Los científicos pusieron un grupo de cinco monos en una jaula. En la parte superior de la escalera, se colgó un plátano. Tan pronto como un mono subía la escalera, él recibió una lluvia de agua fría;. El grupo pronto renunció a tratar de llegar a la banana A continuación, los científicos desconectan el agua fría y se sustituye uno de los cinco monos. Cuando el nuevo mono cansado para subir la escalera, los otros inmediatamente lo derribaron y le dieron una buena paliza. El nuevo mono aprendió rápidamente, y enthusiatically unió en la batalla contra el nuevo recluta. Uno a uno, fueron sustituidos los cinco monos originales. Aunque ninguno del nuevo grupo sabía por qué, ningún mono nunca fue permitido subir la escalera. Al igual que los monos en el experimento, cada cultura y la organización tienen sus reglas no escritas. Estas reglas son probablemente el factor más influyente en el entorno de trabajo y la felicidad de los empleados. Aunque muchas culturas del trabajo adoptan valores positivos, como la lealtad, la solidaridad, la eficiencia, la calidad, el desarrollo personal y el servicio al cliente, con demasiada frecuencia refuerzan las actitudes negativas. En muchas empresas, una regla no escrita establece que trabajar muchas horas es más importante que el logro de resultados. En una empresa de tamaño medio, el jefe nunca sale de la oficina hasta que esté oscuro. Fuera en el aparcamiento, se comprueba que todavía está trabajando y cuya oficina ventanas son oscuras. El personal que se arriesgan a salir a principios de ahora deja sus luces de la oficina en toda la noche. Otras reglas no escritas comunes afirman que el jefe siempre tiene razón, incluso cuando se equivoca, y si usted no está en su escritorio, usted no está trabajando, nadie se queja, porque nada cambia nunca, las mujeres, las minorías étnicas y los mayores de 50 años no son promovidos, el cliente es el rey, pero no se lo digas a nadie, porque la gestión están más interesados en la rentabilidad. A menudo nadie sabe realmente donde estas reglas no escritas vinieron, pero al igual que los nuevos monos, los nuevos reclutas recogerlos muy rápidamente, a pesar de las mejores intenciones de los programas de inducción y orientación. La forma personal habla a la gestión, a los clientes y entre sí da pistas sutiles pero estratégicos para la cultura de una organización, al igual que las diferencias entre lo que se dice, decidido o prometido, y lo que realmente se hace. El personal nuevo aprende rápidamente cuando sus ideas y opiniones son escuchadas y valoradas, y cuando es mejor mantenerlos a ellos mismos. Aprenden que serán revisados y evaluados tareas y aspectos de su desempeño, y cuyos objetivos y las instrucciones se pueden ignorar. Los monos pueden ser más directos, pero la cultura del trabajo es igual de eficaz en la aplicación de normas no escritas como una buena paliza.