literatura brenda

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ASTERISCO 1Qué linda es la dueña! ¡Qué hermoso gracejo! ¡Cómo se divierte, sola, ante el espejo! La mosca que vuela, busca en el reflejo del cristal, la mano puesta en circunflejo. Atentos los verdes ojos de adivina, suspensa en el aire la mano felina, lo que atrás le queda, delante imagina. Viéndola, se entiende mejor la doctrina de Platón. La bella busca en las figuras falsas de la luz, claridades puras. Ciencia cabalística dicta sus posturas. Quieta y sibilina, mirando al cristal, la mano suspensa para obrar el mal, sobre la consola invoca a Belial. ROSA DE BRONCE La casa profané con mi lascivia, la sangre derramé. Fui el hijo pródigo. Encendida pantera de la Libia se alzó mi corazón. Mi orgullo, código. El mundo atravesé como un Atlante cargado con las odres del pecado, y con la vida puesta en cada instante hice rodar la vida como un dado. Altivo en el dolor, siempre secreta tuve mi pena. La encendida furia de Eros me pasó con su saeta, y mi melancolía fue lujuria. Llevé sobre los ojos una venda, dando sangre una herida en el costado, y en los hombros la capa de leyenda con que va a sus concilios el Malvado. Y quise despertar las negras ayes que duermen en el fondo del abismo, y sobre el mar, en zozobrantes naves, ser bello como un rojo cataclismo. De sangriento laurel alcé una rama, con el iris del tigre en la pupila, y dio, doncel, mi corazón su llama con el estrago bárbaro de Atila.

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ASTERISCO

1Qu linda es la duea! Qu hermoso gracejo!Cmo se divierte, sola, ante el espejo!La mosca que vuela, busca en el reflejodel cristal, la mano puesta en circunflejo.

Atentos los verdes ojos de adivina,suspensa en el aire la mano felina,lo que atrs le queda, delante imagina.Vindola, se entiende mejor la doctrina

de Platn. La bella busca en las figurasfalsas de la luz, claridades puras.Ciencia cabalstica dicta sus posturas.

Quieta y sibilina, mirando al cristal,la mano suspensa para obrar el mal,sobre la consola invoca a Belial.

ROSA DE BRONCE

La casa profan con mi lascivia,la sangre derram. Fui el hijo prdigo.Encendida pantera de la Libiase alz mi corazn. Mi orgullo, cdigo.

El mundo atraves como un Atlantecargado con las odres del pecado,y con la vida puesta en cada instantehice rodar la vida como un dado.

Altivo en el dolor, siempre secretatuve mi pena. La encendida furiade Eros me pas con su saeta,y mi melancola fue lujuria.

Llev sobre los ojos una venda,dando sangre una herida en el costado,y en los hombros la capa de leyendacon que va a sus concilios el Malvado.

Y quise despertar las negras ayesque duermen en el fondo del abismo,y sobre el mar, en zozobrantes naves,ser bello como un rojo cataclismo.

De sangriento laurel alc una rama,con el iris del tigre en la pupila,y dio, doncel, mi corazn su llamacon el estrago brbaro de Atila.

Fui luzbeliano. En la contraria suertedict el orgullo su sonrisa al labio,mir la vida hermana de la muertey tuve al sonrer arte de sabio.LA TRAE UN CUERVO

Tengo rota la vida! En el combatede tantos aos ya mi aliento cede,y al orgulloso pensamiento abatela idea de la muerte, que la obsede.

Quisiera entrar en m, vivir conmigo,poder hacer la cruz sobre mi frente,y sin saber de amigo ni enemigo,apartado, vivir devotamente.

Dnde la verde quiebra de la alturacon rebaos y msicos pastores?Dnde gozar de la visin tan pura

que hace hermanas las almas y las flores?Dnde cavar en paz la sepulturay hacer mstico pan con mis dolores?A un olmo secoAl olmo viejo, hendido por el rayoy en su mitad podrido,con las lluvias de abril y el sol de mayoalgunas hojas verdes le han salido.

El olmo centenario en la colinaque lame el Duero! Un musgo amarillentole mancha la corteza blanquecinaal tronco carcomido y polvoriento.

No ser, cual los lamos cantoresque guardan el camino y la ribera,habitado de pardos ruiseores.

Ejrcito de hormigas en hilerava trepando por l, y en sus entraasurden sus telas grises las araas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,con su hacha el leador, y el carpinterote convierta en melena de campana,lanza de carro o yugo de carreta;antes que rojo en el hogar, maana,ardas de alguna msera caseta,al borde de un camino;antes que te descuaje un torbellinoy tronche el soplo de las sierras blancas;antes que el ro hasta la mar te empujepor valles y barrancas,olmo, quiero anotar en mi carterala gracia de tu rama verdecida.Mi corazn esperatambin, hacia la luz y hacia la vida,otro milagro de la primavera.

CampoLa tarde est muriendocomo un hogar humilde que se apaga.

All, sobre los montes,quedan algunas brasas.

Y ese rbol roto en el camino blancohace llorar de lstima.

Dos ramas en el tronco herido, y unahoja marchita y negra en cada rama!

Lloras?... Entre los lamos de oro,lejos, la sombra del amor te aguarda.

SueoDesgarrada la nube; el arco irisbrillando ya en el cielo,y en un fanal de lluviay sol el campo envuelto.Despert. Quin enturbialos mgicos cristales de mi sueo?Mi corazn lataatnito y disperso....El limonar florido,el cipresal del huerto,el prado verde, el sol, el agua, el iris!el agua en tus cabellos!...Y todo en la memoria se perdacomo una pompa de jabn al viento.

LA ROSA AZUL

Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las haca!Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesaY las rosas de olor, que pongo como ella las pona, exaltan su color;y los bellos cojnes, que pongo como ella los pona, florecen sus jardines;Y si pongo mi mano -como ella la pona- en el negro piano,surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria meloda.

Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las haca!me inclino a los cristales del balcn, con un gesto de ellay parece que el pobre corazn no est solo.Miro al jardn de la tarde, como ella,y el suspiro y la estrella se funden en romntica armona.

Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las haca!Dolorido y con flores, voy, como un hroe de poesa ma.Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,y mis pies son de raso -oh! Ausencia hueca y fra!-y mis pisadas dejan resplandores.

QU TRISTEZA DE OLOR A JAZMN!

Qu tristeza de olor de jazmn! El veranotorna a encender las calles y a oscurecer las casas,y, en las noches, regueros descendidos de estrellaspesan sobre los ojos cargados de nostalgia.

En los balcones, a las altas horas, siguenblancas mujeres mudas, que parecen fantasmas;el ro manda, a veces, una cansada brisa,el ocaso, una msica imposible y romntica.

La penumbra reluce de suspiros; el mundose viene, en un olvido mgico, a flor de alma;y se cogen liblulas con las manos cadas,y, entre constelaciones, la alta luna se estanca.

Qu tristeza de olor de jazmn! Los pianosestn abiertos; hay en todas partes miradascalientes... Por el fondo de cada sombra azul,se esfuma una visin apasionada y lnguida.

TRASCIELO DEL CIELO AZUL

Qu miedo el azul del cielo!Negro!Negro de da, en agosto!Qu miedo!Qu espanto en la siesta azul!Negro!Negro en las rosas y el ro!Qu miedo!Negro, de da, en m tierra-negro!-sobre las paredes blancas! Qu miedo! Federico Garca Lorca vanguardistasLa Tarara

La Tarara, s;la Tarara, no;la Tarara, nia,que la he visto yo.

Lleva la Tararaun vestido verdelleno de volantesy de cascabeles.

La Tarara, s;la tarara, no;la Tarara, nia,que la he visto yo.

Luce mi Tararasu cola de sedasobre las retamasy la hierbabuena.

Ay, Tarara loca.Mueve, la cinturapara los muchachosde las aceitunas.

El lagarto est llorando. Poesa de Garca LorcaEl lagarto est llorando.La lagarta est llorando.El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos.Han perdido sin querersu anillo de desposados.Ay! su anillito de plomo,ay! su anillito plomadoUn cielo grande y sin gentemonta en su globo a los pjaros.El sol, capitn redondo,lleva un chaleco de raso.Miradlos qu viejos son!Qu viejos son los lagartos!Ay, cmo lloran y lloran!Ay, ay, cmo estn llorando!Autor: Federico Garca Lorca

Balada del caracol negro. Poema de Garca LorcaCaracoles negros.Los nios sentadosescuchan un cuento.El ro traacoronas de vientoyuna gran serpientedesde un tronco viejomiraba las nubesredondas del cielo.Nio mo chicodonde ests?Te sientoen el corazny no es verdad.Lejos esperas que yo saquetu alma del silencioCaracoles grandes.Caracoles negrosAutor: Federico Garca Lorca

Poemas "Cortitos" de HemingwayPoesa

As que ahora,habiendo perdido anoche a los tres,devolvindolos hoy,los bosques hmedos y oscuros

Cautivos

Algunos llegaron encadenados.Sin remordimientos, pero cansados.Demasiado cansados, slo para tambalearse.Pensando y odiando haber sido acabadospensando y peleando por haber sido acabados.As se cura una larga campaa,fabricando fcilmente la muerte.

Campos de Honor

Los soldados nunca mueren bien:las cruces marcan los lugares;donde ellos cayeron hay cruces de madera;un palo sobre sus caras.

Los soldados empujan y tosen y caen de cabezatodo el mundo grita en rojo y negrolos soldados se sofocan en una trinchera yse asfixian completamente durante el ataque.Poemas de Octavio PazDos cuerposDos cuerpos frente a frenteson a veces dos olasy la noche es ocano.Dos cuerpos frente a frenteson a veces dos piedrasy la noche desierto.Dos cuerpos frente a frenteson a veces racesen la noche enlazadas.Dos cuerpos frente a frenteson a veces navajasy la noche relmpago.Dos cuerpos frente a frenteson dos astros que caenen un cielo vaco.

Ms all del amorTodo nos amenaza:el tiempo, que en vivientes fragmentos divideal que fuidel que ser,como el machete a la culebra;la conciencia, la transparencia traspasada,la mirada ciega de mirarse mirar;las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba,el agua, la piel;nuestros nombres, que entre t y yo se levantan,murallas de vaco que ninguna trompeta derrumba.Ni el sueo y su pueblo de imgenes rotas,ni el delirio y su espuma proftica,ni el amor con sus dientes y uas nos bastan.Ms all de nosotros,en las fronteras del ser y el estar,una vida ms vida nos reclama.Afuera la noche respira, se extiende,llena de grandes hojas calientes,de espejos que combaten:frutos, garras, ojos, follajes,espaldas que relucen,cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.Tindete aqu a la orilla de tanta espuma,de tanta vida que se ignora y se entrega:t tambin perteneces a la noche.Extindete, blancura que respira,late, oh estrella repartida,copa,pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.

NiaNombras el rbol, nia.Y el rbol crece, lento y pleno,anegando los aires,verde deslumbramiento,hasta volvernos verde la mirada.

Nombras el cielo, nia.Y el cielo azul, la nube blanca,la luz de la maana,se meten en el pechohasta volverlo cielo y transparencia.

Nombras el agua, nia.Y el agua brota, no s dnde,baa la tierra negra,reverdece la flor, brilla en las hojasy en hmedos vapores nos convierte.

No dices nada, nia.Y nace del silenciola vida en una olade msica amarilla;su dorada mareanos alza a plenitudes,nos vuelve a ser nosotros, extraviados.

Nia que me levanta y resucita!Ola sin fin, sin lmites, eterna!

RESUMEN DE LA OBRA "LOS DE ABAJO- Mariano Azuela -Argumento de "Los de abajo", libro de Mariano Azuela.El campesino rebelde Demetrio Macas se encuentra en su rancho El Limn con su mujer y su hijo cuando los federales llegan a buscarlo y se oculta.Luego de matar al perro, los soldados entran y, al encontrar sola a la mujer, el oficial intenta violarla. Demetrio aparece rifle en mano, insolente y despreciativo. Los federales, asustados, se alejan del lugar.Por temor a futuras represalias, Demetrio manda a su mujer, con el nio en brazos, a casa de sus padres, en tanto que l se encamina a las montaas en busca de sus correligionarios. Poco despus el rancho arde en llamas.Demetrio Macas es elegido jefe de los rebeldes. En la primera batalla contra un destacamento gobiernista, los alzados derrotan a los federales y stos huyen despavoridos, pero en la refriega hieren a Demetrio.

Sus compaeros lo conducen a un miserable pueblecito cercano, donde son recibidos con gran hospitalidad.

Al da siguiente, hacen prisionero a un estudiante de medicina, Luis Cervantes, desertor del bando federal que quiere incorporarse a la causa revolucionaria.

Primero lo encierran, pero depuestas sus sospechas, lo dejan en libertad.Habiendo sido herido por los hombres de Macas cuando lo prendieron, el propio Cervantes se cura y ms tarde tambin atiende a Demetrio.

As, poco a poco, va cambiando la situacin del estudiante y los hombres lo aceptan como a uno ms de los suyos.Das despus, los revolucionarios parten hacia Zacatecas, para unirse a las fuerzas del general Pnfilo Natera.

Durante el trayecto, en un pueblo se encuentran con tropas federales y las atacan.

El asalto comienza. La descripcin de la batalla es muy cruda. La brutalidad y la fiereza caracterizan a los hombres de Demetrio, que se dedican al pillaje luego de la victoria.Posteriormente, en Fresnillo se unen a la gente de Pnfilo Natera, quien hace coronel a Demetrio. Llegan a Zacatecas y el primer asalto fracasa, pero luego derrotan a los federales y toman la ciudad.Corre el ao 1914. Demetrio Macas ya es general. Los revolucionarios han alcanzado gran podero y cometen toda clase de atropellos, destruyendo cuanto encuentran a su paso.

Tambin est en ello Luis Cervantes, quien se ocupa de robar las joyas de las familias ricas que han huido ante la embestida revolucionaria.En un lupanar, Demetrio conoce a la Pintada, y la hace su amante.

La tropa rebelde toma rumbo a Moyahua, la tierra de Demetrio Macas. En los pueblos que atraviesan exigen aguardiente, dinero y armas; adems, saquean e incendian las mansiones de los ricos.Un correo urgente ordena la salida de la tropa rebelde hacia Jalisco. Camila, una joven de buenos sentimientos que Luis Cervantes trae al lado de Demetrio para ganarse la voluntad de ste, va tomando ascendiente sobre el caudillo y lo inclina a ser ms considerado y compasivo con los prisioneros.Mientras, la brigada aumenta da a da.Ahora deben trasladarse a la ciudad de Aguascalientes, donde se celebrar una reunin de jefes revolucionarios. Mientras, hay un altercado y la Pintada mata a Camila. Demetrio, entonces, echa de su lado a la celosa y criminal soldadera.En la Convencin de Aguascalientes no se llega a ningn acuerdo. Macas, aunque no entiende nada de cuanto sucede, promete a Natera seguir con l y luchar a favor de Francisco Villa en contra de Venustiano Carranza, quien ha sido desconocido por dicha Convencin.Pasado un tiempo, la brigada de Demetrio Macas comienza a desintegrarse. Villa sufre la derrota de Celaya y Carranza va ganando terreno. La situacin es crtica. Ya nadie sabe de qu lado est la verdad de la revolucin.

Las continuas luchas y saqueos han dejado tristeza y desolacin.Luego de casi dos aos de ausencia, Demetrio vuelve a ver a su mujer y a su hijo. El encuentro es sumamente breve.

Despus, Demetrio regresa a la sierra, donde l y su gente entablarn varias batallas contra los federales.En la ltima, los fieles compaeros de Macas van cayendo uno a uno.

Demetrio queda solo, pero sigue luchando, sin errar un tiro.

De pronto se disipa el humo de los fusiles: Demetrio Macas sigue apuntando al enemigo, pero esta vez con los Ojos fijos para siempre.

RESUMEN DEL LIBRO LA METAMORFOSISUna maana, despus de un sueo intranquilo, Gregorio Samsa se despert transformado en un monstruoso insecto. Tena muchas patitas que se movan sin que l pueda controlarlas y todo indicaba que no se trataba de un sueo: el reloj indicaba las seis y media y el tren sala a las cinco. No poda comprender cmo pudo quedarse dormido si el despertador sonaba todos los das a las cuatro de la maana, y tan fuerte que hasta haca vibrar los muebles. Pero no era momento de lamentarse, deba levantarse o perdera su trabajo. Si bien haba perdido el tren de las cinco poda alcanzar el de las siete si se daba prisa. Pero no era posible salir de la cama, se balanceaba sobre su enorme caparazn y aun as no lograba llegar ni al borde. Su mam llam a la puerta:Gregorio dijo ella van a ser las siete, te pasa algo malo?Tambin llam su padre y hasta escuch la voz de su hermana Grete, pero intent calmarlos dicindoles que no pasaba nada y que enseguida estara con ellos. Pero no poda levantarse aunque lo intentaba. Quiso rendirse, decir que estaba enfermo y descansar un da. Pero no era tan fcil, vendra su jefe a buscarlo, traera a un mdico (el que se dara cuenta que Gregorio no estaba enfermo) y lo botaran de su empleo por perezoso. Y Gregorio no poda perder su trabajo, por lo menos ahora no, en cinco aos poda ser, cuando termine de pagar la deuda de su padre, pero ahora no, su familia lo necesitaba.Mir una vez ms el reloj: eran las siete, haba perdido el segundo tren, definitivamente estaba en problemas. En ese momento oy que tocaban a la puerta y que alguien deca: Buenos das, est Gregorio en casa? Era la voz del gerente, ya no era tiempo de estar jugando o perdera su trabajo. Gir con todas sus fuerzas y cay de la cama a la alfombra. Sus patas se acomodaron perfectamente al piso y se acerc a la puerta. Tocaron a la puerta, el gerente le increp su actitud:No lo puedo creer, seor Samsa, yo haba confiado en usted y usted ni siquiera quiere ir a trabajar. Adems, es muy sospechoso que ayer usted tena que hacer unas cobranzas y hoy, en vez de llevar el dinero, se queda en casa.Muy sospechoso, seor Samsa, muy sospechoso.Gregorio estaba disgustado, por qu lo trataba as?, l sera incapaz de robarle a sus patrones, adems tena aos de un trabajo impecable. Pero ni eso valoraba el gerente.Un momento por favor, dijo Gregorio ya me levanto, me he sentido mal por la maana pero ya estoy bien y voy a trabajar, as que no se preocupen.Al otro lado de la puerta, el gerente y la familia de Gregorio no haba escuchado palabras, sino sonidos monstruosos, silbidos, gruidos y resoplidos. Grete fue a buscar a un mdico y la criada corri a buscar a un cerrajero para forzar la puerta y saber que estaba pasando dentro de esa habitacin. Pero Gregorio logr abrir la puerta antes. Us su mandbula sin dientes y se hizo bastante dao, pero gir la manija de la puerta. Al fin, exclam el gerente y entr antes que los dems a la habitacin. Cuando vio al insecto se qued esttico y mudo, la madre cay desmayada y el padre amenaz a Gregorio con el puo para que no se acerque. El nico que mantuvo la calma fue el insecto.No se preocupen dijo Gregorio cualquiera tiene una indisposicin, pero ya estoy bien, en un minuto me cambio y voy a trabajar. Adems, voy a trabajar el doble para compensar mi tardanza, pero no piensen que soy un perezoso. Nuevamente lo que oyeron todos no fueron palabras sino balbuceos monstruosos. El gerente huy casi a la carrera, Gregorio fue tras l pues tema perder su trabajo y como estaba apoyado en la puerta pudo pasar su ancho caparazn de lado. Pero cuando quiso regresar a su habitacin, no poda pasar por la estrecha puerta. Su padre haba salido a detenerlo pensando que atacara al gerente, y con la rabia que senta no se fij que Gregorio tena el caparazn incrustado en el marco de la puerta y de un empujn lo envi al fondo del cuarto. El caparazn se hiri y de las llagas sala un lquido verdoso.El resto de ese da Gregorio lo pas durmiendo. Cuando despert encontr una bandeja con su alimento preferido: leche, y en ella nadaban pedacitos de pan. Al instante supo que su hermana haba puesto ah la comida. Se acerc, emocionado, a comer pero al primer sorbo sinti asco y se sorprendi pues nunca la leche le haba causado esa sensacin. Intent de nuevo, pero era imposible, asqueroso. As que se arrincon debajo del sof y pas durmiendo y con hambre la primera noche de insecto.En la maana, su hermana entr al cuarto, y al ver que Gregorio no haba comido, como adivinando sus pensamientos, sac el plato con leche y a cambio le trajo varios alimentos descompuestos: vegetales, restos de comida, un queso mohoso; y dej solo a Gregorio que slo entonces pudo comer y esta vez tambin se sorprendi pues lo que antes habra sido repulsivo para l, entonces era delicioso. Termin y volvi a esconderse bajo el sof. Ms tarde, Grete limpi todo mientras el insecto estaba escondido bajo el sof, pero la muchacha poda ver el bulto tenebroso debajo del mueble y aunque evitaba mirarlo, senta su presencia y eso incomodaba a ambos. Y aunque la nica que se encargaba de cuidar a Gregorio era ella, la situacin se hizo cada vez ms tensa: Grete abra de par en par las ventanas de la habitacin cada vez que entraba para que escape el hedor del insecto, pero eso mortificaba a Gregorio que habra preferido que las ventanas no solo estn cerradas sino que tambin estn corridas las cortinas. Una noche, Gregorio escuch la conversacin de su familia (la puerta de su cuarto daba al comedor). Las conversaciones en casa ya no eran alegres ni joviales, casi no se hablaban, todo haba entrado en un estado de petrificacin. La criada se haba ido y haban contratado otra bastante mayor. Y aunque solo Grete se encargaba de Gregorio, continuamente su madre declaraba su intencin de ver a su hijo y conocer su estado; pero su padre y su hija se lo impedan. Gregorio estaba de acuerdo con ellos, no quera que su madre, ni su hermana (ni nadie) pase malos momentos por su culpa. As que, aunque demor cuatro horas, arrastr la sbana de su cama y la llev bajo el sof, donde se tap con ella y evitaba que su hermana se aterrorice cada vez que entraba a limpiar la habitacin. Por ese entonces, Gregorio haba encontrado un pasatiempo: haba descubierto que sus patas viscosas se adheran a las paredes y que poda caminar por ellas, incluso poda pasear por el techo. Su hermana lo haba notado pues quedaban las huellas de sus patas. Se le ocurri entonces que si su hermano quera pasear por las paredes y por el techo, lo ms sensato sera quitarle todos los obstculos que pueda encontrar: los muebles, el escritorio, la cama. En ese momento no tena quin la ayude en la labor, y como la nica en casa era la madre, tuvo que pedrselo a ella. Gregorio se escondi bajo la sbana y las dos mujeres comenzaron la labor. Sin embargo, l no quera que desalojen sus cosas, no quera sentirse un animal, no quera que le quiten lo ltimo que le deba una apariencia humana a su habitacin. Es ahora o nunca, pens, y sali de debajo de la sbana y se apoy sobre un cuadro, pegando su vientre viscoso al cristal del retrato.Cuando volvi la madre al cuarto, vio al insecto pegado al vidrio y se desmay por el espanto. Grete intent auxiliarla y le desabroch la blusa para que pueda respirar mejor, mientras amenazaba al insecto con la mirada. Gregorio, asustado, se despeg como pudo del vidrio y huy hacia el comedor y trep por las paredes y el techo. Pero su nerviosismo lo traicion: se despeg del techo y cay pesadamente sobre la mesa. En ese momento lleg el padre del trabajo. Cuando vio la expresin de susto de su hija, lo adivin todo.Gregorio se ha escapado dijo ella abrazndose al pecho del padre, mam lo ha visto y se ha desmayado, pero ya est mejor.El padre no quiso escuchar ms, tir la gorra sobre el sof y empez a perseguir al insecto. Gregorio hua, pero pronto se dio cuenta que era preferible dejar de escapar y dirigirse al cuarto para demostrar que tena la intencin de encerrarse por s mismo. Pero el padre no entendi y empez a arrojarle manzanas, una de las cuales se encaj en el caparazn del insecto, quien se cruz con su madre que corra espantada para detener a su esposo y pedirle llorando que por favor no mate a su hijo.A partir de entonces, la relacin con Gregorio cambi drsticamente. Todos en casa debieron buscar un empleo: el padre era mensajero, la madre costurera y la hermana encontr trabajo en una tienda. Adems tuvieron que despedir a la criada y contrataron una asistenta que vena por unas horas para limpiar la casa. Grete atenda a Gregorio con desdn: le arrojaba la comida y ya no limpiaba su cuarto, pronto abandon su cuidado y se lo encargaron a la asistenta, quien, a diferencia de todos, no le tena el menor temor al insecto: lo insultaba, le picaba el caparazn con la escoba y pona todas las cosas de sobra en su cuarto. En poco tiempo Gregorio tena un estado deplorable: estaba cubierto de polvo, viviendo entre los desechos, con restos de basura y comida adherida a su cuerpo y sin nadie que lo atienda de verdad.Por esos das los padres decidieron recibir inquilinos en casa para tener un ingreso adicional. Recibieron a tres amigos a los que trataban con demasiada sumisin (ni siquiera se sentaban en su sof si los inquilinos estaban cerca) pues nunca haban tenido huspedes en casa y queran tratarlos de la mejor manera para que no se vayan. Una noche, mientras cenaban, Grete toc el violn en la cocina; los inquilinos se sintieron conmovidos por la msica y le pidieron que toque para ellos y que a cambio le daran una propina. La muchacha lo hizo, el padre coloc el pentagrama y ella empez a tocar.Cuando Gregorio oy la msica, se sinti conmovido. Record que soaba con ahorrar dinero para enviar a su hermana al conservatorio y pens que la msica habra enternecido a todos tanto como a l as que se atrevi a salir del cuarto y asomarse al comedor (la asistenta haba olvidado cerrar la puerta). Uno de los inquilinos vio al insecto pero mantuvo la calma.Seor Samsa dijo uno de los inquilinos, qu es eso? y seal a Gregorio.El padre, espantado por el suceso, en lugar de meter a Gregorio en su cuarto, empuj frenticamente a los huspedes al suyo sin darles una explicacin. Grete solt el violn y corri al cuarto de los huspedes donde arregl las camas antes que ellos ingresen. Entonces, cansados de tantos empujones los inquilinos se detuvieron en seco.Seor Samsa, debo decirle que me siento ofendido por el trato que se nos ha dado dijo uno de ellos. As que nos vamos de su casa sin pagarle ni un centavo, al contrario creo que les voy a pedir una indemnizacin.Los dos compaeros de este, asintieron con la cabeza y se encerraron en su cuarto.El padre se dej caer en el silln, la madre y la hermana lloraban y Gregorio, por la falta de fuerzas que le ocasionaba el hambre, no poda moverse de regreso a su cuarto. No lograba entender como su buena intencin se haba convertido en una maldicin para los dems.Debemos deshacernos de l grit la hermana. Yo ya no aguanto ms. Esa cosa nos va a matar a todos. Nuestro error ha sido creer que eso es Gregorio, y no lo es. Echmoslo de casa, suficiente tortura es que todos nosotros trabajemos y que aparte debamos encargarnos de ese insecto. Pap! dijo con un dbil chillido y corri a esconderse detrs de l, ah viene.Pero Gregorio no iba hacia ella, sino que daba la vuelta para regresar a su encierro. Estaba tan dbil que demor mucho en llegar, pero cuando cruz el umbral, Grete cerr la puerta violentamente y la asegur con llave. Toda esa noche Gregorio la pas despierto, convencido (an ms que su hermana) de que deba morir. Cuando el reloj de la iglesia dio las tres de la madrugada, Gregorio encogi su cabeza y muri.A la maana siguiente fue la asistenta la que not la muerte del insecto. Al fin estir la pata, le dijo a la familia que no le prest atencin. Intent explicarles lo que tena planeado para el cadver, pero tampoco fue tomada en cuenta. Hasta que ella misma arrastr el cadver con la escoba para que ellos lo vean.Demos gracias a Dios dijo el padre.En ese momento salieron los inquilinos, quienes pidieron el desayuno y fueron sorprendidos por la asistenta que les mostr el insecto muerto. El padre, enojado, se par frente a ellos y los bot duramente de su casa. Tambin la criada sali muy enojada pues nadie tomaba atencin a sus planes sobre qu hacer con el insecto.La familia se tom el da libre de sus trabajos, sacaron sus cuentas y vieron que lo que ganaban entre los tres les alcanzaba para vivir y hasta sobraba un poco para ahorrarlo, as que sintieron un alivio por la carga que se les quitaba con la muerte de Gregorio. Decidieron salir, pasear, como hace meses no lo hacan; y, mientras viajaban en el tranva, los padres notaban la belleza de Grete, que ya estaba en condiciones de tomar un buen marido.Resumen:Este trabajo presenta un recorrido a travs de la lectura del relato

El Espejo de Lida Sal, incluido en el libro homnimo de Miguel ngel Asturias, a partir de un concepto clave en el proyecto esttico-poltico del autor, como es el de la hibridacin. Dicho programa gira en torno a la bsqueda de la identidad guatemalteca, a partir de la recuperacin y reintegracin del componente maya de la cultura, que haba sido excluido en la construccin de un proyecto de nacin racista y discriminatorio. El presente anlisis estudia los modos que adopta, en el relato de Asturias elegido, esta bsqueda de la tradicin indgena que es el sub-texto de la identidad guatemalense, as como la manera en que el autor construye literariamente una visin hbrida y amalgamadora de la guatemalidad.Palabras clave:Miguel ngel Asturias / El Espejo de Lida Sal / identidad hbrida / guatemalidad / componente maya.La patria material se me fue muriendo dentro, y de ella fue quedando otra patria. La patria espiritual. La ma. La honda. Honda como un estanque de agua, de agua llovida de su cielo, de agua subida de sus mares y ros. Verme en ese estanque no era simplemente contemplar mi imagen en un espejo lquido. [] Donde este espejo detena sus fulgores, yo me asomaba. Materialmente, Patria, me asomaba a tu yo ntimo, a tu esperanzada transparencia de fuegos de plata. Pero, qu es la materia fluida, sutil, que copia mi imagen, sino parte de mi espritu, de mi pupila, de mi yo, de mi existencia vindote? MIGUEL NGEL ASTURIAS.Este trabajo se propone realizar un recorrido a travs de la lectura del relato El Espejo de Lida Sal, incluido en el libro homnimo de Miguel ngel Asturias, tomando como hilo conductor el concepto de hibridacin en la bsqueda de la identidad guatemalense. El objetivo del anlisis ser descubrir en el texto las posibles formas de la hibridacin, en tanto concepto clave en el proyecto esttico-poltico de Asturias.Dicho programa gira en torno a la bsqueda de la identidad de la nacin guatemalteca a travs de la palabra. El autor logra construir -dice Arturo Arias- un maravilloso puente de palabras hacia otra cultura, hacia otro mundo (Arias 1997: 563). En Asturias anida la conciencia de que hay una realidad otra al otro lado del espejo, al otro lado del puente de palabras, al otro lado de la vigilia, al otro lado de la realidad. En El Espejo de Lida Sal Asturias nos invita a entrar al espejo de la cultura guatemalteca, a pasar a travs de l para poder contemplar desde el otro lado ese mundo otro.Lo otro de la cultura, de la identidad de Guatemala, es el componente maya, que haba sido reprimido en la construccin de una nacin ladina, surgida de un proyecto de nacin racista y discriminatorio, segn Mario Roberto Morales (1996: 407), que excluy al indio. La intencin de Asturias es la de recuperar e integrar esa tradicin indgena que es el sub-texto de la identidad guatemalense, para conformar una nacin mestiza e hbrida. Se trata de incluir y fundir las culturas subalternas mayas: eso que est detrs, debajo, del otro lado. Se propone hacer resurgir el componente reprimido, para resarcir el proyecto ladino de nacin mutilada, con la construccin de una visin hbrida, amalgamadora, de la guatemalidad. Arturo Arias explica este proceso retomando la inteleccin lacaniana segn la cual es necesario que, para tener un acceso a la realidad normal, algo sea excluido, primordialmente reprimido" (Arias, S/F). Por ello es que la poblacin ladina guatemalteca, para tener su "acceso a la realidad" normal, ha excluido de su conciencia -es decir, ha reprimido- el elemento identitario indgena. Frente a esto, Asturias se propone deshacer esta exclusin, a fuerza de reintroducir el factor indgena como raz identitaria. Tal arreglo reviste un cierto nivel de delirio, dado que el autor debe, segn opina Carlos Rincn (1997: 697), trascender los lmites de la razn intelectual, rebasar la red de antinomias exclusivas del llamado reino de la lgica -mundo interior/mundo exterior, vida interior/ vida exterior, subjetivo/objetivo-. Su escritura slo es posible, entonces, en un ambiente de fantasa, de ensueo, de maravilla, en el que la realidad se transmuta en superrealidad o realidad surrealista, como el mismo Asturias declara (1968: 281).Los mecanismos estticos del surrealismo permiten la expresin de lo inconsciente, de lo reprimido, segn la concepcin que ofrece Carlos Rincn del inconsciente como voz original hasta ahora reprimida(Rincn 1997: 701). De acuerdo con este crtico, el proceso da como resultado el encadenamiento no-lgico sino analgico-asociativo de las imgenes, propio de los textos automticos. De este modo, la cultura relegada, negada de los antiguos mayas, que haba sido sepultada bajo la cultura occidental, vuelve a resurgir en acto, sale a escena gracias al poder performativo de la palabra, ese poder de crear una realidad de fantasa, una realidad mgica.La escritura se sita en un espacio de dualidad entre sueo y realidad, en un ambiente que es una especie de sueo, de irrealidad, que al contarse con todo detalle parece ms real que la realidad misma, dice Asturias (Citado en Arias 1997: 561). l mismo denomina a este tipo de fenmeno con el nombre de realismo mgico:Mi realismo es mgico porque depende un poco del sueo tal como lo conceban los surrealistas. Tal como lo conceban tambin los mayas en sus textos sagrados. Leyendo estos ltimos me he dado cuenta de que existe una realidad palpable sobre la cual se enraza otra, creada por la imaginacin, y que se envuelve con tantos detalles que se hace tan real como la otra. Toda mi obra se desarrolla entre esas dos realidades: la una social, poltica, popular, con personajes que hablan el habla del pueblo guatemalteco, la otra imaginaria, que los encierra en una especie de ambiente y paisaje de sueo (Citado en Rincn 1997: 696).Asturias saca a la luz la visin indgena de la realidad desde la perspectiva del sueo, el cual no es considerado menos real que la percepcin sensorial, como afirma Carlos Rincn (1997: 697). El inconsciente es concebido como tesoro subjetivo de mitos e imgenes colectivas. De ese tesoro se apropia Asturias desde su posicin de guatemalteco, ladino, mestizo y letrado, pero al mismo tiempo hace las veces deltlapicazcatzin, que esel que conserva, entre los antiguos mayas.Adems de conservar las ruinas de la textualidad maya, el escritor realiza una lectura oblicua de las mismas y fabula a partir de ellas con el poder que le confiere la palabra potica. De acuerdo con Arias, el poeta tiene el poder de nombrar el mundo, de verlo con ojos infantiles y con instinto no racional, sensual, subjetivo (Arias 2000: 635). Nombrar el mundo es crear el mundo: la palabra crea con su voz y su cuerpo, como el Ambimano Tatuador crea, para los mayas, el mundo y los artistas que hacen el mundo. Desde su posicin de ladino y mestizo, se apropia de lo maya y lo oral de esa cultura, interroga lo antiguo y lo incorpora para integrar esos dos mundos en un entramado cultural, un tejido (pop, en maya-quich) que pueda conformar sintticamente una nacin hbrida. La utopa se logra nicamente a travs de la palabra, capaz de restituir la cultura relegada a un plano protagnico y de hacer or a ese mundo oral sepultado.La recuperacin de la tradicin mayense y su apropiacin e integracin a la cultura central ser la clave para la formacin, a travs de la palabra, de una nacin mestiza. El elemento evocativo-musical de la palabra posibilita a Asturias la recuperacin y reinvencin de los mitos y creencias mayas, que realiza desde una mirada vanguardista, segn Morales. Trae las imgenes al centro y funda as una identidad soada y mestiza de Guatemala en tanto nacin hbrida, mediante la amalgama de lo pasado y de lo presente, de la magia y de la realidad. Surge as de su escritura una gran fuerza animada por la sensualidad de las leyendas, las figuras mticas, y las creencias fantsticas mayas, que el autor integra a la realidad actual de su pueblo, como veremos ms adelante.La fuerza escritural de las creencias fantsticas se hace presente en El espejo de Lida Sal, relato que se nos presenta con carcter de mito o leyenda: Lo ltimo que cerr fueron las inmensas congojas de sus ojos que divisaban cada vez ms lejos la orilla del pequeo lago llamado desde entonces el Espejo de Lida Sal (p. 248)[1]. El texto, al llegar a su final, acaba de revelarnos su consistencia (p. 244) de mito fundacional que explica el origen de ese lago llamado el Espejo de Lida Sal. Segn Martin Lienhard, Asturias se vale de lo indgena para crear la apariencia de un mito -no indgena sino ladino (Lienhard 1997: 584).Asturias rompe, crea y transforma: hibridiza para lograr ver realizado el deseo de una Guatemala mestiza, unificada, no disgregada. Esta visin ilusoria slo se logra a travs del sueo: los laberintos onricos son los espejos que reproducen sublimadas las imgenes de los deseos, afirma Ana Mara Sandoval (2000: 747). La magia de la palabra posibilitar esa visin maravillosa del deseo cumplido; la magia de las creencias de antes (p. 237) le permitir a Lida Sal verse deseada por su amado. Pero para eso tiene que verse de cuerpo entero vestida de Perfectante (p. 245).Para Arias, Asturias es un sujeto fracturado en busca de la otra parte de su ser, esa parte que le concede origen, races, sabidura y madurez, y le brinda el conocimiento acabado de su propia identidad. Podemos plantear aqu que esa pregunta por la identidad en Asturias se ve retratada en la empedernida bsqueda que emprende Lida Sal de un espejo de cuerpo entero capaz de devolverle la imagen de s misma: su identidad. Lida Sal es, como Asturias, un sujeto errante sin conocimiento de su propia subjetividad (Arias S/F). La mulata, en una de sus fragmentarias visiones en el espejo de agua, afirma no saber quin es: Se crey otra. Era ella? Era Lida Sal? Era la mulata que fregaba los trastes en la comidera, la que bajaba por aquel camino, en aquella noche, bajo aquella luna, con aquel vestido de fuego y de roco? (p. 247). Aqu apreciamos la manera en que Asturias se vale del poder metafrico de su escritura para representar su obstinada indagacin en torno a la autntica identidad del pueblo guatemalteco.De un lado a otro de la playa fue buscando sitio para verse de cuerpo entero. No lograba su imagen completa. De cuerpo entero. (p. 247). La imposibilidad de hallar el espejo de cuerpo entero en el cual puedan verse reflejados los guatemaltecos conformando una nacin unificada remite a la dualidad existente entre la cultura popular tradicional y la cultura de los blancos y ladinos que fragmenta a la Guatemala real. El proyecto de Asturias consigue trasladar dicha realidad, como ya se ha dicho, a un universo mgico-surrealista. Esta palabra mgica logra crear una visin hbrida y mestiza de Guatemala, que reconstruye una identidad cimentada en la antigua cultura maya, con vistas a recomponer el proyecto de nacin que haba excluido a un sector de su poblacin. Asturias recupera el poder mgico y ritual de la palabra maya y la pone en el centro de la creacin artstica para que con su sonoridad, con su expresividad, con la facultad sanadora de la repeticin, re-cree un mundo anterior. El autor levanta con su escritura la luz de un da sumergido (p. 247).La identidad fragmentada, dividida, quebrantada del pueblo guatemalteco se traduce estticamente en las visiones incompletas de Lida Sal en el espejo de agua. Podra plantearse que esa imagen fragmentaria de Lida se nos hace palpable an antes de verla proyectada en sus reflejos nocturnos. A lo largo del texto, el autor nos presenta una imagen escindida de la protagonista, que anticipa la problemtica central de la identidad partida. Los siguientes pasajes revelan la manera en que Asturias muestra a Lida Sal como una figura inconclusa, trunca, dividida, siempre definida desde la escisin de sus partes:Lida Sal, una mulata ms torneada que un trompo, segua con laoreja, no en lo que haca, sino en la chchara del ciego (p. 236. Subrayado mo.);Lamanofra y jabonosa de Lida Sal (p. 237. Subrayado mo.);y para que dosojosfijaran en ste suspupilasnegras, llenas de una luz de esperanza [] Cada vez que poda frotaba susbrazosdesnudos y sussenosfirmes, temblantes bajo la camisita, en los hombros de Felipe. [...] y ms le cost formar con suslabiosla cifra [] En lamanohecha hueco, hueco en el que senta elcorazn,apret las moneditas calentitas [] se las llev a loslabiosy las bes. (p. 241. Subrayado mo.);Se le fue lacabeza. Apret lamanoen el respaldo de la silla, conla otra manose apoy en la mesa, y un sollozo cerrado le lleg a loslabios[...] Latetacaliente de la mulata se le fue de la mano al viejo, mientras aqulla senta que las monedas [] escurransele de lossenoshacia elvientre, igual que si sucoraznestuviera ya soltando pedazos de metal caliente (p. 242. Subrayado mo.);Lida Sal, mspmulosqueojosde da, pero de noche msojosquepmulos, arrastraba laspupilas[...] para acariciarlo con susmejillas, posarle encima lafrente (p. 244. Subrayado mo.); vino a tirarla delpelo[...] se dej tirar lagreay pellizcar losbrazos (p. 246. Subrayado mo.);Pero luego fue familiarizando losojoscon las arboledas [...] iban rozndole loshombros[...] le mojaban elcabelloy lacara (p. 247. Subrayado mo.)La descripcin de Lida Sal como subjetividad fragmentaria est finamente trabajada por Asturias en el desarrollo del texto. El autor centra su mirada en unos cuantos puntos precisos, focaliza cada parte de su cuerpo, aunque no la totalidad. La visin de cuerpo entero no ser posible sino hasta el final del relato, cuando suceda el encuentro con el espejo de agua. Antes que de encuentro deberamos hablar, para definir el modo que adquiere la unin entre cuerpo e imagen completa, de choque entre el yo real y el yo-reflejo, un yo que es en realidad un otro. Mirarse al espejo es una manera de encontrarse con la propia identidad, pero lo que se ve es slo un reflejo ausente, una imagen distante. Una imagen de otro mundo, si se quiere, del mundo sepultado, reprimido, que busca Asturias. Ese otro mundo est, en El Espejo de Lida Sal, al otro lado del espejo de agua. y la que tena que mirarse era ella, mirarse de pies a cabeza. Ya estaba, ya estaba sobre una roca de basalto contemplndose en el agua. Qu mejor espejo? (p.248). El mejor espejo, para Asturias, es el de la la patria espiritual (Citado en Martin 1997: 471). Esa patria honda como un estanque de agua (dem), en la que se mira no simplemente para contemplar su imagen sino para asomarse a su reflejo espiritual: Pero, qu es la materia fluida, sutil, que copia mi imagen, sino parte de mi espritu, de mi pupila, de mi yo, de mi existencia vindote? (dem).El mirarse de pies a cabeza (p. 248) de Lida Sal deja traslucir la obsesin del guatemalteco por mirarse en el espejo de la patria, en el yo ntimo de la patria, en su esperanzada transparencia de fuegos de plata (Citado en Martin 1997: 471), como veamos en el epgrafe de este trabajo. Para Asturias, Guatemala era -en palabras de Gerald Martin- el espejo en que, donde quiera que estuviese, miraba para encontrar la imagen de su cara (Martin 1997: 504).Los espejos guardan un arcano saber, segn la antigua tradicin mgica de la catoptromancia, saber que pueden revelar si se los interroga. Dicha interrogacin era tarea del chamn entre los indgenas, quien poda ver en el espejo el alma de los difuntos, segn refiere Mircea Eliade (1996: 226). De aqu se deduce que en el imaginario indgena, los espejos, la magia y lo sobrenatural se encuentran asociados.La prdida de la identidad o la prdida del alma que aqueja a la Guatemala de Asturias la convierte en un cuerpo enfermo que el poeta-chamn debe sanar. Restablecer o recrear el alma de la nacin slo es posible para quien puede hacer renacer la palabra maya, la palabra mgica, una palabra esencialmente sonora, una palabra que puede en-cantar. Dicha facultad encantatoria es convocada por el ritmo y la repeticin, de la misma manera en que lo hacan los antiguos chamanes, quienes pronunciaban repetidamente cantos y oraciones alrededor de los enfermos para ahuyentar el mal de los cuerpos. Asturias se convierte as en chamn de su pueblo: el que puede curar con la palabra el cuerpo enfermo de la nacin y ver el alma verdadera de Guatemala. En este sentido, es interesante el anlisis que realiza Arturo Arias, quien afirma que el uso de metforas, enumeraciones, reiteraciones y acumulaciones progresivas en el texto crea un universo verbal en el que lector es hechizado por los significantes mismos, por esas construcciones resultantes de una correcta mezcla de signos literarios (Arias 1997: 563).En el cuento, el ciego ve la solucin para Lida Sal. Podra pensarse que este personaje tambin asume el carcter de chamn, el que puede ver lo que otros no ven; pero el propsito del ciego no es el de aliviar el dolor de Lida Sal sino el de obtener un beneficio personal. El ciego cambia la informacin que brinda sobre el remedio para curar el mal de la protagonista -mirarse al espejo vestida de Perfectante- por un anillo de oro, lo cual remite al trueque fundacional del pueblo americano.Lida Sal es un cuerpo enfermo en busca de su identidad. En este sentido, podra pensarse que Lida Sal es un nombre parlante: contiene la palabra salado, cuyo significado es, para los guatemaltecos, el de desdichado (Sandoval 1941-2). Tambin salarsees un vocablo evocado por el nombre Lida Sal, y significa -segn recogen Gerald Martin y Giovanni Meo Zilio (Asturias 1997: 455) -tener muy mala suerte en todo. Lida Sal tiene la desdicha y la mala suerte de ser una mulata pobre, enamorada de un soltero, guapo, rico_suspir Lida Sal_, pero qu se va a fijar en m, friega trastes, si l es una gran cosa (p. 237). Ante esta situacin, el nico subterfugio posible corre por cuenta de la magia y el sueo: -Los Perfectantes -deca el ciego []- son los mgicos (p. 236); dormir con el vestido bastantes noches, para que lo dejs impregnado de tu magia, cuando duerme se vuelve mgico, y que as al ponrselo l para la fiesta, sienta el encantamiento y te busque, y ya no pueda vivir sin verte (p. 242). Vislumbramos aqu una percepcin de la exclusin: se trata del pobre que anhela vestiste con el traje del rico. El espejo de Lida Sal plantea metafricamente la contradiccin social de Guatemala entre pobreza y riqueza, siendo el rico el dueo del vestido y el pobre el que slo puede intentar parecrsele por medio del disfraz, vistiendo a hurto, de noche y sin ser visto, unos ropajes que no le pertenecen genuinamente. El travestismo de Lida Sal se inscribe en su propsito de seducir al hombre que ama. Ansa ser como l, ser otra. Pero la magia tiene sus consistencias (p. 244) y no consiste slo en vestirse sino adems y sobre todo en verse con el vestido: La desgracia de ser pobre -se quej la mulata-, no tengo espejo grande para verme (p. 244). Lida Sal encuentra entonces, en el espejo de agua, la salida (Sal-Lida). Pero esa sal-lida no es Lida Sal, sinootra. Lida Sal no puedeseresa imagen, a menos que se funda con ella, y fundirse con su reflejo significa morir, o simplemente caer: viajar hacia abajo, conocer lo que hay debajo y detrs del espejo. Caer significa tambin recorrer las ciudades subterrneas que deja ver el Cuco de los Sueos (Asturias 2000: 10) en Guatemala, la primera de lasLeyendas de Guatemala: Es una ciudad formada de ciudades enterradas, superpuestas, como los picos de una casa de altos. Piso sobre piso. Ciudad sobre ciudad (dem).Cabe destacar este carcter hbrido del nombre Lida Sal: se trata de un compuesto cuyos dos trminos aparecen invariablemente unidos cada vez que se la nombra, son piezas inseparables. Los nombres compuestos nacen de la confianza del autor en la capacidad de fusin de la palabra. Constituyen un importante recurso potico en Asturias, dada la productividad semntica que irradian: Lida Sal, salida, salado, salarse; Perfectante, la combinacin de perfecto + andante, o tambin el que ejerce la perfeccin, segn propone Ana Mara Sandoval (2000: 747); La Petrngela, amalgama entre piedra y ngel, lo material y lo espiritual, lo terrestre y lo sobrenatural, nombre que, segn intuye Sandoval (2000: 748), emblematiza al ladino, al mestizo.Todo esto nos permite concebir la palabra asturiana como polisema o polismbolo, palabra cargada de una mgica e hbrida pluralidad significativa. En este sentido, el propio traje de Perfectante es tambin un hbrido de tradiciones espaolas, mayas, eclesisticas, folclricas y catlicas. Todas stas conforman una tradicin mestiza nica que se resume en la fiesta de la Virgen del Carmen. El personaje de la Petrngela se lamenta por su adscripcin simultnea y mixta a dos creencias, o a una creencia doble, que combina fe y supersticin: Ay, Seora del Cielo, Virgen Santsima. -mascullaba-, perdon mis temores, mis supersticiones, s que son estpidos que son slo creencias, creencias sin fundamento pero es mi hijomi hijo! (p. 243). Los temores de la Petrngela acerca de un posible hechizo sobre su hijo se revelarn infundados, ya que Lida Sal nunca podr completar el artificio. Si bien finalmente encuentra su espejo de cuerpo entero, al asomarse a ste no es ella la que se ve reflejada: esa imagen que ve no tiene ms sustento ontolgico que el de una ilusin ptica en un cmulo de agua, una ilusin de agua, una ilusin inasible, que se le escurre como agua entre los dedos. Para Lida Sal est vedada la posibilidad de verse reflejada como quien ejerce la perfeccin: ella no es una perfecta andante, es una mulata pobre. Verse como perfectante no es ms que un deseo, un deseo que slo se realiza en los sueos, as como el anhelo de una identidad ntegra de Guatemala, que congregue los elementos que estaban reprimidos, slo puede realizarse por medio de la construccin onrica de Asturias.De esta manera, vemos cmo estn representadas en el texto las clases sociales que el capitalismo define, junto a la supersticin y la magia de la tradicin indgena. Dos culturas que forman una sola, hbrida y mestiza.Para concluir, diremos que la narrativa de Asturias recupera y explora los mitos prehispnicos para refundirlos, a partir de la experimentacin letrada, en una nueva subjetividad hbrida de Guatemala. Asturias rescat al mundo indgena y le devolvi a la nacin su identidad: el reflejo de su alma hbrida en un espejo de cuerpo entero.