luis vitale interpretacion marxista de la historia de chile tomo vii

Upload: natalia-llanten

Post on 30-May-2018

220 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    1/87

    Interpretacin Marxista de la Historia de ChileTomo VII

    Nota Introductoria

    Es de conocimiento pblico que el diario "El Mercurio" del 12 de noviembre de 1998 reprodujoque "el Vicepresidente del Senado, Mario Ros, inform que un grupo de senadores de oposicin leencomend a Carlos Cantero que inicie un trabajo de estudio para conformar una Comisin multisectorial

    que conozca la Historia de Chile de los ltimos aos. Ros explic que el objetivo es establecer unaComisin de estudio de mayor extensin que la realizada durante el gobierno de Patricio Aylwin y que

    presidi Ral Rettig, para que analice la historia poltica e institucional de los gobiernos de las tres ltimasdcadas". Al da siguiente, en otra nota del mismo diario se sealaba: "un grupo de 24 senadores deoposicin, independientes e institucionales, solicit formalmente al Presidente de la Repblica laconformacin de una Comisin para analizar los hechos histricos ocurridos en los aos previos al

    pronunciamiento militar".

    Ante esta proposicin -destinada obviamente a justificar el golpe militar y consagrar su anlisissesgado e ideologizante como "la verdad oficial"- hemos formado un equipo de historiadores que haga lasveces de Comisin Alternativa a la propuesta de la Derecha.

    Nuestra interpretacin global de estos ltimos 30 aos, que explicitamos en diferentes captulos,es que en Chile se registraron procesos histricos de mediana y larga duracin, con dos perodos: uno, dediscontinuidad-continuidad y otro, de ruptura-continuidad. El primero fue inaugurado en 1964 porEduardo Frei Montalva, iniciador de una nueva fase de democratizacin poltica, social y cultural en laHistoria de Chile, que tuvo continuidad histrica en el gobierno de Salvador Allende, aunque en unestadio ms agudo de lucha social. El segundo, de ruptura y ms tarde de discontinuidad-continuidad ,comenz con el golpe militar de 1973 y se prolong con cierta discontinuidad y con importantes maticesdiferenciadores en los gobiernos de la Concertacin.

    A nuestro juicio, desde 1964 se abri una fase histrica que culmin en septiembre de 1973,generando un proceso de discontinuidad respecto del gobierno derechista de Jorge Alessandri.

    Obviamente, los gobiernos de Frei y Allende tuvieron especificidades que derivaron del contextointernacional, latinoamericano, y concretamente de proyectos polticos diferentes: Democracia Cristiana yUnidad Popular. De todos modos, no podra explicarse la aplicacin inmediata del programa allendista sino se toman en cuenta las medidas de Frei de "chilenizacin del cobre", Reforma Agraria y Participacin

    popular, proceso que caracterizamos de continuidad histrica, aunque hubo diferencias ostensibles entreambos, expresadas en la poltica de Nacionalizaciones de Allende, en la profundidad de la ReformaAgraria y, sobre todo, en la creacin del rea social y la forma de Participacin a travs del control obreroy la administracin de las empresas por los trabajadores, acelerando la creacin de los CordonesIndustriales, Comandos Comunales, Centros de Reforma Agraria y las Juntas de Abastecimiento yPrecios.

    Un anlisis riguroso conduce a sealar que las medidas del gobierno de Allende constituyeronobjetivamente una continuidad histrica, en un plano de mayor radicalizacin, del proceso abierto por laDemocracia Cristiana. En trminos de sociologa poltica, se tratara de un proceso de revolucin

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    2/87

    democrtica que no alcanz la fase socialista, porque la Unidad Popular gan electoralmente el gobiernopero no el poder real.

    Allende cumpli prcticamente todas las tareas democrtico-burguesas, incumplidas por la clasedominante de los siglos XIX y XX. Ms an, adopt medidas que las rebasaron, como la expropiacin de

    empresas privadas al crear el rea social y otras mencionadas anteriormente, aunque era evidente -paraquien quiera hacer un anlisis objetivo- que la Unidad Popular no alcanz la fase de transicin alsocialismo, por la sencilla razn de que nunca tuvo el poder real al permanecer intacto el Parlamento, elPoder Judicial, las Fuerzas Armadas y otras instituciones burguesas, que en definitiva fueron los artficesdel golpe militar. En rigor, la Unidad Popular no alcanz a cambiar el carcter del Estado ni un nuevo tipode institucionalidad, que formalizara los embriones de poder popular. Conclusivamente -y atenindonos alas tesis de los tratadistas mundiales del Estado, como Harold Laski, y del carcter de las revoluciones delsiglo XX analizadas por el reciente libro de Hobsbawn- la Unidad Popular cumpli una parte de suestrategia de la revolucin por etapas, primero la democrtico-burguesa. Pero el cumplimiento de la

    primera nunca ha sido en la historia garanta para pasar a la segunda, la socialista, porque para ello hayque tomar realmente el poder.

    Empleando una categora histrica -sistematizada por Braudel y ampliada por otrosinvestigadores- podramos decir que de 1964 a 1973 hubo un tiempo de "mediana duracin", que fuedrsticamente cortado en dos por el golpe castrense del 11 de septiembre.

    El militarismo abri un nuevo tiempo de ruptura-discontinuidad-continuidad, que podracalificarse de casi "larga duracin", pues engloba no slo los 17 aos del gobierno de las FuerzasArmadas, como Institucin, sino tambin los gobiernos de la Concertacin, por estar sometidos a laConstitucin de 1980 y al "poder fctico" ejercido por los militares.

    No se trata de afirmar que los gobiernos de la Concertacin sean polticamente iguales al dePinochet, puesto que fueron elegidos democrticamente; pero su gestin ha estado entrampada

    por los acuerdos de la Concertacin con los militares -que recin estn saliendo a la luz pblica- y por lascondiciones impuestas por Pinochet para ceder el poder, entre ellas la continuidad de la polticaeconmica, las privatizaciones, el sistema binominal de elecciones, los "senadores designados", laautonoma de las Fuerzas Armadas y la inamovilidad de los funcionarios pblicos nombrados por ladictadura, includos los profesores de los tres niveles de la Educacin.

    Por eso, el denominado "perodo de transicin" no ha terminado, despus de una dcada degobiernos elegidos por votacin popular. El pas sigue atravesado por los mismos traumas surgidosabruptamente hace un cuarto de siglo, sin vislumbrarse todava cundo sern superados. A menos queeventuales estallidos sociales o nuevos gobiernos con mayoras parlamentarias, en ambas Cmaras, no sedecidan a convocar a una Asamblea Constituyente que corte de raz con la herencia militarista -que noslo es propia de las Fuerzas Armadas sino que abarca a civiles de Derecha- este proceso histrico se

    puede transformar en un tiempo no de casi sino de "larga duracin".

    Algunos criterios terico-metodolgicos

    Uno de ellos es precisar el contexto internacional y, especialmente, latinoamericano de lahistoria chilena de los ltimos 30 aos, con el objeto de analizar las fases por las cuales atraves elcapitalismo mundial en ese perodo, particularmente la "tercera revolucin industrial" y los avancescientfico-tcnicos, las nuevas funciones del Estado, como asimismo el estallido de la crisis ecolgica, larelacin de fuerzas sociales y polticas en el plano internacional, impactada por la "guerra fra", la carreraarmamentista entre EE.UU. y la URSS, las revoluciones anticoloniales de Asia (Corea, Vietnam, Irn),

    Africa (Argelia, Angola, Eritrea, Sudfrica) y Amrica Latina (Cuba, Nicaragua, Repblica Dominicana,Guyana, Jamaica, Granada y la nueva ola anticolonial de la mayora de las islas del Caribe), la insurgencia

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    3/87

    de nacionalidades oprimidas (vascos, catalanes, kurdos, irlandeses), los antiguos y nuevos MovimientosSociales, la rebelin de la juventud en el mayo francs del `68, la emergencia de los movimientos tnicos(pueblos originarios y negro), feminista, ecologista, los avances culturales y las principalesmanifestaciones del pensamiento en esta era contradictoria de reformismo, de reafirmacin de lo valricoy de utopas e ideales trascendentes, que culmin en la contrarreforma y reajuste del capitalismo en su fase

    denominada "neoliberal".

    Al estudiar estas incidencias e influencias internacionales en el proceso chileno, hemos procuradoser rigurosos al interrelacionar las cadenas causales exgenas con las endgenas. Aunque todofenmeno societario se desarrolla "in situ", concurren factores externos -en el caso chileno la Alianza parael Progreso, las repercusiones de la revolucin cubana y, a mediados de la dcada del `80, la implantacindel modelo neoliberal, adems del impacto de la cada del llamado "socialismo", con comillas, real sincomillas- en la determinacin de los fenmenos internos, teniendo sumo cuidado en sealarmecnicamente que la causa prioritaria es la exgena o, a la inversa, como nico factor las causas internas,apreciacin parroquial corriente en muchos historiadores de nuestro pas, con visin provinciana, quegeneralmente no consideran el contexto internacional del perodo histrico chileno que analizan.

    Tambin trabajamos con la metodologa de Historia Comparada, que es fructfera parainterpretar las tendencias generales de Amrica Latina y sus especificidades en cada pas, particularmenteChile, con el fin de analizar lo que suceda en otras naciones respecto de la aplicacin de las recetasnorteamericano-europeas, del ascenso, estancamiento o retroceso de movimientos sociales, de lasexpresiones polticas populistas, los procesos de democratizacin, los fenmenos de accin-reaccin ocontrarreforma, expresados en Brasil en 1964 con el inicio de golpes militares de nuevo tipo.

    Para el anlisis especfico del acaecer chileno de 1964-1994, empleamos diversas categorasterico-metodolgicas, como los perodos de mediana y larga duracin, tratando de precisar que stos nodeben medirse por una determinada cantidad de aos, sino por las tendencias generales de la sociedad enun lapso determinado. Los de mediana duracin pueden durar aproximadamente entre 5 10 aos; los de

    larga duracin son ms fciles de ser detectados, pudiendo prolongarse entre 20 y 50 aos y, obviamente,mucho ms, sobre todo en los ciclos econmicos de onda larga, como lo ha demostrado Kondratiev. Encambio, para lapsos histricos breves, aunque relevantes, preferimos trabajar con el concepto decoyuntura en vez del "tiempo de corta duracin", que no permite precisar el momento de condensacinde los procesos de estructura y coyuntura, donde lo concreto es la expresin de mltiples determinacionesde la unidad en la diversidad contradictoria del suceder histrico.

    Aunque el aporte de Braudel fue relevante, no coincidimos con su apreciacin sobre el tiempo dela "historia episdica", el tiempo de la "historia coyuntural" y el tiempo de la "historia estructural". Anuestro modo de comprender, existe una sola historia desde la gnesis y evolucin de un proceso quetranscurre en una Formacin Social, donde la coyuntura condensa procesos de estructura de larga data,como sucedi en la Revolucin por la Independencia con el impacto de la invasin napolenica a Espaay la creacin de Juntas criollas.

    Hemos tenido, entonces, que cuestionar el criterio de que lo sincrnico es el momento deconfluencia de las "estructuras" y de que lo diacrnico slo expresa el transcurrir de los hechoshistricos en el tiempo. A nuestro juicio, no se puede explicar lo sincrnico si no se estudia la gnesis del

    proceso. Para quienes hemos hecho un corte epistemolgico con las escuelas historicista y estructuralista,las manifestaciones de la sociedad se expresan tanto en lo sincrnico como en lo diacrnico .

    El historiador puede dar una explicacin de la gnesis de los procesos, que no se limita a unamera cronologa o enumeracin de hechos, sino que es el producto de la interrelacin de los fenmenos,tratando de aplicar el mtodo de abstraccin. Es decir, partiendo del concepto hegeliano-marxista de quelo ms concreto es lo ms abstracto, en el sentido profundo de la abstraccin filosfica, y de que lo

    abstracto es lo ms concreto, el investigador puede formular generalizaciones mediante la abstraccin delos hechos de la realidad, sealando las tendencias de los procesos e inclusive la regularidad de algunos

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    4/87

    de ellos, sin la pretensin de establecer leyes histricas.

    Aunque como historiadores siempre consideramos el tiempo cronolgico, que es contnuo ylineal, preferimos trabajar con la categora de tiempo como desarrollo, que es discontinuo y multilineal,expresando la continuidad-discontinuidad, los fenmenos de ruptura y nueva continuidad en los procesos

    de mediana y larga duracin, como hemos tratado de aplicar a los gobiernos de Frei, Allende y Pinocheten los que gravit la Intensidad, al decir de Sergio Bag, como otra dimensin del tiempo, reflejada en lavelocidad de los cambios; porque en definitiva, para nosotros, la Historia es la ciencia social queinterpreta la esencia del tiempo, no la mera descripcin de momentos. Esta apreciacin es ms vlidaan para el estudio del tiempo en la relacin Sociedad humana-Naturaleza-Ambiente, que analizamos enla ponencia presentada en mayo de 1998 al Seminario de la Sociedad Geolgica, efectuado en la Facultadde Ciencias Fsicas y Matemticas de la Universidad de Chile.

    Hemos manejado la categora de continuidad histricateniendo siempre presente la discontinuidad y el desarrollo desigual, articulado, combinado yespecfico diferenciado, insistiendo ms en la unicidad contradictoria de los procesos -como fue el casode los gobiernos de Frei y Allende- que en una continuidad supuestamente lineal. El curso diferente de

    ambos gobiernos y, sobre todo, sus desenlaces, es lo que determina su especificidad.

    La Dependencia -que a nuestro juicio no es una teora sino una categora de anlisis- es clave para estudiar las relaciones de Chile con las grandes potencias y cmo enfrentaron esa dependenciaestructural los gobiernos de los ltimos 30 aos, cuestin troncal para analizar la aplicacin de los"modelos" econmicos desarrollista, monetarista y neoliberal en nuestro pas.

    Para interpretar a cabalidad este perodo, hemos procurado analizar las concepciones sobre elpapel del Estado que predominaron en los gobiernos de Frei, Allende, Dictadura militar y Concertacin,sobre todo en la relacin del Estado con la sociedad civil, la economa, cultura, educacin y polticaagraria y minera.

    Hemos procurado distinguir entre intervencionismo del Estado en la economa, dictando polticaseconmicas, con inversin directa de capital estatal, que a menudo se confunde con capitalismo de Estado.En Chile -como en el mundo de 1930 a 1980, al calor de las teoras keynesianas -fue generalizada no slola intervencin del Estado en la economa, que provena desde fines del siglo XIX con Balmaceda, sino lainversin directa de capital estatal que complementaba las inversiones de la burguesa, en funcin de losintereses del capitalismo y de la propia clase dominante.

    Este proceso, que vena dndose desde la dcada de 1930 en el Chile entre los dos Alessandri -mal que le pese a los economistas e historiadores conservadores- se acentu durante el gobierno de Frei y,sobre todo, bajo la presidencia de Allende, como se estaba dando en Venezuela, Mxico, Brasil, Argentinay otros pases latinoamericanos, que no tenan precisamente gobiernos de izquierda, porque as eran lasfunciones que el capitalismo de esa poca haba asignado al Estado. A fines de la dcada de 1970, ladictadura militar comenz a cambiar ciertas funciones del Estado segn las normas que iban a decantar amediados de los `80 en el modelo neoliberal, pero siempre mantuvo la estatizacin del cobre que, porotros tantos azares de la historia, heredaba del gobierno "marxista" de Salvador Allende, como lo

    probaremos en los siguientes captulos.

    El tratamiento de la categora Estado, ms all de la esquemtica relacin estructura-superestructura, nos ha permitido redimensionar el concepto de lo poltico, como punto de condensacinde la lucha de clases, no restringindolo a los partidos sino amplindolo a todas las manifestacionessociales y culturales que se politizan en sus luchas contra la clase dominante. La comprensin de lacategora Estado-nacin, importada desde la Europa decimonnica, nos permiti entender que suaplicacin mecnica por los gobiernos chilenos ya mencionados no hizo ms que continuar la tradicin

    discriminatoria, soslayando el carcter de nacionalidad originaria de los mapuches, aymaras y otrospueblos-naciones.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    5/87

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    6/87

    La intervencin de los militares en la poltica -tanto a travs de golpes como de su "poderfctico" durante los gobiernos de Frei y Allende- fue otra de las reas de difcil interpretacin por cuantoexistan pocos estudios sobre el tema antes de 1973, salvo el de Alain Joxe y uno que otro ensayo.Despus del golpe militar surgieron aportes, como los de Hernn Ramrez Necochea, Augusto Varas,Hugo Frhling, Carlos Portales, Maldonado-Quiroga y las contribuciones del Centro de Estudios

    "Avance", adems de los recientes libros de Sergio Vergara y Dauno Ttoro. Fundamentamos el anlisisdel papel de las Fuerzas Armadas en estos ltimos 30 aos, en el libro que Marcelo Alvarado y el quesuscribe hemos entregado a prensa: "La intervencin de los militares en la poltica chilena. 1823-1998".

    Importante tarea fue detectar las expresiones de sectarismo, que se dieron tanto entre los partidosde izquierda como en los de Derecha y el Centro-burgus durante los procesos polticos de 1964 a 1973 y,

    brutalmente, en los largos aos de la dictadura militar.

    Para el estudio de sta y otras temticas, nos dimos cuenta de que tenamos una debilidad y, a lavez, una fuerza: asumir la doble funcin de historiadores y partcipes del proceso. Este nuevo quehacer dehistoriador: ser investigador-testigo de poca, nos permita hablar por la boca del tiempo y nos convertaen transmisores de aspectos de la historia oral, pero conscientes de la poca distancia que tenamos respecto

    del perodo que abordbamos, complejo problema para el historiador que al mismo tiempo ha sido partcipe de algunos momentos de la vida social y poltica que describe. Como no somos imparciales,aunque aspiramos a ser objetivos, tuvimos que tratar de sobremontar la terminologa, especialmente loscalificativos y las descalificaciones que brotaban de un contexto que habamos vivido. Con pasin pero sinapasionamiento ciego emprendimos esta difcil tarea, que los lectores dirn hasta que punto la hemoslogrado.

    Desde el primer momento, sabamos que haba que estudiar este perodo escasamente analizadopor la historiografa, hecho explicable para los aos de la dictadura militar y de la Concertacin, dada lacercana del tiempo, pero no para los gobiernos de Frei y Allende, ocurridos hace ms de 30 aos, lo quedemuestra una vez ms que la ciencia histrica sigue su camino tradicional, aunque algo ha avanzado

    porque no hace muchos aos las Historias de Chile llegaban slo hasta 1890. De todos modos, aunque conmuy poca bibliografa, nos metimos en las hemerotecas, actas institucionales, centros culturales, archivosde movimientos sociales, novelas, poesas, cinematecas, videotecas, revistas de economa, poltica,cultura, en la historia oral y en el procesamiento de las Memorias escritas o dictadas por personajes depoca, aunque tenemos serias reservas sobre este tipo de fuente histrica, generalmente sesgada por lacompulsin que tienen estos autores de justificar su pasado para proyectar su imagen a las futurasgeneraciones y, en particular, a los historiadores.

    Acerca de la relatividad de la verdad histrica

    La necesidad de escribir los ltimos 30 aos de la Historia de Chile, planteada recientemente conurgencia por el propio Senado, especialmente los perodos de Allende y Pinochet, ha puesto de nuevosobre el tapete la tan debatida problemtica sobre la verdad absoluta y relativa de la Historia, comodisciplina.

    Para Gonzalo Vial, autor de varios fascculos sobre el tema, de Ricardo Krebs, encargado deredactar el captulo sobre el rgimen militar de la llamada "Nueva Historia de Chile" de la UniversidadCatlica, de Enrique Campos Menndez y otros adscritos a la historiografa tradicional conservadora, esuna verdad absoluta que los militares "salvaron a Chile del caos".

    Sin embargo, ms frecuente y mayoritario es el sector de partidarios de la relatividad de la verdadhistrica y del criterio de que la historia la hacen los historiadores, segn diferentes puntos de vista.

    Una vez ms se confunde entre la Historia, como disciplina, y la historia real que han vivido las

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    7/87

    sociedades, porque decir que la historia la hacen los historiadores es, adems de una concepcin elitista,una aberracin, puesto que la historia la hacen los pueblos. Sin esa historia, no existira la Historia, comodisciplina cientfica. Obviamente, los historiadores tenemos distintas concepciones historiogrficas parareconstruir el pasado, pero pontificar sobre la verdad relativa conduce a renunciar al anlisis objetivo. Sin

    proponrselo, el relativismo es la "madre de todos los males", pues da paso a que el conjunto de la

    sociedad pueda opinar livianamente que hay tantas Historias como historiadores, buen caldo de cultivopara los idelogos que quieren arrebatar a los pueblos el lan vital de las fuerzas de la historia. Con estaconcepcin, siempre sera relativo decir que Frei y Allende abrieron un profundo proceso dedemocratizacin y que la Junta Militar, presidida por Pinochet, fue la dictadura ms brutal y prolongada dela Historia de Chile. Asimismo, con esta mirada se podra llegar hasta decir que es relativa la apreciacinde que los sucesos de 1810 constituyeron en Amrica Latina la primera gran Revolucin Anticolonial dela historia universal, o que Balmaceda fue uno de nuestros ms preclaros presidentes nacionalistas delsiglo XIX, o de que es una verdad relativa que Arturo Alessandri produjo una ruptura con la tradicin delos gobiernos oligrquico-terratenientes.

    El relativismo ha recobrado nuevos bros bajo la cultura consensuada, con apariencia noconflictiva, del "neoliberalismo", cuyos idelogos pretenden ignorar o declarar obsoletas las

    interpretaciones de los precursores de la Historia Social, como Julio Csar Jobet, Hernn Ramrez Necochea, Marcelo Segall, Tulio Lagos y Jorge Barra, entre otros. Ms an, por boca del ex-ministroBrunner, se han atrevido a decretar el fin de la sociologa y, por supuesto, el fin de la disciplina histrica,reemplazndolas por la "realidad virtual" y la imaginacin novelstica. Afirmacin que alienta a quienesdesean relativizarlo todo -menos la globalizacin y el mercado- y especialmente los conocimientosacumulados por la ciencia histrica, sobre todo la no tradicional.

    Hasta pueden relativizar el problema de la Identidad chilena y latinoamericana, en aras de lamentada "aldea global", como asimismo un hecho indiscutible: la ntima relacin de la Sociedad humanacon la Naturaleza y el deterioro ambiental, con tal de salvar la responsabilidad de la clase dominantemundial, que ha puesto a la humanidad al borde de terminar con la vida en este planeta Tierra, que as

    como surgi hace millones de aos tambin puede desaparecer si no se detiene la voracidadantropocntrica de este capitalismo monoplico en su fase II, disfrazado de neoliberal.

    Durante ms de un siglo, la problemtica de la verdad histrica polariz a las corrientesabsolutistas y relativistas de la historia. Mientras las primeras sostenan la posibilidad de alcanzar laverdad absoluta, las segundas opinaban que todo conocimiento histrico era tan relativo que no erafactible alcanzar ningn tipo de verdad. La Historia, como estatuto cientfico, qued as reducida a unidealismo subjetivo, slo existente en el pensamiento del historiador. Las crticas de Croce a los

    positivistas e historicistas de la escuela tradicional de Ranke fueron correctas, pero su concepcin de quepueden existir tantas versiones de la historia como corrientes historiogrficas condujo, sin que l se lopropusiera, a pavimentar el camino del relativismo gnoseolgico.

    A nuestro juicio, slo existe un proceso de aproximaciones sucesivas en la reconstruccin delpasado, que se van enriqueciendo a medida que se avanza en teora y metodologa y que las nuevasfuentes y explicaciones son contrastadas con la vida real de las sociedades. Aproximaciones a la verdad nosignifica relativismo filosfico, para el cual lo verdadero y lo falso son siempre subjetivos, pavimentandoel camino hacia el agnosticismo.

    Cada aproximacin a la verdad tiene carcter de transitoriedad porque dialcticamente niega laafirmacin precedente, aunque contenindola y superndola. Ese caminar no tiene fin, pues no hayninguna verdad absoluta a la cual llegar, lo que estrechara el espacio abierto a la permanente creatividadintelectual.

    La Ideologa tiene una ntima relacin con la teora del conocimiento y la verdad histrica. Es unfenmeno mental de inversin o deformacin de la realidad al servicio, deliberado o no, del quehacer de

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    8/87

    una clase o fracciones de ella, de una posicin filosfica o de partido, que conduce a racionalizaciones quedeforman la realidad. Aunque es impuesta por la clase dominante para enmascarar sus intereses, nosignifica que sea una mera mistificacin, puesto que por su grado de cohesin social y vivencial esasumida por la mayora de la sociedad, por aquello que dijo un hombre barbudo que an goza de buenasalud: la ideologa predominante de una sociedad es la ideologa de la clase dominante. La llamada "falsa

    conciencia"- que no por ser falsa deja de ser real, a tal punto que permea la existencia de los propiosoprimidos- es una de las manifestaciones ms deformantes, por su incidencia en la praxis cognoscitiva.

    En fin, ser objetivo, sin caer en el objetivismo, no significa ser imparcial, sino tratar de analizarcientficamente los hechos del pasado con una teora para investigar la realidad. Una teora sin estudio delos hechos no tiene bases slidas, pero una investigacin sin teora es una acumulacin de datos, que

    pueden servir a cualquier postulacin relativista. Es deber de todo historiador incorporar inclusive losdatos que puedan aparentemente contradecir sus hiptesis iniciales, como lo hemos intentado hacer en estelibro con los gobiernos de Frei, Allende, Pinochet y Aylwin.

    Nuestro principal inters no es hacer una prediccin de lo que hubiera ocurrido en Chile si lospartidos de izquierda hubieran aplicado tal o cual tctica poltica, sino de analizar realmente lo que ocurri

    en esos 30 aos. Tampoco centrar nuestro anlisis en una polmica con los escasos historiadores que hanescrito sobre ese perodo. Lo hacemos sin descalificarlos, mostrando nuestros desacuerdos generales,como lo hace Luis Moulin en el captulo sobre Balance Historiogrfico. A las omisiones y aseveraciones

    puntuales de ellos sobre hechos concretos, contestamos con la documentacin que hemos procesado,como lo hacen en los captulos respectivos Sandra Palestro, Vernica Salas, Luis Cruz, Oscar Ortiz,Hernn Soto y Marcelo Alvarado.

    Entre los colaboradores, seguramente faltan connotados historiadores, pero este esclavcrata de lainvestigacin -el tiempo lineal- no ha permitido contar con ellos para la elaboracin de ciertos captulos enlos cuales son especialistas. De todos modos, esperamos sus contribuciones crticas para enriquecer elestudio de estos convulsionados ltimos treinta aos. Estamos abiertos a modificar nuestras apreciaciones

    en este camino de aproximaciones sucesivas a la verdad, por aquello de que la verdad siempre esrevolucionaria. Una vez ms, no somos depositarios de ninguna verdad absoluta. Tampoco imparciales,aunque aspiramos a ser objetivos en la investigacin, no objetivistas.

    Santiago, marzo de 1999.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    9/87

    Captulo II

    El primer gobierno DC: Eduardo FREI Montalva

    Los dirigentes demcrata-cristianos, que por primera vez en la historia de Chile asumieron elgobierno en 1964, eran los mismos de la generacin socialcristiana de principios de la dcada de 1930,

    pero otros, con ms experiencia pero con menos conviccin en la realizacin de facetas de su utopa y,sobre todo, con esa ambicin de poder que emanaba de sus tres dcadas de acuerdos y compromisos

    polticos con fuerzas extraas a su estrategia comunitaria.Bernardo Leigton, Eduardo Frei y otros fueron inspirados por el contemido social de la Encclica

    Rerum Novarum (1891), por Juan Concha y Tizzoni, precursores chilenos de ideas sociales cristianas aprincipios del siglo XX. Haban ledo con pasin las crticas de la Iglesia al rgimen liberal burgus,conmovidos por la encclica Quadragsimo Anno (1931), por la accin de Marc Sangnier, organizador delgrupo "Le Silln" -aunque diferan de l por sus crticas a la Iglesia- y especialmente influidos por larevista "Esprit" dirigida desde 1932 por Enmanuel Mounier; seguan con atencin las experienciassociales de las Juventudes Obreras Catlicas y la formacin del Secretariado Internacional de GremiosCristianos.

    El pensamiento de Jacques Maritain 1 fue determinante en la formacin poltica de la generacin

    chilena socialcristiana, especialmente por sus sugerencias prcticas para llevar adelante la filosofaneotomista, entre ellas: la sociedad no ser individualista ni colectivista, no supresin sino paso delcapitalismo privado al servicio del trabajo, la copropiedad de los medios de trabajo 2 y otros postuladosque oscilaban entre la utopa y la ingenuidad ante los capitalistas. Sin embargo, una idea clave de Maritainsedujo a la generacin de Ignacio Palma, Manuel Garretn, Eduardo Frei y Bernardo Leighton: crear

    partidos socialcristianos pero no confesionales como eran los partidos conservadores, cuyos afiliadosdeban ser obligadamente catlicos e incondicionales de la Iglesia. A esa idea de Maritain apost lageneracin chilena del 30, creando un partido de inspiracin cristiana pero con la amplitud suficientecomo para integrar a protestantes y otros no muy creyentes.

    Basados en esta tctica, los lderes de la juventud del Partido Conservador (Frei tena 27 aos)fundaron la Falange Nacional en 1935, escindindose del tronco pelucn en 1938, como protesta por elapoyo de su partido al magnate Gustavo Ross Santa Mara, con el fin de apoyar al gobierno del FrentePopular, presidido por Pedro Aguirre Cerda, con la intencin de limar algunas aristas demasiados filudaslevantadas por cierta izquierda socialista, objetivo que hizo explcito un sacerdote en carta al Papa: "Enrealidad creo que la actitud de la Falange, discutible polticamente, no ha podido tacharse de anticatlicaen ningn momento y ha procurado proceder de acuerdo con la Autoridad Eclesistica; su poltica a vecesdemasiado candorosa y crdula, ha sido tender la mano a las izquierdas para suavizar la situacin e

    1 JACQUES MARITAIN: Humanismo Integral, Ed. Ercilla,Santiago, 1941; Para una Filosofa de la Persona Humana, Ed.Letras, Santiago, 1938; Problemas espirituales y Temporales deuna nueva cristiandad, Ed. Fides, Buenos Aires, 1936.

    2 Idem, especialmente Humanismo Integral,p.116,158,185,261.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    10/87

    impedir un rompimiento con la Iglesia y una revolucin social, y creo que puede decirse que lo hanconseguido; han sido un elemento de pacificacin" 3

    El apoyo de la Falange al Frente Popular, acogido con beneplcito por Aguirre Cerda, un radicalno hostil con la Iglesia, volvi a ratificarse con ocasin de la candidatura presidencial de Juan Antonio

    Ros, quien design en 1945 Ministro de Fomento al joven Frei, de 34 aos, que pronto renunci ante lamasacre de la Plaza Bulnes ordenada por el Vice-Presidente Alfredo Duhalde en 1946. No obstante, laFalange, que ya contaba con tres diputados, Manuel Garretn, Radomiro Tomic y Ral Ceardi, dio unnuevo viraje al ao siguiente optando por el candidato presidencial de la Derecha: Eduardo Cruz-Coke,conservador socialcristiano en su juventud.

    Aunque derrotada en esa contienda electoral, la Falange continu ejerciendo influencia poltica eintelectual al crear, por iniciativa de Mario Aguirre y Gabriel Valds, la importante Editorial del Pacfico ygenerar nuevos pensamientos con los libros de Alejandro Magnet, Ismael Bustos, Jaime Castillo V. y los

    jvenes investigadores Jacques Chonchol y Julio Silva Solar, adems de la produccin intelectual deEduardo Frei.

    Bajo el gobierno de Gabriel Gonzlez Videla, la Falange prosigui su trayectoria zigzagueante.

    De la oposicin cerrada pas a integrar el gobierno. Haciendo caso omiso de la poltica autoritaria deGonzlez Videla, que haba expulsado de su administracin a los tres ministros comunistas, apoy elPacto Militar con los Estados Unidos, terminando por incorporarse al gobierno a travs de BernardoLeighton, designado Ministro de Educacin, e Ignacio Palma Vicua como Ministro de Tierras yComunicaciones.

    "De nuevo nos encontramos -dijo Leighton- con los conservadores en una misma lnea. Entramosal gobierno para continuar sosteniendo una interpretacin de la doctrina socialcristiana, en el sentido deque ella sirviera de instrumento a los trabajadores. Fue, sin duda, una actitud responsable la nuestra,

    polticamente responsable; tal vez partidistamente pudo ser un error, porque el chileno comn nocomprendi que un partido como el nuestro, que estaba en la oposicin, se trasladara al gobierno"4.

    Asimismo, Frei trat de justificar este comportamiento poltico en los siguientes trminos: "es un hechoreal que cualquiera que sean los errores, que no ignoramos, ni las limitaciones que reconocemos de laactual frmula poltica de centroizquierda, ella representa potencialmente la solucin ms equilibrada y

    posible para gobernar" 5

    Aos ms tarde, Rafael Agustn Gumucio reflexionaba sobre los pasos de estos dirigentes no tanjvenes de la Falange: "al integrarse con otros partidos perdi singularidad ideolgica. An cuando debeanotarse que desde 1957 a 1964 esa prdida de singularidad rupturista fue ms leve que en el futuro", 6refirindose, quizs, a la campaa presidencial de Frei en 1958, teida de reformismo y concesiones

    polticas a su Comando de Independientes7 para ganar o restar votos a la candidatura derechista de Jorge

    3 ALEJANDRO MAGNET: El Padre Hurtado, Ed. del Pacfico,Santiago, p. 254.

    4 BERNARDO LEIGHTON: "Partido Demcrata Cristiano", en ellibro Pensamiento de los Partidos Polticos de Chile, Ed.Ciencias Polticas y Administrativas de la Universidad de Chile,1952, p. 9.

    5 EDUARDO FREI M.: El socialcristianismo, Ed. del Pacfico,Santiago, 1961, p. 4.

    6 RAFAEL AGUSTIN GUMUCIO:Apuntes de medio siglo, Ed. Chile

    Amrica-CESOC, Santiago, 1994, p. 133.7 RAFAEL AGUSTIN GUMUCIO: "De la Falange a la Democracia

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    11/87

    Alessandri.

    Durante la dcada de 1950, el socialcristianismo chileno se convirti en un partido con vastainfluencia popular. Para enfrentar la candidatura presidencial de Ibez en 1952 intent levantar unacoalicin de centro-izquierda con el Partido Radical, llegando Frei a la ltima vuelta, pero el PR quebr la

    alianza. En 1953, fue creada la Federacin Socialcristiana con la Falange Nacional y el nuevo grupoescindido del conservantismo -liderado por Horacio Walker, Pablo Larran, Pedro Undurraga y JorgeMardones Restat- Partido Conservador Socialcristiano, los cuales se fusionaron en julio de 1957, dandonacimiento al Partido Demcrata Cristiano. Pronto se sum un sector del Partido Democrtico Nacional(PADENA), el diputado ibaista Jose Musalem y el ex-conservador Tomas Pablo, con lo cual larepresentacin parlamentaria de la flamante DC alcanz a 14 diputados y un senador por Santiago:Eduardo Frei, elegido en tal cargo por segunda vez, pues la primera se dio en 1949 por Coquimbo yAtacama. La militancia de nuevos y connotados polticos, provenientes de otras tiendas aumentaba, almismo tiempo que se resentan los queridos ideales de antao.

    La generacin del 30 comenz a vislumbrar la posibilidad de convertirse en alternativa de poder,estimulada por las tendencias polticas europeas de postguerra. Las grandes potencias mantenan su

    poltica de "guerra fra" para frenar la revolucin anticolonial asitica y africana, que en algunos pases,como China, Corea e Indochina transit por el camino de la liberacin tanto nacional como social. Pero, almismo tiempo, la clase dominante comprendi que no poda seguir dando apoyo a partidos derechistasdesprestigiados e incapaces de mediatizar las grandes movilizaciones huelgusticas de los trabajadores deItalia, Francia, Alemania y Blgica.

    Se necesitaba, entonces, alentar la creacin de nuevos partidos capaces de canalizar las protestaspopulares; partidos que disputaran la hegemona a los socialistas y comunistas; nuevos partidos con unatica e ideologa coherente que pudiera dar renovada esperanza a la frustrada generacin de postguerra;

    partidos, en fin, que fueran parte de una corriente mundial de pensamiento capaz de disputar el apoyopopular a la otra corriente, tambin mundial: el socialismo, en pujante ascenso.

    As comenz a estimularse el desarrollo de los Partidos Demcrata Cristianos, sin desecharalianzas con las corrientes tradicionales de derecha. Pronto se form la Unin Mundial DemcrataCristiana (UMDC), conquistando rpidamente el gobierno en Alemania en 1950 con la CDU, dirigida porKonrad Adenauer; en Italia con Alcides de Gsperi y Amintore Fanfani; en Francia en 1947 con elMovimiento Republicano Popular (MRP) de Robert Schuman, en coalicin con los radicales ysocialdemcratas; en Blgica en 1950, luego de la renuncia del rey Leopoldo en favor de su hijo Balduno,convirtindose el partido social-cristiano en la primera fuerza electoral en las elecciones de 1958.

    Este avance tambin se empezaba a dar en Amrica Latina, con la fundacin de la ODCA(Organizacin Demcrata Cristiana de Amrica) y el papel desempeado por el COPEI venezolanodespus de la cada del dictador Prez Jimnez en 1958, encabezado por Rafael Caldera, dando respaldo algobierno electo de Rmulo Betancourt de Accin Democrtica; del Movimiento Demcrata Cristiano(1955) en Paraguay, el Partido Social Cristiano de Nicaragua, constituido en 1955, el PDC guatemalteco,fundado ese mismo ao, el PDC peruano, que dio apoyo a Belande Terry, el PDC uruguayo, organizado

    Cristiana", Apndice al libro de RICARDO BOIZARD: La DemocraciaCristiana en Chile, Ed. del Pacfico, Santiago, Santiago, 1963,p. 321, 323 y especialmente 324: "El falangista comn no sesenta a gusto al verse frenado en sus impulsos naturales y nocomprenda a algunos dirigentes independientes, cuyaidiosincracia los mova a desear un reformismo moderado (...)Con razn, muvchos se preguntarn por qu, si la Falange tena

    reservas de la forma como se estaba llevando la campaa, noreaccion contra esos errores imponiendo otra lnea".

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    12/87

    por Juan Pablo Terra, los ncleos DC de Argentina, dirigidos por Juan T. Lewis y despus por HoracioSueldo, la Unin Cviva Nacional de Panam creado en 1955, al igual que el PDC boliviano y laDemocracia Cristiana Ecuatoriana, adems del Partido Revolucionario Social Cristiano de RepblicaDominicana, organizado en 1962. Al mismo tiempo, se creaba la Central Latinoamericana de SindicatosCristianos (CLASC), que luego se llam CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores).8

    En Chile, el PDC experiment en pocos aos un notable avance, influenciando a vastos sectoresde trabajadores y capas medias, que simpatizaban con postulados de la Declaracin de Principios de laPrimera Convencin Nacional, efectuada en 1957: "La DC afirma que el poder econmico no debedescansar ni en los individuos animados por el afn de ganancia ilimitada ni en el Estado monopolista. Laeconoma humana tiende a agrupar a los hombres en comunidades de trabajo, dueos del capital y de losmedios de produccin y concordante en sus objetivos, y a convertir el Estado, como rector del biencomn, en expresin superior de esa va comunitaria".

    En la eleccin presidencial de 1958 Frei, al calor de la consigna "La Verdad tiene su hora", elmismo nombre que su libro, obtuvo cerca de 250.000 votos, creciendo en nmero de afiliados con laincorporacin de un sector de medianos propietarios agrcolas del Partido Agrario Laborista, pero

    perdiendo en homogeneidad social. A principios de la dcada de 1960 era una de las fuerzas principales en

    el movimiento estudiantil, cooperativo, sindical, de pobladores y, sobre todo, en los gremios deempleados, profesionales y tcnicos. Esta influencia lo convirti en el primer partido poltico del pas enlas elecciones a regidores de abril 1963, al obtener el 23% de los votos.

    Una novela de poca nos cuenta el fervor de los jvenes socialcristianos de capas medias por estarjunto a los pobres. Se trata de la novela Mara, de Carmen Valle, seudnimo de Blanca Subercaseaux deValds (Ed. Del Pacfico, Stgo., 1965). Transcurre en Santiago, a principios de los `60, retratando a una

    joven de origen pequeo burgus, llamada Mara, que despus de haber conocido a muchachos catlicosdecide ir a vivir a una poblacin "marginal" de los areneros de Las Condes. En la novela se aprecia queeste acercamiento a los pobres tena un carcter paternalista. El joven idelogo, Marcos, deja luego susideales por una frustracin amorosa y se convierte en empresario. Y as sucede con varios de los

    personasjes socialcristianos. La nica consecuente es Mara.

    El libro Las Fuentes de la Democracia Cristiana de uno de sus principales tericos, JaimeCastillo Velasco, editado en 1963, dio mayor densidad de pensamiento a la DC, mstica de cambio y unaestrategia hacia la sociedad comunitaria, pero dialcticamente ahond la contradiccin entre la direccin yla base que empez a creer en una nueva utopa, en una sociedad distinta a la del capitalismo. Castillo seremont a la historia para demostrar la rebelda de los tiempos de Jess, diferenciando los momentos enque el "Cristianismo acta en calidad de ideologa rebelde" y los perodos de una "cierta realizacin de lasideas cristianas" (pgina 31) y otros temas que me permit polemizar en mi libro Esencia y Apariencia dela Democracia Cristiana, publicado en 1964 por la Imprenta Arancibia. Esta contradiccin entre el idealcomunitario y la praxis concreta de la DC en el gobierno se hizo permanente durante y despus de la

    presidencia de Eduardo Frei, porque la Juventud crey realmente en una "revolucin en libertad" y en elhumanismo integral que sus maestros predicaron.

    8 Ver la gnesis y evolucin de estos PDC en los siguientestextos. J.E. RIVERA OVIEDO: Los socialcristianos en Venezuela,Ed.Centauro, 2 edicin, Caracas, 1977. CALDERA, Rafael:Especificidades de la Democracia Cristiana, Caracas,1961.BLANCA, Carlos: Construir el Partido: nuestra tarea. ComitDep.PDC,Lima, Lima. BARRIGA, Luis: Notas sobre la DemocraciaCristiana en Ecuador, Caracas, 1984. PARERA, Ricardo: LaDemocracia Cristiana en Argentina, Ed.Nahuel,Bs.As. 1967.JARAMILLO, Francisco: La Democracia Cristiana colombiana, Ed.del

    Caribe,Bogot,1962.BRENA, Toms: La Democracia Cristiana emUruguay, Montevideo, 1946.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    13/87

    Mi libro sobre la Democracia Cristiana fue el resultado de una larga investigacin iniciada amediados de la dcada de 1950, cuyo primer avance fue un artculo que publiqu en enero de 1957 en el

    peridico "Frente Obrero", rgano del POR. Enterado Allende de este trabajo, por intermedio de su amigoLabarca, me invit en febrero de 1964 a su casa de Guardia Vieja.

    De inmediato me pregunt: Usted cree que la candidatura de Frei es la nueva cara de la Derecha,

    como dicen mis compaeros de izquierda?. Le respond con otra pregunta: Y usted que opina?. - No pushombre, cmo voy a decir semejante barrabasada, cuando es pblico y notorio que el programa de Freisignifica una ruptura con la tradicional posicin de la Derecha. Lo que hay que hacer de inmediato es daruna batalla en el frente ideolgico, desentraando el verdadero pensamiento de la DC y sus diferenciascon nosotros. Por eso, le pido que termine lo ms rpidamente posible su investigacin. -Mire, compaeroAllende, yo no hago libros por encargo. Lo que podra intentar es un resumen de unas 300 pginas quetengo escritas para ser entregadas luego a la Imprenta Arancibia, porque usted sabe que he sido condenadoy relegado a Curepto, a raz de la huelga general que convoc el presidente de la CUT, nuestro queridoamigo Clotario Blest, para impedir que Alessandri rompiera las relaciones diplomticas con Cuba.

    Ciertas contradicciones las haba detectado Julio Silva Solar, primero como coautor con Jacques

    Chonchol en Hacia un mundo comunitario (1950) y luego en su libro A travs del marxismo: "Serainsensato suponer que un movimiento histrico de esta envergadura va a concluir en alguna de la variadagama de reformas de la empresa, participaciones, cogestiones y dems ofrecimientos que se proponencomo solucin. E incluso, la misma propiedad comunitaria se falsifica al plantearla en el terreno de laempresa.9

    Ante la incapacidad de los partidos tradicionales de la burguesa para mediatizar las luchassociales de esa poca, importantes miembros de la Cmara de Comercio, agricultores de nuevo cuo queaspiraban a una mayor liberalizacin de la mano de obra asalariada y, sobre todo, empresarios industrialesque demandaban una ampliacin del mercado interno para sus productos, vieron en la DemocraciaCristiana la mejor salida para consolidar y modernizar la estructura capitalista de Chile, pues garantizaba

    las relaciones comerciales con Estados Unidos y Europa occidental, como lo haba demostrado la bancadafalangista en 1955 al votar favorablemente la ley del "Nuevo Trato al Cobre" y el "Referndum Salitrero",que beneficiaban a las Compaas extranjeras. Paralelamente, gran parte de la pequea burguesa y capasmedias asalariadas, intelectuales, profesionales y tcnicos, desilusionados del Partido Radical, comenzarona polarizarse en torno al PDC.

    Casi coetneamente, las administraciones norteamericanas, en particular el presidente JohnKennedy, aconsejaron a las clases dominantes latinoamericanas y, especialmente, a los partidos de Centro,un plan de reformas destinadas a neutralizar el impacto de la Revolucin Cubana, condensadas en el

    proyecto denominado "Alianza para el Progreso".Mientras tanto, la izquierda, especialmente el PC, exploraba la posibilidad de levantar un

    candidato de transaccin entre el FRAP y la DC, cuyo nombre podra ser Baltazar Castro. Inclusive, un aladel PS cuestionaba a Salvador Allende. A fines de 1963, Allende nos invit a su oficina del Senado aClotario Blest, Enrique Seplveda y a m para comunicarnos el curso de estas negociaciones y su decisinde presentarse, aunque fuera sin el apoyo de esos partidos, como candidato a las elecciones presidenciales,

    para lo cual solicitaba especialmente el apoyo de Clotario Blest, que recin haba dejado la presidencia dela Central Unica de Trabajadores.

    Meses despus, rechazada por la DC la negociacin de un candidato independiente, Allende fue proclamado por el FRAP y los independientes, que en julio de 1964 crearon el Movimiento deIndependientes de Izquierda (MIDA), integrado por figuras como Guillermo Garca Burr, Carlos VasalloR., Max Nolff, Jos Santos Gonzlez Vera, Gonzalo Rojas, el Dr. Alfonso Asenjo y por un importantesector de militares en retiro, encabezados por Teodoro Ruiz, Oscar Squella, Ernesto Rejman y por un

    9

    JULIO SILVA SOLAR: A travs del marxismo, Ed. delPacfico, Santiago, 1951, p. 132.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    14/87

    Frente Cvico Militar, representado por Manlio Bustos. La campaa de Allende iba creciendo a travs dela propaganda de los miles de Comits Independientes que se fueron creando.

    En ese momento, se dio amplia publicidad a un libro firmado con el seudnimo de Perceval,titulado Gan Allende!, donde se presentaba a un Chile imaginario arrasado en lo poltico, econmico ycultural por un gobierno extremista; libro difundido masivamente pues formaba parte de la "campaa del

    terror", instrumentada por la Derecha y el Centro.

    Para las elecciones presidenciales de 1964, Eduardo Frei levant un programa destinado,fundamentalmente, a ganar los votos de las capas medias, obreros, pobladores y campesinos con el fin dedisputarle ese electorado a la izquierda, representada por Allende. Los votos de la Derecha ya los habaganado con el pronunciamente de los Partidos Conservador y Liberal que despus del "Naranjazo" -otriunfo de la izquierda el 15 de marzo de 1964 con su diputado el Dr. Oscar Naranjo- resolvieron romperla alianza con el PR y su candidato presidencial Julio Durn.

    Los "slogans" populares de la DC calaron hondo en vastos sectores de la poblacin oprimida,especialmente el compromiso de concretar la "promocin popular", "casa para todos", la reforma agraria,aumento de sueldos y salarios y una reforma educacional que facilitara el acceso a la Universidad. La

    consigna de "Revolucin en Libertad" prendi en la Juventud ansiosa de cambios, que fue plegndose a la"Marcha de laPatria Joven" que camin de Arica a Magallanes, culminando en la populosa concentracin del ParqueCousio, hoy O'Higgins: "alguien dir medio milln de personas. Otros entre ochenta y cien mil".10 Noobstante, Clotario Blest tena sus reservas: "La tan mentada Revolucin en Libertad slo ser un nuevochiste para el sufrido pueblo trabajador (...) No tengo dudas que este gobierno terminar no siendo nidemcrata ni cristiano".11

    La gestin presidencial de Eduardo Frei M.

    La Democracia Cristiana triunf en las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1964 conel apoyo explcito de los Partidos Conservador y Liberal, obteniendo Frei 1.409.012 votos (56%) sobre los977.902 (39%) de Salvador Allende, candidato del Frente de Accin Popular, y los 125.233 votos (5%) deJulio Durn, en representacin del Partido Radical. Cabe destacar que los partidos Conservador y Liberalrepresentaron en las elecciones a diputados de 1961 el 31,2% del electorado, segn cifras oficiales de laDireccin del Registro Electoral.

    La DC se jug para tener mayora en ambas Cmaras con el fin de aprobar las leyes radicales quese haba propuesto. Por eso, una vez ganada la Presidencia, inici la campaa de un "Parlamento paraFrei". Las elecciones de 1965 dieron un gran triunfo electoral ganando por mayora absoluta en Diputados,

    pero quedando en minora en el Senado, resultado que limit las posibilidades de hacer las reformasanheladas.

    El plan "desarrollista" del gobierno de Frei consisti fundamentalmente en promover la produccin de cobre mediante una asociacin del Estado con las empresas extranjeras; en aumentar laproduccin agropecuaria por medio de la Reforma Agraria y en estimular el desarrollo de ciertas ramasindustriales a travs de la fusin de empresas chilenas con el capital monoplico internacional. La DChaba recogido desde 1955 las concepciones desarrollistas de la CEPAL (Comisin Econmica paraAmrica Latina). Segn Alberto Seplveda Almarza, "Frei haba colaborado con la CEPAL. Uno de los

    10 GUILLERMO BLANCO: Eduardo Frei. El hombre de la PatriaJoven, Ed. Aconcagua, Santiago, 1984, p. 54.

    11

    MONICA ECHEVERRIA:Antihistoria de un luchador, ClotarioBlest, Ed. LOM, Santiago, 1993, p. 260.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    15/87

    personeros ms importantes de esta oficina de las Naciones Unidas, el chileno Jorge Ahumada, seconvirti en uno de los inspiradores del programa presidencial de Frei en 1964".12

    El plan de Frei estuvo basado -como todos los modelos "desarrollistas"- en las nuevas funcionesasumidas por el Estado desde la dcada de 1930, claramente diseadas por el Congreso Nacional de 1966

    de la DC: "control del Estado sobre los instrumentos y mecanismos del sistema econmico", es decir, elEstado planificador y regulador de la economa, asociado con los grandes propietarios travs de empresasmixtas, "delimitar campos de trabajo y reglas del juego entre el sector pblico y el sector privado". En elMensaje al Congreso (1969), Frei manifest: "Ms del 70% de los recursos de inversin nacional est, dehecho, en manos del Estado, que tiene el control directo sobre el 50% del crdito. Ejerce un controlcompleto sobre las operaciones de comercio exterior. Sectores bsicos de la economa, como ferrocarriles,la electricidad, las lneas areas y el petrleo estn en manos del Estado".

    Con el objeto obtener ms recursos para el Estado y sus proyectos sociales, el gobiernodemcrata-cristiano present al Parlamento un proyecto, llamado "Impuesto al Patrimonio", que fueobviamente bloqueado por los diputados y senadores de la Derecha. El plan de Frei no contemplabaintroducir reformas constitucionales de fondo y menos la elaboracin de una nueva Constitucin. De todos

    modos, las escasas reformas constitucionales que envi al Congreso fueron rechazadas.

    Tuvo entonces que solicitar nuevos emprstitos, que fueronrpidamente concedidos por gobiernos democristianos de Europa y Estados Unidos, interesados engarantizar la gestin de este nuevo partido de recambio, adems del incremento de relaciones econmicascon la URSS, llegando Chile a ser, despus de Cuba, "el pas de Amrica Latina que recibi mayorcantidad de asistencia sovitica".13 Todos los informes coinciden en que durante la gestin Frei, fueronfrecuentes los emprstitos de EE.UU., como lo certifica Kissinger en sus "Memorias": el presidenteJohnson autoriz dos prstamos al gobierno de Frei, uno de 40 millones de dlares en 1969 y otro de 70millones en 1970; adems de otros emprstitos concedidos en 1965 y 1967. As, la Deuda Externaaument vertiginosamente de 1.869 millones de dlares en 1964 a 3.886 millones en 1970, segn el

    informe de 1971 de la Oficina de Planificacin Nacional.

    Al mismo tiempo, Frei promovi con los presidentes de Venezuela, Colombia, Ecuador y Per lareactivacin de la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), aunque sin mayor xito,salvo avances en la integracin financiera.

    Durante los primeros aos de su administracin, Frei pudo implementar parte de su plan dedesarrollo gracias la buena situacin econmica del pas. A nuestro juicio, hubo dos fases: una, de

    bonanza durante 1965 y 1966 y otra, de estancamiento con visos de recesin, de 1967 a 1970. En laprimera fase, el precio del cobre subi a un nivel jams alcanzado: 70 centavos de dlar la libra comopromedio anual, a raz de la demanda registrada por la guerra de Vietnam y la expansin de la economanorteamericana, adems de un crecimiento en la produccin y exportacin de hierro, acero, celulosa,madera y harina de pescado. El Producto Interno Bruto creci de 5% en 1965 a 6,6% en 1966.

    Los primeros sntomas de deterioro comenzaron en 1967, segn Informe de la CEPAL. El PIBslo creci un 3% en 1967. En 1968 se acentu el deterioro por la sequa que asol a Chile desde el NorteChico hasta Chilln. El desmejoramiento econmico prosigui durante 1969 y 1970, subiendo la curvainflacionaria a ms del 30% anual; la cesanta aument al 7% en Santiago y al 11% en Concepcin,

    12 ALBERTO SEPULVEDA ALMARZA: Los aos de la Patria Joven:la Poltica chilena entre 1938-1970, Ed.Chile Amrica-CESOC,Santiago, 1996, p.51.

    13 ALBERTO SEPULVEDA A.: obra citada, p. 69.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    16/87

    situacin crtica que logr atenuarse por los altos precios del cobre.

    El ascenso de la DC al gobierno afianz el papel hegemnico de la burguesa industrial en elbloque de poder de la clase dominante, que se vio favorecida por el respaldo del Presidente a las industriasde exportacin. As se aceler la inversin de capital financiero extranjero en industrias claves, como la

    metalrgica, automotriz, petroqumica, electrnica y celulosa. En la metalurgia, los capitalesnorteamericanos se apoderaron de Inchalam, American Screw y Siam di Tella; el consorcio ADELAcompr la mayora de las acciones de CINTAC y COMPAC. La General Motors y la Ford Motors Co.empezaron a monopolizar la produccin y distribucin de automviles y repuestos.

    "La industria automotriz -afirmaban Caputo y Pizarro- constituye uno de los ms claros ejemplosdel proceso de monopolizacin industrial sobre la base de la empresa extranjera. Tenemos que de 24empresas que se constituyeron en el perodo 1962-67 slo 12 subsisten en 1969, de las cuales 7 sonextranjeras con un porcentaje de participacin superior al 50%.14

    Una apreciacin similar hizo Pedro Vuskovic en una investigacin realizada en 1970:"consideradas las 160 principales sociedades annimas industriales, ms de la mitad resulta tener

    participacin extranjera".15 En 1969, la empresa INSA, fundada en 1941 por la CORFO, haba dejado de

    ser nacional, pasando la mayora de las acciones a manos de la General Ire and Rubber Co.

    El objetivo de esta poltica econmica era intentar una reformulacin del patrn o modelo deacumulacin, que presentaba signos de debilitamiento en Amrica Latina y, particularmente, en Chiledesde principios de la dcada de 1960. Empero, algunas medidas como la reforma agraria agudizaroncontradicciones interburguesas, sobre todo de aquellos que se resistan a la modernizacin del agro y a la

    prioridad de las industrias de exportacin no tradicional.

    La "chilenizacin" del cobre

    Una larga aspiracin de la mayora del pueblo chileno, planteada por destacados polticos de lasdcadas del 20, 30 y 40 y agitada por Ibez en su campaa presidencial de 1952, fue que la riquezacuprfera brotada en nuestro territorio pasara de manos de las Compaas norteamericanos al Estado. Estademanda nacional empez a concretarse, en parte, por el gobierno de Frei, que abri un proceso quedesemboc en una de las medidas ms patriticas de Allende.

    Considerando al cobre, como la "viga maestra" de la economa, en 1965 la administracin DCplante la adquisicindel 51% de las acciones de empresas extranjeras que, desde principios de siglo, sefueron apoderando del cobre, designando como intermediario ante las empresas a Radomiro Tomic. En1959, la Braden Copper Co., duea de El Teniente, filial chilena de la Kennecott Copper Co., tena unainversin cuprfera de 86,8 millones de dlares, la Chile Exploracin 280,2 millones y la Andes MiningCo. 170 millones, ambas filiales de la Anaconda Copper Mining.

    El proyecto de "chilenizacin" de las minas de cobre no constituy un total nacionalizacin, perofue un significativo paso. El convenio que propuso el gobierno a las Compaas que lo aceptaranestableca la compra del 51% de las acciones, segn el valor neto de los libros de las empresas al 31 dediciembre de 1969. El precio sera pagado en un plazo de 12 aos, en cuotas semestrales, con un intersdel 6%. Hubo empresas que no lo aceptaron, como la Anaconda, que controlaba los minerales deChuquicamata y El Salvador, pero con ella se form una Compaa mixta, la Explotadora Cordillera, con25% de participacin del Estado para explotar una nueva mina, la Extica, cerca de Chuquicamata,encargada adems de hacer prospecciones geolgicas, incluyendo un acuerdo por el cual el Estado chileno

    14 O. CAPUTO y R. PIZARRO: "Dependencia e inversinextranjera", en Chile Hoy, Ed. Siglo XXI, Mxico, 1970, p. 197.

    15

    Artculo de Pedro Vuskovic en la revista "Punto Final",N 112, p.13 del 1 de septiembre de 1970.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    17/87

    quedaba asociado en la explotacin de las eventuales minas que se descubrieran. Con otras, como laCorporacin Cerro, se acept formar la Sociedad Minera Andina, en la que el Estado chileno participarahasta con el 25% del capital. Con la Corporacin Kennecott se acord que el Estado comprara el 51% dela Braden Copper Co., formndose una Compaa mixta para explotar la mina El Teniente.

    Una clusula era importantsima: la transferencia del otro 49% de las acciones de la Anaconda seefectuara a partir del 31 de diciembre de 1972, aunque habra que pagarle el 60% del saldo insoluto del

    precio de compra del 51% de las acciones. El precio del 49% sera la cantidad resultante de multiplicar el promedio de las utilidades anuales del 49% entre 1970 y la fecha de la venta con un factor.

    Este factor multiplicador sera 8, y si la venta se concretare en 1973 disminuira medio punto porcada ao hasta 1977. Es decir, el pago del 49% resultara casi tres veces superior al precio del 51% de lasacciones, operacin que no se alcanz a consumar porque Allende decidi en 1971 decretar lisa yllanamente la nacionalizacin total del cobre. Adems otorgaba a dichas empresas una rebaja tributaria yaduanera durante varios aos y la comercializacin del mercado quedaba monopolizada por lascompaas, cuya administracin se mantendra en sus manos.

    Esta asociacin del capital estatal con el capital monoplico internacional fue denominada"nacionalizacin pactada", siendo criticada por la derecha y, en algunos puntos, por el PR y la alianza deizquierda (FRAP); inclusive por Diputados de la DC, como Julio Silva Solar, en la sesin de la Cmaradel 27 de julio de 1965.

    Un especialista del tema, Mario Vega, dijo entonces:"se pag por el valor del yacimiento,considerando la rentabilidad; de modo que si el yacimientoera de alta calidad, los costos de extraccineran bajos y, por consiguiente, la rentabilidad resultaba alta. Sobre esta base favorable a las empresas, sefij el precio que deba pagar el estado chileno por el 51% de las acciones.16

    Otros economistas calcularon que por este convenio, Chile perdi porcentajes en el negocio del

    cobre, pues antes se reciban 183 dlares por cada tonelada de cobre y, a partir de esa firma, secomenzaran a recibir slo 157. Las Compaas forneas podran llevarse en pocos aos unos 4.500millones de dlares de utilidades, o sea 1.000 millones ms de lo que obtuvieron en medio siglo deexplotacin de nuestra riqueza.

    La Reforma Agraria

    Fue otra tarea democrtico-burguesa -como as fue calificada la realizada por la RevolucinFrancesa de 1789- del gobierno DC, largamente esperada por los campesinos. Agitada durante dcadas

    por los partidos de izquierda y planteada por la "Repblica Socialista" de 1932, replanteada en palabraspor el Frente Popular y por Ibez en su campaa presidencial de 1952 e iniciada en forma tan pequeapor Jorge Alessandri en 1960 que se conoci popularmente con el nombre de "reforma de macetero".

    Hacia comienzos de la dcada de 1960, los latifundistas haban dejado millones de hectreas sincultivar. Los predios superiores a 1.000 hectreas, segn el Censo de 1965, monopolizaban ms del 72%de la propiedad territorial, pero menos tierras que los productores medianos y pequeos dedicadas a

    16 MARIO VEGA: "Detrs del cobre", en Cuadernos de laRealidad Nacional, Santiago, enero 1970.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    18/87

    cultivos intensivos.

    En el momento de iniciarse la reforma agraria, la distribucin de la tierra, segn el Censo Agrariode 1965 era la siguiente:

    ----------------------------------------------------------------- Tamao de las explotaciones N explotaciones Superficie(Hect)

    Menos de 5 Hectreas 123.036 207.000

    de 5 a 50 " 92.408 1.156.000

    de 51 a 200 " 23.959 2.284.000

    de 201 a 1.000 " 10.158 4.310.000

    de 1.001 a 5.000 " 2.601 5.495.400

    de ms de 5.000 " 730 16.795.400----------------------------------------------------------------

    La Ley de Reforma Agraria limitaba la propiedad a un mximo de 80 hectreas de riego de buenacalidad o de superficie equivalente a ella; de modo que en tierras de secano o de montaa el equivalente alas 80 hectreas poda quintuplicarse o ms. Entonces, los terratenientes se quedaron con las mejorestierras y vendieron las incultivadas. Al mismo tiempo, subdividieron sus fundos en parcelas de 80hectreas que colocaron a nombre de sus familiares. La ley no era imperativa, es decir, no obligaba algobierno a expropiar sino que lo facultaba para proceder a la entrega de tierra. Las tierras expropiadasdeban ser indemnizadas mediante un pago inicial en efectivo y el resto en cuotas.

    Connotados especialistas, como Aranda y Martnez, sealaron oportunamente: "Aunque lareforma agraria ha sido un duro golpe para los sectores latifundistas y, desde este ngulo, no debesubestimarse su desarrollo (...) Los cambios eventuales ms importantes estriban, no en la magnitud de lasmodificaciones hechas, sino en las expectativas y esperanzas que ha despertado en las masas campesinas,cuya frustracin poda llegar a tener consecuencias impredecibles. En efecto, las expropiaciones acordadas

    por el Consejo de la Corporacin de Reforma Agraria hasta el 30 de diciembre de 1969, alcanzan a248,900 hectreas de riego y a 2.620.500 hectreas de secano, es decir, el 20,l % del total de la tierra deriego y el 9,4 % del rea nacional en fincas (...) Al cabo de ms de cuatro aos de reforma agraria, lapso enel que se supona que el proceso tendra la mayor velocidad y agresividad, el latifundio sigue imperandoen el campo chileno con ms de 5.300 unidades y con una superficie mayor de veintidos millones dehectreas".17Efectivamente, a fines de 1969 slo se haban beneficiado 17.400 familias, de un total de100.000 pequeos propietarios que se haba propuesto concretar el gobierno de la Democracia Cristiana.

    Las limitaciones de esta Reforma Agraria que abri un proceso histrico en el agro chileno,fueron analizadas por Jacques Chonchol, que conoci por dentro el proceso en calidad de Ministro deAgricultura del gobierno de Frei: "Por un lado, se trataba de una reforma agraria comprendida en un

    programa de accin social orientada a un cambio profundo y, por otro, de un programa de aceleramientodel desarrollo econmico dentro de los moldes de la sociedad que exista antes, o como dijera, basado enlos mismos grupos empresariales, en las mismas empresas privadas, en quienes tenan en sus manos elcontrol del aparato industrial, bancario y comercial (...) No es de extraar pues que el programa de reforma

    17 SERGIO ARANDA y ALBERTO MARTINEZ: "Estructura Econmica:

    algunas caractersticas fundamentales", en el libro Chile hoy,Ed. Siglo XXI, Mxico-Chile, 1970, p. 146-148.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    19/87

    agraria resultara un proceso bastante difcil de negociacin poltica y social; por un lado, haba queconcretar suficientes realizaciones como para responder a las aspiraciones que existan y que se habancreado; por otro, se procuraba conciliar al grupo empresarial existente con el programa de cambio.Precisemos ahora -sigue Chonchol- cules eran estos aspectos en que era necesario buscar unaconciliacin. En primer lugar se intentaba mantener, dentro de la agricultura, un sector capitalista privado,

    notoriamente ms moderno, ms eficiente. En otras palabras, que no cayese, con la reforma, la producciny, para eso, haba que evitar que el mismo grupo capitalista -que era ms empresarial y ms activo dentrode la agricultura- se descorazonara y dejara caer la produccin con repercusiones econmicas serias sobretoda la sociedad (...) Un segundo aspecto entraba en juego para la conciliacin entre la reforma agraria ygrupos empresariales. El programa global inclua una aceleracin del proceso de desarrollo econmico yello supona no atemorizar a los grupos empresariales no agrcolas, llamados a incorporarse a dichodesarrollo por el proceso paralelo de reforma agraria (...) Los intentos, pues, se orientaron a demostrar alos industriales que, incluso la reforma agraria, era un buen negocio para ellos dado que, tanto cuantosignificara una redistribucin del ingreso, significara una ampliacin del estrecho mercado interno, una

    posibilidad de expansin industrial (...) El tercer aspecto que hay que destacar estriba en que se pretendadar, del modo ms rpidamente posible, propiedad a los campesinos, para dar estabilidad social al agro yal sistema poltico general".18

    La distribucin de tierras despert grandes expectativas en los trabajadores agrcolas. Las huelgasagrarias, las ocupaciones de tierras y el acelerado proceso de sindicalizacin fueron signos elocuentes deeste proceso. En tal sentido, son muy ilustrativas -como testigos de poca- las reflexiones del equipo de laPastoral Rural de Talca sobre los cambios que se iban experimentando en el campesinado: "A partir de1966, nos dimos cuenta que los campesinos se comprometan cada vez ms con sus deseos de liberacin yde justicia, y que as comenzaba un gran movimiento que llamamos de `despertar campesino. Desde esemomento comenzamos a travs de la Accin Catlica Rural a apoyar ese despertar campesino, y asorganizamos un plan de reuniones con dirigentes campesinos ayudados con unos folletos sobre el

    progreso como algo bueno y querido por Dios; les hablbamos que el campesino tena que ser el alma delprogreso; les animamos a luchar por un mundo mejor, a construir una sociedad campesina ms justa y

    fraternal (...) Despus de dos aos de Reforma Agraria, los asentados ya tienen conciencia clara de que sonun movimiento. Juntos han formado una Cooperativa Regional (...) ellos a travs de sus directivas participan en la expropiacin de tierras, en la programacin de cursos, en la marcha de losasentamientos".19 Los asentamientos, inaugurados por Frei, fueron el resultado de acuerdos de la CORA,creada por Alessandri en su mini-reforma agraria, con los campesinosy jornaleros.

    La reaccin de la oligarqua terrateniente -adornada de los apellidos vinosos heredados de lapoca colonial, adems de otros adquiridos con enlaces matrimoniales y dinero fresco- fue tan violenta que desbord el sentido tradicional del ser profundo chileno, segn las normas de comportamientoestablecidas por el "Manual de Carreo". Los cortes y bloqueo de caminos, instrumentados por loslatifundistas y apoyados por el flamante Partido Nacional- fusin del P. Conservador y Liberal- fueronfrecuentes y violentos, rompiendo la propia legalidad que forjaron desde la era portaliana. Hasta llegaron acometer asesinatos, como el del militante demcrata- cristiano Hernn Mery, consumado en abril de 1970

    por elementos de Derecha. Cumpliendo labores de funcionario de la CORA (Corporacin de ReformaAgraria), Mery se haba trasladado a Linares para tomar posesin de un fundo, "accin que fue repelidaviolentamente por los ex-propietarios del predio hasta ocasionarle la muerte".20

    18 JACQUES CHONCHOL: "Poder y reforma agraria en laexperiencia chilena", en Chile hoy, Ed. Siglo XXI, Mxico-Chile,1970, p.271 a 274.

    19 Equipo de Pastoral Rural de Talca: "Cambios de mentalidaden el campesinado chileno por la Reforma Agraria", en Revista

    Pastoral Popular, N 115, enero-febrero 1970, Santiago, p. 23.20El Pensamiento de la Democracia Cristiana, Ed. Direccin

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    20/87

    En sntesis, esta reforma agraria, recomendada por la "Alianza para el Progreso", fue importantepor el proceso social que abri en el agro, pero limitada en cuanto a transformar radicalmente la estructuraagraria. En el fondo, el reparto de tierras incultivadas tuvo como finalidad promover un desarrollo delcapitalismo agrario y un aumento de la produccin agropecuaria, tratando de ampliar el mercado interno

    de la industria de bienes de consumo, adems de canalizar el ascenso del movimiento campesino creandouna especie de "colchn social" con los pequeos propietarios favorecidos por la entrega de tierras.

    Promocin Popular

    Fue uno de los puntos sociales prioritarios que se propusoel gobierno de Frei para integrar a suprograma de realizaciones a los habitantes de las poblaciones urbano-perifricas pobres, preferentemente,aunque tambin se irradi a sectores campesinos cercanos a los pueblos rurales. En la implementacin deeste plan social cont con la colaboracin del jesuita belga Roger Vekemans, quien despus de su llegadaa Chile a fines de la dcada de 1950, ejerci notoria influencia con la difusin de su "Teora de laMarginalidad". El Centro para el Desarrollo Econmico y Social de Amrica Latina (DESAL),

    dirigido por Vekemans, colaborador al mismo tiempo de la revista "Mensaje", fue uno de los importantesorganismos de investigacin que difundi su pensamiento acuado en la Universidad de Lovaina.

    Para este sacerdote y socilogo "uno de los principales problemas que afrontaba la democracia enlos pases subdesarrollados era la existencia de grandes sectores de la poblacin -campesinos y

    pobladores- en una situacin de marginalidad, en relacin con la sociedad en la cual vivan. Desprovistosde poder econmico, de influencia poltica y de organizacin, carecan en la prctica de cualquier tipo dederechos. Los `marginales eran los modernos `proletarios, los sin casa, sin educacin ni participacin. Elestado de marginalidad era `radical; es decir, la nica forma de cambiar esta situacin era mediante la

    participacin de un `agente externo que le haga tomar conciencia de su estado. Por ello, era necesaria unapoltica de Promocin Popular".21

    Para implementar este plan, la DC cont con la ayuda de 820.000 dlares en 1965 acordada por elgobierno de Blgica, donde los democristianos ejercan notoria influencia. Uno de los epicentros de estaactividad fueron las Juntas de Vecinos, creadas desde la dcada de 1940-50. Hasta principios de los `60,estas organizaciones funcionaban sin formalidades legales ni apoyo fiscal o municipal, preocupadas por el

    bienestar y adelanto de las poblaciones que haban crecido "como callampas" con la masiva migracincampo-ciudad, estimulada por el auge del fenmeno Industrializacin-Urbanizacin. En 1964 se presentun proyecto de ley para legalizarlas, otorgndoles Personalidad Jurdica con el fin de que tuvieran acceso arecursos econmicos fiscales, proyecto que despus de una tramitacin de cuatro aos en el Parlamentofue promulgado por el Presidente Frei el 19 de julio de 1968.

    Avances en Derechos Humanos: Vivienda, Salud, Educacin

    El gobierno de Frei profundiz un proceso que abri el Frente Popular y continuaron Ibez yJorge Alessandri respecto de los ms elementales Derechos Humanos exigidos por los sectores msdesposedos y que, posteriormente, alcanz una mayor proyeccin en el gobierno de Salvador de Allende.

    El Plan Habitacional de Frei constituy objetivamente una continuidad del practicado por Jorge

    Nacional de Capacitacin Doctrinaria, Santiago, 1973, p. 14.

    21 ALBERTO SEPULVEDA A.: obra citada, p. 52. Estos conceptosde Vekemans fueron elaborados y difundidos en y por el Centro

    Bellarmino, la DESAL y la revista Mensaje, constituyemndo uno delos elementos ms novedosos de la campaa presidencial de Frei.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    21/87

    Alessandri, especialmente en la construccin de viviendas de nuevo tipo para las capas medias,favorecidas por las Asociaciones de Ahorro y Prstamos. As, a las casas de las villas de comunas deSantiago, como uoa, Vitacura, San Miguel, San Bernardo, y otras de Valparaso, Concepcin y Talcaconstrudas bajo la administracin Alessandri, se sumaron las nuevas levantadas por el gobierno DC.

    Frei no slo aceler la construccin de este tipo de casas para los sectores medios sino que se preocup de crear y mejorar viviendas para las poblaciones llamadas "callampas", en muchos casospresionado por las ocupaciones de terreno de los "sin casa", en particular los de las comunas de Santiago(Barrancas, La Reina, Conchal, La Granja) en Concepcin (Partal) y en menor medida en otras

    provincias. El gobierno estimul la "operacin sitio" y la auto-construccin de vivienda por parte de lospropios habitantes. En 1968 se fund la Corporacin de Mejoramiento Urbano (CORMU), que inici unplan de remodelamiento de Santiago y otras ciudades.

    El rea de la Salud mereci especial atencin, fortaleciendo el Servicio Nacional de Salud einvirtiendo parte del presupuesto nacional en la atencin mdica de los sectores populares. La medicinachilena, prestigiada durante dcadas, se situ a la par de las mejores de Amrica Latina, mostrando susmdicos tanto sentido comunitario como capacidad cientfica, en los numerosos Policlnicos que se

    abrieron en las zonas barriales. En 1966 se aprob el Plan Decenal de Salud, que defina la Salud comoDerecho Bsico de los habitantes, desde el nacimiento hasta la muerte garantizado por el Estado, junto conla incorporacin de la rehabilitacin y participacin de la comunidad. Al ao siguiente, un Decreto dio aconocer el Formulario Nacional de Medicamentos; en 1968 se dict una Ley de Medicina Curativa paralos Empleados y en 1969 Programas de Desarrollo Comunitario en Consultorios.

    Por otra parte, se aprobaron nuevas leyes laborales, como la Ley N 16.744 de 1968 sobreAccidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, fusionando la ex-Caja de Accidentes del Trabajocon el Servicio de Seguro Social y estableciendo en el Artculo 3 el Seguro Escolar de Accidentes.Tambin se aprob la inamovilidad al trmino del contrato de trabajo, se introdujeron modificacionesimportantes a la ley de sindicalizacin campesina y se fij en 1965 el salario mnimo campesino.Otra

    iniciativa importante en el proceso de democratizacin poltica del pas fue la aprobacin en 1969 del votoa los mayores de 18 aos, incluido los anafalbetos.

    Cultura-vida cotidiana

    Se aceler la Reforma Educacional que venan exigiendo las capas medias y el movimientoestudiantil desde haca dcadas. Adems de la construccin de nuevas escuelas y Liceos, inclusivevespertinos, se concret un plan de becas para los estudiantes, especialmente de hogares pobres, unincremento de los desayunos y almuerzos escolares. En lo pedaggico, se implement un plan paramodernizar la enseanza en funcin de las necesidades del avance industrial y comercial. Se reemplazaronlos 6 aos de enseanza primaria y 6 de secundaria por un ciclo bsico de 8 aos, rebajando a 4 aos laenseanza media, antesala de la universidad; en todo caso, si no podan ingresar saldran mejorcapacitados para los trabajos calificados que demandaban las empresas; luego se perfeccionaron enInstitutos como INACAP. Paralelamente, se ampliaron los cursos de perfeccionamiento para profesores deenseanza media y primaria, creando organismos especiales como el Centro de Perfeccionamiento deProfesores. "Los Centros de Educacin Bsica y las Escuelas de Adultos atendieron entre 1965 y 1969 aun total de 350.000 personas, lo que ha permitido reducir la tasa de analfabetismo de un 16,4% en 1964 aun 11%. 22

    Al mismo tiempo -de acuerdo a la concepcin democristiana- se dio gran respaldo a la Educacinparticular, creciendo a tal punto que los colegios de enseanza privada alcanzaron al 25% de la educacin

    22 CARLOS CARIOLA: "Los ltimos 20 aos de la Educacin

    chilena", en Revista "Mensaje", N 202-203, Septiembre-Octubre1971, p. 463.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    22/87

    que se imparta en el pas, con todos los prejuicios que se pretendan imponer a una juventud que habadicho basta a la moralina y los tabes sexuales.

    En relacin a la Educacin Superior, se produjeron avances muy importantes, muchos de ellos producto de la nueva Reforma Universitaria generada por los estudiantes en la propia Universidad

    Catlica y en las de la Chile, Valparaso,Concepcin, Antofagasta e Iquique, como veremos ms adelanteen el captulo sobre movimiento estudiantil. (VER LIBRO EDUCACION SUPERIOR)

    En otras reas culturales tambin se produjeron avances, continuando el proceso dedemocratizacin de la Cultura abierto por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Todava quedan en lamemoria de las generaciones de los 40 y 50 gratos recuerdos de los conciertos de la Orquesta Sinfnica, elCoro de la Universidad de Chile, dirigido por el inolvidable Mario Baeza -que se nos acaba de ir- y elBallet Nacional, orientado por Ernest Uthoff, en los parques, a los cuales asistan miles de personassentadas en los pastos, sin advertir que ya se haca difcil respirar normalmente por la contaminacin quedesde varias dcadas estaba invadiendo Santiago, Valparaso, Concepcin y otras ciudades, como

    producto del proceso de industrializacin y de los problemas de la urbanizacin, con sus secuelas decontaminacin snica y escape de gases por el crecimiento exponencial de automviles y buses. La

    poblacin de Santiago haba aumentado de 1.390.000 habitantes en 1952 a 2.220.000 en 1960 y a2.780.000 en 1970.

    A travs de la metodologa de Historia Oral, sabemos del impacto que producan las funciones delTeatro Experimental de la Universidad de Chile, calificado como uno de los mejores y permanentesconjuntos teatrales de Amrica Latina, bajo la batuta de directores de alta calidad como los dos Pedro, dela Barra y Ortous, con actrices y actorazos de la talla de Rubn Sotoconil, Agustn Sir, Blgica Castro,Roberto Parada, la Mares Gonzlez, Franklin Caicedo, y luego la Compaa de los Cuatro de Humberto yel Pepe Duvauchelle, Angela y Orieta Escmez. Y dramaturgos de calidad: Luis Alberto Heiremans,Isidora Aguirre, Jorge Daz, Eric Wolfy y otros.

    Tambin se hizo popular la visita al Museo de Bellas Artes para ver no slo la pintura de los

    clsicos sino la nuestra, la de Roberto Matta, Camilo Mori, Nemesio Antnez, Gracia Barrios, JosVenturelli y Jos Balmes; las esculturas de dos notables mujeres: Lily Garafulic y Marta Colvin. La magiadel Cine se ampli a los cines de barrios, con funciones de matin, tarde y noche, recrendonos con lasmejores escenas del rebelde James Dean o de Ives Montand en el "Salario del miedo" y las pelculaschilenas "El chacal de Nahuel Toro" de Miguel Littin y del criollo adusto Nelson Villagra, como signosdel tiempo social que vivamos, la de Naum Kramarenko "Deja que los perros ladren", "Tres tristes tigres"de Ral Ruiz, "Valparaso, mi amor" de Aldo Francia y "Largo Viaje" de Patricio Kaulen, que abieron unanueva era de nuestro cine.

    Las Ferias anuales del Libro en el Parque Forestal, que congregaban al aire libre a cientos demiles de personas de los sectores medios y pobres, constituyendo una felicidad tanto para ellos como paralos escritores, que de ese modo podan dar a un vasto pblico y recibir de l las mejores energas paraseguir creando; todos viendo en el atardecer del Mapocho los mejores conjuntos artsticos. All se hizo

    popular el canto de Margot Loyola y de Violeta Parra, que dio su ltima despedida en su carpa de PlazaAlmagro en pleno gobierno de la DC. Las peas proliferaron en esta fase de auge de lo mejor del folklorechileno, con letras que rememoraban las angustias y amores de nuestro pueblo, rebasando el mero lamentocampesino de los tiempos huasos del patrn de fundo. La cueca invadi locales y espacios a cielo abierto,generalizndose su aprendizaje por las nuevas generaciones, abiertas a lo mejor del pasado y de un

    presente con el cual vibraban.

    Un apreciable nmero de lectores gozaba y se angustiaba con las novelas, como "Hijo de Ladrn"de Manuel Rojas, "Coronacin" de Jos Donoso, "Eloy" de Carlos Droguet, "Segn el orden del tiempo"de Jos Agustn Palazuelos, "El peso de la noche" de Jorge Edwards, "Los ltimos das" de Fernando

    Rivas, "A la sombra de los das" de Guillermo Atas, "La fiesta del rey Acab" y "Frecuencia modulada" deEnrique Lafourcade, "Caballo de copas", "Amerika, Amrika, Amrika" y "Maana los guerreros" de

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    23/87

    Fernando Alegra y otras de esa prolfica generacin de novelistas chilenos, contemporneos de poetasnuevos del estilo de Jorge Narvez, Jaime Quezada, Jorge Tellier, Miguel Arteche, Efran Barquero, OscarHahn, Mahfud Massis, los dos Gonzalos -Rojas y Milln. Muchos de ellos apasionados nerudistas orokhistas o parristas, de esos grandes para quienes, como deca Enrique Lhin, la literatura "no es ajena al

    pueblo, no pertenece a una lite, habla claro u oscuro, tiene su propia historia". 23

    Entre otros progresos de la relacin cultura-vida cotidiana, que hace y constituye historia -a pesarde la resistencia de los historiadores tradicionales a considerarlas como fuentes- cabe destacar larevolucin desencadenada por el descubrimiento de la pldora anticonceptiva, que facilit relaciones mslibres y relativamente ms seguras; revolucin sobre todo para la mujer que pudo explorar toda sucapacidad de goce, placer sexual y no mera reproduccin. Lo que antes haba sido alcanzado a medias porun sector minoritario de mujeres, en la dcada de los `60 comenz a generalizarse, fenmeno aceptado porsectores democristianos y, con reservas, por su gobierno.

    La insurgencia de los Movimientos Sociales

    La irrupcin de estos antiguos y nuevos movimientos se vio estimulada no slo por la

    consolidacin de la Revolucin Cubana sino tambin por el Mayo francs del `68, el ascenso de lostrabajadores y estudiantes argentinos, expresado en el "cordobazo" y "chaqueazo" de 1969, las cuatrohuelgas generales de Uruguay (1967-69), respaldadas por los Tupamaros, las luchas de la Central ObreraBoliviana, las movilizaciones populares contra la visita de Rockefeller a su "patio trasero" y por elejemplo del Che, cado en combate en el octubre rojinegro de 1967.

    Los movimientos sociales de Chile vislumbraron entonces la posibilidad de avanzar ms all de loprometido, para concretar las expectativas que despert el programa de la DC.

    El campesinado, hambriento de tierras, que se haba puesto de pie en la dcada de 1930, apoyadopor la Liga de los Campesinos Pobres; frenado por los acuerdos del Frente Popular con los agricultores,

    que en 1940 suspendi por cinco aos la discusin de un proyecto de sindicalizacin campesina,formulado limitadamente en 1947 por la Ley N 8811; reanimado por la convocatoria de la CUT,presidida por Clotario Blest, al primer Congreso Nacional Campesino de 1960 y la pronta fundacin de laFederacin Campesina e Indgena en 1961, y por sus luchas durante el gobierno de Jorge Alessandri, bajoel lema "Tierra o muerte", retom su marcha bajo Frei. Al calor de la Revolucin Cubana y tomndose enserio la Reforma Agraria DC, se lanz a la toma de tierras y a la presentacin de pliegos de peticiones.Entre 1965 y 1966 hubo ms de 500 huelgas; en 31 de ellas hubo toma de fundos, de las cuales 10 eranintegradas por mapuches que deseaban recuperar sus tierras de antao.

    Las huelgas ms importantes fueron las de Molina en 1967 y San Miguel (Aconcagua) en juniode 1968, ocupando los miembros del Sindicato Alianza el fundo de Ruperto Toro Bayle y resistiendo larepresin del Grupo Mvil, nueva fuerza de Carabineros; lucha que constituy un jaln importante en launidad obrero-campesina-estudiantil por la amplia solidaridad del movimiento estudiantil, includa laJuventud demcrata cristiana. Paralelamente, el proceso de sindicalizacin campesina fue acelerado; de un

    par de miles de trabajadores agrcolas organizados en 24 sindicatos en 1964 con 1.658 afiliados, se llegen 1969 a 394 sindicatos con 103.644 asociados.

    Los jornaleros agrcolas comprendieron ms rpidamente que los obreros fabriles la necesidad deluchar unificadamente por medio de la presentacin de Pliegos Unicos por provincia, que tuvo uno de susmayores momentos de auge en la Huelga Nacionalde mayo de 1969, la huelga general ms importante hasta ese momento de la historia del campesinadochileno. Las ocupaciones de fundos se generalizaron en 1969 con la toma de 25 fundos en el Norte Chico,

    23

    ENRIQUE LHIN: "20 aos de poesa chilena", en la revista"Mensaje", N 202-203, Septiembre-Octubre 1971, p. 491.

  • 8/9/2019 Luis Vitale Interpretacion Marxista de La Historia de Chile Tomo VII

    24/87

    44 en Melipilla y ms de 40 en Curic. La combatividad se expres tambin en el apresamiento depatrones, en calidad de rehenes, para enfrentar la accin de las fuerzas represivas, adems de la formacinde barricadas y cortes de lneas telegrficas y telefnicas.

    Al ao y medio de gobierno DC, los trabajadores -tanto los que haban votado por Allende como

    los que apoyaron a Frei- comenzaron a soldar su fisura poltico-electoral y a unirse en la accin por susreivindicaciones inmediatas, fenmeno divulgado masivamente por el popular diario "El Clarn" que -conla direccin del discutido Daro Saint Marie y Alberto Gamboa, acompaados en la redaccin por OscarWaiss, Agapito (Hernn Millas) y Sherlock Holmes (Ral Morales Alvarez)- ten