. Later on, 1815, he was called to pro­nounce on both the nude and the clothed maja.

Cruelty

The cruelty and barbaric nature of the pun­ishments gave cause for general concern. It isenough to recall that a pragmatic King Philip II,in 1734, punished the thief of a single coin withthe gal1ows, that is if the events took place in

Madrid or within 5 leagues around it, and, more­over, as a single and non-commutable punish­ment, except for minars under 17 years oId, whowere merely given 200 lashes and 10 years onthe galleys". That is the way things were: lashes,mutilations, galleys, exposure to public humiJia-

Revision. London and New Haven: Yale UruversityPress (1998).

20. Prudence is never much, as Enrique GactoFernándcz relates in, El arte vigilado: (acerca de lacensura estética de la Inquisición española en el sigloXVIII) in Inquisición JI censura: el acoso a la inteli­gencia en España, 2006, pp. 399 and ff.

21. Arroyo Zapatero L., and it should not be lor­gotten that the galleys had no oarsmen: Prior Cabanil­las J. A., La pena de minas: los forzados de Almadén,1646-1699. Universidad de Castilla-la Mancha, Ciu­dad Real, 2003.

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,.

Cean Bennúdez, con un dibujo preparatorio quemuestra a un prisionero aherrojado, sentado y deperfil en dolorosa postura sobre el que componetres piezas: Tan bárbara la seguridad como el de­lito, La seguridad el reo no exige tormento y Si esdelincuente que muera presto. Nada supera estadenuncia del modo cruel de los castigos."

Sobre la exposición a la vergüenza pública,además de la que se produce en las procesionesque llevan a la ejecución de la pena capital y quetambién otras penas llevan consigo "por las callesacostumbradas", y sobre caballería de tres cate­gorías, con coroza y sambenito y las exposicio­nes en plazas y picotas se cuentan en los dibujosdel álbum C un buen par de cepos de exposicióncuyo trazo denuncia además su crueldad. Son losrepresentados en los dibujos 99, Cayó en la tram­pa y el 98 Por liberal. Y ni los tullidos se libran: C90, Por no tener piernas.

Las Cortes de Cádiz, adoptaron dos leyes queexresan muy bien las censuras de Gaya y de losilustrados. Ya antes de la Constitución, la tor­tura se abolió en abril de 1811 y en artículo 303constitucional se proclama: "No se usará nuncael tormento ni los apremios".204

DECRETO LXI

DE 22 DE ABRlL DE 1811

Abolición de la tortura y de los apremios, y prohibiciónde otras prácticas aflictivas.Las Cortes generales y extraordinarias, con absolutaunanimidad y conformidad de todos los votos, decre­(ao: Quede abolido para siempre el tormento en todoslos dominios de la Monarquía española, y la prácticaintroducida de afligir y molestar a los reos por los queilegal y abusivamente llamaban apremios: y prohíbenlos que se conocían con el nombre de esposas, perrillos,calabozos extraordinarios y otros, qualquiera que fuesesu denominación y uso; sin que ningún juez, tribunalni juzgado, por privilegiado que sea, pueda mandar niimponer la tortura, ni usar de los insinuados apremiosbaxo responsabilidad y la pena, por el mismo hecho demandarlo, de ser destituidos los jueces de su empleo ydignidad, cuyo crimen podrá perseguirse por acción po­pular, derogando desde luego qualesquiera ordenanzas.

23. Matilla J. M. En Gaya en tiempos de guerra.Museo del Prado, Madrid, 2008, p.350-352. ManuelaMena en el mismo Catálogo que se acaba de citar ad­vierte que la primera vez que Goya aborda la cuestiónde la cárcel es en la pintura Interior de una prisión(en cursiva), de 1793, pero a diferencia de sus posiblesreferentes, como pudieran ser Piranessi o Hogarth, elprotagonismo no lo da Goya a la arquitectura, sino alos dolientes seres humanos privados de libertad., p.136

24. Tomás y Valiente M., La tortura en España(J973). En Obras completas, 1, p. 759 Y ss.

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tion, and privation of freedom under the cruel­lest conditions of confinement. Remember thatprison as such did not exist until the freedom ofthe citizen became a reality and, until then, pris­on was mere detention while awaiting judgment,or torture and punishment in itself. Natural­Iy, Goya also recorded it well in the images ofwhat we could taday cal! prison". We shudder innumerous drawings at the manacles on the walland the leg-irons, inflicting harsher pain boundto the back. The extraordinaty solitude of theshackled prisoners accompanies the humiliationand the cruelty. In drawing 103, facing the man­acled and shackled man, almost certainly with achain between feet and hands that forced him tocrouch when moving, the painter wrote "¡mejores morir! [bener to die!)" and, in drawing 112,the same victim can be seen chained up in anunlikely and painful position in which he has ta

sleep. Goya included tbree etchings in the exem­plary copy of los Desastres that he gave as a giftto his friend Cean Bennúdez, with a preparatorydrawing that showed the profile of a prisoner infeners, seated in a painful posture, that beeamethe subject of three pieces: Tan bárbara la segu­ridad como el delito [The custody is as barbarousas the crime], La seguridad el reo no exige tor­mento [The custody of a criminal does not cal!for torture] and Si es delincuente que muera pres­to [H he is a criminal he should die soon]. Noth­ing goes further than this criticism of the crueltyof these punishments."

22. See Horacio Roldán Barbero, Historia de laprisión en España, Barcelona, PPU, 1988.

23. Matilla J. M. In Gaya en tiempos de guerra.Museo del Prado, Madrid, 2008, p.350-352.

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Lcy. Órdcnes y disposiciones que se hayan dado y pu­blicado en contrario.

Tras la Constitución, las Cortes abolen en1813 la pena de azotes en todo el territorio de laMonarquía y para todas las personas, con expre­so amparo de los indios de ultramar.

DECRETO CCXCJX

DE 8 DE SEPTIEMBRE DE 1813

"Abolición de la pena de aZotes: se prohíbe usar de estey otros castigos con los Indios.Las Canes generales y extraordinarias, convencidas dela utilidad de abolir aquellas leyes por las quales se im­ponen á los españoles castigos degradantes, que siemprehan sido símbolo de la antigua barbarie, y vergonzosoresto del gentilismo, han venido en decretar y decretan:1. Se declara abolida la pena de azotes en todo el territo­rio de la Monarquía española.n. Que en lugar de la pena de azotes se agrave la corres­pondiente al delito por qué el reo hubiere sido condena­do; y si esta fuere la de presidio u obras públicas, se veri­fique en el distrito del tribunal, quando esro sea posible.IIl. La prohibición de azotes se extiende a las casas o

establecimientos públicos de corrección, seminarios deeducación y escuelas" .25

En esa época de posguerra ni le quiere la Inqui­sición ni el propio Fernando VII. Anuladas laConstitución y las leyes de Cortes, ni le apreciani le encarga obra. Los cuadros sobre el 2 Y el 3de mayo se le encargaron a Goya por el Regentecardenal Borbón, tío carnal del Rey, y CardenalArzobispo de Toledo, Primado de las Españas ypatrocinador de la obediencia a la Constitución,para que a la llegada el Rey a Madrid se le pudie­ra poner de manifiesto, como en un telediario detela y pintura en la puerta de Alcalá el heroicohecho de la rebelión y muerte del pueblo de Ma­drid. Pero ni el hecho, ni las pinturas, ni el autor,fueron nunca más del agrado del Rey. Goya se

25. Fiestas A., Los delitos políticos, 1808-1936.Cervantes, Salamanca, 1994, p.66-124.

With regard to exposure to public humili­ation, as well as the humiliations that occurredon processions leading to the execution of capitalpunishment, which brought with it other pen­uries "along the usual srreets", seated on beastsof burden of three categories, with a conicalcap (coroza), a pentitential garment (sambeni­to) and exposure in public squares and pillories,the drawings of Album C illustrate an exempla­ry pair of public pillories, where both lines andshading condenll' their cmelty. They are repre­sented in drawing 99, Cayó en la trampa [He fellin the trap] and 98 Por liberal [For being a liber­al]. Not even the crippled escaped: C 90, Por notener piernas [For having no legs].

The Cortes de Cádiz adopted two laws thatdescribe the censuring of Goya and enlightenedthinkers very well. Well before the Constitution,torture was abolished in 1811 and article 303 ofthe Constitution proclaimed that "Neither tor­ture nor duress will be used"."

DECREEE LXI

Or: 22 APRIL 1811

Abolition of torture and duress, and the prohibition ofothcr afflicrive pracrices.The General and Extraordinary Coures, in absolure lIna­nimity and conformity oí aH votes, do hcreby decree:rhat torture shall henccforth and forevcr be abolished inaH the dominions of the Spanish Crown, as wcll as rhepracrices inrroduccd ro afflicr and to persccurc prison­ers by what rhey illegalIy and abusively caBed duress:and they prohibir whar were known undel' rhe names ofmanacles, muzzles, extraordinary prison cells and orh­ers, wharcvcr rheir names or use may be; no judge, nartribunal, nor court, whatcver irs privilegcs, may arderor impose torture, or use the aforemenrioncd forms ofduress under its responsibility and rhe punishmenr, forthe mere fact of ordering it, wil1 be the deprivation ofthe judges of their office and dignity, whose offencc maybe prosecured by civil acrion, derogating of course anyordinances, Law, Orders and provisions rhar may havebceo given and publLshed ro the conrrary".

After the Constitution, the Courts abolished thepunishment of flogging in 1813 throughout thekingdom and for all persons, with special men­tion of the Indians overseas.

DECREE CCXCIX

Or 8 SEPTEMBER 1813

Abolition of rhe punishment of flogging: use of this andothcr punishmenrs on rhe Indians is prohibited.The General and Extraordinary Courrs, convinced ofrhe benefits of abolishing those laws by which degrad­ing punishments are imposed 011 Spanish citizens, which

24. Tomás y Valiente M., La tortura en España(1973). In Obras completas, 1, p. 759 and ff.

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enccrrará en 1819 en Quinta de! Sordo, compo­ne las pinturas negras más tarde, tres refugiarseen casa de amigos y con e! elegante pretexto dela torna de aguas se exilia en Burdeos, que comoGibraltar fue siempre refugio de liberales."

La obra de las Cortes de Cádiz fue bien va­lorado por e! pintor". La reducción de! poder yprivilegios de las órdenes monásticas que habíainiciado Carlos nI con los Jesuitas y Godoy consus desamortizacioncs, era e! complemento so­cial de la revolución política. Gaya lo celebra conla satírica imagen de! campesino que se arrastrapor los campos con e! azadón y e! fraile sobre sushombros, al pie de lo cual e! pintor prcgunta ¿nosabían lo que llevaban a cuestas?

y se agobia y desespera cuando ve que la reac­ción acaba con ella.

Gaya y la pena de muerte

La reina de las penas ha sido la de muerte, y hastae! tiempo de Gaya se ejecutaba a hierro, a fuego,y, lo más común en la horca: estrangulamientopor colgamiento, ya en árbol, ya en patíbulo. Sinembargo e! ahorcamiento produce una nefasta fi­siología, que hizo meditar a muchos en nuestromundo y ha impuesto la búsqueda de medios ymodos de ejecución menos crueles y de menar

26. Bozal V, Francisco de Gaya. Vida y obra. Vo­lumen 1. Tf editores, Madrid, 2005, p. 289 Y ss ; convarios autores; Esteban Loreme, J.E, La Constitu­ción española de 1812 en Gaya, en Anales de Historiadel Arte 2008, vol. extra. p. 365 Ysigo

27. Gaya y la Constitución de 1812. Musco Mu­nicipal, Madrid, 1982-83.

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have becn asymbol of bygone barbarity, and ashamcfulvescige of hcarhcnism, have agrced to decrcc and do sodecree:1. The punishmem af flogging is declared ro be abolishcddu·oughout the rcrrirorics of rhe Spanish Monarchy.11. In place of rhe pUllishment af flogging rhar whichcorresponds to the offencc for which rhe prisoncr hadbcen convicred \ViII be aggravated; and if ir werc prisonal" public works, ir will take place in rhe distriet of [hetribunal, whenevcr this is possible.IJI. The prohibition on flogging is extended to publichouses or establishments of correction, educationalseminarics and schools".2~

Images of torture

In that post-war period, neither the Inquisitionnor Ferdinand vn himseJf cared for Gaya. TheConstitution and the laws of the Courts abro­gated, he was neither praised nor given commis­sions. The paintings of the 2 and 3 of May werecommissioned from Gaya by the Regent Cardi­nal Barbón, unde to the King, and the CardinalArchbishop of Toledo, Primate of Spain and pa­tron of obedience to the Constitution, so that theheroic facts of the rebellion and death of the peo­pIe of Madrid could be presented befare the Kingon his arrival in Madrid at the Arch of Alcalá, likea soap opera painted on canvas. But, neither theevents, nor the paintings, nor the painter) were tothe Iiking of the King ever again. Gaya confinedin 1819 in Quinta del Sordo, painted the blackpictures later on, after taking refuge in the houseof friends and with the elegant pretext of takingthe waters, he exiled himself in Bordeaux, whichlike Gibraltar always gave shelter and refuge toliberals."

The work of the Courts of Cadiz was high­ly valued by the painter". The reduction of thepower and privileges of the monastic arders ini­tiated by Charles In with the ]esuits and Godoywith his sale of monastic properties, was thesocial complement to the political revolution.Gaya celebrated it with the satirical image of thepeasant dragging himself over the fie!ds with amattock and a priest on his shoulders, beneathwhich the painter asks: "¿no sabían lo que llev­aban a cuestas? [Didn't they know what theywere beari ng]'

25. Fiestas A., Los delitos políticos, 1808-1936.Cervantes, Salamanca, 1994, p.66-124.

26. Bozal V., Francisco de Gaya. Vida y obra.Volumen 1. Tf editores, Madrid, 2005, p. 289 and H.

27. Gaya y la Constitución de 1812. Museo Mu­nicipal, Madrid, 1982-83.

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indignidad para e! reo y su familia, como hemosvisto en las citas de Lardizábal y de Marcos Gu­tiérrez. En cada país se desarrolla su invento. EnFrancia, lo que Gaya llama e! castigo francés, laguillotina, y en España y sus territorios de en­tonces e! garrote", que por su mayor delicadezase reservaba a los nobles. Medio siglo después denuestros hechos los emprendedores de los Esta­dos Unidos se dieron a la búsqueda de la "eje­cución» más humana, la electrocución, la cámarade gas y la inyección letal. Modernas tecnologíaspara una vieja farmacopea.

Al concluir e! siglo XVIII coexisten en Espa­ña la muerte a yerro, con o sin descuartizamientosimultáneo o posterior, para hacer llegar así conlos despojos e! mensaje de ley y orden a los con­fines de! territorio de los crímenes cometidos.Predomina la horca, en formal patíbulo o en lasramas de los árboles y e! garrote junto al arcabu-

ceo en las ejecuciones militares. En definitiva, alcomenzar e! nuevo siglo y salvo la cuestión mili­tar, siempre expeditiva y sumaria, lo que compiteentre e! común de la gente es la horca y el garrote,siempre aquella con tan mal cartel que se reservapara el pueblo llano y para los nobles siempre e!garrote."

28. En el Auto de Fé de Pedro de Berruguere(1495) conservado en el Museo del Prado y visirableen línea se advierte la forma primitiva del garrote, conel que se daba muerte para proceder después al fucgopurificador.

29. García Valdés c., No a la pena de muerte.Cuadernos para el diálogo S.A., Madrid, 1975. Y ram­buén en Rodríguez yagüe C. editora, Clásicos espa­ñoles contra la pena capital, Libros Mundi/UCLM:Ciudad Real 2013.

And he fe!t oppressed and desperate when hesaw how the reaction ended it all.

Goya and the death penalty

The queen of punishments has always beendeath and even in Goya's day people were ex­ecuted by stee!, fire, and, most common of all,the hangman's noose: strangulation by hanging,whether from a tree, or the gallows. However,hanging produces an iniquitous physiology thatmade many people in our world mediate andthat has led to the search for means and meth­ods of execution that are not so cruel and are lessof an indignity for the prisoners and their fam­ilies, as we have seen in the quotations by bothLardizábal and Marcos Gutiérrez. Each countrydeve!oped its own invention. In France, whatGaya called the French punishment, the guillo­tine, and in Spain and its territories at the time,the garrotte", which because of its greater de!i­caey was reserved for nobles. Half a century af­ter our story here, the enterprising Americans ofthe United States sought out the most humane"execution", clectrocution, the gas chamber andlethal injections. Modern technologies for an oldpharmacopea.

At the end of the 18th c., death by hangingcoexisted in Spain, with or without simultaneousor subsequent quartering, so that with the hu­man remains the message of law and arder wouldextend to the confines of the land where thecrimes had been perpetrated. First and foremostthe noose, in the fonn of the gallows or from thebranches of a tree and the garrotte, together withthe harquebus in military executions. In brief, atthe start of the new century and except for themilitary question, at all times expeditious andsummary, the noose and the garrotte were rivalsfor the common people, the one with such abadreputation always reserved for common folk andthe garrotte always for the nobles."

28. The primirive íorm of rhe garrotte may beseen in !he Auto de Fé of Pedro de Berruguere (1495)conserved in the Prado Muscum and accessible on­line, which dispensed dearh befare purificarion in rhefire.

29. García Valdés c., No a la pena de muerte.Cuadernos para el diálogo S.A., Madrid, 1975. Andalso Rodríguez yagüe C. editora, Clásicos españolescontra la pena capital, Libros Mundi/UCLM: CiudadReal 2013.

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Las Cortes no pueden por menos de superartanta injusta desigualdad ni despreciar la brutali­dad de la horca, por lo que el 24 de enero de 1812acuerdan su supresión.

DECRETO CXXVIll.

DE 24 DE E NERO DE 1811

Abolición de la pena de horca.Las Cortes generales y extraordinarias. atendiendo a queya tienen sancionado en la Constitución política de laMonarquía, que ninguna pena ha de ser transcenden­tal a la familia del que la sufre; y queriendo al mismotiempo que el suplicio de los delinqüentes no ofrezca unespectáculo demasiado repugnante a la humanidad y alcarácter generoso de la Nación española. han venido endecretar, como por el presente decretan: Que desde aho­ra quede abolida la pena de horca, substituyéndose lade garrote, para los reos que sean condenados a muerte.

Ya se había adelantado el Rey José, quienpara mostrar su respeto por las costumbres de supatria de adopción y que como el Dr. Guillotinaborrecía la horca, decidió que se empleare entodo caso el garrote, incluso con fruición y poruna navaja o por vaya usted a saber por qué, ysiempre en público.JO

Goya pudo verlo en esos días de la ocupaciónfrancesa, pues no había uno en que no se ejecuta­ra a algún rebelde o bandido. Él lo pinta y otroslo cuentan". Se instalaban los tablados en la PlazaMayor o en la de la Cebada y de uno en uno o engrupos se daba garrote. Con el tiempo comen­zó el verdugo a cubrir la cabeza a los reos conun trapo, pero concluida la ejecución dejaban elrostro a la vista de todos. Todo ello con la mayorpublicidad y con profusa información al públicoen gacetas y pliegos de papel.

Pero, cuando Fernando VII regresa del plá­cido retiro en los palacios de Napoleón, dondehabía pasado toda la guerra, sin mover ni un dedomientras su patria se batía y sacrificaba en fervo­roso deseo de su vuelta, al llegar a Valencia entreLos persas y los otros, y a pesar del buen criteriode su primo y Regente el Cardenal Primado de

30. Y en público se siguió ejeclllando hasta quese suprimió en 1896 por la ley que lleva el nombre delDiplllado, el Dr. Ángel Pulido.

31. V. ].M. Puyol Montero, La pena de garrotedurante la guerra de la Independencia: Los decretosdeJosé Bonaparte y de las Cortes de Cádiz, en "Cua­dernos de Historia del Derecho" 2010,vo!. extra. p.569 Y sigs. Derecho. Sobre los grabados del garrote auno y el de a ocho ver Jesusa Veg. Vega J., en Goya yel espíritu de la Ilustración. P. 300-302, con testimo­nios del momento.

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The Courts could not at the least get oversuch unjust inequality, nor disregard the brutali­ty of the noose, so much so that they decided toabolish it on 24 January 1812.

DECREE CXXVlII.

OF 24 JANUARY 1812

Abolicion of rhe punishment of hanging.The General and Extraordinary Comts, consideringchar (hey have already sanctioned in rhe political Con­sritution of rhe Monarchy, rhar no punishmcl1r may berransferred [Q the family of whosoever should suffcr ir;and wishing at rhe same time char rhe cxecution of rhecriminals should nor oHef too repugnant a spccracle rohumanicy and [Q che gcncrous characrer of rhe Spanishnation, are resolved to decree, and by rhe present do sodccrce: rhar hcnceforth che pllnishment of hanging beabolished and be rcplaced by the garrotte far prisancrswha are condemncd to death.

As much had already been proclaimed byKing Joseph, who out of respect for the customsof his adopted motherland and as Dr. Guillotinehated the noose, decided that in any case thegarrotte would be used, even to excess and for aknife or for whatever you might like to think it is,and always in public.JO

Goya could see it in those days of the Frenchoccupation, as not a day went by when sorne re­bel or bandit was not executed. He painted it andothers told the story". The scaffolds were ereet­ed in the Plaza Mayor or the Plaza de la Ceba­da and one by one or in groups the garrotte didits work. Over time, the executioners started tocover the heads of the prisoners with a c1oth, butonce the execution had finished, they left the facefor all to see. AIl of mis had the greatest publicityand with plentiful public information in gazettesand leaflets.

But, Ferdinand VII eventually returned fromthe calm retreat of the palaces of Napoleon,where he had sat out the war, without moving somuch as a finger while his motherland fought onand sacrificed itself in a fervent desire for his re­turno On his arrival at Valencia among Los persasand ochers, and despite the sound judgment ofhis cousin and Regent, Cardinal Primate of To­ledo Don Luis María de Borbón", he issued the

30. And in public exccutions continucd until itwas abolished in 1896 by law that had the name of theDeputy, Dr. Ángel Pulido.

31. Vega J., in Goya y el espíritu de la Ilustración.P. 300-302, with testimony from the time.

32. His personality suggcsrs that complieity be­twecn the Church and the constitutional regime was

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Toledo Don Luis María de Barbón", dicta e!4 demayo de 1814 el singular decreto por e! que nosólo anula toda la legislación gaditana sino queincluso la declara "como si no hubieran pasadojamás tales actos y se quitaren de en medio deltiempo "3).

Con ello se regresó a la situación anterior: In­quisición, horca y garrote, siempre con cruel ydesigual manera. Alicia Fiestas documentó e! te­rror de 1814 hasta 1820 cuando regresa la Consti­tución y sus leyes, e incluso se aprueba el primerCódigo penal en 1822, que naturalmente prevéuna pena de muerte sólo a garrote", en condi­ciones y términos que conviene aquí reproducir:

Art. 31. Al condenado a muerte se le notificará su últimasentencia cuarenta y ocho horas antes de la ejecución.Art. 32. Desde la nmificación de la sentencia hasta la eje­cución se tratará al reo con la mayor conmiseración yblandura; se le proporcionarán codos los auxilios y con­suelos espirituales y corporales que apetezca, sin irregu­laridad ni demasía.Art. 38. El reo condenado a muerte sufrirá en todos la degarrote, sin tortura alguna ni otras mortificación previade la persona, sino en los términos prescritos en es estecapírulo.An. 39. La ejecución será siempre pública, entre once ydoce de la mañana; y no podrá verificarse en domingoni feriado) ni en fiesta nacional, ni el día de regocijo detodo el pueblo. La pena se ejecutará sobre un cadalso demadera o de mampostería, pintado de negro, sin adornoni colgadura alguna en ningún caso, y colocado fuera dela población; pero en sitio inmediato a ella, y proporcio­nado para muchos espectadores.Arr. 40. El reo será conducido desde la cárcel al supliciocon túnica y gorro negros, atadas las manos) y en unamula) llevada del diestro por el ejecutor de la justicia,siempre que no haya incurrido en pena de infamia. Si sele hubiere impuesto esta pena con la de muerte, llevarádescubierta la cabeza, y será conducido en un jumentoen los términos expresados. Sin embargo el condenado amuerte por traidor llevará las manos aradas a la espalda)descubierta y sin cabello la cabeza, y una soga de espartoal cuello. El asesino llevará la túnica blanca con soga deesparto al cuello. El parricida llevará igual túnica que elasesino, descubierra y sin cabello en la cabeza, aradas lasmanos a la espalda, y con una cadena de hierro al cue-

32. Personalidad que revela que la convivencia dela Iglesia y el régimen constitucional no era un im­

posible, v. Carlos Rodriguez López-Brea, Don LuisMaría de Barbón, el cardenal de los liberales (1777­1823) Toledo, Junta de Comunidades de Castilla-LaMancha, 2002.

33. Fontanal, La quiebra de la Monarquíaabso­luta, Ariel, Barcelona, 1971.

34. Fiestas Loza, Alicia. Los delitos políticos,1808-1936. Ed. Librería Cervantes, Salamanca, 1994.Vale también para la reacción de 1823 y todo lo pos­terior.

singular decree on 4 May 1814, which not onlyannulled all the laws passed by the Courts ofCadiz, but even declared it to be "as if such actshad never taken place and were removed from alltime")).

This meant a return ro the earlier situation:Inquisition, noose, and garrotte, always in a cru­el and unfair way. Alicia Fiestas documented theterror from 1814 up until1820 when the Consti­tution and its laws were reinstated, and the firstpenal Code of 1822 was approved, which natu­rally foresaw the death penalty only at the gar­rorre", under the terms and conditions that areworth reproducing here:

Art. 31. The prisoner sentenced ro dearh wiJl be notifiedof his final judgment forry-eighr hours befare execurion.Arr. 32. From rhe notificarion of rhe sentence ro rheexecurion, rhe prisoner wi11 be rreated wirh rhe grearesrcommiscrarion and renderness; providing rum wirh a11rhe spirirual and rhe physical assisrance and consolarionrhat he wishes, neither irregularly nor in excess.Art. 38. The prisoner senrenced ro death wiII executed inal! cases by rhe garrorre, without rorrure nor other priormortificarions of rhe flesh, but in rhe rerms prescribedin this chaprer.Arr. 39. The exccution wi11 always be in public, berwecneleven and twelve in the morning; ami may nor takeplace on a Sunday nor or feast days, nor on national hol­idays, nor on days of cclebrarion of aH rhe people. Thepunishment will be execmed on a woodcn al' masonryplarform, painted black, with no adornments al' hang­ings ar aU in any casc, and sjtuated ourside the town; butar a place nearby it, and large enough for many specra­torsoArr. 40. The prisoner will be led from rhe prison ro sup­plicarc rhe punishmcnr dressed in a black turne and blackhat, wirh his hands ricd, and on amule, led on the rightby the executioner of justice, provided rhar he has becosenreoced for infamy. If that senrence had beco imposedwirh rhe dearh senrence, his head will be leh uncovered,and he will be led on a donkey in rhe aforemenrionedrerms. Howevcr, the prisoner condemned ro dearh asa rrairor will have his hands ricd behind rus back, andhis hcad will go uncovered and shorn of a11 hair. Theassassm wilI wear a whire tunic wirh a noose of esparrograss around the neck. The parricide willlikewise wearrhe same tUllc as rhe assassin) go uncovered and wirh­our hair on his head, rhe hands tied behind the back,

not impossiblc, see Carlos Rodrigucz López-Brea,Don Luis María de Barbón, el cardenal de los liberales(1777-1823) Toledo, Junta de Comunidades de Castil­la-La Mancha, 2002.

33. Fontanal, La quiebra de la Monarquía abso­¡"ta, Ariel, Barcelona, 1971.

34. Fiestas Loza, Alicia. Los delitos políticos,1808-1936. Ed. Librería Cervantes, Salamanca, 1994.Also relevant for the reaction of 1823 and everythingthat carne after.

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110, llevando un extremo de esta el ejecutor de la justicia,que deberá preceder cabalgado en una mula. Los reos sa­cerdotes que no hubieren sido previ~mente degradadosllevarán siempre cubierta la corona con un gorro negro.Art. 41. En todos los casos llevará el reo en el pecho yen la espalda un cartel que con letras grandes anunciesu delito de traidor, homicida, asesino, reincidente ental crimen. Le acompañarán siempre dos sacerdotes, elescribano y alguaciles enlutados, y la escolta correspon­diente.An. 41. Al salir el reo de la cárcel. Al llegar al cadalso, ya cada doscientos a trescientos pasos en el camino, pu­blicará en alta voz el pregonero público el nombre deldelincuente, el delito por qué se le hubiere condenado yla pena que se le hubiere impuesto.Art. 43. Así en las calles del tránsito como en el sitiode la ejecución debe reinar el mayor orden; pcna de serarrcstado en el acto cualquiera que lo turbare, pudien­do además ser corregido sumariamente, según el exceso,con dos a quince días de cárcel, o con una multa de unoa ocho duros. Los que levantaren grito o dieren voz, ohicieren alguna tentativa para impedir la ejecución de lajusticia, serán castigados como sediciosos, y esta dispo­sición se publicará siempre en los pregones.Art. 44. Al reo no le será permitido hacer arenga ni decircosa alguna al público ni a persona determinada, sinoorar con los ministros de la religión que le acompañen.Art. 45. Sobre el sitio en que haya de sufrir la muerte, yen la parte más visible, se pondrá otro cartel que anunciecon letras grandes lo mismo que el pregón.An. 46. Ejecutada la sentencia, permanecerá el cadáverexpuesto al público en el mismo sitio hasta puesto el sol.Después será entregado a sus parientes o amigos, si lopidieren, y si no, será sepultado por disposición de lasautoridades, o podrá ser entregado para alguna opera­ción anatómica que convenga. Exceptúanse de la entregalos cadáveres de los condenados por traición o parrici­dio, a los cuales s eles dará sepultura eclesiástica en elcampo y en sitio retirado, fuera de los cementerios pú­blicos, sin permitirse poner señal alguna que denote elsitio de su sepultura. n

Al Código de 1822 apenas le dio tiempo a en­trar en vigor, pues Los cien mil hijos de San Luisocuparon la península y el23 de septiembre hubode rendirse Cádiz. La reacción fernandina fuemás violenta que la del 14. Su tiempo se ha deno­minado "la década ominosa"". De nuevo horca ygarrote, como el que se dio al General Riego ennoviembre en la plaza de La cebada de Madrid,hasta que un buen día -cuales no serían los rela­tos que llegaban hasta la misma Corte de atrocesejecuciones- decreta el Rey en sorprendente ho­menaje de cumpleaños a la Reina que "Deseando

35. Luis, Jcan-Philippe, La década ominosa(1823-1833), una etapa desconocida en la construc­ción de la España contemporánea, en Revista Ayer, 41,2001, p. 85 Yss. Fontana J., De en medio del tiempo.La segunda restauración española, 1823-1834, Crítica,Barcelona, 2006.

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and with an iron chain around the neck, this being car­ried at one ead by the executioner, who should precede,mounted on amule. Prisoners who are priesrs \Vho havenot previously been defrockcd will always cover tbeirhead with a black hatoArt. 41. In all cases the prisonerwill carry a board on hischest and back that allllOUI1CeS his crime in Iarge letters,of treason, murder, assassination, recidivist of such andsuch a crime. Two priests will always accompany him,the scribe, constables in mourning, and the correspond­ing guardoArt. 41. When the prisoner leaves (he prison. Arrivillg ut(he platfonn, and at every two-hundred and three-hun­dred steps aJong rhe way, (he public crier will announcein a loud voice the name of the criminal, the offence forwhich he had been convicted and tlle punishment im­posed upon him.Art. 43. So, the grearest order must reign on tbe s(rectsalong the way as weU as at the place of execution; who­soever disturbs the peacc being punished by immediatcarrest, in addition te being sUl11marily disciplined, ac­cording ro the offence, from (\Va to fifteen days of pris­on, 01' with a fine fram one ro eight duros. Those tbatmay shout out 01' raise their voice, 01' make any attemptto prevent che execution of justice, wil1 be punished asscditionists, and rhis provision \ViII always be publishedin the proclamatLons.Art. 44. The prisoner will neither be pennitted ro speakout, nor to say anything in public, nor to any particularperSOll, but to pray with the ministcrs of religion whoaccompany him.Are. 45. Another board will be placed at the sitc wherethe death sentence \ViII be exccuted, and in (he most vis­ible part, which announces the same as the proclamationin large letters.Are. 46. Having executed the sentcnce, the corpse willremain exposed to the public at the same site until SUI1­seto It will then be delivered up to relatives or friends, iIthey were ro request so, and if not, it \ViII be buried byprovisioll of the authoritics, or it may be handcd overfor anatomic investigation as agreed. Except delivcry ofthe corpses of those convicted of treason 01' parricide,which will bc given religious bUl"ial in the countrysideand at a remate site, away from public cemeteries, wirh­out pcrmitting any sign te be placed that would markthe sire of its burial."

The Code of 1822 hardly had timc to comeinto force, as The one-hundred thousand sonsof Saint Louis occupied the peninsula and Cadizhad to surrender on the 23 September. The reac­tion of the Ferdinandistas was more violent thanin 1814. This period was known as "the ominousdecade"". Once again noose and garrotte, no dif­ferent from that dispensed to General Riego, in

35. Luis, Jean-Philippe, La década ominosa(1823-1833), an unknown stage in the construction ofcontcmporary Europc, in the Journal Ayer, 41, 2001,p. 85 and ff. Fontana J., De en medio del tiempo. Lasegunda restauración española, 1823-1834, Crítica,Barcelona, 2006.

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conciliar el último e inevitable rigor de la justiciacon la humanidad y la decencia en la ejecución dela pena capital, y que el suplicio en que los rcosexpíen sus delitos no les irrogue infamia cuan­do por ellos no la mereciesen, hc querido señalarcon este beneficio la grata memoria del feliz cum­pleaños de la Reina, mi amada esposa; y vengo aabolir para siempre en todos mi dominios la penade mucrte cn horca; mando quc en adelante seejecute en garrote ordinario la que sc imponga apersonas del estado llano; en garrotc villa que secastigue los delitos infamantes sin distinción declases, y quc subsista, según las leyes vigentes, elgarrote noble para los que correspondan a la delos hijosdalgo".

Pero en 1828 Gaya muere. Ni puede ni hu­biera siquiera disfrutado de la superación de laordinaria crueldad. Nos queda su legado en tan­tas pinturas, dibujos y estampas que permiten ca­lificarle como el mayor adalid de combate contralas penas crueles e inhumanas y, por tamo, contrala pena de muerte.

La historia de la pena de muerte en España ca­minó por los mismos destinos que la Patria, condolor, anomalía y fracaso - como acuñó Santos]uliá36

-. En 1936 la pena de muerte se enseñoreóde nosotros, practicándose encarnizadamentehasta 1945 y con metódica dosimetría hasta losmismos finales del régimen de Franco en 1975. Laúltima ejecución a garrote tuvo lugar en 1974".

Todo cambió con la "resurrección" de laConstitución - en expresión que hubiera gus­tado a Francisco de Goya- en 1978. Una firmevoluntad de consenso quiso acabar con el "duelo

36. Santos Juliá, Anomalía, dolor y fracaso de Es­paña. En Claves de la razón práctica

37. Todos estos avatares puede seguirse en Gar­cía Valdés c., No a la pena de muerte. Cuadernos parae! diálogo S.A., Madrid, 1975, y en el texto que delmismo se recogen en Clásicos españoles contra la penacapital, eir. También en el mismo lugar el estudio deLandrove Díaz G., La abolición de la pena de muerteen España.; Una extraordinaria descripción de la inge­niería y antropología del garrote puede verse en Esla­va Galán J., Verdugos y torturadores, Balbo, Madrid,1991 también los de José Jiménez Villarcjo y NicolasGarcía Rivas . De entonces a nuestros días vi. OliverOlmo P.) La pena de muerte en España. Síntesis, Ma­drid,2008.

Novcmber, in the Plaza de la Cebada, in Madrid,until one fine day -which stories of atrocious ex­ecutions did not reach even the Royal Court it­self- the King decreed in a surprising accolade forthc birthday of the Queen that "Wishing to con­ciliate the ultimate and inevitable rigour of jus­tice with humanity and decency in the executionof capital punishment, and so that the torment inwhich prisoners expiate their crimes should notbe a cause of infamy when they are not deservingof it, 1 have wished to signal with this benefit thepleasing memory of the happy birthday of theQueen, my beloved wife; and 1 hereby abolishthe death penalty by hanging forever in aH of mydominions; 1arder that henceforth execution bythe ordinary garrotte be imposed on commonpeople; the garrotte vil shall punish infamouscrimes without distinction of class and the noblegarrotte wiH continue, under the laws in force,for those that correspond to noblemen".

But, Gaya died in 1828. No longer can he,nor would he enjoy the triumph over ordinarycruelty. His legacy lives on in so many paint­ings, drawings and etchings, so much so that hemay be qualified as the greatest champion fight­ing against cruel and inhuman pl1nishments and,therefore, against the death penalty.

The history of the death penalty in Spain fol­lowed the same destiny as the Motherland, withpain, anomaly and failure - in the words of San­tos ]uliáJ6

-. In 1936, the death penalty took overall Spaniards and was ferociously practiced until1945 and with methodic dosages until the cnd ofthe Franco regime in 1975. The final executionwith the garrotte took place in 1974".

36. Santos Juliá, Anomalía, dolor y fracaso de Es­paña. In Claves de la razón práctica

37. AIl these avatars may be followed in GarcíaValdés c., No a la pena de muerte. Cuadernos parae! diálogo S.A., Madrid, 1975, and in rhe text rakenfrom it that is reproduccd in Clásicos españoles contrala pena capital, cit. Also in the same place, the studyby Landrove Díaz G., La abolición de la pena demuerte en España.; An cxtraorclinary description ofthe engineering and anthropoJogy of the garrotte maybe found in Eslava Galán J., Verdugos y torturadores,Balbo, Madrid, 1991. From then up until our days seeOliver Olmo P., La pena de muerte en España. Sínte­sis, Madrid, 2008.

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Page 22: Madrid y Cuenca, UCLM, 2013blog.uclm.es/luisarroyozapatero/files/2013/11/Francisco... · 2013-11-20 · y hasta la publica ejecución de Rey y Reina en 1793. Efectivamente no resulta

a garrotazos" de las pinturas negras, bien vigen­te desde entonces y así, entre otros numerosos ybenéficos asuntos se abolió la bárbara costumbrey el artículo 15 de la Constitución dispuso quetodos tienen derecho a la vida y a la integridadfísica y moral sin que en ningún caso puedan sersometidos ni a tortura ni a penas o tratos inhu­manos o degradantes y que queda abolida la penade muerte, salvo lo que puedan disponer las leyespenales militares para tiempos de guerra, cues­tión esta última que se remató con la supresiónde la pena capital en la legislación penal militar en1995 y con la ratificación en 2010 del protocolonúmero 13 al convenio para la protección de losDerechos Humanos y libertades fundamentalesrelativo a la abolición de la pena de muerte entodas las circunstancias.

En dicha fecha el Gobierno de España patro­cina la creación de un grupo de países amigos fa­vorables a la abolición universal de la pena demuerte en tiempo de la Declaración del Milenioy la constitución de una Comisión internacionalcontra la pena de muerte" que desde entonces,presidida por Federico Mayor Zaragoza, realizauna intensa actividad que contribuirá sin dudaalguna a hacer realidad el propósito manifestadopor la mayoría de países miembros de la Asam­blea General de las Naciones Unidas en la reso­lución de 1 de noviembre de 2007 en favor de lamoratoria universal en la aplicación de la penacapital. Quedamos todos así convocados para lacita del año 2015, en el cual habrán de revisarselos logros y deficiencias en el avance de los de­rechos humanos y de los objetivos del Milenioestablecidos por las Naciones Unidas en el año2000. Será una extraordinaria oportunidad parareclamar con insistencia tanto el que se deje dematar a sangre fría, como es el caso de las ejecu­ciones de la pena de muerte, como el que se dejemorir fríamente a millones de personas de ham­bre o de enfermedades curables, a la vez que sereclama la supresión de las más graves formas dediscriminación de la mujer y la universalizaciónde la educación básica.

38. Ver en Rodríguez Zapatero J. L., Prefacioa Contra el espanto y Por la abolición de la pena demuerte, Tirant lo BlanchJ Valencia, 2012.

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Everything changes with the "resurrection"of the Constitution- an expression that Franciscode Goya would have liked- in 1978. A firm willfor consensus wished to put an end to the "dueloa garrotazos [fight with cudgels]" of the Blackpaintings, fully in force since then and so, amongthe numerous other beneficial marrers, the bar­barous custom was abolished and article 15 ofthe Constitution provided that Everyone has theright to life and to physieal and moral integrity,and may under no cireumstanees be subjeeted totorture or to inhuman or degrading punishmentor treatment. The death penalty is hereby abol­ished, exeept as provided by military criminallawin times of war. ", this larrer question was c10sedwith the suppression of capital punishment inmilitary criminallegislation in 1995 and with theratification in 2010 of protocol number 13 to theConvention for the Protection of Human Rightsand Fundamental Freedoms relating to the aboli­tion of the death penalty under all circumstances.

On that date, the Government of Spain spon­sored the creation of a group of friendly countriessupportive of the universal abolition of the deathpenalty and the constitution of an InternationalCommission against the death penalty" which,presided over by Federico Mayor Zaragoza, hassince then been carrying out intense activity thatwill without any doubt contribute to convert­ing the proposal supporred by the majoriry ofmember states of the General Assembly of theUnited Nations, in its resolution of 1" Novem­ber 2007, in favour of a universal moratorium onthe application of capital punishment, into real­ity. All of us are therefore cal1ed to arrend thisappoinrment in 2015, at which the achievementsand shortcomings in the advance of human rightsand of the Millennium objectives, established bythe United Nations, in 2000, wil1 have to be re­viewed. Ir will be an extraordinary opportunityto urge with insistence that we stop kil1ing incold blood, which is the case of executions of thedeath penalty, as well as coldly leaving millionsof people to die of hunger or curable illnesses,at the same time as cal1ing for the suppression ofthe most serious forms of discrimination againstwomen and the universalization of basic educa­tlon.

38. Rodríguez Zapatero J. L., Preface ro Contrael espanto y Por la abolición de la pena de muerte, Ti­rant lo Blanch, Valencia, 2012.