los jóvenes mas allá de la escuela - alicia inés villa
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Provincia de Santa Cruz Curso de Formación en Ciudadanía y Derechos Juveniles 2010. LOS JÓVENES MAS ALLÁ DE LA ESCUELA EDUCACIÓN SOCIAL Y PARTICIPACION COMUNITARIA Autora: Mg. Alicia Inés Villa0. Presentación. Sin duda todos y todas nosotras estamos muy consustanciados con las problemáticas educativas de nuestras escuelas y las formas en que transcurre la enseñanza escolar con los y las jóvenes. Sin embargo, en esta clase, les proponemos pensar otras formas de educación, las que englobaremos cTRANSCRIPT
Provincia de Santa Cruz
Curso de Formación en Ciudadanía y Derechos Juveniles
2010.
LOS JÓVENES MAS ALLÁ DE LA ESCUELA
EDUCACIÓN SOCIAL Y PARTICIPACION COMUNITARIA
Autora: Mg. Alicia Inés Villa
0. Presentación.
Sin duda todos y todas nosotras estamos muy consustanciados con las problemáticas
educativas de nuestras escuelas y las formas en que transcurre la enseñanza escolar con los
y las jóvenes. Sin embargo, en esta clase, les proponemos pensar otras formas de
educación, las que englobaremos con el nombre genérico de “educación social”, para
pensar otros formatos educativos que acontecen por fuera de lo escolar. Intentaremos
analizar cómo estos formatos recuperan actividades que generan y ensanchan las
oportunidades de los y las jóvenes de insertarse, filiarse al mundo social que los rodea al
mismo tiempo que restituyen para sí, el derecho a la educación.
Muchas de estas formas que analizaremos están pensadas por jóvenes, para jóvenes lo que
nos brindará una oportunidad de observar las formas espontaneas de organización de los
jóvenes en defensa de sus estilos de vida. Así, el acceso a la cultura, el acceso a la
educación y el acceso al empleo, serán casos que analizaremos en esta clase.
Finalmente, nos gustaría reflexionar con ustedes qué cosas de las propuestas de educación
social y de los movimientos de jóvenes pueden llevarse al ámbito de la educación formal
para ampliar las oportunidades de socialización política de los y las jóvenes.
Objetivos de la clase.
- Conceptualizar educaciones en plural y nuevos escenarios educativos.
- Identificar otras educaciones posibles insertas en lo social que conviven con el
sistema escolar y que tienen por objeto a los y las jóvenes.
- Reconocer como los movimientos y expresiones culturales espontáneas de los
jóvenes son respuestas a nuevas formas de reivindicar sus derechos.
- Establecer relaciones entre educación social, inclusión social y nuevas
juventudes.
Temas de la clase:
Educación social y escenarios educativos.
La educación social y las prácticas culturales juveniles
Movimientos juveniles, derecho a la inclusión y nuevas ciudadanías
1. La educación y las educaciones
Conceptualización de otras formas de educación: no formal, informal, social
Podemos decir que las escuelas en donde trabajamos y a las que asistimos representan un
modo particular de organizar la educación, pero no es ni ha sido nunca la única. Convive
además con instituciones y prácticas que podemos denominar de educación no formal y con
otras más que tienen funciones diferentes pero que empezaron, en distintos momentos, a
incorporar las acciones educativas entre sus actividades. Los factores que incidieron en la
aparición de nuevas prácticas e instituciones educativas no son sólo de carácter pedagógico
sino también: social, económico, urbanístico, político, cultural, etc.
En el campo pedagógico los conceptos de educación formal, no formal e informal aparecen
hacia fines del ’60 y durante la década del ’70, expandiendo el concepto de educación. En
ese momento surgen, desde perspectivas diversas, trabajos y reflexiones que ponen en
cuestión el rol de la escuela. Algunos exponentes de estas críticas fueron: Illich y Reimer,
desde una postura radical que proponía la desescolarización, Althusser, Bordieu, Passeron,
Baudelot, Establet, Bowles y Gintis, como representantes de las teorías de la reproducción
y más tarde también Foucault, que con sus análisis sobre las tecnologías disciplinarias
aportó nuevos elementos para comprender la lógica de funcionamiento de las instituciones
escolares. Estos discursos dieron cuenta de la imposibilidad de sostener el monopolio
educativo de la escuela y contribuyeron, en gran medida, a la diversificación de las
propuestas de educación no formal (Trilla Bernet, 1992).
Esta situación hizo que durante largo tiempo (y aún en nuestros días) se sostuviera que la
educación no formal gozaba de un poder innovador y una influencia en la
transformación social que no tenía la escuela. Desde esta perspectiva, espacios como las
escuelas de arte, las bibliotecas, los centros culturales, los clubes, los grupos informales,
etc. parecían convertirse en “alternativas” a la actividad reproductora, pasiva y a-crítica que
se daba en la institución escolar. En la actualidad esta idea se encuentra en discusión ya que
se considera que la relación entre la educación formal y no formal es compleja y que debe
analizarse a partir de múltiples variables.
La denominación educación “no formal” suele generar muchas confusiones y debates.
Desde el lenguaje que utilizamos en nuestra vida cotidiana, no formal es sinónimo informal
y por lo tanto no sistemático (sin objetivos, métodos, estrategias, etc.). Sin embargo desde
el discurso pedagógico esas son dos categorías diferentes y se refieren a ámbitos y prácticas
bien diferenciados.
La educación no formal designa el conjunto de acciones sistemáticas que ocurren
fuera del estricto marco escolar, aunque puedan estar vinculadas con él. Implica un
proceso que dura toda la vida y en el que se construyen conocimientos, modos de actuar, de
ver, de sentir, de pensar, mediante las experiencias no sistemáticas de la vida cotidiana.
Según Trilla Bernet (1992) la educación formal y no formal comparten un atributo del que
carece la educación informal: la sistematización. Ambas son intencionales, cuentan con
objetivos explícitos, métodos, actividades organizadas, etc.
Una de las confusiones comunes se vincula con que el uso del término “no formal” se
aplica al mismo tiempo a instituciones, agentes, programas, actividades, etc. Para
comprenderlo mejor utilizaremos el esquema que propone Trilla Bernet (1992), al que
hemos realizado pequeñas modificaciones, pensando en la educación de jóvenes:
A partir de un esquema como este pueden diseñarse múltiples cruces y combinaciones, por
ejemplo: una escuela (institución educativa formal) puede
abrir sus puertas los fines de semana o a contra-turno para
el desarrollo de talleres recreativos de plástica, murga, música (proyectos de educación no
formal), etc., abiertos a los y las jóvenes. En un club juvenil de tiempo libre (institución de
educación no formal) puede desarrollarse un taller formación de espectadores críticos
(proyecto de educación no formal), donde los jóvenes se reúnan con un docente (agente de
educación formal) o animador socio-cultural (agente de educación no formal) a mirar en
grupo ciertos programas de televisión (medio o instrumento informal) para disfrutar en
grupo, analizar críticamente el papel de ese y otros medios de comunicación, aprender a
aprovechar sus potencialidades, etc.
Así, más allá de las denominaciones importa el sentido de lo educativo en cada propuesta.
Avanzando más allá de estos conceptos, las categorías formal, no formal e informal nos
ayudan a comprender mejor la amplia dimensión que abarca lo educativo, sin embargo se
trata de categorías técnicas o descriptivas que no nos permiten evaluar por ejemplo el
sentido político, social y cultural de una propuesta. Por este motivo, estos conceptos pueden
cruzarse con otros, por ejemplo: educación popular o pedagogía social.
En cuanto a la educación popular puede decirse que es, más allá de su diversidad, un
abordaje educativo que remite a tres fenómenos en interrelación: el poder, la participación
y el conocimiento, constituyéndose así en orientadora de un cambio social. Las experiencias
pedagógicas populares, caracterizadas por ser cuestionadoras y generar alternativas al
Formal No formal InformalInstituciones y entornos
Instituto de bachillerato
Club juvenil de tiempo libre
La calle
Agentes personales
Docente de enseñanza secundaria
Educador de centro cultural
Un guardia urbano
Proyectos y programas
Currículum de la educación secundaria
Programa de animación socio-cultural
La programación de una cadena de televisión
Medios e instrumentos
Libro de texto para la educación secundaria
Material de capacitación para guías de museos
Una novela
Actividades concretas
Examenfinal
Clases particulares de piano
Una charla de café
ejercicio de la ciudadanía, pueden darse tanto dentro como fuera del sistema educativo
formal por lo cual, “se hace necesario superar la supuesta oposición entre educación
popular y educación formal que erróneamente sitúa a la primera como no formal e
inclusive como una alternativa a la enseñanza escolarizada” (Sirvent, s.f ).
La educación popular no puede definirse únicamente a partir de los actores a los que
dirige sus propuestas (aunque tendemos que a creer que se trata de una educación para
“pobres”), ni de la utilización de los métodos o estrategias que se definen como
“participativos”. Es una educación para la lectura crítica y la transformación de la
realidad. Una educación que debería vincularse con los problemas de nuestro tiempo: el
sida, la pobreza, la alienación, las drogas, el machismo, la violencia, el odio, el racismo, la
homofobia, el sexismo, la ciudadanía, la destrucción ambiental, la exclusión y la represión
(Tadeu Da Silva 1998: 34). Una educación que multiplica los significados heredados en
lugar de encerrarse en ellos1.
Otra categoría para el análisis de propuestas educativas es la de pedagogía social. Hace
referencia a una disciplina que se originó en relación con la atención de los y las jóvenes
desamparados luego de la primera guerra mundial pero que hoy se ha ampliado hacia otras
prácticas y discursos educativos como la educación de adultos mayores, la educación
deportiva como fenómeno social, la educación en los hospitales, geriátricos, los museos, los
clubes, las organizaciones barriales, entre otros.
Escuela de Instructores Ambientales
Propuesta educativa para jóvenes entre 15 y 17 añosinteresados en la
naturaleza y el cuidado del medio ambiente.
Departamento Educativo del Zoológico de Buenos
Aires.http://www.zoobuenosaires.com.ar/
Este campo educativo intenta según Nuñez (2004) dar visibilidad y reconocimiento
pedagógico (en lo social, institucional y académico), a aquellas prácticas educativas que se
1 Los párrafos consignados se corresponde a la Clase 1 del Curso Nuevos Escenarios Educativos y Culturales. (Villa, Pedersoli, Martín, 2010, Aula CAVILA; UNLP)
desarrollan fuera de los ámbitos escolares, con el objetivo de dotar a los sujetos de recursos
culturales y sociales que les permitan ubicarse en un lugar no segregado. Se trata de re-
introducir aquello que en el uso de los discursos pedagógicos se ignora o queda relegado a
las etiquetas de educación difusa, a-sistemática, informal o no formal. Intenta dar
centralidad a aquello que desde otros discursos es considerado como “resto” (social,
escolar, cultural, barrial, etc.).
La educación/pedagogía social es una práctica de frontera entre las lógicas de
inclusión/exclusión social tratando de paliar los efectos segregativos de tales lógicas en los
sujetos. Así atiende a la producción de efectos para la inclusión social, cultural y económica
al dotar a los sujetos de los recursos suficientes para resolver los desafíos del momento
histórico en el que viven.
Estas prácticas pueden desarrollarse en diferentes movimientos e instituciones (desde los
movimientos de piqueteros hasta un centro de fomento) y se orientan a la promoción
cultural de los sujetos (en tanto sujetos de derechos y deberes), al intercambio
intergeneracional y a la cohesión social.
Para reflexionar:2
Observen alguna propuesta educativa no formal que transcurra en sus ciudades ¿de qué
manera podemos decir que ésta amplía los horizontes y las posibilidades vitales de los
ciudadanos y las ciudadanas? ¿Cuántas y cuáles tienen como destinatarios a los y las
jóvenes? ¿Cuáles les parece que podrían trabajar en conjunto con la escuela para ampliar
las posibilidades de inserción de los y las jóvenes? A dicha propuesta formúlele las
siguientes preguntas:
¿Qué efecto produce sobre la lectura de la realidad de quienes participan?
¿Contribuye a cambiar situaciones de desigualdad o las refuerza?
¿Qué conocimientos distribuye?
¿Qué imagen de lo social comunica?
¿“Naturaliza” el mundo? ¿Contribuye a aceptarlo a-críticamente? ¿Subvierte las
visiones dominantes? ¿Contribuye a mirar el mundo con ojo crítico para poder
2 Villa, Pedersoli, Martín (citado en 1)
cambiarlo?
¿Qué tipo de participación promueve?
¿Real y con poder o simbólica e ilusoria? i
¿Cuál es el ámbito en que se desarrolla la participación?
¿Sólo en el escenario de la actividad o en toda la sociedad?
¿Qué valores y actitudes promueve?
Competencia - solidaridad - individualismo - respeto – tolerancia
¿Desarrolla estrategias para la construcción de ciudadanía?
¿Qué papel le asigna al “otro”? ¿Tiene en cuenta sus características?
¿Pasivo/ activo? ¿Receptor/ interlocutor?
¿Tiene en cuenta distintos lenguajes?
Visual, corporal, escrito, táctil, sonoro
¿Pone en juego lo emotivo, afectivo, sensitivo o sólo lo intelectual?
¿Promueve el aprendizaje con el contexto, los materiales educativos, el grupo y
consigo mismos?
Actividad Les proponemos que recorran su ciudad y elaboren un listado de las instituciones que desarrollan actividades de educación no formal destinada a jóvenes.- ¿De qué instituciones se trata? - ¿A quiénes dirigen su propuesta? - ¿Qué contenidos se abordan en esas propuestas? - ¿Qué actividades se desarrollan? - ¿Qué duración tienen? - ¿En qué espacios concretos se desarrollan? - ¿Quiénes las desarrollan? - Otras consideraciones y/o comentarios
2. Educación social e inclusión.
¿Por qué la educación social nos interesa particularmente en clave para pensar a los y las
jóvenes y sus relaciones con la sociedad y la cultura? En este apartado vamos a seguir los
análisis de Violeta Núñez, cuando esta autora refiere a la educación social y sus relaciones
con el derecho a la inclusión plena de las jóvenes generaciones.
La exclusión social remite a la declaración de amplios sectores como prescindibles, como
no necesarios para la vida social y económica. La lucha contra la exclusión invita a explorar
los derechos a la integración, a la inserción. Más allá de la subsistencia, se trata de dar
forma al derecho de los ciudadanos y las ciudadanas a la utilidad social, a ser partícipes,
actores, a tener un lugar social, a no ser vistos como sujetos a auxiliar.
En tal sentido, las juventudes son mayormente vulnerables a ese lugar de exclusión. Mas
allá de las posiciones de clase, los y las jóvenes reclaman por su derecho a la palabra, a un
lugar en la sociedad que no les estigmatice y que les permita afiliarse a las redes de la
cotidianeidad, a la permanencia en un presente cuyo futuro les transforma en herederos y
herederas.
En este marco, la pedagogía/educación social habilita particularmente el desarrollo de las
juventudes en tanto protagonistas de sus presentes, reivindicando sus movimientos y
acciones colectivas por encima de las imágenes estigmatizadas que les convierten en
vagos, pibes chorros, consumistas, frívolos, despolitizados, conformistas. Nuevas y
múltiples juventudes se despliegan en las ciudades desplegando formas novedosas de
ejercer la ciudadanía, de reclamar por sus derechos a ser incluidas. Los centros culturales
barriales, las murgas, las juntadas callejeras, las convocatorias masivas por faceboock, las
tomas de escuelas, las marchas por la inclusión en el mercado de empleo, las radios
“truchas”, los blogs personales son todas formas culturales que los y las jóvenes configuran
como espacios para manifestarse.
Por eso nos preguntamos ¿cómo se incorporan están nuevas formas de manifestaciones
juveniles a la construcción de la ciudadanía? ¿Qué lectura podemos hacer de ellas como
expresiones que reclaman inclusión por parte de los y las jóvenes a su tiempo presente?
¿Qué hacemos los y las docentes en las escuelas para entender y canalizar estas necesidades
de nuestras juventudes? ¿En qué medida las instituciones escolares habilitamos espacios
para las formas educativas que los/las jóvenes sancionan como válidas? ¿Cómo modificar
nuestra lectura adulta de lo que llamamos “indiferencia” de los chicos y las chicas, como la
forma que despliegan los/las jóvenes para hacer “diferencia” con las prácticas políticas
consolidadas y hacer surgir otras formas de entender lo político?
Para reflexionar:
Pensemos por un momento los modos en que transcurren las prácticas grupales de los
jóvenes. Si pensamos que la acción colectiva que desarrollan los grupos sociales es la
forma embrionaria de su socialización política y ciudadana ¿Qué acciones podemos ver en
los y las jóvenes?
Al respecto queremos presentarles algunos casos, que representan formas radicalmente
diferentes desarrolladas por grupos de jóvenes en el procesamiento y reivindicación de sus
derechos y las formas sociales que consagran como válidas para ello.
El derecho a la identidad y a la educación
El primer caso les sugerimos verlo representado en el documental
“Originarios” (Silvia Cuman, Aníbal Garisto,2005) promovido por el
Ministerio de Educación de la Nación. En este documental podemos observar
un hecho ocurrido en la Comunidad Kvrvwigka, en San Martín de los Andes,
donde los y las jóvenes eran discriminados por su condición mapuche.
Cansados de este abuso, los padres y las madres decidieron no mandar a sus
hijos e hijas a la escuela. Como resultado de este conflicto, la comunidad
logró que a los y las jóvenes, además de los contenidos que marca la escuela
estatal se les enseñe también la cultura mapuche. Por otro lado esto sucede en
un territorio contaminado por la explotación indiscriminada del complejo turístico Chapelco. El
documental, escrito, dirigido y protagonizado por jóvenes, nos muestra la singularidad de la visión
de estos sobre los conflictos sociales y las formas en que los visualizan como oportunidades de
participación y cambio. Estos konas (Jóvenes mapuches) eligen hacer una revista para distribuir
entre toda la comunidad de San Martín de los Andes, como espacio de expresión de las identidades
juveniles y de los temas que les interesan en un movimiento de politicidad de su condición: la
discriminación, la educación, el medioambiente, el trabajo, la identidad, el futuro.
Entre estos movimientos reivindicativos de las identidades de los y las jóvenes podemos observar
el movimiento mapurbe, como un espacio de producción cultural de jóvenes mapuches urbanos que
buscan reforzar su identidad ancestral con elementos de la cultura actual en espacios no formales.
Acerca de ellos y ellas podemos leer en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-50149-
2005-04-24.html
El derecho al trabajo, el derecho a la inclusión
Otro caso lo representaron las protestas sociales de jóvenes en Francia,
sobre las cuales nos interesa diferenciar aquellas realizadas por jóvenes
de clase medio frente al primer contrato de empleo de aquellas
realizadas por otros y otras jóvenes, hijos e hijas de migrantes, en los
barrios marginales de Paris y otras grandes ciudades. Mientras las
primeras reivindican el derecho al trabajo como forma de inclusión, las
segundas reivindican el derecho al pleno ejercicio de la ciudadanía
francesa, el derecho a la migración, a profesar una religión y
reivindicar como propia una identidad que no los condene a la
marginalidad, la exclusión y la criminalización solamente por su origen social y racial.
Así, las manifestaciones contra el Contrato primer empleo (CPE) en Francia (2006), ponen de
relieve la difícil situación de los/las jóvenes ante un mercado laboral cada vez más inaccesible. Un
problema que no sólo padecen en francia y que se observa, en menor o mayor medida, en toda
Europa. El Viejo continente y su mercado común generan riqueza pero no empleo y quienes más
sufren sus consecuencias son los y las jóvenes. Más de 160 manifestaciones y de un millón de
jóvenes manifestantes provocaron días de conmoción en Francia, poniendo de manifiesto la
situación de vulnerabilidad de los/las jóvenes frente al primer empleo y las formas que estos
encontraron para reivindicar no solo el derecho al trabajo sino también a la sanción de leyes que les
protejan ante el riesgo de la exclusión social a la que conlleva el desempleo. Identificada la protesta
con la violencia callejera, los y las jóvenes sin embargo reivindicaron la movilización como forma
genuina de protesta, inspirada en el mayo del 68.
(Ver http://www.20minutos.es/noticia/100804/0/manisfestacion/paris/despidos/)
Similar pero muy diferentes podemos considerar las protestas en los suburbios franceses. Estos/as
jóvenes que han protagonizado los desórdenes e incidentes que afectaron aquellos días a numerosas
ciudades francesas, que afirman, para explicar sus actos delictivos, “avoir la rage” (“estar rabiosos”)
son los nietos o biznietos de los antiguos colonizados (argelinos, marroquíes, tunecinos,
senegaleses…). Descienden en línea directa de esos hombres y mujeres que sirvieron de carne de
cañón en los campos de batalla de la segunda guerra mundial o que optaron por abandonar un país
devastado por la guerra y emigraron a la metrópoli en busca de trabajo.
No son rebeldes sin causa; reaccionaron cuando se produjo un suceso trágico como el que tuvo
lugar en Clichy el 27 de octubre de 2006, cuando dos menores murieron electrocutados al huir de la
policía. Este suceso fue el detonante de una revuelta que tiene su origen en una historia que a
Francia le cuesta escribir, le cuesta reconocer e integrar en su imaginario: los resultados de su
proceso de colonización, las políticas de segregación y marginalidad urbana y el racismo con que
mira a sus antiguas colonias, todo ello recayendo sobre las espaldas de jóvenes a quienes se excluye
y se niega la condición mínima de acceso a la igualdad de derechos sociales y ciudadanos.
(Ver http://spanish.safe-democracy.org/2008/02/15/francia-vigesimo-plan-para-evitar-las-revueltas-
en-la-banlieu/)
Si bien la protesta juvenil y callejera parecen ser un “modus operandi” en los y las jóvenes de
Francia, el síntoma, el origen y motivación de ambas manifestaciones, las hacen radical y
diametralmente opuestas aunque se expresen de la misma manera.
¿Cómo interpretan ustedes estas diferencias?
Actividad Les proponemos recordar una película que ya fuera recomendada en otra clase: “Entre les murs” (Cantet, 2008) o mirar “Machuca” (Wood, 2001)
La primera remite a les cites, los barrios urbano marginales, obreros y de migrantes de Francia. Es interesante comparar y establecer contrastes entre la vida de estos jóvenes y de los jóvenes urbanos franceses que podemos observar en otros films como Recursos Humanos.Un contraste similar podemos observar en la otra película que recomendamos, la chilena “Machuca”, que muestra las formas diferenciadas de vida, expresión y politización de los jóvenes en el centro de Santiago y en las poblaciones urbano marginales de esa ciudad. Les proponemos mirar estas películas pensando en algunas
claves en relación a la educación social y ciudadana.- Efectos de la segregación urbana en la vida de los y las jóvenes- Otras instituciones que participan en la educación de los y las jóvenes
- Manifestaciones culturales comunes y diferentes de la juventud en estas situaciones diferenciales.
- Redes de instituciones con las que ustedes se asociarían para trabajar por la juventud.
No proponemos construir polarizaciones o binarismos de clase, sino observar diferencias sociales para poder pensar cómo la educación escolar y social pueden ser respuestas diferenciales para los casos que muestran las películas o lo que reseñamos con anterioridad (en Originarios y jóvenes franceses)
3. Juventud, cuidad y escenarios educativos en clave de ciudadanía
3.1. Educar en saberes socialmente productivos.
La oposición entre el mundo escolar y el mundo social no representa una falsa dicotomía
para los y las jóvenes. Si bien las escuelas son lugares adonde asiste la juventud, no
necesariamente representan un lugar pensado para ella, ni las cuales sientan como suya. Las
diferentes juventudes construyen maneras propias y singulares de vivir la escuela: como
espacio de socialización entre pares, como frontera ante la exclusión, como ensayo de la
vida pública, como matriz de socialización política. Pero difícilmente la viven y sienten
como un lugar donde aprenden en la medida que no se desarrollan en ella saberes
socialmente productivos (Puiggros, 2004). Es decir aquellos que colaboren en la
articulación de tejido social, los que contribuyen a fortalecer la participación de la
población en los procesos de transformación social.
Los saberes socialmente productivos en el contexto actual deben dar herramientas para
moverse en un mundo complejo y en crisis, estimulando los vínculos con los procesos de
trasmisión y producción cultural, promoviendo ejercicios de pensamiento que permitan a
los y las jóvenes analizar la situación en que se encuentra; organizar un mapa complejo del
mundo social, político, histórico, geográfico, en el que se inserta su vida, su trabajo y
transcurre su biografía; fortaleciendo así los procesos de constitución de identidades
sólidas, complejas, plurales. Esta categoría es solidaria con la de saberes del trabajo, en la
medida en que ambas reivindican derechos fundamentales como los que mencionamos más
atrás: el derecho al trabajo, el derecho a la educación, el derecho a las culturas, esto es, el
derecho a la inclusión.
Ahora, las formas cómo se viven y se reclaman estos derechos es singularmente propia a
cada generación y en absoluto homogénea en todos los jóvenes o en todas las jóvenes.
Aquellas estarán atravesadas por las situaciones de clase, etnia, género, geográficas y
políticas en que habiten las diversas juventudes. Por ello sostenemos que las escuelas deben
contemplar esta diversidad de posicionamientos como diferentes formas de acción,
politización y agencia que desarrollan los y las jóvenes en el proceso de construcción de sus
identidades.
Hay ciertos esteticismos, preferencias, consumos, que determinan modos se ser y estar en la
juventud, que la educación escolar puede rescatar con el auxilio de la educación social,
atendiendo a la significación y productividad que ciertos saberes (en el sentido más amplio
del término) provocan en, y a los y las jóvenes.
La pedagogía social es un partenaire de la pedagogía escolar en la medida en que esta
última reconozca sus límites en la transmisión de saberes socialmente valiosos para la
juventud. Ambas pueden constituir un espacio para pensar cuestiones que tiene que ver con
la igualdad y los derechos en el marco de las nuevas condiciones económicas, con respecto
a la cultura, a la participación social y a la dignidad de las personas (Núñez, 2004)
3.2. Jóvenes, ciudades y ciudadanos: ganar las calles
Para terminar esta clase les proponemos una suerte de bonus track, un momento para
reflexionar como las y los jóvenes ganan las calles de diferentes maneras, desafiando las
imágenes estereotipadas y unitarias que algunos medios proponen sobre la diversidad de
jóvenes que habitan nuestro país.
En los espacios urbanos, con independencia de su complejidad, los y las jóvenes ganan las
calles como espacios públicos a transitar, como lugares de libertad y de anonimato, como
ejercicio de deberes y derechos individuales, como construcción de identidades colectivas.
Observen las esquinas, las plazas, los paseos de la ciudad y verán como diferentes grupos
de jóvenes se apropian diferencialmente de diversos espacios que les confieren identidad y
pertenencia. Observen como se expresan en las paredes, en las ropas, en la música, en una
serie de elementos que los diferencian y constituyen la politicidad de dicha identidad.
Para reflexionar:
¿Qué lugares entonces estamos dispuestos a abrir y
sostener? ¿Sería posible la articulación de espacios
para usos adolescentes de la ciudad sin provocar el escándalo o la queja del resto de los
ciudadanos y ciudadanas? Graffitis, conciertos, deportes urbanos espacios abiertos a los
encuentros o adquieren carta de ciudadanía o pasan a ser criminalizados.
La educación social propone otras maneras de atender las adolescencias, una manera
singular de luchar contra las desigualdades que tienen a las jóvenes generaciones como
población cautiva. Para ello, la educación social propone revalorizar todas las expresiones
culturales de los y las jóvenes y rescatar de ellas el carácter plural, integrador, socializador:
en definitiva, educativo, que contienen, más allá de la mirada hegemónica que las convierte
en manifestaciones subalternas. Propone una educación que vuelva a inventar un cruce
entre política, estética y culturalización, que revalorice como escenarios educativos los
múltiples tejidos urbanos que tienen como protagonistas a las juventudes, a estos recién
llegados que pugnan por ejercer nuevos y novedosos guiones de ciudadanía.
Actividad Les proponemos que visualicen los siguientes links, todos refieren a diferentes actividades culturales, en muchos casos autogestionadas, realizadas por jóvenes. Observen que denominadores comunes tienen todas ellas, reflexionen sobre la construcción de “juventud” que se propicia en ellos. Piensen que actividades similares a estas desarrollan los y las jóvenes en sus ciudades y reflexionen sobre el grado de formalización que ellas tienen o que podrían alcanzar. También piensen como podrían incluirse en el formato escolar como una oportunidad de ampliación de la ciudadanía.
http://jovenesdepie.org.ar
http://www.tiemposur.com.ar/nota/12588-organizan-concurso-de-graffitis-para-j
%C3%B3venes-de-la-ciudad-.html
http://muypatagonia.com/2009/09/24/graffitis-en-san-julian-para-recordar-la-noche-de-los-
lapices/
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2008/09/09/_-01756432.htm
http://www.bio-design.com.ar/UNLa/historia2/Trabajos%20de%20investigacion/grupos
%20de%20Arte%20callejero.pdf
http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-84326-2007-05-02.html
http://www.basureromagazine.com.ar/base.htm
http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=37962
http://www.clarin.com/diario/2006/10/18/um/m-01292765.htm
FORO:
Les proponemos realizar y compartir una cartografía social.
¿Qué es una CS? Es una herramienta de planificación de transformación social que, con base en la Investigación Acción permite construir un conocimiento integral del territorio a
partir de un instrumento técnico y vivencial. En una cartografía, el territorio es el elemento fundamental de la metodología, y lo definimos como espacio geográfico, económico e histórico cultural.
La CS se basa en mapas construidos desde diferentes visiones y saberes para lograr crear una imagen colectiva del territorio. Puede haber mapas del pasado, del presente, del futuro, mapas temáticos, mapas de conflictos, de redes, de recursos. El mapa es el centro de motivación, reflexión y redescubrimiento del territorio en un proceso
de conciencia relacional, invitando a los habitantes a hablar sobre sí mismos y sus necesidades y traduciendo en un mismo lenguaje las versiones diferentes de la realidad para ser subjetivamente comparadas.
La CS propone preguntarnos ¿dónde nos movemos? ¿Con quiénes nos relacionamos? ¿Qué tradiciones pesan sobre nuestro territorio comunitario?
Una pedagogía del territorio nos lleva, por tanto, a trasladar estas inquietudes a nuestras localidades para captar nuestra visión sobre el espacio en que vivimos.
Les pedimos entonces que realicen el siguiente ejercicio:
Realicen un listado de instituciones de educación no formal en sus ciudades que tienen por objeto trabajar con jóvenes
Hagan una lista con las propuestas culturales que estas instituciones llevan adelante.
Consigan un plano o mapa de sus ciudades.
Ubiquen territorialmente donde se encuentran “físicamente” estas instituciones
Una vez terminado el ejercicio, podemos reflexionar sobre:
- ¿En qué lugares se ubican estas instituciones? ¿es neutral tal disposición?
- Como se asocia el espacio urbano al desarrollo cultural de los jóvenes
- Cercanía y lejanía de las instituciones respecto del centro y la periferia
- En que zonas, barrios no encontraron este tipo de instituciones, ¿por qué les parece que no hay espacio culturales allí?
4. Bibliografía
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Puig Rovira, J.M. y J., Trilla. La Pedagogía del Ocio, edit. Alertes Psicopedagogía, Barcelona, 1996.
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i La participación real ocurre cuando quienes participan, tienen poder para incidir en la toma de decisiones, en su implementación y evaluación permanente (Sirvent, 1984).