1 4Tie

Primera lectura: GØn

En aquellos días,rÆn. "Llegado a ciertoporque ya el sol se habde cabezal y se acostó.calinata que, apoyÆndcielo. Por ella subíanpronto, el Seæor, que e

-Yo soy el Seæor, elIsaac; yo te darØ a ti yestÆs acostado. ‘ Tu derra; te extenderÆs al esnaciones recibirÆn la bdencia. Yo estoy contyas y harØ que vuelvashasta que haya cumpli

6 Al despertar Jacob-Ciertamente, el Se"Y todo tembloroso-iłuØ terrible es es

Dios y la puerta del cie‘ Y levantÆndose t

Lunes

semana delmpo ordinario

LECTIO

esis 28,1O-22a

partió Jacob de Berseba camino de Jalugar se dispuso a pasar allí la noche,ía puesto. Tomó una piedra, se la puso11 Entonces tuvo un sueæo: Veía una esose en tierra, tocaba con su vØrtice ely bajaban los Ængeles del Seæor. " Destaba en pie sobre ella, le dijo:Dios de tu abuelo AbrahÆn y el Dios dea tu descendencia la tierra sobre la quescendencia serÆ como el polvo de la tiete y al oeste, al norte y al sur. Todas lasendición a travØs de ti y de tu descenigo. Te protegerØ adondequiera que vaa esta tierra, porque no te abandonarØdo lo que te he prometido.de su sueæo, dijo:

æor estÆ en este lugar, y yo no lo sabía.aæadió:

te lugar! ¡Nada menos que la casa delo!emprano tomó la piedra .que se había

puesto por cabezal, la erigió a modo de estela y derramó aceite sobre ella. ‘ Y llamó a aquel lugar Betel -es decir, Casa deDios-; antes, la ciudad se llamaba Luz.

10 Jacob hizo tambiØn esta promesa:-Si Dios estÆ conmigo, si me protege en este viaje que estoy

haciendo y me da el alimento y la ropa necesarios, 2 y si puedo volver sano y salvo a casa de mi padre; entonces el SeæorserÆ mi Dios, 22 y esta piedra que he levantado a modo de estelaserÆ la casa de Dios.

a El relato del sueæo de Jacob pretende celebrar elsantuario de Betel asociÆndolo a la figura del patriarcae insertÆndolo en el marco de su historia. Con la salidade Berseba comienza la peregrinación de Jacob haciaun futuro cuyos contornos es difícil perfilar al principio, un futuro custodiado siempre, no obstante, por lapresencia de Dios, que se revela y ofrece la esperanzade una promesa vv. 12-15. Aparecen contrapuestos elmotivo de la fuga de Jacob y las palabras de protecciónpronunciadas por Dios y. 15.

El compromiso asumido, de una manera solemne,por Dios convierte la fuga de Jacob en un camino quepodrÆ tener motivos y atracaderos objetivamente identificables, pero cuyo sentido reposa en la presenciapenetrante de Dios, que cumple cuanto ha dicho. Enefecto, Dios acompaæarÆ y custodiarÆ a Jacob incluso ene triste momento en el que huyó de LabÆn 31,1-21 y serevelarÆ de nuevo, como presencia amiga y bendecidora,a su regreso a Betel 35,1-15.

Este contexto general sirve de marco a una serie deelementos de naturaleza cultual que constituyen la columna vertebral del relato. El primero es el tØrmino «lugar» mdqói-n. Nada en el texto parece sugerir que seestØ hablando de un lugar sagrado: se trata simplemente de un lugar en el que pasar la noche.Como MoisØs con la zarza que ardía cf Ex 3,5, tam

biØn Jacob experimenta que la presencia divina va por

delante de la conciencia del hombre: es Ynwn el que elige y consagra el espacio sagrado. El lugar que Dios haelegido como espacio de su presencia es tambiØn el lugar de su revelación.

El sueæo en el que Jacob <ve» la escalera que «apoyÆndose en tierra, tocaba con su vØrtice el cielo» expresa elconocimiento de la fe, a travØs del cual es posible «ver» alDios trascendente, que se hace presente para dialogarcon el hombre y volver a comunicarle su bendición.Como a AbrahÆn, tambiØn a Jacob le promete Dios latierra y la descendencia.

La oración final de Jacob vv. 20-22 indica la œnicarespuesta posible del hombre de fe, que experimenta«terror» frente al misterio de una presencia santa y terrible, una presencia que encuentra morada en el Æmbitodel hombre y, al mismo tiempo, une cielo y tierra.

Evangelio: Mateo 9,18-26

En aquel tiempo, ‘ mientras Jesœs les decía esto, llegó unpersonaje importante y se postró ante Øl diciendo:

-Mi hija acaba de morir, pero si tœ vienes y pones tu manosobre ella, vivirÆ.

‘ Jesœs se levantó y, acompaæado de sus discípulos, lo siguió. ‘ Entonces, una mujer que tenía hemorragias desde hacía doce aæos se acercó por detrÆs y tocó la orIa de su manto," pues pensaba: «Con sólo tocar su vestido quedarØ curada».

22 Jesœs se volvió y, al verla, dijo:-Animo, hija, tu fe te ha salvado.Y la mujer quedó curada desde aquel momento. 23 41 llegar

Jesœs a casa del personaje y ver a los flautistas y a la gentealborotando, 24 dijo:

-Marchaos, que la niæa no ha muerto; estÆ dormida.Pero ellos se burlaban de Øl. 25 Cuando echaron a la gente,

entró, la tomó de la mano y la niæa se levantó. 26 Y la noticiase divulgó por toda aquella comarca.

258 J44semana Lunes 259

1

260 ¡4’ semana UI Lunes 261

a La perícopa de Mateo sitœa el relato de la curaciónde la hemorroísa dentro del de la resurrección de la hijade Jairo, jefe de la sinagoga de Cafarnaœn. Dos relatosque, segœn la intención del evangelista, han de ser leídosde una manera complementaria para que se comprendael significado de los milagros realizados por Jesœs. Enefecto, la sección en que estÆ situada la perícopa es ladelimitada por los capítulos 8-9, en los que el evangelista presenta diez milagros realizados por el Seæor.En el centro sobresale el relato de la hemorroísa, en

el que se indica que la fe consiste en «tocar» al Seæor dela vida. Tocar es una forma de conocer, la posibilidaddada al hombre de encontrar al Seæor y de entrar en comunión con Øl a travØs de la humanidad de una presencia en la que habita la plenitud de la divinidadCol 1,19. Frente a la dramÆtica situación de «perder lavida» a que estÆ sometido todo ser vivo, la œnica salvación de la que dispone es el Seæor: «Con sólo tocar suvestido quedarØ curada-salvada [...]. `nimo, hija, tu fe teha salvado» vv. 2 lss. A esa mujer que ha tocado su tœnica «por detrÆs», le habla Jesœs «cara a cara’> <Jesœs sevolvió y, al verla, dijo: y. 22, y en su rostro y en su palabra revela la presencia poderosa y misericordiosa delPadre, Dios de vivos. La fe en Øl, por tanto, hace pasarde la muerte a la vida, como atestigua el relato de la hijade Jairo. En la niæa que yace muerta se manifiesta laimagen de una vida joven, una vida que imaginamosproyectada naturalmente hacia un futuro de vida, y, sinembargo, ya inerte, marcada por la trÆgica inmovilidadde la muerte.

La actitud de fe del padre de la joven, atestiguada porla petición de la presencia del Seæor y. 18, motiva lasolicitud de que el Seæor «toque» la vida de su fiel y lamuerte deje de ser una experiencia hacia la nada, un camino sin retorno. La presencia de Dios Padre, que, en lapersona de su Hijo unigØnito, se inclina sobre la historia humana marcada por el límite, nos libera del miedo

y de la angustia de la muerte y nos abre a la esperanzade la resurrección.Con una profunda sobriedad en los dos breves rela

tos, Mateo, al mismo tiempo que seæala la proximidadde Dios a su pueblo, nos explica que, en el diÆlogo conel Seæor Jesœs, podemos experimentar ya la salvación,porque creemos en su Palabra antes de que el signo leconfiera la evidencia. En consecuencia, el don de supresencia sólo puede ser recibido en la fe, porque no sepuede otorgar ningœn don a quien no lo acoge.

MEDITATIO

Por eso se me alegra el corazón, exultan mis entraæas, y todo mi ser descansa tranquilo; porque no meabandonarÆs en el abismo, ni dejarÆs a tu fiel sufrir lacorrupción. Me enseæarÆs la senda de la vida, me llenarÆs de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha’> Sal 16,9-11. Las palabras del salmo expresanesplØndidamente la certeza de la presencia de Dios,Seæor de la vida, que no permite que su fiel sea conducido al lugar donde no se puede gustar la dulzura desu rostro.En efecto, en su Hijo Jesœs, Dios ha venido a visitar a

su pueblo Lc 1,68, a tomar de la mano Mt 9,25 y alevantar a la humanidad que yace en la sombra de lamuerte: Yo soy la resurrección y la vida; quien cree enmí, aunque haya muerto, vivirÆ>’ Jn 11,25. Con Øl nosha otorgado el Padre, a nosotros, que estÆbamos muertos por nuestros pecados y por la incircuncisión denuestra carne, el don de la vida, «perdonÆndoos todosvuestros pecados. Ha destruido el pliego de acusacionesque contenía cargos contra nosotros>’ Col 2,l3ss. PorCristo «vemos» al Dios de la vida; en Cristo, presenciamisericordiosa y poderosa del Padre, podemos vivir la

262 14° semana Lunes 263

vida nueva de aquel que murió y resucitó por nosotros,como estÆ escrito: «Si hemos muerto con Cristo, confiemos en que tambiØn viviremos con Øl. Sabemos queCristo, una vez resucitado de entre los muenos, no vuelve a nori;; la muerte no tiene ya dominio sobre Øl»Ram 6,8ss.

El compromiso que Dios adquirió con AbrahÆn Gn 15ha encontrado en Cristo su pleno cumplimiento: en Cristo, todas las promesas de Dios se han convertido en un«amØn» 2 Cor 1,20. Siguiendo al Hijo, cada hombre,hecho discípulo, serÆ custodiado durante la peregrinación de su propia vida, caminarÆ hacia la patria desu deseo y gustarÆ para siempre su presencia. Cadauno le verÆ cara a cara: «Si alguien quiere servirme,que me siga, y donde yo estØ estarÆ tambiØn mi siervo»Jn 12,26.

OR`TIO

Seæor Dios, luz vívida y fecunda, nada en ti es oscuro, nada en ti es muerte. Tœ das la vida a cada criaturay provees el pan para toda hambre, calmas toda sed ardiente, eres paz para quien busca tu rostro y lo contempla en la desnudez de su propia carne.

Seæor, Dios de la historia, sentido cabal de toda nuestra andadura, tœ eres la alabanza de los creyentes, la invocación de los moribundos, la vida nueva de cada afÆnhumano.No hay ninguna miseria ante ti, ninguna pobreza que

resista el esplendor de tu Sfrkhinah, porque tœ iluminascada rostro con la luz de la maæana, cada haga con laluz alegre de tu Hijo. El, el siervo maldito por los impíos, es tu bendición para el hombre; su cruz es la casade la puerta estrecha, templo de tu fulgor donde todohombre encuentra a su Dios.

QuØ dulce es vivir en tu casa, oh Padre, tu siervo laprefiere. Tœ eres bendición perenne: te bendigo porquehas vuelto a nosotros y no nos ha dejado a merced delenemigo; cómo Æguila que vuela sobre sus polluelos y

vela sobre su nidada, nos custodias con el calor de tuEspíritu. AmØn. Maranat/iÆ.

CONTEMPLATIO

El hombre deberÆ volver a empezar con una ilimitada humildad, deberÆ mirar de nuevo en su interior ysumergirse de nuevo en su origen. Y todo ello a travØsde la vida y la pasión de nuestro Seæor Jesucristo: cuantomÆs fielmente le imite, tanto mÆs se elevarÆ, tanto mÆsesencial, divina y verdadera serÆ la imitación. Y todo atravØs de la mortificación y de la total aniquilación de símismo.

Debemos actuar y pensar como aquella pobre mujerenferma que dijo: «Con sólo tocar la orla de su mantoquedarØ curada». La franja o la orla de su manto significa lo mínimo que haya podido emanar de su santa humanidad. En efecto, el manto significa su sagrada humanidad, mientras que la franja puede ser entendidacomo una gota de su santa sangre. Ahora debe reconocer el hombre que no puede tocar la mínima de estas cosas por su indignidad; porque, si en su debilidad pudiera hacerlo, curaría a buen seguro de todos sus males.Así, en primer lugar, el hombre tiene que establecerseen su nada. Incluso cuando llegara el hombre a la cimade toda perfección, aœn le sería mÆs necesario sumergirse en el fondo mÆs íntimo, hasta llegar a las raíces dela humildad Juan Tauler, 1 Sermo;ii, MilÆn 1997, pp.527ss [edición espaæola: Obras, Fundación Universitaria Espaæola, Madrid 1984].

264 140 semana Lunes 265

ACTIO pretensión de ofrecer la œnica, completa y satisfactoria soiución del problema antropológico H. U. von Balthasar, ¡1 Tuno

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: nel Frcimmento, MilÆn 1990, pp. 61 ss.

« Cristo ha hecho resplandecer la vida por medio delEvangelio» cf 2 Tim 1,10.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

El acontecimiento de la salvación, a travØs del cual accedeel hombre a la relación salvífica con Dios, se lleva a cabo enla historia: Dios no plantea ni comunica un signo o una palabra al hombre, sino que convierte al hombre mismo, con todasu inseguridad, su debilidad y su carÆcter incompleto, en ellenguaje en el que expresa la Palabra de la plena salvación.Dios se sirve tambiØn de una existencia extendida en el tiempo como de un escrito en el que se expresa, para el hombre ypara el mundo, el signo de una eternidad supratemporal. ElHombre Jesœs, cuya existencia constituye este signo y estapalabra para el mundo, debe vivir por eso, al mismo tiempo,la trÆgica diÆstasis de la temporalidad y el dominio victoriososobre ella Agustín, a travØs de la obediencia consciente yquerida a la voluntad del Padre Eterno, a fin de realizar, deuna manera misteriosa, precisamente en el esencial carÆcterincompleto de lo fragmentario, aquella tarea esencialmenteimposible de disgregar [...].

Ya estÆ claro desde ahora que, si esto ha tenido lugar, laexistencia histórica ha sido colocada, sin ser desprovista devalor ni reducida a pura apariencia, ni sin que tengamos querenegar de ella, en el movimiento de retorno a Dios [...]. Desde el momento en que el anuncio cristiano, desde el comienzo,se ha concentrado en este œnico punto y ha expuesto a partirde este centro todo lo demÆs, a saber: la encarnación, vida,doctrina y pasión de Jesœs, la ascensión y la efusión del Espíritu, Øste debe valer sin mÆs como centro del kerygma. Es imposible desplegar aquí la iluminadora verdad de este realizarla síntesis en torno a ese centro, así como su fecundidad; paranuestra argumentación es suficiente con establecer que el cristianismo, con su anuncio de la resurrección, puede avanzar la

Primera lectura:

En aquel tiempsus dos mujeres, ael vado de Yaboc.consigo todo lo quluchó con œl hastaque no le podía, ldescoyuntó durant

-SuØltame, queJacob dijo:-No te soltarØ h28 Él le preguntó:Cómo te llamRespondió:-Jacob.29 El hombre dij-Pues ya no te

luchado contra Dio30 Jacob, a su ve-Dime tu nombrPero Øl respondi

Martes

14’ semana delTiempo ordinario

LECTIO

GØnesis 32,23-33

o, 23 por la noche se levantó Jacob, tomó asus dos criadas y a sus once hijos y pasóLos tomó, los hizo pasar el vado y llevó

e tenía. 1S Jacob se quedó solo. Un hombredespuntar la aurora. 26 Viendo el hombre

e tocó en la articulación del muslo y se lae la lucha. 27 Y el hombre le dijo:ya despunta la aurora.

asta que no me bendigas.

as?

o:llamarÆs Jacob, sino Israel, porque hass y contra los hombres y has vencido.z, le preguntó:e, por favor.ó:

268 14’se,nana Martes 269

-,Por quØ quieres saber mi nombre?Y allí mismo lo bendijo.Jacob llamó a aquel lugar Penuel -es decir, Cara de Dios-,

pues se dijo: «He visto a Dios cara a cara y he quedado convida».

32 Salía el sol cuando pasó por Penuel e iba cojeando delmuslo. " Por esta razón los israelitas, aun hoy, no comen eltendón de la articulación del muslo, porque Jacob fue heridoen dicho tendón.

- El celebØrrimo fragmento de la lucha entre Jacob yDios necesita ser contextualizado para que manifiestetoda la fuerza de su significado. Jacob, tras el acuerdocon LabÆn 3 1,43-54, y encontrÆndose ahora cerca de latierra de sus padres, envía mensajeros a su hermanoEsaœ para encontrar gracia a sus ojos» 32,6. La respuesta es la noticia de la próxima llegada de Esaœ concuatrocientos hombres y. 7: una situación que sumergea Jacob en el temor y en la angustia de la espera. En estecontexto de angustia, se abre Jacob a la oración: «SÆlvame de la mano de ¿iii hermano, Esaœ» cf vv. 10-13. La angustia que le produce el pensamiento de que el encuentrocon su hermano pudiera tener un desenlace diferente alesperado, no queda eliminada por la palabra de la promesa; por otra parte, sin embargo, Østa no produce enJacob un repliegue sobre sí mismo, sino que le abre a laesperanza -no se trata aœn de una certeza- de una presencia cercana, que custodia a su fiel.

Con su resultado, la lucha nocturna asume el significado de anticipación de la victoria de Jacob sobre todaslas fuerzas hostiles, incluso sobre su angustia; es la confirmación de que la esperanza es cierta, de que Dios nofalta nunca a sus promesas; por consiguiente, no ha deser el miedo, sino la confianza, la actitud de quien ha recibido la promesa divina. La interpretación del nombre«Israel», que a partir de este momento asumirÆ Jacoby. 29: «porque has luchado contra Dios y contra los hom

bres y has vencido», habla de un pasado victorioso contra las fuerzas hostiles: Ynwu ha custodiado a Jacob deEsaœ y de LabÆn. Jacob-Israel, del mismo modo queAbrahÆn, tiene consigo la bendición divina, por eso puede esperar con confianza incluso en los momentos deprofunda angustia, cuando el miedo a perder lo que esdon de Dios le atenaza el corazón y busca respuestas enestrategias inteligentes 32,14-22.

El combate nocturno supone para Jacob la entrada enel misterio de Dios: «He visto a Dios cara a cara y he quedado con vida» y. 31. Es un misterio encontrado de unamanera dramÆtica>, por medio de una lucha en la quese pregunta, se ruega, se confía en las manos del antagonista nuestra propia persona frente a su misteriosocontendiente, Jacob se ve obligado a revelar su propionombre, mientras que este œltimo esconde su identidad:sólo su palabra le revela. Jacob debe medirse con unDios presente y, al mismo tiempo, misterioso, oscuro. Sinembargo, con insistencia, con la fuerza y la tenacidad dela paciencia, a travØs de la serena acogida de la propiacondición de criatura, «obliga» a Dios a bendecirle, a acoger su oración, a hacer apuntar para Øl, tras la noche de laangustia, un nuevo día de salvación para un «hombrenuevo»: «Pues ya no te llamarÆs Jacob, sino Israel» y. 29a.

Evangelio: Mateo 9,32-38

En aquel tiempo, 32 le presentaron un hombre mudo poseído por un demonio. " Jesœs expulsó al demonio y el mudorecobró el habla. Y la gente decía maravillada:

-JamÆs se vio cosa igual en Israel.Pero los fariseos decían:

-Expulsa los demonios con el poder del príncipe de losdemonios.

Jesœs recorría todos los pueblos y aldeas, enseæando ensus sinagogas, anunciando la Buena Noticia del Reino curando todas las enfermedades y dolencias.

270 /4’ semana Martes 271

36 Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos como ovejas sin pastor. " Entoncesdijo a sus discípulos:

-La mies es abundante, pero los obreros son pocos. 38 Rogad por tanto al dueæo de la mies que envíe obreros a su mies.

* La perícopa que hemos leído hoy une el relato dela curación del hombre mudo endemoniado con unresumen de la actividad de predicación y curación deJesœs. La primera sección concluye la serie de diez prodigios realizados por Jesœs ‘ estÆ inmediatamente precedida por la curación de dos ciegos; la segunda secciónanticipa el tema de la misión de los Doce, que quedaasociada así a la de Jesœs.A los ciegos que, con una actitud de fe, se le dirigen

con el grito: «Hijo de David, ten piedad de nosotros», Jesœs les devuelve la vista; al mudo que le habían llevado acausa de la fama que le habían procurado los prodigiosque había realizado, le devuelve la palabra. En estos relatos paralelos muestra Mateo que la fe es, al mismotiempo, visión y palabra. Es capacidad de «enti-e-ver» lahistoria con los ojos del Hijo, es libertad en la palabraque comunica el sentido dado a nuestra propia vida.Todo lo que dice y hace el Seæor nos abre a la luz de lavida y al don de contar lo que hemos visto y oído: suamor materno cf el verbo splanchnízó en el y. 36, quevuelve a levantar a cuantos estÆn «echados en tierra»,lacerados y divididos, sin rumbo, extraviados; la buenanoticia de un seæorío que se pone al servicio y se hacecargo de la historia humana y. 35.

Jesœs pide a sus discípulos que tomen parte en estahistoria de com-pasión, en la cual se revela el juicio misericordioso del Padre sobre el acontecer humano. Laoración que les confía y. 38, le evita al discípulo pensar su propia misión en tØrminos exclusivos de eficaciaen relación con la cantidad de la mies. MÆs bien es necesario entrar en comunión con Jesœs en la oración, a

fin de aprender a ser hijos capaces de continuar la misión del Hijo.

MEDITATIO

«Te darnos gracias, oh Dios, te damos gracias; invocamos tu nombre, proclamamos tus maravillas» Sal 75,2.El prodigio de la Palabra nos impulsa a penetrar en elmisterio de la ternura de Dios, que se revela como fuerza-en-la-debilidad, capaz de revestir con su nueva luz al«pueblo que caminaba en tinieblas» Is 9,1, de cambiar,junto con el nombre, el rumbo de la existencia del siervo, de cambiar el rostro de la vieja en el joven de la santidad cf El Pastor de Hermas.

Dios se hace presente en el momento del combate interior. Deja el trono de su gloria en los cielos, para sentarse en el trono de su benevolencia: el hombre vivo,gloria de Dios. En su Hijo Jesœs, a cuya luz vemos la luz,nos revela el Padre su amor materno; en Cristo, Palabraque penetra como espada de doble filo, «que adiestramis manos para la batalla, niis dedos para el combate’>Sal 144,1; en Øl ha sido engullida la muerte, vencido elmiedo, cancelados los cÆlculos y las estrategias oportunistas del hombre; el pecado se ha convertido en ocasiónpara encontrar, en nosotros mismos, la impronta de lamano de Dios creador, porque «lo que en Dios parece locura es mÆs sabio que los hombres, y lo que en Dios parece debilidad es mÆs fuerte que los hombres’> 1 Cor 1,25.En efecto, Dios envió a su Hijo al mundo Gal 4,4 parahacernos hijos y renovar su promesa, que encuentra suplenitud no ya en una tierra, sino en el tiempo de la salvación para todos los confines de la tierra. Por eso losciegos ven, los mudos hablan, los cojos andan, los dubitativos y los medrosos son consolados: «Dios ha visitadoy redimido a su pueblo» Lc 1,68.

272 ¡4’ semana U Martes 273

ORATIO

Seæor, ¿quØ es el hombres, para que te ocupes de Øl?¿QuØ es un hijo de hombre, para que pienses en Øl? Tuamor es como los montes mÆs elevados, tu ternuracomo un gran abismo.Tœ eres el Dios que lo sabe todo, conoces a cada hijo

por su nombre. Has creado al hombre como un prodigio, lo has plasmado con tus manos, has infundido en Øltu sabiduría y tu aliento de vida.Tœ eres el Dios bueno que no goza con la muerte del

pecador: lo que quieres es que se convierta y viva. Poreso, Dios mío, te cantarØ un canto nuevo, tocarØ para tiel arpa de diez cuerdas, porque tu fidelidad dura parasiempre y tu amor por todas las generaciones.

Que tu alabanza se extienda hasta los confines de latierra, que tu belleza renueve la faz de toda la tierra,porque sólo en ti, oh Seæor, se encuentran el poder y lafuerza, sólo en ti la belleza y el esplendor; tœ eres el Diosque lo sabe todo, y tus obras son rectas.

Bendito seas, oh Padre, roca mía, en tu Hijo Jesœs, mihermano y Seæor: tœ das plenitud al tiempo de mi existencia, das nuevo vigor a mi lengua seca, vuelves a abrirmis ojos, refuerzas mis rodillas debilitadas, porque hecombatido contigo, Seæor, y has prevalecido; me hasseducido y yo me he dejado seducir.Tœ eres mi bendición: bendíceme, Seæor, mi Dios y

mi todo. Te amo, Seæor, fuerza mía.

CONTEMPLATIO

Mientras el Seæor se aleja de allí, de inmediato le siguen dos ciegos. Ahora bien, ¿cómo pudieron saberunos ciegos la salida y el nombre del Seæor? MÆs aœn,le llaman hijo de David y le piden que les salve. En los

ciegos se vuelve clara la economía de toda la prefiguración anterior. En efecto, la hija del jefe aparece relacionada con ellos, que son los fariseos y los discípulosde Juan, reunidos ya anteriormente para poner a piteba al Seæor. Dado que no conocían a aquel a quien pedían la salvación, la Ley les ha indicado y mostrado asu Salvador en el cuerpo procedente de David. Y dadoque estaban ciegos por un pecado antiguo, que les impedía ver a Cristo si no hubiera sido atraída su atención, infundió en ellos la luz del Espíritu.

El Seæor les muestra que no hay que esperar la fe dela salvación, sino la salvación de la fe. En efecto, losciegos vieron porque habían creído, no creyeron porque habían visto. De esto debemos comprender que espreciso merecer con la fe lo que pedimos, y no hacerdepender nuestra fe de lo que obtengamos. El les prometió que verían si creían y, dado que habían creído,les ordenó que callaran, puesto que era a los apóstolesa quienes les correspondía predicar Hilario de Poitiers, Cotnmentario a Matteo, Roma 1988, pp. 1 l3ss.

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:«El Espíritu del Seæor estÆ sobre mí: me ha enviado a

llevar la alegre noticia a los pobres» Is 61,1.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

El hombre curado por la salvación de Dios, íntegro, y en estesentido simplemente santo, permanece en una situación de incertidumbre sorprendente, incomprensible para sí mismo, y, precisamente por eso, capaz de darle, de una manera misteriosa-por así decirlo-, alas. Aunque, evidentemente, estÆ convencidode la imposibilidad de alcanzar la períección en esta tierra, esa

$1

274 14" semana

imposibilidad no se transforma, sin embargo, en Øl en una cÆr-cel opresora, ni tampoco el pensamiento de tener que alcanzarsu propia perfección se le convierte en una idea obsesiva. Puesto que sabe, en efecto, que su morada tiene que ser construidajunto a Dios en la gracia, habita confiado en su cabaæa desti-nada a la destrucción y prosigue caminando libre a travØs deltiempo. Al consentir padecer misteriosas privaciones en vistas aun mÆs allÆ inaccesible, da tambiØn su consentimiento a las misteriosas misiones que le han sido confiadas de lo alto; precisamente cuando pensaba que no podría disponer ya de Fuerzaalguna, aumentan las fuerzas en Øl, las alas le sostienen y lo quele ha sido confiado para que lo administre es incluso mÆs de loque Øl mismo podía imaginarse. De ahí que pueda repartirlo,aunque sea sólo como algo que pertenece a otros, llegado deuna manera incomprensible a sus manos H. U. von Balthasar, IITulto no! Frammento, MilÆn 1990, p. 94.

Primera lectura

En aquel tieEgipto, el puebla todos los egipc

-Acudid a Jo6 JosØ, viend

el país, abrió loshambre se fue alos países veníanenorme por tod

42.5 Fueron, pucomprar trigo,6 JosØ era quientodo el mundo.postraron antehermanos, los rtó duramente.

Les preguntó:-De dónde vEllos respond-Venimos de

los metió a todo

MiØrcoles

14 semana delTiempo ordinario

LECTIO

: GØnesis 41,55-57; 42,5-7.1 7-24a

mpo, cuando el hambre se hizo sentir eno pedía pan al faraón. Entonces el faraón dijoios:sØ y haced lo que Øl os diga.o que el hambre se había extendido por todograneros y vendía el grano a los egipcios. El

gravando cada vez mÆs en Egipto. De todosa comprar trigo a JosØ, porque el hambre era

a la tierra.es, los hijos de Israel, como hacían otros, aporque había hambre en la tierra de CanaÆn.gobernaba el país y el que vendía el trigo aCuando llegaron los hermanos de JosØ, se

Øl rostro en tierra. En cuanto JosØ vio a suseconoció, pero fingió no conocerlos y los tra

enís?ieron:la tierra de CanaÆn, para comprar grano. "Ys en la cÆrcel por espacio de tres días.

276 14 semana MiØrcoles 277

18 Al tercer día les dijo:-Yo soy un hombre que teme a Dios; haced esto pan sal

var la vida: ‘ Si sois gente de fiar, uno de vosotros quedarÆaquí preso y los demÆs irÆn a llevar el trigo para remediar elhambre de vuestras familias. 20 Pero tenØis que traerme avuestro hermano menor: así se demostrarÆ la sinceridad devuestras intenciones y no morirØis.

Ellos aceptaron, 21 y se decían unos a otros:-Estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano,

pues vimos la angustia con la que nos pedía clemencia y no leescuchamos. Por eso nos ha venido esta desgracia.

22 Entonces intervino RubØn:-ENo os dije yo que no hicierais ningœn mal al muchacho?

Pero no me escuchasteis, y ahora se nos pide cuenta de sumuerte.

23 Ellos no sabían que JosØ entendía lo que estaban diciendo, pues hablaba con ellos por medio de un intØrprete. 21 Entonces se retiró y se puso a llorar.

Esta perícopa se inserta en el œltimo ciclo de los relatos patriarcales del GØnesis capítulos 37-50, en elque predomina la figura de JosØ. Se trata de una extensa sección del libro, que presenta características diferentes respecto a los ciclos de relatos que la preceden:Østa presenta temas y motivos que le conectan con lamagna tradición sapiencial de Israel. La figura de JosØestÆ esbozada siguiendo los cÆnones clÆsicos del sabio: esun hÆbil consejero político; estÆ dotado de una inteligencia que le permite escrutar en la trama de la historia elconsejo, el proyecto de Dios; teme al Seæor cf 42,18y lleva una vida honesta, marcada por una profundasensibilidad Øtica que acompaæa a su actitud confiadarespecto a Dios cf 39,7-20.En esta sección se perfila una reflexión sobre la pre

sencia de Dios en el acontecer de la humanidad, unapresencia que no recurre a las grandes acciones poderosas o a las teofanías. Dios se revela en el interior delacontecer humano, en las opciones que realizan los

hombres y las mujeres, en la maraæa, con frecuenciainextricable e incomprensible, de la historia de cadapersona. JosØ es imagen de todo hombre que, por la fe,sabe que Dios no abandona a su fiel.

Éste es el contexto general que ilumina la perícopadel primer encuentro entre JosØ y sus hermanos despuØs de que Østos le vendieran a los ismaelitas. JosØ, enla plenitud de su Øxito personal 41,57: «De todos lospaíses venían a comprar trigo a JosØ, porque el hambreera enorme por toda la tierra», no se sirve de su poderpara llevar a cabo algœn tipo de venganza contra sushermanos. Su acción, que se desarrolla entre dos polos-‘cfingió no conocerlos» 42,7 y «yo soy un hombre queteme a Dios» 42,18-, tiende a provocar en los hermanos la pregunta por lo que habían hecho 42,22, paraque se den cuenta de que la vida no puede ser vividarecurriendo a determinados tipos de violencia o, lo quees peor, asumiendo la violencia como criterio en vista ala obtención de un beneficio cf 37,26: «QuØ sacamoscon matar a nuestro hennano y ocultar su muerte?.

De este modo, queda descrito el itinerario que es preciso realizar para reapropiarse de lo que es necesariopara la vida, el «pan» al que remite la ambientación dela perícopa. Por eso se ha convertido JosØ en figura deCristo y en imagen del creyente en la tradición litœrgica.Es figura de aquel que, anunciando la misericordia delPadre, muestra que el beneficio de la propia vida consiste en hacer la voluntad del Padre; es imagen del creyenteque, en Cristo, verdad del hombre, busca y realiza lafraternidad.

En aquel tiempo, Jesœs llamó a sus doce discípulos y lesdio poder para expulsar espíritus inmundos y para curar todaclase de enfermedades y dolencias. Los nombres de los doce

Evangelio: Mateo 10,1-7

278 14’ semana U MiØrcoles 279

apóstoles eran: primero Simón, llamado Pedro, y su hermanoAndrØs; luego Santiago el hijo de Zebedeo y su hermano Juan;‘Felipe y BartolomØ; TomÆs y Mateo, el publicano; Santiago,el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

‘A estos doce los envió Jesœs con las siguientes instrucciones:-No vayÆis a regiones de paganos ni entrØis en los pueblos

de Samaria. 6 Id mÆs bien a las ovejas perdidas del pueblode Israel. Id anunciando que estÆ llegando el Reino de losCielos.

e La perícopa traslada la atención del ministerio deJesœs al de sus discípulos. La transición se lleva a caboen los vv. 35-38 del capítulo 9, que cierran la magna sección de los capítulos 8-9 e introducen el capítulo 10,donde se presentan los aspectos y las modalidades esenciales de la misión de los discípulos-apóstoles. La misión de Jesœs estÆ sintetizada en tres verbos: instruir,predicar y curar 9,35; la de los discípulos estÆ definidapor su estatuto: haber sido llamados 10,1 y enviados10,5. Han sido llamados como discípulos y son enviados como apóstoles para continuar el anuncio y la obradel Maestro. Su misión es, por consiguiente, participación en la de aquel que es el œnico Maestro y Seæor; sumisma «autoridad» es participada. La vocación, portanto, precede a la misión, la hace posible.

Los Doce -los œnicos que han sido enviados- representan simbólicamente, en la solemne presentación desus nombres, conectada por Mateo con las instrucciones respecto a la misión, el tiempo nuevo y la nuevaobra de Dios en la historia de los hombres. Una acciónnueva que, sin embargo, no olvida el pasado. En efecto,a los discípulos se les pide que se dirijan a «las ovejasperdidas del pueblo de Israel» y. 6. De este modo, la misión de los discípulos se caracteriza y se modela a partir del ministerio de Jesœs cf 15,24. Este particularismo «temporal» de la misión de los Doce cf, en efecto,

28,18-20 hace resaltar la continuidad de la obra de Jesœsy de sus discípulos con la promesa hecha por Dios a lospadres y muestra, al mismo tiempo, que la comunidadde los discípulos es el nuevo Israel.

MEDITATIO

«En este día te doy autoridad sobre naciones y reinos,para arrancar y arrasar, para destruir y derribar, para edificar y plantar» Jr 1,10. El discípulo experimenta a diario una llamada que le impulsa en los meandros de lahistoria humana, enriquecido con aquella sabiduría queno es motivo de orgullo, porque estÆ escrito: «Que el sabio zo alardee de su sabiduría, que el soldado no alardeede su fuerza, que el rico no alardee de su riqueza; el quequiera alardear que alardee de esto: de conocerme y comprender que yo soy el Seæor, el que implanta en la tierra lafidelidad, el derecho y la justicia; y me complazco enellas» Jr 9,22ss. Ha sido enviado, en efecto, a anunciarla necedad de la cruz, la Buena Nueva de la misencordiay el perdón, que Øl mismo ha experimentado, y en la quese manifiesta que el sentido de todo radica en hacer lavoluntad del Padre, a imagen de Cristo, primogØnito detoda criatura: «Cristo no me ha enviado a bautizai; sinoa evangelizar, y esto sin hacer ostentación de elocuencia,para que no se desvirtœe la cruz de Cristo’> 1 Cor 1,17.

ORATIO

Dios nuestro, cuÆnta hambre hay en el fondo de mi humanidad, cuÆnta sed ardiente en el fondo de mis deseos,cuÆnto deseo de amor en el fondo de mi corazón...

Quisiera el bien por el que suspiro, quisiera la respiración y el calor de tu presencia, que caldea toda fría

280 semana 1 MiØrcoles 281

Mi amor, mi bien, tœ me sacias con pan de lÆgrimas,me haces beber lÆgrimas en abundancia. Tœ, oh Diosmío, me darÆs el pan de tu cielo. Tœ, oh Dios mío, medas a tu Hijo en la cruz. Tœ, oh Dios mío, me sacias demi debilidad, para que, tambiØn en la hora del abandono, pueda recuperar la fuerza de la memoria y gritarcon toda la verdad de mis fibras: AbbÆ, Padre.

CONTEMPLATIO

Jesœs exhortó a los discípulos a que se mantuvieranalejados de los caminos de los paganos no porque nofueran enviados tambiØn a ofrecer la salvación a los paganos, sino para que se abstuvieran de las obras y delmodo de vivir de la ignorancia pagana. Tienen prohibido entrar en las ciudades de los samaritanos. Ahorabien, ¿acaso no curó el mismo Cristo a una samaritana?En realidad, les exhortó a que no entraran en las iglesiasde los herejes. En efecto, la perversión no difiere ennada de la ignorancia. Por consiguiente, fueron enviadosa las ovejas perdidas de la casa de Israel. Sin embargo,Østa se encarnizó contra Øl con una lengua viperina yfauces de lobo. Con todo, dado que la Ley hubiera debido obtener el privilegio del Evangelio, Israel hubierasido tanto menos excusable por su primer crimen, por elhecho de que había experimentado una solicitud mayoren la exhortación [...].

Los apóstoles deben predicar que el Reino de los Cielos estÆ cerca, es decir, que ahora recibimos la imagen yla semejanza de Dios por medio de una comunión en laverdad, que permite a todos los santos, designados conel nombre de «cielos», reinar con el Seæor. Deben curara los enfermos, resucitar a los muertos, sanar a los le-

prosos, expulsar a los demonios. Todos los males ocasionados al cuerpo de AdÆn por instigación de SatanÆsdebían sanarlos ellos por medio de su participación enel poder del Seæor Hilario de Poitiers, Coinmentario aMatteo, Roma 1988, pp. ll6ss.

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:«Dios conducirÆ a Israel con alegría al resplandor de su

gloria Bar 5,9.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

JosØ no odió nunca a sus hermanos; nunca le cegaron loscelos. Por eso pudo reconocerlos: «Vio a sus hermanos y los reconoció» Gn 42,7. Pero ellos estÆn pegados todavía a las tinieblas de su odio fratricida y no pueden reconocerle. Paraellos, JosØ estÆ muerto, ya no existe. Ni siquiera se plantean lapregunta de si existe o no su hermano. Sólo un duro y sincerocamino de purificación y de conversión les permitirÆ abrir losojos y reconocerle.

JosØ los somete entonces a prueba, acusÆndoles de espías.Ellos se defienden declarando: «Nosotros, tus siervos, Øramosdoce hermanos, todos hijos de un mismo padre, en la tierra deCanaÆn. El mÆs joven se ha quedado con nuestro padre y el otrodesapareció» 42,13. Entonces comienza su cambio: reconocenque forman una sola familia, se sienten todos hermanos, incluyen tambiØn entre los hermanos al que desapareció. Es preciso«ponerlos a prueba» 42,15 para verificar si se ha producidoverdaderamente un cambio en ellos [...1. Tienen que volver a supadre, pero uno de ellos se quedarÆ encarcelado en Egipto: «Lasituación es perfectamente anÆloga a la del pasado: deben volver una vez mÆs a la presencia de su padre sin uno de elTos,pero lo que antes habían contemplado sin piedad en JosØ, cuando Øste era adolescente -el desgarro del corazón-, lo sienten

cavidad, toda absurda pretensión de mi corazón destrozado.

282 14’ semana

ahora como algo enormemente insoportable para ellos mismos>G. von Rad.

Los hermanos, que buscaban víveres 42,7, son conducidospor JosØ a un descubrimiento aœn mayor: la fraternidad y la responsabilidad frente a Dios A. Bonora, La storia di Giuseppe,Brescia 1 995, pp. 43-45, passim}.

Primera lectura:

En aquellos días-Por favor, seæo

cia sin que te enfraón. ‘ Mi seæor pdre, o algœn hermTenemos un padrejez; un hermano dde su madre, y sute a tus siervos: Trvuestro hermanoser admitidos en mmos donde vive tulabras de mi seæor.para comprarnossi no viene con noseremos recibidosnor no viene condre, nos dijo: VosomÆs que dos hijosmente fue devoradvÆis tambiØn a ØstdarØis con mis can

Jueves

14 semana delTiempo ordinario

LECTIO

GØnesis 44,18-21.23-29; 45,1-5

, ‘-" JudÆ se acercó a JosØ y le dijo:r, permite a tu siervo hablar en tu presenades conmigo, porque tœ eres como el fareguntó a sus siervos: ¿TenØis todavía paano? 20 Nosotros respondimos a mi seæor:ya anciano y un hijo que le nació en su vee Øste murió. Es Øste el œnico que le quedapadre lo quiere mucho. II Entonces tœ dijisaØdmelo para que lo vea. Tœ insististe: Simenor no baja con vosotros, no volverØis ai presencia. 24 Entonces nosotros regresasiervo, nuestro padre, y le referimos las pa25 Y cuando nuestro padre nos dijo: Volved

alimentos, 26 le dijimos: No podemos bajarsotros nuestro hermano menor, porque nopor aquel hombre si nuestro hermano menosotros. Entonces tu siervo, nuestro patros sabØis que mi mujer no me ha dado. 28 Uno desapareció de mi lado y segurao, pues no lo he vuelto a ver mÆs; 29 si os llee de mi lado y le sucede alguna desgracia,as en el sepulcro.

284 14° se,,iti,u, Jueves 285

-Salid todos de mi presencia.Y no quedó nadie con Øl cuando se dio a conocer a sus her

manos. ‘Entonces rompió a llorar a voz en grito, de modo quelo oyeron los egipcios y la noticia llegó hasta la casa del faraón.

‘JosØ dijo a sus hermanos:-Yo soy JosØ, ¿vive todavía mi padre?Sus hermanos no pudieron responderle, pues estaban

asustados ante Øl. Entonces Øl les dijo:-Acercaos a mí.Ellos se acercaron, y Øl les repitió:-Yo soy JosØ, vuestro hermano, el que vendisteis y que

llegó a Egipto. Pero no estØis angustiados, ni os pese el haberme vendido aquí, pues Dios me envió delante de vosotrospara salvar vuestras vidas.

- La primera parte de la perícopa 44,18-21.23-29presenta a JudÆ, ignaro de que se encuentra frente a suhermano JosØ, vendido a los ismaelitas, que intenta persuadirle de que le tome a Øl en vez de a Benjamín, dadala promesa que le había hecho a su padre, Jacob: «Deja almuchacho bajo mi custodia, y pongÆmonos en camino; esla œnica manera de sobrevivir y de que no perezcamos ninosotros, ni tœ, ni nuestros hijos. Yo me hago responsablede Øl; a mí me pedirÆs cuentas’> 43,8ss. La segunda parte 45,1-5 narra cómo reveló JosØ su propia identidad asus hermanos, despuØs de haberlos humillado y tratadocon dureza para someterlos a prueba 42,15.

Las palabras de JudÆ sellan un itinerario autØntico decambio, de conversión: tanto Øl como sus hermanos-que, en un tiempo, no sintieron escrœpulos en vender aJosØ, en buscar algœn tipo de ganancia con su desaparición-, ahora, delante de JosØ, no estÆn dispuestos porningœn motivo a dejar lejos de su padre al pequeæo Benjamín. El alegato de JudÆ muestra que el pasado nodebe determinar ya ni el presente ni el futuro. La res-

puesta de JosØ es la revelación de su identidad, junto auna comprensión de la historia que recurre a la providencia divina: «No estØis angustiados, ni os pese el haberme vendido aquí, pues Dios me envió delante de vosotros para salvar vuestras vidas» 45,5.En la trama de los acontecimientos interviene una

mano poderosa que dirige los senderos de la vida: lo quehabía sido objetivamente un hecho cruel es releído einterpretado ahora en el horizonte mÆs amplio de la historia de la salvación. Dios engendra salvación inclusodel mal; hasta en las contradicciones, en las amargurasde la historia humana interviene Dios para traer luz. Lareconciliación de JosØ con sus hermanos, su acto deperdón, descansan en la relación que tiene con Dios.«Yo soy un hombre que teme a Dios» 42,18: estas palabras proporcionan el horizonte en el que sitœa JosØ elencuentro con sus propios hermanos. El temor del Seæor abre el corazón del creyente a la reconciliación y ala fraternidad que se restablecen en el diÆlogo vivido enla paz.

Evangelio: Mateo 10,7-15

En aquel tiempo, dijo Jesœs a sus discípulos: Id anunciando que estÆ llegando el Reino de los Cielos. Curad a losenfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los leprosos, expulsad a los demonios; gratis lo recibisteis, dadlo gratis. NollevØis oro, ni plata ni dinero en el bolsillo; ‘° ni zurrón para elcamino, ni dos tœnicas, ni sandalias, ni cayado, porque elobrero tiene derecho a su sustento.

"Cuando lleguØis ami pueblo o aldea, averiguad quiØn hayen ella digno de recibiros y quedaos en su casa hasta que marchØis. "Al entrar en la casa, saludad, "y si lo merecen, la pazde vuestro saludo se quedarÆ con ellos; si no, volverÆ a vosotros. " Si no os reciben ni escuchan vuestro mensaje, salid deesa casa o de ese pueblo y sacudíos el polvo de los pies. ‘ Osaseguro que el día del juicio serÆ mÆs llevadero para Sodomay Gomorra que para ese pueblo.

No pudiendo contenerse ya JosØ delante de los que lerodeaban, ordenó:

286 ¡40 senun/a Jueves 287

a Este fragmento de Mateo es una instrucción sobrelas tareas y la prÆctica misioneras. EstÆ precedido porla vocación y la presentación de los Doce y por su miSión respectivamente en los vv. 1-4 y 5ss: cf la perícopade ayer. Los que son llamados son tambiØn enviados.Existe un vínculo necesario entre vocación y misión.Los discípulos han sido llamados para estar con el Seæor cf Mc 3,12 y ser enviados por los caminos de loshombres a hacer resonar la Buena Noticia que el Seæorha venido a proclamar: «Se ha cumplido el plazo y estÆllegando el Reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio» Mc 1,15. Son enviados a dar testimonio y a poner voz a la Palabra de misericordia y de salvación y. 7-presentada en los capítulos 5-7 y 8-9-, a contar la novedad de Jesucristo, que cuida del dØbil, libera de lamuerte y de la mentira, restituyendo al hombre a sí mismo. En esto continœa el discípulo la obra del Maestro.Y el discípulo, al ponerse al servicio del Evangelio,

como el Maestro, otorga el primado al don: «gratis lo recibisteis, dadlo gratis» y. 8b. La gratuidad y la pobrezaen la misión constituyen el testimonio de que el discípulo cuenta con una sola seguridad y tiene un œnicoobjetivo, su Seæor y su palabra: «No andØis preocupadospensando quØ vais a comer o a beber para sustentaros, ocon quØ vestido vais a cubrir vuestro cuerpo» Mt 6,25.De este modo, la misión se convierte en ocasión paracrear una circulación de gracia y de vida entre el queanuncia y atestigua y el que acoge. Una circulación quehace visible la conciencia de la filiación divina de cadacreyente, abre a la fraternidad y da cumplimiento a lapromesa de la paz shalórn mesiÆnica en la comunidad.

Al ser enviado, el discípulo «aprende» <discípulo>viene del verbo latino discere, aprender» la alegría yla fatiga de participar en la realización de la promesa,de convertirse en instrumento eficaz, aun en medio dela debilidad, de la misión del Hijo de Dios entre loshombres.

MEIMTATIO

«Seæor, tœ nos concederÆs la paz, pues todo lo quehacemos eres tœ quien lo realiza» Is 26,12. La paz deldiscípulo es el resultado de su adhesión y fidelidad alcontenido del anuncio de Jesœs: «Se ha cumplido el plazo y estÆ llegando el Reino de Dios. Convertíos y creed enel Evangelio» Mc 1,15. El discípulo, en su caminar,vive la certeza de haber recibido y tener que custodiarun don precioso -el Reino de Dios, Jesucristo mismo-por el que vale la pena dejarlo todo -padres, trabajo, elpropio pasado y el propio presente- enseguida, de inmediato, venciendo la tentación de mirar atrÆs, confiandomÆs bien su propio futuro a una Palabra que exigeobediencia: «Seguidme, os harØ pescadores de hombres»Mc 1,17. La palabra del seguimiento, acogida en unclima de obediencia, nos introduce en la dialconía deCristo con el mundo y el hombre y se caracteriza por laconfiguración con el Hijo, que le hace perder al enviadocualquier tipo de temerosa sujeción, permitiØndole desarrollarse en la libre dignidad de una relación filialregalada Gal 4,7.

La naturaleza cristiforme de la misión desarrolladapor el discípulo interpreta y despliega al mismo tiempoel ejemplo de Cristo, sin pretender asignar al servicio dela Palabra ninguna connotación voluntarista, propia dequien pretende celebrar en el obrar virtuoso y comprometido la superioridad de su propio estatuto moral. Eldiscípulo sabe, en efecto, que la Palabra del Reino hasido confiada a los pequeæos y, en la medida en que Ølsea capaz de volverse como un niæo, tendrÆ en sus labiosla Palabra de vida, para anunciarla desde los tejados yllevar la salvación al mundo, hasta el œltimo rincón dela tierra cf Is 49,6.

El discípulo, enviado a anunciar con hechos y converdad la Palabra de salvación, a contar que Dios dirigeen Cristo su mirada providente sobre la historia humana,

288 j4a5eiana Jueves 289

no desea «plata, oro o vestidos» Hch 20,33, no desea«ganancias ilícitas» 1 Tim 3,8; Tit 1,7, porque ha aprendido que «allí donde estÆ su tesoro estÆ tambiØn su corazón,, Mt 6,21. La adhesión al Seæor, la participación ensu misión, es lo que llena el corazón del discípulo, porqueØl es «el camino, la verdad y la vida» Jn 14,6.

ORATIO

En la tierra de mi exilio te alabo, oh Seæor, y manifiesto la fuerza y la grandeza de tu paternidad a todo elpueblo de tu creación.En la oscuridad de mi nada, oh Seæor, te alabo porque,

incluso en medio de la oscuridad de la tristeza, contemplo en mi carne la impronta de tu dedo poderoso.En la noche de mi errar te grito mi sœplica y mi agra

decimiento porque, en medio de la incertidumbre de micreer, veo la Luz de la Esperanza, al Anhelado y al Esperado, a Cristo, tu luz gozosa que inunda de santo fuego lospasos de mi errar y me permite reposar en el Misterio.

CONTEMPLATIO

Desnudez y pobreza es destierro de los cuidados, seguridad de la vida, caminante libre y desembarazado,muerte de la tristeza y guarda de los mandamientos. Elmonje desnudo es seæor de todo el mundo, porque todos esos cuidados puso en Dios: y mediante la fe poseetodas las cosas. No tiene necessidad de revelar a loshombres sus necesidades. Todas las cosas que se leofrecen toma como de la mano del Seæor. Este obrerodesnudo se hace enemigo de toda afflción demasiada;y assi mira las cosas que tiene como si no las tuviesse;y si se pasare a la vida solitaria, todas las cosas tendrÆpor estiØrcol. Mas el que se entristece por alguna cosa

transitoria, no sabe aœn quÆl sea la verdadera desnudez. El varón desnudo hace puríssima oración: mas elcobdicioso padece muchas imÆgenes en ella.

Los que perseveran humildemente en la sanctíssimasubjectión, muy apartados estÆn de cobdicia: porquequØ cosa pueden tener propia los que su propio cuerpo offrescieron por amor de Dios al imperio del otro?Verdad es que un solo daæo padescen Østos, que es estarmuy promptos y aparejados para la mudanza de los lugares, que no siempre es provechosa.

Vi yo algunos monjes que por la occasión que tuvieron de trabajos en algœn lugar alcanzaron la virtud dela paciencia: mas yo tengo por mas bienaventurados aaquellos que por amor de Dios procuraron diligentemente alcanzar esta virtud.

El que ha gustado de los bienes del cielo fÆcilmentedesprecia los de la tierra: mas el que aœn no los ha gustado alØgrase con las cosas de acÆ. El que procura alcanzar esta desnudez, y no con el fin que debe, en doscosas recibe agravio, pues caresce de los bienes presentes y de los futuros Juan Clímaco, La escala espiritual.Con anotaciones de fray Luis de Granada, XXTI, versiónelectrónica.

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:«EstÆ llegando el Reino de Dios. Convertíos y creed en

el Evangelio» Mc 1,15.

PARA LA LECTURA ESPIRTTUAL

El Seæor ha muerto y ha resucitado: Øste es el œltimo acontecimiento. Esta es la œltima hora. Frente a todos los tiempos ytodos los momentos [...]. Puesto que Cristo es el œltimo aconteci

290 J4 semana

miento, el modo como el cristiano mira la historia, mira los tiempos y se plantea tos interrogantes no es el de quien espera unanovedad que no conoce, sino el de quien sabe que, en todocaso, la novedad no superarÆ este acontecimiento. SerÆ una novedad autØntica si tiene el perfil de este acontecimiento: así,mientras camina en el tiempo, el cristiano permanece vuelto hacia este acontecimiento que es el œltimo, que es el œnico y queestÆ puesto en un sentido verdadero entre los tiempos.

De ahí, pues, el paradójica modo cristiano de leer la historia[...1. El cristiano sabe que todo reposa en este acontecimiento,conocido ya en sus líneas esenciales. Es el modo paradójicamente sereno con que el cristiano mira los tiempos y vive entrelos tiempos frente a los interrogantes y a los desarrollos de lostiempos. En nombre de esta conciencia, es importante no buscarcertezas sobre el futuro, no pretender disponer del futuro. Estono es cristiano no porque sea inmediatamente diabólico, sinoporque no responde al sentido de la fe en la «ultimidad» de Jesucristo. No tenemos necesidad de ninguna otra cosa para viviren un clima de confianza, de esperanza, entre los tiempos y ensus momentos cruciales. De aquí procede asimismo el paradójico modo cristiano de ser creativos, de realizar sus acciones enel mundo, en las situaciones de los tiempos, entendiendo el mundo no precisamente como el cosmos, sino como una realidadhumana, cultural. Es el modo paradójico de quien no se ponenunca en relación con el presente, con la situación, con los tiempos, con las culturas, con los mundos, sin referirse al mismo tiempo a un acontecimiento que ya ha «tenido lugar> G. Moioli, IIdiscepolo, MilÆn 2000, pp. 61-63.

Primera lectura:

En aquellos díallegar a Berseba, o2 Y Dios habló a I

-jJacob! ¡JacobÉl respondió:-Aquí estoy.‘Y Dios contin-Yo soy Dios, e

porque allí harØ dEgipto y yo te har

Al partir de Bepadre Jacob, a sudos por el faraónellos sus ganadosde CanaÆn, y Jacoa Egipto. chijas y sus nietas:

Israel envióJosØ su llegada yron a la región dedirigió a Gosen a

Viernes

14 semana delTiempo ordinario

LECTIO

GØnesis 46,1-7i8-30

s, ‘partió Israel con todo lo que tenía y, alfreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.srael en una visión por la noche:!

uó:l Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto,e ti un gran pueblo. Yo bajarØ contigo aØ subir de allí. JosØ te cenarÆ los ojos.rseba, los hijos de Israel hicieron subir a sus niæos y a sus mujeres en los canos enviapara transportarlos. 6 Llevaron tambiØn cony todo lo que habían adquirido en la tienab y todos sus descendientes con Øl se vinierononsigo a Egipto a todos sus hijos y nietos, sustodos sus descendientes.por delante a JudÆ, para que anunciara apreparara un lugar en Gosen. Cuando llegaGosen, 29 JosØ hizo enganchar su cano y se

l encuentro de su padre. Cuando se encon

292 J4semana 293

traron, se echó a su cuello y estuvo llorando un largo ratoabrazado a Øl.

3° Israel dijo a JosØ:-Ahora ya puedo morir, porque te he visto y estÆs vivo.

a Los elementos que caracterizan este fragmentollegada de Jacob a Berseba, ofrenda del sacrificio, orÆculo divino, salida de Berseba recuperan las historiaspatriarcales y lo asocian a ellas. El itinerario de Jacob,conectado con el de AbrahÆn, se convierte en otra etapadecisiva de la historia de salvación de Israel. Si AbrahÆnsalió de Ur para llegar a la tierra de CanaÆn, ahora es Jacob quien sale de la tierra de CanaÆn y se dirige a Egipto, acompaæado, como AbrahÆn, por la promesa: «allíharØ de ti un gran pueblo’> y. 3. Se trata de un caminoque espera su consumación en el retomo a la tierra deCanaÆn. El libro del Exodo abrirÆ esta nueva etapa.

La importancia de esta œltima estÆ subrayada por elhecho de que Jacob, a diferencia de lo que ocurría en elcapítulo 28, <conoce a su interlocutor y. 3: «Yo soyDios, el Dios de tu padre», recibe una revelación que en-marca su acontecer en la historia que Dios ha preparado para su pueblo cf la revelación a MoisØs. Una historia que Øl custoclia y dirige: «No temas [.. .1. Yo bajarØcontigo a Egipto y yo te harØ subir de allí» vv. 3ss. La esperanza, en su continua presencia incluso en tierra extranjera, es lo que da sentido a un itinerario que, de otromodo, sería incomprensible, puesto que aleja a Jacobpara siempre de la tierra de la promesa, ya que paraØl ya no habrÆ retorno y. 4: «JosØ te cerrarÆ los ojos».En Jacob estÆ descrita la parÆbola de todo creyente que,siguiendo la Palabra que Dios le ha dirigido, se deja conducir allí donde Dios quiera llevarle, al encuentro con unhijo, siempre deseado, que se encontrarÆ solo en el abandono a la voluntad divina: «Israel dijo a JosØ: Ahora yapuedo morir, porque te he visto y estÆs vivo» y. 30.

En aquel tiempo, dijo Jesœs a sus discípulos: 16 Yo os envíocomo ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas. ‘ Tened cuidado, porque osentregarÆn a los tribunales y os azotarÆn en sus sinagogas.8 SerØis llevados por mi causa ante los gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos ante los paganos.Cuando os entreguen, no os preocupØis de cómo hablarØis,

ni de quØ dirØis. Dios mismo os sugerirÆ en ese momento loque tenØis que decir, 20 pues no serØis vosotros los que hablØis,sino que el Espíritu de vuestro Padre hablarÆ a travØs de vosotros.

2 El hermano entregarÆ a su hermano a la muerte y el padre a su hijo. Se levantarÆn hijos contra padres los matarÆn.22 Todos os odiarÆn por causa mía, pero el que persevere hasta el fin, Øse se salvarÆ. 13 Cuando os persigan en una ciudad,huid a otra; os aseguro que no recorrerØis todas las ciudadesde Israel antes de que venga e’ Hijo del hombre.

a Este fragmento, con la recuperación del verbo dela misión apostØllein en el y. 16, prolonga el discursodirigido a los discípulos enviados, anunciando la hostilidad y la persecución a los enviados como algo inevitable y necesario para la misión. Mateo había seæalado yaen otros textos la situación de persecución en la que tendrían que vivir los enviados cf Mt 5,1 lss. Y de una manera coherente subraya constantemente que la respuestadel discípulo a la prueba es la fidelidad y la perseverancia. Una respuesta que encuentra su razón y su posibilidad en las palabras dichas por el Maestro: ellas son laœnica referencia autorizada y la œnica clave de lecturapara seguir siendo fieles en el tiempo de la prueba.

Esas palabras recuerdan al discípulo la sabia simplicidad» que debe caracterizarle en el tiempo de la perseverancia. Discreción y simplicidad, coherencia y realismoperspicaz configuran el estilo del discípulo enviado almundo, siguiendo el ejemplo del Maestro. En este contexto se explica la invitación a la huida de las ciudades

Evangelio: Mateo 10,16-23

294 14°se,nana 295

que no reciban a ‘os enviados y. 23; la persecución queobliga a los discípulos evangelizadores a dejar una ciudad bajo el apremio de la persecución se vuelve ocasiónpara proseguir la misión evangelizadora en la espera dela venida definitiva del Hijo del hombre, el œnico aquien corresponde el juicio final: «Os aseguro que no recorrerØis todas las ciudades de Israel antes de que venga elHijo del hombre» y. 23. De este modo, queda motivadala perseverancia de los discípulos y subrayada la urgencia de su obra misionera.

Así, de modo paradójico, la conflictividad violenta yla persecución, manifiestan el estatuto del discípuloque, en su acontecer, comparte el destino histórico de suSeæor. La cruz marca la historia del discípulo, la condición del Crucificado marca la vida del evangelizadorAhora bien, para la actividad evangelizadora tenemostambiØn la promesa del Espíritu del Padre y. 20, desuerte que el enviado participa a travØs de su testimonioen el estado del Resucitado. La misión viene a situarseen el horizonte de la esperanza y se comprende la razónde que al discípulo que persevere se le prometa la salvación y. 22.

MEJMTATIO

La gracia de la llamada a compartir la misión delHijo configura a aquel que, despojÆndose de su naturaleza divina, se hizo hombre y vivió entre los hombrescomo siervo Flp 2,7, viviendo entre los suyos «como elque sirve» Lc 22,27. Esta conformidad con Cristo«siervo» la otorga el Espíritu, que permite al discípulounir, en una existencia renovada, el obrar y el ser, y envirtud de ello unificar el amor a Dios y al prójimo en elservicio prestado segœn la verdad cf Mt 9,13. La misión y la Icenosis se reclaman recíprocamente, revelando, con la humillación de Dios en Cristo, el signo histó

rico del servicio del discípulo, que prosigue en el tiempo la acción salvífica de su Seæor en cada hombre.En consecuencia, en Cristo, tanto la vida como la mi

sión del discípulo estÆn situadas bajo el signo de lacruz gloriosa: «Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba; no volvíla cara ante los insultos y salivazos. El Seæor me ayuda,por eso soportaba los ultrajes, por eso endurecí mi rostrocomo el pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado»Is 50,6ss. Hasta en el momento del abandono y el fracaso, del miedo que nos lleva a mirar atrÆs, a dirigir lamirada hacia el pasado, en el que pensamos encontrarprotección, confía el discípulo su propia historia a lamemoria de una Palabra consoladora: «Soy yo en persona quien os consuela. ¿Por quØ has de temer a un sermortal, a un hombre que pasa como la hierba? ¿OlvidarÆs al Seæor; tu creador, que desplegó el cielo y cimentó latierra?» Is 5l,l2ss. El anuncio del Evangelio quedasustraído de esta manera a los criterios de evaluaciónmundanos y es entregado, definitivamente, al discernimiento de la Palabra del Seæor: «Hermanos, no actuÆiscomo niæos en vuestra manera de juzgar; tened la inocencia del niæo en lo que se refiere al mal, pero sed adultos en vuestros criterios» 1 Cor 14,20.

ORATIO

Condœceme tœ, luz amable, condœceme en la oscuridad que me estrecha. La noche es oscura, la casa estÆ lejos; condœceme tœ, luz amable. Guía tœ mis pasos, luzamable. No pido ver muy lejos; me basta con un paso, sólocon el primer paso. Condœceme adelante, luz amable.No siempre fue así, no te recØ para que tœ me guiaras

y me condujeras. Quise ver por mí mismo mi camino, yahora eres tœ quien me guía, luz amable. Yo quería certezas; olvida aquellos días, para que tu amor no me aban

i

296 14’ semana - Viernes 297

done; hasta que pase la noche tœ me guiarÆs con seguridad a ti, luz amable J. H. Newman, Lead, kindly ligth.

CONTEMPLATIO

El Seæor Jesœs preanuncia que habrían de ser muchos los que se ensaæarían contra los apóstoles con unfuror insensato cuando dice que los envía «como ovejasen medio de lobos». Les recomienda que sean «sencilloscomo las palomas y prudentes como las serpientes». Lasencillez de las palomas es evidente. Sin embargo, espreciso examinar quØ es la prudencia de la serpiente. Yono sØ si hay algo de prudente o de sensato en ellas, a pesar de que algunos autores nos hayan transmitido a esterespecto que, cuando comprenden que han caído en ma

los hombres, apartan de todos los modos posicabeza de los golpes, o bien escondiØndola en elenrollado en espiral, o bien hundiØndola en uny abandonando la otra parte del cuerpo a la ma-Así tambiØn nosotros, siguiendo este ejemplo, de-esconder, en caso de persecución, nuestra cabeza,Cristo, para defender, exponiØndonos a todas las

torturas, con el sacrificio de nuestro cuerpo, la fe quehemos recibido de Cristo {...].

Seremos conducidos ademÆs ante los jueces y antelos reyes de la tierra con el propósito de arrancar nuestro silencio o nuestra complicidad. Seremos, en efecto,testigos para ellos y para los paganos. Con nuestro testimonio debemos arrebatar a los perseguidores la excusade la ignorancia de la divinidad, y, en cambio, debemosabrir a los paganos el camino de la fe en Cristo, predicado por las confesiones de los mÆrtires, que perseveraron entre los suplicios de los que les torturaban. Por esonos advierte Cristo que es preciso que nos armemos dela prudencia de la serpiente Hilario de Poitiers, Commentario a Matteo, Roma 1988, pp. 122ss.

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:«Cuando venga el Espíritu de la verdad, os iluminarÆ

para que podÆis entender la verdad completa y os recordarÆ todo lo que os he dicho» Jn 16,13; 14,26.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Para los monjes, Jesucristo es el modelo de la humanidad porexcelencia. El hecho de soportar los sufrimientos, los insultos, lasacusaciones, la humillación por amor a Cristo -se trata delcontenido de una de las bienaventuranza Mt 5,10-12- es unideal luminoso para quien vive en el desierto; es expresión dehumildad. Ahora bien, lo que proyecta su sombra de un modoimpresionante a lo largo de toda la literatura de los apotegmases el ejemplo de humildad que Cristo ofrece personalmente, sukenosis, su vaciarse de sí mismo FIp 2. Los padres del desiertointentaron seguir a Cristo recorriendo su camino de humildad,compartiendo sus sufrimientos, pagando su deuda de amor aquien sufrió por ellos. Este aspecto de la vida de Cristo es, demodo evidente, uno de los rasgos mós conmovedores y marcados de los monjes del desierto. Sus dichos reflejan el empeæoinagotable puesto por ellos para realizar su sentido en su propia vida. De este modo, esperaban llevar a Cristo a la vida deldesierto.

Para el padre Poemen, el objetivo de la vida del monje en eldesierto sólo se puede entender, en su totalidad, en referencia alas bienaventuranzas. «ÆAcaso no hemos venido a este lugarpara la fatiga cf. Mt 5,1 Oss?», se pregunta el anciano. Demodo anÆlogo, el padre Pafnuncio le indicó el camino de la humildad trazado por las bienaventuranzas a un hermano que le pidió una palabra: «Ve y ama las tribulaciones mÆs que la quietud,el desprecio mÆs que la alegría, dar mÆs que recibir» D. BurtonChristie, La Parda no! deserto, Magnano 1998, pp. 350ss.

nos debles sucuerpohuecotanza.bemosque es

Primera lectura:

En aquellos día-Yo estoy a pu

junto a mis padresel hitita, ° en la curra de CanaÆn, lasepulcro en propimujer, Sara; allí, ItØ yo a Lía. ° El chititas.

° Cuando Jacojos, encogió los pisuyos.

30.15 Al ver los hese decían: «QuizÆva con creces todoa decir a JosØ:

-Tu padre ordeperdone el delitohicieron. Así que,del Dios de tu pad

JosØ, al oírlos,manos vinieron a

SÆbado

14a semana delTiempo ordinario

LECTIO

GØnesis 49,29-33; 50,15-24

s, Jacob 4929 les dio estas instrucciones:nto de reunirme con los míos; sepultadmeen la cueva que estÆ en el campo de Efrón,eva de MacpelÆ, frente a MambrØ, en la tieque compró AbrahÆn al hitita Efrón comoedad. ‘ Allí fueron sepultados AbrahÆn y susaac y su mujer Rebeca; allí tambiØn sepulampo y su cueva los compró AbrahÆn a los

b acabó de dar estas instrucciones a sus hies en la cama, expiró y fue a reunirse con los

rmanos de JosØ que su padre había muerto,ahora JosØ empiece a odiarnos y nos devuelel mal que le hicimos». 6 Por eso mandaron

nó esto antes de morir: "Decid a JosØ quey el pecado de sus hermanos, el daæo que lepor favor, perdona el delito de los siervos

re.se echó a llorar. "DespuØs, sus mismos herpostrarse ante Øl y le dijeron:

300 14’ semana SÆbado 301

22 JosØ siguió viviendo en Egipto con la familia de su padre;vivió ciento diez aæos. 23 Vio a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. TambiØn recibió sobre sus rodillas, al nacer,a los hijos de Maquir, hijo de ManasØs. 24 Luego dijo a sus hermanos:

-Yo estoy a punto de morir, pero Dios vendrÆ a buscarosy os llevarÆ de este país a la tierra que prometió a AbrahÆn,Isaac y Jacob.

e Este fragmento une la petición de Jacob de ser sepultado en el lugar donde yacían sus padres con la perícopa conclusiva del libro del GØnesis, en la que secontraponen el miedo de los hermanos a la posible represalia de JosØ respecto a ellos despuØs de la muerte desu padre y la reacción de JosØ en la que se confirma elperdón, junto a la conciencia de que, aun siendo unhombre poderoso, nunca podría sustituir a Dios, el œnicoa quien pertenecen el juicio y la vida.En el regreso de los restos de Jacob-Israel a la tierra

de sus padres, se preanuncia el itinerario de retomo delpueblo de Israel tras el doloroso parØntesis de la opresión egipcia. Y en las palabras de JosØ -<Dios vendrÆ abuscaros y os llevarÆ de este país a la tierra que prometióa AbrahÆn, Isaac y Jacob’> y. 24- se evoca el compromiso la alianza, berith que Dios asumió con los padresy que da sentido a la esperanza del pueblo. Esta esperanza encuentra respuesta en la «visita» de Dios a supueblo, que serÆ para Øste la salvación definitiva, la posesión de los bienes prometidos, esperados y anhelados.Se trata de una visita que abrirÆ una nueva fase de la

historia e inundarÆ de alegría toda la tierra, una faseque se cumplirÆ en el Hijo, el cual tendrÆ poder para dirigir los pasos de todo hombre «por el camino de la paz»y harÆ un pueblo œnico encaminado hacia la patria desu deseo: Dios Padre.

Evangelio: Mateo 10,24-33

En aquel tiempo, dijo Jesœs a sus discípulos: 24 El discípulo no es mÆs que su maestro; ni el siervo mÆs que su seæor.23 Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervocomo su seæor. Si al dueæo de casa lo llamaron Belzebœ, ¡mÆsaœn a los de su familia!

26 Así pues, no les tengÆis miedo, porque no hay nada oculto que no haya de rnanifestarse, ni nada secreto que no hayade saberse. ‘ Lo que yo os digo en la oscuridad decidlo a laluz; lo que escuchÆis al oído proclamadlo desde las azoteas.

28 No tengÆis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden quitar la vida; temed mÆs bien al que puede destruir alhombre entero en el fuego eterno.

"¿No se vende un par de pÆjaros por muy poco dinero? Y,sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permitavuestro Padre. 30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos devuestra cabeza estÆn contados. " No temÆis; vosotros valØismÆs que todos los pÆjaros.

22 Si alguno se declara a mi favor delante de los hombres,yo tambiØn me declararÆ a su favor delante de mi Padre celestial, pero a quien me niegue delante de los hombres yotambiØn lo negarÆ delante de mi Padre celestial.

e Mateo recuerda, de una manera decididamente explícita, las coordenadas esenciales entre las que el discípulo «permanece» en su vocación. Lo hace a travØs dealgunas situaciones que caracterizan el acontecer de losenviados. En primer lugaz se trata de ser como el Maestroy. 25, de encontrar en Øl el œnico motivo y el œnico modelo de nuestra propia existencia y de nuestra propia misión; de tener, como Øl, fe en el Padre, de abandonamos

-Aquí nos tienes, somos tus esclavos.‘ Pero JosØ les dijo:-No temÆis, ¿puedo ponerme yo en lugar de Dios? 20 Cier

tamente, vosotros os portasteis mal conmigo, pero Dios locambió en bien, para hacer lo que hoy estamos viendo: paradar vida a un gran pueblo. 21 Así que no temÆis: yo cuidarÆ devosotros y de vuestros hijos.

Así los consoló hablÆndoles al corazón.

302 J4 semana Sdbado 303

con confianza a su voluntad. La adhesión al Seæor crucificado y la confianza en la providencia divina constituyen los tØrminos de la relación vital que libera al discípulo de todo miedo cf el triple «no temÆis’: vv. 26.28.31y de los condicionamientos humanos, y dirigen su libertad a optar por servir al Evangelio. El valor de anunciar pœblicamente con franqueza parresía la presenciade Dios, que trae en Jesucristo la paz y hace estallar, noobstante, las contradicciones que habitan en el corazóndel hombre y en las estructuras de vida que Øste ha creado, da la medida de la libertad del discípulo y de su adhesión a Jesucristo.

El discípulo sabe que el servicio al Evangelio no es unproyecto de vida irØnico o, peor aœn, marcado por lascomponendas, en el que desaparecen ingenuamente -ose esquivan con hÆbiles cÆlculos- la conflictividad y lasrupturas. Estas podrÆn llegar incluso a las relaciones familiares, porque sólo es posible anunciar el Evangelioen la medida en que vivimos el seguimiento y la adhesión a Cristo de una manera radical cf Mt 10,37.

Anunciar el Evangelio es «confesar a Jesœs ante loshombres», una actitud exactamente contraria a la dePedro, que la noche del arresto renegó del Maestro cf10,33, jurando que no le conocía 27,74. El don de lacomunión con Øl, ofrecido por Cristo a sus discípulos«Eligió a doce para que estuvieran con Øl»: Mc 3,12-, esalgo que no debemos olvidar, ni siquiera frente al peligro de perder la vida. De esta solidaridad con el Hijo delhombre, un don que viene de lo alto, depende el juiciosobre la vida del discípulo v 32ss.

MEDITATIO

En su misión de anunciar a Jesucristo y su Evangelio,el discípulo participa del dinamismo de la Palabra que,

salida de la boca del Altísimo cf Is 55,11, se difundecomo testimonio del Seæor Jesœs hasta los œltimos confines de la tierra Hch 1,8. En este itinerario diseæadopor la voluntad del Padre, el discípulo estÆ apoyado yacompaæado por la presencia de su Seæor: «Poneos,pues, en camino, haced discípulos a todos los pueblos y

bautizadios para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseæÆndoles a poner por obra todo lo que oshe mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos losdías hasta el final de este mundo’> Mt 28,l9ss.

Se trata de una compaæía que nos libera del miedo ala muerte, que nos impulsa a mirar mÆs allÆ de Østa. Yes que, en Cristo, ha sido destruida la muerte y ha triunfado la vida. EstÆ escrito, en efecto: <Es doctrina segura:Si con Øl morimos, viviremos con Øl; si con Øl sufrimos,reinaremos con Øl; si lo negamos, tambiØn Øl nos negarÆ; si somos infieles, Øl permanece fiel, porque no puedenegarse a sí mismo» 2 Tim 2,11-13. Es el nuevo comienzo de la vida del creyente, porque Jesucristo, alvencer a la muerte, construye la historia a partir delnuevo comienzo de su resurrección. De ahí que el discípulo se construya sobre Cristo Col 2,7 y estØ ¿<asociado a su plenitud" Col 2,9 en virtud de que «habØis sidosepultados con Cristo en el bautismo, y con Øl habØis resucitado tambiØn, pues habØis creído en el poder de Dios,que lo ha resucitado de entre los muertos» Col 2,12.

La misión del discípulo encuentra en este acontecimiento su «comienzo» y la certeza de que estÆ acompaæada por la presencia providente del Padre. Él custodiaa su fiel.

014AT10

Te alabo, Seæor, y te bendigo, oh mi todo, porque hascompletado tu obra en mí. Tœ eres un Dios prodigioso,1

304 14’se,nana Sdbado 305

tœ realizas maravillas. En las entraæas de tu amor te hasacordado de mí, tu siervo. Seæor, me has vuelto a dar lavida. Por eso cantarØ tu nombre entre la gente, sonarÆnen las cítaras las suaves vibraciones de mi corazón y susurrarÆ en tu oído mi canto de amor: Yo soy narciso deSarón, un lirio blanco de los valles.

Tœ, amado mío, me has introducido en la celda de tuembriaguez, me has imprimido como sello en tu brazo,en tu corazón; tu estandarte, sobre mí, es amor. Te doygracias en medio de tu pueblo; tœ me inundas con tugracia, porque me has hecho hijo tuyo en el Espíritu.AmØn.

CONTEMPLATIO

«ENo se vende un par de pÆjaros por muy poco dinero?} sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre» [...]. La expresión «ni uno de elloscae en tierra sin que lo permita vuestro Padre» parececontradecir las palabras del apóstol: «Dios no se preocupa de los bueyes». Y se quitaría mucha credibilidad aesta œltima si se constatara que ha expresado una opinión diferente de la transmitida en los evangelios. Tampoco se confiere, ciertamente, mucho prestigio a losapóstoles por el hecho de ser antepuestos a los pÆjaros.Este pasaje se explica a partir de la idea precedente. Llegan al colmo, en efecto, las injusticias de los que nos entregarÆn, nos perseguirÆn, nos obligarÆn a la huida.Para Øsos es necesario odiarnos a causa del nombre delSeæor, a fin de ejercitar todo su poder sólo sobre el cuerpo, puesto que no tienen poder sobre el alma. Estos sonlos que venden dos pÆjaros por muy poco dinero.

Y, en verdad, lo que ha sido vendido como esclavo delpecado lo ha rescatado Cristo de la Ley Así pues, lo queha sido vendido es el cuerpo y el alma. Aquel al que ha

sido vendido es el pecado, puesto que Cristo nos ha rescatado del pecado y es redentor del alma y del cuerpo.Por consiguiente, los que venden dos pÆjaros por muypoco dinero se venden a sí mismos al pecado al preciomÆs bajo. Éstos han nacido para volar y deben elevarseal cielo con alas espirituales. Sin embargo, por ser esclavos del precio de los placeres presentes y estar vendidosal lujo del mundo, con esos comportamientos regateansólo consigo mismos Hilario de Poitiers, Commentarioa Matteo, Roma 1988, pp. 126-128.

ACTIO

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:«No temÆis, pequeæo rebaæo, porque vuestro Padre ha

querido daros el Reino» Lc 12,32.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Jesœs entrego a ios discípulos su Espíritu a fin de que tenganfuerzo, confianza, entusiasmo al compartir con Øl la misión recibida, en cualquier situación en la que puedan encontrarse.Frente a las dificultades y a las decepciones, a las fatigas y a lasarideces, a los miedos y a las tentaciones de abandono que pesansobre nuestro compromiso de vida cristiana y de anuncio delEvangelio, estamos llamados a descubrir de nuevo la absoluta fidelidad de Cristo a la promesa: «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta e/final de este mundo» Mt 28,20.

Precisamente, en los momentos de fatiga y de aparente fracaso personal y pastoral es cuando debemos orar al «Consolador», al Espíritu Santo que el Padre nos envía en nombre deCristo. Le debemos rezar para que nos recuerde todo lo que dijoel Seæor Jesœs cf. Jn 14,26: la promesa de su presencia; mÆsaœn, la realidad de su victoria: «En el mundo encontrarØis dificultades y tendrØis que sufrir, pero tened Ænimo: yo he vencido

306 J4 semana

a/mundo» Jn 16,33. San Ambrosio nos invita a cantar: «QueCristo sea nuestro alimento, nuestra bebida la fe; bebamos alegres¡a sobria embriaguez del Espíritu» himno Splendor paternaegloriae. Con esta sobria embriaguez que el Espíritu creador infunde en nuestro corazón, tanto la vida cristiana como la acciónpastoral de la Iglesia podrÆn experimentar no sólo un sentido deserena seguridad, sino tambiØn una profunda alegría: la alegríade quien trabaja en el Reino de Dios, por y con el Seæor Precisamente, como los discípulos de los que hablan los Hechos de losapóstoles, que «estaban llenos de alegría y de Espíritu Santo»Hch 1 3,52 D. Tettamanzi, II tempo della missione della Chiesa,Casale Monf. 2000, pp. 106-108, passim.