los ríos son componentes esenciales del paisaje continental
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SOFTWARE PARA EVALUACIÓN Y MONITOREO DE LA CALIDAD ECOLÓGICA
DEL ECOTONO RIPARIO DE CURSOS DE AGUA.
Sirombra, Martín Gonzalo 1; Grimolizzi, Otón Matías 2,3,4 ; Frenzel, Ana María 2,3,5
1 Cátedra Ecología General. Facultad de Ciencias Naturales. Universidad Nacional de Tucumán
[email protected] Telf 4250377, Dirección postal Ecuador 477 Yerba Buena,
Tucumán
2 Instituto De Riesgo Geológico y Sistematización Territorial, Facultad de Ciencias Naturales,
UNT.
3 CONICET
RESUMEN
Se presenta una aplicación para calcular del índice QBR (Munné et al, 1998), apta para
las condiciones subtropicales locales y ríos de montaña. Fue ensayada con datos del arroyo Las
Cañitas (Tucumán, NO Argentina), ajustándose la cuantificación de los parámetros
componentes del índice.
La aplicación - en Access® - genera la base de datos exportable a otras planillas, como
Excel®, para su tratamiento estadístico resultando en una ampliación de las capacidades del
desarrollo. Está conformada por cuatro bloques, cada uno de los cuales incluye diferentes
variables que deben completarse en el lugar.
Los resultados muestran que el índice es versátil y ajustable al área estudiada, debiendo
modificarse sólo en parte de la tercera sección (especies nativas de árboles y arbustos).
Asimismo, se sugiere la incorporación al cálculo de un sub apartado que contemple la presencia
de ganado vacuno, debido al fuerte impacto de la ganadería en forma libre.
ABSTRACT
An application to evaluate the QBR Index (Munné et al, 1998) in subtropical climates
and mountain rivers is presented. It was tested with data from Las Cañitas creek (Tucumán, NW
Argentina), adjusting index component parameters quantification.
The application - developed in Access® - generates a database that can be exported to
other software utilities, such as Excel® for statistical treatment, resulting in great amplification
of application capabilities. It consists of four blocks, each of them containing different variables
that must be inputted on the spot.
Results show a versatile index that can be adjusted to the area under study, only to be
partially modified in its third section (native tree and bush species). Also, it is recommended the
inclusion of a sub section in calculations to account for the strong impact of loose cattle.
INTRODUCCIÓN. Dentro de las políticas administrativas destinadas a garantizar la calidad de
vida, la toma de decisiones es un proceso indispensable y necesita contar con información
actualizada y confiable que determine expeditivamente la calidad ecológica de un sistema. Ésta
debe tener el potencial que permita corregir y/o revertir procesos perjudiciales al mantenimiento
del medio ambiente asociados al impacto causado por fenómenos naturales y/o acción humana.
Los ríos son componentes esenciales del paisaje continental. Su trabajo erosivo moldea el
relieve, forma valles y deposita materiales en sus tramos bajos originando amplias llanuras
aluviales. Son esenciales para la vida en el medio terrestre y usados por el hombre como
suministro de agua dulce. Constituyen ecosistemas valiosos, no sólo por el valor intrínseco del
agua como recurso natural, sino también por los procesos naturales que allí ocurren y que
permiten el desarrollo de gran diversidad de especies de flora y fauna (Schmidt y Otaola-
Urrutxi, 2002; Ward, 1998, Naiman y Décamps, 1997). Los sistemas de aguas continentales
como lagos, lagunas, ríos y arroyos pueden ser extensos y a menudo poseer comunidades
vegetales riparias diferenciadas de las entidades en que las que se encuentra (Schroh, 1998).
El cauce de un río se encuentra limitado a ambos lados por zonas elevadas llamadas
márgenes u orillas, las cuales encauzan el flujo de agua (Strahler, 1992). El hábitat que se
desarrolla a lo largo de sus orillas se denomina ribera, que naturalmente tiende a estar cubierta
por vegetación, siempre que el sustrato, la recurrencia de las grandes crecientes y la
geomorfología lo permitan (Munné et al., 1998).
El hábitat de ribera, es un elemento clave para el funcionamiento de los ríos (Naiman et
al, 1988; Dudgeon, 1994; Huggenberger et al, 1998; Tabacchi et al, 1998; Ward, 1998). La
dimensión lateral de ríos y arroyos, como así también la dimensión vertical, están contenidas en
este hábitat (Ward, 1989).
Las riberas se destacan por su influencia sobre la calidad ambiental del ecosistema
acuático que rodean, a través del control de la temperatura del agua (Beschta, et al, 1997), de la
entrada de materiales orgánicos extremos y de nutrientes (Schade et al, 2002) e incluso por su
capacidad para diseñar microambientes terrestres (Brosfske et al, 1997) y acuáticos utilizados
para diversas funciones por los organismos (Gregory et al, 1991). Munné et al, (1998)
consideran imprescindible integrar a los bosques de ribera como parte de los estudios que se
realizan en ecosistemas fluviales ya que forman parte integral del mismo.
Munné et al (1998) muestran que los componentes biológicos son los elementos claves
para la calificación del estado ecológico. Las riberas constituyen así una parte esencial en la
cuantificación de la calidad ecológica de los ríos, expresándose esto en la naturaleza de la
estructura y en el funcionamiento de dicho ecosistema (Suarez et al, 2002). Por lo tanto, el
estado de salud de este bosque puede aportar mucha información sobre la situación del estado
ecológico del sistema (Munné et al, 1998).
A partir del estudio de las propiedades biológicas y de las características geomorfológicas
del ecotono ripario, es posible cualificar y cuantificar la “calidad ecológica” de un sistema
ribereño. La toma de datos puede resultar en una actividad tediosa e insumir mucho tiempo,
tanto en el campo como en su procesamiento subsiguiente en el gabinete. Para facilitar este
trabajo, se desarolló una aplicación informática, a partir del trabajo de Munné et al (1998) que
permite evaluar y monitorear expeditivamente este tipo particular de ecosistema. El software
permite relevar datos de vegetación riparia tomando como base un índice denominado QBR.
Se posibilita así, contar con una base de datos procesable en forma inmediata. Asimismo,
la evaluación por rangos de calidad de riberas permite una interpretación visual rápida de su
estado.
MATERIALES Y MÉTODOS. La mayoría de los métodos utilizados evalúan las condiciones
biológicas de las comunidades de los cursos de agua (Metcalfe, 1989, Resh et al, 1993, Ghetti et
al, 1994, Holmes et al, 1998, Turak et al., 1999), siendo menos comunes aquellos designados
específicamente para la caracterización y evaluación de los ambientes riparios utilizando índices
de fácil manejo y de aplicación sencilla. En este trabajo se utiliza el índice QBR. Su nombre
proviene del catalán "Qualitat del Bosc de Ribera". Puede ser rápidamente calculado en el
campo utilizando características fácilmente mensurables del hábitat ripario. El índice es simple
y puede ser usado en conjunto con otros índices de calidad de agua para determinar la salud
ecológica de cursos de agua (Munné et al, 1998).
Como en todos los índices de calidad, se trata de comparar el estado actual del sistema
que se estudia con un estado de referencia donde la biodiversidad y funcionalidad del sistema
solamente estarían influidas por las perturbaciones que ocurrieran de forma natural. Este índice
permite establecer un valor relativo del lugar de estudio (ribera) en refiriéndolo a un estado sin
alterar, de una forma simple, pero efectiva.
Software específico desarrollado. Munné et al., (1998; 2003) propusieron el índice Q.B.R, que
se fundamenta en la valoración de cuatro bloques - llamadas secciones en la aplicación – con
las características del ecosistema y que contribuyen con el mismo peso en el resultado final.
Los bloques permiten cuantificar por separado los grupos de variables indicativas del estado
natural del mismo y atributos de las riberas: cubierta vegetal, estructura de la vegetación,
naturalidad y complejidad del bosque ribereño, y grado de alteración del canal fluvial. Los
valores se distribuyen en cinco rangos de calidad (> 95: estado natural - color azul; 90-75:
calidad buena - color verde; 70-55: calidad aceptable - color amarillo; 30-50: calidad mala -
color naranja; < 25 calidad pésima - color rojo). La suma de la puntuación de los cuatro bloques
da la calificación final.
Se trabaja en una planilla similar a la planilla de campo (Figura 1), en la cual se vuelcan
los datos del sitio donde se mide el QBR, así como la fecha del muestreo. El software fue
desarrollado en Visual Basic®, soportado por ACCESS®, donde se aloja la base de datos del
proyecto (Figura 3). La planilla de campo (y el manejo del desarrollo) está conformada por
cuatro secciones o bloques que incluyen las diferentes variables a completarse en el lugar, a
saber:
1.- Cobertura Riparia
2.- Estructura de la Cubierta Vegetal
3.- Calidad de la Cubierta
4.- Alteraciones en el canal principal
Todos los datos son registrados por el software, incluso las opciones escogidas en cada
sección, con la finalidad de tener una idea más amplia de la zona muestreada y contrastar los
resultados. Se genera así una base de datos con las mediciones registradas en el campo,
fácilmente exportable a Excel u otros programas específicos para su análisis estadístico.
FIGURA 1
RESULTADOS – CONCLUSIONES. Cada una de las cuatro secciones mencionadas tiene la
misma importancia en la cuantificación final del estado de la zona ribereña; cada una de ellas
tiene el mismo puntaje, otorgado manera independiente, con un mínimo de 0 y un máximo de
25.
Sección uno: Mide el porcentaje de cobertura vegetal (de árboles y arbustos) en sentido
horizontal (sobre el suelo). También incorpora la conectividad con el sistema forestal adyacente.
Si el curso de agua es pequeño, una transecta de 50 m paralela al rio es suficiente. La transecta
se emplaza en ambas orillas. La Figura 1 presenta la pantalla de arranque de la primera sección,
para el tramo medio del arroyo Las Cañitas. Es un tramo protegido por el parque de San Javier,
de la Universidad Nacional de Tucumán. Esto contribuye al elevado valor del índice de la
sección (25), indicativo de que la cobertura de árboles y arbustos es superior al 80% para la
transecta.
Sección dos: Mide la estructura en sentido vertical, o sea la complejidad estructural conferida
por árboles y arbustos. Mientras mayor sea esta relación, mejor es la calidad del bosque
ribereño. Es fácil detectar plantaciones de árboles, ya que se distribuyen en forma lineal, este
aspecto no natural penaliza el índice. La Figura 2 presenta la pantalla correspondiente a la
segunda sección, para el arroyo Las Cañitas, en una zona en que abandona la protección del
Parque San Javier. En este caso, el valor 5 significa una cobertura arbórea inferior al 50%, pero
con una proporción de arbustos entre un 10% y 25%. En este caso, el valor -5 penaliza el índice
porque hay una plantación de eucaliptus. El valor final del apartado es 0 (cero).
Figura 2
Sección tres: Para completar esta sección se deben conocer las especies nativas de árboles y
arbustos. Hay que definir primero el tipo geomorfológico (Figura 4) del curso de agua, o sea si
es un tramo de alto, medio o bajo, condicionando así la complejidad del bosque ripario.
Está en estrecha relación con el bosque ribereño que puede albergar. Si naturalmente no
hay espacio físico para que se desarrolle el bosque, no puede ser penalizado (restar el puntaje).
Lo mismo ocurre con las especies nativas de árboles y arbustos; las especies nativas levantan el
puntaje.
Figura 3
Figura 4
La Figura 3 presenta la pantalla correspondiente a la tercera sección, arroyo Las Cañitas,
para el tramo bajo del arroyo, cerca de la ciudad de Tafí Viejo. El valor del índice para esta
sección es cero, debido a la ausencia de especies nativas de árboles y el hecho de existir
cantidades de desperdicios y basura. Siendo que las riberas protegen el canal principal de los
cambios temporales y amortiguan las grandes crecientes, (Whiting y Pomeranets, 1997;
Decamps, 1996), el daño está presente.
Muchas de las actividades humanas que se llevan a cabo en el bosque de ribera, producen
impactos negativos en el mismo, entre ellas podemos mencionar a la forestación (Indiana
Division of Forestry, 2004), ganadería, pastoreo (Chaney et al, 1990), extracción de madera,
vaciaderos de residuos sólidos, vertidos de efluentes líquidos (Sirombra, 2003) y vías de
tránsito.
Sección cuatro: Hace referencia a las alteraciones humanas que se construyen en el propio rio
(lecho, márgenes, defensas, gaviones, puentes, badenes, etc.), o en sus terrazas adyacentes.
Estas estructuras también penalizan el valor del índice, ya que reducen la naturalidad del rio.
La Figura 5 presenta la pantalla correspondiente a la cuarta sección, y las
determinaciones corresponden al badén de Alpa Puyo. El valor es bajo (5) por la construcción
de este badén, que modifica el canal del río, al igual que los gaviones. Estas obras de
canalización en ríos y arroyos los transforman en sitios poco atractivos y estériles debido a la
eliminación de la cubierta vegetal inmediata (Smith y Smith, 2001).
Figura 5
El resultado final del índice (Figura 5) se obtiene de la suma de las puntuaciones de cada
sección. Así el QBR da una puntuación a la zona de ribera que varía desde 0 (mínima calidad) a
100 (máxima calidad). El valor total del índice (QBR), midiendo las cuatro secciones en el
badén, resultó de 30.
Actualmente las mediciones del estado de conservación de un hábitat ripario, no son
ampliamente utilizadas para describir la salud de un curso de agua, ni para ayudar a los
directores o responsables de área en la toma de decisiones (Naiman et al, 1988). Este estado de
situación es superable con la utilización de este software o similares.
Figura 6
Los cálculos deben realizarse sobre áreas que presenten potencialidad de albergar una
masa vegetal permanente y todos los porcentajes determinados deben referenciarse al conjunto
del margen izquierdo y derecho del curso de agua. No son necesarios conocimientos
taxonómicos para aplicar el índice, solo es necesario diferenciar entre especies arbóreas y
arbustivas nativas y exóticas. Los resultados de investigaciones que aplicaron este índice en
España y Argentina, muestran que es independiente de las diferencias regionales en
comunidades de plantas y que los rangos de calidad no son fuertemente influenciados por los
observadores en el mismo sitio, haciendo aceptable su subjetividad (Munné et al, 2002).
La Tabla 1 presenta parte de la base de Datos generada.
Tabla 1
Los resultados muestran que el índice es versátil y ajustable al área estudiada, debiendo
modificarse solo parte de la tercera sección (especies nativas de árboles y arbustos). Asimismo,
se sugiere la incorporación al cálculo de un sub apartado que contemple la presencia de ganado
vacuno en el área riparia, debido al fuerte impacto de la ganadería en forma libre sobre el medio
natural.
Este software, además de constituir el primero en su tipo para Argentina, es una
herramienta para la gestión ambiental que aporta indirectamente beneficios socio económicos
para los pobladores de zonas ribereñas.
BASE DE DATOS EXPORTADA A EXCEL
Un plan de manejo apropiado permitiría así, evitar pérdidas económicas y de vidas
humanas por inundaciones, disponer agua de buena calidad y cantidad, desarrollar el ecoturismo
además de otros beneficios ecológicos para el medio ambiente (corredor biológico).
Para concluir, los valores y funciones de los bosques de ribera, los hacen excelentes
indicadores de la gestión del territorio y este es el sentido de su inclusión como elementos clave
para la calificación del estado ecológico de cursos de agua (Suarez et al, 2002). El manejo
apropiado de las zonas riparias mejora la calidad del agua, disminuye los daños río abajo debido
a inundaciones, ayuda a mantener la vida silvestre y provee valiosos recursos forestales (Indiana
Division of Forestry, 2004).
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