los metodos actuales del pensamiento bochenski

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I. M. BOCHENSKI r0$ mtr0D(}$ A0TUALE$ 0Et Ptil$AllllENT0 OCTAVA EDICION Ediciones Rialp, S. A. Mad¡d B¡BL. IUNIORATUS 1

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Los Metodos Actuales del Pensamiento Bochenski

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  • I. M. BOCHENSKI

    r0$ mtr0D(}$ A0TUALE$0Et Ptil$AllllENT0

    OCTAVA EDICION

    Ediciones Rialp, S. A.Madd

    BBL. IUNIORATUS 1

  • Ttulo original:Die Teit gentissischen Denkmethoden

    (4. Francke Verlag. Bern. Leo Lehnen Verlag. Miinchen)Traduccin de

    Rnruuw Dnuors Brunrcr

    Primera edicin espaola: enero de 1957Segunda edicin espaola: octubre de 1958Tercera edicin espaola: enero de 1962Cuarta edicin espaola: octubre de 1965Quinta edicin espaola: junio de 1968Sexta edicin espaola: septiembre de 1969Sptima edicin espaola: julio de 1971Octava edicin espaola: febrero de 1973

    ES PROPIEDAD DEL AUTORTodos los derechos reservados para todos los pases de

    habla espaola por EDICIONES RIALP, S. A.Preciados, 34 - Madrid

    ISBN: 84-321-0106-0 Depsito legal: M. 5.042-1973

    Cr"oss-OncovsN, S. L. -Martlnez Page, 5 -Mlonr-29

    Este librc intenta dar a conocer en forrnoelemental, y seg,n las concepciones actuales,Los m"todos ile pensamiento conterrlporneosms importantes y generales, es decir, aQM-Ilos qu,e aienen usn'dose en aarios ilorniniosdel saber.

    Para eaitar mnlentendidos es conaefticnteexplicar en concreto las limiteciones impues-tas al.libro.

    l. Trata ile los mtodos de pensamiento')el libro pertenece, for tanto, al cam,po de lametodologa general, que es aquella porte ilela lgica que se ocu|o ile la aplicacihn de susbye en il ejercicia Aet pensmento. Obsr'Jaese que ha sido escrito por wt.lgico ; de ello

    oGoLoRP

  • il]lr

    I. M. Bochenskl

    se seguir probablemente cierto milateroli-iloil : Ia acentuacin especial ilel lado lgicoen el rytoilo. En todo caso,lo ilecisiao en lam'etoilologa parece ser precisamnt,e lo lgico.

    2. EI libro contiene slo nocions elernen--t"l"r. Doctrinas importantes, cottw, por ejem-

    plo,la teora d,e Ia probabilid.ad o las particula-rid,ad,es del mtodo histrico, han, sido pasadaspor alto o simplemente esbozadas. Esto lunecesario, al querer resumir en ton breae n-tnero ile pgtnas todo Io esencial. Especial-mnte se procur eliminar toilo Io que re-quiriero cu,alquier cottocimiento matem,tict-excepc'i6n hecha de las operaciones

    elemn-tales de cIculo- y ile lo lgico matemtico.Igrnlmente se ho renunciad,o a todo lo terrru-rcloglo especiolizod.a con el propsito ile hacerms asequible el texto o cualquiu lector tniniciado en lo materia.

    3. Lo que se dice, a pesor del tono y form^ailogmtica, no es m.s que una exqnsicin dereferencia. EI outor no asu(ne lo responsobi-lid, de los rcglos y fund,amentac'iones qucexplica. De escribir l rma metoilologo siste-mtico, o bun seguro que gra.n porte ilelconteniilo de este libro aa.riaro totolmcnte.

    4, Se ilan a conocer tos concepciones delos metodlogos, 7ro las del hombre ile ciencio.

    10

    Los modos actuals del pensamlmto

    En este aspecto no es ms quc un libro sobrela filosofio actual. Lo palabra ufilosofanilebe tomarse esto aez en su acepcin ms n:gu.rosd y no en su sentido coniente : cuestio-nes filosficas, como, por ejemplo, Ios queaersan sobre lo noturalezo d,e lo lgico o sobreel lundamento ile la inil*ccin, han siilo po-sod,as por olto casi por completo. El obieto en\cuestihn es el estud,io ile los mtodos en sl,na sus interpretaciones y fwilomentocionesllthnas.

  • I. INTRODUCCION

    I. Terminologa.Para poder dar a conocer cLaramente el con-

    tenido de las doctrinas metodolgicas contem-porneas, debemos servirnos de una terrnino-loga cuyo sentido quede fijado de antemarro.Por esta raz6n es necesario, antes

  • iI

    I

    I' t' Bochen'skl

    Nuestra terminologa pertenece' en sus 1-

    "#?;;r'";, " r" "t""'cia del mundo filo'

    ;jfr",', * "b:tl1?i1li;;::T,fffff iltr

    usadas en sentrdo Ires. En tales casos ha sido necesario

    escoger

    l';: ;;;{t*"'q H';J'ffi ]".H:?ll#:aou se ofrece es c;Tt::: *t 9 "'"i "*p'"sin debe

    ser enten-

    "'i est forma o de la otra'

    TnnruNor'oce oN tor' cc :-,:1 mundoconsta de as 1to'1t' t"b,t*":li:)' comomontes,plantas,to*uit''etc''quesonde-terminada' *to'""''i"'it"t""ttt fuU:!S';,"'"*;1" ; t:ll*i,'lTfr ;'#*:a t:Ii.r oue estu vrnct: W ;; ;il":,1#tg:*:f n.' ffi: TXtodo io,q":

    ":.."^i;'H'il;"tt dos alpectos-oHl':l[,': 3J:Ed: in""':1r*. sei as)' 1oqu,e es; y su t*ii.-tia' que consiste en

    qwe

    * t&::;;un ser est con'stituldo de una

    de-

    terminada *"""'^1" p"t tj"-4::,:]ant1o unacasa es roja o oo"?f""u gt"tt-ttY tiene

    una

    *,iil'1i*i"*:'fr{**'rr:,n"::rl4

    =-

    ln mtod,os dctaleE dl peuamlento

    ente, se comrorta y es de sta o de la otraforma. Las configuraciones (Sachaerholte)no son independientes unas de otras. Es msque frecuente que, si una configuracin exis-te, sa il o&a tambin. El mundo puede serpensado como un conjunto de configuracio-nes. Ms ahn : el mundo es en s mismo unagEflgulacioit enorme,, desarrollada en sumogrado, en el que toclo 1o que es o puede ser,est. unido a lo dems por una serie infinitade relaciones.

    Con ello, naturalmente, no se afirma queno sea posible un aumento o reduccin de lascitadas categoras. De hecho, a 1o largo de lahistoria de la filosofa se ha sostenido que noexrsten cosas, sino propiedades y relaciones;otros pensadores han enseado que nicamen-te existe una cosa. Tampoco faltan quienes,por el contrario, reducen el todo a una multi-plicidad de cosas. La list de tales opinionespodra aontinuarse ad libitum. Desde el pun-to de vista metodolgico estas discusiones tie-nen poca importancia. Cabe que ull anlisisms rrprofundor permita alguna de estas re-ducciones mencionada.s. Pero en la praxiscientfica se emplean

  • I. M. Boehenski

    uniformidaC y acuerdo entre los ms destaca-dos pensadores de nuestro mundo cultur-al :Platn, Aristteles, Plotino, Agustn, Toms,Bspinoza, T*ibniz, Kant, Hegel, Husserl,Whitehead, emp'1.ean todos un lenguaje en e1que se presentan nombres para- nuestras ca-t"got"t, sea cual sea el modo de concebir elmundo

  • \--

    I. M. Baehenski

    para el sahr: el saber se refiere a contenidosty stos se convierten en proposiciones ; lasproposiciones, sl, son va suficientes para elsaber.

    4. Estas imgenes pueden ser considera-das subjetiva u objetivamente. Si se las con-sidera subjetivamente, son ciertos productospsquicos que forman parte del alma humana;objetivamente, nos interesa su contenido, 1oque estas imgenes representan. Podra creer-se que este contenido fuera algo r.eal, un ser,el ente conocido. Pero no es as. Para verloclaramente bastar con observar que existenproposiciones falsas

    -las cuales tienen sinduda un contenido, y son ms que meros pro-ductos psquicos-r pero que no reslnnden aimgenes del mundo real.

    .t De aqu que las expresiones ((concepto)) yrrproposicin)) sean equvocas : hav que dis-tinguir entre eI concebto subietiao y la propo-sicin sub jetiua

    -productos psquicos-, delcont et to obietizto 5r de la proposicin objetiaa-que no son tales-, sino contenidos de loscorrespondientes conceptos y proposiciones

    L..subjetivas.f 5. Todo cpnocimiento se lleva a cabo me-'diante un proceso psquico. El saber es el re-sultado del proceso, ,que no es un estado, sino

    Los mtodas etuls del pensa.mlento

    :-g__gctfuidad del sujeto. Vamos a llamarlecorr,ocer. El conocer es, pues, como el saber,algo psquico que radica en el hombre indi-Jvidual. No se da un (conocer objetivou frentea los conceptos y proposiciones objetivas: se-ra una no-realidad.

    El conocer en su pleno sentido culmina efl (eI iacio que afir,ma o niga una proposicinobjetiva.

    Llamamos concehir al proceso ms elemen-''ltal del conocimiento, que nos lleva a la for-macin del concepto subjetivo y a comprender_1el concepto objetivo.

    De hecho, en el proceso cognoscitivo, am-bos actos estn unidos entre s; su estr-ucturaes complicada en los dos casos y no nos intere-sa de momento. Obsrvese, adems, que algu-nos lgicos (as, los escolsticos y Kant) em-plean la palabra ,

  • I, M. Bochenskl

    no precisa necesariamente ser un conocer. Sepuede llamar ((pensar)), por ejemplo, al re-cordar en un momento de ocio cosas diferen-tes, unas tras de otras. Segn esto, el ggqocsvendra a ser como w l>ensar serio, como un{j}e*ffi"fi1-91.sabe.

    TennrNor,ocA sEMrtice.-Para comuni-( "^,

    u los dems nuestros conceptos ]- propo-siciones e incluso para facilitarnos a nosotrosmismos el pensar, empleamos sienos prefe-rentemente de\ lmguaie escrito u oral queconsta de palabras o de smboios equivalen-

    1 tes. Dos cosas hav que tener en cuenta: I, El lenguaje no representa directamen-

    re el ser, srno los conceptcs y proposicionesobjetivas. No expresamos 1o que es el ser,

    l-sino 1o que pensamos de 1. Esta observacines muy importante y el no tenerla en cuentapuede conducirnos a graves errores.-

    2. El lenguaje no representa siempre de-, "-- una manera adecuada los conceptos y las pro-

    posiciones objetivas. Ms an : con frecuenciaocurre qde un signo del lenguaje representadiferentes productos objetivos (homonirnia) oviceversa, muchos signos representan lo mis-

    l.mo (sinonimia).Existe una tendencia natural

    -plenamente

    Los mtodos actuolcs dl peuambnto

    justificada-, a construir el lenguaje de ma-nera que represente lo ms adecuadamenteposibl los cbnceptos y propo-siciones objeti-oas. No siempre se logra tealzar este ideal'Porque el lenguaje juega'un papel decisivo en*el conocer humano (entre otras cosas' porqueel conocer est condicionado por lo social, esdecir, por lo.que otros hombres conocieron r

    . se nos^ transriite a travs rel lenguaje), elanlisis lingstico y la interpretacin dellenguaje ,oi t"r"", -de las mi impor*"tqjdel mtodo cognoscitivo.

    Llamaremos ,,!9g!IS, al signo de un con-cepto objetivo l'

    "g"q$:Adg, al signo de unaprbposicin objetiva. Asi, tenemos.la siguien-ie tabla, qoe ttume nuestra terminologa :

    Oillen il,e l eoll Ser Contenida 1

    Orden del prooeso cog- Concebir Juzgarnosciivo:

    Orden de las proposicio- Concepto Proposicinnes obietivas; objetivo objetiva

    Orden de los produetos Corcepto Proposicinsubietivos: subietivo subjetiva

    lrden dei lenguaje: Nombre EnunciadojBsto, claro est, no es ms que una orien-

    tacin prorrisional, que ser profundizada dedistints formas en 1o que sigue'

    2120 BIBI.. IUNIORATUSDOM. PROB. S. IOSEPH

  • I. M. Bochenskt

    Ttrnrvrwor,ocA GNosEoLcrcA.-Una pro:* posicin objetiva

    -f , por 1o tanto, tambin\un enunciado-, es siempre aerd,ad,era o falso.A contrnuacin, queremos determinar la sig-nificacin de estas expresiones: una proposi-cin es verdadera, si corresponde a algo, esdecir, si el Sachrerhalt a que se refiere se da,existe. Es falsa, a su vez, si no correspondea algo, es decir, si el contenido a que alude no

    fexiste. la palabra Eg&gd, significa tna pro-piedad, de una proposici,n o de un erutnciado,qu,e con^siste en qu,e su corresponilieryte conte-

    niclo se d,a en la realidaiL Anlogamente, pue-ae definirse el sentido de la palabra febgnsd'.

    Bsta es, naturalmente, una de las mltiplessignificaciones de la palabra

  • quiere sahr ",';" ,.i];ll,, esta m*sa esoscLtra es verdadera, basta con mirar la tnesa;

    tal conocimiento 1o llamaremos directo.2. Aprehendiendo, en lugar de la confi-

    guracin en cuestin, otros contenidos, dedu-ciendo de ellos el primero. Esta forma de co-

    Lnocimiento ser llamada conocer indirecto.o Obsrvese que toda interpretacin a base de*

    signos, es un conocimiento indirecto va quevemos, de una parte, signos materiales (porejemplo, pequeas manchas de tinta), y porotra (intelectualmente), ciertas conexiones ge-

    I nerales entre taies signos v sus contenidos.As, conclumos la significacin de ios sig-

    nos en aquel caso particular. El fenmeno delconocimiento indirecto se nos ofrece como algocurioso r, a primera vista, no se entiende c-mo puede ser posible tal conocimiento. Peroes incuestionabie que conocemos muchas casasindirectamente; ms an, en todo conocerest entremezclado un conocer indirecto. Laesencia del conocimiento indirecto plantea se-rios y' difciles problemas gnoseolgicos. Pero,dado que aqu tan slo nos interesa la meto-dologa, orillaremos estos problemas y nica-mente daremos por supuesto el hecho escuetod,e qu,e se da tal conocimiento.

    Los ntodos actuales ilel pensdmlento

    2. L6gr,ca, Metoilologa y Ciencia.Para la adecuada inteligencia de las doctri-

    nas metodolgicas es necesaria una breve alu-sinalf,u.gqr-,gu-e*lamgtodolog+qg"opg*dsulrodei qisiema de"-"las ciencias. Para ello, debe-mos ocuparnos brevemente del concepto delgica --{e la cual la metodologa es unaparte-, y del concepto de ciencia.

    Lcrce.-Pocas palabras hay -incluso enla terminologa filosfica- ms ambiguas

    que la palabra ,,Igica,r. Dejando de lado to-das aquellas significaciones que nada tienenque ver con el raciocinio, nos quedan todavamuchas ms, mejor

  • I. M. Bochenskl

    mas difciles; aunque a la vista de algunosejemplos rcsultar fcil mostrar su objeto.

    Un ejemplo es el conocido modus ponen'd,oponens: rrsi .4, entonces B,'es as que r{; lue-go 8.,, Esto es una ley lgica. Puesto que sisustitumos las letras por cualesquiera enun-ciados, siempre tendremos un enunciaclo ver-dadero. Dicho de otra forma: con esta I.y po-demos deducir de enunciados verdaderos otroenunciad.o vercladero. Otro ejemplo es el modoBarbara: ,

  • I. M. Bochenskl

    teralmente tn logos, un hablar

  • I. M. Bochenskt

    f-es otra cosa que tn snher-sistem,iico. Bs, en-primer lugar: a), un sabqr,es decir, una pro-'piedail del sujeto huntano i'nl,iaual. Bi queposee una ciencia tiene la aptitud de entendermuchas cosas de ella v de realizar correcta-mente las operaciones espirituales correspon-

    \dientes. As, por ejemplo, un hombre quesabe Aritmtica tiene la aptitud de entenderlas leyes aritmticas y de contar correctamen-te segn ellas. Ciencia, en este sentido, no esotra cosa que u.na especial aptitud unida natu-ralmente a un saber propio, en este caso el co-nocimiento de muchas leves. Pero la cienciasubjetivamente entendida es todava ms : b),

    ,'un saber sistentd.tico. No todo el que conoce' algo de un dominio del saber posee ciencia de

    1, sino s1o aqul que ha penetrado sistemti-camente en 1 y que, adems de los detalles,

    tqconoce las conexiones de los contenidos.Se habla a menudo de actividades cientfi-

    cas, de la investigacin. Se ias liama cientfi-cs porque su fin.consiste en la formacin odesarrollo de una ciencia en sentido subjetivo.Pues el que investiga, estudia, etc., se esfuer-za por obtener un sabe sistemtico.

    2. Objetivamente entendida la ciencia noes un saber, sino un conjunto de proposicionesobjetivas. En este sentido se dice'

  • I. M. Bochenskl

    -obra social.-A ella pertenecen solamente aque-

    llas proposiciones que de una u otra manerahan sido o'bjetivas, es decir, representadasen signos, estando as al alcance, al menos en

    l.principio, de los dems hombres. Acaso pu-diera imaginarse una ciencia individual, cons-truda v conocida solamente por un hombre ;de ser as, no necesitara ser expresada en sig-nos. Pero de hecho una ciencia tal no existe.

    ^ CrBNcr.q y LcrcA.--De nuestra descrip-cin de la ciencia se sigue que depende esen-cialmente de la lgica en diferentes sentidos,

    t' E" 1o que a 7a cienci,a entend.ida objetiaa-'nrcnte. se refiere, es evidente que debe serconstruda lgicamente. Siendo un con;untode proposiciones, sus partes deben estar uni-

    l.das entre s por relaciones lgicas. F,s verdadqne la ciencia en slrs e.staclios primerizos sereduce a un crmuio de proposiciones no uni-das siempre entre s ; pero esta situacininicial es considerada por el cientfico comoalgo insatisfactorio v la tendencia principalde toda investigacin no se ordena solamenteal descubrimiento de nuevos contenidos, sinotambin (qtizi ante tocio) a la ordenacin 1-gica de las proposiciones ya formuladas. Lalgica, y precisamente la lgica formal, cons-

    Los m,tod,os actttslcs dl pcrcemtento

    tituye, pues, el marco indispensable de laciencia as entendida, que siempre supone lalgica.

    Par la ciencia en sentiiJo subiethto,l" tOglca es tambin condicin previa. En primer lu-gar, esta cieucia (como estado) es un saber sis-temtico que consiste en la oomprensin de laciencia en sentido objetivo. Los juicios queforman este saber deben esta.r unidos entre scomo i"" propo"iciones de la ciencia objetiva.J

    Luego tambin ta inaestigacin debe set dirigida por la lgica y esto de dos maqeras : Il. En primet trmino, no le est permitido al'-investigador violentar las leyes lgicas, sinoque debe proceder segn ellas. El conocimien-to cientfico es, en los ms de los dasos, un co'nocer indirecto, un concluir. As que la lgicaformal es un supuesto indispensable de la in-vestigacin ; 2. Adems, en la investigacin Ise debe proceder metdicamente l esto signifi-ca que hay que emplear mtoclos determina-'aor y

    ".io"tor. Eito, mtodos son elabora--'dos en toda ciencia a tenor de su objeto espec-fico. Pero es que, aparte de ello, toda labor de t'investigacin precisa cietos principios meto-dolgicos generales que valen para todas iasciencias, al menos para buen n{rmero de ellas.Bstos principios generales metodolgicos son

    I

    tIIti

    33?)

  • I. M. Bochenskt

    estudiados por la metodologa, que, seghn he-mos dicho, es una parte de la lgica.

    Queda claro que toda investigacin suponela lgica en su sentido ms amplio. No hayque entender esto como si el investigador de-biera aprender la lgica formal v la metodo-loga antes de ir a la investigacin. Sabemosde sobra que en los estadios iniciales de unaciencia el conocimiento de ambas no es indis-pensable y que bastan las disposiciones 1-gicas naturales. Es un hecho que los princi-pios de la lgica son abstrados de las cienciasy formulados, cuando va esta frltima se hallaen franco desarrollo. No obstante, dos cosas

    fson evidentes : l, Toda ciencia, arn cuando elinvestigador no tenga conciencia de ello, estconstruda segn los principios lgicos-meto-dolgicos 1 2, generalmente, es necesaria una

    , formulacin refleja y completa de estos prin-

    \*cipios en las fases evolutivas de una ciencia.-7La lgica nat'urol basta para las cosas senci-- llas; en las cosas ms compl"J"., en general,

    es insuficiente. Falla de ordinario totalmenteal querer dar cuenta del significado filosficode la labor realizada; por lo cual es indispen-sable cierto conocimiento de la lgica foimaly de la metodologa.

    Los ntodos actudles ilel petxamiento

    DrvrsrN.-Por lo que hemos dicho se po-dra rensar que la metodologa general se re-{iere exclusivamente al conocimiento indirec=to. Pero no s as. Tambin en el orden dellconocimiento directo se dah determinados m-todos, elaborados tcnicamente y que sbn tam-bien objeto de la metodologa general. Unlugar destacado entre ellos ocupa el mtq4ofs"t*reeJgito. Es el mtodo de la intuicinintelectual y de la descripcin de 1o intudoJEste mtodo contiene mltiples rormas, que,en general, tienen validez para todo pensar.Adems, se trata de un mtodo moderno queusan casi la mitad de los filsofos actuales yque ha sido ya aplicado a diferentes cienciasdel espritu y, segn parece, cada vez con ma-yor xito. Est en estrecha relacin cotr latercera parte de la lgica lfilosofa de la lgi-ca), aunque tambin tiene relacin con la pri-mera (lgica formal). De este mtodo feno-menolgico trataremos en primer iugar.

    Recientemente se han elaborado tres gr-*1pos cle conocimiento indirecto, en.el primerode los cuales se trata la interpretacin clel len-

    ,

    guaje. Por la decisiva importancia del lengua-"je en algunas ciencias (sobre todo en las his-tricas, aunque tambin en las matemticas)eI anlisis li,ng.stico es ya parte de la doc-

    {

    I{lt

    34 35

  • I. M. Bochenski

    trina general sobre los mtodos. Viene a sercomo el correlato del mtodo fenomenolgico:en 1 se anliza el lenguaje indirectamente, atravs de los signos. Su estudio seguir bldel mtodo fenomenolgico.

    r A continuacin nos ocuparemos de la con-clusin, estudiando sus dos especies : deduc-

    \tiaa y reductiua. (La significacin de estasexpresiones ser aclarada en su lugar). Sever fcilmente cul es la vinculacin delprocedimiento deductivo con las le-ves {orma-les-lgicas v quedar claro que el reductivosupone la lgica. As obtendremos la divisin siguiente:1. Mtodo fenomenolgico.

    2. Anlisis lingstico.3. Mtodo deductivo.

    L 4. Mtodo reductivo.

    II. EL MBTODO FENOMENOLOGICO

    3 . Generalidades.

    ANotecroNes HrsTRrcAs. -

    La palabra,rfenomenologa,r parece haber sido empleadaprimeramente por J. H. Lambert en su NasOrganon. (1764). Ms adelante la encontramosen Kant (Metaphysische Anfangsgrnde derNaturwissenschaft, I 786), Hegel (Phiinonte-nologie des Geistes, 1807), Renouvier (Frag'vnents de la Plt'ilosoph'ie de ,Sir W. HarnIton,1840), W. -Hamilton (Lectu'res on Logic,1860), Amiei (lournal intime, 1869), E. vonHartnrann (P lt, iinom e r t oI o g e de s sittli ch en B e'wusstset., 1879), y otros. Su significacin esmuy distinta en cacla uno de estos autotes,

    36 37

  • I. M. Bochenski

    aunque ninguno la emplea pala significar unmtodo especial v determinaclo de pensamien-to. Es Edmundo Husserl (1859-1938) quienprimeramente introduce 1a palabra Fenomc-nologa en este sentido. Sus concepcionesmetodolgicas ejercieron r1n influjo decisivosobre la filosofa europea, ], en parte tam.bin, sobre la americana. En el perodo deentreguerras se form en torno suvo una re-presentativa escuela (M. Scheler, R. Inqar-den, M. Farber, E. Stein, O. Becker, E. Fink,A. Pfnder, A. Kovr, 5' otros). Ms tarde,este mtodo, con algunas modificaciones, pasa manos de los filsofos de la existencia, cons-tituyendo en la actualidad el procetlimien-to ms importante dentro de esta escuela(G. Marcel, M. Heidegger, J. P. Sartre,M. Merleau-Ponty). Dado que las ciencias delespritu en general han sido infiuenciadas,en diferentes pases, sobre todo en Alemania,Francia e Italia, por los filsofos de la exis-tencia, este rntoclo fenomenolgico ha pasadoa ser de gran importancia para estas discipii-nas. Incluso pensaclores independieirtes comQN. Hartmann se sirven de un a rnodo de m-todo fenomenolgico. Sin temor a exagerar,puede decirse que el rntodo fenomenolgicoes de srrma irnportancia, al menos en el conti-

    Los mtodos antualp,s del pensamlento

    nente europeo. Por el contrario, es menos em-pleadoen la filosofa norteamericana e inglesa.

    OsstrnvecroNEs METoDoLcrcAs. -No esfil determinar cules son las reglas furrda-

    mentales para el mtcitlo fenomenolgico deIfusserl, pues lfusserl desarroll este mtodopoco a poco a 1o largo de sus investigacionesfilosficas y no las resumi jams de una ma-nera clara. En su obra se encuentran interca-ladas algunas consideraciones metodolgicasque, en todo caso, no.son fciles de enteuder.A ello se aade el hecho de que en l{usserl lapalabra

  • I. M. Boclenskl

    a ocuparse cada vez rls de la reduccin fe-nomenolgica estrictamente tal, a partir delas ldeas para uta fenomenologa pura y u,nofilosofa fenornenolgica (1913). Aqu trata-remos con detencin la primera, la reduccineidtica, dejando aparte la fenomenolgica,ya que st est demasiado unida a las doc-trinas de lfusserl, de manera que no es posi-ble considerarla como mtodo de significacingeneral.

    CenacrBnEs ESENcTALEs DE tA FENoME-NoLocA.-El mtodo fenomenolgico es unprocedimiento especial de conocimiento. Esen-cialmente consiste en una visin intelectualdel objeto basndose en una intuicin.. Estaintuicin se refiere alo dado;la regla princi-pal de la fenomenologa reza as: , liamada trepoehr> :primeramente de todo 1o subjetivo:'la postu-ra ante el objeto debe ser puramente obieti,-va i et segundo trmino, exclusin de todo loterico (hip6tesis, demostraciones u otra cual-quier forma de saber ya adquirido), Ce mane-ra que tan sIo entre en cuestin lo dado; y,en tercer lugar, exclusin de toda tradicin,

    Los mtodos aetuales d.el pensamlmta

    es decir, de todo aquello que se ha venido en-seanclo hasta el presente sobre el objeto. Bnel rnismo objeto dado toCava hay que llevara cabo una doble reduccin : l) hay que dejarde lado la consideracin de la existencia delacosa v centrar la atencin exciusivamente entomo a la quididad, a lo que el objeto es i y,clespus, hay que separar cle esta quididadtoclo lo accesorio y analizar slo la esencia dela cosa.

    En todo este proceso hav que tener en cuen-ta 1o siguiente : la reduccin fenorn'enolgicano significa lo mismo que negacin. Tan slose desatienden los elementos excludos : sehace abstraccin de ellos y se considera ni-camente 1o que queda. ta reduccin eidticano impiica juicio valorativo algtno acerca deios procedimientos que se excluyen o de otrosasper:tos; el que procede de acuerdo con elmtodo fenomenolgico no renuncia al poste-rior empleo de otros mtodos 1'de los aspectosno considerados. Esta regla de la reduccintiene validez para la consideracin fenomeno-lgica slo rnientras sta dura.

    JustrrcacrN DEL MToDo FENoMENoL-crco.-La intuicin fenomenolgica aparercea primera vista como si fuer algo muv sen-

    40 41

  • I. M. Bochenski

    cillo, consistente, en rltima instancia, en te,ner abiertos los ojos o la capacidad intelectualde visin, aigunas veces incluso en valerse demovimientos exteriores, como viajes, en to-mar otra postura ms cmoda que presente elobjeto en mejores condiciones de visibilidad.No parece necesario a primera vista un mto-do especial, que reguie el mismo movimientodel pensamiento. Pero es necesario y por do-ble razn: l) el hombre esth estructu::ado detal manera que tiene una inclinacin casi in-superable a ver ms de io que hay en eloleto.Estos elementos extraos ai objeto 1o sorl opor representaciones emocionales subjetivas(as un hombre cobarde considera al enemigodobiemente fuerte), o a causa de otro sakradquirido que est unido al objeto y que haceque proyectemos en l nuestras hiptesis, teo-ras, representaciones, etc. En la reduccineidtica se trata nada menos que. de ver el ob-jeto como es y nada ms. Para conseguirlohay que recurrir a un mtodo elaborado ypuesto en prctica co. esmero ; 2) ning.n ob-jeto es simple, sino que todos son infinita-mente complejos, ya que constan de muchoscomponentes y aspectos que no son igual-mente importantes. El hombre no puede cap-tar simultneamente todos esos elementos,

    42

    Los tntodos. actuales del pensamiento

    debiencio considerar uno tras otro. Tambinesto requiere un mtodo pensado y practicadode antemano.

    No slo h.ay ant mtodo fenornenolgico,sino que es absolutatnente necesario s1l usopara proceder correctaniente. Hasta aqu losmismos fenomenlogos. Su punto de vista espuesto en duda por los empiristas y los cri-ticistas. Pero, al rnargen de la significacinde esta polmica, no est permitido que enuna breve exposicin

  • I. M. Boehenski((hacia las cosas mismas,r, significa, ante todo,que hav qtte aer intelectualmente esas rnismascosas. Dl mtodo fenomenolgico es rln mto-do de intuicin, de visin intelectual. Segnlos fenomenlogos, en el fondo de todo verda-dero conocimiento yace una intuicin de esaespecie. Bn la fenomenologa de l{usserl sedice que: Io comciencia originaria de lo que seda es la .nica luento d,e tonocimiento; puestoque todo conocer indirecto, toda conclusin,es un concluir de algo y este algo debe ser,en ltimo recurso, algo visto. Tan slo cabeintuir 1o dado. Y lo dado, la
  • I. M. Bochenskt

    exclusin total dc Io stjctiur.r\Ar formula-da, esta regla forna parte del rico tesor-o de lametodologa cientfica occidental. En ella es-tn contenidos dos principios prcticos, dis-tintos pero muy relacionados.-1

    Ante todo postula que el investigador se en-tregue de lleno, por as decirlo, al objeto de lainvestigacin y vea slo lo objetivo. Debe,pues, excluir todo 1o que provenga d 1, delsujeto, sobi-e todo sentimientos, .leseos, posi-ciones personales, etc.,rSe requiere una intui-cin pura, una actitud terica en el sentidooriginario del vocablo griego ,.theoriar, Elinvestigador que procede segn esta reg-T, esun ser puramente conocedor, que se olvidaplenamente de s rnismo.

    (-" segundo lugar, esta regla exige unaI actitud contemplativa, la exclusin de mirasprcticas Al investigador no le est permiti-do preguntarse para qu puede servir esto oaquello, sino simple y escuetamente cmo es.

    En todo caso, el orden de lo prctico, porejemplo, de lo moral

    -v de 1o religioso puedeser estudiado fenomenolgicamente, tal comolo han hecho Scheler y Otto, pero incluso enestos casos el objeto prctico, como los fines,valores, etc., son considerados de una lanera

    Los mtodos actuals d,el pensamiento

    ruramente contemplativa. La fenomenologaes tanto ms terica cuanto ms imprctica.

    Es evidente que el objetivismo a que aspi-ran los' fenomenlogos es sirnplemente unideal-i El hombre no slo es entendimiento,sino que en la investigacin juegan un parelttrs o menos importante los motivos emocio-rtales. Incluso hay motivos emocionales quel)arecen fomentar la investigacin, as, la apa-.sionada voluntad de saber. Adems, tanto losscntimientos como los actos de la voluntad en-trrrbipn muv a menudo la ptreza de la intui-cin entfca. A pesar de iodo, parece impq-sible eliminarlos totalmente ; por esto, elnri'todo fenomenolgico es cada vez ms im-xlrtante. Porque el que no se esfuerza det'ontinuo

    _v conscientemente en eliminar estosrlementos, caer infaliblemente en el subjeti-vismo. ff.as ms importantes adquisiciones

    ',

  • I. M. Bochenskl

    objetivismo es ihsuficiente para la investiga-cin filosfica, y que el investigador,

  • I. M. Bochenski

    los filsofos de la existencia es la existenciahumana, algo muy particular. Iros filsofosde la existencia opinan que todo objeto estnecesariamente en relacin con esta existen-cia, y que slo alaltz de un esclarecimientode la existencia pueden entenderse los obje-tos. Tesis sa no admitida por todos y que, almenos en las ciencias de la naturaleza, no escierta. Estas han venido interpretanilo el sersi referencia a la existencia y han procedidofundamentalmente de una manera objetiva.

    Adems, e1 mtodo objetivo ha sido emplea-do de un modo ejemplar en las obras de Hei-degger y Sartre, dos cle los ms distinguidosfilsofos de la existencia.

    RrouccrN DE LA TEoRa l DE LA TRADr-crN.-La regla ,,hacia las cosas mismasupostula no slo la reduccin de la actitud sub-jetiva, sino tambin de todo l objetivo en s,que no est dado directamente en el objetoconsiderado. A ello pertenecen las cosas quesabemos de cualquier manera o mediante unaconclusin. H"y que ver slo 1o que est dado,el fenmeno y nada ms.

    l. Esta regla exige prirneramente quesean excludas todas las teoras, hiptesis,etc. No es que quieran los fenomenlogos con

    50

    Los mtodos actuales d.el pensamiento

    ello recusar toclo conocimiento indirecto;atlnriten tal conocimiento, pero slo despu'srlc la fundamentacin fenomenolgica. Estaun-.tituye el principio aJrsoluto; fundamen-tn, cntre otras cosas, la misma frerza de lasrcglas conclusivas, por lo que no cabe usarot rcr5 possdimientos de conocimiento mediatoa lo largo de la investigacin fenomenolgica.

    z. La recluccin de la tradicin est ent'strecha conexin con esto. No se trata sim-rlcrnente del principio claramente formuladoxrr Santo Toms de Aquino, seghn el cual lanrclacin a la autoridad humana es el argu-rucrrto ms dbil, de manera que jams see considerar 1o que otros afirman corlrofurldanrento seguro en donde apo]'arse. Elnr('t

  • I- M. Bochenski

    dimiento humano est la intuicin tan unidaa la accin del concluir, que slo despus deun penoso esfuerzo es rosible mantenerlas se-paradas. Sin querer, proyectamos sobre el ob-jeto nuestro saber ya adquirido. Es necesarioun largo y riguroso aprendizaje para apren-der a intuir puramente.

    Para ilustrar estas reglas, atluciretuos closejemplos escolares. Un estudiante que debedescribir fenomenolgicamente una rmttcltaroja, comenza asi: ((veo una mancha roja enla mesa. Esta mancha consta de pequeaspartculas d,e tiza roja.r Esto ya no es correc-to fenomenolgicarnente : el que esta nranchaconste de partculas de tiza, Io sabe el estu-diante, porque antes vi cmo el profesor,con avuda de la tiza, hizo la mancha ; en elobjeto propiarnente tal no se nos da la tza.Otro.ejernplo : un estudiante emprende ei si-guiente anlisis de la conciencia del deber:,,1a conciencia del deber surge en nuestra con-ciencia al tener lugar en rruestro cerebro de-terminados procesos fisiolgicos muv compli-cados.r, Fenornenolgicamente, todo esto esfalso : jams ha visto el hombre su propio ce-rebro, y menos an los procesos fisiolgicosque deiren tener iugar en este cerebro. El fe-o-.tto de la concincia del deber, en clanto

    Los mtodos actuales del pensaniento

    fenmeno, no tiene nada que ver con todoesto.

    Rncr,s poslTrvAs DIi LA rNTurcrN ErDTI-cA.-Se podra pensar que la intuicin rnis-nla es un proceso sencitlo, sin necesidacl de re-:ila alguna y que basta tener abiertos los ojosdel espritu para ver bien el objeto. Mas no esi'ste el caso. Ilemos aludido ya a algunasrt.las negativas del procedimiento fenomeno-lgico :'si eL investigador no est bien adies-trrtlo en la intuicin o incluso no atiende 1olrastante para ver slo io que vace ante 1,rroyectar dentro del objeto elementos subje-tivos, teoras, maneras corrientes de pensar votrs cosas.

    Pcro tambin ha-v reglas positivas del pro-cc

  • r. M. Bochenskl

    perior a 1, porque, entre otras cosas, es ca-paz de un conocimiento terico, no-prctico.A pesar de todo, estamos demasiatlo inclina-dos a permanecer ciegos para ciertos elemen-tos de lo dado. La tarea primordial de lainvestigacin fenomenolgica consiste en des-cubrir fenmenos pasados por alto.

    2. Adems, la intuicin fenomenolgicadebe ser descriptiua. Es decir, debe desdoblar-se el objeto, describiendo sus partes, anali-zndolas. Porque todo objeto es infinitamentecomplejo. Cuando ms clara sea la intuicin,tanto mejor pueden distinguirse los elementosv mantenerls separados entre s. Heideggerllama a este anlisis t,exgesisr,, ,.hermenu-tica,. Tngase en cuenta expresamente queesta hermenutica o interpretacin fenomeno-lgica no debe confundirse con la reduccin(de la que se habla en el cap. V) ; aqu setrata cle un conocimiento directo y all de unconocimiento mediato.

    5. Obittto dc la inuestigacin fenome'nolgica.

    FrNutNo.-El objeto de la intuicin e in-terpretacin fenomenolgica ha sido llamadopoi Hu.se.l r sus discpulos ,,fenmenot,. Es-

    Los mtodos actuales d.el pensamiento

    ta palabra, aparte de su .significacin fenome-nolgica, tiene otras varias; aqu nos ocupa-mos de ellas brevemente, para evitar malen-tendidos.

    l. Por una parte, rrfenmeno)) se opone a

  • I. M. Bochenskt

    var por los sentidos (como veremos, puedenser vistos intelectualmente en y por s mis-mos), y, n segundo trmino, no se requiereque sea un proceso; aunque el fenomenlogopuede investigar procesos, se ocupa preferen-temente de estructuras. El sentido de l paia-bra rrfenmeno)) es ---tomo dice Heidegger-Io que se ntuestra a s en s mism.o,1o que semuestra tal como es, 1o que est claramenteante nosotros.

    RrouccrN DE LA ExrsTExcra.-Las re-ducciones referidas hasta aqu (de 1o subjeti-vo, de lo terico y de la tradicin) no son sufi-cientes. Un autntico mtodo fenomenolgicorequiere que se elimine tambin la existenciadel objeto.

    Es, por lo tanto, indiferente el que el obje-to exista o no ; su existencia no entra en cou-sideracin. Si se lleva a cabo, por ejemplo,una investigacin fenomenolgica de unamancha roja, es completamente indiferenteque haya o no tal mancha en el muudo. Aquradica una de las diferencias esenciales entreel mtodo fenomenolgicoy el emprico. Bn elltimo se parte de la constataciu de hechos,es decir, se comprueba qe de hecho algo esas o de la otra manera. Se averigua, por

    Los mtodos actuales del pensamiento

    ejemplo, que sta o aquella cantidad de aguase encontr realmente en un lugar determi-nado y en un tiempo concreto. En el procesofenomenolgico, por el contrario, no hay talconstataci6n. I.os hechos' no tienen significa-cin alguna.

    Puede surgir un reparo : cmo es posibleen la fenomenologa hablar de 1o dado ? Lodado parece ser- 1o que subsiste realmente.Hav que decir que todo objeto, en ltinta ins-taniia, tlebe existir para poder ser dad. In-cluso si hc et nunc no existe, debe al menoshaber existido realmente. Pero de esto no sesig'ae que la fbnomeuoioga deba ocuparse dela existencia del obieto. Pues, iucluso en elcaso de que el objeto cxista, cabe hacer casoomiso de su existencia v considerar slo suquididad, tal cono lo hacen los fenomenlo-gos ; adems, se pueden considerar objetospuramente imaginados..

    Esrscra.-El objeto propio de la investi-gacin fenomenolgica debe ser la esencia,el eiboc Esta palabra tiene tambin mlti-ples significaciones, que hay que determinarbrevemente para captar el sentido peculiarque le dan los fenon'rerriogos.

    5756

  • I. M. Bochenski

    1. La palabra ((esencia)) se emplea co-rrientemente en expresiones como stas : rrelhombre es una esencia (Wesen) mortal. Eneste sentido, (esencia, significa casi lo mis-mo qUe ((cosa), ; aUnque sea una cosa viva-En el vocabulario fenomenolgico no se llamarresencia a una cosa como sta (hombre).Llaman esenc'ia slo a ciertos aspectos, ele-mentos o contenidos de tal cosa.

    z. Se habla tambin de rrla esencia deuna cosa)), por ejemplo, la esencia de la vida,Tampoco sta es la significacin que los fe-nomenlogos dan a la palabra. Mientras quela esencia de la vida, por ejemplq es algomuy difcil de concebir, la esencia fenome-nolgica es lo que yace claramente ante losojos del observador; no es ((rula esencia ocul-tar, sino al contrario, un fnmeno, un mos-trarse a s mismo.

    3. Finalmente hay qiue distinguir la esen-cia en sentido fenomenolgico dsl eiboc aris-totlico. El concepto fenornenolgico es rnsamplio. Aristteles admite, junto ge 5 eibo6,otras determinaciones en conexin necesariacon 1, las propiedades ( tbra ). La fenomeno-loga, en cambio, designa como ,resencia, todolo que necesariame:^te est unido al fenmeno,incluso las propiedades aristotlicas.

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    Los mtod,os actuales ilel pensamiento

    La .esenciar fenomenolgica exclute, portanto, dos rdenes de factores: la existencia,el Dascin

    -v todo lo accidentei,. Se pudiera ca-racterizar-esta esmc? como strctura fun-darnentl del objeto. Pero con el nombre deestructura no hay que entender algo as comoun simple conjunto de relaciones, sino quedebe usarse la palabra para significar todocontenido fundamental, incluyendo las cuali-dades, etc.

    EstrNcr,r y srcNrFrcacrN DE LAS pAL.A.-BRAS.

    -p esclarecer ms el concepto deesencia queremos exponer brevemente el pun-to de vista de los empiristas que niegan laesencia r la actitud de la fenomenologa fren-te a esta posicin doctrinal.

    Segn los empiristas la esencia es relativa.Lo que tlesde una perspectiva es esencial a lacosa, puede no serlo desde otra. En n trin-rulo de madera, por ejemplo, alguien interesa-do por su naturaleza geomtrica podr consi-derar colno esenciales sus propiedades geom-tricas, diciendo que esencial para el objeto tan"slo son sus tres lados, sus tres ngulos, etc.,_v que el hecho de que sea de madera o de otracosa, asl como su tamao, no tiene importan-cia, no es esencial. En cambio, para otro ob-

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  • I. M. Bochenski

    servador qrle en lugar de interesarse por laspropiedades geomtricas se interesa por lamateria de que consta este tringulo, seresencial el ser de madera j accidental su for-rna geomtrica, los tres lados y tres ngulos.Podr objetarse que con el nombre de trin-gulo entendemos siempre una figura con treslados y tres ngulos. Esta objecin no con-fundira a los empiristas, ya que precisamenteacentan la palabra rtentendemosr : 1& esenciaes, segn ellos, aquello y slo aqiuello quesignificamos con una palabra: la esencia noes otra cosa que la significacin de los voca-blos. Y dado que todas estas significacionesson relativas

    --ron la misma palabra se pue-den designar muchas cosas-, la esencia delobjeto es un concepto relativo: 1o que paraun observador es esencia puede no serlo paraotro. Todo depende exclusivamente de la sig-nificacin que nosotros, libremente, demos alas paiabras" En las mismas cosas no haresencia alguna, todos 1os aspectos de la cosatienen el mismo valor. Bs el hombre quiende una manera convencional busca distincio-nes entre lo esencial v no 1o esencial, preci-samente atribuyendo significaciones a las pa-labras. L,os fenomenlogos consideran insatis-factoria tal manera de habla.

    60

    Los mtodos actuales del pensa,miento

    Hay que admitir que 1as significaciones no-rninales son relativas, que en una rnisma cosapueCen verse diversos aslxctos (por ejempio,la foma geomtrica o la materia de uncuerln), y que estos aspectos pueden ser ana-lizados por separado. Pero, segn los ieno-rrrc:rlogos, estos aspectos no son ms querrobjetosr : el ser de madera es un objeto.Pcro, aparte de la denominacin que poda-tnos clar al objeto, ste tiene ciertas propie-dadc-s necesarias. As, lo que es de madera esa la vez espacial v extenso, \ no porque sellanre

  • I. M. Bochekt

    FNotrrtrxolocA DE LA ExrsTENcr.-Des-pus de lo que acabamos de ex1rcner, parecerextrao que la gran mayora de los actualesdiscpulos de Husserl se ocupe precisamentede la existencia. I,a palabra rrexistencia,r tie-ne entre los filsofos de la existencia, disc-pulos de Husserl, una significacin ms con-creta y pre-cisa que en los otros filsofos, ysignifica slo la existencia humana.

    Esta existencia es concebida expresamentecomo Dasein

    -es decir, aparentemente al re-

    vs del procedimiento husserliano-, 1' se eli-mina de su consideracin al ser as, la esencia;al menos, as lo afirman estos filsofos. Mas,si observamos de cerca cmo proceden, quedade manifiesto que en el fondo apenas hanabandonado el punto de vista de Husserl. Va-mos a determinarlo a continuacin.

    l. lilratan de lo d,ado, del fenmeno, pre-tendiendo excluir en principio un conocimien-to indirecto de estas investigaciones. Es ver-dad que no dicen qu su mtodo sea unaintuicin, pero dado que una actitud enocio-nal puede a lo sumo preparar un conocimien-to

    -no llevarlo a la reaiidad-, el acto espi-ritual final debe ser un a modo de intuir,Ilmeselo como se quiera.

    62

    I'os mtodos octuoles del pensamiento

    2. Et objeto de su investigacin, la llama-

  • t. M. Boehenski,

    esencia. Un destacado filsofo de nuestros dasha formulado certeramente este pensamientoal decir que los filsofos existeniialistas sonlo-s 65" radicales filsofos de la esencia. Entoclo caso, su modo de tratar la existencia hu-nlarla cae de lleno en el estilo propio del m-todo fenomenolgico.

    64

    III. LOS METODOS SEMIOTICOS

    6. Generalidades.OnsEnvecloNEs METoDoLoGlcAS.-Vamos

    :r justificar la inclusin de este captulo sobrecl lenguaje dentro de la exposicin de los m-tordos

    -actuales de pensamiento. Ante todo,sanos permitido aludir brevemente a dosruntos ioncretos de la metodologa.

    Pude preguntarse fior qu la discusin delos problmai lingsticos sigue a la del m-todo fenomenolgico. La raz6n es que el ani-'lisis lingstico, si bien tiene inters para el conocimiento directo, es mucho ms impor- ttante para el conocimiento mediato. Bn l no jre noJ da el objeto ni el proceso del pensa-miento; es algo mucho ms complejo.; tanto,que es necesarla una precisin en smbolos.orno veremos ms adelante, se puede llegara procedimientos en los que el uso del len-go"" se hace completamente imprescindible'

    65

  • I. M. BochenskiPueCen, por tanto, se tratados los mtoclosserniticos d,esfuri d"t f.*;;;igi"o, p.-;:,"f: caso deben ""p"n..r"-^""n,", que los

    .*.,_!1:.tin.ms difcil es saber cmo debe dis_rrngurrse el campo -semitico J.i^'o"arr"tirr.r.Segrn ciertas escue-las iil".At."", v. gr., el

    ,lj:l:l-o tgis6, l. lti;; ; e'i lnli.,is ,telrenguaJe, son una mismJcosr. euqrre no te-nelnos este punto de.vista .xtrerno, creemosque

    10_ siempre es fcit disti;g-;l;^io. o, ."r,r-pos. Ya Aristteles.incluy Ju ..rlitica (loscinco primeros c.alit-ulos'j-,."i"a o De laEnunc,iaci6n) en ta^ di.".; il?.1.n.i"unde ambas desde u,n punto de vista metodol-g:::: al mlge.n " L,,"tiiio"ri.".o_puesta, ser siempr" brstant" lr[i,r"ri" i

    .llsta cierto punto relati"".-ini.iiJ-o. "qoit lograr cierta diferenciaci", t"o'io- referentea.laSorreccin del_enor.o

    -;i# en el ca_ptulo sobre Ia deducli;;; i" "T"r.cta a1sentido de las exDresrones, ser expues.o enl.el captulo sobre j" "u-lltl

    e r'\l'

    ^. OsssnvacroNEs Hrstnrces._ya los so_j:,::

    "

    Pletou.Gn "l c,"i'i",.*i,;;r;de paso los problemas semitic";. 6 que porvez primera se ocup,i.;ii;;;i;;"

    siste_mtica fu Alit-1gJgg.- S; "r-u'n"r' to Enttn_

    Los mtodos actuales d,el pensamlento

    ciacin contiene, entre otras cosas, el primersistema conmido de las categoras sintcticas.Con los gstoigos y escolstlcos tiene la semi-tica un notable desarrollo, sobre todo con loslrltinros en las Grammaticae spcculaticae. Pordesgracia, fuera de algunos pocos fragmentos,las obras de los estoicos se han perdido 5' lasemitica escolstica apnas si ha sido estu-diada hasta el presente. Poco progreso debe-mos a la llamada modernidad en este terreno,y slo al desarrollo de la lgica matemticahav que atribuir las nuevas investigaciones.Hqs-s:erl (que, por cierto, no fu un lgicomatemtico) llev a cabo, e sus Inuestigacio-nes lgicas, significativos anlisis semiticos,mientras que G. Frege segua reelaborando yampliando las ideas de la vieja Estoa. La mo-derna investigacin est vinculada, ante todo,a la matemtica de D. Hilbert. Entre los msdestacados a,ctualmente en este campo del sa-ber, debemos mencionar a A. Tarski (lg35)r R. Qarnsp (1e37). El in"eTidETilpalabrasemitica, as como de la divisin geneial deesta ciencia, es Charles Morris (1933). Ac-tualmente se cultiva v est desarrollndoseintensamente el trabaio semitico gracias alestmulo de otras ciencias (sobre todo de lafsica), que exigen v pistulan un anlisis del

    67

  • I. M. Bochenskl

    lenguaje cada vez ms riguroso. Tambin hacontribudo notablemente a su desarrollo la

    -,actitud fundamental del empirismo lsico,que considera el anlisis lingstico como elnico objeto de la filosofa.

    JusrrrrcecrN crNrnAL nEL Nr.rsrs r.tN-lcsTrco.-I,os signos, objeto de la semiti-Ica, son importantes, v aun necesarios, para ellmtodo cientfico, por varias causas./ l. La ciencia es una obra social que sloI mediante el trabajo colectivo puede cristalizar

    en realidad. Este trabajo colectivo requiere lacomunicacin del saber, posible a travs de lossignos : palabras habladas r escritas. Las pa-labras no son, pues, algo accesorio, sino un

    I medio esencial de la ciencia.: 2. Las palabras, por otra parte, son algoi material, acontecimientos. Si con ellas se lo-

    gra que los conceptos sean mejor y ms clara-mente formulados, se habr facilitado enor-

    I.memente el trabajo de los cientficos. Y es queel entendimiento humano funciona mucho me-jor.manejando cosas materiales, para cuyaaprehensin est ms capacitado. Pinsese enla operacin de contar : se puede hacer men-talmente, pero es mucho ms fcil si se calcu-la con signos escritos.

    Los mtod.os actuales del pensaniento

    3. f{ay una tercera raz6n, que hace a las')

    ir

    palabras tiles para la ciencia. fa expresindel pensamiento mediante signos es una espe-cie de obra de arte. Es un hecho generalmenteadmitido que el artista nbrmalmente es guia-do en su obra creadora por una idea que, deordinario, no coffesponde plenamente a laobra va terminada. A lo iargo de la realiza-cin se elabora y perfila esta idea. As, amenudo acontece con la expresin : el concep-to debe ser comunicado con palabras, se hace jms preciso en el acto de la expresin. Presicindimos de si las palabras son vehculos delos conceptos, o de si pueden tener una fun-cin autnoma. Ya como simples medios deexpresin son de suma importancia'

    Aunque los vocablos resulten indispensa- rbles para el saber, pueden ser peligrosos:con fcilidad conducen a maientendidos, noslo en el trabajo colectivo, sino incluso en elindividual : porque a veces se toma una pa-labra como expresin adecuada de un con-cepto, pudiendo no serlo, o tal vez oculta ensu significacin algo que lleva la investiga-cin por falsos caminos.

    Ls TRES DrrtENsroNEs DEL srcNo.-La'lidea principal de la semitica, que sir've, ade-

    6968

  • I. M. Bochenskt

    ms, de base a tu fllvi5in, puede ser expresa-da as: cuando un hombre comunica algo aotro hombre, la palabra empleada por 1 serefiere a un triple orden cle objetos :

    a) En primer lugar, la palabra pertenecea un lenguaje, es decir, tiene determinadasrelacioggs sqn las dems palabras de este len-guaje : est, por ejemplo, entre otras dospalabras (v. gr., la conjuncin rryr) o alprincipio de la frase, etc. Estas relaciones sellaman sintcticas: son relaciones de laspalabras entre s.

    b) En segundo trmino, tiene lo que 11a-iamos nna sgnifcacin: las palabras signi-fican algo, quieren comunicar a otro algo con-creto. Junto a la relacin sintctica tenernos,pues, la relaSi-q dp las palabra-s cortsu stgni.Sead.o. Esta se llama sem,ntics-

    c) Finalmente, la palabra es pronunciada.

    por uno y dirigida a otro. Hav, por tanto, unatercera clase de relaciones : las que medianentre las palabras y los hombres. qUS: las erTr-pleaq. Estas se llaman fragm'ticas.

    ,-, Estas tres relaciones de las palabras tienen--entre s una determinada vinculacin. La re-

    lacin pragmtica supone la semntica y lasintctica ; la semntica supone la sintctica.Una palabra sin sentido no puede servir para

    Los mtodos actuales del pensamiento

    entenderse, \'para que una palabra tenga sen-tido debe estar en determinadas relaciones conlas otras palabras. En cambio, la relacin sin-tctica no supone las otras dos 'es posible es-.tudiar la semntica sin atender a la pragm-itica.

    Se puede elaborar una sintaxis completa Ipara un lenguaje totalmente sin sentido ; pu- Idiramos, pbr ejemplo, construir un lenguajeen el que slo se dieran los signos P

    -r- *, J'va-

    liendo la regla sintctica de que P debiera pre-ceder siempre a l ; sin que fuera necesarioconcer qu significan P o r.

    Lpalabra

    70

    los hombres

  • $[.*:1

    I, M. Boch.e,nskl

    El orden entre las clases de relaciones es se-mejante al qu.e hav entre las tres dimensionesde un cuerpo geomtrico. La palabra, en sutotalidad, es como un cuerpo tridimensional :slo por la abstraccin podemos prescindir delas dos primeras clases c1e relaciones (lasintctica ' ia semntica), o de una sola (lasintctica), lo mismo que en geometra pde-mos prescindir de la superficie de un cuerpoo de su forma recta. El dibujo de la pginaanterior explica esta comparacin.

    Coxcnpto sEr{rTrco DE LA pALABRA.-AIempezar estas consideraciones hal' que desta-car expresamente que la palabra de la que se

    - lr"blu en semiu"^j ",

    1.blsbra-udgr1, esdecir, si se trata de la palal;ra hablada, es ungrupo de ondas de aire, )' si se trata de la pa-labra escrita, algo as como una serie d. pe-queos montoncitos de tinta seca en el papel.Es evidente que hay que tomar el trminc,-pa-Iabra en este sentido, puesto que debe oponer:se a lo que significa. Esta observacin tienegran importancia, porque en el lenguaje co-

    , rriente la expresin rtpalabra)) se toma en otro"..sentido.Consecuencia importante de esta con,cep-

    cin es que no necesitamos jams dos veces

    Los mtodos actuales d.el pensamltnto

    una misma palabra en un solo enunciado, ymucho menos en distintos enunciados. Tome-rno's, por ejemplo, el sencillo principio deiclentidad uFritz, es Fritz,. Segn la concep-cin semitica, tenemos' aqm una serie depequeos montones de tinta seca. Los mon-tones que leemos al principio de la proposi-cin en la palabra r,Fritz, no son idnticos alos que estn al final de la frase, pues se tra-ta de dos diferentes montorres de tinta pues-tos en distintos lugares del papel, lo que nosera posible si fueran una misma cosa. Cuan-do en el lenguaje corriente se dice ula mismapalabrau, se sobreentiende que sorr rrdos pa-labras que tienen aproximadamente la mismaforma y la misma significacinr. Bn ia se-imitica, por el contrario, se habla en este caso de dos palabras de La mi,smo orma. I;olque no quiere decir que la forma de ambaspalabras sea igual ; basta con examinarlascon una potente lupa para comprobar que'noes ste el caso. I,o que se quiere decir es quesu estructura grfica general es igual.

    Algunos fenomenlogos (Ingarden) contra-'rp)nen eI texto (lYortlaut) a la palabra con-cebida semi&icamente, es decir, a la estruc-tura comhn de las palabras de la misrnaforma en sentido semitico. De hecho, la ela-

    73

    'l'if

    .t

    72

  • I. M. Bochenski

    boracin tcnica de la semitica requiere gnese hable de tales textos para facilitar el pio-cedimiento. H"y que darse cuenta de que estetexto es algo universal, es decir, algo que slose da en los individuos, en las palabras en

    sentido semitico. No es una cosa, sino unaI Propieaaa de una cosa, del signo entendidofraterialmente.

    7. Formalismo.

    / OnrrNtecroN rTRoDUcroRA.-Tal vez lc>I ins importante de la metodologa moderna'esel haberse dado cuenta de que, oreranclo conel lenguaje en su plano sintctico (y prescin-diendo, por tantc, de los otros dos), se facilitaenormemente el trabajo intelectual. Este modo

    l-de operar se liama iormalinno. Consiste enhacer abstraccin del signilicado de los signosque se emplean y considerarlos exclusivamen-te como signos grficos : en sLL t'orma grfica.se llama lengunje lonnalizado a todo lengua-

    i je construdo segn tales normas. Suele lla-'rirarse tambin rrfonnalismo, peo es mscorrecto dar este nombre ai mtodo, para evi-tar confusiones.

    En la aplicacin del formalismo se debendistinguir, dos cosas : de una parte, tenemos.

    74

    Los mtodos actuales del pensamiento

    el lenguaje ntisnto, con sus reglas sintcticas,reglas que se refieren exclusivamente a la for'ma material de los signos v nunca a su signi-ficacin ; ]. de otra

    -al menos en la ma-r-oracle los casos-, una interpretacitt' del lengub-ie dotada de contenido, una ordenacin de lassignificaciones a los signos. El lenguaje 7'lainterpretacin son independientes entre s encierta medida. Es verdad que debe precederuna sintaxis a la interpretacin, pero no vice-versa, va que puede construirse un lenguaje 1sin darle interpretacin. Tal lenguaje es rrfor-malr o rrabstractor,. Se puede dar, de ordina-rio, diferentes interpretaciones a un mismolenguaje fbrmalizado. Es cle la semntica vno de la sintaxis dar interpretacin a un len-guaje, v de ello hablaremos en otro captulo.Por"lo qo. u la sintaxis se refiere, es decir, al'lenguaje formalizado, debemos resolver dos 1proLl.*"t antes cle construirlo : a) en primeriug". hay que admitir ciertas reglas que nospeimitan comprobar en todo caso cules sonlos sjgglad?t/iJs- es decir, que tenganrrsentidor en l; b) en segundo lugar, hayque formular reglas que determinen

    -quenunciados son correctos (si es que el len'guaje empleado contiene enunciados)' Estersegundo tema corresponde tradicionalmente a

    75

  • I. M. Bocnenskl

    la lgica formal y de l nos ocuparemos err'el captulo cuarto. En el primero c) cabe dis-'tinguir tres grupos de problemas : unos que

    se refieren al formalismo en general, otrosque versan sobre el sentido sintctico de la

    . xpresin simple v otros que tratan del sen-

    l,.tido de las expresiones compuestas. Del pri-mer grupo de problemas vamos a hablar acontinuacin; de los otros dos, en los doscaptulos siguientes.

    Cer,cul,t.-E1 .,forrnalismou no es ms quete,la extensin de un mtodo conocido ya desde

    \hace siglos, el del clculo. Ser oportuno con-siderar brevemente la estructura del clculocorriente, el aritmtico y el algebraico, talcomo se ensea en la Enseanza Media.

    l. Una operacin aritmtica sencilla, porejemplo, una multiplicacin, parece consistiresencialmente en descomponer el problema ensus partes singulares y resolver !.rs partes uuadespus de la otra. Por ejemplo, si multiplica-mos (rmenJalmente,r 27 pr 35, procedemosas, poco ms o menos: primero multiplica-mos 20 por 35, despus 7 por 35, etc. No pa-rece haber formalismo en este caso. Tome-mos, sin embargo, la multiplicacin por es-crito y vremos que acostumbramos a ordenar

    76

    Los mtodos actuol'es del pensamlcnto

    los resultados de un modo especial, por ejem-plo:

    2?x35135e1

    9{5

    Si se nos preguntara por qu colocamos elI de la seguoda lnea un lugar ms a la iz'quierda v no bajo el 5, contestaramos, des'pus de

    -una breve reflexin : por que el ipertenece a las decenas y, Por lo tanto, debeir debajo de las decenas del nhmero que hayencima. En el acto de la multiplicacin ro r-flexionamos sobre ello, sino que aplicamossimplemente las reglas sintcticos, segn lascuales eu la mutiplicacin (en toda nueva l-nea de n{rmeros) hay que colocar la cifra unlugar ms a la izquierda con relacin al deariiba. Para calcular bien no es necesario sa-ber por qu se ptoc.d. as ; basta con conocerlas reglas sintcticas elementales.

    2. Consideremos otro ejemplo, de lge-bra. Sea la ecuacin:. Axt+bX*C=0

    Para resotver esta ecuacin, comenzamos

    77

  • I. M. Bochenskl

    con la ,,trasposicin,, de c a la derecha, conel signo bontrario :

    Ax*bx:-C

    Tambin en este caso daramos fcilmentecon la fundamentacin de esta rrtrasposicin,r;de hecho, no nos preocupamos de ello, sinoque procedemos, sencillamente, segn la re-gla sintctica que dice: rrtodo trmino de unaecuacin pude trasponerse de un lado a otrotomando el signo contrariolde ,.*u y viceversa.

    Si se trata de clculos ms cornplicados, da-bemos, incluso, limitarnos a las reglas sin-tcticas, pues nuestra capacidad mental nobasta por s misma para pensar en su fun-damentacin.

    El cl,culo no debe su seguridad relativa alhecho de que se realiza con nmeros, sino alformalismo. Es una aplicacin del formalis-mo al lenguaje de los nmeros.

    Apr,rccrN DEL cr.culo A oBJETos No-J'lmrerueucos.-El mismo mtodo puede serJ empleado en otros campos que nada tienenI que ver con los nmeros. Veamos un ejemplo'de la silogstica aristotlica. Como se sabe,

    segn la silogstica, se puede ((convertir)) un78

    Loa mtodos actuales d.el. pensamiento

    enunciado general negativo, por ejemplo:rtningn hombre es una piedra>, en la pro-posicin: r

  • l. tI. B@henslclguntar si es conveniente la aplicacin de estemtodo en cuestiones tan sencillas, y, adems,si hay fuera de la matemtica problemas detan difcil natlrraleza que no podamos enten-

    i.derlos. Estas cuestiones nos llevaran ms le-jos ; nicamente constatamos que el clculol.--+r el sentido del formalismo-- puede apli-fcarse fuera de la matemtica.

    SrNrroo rrotrco rr opERAcroNAL. -

    DeI nuestras consideraciones se sigue que un sig-

    no puede tener doble sentido, el liamado eid-tico y el llamado operacional. Un signo tienesentido eidtico dentro de un sistema si cono-cemos su corelato semntico, es decir, sisabemos 1o que designa, lo que significa. Porel contrario, un signo tiene un sentido pu-ramente operacional si slo sabemos cmodebe ser emplead, si conocemos las reglas

    I sintcticas que valen para 1. En este caso,-no sabemos lo qw signfica el signo, sino

    cmo podemos operar con 1. La relacin en-l tre ambos sentidos es sencilla : dado el sen-tido eidtico, se da siempre el operacional,pero no viceversa; ya que se puede dar unsentido operacional a un signo sin aadide

    lningn sentido eidtico. Para evitar equr'o-cos, tngase en cuenta que la operacin de que

    80

    ls m.todns aettnles del pensamtento

    hiblamos es una operacin con si3"nos, unclcuio, v no una operacin cotr cosas' Por.locuai, auique conozcamos el sentido opracro-nai e bs-signos, no sabemos c'mo deben sertratadas las cosas correspondientes, ya quepara ello deberamos conocer el sentido eid-tico de 1os signos.

    For ejemplo'. llo sera correcto, decir quelas {rmll"t d" 1" concepcin actual de la es-tructura de ia materia tienen slo un sentidooperacional, porque tan slo nos dicen cmohay qo. f"fii."i bombas atmicas o 1o quesea. Para construtr una bomba atmica cle-bemos entender los signos gue se nos. presen-;;

    "; las frmulas,-seghn su significacin

    eidtica. De tener un sentido puramente ope't".i"""f no estaramos en condiciones de ha-cer con ellos otra cosa que clculos'

    En la filosofa actual hay dos pgilfrr$'eqltremas : por una parte, se quiere limitar eI ;*G;hano al sntido eidtico, I, Por otr';"^J,';-i.titi"gitio al sentido operacio-""fl-e" el primer i^to '"

    excluve todo for-malismo y se rechaza tod'o sistema que no seairrte.pr"tt 1e en su totalidad ; en ef segundo'r"

    "iit-" que no hay sentido eidtico alguno

    v oue sloil sentido operacional est a nus- 'i.J

    "l.ooc.. El error est por ambas partes"'

    8l

  • I. M. Boclwukl

    Que en determinados casos existe un sentidoeidtico es evidente. A su vez, parece que enla matemtica, en la flsica, en la astronoma,etctera, hay casos en los que no cabe un sen-tido eidtico, aunque er su conjunto conducena resultados interpretables eidticamente.

    Mopu,o. -

    Est en conexin con esto elproblema del modelo, tema muv debatido enlos {rltimos decenios. Suele decirse que lasteoras de la fsica clsica, a diferencia de las

    .ms recientes, tenan un modelo. Por pnodeloI se entiende un producto fsico, observable enprincipio a simple vista, que tiene la mismaforma que el objeto o contenido (Sochaerhaltl

    I representado en el enunciado cientlfico. As,hay un modelo de la teora atmica de Bohr :consiste en un esfera en torno a la cual semueven otras esferas ms pequeas a distan-

    ,cias determinadas. Tal modelo no siempreJ puede ser construdo, r.ro s rrpelsador, esrudecir, imaginado. Decir que para las recien-

    tes teoras fisicas no hav mocielo, significa quepara ellas no es posible tal imagen. Esto equi-vale al menos en los ms de los casos, a decirque no tenemos un sentido eidtico de talesenurtciados cientficos (teoras, etc.), sino sim-plemente un sentido operacional. Decimos ral

    82

    Los mtolos actuales itet pensd'nhtto

    menos en los'ms de los casostr, ya que' enprincipio, cabe pensar que el enunciado co-L.tpo"a.nte tieue cierlamente un sentidoeidiico, pero que corresponde 1- gna imagenvisible inielectualmente, sin posible rePresen-tacin sensible. No hav duda que algunas prg'k'nosiciones de la fenomenologa v todas las dea ontologa son de esta glase : 1o. lo tienen

    "" .""tif" operacional, sino tambin eidtico,

    ;;q;. su siguiticado no sea representable".rrrlb1.*"ot"l

    P.ro tratndose de teoras f-,i"". tit modelo, se puede decir que-no tienen 'sentido eidtico e la mayora de -los casos""-Este

    paso de unas teoras con modelos a otras sin eflos significa, en general, alna ms am- |plia aplicaJin del formalismo. Esto es.lo qtte I.,trr en muchos campos de la investigacin Iactual.

    EsENcte DEL FoRMALIs\{o'-El formalis-lrno es, pues, un mtodo que consiste en hacer Iabstraccin total del sentido eidtico de los Isignos y operar cop ellos a b.1se de determi- |rti"" ieglat de transiormacin que afectan Isolament a su forma grfica' Se procede coll[6s 5ignos como si no fuer,an tal cosa' srnofigura"s de un juego, trozos gue le ccmbinany"-d.tt^o e itet ntes modos. Por lo cual,

    83

  • I. tr. Bochensklse ha dicho en tono de risa que el que em-plea el formalismo no sabe lo que diie, perolo que dice eS verdadero. Aqu procecle hacerla observacin siguiente :

    .1. La finalidad del clculo y del forma-{ lismo es siempre un saber. Un siitema formalcumple su cometido nicamente cuando sus;resultados finales son interpretables eidtica..mente. La cieucia no es un juego. Nuestrc,saber no alcanza siempre eL qu de la cosa;a veces se limita al cmo, pero siempre, alfinal, debe haber un saber.

    f 2. Las reglas de las operaciones del for-{ malismo deben estar dotadas de sentido eid-( tico. Si las reglas nos dicen lo que debemos

    .r hacer, es necesario que estemos en condicio-i nes de entenderla.s. De ello se sigue que nin-gn sistema es form altzable totalmnte, allenos sus reglas jams podrn ser formali-izadas. Es cierto que se pueden formalizar las

    reglas de un sistema dentro de otro; porejemplo, las reglas del sistema A en el lis-tema B, peo, por su parte, el sistema B exi-qe. que sus reglas tengan sentido. Estas po-dran ser formalizadas nuevamente en untercer sistema C, pero hav que llegar a unpunto de partida : a unas reglas no formali-zadas. Adems, las regias de r{ mientras se

    84

    Los mtodos actuales del pensamtento

    construve el sistema cleben tener sentido ei-dtico para nosotros, pues de lo contrari noadelantarlamos nada en nuestro clculo.

    3. De hecho, en la construccin de los sis-temas fonalizados se prdcede siempre de estamanera : primeramente, se establecen signoscon sentido y despus se hace abstraccin detal sentido, lonstiuyendo is el sistema for-mal, para dar finalmente una nueva inter-pretacin al sistema acabado.

    4. I,o dicho vale sobre todo para !a!$gtg4lAunque fuera posibte una ciencia, cuyo sis-'tema no tuviera otro sentido que el sintctico,tal caso es imoosible en la igica, 5ra que debesuministrar l:rs reglas de conclusin de todoconocimiento inrlirecto ; y si sus reglas no tu- ,vieran sentido eidtico, no sera posible con-Jcluir nada. Por eso los lgicos actuales nocreen que sea lgica un sistema puramenteformal, que no admita interpretacin.

    JusrrrrcecrN orr. FoRMAlrsMo.-Puederiladucirse las siguientes razones en favor delempleo del mtodo formal:

    l. En una situacin complicaCa falla muy ;pronto nuestra visin eidtica del objeto. Di-jrectamente y sin esfuerzos vemos que 2 Por 3es igual a 6 pero tan slo unos pocos hombres

  • I. M. Bochenskt

    saben con facilidad y rapidez que el productode 1.952 por 78.788 es igual a 153.794.176.igualmente vemos inmediatamente que la ne-gacin de

  • ,a verdade.", ;:,::::: J"",",", derermi_nan un punto en el infinito. Se consigue astodo un sistema de proposiciones de'ucidasde- este postulado (formalizado) ; de un pos_tulado hemos obtenido dos, iundamentilesambos en geometra. Cosa parecida encoutra-mos en otros campos cientficos.

    Con esto qttiz queden dadas las razonesms. importantes a favor del enrpleo del for-malismo. No hay que pasar po, lto determi-/nados peligros uitr,rl"io,

    " t. Sobr" todo no

    se debe ((saltar)) con demasiada prisa, debien_ldo quedar bien claro el punto de partida. Ade-

    nts, h-v que recordar que un siitema frrmalsigue siendo siempre algo muy abstracto. nosiendo lcito confundirlo con 1a realidad. Nose debera emplear nunca el formalismo comomtodo nico, sino utilizarlo junto con losotros mtodos.

    I.rwcuar ARTrFrcrAL.-H"y que distin-guir bien el formalismo del e*pi.o d. un lerr-guaje artificial. Incluso una lengua

  • I. ll. Bochenskl

    del lenguaje corriente son ambiguas ; porejemplo, la palabra rresr tiene al menos unadocena de significaciones que deben mante-nerse separadas enrre s en el anlisis. Es

    fconveniente que en lugar de tales palabrasq llsmos smbolos artificiales unvocos y claros.

    Ntese, adems, que la expresin rrlenguaje.simblico,, es equvoca : todo lenguaje constade simbols y, por tanto, podra llamarse,rsimblicorr. Aqu se trata de un ienguajegue, a diferencia del ordinario, consta desmbolos artificiales.

    8. Reglas sintcticas del sentiao.( CoNstnuccrN DEL LENcTTAJE.--Sintcti-'camente considerado, un lenguaje consta deuna multitud de expresiones para las que tie-

    I nen validez unas detenninadas reglas. parahacer ms fcil la cosa, nos limitamos al len-guaje escrito; si bien lo que vamos a

  • I. M. Bochenstcl

    siciones moleculare.s, y4 que slo es posibletratar de stas antes de abordar la teora del( sistema axiomtico. Las reglas corresporidien-tes a las proposiciones atmicas sern espues-tas en el captulo que trata de la axiomtica.

    / CoNcepto DE cATEGoRA srNTcTrcA.-f Har dos reglas fundamentales para el sentidode las proposiciones molecularis en un len-guaje determinado: l), las proposiciones mo_leculares deben componers e.rclusivamentede expresiones dotadas de sentido en el corres-pondiente lenguaje; en ltima instancia, deproposiciones atrnicas con sentido en estelenguaje : Z),la composicin misma debe te-

    .

    ner lugar seghn determinadas reglos de for-Irnacin del lenguaje. Estas regla! de forma-, cin tienen en todos los lengujes un ncleoI com-n que puede ser resumio

    "o las leyes de

    t las llamadas categoras sintcticas. primera-I mente vamos a tratar de estas reglas sin-I tcticas.( Se llama categma sintctica a una serie deI expresiones que pueden ser cambiadas porcualquier otra de su clase, clentro de una pro-

    posicin {qtada.de_sentido, es decir, sin lue[la pro.posicin pierda su sentido por ello. ,por ejempio, los nombres propioi constituyen

    92

    tos mtodos actuals del pensamlento

    una categora sintctica de la lengua ; en cual-quier enunciado dotado de sentido, por ejem-plo, ,,Fritz betreu, puede sustituirse un nom-bre propio por otro sin que el enunciado pier-da su sentido. En el ejernplo aducido puedesustituirse ,.Fritz> por rrJohannu, ,.Evarr,,.Napolenr, etc., r el enunciado sigue te-niendo sentido, es verdadero o falso, pero consentido. Por el contrario, un verbo, por ejem-plo, ,rduerme)), es ya otra categora sintcti-ca; si en el iugar de ,rFritz,, colocramos,rduermer, se originara un no-sentido ennuestro enunciado rrduertne bebe,.

    Como se ve, el concepto de categoria sirrtc-/rtica corresponde casi al de rrparte de la ora-cinu en la gramtica corriente. La diferenciago-siste en esto : en la gramtica se trata dertn lenguaje vivo, construdo con mucha im-precisin, ' sus.ley'elsolt por.tanto, menosrigurosas y precisas. En filosofa se debe per-segnir un lenguaje perlecto, para el que pue-jden ' deben istablecerse leyes exactas. L-sintaxis lgica se halla con respecto a la gra-mtica en la misma relacin en que la geome-tra est con las medidas de una construccinconcreta : ofrec:n ambas un fundamento ideal.

    En este contexto no deja de tener inters lranotar que las categoras sintcticas

    -de con-93

  • I. M, BochenEht

    formidad con la funcin general del leuguajeque quiere ser un reflejo de la realidad-I, r-presentan las llamads categoras ontolgica s.As, por ejemplo, la categora sintctia delos nombres propios corresponde a Ia catego-ra ontolgica {le ((sustarciar, la de los opera-

    :.dores mondicos a la de las

  • I. tt. Bochnsktdo) ; c) functores n r" ffi funetores- (porejemplo,
  • I. M. Bochenskl'

    Pero la negacin no es un nombre, sino unfunctor. Io que piensa el filsofo podra,pues, ser correcto, Pero lo que dice debe seronsiderado como un sin-sentido desde elpunto de vista sintctico. No es un enunciadoy no significa nada. Apelando a tales ejem-

    ,*'plos, quisieron los neopositivistas decir quetoda la filosofa es un sin-sentido, confun-diendo el sentido sintctico con el semntico,

    I lo cual no es lcito. En el transcurso del tiem-'po h" quedado de manifiesto que fueron dema-, iado lejos. Sin embargo, sus ataques hani contribudo a que se tenga ya clara concien-

    cia de gue un lenguaje ptico nicamentepuede usarse con mucha precaucin para cGmunicar ideas cientficas, ya qiue con sumafaciliclad oculta un no-sentido sintctico. Porlo cual el anlisis del sentido sintctico tiene

    , actualmente mayor importancia en filosofa\rque la qtre tuvo en los siglos pasados.

    g. Funciones y grados sem.nticos-Ls oos FuNcroNEs sEMNTrcAs DEL src-

    No.-Vamos a ocuparnos ahora de las cues-tiones semnticas : de los problemas que serefieren a las relaciones entre los signos v lo

    98

    Loc modos actuales d,el pensaml,ento

    significado. H"y que distinguir desde lur.r--principio

    -los escolsticos lo saban rnuy.bien--entre l"" dosfuncionesdel- igno. El'.signo puede sigilltend,erl, es de-cir, ser vehculo de un contenido objetivo. Aesta funcin la llamaremos obietiao. Por otrolado, un signo puede exbresa\algo subjetivo,el estado de nimo del hombre o del animalque causa el signo; esta segunda funcin seillama ,rgbjeliya

    De orclinario, un signo usado dentro de unlenguaje humano normal tiene amba.s funcio-nes. As, por ejemplo, si un observador dice :uaqu hay plomo", significa (indica) primera-mente algo o;bjetivo : que se encuentra unasustancia llamda plomo en unas determina-.das coordenads espacio-temporales. Al mis-mo tiempo pi'znsa este mismo contenido; elhecho cle que formuie el ehunciado muestraque tiene este pensamiento v el enunciado ex-presar un estado subietivo. Iros factores'.subjetiros expresados mediante un signo, no'slo son pensamientos, sino que ordinaria-mente son sentimientos, tendencias volitivas,.letctera ; stas hltimas juegan un papel tanimportante que algunos metodlogos desig-rran estos factores subietivos como ((conteni-do objetivor o ((cientficon.

    99

  • I. M. Boc,enskl

    Si bien es verdad que en el empleo normalde los signos ambas funciones semnticas se

    /unen, cabe pensar qu en algunos casop-lmi-/ tes el signo o :ro expresa nada subjetivo, o alr contrario, no indica nada objetivo. Al menos,en ciertas fbrmas de la mhsica puede que sed el ltimo caso. Ios signos de que se com-potre el lenguaje de tal msica tendran sola-mente un contenido subjetivo, puramenteemocional. No es fcil decidir si es posibleel caso contrario, tratndose de un lenguajevivo. Pero en las obras cientficas se puedenver fcilmente signos y enunciados que uo ex-presan nada, sino que exclusivamente indi-can algo.

    f Sin embargo, desde el punto de vista me-todolgico, una cosa est clara : c_la cienpia,siempre que se trata de objetos cqgnoscibles,y, por tanto, expresables, slo la intencin,es decir,.la primera funcin semntica, tiene

    , importancia. Iro que el investigador mismo

    (.experimenta vitalmente no tierie inters. Lacomunicacin de sus condiciones situaciona-les podi ser L.n alguna ocasin objeto de unainvestigacia psicolgica, pero no ((ensean,tnada, porque no usignificar) nada, no se refie-re a ada odetivo.

    100

    Los mtodos actudlcs del pensanlento

    ExpnrsrN DE to TNEFABLE.- Qu ocu-rre si se trata de algo que (en principio o paranuestro entendimiento de hombres) es incog-noscible y, por lo tanto,, tambin inefable ?Sobre esto, los metodlogos actuales tienenopiniones distintas. Cabe distinguir tres gru-pos:

    l. Partidarios clel primero son_.especial-.nr:nte H. Bergson, v K. Jaspers. Con otros-:muchos (dentro de la lnea tradicional neo-platnica), opinan que ]o inefable no se puedeclecir, no se puedC representar v comunicarmediante signos objetivos, pero puede sernosasequible con avuda de un lenguaje sin con- jtenido objetivo. As, Bergson ersea que elverdadero saber acerca de los ms importan-tes factores rle la realidad (por ejemplo, eldevenir) solamente es posible mediante la ..in-tuicinr. Su contenido no puede comunicarsea otros, pero gracias a determinadas imgenesse puede saber que otros tambin pueden vi-virlo. Por eso no encontramos en las obras deBergson ninguna descripcin fenomenolgi-ca, ninguna clemostracin. sino imgenes queestimulen la intuicin. Tambin K. Jaspersdice que sus palabras (no significan nada, ;tan slo son sealgs que indican un camino alque quiere encontrar 1o inefable en una expe-

    101

  • I. M. Bochenski

    riencia

  • I. M. Bochenskl

    objetiva del signo, lo cual requiere algunasobservaciones metodolgicas. Desde los es-toicos se acostumbra a distinguir entre de-signar y significar. La terminologa corres-pondiente, todava es incierta en nuestrosdas (as, Fr':ge emplea ,,significacin,, y,,designacin, precisamente al revs de co-

    . mo lo hacemos nosotros aqu), pero el prin-.cipio fundamental es admitido en general por

    .todos, y ha determinado importantes reglas.,

    rnetodolgicas. Decimos por ejemplo, que el' sustantivo ,,hombren ilesigna todos rlos hom-, bres individuales, mientras que ,,humani-'. dadr significo lo que es cada hombre : laldesignacin corresponde a la e&t?,frsifi- (ex-tensi) del concepto objetivo v la sioificaci6r

    I a su contenido (intensio). Respecto a la de-

    "igo"&i[ habla de io exteisienal; de lo

  • I. M- Bochenski

    tan grandes en el mencionado campo del sa-' b"t, que se ha convertido en regla metodol-gica general la de emplear siempre que esposible el procedimiento extensional.

    Los caepos sE1\&iNTrcos.-Despus de lasconsideraciones precedentes, resultar mscomprensible otra importante doctrina actualde la semntica : la teora de los .llamados

    fgrados semnticos. Su idea fundamental con-siste en que hay que distinguir el lenguajesobre las cosas, del Lenguaje sobre el mismolenguaje ; el rltimo (lenguaje sobre el rnismoienguaje) se llama ameta-lenguajeu del pri-

    [mero. Esta teora puede explicarse todava deotra manera. Tomemos primeramente to

  • I. M. Bochenshimntico; en esta proposicin se habla sobrela misma proposici-n.^

    Aqu tenemos. un ejemplo de una de lasmuchas amtinomias suniticos, qo. no pue-den ser resuekas con la "ot^ ,ioiis. Se ha

    ,'listo, adeT1., q""- conceptos *"-r, irnport*tes como el de verdad, designaturir, etc., ni_camente a base del meta_lenguaje iueden ser

    '.^tratados sin caer en contrad-i".in.i De las consideraci"o",

    ""t"-iiJr". se dedu_ ce que t*9 lo que se diga sobre una cienciano es posible decirlo .9r, l mismo lenguaje deesta ciencia en cuestin, sino- poi medio desu meta-lenguaje, llamado tam^bin, en esteeaso, meta-ciencia ; a esta clase pertenecen el

    , a,nlisis del correspondiente similiismo cien-

    Ltitlco, la metodologa y otras ms.Son mucha* 5r" h actualidad i", cienciasque poseen su meta_ciencia, existiendo in-cluso una meta-logrca y una meta_matem-tica.Du uso DE LAs coMrr,r,As._para la rectaaplicacin de la doctrina J" f"-grtdcs se-mnticos, se hsn establecido i.gi* tcnicas

    especiales- para el uso de t"" ""*iltI. A dife-rencla del uso qiue gereralmente se hace deesros srgnos (cuando una palabra se usa e

    108

    Los mtodos aetaaW del pensamlento

    sentido no corriente), los actuales lgicos ymetodlogos de la ciencia siguen con todo ri-gor la siguiente regla :

    .

    Se 9ol5a una proposiciu entre gggilbgl;si se designa a s misma o a una expiesin -de forma semejante ; siu las comillas no sedesigna a s misma, sino algo distinto. Enotras palabras : una expresi_n entre comillases un signo de la misma expresin : una ex-presin meta-lingstica con relacin a otra ,expresin semejante sin comillas. Algunos.'ejemplos aclararn el sentido de esta regla.La proposicin siguiente :

    un gato es un animalsi la segunda palabra no est entre comillas,la proposicin que resulta es verdadera, puesla segunda palabra significa el conocido ani-mal domstico. Pero si escribimos:

    n (gatol es un animalhemos formulado una proposicin falsa, pes-to que la palabra que va entre comillas nosignifica un gato, sino la palabra rrgator, yuna palabra no es un animal.

    Por el contrario la proposicinel

  • I. tr[. Bochetuktes manifiestasicin. rmente verdadera, pero la ploIXF

    el gato consta de cuatro letrases falsa, pues el conocido animal no consta deIetras.

    n,,u !!,r...X'1"=i,ii: .i.ru.t

    "

    :,,_,: :X:: ;aunque sin comilla.s fuera un"-p.opouicin oun functor; entre "".iir"r-.J tl ,rcrnbr" deesta proposicin y

  • I. M. Boehenskl

    transigente. De esta discusin se obtuvieronimportantes resultados para la investigacinactual y algunas reglas para el mtodo de lascieneias naturalgs aunque tambin se plan-tearon difciles problemas.

    Er. pRrNcrpro DE LA vERrFrcABrLrDAD.-Ha' dos reglas fundamentales, ambas llama-das ,,principio de la verificabilidadn. Dicenas :( l. Una proposicin tiene sentido semn-ticamente, si se puede indicar un mtodo me-diante el cuai sea verificable.

    2. Ifna expresin que uo sea proposicintiene sentido semnticamente si puede ser

    . empleada como parte de una proposicin do-

    L tada de sentido, es decir, verificable.Ambos postulados deben ser aclarados.

    -'Ante todo, hay que tener en cuenta que laverificabilidad de los postuiados dichos no

    ..est determinada en concreto. A este respec-to, prevaleci en priucipio la opinin extre-mista de los que slo admitan una clase deverificabilidad : la observabilidacl sensible delas situaciones significadas en la proposicin,puesto que nicamente a travs de esta ob-ser'abilidad podra demostrarse si la propo-sicin era verdadera o falsa. Actualmente se

    L12

    Los ntod'os actuoles d'el pensamlento

    es ms tolerante; no slo se ailmiten variosmodos de observacin, sino gu9 s: opina

    que

    tl"."Uflid"d oo sirve exclusivl Y nece-sariamente p","

    "oi'i"tar la "tl+-lq o false-

    il,'tt* qo" l"'iu-la constatabilidad de-la.it""lilia"h. Las reglas aducidas exrgen so-'ffiffi;;;;'*?s "*t"'dida concePcin;;;-;;7 *toio ^ediante -el cual poda-mos constatar sr una proposicin es correcta'i

    O nO. r-' p"r" entender esto pensemos en.la slglen-t";;;;;ilit

    ' "lt vntana de mi cuarto es-

    ll::;;;;;;. c'" Puede-tener sentido esta;;";;, Ji

    "9 se sabe la manera de com-

    probar 1o que tt dil"i ntt haber-ur rnl{,'5;;;;t;t"tlo: el que enuncia 1a ProPosr-cin sabe que' en

    ""tl dt querer extend'er la

    ;;;;;ti"ct at la ventana' encontrara re-sistencia,etc. ' ' !"'";;^-"o dt ttot"t 9.1e e1-p-lt::t prlnclploformulado anterrlrmeite contiene' en

    cierto

    moclo, todas bt il; *"di"iottts del senti-do. Para qo"

    '"" "t'Uicable una proposicin &-

  • -I. M. Bochenski,

    rficabilidadr encierra una gran dificultad.Una proposicin es verificable, si se puedeverificar o falsificar, es decir, si es fosibleindicar que es verdadera o falsa. gu sig-nifica rrposibler ?

    L

    .' Ifans Reichenbach distingue las siguientes' significaciones de la palabr posible:t l. Posibilid,ad, tcnica.-Consiste en te-' ner los medios que nos permiten verificar la\correspondiente proposicin. En este sentido,la proposicidn r,la temperatura del ncleo so-lar alcanza 20.000.000 grados C.u no es ve-rificable directamente. Diremos, pues, queno !r1l verificabilidad tcnica para esta pio-posicin.

    ( 2. Posibilidad fsica. -Se da cuando laverificacin de la proposicin no contradice

    r.las leyes de la naturaleza. La proposicinanterior sobre la temperatura del nhclio solares verificable fsicamente. por el contrario,la proposicin rrsi un cuerpo se mueve conuna velocidad de 350.000 Km.-seg, se haceenormemente ms ligeror, no puede ser ve-rificada fsicamenter 5za eu, seg.n las leyesfs,icas, ningn cuerpo puede moverse a -talvelocidad.

    3. Posi,bilidad lgica.--tonsiste en la no,.contradiccin de la verificacin. La proposi-

    114

    Los mtoilos actuals ilel pensa'nl'ento

    cin aducida al tratar de la posibilidad fsica,aunque en el orden flsico no es verificable, 1oes lgicamente, porque no incluye contradic-cin alguna.

    4. Posibili'd'ad mta - em^plrico. -

    HansReinchenbach escoge como ejemplo de ella laproposicin de un adepto a una secta religio-s: rrl gato es un ser divino,,.

    Esta divisin de la posibilidad se ha ral- /zado desde el punto de vista positivista y elcuarto miembro parece ser una concesin il&ygica. Podra haclrse otra divisin a base dei.las clases de experiencia con que una Propo'sicin puede ser verificada. As, tendrlamosuna verificabilidacl sensible, otra introspec-tiva, una tercera fenomenolgica y, finalmen'te, una sobrenatural. Parece no hater dudaque, por ejggplo los fenomenlogos verificansus proposlclones medrante una experrcncrasui generis, la intuicin eidtica--Del mismomodo, los dogmas, si bien @Gstn verifica-dos, son veriticables aurique no con medios..naturales.

    Rudolf Carnap ha establecido, Pbr su)parte, et fritwipio de Io tolarancid: a cual'quiera le est permitido determinar qu clase,de verificabilitlad quire admitir. En las cien--cias naturales esttn vigencia actualmente la

    t15

  • l.lifpr

    I. M. Bochenski

    regla siguiente: solamente pueden ser consi-deradas como proposiciones dotadas de senti-do las que son verificables, en ltima instan-cia, por una experiencia sensible. Nosotrosentendemos por verificabilidad una que seams amplia que la tcnica, pero ms restrin-gida que ia puramente fsica.

    PnrNcrpro DE LA TNTERsuBJETTvTDAD.-EIprincipio de lrr verificabilidad queda determi-nado rigurosamente mediante el llamado prin-cipio de ia intersubjetividacl. Segn este prin-

    fcipio, para que una proposicig tenga sentidoes indispensable que la verificacin sea inter-subietira, es decir, que est al alcance de va-rios investigadores. No basta que hara unmtodo de verificacin; al menos, en princi-pio, el empleo del mtodo debe poder ser co-

    (.mn a varios sujetos. I,os metocllogos neo-positivistas que establecieron este principio,rechazan toda psicologa instrospectiva comosin sentido. Opinan que una proposicin qnetrate de situaciones psicolgicas propias nopuede ser verificada jams por nadie r debe,por tanto, carecer de sentido. De hecho pareceque la verificacin de tales proposiciones eslgicamente imposible. El principio de la in-tersubjetividad conduio primeramente al fi-

    tt6

    Los mtodos actualcs del pensomlento

    sicalisma, es decir a la prohibicin de usarproposiciones que no designaran Procesos ycosas fsicas.

    Es evidente que el principio de Ia intersub- -jetividad tomado rigurosamente anulara todoocsible Droposicin Pues incluso en el campohe U fsica la observacin de un mismo fen-meno por dos observadorcs' no es posible:pues o lo ve uuo despus d91 gtro' r entonces'h", oo" variacin en el fendmeno (el fen-uroo ha pasado a ser otrd, o 1o ven simult-neamente desde puntos distintos, Y, portanto, cada uno ve-un aspecto distinto del fe-nmeno. En rigor roo pude darse una verifi-.'cacin inter-sribjetiva.

    Poi eso, actuimerte' si bieu no se rechaza)este principio, tan slo es consderado comonordatirro. S"gto la concepcidn actual se de-ben emplear iconstruir, en cunto sea po.si-Ut., ptop*ici,ones que sean fclmente verifi-Jcables por los dems-

    Asl iormulada, la regla tene validez paratodos los carrpos del saber y debe ser aplicadarigurosameute. Desgraciadamente muchos nohin comprendido Iodava su importancia'Este principio, en el sentido de que las plo-frti"ioo"t indviduales deben ser verificablesmedinte observacin sensible, vale para las

    tl7

  • I. M. Bochensk

    ciencias emplricas, exceptuada la psicologa,caso de que se la considere como ciencia na-tural.

    Venrrrcnnrr,rDAD DE LAs pRoposrcroNEsuNrvERsALES.

    --Se preguntar, con. taz6n, y las proposiciones universales ? Tales pro-posiciones no pueden ser verificables jamspor medio de ttna observacin sensible. S" po-drla, por ejemplo, verificar que un fenmenose da en 100.100.000.100.000.000 casos,pro es imposible lgicamente verificar queasl sea em toilos los ca,sos. En el plano de la

    7 verificabilidad sensible, todas las proposicio-nes universales aparecer sin sentido. Pero,por.otra parte, una ciencia natural-sin pro-posiciones unrversales es imposi'ole, puesconsta de ellas v no podrja ser ciencia natural

    .. sin ellas.; I,os metodlogos distinguen dos clases de'proposiciones universales : las llamadas pro-posicio.nes universales lgicas y las empri-

    LcaS. Las primeras, segn creencia general, no,apueden ser verificadas por medio de la ob-

    servacin, aunque no lo necesitan para tenerasentido. Cmo, a pesar de ello, es posible

    que una tal proposicin tenga sentido ? Eso estema de discusin entre los filsofos, de

    ll8

    Los mtod'os actuales del pensomlento

    acuerdo con sus personales puntos de partida.-I,os investigadores de orientacin fenome-'nolgica admiten que los oxiotnas de la lgicason verificables mediante una intuicin inte-lectual, la intuicin eidtica ; los empiristas,a su vez, sostienen que tales proposiciones sorrrvaclasr ; no en sin-sentido pero sl, indepen-dientes de las reglas generales del sentido se-mntico. En todo caso queda, sea cual sea elmodo de fundamentar esto, el hecho de queestas protrnsiciones lgicas no son verificables :s.nril.riente, aempicamente>. Aqul radi-"ca la diferencia fundamental entre'la metodo-loga actual y las viejas concepcioues de Milly Comte-

    Las llamadas proposiciones universales em-)plricas, por el -contrario, estn dotadas deientido smnticamente segn la opinin pre-dominante, si de ellas se puede deducir almenos nna proposicin verificable por medio.,de una obsevacin sensible.

    As, trnr ejemplo, la proposicin atodo tro-rn de azufre ard con llama azttl>, est dota-da de sentido, porque se puede deducir de ella1a proposicin verificable sensiblemente