lisias en defensa de la muerte de eratóstenes bilingüe.2011

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 1 LISIAS DISCURSO 1 EN DEFENSA DE LA MUERTE DE ERATÓSTENES I, 2‐3 El delito cometido se considera igual en diferentes regímenes políticos. En efecto, con relación a este único delito, no sólo en la democracia sino también en la oligarquía se ha concedido el mismo castigo a los más débiles con relación a los que tienen mayores poderes, de tal modo que el de clase inferior obtenga los mismos derechos que el de clase superior. Y así, ¡oh jueces varones!, todos los hombres creen que este delito de hybris es el más terrible I, 4-5 El marido engañado presenta la acusación. Pero creo, ¡oh hombres!, que es preciso que yo demuestre esto, que Eratóstenes cometía adulterio con mi mujer y la corrompía y deshonró a mis hijos y a mí mismo me ultrajó al entrar en mi casa. y ni yo ni aquel teníamos ninguna enemistad excepto esta, ni hice estas cosas por dinero, para llegar a ser rico en vez de pobre, ni por ninguna otra ganancia excepto la satisfacción conforme a las leyes. I, 5 Eufileto se dispone a exponer todo lo ocurrido expondrá todo lo ocurrido.

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Page 1: Lisias en defensa de la muerte de eratóstenes bilingüe.2011

Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 1

LISIAS DISCURSO 1 EN DEFENSA DE LA MUERTE DE ERATÓSTENES

I, 2‐3 El delito cometido se considera igual en diferentes regímenes políticos. En efecto, con relación a este único delito, no sólo en la democracia sino también en la oligarquía se ha concedido

el mismo castigo a los más débiles con relación a los que tienen mayores poderes, de tal modo que el de clase

inferior obtenga los mismos derechos que el de clase superior. Y así, ¡oh jueces varones!, todos los hombres creen

que este delito de hybris es el más terrible

I, 4-5 El marido engañado presenta la acusación. Pero creo, ¡oh hombres!, que es preciso que yo demuestre esto, que Eratóstenes cometía adulterio con mi mujer y

la corrompía y deshonró a mis hijos y a mí mismo me ultrajó al entrar en mi casa. y ni yo ni aquel teníamos

ninguna enemistad excepto esta, ni hice estas cosas por dinero, para llegar a ser rico en vez de pobre, ni por

ninguna otra ganancia excepto la satisfacción conforme a las leyes.

I, 5 Eufileto se dispone a exponer todo lo ocurrido expondrá todo lo ocurrido.

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 2

Yo sin embargo os expondré todos mis asuntos desde el principio, sin omitir nada; sino diciendo la verdad, pues

creo que para mí mismo ésta será mi única salvación, si es que puedo exponeros todas las cosas ocurridas

Yo, en efecto, ¡oh atenienses!, después de que me pareció bien casarme, traje a mi mujer a mi casa, y durante

el resto del tiempo me encontraba tan dispuesto que ni la molestaba ni dejaba que estuviera demasiado en su

mano el hacer lo que quisiera, y la vigilaba en la medida que era posible, y le prestaba atención como era

natural.

6-7 En un principio Eufileto confiaba plenamente en su mujer

Pero después de que me nació el niño, ya confiaba en ella y le entregué todas mis cosas (asuntos), pensando que

éste era la mayor familiaridad (parentesco más grande); y ciertamente en un primer momento, ¡oh atenienses!,

era la mejor de todas: y en efecto admirable administradora y buena ahorradora y tesorera de todo a la perfección.

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Pero después de que se me murió mi madre, la cual al morir fue para mí la causa de todos mis males…pues

mi mujer cuando la acompañaba en su entierro, fue vista por este hombre y con el tiempo fue seducida.

I, 9-10 Por lo tanto en primer lugar, ¡oh jueces varones!, (es preciso, pues, exponeros minuciosamente estas

cosas): yo tengo una casita de dos plantas, que tiene iguales las partes de arriba que las de abajo, tanto en el

gineceo como en el androceo. Y cuando nos nació el niño, su madre lo amamantaba; y para que no corriera

peligro cuando bajaba por la escalera cuando necesitara bañarlo, yo vivía arriba y las mujeres abajo.

1, 10.-11.- Y así se estaba ya tan acostumbrado, que muchas veces mi mujer bajaba abajo a acostarse junto

al niño, para darle el pecho y para que no gritara, y esas cosas ocurrieron así durante mucho tiempo, y yo

nunca sospeché, sino que era tan estúpido que creía que mi mujer era la más prudente de todas las que hay en

la ciudad.

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1, 11-12 Pero pasado algún tiempo, oh jueces, llegué inesperadamente del campo, y después de la cena

el niño gritaba y se enrabietaba molestado adrede por la criada, para que hiciera esas cosas; pues el

hombre estaba dentro. Porque después me entré de todo más tarde.

1, 12-13.- Y yo mandé a mi mujer que se fuera y le diera el pecho al niño para que cesara de llorar. Pero ella, al principio no quería, como si estuviera contenta de haberme visto llegar después de tanto tiempo; pero después de que yo me enfadaba y le ordenaba que se fuera inmediatamente, dijo: “ sí para que tú seduzcas aquí a la chica; pues ya anteriormente cuando estabas bebido la violaste(habías tirado de ella, pret. imp.de

I, 13, 14.- Y yo me eché a reír y ella se levantó, salió y cerró la puerta, fingiendo que jugaba y echó la llave, y yo sin pensar en ninguna de estas cosas y sin sospechar nada me dormía contento, nada más llegar del campo.

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Pero cuando era ya casi de día, llegó ella y abrió la puerta. Y al preguntarle yo porqué resonaban las puertas

de noche, decía que se le apagó el candil que estaba junto al niño y que luego tuvo que encenderlo en la casa

de los vecinos.

I, 15 Se acerca una anciana a Eufileto

Y después de estas cosas, ¡Oh ciudadanos!, y habiendo transcurrido algún tiempo y cuando yo había dejado

de lado muchos de mis males, se me acercó una anciana, que había sido enviada en secreto por la mujer con

la que aquel mantenía relaciones, como yo después escuché, pues ésta irritada y creyendo que era ultrajada

porque ya no la visitaba de igual manera, le vigilaba hasta que encontró lo que era la causa.

I, 16-17 La anciana le da a Eufileto el nombre del adúltero “Y es, dijo, Eratóstenes de Oe el que hace estas cosas, el cual no sólo ha seducido a tu mujer (pervertido), si

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no también a otras muchas; pues tiene ese oficio”. Y después de que ella dijo esas cosas, ¡oh ciudadanos!, ella

se marchó, y yo enseguida me quedaba turbado y todo se me venía a la mente y estaba lleno de sospechas,

pensando en cómo fui encerrado en la habitación y acordándome de que en aquella noche resonaba

(portearon) la puerta del patio y la de la calle, lo que jamás había sucedido, y de que me pareció que mi

mujer se había pintado de albayalde.

I, 18 Eufileto propone a la criada dos alternativas

Y al llegar a casa mandé a la criada que me acompañara la plaza, y la llevé a casa de uno de mis amigos y le

dije que yo estaba enterado de todo lo ocurrido en mi casa. Así que le dije que te es posible escoger cualquiera

de estas dos cosas que quieras: o bien que tú después de haber sido azotada caigas en el molino y que tú nunca

ceses de estar atormentada por estos males, o bien que tú diciéndome toda la verdad no padezcas ningún mal.

I 20-21.- Y confesó en primer lugar que después del entierro, él se le acercó, y después cómo ella terminó por

llevar recados y cómo aquella con el tiempo se dejó seducir y de qué manera le facilitaba las entradas y cómo

durante las Tesmoforias, estando yo en el campo, se marchó ella al templo con la madre de aquel y todas las

demás cosas ocurridas las contó con exactitud.

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 7

I, 22 Y después de esto pasaron tres o cuatro días…como yo os demostraré con grandes testimonios. Pero

primero quiero contaros las cosas ocurridas en el último día. Yo tenía un amigo y familiar, Sóstrato, y con

éste cuando ya se había puesto el sol y yo volvía del campo me encontré con él.

I, 23-24 La criada le avisa de que el adúltero está dentro de la casa Pero Eratóstenes, ¡Oh ciudadanos!, entra y la criada cuando me despertó inmediatamente me dice que él está

dentro, y después de que yo le dije que se ocupara de la puerta, bajé en silencio y salí fuera y me voy en busca

de éste y de aquel y a unos no los cogí dentro y a otros, en cambio no los encontré porque no residían en la

ciudad.

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 8

I, 24-25 Los adúlteros son pillados in flagrante

Y nosotros después de empujar la puerta de la habitación, los primeros que entramos lo vimos

aún acostado junto a mi mujer los últimos en entrar en la cama, desnudo y puesto de pie, y yo

entonces, ¡oh ciudadanos!, lo golpeé, lo tiré al suelo, le puse las dos manos atrás, se las até y le

pregunté por qué me ultrajaba al entrar en mi casa.

I, 29 Eufileto quiere que se cumpla la ley por encima de todo

Él no discutía, ¡oh varones! sino que reconocía haber delinquido, y me rogaba y me suplicaba que no le diese

muerte, mostrándose que estaba dispuesto a pagar dinero. Y yo no aceptaba la reparación de aquel, sino que

creía que era justo que la ley de la ciudad era más poderosa y yo le impuse este castigo , aquel que , vosotros

considerándolo como el más justo de todos, prescribisteis para quienes se comportan de tal modo.

I, 31 el legislador considera este delito sumamente grave

Y tan firmemente creyó el legislador que esto era justo con respecto a las mujeres casadas, que extendió el

mismo castigo incluso a las concubinas, que son dignas de una menor atención , sin embargo, es evidente que

si él hubiera tenido una pena más grave que ésta, lo habría hecho con relación a las mujeres casadas.

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 9

I 35 todas las ciudades establecen sus leyes para usarlas en caso de problemas Yo, por mi parte, creo en efecto, que las ciudades todas establecen sus leyes por una razón, y es para que en

los asuntos acerca de los cuales estamos dudosos, acudamos a ellas para averiguar (que examinemos) qué es lo

que debemos hacer. Éstos, sin embargo aconsejan a los agraviados a que tomen una venganza semejante a

ésta con relación a tales asuntos.

I, 37-38

Me acusan, en efecto, de que yo ordené en aquel día a la criada que fuera a buscar al muchacho. Pero yo, ¡oh

varones del jurado!, podría haber creído justo hacerlo de cualquier manera para sorprender a quien seducía

a mi esposa; pues si yo, en efecto, hubiera ordenado que le buscasen cuando hubiese dicho sólo palabras y no

hubiera ocurrido ningún hecho, entonces yo sería culpable.

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 10

Y lo que anteriormente os dije, ¡oh varones jueces!, que yo tenía por amigo a Sóstrato y que era tratado

familiarmente por mí, que me salió al encuentro, cuando volvía del campo a la puesta de sol, se puso a cenar

conmigo y cuando estuvo bien comido, salió y se marchó. Sin embargo, en primer lugar, ¡oh varones!,

reflexionad que en aquella noche, si yo hubiera conspirado contra Eratóstenes ¿Cuál de las dos cosas sería

mejor para mi mismo? ¿Cenar fuera de casa o traer a otra persona para que cenara conmigo?

Y después, ¡oh varones del jurado!, ¿No os parecería que yo hubiera avisado a mis amigos durante el día, y

que les hubiera pedido que ellos se reunieran en la casa de los amigos más cercanos, más que en cuanto me

enteré rápidamente, andar corriendo de noche, sin saber a quién encontraría en casa y a quién fuera?

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Justino Marcos García Calvo .I.E.S Arca Real (Valladolid).Pruebas PAU 2011, Traducción de M. Fernández Galiano, Editorial: Alma Mater, Barcelona 1963 Página 11

Yo, por lo tanto, ¡oh jueces varones!, creo que no, en privado por mi causa se ha hecho este castigo, sino en

defensa de toda la ciudad. Porque los que hacen tales cosas, al ver qué clase de premios están prescritos sobre

tales faltas, menos se equivocarán hacia los demás si ven que vosotros tenéis la misma opinión.