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S oledad está a punto de cum- plir 60 años. Haciendo honor a su nombre, vive sola. Su apellido, sin embargo, es Ale- gre. “Qué disparate”, comenta la na- rradora de “La carne” (2016), la últi- ma novela de Rosa Montero. La aca- ba de abandonar su amante —un hombre casado— y decide contratar por internet a un joven gigoló ruso, Adam, para que su ex los vea juntos asistiendo a la ópera. La venganza abre las puertas a una relación que se le va de las manos a la protagonista, una mujer atractiva y esforzada, que se ha ganado una reputación como curadora. Trabaja en una exposición para la Biblioteca Nacional de Espa- ña titulada “Los malditos”. Abarca escritores tan geniales como excén- tricos —con los cuales Soledad se identifica en algún sentido—, desde Philip K. Dick a María Lejárraga, dramaturga española que escribió, como escritora fantasma, todas las obras que firmó su marido: Gregorio Martínez Sierra. “Tú no escoges las historias que cuentas, sino que ellas te escogen a ti, son sueños que sueñas con los ojos abiertos”, contesta Rosa Montero cuando se le pregunta cómo llegó al tema. “No sé por qué escojo hablar de malditos, pero es una constante en mi obra. En todos mis libros hay una reivindicación del monstruo o del heterodoxo”. Como en la mayoría de sus nove- las, advierte, la protagonista no está satisfecha consigo misma, se enoja con el mundo y teme a sus propias emociones. Pero hay una experien- cia, o varias, que la ponen a prueba. Durante esa búsqueda encuentra una “parafamilia” de monstruos: personajes marginales, por lo gene- ral atormentados, que demuestran ser mejores que los personajes de po- der que aparecen en la realidad. “Todos somos monstruos, unos más y otro menos, pero yo siempre reivindico al monstruo”, dice Rosa Montero. “Todos somos de alguna manera un poco divergentes de la norma y creo que hay una simpatía con la gente que se ha sentido distin- ta”. FICCIÓN Y REALIDAD Tanto Soledad como Adam tie- nen, en “La carne”, un gemelo. Estas duplicidades también se presenta en novelas anteriores de Rosa Montero, como “El corazón del Tárta- ro” (2001) y “La loca de la casa” (2003). “Al principio pen- saba que esta idea po- día expresar la diso- ciación, y el hecho de que somos muchos dentro de nosotros, pero ahora creo que expresa más las po- sibilidades del ser. El hecho de que nuestra vida, nues- tra identidad, es verdaderamente una creación na- rrativa, que se basa además en la memoria. Y como la memoria es un cuento que nos con- tamos, artificial y cambiante, la reali- dad también es insegura. Lo decía Epicteto: lo que le afecta a un ser hu- mano no es lo que le sucede, sino lo que se cuenta de lo que le sucede. O sea que nuestra vida es toda una na- rración y como tal puede ser cambia- da en cualquier momento”, dice. —Todos los malditos de la novela son reales, menos uno. “Ese juego me gusta. Yo creo que la realidad está empapada de ficción y la ficción está empapada de reali- dad. Me encanta jugar en esa fronte- ra completamente resbaladiza que separa ambos mundos. Hago mucho este tipo de juegos en mis libros. Por eso también aparezco yo, y Ana San- tos, la directora de la Biblioteca Na- cional de España, es de verdad su di- rectora, que es amiga mía”. —Hay dos chilenas de armas to- mar entre los malditos: María Caro- lina Geel y María Luisa Bom- bal. “Sí, tremendas. Las leí hace un montón. Me pare- cen las dos abomina- bles. Es violencia de género, pero en el otro sentido. Me pa- rece repugnante lo que hicieron: dispa- rarles a sus parejas. Y la paradoja es que el machismo hizo que no las juzgaran tan dura- mente”. —¿Cómo surgió el tí- tulo? “Si todo funciona, por lo habitual el título apa- rece por sí solo cuando llevo como un tercio del libro que estoy escri- biendo. Emerge de él y me lo explica. De repente se me ocurrió ‘La carne’ y dije, joder, qué titulazo, qué maravi- lla, cómo no habrá 20 mil libros que se llamen igual. Y no los hay. Es, por un lado, la carne que te aprisiona, porque no has elegido el cuerpo en el que vives. La carne que enferma, que envejece y que al final te mata. Pero, por otro lado, es la carne maravillosa del sexo, del amor, de la pasión que te hace rozar la gloria y sentirte eterno. La carne que te salva, por- que te hace sentir que estás fuera de las garras de la muerte”. Rosa Montero cuenta que hay dos productoras que quieren hacer una película sobre “La carne” y todavía está conside- rando a cuál de las dos le da- rá los derechos. “No parti- ciparía en el guion, de ninguna manera. Que hagan lo que quieran con ella. Mi novela la he escrito como la he escrito y ya está”, di- ce. Agrega que está participando en un proyecto para hacer una serie de televisión con su personaje Bruna Husky, una androide detec- tive que ya ha aparecido en sus novelas “Lágrimas en la llu- via” (2011) y “El peso del cora- zón” (2015). La replicante se- rá también la protagonista de su próxima novela: “Los tiempos del odio”, que publi- cará Seix Barral. “Estoy dándole un cepillado final. Me falta un mes para ter- minarla. Creo que es la mejor novela de Bruna Husky que he escrito. Estoy muy con- tenta”, afirma. “Es un libro muy fuerte. El reflejo de este momento tan crispado que vive el mundo: el triunfo de los populismos basados en el odio, la xenofobia y el culpar al otro”, adelanta. Rosa Montero: “Todos somos monstruos” La escritora española habló en Lima con “El Mercurio” de su más reciente novela, “La carne” (Alfaguara), y adelanta sus proyectos de adaptaciones literarias. PPG FIL LIMA Periodista y escrito- ra, Rosa Montero obtuvo el Premio Na- cional de las Letras Españolas en 2017. LUNES 30 DE JULIO DE 2018 A9 CULTURA REPRESENTANTE DE LOS PREMIOS NACIONALES: Eligen a Manuel Antonio Garretón en el Consejo Nacional de las Culturas El sociólogo y académico Manuel Antonio Garretón, Premio Nacio- nal de Humanidades y Ciencias Sociales de 2007, fue elegido por más de 20 premios nacionales como su representante en el nuevo consejo. E n 1915 fue impreso en Lon- dres el libro monumental de 568 páginas “Twentieth Century Impressions of Chile”. Su editor, Reginald Lloyd, reu- nió crónicas, ilustraciones y mapas que destacaban los ma- yores atractivos comerciales del país con un solo objetivo: capturar inversionistas dis- puestos a capitalizar aquí sus fortunas. Guillermo Burgos Cuthbert, director de la Editorial Ricaa- ventura, editó hace un año el capítulo referido a Valparaíso. “La recepción fue increíble- mente buena. Lo que más le gustó a la gente son los datos inéditos, las cosas que no en- cuentras en ninguna otra parte porque no son ni historia ni co- puchas. Por ejemplo, que tal se- ñor construyó un edificio que has mirado cien veces sin saber- lo, o quién era socio de quién, porque es pura gente impor- tante de la época”, dice. Y ahora ofrece la segunda en- trega de la colección: “La región del Salitre. Impresiones de la República de Chile en el siglo XX” tiene 90 páginas y 250 fo- tografías históricas. El volumen cuesta $14 mil, en www.ricaa- ventura.cl y Paisajes de Chile (Pueblo del Inglés), además de Antártica y Feria Chilena del Libro. La edición es facsimilar, así que se conserva el singular tono utilizado para destacar el pu- jante comercio y las nuevas for- tunas que generó el nitrato. El mensaje, a juicio del editor, es “¡Hey, acá está lleno de opor- tunidades!”. “Es fantástico irse encontran- do con los nombres de las per- sonas que conformaban las so- ciedades para explotar el sali- tre, esa información está perdi- da, habría que ir a los archivos en Londres para buscar de quién era la compañía tal o cual, y estos nombres, además, están puestos en contexto”, destaca Burgos. “Es un retrato comercial y una reseña de las empresas de la época, destacándose sobre todo el extraordinario poder que entonces tenían los ingle- ses”, asegura. “Lo primero que llama la atención es la gran cantidad de británicos que estaban metidos en este tipo de negocios, no ca- be ninguna duda de que ellos como promotores de la revolu- ción industrial se encargaron de co- locar todos sus productos en todas partes del mundo. Instalaban las lo- comotoras, por ejemplo, e inme- diatamente traían los rieles y el car- bón, o sea, ofrecían el paquete comple- to”, comenta. En el caso del sa- litre, aclara, “las sociedades son pequeñas e incluso individua- les; los directorios estaban en Londres, las sucursales en Val- paraíso y desde ahí se manda- ban las órdenes al norte”. De hecho, de las 167 oficinas salitreras que operaban en 1913, 61 eran inglesas. “Las personas a las que man- daban a hacerse cargo de las ofi- cinas y sociedades salitreras eran ingleses y escoceses que habían hecho carrera en Lon- dres y estaban acostumbrados a los paisajes verdes y lluviosos. Debe haber sido brutal para ellos llegar a Iquique, por ejem- plo, y ver puros cerros”, asegu- ra el editor. Y de hecho, describen la na- turaleza de la “región salitrera” con un tono amar- go: “un enorme desierto, dotado de trágica belleza, que sobrecoge el ánimo del que lo contempla por su terrible aridez y desolación”. Asimismo, se asegura que las faenas del nitrato son “una lucha pe- nosa y monótona para arrancar al suelo sus rique- zas” y que cuando se termina la jornada y “se divisa un grupo de cabañas hacinadas a la som- bra de unos cuantos árboles ra- quíticos, el viajero experimenta una sensación de inefable con- suelo que solo pueden com- prender los que en tal caso se han visto”. El libro es generoso en cifras de inversiones, productividad y emprendimientos, y detalla toda la tecnología de punta que se utilizaba, así como los bene- ficios que depararía el negocio durante décadas. “Claro que ello depende”, aclaran, “de que la ciencia no llegue a obtener el nitrato de una manera sintéti- ca”. La publicación, además, fun- ciona como un quién es quién del salitre: se reseñan 56 perso- nas y sociedades comerciales de Antofagasta, Tal Tal, Tocopilla e Iquique, así como 10 bancos y 23 oficinas y compañías salitre- ras. Hay muchísimas curiosida- des, como el gran avance que significó para Iquique la insta- lación de la compañía The Tara- pacá Water Works, porque an- tes consumían “agua condensa- da”, así como el misterioso uso como combustible de la yareta, “excrecencias de una especie de hongo que se corta con hachas”. Igualmente, se advierte al viaje- ro que en Antofagasta podrá alojarse en uno de los 41 dormi- torios que tiene en su segundo piso el Gran Hotel Londres, y divertirse en el primer piso, que cuenta con “un espacioso co- medor y el más amplio bar de la costa del Pacífico”. Rescatan publicación centenaria que buscaba inversores para el salitre El proyecto recupera un valioso documento histórico que describió hace un siglo a nuestro norte, la “alta sociedad” de Antofagasta e Iquique y los más exitosos comerciantes. EDITORIAL RICAAVENTURA: ROMINA DE LA SOTTA DONOSO Compañía salitrera “El Loa”, hacia 1915. La nueva publicación recoge unas 250 fotografías históricas. EDITORIAL RICAAVENTURA ¿LO DIGO BIEN? La Academia Chilena de la Lengua propone “M. cumplió 70 años alejada de las cámaras” Aquí se detecta una ambigüedad semántica. La coherencia discursiva nos indica que M. cumplió 70 años y que ya a esa edad estaba alejada de las cámaras y no que ‘cumplió’ 70 años alejada de las cámaras. En este caso, conviene cambiar el orden de la frase “alejada de las cámaras”. Por ejemplo: “M., alejada de las cámaras, cumplió 70 años”. O bien: “Alejada de las cámaras, M. cumplió 70 años”. ¿Los premios Nobel o Nobeles o Nóbeles? Tanto el premio Nobel como el sustantivo Oscar, que nombra el premio y la estatuilla respectiva, no admiten plural. Por tanto, lo que corresponde es decir y escribir, por ejemplo: “Hubo una reunión de premios Nobel”; “Esa noche se entregaron varios Oscar”. FUNDACIÓN CULTURAL DE PROVIDENCIA: Recorren cien años de la canción italiana “La banda sonora de tu vida” se titula el concierto que este miérco- les (19:30 horas, gratis, con cupos limitados) darán el cantante Gonza- lo Cuadra y el pianista Rodrigo Quinteros en la Fundación Cultural de Providencia. El concierto, patrocinado por la Embajada de Italia, será un recorrido por un siglo de canciones de ese país.

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Page 1: LUNES 30 DE JULIO DE 2018 CULTURA A9 Rosa Montero · 2020. 7. 13. · este tipo de juegos en mis libros. Por eso también aparezco yo, y Ana San-tos, ... “excrecencias de una especie

Soledad está a punto de cum-plir 60 años. Haciendo honora su nombre, vive sola. Suapellido, sin embargo, es Ale-

gre. “Qué disparate”, comenta la na-rradora de “La carne” (2016), la últi-ma novela de Rosa Montero. La aca-ba de abandonar su amante —unhombre casado— y decide contratarpor internet a un joven gigoló ruso,Adam, para que su ex los vea juntosasistiendo a la ópera. La venganzaabre las puertas a una relación que sele va de las manos a la protagonista,una mujer atractiva y esforzada, quese ha ganado una reputación comocuradora. Trabaja en una exposiciónpara la Biblioteca Nacional de Espa-ña titulada “Los malditos”. Abarcaescritores tan geniales como excén-tricos —con los cuales Soledad seidentifica en algún sentido—, desdePhilip K. Dick a María Lejárraga,dramaturga española que escribió,como escritora fantasma, todas lasobras que firmó su marido: GregorioMartínez Sierra.

“Tú no escoges las historias quecuentas, sino que ellas te escogen a ti,son sueños que sueñas con los ojosabiertos”, contesta Rosa Monterocuando se le pregunta cómo llegó altema. “No sé por qué escojo hablarde malditos, pero es una constanteen mi obra. En todos mis libros hayuna reivindicación del monstruo odel heterodoxo”.

Como en la mayoría de sus nove-las, advierte, la protagonista no estásatisfecha consigo misma, se enojacon el mundo y teme a sus propiasemociones. Pero hay una experien-cia, o varias, que la ponen a prueba.Durante esa búsqueda encuentrauna “parafamilia” de monstruos:

personajes marginales, por lo gene-ral atormentados, que demuestranser mejores que los personajes de po-der que aparecen en la realidad.

“Todos somos monstruos, unosmás y otro menos, pero yo siemprereivindico al monstruo”, dice RosaMontero. “Todos somos de algunamanera un poco divergentes de lanorma y creo que hay una simpatíacon la gente que se ha sentido distin-ta”.

FICCIÓN Y REALIDAD

Tanto Soledad como Adam tie-nen, en “La carne”, un gemelo. Estasduplicidades también se presenta ennovelas anteriores deRosa Montero, como“El corazón del Tárta-ro” (2001) y “La locade la casa” (2003).

“Al principio pen-saba que esta idea po-día expresar la diso-ciación, y el hecho deque somos muchosdentro de nosotros,pero ahora creo queexpresa más las po-sibilidades del ser.E l hecho de quenuestra vida, nues-tra identidad, esverdaderamenteuna creación na-rrativa, que se basaademás en la memoria. Y como lamemoria es un cuento que nos con-tamos, artificial y cambiante, la reali-dad también es insegura. Lo decíaEpicteto: lo que le afecta a un ser hu-mano no es lo que le sucede, sino loque se cuenta de lo que le sucede. Osea que nuestra vida es toda una na-rración y como tal puede ser cambia-

da en cualquier momento”, dice.

—Todos los malditos de la novelason reales, menos uno.

“Ese juego me gusta. Yo creo quela realidad está empapada de ficcióny la ficción está empapada de reali-dad. Me encanta jugar en esa fronte-ra completamente resbaladiza quesepara ambos mundos. Hago muchoeste tipo de juegos en mis libros. Poreso también aparezco yo, y Ana San-tos, la directora de la Biblioteca Na-cional de España, es de verdad su di-rectora, que es amiga mía”.

—Hay dos chilenas de armas to-mar entre los malditos: María Caro-

lina Geel y María Luisa Bom-bal.

“Sí, tremendas.L a s l e í h a c e u nmontón. Me pare-cen las dos abomina-bles. Es violencia degénero, pero en elotro sentido. Me pa-rece repugnante loque hicieron: dispa-rarles a sus parejas. Yla paradoja es que elmachismo hizo que nolas juzgaran tan dura-mente”.

—¿Cómo surgió el tí-tulo?

“Si todo funciona, porlo habitual el título apa-

rece por sí solo cuando llevo comoun tercio del libro que estoy escri-biendo. Emerge de él y me lo explica.De repente se me ocurrió ‘La carne’ ydije, joder, qué titulazo, qué maravi-lla, cómo no habrá 20 mil libros quese llamen igual. Y no los hay. Es, porun lado, la carne que te aprisiona,

porque no has elegido el cuerpo en elque vives. La carne que enferma, queenvejece y que al final te mata. Pero,por otro lado, es la carne maravillosadel sexo, del amor, de la pasión quete hace rozar la gloria y sentirteeterno. La carne que te salva, por-que te hace sentir que estás fuerade las garras de la muerte”.

Rosa Montero cuenta que haydos productoras que quierenhacer una película sobre “Lacarne” y todavía está conside-rando a cuál de las dos le da-rá los derechos. “No parti-ciparía en el guion, deninguna manera. Quehagan lo que quierancon ella. Mi novela lahe escrito como la heescrito y ya está”, di-ce. Agrega que estáparticipando en unproyecto para haceruna serie de televisióncon su personaje BrunaHusky, una androide detec-tive que ya ha aparecido en susnovelas “Lágrimas en la llu-via” (2011) y “El peso del cora-zón” (2015). La replicante se-rá también la protagonista desu próxima novela: “Lostiempos del odio”, que publi-cará Seix Barral.

“Estoy dándole un cepilladofinal. Me falta un mes para ter-minarla. Creo que es la mejornovela de Bruna Husky quehe escrito. Estoy muy con-tenta”, afirma. “Es un libromuy fuerte. El reflejo de estemomento tan crispado quevive el mundo: el triunfo delos populismos basados enel odio, la xenofobia y elculpar al otro”, adelanta.

Rosa Montero: “Todos somos monstruos”

La escritora española habló en Lima con “El Mercurio” de su más reciente novela, “La carne”(Alfaguara), y adelanta sus proyectos de adaptaciones literarias.

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LIM

A

Periodista y escrito-ra, Rosa Montero

obtuvo el Premio Na-cional de las LetrasEspañolas en 2017.

LUNES 30 DE JULIO DE 2018 A 9CULTURA

REPRESENTANTE DE LOS PREMIOS NACIONALES:

Eligen a Manuel Antonio Garretón en el Consejo Nacional de las CulturasEl sociólogo y académico Manuel Antonio Garretón, Premio Nacio-nal de Humanidades y Ciencias Sociales de 2007, fue elegido por másde 20 premios nacionales como su representante en el nuevo consejo.

En 1915 fue impreso en Lon-dres el libro monumental

de 568 páginas “TwentiethCentury Impressions of Chile”.Su editor, Reginald Lloyd, reu-nió crónicas, ilustraciones ymapas que destacaban los ma-yores atractivos comercialesdel país con un solo objetivo:capturar inversionistas dis-puestos a capitalizar aquí susfortunas.

Guillermo Burgos Cuthbert,director de la Editorial Ricaa-ventura, editó hace un año elcapítulo referido a Valparaíso.“La recepción fue increíble-mente buena. Lo que más legustó a la gente son los datosinéditos, las cosas que no en-cuentras en ninguna otra parteporque no son ni historia ni co-puchas. Por ejemplo, que tal se-ñor construyó un edificio quehas mirado cien veces sin saber-lo, o quién era socio de quién,porque es pura gente impor-tante de la época”, dice.

Y ahora ofrece la segunda en-trega de la colección: “La regióndel Salitre. Impresiones de laRepública de Chile en el sigloXX” tiene 90 páginas y 250 fo-tografías históricas. El volumencuesta $14 mil, en www.ricaa-ventura.cl y Paisajes de Chile(Pueblo del Inglés), además deAntártica y Feria Chilena delLibro.

La edición es facsimilar, asíque se conserva el singular tonoutilizado para destacar el pu-jante comercio y las nuevas for-tunas que generó el nitrato.

El mensaje, a juicio del editor,es “¡Hey, acá está lleno de opor-tunidades!”.

“Es fantástico irse encontran-do con los nombres de las per-sonas que conformaban las so-ciedades para explotar el sali-tre, esa información está perdi-da, habría que ir a los archivosen Londres para buscar dequién era la compañía tal o cual,y estos nombres, además, estánpuestos en contexto”, destacaBurgos.

“Es un retrato comercial yuna reseña de las empresas de

la época, destacándose sobretodo el extraordinario poderque entonces tenían los ingle-ses”, asegura.

“Lo primero que llama laatención es la gran cantidad debritánicos que estaban metidosen este tipo de negocios, no ca-be ninguna duda de que elloscomo promotores de la revolu-ción industrial seencargaron de co-locar todos susproductos en todaspartes del mundo.Instalaban las lo-comotoras , porejemplo, e inme-diatamente traíanlos rieles y el car-bón, o sea, ofrecíanel paquete comple-to”, comenta.

En el caso del sa-litre, aclara, “las sociedades sonpequeñas e incluso individua-les; los directorios estaban enLondres, las sucursales en Val-paraíso y desde ahí se manda-ban las órdenes al norte”.

De hecho, de las 167 oficinassalitreras que operaban en 1913,61 eran inglesas.

“Las personas a las que man-daban a hacerse cargo de las ofi-cinas y sociedades salitreras

eran ingleses y escoceses quehabían hecho carrera en Lon-dres y estaban acostumbrados alos paisajes verdes y lluviosos.Debe haber sido brutal paraellos llegar a Iquique, por ejem-plo, y ver puros cerros”, asegu-ra el editor.

Y de hecho, describen la na-turaleza de la “región salitrera”

con un tono amar-go: “un enormedesierto, dotadode trágica belleza,que sobrecoge elánimo del que locontempla por suterrible aridez ydesolación”.

As imismo, seasegura que lasfaenas del nitratoson “una lucha pe-nosa y monótona

para arrancar al suelo sus rique-zas” y que cuando se termina lajornada y “se divisa un grupode cabañas hacinadas a la som-bra de unos cuantos árboles ra-quíticos, el viajero experimentauna sensación de inefable con-suelo que solo pueden com-prender los que en tal caso sehan visto”.

El libro es generoso en cifrasde inversiones, productividad

y emprendimientos, y detallatoda la tecnología de punta quese utilizaba, así como los bene-ficios que depararía el negociodurante décadas. “Claro queello depende”, aclaran, “de quela ciencia no llegue a obtener elnitrato de una manera sintéti-ca”.

La publicación, además, fun-ciona como un quién es quiéndel salitre: se reseñan 56 perso-nas y sociedades comerciales deAntofagasta, Tal Tal, Tocopillae Iquique, así como 10 bancos y23 oficinas y compañías salitre-ras.

Hay muchísimas curiosida-des, como el gran avance quesignificó para Iquique la insta-lación de la compañía The Tara-pacá Water Works, porque an-tes consumían “agua condensa-da”, así como el misterioso usocomo combustible de la yareta,“excrecencias de una especie dehongo que se corta con hachas”.Igualmente, se advierte al viaje-ro que en Antofagasta podráalojarse en uno de los 41 dormi-torios que tiene en su segundopiso el Gran Hotel Londres, ydivertirse en el primer piso, quecuenta con “un espacioso co-medor y el más amplio bar de lacosta del Pacífico”.

Rescatan publicación centenaria quebuscaba inversores para el salitreEl proyecto recupera un valioso documento histórico que describió hace un siglo a nuestro norte, la“alta sociedad” de Antofagasta e Iquique y los más exitosos comerciantes.

EDITORIAL RICAAVENTURA:

ROMINA DE LA SOTTA DONOSO

Compañía salitrera “El Loa”, hacia 1915. La nueva publicación recoge unas 250 fotografías históricas.

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“M. cumplió 70 años alejada de las cámaras” Aquí se detecta una ambigüedad semántica. La coherenciadiscursiva nos indica que M. cumplió 70 años y que ya a esa edadestaba alejada de las cámaras y no que ‘cumplió’ 70 años alejada delas cámaras. En este caso, conviene cambiar el orden de la frase“alejada de las cámaras”. Por ejemplo: “M., alejada de lascámaras, cumplió 70 años”. O bien: “Alejada de las cámaras, M.cumplió 70 años”.

¿Los premios Nobel o Nobeles o Nóbeles?Tanto el premio Nobel como el sustantivo Oscar, que nombra elpremio y la estatuilla respectiva, no admiten plural. Por tanto, loque corresponde es decir y escribir, por ejemplo: “Hubo una reunión depremios Nobel”; “Esa noche se entregaron varios Oscar”.

FUNDACIÓN CULTURAL DE PROVIDENCIA:

Recorren cien años de la canción italiana“La banda sonora de tu vida” se titula el concierto que este miérco-les (19:30 horas, gratis, con cupos limitados) darán el cantante Gonza-lo Cuadra y el pianista Rodrigo Quinteros en la Fundación Cultural deProvidencia. El concierto, patrocinado por la Embajada de Italia, seráun recorrido por un siglo de canciones de ese país.