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  • XVI

    LOS INTENTOS COLONIZADORES DE FRANCIA Y HOLANDA

    EN EL SIGLO XVI

    Antonio Gutirrez Escudero

    ESPAA pudo mantener su hegemona y dominio sobre el Nuevo Mundo durante los primeros aos que siguieron al Descubrimiento de Amrica, de tal forma que slo a partir de 1520 comienza a preocupar la defensa del

    territorio y a plantearse la posibilidad de una presencia no ibrica en tierras americanas. Un ejemplo de la despreocupacin por el tema lo tenemos en que la mayor parte de las fortalezas y casas fuertes construidas hasta 1535 en Indias se levantan gracias a la ayuda de particulares y no de la Corona.

    La atraccin de la riqueza americana

    Un efecto inmediato de esta falta de previsin hispana fue algn que otro asalto pirtico a las naves espaolas que regresaban a la pennsula, pues haba pocos lugares donde guarecerse con garantas a lo largo de la ruta martima. Ya en 1523 el cosario francs Jean Fleury (identificado por algunos autores con el italiano Giovanni da V errozzano) capturaba la nave donde Hernn Corts enviaba a Carlos I parte del tesoro obtenido en la conquista de Nueva Espaa, iniciando una serie de ataques que iran en aumento.

    Amrica, a partir de entonces, comenz a atraer la atencin del resto de naciones europeas. Las noticias sobre las riquezas de los imperios azteca e inca despertaron las ambiciones y envidias de todos contra el monopolio que Espaa intentaba mantener. Los piratas, a su vez, pasaron de abordar naves y flotas a saquear puertos y ciudades, obligando a que en 1542 la Corona espaola ordenase la construccin de sistemas defensivos, con cargo al presupuesto real, en los prin-cipales centros portuarios americanos, que en gran medida se vieron completados con las aportaciones de los vecinos.

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    Las otras potencias martimas (Francia, Holanda, Inglaterra, pases escandinavos), por su parte, en un principio prefirieron reservarse el control casi exclusivo de la redistribucin de las nuevas riquezas, situando a sus hombres, sus naves y sus capitales en Sevilla y en Lisboa, ncleos de juego de los monopolios. La anterior afirmacin de Chaunu trata de explicar el papel secundario que la Europa Media jug en el Descubrimiento del Nuevo Mundo, al menos, durante el siglo XVI y debido a que en la poca de formacin de los monopolios permaneca demasiado al margen, retrasada, dbil, distrada y arcaica como para poderse imponen>.

    Bien es cierto que los rivales hispanos no pensaron jams en desalojar totalmente a los espaoles y s en participar de las riquezas americanas, de forma legal o de manera ilegal mediante el contrabando de esclavos y mercaduras europeas, o combinando ambas cosas. Pero poco a poco fue surgiendo la idea del aprovechamiento de ciertas partes del inmenso, despoblado y mal defendido territorio indiano para la creacin de almacenes desde donde comerciar directamente con las ciudades hispanoamericanas, el establecimiento de bases poltico-estratgicas para la orga-nizacin de expediciones blicas, la ejecucin de experiencias colonizadoras moti-vadas por razones religiosas (huida de grupos de diversas creencias en busca de la tierra de promisin ante las persecuciones que sufran en su pas) o econmicas (obtencin directa de cueros, maderas tintoreas y dems productos agrcolas) y la realizacin de descubrimientos geogrficos, cuyo principal exponente fue la bsqueda de un paso que uniese el ocano Atlntico con e! Pacfico.

    Francia: Crisis interna y rivalidad con Espaa

    Francia fue e! primer pas no ibrico que amenaz con sus naves la tranquilidad del comercio espaol y portugus con Amrica, y e! primero tambin en situar colonias en Indias durante e! siglo XVI, aunque en ningn caso pasaron de tener una vida efmera. En lneas generales, Francia presentaba unas caractersticas muy favorables para la expansin ultramarina. Contaba con una poblacin abundante de unos 18 19 millones de habitantes, que en trminos comparativos suponan ms del doble de efectivos humanos que la pennsula Ibrica, seis veces los de Inglaterra y nueve los de los Pases Bajos holandeses. El territorio francs acoga a casi la mitad de la poblacin europea occidental, con una lengua y cultura comunes, unida

    . polticamente (a diferencia, por ejemplo, de! imperio y de Italia) y dentro de slo una frontera.

    Si lo anterior supona en el terreno poltico un podero considerable, las dife-rencias econmicas entre las distintas regiones de la nacin contrarrestaban algunos de los efectos de esa ventaja, y la falta de un poder central fuerte segua depositando en manos de los grandes seores parte de los destinos del pas. La fachada atlntica,

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    estratgicamente situada y en igualdad de condiciones que Inglaterra y Espaa para la aventura martima con el Nuevo Mundo, se mostraba muy distinta de las zonas rurales manufactureras y de las tierras interiores orientales. Las comunicaciones entre ellas se dificultaban por la existencia de aduanas y portazgos, cuya regulacin permanecera invariable hasta 1664, y la escasez de caminos.

    El incipiente desarrollo econmico alcanzado tras la terminacin de la Guerra de los Cien Aos con Inglaterra y traducido en la vuelta a la ocupacin de tierras y poblados abandonados con anterioridad, la aparicin de las perdidas ferias y el florecimiento de muchas nuevas, la expansin de la agricultura y la difusin de la industria, se ver mediatizado por varias causas.

    Las disputas entre Carlos 1, de Espaa, y Francisco 1, de Francia, con las con-siguientes bajas numricas entre la poblacin masculina joven, provocar un descenso en el ndice de natalidad a partir de 1560 con efectos acentuados en el transcurso de los aos; unido a esto, o como consecuencia de ello, la peste entrar de nuevo en escena pareja a perodos climatolgicos adversos y pocas de fuerte hambruna, en una concatenacin de hechos y coincidencias de fechas de funestas conse-cuenCIas.

    A los peligros de amenazas exteriores vinieron a sumarse las guerras religiosas interiores que de 1562 a 1598 se extendieron por todo el pas. Los enfrentamientos entre hugonotes y catlicos daaron, sin duda, la economa francesa y fueron una de las ltimas muestras de las rivalidades entre los nobles, de las divergencias econmicas regionales y de la ausencia de un poder real fuerte . Hasta 1598, con Enrique IV, no se consigui poner fin a esta sangra: el aglutinamiento de todas las fuerzas en contra de Espaa, la terminacin momentnea con la prepotencia de la nobleza y el inicio de una etapa de relativa prosperidad y tranquilidad interna no rota hasta 1648 con los sucesos de la Fronda.

    Estas causas expuestas, junto con otras, pueden explicar por qu Francia mantuvo un papel secundario durante el siglo XVI en las relaciones con Amrica. Los franceses prefirieron situarse en Sevilla, Lisboa o Amberes y participar indirectamente, aprovechar las rutas que el veneciano Caboto, al servicio de Inglaterra, y los propios ingleses haban descubierto en el noroeste americano, o enrolarse en las naves espaolas y portuguesas.

    El corsarismo francs

    La mayor parte de los intentos galos por conectar con Indias se debieron a la iniciativa privada. El ejemplo lo tenemos en personajes como los Ango de Dieppe que igual contribuan con naves para que los hermanos Parmentier fuesen a China, que financiaban a corsarios como Fleury o ideaban el ataque abierto, en 1537, a la

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    flota espaola que transportaba parte del tesoro obtenido en la conquista del Per, consiguiendo la captura de nueve embarcaciones y el saqueo simultneo de algunos puertos hispanoamericanos.

    El xito de estas expediciones pirticas animaron a muchos mercaderes a subvencionar corsarios que marchaban a las zonas aledaas al Caribe donde esperaban a los barcos espaoles que volvan a la pennsula Ibrica cargados de productos y metales preciosos para atacarlos y hacerse de esta forma con un fcil botn. La continua hostilidad que Francia y Espaa mantuvieron a 10 largo del siglo XVI favoreci la pervivencia de esta situacin que, en determinados momentos, recibira el consiguiente apoyo de la Corona gala y cuyos hechos ms significativos son una parte importante de la historia americana en dicha centuria.

    Junto :t los acontecimientos reseados citemos algunos ms destacados. En el perodo 1542-1544, Santo Domingo, Santiago de Cuba y La Habana estuvieron expuestas a los ataques franceses que slo remitieron ante la firma de un tratado, pero que resurgieron con mayor fuerza en cuanto se puso fin a la tregua en 1552. Un ao ms tarde, en 1553, Fran~ois le Clerc, ms conocido por Pie de Palo (en francs, jambe de bois), al mando de una decena de naves cay a sangre y fuego sobre los puertos espaoles antillanos; el culmen de su accin fue la toma de Santiago de Cuba cuya poblacin hubo de refugiarse en Bayamo (1554). Al ao siguiente, Jacques Sores, que haba participado con Le Clerc en la empresa anterior, tomaba y arrasaba La Habana, luego de permanecer en ella cerca de veinte das y no aceptar el rescate que le ofrecieron el gobernador y la poblacin espaola por considerarlo muy exiguo.

    Los resultados triunfales de estas acciones, en cierto modo aisladas y dirigidas a un objetivo concreto, llevaron a la concepcin de un gran plan ideado por Gaspar de Coligny: consista en saquear Santo Domingo, dirigirse luego hacia Panam, tomarla, apoderarse de la flota del Sur, hacer 10 propio con la de Nueva Espaa y regresar a Francia. La misma desmesurada ambicin del proyecto, que no sera ni el primero ni el ltimo y que tambin los ingleses intentaran llevarlo a cabo, fue la causa de su fracaso, pero puso de manifiesto el inters por asestar a la hegemona hispana en Amrica un golpe definitivo del que difcilmente pudiera recuperarse.

    Quiz debido a la falta de conexin entre iniciativa privada y oficial, los xitos franceses no tuvieron consecuencias ms duraderas y a la larga no consiguieron sus fines ltimos. Bien es cierto que se infringieron severas derrotas, que se obtuvieron botines, que se sembr el miedo entre las poblaciones espaolas de las Antillas, que se mantuvo el contrabando con muchos puertos indianos, pero a finales del siglo XVI en la amplia zona caribea slo haba ciudades hispanas consolidadas y no pareca que ninguna otra nacin tuviera intencin de disputar este privilegio.

    En trminos generales, los beneficios obtenidos por los mercaderes a travs del comercio directo con Amrica, por los armadores mediante el apoyo a empresas

  • Los intentos colonizadores de Francia y Holanda en el siglo XVI 361

    corsarias o por los marinos de fortuna en acciones individuales no fueron de una cuanta tal que moviera a la Corona a la entrega incondicional de su total ayuda y proteccin. En opinin de Parry, una poltica de colonizacin de largo aliento resultaba poco atractiva a los gobiernos comparada con los dividendos que se podan obtener por medio de ataques armados a Espaa y sus colonias ... la accin oficial nunca fue ms all del primitivo plan de oponerse a Espaa donde fuera que ella imperara. La fundacin de poblaciones -cuando se emprenda- era solamente una accin secundaria, destinada a obtener puntos de apoyo para el ataque a Espaa.

    El viaje de Verrazzano

    Hubo, sin embargo, diversos intentos privados y gubernamentales de llevar a cabo nuevos descubrimientos y colonizaciones estables debido a las causas dichas al principio. En 1523, el omnipresente Jean Ango contrataba al florentino Giovanni Verrazzano (Val di Greve, 1485-Brasil, 1528) para que realizase la misma ruta que Caboto, se dirigiese hacia los bancos bacaladeros de Terranova y encontrase el paso que facilitara el camino por el Norte hacia la China.

    Con slo una carabela de lOO toneladas, la Dauphine, 50 hombres y vveres para ocho meses Verrazzano emprenda viaje el 17 de enero de 1524. A principios de marzo llegaba a la actual Carolina del Norte, prosiguiendo en sentido ascendente en una navegacin de cabotaje que le llev a una ensenada que bautiz como Angouleme (el futuro puerto de New York), donde, segn su relato, fueron festi-vamente recibidos por una multitud de indgenas. Continu a la baha de Narragansett ya las islas del Maine, arribando a Terranova de la que tom posesin en nombre de Francia. Luego de algn tiempo, y sin encontrar el estrecho de comunicacin interocenico, Verrazzano regresar a Europa. Aunque la expedicin fue positiva en el terreno geogrfico y descubridor con el aporte de nuevos datos territoriales del continente americano -fue el primero en denominar a la costa oriental de Amrica como Nueva Francia en reconocimiento al pas que le financiaba-, no logr su objetivo principal, razn de ms para que la Corona francesa no se decidiese a apoyar resueltamente aventuras de tan escasos resultados positivos, aparte de que Francisco 1 haba sido hecho prisionero en Pava y Francia se encon-traba por ello en situacin delicada.

    Jacques Cartier en Terranova y el San Lorenzo

    Pese a estas expediciones que se zanjaron sin resultados espectaculares, los franceses seguirn insistiendo. En escena aparece un marino de Saint-Malo cuyos

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    viajes sern cruciales. Su nombre: Jacques Cartier (Saint-Malo, 1491-1557). La experiencia acumulada en anteriores correras por las zonas pesqueras de Terranova y en las costas brasileas en busca del palo de tinte le animarn a la acometida de empresas ms ambiciosas y de 1534 a 1541 realiz tres viajes al golfo de San Lorenzo y al ro del mismo nombre con la esperanza de encontrar el tan ansiado paso de comunicacin con el ocano Pacfico. Aunque no logr tampoco este ltimo propsito, sent las bases de la colonizacin gala en la Amrica del Norte y en los territorios que constituyen hoy da el actual Canad (cuyo nombre genrico era el de Nueva Francia y que en realidad comprenda cuatro zonas diferentes: Acadia, Canad, Hochelaga y Saguenay).

    El primer periplo de Cartier se inicia en Saint-Malo en abril de 1534. Al frente de dos navos de 60 toneladas, tripulados por 60 hombres partir, rumbo al Oeste a trouver par le Nord le passage au Cathay y a descouvrir certaines ysles et pays OU l'on dit qu'il se doibt trouver grande quantit d'or et autres riches chosm. La precisin de los objetivos es necesario resaltarla, pues una caracterstica principal del viaje es que contaba con el apoyo financiero de la Corona. La ayuda real, por inusual, levant las suspicacias de los armadores de la costa atlntica francesa, con intereses en el gran banco bacaladero de Terranova, que sospecharon un intento de Francisco 1 por monopolizar la riqueza pesquera de la zona. No haba nada que temer. Ni la aportacin del rey fue tan sustancial (su intervencin se debe, al parecer, a una recomendacin del almirante Philippe de Chabot en favor de los planes de Cartier) como pudiera pensarse, ni poda distraer cantidades significativas para aventuras de dudosos resultados, agobiado como estaba por los dispendios originados a causa de los enfrentamientos con Carlos 1 de Espaa y los derivados de la propia admi-nistracin de Francia.

    En mayo de 1534 Cartier llegaba a Terranova, la contorneaba por su lado oriental y llegaba a su punto Norte. Un mes ms tarde pasaba, en direccin Sur, por el estrecho de Belle Isle que separa la isla de la pennsula de Labrador y del subcontinente norte. Contina la navegacin en sentido descendente, y en julio se encontraba en el golfo de San Lorenzo, visitaba la baha de los Calores, reconoca la isla Anticosti y el da 24 tomaba posesin, en nombre de Francia, de la desem-bocadura del ro San Lorenzo -a quien l mismo bautiz as- tras anclar en el cabo Gasp. Explora luego la pennsula de Gasp, costas aledaas (actual Nueva Brunswick) y la isla de San Juan (hoy Prncipe Eduardo).

    Los expedicionarios llegaron a establecer contacto con los indgenas, de quienes Cartier dice que no se puede encontrar gente ms pobre en todo el mundo ... No tiene ms que una pequea piel por nico vestido, con la que se cubren las partes vergonzosas del cuerpo. Fueron bien acogidos y si la exploracin del territorio no continu fue debido a la proximidad de la estacin invernal, que no aconsejaba permanecer en la zona.

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    Sin alcanzar todos los fines propuestos, Cartier regresa al punto de partida. No obstante, en su haber hay que apuntar la constatacin de la insularidad de Terranova, la exploracin de nuevas tierras y el ponerle nombre al lugar visitado. En efecto, preguntado un indio hurn cmo llamaban ellos a su pas, ste respondi Kanat (en su lengua, poblado), pensando que deseaba saber la palabra que empleaban para designar a una aldea. El trmino, modificado (Canad), se convirti en expresin popular para denominar a la Nueva Francia y posteriormente en el de la nacin soberana.

    El segundo viaje de Cartier se inicia el 19 de mayo de 1535. En esta ocasin llevar tres navos de 220 toneladas y pretender un mejor conocimiento de los territorios apenas vislumbrados la vez anterior. Se decide a penetrar por el ro San Lorenzo, guiado por indios, entrando en contacto con las tribus situadas en sus mrgenes. Aguas arriba llega hasta el poblado de Stadacon (en la actualidad Quebec) de donde eran algunos de los nativos llevados a Francia en el primer viaje y que regresaban con l.

    Cercano el invierno se ancl junto al ro Saint-Charles, afluente del San Lorenzo, para pasar los meses de intenso fro. Durante este perodo el jefe hurn Donnaconna le habla de unas tierras situadas ms arriba, el Reino de Saguenay, habitadas por hombres blancos y llenas de minas de oro, plata, piedras preciosas e incluso especias. Llegado el buen tiempo, Cartier se adentra por el cauce fluvial y arriba a un lugar que llamar Mont-Royal (hoy Montreal), desde donde ve el Otawa, principio del pas de la riqueza segn los nativos.

    El 16 de julio de 1536 se emprende el regreso a Europa. Ya en Francia los rumores sobre las fabulosas tierras se extienden rpidamente. Ello hizo que Fran-cisco 1 -pensando encontrar un nuevo Mxico y sus mismos tesoros- se decidiese a intentar colonizar oficialmente dichas tierras, proporcionando los medios necesarios para que en 1541 Cartier emprendiese, al frente de 10 naves y un considerable nmero de personas, su tercer viaje al Canad. A esta expedicin seguira inmedia-tamente otra con 200 colonos; al mando de ella ira Jean Frans;ois de la Roque, seor de Roberval, que haba recibido el nombramiento de primer virrey del territorio.

    Esta primigenia experiencia colonizadora es un autntico fracaso. Se remont de nuevo el ro San Lorenzo hasta latitudes jams antes alcanzadas, pero los grandes y ricos imperios supuestos no aparecan. Al fin se decidi establecer una colonia en Cap Rouge, que se llamar Charlesbourg-Royal. Poco tiempo despus, en las aguas del ro cercano, encontraron unas hojas del Oro ms fino, del grosor de una ua y de los montes prximos se trajeron diamantes tan maravillosamente tallados como a un hombre le sea posible ven). Sorprendido por el hallazgo, Cartier no esper la llegada de Roberval y march a Francia a mostrar la riqueza hallada. La decepcin no pudo ser mayor; examinados los objetos el pretendido metal

  • ----- 1534, 1.er viaje 2,0 viaje, 1535 _

    R. RICHELlEU

    Los viajes de Jacques Cartier,

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  • Los intentos colonizadores de Francia y Holanda en el siglo XVI 365

    precioso result cobre, y las pedreras, cuarzo. El hecho merm sensiblemente la reputacin del marino de Saint-Malo y la frase falso como un diamante del Canad se convirti en expresin popular.

    No mejor suerte corrieron Roberval y sus colonos. Se exploraron algunos de los afluentes del San Lorenzo, entre ellos el Saguenay, sin resultados positivos en cuanto al encuentro de minas o ciudades fabulosas. El asedio de tribus indgenas belicosas, junto con las duras condiciones climatolgicas y la falta de alimentos, obligaron a la evacuacin, slo un ao despus, de los pocos que haban podido sobrevivir al fro y hambre reinantes, pues las peticiones de ayuda a Francisco 1 no surtieron mayores efectos al producirse en un momento en que el enfrentamiento de ste con Carlos 1 de Espaa no permita otras atenciones.

    En 1549, reinando Enrique n, Roberval, a quien Chaunu califica de evanglico, intenta, asociado con un hermano suyo, repetir la experiencia y parte hacia la Nueva Francia. Sin embargo, los expedicionarios desaparecieron, quiz tragados por el ocano, sin llegar a su destino y sin que se supiera su paradero.

    Tentativas de asentamiento en Canad

    Luego de estos desastres suceden unos aos en los que Canad queda al margen de cualquier nueva pretensin de colonizacin, si bien los pescadores de Bretaa continuaron arribando a sus costas (en especial en torno alli toral oeste y norte de Terranova, cabo Bretn y golfo de San Lorenzo) para hacerse con pescado, salarlo y enviarlo a la mayor brevedad a Francia. Paralelamente fue progresando el comercio de pieles con los indgenas que alcanz un fuerte incremento durante la segunda mitad del siglo XVI. En este sentido es posible que el propio Cartier, hasta su muerte, hiciera viajes particulares para traficar, o al menos eso se desprende de una peticin hecha por unos sobrinos suyos en 1588 reclamando el privilegio de negociar con los nativos, tal como lo haba hecho su to.

    La idea de la necesidad de establecer una colonizacin firme si se quera explotar adecuadamente las riquezas pesquera y peletera, adems de contar con la indispensable proteccin del gobierno central, favorecieron nuevas tentativas, que son otros tantos fracasos. En 1584 el marqus de La Roche y en 1595 Pierre Chauvin no consiguen situar un establecimiento permanente. Las condiciones adversas por un lado, y el olvido en algunos casos, del principal fin -el transporte de colonos-en favor exclusivo del comercio de pieles, por otro, impidieron la consecucin de los planes propuestos.

    A partir de 1598 la Corona francesa favorecer la formacin de compaas que, con derechos comerciales exclusivos, a cambio del monopolio del trfico con el territorio canadiense se comprometan a llevar y asentar familias en la zona. Con

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    tal objeto, otra vez el marqus de La Roche (el noble bretn Troils de Mesgouez), renueva su nombramiento como lugarteniente general del rey en la Acadia y pases circundantes y organiza un viaje en el que incluye gran nmero de aventureros y presidiarios. Llegados a su destino se establecieron en la isla de Sable -en el mismo lugar donde en 1518 el barn de Lery levant una colonia desaparecida poco despus a causa del hambre. Lo inhspito del lugar provocar la muerte de la mayor parte del contingente y el fracaso de la expedicin cuyas acciones no pasaron de explorar las tierras de la pennsula de Nueva Escocia.

    Un ao ms tarde, en 1599, el comerciante Pontgrav, asociado con Chauvin, obtiene el monopolio del comercio de pieles; ambos marchan al Canad y fundan Tadoussac, a orillas del ro San Lorenzo. El relativo xito del viaje mueve a imitacin y toda una serie de compaas y sociedades, apoyadas por el gobierno, se lanzarn a la aventura. Muy pocas cumplieron con los compromisos estipulados y casi ninguna consigui sus propsitos, sin embargo sirvieron para dar entrada en escena a Samuel de Champlain, ya en el siglo XVII, con quien se inicia la primera fase de la colonizacin efectiva de la Nueva Francia.

    Conflicto con Portugal en el Brasil

    Si bien los franceses dedicaron tiempo y aplicacin al territorio canadiense, de manera continuada y ms constante que en otros lugares, no desperdiciaron la oportunidad de pretender imponer su presencia tambin en la Amrica Central y del Sur. La ocupacin de estas zonas guarda puntos diferenciales respecto a la expuesta anteriormente, siendo el principal el carcter particular de las empresas pobladoras como consecuencia de las guerras religiosas que en larga serie afectarn a Francia desde 1562 y que obligarn a un gran nmero de personas a abandonar el pas.

    Las primeras noticias de llegadas de comerciantes franceses a las costas brasileas se remontan a fechas tan tempranas como la de 1504. La relativa facilidad de viajar a Indias para quienes tuvieran buenos conocimientos marineros, la poca atencin que el gobierno portugus prest en principio a su colonia y el escaso peso especfico de Portugal en los asuntos europeos hicieron pensar en la viabilidad de mantener contactos con dicho litoral meridional y establecer relaciones comerciales con los indgenas.

    Hasta 1554 se suceden intentos por situar pequeas colonias y ataques pirticos galos con nimo de saqueo, a la par que los cada vez ms prometedores cultivos de caa de azcar y palo brasil, iniciados por los colonos portugueses, despertaban la envidia y avaricia de las metrpolis europeas. En 1555 los deseos franceses van a traducirse en hechos concretos y el almirante Gaspar de Coligny apoyar al aven-

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    turero Nicols Durand de la Villegaignon en su intento de asentarse en el Brasil. La experiencia brasilea francesa durar poco ms de una dcada, con el lustro

    1556-1560 como perodo de mayor esplendor, y su fin se deber tanto a la oposicin de Portugal como a las disensiones internas. La primera expedicin, bajo el man-do de Villegaignon, que cuenta con la ayuda monetaria y naval del rey Enrique 11 (10.000 libras y dos navos), yen la que se mezclan hugonotes con presidiarios, se establecer en una isla ubicada en la baha de Guanabara, frente al lugar que en 1502 el navegante portugus Andrs Gon~alves haba bautizado con el nombre de Ro de Janeiro.

    En la isla, que ser conocida como de los franceses, se levantar el fuerte Coligny, y ms tarde, ya en la costa, se fundar Henryville, en recuerdo del rey de Francia. Durante algn tiempo la colonia prospera: afluyen ms contingentes hu-manos, se exporta el brasilete y las relaciones con los indgenas son excelentes. Incluso se piensa en la expansin y as se construyen diversas instalaciones en el litoral.

    Portugal, obviamente, no poda permitir que el asentamiento se consolidara de manera definitiva, pues hubiera supuesto la prdida de su monopolio sobre esta regin americana, y ordena al gobernador del territorio, Men de S, expulse a los intrusos. Pese a ciertos xitos parciales -toma del fuerte Coligny- la campaa result dura al producirse la unin entre galos e indios contra los lusos. Fueron necesarios el empleo de un mayor nmero de tropas portuguesas, repetidos enfren-tamientos, la construccin de trincheras, viviendas y otros edificios en el morro del Pan de Azcar (gnesis de la futura capital brasilea, San Sebastin de Ro de Janeiro) para impedir el retorno de los franceses y la influencia de los jesuitas Nbrega y Anchieta sobre los indgenas, a quienes consiguieron apaciguar y con-vencer de que no interviniesen en el conflicto, para alcanzar el xito. Con todo, hasta 1567 no se lograra el desalojo total. De nuevo, el sueo francs de establecer colonias en Amrica haba fracasado, y la llamada guerra de la confederacin de los tamoios, por los aborgenes que intervinieron, acab en derrota.

    Las riquezas agrcolas del territorio brasileo an facultaron dos nuevos y ltimos intentos galos de establecimiento en el pas. En 1581, un ao despus de que las coronas de Portugal y Espaa quedaran unificadas bajo Felipe Il, una flota al mando de Francisco Strozzi que se diriga al Brasil con nimo de ocupar una amplia zona fue detenida a tiempo por la escuadra del marqus de Santa Cruz. La accin se englobaba dentro del acuerdo alcanzado entre Catalina de Mdicis y el prior de Crato, aspirante al trono portugus, de oposicin conjunta a la hegemona del rey espaol y que inclua la cesin de regiones americanas a cambio de ayuda militar.

    En 1594 se organiz una expedicin dirigida por Carlos de Vaulx con la pretensin de fundar colonias en Brasil. Llegados a destino, se establecieron en Maranhao y Paraibo y, al igual que en ocasiones anteriores, procuraron mantener

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    relaciones amistosas con los indgenas del lugar, esta vez los tupinambas. Consolidada la ocupacin, comenz la expansin que se prolongara hasta 1615, fecha definitiva de la expulsin de los franceses tras la toma de su principal centro, San Luis, por los portugueses.

    Los hugonotes en Florida

    La decepcin de Guanabara no impedir a Coligny la pretensin de situar pobladores en otro lugar, en teora marginal, no habitado y descuidado por los espaoles: Florida. En 1562 enviara aJean Ribault a sus costas. Fruto del viaje es la fundacin de Charles Fort, un puesto comercial que se situ pasada la desembo-cadura del ro Savannah (actual Carolina del Sur), y la inspeccin de las tierras en torno al ro San Juan, en una latitud ms meridional.

    Mientras, en Francia, las guerras religiosas haban dado comienzo, y para algunos de los grupos enfrentados la bsqueda de una tierra de promisin, lejos de reyertas y donde existiera fraternal convivencia, se haca deseable. En consecuencia, el propio Ribault organizar en 1564, junto con Ren de Laudonniere, una expedicin compuesta por cuatro embarcaciones y 400 hugonotes. Encaminados hacia San Juan, se consigui confraternizar con los indios timucua y, en especial, con su jefe Outima. El resultado fue el levantamiento de Fuerte Carolina y el regreso de Laudonniere a la metrpoli para la captacin de ms colonos.

    La base comercial gala tuvo una vida efmera. Casi al borde de la extincin por falta de alimentos, que deban de suministrar los indgenas, y sin que llegasen los esperados refuerzos desde Francia, los emigrados tuvieron que dedicarse a la piratera en las aguas cercanas. La accin fue un grave y trgico error, pues descubri la presencia francesa y alert a los ~spaoles . Por estos aos, Espaa, en guardia por los continuos ataques a las ciudades indianas y los frecuentes asaltos de que eran objeto sus naves en el Atlntico a causa del aumento de corsarios, haba decidido reforzar la defensa de determinadas zonas del Caribe.

    La persona encargada de organizar todo el sistema defensivo hispano sera el almirante Pedro Menndez de Avils, gran estratega, amigo de la disciplina y hombre de acciones contundentes. Nombrado, en 1565, adelantado de la Florida rpidamente comprendi que no deba permitirse en sta la existencia de una colonia extranjera por mltiples razones: estaban ocupando una tierra que no les perteneca; podan hostigar con facilidad a los espaoles desde esa privilegiada situacin; su ubicacin, cercana al canal floridano, lugar de salida de las embarca-ciones hispanas cargadas de productos indianos y metales preciosos rumbo a la pennsula Ibrica, representaba un serio peligro para los intereses de Espaa; por ltimo, eran, adems, protestantes.

  • Los intentos colonizadores de Francia y Holanda en el siglo XVI 369

    A todo lo anterior se una que entre los planes de Avils figuraba la construccin de una base fortificada en las costas de Florida, enfrente de La Habana, para as mejor controlar el paso martimo formado por la pennsula y la isla. En consecuencia, su primera medida como adelantado fue la destruccin de la colonia de hugonotes franceses en una accin de gran dureza -los supervivientes de los enfrentamientos fueron ajusticiados- que ensombrece toda su anterior y posterior labor. Donde antes se levantaba Fuerte Carolina los espaoles erigieron San Mateo, se fund San Agustn y toda la costa hasta las Carolinas se jalon de misiones y fuertes (Charles Fort pas a ser Fuerte San Marcos).

    Verdaderamente positivo de la breve presencia francesa en la Florida fue la introduccin del tabaco en Francia y tambin en Inglaterra, gracias a una visita que John Hawkins realiz a la colonia gala. El siglo XVI finalizaba sin que se consolidase ninguno de los intentos de asentamiento en Amrica. La mirada, ya despuntando el siglo XVII, se volver de nuevo hacia el Canad.

    Holanda: desarrollo econmico y comercio martimo

    En la Europa continental, la regin atlntica ms desarrollada econmicamente y con mayor nmero de habitantes por kilmetro cuadrado era la de los Pases Bajos. La estratgica ubicacin de sus puertos -a orillas del Rhin y del Escalda, que le permitan adentrarse hacia el interior europeo-, la cercana a Inglaterra y la proximidad a la zona bltica controlada por la Hansa, le conferan un papel comercial importantsimo.

    Desde los Pases Bajos se enviaban a puntos muy lejanos todo tipo de manufac-turas textiles, cereales, maderas, sal y vino, en una accin que relacionaba el norte yel sur de Europa a travs del enclave neerlands. A comienzos del.siglo XVI los holandeses disponan de los mayores astilleros navales y eran los armadores europeos con mayor capital. Adems, sus puertos se haban convertido no slo en centros de redistribucin de mercancas, sino en grandes almacenes -como luego harn tambin en Amrica- donde podan depositarse los productos durante el descanso tras una larga travesa martima, en la poca invernal o bien a la espera del enlace con embarcaciones rumbo a otros lugares.

    El aumento demogrfico que afect a Europa durante el siglo XVI se hizo notar en los Pases Bajos que a finales de la centuria haban alcanzado los tres millones de habitantes, aunque luego sufrira un estancamiento ya avanzado el siglo XVII. Muchas de las ciudades del territorio crecen (Amsterdam, por ejemplo, pasa de 30.000 habitantes en 1585, a 105.000 en 1622), se desarrollan y se urbanizan, caso de Rotterdam, Haarlem, Delft y Leiden.

    Al igual que otros pueblos, los holandeses, cuya tradicin marinera les vena de

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    muy antiguo, se haban aventurado por e! Atlntico norte para hacerse con arenques y llevarlos a Prusia, Polonia y Letonia. En sus correras navales llegaran hasta los bancos pesqueros de Terranova en fecha cercana a 1550, aproximndose al continente americano. Incluso en aos anteriores, 1486 y 1487, algn marino flamenco al servicio de Portugal -Fernando van Olmen (o Fernao Dulmo para los lusos)-habra viajado ms all de las Azores en busca de islas supuestamente mticas, en un claro precedente de la posterior travesa colombina.

    Pese a estos precursores, no tuvo Holanda, en principio, inters por la inversin de parte de su capital en la colonizacin de! recin descubierto Nuevo Mundo. La oposicin de Espaa a la presencia de otras naciones en Indias poda hacer peligrar e! dinero invertido y e! mal resultado de los asentamientos franceses -con la secuela de muertes por hambre, ataques indgenas o hispanos- sentaban unos antecedentes que no movan a la imitacin. Para la conexin con Asia se prefiri, en un primer momento, la ruta africana y as Corne!ius Houtman zarpaba en 1595 con cuatro naves hacia e! cabo de Buena Esperanza, Madagascar y e! archipilago de la Sonda. En 1598 le seguiran otras expediciones por idntico camino.

    La revuelta holandesa contra Espaa

    La atencin holandesa por Amrica se produjo a causa de motivos polticos. En 1555 los Pases Bajos pasaron a depender de Fe!ipe 11, de Espaa, quien trat de aplicar en e! territorio e! mismo sistema autoritario que en e! resto de sus posesiones mundiales. La prepotente burguesa flamenca no vio con simpatas la pretensin de! rey hispano -contraria a sus intereses y que interpretaron como una arbitrariedad ms a sumar a la serie de humillaciones recibidas de los monarcas extranjeros (casas de Borgoa y Austria) que les gobernaban desde haca tiempo.

    A este clima un tanto enrarecido vino a aadirse e! factor religioso. El calvinismo cal hondo en todas las capas sociales de los Pases Bajos y se convirti en bandera de protesta contra e! gobierno espaol. Nacionalismo y religin acabaron identi-ficndose y las medidas que Fe!ipe II tom para atajar la difusin de las creencias protestantes no hicieron sino empeorar an ms la situacin. Las drsticas inter-venciones del duque de Alba en Flandes encon las posiciones de ambos bandos, que no pudieron atemperarse ni con la promesa de una amnista ni con la sustitucin de aqul por Luis de Requesens, ms dispuesto al dilogo. A partir de 1572 se desat una guerra de independencia, no finalizada hasta 1609, en la que toda oposicin a Espaa busc refugio en el Norte, en las provincias de Holanda y Zelanda.

    Desde el mismo momento del estallido de los enfrentamientos, holandeses y zelandeses unieron sus fuerzas a los corsos franceses e ingleses que en aguas atlnticas atacaban barcos y flotas hispanas, robaban parte de los metales preciosos que

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    procedentes de Indias se encaminaban a la pennsula Ibrica y hostigaban ciudades portuarias hispanoamericanas. Era una forma de presentar batalla all donde mayor dao poda hacerse a Espaa y utilizar, a la par, los abundantes recursos navales de que disponan.

    En 1596, Francia, Inglaterra y los Pases Bajos rebeldes firmaban el Tratado de La Haya mediante el cual acordaban la formacin de un frente comn contra la nacin espaola. La unin de las tres potencias supona un serio peligro para el imperio ultramarino hispano y, de hecho, una flota anglo-holandesa destruy un convoy americano anclado en la baha de Cdiz. Durante dos aos las comunicaciones entre Espaa e Indias estuvieron interrumpidas por dicho motivo. Si no hubo acciones ms contundentes se debi a que Francia firmaba con Espaa, en 1598, el Tratado de Vervins que estableca la paz entre ambas, y en 1604 Inglaterra haca otro tanto por el Tratado de Londres. Los holandeses, en solitario, continuarn con su hostilidad que a la larga les reportara la emancipacin.

    Presencia holandesa en el Caribe

    En la ltima dcada del siglo XVI las naves holandesas aparecan cada vez con mayor frecuencia en el Caribe. Sin embargo, hubo un cambio significativo cuando comprobaron el inmenso mercado que las colonias hispanoamericanas suponan. Si la guerra con Espaa haba deparado a los Pases Bajos una merma en su actividad mercantil europea, ahora encontraban nuevas vas de salida para sus mercancas; conseguan as una forma de romper el monopolio ibrico y daar la economa de Espaa suministrando de contrabando a sus colonos toda suerte de productos, algunos a precios ms bajos que los de la metrpoli y otros en una abundancia inimaginable por los desabastecidos puertos caribeos espaoles.

    De esta misma poca es la aparicin del fluit o filibote, barco desarrollado por los holandeses y luego imitado, con mayores o menores variaciones, por alemanes e ingleses. La embarcacin era de fcil gobierno, ligera y maniobrera y, cuando las circunstancias lo requeran, de gran capacidad. No necesitaban estos navos de excesiva tripulacin en relacin con la carga que podan almacenar y su construccin resultaba barata por su sencillez y por la abundancia de maderas en la zona de Zuiderzee.

    Con estas naves comenzaron los neerlandeses a visitar las costas de Guayana y Venezuela de donde obtenan tabaco, los puertos del norte y occidente de La Espaola (La Yaguana, Bayaj, Montecristi y Puerto Plata) para hacerse con grandes cantidades de cueros y los depsitos de sal de Araya que descubrieron y pusieron en explotacin. Hubo intentos, incluso, de colonizar alguna de las islas antillanas deshabitadas. El defensor de este proyecto fue un personaje de suma

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    importancia en la historia de Holanda, William Usselinx (1567-1647), calvinista de Amberes huido al norte de los Pases Bajos a raz de las guerras nacionalistas contra Espaa; promotor de la creacin, en 1621, de la Compaa Holandesa de las Indias Occidentales, desde 1592 present sucesivas propuestas, ninguna con xito, para la fundacin de colonias protestantes en Indias que sirvieran de base de aprovisiona-miento de los filibusteros y de almacenes de productos de contrabando.

    Los holandeses en el Pacfico americano

    Tras el relativo buen viaje de Houtman en 1595, de 1598 a 1602 partieron catorce flotas -65 barcos en total- rumbo a tierras asiticas, algunas de las cuales eligieron la ruta americana para llegar a su destino. La primera de stas zarpaba en el ao inicial indicado con cinco navos, 547 hombres y bajo el mando de Simn Cordes. Repleta de mercancas, la suerte no acompa a la expedicin que en la larga travesa se vio atacada por el escorbuto y diezmada. Se consigui pasar por el estrecho de Magallanes y adentrarse en el ocano Pacfico, pero en la isla de Santa Mara (en el archipilago de las Galpagos), donde se realiz una obligada escala, sufrieron el ataque de los indgenas que causaron nuevas muertes. La precaria situacin hizo surgir las desavenencias dentro del grupo que acab escindido. Una parte continuara viaje a Oriente con tan mala fortuna que sucumbira en su empeo. La otra, capitaneada por Cordes, regres a Holanda no sin antes atacar y pasar a cuchillo a la poblacin espaola de Castro en Chilo (Chile).

    Slo tres meses despus de la partida de Cordes se haca a la mar Oliverio van Noort con idntico objetivo y con la misin, adems, de entorpecer en lo posible el trfico naval espaol en el Pacfico. Sin problemas de enfermedades lograran llegar hasta la isla Mocha, prxima a las costas chilenas y proseguir la ascensin hasta latitudes cercanas a Valparaso. De aqu a la Sonda no hubo mayores contra-tiempos, sal dndose el viaje con resultados positivos.

    Todos estos intentos holandeses, que son los nicos de cierta envergadura llevados a cabo durante el siglo XVI y que cierran la centuria, sirvieron para demostrar las ventajas de la ruta del cabo de Buena Esperanza sobre la de Hornos en las relaciones comerciales con Java y Sumatra, que sera la preferida en adelante. Respecto a Amrica, los esfuerzos se centraron en el Caribe donde junto a la pretensin de establecerse en territorio brasileo se ocuparon las islas de Cura~ao y Bonaire, convertidas en poco tiempo en centros del contrabando con Tierra Firme, si bien esta poca de esplendor corresponde ya al siglo XVII. Sin colonias importantes en Indias, los holandeses contribuyeron decisivamente al desarrollo americano gracias a su afn mercantilista y al inters que pusieron en todas sus acciones comerciales.

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