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LibroRojode la FloraSilvestreAmenazadade Andalucía TOMO I: Especies en PeligrodeExtinción G. Blanca B. Cabezudo J. E. Hernández-Bermejo C. M. Herrera J. Molero Mesa J. Muñoz B. Valdés

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LibroRojode laFloraSilvestreAmenazadadeAndalucía

TOMO I:Especies en PeligrodeExtinción

G. BlancaB. CabezudoJ. E. Hernández-BermejoC. M. HerreraJ. Molero MesaJ. MuñozB. Valdés

Edita: Consejería de Medio Ambiente.Junta de Andalucía

Coordinadores: Benito Valdés CastrillónCarmen Rodríguez HiraldoAgustín López OntiverosOvidio Merino Ortega

Autores: Se indica en el índice de autores y taxones

Colaboradores: Se incluye la relación detallada de colaboradores.

Ilustrador de Láminas: Rodrigo Tavera Mendoza

Diseño y maquetación:Imagénesis

Imprime: Imagénesis

Depósito Legal:SE-2808-99 (I)

I.S.B.N.: 89650-75-6

Presentación

La fauna y la flora silvestre son elementos esenciales del ecosistema y del paisaje,se interrelacionan continuamente, pero cuando se trata de abordar la tarea de suprotección y conservación no cabe duda que se exigen conocimientos y destrezasdiferentes.

El perfil de un zoólogo es diferente al de un botánico, aunque se entremezclan tantoplantas y animales, que uno y otro se cambian y completan sus roles con frecuencia.

La política de conservación de la flora silvestre andaluza, desde inicios de la Agenciade Medio Ambiente, tiene etapas perfectamente identificables y, aquí también seadvierte una diferencia con la fauna que ha actuado más por impulsos notables y evi-dentes, hacia las especies emblemáticas, mientras en la flora el esfuerzo ha sido mássistemático, continuo y, a la vez, extenso.

Los hitos más soabresalientes en la política de conservación de la flora silvestre enAndalucía, se resumen como sigue:

Primero: Catálogo de Especies de la Flora Silvestre Amenazada, que se estableció porel Decreto 104/1994, recogiendo setenta especies “en peligro de extinción” y cien-to veintiuna “vulnerables”.

Segundo: La Protección de la Flora en Andalucía es una monografía, publicada por laAgencia de Medio Ambiente en 1994, que sienta las bases del proyecto de conser-vación, a realizar en los años venideros.

Tercero: El Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz (BGVA) se crea por el mismoDecreto que estableció el Catálogo y, como bien indica su nombre, es el lugar y sedepara conservar el importante patrimonio constituido por las semillas de la flora anda-luza, particularmente de la amenazada, que completa y realiza su labor con el apoyode los Jardines Botánicos establecidos en los Parques Naturales. El BGVA establece susede, a través de un Convenio, en el Jardín Botánico de Córdoba.

La estrategia global, que se definió en 1994, ha permitido el desarrollo de un programa,desde entonces hasta hoy, cuyo fruto palpable es el Libro Rojo de Flora Silvestre Amenazadade Andalucía con el primer tomo dedicado a las especies “en peligro de extinción” y elsegundo a las “vulnerables”, que la Consejería de Medio Ambiente se felicita de que veala luz en este momento.

El trabajo ha sido posible por la estrategia diseñada en su día y por el concurso ycolaboración de la comunidad científica andaluza, junto al trabajo constante y con-tinuado de los técnicos de la Consejería, desde los agentes de medio ambiente con

su trabajo de campo, pasando por los responsables de los Jardines Botánicos y de losParques Naturales, hasta los técnicos de conservación, que han efectuado el segui-miento y coordinación del programa.

Las Universidades de Almería, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla, junto al JardínBotánico de Córdoba y la Estación Biológica de Doñana del C.S.I.C, han sido artíficesde la elaboración de las fichas de todas y cada una de las especies. El trabajo ha sidoconstante y difícil en algunos casos, desde la localización de la especie, su descripción,el estudio de su biología reproductiva, su fenología así como su hábitats. Sin duda, seha dado un paso adelante importante y significativo: conocemos hoy mucho mejor elpatrimonio natural andaluz, en particular nuestra indudable riqueza florística.

El trabajo y el proyecto continúa, está ya en su fase final, la elaboración de los planesde recuperación y conservación de las distintas especies según su grado de amenaza.En breve plazo, el Gobierno Andaluz conocerá y aprobará por Decreto estos planes,que significarán una referencia notable, es decir, el comienzo de los programas de recu-peración de las especies para que nuestro patrimonio natural constituya un legadoimperecedero para las generaciones futuras.

Concluyo esta presentación, reiterando el reconocimiento y la gratitud sincera y sen-tida a cuantas instituciones y personas han hecho posible este trabajo.

José Luis Blanco RomeroConsejero de Medio Ambiente

Prólogo

Plantas raras de Andalucía:una agenda para el próximo sigloEste es un libro dedicado a catalogar rarezasvegetales. La “rareza” ha fascinado desde siem-pre a la especie humana. En una economíadominada por las reglas del mercado, mayorrareza significa mayor valor, y nadie ignora porqué el oro, que representa solo 0,001 partespor millón de la corteza terrestre, tiene un valoren nuestra cultura (y en muchas otras que laprecedieron) incomparablemente superior alalcanzado por el hierro, con 50.000 partes pormillón de la corteza terrestre. Pero la rareza nosolo se traduce en valor monetario. Un objetoraro puede llegar a poseer valor por sí mismo,por su propia rareza, aunque a menudo seaimposible efectuar ninguna tasación objetiva.Cualquier coleccionista especializado otorgamás valor a unos objetos que a otros, seanéstos sellos de correos, discos de vinilo o cua-dros post-impresionistas.

Vista esta inclinación tan humana a valorar loraro por razón de su misma rareza, un elencovegetal como el que el lector tiene entre susmanos podría ser interpretado complaciente-mente como el final de un largo camino, hechoa base de acumular información, visitar locali-dades más o menos remotas del paisaje anda-luz, y resolver las afinidades taxonómicas deuna u otra especie, por citar algunas de las acti-vidades en que este libro se ha basado. Podríaverse como la culminación del camino de unoscoleccionistas que han logrado, por fin, trasaños de esforzada búsqueda, poner en unmismo anaquel todas las joyas vegetales de laregión andaluza. Y siendo estas joyas tantas, yalgunas de ellas tan raras, sería muy fácil no lle-gar más allá del legítimo orgullo de quienposee valiosos tesoros.

Los párrafos que siguen, aunque deliberada-mente sucintos, quieren ser un alegato dirigi-do a disipar tan peligrosa interpretación.Quieren proponer los elementos de una agen-da para la conservación de la flora andaluza

durante el próximo siglo o, por lo menos, laspróximas décadas. Dice el diccionario delvocablo agenda, “libro o cuaderno en que seapuntan, para no olvidarlas, aquellas cosas quese han de hacer”.

La rareza no siempre encierra peligroLlevadas por una explicable mala conciencia,alimentada por numerosos y nefastos prece-dentes, las generaciones de finales de estesiglo preocupadas por la conservación de lanaturaleza han llegado a creer que rareza ypeligro de extinción de una especie son sinó-nimos, algo así como las dos caras de lamisma moneda. Es cierto que así sucedemuchas veces, pero la rareza de una especieno tiene que ser necesariamente sinónimo deque esté en peligro o se enfrente a algunaamenaza de extinción.

En cualquier comunidad vegetal o animal, lasdiferentes especies tienen abundancias muydesiguales, y la mayoría de las especies estánrepresentadas por pocos individuos, es decir,son relativamente raras. Esto es una ley ecológi-ca observable en cualquier tipo de hábitat o lati-tud, que no es resultado de ninguna alteracióncausada por actuaciones humanas. Los paráme-tros vitales del gran número de especies que songenuinamente raras, sus tasas de fertilidad ymortalidad, su supervivencia, son tales que per-miten la persistencia a largo plazo de sus pobla-ciones, a pesar de que éstas estén compuestaspor un pequeño número de individuos.

Desarrollar métodos objetivos y fiables para dis-tinguir las especies vegetales que son “natural-mente raras” y están perfectamente adaptadaspara serlo, de aquellas que se han convertidoen raras como resultado de la actuación huma-na y que no están adaptadas a esa situación,debería ser el primer punto a anotar en la agen-da. Siendo limitados los recursos disponiblespara la conservación de la flora, la identifica-ción y priorización de objetivos es un primerpaso hacia la eficacia.

No todas las rarezas son igualesUna especie vegetal puede ser “rara” de variasformas diferentes. Hay especies que están pre-sentes en un buen número de localidades,pero solamente hay un pequeño número deindividuos en cada localidad. Otras especies,por el contrario, existen en muy pocas locali-dades, pero el número de individuos que hayen cada una de ellas es muy elevado. Por últi-mo, hay especies que están en muy pocaslocalidades y, además, en cada una de éstashay muy pocos individuos.

Esta descripción verbal puede formalizarse unpoco más, abriendo así el camino para unacuantificación rigurosa. Si imaginamos unplano cartesiano en que el eje horizontal repre-sente el “Número de poblaciones existentes” yel eje vertical sea “Número medio de indivi-duos por población”, podríamos en principiorepresentar a cada especie por un punto en eseplano. Es intuitivo afirmar que las perspectivasde supervivencia a largo plazo de cada especierara dependerán de su localización en eseplano que acabamos de describir. Pero lainfluencia de cada una de las dos componentesde la rareza (número de poblaciones, tamañode cada población) sobre la supervivencia glo-bal de las especies dista mucho de ser obvia. Eldesarrollo de modelos poblacionales basadosexplícitamente en la moderna teoría de meta-poblaciones debería convertirse durante el pró-ximo siglo en herramienta esencial para cual-quier intento de manejo y conservación de lasespecies de plantas raras.

Abundancia no significa garantíaSi la rareza no es necesariamente un sinónimode riesgo, tampoco la abundancia es garantíade supervivencia a corto o medio plazo cuandode plantas se trata. Por un efecto puramentehistórico, la conservación de la flora se ha nutri-do de conceptos y percepciones desarrolladasen el ámbito de la conservación de la fauna.Pero las plantas son muy diferentes de los ani-males en muchas cosas. En longevidad, porejemplo, ya que muchas especies vegetales tie-nen una vida mucho más larga como adultos

que el animal más longevo que conozcamos.Esto hace que, en esas plantas de vida larga,nutridas poblaciones formadas casi exclusiva-mente por individuos adultos reproductivospuedan dar una engañosa impresión de éxito ycontinuidad, cuando en realidad están al bordede la extinción local.

Una población constituida exclusivamente porplantas adultas, en la que no se producenincorporaciones de juveniles, es ya una pobla-ción funcionalmente extinguida, sólo a la espe-ra de que se agote la longevidad media de losadultos para que la extinción se formalice. Estelibro ofrece buenos ejemplos de especies queencajan en esta descripción, cuya regeneraciónnatural es inexistente a pesar de la relativaabundancia de plantas adultas. El análisis de laestructura demográfica de las poblacionesvegetales debería convertirse en herramientarutinaria en todos los trabajos dirigidos a la pre-servación y manejo de flora.

Tendencias de cambio, mejor que valoresmomentáneosVisto que la rareza no implica necesariamenteriesgo de inminente extinción, y que la abun-dancia no es garantía de supervivencia, ¿cuálesdeberían ser los criterios objetivos a seguir paraevaluar el grado de riesgo por el que atraviesauna especie o población vegetal? Tanto rarezacomo abundancia son conceptos estáticos,resultantes de evaluar el tamaño de las pobla-ciones de una especie en un momento concre-to, y poco nos dicen acerca de cuál será la evo-lución de tales poblaciones con el paso deltiempo. La pregunta crítica que hay que res-ponder en vistas a la conservación y manejo decualquier especie es si el tamaño de su pobla-ción sigue una trayectoria descendente o no.

En el caso de poblaciones vegetales, y muyespecialmente en el caso de especies de vidalarga, el único método posible para determinarel signo de las trayectorias del tamaño de laspoblaciones es mediante el seguimiento demo-gráfico a largo plazo, la elaboración de tablasde vida, y la determinación de las estadísticas

vitales básicas (supervivencia, fertilidad, longe-vidad). Sin esta información no serán posibleelaborar modelos numéricos predictivos delcomportamiento de las poblaciones, y sin estosmodelos predictivos será imposible evaluarobjetivamente las perspectivas futuras de nin-guna población.

El sentido del contextoEs fácil que catálogos como el presente, dondelas especies aparecen enumeradas una a una yen orden alfabético, en completa independen-cia unas de otras y de su mundo, nos haganperder el sentido del contexto. Ninguna de lasespecies cuyos nombres se suceden a continua-ción, seguidos cada uno de una escueta presen-tación de rasgos biológicos, vive en un vacíoecológico. Cada una de ellas es un nodo más enlas complejas redes locales de interrelacionesecológicas. En estas redes no solo participanotras plantas y animales, sino también el hom-bre, con su conjunto de actuaciones pasadas ypresentes sobre el medio natural, el uso y la his-toria del paisaje en el que las especies viven.

Tratar a una especie al margen del medio enque vive es solo representación naif o públicaconfesión de desconocimiento. Porque es pre-cisamente de ese medio de donde proceden, siexisten, las amenazas para la supervivencia delas poblaciones. Y paradójicamente, la mayoríade las especies tratadas en este libro se hallandentro de espacios naturales protegidos anda-luces, que cuentan con una legislación medio-ambiental cuyo manto protector debería alcan-zar también a las especies que nos ocupan.Espacios y especies. La gestión integrada, o porlo menos amistosa y coordinada, de los dos ele-mentos de este binomio es asignatura pendien-te para el próximo siglo en Andalucía.

AseguramientoTodos pagamos alguna póliza de seguro, apesar de desear fervientemente no tener quellegar nunca a utilizarla (especialmente losseguros de vida). Cualquier estrategia respon-sable de conservación de la flora andaluzahabrá de seguir contando en el futuro, como

hoy, con jardines botánicos y bancos de ger-moplasma. Si finalmente las medidas de con-servación fallan y alguna especie se extingueen condiciones naturales, solo se podrá rever-tir ese lamentable suceso si previamente se hamantenido un banco de genotipos de esaespecie.

En comparación con los animales, las plantasofrecen evidentes facilidades para este tipode actuaciones. Es inviable mantener unanutrida colección de embriones de linces oáguilas imperiales, pero podemos preservarfácilmente lotes abundantes de semillas via-bles durante décadas, siglos tal vez. Además,las posibilidades de clonación y propagaciónin vitro que ofrecen los vegetales proporcio-narán vías adicionales para la restauración depoblaciones si la catástrofe que queremos evi-tar llega a tener lugar. Como en la vida ordi-naria, será mejor estar asegurado si el acci-dente que queremos evitar finalmente suce-de, pero el objetivo prioritario deberá ser evi-tarlo. Cualquier estrategia de aseguramientoes intrínsecamente pesimista y su precio estanto mayor cuanto mayor sea la probabili-dad de que suceda el accidente que quere-mos cubrir. A medida que estas probabilida-des disminuyan gracias a una buena gestión ymanejo de las poblaciones naturales, los cos-tes del aseguramiento podrán reducirse.

DesideratumCuantificación, mejor que intuición. Dinámicade poblaciones, mejor que descripción.Experimentación en lugar de especulación.Causaría escándalo que el control de un proce-so industrial cualquiera, por poner un ejemplo,se basase meramente en la intuición y la subje-tividad del ingeniero que lo diseñó, sin mediarcifras, modelos y evaluaciones cuantitativas. Laexperiencia nos enseña, sin embargo, quesomos bastante proclives a prescindir del rigor,la cuantificación, o la planificación cuandoentramos a manejar (o a imaginar que lo hace-mos) los sistemas naturales, a pesar de serincomparablemente más difíciles y delicadosque el proceso industrial más complejo.

Basar decisiones de conservación y manejo enla intuición y el sentido común son a menudola mejor garantía de estrepitoso fracaso, comodemuestra la amplia crónica de bienintenciona-dos fracasos ecológicos. Una estrategia progre-sista e innovadora de conservación de la floraandaluza para el próximo siglo habrá de supe-rar la necesaria e insustituible etapa inicial de

catálogos y elencos cuya culminación este librorepresenta, para pasar a obtener informacióndemográfica rigurosa sobre las poblacionesvegetales, elaborar modelos numéricos predic-tivos, y actuar en auténtica y amigable coordi-nación con la gestión de los espacios naturales,sin olvidar nunca el respaldo de un sistemarobusto de aseguramiento.

Carlos M. HerreraEstación Biológica de Doñana, CSIC

Índice de taxones y autores

Se indican a continuación las especies y subespecies incluidas en este volumen, y losautores que han preparado cada una de las fichas.

Abies pinsapo Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34J. Herrera, M. Arista y S. Talavera

Allium rouyi Gaut. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39B. Cabezudo, T. Navarro, P. Navas, Y. Gil y D. Navas

Anacyclus alboranensis Esteve & Varo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42B. Cabezudo, P. Navas, Y. Gil y D. Navas

Androcymbium europaeum (Lange) K. Richter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45M. Cueto y G. Blanca

Antirrhinum charidemi Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49E. Hernández-Bermejo y A. Pujadas

Aquilegia pyrenaica subsp. cazorlensis (Heywood) Galiano & Rivas Martínez . . 53C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque y A. Benavente

Arenaria nevadensis Boiss. & Reuter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56C. Díaz de la Guardia, M. J. Martínez-Lirola y G. Blanca

Artemisia granatensis Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60E. Hernández-Bermejo, P. Contreras y M. Clemente

Asplenium petrarchae subsp. bivalens (D.E. Meyer) Lovis & Reichst. . . . . . . . . 64B. Cabezudo, A. V. Pérez Latorre, Y. Gil y E. Salvo

Atropa baetica Willk. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque y A. Benavente

Betula pendula subsp. fontqueri (Rothm.) G. Moreno & Peinado . . . . . . . . . . . 71E. Hernández-Bermejo, M. Clemente, T. Parras y J.L. Vivero

Buxus balearica Lam. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75B. Cabezudo, T. Navarro, A. V. Pérez Latorre, D. Navas y Y. Gil

Centaurea citiricolor Font Quer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79G. Blanca y M. J. Martínez Lirola

Christella dentata (Forsskål) Brownsey & Jermy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83B. Cabezudo, P. Navas, A. E. Salvo y D. Navas

Cneorum triccocum L. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86B. Cabezudo, T. Navarro, P. Navas, Y. Gil y D. Navas

Coronopus navasii Pau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90J. L. Vivero, Hernández-Bermejo y J. Prados

Culcita macrocarpa C. Presl. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94B. Cabezudo, Y. Gil, P. Navas y D. Mariscal

Cytisus malacitanus subsp. moleroi (Fern. Casas) A. Lora . . . . . . . . . . . . . . . . 98A. Lora, E. Hernández-Bermejo y J. Prados

Delphinium fissum subsp. sordium (Cuatrec.) Amich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102F. Gómez Mercado, E. Giménez Luque y M.J. Martínez Lirola

Diplazium caudatum (Cav.) Jermy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106B. Cabezudo, Y. Gil , A. V. Pérez Latorre y D. Navas

Diplotaxis siettiana Maire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110B. Cabezudo, P. Navas, D. Navas y A. V. Pérez Latorre

Dryopteris guanchica Gibby & Jermy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113B. Cabezudo, P. Navas, Y. Gil y D. Navas

Elizaldia caclycina subsp. multicolor (G. Kunze) Chater . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116B. Valdés, Z. Díaz Lifante y R. Parra

Erica andevalensis Cabezudo & Rivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119A. Aparicio

Erodium astragaloides Boiss.& Reuter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123M.J. Martínez Lirola y G. Blanca

Erodium cazorlanum Heywood . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque, A. Benavente y M. L. Osorio

Erodium rupicola Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131M.J. Martínez Lirola, G. Blanca y J. Molero

Euonymus latifolius (L.) Miller . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135C. M. Herrera, P. Luque, A. Benavente y E. Hernández-Bermejo

Euphorbia gaditana Cosson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138M.J. Gallego

Euzomodendron bourgaenum Cosson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142A. Pujadas, A. Lora, J. Prados y E. Hernández-Bermejo

Geranium cazorlense Heywood . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque, A. Benavente y M. L. Osorio

Gyrocarium oppositifolium Valdés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150F. García Martín

Hieracium texedense Pau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153B. Cabezudo, A. V. Pérez Latorre, P. Navas y D. Navas

Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa (Sm.) Ball . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156J. Pastor y R. Juan

Jurinea fontqueri Cuatrc. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160G. Blanca, J. Molero y M.J. Martínez Lirola

Laserpitium longiradium Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164M.J. Martínez Lirola, J. Molero y G. Blanca

Limonium estevei Fern. Casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168J. F. Mota, A. M. Aguilera-Lirola y M.J. Martínez Lirola

Limonium malacitanum Díez Garretas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172B. Cabezudo, J.M. Nieto, Y. Gil y P. Navas

Linaria tursica Valdés & Cabezudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175B. Valdés, Z. Díaz Lifante y R. Parra

Lithodora nitida (Ern) R. Fernandes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179J.Molero y M.J. Martínez Lirola

Micropyropsis tuberosa Romero Zarco & Cabezudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183C. Romero Zarco

Narcissus bugei Fern. Casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187E. Hernández-Bermejo, M.A. García, P. Contreras y M. Clemente

Narcissus longispathus Pugsley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque y A. Benavente

Narcissus nevadensis Pugsley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195E. Hernández Bermejo, M. A. García, P. Contreras y M. Clemente

Narcissus tortifolius Fern. Casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199E. Hernández Bermejo, M. A. García, P. Contreras y M. Clemente

Nolletia chrysocomoides (Desf.) Cass. ex Less. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203B. Cabezudo, A. V. Pérez Latorre, P. Navas y D. Navas

Odontites granatensis Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206M.J. Martínez Lirola, G. blanca y J. Molero

Ophrys speculum subsp. lusitanica O. & A. Danesh . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210S. Silvestre

Papaver lapeyrousianum Guterm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215G. Blanca, J. Molero y M.J. Martinez Lirola

Papaver rupifragum Boiss. & Reuter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219S. Silvestre

Psilotum nudum (L.) PB. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224B. Cabezudo, D. Navas, F. Sanchez y A.E. Salvo

Quercus alpestris Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228B. Cabezudo, D. Montilla, D. Navas y Y. Gil

Rhododendron ponticum subsp. baeticum (Boiss. & Reuter) Hand. Mazz. . . . . 231J. Arroyo y J.A. Mejías

Rosmarinus tomentosus Huber-Morath & Maire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236B. Cabezudo, T. Navarro, A.V. Pérez Latorre, P. Navas y Y. Gil

Rothmaleria granatensis (Boiss.) Font Quer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240G. Blanca y M.J. Martínez Lirola

Rupicapnos africana subsp. decipiens (Pugsley) Maire . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244B. Cabezudo, P. Navas, Y. Gil y A.V. Perez Latorre

Sarcocapnos baetica (Boiss. & Reuter) Nyman subsp. baetica . . . . . . . . . . . . . 248J. Garrido, C. Olivares, J.M. Muñoz y E. Domínguez

Sarcocapnos baetica subsp. intergrifolia (Boiss.) Nyman . . . . . . . . . . . . . . . . . 252J. Garrido, C. Olivares, J. M. Muñoz y E. Domínguez

Sarcocapnos crassifolia subsp. speciosa (Boiss.) Rouy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255J. Garrido, C. Olivares, J. M. Muñoz y E. Domínguez

Salix-hastata subsp. sierrae-nevadae Rech.f. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259M. J. Martínez Lirola y M. Ruíz Girela

Senecio elodes Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263G. Blanca y M. J. Martínez Lirola

Seseli intrincatum Boiss. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267J.F. Mota, A Aguilera, M. J. Martínez Lirola y G.Blanca

Silene stockenii Chater . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271S. Talavera Lozano y C. Rodríguez Hiraldo

Silene tomentosa Otth. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275P. García Murillo

Solenanthus reverchonii Degen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque y A. Benavente

Taxus baccata L. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282E. Hernández-Bermejo, A. Lora y P. Contreras

Thymus albicans Hoffmanns. & Link . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286B. Valdés, Z. Díaz Lifante y R. Parra

Vella pseudocytisus L. subsp. pseudocytisus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290E. Hernández-Bermejo, J.L. Vivero y J. Prados

Viola cazorlensis Gandoger . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294C. M. Herrera, E. Hernández-Bermejo, P. Luque y A. Benavente

Vulpia fontquerana Melderis & Stace . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298P. García Murillo y A. Sousa Martín

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Equipos colaboradores

Equipos de investigación que han participado en los estudios previos, elaboración de los Planes deRecuperación de cada uno de los taxones y asesoramiento en la ejecución de medidas.

Consejo Superior de Investigaciones CientíficasEstación Biológica de DoñanaDirector de Equipo

Carlos Manuel Herrera MalianiColaboradores

Pedro Jordano BarbudoAlfonso Martínez Sánchez-LafuenteRegino Zamora Rodríguez (Universidad de Granada)Pascual Luque Moreno (Consejería de Medio Ambiente)Alfredo Benavente Navarro (Consejería de Medio Ambiente)Miguel Angel Simón Mata (Consejería de Medio Ambiente)

Fundación Pública Municipal Jardín Botánico de CórdobaDirector del Equipo

J. Esteban Hernández BermejoColaboradores

Margarita Clemente MuñozPilar Contreras Garcés Antonio Pujadas SalvaÁngel Lora GonzálezMª Angeles García RojasJosefa Prados LigeroJosé Luis Vivero PolTeresa Parras HerasMª Luisa Osorio RosalesSandra CapaldiAlfonso Jiménez RamírezLaura Plaza ArreguiPascual Luque Moreno (Consejería de Medio Ambiente)Alfredo Benavente Navarro (Consejería de Medio Ambiente)José Mª Irurita Fernández (Consejería de Medio Ambiente)

Universidades de Granada y AlmeríaDepartamentos de Biología Vegetal y EcologíaDirectores del Equipo

Gabriel Blanca LópezJoaquín Molero Mesa

Colaboradores M. J. Martínez LirolaConsuelo Díaz de la GuardiaAna Teresa Romero GarcíaManuel Casares Porcel

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María Reyes González-Tejero GarcíaMaría Jacoba Salinas Bonillo*Miguel Cueto Romero *Juan Francisco Mota Poveda *Francisco Gómez MercadoMario ruiz GirelaHedwig SchwarzerJosé Miguel Marfil CastroMaría de mar Fernández Sánchez*Encarnación Merlo Calvente*Antonio Aguilera Lirola*Esther Giménez LuqueJorge Castro GutiérrezJuan Manuel Medina Sánchez

* Los señalados con asterisco pertenecen a la Universidad de Almería, el resto a la de Granada.

Universidad de CórdobaDepartamento de Biología Vegetal y EcologíaDirectores del Equipo

Eugenio Domínguez VilchesJesús Muñoz Alvarez

ColaboradoresJavier GarridoConcepción OlivaresJose Luís UberaRafael Pinilla Muñoz

Universidad de MálagaDepartamento de Biología VegetalDirector del Equipo

Baltasar Cabezudo ArteroColaboradores

Andrés Pérez LatorreAngel Enrique Salvo TierraFernando Pliego AlfaroJosé Maria Nieto CalderaTeresa Navarro de el águilaPatricia Navas FernándezYolanda Gil JiménezMaría del mar Trigo PérezMarta Recio CriadoDomingo MariscalFederico Sanchez TundidorDaniel Montilla CastilloDavid Navas Fernández

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Universidad de SevillaDepartamento de Biología VegetalDirector del Equipo

Benito Valdés CastrillónColaboradores

Santiago Sivestre DomingoPablo García MurilloSalvador Talavera LozanoAbelardo AparicioJavier Herrera MalianiMaría Jesús Gallego CidonchaFelipe García MartínJulio Pastor DíazCarlos Romero ZarcoZoila Díaz LifanteJuan Arroyo MartínJosé Antonio Mejias GimenoRaquel Parra MartínCarmen Rodríguez Hiraldo (Consejería de Medio Ambiente)Monserrat Arista PalmeroEmma Moreno SocíasEugenia Ocaña AmanteRocío Juan RodríguezFrancisco José Pina GataArturo Sousa Martín

Introducción

1. EL MEDIO FÍSICOLa riqueza de la flora andaluza actual, con cercade cuatro mil especies de plantas vasculares, noes mas que el resultado de una compleja histo-ria, en la que paralelamente a la evolución delos vegetales, se ha producido la evolución delos animales, las modificaciones del clima y losdesplazamientos de la placa ibérica, así como ladistribución de las tierras emergidas y sumergi-das, la elevación de cadenas montañosas y pro-cesos de erosión y de formación de suelos.

Los factores citados han provocado variacionesen la distribución de las plantas, así como ladiversificación y la extinción de muchas deellas. Los diversos tipos de rocas y suelos, uni-dos a una tortuosa orografía y a una ampliavariabilidad climática, han favorecido al máxi-mo los procesos de especiación conducentes ala diversificación vegetal actual en Andalucía.

Se pueden sintetizar en tres grandes tipos lossubstratos que caracterizan el espacio andaluz.En primer lugar se presentan materiales paleo-zoicos, terciario-cuaternarios e intrusivos denaturaleza silícea (gneises, esquistos, cuarcitas,filitas, granitos, peridotitas, areniscas, etc.), quese extienden por Sierra Morena y por el núcleode las cordilleras Béticas y Campo de Gibraltar,incluyendo las rocas volcánicas del Cabo deGata. Sobre estas litologías silíceas se desarro-

llan suelos de tipo rankeriforme y, en las mejo-res condiciones, tierras pardas meridionales,todos ellos con reacción ácida o neutra-ácida.

Un segundo tipo de substrato son los materia-les mesozoicos de naturaleza calizo-dolomíticaque originan suelos de reacción básica. Los lito-suelos calizos, los suelos rendsiniformes y lossuelos pardocalizos se extienden por la mayorparte de las Béticas.

El tercer tipo lo constituyen los materiales cua-ternarios, margas y, sobre todo, arcillas, que selocalizan en la parte basal de la depresión béti-ca, en las campiñas y en algunas hoyas interio-res y litorales. En función de la textura provo-can una vegetación particular, cuyo ejemplomas claro son los suelos vérticos, muy arcillo-sos, que dan lugar a los típicos bujeos.

El territorio andaluz posee un clima mediterrá-neo, cuyo rasgo característico es la existenciade un periodo amplio de sequía coincidiendocon la época cálida anual, el verano.Temperatura y precipitación son factores climá-ticos que inciden directamente en la diversidady distribución de las plantas y en la fisionomíadel paisaje vegetal y son fundamentales parainterpretar la flora y vegetación andaluza. EnAndalucía existen varias áreas en función delcomportamiento de la temperatura:

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Termomediterráneo: Franja costera y hacia el interior por el valle del Guadalquivir.

Mesomediterráneo: Gran mayoría del territorio interior, ocupado hoy en gran medida,por ejemplo, por el olivar.

Supramediterráneo: Media montaña, a partir de 1300 m de altitud hasta los 1800-2000 m.

Oromediterráneo: Montañas béticas a partir de 2000 m de altitud.

Crioromediterráneo: Sierra Nevada a partir de 2800-3000 m de altitud.

Pisos bioclimáticos

Andalucía está incluida biogeográficamente enla Región Mediterránea, dentro de ella pode-mos diferenciar en el territorio andaluz cincoprovincias fitogeográficas:

1. Bética: Depresión de Guadalquivir y la granmayoría de las cordilleras Béticas y se distin-guen ocho sectores:

Hispalense: Terrenos neógenos del valle delGuadalquivir y los margocalizos y yesososComarca de Antequera.

Rondeño: Mayor parte de la Serranía de Ronda(Sierras de las Nieves, Grazalema, Bermeja,Tolox, Blanca) y desde la Sierra del Torcalhasta la Sierra Gorda de Loja.

Almijaro-Granatense: En las provincias deGranada y Málaga, las sierras interiores deTejeda, Almijara, Cázulas, Guájares y la parteoccidental, de naturaleza calcárea, de SierraNevada y las Sierra de Alfacar, Huetor y La Peza.

Malacitano-Axarquiense: La Axarquía, Montesde Málaga y Valle del Guadalhorce.

Subbético: Sierras Subbéticas (Parapanda,Harana, Mágina, sierras del sur de Jaén y deCórdoba) y las de Cazorla, Segura, Alcaraz, la Sagra y adyacentes.

Alpujarro-Gadorense: Franja costera, desdeNerja hasta el cabo de Sacratif, incluyendo asvertientes meridionales de las sierras deCázulas, Guájares y Nevada, y la totalidad delas sierras de Lújar, la Contraviesa y Gádor.

Nevadense: Territorios silíceos que constituyenla Sierra Nevada y la de Filabres.

Guadiciano-Bacense: Hoyas de Guadix y Baza, así como los terrenos que las circundan,desde los piedemontes de las sierras deHuetor, Mágina y Cazorla hasta más orienta-les de Baza, de las Estancias, de María y Orce.

2. Tingitano-Onubo-Algarviense: Fanja litoralque se extiende desde Fuengirola hasta la divi-soria con Portugal, en la desembocadura delGuadiana y las sierras del Campo de Gibraltar -sierras de Algeciras o del Aljibe- y las ampliasllanuras de las marismas y desembocadura del

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Precipitación Localización

Árido Entre 100-200 mm. Inmediaciones del cabo de Gata.Semiárido Entre 200 y 350 mm. Grandes áreas de la provincia de

Almería y de la de Granada, sobre todo en sus hoyas interiores.

Seco Entre 350 y 600 mm. Mayor parte del territorio andaluz.Subhúmedo Entre 600 y 1000 mm. Mayor parte del occidente de

Andalucía y la zona media demuchas montañas.

Húmedo Entre 1000 y 1600 mm. Zonas cacuminales de las más altas montañas y enclaves, como algunos puntos de las sierras deRonda, Aracena y de Cazorla.

Hiperhúmedo Entre 1600 y 2300 mm. Algunas zonas del Suroeste, como Grazalema y Sierras de Algeciras.

Ombroclimas de Andalucía

Guadalquivir, así como las de los ríos Tinto yOdiel y el litoral hasta Ayamonte. Se distinguenlos siguientes sectores:

Aljíbico: Piedemontes de las sierras de Mijas,Blanca y Bermeja, Valle del Genal, y las sierrasde naturaleza silícea del Campo de Gibraltar,extendiéndose hasta la desembocadura delGuadalquivir.

Gaditano-Onubense: Desde la orilla izquierda,en la desembocadura de Guadalquivir, hastaPunta Umbría, ocupando hacia el interiorgran parte de la provincia de Huelva y, enmucha menor extensión, parte de las deSevilla y Cádiz

Algarviense: Desde Punta Umbría hastaAyamonte.

3. Luso-Extremadurense: Sierra Morena (Huelva,Sevilla, Córdoba y Jaén). El único sector presente

en territorio andaluz es el Mariánico, con unaparte oriental más continental y seca (Jaén y parteeste de Córdoba) y otra occidental más oceánica yhúmeda (Huelva, Sevilla y oeste de Córdoba).

4. Murciano-Almeriense: La mayor parte de lacuenca del Almanzora, por el sur de la Sierra delos Filabres y la cuenca del Andarax, además dela base de la Sierra de Gádor y de la Alpujarralitoral, adentrándose por el río Grande de Adrahasta las cercanías de Ugíjar. El sector Almeriensees el único representado en Andalucía.

5. Castellano-Maestrazgo-Manchega: Una peque-ña área de sector Manchego, que ocupa unpequeño territorio en la confluencia de las provin-cias de Almería, Jaén y Granada.

2. LA VEGETACIÓNLa riqueza de la flora andaluza es debida funda-mentalmente a la diversidad de elementos florísti-cos que la componen, diversidad motivada fun-

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Cosmopolitas y Subcosmopolitas: Distribuidas por la mayor parte de la superficie terrestre.Introducidas: Por el hombre de modo más o menos voluntario, desde regiones muy diversas

(especies alóctonas).Naturalizadas: Especies escapadas de los cultivos y reproduciéndose de modo autónomo.Holárticas o circumboreales: Ampliamente repartidas por el hemisferio Norte, particularmen

te en las zonas templadas y frías.Paleotropicales: Se distribuyen más o menos ampliamente en las zonas tropicales y subtro

picales del Viejo Mundo y que alcanzan en Andalucía alguna de sus localidades más septentrionales.

Euroasiáticas y eurosiberianas: Extendidas por Europa y buena parte de Asia, alcanzando principalmente el norte y noroeste de la península Ibérica y que en Andalucía presentan algunas de sus localidades más meridionales.

Europeas: Ampliamente repartidas por el continente.Ártico-alpinas: Alcanzan las montañas más elevadas de Andalucía oriental, especialmente

Sierra Nevada.Atlánticas: Se presentan en la mitad occidental de Andalucía, aunque algunas alcanzan la

parte oriental a través de Sierra Morena.Mediterráneas: Constituyen cerca del 50% del total de nuestra diversidad vegetal.Ibero-norteafricanas: Tienen una excelente representación en Andalucía (entre el 10-13% de

la flora vascular total).Ibéricas: Se encuentran en Andalucía y tienen su área restringida al ámbito de la península

Ibérica.

Los elementos florísticos de Andalucía (Especies)

damentalmente por la diversidad climática, por suposición biogeográfica a caballo entre dos conti-

nentes y su participación en las peculiaridades flo-rísticas del mundo mediterráneo y del Atlántico.

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Béticos: Su área de distribución es el conjunto de las Sierras Béticas (Subbéticas y Penibética).Subbéticos: Exclusivos de las serranías calizas y dolomíticas principalmente del sur y el este

de la provincia de Jaén (Sierra de la Pandera, Sierra de Mágina y Sierras de Cazorla y Segura) y norte de Granada (Sierra de Harana, Sierra de Castril, Sierra de la Sagra) y alcanzan, algunos de ellos, la Sierra de Alcaraz (Albacete).

Almijaro-granatense: Específicos de las serranías calizas y, sobre todo, dolomíticas, que se extienden desde las Sierras de Tejeda y Almijara (en el límite entre Granada y Málaga),

hasta las Sierras de Alfacar y Huétor, incluyendo también las Sierras de los Guájares y de Cázulas y la Sierra Nevada noroccidental calcárea (que abarca desde la Sierra del Manar hasta el municipio de la Peza).

Nevadenses: Se presentan en el núcleo central silíceo de Sierra Nevada y alcanzando la Sierrade los Filabres (Almería), en tan reducida área se concentran más de ochenta endémicas que constituyen el 17% del total de endemismos andaluces y el 23% de todos los endemismos béticos.

Alpujarreños: Se distribuyen desde la Sierra de Lújar (sur de Granada) hasta la Sierra de Gádor (Almería), incluyendo las Alpujarras media y baja.

Rondeños: Se ubican en la Serranía de Ronda y en otras sierras próximas que se extienden desde la Sierra de Grazalema (Cádiz) hasta la Sierra de Loja (Granada).

Hispalenses: Viven en los terrenos más o menos sedimentarios y aluviales anejos al curso del río Guadalquivir desde la base de la Sierra de Cazorla hasta cerca del litoral atlántico.

Mariánicos: De distribución amplia en Sierra Morena.Aljíbicos: Se presentan en un área reducida del sureste de la provincia de Cádiz, desde la

Sierra del Aljibe hasta las montañas de Algeciras.Gaditano-onubenses: Ocupan el litoral atlántico sobre terrenos arenosos de dunas más o

menos móviles y marismas de agua salobre o salada.Almerienses: Se localizan en las tierras bajas de la provincia de Almería (Valle del Almanzora,

depresión de Sorbas-Tabernas, Valle del Andarax, campos de Níjar y campos de Almería-Dalías-El Ejido) y en las sierras costeras (Cabrera, Alhamilla, Cabo de Gata).

Agrupación biogeográfica de los endemismos

El elemento florístico más diferencial de la floraandaluza es el endémico, uno de los más ricos detodo el Mediterráneo. En Andalucía existen más decuatrocientos cincuenta vegetales endémicos, loque supone aproximadamente la mitad de lostáxones endémicos de toda la Península Ibérica.

Formaciones VegetalesLa vegetación andaluza fisiognómicamentepertenece a la gran formación esclerófila siem-preverde mediterránea, caracterizada por la

dominancia de especies de hoja dura y persis-tente -encinas y alcornoques- perfectamenteadaptadas a un clima donde el calor y la sequíaestival marcan toda una serie de adaptacionesmorfo-fisiológicas y fenológicas.

La vegetación actual o real de Andalucía, lejos deser un ecosistema inalterado y con la vegetaciónpotencial perfectamente conservada, aparececomo un mosaico de comunidades formada porfragmentos de vegetación potencial -bosques-

de sus etapas de sustitución (retamares, aulaga-res, tomillares, jarales, brezales, romerales, espar-tales, etc.) y grandes extensiones humanizadasfundamentalmente agrícolas y urbanas.

Los encinares se caracterizan por la dominanciade la encina (Quercus rotundifolia), constituyen laformación vegetal de más amplia extensión enAndalucía, pudiendo distinguir, dentro de suaparente uniformidad fisiognómica, diferentestipos en base a peculiaridades florísticas y eco-lógicas, y sus etapas de degradación varían, enfunción del piso bioclimático y del ombroclima,desde un monte alto -madroñal, coscojar o espi-nares- hasta matorrales -monte bajo- constitui-dos por jarales, tomillares, romerales y piornales.

Los alcornocales, cuya especie representativa esel alcornoque o chaparro (Quercus suber), pre-sentan un aspecto de bosque ahuecado conuna orla variable de monte alto -madroñal ycoscojar- y matorrales variados -jarales, jaral-brezal y brezales- en función del ombroclima.

Los quejigares están constituidos fundamental-mente por dos especies, el quejigo (Quercusfaginea) y el roble andaluz (Quercus canarien-sis), y tienen como etapa de sustitución madro-ñales y, en suelos degradados, brezales.

Los melojares son bosques definidos por la pre-sencia del melojo (Quercus pyrenaica) y susmatorrales asociados están constituidos porbrezales, espinares, jarales o piornales en fun-ción del bioclima donde se desarrollan.

Los pinsapares son bosques en los que dominael pinsapo (Abies pinsapo), sus matorrales aso-ciados dependen de la naturaleza del sustrato(calizas o serpentinas).

Los coscojares y espinares se desarrollan enzonas de ombroclima semiárido y formanmatorrales climatofilos caracterizados por espi-nos, sabinas, pinos y otros arbustos.

Los ecosistemas oromediterráneos de las monta-ñas béticas están caracterizados por la presencia

de formaciones de pinares, enebrales y sabinaresrastreros, siendo sus etapas de sustitución piorna-les y matorrales almohadillados. En altitudessuperiores a los 2700 metros se desarrollan pasti-zales climáticos muy originales florísticamente.

Los medios de fuertes pendientes o sustratosexcepcionalmente permeables dan lugar a for-maciones xerófilas -sabinares- de pinos y sabinamora (Juniperus phoenicea) poco densas y queaparecen de forma dispersa en las montañascalcáreas andaluzas.

El área natural de los pinares en Andalucía esdifícil de precisar debido a que esta formaciónha sido tradicionalmente favorecida por elhombre, se considera que el pinar es una for-mación autóctona que ejerce el papel de comu-nidad permanente y pionera de medios inesta-bles y poco adecuados para la instalación debosques de quercíneas. Las especies autóctonasde pinos más representativas son Pinus pinaster(resinero, negral), Pinus nigra subsp. salzmannii(laricio, salgareño), Pinus sylvestris (albar), Pinushelepensis (carrasco) y Pinus pinea (piñonero).

Otras formaciones no climácicas pero de granoriginalidad y riqueza en elementos endémicosson las asociadas a gleras, fisuras de paredonesverticales, arenales y acantilados, asi como lasasociadas a cursos de aguas mas o menos per-manentes como saucedas, alisedas, fresnedas,alamedas, olmedas, adelfares, tamujar y taraya-les. Tambien merece la pena destacar otrascomunidades asociadas a condiciones edaficasespeciales (yeseras, marismas, saladares y sue-los vérticos) o de zonas humanizadas (nitrófilas,ruderales y arvenses).

Ambientes NaturalesLos grandes ambientes naturales de Andalucíase definen como aquellos territorios caracteri-zados por una serie de factores como geomor-fología, litología, clima, diversidad vegetal(flora y vegetación) y animal, uso del territorio(paisaje) y avatares históricos tanto de origenantrópico como natural y que en Andalucía seagrupan en 6 grandes unidades ambientales.

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Sierra Morena: Es una unidad muy homogéneadonde dominan los materiales silíceos y estáconstituída por alineaciones de pequeñas sie-rras onduladas con amplias planicies interiores,clima muy continentalizado, precipitacionescon ombrotipos seco y húmedo y piso domi-nante mesomediterráneo.

La flora de Sierra Morena está compartida conlas regiones adyacentes y presenta escasosendemismos, la vegetación está dominada porencinares en las zonas mas secas y frías, alcor-nocales en las templadas y húmedas, quejigaresy robledales en las frías y húmedas y vegetaciónriparia representada por alisedas, saucedas,fresnedas y tamujares. El uso del territorio estácaracterizado por la dehesa y algunos cultivosarbóreos como olivar y eucalipto junto a focosimportantes de minería.

Valle del Guadalquivir: Unidad muy uniformepaisajísticamente, con materiales litológicostales como arcillas, limos, arenas, margocali-zas, tiene una orografía suave que va disminu-yendo su altitud hacia el valle del ríoGuadalquivir. El clima está caracterizado por elpiso termomediterráneo con ombrotipo seco.La flora y vegetación está muy empobrecidadebido al uso agrícola intensivo del territorioque ha sustituído a los encinares por cultivosde secano y regadío.

Campo de Gibraltar: Unidad muy lluviosa ytemplada con materiales predominantes deareniscas silíceas y margas que forman las sie-rras, gargantas (canutos), valles y colinas; elclima es el más lluvioso de Andalucía, con tem-peraturas muy benignas debido a su oceani-dad, estando representados los pisos termo ymesomediterráneo con ombrotipos húmedo ehiperhúmedo.

La flora se caracteriza por la presencia de plan-tas y helechos relícticos y la vegetación estáconstituida por alcornocales en las sierras, que-jigales andaluces, en gargantas y umbrías, ace-buchales en los valles y colinas margosas y bos-ques de ribera, alisedas y choperas, en los ríos,

y ojaranzales en la cabecera de gargantas. Eluso del territorio es eminentemente forestal(saca de corcho) y ganadero, estando las zonaslitorales bastante degradadas a consecuenciadel uso turístico.

Cordilleras Béticas: Es la unidad más diversa deAndalucía y en la única que está representadala alta montaña bética, encontrandose los 5pisos existentes en la península Ibérica, termo,meso, supra, oro y crioromediterráneo, conombrotipos desde el seco al húmedo.

La flora es la más rica en elementos endémicosde España y la vegetación es muy variada, des-tacando los encinares, pinares, quejigales,robledales, pinsapares, sabinares, matorrales, yen los ríos, choperas, saucedas, fresnedas,olmedas, adelfares, etc. El uso del territorio estácaracterizado por aprovechamientos forestalesy ganaderos en las sierras, por cultivos de seca-no (olivar, cereal) en las planicies y valles inte-riores y turístico en el litoral.

Almeriense: Es la unidad más árida de Andalucíay de la península Ibérica, la litología es muyvariada, con materiales silíceos, calizos y yeso-sos e incluso ígneos articulados en pequeñassierras, depresiones interiores y costas altas yacantiladas, el ombrotipo semiárido-árido es elfactor delimitante de esta unidad y los pisosson el termo y mesomediterráneo.

La flora está caracterizada por gran cantidad deendemismos y especies de óptimo norteafrica-no, la vegetación está muy limitada por la esca-sez de precipitaciones, con formaciones arbus-tivas de espinares, matorrales, tomillares yespartales; el uso del territorio se basa en culti-vos, en las zonas cercanas a las ramblas, gana-dería extensiva y turismo litoral.

Litoral y marismas: Unidad cuyos materialespredominantes son arenas, limos y arcillas queforman grandes cordones dunares y arenalesinteriores con extensas zonas encharcadas ymarismeñas. El piso es termomediterráneo y elombrotipo seco.

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La flora está caracterizada por especies adapta-das a los factores anteriores y la vegetación secompone de matorrales, pinares, brezales,alcornocales, sabinares, enebrales, vegetaciónde saladares, juncales y bosques riparios -sau-cedas, fresnedas, tarajales-. El uso del territorioes de tipo extensivo, ganadería, cultivos arbó-reos -eucalipto, pino piñonero-, cultivos inten-sivos y turismo en el litoral.

3. LA DIVERSIDAD BIOLÓGICAEl Convenio Internacional sobre la DiversidadBiológica entiende este término como “lavariabilidad de organismos vivos de cualquierfuente, incluidos entre otras cosas, los ecosis-temas terrestres y marinos y otros ecosistemasacuáticos y los complejos ecológicos de losque forman parte; comprende la diversidaddentro de cada especie, entre las especies y delos ecosistemas”.

Las componentes de la diversidad biológica,por lo que se refiere al mundo vegetal, seríanlas fitocenosis o comunidades vegetales queforman parte de los mismos, las especiesvegetales y los cromosomas y genes de esasespecies. Cualquier elemento vegetal de estostres niveles -ecológico, específico y genético-quedaría así considerado como parte de esadiversidad.

Se podría añadir a estas tres indiscutibles com-ponentes de naturaleza biológica, sin entraren contradicción con el Convenio y recogien-do una de sus intenciones y prioridades másdestacadas, una cuarta dimensión: la consti-tuida por la información que el hombre haacumulado respecto al uso y gestión de lastres primeras.

Los conocimientos tradicionales sobre la utili-dad de las plantas, las formas de aprovecha-miento y gestión de las comunidades vegeta-les, las técnicas de cultivo, las formas de consu-mo, elaboración y conservación de los alimen-tos, las técnicas de extracción o de manufactu-ra de cualquier recurso vegetal, constituiríanesta nueva dimensión de la diversidad vegetal

que, en muchos casos, puede resultar inclusode mayor importancia estratégica que las ante-riores a la hora de establecer prioridades parasu conservación, valoración o gestión de ladiversidad biológica.

Valoración de la diversidad biológica¿Cómo se puede valorar la diversidad biológicao, más concretamente, la diversidad de comuni-dades vegetales de una región o localidad, lavariedad de taxones que componen la flora deuna comarca, o el patrimonio genético que éstosy su variabilidad infraespecífica representan?

Los criterios que se pueden utilizar son diferen-tes. Por ejemplo, la simple enumeración de lostaxones que forman la flora de una región, estoes, el número de familias, géneros y sobre todoespecies y subespecies que integran esa flora.Caben otras posibilidades que permitirán preci-sar más respecto a su singularidad y rareza,tales como el grado de estenocoria de los taxo-nes, su carácter endémico o no y los elementosflorísticos presentes.

Se puede valorar también el riesgo de extinciónde los taxones presentes cuando se trata deestablecer prioridades para la conservación, LaUICN (1978, 1994) ha elaborado criterios paraestimar cualitativa o cuantitativamente estosriesgos. A través del concepto de recurso fito-genético, se puede definir un tercer criterio devaloración, si se atiende a que parte de esostaxones representan actual o potencialmenteuna utilidad para el hombre: especies cultiva-das, de interés etnobotánico, explotadas exce-sivamente, plantas silvestres progenitoras de lascultivadas, especies promisorias, cultivos margi-nados o abandonados.

Se puede efectuar una estimación o valoracióneconómica de la diversidad vegetal. En primerlugar, se puede medir el valor directo derivadodel consumo según el precio de mercado delproducto cosechado o extraído. Una segundavaloración se refiere a los usos indirectos, como lacapacidad descontaminadora de una masa vege-

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tal, su función antierosiva, su contribución a larecarga de los acuíferos o sus valores paisajísticos.

Un tercer criterio sería el que se puede atribuiral valor opcional o de oportunidad que los ele-mentos de la diversidad biológica consideradospuedan representar. Finalmente, el último pará-metro sería el valor que la sociedad está dis-puesta a pagar, o está ya pagando, por conser-var una determinada especie o una formaciónvegetal. El esfuerzo de la inversión pública, lacontribución de los ciudadanos a través de susimpuestos, las cuotas voluntariamente paga-das, la financiación de las ONGs involucradasen la conservación, los donativos directos parala conservación, son algunos de los mecanis-mos que evidencian este valor de conservaciónde la diversidad biológica.

La flora silvestre andaluza es un conjunto quese estima cercano a los 4000 taxones a nivelde especie o subespecie, lo que supone que,en tan sólo el 15% del territorio ibérico -inclu-yendo Baleares-, se encuentra más del 60 %de su flora. La distribución de estas especiespor provincias y comarcas no es desde luegohomogénea.

La flora de cualquiera de las provincias occi-dentales es inferior a las orientales. Sevilla,Huelva y Córdoba tienen unos 1700 taxones yCádiz 2100, mientras que en Jaén, Almería yMálaga se alcanzan, respectivamente, los 2500,2700 y 2800 taxones. Granada tiene la mayordiversidad con 3500 y, concretamente, la florade la comarca de Sierra Nevada alcanza casi los2000 taxones.

Se puede pensar a primera vista que la diversi-dad se concentra sólo en las montañas y luga-res poco modificados por el hombre -si es quelos hay realmente en Andalucía-, pero un catá-logo de la flora arvense y ruderal realizadoexclusivamente para la provincia de Córdobarecoge más de 1000 taxones.

No obstante, resulta indudable que la biodiver-sidad descrita y los modelos de distribución de

sus elementos más singulares se concentran enlos sistemas orográficos béticos, penibético ymariánico, además de en las dunas litorales yen determinadas zonas áridas del llano y de lasmesetas sobre ambientes ecológicos, a vecesmuy particulares como los substratos gipsíco-las, los saladares, las gleras de montaña y lasgrietas y fisuras de los roquedos.

Una segunda valoración de la biodiversidad dela flora andaluza se consigue analizando surareza o singularidad, cuantificando la esteno-coria, es decir el grado de endemicidad acu-mulada por la flora de las diferentes unidadesbiogeográficas ibéricas.

La provincia orográfica bética es la de mayorestenocoria de toda la Península y dentro deésta el sector nevadense. En las unidades oro-gráficas de las cadenas penibéticas, desdeGrazalema y Ronda hasta Sierra Nevada,pasando por Sierra Bermeja, Tejeda y Almijara,es donde se acumulan los endemismos.

Sierra Nevada, por encima de los 2500 m, tienela mayor originalidad florística posiblemente detodo el continente europeo, y es el principalnúcleo de endemismos del MediterráneoOccidental, porque, en este macizo orográfico,están representados el 33% de los endemismosde Andalucía Oriental, resultando además el23% de ellos, exclusivos del mismo.

Algunas cifras pueden ser por sí solas suficien-temente elocuentes: 463 especies -y subespe-cies- son endémicas exclusivas del territorioandaluz. Otras 466 son endemismos a nivelibérico o bético-mauritano. En total, son 929especies o subespecies las plantas vasculares dela flora andaluza que presentan un marcadonivel de endemicidad, es decir, la cuarta partede su flora.

La tercera estimación del valor de la biodiversi-dad vegetal de la flora andaluza se deduce desu rareza y singularidad desde el punto de vistade su génesis, historia, biología y ecología. Seencuentran abundantes ejemplos de esta sin-

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gularidad: relictos paleotropicales comoPsilotum nudum o Maytenus senegalensis, ele-mentos de una flora tirrénica como Cneorumtricoccum o Buxus balearica, relictos eurosiberia-nos en las montañas nevadenses como Ribesalpinum o Hepatica nobilis.

La cuarta dimensión estaría representada por elvalor intrínseco de los recursos fitogenéticosque posee la flora andaluza. Una muestra cuali-tativa y cuantitativa del germoplasma andaluzse compone por las plantas cultivadas, las fores-tales, las de interés etnobotánico, las silvestresfilogenéticamente relacionadas con las cultiva-das, los cultivos y variedades agrícolas margi-nales o abandonados y las que proporcionanun beneficio indirecto a través de su papel en lafisiología de los ecosistemas. Por último, tam-bién se debieran tener en cuenta las especies yespecímenes con valor histórico o cultural y losrecursos de carácter paleobotánico.

Factores de riesgo y criterios de evaluaciónLos factores de riesgo, identificados en sus orí-genes por diversos autores, han variado sensi-blemente, de manera que algunos de los másgraves y universales han dejado de actuar,como la roturación de nuevas tierras para laagricultura y, al mismo tiempo, han ido apare-ciendo amenazas nuevas.

Las estadísticas sobre superficie quemada añotras año en Andalucía, ofrecerían por sí mismasuna visión cuantitativa y cualitativa de su poten-cial impacto sobre los recursos vegetales de laregión. Se distribuyen a lo largo y a lo ancho delespacio forestal, y aunque se preste especialatención a la prevención y extinción en losEspacios Naturales Protegidos, no están exentosde riesgo. En consecuencia, las comarcas conmayor diversidad y endemicidad, que se ubicanfrecuentemente en los Espacios NaturalesProtegidos sufren la incidencia de los incendios.

El uso habitual del fuego como labor de limpie-za en taludes y cunetas y la transmisión de laquema de rastrojos a estos ecosistemas linea-

res, destruye de forma sistemática e implacablelos últimos refugios de vegetación, eliminandolas especies más leñosas y perennes, que sonsustituidas por comunidades ruderales y arven-ses, integradas por malezas cosmopolitas. Es unproceso de destrucción paulatina del paisajeque va acompañado de una simplificación delpatrimonio genético del entorno, con unainmensa pérdida en biodiversidad.

El turismo y el desarrollo urbanístico es otro delos factores de mayor impacto sobre la flora yvegetación de Andalucía durante la últimamitad de siglo. La mayor parte del litoral hasucumbido frente a la presión urbanística y eldesarrollo del turismo. Han desaparecido siste-mas dunares, comunidades psamófilas y rupí-colas cargadas de numerosos endemismos yespecies con ecología singular, entre las que seencontraban muchos casmófitos, bulbosas,helechos, orquídeas, petrófitos que requeríandel hálito marino para su supervivencia, espe-cies relícticas de floras terciarias y subtropicales.En la alta montaña, el impacto se concentra enciertos macizos, muchas veces en los de mayorvalor natural como los de Sierra Nevada,Cazorla, Grazalema y Ronda.

Las grandes obras públicas también inciden enel medio y quedó atrás la época en la que losferrocarriles se construían sorteando los acci-dentes naturales con soluciones compatiblescon la belleza del entorno, como aquella trave-sía, impresionante y admirable, de las monta-ñas antequeranas y de la Sierra del Valle deAbdalají, a través del Chorro.

Con la necesaria modernización de la infraes-tructura viaria sucumben muchas poblacionesde endemismos vegetales, de especies raras osingulares. Los embalses, igualmente imprescin-dibles para el manejo de los recursos hídricos,inundan los últimos refugios de formacionesriparias relícticas, así que la extinción es un pro-ceso a veces lento, pero progresivo e inexorable.

Las técnicas agrícolas y pastoreo interaccionane inciden continuamente en la vegetación

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natural y silvestre. Si bien es cierto que muchasespecies vegetales, entre las que se encuentranmuchas gramíneas y leguminosas, están adap-tadas a soportar el continuo ramoneo de losganados, otras resultan especialmente suscepti-bles y algunas reaccionan a la amenaza trans-formándose en rupícolas, refugiándose ensituaciones topológicamente inaccesibles paralos herbívoros.

Las glerícolas encuentran en el dinamismo delos pedregales escondite para huir de los ani-males. La presión ganadera, sobre todo la delos rebaños de cabras, ha incrementado el ries-go de extinción de muchos endemismos de lasaltas montañas andaluzas. En esta situación seencuentra parte de la endemoflora nevadense ylas especies rupícolas de otros macizos monta-ñosos. Es esta una de las causas de extinciónque más intensamente ha actuado durante lasúltimas décadas.

La “caza” profesional y científica, por ciertosprofesionales o aficionados a las plantas, quepor muy diversas razones extraen de formaselectiva ejemplares o propágulos de las espe-cies más raras es otra amenaza para la floraandaluza. Dentro del muy variado y pintorescoconjunto de estos recolectores se encuentraquienes las utilizan para su comercio, autocon-sumo o recolección masiva con fines industria-les, de semillas para su tráfico comercial, deejemplares de herbario o especialistas en el trá-fico de germoplasma.

La minería y su industria auxiliar son otros facto-res de riesgo añadidos, cuando se localiza enalgunos substratos geológicos, que son el hábi-tat específico de ciertos edafismos andaluces,entre los que se encuentran bastantes gipsófitos,psamófitos, especies serpentícolas y calcícolas.

Por último, se ha de subrayar la existencia deprocesos de extinción de taxones, debido alhecho de que los efectivos demográficos exis-tentes son demasiado reducidos y las especiesse localizan en áreas de distribución extrema-damente este-nócoras. Una vez iniciado el pro-

ceso de regresión es difícil invertir la tendenciay la inercia hacia su extinción, por lo que, enestos casos, no puede confiarse en la aplicaciónde técnicas de conservación in situ, aunquecesaran por completo los factores de riesgo queprovocaron ese proceso.

La valoración de los riesgos de extinción de lasespecies permite priorizar objetivos y actuacio-nes a la hora de regular su protección y poneren marcha los métodos e instrumentos de con-servación. No es sencilla esta tarea porque, si sequiere realizar una valoración real y objetiva, esnecesario poseer un conocimiento detallado delas áreas de distribución, de los modelos de dis-persión, tamaño y dinámica de las poblaciones,así como datos precisos sobre la biología de lasespecies evaluadas, mecanismos de reproduc-ción, fenología.

La UICN se ha destacado desde hace variasdécadas en la misión de desarrollar métodospara la valoración de los riesgos de extinciónen las especies amenazadas. Sus criterios hanservido para elaborar los libros rojos, las lis-tas de especies protegidas y las leyes deprotección en todo el mundo y para todotipo de especies, posibilitando la puesta enmarcha de programas de conservación paramuchas de ellas.

Las primeras propuestas y métodos de la UICN(1978-1981) tenían la limitación de ser simple-mente cualitativas, y quedaban algo sometidasa la subjetividad del evaluador. Sin embargoresultaron sumamente útiles y rápidas de apli-cación y fueron utilizadas en casi todos los paí-ses por todo tipo de investigadores, técnicos yespecialistas en conservación.

Se resumen, a continuación, las nuevas catego-rías UICN (1994) que permiten una aplicaciónmás objetiva, métrica y rigurosa, contrastable,repetible y demostrable, tal y como correspon-de a la necesidad de tener un método paraestablecer categorías en el complejo mundo delos intereses económicos y sociales, tejidos entorno a las especies amenazadas.

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El establecimiento de criterios, estrategias yprioridades para la conservación de los recursosfitogenéticos andaluces, ha aconsejado la intro-ducción de otra variable, a saber, el nivel deestenocoria de los taxones. Se han definido lassiguientes categorías:EA: Taxones de área de distribución exclusiva o bási-camente comprendida por territorios andaluces. Seincluyen en esta categoría aquellas especies que aúnestando presentes en algunos territorios limítrofes deAndalucía, presentan una distribución básica o prin-cipalmente integrada por territorios andaluces.eE: Taxones presentes en Andalucía que sonendemismos ibéricos o iberoafricanismos condistribución extendida al sur de España y noro-este de África.aa: Taxones con área de distribución másamplia que los casos anteriores.

4. LA CONSERVACIÓN DE LA FLORA ANDALUZALas estrategias de acción orientadas a conservarla diversidad biológica, evitar o paliar su pérdida,pasan necesariamente por la implantación depolíticas activas de creación y gestión de espa-cios naturales, aportando instrumentos jurídicosprecisos y poniendo en marcha planes concretosque posibiliten de manera eficaz el manteni-miento de los hábitats naturales de las especiesen un estado aceptable de conservación.

No obstante, Andalucía por sus característi-cas propias, expuestas anteriormente en estecapítulo, contiene una singular riqueza flo-rística, y especies únicas, que en muchoscasos se encuentran muy amenazadas ynecesitan de actuaciones concretas, específi-

Taxones Nivel Información Grado Amenaza Categoría del taxón

Extinto (EX)Extinto Extinto en estado silvestre (EW)

Evaluado En peligro críticoCR)Información suficiente Amenazado En peligro (EN)

Vulnerable (VU)

Dependiente de la conservación (dc)Bajo riesgo (LR) Casi amenazado (ca)

Preocupación menor (pm)Información deficiente

No evaluado (NE)

Categorías UICN (994)

Reducción observada Area de Area de Tamaño de de población distribución cobertura población

Reducción del 80% <100 km2 <10 km2 <250 individuosEn peligro Crítico (CR) en los últimos 10 años maduros

o 3 generacionesEn peligro (EN) Reducción del 50% <5.000 km2 <500 km2 <2.500 individuos

en los últimos 10 años madurosReducción del 50% <20.000 km2 <2.000 km2 <10.000 individuos

Vulnerable (VU) en los últimos 20 años maduroso 5 generaciones

Criterios de evaluación para las especies amenazadas

cas y unitarias por especie, que completen yconsoliden el esfuerzo realizado en la pro-tección de su hábitat.

En este sentido, es necesario un programaespecífico para la protección de especies encaso de amenaza específica y directa. La estra-tegia en estos casos consiste en concentrar losesfuerzos sobre dicha especie y actuar hastaque se recupere y pueda valerse por sí misma.En función de lo dicho se plantea, junto a unapolítica de "espacios", otra de "especies".

Un paso importante e imprescindible en la pro-tección de la flora andaluza complementaria ala política de espacios, fué la elaboraciónCatálogo Andaluz de Especies de la FloraSilvestre Amenazada, establecido y aprobadopor el Decreto 104/1994.

Un análisis detallado de las setenta especiesmás amenazadas, catalogadas en peligro deextinción dan como resultado que el 75%contiene parte o la totalidad de sus poblacio-nes en Espacios Naturales Protegidos, lamayoría en Parques Naturales. El 25% restan-te no goza de protección alguna de su hábi-tat, lo que limita enormemente las actuacio-nes que se pueden ejecutar in situ. En conse-cuencia, una vez más se pone de manifiesto lanecesidad básica de protección de los hábi-tats que ocupan las especies amenazadascomo medida prioritaria y principal.

Desde 1994, se ha desarrollado una importan-tísima labor de planificación y diagnóstico enpro de la conservación de la flora andaluza, através de los sucesivos convenios suscritos conla comunidad científica andaluza, en concretocon las Universidades de Almería, Córdoba,Granada, Málaga y Sevilla, CSIC y la FundaciónJardín Botánico de Córdoba. El resultado deeste proceso es que Andalucía cuenta hoy conuna base de datos, pionera en España y en granparte de Europa, de todos los taxones amena-zados y catalogados de la flora silvestre, enbase situaciones y problemáticas científicamen-te diagnosticadas.

El Libro RojoEl Catálogo Andaluz de Especies de la FloraSilvestre Amenazada contiene setenta especiesen “peligro de extinción” y ciento veintiuna“vulnerables”. Veinticuatro especies andaluzasestán calificadas en “peligro de extinción” en elConvenio relativo a la Conservación de la VidaSilvestre y del Medio Natural en Europa -Berna,1979-, todas ellas son endémicas de Andalucíasalvo tres, que se encuentran también, aunquemuy localizadas, en el norte de Marruecos(Atropa baetica Willk., Micropyropsis tuberosaRomero Zarco & Cabezudo y Rupicapnos africa-na subsp. decipiens (Pugsley) Maire).

Existen cuatro especies más de la misma cate-goría, es decir “en peligro de extinción”, queestán incluidas en la Directiva de Conservaciónde los Hábitats Naturales de la Fauna y FloraSilvestre de Europa -Directiva de Hábitats, 21de mayo de 1972-, y veinticinco especies de lamisma categoría están incluidas en el CatálogoNacional de Especies Amenazadas -RealDecreto 439/1990, de 30 de marzo-.

El Catálogo Andaluz se elaboró por unaComisión constituida por representantes de lacomunidad botánica andaluza -el equipo queha realizado el Libro Rojo- junto a funcionariosde la Consejería de Medio Ambiente. El listadoinicial incluyó todas las especies ya insertas enla Directiva Europea y en el Catálogo Nacionalcitados, y se completó teniendo en cuenta lossiguientes criterios: nivel de endemicidad, rare-za, tamaño de las poblaciones y estado de con-servación conocido.

El resultado final fue la inclusión en el Catálogode setenta especies o subespecies -en adelantetaxones- calificadas “en peligro de extinción” yciento veintiuna como “vulnerables”, de untotal de unas cuatro mil especies en que se esti-ma la riqueza florística andaluza, de las quecuatrocientas ochenta y cuatro son endemis-mos estrictos de Andalucía.

El Libro Rojo reúne una ficha individual paracada especie y se edita en dos tomos, el prime-

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ro recoge las especies “en peligro de extinción”y el segundo las “vulnerables”.

Guía del Libro RojoNombre y lugar de publicación: Se indica elnombre correcto, seguido del autor del nom-bre y lugar de publicación; alguno de los taxo-nes han cambiado de categoría, como resulta-do de estudios taxonómicos posteriores a1994; por ejemplo: Aquilegia cazorlensisHeywood, se incluye en este Libro Rojo con elnombre de A. pyrenaica subsp. cazorlensis(Heywood) Galiano & Rivas Martínez; Cytisusmoleroi Fern. Casas se considera como subes-pecie de C. malacitanus Boiss., conservándoseasí en una situación intermedia entre la origi-nal, al ser descrita como especie independien-te, y la adoptada recientemente en FloraIberica (vol. 7 (1), 1999) de incluirlo entre lassinonimias de C. malacitanus; la var. moles-worthae Iranzo, Prada & Salvo, nombre conque figuran las poblaciones andaluzas dePsilotum nudum (L.) PB. no representan sinouna forma ecológica inducida por la exposi-ción soleada en que se encuentran.

Categoría de amenaza: Se indica en primerlugar la categoría del Catálogo Andaluz, entreparéntesis Junta de Andalucía; en segundolugar la categoría UICN, entre paréntesis lasigla y la Institución.

Fotografía: Cada taxón va acompañado de unafotografía, realizada normalmente por los pro-pios autores en territorio andaluz, salvo el casode Elizaldia calycina subsp. multicolor (G. Kunze)Chater, extinta en Andalucía, y de la que no seha podido obtener ninguna fotografía enMarruecos; la de Nolletia chrycocomoides (Desf.)Cass. ex Less. corresponde a material de herba-rio procedente del Norte de Marruecos; la deGyrocaryum oppositifolium Valdés, ha sido cedidapor D. Gonzalo Moreno Moral, quien la obtuvoen la única población extraandaluza conocida,en Ponferrada (León) y la de Silene tomentosaOtth. por Dr. J. Cortés (Director del GibraltarBotanic Garden), realizada Mr. Leslie Linares.Descripción: Se refiere, salvo excepciones, a la

variabilidad que representa cada uno de lostaxones en el territorio andaluz, y en la mayo-ría de los casos va seguida por un comentariosobre la posición taxonómica de cada uno den-tro del género a que corresponde.

Biología: Se incluyen datos sobre fenología,tanto de foliación como de floración, fructifi-cación y dispersión de frutos y semillas, sehace en algunos casos una evaluación de laestructura de edad de las poblaciones y siguenindicaciones sobre sexualidad y distribuciónde sexos, en su caso, polinización, sistema dereproducción, producción de frutos y semillas,mecanismos de dispersión y capacidad de ger-minación de las semillas basada en datosexperimentales.

Comportamiento ecológico: Se refiere a la carac-terización de la comunidad o comunidades enque vive cada taxón, en cuanto a autoecología,topografía, tipos de suelo, gradientes altitudi-nales y, en muchos casos, climatología, indi-cándose normalmente las comunidades fitoso-ciológicas a que pertenecen y las especies máscaracterísticas con que convive en dichascomunidades.

Distribución y demografía: La distribución estáreferida a la general, cuando se encuentra tam-bién fuera de Andalucía, y en caso contrario,sólo a la andaluza. No se incluyen detallessobre su localización, estudiada meticulosa-mente en cada caso, para garantizar al máximosu conservación. La demografía está referida ala extensión de las poblaciones, así como a laestimación de la densidad y número aproxima-do de individuos que las componen.

Mapas de distribución: Se incluye en todos loscasos la distribución en Andalucía en mapasde cuadrícula UTM de diez km de lado y elfondo, en tono verde, recoge los EspaciosNaturales Protegidos y para los taxones queno son endemismos andaluces se incluye ade-más un mapa con la distribución general; ladistribución concreta de cada taxón se indicaen color rojo, salvo las especies extintas en el

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territorio andaluz, cuya antigua localización seindica en color azul.

Ilustraciónes: Cada uno de los taxones tiene ungrabado original con detalles, dibujados a par-tir de material de herbario de procedenciaandaluza, salvo rarísimas excepciones, y realiza-dos por Rodrigo Tavera.

Riesgos y agentes de perturbación: Se indicanlos factores de amenaza tanto naturales comolos dependientes de acciones antropozooge-nas, que pueden poner en peligro la existen-cia en la naturaleza de las distintas poblacio-nes de cada taxón.

Medidas de conservación: Se proponen medi-das, a corto y a largo plazo, encaminadas a eli-minar o paliar el efecto de los factores de ries-go detectados. Se incluyen tanto indicacionespara conservación in situ, esto es, en suambiente natural, como para su conservaciónex situ, sea en el Banco de GermoplasmaVegetal Andaluz o en jardines botánicos, paragarantizar su supervivencia y disponer de mate-riales para posibles reintroducciones futuras.

Bibliografía: Se indican una serie de referenciasbibliográficas para cada taxón. En todos loscasos, y aunque no se indique expresamente, losdatos originales incluidos en este Libro Rojo pro-ceden de informes detallados, elaborados por losdistintos autores para la Consejería de MedioAmbiente de la Junta de Andalucía, que estánacompañados por mapas de localización de lasdistintas poblaciones a escala 1:50.000 o inferior.

El Catálogo Andaluz de Especies de la FloraSilvestre Amenazada es un instrumento dediagnóstico que permite desarrollar la políticade conservación, y no debe ser sólo un manualde referencia estático, sino al contrario, algodinámico que se ajuste continuamente a loscambios que suceden en los ecosistemas y susdiversos componentes.

Como consecuencia de los estudios realizadospara la elaboración del Libro Rojo, se han

detectado ajustes y cambios de más entidadque afectan a varias especies. Por ejemplo: dostaxones han de considerarse "extintos" en elterritorio andaluz (Elizaldia calycina subsp. mul-ticolor (G. Kunze) Chater y Nolletia chrysoco-moides (Desf.) Cass. ex Less.); uno "extinto enestado silvestre" (Diplotaxis siettiana Maire) yveintiun taxones en "peligro crítico" tienen unserio riesgo de desaparición, entre los que seencuentran Artemisia granatensis Boiss.,Coronopus navasii Pau, Limonium stevei Fern.Casas o Solenanthus reverchonii Degen; quincetaxones deben pasar a ser considerados simple-mente como "vulnerables" y Centaurea citricolorFont Quer como de “menor riesgo”.

5. ESTRATEGIAS DE CONSERVACIÓNLas técnicas de conservación, habitualmentedurante las dos últimas décadas, se diferencianen dos grandes bloques, aparentemente exclu-yentes. Las llamadas técnicas in situ son las quecontemplan la conservación de los recursosvegetales, bien a nivel fitocenótico -comunida-des, ecosistemas- o a nivel específico, en suspropios hábitats y localidades naturales.

En contraposición, las denominadas técnicas exsitu, se desarrollan topológicamente fuera delas áreas de distribución natural de las especies,aplicando soluciones variadas, que van desdelas colecciones de campo y bancos de semillashasta la utilización de técnicas biotecnológicasmediante cultivo de tejidos.

En sentido amplio, sin el requerimiento demanejar directamente las especies, se puedenintegrar en la conservación ex situ las estrate-gias y otros instrumentos de conservación,como el desarrollo legislativo o el cumplimien-to de convenios y acuerdos internacionales.

Las dos técnicas, lejos de ser antagónicas, soncompatibles tal como se propugna en las deno-minadas estrategias integradas, que permitenactuaciones in situ desde las posibilidades delos métodos ex situ. Los planes de recuperaciónde especies amenazadas en sus hábitats natura-les, a partir de germoplasma conservado en

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banco y de la obtención previa de poblacionesex situ, son un buen ejemplo a veces de aplica-ción de estas estrategias integradas.

La conservación de las especies biológicas ensus propios hábitats y áreas de distribución seconcreta, por regla general, en una política dedeclaración y gestión de los espacios naturalesprotegidos, que son clasificados en diferentes ybien conocidas categorías, en función de suextensión, naturaleza, objetivos de la conserva-ción y modelos de manejo: parques nacionalesy naturales, reservas de la biosfera y ecológicas,biológicas o integrales, parajes singulares ymonumentos naturales. Los programas de con-servación, dirigidos a la protección de la flora yvegetación, fuera de los espacios naturales sonmenos frecuente.

En consecuencia, se requieren métodos que, apesar de ejecutarse lejos de los hábitats y áreasde distribución natural, conservan en espacioso volúmenes reducidos una alta representaciónde la biodiversidad vegetal, posibilitando ade-más un acceso más inmediato para los progra-mas de investigación y desarrollo de estosrecursos genéticos.

La denominación genérica de banco de germo-plasma, engloba diversos conceptos, métodoso instrumentos:

Colecciones de campo: Conjunto de plantas quese conservan en cultivo, de forma permanentesi son perennes, o por sucesivas siembras,generación tras generación, si son anuales.

Bancos de germoplasma -sensu estricto-:Instalaciones donde se conservan semillas,esporas, polen, bulbos, estaquillas u otros pro-págulos vegetales, en condiciones ambientalesespeciales y controladas, que aseguran su via-bilidad o supervivencia durante periodos detiempo más o menos prolongados.

Bancos de tejidos: Se utilizan técnicas de culti-vo in vitro para conservar mediante repiquessucesivos, plantas, tejidos o incluso suspen-

siones celulares.

Jardines botánicos: Son jardines, como indica sunombre, al aire libre o en invernadero cuya titu-laridad corresponde a instituciones públicas oprivadas, relacionadas con la investigación, eldesarrollo o la administración de los recursosnaturales, donde se simultanean las técnicasdescritas anteriormente.

El Jardín Botánico de Córdoba puso en marchadesde su creación -1981-, un banco de germo-plasma dedicado a la conservación de las espe-cies amenazadas o de interés especial de la floraandaluza. Desde 1988, se estableció un conve-nio entre el Jardín Botánico y la Agencia deMedio Ambiente y, en 1994 la Consejería deMedio Ambiente de la Junta de Andalucía regu-ló jurídicamente el Banco de GermoplasmaVegetal Andaluz -Decreto 104/1994-.

Las primeras actuaciones realizadas fueron laelaboración de un catálogo general de las espe-cies andaluzas: endémicas, raras y amenazadas.De un total aproximado de cuatro mil taxonesintegrantes de la flora silvestre de Andalucía, seefectuó una clasificación por categorías, aten-diendo al riesgo de extinción y al grado de este-nocoria, y como resultado se obtuvo una selec-ción de mil setenta y cuatro especies y subespe-cies, agrupadas según su área de distribución:

La técnica utilizada, en el Banco deGermoplasma, es la conservación de semillas alargo plazo, porque pueden ser mantenidas amuy bajas temperaturas si se tratan adecuada-mente. Las tareas que se realizan habitual-mente son:

Precolecta: Se efectúa un trabajo previo degabinete y campo encaminado a definir lasáreas que serán prospectadas, antes de realizarlas expediciones para recogida de semilla.

Colecta: Se fijan tres elementos: número depoblaciones, número de individuos por pobla-ción e ídem de semillas a colectar de cada indi-viduo, sin sobrepasar el 15-20% de la capaci-

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dad potencial regenerativa anual de la pobla-ción; el número de ejemplares siempre es supe-rior a diez y depende del sistema de multiplica-ción sexual de la especie.

La muestra colectada es sometida a una pre-limpieza en campo, para determinar la canti-dad y prepararla para el transporte. Se introdu-ce en una bolsa de papel junto a una ficha conlos datos de colecta y se mantiene protegidadel sol hasta su llegada al laboratorio.

Limpieza y Desecación: Se realiza un control delestado sanitario de las semillas; el proceso delimpieza es delicado y se debe evitar producirdaños mecánicos, que pueden afectar a sufutura viabilidad; la desecación de muestras, seefectúa en cámaras de metacrilato herméticas,a temperatura ambiente, con gel de sílice.

Envasado y etiquetado: La muestra se coloca enun tubo de vidrio, dependiendo su tamaño delde la semilla; el tubo se rellena en una terceraparte de su capacidad con la muestra a conser-var, a continuación se coloca una separación depapel de filtro y encima de ella dos terceras par-tes de gel de sílice, cerrando con una películade plástico; los tubos así preparados se intro-ducen en tarros de cristal con cierre hermético,que en su parte central contienen un recipien-te abierto con gel de sílice.

Almacenamiento: Las colecciones, para su con-servación a largo plazo, se ubican en la cámaraa -15ºC; se vigila diariamente el aspecto del gelde sílice de los tubos, para detectar cualquiervariación del contenido de humedad.

Las colecciones, a corto y medio plazo, se con-servan en la cámara a -5ºC, dispuestas en unainstalación compacta de cajones colgantes. Setoman ocho controles diarios de temperatura,cada tres horas, que permiten detectar cual-quier posible fallo en la instalación.

Base de datos: La información relativa a cadamuestra o accesión del banco, -número deorden, caracterización taxonómica completa,

localidad de recolección, distribución, coordena-das UTM, colectores, grado de amenaza, fechade entrada en cámara, existencias o cantidadesde material a la fecha de ingreso, localización encámaras, etc- se recoge en una base de datoscon cincuenta campos; el número de accesio-nes, en noviembre de 1999, era de mil nove-cientos treinta y cuatro muestras, correspon-dientes a seiscientos setenta y nueve taxones.

Intercambio: Se envían anualmente ochocientoscatálogos con oferta de semillas a institucionessimilares de todo el mundo; desde 1987 hansido solicitadas diecisiete mil novecientas veintemuestras, que fueron remitidas a más de cuatro-cientas instituciones de cuarenta y ocho países.Pruebas de viabilidad y germinación: Las colec-ciones son controladas de forma periódica,para comprobar su viabilidad, utilizando prue-ba con tetrazolio y de germinación directa eninvernadero y/o en germinador, con diferentestratamientos y condiciones determinadas.

La combinación e interacción entre técnicas insitu y ex situ permite establecer una estrategiade conservación integrada que, con caráctergenérico, tendría las siguientes fases:

I.Evaluación integral• Establecimiento del status taxonómico.• Estudio corológico, incluyendo registro de

localidades.• Estudio auto y sinecológico de la especie:

caracterización del hábitat y de la comunidaden las que vive; factores limitantes que definensu distribución; fitosocología de la especie.

• Biología de la conservación: mecanismos dereproducción sexual o asexual, polinizadores,sistemas de dispersión, fenología y cicloreproductivo.

• Demografía de la especie: tamaño y dinámicade sus poblaciones, tasas de reproducción yrenovación.

• Riesgos y agentes de perturbación• Interés económico y etnobotánico: aprove-

chamientos tradicionales y potenciales.• Bibliografía y documentación: herbario, colec-

ciones bajo cultivo, polino y espermatecas en31

los que se conservan especímenes del taxon.

II. Medidas de recuperación in situ: control de losfactores de riesgo: carga ganadera, incendiosforestales, presión turística y/o urbanística ycontrol de la colecta de la especie según fines;actuaciones sobre la vegetación y forestalesadecuadas a la conservación.

III. Colecta de material in situ con destino a: pues-ta a punto de sistemas de propagación; con-servación en banco de germoplasma; obten-ción de poblaciones ex situ.

IV. Caracterización del material colectado:Variabilidad de la muestra -uso del descriptor yaplicación de métodos fitoquímicos-; viabilidadde las semillas; capacidad germinativa; detec-ción de mecanismos de dormición.

V. Conservación en Banco de Germoplasma exsitu: métodos a medio y largo plazo.

VI. Optimización de los sistemas de propagaciónpara: obtener poblaciones ex situ; viabilizar lapuesta en cultivo si el taxon presentara interéseconómico actual o potencial; obtención depoblaciones ex situ para: Usos científicos, usosdidácticos, conservación, puesta en cultivo yaplicación técnicas de restitución.

VII. Puesta a punto de técnicas de restitución -refortalecimiento, reintroducción o introducción-:cartografía potencial para la elección de locali-dades de introducción; aplicación de técnicasde restitución efectiva y seguimiento de lasnuevas poblaciones in situ; predomesticación yensayo de técnicas viables de cultivo; evalua-ción de la potencialidad económica de suexplotación.

VIII. Programas de sensibilización social y educa-

ción ambiental.

Un instrumento valioso para actuar en favor dela preservación de especies vegetales amenaza-das -en peligro de extinción, sensibles a la alte-ración de su hábitat, vulnerables o de interésespecial-, en un espacio protegido es la implan-tación de una adecuada red de jardines botáni-cos "in situ", distribuidos en las áreas de mayorinterés botánico, cuyo objetivo serían lossiguientes:

Primero: Representar la vegetación de la zonaprotegida, aunque sea una miniatura del espa-cio protegido, para que el visitante obtengauna visión clara de las principales comunidadesvegetales, distribución y grado de conservaciónde las mismas.

Segundo: Conservar las especies, tanto las quetienen algún problema como los endemismosdel espacio protegido; el jardín botánico debecontar con las instalaciones suficientes para cul-tivar las plantas que necesite, y para repoblarcon aquellas de presencia muy escasa, convir-tiéndose en un centro de investigación, experi-mentación y recuperación de la flora local.

Tercero: Educación ambiental, de modo que elvisitante conozca las características de la vege-tación local, su estado de conservación y losfactores que influyen en su degradación.

En la actualidad, la red de jardines botánicos enlos Parques Naturales de Andalucía está forma-da por los siguientes: El Albardinal, Cabo deGata-Níjar; Umbría de la Virgen, Sierra deMaría; El Castillejo, Sierra de Grazalema; SanFernando, Bahía de Cádiz; La Cortijüela, SierraNevada; Torre del Vinagre, Peña del Olivar y ElHornico, Sierras de Cazorla, Segura y las Villas y

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El Robledo, Sierra Norte de Sevilla.

La red actual se debe completar en el futuropara que aumente su capacidad operativa ypara que estén representados todos los hábitatscon otros jardines en Sierra Tejeda-Almijara,Litoral Onubense, ídem Granadino-Malagueñoy Desierto de Tabernas, entre otros.

Gabriel Blanca López, Catedrático de Botánica, Universidad de Granada.Baltasar Cabezudo Artero, Catedrático de Botá-

nica, Universidad de Málaga.Esteban Hernández-Bermejo, Director del JardínBotánico de Córdoba.Agustín López Ontiveros, Servicio de Conserva-ción de Flora y Fauna, Consejería de Medio Ambiente.Carmen Rodríguez Hiraldo, Departamento de Conservación de la Flora. Consejería de Medio Ambiente.Benito Valdés Castrillón, Catedrático de Botáni- ca, Universidad de Sevilla.

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DescripciónÁrbol de hasta 30 m con porte piramidal,tronco recto con corteza cenicienta y ramas amenudo triverticiladas. Hojas aciculares, de 6a 16 mm, rígidas, sentadas y de disposiciónhelicoidal sobre las ramas. Conos floralesmasculinos dispuestos en grupos en la caraabaxial de las ramas inferiores del árbol, decolor purpúreo o amarillentos de 7,5-16 x6,4-8,4 mm. Conos florales femeninos verdo-sos y erguidos en la cara adaxial de las ramassuperiores del árbol de 9-22 x 6-8 mm, con112 y 240 escamas ovulíferas con dos pri-mordios cada una. Piñas maduras erectas de9-15 x 3-4 cm, con brácteas tectrices muchomás cortas que las escama seminíferas.Semillas de 6-12 x 5-7 mm con un ala trian-gular de 15-17 mm. 2n=24.

Pertenece a la Sect. Piceaster, formada por 5especies distribuídas alrededor del Mediterráneo.Entre ellas, A. tazaotana Côzar ex Huguet delVillar y A. marocana Trabut, que viven en lasmontañas del norte de Marruecos, han sidoconsiderados por algunos botánicos comosubespecies de Abies pinsapo (Abies pinsaposubsp. tazaotana y A. pinsapo subsp. marocana).

BiologíaEl ciclo reproductor del pinsapo se cumple enun año. A finales de julio se produce el creci-miento vegetativo y sobre las nuevas ramas seoriginan las yemas florales. Estas yemas per-manecen dormidas hasta la primavera, cuandotiene lugar la floración. Los pinsapos son vece-ros, por lo que florecen en años alternos y rara-

mente florecen dos años consecutivos. El pin-sapo es una especie monoica, pero en deter-minadas circunstancias algunos ejemplaressólo producen conos femeninos, por lo que sepuede considerar subdioica. La dispersión delpolen es anemófila. Los granos de polen midenunas 100 µm y tienen dos sacos aeríferos. Apesar de ello, el polen de pinsapo vuela pocodebido probablemente a su gran tamaño y laalta humedad del aire. Los conos florales feme-ninos durante el tiempo que son receptivosabren las escamas seminíferas facilitando la cir-culación del aire y el polen suspendido en él.Tras la polinización las escamas se cierran y losconos femeninos comienzan a crecer paratransformarse en piñas. La fecundación de losprimordios seminales no ocurre hasta dosmeses después, para entonces la piña ya haalcanzado un tamaño casi definitivo. Las piñasterminan de madurar a principios de septiem-bre y dispersan los piñones durante los mesesde otoño y principios del invierno. La viabili-dad de la cosecha de piñones es muy variableentre árboles. En general los árboles que viven

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Abies pinsapo Abies pinsapo Boiss., Biblioth. Univ. Génève, sér. 2, 13: 402, 406 (1838)

PINACEAE (PINÁCEAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro (EN; UICN)

formando masas densas producen piñones conun alto porcentaje de viabilidad que, al germi-nar, originan plántulas muy vigorosas. Por elcontrario, los pinsapos que están más o menosaislados producen muy pocos piñones viables(debido a una polinización deficiente) queademás originan plántulas poco vigorosas(debido a endogamia). Una vez en el suelo, lospiñones germinan pasado el período más fríodel invierno. Dentro del bosque la regenera-ción se produce en los claros, ya que ésta es la

zona donde la germinación de los piñones y lasupervivencia de las plántulas es mayor.

Comportamiento ecológicoLos pinsapares se encuentran a altitudes queoscilan entre los 1000 y 1800 m aproximada-mente. Todas las zonas en las que se encuen-tran se caracterizan por presentar precipitacio-nes elevadas, superiores a los 1000 mm anua-les, siendo el extremo Grazalema, donde la pre-cipitación anual oscila entre los 2000 y 3000

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mm. A pesar de la elevada precipitación, enestas montañas el periodo estival es seco y cáli-do, como es característico de la región medite-rránea; por ello, los pinsapares se asientan pre-ferentemente en las laderas más umbrías deexposición norte, ya que el pinsapo requiereuna cierta humedad ambiental durante todo elaño. Los pinsapos de las sierras de Grazalema ylas Nieves se asientan sobre sustratos calizos,mientras que los de sierra Bermeja lo hacensobre peridotitas.

En las partes más bajas, el pinsapo forma bos-ques mixtos donde, en función de las caracte-rísticas ambientales, se mezcla con Quercusrotundifolia Lam., Quercus faginea Lam.,Quercus suber L. o Pinus pinaster Aiton. Porencima de los 1100 m de altitud, el pinsapoforma bosques puros, donde domina comoespecie arbórea. En este ambiente umbrío sonfrecuentes especies como Helleborus foetidusL., Hedera helix L., Rubia peregrina L., Daphnelaureola L. e Iris foetidissima L. En claros de

bosque aparecen Crataegus monogyna. subsp.brevispina (G. Kunze) Franco, Rubus ulmifoliusSchott, Prunus spinosa L., Ulex baeticus Boiss.,Erinacea anthyllis Link, etc. En el pinsapar desierra Bermeja aparecen además determinadasespecies características de las peridotitascomo son Genista hirsuta subsp. lanuginosa(Spach) Nyman, Alyssum serphyllifolium subsp.malacitanus Rivas Goday, Bunium alpinumsubsp. macuca (Boiss.) P.W. Ball, etc.

Distribución y demografíaEspecies de distribución restringida, ocupandouna extensión aproximada de 2350 hectáreas.Los únicos bosques de pinsapos importantes seencuentran en la Sierra de las Nieves de Ronda,en Sierra Bermeja de Estepona (ambas enMálaga) y en la Sierra del Pinar de Grazalema(Cádiz), aunque pueden encontrarse pinsaposmás o menos aislados o formando pequeñosbosquetes en los términos municipales deRonda, Parauta, Istán, Monda, Ojén, Tolox,Yunquera, Estepona, Casarabonela y Cortes.

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Distribución en ANDALUCÍA

Riesgos y agentes de perturbaciónLa madera del pinsapo es ligera y de malascaracterísticas mecánicas, lo que dio lugar aque su uso en el pasado fuera muy limitado.Hoy día el aprovechamiento directo de los pin-sapares es inexistente por lo que no constituyeninguna amenaza.

Los agentes patógenos más importantes queafectan al pinsapo son los hongos Armillariamellea y Heterobasidium annosum y los insectosDioryctria aulloi y Cryphalus numidicus. La inci-dencia de los hongos en los pinsapares es esca-sa y tan sólo se conoce un ataque importantede Armillaria mellea en 1984 en el pinsapar deSierra Bermeja, hoy día totalmente recuperado.De los insectos, las larvas del lepidopteroDioryctria aulloi se alimentan de las piñas delpinsapo y de sus yemas, provocando que sucrecimiento sea más lento. Aunque en todos lospinsapares se encuentra esta polilla, sus ata-ques tienen escasa importancia, ya que la vece-ría del pinsapo controla las poblaciones de esteinsecto. El coleoptero Cryphalus numidicusataca al tronco y a las ramas del pinsapo pro-duciendo la muerte de ramas y, a veces, delárbol completo. Los ataques de este insecto seproducen fundamentalmente en árboles situa-dos a menor altitud y en ciclos de sequía.

Uno de los mayores problemas con los que seencuentran los pinsapares es el ganado. En elpasado su incidencia fue muy importante y cons-tituyó, posiblemente, la causa principal de regre-sión de la especie. Sin embargo, la disminuciónde la presión ganadera a partir de los años 60 hapermitido la expansión de las poblaciones. Hoydía, el ganado sigue siendo un problema en losmontes no acotados o en aquellos en los que seincumple la norma, que son los menos.

El peligro más inmediato para los pinsaparesson los incendios forestales, que en los últimos

años han asolado numerosas áreas. El pinsapoes una especie que no tolera el fuego, ya quetras el paso de un incendio sus semillas no ger-minan, ni sus troncos rebrotan. Por lo que laregeneración natural del pinsapo tras el pasodel fuego parece bastante improbable.

Medidas de ConservaciónLa conservación de la especie pasa por la con-servación de su hábitat, tal y como se estable-ce a nivel europeo en la Directiva de Hábitats(92/43). Por ello, cualquier manejo sobre elpinsapo debe de estar encaminado a la protec-ción de la comunidad en conjunto, por lo quela actuación debe de ser extremadamente cui-dadosa. Se proponen como medidas de con-servación inmediatas la ampliación de áreasprotegidas a aquellas poblaciones que seencuentren aún fuera de la Red de EspaciosNaturales protegidos de Andalucía. El controlde la carga ganadera en todas las zonas en lasque la especie está presente e, incluso en aque-llas zonas donde existan daños importantescausados por herbívoros silvestres, suspender elaprovechamiento ganadero. La prevención delos incendios forestales es de vital importanciapara la supervivencia del pinsapo; por ello seríaconveniente realizar un seguimiento periódicodel estado de las infraestructuras dedicadas a laprevención y extinción de incendios. Otra acti-vidad que se propone es la conservación degermoplasma en el BGVA.

Interés económico y etnobotánicoEl principal aprovechamiento e interés econó-mico es el atractivo que tiene para muchaspersonas la observación de plántulas en suhábitat (visitas a los pinsapares) o en cultivo(venta de plántulas procedentes de cultivo enviveros). El uso como planta ornamental endiversos lugares (eg., plazas públicas y jardi-nes) puede contribuir a crear un clima de inte-rés y simpatía que favorezcan su conservación.

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Bibliografía

DescripciónPlanta bulbosa. Bulbo de 1,5-2 x 0,8-1,2 cm,de ovoideo a elipsoideo, oloroso; túnica exter-na membranosa, fibrosa en la parte superior;con bulbillos de multiplicación. Tallo de (15)18-30 (50) cm, de sección circular. Hojas (2) 3-5, de hasta 17 x 0,05-0,10 cm, más cortas queel tallo, de semicilíndricas a filiformes, glabras ocon pelos reflejos en vainas y márgenes. Espatacon 2 piezas desiguales, más cortas que la inflo-rescencia, agudas y persistentes. Inflorescenciade 3-4,5 x 2-3 cm, laxa, con (2) 5-15 (22) flo-res. Perigonio campanulado. Tépalos amarillen-to-verdosos, con nervio medio verdoso, de(3,5) 5-6 x 1-2,5 mm. Estambres incluidos oligeramente exertos; filamentos amarillos, sim-ples; anteras amarillas; polen amarillo. Ovariogloboso; estigma de linear a capitado. Cápsulade 3,5-4 (4,5) mm, globosa. Semillas de 3-3,6x 1,4-2,1 mm, con el dorso redondeado y labase plana. Testa de color negro. 2n = 16.

Pertenece a la Sección Scorodon Koch, que inclu-ye Allium moschatum L., A. hirtovaginatumKunth, A. grossi Font Quer (endemismo balear),A. chrysonemun Stearn (endemismo andaluz), A.reconditum Pastor, Valdés & Muñoz (endemismoandaluz) y A. rouyi Gaut (endemismo andaluz).

BiologíaGeófito primaveral. Crecimiento vegetativo deotoño a verano. Desarrollo del escapo floral yfloración en junio y julio. Fructificación y dis-persión en agosto. Caída de órganos vegetati-vos durante el verano. Multiplicación vegetati-va por órganos subterráneos. El número medio

de granos de polen por flor es de 12500. Elporcentaje de primordios seminales transfor-mados en semillas es del 55,7%. El óptimo degerminación de las semillas (70%) se obtienetras un proceso de vernalización de 15 días. Encultivo, la propagación vegetativa (bulbillos) esmás efectiva que la germinación de semillas. Ladispersión se produce a corta distancia, pormovimientos de la cápsula seca.

Comportamiento ecológicoEdafoendemismo andaluz localizado en suelospoco profundos sobre materiales peridotíticos.Se desarrolla en zonas termomediterráneas conombroclima subhúmedo. Las poblaciones locali-zadas se sitúan entre los 200 y 400 m de altitud.

Fitosociológicamente forma parte de la serieedafoxerófila serpentinícola del Pino pinastri-Querceto cocciferae S., mostrando preferenciapor los matorrales abiertos, pastizales deStaehelino-Ulicion baetici y comunidades defisuras de roca. Las especies acompañantesmás frecuentes son: Ulex baeticus, Genista lanu-

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Allium rouyiAllium rouyiGaut. in Rouy, Ill. Pl. Eur. Rar. 10: 81 (1898)

LILIACEAE (LILIÁCEAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro Crítico (CR; UICN)

ginosa, Halimium atriplicifolium, Galium boissie-ranum, Iberis fontqueri, Jasione blepharodon,Notholaena marantae, Sedum tenuifolium, etc.

Distribución y demografíaEndemismo del sector Bermejense, restri-giéndose a la base de Sierra Bermeja deEstepona (Málaga), donde hemos localiza-do 2 poblaciones separadas claramenteentre sí. La densidad media de sus pobla-ciones, en las repisas donde suele aparecer,es de 0,0159 individuos/cm2.

Riesgos y agentes de perturbaciónPastoreo, tanto las hojas como las inflorescen-cias son comidas por el ganado doméstico.Incendios recurrentes. Proliferación de basure-ros y construcciones para el ganado.Parasitación de los bulbos por insectos. Posiblerecolección de bulbos por coleccionistas.

Medidas de conservaciónAmpliación del actual espacio natural existenteen Sierra Bermeja (Paraje Natural) de manera

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que las poblaciones actuales y todo su arealpotencial queden incluidos en un espacio pro-tegido. Limitación de la presión ganadera.Control de basureros a fin de limitar el númerode incendios. Dado que las poblaciones detec-tadas no son muy abundantes, deberíantomarse medidas de conservación ex situ, tantoa nivel de Banco de Germoplasma (semillas y

bulbos) como en colecciones vivas en JardinesBotánicos. Restitución de la especie en sumedio natural mediante la diseminación desemillas y bulbos producidos ex situ.

Interés económico y etnobotánicoNo se conoce.

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Especies en

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Distribución en ANDALUCÍA

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Bibliografía

DescripciónPlanta anual (bianual) con raíz pivotante, sufruti-cosa, cespitosa. Cepa ramificada desde la base,con ramas de ascendentes a procumbentes, difu-sas, verdes o verde rojizas. Tallo ascendente-erec-to, de 9 a 33 cm, glabrescente en su parte inferiory muy tomentoso en la superior. Hojas subcarno-sas, tomentosas, de 4,79 x 2,37 cm, bipinnado-partidas, con lacinias subobtusas, cortas, engrosa-das y cubiertas de tomento denso, grisáceo.Inflorescencia en capítulos gruesos, solitarios en elextremo de las ramas, de hasta 2 cm de diámetro,sin lígulas, con pedúnculos apenas dilatados en suinserción con el receptáculo. Brácteas del involu-cro lanceoladas, con borde superior escarioso pur-púreo y cubiertas de tomento denso. Escamas delreceptáculo de contorno rómbico alargado.Aquenios con alas poco dilatadas, escutiformes,con escotadura superior poco pronunciada.

Para algunos autores las poblaciones de esta espe-cie pertenecen al grupo de A. valentinus L., delque se diferencia por una serie de característicaspoco significativas, considerando que se trata deuna población recientemente introducida, ya queno había sido citada para la flora de la isla hasta elaño 1972. El aislamiento insular y su particularecología han podido favorecer la diferenciaciónde este taxón.

BiologíaLa dificultad de acceso a la zona ha hecho impo-sible la realización de trabajos sobre su biología.

Comportamiento ecológicoSe asienta sobre el manto eólico que cubre elcentro de la isla, formado por depósitos con-tinentales constituidos exclusivamente porarenas eólicas sin cementar. El clima de la islaes suave, con temperaturas que no bajan delos 0ºC, ni sobrepasa los 25ºC durante elverano. Estimaciones realizadas dan una pre-cipitación media anual de 300 mm. Los vien-tos de levante y poniente tienen un granefecto sobre la isla, pudiendo alcanzar veloci-dades superiores a los 100 nudos.

Forma parte de comunidades desarrolladassobre arenales semifijos con fuerte influencialitoral incluidas en la clase Helichryso-Crucianelletea maritimae, acompañada funda-mentalmente por Mesembrianthemum nodi-florum, Frankenia corymbosa, Senecio albora-nicus, Lavatera mauritanica, Polycarpomtetraphyllum, Salsola kali, etc.

Distribución y demografíaEspecie endémica de la Isla de Alborán. Sudistribución no es homogénea por la isla. Sehan detectado 3 tipos de áreas en función

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Anacyclus alboranensisAnacyclus alboranensisEsteve y Varo, La Isla de Alborán 7-9 (1972)

COMPOSITAE (COMPUESTAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro Crítico (CR; UICN)

del recubrimiento que presentan las plantas.En las zonas de máximo desarrollo el recubri-miento es del 25% y del 10% en las demenor recubrimiento. La densidad media dela especie en el área de estudio es de 2,04individuos/m2.

La floración se desarrolla fundamentalmenteentre marzo y abril. A finales de abril lamayoría de los individuos se encuentran enfruto y en el final de su fase vegetativa.

Riesgos y agentes de perturbaciónDada la fragilidad del ecosistema de la isla, seconsidera que pequeñas perturbaciones pue-den alterar gravemente toda la comunidadvegetal. En la actualidad las visitas incontrola-das pueden ser el factor de riesgo más impor-tante. El impacto causado por las construccio-nes existentes en la isla ha modificado en granmedida el ecosistema donde esta especie sedesarrolla. El aumento del personal permanen-

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te en la isla, así como la posible construcción deun puerto, podría modificar radicalmente y enpoco tiempo la ecología de la isla.

Medidas de conservaciónSe propone la creación de una figura de protec-ción (Reserva Marítimo-Terrestre) que permitala conservación integral de la Isla de Alborán, asícomo una restauración de sus condiciones natu-rales. Otras medidas a tomar serían: control devisitas, mantenimiento de los actuales accesos ala isla, conservación de semillas en Bancos de

Germoplasma y desarrollo de planta en inverna-deros de Jardines Botánicos, reforzamiento de lapoblación en sus zonas mas alteradas.

Se considera que la actual densidad de pobla-ción permite el mantenimiento de la especie,por lo que con adecuadas medidas in situ,podría asegurarse su conservación.

Interés económico y etnobotánicoNo se conoce.

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Distribución en ANDALUCÍA

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Bibliografía

DescripciónHierba vivaz (geófita), glabra. Tuberobulbosimple, a veces 2-3 superpuestos, con túnicacoriácea, marrón oscura. Tallos de 2-7 cm, sub-terráneos, envueltos por una espata cilíndricamembranosa. Hojas de 20-150 x 4-15 mm,arrosetadas, dispuestas a ras de suelo, sentadas,envainadoras, paralelinervias, lineares, subula-das, planas o ligeramente canaliculadas, de hazlustroso. Inflorescencia umbeliforme muy con-traída, con 1-4 (6) flores cortamente pedicela-das, que nacen del centro de las rosetas folia-res. Flores actinomorfas, hermafroditas, blancaso algo rosadas, a menudo con venas o man-chas purpúreas. Tépalos 6, de 20-25 x 2-5 mm,dispuestos en dos verticilos, oblanceolados,apiculados, estrechados hacia la base, con uñacorta. Estambres 6, insertos en la base de lostépalos; filamentos de 3-10 mm; anteras de 1-1.5 mm, dorsifijas, versátiles. Ovario súpero, tri-carpelar y trilocular, con 3 estilos libres. Frutoseco y dehiscente (cápsula), de 6-8 mm, sub-globoso, glanduloso, polispermo, que se frag-menta por la base. 2n=18.

Según los últimos trabajos realizados sobre estaespecie, debe considerarse sinónima de A. gra-mineum (Cav.) McBride.

BiologíaGeófito de desarrollo invernal. Dependiendo dela presencia de lluvias, el desarrollo vegetativose puede extender desde octubre hasta marzo.La floración suele producirse en febrero, aun-que puede adelantarse al mes anterior, segúnlas precipitaciones y las temperaturas. Cada

individuo produce 2-3 (6) flores. La poliniza-ción es zoófila, participando coleópteros, dípte-ros e himenópteros. La tasa de fertilidad delpolen es muy elevada (99%).

A los 15-20 días del inicio de la floración seobservan los primeros frutos, aún inmaduros;generalmente fructifican todas las flores si lascondiciones son adecuadas. A partir del mes demarzo empieza a secarse la parte aérea y losfrutos, ya maduros, quedan libres, producién-dose la liberación de las semillas al ser arrastra-dos por el viento.

Las temperaturas bajas favorecen la germina-ción de las semillas. En el laboratorio, sin pre-tratamiento alguno, a 15ºC germinaron el 40%tras 45 días; a 30ºC no hubo germinación.

La presencia de colchicina protege a la plantafrente a los conejos y jabalíes, muy abundantesen su área de distribución, aunque el ganadodoméstico suele comer las hojas y las flores.

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Androcymbium europaeumAndrocymbium europaeum (Lange) K. Richter, Pl. Eur. 1: 188 (1890)

LILIACEAE (LILIÁCEAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

Vulnerable (VU; UICN)

Comportamiento ecológicoVive en praderas de desarrollo invernal, entre0-100 (200) m de altitud, en el piso termo-mediterráneo con ombroclima semiárido, o aveces árido. El suelo es esquelético, pedrego-so o arenoso, con afloramientos de la rocamadre caliza.

Vive en el dominio de las comunidades de azu-faifo (Ziziphus lotus), recogidas en la inventaria-ción española de los hábitats integrantes de la

Directiva 92/43/CEE. La mayoría de las especiescon las que convive florecen más tarde, en pri-mavera; entre ellas se encuentran Filago mareo-tica, Ononis ornithopodioides, Crassula tillaea,Trifolium spp., Sedum caespitosum, Bellis micro-cephala, Sagina apetala, Asphodelus tenuifolius,Gynandriris sisyrinchium, Reichardia tingitana,Eryngium ilicifolium, Plantago ovata, Ajuga iva,Medicago littoralis, Schismus barbatus,Ammochloa palaestina, Ifloga spicata, Lobulariamaritima, Arisarum vulgare, etc.

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Distribución y demografíaEl área de A. gramineum se extiende, de mododisperso, desde Canarias y Mauritania hastaPalestina, alcanzando el sureste de la PenínsulaIbérica, donde se extiende por la zona litoralsituada entre la punta del Sabinar y la Sierra deCabrera (Almería). Se ha citado en una locali-dad situada más al interior de dicha provincia(venta del Pobre), donde no se ha podido con-firmar su presencia recientemente.

Se conocen 5 poblaciones que incluyen entre2000 y 7000 individuos, diseminadas en 18cuadrículas UTM de 1 km de lado.

Riesgos y agentes de perturbaciónEl área andaluza de la especie se encuentrasometida a una fuerte presión antrópica, debi-do a la construcción de invernaderos, carrete-ras, instalaciones turísticas y, en el caso de lacapital almeriense, a su propia expansión urba-na. Todo ello provoca una fuerte reducción delhábitat de la especie.

Las poblaciones sufren grandes oscilaciones enel número de individuos a lo largo de los años,debido a las condiciones climáticas más omenos favorables.

Medidas de conservaciónAlgunas poblaciones se encuentran incluidasen el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar yen el Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar; eneste caso solo es necesario su seguimientoperiódico para comprobar su estado de con-servación, adoptando las medidas oportunas.

Las poblaciones más amenazadas correspondena las del término municipal de la capital alme-riense y más al este y norte hacia la Sierra deAlhamilla, pues se encuentran en lugares dondeexiste una fuerte demanda de terrenos paraconstrucción de invernaderos e infraestructurasdiversas. Se precisa la creación de minirreservasen estos lugares, que aseguren la conservaciónde estas poblaciones pues, de no ser así, habríaque considerar a la especie con la categoría deen peligro de extinción en Andalucía.

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Distribución en ANDALUCÍA

Distribución en el MEDITERRÁNEOInterés económico y etnobotánicoLa presencia de colchicina en el tuberobulbopuede tener gran importancia económica, puesla producción de esta sustancia está limitada enla actualidad a las especies del géneroColchicum en Turquía. Podría constituir un cul-tivo alternativo en lugares áridos.

Su periodo de floración y la vistosidad de susflores, la hacen muy apropiada para utilizarlaen jardinería.

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Bibliografía

DescripciónHierba perenne, tallos 8-30 cm, procumbenteso ascendentes, muy ramificados, las ramas sevuelven duras y subespinosas, sin entrelazarse,cubiertas con pelos blancos o blanco-amarillen-tos, eglandulares, patentes, cortos de hasta 0.1mm, raramente villosos en la parte inferior conpelos finos de hasta 1 mm. Hojas pecioladasopuestas en la base y alternas en la parte supe-rior de 6-18 x 3-8 mm, elípticas a oblongo-lan-ceoladas, obtusas, puberulentas con peloseglandulares de hasta 0.1 mm, a menudo conpelos glandulares cortos sobre la base del ner-vio medio y pecíolos, pecíolos 1-5 mm. Flores(1-5) en racimos bracteados muy laxos o solita-rias. Brácteas parecidas a las hojas. Pedicelos 3-14 mm. Cáliz con lóbulos separados casi hastala base (3-6 x 1.2-3 mm), de oblongos a lance-olados, eglandular-pubescentes. Corola 18-23(-25) mm con pétalos soldados en un tubo,marcadamente zigomórfica, rosa pálida o blan-ca con venas rojas, bilabiada, con labio superiorbilobado y labio inferior con tres lóbulos y unpaladar que encierra completamente el tubo;paladar y labio inferior amarillos; tubo cubiertocon pelos eglandulares, blancos, largos y pelosglandulares más cortos externamente, prolon-gado en la base en un sáculo corto 0.5-3.5mm. Cápsula poricida ovoidea, con lóbulosdesiguales. Semillas 0.55-0.80 mm, oblongo-ovoideas, crestadas o reticuladas, negras a grisoscuro, con costillas longitudinales, sinuadas,discontinua o ligeramente anastomosadas. Parael género n= 8,16.

BiologíaCaméfito que florece durante todo el año sien-do también la producción de cápsulas y semi-llas constante a lo largo del año.

Presenta reproducción sexual, probablementecon una elevada tasa de alogamia. La poliniza-ción es entomófila, la estructura de la flor escaracterística como adaptación a la poliniza-ción por abejorros, con flores tubulosas prote-gidas por barreras que necesitan la presenciade néctar secundario en un espolón que puedeser obtenido sólo por insectos provistos de unalarga lengua. Los principales polinizadores ade-más de especies de Bombus son también otrasespecies de abejas, como las del géneroPsithyrus, Halictus, Dialictus y la abeja grandemediterránea Xylocopa.

La interpretación funcional de la estructura delas semillas en Antirrhinum es completamenteespeculativa y escasamente apoyada por expe-rimentación. El presentar A. charidemi semillasmuy pequeñas, ligeras y encontrarse en comu-

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Especies en

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SCROPHULARIACEAE (ESCROFULARIÁCEAS)

En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

Vulnerable (VU; UICN)

Antirrhinum charidemiAntirrhinum charidemiLange, Vid. Meddel. Dansk. Naturh. Foren Kjøbenhavn 1881: 99 (1881)

nidades abiertas y hábitat xéricos, apoya lahipótesis de obtener ventajas selectivas frentea las semillas de mayor tamaño, dado queéstas últimas encuentran más limitado supotencial de dispersión y también son más sus-ceptibles a diferencias en la tensión del aguaen el sustrato y a la humedad del aire. Por otrolado, las costillas presentes sobre las semillas sepueden considerar generalmente como adap-taciones a la anemocoria, pero la testa reticu-lada podría interpretarse como una adaptación

a la dispersión por el agua, aunque posible-mente el hábitat seco de esta especie impedi-ría su dispersión a distancias significativas.Además las costillas de la testa están formadasa menudo por células vacías que permiten flo-tar a la semilla seca, dando a la planta unpotencial limitado para su diáspora; incluso lasmismas células en la semilla hidratada suminis-tran una reserva de agua que puede ser deimportancia considerable para su germinaciónen un ambiente xérico. Se ha podido observar

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en esta especie una capacidad de colonizaciónascendente en las paredes y taludes dondevive; es curioso también el fototactismo nega-tivo que parece mostrar la planta.

Sus semillas no presentan problemas delatencia y germinan fácilmente a una tempe-ratura constante de 16ºC ó 20ºC con un foto-periodo de 16h. luz / 8h. oscuridad. Lasramas enraízan con facilidad.

Comportamiento ecológicoSu área coincide con el matorral endémico dePhlomidi-Ulicetum canescentis Riv. God. & Riv.Mart. 1967, contactando en suelos pedregososcon el tomillar de Limonio-Anabasetum articula-tae Riv. God. & Est. 1965. Crece en fisuras derocas, taludes pedregosos o sobre mantos de lavaformados por materiales volcánicos ácidos o neu-tros abundando sobre todo en las vertientes delos cerros próximos al Mediterráneo. En los cerrossituados más hacia el interior aparece exclusiva-mente por encima de los 200 m de altitud y llegaa refugiarse en cotas superiores a los 400m(alcanzando los 420 m en el Cerro Carneros ylos 440 m en el cerro próximo a la mina Sta.

Bárbara) siempre en lugares apartados del pasousual de los rebaños y de difícil acceso.

Distribución y demografíaEndemismo de la Sierra de Cabo de Gata(Almería), S.E. de la Península Ibérica. Su áreade distribución es algo mayor que la reconoci-da por algunos autores.

La zona próxima al Cerro Vela Blanca, Peña Negray Bujo se puede considerar en un estado de con-servación más que aceptable. Incluso en esta zonaen las proximidades de la pista que lleva de laTorre de Peña Negra hasta San José se encuentrauna población en estado óptimo, muy activademográficamente, procedente de la introduc-ción llevada a cabo recientemente, que llega acolonizar los taludes producidos en la construc-ción de la zona. En las poblaciones situadas haciael interior algo más alejadas de la costa su situa-ción es más crítica pues cuentan con pocos indi-viduos y además se encuentran sometidas a unaconstante presión ganadera. Este impacto espatente en las poblaciones del Barranco delSabinar y cerros próximos, en el Cerro Revancha,cerro los Carneros y proximidades.

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Distribución en ANDALUCÍA

Riesgos y agentes de perturbaciónEl principal riesgo actual existente es la presiónganadera (ganado caprino y ovino) que oca-siona un fuerte impacto sobre las poblaciones yhábitats de A. charidemi. Son la causa de queesta especie no aparezca en muchos lugares dela Sierra que presentan las característicasambientales idóneas, llegando a provocarincluso la desaparición de muchas especiesleñosas, suelos desnudos e inicio de erosión delos mismos.

Además hay un importante impacto provocadopor las construcciones de tipo turístico, juntocon las de los equipamientos de uso civil: esta-ción de radio-transmisión, faro, carreteras deaccesos, etc. A esto se le une un peligro ame-nazador debido al cada vez mayor número devisitantes que tiene todo el Parque Natural delCabo de Gata.

Medidas de conservaciónToda la zona donde vive la especie se encuen-tra incluida dentro del Parque Natural del Cabode Gata, protegida por la legislación vigente ygozando de protección absoluta por parte de laAgencia de Medio Ambiente (B.O.E. Art. 228,Decreto 485/1962 de 22 de Febrero y B.O.J.A.Orden 27 de Julio de 1988).

Se propone disminuir la presión ganadera entodo el Parque, mediante incentivos económi-cos a los ganaderos, logrando que el ganadopaste exclusivamente en las zonas bajas del

valle donde existen los mejores pastizales y evi-tar que éste acceda a las posibles zonas de loca-lización de A. charidemi.

Se debería declarar zona de Reserva Biológica elárea que comprende el Cerro San Miguel, Bujo,Vela Blanca, Peña Negra y sus alrededores.Evitar cualquier tipo de desarrollo urbanísticoturístico en todo el parque e impedir la apertu-ra de nuevas pistas o cualquier vía de comuni-cación. En 1976-77 se llevó a cabo un intentode introducción y reforzamiento de las pobla-ciones de A. charidemi en tres puntos del actualParque, donde se comprobó que no estabapresente la especie. En uno de ellos a lo largode los siguientes años se ha podido comprobarla expansión demográfica de la población. Enlos otros dos puntos de introducción, en marzode 1994, no se observaba ningún ejemplar.

Interés económico y etnobotánicoLa planta llega a presentar cierto interés pascí-cola, pues a falta de los pastos tradicionalestanto el ganado lanar como el caprino la ramo-nean hasta dejarla sin hoja ni rama tierna.Debido a sus caracteres (prolongada floracióndurante todo el año y por la viveza de los colo-res de su corola) podrían ser muy apreciada enla jardinería mediterránea de zonas secas y cáli-das. Posee indudable valor científico comoespecie endémica muy estenócora; ademáspresenta relaciones de parentesco estrechascon otras especies peninsulares y norteafrica(A. valentinum, A. subbeticum, A. martenii).

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GÓMEZ-CAMPO C. (1987). Libro rojo de las especiesvegetales amenazadas de España peninsular e IslasBaleares. ICONA. Madrid.

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Bibliografía

DescripciónPlanta herbácea, vivaz. Tallos (10)15-28(30)cm, de subglabros a glanduloso-pubescentes,generalmente ramificados. Hojas basales enroseta, 2(1) ternadas, subglabras o glandular-pubescentes; hojas caulinares enteras o trífidas.Flores 1-5, actinomorfas, concoloras. Periantioformado por 2 envueltas; la externa de 5 piezaspetaloideas (sépalos) caducas, diferenciadas enuña y limbo; la interna, de 5 piezas nectaríferas(pétalos) que alternan con las anteriores, conun espolón nectarífero cada una. Sépalos(10)11-16(17) x 3-5(7) mm, lanceolados, azu-lados, con ápice verdoso, más o menos pubes-cente por la cara externa, plurinervados.Pétalos con limbo 5-8(9) x (3,5)5-8 mm azula-dos. Espolón (6)7-11(12) x 0,5-1,5 mm, ligera-mente arqueado. Estambres numerosos, exer-tos. Carpelos 5, sésiles, libres, dando lugar a 5folículos polispermos de (9)10-15 mm, glandu-lar-pubescentes; estilos (5)6-7(8) mm. Semillasbiseriadas, negras, lisas y brillantes, con tegu-mento crustáceo. 2n= 14.

La especie está representada por 3 subespeciesmás: subsp. pyrenaica, subsp. discolor (Levier &Leresche) Pereda & Laínz y subsp. guarensis(Losa) Rivas Martínez presentes en Pirineos yCordillera Cantábrica.

Fue descrita originalmente a nivel específicocon el nombre de Aquilegia cazorlensisHeywood, con el que figura en el CatálogoAndaluz de Especies de la Flora SilvestreAmenazada.

BiologíaHemicriptófito escaposo que florece en losmeses de mayo a junio, diseminando lassemillas en agosto. La fructificación es muyelevada y se produce incluso sin el concursode polinizadores. Los polinizadores principa-les son distintas especesies de abejorros(Bombus). Sus semillas muestran una laten-cia que puede ser eliminada por un simplelavado y por el tiempo. No obstante, sepuede eliminar igualmente esa latencia, consemillas colectadas en el año anterior y tra-tamiento de ácido giberélico. En cultivo flo-rece y fructifica bien. Requiere un suelo biendrenado y temperaturas suaves, no resistien-do la exposición directa al sol.

Comportamiento ecológicoRoquedos calcáreos al pie de paredes umbro-sas. Crece a una altitud comprendida entre los1800-2000 m. La comunidad de la que formaparte pertenece al orden Potentilletalia caules-centis, apareciendo junto a ella Rhamnus pumi-lus Turra, Potentilla caulescens L., Erinus alpinusL., Asplenium tricchomanes L., Cystopteris fragi-lis (L.) Bernh. y Silene saxifraga L., todas carac-

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Especies en

Peligro

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Aquilegia pyrenaica subsp. cazorlensis Aquilegia pyrenaica subsp. cazorlensis(Heywood) Galiano & Rivas Martínez, Bol. Real Soc. Esp.Hist. Nat.Secc. Biol. 65: 108 (1967)

RANUNCULACEAE (RANUNCULÁCEAS)

En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro ( EN; UICN)

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terísticas del orden. Otras rupícolas acompa-ñantes son Geranium cataractarum Cosson,Viola cazorlensis Grand., Moheringia intricataWillk., Areneria valentina Boiss., Lonopsidiumprolongoi (Boiss.) Batt., Linaria lilacina Lange y,en menor medida, Geranium cazorlenseHeywood, especie más propia de gleras.

Distribución y demografíaEndemismo exclusivo de la provincia de Jaén enlas Sierra de Cazorla y del Pozo. Su área es

extremadamente reducida, anotándose laausencia de esta especie en la cercana Sierrade Segura. La población total asciende a nomás de un millar de individuos.

Riesgos y agentes de perturbaciónTaxón extremadamente estenócoro conpoblaciones que por su localización y peque-ño número de efectivos sitúan a la especie enpeligro de extinción, aun estando su área de

distribución enclavada estrictamente dentrode un espacio natural protegido por laComunidad Autónoma Andaluza. El principalagente de riesgo es el consumo por herbívo-ros, tanto domésticos como salvajes, al igualque sucede con otras especies amenazadas dela región.

Medidas de conservaciónLas poblaciones principales se hallan protegidasde los herbívoros mediante la colocación degrandes cercados excluyentes. Se conservanpequeñas poblaciones en los Jardines Botánicosde Córdoba y en el de la Torre del Vinagre(Sierra de Cazorla). Se encuentran depositadas

semillas de este taxón en el banco de germo-plasma de los dos Jardines Botánicos citados asícomo en el de la Universidad Politécnica deMadrid. Convendría ampliar el número deaccesiones y promover su cultivo y conserva-ción ex situ en forma de poblaciones bajo culti-vo. La protección estricta de sus localidadesdentro del Parque Natural de Cazorla, Segura yLas Villas debe proseguir en la forma actual.

Interés económico y etnobotánicoAdemás del interés científico hay que hacerconstar su valor potencial como ornamentalpara su uso en rocallas sombreadas.

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Especies en

Peligro

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Distribución en ANDALUCÍA

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Bibliografía

DescripciónHierba anual, erecta, ramosa, de hasta 9 cm.Tallos ascendentes, a menudo purpúreos, conindumento de pelos eglandulares, subretrososy pelos glandulares, patentes. Hojas opuestas,simples, de obovadas u ovadas a lanceoladas,atenuadas o truncadas en la base, algo carno-sas, glabras, plurinervias; las caulinares superio-res oblongo-lanceoladas o lineares, sésiles, casisiempre con 3 nervios paralelos. Cimas corim-biformes densas, de hasta 8 (10) flores; pedice-los fructíferos erectos, de hasta 6 mm. Flor her-mafrodita, pentámera. Cáliz (3,5) 4-6 mm, sub-cilíndrico, peloso; sépalos oblongo-lanceola-dos, atenuados en el ápice, subagudos, con 3-5 (7) nervios muy netos. Pétalos 3-4 mm, ente-ros, blancos. Anteras c. 0,5 mm. Cápsulaoblonga, más corta que el cáliz, inclusa.Semillas 0,7-1 mm, subreniformes, rugulosas,con células de la testa poco prominentes.

A. nevadensis se incluye dentro de la secciónArenaria del género Arenaria; en la PenínsulaIbérica dicha sección está representada porcuatro especies que tienen áreas de distribu-ción bastante amplias.

BiologíaTerófito de desarrollo estival. Las semillas ger-minan a principios de junio. El periodo de cre-cimiento vegetativo es inferior a 30 días. En laúltima quincena de junio aparecen los primerosbotones florales. La floración sucede de formaescalonada, llegándose a encontrar plantas enflor hasta primeros de septiembre, aunque elmáximo tiene lugar a principios de agosto. Amediados de agosto maduran la mayoría de los

frutos; la dispersión de las semillas es inmedia-ta. Hacia mediados de octubre la nieve suelecubrir el área de la especie. Los diferentes esta-dios fenológicos se superponen, de modo quepueden encontrarse simultáneamente indivi-duos en floración, fructificación y dispersión.

La polinización es zoógama, realizada porinsectos, aunque no existen barreras queimpidan la autofecundación. Entre los vecto-res de polinización probables se han censadohimenópteros y dípteros de pequeño tamañoque visitan la planta de forma esporádica. Noexisten mecanismos especiales para la disper-sión de las semillas, por lo que éstas caen alsuelo en el entorno de la planta madre y que-dan atrapadas entre las piedras que confor-man el sustrato, que impiden la dispersión amayor distancia.

La germinación en laboratorio dio resultadosmuy negativos. Unicamente el tratamientoprevio de las semillas con agua oxigenada pro-porcionó un porcentaje de germinación del

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Arenaria nevadensisArenaria nevadensisBoiss. & Reuter, Diagn. Pl. Orient. Ser. 2, 1: 90 (1854)

CARYOPHYLLACEAE (CARIOFILÁCEAS)

En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro Crítico (CR; UICN)

0,5%. En las poblaciones naturales se estimauna tasa de germinación del 2,3%.

La capacidad de floración es elevada; todos losindividuos adultos producen entre 8-10 flores. El69% de las flores producen semillas aparente-mente viables. Cada flor origina 10 primordiosseminales, el 40-60% de los cuales forman semi-llas aparentemente viables; el resto aborta, prin-cipalmente en el periodo previo a la fecundación.

Comportamiento ecológicoArenaria nevadensis se encuentra en lugaresterrosos entre cascajares móviles desarrolladosa partir de micaesquistos grafitosos, en altitu-des próximas a 3000 m (piso bioclimático crio-romediterráneo), bajo ombroclima húmedo. Lapoblación se sitúa en una zona de inclinaciónpronunciada, orientada al E-NE, en la que exis-ten aportes hídricos adicionales procedentesdel deshielo de neveros próximos.

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Especies en

Peligro

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Las arenas silíceas de grano fino en las que vivey el resto de las condiciones ecológicas en lasque crece, son difíciles de encontrar en lascumbres de Sierra Nevada.

La asociación vegetal que alberga a A. nevaden-sis es de escasa cobertura y poca diversidadbiológica. Las especies más constantes sonLinaria glacialis, Viola crassiuscula y Galium rose-llum, apareciendo esporádicamente otras quetienen su óptimo en comunidades vegetalesadyacentes como son Hormathophylla spinosa,Saxifraga nevadensis, Jasione crispa subsp.amethystina y Festuca clementei.

El nicho ecológico en el que vive es una faciesarenosa de la asociación Violo crassiusculae-Linarietum glacialis, recogida en la inventaria-ción española de los hábitats integrantes de laDirectiva 92/43/CEE.

Distribución y demografíaExclusiva de las cumbres del núcleo central deSierra Nevada (Granada). Se conoce una solapoblación dividida en 5 núcleos, cada uno delos cuales ocupa una superficie de 10-40 m2. El

área de extensión es de 3 km2, y el área de ocu-pación real es inferior a 200 m2. Las subpobla-ciones se encuentran separadas entre sí por dis-tancias comprendidas entre 100 y varios cien-tos de metros; en ellas los individuos seencuentran a una distancia media de 50 cm. Elnúmero de individuos de cada subpoblaciónoscila entre 50 y 200; se estima que el total deindividuos no supera el millar.

Riesgos y agentes de perturbaciónEspecie de distribución muy restringida, lo quese atribuye, fundamentalmente, a condicionesnaturales, debido a la escasez de hábitat ade-cuado para su desarrollo y a la fragmentacióndel mismo. Los procesos naturales y, en menorgrado, el coleccionismo y el excursionismo, sonlos principales factores de riesgo para la planta.Además, el merodeo de los herbívoros silvestres(Capra pyrenaica) favorece el desplazamiento delsustrato, provocando el enterramiento de lasplantas que, al carecer de un sistema radical queles permita el rebrote, suelen morir cubiertas porlas piedras, originándose de este modo unareducción importante del número de individuos.

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Aren

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ensis

Distribución en ANDALUCÍA

El estado de conservación del territorio es acep-table; sin embargo, la comunidad donde habi-ta es extremadamente frágil, muy sensible aalteraciones que, en otros casos, se considerande bajo impacto, como son el pisoteo, el colec-cionismo, el pastoreo, etc.

Medidas de conservaciónEl territorio en el que vive forma parte del ParqueNatural de Sierra Nevada que, asimismo, gozadel estatus de Reserva de la Biosfera por el pro-grama MAB de la UNESCO desde 1986 y quedaincluido dentro del perímetro del ParqueNacional de Sierra Nevada.

Entre las medidas para la recuperación de estaespecie se propone desviar la vereda de accesoa la localidad de Siete Lagunas a su paso por elentorno de la población. También se debenestablecer poblaciones en áreas de característi-

cas ecológicas adecuadas en el ámbito de SierraNevada, para lo cual, es necesario hacer pros-pecciones que permitan localizar zonas idóneaspara el asentamiento de la planta.

Se debe poner a punto un protocolo de germi-nación óptimo que permita producir semillasen cantidad suficiente para implantar unapoblación estable. Además, se deben incluirsemillas en bancos de germoplasma y hacer unseguimiento anual de la evolución de la pobla-ción, evaluando al menos, la variación en elnúmero de individuos para adoptar medidas enconsecuencia.

Interés económico y etnobotánicoEs una especie de pequeño tamaño y escasabiomasa. Por el momento no se conoce ningúninterés económico o etnobotánico.

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Especies en

Peligro

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Bibliografía

DescripciónHierba vivaz, cespitosa, serícea. Tallos erectosde 5-12 cm, simples o poco ramificados. Hojasalternas y agrupadas en la base; muy divididaslas inferiores; las superiores pueden ser enteraso tripartitas. Flores en capítulos terminales de5-8 mm de diámetro, en número de 1-5 portallo. Brácteas involucrales en varias filas, imbri-cadas, ovado-lanceoladas, agudas, a veces roji-zas en el centro. Receptáculo desnudo. Florestodas tubulosas; las exteriores femeninas y lasinternas hermafroditas, de color púrpura oscu-ro, sobre todo en el ápice, con lóbulos cortos ydensamente pelosos. Fruto en aquenio, glabroy desprovisto de vilano. 2n= 18 y 2n= 16.

En Sierra Nevada se encuentra también A.umbelliformis Lam., que tiene un comporta-miento ecológico similar e hIbrida a veces conA. granatensis, dando lugar a A. xfragosoana,con tallos provistos de numerosos capítulos,formando un racimo terminal simple, receptá-culo peloso y flores amarillentas.

BiologíaNanocaméfito. Presenta actividad vegetativadesde el mes de mayo, comenzando su flora-ción en junio y extendiéndose hasta agosto. Laplena madurez de sus semillas se alcanza enagosto y septiembre teniendo lugar su disper-sión mediante anemocoria así como por arras-tre de las mismas con el agua de lluvia, alsituarse las plantas frecuentemente en repisascon pendientes inclinadas.

El modelo de reproducción sexual es de aloga-mia. Mediante la observación de los vectorespolinizantes se ha llegado a pensar que la poli-nización es anemógama; no parece ser unaplanta muy atractiva para los insectos, puesaunque haya algunos en el suelo alrededor dela misma, nunca se les ha visto posarse sobrelas flores.

La tasa de fertilidad es baja atendiendo sólo alporcentaje en la producción de semillas porcapítulo (23,3% de media) pero su eficaciareproductora se estima mayor al presentar laplanta hasta 73 capítulos (en poblaciones de cul-tivo ex situ) y el número de flores por capítuloque se ha contabilizado oscila entre 62 y 100.

La capacidad de germinación de sus semillas esgrande, obteniéndose una propagación eficazen oscuridad a 16ºC de temperatura. Presentamorfológicamente tres tipos de semillas dife-rentes atendiendo a su peso y presencia o node turgencia; la respuesta siempre ha sidomenor en las pequeñas y arrugadas, llegando

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Artemisia granatensisArtemisia granatensisBoiss., Bibliothh. Univ. Génève, sér. 2, 13: 409 (1838)

COMPOSITAE (COMPUESTAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro Crítico (CR; UICN)

incluso en este caso a alcanzar el 50% de ger-minación. Existe enraizamiento caulinar; lostallos, a medida que la planta crece vuelven aenraizar y hay un proceso de separación pro-duciéndose individuos independientes.

Se ha puesto a punto la técnica de micropopa-gación mediante explantos de yemas apicales yaxilares obteniendose con éxito la fase de acli-matación de la especie. Actualmente se estánllevando a cabo programas experimentales decultivo ex situ a partir de material producido in

vitro para obtener métodos de producción demanzanilla.

Comportamiento ecológicoVive en grietas y lugares pedregosos de mica-esquistos formando pastizales, a partir de los2500 m de altitud hasta las cumbres en lospisos oro y criomediterráneo en clima húme-do. Otras especies que viven con ella sonFestuca clementei Boiss., Erigeron frigidus DC.,Leontodon bory DC. Alyssum purpureum Lag. &Rodr., Trisetum glaciale (Bory) Boiss.

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ción

Distribución y demografíaEndemismo andaluz exclusivo de Sierra Nevada,provincias de Granada y Almería. Aparece deforma dispersa en las cimas más elevadas pero elnúmero de ejemplares en cada población varía,desde no observar individuos en poblacionesdescritas anteriormente en bibliografía o tan sóloaparecer aislados (es el caso del cerro del Almirezen la provincia de Almería) hasta determinarpoblaciones con varias decenas. Cada vez es másfrecuente encontrar ejemplares jóvenes en lugarde individuos desarrollados y disminuye rápida-mente el tamaño de las poblaciones en las zonasmás bajas o accesibles en las que su presenciaera conocida.

Riesgos y agentes de perturbaciónLa especie sigue siendo recolectada por loslugareños, pues se ha constatado que existenbares que proporcionan la infusión de la man-zanilla, a la vez que aumentan las medidas deprotección y disminuye el número de indivi-duos en distintas poblaciones.

El efecto de los herbívoros (Capra hispanica) sehace patente porque además de llegar a luga-res prácticamente inaccesibles contribuye a dis-minuir su capacidad de reproducción sexual alcomerse los capítulos de la planta aunque nollega a arrancarla entera.

Medidas de conservaciónEl fomentar el mantenimiento de semillas enbanco de germoplasma, parece ser el métodomás eficaz dado el potencial de germinación quepresenta y su comportamiento ortodoxo. Estopermite mantener una representación de lamayoría de las poblaciones existentes, para locual la colecta debe ser cuidadosamente planifi-cada a fin de no sobrepasar el 10% del potencialreproductor de la población en el mismo año.También se deben mantener líneas clonales invitro en condiciones de crecimiento relentizado.

Deben establecerse medidas rígidas de vigilan-cia para evitar colectas furtivas, y un controlriguroso de los establecimientos que ofrecenmanzanilla de la sierra en infusión.

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Artem

isia gran

atensis

Distribución en ANDALUCÍA

Se ha puesto en marcha un programa de culti-vo desde el Jardín Botánico de Córdoba en coo-peración con algunos agricultores de la zona.

Interés económico y etnobotánicoLa manzanilla real o manzanilla de SierraNevada por sus propiedades digestivas, esto-macales y tal vez también tonificantes, se con-virtió en una de las especies de uso más tradi-

cional, por ello estimada y muy cotizada portoda la farmacopea de Andalucía Oriental,especialmente en la ciudad de Granada,Alpujarras y Marquesado. La forma de uso es eninfusión aunque se ha llegado a obtener licor.Su puesta en cultivo permitiría su comercializa-ción y uso más extensivo.

La planta presenta un elevado interés científicoa nivel de conservación.

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Especies en

Peligro

de Extin

ción

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Bibliografía

DescripciónHelecho de rizoma corto, cubierto por páleasde linear-lanceoladas a filiformes, enteramentenegras o con estrechos márgenes claros.Frondes amacollados, de 5-9 cm de largo, den-samente pubescente-glandulosas. Pecíolo noalado, 1/2-1/4 de la longitud de la lámina, cas-taño oscuro, brillante y laxamente canalicula-do. Raquis concoloro con el pecíolo, excepto laporción apical que es verdosa. Lámina oblonga,de hasta 2 cm de anchura, 1-pinnada y decolor verde oscuro. Pinnas de 0,15-1 cm, ennúmero de 5-14 pares, más o menos opuestas,ovadas u oblongas, pecioluladas, obtusas en elápice y de margen entero, crenado o pinnatilo-bado. Soros en el envés del fronde, subelípti-cos. Indusio denticulado. Esporas monoletas de(33) 36 a 39 (45) µm. 2 n = 72.

Las diferencias entre esta subespecie y la petrar-chae se basan fundamentalmente en el tamañode las esporas. No existen caracteres morfoló-gicos o ecológicos que permitan diferenciarclaramente ambas subespecies, lo que hacemuy difícil su separación en el campo.

BiologíaHemicriptófito rizomatoso, deciduo. La dura-ción media de vida se estima de hasta 25 añoscomo máximo. La formación de esporas puedetener lugar en primavera o verano, mientrasque la producción de gametos ocurre desdeotoño a primavera. Dado que se trata de untaxón prácticamente indiferenciable en el

campo de la subespecie típica, ha sido imposi-ble realizar un estudio profundo de su biología.

Comportamiento ecológicoEspecie fisurícola-humícola, basófila (calizas) yheliófila, que se desarrolla en comunidadesrupícolas de hemicriptófitos y nanocaméfitos,apareciendo sus poblaciones entre 250 y 1150m de altitud, en áreas de ombroclima de sub-húmedo a hiperhúmedo, en los pisos termo ymesomediterráneo.

Fitosociológicamente forma parte de comuni-dades rupícolas, heliófilas, termófilas y basófi-las incluidas en la alianza Asplenion petrar-chae, típica de grietas terrosas en paredonesorientados al sur, donde son frecuentes otrasespecies como Campanula velutina, Polygalarupestris, Valantia hispida, Asplenium ceterach,Sedum dasyphyllum, briófitos, etc.

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Asplenium petrarchae subsp. bivalensAsplenium petrarchae subsp. bivalens(D. E. Meyer) Lovis & Reichst., Ber. Schweiz.Bot. Ges. 79: 336 (1970).

ASPLENIACEAE (ASPLENIÁCEAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

Vulnerable (VU; UICN)

Distribución y demografíaTaxón endémico de la Península Ibérica(Andalucía y Valencia), Islas Baleares y Marruecos(Atlas). En Andalucía se encuentra representadoen las provincias de Málaga (Serranía de Ronda),Cádiz (Sierra de Grazalema) y Sevilla (sierrasSubbéticas). La imposibilidad de diferenciar en el

campo esta taxón de la subespecie típica, nos haimpedido la realización de estudios demográficos.

Riesgos y agentes de perturbaciónRecolecciones científicas, degradación del hábi-tat, nitrificación.

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Especies en

Peligro

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ción

Distribución en el MEDITERRÁNEO

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Asp

lenim

petrarch

ae sub

sp.b

ivalens

Medidas de conservaciónEn Andalucía, la mayor parte de las poblacionesde este taxón se encuentran dentro de los ParquesNaturales de Grazalema y Sierra de las Nieves, loque unido a la dificultad de acceder a ellas parecesuficiente para su conservación in situ.

Interés económico y etnobotánicoNo se conocen.

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Bibliografía

Distribución en ANDALUCÍA

DescripciónHierba perenne que produce cada año unaparte aérea de hasta 1,25 m de altura a partirde un sistema radical rizomatoso relativamentedenso y poco profundo (10-20 cm). La especiegeneralmente se encuentra formando rodalesdensos originados por la expansión vegetativadel sistema radical. Presenta numerosas hojas,alternas, grandes, ovadas, acuminadas, conpeciolo largo. Flores pentámeras, actinomorfas,solitarias, hermafroditas, axilares; pediceloserectos; cáliz de hasta 10 mm, verde-amarillen-to; lóbulos tan largos como el tubo; corolagamopétala, amarilla, aproximadamente 2veces más larga que el cáliz, con lóbulos ancha-mente ovados tan largos como el tubo; estam-bres exertos; anteras mucho más cortas que losfilamentos, amarillo pálido; estilo largo, curva-do, exerto. Baya de c. 10 mm, globosa, negra,lustrosa. n = 36.

BiologíaLas plantas permanecen sin tallos ni hojas lamayor parte del año (desde mediados de octu-bre hasta finales de mayo). Su ciclo anual com-pleto, desde el rebrote hasta la senescencia,dura poco más de 5 meses. La floración tienelugar sobre todo durante los meses de junio yjulio, aunque suelen quedar todavía algunasflores abiertas durante la primera mitad del mesde agosto. Los frutos se desarrollan principal-mente en julio y agosto, y la mayoría madurandurante septiembre. La dispersión de semillas,efectuada presumiblemente por aves frugívo-ras, tiene lugar durante septiembre y octubre.

Las flores presentan una maduración primerodel vertcilo femenino, seguida de la madura-ción de los estambres y son capaces de produ-cir frutos y semillas viables al ser polinizadascon polen propio, aunque la polinización cru-zada resulta en un mayor éxito reproductivo. Laespecie es capaz de reproducirse sexualmenteincluso en ausencia de insectos polinizadores;pero la participación de éstos es esencial paraalcanzar un nivel importante de producción defrutos. Ninguna de las especies de polinizado-res observados guarda una relación de especifi-cidad con A. baetica, siendo los más frecuentesabejorros de los géneros Bombus y Psithyrus. Seha comprobado que la disponibilidad o mayoractividad, durante periodos de tiempo más lar-gos, de los polinizadores no influye en la repro-ducción sexual (mayor producción de frutos).Cada baya contiene un elevado número desemillas de pequeño tamaño. Experiencias degerminación señalan que la luz es un factorestimulante al igual que la alternancia de tem-peraturas 20/30 ºC. La estratificación en frío

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Especies en

Peligro

de Extin

ción

Atropa baetica Atropa baetica Willk., Linnaea 25: 50 (1853)

SOLANACEAE (SOLANÁCEAS)En Peligro de Extinción (Junta de Andalucía)

En Peligro Crítico (CR; UICN)

(4 semanas) acelera el proceso en el comien-zo de la germinación en unos 8-5 días, aun-que no influye en su porcentaje final.

Comportamiento ecológicoAltitudinalmente las poblaciones se distribuyenpor encima de los 1100 m. Crecen sobre suelosque han sufrido algún tipo de perturbación en

laderas secas, rocosas o pedregosas, bien sole-adas o también en lugares herbosos húmedoscerca de cursos de agua, en sitios relativamen-te sombreados. No es una especie colonizado-ra en sentido estricto que ocupe rápidamenteuna zona alterada con suelo desnudo o muypedregoso, sino que requiere lugares perturba-dos con cierto grado de madurez.

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Atro

pa b

aetica

Distribución y demografíaPresenta una distribución centrada en las mon-tañas calizas del sur y centro de la PenínsulaIbérica y el norte de Marruecos (Rif central yAtlas Medio). La escasez de citas recientes enAndalucía atestigua su rareza actual. Seencuentra en Sierra de María (Almería),Grazalema (Cádiz), Sierra de la Sagra y Sierrade Baza (Granada), Sierra de la Horconera(Córdoba), Sierra del Pozo, La Cabrilla y LasVillas (Jaén) y Torcal de Antequera, Peñón deRonda y Sierra de Alcaparaín (Málaga). Estaespecie está estrechamente relacionada con A.belladonna, que es de distribución geográficamás amplia en el continente europeo.

La mayoría de los núcleos poblacionales localiza-dos recientemente se encuentran en las sierras deCazorla y del Pozo (Jaén) y están integrados poruna o dos plantas y en muy pocas ocasionessobrepasan los 10 individuos. Debido a su vigo-rosa propagación vegetativa las plantas indivi-duales pueden llegar a veces a alcanzar unaextensión considerable. Las plantas jóvenes sonextaordinariamente raras, lo que indica que el

proceso de colonización y establecimiento denuevas poblaciones es un hecho muy poco fre-cuente. La regeneración derivada de la reproduc-ción sexual es en la actualidad extraordinaria-mente rara o inexistente.

Riesgos y agentes de perturbaciónExiste un claro riesgo de extinción a corto plazopara esta especie. En primer lugar por el redu-cido número de núcleos de población existen-tes y el pequeño tamaño. En segundo lugar porla existencia de una mortalidad apreciable por

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Especies en

Peligro

de Extin

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Distribución en ANDALUCÍA

Distribución en el MEDITERRÁNEO

causas desconocidas observada en variaspoblaciones formadas por una sola planta. Estopodría estar debido a diversas causas, comoson la herbivoria subterránea, las modificacio-nes fisico-químicas del suelo asociadas con lasucesión vegetal o simplemente a la longevidadde la especie; existen indicios de cierta depre-sión en la reproducción como consecuencia delas obligadas polinizaciones geitonógamas. Yen tercer lugar porque los mecanismos de rege-neración natural derivados de la reproducciónsexual son inoperantes. Esto es debido princi-palmente a la elevada presión de los vertebra-dos herbívoros que llegan a comerse el 100%de los frutos y de las hojas al final del ciclo dela planta, cuando ésta es más vulnerable porproducirse una disminución del nivel de alca-loides. También es debido al pisoteo regular degrandes mamíferos que sufren muchas plantaspor encontrarse asociadas a caminos o pistas,hecho que las hace particularmente suscepti-bles a la actuación humana.

Medidas de conservaciónAlgunas de sus poblaciones se encuentran enEspacios Naturales Protegidos pero incluso enestas zonas es necesario la utilización de valla-dos que impidan la actuación de vertebrados.

Debe estimularse la protección ex situ mediantela conservación de sus semillas en bancos degermoplasma. Se debería mantener poblaciones"ex situ" en lugares próximos a su area en losEspacios Naturales Protegidos en los que seencuentra y potenciar la creación de viveros parala producción de plántulas. Esto permitiría esta-blecer núcleos experimentales que contempleintroducciones de plantas y faciliten la ejecuciónde un estudio sobre demografía de la especie.

Interés económico y etnobotánicoElevado interés como planta medicina. Sus vir-tudes son parecidas a las de la belladona(Atropa belladona).

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Atro

pa b

aetica

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