CUENTO : Un mundo de Color.

Producido por:

Los padres y las madres de

Los alumnos y alumnas de 1º de Primaria.

CURSO 2011/2012

Dirigido por su tutora:

Carmen Reyes Cayetano.

Editado por:

CEIP José Nogales

Érase una vez un país de color azul. Sus casitas eran azules, los árboles, las flores, los caminos, sus montañas, hasta sus ríos eran azules.

Sus habitantes eran azules, de un azul claro, con unos ojos azules intensos y perfectos. Todo se respiraba azul: claro, oscuro y todas las tonalidades posibles.

Todos pensaban que el azul era su mundo y el único mundo, pues hasta el cielo que los rodeaba era azul.

Un día una de sus vecinas anunció que esperaba un hijito. Todos los vecinos se apresuraron a felicitarla y ayudarla en la tarea de tener preparado todo para el bebé.

Por fin llegó el gran día. La señora María anunció el nacimiento de su hija, pero no quiso que nadie la viera. Todos los vecinos pensaron que la madre tendría sus razones y no la molestaron. En realidad lo que había pasado es que la niña era de color amarillo.

La señora María lloraba y no podía comprender cómo su hija no era azul. No conocía este color y no sabía qué iba a ser de su hija.

Un día la señora María decidió dar a conocer a su hija y la presentó al resto de sus vecinos, que quedaron boquiabiertos al ver el color desconocido para ellos.

El tiempo fue pasando y la niña vivía en su pueblo sintiéndose diferente. Sus padres la adoraban y le decían que a ellos no les importaba el color, pero ella sentía que no era como los demás y por ello estaba triste.

Un día la niña amarilla decidió salir de su país a buscar nuevos mundos.

Recorrió montañas azules, ríos azules, caminos azules… hasta que llegó al final de un camino que se dividía en dos. Decidió coger el camino de la izquierda. Estaba cansada, así que decidió sentarse a descansar. De pronto

escuchó un ruido, se sobresaltó y se encontró de golpe con… un niño de color rojo. El niño de color rojo le dijo:

Manoli Castaño

-No te asustes, que no te haré daño. Pasaba por aquí y al verte me quedé sorprendido, nunca había visto a una niña amarilla.

-Ni yo a un niño rojo – contestó la niña.

Se pusieron a hablar y la niña le contó por lo que estaba pasando y que buscaba un lugar donde todas las personas, aunque fueran de distinto color, vivieran juntas y felices y no se sintieran para nada extrañas.

El niño, al verla tan cansada e indefensa, le dijo:

- ¡Yo te acompañaré! Y buscaremos juntos ese país.

Entonces decidieron emprender el camino. Se pusieron a andar y andar y llegaron a un lago que tenía una gran catarata. La niña, decidida, se dispuso a cruzarla. Antes de llegar al final, una preciosa luz verde empezó a encandilarla y se dio cuenta de que llegó al país donde todo era de color verde: los árboles, los ríos, las montañas, las personas, las flores, hasta sus casas. El niño y la niña se quedaron sorprendidos al ver que todo era de color verde.

Rocío Domínguez

Entonces vieron a una niña que estaba jugando con un perrito en un parque, y le preguntaron qué país era ese.

- El país de la esperanza, de la alegría, de la libertad. Aquí todos somos iguales, ya seamos verdes, azules, amarillos o rojos – contestó la niña de color verde.

El niño de color rojo y la niña de color amarillo, asombrados, se miraron y le preguntaron a la niña de color verde si podían jugar con ella y su perrito.

- ¡Pues claro! – contestó.

Francisco José Torres

Y juntos jugaron hasta que llegó un globo con un niño. Se asustaron tanto que fueron corriendo detrás de un árbol. Nunca antes habían visto un globo y no se decidían a salir, hasta que el niño les llamó, y les dijo:

- ¡No os asustéis! No os voy a hacer daño. ¡Soy vuestro amigo!

Los niños se acercaron hacia él y se quedaron fascinados al ver el globo y lo grande que era. Los niños le preguntaron si no tenía miedo de ir tan alto por el cielo. Él dijo que no, porque le gustaban las aventuras que vivía en el globo. Le preguntaron si podían subir con él para ver todo desde tan alto.

Se apreciaba un paisaje muy bello y un hermoso arcoíris de todos los colores que te puedas imaginar.

María Socorro Martínez

De pronto, llegó un pájaro de la Ciudad Morada. Los niños le preguntaron que de dónde venía, a lo que él contestó:

- Vengo del cielo, de visitar a la Reina de los pájaros. Ella es una dama guapa, alta y de nariz respingona, con la que juegan todos los gorriones, jilgueros y verdones que pasan por allí. Su castillo está hecho de gominolas, piruletas y caramelos, y de muchas chuches más.

Lola

- Además, - continuó hablando el pájaro - la Reina de los pájaros me ha pedido que buscara a una niña amarilla para que la guiara hasta su castillo. Es muy importante, dado que las palomas mensajeras le han dejado un mensaje que debe comunicarle a la niña amarilla. Yo os guiaré hasta allí, ¡seguidme!

La Reina de los pájaros se preocupaba mucho por los niños y había llegado hasta sus oídos el rumor de que había una mamá muy preocupada por su hijita, y que no paraba de llorar:

- ¿Dónde estará mi hijita dorada? Tan bonita como el reflejo del sol en el agua y tan pequeña… ¿Dónde estará? ¿Correrá peligro? ¿Tendrá frío o hambre?

Inmediatamente, el niño aventurero tiró de la anilla para liberar más gas y elevar un poco más el globo. Siguieron al pájaro hasta el castillo de la Reina.

Allí estaba la Reina, muy guapa y rodeada de pájaros.

- Pasad, niños. Bienvenidos seáis a mi castillo – dijo la Reina.

Isabel María Rite

Había hecho preparar un exquisito banquete, y los niños se sentaron a la mesa junto a la Reina. Había mucha comida y los niños, como estaban agotados por el viaje, empezaron a comer. Cuando estaban ya llenos la Reina se acercó a la niña amarilla para contarle cómo se sentía su mamá.

- Tu mamá está muy triste y preocupada porque no sabe nada de ti – contaba la reina. Lo mejor que puedes hacer es volver al país azul y contarle todo a tu madre.

- No puedo abandonar mi viaje – dijo la niña amarilla; si hubiera una manera de mandar noticias a mi querida mamá, quisiera decirle que estoy bien. Quiero conocer el mundo.

La Reina pensó durante un rato y exclamó:

- ¡Ya sé lo que puedes hacer! Vamos a mandar a la paloma con un mensaje para tu madre y que así se quede un poco más tranquila.

- ¡Muy buena idea! – dijo la niña amarilla.

La niña se puso a escribir el mensaje…

Ana Szoldrowska

“Mi querida mamá,

Te escribo para decirte que me encuentro bien y muy feliz, pero a la vez un poco triste porque te echo mucho de menos. He hecho amigos por el camino, amigos de todos los colores. ¡Sí, mamá, de todos! Verde, rojo, morado, negro y muchos más. He llegado al País de la Alegría y una niña verde nos ha contado que vive con personas de todos los colores, y que son muy felices. Ya no tienes que llorar más porque sea amarilla, pues hay muchos de ese color.Quiero que cuentes mis palabras a todos y nos unamos todos los colores, puesto que así seremos mucho más felices, y podremos hacer un país muy grande y llamarlo el País del Arcoiris…”

Y así la niña amarilla terminó de contarle a su mamá lo feliz que era, y la paloma le llevó el mensaje.

María Dolores Sánchez

La señora María escuchó un ruido en su ventana azul y se asomó:

- ¡Una paloma dorada! – dijo la señora María, muy extrañada al ver que era de otro color.

Leyó la carta muy entusiasmada y se puso contentísima al ver que era un mensaje de su hija, diciendo que estaba bien.

Rápidamente fue a casa de su vecina para contarle lo que estaba ocurriendo fuera del país. Su vecina no se lo podía creer.

- ¡Tantos colores, María! – exclamó.

- ¡Sería maravilloso! Vamos a contárselo a todos los vecinos.

Al día siguiente, María reunió a todos los habitantes del pueblo azul, en el centro del pueblo, una plaza redonda rodeada por bancos, toboganes y por una fuente que siempre estaba llena de pájaros cantando ¡pío, pío, pío…!

En esta plaza leyó la carta, quedándose todos los vecinos asombrados. Empezaron a aplaudir y, seguidamente, decidieron contestar a la carta recibida por María.

Juani Azogil

Todos se fueron al salón del pueblo y se pusieron a escribir la carta.

Cuando la niña amarilla recibió la carta se puso muy contenta. En ella, su madre le decía que todo el pueblo se había quedado asombrado al saber que existían personas de todos los colores y que ya no estaba triste por ser diferente a todos los demás. Pronto se dirigirían hacia allí para conocer ese país.

Todos se pusieron manos a la obra para cuando llegaran sus amigos tuvieran la mejor fiesta que pudieran imaginar.

Los niños y niñas se dedicaron a coger frutos del campo para hacer ricos dulces, los pajaritos se pusieron a decorar los árboles con sus bonitos colores. Todo estaba preparado.

Eva Duque

Al llegar el día, todo estaba preparado para recibir a la señora María y al pueblo de color azul. La niña de color amarillo se sentía tan feliz por volver a ver a su madre y a todos los de su pueblo. Por fin no se sentiría diferente a ellos, ya que comprendió que todos eran iguales a pesar de la diferencia de color, y que lo que importa es lo que uno lleva en su interior.

La niña de color amarillo esperaba a su madre. Cuando llegó, la abrazó tan fuerte que la señora María sintió lo mucho que la había echado de menos. Pero fue más fuerte su emoción al ver todo lo que habían preparado para recibirlos: la mesa llena de colores de los ricos dulces, la decoración…

Todos los del pueblo azul empezaron a conversar con los demás y conocieron cosas nuevas que jamás imaginaron que existían. Pensaban en todo lo bonito que se habrían perdido si la niña de color amarillo no se hubiera aventurado a conocer el por qué de su tristeza. El asombro fue mayor al ver a la Reina de los pájaros que se acercó y pidió a todos que la escucharan.

Myriam Valencia

La Reina les dijo:

- ¿Creéis que la niña, por ser amarilla, es distinta a vosotros?.

Todos contestaron que no. Pero la niña, no conforme, le dijo al pueblo azul:

- Yo agradezco que me consideréis igual que vosotros, pero habiéndome encontrado con un maravilloso niño de otro color, me gustaría seguir mi aventura.

Sus padres contestaron que les parecía bien, y a la mañana siguiente la niña amarilla y el niño rojo continuaron su viaje.

Tras varias horas de camino, se encontraron un río, y al pasarlo había una gran pradera con muchos animales. Era un paisaje precioso e iban cantando de alegría. Se encontraron con el Mago de la pradera, al que la niña contó toda su aventura y preguntó si él conocía algún país de color amarillo o rojo. El Mago contestó que no, porque él nunca había salido de allí, por eso estaba la pradera tan bonita.

Yolanda Belmonte

- ¿Nunca has salido de aquí? – preguntaron los niños, asombrados.

- No, – contestó el mago- aquí soy feliz, en esta pradera tan bonita.

- Sí, es muy bonita, pero ¿no te gustaría conocer otras praderas distintas?

- ¡Claro! ¿puedo acompañaros?

- ¡Sí! Nos encantaría que nos acompañaras.

Así, los tres juntos comenzaron a caminar. Caminando y caminando, se adentraron en un oscuro bosque, donde todo era opaco, triste y feo.

La niña amarilla y el niño rojo estaban un poco asustados. El Mago, acostumbrado a su hermosa pradera, se lamentaba por haberse ido.

Siguieron caminando y se encontraron con un lobo muy triste.

- ¿Qué te ocurre? ¿Por qué estás tan triste? – preguntaron los niños.

- Es que ha venido una bruja mala y nos ha robado el color y la alegría. Ahora somos todos oscuros y feos. La bruja dijo que sólo recuperaríamos el color y la alegría cuando encontremos al duende Filomeno. Filomeno es un duende muy pillo y travieso al que le gusta mucho fastidiar a la bruja mala y le había robado su escoba favorita.

- Te ayudaremos a encontrar a ese duende – dijeron todos.

- ¡Bien! – exclamó el lobo, y todos se pusieron en marcha.

El duende Filomeno vivía en un gran roble en el fondo del bosque. Cuando todos llegaron allí el Mago gritó:

- ¡Filomeno! ¡Filomeno! Sal del árbol que tenemos algo muy importante que decirte.

El duendecillo, un poco malhumorado, salió del roble y dijo:

- ¿Quién osa despertarme de mi siesta?

Entonces, al ver a la niña amarilla, al niño rojo, al Mago y al lobo, se quedó un poco extrañado, y preguntó:

- ¿Qué necesitáis de mí que tan importante es?

- Necesitamos devolver el color y la alegría a este bosque, que ha quedado oscuro por culpa de la malvada bruja – respondió el Mago.

- De acuerdo, os podré ayudar –afirmó el duende Filomeno. Los niños de colores irán en busca del príncipe y de la princesa, que les ayudarán a conocer el color gris. Pero antes, tendrán que sortear algunos obstáculos: cruzarán montañas llenas de rocas y desfiladeros y mares llenos de peligrosos animales.

Así, emprendieron su búsqueda del príncipe y la princesa. Cuando estaban en el mar, les sorprendió una gran tormenta, y su barco iba dando tumbos. Vieron una enorme ballena, a la que explicaron lo que ocurría y que iban buscando al príncipe y a la princesa de color gris. La ballena ayudó a los niños a encontrarlos.

María del Mar Romero

El príncipe y la princesa se encontraban plácidamente durmiendo bajo la sombra de un viejo roble, pero el cantar de los pájaros, el olor de las flores silvestres, el susurro del viento y los rayos del sol les hicieron despertar de su dulce sueño.

Cuando abrieron los ojos, se miraron y se estremecieron, comprendieron que todo había sido un sueño, y que en su reino vivían personas de todos los colores que compartían sus vidas y que se ayudaban los unos a los otros.

Esta variedad de personas de distintos colores hacía que el reino fuese el más bonito, divertido y rico en valores, donde todos hablaban el mismo lenguaje: el lenguaje del amor.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

María del Carmen Jiménez

FIN

Este cuento se ha realizado con el ánimo de hacer partícipes a las familias de nuestro Proyecto Lector.

Queremos que los niños y niñas lo disfruten, saboreen el trabajo realizado por sus padres y madres, con su esfuerzo

personal.

El cuento ha sido realizado íntegramente por las familias de los alumnos/as de Primero de Primaria, una vez comenzado el cuento en el Centro, y, posteriormente se han hecho los

arreglos en ordenador.

Queremos darles las gracias a todas las personas que han participado en el Libro y animarles para próximas ediciones.

El cuento se distribuirá a todas las familias, gracias a la colaboración del AMPA.

El ceip José Nogales presenta este cuento el “Día del Libro” del curso 2011/12.