lunes 2ª semana - parroquia nuestra señora del carmen

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Lunes 2ª semana CANTO A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo; a ti levanto mis ojos, porque espero tu misericordia. PRIMERA LECTURA Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-10 Hermanos: El Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de Sumo Sacerdote, sino Aquél que le dijo: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy»; o como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres Sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”. Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. El, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios Sumo Sacerdote, según el rito de Melquisedec. Palabra de Dios En su oración Jesús fue escuchado, como nuestras oraciones son también escuchadas por el Señor cuando nacen de lo hondo del corazón. Jesús es proclamado “sacerdote eterno”, mediador de vida y salvación; todos nosotros somos, por nuestro bautismo, sacerdotes, señal que conduce a la vida que es el Señor.

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Lunes 2ª semana

CANTO A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo; a ti levanto mis ojos, porque espero tu misericordia.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-10

Hermanos: El Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los

hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en

debilidades.

A causa de ellas tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.

Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón.

Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de Sumo Sacerdote, sino Aquél que le dijo:

«Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy»; o como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres

Sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”.

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que

podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.

El, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer.

Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de

salvación eterna, proclamado por Dios Sumo Sacerdote, según el rito de Melquisedec.

Palabra de Dios

En su oración Jesús fue escuchado, como nuestras oraciones son también escuchadas por el Señor

cuando nacen de lo hondo del corazón.

Jesús es proclamado “sacerdote eterno”, mediador de vida y salvación; todos nosotros somos, por

nuestro bautismo, sacerdotes, señal que conduce a la vida que es el Señor.

Salmo responsorial Sal 109

«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor el poder de su cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré como rocío, antes de la aurora»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 18-22

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.

Vinieron unos y le preguntaron a Jesús.

-“Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?”.

Jesús les contestó:

-“¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen

al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que

ayunarán.

Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del

manto, lo nuevo de lo viejo y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque

revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos”.

Palabra del Señor

La comunidad no se constituye sobre una serie de normas y disciplinas sino sobre la alegría de

Dios con nosotros, la amistad de Dios (el vino bueno).

El ayuno llegará cuando no esté el “novio”, cuando nos apartamos del mejor amigo, el Señor. Ahí

sí que está la tristeza.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos al Señor. Él es compasivo y misericordioso.

"Vosotros sois la carta de Cristo", dice el Apóstol. Para que todos los creyentes sepamos escribir el Evangelio en nosotros mismos, con nuestra vida.

Muchos cristianos se sienten satisfechos con el cumplimiento de los preceptos, sin intentar descubrir su sentido. Para que comprendan las palabras del Apóstol: "la pura letra mata y, en cambio, el Espíritu da vida".

Muchos viven indiferentes ante el hecho cristiano. Para que lleguen a descubrir la radical novedad del Evangelio.

"A vino nuevo, odres nuevos", nos dice el Señor. Para que comprendamos el sentido de estas palabras: que es preciso cambiar de mentalidad y salir de la rutina.

Escucha, Señor, nuestras súplicas; que podamos bendecirte por tus beneficios.

CANTO OFERTORIO

Adonde no hay amor, pon amor y sacarás amor. (Bis)

CANTO DE COMUNIÓN Quédate junto a nosotros que la tarde está cayendo, pues sin Ti a nuestro lado nada hay justo, nada hay bueno. Avanzamos solos por nuestro camino, cuando vimos a la vera un peregrino; nuestros ojos ciegos de tanto penar, se llenaron de vida, se llenaron de paz. Buen amigo, quédate a nuestro lado, pues el día, ya sin luces se ha quedado; con nosotros quédate para cenar, y comparte mi mesa y comparte mi pan.

ORACIÓN Cristo Jesús, ayúdanos a volver a la frescura de tu evangelio: "A vino nuevo, odres nuevos". Y el "vino nuevo" eres tú, Cristo nuestro, Tú eres el esposo enamorado de la humanidad. Tú has venido a abrirnos el corazón endurecido. Tú nos has entregado el Espíritu de amor gratuito. Cuando estás con nosotros no necesitamos ayunar. Ayunaremos cuando "se lleven al novio": cuando seamos infieles a tu amor,

cuando el amor no llegue a los necesitados, cuando no tengamos justicia, cuando la venganza haga su aparición, cuando la falta de fe nos quite sentido a la vida. Hemos de unirnos a Dios viviendo el derecho y la justicia, la misericordia y la compasión. Vivir así exige ciertamente una gran renuncia del corazón. He ahí nuestro principal ayuno.

ORACIÓN Siempre que digo madre, voy diciendo tu nombre, siempre que pido ayuda, te estoy llamando a ti, siempre que siento gozo, es que en ti estoy pensando, con tu nombre en los labios me acostumbro a dormir. Siempre que digo, madre, es que digo María, siempre que digo, madre, voy cantando tu amor. Digo tu nombre y nombro a mi mejor amiga, María, madre mía, y madre del Señor.

Martes 2ª semana

CANTO

Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 6, 10-20

Hermanos: Dios no es tan injusto como para olvidarse de vuestro trabajo y del amor que le habéis

demostrado sirviendo a los santos ahora igual que antes.

Deseamos que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se

cumpla vuestra esperanza; y no seáis indolentes, sino imitad a los que, con fe y perseverancia,

consiguen lo prometido.

Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí

mismo, diciendo: «Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente». Abrahán,

perseverando, alcanzó lo prometido.

Los hombres juran por alguien que sea mayor y, con la garantía del juramento, queda zanjada

toda discusión. De la misma manera, queriendo Dios demostrar a los beneficiarios de la promesa

la inmutabilidad de su designio, se comprometió con juramento, para que por dos cosas

inmutables, en las que es imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que

buscamos refugio en él, agarrándonos a la esperanza que se nos ha ofrecido.

La cual es para nosotros como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina,

donde entró por nosotros como precursor Jesús, Sumo Sacerdote para siempre, según el rito de

Melquisedec.

Palabra de Dios

Invitación a la fidelidad al Señor y la comunidad creyente.

Dios no se despreocupa de sus hijos, sino al contrario; y ahí tenemos los ejemplos de los grandes

personajes del Antiguo Testamento, que nos tienen que servir de ánimo.

El Señor es siempre fiel y cumple su palabra. Salmo responsorial: Sal 110

El Señor recuerda siempre su alianza.

Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. .

El Señor ha hecho maravillas memorables, es piadoso y clemente: él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza.

Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza: su nombre es sagrado y temible; la alabanza del Señor dura por siempre.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 23-28

Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando

espigas. Los fariseos le dijeron:

-“Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”.

Él les respondió:

-“¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con

hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes

presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.

Y añadió:

-“El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es

señor también del sábado”.

Palabra del Señor

La fe cristiana lleva en sí un peligroso germen de rebeldía, que muchos "señores de este mundo"

quieren hacer abortar o, al menos, soterrar bajo la avalancha de bellas y seductoras concesiones

a la institución eclesial.

ORACIÓN DE LOS FIELES Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha. Oremos confiadamente.

Por la Iglesia, que ha recibido el encargo de observar el día del Señor, haciendo el bien, salvando la vida, liberando a todos. Roguemos al Señor.

Por los que se ven obligados a trabajar incluso los domingos, sin apenas descanso ni tiempo libre, para obtener los ingresos necesarios. Roguemos al Señor.

Por los que trabajan el domingo para asegurarnos los servicios públicos y el disfrute de nuestro descanso. Roguemos al Señor.

Por nosotros, tentados de caer en el formalismo, como los fariseos, en el cumplimiento rutinario de los preceptos, sin descubrir su sentido. Roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, tú nos has enviado a Jesucristo, tu Hijo, para aliviar a los fatigados, a los agobiados, y así encuentren descanso en él; escucha nuestras súplicas.

CANTO OFERTORIO

El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa. El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.

CANTO DE COMUNIÓN

Tú has venido a la orilla no has buscado ni a sabios ni a ricos, tan solo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo. En mi barca no hay oro ni espadas. Tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando.

ORACIÓN

El viejo zapatero, detrás de los cristales de su tienda, estaba siempre trabajando, absorto, concentrado sobre aquellos zapatos destrozados. Y siempre me admiraba su labor de esperanza, de humildad, de realismo y de paciencia.

Hay quienes todo lo arreglan comprando cosas nuevas, y tirando lo viejo, como si no tuviera ya arreglo. Tú, Padre, te arreglas con lo viejo. Solamente una vez empezaste de nuevo, después, siempre has tomado a los hombres como son, con nuestros rotos, miserias y pecados. En vez de tirarnos a la basura como algo inservible y estrenar otros nuevos, prefieres arreglarnos.

Desde el comienzo de la historia, trabajas sin descanso, remendando, cosiendo, abrillantando la vieja piel del hombre. Ante cada remesa que llega hasta tu tienda, recomienzas de nuevo, lleno de confianza, la paciente tarea de la reconstrucción, hasta que un día nos colocas flamantes en la vitrina de tu Reino.

Cada vez que pasaba junto a la tienda de aquel humilde zapatero, recordaba a tu Hijo, trabajando en la Iglesia, recibiendo incansable toda clase de encargos, recogiendo amoroso imposibles trabajos, transformando lo viejo con sus divinas manos.

CANTO FINAL

Siempre que digo madre, voy diciendo tu nombre, siempre que pido ayuda, te estoy llamando a ti, siempre que siento gozo, es que en ti estoy pensando, con tu nombre en los labios me acostumbro a dormir. Siempre que digo, madre, es que digo María, siempre que digo, madre, voy cantando tu amor. Digo tu nombre y nombro a mi mejor amiga, María, madre mía, y madre del Señor.

Miércoles 2ª semana

CANTO Somos un pueblo que camina y juntos caminando podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. Somos un pueblo que camina y marcha por el mundo buscando la verdad. Somos errantes peregrinos en busca de un destino, destino de unidad. Siempre seremos caminantes pues sólo caminando podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 7, 1-3. 15-17

Hermanos: Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, cuando Abrahán regresaba

de derrotar a los reyes, lo abordó y lo bendijo, recibiendo de él el diezmo del botín.

Su nombre significa rey de justicia, y lleva también el título de rey de Salem, es decir, rey de paz.

Sin padre, sin madre, sin genealogía; no se menciona el principio de sus días ni el fin de su vida.

En virtud de esta semejanza con el Hijo de Dios, su sacerdocio dura eternamente.

Y esto resulta mucho más evidente si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, que lo

sea, no en virtud de una legislación carnal, sino en fuerza de una vida imperecedera; pues está

atestiguado:

«Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec».

Palabra de Dios

Por nuestra semejanza con el Señor, también somos sacerdotes para siempre (además de por el

bautismo). Somos medianeros de vida, de ilusión y esperanza; puentes o señales que conducen al

Dios de la vida. Salmo responsorial: Salmo 109

«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré como rocío, antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 1-6

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un

brazo.

Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.

Jesús le dijo al que tenía la parálisis:

-“Levántate y ponte ahí en medio”.

Y a ellos les preguntó:

-“¿Qué está permitido en sábado, hacer lo bueno o lo malo, salvarle la vida a un hombre o dejarlo

morir?”

Se quedaron callados.

Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre:

-“Extiende el brazo”.

Lo extendió y quedó restablecido.

En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo

de acabar con él.

Palabra del Señor

Guiarse por la palabra del Señor devuelve la salud al paralítico; por el contrario, la “legislación”

mal entendida lo mantenía inutilizado. Sigamos, pues, al Señor, que sólo Él nos proporciona la

ilusión y vida con sentido.

ORACIÓN DE LOS FIELES Para que la Iglesia sepa oír los gemidos del Espíritu en las personas de nuestro tiempo, y con apertura dé una palabra de esperanza a cuantos la necesitan. Para que los cristianos, sepamos ser en este mundo azotado por el odio y la violencia, fermento de unidad y testigos del amor de Dios.

Para que quienes viven atrapados por la droga, placer, confort, poder... tengan una ayuda de aquellos que pueden sacarlos de estas debilidades. Para que el Señor resucitado acoja en su Reino a todos los que han muerto, aquellos que vivieron con fe y los que han muerto sin fe.

CANTO OFERTORIO Te doy gracias, Señor, de todo corazón, delante de los ángeles cantaré para ti.

CANTO DE COMUNIÓN Andando por el camino, te tropezamos, Señor, te hiciste el encontradizo, nos diste conversación. Tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón. Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú nos conoces, Señor, al partir el pan. Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor; te dimos nuestra posada, techo, comida y calor; sentados como amigos a compartir el cenar, allí te conocimos al repartirnos el pan.

ORACIÓN Jesús, paz de nuestros corazones, en nuestras noches y en nuestros días, en las horas de oscuridad como en las de plena luz, tú llamas a nuestra puerta y esperas nuestra respuesta.

CANTO FINAL Madre de todos los hombres, enséñanos a decir: "Amén". Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe. Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla. Cuando aparece la luz y nos sentimos felices. Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo.

Jueves 2ª semana

CANTO Si vienes conmigo y alientas mi fe si estás a mi lado ¿a quién temeré?

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 7, 25—8, 6

Hermanos: Jesús puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios,

porque vive siempre para interceder en su favor.

Y tal convenía que fuese nuestro Pontífice: santo, inocente, sin mancha, separado de los

pecadores y encumbrado sobre el cielo.

El no necesita ofrecer sacrificios cada día—como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por

los propios pecados, después por los del pueblo—, porque lo hizo de una vez para siempre,

ofreciéndose a sí mismo.

En efecto, la ley hace a los hombres sacerdotes llenos de debilidades.

En cambio, las palabras del juramento, posterior a la ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

Esto es lo principal de todo el discurso: Tenemos un Sumo Sacerdote tal que está sentado a la

derecha del trono de la Majestad en los cielos, y es ministro del Santuario y de la Tienda

verdadera, construida por el Señor y no por hombre.

En efecto, todo Sumo Sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios; de ahí la necesidad

de que también éste tenga algo que ofrecer.

Ahora bien, si estuviera en la tierra, no sería siquiera sacerdote, habiendo otros que ofrecen los

dones según la Ley.

Estos sacerdotes están al servicio de una copia y vislumbre de las cosas celestes, según el

oráculo que recibió Moisés cuando iba a construir la Tienda: Mira, le dijo Dios, te ajustarás al

modelo que te fue mostrado en la montaña.

Mas ahora a Cristo le ha correspondido un ministerio tanto más excelente, cuanto mejor es la

alianza de la que es mediador, una alianza basada en promesas mejores.

Palabra de Dios Lo que llega al Señor no son los ritos ni ceremoniales sino el amor, a ejemplo de Jesús.

El culto que a Dios le agrada es en espíritu y verdad.

Salmo responsorial: Salmo 39 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy».

Como está escrito en mi libro: «para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes.

Alégrense y gocen contigo, todos los que te buscan; digan siempre: «Grande es el Señor» , los que desean tu salvación.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una

muchedumbre de Galilea.

Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de

la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón.

Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.

Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.

Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando:

-“Tú eres el Hijo de Dios”.

Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Palabra del Señor Una multitud con auténtico deseo de acercarse y conocer al Señor. Entonces, ¿por qué nuestras

iglesias cada vez cuentan con menos personas? ¿Será que no “mostramos” al Señor sino a nosotros

mismos?

Los “espíritus inmundos” quieren hacerlo jefe, pero no es ese el proyecto del Señor; proyecto que

se ofrece pero nunca se impone, que se abre camino con las “armas” de la amistad y el servicio

en la comunidad.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Del Señor viene la misericordia y el perdón copioso. Oremos con toda confianza.

RESPLANDEZCA EN NOSOTROS TU MISERICORDIA

-Por la Iglesia, para que no cese de luchar contra el mal y resplandezca en ella el amor de Dios a

los hombres.

-Para que la sociedad no caiga en la tentación de la intransigencia, de las mutuas condenas, y

haya más comprensión entre nosotros.

-Por las personas que son calumniadas, perseguidas, cuyo buen testimonio es tergiversado.

-Por los que luchan contra el mal, y también por los que se dejan vencer por el mal.

-Por los padres buenos y los hijos buenos que no llegan a entenderse.

Estén tus oídos atentos a lo voz de nuestra súplica.

CANTO OFERTORIO Toda mi vida te bendeciré Y alzaré las manos invocándote. Aleluya.

CANTO DE COMUNIÓN Oh buen Jesús, yo creo firmemente, que por mi bien estás en el altar, que das tu Cuerpo y Sangre juntamente, al alma fiel en celestial manjar. Indigno soy, confieso avergonzado, de recibir la santa Comunión, Jesús que ves mi nada y mi pecado, prepara, tú, mi pobre corazón. Oh buen Pastor, amable y fino amante, mi corazón se abrasa en santo ardor, si te olvidé, hoy juro que constante, he de vivir tan sólo de tu amor.

ORACIÓN Dios de consolación, tú te haces cargo de nuestras cargas, de tal modo que podamos avanzar, en todo momento de la inquietud hacia la confianza, de la sombra hacia la claridad.

CANTO FINAL Madre, óyeme, mi plegaria es un grito en la noche; Madre, mírame, en la noche de mi juventud. Madre, sálvame, mil peligros acechan mi vida. Madre, lléname de esperanza, de amor y de fe. Madre, mírame, en la sombra no encuentro el camino. Madre, llévame, que a tu lado feliz cantaré: la, la, la, la, la, la, la, la, la, la...

Viernes 2ª semana (Al final ponemos las lecturas de san Vicente, diácono y mártir)

CANTO ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies, tus umbrales, Jerusalén. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 8,6-13

Hermanos: Ahora a nuestro sumo sacerdote le ha correspondido un ministerio tanto más

excelente, cuanto mejor es la alianza de la que es mediador, una alianza basada en promesas

mejores. En efecto, si la primera hubiera sido perfecta, no tendría objeto la segunda. Pero a los

antiguos les echa en cara:

«Mirad que llegan días -dice el Señor-, en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá

una alianza nueva; no como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para

sacarlos de Egipto. Ellos fueron infieles a mi alianza, y yo me desentendí de ellos -dice el Señor-.

Así será la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -oráculo del Señor-:

Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi

pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "¡Conoce al

Señor!", porque todos me conocerán, del menor al mayor, pues perdonaré sus delitos y no me

acordaré ya de sus pecados.»

Al decir «alianza nueva», dejó anticuada la anterior; y lo que está anticuado y se hace viejo está a

punto de desaparecer.

Palabra de Dios

Salmo responsorial: Salmo 84

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,13-19

En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron

con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar

demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro,

Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los

Truenos-, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el

Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó.

Palabra del Señor

Y hoy el Señor te llama, te concede poder, su poder, que no es la fuerza de los que se imponen

sino quien ofrece; y un poder para expulsar los demonios de los celos, demonio de la envidia, etc.

ORACIÓN DE LOS FIELES

En la fiesta de la conversión de san Pablo, presentamos, Padre, nuestra oración:

ABRE NUESTRO CORAZÓN A TU GRACIA, SEÑOR.

-Por la Iglesia, para que aparezca ante el mundo dedicada a la protección de los débiles y

defensa de los más desfavorecidos y vulnerables.

-Para que los padres y educadores puedan cumplir su misión viviéndola como una vocación y

no se debilite con las dificultades.

-Para que haya jóvenes abiertos a la llamada vocacional y generosos en seguirla; para que los

seminaristas y sacerdotes vivan con entusiasmo y gozo la misión de dar a conocer a

Jesucristo.

-Para que el recuerdo de la conversión de san Pablo nos aliente a ser personas justas y

comprometidas con causas justas, responsables.

CANTO OFERTORIO

Gracias quiero darte por amarme. Gracias quiero darte yo a ti, Señor. Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mí también. Yo quiero ser, Señor, amado, como el barro en manos del alfarero. Toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo. .

CANTO DE COMUNIÓN

Por las riberas del lago Jesús se afanaba en buscar seguidores y el fuego de su llamada prendía en el alma de unos pescadores. Las barcas quedaban solas, las redes sobre la arena, y entre el rumor de las olas, por todo el lago resuena la voz de Jesús: "Ven y sígueme, sígueme", Jesús andaba diciendo, y el eco va repitiendo: "Vente conmigo y sígueme, sígueme, ven y yo te haré, yo te haré apóstol de mil lugares y pescador de otros mares, vente conmigo, ven". Hoy Jesús sigue llamando y sigue buscando amigos valientes, que quieran darle su vida llevando su reino a todas las gentes. Deja en la orilla tu barca y sigue alegre sus huellas, un nuevo rumbo te marca hacia las playas más bellas, si escuchas su voz:

ORACIÓN

Siempre llamas. Con cariño cada día que amanece. Con susurros en el silencio de la noche. Con ternura cuando el cansancio nos vence. A gritos en el ruido del mundo. Con constancia cuando nos equivocamos de camino. Siempre llamas. Desde el dolor de los que sufren sin consuelo. Desde la alegría de los que cantan a la vida. Desde el amor de los que atienden al prójimo. Desde la pasión de los que se olvidan de sí mismos. Siempre llamas.

CANTO FINAL

Madre de todos los hombres, enséñanos a decir: "Amén".

Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe.

Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla.

Cuando aparece la luz y nos sentimos felices.

Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo.

(San Vicente, diácono y mártir)

PRIMERA LECTURA:

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,7-15

Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro para que se vea que una fuerza

tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos

aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos

derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la

muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras

vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también

la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros,

y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso

hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor

Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien.

Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios

Salmo responsorial: Salmo 33

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10,17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

- «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y

os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y

ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis:

en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el

Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para

que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.

Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

Palabra del Señor

Sábado 2ª semana

CANTO ¡Qué alegría cuando me dijeron: ¡"Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies, tus umbrales Jerusalén. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 9,2-3.11-14

Hermanos: De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban el candelabro, la

mesa y los panes presentados -éste se llama «el santo»-, y detrás de la segunda cortina el

tabernáculo llamado «el santísimo». Pero Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes

definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es

decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya

propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.

Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el

poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de

Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá

purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.

Palabra de Dios

Salmo responsorial: Salmo 46 Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado.

Aleluya, aleluya, aleluya. Lucas 4, 18 El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,

para anunciar a los cautivos la libertad.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3,20-21 En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los

dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en

sus cabales.

Palabra del Señor

El Señor está en casa, la comunidad, con los suyos, los que le han dado su adhesión.

Por otro lado los que representan la fidelidad a lo antiguo, la ley. ¿Dónde nos encontramos?

ORACIÓN DE LOS FIELES

La fiesta de un apóstol de Jesús, llama a la Iglesia a alegrarse y a emprender de nuevo, con más ánimo, el seguimiento de Jesucristo.

En el camino de nuestra vida buscamos muchas veces dominar, sobresalir, tener privilegios; pero tu evangelio nos llama a servir y a dar la vida.

En el camino de nuestra vida, nos llamas otras veces a permanecer en la oscuridad de Getsemaní, a acompañar el dolor y la angustia de tantos hombres y mujeres de nuestro mundo.

Que nos hagamos peregrinos, desprendiéndonos de todo lo que es impedimento y llevando el evangelio a lugares lejanos, olvidados y oprimidos de la tierra.

Unidos en la fe de San Timoteo y san Tito, y unidos a todos los que buscan, peregrinan y sufren en el mundo, te presentamos, Padre, estas peticiones.

CANTO OFERTORIO No adoréis a nadie, a nadie más que a él, no adoréis a nadie, a nadie más que a él, no adoréis a nadie, a nadie más, no adoréis a nadie, a nadie más, no adoréis a nadie, a nadie más que a él. Porque sólo él nos puede sostener, porque sólo él nos puede sostener.

CANTO DE COMUNIÓN Cantad a Dios todas sus criaturas y bendecid su nombre por los siglos. Cantad a Dios los ángeles del cielo, las aguas todas, bendecid a Dios. Cantad a Dios estrellas, sol y luna, lluvia y rocío, fríos y heladas. Cantad a Dios rocíos y nevadas, calor y fuego, bendecid a Dios. Cantad a Dios ensálcelo la tierra, lo que germina en ella, cante a Dios. Cantad a Dios las cumbres de los montes, los manantiales, den su gloria a Dios. Cantad a Dios los mares y los ríos, todos los peces y aves de los cielos. Cantad a Dios las fieras y ganados, con vuestras voces, bendecid a Dios.

ORACIÓN

Señor, quisiera ser de aquellos que arriesgan su vida, que dan su vida. Señor, tú que naciste al azar de un viaje,

y moriste como un malhechor, tras haber recorrido sin dinero todas las rutas del desierto, del peregrinaje y las predicaciones caminantes, arráncame de mi egoísmo y mi confort. He de empeñar mi vida, Jesús, por tu palabra. He de empeñar mi vida, Jesús, por tu amor. Ya pueden los demás ser cuerdos. Tú me has hecho que crea en el amor. Otros creen que hay que conservar, Tú me has dicho que más vale dar. Otros se instalan. Tú me has exhortado a marchar, dispuesto a la alegría y al dolor, al fracaso y al éxito, a vivir la vida cristiana sin preocuparme de sus consecuencias. A no poner mi confianza en mí, sino en Ti, y, finalmente, a arriesgar mi vida contando sólo con tu amor.

CANTO FINAL Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino Santa María va. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está.

Paseo María Agustín, 8. Zaragoza www.parroquiadelcarmen.es