luis cencillo - los mitos, sus mundos y su verdad cap. 1

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  • 7/23/2019 Luis Cencillo - Los Mitos, Sus Mundos y Su Verdad Cap. 1

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    LO S M I T O S,

    SU S M U N D O SY SU VERDAD

    BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOSMADRID MCMXCVIII

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    Hay que comenzar por clarificar aquello de 10 que se vaatratar antes de cualquier otro planteamiento, sobre todo enuna materia tan oscura, 0 tan tratada por toda clase de intru-sos y de profanos, como ha venido siendo la del mito. Lamayorfa delos discursos acerca del mito han adolecido (como

    tantos otros discursos hoy) de no determinar de antemano lanoci6n fundamental que se va a manejar, y asf se esta a 10largo de toda una obra (ytal vez de toda una vida) movien-dose entre ambiguedades, 0 refiriendose ala vez ados 0 massignificados, sin advertirlo. Y esto causa inc6modas confu-siones. El primer requisito del rigor no es comprobar que seda materialmente un tipo de objetos determinado: basta conquehaya discursos humanos _ue se re/iera!!.-_y-habJ~nd~ sJlos,sinQ....definir el area y la noci6n de la que se trata, y a l2.artirde ahf sera osible hacer ~irma~iones y e~tal?l~cer reIaciopesen re conceptos ien efinidos y tratar de cOQQ.Ccrsi se dano no en la realidad de los referentes. Antes no.

    -Por no hacerlo, se ha venido tergiversando la noci6n demito hasta 10 inverosfmil, y tratandose de ellos en sentidocoloquial -aun en algunos textos socio16gicos- ha llegado

    a significar patrana, fantasfa y resultado de una propagandaenganosa (1osmal llamados mitos actuales, que no sonllifos, por supuesto, sino montajes propagandfstico-comer-gales). Los mitos polfticos tampoco son tales mitos, sinosimbolizaciones concretas 0 en forma de programa y demetas, 0 prop6sitos de una utopfa (de un estado de cosastodavfa no existente) I.Y es este componente ut6pico 10 quelleva a antrop6logos, soci6logos y fil6sofos a confundir esas

    formaciones ideol6gicas con los mitos.

    I Es digno de tenerse en cuenta que todos los partidos y movimientos

    politicos de la actuaJidad pr esentan un cieno coef iciente ut6pico. Nunca son

    plenamente reaJistas, y si 1 0 fueran no tendrfan demasiada garra a arractivo. Entodo 10 que se refiera ala movilizaci6n de publicos ha de entrar un componen-te ut6pico, par leve que sea, y ello para conectar can el des eo incalmable queemerge de la vida inconsciente humana (VIeS), segun acertada observaci6n deLacan.

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    La comprension de los mitos ha sido la prueba, por su-puesto fallida, a que se vio sometido el pensamiento ilustra-do que en ello fracaso, precisamente cuando creia haber lle-gado etnocentricamente a la cumbre. Y en este punto hanresultado los cientfficos occidentales mas ingenuos que losentonces despectivamente llamados salvajes yprimitivos.Toda una paradoja historica. Y una paradoja que debe hacerreflexionar acerca de nuestra epistemologia.

    Las formaciones iconicas 0 signzjicantes concretos, queconstituyen un recurso de primera magnitud para concien-ciar (una forma de expresion socializadora apta para comu-nidades tribales 0 cultuales), fueron interpretados por los

    antropologos des de el siglo XVIII hasta mediados del XX como') pretendidas re resentaciones de realidades, hasta el puntoe ue las autoridades eclesiasticas de-nmer cuarto eeste

    Slg0 insistieron en os ocaslOpes~cerca ckla

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    espedfica, aunque unida instrumentalmente al encefalo y,porsupuesto, no necesariamente preexistente. Mas bien otra di-mensi6n del ence/alo que no se agota en 1 0 que el microscopiovea. Y nadie cuestionara que la vista no agote exhau~tivamen-

    te toda la realidad de 10 que percibe. Pero que las cosasestuvieran ahi, s6lidas yterminadas, con una serie de agentessensoriales estimuladores de las terminaciones nerviosas de lamente (canales aferentes) y que lamente sea una potencia re-ceptiva (una especie de camara de video) que se les enfrentacognitivamente, eso nadie 10ponia enduda (salvoel idealismoacosmistico, muy desprestigiado, 0el idealismo absoluto, de-masiado metaffsico, que por eso mismo deja el problema in-

    tacto: el contacto inmediato del momento del Espiritu Sub-jetivo aqui y ahora frente al Espiritu Objetivo, que es elorden de las cosas, muy semejante al de los materialistas.Por eso el materialismo pudo conectar perfectamente con elidealismo dialectico de Hegel) 2.

    ./ La mente, en cuanto vida cerebral de un sujeto indivi-dual, irfa realizando tomas cuasi fotograficas acerca de lascosas -no se sabe en virtud de que mecanismos neurona-les sobre to do para que esas tomas fuesen conscientes ymotivadoras de ulteriores comportamientos-; y todo 1 0 queno fuese mente (0 sustancia espiritual independiente, 0

    producto de una sustancia material encefalica) y cosa 0sustancia material designable, era fantasia (Leclerc),1hasta la

    2 Tambien el fenomenalismo en el q ue convergen Renouvier (1815-1903),

    Avenarius 0843-1896, profesor en Zurich), Mach (1838-1916), que funda en

    1895 una catedra d e Filosoffa de las Ciencias Inductivas en la Universidad de

    Viena, en l a q ue Ie sucederfa Schlick, el patrocinador del Cfrculo de Viena.

    Estos cuatro auto r es son los cabezas de fila de una tendencia radicalmente

    antimetaffsica que red uce toda la realidad al fenomeno, es decir, a 10 queaparece ante la intencion mental, eliminando cualquier problema ontologico dela estructura que produce ese aparecer y el problema psicologico d e la dina-

    mica mental y subjetal que 10 percibe. En el fondo era una posicion demasiadoradical ydemasiado ingenua, pues es precisamente ese aparecer -y sus con-

    tenidos- el verdadero problema. En cuanto a posibles diferentes tipos de

    conocimiento, era tan simplista como todas las demas escuelas empiristas.

    Avanzando el siglo, este papel preponderante de las catedras y departa-

    mentos de filosofia de las ciencias ha ido r eproduciendose en todas las Facul-

    tades de filosoffa de Espana, llegandose a frenar apreciablemente la capacidad

    para la reflexion filos6fica de los alum nos hasta los an os 90.

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    misma vida inconsciente, que tantos efectos apreciables tieneen la praxis humana.

    La consecuencia de esta concepcion de base es que lasideas ylos conocimientos validos han de ser fiel reflejo de las

    cosas, casi imdgenes concretas de las mismas (es un horrorde angostura represiva y de limitacion a 1 0 cotidianamentefamiliar 1 0 que se ha pensado ydicho apartir del empiris-mo ingles y del racionalismo, hasta llegarse, por un lado, alfenomenalismo, y, por otro, al pensamiento analitico, quellego hasta hacer imposible cualquier enunciado valido acer-ca de 1 0 no sensorio-practico). Por eso tuvo que producirseel fenomeno filosOfico-social de la posmodernidad.

    No se cuestionaron aquellos pensadores que no se po-dian reducir a nada 0a productos de la fantasia todas lasrela cion es) las estructuras) los valores y las valencias del mun-do, y que todo eso alguna realidad (de algun tipo diferentedel de las cosas) tendria que tener, como tambien consecuen-temente el lenguaje, el derecho, las matemaricas, la mismalogica y cualquier otr a vigencia que ejerciese alguna presion

    real sobre el pensamiento colectivo y sobre las costumbres.De otro modo, ~como van a ser solo productos de la fantasialas matemaricas y el derecho? Porque, evidentemente, no sonperceptibles por los sentidos organicos en ningun punto delespacio, pero, sin embargo, influyen, tiene una eficiencia in-soslayable. Y la eficacia es criterio de algun modo de realidad.

    ~Oes que el analogado de la realidad han de ser lassustancias solidas (que, segun la ffsicanuclear, no existen)

    y no la ejiciencia: la capacidad de producir efectos eficacesindependientemente de la voluntad humana? 3.

    J En lengua alemana existen dos term in os, segun las raices latina (res) y

    germanica (wirken), para denotar la realidad (en si y general 0de algun objeto

    pensable): Realitiit y Wirklichkelt, que aunque en pr incipio pueden emplearse

    indistintamente, los filosofos de los va]ores y del existencialismo han acabado

    por diferenciarlas, reservando para Realitiit el significado de 10 que existe entre

    ]as cosas, sustanciaJ y design able en la practica, y Wirklichkeit para esto mis-mo, pero sobre todo para r eferirse a la realidad en general (

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    Desde tal enfoque resulta que las mismas cosas 0en-tidades cosicas y digitalmente designables no 1 0 son por suaparente solidez sustancial y cuasi petrea, sino por su fun-cion (en situaClon ademas). Asi, ontologicamente, las cosas se

    pueden definir como:I- [energiaQ- estructura

    - /unClon [en situacion]significado

    - [valor]

    Y10 que se percibe ante todo es el valor, el ejecto que cau-san, su significado -indispensable para conocer comprensi-vamente- y su funcion. Y analizando mas, su estructura (na-tural 0 artificial, pero la mas dificil de percibir es la natural,precisamente, para 1 0 cual ha habido que construir complejasciencias, preferentemente abstractas, dedicadas a su investiga-cion) y energia, de la que la nueva fisica todavia discute.

    En el caso del derecho, las matematicas yellenguaje, no

    hay energia directamente incorporada (solo laque actua enlosprocesos mentales 0 sociales), pero S 1 hay estructura, /un-cion y significado. Es mas, son formas de realidad exclusiva-mente estructurales, /uncionales y significacionales, yen esto sediferencian de las otras realidades mas cosicas ypor eso sonmas e/ectivas que estas. En cuanto a otras formaciones intelec-tuales -otro tipo de realidad como son las maneras de dar

    expresion human a y estetica al conocimiento 0

    a la afectivi-dad-, igualmente la filosofia yla antropologia de los ss. XIXY XX han dado el espect3culo dela incapacidad de to do un co-lectivo cientifico que en tres 0cuatro generaciones de especia-listasno ha sabido comprender laverdadera naturaleza de unodesusprincipales objetos de investigacion: los mitos.

    Se les ha confundido -y se les sigue confundiendo-con sagas, leyendas, relatos de ficcion, literatura, teologia e

    incluso supercherias. Y hay obras enteras sobre el mito don-deno se ha puesto previamente en claro que esde aquello de

    Por esta raz6n, el termino ha amplificado insospechadamente el horizonte

    semantico, pues ya el analogado 0 patr6n de 10real han dejado de ser las

    piedras 0algo parecido, yla realidad se mide yse verifica por la eficacia. Todo

    10 que produce algun ejecto es d e alguna manera real, como las matematicas,el derecho y otras vigencias, que son mas ef icaces y efectivas que las meras

    presencias sustanciales de las piedras, los arboles, las paredes y las aguas ..

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    10 que se va a tratar 0 se est a tratando. ~D6nde ha estado elminimo de rigor exigible?

    Por ejemplo, Levi-Strauss (y no hablamos de un cual-quiera, sino del que ha pontificado sobre mitos ypensamien-to salvaje durante todo el centro y la segunda mitad del si-glo), que en sus Mitol6gicas estudia hasta las ultimas especiesde fauna americana, las clases de miel 0 los grados de coc-ci6n de determinadas cocinas tribales, no dice en sus cuatrotomos ni una palabra acerca de 10 que el mito sea, sus rasgosdi/erenciales de formaciones afines y, sobre todo, de sus cla-ses) muy diferentes, y de sus componentes. Comienza y termi-na hablando de mitos yde 10 mitico sin haberse planteado la

    cuesti6n de que sea eso (otro tanto hace Freud al hablar delos suefios). Lo peor -como sintoma en cuanto al clima deexigencias de la sociedad contemporanea- es que nadie 10advierte.----Los anteriores especialistas del s. XIX, y pioneros de la

    investigaci6n acerca de los mitos, Ed von Muller y D. T.Wundt, definian respectivamente los mitos como historiasde dioses y como fabulas defensivas del miedo, y elsegundo incluso redujo toda el area mitica afantaSIa infan-tib. Con ello no se favoreda en nada la comprensi6n de losmitos.

    Y es asombroso pensar que estos auto res eran contempo-raneos de los epistem610gos que exigian el mayor rigor ttto-.cleliza-der (conceptual) y empirico para cualquier investiga-ci6n acerca de fen6menos materiales. Pero pareda que en

    ~

    materia de religiones y de mitos valla todo, y que cuanto masse rebajase el valor de estas cosas, todavia mas cientificoresultaba el discurso ...

    Por fortuna, el s. xx, aunque ha seguido unidimensiona-lizando la isomorfia de los objetos de investigaci6n, se haacabado exigiendo el mismo rigor para todo. Aunque enmateria de mitos no se ha aplicado tal rigor. Levi-Straussimagin6 que cuanto menos densa se concibiera la entidad del

    mito, tanto mas cientifica resultaba su investigaci6n.

    /fi fy ya en la primera mitad del siglo xx, Bultmann estaba

    convencido de que el universo mitico no puede ser acep-tado por el hombre moderno. Y Levy-Bruhl, por los mis-mos afios 20 -10 mismo que Gabler, Eichhorn, Bauer,Strauss, etc.- discriminaba peyorativamente la mentalidad

    \ agrafa y mitica como pre-16gica y propia de sociedades

    inferiores .

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    La escll~la funcionalista de Oxford) en la que s_eformaLevi-Strauss,llega adescUbriruna importante dimensi6n delmHo: sufuncionalidad constitutiva demundos culturales efe c--

    'avos; peroahl que a a todo, _alno descubrlr otra-s diffiensio-i1eSy estratos en esta clase de costrucciones expresivas, 10

    mismo~e la c:.s..c.uelap-osirivistafinlandesa. Eincluso para j\1.Ellade-fueron los mitos tras/ormaciones numinosas de hechosremotosy deexperienciasteo/anicas (nosesabe en que sentido

    .entiende""Eliade 10 teofanico, pueSnunca en su obra sedetienea explicarlo) que han venido a /undar sistemas cultuales. Enrealidad, tal definici6n no dice gran cosa en simisma, pues noexplica que sea10 numinoso y10 teofanico.

    lonas, de la escuela de Bultmann, en su obra Gnosis undspiitantiker GeistJC2?4 ::J9'5"4rin erpr~t~J:a.g:R,Gsi-shasta.~mismo cristianismo des de una perspectlva existencial bastan-te anacr6nica y no se da cuenta, ni el ni Bultmann, sd~.reto 0,CIequen o se puede desmitificar una religi6n que no .se funda en mitos, yque aun entonces los escasos mitosgueen ellase encuentren no son una envoltura de otra cosa, sinoelvehkulo mismo de la comprensi6n de 1 0 no inmanentea

    -lacofiClianzdad. Para estos autores de la primera ll1itild'del~S.- ;-detras':-'d-ellenguaje religioso no hay otro tipo de reali-/ dad efectiva sino la unicamente accesible a formaciones

    mentales de tipos afines al mito, producto de la fantasia,mitificadora (casi podrfa decirse mit6mana).'-- La escuela psicoanalftica de Zurich (la de C. G.Jung) hatenido el acierto de evitar precisamente este defecto yabrirla comprensi6n dell}1ito a perspectivas ycontenidos profun-dos'y metaestructurales, pero entr6 muy pronto en el-faCilffiaHi@FisffiO'psicoanalitico de explicar:1Qy reducirlo tQdo a

    E!-ntenidos inconscientes, ~ralllente psico16gicos,p()f muycolectivo_s~ue fueran: formaciones canalIzatlvas filogenetl-Cas (Bahnen) de-las tendencias y los de eDLque.J.kgan a

    constelarse en arg~tlpos_ univeLsales. Al reduccionismopsicoanalltico afiadia lamentablementea pretensi6n de un

    aporte pseudopaleonto16gico. Poco es, pero ya es mucho sise compara con las historias de dioses 0 las fantasias infan-tiloides contra el miedo del s. XIX. Por 10 menos, segun Jung,

    -Z-los mitos tienen una funci6n declSlvaen la concepci6n total/ det'mundo y en la orientaci6n existencial del proceso de

    --- individuaci6n. -

    De Wette, Van der Leeuw, Eliade, Fries, Ricoeur, Nest-le, Kirk, Pacios, etc., han i d o r evalorizando la peculiar in-

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    teligencia del primitivo y del hombre tribal, pero han ex-clusivizado demasiado el posible contenido teo16gico de losmitos. Habrfa que decir con Barthes que constituyen unaestructura fundamental de la realidad humana, y no como

    C)I.{dFries un presagio de verdad religiow 0 una estructura-ci6n de 10 numinoso vivencialmente percibido (Van derLeeuw, Nestle).~stos autores de la derecha antropo16gica de media-dos del s. xx abusan de 10 numinoso, 10 teofanico y 10religioso, como facil explicaci6n (que a su vez no expLican) de10 diferencial del mito, pero dejan sin explicar Lomitico pro-pio de los mitos etio16gicos, participativos y nacionales en los

    .que no intervienen dioses, como la gran cantidad de mitos dela sabana tropical americana 0 los de los archipielagos delPacifico y, en general, los mitos de culturas muy arcaicas quetodavia no tenian una nocion expresa de numen, como losmitos Dema.

    Para estos autores, casi vuelven los mitos a su antigua einexacta definici6n de historias de dioses, por 10 menos a

    narraciones en las que Lodivino se manifiesta de algun modo.Y no es as!. En la variada fenomenologfa mftica, divino,numfnico y sobrenatural no son ni remotamente equiva-lentes. Eso sf, en todos los mitos hay algun componentenuminoso, que no hay que confundir con numfnico. Caen,

    pues, en el defecto opuesto al de Levi-Strauss, que se limitaa tI].itos que no incluyen ninguna figura numfnica ../ Lo cierto es que durante milenios circulaban y se gene-

    raban mitos don de los dioses no intervenfan aun por la)sencilla raz6n de que aun no habian sido pensados. Los auto-res arriba citados, Von Muller y otros del s. XIX, parece ques6lo han conocido mitos de las culturas clasicas, donde, enefecto, siempre intervienen personajes numfnicos, hijos dedioses 0 dioses ellos mismos.

    '/ - ~recisamente 10 que escasea 0 se halla ausente de losmitos genuinos y mas arcaicos son las figuras estrictamentedivinas, al menos segun la noci6n de divino que domina en

    Ja Antiguedad clasica (incluida la bfblica).Desde luego, no se pueden utilizar para la definici6n del

    mito ni de ningun genero literario 0 expresivo criterios decontenido, sino que estos han de ser formales. Como es l6gi-co, no se puede definir ningun fen6meno expresivo por L oque expresa, sino por como 10 expresa. He aquf el fallo de los

    auto res del s. XIX y primera mitad del xx y de los exegetas

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    biblicos anteriores a la instauraci6n del criterio de los gene-ros literarios (euyo empleo y eficacia posibles algunos no

    parecen advertir todavia).

    "Podemos ya adelantar una primera configuraci6n de lanoci6n de mito diciendo que los mitos son: -

    Formaciones cognitivo-expresivas de 10 que un grupo (0 la

    especie enter a) supone actuar en el tras/ondo de las mani/esta-ciones parad6jicas de su entorno natural 0 social, en calidad de

    causas, condiciones 0 determinantes, como poderes metahuma-nos de naturaleza psiquica. __ ~

    Evidentemente no se construyen mitos acerca de fuerzasflsicas 0mete6ricas puras, y si intervienen seres terato16gi-cos, no humanos, siempre poseen una capacidad de conoci-miento y unas intenciones tipicamente humanas, es decir,psiquicas (en el sentido de psiquismo diferenciado).{En los\

    mitos siempre interviene algun personaje m~iJ;umat1.Cb(~~,-b.rehumaooc.cy-sobrenatural se han cargado de unos signi- I

    ficados no pertinentes en este contexto), es decir, en la linea 'fdel psiquismo humano, pero que supera al hombre 0actuade formas ins6litas para el hombre, mas lucidas, videnciales~sanativas 0detectoras de recursos practicos /nasequibles alser humano: talismanes, conjuros 0trampas. ~

    /-rA mentalidad arcaica ha atribuido siempre a los anima-Il;~ cllalidades que superan las del hombre -en algun senti-/; do, especialmente en el de la sabiduria y en los recursos-,

    de modo que la mayor calificaci6n de un hombre sabio era"'--Ja de entender ellenguaje de los animales. Se suponia que de \

    ellos se aprendia mucho mas y se obtenian conocimientos 0"mas profundos y elevados que los asequibles aly desde el ser" )humano. Es decir, que 0 a todos 0a algunas especies emble-

    maticas (de don de posteriormente procededan los animalestotemicos, heraldicos y atributivos de cada divinidad clasica)se les atribuia un status 0poderes magicos, sobrenaturales, 0so rehumanos a menos. esto es constante, cuan 0no senacecl'ea gun ~Ji_aLd.e cualq!Jier e~cie..anim~g.etaL -'una resenci'a- esoteric ~eficaz...d~I1-dio o...dL.ulLJ.:lOkrnuminico ....llna-d.e-las causas-de.Ja....cm ci6n magica del

    mundo fue la atribuci6n de cualidades metahumanas 0-

    nu-

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    minosas afenomenos ya seres naturales: rayo,Jluyia lantasltaro banano> cocotero, name) ya determinadas es ecies

    anlmales.Hace el efecto, no de que los primitivos atribuyesen

    _simp1emenre poderes a IDS

    seres de su em.QrnQ.natural, sinode que, poseyendo desde muy antiguo (0 des de los comien-zos) la nocton e 0 sobre!S'ii1iiano 0 sobrenatural-como un contenido menta corifuso7"pero independientey yniplflcado- y percibieodo Obviamente aquellos seresdiferentes del hombre 0 fenomenos meteoricos extraordina-rios en su entorno familiar, hubiesen localizado en ellosaquellos poderes y cualidades que, aparte de la experiencia

    cotidiana, conocfan, imaginaban 0incluso utilizaban, nosabemos por que.

    Pues bien, en la mayorfa de los mitos mas arcaicos (delanillo tropical y e aCl ico son estos os personaJ~ ueintervienen, no dioses de dingun tipo (como a puesto ere leve eVl- trauss respecto del area americana tropical: el

    s! jaguar, el arara, la zarigiieya, el tapir; en las regiones occiden-tales de la America ecuatorial, la arana -de denso significa-do y enorme importancia-, y mas al norte el coyote y elmapache; en Egipto el escarabajo, el gato, la leonuel hal-con en el Proximo Oriente la lechuza, el aguila, elle~

    -sobre to 0, e toro a vaca)~ea 1que se hayan ~nfun-dido los mitos -este tipo de miros-=- con-las fa5ulas (que

    _con e protagonis~s sabios aca aron, alcle -caer de su alta callCladde mitQs,dand6oflgen-a losapoTogos

    morales-de la n ia, de Esopo y, ya en la Ilustracion, de LaFontaine, Iriarte y Samaniego).

    (, _Otras m n' e taciones populares expresivas que tam ocoson mlt eria as leyen as os ierm ogOt e os santua-

    \ rios, los meshalim semitas, la e ica los llamados mitos~~ nacionales 0 sa as dinasticas. inguna de estas formaGiG-~k\ entra dentro -k campo s.emantiCQde los...mitos..Pero tene-

    f mosla Impresion de que aquellos antropologos no estabandemasiado familiarizados con estos otros generos tradiciona-les y aplicaban la nocion de mito a todo 10 que no fueraciencia historia 0literatura propiamente dicha.

    ?para quese puedahablar con-propledad de mito, comocontradistinto de otras composiciones culturales 0manifesta-

    Iciones expresivas populares, han de darse tres condiciones en(,'1 su genesis y tres /unciones alternativas, adem as de ciertos

    codigos especfficos, a saber:

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    f Cl. Los mitos como tipo de conoClmiento

    ser un prodm:to colectivo,

    1contar entre sus componentes semas tradicionalmenteemblemdticos (0 de raiz inconsciente),

    Lhaberse originado 0hallarse actualmente fundidos enuna praxis ritual.

    Segun estos tres criterios mutuamente complementarios,quedan exclUlaos en pnnClplO ae a nOClon e mHo asTreaciones himnicas 0 literarias de autores individuados,' sa-cer otes, proferasc;-lJardos,-las que proceClencIeun-a re-'ITexlOnconscieII[C'tIleme radonal (como podrfa ser- Una sagadmast!ca propagandlsbcamente construida), y ----rpunto no I'

    percibido por la mayorfa de aquellos antrop6logos.r- imper-sonalidad originaria: no hay formaci6n alguna vigencial pri-mitiva que surja gratuitamente de la mera creatividad de unpoeta, sino que todo se produce en el curso de una inter-acci6n colectiva, que, en este caso, es evidentemente r itual(hasta las sentencias teo16gicas mas fundamentales quePablo escribi6 provenian en su pr actica totalidad de him-nos y confesiones de fe de las comunidades primitivas de

    Antioquia 0 de las iglesias anatolias). El hombre arcaiconunca hace nada solo, rodo surge en procesoscolectivos e /mteractlvos de culto, de exequias, ~a, de sanaci6n 0 -;;> \agonales (preparaci6n para entrar en una guerra 0 celel5ra-

    ..ciOn.-d.e..un.a---v-ietoria).- -, - - -- - -- - --

    Y, finalmente, t~mpoco hace nada el Rrimitivo Ror uraima inac" J:I iva, smo ue todo cuanto acaba ad uirien-

    _olforma de poema, e Imno 0 e sagas mHo 0 a reci-

    bido de al una manera por tradici6n son 10s semantemas.y Slm 0os inconscient&.J no privativos de ningun individuQ.dotado) las uni a es e sigll1ICac'o que se mOVllzan en sumente -mas bien mentes- para dar cuerpo al eontenidoque es neeesario expresar. En definitiva, 10s mitos son erea-eiones colectivas, tradicionales y r~_o sur idas en eeurso e una interacczon sacral (en sentido amplio, tam ien

    a uneraria yla belica ,que se nutren de los simbolos, meta-foras y alegorfas ue enera la vida inconsciente (nunea decategorfas eonseientemente r acionaIes y gratuuamente in-ventadas). -

    Por ello, hablar de mentira yde invento (en sentidopeyorativo) en materia de mitos es un anacronismo: nunea

    ~os partiei an d e la falslunteneLonaQa Y tac--tiea de un engano- propagan istieo 0 tendeneioso. ~--

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    Gracias a esta colectivizaci6n tradicional e inconscientedel mito 4 se logra una genuina VIa de conocimiento, tal vez

    privilegiado, para realidades 0relaciones inasequibles a la vidaconsciente y abstractamente reflexiva. La conexi6n entre elamor ylamuerte, entre latransgresi6n yla expiaci6n, entre eldestino y los casos desgraciados en una dinastfa (la de Atreo,

    por ejemplo) no es racional ni personal, sino inconsciente ytradicional, yde este modo se captan unas constantes que dealguna manera son reales, pero que a la reflexi6n racional deentonces, al menos, jamas se Ie hubieran ocurrido.

    Este tipo de nexos tampoco pueden ser consideradoscomo absolutamente ciertos y serios por el hombre actual,

    pero sin dudarlo Ie abren a dimensiones que para el hombrede hoy estan cerradas y fuera de alcance, y que al hombrearcaico Ie explicaban el sinsentido de la realidad biografica ehist6rica de su entorno social.

    Por otra parte, la praxis ritual no hay que confundirlacon las liturgias, sino que se da praxis ritual igualmente ge-nuina e intensa tanto en las liturgias cultuales como en losbanquetes canibalicos, los funerales, los ritos guerreros 0 la

    caza de cabezas.~ consecuencia, las tres funciones alternativas de los

    /mitos son:

    via de conocimiento de niveles poco accesibles, .\\ canalizaci6n de vivencias privilegiadas,

    . estructuraci6n sistemica de las intuiciones acerca de, cuestiones basicas.

    Los recursos cognitivos y expresivos que fomentan losmitos -des de la dinamica propia del hombre, que no sereduce en absoluto a la consabida racionalidad- radican enla cap acid ad de simbolizar, 0cadenas semio-simb61icas delinconsciente semico (-+ mitologemas), movilizadas en ocasio-nes de trance, mientras que del inconsciente emocional as-cienden las adhesiones y vinculaciones sacralizadoras, y, entercer lugar, la informaci6n basica, y no mediatizada por elorganismo, acerca de relaciones ycorrespondencias fuera del

    4 No somos partidarios de la noci6n de inconsciente colectivo de Jung,

    pues es fruto de una especulaci6n escasamente fundamentada y se presta a un

    fiicil recurso a algo desconocido y confuso. Pero S I que en el caso del hombrearcaico yprimitivo no hay iniciativa individual en materia de producci6n mental

    y art1stica y todo surge de actuaciones colectivas apoyadas en una tradici6n

    que nutre la vida inconsciente.

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    tiempo y del espacio, ascendente desde el ultimo fondo 0inconsciente radical 5.

    Que los mitos y sus componentes mitologematicos nosean fruto e una 1 re 1 eaclOn ar 1rana y cam lantesegun etlllas y tlempos se d emues"! a, 0se a reCl3e m p zr ic a-

    --- -r rre nte ; 0ll--el hecno-o jetlvo e que eE..

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    como dijeron los marxistas 6, sino formaciones expresivo-com-prensivas necesarias de lavida psfquica de la especie humana,cuando todavfa no disponia ni de reflexion filosOficaforma-lizada ni de modelizaciones cientfficas. Aquella explicacionpseudosociologica de mito s y d e religiones implica ademas

    un enorme anacronismo, pues en elperfodo tribal no se podiahablar de clase dominante ni lucha de clases, ni pue-blo siquiera, yse dan por supuestas ya unas condiciones devida social par 10 menos neoliticas.

    Pues bien, en esta constante d e la repeticion, diversa-mente combinados, de unos mismos mitologemas se descu-bre adem as indiscutiblemente la existencia de tres anillos dehomogeneidad mftica alrededor de la Tierra:

    uno, perfecto, en tome al ecuador y alas regionestropicales y subtropicales,

    el segundo, oblicuo e irregular, que afecta a todas lasculturas megaliticas (de Escandinavia a Tahiti, pasan-do por Egipto, Islas Britanicas, comisa cantabrica,norte de Africa y Mesoamerica),

    el tercero, mas explicable pues ha habido numerosasmigraciones en toda esa zona, en arco apuntando a1 0largo de ambas orillas del Pacifico, que en algunospuntos se funde con mitos de tradicion megalitica,mas reciente que los mitos de la propagacion de et-nias de oriegn asiatico por America a partir d el-15000 (mientras que el megalitismo data del -650010 mas pronto y mas bien del 5000).

    psfquico ha de concebirse como un magma)nforme y gelatinoso en el que no es

    posible seiialar constantes ni estructuras. Esta es, en efecto, la idea, nada cien-

    tifica, que la antropologia materialista y marxiana ha propagado. Por eso, los

    productos de la mente, del Geist, como la filosoffa 0la literatura, habfan de ser

    necesariamente arbitrarios y de poco Har. Siel materialismo conduce atales con-

    clusiones, se descalifica por sfmismo. Incurre adem as en dos conrradicciones:

    - Una, si es dialectico, necesariamenre ha de afirmar que la materia mis-

    ma (que es la materia)), en su dialectica, ha de dar origen a la no-materia,

    que es 1 0 que siempre negaron.- Dos, aunque el cerebro y su actividad fuesen un mero epifen6meno de

    la materia celular de las neuronas, y precisamente par ella, nada tendria de

    particular que el pensamienro y la imaginaci6n funcionasen segun una estricta

    sistematicidad, como de hecho funcion an; es mas, esto seria absolutamenre

    necesano.

    o sea, que el asombro de Levi-Strauss result a un tanro pueril y deja entre-ver u n n o haber llegado ni siquiera al fondo en la comprensi6n de su materia-

    lismo.

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    Examinemos mas de cerca el origen psfquico delosmitos.En primer lugar, como ya seha dicho, nunca han sido fru-

    to de una reflexion individual: esta solo puede generar siste-mas, leyendas, poemas y profedas, pero no mitos. Y , desdeluego, en los grupos humanos mas arcaicos no habfa persona-lidades individuales 10 suficientemente vigorosas (mentalmen-te independientes) como para crear por su cuenta explicacio-nes alegorizadas de los fenomenos. En este punto nosremitimos alas obras de Levy-Bruhl, que insiste mucho enello. Y, ya no entonces, sino durante toda la historia, la re-flexion individual soloproduce pobres resultados sistematicosparcialesyfrecuentemente erroneos, mientras quelos mitos no

    suelen equivocarse: perciben relaciones no patentes, pero cier-tas, entre los distintos tipos de ser yde actuar. Una autocom-prension del existir humano yde alguna de sus peculiaridadesoaccidentes que las mismas ciencias no perciben 7.

    Las intuiciones de base que dieron lugar a los mitos solopodfan obtenerse en estados de trance colectivo y en situa-ciones lfmite (hambre, catastrofes naturales, guerra, epide-mias, amenazas) 0en el entusiasmo extatico de un ritual. Yun ritual que celebra el final del caos primordial, la muertedel heroe, la renovacion de la naturaleza y el fluir de energfavital, el origen de la tribu 0etnia, el origen de una epidemiao la abundancia de la caza 0de las cosechas.

    Tengase en cuenta que la personalidad de los componen-tes de una sociedad arcaica estaba mucho menos estructura-da que la moderna yque en cuanto un individuo entraba en

    trance, rapidamente 1 0 contagiaba, como en las sesiones devudu actuales 0entre los kosakos de que habla Shirokogo-roY, desfilando por la capital del imperio de los zares ... (hizofalta la intervencion de u n chaman para devolver a la con-ciencia diurna a todo un batallon de tunguses).

    Por supuesto, en tales estados de trance la vida incons-ciente (VIeS) moviliza sus cadenas de sfmbolos, asociadas ala emotividad, y se abre paso hasta el nivel de la semicons-

    7 Prescindamos ahora de ese tipo de mitos etiol6gicos muy simples de la

    sabana americana, y que son la mayoria de los que estudia Levi-Strauss, en 10s

    que muy ingenuamente se explican los colores de las aves por el estallido d e

    un personaje irreal cuyas secreciones fueron a prestar su color alas distintas

    especies. Este tipo de mitos casi se sale de Ja categoria de tal para convertirse

    en una especie de caso de etimologia popular que nada explica; otros, seme-

    jantes a estos, sf pueden encerrar una profunda filosofia si se aciena con las

    claves adecuadas de simbolizaci6n. Sucede exactamente igual que con la inter-

    pretacion de suenos en apariencia absurdos.

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    ciencia, la informaci6n del inconsciente radical, que entoncestoma la palabra (mythos, llu80

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    Yno solo esto, sino que si algun agente individual, aun-que fundido con el grupo (un hechicero, un chaman, unvate), fue el autor material de alguna de estas formaciones,expresivas de alguna intuicion privilegiada propia, no pudotransmitirla a otros sino en trance, cantando, gesticulando,segun pautas ritualmente fijadas. Reparese en que en epocatan reciente como la de David, este, para profetizar, teniaque tailer el arpa, de 10 contrario no podia, 0 que Elias yEliseo adoptaban determinadas actitudes para profetizar,y especialmente por la misma epoca, los llamados hijos delos profetas, que en nutridos grupos ejerdan sus actividadesdevaticinio por elcampo de Israel hacia els. VII, practicaban

    igualmente el tr ance y los ritos exd.ticos. Y en el s. VIJere-mias, Ezequiel, Oseas y otros habian de realizar en gestos yen actitudes sociales, como la de casarse, por ejemplo, conuna determinada mujer, el contenido de su profeda.

    En el mundo negro se observa identico proceder: el actode videncia solo se produce mediante un objeto transicionaly un instrumento musical: un tamtan, pero no cualquiera,sinouno determinado cuyas vibraciones inspiran alvate. Poreso,en elvudu y ritos afines cada tam tan activa yproduce la

    posesion (

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    obliga a los judios a moverse acompasadamente a cada ver-slculo de los salmos que recitan con voz muy tenue, aunquenunca en silencio. Todo ello tiene una justificaci6n muyhonda y, desde cierto punto de vista, es muy va1ido paracrear una comuni6n solidaria entre los participantes de unacomunidad religiosa reunida 9.

    Sobre todo, estas costumbres, generalizadas en toda 1atierra no occidentalizada, de modos de participaci6n colecti-va en verdades y en peticiones 0 alabanzas, exp1icanperfectamente 1aelaboraci6n co1ectiva, mas bien lenta, degran des complejos miticos, creados por elgrupo en trance. Aeste efecto arbitraron las culturas mas arcaicas, aun antes de

    que pudieran darse los mitos, algo que surgi6 espontanea-mente en todas, y no por trasmisi6n de a1guna a todas 1asdemas, el recurso de 10s ritos.

    Los ritos constituyen el modo de articularse yde organi-zarse un comportamiento cuando sale de la privacidad y sedespliega en e1fuero externo y social (yen este contextoentendemos por privacidad tambien la intimidad indivi-dual); aunque no siempre, pues hay individuos que han ri-tua1izado tambien sus acciones mas intimas como 1a higiene,el irse a acostar, desnudarse y vestirse, fumar y comer. Cuan-to mas rigida sea1a personalidad ymas compulsiva, mas tien-de a ritualizar todos sus comportamientos, aunque no tengantrascendencia social alguna.

    Incluso cuando los individuos viven en pareja, en familiao en grupo, cuando yahay hijos de por medio, desde luego,

    aun esos comportamientos person ales e intimos seritualizan,cuando la personalidad de los padres no sea rigida ni com-pulsiva (sentarse ala mesa, comenzar a comer, la sobremesa,1a velada, la hora de baiiar a los niiios yhasta 1as relacionessexuales -y estas especialmente-). En 10smonasterios yconventos, 10mismo que en el ejercito, se ritualizan necesa-riamente 10s actos rea1izados en comun.

    En todos estos casos, 1as acciones se articu1an en proce-

    sos de forma regular yrepetitiva, segun pautas consabidas yseguidas por todos. La misma vida en sociedad, 1as fiestas y

    9 Sin duda les resultarii, a los que practican sus religiones de esta manera

    ruidosa y dinamica, mucho mas extrano todavia vernos a los europeos silencio-

    sos e inm6viles, 0 rigidos, como en un estado de incomunicaci6n procurado,

    en la celebraci6n de las eucaristias cat6licas 0 de los servicios protestantes,

    pues aun cuando en estos se canta, y mucho, el cuerpo no participa de los

    ritmos; es s610 la voz, y una voz ya cultualmente muy domesticada.

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    hasta el salir de noche un grupo de amigos abeber 0abailaracaban adquiriendo un ritmo y unas modalidades fijas. Enfin,las buenas maneras y hasta la conversacion en determi-nados ambientes: un c6ctel, una recepci6n en palacio, unapartida, se hallan regulados por un repertorio de pautas que

    1 0 hace todo mas Hcil, y mas aburrido tambien, y para ellociertos temas de conversai6n, gestos 0palabras quedan ta-

    buizados. Mas por esto mismo funcionan sin imprevistos niincomodidades (hasta el fumar marihuana en los grupos delos afios60 y 70 habia acabado por ritualizarse).

    Pera, sobre todo, los comportamientos transpracticos-que no son cotidianamente utilitarios- son los mas pro-clives a cristalizar en rito. Y entendemos por rito una actua-cion signzjicativa (simbolica 0no) institucionalizada, acompa-

    iiadadepalabras ilustrativas, dentro de un contexto /zjo y segun

    un orden de prelacion/ exclusion de las acciones, tendente a

    producir especiales e/ectos (al menos psicologicos 0 sociales).

    Elrito es ante todo actuaci6n organizada, pera casi siem-pre va acompafiada de palabras, que pueden ser escasas 0abundantes. A veces, el rito afecta precisamente alas pala-

    bras, como las f6rmulas jurfdicas del derecho ramano 0delos sacramentos cristianos, las consagraciones, los juramentosy las declaraciones de derechos (una sentencia judicial, porejemplo), don de el elemento gestual es minimo, pera uno yotro elemento han de venir integrados en una actuaci6n.Muchas veces se exige una postura corporal d eterminada.

    Cuanto mas arcaico es un rito, mas importancia adquie-ren, sobre las palabras, las posturas, los gestos y las actuacio-

    nes, como puede apreciarse en todas las actuaciones liturgi-cas y cultuales arcaicas, desde las prolongadas danzas delmundo negro, en las que, a 1 0 mas, se repite un breve estri-billo, hasta las danzas balinesas y, en general, del Suresteasiatico y de la India, en las que el silencio y la gesticulaci6nde las manos, la posici6n de piernas y de pies, los movimien-tos de la cabeza y del tronco y hasta de los ojos se hallanestrictamente prescritos, tienen significado cultual y mitico yson ejecutados en el mas estricto silencio de la palabra. Laexpresi6n secon centra en los ritmos del cuerpo, en el movi-miento de los ojos y en las posturas de piernas, pies, troncp,brazos y manos. Y en verdad que, de este modo, se lograplenamente el efecto sacralizador.

    En cambio, en las danzas de la sabana americana primael acompasamiento uniforme de todos los cu e os '"

    f\.J

    BIBLIOTECA

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    danzantes al moverse al unfsono, al compas de una music ade percusi6n seea y sincopada, mientras que en Polinesiatodo se concentra, al compas de una music aigualmente sin-copada, en elmovimiento individual de caderas y extremida-des, en grupo 0 por parejas.

    El efecto de todas estas variedades es claramente el tran-ce: los danzantes ylos participantes, imbuidos de un espfritureligios o 0 d el drama mftico que estan representando, se vi-vencian trasformados en heroes 0 en elementos yfuerzas dela naturaleza, como en los ritos de inciaci6n de Australia yMelanesia, de Siberia y de las regiones articas.

    En la evoluci6n de los rituales, las palabras fueron reem-

    plazando a los movimientos, aunque por 10general amboselementos quedaban equilibrados; pero, con frecuencia, ha-bfa que acompanar los gestos con palabras explicativas y da-doras de significado a la acci6n, yen el cristianismo europeofueron las palabras 10 principal del rito, por 10general enforma de salmodia 0 de canticos.

    Muy probablemente, el mito seria un hieros logos 10 ex-planatorio de los significados del lugar, el origen, los gestos

    y los episodios de un proceso cultico.En fin, el rito es un comportamiento mas 0 menos desa-

    rrollado acompanado de palabras operativas, expresivas delefecto que con el rito se pretende, y todo ello en or den ainducir un estado psico16gico adecuado a la situaci6n, a losfines 0 alas motivaciones a que el acto social 0 cultual obe-decen. Por 10 tanto, de los comportamientos colectivos yritmados, en trance, de los grupos primitivos -por ejemplo,antes de emprender una campana de caza 0 de guerra- iriandesarrollandose unas palabras, por 10 general cantadas 0 sal-modiadas, que irian creando el mito propiamente dicho,explicativo y de conjuro del temor yde la zozobra, 0 expre-sivo del entusiasmo, la reverencia debida al numen y otrasexpectativas de superar la condici6n humana.

    En fin, entre la acci6n, la postura, el gesto yla palabra,

    todo ello integra do cada vez en un contexto praxico, se dauna relaci6n interactiva, de modo que en unos casos es lapostura, en otros el gesto, en otros la palabra, y en todos los

    10 EI termino hier o s logos -iepo~ AOy 0~- 0discurso sacro se empleapropiamente para la leyenda explicativa de la sacralidad de cad a santuario,

    especialmente los siro-cananeos, pero puede hacerse extensivo el termino a

    todo 10 que sea explicaci6n cuasi mitica de cualquier episodio u objeto sacros.

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    casos estos factores se encuentran integrados en un procesocomportamental. Tal vez 1anecesidad de que el gesto y laacci6n acompaiien siempre alas pa1abras provenga de 10scrones pasados por 10s taxa del Homo habilis y del Homo

    erectus en pura acci6n ygesticu1aci6n, pero todavfa sin pala-bras. Cuando se constituy6 1a expresi6n hab1ada simb6licahubo de integrarse y sobreponerse a 1atextura expresiva de10s gestos y1as acciones.

    (Por que 10s mitos fueron necesarios? Que su aparici6nsedebi6 a una necesidad es evidente si se considera 1auni-versalidad de los mitos, su presencia en todas 1as culturas.Incluso en epoca actual se sigue sintiendo 1a necesidad demitificar determinados acontecimientos ypersonas, s610queyano es posib1ecrear genuinos mitos. No hay mitos moder-nos porque yano se dan 1as condiciones cultura1es objetivas

    para crearlos (para que e1discurso que se cree reuna 1aspropiedades de 10mfticol, pero sf subsiste 1anecesidad decrear mitos 0 10 que mas se parezca a 10s antiguos mitos.

    Yaquella necesidad basica de 1a especie humana es 1a deautocomprensi6n. Es decir, 1a tendencia a abarcar menta1-mente el mayor numero de componentes y de relaciones decada situaci6n yentidad, empezando por la propia natura1e-za, el propio cuerpo, 1a propia psico10gfa, la pro pia historia

    o el propio estar-en-realidad. Y, por supuesto, el mismomundo en el que to do esto acontece ysus relaciones tras-cendentes a su mera mundanidad (proto10gfa y escato10gfal.

    Junto con esta necesidad actu6 1a de disponer de a1gunsistema de referentes ultimos, orientativos de1apraxis huma-na, en forma de conductas congruentes con 1ascondicionesde esa realidad en 1a que se esta. La propiedad humana,

    preocupante propiedad de desarrollar acciones destructivas,enniveles diversos, aun cuando se pensase que se trataba deactuaciones constructivas, era una propiedad que 1a concien-ciaregistra yIe crea perplejidades. No hallarse program adoe1ser humano, como todas 1asdemas especies vivientes, ypoder actuar pr,ktica y ffsicamente de diferentes maneras,opuestas entre sf, todas eficaces, pero unas debidas, y no

    procedentes otras; esa conciencia de tener que realizar el

    bien, pero poder siempre ffsicamente hacer el mal, aun-

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    que ignorando muchas veces el criterio para distinguir ambasalternativas; esta peculiaridad exclusiva de la especie huma-na, crea en ella la urgente necesidad de poseer las claves desu accion en cuanto conveniente 0 inconveniente, pero estas

    claves no vienen instintivamente dadas por naturaleza, hade crearlas la cultura.La cultura es un conjunto organico de sistemas de refe-

    rentes que amueblan el mundo humano yorientan la praxis.No queremos decir que el Homo sapiens percibiese conscien-temente esta necesidad, sino que simplemente la sentfa: sevivenciaba como perplejo ante laprdctica. Debio de ser unatremenda experiencia cuando, acostumbrado el primer hijo

    de hominidos nacido ya Homo sapiens 11 ala conducta estric-tamente programada de sus antecesores, empezase a sentirvagamente que sus automatismos Ie fallaban, que ya no sesentfa directamente conducido a un comportamiento deter-minado yuti! por sus mecanismos psfquicos inmanentes, sinoque tenia que pararse a pensar como juzgaba ydiscernia 1 0

    positivo de 1 0 negativo. El problema era que todavia no lle-

    gaba a pensar.Los jusnaturalistas dedan que el contenido normativodel supuesto derecho natural era hay que hacer el bien yevitar el mal, y no 1 0 dudamos, pero con esto todavfa seconsegufa muy poco; el problema principal era que es buenayque esmalo; en concreto, aquf-y-ahora, que es constructivoy que es de alguna manera destructivo en cada caso y para

    IIIgnoramos si esta difraccion se dio al nacer eI Homo sapiens neandertha-

    lensis, respecto de sus progenitores pertenecientes todavia al Homo erectus, 0

    entre eI Homo sapiens y eI Homo sapiens sapiens, moderno 0 Cromagnon. En

    todo caso, y dentro de 1 0 sumamente oscuro e hipotetico de esta cuestion,alguna vez un hijo 0hijos de parejas todavia no racionales tuvieron que origi-

    narse, como una anomalia mutante, dotados de una secreta y sumamente d es-

    concertante desconexion del instinto y de las posibilidades y utilidades reales

    de satisfacer la necesidad causada por aq ueJ. Una especie de vertigo y de

    desorientacion basica seria la experiencia continuada que ese nuevo tipo de

    hombre, plenamente humano ya, aunque en sus apariencias todavia muy seme-jante a sus progenitores, constantemente sentiria, y si hubiera podido activar

    su capacidad incipiente de pensar habria supuesto que se trataba de una per-

    turbacion mental, de una psicosis.

    Tal vertigo en eI des/ondamiento obligo a aquel nuevo taxum humano a ir

    creando sistemas de orienta cion no espontaneamente dados, es decir, a crear

    cultura (que ya no era tecnica ni civilizacion). Sus capacidades para ello serian

    tan incipientes, casi imperceptibles, que tuvieron que transcurrir probable-

    mente milenios hasta que lograse desarrollar procesos de pensamiento inde-

    pendientes d e la sensacion; eso si, no constituidos por conceptos abstractos,

    sino pot simbolos coneretos, una cualificacion de los cuales fueron los mitos.

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    cada comportamiento en una situaci6n determinada. Y crite-rios aeste efecto, ni los jusnaturalistas siquiera se atrevierona decir que los daba automaticamente Ia naturaleza, puesesdemasiado patente que no Los proporciona.

    Los ha tenido que ir configurando el hombre aun a ries-go de equivocarse, incluso en los mismos criterios adoptados(por ejemplo, en el caso del canibalismo, los sacrificios hu-manos e infantiles, la esclavitud, la pederastia ritual, la cas-traci6n obligatoria de esclavos 0 de enfermos, la caza de ca-

    bezas, la alienaci6n de la mujer, la ablaci6n del clitoris, laexplotaci6n obrera, la pena de muerte y la guerra, por 10menos: todas estas practicas han sido tenidas por Hcitas yaun debidas alguna vez, ylas cuatro ultimas citadas, durantetoda la historia de Europa hasta hoy). Con la historia a lavista, evidentemente, no hay fundamento alguno para afir-mar que el hombre en general ha tenido una especie de in-nato sentido del bien; mas bien, todos los logros eticos de lahistoria se han debido a una lenta y laboriosa reflexi6n filo-s6fica (la Stoa, por ejemplo, y la filosoffa china clasica) y a

    mensajes religiosos (budista ycristiano casi exclusivamentel.AI hombre no Ieha sido dado por naturaleza nada de ordencultural ni superior, sino la demanda de algo superior.

    En cuanto al conocimiento abarcativo y generalizador,tampoco Ievenian dadas alhombre primitivo las condicionessubjetivas ypsiquicas para conocer. Werner afirma que s610conoda rastros, no dimensiones ni objetos sustanciales (Urs-

    priinge der Metapher, 1919),ymas recientemente Derrida (Dela Grammatologie, 1967) generaliza y tambien afirma ques610 se conocen trazos (Spuren, des traces), pero aunqueWerner seguramente acierta en el caso del hombre primitivo,Derrida se equivoca siguiendo hasta el extrema una Hnea po-sitivista.No, la experiencia arroja elresultado de que todo co-nocimiento consciente yformal se realiza necesariamente portotalizaciones signi/icativas (Gestalten): cada concepto es una

    Gestalt sistemicamente contextualizada de una serie de com-ponentes integrados en conjunto bajo un significado.Por ejemplo, el mere hecho de que se pronuncie com-

    prendiendolo el nombre de una capital, de un personaje, deun tipo de maquina (un R12 por ejemplo) 0 de un programade ordenador (elOCR 0 el Quark XPress), sup one la entra-da en juego de una serie de conjuntos como pueden ser, enel primer caso,todos los barrios de esa ciudad, su contextua-

    lizaci6n entre las demas ciudades del mismo pais -0 entre

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    todas las capitales de Estado- y otra ulterior contextualiza-ci6n en su correspondiente pals y este en un continente, 0 enun proceso hist6rico; pero tambien esta ultima contextualiza-ci6n, mas el sector polItico, belico, cientifico 0 artistico, mas

    su 10calizaci6n epocal ysufunci6n social ehist6rica, se eoim-pliean en el caso de un personaje; yotra serie de sistemas dereferencia muy distinta, en un programa de ordenador, yaSIsucesivamente.

    Lo cual quiere decir que de nada habra conocimientocomprensivo ni lucido mientras el grupo social 0 tradicionalno haya conseguido constelar una serie de eonjuntos sistemi-eos coimplieados, en cuyo complejo campo pueda quedar si-tuado el signficado de la palabra en cuesti6n; 0 mejor, estesignificado concreto resulta de la convergencia de todos es-tos conjuntos en un punto (palabra, experiencia, percepci6n,vivencia 0 estado, en situaei6n).

    ASI, la gran dificultad de diagnosticar en una terapiareside precisamente en esto: saber situar (semanticamente) elconjunto de vivencias sintomaticas del paciente en su con-

    texto sistemico complejo, con respecto al cual el significadode ese conjunto sintomatico queda investido de significado:se ilumina significativamente. Como se ve, es muy diffcildiagnosticar en psicoterapia, porque aquI, mas que en ningu-na otra rama, no hay en/ermedades ... sino en/ermos, y ni si-quiera enfermos, sino personalidades que no han acabado defraguar 0 han /raguado insu/ieientemente. Siempre nos haparecido un disparate etiquetar alos clientes del psic6logo 0

    del psiquiatra como en/ermos: los sistemas de referencia ylosconjuntos contextuales de cada caso nada tienen que ver conlos de la medicina, luego llamarles en/ermos es a 10sumo unameta/ora (d. nuestra Labllidad psiquiea y terapia dinamiea[Fundaci6n Madrid, 1998J).

    La mente humana no conoce y, sobre todo, no eompren-de, si no es mediante inclusiones de 10sensorialmente perci-

    bido en un conjunto de sistemas contextualizadores cada vezmas abarcativos, asociados a palabras 0 a nombres (cientifi-cos 0 hist6ricos, por ejemplo), que tienen la virtud, al con-verger en un pun to, de situar cad a conjunto de percepcioneso de imagenes (no percibidas, sino s6lo imaginadas) en sulugarsemantieo en elmundo total, cuyas relaciones sintac-ticas y semicas junto con sus investiciones semanticas tienencomo efecto eonvertir en realidad e/eetiva el conjunto de sen-

    sacioQes 0 de vivencias que el sujeto cada vez experimenta.

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    Cada tipo de relaci6n 0 de denominaci6n pertenece a uncampo semantico muy determinado. No es el mismo camposemantico el d e las nociones jurfdicas abstractas, el d e lasrelaciones econ6micas, el de 10safectos, el de la tecnologfa,el de la patologfa y la medicina 0 el d e las mariposas y las

    flores ...; 0, visto de otro modo y por otro orden: el delas ideas abstractas, el de las anecdotas, el d e 1 0s objetosconcretos, el de los sentimientos y el de los programas deordenador ...

    Lalocalizaci6n sistemica de un objeto, la pecepci6n de lapropia identidad 0 la concepci6n de una meta existencial,siempre se debe a la integraci6n de un vago afecto 0 una

    vaga sensaci6n en una convergencia de redes de relaciones,que ponen en comunicaci6n significante cada constelaci6nde sensaciones 0de vivencias con todas las demas (potencial-mente almenos) y desde luego con una serie de dimensio-nes significacionales de la realidad, 0 campos semdnticos,tambien interconectados. Y, gracias a ello, esas constelacio-nes de sensaciones, percepciones 0 vivencias se convierten,ante la intenci6n mental, en objetos reales 0 posibles.

    Cada uno d e estos objetos es como la mosca atrapada enel centro de la tela de arana, que hace entrar a esta en vibra-ci6n por todos sus radios y gufas. El caso mas interesante ysignificativo es el de la escritura: cada trazo se convierte ensignoycada signa en icono de un /onema al aparecer integra-do en un sistema alfabetico, sin el cual cada trazo serfa unmera garabato ycarecerfa por completo de valor. Ahora bien,varios de estos trazos, integrados en un sistema lexical, ad-quieren el significado de un tirmino, y varios terminos es-tructurados sintacticamente dan como resultado enunciadosque generan conceptos. Pera, si todo un conjunto de enun-ciados (formados por los lexemas) se articulan en un texto,

    puede tratarse ya de toda una obra 0de toda una concepci6ndel mund o 0 una exposici6n cientffica, jurfdica 0 filos6fica,llenade sentidos multiples y de connotaciones te6ricas, que,

    en un principio, ni remotamente salfan d e l os trazos, 0 sehallaban, a 10 sumo, potencialmente en ellos.

    ~C6mo proceden 0 surgen de meros trazos, que es todo 10quehaydematerial sobre un papel, convertido en paginas deun libro (0 delos fonemas enhilados en un discurso hablado),losconceptos, lossistemas yla totalidad de una ciencia, de unpoema epico, de un sistema jurfdico 0 de una concepci6n delmundo? No cabe otra respuesta que lade por interacci6n sim-

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    b6Lica de Los dt/erentes conjuntos y niveLes L6gicos -sistemas endefinitiva- que se han constelado en u n momenta dado entorno a unas sensaciones 0 vivencias gracias a la unificaci6nconectiva que establece un sujeto que lee.

    Leer es precisamente establecer tales conexiones entresistemas de diversa indole hasta ir obteniendo contenidosconceptuales sistemaricos. Por eso, quien no posee previa-mente tales sistemas, aunque conozca eLal/abeto y eLvocabu-Lario de una lengua, no puede Leer inteligente y comprensi-vamente en esa lengua, no entiende al leer; y cuanta mayorsea la posesi6n previa de sistemas y el manejo de niveles16gicos, mayor sera la comprensi6n y la asimilaci6n de 10

    que se lee.Tambien la calidad de esta comprensi6n depende de la

    riqueza de parametros sistemicos que amueblan la mente ylamemoria de un lector 0 un oyente y de la interconexi6n desus diferentes sistemas categoriales. Asi se explica el placerde estudiar yde leer, y10 insoportable que Ie resulta, aquiencarece de este juego parametrico, leer y estudiar: es comomanejar instrumentos musicales sin partitura ni nociones desolfeo. La peculiaridad de tales sistemas en cada caso cons-tituye la diferenciaci6n de mitologia, sapiencia, filosoffa, his-toria, ciencia 0 poesia. Probablemente a 10 largo de toda lahistoria futura se seguiran formalizando sistemas de parame-tros que constituiran nuevas modalidades d e saber, pero, adiferencia de Comte, no hay que descalificar cad a una deellas ni considerarla abolida porque hayan nacido otras nue-

    vas, pues todas son limitadas y10 que seIeescapa auna, otramodalidad 10 recoge y potencia. Y la realidad vivida por elhombre es multiple.

    Es esta calidad y riqueza de parametros intervinientes 10que cualifica el conocimiento ysus valores de verdad, no laadecuaci6n meramente factica de la mente al objetomaterial, como muy equivocadamente pensaron los griegos yquienes les siguieron en esto, que fueron casi todos los me-

    dievales ylos modernos, y quienes no, quedaron en el rela-tivismo. Ya se puede comprender que Los mitos constituyanuno de estos sistemas categoriales yque pueden configurar ytransmitir (0 generar) conocimientos vaIidos y mas profun-dos incluso 0 universales que los de la percepci6n sensible 0la raz6n abstracta, s610que habran de ser descifrados, des-codificados en su configuraci6n aleg6rica 0 metaf6rica. El

    problema no es que transmit an 0 vehiculen contenidos espe-

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    ciales(fantasticos 0arbitrarios, por ejemplo, como crela Levi-Strauss), sino el modo y el estilo de hacerlo, yaqu! es don deha de intervenir un metodo hermeneutico adecuado para notergiversar sus contenidos.

    La cap acid ad cognitiva humana es el resultado de tresfunciones simultaneas y viene asistida por dos propiedadestfpicas del enfrentamiento humano con las realidades de suentorno y con las mas lejanas a su percepcion sensorial. Las

    tres funciones consisten en:Distanciamiento per spectival del acoso estimular delmomento.Totalizaci6n, ya sea del conjunto de contenidos sen-soriales y perceptivos multiples 0de la informacionmultimodal procedente de varias vertientes informa-ticas.

    Intimaci6n comprensiva de estas totalidades interrela-cionadas, en cuanto objetos 0en cuanto realidaden el contexte del mundo.

    As!,hemos podido dar una definicion compendia ria delconocimiento humano como totalizaci6n referencial intimati-va (d. Interacci6n y conocimiento [Amaru, Salamanca 1988],I c.6, p.123s).

    Conocer no consiste en reproducir mental e imaginativa-mente la Figura del objeto -esto solo servirfa para objetosmateriales actuales-, imagenes que secorrespondieran foto-graficamente mas 0menos con las cosas. Los objetos masimportantes e interesantes de conocer no pueden ser as!re-producidos (el Estado, el derecho, el amor, la libertad, elmal,los valores 0 la tenacidad, ete.) 12 constituyen contenidos

    12 Estos conceptos son precisamente los que Wittgenstein, los neopositivis-

    tas 16gicos y los analiticos del pensamiento tienen como nociones no verifi-

    cables y, por 10 tanto, inadmisibles en el discurso filos6fico. Pero, si ello fuera

    asi, el habla se vaciaria de contenidos interesantes, como ya hizo notar en su

    tiempo Marcuse, de modo que ellenguaje quedase reducido a un mero sistema

    etol6gico de senales.

    Pasado el enragement del neopositivismo, ya se ve que la mente humana

    tiene la posibilidad de referirse validamente a objetos no verificables, como

    meramente posibles 0 como inexistentes; luego estas nociones no imaginativa-

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    mentales irreproducibles e inimaginables, pero llenos de sen-tido como referentes del discurso humano.

    Precisamente la propiedad caracteristica del discursohumano ydellenguaje, gracias al cual este seconstruye, es la

    posibilidad de r eferirse libremente a todo objeto, situaci6n,relaci6n y valor real, irreal, posible 0 imposible, cierto 0 hi-potetico, ysiempre con pleno significado semdntico, valga laredundancia, para distinguirlo del pseudosignzjicado excogi-tado por Wittgenstein, que es mas bien la realidaddel objeto,relaci6n, situaci6n, ete. Podria no existir absolutamente nadamas que el hablante y este estarse refiriendo a un mundolleno de senti do yperfectamente comprensible, pero irreal y

    ut6pico. Entonces los significados del lenguaje son tales yson validos independientemente de la realidad de las cosas.Los seguidores de Wittgenstein (incluida la Escuela d e Vie-na) creyeron haber hecho un descubrimiento trascendental,pero s6lo descubrieron un falso Mediterraneo, y ademas seco.

    Es mas, no esacosas reales aquello a1 0 que ellenguajemas frecuentemente se r efiere, sino a posibilidades, imposi-

    bilidades, relaciones, situaciones, caracteres, intenciones yvalores (d. nuestra Interaccion y conocimiento, t.I c.3, 4, 5y 6). Y en general debe d ecirse que el re/erente ultimo dellenguaje yde los enunciados compuestos gracias a el no sonrealidades sustanciales, sino la praxis en la que los objetos

    mente representables tienen significado valido en el habla y en sus enunciados

    (no son lagunas de significado, como dirfa el primer Wittgenstein; por el con-

    trario, tienen pleno significado y valor semantico), es decir, cuando se pronun-

    cian se sabe 1 0 que se dice y d6nde termina la intenci6n intelectual; 1 0 que nose sabe es si esa noci6n es real 0puramente posible 0 imaginaria 0imposible.

    Todo este malentendido viene de una falsa idea del primer Wittgenstein y

    de sus seguidores acerca de la significaci6n, que lamentablemente se confundia

    con la verdad de una afirmaci6n (si exist~ fuera del concepto el objeto, la

    situaci6n 0la relaci6n concernida por el). Este no es el significado lingi.iistico,

    par supuesto; mas de este malentendido ha derivado la paralisis del pensa-

    miento filos6fico, metodol6gicamente causada en nuestro pais por los analiti-

    cos, durante y para toda una generaci6n.

    Es de rodo punto evidente que cuando digo mal, dios, libertad, alienaci6no democracia se y se sabe por parte de cualquier oyente 10 que se esta diciendo.Lo que no se sabe por el hecho de decido es su realidad. Pero eso es otra

    cuesti6n completamente diferente. 0 hablando de mitos: ~que realidad tienen

    Di6nysos, las Danaides, la Medusa, Isis, Tiamat 0 Quetzalc6atl? ~Tienen sig-

    nificado? Evidentemente sf, prueba de ello es que se pueden estudiar met6di-

    camente los mitos y las figuras que en ell os aparecen. ~Existen estas figuras?

    Evidentemente no, su realidad es meramente simb6lica, estetica yemblemati-

    ca. Pero, por desgracia, los neopositivistas de los aiios 60-70 no matizabantanto el alcance y significado de sus tesis.

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    reales ys6lo posibles se van constituyendo, 1 0 mismo que lassituaciones, las relaciones y los valores.

    No es un mundo estatico, inexistente por otra parte, sinoelmundo dinamico de la praxis la matriz en la que se gene-

    ran, a la vez, los lenguajes y las cosas, sujetos y relaciones(contenidos todos de los que el habla trata). No son las casasreaZes las que dan significado alas palabras, sino exactamen-te a la inversa: las cosas reales vienen a ser tales cosas realesgracias alsistema dellenguaje, en el que las palabras adquie-ren sus significados, que invisten de realidad (significacional,

    pero reaZidad en sentido fuerte) las cosas. Dicho en forma deboutade: no existe la palabra silla porque existen las sillas

    para sentarse, sino que estas existen, es decir, cobran relievereal ante los sujetos, porque previamente estos manejan la

    palabra/concepto silla (0 rosa, 0 diamante, 0 inflaci6n, 0cirrosis hepatica).

    Pronunciando, en C6rdoba de Argentina, una conferencia

    sobre los mitos, un disdpulo d e Bunge me interrumpi6, a pocode empezar, para preguntarme c6mo relacionaba el mito con

    la ciencia. Pude haberle respondido, siguiendo a Wittgenstein,que acababa de construir un enunciado sin significado (Sinn),pero me limite a hacerle la contrapregunta, mas benigna, de aque ciencia se estaba refiriendo, pues nadie niega que la antro-

    pologia sea, una verdadera ciencia y que trata validamente delos mitos. El respondi6 insistentemente que se estaba refirien-

    do a la ciencia, de 10 cual deduje que, a pesar de ser medico,careda de un minimo de informaci6n epistemo16gica, pues la

    ciencia no existe, sino modelos 16gicos y muchos lenguajes, en

    parte artificiales, para positivar otros tantos campos de objetosde divers a indole y cada campo asi se constituye en una ciencia.

    Entonces me calle y ya no respondi mas; el se molest6 y semarch6 de la sala. (Para que iba a esforzarme en comunicarme

    con alguien que no tenia un c6digo comlin conmigo para en-tendernos en materia de epistemologia?

    Sin duda, para este senor de barba y pelo blanco la cienciaera la neurociencia de su maestro Bunge, pero en este caso

    holgaba la pregunta, si no era para reventar la conferencia,pues es evidente que los mitos nada tienen que ver con las

    neuronas, tal como la neurologia las estudia. Los lenguajes deambos tipos de conocimiento, el de los mitos y el de la neuro-

    logia, son inconmensurables.

    Pero si siempre se tratase, para dar rigor a unos conocimien-

    tos, de ver c6mo se relacionan con la ciencia (por 10 menoscon la neurologia), no se podria avanzar un paso en la investi-

    gaci6n 0 en la mera reflexi6n siquiera de las culturas y de sus

    fen6menos. (Es admisible este dogmatismo? (Es por 10 menos

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    racional interrelacionar as! 10s saberes?

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    mente, de modo sistematico y, a su modo, preciso, una granmasa de informacion tradicional. Y los mitologemas se co-rresponden (funcional y analogicamente) con la notacioncanonica de otros lenguajes cientfficos, 0con sus modelos de

    positivacion. Los mitologemas eran un recurso epistemicosemejante a l os actuales, solo que de otra naturaleza; y losprimitivos y arcaicos (a juzgar por las concepciones del hom-bre tribal actual) jamas los tomaron como historicos: eranrecursos auxiliares, expresivos y formalizativos de experien-ciasmasivas y profundas, de otro modo inexpresables.

    La totalidad de las mitologias han manejado la categorfadel tiempo mitico, que no es conmensurable con el tiempo

    actual e historico. En aquel, todo era de otra manera, hastahabia otros animales yel hombre tenia otras cualidades (cul-tos dema); 0, como en Mesoamerica, hay dos dimensiones 0

    pIanos inconmensurables, el tonal yel ndhuatl; 0como afir-maba elVedanta: estados inmani/iestos del ser, yhasta Hera-c1itoproclamaba la existencia de una armonia inmanifiesta,superior a la manifiesta (it P I l 0v ia IX

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    su concepci6n del proceso de abstracci6n generalizativa,como la labor de un intellectus agens 0 v0 D c;; 11:0 1 n K 6c;;(que Averroes suponfa que era unico para toda lahumanidady actuaba desde una especie de tapas supramundano) que

    trasformaba las impresiones sensibles en species0 concepto ylas imprimfa en el intelecta pasible.Asf, conocer venfa a reducirse a introyectar un algo real,

    constitutivo ademas de la esencia del objeto, s610 que asi-milado por obra del entendimiento agente en estada dedesmaterializacian, que venfa a constituir un estado ideal de10 mismo que realmente se conoda, instalado en la subjetivi-dad mental. Lo insostenible era la suposici6n de que alga

    ideal era esencia de alga real (!).Esto era absoluta garantfa de la verdad del conoci-

    miento: cada objeto real era conocido verdaderamente en sumisma esencia, no podfa fallar. Desgraciadamente, esto eraun montaje aristoteIico sin ninguna garantfa de certeza ni deprobabilidad, pues ademas la teorfa era tributaria de todauna concepci6n metaffsica altamente discutible, que es la dela identidad de la forma con la esencia ideal, presente en lacosa y dandole su entidad. Y, por otra parte, la mente tam-

    bien se concebfa de una manera muy ingenua y demasiadoacabada en sf, como un dep6sito de especies real-ideales...

    En esta ambigiiedad insostenible radican todos los pro-blemas de la filosoffa del conocimiento occidental, que hanvenido haciendola dar bandazos, hasta terminar en el mate-rialismo crudo y el neopositivismo l6gico, que, de no haber

    otra posible concepci6n del proceso de conocimiento queesta, tendrfan bastante raz6n al afirmar que to do 10que seconstruye por encima de las sensaciones no es valido ni ad-misible como realidad, ya que llevarfa en su misma entrafiaaquella ambigiiedad de ideal-real.

    Ambos extremos de la relaci6n cognitiva, la mente y lacosa, se daban como supuestos ya terminadas y campletas ensu complejidad, yasf resultaba relativamente Hcil explicar el

    fen6meno, pero Montaigne, Descartes, Vico, Kant, Fichte yFreud desarticularon el sujeto 0 la mente, y el empirismoy el fenomenalismo, ademas de estos autores y de Berkeley,Lotze, Schopenhauer y elneokantismo, pulverizaron la cosareal. Se habfan abierto otras vfas explicativas del conoci-mien to en todas sus categorfas, calidades y alcances.

    El presupuesto evidente -desde la experiencia- de toda

    teorfa del conocimiento ha de ser precisamente suirreductibi-

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    lidad a un solo tipo: su variedad de vias, de modos y d e alcan-ces.Otro presupuesto, el isom6rfico por ejemplo, no es ni rea-lista ni empirico, pues la experiencia ensena constantementeque no es 10 mismo conocer un motor, una relaci6n, una si-tuaci6n, las intenciones de una persona, una obra de arte, unsistema, una epoca hist6rica, el amor 0 a si mismo en un mo-mento dado del desarrollo. Es un simplismo inexplicable elllamado principio de Thorndijke de q ue 10 no medible no esreal (por 10 menos esuna petici6n de principio).

    Veamos anallticamente de que secomponen lanoci6n demente y la noci6n de cosa, que no son terminos tecni-cos,sino, como muchas veces ha sucedido en filosofla, termi-

    nos coloquiales que empiezan a emplearse indiscriminada-mente sin pararse a pensar en 10 que implican.En situaci6n de conocer, la palabra mente (que en in-

    gles puede significar incluso alma) supone:

    Consciencia cognitiva (la que advierte que se estaconociendo y el que se conoce).Sistema categorial yparametros por los que se puede

    conocer e identificarse un objeto ysituarlo en un areadeterminada (mental 0 real) en relaci6n con los de-mas objetos.Condiciones del encuentro con el objeto, pues no todacercania flsica de un objeto Ie hace cognitivamenteaccesible.

    - Juego de cadenas semio-simb6licas inconscientes.

    Aprendizajes sociales.- Memoria yexperiencias anteriores con objetos afines.- Lenguaje [Situaci6n en que se conoce, y- Modos de daci6n del objeto, como factores extrasub-

    jetales del conocer].

    Todo ello forma parte de la mente capaz de conocer-aqui-y-ahora-tal-objeto (pues hay objetos que una mente es

    incapaz de conocer en tanto no adquiera otras capacidadesinstrumentales, unos parametros, un lenguaje, y ademas en-tre en una especial situaci6n de encuentro con tal clase deobjetos; mientras que tam bien hay mentes capaces de cono-cer determinados objetos, pero que todavia no llegan a ello

    por fallo del modo de d aCZ6n).Ejemplo del primer caso serIa el de un texto cuyo alfa-

    beto se desconoce, y, por tanto, por muy claro que sea el

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    texto, no puede alguien no preparado conocedo; ejemplo delsegundo serfa un objeto arqueologico fuera de contexto es-tratigrafico. El sujeto ve un fragmemo de ceramica, peroeste fragmento no Ie dice todo 10 que podrfa decide si 10

    encontrase integra do en su yacimiento y en su estado.Los objetos cognoscibles, por su parte, comprenden:

    Energia nuclear en diferentes combinaciones termo-dinamicas (si se trata de cosas).

    Inserci6n de estas constelaciones de energia estructu-rada en una praxis social.

    Daci6n como objeto, en situaci6n, segun un modo

    determinado (que Ie hace cambiar de significado ydefun cion) 13.

    FiltraJeselectivo de estimulos por parte del sujeto, alcontactar.

    Investiciones automaticas de significado, valor ycargalibidinal.

    Integraci6n de to do ello en un sistema categorial demundo 0sistema de obJetos(Baudrillardl previamenteinstalado en el sujeto 0mente, 0en su modo deestar-en-situacion.

    Intimaci6n consciente 0 incorporaci6n vivencial de 10conocido a la vida concreta y personal del sujeto, demodo que este se ve modi/icado un tanto yen algunsentido por la pasada experiencia de conocimiento(en esto consiste la formacion 0modificacion cualita-

    tiva de la personalidad producida por unos estudioso un viaje).

    Ahora se puede entender nuestra definicion compendia-ria de conocimiento: siempre y en todo supuesto, al conoceralgo como objeto se totalizan una serie de sensaciones (0

    u Una obra de arte, segun su modo de dacion 0 de encuentro, puede

    presentarse y hacerse objeto 0ser conocida como mercancia, como retiquia,

    como imagen milagrosa 0venerable, como recuerdo familiar, como patrimonio

    o como simple obra artistica y como medio de pago (0 fianza judicial, por

    ejemplo, como se esta viendo actualmente) 0hasta como recuno para subsistir,

    si se vende 0se subasta. En cada situacion se la percibira de formas muy

    distintas, casi aparecera como un objeto diferente cad a vez. Y 10 mismo sucede

    con tod o: prendas de vestir, joyas, utensilios. En la mitad del s. XX los uten-

    silios domesticos de hace 80 arios y los juguetes de hace 60 se han convertido

    en objetos de museo, antiguos y cuasi arqueologicos, cosa que nadie habria

    sospechado antes, pues eran de 1 0 mas vulgar y pobre.

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    sus equivalentes) 14 en una unidad de aper cepcion. Simulta-neamente se relacionan con otros contenidos de conocimien-to y el conjunto resultante cada vez se intima, se asimilamental y afectivamente para que pase a formar parte de la

    memoria personal, de la memoria que constituye uno de loscomponentes de la identidad del sujeto.

    Pues conocer es integrar informacion (obtenida de unmodo u otro) en el propio ser 0existir. Es convertir en in-tencionalmente inmanente 1 0 ajeno y extrfnseco a la con-ClenCla.

    Sino se totalizase no habrfa un objeto de conocimiento,sinomuchos y fragmentarios, si1 0 asf totalizado no se re/irie-se a otros conjuntos ya un contexto, este objeto unificado noserfainteligible (la inteleccion de algo no es una simple in-tuicion de esencia, sino su contextualizacion en un conjuntode conjuntos determinado).

    Si no se intimase 10 asf unificado y contextualmente re/e-rido no se convertirfa en conocimiento de un sujeto, de al-guien,' es decir, serfa solo potencialmente conocimiento, en

    cuanto un sujeto podrfa intimarselo para hacerlo suyo, ya

    14 En efecro, cuando no se conoce una cosa, sino un sistema (pOl' ejem-

    plo, el Estado, la democracia, la crisis), naturalmente no se totalizan sensacio-

    nes, sino procesos, nociones e informaci6n hist6rica, pero el resultado es el

    mismo. Una serie de datos fragmentarios de un pr oceso 0de una epoca acaban

    decantandose en un concepro conocido y poseido conscientemente de Impe-

    rio Carolingio, Revoluci6n Francesa 0 situaci6n actual de la economia.

    Y esto ultimo es el verdadero objero de conocimiento en un momento dado.

    Por no tener en cuenta esro, Levi-Strauss llega a afirmar en La penseesauvage que la Revoluci6n Francesa no ha existido, sino una serie de pro-

    cesos biol6gicos de unos organismos que coincidieron en un tiempo y un

    espacio. Me atreverfa a decir con roda seguridad que ni siquiera esro se puede

    decir, desde ese enfoque, q ue ha existido, sino una serie de cargas energeticas

    en forma de hipoteticas ultimas particulas. No se pOl' que se v a a dar pre-

    ferencia en cuanto a realidad a los procesos bioquimicos sobre 10s politicos 0

    culturales: ~por que aquellos se yen con los sentidos organicos y esros no? ~Y

    que consistencia tienen las sensaciones organicas sobre los hechos sociales para

    que sean mas fiables en cuanto a existencia) No se puede af irmar seriamente

    que es mas real un proceso de oxidaci6n, y 10s colores que van cambiando, 0la temperatura que despide, que la Convenci6n 0 la guillotina, la roma de la

    Bastilla 0 el cambio de mentalidad en Europa a raiz de aquella Revoluci6n ..

    Esro serfa excesivamente ingenuo. Hay que empezar pOl' afirmar que exis-

    ten diversos estatutos de existente y diversas modalidades de ser r eal, una de

    ellas podrfa ser la de la energia basica, otra la de las sensaciones, otra la de los

    sistemas dinamicos (lenguaje, matematicas), otra la psiquica y otra la de los

    hechos sociales. Esro parece mucho mas tiguroso y cienti/ico que dar gratuita-

    mente pOl' supuesto que solamente la materia sensible y actualmente percep-

    tible pOl' UI1sujeto humal10 sea 10basicamente real. Y que fuera de esto nada

    es real.

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    que conocer sustancialmente es, como se ha dicho, una ope-racion inmanente. Como dice la q.VIII De veritate, el objetoes el conocimiento en acto.

    En conclusi6n: el sujeto cognoscente tiene un margen de

    libertad a d e activaci6n bastante mas amplio de 10 que sesupone, en la recepci6n ycomprensi6n de 10sobjetos de suconocimiento.

    El conocimiento no es, como el positivismo supone, unmero veri/icar que un objeto dado es tal, dejandole en suescueta clausura fenomenica, ni el sujeto funciona como unacamara oscura (as1 10 afirma Lenin en Materialismo y empi-rocriticismo, Moscu 1947) tambien en su limitada capacidad

    organica, sino que es toda la cultura, de que es heredero yportador, 10 que est a gravitando sabre el al conocer, pardl/erentes vertientes.

    No se crea que todo esto relativiza el conocimiento, pueslos parametros, la memoria y el lenguaje desde los que secanace son constitutivos del mundo real del grupo social a1que se pertenece.

    La que S1espatente es que cada grupo social (Gurvitch),cada etnia, cada epoca ycada cultura ha construido ycanaceyactua desde un determinado mundo real, que difiere de 10sotros mundos reales, propios de otras culturas y etnias, aun-que hay categorias afines en todos. No esel conocimiento 10relativo, es el mundo mismo, socioculturalmente determina-do, 10 que cambia de un caso a otro.

    Y1a objetividad real de los objetos yde los hechos no es

    tan simple como griegos, racionalistas y empiristas supusie-ron, sino que obedece a vigencias, sistemas, dinamicas exis-tenciales ycontextos de significaci6n, que son 10s verdaderosconstitutivos de la realidad del mundo. No se canace lamateria de las casas, y ni siquiera sus propiedades objeti-vas, sino sus va10res, su utilidad, su funci6n ysu insercionen el propio existir y en lapraxis socialdesde la que se actua.El conocimiento vulgar y cotidiano consiste no en intuiresencias, ni en integrar simples sensaciones, sino en valorar,signi/icar, necesitar, apetecer, utilizar. Par ello es tan dWcilobtener una reflexi6n filos6fica y cientifica objetivas. Y hayque recurrir a sofisticados modelos artificiales para ello. Ytodo esto tiene dos consecuencias exclusivas del conocer hu-mana: la /lotacion semantica yla libertad trascensiva.

    La primera consiste en la variabilidad de los sistemas de

    significaci6n y de valor que pueden concurrir en un conoci-

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    miento y en uno u otro en/oque del mismo, sistemas que sesupone que son todos validos, pera que ninguno agota laspo-sibilidades de contextualizar, significar y valorar un objeto.

    La segunda significa que el conocimiento trasciende cual-

    quier momento de d aci6n ypuede incorparar a suvisi6n otrasaspectos y posibilidades de enfoque (no actualmente dadas)y hasta lanegaci6n de 10 dado ypresente. De hecho, en todoconocimiento comprensivo y adulto interviene una masaconsiderable de elementos y contenidos no dados, sino pre-viamente posefdos 0 vagamente intuidos tras los hechos da-dos. Y esto de diferentes maneras.

    Onicamente el conocimiento humano es capaz de negar,

    los otras vivientes destruyen 10que rechazan 0 no se percatande otras posibilidades de objeto 0 de daci6n. Cuando unanimalataca es que niega 10 que seIe presenta como real 00mismo hace el psic6pata), mientras que a la personalidadequilibrada Ie basta con decir no 0 con presentar el objetoa una luz en que desaparezca 0 desaparezcan sus cualidades

    positivas (por ejemplo, presentar la paciencia como cobar-dial. Y, por otra parte, la capacidad de negar crea el espaciolibre para seguir creando.

    El ser humano puede percibir imagnitativamente variasposibilidades simultaneas de haber podido ser el objeto quecontempla, de ah