LOS ANCESTROS

INTRODUCCIÓN:

Desde antes de nacer es grabada en nuestra alma o en nuestro cuerpo in­ formación genética que de alguna u otra manera nos afectará en el trans­ curso de nuestra vida, vemos hijos que son (como se dice comúnmente) el “vivo retrato” de sus padres, pues de la misma forma que nuestro cuerpo es afectado por nuestros ancestros así también puede ser grabada infor­ mación en nuestra alma que al final de cuentas llegará a afectar nuestra vida.

Podemos ver en la Biblia algunas citas en las cuales Dios nos muestra la base para creer en los ancestros, (Juan 9:2, 1 Ped 1:18, Exo 20:5­6). De­ bemos tomar en cuenta que hay ancestros que nos afectan positivamente y otros de manera negativa.

DESARROLLO:

A continuación presentamos un cuadro que indica los tipos de ancestros que nosotros podemos alcanzar dependiendo de la procedencia y del tipo de ministración que conlleven.

POSITIVOS NEGATIVOS SAMUEL: Fue entregado antes de nacer para que sirviera a Jehová, y cuando nació aún antes de conocerlo ya le servía (1 Sam 2:18, 1 Sam 3:4)

DAVID: Ancestros de tipo sexual, según se deja ver en Sal 51 (ver 2 Sam 11:3­4). Esto trajo consigo una herencia similar para sus hijos (2 Sam 13:10, 2 Sam 16:22, 1 Rey 11:4, Neh 13:26, 1 Rey 12:10)

TIMOTEO: Su abuela y su madre le

JACOB: El abuelo de Jacob, Abra­

heredaron la predisposi­ ción a creer (2 Tim 1:5)

ham engaño a faraón con una “media mentira” (Gén 12:13, Gén 20:2), luego Isaac la agrandó (Gén 26:7) y por último Jacob tuvo que sufrir las consecuencias de esto. (Jacob significa en­ gañador)

LEVI: Diezmó estando aún en los lomos de Abraham, por lo que cuando le to­ có hacerlo tenía la dis­ posición en su genética (Heb 7:9­10)

LAMEC:

Fue descendiente de Ca­ ín y fue superando la maldad de éste último (Gén 4:23­24)

JEREMÍAS: Fue escogido y santifi­ cado mucho antes de nacer, pues aún estaba en el vientre de su ma­ dre. (Jer 1:5)

GIEZI: Le heredó su lepra a su descendencia (2 Rey 5:27)

CANAÁN: Debido al pecado de su pa­ dre Cam recibió la maldi­ ción de Noé (Gén 9:22­25), la cual alcanzó a sus si­ guientes generaciones.

CONCLUSIONES:

Recibamos los ancestros positivos y desechemos los negativos, pidámosle al Señor que nos los muestre y si descubrimos alguno busquemos ayuda. Permitamos que Jesucristo entre en nuestras generaciones y que haga la obra a través del Espíritu Santo. Una de las formas para lograrlo es por medio de la Santa Cena (ver: Rhema zoe 129).