los maestros de sabiduría

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    H.P.Blavatsky y los Maestros de Sabidura

    Annie BesantExtrado de la revista Sophia (1908)

    Un aporte de:www.santuario.cl

    Extrado de la revista Sophia (1908)Incluye el artculo Los Maestros y la Sociedad Teosfica, de Annie Besant.

    El Hodgson Report fue contra Blavatsky, pero el caso fue reexaminado por la Societyfor Psychical Research en 1968 y de nuevo en 1986 y se declar no probado.

    (Sellon, Emily y Weber, Rene en Teosofa y Sociedad Teosfica, incluido enEspiritualidad en los movimientos esotricos modernos, Paids 2000, compilado porFaivre, Antoine y Needleman, Jacob). Vase adems el Journal of the Society forPsychical Research 53, Nro.803, apr.1986.Phileas Fogg, 2003

    IHan transcurrido diecisis aos y medio desde que Helena Petrowna Blavatskyabandon este mundo mortal. Sguese, sin embargo, atacando su sinceridad yreputacin, y hay gentes sencillas y cndidas que se apartan de la Sociedad Te osficadiciendo: Oh! yo no puedo pertenecer ella; fue fundada por Mad. Blavatsky ,

    convicta de fraude por la Psichical Research Society. Los artculos que la defendieron se agotaron y han quedado en el olvido. El Dr.Hodgson, el autor de la Memoria de la S.P.R., ha llegado a tener fe en fenmenosmucho ms extraordinarios que los negados en la presuncin de su juventud, y se hallal mismo en ridculo, vctima de su error. La gran circulacin de las inestimables obrasde Mad. Blavatsky, la difusin de las ideas que se consagr estudiar y ensear, elcrecimientode la Sociedad Teosfica, que ella fund segn las rdenes de su Maestro ycon ayuda de su colega el Coronel H.S. Olcott, y la creciente literatura publicada por susdiscpulos, constituye n su verdadera defensa y la justificacin de la obra de su vida.Pero no es justo que la continua crucifixin del Instructor se vea con complacenciamientras el mundo se aproveche de sus instrucciones, y que se estigmatice de fraude y

    de impostura quien aport nuestra poca verdades en vas de difusin universal. Esjusto, pues, que su defensa se lleve hasta donde se ha llevado la calumnia; por esto, yoque la venero como mi primer Instructor; que guardo en mi corazn una viva incesante gratitud por ella, porque me condujo mi Maestro, al que sirvo desde hadieciocho aos con un reconocimiento creciente siempre, quiero recordar aqu loshechos del pasado con algunos comentarios que me parecen necesarios.Helena Petrowna fu hija del Coronel Pedro Hahn y nieta del Teniente general AlejoHahn von Rottenstein-Hahn; su madre fu Helena Fadeeff, hija del Consejero privadoAndrs Fadeeff y de la Princesa Dolgoruki. La siguiente carta, traducida del francs, yque tengo ante mis ojos, dirigida por el Teniente mayor general R. Fadeeff al caballeroA. P. Sinnett por medio del Prncipe Dondukoff-Horsanoff, Gobernador general delCucaso, testifica su identidad:Certifico por la presente que Mad. Blavacki (1), residente en la actualidad en Simla

    http://www.santuario.cl/http://www.santuario.cl/
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    (India inglesa), es hija por parte de padre del Coronel Pedro, y nieta del Tenientegeneral Alejo Hahn de Rottenstein-Hahn, familia noble del Mecklemburgo, establecidaen Rusia; y por parte de madre, hija de Helena Fadeeff, y nieta del Consejero privadoAndrs Fadeeff y de la Princesa Dolguki (2), y que es viuda del Consejero de Estado

    Nicforo Blavacki, ex-Vicegobernador de la provincia de Erivan (Cucaso ).

    Firmado: El Mayor general, ROSTISLAO FADEEFFEl Secretario adjunto del Ministro del Interior, CONDE IGNATIEFF, agregado delEstado Mayor del Ministerio de la Guerra.San Petersburgo. -Pequea Morskala, 23.18/80 Septiembre 1881. .

    A este documento va unida una carta anunciando que un certificado formal delGobierno se enviar dentro de poco.Helena Petrowna naci en 1831, y su ta, Mad. N. A. Fadeeff, en una carta fechada enOdessa 8/20 de Mayo de 1877, testifica las maravillas que la rodearon desde la infancia.Madame Fadeeff manifiesta que por su parte se haba intesesado profundamente por los

    fenmenos psic olgicos y que aprovech todas las ocasiones para observarlos. Aade:Los fenmenos medianmicos producidos por los poderes de mi sobrina Helenason verdaderamente curiosos, sorprendentes y verdaderamente maravillosos; pero noson excepcionales ni nicos. Yo he odo hablar con Frecuencia y ledo en los libros deespiritualismo sagrado y profano sorprendentes noticias de fenmenos semejantes losque usted me dice; pero se trata, por lo general, de incidentes aislados que proceden dediversos orgenes, pero no de una fuerza reconcentrada en un solo individuo -todo ungrupo de manifestaciones extraordinarias procedentes de una fuente nica, como en elcaso de Mad. Blavatsky-; he aqu lo que es extremadamente raro y quizs sin ejemplo.Saba yo desde haca tiempo que ella posea poderes medianmicos mucho msdesarrollados de lo que he conocido; pero cuando estaba aqu, esos poderes eran de ungrado muy inferior al que han alcanzado ahora.Mi sobrina Helena es un ser completamente aparte, que no puede compararse conninguno. Como nia, como joven y como mujer ha sido siempre muy superior alambiente para que se la apreciase en su justo valor. Recibi la educacin de una hija de

    buena familia; fue bien enseada, pero no del todo instruida , lo que no viene ser lomismo. La rara riqueza de su naturaleza intelectual, la delicadeza y vivacidad de su

    pensamiento, su maravillosa facilidad para comprender, adquirir y asimilarse lasmaterias ms difciles, que en otra persona hubieran exigido laboriosos aos de estudio,y lo eminentemente desarrollado de su inteligencia, junto con un carcter leal, recto,franco y enrgico, he ah lo que la dio una superioridad intelectual tan rara, 1o que la

    elev tan alto sobre el nivel ordinario de la necia mayora de las socie dades humanas,nopudiendo evitar atraerse la atencin general y, por lo tanto, la envidia y la animosidadde todos aquellos cuya vulgar inferioridad se senta herida por el esplendor de lostalentos y facultades de esta maravillosa mujer.Me preguntis qu idiomas estudi. Desde su infancia, adems del ruso, su idiomanatal, el francs y el ingls nicamente.Luego, tras sus viajes por Europa, adquiri un ligero conocimiento del italiano. Laltima vez que la vi, cuatro aos ms tarde, es todo lo que saba como idiomas; estoysegura de ello, y as podis afirmarlo. En cuanto su erudicin insondable, en la pocade que hablo, cuatro aos despus, como he dicho, no haba sombra de ella ni la menor

    promesa. Era culta y bien educada como una mujer de mundo, esto es, de un modosuperficial. En cuanto los estudios serios y abstractos, misterios religiosos de la

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    antigedad, teurgia de Alejandra, filosofas y filologas antiguas, ciencia de losjeroglficos, hebreo, snscrito, griego, latn, etc., no los entrevea, puedo jurarlo, ni ensueos.

    No tena ni la menor idea del A B C de tales cosas.Continuemos: Helena Petrowna se cas a los diez y siete aos con un anciano,

    separndose repentinamente de su esposo al descubrir lo que era el matrimonio, yempez recorrer el mundo en busca de la Ciencia. En Agosto de 1851 la vemos enLondres; y all, cerca de la Serpentina, en un hermoso rayo de luna segn cuenta en sudiario, encontr al Maestro de mis sueos. ste le dijo que ella haba sido escogida

    para trabajar en una Sociedad, y poco tiempo despus, con permiso de su padre,comenz prepararse en vista de su futura misin. Pas por siete y luego diez aos de

    pruebas de experiencia y duro trabajo.

    Mad. Fadeeff vuelve ayudarnos de nuevo. El 26 de Junio de 1884, escriba: Heescrito Mr. Sinnett hace dos tres aos contestando una carta suya, y creo haberlereferido lo que ocurri propsito de una carta que recib de una manera fenomenal,

    cuando mi sobrina estaba en otro extremo del mundo, para decirlo de una vez, cuandonadie saba dnde se hallaba, por lo que estbamos inquietos. Nuestras pesquisas nohaban dado resultado, estbamos ya dispuestos creerla muerta cuando -creo que estoera en 1870 poco despus - recib del ser que llamis creo que Kut-Humi una cartaquelleg mis manos de la manera ms incomprensible y misteriosa, en mi casa, por mediode un mensajero de figura asitica que desapareci ante mis ojos. Esta carta, en que medeca no me inquietase y me aseguraba que ella estaba bien, la tengo en mi poder, peroen Odessa. A mi regreso os la enviar, y ser dichossima si puedo serviros.Permitidme decir que me es imposible creer que haya gentes bastante estpidas para

    pensar que mi sobrina usted han inventado los hombres que lla mis Mahatmas.Ignoro si usted los conoce personalmente hace tiempo; pero mi sobrina me ha habladode ellos, y muy explcitamente, hace aos. Ella me escribi que haba visto muchos yque haba renovado sus relaciones con los mismos antes de publicar su lsis . Por quhaba de inventar semejantes personajes? Con qu objeto? Qu bien podran hacerle sino existan? Vuestros enemigos no son malvados ni groseros, mi entender, sinosencillamente idiotas si os acusan de tal cosa. Yo, que espero ser ferviente cristianahasta la muerte, creo en la existencia de esos hombres, sin creer, no obstante, en todoslos milagros que se les atribuye. Por qu los dems no han de creer en ellos? Puedo,adems, certificar la existencia de uno de ellos, por lo menos. Quin hubiera podidoescribirme para tranquilizarme en el preciso momento en que tena necesidad de ello

    sino uno de esos adeptos de que se habla? Es cierto que no conozco la escritura, pero lamanera como me fue remitido el mensaje fue tan fenomenal, que na die sino un adeptode la ciencia oculta pudiera hacerlo. Me prometi el regreso de mi sobrina y esa

    promesa se realiz. De todos modos os la enviar dentro de quince das y la recibiris enLondres.La carta fue enviada efectivamente diez das despus con una nota de Mad. Fadeeff.Estaba escrita en papel de arroz, de China, montada sobre ese papel cristalino hecho mano que se encuentra en Cachemira y el Pendjab, dentro de un sobre del mismo papel.Su direccin era: A la honorable y honorabilsima seora Nadejka Andrievna Fadeeff.Odessa. En un ngulo lleva la mencin siguiente, escrita con lpiz, en ruso, de mano deMad. Fadeeff: Recibido en Odessa el 7 de Noviembre, propsito de Lelinka (nombre

    familiar de H.P.B.), probablemente del Tibet, 11 Noviembre 1870. Nadejka F. La notadice: Los nobles parientes de Mad. Blavatsky no tienen por qu lamentarse. Su hija y

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    sobrina no ha abandonado el mundo. Vive y desea hacer saber los que ama que estbien y se encuentra muy dichosa en el lejano y desconocido retiro que ha escogido. . .Tranquilcense los seores de su familia. Antes de diez y ocho lunas nuevas regresar.La carta y el sobre son de escritura conocida ahora como del mahatma K. H. (3).Los siguientes datos se han tomado de una hoja de papel encontrada en Adyar, con una

    escritura que no conozco y sin firma. Los doy por lo que puedan valer:En 1848, inmediatamente despus de su matrimonio, dej el Cucaso y fue a Egipto,viajando con la Condesa Kiseleff. Visit Atenas, Smirna y el Asia Menor, hizo una

    primer tentativa para entrar en el Tibet, pero sin xito. En 1853, en la poca de la visitade la embajada nepalesa Londres (en 1851 ms bien, segn su diario) estaba enLondres y encontr all su Maestro.De all fue a Amrica del Sur, y por la s islas del Pacfico, se dirigi a la India,intentando por segunda vez penetrar en el Tbet, tambin sin lograrlo. Regres aInglaterra por la va China-Japn-Amrica hacia 1853. Hizo entonces un viaje los

    Estados Unidos y la Amrica Central, regresando Inglaterra en 1855 1856. De all

    volvi la India, por Egipto, y precisamente antes de la revuelta de los cipayos, hizo sutercera intil tentativa de penetrar en el Tbet. Desapareci luego y reapareci mstarde en Rusia, fines de 1858 comienzos de 1859. Estuvo en Tiflis de 1861 1863;

    pas Egipto, y de all Persia, y atravesando el Asia Central, penetr en el Tbet hacia1864. En 1866 hizo una corta visita Italia; regres la India entrando en el Norte,hacia los montes Kumlum, el lago Palt y el Tbet.Regres Odessa por la va Egipto y Grecia en 1872. En 1872, segn el TheosophistMad. Blavatsky naufrag, y aguardando una remesa de dinero de Rusia, recibi ayuda yabrigo en casa de gentes que deban luego hacerle mucho dao: los Coulomb, que tenanentonces un hotel en El Cairo, en Egipto.Mad. Coulomb, que pareca haber sido mdium, se interes por Mad. Blavatsky. Susrelaciones fueron muy breves, porque en seguida sali para Rusia, Francia y Amrica,conociendo en este ltimo pas al Coronel Olcott, con quien fund el 10 de Noviembrede 1875, para obedecer las rdenes que haba recibido, la Sociedad Teosfica. Lahistoria de esta poca se puede leer en Old Diary Leaves (4), del Coronel Olcott, dondese da cuenta de los poderes y fenmenos maravillosos de que estaba rodeada. DeAmrica, los dos fundadores fueron la India y fijaron por algn tiempo su cuartelgeneral en Bombay.All, Mad. Blavatsky recibi una carta de Mad. Coulomb, fechada el 10 de Junio de1879, refirindola los reveses que haba sufrido, pidiendo le prestase 200 rupias (5). Afines de la primavera de 1880 ella y su marido llegaron Bombay en la mayor miseria.

    Mad. Blavatsky se apiad de ellos, les socorri y les estableci luego en el cuartelgeneral de Adyar, empleando a Mr. Coulomb como bibliotecario y hombre para todo pues la biblioteca estaba sin hacer-, y a su esposa como ama de llaves.

    IILa obra de Mad. Blavatsky y del Coronel Olcott en la India es bien conocida. Lasmismas maravillas que en Amrica la rodearon en la India, y su maravillosa intuicin delas verdades que forman la base de todas las religiones y su intenso amor por aquel pasla patria de mi Maestro atrajeron en torno de ella las clases cultas del pas. Aqutambin el libro Old Diary Leaves puede leerse por los que deseen convencerse de lafuerza extraordinaria y de la extensin de sus poderes ocultos.

    Sus brillantes artculos en el Theosophist testifican su ciencia y las frecuentesapariciones de los Maestros, sus comunicaciones con ellos y con los que la rodeaban,

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    fueron bien notorias.Mr. Sinnett, en su Mundo Oculto, ha referido sus propias experiencias y las del crculoque tena. Quizs el mayor de todos esos fenmenos fue, sin duda, el cambio operado enese anglo-indio escptico, el editor del Pioneer, que por su contacto con el Maestro K.H.

    por medio de Mad. Blavatsky, lleg ser su fidelsimo y leal discpulo, cuyo

    constante servicio estuvo a travs de todas las vicisitudes (6).Si la evidencia humana ha podido alguna vez establecer un hecho, el de la aparicin delos Maestros y el de la comunicacin de ellos, recibida durante esos aos, est fuera deduda.Escojamos algunos al azar. Mr. S. Ramasvamier, funcionario pblico, en 1ro deDiciembre de 1881 dio a Mad. Blavatsky una carta bajo sobre, paseando luego con ellael Coronel Olcott y Damodar. Al regresar casa, vieron todos, apoyado en el balcn, unhombre en quien el Coronel y Damodar reconocieron al Maestro de Mad. Blavastky.Este alz la mano y dej caer una carta. Era la respuesta, escrita en caracteres tibetanos, la misiva de Mr. Ramasvamier, quien certifica con fecha de 28 de Diciembre de 1881que no perdi de vista ni un instante Mad. Blavatsky, desde el momento en que le

    remiti su carta hasta aquel en que vio a aquel personaje dejar caer su contestacin (7).Los seores Scott, -el Sr. Scott era un funcionario civil de la India que ascendiinmediatamente Comisario judicial del Ude -el Coronel Olcott, Mad. Blavatsky, Mr.M. Murad, Al Beg, Mr. Damodar K., Mr. Mavalankar y el pandit bhavani Shankar,estaban juntamente sentados cerca del balcn, desde donde vean la biblioteca, en parteobscura, y ms all una habitacin claramente iluminada. Mr. Scott vi un hombre enquien reconoc i, segn su retrato, al Maestro M. que andaba en el cuarto. Se dirigihacia una mesa y encontr en seguida una carta de letra conocida (8). Con fecha 30 deSeptiembre de 1881, escribe el Coronel Olcott: Este mismo hermano me visit una vezen Bombay , en carne y hueso, viniendo de da y caballo. Me llam por un criado en laantesala del bengalow de H. P. B. (que estaba entonces en otro bungalow, dondehablaba con las personas presentes. Vino reprenderme duramente por una cosa quehaba hecho respect o de la S.T., y como Mad. Blavatsky era tambin reprensible, latelegrafi que viniese, es decir, se volvi hacia la direccin en que ella estaba y extendila mano. H. P. B. acudi inmediatamente, y al verle cay de rodillas, pagndole untributo de reverencia. Su voz y la ma fueron odas por las dems personas que estabanen el otro bungalow, pero H. P. B. , y y el criado, fuimos los nicos que le vieron. Otravez estando dos tres personas sentadas en la veranda de mi bengalow, en Girgaum,vieron lle gar un caballero hindo, jinete en un caballo, descender en el vestbulo deH.P.B. y entrar en su despacho. Me llamaron y fu a custodiar el caballo hasta que elvisitante sali, mont y se puso en marcha. Aquel hombre era tambin un hermano en

    carne y hueso (9).En aquel tiempo los esposos Coulomb vivan en el Cuartel general de Bombay. Mad.Coulomb, como espiritista, no era escptica en cuanto la realidad de los fenmenos,

    pero cristiana fantica y supersticiosa., crealos, por su conexin con los pa ganos, obradel diablo. Mr. Martandrao E. Nagnath, que trat desde 1879 1889 en Bombay losfundadores, recuerda los casos en que vi los hermanos, generalmente invisibles, dela primera seccin de la Sociedad Teosfica. (Es de advertir que en los comienzos losMaestros pertenecan la primera de las tres secciones en que estaba dividida laSociedad.)En 1881 habl en compaa de tres hermanos tesofos con Mad. Blavatsky, y Mad.

    Coulomb tambin estaba presente cuando distinguieron al Maestro K. H. unos ocho diez metros de distancia. Llevaba una especie de toga de capa flotante, tena la

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    barba y el cabello ondulados; se form gradualmente, por decir lo as, delante de unarbusto de un grupo de rboles, unos veinte treinta metros de nosotros, irguindose

    por fin en toda su altura. Mad. Blavatsky hizo ante nosotros esta pregunta Mad.Coulomb: Es un diablo este buen hermano?. Porque Mad. Coulomb tena lacostumbre de decir y de creer que se asustaba cuando vea los hermanos. Y respondi:

    No, este es un hombre. Dej ver su forma completa durante dos tres minutos ydesapareci poco poco hundindose en el zarzal.Esta declaracin, q ue se halla en la noticia de otros di versos fenmenos, est fechadaen Bombay el 14 de Febrero de 1882 (10). Est confirmada tambin por el panditBhavani Shankar (11).Luego que el Cuartel general de la Sociedad fu trasladado a Adyar, cerca de Madrs, el30 de Diciembre de 1882, las apariciones de los Maestros se efectuaron con msfrecuencia. Era una costumbre familiar para los trabajadores el reunirse por lanoche en la terraza, donde de cuando en cuando un Maestro que se haca visible,hablaba con ellos y les instrua. Sobre este particular Mr. C. W. Leadbeater, quetrabajaba para la sociedad en Adyar y en otros lugares de la India y de Ceyln, de

    1884 1888 escribe lo siguiente: Tengo la satisfaccin de asegurar que en muchasocasiones he visto aparecer los Maestros en forma materializada en el Cuartel generalde Adyar. En semejantes condicione s he visto al Maestro M. K. H., al Maestro D. K., y otro miembro tambin de la Confraternidad y uno dos discpulos que actuabancomo mensajeros. Esas apariciones se efectuaban veces en la terraza del edificio

    principal, veces en mi propio cuarto, cerca de la ribera, y muchsimas veces en eljardn. Las materializaciones duraban frecuentemente unos veinte minutos y en dosocasiones duraron hasta cerca de media hora.Esas apariciones de los Maestros, sin embargo, no estaban reservadas exclusivamente los cuarteles generales de Bombay y de Madrs.Mr. T. Brown dice lo que sigue en su obra My Experiences in India: Lahore esespecialmente interesante, porque en l hemos visto, en su propio cuerpo fsico, alMahatma Kut-Humi en persona. En el medioda del 19 de Noviembre vi al Maestrocon toda claridad y le reconoc, y en la maana del da 20 entr en mi tienda y me dijo:Ahora que me tiene usted ante s, corporalmente, mire y asegrese de que soy yo. Medej una carta con instrucciones y un pauelo de seda que poseo todava. La carta estescrita como es costumbre, con lpiz azul, y es de la misma mano que lascomunicaciones recibidas en Madrs. Una docena de personas han reconocido estaescritura, como la del Mahatma Kut-Humi. En su carta me indicaba que le haba visto

    primeramente en mis sueos, luego en forma astral, despus corporalmente distancia yque, en fin, le vea ahora en su propio cuerpo fsico, cerca de m para que pudiese

    asegurar todos mis compatriotas mi conocimiento personal con l y asegurar laexistencia de los Mahatmas como la ma. La carta es de un carcter privado, y no puedocitar sino esos pasajes. La noche del 21 el Coronel Olcott, Damodar y yo noshallbamos sentados fuera del schamiana, cuando recibimos la visita de. . . (el chela

    principal del Maestro, ahora un iniciado) que nos dijo que el Maestro iba venir. ElMaestro vino, en efecto, en seguida, di algunas instrucciones Damodar y se march(12).Sobre esta visita Lahore, en Noviembre de 1883, Damodar mismo da muchos detalles.Dice propsito del Mahatma Kut-Humi: All recib yo su visita corporal durante tresnoches seguidas y cerca de tres horas cada una, guardando perfecta conciencia de ello.

    Fu tambin una vez delante de l fuera de la casa. El que yo vi en persona en Lahoreera el mismo que vi en forma astral en el Cuartel general de la Sociedad Teosfica, y el

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    mismo tambin que vi en las visiones y xtasis, en su casa, millares de millas dedistancia, y quien pude alcanzar en Ego astral, gracias, naturalmente, su ayuda y

    proteccin directa. En esas circunstancias, con mis poderes psquicos poco desarrolladosan, le vi siempre bajo una forma bastante vaga; sin embargo, sus rasgos sedistinguieron perrectamente, y su recuerdo lo tena profundamente grabado en la retina

    y en la memoria de mi alma. Ahora actualmente, en Lahore, en Jammu, la impresin hasido completamente distinta. En los casos anteriores, cuando le haca el pranan (saludo),mis manos pasaban al travs de su forma, mientras que luego tropezaba con su cuerpo ysus vestidos. Aqu he visto ante m un hombre vivo, con los mismos rasgos, aunque deun aspecto genera] , y de una actitud ms imponente que el que haba frecuentementecontemplado en los retratos que poseen Mad. Blavatsky y Mr. Sinnett. No quiero insistiraqu sobre el hecho de que haya sido visto corporalmente, as como por el CoronelOlcott y Mr. Brown, separadamente, porque pueden hacerlo cada uno por s, si lo

    juzgan conveniente. En Jammu tambin, donde fuimos al dejar Lahore , Mr. Brown levi la tercer noche de nuestra llegada, recibiendo de l una carta con su escritura tanconocida. No hablo de las visitas que me ha hecho casi todos los das, y casi todo el

    mundo en Jammu sabe lo que ocurri 18, maana siguiente. De hecho yo tuve labuena suerte de que me llamaran, que se me permitiera visitar un ashrama sagrado,donde estuve algunos das en la santa compaa de muchsimos mahatmas del Himavaty de sus discpulos. Encontr all, no solamente al que es mi amadsimo gurude va y alMaestro del Coronel Olcott, sino muchsimos miembros de la fraternidad, incluso unode los ms elevados. Deploro que el carcter extremadamente personal de mi visita esas regiones, me impida hablar de ello. Me bastar con decir que el lugar que se me

    permiti visitar est en el Himalaya, y no es un paraso fantstico; que vi mi Maestroen su propio sthula sharira (cuerpo fsico), y que le encontr idntico la forma en quele viera en los comienzos de mi chelado. Vi mi queridsimo gur, no slo como unhombre vivo, sino actualmente joven en comparacin con otros sadhus de la santacompaa, y ms amable, no desdeando la conversacin ni el mostrarse contento. Asal segundo da de mi llegada, despus de comer, pude hablar durante una hora con miMaestro. Como me preguntara por qu le miraba con un aire tan perplejo, le pregunt mi vez: Cmo es, Maestro, que algunos de los miembros de nuestra Sociedad se lesha metido en la cabeza que rais un hombre de edad y que os hayan visto porclarividencia como un viejo de sesenta aos? Sonri agradablemente y me dijo que eseerror se deba los relatos de un cierto brahmachari, discpulo de un svami vedantino delas provincias del Noroeste, que el ao anterior haba encontrado en el Tbet al jefe deuna secta, un lama bastante viejo, viajando en aquel tiempo en compaa de mi Maestro.El brahmachari en cuestin refiri en la India ese encuentro, dando lugar que muchas

    gentes confundiesen al lama con l mismo. En cuanto ser percibido por clarividenciabajo la forma de un hombre de edad, eso era perfectamente imposible, aadi: Laverdadera clarividencia jams puede inducir una persona un error semejante; merespondi luego dulcemente por conceder importancia la edad de un gur,

    aadiendo que las apariencias son con frecuencia engaadoras, etctera, y explic luegootros puntos. (13).El pandit Bhavani Shankar cuenta que mientras viajaba por el Norte, en la primavera de1884, el Mahatma M. fu visto por Mr. Nivaran Chandra Mukerfi y por l mismo en sucuerpo astral en la reunin de una rama, y aade: Yo he visto a este Mahatma, es decir,al Maestro de Mad. Blavatsky muchas veces, en su doble, en el curso de mis viajes por

    el Norte. No ha sido nicamente al Maestro de Mad. Blavatsky al que he visto en sudoble, sino tambin mi venerado gurudeva K.H. He visto tambin mi Maestro, en su

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    cuerpo fsico, y le he reconocido. (14)Mr. Mohini M. Chatterji escriba el 30 de Septiembre de 1884: Para un brahman,como para m, no repugna el hablar de la relacin confidencial y sagrada que hay entreun maestro espiritual y su discpulo. Sin embargo, en esta circunstancia, el deber meobliga decir que he tenido personalmente conocimiento de la existencia del Mahatma

    que ha correspondido con mister Sinnett, y que es conocido en el mundo occidental bajoel nombre de Kut-Humi. He conocido al Mahatma en cuestin, antes de conocer Mad.Blavatsky, y le he encontrado personalmente, cuando pasaba por la provincia deMadrs, de camino para China (15).Mr. S. Ramasvamier, yendo para el Tbet en busca de su gur, encontr en el camino deSikkim un jinete solitario -dice- que galopaba hacia m en sentido contrario.Aproximndose l retuvo sus riendas. Le mir y le reconoc instantneamente. Estaba en

    presencia de ese mismo Mahatma, mi venerado gur, que viera antes en su cuerpoastral, en el balcn del Cuartel general de la SocieGad Teosfica. Era el mismo que enla memorable noche del 1ro de Diciembre haba dejado caer una carta en respuesta laque le d bajo sobre una hora antes Mad. Blavatsky, quien no perd de vista un solo

    instante en el intervalo... Estaba, en fin, frente frente del Mahatma del Himavat; no eraun mito, ni una creacin de la fantasa. No era noche; seran las nueve o las diez de lamaana. Mi dicha me dej mudo (16).Mr. Casava Pillai, tambin, cerca de Sikkim, vi los Mahatmas en sus cuerpos fsicos,y los encontr idnticos los que viera en sus sueos y visiones, en forma astral comoha sido dicho antes (en Bombay) (17). He aqu, pues, un buen nmero de testigosindependientes, que afirman haber encontrado esos mismos maestros en carne.Dejando un lado sus manifestaciones directas, voy, entre las numerosascomunicaciones recibidas de ellos de una manera suprafsica , escoger algunas ttulode ejemplos. El 2 de Febrero de 1882, en Bombay, el honorable J. Smith, miembro delConsejo legislativo de Nueva Gales del Sur, profesor de la Universidad de Sidney, entren su cuarto en compaa de Madame Blavatsky; entr primeramente solo y seguro deque todo estaba como de costumbre; se sentaron y al poco tiempo tom ella mis manosentre las suyas. Al cabo de unos momentos cay una carta mis pies, me parece queapareci primeramente poco ms arriba de mi cabeza. Al abrir el sobre encontr unahoja de papel escrito con el membrete del Gobierno de las provincias del Noroeste y deUda, y las palabras siguientes escritas con lpiz rojo, con la misma escrituraexactamente que las cartas del da anterior: No pudiendo escribiros fuera de vuestrascartas, puedo hacerlo directamente. Trabajad por nosotros en Australia, y no nosmostraremos ingratos, probaremos nuestra existencia actual y nos lo agradeceris. Elexamen imparcial de las circunstancias excluye, mi parecer, toda teor a de fraude.

    J. SMITH. El Profesor Smith, en una carta dirigida. luego desde Niza Mad.Blavastky, con fecha del 31 de Enero de 1883, da cuenta de una comunicacin recibidapor l: Creeris que mi carta M. ha sido intil, pero permitidme ahora exponeros loshechos. Recordaris que terminabais vuestra carta con una posdata, dicindome no meenojase contra el Hermano. Pero he encontrado esa posdata seguida de algunas palabras

    con tinta roja, de escritura de M., diciendo que nuestro consejo era gentilsimo indulgente. Fuera de nuestra carta haba un sobre raramente cerrado y con goma, con midireccin en rojo. Cuando lo abr encontr mi propia nota M., absolutamente intacta.Mi mujer, que le haba cosido, y otras seoras quienes le haba mostrado, me dijeronque la costura no se haba descosido. Hube de creer que la recib tal como la haba

    mandado, pero al abrirla, cul no sera mi sorpresa y la de los dems al sacar un pedazode papel chino con un curioso dibujo arriba, y en el margen, y alrededor, con escritura

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    roja, la signatura mejor el criptograma de M. La frase comenzaba as: Vuestrasseoras, lo que veo, son escpticas, y mejores costureras que nuestras muchachitashindas y tibetanas, etc. Para mi mujer y para m la prueba es tan satisfactoria comolisonjera y sorprendente. Cmo ese papel chino ha podido penetrar en mi nota? Porninguno de los medios comunes los mortales ordinarios, desde luego. Yo no pretend

    esperar nada tan concluyente cuando inclu en mi carta la nota para M ., y le estoyreconocidsimo. Esto me anima para unir en la presente otra nota para l, esperandorecibir una respuesta; no hago una prueba y pido solamente indicaciones. Sin embargo,si l juzga este propsito, darme de buen grado una prueba adicional de sus poderesmilagrosos (as merece llamarse este hecho, segn nuestras ideas corrientes de lamateria) me proporcionar un gran placer. Estoy cada vez ms disgustado de no haber

    permanecido con usted una semana ms, para tener ocasin de ver M., y quizs deconocerle personalmente. Hablando de la desaparicin de mi nota para M. , dice usted: todas mis preguntas no he recibido sino una respuesta, ocupos de vuestros asuntos,etc. De qu manera se haban hecho estas preguntas? Por simples impresionesmentales, en conversaciones reales con el doble la proyeccin de M.? Sabis por

    qu M. ha tomado la carta que os he dirigido con la nota para l (suponiendo que lahaya cogido)? ,porque de hecho vuestra respuesta y su propia comunicacin para m seha n retardado muchsimo... Mi mujer me ruega os enve sus respetos. Espera veros deun da , otro. Confiais, me decs, en que ella tendr para entonces ms fe que ahora,

    pero creo haberos dicho que aade fe los hechos bajo el nombre de espiritismo, yahor a est completamente satisfecha de esa prueba enviada por M. , estando segura que

    por ningn medio conocido ese pedazo de papel chino poda incluirse en la nota que ellahaba cosido. Tengo entre mis manos muchas cartas enviadas por los maestros durante esos aos.Unas trazadas sobre la carta que pide una respuesta, y otras, independientes. Hanllegado de diferente manera por el correo, por la aparicin sbita sobre una mesa,en un cajn, por el aire, etc. El 10 de Febrero de 1882 se vi caer una carta

    perpendicularmente sobre el suelo, diez pasos de la silla de Mad. Blavatsky, y sietepasos del grupo que la vi caer. Otra cay en un vagn del ferrocarril, ocupado porMad. Blavatsky, el matrimonio Oakley y Mr. Leadbeater, reprendindola por lo quehaca en ese momento. Los ejemplos son innumerables. Esta distribucin fenomenal delas cartas no estaba confinada la inmediata vecindad de Mad. Blavatsky.El Dr. Hartmann cuenta que teniendo en una ocasin necesidad de un par de pinzas,me acord de pr onto que las tena en un cajn de mi mesa de trabajo, y descend micuarto para buscarlas. Abr el cajn y hall en l las pinzas y otros objetos, pero ni elmenor rastro de carta, pues yo haba cogido mis papeles anteriormente para colocar los

    luego. Cog las pinzas y me dispona cerrar el cajn cuando... vi dentro del cajn ungran sobre dirigido m, con la escritura tan conocida del Maestro, sellada con el sellode sus iniciales en caracteres tibetanos. Al abrirla encontr una larga epstola, muya mable, tratando precisamente de los asuntos que acababa de tratar con Mad. Blavatsky(18), dndome adems una respuesta detallada y satisfactoria al problema que tantohaba embargado mi nimo, con una explicacin satisfactoria sobre ciertos asuntos que

    me haban preocupado seriamente, pero de los que nada haba dicho nadie. Habatambin en el mismo sobre una fotografa del Maestro, de tamao de lbum, con unadedicatoria para m. Ahora bien, si tengo alguna. cosa por segura en este mundo, es quemi caj n no contena esa carta cuando lo abr, y que no haba ninguna persona visible

    enaquel momento en mi cuarto. La carta fue responda detalladamente mi prob1ema,

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    hubo de escribirse, cerrarse y ponerla dentro del cajn en menos de cuatro minutos,exactamente los mismos que necesit para copiarla al otro da. Para terminar; trataba deun problema dificilsimo, y de un modo tan consciente, al mismo tiempo como conciso,que slo una inteligencia muy elevada hubiera podido hacerlo (5 de Febrero de 1884)(19).

    El 17 de Marzo de 1884 Mr. Navatram Oatararn Trivedi, hallndose en el Cuartelgeneral de Adyar, escribi algunas preguntas sobre una hoja de papel. Queran queDamodar respondiese estas preguntas, pero l no repar en ello. Al medioda me senten la mesa teniendo frente m Mr. Damodar. Este estaba en la mesa ms bajo que yo.Con el papel puesto en la mesa relea yo para m mis preguntas. Despus de unosminutos, mientras yo hablaba con Damodar, desapareci el papel. Me d cuenta de ello,y sin decirlo, contine hablando. Despus de unos instantes encontramos en el suelo unsobre. Llevaba mi direccin, y al abrirle encontr mi propia lista de preguntas cubiertacon escritura de lpiz azul. Las respuestas eran completas y debieron escribirse mirando cada una de aqullas. La escritura era la del Mahatma Kut-Humi.Mad. Blavatsky y el Coronel Olcott no estaban entonces en Adyar, viajaban por

    Europa, y se encontraban probablemente en Pars (20).Mr. K. Casava Pillai dice: En 1882 viajaba yo por el camino de hierro entre Allahabady Magal-Sera, cuando cay una carta en el vagn donde yo iba. Estaba solo en el cochey el tren corra. Yo haba deseado que el Mahatma Kut-Humi me diese instruccionessobre cierto asunto en el que entonces pensaba; al abrir la carta encontr la respuesta mis pensamientos, con letra del Mahatma Kut-Humi, que yo conozco. MadameBlavatsky estaba entonces en Bombay (21).Como Mad. Blavatsky, haba escrito al margen de un relato semejante: Quin es elimpostor aqu?Durante la estancia del pandit Bhauani Schankar en casa de Mr. Sinnett, en Allahabad,en Marzo de 1882, Mad. Blavatsky estaba en Bombay. Una noche, Mr, Sinnett le diuna nota dirigida al Mahatma K. H. El pandit meti la carta debajo de su almohada,cerr las puertas, encendi su lmpara y se encontr solo. A eso de las diez las oncevi astral mente su maestro, que le cogi la carta. Por la maana encontr larespuesta bajo la almohada, dirigida Mr. Sinnett, y se la remiti. En 8 de Noviembrede 1883, en Bareilly, el pandit Bhavani hablaba con un amigo europeo. Llevaba la

    bandolera un saco de despacho, y durante la conversacin recibi en el interior del sacouna carta de su maestro en un sobre chino (22).Damodar cuenta la historia de diversas cartas recibidas por l estando muy separado deMad. Blavatsky. fines de 1880, algunos das despus de la marcha de Mad.Blavatsky, recibi en el Cuartel general una carta de su padre sobre asuntos de familia

    que le hizo reflexionar bastante. Escribi la decisin que haba tomado, confiando quelos Mahatmas escribiran debajo si tena razn no, y la cerr con llave en un cajn desu mesa; reflexionando luego que l se engaaba, pues se advertira de ello, abri elcajn y rasg la carta. Al da siguiente encontr en el cajn una carta de su maestroescrita en hindo. En 21 de Agosto de 1881 estaba en Bombay, en el Cuartel general. ElCoronel Olcott en Ceyln y Mad. Blavatsky en Simla. Una noche estaba sentado al

    borde del lecho, profundamente abatido causa de enojo por disgustos de familia, y visobre la mesilla que tena delante aparecer una carta y comprob que vena de su

    maestro. En 1882 Mad. Blavatsky estaba en Darjilinj, l estaba sentado en el balcnrumiando una idea. En aquel momento no estaba solo, Mr. Coulomb estaba all. En el

    instante en que este ltimo encendi un cigarro, Damodar sinti un ligero choqueelctrico, y vi una carta sus pies. Era una respuesta su pensamiento de entonces, y

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    al mismo tiempo cierto nmero de indicaciones para transmitir un hermano tesofo.Durante una ausencia de Mad. Blavatsky, que se encontraba en Ootacamnnd, en Julio de1883, se recibieron diversas cartas en el tabernculo de Adyar. Damodar las depositabaen l y recoga las respuestas. Recibi tambin cartas de letra muy conocida antes ydespus de la llegada de los Coulomb, lejos del Cuartel general, as como dentro de l, y

    no otras escritas sobre las cartas de extranjeros, distribudas por el cartero en suspropias manos (23). En todas esas ocasiones Mad. Blavatsky estaba lejos, pero laescritura era idntica la de las cartas recibidas con frecuencia por su mediacin.El 1ro de Agosto de 1884 Mad. Blavatsky estaba en Inglaterra, y el Coronel O]cott y elDoctor Hubbe-Schleiden viajaban en el exprs de Elberfeld Dresde. Habindoselevantado el doctor de su puesto para dar los billetes al revisor, el Coronel Olcottobserv una cosa blanca sobre el almohadn del asiento, y vi que era un sobretibetano, con una carta de] Mahatma K.H. trazada con su escritura t an conocida.+

    IIIANTES de ocuparnos de las comunicaciones recibidas durante algn tiempo en el

    famoso tabernculo (shrine) en Adyar, es necesario describir el departamento que lleg ser clebre ms tarde. Mad. Blavatsky ocupaba dos de los tres cuartos del primer piso,que se abra sobre un gran vestbulo. Tena un gran saln en el que haba una alcoba que su vez daba acceso una tercera habitacin; el muro entre la alcoba y este cuarto loformaban dos tabiques, separados entre s por unas doce pulgadas, y muy ligeramenteconstrudos, porque no tenan nada que sostener. En medio de este muro haba una

    puerta que se encontraba tambin en una oquedad. El tercer cuarto estaba reservado paralos usos ocultos, y se llamaba la cmara oculta. En este muro de separacin, ysencillamente colgado, se hallaba un armario porttil que originariamente haba estadoencima de la puerta (24) y donde estaban los dos retratos de los maestros al leo, untazn de plata y otras cosas; el ar mario era movible, con un fondo slido y estantes,estando sencillamente colgado del muro de modo que se le poda quitar con facilidad.Este armario se le llamaba el tabernculo. El muro era de mampostera, y diversas

    personas, despus de lo efectuado por los Coulomb, testificaron que estuvo intacto hastael 17 de febrero de 1884 al menos (H. P. B. abandon Adyar el da 7). El GeneralMorgan, que vi la cmara oculta por primera vez en Agosto de 1883, durante una visita Adyar en ausencia de Mad. Blavatsky, y que sin duda en consecuencia de unfenmeno notable que acaeci en su visita, examin con mucho cuidado el tabernculoy su vecindad, afirmando que hasta Enero de 1884, poca en que dej el Cuartelgeneral, toda trampa era imposible.El Coronel Olc ott seala esta fecha, en 15 de Febrero de 1884, una semana despus que

    Mad. Blavatsky abandon Adyar.El 15 de Diciembre de 1883, se le dijo intentase un experimento sealando los puntosdel muro correspondientes al centro y los cuatro rincones del armario . Le levant

    para el objeto, y hecho el experimento, le colg nuevamente en su sitio. Despus de unao fu Ceyln, volviendo Adyar el 13 de febrero de 1884, es decir, poco despus dela partida de Mad. Blavatsky, partiendo para unirse con ella el 15 de Febrero. En esetiempo descolg nuevamente el armario para examinar las seales, no encontrando enesa fecha ninguna perforacin en el muro (25).Es preciso recordar este propsito que nadie ha lanzado la menor acusacin contra elhonor del Coronel Olcott. Se le ha tratado de engaado, pero jams de cmplice.Los testimonios acerca de la naturaleza del tabernculo y del muro trasero, son

    decisivos.El Juez Sir Subramania Aiyer, del Tribunal Supremo de Madrs, es, quizs, el hindo

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    ms respetado en la localidad, honrndole igualmente los europeos y los indgenas.Declara el 10 de Enero de 1884 que era Presidente en Adyar durante el ao 1883,y que vi algunos fenmenos los das 26 y 28 de Diciembre. La cmara en cuestinest situada arriba. Se encuentra en ella el tabernculo, un armario de madera adosado almuro. No est :fijado contra l, y no hace ms que tocarlo; le he examinado

    cuidadosamente dentro y fuera, as como el muro contra el que se adosa. No heencontrado nada que haga sospechar la existencia de combinacin alguna para explicarcuanto he visto. En el interior del armario hay dos retratos de los Mahatmas, con suscuadros correspondientes, cubiertos con una seda amarilla, un tazn de plata y algunasimgenes... No vi nada engaador , ni alambres, ni resortes, dentro fuera deltabernculo. Ped permiso para examinarlo, y ella (H. P. B.) me lo di. No slo no vi

    ningn alambre, resorte ni combinacin, sino que no sent nada al introducir la manopara examinarlo (26).Mr. R. Casava Pillai, Inspector de polica, declara,: Cuando estuve en el Cuartelgeneral de Adyar, en Enero ltimo (1883), entr en la cmara oculta cinco seis veces,

    cuatro de ellas en pleno da. En dos de esas ocasiones, durante el da, muchos tesofosde la India meridional entraron una vez ruegos de madame Blavatsky y otra de Mr.Damodar, para examinar el tabernculo y los muros del cuarto. Tras un examenminucioso, esas personas no descubrieron nada que hiciese sospechar. Se comprob queel tabernculo estaba a dosado al muro slido que tena detrs, y que no haba alambresni otras combinaciones que hubieran podido escapar la experta mirada de un Inspectorde polica como yo, que vigilaba de cerca. - R. CASAVA PILLAI (27).Un ingeniero del Gobierno escribe: El 5 de Julio de 1883 he ido al Cuartel general dela Sociedad Teosfica en Adyar. He examinado las paredes del fondo, de arriba, deabajo y de los costados del tabernculo, lo mismo que los muros prximos, con elmayor cuidado y la mayor minuciosidad, y no he encontrado motivo alguno parasospechar un fraude.- C. SAMBJAH CHETTY (28).El testimonio del director de Philosophical Enquirer, Mr. P. Ruthnavelu, es de granvalor, porque examin el tabernculo y su vecindad antes y despus del ataque de losmisioneros. Escribe: Fu testigo de un fenmeno (el 1ro de Abril de 1883) cuyo relatocompleto he publicado en Philosophical Enquirer el 8 de Abril de 1883. Sub ver eltabernculo con dos amigos mos, escpticos, y se me abrieron las puertas para que

    pudiera inspeccionarlo minuciosamente. Examin todo con el mayor cuidado,palpndolo en diferentes sitios. No haba abertura ni agujero en el sitio movible delarmario. Fu llevado la cmara inmediata para ver el otro lado del muro al que estabaadosado el tabe rnculo. Contra este muro haba un guardarropa, que fue quitado en mi

    requisa para que pudiese ver el muro por este sitio. Mir por arriba, examin de todosmodos para ver si haba algn engao, y pude convencerme que era completamenteimposible cualquiera.El 14 de Septiembre de 1884, despus de leer el artculo de los misioneros, volv verel cuarto las ocho de la maana; fu recibido por Mr. Judge, el Doctor Hartmann y Mr.Damodar, que me hicieron subir. Al otro lado del muro, en el sitio correspondiente la

    parte posterior del tabernculo, vi un ingenioso aparato de ebanistera, al cual habaadaptada una puerta corrediza, que al abrirse, enseaba una aberturita en el muro.Dentro del mismo haba un hueco bastante grande para que un muchacho delgadoestuviese, si le era posible deslizarse por la abertura y contener su respiracin unossegundos. Trat en vano de deslizarme por la abertura, y alargu luego mi brazo

    con dificultad por el hueco para sondear su estructura interior. No tena comunicaci ncon el fondo del tabernculo. Pude ver que el aparato no haba sido concludo, y que las

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    puertas correderas y todo ofrecan el carcter de un trabajo inacabado y reciente (29).Mr. el Profesor J. N. Unwalla, caballero parsi de gran cultura y elevado rango, ofreceeste testimonio: En Mayo de 1883, hallndome hospedado en el Cuartel general, hetenido muchsimas ocasiones la fortuna de encontrarme en la cmara oculta y deexaminarla lo mismo que el tabernculo. Una vez por deseo de Mad. Blavatsky,

    examin este ltimo cuidadosamente, antes y despus de un fenmeno que viproducirse. Puedo decir eon seguridad, sin equvoco ni reservas, que ni en la cmaraoculta ni en ningn sitio del Cuartel general he podido encontrar nunca aparatos combinaciones de ninguna especie que puedan dar idea de fraude de trampa (30).Podra continuar las citas, pero creo que no merece la pena una vez que son tanconcluyentes. Sin embargo, estos hechos tienen su importancia, porque la primera parte

    del complot Coulomb y de la Memoria de Mr. Hodgson, se han fijado en el tabernculoy su vecindad.Entre los numerosos fenmenos que aqu se refieren, algunos pueden relatar se en estelugar, pero debe observarse que el tabernculo no existi sino poco tiempo, y que no

    jug ningn papel en la mayora de los fenmenos dependientes de Madame Blavatsky.Vase uno del cual ha hecho un relato el General Morgan. Se efectu en Agosto de1883. Mad. Blavatsky, entonces en Ootacamund, le rog mirase el retrato en eltabernculo, porque era un trabajo particularsimo. Mad. Coulomb le hizo subir y entrcon l en la cmara oculta. Al entrar en la cmara, ella se aproxim rpidamente altabernculo y abri violentamente la doble puerta. En ese instante un platillo de

    porcelana, que pareca apoyado contra la puerta, cay sobre el suelo y se rompi.Manifest ella una gran consternacin, diciendo que era un objeto al que la seora tenaen gran estima, y que no saba cmo remediarlo. Ella y su marido, que haban venidocon nosotros, recogieron los pedazos. La mujer los envolvi en un trapo y los meti enel tabernculo, en el tazn de plata y no fuera. Cerraron las puertas; Damodar se colocen una silla en frente del tabernculo, unos cuantos pies de distancia. Mirabaatentamente el cajn en actitud del que oye. Yo ignoraba entonces, y ahora lo s, que lacorriente elctrica astral produce un sonido exactamente como el del telgrafo ordinario,que se poda oir claramente en el tabernculo. Ignorndolo continu con versando conlos Coulomb sobre el suceso. Dije al marido que buscase mastic! o cola y tratase de

    pegar los pedazos.Sali para buscar lo diciendo que lo tena en su bungalow, unos cien metros de la casa.Volvindome la mujer, le dije: Si la cosa vale la pena, los Mahatmas puedenremediarla; si no, arrglelo usted como pueda. Apenas dije esas palabras, cuandodijo Damodar: Hay un mensaje; abri inmediatamente la puerta del tabernculo,

    cogi el tazn de plata, donde se encuentran las cartas generalmente, y, en efecto, habauna carta que se abri y contena las siguientes lneas: las personas presentes comotestigos. He aqu una ocasin para Mad. Coulomb para asegurarse que el diablo no estan negro ni tan malo como se le representa por lo general. La desgracia se ha reparadofcilmente.-K. H.Quitamos entonces el lienzo que contena el platillo roto y le encontramos entero intacto. Tres minutos no haban transcurrido desde que suger que se procurase cola,cuando Coulomb volvi con ella. Se haba podido dar la vuelta los cuartos dearriba, pasar por detrs del tabernculo, coger el platillo roto y atar el paquete despusde haber puesto un platillo intacto en su lugar, y escribir la palabra referente lareparacin del platillo, sin haber odo mi observacin sobre el caso? Yo declaro

    entonces que su hazaa hubiera sido igual la de los Maestros. Cuando habl estamujer de la manera extraordinaria como haba sido arreglado el platillo, respondi: Eso

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    debe ser obra del diablo y efectivamente; ella escribi Mad. Blavatsky el 13 deAgosto de 1883: Creo verdaderamente que me vuelvo loca si estoy con usted Luegodi en seguida el relato de lo ocurrido, y concluy: Yo digo que usted tiene pacto conel diablo (31).Otro caso fu el del juez Srinavasa Rao, que lo refiere como sigue: El 4 de Marzo de

    1884 -Mad. Blavatsky y el Coronel Olcott se hallaban en ese momento en el Ocano,habiendo salido de Bombay el 20 de Febrero para Marsella -, me sent, consecuenciade disgustos domsticos, muy mal durante todo el da.Fu Adyar, y encontrando Damodar, le particip su deseo de ver el tabernculo. Mellev inmediatamente la cmara de arriba y abri el tabernculo. Estuvimos unos cincosegundos contemplando el retrato del Mahatma K. H. , que estaba colocado en l,

    cuando me dijo que tena orden de cerrarlo, lo que hizo en seguida. Me quedextremadamente contrariado; pero al cabo de un instante Mr. Damodar volvi abrir eltabernculo. Mis ojos cayeron enseguida sobre una carta con un sobre tibetano queestaba sobre el tazn en el tabernculo, antes completamente vaco. Tom la carta, y

    viendo que vena dirigida m por el Mahatma K. H. , la abr y la le (32).El juez, Sir. S. Subranania Aiyer, da cuenta de otro fenmeno producido por intento delmismo Mr. Srinavasa Rao: El 28 de Diciembre de 1883 -dice- fu al tabernculo lasdiez y media de la maana. Siete personas estaban presentes. Las ventanas estabanabiertas y entraba la luz del da. Mad. Blavatsky di la llave del tabernculo Mr. P.Srinavasa Rao, juez de primera instancia en Madras, y se puso cierta distancia denosotros. Mr. Srinavasa Rao abri el tabernculo, sac el tazn de plata y lo mostr los concurrentes. No haba nada en l. Le puso dentro otra vez, cerr y se guard lallave. Al cabo de cinco minutos Mad. Blavatsky le dijo que abriese, y as lo hizo. Sacel mismo tazn de plata, y dentro de l encontr un sobre cerrado con goma, dirigido Mr. Srinavasa Rao. Yo le vi abrir el sobre y sacar de l una carta con escritura delMahatma K.H. , as como unos billetes corrientes por valor de 500 rupias (33).El juez T. Ramachandra Rao y Mr. R. Ranga Rao, han entrado tambin en la cmaraoculta, Examinamos todo con el mayor cuidado, y el tabernculo estaba cerrado conllave. No nos movimos, s in embargo, y al cabo de medio minuto Mad. Blavatsky nosdijo que lo abrisemos. Lo hicimos y encontramos el armario, donde antes no habanada, y habamos mirado medio minuto, lleno de flores y de hojas frescas. Cada unocogi unas cuantas y observamos que haba entre las hojas unas de cierta especie que no

    poda encontrarse en ninguna parte de la provincia de Madrs. Examinamoscuidadosamente la cmara y sus alrededores y no encontramos nada que justificase odiera que sospechar el menor engao .- T . RAMACHANDRA RAO.

    El fenmeno descripto anteriormente se efectu en mi presencia.--R. RANGA RAO(34).Mad. Coulomb, consecuencia de su natural celoso intrigante, fu causa demuchsimos disgustos en el Cuartel general, no siendo querida del personal del mismo.El Doctor Hartmann, que lleg Adyar el 4 de Diciembre de 1883, hace de ella lasiguiente descripcin: Imaginos una extraa criatura, con aire de bruja, de rostroarrugado, una mirada agudsima y un inquietante continente. Su oficio era afectar aires

    protectores cerca de los servidores, cuidar como una madre un caballo decrpito ymuchos perros sarnosos incapaces de andar. Consideraba como su misin principalmeter la nariz en los negocios particulares de cada uno, y reunir las cartas extraviadasaqu y all que no iban dirigidas ella, sin duda con el fin de estudiar las escrituras;

    trat de insinuarse en la confianza de los recin venidos, y tena un procedimiento paradescubrir sus secretos, pretendiendo decirles la buena ventura echndoles la s cartas, al

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    mismo tiempo que trataba de despertar simpatas en los extranjeros, refirindolas cmodesde una vida de lujo haba cado una situacin humilde. Si encontraba un odoatento no vacilaba en insinuar que toda la sociedad era una broma, que los fenmenoseran fraudulentos, y que ella poda decir muchas cosas si quisiera . Complaciente y deun modo confidencial informaba al aspirante los honores teosficos que el Coronel

    Olcott era un tonto, quien arrastraba de la nariz Mad. Blavatsky. Si se le deca que seexplicase, contestaba: Tengo cerrada la boca y no puedo hablar contra las gentes queme dan de comer. Cuando se la objetaba que los fenmenos ocultos se efectuabancuando Mad. Blavatsky estaba un millar de millas, responda que ella saba lo quesaba (35). Puede recordarse acaso como una excusa para Mad. Coulomb, que erauna cristiana supersticiosa, y que realmente estaba alarmada por las cosas que pasaban su alrededor. Como hemos visto, crea que los fenmenos eran obra del diablo. Por otra

    parte, esto era un paraso para ella, quiero decir, el vivir contenta en Adyar, tras todossus reveses, y no tena valor para abandonar su refugio. Es posible que su traicin haciasus bienhechores fuese en parte resultado de una conciencia obtusa y deforme.

    La tentacin de permanecer era demasiado fuerte. El Doctor Hartmann contina: Ellalleg al Cuartel general sin un cuarto, y Mad. Blavatsky la recogi en la casa por puracaridad, dndole plena autoridad sobre todo, incluso la obra; y cuando abandon elCuartel central ostentaba un grueso fajo de billetes de Banco. (Los gastos domsticosdel Cuartel central, despus de la marcha de los Coulomb, disminuyeron de 230 270rupias mensuales). Adems haba muchos visitadores generosos, y podan obtener

    prstamos; la falta de un prstamo aceler la catstrofe. El Prncipe Harisinghj, deKathiamar, primo del Maharaj de Bhaenagar, fue la convencin de Diciembre de1883, y Mad. Coulomb le abord para pedirle un prstamo de 2.000 rupias. El prnc ipeesquiv la demanda, diciendo que la ayudara quizs algn da, y se fue su casa.El 7 de Febrero de 1884, Mad.. Blavatsky dej Adyar, y como se propona visitar alPrncipe Harisinghj antes de ir Bombay en su camino para Europa, Mad. Coulomb

    pidi y obtuvo permiso de ir con ella. Al llegar la casa del prncipe, madameCoulomb renov su ataque contra su bolsa, dicindole que haba prometido ayudarla, yel prncipe acab por quejarse madame Blavatsky, que ahog la operacin. El DoctorHartmann, que estaba presente, observa: Su furor no tuvo lmites, y sus accesosapasionados de clera y envidia no se apaciguaron por los reproches que le hizo Mad.Blavatsky propsito de su injusta tentativa de estafa... Mad. Coulomb verti algunaslgrimas con el auxilio de su pauelo, volvieron las cosas su lugar y continuamoshacia Bombay , donde encontrarnos al Coronel Olcott y Mr. Saint-Georges Lane-Fox,el conocido electricista, mientras Mad. Coulomb fu visitar un obispo y otros dos

    clrigos cuyos nombres no conozco (36). El Doctor Hartmann cuenta con causticidadel embarco del Coronel Olcott y madame Blavatsky el 21 de Febrero: Un sollozo ms,un abrazo, y Mad. Coulomb, con los ojos rojos y los pasos vacilantes, sali delcamarote. Baj la lancha hizo con su pauelo un ltimo adis Baboula, el criado deMad. Blavatsky, dicindole: Me vengar de vuestra ama por haberme impedido tenermis 2.000 rupias (37). Baboula declar ms tarde: En el momento que Mad. Coulombdej el barco, despus de ha ber dicho adis Mad. Blavatsky, dijo que se vengara demi ama por haber impedido que Harisinghj le diese 2.000 rupias. .. Otra vez en casadel Doctor Deudley, en Bombay, dijo que odiaba Mad. Blavatsky (38). El mayorGeneral H. R. Morgan escribe lo que sigue, propsito de los Coulomb: Fueronrecibidos por madame Blavatsky en Bombay, en un estado de penuria; los recibi

    como amigos porque le haban prestado un servicio en Egipto. La mujer de los Coulombvino ser una especie de intendente de confianza, y como observa justamente Mr.

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    Gribble, ella fue la causa de que Mr. Wimbridge y Miss Bates, dejaran la sociedad enBombay. Vemos por eso que ella comenz inmediatamente su nefasta intervencin.Lo que sigue prueba que la maldad es sus rasgos caractersticos. Cuando estaba enBombay trat de vender lo que saba sobre la Sociedad al Guardin, un peridico de lalocalidad. Ella no saba gran cosa entonces. La correspondencia vendida despus al

    Christian College Magazine, no exista, ni los falsos fenmenos que alegaba tampoco.Es evidente que desde el ao 1879 ella tena dispuestas las letras falsificadas y losfenmenos. Precisamente en esa poca es cuando su naturaleza maquiavlica la llev

    preparar la cada de su bienhechora, pues ella afirm ms de un tesofo que jamshaba visto un trozo de escritura de Mad. Blavatsky, y que haba tenido en cambio lasuerte de encontrar cartas comprometedoras, tradas sus pies por el viento. Cmohubiera tenido en tanto esos papeles si tena la correspondencia voluminosa de que hadispuesto con tanto provecho? Cuando se reflexionan las maneras de obrar de esta

    mujer, de escuchar en las puertas, devolver las cartas en su odio los miembros de laSociedad, en su juramento de vengarse, en el incesante espionaje contra Mad. Blavatsky

    y los que con ella hablaban, no es difcil comprender por qu y cmo elabor ella lascartas. Su maldad lleg tal punto, que mantena una trailla de perros enfermos ysarnosos con el fin de molestar los brahmanes de la alta casta y de hacerles huir.Su objeto era tener la completa posesin de la bolsa y atacar la bolsa de los dems; ycuando estos mseros planes fueron descubiertos por Mad. Blavatsky, la odi enconsecuencia.Podra preguntarse cmo pudo tolerarla algn miembro de la Sociedad sabiendo todoeso. La respuesta es que es una espiritista del carcter ms marcado, que se entrega la

    prctica de la magia negra y que se la crea poseda. As se la toleraba como una personaapenas responsable de sus actos. Adase eso la costumbre de confiar su odio de la,Sociedad y de sus objetos bajo el sello del secreto, que cerraba la boca de muchasgentes que la hubieran denunciado de otro modo y pedido su expulsin. Adems, elexcelente corazn del Coronel Olcott y de Mad. Bla vatsky, les haca tolerar muchos desus defectos, soportndola en parte por sus servicios como intendente, y en parte porcaridad. nicamente, cuando la crisis por la expulsin de los Coulomb, hubo demanifestarse, los miembros comenzaron comparar sus observaciones, y la astuciaexcesiva y la iniquidad de esta mujer se evidenci todos (39).Tal era la mujer quien Mad. Blavatsky, con su caracterstico descuido, segura de su

    propia honradez y muy confiada en la de los dems, dej la custodia de susdepartamentos de Adyar. Una vez, sin embargo, muy enojada por el incidente deHarisinghj, pidi al Doctor Hartmann que se deshiciese de los Coulomb antes de su

    vuelta.La venganza anunciada se efectu enseguida; escribiendo Mad. Blavatsky quejascontra todos los personajes del Cuartel central, Mad. Coulomb hablaba cada uno deellos contra madame Blavatsky, aludiendo las revelaciones prximas. Enviando Mad. Blavatsky el relato de todo lo que motiv la despedida de los Coulomb del Cuartelgeneral, Damodar, el ms fiel de los colaboradores hindos, escribe el 14 de Julio de1884, que durante ese tiempo la mujer daba entender, sin decirlo abiertamente, quetodos los fenmenos son fraudulentos, y que sois una impostora; dejaba caer algunasalusiones sobre comunicaciones secretas, trampas, etc. , no empleando esas palabras,

    pero dejndolas adivinar. No trataba sino de sembrar fermentos de discordia entrenosotros... esforzbase en concitar uno contra otro los miembros del consejo, pero

    fracas vergonzosamente. Los Coulomb no permitan la entrada nadie del Cuartelgeneral en el cuarto de Mad. Blavatsky (que antes vivi siempre libremente al estado

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    mayor durante sus frecuentes ausencias) y para explicar el transporte al cuarto de lostiles de carpin tera, manifestaron que el techo se rezumaba y que Mr. Coulomb loreparaba. Disgustado por las molestias que causaban, el consejo resolvidesembarazarse de ellos, segn el Doctor Hartmann. Las declaraciones enviadas pormuchsimos miembros manifestaron que los Coulomb se haban conducido muy mal,

    esparciendo mentiras sobre la Sociedad, calumnias sobre las personas oficiales, y quedespilfarraban los fondos de la Sociedad, etc... resolvimos, pues, descalificarlos de unmodo formal (40). Pero mientras cele braban una sesin con este fin, apareci la formaastral de un chela, y di Damodar una nota del Maestro K.H. , dirigida al DoctorHartmann, rogndoles efectuasen las reformas, pero que se compadecieran de madameCoulomb. Obedecieron y dejaron pasar las acusaciones, y el Doctor Hartmann observque tenan razn de obrar as, porque la obra del Coronel Olcott en Europa, haba sidoseriamente comprometida si se hubiera efectuado una crisis en Adyar, en ese instante

    (41). Durante algn tiempo todo fu bien; una carta de T. V. Charlu Mad. Blavatsky,en 12 de Marzo de 1884, anuncia que el trabajo iba perfectamente. El Doctor Hartmann

    haba sido elegido Presidente del Consejo de vigilancia. Mister Lane -Fox deba dar dosconferencias en la sala de Patchyappa, y muchos trabajadores deban ir Ootacamum enAbril, incluso Mad. Coulomb. Refiere dos fenmenos, dos cartas recibidasrespectivament.e por el Prncipe Harasinghj y el Juez Srinavasa Rao. S. A. el ThakurSaheb de Wadhwan y el Prncipe Harasinghj resol vieron visitar el Cuartel general.Este ltimo puso una carta en el tabernculo y ha contado ms tarde lo que aconteci:He estado con frecuencia en el Cuartel general durante mi estancia en Madrs con miamigo S. A. el Thakur Saheb de Wadhwan; nos hallbamos en esa ciudad en Marzoltimo para la celebracin de su matrimonio con la hija del honorable Gajapati Rao. Unda supliqu Mr. D. M. Mavalankar (Damodar) pusiese por m en el tabernculo unacarta que haba escrito mi venerado Maestro K. H. Estaba encerrada en un sobre ytrataba de asuntos personales que es intil publicar.Mr. Damodar me permiti poner la carta en el tabernculo, y la maana siguiente fual tabernculo acompaado de mi mujer. Al abrir aqu1 encontr mi carta sin abrir perocon mi direccin en lpiz azul en vez de mi sobre escrito mi venerado Maestro, queestaba tachado. Esto pas en presencia de Mr. Mavalankar, del Doctor Hartmann y deotras personas. El sobre estaba intacto, le abr y en lo blanco que dej de mi cartavena la respuesta de mi Maestro K.H.. con su escritura, que me es familiar. Quisierasaber cmo otras personas se explicaran esto, cuando los dos fundadores se hallabanmuchas millas de distancia. -HARASIGHJ RUPSINGHJI (42).Algunos das despus el Jue z Srinivasa Rao vino y pidi permiso para sentarse delante

    del tabernculo. Damodar le hizo subir y le sent: Dentro no haba ms que sucontenido ordinario. Recibi inmediatamente orden de su gur de cerrarle y de abrirledespus. Luego se recibi una carta dirigida al Juez (43).Esta calma era engaadora. El Coronel Olcott recibi en Londres un sobre timbrado enMadras, con fecha 28 de Abril de 1884, dirigido Mad. Coulomb por el DoctorHartmann. El signatario manifestaba su falta de fe en Mad. Blavatsky, insinuaba queMad. Lane -Fox haba recibido instrucciones secretas de los miembros de Londres paradescubrir su engao .La carta estaba mal dirigida y ortografiada, y el Coronel escribi al Doctor Hartmanncon fecha de 20 de Julio de 1884: El conocimiento personal que tengo de usted selevanta contra esta carta de pcaro. Deca tambin que le haba puesto entre sus

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    despachos, pero que por la maana, buscndola en sus papeles, observ que elMaestrola haba anotado y que le dijo que la enviase en seguida al Doctor. ste observque lacarta era una imitacin bastante mala de su propia letra. El Maestro M. escribidebajo: Grosera falsedad, pero suficiente para indicar lo que un enemigo obstinado

    puede hacer en este sentido. Esto es lo que se puede llamar en Adyar un campen (44).Y era, en verdad, un campen de la vanguardia de esa cosecha de cartas falsas que sepublicaron algunos meses despus en el Christian College Magazine escritas por lamisma mano.Sin embargo, se haban hecho advertenc ias en Adyar. Cuando la carta falsificada seescribi, recib una de un amigo de Europa, y en el interior del pliego hall estas

    palabras escritas por mano del Maestro: El asunto es serio. Os enviar una carta pormedio de Damodar; estudiadla con detenimiento, etctera. A los pocos das una cartadirigida m cay en el cuarto de Damodar en Ootacamund (el Dr. Hartmann estaba enAdyar), que despus de leerla y ensearla Mr. Lane-Fox, me la remiti. Estabaindudablemente escrita por el Maestro. Citar un trozo de ella: 26 de Abril de 1884.

    Desde hace tiempo esa mujer ha entablado relaciones, verdaderos pourparlers

    diplomticos con los enemigos de la causa, algunos padres. Espera recibir ms de 2.000rupias si les ayuda dominar la Sociedad, perjudicarla por lo menos, desacreditando los fundadores. De ah sus alusiones las trampas y los truos. Adems, cuando leconvenga encontrar trampas, porque hace tiempo que las preparan, pues son los dueosdel piso de arriba. Tienen libre acceso y plena vigilancia del local. El marido es astuto,diestro en los trabajos manuales, buen artesano y carpintero y albail. Notadlo bien,seores tesofos. Os odian con el odio de los humillados por el xito; odian laSociedad, Henry (Olcott), H. P. B., lo s tesofos y hasta el mismo nombre deTeosofa. Estn dispuestos gastar una gran cantidad para destruir la Sociedad quedetestan... Adems los j... de la India estn de acuerdo con los de Londres y Pars. . .Mantened cuanto os digo lo ms confidencialmente posible si queris ser los msfuertes. No dis entender que lo sabis; si queris aceptar mi consejo, sed prudentes.Obrad, sin embargo, sin demora. -M. (45) .Mad. Coulomb estaba en Ootacamund. El marido se encontraba en Adyar, discutiendoun ofrecimiento que le haba hecho el Dr. Hartmann de ir Amrica, cuando lleg unacarta del Coronel Olcott, fechada en Pars el 2 de Abril de 1884, en la que reprochaba Mad. Coulomb de hablar contra la Sociedad y conspirar contra ella. Mad. Coulomb,Damodar y Mr. Lane-Fox regresarn de Ootacamund; un requerimiento del Dr.Hartmann los Coulombs (l esperaba desembarazarse de ellos tranquilamente), les

    rogaba que dejasen Adyar, pero fu formalmente rehusado por ellos. Mad. Blavatskyescribi que no volvera Adyar si estaban los Coulomb, y el Consejo General fucitado para reunirse el 14 de Mayo de 1884. La reunin se celebr y se presentarondisposiciones acusando Mad. Coulomb de que haba declarado: Que el objeto de laSociedad era contrarrestar la domin acin inglesa en la India; que sus fines erancontrarios la verdadera religin y que los fenmenos eran fraudulentos y obra deldiablo. La acusaron de haber tratado de apoderarse del dinero de los miembros, de haberdilapidado los fondos de la Sociedad, de ser reo de mendicidad, y maledicencia, dehaber calumniado groseramente H. P. B., declarando que su presencia en el Cuartelgeneral era nefasta la Sociedad y mostrando una carta de chantaje enviada H. P. B.El marido fue acusado de ayudar y animar su mujer y de haber desobedecido las

    rdenes del comit de vigilancia. Las tres primeras acusaciones fueron juzgadasnicamente, y Mad. Coulomb no quiso confesarlas ni negarlas. Siendo aplastantes los

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    testimonios fu expulsada de la Sociedad. Mr. Coulomb, quien se peda la dimisin,rehus y fu expulsado tambin y los dos les intim para que se marcharan. Despusde algunas dificultades, mister Coulomb entreg las llaves de la cmara superior y el Dr.Hartmann, Mr.T. Subba Rao, el juez Srinivasa Rao, Mr. Drown, Mr. Damodar K.Mavalankar y algunas otras personas, entraron en el departamento de Mad. Blavatsky,

    de donde los Coulomb haban excludo todo el mundo. Se vi entonces el trabajo alque Mr. Coulomb se haba entregado. El general Morgan y su seora haban visto elmuro intacto, y ella le haba hecho tapizar ante su vista en Diciembre 1883 como yahemos dicho; pues ahora de la parte de la alcoba de Mad. Blavatsky, estaba oradado porla parte donde antes hubo una puerta, habindose abierto un agujero, observndose anlos restos del trabajo. El muro, como hemos dicho, haba sido tapado ligeramente conyeso, y los dos tabiques separados por un espacio de doce pulgadas se haba llenado concascote. El tabique de la cmara oculta estaba todava intacto, pero es evidente que laabertura deba repetirse en el otro, y probablemente en el suelo del tabernculo sehubiera hecho movible para poder quitar poner en l algn objeto. Pero consecuencia del aviso del Maestro, el Dr. Hartmann haba obrado sin detenerse , y

    detuvo la obra que no pudo acabarse. El orificio de la alcoba de Mad. Blavatsky tena

    catorce pulgadas de ancho por veintisiete de alto, y era bastante grande -segn lairnica expresin del Dr. Hartmann- para que un muchacho que no tuviera miedo ahogarse pudiera introducirse en l . Un gran armario de ropero tapaba el boquete, yun respaldo movible se haba puesto en el fondo del armario; la trampa era nueva ydifcil de mover no cediendo sino un estrepitoso martillazo. Otras tres puertascorrederas nuevas y resistentes existan en otras partes del cuarto, pero no se sabetodava con qu objeto. Mr. Coulomb confes que l haba hecho todas esas trampascon sus propias manos, pero se excus diciendo que las hizo por orden de Mad.Blavatsky. Neg hallarse en relaciones secretas con los misioneros con el fin de

    perjudicar la Sociedad. Di luego las llaves Mr. Damodar K. Mavalankar, que seposesion de las habitaciones. Se acord dejar todos los boquetes y las puertascorredizas en su estado hasta una nueva decisin. Es seguro que con un poco de trabajoesas trampas hubieran sido terminadas y hemos de sospechar que Mr. Coulomb tena el

    propsito de hacerlo antes que regresara de Europa Mad. Blavatsky (46).En la carta de Damodar Mad. BJavatsky citada ms arriba (14 de Junio de 1884)cuenta estos sucesos y dice: Expresamente hemos dejado el boquete y las puertasmovibles, dan por s mismo la prueba de vuestra inocencia. La entrada es tan pequeaque un hombre morira sofocado si pe rmaneciese dentro dos minutos. Adems nocomunica con el tabernculo. Las puertas movedizas son tan nuevas que no pueden

    moverse sino haciendo mucha fuerza y no poco ruido; todo lo cual prueba que jamshaban servido antes .Los Coulomb abandonaron Adya r el 25 de Mayo de 1884 habiendo fracasado la

    primeraparte del complot por haberse descubierto prematuramente. Deba, sin embargo,resucitar de nuevo en lo porvenir por el agente de la Sociedad de InvestigacionesPsquicas, y gracias la manera poco verdica de presentar los hechos, pocas gentessaben, aunque todo el mundo lo sepa ahora, que ninguna de esas cosas exista mientrasestaba Mad. Blavatsky en Adyar ni mientras se efectuaron los fenmenos, y que todasellas se hicieron antes de su regreso. Esta ban recientes en Mayo de 1884, aunque sinterminar; el fondo del armario y el muro del que colgaba estaban intactos, de manera

    que no haba comunicacin entre la alcoba de Mad. Blavatsky y la cmara oculta. Todoello fu enseado los numerosos visitantes del Cuartel general durante el esto de

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    confesaba sin pudor una multitud de fraudes. Hay alguna incertidumbre sobre el precio que fueron pagadas. Poco tiempo despus de su publicacin, el Profesor Patterson, delColegio cristiano de Madrs, respondi una pregunta del Doctor Har tmann queconvinieron en pagar Mad. Coulomb 1.000 rupias, pero que no haba percibido anms que 75. Esta declaracin fu hecha en presencia de Mr. Judge, que la public al da

    siguiente en el Madras Mail. El General Morgan dijo que pagaron 150 rupias, pero lasuma importa poco. Lo cierto es que compraron las cartas, las publicaron en el ChristianCollege Magazine} de Septiembre y meses siguientes de 1884. A simple vista, paraquien conozca Mad. Blavatsky, esas cartas son falsas; son las de una mujer sineducacin, mientras que el estilo de Mad. Blavatsky es brillante, aun en el tono familiary de conversacin. Prueban una perfecta ignorancia de los ttulos indios, creando

    por un absurdo error un maharadjha de Lahore; y fueron reconocidas inmediatamentesin valor alguno por las personas ms calificadas para juzgarlas.Mr. Lane-Fox, en una carta al Times, dijo: En cuanto las cartas que se pretendehaber escrito Mad. Blavatsky, y que recientemente ha publicado un peridico cristianode la India, de acuerdo con todos los que conocen las circunstancias de la causa, no

    tengo la menor duda que: cualquiera que sea su autor, no estn escritas por Mad.Blavatsky.Mr. A. O. Hume, que conoci perfectamente Mad. Blavatsky, y que no era

    precisamente su amigo, escribi lo que sigue al Statesman de Calcuta: Seor: He ledoun artculo en el Times of India, propsito de algunas cartas escritas segn se dice porMad. Blavatsky Mad. Coulomb, as como algunas observaciones de usted sobre el

    particular. Yo quiero advertir sus lectores y al pblico en general no acepten esaspretendidas cartas como verdaderas. y puedo hacer esto muy bien puesto que todarelacin entre m y Mad. Blavatsky, el Coronel Olcott y Mr. Damodar, han cesadodesde hace tiempo. Hay cosas que no he podido aprobar en la direccin de la Sociedad yde su peridico, y por esto, conservando mi ferviente simpata por sus objetosmanifiestos, no soy, desde hace ms de dos aos, sino un miembro nominal de laSociedad Teosfica.Por esto, pues, sin pr ejuicio aconsejo todas las personas que se interesen por lacuestin suspender su juicio sobre la autenticidad de esas pretendidas cartas. Yo noquiero promover esta cuestin. Mad. Blavatsky, es capaz de tomar parte en esosestpidos fraudes, como el que representan esas estpidas cartas dirigidas por ella? Loque quiero consignar es que Mad. Blavatsky no es tonta; al contrario, como convendrntodos los que la conocen, amigos y enemigos, es una mujer excepcionalmente hbil y

    previsora, dotada de una notable y viva percepcin de los caracteres. Una mujer de este

    gnero habra jams dado una persona como Mad. Coulomb ese poder absoluto sobresu porvenir, que implica el hecho de haber escrito unas cartas semejantes? El suponerque en un acceso de locura haban sido escritas por el1a, no sera, por otra parte, romperabiertamente con su detentadora? Algunos trozos de esas cartas pueden ser muyverdaderos: uno de los pasajes citados tiene un sentido diferente del que el Times ofIndia le atribuye; pero craseme, ma dame Blavatsky es una mujer muy lista para haberescrito una persona algo que pueda convencerla de fraude. -ALLAN-HUME, Simla,Setiembre 1884. "Mr. J. C. Mitter not la flojedad de las alegaciones. Me habris de conceder que elcumplimiento de l llamado desenmascaro de Mad. Blavatsky, descansa slo sobre eltestimonio no corroborado de una persona que, segn su propia declaracin, era

    cmplice activa en los fraudes, y que se ha exasperado por su expulsin de la Sociedad.Antes de juzgar, deberase inquirir cuidadosamente el asunto y oir testigos de ambas

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    partes, en vez de afirmar su opinin sobre la declaracin de un cmplice sobre cuyaveracidad no se sabe gran cosa, sino que ha participado tambin del fraude. Pero porqu Mad. Coulomb no public las cartas, etc., que publica ahora, inmediatamente dehaber salido del seno de la Sociedad Teosfica? Es que necesitaba tiempo para

    prepararse? La misma Mad. Blavatsky hizo frente esta baja acusacin con la

    indignacin y el calor que le era caracterstico: Juro por el Maestro quien sirvofielmente, y para cumplir cuyas rdenes sufro en este momento, que me maldiga en laencarnacin futura y en doce encarnaciones ms, si jams he escrito una lnea de esascartas infernales. Me ro de los peritos, de los misioneros del tribunal, del jurado ydel mismo diablo. Lo que digo ahora lo dir, no importa ante qu tribunal, delante detodos los jueces de Asia, de Europa y de Amrica. No he escrito las cartas Coulomb. Ysi la nica persona en quien creo sin reservas sobre la tierra, mi Maestro, viniese decirme que lo he hecho, entonces pasara eso mi cuenta, porque nada ni nadie en elmundo, sino l mismo, podra quitarme del cerebro y de la memoria ese acto idiota insensato . Qu idea! Si hubiera hecho semejante estupidez no me hubiera ido Europa; habra removido el cielo y la tierra para impedir que el consejo de vigilancia la

    hubiera exteriorizado; habra vuelto la primera indicacin de peligro. . . sufro mis

    faltas de hace siglos; s por qu las sufro, y bajo mi cabeza humilde y resignada. Perome inclino slo delante del Karma y de mi Maestro, pero no me inclinar jams ante los

    padres por temor ellos. Podis publicar esta carta ahora cuando haya muerto paraque lo sepan. Y aade: Si usted alguno de ustedes creen verdaderamente que me hehecho en conciencia culpable de algn engao, que me he servido de los Coulombcomo cmplices, de no importa quin, y que no soy la pura vctima de la conspiracinms infernal que jams se ha hecho, una conspiracin preparada durante cinco aos,telegrafiadme donde estoy, que jams muestre mi rostro ante la Sociedad, y lo har.Perezcayo, pero la Sociedad viva y prospere.He aqu una cosa sutil, y sin embargo, significativa: Si madame Coulomb hubiera sidocmplice de fraude, hubiera escrito Mad. Blavatsky el 13 de Agosto de 1883, creoverdaderamente que me volver loca si sigo con ustedes ; refiriendo el incidenteMorgan y concluyendo: digo que tiene usted pacto con el diablo, si en ese momentohaba tomado parte en una impostura, y ella misma haba ordenado el fenmeno comolo pretendi ms tarde? Si hubiera sido cmplice, hubiera podido perfectamentesostener la farsa delante de testigos, pero de seguro que no habra continuado en lascartas particulares entre s, especialmente en la misma poca en que, segn ella, Mad.Blavatsky le escriba con una franqueza tan desvergonzada. Es una falsedad tan gratuita

    intil, que la carta del 13 de Agosto no es creble. La carta es completamente natural,como procedente de una cristiana asustadiza y supersticiosa, pero es incomprensiblecomo de una cmplice, de una impostora.Jams nadie ha acusado Mad. Blavatsky de ser tonta, y sin embargo, slo una tonta

    poda haber trazado unas cartas tan locamente comprometedoras, y luego querellarsecon la mujer que las posea. La prudencia ms elemental se excluye de semejanteconducta. En 1889 resum las pruebas este propsito en una carta al Methodist Times,que bien puede reproducirse aqu: Estimado seor: Ha llamado mi atencin una cartadel Profesor Patterson publicada en nuestro peridico el 31 de Octubre; mi nota, laque responde, fu provocada por el reto que me hicisteis directamente para examinar las

    pruebas contra mi amiga Mad. Blavatsky , y yo no tena el propsito de sostener una

    prolongada correspondencia. Es claro que nos hallamos frente frente con afirmacionescompletamente contradictorias. El Profesor Patterson dice que Mad. Coulomb no ha

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    recibido dinero por sus cartas; el General Morgan dice, en folleto publicado en 1884,Reply to a report, etc., que los misioneros escoceses les pagaron (a los Coulomb) 150rupias para empezar.El Profesor Patterson dice que todos los tesofos que le han manifestado deseos de verlas cartas, han obtenido permiso.

    Mad. Blavatsky me dice que ella lo ha pedido y que se le ha negado. Mr. B. Keightleme dice tambin que lo ha solicitado y no lo ha obtenido, y que por lo que sabeparticularmente de otros tesofos de nota, ha ocurrido lo mismo. No conozco alProfesor Patterson, conozco esos tesofos y prefiero aceptar su palabra.Ahora bien, mi creencia en la falsedad de esas cartas no descansa sobre detallesrelativamente insignificantes, sino sobre una percepcin general de la causa. De un lado, un hombre y una mujer que han sido arrojados de una Sociedad, porque la segundahaba tratado de estafar dinero. (Hay cuatro causas de semejante tentativa: una mujer quien Mad. Blavatsky impidi procurarse dinero, y que jur vengarse.) Una mujer quetrat de estafar Mad. Blavatsky , como lo prueba una carta enviada por ella; una mujerque haba falsificado las cartas del Dr. Hartmann y del General Morgan, habindose

    querellado contra el ltimo por acusarla de falsedad, retir la querella antes del juicio,so pretexto que Mad. Blavatsky no estaba. Y qu tena que ver esta seora con la falsacarta de Morgan? Una mujer, en fin, que segn confesin propia, se haba hecho

    cmplice de impostura. Por otro lado existen: el testimonio de un comit compuesto deldoctor Hartmann, el General Morgan,J. A. Coope -Oakley, el doctor Gabbhard y de diezcaballeros hindos, de categora, instruccin y capacidad reconocida, que examinarontodos los cargos, y declararon que ninguno tena fundamento; el testimonio de los quehan visto las cartas y asegurado que manifiestamente son falsas (Report de 1885), y eltestimonio de Mr. G. Row, segn cuya "experiencia de veinticinco aos, comoempleado de justicia. . . lleg la conclusin, que todas las cartas, desde la primera laltima, son falsas. (Report oficial 1884). Han de notarse adems los siguientes hechos:que los falsos paralelos atribudos alDr. Hartmann y al General Morgan, alegando sufalta de fe en Mad. Blavatsky, fueron denunciados y desenmascarados inmediatamente

    por ellos mismos; que las mismas cartas evidencian, por ejemplo, el mal francs,cuando Mad. Blavatsky habla y escribe ese idioma perfectamente, como la mayora delas personas cultas de Rusia; que Mad. Coulomb, por haber sido expulsada, haconseguido cortsmente el favor de los misioneros; que las cartas se publicaronmientras Mad. Blavatsky estaba en Europa, que se apresur venir para afrontar laacusacin, permaneciendo mientras se examinaba el asunto, y que no regres sinodespus de reconocerse la falsedad de las acusaciones. Lejos de huir secretamente, entr

    en el barco del brazo del magistrado jefe de la Presidencia, y no se march sino pororden perentoria del doctor Scharlieb, el mdico que la asista y que tema por su vida sicontinuaba en el clima de Madrs. Tampoco fu llamada como testigo en el asuntoCoulomb-Morgan, ni estaba complicada en l. Poda aadir todo esto el juramento deMad. Coulomb: He podido decir en mi acaloramiento muchsimas cosas, pero juro portodo lo que quiero ms en el mundo, que jams he hablado de fraude, de pasillossecretos, ni he dicho que mi marido os ayudara. Si he proferido semejantes palabras, y

    pido al Todopoderoso que tome sobre m las ms terribles maldiciones.Juramento terrible, en verdad, pero no teniendo importancia en semejantes labios.En cuanto la amenaza final del Profesor Patterson, que publique lo que quiera. Siexistieran documentos comprometedores, los que se han servido de Mad. Coulomb, no

    pueden sentir escrpulo alguno en contra de su publicacin. Mad. Blavatsky es pobre,est enferma y cansada y no hay que temer que vaya la India para perseguirlos.-

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    ANNIE BESANT. -19, Avenue road N. W.Mad. Blavatsky deseaba entablar una querella por difamacin al Christian CollegeMagazine, pero el Coronel Olc ott insisti para que decidiese el asunto la Sociedad: Heindicado madame Blavatsky que su deber es dejarse gobernar por el consejogeneral, y no decidir por ella misma. Le he dicho que ella y yo, al crear esta Sociedad

    tan importante, nos hemos obliga do que se nos considere como agentes en todo lo querespecta sus intereses, y que debemos subordinar al problema predominante de suprosperidad, as nuestras reputaciones particulares, como nuestras fuerzas y nuestrosmedios (48). Se eligi un comit y decidi por unanimidad que ella no deba entablar laquerella, y Mad. Blavatsky se someti consolndose con la viva afeccin y la confianzaque le fueron manifestadas.Mr. Hodgson, el enviado de la Sociedad de Investigaciones Psquicas, presenci esamemorable reunin de la convencin de Diciembre de 1884; pues el Coronel,ignorantemente, le dispens una buena acogida. La aparente amistad de Mr. Hodgsonno era, sin embargo, ms que un pretexto para ocultar su objeto real, y su honradaindagacin nada ms que una brecha para destruir con mayor seguridad. El encargado

    de una empresa como la confiada Mr. Hodgson, deba tener sobre todas lascondiciones una honradez y exactitud adecuadas. Desgraciadamente para l y para todaslas personas interesadas, esas especiales cualidades no eran las ms preeminentes. Eraun joven, segursimo de s, profundamente ignorante de las costumbres indias y de los

    hechos ocultos; ms adelante deba adquirir la conviccin de la realidad de muchasfuerzas que ridiculizaba entonces con ligereza, de los fenmenos que miraba comoimposibles, y que en su ignorancia calificaba. de impostura. Su mal Karma habalehecho un agente destinado infligir un gran dolor una mujer inocente en esta vida, y dar por su mediacin un golpe necesario un gran movimiento espiritual. En verdadel Hijo del Hombre va, segn lo que est escrito, pero desgraciado el que por el Hijo delhombre es traicionado.Mr. Hodgson, antes de dejar Inglaterra, no haba manifestado ninguna facultadespecialsima, iba profundizar los incidentes hiperfsicos en un pueblo que mirabanlos ingleses como indigno de participar de su conocimiento, y de quien muchos, comoMr. S. Subba -Rao, sentan amargamente la manera cmo Mad. Blavatsky habalevantado el velo bajo que ocultaba sus secretos de generacin en generacin. Esindudable que con su ignorancia inglesa del pensamiento hindo, y su menosprecioingls por la verdad hinda, vino tropezar con los cerebros de la raza ms sutil delmundo, raza que adems, para guar dar sus cosas santas del insolente extranjero, novacila en legar una creencia francamente reconocida ante personas simpticas. No

    censuro ese pobre Hodgson de haber sido zarandeado cuanto pudo serlo; eso es msbien una desgracia que una falta; pero le censuro por el prejuicio que se formacogiendo libremente todas las sospechas palpitantes y en el aire las acusacionesdirigidas por los declarados enemigos de la Sociedad Teosfica, ignorar lostestimonios ofrecidos por los amigos de ella. Su actitud fue, no la de un investigador ,sino la de un escptico que slo busca pruebas de impostura. Mr. Sinnett, que fij

    perfectamente su situacin despus de publicar su Memoria Mr. Hodgson, escribe: Enesa Memoria, aun tal como est ahora, corregida con la prolongada ayuda de personasms entendidas, aunque hostiles al movimiento teosfico, nada indica que hayacomenzado comprender las principales condiciones de los misterios que ha tratado deesclarecer. Ha supuesto cndidamente que, desde que una persona en la India se

    consagraba visiblemente la obra de la Sociedad Teosfica, poda presumirse quedeseaba afirmar su crdito y persuadirle que los fenmenos alegados eran verdaderos.

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    Deja adivinar que observ su conducta y las frases dichas al azar para recoger lasconcesiones que podan volverse contra la causa teosfica. Parece no haber sospechado

    jams lo que todo investigador ms experimentado hubiera visto inmediatamente, estoes, que el movimiento teosfico, en cuanto trata de dar conocer al mundo en general laexistencia en la India de personajes llamados Mahatmas, avanzadsimos en la ciencia

    oculta, y las ideas filosficas que profesan, es un movimiento que ha sido consideradocon profundo disgusto por muchos naturales consagrados esos Mahatmas, y pormuchos fervientes discpulos y estudiantes de su enseanza oculta.La actitud de nimo tradicional con que los ocultistas hindos miran los tesoros de suconocimiento, es una actitud, en la que la devocin hllase teida de envidia haca todoslos que tratan de penetrar el secreto en que esos tesoros han estado envueltos hastaahora. Han considerado que no podan ser adquisicin legtima, sino de personas que

    pasaran por las ordalias y pruebas usuales. El movimiento teosfico en la India, sinembargo, implica una ruptura de ese secreto. Las antiguas reglas han sido violadas bajola responsabilidad de una autoridad tan alta, que los ocultistas que se encontrabantrabajando en la obra no podan menos de som