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La pobreza, mujer. Su situación laboral pasada, presente y futura, así como las prestaciones sociales que perciben se intuyen como posibles variables perpetuadoras de la pobreza

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Los Procesos de Exclusión Socialde las Mujeres Solas en la CAPV

Octubre 2004

Autoras:

Ainara canto CombarroIratxe Mier VillaríasElda Uribelarrea BarcinaNerea Acha SuárezIzaskun Barbero Blanco

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Índice general

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7

Objeto de Estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11

Marco Teórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15

Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43

A. El Impacto de los Cambios Sociales y Demográficos en los Procesos deExclusión Social de las Mujeres Solas en la CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55

Cap. I. Población y Estructura Familiar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57Cap. II. Mercado de Trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71Cap. III. El Acceso a la Vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93Cap. IV. Distribución del Tiempo y Trabajo Doméstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115Cap. V. La Feminización de la Pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131

B. Instrumentos y Recursos de Inclusión Social al Alcance de las MujeresSolas de la CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155

Cap. VI. Protección Social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157Cap. VII. Gasto Social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193Cap. VIII. Estrategias de Inserción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213Cap. IX. Empoderamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229

C. Criterios, Orientaciones y Propuestas para la Mejora de la Inserción:Políticas Alternativas de Inserción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

Cap. X. Informe de las Entrevistas en Profundidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245Cap. XI. Informe del Grupo de Discusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259Cap. XII. Informe de la Técnica Delphi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267

Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .285

Indice de Tablas y de Gráficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .313

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Introduccion

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INTRODUCCION

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SSabemos que la riqueza se concentra en manos de unos pocos y sin embargo, este hecho condiciona lavida de muchos. Una dualidad que divide el mundo en países ricos y países pobres, posibilita que enlas ciudades haya ciudadanos y ciudadanas pero también excluidos y excluidas que carecen de derechos

económicos y sociales básicos para serlo.

En 1960, el 20% de la población mundial más rica registraba ingresos 30 veces más elevados que los del 20%de la población mundial más pobre. Ya en 1990 ese 20% más rico estaba recibiendo 60 veces más… Si ade-más, se tiene en cuenta la distribución desigual dentro de los distintos países, el 20% de la población másrica del mundo registra ingresos por lo menos 150 veces superiores a los del 20% más pobre1.

Después de que durante mucho tiempo se analizara la pobreza de una forma supuestamente neutral y la mira-da se dirigiera a la población en general, comenzaron a realizarse investigaciones que explicitaban y dife-renciaban el género de los sujetos y así, se llega a reconocer que el nacer mujer supone un factor de ries-go2. Todo indica que este modelo de organización social por el que nos regimos no está teniendo consecuen-cias parejas en hombres y mujeres. Las mujeres son las principales perjudicadas.

Las cifras oficiales reflejan que las tasas de paro femeninas superan las masculinas y que la precarización delmercado laboral está afectando también en mayor medida a las mujeres. Igualmente, son las propias esta-dísticas las que nos indican que cuando una mujer vive una situación de ruptura de pareja, se separa, divor-cia, enviuda o simplemente decide tener descendencia sola, su exposición a padecer situaciones de pobrezaaumenta, máxime si en ese momento no realiza trabajo productivo y hasta entonces se ha centrado en eltrabajo reproductivo (el realizado en la esfera de lo doméstico). Al mismo tiempo, las mujeres asumen mayo-ritariamente el costo de los recortes en las políticas de ayudas sociales y en la privatización de los serviciospúblicos que eran responsabilidad de los Estados.

En este sentido, el fuerte incremento de las familias unipersonales y monoparentales con una mujer a lacabeza (de aquí en adelante familias monomarentales) y lo relativamente común que resulta que éstas vivansituaciones económicas difíciles, está haciendo emerger lo que puede identificarse con una nueva realidadde pobreza encubierta, que sin duda merece su propio análisis.

A pesar del gran número de programas y proyectos, convenciones y recomendaciones políticas, las desigual-dades y las discriminaciones basadas en el género siguen presentes.

Esto nos hace pensar que la dificultad de superar las diferentes situaciones de pobreza que viven las muje-res, se sustenta en una estructura de complejos mecanismos que se retroalimentan y que no será posiblecambiar a no ser que se lleven a cabo medidas de carácter eminentemente social. Si bien es cierto que seránimprescindibles medidas referidas al empleo, serán igualmente importantes las políticas encaminadas aluchar contra la jerarquización (universal e histórica) del colectivo de los hombres sobre las mujeres (funda-mentada en una división sexual de roles).

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(1) Naciones Unidas para el Desarrollo (1992 : 5). Programa de las Naciones Unidas. El abismo de la desigualdad. Resumen del infor-me sobre el desarrollo humano. Cristianismo i justicia, Barcelona.

(2) Naciones Unidas (1995). Situación de la mujer en el mundo, 1995. Tendencias y estadísticas. Nueva York.

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Hoy por hoy sabemos que los estudios, al igual que las propuestas y orientaciones que nazcan de ellos, debe-rán tratar de ofrecer soluciones a la realidad de las mujeres. A nuestro modo de ver, el problema pasa porentender mejor la índole de los problemas relativos al género que están obstaculizando el progreso (o lasuperación de las situaciones de exclusión) de las mujeres. Y por ello, consideramos imprescindible un aná-lisis de la situación en clave femenina, más concretamente vemos la necesidad de adoptar una perspectivade género que permita interpretar la realidad con mayor claridad.

Por último, no debemos pasar por alto, que adoptar una perspectiva de género no consiste en hablar de“cosas de mujeres” o dicho de otra forma, los asuntos de las mujeres deben ser interpretados como asuntosde primer orden que atañen a mujeres y hombres. Así, entendemos que la mejora de la situación de la mujercomo colectivo significa la mejora en el bienestar de la sociedad en general, ya que éste será imposible sinla participación de la mitad de la humanidad que éstas representan. Porque sin duda, “hombres y mujerestienen mucho más que ganar en un mundo mucho más equitativo y justo que en el actual sálvese/consumaquien pueda”3 .

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(3) Yuste, P. (2002). La pobreza tiene rostro de mujer. Texto adaptado del trabajo Feminización de la pobreza (1998). En Área demujeres. Procesos de exclusión y de inclusión. Vº Congreso estatal de intervención social. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

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OBJETO DEL ESTUDIO

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EEl objetivo de nuestra investigación no es tanto diferenciar si hay más mujeres pobres que hombres o siciertas mujeres son las más pobres, sino descubrir la diferente pobreza, los procesos específicos deexclusión que sufren. De esta manera se intentará vincular el problema de la feminización de la pobre-

za con las dificultades de acceder al mundo laboral y al sistema de prestaciones sociales; y por ello, con ladependencia económica y psicológica que sufren la inmensa mayoría de ellas.

Nuestro trabajo ha de entenderse como una investigación que trata de acercarse a los procesos de empobre-cimiento desde una perspectiva de género, principalmente para que sea a partir de esta clave femenina desdela que se establezcan criterios, orientaciones y propuestas para la mejora de las ayudas a la inserción.

En todo estudio sociológico, la unidad básica de análisis es el grupo identificado y, para poder identificar ungrupo, es requisito previo definirlo y acotarlo lo más precisa y operativamente posible.

Así, identificamos como población objeto de nuestro estudio a las mujeres solas, residentes en la CAPV, sus-ceptibles de padecer riesgo o situación de exclusión social. Considerando “solas” a aquellas mujeres que bienforman un hogar unipersonal o bien un núcleo monomarental. El origen de este tipo de estructuras conviven-ciales puede estar vinculado a situaciones varias, pero centrarán nuestro interés las mujeres viudas, las sepa-radas, las divorciadas, las madres solteras y en especial aquellas progenitoras que viven con uno o más hijose hijas a su cargo y hacen frente en solitario a la doble responsabilidad de ser proveedoras del sustento ycuidadoras de la familia.

Nuestro objeto de estudio tiene, y así debemos asumirlo desde el comienzo, una serie de limitaciones o difi-cultades que nos gustaría constatar:

- La heterogeneidad del colectivo a estudiar: El colectivo objeto de estudio adolece de una especial com-plejidad al integrar situaciones familiares y sociales muy diversas que no deben obviarse. Estos gruposque hemos identificado bajo la categoría de “mujeres solas” experimentan procesos y situaciones muyvariadas, que son vividas de forma muy distinta por las mujeres que las protagonizan y que además soninterpretadas de muy diferente modo por los colectivos y las sociedades a las que pertenecen.

- La temporalidad: Aunque esta cuestión no es exclusiva de nuestro objeto de estudio es preciso recordarque no todas las estructuras familiares monoparentales o monomarentales tienen un carácter necesaria-mente permanente.

- El androcentrismo estadístico1: Adoptar una perspectiva de género para analizar la situación a partir dedatos estadísticos (primera parte de contextualización de nuestro estudio) resulta harto complicado sise tiene en cuenta que las estadísticas existentes, en general, y sobre empobrecimiento en particular,han sido realizadas bajo conceptos masculinos. Realmente hay que hablar de ausencia de datos desa-gregados por sexo.

Como hemos dicho, las mujeres viudas, separadas y divorciadas con o sin hijos e hijas a su cargo, y las madres

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(1) Tratamiento de las estadísticas desde una visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino.

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solteras, serán nuestro colectivo objeto de análisis y queremos averiguar tres cuestiones que hemos consi-derado claves:

- Hasta qué punto se encuentran en riesgo de exclusión social, entendida como ausencia de participaciónen la toma de decisiones que afectan a nuestra vida, ausencia de oportunidades económicas y sociales,ausencia de servicios públicos, ausencia de lazos sociales, familiares, comunitarios, etc;

- En el caso de las que efectivamente viven dicha situación de exclusión, cuáles son los factores que enmayor medida influyen en su proceso de empobrecimiento; y

- Qué dificultades encuentran, qué trayectorias se siguen, si son específicas o no, para salir de la exclu-sión e iniciar el proceso de incorporación social, entendido como el proceso que emprende una persona(a iniciativa propia o a propuesta de otras personas) “con la finalidad de obtener un cambio de posi-ción social (...) afectando a uno o varios ámbitos vitales relacionados con el empleo, vivienda, ingre-sos económicos, formación, educación, situación legal, situación familiar, salud, participación social ydesarrollo personal”2.

Su situación laboral pasada, presente y futura, así como las prestaciones sociales que perciben se intuyencomo posibles variables perpetuadoras de la pobreza. Nos detendremos en ellas, con el objetivo de ilustrarciertas características sobre el impacto de las prestaciones sociales y el papel de las ayudas a la mujeressolas para acceder al mercado de trabajo.

Si bien en una primera parte de nuestro trabajo realizamos una contextualización de la realidad a partir dedatos estadísticos, en la segunda parte de nuestro estudio, prestamos especial atención a las protagonistas.Así, trataremos de comprender y explicar su experiencia en base a la información que nos ofrecen las aso-ciaciones y entidades de mujeres que dedican sus esfuerzos a la eliminación o prevención de las causas deexclusión social de las mujeres.

También queremos dejar constancia desde el inicio de la investigación, que quien lea nuestro trabajo puedeechar en falta dos aspectos también muy importantes en relación a la pobreza de las mujeres: la especifici-dad del tema en el mundo rural y el caso específico de las mujeres con discapacidad. Temas que no han sidotratados en este estudio por considerar que abarcarlos hubiera sido un reto excesivamente ambicioso paraesta ocasión, pero dejando la puerta abierta a su estudio en otra ocasión esperamos no muy lejana.

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(2) Observatorio de procesos de exclusión y de incorporación social (2002). Primer Informe: Eje trayectorias de incorporación social.Fondo Social Europeo, BBK Gaztelanbidean, Gobierno Vasco y Sartu.

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MARCO TEORICO

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“Tenemos derecho a exigir igualdad cuando la desigualdad nos inferioriza y tenemos elderecho de reivindicar las diferencias cuando la igualdad nos descaracteriza, nos oculta ynos desconoce”

(Declaración de Redes Feministas de América Latina. CEPAL, México, 2004).

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1. POBREZA

Siendo el concepto de pobreza comúnmente conocido, incluso tema de debate cotidiano entre la población,aún hoy en día sigue siendo un término controvertido pero sobre todo muy politizado.

1. Definiciones de pobreza

Existen diferentes definiciones, concepciones e indicadores de medición los cuales determinan las diferentespolíticas a seguir en los diferentes países afectados. Algunas de ellas son meramente economicístas (ingre-sos, activos, necesidades básicas cubiertas, etc.), otras multidimensionales (ingresos, accesos y oportu-nidades a la educación, salud, bienestar, transporte, etc.) hasta las que incluyen indicadores relativos a lalibertad, el poder, la capacidad de decisión, la corrupción, la inseguridad, la violencia, etc.

Si bien es cierto que no existe un consenso global acerca de lo que se entiende por pobreza, podemos definir-la en una primera aproximación como la carencia o privación de recursos, medios y capacidades necesariaspara vivir o subsistir.

Las diferentes visiones o perspectivas específicas sobre la pobreza se acercan, tanto en estudios nacionalescomo internacionales, a dos enfoques: el absoluto y el relativo.

El enfoque absoluto sugiere que existen ciertos estándares absolutos que pueden ser identificados y que losseres humanos necesitamos como mínimo para sobrevivir. Uno de ellos son los ingresos personales y famil-iares que estén por debajo de un límite señalado como esencial para mantener un adecuado nivel de vida.

El enfoque relativo, por su parte, pone en relación a una persona o familia con su comunidad o con un están-dar necesario para vivir en la sociedad. Este enfoque tiene en consideración determinados grupos o personasdentro de un universo específico, poniendo el énfasis en la carencia relativa. De esta manera personas o gru-pos que pudieran calificarse como pobres en algunos países o regiones pueden disfrutar de mayores ingre-sos o comodidades que personas consideradas no pobres en otros países menos desarrollados.

En este sentido, compartimos la definición de Amartya Sen de que1 ”hay un núcleo irreductible de privaciónabsoluta en nuestra idea de pobreza, que traduce manifestaciones de muerte por hambre, desnutrición ypenuria visible en un diagnóstico de pobreza, sin tener que indagar primero el panorama relativo. Por tanto,el enfoque de privación relativa complementa y no suplanta el análisis de la pobreza en términos de pri-vación absoluta.

(1) Las dimensiones de la pobreza.http://www.socwatch.org.uy/es/informeimpreso/pdfs/dimensiones1997_esp.pdf

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Meghnad Desai, en la línea de Sen, propone las siguientes capacidades como básicas y necesarias:

- La capacidad de permanecer vivo y gozar de una vida larga;

- La capacidad de asegurar la reproducción intergeneracional;

- La capacidad de una vida saludable;

- La capacidad de interacción social; y

- La capacidad de tener conocimiento y libertad de expresión y pensamiento.

2. Multidimensionalidad de la pobreza

Igualmente, en la mayoría de las definiciones toma un peso específico la multidimensionalidad del concep-to como una característica sobresaliente del mismo.

Tal y como hemos avanzado anteriormente, las diferentes dimensiones de la pobreza van desde las mera-mente económicas hasta las dimensiones de tipo político.

A continuación pasaremos a explicar las cinco grandes clasificaciones acerca de la multidimensionalidad delconcepto de pobreza siguiendo el estudio de Javier Iguiñez Echeverria, “que busca capturar (con esta clasi-ficación) lo mejor posible la tensión de los pobres entre la subsistencia y la realización personal o búsque-da de una vida plena”2.

- Clasificación donde las dimensiones son puramente económicas;

- Clasificación donde existen dimensiones económicas y no económicas;

- Clasificación donde no hay dimensiones económicas, es decir, entre las dimensiones no está el ingreso;

- Clasificación que tiene en cuenta las grandes libertades y las dimensiones modernas; y

- Una perspectiva filosófico -moral.

a) Clasificación donde las dimensiones son puramente económicas

Esta clasificación se encuentra dentro del campo convencional de la economía y vincula el desarrollo con elcrecimiento económico, de ahí que las dimensiones que definen la pobreza hagan referencia principalmenteal ingreso (individual, familiar, comunitario), al capital físico (tierras, vivienda, objetos...) y al empleo comoobjetivo para el desarrollo.

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(2) Iñiguez Echeverria, J. (2002). La pobreza es multidimensional: un ensayo de clasificación.http://www.pucp.edu.pe/economia/pdf/DDD209.pdf

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Las razones de esta clasificación se basan fundamentalmente en la creencia de que la economía es una puer-ta abierta a la realización personal y colectiva. Entienden que el dinero, el empleo y el desarrollo económi-co no son solo fuente de ingresos, ahorros y previsión, sino posibilitadores, de acceso a la educación, a losservicios, al mundo de la cultura... lo que a su vez puede generar una autoestima y autoconcepto positivo,prestigio social, seguridad familiar, poder adquisitivo, etc.

b) Clasificación donde existen dimensiones económicas y no económicas

Si bien es cierto que las dimensiones anteriores tuvieron cierta importancia en investigaciones realizadasprincipalmente en los años 60 y 70, en la actualidad se tiende a relativizar el ingreso como única, e inclu-so útil, dimensión definitoria de la pobreza, entre otras razones por las propias limitaciones del crecimien-to económico (falta de oportunidades, las condiciones laborales de explotación a las que acceden o seencuentran, la obligatoriedad de tener que elegir entre la educación o la subsistencia, la inflación, la deudaexterna, etc.).

Dentro de esta clasificación hay dos visiones, la que posiciona las dimensiones no económicas como factorescausales de la falta del ingreso o la escasez del mismo, y la que lo posiciona como una dimensión más sien-do uno de los fines a conseguir.

La primera visión, se caracteriza fundamentalmente en que el ingreso es una dimensión central, salir de lapobreza de ingreso es el fin, el resto de dimensiones humanas facilitan esa salida.

Se entiende que los saberes y conocimientos, la cultura, la seguridad personal, la capacidad de negociar, lashabilidades sociales, el sexo y la red social de parentesco que posea una persona son capital humano, cap-ital social y capital cultural, capitales que ayudarán a salir más fácilmente de la pobreza.

Esta visión se centra en la responsabilidad personal y deja de lado la responsabilidad social, cultural y políti-ca, con lo que esto implica respecto de las políticas gubernamentales en relación a la erradicación de lapobreza.

La segunda visión se caracteriza por entender el ingreso como una dimensión más y añade otras, las máscomunes son la educación y la salud. Entiende que las dimensiones económicas son más relativas debido aotros indicadores de desarrollo de tipo social (alfabetización, escolaridad, condición y servicios de salud,vivienda, etc.).

c) Clasificación donde no hay dimensiones económicas, es decir, entre lasdimensiones no está el ingreso

Esta clasificación critica la posición central del ingreso en la definición de las dimensiones de la pobreza,tanto a la hora de realizar proyectos concretos con población diana como en la relación establecida a máscrecimiento económico menos pobreza.

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La distinción fundamental es que prescinde del ingreso como fin “busca un indicador sensible a la realidadde las personas pobres, aunque sean minoritarios en su sociedad. De ahí que se explicite la opción por unaperspectiva privacional que mira el desarrollo de los países desde lo que le sucede a los pobres”3.

El máximo exponente de esta clasificación es el premio Nobel de economía Amartya Sen con su Teoría de lascapacidades. Sen plantea que “la pobreza debe ser vista como la privación de las capacidades básicas en vezde meramente como la insuficiencia del ingreso, que es el criterio estándar de identificación de la pobreza”4.

Más que medir la pobreza por el nivel de ingresos que se perciben, Sen recomienda calcular lo que ese indi-viduo puede lograr hacer con esos ingresos para desarrollarse, teniendo en cuenta que esos logros varían deun individuo a otro y de un lugar a otro.

No tendría explicación, de otra manera, la existencia de bolsas de pobreza en los países ricos entre gente deingresos medios. Sin embargo, en los barrios marginados de EE.UU. el bajo nivel de educación, los serviciosprecarios de salud, la falta de asistencia de servicios sociales y la amenaza del crimen violento, hacen quela calidad de vida (medida en longevidad, mortalidad infantil, salud, educación y seguridad) de personas deingresos aceptables viviendo en una sociedad rica sea comparable, e incluso inferior, a la de muchos pobresdel resto del mundo.

Sen entiende las capacidades como todo aquello que una persona es capaz de hacer y de ser si ella lo eligiese.El número de opciones que las personas tienen y la libertad de elección sobre estas opciones también con-tribuye al bienestar humano. De esta forma, desde el enfoque de las capacidades se postula que más liber-tad y más capacidad de elección tienen un efecto directo sobre el bienestar.

Desde este enfoque es posible hablar de desarrollo cuando las personas son capaces de hacer más cosas, nocuando son capaces de comprar más bienes o servicios.

En ese sentido Sen señala la diferencia existente entre la pobreza de los hombres y las mujeres, es decir,demuestra que los bajos niveles de desarrollo económico afectan de desigual manera a ambos sexos, que lapolíticas de desarrollo no son neutrales y que en el interior de los hogares no tienen el mismo acceso a loscuidados de salud, de nutrición y de bienes porque la mayoría de los hogares no son cooperativos o tienenuna organización sexista.

d) Clasificación que tiene en cuenta las grandes libertades y las dimensionesmodernas

Esta clasificación se basa en las distintas dimensiones de las libertades modernas, la económica, la social,la política y la cultural. A cada una de estas dimensiones le corresponde un tipo de pobreza. La que fre-cuentemente es tomada en cuenta es la pobreza económica y la menos considerada es la pobreza política,aunque cada vez está tomando más posiciones la importancia de dotar de voz y de acción a las personaspobres.

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La pobreza es económica cuando el ingreso es insuficiente, cuando hay escasez de recursos necesarios o esdifícil acceder a ellos y cuando existen restricciones en la participación del comercio o del mercado laboral.

La pobreza es política cuando hay privaciones de libertad, de expresión, de opinión, de pertenencia, cuan-do hay dificultades para la participación social y política en los ámbitos que fuera y cuando hay falta depoder personal.

La pobreza es social cuando hay impedimentos para acceder a la educación o la salud, el transporte, es decir,a los servicios ofrecidos normalmente por el sistema publico.

La pobreza es cultural cuando hay dificultad en la adquisición, reproducción o creación de cultura del tipoque sea.

Esta clasificación recoge dimensiones que intentan explicar la reproducción de la pobreza, es decir “¿por quésigue habiendo pobres; más precisamente pobres de ingreso? ¿qué mecanismos, leyes, estructuras, sistemas,culturas, valores o poderes hacen que ese pequeñísimo aporte económico necesario para erradicar la lacra depobreza no se lleve a cabo?”5.

Sin embargo, algunas causas de la reproducción de la pobreza siguen siendo materia de discusión, como porejemplo:

- El hecho de que sea la economía la fuerza fundamental que mueve la política en lugar del progreso socialy el desarrollo humano;

- El planteamiento de que la economía y la política se apoyan mutuamente en beneficio de unas pocaspersonas;

- La existencia de dos sistemas en la sociedad: por un lado el sistema político y económico, y por el otroel de la sociedad civil; y el distanciamiento existente entre ambos sistemas.

3. Una perspectiva filosófico -moral

Esta perspectiva hace referencia fundamentalmente al desarrollo desde una visión ética y de desarrollo moral.

Pone el énfasis en el desarrollo humano y establece una relación entre las dimensiones de la pobreza, de cal-idad de vida, los valores humanos universales y las necesidades psicológicas y básicas humanas.

Su representante más reciente es Sabina Alkire. La propuesta que patrocina Alkire es tomada de Finnis “pararesponder a las exigencias de fundamentación filosófica y de concreción que provienen del planteamiento deSen sobre las “capacidades” como el terreno en el que hay que definir y evaluar el desarrollo”6.

Lo que plantea Alkire es analizar qué motivaciones profundas o “razones prácticas” mueven a las personas aser lo que son y a hacer lo que hacen, con el objetivo de medir el grado de desarrollo humano.

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(5) Idem (p. 17, 19)

(6) Idem (p. 22)

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La autora propone siete categorías de razones para actuar:

1) Vida: sostenimiento y transmisión de la vida, salud y seguridad;

2) Conocimiento y experiencia estética;

3) Desempeños adecuados en el trabajo y en juego;

4) Amistad;

5) Paz o integración interna;

6) Auto-expresión o razonabilidad práctica: autenticidad que proviene de la armonía entre los criterios,elecciones y logros; y

7) Religión: fuentes más que humanas de sentido y valoración.

Podemos decir que las dimensiones de la pobreza, vinculadas a lo que se entiende por desarrollo humano ensu sentido más amplio, conducen a investigaciones complejas y menos operativas que aquellas que optanpor dimensiones más cuantitativas y de carácter más económico. Sin embargo, las primeras nos sitúan enlas limitaciones de las investigaciones con indicadores de medición meramente económicos y plantean lanecesidad de tener que optar por buscar una manera más creativa de luchar contra la pobreza.

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2. FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

El concepto de Feminización de la Pobreza es un concepto reciente pero que ha tenido gran difusión en losúltimos años.

Los estudios clásicos sobre la pobreza no entendían a las mujeres como un colectivo específico de análisis.Tuvimos que esperar hasta 1970 cuando Ester Boserup, en su estudio sobre “El papel de la mujer en elDesarrollo Económico”7, planteó que el crecimiento económico y la modernización de los países en vías dedesarrollo no beneficiaba a las mujeres. Y no es hasta los años 80, con el trabajo de Hilda Scott8, cuandoaparece el término de Feminización de la pobreza.

Hasta años recientes los estudios sobre pobreza se centran en dos aspectos que invisibilizan a las mujeres:el uso de una unidad colectiva de análisis (familia, hogar, retribución fiscal) y el uso de los ingresos comounidad de medida.

En ese sentido Blanca Fernández9 apunta “éstos (los estados y los investigadores al realizar los estudios)parten de la idea de la familia sin sexo, ni edad y presuponen la igualdad y solidaridad interna de las famil-ias. Así se da por supuesto que todos los recursos de que disponen las familias son distribuidos de formaigualitaria entre sus miembros y así, si los recursos faltan o escasean, se parte de una igual vivencia de losproblemas derivados de la escasez de recursos y pobreza”.

La realización de estudios10 con un análisis de género, demuestra que esto no es así, que la pobreza puedeconsiderarse fundamentalmente femenina. En las unidades convivenciales tradicionales suelen ser los hom-bres los que disponen de más recursos; y en situaciones donde existe precariedad económica son las mujereslas primeras y las que más sacrificios personales realizan. Las mujeres separadas o divorciadas, madressolteras o viudas conforman una unidad convivencial que en muchos casos está por debajo del umbral de lapobreza (en los países desarrollados deben contabilizarse algunos agravantes como las condiciones laboralesprecarias, el impago de pensiones por parte de los padres o las dificultades de acceder a prestacionessociales).

Si bien nos parece importante señalar que, a pesar de que las mujeres separadas, divorciadas, madressolteras... y en definitiva todas aquellas que trasgreden el marco que hasta hace pocos años se considerabaobligatorio para desarrollar la función maternal, se ven obligadas a pagar un precio tanto económico comosocial quedándose excluidas del resto del grupo que forma el entramado social11, las familias monoparentalesestán también compensadas por ciertos aspectos positivos de esta forma de relación, que el informe realiza-

(7) Deneulin, S. (2004). Desarrollo humano, participación y género. Curso organizado en enero 2004 por la UniversidadCentroamericana de El Salvador. En http://www.fas.harvard.edu/~freedoms/teaching/Catraining_Deneulin.pdf.

(8) Fernández Viguera, B. (1998 : 316). Feminización de la pobreza en Europa y procesos de exclusión social. En VV.AA La exclusiónsocial. Eunate, Navarra.

(9) Idem (p.315)

(10) Madruga Torremocha, I. y Mota López, R. (1999). Las condiciones de vida de los hogares pobres encabezados por una mujer:pobreza y género. Fundación Foessa y Cáritas, Madrid.

(11) Juliano, D. (2004); Excluidas y marginales, Madrid, Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S.A.).

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do por Walters12 en 1996 resume en seis puntos propios de este tipo de agrupación familiar:

1. Una única línea de autoridad que simplifica el proceso de toma de decisiones;

2. Combinar en un solo progenitor las funciones de brindar cariño e impartir disciplina;

3. Mayor flexibilidad de las fronteras generacionales;

4. Mayor asunción de múltiples roles por cada miembro de la familia y mejor disposición a compartir tar-eas domésticas;

5. Mayores expectativas de calidad de vida familiar; y

6. Mayor conciencia de la familia como una unidad independiente.

Con la aparición del término Feminización de la Pobreza se reconoce la situación de pobreza que tradicional-mente han vivido las mujeres (las mujeres de los pobres, las pobres encubiertas13, las ancianas, las gitanas,las inmigrantes) y la situación de las nuevas pobres: “mujeres que no siendo pobres en su origen familiardevienen pobres por diversos motivos, todos ellos debidos a la dependencia en la estructura familiar (rup-tura, encarcelamiento, enfermedad, abandono de la pareja)”14.

Y por otra parte, se empieza a estudiar si realmente la pobreza de las mujeres es una pobreza específica, esdecir, si las mujeres devienen pobres por causas diferentes a los hombres, si tienen la misma percepción dela pobreza que ellos, si las estrategias y políticas de lucha contra la pobreza les sirve por igual a unas y aotros, etc.

El termino de Feminización de la Pobreza, y siguiendo la exposición de Blanca Fernández, viene a recogerdiferentes aspectos de la pobreza de las mujeres:

1. Hay más mujeres pobres que hombres

Al desagregar las estadísticas por sexos se descubre que la mayor parte de las personas pobres son mujeres.Los últimos datos sobre la pobreza desvelan cifras escalofriantes.

Según datos de la OIT15, las mujeres constituyen el 70% de los 1.300 millones de personas pobres absolutasdel mundo, es decir, 910 millones. El 60% de los 550 millones de trabajadores y trabajadoras pobres en elmundo, que sobreviven con menos de 1 dólar por día, son mujeres. Naciones Unidas calcula que entre el 50y el 80% de la producción, la elaboración y la comercialización de alimentos corre a cargo de las mujeres.Menos del 5% de las propiedades en el mundo están en manos de las mujeres. Dos terceras partes de los 876millones de analfabetos del mundo son mujeres. Al menos un 20% de las mujeres del mundo han sufridomalos tratos físicos o agresiones sexuales16.

(12) Walters, M. (1996). Hogares de progenitor único encabezados por mujeres. En Walters, Carter, Papp y Silverstein (eds). La redinvisible, Piados, Barcelona, p.318-363.

(13) Mujeres que viviendo en familias consideradas no pobres, viven en una situación de privación y/o precariedad

(14) Fernández Viguera, B. Feminización de la pobreza. Material fotocopiado sin publicar

(15) Boletín Incidencia y compromiso. Cifras Sobre pobreza, educación, sanidad, trabajo y política. En www.caritaspanama.org

(16) Barbosa de Lima, N. La feminización de la pobreza. En http://www.rel-uita.org/mujer/con_neusa.htm

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La feminización de la pobreza es importante no solo por su alta presencia en los países empobrecidos, sinotambién por su avance progresivo en los países llamados desarrollados.

En Estados Unidos a finales de los 80 las mujeres constituían el 75% de las personas pobres. “Eran especial-mente madres solteras y mujeres mayores afroamericanas que tenían a su cargo a sus nietos. La cantidad defamilias encabezadas por mujeres pobres estaba aumentando a un ritmo de 100.000 anuales”17. Además seobserva que “la tasa de pobreza de las mujeres es superior a la de los varones según todas las variables y entodos los grupos sociales, de edad y etnia”18.

Según estimaciones de 1992, un 10% de las mujeres de la Europa desarrollada (16 millones) se encuentranbajo el umbral de la pobreza, estimado en torno al 75% del salario mínimo comunitario.

El 95% de los hogares pobres en España tienen como sustentadora principal a una mujer que vive sin sucónyuge o compañero. En el caso de los hogares pobres encabezados por un hombre, en un 93% está casa-do o figura una compañera19.

En la CAPV, los datos no son más tranquilizadores. En el año 2000, las mujeres constituyeron el 61,5% de lapoblación pobre (pobreza de acumulación) y el 58% de los hogares vascos en riesgo de pobreza estabanencabezados por una mujer.

Las mujeres que viven en la pobreza a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica,como los préstamos, la tierra y la herencia. No se recompensa ni se reconoce su trabajo. Sus necesidades enmateria de atención a la salud y nutrición no son prioritarias, carecen de acceso adecuado a la educación,al trabajo y a los servicios de apoyo, y su participación en la adopción de decisiones en el hogar y en lacomunidad es mínima. Atrapada en el ciclo de la pobreza, la mujer carece de acceso a los recursos y los ser-vicios para cambiar su situación.

2. La visibilización de la pobreza real que viven las mujeres

Este punto se centra en la crítica de los métodos tradicionales de medición de la pobreza. Se entiende laFeminización de la Pobreza como el hecho de descubrir la pobreza real de las mujeres, es decir de sacarla ala luz, visibilizarla.

Como se ha comentado anteriormente, el uso de una unidad colectiva de análisis (familia, hogar, retribuciónfiscal) y el uso de los ingresos como unidad de medida encubre la pobreza de las mujeres, en tanto en cuan-to presupone solidaridad y reparto equitativo de las riquezas y de los bienes dentro de la familia.

Son ellas las primeras en sufrir restricciones y privación de alimentación, de acceso a los servicios de salud,de educación, de empleo, de ocio... en situaciones de precariedad.

(17) Yuste Caballero, P. (1999). Procesos de exclusión y de inclusión: Feminización de la pobreza. En V Congreso estatal deIntervención social. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Secretaría General de Asuntos Sociales. Instituto de Migraciones yServicios Sociales IMSERS.

(18) Fernández Viguera, B. (1998: 316). Op.cit.

(19) Madruga Torremocha, I. y Mota López, R. (1999). Las condiciones de vida de los hogares pobres encabezados por una mujer:pobreza y género. Fundación Foessa y Cáritas, Madrid.

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“En su desesperación por mantener la cohesión de la familia y proveer alimentos para sus hijos, un gran númerode mujeres pobres se ha volcado al sector informal, a pesar del riesgo y la discriminación a la que se exponen...Es probable que los hombres destinen una parte considerable de su ingreso a su uso personal (por ejemplo, cig-arrillos, alcohol, juegos de azar) mientras que las mujeres de las aldeas encuestadas comúnmente destinabanprácticamente todos sus ingresos a la familia (para alimentos, tratamiento médico, gastos escolares y ropa paralos hijos. Una y otra vez se observó que para lograr que sus hijos sobrevivan, las mujeres están dispuestas ahacer trabajos que los hombres consideran demasiado degradantes”20.

Por otra parte, el uso del ingreso como unidad de medida de la pobreza supone no tener en cuenta laaportación, también económica, de las mujeres al realizar el trabajo doméstico y reproductor. En cuanto quelas cifras pueden ayudarnos a tomar conciencia de lo que decimos, actualmente el trabajo no remunerado delas mujeres se estima en una aportación económica mundial de más de 11.000 billones de dólares21.

Básicamente la pobreza de muchas mujeres “ama de casa”21 se basa en la falta de ingresos autónomos, y enuna distribución asimétrica de los recursos del hogar que hace que aunque ella sea la que administre eldinero, dedique la mayor parte del mismos a la satisfacción de las necesidades y de los deseos de losrestantes miembros de la familia. La situación empeora en época de crisis y cuando se llega a la edad de lajubilación. La mujer que no ha hecho aportes autónomos queda enganchada de la jubilación del marido y deuna pensión pequeña de viudedad. Esta situación de mayor pobreza, en relación con los otros miembros delgrupo familiar, se debe precisamente al cumplimiento de los roles “obligatorios” de esposa y madre a tiem-po completo. Esto suele ir acompañado de opciones laborales y profesionales poco rentables, participacióndiscontinua en el mercado de trabajo y, la consolidación de éste como “ayuda”.

3. La pobreza diferente de las mujeres respecto de la de los hombres

Esta idea trata de recoger aquellos procesos determinados que llevan a una parte de las mujeres a la pobrezay que sólo a ellas les afectan. Tratan de descubrir la pobreza diferente de las mujeres.

Hilda Scott es una de las representantes de esta corriente. Entiende que las mujeres por el hecho de serloentran en circuitos de pobreza específicos vinculados al desempeño del trabajo doméstico y reproductor, ala violencia física y psicológica, a leyes establecidas basadas en creencias sexistas que les niegan lapropiedad, la educación, el acceso al mundo laboral y les condenan a la dependencia afectiva y económicade los hombres, bien sea su marido, hermano o padre.

Sostiene que la condición social de las mujeres está cada vez más determinada por el hecho de ser mujer quepor su pertenencia a una clase social, una raza o una nación determinada. Así, la innegable diversidad entrelas mujeres no impide que compartan unas características que condicionan su status22.

(20) Narayan, D. y col. (2000:184). La voz de los pobres: ¿Hay alguien que nos escuche? Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.

(21) Juliano, D. (2004). Op. Cit.

(22) Esta afirmación guarda una estrecha relación con la necesidad de analizar la situación de las mujeres como colectivo social (quecomparte una explotación común) promulgada por la Teoría Feminista.

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Esta realidad se ilustra claramente en el capitulo nº5 de “La voz de los pobres ¿hay alguien que nosescuche?”23:

“En un país tras otro las mujeres explicaron que su derecho a heredar es inexistente o limitado. Cuando lasmujeres tienen derecho a heredar, y lo hacen valer, corren riesgo de ostracismo social en las mismas redes deparentesco en que se basa su subsistencia diaria”.

“En Ucrania, Letonia y la ex Republica Yugoslava de Macedonia las mujeres dicen que no se molestan en denun-ciar la violación debido a la inacción de las autoridades. En todo el mundo las mujeres informan de que notienen casi ningún recurso frente al maltrato y a las amenazas a su propiedad y sus vidas” .

“La vulnerabilidad de la mujer en el mercado (laboral) adopta diversas formas en distintos países. En muchospaíses de Europa Oriental y la antigua Unión Soviética la expectativa de favores sexuales de las mujeres jóvenesparece estar generalizada, razón por la cual a las mujeres de más de 25 años les resulta difícil encontrar tra-bajo”.

A modo de conclusión, podemos decir que el concepto Feminización de la Pobreza, olvida el androcentrismoexistente hasta ahora en las investigaciones sobre la pobreza y la analiza desde otros parámetros vinculadosa la realidad de las mujeres.

Reconoce, y por tanto visibiliza, la pobreza especifica de las mujeres, ofrece datos e información que ladescribe, presenta cuáles son sus causas, cuáles sus consecuencias y analiza si las reformas y las políticasplanteadas para erradicar la pobreza en general eliminan o mantienen la pobreza de las mujeres.

(23) Idem (p. 184)

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3. CAUSAS DE LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

La creencia de que las desigualdades tienen su origen en la pereza, la suerte, la fatalidad, los vicios, etc.caducó hace tiempo y por tanto, debemos asumir que los desequilibrios sociales son originados por las dis-tintas actuaciones llevadas a cabo desde el poder social y político. Así, las investigaciones realizadas entorno a las causas de la pobreza plantean que es fundamentalmente un problema estructural. Es la organi-zación social establecida la que genera pobreza y la que la reproduce y mantiene.

Al igual que es difícil definir y establecer indicadores de medición consensuados, lo es establecer las causasde la pobreza. Parece que pudieran intervenir numerosos factores interrelacionados, aspectos que se entre-cruzan y apoyan convirtiéndose unos en efectos de otros. Dependiendo de la definición y de la medición quehagamos de la pobreza, determinaremos unas causas u otras, y lo que es quizá más importante, se enfati-zará más en las causas económicas, en las sociológicas, en las ideológicas, o en las políticas.

Sin embargo, hay dos causas que se presentan en casi todos los estudios: una de tipo más económico, referi-da a la globalización económica y otra de tipo más social, referida a la falta de oportunidades y de elecciónde las personas pobres: la desigualdad social.

De igual forma, se entiende que hay determinadas áreas de la mencionada organización social cuya capaci-dad de originar desequilibrios a través de la generación de desigualdades, o por el contrario de redimirlos,es más directa y determinante: la educación, el trabajo, la protección social, etc.

El pensamiento neoliberal junto a la globalización económica y el libre mercado está provocando a nivelmundial unas relaciones comerciales desiguales entre los países. Estas relaciones desiguales generan depen-dencia entre los países del sur y del norte y provocan que el atraso de ciertas áreas del mundo sea el efec-to y a la vez la condición de desarrollo en otras partes del mundo. Este hecho, que reproduce y casi perpetúala situación de pobreza de los países del sur, se agrava con una deuda externa imposible de pagar, una pre-sión económica que se traduce en una desigualdad social en el reparto de la riqueza, los recursos, los servi-cios y el poder.

La falta de oportunidades y de elección de las personas como otra de las causas de la pobreza, se traduceen la incapacidad (siguiendo a Sen) de generar ingresos para satisfacer las necesidades básicas, en la faltade libertad para elegir lo que se cree conveniente o necesario y en la escasa o nula representación social ypolítica que lleve la voz de las personas pobres a los órganos de decisión (del tipo que sea, decisión políti-ca, económica o social).

Las investigaciones en torno a la Feminización de la Pobreza muestran igualmente que la pobreza es un prob-lema fundamentalmente estructural.

Se entiende que es el patriarcado24 (como estructura social en la que las relaciones se basan en patrones cul-

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(24) La estructura patriarcal se señala como el eje central a partir del cual puede explicarse la Feminización de la Pobreza. La estrecharelación que también en este caso se establece entre este tipo de estudios y la Teoría Feminista puede explicarse, ya que al citadopensamiento científico puede atribuírsele el único análisis en profundidad e interpretación global de muchos de los aspectos claveque definen la situación de las mujeres en el mundo.

La teoría feminista aportó serias investigaciones en la década de los 70 sobre el orden social al que llamó “sociedad patriarcal”,entendiendo por Patriarcado el modelo de organización social basado en el abuso de poder y supremacía de los hombres sobre lasmujeres.

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turales de dominación masculina), sustentado hoy en una organización económica capitalista y neoliberal,el que hace que las mujeres como colectivo social sufran una situación de inferioridad (opresión yexplotación) por el hecho de serlo, que las empobrece respecto del colectivo de los hombres.

Aunque la situación de unas y otras mujeres sea bien diferente (mujeres africanas, asiáticas, latinoameri-canas, europeas, niñas, jóvenes, adultas, ancianas, asalariadas, paradas...) les une una situación de subor-dinación con respecto al colectivo de hombres (que adquiere muy distintas manifestaciones). Dicha subor-dinación se explica, siguiendo a las teóricas feministas, a partir de una jerarquización histórica y universal(los diferentes modos de producción: esclavista, asiático, feudal, capitalista... lo han preservado) basada enla división sexual del trabajo25.

La organización sexista de la sociedad pasa por asignar al colectivo de mujeres el rol reproductor y la respon-sabilidad del trabajo doméstico (sistema de subsistencia relegado a un segundo plano e infravalorado), mien-tras los hombres lideran las tareas de producción (prioritarias y posibilitadoras del acceso al “control” a todoslos niveles). Esa asignación social de roles y valores diferenciados en función del sexo ha pervivido a travésde los siglos (institucionalizada a través de la familia) y se ha llegado a confundir con lo cultural, lo natu-ral, lo tradicional26.

Aunque sin duda el esquema descrito ha ido adaptándose a las exigencias de las “modernas sociedadesdemocráticas” muchos estudios, como los relacionados con la feminización de la pobreza, constatan que ladiscriminación en función del sexo subyace todavía en las estructuras actuales.

En suma, mientras las causas de la pobreza se explican fundamentalmente por una desigualdad social yeconómica entre clases, la feminización de la pobreza se explica por la desigualdad social y económica delos hombres y las mujeres. La jerarquización entre el colectivo de los hombres y el colectivo de las mujereses la causa de la pobreza de las mujeres.

Fundamentalmente se describen como causas de la feminización de la pobreza las siguientes, sabiendo queel grado de expresión de las mismas es diferente en los países del Norte y los del Sur:

1. La división sexual del trabajo, es decir la realización del trabajo doméstico y reproductor por parte delas mujeres de manera gratuita;

2. La violencia contra las mujeres; y

3. Las pautas de casamiento y separación actuales.

(25) Falcón, L. (1994). La razón feminista. Vindicación Feminista, Madrid. Así Lidia Falcón en su libro dice: “la mujer es un grangrupo, el más numeroso de todas las clases sociales, que ocupa un lugar determinado históricamente por la división sexual del tra-bajo”.

(26) Muchas feministas se han encargado de asegurar que ese llamado “lugar tradicional” de la mujer es un eufemismo de “domi-nación y sometimiento” de un colectivo a otro como si fuera algo ineludible.

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1. El trabajo doméstico y reproductor27

La división entre espacio “masculino” y “femenino” se revela como un antagonismo que invisibiliza el papelde la mujer, cuyo trabajo se equipara a las tareas de reproducción y cuidados.

Fundamentalmente realizado por mujeres, es un trabajo que cubre las necesidades básicas de las personas,no está remunerado ni reconocido socialmente y no posee limitación de horario y de funciones. Es un traba-jo invisible socialmente, no es objeto de enseñanza - aprendizaje en el ámbito escolar, los sindicatos no seocupan de las condiciones en las que se ejerce, la ciencia se preocupa poco en estudiarlo y las prestacionessociales también lo ignoran, ya que el modelo por el que se rigen está en función de la presencia o ausen-cia en el mundo laboral (pensiones de viudedad).

La realización del trabajo doméstico y reproductor supone para las mujeres dedicar gran parte de su tiempoal bienestar de las personas de la familia y a producir calidad de vida. Este tiempo que para las mujeres estiempo de trabajo, se convierte en tiempo libre para las personas que se benefician del mismo, pudiendodedicarse a otras tareas como el trabajo remunerado, el ocio o las relaciones sociales. Además, les propor-ciona una tranquilidad psicológica al saber que hay alguien que se responsabiliza y se ocupa de estas tar-eas.

Este problema es especialmente delicado para algunas de las mujeres solas cabeza de familia, porque muchasde las veces no pueden compaginar el trabajo doméstico y reproductor con el trabajo remunerado, salvo quese opte por un empleo en condiciones precarias (sin contrato, a tiempo parcial, con menos salario, merca-do sumergido, sin cotizaciones a la seguridad social, etc.).

El hecho de que las mujeres lo realicen gratuitamente supone, cuanto menos, un gran ahorro económico parala familia, la comunidad local y el Estado.

Debido a ello las mujeres:

- Disponen de menos tiempo, bien para realizar trabajos que produzcan ingresos, bien para su realizaciónpersonal y profesional;

- No reciben reconocimiento social y se normaliza la idea de “el hombre es el sustento de la familia y elsuyo propio”;

- Dependen económicamente del marido o pareja;

- Sustituyen el “yo” por el “nosotros” familiar, lo que las lleva muchas de las veces a perder un proyectopersonal y depender psicológica y emocionalmente del marido o la pareja;

- Tienen más dificultades de incorporación a la formación y al mundo laboral;

- Soportan la denominada doble jornada cuando se incorporan al mundo laboral; y

- En situaciones de exclusión o precariedad reciben escasas prestaciones sociales, rentas bajas y pensionesescasas.

(27) Lanbroa. Conspiración feminista. Lanbroa, nº9, Bilbao.

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2. La violencia contra las mujeres

El estudio de la violencia contra las mujeres como una de las causas de la feminización de la pobreza per-mite acercarnos a su realidad y a las limitaciones que sufren en términos de desarrollo humano.

Los estudios28 que recogen los testimonios de las afectadas señalan la relación entre la violencia y susituación de pobreza. De ahí que además se presente la importancia de considerarlo no solo como una de lascausas sino como un indicador propio de pobreza.

En definitiva, todas aquellas expresiones que limitan la libertad de las mujeres a decidir sobre si mismas ysobre su proyecto de vida son agresiones y violencia ejercida contra las mujeres.

Se entienden las propias características de la violencia contra las mujeres como factores de empobrecimien-to generales:

- Se define como una violencia estructural, es decir, organizada y establecida dentro de la estructurasocial;

- Se puede entender como uno de los instrumentos utilizados para mantener al colectivo de las mujeresen situación de sumisión respecto del colectivo de los hombres, lo que limita la libertad, las opcionesy las oportunidades de la mujer, reforzando, por tanto, su dependencia del hombre;

- Su grado de normalización hace que se conciba como natural y que por tanto no se haya cuestionadosocialmente hasta hace bien poco. Algunos hombres se consideran con derecho a controlar la vida delas mujeres (de distintas formas) y legitiman la violencia mediante argumentos religiosos y sociológi-cos. Las mujeres, por su parte, lo asimilan como algo aceptable o lo sufren con la impotencia de quienno puede ponerle fin.

Podemos resumir los efectos de la violencia en términos de empobrecimiento como sigue: pobreza material,falta de salud, de libertad y ausencia de socialización.

- El control de los ingresos por parte de los hombres de la familia, la distribución de los mismos de man-era inadecuada entre las personas integrantes de la familia, la dificultad y en algunos casos la prohibi-ción de acceder al mundo laboral, la imposibilidad de heredar y poseer la tierra, etc. son aspectos todosellos que colocan a las mujeres en una situación de pobreza material objetiva;

- La falta o degradación de la salud física y psicológica como consecuencia de las diferentes formas deviolencia ejercidas sobre las mujeres son algunos de los efectos más dañinos;

- La ausencia de libertad y autonomía por encontrarse en situación de amenazas y de miedo que lesimposibilita tomar decisiones de forma libre y sin coacciones también merma sus posibilidades de inser-ción;

(28) VVAA (2002). Mujeres pobres, indicadores de empobrecimiento en la España de hoy. Fundación Foessa y Caritas, Madrid. Narayan,D. y col. (2000). Op. cit.

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- Los malos tratos consiguen aislar a las mujeres de su familia y de su red de relaciones sociales.

Actualmente, el Grupo de Trabajo en Violencia del Hombre contra la Mujer, de la Asociación PsicológicaAmericana29 plantea que la violencia de género tiene múltiples causas, entre las que destaca el hecho de quees una conducta aprendida que se ha forjado por las normas socioculturales y las expectativas de rol queapoyan la subordinación femenina y perpetúan la violencia masculina.

Nos referimos, en concreto, a los valores y normas de la comunidad tales como la aceptación de la violen-cia y el estatus subordinado de la mujer en la sociedad. Para paliar estos efectos las mujeres tienen quevalerse de una serie de recursos personales 30 (bienestar económico, nivel educativo, estado de salud y recur-sos psicológicos o características de personalidad), así como del sistema familiar y de la red social. Este últi-mo, como veremos, es un recurso importante para hacer frente a las dificultades, ya que se ha constatadoque el aislamiento social favorece la existencia de desigualdades.

3. Las pautas de casamiento y separación actuales

Si bien es cierto que las pautas de casamiento y separación son diferentes en los distintos países del mundo,éstas no dejan de ser una causa de empobrecimiento de las mujeres.

Hay corrientes de estudios que plantean que el matrimonio, la separación, el divorcio y la viudedad soncausas de la feminización de la pobreza. Los planeamientos versan sobre la concepción de que el matrimo-nio no es una fuente de ingresos para las mujeres aunque puedan encontrar en él, provisionalmente, su sub-sistencia, sino que tras la separación o la viudedad se visibiliza que realmente la mujer no tiene ingresos,es decir, no empobreció porque se separó o enviudó sino que era ya pobre en el matrimonio y la separaciónlo ha evidenciado. Se ha destapado la pobreza encubierta.

En este sentido, Pilar Yuste31 señala que el matrimonio es para las mujeres un factor de riesgo y empobrec-imiento económico y también de la salud psíquica, lo mismo que lo es la separación (al año de separarse el60% de los varones se han enriquecido significativamente, mientras el 50% de las mujeres se ha empobre-cido32). De hecho, es la suma de estos dos hechos lo que le lleva a señalar la dependencia33 como otra de lascausas que pudiera esconderse detrás del empobrecimiento de las mujeres.

Tanto en los países empobrecidos como en los enriquecidos, la mujer sola con cargas familiares es elarquetipo de mujer pobre.

(29) VV.AA (2004:49). Mujeres víctimas de la violencia doméstica. Programa de actuación. Ed. Pirámide (Grupo Anaya, S.A.), Madrid.

(30) Idem, p. 55

(31) Yuste, P. (2002). La pobreza tiene rostro de mujer. Texto adaptado del trabajo Feminización de la pobreza (1998). En Área demujeres. Procesos de exclusión y de inclusión. Vº Congreso estatal de intervención social. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

(32) Red Europea de Mujeres (1990). Tribunal y Pobreza en la CEE. Madrid: Red Europea de Mujeres.

(33) Esta autora considera que este tipo de dependencia entre hombre-mujer puede asemejarse a las relaciones de dependenciaestablecidas entre países del Norte y del Sur.

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En los países del Norte se ha producido un aumento de las familias monoparentales, en su mayoríaencabezadas por una mujer (es decir, familias monomarentales) con una situación laboral irregular, acom-pañada en algunas situaciones por el impago de pensiones por parte del ex¬marido o expareja. Las dificul-tades de conciliar vida profesional y familiar obligan en muchas ocasiones a las mujeres a optar por el empleoprecario, lo que mantiene su situación de pobreza.

En los países empobrecidos las mujeres solas son especialmente vulnerables, ya que además de afectarles susituación en el plano económico también sufren el aislamiento social y la desprotección judicial.

“La desintegración de la familia afecta a los hombres y las mujeres de manera distinta. En general los hom-bres salen ganando financieramente con el divorcio y las mujeres salen perdiendo. Después del divorcio losactivos de la mujer suelen valer menos que los de los hombres. Además las leyes respecto de la división dela propiedad conyugal frecuentemente no se aplican.” 34

“Lamentablemente los procedimientos legales posteriores al divorcio no aseguran una división justa de losbienes (...) la mayoría de las mujeres evitan la acción judicial (...). Las mujeres dicen que se les permitevolver a casa de sus padres solamente si no traen la vergüenza de un procedimiento público o no se hanmostrado agresivas al reclamar justicia”.

El caso de las viudas es igualmente preocupante. En aquellos países con sistemas de pensiones o rentas, unporcentaje muy alto de las mujeres subsisten con la pensión de viudedad, que en muchos casos es baja einsuficiente.

Recordemos el dato ya comentado anteriormente sobre EE.UU., donde el 75% de las personas pobres eranmujeres y la mayoría mayores afroamericanas con nietos y nietas a su cargo. En los países del sur la situaciónse agrava por la dificultad de las mujeres al acceso al empleo, por los sistemas de parentesco y las normassociales. Por ejemplo, la ley del “levirato” obliga a la mujer viuda a casarse con su cuñado, de las mismaforma que el “sororato” obliga a las mujeres a casarse con los viudos de sus hermanas y la decisión legalmás espectacular, puede que sea la del “Sati” o quema de la viuda en la pira funeraria del marido, en laIndia.35

A modo de conclusión, podemos decir que el sistema patriarcal (es decir, el modo de organización socialbasado en la jerarquización de las personas en función de su sexo) sustentado en el modo de produccióndoméstico, en el capitalismo y en la globalización económica define lo que significa ser mujer y ser hom-bre.

Esto es, la asignación social de una serie de estereotipos y roles, por el hecho de ser mujeres u hombres,materializada en la división sexual del trabajo hace que ellas sean las responsables de todo lo que ocurra enel ámbito doméstico y ellos los responsables del ámbito público.

Mientras el trabajo doméstico es un trabajo gratuito y no está valorado ni reconocido socialmente, el traba-jo realizado en el ámbito público es remunerado, reconocido y posee prestigio social.

(34) Narayan, D. y col. (2000 : 198 y 200). Op.cit.

(35) Sau, V. (1990). Diccionario Ideológico feminista, Volumen I. Icaria, Barcelona. “La prohibición legal definitiva del Sati data solode 1927, pero todavía Oriana Fallaci (1962)en su viaje a la India visitó los asilos municipales donde son recogidas las viudas cuyasfamilias les reprochan no haberse arrojado a la pira.”

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Esta división sexual del trabajo y las condiciones del trabajo doméstico reproductor son las que provocan ladependencia económica y emocional de las mujeres hacia los hombres.

La familia patriarcal y el patrilinaje organiza socialmente esta dependencia de la mujer, y con el divorcio,separación, o muerte del marido se destapa una realidad encubierta: las mujeres son más pobres que susparejas. Además en la familia se socializa y reproduce la división sexual del trabajo, con lo que se perpetúala situación de pobreza.

La violencia contra las mujeres, engarzada en las estructuras sociales, mantiene la situación de subordinaciónde las mujeres y, por tanto, se entiende no sólo como una causa de la feminización de la pobreza sino tam-bién como un indicador de la misma.

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4. UN ESTADO DE BIENESTAR QUE NO LO ES TANTO

“El Estado de Bienestar se refiere a una dimensión de la política estatal y es un concepto mensurable en fun-ción del presupuesto destinado a gasto social. El término de Estado Social incluye la preocupación por losproblemas generales de la sociedad dentro de los moldes clásicos del sistema capitalista”36.

No hay un modelo único de estado de bienestar, puede decirse que todos ellos tienen en común la respon-sabilidad de garantizar unos mínimos básicos de protección social a la ciudadanía, pero estos mínimososcilan enormemente desde las concepciones más liberales hasta un desarrollo pleno de la socialdemocracia.

Diferentes autores han tratado de analizar los diferentes modelos y el análisis de la política social ha pro-ducido múltiples clasificaciones. A modo de resumen, se puede decir que “tras la Segunda Guerra Mundial(...) las tres orientaciones políticas principales, liberales, conservadores y socialistas moderados, estuvieronde acuerdo en asumir un orden social basado en la democracia, por un lado, y en una combinación propor-cionada, por otro, de mercado y Estado, de lo público y lo privado (...). El resultado fue la formación de trestipos de Estado de Bienestar: Liberal, Conservador y Socialdemócrata, a los que se debe añadir un cuartomodelo, correspondiente a los países latinos”37.

1. El modelo conservador-corporativista

El intervensionismo estatal es, en este caso, una respuesta a los problemas, o dicho de otra forma, una cor-rección de efectos no deseados (paro masivo, desintegración social, anomia, precariedad, inseguridad, ries-go) derivados de la presión económica, de las exigencias del sistema de producción industrial, del desarrol-lo capitalista y en definitiva, del llamado proceso de modernización. Con la intervención se trata de man-tener el sistema evitando la subversión de los sectores desfavorecidos. Este modelo mantiene las diferenciasde status relacionando los derechos sociales con la posición ocupacional. La asistencia social protege a aque-llos sectores de población relacionados con el mundo laboral (como ejemplos Alemania y Austria).

2. El modelo liberal

Se reconocen (a diferencia de los liberales clásicos) los fallos del mercado y la responsabilidad del Estado encorregirlos. La intervención del Estado se limita en este caso, a eliminar la pobreza entendida como caren-cia de mínimos vitales de supervivencia ya que, una vez garantizado ese nivel mínimo, cierta dosis dedesigualdad resulta favorable para el sistema. La intervención social no puede en ningún caso suponer unlímite a la libertad individual a fin de no retraer el impulso egoísta de búsqueda de beneficio, ya que el motordel sistema es el mercado.

(36) Raya Díez, E. (2002 : 89). Políticas sociales y ciudadanía; La condición de las personas demandantes de prestaciones sociales enla Comunidad Autónoma del País Vasco. Servicio central de publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria - Gasteiz.

(37) Idem (p. 92)

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Se proponen programas de Seguridad Social voluntaria y en base a cotizaciones, por lo que sólo estarán pro-tegidas las personas que no puedan trabajar por razón de edad o enfermedad. El nivel asistencial públicocumple estándares mínimos de calidad y sólo se accede a él bajo comprobación de inexistencia de medioseconómicos (como ejemplos EE.UU. e Inglaterra).

3. El modelo socialdemócrata

Asume los principios de una economía mixta: mecanismos liberales del sistema y lucha contra la desigual-dad. Aspira a la creación de una sociedad igualitaria y homogénea.

Incorpora sistemas de redistribución de la disponibilidad de recursos. Su intención es la de universalizar lapoblación beneficiaria de las prestaciones sociales, extendiendo los derechos a todas las clases sociales.Establece la provisión de servicios sociales fuera del mercado (como ejemplo los países escandinavos).

4. El modelo latino

Se caracteriza por ciertos retrasos y desequilibrios en su proceso de modernización. Un sistema asistencialtardío y de baja intensidad protectora fruto del intento de mantener tendencias universalistas con exigen-cias de contención del gasto social.

Se establecen sistemas de rentas mínimas y las prestaciones asistenciales responden a sistemas de compro-bación de medios (como ejemplos España y países mediterráneos).

Las políticas sociales inciden en la conformación de la estructura social, si bien en cada modelo de Estado,en función de la ideología predominante, la estratificación adquiere una forma u otra. En términos generales,en los sistemas socialdemócratas los elementos redistributivos y de protección social serán más fuertes queen los conservadores y más que en los liberales (los sistemas del sur de Europa suponen un elemento atípi-co).

Marshall38 plantea además la relación entre Estado de Bienestar y Ciudadanía. En la medida que se articulanpolíticas redistributivas que liman las diferencias extremas, se posibilita que las diferencias se hagan mássoportables. Así, la estratificación social refleja una política social integradora, que propicia el desarrollo delos derechos sociales y la incorporación de éstos al status de ciudadanía, consiguiendo al tiempo la legiti-mación del sistema.

La forma jurídica según la cual se han articulado las políticas sociales que garantizan a la ciudadanía unaseguridad material frente al “infortunio” (sistema de protección social) han sido principalmente la SeguridadSocial y de la Asistencia Social. Los programas asistenciales sometidos a prueba de carencia de medioseconómicos refuerzan la dualidad social y los sistemas contributivos (seguridad social) estratifican a lapoblación según su logro en el mercado de trabajo. Los sistemas de comprobación de medios para acceder

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(38) Noya, F.J. (1997 : 267 - 295). Ciudadanía y Capital Social. Un estudio preliminar en torno a Ciudadanía y clase social de T.H.Marshall. REIS, nº79.

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a rentas mínimas o al salario social (políticas selectivistas) implican la obligación expresa de reconocer lamenesterosidad personal y tienden a posicionar al sujeto en una relación de inferioridad con respecto a lasociedad en su conjunto.

Algunas políticas tienen una orientación más residual (que desarrollista) y en lugar de combatir las causasprima su carácter paliativo.

La crisis económica de 1973 supuso una crisis en el Estado de Bienestar al desaparecer un pilar del mismo:el pleno empleo, a lo que se le sumó la dificultad de recaudar ingresos. En consecuencia, tuvieron lugaralgunos hechos de máxima relevancia como recortes del gasto social público, la privatización (de una u otraforma) de algunos programas de protección social y la introducción de criterios selectivistas para el accesoa los programas sociales.

También propició un debate sobre el papel de los diferentes agentes implicados en la protección social, tantodel ámbito público (Estado) como del ámbito privado (mercado, grupos primarios, familia, vecindario, orga-nizaciones no lucrativas...), del que resultó una tendencia a la reducción del peso del primero de ellos. “Sinembargo, mercado y altruismo se han revelado insuficientes para garantizar, por sí solos, la cobertura de lasnecesidades sociales, siendo necesaria, en algún grado, la tutela pública.”39

La recuperación económica posterior a la crisis de los 70 evidenció la existencia de personas cuyas condi-ciones de vida no mejoraban por más que la economía creciera, éstas eran las “excluidas del sistema”. La vul-nerabilidad que caracteriza a colectivos que viven situaciones de inestabilidad (laboral, de relacionessociales,...) va alcanzando progresivamente a colectivos que históricamente no lo han sido, o lo que es lomismo, la precariedad alcanza a los que hasta ahora habían estado perfectamente integrados.

Touraine ha descrito la sociedad actual en los siguientes términos: “estamos embarcados en una sociedadformada por tres grandes grupos: los pilotos, grupo poco numeroso de aquellos que no mandan sino queresponden a las incitaciones del mercado y del entorno general; los pasajeros, que son consumidores almismo tiempo que miembros de la tripulación; y los restos del naufragio que han sido arrastrados por la tem-pestad o lanzados al mar como bocas inútiles o sobrantes”40. La exclusión pone de manifiesto una nuevacondición social, la del no-ciudadano.

Por último, en el siguiente cuadro exponemos las tres principales tendencias actuales en cuanto a sistemasde protección social:

CARIDADDeberás demostras que eres unapersona necesitada.

Países anglosajones.

MERITOCRACIARecibes en función de lo que pre-viamente has contribuido.

Países centroeuropeos.

DERECHO SOCIALAccedes a prestaciones por tucondición de ciudadano/a.

Países escandinavos.

(39) Raya Díez, E. (2002 : 134). Op. cit.

(40) Touraine, A. (1993 : 6). Crítica a la modernidad. Temas de hoy, Madrid.

(41) Seminario en el que participaron miembros de Cáritas, Aprise (Asociación para la Promoción de Inicitivas Socio-Económicas) yde Acció solidaria contra làtur. Reflexiones recogidas en Rojo Torrecilla, E. Y García-Nieto, J.N. Renta mínima garantizada y salariociudadano. Centro de Estudios Cristianismo y Justicia. Fundación Lluis Espinal. En www.fespinal.com

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En el Documento fruto de un Seminario permanente organizado por el Centre d`Estudis Cristianisme Justiciaa lo largo del curso 1988-198941, se pone de manifiesto que “al estar diseñados los sistemas de protecciónsocial fundamentalmente para proteger a los trabajadores que estuvieran realizando una actividad producti-va, y que por un periodo breve de tiempo quedaran excluidos del mercado laboral, se han encontrado engraves dificultades para dar respuesta a las nuevas demandas y requerimientos de los colectivos más desfa-vorecidos”.

En la medida que el trabajo constituye cada vez menos una garantía suficiente de renta y de acceso a la pro-tección, cobra sentido la perspectiva de una reordenación de la protección social en base a la existencia deun mínimo social garantizado y tendente a la protección social de la necesidad (el cuidado de los desfavore-cidos y económicamente débiles) y no sólo del trabajador.

Las políticas contra el paro y la pobreza diseñadas en las instancias intemacionales (independientemente deque los sistemas de protección social de cada Estado tengan instituidos unos mecanismos de cobertura may-ores o menores) en los últimos años han propugnado la instauración de una renta mínima para todo ciu-dadano carente de recursos como respuesta a la carencia de los sistemas de Seguridad Social. Esta garantíasocial es una necesidad escrita en la Carta comunitaria de derechos sociales fundamentales de 198942.

En el Estado español, durante los años 90 todas las Comunidades Autónomas concretaron para su ámbito ter-ritorial una RMI (renta o ingreso mínimo de inserción), siendo la CAPV la primera en legislar esta materia enel año 1989 . Las RMI de las distintas Comunidades Autónomas tienen tres características según apuntaDaniel Raventós43, presidente de la Red de Renta Básica: la combinación de asistencia e inserción, la com-plementariedad y diferencialidad y la condicionalidad.

Sin embargo, el asunto de la Renta Básica o Salario Ciudadano (con carácter universal, incondicional, conindependencia de cualquier otro tipo de ingresos y sin necesidad de ningún examen de recursos previo) esalgo más complejo, en algunos lugares europeos es un objetivo de política social ya conseguido y en otrostodavía algo por conseguir.

En este sentido, la CAPV cuenta con una experiencia relativa a la Carta de Derechos Sociales de Euskadi44, quecomprende la propuesta de una “Renta Básica”, que si bien no tiene carácter universal, es condicional y tieneuna cuantía rígidamente fijada en el nivel de retribución equivalente al salario mínimo interprofesional,puede considerarse “un interesante punto de partida de un proceso que... puede hacer de la Renta BásicaPlena45 una realidad todavía más cercana”46. También es preciso señalar que la renta de inserción que en laCAPV, que recibe el nombre de “Renta Básica”, alcanza unos niveles de ingresos muy superiores a los de lagran mayoría de demás Comunidades Autónomas.

(42) Decreto 39/89 de 28 de febrero

(43) Raventós, D. Breve historia, los dos simposios y algunos debates sobre la Renta Básica en el Reino de España. En GiraldoRamírez, J. (ed.). (2003). La Renta Básica, más allá de la sociedad salarial. Ediciones Escuela Nacional Sindical. Medellín.

(44) Ley 10/2000

(45) La Asociación Red Renta Básica creada en España en el 2001, entiende por una Renta Básica plena aquella que rompe con elvínculo entre renta básica y trabajo asalariado; plantea la inserción como un derecho y, por tanto, termina con su asociación a untrabajo social como contraprestación; mantiene el salario mínimo interprofesional como nivel de renta básica; está garantizada atítulo individual, independientemente de sus otras posibles fuentes de renta, de si trabajan o no y de con quién convivan; financia-da por impuestos u otros medios; no sujeta a otra condición que la de ciudadanía o residencia.

(46) Raventós, D. (2003). Cap. En Op. Cit.

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5. UNA PERSPECTIVA DESDE LA QUE ABORDAR LA EXCLUSIÓN SOCIAL

Un modelo diferente de intervención: las redes sociales como complemento a una protección socialpública insuficiente

La asunción de cierta responsabilidad por parte del Estado a la hora de enfrentarse a la resolución del fenó-meno de la exclusión social (sobre todo lo que supone, en términos de ciudadanía, de pérdida de derechosy pérdida de vinculo social) que cada vez afecta a un mayor número de sectores de población de lassociedades en las que vivimos, se vuelve imprescindible una vez ha quedado demostrado que el mercado yel altruismo por sí solos no son suficientes para garantizar la cobertura social necesaria.

Sin embargo, al igual que el progresivo deterioro ecológico nos ha enseñado que el respeto por el entornonatural es una condición necesaria para el desarrollo y además es una cuestión que sólo puede ser atajadasi es asumida (de manera transversal) por todos y cada uno de los sectores y agentes que componen el entra-mado social, debemos entender que los problemas tales como el déficit de viviendas, el desempleo o lapobreza, implican soluciones que rebasan los mecanismos de acción de un sector determinado y exigen, portanto, abordajes más amplios y coherentes de carácter económico, social y cultural.

Por eso pensamos que tarde o temprano deberán establecerse compromisos para plantear soluciones quesupongan una alternativa a los mecanismos existentes actualmente, aunque para ello sea preciso un esfuer-zo imaginativo. En este sentido, a partir de la perspectiva ecológica, algunos autores están tratando deahondar en modelos de intervención diferentes, que tratan de incluir respuestas a las nuevas necesidades yproblemáticas sociales, como los denominados sistemas de apoyo social comunitario, basados en una fuentede recursos quizá infravalorada, como son las redes sociales.

El modelo se basa no sólo en dar recursos desde lo institucional, sino en complementarlos contribuyendo enla creación de recursos desde el mismo contexto comunitario, propiciando que las personas se conviertan enel principal recurso para sí mismas, haciendo un especial hincapié en la prevención.

Siguiendo a la autora de uno de los últimos trabajos47 publicados en esta línea, trataremos de hacer unaaproximación al modelo mencionado.

Partimos de una pregunta: ¿No estaremos infrautilizando recursos propios de la comunidad, de igual o mayorpotencial que los que son prestados desde lo institucional? Los recursos comunitarios han de entenderse apartir de dos conceptos que definimos a continuación: red social y apoyo social.

La Red Social “es aquel entretejido formado por las relaciones sociales que en los diferentes ámbitos de lavida, y con diferente grado de significatividad, vinculan a un sujeto con otros”48 o dicho de otra forma “esel nicho interpersonal de la persona que contribuye sustancialmente a su propio reconocimiento como indi-

(47) Navarro Pedreño, S. (2004). Redes sociales y construcción comunitaria; Creando (con) textos para una acción social ecológica.CCS, Madrid.

(48) Idem (p. 49)

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viduo y a su imagen de sí. Constituye, pues, una de las claves centrales de la experiencia individual de iden-tidad, bienestar, competencia y protagonismo o autoría, incluyendo los hábitos de cuidado de la salud y lacapacidad de adaptación en una crisis o situación problemática”. 49

El Apoyo Social “es aquel intercambio real entre individuos a partir de las relaciones sociales, en el cual existepor parte del proveedor de la ayuda el objetivo percibido de incrementar el bienestar del receptor”.50

“Las aportaciones hoy de la perspectiva ecológica son el producto de antiguos y numerosos esfuerzos paraelaborar modelos que sitúen al sujeto en constante relación dialéctica con su contexto y que lo integren enuna red de relaciones interpersonales sin la cual no se puede dar cuenta de su conducta, actitudes y valores(…). Hoy las bases teóricas de la perspectiva ecológica se nos revelan especialmente interesantes en unasociedad en la que la mayor parte de los problemas tienen que ver con la relación conflictiva que se estableceentre el individuo y su ambiente.”51

Según Navarro, toda intervención debe poner un doble énfasis en el planteamiento: énfasis ambiental e indi-vidual.

- Ambiental: orientado a fortalecer y/o establecer redes de apoyo social;

- Individual: orientado a aumentar la competencia personal, permitiendo al individuo afrontar eficazmenteaquellos obstáculos ambientales que impiden la consecución de sus metas vitales y superar las situa-ciones de crisis. Adquisición de habilidades personales y sociales que ayuden a las personas a rela-cionarse más y mejor, a saber formular demandas de apoyo, a poder acceder a fuentes de ayuda, a poderaprovechar los recursos comunitarios… y sobre todo, a evitar las indeseadas relaciones de dependencia52

que dificultan la superación de los mencionados obstáculos.

La red social se convierte en el marco a partir del cual el apoyo social es posible, “porque el universo rela-cional de las personas con las que trabajamos es un aspecto clave en su desarrollo, y porque es una fuentede recursos de prodigiosa riqueza, proporcionando apoyos que hacen posible la integración…”.53

Existen algunas experiencias de intervención comunitaria en el ámbito de la atención a familias mono-parentales (entre otras) a partir de las cuales se han podido promover, desde un centro de atención socialcomunitaria, respuestas ecológicas de apoyo54. Estas experiencias consisten en la conexión de mujeres ensimilares situaciones de dificultad, las cuales dándose apoyo de forma mutua, han podido superar obstácu-los que individualmente y sólo a partir de la ayuda formal o institucional existente hubieran sido inviables(acceso a la vivienda compartida, a un trabajo pudiendo compaginar éste con la atención a los y las hijas,etc).

(49) Sluzki, C. (1996). Red social. Frontera de la práctica sistémica. Gedisa, Barcelona.

(50) Navarro Pedreño, S. (2004 : 49). Op. cit.

(51) Navarro Pedreño, S. (2004 : 40). Op.cit.

(52) Las relaciones de dependencia han protagonizado las vidas de muchas mujeres (dependencia económica y emocional de sus pare-jas, dependencia del subsidio del Estado...).

(53) Navarro Pedreño, S. (2004 : 35). Op.cit.

(54) En el Nº 40 de la Revista Servicios Sociales y Política Social (1997, editada por el Consejo General de Colegios Oficiales de diplo-mados en Trabajo Social) se presenta un caso práctico ilustrativo de este tipo de iniciativas.

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Para que este modelo alternativo de intervención funcione, deberán establecerse procesos fluidos y con-stantes de comunicación entre el sistema institucional y el sistema comunidad. De manera que puede decirseque “el reto pasa por pasar del discurso de la coordinación a la práctica de la coordinación”.55

“Es preciso que la red de servicios que actúa en un mismo territorio supere ciertas dinámicas de atenciónbasadas en dar respuestas estandarizadas y parciales, para pasar a visualizar a las personas de forma globaldentro de su medio vital, comprometiéndose a enriquecerlo desde su ámbito de acción”56, porque noolvidemos que en la mayoría de los casos quien más necesita el apoyo social es quien más dificultades tienepara acceder a él, ya que sus redes sociales se caracterizan por la vulnerabilidad, conflictividad, pobreza, etc.

Sin duda el trabajo es duro porque deberá pasar por construir actitudes y espacios que hagan de la solidari-dad57 una realidad práctica y posible.

Pero no una solidaridad pervertida, endogámica, obligada, de sacrificio (propia de épocas anteriores, lla-madas sociedades tradicionales) que si bien es cierto que permitía cubrir las situaciones de infortunio deforma eficaz y supliendo la ausencia del Estado, también producía no pocos dramas personales como la pér-dida de vida en pos del otro.58

Se trata de una solidaridad basada en las relaciones en condiciones de simetría, en el compromiso ciudadano,en hacerse cargo de una realidad, comprenderla, sentirse afectado y afectada, responsabilizándose, compro-metiéndose, encargándose de esa realidad a través de actos tangibles de apoyo.

(55) Navarro Pedreño, S. (2004 : 47). Op. cit.

(56) Idem (p. 46)

(57) El concepto de solidaridad se recogía también en la Ley que regulaba el Ingreso Mínimo de Inserción (ahora Renta Básica) y secontextualizaba a partir de una concepción avanzada de la marginación, entendiendo que ésta “no responde a razones intrínsecassino a factores externos que les imposibilitan salir de la situación en que se encuentran si los ciudadanos más favorecidos no ejerci-tan la solidaridad social” Ley 2/1990, de 3 de mayo, de Ingreso mínimo de Inserción, Exposición de motivos, parte I.

(58) Modelo moral que ha formado parte fundamentalmente de la experiencia femenina y que dejaba a las mujeres “huérfanas de supropio yo y por tanto, proclives de ser meros apéndices de los otros”.

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En el presente informe presentamos la metodología utilizada en la investigación, que debido a su temáticadifícil ha debido ser cuidadosamente diseñada y programada para garantizar los buenos resultados, especial-mente en cuanto a metodología cualitativa se refiere.

Antes de decidirnos por la metodología que finalmente se ha empleado en la investigación, se barajaron dis-tintas posibilidades, como por ejemplo hacer historias de vida de estas mujeres o trabajar a través del análi-sis de contenido, ya que una de sus ventajas es que los temas, los contenidos y las formas de expresión noson dados ni influidos por el equipo investigador. Es decir, que los datos sólo son determinados por éste ensu evaluación, y no en su recogida.

Sin embargo, no se optó por ninguna de estas opciones ya que las conclusiones que se extraen de ellaspueden ser problemáticas, aunque muy interesantes, respecto de todo lo que no sea el mismo materialescrito. Además, de que las mujeres estudiadas no serían representativas más que de ellas mismas y en unmomento dado, tampoco servirían para una efebología empírica, ya que para que lo fuera se requeriría deun trabajo sistemático y prolongado a lo largo de más de un año, y esta convocatoria de ayudas a la inves-tigación no lo permite.

La observación fue otra de las metodologías que se sopesaron a la hora de llevar a cabo el trabajo empíricode la investigación. Este sistema permite la formulación de enunciados acerca de comportamientos no sufi-cientemente aprehensibles mediante declaraciones verbales de los participantes, como es el caso de la entre-vista.

No obstante, existen grandes sesgos en el muestreo, pues normalmente el grupo que se escoge para serobservado no sirve como base de enunciados acerca de las mujeres, independientemente de que la informa-ción recogida sea muy valiosa.

Cualquiera de los instrumentos que nuestro equipo de investigación decidiera utilizar para esta investigación,aunque valioso, también tendría sus límites. Somos conscientes de que conocer un fenómeno tan complejocomo los procesos de exclusión social de las “mujeres solas”1 en la CAPV no es sencillo, y no lo es tanto porla temática de la exclusión social como por el colectivo mismo al que está orientada la investigación.

De hecho, en nuestro marco teórico, que dicho sea de paso, se ha realizado principalmente a través del vaci-ado bibliográfico; de la consulta de hemeroteca durante el periodo en el que se ha llevado a cabo la inves-tigación (rastreo de noticias); y gracias a la consulta directa a profesionales expertos y expertas en materiade género… ya apuntábamos que nuestro objeto de estudio podía identificarse con un complejo problemadentro del cual, podía haber muchos temas interfiriendo.

Identificarlos puede acercarnos al centro de la cuestión que analizamos, por eso, esta investigación es unhíbrido entre la metodología cuantitativa y la cualitativa, una combinación de instrumentos que puedenacercarnos más al conocimiento de la problemática de exclusión social de las mujeres solas en la CAPV, nue-stro primer objetivo.

La metodología cuantitativa, por su parte, nos permite ofrecer una pequeña radiografía de la situación en laque se encuentran hoy las mujeres “solas” de la CAPV, en relación a variables clave como el empleo, la renta,el nivel de instrucción, etc. Con todo, aclararemos que lo que más nos interesa es profundizar en los diag-nósticos de los diferentes agentes implicados, entenderlos e interpretar los significados intersubjetivos de

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(1) El término “mujeres solas” ha de entenderse a partir de la definición del objeto de estudio ofrecida en las primeras líneas de estainvestigación: viudas, separadas, divorciadas, madres solteras…

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sus ideas sobre los procesos de exclusión e inserción social, sobre el riesgo de exclusión de las mujeres solas,sus causas… y como estas cuestiones no aparecen a simple vista, nos decantamos para su sonsacamientopor utilizar la metodología cualitativa.

Cuando decimos que la metodología cualitativa, se ajusta a nuestro principal objetivo, nos referimos a quese orienta a la búsqueda de significado. Queremos comprender, queremos profundizar en el tema, nos intere-sa, en definitiva, ver cómo definen la situación de las mujeres las personas entrevistadas, aquellas que deforma más cercana, aunque desde diferentes posiciones, conocen la situación que viven hoy estas mujeres.Nos interesa acercarnos a su idea de lo que es la exclusión, acercarnos a las causas del fenómeno desde suspropias palabras. Nuestra investigación cualitativa pretenderá describir densamente y especificar, es decir,dar un diagnóstico de la situación e interpretarla.

(* Ver tabla de la página siguiente.)

A continuación pasamos a comentar cada una de las técnicas utilizadas en la investigación.

ANÁLISIS CUANTITATIVO

Los capítulos iniciales de la investigación se corresponden con la exposición de una serie de datos estadís-ticos, que por su parte, nos permiten dar a conocer una serie de hechos, tal y como se dan, de una formaquizá más objetiva, permitiéndonos llegar a un conocimiento sistemático, comprobable, medible y replica-ble. El conjunto de estos capítulos nos permiten ofrecer una visión panorámica sobre las condiciones de vidade las mujeres en la CAPV a partir de datos sobre la composición actual de las familias, la renta, la activi-dad, el paro... desglosados por sexos.

Los datos estadísticos ofrecidos tienen como origen diferentes fuentes secundarias:

• Por un lado, los principales institutos de estadística a nivel local, nacional o europeo: EUSTAT, INE yEUROESTAT.

• Por otra parte, algunas entidades de carácter más específico: EMAKUNDE, MTAS, OCDE, EGAILAN, LAN-BIDE, CES, SIIS...

• Por último, varios estudios de publicación reciente en los que se han explotado algunos datos que per-miten ampliar el conocimiento de algunas materias concretas, y que aparecen referenciados en el aparta-do de Bibliografía.

Si bien el valor añadido de estos capítulos puede identificarse con el desglose de los datos por sexos, cabedestacar las enormes dificultades a las que, actualmente, una investigación de este tipo debe enfrentarsesi quiere adoptar la perspectiva de género en sus interpretaciones. La gran mayoría de los datos estadísti-cos explotados por organismos oficiales no se ofrecen segregados por sexo y esto supone un obstáculoinsalvable a la hora de poder argumentar la realidad que se esconde tras ellos.

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A continuación recogemos de manera gráfica las diferentes técnicas empleadas en la investigación y elobjetivo al que responden.

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Técnicas Objetivos de la investigación

Cualitativa

Entrevista en profundidad

• Conocer el impacto de los cambios sociodemográficosen los procesos de exclusión social de las mujeres solas.

• Analizar la problemática de exclusión social de lasmujeres solas desde la perspectiva femenina.

Grupo de discusión

• Presentación de los primeros datos relevantes de la faseinicial del estudio.

• Contrastar parte de la información recogida en la inves-tigación.

• Establecer cirterios, orientaciones y propuestas quepuedan resultar de utilidad para la mejora de las presta-ciones y ayudas a la inserción laboral de este colectivode mujeres.

Delphi

• Contrastar parte de la información recogida en la inves-tigación.

• Establecer cirterios, orientaciones y propuestas quepuedan resultar de utilidad para la mejora de las presta-ciones y ayudas a la inserción laboral de este colectivode mujeres.

• Analizar la viabilidad de las propuestas recogidas.

Cuantitativa

Consulta estadística

• Elaborar batería de indicadores relacionados con lasmujeres y su inserción socio-laboral.

• Conocer e interpretar datos estadísticos sobre lasituación actual de la mujer y de las situaciones que larodean a través de fuentes secundarias.

• Ampliar indicadores y datos estadísticos centrados en laperspectiva de entidades que trabajan con el colectivoconcreto de la investigación.

Vaciado bibliográfico• Ampliar el conocimiento de algunas materias concretas

a través de datos ya explotados y diversas publica-ciones.

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ANÁLISIS CUALITATIVO

La metodología cualitativa pertenece al planteamiento humanista (hermenéutico) que pudiéramos decir secentra en el entendimiento e interpretación.

Estamos acostumbrados a recibir estudios cuantitativos, que por lo general son gráficos y concretos, pero amenudo olvidamos que la metodología cualitativa es tan válida como la cuantitativa. El análisis cualitativosurge de aplicar una metodología específica orientada a captar el origen, el proceso y la naturaleza de lossignificados que brotan de las interacciones humanas. Por ello, se trata de un método que se aproxima conmayor facilidad a las situaciones reales, a la “verdad”.

En resumen, podríamos decir que este método goza de dos claros méritos. El primero, entender los significa-dos de las cosas, y el segundo, mantenerse en contacto con los problemas. Méritos que nos parecen sufi-cientes en este caso para superar el miedo al control de validez propio de toda metodología que no es cuan-titativa.

El esquema de trabajo que seguiremos será el mismo que el proceso-guía de la investigación cualitativa,cuyas máximas de investigación son: introducción analítica (no importa tanto la teorización previa como laobservación detallada y próxima a los hechos), proximidad (observación de primera mano), comportamientoordinario (el mundo cotidiano), la estructura como requerimiento ritual (descubrir las cosas y de ellas laestructura), y los focos descriptivos (analizar e interpretar).

Este modo de investigar los fenómenos sociales cumple una serie de características, cuales son: la captacióny reconstrucción de significado como el objeto, un lenguaje básicamente conceptual y metafórico, el modode captar la información no estructurado sino flexible y desestructurado, junto con un procedimiento másinductivo que deductivo, y la orientación no particularista y generalizadora sino holísta y concretizadora.

Con las técnicas cualitativas conseguimos una inspección de primera mano que nos obliga a buscar la mayorproximidad a la situación, y con ellas podremos profundizar en el sentido de las situaciones y el significadoque los individuos les atribuyen.

Existen cinco elementos comunes a todos los planteamientos de investigación cualitativa. Primero, su énfasisen estudiar los fenómenos sociales en el propio entorno natural en el que ocurren; Segundo, la primacía delos aspectos subjetivos de la conducta humana sobre las características objetivas; Tercero, la exploración delsignificado del actor; Cuarto, la predilección por la observación y la entrevista abierta como herramientas deexploración; Y quinto, el uso del lenguaje simbólico más bien que de los signos numéricos.

De ahí que los siguientes capítulos se apoyen en tres de las técnicas cualitativas más importantes de recogi-da de información: la Entrevista en Profundidad, el Grupo de Discusión y la Técnica Delphi.

Concretamente en esta investigación hemos utilizado, en primer lugar, la técnica denominada entrevista enprofundidad. Con este procedimiento, la persona entrevistada nos transmite oralmente su definición person-al de la situación que queremos estudiar.

Este tipo de entrevista es de carácter individual, holístico y no directivo. Individual porque la conversaciónse desarrolla entre la entrevistadora y la entrevistada; holístico porque la entrevistadora no aborda un únicotema de forma focalizada; y no directivo pues carece de rigidez en contenido o forma, aunque sí esté contro-lada y siga un guión.

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Es una técnica mediante la cual se establece una conversación profesional, en la que se lleva a cabo unproceso de comunicación en el que la persona entrevistada y la investigadora se influyen mutuamente, “seejercita el arte de formular preguntas y escuchar respuestas”2 . Nosotras como investigadoras y entrevista-doras, buscamos con nuestras preguntas aquello que sea importante para ella, su significado, el modo enque ellas ven, clasifican e interpretan su propio mundo. Esta entrevista se basa en concebir al ser humanocomo alguien que entiende, interpreta y construye realidad.

Somos conscientes de que la persona entrevistada no es neutral en el tema, pero nos interesa que cuenteen primera persona lo que ha experimentado, su punto de vista. Tomamos como elemento central lasdescripciones y observaciones que hacen de sí mismas. Asumimos que “sólo a partir del lenguaje mismoque los actores emplean en sus interacciones puede reconstruirse el sentido y la carga simbólica que éstastienen constitutivamente”.3

En el proceso académico es fundamental el registro. Gracias a la tecnología se pueden recoger cómoda-mente las palabras de las personas entrevistadas y la situación en la que se realiza la entrevista.

Seleccionamos una muestra de asociaciones de mujeres y entidades que trabajan en el ámbito de la inser-ción sociolaboral de la mujer en la CAPV. Se realizaron un total de 17 entrevistas en profundidad, deaproximadamente hora y media de duración, durante los meses de mayo y junio, las cuales fueron conve-nientemente grabadas y archivadas, una vez haberse procedido a su trascripción.

A la hora de elegir la muestra de las personas a entrevistar no seguimos un criterio probabilístico (lo queprincipalmente significa que la muestra elegida no es representativa), eso no era lo más importante paranosotras, queríamos profundizar en un aspecto estudiando unos pocos casos, aunque esto supusiera el nopoder generalizar cada caso concreto a otros. Nuestro muestreo ha sido por tanto, intencional o dirigido,los sujetos de la muestra se eligen con un criterio estratégico de tipo opinático, de manera que el grupode entrevistados y entrevistadas está compuesto por personas pertenecientes a entidades que, bien por sutrayectoria y experiencia personal, bien por el tipo de actividad y colectivo al que se dirige la entidad a laque representan, o bien por el carácter público de la misma, creemos pueden ser un conjunto representati-vo de agentes implicados. Por esta misma razón y aunque se ha tratado de concertar entrevistas en lastres provincias de la CAPV, el factor territorial tampoco ha sido finalmente considerado como fundamentalen la selección de las personas, y que duda cabe, tampoco en lo que a la parte interpretativa se refiere.

Las entrevistas realizadas pueden clasificarse a partir de los siete agentes sociales que han participado enla investigación, para cada uno de los cuales se elaboró un guión específico4, aunque con buena parte decontenidos comunes. Estos agentes han sido:

• Sindicatos: CC.OO (Secretaría de la Mujer: Felipa Piedra Gao), UGT (Secretaría para la Igualdad: EmiliaMálaga), LAB (Área de la Mujer: Itziar Lopategi), ELA (Área Políticas de Género: Nerea Urrestarazu).

• Ayuntamientos: BILBAO (Dpto. de Bienestar Social: Karmele Guinea) GASTEIZ (Dpto. de IntervenciónSocial: Silvia Pardes, Joxean Agirre, Rosa González y Gorka Urtaran) y DONOSTIA (Dpto. de BienestarSocial: Iñigo Estomba).

(2) Ruiz de Olabuénaga, J.I. (1999 : 165). Metodología de la investigación cualitativa. Universidad de Deusto. Bilbao

(3) García, F. (1990 : 89). La corregibilidad de la observación participante.

(4) Ver ANEXO 1

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• Asociaciones de mujeres: ASOCIACIÓN ALAVESA DE PADRES Y MADRES SEPARADAS (Amaia Arrastoa), VIU-DAS PARA LA IGUALDAD: ASOCIACIONES DE MUJERES VIUDAS DEL PAÍS VASCO (FEVI) (Esther Álvarez),ASOCIACIÓN DE FAMILIAS MONOPARENTALES DE GUIPÚZCOA (Gema Artola).

• Colectivos Feministas: LANBROA (Mª Jose Urruzola), ASAMBLEA DE MUJERES DE BIZKAIA (MariviMarañón), ARGITAN (Karmele Andrés).

• Observatorios de Exclusión Social: SARTU (Observatorio de Procesos de Exclusión y de IncorporaciónSocial: Silvia Pineda) y CÁRITAS (Programa de Inserción Social: Amaia Porres).

• GOBIERNO VASCO: Consejería de Vivienda y Asuntos Sociales, Viceconsejería de Bienestar Social (IsabelParedes).

• EMAKUNDE: Secretaría General (Ana Alberdi Zubia).

Algunas de las entrevistas que estaba previsto realizar no pudieron llevarse a cabo:

• Plazandreok y María de Maeztu. Ninguna de estas entidades ha podido ser contactada. De hecho, la local-ización de personas, teléfonos y direcciones de contacto con vigencia han constituido buena parte delos esfuerzos del equipo de investigación para concertar entrevistas con los colectivos de mujeres fem-inistas en la CAPV.

• Viceconsejería de Inserción Social de Gobierno Vasco. Tras varios contactos con Miguel Ángel MarañónCalleja y Montserrat Rejado, a los que se les expuso nuestro propósito y la finalidad de la investigación,los responsables del departamento decidieron que su participación no era oportuna.

Otra técnica utilizada como hemos comentado ha sido el grupo de discusión. Se trata de una técnica quereúne a un número de personas para que expresen sus opiniones, opiniones que, aunque sólo sea en ciertamedida, no podrán escapar de la influencia del grupo y estarán condicionadas por éste. De manera quepodemos decir que se trata de una dinámica que se mueve entre dos niveles de realidad e influjos mutuos,donde lo que se expresa no es ni reflejo de la opinión de cada individuo por separado, ni tampoco reflejode lo que el grupo expresa o valora únicamente.

Esta técnica ofrece oportunidades de conocimiento y de análisis que la entrevista individual no puedeofrecer. En el grupo “se multiplican las reacciones individuales y se intercambian más puntos de vista”. Lossujetos individuales se encuentran más abrigados entre el resto de las personas del grupo, y se “lanzan” acontestar preguntas que individualmente ignorarían. Se trata de romper las barreras de la comunicación ydar rienda suelta a nuestras opiniones.

“El término ´Grupo` es entendido aquí como sinónimo de un colectivo de personas que participan enposeer los mismos intereses, los mismos valores, la misma situación social o una misma experiencia, y sonanalizadas tras haber sido puestas de algún modo u otro en contacto entre sí”5 . El grupo actúa en estecaso como “un gran provocador”6.

Por lo general, las personas desarrollamos una escasa capacidad de autoobservación y autoanálisis con loque no se nos hace fácil expresar claramente las ideas que son resultado de esas reflexiones que nos exigeel o la entrevistadora. La tarea del grupo es potenciar y facilitar ese trabajo de reflexión, dando pie a un

(5) Ruiz de Olabuénaga, J.I. (1999 : 279). Op.cit.

(6) Idem (p.250)

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intercambio de ideas. Además ha venido considerándose una excelente técnica para generar y recogernuevas ideas, perspectivas, posibilidades de solución, etc. de ahí que esta técnica la hayamos reservadopara la última fase de la investigación como utilísimo complemento de la información ya recogida medi-ante las entrevistas personales.

Se convocó a un total de 13 entidades del tercer sector y la administración pública que trabajan con per-sonas excluidas o que participan en los programas de inserción social. Finalmente, a la sesión que se cele-bró el día 24-06-2004 en los locales de la Fundación EDE sitos en Bilbao, y cuya duración fue de doshoras y media, asistieron 8 mujeres.

Participantes:

• Alberdi Feminista: Zuriñe del Cerro (portavoz del partido).

• Cáritas: Matxalen Somoza (Responsable del área de Empleo).

• Sartu-Zabaltzen: Cristina García de Andoain (Responsable del área de Empleo).

• Colectivo Berriotxoak: Karmele Otaiza y Mª Luisa Seco (miembros del colectivo).

• Agiantza: Mónica García Sirvent (Trabajadora social).

• Behargintza: Karmele Huesca (Orientadora Laboral).

• Ehunduz (Fundación EDE): Elda Uribelarrea (Responsable de Ehunduz, Servicio de Mujer y Equidad).

Disculparon su asistencia: Bagabiltza, Plazandreok, Lan ekintza, Dirección de Inserción Social de GobiernoVasco, y Agente de Igualdad de oportunidades del Ayuntamiento de Getxo.

La sesión fue grabada en cinta de audio y se organizó de la siguiente manera:

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Organización de la sesión

• Acogida y presentación de las participantes del grupo.

• Presentación de la investigación: objetivos, objeto de estudio, metodología,...

• Introducción al marco teórico de la investigación.

• Exposición de las diferentes propuestas recogidas en la primera fase cualitativa de la investigación.

• Debate sobre las propuestas y elección de las prioritarias.

• Trabajo en grupos: Concreción de las propuestas a través de medidas, acciones y agentes.

• Puesta en común.

• Despedida y cierre.

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Grupoparlamentario

Persona de contacto Cargo

GP NV Izartza ZorrozúaPertenenciente al área de la mujer delpartido.

GP EA Karmele AntxusteguiVocal de la Comisión de Mujer y Juventuddel parlamento Vasco.

GP Mixto-IU Rakel ModubarResponsable de área de mujer y concejaladel Ayuntamiento de Santurtzi.

GP SV Gemma ZabaletaVocal de la comisión de Mujer y Juventuddel parlamento Vasco.

GP PV Mª Carmen López de OcarizVocal de la comisión de Mujer y Juventuddel parlamento Vasco.

Por último, en la investigación que aquí les presentamos utilizamos la técnica Delphi, que puede consider-arse una “técnica de análisis del estado de opinión” que tiene por objeto, en este caso, cerrar el proceso derecogida de propuestas y orientaciones para la mejora de las ayudas a la inserción sociolaboral de las mujeressolas cabeza de familia, que representaba desde el comienzo de la investigación, uno de sus objetivos pri-mordiales.

A partir del grupo de discusión y tras contemplar las grandes dificultades de las participantes de las entre-vistas para dotar de concreción a las propuestas y orientaciones trasladadas, decidimos dar un paso másremitiéndoselas a los y las representantes de los partidos políticos con voz en el Parlamento Vasco, a travésde la Comisión de Mujer y Juventud del Parlamento Vasco. Con este tercer paso, pretendíamos contrastarparte de la información recogida en la investigación, de manera que los grupos parlamentarios pudieranaportar su punto de vista y recoger las propuestas recabadas del tercer sector.

La visión de este tercer grupo de participantes en la investigación se distingue de otras por la capacidadpolítica de estos. Su capacidad de llevar a la práctica aquello que el resto de agentes sólo puede proponerles distingue, y hace posible que ahondemos en el grado de viabilidad de las mismas, en el nivel de aplica-bilidad real, así como que recojamos información sobre la voluntad política existente para hacerlas realidad.

La diferencia más reseñable entre el grupo de discusión y la técnica Delphi, que quedaría encuadrada den-tro de las denominadas “entrevistas de grupo”, consiste en que las personas que lo componen no se reúnenfísicamente, de manera que no existe una interacción directa entre ellas. No se requiere de desplazamientosni disponibilidad horaria para hacerlas coincidir, se mantiene el anonimato, los sujetos pueden expresarsecon absoluta libertad porque el panel de personas expertas nunca llega a saber qué opina cada uno de losindividuos concretos... características que favorecen la búsqueda del consenso mínimo y la jerarquización delas ideas.

El Delphi comienza con un cuestionario que es enviado a cada miembro del grupo vía email, el mismo méto-do que se emplea para que con posterioridad nos hagan llegar sus respuestas. La investigadora las sistem-atiza, las categoriza y les vuelve a hacer llegar el conjunto de todas las respuestas. Con varias vueltas puedeconseguirse jerarquizar y conocer los puntos mínimos de consenso entre las personas expertas en relación alos temas planteados.

Han participado en la técnica Delphi los siguientes grupos parlamentarios:

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(7) En el segundo envío la participación se redujo y contamos únicamente con las aportaciones de tres grupos políticos: EA, SV eIU.

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Socialista Abertzaleak fue invitado a formar parte del grupo de trabajo pero decidió no participar por razonesque desconocemos.

En total se realizaron dos envíos con documentación sobre la que debían trabajar:

• 1º envío (julio de 2004): Presentación del estudio, marco teórico y breve diagnóstico. Solicitamosaportación de orientaciones y propuestas.

• 2º envío (octubre de 2004): Resumen de las orientaciones y propuestas recibidas tras el primer envío.Solicitamos señalar el grado de acuerdo con cada propuesta, analizar la viabilidad a corto, medio o largoplazo y establecer medidas o acciones concretas para ello llevarlas a cabo7.

Además de todo lo anterior, dos de las personas integrantes del equipo de investigación han participado enel Foro Mundial de las Mujeres durante los días 29 a 31 de julio del presente año, dentro del programa dediálogos del Forum Barcelona 2004 y como complemento a las tareas de investigación.

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A. EL IMPACTO DE LOS

CAMBIOS SOCIALES Y DEMOGRÁFICOS

EN LOS PROCESOS DE EXCLUSIÓN SOCIAL

DE LAS MUJERES SOLAS EN LA CAPV

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Población y estructura familiar

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LLa familia es el nombre con que se ha designado a una antiquísima forma de organización social, que através de la historia ha experimentado transformaciones para ir adaptándose a las exigencias de cadasociedad y cada época. Caracterizada por su universalidad, la familia se ha asociado con las funciones

relativas a la socialización afectiva y cultural, con la capacidad para la integración y cooperación económi-ca y social entre sus miembros, con la habilidad de proteger y asegurar el bienestar del grupo de parentescoen situación de crisis, etc. A pesar de las diversas formas que puede adoptar en las diferentes culturas, y apesar de que cada vez en mayor medida sus funciones son compartidas con otros agentes sociales, la insti-tución familiar sigue siendo el principal reducto de la privacidad individual, de la socialización básica y elrefugio emocional y afectivo de las personas.

Si ya en su día hubo oportunidad de hablar sobre el importantísimo cambio de la estructura familiar en elplano de la organización social, económica, cultural, etc. que supuso el paso de las familias extensas, propiasde sociedades preindustriales, al tipo de familia nuclear, hoy se anuncian nuevas transformaciones. Esa famil-ia nuclear (padre y madre con sus hijos e hijas) que durante el último siglo ha constituido la unidad princi-pal de nuestra sociedad, pierde su hegemonía y emergen nuevas formas organizativas que ocupan cada vezun espacio mayor.

Los últimos datos recogidos en el Censo de Población y Viviendas de 2001 publicado por el Eustat, nos ofre-cen una visión de algunos cambios sociodemográficos relacionados con el comportamiento de las familias.

La población según su estado civil sigue la siguiente distribución: el 43,5% de nuestra población estásoltera, un 47% está casada actualmente y aunque el 9,5% restante ha contraído matrimonio anteriormenteno mantienen esa relación en la actualidad, bien por haber enviudado, bien tras haber conseguido la sepa-ración legal o el divorcio. Los hombres son mayoría entre las personas solteras (53,45%), mientras que másde las tres cuartas partes de las personas viudas, separadas o divorciadas (77,58%) son mujeres.

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La tasa de nupcialidad ha sufrido un descenso considerable del 8,71 en 1975 al 4,79 del 2002, si bien escierto que los descensos más significativos sucedieron en la década de los 80 y que en los últimos años latasa se mantiene.

Gráfico 1

Gráfico 2

Fuente: Elaboración propia a partir dedatos del INE.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Estadística de matrimonios.

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La edad media de contraer matrimonio, en cambio, asciende y si en 1975 el novio tenía 27 años y la novia24 años, en el año 2002 las edades de los contrayentes eran de 32 y 30 años, respectivamente.

En el año 2002 se produjeron 459 separaciones y divorcios más que en el año inmediatamente precedente,lo que significa un crecimiento del 13%.

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Gráfico 5

La edad media de las mujeres españolas al tenersu primer hijo ronda los 29 años. Desde 1975 laedad a la que las mujeres son madres por primeravez ha aumentado en casi 4 años.

La edad media de las mujeres españolas al tenersu primer hijo ronda los 29 años. Desde 1975 laedad a la que las mujeres son madres por primeravez ha aumentado en casi 4 años.

Gráfico 3 Gráfico 4

Gráfico 6

Fuente: Elaboración propia a partir de las Estadísticas Judiciales del INE.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. 2001.

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A partir del índice sistémico de fecundidad y ciertas proyecciones de población realizadas por el Eustat1 parala población de la CAPV se cree que la edad media de maternidad / paternidad en la CAPV en el próximo año2010 alcanzará los 33 años.

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Gráfico 7

El número de hijos e hijas de madres solterascasi se ha duplicado en el último lustro. En elaño 2002 el 18% de los niños y niñas nacieronfuera del matrimonio, cifra que a pesar de haberaumentado con respecto a años anteriores noalcanza aún la media española, que equivale yaal 22%.

Gráfico 8

En concreto, según los datos a los que hemostenido acceso, con fecha 28 de noviembre de2003, en el Registro de Parejas de Hecho delGobierno Vasco2 se han abierto 1.601 expedi-entes, entre las parejas de hecho heterosexualesy las homosexuales.

Este incremento de las cifras puede explicarse en buena medida por el fenómeno de las parejas de hecho,cuyo número ha aumentado fuertemente (en Euskadi algunos estudios las cifran en 25.000). Sin embargo,una explicación más completa no puede perder de vista otro hecho, el progresivo aumento de los núcleosfamiliares monomarentales.

Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT. 2001.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Registro deParejas Hecho del GV. Noviembre de 2003.

(1) EUSTAT (abril de 2000). Proyecciones de Población.

(2) El Registro de Parejas de Hecho comenzó a funcionar el 26 de mayo de 2003.

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Si estudiamos los datos según la nacionalidad de las personas que componen las parejas de hecho, observa-mos cómo el 89% son de nacionalidad española, el 8% de las parejas está compuesta por una persona denacionalidad española y la otra extranjera, y el 3% restante de las parejas de hecho son extranjeros ambosmiembros.

Si estudiamos los datos según el estado civil previo de los miembros de las parejas de hecho, vemos clara-mente que la mayoría están formadas por personas solteras (83%), seguidas de lejos por las parejas formadaspor una persona soltera y otra divorciada (11%).

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Gráfico 9

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Registro de Parejas Hecho del GV. Noviembre de 2003.

Gráfico 10

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Registro de Parejas Hecho del GV. Noviembre de 2003.

En los últimos 10 años en la CAPV se han formado 116.892 nuevas familias. Esto significa una media de másde 11.600 familias al año y un incremento del 18,5% entre 1991 y 2001, incremento que por otra parte esconsiderablemente mayor que el registrado en la década precedente (de 1981 a 1991 el número de nuevasfamilias aumentó en un 9,3%). Si bien es cierto que la natalidad ha sufrido un estancamiento, el empuje enel aumento del número de familias viene a explicarse por la bajada del tamaño medio familiar (3,32 en 1991y 2,76 en 2001).

Si bien comprobamos que las familias formadas por padre, madre e hijos e hijas siguen configurando el tipode familia más común, llama la atención que en la última década el porcentaje de las mismas se haya reduci-

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do en 13 puntos. Las familias nucleares con hijos e hijas han pasado de representar aproximadamente el 57%del total de familias en el año 1991, a representar menos del 45% en el año 2001. Este decremento se com-pensa con un fuerte incremento en otros tipos de familias: nucleares sin hijos, monoparentales/marentales(los y las hijas viven sólo con el padre o la madre en situación de soltería, viudedad, divorcio...) y uniper-sonales.

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Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

El mapa de familias actual nos muestra que entre las familias monoparentales, que vienen a representar elnada desdeñable 11,7% del total de familias, las encabezadas por una mujer (las llamadas familias mono-marentales) quintuplican en número a las formadas por un hombre solo y sus hijos e hijas. Además, en estosdiez años el número de personas que viven solas prácticamente se ha duplicado, pasando de representar el12% en 1991 al 20% en 2001.

Fuente: Elaboración propia apartir de EUSTAT, Estadísticade Población y Vivienda2001.

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Aunque la mayoría de las familias vascas están encabezadas por un hombre (con la salvedad de las familiasmonomarentales por supuesto), también hay un 12,2% de familias nucleares que tienen por sustentadoraprincipal a una mujer. Con ello, queremos dejar constancia de que el número de mujeres cabeza de familia(sustentadoras principales) en la CAPV es mayor que el que pueda representar la suma de las mujeres quelideran núcleos monomarentales más las que viven solas. Sin embargo, prestaremos atención a estos dos últi-mos colectivos por corresponderse con nuestro objeto de estudio, ya que a diferencia de las primeras no com-parten con una pareja la responsabilidad de sustentar a otros o a ellas mismas.

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Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

Gráfico 13 Gráfico 14

De hecho, casi un 59% de las personas que viven solas en la CAPV son mujeres, porcentaje que representaa más de 89.000 ciudadanas. Una parte muy importante de ellas son viudas (52,3%) de las cuales casi el90% tienen más de 65 años (hecho que atiende a la lógica de mayor índice de esperanza de vida de lasmujeres: 82,4 años frente a 74,2 años de los hombres). Le siguen las solteras, que representan un 38,6% deltotal de mujeres que viven solas.

Si además de en las familias3, nos fijamos en los núcleos familiares4 que componen las mismas (ya sea elprincipal, el segundo o siguientes), observamos que hoy, ocho de cada diez núcleos formados por una únicapersona y su descendencia están encabezados por una mujer.

(3) El Eustat basa su recogida de datos en la siguiente definición de familia: grupo de personas, vinculadas generalmente por lazosde parentesco, ya sean de sangre o políticos, e independientemente de su grado, que hace vida en común, ocupando normalmentela totalidad de una vivienda. Se incluyen en la familia las personas del servicio doméstico que pernoctan en la vivienda y los hués-pedes en régimen familiar. En la definición se incluyen, asimismo, las personas que viven solas, como familias unipersonales.

(4) El Eustat basa su recogida de datos en la siguiente definición de núcleo familiar: responde a una concepción moderna de la famil-ia limitada a los vínculos de parentesco más estrechos (relaciones de padres e hijos). Las familias pueden ser de uno o varios núcleos,según el número de estos vínculos. Las personas no pertenecientes al núcleo se les clasifica como "individuos aislados". Así, se con-sideran los siguientes tipos: - Matrimonio sin hijos no cohabitantes. - Matrimonio con hijos no cohabitantes - Padre solo con hijosno cohabitantes - Madre sola con hijos no cohabitantes. Aparte de los cuatro tipos de núcleos descritos arriba hemos denominadonúcleos completos a aquellos en los que permanecen los dos miembros del matrimonio o pareja, ya tengan o no hijos.

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Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

Gráfico 17

Los datos actuales muestran que mayoritariamente las mujeres que encabezan un núcleo familiar son viudas(58%), seguido de las que se han separado legalmente o divorciado (21%). Las madres solteras representanun discreto 8% del total de este colectivo, sin embargo su número se ha incrementado en un 50% desde elaño 1991.

De las 77.861 vascas que están al frente de un núcleo monomarental algunas viven solas con su descenden-cia y encabezan un núcleo principal (74.086), mientras que otras mujeres forman junto con su descenden-cia un núcleo secundario, es decir que viven en una familia donde hay otros núcleos (3.775).

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A partir de esta diferenciación de núcleos, constatamos que si bien las viudas son el colectivo más numeroso(60%) entre las mujeres que encabezan un núcleo principal, el siguiente colectivo más representado es el demujeres separadas y divorciadas (21%). En los núcleos no principales, en cambio, el grupo más numerososes el formado por las solteras (36,7%), seguido de las casadas (27,5%), separadas y divorciadas (26,5%) yen último lugar viudas(9,2%).

Los siguientes datos nos ayudan a observar las edades de las madres encargadas de sus hijos e hijas en soli-tario y también la diferencia entre aquellas que encabezan un núcleos principales y secundarios.

Como ya hemos visto en el caso de las familias unipersonales, las mujeres de edad más avanzada (más de 65años) siguen siendo muy numerosas en el colectivo al frente de núcleos monomarentales principales (38%).Al margen de este grupo, principalmente el colectivo se compone de mujeres que tienen entre 35 y 55 años(40%). Por otro lado, buena parte de los núcleos familiares secundarios tienen como referencia una madremenor de 35 años, pudiéndose tratar en muchos casos de mujeres que han vuelto a casa de sus padresdespués de haberse emancipado en una época anterior.

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Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

Otra de las cuestiones clave en la investigación es la referente al nivel de instrucción de las mujeres. Paraintroducirnos en el tema comenzaremos comentando los datos generales de la CAPV según sexos.

Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, son más las mujeres que los hombres las que cuentan conun nivel de estudios alto (considerando como tal al que engloba los estudios medios y los superiores). Enconcreto, las mujeres superan a los hombres en un punto porcentual. Sin embargo, las diferencias por sexose hacen más patentes cuando nos fijamos en las personas analfabetas y sin estudios, que suponen un 3,8%en el caso de los hombres y un 5,8% en el de las mujeres (2% más de mujeres que de hombres).

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Si nos fijamos en los datos de 1996 para poder compararlos con los de 2001, observamos que el porcentajede mujeres con formación media-superior constituye el 6,8% y en el caso de la formación superior el 8,7%(frente a un 10,2% de la población masculina). Además, se aprecia que la presencia de mujeres en estosniveles es superior o muy poco inferior a la de los hombres, ya que representan el 58,4% del total en la CAPVdel primer grupo (población con estudios medios-superiores) y el 47,3% del segundo (población con estu-dios superiores).

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Fuente: Elaboraciónpropia a partir deEUSTAT, Estadística dePoblación y Vivienda2001.

Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT,Estadística de Población y Vivienda 2001.

Los datos sobre la población en general de laCAPV para el año 1996 mostraban que, efec-tivamente, poco más del 40% de las mujeresvascas contaban con estudios superiores a losprimarios, aunque hay que apuntar que eldato ha mejorado en casi 8 puntos en los últi-mos cinco años (2001).

Page 68: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Si tenemos en cuenta la variable edad, además del sexo, en primer lugar debemos indicar que el nivel deinstrucción femenina asciende en la medida que desciende la edad, de manera que mientras que en el años2001 el porcentaje de mujeres con estudios superiores a los primarios asciende a un 83,9% entre las mujeresmás jóvenes (de entre 10 y 24 años) y a un 64,5% entre las que tienen entre 25 y 39 años, se reduce a un25% en el caso de las mujeres de entre 40 y 54 años y aún más (9,6%) en las mayores de 55 años.

Esta realidad cobra importancia si tenemos en cuenta que el colectivo objeto de estudio (mujeres queencabezan un núcleo familiar en solitario) está compuesto por un número importante de mujeres con edadessuperiores a los cuarenta años (el 82% de las mujeres cabeza de familia tiene más de 40 años y el 53% másde 55 años).

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Gráfico 22

Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 2001.

Según datos del Eustat para el año 2001, hasta los 45 años las proporciones de mujeres con estudios mediosy superiores son más altas que las de los hombres. Si bien la tendencia en el colectivo de mujeres, tal y comoya hemos indicado, es a descender a medida que aumenta la edad: pasando del 65% de las mujeres menoresde 25 años, al 51% de las de entre 25 y 29 años y al 40% de las que tienen entre 30 y 35 años.

De hecho, entre los 20 y 25 años, el 59% de las personas que han cursado estudios medios y superiores sonmujeres, y el porcentaje les sigue siendo favorable en los siguientes intervalos de edad hasta llegar a las queahora tienen 45 años.

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Gráfico 23

Fuente: Elaboración propia a partir de EUSTAT, Estadística de Población y Vivienda 1996.

De acuerdo con los datos recogidos en 1996 en la CAPV, la mitad de las mujeres que encabezaban en soli-tario un núcleo familiar contaba con un nivel de instrucción no superior al de estudios primarios. Tomandoen consideración sólo los datos relativos a núcleos monoparentales y núcleos monomarentales, la proporciónde mujeres analfabetas y sin estudios es muy superior (más de ocho de cada diez son mujeres) y representaun total de 9.675 casos.

Este gráfico, donde se muestran los datos relativos a los núcleos monoparentales y monomarentales exclusi-vamente, deja ver que bajo este tipo de estructura familiar no se repite la tendencia general. De hecho, lasmujeres que encabezan estos núcleos y que han superado el nivel de estudios medios-superiores o superi-ores no alcanzan a sumar más del 7% del total (una vez sumado el 4% de estudios medios-superiores y 3%de superiores). Por el contrario, la proporción de hombres con estudios superiores que encabeza un núcleomonoparental es mayor y supone una distancia con respecto a las mujeres considerablemente más grande dela que se da entre la población en general.

Por otra parte, los datos referidos a las mujeres que viven solas (familias unipersonales) no muestran unpanorama muy diferente, en cuanto que más del 70% de ellas no cuenta con estudios superiores a los pri-marios y casi un 18% carece de estudios.

A modo de conclusión, podemos decir que la familia ha sido hasta hace poco una institución sólida, funda-mental en la configuración de la personalidad y la identidad, además de un referente clave para las redesprimarias de solidaridad. Sin embargo, hemos hablado a lo largo del capítulo de transformaciones socio-demográficas y cambios en las estructuras familiares.

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Por citar solo algunos: el decremento del número de matrimonios, el retraso en la edad de contraer matri-monio, el incremento del número de divorcios y separaciones, el retraso de la maternidad y la paternidad, elincremento del número de hijos e hijas nacidos fuera del matrimonio, y el incremento de las familias monopa-ternales y unipersonales, entre otros.

Todas estas transformaciones pueden conducirnos a pensar que los acuerdos interpersonales y domésticos sehan vuelto más inestables e impredecibles y, en este contexto, la familia puede aparecer cada vez menoscomo un refugio, ya que hoy puede estar garantizando menos protección que en el pasado a sus compo-nentes (el llamado colchón familiar deja de existir).

Por otra parte, otro de los hechos que sin duda debemos destacar es que entre estas nuevas estructuras famil-iares cobra especial importancia el papel de la mujer como “cabeza de familia” (dentro de núcleos uniper-sonales y monomarentales), siendo ellas las únicas responsables de aportar el bienestar socioeconómico ysociofamiliar a su unidad de convivencia.

De hecho, más de un 7% de las mujeres vascas cuidan y sustentan a sus hijos e hijas en solitario (hay 77.861núcleos monomarentales). En concreto, seis de cada diez de estas mujeres son viudas, dos están separadaslegalmente o divorciadas, una está soltera y la otra se encuentra casada.

Aunque no resulta fácil realizar una caracterización de la que puedan extraerse perfiles muy concretos de lasmujeres solas de la CAPV (asumimos desde un principio que se trataba de un colectivo muy heterogéneo), apartir de ciertas características sociodemográficas básicas, hemos llegado a distinguir hasta dos modelos5 de“mujer sola” diferentes, que a muy seguro podrán servirnos de base a la hora de interpretar o entender otrosmuchos datos (mercado de trabajo, pobreza, protección social...):

- Mujer que vive sola, es viuda, mayor de 65 años y carece de estudios al margen de los primarios.

- Mujer que vive con sus hijos e hijas a los que cuida y mantiene en solitario, es separada o divorciada,tiene entre 35 y 55 años y un nivel de instrucción no superior al de estudios primarios.

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(5) Sin duda asumiendo las limitaciones propias de los “tipos ideales”.

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Cap. II.

Mercado de trabajo

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EEn el capítulo que nos ocupa vamos a estudiar cómo se sitúa el colectivo de mujeres dentro del actualmercado laboral. Para ello, analizaremos los diferentes indicadores de inserción laboral (tasas de empleo,de actividad y de paro) y veremos en qué condiciones de contrato, jornada, sueldo, sector de actividad...

se insertan las mujeres que pueden acceder al empleo. En la medida de lo posible trataremos de centrar nues-tra atención en el grupo de mujeres solas, aunque nos vemos limitadas ante la falta de datos que recojanesta determinada situación socio-familiar. Por último, trataremos de acercarnos en la mayor medida de loposible al fenómeno de la economía sumergida como una de las otras situaciones laborales ocultas bajo elconcepto de mujeres “inactivas”.

En principio, no debemos considerar que las conexiones entre desempleo y pobreza sean automáticas. Poruna parte, ya hemos comentado cómo las definiciones más recientes y amplias del término de pobreza y tam-bién de exclusión han dejado de considerar los ingresos económicos como único indicador, subrayando laimportancia del carácter multidimensional de estos. Por otro lado, no olvidamos que una situación de desem-pleo puede tener distintos grados de relevancia para las condiciones de vida de una persona en función desi es la sustentadora principal de la familia o no, y también en buena parte, del nivel de protección que pro-porcionen las prestaciones de desempleo de la sociedad en la que vive. Ahora bien, en un momento como elque vivimos, de debilitamiento de las estructuras familiares (solidaridad primaria) y de los sistemas de bien-estar, el trabajo acapara protagonismo como medio de inclusión social y las relaciones entre desempleo ypobreza se estrechan.

Los datos estadísticos del mercado de trabajo ofrecidos por la Encuesta de Población en Relación con laActividad permiten a los expertos calificar el año 2003 como “un año de desaceleración en el que se ha segui-do creando empleo de una forma suave y se ha podido contener la situación de paro”1. El incremento de latasa de ocupación (0,7%) parece deberse fundamentalmente al empleo femenino, entre 2002 y 2003 la ocu-pación femenina creció más de un 2% (8.000 nuevos puestos).

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(1) EGAILAN, Sociedad Pública de Promoción de la Formación y el Empleo. Coyuntura del mercado laboral.CAPV. 4º trimestre de 2003.,11. Egailan, Vitoria - Gasteiz.

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Como vemos, la tasa de actividad de las mujeres de la CAPV (45) no sólo es sensiblemente inferior a la delos hombres (65,4) de su mismo territorio, sino que también queda lejos de la tasa media de actividad delas mujeres europeas (61).

Aunque en los últimos años se ha producido una recuperación del empleo femenino, la asimetría laboral enrelación al sexo es menor que la registrada en España pero mayor que la que se da en Europa. Las mujeresson sólo el 41,4% de las personas ocupadas en la CAPV, mientras que representan más de la mitad de lapoblación parada (53,24%).

Mientras los hombres de la CAPV cuentan con una tasa de empleo algo superior a la media europea, la tasade empleo femenino nos muestra que la ocupación de las mujeres en la CAPV también sigue siendo sensi-blemente inferior a la europea. Esta diferencia con la media europea es mayor en el caso de la ocupación delas mujeres mayores de 55 años, donde en el año 2002 las tasas de la CAPV (22.7) y el conjunto de la UniónEuropea (30.15) diferían en casi 8 puntos.

Las tasas de paro tanto masculina como femenina en Araba y Gipuzkoa están por debajo de las medias euro-peas, sin embargo las tasas vizcaínas elevan la media de la CAPV que se posiciona más de un punto por enci-ma de Europa en cuanto a la tasa de paro femenina se refiere. Si bien es cierto que en cualquiera de loscasos, las medias vascas no superan las tasas de paro españolas, en el caso del paro femenino se aleja de latasa europea en más de seis puntos.

La siguiente tabla nos permite observar las distancias que separan las tasas actuales de las que se han mar-cado como objetivo europeo para el empleo.

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Observemos los principales indicadores relacionados con la actividad de la CAPV y su entorno.

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Tabla 2

Gráfico 24

Gráfico 25

En cuanto a la tasa de empleo, la CAPVse sitúa a 6 puntos del objetivoeuropeo. Algo más lejos, a 7 puntos, seencuentra la tasa de empleo femenino.

Fuente: elaboración propia a partir de datosdel EUSTAT, PRA e INE. Datos de la UniónEuropea del año 2002, España y CAPV delprimer trimestre de 2004.

En la CAPV podemos observar queBizkaia es el territorio histórico que seencuentra más lejos del objetivoeuropeo, tanto en la tasa de empleogeneral como en la de las mujeres.

Fuente: elaboración propia a partir de datosdel EUSTAT, PRA e INE. Datos de la UniónEuropea del año 2002, España y CAPV delprimer trimestre de 2004.

Page 76: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Las cifras de ocupación femenina en la CAPV sólo superan la de algunos estados europeos como Grecia,España o Italia. Quedan lejos las cotas alcanzadas por países como Dinamarca, Holanda, Suecia, Finlandia oReino Unido cuyas tasas de ocupación femenina superan el 65%.

Teniendo en cuenta los datos comentados y considerando que el empleo masculino tiene menos espaciodonde crecer, parece que para llegar al objetivo general europeo de empleo, marcado en Lisboa para el 2010,será preciso asumir la relevancia de reforzar la creación de empleo entre las mujeres.

Centrándonos en la realidad de la CAPV podemos añadir algunos datos que complementan la información quesobre las mujeres y el mercado de trabajo hemos obtenido.

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Gráfico 26

Fuente: elaboración propia a partir de datos del EUROSTAT y EUSTAT.

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En función del modo en el que de forma estandarizada se contabiliza la población activa, debemos decir quelas mujeres cuentan con una tasa de actividad 20 puntos inferior a la de los hombres.

Considerar que sólo el 41% de las mujeres mayores de 16 años son activas puede resultar cuanto menoscurioso si, anticipando algunos datos que analizaremos con mayor profundidad en posteriores capítulos, ten-emos en cuenta que las tres cuartas partes de la producción doméstica es realizada exclusivamente pormujeres. A esto hay que añadirle que aunque se estima que el valor añadido de la producción domésticaasciende a 15.369.163 , éste no se contabiliza en el PIB.

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Gráfico 27

Fuente: elaboración propia a partir de datos del EUSTAT, PRA, primer trimestre de 2004.

Gráfico 28 Gráfico 29

Gráfico 30 Gráfico 31

Fuente: elaboración propia a partir de datos del EUSTAT, PRA, primer trimestre de 2004.

Page 78: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

A través de los gráficos anteriores podemos observar cómo el colectivo femenino es mayoritario únicamenteentre la población inactiva y la parada, y que la diferencia con el porcentaje masculino en el caso de lapoblación ocupada es de 18 puntos.

Para tratar de acercarnos más a la realidad de la relación entre actividad y mujeres con hijos e hijas al frentede núcleos monomarentales, hemos tenido que recurrir a los datos explotados por el Eustat en 1996. Asíobservamos que el 66% de ellas se registran en el colectivo de inactivas (que incluye a las ocupadas no lab-orales2 y otras inactivas), el 24% integrarían el de ocupadas laborales3 y un 9,5% se computan como paradas(sumadas las paradas con actividad no laboral4 y las estrictas5).

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Gráfico 32

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Eustat. 1996.

(2) Inactivas que estudian, realizan labores del hogar y según qué censos realizaban el servicio militar.

(3) Ocupadas O.I.T. son todas aquellas personas que tienen un empleo remunerado o ejercen una actividad independiente y seencuentran trabajando, o bien, están sin trabajar pero mantienen un vínculo formal con su empleo.

(4) Paradas que estudian, realizan labores del hogar y según qué censos realizan el servicio militar.

(5) La nueva definición de paradas utilizada para la recogida de datos estadísticos, es excesivamente restringida. Según la OficinaInternacional de Trabajo (OIT), paradas son todas aquellas personas que no tienen un empleo asalariado o empleo independiente,están actualmente buscando empleo y están disponibles para trabajar. Desde 2002 la forma de hacer operativa esta definición cam-bia siguiendo el Reglamento de la Comisión Europea 1897/2000. A partir de este año, se consideran paradas aquellas personas queademás de cumplir las anteriores condiciones, han realizado durante las cuatro semanas anteriores algunas de las gestiones debúsqueda de empleo consideradas activas en dicho reglamento. No se considera búsqueda activa el trámite de renovar la demandade trabajo (“sellar la cartilla”) o de contactar por motivo de los cursos de formación con la oficina pública de empleo.

Esa tasa de ocupación femenina que hemos visto aumentar con el paso de los años, esconde tras de sí pecu-liares condiciones laborales que aportan al empleo femenino una serie de características que lo hacen difer-ente del masculino en no pocos aspectos.

Page 79: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

El 82% de las mujeres ocupadas se emplean en el sector servicios, principalmente en puestos de hosteleríay comercio o en puestos relacionados con la actividad sanitaria, cultural o de atención a personas, por loque son las características de estos puestos de trabajo las que definen mayormente la situación de estecolectivo.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. 1º trimestre 2004

Fuente: Elaboración propia a partir del Eustat, PARA 2004.

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Del total de mujeres ocupadas, un 19,5% trabaja en el sec-tor público, al que acceden únicamente el 10,2% de loshombres, por lo que podemos decir que el sector público esaquel al que las mujeres acceden con mayor facilidad. Elacceso se produce a través de las modalidades de concursode méritos, oposiciones o concurso-oposición, eliminandoasí las barreras discriminatorias existentes en los procesosde selección de personal del sector privado.

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Fuente: Elaboración propia a partir del Eustat. 2003.

A nivel estatal, según el Índice Laboral Manpower6, a nivel estatal únicamente una cuarta parte de lasasalariadas españolas trabajan en la Administración, frecnte a la media europea del 35%.7

(6) El índice laboral Manpower ha sido elaborado por el catedrático de Economía aplicada de la Universidad Autónoma de BarcelonaJoseph Oliver.

(7) 26 de Octubre de 2004. España está por debajo de la UE en empleo femenino. El Periódico de Catalunya.

Fuentes: Elaboración propia a partir del Eustat, PRA, 1º trimestre 2004.

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Todavía hoy puede decirse que los puestos de trabajo tienen sexo y que la diferencia en el número de hom-bres y mujeres ocupadas es especialmente clara en algunos tipos de trabajo tradicionalmente consideradosmasculinos como “conductores y operadores” y “cualificados de la industria”, de igual forma que entre el“personal de servicios y ventas” hay un menor número de hombres. Quizá más preocupante es la despropor-ción entre personas de un sexo y otro (a favor de los hombres) en el caso de “cuadros superiores y direc-tivos”.

De hecho, el estudio “La situación actual de las plantillas, con perspectiva de género en las empresas deBizkaia”8 elaborado por la Cámara de Comercio de Bilbao en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaiareconoce que las pymes vizcaínas no adoptan medidas de conciliación para favorecer la contratación demujeres en las empresas.

De este mismo estudio se desprende que existe una mujer por cada cinco puestos de trabajo y que sólo enlas áreas de administración son mayoría las mujeres sobre los hombres.

Anteriormente hemos comentado que en el año 1996 una de cada cuatro madres cabeza de familia en soli-tario estaban ocupadas. Pues bien, esas mujeres que cuentan con un trabajo remunerado dedican su tiempolaboral a las siguientes actividades agrupadas en el gráfico de profesiones que les presentamos a contin-uación.

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Fuente: elaboración propia a partir de datosdel Eustat, 1996.

(8) Cámara de Comercio de Bilbao y Diputación Foral de Bizkaia (2004). La situación actual de las plantillas, con perspectiva de géneroen las empresas de Bizkaia. Bilbao

Es importante destacar cómo únicamente un 3% ocupa puestos directivos, trabajos para los que la concil-iación de la vida profesional y familiar supone un importante obstáculo tanto en su acceso como para podermantenerlos. Este dato ha mejorado si tenemos en cuenta los datos de 2004 relativos a cargos directivos ymandos intermedios hasta alcanzar el 10%.

Entre los motivos más aducidos en los estudios consultados para explicar la masiva presencia masculina enlos puestos directivos se encuentran las razones culturales endógenas, ya que “para progresar en la empre-sa las mujeres tienen que demostrar más que los hombres” y “en algunos casos son las propias mujeres lasque frenan su carrera porque no pueden conciliarla con su vida familiar.

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La ganancia media de las mujeres en algunos puestos llega a ser un 30% inferior a la de los hombres en esemismo puesto. Además, esta diferencia por sexos en los salarios no ha disminuido con el paso del tiempo,como podemos observar en el siguiente gráfico.

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Gráfico 39

Fuente: Elaboración propia a partir de datos dela Encuesta de Salarios en la Industria y losServicios, INE 2000.

Del estudio9 anteriormente citado se desprende que el salario anual bruto de las mujeres en la CAPV, segúndatos del INE para el año 2002, fue de 18.570 euros, un 73% del sueldo medio de los hombres.

Si a esto le sumamos que sólo el 20,7% de las trabajadoras vizcaínas cuenta con un sueldo fijo (o lo que eslo mismo solo una de cada cinco), frente al 80% de los hombres, y que las dificultades de las mujeres parapromocionarse superan a las que encuentran ya de por sí para acceder al mercado laboral el panorama esdesolador.

Además se constata que están subrepresentadas en los comités de empresa, ya que sólo el 14,1% de susmiembros son mujeres. Es más, mientras el 40,5% de los vizcaínos tiene una antigüedad en las empresassuperior a los diez años, en las mujeres se reduce al 29,6%.

Gráfico 40

Fuente: INE encuesta de salarios en laindustria y los servicios. Ganancia mediapor trabajador y mes.Ratio mujeres/hom-bres. 4º trimestre 1996-2000.

(9) Idem.

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La diferencia salarial máxima la encontramos en el sector servicios, que como ya hemos señalado anterior-mente, es el ámbito que mayormente absorbe el empleo femenino. Estamos hablando de diferencias salari-ales medias de 583,10 euros (97.020 pesetas).

La edad es también una variable que debemos considerar para comprender las diferentes tasas de empleoentre mujeres y hombres:

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Gráfico 41

Tabla 3

Fuente: Elaboración propia a partir de laEncuesta de Salarios en la Industria y losServicios, INE, cuarto trimestre del año2000.

El grupo de edad donde se concentran más mujeres ocupadas es el de 25 a 34 años. A partir de los 35 añosel porcentaje de empleo femenino comienza a diferenciarse en casi 30 puntos respecto al masculino. Es enel intervalo de 45 a 54 años cuando encontramos las mayores diferencias, de casi 35 puntos.

Estos datos nos pueden llevar a pensar que un hecho así puede guardar relación con la dificultad de lasmujeres para conciliar la vida laboral y familiar. El número de mujeres ocupadas al frente de familias mono-marentales mantiene una relación inversamente proporcional con el número de hijos e hijas que tienen a sucargo. Tener hijos o hijas es aún uno de los elementos que explican la salida de un gran número de mujeresdel mercado laboral.

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En este sentido hay que decir, que las diferencias entre sector público y privado parecen ser notables. Lascifras manejadas por el estudio de Manpower10, muestran que en España la proporción de mujeres con hijoso hijas es mayor en el sector público (62,1%) que en el privado (50,4%), incluso es significativa la propor-ción de mujeres con dos o más hijos o hijas en el sector público (40%) respecto al privado (29%). Con loque es fácil concluir, que el sector público permite a las mujeres llevar a cabo una mejor conciliación entrevida profesional y familiar.

Algunos de los datos más recientes nos indican que la responsabilidad de la conciliación sigue siendo asum-ida prácticamente de forma íntegra por las mujeres. Sobre todo en la empresa privada suele ser la mujer quienrealiza la denominada “doble jornada”, quien pide horas y excedencias para atender a los y las niñas enfer-mas y quien sacrifica su promoción profesional.

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Tabla 4

(10) 3 de Junio de 2004. El sector privado expulsa a las mujeres del mercado laboral a partir de los 28 años. La Vanguardia.

(11) Fuente: Instituto Nacional de la Seguridad Social, datos referido a España. 2003.

Gráfico 42

Si desde el año 1.994 los hombres adquieren elderecho a compartir 10 de las 16 semanas del per-miso de paternidad con sus parejas, las cifras11

referidas a España desvelan que sólo hacen uso deél el 1,5% de los hombres.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del InstitutoNacional de la Seguridad Social. 2003.

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En el caso de la CAPV, son cada vez más el número de mujeres que solicitan excedencias y reducciones dejornada para el cuidado de menores. Este crecimiento se puede deber, en el caso de la CAPV, a las ayudaseconómicas que a partir del año 2002 Gobierno Vasco estableció para tal efecto dentro del PlanInterinstitucional de Apoyo a la Familia. Durante este primer año, de todas las personas que habían solici-tado las ayudas por excedencia o reducción de jornada para el cuidado de hijos e hijas, únicamente el 5%fueron hombres12, a pesar de que la cuantía de las ayudas es superior para éstos.

De acuerdo con los datos del año 2003 un 29% de las personas ocupadas asalariadas (excepto cooperativis-tas) contaban con un contrato temporal. El mayor porcentaje de contratos temporales afecta a trabajadoresy trabajadoras de entre 25 y 44 años. Más del 88% de las personas ocupadas sin contrato contabilizadas sonmujeres y, en su mayoría se ocupan en el sector servicios.

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(12) Datos aportados en la rueda de prensa ofrecida por el Consejero Azkarraga en Gazteiz el 29/05/03, recogida enwww.izaronews.org

Gráfico 43

Gráfico 44

En el caso de las solicitudes de excedencia para elcuidado de hijos o hijas los datos a nivel estatalson similares. En el año 2003 únicamente el 3,6%de las personas que solicitaron una excedencialaboral para el cuidado de sus hijos o hijas eranhombres.

Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad.2003.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del InstitutoNacional de la Seguridad Social. 2003.

Page 86: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Si estudiamos los datos específicos de las mujeres en cuanto a su tipo de contrato observamos que no llegaa dos tercios la proporción de mujeres asalariadas con contrato indefinido (60%).

El 9% de las mujeres asalariadas sin contrato debe compararse con el 0,8% de hombres que trabajan bajoesa misma situación para que pueda apreciarse su verdadera importancia.

La calidad del empleo se define, además de con las variables que ya hemos ido mencionando, en función deotras muchas como por ejemplo el tiempo de “no trabajo” con el que cuenta una persona. En este sentido,los siguientes gráficos nos ofrecen una comparativa entre sexos con respecto a la frecuencia con la que tra-bajadores y trabajadoras se ven obligados a trabajar los sábados. Vemos que hay un mayor número de mujeresque de hombres entre aquellas personas que no disponen del sábado libre (dato que relacionamos con lamayor ocupación femenina en el sector de la hostelería y el comercio).

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Gráfico 45

Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad.2003.

Gráfico 46

Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad

Page 87: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Con el mismo fin de ahondar en las características de los puestos de trabajo que se crean actualmente,pasamos a observar el tipo de contrataciones que se llevaron a cabo durante el año 2003. Observamos quese firmaron un total de 745.866 contratos y que con ellos se contrató a 294.671 trabajadores y trabajado-ras, lo que supone una media de 2,2 contratos por hombre y de 2,8 contratos por mujer al año. El 77% deestos nuevos contratos tuvieron lugar en el sector servicios.

Sólo un 7,3% fueron contratos indefinidos (un 0,7% menos que en el años 2002), el 92,7% restante tempo-rales, y la mayoría de ellos respondían a contratos de tipo “por circunstancias de la producción” o “por obrao servicio”.

Un 28% de los contratos requerían un trabajador o trabajadora a tiempo parcial y un 72% a tiempo comple-to. Entre los contratos indefinidos se contabiliza un 4% de contratos discontinuos (aquellos para realizar tra-bajos que tienen el carácter de fijo discontinuo y no se repitan en fechas ciertas).

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Fuente: INEM. Elaboración: Egailan S.A. Observatorio del Mercado de Trabajo. 2003.

Gráfico 47 Gráfico 48

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Satellite Household Production Accounts.1999.

Page 88: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Sólo un 28% de los contratos indefinidos a tiempo completo fueron destinados a mujeres y fueron ellas lasque firmaron casi tres cuartas partes de los contratos indefinidos a tiempo parcial. 9 de cada 10 contratosfemeninos de la CAPV el pasado año fueron temporales y un 40% del total de contrataciones a mujeres fuerona tiempo parcial.

Con estos datos sobre la mesa y los aportados por Victoria Camps13 en su libro “El siglo de las mujeres”podemos decir que el trabajo a tiempo parcial sigue planteándose socialmente como una alternativa espe-cialmente adecuada para las mujeres. De esta forma las mujeres pueden seguir ocupándose de las tareas delhogar, familiares, etc. Según la autora la modalidad del trabajo a tiempo parcial como modus operandi casien exclusividad de las mujeres “contribuye a perpetuar el modelo que identifica a las mujeres como materi-alización de una familia que dé respuesta a aquellas necesidades que surgen en su entorno, y que caen fueradel margen de cobertura de las instituciones públicas”.

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Fuente: INEM. Elaboración: Egailan S.A. Observatorio del Mercado de Trabajo.2003.

Gráfico 51

Fuente: INEM. Elaboración: Egailan S.A. Observatorio del Mercado de Trabajo.2003.

(13) Camps, V. (2000). El siglo de las mujeres. Cátedra, Madrid.

Page 89: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Los datos anteriores evidencian la tan mencionada precarización del empleo y la desproporcionada inciden-cia del mismo sobre las mujeres. No quisiéramos que se pasara por alto lo que ello supone y por eso recoge-mos algunas de sus características principales:

Supone una baja remuneración:

Según la OCDE14 el salario por hora a tiempo parcial era como media el 75,6% del de los de tiempo comple-to. Los y las empleadas de forma temporal reciben también inferiores remuneraciones a las de los y las quetrabajan permanentemente, porque no obtienen determinadas remuneraciones adicionales vinculadas a laduración del servicio, etc. Además, la baja remuneración se relaciona también con sectores en los que lanegociación colectiva es débil o desigual y la afiliación sindical es baja.

Acarrea inseguridad:

El aumento de la sensación de inseguridad laboral se relaciona evidentemente, con el aumento de la proba-bilidad de perder el empleo, con la reducción de la probabilidad de encontrar otro, con el empeoramiento delas consecuencias, etc.

Implica una débil protección social:

El autoempleo, el empleo asalariado temporal y el de a tiempo parcial llevan consigo una inferior protecciónen periodos de inactividad. Debido a las dificultades para cumplir algunos de los requisitos mínimos paraacceder a ciertas prestaciones, porque sus contribuciones son esporádicas, intermitentes o limitadas en basea una cotización en relación a salarios escasos.

En ocasiones, el no poder contar con datos que evidencien un hecho no significa que este hecho no exista.Es el caso del fenómeno de la economía sumergida. Ha sido necesario recurrir a algunos estudios específi-cos sobre el tema para poder contar con algunos datos que nos acercaran a esta realidad (por razones obviaslas fuentes oficiales no ofrecen información sobre este tipo de actividad que permanece oculta al pago deimpuestos y a la inspección de trabajo).

En uno de los estudios publicados el año pasado por el Instituto de Estudios Fiscales15 (que coincide con otroestudio auspiciado por la Administración del Estado en 1985), se concluye que en España hay un volumende actividad económica que se escapa del control legal cercana al 21% del PIB (más de 130.000 millones deeuros), porcentaje superior a la media europea estipulada entre un 7 y un 16% por la Comisión Europea.

De suponer el 5% de la economía española en 1978, alcanza en la actualidad un 25% (uno de los índicesmás altos de los países industrializados) llegando en algunas actividades al 4O% (Industria del textil o delcalzado). Para muchos trabajadores y trabajadoras ha pasado de ser un complemento económico a su únicafuente de ingresos.

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(14) OCDE (1999). Perspectivas del empleo 1999. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Madrid.

(15) Alañón Pardo, A. y Gómez de Antonio, M. (2003). Una evaluación del grado de incumplimiento fiscal para las provincias españo-las. IEF papeles de trabajo. Serie economía, nº9. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid.

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La economía sumergida tiende preferentemente a captar trabajo femenino, “confirmando el hecho de lafuerte interrelación existente entre economía sumergida y los roles de género”16. En el trabajo a domicilio seemplea mayor cantidad de “trabajo femenino” debido a su faceta de elemento flexibilizador y de reducciónde coste final debido a la elusión de las cargas sociales. De este modo se consigue una mayor flexibilizaciónen la estructura de costes y mejorar la posición competitiva.

Algunos datos apuntan a que de 100 mujeres que trabajan, el 36% lo hacen en condiciones irregulares, mien-tras que esta situación sólo afecta al 16% de los hombres. Se puede estimar que son alrededor de tres mil-lones las personas que se mueven en este “mercado laboral”, y dos de cada tres son mujeres.

La gran parte del sector del empleo doméstico (casi en su totalidad formado por mujeres) vive en la economíasumergida. Se calcula que son unas 270.000 las mujeres en España (aproximadamente un 40% extranjeras)que no cotizan a la Seguridad Social, por lo que no tienen el derecho a disponer de bajas por enfermedad,maternidad, desempleo, subvenciones por excedencia o reducción de jornada o jubilación.

Además, respecto a las personas que trabajan legalmente en el trabajo doméstico y de cuidados (formalmentereconocido como servicio del hogar familiar), el régimen de la Seguridad Social de estos trabajos se acercamás al régimen de autónomo que al de asalariado, por lo que resulta un claro incentivo para la irregulari-dad. El 97% de este colectivo son mujeres. En el caso de la CAPV, el 70% de las trabajadoras domésticas porcuenta ajena no están afiliadas a la seguridad social. Y de este conjunto de mujeres, afiliadas o no, el 80%cobra salarios inferiores al SMI por jornadas superiores a ocho horas.

Algunos autores17 consideran que no menos “sumergido” es el ámbito del trabajo doméstico no asalariado,una de las formas más importantes del trabajo no remunerado en cualquier contexto económico, caracteri-zado por “permanecer invisible incluso a los ojos de las personas que lo llevan a cabo”. Así, la dificultad delas españolas en el mercado de trabajo se entiende estrechamente relacionada con la inhibición del Estadoen la prestación de servicios que cubre su trabajo doméstico. En cualquier caso, y dada la estrecha relaciónde este tema con el objeto de nuestro estudio, será tratado de forma más extensa en otro de los capítulos.

Por último, y aunque no nos parece muy significativo hablar de los datos absolutos que recogen las cifrasdel paro tras la nueva definición utilizada para contabilizarlo18, sí queremos al menos mencionar que en laCAPV se registran hoy 78.500 personas paradas, la mayoría vizcaínas. Hay 36.700 hombres parados y 41.800mujeres afectadas por esa misma situación.

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(16) Alonso, Isabel; Alonso, María Jesús y Navarro, Luis (2004). Economía sumergida femenina en el sector del calzado en Aragón.En IX Jornadas de Economía Crítica.

(17) Sanchis, Enric (2004). Trabajo no remunerado y trabajo negro en España. IX Jornadas de Economía Crítica: Área de EconomíaLaboral. Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia.

(18) Según el Reglamento de la Comisión Europea 1897/2000, se consideran paradas no solo a las personas que no tienen un empleoasalariado o empleo independiente, están actualmente buscando empleo y están disponibles para trabajar, sino también a aquellaspersonas que además de cumplir las condiciones citadas han realizado durante las cuatro semanas anteriores algunas de las gestionesde búsqueda de empleo. No se considera búsqueda activa el trámite de renovar la demanda de trabajo (“sellar la cartilla”) o de con-tactar por motivo de los cursos de formación con la oficina pública de empleo.

Page 91: Los procesos de exclusión social de las mujeres solas en la capv

Si observamos la evolución de la tasa de paro femenino de largaduración desde 1993 hasta 2002 vemos que en todos los paísesque forman parte de la Unión Europea se registra una tendenciade descenso de la tasa de desempleo general y podemos decir quees en la CAPV precisamente donde se observa un decremento dela misma mayor, ya que ha pasado de ser de 17,8 en 1993 a serde 4,7 en 2002.

Sin embargo, si nos ceñimos a las cifras del año 2002 compro-bamos que la de la CAPV es una tasa media superior a la de prác-ticamente la totalidad de los países que formaban la denominadaEuropa de los 15. Por otra parte, la media española es superior encasi dos puntos y sólo se registran tasas mayores en Italia yGrecia.

En concreto, en la CAPV de cada 10 mujeres no llegan a 5 las quese consideran “activas”, de esas cuatro y pico una está en paro ydos tienen un empleo precario (contrato temporal, parcial, etc.).

Después de todo, podemos concluir que los cambios más notablesen el mercado de trabajo han configurado un panorama que secaracteriza fundamentalmente por la exclusión de algunas per-sonas (desempleo e inactividad) y por la inserción débil de otrasmuchas (formas de empleo precarias o la invisibilidad de laeconomía sumergida).

También es evidente que dichas circunstancias están afectando enmayor medida a las mujeres, que sufren de forma más acusada lafalta de protección de un empleo estable, seguro y que faciliteuna conciliación familiar y profesional que, de un modo u otro, lasmujeres se ven obligadas a conjugar. Por ello esta situación seagrava, aún más, en el caso de las mujeres solas con cargas famil-iares cuyas características no se ajustan a los requerimientos delmercado de trabajo (flexibilidad horaria, disponibilidad para via-jar y cambiar de residencia, etc.). Este colectivo es quien en lamayoría de las ocasiones es conducido a la exclusión o a la pre-carización, con la desprotección social y económica que conlleva.

En el primero de los capítulos realizamos una primera descripciónde las mujeres solas de la CAPV y llegamos a identificar lo quedescribimos como dos modelos que nos servirían para iradscribiéndoles nuevas características a lo largo de los diferentescapítulos de nuestro estudio.

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Fuente: EUSTAT y EUROSTAT

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En ese sentido debemos añadir que los dos grupos de mujeres establecidos se diferencian también en relacióncon la actividad:

• Las primeras (mujer que vive sola, es viuda, mayor de 65 años y carece de estudios al margen de los pri-marios) son inactivas.

• Las segundas, (mujer que vive con sus hijos e hijas a los que cuida y mantiene en solitario, es separa-da o divorciada, tiene entre 35 y 55 años y un nivel de instrucción no superior al de estudios primar-ios) son mujeres activas con índices importantes de desempleo y/o trabajo precario.

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Cap. III.

El acceso a la vivienda

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EEl acceso a una vivienda digna es un derecho de todos y todas las ciudadanas, establecido en laConstitución Española de 1978 en el artículo 47. Derecho básico reconocido por la Declaración Universalde los Derechos Humanos en su artículo 25.

La vivienda proporciona a todas las personas un marco propio de desarrollo personal y de responsabilidad.Al igual que el trabajo, la vivienda juega un papel fundamental en la integración social de las personas.

Es desde esta perspectiva, donde tomamos conciencia de la importancia de la vivienda en el desarrollo inte-gral de la persona y donde encontramos la necesidad de buscar fórmulas que eliminen las actuales dificul-tades de acceso a una vivienda.

Aunque éste se trata de un problema que afecta a toda la población, en el caso de las mujeres solas, comoen otros colectivos especialmente vulnerables, es aún más acuciante. El elevado precio de la vivienda en elmercado libre, unido a las dificultades en la incorporación al mercado de trabajo y la precariedad laboral,hacen que la compra de una vivienda sea prácticamente inaccesible para la gran mayoría de estas mujeres.

A pesar del esfuerzo realizado desde las Administraciones Públicas para la disposición en el mercado deviviendas protegidas, lo cierto es que la oferta es insuficiente en relación con el número de demandantes.

A continuación abordaremos el problema de la vivienda en la CAPV siguiendo el siguiente esquema:

1. Análisis del macroentorno

2. Análisis de la oferta y la demanda

3. Cómo abordar el acceso a la vivienda del colectivo de “mujer sola”

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1. ANÁLISIS DEL MACROENTORNO

Algunos factores que explican la situación actual en torno a la problemáti-ca de la vivienda

Es necesario tener en cuenta, tal y como se recoge en el Plan Director de Vivienda, que el número de famil-ias que habitan en la Comunidad Autónoma del País Vasco ha experimentado un espectacular aumento enlos últimos años, dato que contrasta con la disminución de la población. El incremento del número de famil-ias está ligado a la reducción del tamaño medio de éstas y a la mayor presencia de hogares unipersonales,tal y como comentamos en el capítulo de Población y Estructura Familiar.

Si la tendencia se mantiene, se prevé un importante incremento de nuevos hogares en términos netos entre2000 y 2010 y consiguientemente la necesidad de vivienda, en especial vivenda protegida.

La mujer sola cabeza de familia constituye un colectivo especialmente afectado por las dificultades de acce-so a una vivienda, bien sea en régimen de propiedad o de arrendamiento, ante la existencia en muchos delos casos de una única fuente de ingresos en el hogar.

Según el informe elaborado por la Compañía Hipoteca Gratis1, del 100% de las personas que van a solicitar unpréstamo, solamente el 7% lo hacen de manera individual. De estas personas sólo en el 2% de los casos setrata de mujeres que compran la vivienda solas. Además, se apunta que el esfuerzo a la hora de comprar unavivienda es mayor en el caso de las mujeres jóvenes.

Las condiciones de trabajo del grupo de mujeres que tienen empleo se caracterizan por la parcialidad, lainestabilidad y la precariedad, tal y como hemos visto en el apartado de Mercado Laboral.

Por tanto, son las dificultades económicas para acceder a una vivienda y obtener una fuente de ingresospropia y la falta de una alternativa a la compra o alquiler “normalizado” de la misma, las que han obligadoa muchas mujeres a prolongar su dependencia de otras situaciones familiares (seguir viviendo con los padreso volver junto a ellos tras la separación, en muchos casos evitar la separación, en el caso de viudas vivir consus hijos o hijas ya emancipadas, etc.).

Marco legal

• Código Civil

• Ley 29/1994, de 24 de noviembre, de Arrendamientos Urbanos.

• Decreto 315/2002, de 30 de diciembre, sobre régimen de viviendas de protección oficial y medidasfinancieras en materia de vivienda y suelo.

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(1) 19 de Octubre de 2004. Sólo un 37% de los jóvenes entre los 18 y los 34 años pueden comprar una vivienda. ABC.

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• Orden de 25 de agosto de 2003, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre determinación deprecios máximos de protección oficial.

• Orden de 14 de junio de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre procedimiento deadjudicación de viviendas de protección oficial.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre circunstanciasde necesidad de vivienda.

• Orden de 30 de diciembre de 2002 del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre determinación deprecios máximos de viviendas de protección oficial.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, por la que se aprue-ban las Ordenanzas de Diseño de Viviendas de Protección Oficial.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre medidasfinancieras en materia de suelo y urbanización.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre ayudas a la pro-moción de viviendas de protección oficial y medidas de fomento al alquiler.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre medidasfinancieras en materia de suelo y urbanización referente a la adquisición onerosa de suelo para forma-ción de patrimonios públicos de suelo con destino preferente a la promoción de vivienda de protecciónoficial.

• Orden de 30 de diciembre de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre medidasfinancieras para rehabilitación de vivienda.

• Orden de 18 de agosto de 2003, del Consejero de Vivienda y Asuntos sociales, sobre procedimiento deadjudicación de viviendas de protección oficial de promoción privada a que se refiere el artículo 12 delDecreto 315/2002, de 30 de diciembre, sobre Régimen de Viviendas de Protección Oficial y MedidasFinancieras en Materia de Vivienda y Suelo.

Política de vivienda en la CAPV

El Plan Director de Vivienda 2002-2005 se estructura en diferentes líneas de intervención de marcado acen-to social, dos de las cuales pretenden hacer frente específicamente al problema de la baja incidencia de lasmedidas generales entre las personas y grupos en situación o riesgo de exclusión.

Entre los nueve ejes estratégicos que se plantean desde el Plan Director nos interesa, entre otros, el “incre-mento de la oferta de vivienda protegida”. Cuando hablamos de vivienda protegida nos referimos tanto aViviendas de Protección Oficial de Régimen General como a Vivienda Social o de Régimen especial, bien seapor promoción pública, concertada o la realizada mediante convenio.

Otra de las líneas estratégicas establecidas es “el refuerzo de políticas que promuevan el alquiler de vivien-da”, así como la “recuperación y puesta en valor de viviendas vacías”.

El alquiler social es una salida factible para las personas con rentas más bajas que tienen grandes dificul-tades para acceder al mercado de vivienda libre. En esta línea, el Plan Director plantea “la creación de unaoferta suficiente de viviendas protegidas en alquiler con rentas accesibles a las personas necesitadas, lo que

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conlleva a impulsar el alquiler en la edificación de vivienda protegida y la adopción de medidas para dinamizarel mercado de alquiler de vivienda usada.”

El plan también hace hincapié en que con “la búsqueda del mayor equilibrio entre el importe de alquiler pro-tegido con la capacidad financiera de las personas necesitadas se establecerá una mayor tramificación de lasrentas a pagar”.

Además de los ejes anteriormente mencionados, el Plan se articula en torno al eje “desarrollo de líneas especí-ficas de actuación para colectivos especialmente necesitados”.

De hecho, realiza un tratamiento particularizado de colectivos específicos, tales como:

- Jóvenes;

- Familias monoparentales;

- Personas con movilidad reducida;

- Familias numerosas;

- Preceptores y perceptoras de ayudas sociales;

- Personas presas en procesos de reinserción;

- Inmigrantes;

- Personas de etnias marginadas;

- Personas con enfermedad mental o discapacidad psíquica; y

- Personas mayores.

Entre las soluciones que se plantean desde el Plan Director, destacan las reservas permanentes en los sorte-os de vivienda, la creación de alojamientos temporales de reinserción, la creación de miniapartamentos conservicios comunes, las viviendas tuteladas y las ayudas económicas específicas.

Otra de las medidas relevantes que desde el Gobierno Vasco se está impulsando, es la de favorecer fiscal-mente a las y los arrendadores de viviendas vacías siempre que colaboren con el programa de vivienda delGobierno Vasco, así como otras actuaciones protegibles en materia de alquiler, tales como bonificación deltipo de interés y subvenciones a las promociones concertadas de Viviendas de Protección Oficial en arren-damiento, gastos de promoción de viviendas sociales en arrendamiento, e incentivos al arrendamiento.

El Decreto 315/2002, de 30 de diciembre, sobre régimen de viviendas de protección oficial y medidasfinancieras en materia de vivienda y suelo, a la vez que garantiza la debida continuidad con las políticasprecedentes en la materia, busca corregir los aspectos necesarios.

Tal y como se recoge en el artículo 2 de dicho decreto, las viviendas de protección oficial deberán destinarsea domicilio habitual y permanente de las personas titulares de la propiedad, derecho de superficie o arren-damientos.

En este sentido, elabora la siguiente clasificación de viviendas en función de su precio máximo de venta yrenta y de los sectores sociales a quienes se destinan:

- Viviendas de protección oficial de régimen general; y

- Viviendas sociales o de régimen especial.

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- Los requisitos necesarios que se recogen en el artículo 15 para ser persona beneficiaria de la adjudi-cación de una vivienda de protección oficial, son los siguientes: Ser mayor de edad o emancipado;

- Tener necesidad de vivienda. Todos y cada uno de los miembros de la unidad convivencial deberán care-cer de vivienda en propiedad. No obstante, y según el artículo 16, existen unos supuestos que anulanesta afirmación, pudiendo ser personas beneficiarias de vivienda de protección oficial aunque poseanuna en propiedad, las personas cuya vivienda sea inferior a 36 m2, las unidades convivenciales de 5 omás miembros, o las familias numerosas que sean titulares de viviendas con una superficie mayor de 36m2 e inferior o igual a 72, cuando exista un ratio de menos de 12 m2 por persona, o personas de 70 omás años titulares de una vivienda situada en un edificio que no reúna condiciones de accesibilidad, asícomo unidades convivenciales en las que alguno de sus miembros acredite la condición de discapacita-do con movilidad reducida permanente y el edificio no reúna condiciones de accesibilidad;

- Estar empadronado en el País Vasco;

- Encontrarse en el tramo establecido de ingresos máximos y mínimos. Tal y como se recoge en el artícu-lo 18, las personas beneficiarias deberán acreditar ingresos anuales ponderados no superiores a:

• En el caso de viviendas sociales, 15.100,00 euros, excepcionalmente 21.100,00

• En el caso de vivienda de protección oficial de régimen general, 33.100,00 euros.

Los ingresos anuales no podrán ser inferiores a 9.000,00euros si las viviendas se ceden en propiedad,derecho de superficie o arrendamiento con opción a compra, o a 3.000,00euros si las viviendas seceden en arrendamiento sin opción a compra.

En cuanto a la procedencia de los ingresos, se señala en el artículo 19 de dicho decreto que se exi-girá que al menos un 90% de los mismos procedan de rendimientos de trabajo, o rendimientos deactividades económicas, profesionales y artísticas, becas, o rentas sociales (RB), salvo en el caso dearrendamiento, donde no se exigirá este requisito.

- No haber sido adjudicatario de otra vivienda de protección oficial en los dos años anteriores; y

- Escritura y formalización del contrato de compra-venta o arrendamiento.

Los tipos de promoción de viviendas de protección oficial se recogen en el artículo 28, clasificándolas enpública o privada, siendo la pública la acometida por los entes públicos territoriales y la privada la acometi-da por las demás personas físicas o jurídicas, incluidas las promociones concertadas.

Según la Orden de 14 de junio de 2002, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre procedimientode adjudicación de viviendas de protección oficial, y tal y como se recoge en su artículo 4 aludiendo a lasreservas de dichas viviendas, del total de las viviendas a adjudicar en cada promoción se reservarán los sigu-ientes cupos obligatorios:

- Una reserva mínima de viviendas adaptadas, para personas minusválidas con movilidad reducida decarácter permanente, en la proporción establecida en el artículo 9 de la Ley 20/1997, de 4 de diciem-bre, para la Promoción de Accesibilidad;

- Una reserva de viviendas, en la proporción que se establezca, destinada a unidades convivenciales cuyaspersonas tengan una edad inferior a 35 años; y

- Una reserva de viviendas, en la proporción que se establezca, destinada a unidades monoparentales conmenores de edad a su cargo.

Se establece también, que aún siendo estos cupos obligatorios, el Consejero podrá establecer reservas adi-

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cionales en función de las especiales características de la promoción o de la demanda del municipio o ámbitode que se trate.

Señalar, tal y como se recoge en el artículo 5 de dicha orden, que en el caso de promociones directas delDepartamento de Vivienda y Asuntos Sociales, del total de las viviendas de cada promoción podrá excluirsehasta el 10% para su enajenación bien a la Diputación Foral en cuyo territorio histórico radique la promo-ción, bien al Ayuntamiento del municipio donde se ubique para ser destinado propiamente a vivienda o aotros servicios sociales propios de dichos entes.

Las viviendas objeto de enajenación deberán ser ocupadas por aquellas personas naturales en quienes con-curran una serie de requisitos, entre los cuales nos parece crucial señalar el tratarse de personas integradasen colectivos de exclusión social.

La Orden de 25 de agosto de 2003, del Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre determinación deprecios máximos de viviendas de protección oficial, establece en su artículo 2 los precios máximos enprimeras, segundas y posteriores transmisiones, tanto de las viviendas de protección oficial de régimen gen-eral como de las viviendas sociales. Los precios se actualizarán automáticamente todos los años el 1 deoctubre.

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2. ANÁLISIS DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

En este apartado trataremos de realizar un breve análisis de la oferta y la demanda de vivienda en la CAPV,caracterizando la oferta inmobiliaria, la oferta pública y otras modalidades de oferta.

La oferta inmobiliaria

La Estadística de Oferta Inmobiliaria, elaborada por el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales delGobierno Vasco, continúa reflejando en el primer trimestre de 2004 un crecimiento progresivo en el preciode las viviendas, anulando la bajada del último trimestre de 2003.

A nivel estatal, las previsiones efectuadas por los operadores inmobiliarios y según datos publicados en eldiario El País, con fecha de 20 de octubre de 2004, el Colegio de Registradores de la Propiedad destaca quela vivienda empieza a dar los primeros (aunque tímidos) síntomas de enfriamiento tras más de seis años deescalada. Así figura en las conclusiones de la primera estadística inmobiliaria elaborada por ese colectivo ypresentada el 19 de octubre de 2004 en el II Congreso de Registradores, en Santiago de Compostela. Esteestudio indica que los precios de los pisos subieron un 18,18% en el segundo trimestre respecto a igual peri-odo de 2003, hasta 1.482,34 euros el metro cuadrado, pero han comenzado a experimentar en el tercertrimestre una ligera desaceleración que permitirá terminar 2004 con un alza del 14%.

El número de viviendas de nueva construcción experimenta un importante incremento, siendo especialmentesignificativo el aumento en el número de viviendas protegidas ofertadas el primer trimestre de 2004 (casi4.315 viviendas en oferta).

La oferta de viviendas usadas en la venta continúa la tendencia a la suave disminución observada a lo largodel 2003 (a pesar de que el volumen registrado sigue siendo elevado).

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En cuanto a la evolución del precio medio por metro cuadrado útil de las viviendas nuevas libres ofertadasen el segundo trimestre de 2003, éste asciende a 2.693,9 euros / m2 para el conjunto de la CAPV, es decir,261,1 euros / m2 más que en el primer trimestre de 2003.

Podríamos señalar que tanto el precio de la vivienda nueva libre como de la vivienda usada ha experimenta-do un aumento significativo, registrándose el mayor incremento entre 1998 y 2000(tal y como se puedeobservar en el gráfico de abajo), fecha a partir de la cual el incremento se suaviza.

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Tabla 6

Fuente: Dpto. Vivienda y Asuntos Sociales. Encuesta sobre Oferta Inmobiliaria. 25 de Mayo de 2004

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En cuanto a las viviendas en alquiler, la renta media del mercado libre asciende a 712,6 mensuales, man-teniéndose estable en el último año (+2,7%).

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Gráfico 52

Fuente: Dpto. Vivienda y Asuntos Sociales. Encuesta sobre Oferta Inmobiliaria. 25 de Mayo de 2004.

Gráfico 53

Fuente: Dpto. Vivienda y Asuntos Sociales. Encuesta sobre Oferta Inmobiliaria. 25 de Mayo de 2004.

En el 2003 el sector protegido obtuvo una renta media (arrendamiento) de 240 euros /mes, oscilando entrelos 320 euros mensuales de las viviendas de protección oficial y los 122 euros /mes de las viviendas sociales.

El volumen de viviendas nuevas libres en venta en el primer trimestre de 2004 se cuantifica en 4.375unidades, suponiendo un incremento del 15,2% respecto al volumen ofertado en el último trimestre de 2003.

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Atendiendo a las viviendas de segunda mano en venta, el volumen de oferta captado asciende a 5.793unidades, lo que representa una contracción del 8,7% respecto al último trimestre de 2003.

Por su parte, el sector protegido concentró en el año pasado 4.489 viviendas en oferta (83% en venta y 17%en alquiler), representando un significativo crecimiento respecto del volumen captado en el 2002 (+ 66%).

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Tabla 7

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Tal y como se puede apreciar en el gráfico, si bien la oferta de vivienda de protección oficial ha ido aumen-tado significativamente a lo largo de la última década, se puede observar como solamente representa, en elmejor de los años (2003), el 25% del total de vivienda ofertada.

Atendiendo a la modalidad de protección, y tal ycomo se recoge en el Plan Director de Vivienda2002-2005, en el periodo 1996-2001, las viviendasde protección oficial absorben el 80% de la oferta,correspondiendo el 20% restante a viviendassociales.

En cuanto a las viviendas de alquiler libre en 2004,se puede observar que en términos absolutos enBizkaia y en comparación con el resto de la CAPV,es donde mayor número existe, 231 frente a las 136en Araba y las 87 en Gipuzkoa.

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Gráfico 54

Fuente: Dpto. Vivienda y Asuntos Sociales. Encuesta sobre Oferta Inmobiliaria. 25 de Mayo de 2004.

Gráfico 55

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Dpto.Vivienda y Asuntos Sociales. Encuesta sobre Oferta Inmobiliaria.25 de Mayo de 2004

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Tabla 8

A su vez, podemos observar que el coste del arrendamiento de vivienda libre en alquiler es desde el año1.997 superior en el territorio de Álava, seguido de Gipuzkoa y algo menor en Bizkaia.

La oferta pública

El Servicio Vasco de Vivienda - Etxebide - dependiente del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales deGobierno Vasco, establece cupos en función de la pertenencia de las personas solicitantes a determinadoscolectivos.

Las familias monoparentales representaban el 3,3% del total de personas inscritas en el 2004.

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Gráfico 56

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco. Octubre de 2004.

No existe, por el contrario, un cupo (o diferenciación de colectivo) específico para las personas perceptorasde la renta básica, aunque sí para personas con discapacidad, familias numerosas, jóvenes menores de 30años y personas inscritas en Etxebide desde hace al menos 4 años.

Gráfico 57

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco. Octubre de 2004.

Para las familias monoparentales se exigen unos ingresos mínimos de 3.000 en el caso de alquiler y 9.000para adquirir una vivienda en propiedad. Es precisamente en ese tramo de familias con entre 3.000 y 9.000de ingresos en el que se encuentra el 46% de las familias monoparentales incritas.

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Gráfico 58

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco. Octubre de 2004.

Como se aprecia en el gráfico, la reserva de vivienda protegida para familias mono(p)marentales en Gipuzkoaduplica a la de Álava y triplica a la de Bizkaia.

Gráfico 59

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de laDirección de Planificación y Gestión Financiera,Departamento de Vivienda de Gobierno Vasco, octubre de2004

Tabla 9

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En la CAPV la distribución de los cupos y reservas de vivienda protegida establecida nos muestra que la reser-va para el cupo de familias monoparentales representa un 5% respecto al total de viviendas, estando el mayorporcentaje (62%) dirigido a las personas jóvenes.

Si contrastamos los porcentajes de demanda y oferta en los diferentes cupos, obtenemos el siguiente gráfi-co:

Como se puede observar, el porcentaje de vivienda ofertada no cubre el porcentaje de vivienda demandadaúnicamente en los casos: el del cupo de personas inscritas con al menos 4 años de antigüedad y en el cupogeneral. Esto no quiere decir sin embargo, que en el resto de casos, el total de la demanda real se cubra conla oferta de vivienda actual sino, que el reparto de las viviendas que se ofertan discrimina positivamente alos cupos de personas con discapacidad, familias monoparentales y numerosas y personas menores de 35años.

Sin embargo, el intento por repartir la oferta total de viviendas favoreciendo a determinados cupos a travésde reservas de vivienda no es igual para todos los colectivos señalados en el Plan Director de la Vivienda.Aunque como decimos, la proporción de vivienda ofertada a algunos colectivos (cupos) sobre el total, esmayor que la proporción que dichos colectivos representan sobre el total de personas demandantes de vivien-da, los porcentajes de demanda cubierta efectivamente desvelan algunas diferencias.

El cupo de personas con discapacidad es el más favorecido, ya que se cubre un 24,4% de su demanda, mien-tras que en el caso de las familias monoparentales el porcentaje de demanda cubierta no supera el 6,3%.

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Gráfico 60

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco. Octubre de 2004.

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Gráfico 61

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco. Octubre de 2004

Gráfico 62

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Dirección de Planificación y Gestión Financiera, Departamento de Viviendade Gobierno Vasco, octubre de 2004

En total, hay 2.412 personas inscritas en el cupo de familias monoparentales de Etxebide, para un total de152 viviendas destinadas a este colectivo.

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Otras modalidades de oferta

Aquellas personas que no pueden acceder a las viviendas de protección oficial, por no cumplir los niveles derenta mínima exigida tienen las siguientes opciones:

- Acceder a las viviendas municipales que gestionan algunas administraciones locales, especialmente ensituaciones de emergencia social;

- Solicitar las AES para cubrir, en la medida de lo posible, los gastos ocasionados por el alquiler o pagode su vivienda habitual; o

- Acudir a las asociaciones y fundaciones que disponen de viviendas protegidas (además, en el caso de laspersonas mayores de 65 años encontramos la oferta de residencias y viviendas compartidas tanto públi-cas como privadas).

El tercer sector trata de responder a las necesidades de vivienda de los colectivos en situación de exclusión(inmigrantes, sin techo, mujeres maltratadas...) que no es cubierta por la administración pública. En los tresterritorios históricos de la CAPV existen viviendas para personas sin hogar, prostitutas, ex-presos y presas,mujeres maltratadas, etc., aunque la distribución de estos pisos es desigual en cada territorio. En Álava elnúmero de servicios asistenciales de este tipo prestados por la iniciativa privada es menor, ya que desde laDiputación foral y la administración municipal se gestiona una amplia oferta de pisos de emergencia y vivien-das sociales. En Bizkaia y Gipuzkoa, sin embargo, son mayoría las entidades privadas sin ánimo de lucro quetratan de acoger a los colectivos que han quedado “fuera” del apoyo público. En el registro de serviciossociales de Bizkaia pueden contabilizarse 17 residencias y viviendas compartidas de titularidad privada dirigi-das a los sectores de familia, mujer, conjunto de la población y “otros” (personas sin hogar, marginadas,etc.).

Se trata de un sector desregularizado, muy dependiente de las subvenciones y con criterios de acción nounificados. Uno de los problemas derivados de esta desregularización es el caso de las personas usuarias deestas viviendas que se encuentran inmersas en un proceso educativo tutelado, ya que a pesar de que debenpagar una parte del coste de su alojamiento, no pueden acceder a las AES en concepto de vivienda ni a larenta básica, ya que la normativa exige para cobrarla tener “hogar independiente” (vivienda normalizada).Se exceptúan las pensiones, hoteles y centros de acogida siempre y cuando la residencia sea de carácter tem-poral y el centro esté registrado en el registro de instituciones colaboradoras de Bizkaia. Este registro recogecentros estables de residencia pero no pisos alquilados a particulares por asociaciones para realizar la activi-dad. Aún en el caso de poder figurar en el registro, este piso compartido alquilado tendría tratamiento de“hogar independiente” y se podría hablar de la existencia de una “unidad convivencial”, pero entonces sólouna de las personas cobraría RB. Para que todas pudieran cobrar esta ayuda habría que realizar contratos desubarriendos con todas las personas usuarias. Este entramado burocrático perjudica el acceso a la viviendade las personas en mayor situación de exclusión y a las entidades que tratan de prestar este servicio.

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3. CÓMO ABORDAR EL ACCESO A LA VIVIENDA DEL COLECTIVO DE “MUJER SOLA”

Nos parece necesario señalar en este punto la necesidad de que todas las acciones que se realicen en tornoal acceso a la vivienda estén coordinadas entre las diferentes administraciones y desde los diferentes planesque se elaboren. En este sentido desde el DESC2“se recomienda al Estado Español que adopte medidas queaseguren la coordinación entre los ministerios y las autoridades regionales y locales con el objeto de con-ciliar las diferentes políticas relacionadas con la obligación de dispensar un nivel adecuado de vida a las per-sonas”.2

“El constante y desorbitado aumento del precio del suelo y de la vivienda, el incremento de los precios dealquiler, muy por encima del aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), acompañados por la ausen-cia de políticas con miras a paliar la situación hacen que en España el acceso a una vivienda adecuada seael componente más vulnerado del derecho”.3

A lo largo de todo el capítulo se han ido recogiendo las alusiones que desde los diferentes planes, decretos,órdenes, etc., se realizan cuando se habla de tener en cuenta la especial dificultad para acceder a la vivien-da de algunos colectivos en situación o en riesgo de exclusión social, si bien en muchas ocasiones no seespecifica con detalle qué personas deben ser consideradas como tal.

Las Diputaciones Forales y los Ayuntamientos (según se recoge en la Orden de 14 de junio de 2002, delConsejero de Vivienda y Asuntos Sociales, sobre procedimiento de adjudicación de viviendas de protecciónoficial) deben destinar sus viviendas a personas integradas en colectivos de exclusión social, y tampoco eneste caso se define quienes son consideradas como tales.

Además, el hecho de que algunos colectivos como el colectivo objeto de la investigación, mujer sola, noestén incluidos dentro del Plan Vasco de Inserción como grupos en situación o en riesgo de exclusión, sig-nifica que los diferentes planes, decretos, etc. que marcan directrices y regulan líneas de actuación, noincluyan a estos grupos como beneficiarios de sus acciones. Así, nos encontramos con situaciones como laactual distribución de cupos de Etxebide, en la que no se contemplan colectivos sociales especialmente afec-tados por la falta de una vivienda digna como son las personas perceptoras de renta básica, las viudas o lasmujeres separadas y divorciadas.

El Plan Director de Vivienda 2002 - 2005, no incluye al colectivo de mujer sola como especialmente necesi-tado, y se limita a mencionar únicamente al conjunto de familias monoparentales.

En este sentido, la situación de las mujeres solas, al no estar incluidas ni ser consideras colectivo enexclusión, queda obviada cuando el Decreto 315/2002, de 30 de diciembre, sobre régimen de vivienda deprotección oficial y medidas financieras en materia de vivienda y suelo, no realiza ninguna diferenciación deacceso a la vivienda protegida, ni realiza reserva de plazas específica para el colectivo.

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(2) Observatorio DESC (para el cumplimiento de la declaración universal de los Derechos Humanos en los derechos económicos,sociales y culturales). Exposición ante el comité de la ONU. www.descweb.org

(3) Idem.

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Con todo, parece necesario que las administraciones competentes dediquen un espacio de trabajo a revisary definir con detalle las personas que integran los colectivos con mayores dificultades de acceso a la vivien-da.

Una de las variables fundamentales de acceso a la vivienda es, sin duda alguna, su precio. Tal y como ya seha comentado en el apartado de oferta inmobiliaria, los precios actuales son inaccesibles para muchas per-sonas, por lo que la única vía de acceso a una vivienda es dentro del sector protegido (únicamente las per-sonas con discapacidad pueden disponer, siempre que cumplan ciertos requisitos, de créditos blandos enalgunas entidades bancarias) Aunque para ello también hay que salvar ciertas condiciones (renta mínima exi-gible…) y nos encontremos que la oferta existente de vivienda de protección oficial resulta mínima.

Si bien ya hemos señalado que algunos colectivos, como los perceptores de renta básica lo tienen especial-mente complicado, al no estar incluidos en ningún grupo con reserva de plazas, las familias monoparentalessí están contempladas. No obstante, los números de personas inscritas y viviendas ofertadas nos indican lolejos que nos hayamos de una correcta adecuación de la oferta a la demanda. Concretamente, la oferta deviviendas de protección oficial en los cupos y reservas de vivienda protegida en las órdenes del BOPV parael 2004, cubren únicamente un 6,3% de la demanda total en el cupo de familias monoparentales, único grupoal que tienen acceso parte de las mujeres objeto de nuestro estudio. En la distribución de las viviendas deprotección oficial sorteadas por Etxebide destaca la diferencia de este porcentaje con el de las personas condiscapacidad (cuya demanda se cubre en un 24,4%).

Tal y como se regula en el Decreto 315/2002, de 30 de diciembre, sobre régimen de vivienda de protecciónoficial y medidas financieras en materia de vivienda y suelo, los límites mínimos de renta exigidos a famil-ias monoparentales son los mismos que los exigidos a la población general, sin embargo en el caso de per-sonas discapacitadas sí se admiten rentas inferiores a 3.000 euros en el caso de alquiler y entre 3.000 y9.000 en el caso de pisos en propiedad.

Además, es necesario señalar que los ingresos procedentes de la economía sumergida no son contabilizados,por lo que muchas personas no pueden inscribirse debido a que no llegan a la renta mínima exigida, y tal ycomo hemos descrito en el capítulo de Mercado Laboral la economía sumergida afecta fundamentalmente alcolectivo de mujeres solas.

En este sentido, en la Carta por el derecho de las mujeres a la ciudad presentada en el Forum Barcelona 2004se señala que las mujeres, en un alto porcentaje, no cumplen con los criterios de elegibilidad para el acce-so a una vivienda subsidiaria o subvencionada, puesto que los criterios establecidos se fijan en base a unosingresos regulares y empleos formales, mientras los ingresos de las mujeres provienen de empleos informalese inestables.

Parece, por lo tanto, que debiera legislarse acerca de los porcentajes que deben aplicarse en la distribuciónde la oferta de viviendas de protección oficial y acerca de los límites de renta, estableciendo criterios deacceso más ajustados a las necesidades de cada colectivo desfavorecido.

Teniendo en cuenta el mercado actual, la única vía de acceso a una vivienda para las personas de renta mediay media-baja es el sector protegido, y salvando las situaciones anteriormente señaladas (renta mínima exi-gible, economía sumergida,...) nos encontramos con que la oferta existente de vivienda de protección ofi-cial resulta mínima.

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De otro lado, desde las entidades sin ánimo de lucro con carácter social se ofertan plazas residenciales paratratar de acoger a los colectivos que no tienen acceso ni a la vivienda libre ni a la protegida. Este sectorcarece de regulación y requeriría un análisis detallado del número de plazas ofertadas y los tipos de colec-tivos a los que se dirigen.

Por último, podemos recordar que las consecuencias del difícil acceso a la vivienda para el colectivo demujeres solas son claras: necesidad de depender de familiares (en el caso de que se pueda disponer de éstos)o, en muchos casos, soportar situaciones de convivencia no deseadas (entre ellas, la violencia doméstica)por no poder hacer frente al coste de un hogar independiente.

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Cap. IV. Distribucion del tiempo y el trabajo domestico

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Cap. IV.

Distribución del tiempo y trabajo doméstico

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EEn el capítulo que les presentamos a continuación vamos a tratar, en primer lugar, de destacar la impor-tancia de la distribución del tiempo en la vida de las personas, y en segundo lugar de las claras difer-encias que se observan en esa distribución del tiempo, especialmente del destinado al trabajo domésti-

co y al ocio, entre los hombres y las mujeres.

Comenzando con el tiempo libre diremos que éste debe ser entendido como un espacio de tiempo muy impor-tante tanto en la vida diaria de las personas como en el ámbito comunitario.

Las personas vivimos formas distintas de tiempo y esta diferenciación también se hace extensible a las difer-encias de género.

El tiempo es más bien un aspecto de la experiencia que algo prefijado histórica y universalmente. Las dis-tintas puntualizaciones que se hacen tienen en común su distinción entre actividades del orden de la necesi-dad (necesidades fisiológicas), actividades del orden de lo conveniente (trabajo, etc.) y actividades cuyocajón de sastre sería el Tiempo Libre.

De hecho, en la medida en que se de una relativa satisfacción de las necesidades materiales y sociales sebuscarán otras satisfacciones relacionadas con las motivaciones existenciales.

El tan conocido esquema de las necesidades de Masslow ilustra claramente lo anterior. Por ejemplo, una mujersola, tal y como la hemos definido en nuestro estudio, no se preocupará por buscar su necesidad de real-ización personal o de autoestima en tanto en cuanto no tenga cubiertas otras necesidades como pueden serlas sociales o de seguridad.

De hecho, es sabido que el modo en que una persona distribuye su tiempo libre está íntimamente relaciona-do con el tiempo dictado por los acontecimientos y hechos externos a la persona. Es decir, depende deltamaño del espacio vital en que habita, y este factor también les afecta y mucho a las mujeres que seencuentran solas.

De ahí la importancia de cuidar el espacio intrapersonal, el interpersonal y el contextual. El primero hacereferencia a la persona misma, el segundo a la interrelación entre las personas, y el tercero y último al marcohistórico, geográfico, social, cultural y económico en el cual la persona se circunscribe.

Nos interesa, en este trabajo, la perspectiva sociológica más que la psicológica o la pedagógica, ya que estaprimera visión introduce la interrelación de todas las variables contextuales o concurrentes.

Si bien la raíz de la palabra ocio o “leisure” en inglés, se encuentra en el término latino “licere”, que sig-nifica “ser permitido”, y sugiere que el ocio tiene algo que ver con la libertad1, la realidad es que hay mujeresque no son libres del todo para emplear su tiempo libre de la manera que desean y que tampoco son librespara distribuir su tiempo de una forma equilibrada.

El término ocio implica diferencias substanciales de valoración. Podemos distinguir tres posturas: el ociocomo espacio de tiempo, el ocio como actividad y el ocio como actitud. Más adelante comprobaremos comolas mujeres disfrutan de menos tiempo libre que los hombres, ya que por lo general, después de haberse lib-erado de todas sus obligaciones profesionales, familiares y sociales ese tiempo queda reducido a la mínimaexpresión. Si nos detenemos a valorar lo que ocurre con el ocio como actividad y como actitud comprobamos

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(1) Rybczynski, W (1992). Esperando el fin de semana, Emecé Editores, Barcelona, p. 204.

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que los resultados no son más alentadores, ya que la actividad que se realiza al margen del trabajo y queaporta una satisfacción inmediata, o el ocio como actitud ociosa intrínseca a la vida de las personas (susdescansos, sus celebraciones etc.), a la vez que necesaria, tampoco nos aporta una visión más optimista deeste desigual reparto del tiempo entre hombres y mujeres.

A pesar de que numerosos autores se empeñen en mantener la diferenciación entre tiempo no disponible (eldedicado a obligaciones o a satisfacer necesidades biológicas básicas) y tiempo disponible, hemos de decirque no el cien por cien del tiempo disponible es tiempo libre, ya que existen múltiples actividades que,aunque en un principio realizamos voluntariamente, a través del tiempo se van convirtiendo en ocupacionesautoimpuestas que ya no vemos como verdadero tiempo para nosotras.

El Tiempo libre se puede subdividir en dos apartados, el tiempo libre estéril o desocupado, en el cual la per-sona no hace nada en especial; y el tiempo de ocio, es decir, una forma de ocupar ese tiempo libre de formaque nos produzca placer y satisfacción personal, al tiempo que lo ocupamos en una actividad que nos gustasin más. Es aquí donde se encuentran las mayores diferencias de dedicación entre mujeres y hombres.

Concluyendo, podríamos decir que el Tiempo Libre se caracteriza por cuatro elementos esenciales. Primero,es el tiempo que no se dedica a trabajar o estudiar, ni a comer o a dormir; Segundo, es un tiempo relaciona-do con el disfrute y la diversión; Tercero, es un tiempo útil para sentirse bien, para aprender cosas, o paranuestras relaciones afectivas; y Cuarto, es un tiempo en el que hacemos uso de nuestra iniciativa (haciendolo que deseamos) y de nuestra libertad.

Inés Moreno2 presenta una definición del tiempo libre desagregada según el aspecto temporal. Distinguecinco grupos: El tiempo que queda después del trabajo; el que queda libre de las necesidades y las obliga-ciones; el que queda libre de las necesidades y obligaciones y se emplea en lo que uno quiere; el que seemplea en lo que uno quiere; y, por último, el destinado al desarrollo físico e intelectual de la persona encuanto fin en sí mismo. Son estos cuatro últimos los más interesantes en esta investigación.

Pero, ¿este tiempo se reparte a parte iguales entre mujeres y hombres? A continuación pasaremos a comen-tar los datos más relevantes obtenidos al respecto.

La siguiente tabla nos da cuenta del tiempo medio que dedicamos las personas a realizar aquellas actividadesque configuran nuestra agenda diaria. Dejando a un lado las necesidades fisiológicas que todos compartimosy ocupan casi la mitad del día, la actividad que mayor tiempo nos ocupa es el trabajo o la formación (lededicamos una media de 7 horas), seguido del ocio (pasivo y activo), los trabajos domésticos, la vida socialy los trayectos (a los que dedicamos de media casi una hora y media al día).

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(2) Inés Moreno (1994). Todos tenemos tiempo: nueva práctica del Tiempo Libre Libre en el siglo XXI. Humanitas, Buenos Aires, p.36.

(3) Por participantes se entiende a las personas que realizan determinada actividad, excluyendo por tanto a quienes no participanen ella.

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Tabla 10

La forma en que se distribuye el tiempo diario depende, entre otras cosas, de las circunstancias personalesy gustos de cada persona, pero tras recurrir a datos de 1998 para poder observar estos mismos datos segre-gados por sexos, evidenciamos que existen claras diferencias de género en el uso del tiempo.

El siguiente gráfico nos muestra el reparto de las doce horas diarias, que más o menos es el tiempo que restaa las actividades destinadas a satisfacer nuestras necesidades fisiológicas (comer, dormir…).

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Los hombres dedican un tercio de su tiempo disponible a trabajar o formarse y otro tercio a actividades deocio. El tercio restante se reparte casi a partes iguales entre trayectos, trabajo doméstico y vida social, demanera que el tiempo de cuidado a terceras personas (menores o mayores a su cargo, etc.) no llega a repre-sentar un cuarto de hora al día.

En el caso de las mujeres, de las doce horas de tiempo disponible al día, cuatro las dedican al trabajo repro-ductivo (trabajo doméstico y cuidado de terceras personas) lo que viene a suponer un tercio del total, esdecir, las mujeres dedican aproximadamente tres veces más de tiempo que los hombres a esta actividad. Encambio, su dedicación al trabajo productivo remunerado es casi la mitad que la de los hombres.

Por otra parte, si sumamos las actividades productivas, sean remuneradas o no, obtenemos que las mujeresdedican 7 horas y 34 minutos al día y los hombres 6 horas y 55 minutos, lo que vendría a desmentir el sen-tir generalizado de que las mujeres “trabajan” menos. La diferencia es de 40 minutos diarios y representa eltiempo de menos que las mujeres tienen para dedicar al ocio y las relaciones sociales. Además, mientras losfines de semana los hombres llegan a reducir su tiempo de trabajo en un 80%, las mujeres únicamente loreducen en un 45%.

Si observamos los datos sobre el tiempo medio social dedicado a las tareas domésticas, es decir al tiempomedio que dedica a dicha actividad la población mayor de 16 años, se hace evidente el reparto desigual entresexos. Las mujeres dedican 2 horas y 22 minutos más que los hombres.

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Fuente: EUSTAT, 1998, encuesta de presupuestos de tiempo. 4

(4) Las diferencias en los totales responden a que según los datos explotados por el Eustat el tiempo diario disponible descontan-do la satisfacción de necesidades fisiológicas es de 12 horas 29minutos para los hombres y de 12:19 para las mujeres.

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Los anteriores son datos relativos que nos permiten comparar la proporción del trabajo doméstico que esasumida por los diferentes colectivos de población. Sin embargo, también es interesante, para poder cono-cer la dedicación real de una persona a las tareas domésticas a lo largo del día, observar los datos del tiem-po medio por participante, que se calculan a partir del tiempo dedicado por aquellas personas, en este casomujeres, que sí realizan tales tareas.

Así, comprobamos que las mujeres que realizan labores del hogar dedican una media de casi ocho horas aldía a preparar la comida, limpiar, comprar, realizar gestiones, arreglos, etc.

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Fuente: EUSTAT, 2003. Dirección de Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco

Gráfico 65

Fuente: Eustat. Dirección de Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco

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Gráfico 66

Fuente: EUSTAT, 2003, encuesta de presupuestos de tiempo.

Gráfico 67

Fuente: Elaboración propia a partir de las Cuentas satélite de laproducción doméstica para la C.A. de Euskadi, EUSTAT. 2003.

Para poder profundizar en la diferente impli-cación de hombres y mujeres en el trabajodoméstico, pasamos a comentar el tiempodedicado por cada uno a las diversas tareasque lo componen.

Sólo en algunas tareas relacionadas con elocio, los arreglos y las gestiones, la dedi-cación de tiempo masculina supera lafemenina. En el resto de tareas directamentevinculadas con el hogar (cocina, limpieza,compras…) la dedicación masculina seguíasiendo el pasado año muy inferior a la de lasmujeres.

Como vemos, a pesar de que las mujeres han adquirido nuevos roles no han abandonado los viejos. A pesarde que cada vez se apela más a la importancia de que hombres y mujeres compartan las responsabilidadesfamiliares, los datos siguen reflejando que la incorporación al mercado de trabajo de la mujer no ha idoacompañada de una distribución igualitaria del trabajo doméstico. En este sentido, entendemos que sólo lamujer de una clase social acomodada o que disponga de los recursos suficientes, podrá estar zafándose encierta medida de una doble jornada recurriendo a la mercantilización del trabajo doméstico.

La labor de cuantificación y de estimación del valor económico de las actividades realizadas por los hogares(a partir de las recomendaciones metodológicas del EUROSTAT que garantizan el rigor estadístico de losdatos) es de suma importancia en cuanto que los datos que aporta pueden ser tomados como contrapuntoa la desvalorización social de dichas actividades.

El Eustat trabaja en las llamadas Cuentas Satélite de la Producción Doméstica y a partir de las mismas se cal-cula que la producción doméstica vasca no contabilizada en el PIB supuso 15.369.163 en el año 2003. Setrata de una producción no remunerada que representó el 32,8% del Producto Interior Bruto de ese año.

Aunque en los últimos años los varones han incremen-tado su participación en esta producción, los datosactuales indican que el 75% de la producción domésti-ca de la CAPV es realizada por mujeres y sólo el 25%puede atribuirse a los hombres.

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La distribución por Territorios Históricos es similar, únicamente cabe destacar que la participación de loshombres guipuzcoanos es superior a la media de la C. A. de Euskadi, en algo más de dos puntos (27%).

“Proporcionar comida” es la función que concentra mayor proporción de valor añadido doméstico (46,6%),muy seguida por la de “proporcionar alojamiento” (31,3%). Las actividades relacionadas con el hecho de“proporcionar cuidados” representan el 14,8% de la producción.

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Tabla 11

(5) Conjunto de normas que se dan en los países de la Unión Europea para la elaboración de la Contabilidad Nacional de suseconomías.

Dentro del SEC, el Sector de Hogares queda determinado fundamentalmente por la producción de mercado que realizan éstos(sociedades personalistas, autónomos, comunidades de bienes…), así como la producción de bienes que realizan con carácter vol-untario (construcción de edificios). De igual forma dentro del Sector doméstico hay una parte minoritaria de la producción domés-tica de uso propio que sí se tiene en cuenta por el SEC, que incluye la producción agrícola para autoconsumo, el servicio de alquil-er de viviendas ocupadas por sus propietarios y los servicios de hogares producidos por el personal doméstico remunerado. El restode la producción para uso propio realizado por los hogares no se considera dentro de los límites del SEC, y es la parte mayor de laproducción generada por los mismos.

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Fuente: Elaboración propia a partir de las Cuentas satélite de la producción doméstica para laC.A. de Euskadi, EUSTAT. 2003.

Las mayores diferencias entre sexos las encontramos en las funciones relacionadas con la ropa, la comida ylos cuidados y la educación, donde la participación masculina no alcanza a representar un tercio del total.Las funciones con mayor participación de hombres son “proporcionar alojamiento” y “proporcionar ayudavecinal”.

Si atendemos a la relación con la actividad de las personas que realizan estas tareas domésticas, vemos quemás de la mitad (53,5%) de la producción es atribuible a la población que se clasifica como dedicada a “suslabores”, un 26,3% es realizada por personas ocupadas, un 13,2% por personas jubiladas, un 4,1% porpoblación parada, un 1,1% por estudiantes y el 1,8% por “otros” perfiles. Dentro de este análisis subsistenlas diferencias de género. El 83% del colectivo de estudiantes que realiza tareas del hogar son mujeres.

Según algunos datos publicados por Emakunde6, sólo en uno de cada tres hogares de la CAPV donde la mujercuenta con un empleo las responsabilidades de las tareas domésticas son compartidas por la pareja (en el61% de los casos son asumidas íntegramente por la mujer y prácticamente en ningún caso -0,5%- sucede ala inversa).

El estudio también descubre que este numeroso colectivo de mujeres que no escapa a la llamada doble jor-nada laboral se ve obligado a extender su actividad a lo largo de todo el día: “el 42% realiza las actividadesdomésticas -en cualquier rato libre-; el 31% -los fines de semana-; el 28,7% -por la noche-; el 28,2% -por latarde después de trabajar- y el 24,9% -por la mañana antes de ir a trabajar”.

Hemos hablado de la importancia de la cuantificación del trabajo doméstico y de la atribución de un valoreconómico, como un paso importante para poder mostrar su verdadero peso y relevancia en la sociedad enla que vivimos. Estamos en disposición de decir que se ha subestimado el rol productivo de las mujeres, en

(6) EMAKUNDE (1997). Estrategias de organización familiar. Emakunde, Vitoria - Gasteiz.

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cuanto que se han subestimado las tareas de reproducción y cuidados de las que se han venido encargandocasi de forma exclusiva y en solitario.

Las mujeres han sido el sujeto central de la reproducción y se han especializado como trabajadoras domés-ticas durante años. Esto, a pesar de estar suponiéndoles no pocos obstáculos a la hora de incorporarse almercado de trabajo remunerado, ha garantizado la reproducción de las estructuras familiares, el manten-imiento de los hogares y, por extensión, de la fuerza de trabajo que el sistema necesitaba. Es merecido, portanto, el reconocimiento de la importancia del trabajo gratuito que realizan las mujeres para el desarrollodel conjunto de la sociedad, ya que como bien dice Sonia Rubio, profesora de la Universidad Autónoma deBarcelona, no debemos olvidar que “el sector capitalista depende del de subsistencia para su perpetuación”.7

Si nos detenemos en los datos relativos al tiempo de ocio, es decir, a la vida social y al ocio activo y pasi-vo, observamos que los hombres le dedican más tiempo que las mujeres, esta diferencia se hace especial-mente importante en el ocio activo, lo que redunda en una disminución de la participación de la mujer enla vida social o pública, hecho al que dedicaremos un espacio específico en el capítulo de poder y partici-pación.

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Fuente : elaboración propia a partir de datos del EUSTAT.Encuesta de Presupuestos de Tiempo, 2003.

Trataremos de mostrar algunos datos, más desglosa-dos, sobre el tiempo de ocio:

(7) Parella Rubio, S. (2003). Repensando la participación de las mujeres en el desarrollo desde una perspectiva de género. Papers, 69,p.31-57.

(8) El tiempo reflejado en el gráfico hace referencia a la suma del tiempo por participante dedicado a ocio activo, pasivo y rela-ciones sociales.

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Si tenemos en cuenta el ocio activo (es importante que recordemos que los datos recogidos en la encuestade presupuestos del tiempo incluye en este apartado únicamente actividades deportivas, excursiones, paseosy uso de ordenadores e Internet) encontramos que los hombres en general disponen de más tiempo para estasactividades, dedicando una media de 2:22 horas al día, que aumenta en casi media hora durante los fines desemana.

Los datos de esta encuesta relativos al ocio pasivo engloban el tiempo diario dedicado a la lectura, la tele-visión, la asistencia a espectáculos, la dedicada a aficiones artísticas y el tiempo en el que no se desarrollaningún tipo de actividad. La diferencia entre sexos en el tiempo dedicado a este tipo de ocio es de 15 min-utos de media y alcanza los 33 minutos los sábados.

En el reparto del tiempo libre disponible, tanto hombres como mujeres dedican mayor tiempo a las activi-dades de ocio pasivo, pero en el caso de ellos la diferencia entre la dedicación a uno y otro tipo de activi-dades no es tan grande como en el de ellas, las mujeres dedican menos del 40% de su tiempo de ocio totala actividades de ocio activo.

Otra parte importante del tiempo en la vida cotidiana de hombres y mujeres se destina a las relacionessociales. Se emplea en ello una media aproximada de dos horas los días de diario y dos horas y media losfines de semana. Las diferencias por sexos en este tipo de actividad no pueden considerarse significativas.

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La práctica deportiva representa mayor cantidad de tiempo para los hombres. Las mujeres de la CAPV quepractican deporte lo hacen durante una media de 1:06 horas al día, mientras que los hombres lo hacendurante 1:37 horas. Las excursiones y los paseos ocupan la mayor parte del tiempo de ocio activo, se lesdedica más tiempo que al deporte y que a las actividades relacionadas con las nuevas tecnologías de la comu-nicación. Las actividades que precisan del uso del ordenador y las dedicadas a navegar por internet no ocu-pan aún un lugar destacado en el tiempo de ocio de la población de la CAPV, pero si dejamos de lado a aque-llos y aquellas que no realizan este tipo de actividades, observamos que de media se dedican al día 1:18 y1:24 horas respectivamente. En el intervalo de edad entre los 35 y los 59 años las diferencias entre sexosson mayores, las mujeres dedican a usar el ordenador y a navegar por internet 0:39 y 0:42 minutos diariosmientras que los hombres lo hacen durante hora y media aproximadamente.

Las actividades de ocio pasivo más frecuentes son la lectura, T.V. y radio, la población de la CAPV en gener-al dedica más de dos horas diarias a ello. El tiempo medio por participante es de 2:20 horas en el caso delos hombres y de 2:08 en el caso de las mujeres. Es interesante observar el total del tiempo sin uso deter-minado con el que contamos diariamente, casi dos horas y media. En la asistencia a espectáculos, juegos yaficiones se observa la misma tendencia de mayor dedicación por partes de los hombres que de las mujeres.

Esta encuesta elaborada por el Eustat, ofrece datos interesantes como los que hemos comentado, pero seolvida de una parte importante en cuanto al uso del tiempo libre de las personas. Nos referimos al tiempodedicado a la colaboración activa en ONGs, a las actividades derivadas de asociarse (pertenencia a sociedadesy asociaciones), de afiliarse... y en definitiva a aquellas actividades que significan un compromiso de carác-ter social o político y cuya importancia para nuestra investigación estriba en que son un medio importantepara canalizar la participación ciudadana.

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No ha sido posible acceder a los datos de afiliación detodos los partidos políticos y sindicatos, pero los que reco-gemos en el gráfico nos sirven para hacernos una idea deque la afiliación femenina en la mayoría de los casos, nollega a representar ni un tercio del total.

Por otra parte, a través del voluntariado, las ciudadanas yciudadanos reivindican que “además de sujetos privados,electores, consumidores y mano de obra, son actoressociales capaces de aportar ideas, soluciones y recursospara el desarrollo social a través de la libre participación enestructuras asociativas de todo tipo”.9

El estudio realizado por Bolunta y Fundación EDE10 sobre elvoluntariado vizcaíno constata que la gran mayoría (66%)de voluntarios y voluntarias en Bizkaia, son mujeres11.

También resulta significativo que sea el colectivo dedicadoa las tareas del hogar la segunda categoría con mayoríndice de voluntariado (22%) por detrás de las personasasalariadas por cuenta ajena.

Entre las razones que movilizan al voluntariado se advierteuna diferencia entre sexos, así, la satisfacción por ayudar alas demás personas y la utilidad social de la acción son másdeterminantes que la satisfacción personal en el caso delas mujeres, al contrario que en los hombres donde esarazón es la principal. También hay una diferencia clara enla preferencia del ámbito social de intervención: mientrasque los hombres se decantan por los ámbitos de Deporte yTiempo Libre, las mujeres ejercen su acción fundamental-mente en los ámbitos de enfermedades y serviciossociosanitarios.

Un alto porcentaje de personas voluntarias en una organi-zación están además asociadas, bien sea a la entidad en laque prestan su labor como voluntarias o bien en otra. El

movimiento asociativo en nuestra Comunidad es cada vez mayor, el registro de asociaciones del Departamentode Justicia, Trabajo y Seguridad Social de Gobierno Vasco cifra en 14.366 el número de asociaciones existentesen la CAPV en 2003.

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Gráfico 71

Fuente: Elaboración propia a partir de datos delEstudio sobre el Voluntariado en Bizkaia.Bolunta.2004

Gráfico 70

Fuente: Elaboración propia a partir de datos ofrecidospor los pp.pp. y sindicatos al Instituto Nacional de laMujer. 2002

(9) Bolunta. (2004). Estudio sobre el Voluntariado en Bizkaia. Bolunta, Bilbao.

(10) Idem.

(11) Teniendo en cuenta que a partir del estudio se estima que el voluntariado en Bizkaia agrupa a un 11% de la población mayorde 18 años aproximadamente (106.200), una extrapolación del resto de datos extraídos nos lleva a cifrar en 70.092 las mujeres vol-untarias en dicho Territorio.

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Más de la mitad de las asociacionesregistradas tienen carácter cultural.Un 15% son de carácter sociopolíti-co y socioeconómico, y entre ellasdestacan la organizaciones de pro-moción de la mujer (254 asocia-ciones, 12% de este grupo y 1,7%sobre el total) y los grupos femi-nistas (41 asociaciones, 2% sobreeste grupo y 0,3% sobre el total).

El siguiente grupo más numeroso es el formado por las asociaciones relacionadas con la docencia, 9,3% deltotal, entre las que son mayoría las asociaciones de padres y madres de alumnos y alumnas (AMPAS). Lesiguen las asociaciones vecinales (6%) y las benéfico asistenciales (5,4%). Dentro de las clasificadas bajo elepígrafe de familia y consumo (4,6% del total) se encuentran algunas de las asociaciones que nacen con elobjetivo de aglutinar a sectores concretos de la población y de luchar por sus intereses y que han tenido vozen esta investigación: asociaciones de viudas (33), asociaciones de personas divorciadas (26), asociacionesde madres solteras (4), etc.

La edad también es un aspecto diferencial que determina el tipo de asociación, los objetivos e incluso lasactividades que se realizan. Así lo constata un estudio realizado por el Departamento de Ciencia Política yde la Administración de la UPV/EHU y la Diputación Foral de Bizkaia sobre el Asociacionismo de Mujeres enBizkaia12, pero en general se puede decir que son las mujeres de entre 36 y 65 años las que conforman may-oritariamente (80,42%) el tejido asociativo de Bizkaia.

(12) Elizondo, A. Y Martinez, E. (2001). El Asociacionismo de Mujeres en Bizkaia: rasgos y necesidades. Inguruak,29, p.207-215.

Los resultados del estudio recogen la información de un 28,78% del total de asociaciones de mujeres inscritas en el año 2000 en elTerritorio Histórico de Bizkaia (198).

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Gráfico 72

Fuente: elaboración propia a partir de datos del estudio “El Asociacionismo de Mujeres en Bizkaia: rasgos y necesidades”, citadoen nota nº 8.

El gráfico de arriba muestra la distribución de las asociaciones de mujeres de Bizkaia según su ámbito deactuación. Si bien es cierto que buena parte de las asociaciones surgen con la intención de cubrir necesi-dades específicas de las mujeres y para trabajar en la defensa de sus intereses y derechos vemos que la activi-dad mayoritaria de las vizcaínas asociadas se enmarca en el ámbito de la cultura (organización de cursos yactividades socioculturales). Curiosamente sólo el 7% de las asociaciones de mujeres se circunscriben en elámbito de lo ideológico (organizaciones feministas).

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CComo ya ha quedado recogido en el marco teórico de esta investigación, no existe acuerdo alguno en loque a definición de pobreza se refiere y partimos de la certeza de que los diferentes enfoques principalespueden ser tenidos en cuenta como complementarios. No es objeto de este trabajo el medir la pobreza,

con lo que no hemos visto necesario hacer nuestra ninguna de ellas en concreto, tratando de evitar ponerconstricciones a aquellos aspectos y claves que sobre todo con el trabajo de campo cualitativo pudiéramosdescubrir.

No obstante es evidente que todo trabajo tiene un límite y por eso debemos aclarar que en este caso, elmarco que da sentido y establece los parámetros que guían los diferentes capítulos se basa en dos de losconceptos que por su operatividad más extendidos están entre los estudios actuales: pobreza y exclusiónsocial.

• Pobreza: dejando atrás el concepto caduco y reduccionista que únicamente tenía en cuenta los recursoseconómicos, hoy la Comisión de las Comunidades Europeas en los Programas de Lucha contra la Pobrezaconsidera que son pobres “aquellas personas, familias y grupos de personas cuyos recursos (materiales,culturales y sociales) son tan limitados que les excluyen del mínimo nivel de vida aceptable en losEstados miembros en los que viven”.

Aunque no podemos olvidar que todavía, a efectos prácticos, el indicador utilizado a la hora de contabi-lizar el número de personas y hogares pobres (estadísticas) son los ingresos, los gastos o la renta media(así se establece una línea denominada “umbral de pobreza” que divide a la población considerandopobres a aquellos y aquellas que tienen un nivel económico inferior a un determinado porcentaje de lamedia1) y que por otro lado, se toma como unidad de análisis a la familia (ocultando las posiblesdesigualdades intrafamiliares en el reparto de recursos). Además, otro de los problemas sin resolver con-siste en que los datos que resultan, según se utilice una metodología u otra, son dispares.

• Exclusión social: en relación al complejo fenómeno de la privación y sus procesos surge este conceptoque pretende abarcar otras dimensiones más allá de los recursos. En particular los investigadores delTercer Programa de Lucha Contra la Pobreza, sugieren que la exclusión se define en términos de fallo deuno o más de los siguientes sistemas: el sistema democrático y legal, que promueve la integración cívi-ca; el mercado de trabajo, que promueve la integración económica; el sistema de Estado de Bienestar,que promueve la integración social; y el sistema familiar y de comunidad, que promueve la integracióninterpersonal.

La medición, en este sentido, es bastante más compleja y sólo recientemente se han llevado a cabo algu-nas investigaciones que parten de entender la exclusión como una acumulación de límites a la partici-pación social y que han ido proporcionando algunos indicadores con los que medir y sobre los querecoger información.

Comenzaremos comentando algunos datos sobre la distribución de la renta de hogares y personas y tambiénsobre la proporción de hogares cuya fuente principal de ingresos son las prestaciones sociales. Finalmente,analizaremos los índices de pobreza, aunque en cualquier caso, trataremos de que la interpretación denúmeros no pierda de vista la realidad que empuja a las diferentes situaciones de pobreza.

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(1) El umbral de la pobreza se establece según las diferentes metodologías a partir de ingresos inferiores al 50% de la media o 60%de la mediana. Ver definiciones de las diferentes metodologías para calcular los indicadores de pobreza en Notas a pié de página nº15 y siguientes.

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La renta total se compone en un 86% de las rentas del trabajo5 y en menor medida de las rentas de activi-dad6 y de las provenientes del capital7. La tabla refleja los valores medios calculados para la población perohemos de tener presente que la distribución de la renta entre la población es muy desigual.

La renta personal media de la población de la CAPV se cifraba en 1997 en 9.888 euros, en el caso de los hom-bres el dato ascendía a 13.882 y en el caso de las mujeres descendía a 6.122 euros, lo que supone un 38%menos.

Un 16% de la población total no computó renta y alrededor de un 60% percibió una renta por debajo delpromedio de 9.888 euros. Estos porcentajes son considerablemente más elevados cuando se trata de mujeres,de hecho, dos de cada diez mujeres no percibieron renta y tres de cada cuatro percibieron una renta inferi-or a la media para toda la población.

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Tabla 15

(2) Se trata de los ingresos declarados (retribuciones fiscales).

(3) Renta percibida por los individuos de 18 y más años. Se ha despreciado la renta de los menores por considerarse residual.

(4) Es el resultado de agregar las rentas de los individuos de más de 18 años pertenecientes a una misma familia.

(5) Renta del trabajo según Eustat: contraprestaciones, dinerarias o en especie, que deriven directa o indirectamente del trabajo per-sonal por cuenta ajena o de la relación laboral o estatutaria del contribuyente. De manera general, tienen la consideración de rentasde trabajo, los sueldos y salarios, las prestaciones por desempleo, las retribuciones derivadas de relaciones laborales de carácter espe-cial, las pensiones y haberes pasivos percibidos de los regímenes públicos de la Seguridad Social y Clases Pasivas.

(6) Renta de Actividades Económicas según Eustat: aquellos rendimientos que, procediendo del trabajo personal y del capital conjun-tamente, o de uno solo de estos factores, supongan por parte del contribuyente la ordenación por cuenta propia de medios de pro-ducción y de recursos humanos o de uno de ambos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servi-cios. En particular, tienen esta consideración las actividades extractivas, de fabricación, comercio o prestación de servicios, inclu-idas las de artesanía, agrícolas, forestales, ganaderas, pesqueras, de construcción, mineras, y las profesionales.

(7) Renta del capital mobiliario según Eustat: rendimientos obtenidos por la participación en los fondos propios de cualquier tipo deentidad, los rendimientos obtenidos por la cesión a terceros de capitales propios, los rendimientos dinerarios o en especie proce-dentes de operaciones de capitalización y de contratos de seguros de vida o invalidez y otros rendimientos del capital mobiliario.Renta del capital inmobiliario según Eustat: rendimientos procedentes de la cesión de bienes inmuebles así como otros rendimien-tos procedentes de la titularidad de bienes inmuebles urbanos o de derechos reales que recaigan sobre los mismos.

Aunque indudablemente no es la única fuente de medición de riqueza, los datos sobre los niveles de rentaofrecen información sobre los ingresos2 medios de las personas3 y familias4 de un determinado ámbito geográ-fico. Profundicemos en ello.

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Si comparamos los datos sobre estratos de renta para cada uno de los colectivos (hombres y mujeres) consus respectivas medias, vemos que el 42% de los hombres obtuvo una renta igual o superior a la media parasu colectivo (13.882 euros), mientras que en el caso de las mujeres, sólo un 32% alcanzó dichas condiciones(renta superior o igual a su propia media, 6.122 euros).

Más de un 57,93% de las mujeres mayores de 18 años de la CAPV, reciben una renta inferior al 50% de larenta media personal establecida. El porcentaje de hombres que se encuentra por debajo del mencionadoumbral de pobreza (4.944 euros) no llega al 25%.

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Gráfico 73

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Estadística de renta personal y familiar.

(8) La línea vertical de los gráficos señala los intervalos donde se encuentra la media de renta para el colectivo.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Estadística de renta personal y familiar

Tal y como queda reflejado en el siguiente gráfico, las diferencias de renta personal entre los dos sexos varíanen función de la edad. En todos los intervalos el colectivo de hombres dispone de una mayor renta, pero lasdiferencias se hacen más notables en la franja de edad que va de los 45 a los 65 años (en concreto, en elintervalo de edad de entre 50 y 54 años la cantidad diferencial a favor de los hombres llega hasta los 15.000euros).

(9) La línea vertical de los gráficos señala los intervalos donde se encuentra la media de renta para el colectivo.

Gráfico 74

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Gráfico 75

Fuente: Elaboración propia a partir de la Estadística de renta personal y familiar del EUSTAT

Gráfico 76

Fuente: Elaboración propia a partir de la Estadística de renta personal y familiar del EUSTAT

Atendiendo a los datos que distribuyen la población en función de su relación con la actividad, se hace evi-dente nuevamente que la media de renta es un dato que conlleva una gran desviación. Así, podemos con-statar cómo las personas inactivas (jubilados y jubiladas, estudiantes y personas dedicadas a labores delhogar entre otras) cuentan con rentas muy inferiores a la que tienen las personas ocupadas. Concretamentelas personas dedicadas a realizar labores del hogar, fundamentalmente mujeres, tienen una renta más de seisveces inferior a la de las personas ocupadas.

Las diferencias entre hombres y mujeres se aprecian también dentro de los propios colectivos de actividad.

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Las mujeres insertas en el mercado laboralcuentan con una renta un 20% menor a lamedia mientras que los hombres que traba-jan tienen una renta un 10% superior a lamedia (para el total de personas ocupadas).

Los y las profesionales técnicos, científicose intelectuales resultaron más favorecidas,con una renta media de 24.196 euros,aunque con una diferencia entre hombres ymujeres del 30% (inferior para ellas). En elcaso opuesto, las personas que menor rentapercibieron fueron las trabajadoras cualifi-cadas en la agricultura y en la pesca y lastrabajadoras de servicios de restauración,personales, de protección y de venta encomercios (renta media de 11.956 euros).Además, dentro de este último colectivo deprofesionales las mujeres perciben casi un40% menos de renta que los hombres.

Jubiladas y pensionistas también cuentan con rentas dispares, la diferencia dependiendo de si se trata dereceptor o receptora es de 4.562 euros, lo que significa un 40% menos.

Atendiendo al nivel de instrucción, las rentas más elevadas se registran entre quienes tienen estudios supe-riores y medios superiores (15.755 y 14.785 respectivamente) seguidas de las personas que cuentan conestudios profesionales (11.276) y medios (9.576). Las personas analfabetas, sin estudios y con estudios pri-marios registran valores de renta menores a la media. En el caso de las mujeres es importante decir que lasque tienen estudios no superiores a los primarios (4.440 euros) perciben una renta un 27% inferior a supropia media y que dichos ingresos suponen menos de la mitad de los ingresos medios calculados para eltotal de la población de la CAPV.

Gráfico 77

Fuente: Elaboración propia a partir de la Estadística de renta person-al y familiar del EUSTAT

Gráfico 78

Fuente: Elaboración propia a partir de la Estadística de renta personal y familiar del EUSTAT

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Los siguientes gráficos vienen a resumir, en cierto sentido (ya que este tipo de datos no se ofrecen desglosa-dos en función del sexo, ni de tipologías familiares), el panorama que describe la situación de las familias.

Gráfico 79

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT y INE.Encuesta continua de presupuestos familiares.

Si bien uno de cada tres hogares vascos teníaalguna dificultad para llegar a fin de mes(23,6 +14,7) en el año 2003, debemos decirque la cifra ha descendido en comparacióncon los dos años inmediatamente anteriores

Gráfico 80

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT y INE.Encuesta continua de presupuestos familiares.

No obstante, en estos tres últimos años lasposibilidades de ahorro de las familias vascasen general disminuyen. En total el porcenta-je de hogares que puede ahorrar ha experi-mentado un descenso del 11,2% con respec-to al 2001.

Las diferencias entre sexos se reflejan también a través de las cifras sobre renta familiar; En 1997 la rentamedia por familia se cifró en 25.357 euros (2,6 veces la renta personal), casi un 2% de las familias nopercibía ninguna renta y un 60% contaba con unos ingresos por debajo de la media.

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Fuente: Elaboraciónpropia a partir de laEstadística de renta per-sonal y familiar delEUSTAT

Gráfico 81

Fuente: Elaboración propia a partir de la Estadística de renta personal yfamiliar del EUSTAT

Dependiendo de si el perceptor principal es un hombre o unamujer la cifra que indica la renta media familiar sube o bajahasta 7.000 euros. Las familias encabezadas por un hombre sinrenta representan un 1,25% de ellas, mientras que lasencabezadas por una mujer casi triplican la cifra anterior(3,42%).

Observamos en el siguiente gráfico la distribución de las familias vascas según diferentes estratos de rentay volvemos a comprobar una distribución de la renta poco equitativa, o dicho de otra forma, de un procesode concentración de la renta.

El 43,6% de las familias encabezadas por una mujer registran rentas inferiores al 50% de la media mientraslas encabezadas por hombres en la misma situación representan un 24% menos (19,5%). Un 46% de lasfamilias encabezadas por hombres perciben una renta igual o superior a la media, mientras que sólo una decada tres de aquellas que tienen como sustentadora principal a una mujer cumplen dicha condición.

Las barras blancas del gráfico indican los estratos de renta en los que el porcentaje de familias encabezadaspor una mujer adquiere cotas superiores a las de la media (total de familias) y como podemos observar, coin-ciden con los estratos de renta más bajos, concretamente con aquellos que se sitúan por debajo del umbralde la pobreza. Las barras negras, en cambio, representan los estratos donde el porcentaje de familiasencabezadas por una mujer es menor al del total de familias y estas barras se extienden a lo largo de losestratos de renta más elevados.

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Gráfico 83

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT y INE.Encuesta continua de presupuestos familiares.

En el caso de las personas que viven solas, surenta familiar resulta algo menor de la mitadde la media general (11.679 frente a 25.379 respectivamente). Pero además, una mujer

que vive sola cuenta con un 35% menos derenta que un hombre en su misma situación.

Sin tratar de profundizar excesivamente en ello, hemos querido acercarnos a las cifras sobre perceptores deprestaciones sociales, con la intención de tener una visión sobre el conjunto de población cuya rentadepende de ellas (Será en el apartado de protección social en el que nos extendamos algo más en torno alas prestaciones contributivas y no contributivas).

Para tratar de hacernos una idea sobre el número y tipo de población cuya fuente principal de ingresos sonlas prestaciones sociales, hemos tenido que recurrir mayormente a los datos recogidos en el Panel deHogares de la Unión Europea para España.

Un nada desdeñable 31% de la población española tiene como fuente principal de ingresos algún tipo deprestación social, si bien la mayor parte es preceptora de una pensión, no podemos dejar de señalar que unporcentaje pequeño pero importante de personas depende de prestaciones por desempleo y subsidiossociales.

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Gráfico 84

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE. Panel de hoga-res de la Unión Europea 2001

Tabla 15

Del 100% de los ingresos que salen de pensionesy otras prestaciones sociales (que como se apre-cia en la tabla suponen el 31% del total de lasfuentes de ingresos), las pensiones suponen el83,2%. El resto se distribuye entre subsidios(11,5%) y prestaciones por desempleo (5,3%).

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Gráfico 85

Fuente: Elaboración propia a partir del Panel de Hogares de la Unión Europea del INE

Para seis de cada diez de las personas que viven solas en España las prestaciones sociales son su principalfuente de ingresos (en el 94,4% de los casos se trata de pensiones y sin duda se computa en este apartadoun gran número de personas ancianas). Además, la mitad de las familias formadas por una pareja y su descen-dencia, también según datos de 1998, dependen de las prestaciones sociales. Éste también es el caso de algomenos una de cada tres familias monoparentales/marentales. De hecho, el 84% de las familias encabezadaspor un único adulto y sus descendientes en España, cuya fuente principal de ingresos son las prestacionessociales, están cobrando algún tipo de pensión.

En 1996 la distribución porcentual de los hogares españoles pobres en función del tipo de prestación socialque recibían y el sexo del sustentador principal era la siguiente:

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Tabla 17

La mayor parte de las mujeres que percibían en 1996 prestaciones estaban cobrando una pensión deviudedad. Sólo un 13,6% recibía una pensión de jubilación y un 5,8% de invalidez. En el 26% de los casosrestantes, las mujeres cobraban varios tipos de prestaciones asistenciales.

Como venimos comentado, la perspectiva de género ha estado ausente de los estudios de pobreza y de losanálisis de los procesos de empobrecimiento durante mucho tiempo y ha supuesto que, aunque reciente-mente se han desarrollado teorías que han tratado de mitigar los vacíos de conocimiento en este sentido,en la parte más metodológica y técnica (operativización, recogida de datos, medición...) siga siendo unaasignatura pendiente.

A continuación, y antes de profundizar en los datos relativos a la CAPV vamos a comentar brevementealgunos datos interesantes relativos a los índices de pobreza en los Estados miembro de la U.E.

El Eurostat concluye en un estudio reciente11 que el 15% de la población de los Estados miembro (aproxi-madamente 56 millones de personas) vive en situación de pobreza. Conviene aclarar, sin embargo, que elconcepto es relativo ya que se calcula en función de la renta media. No de la renta europea, sino de la de

(10) Madruga Torremocha, I. y Mota López, R. (1999 : 96). Las condiciones de vida de los hogares pobres encabezados por una mujer:pobreza y género. Fundación Foessa y Cáritas, Madrid.

(11) Eurostat. Statistiques en bref. Population et Conditions Sociales. Theme 3-8/2003 y 3-9/2003.

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cada país; con lo que se puede dar la circunstancia de que alguien considerado pobre en Suecia o en Alemaniadisponga de más renta que otra persona que no tiene tal condición en Grecia, Portugal o España.

En 1999 el 9% de la población de la UE estaba en riesgo persistente de pobreza, habiendo percibido unarenta equivalente inferior al umbral del 60% en ese año y algo menos durante dos de los tres años prece-dentes. La media esconde diferencias entre los Estados miembro que varía desde el 5% en Dinamarca,Finlandia y Países Bajos hasta el 14% en Portugal.

En ese mismo año se calcula que la renta del 20% de la población de la UE de mayor renta es 4,6 veces supe-rior al 20% de población con menor renta. Además, si se tiene en cuenta el conjunto de la distribución delas rentas (coeficiente de Gini) a la UE le corresponde un índice del 29% que debe interpretarse sabiendoque el 0% representa la igualdad perfecta y el 100% equivaldría a que el total de la renta nacional se encon-trase en manos de una sola persona.

El informe también pone de manifiesto que en el 2001 el 2% de la población activa de la UE llevaba en paro24 meses como mínimo. Cerca de dos tercios de la población parada estaba en paro de muy larga duracióny esta situación era prácticamente dos veces más grave para las mujeres que para los hombres en Grecia,España e Italia.

No obstante, lo que más llama la atención de este estudio es que pone de manifiesto el efecto que laactuación estatal tiene sobre el índice de pobreza, gracias a las transferencias sociales. De hecho, es muydifícil elaborar estadísticas comparativas entre países debido a la falta de criterios a la hora de calcular lasrentas en cada uno de ellos. Por ejemplo, países como Grecia, Portugal o España acumulan las tasas másaltas de pobreza relativa debido al escaso efecto de sus transferencias sociales, que tan solo reducen entrecuatro y tres puntos el porcentaje de pobreza. Mientras, ésta se reduce por termino medio en Europa en nuevepuntos. En el caso de España el gasto de protección social es del 20%, el segundo más bajo de todos pordetrás de Irlanda.

A continuación pasamos a exponer e interpretar los datos que sobre pobreza en la CAPV se han publicadorecientemente, no sin antes presentar los términos en los que el Eustat hace referencia a diferentes tipos depobreza12: pobreza de mantenimiento y pobreza de acumulación.

La pobreza de mantenimiento se da cuando “las situaciones de precariedad en términos de mantenimientoincluyen las distintas realidades de dificultad de cobertura, con los ingresos efectivamente disponibles, delos gastos necesarios para hacer frente a las necesidades de los hogares”.Dentro de este tipo de pobreza demantenimiento, diferencian entre pobreza grave y ausencia de bienestar:

- El riesgo de pobreza grave “hace referencia a realidades caracterizadas por una disponibilidad de ingre-sos económicos potencialmente insuficientes para hacer frente a la cobertura de las necesidades máselementales, particularmente las relacionadas con los gastos regulares de alimentación, vivienda, vesti-do y calzado”.

- Mientras, el riesgo de ausencia de bienestar “se relaciona con una disponibilidad de ingresos potencial-mente insuficientes para hacer frente a los gastos necesarios para mantener los niveles mínimos de bien-estar y comodidad esperados en una determinada sociedad, más allá de la mera cobertura de las necesi-dades básicas”.

(12) EUSTAT (2000). Encuesta de Pobreza y desigualdades sociales. Gobierno Vasco. www.eustat.es

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Tabla 18

La pobreza de acumulación, por su parte, “se relaciona en lo fundamental con la incapacidad de un hogarpara conseguir acceder a los bienes de consumo duradero necesarios para mantener, en el largo plazo,un nivel de vida mínimamente adecuado o disponer de unos recursos patrimoniales de apoyo mínimos”.

(13) En los indicadores de riesgo de ausencia de bienestar o bajos ingresos se incluyen los colectivos pobres

(14) Muy importante señalar que: las tasas personales se calculan aplicando la situación del hogar en el que reside cada persona yno en base a los recursos personales en sentido estricto.

(15) En la EPDS se ofrecen indicadores y tasas de pobreza de mantenimiento (así como, en algunos casos, de ausencia de bienes-tar) derivados del uso de las siguientes metodologías: EDIS-Cáritas; EUROSTAT; SPL (Subjective Poverty Line); EPDS (Gobierno Vasco).

(16) Responde a un intento de asociar el cálculo de los umbrales de pobreza a la propia percepción de la sociedad respecto a susnecesidades básicas. El método se basa en el estudio de la relación existente entre las respuestas de los hogares analizados en laoperación estadística de referencia respecto de una serie de preguntas relacionadas con la medición de la pobreza u otras formas deausencia de bienestar (ingresos necesarios para cubrir las necesidades básicas e ingresos mínimos necesarios para llegar a fin demes, fundamentalmente) y los ingresos actuales reales de los hogares considerados.

(17) De acuerdo con esta aproximación, pueden considerarse pobres los hogares con ingresos inferiores al 50% de los ingresosnacionales netos medios disponibles por unidad de consumo equivalente.

(18) es sino una versión adaptada del método EDIS-Cáritas. Consideran pobres los hogares con ingresos inferiores al 60% de la medi-ana de ingresos netos equivalentes.

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Como vemos, en el año 2000 en la CAPV, el indicador de riesgo de pobreza grave se situaba en el 5,5 y afecta-ba a un total de 37.776 hogares; es decir, unas 74.364 personas afectadas (3,6% de la población). La ausen-cia de bienestar afecta a casi un 30% de los hogares de la CAPV y a un 21% de la población. Si por otrolado, nos fijamos en los datos relativos a la pobreza de acumulación observamos que afecta a algo más del2,1% de los hogares y a un total de 52.943 personas (2,6% de la población total).

Si consideráramos los dos tipos de pobreza (real o de riesgo) conjuntamente, se podría estimar que en total,un 6,8% de los hogares y un 5,4% de la población de la CAPV se ve afectada por uno u otro tipo de pobreza.

Gráfico 86

Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuestade Pobreza y Desigualdades Sociales del EUSTAT.

Además de los indicadores objetivos que se han presentado,la citada Encuesta de Pobreza y Desigualdades Socialesrecoge datos derivados de la percepción de la población. Losdatos subjetivos indican que la proporción de hogares quese consideran a sí mismos como pobres (2,6%) resultamucho menor al resultado determinado por métodos obje-tivos (6,8% hogares en situación o riesgo de un tipo u otrode pobreza).

(19) En el año 2000, la muestra de la EPDS ha incluido a 3.296 hogares. El estudio complementario relativo a la pobreza encubier-ta se ha basado en la aplicación de un cuestionario complementario a 573 personas con potenciales problemas de pobreza encubier-ta.

(20) Los mínimos señalados (para cubrir necesidades básicas o para llegar a fin de mes) hacen referencia a los declarados por cadauno de los hogares analizados.

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De las 74.364 personas que padecen situaciones de precariedad a la hora de cubrir las necesidades más ele-mentales, 28.597 son hombres (2,8% de los hombres) y 45.766 son mujeres (4,3% de las mujeres). Dicho deotra manera, las mujeres representan el 61,5% de la población pobre de la CAPV (pobreza de acumulación).

En el caso de los hogares, se encuentran en riesgo de pobreza el 3% de los encabezados por un hombre(15.930) y el 13,3% de los encabezados por una mujer (21.846). El 58% de los hogares vascos en riesgo depobreza de acumulación están encabezados por una mujer.

Por otro lado, se calcula que un 2,6% de la población y un 2,1% de los hogares no tienen la capacidad sufi-

ciente para conseguir, a largo plazo, mantener un nivel de vida mínimamente adecuado. Los índices delas mujeres, también en este caso superan los de los hombres.

La incidencia de una u otra pobreza es casi cuatro veces mayor en los hogares encabezados por una mujer.

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Tabla 20

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La pobreza afecta en mayor medida a los y las jóvenes y a las personas mayores. Algo más de una de cadacuatro personas divorciadas o separadas tiene algún tipo de problema ligado a la pobreza y le siguen de cercalas personas solteras. Sin duda la pobreza está muy ligada al desempleo, pero no deben olvidarse los altosporcentajes de personas inactivas y ocupadas inestables. Es apreciable la tendencia de menor tasa de pobrezaa mayor nivel educativo.

Son las personas que viven solas, especialmente las mujeres, junto con las familias monomarentales las quemayores riesgos de pobreza padecen:

El riesgo de padecer pobreza en el colectivo de mujeres que viven solas duplica el indicador masculino. Perosobre todo resulta interesante la disparidad existente en cuanto al riesgo de pobreza, entre las familiasmonoparentales y las monomarentales.

Las familias formadas por una madre y su descendencia registran un índice de riesgo casi nueve veces mayora las encabezadas por un hombre en solitario.

Como ya hemos visto, en términos generales, el 13,3% de los hogares cuyo sustentador principal es unamujer se encuentran por debajo del umbral de la pobreza (afecta a 21.846 hogares vascos y 45.766 per-sonas). Concretamente en el caso de las mujeres que viven solas la pobreza estaría afectando (basándonosen datos del 2001) a 15.292 mujeres (17,1%). En el caso de los hogares formados por una mujer y sus hijose hijas en los que ella es la única sustentadora (familias monomarentales) casi el 9% se sitúa por debajo dedicho umbral (6.373 hogares).

No menos importante es hablar de los colectivos que no disponen o se encuentran en riesgo de no dispon-er de los suficientes ingresos para hacer frente a los gastos que les permitan mantener ciertos niveles mín-imos de bienestar y comodidad, más allá de la mera cobertura de las necesidades básicas. Nuevamente debe-mos decir que son las mujeres solas (con o sin hijos e hijas) las que registran mayores probabilidades desufrir ausencia de bienestar (71,4%). Además un 31% de los hogares monomarentales están en situación deausencia de bienestar.

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Gráfico 87

Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales del EUSTAT

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Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de pobreza y desigualdades sociales.2000

Como ya hemos dicho, es la población desempleada la que cuenta con los índices de pobreza más elevados.En todos los casos los índices de pobreza de las mujeres sustentadoras principales de su hogar son mayoresque los correspondientes a los hombres cabeza de familia, pero las diferencias se hacen más notables en loscasos de desempleo e inactividad. Las mujeres en paro tienen un 30% más de riesgo de pobreza que los hom-bres en su misma situación. La inactividad también está afectando de forma especialmente negativa a lasmujeres.

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Gráfico 89

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de pobreza y desigualdades sociales.2000

Aún más destacable resulta sin duda, que desde 1996 hasta 2000 todos los indicadores de pobreza femeni-nos en relación con la actividad hayan aumentado considerablemente, mientras se ha conseguido reducir enalgunos casos la incidencia de la pobreza en el colectivo de hombres (hombres en situación de desempleo einactivos mayores de 65 años). Los datos a los que nos referimos podrían estar apuntando a una insuficientecobertura de la protección social que afecta especialmente a las mujeres inactivas mayores de 65 años (pen-siones de viudedad entre otras), a las mujeres desempleadas (prestaciones por desempleo, recursos de inser-ción...) y a las mujeres inactivas menores de 65 años (prestaciones sociales de carácter asistencial...).

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Gráfico 90

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de pobreza y desigualdades sociales.2000

Los dos gráficos de arriba muestran la forma en que se distribuye la población pobre de la CAPV en relacióncon la actividad y el sexo. Hemos visto que la pobreza de mantenimiento afecta en mayor medida a lapoblación desempleada, pero es la población femenina inactiva, fundamentalmente mujeres mayores de 65años pero también otras contabilizadas como tales (mujeres dedicadas al trabajo doméstico exclusivamente,trabajadoras de la economía sumergida y estudiantes) la que mayor peso relativo tiene en el colectivo depersonas pobres. Entre todas ellas representan el 40,5% de la población de la CAPV en riesgo o situación depobreza de mantenimiento.

La pobreza de acumulación muestra algunas variaciones con respecto al anterior tipo de pobreza analizado.Un 16% de las personas que no cuentan con los ingresos suficientes para mantener unos niveles mínimos debienestar son personas que cuentan con empleos estables. Puede decirse que hay un menor porcentaje demujeres entre este tipo de población pobre.

En suma, en el año 2000 se contabilizaron en la CAPV un total de 15.292 mujeres que vivían solas y 6.373hogares monomarentales en situaciones en las que la cobertura de los gastos para satisfacer las necesidadesmás elementales era imposible o muy difícil.

Retomando la tipología de mujeres solas que hasta el momento hemos ido desarrollando, podríamos añadiruna característica más a los dos tipos de mujeres solas a las que tratamos de seguir la pista a lo largo delos diferentes capítulos de nuestro estudio:

- De entre las que viven solas (índice general =17) en torno a un 10% de las mujeres inactivas mayoresde 65 años viven una situación real o de riesgo de pobreza de mantenimiento.

- De entre las que encabezan un hogar monomarental (índice general = 8,9) un 17% de las mujeres inac-tivas menores de 65 años y un 60% de las paradas padecen situaciones de precariedad.

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Parece claro que los altos índices de pobreza (en comparación con los índices masculinos) de las mujeres dela CAPV y en concreto de las mujeres solas, pudieran estar muy determinados por cada una de las caracterís-ticas sociodemográficas que las definen.

En concreto, los peores índices de pobreza se aglutinan en torno a las personas mayores de 65 años, las per-sonas separadas y divorciadas (seguidas de las que han enviudado), las personas en paro (seguidas de lasinactivas) y aquellas que sólo han cursado estudios primarios. Pero esto no lo puede estar explicando todo,ya que comprobamos que la pobreza está afectando a las mujeres de forma específica, al observar que susíndices superan con mucho los de los hombres en situaciones definidas por el mismo factor (paro, inactivi-dad, etc.).

Con todo, podría decirse que las diferencias en los índices de pobreza de hombres y mujeres nos estánhablando de la existencia de distintas causas que definen distintos procesos de empobrecimiento. Así, entrelos diferentes tipos de hogares encabezados por una mujer en solitario pueden distinguirse factores que inci-den y a su vez explican diferentes formas de encaminarse hacia la pobreza.

En algunos estudios publicados21 recientemente se habla de la conexión entre diferentes tipos de Estados deBienestar, a partir de las características de sus sistemas de protección social y el empobrecimiento. El mayorconocimiento del sistema de protección social en cada caso puede ayudarnos a determinar qué factores estánfavoreciendo la concentración de la riqueza (distribución desigual y poco equitativa de la renta) y qué ele-mentos redistributivos no están cumpliendo su función para que las bolsas de pobreza no sólo persistan sinoque además engorden.

Un ejercicio pendiente para el próximo capítulo será, por tanto, ahondar en las conexiones entre el sistemade protección social de la CAPV y las características que en mayor medida están incidiendo en los procesosde empobrecimiento de las mujeres solas.

Hemos visto que la pobreza, por una parte, está incidiendo más en las mujeres mayores de 65 años (que ensu mayoría son viudas) y en su mayoría dependientes de pensiones de viudedad o pensiones no contributi-vas. Por otra parte, la incidencia sobre las mujeres inactivas menores de 65 años (donde podrían estar con-tabilizándose a aquellas que trabajan en la economía sumergida y las amas de casa) y las paradas deberíahacernos reflexionar sobre la insuficiencia de recursos sociocomunitarios, los recursos de inserción que se lesofrecen y las prestaciones económicas no contributivas.

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(21) Mateo Pérez, M.A. (2002). La pobreza de la mujer: los procesos de empobrecimiento de las mujeres europeas. En III Jornadasde Exclusión Social “Feminización de la pobreza”, Cádiz.

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B. INSTRUMENTOS Y RECURSOS

DE INCLUSIÓN SOCIAL AL ALCANCE

DE LAS MUJERES SOLAS DE LA CAPV

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Protección social

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EEn este capítulo hemos considerado fundamental echar un vistazo al sistema de protección social con elque cuenta la sociedad, en cuanto que condiciona en buena medida la aparición o perpetuación de situa-ciones de pobreza y exclusión social. La estructura de intervención social estatal adquiere especial pro-

tagonismo cuando se trata de hacer frente a nuevas necesidades sociales.

En interrelación con otras transformaciones ya comentadas (en las estructuras familiares, en el mercado detrabajo, etc.) la tendencia a un debilitamiento de la intervención estatal en materia social en los últimosaños está incidiendo sin duda en el aumento del número de personas pobres. Algunos sistemas se han adap-tado mejor a las novedades que otros “...los países del sur se caracterizan por lo reducido de sus presta-ciones... los liberales se caracterizan por las bajas prestaciones y su condicionalidad al nivel de ingreso...”1

pero en términos generales los cambios han significado recortes en prestaciones y un bajo nivel de adapt-abilidad a las nuevas formas de empleo2.

Hemos querido aproximarnos con algunos datos al sistema de protección social de la CAPV, aunque sin pro-fundizar demasiado ya que este apartado bien podría constituir un estudio en sí mismo, que en cualquiercaso se alejaría del objetivo principal de la presente investigación. Aún tratándose de un modesto acer-camiento, su extensión y la variedad de las cuestiones tratadas nos obligan a dividir este capítulo en variosbloques que seguirán el siguiente hilo argumentativo.

Comenzaremos por exponer la oferta de programas y prestaciones económicas para la inserción social.Prestaremos especial atención a aquellos programas a disposición de las mujeres para hacer posible su inser-ción socio-laboral y a las prestaciones económicas asistenciales que pueden recibir (Renta Básica y Ayudasde emergencia Social).

Para completar la visión sobre el total de prestaciones económicas nos acercamos a observar las prestacionesdel sistema de la seguridad (pensiones por jubilación, por invalidez, vejez y viudedad) y protección por desem-pleo, tanto en su vertiente contributiva como en la no contributiva.

Por otra parte, teniendo en cuenta que las mujeres, que siguen hoy asumiendo prácticamente la totalidaddel trabajo reproductivo, cuentan fundamentalmente con dos tipos de responsabilidades familiares ineludi-bles y que suponen uno de los obstáculos para su inserción laboral, cuales son el cuidado de hijos e hijas yla asistencia a personas dependientes (como son las personas con discapacidad o las personas mayores queresiden en el hogar o son miembros de la familia) nos fijaremos en los principales recursos destinados a estoscolectivos a través de dos vías: por un lado, la red de escuelas infantiles y por otro lado, la red de centrosde servicios sociales. Así mismo, hemos tratado de recoger algunas de las medidas y políticas llevadas a caboen relación al apoyo a las familias.

Antes de nada, la descentralización de la política social en la CAPV nos obliga a realizar una aproximacióna los tres niveles competenciales: autonómico, foral y municipal. La ley de Servicios Sociales3 de la CAPVestablece el siguiente reparto de competencias:

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(1) De la Cal Barredo, M.L. La exclusión Social: Retos de una sociedad de cambios.

(2) El trabajo temporal, el autoempleo, las bajas remuneraciones... significan contribuciones esporádicas y reducidas que limitan lascompensaciones futuras y en los casos de empleo sumergido la única opción posible son las prestaciones asistenciales que se vencondicionadas por los niveles de renta de la unidad familiar y requisitos de edad.

(3) Ley 5/1996 de servicios sociales y Decreto 155/2001 y Decretos 40 y 44 del 2002.

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GOBIERNO:Iniciativa legislativa y potestad reglamentaria, planificación general, coordinación entre organismos públicos y privados,ordenación de los servicios sociales y regulación de los requisitos, creación, mantenimiento y gestión de centros o serviciospropios, inspección de entidades vinculadas, planificación, diseño y mantenimiento de estadísticas, creación y mantenimien-to de un registro general, tutela de fundaciones y relaciones administrativas con entidades benéfico-asistenciales, estudio decausas de los problemas sociales, ejercicio de la potestad sancionadora.

VICECONSEJERÍA DE INSERCIÓNSOCIAL:Planificar, promover y coordinar las actuaciones en los ámbitos delucha contra la exclusión y protección a la familia; desarrollaracciones de prevención; elaborar y gestionar los programas, lasprestaciones y los instrumentos para lograr la integración social;potenciar la solidaridad activa; promover la ejecución de la Carta deDerechos Sociales; promover la acción directa del Gobierno enmateria de inserción social y de familia; promover el desarrollodel Plan Inter- instucional de apoyo a las familias; impulsar y coor-dinar las actuaciones del Plan Vasco de Inserción; apoyo a lasempresas de inserción y mantenimiento del programa Auzolan;impulsar las actuaciones de las Comisiones Interdepartamentales,Inter-institucional y Permanente para la Inserción.

VICECONSEJERÍA DE ASUNTOSSOCIALES:Impulsar los mecanismos de participación enrelación a sus competencias en materia de serviciossociales; planificar, promover, coordinar y evaluar lasactuaciones en el ámbito del bienestar social y losservicios sociales y mantener y mejorar sus presta-ciones; promover la acción directa del Gobierno enmateria de servicios sociales; impulsar las actuacionesen materia de integración social y política de lapoblación inmigrante; promover la participación delos ciudadanos en los movimientos de cooperaciónsolidaria; impulsar y desarrollar nuevas medidas en elcampo de la libertad afectivo-sexual; potenciar lasrelaciones de colaboración con los movimientos quetrabajan en el campo de los asuntos sociales.

DIPUTACIONES:Reglamentación de sus propios servicios; programación en suámbito territorial acorde con la planificación general; creación ymantenimiento de los servicios sociales especializados no guber-namentales ni municipales; inspección y control de programas, cen-tros y servicios propios, concertados o subvencionados; estudio denecesidades y programación de recursos; asesoramiento y apoyotécnico a entidades locales e iniciativa privada; promoción de laparticipación de todos los agentes implicados; promoción y fomen-to de servicios sociales municipales mancomunados; autorización yhomologación de servicios y centros privados; creación y manten-imiento de un registro foral; mantenimiento de estadísticas denecesidades y recursos; ejercicio de la potestad sancionadora.

Además “En el caso de las personas mayores de 60 años, la aten-ción y cuidado de las personas que tengan la calificación de depen-dientes corresponderá a las Diputaciones Forales. Asimismo en elcaso de las personas comprendidas entre 0 y 59 años que presen-ten alguna discapacidad y tengan la calificación de dependientes,su atención y cuidado corresponderá también a las DiputacionesForales” (Art. 3º).

AYUNTAMIENTOS:Creación, organización, gestión y reglamentación delos servicios sociales de base; programación munic-ipal de los servicios; promoción de la solidaridad y laparticipación ciudadana; detección de las necesidadessociales; realización de investigaciones y estudios;inspección y control de los servicios de su competen-cia; ejercicio de la potestad sancionadora.

En el caso de los municipios de más de veinte milhabitantes, la Ley añade a sus Ayuntamientos laresponsabilidad de organizar y mantener servicios deacogimiento de urgencia y centros que favorezcan laconvivencia y la solidaridad.

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1. OFERTA DE PROGRAMAS Y PRESTACIONES ECONÓMICASPARA LA INSERCIÓN SOCIAL

La Comunidad Autónoma de Euskadi cuenta con un Plan Vasco de Inserción (2003-2005), de carácter trien-al y que recoge las líneas y directrices de intervención. En líneas generales es el Departamento de Justicia,Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco el que se encarga de trasmitir y poner en marcha los progra-mas para la Inserción Social, mientras que las funciones de tramitar y gestionar la oferta de recursos y presta-ciones sociales destinadas a la ciudadanía les corresponden a los Ayuntamientos.

En el siguiente cuadro, se detallan tanto los programas existentes como las ayudas económicas y algunas delas características imprescindibles para acceder a ellas.

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A. CONVENIOS DE INSERCIÓN

Son documentos - programa establecidos de mutuo acuerdo entre las partes intervinientes, que determinanlas acciones necesarias para conseguir la inserción personal, social y laboral o prevenir el riesgo de exclusión.Son abiertos y establecen un itinerario de inserción individualizado.

Se dirigen a:

• Personas que se encuentran en situación o en riesgo de exclusión y a personas que son titulares delderecho a la Renta Básica;

• En el caso de persona titular del derecho a la Renta Básica, los servicios sociales pueden incluir comopersona destinataria a cualquier miembro de la unidad económica de la convivencia independiente de lapersona titular del derecho a la Renta Básica; y

• Cualquier persona que lo solicite, y que a juicio de los servicios de base, requiera una intervención amedio o largo plazo.

Ofrecen o incluyen acciones:

• De promoción de la estabilidad personal, el equilibrio en la convivencia y la inserción y participaciónsocial en el entorno de su vida cotidiana;

• De desarrollo de las actitudes y de los hábitos para la adquisición de nuevos conocimientos educativosy formativos;

• Específicas de formación; y

• Que posibiliten el acceso a un puesto de trabajo.

También podrán incluir otras acciones:

- Que faciliten la participación en el mundo del ocio, la cultura y el deporte;

- Para el acceso y mantenimiento de una vivienda en condiciones adecuadas;

- Encaminadas a superar el rechazo;

- Para la atención y el cuidado necesario a personas dependientes; o

- Que promuevan la autonomía, libertad y desarrollo personal, que faciliten el ejercicio de los derechossociales o que sean necesarias para garantizar la inserción social.

Procedimiento:

• En un plazo de seis meses a partir del acceso de la persona titular a la prestación de Renta Básica;

• El SS de Base podrá pedir datos, informes;

• Los SS de Base elaborarán el diagnóstico individual de las necesidades de inserción; y por último

• El o la trabajadora social, diseñará la correspondiente propuesta de convenio de inserción.

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B. RENTA BÁSICA4

Es una prestación económica de carácter asistencial para paliar los problemas económicos de quienes noalcanzan un mínimo de subsistencia. Se trata de una prestación periódica y de derecho que garantiza a todaslas familias (unidades de convivencia) residentes en la CAPV unos ingresos mínimos. Es susceptible deseguimiento y se articula a través de un sistema de contraprestaciones, estando actualmente vinculado a losllamados convenios de inserción.

Se dirige a:

• Personas mayores de 23 años que forman parte de una unidad de convivencia que carece de recursoseconómicos y que estén empadronadas en uno de los municipios de la CAPV con al menos un año deantigüedad;

• La unidad de convivencia debe estar constituida con un año de antelación a la fecha de presentación,salvo, en el caso de tener a su cargo menores, personas con minusvalía o constitución de una nuevaunidad de convivencia (divorcios, separaciones...).

Ofrece: Por ley5 se establece que la renta básica deberá garantizar unos ingresos del 75% del Salario MínimoInterprofesional (SMI), si bien previsiblemente llegará al 86% en 2006. Estos ingresos mínimos deberán des-tinarse únicamente a la finalidad para la que se han otorgado.

Procedimiento:

• En los SS de Base se ofrece la información y orientación;

• El o la trabajadora social realiza un diagnóstico de la situación;

• Se determinará la cuantía de la ayuda y se negociará, suscribirá y cumplirá un convenio;

• Estos recursos nunca serán obstáculo para el acceso a un empleo o a una formación.

Las Diputaciones establecen una serie de ayudas adicionales (de dotación presupuestaria) con el fin de incre-mentar (acercándose al SMI aunque sin llegar a alcanzarlo actualmente) la cuantía percibida por los percep-tores de la Renta Básica.

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(4) Su solicitud se realiza en los Servicios Sociales de Base y su gestión en las Diputaciones, el Gobierno Vasco financia las presta-ciones y se encarga de su supervisión y control (contratación de personal de refuerzo).

(5) Ley 10/2000, de 27 de diciembre de 2000, de Carta de Derechos Sociales. BOPV sábado 30 de diciembre de 2000 (23377).

(6) Estos datos fueron dados a conocer por el propio Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga el día15/06/2004 y recogidos en prensa por el Diario Vasco.

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De acuerdo con los datos hechos públicos el pasado mes de junio por el Consejero de Justicia, Empleo ySeguridad Social, el número de perceptores de Renta Básica se ha multiplicado por 5,5 y casi se ha quintu-plicado la aportación anual por beneficiario o beneficiaria en los últimos 14 años.

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Fuente: Departamento de empleo, Justicia y Seguridad Social de Gobierno Vasco, Viceconsejería de Inserción Social

Tabla 22

(6) Estos datos fueron dados a conocer por el propio Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga el día15/06/2004 y recogidos en prensa por el Diario Vasco.

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En el año 2003 la cuantía (365,4 euros al mes) ha llegado a representar el 81% del Salario MínimoInterprofesional (451,2 euros al mes). Desde la Consejería de Justicia, Empleo y Seguridad Social se rechazala equiparación de dichas cantidades, aludiendo un intento de disuadir el fraude y la desmotivación en labúsqueda de empleo de sus beneficiarios y beneficiarias.

En el año 2003 las siguientes fueron las características del perceptor o perceptora media de Renta Básica(en adelante RB):

En el 70 % de los casos se trataba de una mujer, y la edad media de todas las personas perceptoras de la RBfue de 45,5 años. Además, a esto hay que añadirle que el 14% eran extranjeras.

Tabla 23

Tabla 24

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C. ESTÍMULOS AL EMPLEO

El objetivo es garantizar que el acceso al empleo constituya un aspecto económicamente positivo para laspersonas titulares de RB y de Ayudas de Emergencia Social (en adelante AES), solicitándolos a través de losSS.SS. de Base.

Son un mecanismo que garantiza unos ingresos superiores para aquellas personas que percibiendo algún tipode ayuda económica dedican parte de su actividad a la realización de un trabajo por cuenta propia o ajena.Se excluyen del cómputo de recursos un determinado porcentaje de los ingresos procedentes del trabajo aefectos de determinar la cuantía de la RB y de las AES.

En el 2002, el 17,6% de las personas perceptoras de Renta Básica se beneficiaban también de estímulos alempleo.

D. AYUDAS DE EMERGENCIA SOCIAL7

Son un programa de subvenciones económicas no periódicas, destinadas a personas con recursos insufi-cientes para hacer frente a gastos específicos y necesarios para prevenir, evitar o paliar situaciones de mar-ginación y exclusión social. Se otorgan de forma puntual para hacer frente a situaciones sobrevenidas oexcepcionales. Se trata de una prestación asistencial condicionada a la existencia de disponibilidad pre-supuestaria.

Requisitos:

• Estar empadronados en cualquier municipio de la CA de Euskadi;

• Tener cumplidos los 18 años;

• No disponer de recursos suficientes ni de unos rendimientos que sean superiores al 150% de la cuantíamáxima de la RB que le pudiera corresponder.

Es importante señalar que las AES son intransferibles, subsidiarias y complementarias con otros recursos yprestaciones sociales de contenido económico que pueda percibir la persona beneficiaria o cualquiera de losmiembros de su unidad económica, u otras personas residentes en la misma vivienda.

Procedimiento:

• Se solicitan en los SS.SS. de Base del municipio;

• Los SS.SS. de Base recabarán información;

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(7) Las financia, supervisa y controla el Gobierno Vasco y después de establecidos los criterios e indicadores la gestión y adminis-tración de las mismas queda en manos de los Ayuntamientos.

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Gráfico 93

Existen unas cuantías económicas anuales máximas por unidad de convivencia para cada uno de los gastosespecíficos contemplados por el programa de las AES.

De acuerdo con un informe del SIIS8, en 1997 las AES se distribuyeron, atendiendo a su finalidad, de la sigu-iente manera:

- El 66,7%, se destinaron a financiar el arrendamiento de viviendas;

- El 15,8% se empleó en la financiación de obras de mantenimiento de viviendas;

- El 7% fue dedicado a pagar endeudamientos previos, capítulo en el que, se incluyen también arren-damientos e hipotecas;

- El 6,4% fue empleado en la financiación de necesidades primarias;

- El 4,1% restante se utilizó para ayudar a sufragar los gastos de adquisición de mobiliario y electrodomés-ticos y los correspondientes a reparaciones e instalaciones;

Fuente: Departamento de empleo, Justicia y Seguridad Social de Gobierno Vasco, Viceconsejería de Inserción Social.

(7) SIIS (1999). Análisis de la distribución de las AES. SIIS, Donostia -San Sebastián.

• Se concederán previa comprobación de la existencia de una situación real de necesidad y de la existen-cia de crédito para esa finalidad en los Presupuestos Generales de la CAE;

• El departamento de GV competente, establecerá anualmente las cuantías anuales máximas concesibles.

El siguiente gráfico muestra la evolución del número de personas beneficiarias de estas ayudas en la CAPV,que en el año 2002 ascendieron a 16.500.

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E. AYUDAS A PROGRAMAS DE INSERCIÓN

Son ayudas destinadas a programas de inserción orientados a labores de prevención y de integración socialde personas y colectivos en situación o en riesgo de exclusión social y marginación.

Se dirigen a:

• Consorcios, Ayuntamientos, Mancomunidades de la CAPV que realicen programas de inserción social;

• Entidades privadas, sin ánimo de lucro, que desarrollen su actividad en la CAE realizando programas deinserción social, en colaboración con los SS de Base.

Los programas de inserción llevan a cabo acciones de diagnóstico, formación y de acompañamiento - tutoría,seguimiento y evaluación en los procesos de inserción social.

Procedimiento:

• Deben desarrollar los programas de inserción en colaboración con SS.SS. de Base;

• Se iniciará con un diagnóstico sociolaboral, con participación activa de la persona;

• Serán flexibles en cuanto a ritmo, contenidos, etc;

• La Administración evaluará estos programas.

F. PROGRAMA AUZOLAN

Se entra en ellos a través de los SS.SS. de Base, y constituyen una oportunidad de formación y empleo parapersonas excluidas del mercado laboral, facilitando:

• Formación combinada con un contrato de trabajo de carácter temporal y a tiempo parcial;

• Apoyo al proceso de incorporación social y laboral.

Se dirige a:

• Personas beneficiarias de RB, con prioridad para las familias monoparentales;

• Personas miembros de la unidad de convivencia de la persona titular del derecho a la RB;

• Personas en situación de riesgo que exclusión social que hayan suscrito un Convenio de Inserción.

Ofrece:

• Formación inicial o de apoyo, 20-30 horas, previa al contrato de trabajo;

• Puesto de trabajo temporal de 6 meses;

• Contrato laboral de 30 horas semanales;

• Formación ocupacional;

• Acciones encaminadas a la búsqueda activa de empleo;

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• Figura de persona coordinadora - educadora del proceso.

La Gestión es del Ayuntamiento y se financia por el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social delGV.

A través del Informe de Evaluación del Programa Auzolan 2000, hemos recabado los siguientes datos quecreemos aportan una visión bastante clara de los aciertos y de las cuestiones a mejorar.

En el año 2000 se llevaron a cabo 51 proyectos que tuvieron como beneficiarias a un total de 488 personas.10 de los programas se organizaron exclusivamente para mujeres y 3 sólo para hombres, los 38 restantestuvieron carácter mixto.

Aunque al proceso de selección se convoca a un mayor número de mujeres que de hombres, finalmente sóloun 54% de las mujeres que inician el proceso de selección en un programa exclusivo de mujeres son final-mente aceptadas, mientras que en el caso de los programas para hombres la cifra asciende al 62%. En el casode los programas mixtos, en cambio, se convoca a un número igual de hombres que de mujeres y sin embar-go finalmente la participación de las mujeres se reduce al 40%. En el propio informe se apunta que enmuchos casos esto es debido a exclusiones o autoexclusiones por el problema de cargas familiares (ya quela plena disponibilidad es requisito fundamental).

Sobre el total de personas participantes se produjo un 20% de bajas (13% mujeres y 22% hombres) cuyascausas se distribuyen de la manera que se refleja en el gráfico.

Fuente: Elaboración propia a partir de dataos del informe de evaluación de los programas Auzolan. 2000.

Gráfico 94

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De entre las personas que han sido baja por haber encontrado un empleo, sólo el 30% son mujeres, sinembargo, las mujeres son las únicas que abandonan por incompatibilidad con cargas familiares (la terceracausa más frecuente que representa un 18,2%). Si bien el desinterés como causante de baja es muy similarentre ambos colectivos, no lo es así el tema de las expulsiones, que en los hombres representa el 16% y enel caso de las mujeres supone un 6%.

Por colectivos de personas, el grupo más grande de participantes lo componen las madres con descendientesa su cargo (30%), seguido de las personas que viven solas (27%). En el caso de los hombres, más del 40%viven solos y apenas un 7% forma un núcleo monoparental. Sin embargo, el 60% de las participantesencabezan una familia monomarental.

G. EMPRESAS DE INSERCIÓN

Las empresas de inserción son estructuras productivas de bienes o servicios que tienen como objetivo laincorporación al mercado laboral de colectivos socialmente excluidos o en riesgo de estarlo.

Llevan a cabo un proyecto personal de inserción y estas empresas deben estar inscritas en el registro deempresas de inserción adscrito a la Dirección de Inserción social del Departamento de Justicia, Empleo ySeguridad social, como condición previa necesaria para acceder a las medidas de fomento y programas sub-vencionables de la Administración General de la Comunidad Autónoma Vasca.

Se dirige a:

• Colectivos particularmente desfavorecidos, en situación de desventaja social o de exclusión,...

• Personas desempleadas que tengan suscrito un convenio de inserción en su servicio social de base;

• Tendrán prioridad aquellas personas que cumplan una serie de requisitos, como por ejemplo: situaciónde desempleo de larga duración y a cargo de una familia monoparental,.......

Ofrece:

• Diseño del itinerario de inserción;

• Servicio de formación y orientación profesional;

• Contrato de trabajo;

• Acompañamiento durante el proceso de inserción;

• Seguimiento de los itinerarios;

• Servicio de formación y orientación profesional tras finalizar la permanencia en la empresa.

Procedimiento:

• Tramitación desde los SS.SS. de Base;

• Mediante contrato de trabajo que derive de la previa suscripción de un convenio de inserción;

• El SS.SS. de base se encargará de la documentación (informe, convenio,...).

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H. OTROS RECURSOS: PROGRAMAS DE FORMACIÓN Y EMPLEO

El objetivo es potenciar la participación de personas beneficiarias en programas de Auzolan, o de otros pro-gramas de empleo y formación como vía de acceso al empleo normalizado.

El acceso a los programas del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del GV se realiza a travésde los convenios de inserción, en los cuales se fijan las acciones específicas a desarrollar: actividades especí-ficas de formación, acciones que posibiliten el acceso a un puesto de trabajo, etc. También se potencia laparticipación en programas de políticas activas del INEM.

Están dirigidos a las personas beneficiarias de las prestaciones económicas y a las demás personas miembrode la unidad de convivencia, así como a cualquier otra persona que requiera de una intervención social.

La primera y fundamental conclusión que podrá extraerse de la descripción de algunos de los instrumentosy recursos de inclusión social existentes en la CAPV para las mujeres solas, es que son los mismos que parael resto de personas en riesgo o situación de exclusión. Es decir, que prácticamente no existen recursosespecíficos de carácter público para ellas.

La distribución de las ayudas de acuerdo con las clasificaciones anteriormente descritas, denotan cierta faltade consideración para con el colectivo de mujer en general y sobre todo de los colectivos de mujeres solasen particular. De alguna manera la ayuda destinada a las mujeres parece concretarse en un tipo de ayuda ori-entada a satisfacer las necesidades de las familias, convirtiendo a las mujeres, en buena medida, en benefi-ciarias pasivas de programas asistenciales en calidad de madres… y en definitiva en función de su tradi-cional rol reproductivo.

Los Planes de Inserción y de Lucha contra la pobreza recogen la necesidad de prestar especial atención a loscolectivos más vulnerables de la sociedad y parece contradictorio que los recursos a los que pueden acced-er las mujeres solas de la CAPV sean de carácter tan general. Los datos evaluativos de aquellos programas deinserción que se orientan a conseguir la independencia económica de las personas y que pretenden ser la víade incorporación al trabajo productivo para muchas mujeres (ej. Auzolan) nos llevan a pensar que no tienenen cuenta las peculiaridades concretas que definen las circunstancias que vive la mayor parte del colectivode mujeres solas, y por ello, no cuentan con un alto grado de aceptación. La falta de adaptabilidad de losrecursos tiene un efecto negativo en las posibilidades de acceso para las mujeres que, en suma, puede sig-nificar una discriminación.

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2. PRESTACIONES DEL SISTEMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Hemos hablado anteriormente de las prestaciones sociales de tipo asistencial, dirigidas a personas sin otrafuente de ingresos y sin derechos adquiridos a percibir pensiones, como son la Renta Básica y las AES. Paracompletar la visión sobre las prestaciones económicas existentes, debemos hablar de las pensiones9.Conociendo algunos datos sobre las mismas podremos tener una visión más consciente de la situacióneconómica que pueden estar viviendo las personas que las reciben.

1. PENSIONES DE JUBILACIÓN, INVALIDEZ, VEJEZ Y VIUDEDAD

El primer gran bloque de las pensiones lo componen las pensiones de carácter contributivo, cuyo acceso estácondicionado por la previa cotización a la Seguridad Social. Actualmente, existen también para aquellas per-sonas que encontrándose en situación de necesidad protegible (invalidez o jubilación) no hayan cotizadonunca o bien que no lo hayan hecho durante el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones de nivel con-tributivo, las denominadas pensiones no contributivas10. También está en vigor el llamado Seguro Obligatoriode Vejez e Invalidez (SOVI) que se aplica a aquellas y aquellos trabajadores y sus derechohabientes que,reuniendo los requisitos exigidos por la legislación del extinguido régimen, carezcan de protección al amparodel Sistema de la Seguridad Social vigente en la actualidad.

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Las pensiones no contributivas son de cuantías mínimas y se establecen anualmente por los PresupuestosGenerales del Estado, aunque su gestión está atribuida a los órganos competentes de cada ComunidadAutónoma. En el 2002 se contabilizaron más de 10.300 personas dependientes de este tipo de ingreso, cuyacuantía media representaba el 60% del salario mínimo interprofesional.

(9) Las definiciones pueden consultarse en la página web del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Secretaría del Estado de laSeguridad Social. www.mtas.es

(10) Se crearon con la Ley 26/ 1990, actualmente integrada en el R.D.L. 1/1994, de 20 de junio.

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Tabla 26

Las pensiones contributivas, como decíamos, son aquellas prestaciones económicas de carácter indefinidocuya cuantía se determina en función de las aportaciones efectuadas durante el periodo de cotización: porjubilación, incapacidad permanente-invalidez o por fallecimiento.

La prestación por jubilación, en su modalidad contributiva, podría identificarse con la paga vitalicia quereciben los y las trabajadoras que han alcanzado la edad de retirarse del mercado laboral, 65 años, y hancotizado11 a la Seguridad Social un mínimo de 15 años (y 2 años deberán estar comprendidos dentro de los15 años inmediatamente anteriores al momento de causar el derecho). La cuantía de la pensión se determi-na aplicando a la base reguladora12 el porcentaje13 que corresponda en función de los años cotizados.

Las prestaciones por muerte y supervivencia están destinadas a compensar la situación de necesidadeconómica que produce, para determinadas personas, el fallecimiento de otras. Entre ellas se encuentran laspensiones de viudedad. Actualmente las cuantías representan el 52%14 de la base reguladora15 (o el 70% encaso de que el o la pensionista tenga hijos o hijas menores de 26 años o incapacitados/as y los rendimien-tos de la unidad familiar no superen ciertos límites).

Se garantizan unas cuantías mínimas mensuales que varían en función de la edad del o la pensionista y desi tiene o no cargas familiares, éstas son las establecidas para el 2004:

(11) El caso de las personas de contratación parcial, para acreditar los períodos de cotización correspondientes, se computarán exclu-sivamente las cotizaciones efectuadas en función de las horas trabajadas, tanto ordinarias como complementarias, calculando suequivalencia en días teóricos de cotización.

(12) Es el cociente que resulte de dividir por 210 las bases de cotización del interesado durante los 180 meses inmediatamente ante-riores a aquél en que se produzca el hecho causante.

(13) El porcentaje es variable en función de los años de cotización a la Seguridad Social, aplicándose una escala que comienza conel 50% a los 15 años, aumentando un 3% por cada año adicional comprendido entre el decimosexto y el vigésimo quinto y un 2%a partir del vigésimo sexto hasta alcanzar el 100% a los 35 años.

(14) En los últimos años se ha dado un incremento del porcentaje aplicable a la base reguladora de las pensiones de viudedad pasan-do del 45% al 46% en 2002, del 46% al 48% en 2003 y del 48% al 52% en 2004 y, en los supuestos de cargas familiares y bajodeterminadas condiciones de renta, del 45% al 70%. En caso de separación judicial, divorcio o nulidad la cuantía será proporcionalal tiempo vivido en matrimonio con el fallecido.

(15) Se calcula de forma diferente dependiendo de la situación en que se encuentre el o la causante (trabajador o trabajadora enactivo o pensionista) y de la causa del fallecimiento (contingencia común o profesional). Por norma general la base reguladora serála misma que sirvió o serviría para determinar la pensión de jubilación del o la fallecida, a la que se aplicará el porcentaje menciona-do.

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Tabla 27 Tabla 28

Como vemos, algunas de las cuantías mínimas establecidas para las pensiones de viudedad, no sólo no alcan-zan el salario mínimo, sino que son inferiores a la cantidad establecida para la Renta Básica (370 euros almes), que se entiende viene a representar los ingresos considerados mínimos para la inserción social.

En los casos en los que las pensiones de viudedad no alcanzan la RB, las viudas pueden solicitar estaprestación y se les concede parcialmente (se completa la pensión hasta llegar a la cuantía establecida parla RB).

Aquellas viudas cuya pensión es inferior a la RB y deben solicitar esta ayuda parcialmente para alcanzar sucuantía tienen derecho, a su vez, a cobrar las ayudas de la Diputación (Mencionadas anteriormente). Sinembargo, las viudas cuya pensión es igual a la RB (por no ser perceptoras de la misma) no pueden optar ala ayuda adicional aún cobrando lo mismo que las primeras.

A continuación se aporta un gráfico en el que se puede observar la evolución de la cuantía económica cor-respondiente a la pensión media de jubilación y a la pensión media de viudedad en la Comunidad Autónomade Euskadi, desde el año 1992 hasta el año 2002:

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Tabla 29

Gráfico 95

Fuente: Dirección general de Seguridad Social de Gobierno Vasco. 2002.

La cuantía media de las pensiones por jubilación ha aumentado en un 64% en los últimos 10 años. El incre-mento más significativo tuvo lugar en 1995 con un crecimiento anual con respecto a 1994 de un 7,4%. Entre2001 y 2002 el crecimiento significó un 3%. Las pensiones de viudedad, por su parte, han crecido un 60%desde 1992, aunque la cantidad media percibida por una persona viuda sigue siendo hoy un 44% menor quela percibida a través de una pensión de jubilación. Entre 2001 y 2002 las pensiones de viudedad crecieronun 6%.

En el año 2002 y según cada uno de los Territorios Históricos, la cuantía económica media de las pensiones(jubilación y viudedad) y el número de pensionistas fue el siguiente:

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La pensión media de viudedad en la CAPV es de 431 euros, lo que supone algo más de la mitad de la pen-sión media por jubilación, que es de 766 euros. Entre estos dos colectivos de pensionistas, suman un totalde 376.386 personas que tienen como fuente principal de ingresos una pensión contributiva.

2. PRESTACIONES POR DESEMPLEO

A diferencia de las pensiones de invalidez o jubilación, para percibir la prestación por desempleo la personadebe ser considerada válida para trabajar pero encontrarse en situación de inactividad. El riesgo de desem-pleo está cubierto por dos tipos de prestaciones que como en el caso de las pensiones distinguen a las per-sonas que han cotizado a la Seguridad Social en función bien del periodo de tiempo cotizado, establecidocomo mínimo en 360 días (en cuyo caso se trata de prestaciones de nivel contributivo), o en el caso de queno hayan cotizado el tiempo suficiente pero tengan ingresos inferiores al 75% del Salario MínimoInterprofesional y cumplan además otros requisitos como demostrar la insuficiencia de medios económicosde la unidad convivencial (en cuyo caso se trata de prestaciones de carácter asistencial).

La protección de nivel contributivo se denomina "Prestación por desempleo", la duración de la prestacióneconómica que se reciba dependerá del período de ocupación cotizada en los 6 últimos años, desde un mín-imo de 360 días que dan derecho a cobrar durante 120 días, hasta el máximo que supondría cobrar 720 díasde prestación a partir de 2.160 días cotizados. Durante los 180 primeros días, la cuantía a cobrar será laequivalente al 70% de la Base Reguladora, y a partir del día 181, el 60%. No obstante, los importes así cal-culados no podrán ser superiores al tope máximo ni inferiores al tope mínimo establecidos en función delnúmero de hijos o hijas que se tengan.

Por su parte, la duración del llamado subsidio por desempleo es variable (según características de lapoblación y requisitos) pero no indefinida. La cuantía económica establecida a partir del 1 de julio de 200416

se establece en el 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples: 368,4 euros/mes.

El número de beneficiarios y beneficiarias de la prestación por desempleo en la CAPV ha disminuido en losúltimos años, concretamente un 40,8% durante el período que comprende desde 1994 hasta 2003. Si obser-vamos las cifras de paro podemos ver que en algunos periodos, como el comprendido entre 1994 y 1998, elnúmero de personas beneficiarias se redujo en un 40,3%, mientras que el número de personas paradas en elmismo periodo se redujo únicamente en un 27%.

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(16) Hasta el 30 de junio de 2004, el 75 % del Salario Mínimo Interprofesional vigente: 345,38 euros/mes.

(17) Como ya hemos dicho en anteriores ocasiones, el cambio en la definición de parados hace que las cifras a partir del 2002 debantomarse con precaución si se pretenden comparar con las anteriores. (Ver nota nº5 capítulo de “mercado de trabajo”)Prestacionescontributivas y asistenciales. Excluido el subsidio para trabajadores/as eventuales agrarios.Hasta el 30 de junio de 2004, el 75 % delSalario Mínimo Interprofesional vigente: 345,38 euros/mes. Como ya hemos dicho en anteriores ocasiones, el cambio en la defini-ción de parados hace que las cifras a partir del 2002 deban tomarse con precaución si se pretenden comparar con las anteriores. (Vernota nº5 capítulo de “mercado de trabajo”).

(18) Prestaciones contributivas y asistenciales. Excluido el subsidio para trabajadores/as eventuales agrarios.

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Si la tasa de cobertura indica el porcentaje de personas paradas que han cobrado algún tipo de prestación,vemos que durante los primeros años del periodo esta tasa lejos de aumentar disminuye. Podemos tomarcomo última referencia la tasa de cobertura del año 2001, año en el que las prestaciones por desempleocubrían los ingresos de no más de un 35% de los y las paradas de la CAPV. Las tasas correspondientes a losaños 2002 y 2003 se acercan al 50% de cobertura, sin embargo no puede establecerse una comparación realcon las tasas correspondientes a años anteriores debido al modo diferente de contabilizar la población para-da.

Si nos fijamos en el sexo de los y las perceptoras de prestaciones por desempleo en España observamos quetres de cada cinco prestaciones por desempleo recibidas por una mujer son de tipo asistencial. Sin embar-go, este tipo de prestaciones representan menos del 50% en el caso del total de las recibidas por los hom-bres.

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Pero no dejemos de lado el hecho que nos ocupa, ya hemos dicho que las mujeres solas en la CAPV se car-acterizaban por constituir un colectivo en el que las inactivas y las ocupadas en condiciones precarias teníanuna representación importante. Esto nos indica que no son susceptibles de recibir prestaciones contributi-vas por desempleo sino que en cualquier caso estarán sujetas al subsidio, sus condiciones y cuantías.

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Fuente: Elaboración propia a partir del Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales del Ministerio de Trabajo y AsuntosSociales

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3. CENTROS DE SERVICIOS SOCIALES EN LA CAPV

En este apartado nos acercamos a la realidad de los centros de servicios sociales en cuanto que pueden apor-tarnos información sobre la oferta de asistencia y acogida disponible para algunas personas dependientes(personas mayores, personas con discapacidad, etc.) y también para el colectivo de mujer.

Entre 1994 y 2002 el número de centros de servicios sociales de la CAPV se ha incrementado en un 42%. Hayun total de 2.305 centros de diverso tipo diseminados por los tres territorios históricos: 1.134 de ellos selocalizan en Bizkaia, 704 en Gipuzkoa y, algo menos, 467 en Álava. No obstante, Bizkaia tiene una menorcobertura que el resto, ya que la ratio de centros es de 0,99 por cada 1.000 habitantes , mientras que lamedia de la CAPV presenta una ratio de 1,09, siendo Álava el territorio que presenta un mayor número decentros por cada 1.000 habitantes (1,6).

De todos ellos el 40,8% son centros públicos y el resto de titularidad privada. Los centros públicos hanaumentado en mayor medida, desde 1994 en un 62,5%, y los privados en un 30,6%.

El personal asalariado que se ocupa del funcionamiento de los servicios sociales ha aumentado en los últi-mo años y en 2002 se cifraba en 16.797 personas, de las cuales más de dos tercios son mujeres. (no incluyea las y los trabajadores protegidos de los centros especiales de empleo). Además, se contabilizan alrededorde 13.800 personas que trabajan en el sector con carácter voluntario. La tasa de atención (teniendo en cuen-ta el total de personal propio asalariado) por mil habitantes es en la CAPV de 7,9. Se estima que la cifra depersonal aumenta en más de un 20% si se tiene en cuenta el personal subcontratado.

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EUSTAT, Actualización de la población municipal a 31/12/2001:

El siguiente gráfico nos muestra la red de centros de servicios sociales con la que contó la CAPV en el año2002, según su naturaleza.

Fuente: Elaboración propia a partirdatos del EUSTAT. Estadística deServicios Sociales.

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El tipo de centro más numeroso es el de las residencias 27,5% (633 en toda la CAPV: 142, 297 y 194 enÁlava, Bizkaia y Gipuzkoa respectivamente), seguido de los centros de día (524). Un 18% son asociacionesde personas afectadas por algún tipo de contingencia relacionada con los servicios sociales.

Sobre los centros de día asistenciales podemos decir que ha aumentado el número de centros en un 3% conrespecto al año anterior y en un 23,5% con respecto a 1994. Se contabilizan un total de 86 centros en Álava,273 en Bizkaia y 165 en Gipuzkoa. Los datos indican que los y las ciudadanas alavesas tienen una mayorprobabilidad de acceso a este tipo de recurso: 2,9 centros por cada 10.000 habitantes, frente a los 2,4 cen-tros de Bizkaia.

A continuación observamos el desglose de los servicios residenciales según la población a la que se dirigen:

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Tabla 31

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Eustat. Estadística de Servicios Sociales.

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El 62% del total de las residencias de la CAPV son de carácter privado. La oferta pública sólo alcanza el 41%de las plazas. Aunque se aprecian diferencias entre territorios históricos: mientras en Bizkaia 8 de cada 10centros son de carácter privado, en Gipuzkoa la oferta privada representa la mitad (49%) y en Álava el 39%del total.

En cuanto a la cobertura de este tipo de centros nuevamente se repiten las diferencias entre los tres terri-torios. Los y las alavesas disponen de unas posibilidades de acceso mayores (10,71 plazas por 1000 habi-tantes) mientras que es GipuzkoaGipuzkoa el territorio con menores plazas (8,19 por 1000 habitantes).

Revisemos ahora los datos en función de los diferentes colectivos beneficiarios. En el año 2002 se contabi-lizan 1.007 centros para ancianos y ancianas de la CAPV, de los cuales una cuarta parte son asociaciones,fundamentalmente hogares de jubilados y jubiladas. Un 42% de la oferta de centros la representan los cen-tros de día (que complementan la atención domiciliaria y suponen una alternativa a la asistencia residen-cial) y las residencias (320), que para este colectivo representan el 32% del total.

La oferta de plazas en residencias para ancianos de la CAPV es de carácter predominantemente privado, el75% de las plazas para personas de la tercera edad que precisan de atención en una residencia se ofertandesde centros privados.

La oferta de plazas alcanza para la CAPV una media del 3,6 por cada 100 habitantes, o dicho de otra man-era, existe de media aproximadamente una plaza por cada 27 habitantes de 65 y más años en los centrosresidenciales de tercera edad. La cobertura según territorios varía y así en el caso de Álava hay una plazapor cada 19 personas mayores de 65, en Gipuzkoa una por cada 27 y en Bizkaia una por cada 30.

La cuota media a pagar por el servicio de residencias varía en función de si se trata de un centro público oprivado, pero en cualquier caso la cuota media por persona usuaria en las residencias de la tercera edadascendió en el 2002 a 7.402 euros anuales.

Respecto a los centros de día para este colectivo (422 en total), se reparten de la siguiente manera: en Álavala oferta supone una densidad del 1,9 por cada 1.000 personas mayores de 65 años, mientras que en Bizkaiay Gipuzkoa es de 1,4.

La asistencia a este colectivo se completa con el servicio de Atención Domiciliaria que atiende a personasque pueden seguir viviendo en su domicilio pero necesitan una serie de apoyos para la realización de activi-dades de la vida diaria, instrumentales o personales (fundamentalmente tareas domésticas y cuidados per-sonales precisos para el mantenimiento en el domicilio en condiciones dignas). Su organización, el establec-imiento del coste hora y el baremo de aportación de los y las usuarias en función de su renta es competen-cia municipal y en este sentido hay muchas diferencias de cobertura de atención entre municipios.

En el caso de las personas con discapacidad recordemos que es un colectivo que alcanza a representar el9% de la población20. Entre los centros dirigidos a este colectivo, (475 en total) son los CentrosOcupacionales y los Centros de Educación Especial los que representan la mayor parte de la oferta (32%),seguidos de las asociaciones cuyo peso es importantísimo entre los centros privados de este sector (25%).

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(20) Tal y como se refleja en el II Plan de Acción para las personas con discapacidad 2003-2007 (este porcentaje incluye tambiéna las personas discapacitadas mayores de 65 años). En este mismo informe se recoge que más de la mitad de las personas con dis-capacidad son mujeres (58,25%).

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La oferta privada de centros para este colectivo supera la oferta pública y representa el 85% del total. Un42,3% de las asociaciones se localizan en Bizkaia, un 32,2% en Gipuzkoa y un 25,4% en Álava.

En este caso los centros de día ofrecían en el 2001 un total de 1.693 plazas, es decir, 8,13 plazas por cada10.000 habitantes en la CAPV. Los centros ocupacionales representaban 5,06 plazas por cada 1.000 personasocupadas y las residencias 7 por cada 10.000 habitantes. La cuota media a pagar en las residencias para per-sonas con discapacidad ascendía en el 2002 a 3.579 euros.

Este colectivo también puede disfrutar del servicio de Atención Domiciliaria bajo las condiciones y criteriosya expuestos en el caso de las personas mayores.

Los centros de servicios sociales para personas en situación de exclusión social representan un 12% (281).8 de cada 10 centros son de iniciativa privada. En Álava hay 2,19 centros por cada 10.000 residentes, enGipuzkoa 1,17 y en Bizkaia 1,2.

Entre los centros, denominados de protección a la familia (213) se engloban los destinados a mujer, infan-cia y juventud. El número de centros ha disminuido en un 40% desde 1992. Actualmente, más de la mitadde los centros para este colectivo (57%) son de titularidad privada. Hay 120 centros residenciales, 22 aso-ciaciones, 20 servicios de asistencia técnica, 10 centros de día y otros 41. Por cada 100.000 habitantes hay14 centros en Álava, 10,7 en Bizkaia y 7,3 en Gipuzkoa.

Si nos fijamos en los datos recogidos para el 2001 sobre los centros específicos para el colectivo de mujeresen la CAPV, vemos que de los 39 centros residenciales, 5 (12,8%) están ubicados en Araba, 20 (51,2%) enBizkaia y 14 (35,8%) en Gipuzkoa.

Todas las residencias que atienden a este colectivo en la CAPV tienen un máximo de 12 plazas, salvo un cen-tro en Bizkaia. En el contexto de la CAPV el número de plazas públicas supera al de privadas (67,7% frentea 32,8%). Comparando las plazas disponibles y las personas usuarias se ve que para el total de la CAPV estánocupadas el 64,2% de las plazas.

En Araba, además de las residencias existen dos servicios técnicos generales de titularidad pública y cuatrocentros privados clasificados como “otros”, es decir, que no se trata ni de asociaciones, ni de centros de díao de orientación, ni de residencias. En Bizkaia, las residencias suponen el mayor porcentaje de centros, peroademás hay 13 asociaciones, 2 centros de día, 8 centros de la categoría “otros” y 11 servicios técnicos gen-erales de titularidad pública. También en Gipuzkoa las residencias son el tipo de centro más extendido parala atención a este colectivo, sin embargo también disponen de 4 servicios técnicos generales de naturalezapública, una asociación y otros dos centros, todos de titularidad privada.

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4. OTROS RECURSOS SOCIOCOMUNITARIOS: “LAS ESCUELAS INFANTILES”

Lo que se pretende a continuación, con la presentación de algunos datos sobre las características y condi-ciones de las plazas en centros y guarderías para niños y niñas de corta edad existentes en la CAPV, es visu-alizar la realidad con la que se encuentran los padres y las madres que precisan cada vez en mayor medidade este servicio.

La Ley de la Escuela Pública Vasca -que acaba de cumplir diez años- establece la responsabilidad delDepartamento de Educación del GV de implantar la escolarización a partir de cero años, para quien lodemande, dando prioridad a las zonas de menor nivel socioeconómico y al alumnado con necesidades espe-ciales de carácter educativo o lingüístico. Sin embargo, en lo que se refiere a la educación del ciclo de 0 a3 años ha sido notoria la falta de regularización que, entre otras cosas, impide poder contar a fecha de hoycon un mapa fiable de la realidad de centros y plazas existentes.

La falta de datos tiene mucho que ver con la suma de iniciativas parciales que han suplido la inexistenciade un marco regulador hasta hace bien poco y que vino a tratar de resolver el Decreto que regula las EscuelasInfantiles para niños y niñas de 0 a 3 años en la Comunidad Autónoma del País Vasco durante los cursos 2002-2003 y 2003-200421 publicado en diciembre del 2002.

La regulación de este primer ciclo de educación infantil se contextualiza junto con el Plan Interinstitucionalde Apoyo a las Familias del Gobierno Vasco (julio de 2001). Así, la asignación de fondos públicos a este ciclode 0 a 3 años se realiza por una doble vía: becas de ayuda a las familias (aprobadas por el Departamento deBienestar Social) y el decreto de regulación, donde se contemplan entre otras, la subvención del ciclo (ensu totalidad) en los centros privados concertados y la potenciación de escuelas infantiles de titularidadpública.

Un reciente informe del Consejo Escolar de Euskadi22 arroja los siguientes datos sobre la evolución del alum-nado de la CAPV en las distintas etapas y ciclos en el período 2000-2002, y la proyección a cinco años.

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(21) Decreto 297/2002, de 17 de diciembre regula las Escuelas Infantiles para niños y niñas de cero a tres años en la ComunidadAutónoma del País Vasco durante los cursos 2002-2003 y 2003-2004; prorrogado por el Decreto 324/2003, de 23 de diciembre, deprórroga para el curso 2004/2005, de la Disposición Adicional tercera del Decreto que regula las escuelas infantiles para niños yniñas de cero a tres años en la Comunidad Autónoma del País Vasco durante los cursos 2002-2003 y 2003-2004.

(22) Consejo Escolar de Euskadi (2004). Informe sobre la situación de la enseñanza en la CAPV (2000-2002)

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En el siguiente cuadro tratamos de recoger algunos de los datos existentes sobre la oferta pública y concer-tada actual.

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Tabla 33

Tabla 32

(21) Decreto 297/2002, de 17 de diciembre regula las Escuelas Infantiles para niños y niñas de cero a tres años en la ComunidadAutónoma del País Vasco durante los cursos 2002-2003 y 2003-2004; prorrogado por el Decreto 324/2003, de 23 de diciembre, deprórroga para el curso 2004/2005, de la Disposición Adicional tercera del Decreto que regula las escuelas infantiles para niños yniñas de cero a tres años en la Comunidad Autónoma del País Vasco durante los cursos 2002-2003 y 2003-2004.

(22) Consejo Escolar de Euskadi (2004). Informe sobre la situación de la enseñanza en la CAPV (2000-2002)

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A. Oferta pública para menores de 3 años

En el contexto descrito anteriormente, y con el fin de potenciar la oferta de escuelas infantiles de titulari-dad pública, en septiembre de 2003 se celebra el acto de constitución del Consorcio Haurreskolak y se firmaun convenio entre 31 Ayuntamientos vascos y los departamentos de Educación y Agricultura y Pesca delGobierno Vasco. El Consorcio Haurreskolak tiene por función la gestión integral de las Escuelas Infantilespúblicas para niños y niñas de 0 a 3 años creadas en los municipios del País Vasco.

Por otra parte, en la actualidad se siguen manteniendo algunas escuelas municipales de educación infantilcreadas con anterioridad al mencionado Consorcio y que dependen de la gestión municipal. En Álava hay untotal de 17 escuelas, en Bizkaia 8 y en Gipuzkoa un total de 4.

Por tanto, dentro de la oferta pública se distinguen dos modalidades, por un lado las escuelas municipalesde educación infantil y, por otro, las llamadas haurreskolak. En ambos casos, la mayoría de las aulas se ubi-can aprovechando las instalaciones de los centros de enseñanza públicos.

Puede decirse que la práctica totalidad de los centros públicos de la CAPV ofertan aulas de dos años (a excep-ción de Vitoria, que cuenta con una tradición importante de guarderías municipales). Sin embargo, en elcaso de necesitar el servicio para niños y niñas de entre 0 y 1 año de edad la oferta es sumamente reduci-da.

En el caso de las Haurreskolak, cuando las solicitudes presentadas superan las plazas el Consorcio aplica lossiguientes criterios para priorizar las admisiones:

1) Empadronamiento de la unidad familiar en el municipio durante un período de un año;

2) Minusvalía del niño o niña ; y

3) Características de la familia:

a. Niños y niñas en situación de acogida

b. Minusvalía del padre o madre

c. Niños y niñas pertenecientes a familias numerosas

d. Niños y niñas con necesidad de intervención social

e. Hermanos en la haurreskola;

f. Renta anual familiar;

g. Situación laboral del padre o de la madre.

En cuanto al horario que se oferta (7:30 a 18:30 horas) es importante señalar que no se podrá superar enningún caso las 8 horas diarias y que cualquier modificación del horario del niño o de la niña deberá comu-nicarse previamente. Se debe respetar los horarios de comidas y siestas según los criterios establecidos porel Equipo Educativo del centro, no permitiendo entradas y salidas en estos horarios. En la medida de lo posi-ble se debe tender a la permanencia del niño o de la niña en una jornada continuada.

Las cuantías establecidas para las aulas del Consorcio son de 135 euros al mes si el o la niña se queda menosde cinco horas y de 180 euros para los y las niñas que permanezcan más de cinco horas. En el caso de lasescuelas infantiles municipales las cuotas a pagar se rigen por criterios basados en el nivel de ingresos de

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las familias. Así, los precios para el curso 2003-2004 oscilaron entre 65 y 180 euros (más IPC).

Existen unas subvenciones o becas que el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales establece para sufra-gar los gastos familiares originados en la Haurreskola, atendiendo a los siguientes criterios:

- Según el nivel de renta que señale el decreto de convocatoria;

- Nunca podrá recibirse una subvención mayor al gasto realizado durante el curso;

- La subvención máxima será de 1.440 .

La dificultad a la hora de encontrar datos que distingan entre las reducidas tasas de escolaridad de los niñosy niñas de esa edad y la demanda potencial, es decir, de aquellas familias que desearían escolarizar a susdescendientes y que no lo pueden hacer por falta de plazas, por falta de centros que no impliquen grandesdesplazamientos o por falta de plazas a precios razonables25, no hace fácil exponer la necesidad real de estetipo de aulas, es decir, la demanda potencial.

Se estableció que el principal objetivo y primera fase del Consorcio sería solucionar el problema descrito,creando nuevas plazas para acoger a los niños y niñas comprendidos entre los 0 y 2 años. Cabe señalar queno han sido pocas las alusiones a las “haurreskolak” aparecidas en presa en el último año26 que han dadocuenta de una situación que podría calificarse de incierta. Al parecer, la oferta de carácter público está aúnpendiente de concretarse, mucha parte del alumnado sigue sin ser atendido, las familias siguen sin saberdónde y cuándo podrán escolarizar a sus hijas e hijos, etc. En algunos municipios los ayuntamientos y algu-nas asociaciones de padres y madres se han enfrentado al problema y han abierto las aulas sin conocer ysaber datos concretos sobre las condiciones de sus trabajadores y trabajadoras, cuotas, continuidad para elcurso siguiente, etc.

B. Oferta de aulas de 0-3 en centros privados concertados

En cuanto a la oferta privada, el número de aulas para el ciclo de 0 a 3 años parece estar aumentando, impul-sado sin duda por las subvenciones que se establecieron a partir del mencionado Decreto (anteriormente loscentros concertados sólo recibían subvención para el segundo ciclo de educación infantil de 3 a 6 años).

Aunque no está siendo tan fácil que aumente el número de aulas y plazas para los más pequeños (de 0 a 1año) entre otros motivos debido al elevado coste que supone su mantenimiento, sí que está empezando aintegrarse como parte de una oferta más completa y competitiva de los centros concertados que en buenaparte de los casos abarca la escolarización desde los 0 a los 16 o 18 años.

Los precios varían en función del centro pero a modo orientativo constatamos que el pasado curso las cuo-tas medias oscilaron entre 180 y 210 euros.

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(25) El sindicato STE-EILAS hizo público que más de 500 niños y niñas menores de 3 años de Gasteiz no se pueden escolarizar alaño por falta de plazas (www. www.stee-eilas.org).

(26) Ver página web: www.stee-eilas.org

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C. Oferta de guarderías privadas

Entre las guarderías privadas se da una enorme diversidad en función de dónde se presten y quién las ges-tione, algunas están ligadas a entidades sin ánimo de lucro y otras son simplemente un negocio como otrocualquiera. Los precios, horarios, condiciones materiales y pedagógicas varían tanto como centros puedehaber.

En Bizkaia merecen especial atención las guarderías concertadas con la Obra Social de BBK con 1.230 plazasen 18 centros propios y 2 en colaboración (precios según ingresos, en el presente curso entre 42 y 210 euros)y en el caso de Gipuzkoa las concertadas con el Grupo Mondragón.

Si bien es cierto que las medidas recogidas en el Plan Interinstitucional de Apoyo a las Familias del GobiernoVasco pueden considerarse medidas en pro de solucionar la asignatura pendiente de asistencia al colectivode niños y niñas de edades tempranas en la CAPV, no podemos perder de vista que el tipo de política segui-da. Las medidas quizá no se encaminan a compensar las desigualdades sociales o la atención de los sectoresmás desfavorecidos y responden más bien a un modelo de reparto de dinero entre amplios sectores de lapoblación (de carácter populista) y se traducen en unos muy perezosos pasos en la línea de impulsar la ofer-ta pública gratuita (no olvidemos, por un lado, que en muchos de los centros subvencionados -privados con-certados- para incentivar la oferta de aulas de 0 a 3 años se siguen cobrando cuotas).

Los datos expuestos nos llevan a preguntarnos por el modo en que las mujeres cabeza de familia en solitariopueden estar compaginando su vida laboral (impulsada por la necesidad de incorporarse al mercado en buscade ingresos) y su vida familiar (con el escaso respaldo que por parte del Estado reciben en cuanto a aliviode cargas familiares se refiere).

La explicación parte, como apunta Constanza Tobío en sus proyectos de investigación sobre estrategias deconciliación familia-empleo en España, de las estrategias privadas e informales que estas madres desarrol-lan para hacer compatible su doble responsabilidad de vida familiar y vida laboral: “esta es una primera formaimportante de solidaridad de las abuelas hacia sus hijas y nietas, generalmente concretada en la vuelta alhogar materno después de la separación o del nacimiento de un hijo o hija fuera del matrimonio... y aunquelas abuelas no convivan con sus hijas y nietas la ayuda que les prestan es, con frecuencia, el recursos prin-cipal con el que cuentan las mujeres que tienen hijos e hijas y trabajan”27.

Lo que nos parece importante y queremos resaltar aquí del tan comentado fenómeno de las abuelas-cuidado-ras es el hecho de que la primera generación de mujeres mayoritariamente activas está encontrando la ayudade la última generación de mujeres mayoritariamente amas de casa. No parece, por tanto, que se trate deuna solidaridad que pueda sostenerse por mucho tiempo. Previsiblemente, puede ser ése el momento en elque el desajuste entre demanda y oferta de plazas que ya existe en la actualidad se vuelva insostenible y elproblema subyacente adquiera la categoría de ser tomado en consideración por las instituciones públicas.

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(27) Tobío, C. (2002 : 7 - 19).Monoparentalidad y solidaridad entre mujeres en España: el papel de las abuelas cuando las hijas tra-bajan. Inguruak, 34.

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5. ALGUNAS MEDIDAS DE “APOYO A LAS FAMILIAS”

Existen diversos tipos de ayudas a familias, pero nosotras nos centraremos en cuatro de ellas, que pasamosa comentar brevemente.

• La llamada “prestación económica por hijo, hija o menor a cargo”: Consiste en una asignación económi-ca que se reconoce por cada hijo o hija a cargo de o la beneficiaria, menor de 18 años o mayor afecta-do o afectada de una minusvalía en grado igual o superior al 65%, así como por los menores enacogimiento familiar, permanente o preadoptivo, siempre que no se supere un límite de ingresos estable-cido.

• La “prestación económica por nacimiento o adopción de tercer o sucesivos hijos e hijas”: Prestacióneconómica de pago único, que tiene por objeto compensar, en parte, el aumento de gastos que produceel nacimiento o adopción del tercer o sucesivos hijos e hijas en aquellas familias que no superen undeterminado nivel de ingresos.

• La “prestación económica por parto o adopción múltiples”: Prestación de pago único que tiene por obje-to compensar, en parte, el aumento de gastos que produce en las familias el nacimiento o la adopciónde dos o más hijos e hijas por parto o adopción múltiples.

• La “prestación económica por cuidado de hijo, hija, de menor acogido o acogida, o de otros familiares”:Todos y todas las trabajadoras por cuenta ajena, tanto del sector privado como de la AdministraciónPública, que estando incluidas en el ámbito de aplicación del Sistema de la Seguridad Social disfrutendel período de excedencia laboral para atender al cuidado de cada hijo, hija de menor acogido o de otrosfamiliares, de acuerdo con la legislación aplicable.

Nos centraremos en esta última ayuda en cuanto que mantiene una relación más estrecha con nuestro estu-dio.

El Plan Interinstitucional de Apoyo a las Familias con Hijos e Hijas, que ya hemos citado anteriormente, fueaprobado por el Consejo de Gobierno Vasco en julio de 2001. Este Plan, impulsado por el Gobierno Vasco yelaborado con la participación activa de las Diputaciones Forales y Eudel, viene a dar respuesta "a la cadavez más patente y sentida necesidad de abordar tanto políticas de natalidad como de conciliación de la vidalaboral y familiar" y tiene por principal objetivo "la remoción de los obstáculos de orden económico y socio-laboral para que las familias tengan el número de hijos e hijas que libremente decidan tener".

Enmarcado en este plan, a través del Decreto 177/2002 se regulan las medidas de conciliación de la vidalaboral y familiar para tratar de promover, en última instancia, la igualdad de oportunidades tanto en el acce-so y permanencia en el empleo de hombres y mujeres como en sus posibilidades de dedicación intensiva alcuidado de sus hijos e hijas durante la etapa en la que éstos y éstas más les necesitan.

El Decreto introduce, por otra parte, un aspecto de acción positiva a favor de los hombres, aumentado lacuantía de las ayudas económicas con el fin de fomentar un nuevo modelo de corresponsabilidad familiaracorde con los objetivos del Plan. Se trata de una medida dirigida a impulsar el cambio de los roles diferen-ciados entre las mujeres y los hombres, implicando a estos últimos en la atención y cuidado de sus hijos ehijas.

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Esta medida se concreta, en el año 2003, en la siguiente diferencia en la cuantía de las ayudas:

- Para la situación de excedencia: 2.400 euros anuales cuando lo solicite una mujer y 3.000 euros cuan-do lo solicite un hombre.

- Para la situación de reducción de jornada; en función del porcentaje de reducción, 1.575 o 1.350 euroscuando lo solicite una mujer y 2.100 o 1.800 euros cuando lo solicite un hombre.

Como se explica en el decreto, “las ayudas económicas destinadas a las personas trabajadoras pretendencompensar la disminución del salario que se produce en esas situaciones”, refiriéndose a las diferencias salar-iales existentes entre mujeres y hombres que pueden provocar que, ante la decisión que debe tomar una pare-ja de “quién reduce jornada” o “quién pide excedencia” se consideren únicamente criterios económicos ysean así mayoritariamente las mujeres quienes opten por la retirada parcial o total del entorno profesional.

Esta consideración, que responde a una voluntad de intervención con perspectiva de género, se conviertesin embargo en una ostentosa discriminación en el caso de las familias monoparentales y monomarentales,ya que una mujer con hijos o hijas a su cargo va a recibir una menor ayuda que un padre en su mismasituación. Parece que en el diseño de las ayudas no se ha tenido en cuenta la actual diversidad de lasunidades de convivencia vascas, que no siempre responden al modelo tradicional “padre y madre con hijos ehijas”, tal y como ha quedado reflejado en apartados anteriores.

Además, entendemos que esta diferencia en la cuantía de las ayudas no ha cumplido su objetivo, ya que,como vimos en otro de los apartados, en el 2002, de todas las personas que habían solicitado las ayudas porexcedencia o reducción de jornada para el cuidado de hijos e hijas, únicamente el 5% fueron hombres.

En cualquier caso, dichas ayudas existían desde el año 1996 (Decreto 199600232 de 01/10/1996), con unascuantías muy similares aunque sin la diferencia entre mujeres y hombres, y sin embargo, muy pocas personasse habían acogido a ellas. Todo parece indicar que son las familias con mayores ingresos, en las que ademásson dos las personas que trabajan de forma asalariada, las únicas que pueden optar por las excedencias yreducciones, con o sin las ayudas.

Por último, cabe señalar los riesgos de alejamiento de la carrera profesional (de obtención de ascensos o depromocionar) que supone esta opción para aquellas mujeres que pueden permitirse económicamente distan-ciarse de su trabajo por un tiempo.

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6. ALGUNAS CUESTIONES CLAVE A MODO DE RESUMEN

Sólo en un contexto de pleno empleo podría afirmarse el carácter universalista de los sistemas de protec-ción social contributivos ante los riesgos de enfermedad, vejez o desempleo. La imposibilidad por parte deun amplio sector de la población de acceder a las prestaciones de carácter contributivo por no cumplir losrequisitos de acceso establecidos ha supuesto la necesidad de extender las modalidades asistenciales.

Los datos expuestos hablan de un sistema de prestaciones no contributivas que se caracteriza por ofrecerunos importes mínimos o de subsistencia, porque la concesión tenga un carácter periódicamente revisable,porque el derecho a percibirlas esté comprometido por la demostración de su necesidad en base a unidadesde convivencia y en ocasiones supeditado a contraprestación por parte de los y las perceptoras.

• La Renta Básica que garantiza unos ingresos mínimos a la población de la CAPV representa una cuantíainferior al Salario Mínimo Interprofesional (81%). En el caso de las AES podría decirse que su carácterde atención de emergencias ha pasado a un segundo plano, en cuanto que dos de las tres cuartas partesde estas ayudas se destinan en la actualidad a financiar arrendamientos de vivienda.

El derecho a la Renta Básica está supeditado a la realización de una determinada actividad en cuantoque exige un compromiso a través de un convenio de inserción. En el caso del derecho social de los ylas perceptoras de AES se ve supeditado a una cuestión de prioridades políticas en cuanto a presupuestosocial (así, una familia puede percibir ayuda por un concepto determinado en un año y al año siguienteante la misma necesidad no recibirla por insuficiencia presupuestaria).

• En el caso de las pensiones no contributivas (jubilación y viudedad) algunas de las cuantías mínimasestablecidas no sólo no alcanzan el salario mínimo, sino que son inferiores a la cantidad establecidapara la Renta Básica (370 euros al mes), que se entiende viene a representar los ingresos consideradosmínimos para la inserción social.

• Si tenemos en cuenta que muchas mujeres mayores de 50 años no han cotizado nunca o no durante eltiempo suficiente para poder recibir pensiones de jubilación, entenderemos que éstas representen unporcentaje poco significativo entre los y las perceptoras de este tipo de pensiones. Así mismo, los datossociodemográficos son claros en cuanto al sexo de las personas viudas, mayoritariamente mujeres, deahí que las mujeres sean mayoría entre las personas que reciben pensiones de viudedad.

Las mujeres vascas perceptoras de pensiones de viudedad en el 2002 cobraban poco más de la mitad delo que hubieran cobrado sus maridos a través de su pensión en el caso de no haber fallecido, peroademás esto significaba que estaban percibiendo, de promedio, una cantidad inferior al salario mínimointerprofesional fijado ese año en 442,2 euros.

En relación a nuestro objeto de estudio, será bueno recordar que hay un total de 46.770 mujeres viudasque viven solas y que un 58% (6.239 mujeres) de los núcleos familiares de la CAPV encabezados en soli-tario por mujeres tienen por sustentadora a una mujer viuda, en su mayor parte de avanzada edad einactiva. Por tanto, más de 53.000 mujeres dependientes de pensiones de viudedad con las caracterís-ticas de las que hemos hablado.

• La adaptabilidad de los programas de inserción a las necesidades de las mujeres “solas” se ve compro-metida, ya que en el propio informe de los programas de Auzolan se apunta que en muchos casos lasmujeres son excluidas o se auto excluyen debido a las cargas familiares.

• Las proyecciones de población realizadas por el Eustat auguran que la población mayor de 65 años

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ascenderá a 422.000 personas en el año 2010, de las cuales un 13% (55.300) serán personas ancianasde más de 85 años de edad. Si ya hoy sabemos del fenómeno de las “listas de espera” para acceder auna residencia de la tercera edad, los datos anteriores vienen a recordarnos la urgente necesidad deampliar la oferta existente actualmente.

• Quizá sea bueno tener presente que en el año 2000 había en la CAPV un total de 77.900 niños y niñasmenores de 4 años. A través de ciertas proyecciones de población el Eustat estima que en el 2010 lacifra podría ascender a 94.100 niños y niñas. También sabemos que el número de mujeres ocupadas vaen aumento y que las escuelas infantiles se han convertido en imprescindibles para muchas de las famil-ias actuales, fundamentalmente para las mujeres vascas que encabezan un núcleo familiar mono-marental. Por eso, también en este caso es tan constatable hoy, como previsible para mañana, eldesajuste (cuantitativo -número de plazas- y cualitativo-precios, distribución geográfica de los cen-tros…-) entre la oferta y la demanda del servicio de “escuelas infantiles”.

• En este sentido, el Informe sobre la situación de la enseñanza en la CAPV (2000-2002), aprobado en elpleno del 12 de mayo de 2004 por el Consejo Escolar de Euskadi ya alerta del alto crecimiento de alum-nado previsto (57,9%) para los próximos cinco años en el primer ciclo de educación infantil.

• Los incentivos de corresponsabilidad familiar no están siendo suficientes para conseguir que las mujeresdejen de ser las principales solicitantes de excedencias y reducciones para el cuidado de hijos e hijas(con la asunción de las consecuentes limitaciones en el desarrollo de la carrera profesional que en oca-siones puede conllevar). Todavía sólo un 5% de hombres solicita estas ayudas.

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DDurante mucho tiempo los presupuestos se han considerado neutros de género, sin embargo, un pre-supuesto expresa las prioridades económicas, sociales y culturales de quienes se benefician con la asi-gnación y distribución de los recursos públicos.

Antes de nada, nos vemos en la obligación de aclarar la distinción que hemos realizado a la hora de expon-er los datos que bajo el epígrafe de gasto social hemos decidido comentar. Por un lado, trataremos algunosdatos generales sobre el gasto, basados en las cuentas sobre Protección Social que además nos permitenestablecer algunas comparaciones entre algunos países, y por otro lado, trataremos de comentar los datosrelativos concretamente al gasto destinado al mantenimiento de los servicios sociales de la CAPV. Además,hemos incluido algunos datos que a nuestro juicio también pueden resultar relevantes para nuestra investi-gación, relacionados con el gasto de las llamadas políticas activas de empleo.

El concepto de Protección Social al que aquí se hace referencia "incluye todas las intervenciones de organ-ismos públicos o privados destinadas a aligerar la carga que representa para los hogares e individuos unaserie establecida de riesgos o necesidades, siempre y cuando no exista un acuerdo simultáneo, recíproco niindividual"1, se trata por tanto, de una definición relativamente amplia. Añadiremos, que el gasto total enprotección social se compone de las prestaciones sociales2 (es decir, las transferencias, tanto en efectivocomo en especie, que los hogares perciben de las distintas instituciones de protección social, cuando tienenlugar las contingencias frente a las cuales se encuentran protegidos), de los gastos administrativos3, trasfer-encias4 y otros5.

En el año 1999 el gasto total consolidado en protección social ascendió en la CAPV a 7.320.157 miles deeuros lo que supuso un incremento con respecto al ejercicio de 1997 de 10,7 puntos. Este incremento noevitó, sin embargo, una caída del gasto en protección social medido en porcentaje del PIB, desde un 21,4%a un 20,1%. Las prestaciones sociales ocuparon el 97,5% del gasto total consolidado y los gastos adminis-trativos supusieron prácticamente el 2,5% restante.

El gasto en protección social en la CAE alcanzó los 3.479 euros por habitante, superando en un 21% el valordel mismo indicador del conjunto estatal, 2.858 euros. En lo que se refiere al esfuerzo que exige el manten-imiento de estos niveles (en función del PIB per cápita), los valores son similares, en torno al 20,1% delPIB.

(1) Definición ofrecida por el Eustat de acuerdo con el Manual SEEPROS.

(2) Las Prestaciones Sociales son los pagos, tanto en efectivo como en especie, que reciben los hogares desde los sistemas de pro-tección social y son suministrados directamente, es decir, suponen un incremento equivalente de la renta disponible del beneficia-rio. Las prestaciones sociales son objeto de clasificación de acuerdo con Funciones y Tipos tal y como se detalla más adelante.Además de las funciones consignadas en la propia definición de Protección Social, se recogen también como Prestaciones Socialeslas Cotizaciones Reasignadas pagadas por unas entidades de protección social a otras con el objetivo de que sus protegidos disfrutende la cobertura que estas últimas ofrecen. En este concepto entran, por ejemplo, las cotizaciones a la Seguridad Social que el INEMefectúa para asegurar el derecho de los desempleados que se encuentran a su cargo a la recepción de determinados beneficios.

(3) Los Gastos Administrativos son los derivados de la gestión y administración de los Sistemas de Protección.

(4) Las Transferencias son los pagos sin compensación a otros Sistemas de Protección Social.

(5) En los Otros Gastos se recogen las rentas de la propiedad que se corresponden principalmente con los pagos por intereses, yotros gastos que no pueden clasificarse en los conceptos anteriores.

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En la Unión Europea se aprecian diferencias considerables en cuanto a la intensidad del gasto en protecciónsocial -expresadas en unidades de PPC (paridad de poder de compra). El país con mayor intensidad,Luxemburgo, gastaba en 1999 dos veces más que el país con menor gasto por habitante, España. La CAPVse sitúa por debajo de la media europea, superando a Grecia, Portugal, Irlanda y España pero lejos de otrospaíses europeos como Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Suecia y Holanda.

(6) PPCs: Algunas de las comparaciones internacionales se presentan en unidades de poder de compra o PPCs (PPS Purchasing PowerStandard). El objetivo que se persigue no es otro que el de representar de manera fidedigna el poder adquisitivo al que equivalenlas Prestaciones Sociales concedidas en los distintos países, teniendo en cuenta que existen importantes diferencias de precios entreellos. Los convertidores de las monedas nacionales en PPS se han obtenido de la publicación de EUROSTAT. National Accounts ESA1970-1995. En www.europa.eu.int/comm/eurostat/

Tabla 34

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT, cuenta de la protección social.

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(7) Función Enfermedad / Atención Sanitaria:

- Las prestaciones en dinero que sustituyen la pérdida de ingresos por motivo de enfermedad.

- La prestación de Asistencia Sanitaria independientemente de cual fue la razón que la produjo.

Función Invalidez:

Por un lado las prestaciones económicas destinadas a resarcir al beneficiario de la reducción de ingresos por motivo de la pérdidatotal o parcial de su capacidad para desarrollar una actividad laboral, en los términos establecidos por la legislación. Por otro losservicios de rehabilitación y otros, excepto los de asistencia sanitaria que se computan en la función Enfermedad / AtenciónSanitaria.

Función Vejez: Abarca todo el conjunto de prestaciones diseñadas con el fin de paliar las consecuencias de la vejez, incluidas lapérdida de ingresos, la pérdida de autonomía en la realización de tareas cotidianas, o la disminución de la actividad social. En con-secuencia se incluyen en esta función tanto las pensiones como otras prestaciones de carácter asistencial. Según lo establecido enel Manual SEEPROS 1996, esta función incluye también todas aquellas pensiones de invalidez o supervivientes percibidas por pen-sionistas que hayan superado la edad de jubilación.

Función Supervivientes: En esta función se contemplan las prestaciones económicas concedidas a personas de edad inferior a la dejubilación que hayan sufrido la pérdida del familiar o persona que representara su principal sostén económico. Del mismo modo seincluyen ciertas compensaciones dirigidas a cubrir las cargas originadas por el fallecimiento, como pueden ser los gastos funerarios.

Función Familia / Hijos: Incorpora las ayudas financieras concedidas a los hogares con el objeto de aminorar las cargas que supo-nen la natalidad y la crianza de los hijos, así como el mantenimiento de otros miembros de la familia. Se incluye aquí el manten-imiento de la renta de las mujeres trabajadoras en el periodo previo y/o posterior al parto.

Asimismo están recogidos en esta función todos aquellos Servicios Sociales destinados a proteger a la institución familiar y a loshijos en particular, como puede ser el alojamiento en centros especializados o en hogares particulares, o los servicios de guardería.

Función Desempleo: Recoge, por un lado, las medidas pasivas, es decir aquellas destinadas a paliar las consecuencias derivadas dela carencia de un empleo remunerado, y en especial la privación de ingresos, y por otro, las medidas activas, dirigidas a prevenir oreducir las situaciones de desempleo. Por tanto, esta función se compone de los subsidios de desempleo (parcial o completo), lasrentas de subsistencia, o las pensiones de jubilación anticipada siempre y cuando la causa de la jubilación se encuentre en lasituación del mercado laboral, pero también los subsidios de formación profesional y todo tipo de ayudas y prestaciones dirigidas amejorar las posibilidades de empleo presentes y futuras del beneficiario.

Función Vivienda: Se trata, en este caso, de las ayudas prestadas a los hogares para hacer frente a los gastos de la vivienda. Lasayudas deben estar dirigidas a los ocupantes, bien sean propietarios de la vivienda, bien la ocupen en alquiler, y no a los construc-tores, ni a los propietarios que no ocupen sus viviendas. Las formas que adquieren las ayudas son básicamente las transferencias cor-rientes destinadas a aminorar los costes de alquiler o los pagos de los intereses de las hipotecas.

En las cuentas SEEPROS de la C. A. de Euskadi se incluyen en este apartado algunas acciones que lleva a cabo el Gobierno Vasco através del programa de Ayudas de Emergencia Social para facilitar el acceso a la vivienda de las capas sociales más desprotegidas,así como las ayudas para la adquisición de primera vivienda de las Mutualidades de Funcionarios, por lo que es posible que hayanquedado sin contabilizar, debido a problemas de medición, algunas acciones que pudieran avenirse al concepto de Protección Socialmanejado, como las llevadas a cabo por la Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco.

Función Exclusión Social no clasificada en otra parte: En ella se encuentran aquellas prestaciones relacionadas con riesgos ynecesidades que no se incorporan en ninguna otra función. Lógicamente, la función recoge una serie heterogénea de prestacionescuya característica común radica en que tratan de evitar o paliar las situaciones de exclusión social ligadas a la escasez de recursoseconómicos o la presencia de problemas relativos a la salud, la educación o el empleo.

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Destacan por su peso las funciones de Vejez y Enfermedad-asistencia sanitaria, seguidas de la de Desempleo(que incluye las cotizaciones sociales reasignadas abonadas a favor de las personas desempleadas) y la deInvalidez, mientras que el resto de funciones tienen un peso significativamente menor.

Las funciones de Vejez y Enfermedad pueden explicarun 82,8% del crecimiento del gasto corriente enprestaciones sociales durante el período 1995-1999.

En el resto de las funciones la contribución a dichoaumento del gasto resulta mucho más modesta y enel caso de la función Desempleo, incluso negativa.

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(8) El Sistema de Seguridad Social. Está conformado por las entidades gestoras de la Seguridad Social en la CAE: Tesorería Generalde la Seguridad Social (TGSS), Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), Instituto Social de la Marina (ISM), y OSAKIDETZA,organismo encargado de la gestión de la atención sanitaria pública en la CAE desde el traspaso de las competencias adquiridas porla Comunidad en virtud de su Estatuto de Autonomía, y la Agrupación de Mutuas de Accidentes de Trabajo y EnfermedadesProfesionales.

No se incluyen en este apartado las acciones derivadas de la transferencia a las instituciones vascas de las competencias en la pro-visión de Servicios Sociales. Dicha transferencia no ha dado lugar a la constitución de una unidad de gestión equiparable al InstitutoNacional de Servicios Sociales (INSERSO). La dificultad de aislar, de entre las acciones llevadas a cabo por el Gobierno y lasDiputaciones vascas, aquellas atribuibles a la transferencia de tales competencias, junto con la conveniencia de utilizar la"Estadística de Servicios Sociales", una fuente exhaustiva y completa de la provisión de Servicios Sociales en la CAE, aconseja con-tabilizar esta parte de la Seguridad Social en el grupo Otros Sistemas de Protección social.

Las discrepancias entre las cifras que se ofrecen en esta publicación del Sistema de Seguridad Social y las de "Las Cuentas Económicasde la Seguridad Social" elaboradas por la Dirección de la Seguridad Social del Gobierno Vasco están motivadas por algunas diferen-cias metodológicas.

El Instituto Nacional de Empleo. Constituye por sí mismo una agrupación independiente que destaca por su importancia en laProtección Social de las situaciones de desempleo.

Regímenes de Funcionarios Públicos. En este grupo se recogen los gastos e ingresos ligados a la provisión de Protección Social delos sujetos sometidos al Régimen Especial de Funcionarios Públicos instaurado por el Real Decreto Ley 16/1978. Esto incluye lasprestaciones llevadas a cabo por las tres mutualidades de funcionarios públicos con actividades en el ejercicio 1995, La MutualidadGeneral de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) y la Mutualidad GeneralJudicial (MUGEJU), por una parte, y el Régimen de Clases Pasivas del Estado, por otra.

También se incluyen bajo este epígrafe las prestaciones cubiertas directamente por las Administraciones Públicas en tanto queempleadoras de este grupo de trabajadores.

Otros Sistemas de Protección Social. Se constituye como un resto que engloba la Protección Social prestada por sistemas e insti-tuciones de muy diverso signo, lo que la convierte en la más heterogénea de las agrupaciones. Incluye:

- La acción de instituciones públicas con una finalidad específica en el campo de la Protección Social, como el Fondo de GarantíaSalarial (FOGASA).

- La Protección Social llevada a cabo por la Administración Central del Estado en el ámbito territorial de la CAE.

- La que realizan las diferentes Administraciones Vascas (Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos).

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Cuenta de la Protección Social. Sistemas, ver nota a pie de página (8)

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El predominio de las instituciones públicas en la gestión de las prestaciones sociales constituye un rasgo car-acterístico del Sistema Español y Vasco de protección social.

En el caso de la CAPV, el Sistema de Seguridad Social9 se ocupa de la gestión de prestaciones por un importede 5.237.188 miles de euros y el Instituto Nacional de Empleo (INEM), concentrado en la función Desempleo,537.192 miles de euros, con lo que entre ambos gestionan el 80,9% de los recursos totales destinados aabonar prestaciones sociales a las personas beneficiarias de los distintos sistemas de protección social en laCAPV. A estos dos grandes grupos de sistemas hay que añadir el de Regímenes de Funcionarios Públicos(2,8%) y el que recoge el resto de los Sistemas de Protección Social (16,3%).

- La Asistencia Médica y Social prestada en centros dependientes de las Administraciones Territoriales (Diputaciones yAyuntamientos).

- La acción de las Instituciones Sin Fines de Lucro (ISFL) siempre y cuando se acomoden al concepto utilizado de ProtecciónSocial.

- Las prestaciones que los trabajadores reciben directamente de sus empleadores.

(9) Agrupa las acciones de las entidades gestoras de la Seguridad Social, Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), InstitutoSocial de la Marina (ISM), Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), el agregado de las Mutuas de Accidentes de Trabajo yEnfermedades Laborales y, finalmente, las prestaciones abonadas por las Administraciones Públicas Vascas como resultado de lastransferencias en materia de sanidad y servicios sociales.

(10) Cotizaciones sociales son los costes en los que incurren los empleadores en nombre de sus asalariados, las personas protegi-das, o los propios sistemas de protección, y que aseguran el derecho a recibir las prestaciones sociales por parte de sus beneficiar-ios.

- Las Cotizaciones Sociales a cargo de los empleadores pueden ser efectivas o imputadas. Cuando los pagos se realizan a un ase-gurador independiente que es el que gestiona la provisión de las prestaciones (este asegurador puede ser una Administraciónde Seguridad Social, una Institución Sin Fines de Lucro o una empresa de seguro), o bien se constituyen reservas en los pro-pios balances de la empresa, se trata de cotizaciones efectivas. Cuando los empleadores se

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Cuenta de la Protección Social. Sistemas, ver nota a pie de página (9)

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Los Sistemas de protección social obtuvieron en 1999 unos ingresos totales de 7.517.672 miles de euros,con los que financiaron sus gastos de protección social. La mayor parte de estos ingresos, 5.510.303 milesde euros que supusieron un 73,3%, provino de las cotizaciones, de las cuales la mayor parte fueron abonadaspor las y los empleadores. La segunda fuente más importante de fondos fue la de las Aportaciones públicasque, con 1.859.664 miles de euros, representó un 24,7% del total.

Como hemos mencionado, el conjunto de las agrupaciones de sistemas tienen un claro carácter contributi-vo, si bien existen sensibles diferencias en los modelos de financiación. El Sistema de Seguridad Social, elInstituto Nacional de Empleo y los Regímenes de funcionarios públicos se financian fundamentalmente concargo a las Cotizaciones efectivas abonadas por empleadores y trabajadores, mientras que el papel de lasAportaciones públicas se circunscribe a la financiación de algunos servicios universales y de las prestacionesdinerarias de aquellas personas que no cotizaron lo suficiente para garantizarse niveles de renta mínimos.

comprometen a suministrar la prestación directamente a sus trabajadores sin que medie asegurador autónomo, y sin constitución dereservas, se habla de cotización social imputada.

- Las Cotizaciones Sociales pueden correr también a cargo de las personas protegidas, sean estas asalariados, trabajadoresautónomos o pensionistas.

- Las Cotizaciones Sociales Reasignadas son las que realiza un sistema de protección social a otro con el fin de mantener o incre-mentar en éste los derechos de las personas que protege.

Las Aportaciones de las Administraciones Públicas son las destinadas a sufragar los costes de los sistemas públicos no contribu-tivos o bien a complementar los ingresos del resto de los sistemas.

Puede tratarse de ingresos derivados de la recaudación de impuestos específicos legalmente vinculados a la provisión de unaprestación o un sistema de protección determinado, aunque por lo general se trata de aportaciones genéricas realizadas por lasAdministraciones sin encontrarse sujetas a la percepción de ningún ingreso específico (ingresos generales).

El cálculo de las Aportaciones Públicas presenta dificultades en aquellos casos en los que existe una única entidad u organismo cuyofuncionamiento afecta al conjunto del territorio nacional, y que en concepto de Aportación Pública recibe una cantidad única proce-dente de la administración Central del Estado. En estos casos la cuestión radica en determinar la proporción en que la ComunidadAutónoma Vasca contribuye al mantenimiento de los gastos del organismo en el conjunto del estado.

Este problema afecta principalmente a los ingresos del Sistema de Seguridad Social y a los del Instituto Nacional de Empleo. En elprimero de los casos se ha recurrido a la estimación de los ingresos de la Seguridad Social elaborada en el Departamento de Justicia,Trabajo y Seguridad Social del Gobierno Vasco, y que utiliza como criterio el de las aportaciones de la C. A. de Euskadi al sosten-imiento de las competencias no transferidas tal y como se especifica en la Ley de Cupo.

Este mismo criterio es el que se ha juzgado apropiado en el caso de los ingresos del INEM en concepto de Aportaciones Públicas.

Transferencias de otros sistemas. Son pagos sin compensación entre los diferentes Sistemas de Protección Social. Constituyen uningreso para el sistema que las percibe.

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De acuerdo con estos datos la CAPV se sitúa entre el grupo de países cuyos sistemas de protección socialadoptan un carácter preferentemente contributivo, como Alemania, Bélgica, Francia o Austria. En el otroextremo se encuentran aquellos países en los que la contribución mayoritaria en el sostenimiento de los sis-temas de protección social corresponde a las aportaciones públicas, como ocurre en Dinamarca donde estafuente de ingreso supone el 65,2% de los recursos, e Irlanda y Noruega con un 59,8%.

Dejando a un lado las cuentas de protección social que hablan de datos de una gran magnitud e incluyenconceptos no poco complejos, trataremos a continuación de acercarnos a la estadística de servicios sociales.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT. Estadística de servicios sociales.

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El gasto en servicios sociales11 ha ido creciendo en los últimos 14 años una media del 13,2% al año. En 2002alcanzó la cifra de 915 millones de euros, un 16% más que el año anterior y representó un 2% del PIB vasco.

(11) Gastos corrientes: destinados a operaciones corrientes.

- Compras: gastos en bienes corrientes, que no producen incremento de capital, con duración inferior a un año, no inventari-able y reiterativo.

- Servicios exteriores: incluye reparaciones y conservación, servicios de profesionales independientes, suministros, transportes,primas de seguros, servicios bancarios etc.

- Gastos de personal: sueldos y salarios, Seguridad Social y otros gastos de personal

- Otros: incluye tributos, gastos financieros, dotaciones para amortización, variación de existencias, pérdidas procedentes delinmovilizado y gastos excepcionales.

- Transferencias a familias: comprende los créditos a personas físicas destinados a financiar operaciones corrientes sin contra-partida, a través de programas encaminados a solucionar situaciones de necesidad.

Son todas aquellas incluidas dentro del Plan de Lucha contra la Pobreza (Ayudas de Emergencia Social -A.E.S.- e Ingreso Mínimo deInserción -I.M.I.-) así como los L.I.S.M.I. (prestaciones de la Ley de Integración Social de Minusválidos) y los F.B.S. (Fondos deBienestar Social) que se conceden con carácter alimentario a aquellas personas que por su edad o su incapacidad no puedan acced-er al trabajo ni disponer de otros ingresos con que atender las necesidades básicas de la vida.

Gastos de capital: recoge la adquisición de bienes inventariables ya sean bienes muebles o inmuebles.

Tabla 37 Gráfico 105

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del EUSTAT.Estadística de servicios sociales.

En cuanto al gasto en servicios sociales por habitante pueden apreciarse algunas diferencias entre los tresterritorios históricos. Y las diferencias se acentúan si observamos el gasto público por separado. Así, el gastopúblico per cápita de Álava se sitúa en 427,22 euros anuales frente a 281,61 euros en Bizkaia y 262,16 eurosen Gipuzkoa.

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El esfuerzo de las distintas administraciones públicas representó un 70% del gasto total. Vamos a centrarnosen el gasto público y para ello nos valdremos de los datos recogidos en el Informe sobre el Gasto Público enServicios Sociales12 - que anualmente desarrolla el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social - quetiene como finalidad principal analizar el gasto que el conjunto de Administraciones Públicas realiza en laCAPV en el ámbito de los Servicios Sociales.

En 2002, la mayor parte del gasto, un 82%, se destina al mantenimiento de los programas y servicios inclu-idos en tres sectores: las personas mayores (35%), la marginación y la pobreza (26,6%) y las discapacidades(20,4%). Al sector de familia, infancia y juventud se destina el 10,9% de los recursos, al conjunto depoblación el 4,5% y a los dos restantes, mujer y drogodependencias, porcentajes que oscilan entre el 1 y1,5%.

(12) Esta dimensión de gasto hace referencia, como en años anteriores, a la aportación neta realizada al sector por las administra-ciones públicas. El gasto corriente neto comprometido se define como la diferencia entre el gasto total de mantenimiento de los ser-vicios y los ingresos derivados de la actividad.

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La tendencia es al crecimiento de los sectores de marginación y pobreza (que ha pasado de representar el23,4% en 2001 al 26,6% en el 2002), y de familia, infancia y juventud, que pasa del 7,3% al 10,9%. Elaumento del gasto del Gobierno Vasco en la financiación de la Renta Básica y las Ayudas de Emergencia Socialy el “Plan interinstitucional de apoyo a las familias con hijos e hijas” son los principales causantes del cadavez mayor peso de estos dos sectores y, en buena parte, del crecimiento del gasto total en servicios sociales.El sector de marginación y pobreza ha experimentado un crecimiento del 34% respecto a las cifras de gastode 2001 y familia, infancia y juventud crece el 77,3% sobre el gasto efectuado en el ejercicio anterior.

Fuente: “El gasto en servicios sociales en Euskadi informe general.Año 2002 (avance)”. Departamento de Justicia, Empleo y SeguridadSocial del Gobierno Vasco.

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(1) Naciones Unidas para el Desarrollo (1992 : 5). Programa de las Naciones Unidas. El abismo de la desigualdad. Resumen del informesobre el desarrollo humano. Cristianismo i justicia, Barcelona.

(2) Naciones Unidas (1995). Situación de la mujer en el mundo, 1995. Tendencias y estadísticas. Nueva York.

Gráfico 107

Gráfico 108

La siguiente tabla nos indica el destino del gasto público y comprobamos que los mayores contingentes delgasto son los destinados a financiar las ayudas económicas gestionadas por los servicios sociales y los ser-vicios residenciales.

Fuente: “El gasto en servicios sociales en Euskadi informe general. año 2002 (avance)”. Departamento de Justicia, Empleo ySeguridad Social del Gobierno Vasco

Fuente: “El gasto en servicios sociales en Euskadi informe general. año 2002 (avance)”. Departamento de Justicia, Empleo ySeguridad Social del Gobierno Vasco

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Las Diputaciones Forales siguen constituyendo la pieza central del sistema de financiación de los serviciossociales (53%). Gobierno Vasco aporta la cuarta parte del gasto total (24,6%) - cada vez más significativo-, los ayuntamientos financian el 19,3% y el Instituto Nacional de Empleo (INEM) y los Fondos SocialesEuropeos (FSE) aportan el 3,2% restante. No obstante, es importante señalar que ante el incremento de país-es que componen la UE, la asignación de estos fondos europeos se va a ver muy mermada en el caso deEspaña, y esto va a afectar también a la CAPV.

(13) Los gastos que las administraciones públicas destinan directa o indirectamente a financiar otros servicios distintos de los ser-vicios residenciales: centros de día, ocupacionales y de empleo, guarderías, comedores, hogares de jubilados, centros de rehabil-itación y diagnóstico y servicio de asistencia domiciliaria.

(14) Este capítulo residual está integrado por los siguientes conceptos: actividades de promoción, prevención y reinserción, servi-cios sociales de base, subvenciones al movimiento asociativo no incluidas en epígrafes anteriores y gastos generales y de dirección.

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Fuente: “El gasto en servicios sociales en Euskadiinforme general. año 2002 (avance)”. Departamentode Justicia, Empleo y Seguridad Social del GobiernoVasco

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El sector de marginación y pobreza es financiado mayoritariamente por el Gobierno Vasco, aunque otras insti-tuciones contribuyen también en su financiación: los ayuntamientos aportan el 9,8% (fundamentalmente através de partidas para reforzar las Ayudas de Emergencia Social) y las Diputaciones participan con el 16,4%(financiando el PAGAMI15, prestación económica foral que complementa la Renta Básica).

En el campo de las personas mayores y la discapacidad, la financiación corresponde mayoritariamente a lasDiputaciones Forales, con un 73,8% y un 83,6% respectivamente.

La asunción mayoritaria de la financiación de los servicios sociales de base es de los Ayuntamientos, tam-bién cubren un 26,2% en personas mayores, que supone un esfuerzo municipal de gasto importante (en esteárea en la que se concentra el 47,7% del gasto municipal en servicios sociales).

Los servicios minoritarios (el gasto municipal en el área de mujer apenas supone el 3% respecto de su gastototal) como los relativos a mujeres y a drogodependencias, son financiados de forma desigual, aunque conuna participación importante de los Ayuntamientos apoyados por las Diputaciones Forales, en el caso de lamujer, y por el Gobierno Vasco, en el caso de las drogodependencias.

El informe realizado por el SIIS16 nos indica el destino del gasto (datos del 2001) en función de los difer-entes servicios existentes para cada uno de los colectivos:

(15) PAGAMI: Prestación Asistencial de Garantía Mínima.

(16) Consejo Vasco de Bienestar Social ( 2003). Cuarto Informe sobre la situación de los servicios sociales en la CAPV, año 2001. SIIS,Donostia -San Sebastián.

Gráfico 110 Gráfico 111

Fuente: Cuarto Informe sobre la situación de los servicios sociales en la CAPV, año 2001. SIIS.

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(17) Consejo Económico y Social Vasco (2004). Las políticas activas de empleo en la CAPV y en la UE. CES - Colección Estudios eInformes, Bilbao.

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No hemos querido olvidarnos de aquel gasto que se destina a las políticas activas de empleo, rescatamosalgunos datos publicados recientemente por el Consejo Económico y Social Vasco para observar en qué medi-da el esfuerzo económico que realizan las administraciones públicas (y en ocasiones instituciones privadas)puede estar facilitando la incorporación y mantenimiento de las mujeres en el ámbito laboral.

El Eurostat realiza la siguiente clasificación de las medidas a partir de las distintas formas en las que se actúapara alcanzar los objetivos. Además de una categoría base de servicios generales establece siete tipos querecogen medidas sobre políticas activas del mercado laboral y dos de políticas pasivas.

- Servicios públicos generales de empleo;

- Acompañamiento y asistencia en la búsqueda de empleo;

- Formación (incluye tanto la ocupacional como la formación continua);

- Reparto del trabajo y relevo laboral;

- Incentivos al empleo (incentivos para la contratación permanente y temporal e incentivos para manten-er el empleo);

- Integración de personas con discapacidades (tanto en empleo regular, protegido u otros);

- Creación directa de empleo;

Fuente: Cuarto Informe sobre la situación de los servicios sociales en la CAPV, año 2001. SIIS.

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- Incentivos para nuevos promotores y promotoras de empresas y autoempleo;

• Apoyo e ingresos extralaborales (prestaciones por desempleo, etc.) y

• Prejubilaciones.

Según un informe del CES17, el gasto realizado en el conjunto de las Políticas Activas de Empleo (en adelantePAE) en la CAPV en el año 2000 fue de 259.547 miles de euros, que equivale a 271 euros por persona acti-va y a 1.476 euros por participante.

Gráfico 114

Fuente: CES, 2003.

Gráfico 115Fuente: Elaboración propia a partir de datos CES, 2003

Como podemos observar, la partida de gasto principal es la dirigida a incentivar el empleo, siendo el princi-pal gasto de esta categoría las bonificaciones en las contribuciones a la Seguridad Social que reciben lasempresas. En segundo lugar, aunque a casi 30 puntos de diferencia, si sitúa la formación. Por último, losincentivos al autoempleo suponen la tercera partida en importancia.

Respecto al origen de los fondos de las PAE, según el mismo informe del CES, son la Administración Central(57%) y los Fondos Europeos (22,9%) las entidades que fundamentalmente soportan el gasto. La gestión dedicho gasto, sin embargo, se lleva a cabo en primer lugar por el INEM (76,9%), seguido de Gobierno Vasco(que gestiona el 20,2% del gasto), las entidades locales (15,2%) y las Diputaciones Forales (10,2%).

Según los datos recogidos en una muestra signi-ficativa de los programas recabados en el estudiodel CES, se ha podido constatar que el grueso delgasto (75,2%) se dirige a las empresas y que sematerializa principalmente en reducciones en lascontribuciones (52,2%).

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Hay algunos estudios que hablan de la relación entre el gasto público en protección social y el empleofemenino. Cuanto menos, las cifras nos indican que la CAPV tiene una de las peores tasas de paro femeninode la Unión Europea y que, a su vez, ocupa uno de los últimos lugares en gasto por habitante en protecciónsocial. La tasa de integración de la mujer en el mercado laboral (como hemos visto en el Cap. II Mercado deTrabajo) es del 53,1% frente a porcentajes como Dinamarca o Suecia que superan el 70%. La CAPV tambiéncuenta (año 2002) con una de las cuatro peores tasas de paro femenino de larga duración (4,7) de entre lospaíses que formaban la Unión Europea de los 15 antes de la ampliación. El gasto en protección social haaumentado considerablemente en los últimos años pero todavía hoy representa un porcentaje sobre el PIBque está 7,5 puntos por debajo de la media europea.

La relación entre gasto público y empleo femenino mencionada puede entenderse si consideramos que lacompatibilidad de vida familiar y vida profesional depende en buena medida de la existencia de ayudas famil-iares, de la existencia de una red de guarderías suficiente y a precios razonables y de la existencia de servi-cios de atención a ancianos y personas dependientes, para lo que a su vez, la inversión social es impre-scindible. Sin olvidarnos, por otra parte, del importante papel que en la mejora de las tasas de empleofemenino puede tener el planteamiento de unas políticas activas de empleo eficaces.

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EEn capítulos anteriores constatábamos el hecho de la acentuación creciente de las desigualdades dentrode las sociedades europeas. Las actuales tasas de pobreza (ciertamente elevadas) son sin duda incom-patibles con unos estados democráticos que quieran caracterizarse por una cultura de ciudadanía, así

como con la pretendida cohesión económica y social entre países y ciudadanos y ciudadanas de la UniónEuropea por parte de los poderes comunitarios.

“En un Estado democrático, tanto más cuanto alcance en su conjunto niveles de desarrollo económico y debienestar elevados, (se) debe estar en condiciones de garantizar a todos los ciudadanos los recursos paravivir y actuar en cuanto tales, independientemente de su capacidad y recursos personales o familiares”1.

El estrecho vínculo existente entre realización de una actividad profesional laboral y la concesión de presta-ciones (en base a contribución previa) supone que los sistemas de seguros sociales en Europa puedan con-siderarse insuficientes ante el fenómeno del desempleo, que a día de hoy ya no puede seguir pensándose unproblema de la persona que lo padece sino de la sociedad en la que vive.

Ante la necesidad de elevar gradualmente la protección asistencial (prestaciones no contributivas) hasta elnivel de la Seguridad Social, ya en 1986 la Comisión de las Comunidades Europeas2 propone el análisis detodos los proyectos y proposiciones que tendieran a la instauración de un “ingreso mínimo social” para com-batir la pobreza. En este marco adquieren relevancia los informes y dictados3 a favor de priorizar la reinser-ción de aquellos y aquellas que perciban estas rentas, potenciando el aspecto formativo y reforzando las rela-ciones de la protección social con el empleo.

Si, como decimos, las medidas formativas y de (re)inserción para evitar la perpetuación de una situación deasistencia, adquieren en este momento la relevancia de políticas de primer orden, no queremos pasar poralto la revisión de algunas de las políticas actuales de inserción laboral. Revisaremos las características dealgunos de los programas que se están llevando a cabo en algunos países de Europa y, también, las quedefinen aquellos programas puestos en marcha en el ámbito de la Comunidad Autónoma Vasca.

(1) Sarraceno, C (1989 : 28). Una persona, un crédito. Política ed Economía, 1.

(2) Comisión de las Comunidades Europeas (16 de septiembre de 1986). Problemas de la Seguridad Social. Temas de interés común.

(3) Entre los que destaca el dictamen del 12 de julio de 1989 aprobado en sesión plenaria por unanimidad, del Comité Económico ySocial de las Comunidades Europeas.

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Por una parte, observamos que existe un gran número de programas dirigidos a personas perceptoras de ayu-das sociales sin diferenciación de sexos.

No obstante, en países como Francia muchos de los programas establecidos hacen referencia expresa a colec-tivos específicos (de especial interés para nuestro trabajo) como los formados por familias monoparentales,personas preceptoras de prestaciones por viudedad, etc. E incluso algunos de los programas que componenla oferta de países como Francia, Holanda, Austria e Irlanda, están orientados al colectivo de mujeres con-sideradas “inactivas” y madres de familia que desean (re)incorporarse a la vida laboral.

Especialmente digno de mencionarse son dos estructuras de apoyo para la aplicación de medidas de inser-ción establecidas en Francia. Por una parte el Fondo de urgencia social, destinado a aportar una ayudainmediata a personas y familias en situación de precariedad grave que, a pesar del apoyo de otros disposi-tivos, tienen dificultades para mantener un nivel de vida digno. Y por otra, el Fondo de compensación, quese utiliza para financiar contratos de empleo-solidaridad con colectivos concretos, entre los que se encuen-tran las personas beneficiarias del ingreso mínimo de inserción que lleven al menos un año en situación dedesempleo.

Al margen de las prestaciones económicas, la metodología de inserción se compone básicamente de las sigu-ientes medidas:

- Programas que combinan formación y práctica;

- Bonificaciones e incentivos a las empresas por realizar contratos dirigidos a los colectivos consideradosen riesgo;

- Ayudas para el autoempleo;

- Subvención de servicios de orientación personalizada en el itinerario de búsqueda de empleo; y

- Ayudas para la creación de empresas de inserción.

En algunos casos algunas de estas medidas adquieren cierto carácter innovador:

- La creación de puestos de trabajo directos para personas perceptoras del salario social, es el caso de los60.000 puestos creados en Holanda en el sector de los servicios sociales, atención infantil, educación,etc. En Bélgica existe una iniciativa similar en algunas empresas para financiar los puestos de trabajodirigidos a la atención al público, mejora organizacional y protección del medio ambiente5.

- La obligatoriedad de realizar actividades de utilidad pública o voluntariado para las personas percep-toras de las prestaciones sociales (Holanda).

- La posibilidad de seguir cobrando un porcentaje decreciente de la ayuda social durante los tres primerosaños de acceso a un empleo (Irlanda).

(5) Algunas de estas medidas responden a la intención de aumentar el gasto en protección social para poder así beneficiarse de undoble efecto: la inserción de muchas mujeres (aliviándoles de las cargas familiares) por una parte, y de otro lado, la creación depuestos de trabajo en sectores asistenciales, los cuales son especialmente solicitados por mujeres.

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- Formación personalizada y flexible que trata de adaptarse a las necesidades de los y las beneficiarias através de algunas facilidades que se añaden al proceso de formación/orientación: disponibilidad deguarderías o ayudas económicas para el cuidado de menores, flexibilidad en cuanto a horarios para podercompatibilizar el programa con vida familiar, etc.

- La figura del tutor que supervisa los procesos de inserción (apoyo, seguimiento y acompañamiento indi-vidualizado) tanto en su fase formativa como durante el periodo de trabajo que se desarrolla en laempresa.

- La adquisición de práctica y experiencia profesional realizando actividades que respondan a necesidadescolectivas no satisfechas (generalmente no productivas).

- Planes que comprometen la acción coordinada de diversos agentes sociales.

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2. PROGRAMAS DE INSERCIÓN EN LA CAPV

En el informe del Consejo Económico y Social Vasco “Políticas Activas de empleo en la CAPV y en la UE”(2004)6, se realiza un análisis exhaustivo de los programas y proyectos considerados en la definición depolíticas activas de empleo (en adelante PAE) y sus colectivos objeto, analizando posibles diferencias porsexo, situación laboral o especificidad en factores tales como la condición de marginalidad, la discapacidad,etc.

En primer lugar se constata que la mayoría de los programas se dirigen a la población en general (95,7%),de manera que no hay un peso específico en lo que a actuación según sexo (mujer) se refiere (sólo un 4,3%de los programas vigentes en el año 2000 se dirigían específicamente a mujeres), ni tampoco en lo que aedad se refiere (el 82,7% de los programas analizados no concretan un segmento de personas específicosegún la edad).

(6) Consejo Económico y Social Vasco (2004). Las políticas activas de empleo en la CAPV y en la UE. CES - Colección Estudios eInformes, Bilbao.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Informe “PolíticasActivas de empleo en la CAPV y en la UE”(2004).

El grueso de los programas mixtos se dirige fun-damentalmente a las personas desempleadas. Yen el caso de los programas exclusivos paramujeres también tienen un peso importanteaquellos que están dirigidos a las que se encuen-tran en situación de inactividad.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CES, 2003

También se observa que únicamente el 5% detodos los programas definidos como “políticasactivas de empleo” están dirigidos específica-mente al colectivo de familias mono-parentales y un 8% a personas con especialesdificultades de incorporación al mundo labo-ral.

El informe del CES Vasco muestra que las políticas de empleo que se aplican no inciden de forma mayoritariaen el colectivo de parados y paradas de larga duración, en las mujeres o en los jóvenes. Así mismo, las medi-das basadas en incentivos a la contratación lideran las políticas mientras que, como contrapartida, el estu-dio revela que el 34% de quienes son contratados y contratadas a partir de estos programas de promocióndel empleo vuelve al paro una vez terminado su contrato.

Como hemos dicho, atendiendo únicamente a la variable sexo, la gran mayoría de los programas vigentes(95,7%) no distingue un componente de género en la definición del colectivo al que se dirige.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CES, 2003

Tabla 41

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CES, 2003

Respecto a la participación real de lasmujeres en los diferentes programas desarrol-lados, encontramos que en el caso de lasdesempleadas y especialmente las inactivas,su participación es menor que su peso relati-vo en el mercado laboral de la CAPV.

La tipología concreta de los programas y laparticipación del colectivo de mujeres enéstos puede apreciarse en la siguiente tabla:

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En concreto, hemos tenido oportunidad de acercarnos a las características de los programas AUZOLAN, a par-tir de su Informe de evaluación7 del año 2000.:

Si bien a simple vista todo parece indicar que las mujeres tienen mayor probabilidad de participar en los pro-gramas, entre los y las convocadas ellas representan el 53%, en el proceso de selección muchas de ellas ter-minan quedándose fuera8 (sobre todo en los cursos mixtos donde son el 40% del alumnado). Por tanto, laigualdad de oportunidades real del acceso a los cursos es cuanto menos cuestionable.

La disponibilidad horaria y temporal, ha excluido a numerosas mujeres que, teniendo hijos o hijas menoresa su cargo, no han podido participar en el programa. En unos casos porque “no tienen donde dejarlos”, enotros porque necesitan un “sobresueldo” para mantener a su familia, que normalmente es en forma de untrabajo sin contrato ni estabilidad laboral y sólo por unas horas al día, pero que no pueden abandonar sinponer en peligro la estabilidad económica familiar.

Sobre el perfil de los y las participantes cabe señalar, según el citado informe, dos aspectos:

- En cuanto a formación, aproximadamente el 50% posee estudios elementales. Aún así se puede señalarque entre las mujeres el nivel formativo es ligeramente superior y que cuentan con más formación com-plementaria que los hombres.

- A nivel laboral, más del 75% han trabajado con anterioridad en la economía formal, aunque dos de cadatres de las personas que no han tenido un empleo son mujeres. La mitad del colectivo de participanteslleva aproximadamente un año en desempleo, si bien no es un dato muy fiable puesto que gran partedel grupo no estaba apuntado en las listas del INEM. La razón más frecuente de pérdida de su últimocontrato es la finalización del mismo (70% de los casos), seguida de los abandonos voluntarios (13%).En este último caso las diferencias entre sexos son importantes, ya que una de cada cinco mujeres par-ticipantes dejó su empleo de fprma voluntaria (frente a menos de uno de cada diez hombres). Llama laatención este último dato porque entendemos que puede estar directamente relacionado nuevamentecon la incompatibilidad de conciliar vida laboral y familiar.

A continuación trasladamos algunas de las opiniones y sugerencias a los programas AUZOLAN que fueron real-izadas tanto por el equipo de profesionales que participaron en su puesta en marcha como por las personasbeneficiarias de los mismos:

(7) “...El Parlamento Vasco ha instado a poner en marcha programas innovadores... el objetivo es que cada persona preceptora operteneciente a una unidad familiar beneficiaria del Ingreso Mínimo de Inserción transite por un itinerario de inserción que, partien-do de la formación, permita en el medio y largo plazo ayudarle a desembocar en el empleo”. EGAILAN, Sociedad Pública de Promociónde la Formación y el Empleo. Evaluación de Programas AUZOLAN - 2000. Egailan, Vitoria - Gasteiz

En el año 2000 y en este contexto, el Departamento de Justicia, Trabajo y Seguridad Social publicó el Decreto (182/2000, 19 deSept.) que articulaba el Programa Auzolan para la inserción laboral de las personas en situación o riesgo de exclusión. (Actualmenteel Decreto que lo regula es el 166/2004 del 31 de Agosto).

(8) Según las personas responsables de la selección existía un requisito fundamental para participar en el programa, la disponibili-dad.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CES, 2003

Para concluir, podemos decir que muchas de las “pegas” y críticas que pueden hacerse a los programas deinserción que existen actualmente en la CAPV, guardan una estrecha relación con algunas de las medidas (ocorrecciones) que algunos países europeos ya han empezado a llevar a la práctica.

Parece que el diseño de las políticas activas de empleo en la CAPV debería atender en mayor medida a lasnecesidades específicas de los colectivos destinatarios previamente determinados y analizados. Además,entendemos que será preciso, en la línea de lo que en países con un mayor desarrollo de sus sistemas deprotección social se está realizando, atender a través de algunos programas específicos a grupos como lasmujeres inactivas y las mujeres solas con cargas familiares.

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Por último, parece recomendable pensar en nuevas e innovadoras metodologías de inserción frente a lastradicionales subvenciones e incentivos a las empresas. Metodologías que, a su vez, contemplen programascon un carácter flexible y que, en el caso de aquellos que se dirijan al colectivo de mujeres, establezcanmedidas de apoyo para compatibilizar la asistencia al programa con el cuidado de hijos o hijas u otras per-sonas dependientes, facilitando en la medida de lo posible la conciliación de la búsqueda de empleo y lavida familiar.

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Cap. IX. Empoderamiento

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Cap. IX.

Empoderamiento

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JJosé María Tortosa dice en su libro titulado Sociología del Sistema Mundial, que “la democracia, por másque se la invoque, no es moneda tan corriente en los aproximadamente doscientos estados que compo-nen el sistema político mundial (…) ya no es tan claro saber qué debe entenderse exactamente por

democracia. Es cierto que hay un cierto acuerdo sobre los elementos formales mínimos que debe tener unsistema para ser llamado democrático (elecciones libres, partidos competitivos). La democracia es un sistemaque permite, sin violencia, que el país cambie de gobernantes y programas. Sin embargo, las fronteras entresistema democrático y no democrático se discuten sobre todo si por democracia se entiende un gobierno conla participación de los ciudadanos”1.

A partir de esta última idea de democracia participativa, hemos querido hacer en este capítulo, una revisiónde dos elementos relacionados entre sí, que entendemos son claves para poder completar la visión, que ven-imos perfilando a lo largo de diferentes capítulos, sobre los factores que están condicionando la realidad queviven las mujeres solas: la participación y el poder.

A lo largo de la historia las mujeres han tenido una larga tradición de lucha por la reivindicación de sus dere-chos, cada uno de sus avances ha significado la exigencia de deconstrucción de un dogma sobre lo que lasmujeres “pueden” o no hacer.

Nos ha parecido interesante rescatar algunas pinceladas de un magnífico trabajo recopilatorio sobre la evolu-ción del derecho de ciudadanía de las mujeres a través de la Historia, publicado en una de las revistas delcolectivo feminista Lanbroa2. Valgan las siguientes pinceladas para hacer un poco de historia. En la antiguaGrecia las mujeres jurídicamente eran “eternas menores de edad” excluidas de la política por el hecho de sermujeres. En Roma se concedía (S. III) el derecho de ciudadanía a “todos los habitantes varones libres” delImperio y la mujer quedaba excluida de toda función pública. Durante la Edad Media las mujeres estaban“jurídicamente subordinadas al hombre, ya fuese marido, padre o hermano”. En el Renacimiento, las mujerescontinuaban relegadas a un estatus de “pre-ciudadanía”, circunscritas al ámbito de lo doméstico. En la EdadModerna el derecho de ciudadanía quedaba anulado por el poder absoluto del Rey. En la Edad Contemporánealas mujeres tuvieron vetada por ley la entrada a la Universidad hasta mediados del siglo XIX. No es hasta elSiglo XX cuando el Movimiento Social que venía organizando a las mujeres desde el s. XVIII empieza a recogerfrutos y consigue el “sufragio universal absoluto”.

Así, las mujeres españolas consiguieron el derecho al voto con la Constitución de la República española en1931, primer paso en el camino para conseguir una democracia que no se olvidara de las mujeres, porquecomo ya se ha dicho tantas veces “sin mujeres no hay democracia”.1

Antes de continuar, deberíamos reflexionar sobre lo que hoy significa ser ciudadano o ciudadana. En térmi-nos generales, además de significar el reconocimiento de unos derechos, la exigencia de unas responsabili-dades y la vinculación a un colectivo social, significa, sobre todo, la intervención personal en el fun-cionamiento de la sociedad. Esto implica un paso de lo individual a lo colectivo, de la privacidad a lo públi-co, que no debemos obviar.

(1) Tortosa, J.Mª (1992 : 98). Sociología del sistema mundial. Editorial Tecnos, S.A., Madrid.

(2) Lanbroa (2003). Conspiración feminista: Conciencia de ciudadanía de las mujeres. Lanbroa, Marzo, nº19, Bilbao.

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También debemos tener presente que hay una diferencia entre ser ciudadano o ciudadana de derecho y serciudadano o ciudadana de hecho. Podría decirse que las personas son ciudadanas (de hecho) en cuanto quetienen acceso a todos los derechos de ciudadanía; tienen información de los recursos y dotaciones de los quedispone la ciudad; sus condiciones objetivas de vida les permiten ejercer sus derechos y disfrutar de los ser-vicios ofertados; tienen igualdad de oportunidades para intervenir en los espacios públicos y privados; se lesofrecen cauces de participación; intervienen o participan realmente haciendo uso de esos u otros cauces; enel contexto social se dan las condiciones de seguridad y garantía de poder ejercer los derechos en libertad,etc. En nuestra idea de abordar el tema de la participación ciudadana a lo largo del capítulo, sin duda, tam-poco podremos obviar estas condiciones.

En este capítulo tendremos también oportunidad de observar una serie de datos que dejan clara la desigual-dad existente a día de hoy entre hombres y mujeres en lo que a ostentación de poder en diferentes ámbitosde la esfera pública se refiere.

El poder, que formalmente la Real Academia de la Lengua Española, define como “dominio, imperio, facul-tad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo”, lleva implícitas una serie de connotaciones(que son fruto de la forma concreta en que ha sido ejercido) en su mayoría negativas y se asocia a térmi-nos como imposición, corrupción, autoritarismo, abuso de poder, etc.

El monopolio masculino del poder, instituido históricamente mediante normas o leyes impuestas (coerción)y también mediante una ideología legitimadora de la desigualdad que implica, ha hecho que las mujeres que-den excluidas no sólo de ejercerlo sino que también se haya suprimido su aspiración o deseo de poder.

Hemos olvidado que el poder, en base a una concepción abstracta y positiva, significa “tener capacidad para”y como dice la presidenta del Forum de Política Feminista, Begoña San José, “el poder es influir más de loque eres influida”.

En este sentido adquiere especial relevancia la falta de poder político de las mujeres. El hecho de que lasmujeres, como veremos, no estén equitativamente representadas en los procesos de toma de decisiones desus respectivas sociedades supone que el diseño de políticas, la organización de la sociedad, etc. no tenganen cuenta muchas veces a la mitad femenina de la sociedad que tienen por objeto.

Ya no debiéramos seguir hablando de igualdad como un principio declarativo, como un derecho que hoypocos niegan, es el momento de medirla y evaluarla.

Por ello hemos querido empezar por observar la representación de la mujer en diferentes órganos de poder.

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(3) Emakunde según datos facilitados por:

- Lehendakaritza, G. Vasco, 1999.

- Elizondo Lopategi, A. (1999). La presencia de las mujeres en los partidos políticos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria - Gasteiz.

- Instituto de la Mujer.

- Equipo de Estudios de Género, Dpto. Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, Proporción de Mujeres en las candidatu-ras y cargos electos en las elecciones locales y forales de Mayo de 2003.

Gráfico 119

Fuente: Instituto de la Mujer.

Antes de nada nos vemos en la obligación de recordar que España, tras las elecciones generales de Marzo del2004, ha pasado a ser uno de los dos únicos países (con Suecia) que actualmente cuentan con un gobiernoparitario, donde el 50% son mujeres.

Sin embargo, en términos generales, no puede decirse que la representación femenina en las institucionesde democracia representativa haya logrado alcanzar cotas de paridad. EL número de diputadas es un 28%menor al de diputados en el Congreso y en el Senado sólo son mujeres una de cada cuatro de los y las rep-resentantes. En los Parlamentos Autonómicos la participación femenina media se cifra en un 36% (y en elcaso de la CAPV en un 34,6%). En el caso del Parlamento Europeo sólo tres de cada diez representantes sonmujeres. El panorama en los ayuntamientos sigue la misma tónica, del conjunto de concejales y concejalas,estas últimas representan poco más del 27% y de entre las personas que están al mando de un Ayuntamientoen calidad de alcaldes o alcaldesas son mujeres un 12%.

Poniendo la vista en nuestro entorno más cercano, la CAPV, debemos decir que la presencia de mujeres en elespacio político se ha incrementado, si bien los hombres siguen aventajándolas en lo que ha representaciónse refiere en todos los niveles y sobre todo en los niveles decisorios. Emakunde3 nos ofrece datos intere-santes que reflejamos en los siguientes gráficos.

En los dos primeros podemos observar como la tendencia tanto en el Parlamento Vasco como en las JuntasGenerales es de incremento de la presencia de mujeres. Sin embargo, los gráficos que hacen referencia a lacomposición del Gobierno Vasco y las Diputaciones Forales nos reflejan que las diferencias siguen siendonotables. De hecho, en la actualidad el 78% de los altos cargos de Gobierno Vasco son hombres.

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Un estudio4 realizado en el ámbito de la CAPV identifica como elementos posibilitadores de la incorporaciónpaulatina de las mujeres al espectro político los siguientes: por un lado, el sistema electoral de tipo propor-cional (las listas electorales facilitan el acceso a las mismas) y por otro lado, el elevado número de partidosque concurren en la escena (el funcionamiento de un grupo actúa como incitador para los demás). Por elcontrario se señala que en nuestra Comunidad la confrontación existente entre los partidos en su dobledimensión izquierda-derecha y nacionalista- no nacionalista y las cuestiones derivadas de ello devalúan otrotipo de consideraciones, como la relativa a la paridad, que pudieran surgir en otro contexto más normaliza-do.

Otras investigaciones5 han tratado de explicar la escasa presencia femenina y apuntan varios factores:

- Por una parte, las mujeres no conocen y no controlan (en cuanto que no han participado) las reglas noescritas de los partidos y la política que, sin embargo, existen, y en consecuencia el medio se les pre-senta hostil.

- Además, se apunta como otro factor la súper dedicación que implica para las mujeres, fundamentalmenteen el caso de las representantes a nivel local no liberadas, compaginar actividad política con vida pro-fesional, vida familiar y vida personal.

- También se apunta la relevancia de las estrategias de comunicación en los formadores de opinión públi-ca. Los grandes medios de comunicación siguen teniendo ciertos sesgos sexistas en cuanto que mues-tran a las candidatas en cuota inferior a su presencia en las instituciones, las mencionan menos en lostitulares, atribuyen su trabajo al partido sin destacar su nombre, publican su fotografía de cuerpoentero, mostrando (e incluso comentando) su vestuario o figura, etc. Mientras, a los hombres los pre-sentan en primeros planos que los identifican y popularizan ante el electorado y en cuanto que se siguenaplicando “estereotipos que asignan a las mujeres menor asertividad o fuerza: mientras las políticas“dicen”, “niegan”, “defienden”, “proponen”, “rechazan”, “presentan”, los hombres “afirman”, “califi-can”, “exigen”, “aseguran”, “reclaman”, “acusan”, “discuten”, “aclaran”...6

- En este sentido, se expone otro motivo importante: la definición que la sociedad impone de la personaque se dedica a la política y las características que se le atribuyen no se asocian con las capacidades dela mujer.

Por ejemplo, si nos acercamos a los datos recogidos sobre la participación de las mujeres en el Poder Judicial,observamos que si bien del total de funcionarios y funcionarias en activo un 42% son mujeres, en el casode las juezas representan el 67%. Este panorama tan diferente del tercer poder en comparación con los datosanteriormente descritos coincide con el hecho de que el sistema de acceso a la carrera judicial sea a travésde oposiciones, sistema que permite a las mujeres acceder en una situación de mayor igualdad, eliminandoposibles barreras discriminatorias de otros procesos.

(4) Elizondo Lopategi, A. (1999). La presencia de las mujeres en los partidos políticos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria - Gasteiz.

(5) Ojaeda, P., Boter, I. y Martínez, M. (1997). Más mujeres en los poderes locales. Tomos I y II, Fundación Dolores Ibárruri, Madrid.

(6) Idem.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Trabajo yAsuntos Sociales, Instituto de la Mujer.

No obstante, en la medida en que el rango aumenta, la proporción de mujeres disminuye también, así lasmujeres sólo representan el 38% de la magistratura, y la única mujer que ha llegado al Tribunal Supremo lohizo hace escasos dos años.

En cuanto al resto de órganos constitucionales el panorama no es muy distinto. Ninguna mujer forma partedel Consejo de Estado, sólo dos ocupan un puesto en el Consejo General del Poder Judicial, una en el Tribunalde Cuentas, otra en la Junta Electoral Central y el Consejo Económico y Social se compone de 52 consejerosy nueve consejeras.

Entre los 149.647 funcionarios y funcionarias de carrera que se cifran en España en julio del 2003 más de lamitad, 52'16%, son mujeres. Sin embargo, sólo el 16% de los altos cargos de la Administración están enmanos de mujeres (nos referimos a Altos Cargos de Entes Públicos que son nombrados por el Gobierno,aunque no tengan rango administrativo concreto).

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Instituto Nacional de la Mujery el Ministerio de Administraciones Públicas.

Entre los y las directivas de empresas y de la Administración no son mujeres más del 32%.

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos ofrecidos por MTAS (Instituto dela Mujer), de la Encuesta de población activa, INE. II trimestre del 2004

Gráfico 128

Fuente: Elaboración propia a partir de datos ofrecidos por MTAS(Instituto de la Mujer), de la Encuesta de población activa, INE. IItrimestre del 2004

El ámbito donde las mujeres llegan a alcanzar una presencia mayor como gerentes es el de las empresas sinpersonal asalariado y, dentro de ellas, el sector del comercio es el único espacio donde son mayoría (54,5%de los cargos). En las empresas de menos de diez trabajadores y trabajadoras, como media, algo más de unacuarta parte de los cargos de gerencia son asumidos por mujeres, en este caso también en el sector del com-ercio la representación femenina supera la media en 10 puntos (37%).

La media del 18,5% correspondiente a la representación femenina en cargos directivos de medianas y grandesempresas (más de 10 asalariados y asalariadas) y de la Administración hay que tomarla con cautela, puestoque engloba datos bien distintos. Por un lado, el porcentaje de mujeres en el poder ejecutivo y legislativode la Administración pública es bastante más elevado (35%); y por otro lado, la proporción de mujeres sobreel total de personas responsables de la dirección de empresas con 10 o más trabajadores es de un 17,7%.

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Podemos añadir que en el Banco de España sólo una de las personas que ejercen de consejeras es mujer, quesólo dos mujeres están al frente de las 84 Cámaras Oficiales de Comercio y que entre las empresas que coti-zan en el IBEX-35 (el índice bursátil que agrupa a las principales compañías) sólo dos mujeres son presiden-tas, una tiene cargo de vicepresidenta y menos de un 3% de los y las consejeras de esas 35 firmas sonmujeres.

Si ya habíamos visto en apartados anteriores que la mujer accede a empleos menos cualificados, peor paga-dos y menos valorados, ahora comprobamos que su presencia es más que escasa en los puestos de respons-abilidad y en política. Si la anunciada reforma de la ley electoral en pro de un mayor equilibrio de sexos enlas candidaturas puede arrojar algo de esperanza en el camino de la esfera política, el panorama de la esferaeconómica se presenta especialmente complicado.

En el marco de un encuentro de Consejos Económicos y Sociales regionales europeos que tuvo lugar enNoviembre del 2003, Rafael Puntonet, presidente del CES Vasco, decía que “ no se podrá impulsar un desar-rollo regional sostenible sin la participación activa de la sociedad civil”7. Retomemos, por tanto, la idea dedemocracia participativa más allá de la democracia representativa, que se legitima por el voto, y estaremosobligados a hablar del llamado diálogo civil entre los poderes públicos y la ciudadanía.

El dictamen del CES Europeo 118/98 nos recuerda que las asociaciones pueden entenderse como expresiónde la ciudadanía activa y resalta la importancia que tienen las asociaciones para la conservación de laDemocracia en Europa diciendo que “la asociación permite a los individuos reconocerse en sus convicciones,perseguir activamente sus ideales, cumplir tareas útiles, encontrar su puesto en la sociedad, hacerse oír,ejercer alguna influencia y provocar cambios” Además, añade que “al organizarse, la ciudadanía se dota demedios más eficaces para hacer llegar su opinión sobre los diferentes problemas de la sociedad a los quetoman las decisiones políticas”.

En este sentido, en otro de nuestros capítulos hemos comentado como en la CAPV el llamado Tercer Sectorsigue creciendo y que además de Fundaciones, entidades religiosas, cooperativas, etc. en la actualidad sóloel número de asociaciones registradas supera las 14.000. No disponer de datos sobre las personas asociadassegregados por sexos nos obliga a ceñir nuestras próximas observaciones sobre el asociacionismo de lasmujeres centrándonos en las características que definen la realidad de las asociaciones formadas exclusiva-mente por mujeres.

En este sentido, un estudio realizado por el Departamento de Ciencia Política y de la Administración de laUPV/EHU y la Diputación Foral de Bizkaia que lleva por título “El Asociacionismo de Mujeres en Bizkaia”8

describe el siguiente panorama.

Buena parte de las 198 asociaciones de mujeres existentes en Bizkaia en el año 2000 nacen con el objetivode aglutinar a sectores concretos de la población femenina para cubrir necesidades específicas, luchar porsus intereses y defender sus derechos. En muchos casos, las organizaciones han surgido a partir de experi-encias anteriores, o bien a partir de algún curso o encuentro tras el que las asistentes han decidido asocia-rse, o bien se han fundado con personas que pertenecían a otra agrupación con anterioridad.

(7) 18 de Noviembre de 2003 (nota de prensa). Los Consejos económicos y sociales regionales: instrumentos al servicio de la democ-racia participativa. CES (Consejo Económico y Social Vasco).

(8) Elizondo Lopategi, A. y Martinez, E. (2001 : 207 - 215). El Asociacionismo de Mujeres en Bizkaia: rasgos y necesidades. Inguruak,29. Los resultados del estudio recogen la información de un 28,78% del total de asociaciones de mujeres inscritas en el año 2000en el Territorio Histórico de Bizkaia (198).

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La actividad de estas asociaciones varía de unas a otras en función de su ámbito de actuación (49% cultur-al, 15,8% manualidades y artesanía, 12,3% salud, 10,5% tiempo libre y educación, 8,8% apoyo social, 7%ámbito ideológico, entre otros) pero en términos generales, buscan una mejora de las condiciones de vidade las mujeres, promocionándolas en diferentes ámbitos, acercándolas a actividades socio-culturales o deocio (convivencias, excursiones...), prestándolas apoyo laboral, psicológico o legal o realizando actividadesde formación (cursos, charlas, conferencias...).

Es evidente que los recursos materiales facilitan y determinan en gran medida las actividades y el fun-cionamiento de estas asociaciones:

Según el citado estudio, la mitad de las asociaciones encuestadas disfrutan de un local cedido por un organ-ismo de carácter privado o público o por una persona particular, y una quinta parte mantiene un local enalquiler de uso exclusivo o compartido con otra asociación, por lo que solamente el 8,8% de las asociacionesdisponen de un local en propiedad. Cabe destacar que hay todavía un 10,5% de estas asociaciones que nodispone de ningún local para sus reuniones o actividades.

El recurso más generalizado entre las organizaciones es el teléfono, y sin embargo, menos de las mitad delas asociaciones encuestadas cuenta con uno (esto implica principalmente que en la gran mayoría de las aso-ciaciones tengan que utilizarse los teléfonos particulares de las asociadas para el desarrollo y la organizaciónde actividades). Otro recurso cada vez más imprescindible, como es el ordenador (por la necesidad de redac-tar memorias, instancias, cartas e incluso notas de prensa) también es minoritario en el asociacionismo demujeres en Bizkaia (solamente una tercera parte de estas asociaciones dispone de ordenador e impresora ysólo un 8,8% tiene acceso a internet).

Ocho de cada diez asociaciones no cuentan con ninguna persona que realice trabajos remunerados para laasociación y cuando sí la hay suele tratarse de una sola persona que realiza tareas administrativas o en algúncaso de animación sociocultural. De manera que las actividades de la mayoría de las asociaciones se realizanprincipalmente a través de voluntariado, siendo el número de personas voluntarias variable en cada aso-ciación.

El presupuesto de una asociación es un indicador importante de la capacidad de actuación de una asociacióny el estudio certifica que algo más de una tercera parte cuenta con un presupuesto inferior a 1.000.000 depesetas, siendo incluso menor de medio millón en el 21,8% de los casos. En cuanto a la fuente de sus ingre-sos destacan las subvenciones concedidas por distintos organismos de carácter público y las aportaciones delas asociadas.

La gran mayoría de las asociaciones mantiene relaciones frecuentes con otras asociaciones, aunque las rela-ciones son de distinto tipo y responden a diferentes objetivos. La mayoría se relaciona con las asociacionesde su entorno o ámbito con el objetivo de compartir ideas o para la organización de actividades sociocul-turales conjuntas, pero en mucha menor medida para llevar a cabo reivindicaciones en común (5,3%). Sóloun número pequeño de asociaciones mantiene relaciones estables con otras con las que actúan en confed-eración (10,5).

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Los datos presentados hablan de un asociacionismo acomodado, que sin duda puede estar cumpliendo unpapel esencial en la vida de las mujeres asociadas, pero que en términos generales no tiene un carácter mov-ilizador y reivindicativo.

En relación con una de las primeras ideas que partían de nuestra reflexión inicial sobre la ciudadanía,podemos concluir que la socialización de mujeres en espacios no-domésticos (y sin influencia masculina)contribuye al empoderamiento9 de las mujeres (en cuanto supone una oportunidad de poner en práctica ydesarrollar sus capacidades adquiridas en el ámbito doméstico que controlan en el ámbito de lo público comociudadanas participantes de una organización social), pero “tiene un techo si no se abre a espacios mixtosy públicos”10.

En esta misma línea, actualmente las instituciones están creando lo que en teoría podrían ser cauces de par-ticipación: Consejo de Bienestar Social, Consejos Municipales y Territoriales, etc. Sin embargo, si repasamosla composición de algunos de los consejos comprobamos que sólo en alguno de ellos (Servicios sociales si,económico no) se contempla la participación del colectivo de mujeres a través de sus asociaciones.

Parece, por tanto, una asignatura pendiente la articulación de mecanismos que garanticen la participaciónreal de las organizaciones de mujeres. Para participar es necesario tener las condiciones para hacerlo, “nobasta la libertad y el derecho, un tratamiento igualitario en un contexto de desigualdad puede significarreforzar inequidades” (carta por el derecho de las mujeres a la ciudad, presentada en el Forum Barcelona2004).

Hemos tratado de constatar que desde el punto de vista sociológico la ciudadanía se configura en la inter-acción de dos agentes, Estado y sociedad, y en lo relativo a ese ansiado diálogo cabe señalar, entre otras,las siguientes limitaciones a la participación efectiva que se derivan de la relación actual entre ambas: lasasociaciones de mujeres y la Administración:

- Las asociaciones de mujeres pueden llegar a ser valoradas por la Administración por su utilidad pública,en cuanto que ofrecen servicios asistenciales, pero no son consideradas interlocutoras con capacidad derepresentar aspiraciones sociales.

- El desarrollo de liderazgos pasa por la garantía de determinados recursos (local, información, formación,tiempo...) que propicien la creación de redes que a su vez requieren de la multiplicación del tiempo demilitancia de las mujeres.

En conclusión podemos hablar de dos retos importantes:

Por un lado, será determinante el hecho de que las mujeres alcancen el poder “como influencia que equili-bre la influencia de otros en nuestras vidas”11 para alcanzar la igualdad. Muy especialmente, y en relación alobjeto de estudio que nos atañe, para alcanzar la igualdad no sólo en los ámbitos de representación ydecisión locales (gestión de recursos, servicios...) sino también, la igualdad en las relaciones laborales, si

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(9) Empoderamiento según Glosario terminológico de Aosla-Gizalan 2004: Se trata de un concepto que hace referencia al “fortalec-imiento de la posición social, económica y política de las mujeres. Su objetivo es reducir o eliminar las relaciones de poder entre lossexos. Es importante destacar que el término poder se utiliza en el sentido de “poder para” (por ejemplo el reconocimiento de laspropias capacidades y habilidades para ejercer influencia, poder y liderazgo en algunas o todas las relaciones sociales y actuar enfunción de ese reconocimiento) y no en el sentido de poder sobre otras personas”.

(10) Murillo, S. (2003). Ciudadanía activa: las asociaciones de mujeres en España.

(11) San José, B. (2004). De la impotencia de Antigona al empoderamiento de las mujeres en el siglo XXI. Proyecto EQUAL MassMediación, Madrid.

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asumimos definitivamente que éstas también son relaciones de poder. Es decir, relaciones de poder entretodos los agentes intervinientes en las condiciones de trabajo: empresariado y masa asalariada, por supuesto,pero también legisladores y legisladoras, sindicatos y organizaciones empresariales que negocian y aplicanconvenios, cuadros intermedios que marcan costumbres y normas no escritas, etc.

De otro lado, un reto recogido también en el documento de la Agenda 2007-Monterrey, presentado en laclausura del Forum de las Mujeres de Barcelona 2004, que se basa en conseguir voz y voto para los colec-tivos de mujeres, consolidando sus liderazgos. Y esto pasa, no sólo por un mayor compromiso de laAdministración, sino también por conseguir que crezca la conciencia política de las mujeres, ayudándolas atrascender del ámbito de lo individual y privado para descubrir que existen problemáticas, necesidades yaspiraciones que son suyas, pero además comunes a otras personas, y en este sentido les atañen y exigende su participación.

(1) Naciones Unidas para el Desarrollo (1992 : 5). Programa de las Naciones Unidas. El abismo de la desigualdad. Resumen del informesobre el desarrollo humano. Cristianismo i justicia, Barcelona.

(2) Naciones Unidas (1995). Situación de la mujer en el mundo, 1995. Tendencias y estadísticas. Nueva York.

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Cap. X. Informe de las entrevistas en profundidad

C. CRITERIOS, ORIENTACIONES Y PROPUESTAS

PARA LA MEJORADE LA INSERCIÓN:

POLÍTICAS ALTERNATIVAS DE INSERCIÓN

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Informe de las entrevistas en profundidad

- Sindicatos: CC.OO., UGT, ELA y LAB

- Ayuntamientos: Bilbao, Vitoria y Donostia-San Sebastián.

- Asociaciones de mujeres: Asociación alavesa de padres ymadres separadas; Viudas para la igualdad: Asociaciones demujeres viudas del País Vasco (FEVI); Asociación de famil-ias monoparentales de Guipúzcoa.

- Colectivos Feministas: Lanbroa, Asamblea de mujeres deBizkaia, Argitan.

- Observatorios de Exclusión Social: SARTU y CÁRITAS.

- Gobierno Vasco: Consejería de Vivienda y Asuntos Sociales,Viceconsejería de Bienestar Social.

- EMAKUNDE.

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SSeleccionamos una muestra de diecisiete asociaciones de mujeres y entidades que trabajan en el ámbi-to de la inserción sociolaboral de la mujer en la CAPV, que a su vez pueden clasificarse a partir de sieteagentes sociales que han participado en la investigación.

Los guiones de nuestras entrevistas buscaban información acerca de la visión que los diferentes agentes tie-nen sobre la situación que vive buena parte del colectivo de mujeres solas en nuestra Comunidad, su des-cripción del panorama, las causas que le atribuyen, la forma en que entienden que tiene lugar el proceso deexclusión-inserción social... Pero al mismo tiempo, en aquellas conversaciones se reservó un lugar para losplanteamientos constructivos, para las soluciones, y con ellas se pretendió iniciar un camino de búsquedade propuestas de cambio y orientaciones de mejora relacionadas con la inserción social y laboral de dichasmujeres.

En primer lugar, el análisis de las entrevistas se ha llevado a cabo teniendo en cuenta la agrupación poragentes mencionada. De ahí los siete informes que se presentan en el Anexo 1 Informes de las Entrevistaspor Agentes. Estos informes siguen una misma estructura básica: en una primera parte se recoge la informa-ción relativa al mencionado panorama, que se ha llamado “percepción de la situación”; en la segunda partese agrupan las “propuestas y aportaciones” extraídas de las entrevistas; y finalmente aportamos un cuadro“resumen” que nos ofrece una síntesis de la información. Si bien, internamente, cada una de estas tres par-tes de los documentos puede estar subdividida de distinta forma, ya que se ha tratado de respetar en lamedida de lo posible, el hilo argumentativo propio de cada uno de los agentes.

En segundo lugar, se ha tratado de hacer una exposición general de los aspectos más importantes recogidosen los siete informes que ofrecemos en las siguientes líneas.

(1) Para cada uno de ellos se estableció un guión de entrevista diferente (Ver ANEXO 2A) y se puede consultar en el ANEXO 1 losInformes de las entrevistas de cada uno de estos agentes, así como las transcripciones de las entrevistas en ANEXO 2B.

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PERCEPCIÓN DE LA SITUACIÓN: ¿Qué está pasando?

Como decíamos al principio del capítulo, la primera parte de las entrevistas constituye un intento de acer-carnos a la visión de cada uno de los agentes sobre la realidad de las mujeres solas. En términos generales,podemos decir que los factores que describen esta realidad señalados por unos y otros no difieren en granmedida y fundamentalmente vienen a corroborar el análisis realizado en la primera parte de este estudio apartir de los datos estadísticos existentes.

Aunque asistimos a una creciente diversificación de fórmulas de convivencia, como son entre otras, los hoga-res unipersonales, los hogares sin núcleo familiar, los hogares monoparentales... y pronto estos representa-rán porcentajes mayoritarios, las mujeres “solas” de la CAPV forman una unidad de convivencia que aún hoypuede caracterizarse por suponer un reto a la estructura familiar tradicional.

Según nos recuerdan desde las asociaciones de mujeres hay una característica común a las diferentes muje-res “solas” que acuden a sus organizaciones, que consiste en encontrarse en un momento vital que han dedirigir en solitario (en la mayoría de los casos derivado de uno u otro tipo de ruptura). En buena parte delos casos se trata de mujeres que:

- Se encuentran solas o con una red social débil;

- Tienen hijos o hijas a su cargo;

- Se encuentran en un proceso de acumulación de problemas (económicos, legales...) principalmentederivados de la escasez de recursos económicos (viven un momento de urgencia debido a la imperiosanecesidad económica);

- Pasan por un momento personal difícil, viven en muchos casos problemas psicológicos, de baja autoes-tima... ; y

- Han estado apartadas del mundo laboral o presentan una formación que ha quedado caduca a los ojosde esta sociedad que cambia y exige tanto.

Como se ha comentado en más de una ocasión, un mercado laboral precario, es un mercado laboral muy pre-cario para las mujeres. Los contratos parciales, el requerimiento de disponibilidad, un sector de servicios des-regularizado, el reenganche tardío al mercado, los programas de inserción basados en esquemas inflexibles,la economía sumergida... son barreras especialmente difíciles de salvar en el caso de las mujeres solas, fun-damentalmente debido a que son las únicas encargadas de asumir el reto de conciliar vida laboral con vidafamiliar.

Partiendo de esta situación, los agentes coinciden en señalar que el trabajo temporal, el autoempleo, lasbajas remuneraciones... están significando contribuciones esporádicas y reducidas que limitarán las compen-saciones futuras a las que podrán acceder estas mujeres. En los casos de empleo sumergido (o trabajo noremunerado como el doméstico) la única opción posible serán las prestaciones asistenciales que se ven con-dicionadas por requisitos varios tales como los niveles de renta de la unidad de convivencia y la exigenciade demostrar la necesidad (además se caracterizan por representar cuantías inferiores al salario mínimo inter-profesional). En el caso de las viudas, el nivel económico que tienen en la jubilación es notablemente infe-rior al nivel económico que poseían cuando su cónyuge aún vivía.

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Esta descripción nos traslada un panorama de riego de empobrecimiento y exclusión social que, de acuerdocon lo expuesto, atiende básicamente a la interacción de tres factores que se corresponden con las princi-pales áreas de la integración social: el sistema familiar, el sistema de empleo y el sistema de protecciónsocial.

En dicha interacción toma protagonismo un elemento clave: las cargas familiares. Todos los agentes estánde acuerdo en considerar que los procesos de exclusión de las mujeres solas vienen fundamentalmente deter-minados por las cargas familiares. Se coincide en señalar que a las carencias formativas y a la falta de expe-riencia laboral que afecta a algunas mujeres ha de sumársele la responsabilidad del cuidado y atención deterceras personas, siendo este último un factor aún más importante que los primeros por su capacidad deexplicar un mayor número de situaciones de exclusión de mujeres solas.

Ya que es a las mujeres, y no a los hombres, a las que se les supone la responsabilidad de ser las principa-les encargadas de la atención y el cuidado de los y las niñas y del hogar; y se espera de ellas (y así lo hacen)que se ocupen de las personas ancianas de la familia, que preparen la comida y que realicen la gran mayo-ría de los trabajos no remunerados relativos al cuidado familiar. Esta labor siempre está infravalorada y prác-ticamente nunca está remunerada.

Así mismo, cabe señalar que algunos agentes, los colectivos feministas entre otros, interpretan el mencio-nado empobrecimiento de las mujeres solas como una “visibilización” de una situación de inferioridad yaexistente en todas las mujeres, una situación derivada de un reparto sexista de posiciones sociales que seagrava y se hace visible cuando las mujeres pierden el aval que representaban los hombres que las acompa-ñaban.

En relación a esta interpretación, debemos señalar que se identifica otro factor significativo en los procesosde exclusión-inclusión social, como es la “dependencia”. Una dependencia económica del hombre primero, yuna dependencia de la asistencia social después.

También es cierto que desde los Observatorios de Exclusión y los Ayuntamientos se nos ha ofrecido una visiónmás optimista. Al igual que en el punto anterior se ha hecho referencia a las dificultades añadidas que carac-terizan el punto de partida de los procesos de exclusión de las mujeres y lo diferencian de los de los hom-bres, por otra parte, estos agentes señalan que el colectivo de mujeres solas, cuenta con algunas “habilida-des” que le son propias y que representan su potencial de cambio, este colectivo se distingue por contar conmayores posibilidades de superar la situación de exclusión que otros. Es fácil motivarlas y tienen buena pre-disposición para la participación, por tanto, esta motivación puede ser, según apuntan, el “hilo del que tirar”de cara a su inserción.

En cuanto a los mecanismos establecidos y recursos ofertados para resolver la creciente vulnerabilidad de lapoblación y en concreto de las mujeres solas ante determinados acontecimientos de la vida (como la enfer-medad, la viudedad, el divorcio, la vejez, el desempleo, etc.), las reflexiones de las personas entrevistadaspueden resumirse diciendo que, a pesar de que los planes de lucha contra la pobreza actuales hablen de lanecesidad de hacer un especial esfuerzo en ofrecer apoyo específico a aquellos colectivos más vulnerables, enla práctica los programas tienen un carácter general. Los programas de inserción laboral y las medidas de con-ciliación de vida familiar y laboral no están siendo efectivas porque no se ajustan a las necesidades actua-les de la población y no tienen en cuenta los cambios demográficos, familiares y culturales.

Además, en las entrevistas se recogen algunos aspectos que también describen la realidad de las mujeres dela CAPV, aunque de manera más general, y nos parece importante recogerlas para entender después algunasde las propuestas realizadas por los agentes.

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Aunque es cierto que la mujer con un empleo remunerado cuenta con mayores cotas de participación y dere-chos en la esfera pública, tanto el acceso como las condiciones laborales se reparten de manera desigualentre hombres y mujeres. Podría decirse que las estrategias de flexibilización y desregularización del merca-do son un fenómeno claramente sexuado, que perjudica al colectivo femenino.

Los sindicatos señalan que las características que definen en buena parte el empleo femenino (precariedad),de igual forma que incentivan en parte la afiliación (como forma de reivindicación de derechos vulnerados)también retraen la participación activa como representantes sindicales (la inestabilidad laboral no favorecela visibilidad de las reivindicaciones y además exige una sobre dedicación que medida en tiempo es imposi-ble para muchas de ellas).

A su vez, el escaso número de delegadas sindicales mujeres y la propia estructura tradicional de las organi-zaciones sindicales con escasa conciencia de género hacen que el orden de prioridades establecido siga rele-gando las reivindicaciones de ellas (para cambiar el precario panorama laboral, especialmente algunas de lascaracterísticas que les discriminan) a un segundo plano (sobre todo en la negociación colectiva, donde segestiona una mayor dosis de poder). Este hecho pone de manifiesto la escasa cuota de decisión de las muje-res en los ámbitos de poder y, concretamente, en el ámbito del empleo, que todavía hoy sigue siendo deci-sivo por muchas razones a la hora de delimitar la frontera entre la inclusión y la exclusión social. La desi-gualdad de poder adquiere especial relevancia en este punto si, como apuntábamos en el capítulo dedicadoal empoderamiento, asumimos que las relaciones laborales también son relaciones de poder.

Por otra parte, se echa en falta que estos agentes (por su capacidad de trasformación y presión) no hayanincorporado a sus reivindicaciones, y por tanto no se traduzcan a día de hoy en estrategias concretas, dosasuntos importantes: por un lado, el relativo al reconocimiento, valoración y remuneración del trabajodoméstico y reproductivo (amas de casa) y por otro, el relativo a la economía sumergida. La falta de invo-lucración de estos agentes en la regularización de estos dos asuntos resulta especialmente trascendente sitenemos en cuenta que el trabajo reproductivo (en la práctica cargas familiares) y la economía sumergidarepresentan dos de los factores explicativos de la situación de riesgo de exclusión social de muchas mujeressolas (según acuerdo unánime de las personas entrevistadas).

Por otra parte, resulta importante señalar que una realidad de triple organización administrativa, como la dela CAPV, es entendida por alguno de los agentes como un obstáculo para la coordinación efectiva y eficazentre recursos y agentes y, en definitiva, también para la conexión entre redes. A lo que habría que añadirla inestabilidad de la estructura de recursos sociales dependiente de los cambios de gobierno.

Por último, en relación a las redes sociales prácticamente la totalidad de agentes coincide en considerar cru-cial el fomento del asociacionismo con un doble objetivo: de un lado incentivar la solidaridad entre mujeres(favoreciendo el desarrollo de la autonomía personal y las habilidades sociales -como capacitación- a partirde sus propias potencialidades) y de otro lado consolidar una vía de participación propia.

En este sentido, entendemos que es importante constatar que, si bien las asociaciones de mujeres (de viu-das, separadas, madres solteras...) han visto crecer el número de socias en los últimos años, el reclutamien-to no está siguiendo dicha tendencia en el caso de las asociaciones de carácter ideológico. Muchas de lasmujeres que se acercan a las asociaciones lo hacen en busca de orientación o información sobre algún pro-blema que les afecta directamente, sin embargo, el comprometerse a nivel de colectivo social lleva implíci-to un proceso largo por el que una persona llega a reconocer los problemas de fondo, en otras palabras, deuna toma de conciencia.

Los Procesos de Exclusion Social de las Mujeres Solas en la CAPV

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La falta de compromiso a favor de ellas mismas al que nos referimos resulta, según afirman los colectivosfeministas, de la falta de tiempo (tiempo que ocupan en su mayor parte cuidando de otras personas) y lafalta de conciencia social como colectivo, que repercute en una organización colectiva sin recursos adecua-dos (formación, información, dedicación...) para garantizar una participación efectiva en los ámbitos dedecisión. Si bien es cierto que algunos de los agentes entrevistados perciben que la voluntad de las institu-ciones públicas de cara a posibilitar la participación real de dichos colectivos en ámbitos de distinta índoleno se acompaña de un compromiso claro.

En suma, unos y otros coinciden en señalar que será a través del análisis de los factores protagonistas delos procesos de empobrecimiento como se podrán descifrar las causas de la pobreza y sólo a partir de ahí secontará con la posibilidad de plantear políticas de lucha contra la pobreza realmente eficaces. Una vez rea-lizado el análisis, también parece estar claro, como veremos más adelante, que deberán conjugarse parale-lamente, por un lado, la implantación de políticas sociales generales, y por otro, la apuesta por medidasespecíficas de empleo que puedan paliar la situación de exclusión de las mujeres.

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PROPUESTAS Y APORTACIONES: ¿Qué debe cambiar?

En las siguientes líneas trataremos de realizar un recorrido por las orientaciones y propuestas extraídas delas entrevistas en profundidad, que han quedado expuestas en cada uno de los apartados que recogen losdiscursos de las personas entrevistadas, con el fin de poder contar con una síntesis ordenada de las mismas,síntesis que a su vez nos permita continuar la búsqueda de iniciativas de cambio y criterios de mejora rela-cionados con la inserción sociolaboral de las mujeres solas de la CAPV.

Estas primeras orientaciones y propuestas que extrajimos de las entrevistas no cuentan, en buena parte delos casos, con un grado de concreción suficiente pero constituyen la información guía de ese camino. A par-tir de ellas se configura el trabajo de profundización, jerarquización y concreción necesario para, en defini-tiva, afinar en el planteamiento de soluciones viables y aplicables al problema que nos ocupa.

TRANSFORMACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL: SUPRAESTRUCTURATodos los discursos analizados, algunos de forma más explícita, otros de manera soterrada, hacen referenciaa la necesidad de un cambio en la organización social a nivel estructural que permita superar los complejosmecanismos que se retroalimentan y que abocan a la exclusión a una parte del conjunto de la sociedad.Reclaman un mundo equitativo y justo en el que se entiende necesario evitar las soluciones androcéntricasy etnocéntricas.

Sin embargo, es posible diferenciar entre todos ellos dos corrientes diferentes de interpretación de la situa-ción actual de las mujeres en relación con la pobreza.

Algunos discursos ofrecen una interpretación del por qué de la “exclusión” de las mujeres estrechamente rela-cionada con las desigualdades en la distribución de la renta y la injusticia social propias de algunas socie-dades capitalistas. Mientras la riqueza se concentra cada vez en un menor número de manos, un grupo cadavez más numeroso de miembros de la sociedad se ve abocado a vivir al margen de un sistema que, con eltiempo, le ofrece menores posibilidades de integrarse. Ponen el énfasis en las contradicciones de clase y enla necesidad de incrementar la participación de la mujer en el área de la producción.

Otros, en cambio, consideran la anterior una explicación insuficiente. Los discursos feministas de las entre-vistas que analizamos no vacilan: es la estructura patriarcal la que sustenta un reparto desigual que discri-mina a las mujeres en función del sexo (el colectivo de mujeres vive una situación de discriminación propi-ciada y justificada por una estructura patriarcal). Los sistemas económicos que imperan han sido diseñadossin tener en cuenta a la mitad femenina de la humanidad, son sistemas en los que imperan modelos que danun valor prioritario a lo masculino y secundario a lo femenino (se apunta la necesidad de tomar en conside-ración las estructuras de patriarcado que subyacen con independencia del modo de producción capitalista).

Y de este postulado se derivan las dos propuestas que componen el eje principal de sus discursos: que seestablezcan fórmulas para que el trabajo doméstico sea remunerado y sobre todo reconocido socialmente.Porque necesitamos sistemas económicos que tengan en cuenta, plenamente, el valor verdadero del trabajohumano más básico: el del cuidado; el del cuidado de la infancia, de las personas enfermas, de las mayores,un trabajo sin el cual no habría mano de obra, es decir, nadie podría sobrevivir.

Los Procesos de Exclusion Social de las Mujeres Solas en la CAPV

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Si recordamos que los sistemas económicos son una creación humana nos daremos cuenta de que es posible,como diría la pensadora Riane Eisler “hacer un pastel nuevo”, y eso es precisamente lo que se propone. Sinembargo, tratando de superar este primer plano de lo estructural pasamos a agrupar las aportaciones en cua-tro capítulos diferentes que pueden identificarse con cuatro ejes de actuación:

1. CAMBIOS A NIVEL CULTURAL: MODELOS DE INTERACCIÓN SOCIAL, RELACIONESFAMILIARES…

Relacionado con la conciliación entre vida laboral y familiar, todos los agentes entrevistados coinciden endecir que de la mano de cualquier cambio de “esquemas” en otros niveles (mercado de trabajo, sistema deprotección social…) deberá de ir el cambio cultural. Un cambio cultural que consiga plasmarse a nivel indi-vidual, a ese nivel de relaciones primarias y que suponga que la sociedad (que no deja de ser la suma decada uno de nosotros) acabe por entender que la conciliación es una responsabilidad que obligatoriamentedebe ser compartida.

Si bien la sociedad ha empezado ha percibir algunas situaciones de discriminación de las que no había sidoconsciente años atrás, la tarea debe de encaminarse a dotar de contenido esa conciencia, hay que explicaren qué se basan las desigualdades de las que hablamos, qué significan y cómo es la problemática de la dis-criminación.

- Hay que realizar un especial esfuerzo de dedicación al trabajo educativo desde la infancia.

- Será fundamental trabajar en pro de la sensibilización y formación (elaboración de material de ori-entación) del personal que trabaja en empresas, entidades, asociaciones...

- Las mujeres han de tomar conciencia de pertenecer a un colectivo, el grupo social mujer, con cuyascomponentes comparten toda una serie de características y circunstancias (más allá de las disimilitudesque puedan existir entre cada una de ellas) que definen su posición social en situación de clara subor-dinación con respecto a otro colectivo, el de los hombres.

2. CAMBIOS EN EL MERCADO LABORAL

El mercado de trabajo asalariado actual responde a una estructura masculina, a una concepción del trabajomuy concreta, con unas reglas de funcionamiento concebidas en un tiempo pasado. Los cambios culturales,sociodemográficos, familiares, sociales en definitiva, han configurado en los últimos años un escenario dife-rente donde tanto hombres como mujeres tienen necesidades diferentes a las del pasado. Se reclama un cam-bio de modelo.

- La empresa ha de hacerse responsable, al menos en cierta parte, de que la conciliación entre vida lab-oral y familiar sea posible. Los y las trabajadoras de hoy necesitan una flexibilidad horaria, acceso reala la formación (adecuación de los horarios), de tipos de contrato...;

- Las empresas tendrán que comprometerse a utilizar los manuales de buenas prácticas, a aplicar el prin-cipio de igualdad de oportunidades… y en este aspecto el papel de las instituciones públicas favore-ciéndolo o penalizándolo es de suma importancia2;

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(2) La Administración realiza numerosos convenios, contratos y concursos a través de los cuales mantiene relaciones laborales conmuchas de las empresas del sector servicios.

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- Se rechaza la “contratación parcial para mujeres” como medida de solución en lugar de como opciónpersonal, ya que dicho tipo de contrato lleva implícito menor salario, menor promoción profesional, peo-res condiciones de cara a la jubilación...;

- Es necesaria la redefinición del sector servicios3 a través de la negociación de los convenios que loregulan;

- Habrá que trabajar a favor de una mayor accesibilidad de la mujer a trabajos tradicionalmente “mas-culinos”; y

- Se deberán establecer serias políticas para evitar diferencias salariales entre hombres y mujeres.

3. CAMBIOS EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL:

En términos generales todos y todas las entrevistadas coinciden en mostrarse insatisfechas con el grado decoordinación actual entre los diferentes recursos sociales, así como entre los diferentes agentes que traba-jan en los programas. La intervención coordinada debe articularse, para que sea posible, a partir de un ejecentral, una figura vertebradora e implicada que aporte coherencia a las directrices y posibilite que sean lle-vadas a la práctica en cualquiera de los niveles.

El resto de aportaciones en este sentido se relacionan con la tramitación y condiciones de acceso a presta-ciones económicas, la adaptabilidad de recursos y programas de inserción ofertados, la red de servicios socio-comunitarios y el sistema contributivo.

- Existe la necesidad de invertir en recursos colectivos, en una red de infraestructura pública de serviciossociocomunitarios4. Esta red habrá de adaptarse a las necesidades reales de las mujeres solas y las exi-gencias del mercado laboral actual (ampliar horarios, accesibilidad gratuita, localización geográfica cer-cana...)5;

- La tramitación de prestaciones económicas y el acceso a otros recursos ha de agilizarse si se quiere darrespuesta a las necesidades específicas de este colectivo6;

- Se cree necesario avanzar en el apoyo técnico a los y las profesionales de los diferentes servicios yrecursos sociales;

(3) Al sector servicios pertenece la mayoría de las mujeres asalariadas y se caracteriza por un elevado nivel de desregularización quefavorece toda una serie de condiciones propias del empleo precario.

(4) Su importancia deriva de que dichos recursos se entienden como requisito indispensable no sólo para la conciliación sino sim-plemente para hacer posible la inserción laboral de muchas de las mujeres.

(5) Si bien cabe señalar que todos los agentes no entienden que esta sea la mejor solución a la situación. Las entrevistadas femi-nistas se inclinaban (aunque se trata de una solución de plazo menos ajustado y concreto) por la adaptación de los puestos de tra-bajo actuales a la vida familiar y no a la inversa, en estrecha relación con algunas de las propuestas del apartado nº 2 “cambios enel mercado laboral”.

(6) Algunas de las mujeres que se quedan “solas” (tras el divorcio, enviudar, etc.) se encuentran en una situación de precariedad talque precisan de respuestas urgentes, especialmente cuando son necesidades económicas y psicológicas.

Los Procesos de Exclusion Social de las Mujeres Solas en la CAPV

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- Los recursos de inserción ofertados (convenios de inserción, programas…) han de tener en cuenta larealidad y adaptarse a las situaciones que viven las mujeres solas7;

- Es necesario aumentar los mecanismos de seguimiento, averiguación y control de las ayudas asignadasy los casos atendidos por los servicios sociales;

- Las mujeres reivindican una mayor sensibilidad y concienciación sobre temas como las separaciones, laviudedad, las madres solteras...8;

- Las cuantías de las prestaciones económicas asistenciales y de las pensiones deberían ser incremen-tadas, para conseguir que las personas a las que se pretende ayudar a insertar en la sociedad no se veanlimitadas a la supervivencia más estricta o a la necesidad de depender de terceras personas para seguiradelante;

- En términos generales los recursos sociales al alcance de estas mujeres están sujetos a presupuestos quepor otra parte son escasos y limitados. Se solicita como medida urgente el duplicar los presupuestosactuales en materia de asuntos sociales;

- Se reclama la revisión de los requisitos9 para acceder a algunas prestaciones económicas, para conver-tirlas en ayudas individuales que puedan identificarse con un “derecho”.

- Hay que dar a conocer las ayudas sociales como un derecho para ayudar a superar la estigmatizaciónque versa sobre las mismas10;

- Es necesario establecer medidas correctoras del sistema contributivo actual en pro de mejorar las pre-carias perspectivas de futuro que tienen algunas de las mujeres solas (una de ellas podría ser, a su enten-der, tener en cuenta el total de la vida laboral para cobrar la jubilación y no solamente acceder a éstasi has trabajado los últimos años); y

- Hay que trabajar en la generación de redes sociales como apoyos comunitarios básicos de los modelosde intervención.

(7) Son unos programas y convenios que no posibilitan la conciliación con la vida familiar y mucho menos con la personal y social,por lo que no son acogidos por ellas con gran aceptación y en muchos de los casos resultan de difícil cumplimiento ya que repro-ducen muchas de las dificultades con las que se encuentran en el mercado de trabajo.

(8) La concepción por parte de muchas personas que trabajan en los servicios sociales de que no existe problema ni situación dra-mática en una separación, en una viudedad... se agrava más la carencia de respuestas concretas a situaciones específicas.

(9) Se consideran familias situaciones de convivencia que no tienen por qué serlo y el acceso a las ayudas se rige en función de uni-dades de convivencia. Que las ayudas no sean individuales puede estar generando nuevas situaciones de dependencia para las muje-res: dependencia de los y las familiares…

(10) El concepto de limosna está muy socializado en la sociedad y entre los y las mismas perceptoras de las ayudas.

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4. PROPUESTAS A NIVEL DE POLÍTICAS PÚBLICAS

Las estrategias a seguir han de ser integrales, se exige por parte de los dirigentes una coordinación mayora la actual.

- Deberán establecerse cuotas de discriminación positiva para las mujeres11;

- Antes de desarrollar un plan es preciso elaborar un diagnóstico que no se está realizando. Un diagnós-tico que aporte el conocimiento en profundidad de las peculiaridades de la situación de las mujeres engeneral y de las mujeres “solas” en particular;

- Dichos diagnósticos revelarán que son necesarias ciertas políticas específicas para mujeres;

- Para poder obtener respuestas ágiles y adaptadas a la realidad de precariedad en la que se encuentranalgunas de las mujeres solas de la CAPV, y para prevenir dicha precariedad en el caso de otras muchas,sería conveniente la consideración del colectivo de mujeres solas como colectivo en riesgo de exclusiónsocial;

- Establecer medidas que faciliten el acceso de las mujeres “solas” a la vivienda, estableciendo, entreotras, medidas que garanticen el acceso prioritario a mujeres con cargas familiares, se determinenmenores exigencias para acceder...

- Todo Plan debiera ir irremediablemente acompañado de un presupuesto, unos plazos de ejecución, unasmedidas concretas, unos objetivos que cumplir evaluables y unos recursos humanos convenientementeformados para llevarlos a cabo;

- Para que los planes sean efectivos han de realizarse una serie de evaluaciones.

- Tanto en el diagnóstico como en el desarrollo de los planes de acción es imprescindible dar voz a travésde órganos consultivos a los diferentes agentes involucrados, principalmente a los colectivos directa-mente afectados12;

- Las asociaciones de mujeres han de ser la vía para la mencionada participación, han de ser identifi-cadas como agentes y ha de ser reconocida la necesidad de que se las tenga en cuenta en la elaboraciónde los planes de inserción, de empleo, de formación...;

- Hacer posible que el asociacionismo femenino sea una vía de participación social, pública, real y efec-tiva13 de las mujeres pasa por trabajar el desarrollo de una capacidad. Será preciso cambiar la forma enque se ha tratado de ayudar a estas organizaciones, ofrecerles formación, favorecer su profesional-ización, hacer que la información les sea accesible, dotar al colectivo de herramientas, enseñarles cómohacerse fuertes y cómo hacerse oír;

(11) El establecimiento de cuotas se entiende como algo a superar, pero a su vez, se considera una opción válida y necesaria comomedida inicial para compensar la inferioridad de oportunidades y discriminación hacia las mujeres imperante en el panorama actual.Hoy este tipo de políticas no tienen muy buena fama, por eso tratan de recordar su significado “apoyar a un colectivo que no estáen situación de igualdad”..

(12) En el caso de las mujeres hay un déficit importante en este sentido, por una parte porque no es fácil que sean consideradas uncolectivo en sí mismo y, por otra parte, porque no se les reconoce su posición de discriminación.

(13) Una de las cualidades más valiosas de los colectivos de mujeres es que son colectivos con predisposición a participar.

Los Procesos de Exclusion Social de las Mujeres Solas en la CAPV

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- Se exige una justificación social del gasto público realizado, aludiendo a un concepto de política difer-ente al actual;

- Las leyes que se establezcan deberán ser acompañadas de mecanismos y medios que posibiliten supuesta en práctica efectiva, su aplicabilidad14;

- Se debiera establecer una ley de corresponsabilidad familiar que contemple medidas que puedanobligar al hombre a hacerse corresponsable del trabajo reproductor y del trabajo doméstico; y

- La financiación de los Ayuntamientos deberá de ser revisada a fin de garantizar la puesta en prácticade las programaciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales.

(14) La ley escrita no se aplica y este hecho es considerado como una de las barreras más perjudiciales de cara a superar la situa-ción actual.

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Cap. XI. Informe del grupo de discusion

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Cap. XI.

Informe del grupo de discusión

Alderdi Feminista

Cáritas

Colectivo Berriotxoak

Sartu Zabaltzen

Agiantza

Behargintza

Fundación EDE

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EEsta dinámica parte, como ya ha quedado explicado en capítulos precedentes de la presente investiga-ción, de la necesidad de complementar la información recogida a través de las entrevistas en profundi-dad con entidades que trabajan en el ámbito de la inserción social y / o laboral de la mujer en la CAPV.

En el análisis de dichas entrevistas, conseguimos extraer lo que podría identificarse con las primeras orien-taciones y reivindicaciones relacionadas con las propuestas de mejora del panorama poco alentador que sobrelas mujeres solas se describe en las propias entrevistas, de cara a la plena inserción social de estas mujeres.

Decimos “primeras” propuestas porque el denominador común a ellas es la falta de concreción y precisamen-te en un intento de corregirlo y de ahondar en su definición, recurrimos al grupo de discusión. En el grupode discusión se reunió a ocho personas pertenecientes a colectivos de afectados y afectadas por la exclu-sión, a entidades del tercer sector y a la administración, para que expresaran sus opiniones, intercambiasenimpresiones y se propiciara la reflexión que, por otra parte, difícilmente pudo escapar de la influencia mutua.

El objetivo último de la sesión de trabajo, que contó con una primera parte en la que se expusieron las pro-puestas recopiladas a partir de las mencionadas entrevistas, era conseguir conocer el grado de consensosobre las mismas y también valernos de la experiencia en el terreno de la inserción de las asistentes parapoder acotarlas.

¿Cómo conseguir la inserción sociolaboral de las mujeres “solas”?El grupo debatió sobre algunas cuestiones que serían fundamentales de cara a argumentar algunas de laspropuestas que tuvieron a bien retomar a partir de las aportaciones de los y las entrevistadas.

• El consenso era generalizado en cuanto a la necesidad de impulsar la participación de las mujeres. Lamujer se caracteriza por haber luchado en batallas de otros, por hacer reivindicaciones para los demás,por tener la costumbre de tirar siempre hacia delante. Con estas características la potencial fuerza delcolectivo precisa de ser aprovechada en beneficio de él mismo, de las propias mujeres, estableciendopara ello una Red de Solidaridad que las una y ayude, aunque antes, es preciso que la mujer tome con-ciencia de su situación de opresión.

• Sobre la conciliación de vida laboral y familiar consideran que será fundamental la evolución de almenos tres pilares: el aumento de recursos sociocomunitarios (4) entendidos como un derecho y un“sobresueldo” (ahorro) facilitado por el Estado; el trabajo de sensibilización con empresas (2), tratan-do de conseguir la inserción de mujeres en puestos “masculinos”, así como la erradicación de situacionesde discriminación en función del sexo (tanto en el acceso como en el desarrollo de un trabajo); y laeducación (1) desde la infancia, como llave para que la conciliación deje de ser un asunto femenino yla corresponsabilidad sea asumida de forma natural, al tiempo que se trasmiten nuevas pautas derelación humana menos descompensadas.

• En torno al tema de las prestaciones económicas (3) surgieron dos líneas de interpretación radical-mente distintas entre las participantes que plantearon el siguiente dilema:

Por un lado, hay quien considera que partiendo del hecho de que el sistema no consigue generar empleo paratodos y todas, las ayudas económicas de Estado no deben representar una mochila de vergüenza para quienlas recibe. Incluso pueden significar una opción de vida, una alternativa al trabajo precario que se ofreceactualmente. Las AES y la Renta Básica debieran categorizarse como derechos propios de los y las ciudada-nas de los Estados de Bienestar y en consecuencia debieran de ser: universales, incondicionales y persona-les.

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Por otro lado, hay quien considera que las ayudas económicas pueden significar una mochila pero de nuevasdependencias para las mujeres, dependencia de unos presupuestos que son limitados. Deben considerarse unparche, un medio para superar una situación determinada (que no un medio de vida) y por ello carecen desentido al margen de un contexto de contraprestación y compromiso (entre aquel que recibe la ayuda y elque la da). Aunque, ciertamente, se muestran de acuerdo con que las prestaciones sean personales y no enbase a unidades de convivencia.

Los siguientes cuadros recogen el trabajo realizado por los dos equipos en los que se dividió el grupo. Sutrabajo se centró en algunas de las propuestas que se acordaron prioritarias y tuvieron su traducción enacciones educativas, acciones formativas, acciones relacionadas con las prestaciones económicas, vivienda yrecursos sociocomunitarios:

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1) MEDIDA / PROPUESTA / OBJETIVO

Trabajo educativo desde la infanciacontra la discriminación en función del sexo

Acciones Agentes

Educación y fomento de la corresponsabilidad

FamiliaEscuelaAMPAs

Ayuntamientos (servicios sociales, servicios deorientación...)Gobierno Vasco

DiputaciónSociedad en general

Conocimiento de la historia de la mujer

Adaptación de los lenguajes

Orientación a los y las estudiantes jóvenes para queelijan una carrera sin discriminación en función delsexo

Análisis y valoración de la realidad

Fomentar la escuela como ejemplo de estasprácticas

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2) MEDIDA / PROPUESTA / OBJETIVO

Formación para la inserción laboral (trabajo con las empresas)

Acciones Agentes

Elaboración de un manual de buenas prácticas

Lanbide

CONFEBASK

Los diferentes servicios

Socialización de las experiencias

Fomento de las ayudas a las empresas que realicenestas acciones

Revisión normativa de vestuarios en las empresas

Diseño de campañas de difusión y sensibilizaciónen los Mass Media

Potenciación de las figuras de las y losintermediadores laborales

Incorporación del módulo de igualdad deoportunidades en cualquier acción formativa

Elaboración de materiales didácticos de apoyo

Evaluación de metodologías que se utilizan

Marketing / Publicidad

Organización de jornadas y calendarios laboralesen la realidad de la familia

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Revisión de las ayudas económicas

Acciones Agentes

Incremento de las AES y sus cuantía Ayuntamiento

Reconocimiento de las AES como derechoGobierno Vasco

ParlamentoAyuntamiento

Reconocimiento de la Renta Básica como derechoindividual, universal e incondicional

Gobierno VascoAyuntamiento

Diputación

Realización de campañas de información de lasposibilidades de utilización de las diferentes ayudaseconómicas existentes

Realización de campañas de sensibilización paragenerar un cambio en la mentalidad y no asociar lasayudas económicas a limosna

Cambio de concepto actual de pobreza

Reestructración de los presupuestos de la CAE

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Ampliación y adaptación de la red de recursos socio comunitariosa las necesidades reales

Acciones Agentes

Incremento de las subvenciones a las guarderíasAyuntamiento

Gobierno Vasco, Educación

5) MEDIDA / PROPUESTA / OBJETIVO

Favorecer el acceso a la vivienda

Acciones Agentes

Disminución de los alquileres para personas percep-toras de ayudas económicas

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CComo ya hemos explicado anteriormente, con las entrevistas en profundidad se inicia un trabajo que tienepor finalidad la búsqueda de iniciativas de cambio y mejora relacionadas con los procesos de inserciónsocial y laboral de las mujeres solas de la CAPV. El proceso ha pasado por diferentes fases en las que se

ha tratado de corregir la indefinición de las primeras propuestas recogidas en las entrevistas y ahondar enla concreción de las orientaciones extraídas a partir del grupo de discusión, para poder finalmente estable-cer criterios, orientaciones y propuestas que puedan resultar de utilidad para la mejora de las prestacionesy ayudas a la inserción social y laboral de este colectivo de mujeres, así como analizar la viabilidad de laspropuestas recogidas.

A continuación, aportaremos y analizaremos la información que hemos obtenido a través de la técnica delgrupo Delphi, que debe entenderse como la última fase del mencionado proceso de recogida de propuestas.Decidimos remitir la información recogida en la investigación a los y las representantes de los partidos polí-ticos con voz en el Parlamento Vasco (a través de la Comisión de Mujer y Juventud del Parlamento Vasco),esperando que nos ayudaran a conocer el grado de prioridad de las propuestas, el grado de viabilidad o apli-cabilidad y también su voluntad política para hacerlas realidad.

Las personas que participaron en el grupo Delphi recibieron dos envíos en los que se les fue remitiendo docu-mentación para trabajar en torno al análisis de las estrategias de inserción de las mujeres solas en la CAV.Los grupos políticos que han participado en al menos uno de los envíos han sido: GP NV, GP EA, GP SV, GPPV y GP Mixto-IU/EB.

En el primer envío solicitábamos que a partir de un breve diagnóstico de la realidad de las mujeres solas enla CAPV, nos indicaran su aprobación o no del mismo y aportaran sus orientaciones y propuestas de mejorade la situación en base a una serie de preguntas.

A través de la primera recepción de respuestas, obtuvimos la siguiente información:

El colectivo de mujeres solas es un colectivo en riesgo de exclusión social

Respecto a la pregunta acerca de si el colectivo de mujeres “solas” puede o debe considerarse en situaciónde riesgo de exclusión social, todos los grupos políticos han respondido afirmativamente. En un caso se hamatizado que este colectivo, sin embargo, no es el único que se encuentra en esta situación, habiendomuchos grupos compuestos tanto por hombres como por mujeres que se encuentran en iguales o peores cir-cunstancias.

El mercado de trabajo, la ausencia de mecanismos correctores y la invisibilidadde las mujeres como algunas de las principales causas de la exclusión social delas mujeres solas

En relación a las causas, encontramos referencias al mercado de trabajo, “sueldo inferior”, “trabajos no nor-malizados, sin cotización a la seguridad social, trabajando la mayoría de ellas en el campo de la limpieza,cuidado de personas mayores, niños, en muchos casos con exceso de horas y cobrando por debajo de lo queestá estipulado en los convenios...”. Se menciona también la insuficiencia de algunas prestaciones como larenta básica, las AES y las pensiones de viudedad.

Dos grupos políticos señalan la no existencia de “mecanismos oficiales de apoyo suficientes” (...) dentro de

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la Administración, como pueden ser los Ayuntamientos, las Diputaciones y Gobierno”, instituciones que“tampoco las han stenido en cuenta a la hora de hacer planes, programas, leyes (...)”.

Por último, una de las participantes señala que “la raíz está en la educación y la sociedad que nos rodea,donde todavía nos regimos por valores tradicionales (...)”.

Una aportación describe además el problema de la “invisibilidad” de estas mujeres y de las consecuencias desu situación a nivel personal (baja autoestima, depresiones...).

Invisibilidad motivada también porque este colectivo no suele estar representado en el movimiento asocia-tivo tradicional.

Estrategias contra la exclusión social

La segunda pregunta hacía referencia a estrategias contra la exclusión social para mejorar la situación ante-riormente descrita. Hemos agrupado las aportaciones en diferentes ámbitos.

En el ÁMBITO LABORAL, al que corresponden la mayoría de las propuestas, destaca la necesidad de impulsarel crecimiento del empleo femenino. Concretamente se señala la creación de empleo de calidad “en el sec-tor de los cuidados personales, atención a la dependencia, espacio sociosanitario (...)”. Una participanteseñala el incremento en el porcentaje de oferta pública de empleo como un medio para llevar a cabo esteimpulso al crecimiento del empleo femenino.

Respecto a las características del mercado de trabajo, se menciona la necesidad de una “flexibilidad o ade-cuación del horario laboral” para adaptarlo a las necesidades de las familias con menores u otras personas asu cargo, especialmente si son monomarentales. También se señala la equiparación salarial entre mujeres yhombres como herramienta de inserción sociolaboral.

Una de las participantes aporta la estrategia de “apoyo económico” para el colectivo de mujeres solas (sinespecificar cuál o cómo) y el diseño de “una trayectoria de formación teniendo en cuenta sus aptitudes, gus-tos etc y las ofertas en el mundo laboral normalizado”.

En el ÁMBITO PERSONAL, se menciona la estrategia de crear “Servicios cercanos y coordinados de informa-ción y atención a las mujeres, fácilmente accesibles”.

En el ÁMBITO SOCIAL, un grupo parlamentario opina que se deben realizar cambios estructurales en las polí-ticas sociales para extender los derechos sociales. La socialización y la necesidad de visibilizar socialmentelas características y necesidades del colectivo de mujeres solas es el aspecto más comentado en este apar-tado: “aparte de los políticos es necesario que esta socialización llegue a las asociaciones de mujeres, de latercera edad, sindicatos y también al sistema educativo.” Para otra de las participante una de las manerasde mejorar la participación social de estas mujeres es fomentando su autonomía personal.

Respecto a los diferentes sistemas de PROTECCIÓN SOCIAL, las aportaciones realizadas han versado en tornoa la vivienda, la educación, los servicios sociales y la salud:

VIVIENDA: se plantea la necesidad de cubrir con número suficiente la demanda de viviendas de protecciónoficial para este colectivo, así como facilitar su acceso a través de medidas correctoras. En el caso de las queposeen pisos en propiedad, se apunta la necesidad de dar facilidades para la adecuación de la vivienda a lasnecesidades, y en el caso de las mujeres que viven en alquiler se subraya el apoyo económico de las insti-tuciones para cubrir el pago de la renta. Una de las participantes destaca además, la necesidad de contem-

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plar en la tipología de pisos, “un dimensionamiento de los mismos, adecuado a las nuevas formas de fami-lia”.

EDUCACIÓN: por una parte se destaca la necesidad de “apostar por una educación de igualdad, en todos losaspectos”. Por otro lado, se comenta la necesidad de ofertar una formación básica a aquellas mujeres quecarecen de ella para permitir su acceso al mercado de trabajo.

SERVICIOS SOCIALES: en este ámbito, un grupo señala “la necesidad de reestructurar a fondo la dinámica yel dimensionamiento de los servicios sociales con el fin de mejorar su eficacia en la inserción de las perso-nas y en la atención a las situaciones de desprotección.”. Además, y de forma concreta, se han señalado lassiguientes estrategias:

- “A las mujeres pensionistas apoyarles con la diferencia hasta alcanzar el que vivan con dignidad”.

- “Fondo de pensiones, en caso de impago”.

- “Incrementar como derecho social, la educación infantil universal 0-3 años, como factor en la mejorade la conciliación laboral y familiar”.

- “Abrir una reflexión rigurosa técnica y política sobre la implantación de una renta básica de ciudadanía,sin contraprestación como una forma diferente de distribuir la riqueza”.

SALUD: la importancia de atender a los problemas de salud (enfermedades crónicas, mentales, discapacida-des) de este colectivo y la implicación del sistema de salud a la hora de atender y, en el caso necesario, deri-var a estas mujeres a los servicios sociales correspondientes.- A la hora de abordar las características de estasmujeres, tener en cuenta que pueden provenir de una situación de convivencia anterior de malos tratos, vio-lencia sexual, etc.

Por último, se realizaron una serie de aportaciones no encuadrables en ninguno de los apartados anteriorespero que creemos importante señalar:

- Prestar atención a las circunstancias específicas de las mujeres en el mundo rural.

- Importancia de involucrar al conjunto de la sociedad (hombres y mujeres) en erradicar las discrimina-ciones que sufren las mujeres.

A través del segundo envío, remitimos a las mujeres participantes un documento con la información ante-riormente detallada. En esta ocasión solicitamos que señalaran el grado de acuerdo y la viabilidad de lasestrategias y que establecieran medidas concretas respecto a las estrategias de inserción aportadas por eltotal de participantes y que fueron recogidas con el primer envío. A su vez, se les pedía que analizaran tam-bién en esta misma clave las estrategias extraídas de las entrevistas en profundidad y del grupo de discu-sión previamente realizado1.

Debemos hacer constar, por lo que esto supone en cuanto a limitación de resultados y significatividad dealgunos datos, que en el segundo envío la participación se vió reducida y contamos únicamente con las apor-taciones de tres grupos políticos: GP NV, GP SV e GP Mixto-IU.

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(1) El listado completo de estrategias que se remitió finalmente para trabajar en el segundo envío, se compone de las propuestasseñaladas por los participantes del Delphi en el primer envío y del resto de propuestas recogidas a partir de las entrevistas y grupode discusión que no hubieran sido mencionadas por estos.

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Respecto a la valoración que atiende al criterio de importancia o prioridad que se concede a cada estrategia(a partir de una escala de puntuación de 0 al 10), debemos señalar que ninguna estrategia ha recibido unapuntuación media2 menor de 5.5 y que la mayor “nota” media es de 8,6, que se repite en varias estrategias.La siguiente tabla y gráfico nos muestran la distribución de las valoraciones medias de cada estrategia:

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(2) Media calculada a partir del total de respuestas recibidas.

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Fuente: Elaboración propia a partir de la tabla de puntuaciones agrupadas por ámbitos del segundoenvío de la técnica Delphi.

Si tenemos en cuenta la agrupación por ámbitos de las estrategias, vemos que en término medio, las mejorpuntuadas, es decir, aquellas a las que se les concede una mayor prioridad, son las correspondientes a laEducación (trabajo educativo desde la infancia y fomento de la corresponsabilidad). El grupo de orientacio-nes agrupadas bajo la categoría “Protección Social” ha sido la segunda mejor puntuada (especialmente gra-cias a las estrategias de gratuidad y universalidad del ciclo 0 a 3 años de educación infantil y a la renta bási-ca individual, universal y sin contraprestaciones). En cambio, las estrategias encaminadas a lograr una mayorparticipación social de las mujeres se han visto relegadas a los peores puestos en cuanto a prioridad se refie-re y han obtenido las puntuaciones más bajas. Las categorías de empleo y vivienda se sitúan alrededor de lamedia, sobrepasando la nota de 7 puntos.

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Podemos decir que las cuatro estrategias a las que seles atribuye una prioridad alta (mejores notas medias=8,6) son:

- Conseguir la equiparación salarial entre hombresy mujeres (ámbito empleo).

- Conciliación de la vida profesional y familiar:flexibilidad horaria o adecuación del horario lab-oral a las necesidades de las mujeres conmenores a su cargo, acceso real a la formación(horarios)... (ámbito empleo).

- Educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social (ámbito protecciónsocial).

- Reconocimiento de la Renta Básica como dere-cho individual, universal e incondicional (sincontraprestación) (ámbito protección social).

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Podemos decir que las cuatro estrategias a las que seles atribuye una prioridad media (peores notasmedias =5,5 o 5,6) son:

- Generar redes sociales, como apoyos comunitar-ios básicos de los modelos de intervención(ámbito participación social).

- Promocionar y fortalecer las asociaciones demujeres. Reconocer la necesidad de su partici-pación en la elaboración de los planes de inser-ción, de empleo, de formación... (ámbito partic-ipación social).

- Toma de conciencia de colectividad de lasmujeres en situación de exclusión, sus causas ysu relación con el sistema económico de produc-ción (ámbito participación social).

- Mejorar la participación social del colectivo demujeres solas (ámbito participación social).

Todas las propuestas han sido puntuadas al menos con el valor 5 (aprobado psicológico) por la totalidad delas participantes, sin embargo, y a pesar de que como hemos dicho a todas las propuestas se les conceda unmínimo de importancia, nos interesa llegar a un nivel de discriminación mayor. Por eso, dejamos a un ladolas medias y tratamos de fijarnos en los consensos.

Para ello establecemos una nueva selección, teniendo en cuenta únicamente aquellas propuestas valoradaspor encima del notable, valor 7, por todos y todas las participantes. El siguiente sería entonces el listado deestrategias que pueden considerarse especialmente importantes o prioritarias para la totalidad de las parti-cipantes:

• Conciliación de la vida profesional y familiar: flexibilidad horaria o adecuación del horario laboral a lasnecesidades de las personas con menores a su cargo, acceso real a la formación (horarios)... (ámbitoempleo).

• Conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres (ámbito empleo).

• Trabajo educativo desde la infancia contra la discriminación en función del sexo (ámbito educación).

• Educación y fomento de la corresponsabilidad en el ámbito doméstico (ámbito educación).

• Desarrollar facilidades para la habilitación o mantenimiento de las viviendas pertenecientes a mujeressolas en riesgo de exclusión (ámbito vivienda).

• Educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social (ámbito protección social).

• Reconocimiento de la Renta Básica como derecho individual, universal e incondicional (sin con-traprestación) (ámbito protección social).

• Aumento de las cuantías de las pensiones de viudedad (ámbito protección social).

• Revisar la financiación de los Ayuntamientos a fin de garantizar la puesta en práctica de las programa-ciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales (ámbito protección social).

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De esta manera corroboramos parte de lo explicado a través de los resultados basados en las medias.Cualquiera de las estrategias relativas al ámbito de participación social queda fuera de las prioridades con-sensuadas. Se acuerdan dos estrategias relacionadas con el empleo, dos más vinculadas a la educación, unarelativa a vivienda y cuatro consideradas en el ámbito de la protección social.

El trabajo que comprometía a las participantes consideraba además, la aportación de información sobre laviabilidad de cada estrategia atendiendo a elementos políticos, sociales y económicos en todas aquellas quehubieran sido puntuadas por encima del 5. Observamos que esta tarea ha contado con un menor número derespuestas sobre las esperadas, es decir, que a pesar de que todas las estrategias planteadas se consideranrelativamente importantes, parece que la tarea de considerar la viabilidad de cada una de ellas ha resultadodemasiado compleja.

Volviendo al total de estrategias, el ámbito donde observamos menor número de contestaciones acerca de laviabilidad ha sido el de participación social. También coincide la no-valoración de las tres estrategias de pro-tección social que versan sobre el aumento presupuestario en las prestaciones sociales y de dos estrategiasde empleo (las referidas a crear empleo de calidad en el sector de los servicios sociales y a orientar a lasmujeres a la formación con mayores salidas laborales).

Según la opinión de las participantes, es en vivienda donde mayores actuaciones pueden hacerse a cortoplazo, seguido de los ámbitos empleo y protección social. Las estrategias pertenecientes al ámbito de la edu-cación se consideran viables a medio plazo y las encaminadas a fomentar la participación social del colecti-vo de mujeres solas se consideran viables a largo plazo.

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Fuente: Elaboración propia a partir de la Tabla de distribución de las respuestas sobre tipo de viabilidadpor cada ámbito. Segundo envío de la técnica Delphi..

A nuestro entender la ausencia de respuestas en este apartado no debe dejarnos indiferentes, ya que estehecho podría estar escondiendo información significativa. Por eso, decidimos valernos de esa ausencia derespuestas para poder establecer una nueva clasificación de las propuestas, entendiendo que el significadode la “no respuesta” está más próximo a la falta de posibilidades reales de llevarla a la práctica (inviabili-dad) que al mero “no sabe no contesta”.

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Aportamos el listado de las estrategias cuya viabilidad ha sido valorada por más de una participante , asícomo los plazos asignados para cada una de ellas.

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Tabla 44. Viabilidad de las estrategias.

(3) En este caso consideraremos los consensos a partir de más de una respuesta coincidente (a diferencia del apartado de priorida-des donde el consenso se definía como coincidencia de los tres participantes) debido a que de los tres participantes uno no respon-dió en ningún caso a este apartado de viabilidad.

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Podemos observar que en comparación con el primer listado que recogía todas las estrategias propuestas,éste deja fuera diez de las mismas (dos pertenecientes al ámbito del empleo, tres de protección social y loscuatro de participación social y el relativo al apartado “otros”). Además, constatamos que el grado de acuer-do en cuanto a plazos, en los casos en los que las estrategias se consideran viables por parte de las parti-cipantes es bastante escaso, ya que se reducen a tan solo 7 las propuestas que pueden considerarse viablesa partir de un plazo común por todas.

Concretamente todas las participantes que han rellenado el apartado de viabilidad han coincidido en seña-lar que las siguientes 10 estrategias poseen una viabilidad a corto o medio plazo (o indistintamente, en loscasos de no acuerdo con respecto a los plazos4):

• Conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres. (corto).

• Orientar a las mujeres a la formación con mayores salidas laborales. (corto).

• Incremento de la oferta y establecimiento de un sistema de fácil acceso a viviendas de protección ofi-cial para mujeres solas. (corto).

• Facilidades para la habilitación / mantenimiento de las viviendas pertenecientes a mujeres solas en ries-go de exclusión. (corto).

• Educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social. (corto).

• Aumento de las cuantías de las pensiones de viudedad. (corto).

• Trabajo educativo desde la infancia contra la discriminación en función del sexo (corto/medio)

• Educación y fomento de la corresponsabilidad en el ámbito doméstico (corto/medio)

• Revisar la financiación de los Ayuntamientos a fin de garantizar la puesta en práctica de las programa-ciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales (corto/medio)

• Conciliación de la vida profesional y familiar: flexibilidad horaria o adecuación del horario laboral a lasnecesidades de las personas con menores a su cargo, acceso real a la formación (horarios)... (medio).

A continuación, nos encontramos con la información recibida acerca de las medidas o acciones concretaspara llevar a cabo las estrategias. Aunque en un principio solicitamos que se establecieran medidas paratodas aquellas estrategias que hubieran sido valoradas por encima de la nota 5 y además consideradas via-bles a corto o a medio plazo, de acuerdo con el proceso de análisis seguido hasta el momento, decidimosconsiderar las respuestas correspondientes al anterior listado de estrategias, es decir, las medidas para aque-llas propuestas que han sido consideradas viables a corto o medio plazo por al menos dos de las tres parti-cipantes en el segundo envío.

Debemos decir que en algunos casos las medidas carecen de la concreción que a nuestro entender merecerí-an, de hecho, la mayoría de las medidas que proponen se refieren a acciones legislativas y presupuestarias,y son las siguientes:

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(4) Aunque hemos tratado de concretar el análisis con las estrategias que han logrado mayor consenso, y para ello hemos descarta-do del cuadro aquellas en las que los participantes no coincidían en sus valoraciones sobre los plazos, hemos decidido considerartambién los tres casos en los que las respuestas han oscilado entre el corto y el medio plazo.

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Si nos fijamos en las puntuaciones medias recibidas por cada una de estas estrategias vemos que las pro-puestas consideradas viables a corto o medio plazo por más de un participante se corresponden con nivelesde prioridad elevados. Si pensamos que las puntuaciones de 7 o superiores están indicándonos un nivel deprioridad importante, todas salvo una de ellas (Orientar a las mujeres a la formación con mayores salidaslaborales) cumplirían este requisito.

Sin embargo, si cruzamos los resultados de este listado (las consideradas por más de un participante comoviables a corto o medio plazo) con el de las estrategias consideradas prioritarias de manera consensuada(nota superior o igual a 7 asignada por todas los participantes), vemos que en este caso son tres las que nocumplirían ambos requisitos al mismo tiempo:

- Orientar a las mujeres a la formación con mayores salidas laborales (se considera viable a corto plazopor más de un participante pero no es considerada prioritaria en general).

- Incremento de la oferta y establecimiento de un sistema de fácil acceso a viviendas de protección ofi-cial para mujeres solas (se considera viable a corto plazo por más de un participante pero no es consid-erada prioritaria por todos).

- Reconocimiento de la Renta Básica como derecho individual, universal e incondicional (es consideradaprioritaria por todos pero no cuenta con la aprobación de viabilidad en más de un caso).

Por último, con el fin de no perder información, presentamos el resto de medidas que finalmente no cumplí-an los requisitos que hemos ido estableciendo más arriba:

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Retomando la idea que exponíamos al principio, diremos que la técnica Delphi (a partir de los consensos derespuestas) nos ha facilitado la tarea de seleccionar de entre el total de propuestas y estrategias recogidasa lo largo de la investigación5, aquellas que se entienden más prioritarias y viables a la hora de llevarlas ala práctica en un plazo relativamente corto.

Ésta serían las siguientes:

• Conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres (a través de medidas legislativas que seconcreten en convenios e inspección).

• Desarrollar facilidades para la habilitación o mantenimiento de las viviendas pertenecientes amujeres solas en riesgo de exclusión (a través de ayudas económicas).

• Educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social (a través de una mayorinversión presupuestaria en escuelas infantiles y otras medidas legales).

• Aumento de las cuantías de las pensiones de viudedad (a través de medidas legislativas que priori-cen esta cuestión).

• Trabajo educativo desde la infancia contra la discriminación en función del sexo (a través delfomento de la coeducación con los libros de texto; con la formación de docentes; aumentando la coor-dinación entre familia y sistema educativo; creando foros de encuentro de jóvenes) .

• Educación y fomento de la corresponsabilidad en el ámbito doméstico (a través del trabajo en laescuela).

• Revisar la financiación de los Ayuntamientos a fin de garantizar la puesta en práctica de las pro-gramaciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales (a través del estableci-miento de una mayor vigilancia sobre el cumplimiento de objetivos; revisión de la ley municipal y de laLTH).

• Conciliación de la vida profesional y familiar: flexibilidad horaria o adecuación del horario labo-ral a las necesidades de las personas con menores a su cargo, acceso real a la formación (hora-rios)... (a través del aumento de inversiones en servicios sociales y otras legales).

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(5) Ver Tabla 42 que reúne un total de 28 estrategias.

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CCualquier estrategia que se encuadre en el marco de un desarrollo social equilibrado y pretenda tantocorregir como prevenir las consecuencias negativas de la generación de desigualdades, debería tener encuenta un triple análisis: la identificación de los colectivos con mayor riesgo de padecerlas, la identifi-

cación de los factores más determinantes en la generación de las mismas, y la identificación de los sectoreso ámbitos de la estructura potencialmente más desequilibrados para intervenir en ellos de manera conjunta.

1. Las mujeres solas de la CAPV: mujeres en riesgo de exclusión socialLa mayoría de los hogares de la CAPV que están constituidos por un solo progenitor y sus hijos e hijas sonen realidad hogares a cargo de una mujer y el número va en aumento. Esta situación, en la sociedad tradi-cional se relacionaba con la viudez o con los embarazos no deseados de mujeres solteras, pero la mentali-dad está cambiando rápidamente en las sociedades occidentales en general: el número de separaciones ydivorcios aumenta, aumenta el número de mujeres solas que decide adoptar, el número de mujeres que optavoluntariamente por sobrellevar en solitario el peso de la crianza de los hijos y las hijas...

Más de un 7% de las mujeres vascas cuidan y sustentan a sus hijos e hijas en solitario (hay 77.861 núcleosmonomarentales). En concreto, seis de cada diez de estas mujeres son viudas, dos están separadas legalmen-te o divorciadas, una está soltera y la otra se encuentra casada.

Estos hogares, desafían los viejos prejuicios según los cuales sólo el marco de la familia tradicional era aptopara el desarrollo intelectual, afectivo y social de los hijos e hijas, sin embargo, la trasgresión que represen-tan (por el hecho de desarrollar su función maternal fuera del marco que se consideraba, hasta hace pocosaños, obligatorio) tiene un precio social y económico para ellas: presentan índices de exclusión social supe-riores a la media.

La heterogeneidad del colectivo de mujeres solas ha supuesto que el intento de realizar una caracterizaciónde la que pudieran extraerse determinados perfiles de las mujeres solas de la CAPV no haya resultado fácil.Sin embargo, a partir de ciertas características sociodemográficas recogidas a lo largo de los distintos capí-tulos de nuestra investigación, hemos llegado a distinguir hasta dos perfiles diferentes de los que a su vezderivan buena parte de los factores que explican su vulnerabilidad y mayor propensión a la exclusión. Estosperfiles son:

1) Mujer que vive sola, es viuda, mayor de 65 años y con escasa formación (carece de estudios o tiene estu-dios primarios). Fundamentalmente consideradas inactivas en las estadísticas y dedicadas al trabajodoméstico.

En torno a un 10% de las mujeres que viven solas, son inactivas y mayores de 65 años viven unasituación real o de riesgo de pobreza de mantenimiento.

Su pobreza tiene relación directa con el sistema de protección social. Las prestaciones económicas quereciben son insuficientes y su trabajo doméstico y reproductor no es considerado “producción” y por ello,no tiene valor económico ni social.

2) Mujer que vive con sus hijos e hijas a los que da soporte y mantiene en solitario, normalmente separa-da o divorciada, tiene entre 35 y 55 años y en muchos casos un nivel de instrucción no muy superior alde estudios primarios. Dependen fundamentalmente del mercado de trabajo para obtener ingresos ysostener el hogar (en las estadísticas son mujeres activas), pero padecen importantes índices de desem-pleo y trabajo precario.

De entre las mujeres que encabezan un hogar monomarental (índice de pobreza grave = 8,9), un 17%

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de las mujeres inactivas menores de 65 años y un 60% de las paradas padecen situaciones de pre-cariedad.

Son precisamente las cargas familiares las que les dotan de mayor vulnerabilidad con respecto a la pobreza.

La necesidad de todas ellas de compaginar la vida profesional y familiar hace que encuentren enormes limi-taciones a la hora de competir por trabajos regularizados. La escasez de servicios sociales gratuitos de cui-dado a la infancia y de personas dependientes, los horarios y las exigencias laborales lo dificultan. Por esooptan en un alto porcentaje por la economía sumergida y entran en un círculo vicioso que las mantiene enel presente pero las deja desprovistas de seguridad en el futuro.

2. La conciliación entre vida laboral, familiar y personal: un reto de todoslos países industrializados en los próximos añosDel capítulo sobre el Mercado de Trabajo puede concluirse fácilmente que el grado de vulnerabilidad de lapoblación en general, y de algunos colectivos en particular, va en aumento. El panorama se caracteriza porla exclusión de algunas personas (desempleo e inactividad) y por la inserción débil de otras muchas (formasde empleo precarias o la invisibilidad de la economía sumergida).

La precariedad afecta en mayor medida a las mujeres. De cada diez mujeres mayores de 15 años algo menosde cinco se consideran activas y de éstas, dos tienen un empleo precario y una está en paro.

La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo asalariado no ha significado la eliminación de la segre-gación ocupacional ni de las diferencias salariales, ni tampoco ha eximido a las mujeres de seguir realizan-do la mayor parte del trabajo reproductivo del que antes se encargaban (la única escapatoria posible al juegode las dobles jornadas es optar por interiorizar el modelo masculino y liberarse de las responsabilidades fami-liares a través de la renuncia).

Por eso la conciliación de vida personal, familiar y laboral adquiere especial protagonismo cuando hablamosde la inserción de las mujeres solas con cargas familiares. Deberán aportarse soluciones en este sentido,ahora bien, es bastante lógico pensar que cualquier solución mínimamente razonable pasa porque la cargasea redistribuida entre los distintos actores implicados. En el ámbito privado, con la división de los deberesfamiliares entre los miembros de la familia; en el ámbito público, con apoyo financiero para las familias yampliando y aumentando los servicios públicos; y por último, las empresas han de poner también de su partey contribuir adoptando medidas concretas que lo favorezcan.

El primero de los pasos (ámbito privado) está estrechamente relacionado con el desarrollo de políticas edu-cativas que cambien las actitudes que refuerzan la división del trabajo basada en los roles de género paraen su lugar, tal y como proponen gran parte de las personas participantes en nuestro estudio, promover desdela infancia el concepto de una responsabilidad compartida a nivel familiar con respecto al trabajo en el hogar,sobretodo en lo que se refiere al cuidado de los y las niñas y las personas ancianas.

En el grupo de discusión se consiguió profundizar en la propuesta y se establecieron algunas medidas parallevar a cabo desde la escuela, como son: proporcionar un mayor conocimiento de la historia de la mujer; tra-bajar en pro de la adaptación de los lenguajes; orientar a los y las estudiantes jóvenes para que elijan unacarrera sin discriminación en función del sexo; y realizar análisis y valoraciones de la realidad.

En cuanto a otro de los agentes implicados, la empresa, también a lo largo de la investigación se ha reco-gido la necesidad de promover la conciliación de la vida profesional y familiar, con medidas que posibiliten

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una mayor flexibilidad horaria o adecuación del horario laboral a las necesidades de las personas con menoresa su cargo, acceso real a la formación (horarios adaptados)...

El nivel de concreción de las propuestas a este respecto ha sido considerablemente escaso, por eso hemosrecogido a través de las aportaciones de un estudio italiano1, que examina las iniciativas empresariales y losacuerdos sobre conciliación de la vida familiar, algunas medidas concretas a partir de las cuales puede serentendida la responsabilidad de la empresa privada:

- formas de remuneración y permisos no remunerados para ocuparse de varias clases de asuntos familiares

- horarios flexibles de entrada y salida

- autonomía de turnos por trabajos o producción

- permisos retribuidos para padres y madres que utilizan por primera vez las guarderías

- opción de trabajar en casa durante el primer año de vida del niño o niña

- sistema de “banco de horas” por el que el tiempo acumulado sobrante pueda ser utilizado como tiempolibre de acuerdo a las necesidades personales

- establecimiento de guarderías de empresa

Con respecto al ámbito público, en la “Carta de Derechos Sociales”2 aprobada por el Parlamento Vasco sereconoce la responsabilidad de las Administraciones públicas de evitar el riesgo de fractura social, fundamen-talmente facilitando el acceso al mercado de trabajo y garantizando una renta básica. Entre las medidas depromoción del empleo señaladas destacamos dos por su relación con nuestro objeto de estudio: las “medi-das de acción positiva destinadas a favorecer la integración laboral de los colectivos más desfavorecidos, yen particular de las mujeres, de los jóvenes, de los parados de larga duración, de los discapacitados...” y las“medidas de acción positiva destinadas a facilitar la conciliación de las responsabilidades familiares y pro-fesionales”.

En términos generales, la mayoría de las personas participantes en el estudio se han mostrado a favor deestablecer “cuotas” de discriminación positiva para las mujeres, sin embargo, también nos han trasladadoalgunos recelos a la hora de establecer prioridades, en concreto los grupos políticos no consideraron las cuo-tas una estrategia prioritaria.

La importancia de estas medidas radica en la vinculación existente entre el bienestar de la mujer y el bie-nestar colectivo. Algunos estudios3 que tratan de acercarse a las soluciones para erradicar el problema de lapobreza desde la perspectiva de género (a partir de comparaciones de las tasas de pobreza segregadas porsexos a lo largo del tiempo y también entre diferentes países) vienen a concluir que las políticas de discri-minación positiva para la mujer influyen de manera positiva en la reducción de las tasas de pobreza no sólofemeninas sino de la población en general. Es decir;

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(1) “Survey examines company initiatives and agreements on recorciling work and family life”. Artículo de Anna M. Ponzellini,Fondaziones Regionale Pietro Seveso, obtenido de la página de internet (www.eiro.eurofound.ie), del European Industrial RelationsObservatory de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, junio de 2003. (Traducción texto íntegro:Luis Fernández Briceño, Subdirección General de Estudios e Informes Socioeconómicos).

(2) Ley 10/2000, de 27 de diciembre de 2000, de Carta de Derechos Sociales. BOPV sábado 30 de diciembre de 2000 (23377).

(3) *Zarzosa Espina, P. ¿Feminización de la pobreza en España? Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Valladolid.Departamento de Economía Aplicada.

* Mateo Pérez, M.A. (2002). La pobreza en la mujer: los procesos de empobrecimiento de las mujeres europeas. En III Jornadas deExclusión Social “Feminización de la pobreza”, Cádiz.

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a) la mejoría de la situación de la población en general no es suficiente para lograr la disminución de ladesigualdad (las mujeres llegan a situaciones de pobreza por razones específicas y distintas que los hom-bres: la dependencia económica supone problemas derivados de situaciones concretas de su pareja comopérdida de trabajo, encarcelamiento, hospitalización... o de situaciones relacionadas con las rupturasafectivas como el divorcio, la viudedad...).

b) las diferencias de género condicionan el empobrecimiento general de la población (la mejoría de lasituación de la población en general necesita de la mejora de la situación de las mujeres, por tanto laspolíticas de discriminación positiva para la mujer son buenas para todos y todas).

De otro lado, algunos datos recogidos indican que los incentivos económicos a la corresponsabilidad fami-liar establecidos actualmente no están siendo suficientes para conseguir que las mujeres dejen de ser lasprincipales solicitantes de excedencias y reducciones para el cuidado de hijos e hijas (con la asunción de lasconsecuentes limitaciones en el desarrollo de la carrera profesional que en ocasiones puede conllevar).Todavía en la CAPV sólo un 5% de hombres solicita las ayudas para excedencia y reducción de jornada.

Considerado que aún hoy la gran mayoría de la población “depende de forma exclusiva para sobrevivir de que'el otro' quiera comprarle su fuerza de trabajo y remunerarle dignamente por ella”4, a lo largo de las entre-vistas, grupo de discusión y grupo Delphi se han aportado un gran número de propuestas en torno al empleo:

- Trabajar a favor de una mayor accesibilidad de la mujer a trabajos tradicionalmente masculinos;

- Incrementar el porcentaje de oferta pública de empleo;

- Orientar a las mujeres a la formación con mayores salidas laborales;

- Sensibilizar y formar a la empresa privada para favorecer la contratación de mujeres, el establecimiento demedidas de igualdad, etc. Elaborando materiales didácticos de apoyo; incorporando el módulo de igualdadde oportunidades en cualquier acción formativa; potenciando la figura de las y los intermediadores labo-rales; diseñando campañas de difusión y sensibilización en los Mass Media; fomentando las ayudas a lasempresas que realicen estas acciones; socializando experiencias positivas, elaborando un manual de bue-nas prácticas...;

- Crear empleo de calidad en el sector de los cuidados personales, atención a la dependencia y espaciosociosanitario. Redefinir el sector servicios a través de la negociación de los convenios que lo regulan; y

- Conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres.

(4) Jurado, N. (2000). Tipología y dimensiones de la pobreza en nuestra sociedad. UPV-EHU. Vitoria-Gasteiz.

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3. Índices de pobreza y sistema de protección social

En el año 2000 se contabilizaron en la CAPV un total de 15.292 mujeres que vivían solas y 6.373 hogaresmonomarentales en situaciones en las que la cobertura de los gastos para satisfacer las necesidades más ele-mentales era imposible o muy difícil.

Tratando de ahondar en las conexiones entre el sistema de protección social de la CAPV y las característicasque en mayor medida están incidiendo en los procesos de empobrecimiento de las mujeres solas descubri-mos que:

La pobreza, por una parte, está incidiendo más en las mujeres mayores de 65 años (en su mayoría viudas)muchas de ellas dependientes de pensiones de viudedad o pensiones no contributivas.

A pesar de que la CAPV cuenta con una renta de inserción (recibe el nombre de “Renta Básica” ) que nacecomo respuesta a la carencia de los sistemas de Seguridad Social y que alcanza unos niveles de ingresos muysuperiores a los de la gran mayoría de comunidades autónomas, los datos recogidos hablan de un sistema deprestaciones de nivel asistencial caracterizado por ofrecer unos importes mínimos o de subsistencia (noalcanzan el salario mínimo interprofesional), porque la concesión tenga un carácter periódicamente revisa-ble, porque el derecho a percibirlas esté comprometido por la demostración de su necesidad en base a uni-dades de convivencia, porque en ocasiones esté supeditado a contraprestación por parte de los y las percep-toras y porque otras veces, esté sujeto a prioridades políticas en cuestión de presupuesto social.

Las pensiones de viudedad, por su parte, aportan a las mujeres vascas perceptoras de este tipo de pensiónunos ingresos medios que representan poco más de la mitad de los que hubieran recibido sus maridos.

En este sentido se han recogido las siguientes propuestas:

- Realizar campañas de información de las posibilidades de utilización de las diferentes ayudas económicasexistentes.

- Agilizar la tramitación de prestaciones económicas y el acceso a otros recursos (imprescindible si se quieredar respuesta a las necesidades específicas de “urgencia” de este colectivo).

- Reconocer las AES como derecho, incrementar las AES y su cuantía, que ayude a superar la estigmatizaciónque versa sobre las mismas.

- Reconocer la Renta Básica como derecho individual, universal e incondicional (sin contraprestación y req-uisitos rígidos de acceso).

- Aumentar las cuantías de las pensiones de viudedad, para prevenir que algunas personas no se vean lim-itadas a la supervivencia más estricta o a la necesidad de depender de terceras personas para seguir ade-lante.

(5) Carta de Derechos Sociales de Euskadi”. Ley 10/2000

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- Establecer medidas correctoras del sistema contributivo actual en pro de mejorar las precarias perspectivasde futuro que tienen algunas de las mujeres solas (una de ellas podría ser, a su entender, tener en cuen-ta el total de la vida laboral para cobrar la jubilación y no solamente acceder a ésta si has trabajado losúltimos años).

Por otra parte, la incidencia de la pobreza sobre las mujeres inactivas menores de 65 años (donde podríanestar contabilizándose a aquellas que trabajan en la economía sumergida y las amas de casa) y sobre lasmujeres en paro nos llevó a cuestionarnos la suficiencia de recursos sociocomunitarios, los recursos de inser-ción que se les ofrecen, etc.

El fenómeno de las “listas de espera” para acceder a una residencia de la tercera edad o a un centro de díaviene a recordarnos la urgente necesidad de ampliar la oferta existente actualmente. También hemos cons-tatado el desajuste (cuantitativo -número de plazas- y cualitativo -precios, distribución geográfica de loscentros…-) entre la oferta y la demanda del servicio de “escuelas infantiles” (este tipo de servicio se ha con-vertido en imprescindible para muchas de las familias actuales, fundamentalmente para las mujeres vascasque encabezan un núcleo familiar monomarental).

Se reclama:

- Garantizar una educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social;

- Ampliar y adaptar la red de recursos sociocomunitarios a las necesidades actuales, ampliando horarios,atendiendo a criterios de localización geográfica cercana, etc.

También parece recomendable pensar en nuevas e innovadoras metodologías de inserción frente a las tradi-cionales subvenciones e incentivos a las empresas. Metodologías que, a su vez, contemplen programas deinserción con un carácter flexible y que, en el caso de aquellos que se dirijan al colectivo de mujeres, esta-blezcan medidas de apoyo para compatibilizar la asistencia a dichos programas con el cuidado de hijos ohijas u otras personas dependientes, facilitando en la medida de lo posible la conciliación de la búsquedade empleo y la vida familiar. La adaptabilidad de los programas de inserción (convenios de inserción, progra-mas…) a las necesidades de las mujeres “solas” ha sido una de las reclamaciones más repetidas (en el pro-pio informe de los programas de Auzolan se apunta que en muchos casos las mujeres son excluidas o se autoexcluyen debido a las cargas familiares).

En este sentido, revisando las estrategias de países europeos, parecen destacables algunas medidas que res-ponden a la intención de incrementar el gasto en protección social para poder así beneficiarse de un dobleefecto: la inserción de muchas mujeres (aliviándoles de las cargas familiares) por una parte, y de otro lado,la creación de puestos de trabajo en sectores asistenciales, los cuales son especialmente solicitados pormujeres.

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4. La vivienda también es un derecho

En la “Carta de Derechos Sociales” se dice textualmente que “desde las Administraciones públicas se debeactuar para evitar el riesgo de fractura social defendiendo mecanismos capaces de superar aquellas situacio-nes en las que la falta de derechos sociales básicos pueda conllevar la incapacidad de ejercer la plena ciu-dadanía”. En la misma se establece que los derechos sociales básicos son: derecho a una protección socialsuficiente, a la protección de la salud y la atención y prestaciones sanitarias adecuadas, a una educación decalidad, a un medio ambiente protegido y también a una vivienda digna y adecuada.

Sin embargo, un alto porcentaje de mujeres no cumple con los criterios de elegibilidad para el acceso a unavivienda subsidiaria o subvencionada, puesto que los criterios establecidos se fijan en base a unos ingresosregulares y empleos formales, mientras los ingresos de las mujeres provienen de empleos informales e ines-tables.

Es necesario señalar que los ingresos procedentes de la economía sumergida no son contabilizados, por loque muchas personas (recordemos que la economía sumergida es una de las fuentes de ingresos de las muje-res solas) no pueden inscribirse debido a que no llegan a la renta mínima exigida.

Concretamente, la oferta de viviendas de protección oficial en los cupos y reservas de vivienda protegida enlas órdenes del BOPV para el 2004 cubren únicamente un 6,3% de la demanda total en el cupo de familiasmonoparentales (único grupo al que tienen acceso parte de las mujeres objeto de nuestro estudio). Fruto deesta situación nacen las siguientes propuestas:

- Favorecer medidas para que la tipología de pisos se adapte a las nuevas formas de familia;

- Incrementar la oferta y establecer un sistema de fácil acceso a las viviendas de protección oficial paramujeres solas; y

- Desarrollar facilidades para la habilitación o el mantenimiento de las viviendas pertenecientes a mujeressolas en riesgo de exclusión.

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5. La ciudadanía, un estatus por el que se debe seguir trabajando

Por otra parte, en la carta se recoge el derecho de “ciudadanía” y a nuestro entender éste no puede anali-zarse sin tener muy presente el “recurso tiempo”. La disponibilidad de tiempo es uno de los principales obs-táculos de las mujeres para su autonomía y ciudadanía activa.

De las doce horas de tiempo disponible al día, las mujeres dedican cuatro al trabajo reproductivo, lo que sig-nifica aproximadamente tres veces más de tiempo que los hombres. Aunque su dedicación al trabajo produc-tivo remunerado es de media casi la mitad que la de los hombres, también es menor el tiempo del que dis-ponen para dedicar al ocio, las relaciones sociales y otras actividades entre las que se incluye la militanciapolítica, la participación comprometida en asociaciones, etc.

Las mujeres son las principales usuarias de los servicios y equipamientos urbanos (transporte público...) yaque a pesar de su incorporación al trabajo remunerado la división del trabajo en el hogar no se ha modifi-cado y continúan siendo las principales responsables e intermediarias de las necesidades familiares. Las con-diciones de la red de infraestructura, su trazado, seguridad y funcionalidad condicionan las decisiones de laspersonas en las actividades a realizar por los costos económicos y de tiempo.

Las mujeres solas necesitan que se invierta en recursos colectivos, en una red de infraestructura pública deservicios sociocomunitarios.

A partir de esta misma idea, igualmente se ve necesaria una redistribución del gasto y de las prioridades.Los efectos negativos de la globalización, de la reducción del gasto público y de los programas sociales reper-cuten desproporcionadamente sobre la mujer, ya que el costo suele trasladarse a las familias o, lo que es lomismo, a las mujeres ya que son éstas las que llevan la carga adicional de las mismas.

Por eso, es importante la idea del presupuesto participativo (potencialmente una de las herramientas apli-cables para establecer criterios de transparencia) en la medida que expresa las prioridades económicas, socia-les y culturales de quienes y cuantos se benefician con la asignación y distribución de los recursos públicos.

En términos generales, una gestión democrática debería conllevar la exigencia de la participación ciudadana.Si un tipo u otro de gestión de la ciudad obstaculizan o propician la búsqueda de mejores alternativas labo-rales, la participación ciudadana, las posibilidades de ocio y gestión del tiempo libre... entre otras, seráimportante que las mujeres tomen parte en esa gestión. Porque como se recogió en la Declaración Mundialde IULA sobre las Mujeres en el Gobierno Local de 1998 “para que puedan (los gobiernos locales) satisfacerlas necesidades de las mujeres y de los hombres deben inspirarse en las experiencias de ambos géneros a tra-vés de una representación equiparable en todos los niveles de decisión que comprenda el amplio espectrode responsabilidades de los gobiernos locales.”

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Ahí radica la importancia del empoderamiento de las mujeres. Dar poder a las mujeres no es algo secunda-rio, dar poder a las mujeres es algo central para transformar las relaciones de género de modo que sean másequitativas y justas para las mujeres, aunque entendemos que la responsabilidad del cambio concierne ahombres y mujeres.

Este formar parte del proceso de toma de decisiones puede ser primordial para la inserción de las mujeres,sobre todo si tenemos presente que las relaciones laborales (relaciones entre todos los agentes intervinien-tes en las condiciones de trabajo) también son relaciones de poder: Es decir, empresariado y masa asalaria-da, por supuesto, pero también legisladores y legisladoras, sindicatos y organizaciones empresariales quenegocian y aplican convenios, cuadros intermedios que marcan costumbres y normas no escritas, etc.

Muchos de los agentes consultados consideran necesarias medidas que incidan a nivel personal y colectivo,medidas que desarrollen la autonomía personal y colectiva de las mujeres y que les ayude a desprenderse dela dependencia emocional y económica de los hombres, que mejoren su autoestima y autoconcepto, que seanlibres de decidir su propio proyecto de vida fuera de los estereotipos sexistas. En este sentido, la organiza-ción de las mujeres, el asociacionismo, se entiende primordial.

Al mismo tiempo, sería deseable que se pactara con la sociedad civil de una forma más clara, creando pla-taformas mixtas con los movimientos y organizaciones de mujeres para poder trabajar mancomunadamenteen lo que respecta a algunos aspectos de interés colectivo. Se trata de conseguir voz y voto para los colec-tivos de mujeres, consolidando sus liderazgos y esto pasa por un mayor compromiso de la Administración.

Por último, se ha visto en varias experiencias cómo la creación de redes sociales entre mujeres es un medioque mejora no sólo la situación de pobreza que viven ellas mismas sino también la situación de la comuni-dad en general. En buena parte, estaríamos hablando de un nivel de intervención relativo a la prevención,que debería entenderse como una de las medidas más eficaces y que sin embargo, no cuenta con el suficien-te apoyo institucional.

Las propuestas que sobre participación hemos recogido son6:

- Generar redes sociales, como apoyos comunitarios básicos de los modelos de intervención;

- Promocionar y fortalecer las asociaciones de mujeres cambiando la forma en que se trata de ayudar a estasorganizaciones, ofrecerles formación, favorecer su profesionalización, hacer que la información les seaaccesible y dotar al colectivo de herramientas suficientes para que sus organizaciones puedan ser compet-itivas de cara a la participación efectiva en todos los ámbitos;

- Reconocer la necesidad de su participación en la elaboración de los planes de inserción, de empleo, de for-mación...; y

- Propiciar la toma de conciencia de colectividad, de la situación de discriminación, sus causas y su relacióncon el sistema económico de producción. A través de las organizaciones de mujeres se las puede ayudar areflexionar y actuar a nivel colectivo.

(6) Si bien estas propuestas son compartidas por todas las personas consultadas, los grupos políticos las consideraron las menosprioritarias y no viables a corto ni medio plazo.

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6. La responsabilidad de planificar es de todos y de todas

Como ya hemos dicho, a pesar del gran número de planes, convenciones y recomendaciones políticas las desi-gualdades y las discriminaciones basadas en el género siguen presentes.

Los esfuerzos dirigidos a la implementación de medidas concretas en pro de la igualdad entre hombres ymujeres se caracterizan por su dispersión, por su falta de compromiso presupuestario y por la falta de eva-luación y seguimiento sistemático que dificulta conocer su nivel de alcance y puesta en práctica.

El hogar como unidad de análisis (basado en una interpretación clásica del concepto de familia) en las medi-das de pobreza no constituye un buen indicador de las inequidades internas en la distribución de recursos.Por eso podemos considerar que hay un sesgo en la formulación de políticas públicas de alivio de la pobre-za, que se basan en el modelo unitario del hogar. Hay que alejarse de ese modelo e incorporar un modeloque reconozca las diferentes preferencias y control sobre los recursos como guía para la elaboración de polí-ticas públicas.

Las propuestas son:

- Revisar la financiación de los Ayuntamientos a fin de garantizar la puesta en práctica de las programa-ciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales;

- Puesta en marcha de servicios cercanos y coordinados de información y atención a las mujeres, fácilmenteaccesibles;

- Antes de desarrollar un plan es preciso elaborar un diagnóstico que no se está realizando. El Plan debierair irremediablemente acompañado de un presupuesto, unos plazos de ejecución, unas medidas concretas,unos objetivos que cumplir, unos mecanismos de evaluación y unos recursos humanos convenientementeformados para llevarlos a cabo. Sólo así será posible su puesta en práctica efectiva, su aplicabilidad.

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En definitiva,

Para poder obtener respuestas ágiles y adaptadas a la realidad de precariedad en la que se encuentran algu-nas de las mujeres solas de la CAPV y para prevenir dicha precariedad en el caso de otras muchas, sería con-veniente la consideración del colectivo de mujeres solas como colectivo en riesgo de exclusión social.

Teniendo en cuenta que el rol reproductivo de las mujeres ha condicionado muchas de las situaciones deexclusión, hemos querido recoger una reflexión de la socióloga María Ángeles Durán que engloba o consi-gue concretar las aportaciones de muchos y muchas de las participantes (al hacer referencia a la necesidadde cambios estructurales a nivel de la organización social...): “A todos, antes o después, y en alguna época,nos acabará tocando cuidar de alguien. Hay que apoyar la ley de dependencia, actualmente en trámite, ygarantizar la vida de los que cuidan de los demás, y no condenarles a la pobreza y la soledad. Es un honor,un heroísmo, y gracias a esas personas los demás estamos muchísimo mejor”7.

La técnica Delphi (a partir de los consensos de respuestas) nos ha facilitado la tarea de seleccionar de entreel total de propuestas y estrategias recogidas a lo largo de la investigación aquellas que se entienden másprioritarias y viables a la hora de llevarlas a la práctica en un plazo relativamente corto.

Estas propuestas a corto - medio plazo serían las siguientes:

• Conseguir la equiparación salarial entre hombres y mujeres (a través de medidas legislativas que seconcreten en convenios e inspección);

• Desarrollar facilidades para la habilitación o mantenimiento de las viviendas pertenecientes amujeres solas en riesgo de exclusión (a través de ayudas económicas);

• Educación infantil universal gratuita del ciclo 0-3 años como derecho social (a través de una mayorinversión presupuestaria en escuelas infantiles y otras medidas legales);

• Aumento de las cuantías de las pensiones de viudedad (a través de medidas legislativas que priori-cen esta cuestión);

• Trabajo educativo desde la infancia contra la discriminación en función del sexo (a través delfomento de la coeducación con los libros de texto; con la formación de docentes; aumentando la coor-dinación entre familia y sistema educativo; creando foros de encuentro de jóvenes);

• Educación y fomento de la corresponsabilidad en el ámbito doméstico (a través del trabajo en laescuela);

• Revisar la financiación de los Ayuntamientos a fin de garantizar la puesta en práctica de las pro-gramaciones establecidas a nivel general en cuestión de servicios sociales (a través del establec-imiento de una mayor vigilancia sobre el cumplimiento de objetivos; revisión de la ley municipal y dela LTH); y

(7) NParticipación en la charla coloquio "Las «141 preguntas» del Fórum" organizada con motivo del Forum Barcelona 2004.

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• Conciliación de la vida profesional y familiar: flexibilidad horaria o adecuación del horario labo-ral a las necesidades de las personas con menores a su cargo, acceso real a la formación (horar-ios)... (a través del aumento de inversiones en servicios sociales y otras medidas legales).

En definitiva, se están dando algunos pasos, pero aún queda mucho por hacer. Lo importante es que esospasos contribuyan a la consolidación y puesta en marcha de nuevas y mejores iniciativas que ayuden a com-prender la índole de los problemas relativos al género que están obstaculizando el progreso de las mujeresen general y de algunas de ellas de modo particular.

(1) Naciones Unidas para el Desarrollo (1992 : 5). Programa de las Naciones Unidas. El abismo de la desigualdad. Resumen del infor-me sobre el desarrollo humano. Cristianismo i justicia, Barcelona.

(2) Naciones Unidas (1995). Situación de la mujer en el mundo, 1995. Tendencias y estadísticas. Nueva York.

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Índice de tablas

Cap. II. MERCADO DE TRABAJO

Tabla Descripción Página

1. Indicadores relacionados con la actividad de la CAPV y su entorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84

2. Distancias que separan las tasas actuales de las que se han marcado como objetivo europeo para elempleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85

3. Tasa de empleo: 1º trimestre 2004. CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95

4. Núcleos familiares monomarentales, según el número de hijos/as . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96

5. Tasa de desempleo de larga duración de las mujeres. Ranking europeo 2002 . . . . . . . . . . . . . . .105

Cap. III. EL ACCESO A LA VIVIENDA

Tabla Descripción Página

6. Evolución del precio (miles euros) y renta (euros) de las viviendas en oferta en la C.A. de Euskadi.2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .118

7. Evolución de la oferta de viviendas en régimen de compra y alquiler en la CAPV (1994 - 2004)

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .120

8. Comparación de la evolución de la oferta de vivienda libre en alquiler y los arrendamientos medios porterritorios históricos (1994 - 2004) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .122

9. Cupos asignados para familias mono(p)marentales, según territorio histórico . . . . . . . . . . . . . . .124

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Cap. IV. DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO Y TRABAJO DOMÉSTICO

Tabla Descripción Página

10. Tiempo medio por participante al día y tasa, según el tipo de actividad (hh:mm), año 2003 . . . .137

11. Valoración de la producción no incluida en el SEC, por funciones. C.A. de Euskadi. 2003. Miles .142

12. Media de horas dedicadas (por participante). CAPV, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145

13. Media de horas dedicadas. CAPV, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .146

14. Registro de asociaciones. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149

Cap. V. LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

Tabla Descripción Página

15. Renta personal (media), CAPV, 1997 (euros) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155

16. Fuente principal de ingresos, España, 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .164

17. Personas que reciben algún tipo de prestación social en España, 1996 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .166

18. Indicadores generales de riesgo de pobreza y de ausencia de bienestar. C.A. de Euskadi, 2000 . . .169

19. Incidencia de la pobreza de mantenimiento y de acumulación, según sexo. CAPV, 2000 . . . . . . . .171

20. Incidencia de la pobreza de mantenimiento y de acumulación, según edad, estado civil, relación con laactividad y nivel de instrucción. CAPV, 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .172

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Cap. VI. PROTECCIÓN SOCIAL

Tabla Descripción Página

21. Programas de inserción social y ayudas económicas existentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .184

22. Ayudas adicionales (de dotación presupuestaria) que establecen las Diputaciones, con el fin de incre-mentar la cuantía percibida por los perceptores de la Renta Básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .187

23. Número de preceptores de Renta Básica y aportación anual por beneficiario o beneficiaria en los últimos14 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .188

24. Características del preceptor o preceptora media de Renta Básica, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . .189

25. Cuantía mensual del SOVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .198

26. Número de personas beneficiarias y pensión media mensual de las pensiones no contributivas. CAPV,2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .199

27. Cuantía media mensual de jubilación, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .200

28. Cuantía media mensual de viudedad, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .200

29. Cuantía económica media de las pensiones (jubilación y viudedad) y el número de pensionistas, segúncada uno de los Territorios Históricos, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .202

30. Evolución de las prestaciones por desempleo en la CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .203

31. Plazas y cuotas en residencias de la CAPV, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .208

32. Evolución del alumnado de la CAPV en las distintas etapas y ciclos en el período 1999-2002, y su proyección a cinco años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .213

33. Oferta pública y concertada actual (0-3 años). CAPV, 2003/2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .213

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Cap. VII. GASTO SOCIAL

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34. Gasto en protección social, según países de la UE. 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .228

35. Gasto total en Prestaciones Sociales por funciones. CAPV, 1999 (miles de euros) . . . . . . . . . . . .230

36. Gasto en prestaciones sociales, resumen. CAPV, 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231

37. Gasto en Servicios sociales. CAPV, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236

38. Gasto total (miles de euros) según sectores de población. CAPV, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .237

39. Naturaleza del gasto público en servicios sociales. CAPV, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .239

Cap. VIII. ESTRATEGIAS DE INSERCIÓN

Tabla Descripción Página

40. Programas dirigidos a diferentes colectivos en situación de riesgo de exclusión social de diversos país-es europeos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .248

41. Programas de PAE, según la participación de las mujeres. CAPV 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .257

42. Sugerencias de mejora de los programas Auzolan, según el equipo de profesionales y las personas ben-eficiarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259

Cap. XII. DELPHI

Tabla Descripción Página

43. Valoraciones medias de cada estrategia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .311

44. Viabilidad de las estrategias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .316

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Cap. I. POBLACIÓN Y ESTRUCTURA FAMILIAR

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1. Evolución de la tasa bruta de nupcialidad en la CAPV, (1975 - 2001) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67

2. Evolución de la edad al contraer el primer matrimonio en la CAPV, según sexo, (1975 - 2002) . . . .67

3. Separaciones y divorcios en la CAPV, según territorio histórico. 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68

4. Evolución del número de separaciones y divorcios en la CAPV (1998 - 2002) . . . . . . . . . . . . . . . .68

5. Evolución de la edad media de las mujeres españolas al nacimiento del primer hijo-a (1975 - 2001)68

6. Evolución de la edad media de las mujeres vascas al nacimiento del primer hijo-a (1975-2001) . . .69

7. % de hijos e hijas de madres solteras y casadas en la CAPV. Comparativa 1996 y 2002 . . . . . . . . .69

8. % de expedientes cursados en el Registro de Parejas de Hecho de Euskadi. Noviembre de 2003 . . .70

9. % de expedientes cursados en el Registro de Parejas de Hecho de Euskadi, según nacionalidad de susmiembros. Noviembre de 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70

10. % de expedientes tramitados en el Registro de Parejas de Hecho de Euskadi, según estado civil anteri-or a la unión. Noviembre de 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71

11. Evolución de los tipos de familias en la CAPV. 1991, 1996 y 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72

12. Tipos de familias en la CAPV. 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72

13. Personas que viven solas en la CAPV. 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73

14. Estado civil de las mujeres que viven solas. CAPV, 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73

15. Tipos de núcleos familiares en la CAPV. 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74

16. Núcleos familiares monoparentales y monomarentales (principales) en la CAPV. 2001 . . . . . . . . . .74

17. Número de núcleos familiares de mujeres con hijos/as en la CAPV (principales y otros), por estado civil.2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75

18. Núcleos monomarentales principales en la CAPV, por edad de la madre. 2001 . . . . . . . . . . . . . . . .76

19. Núcleos monomarentales (segundo y siguientes), por edad de la madre. 2001 . . . . . . . . . . . . . . .76

20. Nivel de instrucción de la población de la CAPV, según sexo. 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77

21. Nivel de instrucción de las mujeres en la CAPV. Comparativa 1996 y 2001 . . . . . . . . . . . . . . . . . .77

22. % de mujeres en la CAPV, según nivel de instrucción e intervalos de edades. 2001 . . . . . . . . . . . .78

23. % de núcleos monomarentales y monoparentales en la CAPV, según nivel de instrucción (principales yotros). 1996 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .79

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Cap. II. MERCADO DE TRABAJO

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24. Distancia al objetivo europeo: tasa de empleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86

25. Distancia al objetivo europeo: tasa de empleo femenina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86

26. Evolución de la tasa de ocupación femenina por países (16-65 años) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87

27. Tasas de actividad, empleo y paro en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88

28. Distribución de la población activa en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88

29. Distribución de la población inactiva en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88

30. Distribución de la población ocupada en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88

31. Distribución de la población parada en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88

32. Núcleos familiares monoparentales en la CAPV, según actividad de la madre. 1996 . . . . . . . . . . . .89

33. Distribución de ocupados y ocupadas en la CAPV, según sectores. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90

34. Distribución de las mujeres ocupadas en la CAPV, según sectores. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90

35. Tasa de empleo en la CAPV, según ramas de actividad. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91

36. Personas asalariadas en el sector público, según sexo. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91

37. Actividad por ocupación en la CAPV, según sexo. 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92

38. Profesión de las mujeres ocupadas cabeza de familia (con hijos e hijas) en la CAPV. 1996 . . . . . . .93

39. Ganancia media en la CAPV por trabajador/a y mes, según sexo. 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .94

40. Evolución de la ratio de la ganancia media en España, según trabajador/a y día (1996-2000) . . . .94

41. Ganancia media por trabajador/a y mes, por sexo y sectores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95

42. Solicitudes de permisos por maternidad/paternidad en España. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97

43. Solicitudes de excedencia en España para el cuidado de menores, según sexo. 2003 . . . . . . . . . . .97

44. Tipo de contrato de la población ocupada asalariada en la CAPV (excepto cooperativistas), según sexo.2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98

45. Situación laboral de las mujeres asalariadas en la CAPV. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98

46. Mujeres sin contrato y otras situaciones laborales en la CAPV, según intervalos de edad. 2003 . . . .99

47. Distribución de las personas que trabajan siempre cada sábado en la CAPV, según sexo.1999 . . . . .99

48. Frecuencia con que se trabaja en sábados en la CAPV según sexo. 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99

49. Contratos firmados en la CAPV en 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100

50. Contratos firmados en la CAPV en 2003, según jornadas de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100

51. Distribución del tipo de contratos de las mujeres en la CAPV en 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101

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Cap. III. EL ACCESO A LA VIVIENDA

Tabla Descripción Página

52. Evolución del precio (miles ) de la vivienda nueva libre en la CAPV (1994 - 2004) . . . . . . . . . .119

53. Evolución del precio (cientos de ) de la vivienda en alquiler en la CAPV (1994 - 2004) . . . . . . .119

54. Evolución de la ofertada de viviendas en la CAPV (1994 - 2003) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121

55. Distribución de las viviendas de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121

56. Personas inscritas en Etxebide a fecha octubre de 2004, según cupos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123

57. Distribución del cupo de familias monoparentales inscritas en Etxebide, según ingresos 2002 . . . .123

58. Reserva de vivienda protegida para familias monoparentales, según territorio histórico, 2004 . . . .124

59. Cupo y reserva de vivienda protegida, según tipo en la CAPV, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .124

60. Comparativa entre la demanda y la oferta de vivienda en la CAPV, según cupos 2004 . . . . . . . . .125

61. Porcentaje de demanda cubierta por la oferta de las personas inscritas en Etxebide, según cupos, CAPV,2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .126

62. Personas inscritas en el cupo de familias monoparentales de Etxebide y número de viviendas ofertadasen 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .126

Cap. IV. DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO Y TRABAJO DOMÉSTICO

Tabla Descripción Página

63. Distribución del tiempo diario. CAPV, 1998 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .138

64. Tiempo medio diario, dedicado al trabajo doméstico. CAPV, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139

65. Dedicación a las tareas domésticas de las mujeres que sí las realizan. CAPV, 2003 . . . . . . . . . . .140

66. Tiempo medio por participante dedicado a las distintas tareas domésticas al día. CAPV, 2003 . . . .140

67. Distribución del total del trabajo doméstico en la CAPV, según sexo. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . .141

68. Trabajo doméstico según tareas y sexo del que las realiza. CAPV, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .143

69. Tiempo libre. CAPV, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145

70. Porcentaje de mujeres afiliadas a partidos y a sindicatos sobre el total. España, 2002 . . . . . . . . .148

71. Personas voluntarias en Bizkaia. 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .148

72. Ámbito de actuación de las asociaciones de mujeres de Bizkaia. 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150

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Cap. V. LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

Tabla Descripción Página

73. Mujeres y estratos de renta. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .156

74. Hombres y estratos de renta. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157

75. Renta personal media, por edad y sexo. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158

76. Renta personal media, según actividad. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158

77. Renta personal de personas desocupadas. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .159

78. Renta personal según nivel de instrucción. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .160

79. Evolución de la dificultad para llegar a fin de mes de los hogares (%). CAPV . . . . . . . . . . . . . . .160

80. Evolución de la posibilidad de ahorro de los hogares. CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .161

81. Renta familiar media del perceptor principal, según sexo. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .161

82. Estrato de renta familiar según cabeza de familia. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162

83. Renta familiar de familias unipersonales, según sexo. CAPV, 1997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163

84. Distribución de las prestaciones sociales en España, según la fuente de ingresos, 2000 . . . . . . . .164

85. Porcentaje de hogares con prestaciones sociales como fuente principal de ingresos. España, 1998 165

86. Indicador objetivo de pobreza y auto - percepción de los hogares. CAPV, 2000 . . . . . . . . . . . . . .170

87. Riesgo de pobreza grave y ausencia de bienestar, según tipo de grupo familiar . CAPV, 2000 . . . .173

88. Incidencia de uno u otro tipo de pobreza según la actividad del cabeza de familia. CAPV-2000 . . .174

89. Evolución de la incidencia de la pobreza de mantenimiento, según actividad del cabeza de familia. CAPV(1996-2000) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .175

90. Distribución relativa de la población en situación de pobreza de acumulación. CAPV, 2000 . . . . .176

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Cap. VI. PROTECCIÓN SOCIAL

Tabla Descripción Página

91. Evolución de Renta Básica, % sobre el SMI. CAPV (1989-2003) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .188

92. Evolución de personas perceptoras Renta Básica, % sobre el SMI. CAPV (1989-2003) . . . . . . . . . .188

93. Evolución de personas beneficiarias de AES. CAPV (1989-2002) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191

94. Razones de baja, Auzolan, 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .194

95. Evolución de las cuantías de las pensiones, CAPV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .201

96. Distribución por sexo de las prestaciones por desempleo de nivel contributivo. España, 2002 . . . .204

97. Distribución por sexo de las prestaciones por desempleo de nivel asistencial. España, 2002 . . . . .204

98. Distribución de las prestaciones por desempleo recibidas por mujeres. España, 2002 . . . . . . . . . .204

99. Centros de servicios sociales, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .207

100.Residencias según población atendida en la CAPV, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .208

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Cap. VII. GASTO SOCIAL

Tabla Descripción Página

101.Gasto en protección social por habitante en la UE. 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .229

102.Sistemas de protección social en la CAPV. 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232

103.Tipos de ingresos de los sistemas de protección social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .233

104.Evolución del gasto en servicios sociales en la CAPV. (1998-2002) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .235

105.Gasto/habitante (euros) en el año 2002, según Territorio Histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236

106.Distribución del gasto público en la CAPV, según sectores de población. 2002 . . . . . . . . . . . . . .237

107.Evolución del gasto en Renta Básica (Millones de Euros) en la CAPV. (1989 - 2002) . . . . . . . . . .238

108.Evolución del gasto en AES (Millones de Euros) en la CAPV (1989 - 2002) . . . . . . . . . . . . . . . . .238

109.Fuentes de financiación pública en la CAPV. 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .240

110.Destino del gasto en la CAPV 2001: tercera edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241

111.Destino del gasto en la CAPV 2001: discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241

112.Destino del gasto en la CAPV 2001: familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241

113.Destino del gasto en la CAPV 2001: marginación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243

114.Reparto porcentual del gasto en las PAE según tipología del programa. Promedio 1998-2000 . . . .243

115.Distribución porcentual del gasto en PAE, según perceptores. CAPV, 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . .243

Cap. VIII. ESTRATEGIAS DE INSERCIÓN

Tabla Descripción Página

116.Distribución de los programas mixtos según situación laboral. CAPV, 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . .255

117.Programas de PAE vigentes en 2000, según colectivo diana concreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .256

118.Distribución de las participantes femeninas en las PAE y peso de las mujeres en el mercado laboral dela CAPV, según situación laboral. 2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .257

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Cap. IX. EMPODERAMIENTO

Tabla Descripción Página

119.Porcentaje de Participación Femenina (sobre el total) en diferentes cargos políticos . . . . . . . . . .265

120.Evolución del % de mujeres en el Parlamento Vasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267

121.Evolución de la presencia de mujeres en las Juntas Generales. % . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267

122.Altos cargos en Gobierno Vasco, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267

123.Altos cargos en las Diputaciones Forales, 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267

124.Mujeres y hombres en las ejecutivas de los partidos de la CAPV (%) , 2002 . . . . . . . . . . . . . . . .267

125.Mujeres en el Poder Judicial. España, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .269

126.Presencia femenina en altos cargos de la Administración, según Ministerios. España, 2002 . . . . .270

127.Distribución, en función de sexo, de cargos directivos en las empresas y en la administración pública.España, II trimestre, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271

128.Distribución de la participación femenina en función de diferentes cargos directivos. España, IItrimestre, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .272

Cap. XII. DELPHI

Tabla Descripción Página

129.Distribución de las puntuaciones medias otorgadas a las estrategias, según ámbitos . . . . . . . . . .312

130.Viabilidad de las estrategias según plazo y ámbito (%) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .315

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