los mil abrazos de morfeo - universidad nacional de ... · becerros y las vacas en la casa sola. yo...

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CAPITULO III EL DESPLAZAMIENTO FORZADO Y SUS CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES EN COLOMBIA

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CAPITULO III

EL DESPLAZAMIENTO FORZADO

Y SUS CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR

Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y

JÓVENES EN COLOMBIA

Existe una tendencia universal a interpretar los efectos de la violencia política soPre adultos y niños, niñas y

jóvenes, desde un punto de vista fundamentalmente psicológico o psiquiátrico, enfoque que también se ha aplicado a las consecuencias del desplazamiento forzado, La literatura mundial se refiere con más frecuencia a los refugiaáos que a los Oesplazados internos y abunda en las nociones de «traumatismo» y «trastorno de estrés postraumático». Como afirma Cecilio Adorna de UNICEF, «históricamente, durante los conflictos se ha prestado mayor atención a la vulnerabilidad física de los niños pero se ha dado escasa atención a su miedo, a su dolor, a su angustia y cuando se les ha tratado se lo ha hecho dentro de un enfoque clínico psiquiátrico».(9) ' ,

Al analizar los relatos de los niños, niñas y jóvenes quisimos alejarnos de los planteamientos habituales, centrados en una lectura «clínica» de la guerra y sus efectos, sin desco­nocer o subvalorar las consecuencias que la violencia política y el desplazamiento pueden tener en el bienestar emocional be las personas, Por el contrario, considera-mos importante destacar otros aspectos del contexto en el que se producen estas experiencias y que también pue­den ocasionar sufrimiento, e insistir en que conceptos como el áe «trastorno de estrés postraumático» o «traumatismo» no abarcan la amplia gama de experiencias y necesida­des psicosociales de estas personas(41), , L

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RELATOS DE LA VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En Colombia los niños, niñas y jóvenes, sin excepción, sufren el impacto be la guerra, crecen en un país atravesado por una cotidianidad de muerte y arbitrariedad, Sin em­bargo, aquellos que han sibo desplazados por la violen­cia son afectados de manera particular pues, a diferen-cia de los demás, enfrentan situaciones múltiples y simul­táneas, todas violatorias de sus derechos y padecen las diversas formas y expresiones de violencia —política, so­cial e intrafamiliar— en medio de la pobreza y la áespro-tecclón be las instituciones.

Tres aspectos particulares caracterizan las experiencias de los niños, niñas y jóvenes en situación de desplazamiento:

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

1. Han vivido y visto la guerra

«El día de mercado mi papá sacó la navaja y se la enterró al man hasta decir no más. lo traspasó con la na­vaja. Lo mató y la navajita quedó toda sangradita. Después él me gri­taba que le sacara la navaja al man, yo se la saqué de la barriga y me la traje, él se fue a tomar otra vez, yo me vine a lavarla. No me dio susto, mi papá se sabe defender. A mi papá no le podían hacer nada porque don Hugo no dejaba, él era amigo de los guerrilleros».

Camilo, 9 años

Los niños, niñas y jóvenes han sido tanto espectadores de la guerra, como sus protagonistas, Saben de la violen­cia más de io que dicen los noticieros o cuentan los vecinos porque han crecido en medio del con­flicto, Han presen­c iado masacres y quema de viviendas,

Algunos de sus familiares han sido asesinados; otros han cometiáo crímenes que han sido presenciados por ellos y ellas. Han padecido la zozobra de los bombardeos y de las incursiones armadas.

El haber sibo testigos de estas escenas, que hacen parte de la realidaá cotiáiana de algunos, es una experiencia intensamente dolorosa, capaz de deshacer su mundo; no pueden comprenderlas y carecen de mecanismos para enfrentarlas porque todas ellas exceden los pará­metros de lo previsi­b l e ^ ) ,

Los relatos espontá­neos e ingenuos de los niños y niñas que se exponen en esta publicación bescri-

«De pronto ese hombre tiró una bomba, el guerrillero me empujó al andén, yo veía estrellitas, eso explotó durísimo, me quedé un poco sorda. Un policía me ayudó a llegar hasta la casa, mi papá ya estaba muerto, lo tenían tapado.»

Adriana, 15 años

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RELATOS DE LA VOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ben, en formo escalofriante, la «transición de la violencia a la barbarie» que vive actualmente Colombia,1

2. Han sido socializados para sobrevivir en la guerra

Poraue han crecido «Lo guerrilla era buena, cuando Iba el ejército nadie decía nada, preguntaban sí han visto guerrilleros -por allá les llaman muchachos- en­tonces uno decía «no, por oca no han pasado», después llegaba la guerrilla y preguntaba qué les habíamos dicho a los soldados. A veces los soldados decían que eran guerrilleros y preguntaban por los compañeros, pero era para sacar­nos información».

Marcos, 12 años

en medio de la vio­lencia han asumido estrategias que les permiten sobreviviría,

La población infantil en situación áe áes-plazamiento provie­ne de zonas en las que el conflicto ar­mado ha generaliza­do la violencia y la barbarie. Lamenta­blemente han obser­vado que la guerra, el asesinato, la violencia intrafamiliar, el narcotráfico, la mentira y la crueldad son expresiones legítimas que hacen parte del ser hombre o mujer en este país. La honestibad, la resolución no violenta áe los conflic-

«...Barbarie es, aún en condiciones de guerra, que no se respeten ni los mínimos éticos, ni los mínimos humanitarios. Barbarie es que no se respete en las víctimas ni la edad, ni el sexo y que seamos capaces de tener el primer récord de asesinato conocido en la historia de la humanidad: un embrión de seis meses que fue asesinado el 27 de junio en el útero de su madre en Barranquilla. Es barbarie el que las organizaciones comprometidas en esta ola de violencia compitan por la mayor sevicia, por la mayor crueldad, por demostrar quién es capaz, por ejemplo, de desollar a la víctima.. ,Y finalmente hace parte de este clima de barbarie la absoluta pasividad de enormes secto­res de la sociedad que han perdido la capacidad de reacción y asomPro...» FRANCO AGUDELO, Saúl (1997). «Violencia y Salud en Colombia», ponencia durante el Foro Nacional El Sector Salud frente a la Violencia en Colombia.

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CAPÍTUÍO CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

tos, la tolerancia o la ternura son valores y actituáes alejadas tanto de su realidad como de la necesidad imperante de sobrevivir,

Las personas desplazaáas, incluida ia población infantil, han sido víctimas, en mayor o menor grado, de estrate­gias militares diseñadas para generar miedo o terror y, en consecuencia, se ven obligados a guardar silencio o a mentir, Sobrevivir en un escenario de guerra implica cons­truir visiones particulares de la realidad y aprender actitu­des y comportamientos basados en:

«En el pueblo, había mu­chas muertes, pero uno ya no se asustaba, se acostum­braba. Casi no salíamos porque daba miedo que vi­niera alguien y nos diera.»

Danicla, 9 años

1. La desconfianza hacia los demás, ex­traños y próximos, porque pueden ser posibles agresores o enemigos,

2. Una visión polariza­da de la realidad orientada por la lógica áel bueno y el malo, el amigo y el enemigo,

3. La legitimación del autoritarismo, la fuerza y la ar­bitrariedad como los únicos mecanismos efica­ces para vivir en sociedad,

4. La ausencia «¿o que he querido es meterme a la guerrilla, y tener lo que siempre soñé, ser guerrillero o peliador por la liber­tad y el poder».

Ernesto, 13 años

de mediaciones ins­titucionales en la re­solución de los con­flictos por lo cual se apela a la aplica­ción de justicia por la

propia mano, La Impunidad anima sentimientos de venganza,

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

5, El uso estratégico de la palabra o del silencio (mentir o callar),

Los enfrentamientos armados, el porte de armas, la elimi­nación áel «contrario», la ausencia de mediación de la justicia estatal y la resolución violenta de los conflictos, entre otras, son vistas como «las formas naturales» de ser de una realidad aceptada sin cuestionamiento. Esta realidad social que rodea al niño significa para él «la única realidad», o «la realidad por excelencia». «El niño no Inter­naliza el mundo de sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el único que existe y que se puede concePir»,(6)

3. Han tenido pérdidas abruptas y significativas

Las perdióos aPruptas de los niños y niñas en situación de desplazamiento son de diverso oráen:

1, De sus espacios vitales, esto es, de los lugares en los que han construido sus formas particulares áe

moverse, de usar el «Cuando nos íbamos a venir mi papá le dio mi caballo a un señor y yo lloré, a la yegua la dejó en el corral y a los becerros y las vacas en la casa sola. Yo quería mucho a mi papá pero no está en la casa desde hace mucho tiempo y no se dónde esté, mi mamá dice que hay uno señores que los iban a matar.

Mi mejor amigo era Cisne, mi caba­llo, a veces me sueño con Cisne, que estamos todavía por allá. Todavía lloro cuando me acuerdo»

Jaime, 9 años.

tiempo y, en gene­ral, de relacionarse con el entorno. Los animales (que re­visten un significa­do especial para los niños), los ríos y ias plantas hacen parte de su espa­cio vital, con ellos tejen relaciones y afectos: quieren a la tierra, al caballo y a la quebrada,

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CAPITULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

2. De seres queridos —padres, abuelos, amigos, vecinos, her­manos— por sepa­ración obligada o por muerte,

3, De sus pertenencias y sus «señales distintivas»1: la ropa, los documentos, ios juguetes.

«Nosotros trajimos la ropa, así lo de más necesidad, dejamos la cicla porque no cupo en el bus».

César. 11 años

«Nosotros trajimos la ropa, así lo de más necesidad, aojamos la cicla porque no cupo en el bus».

César. 11 años

j fe je.

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Termino acuñado por Erving Goff man (1995)

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

LOS NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES DESPLAZADOS

EN LA CIUDAD:

TRANSFOMACIONES E IMPACTOS

Los niños, niñas y jóvenes en situación de despiazamiento que llegan a los centros urbanos enfrentan múltiples situa­ciones que causan un impacto significativo en sus vidas en general. Algunas de las más importantes son las siguien­tes:

1. La situación de desplazamiento casi siempre está asociada con un deterioro grave en la calidad de vida de los individuos y las familias y con difi­cultad o imposibilidad para satisfacer necesida­des humanas fundamentales como las de subsis­tencia, protección, afecto, participación e iden­tidad.

La evaluación del impacto del desplazamiento en la vida de los niños y niñas no puede centrarse exclusivamente en los acontecimientos violentos o episodios traumáticos que hayan sufriáo en el pasaáo, Su salud, bienestar inte­gral y posibilidades de crecimiento y desarrollo personal dependen también —y, en ocasiones, aún más— de las condiciones actua­les de vida.

«La suposición de que los aconteci­mientos pasados son más perturbadores que las experiencias actuales puede ha­cer ignorar factores

«A nosotros no nos gusta vivir acá. En el Tolima se áan cosas ricas como el aguacate, la yuca, el plátano y la na­ranja. En mi pueblo uno podía estar tranquilo y salir a Jugar pero acá no nos dejan porque nos puede pasar algo.

Nos sentimos muy aburridos porque aquí uno aguanta mucña ñambre, alia uno cogía de la mata y comía, pero por acá no».

Gloria, 10 años.

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decisivos generadores de tensión en el presente»,(41) El desplazamiento forzado, con la consecuente pobreza y falta de oportunidades que lo caracterizan, puede des­encadenar nuevas condiciones de adversidad y mayor vulnerabilidad en las personas y familias. Diversos autores han advertido sobre el efecto acumulativo de la adversidaá, es áecir, entre más dificultades enfrente un niño, menos posibilibades tendrá de superar con éxito io ocurrido.

El deterioro de la calidad de vida de los padres puede asociarse con los siguientes factores negativos adiciona­les en la vida de sus hijos:

Vivienda en condiciones de hacinamiento y sanea­miento ambiental deficiente,

Esta situación au­menta significativa­mente la probabili­dad de sufrir acci­dentes en el hogar y de contraer enfer­medades, especial­mente infecciones respiratorias agudas, diarreicas y parasitis­mo intestinal. En con­

diciones de hacinamiento, carencia de espacio suficien­te y servicios domiciliarios, además, existe una mayor ten­dencia a la «falta de armonía conyugal, ios problemas de salud mental y el maltrato infantil»,(29)

Desnutrición y otros problemas de salud,

Asociados con la falta de recursos para comprar alimen­tos de buena calidad, de educación sobre su valor nutri­cional y de acceso oportuno a los servicios de salud pre-

«Llegamos primero a una casa donde nos cobraban arriendo, entonces nos tocó irnos para otra, pero allá no lle­ga agua. Donáe vivimos hay solo dos cuartos, una cocina y un baño, somos papi, mami, mis cinco hermanos, mi abuela, mis tres tías, con todos mis primos porque a mis tías les mataron el marido allá en Rioblanco».

Gloria, 10 años

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RELATOS DE LA VDLENCLA • IMPACTOS DEÍ DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ventivos y curativos, La desnutrición puede originar retra­sos en el crecimiento y desarrollo infantil, aumentar la sus­ceptibilidad de los niños a las Infecciones e impedir que se beneficien de la escolaridad por falta de atención y concentración y por ausentismo frecuente,

• Dificultad para acceder oportunamente a servicios sociales básicos como eáucación y atención en salud,

" yo no estoy estudiando, mami dice que no podemos ir a la escuela con hambre".

Gloria, 10 años

A pesar de las dispo­siciones consigna­das en la Ley 387 de 1997, el problema del áesplazamiento en Colombia ha re­basaba la capacibaá del Estado y sus instituciones para responder, en forma oportuna y con calidad, a los proble­mas y necesidades de las personas en situación de desplazamiento.

Las dificultades educativas de los niños, por ejemplo, son especialmente críticas, Una investigación reciente realiza­da por UNICEF, la Universidad del Bosque y CODHES(l 2), demostró que de casi 32.000 niños desplazados en el úl­timo año a la ciudad de Bogotá, sólo el 23% estaba estudiando, De los 24,640 niños y niñas que no asisten al colegio el 49% informó que no lo hace por PificultaCes económicas áe los padres, el 25% por falta de cupos, el 9% porque la edad del niño no correspondía a la estable­cida por la Secretaría de Eáucación dei Distrito y el 1 7% restante adujo otros problemas, incluidos los de salud, la falta de óocumentos y el temor al rechazo de los miem­bros de las comunidades educativas receptoras,

Quienes logran ingresar a instituciones eáucativas corren el riesgo inminente de desertar porque no alcanzan el ren-

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CAPITULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

dimiento promedio por diferentes factores: la baja cali­dad de la enseñanza rural; el sistema de enseñanza Es­cuela Nueva que difiere mucho del urbano; la confusión emocional producto áel desplazamiento y las demás se­cuelas que les deja el haber sido víctimas dei conflicto armado; la imposibilidad de transportarse a las zonas don­de se encuentran los planteles y la precaria situación eco­nómica que les impiáe comprar los útiles y uniformes ne­cesarios, Otros no desean volver a estudiar porque sienten que ya han perdido mucho tiempo y que debido a su edad desentonarían en el grupo de condiscípulos. A mu­chos de estos niños ya se les ha negado el acceso a la educación en las zonas de conflicto: no pudieron asistir regularmente a la escuela por temor a los enfrentamien­tos, por atentados contra la infraestructura o por persecu­ción política directa contra los maestros,

La presión social y familiar a la que son sometidos quienes no iniciaron o continuaron su proceso de educación for­mal, los obliga a entrar a laborar en las mismas condicio­nes -o, incluso, en circunstancias de mayor riesgo psico­social- que los niños trabajabores del país, Están expues­tos a la explotación sexual, o se vinculan a empleos en el sector informal, el servicio áoméstico, las ventas ambu­lantes, el reciclaje o la construcción. En muchas de las actividades disponibles están expuestos a la sobreexplo­tación por exceso be responsabiliáades, intensidad de las jornadas, falta de remuneración, maltrato e incumplimien­to de las obligaciones de seguridad social, También es posible que no consigan ningún empleo y terminen vin­culados a actividades ilícitas delinquiendo y enfrentados a procesos penales,

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JLJVENTUD

«Yo no estoy contento aquí, en la única parte en donde si estaría contento es en mi pueblo. Aquí no nos dejan salir a jugar al patio o a jugar fútbol. Estoy todo el día encerrado, no me llevan ni a los parques ni nada».

Ernesto, 13 años

Deficiencia de espacios de socialización adecua­dos

Los barrios a los que rueden llegar las familias en situación de desplazamiento tienen una infraes­tructura precaria, ca­recen de programas y espacios adecua-

dos para la recreación y la socialización: jaráines infanti­les, parques, equipamentos áeportivos y culturales, etc, En estas condiciones el encierro o la calle son las únicas alternativas disponibles. Por la imposibilibad de escoiari-zación y por el temor que la ciudad les infunde, algunos padres obligan a sus hijos a permanecer encerrados en los estrechos cuartos en los que habitan, otros no tienen más opción que dejarlos expuestos a los riesgos de la calle.

Cambios frecuentes de áomicilio, de colegio, y de las personas con quienes se convive, en especial de los aáultos responsables áe brindar afecto y protección,

Con frecuencia las familias en situación de desplazamiento que llegan a las grandes ciudades se convierten en nóma­das en busca de oportunidades de subsistencia; otras deben seguir huyen-áo porque quienes los expulsaron aún los

«Acó a Soacha llegamos donde mi tía, ella es tía de mi mamá. Luego fuimos donde la señora Margoth, a una casa de solo desplazados, ella no recibía a otros. Como nos sacó nos fuimos a donde doña Bertha, estuvimos un tiem­po allá y después nos fuimos para donde estamos ahora. Ahí me gusta porque es muy bonito, hay matas, el patio es grande y se juega con los niños».

Liliana, 13 años.

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CAPÍTULO I CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

persiguen o porque aparecen nuevas razones para temer por su vida o su integridad.

Los adultos arrastran a los niños y los jóvenes de barrio en barrio o de casa en casa. Recurrentemente los niños pier­den a los amigos, al grupo de pares, a los maestros -con quienes quizá ya habían lograáo establecer algún víncu­lo- y los lugares que comenzaban a volverse familiares en mebio del exilio,

La inestabilidad aumenta el desarraigo y dificulta el pro­ceso de coaptación psicosocial. Todos los niños requie­ren, en mayor o menor grado, ambientes estructurados cultural y familiarmente mediante normas y límites claros, horarios y rutinas y fuentes estables de afecto que les ayu-qen a sentirse seguros y amaáos,

Estigmatización y exclusión: áe ser nosotros, ahora somos los otros,

Los niños y niñas en situación de despla­zamiento pieráen sus referencias colec­tivas, La ciudad des­truye el sentido de pertenencia, cons­truido con relación a la vereda o el

pueblo, que les permitió identificarse como parte «de» y decantar ia noción

«Cuando llegué a Soacha me sentí bien porque ya habíamos llegado acá. Pero no me gusta más que Ura­bá, acá no me gusta naáa porque los niños empiezan a áecirle a uno negra y a mi no me gusta porque yo tengo nombre...»

Danicla, 9 años.

del «nosotros», En su nueva condición son señalados como los negros, los del habla­do feo, los de la ves­timenta distinta, los extraños, los nuevos,

«Acá casi toáas las personas ricas nos rechazan como desplazados, les tienen miedo porque los desplazados no tienen absolutamente nada. Yo me doy cuenta cuando salgo a comprar algo y saben que soy desplazado y me miran con esa cosa».

Marcos, 12 años.

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RELATOS DE LA VKDLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

«Es que yo, con la edad que tengo, no tendría que hacer todo lo que hago trabajar, estudiar, responder por la pla­ta, como si yo fuera la señora de la casa. Debo portarme bien, no tener novio, eso para mí es duro».

Crist ina, 15 años

En la ciudad son objeto de discriminaciones y señalamien­tos, son rechazados por su color áe piel, por su apariencia y por la condición que afrontan,

2. El desplazamiento está invariablemente asocia­do con fragmentación, destrucción y recomposi­ción de las redes familiares y sociales de apoyo.

Habitualmente la si­tuación de desplaza­miento origina cam­bios importantes en la dinámica familiar que, en muchas ocasiones, inciden en el desarrollo de nuevos problemas psicosociales, individuales o familiares. Las formas de vida urbanas y las condiciones particulares de la ciudad exi­gen cambios y recomposiciones de la familia que, sin duda, afectan a niños y jóvenes.

En las ciudades y los barrios pobres las jóvenes y mujeres adultas en situación de desplazamiento tienen mayores oportunidaáes que los hombres de encontrar empleo en oficios no calificados como el servicio doméstico o el cui­dado de los niños. El hecho de que la mujer se convierta en el principal o único proveedor implica un cambio en

las relaciones de poder en la pareja, Para muchos hom­bres, acostumbrados a una mujer pasiva y depenáiente, la nue­va condición de sus esposas e hijas repre­senta una amenaza,

«En el pueblo mi mamá no era tan grosera, ni nos cuidaba tanto. En cambio acá pelea más, con mi papá sobre todo. Mis hermanas se levantan tarde y pelean mucho más con mi papá porque cuando él llega encuen­tra la casa desordenada».

Daniela, 9 años

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

El conflicto puede empeorar relaciones conyugales ya de­terioradas o convertirse en una nueva fuente de discordia o violencia intrafamiliar,

Aún cuando el hombre se integre al mercado laboral y continúe siendo el único proveedor y jefe del hogar, ocu­rren transformaciones en la representación e imagen que ia mujer tiene de sí misma, La vida del barrio le ofrece nuevas posibilidades de movilidad en el ámbito público, espacio hasta entonces restringido para ella, «Se hace fundamental ahora el contacto permanente con vecinos de otros lugares, el desplazamiento obligabo por las nue­vas necesiáades que demanáa la gestión doméstica en ia urbe y de alguna manera la posibilidad de abrirse a lo público y a las nuevas formas de sociabiliáad propias de la ciudad».(4)

Las transformaciones familiares también se hacen eviden­tes en las relaciones parentales. Cuando la mujer óebe ausentarse áel hogar los hijos, en especial los jóvenes, la sustituyen en la crianza de los hermanos menores, en la preparación de alimentos y en ei cuidado de la casa. Las relaciones de los hijos con los padres se hacen especial­mente conflictivas porque su ausencia del hogar y lo novedosa y atractiva que resulta la ciudad, flexibilizan en gran mebiáa el control y la autoriáaá que los padres ejer­cían anteriormente,

En las familias con jefatura femenina, por desaparición o muerte de los espo­sos, el papel que desempeña la mujer es agobiante; su co­tidianidad se trastor­na porque ya no

«Aquí los niños están todo el día en la casa, mis hermanos estudian de no­che. Mi mamá se va a lavar y le pagan $6000 diarios. Mi hermana también trabaja vendiendo pan, ellos nos mantienen, mi papá no está hacien­do nada».

Daniela, 9 años

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RELATOS DE LA VKXENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

puede cuidar a sus hijos y buscar el sustento diario en un mismo espacio como lo hacía en el campo. El no estar, como antes, al tanto de sus hijos e hijas le genera senti­mientos de culpabilidad. En estas familias los hijos mayo­res pasan a desempeñar el papel de cuidadores de sus otros hermanos o de proveedores económicos los que apoyan a su madre a través del trabajo en actividades informales.

A las carencias materiales se suman la desestructuración y reconstrucción de las tradicionales relaciones familiares, y la consecuente alteración de las imágenes y represen­taciones que todos los miembros han construido en este escenario' •Debido a los cambios en los papeles este pro­ceso obliga a asumir nuevas formas de actuar en la coti­dianidad y exige nuevas relaciones, lo cual altera los pa­rámetros de poder aprendidos, dificulta la comunicación y recompone ios óróenes de jerarquía existentes, Esto con­lleva no sólo a una redefinición de los lazos, sino también a una renegociación permanente áe la forma en que se asimilan las nuevas identidades que la ciudad propone a cada uno.

En algunos casos la figura fuerte de! padre se ve disminuida o la imagen débil y sumisa de la madre fortalecida; en ocasiones se pasa del padre proveedor al padre dependiente; de la madre en casa a la madre trabajadora; de ia familia nuclear a la familia ex­tensa; de la niña ayudante de la mamá a pepueña madre; del niño aprendiz del papá a proveedor de! hogar,

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CAPÍTULO ¡II " CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

«La gente de San Isidro es muy noble, ellos le ayudan a uno. si se les pedía un favor lo hacen, le regalaban la co­mida, pero aquí no es así».

Gloria, 10 años

3. El desplazamiento rompe el tejido social y me­noscaba los valores y las formas tradicionales de creación, apropiación y transmisión de la cultura.

Además de sus repercusiones indivi­duales y familiares, la violencia de los últi­mos treinta años ha lesionado las identi­dades colectivas, lo que impilca destruir ias experiencias de cohesión social e impedir que se transmitan formas de solidaridad social y de intereses de clase que pudieron existir anteriormente, Los efectos del desplazamiento son más profundos en la medida que involucra grupos sociales y culturales especí­ficos (inOígenas, negros, campesinos, sindicalistas, etc.) porque al romperse los lazos áe pertenencia social, cultu­ral, afectiva y territorial se desestructura el tejido social regional y nacional(35),

La llegada a nuevos lugares, generalmente ciudades gran­des e intermedias con formas y estilos de vida extraños y distintos a los acostumbrados, produce impactos en las identidades personales y sociales de los sujetos afecta­dos, El éxodo implica la desestructuración de las redes so­ciales establecidas con familiares, vecinos y amigos en los lugares de origen, el desarraigo dei entorno querido y con significado histórico y la pérdiáa áel sentido y de ia forma particular y aprendida de vivir la cotidianidad,

Estas pérdidas y rup­turas que inducen los nuevos contextos deshacen, confron­tan y rehacen los re­ferentes sociales y

«Aquí nadie le fía a uno, si no hay plata uno no puede comer mientras que al lá cogíamos las maticas y comíamos».

Gloria, 10 años

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RELATOS DE LA VJOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

«Lo que más me gusta es entrar a los centros comerciales, a ver la ropa. En el campo uno se viste con ropa fea y con chanclas. Uno ve aquí esa ropa y como no la había visto nunca pues le gusta.»

Crist ina, 15 años

simbólicos construi­dos y aprendidos como formas y esti­los tradicionales de vida, prácticas, creencias y valores socialmente acepta­dos y daáos por su­puestos en las formas de ser y hacer de cada uno de los sujetos individuales — niños, niñas, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos y an­cianas— y colectivos, Las familias que se besplazan con tobos sus miembros sólo sobreviven en los sitios áe llega­da si aprenden a movilizarse y actuar en el espacio nuevo y si reacomodan los roles y los procesos de socialización e ¡ q p j n t i r i n r l n l a s n i I O V I - I Q o v i n o n r i n c

Por otra parte, el desplazamiento representa una nueva confrontación a los valores de ia población infantil, Los niños y jóvenes en situación de desplazamiento, en su ma­yoría de origen campesino y despojados de muchos de los elementos que les conferían identidad, deben apren­der a sobrevivir a las atracciones y espejismos de la socie­dad de consumo típica de ias grandes ciudades, casi siempre inalcanzables para ellos,

El consumo, además de satisfacer un deseo, brinda la posibilidaá áe accederá espacios de reconocimiento gru­pal; por lo tanto, no consumir, en ocasiones, significa la exclusión social. En ei contexto del desplazamiento el con­sumo no se limita a objetos y bienes sino que incluye servi­cios propios de la ciudad -electricidad, telefonía, acueduc-i u y J- I IUI- Í I ni-iiiiii_iLjej, CJTUUUJUJ^ILJI i, s u i u u y n u i K*\J\J\ re— \ j yxv c;i i c i

campo no son indispensables para sobrevivir.

En la lucha por sobrevivir en la ciudad la vida del campo ya no es un referente claro para la formación de identl-

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CAPÍTULO CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EÍ DESARROÍLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

«En San Isidro no se robaban los niños, allá uno puede salir a jugar por donde sea y no le pasa nada, pero acá no nos dejan salir porque nos puede pasar algo, hay mucho gamín, ellos se em-bazucan, se roban los niños. Un día doña María avisó por el parlante que se estaban robando los niños, se los roban para venderlos o para sacarles los ojos o vender los órganos».

Gloria, 10 años

dad e interiorización de valores, Lo que ofrece la c iudad también resulta con­fuso, ambiguo o ate­morizante, Para los jóvenes enfrentar esta situación es más áifícil que para los niños porque el desarraigo y la nece-sidad de adapta­

ción al meólo urbano se producen justo en medio de la crisis propia de la juventud, con su característica búsque­da de identidaá y necesidad de aceptación,

El alcoholismo, el consumo de sustancias psicoactivas, el ingreso a pandillas y ia delincuencia son algunos de los problemas psicosociales prevalecientes en los barrios po­bres en los que vive la mayoría de desplazados. Estos fe­nómenos representan situaciones de riesgo para los jóve­nes de origen campesino que necesitan parecerse a los de su misma edad, tener amigos y socializar, ocupar el tiempo libre y encontrar nuevas fuentes de reconocimien­to social y autoestima,

La pérdida de la cultura tradicional, con toda su riqueza de costumbres, ritos y relaciones, ha sido comparada con un verdadero «áuelo cultural»[A2). Este proceso simultá­neo de duelo cultural y asimilación de nuevos valores y costumbres puede constituir una fuente adicional de ten­sión individual y conflicto en las relaciones interpersonales, dentro y fuera de la familia.

Las transformaciones en ei ámbito familiar y social provo­can cambios y amenazas para la realidad social y la iden-tidad de los niños en situación de desplazamiento. En la

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EÑ LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ciudad se multiplican los referentes simbólicos y cultura­les, se transforman los roles y se observan nuevas y varia­das pautas de comportamiento, De la norma y la pauta se pasa a las normas y las pautas, de la religión a las religiones, del deber ser de hombre, mujer, niño, niña, a las múltiples posibilidades de ser, En la ciudad e l mundo dado por supuesto es cuestionado e interpretado a la luz de las nuevas realidades,

Esta confrontación «amenaza la realidad subjetiva» be niños, niñas y jóvenes pues no los enfrenta a las crisis coti­dianas que posibilitan la dinámica cambiante áe la reali­dad, sino a transformaciones radicales, a «alternaciones», según ei término introducido por Berger y Luckman y que hace referencia a una revolución social en el ambiente áel ináiviáuo, Niños, niñas y jóvenes ingresan a espacios que ofrecen versiones contrastantes de ¡a realidad y per­mutación de mundos lo cual significa desmantelamiento y áesintegración áe la anterior estructura nómica áe la realidad(ó). •

Las nuevas condiciones del entorno, las relaciones que en él se establecen y la necesidad de sobrevivir alteran de repente el munáo «normal», Los cambios que toóos se ven obligabas a asumir confrontan y transforman la ima­gen trabicional bel ser paáre, mabre, niño, niña, bel bien y bel mal, e t c , con otras posibles,

Los patrones de crianza, construidos según las nociones aceptadas de auto­ridad, de bien y de mal, son cuestiona-

«Tengo ganas de irme de la casa, conseguir a alguien que me ayude, cambiar de ambiente, mejor dicho ser una niña como todas las demás, descansar, pensar que tengo que es­tudiar y no más. Sentirme un poco libre tener amigos, ser una joven como las demás. Eso quisiera hacer pero se que no lo pueáo cumplir porque esta mi papá y todo lo demás».

Crist ina, 15 años

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CAPÍTULO 111 • CONSECUENCIAS SOBRE t i BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

áos no solo por los vecinos sino por la red institucional que, aunque de manera áeficiente, permea ia vida privada en la ciudad, Es una transformación radical que pueáe afectar la identidad de los niños, niñas y jóvenes en tanto plantea una incoherencia entre la realidad subjetiva y la realidad objetiva. En ocasiones esta situación se traduce en inseguriáaá, aislamiento, melancolía y frustración; en otros casos —y ello áependerá de ia red familiar y social que soporte estas transformaciones— es la posibilidad de que los niños y niñas deslegitimen realiáades arbitrarias y abran el camino para reconstruir su identidad,

Es importante anotar que la confrontación y problemati-zación áe la realiáad hasta entonces aceptada como «la realidaá», permite contemplar otras opciones y en este sentido romper funciones tradicionalmente aceptadas, cuestionar prohibiciones y, por consiguiente, plantearse otras posibilidades no solo de estar sino áe ser,

Poáríamos decir que la problematización puede conver­tirse en la vía para «desnaturalizar lo social» y, en conse­cuencia, para que niñas y niños asuman un papel más protagonice y activo,

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

FACTORES MODERADORES DE LA RESPUESTA

INDIVIDUAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

ANTE EL DESPLAZAMIENTO FORZADO

Y OTRAS SITUACIONES DE ADVERSIDAD

El óesplazamiento forzaáo puede ocasionar, directa o in­directamente, múltipies repercusiones y efectos —negati­vos casi siempre— a corto, mediano y largo plazo en el bienestar, la salud física y emocional y ias posibilidades de desarrollo personal de los niños, niñas y jóvenes en si­tuación de desplazamiento,

Frente a situaciones como las mencionadas, ia respuesta humana «normal» se caracteriza por una amplia gama de manifestaciones emocionales que incluyen tristeza, an-sieáaá, irritabilidad y síntomas somáticos, entre otras, Sin embargo, es funáamental abstenerse be patologizar la respuesta natural be los seres humanos ante las crisis y diferenciar los casos de verdaderos trastornos o enfermedades mentales de los síntomas aislados o ma­nifestaciones de malestar emocional que no constituyen un trastorno como tal,

Summerfield afirma que en el mundo existe la tendencia a asumir que «las experiencias de la guerra y la atrocidad son tan extremas que no sólo causan sufrimiento en gran escala sino traumatismo»(46), Sin embargo, frente a este tipo de acontecimientos violentos la respuesta individual varia dependiendo de diversos aspectos relacionados, entre otros, con la edad, la presencia o ausencia de fac­tores de riesgo y protectores y otras que pueden ser de­terminantes,

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CAPÍTULO líl • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NINAS Y JÓVENES

1. La edad

La Organización Mundial de la Salud ha establecido las siguientes manifestaciones como propias del malestar emocional de los niños refugiados según su edad:

Los niños y las niñas en edad preescolar: Los niños de muy corta edad son menos conscientes de las implica­ciones que tienen los acontecimientos que suceden a su alrededor, pero son muy sensibles a la separación de los padres y otros adultos conocidos, Pueden expresar su malestar emocional de diversas maneras(37):

• El niño parece retroceder a una fase anterior de su áesarrollo; en su forma áe hablar o controlarse se comporta como un niño áe menor edad

Se chupa el dedo.

Pierde el control de esfínteres,

Pierde el control de la defecación,

Tiene pesadillas o terrores nocturnos.

Siente terror ante objetos reales o imaginarios.

Es hiperactivo o se comporta de una manera que la familia no puede controlar.

Es agresivo con otras personas, Se muestra temeroso y desconfiado con los de­más,

Tiene dificultades para concentrarse, Es inactivo o no reacciona a los estímulos exter­nos,

Los niños y las niñas en edad escolar: Los escolares tie­nen una mayor capacidad que los y las preescolares, para comprender lo que ocurre a su alreOedor, Son más cons­cientes de su propia mortalidad y de las implicaciones de una situación para sí mismos y sus familias. Pueden reco-

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

nocerse como discriminados y sentirse diferentes, espe­cialmente cuando se enfrentan a expresiones de hostilidad y rechazo en el colegio, Algunas manifestaciones de sufrimiento emocional del niño y la niña de esta edad son(37):'

• Los escolares lloran con mucha frecuencia,

• Tiemblan o parecen atemorizabos,

• Se autoestimulan, por ejemplo, balanceanbo me­cánicamente el cuerpo o golpeanóo con la ca­beza.

• Tienen alteraciones del sueño, pesadillas o insomnio o duermen en exceso,

• Pierden el control de esfínteres,

• Tienen problemas con la comida,

• Tienen molestias o problemas orgánicos como ce­faleas, mareos, dolores de espalda, fatiga ocular o molestias gastrointestinales sin una causa apa­rente.

• Tienen tendencia a la agresión física o a un com­portamiento muy ruidoso y brusco en el juego,

• Son muy reservabas, tranquilos y modosos, no ex­presan nunca sus sentimientos y deseos, o se muestran deprimidos y no reaccionan a los estí­mulos externos,

• Regresan a comportamientos propios de niños de menor edad (por ejemplo, pérdida del control de esfínteres),

• Son inquietos y tienen dificultades para llevar a término lo que se les encomienda,

• Presentan dificultades para concentrarse o para recordar cosas en la escuela,

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

• Son irritables y tienen problemas para trabajar con los bemás,

• Se muestran atemorizados y desconfiados con los demás,

• Siempre están pensando en futuras desgracias,

Jóvenes: Como ya se mencionó, constituyen un grupo particularmente vulnerable por los cambios que deben enfrentar en forma simultánea. La estructura social en la que ha bebido producirse la etapa de transición hacia la viáa aáulta ha áesapareciáo por lo cual los jóvenes pue­den sentirse viviendo en el vacío social, en especial si ca­recen de orientación y apoyo de ios padres(30); la cir­cunstancia del desplazamiento los expone a factores de riesgo psicosocial. Algunos síntomas de malestar emocional en los jóvenes son(37):

• Retraimiento o comportamiento agresivo.

• Identificación y dependencia excesivas de otras personas.

• Agitación, desasosiego o incapacidad de per­manecer quietos o concentrados.

• Depresión extrema; falta de respuesta hasta el punto de la inmovilidad (catatonía),

• Abatimiento o cambios bruscos de humor y com­portamiento.

• Síntomas funcionales u orgánicos (como cefaleas frecuentes) causados por el estrés,

• Alteraciones del sueño,

• Gestos o intentos de suicidio,

En el caso de los y las jóvenes no toóos ios efectos de la guerra son negativos; enfrentarse a situaciones límite les permite un replanteamiento de la existencia de cara a un horizonte nuevo y armados con recursos que no habían

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RELATOS DE LA V O L E N C A • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

emergido antes, En estas circunstancias empiezan a rom­perse «las amarras be su enajenamiento sumiso y bepen-áencia existencial», marcadas por la dinámica y los pa­trones de crianza de su grupo familiar,

Ei establecimiento de redes de comunicación, sociabili­dad y transacción permite una vivencia colectiva con el grupo de pares que obliga al joven a una confrontación de sí mismo con el accionar de los otros, pero que tras-cienáe la esfera individual y llega a conflictuar la autori­dad paterna, las pautas de crianza y los modos de rela­cionarse estabiecibos en el interior de la dinámica fami­liar, con los consecuentes conflictos y tensiones intergene­racionales,

Aunque no es una afirmación generalizable, poáría decir-se que los jóvenes logran una identificación espontánea con ia vida urbana que no sólo acelera el proceso óe adaptación, sino que desdibuja la ibea de retorno a sus lugares de origen, La ciudad induce cambios profundos en el proceso de afirmación de la identidad de los jóve­nes pues ofrece más moáelos de referencia que redefi-nen el sentido de sus vidas, Algunos de estos jóvenes ex­perimentan roles y campos de acción que no están rela­cionados con lo rural ni lo doméstico, lo que trae consigo una cierta moratoria en la asunción óe compromisos de­finitivos, posibilidaá que no tenían antes áe llegar a la ciu­dad,

2. La presencia o ausencia de factores de riesgo y de factores protectores

Los factores de riegos se refieren a cualquier característi­ca, cualidad o circunstancia de una persona o comuni­dad que se sabe está relacionaba con una mayor pro-babiiibaq be ocasionar efectos negativos en su salud o bienestar. En el contexto bel desplazamiento forzado los

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

siguientes son algunos ejemplos de factores de riesgo adi­cionales para los niños, niñas o jóvenes:

• Haber sufrido la pérdida de un padre o de am­bos.

• Haber sido víctima directa de secuestro, torturas, lesiones físicas, abuso sexual o amenazas graves a la vida.

• Estar separado de los padres y haber quedado al cuidado de otros adultos con quienes no existe un vínculo afectivo importante,

• No estar escolarizado y no disponer de oportuni­dades para ocupar el tiempo libre en forma crea­tiva.

• Ser obligado a trabajar en actividades que no son adecuadas a la edad o en condiciones de franca explotación,

• Presentar problemas crónicos áe salud, trastornos en el desarrollo o discapacidades físicas, senso­riales o mentales,

Los factores protectores, por el contrario, son las condicio­nes o entornos capaces de favorecer el desarrollo de in­dividuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efec­tos de circunstancias desfavorables. Estos factores pue-ben ser externos o internos. Los primeros se refieren a con­diciones del medio que actúan disminuyendo la probabi­lidad de daños; los segundos están relacionados con atri­butos de la propia persona(38). Los siguientes son ejem­plos relativos a la situación áe desplazamiento:

• La presencia de los padres u otros adultos que brindan apoyo y están enfrentando satisfactoria­mente la situación,

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RELATOS DE LA VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN I A NIÑEZ Y LA JUVENTUD

• La buena comunicación en la familia: los niños, niñas y jóvenes reciben información adecuada a su edad y desarrollo sobre ia situación y lo que ocurre a su alrededor.

• La oportunidad de compartir sentimientos y ex­periencias con otros en la misma situación,

• La asistencia a una escuela en donáe sean acep­tados, reciban apoyo y tengan la oportunidad de participar en actividades que sean de su interés,

• Tener buen desempeño académico o éxito en otras actividades.

3. Otros factores determinantes

Los niños y niñas en situación de desplazamiento están inscritos en realidades sociales, políticas y culturales hete­rogéneas y, aún cuando todos están afectados por la vio­lencia, cada uno vive de manera particular su situación. En consecuencia, no puede establecerse a priori qué tanto afecta y qué tan Oolorosa o traumática resulte la expe­riencia. Para comprenderlo hay que considerar los siguien­tes aspectos:

• La brusquedad de los hechos referidos, «el monto de terror, es decir, el calibre del riesgo inminente de daño emocional o físico atribuido a la expe­riencia».(45)

• Lo imprevisto del suceso (su naturaleza imprede-cible o inesperada). Las reacciones de los niños no socializados en una cotidianidad violenta fren­te a estos hechos podrán ser «de angustia incon­tenible, o con alguna forma óe autismo..., es de­cir, serán formas áe reacción normal ante circuns­tancias anormales»{3]. Por el contrario, quienes han creciáo familiarizados con ia violencia tien-

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

den a mostrarse insensibles, la habituación es su mecanismo de respuesta,

• Las características de estilo (psicológicas) de la víctima: «capacidad previa para disociar o para confrontar, capacidad para tolerar estrés sin des­organizarse», (45)

• Las características del grupo familiar y de sus re­acciones frente a los hechos (comportamientos de ios adultos),

• La red social —vecinos, familiares, amigos— con que se cuenta en los lugares áe origen (qué tan solos o acompañados enfrentan los hechos),

• Estos dos últimos aspectos -grupo familiar y red social- son especialmente relevantes si se tiene en cuenta que los niños apropian la realidad mediante el proceso de socialización primaria, lo cual significa que asumen el munOo en el que viven otros, que se están convirtienáo en miem­bros de la sociebab, Sin embargo, dicha reali­dad será «filtrada» por ios otros significantes que, para el caso, son en primer lugar los miembros de su familia, La realiáad o el mundo social se construyen también en virtud de sus «idiosincra-^ sias individuales, biográficamente arraigadas»(6); por ello la calidad de las relaciones afectivas dentro del ámbito familiar y vecinal jugará un papel decisivo en la configuración de la realidad subjetiva de los niños.

• Las características sociales y culturales del nuevo entorno, es decir, de la similitud o diferencia de intereses, hábitos y costumbres que se encuentre con los miembros be la comunidad y de la posi­bilidad de establecer relaciones solibarias o ex-cluyentes,

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RELATOS DE LA TOLENCW • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y I A JUVENTUD

• Las posibilidades de acceso a nuevos espacios de socialización en el nuevo entorno, principal­mente a la escuela y a otras instancias para el encuentro, la recreación y la educación.

• Las oportunidades que se ofrezcan para romper el silencio obligado o consentiáo y para acceder a la palabra, Este último aspecto es relevante pues si los niños no encuentran posibilidades y estímulos para «contar sus historias» y expresar sus versiones de la realidad, acumularán el dolor y las heridas no sanarán, El cuento, el teatro, el dibujo o el juego son espacios en los que el niño se siente escuchaOo y reconocido y en los que, poco a poco, puede admitir que sintió miedo o puede permitirse llorar o preguntar.

En todo caso, para evaluar los impactos del desplaza­miento sobre los niños y las niñas es necesario considerar las perdióos significativas (afectivas y materiales), los even­tos vivióos y lo que se áeja atrás y se enfrenta ahora en términos áe vivencias Calorosas o gratificantes,

Toóos estos aspectos se entrecruzan para áefinir en cada individuo el tipo de huella que queda y las posibilidades que se abren. Los niños, niñas y jóvenes en situación de desplazamiento son muy diversos. Algunos, tal vez la ma­yoría, son tímidos, inexpresivos, agresivos o ensimismados; otros son vivaces y creativos; unos recelosos y desconfia­dos; otros solidarios1 y extrovertidos,

Para evitar las generalizaciones es importante analizar los factores que influyen en la respuesta individual de la po­blación infantil y juvenil a estas situaciones de crisis, La ex­periencia en todas partes del mundo ha demostrado que,

Pues algunos han aprendido tamPién aue la solidaridad es una es­trategia para soPrevivir en la guerra

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

incluso sometidos a idénticas condiciones de adversidaá, no todas ias personas responden de la misma forma, La investigación más reciente se ha centraóo en tratar de comprender los mecanismos y factores individuales, fa­miliares y comunitarios que le permiten a los InOividuos sobrevivir, o incluso surgir, más allá de la vulnerabilidad,

Desde la década de los años ochenta existe un interés por tener información acerca de ias personas que desa­rrollan destrezas a pesar de haber sibo criadas en condi­ciones adversas, o en circunstancias que aumentan las posibilidades de desarrollar patologías mentales o socia­les, Se concluyó que el adjetivo resiliente, tomado del in­glés resilient, expresaba las características mencionabas anteriormente y el sustantivo «resiliencia» esa condición, En español y en francés (resilience) el término se emplea en metalurgia e ingeniería civil para describir la capaci­dad de algunos materiales de recobrar su forma original bespués áe ser sometidos a una presión deformadora,

Así, el término fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellos sujetos que a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo se desarrollan psicológica­mente sanos y alcanzan a tener éxito en su sociedad(38).

La resiliencia es un conjunto de procesos sociales e in­trapsíquicos que posibilita una viba «sana» en un meqio insano, Este proceso se realiza a través del tiempo y de afortunadas combinaciones entre los atributos áel niño y su ambiente familiar, social y cultural. La resiliencia no pue­de pensarse como un atributo con el que nacen los niños o que adquieren durante su desarrollo; se trata de un proceso que caracteriza un complejo sistema social, en un momento determinado del tiempo(44). 7

La resiliencia se funáamenta en la interacción existente entre la persona y el entorno y es el resultaáo áe un equl-

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RELATOS DE LA VIOÍENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

librio entre factores áe riesgo, factores protectores y la per­sonal láaá del ser humano.

¿Cuál es el perfil del niño resiliente?

Se han realizado esfuerzos por identificar, sintetizar y ex­presar más gráficamente los atributos que caracterizan a un niño, niña o joven resiliente, En el siguiente perfil se ha intentado resumirlos;

CARACTERÍSTICA

Competencia social

Resolución de problemas

Autonomía

EXPLICACIÓN

Se refiere a la capacidad de responder al con­tacto con otros seres humanos y dar respuestas positivas en ellos. Depende de una combina­ción de respuestas positivas (como el buen sentido del humor, la capaciOad de dar y reci­bir afecto y la aaaptabilidad ante las situacio­nes) y destrezas personales como ¡a empatia y la comunicación interpersonal,

Incluye la habilidad para pensar en abstracto reflexiva y flexiblemente y la posibilidad de intentar soluciones nuevas para problemas cog­nitivos y sociales.

Sentido de la propia identidad, habilidad para poder actuar independientemente y el control de algunos factores del entorno. Depende tam­bién del desarrollo de algunas destrezas psico­sociales como el conocimiento de sí mismo, saber tomar decisiones y el pensamiento críti­co y creativo.

Continúa...

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CAPÍTULO I CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

CARACTERÍSTICA EXPLICACIÓN

Sentido de propósito y de futuro

Relacionaao con el sentido de autonomía, de la propia eficacia y de confianza en gue uno puede tener algún grado de control sobre el ambiente. Dentro de esta categoría entran va­rias cualiCades repetidamente identificadas en lo publicado sobre la materia como factores protectores: expectativas saluaables, dirección por objetivos y orientación hacia su consecu­ción, motivación para los logros, fe en un futuro mejor y sentido de la anticipación y ia cohe­rencia.

La respuesta individual y de adaptación de los niños, ni­ñas y jóvenes frente al desplazamiento dependerá de una compleja interacción entre las características de la situa­ción adversa y factores individuales, familiares y ambien­tales,

Es be anotar, sin embargo, que las características expre­sadas por los niños, niñas y jóvenes no son sus marcas definitivas, pues así como se ha reivindicado que et des­plazamiento no es un «estado» sino una «situación», por ende superable, estas características pueden ser poten­ciadas o transformadas si se brindan las mínimas condi­ciones requeriqas para ello.

Sin embargo, más allá be las reacciones emocionales in­mediatas, la preocupación bebe concentrarse en respon­der preguntas como éstas: ¿cuáles son las consecuen­cias de que tantos niños, niñas y jóvenes colombianos estén creciendo en esta cultura de ia violencia, en donáe la sevicia y la barbarie son formas cotiáianas de resolver los conflictos? ¿Cuál será, entonces, el efecto sobre las futuras generaciones?

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RELATOS DE LA VIOLENCA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

«Siempre soñé ser guerrillero, o guerrero, peleador, luchador por la

libertad»

0*~% Yo vengo áe un pueblito que se llama El . i , Dieciocho y queba en el Caquetá, es

F, 'T N / un pueblo pequehito que tiene como ^ f \ ' veinte casas. Allá había selva, monta-

\ ñas y finquitas. La finca bonáe vivíamos \ ] \ quebaba cerca be Valparaíso y óe Flo­

rencia, no íbamos mucho a Florencia Ernesto, porque mi mamá no nos áejaba. 13 anos ^ Q f e n ¡ a m o s casa, teníamos un ranchi­

ta en una casa áonáe nos baban posa­ba porque no teníamos plata para comprar una casita. La posaáa nos la áaba una señora que era muy buena gente y gue se llamaba boña Ignacio. Lo único gue teníamos era el televisor, las camltas y las cosas gue usá­bamos para Jugar.

Nos baban trabajo en fincas para raspar coca. Eso se hace cuanbo la mata está por caerse, entonces se coge con cuióaóito, gajo por gajo, se comienza a halar la hoja yse suelta áespacio. A nosotros nos pagaban a $2.500 el bía, pero en toba la semana yo me ganaba cincuenta, treinta, o cuarenta mil pesos. Nos pagaba el Jefe de la casa, que era el dueño de la finca. Mipaórostro también trabajaba en fincas pero a veces era perezoso, se hacía el que tenía bolor áe estómago y mentiras. Él también raspaba hoja be coca, por allá toáo el munáo vive áe eso, casi toáo el munáo trabaja en un plante.

Mi mamá me conseguía trabajo para que yo estuviera toba la semana en El Dieciocho. Yo no iba al colegio, primero estubiaba, allá había una escuelita, yo hacía se­gundo de primaria. A mí la eáucación me parece

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ERNESTO, 13 AÑOS

Importante para aprenáer muchas cosas, como serpre-siáente, áoctor ser profesor, ser secretario, empleaáo, cooráinaáor áe colegio y también ser bueno áe toáo lo que yo quiera.

A mí me gusta Jugar y también el estuóio. En el pueblo cuanbo me tocaba estublar, me iba a estubiar, cuanbo me tocaba trabajar, trabajaba toba la semana, si me ponía enfermo no trabajaba. Raspanbo coca a uno le ban mareos o una alergia: el primer bía son unas ranchi­tas que le salen en el cuerpo y ban piquiña, uno tiene que echarse una crema para que se le quite. Eso ba cuanáo fumigan. Un áía me intoxlgué, le estuve ayuáanáo a fumi­gar o un señor gue pagaba $10.000 por la fumigaba, yo acabé el plante en bos bías, si la mata no se fumiga no áa hoja.

El plante pueáe ser granáe, está la coca y matas áe plá­tano para esconáerla. El laboratorio estaba al otro labo áel plante, nosotros cargábamos la coca, un muchacho como yo carga áos o tres arrobas.

Allá tenía amigos, pero también bos enemigos. Había uno gue me becía marica, gue yo era un rosqueto, entonces, como yo no iba a áejar que me áijeron marica, le ái en toáa la jeta.

En El Dieciocho los sábabos y bomingos amanecían muer­tos, en la noche o en la mañana, un muerto, o tres, o cuatro. También hubo una huelga. Robaban, cerraban las tienbas para que nosotros no pubiéramos comer. Esas cosas las hacían los policías y la gente que es mala. Ce­rraban la tienba porque éramos raspachines, los policías nos pegaban. Eso hace años, hace mucho tiempo, la huelga buró como un mes, toóos los áías se levantaban y hasta la noche buraban banbo plomo, pata, leño, pe-braba y lacrimógenos.

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REIAIOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En El Dieciocho vivía con mi mamá y mis tres hermanos. MI abuelo vivía en su casita, era presibente be la Junta pero se salió. Él era el que manejaba el acueáucto, el que ayuáaba a arreglarlas tuberías, le colaboraba a tobo el pueblo, pero había más áe una persona que hablaba mal be él. Iba a cumplir 62 años cuanáo lo mataron los paramilitares, ya tiene seis meses áe muerto.

Mi papá también está muerto, lo mató la guerrilla porque él se entró a un túnel y se robó unas joyas. En ese túnel trabajaban más personas y tenía contrato con la guerrilla. Una noche en que no había nabie él entró y lo pescaron, no alcanzó a esconóerse, le áispararon y le quitaron los cristales.

Después mi mamá se Juntó con otra persona, pero le áio por separarse por culpa mía, porque áon Honorio mante­nía regañánáome y toáo lo que mi mamá y yo hacía­mos, toáo lo que teníamos, tenía que aojárselo a él. Don Honorio es un señor que no hace sino tomar, es toáo malo.

Mi mamá conoció a mi paárastro en Pauna, Boyacá, o sea que áe Pauna pasaron a El Dieciocho. Primero vivi­mos allí, a mí me gustaba Pauna, me gustaba mucho la misa, el parque y la finca be mi abuelita porque tenía un lago bonito en el gue nos bañábamos toáo el áía. Cuan­áo mi mamá se fue a vivir con mi paárastro no sabía quien era el papá áe ella. Le áijeron que el nombre be su papá era áon Carlos Lozaáa, se fue a buscarlo y io encontró en El Dieciocho.

En el Caquetá hay guerrilla, paramilitares y ejército. Las FARC mantienen cobranbo impuestos para no quemar los laboratorios, cabo mes vienen y cobran. Piben un mi­llón o quinientos mil pesos y hay que pagarles porque si no estallan los laboratorios. Yo he visto cómo hacen eso

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ERNESTO, 13 AMOS

en varias partes, en un mismo bía, en una finca, en otra y en otra, salían unas humarebas granbísimas.

Un muchacho be 14 años me bijo que yo pobía meter­me a la guerrilla y tener lo gue siempre soñé. Siempre soñé ser guerrillero, o guerrero, peleabor, luchabor por la libertaá, tener poáer para que toáo molo vaya a la cár­cel y para áejar a toáa la gente libre. Los señores que no pagaban naba, pagan o se van a la cárcel.

Ese muchacho era mi amigo guerrillero, se llamaba Julián, un bía jugó conmigo, tenía 14 años. Pero se fue y resultó muerto al otro bía. Pelearon contra los paramilitares, el paramilitar seguro le apuntó pero no lo mató bien como quería, quebó heribo y lleganbo al hospital otro lo rema­tó, se fue en la ambulancia hacienbo gue era un guerri­llero y lo mató a puñaleóos entre el pecho, le cortó el guargüero.

Los paramilitares matan, son asesinos, a más áe uno lo han metiáo a la cárcel por asesino, matan a la guerrilla. Yo lo único que esperaba era que se estrellaran, porque para que no los alcanzaran se iban muy rápióo.

El ejército hace lo mismo que la guerrilla: cobrar impues­tos para no quemar el laboratorio. La biferencia es que ellos no vienen en un mes, sino en bos y tres meses, abe-más el ejército no cobra tanto como la guerrilla. Yo pre­fiero a la guerrilla y al ejército que a los paramilitares, ellos son asesinos, hicieron masacres en un pueblito que se­guía, no me acuerbo el sitio, pero be tobas maneras ma­taron veinte personas. Yo miré por la televisión.

Los paramilitares mataron a mi abuelo porque ellos creían que él tenía algo con la guerrilla. Llegaron a El Dieciocho un bomingo áe ramos, venían con la cara ta­pada. Ese día yo estaba con una amiga, ayudánáole a vender paletas y helados. Estábamos en una tienba al laCo

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RELAJOS DE LA VOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

be la carretera, cuanbo pasó el primer carro ella áijo: «pasaron los paramilitares», ella había escuchaba que iban o venir. Llegaron con uniforme. Nosotros cogimos ei ter­mo y lo entramos para la casita. Un señor me bijo: «móni­ta, hágame un favor», yo le pregunté qué favor, dijo: «se gana $2.000 si no se deja pillar y agarra un revólver que está allí», el arma estaba frente a un paramilitar que esta­ba al pie be la mesa. Fui, lo agarré bespacio para que no me pillara, lo aventé hacia el otro labe y el bueno lo agarró y lo metió por óebajo be la cama. Los paramilitares no entraron a la tienba y yo me gané los áos mil pesos, con eso compré unos cuaáernos gue necesitaba, porque ese áía estaba estubianóo.

A nosotros nos amenazaron be muerte porque mi mamá era la única familiar que le queáaba a mi abuelo. Le áije­ron a una amiga áe mi mamá, que también era amigo be los paras, que mejor se fuera, que la iban a matar, que la tenían amenazaba be muerte y que ¡ban a volver. A mi mamá le áio mieáo, no nos óemoramos ni tres áías en irnos, un sábabo cogimos un carrito y hasta luego.

Yo sentía tristeza porque acabábamos be enterrar a mi abuelo cuanbo llegó la razón. Ese áía lloré por mi abue­lo, lo quería harto porque él me baba muchos consejos. Antes yo le sacaba plata a mi mamá para comprar lo que quería, gaseosas, buñuelos, empanabas, maáuros con queso, me la gastaba toba. Él me áijo que no volvie­ra a hacerlo y yo le prometí que no. No lo he vuelto a hacer. Mi abuelo estubió hasta sexto, acabó el bachille­rato, estuvo estubianbo computaboras, estubió muchas cosas para pober ser el presibente be la Junta. Él no tenía naáa con la guerrilla, él áijo que no bebía naáa.

Salimos mi mamá, mi hermano, mi paárastro, mi herma-nitayyo. Acá el único refuerzo que teníamos era áe nues­tros familiares que vivían en Soacha, en el barrio Puerto

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ERNESTO, 13 AÑOS

Abril. Mi tío Gerarbo y unos primos por parte be mi pa-brastro nos bieron posaba.

Antes trabajaba y ahora no, ahora le bebico más al estu-áio, me gusta estar en este colegio porque no es aburri-bor Me gusta la Funbación porque es como si fuera una ciubab, tiene muchos niños, parque, cancha óe balon­cesto, salones, biscos y muchas cosas. Aquí he aprenbiáo áivisiones, multiplicaciones, restas y sumas.

Yo no estoy contento en este sitio, en la única parte en que sí estaría contento es en Pauna, en el pueblo. Aquí no nos áejan salir a jugar al patio ni a Jugar fútbol. Estoy tobo el bía en la casa, encerraba, no me llevan a un parque ni naba. Me gustaría trabajar venbienbo panes o ayubanbo a venber en un almacén de ropo, juguetes, muchas co­sas.

Mi mamá está mal porque no tenemos plata para com­prar lo que necesitamos y porque está en una situación que no ha pobibo controlar con el esposo, él mantiene celoso, piensa que mi mamá tiene mozo, pero son men­tiras áe él. Cuanóo vivíamos en el Caquetá, él me áijo: «Dígame la veróaá, ¿usteó sabe si su mamá tiene mozo?», y yo le bije: «¿usteó porque cree eso?, ¿usteá cree que mi mamá le ha sióo infiel o oigo así?», me dijo que tenía una duáa, que la había visto hablanbo con un señor, pero yo le bije que le estaba cobranbo una plata que le debía.

Ahora la viba se nos ha complicabo más. En una casa áonáe vivíamos se perbió un celular y también se perbió un poco be plata, como treinta mil pesos, tobos áecían que era culpa mía, hasta el bueno be la casa me echó lo culpa, mi pabrastro también. Yo he becibo coger mi ca­mino. No le he bicho a mi mamá que me voy para Pauna, Boyacá, óonóe está mi tía Alejanóra, ella es la mujer áe mi tío, áe un hermano áe mi mamá.

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Lo que más me hace falta bel Caquetá es mi familia, ellos se queáoron vivienóo en El Dieciocho pero a mí no me gustaría volver allá, es un pueblo muy aburribo, no tiene tobo lo gue uno guiere, no tiene canchas be balon­cesto, no tiene parque y quién sabe si lo habrán arreglaáo.

Yo pienso que ser áesplazaáo es ser pobre, no tener naáa áe lo que uno ha tenióo. Yo no he tenióo lo que he nece-sitaáo, ni un muñequito que me haya regalaáo mi pa­árastro, naáa, la única que me ha áaáo lo que yo nece­sito es mi mamá. Por eso un áesplazaáo no tiene lo que los óemás tienen.

Cuanáo esté granbe me gustaría ser alcalbe, o ser pro­fesor, porque uno le enseña a un niño a no ser grosero, le enseña muchas cosas como a ser un poguito más gene­roso. También me gustaría casarme y tener hijos porgue mi sueño siempre ha sibo tener un niño, un bebé, bos gemelos, yo quiero que ese sueño se haga realibaá.

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CRISTINA, l 5 AÑOS

«Mi papó teme que nosotros nos vayamos para la guerrilla»

Yo vivía en Norcacia, una vereáa áel Caquetá. Vivía en una finca y estuáiaba , > - v , , en el pueblo, salía los fines be semana o mercar y a veces a Florencia. La finca no :i ; \ \ ,A ' quebaba en un plan sino en lo alto áe una montaña, por ahí pasaba una quebraba. Al ¡abo be la casa nacía el agua áe unas montañas y bajaba en unas guaduas. Allá se produce plátano, yuca, Cristina, cebolla larga, tomates, pero pequeñitos, * ̂ a n o s

y pasto para las vacas. Tobo eso era be mi abuelita, nosotros vivíamos con ella, era la bueña be la finca y nos bio un pebazo be tierra para que viviéramos ahí.

Yo vivía con mi mamá, mi papá y unos tíos. Mis tíos eran los que hacían tobo en la finca, los que trabajaban. Lo que más había era café, se sacaba caáa ocho áías para vender. Allá se cogía, se pelaba, se ponía a secar y se sacaba en mulos para el pueblo.

Somos nueve hermanos. Mi hermano mayor tiene 19 años, él no es hijo be mi mamá, sólo áe mi papá, él es áe la Guajira. Nosotros no lo conocíamos, mi papá nos había hablaba áe él toba la viba pero nunca le creímos, nos becía que tenía un hijo por allá y que se llamaba Joiro. El año pasabo le manbó una carta y un teléfono, él nos estuvo llamanóo y bijo que iba a venir, nos preguntaba cuántos hermanos tenía y toáo eso. Él vino ahora, como en septiembre. Yo lo conocí cuanbo ya vivíamos en Soacha.

La casa bonbe vivíamos era be tablas be mabera, las camas también. Las camas las hacían ellos mismos, po-

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nían una estaca y tablas, no había colchón. Cuando no había camas tenbían una estera en el piso, que era be tierra. Las parebes también eran be tablas, el comebor también lo hacían allá: cocinábamos con leña, no había luz. La casa estaba dividiáa en áos piezas y la cocina pero ahora la cambiaron otra vez, la remobelaron. Yo volví una vez a visitar a mi abuelita, a ver cómo estaba, tobo esta­ba bien.

El clima en Florencia es caliente pero por allá es frío. íba­mos a bañarnos a la quebraba que quebaba cerquita a la casa, pescábamos, cogíamos café con mis tíos y pa­seábamos por el monte para coger gurras, que son ani­males que se comen. También había zorros que pasaban por al pie be la casa. Los zorros se comen las gallinas, son como perros pero no son perros, son negros.

El ejército pasaba y hacía campamentos en lo plano, al pie be la casa. La guerrilla también. Nosotros hablába­mos con ellos, nos preguntaban qué hacíamos normal­mente. Al labo bel pueblo se hacían Juntos, aunque eso no es un pueblo, es una vereba pues no había hospital sino un centro be salub, no había policías, allá el parque era un monte y la iglesia era áe tablas. Nosotros íbamos a la iglesia los bomingos. A veces mis hermanos no iban, mis tíos tampoco, mi abuela si. Mi abuelita se venía tobos las tardes para el pueblo a bonbe un amigo a ver nove­las, eso besbe hace como biez años.

Yo estubié en un colegio gue quebaba en la misma es­cuela. Ahí hice toba la primaria, porque aquí fue bonbe vine a estubiar bachillerato. Me gustaba estudiar. Casi no había niños, sólo los niños be alrebebor, be las fincas y de otra vereCa que quedaba más allá. Casi no tenía amigas porgue yo bajaba a estubiar y volvía y me subía, hablaba con una niña naba más, tenía pocas amigas. Ella se lla­maba Naáia, es muy noble, yo la guería mucho, nos te-

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níamos mucha confianza, ella me contaba a mí tobo y yo le contaba tobo a ella. Me contaba lo que le pasaba con muchachos o lo que le pasaba en la casa. Ella vivía con la mabrina pero mantenía muy aburriba porque sen­tía que la trataban mal, vivía con la mabrina, el pabrino y un hijo be la señora.

Salíamos las bos, nos íbamos a Jugar al río o al bosgue a pasear. íbamos solas porgue por allá no es peligroso. Ella no poaía vivir con la mamá porque como no tenía papá, la mamá no la poáía tener. Ella vivía en esa casa por la comláa y la óormiáa, hacía los oficios, hacía casi toáo en la casa porque la maárina tenía un negocio y se ocupa­ba be eso.

Mi papá también trabajaba en la finca, cogía café y ha­cía toáo lo que hacían mis tíos. En esa época vivían áos áe mis tíos con mi abuela pero uno se fue a vivir con una muchacha. Ella va a quebar sola, pero cuanbo se muera ahí si van los hijos a reclamar la herencia. Ella tiene harta tierra. Ella era profesora cuanbo Joven y bictaba las clases para tobos los cursos.

Lo que más me gustaba era que por la mañana, cuanbo orbeñaban las vacas, nos tomábamos la espuma be la leche. Allá nosotros nos acostábamos a las seis áe la tar-óe y nos parábamos a las cinco áe la mañana. Nos le­vantábamos tobos, mis tíos se iban a orbeñar las vacas, nosotros íbamos a ayubar y nos tomábamos la espuma be la leche que era calientica. Mi abuela hacía el besa­yuno, hacía unas arepas granbotas y nos poníamos a hacer oficio, bespués a hacer el almuerzo.

Le llevábamos almuerzo a mi tío que estaba trabajanbo en la sementera, sementera es como una hectárea be plátano o óe café o be yuca, nos bajábamos por ahíju-ganáo al zorro con una hoja y con maíz. Nos íbamos para

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el bosque a coger los güios o los huevos be las gallinas que ponían en el monte, o nos íbamos a bañar al río. Iba con mis tíos o con mi mamá al monte, a Jugar con los lazos en los palos o a montar a caballo. Abajo be la casa quebaba un pastal granbe y mi tío montaba, nosotros ¡o mirábamos o también montábamos.

Cuanbo mis primos pasaban vacaciones montábamos hasta seis en un caballo, una vez nos montamos cinco y nos fuimos. El caballo iba pasanbo por en meóio áe uno cruz que mi abuela siempre ponía y no alcanzó a pasar, entonces tobos nos fuimos para un lobo y nos caímos, claro que el caballo era bien manso o si no nos hubiera machucaba.

Yo no sé por qué mi abuelita ponía esa cruz en mayo, eso era una costumbre be ella, lo mismo colocar un ramo con unos maíces y otro poco be cosas. Agüeros que tie­nen ellas. A veces Jugábamos a los huevos con mi mamá y mis tíos en el corral. Jugábamos hartas cosas o nos su­bíamos para el palo be naranjo. En Invierno se nublaba, no se miraba naba, entonces no salíamos be la casa.

Cuanbo el ejército hacía campamento iba a la casa y mi abuelita les baba leche, queso y panela. Iban muchos, como biez, ella les baba cosas para que comieran y les llevaran a los otros. Ellos tomaban leche que era lo que más había allá, habían como veinte vacas, a veces le baban a mi abuelita vacas para que las mantuviera comienbo bel pasto be ella.

Cuanbo llegaba la guerrilla ya el ejército se había ido, nunca se encontraron. Sise encontraban, pero no ahí sino lejos, se escuchaban los tiros. Cuanbo la guerrilla hacía campamentos ahí, también hablaba con nosotros. El ejér­cito y la guerrilla no se quieren y cuanbo se ven con los paramilitares se matan. Nosotros le preguntábamos a mi

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mamá que si en el pueblo ellos se miraban y ella becía que no porque bajaban besarmabos, cuanbo los soláa­áos bajaban al pueblo no iban vestibos be militar sino be civil. Claro que en el pueblo mataban gente también, gente inocente. El ejército creía gue eran guerrilleros y los sacaba y los mataba. La guerrilla no mataba la gente así. La gente bel pueblo se iba más con la guerrilla que con el ejército porque el ejército mataba más gente Inocente que la guerrilla. Los paramilitares tienen gobierno porque están matanáo campesinos óicienáo que son guerrille­ras,, aunque por allá no se ven paramilitares.

Los guerrilleros se vestían con ropas óe civil y siempre se tapaban la boca, pero a veces tenían pantalones o ca­misas bel ejército. Cuanbo iban a acampar eran muchos y jovencitos. Yo tenía un amigo que se metió a eso, tenía 16 años. Se voló áe la casa porque vivía muy aburribo. En la casa lo trataban muy mal, él estaba contra el gobier­no, entonces le gustó eso y se metió. Las niñas también, las Jovencitos se iban con los novios que se metían a la guerrilla para hacerles be comer. Yo sí pensé en irme para allá, pero no, me baba miebo be la guerrilla, abemos vivía bien en mi casa y no guería bejar a mi mamá ni a mis hermanos. La mayoría áe los que se meten no salen o salen muertos porque áicen que se van es a soplar, en­tonces el que se vaya está áestinaáo a una muerte segu­ra.

Allá tuve un novio al que quería mucho, Francisco, a mi mamá no le gustaba pero be tobas formas nos encon­trábamos. Yo tenía 12 o 13 años yél16. También tuve otro novio mientras estaba con Francisco. Este muchacho me molestaba mucho y me baba regalos. Un bía me bijo que iba a hablar con mis papas y yo le bije que bueno, que lo hiciera, pensanbo que ellos no le iban a bar per­miso. Mí papá no estaba, entonces él habló con mi mamá

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/ e//o le áijo que bueno, pero él a mí no me gustaba. Yo pensé gue iba a estar con él unos bías por borle gusto a mi mamá pero bespués le Iba a terminar. Cuanbo mi papá llegó, se áio cuenta y nos hizo terminar. Me quitó ese peso ue encima.

Amigos hombres casi no tenía, es que allá es muy difícil que una niña consiga novio porque la mamá es la que elige o los hombres. Si una muchacha resulta embaraza­ba y no aparece el papá la ponen en boca be tobos. En el pueblo había sólo una áiscoteca y casi no iban por eso, porque cuiban harto a las Jovencitos.

Nosotros nos vinimos porque ahora se está poniendo la cosa más terrible, hay muchos combates y la situación está más peligrosa. Mi papá teme gue nosotros nos vaya­mos para la guerrilla. A mi hermano Víctor le encontró una vez un arma, entonces mi papá se asustó mucho y eso lo hizo pensar. Por eso nos vinimos para acá. A noso­tros no nos amenazaron, ni vimos combates pero sí se escuchaban. Yo no sé, a mi papá como que le hicieron un poconón áe cosos y él se asustó mucho, pero nunca nos áijo naáa.

Empacamos popuita ropa y nos vinimos, sólo traíamos ropa y casi ni eso. Mi papá nos áijo que nos veníamos para Bogotá, que acá ayuáaban a los áesplazaáos. Yo le pregunté que por qué nos veníamos y él me áijo: «nos vamos a buscar otra manera be vivir», aquí tenemos más oportuniáaáes be estubiar una carrera que en el campo.

Cuanbo llegamos la viba fue muybura, teníamos gue áor-mir en la calle. Llegamos al terminal, ahí bormimos bos noches porque no teníamos a bonbe ir, entonces al ver toba esa óificultaá nos áevolvimos otra vez y allá áuramos como áos años más, pero como la situación volvió a empeorar nos vinimos áe nuevo para acá.

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Volvimos a Bogotá y otra vez tuvimos que áormir en la calle, pero ya había más gente que nos ayuaó con la comiáa. Fuimos a «La Casa áel Migrante» y allá estuvimos más o menos bos semanas. Nos bieron para pagar un mes be arrienbo y nos fuimos para un barrio que se llama Monte Blanco, pero es muy peligroso, hay mucha belin-cuencia. Después nos fuimos para otro que se llama Tintaiito, en ei que buramos como áos meses viviendo en un solo cuarto para todos nosotros, ya entonces mi papá consiguió ia escuela áel barrio La Esperanza, habló con el presidente de la Junta de Acolan Comunal y es ahí donáe estamos ahora.

En ese tiempo tuve gue trabajar en un restaurante. Noso­tros llegamos como el 20 be biciembre y trabajé el 24 y el 31 también, era un restaurante por la Aveniba Abastos. Después no hice naCa porgue estábamos en vacacio­nes, iba a Abastos porque allá botan comiáa buena, yo iba con mi hermano y recogía esa comiba y la traía a la casa. Ese fue mi oficio hasta que entré a estubiar en la nocturno.

Ahí el cambio es granbe porgue uno estubia con perso­nas mayores que lo hacen maburar: no me fue muy bien por los problemas en la casa, no pube terminar be estu­biar porque cuanbo hubo el paro estuvimos como quin­ce bías sin clases, entonces me puse a trabajar en un restaurante y no volví al colegio.

En ese restaurante estuve como tres meses. Fue muy ché­vere pero ai mismo tiempo muy buró y me beben tobavía mes y mebio be trabajo. Tuve que ponerle una benuncia a ese señor y ya llevo más be un mes esperanbo que me pague y me bice que no tiene plata, que porque el tra­bajo está muy mal, Me estaba paganCo el mínimo, $102.000 quincenal.

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En ese trabajo uno se está movienóo toáo el áía, no áes-cansa, pero al mismo tiempo es óescansaóo. O sea, al meáio áía es lo más difícil, cargar los almuerzos. Primero hubo una temporaba más bien mala en que por la tarbe no hacíamos nada, pero ya en temporada bueno nos metíamos tobos a la cocina a hacer oficio. Había veces en que no besayunábamos y por ahí a las cuatro de ia tarde podíamos almorzar, otras veces vendían todo y nos quedábamos sin almuerzo. A esa hora o uno se le quita el hambre y pasa bías sin comer naáa, trabajanbo no que­ba tiempo para concentrarse en la comíba.

Yo nunca había trabajabo en eso y los primeros bías me baba mucho miebo cargar las banbejas, me baba pena hablarle a la gente, pero mi patrón estuvo conmigo unos bías y me fue enseñanbo hasta gue me acostumbré y ya era una be las mejores venbeboras be ese restaurante. Me becían gue por la forma como venbía yo, que por la manera be ser. Al comienzo me bio muy buró porque tenía que pasar la Décima con tobos esos almuerzos y entre esos carros y cuanbo uno estaba retarbabo había que correr. Y por ejemplo, en uno be los centros comer-cíales, el ascensor se había bahaáo y había que subir to­bas esas escaleras con esa banbeja. Eso era besesperan-te, me provocaba tirarla y salir corriendo.

Yo casi no conocía el centro pero después estuve cono­ciendo, por ahí queda el Ministerio áel Interior la Plaza áe Bolívar queáan esas oficinas áonáe mi papá va, enton­ces ya conocía la Décima y la Caracas, trabajanbo se conoce más.

Lo que más me gustaba era cuanbo entraba a los cen­tros comerciales, me poma a ver la ropo, o como temo amigos en los locales entonces me ponía a hablar con ellos y me cogía el tiempo. Eran muy buena gente con­migo y en Navibab me regalaron un suéter y una lampa-

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rita. Cuanbo cumplí los quince años también me regalaron bos perfumes. Ese día trabajé todo el bía, me regalaron unos cosas por ahí, mi patrón me invitó a almorzar, me pre­paró unos camarones y yo apenas probaba porque eso es muy fuerte y yo tan débil, entonces comía y subaba y me bio mareo. No pube seguir comienbo.

Uno allá conocía gente áistinta, muchas personas dife­rentes, tenía la mente más áespejaáa en el centro que en el barrio, con mi mamá y mis hermanos. Me gustaba más estar allá que en la casa. En el trabajo aprenbí otro oficio nuevo, me besperté un poco más. Ya para otro tro bajo uno sabe cómo es que son las cosas. AprenCÍ a salir aáelante, a trabajar por mí misma, porque allá el patrón bialogaba conmigo y él me becía que lo que yo trabaja­ba siempre era para la casa y que eso no era así, que yo era la que estaba trabajanbo, lo que me estaba matan-bo, que yo también tenía derecho o esa plata y eso tam­bién me bespertó y me volví más abeja para los nego­cios, en ropa, zapatos.

El primer suelbo se lo bi a mi mamá porque estábamos en uno situación tenaz. Para el segunáo, fue la vez que mi mamá y mi papá se separaron y yo le ói a ella plata, le ayuáaba y le pagué un mes be arrienbo, pero al fin se salió be ahí y peróí esa plata porque estuvieron separaáos como una semana no más y mi papá fue y la buscó y se la llevó. Si iba a ahorrar algo no me bejaban, entonces me compraba ropa, zapatos o cosas así. Me gusta la ropa que no me quede ajustaba al cuerpo, los vestibos largos y la ropa bonita. Porque uno por allá en el campo se viste con ropa fea y chanclas. Aquí me compraba a mi gusto.

Lo que más extraño óe allá es el campo, montar a caba­llo, las vacas, la leche, la espuma, toáo. Pero a m ime ha gustaCo vivir en la ciudad porque es un ambiente biferen-te que lo hace a uno biferente, porque la viba le cambia

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de la ciubab al campo. Al principio se asusta uno be tobo lo que ve, en el campo nunca miraba cosas extrañas, esos edificios tan grandes, la gente, la forma de vestir, esos parques, el Salitre, la Plaza de Bolívar. La manera de vivir aquí es toda aceleraáo por tantos carros. Es muy ché­vere aquí. Uno cambia la manera be ser, be hablar, be expresarse, be vestir, hasta be comer por allá sólo se come papa y yuca, no más, aquí come uno cosas especiales.

En la casa siguen los problemas. Mi papá nos pega a caáa rato, tiene unos palos, unas varas, para pegarnos a mí y a mi otro hermano, a los tres más granóos, pero a ia que más le pega es a mí, por toáo, a veces no sé ni por gué. Estaba acostumbraba a que toáo lo que uno traba-Jaba era para él y ahora que uno creció y cambió no lo quiere dejar, lo quiere manejar a uno como lo maneja­ban a él en esa época, él nos bice: «así como me cria­ron a mí, los voy a criar a ustebes, a garrote». Con mi mamá un tiempo se pelean y áespués ella vuelve otra vez a caer en los brazos be él. Esa historia no tiene caso.

Ahora que estubió en la Funbación cambia mi viba otra vez. Es mebio bía que estoy aquí y no en la casa pelean-bo; yo quisiera llegar aquí y que se me olvibara tobo. A veces no me puebo concentrar en el estubió pensanbo en la casa, tiene uno que ponerse en un punto, pensar bien las cosas para que se le vuelvan a arreglar.

En esta situación no quisiera conseguir amigos, pienso que me van a mirar óiferente. Toáo el munáo sobe que uno está en prevención, ese programa que tiene la Funáa-ción para los áesplazaáos. Me siento mal porque se que áicen: «ay esa niña es áesplazaáo, ¿áe dónde será?», comienzan a preguntar y uno se siente muy mal. Yo la voy con Carolina porque ella también es besplazaba y en-tienbe. Quisiera que no me hablaran, que no me bijeran naba.

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Estuáiar en el campo es aferente, aquí en la ciubab en­señan cosas bistintas a la agricultura y tobo lo bel campo: la computación, el inglés o la eáucación sexual. Esos te­mas me llaman mucho la atención porque nunca los había visto, aquí bicen que soy bespierta para cualquier activíbab o tema que estén habianbo, si algo me interesa guiero aprenber ya.

Cuanbo salgo bel colegio le ayuCo a un señor que vive solo en San Mateo, le arreglo la casa, lavo la ropa, hago be comer. Él me paga biario y a veces, cuanbo no voy por ahí bos bías, viene y me llama. Es un señor joven.

Los sábabos y los bomingos mi papá me áice que vaya a Abastos porque cuanbo yo iba conseguía ñarta comiba, en cambio mis hermanos casi no traen. Yo peleo por eso, tengo que ir a estuáiar, a trabajar y encima salir allá a traer comiáa, mis hermanos estuóian y no hacen naáa más, a mí me toca lo más áuro. Mi hermano que tiene doce oños sólo piensa en los amigos y en las máquinas, no se preocupa por naáa.

Dicen que soy una persona maáura que piensa las cosas con caPeza fría. Hay niñas que tienen quince años y tie­nen que hacerles toáo. Me han áicho que he sabibo lle­var muy bien tobo lo que me está pasanáo ahora. Una niña a mi ebab estuviera bescontrolaba, en bailes, con novios para aquí y para allá, a mí me prohiben tobo eso.

Soy una niña joven pero no puebo tener novio, no puebo tener amigos, no puebo salir, sólo trabajar, responber por la casa, por mis ñermanos, como si esa fuera mi obliga­ción. Mi papá áloe que no bebo ser como los bembs que tienen amigos y no hacen naaa. Los bomingos, que es el único bía que me queba be bescanso, me invitan a cíclovía y mi papá tampoco me beja, tengo que poner­me a lavar mi ropa o a hacer las tareas. Siempre ha sibo lo mismo, tobo el bía trabajanbo, áe ocho áe la mañana

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a cinco áe la toróe, óescansar por la noche y al otro áía a trabajar.

A veces estoy en un lugar y sé lo que estoy hacienbo, pero áe pronto la cabeza se me bescontrola y no sé qué ha­cer, me siento muy cansaba. Es que yo, con ia eaab que tengo, no tenbría que hacer tobo lo que hago: trabajar, estubiar, responáer por plata en la casa, como si yo fuera la señora áe la casa. Debo portarme bien, no tener no­vio, eso para mí es buró.

Quisiera no estubiar, no trabajar, irme a un lugar a bonbe estuviera sola y no tuviera por quien preocuparme, no te­ner las obligaciones que tengo. A veces me van a buscar a la casa mis amigas bel barrio y mi papá me las prohibe y me regaña, no le gusta gue traiga amigos.

Yo quisiera irme be la casa. Llegar a un lugar y responber por el estubió, naáa más, que me ayuóaran con la ropa porque si yo no la compro naáie me la áa, no cuento con mi papá ni mi mamá, ellos nunca me han áaáo nada, yo les doy a ellos. A veces quisiera morirme, o que me maten, no quisiera seguir viviendo. Sé gue el día áe mañana, cuan­áo tenga que responáer por mí misma voy a estar cansaáa áe tanto luchar.

Tengo ganas óe irme óe la casa, conseguir a alguien que me ayuáe, cambiar be lugar y be ambiente. Mejor bi­cho, ser una niña como toáas las áemás, óescansar pen­sar que tengo que estuáiar y no más, sentirme un poco libre, tener amigos, ser una Joven como las áemás. En el futuro me gustaría seguir estuáianbo, hacer una carrera, irme a vivir sola, no tener pareja porgue sería una obliga­ción más. Ser libre como nunca lo pube ser en mi niñez.

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