libros sin tiempo, gustavo cosolito

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Libros sin tiempo. No sé si uno es lo que lee. Hace 30 años tenía tiempo sin libros; ahora tengo libros sin tiempo. En estos últimos diez años he comprado más de lo que puedo leer. Los géneros, abigarrados: historia, ciencia ficción, biografías, novelas, judaísmo, criminología, física cuántica y ensayos, los adorados ensayos. Una vez, cuando tendría apenas unos 30 libros, mi madre me recriminó gastar dinero en ellos y me reprochó “no entiendo, ¿es que ya no tenés suficientes libros?”.Ahora yo la entiendo a ella: en mi casa paterna casi no había libros. Recuerdo cuatro o cinco tirados por allí, sucios y rotos, como escorias. Los que yo traía –casi todos de segunda mano– no eran bienvenidos porque eran intrusos en un ámbito inhóspito. Alienígenas de papel. Hoy, aunque tenga más de 100 libros en espera, sigo comprando mientras el bolsillo me lo permita. No son baratos, pero los compro igual porque valdrán oro. Y los acumulo apilados como lingotes, aunque no tenga el tiempo para leerlos. Es el fondo de inversión que ningún economista aprobaría. Tampoco tengo espacio. Por allí veo seis tablones para darles un lugar digno en alguna pared (debo comprar ménsulas). En promedio leo unas 2000 páginas por mes. Es poco... Ellos lo saben porque me ven leer. Son libros pacientes, educados, que sopesan mi esfuerzo y me esperan. No siento que me hostiguen. Ellos saben que yo aguardé mucho por tenerlos, ahora ellos deben esperarme a que los lea. Cuando releemos un libro y éste nos sorprende, advertimos cuánto hemos cambiado gracias a ellos. Porque somos otros. Después de todo es un precio justo: fueron muchos años marcando libros. No es extraño que ahora descubramos que estamos marcados por ellos.

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Libros, tiempo, lectura, biblioteca

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Libros sin tiempo. No s si uno es lo que lee. Hace 30 aos tena tiempo sin libros; ahora tengo libros sin tiempo. En estos ltimos die aos he comprado m!s de lo que puedo leer. Los gneros" abigarrados# historia" ciencia $icci%n" biogra$as" no&elas" 'udasmo" criminologa" $sica cu!ntica ( ensa(os" los adorados ensa(os. )na &e" cuando tendra apenas unos 30 libros" mi madre me recrimin% gastar dinero en ellos ( me reproch% *no entiendo" +es que (a no tens su$icientes libros,-..hora (o la entiendoa ella# en mi casa paterna casi no haba libros. /ecuerdo cuatro o cinco tirados por all" sucios ( rotos" como escorias. Los que (o traa 0casi todos de segunda mano0 no eran bien&enidos porque eran intrusos en un !mbito inh%spito. .liengenas de papel. Ho(" aunque tenga m!s de 100 libros en espera" sigo comprando mientras el bolsillo me lo permita. No son baratos" pero los compro igual porque &aldr!n oro. 2 los acumulo apilados como lingotes" aunque no tenga el tiempo para leerlos. Es el $ondo de in&ersi%nque ningn economista aprobara. 3ampoco tengo espacio. 4or all &eo seis tablones para darles un lugar digno en alguna pared 5debo comprar mnsulas6. En promedio leo unas 7000 p!ginas por mes. Es poco... Ellos lo saben porque me &en leer. 8on libros pacientes" educados" que sopesan mi es$uero ( me esperan. No siento que me hostiguen. Ellos saben que (o aguard mucho por tenerlos" ahora ellos deben esperarme a que los lea. 9uando releemos un libro ( ste nos sorprende" ad&ertimos cu!nto hemos cambiado gracias a ellos. 4orque somos otros. :espus de todo es un precio 'usto# $ueron muchos aos marcando libros. No es e;trao que ahora descubramos que estamos marcados por ellos.