los migrantes agrícolas “temporales” en saint-rémi, quebec: representaciones sociales desde la...

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33 NORTEAMÉRICA, Año 9, número 2, julio-diciembre de 2014 Recibido: 10/05/2014 Aceptado: 03/07/2014 RESUMEN A través de la teoría de las representaciones sociales propuesta por Sergei Moscovici (1979) y del empleo del trabajo etnográfico, explico en este artículo cuáles son las representaciones que tienen los inmigrantes, principalmente latinoamericanos, y aquellos nacidos en Quebec resi- dentes en Saint-Rémi, tanto en el espacio urbano como en el rural, respecto de los trabajadores agrícolas “temporales”, y cómo dichas representaciones (en su mayoría negativas) impactan en el trato que se les da a los jornaleros mexicanos y guatemaltecos. Palabras clave: migración “temporal”, representaciones sociales, relaciones interculturales, Quebec. ABSTRACT Using the theory of social representations proposed by Sergei Moscovici (1979) and ethnogra- phic work, this article explains the representations of “temporary” agricultural workers held by immigrants –mainly Latin Americans– and Quebec-born residents in Saint-Rémi both in urban and rural areas. The author also delves into how those representations –mostly negati- ve– impact the treatment of Mexican and Guatemalan day-workers. Key words: “temporary” migration, social representations, inter-cultural relations, Quebec. Los migrantes agrícolas “temporales” en Saint-Rémi, Quebec: representaciones sociales desde la óptica de sus habitantes AARÓN DÍAZ MENDIBURO* * Profesor en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, <faraondiaz@ yahoo.com.mx>. El trabajo de campo se realizó gracias al financiamiento de Conacyt, la UNAM y el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), así como al Emerging Leaders in the Americas Program (ELAP), al apoyo de la Universidad de Montreal, a través de la Cátedra de Estudios sobre México Contemporáneo (CEMC), dirigida en su momento por Patricia Martin, bajo la supervisión y retroalimentación de Jorge Pan- taleón, actual director de la CEMC. Asimismo, recibió el apoyo de la Universidad de Guelph, Universidad Wilfrid Laurier, vía el International Migration Research Centre (IMRC) y de las doctoras Cristina Oehmichen, Kerry Preibisch, Sara María Lara, Jenna Hennebry, Janet McLaughlin y los doctores Gilberto Giménez y Alfredo Guerrero.

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A través de la teoría de las representaciones sociales propuesta por Sergei Moscovici (1979) ydel empleo del trabajo etnográfico, explico en este artículo cuáles son las representaciones quetienen los inmigrantes, principalmente latinoamericanos, y aquellos nacidos en Quebec residentesen Saint-Rémi, tanto en el espacio urbano como en el rural, respecto de los trabajadoresagrícolas “temporales”, y cómo dichas representaciones (en su mayoría negativas) impactan enel trato que se les da a los jornaleros mexicanos y guatemaltecos.

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33NORTEAMRICA, Ao 9, nmero 2, julio-diciembre de 2014Recibido: 10/05/2014 Aceptado: 03/07/2014RESUMENA travs de la teora de las representaciones sociales propuesta por Sergei Moscovici (1979) y del empleo del trabajo etnogrfco, explico en este artculo cules son las representaciones que tienenlosinmigrantes,principalmentelatinoamericanos,yaquellosnacidosenQuebecresi-dentes en Saint-Rmi, tanto en el espacio urbano como en el rural, respecto de los trabajadores agrcolas temporales, y cmo dichas representaciones (en su mayora negativas) impactan en el trato que se les da a los jornaleros mexicanos y guatemaltecos.Palabrasclave:migracintemporal,representacionessociales,relacionesinterculturales, Quebec.ABSTRACTUsing the theory of social representations proposed by Sergei Moscovici (1979) and ethnogra-phic work, this article explains the representations of temporary agricultural workers held byimmigrantsmainlyLatin AmericansandQuebec-bornresidentsinSaint-Rmibothin urban and rural areas. The author also delves into how those representations mostly negati-ve impact the treatment of Mexican and Guatemalan day-workers.Key words: temporary migration, social representations, inter-cultural relations, Quebec.Los migrantes agrcolas temporales en Saint-Rmi, Quebec: representaciones sociales desde la ptica de sus habitantesAARN DAZ MENDIBURO**Profesor en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Autnoma del Estado de Morelos, . El trabajo de campo se realiz gracias al fnanciamiento de Conacyt, la UNAM y el Instituto de Investigaciones Antropolgicas (IIA), as como al Emerging Leaders in the Americas Program (ELAP), al apoyo de la Universidad de Montreal, a travs de la Ctedra de Estudios sobre Mxico Contemporneo (CEMC), dirigida en su momento por Patricia Martin, bajo la supervisin y retroalimentacin de Jorge Pan-talen, actual director de la CEMC. Asimismo, recibi el apoyo de la Universidad de Guelph, Universidad Wilfrid Laurier, va el International Migration Research Centre (IMRC) y de las doctoras Cristina Oehmichen, KerryPreibisch,SaraMaraLara,JennaHennebry,JanetMcLaughlinylosdoctoresGilbertoGimnezy Alfredo Guerrero.34AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAINTRODUCCINAdis, adis mi amantetengo que abandonarteellos no se merecenesta accin de mi parteAdis, adis mi amanteaunque he llegado a amartees mi deber de padreel que me obliga a dejarteadis, adis mi amanteAdis a mi amanteMONTEZ DE DURANGOEl epgrafe es un fragmento de la cancin que escuch el 23 de septiembre de 2007 al llegar a La molisana, un caf-bar-discoteca ubicado en la calle principal de Leam-ington, ciudad del sur de Ontario, Canad. Dicho lugar recibe, ao tras ao, a miles de hombres y cientos de mujeres caribeas y mexicanas, de entre otras nacionalida-des, para trabajar fundamentalmente en la agricultura. El nmero de hombres y mu-jeres mexicanos que acuden a Leamington y a otras comunidades canadienses se ha incrementado considerablemente en la ltima dcada. De acuerdo con la Direccin de Movilidad Laboral de la Secretara del Trabajo y Previsin Social (STyPS), en el ao 2000 llegaron a Canad un total de 9 175 migrantes y en 2010, 15 809 de stos, 621 eran mujeres, las cuales son madres solteras, salvo algunas excepciones, ya que es un requisito establecido por la STyPS para ser reclutadas. Esta medida, por un lado, se interpretara como una forma de apoyo a las madres solteras, o bien, como una ma-nera de asegurar que el lazo afectivo que tienen con sus hijos sirva de control para evitarquedesertendelprogramaysequedenenCanadcomoindocumentadas. MientraslasmujerespermanecenfueradeMxico,elcuidadodesushijosesta cargo de sus redes familiares. Los jornaleros y jornaleras migran a Canad a travs de un acuerdo que Mxico frm en 1973 llamado Programa de Trabajadores Agrcolas Temporales (PTAT) o Pro-gramme des Travailleurs Agricoles Saisonniers (PTAS), como se denomina en francs, o Seasonal Agricultural Worker Program (SAWP),1 como se lo conoce en ingls. 1Administrativamente hablando, el PTAT es un acuerdo entre Canad y varios pases que se caracteriza por enviar hombres y mujeres a laborar en los campos de cultivo y empacadoras canadienses de dos a ocho meses por ao. Actualmente el programa funciona en nueve de las diez provincias, con excepcin de Terra-nova y Labrador y, en 2013, se incorpor uno de los tres territorios, el de Yukn. Ontario es la provincia con mayor cantidad de campos de cultivo y ms necesidad de mano de obra extranjera, anualmente capta un 70 por ciento de los migrantes jornaleros, seguida por Columbia Britnica y Quebec. Desde 2005, todos los estados de la repblica mexicana han enviado personal para trabajar en Canad, aunque la mayor concen-tracin proviene del Estado de Mxico, Tlaxcala, Puebla, Guanajuato, Morelos e Hidalgo. A partir de 2002, 35LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSA La molisana van los canadienses todos los das, pero slo unos cuantos asis-ten los sbados. Uno de ellos es un granjero asiduo al lugar, que siempre llega acom-paado de un familiar o amigo, el resto son mujeres que acuden para bailar o entablar algn vnculo ms ntimo con los hombres mexicanos. Los sbados son los das de los mexicanos y el lugar se convierte en uno de los pocos espacios en que los trabajado-res agrcolas pueden relajarse momentneamente de lo que signifca ser un trabaja-dor temporal2 cautivo3 en un pas completamente ajeno al suyo. Asisten centenares de hombres y unas cuantas mujeres refejo de su bajo porcentaje dentro del PTAT, slo el 3 por ciento a beber, comer, bailar, platicar, seducir, es decir, a tener vida social. En La molisana, ellas se concentran alrededor de la pista de baile en donde tienen una amplia posibilidad de decidir con quin bailar, debido a que la mayora de los concu-rrentes son hombres. Mientras observaba esa situacin y tambin las pequeas ban-deras mexicanas que decoraban el lugar, otra escena llam mi atencin: dos hombres bailaban juntos al ritmo de los acordes emitidos por el grupo de msica que estaba integrado por migrantes agrcolas; ellos expresaban, sin inhibiciones, su camaradera, se abrazaban, se tocaban, beban y demostraban sus afectos como suelen hacerlo otros hombres en cualquier celebracin pblica o privada que se lleve a cabo en Mxico. Un tercero lleg para unirse y continuar con el ritual, se empujaban, cantaban, sonrean y se decan cosas en voz alta: Amigo, salucita, vengase paca, ste es mi cuate. Repen-llegan a Canad hombres y mujeres bajo otro modo de contratacin conocido en espaol como Proyecto piloto (nombre que utilizar a lo largo de este trabajo); en francs y en ingls se renombraron en 2007 como ProjectpilotelintentiondetravailleurspossdantunniveaurduitdeformationofcielleyPilot project for workers with lower levels of formal training, respectivamente. El proyecto piloto se cre como una respuesta del gobierno canadiense a la falta de mano de obra que impulsara el crecimiento de su eco-noma. El objetivo principal es permitir la importacin de trabajadores de cualquier parte del mundo para desempear labores que comprendan los niveles de habilidades C y D establecidas en la Clasifcacin Na-cional de Ocupaciones (National Occupational Classifcacation, NOC). La habilidad C comprende las activi-dades que requieren de uno a cuatro aos de educacin secundaria o hasta dos aos de capacitacin para el trabajo o experiencia laboral especfca, mientras que la D requiere poca experiencia laboral y no es nece-sario ningn requisito de educacin formal. 2Entrecomillo la palabra temporal debido a que esta supuesta temporalidad a la que se refere el Minis-terio de Empleo y Desarrollo Social de Canad (Employment and Social Development Canada) es arbitraria. En la descripcin que hace en su pgina web respecto del Seasonal Agricultural Worker Program (SAWP), menciona que este programa permite a los empleadores contratar a los trabajadores temporalmente en un periodo no mayor a ocho meses (del 1 de enero al 15 de diciembre, y no menor a 240 horas en un periodo de seis semanas o menos), es decir, que segn los parmetros anteriores, incluso aquellos trabajadores que viven el mayor tiempo del ao en Canad siguen siendo temporales. De acuerdo con estadsticas de 2012 delaDireccindeMovilidadLaboraldelaSecretaradelTrabajoyPrevisinSocial(STyPS),el64.98por ciento de los trabajadores agrcolas permanecen de seis a ocho meses en Canad, es decir, ms tiempo que en su pas. Si a esto agregamos que el 75 por ciento de los jornaleros en 2010 tenan por lo menos cuatro aos de participar en el programa, el 57 por ciento seis o ms y el 22 por ciento ms de diez aos (Hennebry, 2012: 13), entonces el adjetivo temporal no sera el correcto para aplicarlo a la mayora de los jornaleros, pues slo el 35.02 por ciento pasa ms tiempo en Mxico que en Canad.3Utilizo el trmino como la imposibilidad de los trabajadores para cambiar de trabajo y debido a la plena disposicin para brindar su mano de obra cuando se les requiera (Basok, 2002: 14).36AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAtinamente, uno de los empleados los tom de los brazos a la fuerza y los amenaz, hablndoles en ingls y algunas palabras en espaol, con traer a la polica si seguan causandodisturbios.Quizparaldichasituacinrepresentabaeliniciodeuna pelea o simplemente fue el pretexto para ejercer su poder o controlar la situacin y as evitar confictos; sin embargo, desde mi observacin, el empleado no entendi que sa es la manera en que muchos mexicanos, en situaciones similares, se relacionan y expresan una serie de sentimientos que en otros momentos no suelen hacer, por lo que tal comportamiento distaba mucho de ser un hecho violento.A esas imgenes se le sumaron otras ms que ya haba presenciado desde mis primeros acercamientos al tema de la migracin agrcola en Canad, lo que me llev a orientar mi mirada hacia las relaciones interculturales y las representaciones socia-les que traen a cuestas los migrantes. Me percat de que ni en esos espacios de diver-sin los jornaleros y jornaleras pueden relacionarse libremente sin ningn temor a ser estigmatizados y, en el peor de los casos, deportados. Como resultado de esta refexin, decid adentrarme en la bibliografa que haba abordado el tema de los trabajadores agrcolas en Canad, con la fnalidad de iden -tifcar los trabajos que se haban enfocado en las relaciones entre migrantes y socie-dadreceptora.Loshallazgosdelosinvestigadorescoincidieronensumayora con lo que observ posteriormente. A lo largo de este artculo presento los ms sig-nifcativos. La revisin de este material me dio las bases para profundizar con mayor detalle, por lo que me enfoqu en analizar de acuerdo con qu esquemas de percepcin, pen-samiento y accin se construyen las relaciones entre los canadienses y los migrantes temporales,plantendomelossiguientesobjetivos:conocerlasrepresentaciones sociales que construyen los quebequenses respecto de los migrantes y observar cmo se traducen los contenidos, la organizacin y la estructura de las representaciones en las prcticas culturales de los canadienses hacia los jornaleros. Cabe mencionar que en esta investigacin no consider como sujetos de estudio a las mujeres debido a que en Saint-Rmi, hasta el 2011, ao en que termin mi trabajo de campo, no se con-taba con su participacin en el marco del PTAT.Paradarrespuestaalosplanteamientos,miinvestigacintendraquefunda-mentarse en el estudio de la cultura, particularmente de las representaciones socia-les que se erigen enlaintersubjetividad.La teorade las representaciones sociales propuesta por Moscovici (1979) ha sido empleada para explicar qu es lo que une a la gente en un grupo o en una sociedad y la hace actuar, de manera individual o con-junta, de una u otra manera. Es una teora que nos permite explicar, desde la antro-pologa,cmoseconstruyenyactualizanlasidentidadescolectivas,perotambin los estereotipos y prejuicios que guan y son soporte de la accin.37LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSLa metodologa que utilic en esta investigacin tiene sus vas principales en la observacin directa y participante. La fnalidad es elaborar una etnografa que capte el discurso social, ms all de los aspectos meramente formales y declarativos; una estrategia para conseguirlo fue incursionar en los campos agrcolas, espacios ha-bitacionales, centros comerciales y recreativos, iglesias y en los sitios donde la comu-nidadlatinoamericana,yaresidente,tienepresencia,yendondesloconvivenlos quebequenses. La otra va se deriva de la aplicacin de instrumentos, como la entre-vista semiestructurada dirigida, la escala de valores y la captura de palabras a travs de la asociacin libre, que nos permiten captar el dominio de lo preinterpretado, la doxa, y cuyas respuestas nos dan la posibilidad de acceder a las subjetividades. Asimismo, recopil informacin relacionada con los jornaleros publicada en los diarios de circulacin local. Lo anterior me dio la oportunidad de tener una visin holstica sobre su presencia en la localidad. Para llevar a cabo esta investigacin acud a Saint-Rmi, Quebec, sitio que consi-der ideal debido a varias razones que cito enseguida. Quebec es la tercera provincia con mayor demanda de mano de obra extranjera (con un 18 por ciento), precedida por la Columbia Britnica (el 24.3 por ciento) y Ontario (el 35.3 por ciento) (CIC, 2011: 75) y concentra el mayor nmero de trabajadores temporales guatemaltecos que laboran bajo el Proyecto piloto, lo que a partir de 2003, de acuerdo con datos de la Direccin de Movilidad Laboral y la Fundacin de Empresas de Reclutamiento de Mano de obra agrcola Extranjera (Ferme), produjo menor crecimiento en la demanda de mexicanos (Daz, 2013: 97). Saint-Rmi, siendo la expresin ms representativa de la agricultura quebequense, tiene una alta demanda de trabajadores y un gran desarrollo en su in-dustria agrcola, lo que ha impactado en su estructura sociocultural y econmica. Aunado a lo anterior, a pesar de que Quebec ha sido receptor durante ms de veinte aos de jornaleros bajo el PTAT y, desde hace ya una dcada, del Proyecto pilo-to, hasta hoy no existe ningn estudio que haya examinado a profundidad los vncu-losentrelostrabajadoresagrcolasylacomunidadreceptora;sinembargo,cabe mencionar los trabajos de Karen Bronsard (2007), quien centr su estudio en tres re-giones: La Montrrgie, Lanaudire y la Capitale-Nationale y nos presenta, muy va-gamente, que la percepcin de los empleadores sobre los trabajadores mexicanos es positiva y buena, mientras que la de los empleados respecto de los patrones es de confanza, respeto y amistad. Por su parte, el trabajo de Valarezo (2007), quien se limit a Saint-Rmi, destaca el aislamiento social, geogrfco y la falta de apoyo en el espacio en el que los trabaja-doresagrcolassedesenvuelven,ascomolavulnerabilidadqueenfrentanyla modifcacin de las dinmicas econmicas, sociales y culturales durante el otoo e invierno en la comunidad. 38AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAEntrminosgenerales,lainvestigacinrealizadaporinstanciasquebequenses, como la Universidad de Montreal, el Centro Metrpolis de Quebec, la Universidad de Quebec, el Instituto Nacional de la Investigacin Cientfca (INRS, por sus siglas en fran-cs), respecto de la migracin agrcola temporal, es incipiente.El trabajo de campo lo llev a cabo en tres etapas defnidas bsicamente por dos variables relacionadas: el clima fro quebequense y el desplazamiento de los jornale-rosentresuscomunidadesdeorigenyCanad.Laprimerasehizodeoctubrede 2010 a enero de 2011 en Saint-Rmi, la segunda comprendi enero y febrero de 2011 en Mxico (Puebla, Tlaxcala, Morelos y el Estado de Mxico), en tanto que la tercera fue de marzo a noviembre de 2011 en Saint-Rmi. Me entrevist con cincuenta y un personas, treinta y tres de las cuales nacieron en Quebec y el resto en diferentes pases: Francia,CostadeMarfl,Mxico,Guatemala,ElSalvador,Nicaragua,CostaRica, Panam y Colombia. Las entrevistas tuvieron lugar en casas, sitios de empleo o en algn restaurante. Cabe aclarar que los instrumentos que se aplicaron a los francfo-nos fueron elaborados en su lengua materna, posteriormente escuch todo el material grabado varias veces y traduje al espaol nicamente los extractos que consider re-levantes para mi investigacin.Entre los temas que consider ms importantes del material analizado destacan los siguientes: cambios en la comunidad, festa de culturas, descripcin de Quebec a partir de Ontario, comparacin entre Mxico y Quebec (dinero, cultura, trabajo, fa-milia,pobrezafrenteariqueza,estrsfrenteatranquilidad),descripcindelos mexicanos, guatemaltecos y quebequenses, jornaleros vistos como objetos, cambios en la produccin agrcola (clima, tecnologa, temporalidad), relacin de los jornale-ros con los patrones, discurso de bienvenida para los migrantes agrcolas, proteccio-nismo de los empleadores, prejuicios, racismo, exclusin y discriminacin de los mi-grantes,faltadeintegracinentrelasnuevasfamiliasdelacomunidadylas fundadoras y la humanizacin de los trabajadores.Con toda la informacin recabada y a manera de sntesis, decid crear el siguien-te esquema que sirve para iniciar la explicacin de las representaciones sociales que tienen los quebequenses que habitan en Saint-Rmi. Cabe mencionar que durante la observacin participante me percat de que las representaciones se vinculaban con losgruposdepertenencia,porloquedecidincluirenesteartculoadosgrupos: quebequenses de nacimiento y quebequenses originarios de Latinoamrica, ya que para entender y extender el alcance de cualquier estructura representacional, es ne-cesario tener en cuenta todo el sistema de relaciones sociales en el cual se construye, es decir, en el escenario natural de la vida misma, que es la vida cotidiana como sis-tema (Martn, 2003: 178-179).39LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSEsquema 1 LAS REPRESENTACIONES SOCIALES QUE TIENEN LOS QUEBEQUENSES EN EL ESPACIO RURAL Y URBANO DE SAINT-RMILAS REPRESENTACIONES EN EL ESPACIO RURAL Y URBANO DE SAINT-RMIPoco despus de haberme instalado en Saint-Rmi, observ que el uso del espacio y el manejo del tiempo eran elementos que tendra que observar constantemente, ya que el sentido comn me sugera que iban a ser importantes en el proceso de cons-truccin de la representacin social. El espacio lo entiendo comoun testimonio: atestigua sobre un momento de un modo de produccin por la memoria del espacio construido de las cosas fjadas en el paisaje creado es una forma durable que no se deshace paralelamente al cambio de los procesos: al contrario, algunos procesos se adaptanalasformaspreexistentesmientrasqueotroscreannuevasformasparainser-tarse en ellas (Santos, 1990: 154).AOESPACIO RURALy URBANOESPACIO URBANO1980INVASORES EXTRANJEROSTRABAJADORESTEMPORALESCLIENTES HUMANOS199020002010RobannuestrosempleosOcupannuestrosespaciosNo son denuestrasfamiliasSlo vienena trabajarSon losclientesbuscadosTienen losmismosderechosFuente: Elaboracin propia.40AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAEn este sentido, el que los jornaleros estn presentes en los mismos espacios y momentos en que los quebequenses quieren hacer uso de stos crea un conficto de-bido a que son violentadas las estructuras mentales, al evidenciarse las diferencias culturales,lasjerarquassocialesylascuestionesraciales.Estosemanifestaenla vida cotidiana de diferentes maneras. Cecil y Ebanks (1991) encontraron hostilidad e indiferencia hacia los trabajadores, mientras que Colby (1997), Basok (2002; 2004) y Smart (1997) identifcaron racismo y discriminacin (Preibisch 2007:104).A travs del trabajo de campo descubr que en Saint-Rmi existe una divisin fsica e imaginaria entre el espacio rural y el urbano, la cual infuye en la manera en que se establecen las relaciones sociales y se construyen las representaciones de la otredad. Por ejemplo, en la parte urbana, la edifcacin entre una casa y otra es ms prxima. En los ltimos aos se han construido casas dplex y pequeos edifcios de departamentosquehabitanparejasjvenesoriginariasdedicholugaropersonas provenientes de otras latitudes de Quebec; de hecho, el incremento demogrfco en Saint-Rmi se concentra en el rea urbana. Esta reciente reurbanizacin aumenta las posibilidades de que los vecinos establezcan algn tipo de contacto, mientras que en la zona rural las casas estn mucho ms separadas y las probabilidades de compartir los espacios pblicos son mucho menores. LOS QUEBEQUENSES Y SUS REPRESENTACIONES EN EL REA RURAL DE SAINT-RMIDe acuerdo con el Censo de Agricultura (Government of Canada, Statistics Canada, 2011), Saint-Rmi posee una superfcie inminentemente ocupada por actividades re-lacionadas con la agricultura y, por ende, habitada por personas que, desde sus ante-pasados, se dedican al cultivo de la tierra. Este hecho infuir en la representacin, ya que fueron slo algunas de estas familias las que solicitaron la presencia de hom-bresdeotrasnacionalidadesparalaborarensustierras;sinembargo,enlosaos ochenta, con la llegada de los mexicanos a las granjas, tambin hubo descontento entre otros habitantes que vivan en la zona rural, sobre todo entre los agricultores que no eran propietarios de grandes extensiones de tierra o las familias que se dedicaban a laagricultura,peronocontratabangentedelPTAT.Paraestosltimos,larepresen-tacin estaba estrechamente asociada con la de invasores-ladrones de empleos, ya que no todos queran tener gente que no fuera quebequense en su tierra. Si bien en los campos ya haban trabajado personas de diferentes culturas, sobre todo de origen asitico y caribeo que viajaban desde Montreal durante el verano y que en su ma-yora gozaban de los derechos que les otorgaba el ser ciudadanos canadienses, hasta 41LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSesos momentos, nunca antes haba habido trabajadores temporales no ciudadanos canadienses, lo que le daba una dimensin diferente de la representacin. DE INVASORES-LADRONES DE EMPLEO A TRABAJADORES TEMPORALESLosprimerosencontratargenteconpermisosdetrabajotemporalesfueronlos grandesempresariosdelazona.Estasfamiliasfueronpuntadelanzaenelsurgi-miento de la agroindustria entre las ms importantes destacan Riendeau, Guinois, Cousineau, Barbeause y Willson. Por su parte, los medianos y pequeos agricultores se unieron a este proyecto debido fundamentalmente a tres factores: incremento en la productividad de las granjas donde ya haban sido empleados hombres mexicanos, aumento en la difcultad para encontrar personal quebequense dispuesto a trabajar en la agricultura y para mantenerlo disponible cuando la produccin lo demandara, y sugerencia por parte de la Unin de Productores Agrcolas (UPA) y de la Funda -cin de Empresas de Reclutamiento de Mano de obra agrcola Extranjera (Ferme, ambas por sus siglas en francs), de contratar personal mexicano y, aos ms tarde, guatemalteco.Para los agricultores, dentro de este esquema de contratacin, la problemtica de la escasez de mano de obra estaba solucionada; sin embargo, inmediatamente se evidenciaron diferencias culturales entre los grupos que ah convergan, algunas de ellasprovocaronmalestaresyotrasfueroncapitalizadasporlosmismosempresa-rios. Por ejemplo, en la comunidad se tiene la creencia de que los mexicanos se adap-tan fcilmente al clima clido, por ser originarios del trpico, lo que los hace muy resistentes al trabajo. Otra de sus cualidades es su entrega y capacidad de sacrifcio por la familia, lo que se transforma en una dedicacin ferviente al trabajo para poder enviar ms di-neroasuslugaresdeorigen.Deigualmanera,losempresariosaprecianquesean obedientes y no problemticos, pues esto benefcia la productividad. Sobre este dis-cursodelamexicanidadyelreforzamientodeciertosestereotipos,Binford(2009) argumenta que stos benefcian a los productores. Por otro lado, los malestares para los oriundos de Saint-Rmi estaban vinculados conlasactitudes,creenciasyhbitosdelosmexicanos.Estasincomodidadesiban desde los olores de lo que cocinaban, la forma en que se conglomeraban en la calle, la manera en que rean, lo ruidosos que podan llegar a ser, el desorden que generaban en los supermercados, en fn, toda una serie de prcticas culturales vinculadas con la identidad de los jornaleros. En este sentido, podemos hablar de una lucha simb -lica en la que se estigmatiza la identidad dominada por ideologas discriminatorias 42AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAcomo el racismo, el aristocratismo, el elitismo clasista o la conciencia de la superiori-dadimperial(Gimnez,2009:58).Ejemplosdeestassituacioneslasencontramos muy bien documentadas en La miseria del mundo (Bourdieu, 2010).Las molestias han impactado en la poblacin local desde que comenzaron a lle-gar los mexicanos. En un inicio, stas eran muy espordicas, pero con la contratacin masiva de jornaleros se ha vuelto ms frecuentes. Para contrarrestar los problemas, los empleadores crearon mecanismos que controlaran lo ms posible la vida de los migrantes, tanto dentro como fuera del tiempo y rea de trabajo. Siguiendo a Fou-cault, observamos quea medida que el aparato de produccin se va haciendo ms importante y ms complejo, a medidaqueaumentanelnmerodelosobrerosyladivisindeltrabajo,lastareasde control se hacen ms necesarias y ms difciles. Vigilar pasa a ser entonces una funcin defnida, pero que debe formar parte integrante del proceso de produccin; debe acompa-arlo en toda su duracin (Foucault, 2002: 179).La disposicin ms efectiva de control consiste en que los jornaleros habiten en el mismo lugar de trabajo, es decir, en la granja del empleador. Primeramente, que los migrantes vivan en el mismo espacio donde se emplean hace que su mano de obra est disponible las 24 horas del da, lo que garantiza su participacin a tiempo en el proceso productivo (regulado por un mercado global), recordemos que estamos hablando no de la agricultura tradicional, sino de procesos agroindustriales. En segundo trmino, que los jornaleros estn cautivos en el espacio laboral-habitacional difculta que se in-volucren con otras personas, lo que, desde el punto de vista de los empresarios, es posi-tivo, ya que no tienen distracciones ni generan problemas en la comunidad. Finalmente, que las granjas se encuentren alejadas de los centros urbanos, a una distancia que vara entre tres y diez kilmetros, difculta el acceso de los trabajadores agrcolas a la zona urbana, debido a que regularmente slo cuentan con bicicleta y en ocasiones ni siquiera con sta, lo que los circunscribe a permanecer en la granja bajo la mirada del empleador, su familia y los capataces. Cabe resaltar que para el papel de capataz suele ser designado un hombre de origen mexicano, con un estatus deresidenteobiendetrabajadortemporal;enesteltimocaso,lajerarquano suele tener una remuneracin econmica extra, sino ms bien de tipo simblica, tra-ducible en favores para el capataz, siendo la seguridad de trabajo para el ao venide-ro la ms importante para ambos actores.En este ejercicio del poder, algunos empleadores prohben las visitas de amigos, estudiantes,vendedores,personasdeorganizacionescivilesygentedelsindicato, para ello han instalado circuitos de cmaras que cubren la entrada de las casas don-43LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSde viven los migrantes o ciertos espacios laborales para vigilar quines llegan, quines salen y qu hacen. Aunado a lo anterior, hay reglamentos que suelen estar pegados en el interior de las viviendas, que prohben la entrada de visitas, asimismo, algunos patrones tienen la costumbre de entrar de improviso para supervisarlos, de acuerdo con la premisa de que tienen todo el derecho de hacerlo porque las casas son de su propiedad. Estrategias ms drsticas llegan al grado de atentar contra la libertad de los migrantes al privarlos del transporte y medios de comunicacin. sta es una con-ducta evidentemente violenta. Es el ejercicio del poder y la violencia emocional hacia la vctima cautiva. Es interesante observar cmo estas estrategias que utilizan algu-nos granjeros coinciden con las dinmicas de los hombres que abusan de las mujeres o que estn involucrados en la trata de personas: primeramente limitan los contactos de la vctima con el exterior, es decir, la dislocan, posteriormente la vctima pierde todo contacto con sus redes y queda a expensas de su victimario. Lo anterior es una manera de ilustrar cmo los jornaleros se encuentran en un riguroso contexto disciplinar, cuyo objetivo fundamental es generar una relacin de docilidad-utilidad, la cual incrementa las fuerzas del cuerpo (en trminos econ-micos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en trminos polticos de obe-diencia) (Foucault, 2002: 141-142).Estas situaciones crean una atmsfera de aislamiento y la vigilancia se transfor-ma en un operador econmico decisivo, ya que representa una parte del aparato de produccin, y a su vez un engranaje del poder disciplinario (Foucault, 2002: 180). A su vez, algunas de las estrategias de control empleadas sobre los jornaleros pueden infuir en la construccin del gnero. El siguiente testimonio de una empre-saria quebequense evidencia cmo surgen reajustes en las relaciones de gnero du-rante el proceso migratorio: Los patrones han advertido a los trabajadores, aqu no es Mxico, nosotros no hacemos eso con las mujeres (se refere a mirarlas de manera libidinosa), no las vemos como si fueran un pedazo de carne. Yo hago eso con mis trabajadores cuando llegan aqu, les digo aqu no se hace eso, puede ser all, pero aqu es otra cosa. Ustedes deben adaptarse a como es Quebec. Ahora los mexicanos son muy respetuosos, no como antes. As, la migracin pone en tensin las nor-mas,creenciasyrepresentacionescolectivasdeloquesocialmenteseconsidera comoelcomportamientoylosatributoslegtimosdelomasculinoyfemenino (Barrera y Oehmichen, 2000).Los empleadores no slo controlan el tiempo de trabajo de los migrantes, sino tambin el de descanso, basndose en una moral puritana, pero tambin en la disci-plina del panptico al que se refere Foucault, entendida sta como un modelo ge-neralizable de funcionamiento; una manera de defnir las relaciones del poder con la vida cotidiana de los hombres (Foucault, 2002: 208).44AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICACabe mencionar que existen empleadores que son ms fexibles en las medidas de control, algunos de ellos les proporcionan transporte para que salgan por lo me-nos algunas horas a hacer sus compras y enviar sus remesas, esto regularmente es el jueves o el viernes. Pero hay jornaleros que no se conforman con ese tiempo fuera de la granja, ya que no soportan estar encerrados, as que, al fnalizar su jornada laboral del sbado o del domingo, toman su bicicleta o llaman un taxi y se van al centro para distraerse. Es importante aclarar que no todas las medidas de control utilizadas por los empleadores son tan violentas o evidentes, existen otras ms sutiles, como son los consejos y llamadas de atencin en una tesitura ms paternalista que generan lealtad de los trabajadores hacia sus patrones, lo que, entre otras cosas, los hace no abando-narlasgranjasyasumirunpapeldesubordinacin.Estasituacinyahabasido identifcado por Basok (2000). Por otro lado, algunos empleadores, durante el invierno, deciden viajar a algn sitio de playa en Mxico y visitar a los jornaleros en sus comunidades de origen, lo que puede llegar a signifcar un ejercicio de control al conocer a la familia y a las co-munidades de los migrantes. En este contexto de paternalismo, algunos patrones han sido elegidos como pa-drinos de los hijos de los migrantes. Regularmente este padrinazgo no est vincula-do con las celebraciones que impliquen los principales sacramentos catlicos, sino ms bien con eventos como el trmino del ciclo escolar. De acuerdo con Agns Fine (1998),podramosdecirquesetratadeunaespeciedeparentescoelegidoque tambin puede ser temporal.Elementos como el control, el poder y la vigilancia forman parte de la estructura delarepresentacinquepaulatinamentelostransformdeinvasores-ladronesde empleo, a trabajadores temporales. De acuerdo con Himmelweit y Gaskell (1990), podemos hablar de que se trata de una nueva representacin, ya que el comporta-miento y pensamiento colectivo de la mayora de los agricultores se torn diferente de sus sistemas representacionales anteriores. En este sentido, las familias empresa-rias con mayor poder en la regin tuvieron un papel fundamental en la transforma-cin de la representacin debido, entre otras cosas, a su infuencia en los pequeos productores y en la poblacin en general para que aceptaran la llegada de trabajado-res temporales. En el caso de la provincia de Quebec, en el ao 2000, 130 granjas empleaban trabajadores agrcolas extranjeros y diez aos despus el numero se in-crement a 591 (Ferme, 2010), los trabajadores agrcolas ya no iban a robar empleos, sino ms bien a ocupar plazas que estaban vacantes y que era urgente cubrir para la supervivencia de la actividad agrcola. En esta nueva representacin, lo que predomina es el orden econmico, de esta manera, los jornaleros se convirtieron en una importante pieza del mecanismo pro-45LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSductivo. As, los patrones consideran que los migrantes son parte de los medios de produccin y que ellos son sus propietarios. Al entrevistar a los empresarios, es muy frecuente encontrar en su discurso el uso de pronombres posesivos al momento de referirse a los hombres que laboran en sus granjas.Larepresentacincomotrabajadorestemporalesperdurahastaelmomentoy lejos de desvanecerse se consolida an ms; esto se debe, entre otras cosas, a la mane-ra como son diseados y aplicados los programas temporales. Desde el mecanismo de reclutamiento de los migrantes se delinea cul ser el rumbo de la representacin social y las relaciones que de ste se deriven. Siguiendo a Binford (2006), ubicamos estas relaciones en campos de poder dirigidos por las demandas laborales de los empre- sarios canadienses.La mercantilizacin de la fuerza de trabajo es la columna vertebral de la estruc-tura de esta representacin. Bajo esta mirada se percibe a los migrantes como mer-cancas. Es comn escuchar entre los habitantes de Saint-Rmi que es un gusto de los migrantes tener jornadas laborales largas y extenuantes, ya que los mexicanos y gua-temaltecos quieren mandar mucho dinero a sus familias, asimismo, evidencian que losjornalerosestnacostumbradosarealizartrabajosentemperaturasmseleva-das, ya que provienen de sitios bastante calurosos, por lo que en ocasiones cuando durante el verano las temperaturas rebasan los 30 C no es menester hacer pausas en la jornada laboral o proporcionarles bebidas refrescantes para evitar golpes de calor, debido a la buena resistencia que tienen los mexicanos y guatemaltecos. En este sen-tido,notenemosqueolvidarqueunadelasfuncionesdelarepresentacinesla orientacin de las conductas y las relaciones sociales (Jodelet, 1986: 486).Los argumentos de los quebequenses y, en general de los canadienses, conclu-yen que la situacin de los jornaleros en Canad es muy buena consecuencia y como sus percepciones econmicas son ms altas que en sus pases de origen y las condi-ciones de las viviendas, mucho mejores. El anlisis que las comunidades de acogida hacen siempre comprende slo el nivel econmico. Empero, nunca argumentan que se paga un buen salario o que el trabajo agrcola ofrezca buenas condiciones laborales para ellos mismos. Es claro que este discurso se construye desde una postura colo-nialista, en el que las condiciones ms difciles, segn ellos, de un pas desarrollado como Canad, no son en lo absoluto comparables con las que pudieran tener los jor-naleros en sus pases de origen. Porsupuestoquelassituacionessocioculturalesypolticasquelosmigrantes tienenqueenfrentarenCanadnosonconsideradasporlosquebequensescomo algo sustancial en la vida de los mexicanos y guatemaltecos, pues, segn su propio esquema, los jornaleros slo estn interesados en ganar dlares. Aunado a esto, est la representacin de que los trabajadores temporales no tienen por qu tener los 46AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAmismos derechos que los ciudadanos canadienses, pues ellos slo estn de paso. Esta representacin pone en vulnerabilidad a los trabajadores agrcolas, tanto en los es-pacios de trabajo, como en los que no lo son y, con base en el discurso de que no son oriundos de ese lugar, las acciones se justifcan. Estos procesos de exclusin no slo se dan a nivel de la comunidad, sino que el mismo Estado canadiense los ejerce, y qu mayor prueba que las restricciones a los trabajadores agrcolas para poder inmigrar a Canad, junto con otra serie de polti-cas restrictivas interesantes de analizar (Satzewich, 1991; Sharma, 2006). En su mo-mento, Preibisch (2003) seal que la Provincial Occupational Health and Safety Act y la restriccin de formar sindicatos eran mecanismos de exclusin; sin embargo, gracias a la suma de fuerzas por parte de acadmicos, organizaciones no gubernamentales, y el propio sindicato, los trabajadores en Ontario, a partir del 2006, fueron incorpora-dos al Acta de seguridad y salud ocupacional en Ontario y algunos trabajadores en ciertas granjas en Columbia Britnica, Quebec y Manitoba ya tienen la libertad de sindicali-zarse. Desde la postura de Preibisch, esto es sin duda un elemento que infuir en las relaciones sociales entre trabajadores migrantes y canadienses. Queda claro que la representacin se relaciona nicamente con la cuestin laboral, as que cuando los jornaleros buscan desarrollarse en otras actividades fuera de este mbi -to es motivo de sorpresa entre un sector de la poblacin, debido a que para ellos el nico objetivo que deben cumplir los migrantes durante su estancia en Canad es trabajar. LAS REPRESENTACIONES QUE TIENEN LOS QUEBEQUENSES EN EL CONTEXTO URBANOMe percat tambin de que en el rea urbana de Saint-Rmi existen sitios donde los jornaleros acuden sistemticamente y otros en los que nunca se aparecen. Los traba-jadoresagrcolasfrecuentanlossiguienteslugares:camposdeportivos,especfca-mente las canchas de futbol, principales calles de la ciudad, pequeos comercios y supermercados, restaurantes, bancos, bares, la iglesia, la clnica y el centro de apoyo. Mientras que la biblioteca, el escenario, el centro comunitario, las organizaciones ci-viles, la radio comunitaria, el gimnasio, ciertos comercios y otras calles residenciales son reas donde prcticamente nunca se ve a los jornaleros, tampoco a los inmigran-tes latinoamericanos, ya que slo se ve personas blancas. Estamos hablando de que en ciertos espacios se crean procesos de exclusin, los cuales Preibisch (2004) ya haba identifcado en Ontario, atribuyndolo a la ciudadana, la diferencia social y el con-trol que se ejerce en el PTAT a travs de las polticas de reclutamiento, retencin y re-patriacin, como elementos fundamentales en su formacin. 47LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSEn Saint-Rmi, la ruta que siguen los migrantes en la zona urbana est condicio-nada por la ubicacin de los sitios comerciales que ellos frecuentan, slo durante el verano se ampla al incorporar el rea donde se encuentran las canchas de futbol y, cuando hay ventas de garaje, los migrantes circulan en bicicleta en las zonas residen-ciales a las que en otros momentos no tendran acceso. La apertura de los lmites te-rritoriales est establecida por los quebequenses que desean vender sus cosas usa-das. Cabe aclarar que no se trata de una barrera materializada con ninguna cerca o seal de no pasar, sino de una psicolgica que distingue perfectamente que la zona residencial no es de trabajo ni de consumo para los jornaleros, por lo que no tienen por qu estar ah. Se debe resaltar que la presencia de los jornaleros en los lugares mencionados de-pende de la temporada del ao, si bien su estancia en Saint-Rmi ya abarca todo el ao, debido a que algunos de los guatemaltecos laboran en el invierno, tambin es un hecho que de junio a septiembre la concentracin es mucho mayor. En octubre, la cosecha de la mayora de frutas y vegetales ha terminado, las temperaturas empiezan a descender y los jornaleros se preparan para partir a sus hogares.La presencia de los jornaleros en los espacios sealados es el elemento primario quelosquebequensesutilizanalmomentodeconstruirlarepresentacin.Inva-sin es el concepto central y est relacionado con los espacios, los empleos y con lo extranjero.La cantidad de migrantes en los campos de cultivo ha dejado de ser una cifra expresada en cientos para convertirse en miles, lo que desde el punto de vista de los quebequensesquehabitanenlasreasurbanasrepresentaunainvasin.Actual-mente, los jornaleros ya no pasan inadvertidos, su numerosidad los vuelve visibles, sobre todo en las tiendas donde compran sus despensas, en los bancos donde cobran sus salarios y, fnalmente, en las mismas calles donde transitan.LA REPRESENTACIN COMO INVASORES DEL ESPACIO URBANOLa representacin que los quebequenses se hacen de los jornaleros como invasores del espacio se ejemplifca de distintas maneras. La ms evidente es la del supermer-cado IGA y los bancos. Todos saben que los jueves es el da en que los migrantes hacen sus compras, ya que los granjeros les autorizan que vayan a surtirse de vveres, por lo que, a partir de las cinco de la tarde, tiendas, bancos, restaurantes y algunas calles se ven concurridas por migrantes, lo que para los quebequenses ha representado una reorganizacin de sus actividades para no asistir a estos sitios y evitar, en la medida de lo posible, cruzarse con ellos.48AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICASi bien, la presencia de los jornaleros ha incrementado las ganancias de los due-os de los negocios, algunos comerciantes, sobre todo quebequenses, no estn dis-puestos a perder a sus clientes canadienses ni a tener problemas por gente que slo vienetemporalmente.JustamentedurantemiestanciaenSaint-Rmi,losproble-mas vinculados con el exceso de mexicanos y guatemaltecos en la tienda y la falta de alimentos, porque ellos se llevan todo (citas de mi diario de campo) haban pro-piciado que se creara un supermercado ms grande. En cuanto a los bancos, stos han asignado una sola caja para los mexicanos y el resto para los canadienses para que no hagan fla. Esta ltima accin es un acto eviden-te de discriminacin, pero para los empleados del banco slo representa una medida prctica. Su argumento es que slo una cajera sabe hablar espaol. Cabe aclarar que los migrantes que asisten a los bancos siempre realizan el mismo tipo de movimiento, cobrar el cheque que se les paga para lo cual no es necesario ser hispanohablante. Por medio de las actitudes, del lenguaje no verbal y de las entrevistas se eviden-cia que la fgura de los migrantes choca con el tradicional uso de servicios y espacios al que los quebequenses estaban acostumbrados. Si bien los trabajadores agrcolas tienen ms de dos dcadas en Quebec, an hay gente que no termina de acostum-brarse, y no me refero a las largas flas en los establecimientos, sino a su presencia en la comunidad.INVASORES-LADRONES DE EMPLEOOtro de los campos con el cual la representacin social est estrechamente vinculada es la actividad laboral. Pese a que todos los jornaleros que llegaron a la regin a tra-vs del PTAT trabajaban solamente en la agricultura, la relacin como invasores-ladro-nes de empleo fue expresada tanto por personas que vivan en la zona rural como en la urbana, cuyos perfles laborales eran diversos: desde pequeos comerciantes has-ta agricultores, tanto hombres como mujeres, todos originarios de la comunidad. La representacin se atribuye a que los mexicanos y guatemaltecos llegan para robar el empleo de nuestra gente, de nosotros los quebequenses. Algunas de las siguientes frases ilustran lo anterior: Yo pens que nos venan a robar los traba-jos, ellos toman el trabajo de los quebequenses, nos sentimos invadidos. A esta representacin de invasin, se suman atributos adjudicados a los mexica-nos que, en su momento, de acuerdo con los habitantes de Saint-Rmi, provocaron una situacin difcil de enfrentar, ya que no entendan muchas de sus formas de ser, les parecan extraas y, en ocasiones, molestas. Entre estas peculiaridades mencio-naron las siguientes: el valor para dejar a sus familias, la gran resistencia que tienen 49LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSpara el trabajo, comen los elotes a la parrilla, comen mucho picante, miran a las mu-jerescomosifueranunpedazodecarne,sonseductores,hacengrandesfestasy traen muchas bebidas, van mucho a las ventas de garaje, andan en bicicleta en grupo y utilizan toda la calle, orinan sobre los rboles, se renen en la calle y ocupan toda la banqueta, ren y toman cerveza. Desde la ptica de los quebequenses, las cosas se han relajado, esto lo expresan en su discurso, en el que refejan mayor apertura. Es claro cmo los quebequenses hablan de dos momentos de la representacin: la primera est ms vinculada con la invasin y el rechazo hacia los mexicanos por sus diferencias; la segunda, ms con la costumbre y el hbito a esta situacin. Lo anterior nos habla de una transformacin en la representacin, de una paula-tina prdida de fuerza de la representacin de invasores-ladrones de empleos para adquirir matices distintos. La transformacin se debe a varios factores. Los habitan-tes de Saint-Rmi, tanto en el rea urbana como en la rural, se dan cuenta de las re-percusiones econmicas positivas que han trado la presencia de los jornaleros, tanto en el sector primario como terciario. Otro de los factores que infuye en este viraje es que la actividad agrcola ha pasado a formar parte de la lista de empleos mal remu-nerados que los quebequenses no quieren realizar, por tratarse de un trabajo de mucho sacrifcio, baja califcacin y jerarqua, o bien porque buscan mejores salarios o la manu- tencin por parte del gobierno a travs de la ayuda social. Si bien la agricultura en Quebec an cuenta con mano de obra local, sta repre-sentaunmenorporcentajeencomparacinconladelostrabajadoresextranjeros tem porales.Durantemitrabajodecampoobservquelosquebequensessuelen desarrollar actividades agrcolas que demandan menos esfuerzo fsico y su mano de obra es mayormente utilizada para cosechar manzana y fresa, en estos cultivos no estn obligados a un horario y la paga se da al fnalizar la jornada. Estamos hablando de trabajos por debajo de la mesa.Otro elemento que tambin ha infuido en el cambio de la representacin es que ahora la gente de Saint-Rmi tiene ms oportunidad de viajar, sobre todo a los sitios de playa de Mxico y el Caribe, lo que posibilita descubrir otros elementos de la si-tuacin socioeconmica y cultural de los mexicanos y tener la posibilidad de entablar relaciones en otro contexto. Finalmente, el hecho de que los habitantes de Saint-Rmi en la actualidad tengan ms oportunidades que antes de formarse a nivel medio su-perior o superior en ciudades como Montreal, Sherbrooke, Laval o el mismo Quebec, abre una veta hacia el reconocimiento de los migrantes temporales desde perspec-tivas ms humanistas.Si bien es cierto que la tensin entre los grupos que conviven en Saint-Rmi ha disminuidoyquepaulatinamenteelgruporeceptorhaentendidoqueellosyano 50AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAestaban interesados en hacer el trabajo de la agricultura, aunque ste tena que lle-varse a cabo para continuar con la produccin de frutas y vegetales, y as tener una economaagrcolaestable;todavaestlatenteelrechazohacialosmigrantesyla violacin a sus derechos. Para los quebequenses no es sufciente saber que la agricultura en la provincia nece-sita de mano de obra extranjera y que los jornaleros no son ladrones de empleos. Algu-nos de ellos an conservan una representacin negativa. Los nuevos inmigrantes o sus hijos se vuelven conscientes de este hecho y lo critican evidencindolo en su discurso. INVASORES-EXTRANJEROSPara los quebequenses de Saint-Rmi, lo importante y lo que tiene valor sigue siendo lo local, lo que es de ah, lo extranjero contina representando una invasin. Recor-demos que se trata de una sociedad muy conservadora, que hasta apenas hace unas dcadasestabadominadaporelclero.Lasprimerasfamiliassiguenostentandoel poder poltico, econmico y social en la zona. De alguna manera ellas toman las deci-siones para determinar quines pertenecen al lugar y quines son excluidos. Algunos indicios o atributos de identidad para defnir quin est incluido y quin no son los siguientes: en primer lugar, lo que cuenta son los apellidos, porque eso es un indicio de pertenencia a las familias que han vivido all ms de un siglo; el segundo es el ha-ber nacido all, esto les garantiza la pertenencia a la comunidad; el tercero, ser franc-fono, pero quebequense; el cuarto est vinculado con la raza, reconociendo como su origen racial la raza blanca y, fnalmente, compartir las mismas prcticas culturales.VemoslosapellidosdelasfamiliasfundadorasdeSaint-Rminosloenlos nombres de las calles del poblado, sino tambin entre los polticos, empresarios o bien entre los miembros de los comits que marcan el presente y futuro de Saint-Rmi y, por ende, de la situacin de los jornaleros. Ejemplo de stos son Boyer, Lefranois, Perras, Riendeau, Robert, Ste-Marie, Yelle, Hartel, Barber, Normandin, Boucher (apellidos tomados de Labergue y Chayney, 1980).Debido a que el origen de la ciudad se remonta a 1830, el nmero de las familias se ha incrementado, stas se han conformado regularmente de la unin entre miem-brosdelasfamiliasoriginariasdeSaint-Rmiyunintegranteprovenientedeotro lugar de Quebec. A esta elite familiar no pertenecen los sujetos que migraron de dis-tintos pases, pese a su origen francfono. Esto muestra la fuerte raz que dichas fa-milias tienen en Quebec y en particular su comunidad. Esta especie de proteccionismo ha estado latente en todos los lugares, no slo se ha circunscrito al medio en el que los migrantes agrcolas se desenvuelven. Hace poco 51LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSms de veinte aos se trataba de una situacin realmente exacerbada, an los quebe-quenses de otra regin eran medianamente bienvenidos, aunque no podan ocupar puestos pblicos importantes; por ejemplo, slo hasta el 2009 se eligi, por primera vez, un consejero para el distrito rural, que no era nativo de la comunidad y que te-na pocos aos de haber llegado. Por otro lado, las personas francfonas que no haban nacido en Quebec tam-bin eran excluidas yagredidas psicolgicamente. Esta problemticatancompleja no slo se queda en el imaginario de los actores sociales, sino que la representacin social es la accin misma. Cito a Abric: Es una gua para la accin, orienta las acciones y las relaciones sociales. Es un sistema de predecodifcacin de la realidad, puesto que determina un conjunto de anticipaciones y expectativas (2001: 13).Ante la representacin social de invasores que se tiene de los jornaleros, su situa-cin de vulnerabilidad no slo est presente en la parte laboral; tambin se expande a otros espacios, permeando todo el contexto social en el que se desenvuelven.LOS QUEBEQUENSES DE ORIGEN LATINOAMERICANO Y SUS REPRESENTACIONESLas reas donde los latinoamericanos empiezan a ganar terreno estn estrechamente vinculadas con los comercios, sobre todo las que ofertan productos mexicanos y gua -temaltecos, y el servicio de envo de remesas. De hecho, la idea que tenan los latinoame-ricanos antes de mudarse a la comunidad era explorar cules eran las necesidades de los jornaleros para ofrecrselas. Los nuevos negocios se enfocaron fundamental-mente a la venta de productos comestibles, bsicamente mexicanos, a la distribucin de tarjetas telefnicas y al servicio de envo de remesas. Gracias a este grupo de personas, la situacin en los ltimos aos para los mexi-canos y guatemaltecos ha mejorado, ya que ahora cuentan con un mayor acceso a serviciosdeenvodedineroyaproductosdelosqueanteriormentecarecan.De acuerdo con las opiniones de los jornaleros, es un alivio saber que pueden contar con el apoyo de personas que hablen su misma lengua y que sean sensibles a su realidad.LA REPRESENTACIN: EL CLIENTE BUSCADOCabe aclarar que no slo los hispanos han procurado llamar la atencin de los jorna-leros, sino que tambin los quebequenses han hecho su parte. Por ejemplo, las far-macias, los bancos y los supermercados contratan, durante el verano, gente de Quebec 52AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAque hable espaol para que atraigan a la clientela hispana. En las tiendas como el IGA hay una seccin especial de productos mexicanos, los restaurantes han incluido pla-tillos mexicanos y los videocentros cuentan con una gran variedad de pelculas con subttulos en espaol. Todo esto se circunscribe fundamentalmente al aspecto de in-tercambio comercial, por lo que el jornalero se ha convertido en el cliente buscado. Por supuesto que esta representacin no es nicamente de los latinoamericanos, los quebequenses que tienen algn negocio que oferta productos o algn servicio a los jor -naleros tambin la comparten. En este sentido, la representacin es positiva, ya que los dueos de los negocios se ven benefciados econmicamente con su presencia. Fuera del mbito comercial, son pocas las actitudes de aceptacin y jbilo que se aprecian en la poblacin recep-tora por tener como huspedes a personas de otras culturas; sin embargo, en su dis-curso oral esto toma otros matices. Generalmente ste tiene la pretensin de mostrar, atravsdelaspalabras,unaactituddebienvenidahacialosmigrantes,queenla prctica se reduce a un plano netamente material, representado a travs de las cosas e infraestructura que se les oferta a los jornaleros, es decir, que se trata de una rela-cin meramente instrumental.TRANSFORMACIONES EN LAS REPRESENTACIONES, LA PARTE HUMANAFuera del mbito de intercambio econmico, los habitantes de Saint-Rmi, sobre todo los que nacieronah, no han tenido sufcientes elementos que losayudena serms sensibles con culturas ajenas a la suya. En la comunidad observamos que la inmigra-cindepersonasdeotrasculturasesmuybajayquehistricamenteSaint-Rmiha sido un sitio agrcola familiar, donde se ha producido lo necesario para subsistir. La gente sola vender sus productos en expendios fuera de su casa o a pequeos comer-ciosdentrodelamismaregin.Estadinmicaenlaagriculturaconsumalamayor parte de su vida (Labergue y Chayney, 1980), por lo que no estaban acostumbrados a convivir con gente de otras culturas, ya que su trabajo no lo necesitaba. Pese a su cerca-na con Montreal, muchos de sus habitantes no la conocan, de hecho, en la actualidad, a muchos les resulta una ciudad desagradable para visitar, debido a que hay bastante ruido, caos vial, peligro y tambin les parece lejos, segn sus propias palabras (notas de mi diario de campo); sin embargo, desde hace un par de dcadas esto ha cambiado, la agricultura tradicional se ha convertido en una gran agroindustria, lo que ha impacta-do en las estructuras sociales y econmicas de la comunidad. Con la llegada de los pocos inmigrantes provenientes de otras culturas, los im-pactos positivos en la economa de la localidad y el trabajo de los colaboradores de la 53LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSAlianza de Trabajadores Agrcolas (ATA) y de otras personas conscientes de las nece-sidadesdelosjornaleros,larepresentacinnegativadelosmigrantesempiezaa transformarse. Si bien, en la actualidad an no se puede hablar de una comunidad latinoamericanaconsolidada,yaquelospocosinmigrantesseencuentranenuna lucha individualista para posicionarse econmicamente en Saint-Rmi, existe la po-sibilidad de que paulatinamente se generen alianzas que conformen un enclave que apoye a los jornaleros con ms efectividad, tal como sucede en Leamington, Simcoe y Nigara.En el ltimo lustro, se han empezado a observar algunas situaciones que buscan que las personas los vean como seres humanos y no como mquinas de trabajo, aunque an no podemos hablar de un movimiento consolidado, conviene mencionar que ste ya ha comenzado. Eventos como las parrilladas en el verano, las comidas en la iglesia despus de la misa dominical, algunos paseos anuales por sitios tursticos y las clases de ingls han servido para entablar relaciones entre los jornaleros y algu-nos miembros de la comunidad canadiense, sustentadas no en factores econmicos, sino en otros valores, como el de la solidaridad. En este sentido las organizaciones como la ATA, el grupo Somos Hermanos y la Fraternidad Quebequense Latinoameri-cana han cumplido un papel determinante en la construccin del proceso de inclusin.CONCLUSIONESLas relaciones que construyen los saint-rmois con los guatemaltecos y mexicanos estn matizadas por el espacio fsico en el que se establecen y, a su vez, se encuentran condicionadas por la estructura de los programas de trabajo temporales. As, en-contramos que, en la zona agrcola, las relaciones tienen un sentido meramente labo-ral y se jerarquizan en dos roles: uno ejecutado por el empleador, quien controla, y el otro, por el trabajador, quien en general no tiene la posibilidad de defender sus dere-chos, asumiendo el papel de subordinado. Las representaciones sociales en el rea agrcola es donde histricamente los em-presarios agroindustriales han ejercido mayor infuencia en su conformacin. Su fun-cineslegitimaryjustifcarenlacolectividadlaexplotacindelosjornaleroscon distintos argumentos, entre los que destacan los siguientes: el migrante viene a Cana-d con la nica fnalidad de trabajar todo el tiempo, para enviar la mayor cantidad de dinero a su familia; los trabajadores agrcolas, por venir de climas clidos, son resis-tentes a las altas temperaturas y estn acostumbrados a jornadas laborales fuertes y a condicionesdevidapauprrimas,porloquecualquiercosaqueselesofrezcaen Quebec ser mucho mejor que la que tienen en sus pases de origen; los migrantes 54AARN DAZ MENDIBURONORTEAMRICAtemporales no desean quedarse en Canad, porque extraan a su familia y sus cos-tumbres; los jornaleros son temporales, ellos slo estn aqu parcialmente, por lo que no necesitan de ms derechos.La representacin social que tienen los quebequenses de los mexicanos y guate-maltecos comotrabajadorestemporalestieneunvalorpositivo, sobre todo para lospatrones,elcualradicaenlaampliafexibilidaddelamanodeobra.Parala agroindustriacanadienseesfundamentalcontarcontrabajadoresdisponiblesen todo momento por las circunstancias tan cambiantes y extremas del clima, la compe-titividad a nivel mundial y la plusvala que producen. Larepresentacinsocialtrabajadorestemporalesesunapiedraangularde una poltica del Estado canadiense en la que se niega rotundamente a los trabajadores agrcolas la posibilidad de inmigrar, colocndolos en un estatus migratorio de tem-poral y, por ende, en una posicin de vulnerabilidad que los jornaleros enfrentan da a da durante su estancia en Canad.Por otro lado, las representaciones sociales en la parte urbana tambin se rigen por un principio econmico; en este contexto, la representacin que tienen de los jor- naleros es la de el cliente buscado. Por un lado, se encuentran los latinoamericanos residentes en Quebec que hacen esfuerzos para atraer a los trabajadores tempora-les a sus negocios y, por el otro, estn los quebequenses que tambin buscan captarlos al modifcar los horarios de atencin, contratar gente que hable espaol, e introducir productos y servicios que sean del gusto de ellos. Ese esfuerzo de condescendencia se circunscribe nicamente a las dinmicas comercialesquesedesarrollanenunespacioytiempodeterminados,sinquepor ello exista un mayor involucramiento entre dichos actores.Sinembargo,existenpersonas,sobretodoenlaparteurbana,quetienenuna representacin humanista de los jornaleros. Ellas construyen otro tipo de vnculos que no estn fundados en la parte econmica, un ejemplo lo encontramos en el per-sonal de la ATA, quienes han construido relaciones en las que la solidaridad es su es-tructura principal. Tantoenlazonaruralcomourbana,ladiscriminacinhacialosjornalerosse hace evidente en ocasiones de manera muy sutil y en otras muy abierta. En el mbito laboral,lospatronesejercenpresinydiscriminacinensusprcticascotidianas, pero a su vez los jornaleros son recompensados al fnal de la temporada con una carta de buen desempeo, que prcticamente les asegura un lugar de trabajo para el ao entrante. La importancia de la historia en el estudio de las representaciones sociales en Saint-Rmi fue fundamental para entender el racismo y la exclusin de los jornale-ros. Estos hechos no son situaciones que surgieron con la llegada de los campesinos 55LOS MIGRANTES AGRCOLAS TEMPORALESENSAYOSmexicanos ni guatemaltecos, sino que se remonta, de acuerdo con los inmigrantes de otros pases, al arribo de cualquier persona ajena a la comunidad. As, los pocos in-migrantes provenientes de Asia, Europa o frica fueron rechazados. En los aos ochenta, con la llegada de los trabajadores agrcolas a la comunidad, losquebequensesvinculabanlarepresentacinconinvasoresporquerobaban sus empleos, ocupaban sus espacios y no eran parte de sus familias. Esta repre-sentacin se ha ido transformando a travs del tiempo. En la actualidad, los quebe-quenses saben que sin estos extranjeros, originarios de otras culturas, la agricultura de Quebec no existira.FUENTESABRIC, J. 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