lo no-ideologico en tanto que verdad

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 Introducción La lucha ideológica, en un sentido tradicional, era una actividad crítica que se inscribía dentro de lo que constituía verdaderamente su marco general: la lucha de clases. Desde esta perspectiva, la lucha ideológica era una lucha perfecta- mente definida en defensa de los intereses objetivos del proletariado. Existía un enemigo claro (la burguesía), un objetivo (la revolución) y un horizonte (el co- munismo), y el enfrentamiento como tal estaba organizado a partir de las llama- das organizaciones obreras. En la concepción marxista-leninista la lucha ideo- lógica, en tanto que un momento de la lucha de clases, requería una dirección política, y esa dirección política se concretaba en el partido político que se res- ponsabilizaba de ella. La lucha ideológica se entendía como un enfrentamiento contra la ideología burguesa que impregnaba toda la realidad, ya que, como Marx había mostrado, «las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época». 1 En este combate, el concepto de alienación –y todos los demás conceptos asociados como falsa conciencia, totalidad, et c.– jugaba un papel fundamental, pu esto que permitía construir un discurso crítico que no dejaba nada afuera. La denuncia de la alienación en sus diferentes expresiones (religiosa, política, económica…) permitía plasmar la lucha ideológica. Y dicha lucha alcanzaba en la denuncia de la alienación económica su auténtico cenit, ya que como es sabido, todas las alienaciones se originaban, en última instancia, como consecuencia de la alie- nación económica, de la explotación capitalista. D e aquí que la lucha ideológi- ca tuviera en la crítica de la economía política su objetivo principal, lo que im- pedía confundir la crítica marxiana con una crítica moralista o simplemente desmitificadora. La lucha ideológica culminaba en una comprensión científica de su objeto (Gegenstand), es decir, de la realidad capitalista pero no como una pura manifestación (Erscheinung), sino en su proceso de constitución mismo. 2 Con todo, para la crítica de la economía política, la realidad no era aún el ver- dadero problema. Por esa razón afirmamos que la antigua lucha ideológica hoy está desfasada ya que no llega a atacar la realidad. Como mucho, y en su forma Lo no-ideológico en tanto que ver- dad Santiago López Petit 165 1. Marx, K.:  L ’idéologi e allemande , París, 1970, p. 74. 2. Ver una muy buena discusión de esta espec ificidad de la teoría de Marx en Haug, W.F .: Vor- lesungen zur Einfürung ins Kapital , Baden Baden, 1974, p. 184. 7-8 EL COMBATE DEL PENSAMIENTO (3G)8 3/3/10 09:11 Página 165

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Lopez Petit, Lo No-ideológico en tanto que verdad

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  • IntroduccinLa lucha ideolgica, en un sentido tradicional, era una actividad crtica que seinscriba dentro de lo que constitua verdaderamente su marco general: la luchade clases. Desde esta perspectiva, la lucha ideolgica era una lucha perfecta-mente definida en defensa de los intereses objetivos del proletariado. Exista unenemigo claro (la burguesa), un objetivo (la revolucin) y un horizonte (el co-munismo), y el enfrentamiento como tal estaba organizado a partir de las llama-das organizaciones obreras. En la concepcin marxista-leninista la lucha ideo-lgica, en tanto que un momento de la lucha de clases, requera una direccinpoltica, y esa direccin poltica se concretaba en el partido poltico que se res-ponsabilizaba de ella.

    La lucha ideolgica se entenda como un enfrentamiento contra la ideologaburguesa que impregnaba toda la realidad, ya que, como Marx haba mostrado,las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada poca.1 Eneste combate, el concepto de alienacin y todos los dems conceptos asociadoscomo falsa conciencia, totalidad, etc. jugaba un papel fundamental, puesto quepermita construir un discurso crtico que no dejaba nada afuera. La denunciade la alienacin en sus diferentes expresiones (religiosa, poltica, econmica)permita plasmar la lucha ideolgica. Y dicha lucha alcanzaba en la denuncia dela alienacin econmica su autntico cenit, ya que como es sabido, todas lasalienaciones se originaban, en ltima instancia, como consecuencia de la alie-nacin econmica, de la explotacin capitalista. De aqu que la lucha ideolgi-ca tuviera en la crtica de la economa poltica su objetivo principal, lo que im-peda confundir la crtica marxiana con una crtica moralista o simplementedesmitificadora. La lucha ideolgica culminaba en una comprensin cientficade su objeto (Gegenstand), es decir, de la realidad capitalista pero no como unapura manifestacin (Erscheinung), sino en su proceso de constitucin mismo.2

    Con todo, para la crtica de la economa poltica, la realidad no era an el ver-dadero problema. Por esa razn afirmamos que la antigua lucha ideolgica hoyest desfasada ya que no llega a atacar la realidad. Como mucho, y en su forma

    Lo no-ideolgico en tanto que ver-dad

    Santiago Lpez Petit

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    1. Marx, K.: Lidologie allemande, Pars, 1970, p. 74.2. Ver una muy buena discusin de esta especificidad de la teora de Marx en Haug, W.F.: Vor-lesungen zur Einfrung ins Kapital, Baden Baden, 1974, p. 184.

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  • ms respetable, es contrainformacin. Ante su invalidacin caben dos posicio-nes: su abandono, que es lo que har la socialdemocracia, o la insistencia en ella,que ser la va seguida por la izquierda anticapitalista clsica. Creemos que am-bas opciones son intiles. Creemos que se debe ensayar una nueva formulacin.La hiptesis ser la siguiente: la lucha ideolgica tiene que ser sustituida por loque entrevemos ser el combate del pensamiento.

    De la crtica de la economa poltica a la crtica poltica de la realidad.Para empezar a circunscribir el combate del pensamiento podemos acercar trescitas complementarias:

    No lo sabes, pero ests en guerra, y las batallas ya no se desarrollan en espa-cios lejanos, sino en tu propia cabeza. El objetivo ya no es matarte, sino con-trolarte para convertirte en un zombie de la sociedad de consumo. Las balasya no apuntan a tu cuerpo, sino a tus contradicciones y vulnerabilidades psi-colgicas. Los titulares, las imgenes direccionadas, la informacin manipu-lada, son los misiles de ltima generacin que las grandes cadenas mediticasy la publicidad disparan con demoledora precisin sobre tu cerebro converti-do en teatro de operaciones de la sociedad de consumo. Ests en medio deuna guerra y eres el blanco principal, pero no lo sabes. Las operaciones ya nose trazan a partir de la colonizacin militar para controlar un territorio, sinoa partir de la colonizacin mental para controlar tus emociones y direccionartu conducta.

    Fragmento construido a partir de la web de contrainformacin:http://www.iarnoticias.com

    Cuanto ms virtual se es, ms dinero se gana; cuanto ms alto se sube en elmundo de las ideas la noosfera, ms recompensa se obtiene en el mercado.Pronto no habr diferencia entre el pensamiento y los negocios, el dinero re-compensar las ideas que acercan el futuro ms esplndido, el futuro que de-cidiremos comprar.

    Frase de un famoso gur promotor de la autollamada cultura empresarial.

    Un museo tiene que ser un lugar donde se generen grandes ideas y al mismotiempo donde se celebran las grandes conquistas. Una fbrica de ideas silen-ciosa que tambin sirva como santuario no esttico.

    Richard Armstrong director del Museo Guggenheim.Entrevista en El Pas del 11-7-2009

    Se trata de tres fragmentos que recogen la centralidad de las ideas en su re-lacin a la economa, a la cultura, al control El combate del pensamiento tra-tara de nombrar este nuevo espacio productivo, y sin embargo, ese plantea-

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  • miento resulta muy insatisfactorio. Decimos que slo somos capaces de entre-ver qu es el combate del pensamiento porque su definicin misma forma parte delmismo combate del pensamiento. En una primera aproximacin se podra afirmarque este nuevo carcter productivo de las ideas coincide con la despotenciacinde la crtica, con la profundizacin de la crisis del pensamiento crtico. Pero noes exactamente as. La despotenciacin no es consecuencia de un estar perdidosy sin referencias. El debate modernidad/postmodernidad se ha quedado atrscon la entrada en la poca global. La despotenciacin de la crtica radica en quesabemos muy bien qu hay que combatir pero no sabemos cmo hacerlo ni des-de dnde hacerlo. Evidentemente, estas nuevas condiciones hunden la luchaideolgica en su sentido tradicional.

    Esta impotencia es, por tanto, una impotencia activa cuyo origen reside en elhecho de que la realidad misma se ha convertido en nuestro problema. Voy aponer un ejemplo. Durante las recientes protestas contra la mercantilizacin dela universidad, un grupo de estudiantes ocup la sede central del banco de San-tander. En el hall del banco, yo como profesor improvis una clase sobre la pre-cariedad, el funcionamiento del dinero como cdigo que organiza nuestras vi-das, etc. La ocupacin interrumpi la normalidad del banco que decidi cerrardurante todo el da. Mientras desarrollbamos esta accin senta una profundaimpotencia. De hecho, estbamos haciendo lo que se nos permita, ni ms nimenos. El lmite que la accin tena pareca inherente a la propia accin. Enverdad, el lmite nos lo ponamos nosotros mismos. Al lado nuestro estaba uncoche expuesto que supongo se sorteaba a los clientes. Si hubiramos roto loscristales del coche, si lo hubisemos destruido la polica habra entrado envez de quedarse fuera. Seguramente nos hubiese detenido. Con ello habramosconseguido ir ms all de esta sensacin de impotencia? No lo creo. Porque enel fondo sabemos que destruir el coche all expuesto tampoco sirve de mucho.Pero entonces En este punto se nos acumulan las preguntas y se nos hace unnudo en el estmago. En este punto sentimos que estamos frente a la realidad.Que estamos intentando atacar la realidad y atravesar la impotencia que nos in-vade. La despotenciacin de la crtica es, pues, paradjicamente una mxima ra-dicalizacin de la crtica. La crtica debe partir de nuestro propio querer vivir yhacerse colectiva. En mi ltimo libro, La movilizacin global 3, he tratado de ex-plicar qu conlleva esta radicalizacin. En ltima instancia, implica el paso deuna crtica poltica de la economa a una crtica poltica de la realidad. En rela-cin a la necesidad de este salto decimos que no tenemos armas. La despoten-ciacin de la crtica se concreta entonces as:

    No tenemos armas alude al hecho de que no disponemos de las categoraspolticas que corresponden a una poca postpoltica como es la poca glo-

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    3. S. Lpez Petit: La movilizacin global. Breve tratado para atacar la realidad. Madrid, 2009.

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  • bal. poca postpoltica significa poca en la que la intervencin que bus-ca la transformacin social est bloqueada.4

    No tenemos armas quiere decir tambin que no somos capaces de definirlas condiciones de posibilidad del combate. Establecer el propio campo decombate, estrategias de combate y no simplemente el enemigo.

    El primer objetivo para salir de la despotenciacin de la crtica consiste,pues, en definir el combate del pensamiento ms all de la mera constatacin deque existe una guerra de ideas. El trmino guerra de ideas puede asociarse ala aparicin de los llamados Think Tanks o centros de estudios ligados a partidospolticos, o a agrupaciones polticas ms en general. Para los Think Tanks, en suversin conservadora especialmente aunque no slo, el juego democrtico es unmercado de ideas donde cada grupo hace lobby para poder imponer sus propiosintereses. Para vencer en esta guerra de intereses, hay que vencer antes en laguerra de ideas. El combate del pensamiento no es, si embargo, una mera gue-rra de ideas. Abordar el combate del pensamiento comporta una crtica de lanocin misma de mercado de las ideas y de su guerra correspondiente. En otraspalabras, el combate del pensamiento supone encarar la que denominaremos lacuestin ms difcil. En la actualidad no sabemos qu relacin existe entre lo ideo-lgico y la verdad. Ms en concreto: en esta realidad hecha de ideas y que gira entorno a ellas, no sabemos cundo ni porqu una idea puede llegar a ser peligro-sa para el poder. Ciertamente responder a estas preguntas nos obligar a pensarnuevamente qu es la lucha ideolgica hoy.

    El retorno del concepto de ideologaTiene sentido calificar una idea de ideolgica? Por ejemplo, podemos hacer laafirmacin: la fragmentacin del saber tiene un carcter ideolgico.5 La cali-ficacin de ideolgico se hace aqu en la medida en que se reivindica el pun-to de vista de la totalidad. No-ideolgico sera, por tanto, el punto de vista dela totalidad en la lnea defendida por Lukacs. De ser es as, la ideologa se opon-dra necesariamente a la verdad.6 Pero el punto de vista de la totalidad no exis-te en una realidad que se ha hecho multirealidad. No hay un punto de vista pri-vilegiado en una realidad que no permite una rejilla de inteligibilidad nica (porejemplo: esencia/apariencia); una realidad que no posee un proceso central en

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    4. Ver mi escrito Politizaciones apolticas en la revista Espai en Blanc n. 3-4, 2009.5. Este ha sido el eje en torno al cual ha girado la semana organizada por la Universitat Lliu-re que surgi en la Universidad de Barcelona (Raval) durante las luchas contra los nuevos pla-nes de estudio (Bolonia). En esta misma revista hay un escrito sobre la Universitat Lliure.6. Dejamos a un lado las consecuencias que Lukacs saca de este planteamiento. La burguesatiene una conciencia falsa y, en cambio, la conciencia de clase proletaria que va ms all de laparcialidad, puede ser verdadera.

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  • el que subsumir todos los procesos. La verdad, por tanto, no est frente a laideologa, y slo podemos afirmar que no hay hechos sino interpretaciones.El resultado al que llegamos entonces es que una ideologa se opone a otraideologa. Pero qu quiere decir que una ideologa se opone a otra ideologa?7

    Qu inters puede tener una tal afirmacin? Parece claro que se hace necesa-rio abandonar el concepto de ideologa puesto que ya no nos sirve. Es como siel concepto de ideologa entendido como falsa conciencia, como reflejo dis-torsionado al proliferar quedara inutilizado. Pero el concepto de ideologa re-torna en la medida en que no todo vale. Ms exactamente: afirmar que slohay discursos, que la realidad se ha hecho ficcional o que la realidad es puracomplejidad, etc., es justamente la operacin ideolgica por excelencia, ya quenos separa y asla de la propia realidad. Por esta razn se puede decir que elconcepto de ideologa retorna. Pero lo ideolgico se ha desplazado y ya no esten la conciencia, sino en la realidad. La ideologa vuelve en la materialidad de larealidad. La ideologa es la propia materialidad de la realidad.

    La ideologa en su materialidadEl concepto de ideologa en Marx es sumamente problemtico como es sabido.Inicialmente, ideologa es sinnimo de falsa conciencia, de distorsin engaosa.Pero la ideologa adquiere pronto un cierto carcter de verdad, ya que es la ex-presin en la conciencia de una realidad objetiva, la realidad capitalista. Poste-riormente en El capital, el concepto de ideologa pierde importancia, y el feti-chismo de la mercanca que no se confunde con ella opera en el proceso real dela produccin. Autores como K. Korsch, en su reivindicacin de una concepcinmaterialista pero no naturalista, destacarn que la ideologa es una parte de larealidad, no una mera superestructura aparente, y que por tanto las formas deconciencia no pueden ser suprimidas por el puro pensamiento.8 Esta prolonga-cin de Marx que bien podramos llamar activista frente a la teora del conoci-miento de Lenin nos pone de lleno ante el problema que deseamos abordar.Cuando la realidad y el capitalismo coinciden: qu lugar ocupa la ideologa enrelacin con esa realidad plenamente capitalista? Qu se ha hecho de ella?

    Creemos que Althusser nos ofrece, con su concepcin de la ideologa ligadaa lo que l llama la interpelacin, una va interesante para empezar a pensarla. Al-thusser, a pesar de que insiste en que la ideologa representa la relacin imagi-naria de los individuos con sus condiciones de existencia, insiste en todo mo-

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    7. Ese es, en definitiva, el punto de partida del anlisis del discurso. Desde un punto de vis-ta cognitivo no tenemos recursos para diferenciar entre esta clase de ideologas ms o menosgenerales y aceptadas y las ideologas que estn definidas en trminos de conciencia falsatiene poco sentido llamar a unas verdaderas y a otras falsas en conjunto. T. A. Van Dijk: Algu-nas notas sobre la ideologa y la teora del discurso. Semiosis 5 (1980), 43.8. Korsch, K.: Marxismo y filosofa, Mxico, 1971, p. 63.

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  • mento en su materialidad: las ideas que forman las creencias son actos materia-les insertos en prcticas materiales. Este planteamiento se concreta en su tesiscentral: la ideologa interpela a los individuos en tanto que sujetos. El texto cla-ve es el siguiente:

    Sugerimos entonces que la ideologa acta o funciona de tal modo querecluta entre los individuos (los recluta a todos), o transforma a los in-dividuos en sujetos (los transforma a todos) por medio de esa operacin muyprecisa que llamamos interpelacin, y que puede representarse con la ms tri-vial y corriente interpelacin policial (o no): Eh, usted, oiga!.9

    No entramos en todas las interesantes consecuencias que esta teora com-porta, digamos solamente que hay en todo momento una total exterioridad.Basta que el individuo cumpla con los gestos y actos de sujecin ya que, en de-finitiva, la ideologa no pasa por la conciencia tal y como se recoge en la famo-sa frase de Marx: ellos no lo saben pero lo hacen. Zizek retoma el plantea-miento althusseriano pero para sostener que no queda nunca clara lavinculacin entre los Aparatos Ideolgicos de Estado y la interpelacin, o deotra manera, que no queda resuelto el problema de la internalizacin de la m-quina de poder ritualista.10 Es decir, lo que no queda resuelto es por qu nos gi-ramos cuando omos que nos interpelan. Zizek intenta resolver el problemaapelando al psicoanlisis de Lacan. Antes de la interpelacin ideolgica, el suje-to est atrapado por el Otro, existe un deseo de ley que es previo y constitutivodel individuo que se convertir en sujeto. En una lnea parecida, Butler11 defen-der que la separacin interior/exterior no es tan clara sino todo lo contrario, ypropone tambin la escena psquica como solucin a la paradoja.

    Creemos que el enfoque psicoanaltico no acaba de resolver el problema dela internalizacin porque, en ltimo trmino, siempre es deudor de la distin-cin interior/exterior. Hay otro modo de encarar dicho problema. Pasar de lainterpelacin ideolgica (constitucin del sujeto sujetado) a la movilizacin global 12

    (constitucin del Yo marca en tanto que unidad de movilizacin). En este casola separacin interior/exterior no existe como tal, ya que se coimplican. No seborra la distincin sino que se radicaliza la tensin, puesto que en la unidad demovilizacin en el Yo marca que somos cada uno en la medida que gestiona-

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    9. Althusser, L.: Ideologa y aparatos ideolgicos de Estado, Buenos Aires, 1988.10. Zizek S.: Cmo invent Marx el sntoma? en Ideologa. Un mapa de la cuestin. BuenosAires, 2003, p. 360.11. Butler, J.: Mecanismos psquicos del poder, Madrid, 2001.12. El concepto de movilizacin global es el modo del funcionamiento de esta realidad capi-talista de la que hablamos. Ver mi ltimo libro: La movilizacin global. Breve tratado para atacarla realidad, Madrid, 2009.

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  • mos la vida que tenemos todo es exterioridad (la interioridad ha sido vaciada).La vida nos constituye y nos encierra en lo que somos, lo que significa que launidad de movilizacin no es un simple efecto de un juego de poder (la interpe-lacin) sino que se produce como una unidad de sometimiento y de adhesin.Existe en ella una doble ambivalencia consecutiva: 1) dependencia respecto alpoder/afirmacin de autonoma. 2) Yo-marca/querer vivir. De esta manera, adiferencia de la forma sujeto, se considera tambin lo que escapa a dicha forma,es decir, el hecho de que la vida privada ahoga. Pero este resto inasimilableno est en la conciencia sino en la ambivalencia del propio querer vivir, y es lacondicin tanto del sometimiento como de la posibilidad de liberacin que per-siste como malestar social. En definitiva, la movilizacin global supone un pasoms all respecto a la interpelacin por cuanto en este proceso la conciencia hasido conquistada totalmente. Ahora: ellos saben que lo hacen y lo hacen perosera un error hablar de cinismo aplicado al Yo-marca. Somos ntimamente ca-pitalismo en la propia (auto)constitucin. Y, sin embargo, la movilizacin glo-bal implica tambin un paso menos, ya que deja abierto el camino del malestarsocial y de su politizacin. Desde el paradigma de la movilizacin global queproponemos, la ideologa adquiere un nuevo estatuto que hay que analizar con-venientemente. De momento podemos afirmar que la movilizacin global pro-duce la realidad y que, a su vez, la ideologa se realiza en ella. En otras palabras,en la poca global la ideologa se materializa completamente.

    La realidad se hace ideologaLa realidad que la movilizacin global (re)produce es una realidad estallada yobvia, evanescente y absolutamente capitalista, una realidad que se comportacomo esencialmente despolitizadora. De aqu que la hayamos llamado multire-alidad.13 Pues bien, en la multirealidad no existe una ideologa dominante en elsentido clsico. La conocida frase de Marx citada anteriormente (las ideas dela clase dominante son las ideas dominantes en cada poca) tiene que rescri-birse. De un modo provocativo se podra decir que no existe ideologa domi-nante cuando toda la realidad se ha convertido en ideolgica.

    En este sentido la ideologa dominante no sera tanto un contenido especfi-co, como un conjunto de estrategias de activacin/desactivacin de las ideas enfuncin de la propia reproductibilidad de la realidad. Estas estrategias que, enltima instancia, remiten al modo de funcionamiento de la multirealidad,14 pue-den clasificarse por lo menos en tres tipos: 1) Estrategias de banalizacin. Porejemplo, lo ocurrido con la idea de lo trgico que en Nietzsche posea un ca-

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    13. Ver La movilizacin global, p. 41.14. El funcionamiento de la multirealidad conjuga una doble lgica: la gelificacin que inde-termina y la obviedad que cierra en falso. El efecto concreto de su funcionamiento combina-do es simultneamente la sujecin y el abandono del individuo movilizado.

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  • rcter subversivo y que en la actualidad se ha convertido en banal y ridcula. 2)Estrategias de tergiversacin. El caso ms dramtico es el uso de los conceptospromovidos por Deleuze y Guattari en su libro Mille Plateaux y que el ejrcitoisrael ha incorporado para mejor combatir al enemigo palestino 3) Las estrate-gias de apropiacin. Por ejemplo, el trmino sociedad del espectculo que De-bord introdujo con una voluntad crtica es reclamado por la propia sociedad ca-pitalista para definirse ella misma.

    Analizando estas estrategias aunque evidentemente falta todava desarrollarsu deduccin se constata de entrada que las ideas (afectos, saberes) funcio-nan para el capital. Este es el enfoque de muchos autores en la actualidad.15

    Pero este enfoque permanece todava en el interior de una aproximacin eco-nomicista de la realidad aunque recurra al trmino foucaultiano de biopoder.Desde nuestra perspectiva diremos que las ideas no son libres (y, por tanto, nopueden ser instrumentos de liberacin) porque estn sujetas a la movilizacinglobal. Ellas mismas son el motor y el efecto de esta movilizacin por lo obvioen la que se construye la realidad. Multirealidad significa, desde esa nueva pers-pectiva, una despolitizacin generalizada por cuanto todas las ideas pertenecena la realidad (capitalista) en la medida que se hacen obvias. En los trminos dela antigua lucha ideolgica, los situacionistas afirmaban que el poder lo recupe-ra todo. Nosotros afirmamos que en una realidad sin ideologa ya que toda ellaes ideolgica,16 el modo de captura se ha hecho mucho ms sofisticado. Por esouno de nuestros objetivos fundamentales es liberar las ideas. Liberar las ideasde la obviedad que las aprisiona.

    La crisis de sentidoLa movilizacin global que construye esa realidad capitalista sin afuera y ab-solutamente obvia, ha realizado plenamente la crtica del mundo de las ideasplatnico. La realidad no es un mero reflejo de las ideas sino que las ideas es-tn plenamente en ella y la conforman. No existe ningn mundo trascenden-te, tan solo este mundo nuestro en el que vivimos. La obviedad dice (y es tam-bin la explicitacin) el hecho de que las ideas pertenecen a la realidad, y a lavez, el proceso que las lleva a ser la realidad. Obviedad es el trmino con el quecalificamos el devenir material de la ideologa, la gnesis de esa realidad ideo-lgica de la que las ideas forman parte. Qu ideas oponer, y defender por tan-to, cuando todas son y pertenecen a la realidad? Liberar las ideas implicadado que toda idea se disuelve en la obviedad plantearse qu significa lapropia obviedad.

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    15. Marazzi, C., Virno, P., Negri A. etc.16. El mrito de Adorno y Horkheimer fue haber comprendido esta mutacin en trminos desociedad administrada, y con ello la necesidad de ir ms all de la crtica de la economa pol-tica. El error fue que con su crtica de la razn instrumental naturalizaban todo conflicto.

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  • La obviedad es el manto que protege la realidad y que nos impide atacarla.Obviedad quiere decir que no existe ninguna idea separada de la realidad, delautodinamismo movilizador que la (auto)constituye. La obviedad tiene, a suvez, otra cara que es la insensatez generalizada. Obviedad y insensatez son el in-dicio de la crisis de sentido que nos rodea. Veamos ms detenidamente cmo lacrisis de sentido se articula tanto con la obviedad como con la insensatez. Elsentido del mundo desaparece cuando se ha borrado toda trascendencia, cuan-do no hay un Dios que lo haya creado, cuando no existe otro mundo ms all.Entonces el sentido que es la relacin con este afuera desaparece. Queda sola-mente la inmanencia del mundo que es su haberse transformado en plenamen-te capitalista. Ya no se puede afirmar el sentido del mundo, nicamente el he-cho de que el mundo es el sentido. O ms exactamente. El mundo como sentidoes el sentido del nico acontecimiento que en su repeticin unifica el mundo: eldesbocamiento del capital.17 En la poca global que esta repeticin del aconteci-miento promueve, el sentido se presenta necesariamente desdoblado: comonico y, a la vez, como infinitud de sentidos. En el primer caso, hablamos deobviedad; en el segundo caso, hablamos de insensatez generalizada. La obvie-dad que encierra la realidad en ella misma es la insensatez que nos rodea. La in-sensatez generalizada, efecto de este acontecimiento nico repetido, es la ob-viedad con la que convivimos. Ambos, obviedad e insensatez no son ms quesinsentido, y en seguida hay que advertir que el sinsentido no tiene nada que vercon el absurdo existencialista. El sinsentido es el ndice lo que nos indica unacrisis de sentido. De la profunda crisis de sentido que existe en este mundo ca-pitalista sin afuera y que se traduce en la prctica en una permanente crisis de pa-labras. Nos hemos quedado sin palabras para demoler los dolos, para decirnuestro malestar, para poder luchar. Las palabras ni son crebles ni hacen nada.

    Para el pensamiento sistmico hoy preponderante, evidentemente no existeuna tal crisis de sentido. El tratamiento que la teora general de sistemas da alsentido comporta una indiferenciacin que incluye su propia negacin. La ne-gacin del sentido es una operacin que tambin involucra el sentido. As sepierde toda referencia existencial. Segn Luhmann, en las sociedades modernaslos horizontes de sentido son tericamente ilimitados. En concreto, para lossistemas que procesan el sentido todo es con sentido y no hay nada hay fueradel sentido. Sentido significa una estrategia de reduccin de complejidad, unaconstriccin a la seleccin. La seleccin es el sentido y lo que produce el pro-pio del sentido.18

    PENSAR | Lo no-ideolgico en tanto que verdad | Santiago Lpez Petit 173

    17. El desbocamiento del capital es el acontecimiento que unifica todos los acontecimientos enla poca global. Se efecta en la copertenencia entre capital y poder. Ver La movilizacin global.18. Ver especialmente Luhmann N.: Soziale systeme, Frankfurt a. M., 1984, p. 92, y Luhmann,El sentido es un producto de las operaciones que lo utilizan y no una cualidad del mundoAnthropos (1997: 44), p. 56.

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  • Y, sin embargo, la crisis de sentido de nuestro mundo genera una inmensafenomenologa que conviene tener en cuenta. Desde posiciones conservadorasse insiste en la crisis de valores, la crisis de autoridad y se hace remontar di-cha crisis hasta la muerte de Dios que con la modernidad se instaurara. Des-de posiciones liberales se da la bienvenida a la crisis de sentido ya que suponeun enfriamiento de las pasiones, lo que apuntara a una sociedad basada enla tolerancia, el relativismo. Esta especie de nihilismo banalizado y civilizadoautopresentado como liberalismo llama a los dems fundamentalistas. Para elhombre annimo las cosas son bastante diferentes. El hombre annimo viveesta crisis de sentido con total indiferencia y ciertamente sin sentir ningunadesesperacin. Y no puede ser de otra manera porque cuando el yo es un Yo-marca que debe gestionar su propia vida el Yo-marca es su propio autocrea-dor escapa aparentemente a la crisis de sentido.19 El hombre annimo slosiente indiferencia frente al otro y malestar propio. Para l, la crisis de sentidono es una apertura al vaco porque su/nuestro vaco est demasiado lleno demercancas.

    La mayora de las posiciones filosficas20 admiten, sin embargo, la crisis desentido pero su modo de enfrentarla no les permite salir de ella. Plantearse lacuestin de la salida de la crisis de sentido es imposible intentando introducirotro sentido puesto que la obviedad/insensatez subsumen todo sentido. No sesale de la crisis de sentido esperando o queriendo dar otro sentido a la reali-dad. De la crisis de sentido, y de la despotenciacin de la crtica que en ltimainstancia es su correlato, slo puede sacarnos la verdad. Pero cul es el lugarde la verdad en esta realidad absolutamente ideolgica por plenamente capi-talista?

    La nocin de verdadPor fin hemos llegado a la que llambamos la cuestin ms difcil: la relacinentre lo no-ideolgico y la verdad. Ahora se comprende porque profundizar enla cuestin ms difcil es urgente y crucial. Se trata ni ms ni menos, que dela mano de lo no-ideolgico como verdad existe la posibilidad de salir de la crisis desentido y reformular qu puede ser la lucha ideolgica en la actualidad. Enotras palabras, el combate del pensamiento tiene que poner en el centro qu esla verdad, la pregunta por lo qu es una idea verdadera. No atreverse a hacerloes aplanar el combate del pensamiento, reducirlo a una mera guerra de ideas, loque conlleva necesariamente (otra) derrota. Por esa razn, queremos plantear

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    19. Es lo que Kierkegaard ya supo entender. Ver: Ou bien ou bien, Pars, 1943, p. 107.20. Sin nimo de exhaustividad recordemos, por ejemplo, las siguientes posiciones filosficas:reintroduccin de una nueva trascendencia (neoconservadores en la lnea de C. Schmitt); de-fensa del pragmatismo de un pensamiento fuerte (M. Cacciari); construccin de un nuevo re-lato (A. Negri); defensa del fluir del sentido (Derrida).

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  • de nuevo la cuestin de la verdad, pero no yendo al problema de la verdad engeneral, que no nos interesa, sino a la verdad como lo no-ideolgico.

    Para ello es un buen punto de partida retomar la crtica de la verdad en tan-to que adecuacin. Adecuacin o rectitud significa que la verdad se pro-duce cuando entre pensamiento y realidad existe un acuerdo o una correspon-dencia, lo que implica permanecer dentro de la relacin sujeto/objeto.Heidegger rechaza esta concepcin tradicional de la verdad que l hace re-montar a Platn, porque si bien nos dice dnde est la verdad (en el juicio queexpresa la correspondencia), no nos dice qu es propiamente la verdad. Su cr-tica de la verdad/adecuacin en Ser y Tiempo le llevar a la definicin de la ver-dad como desocultamiento (altheia). La verdad es el mostrarse de las cosasmismas, lo que le permitira conectar con una experiencia ms originaria delpensamiento griego. No vamos a recorrer las distintas etapas de su pensa-miento en relacin a la verdad, digamos solamente que el autor alemn se se-parar de esta primera concepcin21 porque la verdad en tanto que desoculta-miento exige un preguntar ms radical por el dnde y el por qu delocultamiento y del desocultamiento. Por eso Heidegger introducir finalmen-te la concepcin de la verdad como Lichtung que ya no plantea el juego de looculto/desoculto sino dnde este juego mismo puede funcionar, o sea, no laluz sino el fundamento de la luz y la oscuridad. La verdad ser la apertura quese funda ella misma.

    Pensamos que el concepto de verdad en tanto que apertura o claro de loabierto es sumamente interesante, lo que ocurre es que la experiencia que estdetrs no es la nuestra, lo que nos obliga a pensarlo nuevamente. Para Heideg-ger, la Lichtung viene caracterizada mediante la metfora del claro del bosquey es presentada en ella misma como un corazn en paz.22 Para nosotros, encambio, la apertura slo puede ser interrupcin y desplazamiento. Porque comomuy bien seala Foucault23 a partir de Nietzsche, no existe un origen puro sinonicamente comienzos, comienzos que comportan lucha y enfrentamiento.

    Al introducir el conflicto en el origen mismo, la neutralidad del espacio feno-menolgico de aparicin queda completamente invalidada. Con lo que en estareformulacin pasamos de:

    La verdad como Lichtung (apertura) a la verdad como desplazamiento ointerrupcin del sentido comn y de la realidad obvia.

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    21. Heidegger M: Zur Sache des Denkens, Tubinga, 1969, p. 77.22. El corazn en paz que es la Lichtung, claro de lo abierto, es el asilo en cuyo seno encuen-tra su sitio el acorde de ambos (ser y pensar. Escrito por S.L.P.) en la unidad de lo Mismo.Heidegger, M.: ibidem p. 146.23. Foucault, M: Nietzsche, la genealoga, la historia. Publicado en Microfsica del poder,Madrid, 1978, p. 9.

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  • Del acontecimiento propio (Ereignis) como desvelamiento del ser acaeci-do histricamente, al acontecimiento como desvelamiento de la correla-cin que existe entre ser-poder-nada.24

    Podemos afirmar, por tanto, que la verdad es un desplazamiento un procesoy no resultado pero, evidentemente, no todo desplazamiento es en s mismouna verdad. Para ello el desplazamiento tiene que cumplir unas condiciones quedan a la verdad una dimensin pragmtica.

    La verdad/desplazamiento tiene que dar lugar a una nueva constelacin decuerpos-cosas-palabras en las que el verbo querer vivir efectivamente se conju-gue. Una constelacin en la que el querer vivir deje de estar secuestrado y recu-pere su ambivalencia. No se trata, repetimos, de un simple aparecer fenomeno-lgico neutro polticamente. La definicin de la verdad es desplazamiento ointerrupcin que libera del sentido comn y de la realidad obvia. Por otro lado,el criterio de la verdad que no puede ser exterior a la definicin es la unilate-ralizacin. La unilateralizacin del espaciotiempo que hace aflorar las relacionesde poder. Decimos que la verdad/desplazamiento tiene que liberar. Pero esa li-beracin no hay que verla como un aadir dimensiones a la multirealidad, lo quesera absurdo, sino como un sustraer dimensiones. La verdad es vaciamiento dela realidad. Vaco para que pueda emerger una nueva constelacin en la que elquerer vivir pueda conjugarse.

    Cuando Hegel afirmaba que lo verdadero es el todo25 iniciaba ya la crticaa la verdad como adecuacin. La verdad ciertamente es el todo, pero para no-sotros el todo es siempre parcial e incompleto. El todo no es inmanente a laparte, sino que el todo es cada constelacin abierta. Recogemos de Hegel, pues,toda su crtica a la lgica formal, aunque en la verdad/desplazamiento no quedanada de teleologa ni por ende progreso, ya que no existe una estructura dialcti-ca en la realidad. La verdad es el desplazamiento y el efecto del desplazamien-to es lo verdadero. Estamos en condiciones de responder ya a la preguntaque nos guiaba: cul es el lugar de la verdad en esta realidad ideolgica porplenamente capitalista? Lo no-ideolgico, es decir la verdad, nicamentepuede estar en un lugar vaco que debe permanecer vaco. Ms exactamente:la verdad slo puede ser un desplazamiento. Pongamos algunos ejemplos de ver-dad/desplazamiento. Si en lugar de autoestima hablamos de dignidad abando-namos el mbito de los libros de autoayuda que, en el fondo siempre planteanun pacto cobarde con la vida, hacia una posicin desafiante; si en lugar de par-ticipacin hablamos de implicacin nos alejamos de una problemtica internaal mismo poder, hacia una posicin crtica respecto al poder La verdad es el

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    24. Ver mi libro Entre el ser y el poder. Una apuesta por el querer vivir. Nueva edicin en la edi-torial Traficantes de Sueos.25. Hegel, G.W.F.: Prlogo a la Fenomenologa del espritu, Mxico, 1981, p. 16.

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  • desplazamiento, ms exactamente, la verdad se produce en el momento del des-plazamiento. Eso quiere decir que lo verdadero no est eternamente estableci-do, y que la dignidad o la implicacin que aparecan en nuestros ejemplos ante-riores, son lo verdadero mientras son los verdadero. No hay ninguna seguridadque desde posiciones de poder no se recupere el concepto de dignidad o el deimplicacin. Es ms, as ha sucedido en muchas ocasiones.26 Sin embargo, hayalgo que permanece vlido en todo momento. La verdad es la efectuacin deldesplazamiento, el gesto siempre inacabado de desplazamiento.

    El surgimiento del sentidoEn la medida en que la constelacin de cosas-palabras-cuerpos se cierra en ellamisma se producira el sentido. El sentido surge, pues, como un efecto. En elsentido algo se actualiza, se selecciona y todo lo dems queda como trasfondoque presta relevancia a lo seleccionado. La unilateralizacin27 es la operacinque organiza el espacio, y el efecto como hemos dicho, ser el sentido. En cier-to modo el sentido aparece como la comprensibilidad comprensibilidad (Vers-tehbarkeit) es un trmino de Heidegger de todo lo que la constelacin encie-rra. El sentido aparece, por tanto, en la relacin con un lmite que establece undentro/fuera respecto a la propia constelacin. No hay que confundir la cons-telacin de cuerpos-palabras-cosas con el establecimiento de una cadena deasociaciones, lo que correspondera al espacio poltico neutro de la fenomeno-loga. Pongamos un ejemplo. Entro en una galera comercial, veo un juguete enun escaparate, y entonces pienso en los nios que en el mundo no tienen jugue-tes, y de all paso a pensar en mis hijos etc. Es una asociacin de cuerpos, pala-bras y cosas, pero no una constelacin. En cambio, si entro en la misma galeracomercial y porque estoy cansado me siento en una esquina sin molestar a na-die, vendr un polica privado y me obligar a levantarme. Lo s por propia ex-periencia. El simple gesto de sentarme unilateraliza el espaciotiempo y enton-ces queda claro que no hay objetos sino mercancas que estn all para sercompradas. El escaparate deja de ser escaparate, y a la vez, es ms radicalmentepuro escaparate. As podramos seguir describiendo la constelacin a la quenuestro gesto ha dado lugar, y el sentido que con ella surge. El sentido se gene-ra, pues, fragmentariamente siempre que se abre una nueva constelacin decuerpos-palabras-cosas, en el paso del vaco (desocupacin) al todo (construc-cin), y no como una propiedad de la realidad sino como una modalidad del que

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    26. Las autoridades de Barcelona siempre a la vanguardia de la recuperacin utilicemos eltrmino situacionista para evitar una larga explicacin ya no hablan tanto de participacincomo de implicacin en el equipo que somos todos.27. La unilateralizacin puede definirse de diferentes maneras: como un ponerse aparte de ladialctica orden/desorden, como una apuesta por el querer vivir que utiliza la dualidad ami-go/enemigo

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  • interviene sobre ella. El sentido se desarrolla en el discurso mismo si discursoes sinnimo de prctica y no es el paso del no-sentido al sentido. No hay silen-cio aunque tampoco una progresiva conquista de sentido porque no se da unprogreso hacia la verdad. La constelacin de palabras-cuerpos-cosas que desdela verdad se abre es constituyente del sentido y constituida por el sentido.

    La necesidad de las ideasHemos defendido que de la crisis de sentido slo puede sacarnos la verdad.Ahora sabemos tambin que la verdad es la que abre el sentido/los sentidos, ysabemos tambin que la verdad no es un contenido concreto sino el gesto dedesplazamiento siempre renovado que abre un lugar vaco. Es decir: lo no-ideo-lgico. Del vaco que la verdad impone emerge el sentido/sentidos. Creemosque es necesario analizar ms detenidamente la relacin que existe entre la ver-dad y el sentido,28 porque nos va a permitir alcanzar finalmente al concepto deidea. Sintticamente podramos describir el proceso del siguiente modo: con laverdad/desplazamiento se produce el sentido, o mejor, los sentidos. Y el senti-do engloba en seguida la verdad en la medida que sta se hace fuerza, es decir,idea. La verdad se carga de sentido(s) y slo entonces es idea. La verdad es,pues, antes que el sentido. Sin embargo, la verdad se impone gracias al sentido.La verdad cargada de sentido se convierte en fuerza. La verdad se hace fuerzaen la idea. Antes de analizar ms a fondo el concepto de idea veamos algunasconsecuencias inmediatas.

    De ser cierto lo que decimos, la verdad en ella misma es inoperante puestoque requiere plasmarse en idea para adquirir fuerza. El sentido, por un lado, esnecesario para la efectividad de la propia idea pero, por otro lado, es tambin loque la encadena. El sentido es la prisin de la verdad? Seguramente. El senti-do comporta mucho de ficcin, de ilusin. El sabio no tiene ideas porque tie-ne la verdad es una afirmacin que desde una perspectiva taosta a menudo sedefiende.29 Hace falta aadir, sin embargo, que la propia verdad le deja en la im-potencia. Eso supone que el no-saber, para ser efectivamente crtico, debe seruna idea sin contenido, pero idea al fin y al cabo.

    El resultado ms importante al que hemos llegado y que nos gustara desta-car es el hecho de que toda idea es verdadera por cuanto est conectada con la

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    28. Luis Saez Rueda, al que me liga amistad y un profundo respeto, desarrolla en su interesan-te libro Ser errtico. Una ontologa crtica de la sociedad una discusin muy pormenorizada sobreestas cuestiones que me ha sido particularmente til. Creo, sin embargo y la discusin con-migo en la pgina 318 lo vendra a atestiguar que su intento de salvar y mantener el enfoquefenomenolgico despolitiza su acercamiento a la realidad. Que hay una incomprensin de laesencia de lo poltico.29. Ver los libros de F. Jullien especialmente Un sage est sans ide, ou lautre de la philosophie, Pa-rs, 1988.

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  • verdad, es decir, con el desplazamiento que la ha producido. Antes de proseguiren la explicacin y consecuencias de nuestra tesis, hagamos un pequeo exkur-sus por Marx para situar mejor el cambio de planteamiento.

    Exkursus por Marx: pensar la nocin de idea en la actualidadEn la lnea abierta por Hegel, Marx concibe en sus inicios un concepto de pro-letariado pasivo si bien sufriente. La idea (filosfica) es activa, toma cuerpo enlas masas porque cae sobre ellas como el relmpago del pensamiento. En defi-nitiva, si la filosofa es la cabeza de la emancipacin del hombre, el proletaria-do es el corazn. Con su propuesta central de praxis formulada especialmenteen las tesis contra Feuerbach, se produce un giro radical hacia lo que ser pro-piamente una teora de la revolucin basada en la autoemancipacin. En el con-cepto de praxis se recoge tanto la actividad crtico-prctica del proletariado re-volucionario como lo que sera la actividad esencial del propio hombre en surelacin con el mundo. El concepto de praxis puede encararse segn tres enfo-ques, todos ellos complementarios. Desde un punto de vista epistemolgico, lapraxis implica la unidad de teora y prctica, la prctica como criterio de verdad,la unidad de materialismo e idealismo Desde un punto de vista antropolgi-co, la praxis sealara la coincidencia entre el cambio de circunstancias y elcambio del hombre, una concepcin materialista de la historia, la esencia delhombre como el conjunto de las relaciones sociales Desde un punto de vistapoltico, la praxis dice que el educador tiene tambin que ser educado, y quepor tanto no cabe una direccin poltica exterior sobre el proletariado. Praxis essinnimo de autotransformacin, de emancipacin llevada a cabo por los pro-pios trabajadores. Evidentemente, con la introduccin de este concepto clave elestatuto de las ideas cambia puesto que Marx empieza a separarse de Hegel.

    Con este giro materialista, desde un comunismo filosfico a un comunismoproletario, la produccin de ideas y de representaciones en general, pierde todaautonoma para ser consecuencia directa de la actividad concreta, del procesode vida real. En la Ideologa Alemana el nuevo planteamiento permite definir porprimera vez el comunismo ni como un estado que debe ser creado, ni como unideal que debe regular la realidad sino como el movimiento real que abole elestado actual de las cosas,30 y en El Manifiesto Comunista las consecuencias delgiro materialista adquieren toda su potencia poltica: Las proposiciones teri-cas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los princi-pios forjados o descubiertos por ningn redentor de la humanidad. Son todasexpresin generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases realy vvida, de un movimiento histrico que se est desarrollando a la vista de to-dos.31 El combate del pensamiento reconoce una nueva primaca de las ideas.

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    30. Marx, K.: Lidologie Allemande, Pars, 1970, p. 53.31. Marx, K.: El manifiesto comunista, Madrid, 1976, p. 37.

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  • Pero cmo hacerlo sin caer en un idealismo que ya Marx denunciaba como in-operante en la prctica? Marx sostena que debamos rebelarnos contra lasideas que nos encadenan,32 pero no lo haca apelando a unas nuevas ideas sinoa la praxis. Nuestro problema es pensar el estatuto de las ideas cuando ya no te-nemos a nuestra disposicin el concepto de praxis. Este concepto, que comoveamos iba asociado al de proletariado en tanto que sujeto poltico, no puedeser sustituido simplemente por una vaga referencia a la prctica en general. Laprctica en general remite a una concepcin prematerialista y predialctica y nopuede ser jams un criterio de verdad.

    Para proponer la centralidad de las ideas en el interior del combate del pen-samiento, en primer lugar, no hay que tener miedo a la misma nocin de idea.33

    Y en segundo lugar, hay que retomar crticamente el que simplificadamente po-dramos denominar modelo Nietzsche-Foucault34 de tratamiento de la verdad.Es sabido que Foucault rechaza el empleo del concepto de ideologa por todaslas implicaciones que acarrea, y que propone pasar del par ciencia/ideologa alpar saber/poder. La consecuencia principal que este desplazamiento tiene esque la verdad queda relativizada aunque no se pierde completamente. No setrata ya de descubrir la verdad sino de ver cmo se produce. Se podra afirmar,que la antigua lucha ideolgica queda reducida a la posibilidad determinar losefectos de verdad de los diversos discursos. Creemos que hay que intentar unaespecie de cuadratura del crculo que consistira en aceptar esta relativizacinde la verdad pero situada en un marco en el que sigue funcionando una ciertaconcepcin de la ideologa. En esta direccin pensamos que un cierto uso deSpinoza puede ser muy productivo.

    La idea verdadera es la verdadera ideaEl sentido sostiene la verdad y, a la vez, la separa de s misma. Remontarse de laidea a la verdad es el modo de saber si la idea es propiamente idea, y por lo tan-to, idea verdadera. Verdadera idea es, pues, la idea verdadera. Esa extraa afirma-cin puede reformularse de una manera sencilla: toda idea es verdadera en lamedida en que est conectada con la verdad/desplazamiento, es decir, surge deeste desplazamiento que abre a la verdad. En este caso nos parece adecuado ha-

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    32. Marx, K: La idologie Allemande, Pars, 1970, p. 13.33. E. M. Cioran sera un buen ejemplo de este miedo que acaba en una denuncia banalizado-ra y reaccionaria: En s misma, toda idea es neutra o debera serlo; pero el hombre la anima,proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en eltiempo As nacen las ideologas, las doctrinas, y las farsas sangrientas En cuanto nos rehu-samos a admitir el carcter intercambiable de las ideas, la sangre corre. Adis a la filosofa, Ma-drid, 1988.34. Me refiero a Foucault como continuador del proyecto Nietzsche (ataque a Hegel y su fi-losofa de la historia, ataque al humanismo antropolgico) si bien sin caer en su promesa desentido redentor ni su autodivinizacin.

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  • blar de veracidad. La idea (verdadera) es verdadera en s misma: a esa coinci-dencia es a lo que llamamos veracidad. Idea verdadera significa idea con veraci-dad. Conviene aclarar que esta determinacin de la idea como idea verdaderano tiene nada que ver con la existencia de ideas verdaderas en s mismas. Esms, justamente tratamos de rebatir esta forma de idealismo de la autenticidad.Si es cierto lo que acabamos de introducir, tenemos que llegar a la conclusinde que las ideas falsas no existen. Ms claro: una idea falsa o ideolgica no es pro-piamente idea ya que no puede estar conectada con la verdad/desplazamiento.Sera slo sentido, formulaciones diversas que despliegan sentidos.

    Y, sin embargo, puede ocurrir que una idea falsa (o ideolgica), una idea queno es por tanto verdadera idea, se convierta en idea. Por ejemplo: la verdadneoliberal aplicada a nuestro mundo. Como he tratado de argumentar,35 la ver-dad neoliberal explica mucho mejor nuestro mundo que una aproximacin ba-sada en una marxismo ms o menos renovado. Este hecho no tiene que sor-prendernos, puesto que no es ms que la consecuencia de algo bien simple: laverdad del capital (nos) ha vencido y organiza el mundo. Con todo no se tratade una idea verdadera (por veracidad, como ndice de s misma) sino por corres-pondencia. La verdad neoliberal se corresponde con nuestro mundo ya que lo re-fleja bien. No en vano, y como ya hemos afirmado, la verdad del capital es laque ha triunfado. Pero no es una idea verdadera en ella misma. Por esa razn sepuede afirmar que a menudo una idea falsa adquiere verdad cuando triunfa, sibien nunca poseer veracidad. A la inversa, una idea (verdadera) puede acabarsiendo una idea falsa en la medida que se distancia de la verdad/desplazamientoque la hizo posible. La idea falsa que se hace verdadera sera, pues, una verdadde la realidad en el doble sentido del genitivo. 1) Verdad como pertenencia a larealidad. 2) Verdad acerca de la realidad. Yendo ms all de un relativismo sim-ple, digamos que una idea no es eternamente idea (verdadera) y, a la inversa,una idea falsa puede convertirse en verdadera con el paso del tiempo, si consi-gue situarse en la apertura de un desplazamiento. La relacin entre la verdad yla falsedad o lo ideolgico se complica mucho ms. Con ello nos apartamos tan-to del modelo de Spinoza para quien la verdad es inmanente al error, lo que tie-ne significa que lo verdadero da cuenta de lo falso tambin en su objetividad,hasta este punto lmite en el que deja de aparecer como falso para mostrarse ensu verdad; como del modelo de Descartes, que defenda la separacin absolutaentre verdad y error. Al introducir tanto la verdad como el efecto de verdad,necesariamente llegamos a una articulacin ms compleja.

    Toda idea (verdadera o falsa) realiza cuatro funciones dobles: activar/desactivar,interpretar/desinterpretar, organizar/desorganizar y legitimar/deslegitimar. Laidea conlleva el sentido y la produccin de sentido. Pero la sociedad evidente-mente preexiste a ella, no est esperndola. Y es que la verdad/desplazamiento

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    35. Ver La movilizacin global. Breve tratado para atacar la realidad.

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  • no se produce desde un sujeto pensante que contempla el mundo. Yo puedoproponer como hace B. Brecht, por ejemplo, este desplazamiento: del honor ala dignidad.36 Pero esa propuesta no es una idea verdadera an. El desplaza-miento debe inscribirse en la interrupcin de la movilizacin global. La ideadebe hacerse fuerza material para ser verdaderamente idea. Slo entonces laverdad/desplazamiento puede desembocar en idea verdadera. No hay, pues,produccin personal de ideas sino de conceptos. En este sentido habra que re-tomar la teora del autmata espiritual de Spinoza. Para dicho autor, el sujeto essustituido por un automaton (autmata espiritual): no es tanto que nosotrostengamos ideas como que las ideas se afirman en nosotros. Haciendo del pen-samiento un atributo de la sustancia convierte el movimiento del pensamientoen algo absolutamente objetivo y lo libera de la referencia al sujeto. Racionali-dad causal pero sin teleologa. Spinoza rechaza que el acto del conocimientoest ligado a la iniciativa de un sujeto. El conocimiento no es la operacin de unsujeto sino la afirmacin de una idea en el alma. Desde otra perspectiva pode-mos decir que nosotros podemos ensayar frases,37 construir tierras de nadiesabiendo en todo momento que una frase inventada, por muy juiciosa que sea,no es an una idea, que la apertura de una tierra de nadie no es an un espaciodel anonimato

    El resultado alcanzado se puede resumir en una breve frmula:

    Idea = verdad + sentido

    En relacin a esta frmula se muestra lo mucho que hay an que profundi-zar en la clarificacin de qu es una idea. Habra que analizar ese signo + sin re-trotraerlo a la subsuncin. Es una mediacin o unin de dos elementos hetero-gneos, la verdad y el sentido. Quizs un posible camino sera aplicar la nocinde esquema de Kant que aparece en su Crtica de la razn pura. Kant afirma: lospensamientos sin contenido son vacos, las intuiciones sin conceptos son cie-gas, es decir, sensibilidad y entendimiento juegan su propia funcin y, a la vez,son complementarios. Puede existir un elemento homogneo a la verdad, porun lado, y al sentido, por otro lado? Si la verdad es interrupcin(=apertura) y el

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    36. En un texto extraordinario sobre la verdad, El compromiso en literatura y el arte, Barcelona,1973, p. 165 B. Brecht afirma: Frente a suelo, la palabra apropiada es finca rural; as se enga-a menos. Para disciplina habra que elegir, donde hay opresin, la palabra obediencia, porque ladisciplina tambin es posible sin seor y por esto mismo tiene algo de ms noble que la obe-diencia. Y mejor que honor es dignidad humana.37. DINERO GRATIS fue la frase que hace un tiempo surgi para impulsar la lucha contrala precariedad. Ciertamente no es una reivindicacin sino un grito que tiene que hacerse co-lectivo. Un grito concretado en unas prcticas, que de un modo amplio, definiramos como ile-gales (expropiar, compartir). Ver www.dinerogratis.com y el blog correspondiente. La difi-cultad ha sido y es hacer del Dinero Gratis una verdadera idea.

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  • sentido cierre, qu sera un elemento mediador? Pensar el esquema trascen-dental como reglas de procedimiento que permiten una actuacin podra seruna solucin. Una gramtica de gestos radicales un modo de uso de los gestos ra-dicales bien podra ser el puente deseado puesto que el gesto radical, por unlado, interrumpe y cortocircuita, por otro lado, se prolonga al territorializarse.

    Algunas indicaciones sobre el combate del pensamientoCon toda la provisionalidad que tiene este escrito, pensamos que hemos conse-guido precisar lo no-ideolgico en tanto que verdad, as como empezar a reformu-lar la nocin de idea. Finalmente, nos proponemos volver a la cuestin que nosocupa: el combate del pensamiento.

    Est claro que con la expresin el combate del pensamiento intentamos estable-cer directrices para lo que sera la lucha ideolgica en la actualidad, cuando noexiste ningn sujeto histrico y tan solo sujetos polticos que surgen para des-aparecer al poco tiempo. Combate del pensamiento significa antes que nada,no hace falta insistir mucho en ello, la centralidad poltica de las ideas. Decimoscentralidad y no primaca. Si el Marx ms lcido de los Grundrisse aseguraba yaque la ciencia se haba convertido en una fuerza material del proceso de pro-duccin,38 desde el cambio de paradigma que supone la movilizacin global po-demos afirmar que ahora son las ideas las que se han convertido en pieza clave,en autntica fuerza material. Como decamos, las ideas activan, interpretan, or-ganizan y legitiman. En otras palabras, las ideas conforman y, a la vez, confir-man la propia realidad como obvia. El flujo de obviedad, que determina y en-cierra el mundo, est constituido por ideas. La figura del intelectual crtico hadesaparecido sustituida por un nuevo intelectual meditico que simplementegestiona este flujo de obviedad. Es un poco triste ver las lamentaciones de losantiguos intelectuales crticos que aoran con nostalgia su posicin de poder.39

    Para nosotros, al contrario, esta desaparicin es bienvenida ya que con ella seanula por fin el mito de la produccin subjetiva de las ideas, la vieja y reaccio-naria concepcin de que la gnesis de una idea est asociada a la iniciativa de unsujeto.

    La nueva lucha ideolgica rompera con la lucha ideolgica tradicional y, a lavez, la prolongara. Guiada mediante la trada verdad-sentido-idea tendra lugaruna recuperacin simultnea tanto del concepto de ideologa como del de ver-dad, aunque evidentemente el significado de ambos no sera exactamente ya elmismo. La ideologa no tendra tanto una funcin cognoscitiva como una fun-cin combatiente ya que estara ligada directamente a la lucha, y a pesar de ello,el cdigo verdad/error se mantendra aunque situado en un contexto agonsti-

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    38. Marx, K.: Los fundamentos de la crtica de la economa poltica, Madrid, 1972, T.II, p. 204.39. En el nmero Manires de voir: La guerre des ides publicado por Le Monde Diplomatiquen.104 (2009) hay una queja constante un poco pattica: Dnde estn los intelectuales?

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  • co desconectado de todo proyecto totalizador. El concepto de verdad, por suparte, sera reformulado como verdad/desplazamiento por lo que se separara tan-to de la verdad objetiva como de la verdad entendida como simple efecto deverdad. Combate del pensamiento significa, entonces, afirmacin de la verdady uso de las ideas como armas de intervencin con el fin de destruir la realidady la obviedad que le es inseparable. Sabemos ya que este combate no consiste enquerer oponer ms sentido (la revolucin social, otros horizontes) al sentidode lo obvio. Aunque tampoco en querer oponer ms no-sentido (muerte, locu-ra) a lo obvio del no-sentido. A esta realidad hay que oponerle otra verdad.Nuestra verdad. Una verdad que no se comunica sino que se comparte. Unaverdad que, sin embargo, para ser efectiva necesita cargarse de sentido(s). Unaverdad que requiere las ideas como sus armas principales.

    Que las ideas, nuestras ideas, son armas quiere decir que no son simples re-presentaciones mentales. Antes de Kant la idea era una representacin que po-da ser adecuada o no, y en su demarcacin el criterio de la evidencia jugaba unpapel crucial. Kant deja atrs este enfoque para, yendo a un plano trascendental,analizar las condiciones de posibilidad del conocimiento mismo. En la medidaque la representacin (Vorstellung) pasa a ser el centro del anlisis, las ideaspermanecen como trascendentales ya que sobrepasan toda posibilidad de expe-riencia. Las ideas, o conceptos de la razn, no pueden ser constitutivas sino tansolo regulativas. Con Hegel, idea y realidad pueden reconciliarse, y sta es lahistoria del espritu absoluto en marcha. La idea deja de ser una representacinmental para ser realidad hecha inteligible, realizacin adecuada del concepto.La realidad (efectiva) es una idea. Marx, si bien critica esta concepcin idealis-ta de la historia en el fondo, la prolonga. Se podra afirmar aunque ciertamen-te con matizaciones que su obra empieza a construirse en la comparacin de larealidad con la idea de comunismo, lo que le lleva a concluir en la necesidad delcambio revolucionario. La idea, puesta de esta manera como punto de partida,acabara siendo medida y justificacin,40 lo que no estara muy lejano del plan-teamiento platnico inicial.

    En el combate del pensamiento, las ideas ni son justificacin ni son una me-dida para la crtica. En la medida que la lucha ideolgica se realiza desde nues-tra verdad41 y gracias a esas verdades que, da a da y mediante desplazamientos

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    40. Habermas profundizara en este planteamiento al recuperar an ms el acento kantianocon su comunidad ideal de dilogo, verdadera idea regulativa que juega un papel fundamentalen su crtica de las ideologas. Como afirma P. Ricoeur, Habermas termina en un escatalogis-mo de la no-violencia. Ricoeur, P.: Du texte laction, II, Pars, 1986, p. 362.41. La verdad/desplazamiento se efecta cada vez en el interior de una verdad en la que se ha-bita. Esta verdad ms fundamental que estara detrs es la que al comienzo de mi libro La mo-vilizacin global. Slo el rechazo total de la realidad nos la muestra en su verdad Esta esnuestra verdad.

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  • levantamos, no necesitamos justificacin alguna ni final al que dirigirnos. Lasideas, nuestras ideas, son armas porque una sola idea en ella misma es ya unavictoria contra la obviedad. Una sola idea puede agujerear la obviedad. Porqueuna idea no es ms que la verdad misma que insiste en el tiempo. Una idea es lapropia verdad cuando abre vas de agua en la realidad. Una idea no es, en abso-luto, un construccin mental, una idea es el propio combate por liberar la ideade su sometimiento a la movilizacin global. Sabemos que nicamente las ideaslibres pueden liberarnos. Lo que jams hay que olvidar es que detrs de unaidea se alza siempre el grito colectivo de aqu estamos!.42 Una idea no se co-munica ni requiere propaganda para propagarse. Detrs de una idea existesiempre una palabra que se toma, una toma de palabra desde un nosotros queempieza a hablar.

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    42. El grito Aqu estamos! Y slo despus Esto somos. Ver Eplogo de Raquel GutirrezAguilar a Las nuevas fronteras. Una entrevista con el Subcomandante Marcos. Buenos Aires,2008. Ver as mismo el libro de Wences Galn: El fuego en la voz.

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