lineamientos generales para la elaboración de trabajos de investigación

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1 1. Lineamientos generales para la elaboración de trabajos de investigación* Ileana Cid Capetillo El presente documento tiene como finalidad plantear un conjunto de criterios mínimos y formales en materia de técnicas de investigación documental, con el objetivo de ayudar a los alumnos que se encuentran elaborando trabajos de investigación. 1.1. El proyecto de investigación Con base en la práctica y tomando en consideración los requisitos que se piden para el registro del proyecto de tesis profesional, todo proyecto de investigación debe contener los siguientes apartados: Delimitación del tema Planteamiento del problema Justificación Hipótesis Esquema Bibliografía 1.1.1. Delimitación del tema El alumno debe tomar en consideración que no es lo mismo buscar la denominación más adecuada para su investigación que delimitar el universo que pretende estudiar. Parte de la delimitación de un tema surge de la respuesta a algunas preguntas básicas como ¿qué quiero estudiar? ¿qué aspectos de este problema debo abordar? ¿es necesario darle una ubicación histórica precisa?, si es así, ¿qué periodo abarca? Para delimitar el tema, el alumno debe evaluar previamente cuáles son las características del trabajo: no es lo mismo escribir un libro que una tesis profesional, un artículo, un ensayo o un trabajo breve de investigación (es el caso de aquellos que se solicitan semestralmente para aprobar un curso). Dependiendo del tipo de trabajo que queremos o debemos elaborar, nos plantearemos no sólo su extensión sino incluso qué tanto podemos profundizar en el tema. Asimismo debemos tener conciencia del tiempo de que dispondremos para realizar el estudio, lo cual puede modificar nuestras primeras intenciones, pues no cabe duda que entre extensión, profundidad y tiempo hay una relación estrecha. La delimitación del tema debe presentarse de manera sumamente breve (sintética)... con un párrafo pequeño es suficiente. 1.1.2. Planteamiento del problema Esta parte del proyecto nos permite explicar (sobre todo a nosotros mismos) el tema que vamos a desarrollar, los aspectos que abarca, su ubicación tanto en el tiempo como en el espacio. Aquí podemos extendernos aclarando el universo que buscamos desentrañar. El planteamiento del problema podría compararse con los planos que un arquitecto elabora previo a la construcción de una obra. Para contar con unos planos funcionales que le permitan que su edificación cumpla con las expectativas planteadas debe tomar en consideración el terreno sobre el cual se va a edificar, las características del suelo, su extensión; pero también debe ser consciente de qué tipo de construcción va a realizar, porque de ello dependerán desde las características de los cimientos que requiere hasta los materiales que va a necesitar. En nuestro caso, en el planteamiento del problema bosquejamos la obra que vamos a realizar. Es aquí donde definimos el punto del cual partimos y prevemos el punto al cual queremos llegar. El planteamiento del problema debe ser sistemático, intentando presentar con orden el camino que seguiremos para alcanzar el objetivo final. Aquí se incluyen nuestros argumentos principales, los elementos que nos permitirán sustentarlos y la manera como se van a ir abordando. Para la elaboración del planteamiento del problema, es recomendable que decidamos si nuestro estudio es de tipo deductivo, es decir si su presentación parte de lo más general y concluye con lo más específico o particular, o es, por el contrario, de tipo inductivo. Esta parte del proyecto podría tener una extensión aproximada de entre 2 y 5 cuartillas (dependiendo del tipo de trabajo que vamos a realizar).

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1. Lineamientos generales para la elaboración de trabajos de investigación* Ileana Cid Capetillo

El presente documento tiene como finalidad plantear un conjunto de criterios mínimos y formales en materia de técnicas de investigación documental, con el objetivo de ayudar a los alumnos que se encuentran elaborando trabajos de investigación. 1.1. El proyecto de investigación

Con base en la práctica y tomando en consideración los requisitos que se piden para el registro del proyecto de tesis profesional, todo proyecto de investigación debe contener los siguientes apartados:

Delimitación del tema Planteamiento del problema Justificación Hipótesis Esquema Bibliografía

1.1.1. Delimitación del tema El alumno debe tomar en consideración que no es lo mismo buscar la denominación más adecuada para su

investigación que delimitar el universo que pretende estudiar. Parte de la delimitación de un tema surge de la respuesta a algunas preguntas básicas como ¿qué quiero

estudiar? ¿qué aspectos de este problema debo abordar? ¿es necesario darle una ubicación histórica precisa?, si es así, ¿qué periodo abarca?

Para delimitar el tema, el alumno debe evaluar previamente cuáles son las características del trabajo: no es lo mismo escribir un libro que una tesis profesional, un artículo, un ensayo o un trabajo breve de investigación (es el caso de aquellos que se solicitan semestralmente para aprobar un curso). Dependiendo del tipo de trabajo que queremos o debemos elaborar, nos plantearemos no sólo su extensión sino incluso qué tanto podemos profundizar en el tema. Asimismo debemos tener conciencia del tiempo de que dispondremos para realizar el estudio, lo cual puede modificar nuestras primeras intenciones, pues no cabe duda que entre extensión, profundidad y tiempo hay una relación estrecha.

La delimitación del tema debe presentarse de manera sumamente breve (sintética)... con un párrafo pequeño es suficiente.

1.1.2. Planteamiento del problema Esta parte del proyecto nos permite explicar (sobre todo a nosotros mismos) el tema que vamos a desarrollar,

los aspectos que abarca, su ubicación tanto en el tiempo como en el espacio. Aquí podemos extendernos aclarando el universo que buscamos desentrañar. El planteamiento del problema

podría compararse con los planos que un arquitecto elabora previo a la construcción de una obra. Para contar con unos planos funcionales que le permitan que su edificación cumpla con las expectativas planteadas debe tomar en consideración el terreno sobre el cual se va a edificar, las características del suelo, su extensión; pero también debe ser consciente de qué tipo de construcción va a realizar, porque de ello dependerán desde las características de los cimientos que requiere hasta los materiales que va a necesitar.

En nuestro caso, en el planteamiento del problema bosquejamos la obra que vamos a realizar. Es aquí donde definimos el punto del cual partimos y prevemos el punto al cual queremos llegar.

El planteamiento del problema debe ser sistemático, intentando presentar con orden el camino que seguiremos para alcanzar el objetivo final. Aquí se incluyen nuestros argumentos principales, los elementos que nos permitirán sustentarlos y la manera como se van a ir abordando.

Para la elaboración del planteamiento del problema, es recomendable que decidamos si nuestro estudio es de tipo deductivo, es decir si su presentación parte de lo más general y concluye con lo más específico o particular, o es, por el contrario, de tipo inductivo.

Esta parte del proyecto podría tener una extensión aproximada de entre 2 y 5 cuartillas (dependiendo del tipo de trabajo que vamos a realizar).

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1.1.3. Justificación Es necesario hacer explícita cuál es la importancia del estudio que vamos a realizar, sobre todo resaltando el

interés que presenta para nosotros mismos, pero también para la comunidad de la que formamos parte e, incluso, para el desarrollo del conocimiento en general y de la disciplina en particular.

La justificación puede tener una extensión mínima de una cuartilla y máxima de tres. 1.1.4. Hipótesis Quizá la definición más sencilla sobre hipótesis es "la respuesta tentativa que damos a una pregunta". No cabe

duda de que el proceso de construcción, revisión y actualización del conocimiento inicia con las interrogantes sobre la naturaleza, las causas, los efectos o las correlaciones de un fenómeno, acontecimiento o problema respecto a otros, inmersos en un área de la realidad socio-política y económica, en nuestro caso, específicamente, internacional.

Las preguntas iniciales que nos planteamos son una guía para empezar la indagación pero para la elaboración del estudio debemos ofrecer una respuesta tentativa que se comprobará o negará (disprobará) cuando lo concluyamos.

La hipótesis tiene la virtud de que nos permite reconocer los límites de nuestro estudio, puesto que nos indica de dónde partimos y a dónde queremos llegar. En pocas palabras, aquí hacemos explícito lo que nos proponemos demostrar.

Dado el estado actual del desarrollo de las Ciencias Sociales, es difícil que identifiquemos un tema de estudio absolutamente novedoso sobre el que no se haya dicho nada antes. Pero la posible originalidad se puede lograr respecto al enfoque, la perspectiva, la alternativa de solución o su interconexión con otros temas, es decir: la hipótesis que queremos demostrar.

Ahora bien, el hecho de que consideremos que se trata de una respuesta tentativa no significa que propongamos una idea absolutamente especulativa. Por el contrario, para formular una hipótesis se requiere conocer suficientemente el problema que nos preocupa, así como la realidad en la que se encuentre inmerso, a partir de la cual se debe intentar ofrecer una primera explicación que deberá ser argumentada y sustentada a lo largo de la exposición.

Generalmente encontramos que lo que hemos llamado genéricamente "hipótesis", incluye varias de ellas: una general y otras derivadas o correlacionadas. Por lo tanto, es importante hacerlas explícitas desde el principio, aunque evitando caer en el extremo de las particularidades al infinito, presentando sobre todo las que son relevantes.

1.1.5. Esquema El esquema es la presentación formal de las partes que comprenderá el estudio: el capitulado, el cual -en esta

etapa- es tentativo, puesto que a lo largo de la realización del trabajo podrán hacerse ajustes y modificaciones, como consecuencia, sobre todo de un mayor conocimiento y comprensión del problema. Es recomendable, para que el alumno tenga una mayor claridad sobre cómo va a desarrollar su investigación, que haga un pequeño ejercicio de reflexión e intente dar respuesta a algunas preguntas centrales, como son:

El qué - Esta pregunta tiene que ver con la definición del prolegómeno que nos ocupa, sus límites y los elementos colaterales que estamos obligados a considerar. En este rubro cabría una pregunta derivada, que es "el dónde", relativa al marco contextual o la ubicación geográfica, espacial y/o cronológica del problema que nos ocupa.

El para qué - De alguna manera ya se cuenta con una respuesta aproximada a esta cuestión en la parte de la justificación del proyecto; de lo que se trata es de tomar conciencia de cuál es el interés, la importancia o la finalidad del estudio.

El con qué - Donde entrarían varias consideraciones referentes a los recursos con que contamos, tanto en materia de información (bibliografía, datos, argumentos), como, en términos más metodológicos, el instrumental o las herramientas teórico-metodológicas que nos permitirán dar más consistencia a nuestra argumentación.

El cómo - Nos referimos aquí a la ruta metodológica que hemos elegido y que deberá respetarse a lo largo de todo el trabajo para alcanzar la congruencia y la sistematización adecuadas.

El cuándo - Es importante que asumamos los plazos perentorios con que contamos. El factor tiempo puede ser determinante para alcanzar nuestros objetivos, por lo tanto, podría hacerse un cronograma y proponerse cumplirlo en la medida de lo posible.

Para la elaboración del esquema es conveniente utilizar el sistema decimal, pues éste nos ofrece muchas ventajas: es lógico, práctico, de fácil aplicación, ilimitado, nos permite organizar el desarrollo del trabajo de manera óptima, y responde incluso a cuestiones estéticas, ya que propicia una mejor apariencia debido a su claridad y limpieza. Por el contrario, no se recomienda el uso simple o combinado de números romanos o de letras (mayúsculas o minúsculas), ni mezclarlos con el sistema decimal, ya que esto es poco práctico y dificulta una correcta sistematización.

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El esquema incluye: introducción, capitulado, conclusiones y bibliografía; sólo el capitulado lleva numeración. Para la denominación de los apartados es conveniente utilizar enunciados unimembres (frases), breves, claros, en sentido afirmativo y evitando adjetivos que califiquen desde antes lo que plantearemos en el texto pero con pruebas y argumentos.

Hay una diferencia substancial entre un esquema lógico y otro ilógico. Para alcanzar el primero debemos evitar el uso mezclado de enunciados afirmativos, negativos e interrogativos, e incluso unos muy breves con otros muy largos.

Nunca se deben utilizar subrayados, negritas o cursivas en los enunciados de los capítulos para resaltarlos (ya el número entero indica capítulo, no es necesario insistir). Tampoco se debe anteponer la palabra "capítulo", de la misma manera como no le ponemos "subcapítulo" o "acápite" a los otros apartados.

La división de los capítulos, subcapítulos y acápites debe ser por lo menos en dos partes. Por un principio de lógica elemental, no podemos dividir el todo en una sola parte.

En el sistema decimal, el número entero indica capítulo; el primer decimal indica subcapítulo y el segundo, acápite y así sucesivamente. Un ejemplo es el siguiente:

Como podrá notarse, los capítulos (números enteros) se alinean en el margen izquierdo, mientras que los

subcapítulos (primer decimal) se alinean tres golpes de máquina adentro y los acápites ocho. Esta alineación con respecto al margen debe respetarse en el interior del texto.

Tema Introducción 1.

1.1. 1.2.

1.2.1. 1.2.2.

1.3. 1.3.1. 1.3.2.

2. 2.1. 2.2.

2.2.1. 2.2.2.

2.3. 2.3.1. 2.3.2.

3. 3.1.

3.1.1. 3.1.2.

3.2. 3.2.1. 3.2.2. 3.2.3.

3.3. 3.3.1. 3.3.2. 3.3.3.

Conclusiones. Bibliografía.

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1.1.6. Fuentes de Información (o Bibliografía) Todo proyecto debe incluir una bibliografía inicial sobre el tema. El número de los textos puede variar pero se

recomienda que haya una proporción lógica entre los diferentes temas, problemas o elementos que se desarrollan (señalados en el capitulado).

Hemos dicho antes que el tipo de trabajo que nos proponemos realizar determina cada uno de los apartados del proyecto y lo mismo sucede con la bibliografía. Si se trata de una tesis, lo adecuado sería incluir un mínimo de 5 a 8 libros, 3 a 7 artículos y los documentos pertinentes.

Para la especialidad de Relaciones Internacionales, además de los libros especializados en el tema, hay una serie de revistas que deberían ser consultadas por todos los estudiantes. De manera especial se recomienda la revisión de los índices de las revistas Relaciones Internacionales, Foro Internacional (de El Colegio de México), Comercio Exterior (de Bancomext) y Política Exterior (del Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos).

Quizá, en este apartado sería más correcto hablar de fuentes pues la bibliografía nos remite solamente a los libros consultados. En la actualidad, las fuentes de información para la elaboración de un trabajo de investigación son muy variadas; haremos un repaso de las más utilizadas:

Libros (Bibliografía) Revistas (Hemerografía) Periódicos (Hemerografía) Documentos Entrevistas Medios Electrónicos (Internet, p. ej.) Aunque todo estudiante de la licenciatura debiera utilizar adecuadamente las técnicas de investigación

documental, vale la pena señalar las características de la ficha bibliohemerográfica.

* La ficha bibliográfica (libros), debe contener los siguientes datos: -Nombre del Autor. En las notas de píe de página se indica empezando por el nombre, mientras que en la

bibliografía se ponen primero los apellidos -esto tiene una razón de ser: la relación bibliográfica se ordena alfabéticamente, en cambio en las notas de píe de página se presentan "por orden de aparición"-; ni los nombres ni los apellidos del autor se escriben con mayúscula cerrada, ni con negritas ni con cursivas. Además, cuando se citen varias obras del mismo autor, en cada una de ellas debe repetirse su nombre completo y no poner rayas u otros signos ininteligibles. Punto.

Cuando la obra no registra un autor personal, se pondrá en su lugar las siglas de la institución auspiciadora o responsable, o bien de la editorial, pero nunca deben dejarse espacios en blanco, ya que no puede haber obra sin autor.

-Título del libro, subrayado. Aquí es necesario aclarar que el título de la publicación debe presentarse tal como aparece en la portada, respetando tanto el idioma como los subtítulos. El subrayado debe ser simple: si se prefiere la línea debe usarse siempre igual, pero también puede sustituirse (aquí sí) por negritas, cursivas, o por otro tipo de letra que resalte el título, pero siempre igual. Tampoco en este caso se permite mayúscula cerrada. Punto.

-Nombre del traductor (si lo hay), antecedido por la contracción Traduc. Este dato es importante no sólo por el hecho de que quien traduce una obra ofrece su propia interpretación, sino también porque por razones de ética profesional debemos dar el crédito correspondiente. No es necesario poner el nombre del traductor empezando por apellidos. Coma.

-Editorial. Cuando el nombre de la compañía lo requiera, se antepondrá la contracción Ed., pero cuando en él ya está incluido se hace innecesario repetir. La editorial puede ser una empresa privada, puede ser una institución universitaria o una dependencia de gobierno, lo que nos interesa consignar es qué ente es responsable de la edición. Coma.

-Lugar de edición. Por cuestiones de costumbre se indica solamente la ciudad en donde se publicó la obra. En el mundo editorial hay un número limitado de capitales que destacan por su producción: Barcelona, Madrid, Buenos Aires, Bogotá, México, Nueva York, etc. Coma.

-Número de edición. Solamente se indicará a partir de la segunda - cuando es la primera no es necesario ponerla-, el dato se debe consignar de manera abreviada acompañado de la contracción ed. (2a. ed., p. ej.). Cuando son reimpresiones, jamás se indican. Esto es así porque cada nueva edición de un libro supone su revisión, corrección o modificación, mientras que las reimpresiones son exactamente iguales. Coma.

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-Fecha de la publicación. Generalmente se señala sólo el año, pero cuando en un mismo año hay dos o más ediciones, entonces si se indicará el mes. Coma.

-Páginas. En el caso de la relación bibliográfica se indica el número total de páginas de un libro, no sólo las que se van a utilizar en el estudio, para consignarlas utilizamos la abreviación pp. después del número (p. ej. 347 pp.).

En la notas de píe de página, se debe señalar únicamente la o las páginas de la cita precisa y las abreviaciones p. y pp. anteceden al número. Punto.

Ejemplo:

Folberg, Jay y Taylor, Alison. Mediación. Resolución de conflictos sin litigio. Traduc. Beatriz E. Blanca Mendoza, Ed. Limusa, México, 1992, 369 pp.

* El modelo de ficha hemerográfica que ofrecemos a continuación es únicamente la de artículos de revistas no

incluimos la de las revistas porque pensamos que es difícil que para un trabajo de investigación se use una completa, más bien hacemos selecciones de artículos, notas o reseñas. En este caso los datos que debemos incluir son:

-Nombre del autor del artículo (empezando por los apellidos en el caso de la bibliografía y por el apelativo en las notas de píe de página). Punto.

-Título del artículo entrecomillado ("..."). No se debe usar mayúscula cerrada, ni subrayado, ni negritas, ni cursivas. Coma

-Nombre de la revista subrayado (como ya se mencionó, puede ser una línea o cualquier tipo de letra que resalte, según se haya elegido) y precedido de la palabra en. No es necesario indicar que se trata de una revista pues para quien sabe técnicas de investigación la misma presentación de los datos en la ficha ya nos indica qué tipo de publicación es. Punto.

-Volumen y número o tomo, respetando el orden en que se presentan en la revista y las características (si en la revista dice Vol. IV, no podemos cambiarlo por vol. 4). Coma

-Institución responsable de la publicación, aquí también puede ser una editorial privada, una universidad, un centro o instituto de investigación, etc. En el caso de las revistas que se publican en la UNAM, por costumbre ponemos todas las instancias que se responsabilizan (Coordinación de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de México o sólo CRI, FCPyS, UNAM). Coma

-Lugar, con las mismas características que las mencionadas en la ficha bibliográfica. Coma -Fecha, generalmente las revistas tienen una periodicidad bimestral, trimestral o semestral. Entonces, en la

fecha indicaremos los meses y el año (enero-junio de 1997, p. ej.). Coma -Páginas. Se indicarán solamente las páginas en las que está incluido el artículo, antecediendo la abreviación pp.

(p. ej., pp. 13-45). Punto.

Ejemplo: Espinoza Padierna, Luz Elena. "Crisis y transformación: en busca de posibilidades para México", en Relaciones Internacionales. Cuarta Época, No. 72, Coordinación de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, México, octubre-diciembre de 1996, pp. 49-55.

*Otro tipo de ficha hemerográfica es la que se elabora para consignar periódicos. Aquí nos podemos encontrar

con una variedad de modalidades: -Cuando citamos un artículo de un editorialista, publicado en un periódico, debemos incluir los siguientes datos

en el orden indicado: -Nombre del autor (empezando por el apellido en la lista bibliográfica y por el nombre en las notas de pie de

página). Punto. -Título del artículo, entrecomillado. Coma y la palabra en Nombre del periódico, subrayado. Coma. -Sección. Coma. -Lugar de edición. Coma. -Fecha. Coma. -Página. Punto.

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En algunos manuales de técnicas de investigación se ofrece un modelo de ficha de periódico mucho más complejo que el que nosotros ofrecemos aquí; sin embargo, por razones de usos y costumbres esa ficha se ha simplificado y muchos autores pensamos que con esos datos es suficiente.

Cuando se trata de un reportaje el modelo es el mismo (si tiene autor debemos darle crédito), pero en el caso de noticias, normalmente no se sabe quién es el autor, en ese caso sólo se ponen los datos a partir del encabezado (que correspondería al título del artículo en el modelo anterior).

Ejemplo:

Aguilar Camín, Héctor. "La contaminación del Ejército", en La Jornada, Sección El País, México, 11 de agosto de 1997, p. 11.

Cuando se consultan muchos números y periódicos, es mejor consignarlos de manera conjunta en la hemerografía.

Ejemplo:

Se consultaron diversos números de los periódicos Uno más uno, La Jornada, Excélsior y El Universal, de los meses de abril a diciembre de 1996.

En nuestra especialidad, por la propia naturaleza por lo general imprecisa y falible de la información periodística, ésta no debe constituir, salvo excepción precisa, una fuente primaria para la investigación, por lo que su empleo debe restringirse a periódicos científicos especializados y en los demás casos recomendarse sólo de manera excepcional y marginal o complementaria, dado que muchas personas, profesionistas y estudiantes, abusan del empleo de estas fuentes denotando con ello la poca seriedad y formalidad de su trabajo.

* Ficha de documento. El estudiante de Relaciones Internacionales utiliza con mucha frecuencia documentos de dependencias de gobierno, bancos, asociaciones, u organismos nacionales o internacionales. La dificultad que normalmente enfrentamos es que no todos los documentos incluyen los mismos datos. Sin embargo, los datos mínimos que debemos incluir son:

-Nombre del responsable del texto (sea persona física o institución). Punto. -Título del documento debe subrayarse, cuando se trata de una publicación completa y entrecomillarse cuando

se toma un documento de una recopilación, volumen o tomo, en cuyo caso debe indicarse subrayándolo. Punto. -Institución o persona responsable de la edición (que no necesariamente es el mismo que elaboró el documento,

pero puede ser) -Lugar de la edición (ciudad y país). Coma. -Fecha. Tratándose de memoranda, informes, reportes, etc. Puede ponerse día, mes y año; trimestre y año; o de

alguna otra manera, según como aparezca en el documento. Punto. Cuando ha habido una intensa labor de investigación a partir de fuentes primarias, es decir, documentos, se

debe valorar su registro separado, ya sea antes o después de los libros, con el objeto de destacar y hacer valer esta calidad del trabajo.

Ejemplo:

ONU. Actividades espaciales de las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales. Naciones Unidas, Nueva York, 1993, 358 pp. *Entrevistas. Otra fuente primaria de investigación está constituida por las entrevistas, las cuales deben consignarse después de la bibliohemerografía, ya sea en forma individual o conjunta, según convenga.

Ejemplo:

Entrevistas: Con el Lic. Sergio González Gálvez, Subsecretario de Asuntos Multilaterales de la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, 18 de enero de 1997.

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o bien, Entrevistas: Con diversos funcionarios de las Secretarías de Gobernación y Hacienda y Crédito Público, así como de las empresas Alfa y Teléfonos de México, enero-junio de 1997. * Red Internacional de Información Electrónica (Internet o Correo Electrónico). Los medios de información están teniendo un desarrollo tan acelerado que nos sorprendemos de lo rápido que se incorporan nuevos medios que se constituyen en fuentes de información para la investigación.

En el caso de Internet o Correo Electrónico, a la hora de consignarlos entre nuestra "Bibliografía" (qué obsoleto resulta ya este término), debemos respetar las normas bibliográficas reconocidas, además de incluir los elementos propios para la descripción de documentos electrónicos. Sin embargo, debemos tomar en consideración que ésta es una fuente efímera y no siempre confiable de información. 1.2. Presentación de originales

Para la presentación de cualquier texto, debemos seguir las siguientes indicaciones. Todos los originales se deben presentar en hojas blancas, tamaño carta, sin ningún tipo de adorno. Se deben escribir a máquina o presentar en impresión de computadora, con tinta negra. No se deben utilizar

otros colores (p. ej. para subrayar) en el texto, pero si se pueden usar en mapas o gráficas. Todos los textos se elaboran en cuartillas. La extensión del trabajo depende de su naturaleza: puede ser un

trabajo breve de investigación para aprobar un curso, una tesina, una tesis, etc. En México, la extensión de los trabajos se mide en cuartillas (en otras partes del mundo, por número de

palabras), por eso es importante que respetemos sus características. Una cuartilla debe tener de 27 a 30 renglones, en ese espacio deben estar incluidas las notas de píe de página;

aunque los renglones del texto se separan a doble espacio y las de las notas a un sólo espacio. Cada renglón debe tener de 60 a 63 golpes. Dependiendo del tipo de máquina o impresora que usemos, podemos optar por una alternativa entre esos límites cuantitativos pero, una vez hecha la elección, debe respetarse en todo el texto.

La distribución por renglones y golpes por línea debe ser proporcional en el texto: nos deben quedar márgenes superior, inferior, derecho e izquierdo, de manera tal que el texto quede centrado.

Jamás debemos usar en un texto la mayúscula cerrada. En español, el uso de los acentos da sentido a las palabras: en mayúscula cerrada normalmente no se usan acentos, por lo que se puede cambiar el sentido de la redacción. Pero, independientemente de esa consideración, por cuestiones de presentación, nunca usaremos mayúscula cerrada: siempre altas y bajas.

Este señalamiento nos conduce a otra recomendación importante. Hemos notado el desconocimiento extendido en el uso de las mayúsculas. Recordemos que, en nuestro idioma, hay un principio muy sencillo: "sólo se usa mayúscula en nombre propio, al iniciar párrafo y después de punto". Los estudiantes son muy dados a poner mayúscula a los términos que se refieren a cuestiones que les parecen importantes: si el tema es sobre corrupción, narcotráfico o derechos humanos, automáticamente lo pondrán siempre con mayúscula... ese es un error.

Uno de los problemas que más desesperan a un profesor (aunque muchos de nosotros cometemos un buen número de errores), es el desconocimiento del idioma que reflejan los estudiantes. En donde más se nota tal ignorancia es en la ortografía, la sintaxis y la redacción. Hay una receta infalible que puede ayudarnos a mejorar nuestro manejo del idioma: leer mucho (ejercitando también la lectura en voz alta) y practicar la escritura ("la práctica hace al maestro”... dicen).

Por otra parte, es muy recomendable que cuando se inicie la redacción de un texto nos aseguremos de tener a la mano una enciclopedia o un diccionario especializado; un diccionario de la lengua española y un diccionario de sinónimos. Aunque muchos programas de la computadora tienen un comando para revisar ortografía y "errores de dedo", nunca sustituirán a un diccionario completo.

Cuando usamos una palabra, término o concepto en un idioma distinto al español, debe subrayarse. Además, se debe indicar su traducción o sentido la primera vez que se cita. Sin embargo, es necesario enfatizar que nuestros textos los debemos redactar completamente en español, evitando el uso de vocablos, términos, expresiones y siglas extranjeros. No obstante, si se cree conveniente, la primera vez se pone a píe de página (como nota) el texto extranjero correspondiente.

Vale la pena comentar que el uso frecuente e indiscriminado de palabras y siglas extranjeras es más una evidente manifestación de ignorancia y pedantería que de conocimientos cabales sobre la materia. Sin embargo, como

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ya anotamos antes, en la bibliografía si se deben citar las fuentes en el idioma en el que están publicadas y fueron consultadas (pero, si por la causa que sea, se consultó en un idioma extranjero y existe traducción al español se debe mencionar, incluso como un acto de cortesía al lector).

Existe un conjunto de siglas de uso muy común en nuestra disciplina que identifican instituciones u organismos conocidos de todos; sin embargo, cuando se menciona uno de ellos por primera vez en el texto debe escribirse el nombre completo y, luego, entre paréntesis, las siglas, precedido por "en adelante", lo cual sugiere que cuando hagamos referencia a ese ente lo mencionaremos por sus siglas [p. ej., Organización de las Naciones Unidas (en adelante, ONU)].

Algunos profesores recomiendan el uso de las siglas por el nombre en español del organismo pero, puede suceder que el lector no esté familiarizado con ellas, en ese caso debemos indicar ambas [p. ej., Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, (en adelante, AGAAC - General Agreement on Tariffs and Trade, GATT, por sus siglas en inglés).

En la redacción en español, es una incorrección repetir en un sólo párrafo o, incluso en una cuartilla, una misma palabra varias veces. Lo que se refleja ahí es un manejo muy pobre del lenguaje, pero también se denota descuido, pues en ocasiones, el error es producto de la precipitación para elaborar un trabajo que se debe entregar al profesor al día siguiente. Esta reflexión nos permite insistir en el uso de un diccionario de sinónimos: no cabe duda que los estudiantes suelen pensar que el trabajo que están realizando, el tema que desarrollan, los autores que consultaron, las causas y consecuencias del problema, todos ellos son muy importantes, por eso, no es casualidad que encontremos en una cuartilla los derivados de la palabra "importante" en todas sus modalidades (como adjetivo, como adverbio, etc.).

Nuestro lenguaje es tan rico que podemos encontrar múltiples sinónimos de "importante", p. ej. relevante, destacado, necesario, frecuente, trascendente, imprescindible, etc. Pero... ¡ojo! cada una de esas alternativas destaca una cualidad del objeto que estamos calificando: no es exactamente lo mismo "importante" que "necesario; o "imprescindible" que "frecuente".

Una recomendación adicional: cuando el trabajo que estamos escribiendo tiene objetivos de carácter académico, tenemos que evitar el uso de lenguaje coloquial, más propio de una redacción periodística. Sin duda alguna, quien aspira a convertirse en científico social deberá preferir dar énfasis a sus ideas y argumentos sin necesidad de recurrir a adjetivos calificativos huecos.

No debería ser necesario indicar que todo trabajo debe presentarse impecable y limpio: sin tachaduras, sin borrones, sin arrugas. También debemos reflexionar sobre el desperdicio: en una época de crisis, debemos evitar intercalar hojas en blanco, desperdiciar espacios, engargolar o empastar con materiales costosos, etc. La utilización de estos recursos no garantiza la calidad ni siquiera la presentación del trabajo.

Lo que sí es correcto es hacer una carátula en donde se incluyan los datos básicos del trabajo: institución, título o tema, autor (nombre del alumno que elaboró el estudio), profesor que solicitó el trabajo o materia para la cual se entrega (si es el caso) y fecha.

Las cuartillas siempre deben ir numeradas.

1.3. Aparato crítico En el momento de redactar el texto siempre nos veremos en la necesidad de utilizar información y análisis

provenientes de diferentes fuentes, para ello, tenemos la obligación de citarlas. 1.3.1. Citas en el texto Es necesario considerar que existen diferentes modalidades para citar una fuente, las más comunes son:

* Cita textual: cuando tomamos exactamente un segmento de texto de una fuente, es necesario que lo enmarquemos con comillas ("..."), lo cual indica que esa redacción corresponde al original y, cuando la copiemos, debemos respetar todas sus características. Al finalizar la cita debemos hacer un llamado para indicar la fuente de la que procede, eso lo hacemos en una nota de pie de página. *Paráfrasis: hay ocasión es en que lo que plantea un autor, tanto como información como en el caso de análisis o ideas, se ajusta exactamente a lo que queremos decir, pero puede suceder que se trata de un texto demasiado largo que no podemos copiar textualmente. La mejor alternativa es parafrasear el texto o expresarlo con nuestras propias palabras. Sin embargo, de cualquier manera estamos en la obligación de darle crédito al autor original, señalando en una nota de pie de página la fuente de donde provienen la información o los argumentos que tomamos.

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*Oposición: cuando diferimos con lo expresado por un autor respecto a lo que estamos estudiando o bien, cuando confrontamos a dos o más autores que ofrecen perspectivas de análisis encontradas u opuestas, también debemos indicar en nota de pie de página cuál es la fuente de donde tomamos la información o el análisis que estamos criticando. *De cuadros, gráficas o estadísticas: en múltiples ocasiones no tomamos de nuestras fuentes un texto específico, sino algún tipo de información estadístico que está expresada en forma de cuadro o de gráfica. En estos casos, el crédito a la fuente de donde obtuvimos los datos no se ponen en una nota de pie de página sino precisamente al pie del cuadro o gráfica, anteponiendo la palabra "Fuente:" y la manera como se consigna corresponde exactamente a la de la ficha bibliohemerográfica o documental.

1.3.2. Notas de pie de página Las notas de pie de página pueden ser de tres tipos: las que indican la fuente de procedencia de la información;

las que ofrecen al lector otras fuentes que enriquecen el tratamiento del tema; aquellas en las que hacemos comentario colateral sobre algún aspecto particular o bien que ofrecen información adicional, pero importante, sobre el punto que estamos abordando.

Los llamados dentro del texto que indican la presencia de una nota de pie de página se hacen con números arábigos, encerrados entre paréntesis. Dependiendo de la extensión de nuestro texto podemos poner esa numeración corrida de principio a fin o bien cortarla por capítulo.

Como su nombre lo indica, las notas de pie de página deben ponerse en la cuartilla donde se citan. Algunos autores acostumbran enlistarlas al finalizar cada capítulo y otros al final de todo el texto; esa práctica facilita el trabajo del autor pero dificulta el del lector... además con las ventajas que nos brinda hoy día el uso de la computadora ya no se justifica.

Cuando hablamos de la presentación de originales, ya habíamos indicado que las notas de pie de página deben incluirse dentro de los espacios de la cuartilla, con la diferencia de que el texto se escribe a doble espacio mientras que las notas van a espacio simple.

Cuando citamos por primera vez una fuente debemos presentar todos los datos que la identifican tal como lo hacemos en la ficha bibliográfica, hemerográfica o documental, pero con dos modalidades: el autor se indica iniciando por el nombre y se señala únicamente la o las páginas en donde aparecen los datos que citamos.

Para la elaboración correcta de las notas de pie de página, debemos usar una serie de locuciones latinas o de llamadas en español que corresponden a aquéllas, todas ellas plantean al investigador que se está iniciando en estas tareas un literal "quebradero de cabeza", a continuación ofrecemos una lista sencilla con las más usuales.

1.3.3. Locuciones latinas En la nota de pie de página, las locuciones se ponen en su forma abreviada y subrayadas (igual que se subraya

todo término que no corresponde a nuestro idioma). Hay una locución casi para cada necesidad, cuando utilicemos una debemos estar seguros de que es la que corresponde a lo que queremos indicar.

ca. Circa [alrededor de]. Se emplea cuando no se tiene la certeza de la exactitud de una fecha (p. ej. ca. 1940)

cf. o cfr. Confere [confróntese o comparece]. Esta locución debe usarse cuando tomamos la información de una fuente pero no la consignamos textualmente.

e.g. Exempli gratia [por ejemplo, también, verbigracia]. et. al. Et alli [y otros]. Cuando el texto tiene más de dos autores, anotamos el nombre del primero y a continuación esta locución. ibid. Ibídem [igual]. Indica que la fuente es la misma que citamos en la nota anterior. También puede usarse ib.id. o ídem. pero cuando anotamos ibídem. quiere decir que también incluimos la misma página. infra. Infra [abajo]. Le señala al lector que en nuestro texto el punto que estamos abordando será retomado. loc. cit. Locus Citatus o Loco Citato [locución citada]. Después de un ídem. usamos esta locución para indicar que es la misma fuente y página. En la práctica se usa poco esta forma.

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n. b. Nota bene [nótese bien]. Sirve para dar énfasis a algún aspecto o dato que queremos resaltar. op. cit. Opus citatus [obra citada]. Cuando usamos un texto de un autor que citamos antes (no de manera inmediata), anotamos sólo el apellido y esta locución. Pero cuando consultamos varias obras de un mismo autor entonces, además de su apellido, pondremos las primeras palabras del título, luego puntos suspensivos, esta locución y finalmente la página en la que aparece el dato. pass. o passim. Et passim [aquí y allá]. Indica que la información se encuentra dispersa en varias páginas o inclusive capítulos de la obra citada y que no los indicamos. quod vide o q.v. (ver o véase). Cuando esto se explica en otra parte del texto. sic [así, tal cual, textual]. En ocasiones encontramos dentro del texto que estamos citando algún error (un neologismo, un anglicismo, o alguna imprecisión), en estos casos se usa esta locución para indicar que así estaba en el original. supra [arriba]. Llama la atención sobre la referencia al mismo punto en alguna parte anterior del texto, en este caso es conveniente anotar el capítulo o la página en la cual fue abordado previamente. vgr. vg. v.g. Verbigracia [por ejemplo]. vs. Versus [en contra]. Es una locución muy socorrida en la jurisprudencia de algunos países anglófonos pero también en nuestros análisis puede tener un sentido político.

Cada vez es más usual evitar el uso de locuciones en latín y sustituirlas por su equivalente en español. Es recomendable que para una correcta presentación de nuestros textos optemos por una u otra alternativa y, de ninguna manera, mezclarlas pues confundiremos al lector.

Entre las referencias en español, algunos ejemplos son los que se presentan a continuación (nótese que en este caso no las subrayamos, porque se manejan en nuestro mismo idioma; por otra parte, no indicamos a continuación su sentido porque es literal): Consúltese Véase Ver

Con mucha frecuencia, las referencias en español también se anotan en su forma abreviada: art. cit. Artículo citado cap(s) Capítulo o capítulos cit. por Citado por col(s) Columna o columnas comp. Compilado corr. Corregido ed. Edición Ed. Editorial o editor. il. o ilustr. Ilustrado, ilustrador. introd. Introducción l. o ll. Línea o líneas lam(s) Lámina o láminas ms(s) Manuscrito o manuscritos n. Nacido en

p. o pp. Página o páginas pref. Prefacio pról. Prólogo q.v. (quod vide). Ver o véase rev. Revisada s.f. Sin fecha de edición s.l. Sin lugar de edición s.n. Sin nombre del autor s. o ss. Siguiente o siguientes t. o ts. Tomo o tomos Traduc. o traduc. Traductor o traducción v. Véase v. vol. o vols. Volumen o volúmenes

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2. Lineamientos generales de redacción Ma. de los Ángeles Márquez Calderón

Otra de las grandes dificultades a las que se enfrentan los estudiantes que están elaborando trabajos de investigación, es la redacción de los mismos. Muchas veces sucede que tenemos una idea que queremos transmitir pero no sabemos cómo redactarla; nos damos cuenta que lo que estamos escribiendo no refleja claramente lo que pensamos.

Una buena redacción depende, en gran medida, del conocimiento y manejo del lenguaje escrito, pero también de la práctica. Si queremos aprender a escribir, hay que escribir. Sólo así adquiriremos la capacidad de hacerlo, de la misma manera que se aprende, por ejemplo, a conducir un automóvil. Al principio todo parece muy difícil y sólo después de varios intentos, con práctica, constancia y tiempo se logra manejar. De igual forma, para aprender a escribir necesitamos practicar y seguir ciertas reglas elementales: a) saber qué y para quién queremos escribir; b) ser claro, exacto y conciso y; c) revisar y corregir la redacción constantemente.

Para lograr una buena redacción es necesario: tener un pensamiento lógico, organizar las ideas, elaborar un proyecto, desarrollar la redacción asociando cada idea a un párrafo, aplicar las reglas gramaticales y revisar la legibilidad del texto. En la mayor parte de los casos escribir es un oficio, un trabajo como otro cualquiera, que requiere mucha técnica y mucho esfuerzo.

En suma, la redacción supone encontrar y ordenar las ideas para después exponerlas por escrito de manera adecuada. Para lograrlo hay que seguir varios pasos: el primero, consiste en tener un plan de trabajo, que comprende la distribución del tiempo del que se dispone y la definición de las características del texto (tesis, tesina, ensayo, etc.); el segundo, sería la organización de las ideas, que comprende la búsqueda de información, la organización del material y la elaboración del proyecto; el tercero, sería la redacción del texto en unidades básicas que son los párrafos, utilizando las técnicas de escritura (la sintaxis, los signos de puntuación, las conexiones, etc.) y; el cuarto, comprendería la revisión final de la redacción, en cuanto al contenido, la forma y la legibilidad del texto. 2.1 La lectura

Para abordar un texto es necesario saber leer, ya que la lectura es, sin duda alguna, otro de los caminos para llegar a la escritura y nos permite, además, familiarizarnos con las formas gramaticales y léxicas propias del idioma.

La lectura es un proceso mental complejo que va unido a la escritura, ya que se aprende simultáneamente a leer y a escribir. Pero también, implica un proceso de carácter intelectivo, que involucra el área cognoscitiva. Al leer se realiza un proceso de reconocimiento de los símbolos gráficos; una reflexión en cuanto al significado de los conceptos expresados, así como la comprensión de lo que dice el texto, tanto a través del tiempo como del espacio. De ahí la importancia de saber cómo abordarlo.

Al consultar un texto se deben de tomar en cuenta dos aspectos: vocabulario y estructura, necesarios para una buena comprensión. Vocabulario: es importante asegurarnos de que comprendemos bien las palabras que hay en el texto, ya que una palabra puede tener varios significados (acepciones). Para comprender el significado exacto de una palabra es importante conocer el contexto en el cual se expresa. Estructura: es la manera como el texto está formado, es decir, su esqueleto. Para acercarnos a la estructura de un texto debemos seguir los siguientes pasos:

1) Dividir en párrafos: un párrafo es cada una de las divisiones de un texto señaladas por letra mayúscula al principio y punto y aparte al final. 2) Dividir en bloques de ideas: un bloque es una idea o un conjunto de ideas relacionadas entre sí y que se encierran entre un punto y otro (nos referimos a ideas no a oraciones, aquí no entra la gramática). 3) Buscar la palabra clave: esta palabra es la que mejor encierra la idea que se expresa. 4) Buscar la idea central de cada párrafo: para encontrarla nos sirven las palabras clave. 5) Buscar la idea principal.

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2.2. La escritura Se denomina escritura a la representación gráfica de palabras o ideas. El dominio de la escritura requiere del

conocimiento de una serie de normas y recursos estilísticos. Una base mínima para lograr escribir con propiedad lo constituye el conocimiento de la gramática y la ortografía,

tanto en el uso de los signos de puntuación como del acento y la palabra. Un escrito o texto es el resultado de la expresión de las ideas en párrafos de forma rigurosa y correcta. La subdivisión del escrito en párrafos ayuda a la comprensión de la estructura del texto, ya que nos permite

identificar el final del desarrollo de una idea y el paso a una nueva. El párrafo contiene una idea central a partir de la cual construimos ideas secundarias o complementarias que se

relacionan entre sí. Las características principales de un párrafo son: -La presencia de una idea central alrededor de la cual se construyen ideas secundarias. -El desarrollo de una sola idea que le da unidad al párrafo. -La existencia de un ordenamiento interno entre la idea central y el resto de las ideas que componen el párrafo. -El empleo del vocabulario, el cual debe ser preciso, correcto y claro. Un párrafo debe ser claro, exacto y sencillo. Por claridad entendemos la expresión de una sola idea central; el uso correcto de las palabras y los signos de

puntuación; el orden en la expresión de las ideas, así como el empleo adecuado de enlaces, sin caer en el abuso de oraciones subordinadas que puedan obscurecer el texto. En cualquier tipo de escrito la claridad es indispensable para que sea comprensible y fácil de leer.

La exactitud se refiere a la expresión de una idea clara y precisa, que no pueda interpretarse de ninguna otra forma. En ocasiones la falta de exactitud en lo que se dice cambia u oscurece el contenido. La exactitud en un escrito consiste en expresar solamente lo que se desea; en no permitir que pueda tener otra interpretación.

La sencillez tiene que ver tanto con las ideas como con el vocabulario empleado. Se debe saber expresar únicamente la idea objeto del escrito, sin añadirle conceptos innecesarios y emplear, para ello, palabras claras y no rebuscadas. La sencillez de un escrito se refiere tanto al vocabulario como a la forma: la manera de organizar lo que decimos.

2.2.1. Los signos de puntuación Los signos de puntuación tienen la función de subdividir el texto para facilitar su comprensión. Nos permiten dar

claridad a las oraciones, dando sentido exacto y matizando las expresiones y vocablos utilizados en una redacción. Además, ayudan a diferenciar las oraciones principales de las subordinadas, y sirven para crear las pausas necesarias que facilitan la lectura de un escrito.

La puntuación, como parte de la redacción escrita, está íntimamente ligada al proceso de expresar el pensamiento, de tal forma que, para que un mensaje llegue con precisión a su destino es necesario: tener un pensamiento claro y conocer las normas de puntuación.

Podemos decir que los signos de puntuación reflejan la intención y el propósito del autor, de tal forma que es posible interpretar un mensaje sin puntuación de distintas maneras. El punto (.), representa la pausa más larga que se hace en la lectura. Se usa el punto al final de una idea completa (enunciado). Se llama punto y seguido cuando sirve para separar enunciados que se relacionan entre sí. El punto y aparte señala el término de un párrafo. Se emplea cuando lo que se dice a continuación ya no está estrechamente relacionado con lo que se decía antes. Al terminar un escrito usamos el punto final. También usamos punto después de las abreviaturas. Todos los títulos y encabezamientos de un texto no llevan punto. Los símbolos y las siglas no llevan punto (dm, cm, mm).

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La coma (,) nos indica una pausa breve en la lectura y delimita los componentes del enunciado. Se usa coma para: separar todos los elementos de una serie de palabras, excepto el último si éste va precedido de alguna de las conjunciones y, e, ni, o, u, que.

Ejemplo: Ella es bonita, simpática e inteligente.

Se usa coma para separar oraciones o frases breves que aparecen seguidas, aunque lleven la conjunción y. Se usa coma antes y después de un vocativo (palabra o palabras que se emplean para dirigirse directamente a

una persona o para llamar a alguien). Cuando el vocativo va al principio del enunciado, lleva la coma después; cuando está intercalado, va entre comas; cuando va al final, la coma se coloca antes.

Ejemplo:

Amigo, ven pronto. Ven pronto, amigo, te esperamos. Ven pronto, amigo. También va entre comas la aposición del sujeto (palabra o palabras que determinan o aclaran al sustantivo).

Ejemplo: La Habana, capital de Cuba, es una hermosa ciudad.

Van entre comas las expresiones adverbiales o conjunciones: esto es, es decir, en efecto, en consecuencia, por

último, no obstante, en fin, o sea, finalmente, sin embargo, por ejemplo, tal vez, quizá, además, hasta cierto punto, a veces, de pronto, también, aunque, apenas, en ocasiones, a pesar de, pero, en resumen, de modo que, ya que, etc.

Ejemplo: Diremos, finalmente, que los acontecimientos se precipitaron y, en efecto, el desenlace sobrevino rápidamente.

Se pone coma en lugar de un verbo que se ha suprimido porque se encuentra ya expresado anteriormente y no

es necesario repetirlo.

Ejemplo: Estos artículos parecen interesantes; aquellos, aburridos.

Cuando pues es una conjunción continuativa (que implica idea de continuación), va entre comas. Cuando es

causal (que expresa causa, razón o motivo), va precedida por coma. Ejemplo: Es importante, pues, que todos participen. Debe haber sido bastante tarde, pues ya no se veía ninguna luz.

Antes de las conjunciones (pero, sino, mas, aunque) o de oraciones adversativas (aquellas que expresan dos ideas contrarias) suele ponerse coma.

Ejemplo:

Ellos piensan estudiar juntos, pero no saben cuándo. No era nacional, sino extranjero.

Cuando se invierte el orden SVC (sujeto + verbo + complemento), suele usarse coma. Lo mismo cuando se cambia el orden de los enunciados.

Ejemplo: Te lo regalo si quieres aceptarlo. Si quieres aceptarlo, te lo regalo.

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Van entre comas los enunciados de relativo, cuando son explicativos.

Ejemplo: Mi tío, que es soldado, fue a la guerra.

Cuando se interrumpe un enunciado (para citar al autor, indicar la obra o indicar el sujeto o para insertar otras ideas con las cuales se amplía o aclara lo que se dice), las palabras que suspenden momentáneamente lo que se comunica van entre comas.

Ejemplo: Los campesinos, cansados de las injusticias, se levantaron contra el gobierno.

La coma nunca debe separar el sujeto del predicado.

El punto y coma (;), indica una pausa más larga que la hecha ante la coma y un poco más corta que la del punto. Usamos punto y coma para separar enunciados o frases largas y complejas.

Usamos punto y coma antes de las conjunciones adversativas (mas, pero, aunque, sin embargo, no obstante, etc.) cuando separan enunciados de alguna extensión.

Ejemplo: No conviene leer por ahora toda la bibliografía; sino los capítulos necesarios para hacer el trabajo.

Usamos punto y coma para separar las frases o enunciados que constituyen una enumeración, excepto la última

de la serie que se separa con coma.

Ejemplo: Fueron pocas personas a la reunión: dos secretarias de la dirección; los maestros de español; algunos alumnos de

segundo año, un solo alumno de tercero. Usamos punto y coma cuándo enumeramos los diversos incisos de un escrito legal, técnico, científico, etc.

Ejemplo: Para elaborar un trabajo de investigación se debe: a) hacer un esquema de trabajo; b) formular la o las hipótesis; c)

plantear la metodología; d) desarrollar cada uno de los aspectos de la investigación, etc.

Los dos puntos (:) a diferencia del punto, indica que no ha concluido la idea expresada. Usamos dos puntos antes de citar textualmente las palabras de otra persona o cuándo el segundo enunciado es

una explicación, resumen o consecuencia del anterior. Los dos puntos se usan antes de una enumeración y después de expresiones como: por ejemplo, los siguientes,

como sigue, son, a saber, esto es, etc., que en ocasiones introducen también una enumeración.

Ejemplo: Entre los cuentos más representativos de Quiroga están los siguientes: .El almohadón de plumas., .La gallina degollada.,

.A la deriva., etc.

Usamos dos puntos después de las palabras de saludo o encabezado de una carta, una circular, un discurso, etc.

Ejemplo: Estimado lector:, A quien corresponda:, Señoras y Señores:, etc.

Después de los dos puntos se puede escribir en el mismo renglón (en este caso el texto iniciará con minúscula) o en el renglón consecutivo (en este caso el texto iniciará con mayúscula).

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El paréntesis ( ) advierte la inminente interrupción de la lectura. Usamos paréntesis para intercalar una observación de carácter explicativo, relacionada con lo que se está diciendo, así como las fechas, etimologías, autores, explicaciones de abreviaturas, etc.

Ejemplo: Los países de Europa Occidental y Japón adoptaron posturas pro-árabes (Japón cambió su tradicional postura de .neutralidad. en el conflicto árabe-israelí, por otra a favor de los árabes), negociando separadamente con los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (en adelante, OPEP).

No debe haber espacios entre el signo y las palabras encerradas en él. Lo incluido dentro del paréntesis

mantiene su puntuación propia. Después de los paréntesis va coma si es una enumeración de hechos o punto si concluye el mismo. El paréntesis de cierre ), suele emplearse para indicar divisiones o subdivisiones de un todo, cuando éstas se marcan con letras o números: a), b), c), etc. El guión largo y el guión ( . ), ( - ) Usamos el guión largo para separar elementos incidentales que se intercalan en el enunciado.

Ejemplo: A pesar de que la colonización produjo enormes diferencias de nivel y formas de vida entre la población urbana y rural, había cierta identificación -algunas veces no consciente- de que el enemigo común era el colonizador. Usamos el guión largo para señalar en los diálogos la intervención de cada interlocutor.

Ejemplo: -Perdone usted -le dije- ¿cómo se llama el libro? -La luna encantada- me contestó-. También se utiliza para separar los subtítulos comprendidos en los sumarios o para suplir una o varias palabras que se repiten (en este caso pueden colocarse a renglón seguido o aparte).

Ejemplos: Sumario: -1. Descripción de las bases de datos. -2. Consulta a las bases de datos. -3. Cómo obtener documentos. -4. El manual de uso. O bien:

Heller, Agnes. Can Modernity survive? Cambridge, polity, 1990. 177 pp. __________Políticas de la postmodernidad: ensayos de crítica cultural. Barcelona, Península, 1989. __________The postmodern political condition. Cambridge, Polity, 1988. 167 pp.

No debe mediar espacio entre el guión largo y el texto El guión (-) se utiliza para dividir las palabras cuando no caben al final del renglón. Se usa también guión en las palabras compuestas cuando están formadas por elementos que se oponen o contrastan: teórico-práctico (cuando esto no sucede, las palabras compuestas forman una sola palabra: hispanoamericano, francotirador, etc.) También se usa la diagonal o barra (/) para hacer algunas separaciones e indicaciones específicas.

Los puntos suspensivos (...), indican que el autor ha deseado suprimir una palabra o idea del texto. Usamos puntos suspensivos para dejar incompleto o en suspenso lo que decimos. También para indicar que el

oyente ya sabe lo que sigue (esto es frecuente con los dichos y refranes).

Ejemplo: Al que madruga... Camarón que se duerme...

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Empleamos los puntos suspensivos con una enumeración en lugar de .etcétera., .así sucesivamente.... También para prescindir de algunos párrafos o palabras en una cita por considerarse innecesarios. En este caso los puntos suspensivos van entre corchetes [...] o entre paréntesis (...).

Ejemplo: Debe haber aperturas para apelar a los intereses de alguna de las partes y [...] hacerlas colaborar con nosotros en la realización de una paz honorable y pacífica.

Los signos de interrogación y admiración (¿?), (¡!), indican en la escritura el momento en que se hace una pregunta o se manifiesta un estado de ánimo.

Los signos de interrogación y de admiración siempre son dos. Se deben colocar en el lugar exacto donde empiece la pregunta o la exclamación, aunque allí no comience el enunciado. Los signos de puntuación pueden ser utilizados después de estos signos, menos el punto.

Las comillas (. .) se emplean para citar literalmente las palabras de otra persona; para dar un sentido irónico a lo que se dice; para dar énfasis o realzar el significado de algún término o expresión (extranjerismos, neologismos, palabras inventadas, barbarismos, etc.); para citar frases celebres o populares conocidas y, en los títulos de artículos de publicaciones periódicas.

Las comillas sustituyen al guión en los diálogos siempre y cuando lo expresado en la plática se encuentre mezclado con la narración del que escribe.

En términos generales el punto va después de las comillas. En el caso de las citas textuales los signos de puntuación que pertenezcan al texto irán dentro de las comillas.

Las comillas simples (. .), se emplean para destacar las citas o los términos puestos en relieve dentro de un texto entrecomillado.

El apóstrofe (´) indica la supresión de letras en expresiones familiares o vulgares y en construcciones de idiomas extranjeros.

Ejemplo: A la hora que usted mande saldremos pa’l mercado. Jean’s home. L’Europe.

El asterisco (*) se utiliza para remitir al lector al pie de la página, a otra parte de la obra o para notas adicionales al texto. Se pueden repetir cuantas veces sea necesario para establecer un orden mínimo (*, **, ***, etc.). Sin embargo, cuando las llamadas de atención son numerosas es más práctico utilizar números o letras de menor tamaño que el general.

2.2.2. La acentuación. Es un deber dominar el uso correcto del acento ya que los errores de acentuación son tan graves como cualquier

otra falta de ortografía. El uso adecuado del acento evita la confusión en el mensaje y una mala interpretación.

Ejemplo: Numero con el numero que el numero, es diferente a: Numero con el número que él numeró. La mayoría de las palabras tienen una sílaba en la que aumentamos la fuerza de la pronunciación (sílaba tónica).

Sin embargo, no todas las sílabas tónicas se señalan gráficamente, de ahí que existan dos clases de acentos: prosódico (solo pronunciado) y ortográfico (escrito mediante una tilde).

La razón para utilizar el acento ortográfico (´) puede ser: puramente gramatical (normativo: árbol, héroe, etc.); diferencial de funciones (diacrítico: aún, más, etc.) o intencional (enfático: ¡qué belleza!, dime cuánto vale, etc.).

De acuerdo al lugar que ocupe el acento ortográfico en las palabras, éstas se clasifican en: *Agudas: acentuadas en la última sílaba y que terminen en vocal, n ó s. No llevan tilde las terminadas en consonante y en los diptongos ay, ey, oy, uy. Excepción: cuando la vocal acentuada es una débil unida a una fuerte, se acentúa la primera para indicar que no hay diptongo (baúl, oír, etc.)

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*Graves: acentuadas en la penúltima sílaba y que terminen en consonante que no sea n ni s. Excepción: Llevan tilde cuando la acentuada es vocal débil junto a una fuerte con la que forma diptongo (vahído, baraúnda) y las palabras terminadas en s precedidas por consonante (fórceps, récords, tótems) *Esdrújulas: acentuadas en la antepenúltima sílaba. Todas llevan tilde (lóbrego, incógnito, clásico). *Sobresdrújulas: acentuadas en la anterior a la antepenúltima sílaba. Todas llevan tilde y están compuestas por verbo y pronombres (dícesenos, lémelo, distribúyaseles). *Monosílabas: las palabras formadas por una sola sílaba no llevan tilde (fue, fui, vio, pues). Excepción: llevan tilde algunos monosílabos que desempeñan más de una función (El - artículo y Él - pronombre); que son intencionales (que – pronombre y qué - pregunta y exclamación; cual - pronombre y cuál - pregunta y exclamación) o aquellos que por razones etimológicas se consideran palabras agudas ya que deben pronunciarse como bisílabas (guió, guión, rió, reí, fié, fió, crié, crió, etc.).

2.2.3. Nociones gramaticales. Las palabras, para formar una oración, se combinan entre sí de acuerdo con ciertas reglas. Cada palabra tiene

una función conforme a la relación que establece con otra dentro de la oración. De acuerdo a su función se clasifican en núcleos (sustantivo y verbo); modificadores (adjetivo, artículo y

adverbio); y nexos (preposiciones, conjunciones, pronombres relativos y algunos adverbios). El sustantivo, es la palabra que sirve para designar personas (Carlos), cosas (libro), cualidades físicas (belleza) o morales (caridad), acciones (brinco) o estados (inmovilidad). El adjetivo, es la palabra que modifica a un sustantivo. El adjetivo generalmente se coloca después del sustantivo y sirve para decirnos cómo es el objeto a que se refiere.

Debe existir concordancia entre sustantivos y adjetivos. La regla general dice que el adjetivo concuerda en género y número con el sustantivo que modifica. El verbo, es una palabra que expresa lo que le ocurre al sujeto (acción, esencia o estado).

El verbo debe concordar con el sujeto en número y persona. Se usa en singular con los sustantivos colectivos (la tropa, la multitud, etc.) y con los sustantivos partitivos (mitad, parte, tercio, medio, resto, etc.).

Ejemplo: La multitud gritó enardecida. La mitad del grupo se presentó ayer. El sujeto compuesto (por varios sustantivos o frases) exige un verbo en plural, sea cual sea el orden del sujeto y el predicado.

Ejemplo: La televisión, el radio y el cine son los responsables de que las personas ya no lean. El adverbio, es la palabra que modifica a un verbo, un adjetivo u otro adverbio.

Ejemplo:

Abrió lentamente la ventana. Se acercó muy despacio. Ella es sumamente inteligente. Cuando empleamos dos adverbios terminados en mente, solamente el último lleva la terminación (escribe lenta

y cuidadosamente). Estos adverbios se forman con un adjetivo femenino, singular y la terminación mente. El abuso produce monotonía en el escrito.

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El gerundio, tiene carácter adverbial, por lo tanto puede ser: *Modal (El alumno salió dando un portazo). Aquí las dos acciones ocurren simultáneamente (salir y dar) es decir, son coexistentes. *Explicativo y se refiere al sujeto (El maestro sabiendo que tenía razón, se mantuvo firme). Este gerundio nunca se emplea en oraciones que expresan cualidades o ideas de permanencia (El maestro, siendo muy sabio, se mantuvo firme vs El maestro, que es muy sabio, se mantuvo firme). *Condicional (Diciéndolo el maestro, tienen que obedecer = Si lo dice el maestro..). *Causal (Conociendo estas pruebas = porque las conozco). Pronombres personales (lo, la y le). Lo y la y sus plurales los y las, son pronombres de objeto directo. Le y su forma plural les son pronombres de objeto indirecto.

El objeto directo es en el que recae directamente la acción del verbo. Expresa la cosa hecha por el verbo (compramos un libro - lo compramos).

El objeto indirecto (le - les) se refiere a la persona o cosa que recibe el daño o provecho de la acción verbal. Generalmente va precedido de las preposiciones a o para (Le trajimos un libro a Raúl).

*Cid Capetillo, Ileana y de los Ángeles Márquez, María, Lineamientos generales para la elaboración de proyectos de investigación y para la redacción, Cuaderno de Relaciones Internacionales. FCPyS-UNAM, México, 2002, 63 pp.