los rothschlids
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historia de esta familia de banquerosTRANSCRIPT
LOS ROTHSCHLIDS: MONJES NEGROS DEL SIONISMO INTERNACIONAL
Mayer
Amschel Rothschild
Permítanme hacer y controlar el dinero de la nación y no me importará quien
escriba las leyes”. Mayer Amschel Rothschild
La familia Rothschild, conocidos como los Rothschild, es una dinastía de
financieros y banqueros internacionales de origen judío. Están en la mira de
quienes afirman que existe un diseño oculto del mundo para instalar un Nuevo
Orden Mundial.
El nombre Rothschild fue adoptado por la familia en el siglo XVII inspirado por el
hexagrama rojo que Mayer Amschel Bauer colgó como icono en la fachada de su
casa. “Rothschild” (Escudo Rojo en Alemán) el apellido tiene como significado: “El
Escudo de Salomón”.
El testamento de Mayer Amschel Rothschild
Ya para la época de Mayer Rothschild la familia había acumulado una gran
riqueza esté dividido el capital de su empresa en 50 acciones, con fines de
repartirlas por igual entre sus hijos; aunque en este momento el reparto lo hace
atendiendo a la edad entre los que han quedado en Frankfurt. Excluye de este
modo a todas sus hijas mujeres; ni entonces ni más tarde las hijas, esposas o
descendientes tuvieron participación alguna.[1]
Su testamento, redactado pocos días antes de su muerte, contenía un reglamento
estricto de cómo se debían dirigir los negocios familiares:[1]
Todas las posiciones claves deben ser ocupadas por miembros de la familia.
En los negocios solamente pueden participar los miembros de la familia varones.
El hijo mayor del hijo mayor debe ser la cabeza de la familia, siempre y cuando la
mayoría de la familia no decida lo contrario.
La familia debe casarse entre sí con sus primos de primero y segundo grado.
No debe haber ninguna auditoría jurídica y ninguna publicación de los bienes.
Sionismo
Barón Edmond de Rothschild (1845-1934) Billete de 500 shekels
Los Rothschild fueron colaboradores de la fundación del genocida Estado de
Israel, siendo el barón Edmond James de Rothschild patrocinador del primer
asentamiento en Palestina en Rishon-LeZion.
En 1917, Walter Rothschild, segundo barón Rothschild, fue el destinatario de la
declaración de Balfour, que consignó por el gobierno británico el asentamiento en
Palestina como patria de losjudíos .
Usura
En una época en que los gobernantes gozaban de poder absoluto sobre sus
súbditos, como era aquella de las monarquías, la solución que encontraron los
banqueros para no perder su dinero y su cabeza, cuando los reyes comenzaron a
acudir a ellos en busca de dinero para financiar sus guerras, fue la de financiar a
ambos rivales; al oponente se le financiaba discretamente. También exigían cierta
cuota de poder real inmediato, en forma de títulos de nobleza, tierras o negocios
públicos. Esta doble estrategia tenía la ventaja de asegurarse siempre el retorno
del dinero y el mantener la cabeza en su puesto.
Fue la marca distintiva de determinadas familias de banqueros, entre ellas la que
nos ocupa, quienes en el siglo XIX adoptaron una pose cosmopolita, una
proyección social y un interés exagerado en asumir las deudas de los distintos
gobiernos, por lo que se los acabó conociendo como banqueros internacionales.
Illuminati
Simultáneamente a que Mayer Amschel se enriquecía gracias a su falta de
escrúpulos, Adam Weishaupt fundaba la orden de “Los Perfectibilistas”, mejor
conocida como los Illuminati. Mayer Amschel pronto comprendió que ambos
deseaban lo mismo, cambiar el statu quo hacia un formato que los favoreciera.
Sin embargo habría que actuar entre bambalinas, los Illuminati ya habían sido
oficialmente destruidos en 1784 y sus miembros destituidos se encontraban en la
clandestinidad en la época en la que Mayer Amschel los congregó en su casa de
Frankfurt en 1786, siendo el objeto principal de la reunión analizar los nuevos e
importantes planteamientos de la Revolución Francesa.
Algunos años más tarde el diputado y miembro del Comité de Salud Pública de la
Asamblea Nacional Joseph Cambron, recordaba que a partir de 1789 “la gran
Revolución golpeó a todo el mundo excepto a los financieros”.
Doble moral
Durante las guerras napoleónicas, los Rothschild apoyaban por igual a Napoleón
Bonaparte y a Wellington, pero la jugada maestra la hicieron a raíz de la batalla de
Waterloo. Uno de ellos fue espectador privilegiado de esta batalla y una vez que
se aseguró que la batalla se decidía a favor de Inglaterra y Prusia, salió al galope
reventando sucesivas monturas, pagó un dineral para cruzar el canal de la
Mancha y luego continuó su galope hasta Londres donde en la Bolsa de Valores
inglesa se puso a vender desesperadamente acciones a cualquier precio.
Los demás agentes de bolsa, conociendo el valor de la información que
manejaban los Rothschild, interpretaron que Napoleón había ganado la batalla,
con lo que el pánico se apoderó del mercado que cayó a mínimos nunca vistos.
Un pequeño grupo de agentes compraban anónimamente para Rothschild las
acciones de la deuda de guerra británica que se vendían a un precio miserable.
A partir de este punto de inflexión, los Rothschild no hicieron más que incrementar
su poder hasta quedar sin rivales en Europa y comenzó para ellos un nuevo
desafío: la conquista de América.
Comunismo
Un poeta del romanticismo alemán y también miembro secreto de los carbonarios
(Sociedad secreta italiana), publicó el 12 de julio de 1842 un extraño texto con
aires de profecía en la revista Französische Zustände, de Hamburgo en el que
advertía que: El comunismo, que aún no ha aparecido pero que aparecerá
poderoso y será intrépido y desinteresado como el pensamiento… se identificará
con la dictadura del proletariado y aunque de él se hable ahora muy poco… será
el héroe tenebroso al que se reserva un magno pero pasajero papel en la moderna
tragedia.
Solo espera la orden para entrar en escena. Vaticinaba además la guerra
entre Francia y Prusia, que será sólo el primer acto del gran drama, el prólogo. El
segundo acto será el europeo, la revolución universal, el gran duelo de los
desposeídos contra la aristocracia de la propiedad. Entonces no se hablará más
de nación ni de religión. Solo existirá una patria, la Tierra. Y una sola fe, la
felicidad sobre la Tierra porque existirá quizás tan sólo un pastor y un rebaño, un
pastor libre con un cayado de hierro, y un rebaño humano esquilado y balando de
modo uniforme.
Fue el judío Heinrich Heine, sobrino del banquero Salomón Heine de Hamburgo,
quién hacía estas predicciones, en las que preveía el advenimiento
del comunismo, la guerra franco-prusiana de 1870 y la globalización, y utilizaba
por primera vez la expresión dictadura del proletariado, luego apropiada por Lenin.
Gracias a Heine, Karl Marx consiguió refugiarse en Inglaterra cuando huía de la
persecución de las policías prusiana y francesa y también, gracias a Heine,
encontró refugio en la casa de los Rothschild de Londres -donde también había
encontrado protección con anterioridad un masón británico que ocuparía el asiento
de primer ministro del Reino Unido, el judío Benjamin Disraeli.
Para quien no está iniciado en el plan para instalar el Nuevo Orden Mundial (y
cuyo primer escalón es la globalización) el contenido anterior puede ser de interés
puramente anecdótico. Sin embargo es clave para comprender que existe en
ejecución un plan, que se diseña entre bambalinas, del cual Heine tenía
conocimiento; pues muchos años antes de los acontecimientos pudo describirlos
en el artículo mencionado.
Heine tuvo amistad con Honoré de Balzac, que también conoció y trató a James
Rothschild en Francia, al que confió su dinero. Penetrante observador de la
sociedad humana, nos dejó esta frase “Hay dos historias: la historia oficial,
embustera, que se enseña ad usum Delphini, y la historia secreta, en la que se
encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia
vergonzosa”.[1]
Oligopolio
En el oligopolio mundial energético tiene gran influencia la empresa Royal Dutch
Shell, en parte propiedad de las coronas británica yholandesa, y financiada en
buena medida por la familia Rothschild, antigua financiera europea de varias
coronas reales, especialmente a la hora de financiar guerras. Y caracterizada por
auxiliar financieramente a la vez, a los dos bandos contendientes.
Los Rothschild han sido financieros de los Rockefeller y de todo el
desarrollo petrolífero, ferroviario y bancario en Estados Unidos a través de los
Morgan (banca y ferrocarriles), Harriman (ferrocarriles y altas finanzas) y
Rockefeller (petróleo y banca).
De modo que en el siglo XIX, el control de los ferrocarriles, el petróleo y la banca
implicaba controlar gran parte del poder real en los Estados Unidos. Resulta muy
llamativo que, en la reciente biografía oficial escrita por Niall Ferguson en Oxford,
intenten mostrarse a sí mismos como un poder en decadencia desde mediados
del siglo XIX, argumentando que no pudieron instalarse como banca en los
Estados Unidos. Resulta contradictorio con el hecho de que a través de la
financiación ejercen control sobre los tres principales negocios de Estados Unidos.
Barón Edmond de Rothschild
(1845-1934) Billete de 500 shekels
Permítanme hacer y controlar el dinero de la nación y no me importará quien
escriba las leyes”. Mayer Amschel Rothschild
La familia Rothschild, conocidos como los Rothschild, es una dinastía de
financieros y banqueros internacionales de origen judío. Están en la mira de
quienes afirman que existe un diseño oculto del mundo para instalar un Nuevo
Orden Mundial.
El nombre Rothschild fue adoptado por la familia en el siglo XVII inspirado por el
hexagrama rojo que Mayer Amschel Bauer colgó como icono en la fachada de su
casa. “Rothschild” (Escudo Rojo en Alemán) el apellido tiene como significado: “El
Escudo de Salomón”.
El testamento de Mayer Amschel Rothschild
Ya para la época de Mayer Rothschild la familia había acumulado una gran
riqueza esté dividido el capital de su empresa en 50 acciones, con fines de
repartirlas por igual entre sus hijos; aunque en este momento el reparto lo hace
atendiendo a la edad entre los que han quedado en Frankfurt. Excluye de este
modo a todas sus hijas mujeres; ni entonces ni más tarde las hijas, esposas o
descendientes tuvieron participación alguna.[1]
Su testamento, redactado pocos días antes de su muerte, contenía un reglamento
estricto de cómo se debían dirigir los negocios familiares:[1]
Todas las posiciones claves deben ser ocupadas por miembros de la familia.
En los negocios solamente pueden participar los miembros de la familia varones.
El hijo mayor del hijo mayor debe ser la cabeza de la familia, siempre y cuando la
mayoría de la familia no decida lo contrario.
La familia debe casarse entre sí con sus primos de primero y segundo grado.
No debe haber ninguna auditoría jurídica y ninguna publicación de los bienes.
Sionismo
Los Rothschild fueron colaboradores de la fundación del genocida Estado de
Israel, siendo el barón Edmond James de Rothschild patrocinador del primer
asentamiento en Palestina en Rishon-LeZion.
En 1917, Walter Rothschild, segundo barón Rothschild, fue el destinatario de la
declaración de Balfour, que consignó por el gobierno británico el asentamiento en
Palestina como patria de losjudíos .
Usura
En una época en que los gobernantes gozaban de poder absoluto sobre sus
súbditos, como era aquella de las monarquías, la solución que encontraron los
banqueros para no perder su dinero y su cabeza, cuando los reyes comenzaron a
acudir a ellos en busca de dinero para financiar sus guerras, fue la de financiar a
ambos rivales; al oponente se le financiaba discretamente. También exigían cierta
cuota de poder real inmediato, en forma de títulos de nobleza, tierras o negocios
públicos. Esta doble estrategia tenía la ventaja de asegurarse siempre el retorno
del dinero y el mantener la cabeza en su puesto.
Fue la marca distintiva de determinadas familias de banqueros, entre ellas la que
nos ocupa, quienes en el siglo XIX adoptaron una pose cosmopolita, una
proyección social y un interés exagerado en asumir las deudas de los distintos
gobiernos, por lo que se los acabó conociendo como banqueros internacionales.
Illuminati
Simultáneamente a que Mayer Amschel se enriquecía gracias a su falta de
escrúpulos, Adam Weishaupt fundaba la orden de “Los Perfectibilistas”, mejor
conocida como los Illuminati. Mayer Amschel pronto comprendió que ambos
deseaban lo mismo, cambiar el statu quo hacia un formato que los favoreciera.
Sin embargo habría que actuar entre bambalinas, los Illuminati ya habían sido
oficialmente destruidos en 1784 y sus miembros destituidos se encontraban en la
clandestinidad en la época en la que Mayer Amschel los congregó en su casa de
Frankfurt en 1786, siendo el objeto principal de la reunión analizar los nuevos e
importantes planteamientos de la Revolución Francesa.
Algunos años más tarde el diputado y miembro del Comité de Salud Pública de la
Asamblea Nacional Joseph Cambron, recordaba que a partir de 1789 “la gran
Revolución golpeó a todo el mundo excepto a los financieros”.
Doble moral
Durante las guerras napoleónicas, los Rothschild apoyaban por igual a Napoleón
Bonaparte y a Wellington, pero la jugada maestra la hicieron a raíz de la batalla de
Waterloo. Uno de ellos fue espectador privilegiado de esta batalla y una vez que
se aseguró que la batalla se decidía a favor de Inglaterra y Prusia, salió al galope
reventando sucesivas monturas, pagó un dineral para cruzar el canal de la
Mancha y luego continuó su galope hasta Londres donde en la Bolsa de Valores
inglesa se puso a vender desesperadamente acciones a cualquier precio.
Los demás agentes de bolsa, conociendo el valor de la información que
manejaban los Rothschild, interpretaron que Napoleón había ganado la batalla,
con lo que el pánico se apoderó del mercado que cayó a mínimos nunca vistos.
Un pequeño grupo de agentes compraban anónimamente para Rothschild las
acciones de la deuda de guerra británica que se vendían a un precio miserable.
A partir de este punto de inflexión, los Rothschild no hicieron más que incrementar
su poder hasta quedar sin rivales en Europa y comenzó para ellos un nuevo
desafío: la conquista de América.
Comunismo
Un poeta del romanticismo alemán y también miembro secreto de los carbonarios
(Sociedad secreta italiana), publicó el 12 de julio de 1842 un extraño texto con
aires de profecía en la revista Französische Zustände, de Hamburgo en el que
advertía que: El comunismo, que aún no ha aparecido pero que aparecerá
poderoso y será intrépido y desinteresado como el pensamiento… se identificará
con la dictadura del proletariado y aunque de él se hable ahora muy poco… será
el héroe tenebroso al que se reserva un magno pero pasajero papel en la moderna
tragedia.
Sólo espera la orden para entrar en escena. Vaticinaba además la guerra
entre Francia y Prusia, que será sólo el primer acto del gran drama, el prólogo. El
segundo acto será el europeo, la revolución universal, el gran duelo de los
desposeídos contra la aristocracia de la propiedad. Entonces no se hablará más
de nación ni de religión. Solo existirá una patria, la Tierra. Y una sola fe, la
felicidad sobre la Tierra porque existirá quizás tan sólo un pastor y un rebaño, un
pastor libre con un cayado de hierro, y un rebaño humano esquilado y balando de
modo uniforme.
Fue el judío Heinrich Heine, sobrino del banquero Salomón Heine de Hamburgo,
quién hacía estas predicciones, en las que preveía el advenimiento
del comunismo, la guerra franco-prusiana de 1870 y la globalización, y utilizaba
por primera vez la expresión dictadura del proletariado, luego apropiada por Lenin.
Gracias a Heine, Karl Marx consiguió refugiarse en Inglaterra cuando huía de la
persecución de las policías prusiana y francesa y también, gracias a Heine,
encontró refugio en la casa de los Rothschild de Londres -donde también había
encontrado protección con anterioridad un masón británico que ocuparía el asiento
de primer ministro del Reino Unido, el judío Benjamin Disraeli.
Para quien no está iniciado en el plan para instalar el Nuevo Orden Mundial (y
cuyo primer escalón es la globalización) el contenido anterior puede ser de interés
puramente anecdótico. Sin embargo es clave para comprender que existe en
ejecución un plan, que se diseña entre bambalinas, del cual Heine tenía
conocimiento; pues muchos años antes de los acontecimientos pudo describirlos
en el artículo mencionado.
Heine tuvo amistad con Honoré de Balzac, que también conoció y trató a James
Rothschild en Francia, al que confió su dinero. Penetrante observador de la
sociedad humana, nos dejó esta frase “Hay dos historias: la historia oficial,
embustera, que se enseña ad usum Delphini, y la historia secreta, en la que se
encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia
vergonzosa”.[1]
Oligopolio
En el oligopolio mundial energético tiene gran influencia la empresa Royal Dutch
Shell, en parte propiedad de las coronas británica y holandesa, y financiada en
buena medida por la familia Rothschild, antigua financiera europea de varias
coronas reales, especialmente a la hora de financiar guerras. Y caracterizada por
auxiliar financieramente a la vez, a los dos bandos contendientes.
Los Rothschild han sido financieros de los Rockefeller y de todo el
desarrollo petrolífero, ferroviario y bancario en Estados Unidos a través de los
Morgan (banca y ferrocarriles), Harriman (ferrocarriles y altas finanzas) y
Rockefeller (petróleo y banca).
De modo que en el siglo XIX, el control de los ferrocarriles, el petróleo y la banca
implicaba controlar gran parte del poder real en los Estados Unidos. Resulta muy
llamativo que, en la reciente biografía oficial escrita por Niall Ferguson en Oxford,
intenten mostrarse a sí mismos como un poder en decadencia desde mediados
del siglo XIX, argumentando que no pudieron instalarse como banca en los
Estados Unidos. Resulta contradictorio con el hecho de que a través de la
financiación ejercen control sobre los tres principales negocios de Estados Unidos.