los Últimos beduinos nómadas actualidad

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Los ltimos beduinos nmadasEn Israel hay alrededor de 170 mil rabes beduinos que habitan en su mayora en la regin del Nguev. La mitad de ellos acept dejar atrs sus hbitos nmades y establecerse en siete ciudades construidas especialmente para ellos, pero el resto se niega a dejar la zona que habitan desde hace generaciones y por la que reclaman la propiedad de las tierras. Mientras las municipalidades beduinas se ubican entre las ms pobres del pas, sus habitantes dicen ser considerados ciudadanos de tercera por IsraelEn Israel hay alrededor de 170 mil rabes beduinos que habitan en su mayora en la regin del Nguev. La mitad de ellos acept dejar atrs sus hbitos nmades y establecerse en siete ciudades construidas especialmente para ellos, pero el resto se niega a dejar la zona que habitan desde hace generaciones y por la que reclaman la propiedad de las tierras. Mientras las municipalidades beduinas se ubican entre las ms pobres del pas, sus habitantes dicen ser considerados ciudadanos de tercera por IsraelCon el objetivo de escribir este artculo sobre la realidad de los beduinos del Nguev en Israel, un equipo de Piedra Libre parti hacia el sur del pas. El Museo de Cultura Beduina del Centro Joe Alon, fue nuestra primera parada. All, recabamos informacin y contactos para continuar nuestra misin periodstica. La intencin final era entrar en contacto con una familia beduina real durante el desarrollo de su vida cotidiana.Seguimos viaje por la ruta 31 hacia Arad. A ambos lados del camino se pueden observar construcciones de material precarias, aunque con antenas parablicas en los techos y caros vehculos en sus garajes.Nos detuvimos al azar en la puerta de una de esas casas con la esperanza de que la hospitalidad beduina se hiciera presente. Bajamos del auto con la excusa de preguntar por una direccin de un beduino llamado Jalil Almud, con quien nos haban contactado en el Museo, y que estaba dispuesto a recibirnos, pero a quien no logrbamos ubicar. El hombre result conocer a Jalil y tras explicarle que ramos periodistas de una revista en espaol para la comunidad latina nos invit con una sonrisa generosa a sentarnos y a contarnos sobre su vida y la de sus pares. La hospitalidad sobre la que tanto habamos escuchado comenzaba a materializarse.Tribu de dos mil personasLa construccin de material sobre una colina de piedras blancas que no conoce de lujos ni de detalles de terminacin es el hogar de El-Atrash Darwish, un beduino de 40 aos, con su mujer de 31, y los diez hijos de ambos, cinco varones y cinco mujeres de entre 15 aos y 6 meses de edad. Con ojos curiosos, sonrisas marcadas y una sutil timidez que conservaron slo durante los primeros minutos de nuestra estada, los chicos comenzaron a salir de la casa para observar a estos extraos visitantes latinoamericanos. La mujer permaneci en el otro cuarto preparando el t y nunca se hizo presente. Nos sentamos en un saln que el nico mobiliario que tena eran unas alfombras y unos almohadones, y un viejo armario de madera se encastraba en un rincn de la habitacin. Uno de los nios se acerc con una bandeja, y sobre ella, cuatro tasas y una jarra de t. El hermano mayor la tom, la apoy sobre el piso y nos sirvi. El-Atrash no quiso comenzar la entrevista hasta haber servido el t. Es como si el t o el caf, fueran un idioma previo a las palabras.Desde las ventanas algunos de los nios observaban. Una de las nenas, de unos 9 aos, entr con la beb de 6 meses en brazos. "Tienen su propia mueca", brome el padre. La beb , como el resto de los chicos estaban descalzos, sus ropas sucias por la tierra y el polvo del desierto y rotas en algunas partes. El agua parece no haber ni siquiera salpicado sus caras en el ltimo tiempo. Mientras conversbamos con el padre, los chicos hablaban en rabe entre ellos, se divertan. Un nio de unos 4 aos se acercaba a tocarnos con un dedo, para luego esconderse tras la espalda del pap. De bservadores a observados, la experiencia de reconocer a un otro parecido pero diferente, fue mutua.En un hebreo con un vocabulario refinado y elevado, El-Atrash nos cont que es maestro de rabe en una escuela cercana desde hace 18 aos y que estudi en la universidad. Dice que su sueldo le alcanza para vivir en forma regular. Pero que en su tribu, integrada por unas dos mil personas, el 80 por ciento no trabaja fuera del pastoreo del ganado y la agricultura. Sin embargo, reciben del gobierno pensiones por desempleo y por el nmero de hijos. Tienen de cierta forma una falta de ambicin y de no querer tener ms, que sorprende. El-Ashrat lo que busca (y lo dice feliz) es poder llegar asu casa y descansar, sentarse en su choza de visitas, a recibir a sus parientes, amigos, tomar t, caf y hablar. No tiene la necesidad de trabajar ms para tener ms. Slo con poder darle comida a sus hijos y esposa, le es suficiente.La gran mayora de las mujeres, como su esposa, no trabajan ni manejan por una cuestin de roles sociales. La mujer debe permanecer en la casa cuidando a los nios. Yo no s ni cortar un tomate nos respondi cuando le preguntamos si saba cocinar o si ayudaba en alguna labor domstica. El-Atrash estim que en otros 30 o 40 aos los beduinos del sur del pas, van a dejar de vivir en chozas o carpas, para pasar a habitar en asentamientos ms formales. "Es triste, la modernizacin va a hacernos perder esto que es nuestra cultura" sostuvo expresando su pesar y miedo por perder la tradicin de su pueblo. Para El-Ashrat el cambio se va a dar inevitablemente, desea que se d, pero teniendo en cuenta su cultura. Ante la imposibilidad de frenar el progreso, consider que la organizacin de la vida bajo el estilo del moshav israel es lo ms cercano a lo que aceptara. Para este jefe de familia, irse a vivir a una ciudad beduina como Rahat es inaceptable. Segn l, all no podra continuar con sus tradiciones por falta de espacio, de tierra. "Ac no tengo a nadie alrededor, nadie que me moleste. El aire es puro, tengo espacio para las cabras y para sembrar". Para ellos claramente, irse a vivir a un apartamento, pequeo, con 10 hijos, o los que vendrn, es una pesadilla casi que innombrable.Cargar el armario en el camelloEl-Atrash y sus once hermanos nacieron y vivieron sus primeros aos en carpas, que sus padres armaban y desmontaban dependiendo la poca del ao, verano o invierno. Y as venan haciendo los antepasados de su tribu durante centenares de aos. Slo en 1981 sus padres decidieron establecerse en un solo lugar y as fue que construyeron la choza de paredes y techos de chapas que todava conservan. All an duerme su madre, a quien tambin le construyeron una casa al frente de esta choza. Ella duerme a veces ac, a veces en la choza, o a veces afuera, al aire libre. Depende del clima y de su estado de nimo cuenta este beduino de piel quemada por el sol desrtico. De acuerdo a este maestro de escuela, la razn por haber construido esa primera choza, se debi a que en los aos 70, por una cuestin econmica, todos los de su tribu empezaron a parar en ms lugares a trabajar. Esto los llev a tener ms ingresos, y por ende, mejor nivel de vida, por lo que comenzaron a comprar muebles lo que hizo ms difcil movilizarse, derivando en su establecimiento ms formal. Ya no era cmodo ni muy prctico montar encima de los camellos y burros los armarios o sillas se sonre.La tribu de El-Ashrat no est conectada al sistema elctrico israel. Ellos reciben energa de un generador propio. Adems no tienen telfono fijo, slo celular, y su direccin postal donde prometimos enviarle revistas, est en Beer Sheva, no donde l vive. Obvio, su casa no es reconocida, no tiene direccin. No existe para el pas. Pero irnicamente su familia lleva viviendo all, en una direccin que no existe legalmente, por ms de 100 aos.Este hombre lament que hoy en da no puede vivirse la cultura como antes, como l alcanz a vivenciar cuando nio. Pero para l la vivencia en la carpa, es algo intrnseco de l. Y por eso recibe a sus visitantes, amigos y amiliares en el shigg (carpa de visitas de los beduinos). As como siguen armando carpas para eventos especiales como bodas y velorios.Todos los shigg, y las chozas construidas por ellos, tienen su espacio para hacer fogata adentro de ella. Por eso siempre se ver el techo negro ahumado por la lea. Para ellos esa fogata es el centro de cada cabaa.Cuando le preguntamos si celebraban en las chozas tambin los cumpleaos, El-Ashrat se ri. Nosotros no celebramos el cumpleaos como ustedes. Adems de diferencias culturales con esta tradicin nuestra, para ellos es casi irrelevante esa celebracin. Y ya ni qu decir en esta tribu, en donde cada familia tiene en promedio 15 hijos, los das del ao no les lcanzaran para celebrar tantos cumpleaos de primos, sobrinos, amigos.Descalzo desde JordaniaEste jefe de familia se considera a si mismo beduino musulmn sunita, que vive en tierras que por una cuestin geopoltica hoy pertenecen al Estado de Israel con sus normas y leyes. Afirm que durante el imperio Otomano y el mandato Britnico, los gobiernos no se metan en su vida. Y que tiene un amigo de 85 aos que luego de la Guerra de Independencia de 1948 qued del otro lado de la frontera, en Jordania, y que cuando El-Ashrat lo visit, su amigo no le dej de repetir que si lo dejaran volver a la tierra donde naci, vendra caminando descalzo desde Jordania y sin nada en sus manos.Mientras nuestra visita llegaba a su fin, uno de los nios se montaba a un burro para recorrer el par de kilmetros que lo separan de la tienda ms cercana en busca de algunas provisiones, que se encuentra en una de las montaas ms alejadas que se podan ver a lo lejos.Estar all un par de horas, en medio de las montaas de su tribu, con el viento desrtico de verano soplando y refrescando hasta el alma, era literalmente como estar en otro planeta. Con otros ritmos, con otros valores. Era como si de repente, el Internet, el celular, las marcas de ropa, un mejor sueldo, fueran irrelevantes. Por eso cuando son uno de nuestros celulares mientras visitbamos el monte ms alto de las tierras de El-Ashrat, era como si hubiera sido un timbre desde el ms all. Para El- Atrash era una alegra poder recibirnos. A gradeci nuestra presencia porque le permiti explicar la situacin de su tribu y su cultura. "La gente tiene que saber que los beduinos somos personas simples y buenos anfitriones que respetan a sus huspedes", subray.Moradores del desiertoDurante siglos vagaron con sus caravanas por el desierto del Nguev en busca de agua. Hoy atraviesan una transicin a formas de vida ms sedentarias que ven dejar en el camino hbitos y costumbres centenarias. Los beduinos son personas nmadas de descendencia rabe que viven en el desierto. Su nombre deriva de la palabra rabe badawi que significa morador del desierto. Son originarios de la Pennsula Arbica y en su gran mayora son musulmanes sunitas. Los beduinos de Israel estn divididos en dos grupos: Los de la Galilea, que descienden de tribus que vinieron desde Siria; y los del Nguev, que provienen del Sinai y de la Pennsula Arbica. En busca de agua, los beduinos viajan por el desierto y transportan con ellos sus tiendas hechas con pelo de camello o de cabra. Para soportar el calor, los hombres usan un thawb, una tnica blanca de algodn que cubre el cuerpo entero, salvo la cara, manos y pies. Pero estas costumbres estn casi extintas en Israel, donde los 170 mil beduinos que aqu habitan estn dejando la vida nmada y acercndose a estilos de vida ms modernos.Casi la mitad de los beduinos israeles viven en siete ciudades planificadas por el gobierno para ellos. La ms grande de ellas es Rahat con 40 mil habitantes. Sin embargo, los municipios beduinos figuran entre los ms pobres del pas y el desempleo es alto. El resto vive en 45 villas no reconocidas, que no figuran en los mapas y que tampoco cuentan con servicios bsicos como electricidad, agua potable y recoleccin de basura. Algunos beduinos siguen viviendo de la agricultura y el pastoreo de cabras, vejas y camellos pero una vasta mayora trabaja en labores de bajos salarios y en la construccin.Desde tiempos del Imperio Otomano, los beduinos cuentan en Beer Sheva con un espacio exclusivo para la comercializacin de sus productos, en su mayora lcteos. Los hijos de beduinos que concurren en forma voluntaria al ej rcito son reconocidos por sus altas habilidades para orientarse en el desierto de noche y seguir rastros.El reclamo por las tierrasLos beduinos reclaman la propiedad de las tierras que habitan desde generaciones y se niegan a mudarse a una ciudad en donde perderan su cultura y tradiciones. En Israel, a lrededor del 93 por ciento del suelo son tierras del Estado. Segn la Asociacin de Derechos Humanos Arabes de Nazareth, "Desde mediados de 1960 los beduinos del Nguev han sido sujetos a un forzado proceso de sedentarizacin en municipios urbanos. Esta poltica de relocalizacin, diseada para 'modernizar' a los beduinos, ha sido conducida sin consultarlos y de una manera que es culturalmente inapropiada".Muchos de los beduinos carecen de ttulos de propiedad de las tierras pero argumentan que las han ocupado por d cadas, incluso desde antes de que Israel existiera. La Administracin de Tierras de Israel cuenta el nmero de estructuras sin permiso de estos pueblos (y, por tanto, expuestas a ser demolidas) en alrededor de 60 mil. "A los entre 60 mil o 70 mil beduinos que viven an en los pueblos no reconocidos no se les permite construir casas ni cultivar la tierra, por lo que viven con el temor constante de que los desalojen a la fuerza y les derriben sus casas", inform Amnista Internacional en su informe Bajo los escombros: Demolicin de viviendas y destruccin de tierras y bienes, de mayo de 2004.De acuerdo con el gobierno, cerca de las tres cuartas partes de la regin del Nguev est reservada para uso militar, aproximadamente 35 mil de los acres restantes (140 km2) son arrendados a beduinos para la agricultura y no menos de 125 mil acres (500 km2) son discutidos en la Justicia por ser considerados por Israel como incorrectamente ocupados.Chave Fiengold, la curadora del Museo de Cultura Beduina del Centro Joe Alon, explic que "el Gobierno los trata de persuadir para que se muden y ellos no quieren pero de otro lado, no pueden probar que las tierras les pertenecen. Cuando estuvo el mandato Otomano quisieron darles certificados de propiedad de las tierras y no aceptaron para no pagar impuestos. Con los britnicos pas lo mismo. Ahora reclaman las tierras. Es una disputa que lleva su tiempo".Uda, de la carpa a ColombiaNaci en una carpa, pero hoy vive en una casa. Durante el parto, su madre no concurri a un hospital sino que fue asistida por una mujer de la tribu. Uda Abukaud de 43 aos, es beduino de la tribu Aramadn, del norte del Nguev, est casado y tiene 7 hijos. Su pueblo lo llaman en burla como Colombia, porque sus habitantes disfrutan y comercializan el hashish con regularidad.Uda vive en una aldea no reconocida y lleva esperando por aos la propiedad de las 300 dunam (300 kilmetros cuadrados) que dice le pertenecen a su familia desde hace cinco generaciones. "La tierra es nuestra pero no tenemos permiso para construir. Si le quiero hacer la casa a mi hijo no puedo. El Gobierno quiere que vivamos en una ciudad", afirma. Al preguntarle sobre si los beduinos usan las nuevas tecnologas, responde con una sonrisa: S, tenemos celulares, cuentas bancarias, tarjetas de crdito. Pero al final, la plata la contamos en cabezas de cabras que cada familia tenga. Y sobre las comodidades (o incomodidades, segn se mire) de vivir en las carpas, como lo hace su abuelo, que aunque tiene una casa construida, pasa all durante el da, pero en la noche, vuelve a su carpa a dormir, Uda tambin tiene su mirada: El mejor aire acondicionado que existe, es cuando se abren los dos lados de la carpa y la brisa del desierto pasa a travs de la carpa.Sus hijos estudian en un colegio al que asisten slo chicos beduinos y donde aprenden hebreo, ingles y rabe, adems de las materias regulares. Uda, que trabaja en el rea de turismo, cuenta que su abuelo de 85 aos tuvo tres mujeres y que nunca ha asistido a un hospital pblico ni recurrido a la medicina tradicional. La legislacin del pas les permite casarse una vez pero pueden tener hasta tres mujeres por fuera del paraguas de la ley. Sostiene que se siente un ciudadano de tercera en Israel, que los beduinos padecen la desocupacin y la falta de tierra, y que se niega a dejar "la vista, la tranquilidad, el respeto y la seguridad" del desierto por "el desempleo, las drogas y la falta de ocupacin" de las ciudades.Para preservar la culturaEl Museo de Cultura Beduina, del Centro Joe Alon, ubicado en el corazn del bosque Lahav, en el Nguev, es el nico museo beduino del mundo. El establecimiento existe desde 1985 con el objetivo de preservar la cultura de las tribus beduinas de la regi n del Nguev y del Sinai. La modernizacin de su estilo de vida est haciendo desaparecer muchas de sus tradiciones. Estos cambios se expresan en el abandono de la carpa por una casa de material en una ciudad, cambios en las fuentes de ingreso y en la forma de vestir, entre otras cosas. Para eso est el museo, para preservar los testimonios de su cultura nos cuenta la curadora Chave Fiengold. All se exhiben reproducciones de carpas beduinas, fotografas, tejidos en telar, vasijas, armas, redes de pesca (de los beduinos de la Costa del Sinai), aros y collares, colgantes e instrumentos musicales como la rebaba, una especie de violn de una sola cuerda. Tambin se puede montar un burro, beber caf fresco recin tostado o te preparado por un beduino de alguna de las tribus cercanas. El museo lleva el nombre del coronel Joe Alon, uno de los primeros pilotos de la Fuerza Area Israel. Sus actividades estaban concentradas en el Nguev, donde estableci la base sur de la Fuerza Area, la que comand durante varios aos. Alon fue asesinado en Washington in 1973, durante su servicio como agregado militar. Datos Claves:Centro Joe Alon, Museo de la Cultura Beduina D.N. Nguev 85335. Cerca del Kibbutz Lahav. Tel: 08-9918597Los beduinos: Arabes musulmanes sunesEl Islam, que significa paz, obediencia y sumisin, es una religin monotesta basada en el Corn, libro sagrado, que segn los musulmanes fue dictado por Allh a Mahoma a travs del arcngel Gabriel. Los seguidores del Islam creen que Mahoma fue el ltimo de una serie de profetas enviados por Dios, que incluyen a Abraham, No, Moiss y Jess. Cinco veces al da, los musulmanes son llamados desde los minaretes de las mezquitas a orar. Esta religin musulmana monotesta afirma tener las mismas races que el judasmo y el cristianismo. Con relacin a su nmero de fieles, el Islam es la segunda religin del mundo con mil cuatrocientos millones de miembros. Un 20 por ciento de ellos estn en pases rabes; otro 20 por ciento se encuentra en la regin del sur del Sahara en frica; un 30 por ciento en el subcontinente Indio, con Indonesia como el pas con la poblacin de musulmanes ms grande del mundo. Tambin hay importantes poblaciones de musulmanes en China, Europa, Asia Central y Rusia. An teniendo los mismos principios, existen una serie de escuelas islmicas con diferencias teolgicas y legales importantes. Las mayores ramas del Islam son los sunes (o sunitas) y los chies (o chiitas). Los beduinos que habitan en Israel provienen de la Pennsula Arbica y son musulmanes sunes. Cerca del 90 por ciento de los musulmanes son sunes y slo son minora en Irn, Iraq y en Lbano, donde su mayora es chies. Los musulmanes chies, la segunda secta mayor del Islam, difieren de los sunes en que rechazan la autoridad de los tres primeros califas. Siguen los preceptos de hadices diferentes a los de los sunes y tienen sus propias tradiciones legales. Los eruditos chies tienen mayor autoridad que los sunes y mayor amplitud para la interpretacin del Corn y de los hadices. Los Imanes desempean un papel fundamental en la doctrina chi.Beduinos en nmeros170 mil beduinos en Israel40 mil habitan en Rahat, la ciudad beduina ms grande en el Nguev7 ciudades beduinas oficiales45 asentamientos beduinos no reconocidos2 por ciento de los beduinos llega a estudiar en la Universidad5 de cada 100 hacen el ejrcitoSobre costumbres beduinasLa Boda:Una de las principales festividades de los beduinos es la boda. Unas dos semanas antes de la ocasin, se arma una carpa especial para la celebracin. La tradicin beduina no permite las citas por lo que los jvenes intercambian unas pocas palabras antes de casarse. Los padres de ambos se renen y si aceptan se firma un contrato frente a un tercero y la pareja puede casarse. El padre de la novia recibe una dote. La invitacin a la boda es un pauelo blanco flamenado sobre la carpa. Todo el que quiera puede asistir. El evento tiene una duracin de siete das. Hombres y mujeres festejan por separado. La novia slo concurre el ltimo da, cuando todos los invitados llevan un regalo. Este puede ser un dinero, una cabra (que vale alrededor de 700 shkels) o pueden dar como regalo un camello (que cuesta entre siete y ocho mil shkels). Durante los festejos se come en abundancia y se hacen competencias de carrera de caballos o camellos.La circuncisin:Se trata de una ceremonia religiosa que no se hace en una edad especfica, sino que puede realizarse entre el ao y los diez aos del nio.El hijo y la hija:Desde su nacimiento el hijo varn es considerado superior a la hija mujer. El hombre es criado para su tarea como protector de la familia y la tribu, y la mujer como futura madre.La familia:Hay una clara divisin de tareas entre esposo y esposa. Las tareas de la casa y el cuidado de los chicos son responsabilidades de la mujer, mientras que el marido se encarga de proveer a la familia.Las personas mayores:Los adultos mayores dependen de sus hijos para vivir con ellos. El hombre, que sigue teniendo influencia a pesar de su edad, pasa sus das en la seccin de los huspedes de la tienda, y sus hijos lo proveen en sus necesidades.Sebastin Oliel, Paul Chamah y Luli Szerman (www.piedralibre.co.il)